Teatralidad y Ritualidad en La Comedia

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TIEMPO 2 LABERINTO Alejandro Ortiz Bullé Goyri Alejandro Ortiz Bullé Goyri (1958) es profesor invitado en el Departamento de Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Estudió literatura dramática y teatro en la UNAM; doctor en estudios ibéricos e iberoamericanos por la Universidad de Per- pignan. Actor y director teatral e investigador del teatro y del arte mexicano. Socio de la Aso- ciación Mexicana de Investigación Teatral (AMIT), del Centro Europeo de Investigación so- bre Teatro Mexicano (CERTM). Por tanto, según parece, si llegase a nuestra ciu- dad un hombre capaz por su sabiduría de adop- tar mil formas y de imitar todas las cosas y que quisiese darnos a conocer sus poemas, nos incli- naríamos ante él como si fuese un ser divino, ad- mirable y arrebatador, pero le diríamos que nues- tra ciudad no dispone de un hombre que se le semeje, ni es justo que llegue a tenerlo y que, por consiguiente,hemosdevolverleaotraciudaduna vez derramada mirra sobre su cabeza y adorna- da ésta con cintas de lana. Platón , La República Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Protágoras, en boca de Publio Terencio El Africano Observaciones preliminares Imitación de la vida... espejo de costumbres... ima- gen de la verdad... aquello que inicia con problemas y ter- mina en paz... EATRALIDAD Y RITUALIDAD EN LA COMEDIA T

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  • TIEMPO 2 LABERINTO

    Alejandro Ortiz Bull Goyri

    Alejandro Ortiz Bull Goyri (1958) es profesor

    invitado en el Departamento de Humanidades

    de la Universidad Autnoma Metropolitana

    Azcapotzalco. Estudi literatura dramtica y

    teatro en la UNAM; doctor en estudios ibricos

    e iberoamericanos por la Universidad de Per-

    pignan. Actor y director teatral e investigador

    del teatro y del arte mexicano. Socio de la Aso-

    ciacin Mexicana de Investigacin Teatral

    (AMIT), del Centro Europeo de Investigacin so-

    bre Teatro Mexicano (CERTM).

    Por tanto, segn parece, si llegase a nuestra ciu-dad un hombre capaz por su sabidura de adop-tar mil formas y de imitar todas las cosas y quequisiese darnos a conocer sus poemas, nos incli-naramos ante l como si fuese un ser divino, ad-mirable y arrebatador, pero le diramos que nues-tra ciudad no dispone de un hombre que se lesemeje, ni es justo que llegue a tenerlo y que, porconsiguiente, hemos de volverle a otra ciudad unavez derramada mirra sobre su cabeza y adorna-da sta con cintas de lana.

    Platn, La Repblica

    Homo sum, humani nihil a me alienum puto.

    Protgoras, en boca de PublioTerencio El Africano

    Observaciones preliminaresImitacin de la vida... espejo de costumbres... ima-gen de la verdad... aquello que inicia con problemas y ter-mina en paz...

    EATRALIDADY RITUALIDAD

    EN LA COMEDIAT

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    Un farsante religioso termi-na engaando a toda una fa-milia aristocrtica y est apunto de apoderarse de sufortuna.

    Unas jvenes presuntuosasterminan siendo timadaspor unos criados que se hanhecho pasar por distingui-dos caballeros de la corte.

    Un judo exige la libra de supropia carne al joven que,incapaz de pagarle, habaprometido compensar conello en caso de no cubrir susadeudos.

    Una reina del mundo de lashadas se enamora estpida-mente de un rstico cmi-co, a quien por arte de ma-gia ostenta una aparatosacabeza de asno.

    Un conde procurar gozar dela novia de su fiel criado unanoche antes de las bodas.

    Toda una sociedad decrpita se ahogar en su superficiali-dad y se enfrentarn unos a otros en duelos de maledicen-cias y chismes.

    Un joven hidalgo en su afn de conquistar a jvenes donce-llas inventa una y mil mentiras para atraer su atencin, has-ta que termina siendo vctima de sus embustes.

    Un caballero culto y refinado tomar personajes del teatropopular y los volver exquisita expresin del humor de lascortes europeas.

    Un coro de hombres ebrios en gozoso frenes se untan elrostro con el mosto de la uva recin apisonada y deambulanpor los caminos entonando el Comos od, cantos flicos yburlescos que poco a poco fueron parodiando costumbres yactitudes antisociales.

    La comedia!

    Un vendedor de salchichas termina siendo nombrado go-bernante de la ciudad.

    Un viejo grun que odia a la gente termina pidiendo ayu-da a los que ms odia, quienes por aadidura lo obligan abailar ritmos jocosos.

    Un padre encuentra que siendo rgido en la educacin de suhijo no hallar mejor resultado que el que trata al suyo conpaciencia y benevolencia.

    Un abogado termina siendo timado por su cliente bajo losmismos procedimientos y argucias que aqul utiliza paraganar juicios.

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    Y ciertamente, todo ello y mucho ms, es... la comedia!,una de las expresiones ms vastas y complejas del teatro detodos los tiempos. El drama que presenta ante el espectadorun espejo para mostrarle que vive en sociedad y que no pue-de guiarse de manera exclusiva por sus intereses personaleso privados. La comedia nos muestra, en sus tantos y tantosejemplos desarrollados por autores dramticos de todos lostiempos, las contradicciones humanas y su ridiculez. Don-de hay contradiccin hay comedia y donde hay comediahay vida y donde hay vida estn los seres humanos convi-viendo.

    Un dramaturgo deca Beaumarchais en lugar de re-presentar un carcter vicioso... que lo enfrentara con unsimple grupo de enemigos, debe realizar su plan en tal for-ma que encuentre en l la crtica de todo un conjunto deabusos y malos procederes opresores de la sociedad (cita-do por Boidzhiev-Dzhivelegov, 1957, pp. 94-95). En efec-to, la comedia rebasa con mucho la presentacin de la ri-diculizacin y el castigo a un personaje vicioso; la comediatiene una naturaleza social, expresa y pone en crisis los del-gados hilos que sostienen el equilibrio de las relaciones hu-manas.

    La comedia es una faneroscopa. Es decir, aquello que sea-la Peirce como lo que los signos muestran, revelan, ofrecen.Pero qu es lo que el el canto de relajo popularofrece y manifiesta ante los ojos del espectador transfigura-do en arte teatral?

    De acuerdo con el terico Spang, lo cmico radica en ladisociacin entre realidad y procedimiento, es decir, todaslas desproporciones entre valores, normas, convenciones,formulaciones, etctera y la realidad a la que se refieren(Spang, 1991, pp. 63-64); y eso es precisamente lo que lacomedia como drama revela: las contradicciones entre elobrar del individuo y las normas morales que rigen a suentorno social.

    As tambin la comedia es entonces , es decirmisterios revelados. Pero cuales son esos misterios que serevelan a travs del ? No hay que ir muy lejos, elmisterio que se revela en la comedia es el misterio de la estu-pidez humana en todas sus formas y variantes, y la estupi-dez es a fin de cuentas un despropsito y una disociacinentre la realidad y el procedimiento, entre la conducta y laconvivencia humana y los valores que las rigen.

    La comedia parte de formas rituales y se transforma en for-mas teatrales, pero nunca deja atrs ni sus orgenes ni sustransformaciones.

    Si bien las faloforias prearistofnicas difcilmente las pode-mos hallar en Shakespeare, en Sheridan o en Beaumarchais,podemos encontrar en muchos casos como motor de las ac-ciones teatrales la sexualidad de los personajes. Y sobre todo,el goce supremo de estar vivos, a pesar de nuestras pequee-ces y mezquindades.

    La comedia trasciende tiempos, estilos, corrientes y nos ofreceun nuestros das un caudal inmenso de posibilidades estruc-turales para reflexionar sobre la condicin humana y cues-tionarse en torno de la sobrevalorada importancia personalde determinados tipos humanos. La comedia pone en crisislas relaciones humanas y devuelve al espectador posibilida-des ms sensatas y sencillas de interactuar unos con otros.La comedia es, pues, moral, no slo por el hecho de plan-tear costumbres y relaciones humanas, sino tambin porquereflexiona sobre los lmites de la libertad en el ser.

    En las comedias hay fiesta y goce de la existencia. Y ah pre-cisamente podremos encontrar su constante ritualidad. Me-diante la risa, mediante el humor, conjuramos al mundo, alo que amenaza a nuestra especie, a nuestro conglomeradohumano. Lo similar produce [y convoca a ] lo similar, esuna puesta en crisis de un mundo amenazante, encubiertocon el disfraz de determinado personaje vicioso o antisocial.Por ello la comedia ofrece al espectador la posibilidad deasumir su realidad y reconocer el lugar que ocupa dentro desus circunstancias histricas, sociales o humanas. Un ejem-plo de ello lo representa el personaje del conde de Almaviva,en Las bodas de Fgaro de Beaumarchais, quien no slo en-carna a la tipologa del estpido seor de la casa, sino laestupidez de un rgimen decrpito la aristocracia france-sa prerrevolucionaria que se niega a dejar sus antiguosprivilegios y a ceder su sitio a un nuevo orden social.

    La comedia es expresin sgnica de valores humanos pues-tos en ridculo, lo cual, por su naturaleza convencional, pro-mueve a la risa y a la reflexin. Sin esos signos, sin sus res-pectivas convenciones, es probable que el efecto puedaresultar muy distante al de la risa reflexiva del espectador,como ocurre con extraa ambigedad en obras de teatromoderno como El pato salvaje de Ibsen, El to Vania deChjov; como tambin ocurre en la clsica tragedia de

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    Eurpides Las Bacantes, en la escena en la que el rey Penteose disfraza de mujer para espiar a los coros de Mnades enhonor a Dionisos. Se trata de una situacin en donde elpersonaje es puesto en ridculo por asumir una conductaantisocial, pero por el contexto de enunciacin, y por lascircunstancias, ese acto ms que mover a risa mueve al es-pectador a un profundo sentimiento de terror y compasinpropio de la tragedia y ajeno en definitiva al espritu de lacomedia.

    En la comedia difcilmente nos podremos identificar conlos personajes vicioso o ridculos, pero en cambio con mu-cha facilidad podemos encontrar esas caractersticas, que novemos en nosotros, en los dems. He aqu la parte paradji-ca de la comedia, pues para que lo cmico pueda ser efecti-vo requiere del asentimiento del espectador y la concienciade que lo que ocurre en el escenario es ridculo, pero que enla vida real no lo es, sino todo lo contrario.

    Si el espectador no recibe con claridad los signos de la co-media, as como tampoco tiene conciencia del contexto deenunciacin de la situacin cmica, entonces simple y sen-cillamente la comedia no surte efecto.

    De ah, por ejemplo, la dificultad para traducir situacionescmicas de una cultura o idioma a otro. Ciertos aspectosdel humor de otras culturas manifiestos en chistes y chasca-rrillos terminan por resultarnos no slo poco ingeniosos obobos, sino irreconocibles como expresiones cmicas. Demanera que la comicidad radica en una complicidad im-plcita del espectador con lo que ocurre en escena, dondesu horizonte de expectativa debe correlacionarse con la ri-diculizacin de acciones humanas que se le expongan, des-de la perspectiva de los signos teatrales que se desplieguenen el trabajo actoral.

    Por qu el clero francs del siglo XVII se enfrenta a Molirey le lanza terribles maldiciones por suTartufo? Porque mien-tras las intenciones de Molire eran tan slo las de ridiculi-zar a esos santurrones que se aprovechan de la religiosidadirracional, la Iglesia y sus altos dignatarios se sintieron alu-didos en carne propia. Es decir, para una parte de la pobla-cin parisina en tiempos del Rey Sol la comedia era imposi-ble, pues en vez de la complicidad y autocrtica necesariapara que los motores de la comicidad tengan sentido, losdignatarios eclesisticos se identificaron plenamente con elridculo personaje. Y este, desde luego, no fue el nico caso

    en que Molire encontr diatribas y furibundas condenasen contra de sus muy sanas intenciones de ridiculizar la hi-pocresa de ciertos personajes de su tiempo.1

    Lo cmico remite a situaciones reales, que convencional-mente podramos denominar realistas, pero tambin la co-media est cerca de lo fantstico, de mundos poblados deelfos, stiros, hadas y seres misteriosos, no slo como susti-tucin de la realidad, como ocurre en la farsa, sino comoprolongacin de la condicin humana, pues de cualquiermodo hay algo de fantstico e irreal en ocasiones en el univer-so de relaciones humanas. Por otra parte, la estupidez ejey motor de la accin de la comedia, objeto y sujeto de actantes,ayudantes, coadyuvantes y oponentes no puede ser eva-dida ni en el plano humano o realista, ni en el plano sobre-natural o fantstico. Esto es: la comedia y sus efectos siem-pre estarn presentes en los distintos planos que la mentehumana pueda concebir. Como un gran juego de prodigiosWilliam Shakespeare nos lo muestra en Sueo de una nochede verano2 donde se intersectan tres lneas de accin dram-tica, que son a la vez tres planos de realidad: el ordenmitolgico con las bodas de Teseo y Fedra, el orden fants-tico que representa la historia de Oberon y Titania, reina delas hadas, y las parejas de enamorados junto con la inigualablecompaa de cmicos en quienes recae la interseccin de losdistintos planos, bajo la tnica de la comedia.

    Aproximaciones tericasNo tenemos en la potica aristotlica la parte dedicada a lacomedia, la cual en caso de haberse escrito yace an perdi-da. Pero sabemos que esa ausencia no es grave ni ha signifi-cado una laguna en el desarrollo de las reflexiones en tornoa la comedia en Europa. De cualquier forma el modelo te-rico que se plante en la dramaturgia de Menandro fue losuficientemente poderoso como para generar el conceptode comedia clsica. Y tambin es cierto que en cuanto a lasrelaciones entre Aristteles y la comedia, hay algunos acertosque exponer, ms all de lo que se alcanza a exponer en elArte potica aristotlico. Hacia 1839 se llega a publicar unmanuscrito procedente del pensamiento aristotlico y de supoca denominado Tractatus Coisilinianus,3 que contiene ob-servaciones sobre la naturaleza de la comedia muy similaresen cuanto a conceptos a las vertidas por Aristteles en supotica y que pudiera quizs haber sido la parte o una ver-sin de la potica aristotlica referida a la comedia.4 Por ejem-plo ah se plantean los seis elementos necesarios para el de-sarrollo del drama: trama, carcter, pensamiento, diccin,

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    meloda y espectculo. En cuanto a lo estrictamente concer-niente a la comedia en el tratado se plantean tres tipos dife-rentes de caracteres cmicos: el impostor (pensemos enTartufo de Molire), el que se mofa de s mismo, cuya con-ducta es desaprobada socialmente pero que refleja las debi-lidades de esa misma sociedad (como el caso de Volpone deBen Jonson o ms posteriormente El inspector general deGogol) y el bufn o hazmerrer (puesto de manifiesto porJuan Ruiz de Alarcn en La verdad sospechosa o en Las ale-gres comadres de Windsor de Shakespeare) (vase Cooper,1922).

    Interesantes, y en cierto sentido novedosas, resultan las ob-servaciones sobre el teatro y la comedia en la obra de Platon,puesto que prcticamente propone la no inclusin de lospoetas dramticos en su repblica. Sobre todo en cuanto alos poetas dramticos cmicos que imitan y exponen viciosy conductas inconvenientes. Dice Platn en el libro III deLa Repblica: Nosotros mismos desearamos disponer deun poeta o de un fabulista ms austero y menos agradable,aunque ms til, el cual imitase slo lo conveniente y lo quedicen los hombres de bien de acuerdo con aquellas normasque ya hemos establecido cuando tratbamos la educacinde nuestros soldados (Platn, 1977, p. 709). Y en el libroX comenta que el fenmeno de la risa el recurso bsico yel fin ltimo de la comedia es el ms nocivo pues trastor-na al que re hacindole liberar fuerzas irracionales; acto,segn Platn, que la razn rechaza, pues en lugar de censu-rar situaciones ridculas el espectador se re placenteramente.Incluso va ms all al reflexionar en el sentido de que elactor, ms que el espectador, resulta a la postre ms perver-tido por el acto de hacer rer imitando personajes de bajaestofa (Platn, 1977, pp. 653-654.)

    Actitudes similares de censurar el acto de la representacindramtica, como el caso de la comedia y sus efectos en elespectador, las habremos de encontrar en un nmero con-siderable de casos, tanto en Bizancio como en la alta EdadMedia, como en la Inglaterra anterior a la restauracin y encierta manera tambin en ciertos rasgos de la visin teatralde la Ilustracin dieciochesca, tanto en Francia como en elmundo hispnico (vase, Hubert, 1998, y Boiadziev-Dzhi-velegov, 1957).

    El camino ms conocido, no obstante, desde el punto devista terico, para estudiar, analizar y escribir comedia clsi-ca se ha basado al parecer en la clebre teora de los humores

    de Teofrastro (sanguineo, flemtico, colrico y melancli-co). En ella se establece que una justa proporcin de loshumores constituye la salud, mientras que el exceso o ca-rencia de alguno da por consecuencia la enfermedad; en elcaso de la comedia, las actitudes viciosas y antisociales, comose manifiesta en buena parte de la obra dramtica de Molire(El misntropo, El avaro, y desde luego en El amor mdico yen El enfermo imaginario) (vase Blanco, 1984). Hasta lle-gar a la exposicin de tipos humanos con mayor compleji-dad en la llamada comedia de caracteres (La verdad sospe-chosa de Juan Ruiz de Alarcn), que anticipan aspectos de loque siglos despus vendra a ser el drama psicolgico.

    Hay muchas variantes de comedia, segn el gusto de la po-ca y de las contradicciones sociales. Podemos encontrar enlas clebres farsas medievales francesas, que difcilmente pue-den relacionarse con la tradicin de la comedia occidentalproveniente de la obra menandrea, la estructura bsica delgnero en su intencin de hacer rer ridiculizando situacio-nes humanas, como ocurre muy frecuentemente en el sketchcontemporneo.5 Hay comedias llamadas sentimentales(comedie larmoyante, se le conoce en francs, o tearful comedy,en ingls, de la que hay ejemplos como Pamela de Richar-dson);6 comedias de costumbres (Las preciosas ridculas deMolire puede constituir un ejemplo y que se define clara-mente el modelo en La escuela del escndalo de Sheridan),comedia de caracteres, comedia de enredo o de capa y espa-da, comedia erudita y hasta comedia del arte. Cada unaimplica un acercamiento a la sociedad que la produce y adeterminados aspectos que determinan su sentido cmico yen consecuencia una tcnica particular dramatrgica y depuesta en escena.

    Aspectos de teatralidad y ritualidad en la comediaLa comedia es sus diversas formas proviene de dos fuentes:una vertiente literaria, que es la que se constituye como g-nero en la literatura dramtica, y una vertiente que se expre-sa de manera explcita y espontnea en el arte de la esceni-ficacin. En ambas el eje que las sostiene parece ser siempreel mismo: una forma especfica de teatralidad en donde eltono, el gesto, el movimiento hacen la diferencia entre lacomedia y otras formas y gneros dramticos. Muestra deello es el juego que puede hacer el comediante con un dilo-go o una rplica teatral, dndole un sentido cmico o ridi-culizado de algo que en apariencia desde su simple lecturano lo es. La teatralidad, desde nuestro punto de vista, seconstituye como la expresin escnica de la dramaticidad.

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    cional de las faloforias prearistofnicas o de los versos fes-ceninos en Roma. La teatralidad de la comedia podra con-tener en su forma reminiscencias rituales ancestrales, comopuede observarse en las manifestaciones de carnestolen-das medievales, en donde las imgenes del poder estableci-

    do, como un obispo o rey, sonpuestas en ridculo al menosuna vez al ao.

    Es un hecho que en muchasexperiencias preteatrales o pa-rateatrales la mofa, la bufone-ra, el trastrocamiento del or-den social o la ridiculizacinde determinadas actitudes oconductas humanas formanparte de experiencias ritualesdestinadas a conjurar amena-zas, para regular el orden o in-vocar un orden. Un ejemplode esta forma ritual basada enla ridiculizacin y en la cho-carrera lo podemos encontraren Mxico, como en la famo-sa danza-drama de Los Tecua-nes de origen prehispnico.En ella la cacera de un tigresirve de motivo de mofa de ac-titudes humanas, pero en lacacera y los combates entrelos participantes suele correrla sangre, lo que cumplen unafuncin mgico-religiosa parapropiciar la fertilidad de la tie-rra, de los animales y de los

    seres humanos. Tambin podemos referir la farsa que men-ciona el cronista fray Diego Durn, en donde aparecen per-sonajes que en forma burlesca imitan enfermedades y diver-sos males, justamente con el fin de conjurarlos mediante larisa (vase Durn, 1984, pp. 64-66).

    Hay alguna relacin entre estos elementos de ritualidad yla teatralidad de la comedia? Los indicios que se mencionanpodran abrirnos camino hacia una investigacin ms siste-mtica y acuciosa. Por lo pronto hasta aqu llegan nuestrasaproximaciones, en esta apretada revisin del mundo de lacomedia.

    Sin drama podr haber espectacularidad, pero no teatralidad.La comedia posee, por tanto, en su escenificacin, un textoespectacular que hace que lo que llamamos comicidad sehaga patente ante los ojos del espectador y no slo de mane-ra especfica en el plano estrictamente de literatura dramti-

    ca. Difcilmente, por ello, un buen comediante podr re-presentar un personaje cmico partiendo tan slo de lo quese enuncia en el texto (vase Fischer-Lichte, 1999).

    Una de las constantes que posee la comedia es contener ensu trama aspectos relacionados con la fertilidad o la pro-creacin, o con la pasin amorosa (atracciones entre parejaso jvenes que luchan por consumar su amor a pesar de laoposicin denodada de algn personaje vicioso o antisocial,que suele ser por lo general un hombre de edad madura opadre de alguno de ellos, como el caso de Harpagn en Elavaro de Molire), que quiz pueda ser una derivacin ra-

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    Notas1No dejan de ser profundamente aleccionadoras para el teatro denuestro tiempo estas frases de Jean Baptiste Poquelin, Molire, a pro-psito del arte de la comedia: Segn mi opinin, es mucho msfcil discurrir en frases retumbantes sobre las violentas pasiones, re-belarse en verso contra la suerte, culpar al destino, blasfemar, quepenetrar hondamente en la variada naturaleza humana, y representarde manera divertida los vicios de la sociedad (citado por Boidhiev yDzhivelegov, 1957, p. 167). Ciertamente Molire saba de lo quehablaba.

    2Puede decirse que por su naturaleza estructural, genricamente, estaobra shakespireana, como otras ms, no pertenecen al reino de lacomedia, sino a la tragicomedia, en virtud de que la trama se susten-ta en las acciones que los protagonistas realizan en la bsqueda poralcanzar una meta y los obstculos que se encuentran para lograr sucometido, para finalmente alcanzar una profunda experiencia espiri-tual. Para nuestros fines y los de Shakespeare y otros autores, la pie-dra de toque est en la reflexin en torno de la estupidez humanadesde sus diversas perspectivas. De hecho lo mismo podra decirse delas comedias de Aristfanes, en donde lo fantstico suele llegar amomentos casi delirantes como en Las aves, y aunque para nuestrapreceptiva de gnero sus obras se consituyen como farsas, no dejande ser a final de cuentas otra cosa que .3 Dring, uno de los estudiosos contemporneos de la obra aristotlicams acuciosos, menciona que Algunos eruditos creen que nuestraPotica es el primer libro y que poseemos restos del segundo libro enel llamado Tractatus Coisilinianus, Dring, 1990, pp. 206-207.4Segn la versin de Garca Bacca esto es lo que se plantea en laPotica: La comedia es reproduccin imitativa de hombres viles omalos, y no de los que sean en cualquier especie de maldad, sino enla maldad fea, que es, dentro de la maldad, la parte correspondientea lo ridculo. Y es lo ridculo, una cierta falla y fealdad sin dolor y singrave perjuicio; y sirva de inmediato ejemplo una mscara de rostrofeo y torcido que sin dolor del que la lleva resulta ridcula, Aristteles,2000, p. 137.5La aparicin del bobo (sotte) en estos breves dramas anteceder enalgunos casos a la aparicin del gracioso del teatro clsico espaol,del bufn de la corte en los dramas isabelinos y se constituir enmuchos aspectos en el medio de expresin de la ideologa de las cla-ses populares, en la medida en que el bobo a la postre no resulta sertan bobo, ni mucho menos ingenuo; como bien pudiera observarseen el caso de los zannis de la commedia dellarte.6Allardice Nicoll menciona que precisamente este tipo de comediasun tanto truculentas, muy cercanas a lo que es hoy el melodrama,dieron por consecuencia las ltimas llamaradas de la comedia, conautores como Sheridan, Goldsmith y Beaumarchais. De hecho elingls Goldsmith escrib un ensayo al respecto titulado Essay on theTheatre; or, a comparison between Laughing and Sentimental Comedy,

    vase Nicoll, 1964, pp. 347-348.