Suplemento Revista Espanoles Nº62 Julio 2011

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No hayNo hayNo hayNo hayNo hayextensiónextensiónextensiónextensiónextensiónmás grandemás grandemás grandemás grandemás grandeque mique mique mique mique miherida,herida,herida,herida,herida,lloro milloro milloro milloro milloro midesventuradesventuradesventuradesventuradesventuray susy susy susy susy susconjuntosconjuntosconjuntosconjuntosconjuntosy siento másy siento másy siento másy siento másy siento mástu muertetu muertetu muertetu muertetu muerteque mi vida.que mi vida.que mi vida.que mi vida.que mi vida.

De ascendencia humilde, nació en el 18 de octu-bre de 1850 en El Ferrol (La Coruña). Paulino,como le llamaban familiarmente, asiste a la es-cuela desde los seis hasta los nueve años, mo-mento en el que muere su padre, un peón muni-cipal, y se traslada a vivir a Madrid en compañíade su madre y su hermano menor. Los tres hicie-ron el viaje a pie, tirando de un pequeño carro-mato en el que llevan los pocos enseres queposeían.En la capital, la madre tiene que pedir limosna eingresa a los dos hijos en el Hospicio de SanFernando. Allí, el joven Iglesias acaba los estu-dios primarios y elige el curso de tipógrafo comooficio a aprender. Con las propinas que recogecomo repartidor comienza su afición por la lectu-ra y el teatro. Cuando tiene doce años huye delhospicio para trabajar y ayudar a su madre. Ejer-ce su oficio en diferentes imprentas, mejorandopoco a poco su salario.En una de las ocasiones, le echarán por sumar-se a una huelga y de nuevo sufre el paro, lamiseria y la desgracia: su hermano muere detuberculosis.Asiste a clases nocturnas y aprende francés, quele sirve para leer las obras de algunos clásicosde la ciencia política y más adelante, para reali-zar algunas traducciones de los socialistas fran-ceses y entenderse en los congresos internacio-nales en los que participa.Al amparo de las libertades que otorga la Cons-titución de 1869, la sección española de la Aso-

La acción política«No dejen, no, los obreros de conquistar cuan-tas mejoras puedan mediante el empleo de laacción económica, pero no olviden que todamejora general, lo mismo la jornada de ochohoras para todos los oficios, que cualquiera otra,únicamente podrán alcanzarla por la acción po-lítica, por la vía legislativa».

ciación Internacional de Trabajadores (AIT) or-ganiza una serie de conferencias en Madrid y aellas asiste Iglesias y, en 1870, solicita su ingresoen la sección de tipógrafos.Poco tiempo después resultó elegido miembrodel Consejo Federal de Madrid. La aparición de«La Solidaridad», periódico de la Internacional,le proporciona una ocasión para iniciar una in-tensa labor periodística que solo acabará al finalde su vida.Tras la ruptura de los anarquistas con Marx, Igle-sias solicita su ingreso en 1873 en la Asociacióndel Arte de Imprimir y al año siguiente fue elegido

La vida de Pablo IglesiasLa vida de Pablo IglesiasSu infancia

Iglesias periodísta

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Aunque bajoAunque bajoAunque bajoAunque bajoAunque bajola tierra mila tierra mila tierra mila tierra mila tierra miamanteamanteamanteamanteamantecuerpo esté,cuerpo esté,cuerpo esté,cuerpo esté,cuerpo esté,escríbemeescríbemeescríbemeescríbemeescríbemea la tierra,a la tierra,a la tierra,a la tierra,a la tierra,que yo teque yo teque yo teque yo teque yo teescribiré.escribiré.escribiré.escribiré.escribiré.

su presidente. Desde esta nueva plataforma pre-parará durante varios años de labor clandestinala creación del segundo partido obrero de losque se constituirían en el mundo. El 22 de mayode 1879, en un banquete de fraternidad interna-cional celebrado clandestinamente en Madrid,veinticinco personas (con Iglesias al frente) fun-dan el Partido Socialista Obrero Español.En repetidas ocasiones irá a la cárcel por sucada vez mayor activismo político. La primerapor una huelga en 1882 y la última, cuando tienesesenta años. En todas las ocasiones rechazalas peticiones de indulto. También será víctima de

la represión particular de los patrones que le nie-gan el trabajo. Gracias al periódico «El Socialis-ta», que había fundado el 12 de marzo de 1886,y al salario que recibe como impresor, redactor ydirector del mismo, eludirá el hambre en más deuna ocasión.El 12 de agosto de 1888 se acuerda en Barcelo-na la creación de la Unión General de Trabaja-dores, nombre propuesto por Iglesias. Y en elCongreso de 1889 es nombrado presidente desu comité nacional, cargo en el que continuaráhasta su muerte.En 1890, cuando se celebra en Madrid por pri-mera vez la jornada de lucha del Primero deMayo, encabeza una impresionante manifesta-ción y es el encargado de entregar al Gobiernolas reclamaciones de las reformas legislativas,entre ellas la reforma de la jornada laboral a ochohoras.En 1905 fue elegido por primera vez concejal delAyuntamiento de Madrid y en las elecciones dejunio de 1910, gracias a la alianza republicano-socialista a la que se había opuesto Iglesias, fueelegido (con el respaldo de 40.899 votos) primerdiputado socialista que entra en el Parlamentoespañol. Su intensa actividad parlamentaria seva a limitar a los cuatro primeros años, ya que en1914 el empeoramiento de su salud le impediráasistir a la mayoría de las sesiones.La escisión del partido en 1921 (cuando el PSOE,con el apoyo de Iglesias, adopta la línea social-demócrata en contra de la III Internacional) y laconstitución del Partido Comunista Obrero Espa-

Su madre Juana Posse, en cierta ocasión pro-nunciaría estas palabras refiriéndose a él: «En

el fondo, era un rapaz que le costaba mucho

sonreír y más aún reír abiertamente». Es desuponer que su carácter sereno y responsa-ble, sus modos reivindicativos y sus clarastendencias marxistas fueron las consecuen-cias de una infancia de pobreza y esfuerzo.Nacer en El Ferrol de 1850, siendo el segun-do de tres hijos (la primogénita, Elisa, murió alpoco de nacer) de un peón municipal, Pedrode la Iglesia, vivir en la más absoluta humil-dad, quedarse huérfano de padre a los 9años le confiere a uno un carácter lo suficien-

temente definido en la dureza y la valentía.El verano en el que Paulino (como le llamabanen el entorno familiar) tenía 10 años y su herma-no Manuelín 4, su madre decidió malvender susescasas propiedades y encaminarse a Madriddonde supuestamente un tío suyo que trabaja-ba de criado para el Conde de Altamira, lesayudaría a establecerse en la capital.Así que después de pactar con el arriero queel único que podría viajar dentro del carrofuera Manuelín, emprendieron un arduo via-je a píe que duro dos semanas y que, sinembargo, en su biografía recuerda como unmomento de increíble belleza y libertad.

Su ascendencia humilde

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La huelgaLa huelgaLa huelgaLa huelgaLa huelga«No hay que ir a las huelgas desorganizados yciegamente, ni cuando intencionadamente las pro-voque el adversario. Por el contrario, hay que pre-venirse bien, hay que organizarse mucho y saberde antemano los resultados que se pueden al-canzar. Donde no hay organización ni cálculo nilos medios complementarios que necesitan aque-llas para dar buen fruto, se esconde una victoriapatronal, un triunfo de los enemigos del trabajo».

ñol será mortal para la salud del viejo dirigente.En 1923 fue elegido diputado por última vez.Aunque el fundador del socialismo español teníauna escasa formación teórica, su producción in-telectual es cuantiosa y relevante. Desde su pri-mer artículo, «La Guerra», firmado el 5 de di-ciembre de 1870 en «La Solidaridad» hasta elúltimo, «El Proletariado vencerá», aparecido en«La Libertad» el 5 de diciembre de 1925, sepueden cuantificar unas dos mil colaboracionesen numerosos periódicos y revistas de España ydel extranjero. Entre otros, escribió «El progra-ma de nuestro partido», «Discurso», «Las orga-nizaciones de resistencia», «El programa socia-lista», «Comentarios» y «Propaganda socialis-ta». Tras su muerte fueron editados también mu-chos de sus escritos, como «Exhortaciones a lostrabajadores», «Páginas escogidas», «Reformis-mo social y lucha de clases», «El Partido Socia-lista» y las reformas sociales» y «Antología críti-

ca». Este conjunto convierte a Iglesias en uno delos mejores propagandistas, con la palabra y lapluma, del ideario socialista.A su vez, pocos líderes obreros merecieron tantaatención y generaron tanta bibliografía como él.Fue objeto de vehemente defensa y furibundoataque. De cualquier forma, su coherencia ética,su llamada a la regeneración y a la esperanzaconstituyen los rasgos fundamentales de su tra-yectoria vital.El 9 de diciembre de 1925 falleció en Madrid. Enun cajón de su humilde despacho dejó un sobrecon 1.000 pesetas para «El Socialista», al quehabía estado vinculado desde su nacimiento.El homenaje póstumo que se le tributó fue impre-sionante.Con la autorización del Gobierno, más de 150.000ciudadanos acompañaron el féretro al cemente-rio civil de Madrid y desde todas las tribunas se lerindió un unánime y cálido recuerdo.

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El 2 de mayo de 1879 Iglesias, con 28 años,fundaba el Partido Socialista Obrero Españolque presidiría hasta su muerte. La fundacióndel PSOE tuvo lugar en una comida de fraterni-dad organizada en la taberna Casa Labra, enla calle Tetuán de Madrid, a la que asistieron 25personas: 16 tipógrafos, 4 médicos, un doctoren ciencias, dos joyeros, un marmolista y unzapatero.Pablo Iglesias participó también en la constitu-ción de la Federación Tipográfica Española, en1882, de la cual fue también Presidente a partirde 1885. Mientras, el PSOE iba experimentan-do un lento crecimiento -los anarquistas le de-nominaban el «partido microscópico»- y no con-siguió alguna notoriedad hasta 1886. El 12 demarzo de ese año, también de la mano de Igle-sias, sale a la calle el primer número de «ElSocialista». Salvo un corto periodo de tiempo,entre 1913 y 1915, Iglesias quedaría vinculadoal órgano portavoz del PSOE hasta el final desus días trabajando como su impresor, redactory director.

En agosto de 1888, nueve años después defundar el PSOE y tres años después de crear«El Socialista», Pablo Iglesias se convertiría tam-bién en el fundador de la Unión General deTrabajadores, siendo su presidente desde 1889hasta su muerte.Ese mismo año, 1889, Iglesias asistía en repre-sentación del PSOE al Congreso fundacionalde la Segunda Internacional, acudiendo poste-riormente a cuantos se celebraron hasta 1910.1890 también es un año importante en la bio-grafía del fundador del PSOE. Es el año en quese celebró por primera vez en España la jorna-da de lucha del Primero de Mayo. Iglesias en-cabezó una impresionante manifestación enMadrid y fue el encargado de entregar al Go-bierno las reclamaciones de las reformas legis-lativas, entre ellas la reducción de la jornadalaboral a ocho horas y la prohibición de em-plear niños en el trabajo. Por otro lado, en su IICongreso, celebrado en 1890, el PSOE se de-cidía a participar en elecciones y fue así comoen 1905 Pablo Iglesias, junto a los también so-

Fundación del PSOETaberna Casa Labra.

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Los proletarios«Los proletarios no deben ser nunca sumisosni esclavos del capitalismo, sino rebelarse siem-pre contra él; pero en su rebeldía deben ajus-tarse en todo momento a los dictados de la ra-zón, no inspirados en el capricho o en la incons-ciencia. Así serán fuertes y temibles y conse-guirán, sin experimentar retrocesos, poner fina la explotación que hoy sufren»

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cialistas Largo Caballero y García Ormaechea,salieron elegidos concejales de Madrid. Igle-sias ejerció como concejal de Madrid hasta 1910y entre 1914 y 1917. En ese espacio de tiempose produciría, en 1908, la inauguración de laCasa del Pueblo de Madrid en un antiguo pala-cio ducal en la calle Piamonte, lo que se convir-tió en un acontecimiento de gran importanciapara el PSOE. Al año siguiente, 1909, PabloIglesias fue detenido como consecuencia de larepresión por la Semana Trágica de Barcelo-na. A lo largo de su vida, el fundador del PSOEsufrió varios encarcelamientos, pero en todaslas ocasiones rechazó la posibilidad de pedirindulto.Uno de los capítulos más gratos en la vida deIglesias, por el contrario, se produciría en laselecciones de junio de 1910, cuando gracias ala alianza republicano-socialista el fundador delPSOE salió elegido con el respaldo de 40.899votos como el primer diputado socialista queentraba en el Parlamento español. Saldría re-elegido en cuantas elecciones se celebraronposteriormente (1914, 1916, 1918, 1919, 1920y 1923), aunque su delicado estado de salud leimpediría asistir a muchas sesiones parlamen-tarias en los últimos años.También a consecuencia del agravamiento desus enfermedades dejó de participar activamen-te en la vida organizativa de las entidades so-cialistas -desde 1916 parcialmente y a partir de1919, cuando contrae una grave pulmonía, to-

Largo Caballero.

talmente- aunque sin dejar su labor de propa-gandista a través de su pluma -escribiendo car-tas y artículos- y sin dejar de ser en todo mo-mento un referente ético y moral para los socia-listas españoles. Su salud se resintió muy espe-cialmente a raíz de la escisión en el seno delPSOE, en 1921, cuando Iglesias se opuso alingreso en la III Internacional fundada por Le-nin y los disconformes con esta decisión aban-donaron el PSOE y fundaron el Partido Comu-nista Obrero Español, antecesor del PCE.Pocos líderes obreros han merecido a lo largode la historia tanta atención y han generadotanta bibliografía como Pablo Iglesias. A lo largode su vida, su figura estuvo sometida a la pa-sión de los detractores y de los partidarios que,con frecuencia, le elevaron a la categoría demito.Con este telón de fondo, Pablo Iglesias fallecióen Madrid el 9 de diciembre de 1925. Se habíaterminado la confección de «El Socialista « e ibaa dar comienzo la tirada cuando el viejo amigode Iglesias, Matías Gómez Latorre -coincidieronen algunas de las primeras ejecutivas del PSOE-llegó a la redacción de la revista con la fatalnoticia. Iglesias pensó en «El Socialista» hastalos últimos instantes de su vida ya que en uncajón de su humilde despacho, en su casa de lamadrileña calle Ferraz, dejó un sobre con 1.000pesetas y una nota destinando ese dinero, frutode sus colaboraciones en la prensa, a «El So-cialista».

Pablo Iglesias.

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El capitalismo«La miseria social, el envilecimiento intelectualy la dependencia política de la clase asalariada,según afirma nuestro programa, no tienen másorigen que la sujeción económica de los obre-ros a la clase capitalista. Querer buscar en otraparte la causa y la explicación de los males delos desheredados es apartarse del camino dela verdad».

Los aniversarios son una excelente ocasión pararecuperar memoria. Y tal vez sea la falta de memo-ria, rayana en la amnesia, uno de los rasgos de laEspaña que desde 1978 estamos construyendo.Mala cosa; porque las sociedades se nutren tam-bién de sus tradiciones, su cultura, susnarraciones....su historia. Por eso aprovechar losaniversarios -por fuerza frecuentes en un viejopaís como el nuestro- para hacer ejercicios dememoria, puede ayudar a construir mejor la Es-paña del futuro. En este caso, además, el aniver-sario no es el de un personaje oscuro que transi-tara por las orillas de nuestra historia y que ape-nas dejó huella. Es el 150 aniversario del naci-miento de Pablo Iglesias, el fundador del socialis-mo español y una de las personalidades más de-cisivas de la España del siglo XX. Bien merece,pues, aprovechar el acontecimiento para rescatarsu recuerdo, su pensamiento y su trayectoria. Tales el marco de esta edición de las Obras Comple-tas que acomete la Fundación Pablo Iglesias.A los volúmenes dedicados a los escritos, artícu-

Pablo Iglesias enel aniversario de un fundador

los e intervenciones parlamentarias, se añadenahora estos dedicados a la correspondencia dePablo Iglesias. Esta no podría falta en unas obrascompletas, pues atender la correspondencia fueuna de las actividades a las que dedicó más tiem-po. Al final de la jornada, tras cumplir con susobligaciones parlamentarias o visitar las más ale-jadas agrupaciones socialistas, enfermo en mu-chas ocasiones, extenuado por los viajes y losmítines, Pablo Iglesias se encerraba hasta lastres o las cuatro de la madrugada para contestarlas cartas recibidas o escribir a algún correligio-nario. Se ha calculado en 43.800 las cartas escri-tas de su puño y letra. No está aquí toda la co-rrespondencia, claro está, pues mucha se haperdido en medio de la atormentada y cruel his-toria de la España del siglo XX. Pero las 404cartas que aquí se incluyen son una excelentemuestra de lo que debió suponer de esfuerzopara Pablo Iglesias y de orientación y alientopara una organización que estaba naciendo enun medio un tanto hostil.

Felipe González

(Presentación de los volúmenes 5 y 6 -Correspondencia (1888-1925)-

de la colección Obras Completas de Pablo Iglesias)

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De los cincuenta y dos destinatarios de estas car-tas, una parte relevante de los mismos son loslíderes del movimiento socialista internacional. Ahíestán, en una emocionante cercanía, el «estima-do maestro» o «ciudadano Federico Engels» -que le pide que, por favor, le siga tuteando- oJules Guesde, Paul Lafargue, Karl Kausky, W.Liebknecht o Albert Thomas. El lector de estascartas podrá leer, entre otros interesantes docu-mentos, los informes que Pablo Iglesias remite aEngels que, a veces, terminan con unos «cariño-sos recuerdos a Aveling, la hija de Marx»; o lascartas a Liebknecht para recordar a este el com-promiso de enviarle el texto y la música de laInternacional; o la petición de un permiso a KarlKaustsky para que Oscar Pérez Solís, «ese capi-tán de artillería de Valladolid» pueda traducir alcastellano el Chemin au Pouvoir. Es así como losgrandes líderes de la Internacional se asoman, através de estas cartas, a la vida no sólo de PabloIglesias sino del socialismo español.P ero la correspondencia más sustanciosa es laque mantuvo con los líderes obreros. Son cartashacia el interior del Partido; cartas para animar alos que flaquean, alentar a los militantes perse-guidos, pedir informes sobre la marcha de la or-ganización, poner sobre aviso frente a las tenta-ciones del poderoso anarquismo, sugerir sus-cripciones para EL SOCIALISTA o llamar la aten-ción a ciertos correligionarios. Las cartas nosmuestran esa atmósfera, a veces un tanto ensi-mismada, del socialismo español; pero al mismotiempo ponen de manifiesto el talante pedagógicode este educador de muchedumbres que quiereuna organización seria, dispuesta a basar suestrategia en los datos de la realidad: «no sóloquiero saber las mejoras alcanzadas por los obre-ros -escribe el 26 de junio de 1903- sino lo queles ha costado obtenerlas, el tiempo que las dis-frutan y los individuos a quienes alcanzan. Enuna palabra, la mayor suma de datos». Datos dela realidad española y respeto a los compañeroses lo que se necesitaba: «creo, como tú, que hayque educar bien a los del monte para lo cual noha de hablárseles apenas de sentimiento y símucho, todo cuanto permita su estado mental, ala razón». Sólo así, con rigor, con educación yseriedad, huyendo de aventurerismos - «sólopor cosas gordas debemos exponernos a per-der la libertad»- se podría construir ese granpartido que, cuando llegara el momento, pudierahacer realidad su propio proyecto de liberacióneconómica, social y política para España.

A veces, se ha acusado a Pablo Iglesias de ha-cer del PSOE un partido huraño y al que el mitode la revolución final le impedía centrarse en lasolución de los problemas estrictamente naciona-les. Y, sin embargo, a sus cartas se asoma todauna época rebosante de acontecimientos trans-cendentales: desde los primeros momentos de laRestauración hasta la Dictadura de Primo de Ri-vera, pasando por el llamado «Desastre del 98»,la Conjunción Republicano Socialista, las aven-turas africanas, la Gran Guerra o la huelga gene-ral revolucionaria. Y aquí, en la intimidad de lascartas, que habían de leerse con cierta emociónreligiosa en cada Casa del Pueblo, el fundadordel Partido Socialista iba interpretando para suscompañeros los grandes acontecimientos de lahistoria de España y marcando la línea a seguir.Les explicaba, por ejemplo, cuán grande seríapara España la pérdida de Cuba; pero les expo-nía también que si a «los hijos de Cuba» les pa-recía insuficiente la autonomía y reclamaban laindependencia «perdiéramos o no perdiéramos,no teníamos derecho a obligarles a vivir de unmodo que no les agradaba». Otras veces poníaen guardia sobre la falta de fundamento de lasilusiones que había despertado Canalejas, «esefalso radical» sin escrúpulos a la hora de alcan-zar el poder y sometido a la tutela del Ejército. Enocasiones tenía que defender, frente a las críticas,la estrategia de la Conjunción Republicano So-cialista que si no hubiera existido «nosotros nohabríamos obtenido dos victorias» en las últimaselecciones. Explicaba a Besteiro hasta qué puntola Gran Guerra repercutiría en la política nacionalespañola y se lamentaba de la miopía de la Co-rona y de sus consejeros que habían dejadopasar la oportunidad que supuso la huelga ge-neral revolucionaria de 1917 de regenerar elsistema de la Restauración: «Ya habéis visto -escribe a Besteiro, Largo, Saborit y Anguianopresos en el penal de Cartagena- la solución dela crisis. Arriba no quieren ir a unas Cortes Cons-tituyentes, y mi opinión es que si se fuera a ellasse votaba a la Monarquía. Para que unas CortesConstituyentes traigan la República es necesarioque convoque aquellas un Gobierno revolucio-nario. Las Cortes, cualesquiera que fueran quetraiga un Gobierno bajo el actual régimen, noderribarán a este. La corona o quienes la acon-sejan no ha tenido talento en esta ocasión -casinunca lo han demostrado». Las cartas, escritasposiblemente a altas horas de la madrugada, queenviaba para orientar a los todavía escasos co-

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Las desigualdades sociales«Raya en lo absurdo ver a una porción de seresandar desnudos, carecer de albergue y morirde hambre, cuando hay casas inhabitadas, ro-pas y calzado que deteriora el tiempo, no el uso,géneros alimenticios de todas clases que sepudren y pierden por no haber sido entregadosal consumo en el momento necesario».

Pablo Iglesias evoca muchas cosas en la ima-ginación de los socialistas. Evoca la rebeldía

Evocación de Pablo Iglesias

primordial del socialismo. Hay un Pablo Igle-sias adolescente, erguido ante la injusticia y

rreligionarios, ponen de manifiesto el interés y elcompromiso con los problemas de España.Hay un tercer destinatario de las cartas: los inte-lectuales que comenzaron a acercarse al PartidoSocialista. Las cartas también obligan a matizar elcliché de un partido socialista obrerista, hosco yreticente ante los intelectuales. Basta con leer lacorrespondencia cruzada con Dorado Monteroo Miguel de Unamuno. Al primero le escribía el24 de mayo de 1894 para animarle a ingresaren el Partido Socialista: «Celebro muchísimo que

el Socialismo tenga en usted un buen soldado.

Ahora, le dice, no falta más que, sino que imitan-

do a Ulibarri y Vera y otros, entre usted a formar

parte de la organización socialista». Y pocosmeses más tarde -en diciembre- daba la bienve-nida a Miguel de Unamuno con un «Estimado

correligionario... Excuso decirle que su ingreso

en el Partido Socialista me ha causado un ver-

dadero placer como lo experimentaré siempre

que vea venir a las filas emancipadoras hom-

bres del campo intelectual». Tal vez llevará ra-zón Ortega y Gasset cuando afirmó años mástarde que el problema de España no estaba tantoen el pueblo como en sus elites.Pero mejor que sea el propio lector el que seadentre en estos centenares de cartas y hagaese ejercicio de memoria que nos debe permitirrecuperar parte de nuestra historia; posiblemen-te la parte más noble, más ambiciosa y moderna;la más generosa e integradora. Y tal vez al termi-nar la última carta de estas 404 que aquí se trans-criben, el lector quiera recordar conmigo los ver-sos de Goethe: Dichoso aquel que recuerda con

agrado a sus antepasados; Que gustosamente

habla de sus acciones y de su grandeza; Y que

serenamente se alegra viéndose al final de tan

hermosa fila.

José Luis Rodríguez Zapatero

Texto tomado del catálogo de la Exposición sobre Pablo Iglesias organizada por la

Fundación Pablo Iglesias, PSOE y UGT. Noviembre 2000.

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la brutalidad del encargado contra un com-pañero. Un Pablo Iglesias solo en su rebel-día, que vuelve a casa de su madre despedi-do del trabajo, sin saber qué comerán al díasiguiente. Es el Pablo Iglesias que nos habitacuando la gente de nuestro entorno trata dedesanimarnos de nuestro empeño, cuandose nos hacen prudentes llamadas al pragma-tismo, a la cordura. Es el Pablo Iglesias en-carcelado, el Pablo Iglesias que no pide cle-mencia cuando lucha, que convierte su sufri-miento en vergüenza para quienes lo provo-can y para los neutrales.Hay un Pablo Iglesias que estudia, que lee alos teóricos del socialismo, el Pablo Iglesiasque devora libros y periódicos, que se carteacon Engels, que participa en debates en losateneos, al lado y en frente de intelectualesprestigiosos. Es el Pablo Iglesias de la idea,del proyecto diríamos ahora. Un líder que creeen el poder de la palabra, de la razón. Es eldirector y el alma de El Socialista, el pedago-go, un hombre volcado en el conocimientocomo esperanza, como instrumento de eman-cipación de los oprimidos. Es el Pablo Igle-sias que organiza y pone en marcha centrosde formación de diverso tipo.Cómo no, está el héroe esencial de la organi-zación obrera, el líder orgánico, el hombrede partido y sindicato. Pablo Iglesias es elPSOE y la UGT, pero antes de eso es laAsociación del Arte de Imprimir, es la convic-ción de que este es un trabajo de muchos, demuchos y organizados. Todo es soportablecuando uno no está solo, cuando los días decárcel y de persecución son el precio que sepaga por un proyecto colectivo y no por unaaventura individual. Es el líder que escribecartas constantemente, que pregunta y tratade estar informado de todo lo relevante que

pasa en la organización, que se preocupapor la situación de sus miembros, por los pro-gresos organizativos.Hay un Pablo Iglesias paciente, sereno, quesabe construir a largo plazo, que no se dejaengañar por el fácil oportunismo. Un sólidoPablo Iglesias de los principios y de la ac-ción, que se resiste a dejarse llevar por mo-das políticas exitosas y que se aplica en elcamino recto de los valores del socialismo.Es posible imaginarlo, resistiendo sin desma-yo la herida de su propia lucidez, mantenien-do sus posiciones y aceptando el desgarrode la organización antes que la destrucciónde los principios que le dan sentido.Está el Pablo Iglesias de las instituciones, elparlamentario, el concejal, el hombre que re-presenta ante los poderosos los intereses delos débiles, de los oprimidos y que lo haceacrecentando su dignidad y la de su causa.Un político al que se le niega la condición depolítico, al que sus enemigos tratan de ningu-near en términos de hoy. Un político, que porel contrario, se impone como una evidenciaimposible de obviar.El rebelde, el estudioso, el organizador, elhombre de honor, el mártir, el líder orgánico ysocial, el propagandista. Todas esas cosas, ymuchas otras, nos evoca Pablo Iglesias. Ylos días tranquilos, cuando no hay nadie enFerraz, uno podría sentir su benévola pre-sencia en la que fue su casa, esa mezcla defirmeza y ternura que buscaron en él los quelo conocieron y que nosotros sólo podemosimaginar. Por eso, cuando vemos el enormebusto de piedra mutilado a la entrada de lasede federal, da la sensación de que estáhecho a escala real, de que él era así. Perono, era como nosotros, un hombre, y por esoprecisamente nos parece un gigante.

Antonio Machado recuerda todavía en 1938, con emoción, elmomento en que oyó por primera vez a Pablo Iglesias: “Hacia

1889, en Madrid, probablemente un domingo (¿un primero de

Mayo?), acaso en los jardines del Buen Retiro (…) De lo único

que puedo responder es de la emoción que en mi alma iban

despertando las palabras encendidas de Pablo Iglesias. Al es-

cucharle, hacía yo la única honda reflexión que sobre la oratoria

puede hacer un niño: “Parece que es verdad lo que ese hombre

dice”. La voz de Pablo Iglesias tenía para mí el timbre inconfun-

dible –e indefinible– de la verdad humana”.

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12/ Julio de 2011

Libertades y derechos«Aun restringidos por los que tienen poder bas-tante para burlar la ley, nosotros reclamamoslas libertades y los derechos individuales por-que sabemos que mediante ellos hemos de mo-vernos más desembarazadamente que hoy ytrabajar con mayor resultado por el progresode las ideas socialistas».

Las discrepancias internas es el momento enque, en el año 1912, Pablo Iglesias por acuer-do del Congreso deja de ser Director de El

Socialista. Hay un periodo de tres años, de1912 a 1915, en que Pablo Iglesias por unacuerdo del Congreso de 1912, que plan-tean Antonio García Quejido y otros.La proposición se disfraza un poco, en el sen-tido de que hay que liberar a Pablo Iglesiasde una de sus tareas, porque es diputado –con 60 años y una salud muy delicada- Pre-sidente del Comité Nacional del PSOE y Pre-sidente de la UGT, y se plantea que deje ladirección de El Socialista.Pablo Iglesias lo ve como una intriga y ensus cartas lo dice claramente, como en unade 1912 dirigida a Enrique de Francisco. «Laprincipal cuestión ha estado en que se votósin discutir la incompatibilidad del cargo dePresidente del Comité Nacional con el de Di-rector del periódico. Si se hubiera discutido,seguramente no se hubiera votado la incom-patibilidad. En esa solución ha tomado unabuena parte quien juzgabas en una carta unaesperanza del partido».En este caso, creo que es Prieto, porque enotra carta, Pablo Iglesias alude a que «en elasunto del periódico han contribuido como elque más Prieto y Facundo [Perezagua]». Laproposición del Congreso se aprueba, senombra Director del periódico a García Que-jido, éste lo que propone es un Comité deRedacción, que incluye a personas que eneste momento no son del partido, como es el

caso de Morato, es decir, la discrepancia vie-ne por ahí.El Comité Nacional rechaza al Comité de Re-dacción, porque hay personas que no sondel partido, con lo cual García Quejido dimitey, finalmente, acaba siendo elegidoDirector del periódico Mariano García Cor-tés, que había sido el segundo candidato enla votación. En estos años, el periódico estádirigido por García Cortés en 1913 y 1914, ypor Eduardo Torralba Beci en 1914 y 1915.En esta época, quizá por un alejamiento delDirector de El Socialista respecto a Iglesias,éste colabora más en periódicos republica-nos que en El Socialista, y sobre todo enVida Socialista donde hace una sección se-manal, pero, por ejemplo, en el periódicoEspaña Nueva, que es de Rodrigo Soriano,hay muchísimos artículos de Iglesias, mien-tras en El Socialista son muy raros.La información de España Nueva sobre losCongresos es más completa que la de El So-

cialista. Se han visto reproducciones de losCongresos de 1912 y 1915 que son bastantemás completas que las que publica El Socia-

lista. En España Nueva había periodistas queeran del partido en esa época, como ÁlvarezAngulo, López Baeza y otros. También losdetractores de la Conjunción republicano-so-cialista acusan a Pablo Iglesias de que hadejado y ha perdido el interés por El Socialis-

ta, cuando lo más fácil es que desde la direc-ción del periódico no querían que colaboraramucho.

Discrepanciasinternas

Page 13: Suplemento Revista Espanoles Nº62 Julio 2011

Julio de 2011 /13

La vida llevó a Pablo Iglesias de la infancia en

un hospicio a ser una de las figuras más des-

tacadas del movimiento obrero. Fundador del

Partido Socialista Obrero Español y de la Unión

General de Trabajadores; impulsor de «El So-

cialista»; primer diputado socialista que entró

en el Parlamento español.

Siendo, como fue, un autodidacta que se pagó

sus clases nocturnas tras largas jornadas de

trabajo como aprendiz de tipógrafo, Iglesias

dejó tras de sí una obra humana y política de

imposible emulación. Antonio Machado, sien-

do niño, conoció a Iglesias hablando en un

mitin.

El escritor recordaría aquel encuentro, muchos

años después, asegurando que «la voz de

Pablo Iglesias tenía para mí el timbre inconfun-

dible de la verdad humana».

El fundador del PSOE también conmovió a Or-

tega y Gasset. En un artículo publicado el 13

de mayo de 1910 en «El Imparcial», el filósofo

catalogaba a Iglesias de «santo», aunque «ejer-

citado» en una «nueva santidad, la santidad

enérgica, activa, constructora, política, a que

ha cedido el paso la antigua santidad quietista,

contemplativa». «Parece un hombre -añadía

Ortega y Gasset- traspasado íntegramente por

una idea. Pablo Iglesias es todo socialismo (...)

es una magnífica incitación al respeto, porque

es la transustación de la idea socialista».

«Pablo Iglesias es todo socialismo»

Page 14: Suplemento Revista Espanoles Nº62 Julio 2011

14/ Julio de 2011

La primera Fundación nace en 1926, un año

después de la muerte de Pablo Iglesias, por

iniciativa de un grupo de albañiles organizado

en el sindicato «El Trabajo», y abrió sus puer-

tas en el número 31 de la calle Trafalgar, en

Madrid. La guerra civil española y la subsi-

guiente dictadura truncan el proyecto pero, una

vez restaurada la democracia en España, el

PSOE recupera la idea de crear una Funda-

ción. Al objetivo original de apoyar la formación

política y cultural, añade el de la custodia del

fondo bibliográfico y documental referido al pen-

samiento socialista y al movimiento obrero.

En su etapa actual, la Fundación fue inaugura-

da el 15 de octubre de 1977, en un acto al que

asistieron los principales líderes del socialismo

europeo de aquel momento: Willy Brandt, Bru-

no Kreisky y Olof Palme.

La Fundación Pablo Iglesias es una institución

cultural cuyos fines primordiales son favorecer

la investigación y la difusión del pensamiento

socialista, y recuperar y reunir documentación

histórica y actual del socialismo español. Más

allá de esto, promueve la cooperación con los

agentes políticos, económicos, sociales y cultu-

rales tanto de España como de otros países,

con el objetivo de promocionar y apoyar los

valores y la cultura de la democracia, así como

la defensa de los derechos humanos.

La labor de la Fundación se articula en torno a

dos vectores. Por una parte, desarrolla activi-

dades dirigidas al público general, como son

los debates, las mesas redondas y los semina-

rios sobre política, sociología, economía o histo-

ria. La expresión mas visible de esta línea de

actuación son las exposiciones: a la vez que

ofrecen al público la oportunidad de acceder al

interesante fondo documental de la Fundación,

contribuyen a la necesaria labor de reconstruir

la memoria de la historia reciente de España y

engarzar así pasado y presente.

Por otra parte, la Fundación Pablo Iglesias ofre-

ce a intelectuales, políticos y expertos un foro

para la discusión de los aspectos técnicos y

particulares a sus distintos ámbitos de investiga-

ción o actuación. Encuentros, jornadas, semi-

narios y cursos de formación específicos sirven

para desarrollar ideas, esbozar perspectivas y

explorar estrategias y sus posibilidades de apli-

cación. Una parte de estas actividades se desa-

rrolla, también, en cooperación con institucio-

nes sociales y políticas de otros países y en el

marco de los programas de cooperación inter-

nacional del Estado. Con todo ello, la Funda-

ción Pablo Iglesias contribuye a la creación de

vínculos fuertes y efectivos entre distintos líde-

res políticos, intelectuales y organizaciones.

Política y honradez«Por mucho que valgan las ideas, no puedenprosperar en el grado que deben si sus soste-nedores, y principalmente los que ocupan lasprimeras filas, no son enteros, serios y mora-les. No sólo hacen adeptos los partidos con susdoctrinas, sino con los buenos ejemplos y larecta conducta de sus hombres».

Los comienzosde la FundaciónPablo Iglesias

Presidente de la Fundación, Alfonso Guerra.

Dirección de la página web:

www.fpabloiglesias.es

Page 15: Suplemento Revista Espanoles Nº62 Julio 2011

Julio de 2011 /15

Emilio Barral hizo en 1935 una estatua a Pablo

Iglesias, fundador del PSOE. Se colocó un 1

de Mayo de 1936 en el paseo de Camoens,

en el Parque del Oeste de Madrid, aportando

también el pintor Luis Quintanilla unas pinturas

sobre su vida. Meses después estalló la Gue-

rra Civil Española y posteriormente la ocupa-

ción de Madrid por las tropas de Franco.

Para hacer una valla de separación entre el

Retiro y la calle Menéndez Pelayo hacen ex-

plotar el monumento con dinamita pero la ca-

beza queda intacta, probablemente porque era

maciza, de un material incluso más duro que el

granito. Un jardinero falangista, conocido como

El Navajero, agarra un mazo y le rompe la

nariz a la figura, pero mientras intenta destruír-

la otros delineantes le aconsejan que lo intente

con otras piezas, probablemente más fáciles.

La otra razón, además de la facilidad de la

piedra, es que uno de los delineantes que se

lo ordenó era socialista. Esa misma noche de-

ciden ir al Retiro, y en los Jardines de Cecilio

Gutiérrez deciden enterrar la cabeza con la

intención de que cuando llegase la democra-

cia de nuevo a España fuese restaurada. Mar-

can la posición con la cruz roja de San Andrés

en un mapa y consiguen hacérselo llegar a

Gabriel Pradal, un diputado socialista huído a

Francia.

Gabriel Pradal consigue guardar el mapa pese

a vivir en un campo de concentración en la

playa de Argèles-sur-Mer, en Francia. Pasan

los años ,llega la democracia a España y Pra-

dal le entrega el plano a Alfonso Guerra, que

en el año 79 consigue el permiso del alcalde

provisional de Madrid para ir al Retiro e inten-

tar encontrar la cabeza, a 5 metros de un edi-

ficio y a 11 de un seto.

Costó encontrarla, porque los setos habían sido

movidos de sitio, pero la encontraron. Ante la

duda de si restaurar los mazazos en la nariz o

no Alfonso Guerra optó por dejarla intacta, pues

al fin y al cabo era una señal más de la historia

en España.

La cabeza se expone desde entonces en la

sede del PSOE en la Calle Ferraz de Madrid.

La historia del bustode Pablo Iglesias

Page 16: Suplemento Revista Espanoles Nº62 Julio 2011

16/ Julio de 2011

Julio de 2011Número 7

QUIEÑ, es unapublicación de Españoles

Investigación Periodística:Gustavo Topolanski Algorta

Editado por Divilor S.A.

Próximonúmero

ManuelFragaIribarne

Tras la muerte de

Franco desempeñó

un papel importante

en la época de la

transición a la demo-

cracia. En el primer

gobierno de la Mo-

narquía, presidido

por Arias Navarro,

Fraga ocupó la

esencial cartera de

Gobernación, que

conllevaba una vi-

cepresidencia del

Gobierno (1975-76).

“Represento, como todos sabéis, puede decirse que a una clase, y si no auna clase, a la parte más consciente y avanzada. La causa es muy grande;el representante muy pequeño. Yo soy un producto del taller, y como talproducto del taller habré de conducirme aquí; no tengo conocimientosespeciales, no tengo apenas instrucción, pero sí conozco lo suficiente, porciencia propia, para los debates que aquí puedan plantearse; sé lo que sonlos asilos, sé lo que es la cárcel; sé lo que es la autoridad gubernativa; sé loque es la autoridad judicial; sé lo que son casi todos los organismos quefuncionan en la vida del Estado”.

Intervención de Pablo Iglesias en las Cortes.

Libro de Sesiones de las Cortes de 1910

«… Nuestra acción noscreará enemigos.No me importa.Merecer el odio de los queenvenenan al pueblo, delos que le roban, de losque le toman como cosaexplotable, será para no-sotros una honra.»

Pablo Iglesias