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TEATRO CLASICO Y CRÍTICA ACTUAL por Luciano GARCIA LORENZO (C.S.I.C, Madrid) Antes de comenzar a desarrollar el compromiso que exige el título de mi trabajo, deseo indicar aquello que, por el tiempo limitado de que dispongo, no puedo hacer. Efectivamente, no voy a analizar y ni siquiera a exponer las aportaciones específicas sobre autores y obras concretas de nuestro teatro clásico ; fácil es advertir que hacer una mínima exposición convertiría mi labor en una lista interminable de libros y artículos muy cercano a un simple repertorio bibliográfico ; dedicar aunque sólo fueran unas líneas y únicamente a los trabajos principales que, desde diferentes perspectivas se han acercado al teatro áureo en los últimos años, exigiría unas obligadas justificaciones para las cuales, repito, no dispongo del tiempo suficiente. En segundo lugar, advertiré que voy a detenerme sólo en el teatro del siglo XVII, lo cual sí que me causa una cierta incomodidad, pues creo que algunas de las aportaciones más importantes realizadas por la crítica más reciente han tenido la actividad dramática del XVI como centro de atención. El nombre de Alfredo Hermenegildo, por citar sólo uno, puede servir de testimonia y a la vez de homenaje a los colegas que, con ediciones de diversos autores y estudios sobre la producción del quinientos, han vuelto a poner de nuevo en el lugar que le corresponde a toda esa parcela de nuestra historia dramática. Por último, quisiera enmarcar cronológicamente mi campo de análisis, ya que los cientos de trabajos que aparecen anualmente exigen una limitación obligada. Con excepciones, escasas excepciones, haré mención y procuraré reflexionar sobre la labor crítica realizada en los últimos seis aflos, es decir, desde

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TEATRO CLASICO

Y

CRÍTICA ACTUAL

por Luciano GARCIA LORENZO(C.S.I.C, Madrid)

Antes de comenzar a desarrollar el compromiso que exige el título de mitrabajo, deseo indicar aquello que, por el tiempo limitado de que dispongo, nopuedo hacer. Efectivamente, no voy a analizar y ni siquiera a exponer lasaportaciones específicas sobre autores y obras concretas de nuestro teatro clásico ;fácil es advertir que hacer una mínima exposición convertiría mi labor en unalista interminable de libros y artículos muy cercano a un simple repertoriobibliográfico ; dedicar aunque sólo fueran unas líneas y únicamente a los trabajosprincipales que, desde diferentes perspectivas se han acercado al teatro áureo en losúltimos años, exigiría unas obligadas justificaciones para las cuales, repito, nodispongo del tiempo suficiente.

En segundo lugar, advertiré que voy a detenerme sólo en el teatro delsiglo XVII, lo cual sí que me causa una cierta incomodidad, pues creo quealgunas de las aportaciones más importantes realizadas por la crítica más recientehan tenido la actividad dramática del XVI como centro de atención. El nombre deAlfredo Hermenegildo, por citar sólo uno, puede servir de testimonia y a la vez dehomenaje a los colegas que, con ediciones de diversos autores y estudios sobre laproducción del quinientos, han vuelto a poner de nuevo en el lugar que lecorresponde a toda esa parcela de nuestra historia dramática.

Por último, quisiera enmarcar cronológicamente mi campo de análisis,ya que los cientos de trabajos que aparecen anualmente exigen una limitaciónobligada. Con excepciones, escasas excepciones, haré mención y procuraréreflexionar sobre la labor crítica realizada en los últimos seis aflos, es decir, desde

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1981. ¿ Por qué esa fecha y no 1980,1982 o 1983 ?... La razón es que ese añose celebra el tercer centenario de la muerte de Calderón de la Barca y, como podráobservarse a continuación, los libros y artículos sobre la obra de don Pedro y lade su tiempo serán significativos durante ese año y también los inmediatamenteposteriores.

Mi aportación en las páginas que siguen se va a centrar en dos grandesapartados : por una parte, analizar una serie de aspectos que me parece han tenidoun desarrollo especial durante la etapa que hemos citado ; en segundo lugar,dedicaré mi atención a exponer lo que creo que son necesidades de mayor urgenciaen el campo de la investigación sobre el teatro del XVII, necesidades que exigenuna dedicación y esfuerzo especiales.

1. Lo primero que llama la atención, al observar y después leer labibliografía existente, es la abundancia de congresos y reuniones de caráctercientífico que en diferentes lugares se han llevado a cabo en los últimos años.Como ya adelantaba, la conmemoración calderoniana fue significativa en 1981(Madrid, L'Aquila, Los Angeles...) y esos congresos y coloquios han dado lugar auna serie de volúmenes que tienen no sólo al teatro calderoniano como centrosino también su relación con otros autores, con otras actividades artísticas, con lavida teatral de la época e incluso trabajos en las Actas de algunos de ellosdedicados a diferentes aspectos dramáticos sin relación directa con la figura deCalderón. Junto a estos congresos con mayor o menor número de participantes,necesario es recordar al dedicado a Lope de Vega, las Jornadas de estudio deAlmagro, los llevados a cabo por los hispanistas de la Université de Toulouse,las reuniones que tienen lugar en El Paso, los organizados por el ConsejoSuperior de Investigaciones Científicas, los encuentros de calderonistas alemanese ingleses y, last but non least, los que se llevan a cabo en la Sorbonne sobretemas que acogen varios géneros, pero con una incidencia en ocasiones muydirecta en el teatro de nuestro Siglo de Oro (1).

Del análisis de estos acontecimientos se pueden sacar una serie deconclusiones, entre las cuales estimo las siguientes como fundamentales :

a) Se trata de congresos en no pocas ocasiones de especialistas enliteratura dramática del XVII, pero también de investigadores en otras materias —sociólogos, lingüistas, historiadores del arte, etc.—, que se acercan al teatro desdesu campo de investigación y aplicando metodologías y conocimientos a lasrelaciones entre la actividad dramática y otras manifestaciones históricas,artísticas, etc., por lo cual el contacto resulta doblemente enriquecedor. Un

O) A la mayor parte de estos congresos y reuniones haremos alusión en laspáginas que siguen, destacando los trabajos incluidos en las Actas correspondientesque nos parecen más importantes.

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ejemplo puede encontrarse en las Actas del Congreso sobre Calderón celebrado enMadrid, en 1981 (2), con no pocas aportaciones de profesores e investigadores endiversas materias ajenas a la crítica literaria, pero que suponen abrir unasperspectivas para los que nos dedicamos a la literatura a las que difícilmenteaccederíamos sin estos contactos.

b) Este trabajo interdisciplinar se observa también desde otra vertiente ;me refiero a los encuentros que tienen lugar entre investigadores o profesoresuniversitarios y profesionales del hecho teatral, como directores, escenógrafos,críticos de periódicos y revistas no estrictamente de investigación, etc. Eltestimonio quizá más valioso se encuentra en las Jornadas sobre teatro clásico deAlmagro o en los encuentros de El Paso (3), lógica consecuencia de celebrarseestos encuentros en el marco de festivales con representaciones de piezas clásicas.

c) Algunas de estas reuniones no se llevan a cabo como una actividadaislada de las Instituciones organizadoras, sino que se enmarcan en una cadena deactividades realizadas cada dos o tres años. Este es el caso de los coloquios delGESTE y también es el caso del C.S.I.C. La causa de esta constatación creo quees muy positiva, pues responde a la existencia de grupos de trabajo en esasinstituciones con unos fines determinados y una labor de equipo dignos demencionar. Este trabajo en equipo se manifiesta, aunque dipersos susprotagonistas, en las reuniones de El Paso o de los calderonistas y, sin lacelebración de coloquios que hayan dado lugar a publicaciones, en el grupo deinvestigadores que trabaja en la Universidad de Valencia y ya con excelentesaportaciones bien en volúmenes de carácter colectivo o en libros y artículosfirmados por una o dos personas (4).

Por lo que se refiere a los resultados de esos congresos, coloquios,simposia, etc., constatar que, como ocurre casi siempre en esos casos, son muydiversos y de una manifiesta irregularidad, pues junto a aportaciones valiosas y deun rigor envidiable, otras comunicaciones y ponencias están lejos del nivel quesería de desear.

(2) Calderón. Actas del Congreso internacional sobre Calderón y el teatro españoldel Siglo de Oro. Publicadas bajo la dirección de Luciano García Lorenzo. Madrid,C.S.I.C., 1983. Tres Volúmenes.(3) Las Actas de Almagro han sido publicadas por el Ministerio de la Cultura deEspaña, a excepción del último de los volúmenes aparecidos, correspondiente a lasJornadas de 1983 y que ha sido publicado por Editorial Taurus (El personajedramático. A él nos referiremos más adelante).(4) De este último grupo recordemos los volúmenes titulados Teatros y prácticasescénicas I. El quinientos valenciano, Valencia, Institució Alfons el Magnánim,1984 y Teatro y prácticas escénicas 11 : La Comedia, London, Támesis Books encolaboración con la Institución Alfonso el Magnánimo, 1986.

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2) Si nos acercamos a las notas previas que generalmente preceden a lasediciones de textos clásicos, y que son apartados obligados de las más seriascolecciones, encontramos que los criterios de edición seguidos varían en no pocasocasiones ; se mencionan algunos en ciertas ediciones, en otros volúmenes esoscriterios son diferentes y, frente a la explicación pormenorizada de unos cuantos,otros muchos se contentan con recordar que han modernizado la puntuación ypoco más. Hace unos meses, en el congreso que la AISO celebró en Madrid, misilusiones renacieron, pues el tema del mismo era precisamente "la edición detextos clásicos" ; sin embargo, y aún a la espera de la publicación de las Actascorrespondientes, debo confesar que la sesión dedicada a textos dramáticos fuedecepcionante, a lo cual contribuyó, bien es cierto, el escasísimo tiempo quetuvieron los participantes para exponer sus comunicaciones. Y es que, a mimodesto entender, falta el estudio adecuado que ofrezca un paradigma a seguir, unestudio que debería estar realizado por un especialista en la Historia de la lenguaespañola y otro en Literatura dramática, con el fin de cubrir una carencia queestimo grave. Todo esto, por supuesto, no quiere decir que no existanacercamientos recientes en torno al tema ; efectivamente, en los últimos años hanaparecido trabajos muy oportunos, entre los cuales destacaría, sobre todo, elvolumen titulado Editing the Comedia, bajo la dirección de Frank P. Casa yMichael D. McGaha y con trabajos de Arnold G. Reichenberger, WilliamF. Hunter, D.W. Cruickshank, Victor Dixon, Vern Williamsen y JohnE. Varey ; en diversas notas de estos estudios se citan trabajos anteriores quedeben tenerse en cuenta, pero remitimos, principalmente, a los aquí incluidos deHunter y Cruickshank (5). Otro libro de diversos autores, y también aparecidorecientemente, merece especial atención ; se trata de las Actas del Congresocelebrado en Pamplona en 1986 y donde hay algunos estudios dedicados al teatrocomo los de Kurt y Roswitha Reichenberger y con alusiones en el resumen deJesús Cañedo e Ignacio Arellano que cierra el volumen (6). Sin embargo, lamayor parte de las comunicaciones dedicadas al teatro del Siglo de Oropresentadas en este encuentro aparecieron en el número 37 de Criticón ; se trata deediciones de textos, pero con interesantes observaciones sobre el tema que nosocupa (7). No me detengo por suficientemente conocido y reconocido en el

(5) Editing the Comedia, Michigan Romance Studies, V, 1985.(6) Edición y anotación de textos del Siglo de Oro. Pamplona, EUNSA, 1987.Anejos de RILCE, 4.(') Efectivamente, en ese volumen, correspondiente al año 1987, aparecen trabajosde Ignacio Arellano, Víctor García Ruiz, Celsa Carmen García Valdés, Agustín de laGranja, María Luisa Lobato y Frédéric Serralta. De este último vid. también Lascomedias de Antonio de Solís : reflexiones sobre la edición de un texto del Siglode Oro, dans Criticón, 34, 1986, pp. 159-174, y de Ignacio Arellano Anotación

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Manuel de crítica textual de Alberto Blecua (8), al que considero el mejor trabajode este tipo con que contamos actualmente.

No quisiéramos finalizar este apartado sin hacer mención a la ayuda quepueden prestar ordenadores o computadoras en el trabajo que supone la edición detextos, y sobre todo, a la hora de comparar versiones diferentes de un mismotexto. En inglés la bibliografía es abundante ya desde principios de los añossetenta (9) y en España ha aparecido recientemente una edición del Libro deAlexandre, que ha suscitado desde la admiración hasta la prudente reserva, peroque supone un reto para los que nos dedicamos a la literatura dramática (10).

3. Si tuviera que definir la principal característica que ha destacado en losúltimos años en el acercamiento de la crítica al hecho teatral, ésta sería laconsideración del texto literario como un componente más —fundamental, porsupuesto—, pero un componente más del espectáculo teatral ; incluso esaconsideración del propio texto conduce también, por otra parte, a un análisis quetiene muy en cuenta lo que la crítica denomina el texto espectáculo y que estámás allá del texto escrito y de las tradicionales aproximaciones que tienen eldiálogo como motivo exclusivo de la investigación. La consolidación de estasmetodologías, desarrolladas sobre todo a partir de los estudios de tipo semiótico ymás concretamente del análisis de los elementos paraverbales evidentes en elgénero dramático como en ningún otro, queda demostrada en la crítica hispánicacon la aparición incluso de una Historia del teatro, que, sin olvidar, claro está,textos y autores, es decir el hecho literario, se procupa especialmente por larepresentación y por las relaciones teatro-parateatro. Nos referimos a la Historiadel teatro en España, dirigida por José María Diez Borque (11) y que cuenta comocolaboradores con Ronald Surtz, Manuel Sito Alba, Marc Vitse, FrédéricSerralta, Javier Huerta Calvo y el propio Diez Borque, los cuatro últimosredactando la parte correspondiente al siglo XVII.

Deteniéndonos en las diferentes aproximaciones que componen esteconcepto de metodología critica, podemos hacer alusión a las siguientes comofundamentales :

filológica de textos barrocos : el "Entremés de la vieja Muñatones", de Quevedo,en Notas y estudios filológicos, 1, 1984, pp. 87-117.(8) Madrid, Castalia, 1985.(9) Vid. los trabajos de Hunter y Cruickshank en Edtting the Comedia, con diversasnotas donde ofrecen bibliografía española y extranjera acerca de la edición de lasobras ; para el empleo de métodos informatizados, nota 46 del trabajo del segundode los críticos.(10) Madrid, Alianza Editorial, 1987. Edición de Francisco Marcos Marín.(11) Historia del teatro en España. 1. Edad Media, Siglo XVI, Siglo XVII. Madrid,Taurus, 1983.

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a) Estudio de los locales de representación, desde los corrales hasta elPalacio y pasando por la propia calle (desfiles del Corpus, entre otrosespectáculos) hasta el Buen Retiro. Obligado es recordar, en este apartado, aunquese salgan de nuestro marco cronológico, la labor de Shergold y Varey —admi-rable labor—, y, ya dentro de él, las rigurosas investigaciones de John J. Alien,los estudios de Diez Borque, Josep Lluis Sirera, etc. (12).

b) Problemas de la representación, desde el dramaturgo como origen delespectáculo hasta el público, los "autores de comedias" y el intento dereconstruir la escenificación de los textos en los diferentes espacios. Todo esto haobligado a tener en cuenta las acotaciones explícitas, las implícitas o existentesen el diálogo, los documentos de muy diverso tipo, desde los dejados por losviajeros hasta escritores pertenecientes a otros géneros y autores de retóricas ypoéticas... En esta línea se podrían mencionar de nuevo los trabajos de Varey ,como asimismo los presentados en diversas Jornadas de Almagro y, en fin, los deAmadei-Pullice, Evangelina Rodríguez, Javier Huerta, Urrutia, Mouyen, Vitse,Dixon, Ruano de la Haza, Amezcua Gómez, etc. (13).

(12) De Shergold y Varey, Teatro y comedias en Madrid. Estudio ydocumentos. London, Támesis Books, 1971-1986 ; de Varey ha aparecidorecientemente un volumen con sus trabajos más representativos en torno al tema(Cosmovision y escenografía : el teatro español en el Siglo de Oro. Madrid,Castalia, 1987) ; de John J. Alien, entre otros estudios, su libro Thereconstruction of a Spanish Golden Age Playhouse. El Corral de Comedias (1583-1744). University of Florida, 1983 ; de Diez Borque y otros autores hay diversostrabajos en las Actas de Almagro y especialmente en las correspondiantes a lasquintas jornadas (Madrid, Ministerio de Cultura, 1983) ; de David Castillejo, ElCorral de Comedias. Escenario. Sociedad. Actores. Ayuntamiento de Madrid, 1984 ;de Josep Lluis Sirera, entre otros, el artículo La infraestructura teatral valenciano,en Teatro y prácticas escénicas. II..., cit. pp. 25-49.(13) María Alicia Amadei-Pullice, Realidad y apariencia : valor político de laperspectiva escénica en teatro cortesano, en Calderón. Actad..., cit., HI, pp. 1519-1531 ; J. Mouyen, El corral de la Olivera de Valencia en 1678 y 1682 : tentativade definición sociológica de su público, en // Colloque sur le pays de la Couronned'Aragon. Université de Pau, 1981 ; Aurora Egido, La fábrica de un autosacramental : "Los encantos de la culpa". Universidad de Salamanca, 1982 ; JorgeUrrutia, El público en el teatro, en Cuenta y razón, 14, 1983, pp. 57-67 (sólo enparte al siglo XVII) ; Marc Vitse, Sobre los espacios de "La dama duende", enNotas y estudios filológicos, II, 1985 ; Calderón de la Barca. Una fiestasacramental barroca. Edición de José María Diez Borque. Madrid, Taurus, 1984 ;Evangelina Rodríguez y Antonio Tordera, Estructura y Palacio. "El toreador" deCalderón. Kassel, Edition Reichenberger, 1985 ; Victor Dixon, La comedia decorral de Lope como género visual, en Edad de Oro, 5, 1986, pp. 35-58 ; J. M.Ruano de la Haza, La puesta en escena de "La mujer que manda en casa", en Revista

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c) Capítulo especial merece el mundo de los actores y su participaciónen el espectáculo ; aunque, evidentemente, difícil, por no decir imposible, esintentar llegar a una poética de la representación actoral en el Siglo de Oro a basede testimonios directos, algunos esfuerzos se han hecho últimamente en esteaspecto, superando la clásica y socorrida, aunque siempre tan valiosa, referencia aAgustín de Rojas y su Viaje entretenido. Juan Manuel Rozas, con su trabajoleído en Almagro hace no muchos años, y Evangelina Rodríguez con elpresentado a las Jornadas de 1987 (14), son quizá los nombres que es necesariorecordar al detenemos en los actores, aunque indirectamente referencias de bondadindiscutible se pueden encontrar artículos que tienen como centro de atenciónaspectos relacionados con el tema y ése es el caso, por citar sólo un testimonio,de Ignacio Arellano con su excelente artículo recientemente publicado en BulletinHispanique (15).

Hace ya algunos años, un libro exquisito y lleno de sensibilidad llamómi atención : El teatro y la teatralidad del Barroco de Emilio Orozco (16),maestro y amigo. En este volumen Orozco volvía de nuevo a esa relación para éltan querida entre el espectáculo teatral y la pintura, la escultura o la arquitectura,llegando a conclusiones tan sugestivas como válidas científicamente. Ese caminoen el que Orozco fue maestro ha tenido dignos continuadores y, como es lógico,viniendo algunos de ellos desde sus especialidades en Historia del Arte,Arquitectura, etc., pero aplicando sus conocimientos al teatro, para llegar a unapráctica interdisciplinar. Permítaseme recordar, entre los más significativos, lostrabajos realizados por Alfonso Pérez Sánchez, Virginia Tovar o SimonVosters (17).

d) Y al lado de las artes plásticas, la música ; el teatro y la música, elteatro y la danza, elementos inseparables en tantas ocasiones. Estudios hay y

Canadiense de Estudios Hispánicos, X, 1986, pp. 235-246 ; José Amezcua Gómez,El espacio simbólico : el caso del teatro español del Siglo de Oro. México,U.N.A.M., 1987.(14) Sobre la técnica del actor barroco, en // Jornadas de teatro clásico español deAlmagro. Madrid, Ministerio de Cultura, 1980, pp. 91-106 (también publicado enAnuario de Estudios Filológicos, III, 1980, pp. 191-202) ; Evangelina RodríguezCuadros, Gesto, movimiento, palabra : el actor en el entremés del Siglo de Oro (enprensa).(15) ¿a comicidad escénica de Calderón, e.n Bulletin Hispanique, LXXXVUJ, 1-2,1986. pp. 47-92.(16) Barcelona, Planeta, 1969.(17) Alonso E. Pérez Sánchez, José Caudí, arquitecto y decorador, en Calderón.Actas..., cit. III, pp. 1551-1671 ; Virginia Tovar, Arquitectura escénica del Madridcalderoniano, ibidem, III, pp. 1701-1714 ; Simon A. Vosters, El intercambio entreteatro y pintura en el Siglo de Oro español, en Diálogos hispánicos. H, 1982,pp. 15-37.

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algunos notables sobre estas relaciones, aunque todavía falte un trabajo que puedaofrecernos la función, el valor y la belleza de la ingente cantidad de canciones ybailes tradicionales que podemos encontrar tanto en las comedias como en loscientos de piezas menores, tan ricas musicalmente... Pero aun así, GumersindoPlacer, Louise K. Stein, Ángeles Cardona, Diez Borque, Sage o Danièle Beckercon sus estudios, y Miguel Querol (18) con sus estudios y transcripciones deCalderón han cubierto un campo de trabajo que sigue en gran parte virgen, sobretodo, repetimos, en lo que se refiere a las canciones de carácter tradicional.

4. En relación muy directa con el apartado anterior, se encuentran losnumerosos estudios que han aparecido en los últimos años con la actividaddramática llevada a cabo en ciudades y pueblos, y no sólo en el siglo XVII sinotambién ofreciendo la labor realizada desde la Edad Media hasta nuestros días. Sontrabajos de un valor inestimable y línea de investigación prioritaria debería ser lade completar el mapa teaual español a través de su historia con el acercamiento alos archivos y bibliotecas de las ciudades más importantes ; más aún, y como sedemuestra por algunos de estos trabajos, hasta en pequeñas ciudades y pueblos,hoy viviendo de su pasado pero en marcada decadencia, se puede encontrarmaterial de inestimable riqueza y ofreciendo datos valiosísimos para ircompletando esa historia del hecho teatral, que va más allá de la interpretaciónexclusivamente textual. No quiero dar una larga nómina de los estudiosaparecidos en torno a este tema, pero sí recordar los de Sánchez Romeralo sobreEsquivias, Celsa Carmen García Valdés sobre Oviedo, Gutiérrez de Ceballos yNieto González sobre Salamanca, Zamora y Ciudad Rodrigo, Fernando Marías

(18) Gumersindo Placer, Uso y presencia de la música en las obras de Tirso deMolina, en Estudios, XXXVI 129, 1980, pp. 36-69 y 129, pp. 179-212 ; MiguelQuerol, La música en el teatro de Calderón. Barcelona, Instituto del teatro, 1981 ;del mismo, La dimensión musical de Calderón, en Calderón. Actas..., cit., Il, pp.1155-1160 ; del mismo, Teatro musical de Calderón. Estudio, transcripción yrealización del acompañamiento de... Barcelona, C.S.I.C., 1981 ; Ángeles CardonaCastro, Función de la música, la voz humana y el baile a través de las textos de"El laurel de Apolo" (Loa para la zarzuela y zarzuela) y a través de la loa "Lapúrpura de la rosa", en Calderón. Actas..,cit., Il, pp. 1077-1089 ; Louise KathrinStein, Música existente para comedias de Calderón de la Barca, ibidem, II,pp. 1161-1172 ; J.M. Diez Borque, Calderón de la Barca. Una fiesta sacramentalbarroca, cit., pp. 39-70 especialmente ; J.W. Sage, Music as an "Instrumentumregni" in Spanish Seventeenth Century Drama, en Bulletin of Hispanic Etudies,LXI, 1984, pp. 384-390 ; Danièle Becker, Lo hipánico y lo italiano en el teatrolírico español del siglo XVII, en España en la música de Occidente. Actas delCongreso Internacional, 1985. Madrid, Ministerio de Cultura, 1987, I, pp. 371-384.

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sobre Toledo, Luis Coronas sobre Jaén, Concha María Ventura Crespo de nuevosobre Zamora, Jean Seniaurens sobre Sevilla, etc.(l9).

5. Y frente, o mejor junto, a la comedia los denominados génerosmenores o breves. Indiscutible riqueza la que componen los trabajos recientes entorno a estas piezas, conformando una generación de estudiosos, muchos de ellosde envidiable juventud, y que continúan la labor no muy lejana de EugenioAsensio o Hannah Bergman. Son estudios que ya no sólo tienen como referencialas piezas cortas cervantinas, como tampoco son únicamente los entremeses losque merecen la atención de los críticos ; efectivamente, esa historia del teatromenor en España de la que estamos tan necesitados puede contar ya con unabibliografía cuantitativa y cualitativamente valiosa y a géneros como la jácara, lamojiganga, la loa o el baile dramático, se han dedicado numerosos trabajos, quereseñaron oportunamente no ha mucho tiempo Javier Huerta Calvo y Agustín dela Granja (20). Sintetizando al máximo estas aportaciones, podemos recordar :

(19) Luis Coronas, La casa de comedias y noticias de teatro en el Jaén del sigloXVII, en Calderón. Actas..., III, pp. 1545-1558 ; Fernando Marías, Teatro antiguoy corral de comedias en Toledo : teoría y práctica arquitectónica en el renacimientoespañol, ibidem, III, pp. 1621-1637 ; Alfonso Rodríguez Gutiérrez de Ceballos yJosé Ramón Nieto González, Patios de comedias en Salamanca, Zamora y CiudadRodrigo, ibidem, III, pp. 1673-1683 ; José Sánchez Romeralo, El teatro en unpueblo de Castilla en los siglos XVI y XVII : Esquivias 1558-1638, en Diálogoshispánicos, U, 1981, pp. 39-63 ; Celsa Carmen García Valdés, El teatro en Oviedo(1498-1700) a través de los documentos del Ayuntamiento y del Principado.Oviedo, Principado de Asturias, Instituto de Estudios Asturianos, Universidad deOviedo, 1983 ; José Miguel Muñoz Jiménez, El patio de las comedias del Hospitalde la Misericordia de Guadalajara (1615-1639), enWad-Al-Hayara, 11, 1984,pp. 239-258 ; Jean Sentaurens, Séville et le théâtre de la fin du Moyen Age à lafin du XVIIa siècle. Université de Lille HJ, 1984 ; Concha María Ventura Crespo,Creación del Patio de Comedias de Zamora en 1606 : estudios y documentos, enStudia Zamorensia, V, 1984, pp. 15-37 ; Ángel San Vicente, Algunos documentosmás para la historia del teatro en Zaragoza en el siglo XVII, en Criticón, 34,1986, pp. 27-50 (es continuación del trabajo publicado en Homenaje a FranciscoYnduráin. Zaragoza, librería General, 1972, pp. 267-361) ; Mercedes Higueras,Juan Sanz y Miguel Ángel Caso, Alcalá de Henares : un nuevo corral de comedias,en Edad de Oro, V, 1986, pp. 73-106.(20) Teatro breve de los siglos XVI y XVII. Edición de Javier Huerta Calvo.Madrid, Taums, 1985, pp. 83-94 (vid. antes del mismo autor su trabajo incluido enEl teatro menor en España a partir del siglo XVI. Madrid, C.S.I.C, 1983, pp. 23-62) ; Agustín de la Granja, Hacia una bibliografía general del teatro breve delSiglo de Oro. Primera parte : Estudios I, en Criticón, 37, 1987, pp. 227-246.

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a) La publicación de dos volúmenes por parte del Consejo Superior deInvestigaciones Científicas y resultado de sendo coloquios celebrados en Madrid,el primero en la Casa de Velázquez y el segundo en la sede del C.S.I.C. (21). Aestas aportaciones habrá que añadir las que figuran en las Actas del encuentro quetuvo lugar en la Universidad de Toulouse con el título Risa y sociedad en elteatro español del Siglo de Oro, ya citadas, y también otras Actas, actualmente encurso de publicación, donde se recogen las ponencias leídas en las Jornadas deAlmagro de 1987 y que estuvieron dedicadas a los géneros menores (22)...

b) La dedicación constante o intermitente de ciertos profesores einvestigadores a estos géneros y especialmente a los entremeses : ClaudeChauchadis, James A. Castañeda, Gaspar Merino Quijano, Agustín de la Granja,Frédéric Serralta, Evangelina Rodríguez, Antonio Tordera, María LuisaLobato...(23). No se trata sólo de estudios sino también de cuidadas ediciones,como las del propio Huerta Calvo, Celsa Carmen García Valdés, JeanCanavaggio o la muy oportuna de las piezas breves de Calderón realizada porEvangelina Rodríguez y Antonio Tordera (24).

c) El acercamiento, como ya hemos adelantado, a otros géneros osubgéneros, como es el caso de la loa con ciertos trabajos de interés y alguno enlos años setenta de cierta entidad (25), pero también a otros abandonados por la

(21) El teatro menor en España..., cit. en nota anterior y Acias del Congreso sobreteatro popular en España. Madrid, C.S.I.C, 1987.(22) Risa y sociedad en el teatro español del Siglo de Oro. Paris, Editions duC.N.R.S., 1980. En las Actas de las Jornadas de Almagro aparecen trabajos deHuerta Calvo, Rodríguez Cuadros, Maxime Chevalier, Senabre Sempere, Vitse yProfeti, entre otros.(23) Remitimos a los trabajos de Huerta Calvo y Agustín de la Granja citados ennota 20 para una nómina adecuada de libros y artículos, evidentemente no sólo apartir de 1981.(24) Javier Huerta Calvo, edición cit., en nota 20. Pedro Calderón de la Barca.Entremeses, jácaras y mojigangas. Madrid, Castalia, 1983 ; Antología del entremésbarroco. Edición de Celsa Carmen García Valdés. Barcelona, Plaza y Janes, 1985 ;Miguel de Cervantes, Entremeses. Edición de Jean Canavaggio. Madrid, Taurus,1985 ; Pedro Calderón de la Barca. Entremeses, jácaras y mojigangas. Madrid,Castalia, 1983.(25) Nos referimos al libro de Jean-Louis Flecniakoska La loa. Madrid, SociedadGeneral Española de Librería, 1975. Más recientemente, Hans Flasche, DieStruktur der Hof-Laudatio in den Loas der "Autos" Calderóns, en EuropaischeHofkuttur im 16. und 17. Jahrhundert. Hamburg, 1981, II, pp. 277-286 ; MariaGrazia Profeti, Una "loa sacramental" en jerga morisca, en Segismundo, 35-36,1982, pp. 59-77 ; José Romera Castillo, Loas sacramentales calderonianas. (Sobreun nuevo manuscrito), en Segismundo, 35-36, 1982, pp. 137-182 ; Florian

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crítica hasta muy recientemente y los testimonios más significativos quizá seanla jácara y la mojiganga hoy con estudios muy valiosos de Evangelina Rodríguezy Antonio Tordera y de Gaspar Merino Quijano por lo que se refiere al bailedramático (26).

d) El interés por una manifestación, puente entre estos géneros breves yla comedia convencional, como es el de la comedia burlesca. Ya antes de la fechaque nos hemos impuesto como límite cronológico de comienzo, Salvador CrespoMatellán, Alberto Navarro, Frédéric Serralta y yo mismo habíamos publicadoalgunos trabajos en torno a esta manifestación de carácter paródico (27), trabajosque se han visto complementados posteriormente con otros de los dos últimoscitados (28)-

e) Por último, hay una serie de manifestaciones parateatrales cercanas aeste universo dramático, que han merecido también un acercamiento por parte delos estudiosos, aunque mucho más, por el propio carácter de los espectáculos,desde el campo de la antropología o la etnografía que desde el estrictamenteliterario. Nos referimos a las loas de carácter popular, las pastoradas, los títeres,las tarascas, etc. En el volumen de las Actas sobre teatro popular antes citadopueden encontrarse trabajos de interés sobre estas manifestaciones (29), muy ricas

Smieja, Dos loas sacramentales de Alonso de Ledesma, en Estudios, 39, 1983,pp. 625-636 ; Enrique Rull, Apuntes para un estudio sobre la función teológico-política de la loa en el Siglo de Oro, en Notas y estudios filológicos, 2, 1985,pp. 33-46.(26) Remitimos, por lo que se refiere a la jácara y mojiganga, a las Actas sobreteatro popular, citadas, con trabajos de Rodríguez Cuadros y Tordera, que resumen yamplían los publicados anteriormente ; en estos encontrará el lector la bibliografíaprecedente debidamente citada. En cuanto al baile, Gaspar Merino Quijano publicóLos bailes dramáticos del siglo XVII. Madrid, Universidad Complutense, 1981, quese completa con su artículo El baile dramático : sus cuatro integrantes, enSegismundo, 39-40, 1984, pp. 51-71 ; Jean Sentaurens, por su parte, es autor deBailes y entremeses en los escenarios teatrales sevillanos de ¡os siglos XVI yXVII : ¿géneros menores para un público popular ? en El teatro menor enEspaña..., cit.... pp. 67-87.(27) Salvador Crespo Matellán, La parodia dramática en la literatura española.Universidad de Salamanca, 1979 ; Pedro Calderón de la Barca. Céfalo y Pocris.Edición de Alberto Navarro González, Salamanca, Almar, 1979.(28) De j o s trabajos de Serralta dedicados al tema, recordemos La comediaburlesca: datos y orientaciones, en Risa y sociedad..., cit..., pp. 99-129 ; deGarcía Lorenzo, remitimos al último de los publicados donde se encontrarán lasreferencias bibliográficas adecuadas : De la tragedia a la parodia : El Caballero deOlmedo de Francisco Antonio de Monteser, en Actas sobre teatro popular..., cit.(29) Por supuesto que la bibliografía sobre títeres y los espectáculos mencionadoses amplia desde esa perspectiva antropológica y etnológica citada. Incluso es

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en toda la geografía española y especialmente en regiones como Castilla-León,Cantabria, Galicia, etc.

6. Cerraré este apretado resumen dedicando algunas líneas a otro aspectopor fortuna atendido también con cierta generosidad por los críticos en losúltimos años. Me refiero a los trabajos consagrados al personaje dramático (o altipo dramático, sería más exacto), analizando sus marcas definitorias, la funciónque ejerce en la comedia, sus conexiones con la tradición y con su presente...Son estudios que, sin olvidar otros ya clásicos dedicados al gracioso, a la dama oal galán, han preferido planteamientos y metodologías más modernos, comopuede observarse en las Actas de las Jomadas de Almagro de 1983, publicadasbajo mi dirección y con estudios en tomo a personaje y abstracción, personaje yactor, actante y personaje, el personaje ausente, personaje y mito, etc. (30). Estapreocupación mía ya se había mostrado tiempo atrás con estudios dedicados alsoldado pretendiente, de la misma manera que C. Faliu se había acercado a lamadre en la comedia, M. Chevalier al aldeano cómico o al estudiante, etc. (31).En fin, acabaré recordando el sugestivo y riguroso planteamiento que desde ciertospersonajes o tipos dramáticos realiza Marc Vitse en su tesis doctoral (32) y cuyoresumen, apretado, denso, polémico (él mismo así lo califica en el "Préface" desu tesis) e incluso un tanto conceptista —son palabras de Ignacio

urgente la demanda de estudios que enmarquen estas manifestaciones en un contextomás amplio que el peninsular ; los estudiosos son muy conscientes de ello y así semanifestó en las Jornadas sobre teatro popular a cuyas Actas remitimos.(30) £i personaje dramático. Ed. de Luciano García Lorenzo. Madrid, Taurus, 1985.(31) En las Actas del Coloquio sobre teoría y realidad en el teatro español del sigloXVII. La influencia italiana (Roma, 1981) ya pueden encontrarse algunos trabajossobre ciertos personajes o tipos característicos y analizados desde esasperspectivas a las que hemos hechos mención. En 1984 se publicaron otras Actasimportantes, aunque el Coloquio se celebrara en 1979 : Le personnage dans lalittérature du Siècle d'Or : statut et fonction (Paris, 1984) ; en estos volúmenesfiguran mis trabajos en tomo al soldado pretendiente. En las Actas del Coloquiosobre La mujer en el teatro y en la novela del siglo XVII (Toulouse, France-IbérieRecherche, 1979) se encuentra, junto a otros de interés, el estudio de ChristianeFaliu ; por lo que se refiere a Maxime Chevalier recordemos el dedicado al aldeanocómico, publicado en Risa y sociedad..., pp. 197-211, el consagrado al estudiante,aparecido en Seis lecciones sobre la España de los Siglos de Oro (Literatura eHistoria). Homenaje a Marcel Bataillon. Sevilla, 1981, pp. 41-58, y el que seincluye en las Actas de las Jornadas de Almagro de 1987, en curso de publicación.(32) Eléments pour une théorie du théâtre espagnol du XVIIo siècle, Toulouse,France-Ibérie Recherche, 1988, pp. 283-306.

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Arellano (33)— puede encontrarse en el Apartado II del Capítulo IV de laHistoria del teatro de España, ya mencionada.

7. Y pasemos a la segunda parte de este trabajo y que ya anuncié alprincipio del mismo, es decir a algunas de las necesidades que estimo deberían serresueltas de una forma más inmediata. En primer lugar, la elaboración de unaserie de obras que, por su carácter enciclopédico, exigen ser hechas por equipos deespecialistas y con una coordinación adecuada. Algunos ejemplos serían :

a) Un Diccionario de autores, obras y personajes del teatro español. Estetrabajo se encuentra siendo realizado en el C.S.I.C. y en él participan un buennúmero de profesores e investigadores españoles y extranjeros. No debemosolvidar que España es el único país de su entorno cultural que no cuenta con unaobra de este tipo.

b) Un Diccionario de actores, "autores de comedias" y escenógrafos, enla misma línea que el anterior. Tengo noticias que este proyecto, por lo que serefiere al siglo XVII, se está realizando por un grupo de especialistas de laUniversidad de Valencia y por el profesor John Varey.

c) Un Diccionario de términos dramáticos. Actualmente sólo contamoscon una aproximación (34), meritoria bien es cierto, pero muy bienvenido seríaun trabajo más amplio con explicaciones de carácter histórico además de lasdefiniciones de los términos y sus equivalentes en inglés, como es el caso delDiccionario de Patrice Pavis.

d) Edición con rigor y criterios adecuados de tantas y tantas piezas de losautores considerados fundamentales y evidentemente de todos aquellos calificadosde segunda fila, que esperan la edición moderna de no pocas de sus comedias,entre las que se encuentran en ocasiones algunas de las más estimables de laproducción de muchos de ellos. El problema, por supuesto, es mucho más gravecon el denominado teatro menor, pues falta incluso un catálogo fiable de este tipode obras, desconociendo por ello incluso el corpus con el que podemos contar.Javier Huerta trabaja actualmente en torno a estos materiales y en su labortenemos no pocos depositada nuestra confianza.

Una segunda línea de investigación, bien en equipo o individualizada (yya hemos hecho alusión a ello), sería la catalogación y publicación dedocumentos sobre la historia teatral de numerosos lugares de España, algunos deellos vírgenes todavía o con noticias muy escasas y publicadas en periódicos y

(33) Reseña en Segismundo, 43-44, 1986, p. 294.(34) Rafael Portillo y Jesús Casado, Diccionario inglés-español, español-inglés determinología teatral. Madrid, Fundamentos, 1986. Vid. también de los mismosautores el Abecedario del teatro, publicado por el Centro de Documentación Teatral(Madrid, 1988).

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revistas locales de difícil acceso. La existencia de los Colegios universitarios y laayuda de entidades locales, provinciales y regionales, puede facilitar esa tarea y asíestá sucediendo en algunos casos. Como puede observarse por las referencias queantes hemos ofrecido, algunos de los trabajos sobre este tema están siendopublicados como libros y a su edición han contribuido esas entidades, de lamisma manera que ciertas revistas que se publican en pequeñas ciudades hanacogido artículos consagrados a su propia historia teatral.

Capítulo importante y absolutamente necesario, dada la ingente cantidadde estudios que aparecen continuamente, es la creación de un centro deinformación bibliográfica, naturalmente informatizado, y al que se pueda acudircon facilidad, como existe desde hace muchos años para otras materias científicas.Mas aún, creo que España tiene la obligación de crear un Centro de estudios sobreel teatro español con los fondos bibliográficos adecuados y unos programas deinvestigación y formación a la altura de la riqueza que su historia dramática exige.

Sin pretender, por supuesto, agotar el capítulo de necesidades acabaríamencionando una secuela histórica padecida por la literatura clásica española y,claro está, por el teatro español. Me refiero a la escasez de traducciones que serealizan a otras lenguas de nuestros mejores autores y de nuestras mejores obras,aunque, afortunadamente, al menos las que aparecen son traducidas directamentedel castellano a otras lenguas, olvidándose de la nefasta costumbre de hacerlo através de una tercera. Ingrato trabajo para los hispanistas que, por exigenciasprofesionales, prefieren, como es lógico, publicar libros o artículos deinvestigación. Y, sin embargo, todos sabemos que permanece más en el tiempouna buena traducción que un libro, bueno o regular, de análisis e interpretación,de la misma manera que la literatura española gana más con una obra de Lope oCalderón publicada en una colección de textos ingleses, franceses o alemanes, quevarias decenas de artículos aparecidos en revistas académicas. Dignos testimoniosúltimos son las versiones de algunas piezas a otras lenguas, entre las que caberecordar las de Wardropper de El mágico prodigioso, David M. Gitlitz de Guárdatedel agua mansa, Enrica Cancelliere de La vida es sueño, Nicholas G. Round de Elcondenado por desconfiado (35).

(35) Pedro Calderón de la Barca. The prodigious magician. Traslated by Bruce W.Wardropper. Madrid, José Porrúa, 1982 ; Pedro Calderón de la Barca, Beware ofStill Waters. Traslated by David M. Gitlitz. San Antonio, Trinity University Press,1984 ; Pedro Calderón de la Barca, La vita è sogno. Traduzione di EnricaCancelliere. Palermo, 1986 ; Tirso de Molina, Darnned for Despair. Traslated byNicholas G. Round. Warminster, Aris & Phillips, 1986.

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Debate sobre la ponencia de L. GARCIA LORENZO

1) Complementos informativos

A la presentación hecha por L. García Lorenzo, tan convincente que nopuede dar lugar a un debate verdaderamente polémico, J.M. RUANO añadeindicaciones sobre obras recientes publicadas en América del Norte : Editing theComedia II (en preparación en la Universidad de Michigan), varias traducciones alinglés por Vern Williamsen, Michael McGaha, Aris and Phillips, etc.F.SERRALTA cita el tomo de traducciones francesas del teatro del XVIpublicado en la "Bibliothèque de la Pléiade" y los dos en preparación sobre textosdel XVII, la elaboración de un Dictionnaire universel des Littératures de cuyosector hispánico es responsable —evidente garantía científica— Jean Canavaggio,y comenta la existencia, desde hace ya años, de los Coloquios interdisciplinariosde la Universidad de Pau (el próximo se anuncia para los días 1, 2 y 3 dediciembre de 1988), que pueden ser un ejemplo y un modelo de apertura.

2) La investigación dramática actual : deficiencias y soluciones

Lamenta F. RUIZ RAMÓN que los estudios de drama comparado, amenudo escritos por especialistas del teatro inglés, reduzcan la importancia de ladramaturgia española. Es preciso realizar también dichos estudios desde elenfoque hispánico, y reaccionar contra la ignorancia de muchos de los queescriben sobre teatro europeo. Le parece escandaloso, por ejemplo, que se puedapublicar un libro sobre la tragedia en Europa sin aludir siquiera al teatro español.Preconiza que sobre obras de este tipo se publiquen reseñas muy duras.

La misma ignorancia, por lo menos parcial, apunta C. FALIU en librospor lo demás muy útiles como Le Théâtre, dirigido por Daniel Couty y AlainRey, Paris, Bordas, 1980, Corneille et la dialectique du héros, de SergeDoubrovsky, que no tiene bastante en cuenta a Guillen de Castro, o, en lorelativo al tema de Don Juan, Histoires d'amour, de Julia Kristeva. Tenemos queinvitar, en nuestros coloquios, a personas que trabajan sobre temas o autoresafines a los del Siglo de Oro español, pero franceses, ingleses, etc. También hayque traducir las obras, y particularmente las menos conocidas.

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La culpa de dichas insuficiencias la tienen en parte, según L. GARCIALORENZO, los estudiosos españoles, los cuales desarrollan temas como "Goetheen España", "Shakespeare en España", y nunca, al revés, la influencia de un autorespañol en Europa. Opina además que la investigación española no siempredispone de las ayudas útiles para ocupar en las entidades comunitarias, como porejemplo la Fundación europea de la ciencia, el lugar que le corresponde.

Subraya además el ponente la necesidad de llevar a cabo trabajosprioritarios de tipo colectivo, como el Diccionario de autores, obras y personajesdel teatro áureo que ya está en preparación. Esto lo tendrían que planear lasasociaciones internacionales como la AISO o la AIH. Pero, según T. DADSON,un coloquio multitudinario como el de la AISO no es el lugar adecuado para talestareas, realizadas con mayor eficacia en reuniones más reducidas, y recuerda alrespecto la labor del seminario de Pamplona en diciembre de 1986. Otro proyectoútil, sugiere A. de la GRANJA, sería el de un diccionario de acotaciones teatrales.

3) La edición y sus problemas

a) Criterios de edición

A J.M. RUANO, que desconfía de las ediciones preparadas porlingüistas, porque es más importante hablar de una obra como representaciónteatral que desde el punto de vista filológico, contesta L. GARCÍA LORENZOque no preconiza la participación directa de un lingüista sino su intervención enel establecimiento de criterios de edición. Además, prosigue el ponente, espeligroso olvidarse el texto literario en beneficio demasiado exclusivo de larepresentación.

También considera J.M. RUANO que es más importante editartextos, ahora con la ayuda de las nuevas tecnologías, que hablar de criterios deedición. No está de más sin embargo, para F. SERRALTA, tratar de combatirante nuestros colegas la vieja creencia de que una presentación modernizada esincompatible con el rigor científico.

b) Editoriales privadas y públicas

La necesaria publicación de las obras menos conocidas,dice T.DADSON, sólo se puede incrementar tratando de presionar a las casaseditoriales privadas. Las cuales, añade J.M. DÍEZ BORQUE, no soninstituciones benéficas, y actualmente sólo editan las obras que están en losplanes de bachillerato y de universidad. Para ampliar el panorama de edición detextos parece imprescindible la intervención del Estado. Opina I. ARELLANOque la única posibilidad parece estar en las ediciones universitarias, pudiendohacerse la distribución, que también es un problema, con ayuda del Anuario

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Áureo, de la AISO o de la AIH. Pero el gran obstáculo a las edicionesuniversitarias, contesta L. GARCIA LORENZO, es la ausencia de información yde política coherente de una universidad española a otra. Concluye el ponente conla urgente necesidad de que las instituciones no comerciales, en vez de tanta"política de imagen" y tantos fuegos de artificio, lancen una colección de textoscoherentemente planeada que nos permite salir ya de la fundamental peroanticuada BAE.