Subjetividad, mujer y novela picaresca: el caso de las ...

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University of Massachuses Boston From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea 1994 Subjetividad, mujer y novela picaresca: el caso de las pícaras. Reyes Coll-Tellechea, University of Massachuses Boston Available at: hps://works.bepress.com/reyes_coll-tellechea/7/

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University of Massachusetts Boston

From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea

1994

Subjetividad mujer y novela picaresca el caso delas piacutecarasReyes Coll-Tellechea University of Massachusetts Boston

Available at httpsworksbepresscomreyes_coll-tellechea7

jOl1RM OJ INTERDISQPllN5tRY ilTE1URY STUDIES

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Ecfi toria[13oan JournaIof Inte r-aisc iyfinary Literary Stuaies

communications and cultural studies exploring the economic political psychological philosophical linguistic social aesthetic trends or other factors that impact upon this literature

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JOURNAL OF INTERDISCIPLINARY LITERARY STIJDIES

Volume 6 Number 2 (1994)

Subjectivity in Early Modern Spain Guest Editor Oscar Pereira Zazo

Introduccion Oscar Pereira Zazo 103-105

Historia literaria y articulacion de identidades en la transicion a la Espana liberal

Jose A Valero 107-130

Subjetividad mujer y novela picaresca El caso de las pfcaras

Maria de los Reyes CoU-TeUetxea 131-149

The Fragmented Subject in Sar Juanas El cetro de Jose Michael McGaha 15 1-161

Elusive Subjectivity in Maria de Zayas Marina S Brownlee 163-183

Models of Subjectivity in Early Modem Spain David Castillo and Nicholas Spadaccini 185-204

Hacia una hermeneutica de 10 publico Riqueza simbOlica y teatralidad en el siglo XVII espanol

Francisco Sanchez 205-218

Instinct and Object Subjectivity and Speech-act in Garcilaso de la Vega

Anthony Cascardi 219-243

Subdito y comunidad cortesana Sabre el papel de la literatura vemacula en la Castilla del siglo XV

Oscar Pereira Zazo 245-277

SUB]ETIVIDAD MUJER Y NOVELA PICARESCA EL CASO DE LAS PiCARAS

Maria de los Reyes Coll-Telletxea University of Massachusetts- Boston

Maravfllome dixo entonces riendo Gaspar Palla vicino que pues dais a las mujeres las letras la continencia la grandeza del animo y la rempJanza no que rais tambienque ellasgobiemen lasciudades y hagan las (eyes y traigan los exercitos y que los hombres se esten quedos hilando 0 en la cocina

Respondi6 sonriendose el MagnIfico Aun quiza eso no seria maloj) Mas yo no he querido dalles este cargo porque mi intinci6n es fonnar una Dama y no una reina

B Castiglione

La modema noci6n de individuo producto de la progresiva desmembraci6n del orden feudal que llega a su punto culminante en la fonnulaci6n del concepto conocido como sujeto universal burgues es el resultado de una sincronizaci6n en el pensamiento cientifico politico y econ6mico del XVIlI (Williams 161-2) Pese a esto la idea de individuo puede rastrearse mucho antes de ese momenta en el coraron h umanista del Renacimiento asentado en el reconocimientode la centralidad del hombre yaLm antes (Mara vall 404)

En el caso de Espana las avenidas por que discurri6 este desarrollo aparecen marcadas por sus caracteristicas condiciones sociohist6ricas el proceso de adaptaci6n de funciones de la nobleza -convertida en aristocracia en el nuevo estado absolutista---el desarrollo del mercantilismo la actuaci6n de los monarcas el movimiento contra rrefo rmista etc (Maravall Dominguez Ortiz)

132 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

Dicho esto interesa senalar q ue---en Espana y fuera de ella-Ia idea de individuo va tomando forma a traves de una gran variedad de practicas y discursos No se trata pues de una proposici6n filosofica posteriormente llevada a la practica sino de 10 contrario EI arte renacentista por ejemplo muestra consistentemente este punto el interes por la biograf(a los libros de vidas de santos y soldados los retratos pic toricos todo ello enfocado a la representaci6n del individuo El auge de la comunicaci6n epistolar la lectura realizada en silencio y soledad-gracias ala imprentashyla proliferaci6n de manuales decomportamiento los nuevos estudios medicos y psicol6gicos el establecimiento de la confesi6n la paulatina disociaci6n de las esferas publica y privada entre otros contribuyeron en gran medida a la formaci6n y evoluci6n de la idea de individuo En el ambito de la prosa literaria en castellano resalta el desarrollo de la autobiografla fic ticia de hombres y mujeres de los bajos fondos conocida hoy como novela picaresca

EI prop6sito de este trabajo es explorar la construcci6n del sujeto picaresco femenino la pfcara La tesis que se propone es que a diferencia desus contrapartes masculinas la representaci6n literaria de la mujer libre muestra ademas de los rasgos formalescaracteristicos de la serie ciertos rasgos de rivados de la presencia de la mujer en el texto Al elegir una mujer como protagonista los autores se ven enfrentados a distintos problemas derivados de las polemicas en tomo ala naturaleza y funci6nsocial de las mujeres y sus subversivos anhelos de autonomfa El control de la fuerza sexual por una parte y la amenaza de su combin aci6n con discursos alternativos de subjetividad por otra hacen delcasode las pfcaras-tan magramente atendido por la crftica-un objeto pri vilegiado para el estudio de las actitudes culturales hacia la mujer y de la formulaci6n de nuevas herramientas discursivas pa ra su debido control

La desmembraci6n del orden feudal a que hacfa alusi6n se presenta en fntima conexi6n con el proceso llamado demolici6n del heroe la entrada en juego de la idea de que ellugar social que ha de corresponder al individuo procede de sus rnentos y riquezas y no de su nacimiento (Iglesias) Las conexiones entre las novelas picarescas espanolas y esta idea e mergente han sido ampliamente

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rastreadas apuntando los sucesivos analisis a la probable presencia en tales textos de un contradiscurso dirigido directamente contra las ideas de Iimpieza de sangre nobleza heredada etctradicionales herramientas para la definicion del indi viduo en la Espana del Siglo de Oro (Castro Bataillon)l

La que se percibe enel panorama sociocultural del XVII espanol en el cual se producen casi todas las narraciones picarescas es preeisamen te eI recurrente enfrentamiento de la forma de subjetividad prevaleciente (aristocratica) con otras formas in cipien tes y al ternativas de subjetividad que andando el tiempo tomanan cuerpo plenamenre y llevanan a la superficie la figura del individuo burgues (Mariscal 38)

El proceso al que hago referencia no es como a primera vista podria parecer un doble p roeeso de formaci6n de dos subj eti vidades antes bien se lleva a cabo en el ambito aristoeratico y es contestado y manipulado desde los nUlrgenes desde los que s urgen a I terna tivas En el proceso de demolici6n del heroe la antigua nobleza renegocia su es tatus social con el esrado absolutista en la esfera publica y 10 haee eehando mana de todo tipo de estrategias de manipulaci6n de 10 externo (E(a5 Pere ira) Estas estrategias seran guardadas de los

grupos subalrernos para impedir su acceso Textos tan cuidadosamente formulados como El Cortesano de

Balta5ar de Cas tiglione permiten ver el componente es tra tegico que sustenra e l concepto de subjetividad cortesana una estricta manipulacion de 10 ex terior que sin embargo no permita ser identifieada como tal la consciente producci6n de una imagen que no obstan te debe atajar roda posibilidad de ser percihida como artitk ial yp roeurar pareeer na tural La cual segun Castiglione solo puede lograse a base de virtud

La problemhieo del modelo es la posibilidad que se deja abierta al engano En ultima instancia parece ser que la virtud no es innata y po r ranro podria ser adquirida mediante aprendizaje de 10 cual se deduciria que cualquiera en principio podria tener acceso a la clave del individualismo aris[Qcratico y a los privilegios que conlleva (Mariscal 35)

Pues bien el pica ro li terario desde el Lazarillo resulta ser un

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maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

136 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994) Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 137

virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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jOl1RM OJ INTERDISQPllN5tRY ilTE1URY STUDIES

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Ecfi toria[13oan JournaIof Inte r-aisc iyfinary Literary Stuaies

communications and cultural studies exploring the economic political psychological philosophical linguistic social aesthetic trends or other factors that impact upon this literature

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Walter Oli ver California State Unillersity

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Robert Spires University of Kansas

Akiko Tsuchiya Washington University St Louis

Harriet T umer University of Nebraska-Lincoln

Sharon Keefe Ugalde Southwest Texas Scare University

Noel Valis Johns Hopkins University

JOURNAL OF INTERDISCIPLINARY LITERARY STIJDIES

Volume 6 Number 2 (1994)

Subjectivity in Early Modern Spain Guest Editor Oscar Pereira Zazo

Introduccion Oscar Pereira Zazo 103-105

Historia literaria y articulacion de identidades en la transicion a la Espana liberal

Jose A Valero 107-130

Subjetividad mujer y novela picaresca El caso de las pfcaras

Maria de los Reyes CoU-TeUetxea 131-149

The Fragmented Subject in Sar Juanas El cetro de Jose Michael McGaha 15 1-161

Elusive Subjectivity in Maria de Zayas Marina S Brownlee 163-183

Models of Subjectivity in Early Modem Spain David Castillo and Nicholas Spadaccini 185-204

Hacia una hermeneutica de 10 publico Riqueza simbOlica y teatralidad en el siglo XVII espanol

Francisco Sanchez 205-218

Instinct and Object Subjectivity and Speech-act in Garcilaso de la Vega

Anthony Cascardi 219-243

Subdito y comunidad cortesana Sabre el papel de la literatura vemacula en la Castilla del siglo XV

Oscar Pereira Zazo 245-277

SUB]ETIVIDAD MUJER Y NOVELA PICARESCA EL CASO DE LAS PiCARAS

Maria de los Reyes Coll-Telletxea University of Massachusetts- Boston

Maravfllome dixo entonces riendo Gaspar Palla vicino que pues dais a las mujeres las letras la continencia la grandeza del animo y la rempJanza no que rais tambienque ellasgobiemen lasciudades y hagan las (eyes y traigan los exercitos y que los hombres se esten quedos hilando 0 en la cocina

Respondi6 sonriendose el MagnIfico Aun quiza eso no seria maloj) Mas yo no he querido dalles este cargo porque mi intinci6n es fonnar una Dama y no una reina

B Castiglione

La modema noci6n de individuo producto de la progresiva desmembraci6n del orden feudal que llega a su punto culminante en la fonnulaci6n del concepto conocido como sujeto universal burgues es el resultado de una sincronizaci6n en el pensamiento cientifico politico y econ6mico del XVIlI (Williams 161-2) Pese a esto la idea de individuo puede rastrearse mucho antes de ese momenta en el coraron h umanista del Renacimiento asentado en el reconocimientode la centralidad del hombre yaLm antes (Mara vall 404)

En el caso de Espana las avenidas por que discurri6 este desarrollo aparecen marcadas por sus caracteristicas condiciones sociohist6ricas el proceso de adaptaci6n de funciones de la nobleza -convertida en aristocracia en el nuevo estado absolutista---el desarrollo del mercantilismo la actuaci6n de los monarcas el movimiento contra rrefo rmista etc (Maravall Dominguez Ortiz)

132 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

Dicho esto interesa senalar q ue---en Espana y fuera de ella-Ia idea de individuo va tomando forma a traves de una gran variedad de practicas y discursos No se trata pues de una proposici6n filosofica posteriormente llevada a la practica sino de 10 contrario EI arte renacentista por ejemplo muestra consistentemente este punto el interes por la biograf(a los libros de vidas de santos y soldados los retratos pic toricos todo ello enfocado a la representaci6n del individuo El auge de la comunicaci6n epistolar la lectura realizada en silencio y soledad-gracias ala imprentashyla proliferaci6n de manuales decomportamiento los nuevos estudios medicos y psicol6gicos el establecimiento de la confesi6n la paulatina disociaci6n de las esferas publica y privada entre otros contribuyeron en gran medida a la formaci6n y evoluci6n de la idea de individuo En el ambito de la prosa literaria en castellano resalta el desarrollo de la autobiografla fic ticia de hombres y mujeres de los bajos fondos conocida hoy como novela picaresca

EI prop6sito de este trabajo es explorar la construcci6n del sujeto picaresco femenino la pfcara La tesis que se propone es que a diferencia desus contrapartes masculinas la representaci6n literaria de la mujer libre muestra ademas de los rasgos formalescaracteristicos de la serie ciertos rasgos de rivados de la presencia de la mujer en el texto Al elegir una mujer como protagonista los autores se ven enfrentados a distintos problemas derivados de las polemicas en tomo ala naturaleza y funci6nsocial de las mujeres y sus subversivos anhelos de autonomfa El control de la fuerza sexual por una parte y la amenaza de su combin aci6n con discursos alternativos de subjetividad por otra hacen delcasode las pfcaras-tan magramente atendido por la crftica-un objeto pri vilegiado para el estudio de las actitudes culturales hacia la mujer y de la formulaci6n de nuevas herramientas discursivas pa ra su debido control

La desmembraci6n del orden feudal a que hacfa alusi6n se presenta en fntima conexi6n con el proceso llamado demolici6n del heroe la entrada en juego de la idea de que ellugar social que ha de corresponder al individuo procede de sus rnentos y riquezas y no de su nacimiento (Iglesias) Las conexiones entre las novelas picarescas espanolas y esta idea e mergente han sido ampliamente

Subjeulidad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 133

rastreadas apuntando los sucesivos analisis a la probable presencia en tales textos de un contradiscurso dirigido directamente contra las ideas de Iimpieza de sangre nobleza heredada etctradicionales herramientas para la definicion del indi viduo en la Espana del Siglo de Oro (Castro Bataillon)l

La que se percibe enel panorama sociocultural del XVII espanol en el cual se producen casi todas las narraciones picarescas es preeisamen te eI recurrente enfrentamiento de la forma de subjetividad prevaleciente (aristocratica) con otras formas in cipien tes y al ternativas de subjetividad que andando el tiempo tomanan cuerpo plenamenre y llevanan a la superficie la figura del individuo burgues (Mariscal 38)

El proceso al que hago referencia no es como a primera vista podria parecer un doble p roeeso de formaci6n de dos subj eti vidades antes bien se lleva a cabo en el ambito aristoeratico y es contestado y manipulado desde los nUlrgenes desde los que s urgen a I terna tivas En el proceso de demolici6n del heroe la antigua nobleza renegocia su es tatus social con el esrado absolutista en la esfera publica y 10 haee eehando mana de todo tipo de estrategias de manipulaci6n de 10 externo (E(a5 Pere ira) Estas estrategias seran guardadas de los

grupos subalrernos para impedir su acceso Textos tan cuidadosamente formulados como El Cortesano de

Balta5ar de Cas tiglione permiten ver el componente es tra tegico que sustenra e l concepto de subjetividad cortesana una estricta manipulacion de 10 ex terior que sin embargo no permita ser identifieada como tal la consciente producci6n de una imagen que no obstan te debe atajar roda posibilidad de ser percihida como artitk ial yp roeurar pareeer na tural La cual segun Castiglione solo puede lograse a base de virtud

La problemhieo del modelo es la posibilidad que se deja abierta al engano En ultima instancia parece ser que la virtud no es innata y po r ranro podria ser adquirida mediante aprendizaje de 10 cual se deduciria que cualquiera en principio podria tener acceso a la clave del individualismo aris[Qcratico y a los privilegios que conlleva (Mariscal 35)

Pues bien el pica ro li terario desde el Lazarillo resulta ser un

Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 135134 Maria de los Reyes ColI-T elletxea JILS 62 (1994)

maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

136 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994) Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 137

virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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JOURNAL OF INTERDISCIPLINARY LITERARY STIJDIES

Volume 6 Number 2 (1994)

Subjectivity in Early Modern Spain Guest Editor Oscar Pereira Zazo

Introduccion Oscar Pereira Zazo 103-105

Historia literaria y articulacion de identidades en la transicion a la Espana liberal

Jose A Valero 107-130

Subjetividad mujer y novela picaresca El caso de las pfcaras

Maria de los Reyes CoU-TeUetxea 131-149

The Fragmented Subject in Sar Juanas El cetro de Jose Michael McGaha 15 1-161

Elusive Subjectivity in Maria de Zayas Marina S Brownlee 163-183

Models of Subjectivity in Early Modem Spain David Castillo and Nicholas Spadaccini 185-204

Hacia una hermeneutica de 10 publico Riqueza simbOlica y teatralidad en el siglo XVII espanol

Francisco Sanchez 205-218

Instinct and Object Subjectivity and Speech-act in Garcilaso de la Vega

Anthony Cascardi 219-243

Subdito y comunidad cortesana Sabre el papel de la literatura vemacula en la Castilla del siglo XV

Oscar Pereira Zazo 245-277

SUB]ETIVIDAD MUJER Y NOVELA PICARESCA EL CASO DE LAS PiCARAS

Maria de los Reyes Coll-Telletxea University of Massachusetts- Boston

Maravfllome dixo entonces riendo Gaspar Palla vicino que pues dais a las mujeres las letras la continencia la grandeza del animo y la rempJanza no que rais tambienque ellasgobiemen lasciudades y hagan las (eyes y traigan los exercitos y que los hombres se esten quedos hilando 0 en la cocina

Respondi6 sonriendose el MagnIfico Aun quiza eso no seria maloj) Mas yo no he querido dalles este cargo porque mi intinci6n es fonnar una Dama y no una reina

B Castiglione

La modema noci6n de individuo producto de la progresiva desmembraci6n del orden feudal que llega a su punto culminante en la fonnulaci6n del concepto conocido como sujeto universal burgues es el resultado de una sincronizaci6n en el pensamiento cientifico politico y econ6mico del XVIlI (Williams 161-2) Pese a esto la idea de individuo puede rastrearse mucho antes de ese momenta en el coraron h umanista del Renacimiento asentado en el reconocimientode la centralidad del hombre yaLm antes (Mara vall 404)

En el caso de Espana las avenidas por que discurri6 este desarrollo aparecen marcadas por sus caracteristicas condiciones sociohist6ricas el proceso de adaptaci6n de funciones de la nobleza -convertida en aristocracia en el nuevo estado absolutista---el desarrollo del mercantilismo la actuaci6n de los monarcas el movimiento contra rrefo rmista etc (Maravall Dominguez Ortiz)

132 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

Dicho esto interesa senalar q ue---en Espana y fuera de ella-Ia idea de individuo va tomando forma a traves de una gran variedad de practicas y discursos No se trata pues de una proposici6n filosofica posteriormente llevada a la practica sino de 10 contrario EI arte renacentista por ejemplo muestra consistentemente este punto el interes por la biograf(a los libros de vidas de santos y soldados los retratos pic toricos todo ello enfocado a la representaci6n del individuo El auge de la comunicaci6n epistolar la lectura realizada en silencio y soledad-gracias ala imprentashyla proliferaci6n de manuales decomportamiento los nuevos estudios medicos y psicol6gicos el establecimiento de la confesi6n la paulatina disociaci6n de las esferas publica y privada entre otros contribuyeron en gran medida a la formaci6n y evoluci6n de la idea de individuo En el ambito de la prosa literaria en castellano resalta el desarrollo de la autobiografla fic ticia de hombres y mujeres de los bajos fondos conocida hoy como novela picaresca

EI prop6sito de este trabajo es explorar la construcci6n del sujeto picaresco femenino la pfcara La tesis que se propone es que a diferencia desus contrapartes masculinas la representaci6n literaria de la mujer libre muestra ademas de los rasgos formalescaracteristicos de la serie ciertos rasgos de rivados de la presencia de la mujer en el texto Al elegir una mujer como protagonista los autores se ven enfrentados a distintos problemas derivados de las polemicas en tomo ala naturaleza y funci6nsocial de las mujeres y sus subversivos anhelos de autonomfa El control de la fuerza sexual por una parte y la amenaza de su combin aci6n con discursos alternativos de subjetividad por otra hacen delcasode las pfcaras-tan magramente atendido por la crftica-un objeto pri vilegiado para el estudio de las actitudes culturales hacia la mujer y de la formulaci6n de nuevas herramientas discursivas pa ra su debido control

La desmembraci6n del orden feudal a que hacfa alusi6n se presenta en fntima conexi6n con el proceso llamado demolici6n del heroe la entrada en juego de la idea de que ellugar social que ha de corresponder al individuo procede de sus rnentos y riquezas y no de su nacimiento (Iglesias) Las conexiones entre las novelas picarescas espanolas y esta idea e mergente han sido ampliamente

Subjeulidad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 133

rastreadas apuntando los sucesivos analisis a la probable presencia en tales textos de un contradiscurso dirigido directamente contra las ideas de Iimpieza de sangre nobleza heredada etctradicionales herramientas para la definicion del indi viduo en la Espana del Siglo de Oro (Castro Bataillon)l

La que se percibe enel panorama sociocultural del XVII espanol en el cual se producen casi todas las narraciones picarescas es preeisamen te eI recurrente enfrentamiento de la forma de subjetividad prevaleciente (aristocratica) con otras formas in cipien tes y al ternativas de subjetividad que andando el tiempo tomanan cuerpo plenamenre y llevanan a la superficie la figura del individuo burgues (Mariscal 38)

El proceso al que hago referencia no es como a primera vista podria parecer un doble p roeeso de formaci6n de dos subj eti vidades antes bien se lleva a cabo en el ambito aristoeratico y es contestado y manipulado desde los nUlrgenes desde los que s urgen a I terna tivas En el proceso de demolici6n del heroe la antigua nobleza renegocia su es tatus social con el esrado absolutista en la esfera publica y 10 haee eehando mana de todo tipo de estrategias de manipulaci6n de 10 externo (E(a5 Pere ira) Estas estrategias seran guardadas de los

grupos subalrernos para impedir su acceso Textos tan cuidadosamente formulados como El Cortesano de

Balta5ar de Cas tiglione permiten ver el componente es tra tegico que sustenra e l concepto de subjetividad cortesana una estricta manipulacion de 10 ex terior que sin embargo no permita ser identifieada como tal la consciente producci6n de una imagen que no obstan te debe atajar roda posibilidad de ser percihida como artitk ial yp roeurar pareeer na tural La cual segun Castiglione solo puede lograse a base de virtud

La problemhieo del modelo es la posibilidad que se deja abierta al engano En ultima instancia parece ser que la virtud no es innata y po r ranro podria ser adquirida mediante aprendizaje de 10 cual se deduciria que cualquiera en principio podria tener acceso a la clave del individualismo aris[Qcratico y a los privilegios que conlleva (Mariscal 35)

Pues bien el pica ro li terario desde el Lazarillo resulta ser un

Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 135134 Maria de los Reyes ColI-T elletxea JILS 62 (1994)

maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

136 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994) Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 137

virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

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3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

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    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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SUB]ETIVIDAD MUJER Y NOVELA PICARESCA EL CASO DE LAS PiCARAS

Maria de los Reyes Coll-Telletxea University of Massachusetts- Boston

Maravfllome dixo entonces riendo Gaspar Palla vicino que pues dais a las mujeres las letras la continencia la grandeza del animo y la rempJanza no que rais tambienque ellasgobiemen lasciudades y hagan las (eyes y traigan los exercitos y que los hombres se esten quedos hilando 0 en la cocina

Respondi6 sonriendose el MagnIfico Aun quiza eso no seria maloj) Mas yo no he querido dalles este cargo porque mi intinci6n es fonnar una Dama y no una reina

B Castiglione

La modema noci6n de individuo producto de la progresiva desmembraci6n del orden feudal que llega a su punto culminante en la fonnulaci6n del concepto conocido como sujeto universal burgues es el resultado de una sincronizaci6n en el pensamiento cientifico politico y econ6mico del XVIlI (Williams 161-2) Pese a esto la idea de individuo puede rastrearse mucho antes de ese momenta en el coraron h umanista del Renacimiento asentado en el reconocimientode la centralidad del hombre yaLm antes (Mara vall 404)

En el caso de Espana las avenidas por que discurri6 este desarrollo aparecen marcadas por sus caracteristicas condiciones sociohist6ricas el proceso de adaptaci6n de funciones de la nobleza -convertida en aristocracia en el nuevo estado absolutista---el desarrollo del mercantilismo la actuaci6n de los monarcas el movimiento contra rrefo rmista etc (Maravall Dominguez Ortiz)

132 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

Dicho esto interesa senalar q ue---en Espana y fuera de ella-Ia idea de individuo va tomando forma a traves de una gran variedad de practicas y discursos No se trata pues de una proposici6n filosofica posteriormente llevada a la practica sino de 10 contrario EI arte renacentista por ejemplo muestra consistentemente este punto el interes por la biograf(a los libros de vidas de santos y soldados los retratos pic toricos todo ello enfocado a la representaci6n del individuo El auge de la comunicaci6n epistolar la lectura realizada en silencio y soledad-gracias ala imprentashyla proliferaci6n de manuales decomportamiento los nuevos estudios medicos y psicol6gicos el establecimiento de la confesi6n la paulatina disociaci6n de las esferas publica y privada entre otros contribuyeron en gran medida a la formaci6n y evoluci6n de la idea de individuo En el ambito de la prosa literaria en castellano resalta el desarrollo de la autobiografla fic ticia de hombres y mujeres de los bajos fondos conocida hoy como novela picaresca

EI prop6sito de este trabajo es explorar la construcci6n del sujeto picaresco femenino la pfcara La tesis que se propone es que a diferencia desus contrapartes masculinas la representaci6n literaria de la mujer libre muestra ademas de los rasgos formalescaracteristicos de la serie ciertos rasgos de rivados de la presencia de la mujer en el texto Al elegir una mujer como protagonista los autores se ven enfrentados a distintos problemas derivados de las polemicas en tomo ala naturaleza y funci6nsocial de las mujeres y sus subversivos anhelos de autonomfa El control de la fuerza sexual por una parte y la amenaza de su combin aci6n con discursos alternativos de subjetividad por otra hacen delcasode las pfcaras-tan magramente atendido por la crftica-un objeto pri vilegiado para el estudio de las actitudes culturales hacia la mujer y de la formulaci6n de nuevas herramientas discursivas pa ra su debido control

La desmembraci6n del orden feudal a que hacfa alusi6n se presenta en fntima conexi6n con el proceso llamado demolici6n del heroe la entrada en juego de la idea de que ellugar social que ha de corresponder al individuo procede de sus rnentos y riquezas y no de su nacimiento (Iglesias) Las conexiones entre las novelas picarescas espanolas y esta idea e mergente han sido ampliamente

Subjeulidad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 133

rastreadas apuntando los sucesivos analisis a la probable presencia en tales textos de un contradiscurso dirigido directamente contra las ideas de Iimpieza de sangre nobleza heredada etctradicionales herramientas para la definicion del indi viduo en la Espana del Siglo de Oro (Castro Bataillon)l

La que se percibe enel panorama sociocultural del XVII espanol en el cual se producen casi todas las narraciones picarescas es preeisamen te eI recurrente enfrentamiento de la forma de subjetividad prevaleciente (aristocratica) con otras formas in cipien tes y al ternativas de subjetividad que andando el tiempo tomanan cuerpo plenamenre y llevanan a la superficie la figura del individuo burgues (Mariscal 38)

El proceso al que hago referencia no es como a primera vista podria parecer un doble p roeeso de formaci6n de dos subj eti vidades antes bien se lleva a cabo en el ambito aristoeratico y es contestado y manipulado desde los nUlrgenes desde los que s urgen a I terna tivas En el proceso de demolici6n del heroe la antigua nobleza renegocia su es tatus social con el esrado absolutista en la esfera publica y 10 haee eehando mana de todo tipo de estrategias de manipulaci6n de 10 externo (E(a5 Pere ira) Estas estrategias seran guardadas de los

grupos subalrernos para impedir su acceso Textos tan cuidadosamente formulados como El Cortesano de

Balta5ar de Cas tiglione permiten ver el componente es tra tegico que sustenra e l concepto de subjetividad cortesana una estricta manipulacion de 10 ex terior que sin embargo no permita ser identifieada como tal la consciente producci6n de una imagen que no obstan te debe atajar roda posibilidad de ser percihida como artitk ial yp roeurar pareeer na tural La cual segun Castiglione solo puede lograse a base de virtud

La problemhieo del modelo es la posibilidad que se deja abierta al engano En ultima instancia parece ser que la virtud no es innata y po r ranro podria ser adquirida mediante aprendizaje de 10 cual se deduciria que cualquiera en principio podria tener acceso a la clave del individualismo aris[Qcratico y a los privilegios que conlleva (Mariscal 35)

Pues bien el pica ro li terario desde el Lazarillo resulta ser un

Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 135134 Maria de los Reyes ColI-T elletxea JILS 62 (1994)

maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

136 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994) Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 137

virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
      • tmpQttRN4pdf
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132 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

Dicho esto interesa senalar q ue---en Espana y fuera de ella-Ia idea de individuo va tomando forma a traves de una gran variedad de practicas y discursos No se trata pues de una proposici6n filosofica posteriormente llevada a la practica sino de 10 contrario EI arte renacentista por ejemplo muestra consistentemente este punto el interes por la biograf(a los libros de vidas de santos y soldados los retratos pic toricos todo ello enfocado a la representaci6n del individuo El auge de la comunicaci6n epistolar la lectura realizada en silencio y soledad-gracias ala imprentashyla proliferaci6n de manuales decomportamiento los nuevos estudios medicos y psicol6gicos el establecimiento de la confesi6n la paulatina disociaci6n de las esferas publica y privada entre otros contribuyeron en gran medida a la formaci6n y evoluci6n de la idea de individuo En el ambito de la prosa literaria en castellano resalta el desarrollo de la autobiografla fic ticia de hombres y mujeres de los bajos fondos conocida hoy como novela picaresca

EI prop6sito de este trabajo es explorar la construcci6n del sujeto picaresco femenino la pfcara La tesis que se propone es que a diferencia desus contrapartes masculinas la representaci6n literaria de la mujer libre muestra ademas de los rasgos formalescaracteristicos de la serie ciertos rasgos de rivados de la presencia de la mujer en el texto Al elegir una mujer como protagonista los autores se ven enfrentados a distintos problemas derivados de las polemicas en tomo ala naturaleza y funci6nsocial de las mujeres y sus subversivos anhelos de autonomfa El control de la fuerza sexual por una parte y la amenaza de su combin aci6n con discursos alternativos de subjetividad por otra hacen delcasode las pfcaras-tan magramente atendido por la crftica-un objeto pri vilegiado para el estudio de las actitudes culturales hacia la mujer y de la formulaci6n de nuevas herramientas discursivas pa ra su debido control

La desmembraci6n del orden feudal a que hacfa alusi6n se presenta en fntima conexi6n con el proceso llamado demolici6n del heroe la entrada en juego de la idea de que ellugar social que ha de corresponder al individuo procede de sus rnentos y riquezas y no de su nacimiento (Iglesias) Las conexiones entre las novelas picarescas espanolas y esta idea e mergente han sido ampliamente

Subjeulidad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 133

rastreadas apuntando los sucesivos analisis a la probable presencia en tales textos de un contradiscurso dirigido directamente contra las ideas de Iimpieza de sangre nobleza heredada etctradicionales herramientas para la definicion del indi viduo en la Espana del Siglo de Oro (Castro Bataillon)l

La que se percibe enel panorama sociocultural del XVII espanol en el cual se producen casi todas las narraciones picarescas es preeisamen te eI recurrente enfrentamiento de la forma de subjetividad prevaleciente (aristocratica) con otras formas in cipien tes y al ternativas de subjetividad que andando el tiempo tomanan cuerpo plenamenre y llevanan a la superficie la figura del individuo burgues (Mariscal 38)

El proceso al que hago referencia no es como a primera vista podria parecer un doble p roeeso de formaci6n de dos subj eti vidades antes bien se lleva a cabo en el ambito aristoeratico y es contestado y manipulado desde los nUlrgenes desde los que s urgen a I terna tivas En el proceso de demolici6n del heroe la antigua nobleza renegocia su es tatus social con el esrado absolutista en la esfera publica y 10 haee eehando mana de todo tipo de estrategias de manipulaci6n de 10 externo (E(a5 Pere ira) Estas estrategias seran guardadas de los

grupos subalrernos para impedir su acceso Textos tan cuidadosamente formulados como El Cortesano de

Balta5ar de Cas tiglione permiten ver el componente es tra tegico que sustenra e l concepto de subjetividad cortesana una estricta manipulacion de 10 ex terior que sin embargo no permita ser identifieada como tal la consciente producci6n de una imagen que no obstan te debe atajar roda posibilidad de ser percihida como artitk ial yp roeurar pareeer na tural La cual segun Castiglione solo puede lograse a base de virtud

La problemhieo del modelo es la posibilidad que se deja abierta al engano En ultima instancia parece ser que la virtud no es innata y po r ranro podria ser adquirida mediante aprendizaje de 10 cual se deduciria que cualquiera en principio podria tener acceso a la clave del individualismo aris[Qcratico y a los privilegios que conlleva (Mariscal 35)

Pues bien el pica ro li terario desde el Lazarillo resulta ser un

Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 135134 Maria de los Reyes ColI-T elletxea JILS 62 (1994)

maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

136 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994) Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 137

virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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Subjetividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 135134 Maria de los Reyes ColI-T elletxea JILS 62 (1994)

maestro en el arte de manipular 10 extemo para intentar el acceso al ambito privilegiado (medro) Tradicionalmente caracterizado como un hombre sin honor de dudosa estirpe y azarosa vida aparece en la literatura empufiando la pluma para autorretratarse y proyectar asi al exterior una imagen tan variada como la ideologfa delescritor que la impulsara En cualquiercaso se vale impunemente y se fie de esa construccion natural impulsada en textos como el de Castiglione y asi como la elaboracion del cortesano perfecto contiene una no menos detallada produccion de su correia to la perfecta dama (El Cortesano libros II y III) tambien la picaresca tiene su version femenina la pfcara

Lamentablemente la atencion a las pkaras en los estudios literarios ha sido y sigue siendo escasa Las siguientes paginas se concentran por ello en estos personajes de mujer y en las peculiares representaciones literarias a que dan lugar enel convencimientode que su consideracion puede arrojar luz sobre el problema de la construccion yo contencion de una subjetividad femenina aspecto que a su vez tambien ha sido tradicionalmente obviado por los historiadores

Si comodeciamos anteriomlente los distintos grupos subalternos Uudios conversos moriscos indigenas americanos pobres etc) quedaban irremediablemente fuera del ambito privilegiado del indi vidualismo aristocratico las mujeres en general constituian un grupo aparte todas en todos los ambiros sociales y ernicos se encontraban en una posici6n marginal con respecto a las nuevas coordenadas de la individualidad masculinas por definicion Esto es asi incluso en el caso de la dama de palacio habilisimamente compuesta en El Cortesano Por ello para llegar a la picara inversion del modelo ideal debemos detenemos en tal modelo la compafiera de 1 cortesano

La Darna

Castiglione recurre a una sofisticada estratagema para construir una imagen ideal de la dama perfecta en todo como el cortesano y sin embargo distinta en 10 esencial la capacidad para la acci6n politica y el mantenimiento de su autonomia Ladamade Castiglione

10 tiene todo porque como el cortesano tiene capacidad para la virtud perc sus estrategias de manipulacion de 10 externo son di versas y carece de la autonomia necesaria para la accion politica Es mas si la cons truccion del perfecto cortesano se realiza discursivamente sin impedimento alguno a la hora de elaborar el modelo feme nino se levan ta entre los interlocutores una fuerte polernica en tomo a la naturaleza y funcion social de la mujer En tiendase bien 10 que se pone en entredicho es algo central la capacidad de la mujer en general para la virtud algo que se tomo por sen tado en el caso del varon (Benson 79-80)

El resultado es q ue en el caso de la dama de palacio nt el estar capaci tada para la virtud ni la maestria en la manipulacion de 10 exterio r garantizan la autonomia individual necesaria para la accion Lo curioso de la polemica sobre la naturaleza y funcion social de las mujeresque atraviesa el tercer libro de El Cortesano es que se realiza con min imas in tervenciones de las mujeres presentes es decir es una polernica entre hombres que recoge y reelabora las tradicionales polemicas en torno a las mujeres Lo mismo que como veremos

ocurre con las pkaras De manera general la polemica sobre la naturaleza y funcion

social de las mujeres puede seguirse en una gran variedad de textos de la epoca tratados medicos teologicos de conducta textos legales etc 0igil Perry) Es evidente que la polemica no comienza aq ui sino que es ampliacion de la llnea misogina medieval ahora bien los replanteamientos de la polemica en romo a las mujeres en el momento en que se plantean las coordenadas de la individualidad necesariamen te adquieren un matiz particular Otorgar 0 denegar capacidad de autonomia a las mujeres o--al menos-a las mujeres de palacio era igual a otorgar 0 denegar capacidad de accion politic a (de ahi la reaccion de Gaspar Pallavicino que iniciaba estas paginas) De dondese sigue que 10 que se poniaen juego era nada menos que la posibilidad de tener que compartir los mas preciados privilegios

masculinos La ideologfa de la virtud podia llegar a constituir un serio

peligro social si se admitia como hace Castiglione que era tan aplicable al hombre como a la mujer de palacio La ideologia de la

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virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

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discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

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3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

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Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

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3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
      • tmpQttRN4pdf
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virtud efecti vamente abria las puertas cerradas por la de la sangre a un cierto sector social pero tambien permitia por mor del aprendizaje y el disimulo la entrada en competicion de un amplio sector social y de una serie de eventuales alternativas a la propia subjetividad aristocratica

No es de extranar que la constitucion de la individualidad aristocratica se realizara en gran parte a base de subrayar los atributos del cuerpo masculino y que por tanto aquelloselementos ajenos al cuerpo aristocratico fueran repetidamente asociados con rasgos femeninos necesariamente excluidos e identificados como excrecencias e impurezas que habfan de purgarse del cuerpo aristocratico (Mariscal 44) Mas que ningCm otro grupo la mujer independiente 0 autonoma infiltrada en todos constitufa una amenaza al orden social

Siendo esto asf y habida cuenta de que la picaresca parece hundir sus rakes en las aguas de la burla y la advertencia sobre la instrumentalizacion de las estrategias elitistas de individualidad mi propuesta es que el grupo de picarescas protagonizadas por mujeres son un lugar privilegiado para la investigacion de los azares de la evolucion de la subjetividad femenina y de las particulares actitudes culturales y polemicas que rodearon a las mujeres de la Espana del Siglo de Oro

En este sentido tomo la llamada novela picaresca como un ejemplo de una de las variadas practicas cui turalesq ue contribuyeron en su momento a la delimitacion de sujetos De ahf que en las siguientes paginas me aparte de las multiples polemic as de caracter formal que generalmente asolanel campo El estadode semidescuido en que se encuentra este grupo de novelas de pfcaras contrasta con la apabullante atencion critica prestada a su contraparte masculina razon por la cual dejo tambien esta vfa para otro momento

lAs picara5

Tres son las novelas de plearas que van a tratarse aqul La Picara Justina (1604) La Ingeniosa Elena La hija de Celestina (1612 y 1614) y Teresa de Manzanares (1637) Todas elias protagonizadas por mujeres marginales de vida errante dudosa sangre habiles

manipuladoras de la apariencia externa desenfrenada sexualidad e irreprimible afan de medro y lucro T odas elias escritas por varones Lo pe z de Ubeda Salas Barbadillo y Castillo Solorzano respectivamente

SOlo la primera esta escrita como aurobiografla fictieia (en primera persona) siendo las otras dos narradas 0 en tercera persona (Elena) oen una primera persona totalmente pri vada de verosimilitud (Teresa) He aquf un problema no solo formal las tres pfcarasshyJustina incluida-muestran claros signos de constrenimiento de vozlncluidas en un molde caracterizado por la capacidad de autoshyreflexi6n del narrador-protagonista (la serie picaresca) estos tres casos de mujer pleara son sin embargo mudos (Elena) 0

diseursivamente incoherentes 0us tina) 0 a mdas luces artificiales

(reresa) Inreresa notar aqul una gradacion La primera de las plearas

do tada de voz por suautor no parece capazde articularla de manera coherente las dos siguientes aparecen representadas desde una posicion narrativa extema T odas sin embargo son representaciones de una particular excreeencia social la llamada mujer libre un elemento inherentemente danino para el orden social irrecuperable y merecedor no solo del recelo sino del ajusticiamiento publico

Si las posiciones ideologic as del Lazarillo el GtlzrruZn yel BuscOn son divergences en practieamente todo mi propuesta es que en el caso de las pfcaras la posicion ideologica de losaurores es similar se tra ta en todos los casos de un acosO feroz a la mujer independiente (aut6noma) y de una llamada de atencion sobre los peligros que conlleva la aeeptaeion de la eapacidad de auronomla para este amplio seetor de la poblacion No es de extranar que una vez ensayada la autonomla diseursiva Uustina) no vuelva a reeurrirse a es ta formula Algo que no ocurre en el easo del pfcaro varon

Pero h ay algo mas Las tres novel as identifican a la pfcara no s6Lo con el peligro de la manipulaei6n de la aparieneia externa deri vado del habil manejo e inversion de los criterios de virtud sino tambien con un contradiscursoesencialmente enemigo la riq ueza En efeem las tre muje res se mueven por intereses estrlctamente economicos y el hecho de ser mujeres aparentemente les brinda mayor aceeso al incipiente mercado

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A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
      • tmpQttRN4pdf
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138 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

A diferencia de sus contrapartes masculinas las pfcaras no sirven a sucesivos amos sino que se ganan la vida a base de seducir varones adinerados ylo nobles contraer sucesivos matnmonios manipular herencias e incluso establecer negocios No moralizan no muestran arrepentimiento alguno ni tenninan tranfoffiladas Su vida transcurre en un ir y venir de identidades usurpadas matrimonios estafas y persecuciones Su principal affi1a-ademas de laastucia--es el propio cuerpoysu impulsoesenciallaconsecuci6n de una cierta autonomia a base de la acumulaci6n de dinero Los planteamientos de la piceresca de mujeres son asf ajustados a su condici6n de ser mujer Vayamos por partes

1 Justina Los tres modelos sin embargo difieren tambien en algunos aspectos y planteamientos a que resulta necesario aludir para esta discusi6n EI caso de La Picara Justina es esencial por tratarse del primer modelo de pfcara espanola (al menos dentro de la novela picaresca) La incoherencia discursiva de la que tradicionalmente ha sido acusada la novela ha tenidocomo resultado la consideraci6n de la narradora-protagonista como producto travestido de la picaresca y consecuentemente el abandono de la consideraci6n de la figura de la mujer como eje sobre el cual gira la narraci6n2

La novela gira precisamente en tomo a la naturaleza y funci6n social de la mujer yel inminente peligro que su autonomfa acarrea para el orden social establecido Pese a las fabulas intercaladas las digresiones y las interrupciones de la voz moral del autor tanto los episodios de la vida de Justina como sus disquisiciones cobran significado si se contemplan como un acoso y un claro intento de ridiculizaci6n de los discursos subaltemos de subjetividad especialmente cuando los individuos subaltemos en cuesti6n son mujeres vease la introducci6n del propio LOpez de Ubeda

En este libro hallara la doncella el conocimiento de su perdicion los peligros enque se pone una mujer libre que no se rinde al consejo de los otros aprenderan las casadas los inconvenientes de los malos ejemplos y mala criama de sus hijas los esrudianteslos soldados los oficiales los mesoneros los ministros de justicia y finalmente todos los hombres de

SubjetJllidad m ujer y novela picaresca EI caso de las picaras 139

cualquicr caudad y estado aprenderan los enredos de que se hande libra r los peligros que han de huir los pecados que les pueden saltear las almas Aquf hallaras todos cuantos sucesos p ueden vern r y acae ce r a una mujer libre Uustina Introducci6n)

La identificaci6n de la pfcara como mujer libre en un momento en que Ia palabra libe rtad se cargaba de connotaciones negativas (deseo no auto ri zado de a UlOnOmla individual) no da lugar a dudar de que 01 menos uno de los prop6sitos del texto sea el de persuadir de la maugrudad y destructividad intrfnsecas del intento mediante la descarada burLa del disCUfgta en q ue se sostiene

En efecto dado que el auror c1aramente especifica su objetivo y su objem no es de extranar que gran cantidad de las digresiones por los que se eruarda Justina esten dirigidas a polemizar en tomo ala naturalea y fund 6n social de La mujer Ocurre sin embargo que a la pro tagonista se Le traba la [engua en mas de una ocasi6n de modo que parece escar a ambos lados del dialogo Por una parte predica y hace gala de su libertad no se arrepiente jamas y no se justifica es decirdespliega ante nosotros la o rgullosa posibilidadde autonomfa por otra dedica innumerables digresiones a acusar pred samente aquello que eUa vive

El hombre fue hecho para ensenar y gobemar en 10 cuallas mujere s ni damos oi co mamos La muj e r fue hecha principalmente para ayudarle a la propagacion dellinaje humano y a cuidar de la famil ia (Libra I Numero II)

Po r regia general el discu rso de la propia Justina contradice sus obras echando mana de las ideas transmitidas por la tradici6n rnisogina occidental ejemplos comoel anterior pueden multiplicarse La incoherencia se acrecienta cuando en la boca de la misma narradora aparecen asercionesde caractermixto como la siguiente

Las mujeres nacimos esd avas y sujetas y como por nuestros pecados roda dominio y sujeci6n es aborrecibLe aunque sea natural y para nuestro bien n i cosa hay mas amable que el mandar viene a ser que no haycosa de nosotras mas estimada

140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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140 Marla de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994) SUbjetiVldad mujer y novela picaresca EI caso de las plcaras 141

que vemos concetro sobre las vidas y sobre las almas aunque sepamos que han de durar poco (Libro IV Capitulo IV)

Aquf la narradora va de la natural sujeci6n de la mujer al aborrecimiento de la mujer ante tal asignaci6n El problema de la construccion social del modelo natural de mujer permea la novela por completo el problema central es elcontrol que la sociedad quiere ejercer sobre las mujeres y los mecanismos de defensa y resistencia que plantea este variado grupo Poco despues Justina volveni a la carga

Tresgenerosde gente hay que portener vinculada la necesidad pagan fuero ala avaricia ninos viejos y mujeres Los ninos porque no tienen ni saben que es tener los viejos porque han menester tener mucho y no tienen nada las mujeres porque demas de que tienen el mal de los ninos y de los viejos tienen extremo en antojos con el cual pueden menguar el caudal imaginable (Libro IV Capitulo IV Enfasis mio)

En es te caso el discurso sobre la naturaleza de la mujer parece mezclarse con su necesidad social necesidad medida aq ui en terminos claramente economicos De hecho la historia que Justina cuentashyen realidad m uy simple-muestra a una mujer sola movida exclusivamen te por la necesidad de asegurar y acrecentar en 10 posible su seguridad econ6mica para salvaguardar su autonomia Mas aun ella no reconoce ya otra division de linajes si noes la puramente economica

Pues lque en este tiempo en el cual en materia de linajes hay tantas opiniones como mezclas Verdad es que algun buen voto ha habidode que en Espana y aun en todoel mundo no hay sino solos dos linajes el uno se llama tener yel otro no tener Y no me espanto que la codicia del dinero es mondonguera y hace morcillas de sangre de toda broza por ser toda ella de un color (Libro I Capitulo II)

La alusion al pode r igualador del dinero y por elio al debilitamienro de los discursos de sangre y de virtud es clara Entre los tres el unico al que Justina puede aferrarse para alcanzar su

necesaria auronomfa es del dinero capaz de borrar los obsnkulos planteados poe las construcciones sociales de la naturaleza (de la mujer en este caso pero tambien de aquellos de linajes impuros) diseminadas en todo tipo de tratados

En suma la primera n ovela de pfcaras apunta sus armas hacia la incoherencia de conceder autonomfa necesaria para la fo rmulacion de una subjetividad alremativa y contra los peligros sociales que tal accion necesariamente acarrearia en el caso de la mujer dadas su inferioridad natural y la presencia de un peligroso contradiscurso de apoyo centrado en categorias economicas y plenamente capaz de amenazar las esteucturas basic as del estado absolutista La combinacionde la sexualidad femenina (intrinsecamente maligna) y las posibilidades de una economfa de mercado con la habil manipulacion de los signas extemos canstituye una seria amenaza para el con trol de los geupos subaltemos en el estado absolutista Esta combinacion se repi te de manera diversa en el caso de las pfcaras

La voz de Jus tina se contradice a cada paso como si se Ie hubiera o rorgado con el preciso objetivo de que se mordiera la leng ua Comparada con Lazaro a quien se Ie permitio el control total de la voz y por eonsiguiente el control de su auto-representacion Justina es una marioneta en las manos de lOpez de Ubeda que gestieula al sonque Ie toean Dicho esto habra que admitir tam bien que al utilizar el ejemplo de una mujer libre lOpez de Ubeda se pilla las manos para que se muerda la lengua inevitablemente hay que hacerla habla r confundir en su discurso los argumentos no es suficiente pa ra acallar la representacion de una voz claramente suhversiva Asf aunque La figura de Justina se levante ala manera de una burla acompanada de cierta admonicion 10 ciecto es que se Ie brinda un espacio discursivo La pfcara literaria recibe una voz que a la mujer libre se Ie niega En la historia de Justina se contienen los argumen tos para arnbas situaciones

N i que de cir tie ne que las si guie ntes pfc a ras son convenientemente presentadas sin voz propia Como las damas de palacioque conscruyera Castiglionela mujer libre es inmediatamente apartada de la discusion de su posible eS [a [Us como sujeto pe ro la

Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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Subjetividad mUjer y novela picaresca EI caso de las p fcaras 143142 Maria de los Reyes CoII-T elletxea JILS 62 (1994)

discusi6n en ningun momento cesa a juzgar por la proliferacion de tratados manuales instituciones leyes obras dramaticas y novelas fielmente dedicadas a su contenci6n

Pasado el experimento de Justina la pfcara se convierte de lleno en un objeto de investigaci6n no en un sujeto con voz propia No estamos ya ante un auto-retratosino ante un puro retrato dominado por entero por una perspectiva externa

La diferencia mas radical de estas con respecto ausuna reside en el caracterfstico perfil social con que estan dotadas no son campesinas como la primera sino cortesanas (en el sentido peyorativo que la palabra ya posefa en la epoca) se dedican sin ambajes a la prostituci6n como medio de ganarse la vida y se introducen sibilinamente en los ambientes aristocraticos con exito a base de manipular su apariencia externa y de imitar las maneras propias de las damas Estas pfcaras van de la prostitucion a los salones aristocraticos con aparentemenre muy poco esfuerzo A partir de ahora el ambito cortesano y el picaresco coliden

2 Elena La segunda pfcarallamada Elena (La Hija de Celestina) es una picara muerta Muerta por la justicia por haber asesinado a su marido y rufian Elena es descaradamente prostituta trabaja para su rufian y de ello viven ambos

Pues cosa es cierta que ha de ver vuestra merced muy premiado en la otra vida el cuidadoque siempre ha tenido de que las mujeres que ha trarado no sean vagabundas puniendolas a oicio y haciendolas trabajadoras que no solamente carnian de la labor de sus TTUlnos sino de la de todo su cuerpo (Elena 82 enfasis mlos)

Es decir aunque es una prostituta no sujeta al control legal del burdel parece sin embargo sujeta al conrrol del varon esro aunque no parece ser 10 que mas preocupa a Salas Barbadillo representa sin embargo un paso mas en la caracterizaci6n de la pfcara ya que su subsistencia-medida en tenninos econ6micos-se realiza a base de un acuerdo de compra-venta de su propio cuerpo

Basicamente esta novela gira en tomo al engano de un caballero noble honrado y rico Don Sancho seducido y enganado por la

picara con vincentemen te disfrazada de dama El engano es tal que Don Sancho jamas Ilega a saber que Elena no es tal dama aunque 10 sepa ellector

Ggtn Elena e1 planreamiento de la prostituci6n femenina co mo media de subistencia se ex tiende sobre el tapete picaresco sin tapujos pero ademas 13 peligrosa proximidad de la pkara con el caballero articula la amenaza social de la mujer libre de manera aCm mas explkita 3La protago rusta es presentada como un ser aberrante q ue usa a los hombres (nobles 0 rufianes) para ob tener provecho economico y se vale para eUo de su maestna en eI manejo de los signos externos En efecto la pkara se vale de los discursos del honor de la sangre y la vi rtud para implicar al noble del criterio econ6mico (el necesario usa de su cuerpo para el trabajo) para enganar al rufian Una amenaza y rebeli6n tan completas solo padian temlinar en el patlb ulo como asi ocurre

El libro parece constituir una seria advertencia de la capacidad de acci6n desestablliadora de W1a mujercon ansiasde independencia a autonomla Acd6n que afecta mas 16gicamenre a quienes mas [ienen que perder La voz de la mujer no queda registrada 0 se regis tra sOlo minimamenre es el narradorquien polemiza y advierte de la malignidad esencial del modelo construido in absentia EI poder sexual de este tipo de plcara (de la sexualidad femenina en gene ral) combinado can su faka de escrupulos su interes de autonornlashyimpulsado a base de criterios estrictamente econ6micos-y su facilidad pa ra inst rumen talizar (la imitaci6n de) la conducta cortesana (vi rtuosa) hacende esta plcara W1a combinaci6n mortifera q ue a tx1a costa de~ se r aborrada tal como ocurre y se nos exp lica desde el principia No 5610 no se Ie da voz sino que se Ie da muerte Publica

Si Justina renninaba con la admonici6n de su autar para q ue se considera ra su q uema puri tk adora en efigie Elena comienza ya en el padbulo Los pkaros de Lazaro a Estebanillo jugaban al menos can la ilusi6n de la posibi lidad de establecerse como sujetos discursivo En el casode las pfcaras ello resulta imposible dado que los atributos que las carac te rizan cobrarfan en sus voces la calidad de Ulla amenaza demasiado explicita

144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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144 Maria de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Teresa La vida de la tercera pfcara gira en corno ados ejes que se cruzan el trabajo manual remunerado y el matrimonio Cuatro veces se casa ycuatro veces intentaestablecerse independientemente para vivir de su trabajo_ Sus artimanas y robos se intercalan entre estos cuatro dobles intentos fallidos Como las anteriores pfcaras 10 que mueve a Teresa es la necesidad de supervivencia medida en tenninos economicos pero en este caso la escala aumenta un grado mas Teresa esta dotada de una inquebrantable voluntad de cambiar de estado 10 que la lleva a usurpar la identidad de una dama noble Esta aspiracion a ser mas irrumpe constantemente los industriosos afanes de la protagonista que esta asf a caballo entre la opcion tradicional (el matrimonio) y una nueva y radical opcion el trabajo remunerado no simplemente la prostitucion_ Teresa actua como dama esposaartesana y actriz fracasando finalmente en todos sus papeles y si en] ustina destacaba el discurso de la riqueza yen Elena la agresi va subversion de todos los valores establecidos en Teresa destaca la conciencia de la protagonista sobre sus anhelos y las bases ideologic as que los apoyan

No debe ser culpable en ningun mortal el deseo de anhelar a ser rruis el procurar hacerse rruis calificada sangre que la que tiene supuesto 10 cual en mf no se debe culpar 10 que he hecho puesto que fue con esta intenci6n de valer rruis (Teresa cap XIV Enfasis mfos)

Estas palabras dan cuenta de la clara conciencia social del personaje creado par Castillo Solorzano todos debieran tener acceso a los privilegios derivados de los estados regulados por las autoridades y en efecto todos reclaman esos privilegios que el orden social establecido solo garantiza para ciertos individuos Par tanto la manipulacion de la apariencia extema es la unica alternativa para parecer rruis y el trabajo la unica alternativa viable para tener rruis 4

EI caso de Teresa pese a sus obligados fracasos abre definitivamente las puertas de la picaresca a nuevos discursos alternativos de subjetividad y descaradamente da farma textual a los planteamientos que los apoyan EI planteamiento estructural de la novela dice mucho sobre el asunto Narrada en primera persona

Subjetividad mujer y novela p icaresca EI caso de las picaras 145

la voz de Teresa va sin embargo precedida de la del autor que comunica a sus lenore que esta no es sino una construccion fonnada de los sucesos de muchas que han servido de hacer aquf un compuesto La veroimilitud de la autobiograffa queda asi completamente fracturada

De nuevo la voz de la picara es obviamente reapropiada y su discurso convenientemente redirigido hacia la moralidad Las picaras enninguncaso son presem adascomo recuperables 0 recuperadas sus deseos de auronomla son repetidamente presentados juzgados y sentenciados p(iblicamente La contencion de sus discursos se realiza mediante apelaciones a su naturaleza inferior a su falta de adherencia a los principios legales 0 as u identificacion con discursos claramente subversivos En todos los casos sin embargo se hace necesaria la represen tacion de los discursos de estas mujeres libres como subaltemos

Condusiones

En la representacion de los anhelos de autonomfa de la pfcara los a utores coinciden en apuntar el factor economico como fin y el sexual como medio aliados con la conveniente manipulacion de los signos extemos ca racre ris tica de la picaresca Las picaras sin embargo dada su fuerte carga sexual tienen exito en penetrar los lfmites del ambi to cor tesano Asf mismo destaca la instru mentalizacion que todas elias hacen del matrimonio como vehfculo para proteger sus logros economicos Como si resultara imposible tan siquiera imaginar a la pfcara realmente sola e independience (como ocurre ca n el plcaro)

Con tenidas por la misma prosa que les da la vida las pfcaras espanolas son un ejemplo deromo detenninadas practicas discursi vas operaban en la Espana premoderna al objeto de definir la legalidad o ilegalidad de cienos disc ursos alternativos de subjetividad co rrespondienres a grupos marginados Criterios filosoficos teol6gicos medicos jurid icos e ideologicos se lanzaban a trompazas con tra cualquier sospecha de subversion de las mujeres La cual a su vez apoya la sopecha de q ue tal impulso de subversion se habfa materializado La represenracion de la mujer en la picaresca apunta en esa misma direccion

146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
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146 Maria de los Reyes CoII-Telletxea JILS 62 (1994)

Las polemicas en romo a si esras novelas son fOffi1almenre picarescas 0 no debieran tener en consideracion el factor que las hace distintas el estar protagonizadas por nwjeres (grupo mixto sobre el cual la bateria de impedimentos para la autonomfa era claramente distintiva) destruye a priori la ilusion de que existe un sujeto que las impulsa quedando este rebajado a la funcion de objeto La hipotesis de q ue esto ocurre debido ala implausibilidad de existeneia real de rales personajes (Rodriguez) queda desvirtuada por las recientes investigaciones historicas5 Mas fructffera parece 1a revision del material textual a la luz de las polemicas habidas en tomo ala natura1eza y funcion social de la mujer en un perfodo en que se esraba forrnulando y reforrnulando la funcion social de los individuos

En un momenco en que los criterios de sangre virtud obras y riqueza se encontraban en profunda tension la picaresca protagonizada po r mujeres y escrita por varones coincide en comshybinar los faetores de sexualidad aspiracion a la autonomfa lograda por medio de trabajo remunerado y manipulacion de apariencias Los dos primeros fac tores parecen privativos de las pfcaras el tercero es comlin en coda la picaresca

Algo en la combinacion sexualidad-remuneracion-autonomia distingue a las pfcaras (mujeres pobres) y las hace hasta tal punto peligrosas para el orden social que incluso la autonomfa discursiva caracteristica de la picaresca (la voz) les es denegada El hueco social abierto por la incorporacion del discurso cortesano de virtud como definidor de 1a subjetividad aristocratica se agranda y profundiza con la competencia del dinero Las reflexiones literarias en tomo a la mujer pobre su anhelo de autonomfa y la fuerza y

capacidad de su sexualidad testifican el cemor ala materializacion de tal eombinacion y al mismo tiempo su existencia

Mientras tanto la linica posibilidad de acceso a la subjetividad segufa siendo parrimonio del varon

() generalmente mdas las mujeres desean ser hombres por un eierto ins tin to natural que las gufa a desear su perficion

Respondio a esto el manffico Julian Las cuitadas no desean

Subjatividad mujer y novela picaresca EI caso de las picaras 147

ser hombres par se r mas perfetas sino por alcanzar alguna libertad y h uir de aq uel senorfo que IDs hombres malamente se han usurpado contra ellas

B Castiglione

NOTAS

1 El u-abajo de Castro centraba el asunto en el probable origen converso de los auto res de novelas picarescas esto justificarfa la acidez que parece notarse en elias acerca de los criterios de sangre Bataillon sin embargo avanza la tesi en sen tido inverso no son los autores---entre los que por eje mplo esta el nada dudoso Quevedo---sino los procagonisras picarescos los que son de origen ciertamente dudoso cuando n o abiertamente judro CO [lVe rso 0 morisco Bataillon estudia con detenimie nto el caso de La Picara Justina y documenta de manera convincente la relaci6n de su au ro rco n la corte y con cierto senor de Calder6n de dudosa alcurnia pew ce rcano al poder No obstante noe examinan a fondo las implicaciones de q ue sea una mujer la protagonista de la historia

2 La suertc de las nove las de plcaras en los estudios puede resumi rse en tres palahras tnac(lCamerueno irueresan La crftica de los siglos XIX y XX ha apartado esras novelas de la serie picaresca relegandolas a a la categoria de engendros de escaso uvalor estetico forma vada not fully de ve lshyoped p fc a ro$~ ucompuestosdegeneradosde arte etc Para 10 relacionado con esta siruacion puede consultarse Coli (1993)

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
      • tmpQttRN4pdf
Page 13: Subjetividad, mujer y novela picaresca: el caso de las ...

148 Marfa de los Reyes Coll-Telletxea JILS 62 (1994)

3 Cruz (1989) sostiene que la picaresca de mujeres no comparte can la de los picaros ni sus origenes ni sus prop6sitos En cuanto a 10 primero Cruz opina que el origen de la picaresca de picaras esta en La Celestina A pesar de qUe comparto la conexi6n del mode 10 de la picara con la vieja de Rojas no creo que haya h asta el momento manera de demostrar una propuesta tanconcretaAdemasdel mode 10 de Rojasestan losde Delicado y Juan RUlz por no hablar de Aretino y otros autores excranjeros En cuanCo al segundo aspecto Cruz parece ligarlo unicamente a la cuesti6n sexua l y especiflcamence a la proscicuci6n Ahora bien explicita 0

implicitamente hay tambien prostituci6n de mujeresen las tlidas de Lazaro yde Guzman aunque sedesarrolle masen lasde las picaras En miopini6n no se trata s610 de prostituc i6n hay variables que van de la alcahueteria alserviciodomestico pasandoporel teaaoyel trabajomanual remunerado La figurade la picara se moldea ademas sobre un fuerce componence racial que no puede dejarse de lado aunque tampoco sea en mi opini6n el cricerio basico

4 Blanco Aguinaga (1989) realiza un estudio centrado precisamente en las relac iones de dineroencendidas posicivamence que aparecen en esta novela Las conclusiones de mi escudio confirman en parte la incerpre taci6n de Blanco Sin embargo su analisis parte de la comparaci6n de T eresacon una novel a inglesa y posterior MoU Flanders en mi caso esto se escudia sin salir de las plcaras espanolas todas elias anceriores a la inglesa

5 Vease porejemplo una disposici6n de las autoridadesde Madrid del ano 1631 que claramente identiflca el tipo (tomada de Vigil)

Se pregone en esca Coree acento a la muchedumbre de mozas que pueden servir que han venido y vienen a esca Corte y andan vagando por ella por bodegones y cabemas que no so lo son vagabundas sino que andan por las calles portales y cajones incicando a los hombres a qUe ofendan a Dios con elias y asiscan con los amos

SubJetividad mujer y novela picaresca EI caso de las pfcaras 149

OBRAS CITADAS

BataiLlon Marcel Picams y picaresca Madrid Taurus 1969 Blanco A guinaga Carlos Picaresca espanola picaresca inglesa sobre las

de tenni nacio nes del ge ne ro Edad de Om2 (1989) 49-65 Be nson Pamela The Inveruion of the Renaissance Woman Universiry Park

Pen nsylvania The Pennsylvania Stace U P 1992 Castigl ione Bal tasar EI Cortesano Edici6n de Rogelio Reyes Cano

Madrid Espasa Calpe 1984 Castil lo Sol6 rza no Alonso de Laniiia de los emlnmesTeresadeManzanares

Edici6n de A Valbuena Madrid Aguilar 1943 Castro Americo De la edad conflictiva Madrid Taurus 196 1 Coli Reyes Plcaras en la Picaresca Tesis Doctoral U of Minnesota

1993 Cruz A nne The Picaresque as Discourse of Poverry Ideologies amp

Literature 1 (1985) 79-94 Dominguez Or tiz Antonio Las clases privilegiaLlas en el aruiguo 1egimen

Madrid ltsmo 1985 (3) Elias NorberLLasociedadcortesana Mexico Fondode Cultura Econ6mica

1982 Iglesias Cano Maria del Canne nlruliuidualismo nobleinditlidualism 0

burgues Madrid Bolecin de la Real Academia de Historia 1991 L6pez de Ubeda Francisco Lihro de entretenimienlO de La Picara Justina

Edici6n de Bruno Damiani Madrid Editora Nacional 1982 Maravall Jose Antonio EstaM modemo y mentalidad social Vol I y II

Madrid Ediciones de Ia Revista de Occidence 1972 Mariscal George ContradiclO1j SUbjeCLs Quevedo Cervames and t~ Sevshy

elueenLh-Cent ulj Spanish Culture lchaca Cornell UP 1991 Pere ira Oscar Del cortesano al actor literatura y representaci6n public a

en Ia primera modernidad espailola Tesis Doctoral U ofMinnesoca 1992

Perry Mary Elizabeth Gerukr and Dis01der in Early Modem Spain New Jersey Princeton UP 1990

Rodriguez Luis Julio Picaras The Modal Approach co the Picaresque Comparatiue Li[erature 31 (1979) 34-46

Salas Barbadi Ilo Alonso La lngeniosa Elena y la Hija de Celestina Madrid Insti tuto de Estudios Madrile nos 1983 Edici6n de Jose Fradejas

Vigil Maril6 La tlWa de las mujeres en los siglos XVI y XVII Madrid Siglo XXI 1986

Will iams Raymond Keywords New York Oxford UP 1983 (2)

  • University of Massachusetts Boston
    • From the SelectedWorks of Reyes Coll-Tellechea
    • 1994
      • Subjetividad mujer y novela picaresca el caso de las piacutecaras
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