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FONENDO. La opinión de los médicos jubilados2

SUMARIO

3 CartaabiertaalosMédicosHonoríficos Vocalía de Médicos Jubilados4 Así somos Dr. Emilio Velázquez6 Carta al Dr. Barnard Dr. Pedro Ochoa Reinares8 HistoriasRealesII:“Parecementira” Dr. Félix de Rivas12 De Anatomía Dr. Fernando Salceda14 50 AÑOS Dr. Emilio Velázquez16 Salud Mental y Prisión Dr. J.M. Sobrón19 El Día en que dí un abrazo a un guardia civil Dr. Lucio Portillo23 Cuando John Smith llegó a La Rioja Dr. J. Íñigo Barrera26 HABLADURÍAS Dr. Emilio Velázquez27 Galería de imágenes

REVISTA de la Vocalía de Médicos Jubilados del

COMLR

Coordinador:Dr. Emilio Velázquez

EDICIÓN PRIVADA delCOMLR

Nº 19Septiembre-2014

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La opinión de los médicos jubilados. FONENDO 3

Estimados compañeros: Manuel, Emilio,Honorio y Miguel, Médicos Honoríficosdel 2014.

No sé si cuando os llamaron para comunicaros que este año 2014, eraisnombrados Médicos Honoríficos, os tu-vieron que explicar que esta era una dis-tinción que concede, no el Colegio deMédicos aunque se entrega en su seno,sino la Organización Médica Colegial de España.Nosésiostuvieronqueexplicarque se conceden por el hecho de haber alcanzadolos70añosoanteuncasodeenfermedad por incapacidad permanen-te,llevandocolegiados25años.

No sé si os habían comentado que enuntiempopasadonoselesdabanin-gunarelevancia,queeraunactoanodino,quepasabadesapercibidoe, incluso, losgalardonados,noacudíanarecibirsudi-ploma.

Cuando llegamos a la Vocalía de Jubilados consideramos que eso debería cambiar y que el acto de la proclamación de Médicos Honoríficos debería tenertodo el esplendor y empaque que se me-rece. Creo que lo hemos conseguido y que es uno de nuestros logros de lo que esta-mos muy orgullosos. Porque hoy el acto es brillante, elmédicoHonorífico acude

CARTA ABIERTA A LOS

MÉDICOS HONORÍFICOS

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ilusionadoy feliz,acompañadodesu fa-milia,esposa,hijosynietos,quecontem-plan, con satisfacción, el cariño conquese les acoge con todo el público asistente.

Porque no sé si os habéis puesto a pensarloqueestadistinciónsupone:mu-chosañoscolegiado,loqueimplicaduroeilusionantetrabajo,envuestrocasoenurgenciasomédicodefamilia,traumato-logía u oftalmología, desempeñado con

pundonor yeficaciapor loque tanto laOMC, como el Colegio deMédicos y laVocalía de Médicos Jubilados os quere-mos decir que estamos orgullosos de vosotros y que no solo queremos felici-taros,sinofelicitarnosanosotrosporqueseáis unos de los nuestros. Felicidades. Un fuerte abrazo. La Vocalía de Médicos Jubilados.

Como algunos recordaréis, en el primernúmero de Fonendo allá por junio del 2009 publicábamos un artículo, titulado“El censo” en el que se especificaba lacomposicióndelcolectivodemédicosju-bilados de La Rioja.

Hoy,cincoañosmástarde,creemosque ha llegado el momento de actualizar aquellosdatosy,pensamos,quetalvez,se tenga que hacer con más frecuencia. Para teneruna referencia, losdatosquevamos a manejar son los que correspon-deránaldía31dediciembredeesteañodel 2014. También, consideramos a lospueblos adyacentes a la capital como Vi-llamediana, Lardero, Alberite, etc. como

elpropioLogroño. Siyodijeraqueelcolectivodemé-dicos jubilados representamos el 13% de lacolegiación,talvezhabríaalguienquenomecreería.Perosiademásafirmoqueen5añoselnúmerodejubiladoshacre-cido un 60% pues también es posible que me digan que exagero. Peroosinvitoahacernúmeros,en2009 éramos 116 jubilados y ahora somos 185,esdecir,69más,conunacolegiacióntotal que se acerca a 1400. Pero estos porcentajes se quedan muy reducidos si se comparan con otros, por ejemplo, elnúmero de mujeres jubiladas ha crecido un 109% dado que en 2009 eran 11 y ac-tualmente son 23. Y lo mismo podríamos

Así SomosDr. Emilio Velázquez

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decir de aquellos que tras su jubilación conservan su consulta privada, que hanpasado en estos años que comparamosde 12 a 27 que son los que actualmen-temantienenconsulta.Sepuedesacarlaconclusión de que hay un deseo o un in-terés del médico a seguir trabajando tras la jubilación Pues es muy posible que esto sea cierto. O bien que si se hiciese una encuesta nos encontraríamos que hay un número importante de médicos que de-searían que la jubilación fuese más tarde delos65años.

Hemos conjugado otros datos como el de la edad. Actualmente hay 31 médicosjubiladosdemásde80años.Sicontamos los que hay entre 70 y 80 nos encontramos con 61 mientras que más numerosos son aquellos cuya edad se en-cuentra entre 65 y 70 años. Esto quieredecir que la proporción de médicos jubi-lados se ha incrementado de una forma importantelosúltimosaños.Losquefal-tan,queson13,sonmenoresde65añosy están jubilados por enfermedad. EnuntiempotrabajaronenLaRio-ja y se marcharon a otra comunidad autó-nomaoquedespuésdelajubilaciónfija-ronsuresidenciafueradeLaRioja,peroen ambos casos siguieron colegiados en nuestrocolegio,son,pues,médicosjubi-lados colegiados en La Rioja pero con re-sidenciafueradeella,son18.Lamayoríade los médicos jubilados vivimos en Lo-groñooensuentorno,perohay15queviven en distintas localidades de La Rio-ja,enlascabecerasdecomarca.Laúnicacabecera de comarca en la que no reside ningún médico jubilado es Arnedo. Quie-ro hacer mención a un par de curiosida-

des. Una que un total de 9 compañerosnacieron fuera de España; en Argentina,Italia,Ecuador,Marruecos,Perú,Jordania,Paraguay y Alemania.

Otra,quehayuntotalde12pare-jas,24médicosjubiladosqueestáncons-tituidosenmatrimonio. Haytambiénunhecho,quenopo-demoscontrolar,sabemosquehaymédi-cos jubilados de otros colegios que tras su jubilación han fijado su residencia en LaRioja. Nos gustaría que se integrasen en nuestrocolectivo.

Finalmente, quiero hacermenciónaungrupodemédicosjubilados,distintospor la actividad que han desarrollado, yquesonlosmédicosdentistas.Estegrupocon el tiempo desaparecerá, pues comoya sabéis actualmente no es preciso ser médicoparaserdentista.

Estos son todos los datos que he tratado de exponer para conocernos me-jorymequedoconlaimportanciaquetie-ne que seamos el 13% de la colegiación total.

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“GRACIAS POR HABERME HECHO SENTIR DE NUEVO EL ORGULLO

DE SER MÉDICO”

Profesor Chris Barnard:

Desde el feliz día des su primera operación de trasplante cardia-co bulle en mi mente el deseo de hablar con Ud., tengo que contarle muchas cosas, muchas, casi todas. Después de su segundo intento, be-llo y dramático intento de interponerse a la muerte, no quiero resistir por más tiempo. Le hablo desde aquí, desde mi tierra y mi circunstancia, desde mi realidad y desde mis posibilidades, desde la condición de humilde cirujano que alguna vez ha sentido en sus manos el volver a la vida, a la biología, el corazón parado de un hombre. Por eso, se lo aseguro, he compartido su emoción, sus dudas, su miedo, su angustia, su ser o no ser, su alegría, su ensimismamiento, su triunfo. Y es por esto tam-bién por lo que quiero decirle gracias, escuetamente gracias, antes de confesarle mi pecado de envidia, antes de decirle que siento envidia de muchas cosas de su mundo, de su entorno, de casi todo lo suyo. Gracias por haber renovado y revitalizado mi fe en el hombre como eje y esencia de la Medicina.

Carta al Dr. Barnard Por: Pedro Ochoa Reinares

Enladécadadelos60delsiglopasado,unmédicoriojano,deEncisoconcretamente,afincadoenMadrid,elDr. Pedro Ochoa Reinares, es-cribióeneldiarioABCelartículoqueacontinuaciónreproducimosyque le acarreó algunos problemas.

Reproducimosesteartículoahora,casi50añosdespuésdesupublicación por varios motivos; porqueme parece un emocionadocantoalamedicinayqueesintemporalyque,yoespero,queemo-cioneaalgunodenuestros compañeroscomomeemocionaamíytambién porque quiero que sirva de recuerdo y homenaje a un gran médico y excelente amigo prematuramente desaparecido.

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Gracias por haberme hecho sentir de nue-vo, y le prometo que para siempre, el orgullo de ser Médico. Gracias por haberme ratificado que medios más hombres es igual a éxito. A iguales o menores medios, el éxito está en dependencia directa de la calidad de los hom-bres. Gracias por pregonar a gritos de victoria que un hospital es lo que sean sus hombres y no lo que sean sus paredes. Gracias, en fin, por haberme hecho el gran bien de envidiarlo, de sentir en lo más hondo de mi alma: Envidia de la fe que un médico puede inspi-rar a su paciente. Envidia de lo que Ud. ha oído a la familia de los donantes y a todo su pueblo. Profesor Barnard, ¡si Ud. Supiera lo que tengo yo que oír! Envidia de sus horas de trabajo por y para la Cirugía. Envidia de sus horas de estudio, de paseo, de sol, de campo y de luz. Envidia de que además de…. haya tenido tiempo de ser un buen profesor de esquí acuático para su hija. Envidia de que todos sus pacientes sepan su nombre y lo bus-quen por su nombre. Profesor Burnard, qué triste es estar solo des-pués de…. y sin que nadie nos llame.

Pero no importa. Adelante. Hay dificultades. Tendré críticas y critiquillas. Todo se superará. Dios tiene que estar con Ud.; solo Él ha podido consentir su maravilloso prodigio técnico. Dios tiene que estar en su quirófano. Ud. Habrá rezado. Estoy seguro. Mientras tanto aquí y desde aquí, perdón. Es que, ¿sabe Ud.?, tengo que pensar en muchas cosas, estoy esperando y pensando en: elección libre, Universidad, especialidades, sanatorio, residencia hospital, clínica, sueldo fijo, pluriempleo, jóvenes, rurales, per cápi-ta, acto médico, representatividad, oposición, particular, dicotomía, “full-time”, economía, iguala…

No, por Dios, no se asuste, no estoy loco. Enhorabuena, y a seguir cada uno con lo nuestro: Ud. con sus trasplantes, nosotros con nuestras cosas.

Prof. Chris Barnard

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Dr. Félix de Rivas

HISTORIAS REALES II

PARECE MENTIRA

Pormi oficio de celador, durantemás de 20 años, he trabajado enunaclínicaprivadadeBurgos;mehatocadoveryoírmuchascosas,unaspreciosas y otras muy desagrada-bles.Loscontinuoscambiosdetur-nos, especialmenteeldenochede10delanochea8delamañana,nosdejanloscuerposrotos.Enlanoche,esta uno muy solo. Somos el médi-codeguardia,unaenfermerayunaauxiliar por plata, y un celador. Devez en cuando tenemos problemas serios.Porcierto,mellamoJuan. Durantecasidosaños,de for-ma intermitente (según los turnos detrabajo),hetenidoqueatender,lomejorquehepodido,aunaSra.(Julia) ingresada en la segunda plan-ta. Ayudaba a levantarla, sentarla,acostarla,traerelaspirador,llevarlaaRX,etc.

LapobreSra.,teníaunatrom-bosis cerebral grave. El médico de guardia laviotanmal,queledijoalaenfer-mera que avisara al cura. Cuando vino el sacerdote, a darle la extre-

ma-Unción(ahorasellamalauncióndelosenfermos),nohabíanadiedelafamilia,eran las2de lamañana.Normalmente por las tardes estaba elmarido,unahermanaporlasma-ñanas,denochelacuidabaunaau-xiliar de clínica. Esa noche estábamos el cura y yo solos. Nunca había visto yo la un-ciónde losenfermos.El sacerdote,hablaba a la enferma como si la oye-ra.Ledioconlosoleos,entodaslaspartesdelcuerpo:Losojos,lafren-te,laboca,lasmanos,lospies.Ter-minó, rezandounasoracionesmuybonitasyalfinalrezamosjuntos“ElSeñor mío Jesucristo” y un “PadreNuestro”. Amime faltómuy pocopara que me salieran unas lagrimi-tas.

Muchas veces estuvo a punto demorir.Juliaestuvotantotiempo,que todos los empleados de la clíni-ca la conocíamos y queríamosTodoslosdías,laveía,unneu-rólogo.Alcabodeunmes,todaslasvenas de los brazos y pies estaban destrozadas por los goteos; al pro-bar la tolerancia a líquidos y dieta

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pastosa,tuvounaneumoníaporas-piración.

CreoquefueporNavidad,hubounagranmovidaenlahabitación;seoyeron muchos gritos. Al día siguien-te,yoestabadetarde;mellamalaenfermera para que subiera el aspi-radordequirófanoa lahabitación,acababa de tener un gran vómito de sangre, lo pasamos muy mal paraintentar que no tuviera otra nueva neumonía por aspiración.

Cuandovolvíaldíasiguiente,había muchas novedades. Por la mañanaelcirujanoconelanestesis-ta,lehabíancolocadouncatéterenelcuello.Losmédicos,comentabanla posibilidad de que la causa de la granhemorragia,fuera lagranten-sión familiar del día anterior. Le pu-sieron 3 bolsas de sangre muy rápi-dolaprimera,lasdemásmuylentas.Luego muchos goteos.

Alos3días,labajarondenuevoal quirófano. El anestesista, empe-zópordormirla, lepusounasondamuy fina en la traquea. Posterior-

menteelmédicodeaparatodigesti-vo(nosotroslellamamoseltubero),lehizounaendoscopiadigestiva;seencontró una ulcera gástrica que es-taba sangrando. Con una aguja es-pecial,lepinchódentrodelaulceravariasveces,hastaquedejódesan-grar.Luegolepusoporlanariz,unasondadealimentación,que ladejófijadaa35cm. Siguiendo un protocolo, ledaba agua muy fría en pequeñascantidades. Los primeros días, porla sondametíacadavez cosasmásvariadas (batidos, helados, papillasclaritas, ponches); poco a poco ladieta era mucho más variada. Al mes, estaba yo presente,cambió la sonda, era un pocomásgruesa. Yo tenía curiosidad y le pre-gunté porqué la distancia era exac-tamente 35 cm. Me contestó que según la altura de la persona el paso del esófago al estómago suele estar a esa altura. Si se mete en el estó-mago,haypeligrodeúlcerasdede-cúbito. Poco a poco iba mejorando. Inclusive estaba gordita. Decían los médicos y enfermeras que su estado era estable. Era la comidilla de toda la clínica. Parece ser que la asegura-doraquepagabalaestancia,estabapidiendo informes al médico para in-tentar llevarla al domicilio. Vinieron variosmédicosmás,areconocerlayhacer informes. No se exactamente quepaso,elcasoesquelaenfermano se fue a su casa.

Todoelpersonaldeenfermería,

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estaban seguros de que Julia, aun-queseguíaencoma,oía.Sobretodohabíaunaenfermera,queeramuymaja,comentabaquecuandolecu-raba el culo y le daba vueltas de un lado para otro, no sabe como, ellasentía ¡gracias!;por lovisto, lono-tabaen la respiración, en gruñidosdediferentestonos,enelparpadeo.

Yonoloseexplicar,peroeraalgodistinto;unasvecesalsentarlaenelsofáybiensujetaconlasalmohadas,sequedabaperfecta,otrasvecesseme escurría por todos los lados. Siempre le daban la comida másfuertealmediodía,sentadaenelsofá.Porlasnoches,lohacíanenla cama casi sentada.

Pasan los meses y notábamos que la familia y amigos, cada vezveníanmenos.Soloelmarido,esta-baporlastardessentadoasulado,acariciándolaybesándole lamano,era muy calladito y bastante mayor. Pasaron casi dos años. Cuan-do podía me gustaba ir a verla. Me habíaencariñadoconella. Lachicaque la cuidaba por las noches era

primademimujer, se llamabaRa-quel, siempre charlábamosun rati-to.Unanoche,estábamosRaquelyyo sentados dándole la espalda a la enferma. Oigo una voz que me lla-ma:” ¡Juan ¡Buenas noches ¡” Nos damos la vuelta y era Julia que me llamaba. Raquel y yo nos quedamos temblando. “Raquel y Juan, os doy las gracias por lo bien que me habéis cuidado”. Nos pusimos los dos a llorar como tontos. Me fui corriendo a buscar a laenfermerayledijeloquepasaba,nomepodíacreer.Alverla,leabra-zo fuertemente, lamiraba como siviese unmilagro; nos besaba a lostres uno detrás de otro. Llamamos inmediatamente al marido diciéndole que Julia había abierto los ojos y empezaba a que-rer hablar. A los 20 minutos estaba en la clínica.Mientras llegaba, noscontó, que cree que empezó a lospocos días de la hemorragia a oír,alprincipiomuyconfuso,ydespuéspoco a poco cada vez más claro. No podíaniabrirlosojos,nimoverse,nia hablar. “Cuando tuve la hemorra-gia fue horrible, sé que mi cerebro notó algo parecido a una tormen-ta, como un golpe grande en todo el cráneo. En realidad, la confusión era total, no lograba saber que era. Cuando comprendí lo que había ocurrido, me entro una tristeza tan grande, que me quería morir. Saber que mis hijos no me querían y que solo estaban riñendo por la herencia fue terrible”. “Lo pase muy mal, en el mo-

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mento que el anestesista me metió un tubo por la traquea, y el tubero (que decís vosotros) me metió otro tubo mas grueso por la nariz, creí que me ahogaba. En un primer mo-mento, notaba un estorbo molesto, después me fui acostumbrando y es-taba tan tranquila, incluso oía que roncaba”. “El médico de la sonda, ve-

nia cada 15 días, comprobaba que funcionaba bien y se iba. Al mes me cambiaba la sonda; al entrar en la habitación, siempre me decía: ¡Bru-jilda! como ya he aprendido a poner sondas, veo que te portas mejor. No sabe este médico, el de las sondas, lo que se lo agradezco, alguna vez me daba un beso en la mejilla o en la frente. Era el único que me besaba además de mi marido. Tenía una voz rota y fuerte, debía ser muy chillón”.

Alllegarelmarido,nohacíamasquellorar,elpobrenopodíahablar,estaba abrazado a su mujer. Pasado unbuenrato,yapudieronbesarse,hablarse, acariciarse.Muy seria, lecogió las manos y le dijo: “Miguel, voy a desheredar a todos los hijos y poner todo a tu nombre. Sobretodo

las fincas y la fábrica del pueblo. Con lo tuyo haz lo que quieras”.

Pocoapoco,empezóamo-verlosbrazos,laspiernas,lacabeza.Todos los días armaba una escanda-lera para que le quitaran la sonda. Cuandovinoelmedico,conmuchaguasa le dijo: “Con que ¡Brujilda!, ya te voy a dar yo a ti. Gracias por tus besos”. Naturalmente todo el mundo quería verla. El marido mandó po-ner el cartel de “Prohibido visitas”Vino el notario a la clínica para ha-cer nuevo testamento. Además del marido, hacían falta dos testigos.Unodeellosfuiyo,elotroelcura.Creo que eran medio parientes.DonMiguel,alas8delamaña-na,bajóaDirección,asolicitarquehicieran lo imposible para intentar que no se enterase la prensa. Ni a la familia,nia laClínica interesabaelrevuelo que arman los periodistas.Alos10días,ledieronelaltaconla sonda puesta y en silla de ruedas. Mehan informado,queelmédico,después de comprobar que pasaban bienlosalimentos,lequitolasonda. ADiosgracias,alos20días,serepitióunanuevatrombosisymuriócasi de repente. Don Miguel nos avi-so, Raquel y yo les acompañamosalCementerio.Laverdad,despuésdetantotiempojunto,aJulia y a su maridoleshabíamostomadocariño.

Os he contado un hecho real que acontecióhaceunos cuantos años ydelcualhesidotestigopresencial.

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De ANATOMÍADr. Fernando Salceda

Seguimosdesgranandoestecurioso“CompendioAnatómico”quenosharásurgir más de una sonrisa y la innegable realidad de aquello: “...hoy las ciencias adelantan, que es una barbaridad”.

Otras curiosidades:

Músculos para levantar el velodelpaladar:perystafili-nosinternosTharingo-estafi-linosyThyro-stafilinos.Los que lo bajan: Perysstafe-linosexternosyglossostafi-linos. Músculos que mueven la campanilla: Palato-stafili-nosyceratostafilinos.Músculos que se encuentran enlalengua:Genio-glosso,basio-glossoyEstilo-glosso.

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HuesoHiodesoYosiloides,asillamadoporque se parece a la letra Griega Ipsilon.ApéndicesSifoidesdelesternon,sellamatambiénMucronataopaletillaHueso del brazo conocido como codo o cubito. Huesodelpie,calcáneoocalcañaly navicular del pie o esquife. El Hyiodes está movido por diez músculosocincodobles:Mylo-hyoides,genio-hyoides,estilo-ceratohioides,ex-terno hyoides y coraco hyoides.

(Sobre los músculos de los labios:)

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ElpasadomesdeJunio,celebréconmiscompañerosdepromocióndelaFacultaddeMedicinadeValladolidlos50añosdelafinalizacióndelosestudiosendichaFa-cultado.¡Cuánlargotrechoeneltiempodesde entonces y que cercano en la ima-ginaciónyenelrecuerdo!

Cuando me comunicaron que esta-banpreparandoestacelebración,lorecibíconinteréseilusiónpuessignificabaquemeibaaencontrarconentrañablescom-pañeros,conlosquehabíacompartido7

añosdemivida,yalosquehacíamuchí-simotiempo,nosoloquenohabíavisto,sinoque,incluso,noteníanoticiassuyasdesdehacía,algunos25añosyotros50.Estrujélamemoria,recurríaalaorla,mepuse en contacto con los organizadores y me llevé mi primera desilusión. De to-dos aquellos que habíamos terminado la carreraaquel veranode1964,el25%habíafallecido,delos,aproximadamente60quequedábamos,acudimosalacitael50%,algunomásde30.

50 AÑOSDr. Emilio Velázquez

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Debíamos reunirnos en un céntrico hotel para hacer una especie de “rueda dereconocimiento”.Hayqueconsiderarque éramos más jovencitos de veinti-tantosañosyahoranosencontrábamostodos ya, jubilados. Efectivamente, lapregunta más repetida allí fue, “¡Oye!¿Quiénesese?”,yaqueloscambioseranmuy evidentes acentuados por la falta depelo, lasgafas,elaumentodepeso.Incluso había alguno al que fue preciso ir a él directamente a preguntarle quién era,taleraelcambio.Curiosamente,enquienes se notaba menos este cambio eraenlasmujerescompañerasdecurso;Ana,Tere,Merche,Ana(esotradistinta),DulceMaría,LuisinayMaríaCruz,yesoeradebido,seguro,aquetienenmuchosmenosañosquenosotros.

Una vez superada esta primera barrera,lascosasfueronmuyfáciles,losrecuerdos y periplo vital fueron el centro denuestraatenciónenalgúnmomento,laconversaciónamplia,sincera,agrada-ble, la cercanía, amistad y camaraderíamanifiesta.

Te encontrabas rodeado de gente entrañablequetehacíarememorarmo-mentos agradables de tu juventud.

Las actividades programadas seiban sucediendo y le llegaba el turno a unaque,en teoría, teníaque seremo-tiva: la visita a la Facultad de Medici-na.

Pero para nosotros no lo era tanto todavezqueenesa“nueva”Facultadnodimos clase. La comenzaron a hacer a los dosmesesdellegarnosotrosalaantigua

Facultad y siete añosmás tarde cuandoacabamos aún no la habían terminado. La mayoría de nuestras clases las recibíamos enelPraodelaMagdalena.¡Quiénhadi-choqueennuestrotiemponosehacenobrasfaraónicas!Sibiennoporlamonu-mentalidad,síporeltiempotranscurridoen realizarlas, como esta, no se cuenta,perosimásde7años.

Allí ocurrió la anécdota del día: Es-tánexpuestaslasorlasdetodoslosañosdesde fechas remotas, pero faltaba lanuestra. Espero que esa falta se repare.

Visitamos algunas aulas que se conservan desde la época en que allí reci-bíamosclase.Elanfiteatroconservasues-tructuraperoestá totalmente renovada,renovaciónquesegúnnosdijeron,serea-lizósiendoDecanonuestrocompañerodecurso Enrique Barbosa.

Las aulas donde se impartíanMé-dica y Quirúrgica estaban exactamente igual. Al visitar estas aulas rememoramos las explicaciones de los profesores Pérez Bosque,SebastiánoDurán.

La emocionante y agradable jorna-dafinalizóconabrazosydespedidas,ha-ciendo todos votos por un próximo reen-cuentro. Esperemos que así sea.

AntiguafacultaddemedicinadeValladolid

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A estas alturas de la vida tenemos el peligro de contar demasiadas “batalli-tas”. Y lo que para cada uno ha sidoesenciadesuvida,sepuedeconvertirpara los demás en un verdadero “pe-ñazo” que, en elmejor de los casos,desata una sonrisa complaciente. Yohevividoprácticamentetodami vida profesional como médico “en-trerejas”.Ydeesosébastante.Otrospodríais contar innumerables viven-cias de la época demédico rural, deambulatorio de ciudad, de hospital yquirófano…

Porcircunstanciasdelavida,duran-tecuatroañosyoibadelocosapresosyde presos a locos: una buena experiencia. Y confieso que los años de Psiquiátricofueron unos de los más ricos en vivencias que he experimentado y que, además,me sirvieron de mucho para el posterior trabajo en los centros penitenciarios. Todo esto venía para comentaros – aunque ya solo nos sirva como recurso ilustrativo – sobre el enorme problemaque la enfermedad mental supone ya no soloenlavidasinotambiénenlasinstitu-ciones. Y si estas son tan cerradas como lasprisiones,mayor.

Si repasamos cómo ha sido tratado este tema de la enfermedad mental de los presos a lo largo de la historia, no sabe

uno si echarse a reír o a llorar. Desde el cuadrodeGoya:“Cárcelde locos”hasta

nuestrosdías,lapsiquiatríaenlasprisio-nes ha ido dando sus tumbos unas veces parabien,aunqueenlamayoríahabrilla-do por su ausencia dejando paso a trata-mientos que nada tenían que ver con lo científico.Grilletes,aislamiento,cadenas,celdas inhumanas…componen unos lar-gosañospreviosa la instauraciónde lasrepúblicasenEspaña. Durante la II República se establece un tratamiento mucho más humanitario y asíseordena:Retirarlosgrilletes,hierrosycadenasdesujeción;creacióndeun

SALUD MENTAL y PRISIÓN

Dr. José Mª Sobrón

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Hospital Psiquiátrico Judicial para los pre-sos enajenados mentales, alcohólicos ytoxicómanos; se empieza a otorgar la li-bertad a los septuagenarios con buen comportamiento;ysecreaunreformato-riopara“vagosymaleantes”.

Viene a renglón seguido en nuestra historialaguerraylaposteriordictadura,enlaque,almenosenlosprimerosaños,todo aquello que se había conseguido du-rantelaRepública,quedacomopapelmo-jado,pasandolasprisionesaadquirirunmatizeminentementemilitarizado,conlo

que la enfermedad mental es vista desde otro ángulo que nada tenía de parecido con lo científico. Y en este apartado detratamientos“médicos”–porllamarloasíirónicamente – se incluían también a los “desviadosonoconformistasconuntipo

desociedad”,claro,lasociedaddeladic-tadura. Conlosañosylosproblemascadavez mayores en unas prisiones que se caían por las cuatro esquinas y que rebo-sabande presos, no hubootro remedioque hacer algo. Y ese algo fue la creación de un Reglamento de Servicios Peniten-ciarios que en 1956 viene a contemplar un amplio repertorio de Centros Especia-les, comoel SanatorioPsiquiátricoPeni-tenciario (en Carabanchel) y los Centros de Psicópatas , Pervertidos Sexuales yDeficientesMentales, como el de Hues-ca (funcionando hasta 1984) y el de León (hasta 1990).

Con la llegada de la Democracia aparece la Ley Orgánica General Peniten-ciaria,de1979enlaqueyasecontemplaentre los establecimientos penitenciarios especiales, los Hospitales, los Psiquiátri-cos y los centros de Rehabilitación Social. Actualmente siguen funcionando dos Hospitales Psiquiátricos Penitencia-rios: Alicante y Sevilla. En ellos cumplen penas de prisión aquellas personas que han delinquido y que, como enfermosmentales, no serían imputables, perocuya excarcelación por razones de enfer-medad supondría un peligro para la so-ciedad, yaqueno sepodríaasegurarelcumplimiento de un tratamiento médico adecuado que le posibilitara vivir normal-menteensociedad.Yestarán recluidos,no obstante, por un tiempo no mayorqueelmarcadoensusentenciajudicial,

Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla

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FONENDO. La opinión de los médicos jubilados18

siendo puestos en libertad a cargo de los serviciossocialesalfinaldeestecumpli-miento, aunque su enfermedadnohayasido curada. Actualmente,ydadaslascorrientespsiquiátricasenbogadenoinstitucionali-zacióndelpaciente,lasprisiones–comoocurreenlasfamilias–tienenquesopor-tar la carga de la enfermedad mental que ocasiona muchos y graves problemas en un régimen cerrado.

La actual Administración Peniten-ciaria, presionada muy mucho por losprofesionales que hemos trabajado en ellayporlapresiónsocial,hatenidoqueafrontar este tema como prioritario. Y así sehancreadoprogramasespecíficosparala atención del enfermo mental encarce-lado, como el actual PAIEM: Programa deAtención Integral al EnfermoMental,que está empezando a funcionar, y quese basa en estos tres pilares fundamenta-les: LaAtenciónClínicaalpaciente,biendesdedentro,biencontandoconconsultaespecializada;laRehabilitacióndelenfer-mo,buscandoypotenciandocapacidadesdeadaptaciónsocial;ylaReincorporaciónSocial,queexigeuntrabajoalunísonoen-

tre los equipos penitenciarios y los de ac-ción social externa.

El problema de la enfermedad mental en prisión probablemente se haya incrementadoúltimamenteporunaseriede razones: -Lamasificacióndeloscentrospe-nitenciarios incapaces de acoger digna-mente a tantos reclusos. -Por un incremento de personasque sufren trastornos mentales. -La desaparición de los Psiquiátri-cosqueaglutinabanamuchospotencia-les delincuentes. -Elaumentodepersonassinrecur-sos y excluidos a nivel social. -Elabusoenelconsumodedrogasy sus consecuencias en los comporta-mientos sociales y en la salud mental.

Igualmente se ha observado una alta prevalencia de trastorno mental gra-ve, los considerados como CIE-10 de laOMS,loquevieneaagravarmásestepro-blema. Ypornoalargarmemás,dejoparaotra ocasión el descender más concreta-mentealoscasosylas“batallas”queeneste campo de la salud mental en prisión no han faltado haciendo del trabajo de cadadíaavecesunrelatotrágicoytriste,mezclado con días de humor propios del mejordeloscomics“mortadélicos”.

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La opinión de los médicos jubilados. FONENDO 19

Dr. Lucio Portillo

(Situaciones y personajes reales. Nombresficticios)

------------SoydeSalamanca,aunquevivoenLo-groñodesdehacecasi40años. Era muy pescador, y digo eraporquetengo75añosymuymalavi-sión, y ambas cosas han hecho quedejaraestaactividad.

Hacemuchosaños,másde25,solíairconmiamigoGabriel(Gabi,elde León) a pescar truchas al Pantano deOrtigosa,situadocercadelpueblodeElRasillo,aunos44KmdeLogro-ño.Muy cerca del coche y provistosdenuestrascañas,unamesitaplega-ble y dos taburetes de lona y alumi-

nio, montábamos el “campamentobase” en una poco inclinada laderadel pantano. Colocábamos las cañasenlossujeta-cañasclavadosenlatie-rra y merendábamos tan ricamente,

ennuestramesita,disfrutandodeunacerveza y esperando escuchar la mú-sica celestial de los cascabeles que,desde laspunterasde las cañas,nosavisaban de las picadas. Pescábamos “a fondo”, con lombriz, y sacábamosbuenastruchas,deentre30y40cm.Cierto día, ya en la segunda quince-nadeabril,condíasbastante largos,subimos al pantano un poco antes de lo habitual y, como era pronto paraacampar,decidimosiratomaruncaféa un cercano bar.

Casi en la puerta del bar, Gabisaludó a un hombre de mediana edad queibaacompañadoporotrodeunaedad parecida. Resultaron ser dos GuardiasCivilesque,depaisano, es-taban vigilando aquel pueblo. El co-nocidoporGabi,llamadoLorenzo,eraleonés, y el otro, llamado Paco, eranatural de Vitigudino, un pueblo deSalamanca. Pronto se hicieron dos pa-rejas,unaformadaporlosdosleone-ses,LorenzoyGabi,yotraporlosdossalmantinos,Pacoyyo.

Los leoneses se dirigieron hacia la barra. Paco y yo nos sentamos en una mesa y pedimos sendos cafés. Co-menzamosahablardenuestratierra,

EL DÍA EN EL QUE

DI UN ABRAZO A UN GUARDIA CIVIL

Embalse de El Rasillo

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de sus costumbres, caracteres, gui-sosycomidastandistintasa lasrio-janas.Pocodurónuestracharla,puesfue interrumpida por la llegada de doslugareñosque,conairedesorna,nos preguntaron si nos atrevíamos a jugarnos los cafés al Mus. Yo miré a Pacoylepregunté:-“Paco,¿qué?”,ynomediotiempoamás,puesPaco,mirándomealacarameguiñóunojo(laseñadela31). Nohizofaltanadamás,ypocosminutos después estábamos con el tapete verde en la mesa y una baraja en la mano. NojugamosalMus,sinoalmu-sín omus-txiki, variante riojana quejuegancon4Reyes,4Asesy36cartas,pueslosriojanos,aldesprecintaruna

baraja,rompencompulsivamentelosdoses,yjueganconsólo36cartas,altute,a labrisca,al julepe,al“subas-tao”,almusín,etc.Estoestanasíqueexiste un dicho para expresar que algoescorto,quedurapocotiempo,yquees:-“Estovaadurarmenosquelosdoses”-. La primera vez que lo oí, ade-másenbocadeunamujer,noloen-tendí y, al preguntarle qué significa-

ba, me contestó con cierta acritud,como ofendida por mi ignorancia:-“Pueseso,quedurabapoco,comolosdoses”, pero no supo explicarme suorigen, del queme enteré el primerdía que vi una baraja nueva en manos deunriojano.(¿Porquétienentantoodio los riojanos a los humildes doses de la baraja?) Jugamos dos partidas (Partidayrevancha)yganamoslasdos,porloque los del pueblo tuvieron que pa-gar los 4 cafés que habíamos tomado Pacoyyo,cosaquehicieronconmalcontenida rabia al haber sido derrota-dos dos veces por esos forasteros. Tras despedirnos de los per-dedores, fuimos a buscar a nuestroscompañeros que, mientras nosotrosjugábamos al musín, habían dadounasvueltas “coperas”por losbaresdel pueblo,por loque ibanunpoco“animados”. Trasdenodadosesfuerzos,Pacoy yo conseguimos que nos dieran las llavesdeloscoches,tantolasdelco-che de la Guardia Civil como las del Citroën de Gabi. Tras lograr que se sentaran en los asientos de los copilo-tos,iniciamoselregresoaLogroñosinmás incidencias.

Aparqué el coche muy cerca de la casadeGabi, y recogími cañay aparejos y dejé todo lo demás en elmaletero: lacañadeGabi,elbotedelombrices,lamesaytaburetes,lasmeriendas y dí las llaves a Gabi (ya menos “animado”) recomendándoleque sacara todo del maletero. Queda-mosenvernosaldíasiguiente,porlatarde.

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Comoalas6delatarde,medi-rigí hacia el coche deGabi, notandoenseguida un nauseabundo olor en toda la calle. Era algo terrible, y hasta habíacorrillos de personas comentándolo. Pronto me di cuenta de cuál era la causa,porloquefuiabuscaraGabipara que trajera las llaves del coche. Al abrir el maletero casi nos marea-moslosdos.Eraelbotedelombrices,descompuestas y putrefactas por el calor,lacausadelterribleolor.Comopudimos,metimosdichoboteenva-rias bolsas de plástico y bien atadaslas echamos en un cercano contene-dor de basura. Dejamos el maletero abierto durante 15 ó 20 minutos y el olor desapareció por completo. Parce increíble que una treintena de lombri-cespuedaproducirtalesefluvios.

Ocho o diez días después, enunamuyfrescamañana,reciénama-necido,medirigíencochehaciaelríoIregua,conlaintencióndepescarloenla zonadel puentedeNalda, aunos18KmdeLogroño.Pasados2o3KmmásalládeIslallana,seencuentra lallamada“VentadelaPaula”,lugarfre-cuentadoporpescadoresdeesazona,para tomar café o una cerveza e inter-

cambiar impresiones sobre truchas,cebosy“moscos”.Trasdejarelcocheenelminúsculoaparcamiento,entréen el establecimiento y me encontré con Paco, el Guardia Civil que, estavez de uniforme, estaba tomándoseun café. Me dijo que estaba, juntoconotrocompañero,deservicioenelpuentedeNalda,situadoaunos100metros de donde nos encontrábamos. Yoledijequeibaapescarallímismo,en la poza que hay un poco más abajo del puente. Dijo que se iba para que sucompañeropudieraveniratomar-seuncaféparacombatirelfrío. Pagué los cafés, incluso el quetomaríadespuéselcompañeroysalíconél,quecomenzóacaminarhaciael puente. Arranqué el coche y cuan-do había recorrido unos 8 o 10 me-tros,Paco, conungestoenérgicodelamano,memandópararyorillarmeen el arcén. Así lo hice. Paco se acercó a la ventanilla y saludándome militar-mente, llevando lamanoa la frente,me dijo muy serio y enérgico: -“Pongalaslucesdesituaciónydéjeme USTED ver la documentación delvehículo”- Yoesbocéuntímido: -“Pero Paco,… ¿qué pasa?...”,pero él me cortó con un seco: -“Repito, déjeme USTED ver ladocumentación.” (MetratabadeUS-TED, con gesto adusto, cuando tansolo unos minutos antes me había tuteado como paisano y amigo. ¿Qué estaba pasando?). Cogí la carpetitaque con todo el papeleo del coche lle-vaba en la guantera y se la entregué. Miró con detalle los papeles del coche, el permisode circulación, los

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recibos del seguro, en fin, todo.Melos devolvió y me pidió el carnet de conducir. Como lo llevaba en la carte-raenelbolsillotraserodelpantalón,tuvequesalirdelcoche,puessentadono podía sacarlo. Él,mientras tanto,había sacado un talonario y un bolí-grafo. Tras mirar mi carnet me lo de-volvió,comenzóaescribirymedijo: -“Tengoquemultarle.” –“¿Por qué tiene que multar-me?”,pregunté. –“Por circular sin llevar puesto elcinturóndeseguridad”,merespon-dió. Yo, rabioso, le dije también tra-tándolo de USTED:

-“USTEDsabequevoyaaparcarel coche junto al puente, a escasos100 metros de aquí y por eso no me lohepuesto”. Me respondió: -“La Ley dice que para circularhay que llevar puesto el cinturón de seguridad,peronodicenadade100metroso100kilómetros” Masticando mi rabia, me callépara no empeorar el asunto. Unpardeminutosdespués,medio el papel en el que había estado es-cribiendo y que yo creía que era la co-rrespondientemulta,perono,era¡undibujo (bastante bien hecho) de un

pescadorconunagrancaña,encuyosedal colgaba una ridícula trucha de unos6u8centímetros!Yo,estupefac-to,mirabaaquellosindecirpalabra. El silencio fue roto por una so-nora carcajada de Paco y por sus pala-bras,quefueron: -“Anda,paisano,veteyqueten-gas buena pesca. Esto ha sido una pe-queñabroma,peropodíahabersidorealidad. No olvides nunca ponerte el cinturón.”

Rotoelhielo,sóloacertéadecir,entonojocoso,noofensivo: -“Paco, eres un `CABRONAZO’,un…”Pacomemandócallarponiendosudedoíndicedelantedesuslabiosy,altiempoquemedabaunosgolpeci-tosenlaespalda,medijo: -“Chsss…noinsultesnuncaaunGuardiaCivil,nisiquieradebromasymenos, estando de servicio.Me hasllamado `ALDABONAZO’ (tuvoel tac-todenorepetirelexabrupto)yyonosoyningún `ALDABONAZO’,paraquelosepas”. LEDIUNABRAZOYLEDIJE: -“GRACIAS,PACO,MEHASDADOUNA LECCIÓN QUE NUNCA OLVIDA-RÉ”. Comenzó a caminar hacia su compañero, cumpliendo los requisi-tosdelaGuardiaCivil,queson:--“pasocorto”--“vistalarga”y…--“malaleche”,aunqueenelcasodePaco no eramala, sólo era un poco“bromista”. Moraleja: Si por la Guardia Civil noquieressermultado,elcinturóndeseguridad lleva abrochado.

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La opinión de los médicos jubilados. FONENDO

Transcurría un veintitrés de Diciem-bre,yJohnSmithestabasentadoabu-rrido en su mesa de la redacción del periódico Washington Post. Era un hombre de mediana edad,quecasi siempreestaba irrita-do y se cabreaba por cualquier cosa.

Pero estos últimos días se encontra-bamásenfadadoquenunca,porqueaborrecía la Navidad. Pensaba que en estasfiestashabíaqueserfelizyade-más mostrarse así delante los demás. Yporel contrario,él se sentíacomocasi siempre profundamente desgra-ciado. Pero nuestro amigo no era un mal tipo, sólo que distintas circuns-tancias de la vida, ciertas eleccioneserróneas y algunas de sus propensio-nes naturales le conducían a un esta-do constante de frustración y de mal humor. Desdequea losdieciséisaños

selemuriósuperro,comenzóadarlevueltas y más vueltas a eso. Y también apreguntarsecontinuamentedelpor-qué de la existencia del dolor, de lamuerte, de la tristeza etc… Ademásfinalmente acabó planteándose deforma obsesiva la existencia de Dios. Élquería,másbiennecesitabasaberconabsolutaseguridadsiexistíaono.Como podéis imaginar había revisado laprácticatotalidaddelabibliografíaalrespecto,peronohabíaencontradoa su pregunta ninguna respuesta sa-tisfactoria. Luego ocurrió lo del maldito trabajo en la redacción: veinte añosen la sección de sucesos. Había pre-senciado y tenido que relatar todo un arsenal de desastres y de cataclis-mos: asesinatos, accidentes, robos,violaciones,mutilaciones,ajustesdecuentas, torturas…, así como todotipoinimaginablededesgraciasyper-versiones. El resto de su vida se podía resu-mirentresmatrimoniosfallidos,cua-tro hijos que no le hablaban y largas temporadas en las que aliviaba su do-lor y soledad con un consumo abusivo dealcohol,detabaco,ydeotrassus-tanciasadictivas,asícomopractican-do otros excesos que no os lo voy a relatar porque estamos en horario in-fantil.Comopodéiscomprendertodo

CUANDO JOHN SMITH LLEGÓ A LA RIOJA

Dr. Javier Íñigo Barrera

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estoleconducíaaunestadocontinuode amargura y pesadumbre.

De repente, mientras afilabadistraídamenteunlápiz,sonóunte-letipodelaredacciónconunanoticiasorprendente “un médico jubilado de Logroñodescubreunapruebairrefu-tablede la existenciadeDios”. Saltodesusillón,bajórápidamentealaca-lle y mientras se dirigía al aeropuerto en un taxi, encargó por sumóvil unbillete en avión para Madrid y luego otroentrenhastaLogroño.

Quedamos en la cafetería Ibiza y cuandoyomeacerqué,élmeespetó:ustedeseldoctor…..X,supongo:yoledije,si,efectivamente.Johnmemiróy de su mente surgió un pensamien-toinquietante:esteindividuotieneelaspecto de ser un perturbado. Pero sin más preámbulos me preguntó di-rectamente ¿cuál es esa prueba irre-futable que usted ha descubierto….? Bueno, le dije, desde hace va-rios años yo había notado que cadavezquemevestíaconestagabardinasiempre lucía un sol radiante y por el contrario cuando no la llevaba puesta indefectiblementellovíacopiosamen-

te. Así, una tarde que diluviabamepuse esta prenda seguro de que ese

día acertaba. Pero tras bajar ocho pi-sos en el ascensor y llegar a la calle se abrió entre las nubes un hueco azul y apareció un sol brillante.

Paranocansarlecondetalles,lediré que hemos realizado un estudio estadístico muy riguroso sobre estacuestiónllegandoademostrarlassi-guientes evidencias:1º Que es imposible desde un punto devistaestadísticoymatemáticoex-plicarestesuceso,porlasleyesnatu-rales.2º Que esta gabardina no posee pro-piedades físico-químicas que justi-fiquen esta anomalía, que causa deuna forma tan arbitraria el fenómeno quelehedescrito,conunsistemáticorechazo y una eliminación total de las nubes3º Que la única explicación de esta anormalidad matemática es la exis-tencia de una inteligencia superior,que mediante su intervención sea responsable de esta aberración de las leyesdelaestadísticaydelanatura-leza. 4º Y finalmente que debido a estoshechos llegamos también a la conclu-sión de que dicha inteligencia superior poseeunpeculiarsentidodelhumor.

Lacarademiinterlocutor,con-formeyoibahablando,mostrabaunacreciente perplejidad, hasta quedar-secompletamenteojiplático. Intentómurmuraralgunafrase,perosololo-gró balbucear algo que yo creí enten-dercomo:esloquemetemía,¡unex-traviado¡,¡menudodesatino¡,¡yparaoír este disparate he viajado tantos

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La opinión de los médicos jubilados. FONENDO

milesde kilómetros.¡. Yoqueestabaacostumbrado a críticas mucho másduras hice como si no hubiera oído nada y me quedé expectante con el semblante impasible.

Pero en ese mismo momento,todo el mundo se calló en el estableci-miento,seprodujounprofundoyes-peso silencio que casi se podía cortar y como era navidad los altavoces de bar se arrancaron con un villancico: San José carpintero, la Virgen tejeee...Y el niño hace madejas con seda verdeeee...Y yo que soy manche-go, vengo a cantarle...Seguidillas man-chegas, para adorarle …. Al oírlo, no sabemos todavía elporqué,elrostrodeJohnSmithsetras-figuróysucarareflejabatodoelinfini-to dolor de este mundo. Por su cabeza pasótodasuvida,susoledad,suma-lestar, su sufrimiento, su angustia, sudolor… De sus ojos brotaron primero lenta y pausadamente algunas saladas gotasacuosas,queluegoseconvirtie-ron caudalosos ríos de cálidas lágrimas. Mientras lloraba aparecieron al principio pequeños espasmos regu-lares, sollozos, moqueos, y hasta ge-midos,quesetransformaronenunossegundos en intensas convulsiones mientras berreaba totalmente desinhi-bido. En resumen que montamos un buen número en el bar Ibiza… Yo por si acaso no he vuelto a aparecer por allí,ytengoelpropósitodenovolvera pisar nunca ese local…. Pero cuando se hubo calmado, para animarlo melo llevé a tomar unos vinos por la calle Laurel.

Aquella noche, quizás influen-ciadopor losvaporesetílicos,aJohnsu mente se le iluminó y lo compren-diótodo.Allítomóunafirmedecisiónque meses más tarde me confesó. Se

dijo a sí mismo: yo no quiero acabar como este tipo chiflado, inventandoteorías grotescas. Así que no volveré a hacerme preguntas que no tienenrespuesta y que mi mente no puede contestar. Y a fe mía que hasta ahora ha cumplido su promesa.

EPÍLOGO: si van ustedes a Washington y se acercan al periódico Washington Post,nopreguntenporJohnSmith.Silohacen,lediránquesequedóenEs-paña,quesecambiódenombre,queahora se llama Juan Fernández, quetrabaja en el periódico La Nueva Rio-ja, que lleva la sección de deportes,que está felizmente casado con una riojana y que aquí ha encontrado un poco de paz y sosiego para su dolida alma atormentada.

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HA

BLA

DU

RÍA

S Dr. Emilio Velázquez

La primavera pasada se ha celebrado enMadrid, en lasededelConsejoGeneral, laeleccióndelvocalnacionalde médicos jubilados. Ha habido cambio y ha sido elegido Ángel Oso Cantero de Madrid. Desde aquí queremos des-pedirconunabrazoaAurelioGonzález,deMurcia,quehasidoelrepresentantenacionalestoscuatroúltimosaños.Aamboslesdeseamoslasmejoresventurasensuactivi-dad pública y privada futura.

Con polémica terminó el campeonato de mus que celebramos los médicos jubilados el pasado mes de Enero. Hubo un empate en la cabeza entre tres parejas y después de consultar minuciosamen-teelreglamento,sedeterminóquelosganadoresfueronlaparejaformadaporFernandoSalcedaySantiagoVillar.Enhorabuenaparaellos

Enelcursoquepróximamentevaacomenzar,hemospensadoquelomejorseríaempezarcelebrandoelDíadelMédicoJubiladoqueseríaelprimerfinde semana de Octubre (daremos las fechas concretas por carta). Allí infor-maremosampliamentedetodas lasactividadesquepensamosrealizaryaquepensamosintroducirnumerososcambiosrespectoalosañosanteriores.

No incluimos en este número de FONENDO el programa del V Día del MédicoJubiladopuestoque,cuandoredactamosestas líneas,no lotene-mosterminadoyalgunosaspectosaúnnoestánconfirmados.

Loquesívamosasolicitaryadesdeaquíatodos,quealosactosqueprogramemosvayáisprovistosdecámarafotográfica,puesvaaseralgore-levante.

ADVERTENCIA para todos: Me solicitan desde las oficinas del colegio que os comunique, que en el momento de la colegiación (hace algunos años) firmamos todos un documento en el que se designaba beneficiario de la derrama de defunción, en caso de fallecimiento. Como las circunstancias pueden haber cambiado, es conveniente que os paséis por el Colegio para revisarlo y modificarlo si procede.

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FESTIVIDAD DEL PERPETUO SOCORRO

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TErecuerdocomoerasenelúltimootoño.Eras la boina gris y el corazón en calma.

En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegadaamisbrazoscomounaenredadera,las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía.Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Sientoviajartusojosyesdistanteelotoño:boinagris,vozdepájaroycorazóndecasa

hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Turecuerdoesdeluz,dehumo,deestanqueencalma!

Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.Hojassecasdeotoñogirabanentualma.

Pablo Neruda