Buenos Aires, miércoles 10 de abril de 2013 / Nº 38

FARMACOSSu mala utilización hace crecer innecesariamente un 8% el gasto sanitario

en la Argentina.

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Si los costos de la salud crecen más que los salarios, quiere decir que los gastos de las obras sociales aumentan más que sus ingresos. Esto pondrá en jaque las prestaciones.

Salvar losrecursos

Al menos 4 millones de latinoamericanos mueren por año por hipertensión arterial. Esto no solo provoca el inevitable padecimiento de las familias, sino que también eleva ampliamente los presupuestos de sanidad.

Alimentaciónsana es la clave La inundación que afecta

a amplios sectores de la población argentina fue el detonante para una actividad gremial que se puso al frente de las necesidades de nuestros compatriotas. Una vez más el movimiento obrero fue ejemplo.

Solidaridadtras la lluvia

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UN SISTEMAAL QUE HAY QUE

CUIDARA pesar de que en nuestro país algunos critican su accionar, el mundo admira su funcionamiento, su forma

de incluir a todos por igual y su capacidad de contención social y sanitaria. El sistema solidario de salud, conformado por los mismos empleados, es la seguridad social argentina en su máxima expresión.

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EDITORIALPor José Luis RABOY

Desde hace ya varios años, el sistema de salud que brindan las obras sociales está siendo jaqueado por distintos problemas. El aumento de los costos, por ejemplo, es muy superior al aumen-to de los salarios.

Recordemos que las obras sociales se nutren económicamente solo del 9% de los salarios. No hay ningún aporte del Estado nacional para pagar la salud de los trabajadores. Si los costos de la salud crecen más que los salarios, signi-fica que los gastos de la obra social aumentan más que sus ingresos. Y esto, aquí y en la China, termina mal.

Pero no solo aumentan los gastos por inflación. Todos los años se incorporan

al menú de las obras sociales nuevos tratamientos costosísimos. Y todos estos servicios se financian solamente con el aporte del 9% del salario de los trabajadores.

A estos aumentos de costos, se agrega que el Estado nacional retiene sin justificación fondos de las obras sociales por montos que, según información no oficial, ya llegan a los 20.000 millones de pesos. Es dinero que los trabajadores y los empleadores han depositado para ser entregado a las obras sociales pero que finalmente no han recibido.

Como resultado de lo antedicho, las obras sociales entran en déficit. En

muchos casos se puede hacer frente a los pagos a los prestadores de salud con millonarias sumas de dinero que les aportan los sindicatos.

Aunque parezca extraño, los sindica-tos son los que salvan a las obras socia-les. No hay que olvidar también una denuncia que nosotros estamos hacien-do desde hace tiempo en cuanto a que las obras sociales están obligadas a aceptar como afiliados a los trabajado-res monotributistas y al personal domés-tico, que aportan solo 90 y 60 pesos por mes respectivamente para atender su salud, cuando el costo por cada persona hoy no baja de los 300 pesos mensua-les. Como vemos, son muchos factores

los que influyen para que la salud de los trabajadores y sus familias esté en peligro.

La desgracia de la inundación ha tocado fuerte en las familias involucra-das, pero también en el resto de los argentinos. Las palabras de la Presiden-ta llamando a todos a unirnos para afrontar la situación invitan a que traba-jemos juntos en todas las áreas. Esto debe incluir al sistema de salud, espe-cialmente en cuanto a que las obras sociales, que atienden la salud de más de 20 millones de argentinos, puedan recibir los recursos que necesitan para poder seguir brindando las buenas prestaciones de salud.

Salvar a la gallina de los huevos de oro

A una semana de los trágicos hechos en la Ciudad de Buenos Aires y en la capital de la provincia de Buenos Aires, está de más destacar los hechos solidarios movilizados por

diferentes organizaciones que nos pusieron nuevamente a todos los argentinos en esa postura de compro-miso con el prójimo que tanto nos destaca frente al mundo.

Hemos recuperado también la confianza que, en otros tiempos, habíamos perdido en materia de saber adónde y cómo van a llegar las donaciones que les entregamos a esas

mismas organizaciones. Pero esta vez también se han sumado los trabajado-res y su vocación solidaria para ayudar a quien lo necesite.

Muchas representaciones gremiales han organizado campañas de recolec-ción de bienes necesarios para ayudar; otros han puesto sus instalaciones y sus recursos humanos para ayudar a los temas de logística y distribución.

Hay ejemplos notables que ponen de manifiesto el compromiso social de los trabajadores por sobre todas las cosas. Uno de esos tantos ejemplos es el de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) que, en medio de un conflicto gremial entre la provincia de Buenos Aires y los maestros represen-tados en esa organización, ha dejado todo de lado para ponerse al servicio de la misma provincia y ayudar a esos inundados.

La sede platense de la CTA el último fin de semana se llenó con donaciones unas seis veces y fueron vaciados inmediatamente con camio-nes de logística, puestos por el gremio para llegar a los lugares de ayuda. Esto demuestra el compromiso de los beneficiarios y maestros que, a pesar

de no estar conformes con sus salarios, están al pie de la colabora-ción social.

Algo similar pasó con los bancarios que han organizado una red solidaria en todo el país para obtener, desde sus mismos beneficiarios, ayuda a los que la necesitan. Otros gremios han puestos sus unidades asistenciales de emergencia para atender temas médicos, otras obras sociales han abierto sus puertas para todo aquel afectado que necesite atención y contención sanitaria al mismo nivel que lo que obtienen los trabajadores que componen esas obras sociales.

Muchos dirigentes gremiales y presidentes de obras sociales han estado al servicio de las acciones de colaboración con todo lo que cada gremio pudiera aportar. Lo cierto es que a veces se critica el accionar de muchas organizaciones que desde su militancia o su compromiso social se ponen a trabajar antes que mirar sus diferencias logrando, ante todo, que los hermanos argentinos que necesitan una ayuda tengan en tiempo y forma esa acción solidaria que es tan característi-ca de los argentinos en su conjunto.

Las obras sociales continúan preocu-padas por los malos hábitos de sus bene-ficiarios. La Fundación Salud 2000 ha elaborado un informe sobre adherencia terapéutica en que pone de manifiesto la "necesidad de avanzar en el uso racional de los medicamentos". El documento tiene como objetivo sensibilizar a los profesionales sanitarios y a los ciudada-nos de la importancia de una buena adherencia terapéutica y promover estra-tegias para ello".

Según José Manuel Ribera Casado,

presidente del Observatorio para la Adherencia Terapéutica (OAT), entre las razones que apoyan la necesidad de una correcta adherencia, "las que más peso adquieren son la mejora en térmi-nos de salud y de calidad de vida para el paciente".

En este sentido, un estudio de la consul-tora IMS Health destaca que el mal uso de los fármacos provoca aproximadamente un 8% del gasto sanitario en el mundo y, de esa cifra, el 57% corresponde a proble-mas derivados de la falta de adherencia.

TRABAJADORES ORGANIZADOS DE TODO EL PAIS, MOVILIZADOS Y SOLIDARIOS

COMPROMISO. El movimiento obrero mostró sensibilidad y eficiencia.

UN PROBLEMA PARA LA SALUD Y LA SEGURIDAD SOCIAL

El mal uso de los fármacos supone un 8% del gasto sanitario

ASISTENCIA TRAS LA INUNDACION

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EL MODELO DE LA MEDICINAADMINISTRADA POR TRABAJADORES

Buenos Aires, miércoles 10 de abril de 2013 / Nº 38

Un importante referente gremial ecuatoriano, en un encuentro internacional de temas del trabajo, dedicó varios minutos de su discurso a destacar el funcionamiento de la salud argentina administrada por los propios trabajadores. A este dirigente le despertaba grato interés el fácil acceso a los servicios, la eficiencia y la rapidez con que un empleado de la Argentina está cubierto y contenido sanitariamente.

Hoy en países desarrolla-dos de Europa, cuando un trabajador requiere una cirugía programada, logra, con mucha suerte, un turno en seis u ocho meses. En países desarrollados como los Estados Unidos la salud específica para los trabajado-res tiene siempre coberturas parciales y, cuanto más costo-sos sean los tratamientos o la prestaciones, más compensa-ciones económicas y pagos extras tendrá que realizar ese trabajador de su bolsillo.

En Chile la cobertura de salud es pública para quien no puede o privada para quien paga cada prestación. Solamente los casos de

accidentes laborales son contenidos parcialmente por algunas mutuales laborales. Pero en ninguno de de estos países, los trabajadores pueden descansar tranquilos por sentirse contenidos ante cualquier inconveniente de salud: siempre deben pensar en tener un dinero guardado por cualquier inconveniente.

Todos sabemos a nivel mundial cuál es el gran negocio de la salud. Existen grandes empresas que crean sanatorios o centros de atención que cobran prestigio por la aplicación de la más moderna tecnología e infraestructura. Pero por detrás de esas instituciones médicas hay toda una búsqueda para que un indivi-duo tenga la atención en salud necesaria a un costo muy alto que debe afrontar con recursos personales.

Sin embargo aquí en Argentina el sistema solida-rio de salud administrado por los mismos trabajadores ha logrado tener el mismo nivel prestacional de excelencia de la mejor salud del mundo, sin que esto sea un negocio. Aquí en Argentina conviven

perfectamente todos los sistemas y todos conocemos y utilizamos cada uno de ellos.

La salud pública pensada para los que no tienen recursos económicos es muy buena y se diferencia claramente de la existente en otras partes del mundo. Este sistema, cuando fue adminis-trado por el Estado en tiempos de crisis nacional, ha tenido que atender a muchos argentinos que habían queda-do fuera del sistema laboral y por consecuencia sin cober-tura de seguridad social, por lo tanto creció la demanda, los recursos y la calidad prestacional de muchos hospitales públicos que hoy también atienden a muchas obras sociales en lugares del interior y además cubren los servicios de prestaciones privadas por ser los únicos centros asistenciales comple-

tos de muchas regiones del interior profundo argentino.

Por otro lado están los sistemas privados de salud, con sus prepagas que, por medio de una cuota mensual, ofrecen determinadas cober-turas médicas sin sobresaltos.

Aquí la competencia con la tercera pata -que es el sistema solidario de salud de los trabajadores- es grande, ya que la actividad privada invierte mucho dinero en clínicas o sanatorios de alto nivel, con mucha tecnología aplicada y con el diferencial de su buena hotelería en salud. Este ítem es un capta-dor de preferencias que los argentinos buscan a la hora

de elegir salud, fundamental-mente, en maternidades o en la medicina estética.

La Argentina tiene muy buenos servicios de salud privada en relación al resto de Latinoamérica. Quizás pueda encontrarse entre los tres primeros lugares a nivel tecnológico, estructural y de calidad de prestación, ya que a nivel profesional sin dudas, nuestro país está entre los más destacados en todo el mundo.

Pero más de la mitad de los argentinos tiene contención en salud por el sistema solidario a través de las obras sociales. Éstas, presentadas en diferentes composiciones sectoriales, atienden a más de 20 millones de personas. Trabajadores y familiares a cargo, jubilados, profesiona-les, personal de fuerzas armadas, trabajadores de los

gobiernos provinciales y universitarios. Todos, en sus diferentes entidades, administradas en muchos casos por los mismos benefi-ciarios de este sistema.

Gracias a un concepto político inclusivo que nace

ya en la primera presidencia de Juan Domingo Perón y que fuera custodiada como su principal logro por las representaciones gremiales argentinas, hoy nuestros trabajadores tienen una cobertura sanitaria única en su tipo en todo el mundo. Allí gozan de servicios con un programa médico obliga-torio muy amplio, con acceso gratuito a muchas prestacio-nes que en otras partes del mundo hay que pagar, incluso si uno es socio de un sistema de medicina privada.

En caso de la odontología, que en nuestro sistema tiene cobertura completa, no está contemplado en ninguna otra parte del mundo. Aquí la prestación de servicio de las obras sociales compiten de igual a igual con la medi-cina privada en todos sus aspectos, incluso muchas obras sociales tiene en sus cartillas convenios con las mismas clínicas y sanato-rios que pertenecen a la salud privada.

Esto, que para el mundo laboral, en un verdadero ejemplo a imitar, pero con muchas dificultades en otros países, aquí en Argen-tina es el gran logro de los trabajadores.

La satisfacción de tener un sistema que nos contiene ante cualquier necesidad, que nos da la prestación sin importar el costo.

UNICO. El sistema argentino es admirado en el mundo.

ANCHORENA. Un sanatorio de lujo administrado por el Personal Civil de la Nación.

Un trabajador español no tiene cober-tura de salud bucal, pero sí tiene un acceso más económico para este servicio. Pero para acceder a un tratamiento de conducto deberá esperar unos tres meses por un turno de atención o pagar 143 euros para una atención más rápida en forma privada. En Polonia existe un sistema similar al nuestro para los trabajadores donde ellos aportan una cuota para eventuales necesidades. Pero el nivel prestacional de este sistema está por debajo de la salud pública, es muy pobre en recursos tecnológicos y la sociedad tiene a la cobertura de medicina laboral polaca como algo en la que “de última, hay que caer”.

En Inglaterra si un trabajador necesita

ser operado de cataratas, tendrá cober-tura económica por tan solo uno de ellos. Por el otro ojo deberá pagar de su bolsillo, siendo un sistema bueno pero con compensaciones económicas en casi todas las prestaciones.

ALGUNOS EJEMPLOS EN EL MUNDO

Los trabajadores que administran sus propios sistemas de salud en Argentina han logrado tener centros de prestacio-nes propios en forma federal. Tienen clínicas y sanatorio de alto nivel presta-cional con tecnología de punta. Algunos ejemplos lo podemos ver con la Unión de Personal Civil de la Nación, que tiene una demanda de sus servi-cios por parte de otras personas que la eligen en forma privada para sus

prestaciones médicas y el uso de sus centros entre los que está el Sanatorio Anchorena en la ciudad de Buenos Aires. Algo similar pasa con la obra social de los empleados de comercio, que tiene centros propios y clínicas de muy alto nivel prestacional que son la preferencia no solo de sus beneficia-rios, sino también de otras personas que quieren acceder a estos servicios en forma privada.

UN CASO ARGENTINO

Un sistema quecada aportantedebería valorar ycuidar más.

ESPAÑA. La salud está en crisis.

Y SEGURIDAD SOCIAL

DATOS UTILES

Obra Social de Relojeros, Joyeros y A�nes de la ArgentinaTel: 0800-333-3420Web: www.osrja.org.ar

Obra Social del Personal de JabonerosTel: 011-4383-2983Web: www.osjaboneros.com.ar

Obra Social de la Ciudad de Buenos AiresTel: 0800-333-6722Web: www.obsba.org.ar

Obra Social de la Unión Obrera Metalúrgica de la República ArgentinaTel: 0800-122-3675Web: www.forjarsalud.com Obra Social del Personal de la Industria del Calzado de la República ArgentinaTel: 011-4981-1164/1180/0956Web: www.ospical.org.ar

Obra Social de Agentes de Lotería y A�nes de la República ArgentinaTel: 0810-222-9810Web: www.aleara.com.ar Obra Social del Personal de TelecomunicacionesTel: 0800-999-6241Web: www.foetra.org.ar Obra Social del Personal del Papel, Cartón y QuímicosTel: 0800-222-2727Web: www.ospapel.org.ar Obra Social de Peones de Taxis de la Capital FederalTel: 011-4920-7000 / 7099Web: www.ospetax.org.ar Obra Social del Personal Rural y Estibadores de la República ArgentinaTel: 011-4312-2500 / 0800-777-8725Web: www.osprera.org.ar

Para conocer y tener en cuenta a la hora de requerir el servicio médico de cada gremio

La psicología en el sistema solidario de saludLos argentinos somos una

sociedad con un alto nivel de utilización de profesionales de la psicología, como en ningún otro país de la región.

Algunos han encontrado en esta atención terapéutica una salida importante a distintas problemáticas. Otros tienen a estas prácticas profesionales como hábito y costumbre que no siempre son prescriptas por la junta de admisión de los gabine-tes psicológicos. Aquí es donde se marca la diferencia de la necesidad de un profesional por un tema puntual o la consulta al psicólogo porque “voy hace tiempo y me hace bien”.

Las obras sociales tienen cobertura de servicios de psicolo-gía en todo el espectro y amplitud que requiere la salud mental. Pero para canalizar la necesidad puntual, el beneficiario de un servicio social tendrá que pasar por una junta de admisión que

evalúa la necesidad y propone el tratamiento o no de un paciente para psicología.

No es posible acudir a un profe-sional a través de la obra social sin que esta haga un diagnóstico. A veces prejuzgamos el sistema porque pretendemos llegar al profesional por autodiagnóstico o por necesidades que no siempre serán evacuadas por un psicólo-go.

Como en casi todas las especia-lidades los niños tienen una mayor amplitud de cobertura al igual que aquellos que han pasado por un accidente laboral y requieren atención especializada. El servicio de psicología está dentro del programa médico obligatorio al servicio de todos los beneficiarios de la seguridad social, solo que debe tener el correspondiente seguimiento profesional y adecuarse a lo que indica la junta de admisión en sus ingresos y sus altas.

Para una correcta atención es necesario que el beneficiario no actúe por autodiagnóstico.

A pesar del esfuerzo que requirieron las distintas tareas de donaciones por la crisis de los inundados, varias obras sociales realizaron sus campa-ñas de prevención entre sus beneficiarios al celebrarse el Día Mundial de la Salud. Una de las más destacadas fue la lanzada para bajar los riesgos de muerte por hipertensión arterial.

En Latinoamérica se produ-cen más de cuatro millones de muertes anuales por hiperten-sión arterial. De estas, aproxi-madamente la mitad se produ-ce por ataques cardíacos y cerebrales, según datos de la

OMS. Además, la hipertensión -también conocida como tensión arterial alta- aumenta el riesgo de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. La hiperten-sión no controlada puede causar también ceguera, irregularidades del ritmo cardia-co y fallo cardiaco. El riesgo de que se presenten esas compli-caciones es mayor si se dan otros factores de riesgo cardio-vascular como la diabetes, advierten los expertos.

Además de que la sociedad sufre por esto, las obras socia-les se ven muy afectadas en sus costos por la falta de

prevención de sus beneficia-rios. Por eso su personal médico trabaja incansablemen-te para hacer tomar conciencia entre los trabajadores acerca de llevar una dieta sana y unos hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de este problema.

En algunos países en desarrollo, la prevención y el tratamiento de la hipertensión, y de otros factores de riesgo cardiovascular, han hecho que disminuyan las muertes por cardiopatías. Por eso, los expertos de la OMS, recomien-dan disminuir la ingesta de sal, llevar una dieta equilibrada,

evitar el uso nocivo de alcohol, realizar ejercicio con regulari-dad, mantener un peso saluda-ble y evitar el consumo de tabaco.

Los riesgos de no poder llevar una vida sana

SERVICIOS

Cada obra social cuenta con un plan maternoinfantil, por el que

desde que la mujer queda emba-razada recibe de forma gratuita todos los cuidados necesarios y medicamentos y puede elegir el lugar de internación, entre las opciones contratadas. Además, el bebé también tendrá todos los controles, estudios y medica-mentos que sean necesarios hasta el primer año, para garanti-zar su calidad de vida.

Para ser incorporada en el plan maternoinfantil, se debe tener en cuenta que lo primordial es que el beneficiario consulte con su obra social, donde le indicarán los pasos a seguir. Desde enton-ces podrá acceder a todos los beneficios y tendrá la máxima contención.

Madre e hijo son prioridadCon el objetivo de brindarles

más contención a los trabajado-res, muchos gremios tienen la posibilidad de que los afiliados obtengan préstamos personales, que están a tasas que son fijadas por la autoridad nacional compe-tente. Para quienes necesitan una mayor suma de dinero, los sindicatos también desarrollaron

convenios con bancos. Para acceder a este servicio, en

general se necesita ser mayor de edad y tener el carnet de pertenencia al sindicato. Entre los requisitos también hay que disponer de los últimos recibos de sueldo y contar con una antigüedad laboral de por lo menos tres meses.

El acceso a un préstamo

INDISPENSABLE. La admisión profesional es el único camino.

OBRAS SOCIALES ADVIERTEN SOBRE HIPERTENSION ARTERIAL