Laura fue de compras al supermercado. Ella era usuaria de un centro de tratamiento desde hace tres meses. Se sentía bien ya que llevaba casi dos meses sin beber. Aunque estaba sola, pensó que no existía ningún riesgo si hacía las compras rápido y sin pasar por el pasillo de licores.

Sin embargo, no resistió las ganas de “probarse” y se dio una vuelta por el pasillo de vinos. Una vez allí se le vinieron a la cabeza recuerdos de cuando buscaba alguna botella de alcohol para llevarse a casa. Laura sabía lo fácil que sería coger una botella y pasarla por la caja de supermercado, “la bebería antes de que lleguen mis hijos del colegio”, pensó. Este pensamiento la angustió y se dio cuenta de que se había desencadenado un deseo de consumo.

Rápidamente se alejó del pasillo y sacó de su bolsillo unas tarjetas que había escrito como parte de su terapia. Estas decían: “Estás genial desde que no bebes. ¡Sigue así!”, otra decía: “Mis hijos se ponen contentos cuando llegan a casa y me ven bien y feliz”, la última decía “No necesitas probar nada. Si algo anda mal ¡Vete de ahí!”. Laura dejó el carro del supermercado y salió del lugar.

Regresaría otro día a hacer las compras, pero esta vez lo haría acompañada.

Escribe en una hoja de papel AFIRMACIONES que te ayuden a reforzar la decisión de mantenerte abstinente o que te ayuden a recordar formas de enfrentarte a situaciones de riesgo. Estas afirmaciones deben cumplir los siguientes requisitos:

1. Estar escritas como un comentario dirigido a ti mismo.2. Estar en lenguaje positivo, por ejemplo: “Tienes un buen aspecto

físico ¡Te ves mejor!”3. Ser muy concretas: Es mejor decir “Sin drogas soy capaz de mirar

a los ojos a mi esposa ¡Sigue así!” que decir “no quiero consumir”.4. Aquellas afirmaciones que te ayuden a enfrentar situaciones de

riesgo deben tener un carácter imperativo. Por ejemplo, “¿Ya viste el riesgo? Entonces ¡Actúa!: ¡Vete de aquí!”

TARJETAS FLASH