Subirats, Marina, Introducción en Pierre Bordieu, La Reproduccion

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    P I E R R E B O U R D I E UJ E A N - C L A U D E P A S S E R O N

    L A

    R E P R O D U C C I N

    E l e m e n t o s p a r a u n a t e o r a

    d el s is t em a d e e n s e a n z a

    oisrraaijctoNEs

    I

    I F O N T M R

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    Ttulo original:

    La reproduction

    Versin original: Les editions Minuit, Pars

    Texto revisado por: J. Melendres y M . Subirats

    Prlogo a la edicin espaola: M arina Subirats

    Prlogos a la edicin italiana: Giovanni Bechelloni y Francesco Ciafaloni

    Primera ed icin en espaol EditorialLaia,S.A., Barcelona:1979

    Primera edicin en DistribucionesFontamara,S.A.\ 1995

    Segunda edicin: 1996

    Reservados todos los derechos conform e a la ley

    de la presente edicin (incluidostr ducciny prlogos)

    Editorial Laia S.A.

    DISTRIBUCIONES FONTAMARA S.A

    Av. H idalgo 47-b, l piso. Colonia del Carmen

    Delegacin Coyoaca 04100 Mxico D.F.

    Telfonos: 659 71 17 y 659 79 78. Fax: 658 42 82

    ISBN 968^76-249-6

    Impreso y hecho en M xico

    Printed and m adeinM exico

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    Introduccin a la edicin castellana

    La publicacin de

    La reproduccin

    descubrir al lector

    espaol con un re tra so de aos sob re su edicin original,

    dato a tene r en cuenta a la hora de situa r el libro imo de

    los libros ms ambiciosos y polmicos de cuantos se han

    escrito en los ltimos tiempos sobre el sistema escolar.

    Para el lector que conozca a Bourdieu y Passeron a tra

    vs de

    Los estudiantes y la cultura,^

    la lectura de

    La re-

    produccin

    constituir una sorpresa en ms de un sentido.

    Sorpresa formal, en primer lugar: nos hallamos aqu lejos

    ie la claridad expositiva y de la linearidad propia de aque-

    la obra. Por una serie de motivaciones complejas, entre las

    que un cierto alarde de irona no es tal vez la menor, los

    lutores utilizan, para desmontar pieza a pieza el funciona-

    mimto del sistema acadmico, unas formas y un lenguaje

    profundamente anclados en la tradicin escolar, y por ello,

    asequibles en su totalidad, de modo casi exclusivo, a los in

    dividuos que disponen de los instrumentos tpicos de esta

    tradicin, o, por decirlo en otros trminos, que constituyen

    los productos caractersticos del sistema escolar. Con ello,

    aos arrastran, y se ven, a su vez, envueltos, en un juego de

    espejos sin fin, en el que queda diluida, en cierto modo, la

    fuerza de las tesis enunciadas, al fragmentarse en parcelas

    mltiples, superponerse, enlazarse y reflejarse de nuevo unas

    a otras, creando un sistema circular de interconexiones.

    Esta forma expositiva, que el lector considerar tal vez

    nnecesariamente compleja, no es aqu, sin embargo, gra

    tuita; antes al contrario, contiene, hasta cierto punto, la

    ^lave del libro: no existe discurso que pueda escapar a las

    lormas del discurso, no hay verdad objetiva, punto de

    1.

    Los estudiantes y la cultura, traduccin

    castellana de

    Les hri-

    fiers

    Nueva Coleccin Labor

    Barcelona,

    1967.

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    8 PIERRE BOURDIEU y JEAN-CLAUDE PASSERON

    apoyo exterior al reflejo deformado, encerrado en los lmi

    tes de un sistema previamente definido.

    Si,

    soslayando esta primera dificultad formal, el lector

    entra en el meollo del discurso, le aguarda, todava, una se

    gunda sorpresa. Aparentemente,

    La reproduccin

    constituye-

    una sntesis terica, que articula de modo sistemtico los

    resultados obtenidos en una serie de estudios empricos,

    desarrollados a lo largo de ms de diez aos. Estos estudios,

    fruto de un trabajo de equipo, han explorado dos dimensio

    nes complementarias: el funcionamiento del sistema escolar

    y las actitudes de las distintas clases sociales en relacin ala cultura. Cada uno de ellos desbroz una parcela, aport

    una demostracin rigurosa a unas hiptesis especficas. En

    este sentido, puede entenderse La reproduccin como una

    refimdicin de los resultados obtenidos, cuya significacin

    queda ampliada al incluirlos en una construccin global.

    Una lectura atenta del texto revela, sin embargo, que en

    esta sntesis se ha deslizado una comprensin del sistema

    escolar un tanto distinta de la que presida los anlisis an

    teriores.

    Y es que, de un modo un tanto implcito, el libro persi

    gue un doble objetivo, conseguido de modo desigual. Se pro

    pone, por una parte, construir un modelo abstracto general,

    vlido para todo sistema escolar. Por otra, poner al descu

    bierto los mecanismos de actuacin de

    \xn

    sistema escolar

    concreto, el sistema francs, para mostrar hasta qu punto

    la igualdad formal entraa una gran dosis de violencia.

    A mi entender, es necesario considerar por separado am

    bos objetivos, puesto que los anlisis que los sustentan son,

    hasta cierto punto, contradictorios; de aqu la ambigedad

    que algunos crticos han sealado en esta obra, y la dificul

    tad esencial de su comprensin.

    El libro II nos ofrece uno de los estudios ms completos

    del sistema de enseanza francs. Los autores parten del

    hecho de que el aparato escolar ha adquirido actualmente

    un papel preponderante como instrumento de legitimacin

    de las jerarquas sociales, a travs de las titulaciones. Tanto

    la organizacin de este aparato como la estructura ideolgi

    ca que lo fundamenta tienden a presentarlo como neutro

    y objetivo en relacin a las clases sociales. Aparentemen

    te, la escuela no hace sino traducir en ttulos jerarquizados

    el valor intrnseco de cada individuo; a partir de aqu, las

    desigualdades sociales

    son

    slo atribuibles a desigualdades

    naturales.

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    LA REPRODUCCIN 9

    Todo anlisis que aspire a mostrar la artificiosidad de

    esta concepcin, y que ponga de manifiesto el tratamiento

    desigual que da el aparato escolar a los individuos proce

    dentes de distintas clases sociales, participa de una opera

    cin de demixtificacin que forma parte, en ltimo trmino,

    de la lucha por socavar los fundamentos ideolgicos del

    actual sistema social. Y sta es la tarea que realizan Bour-

    dieu y Passeron en el libro II. En

    los estudiantes y la cul-

    tura haban mostrado la diferente situacin que los estu

    diantes, segn su origen social, establecen con la cultura

    acadmica, y cmo estas diferencias se traducen en aptitu

    des distintas para llegar al trmino del

    cursus

    escolar. En

    La reproduccin completan este anlisis, al mostrar cmo,

    desde el punto de vista de la institucin, todo est dispues

    to para el triunfo escolar de los que por nacimiento poseen

    la gran cultura.

    Introducen, para ello, dos conceptos bsicos: el de_arbi-

    jrariedad cultural y el de violencia simblica. Toda cultura

    acadmica es arbitraria, puesto que su validez proviene ni

    camente de que es la cultura de las clases dominantes, im

    puesta a la totalidad de la sociedad como evidente saber

    objetivo.

    Por otra parte, para vencer las resistencias de las formas

    culturales antagnicas, el sistema escolar necesita recurrir

    a la violencia, violencia simblica, que puede tomar formas

    muy diversas e incluso extraordinariamente refinadas y

    por tanto ms difcilmente aprehensibles, pero que tiene

    siempre como efecto la desvalorzacin y el empobrecimiento de toda otra forma cultural, y la sumisin de sus porta

    dores.

    Estas tesis, que parten de la concepcin marxista de la

    ucha ideolgica y de la funcin que er ella desempean las

    instituciones, son ampliamente desarrolladas por los auto

    res que, rechazando la simplificacin consistente en asimilar

    el aparato escolar a un reflejo inmediato de la organiza

    cin social, se aplican a descubrir los instrumentos concre

    tos,

    propios de un mbito relativamente autnomo, a travs

    de los cuales la escuela opera la imposicin de la cultura

    dominante, establece unas jerarquas y enmascara la reali

    dad de las relaciones sociales.

    El modelo as enunciado revela, de modo extraordinaria

    mente lcido, los mecanismos por medio de los que se rea

    liza la reproduccin del orden establecido; mecanismos que,

    por su sutileza, escapan a la percepcin normal, y llegan a

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    contar con la adhesin de los sectores ms desfavorecidos

    por su funcionamiento.

    Ahora bien, la generalizacin de este modelo, incluso al

    solo mbito de las sociedades capitalistas, constituira ya

    un error. El sistema francs de enseanza, y la sacralizacin

    de la cultura que le es propia, aparecen como un caso ex

    cepcional, o por lo menos minoritario, entre las formacio

    nes sociales capitalistas. Limitndonos al caso espaol, es

    fcil constatar que los mecanismos de legitimacin del or

    den establecido carecen del refinamiento y al m ismo tiem

    po de la eficacia ideolgica carac ters ticos de es te modelo .En los pases que no cuentan con una tradicin de

    gran

    cul

    tura burguesa, y en donde, por otra parte, no existe la expe

    riencia directa de un sistema escolar formalmente homog

    neo, ambos elementos son todava objetivos a conseguir, y

    ello incluso en pleno desarrollo capitalista. Cuando la vio

    lencia utilizada para obtener el consentimiento no es fun

    damentalmente la violencia simblica, la sofisticacin y el

    alcance de sta son mucho menores. As, puede suceder in

    cluso que ciertos pasajes del libro resulten de difcil com

    prensin para el lector espaol no familiarizado con la cul

    tura francesa, en tanto que carecen de paralelo en nuestro

    contexto cultural.

    Ello no resta ningn valor a la obra, pero marca ya un

    primer lmite a la generalizacin del modelo escolar que

    configura.

    Esta objecin puede formularse, sobre todo, en relacin

    al libro I. En l se establecen unas pautas generales de.fun

    cionamiento de todo sistema pedaggico, pautas que, aunque

    no estn situadas en el tiempo ni en el espacio, se apoyan

    de modo indiscutible en los anlisis del caso francs. Y ello

    podra llevarnos ya a formular una serie de objeciones.

    Sin embargo, al margen de la validez que podamos atri

    buir a este modelo general, quiero destacar aqu otro efecto

    provocado por este libro I, que lleva a los autores a entrar

    en contradiccin con los puntos de vista utilizados en el

    resto del libro, e incluso con su obra anterior.

    Al reducir todo sistema escolar a un mismo modelo de

    funcionamiento, se llega a im crculo vicioso; nos acerca

    mos, en cierta manera, a las peligrosas tesis basadas en que

    todo es uno y lo mismo, o dicho de otro modo, que no existe

    nada nuevo bajo el sol. Si toda forma cultural es arbitraria,

    todo intento de cambio no es ms que repeticin de lo mis

    m o, y toda rebelin intil. Las actividades criticas o contesta-

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    LA

    REPRODUCCIN H

    tartas de profesores y estudiantes no son ms que las deses

    peradas posturas qu tomamos, condenadas desde su ori

    gen a la recuperacin, y, en ltimo trmino, a la reproduc

    cin del sistema que pretenden negar. La institucin aljsqrbe

    cual^^uiei: intento de renovacin, de ruptura o de rebelin,

    y ^ s convierte en una forma de afan z^ie iatb, para prolon

    ga ' ku repeticin de modo indefinido.

    ' '^Pr ello, este modelo abstracto desemboca, finalmente, en

    la ambigedad y en un cierto escepticismo, tendiendo a ne

    gar incluso la propia validez de los anlisis que lo susten

    tan. De aqu que me refiriera, al principio, a un juego de

    espejos, al que no escapan los autores, puesto que las afirma

    ciones contenidas en el libro le son totalmente aplicables.

    pe aqu, tambin, que el difcil mtodo de exposicin que

    han elegido nos aparezca como vma expresin de su escepti

    cismo sobre la eficacia de su propio discurso, que no aspira

    a romper los lmites que traza, puesto que se reconoce de

    partida como gasto intil.

    Y este rasgo de conformidad es el que provoca, en defi-

    ditiva, la contradiccin esencial del libro. La referencia a la

    zelacn de fuerzas entre las clases sociales como regulador

    del sistema escolar se convierte en un mero recurso formal,

    necesario para explicar ciertas modalidades del sistema.

    O es, por el contrario, un argumento idealista, si todo cam

    bio se espera de una ruptura extema, actuando bruscamen

    te sobre un sistema en el que ninguna crtica hace mella, ni

    tiene posibilidades de modificacin interna. La operacin

    consistente en poner

    dt

    manifiesto las funciones enmasca-

    radoras del actual sistema escolar pierde toda su virulencia

    desde el momento en que se afirma que todo sistema esco

    lar las lleva a cabo. La negativa a partir de un punto de vista

    especfico de clase, en beneficio de una ciencia explicativa

    del todo, inclina a un determinismo que siempre hace el

    juego, en ltimo trmino, al sistema establecido.

    Libro apasionante, por tanto, a otro nivel de la reflexin: el

    que considera, partiendo de los presupuestos definidos en

    el texto, la relacin del investigador con su objeto, y permi

    te poner de manifiesto los filtros ideolgicos mantenidos, a

    pesar nuestro, aun en los anlisis ms armados y lcidos.

    Marina SUBIRATS