Álvaro Alonso Sastre

ALMA BUSCHER SIEDHOFF

Ideas fundamentales

En la información obtenida sobre los trabajos y los diseños de Alma Buscher Siedhoff en lo referente al campo del diseño de juguetes y muebles, comprendemos que su idea va más allá de la de la simple creación de elementos aislados con los que jugar o amueblar una estancia; por el contrario, cada proyecto está profundamente encaminado hacia un propósito final en el que cada elemento forme parte de un todo en el que el niño, al jugar, encuentre un espacio donde sentirse absolutamente libre para desplegar su imaginación.

Sin barreras, sin límites de autoridad, donde la única norma sea la de pasárselo bien y disfrutar con su entorno. En estos preceptos se basa la filosofía de Buscher, mujer muy influida por las corrientes pensadoras de su época, hecho reflejado en sus obras.

"Los niños deben tener un cuarto donde puedan hacer lo que quieran, en el que reinen. Todo lo que hay allí les debe pertenecer, su fantasía lo crea sin ningún impedimento exterior, sin la advertencia "¡Déjalo!". Todo debe ajustarse a ellos, debe estar a su medida, su utilidad práctica no debe impedir sus posibilidades para el juego. Colores claros y alegres para crear un ambiente divertido y placentero. Partiendo de estas premisas diseñé un espacio."

Con esta declaración, el pensamiento de Buscher acompañaba las ideas pedagógicas reformistas que demandaban una educación cuyos pilares fueran la incentivación del potencial creativo y la individualidad de los niños.

Los muebles que creó fueron perfectos ejemplos de esta filosofía, se integraban en la habitación del niño de tal manera que podían ir creciendo a la par que ellos, formados por módulos cuyas composiciones eran casi ilimitadas.

Las sillas se podían transformar en cochecitos y el armario de los juguetes estaba diseñado como una especie de juego, de modo que sus módulos se podían utilizar además de cómo almacenamiento como mesas, sillas, incluso como teatros de guiñol.

Se pensó también en la naturaleza de los niños, propensos a pintar en las paredes, y se dotó a las habitaciones de un zócalo que servía de pizarra para que los niños pudieran expresarse.

Buscher tuvo especial interés en hacer que los materiales de sus trabajos fueran de una alta calidad y adecuados a su uso, primando la resistencia de los mismos como una de sus principales características. El linóleo era un ejemplo de esto, empleado en suelos debido a sus idóneas cualidades para estos fines.

Los colores eran muy importantes, primando el rojo azul y amarillo, colores vivos para incentivar la creatividad de los niños.

Por último se aprecia en numerosos juguetes el objetivo de permitir que sea el usuario el que cree su realidad, al emplear multitud de formas distintas y piezas de diversas dimensiones, existiendo miles de combinaciones, todas a disposición del individuo que juega .

El juguete en cuestión actualiza las ideas y diseños de Buscher; se trata de un sistema de barras y nudos que permiten al niño realizar las formas que más le gusten, creando su propia realidad, construyendo estructuras con muchísimas posibilidades.

El juguete llevaría, como predicaba Buscher, materiales de primera calidad y ajustados a su uso, y el objeto de las telas de colores viene a complementar la idea fundamental de la creación de la estructura, permitiéndole dotar de colorido a la misma, y definiendo huecos,

espacios independientes, etcétera, contribuyendo de esta forma a la idea de que cada niño pudiera poner en práctica aquello que tuviera en la cabeza y desplegara al máximo su imaginación.