SPECULUM MAYO DE 2015 Volumen 9, nº 5tcasevilla.com/boletines/boletin93.pdf · Ciencia de la...

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1 Dicen que comemos como nos han enseñado, como aprendimos de nuestras madres, abuelas y familiares. Esto ya es interesante pues abuelas y madres de hoy no se parecen mucho a abuelas y madres de hace décadas, tampoco en la cosa del comer. En nuestro entorno se gestó la dimensión afectiva, social y moral de lo que nos metemos en la boca, etiquetando los alimentos como buenos o malos, placenteros o nefastos, suculentos o raros. Eso, claro está, cuando se dispone de tiempo para educar. Las costumbres heredadas marcan nuestra forma de ser y estilo de vida, esculpiendo la actitud que tendremos ante la vida y, obviamente, frente a la comida. Un hábito tiene tanta fuerza que, más allá de su capacidad de volverse un automatismo, asombra muchas veces por el poder que lo lleva a convertirse en una necesidad. Hay quien frente a una película o telenovela “necesita” cacahuetes y una celebración en la mesa no es tal si no va acompañado de fritos, embutidos y tarta al whisky o similar. Según un reciente estudio de las universidades de Harvard y Tufts, en Estados Unidos (publicado en la revista Nutrition and Diabetes), quienes se sometieron a un plan de adelgazamiento habían provocado cambios en zonas del cerebro vinculadas con el aprendizaje y la adicción, intensificando la apetencia por unas opciones más saludables frente a las más calóricas. Esto evidencia que es posible reeducar el cerebro para que se incline hacia alternativas más sanas. De hecho, el gran problema de la inmensa mayoría de las dietas que persiguen la pérdida de peso reside en que fracasan porque no se mantienen en el tiempo. Por ello es vital comprender que una de las claves para alcanzar un equilibrio alimentario pasa por anular los vínculos con la comida poco sana y proveerse de hábitos saludables que se perpetúen en el día a día, aunque sea a costa de cambiar prácticas que consideramos familiares o tradicionales. En el Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE-2015) se ha hecho entrega de los Premios “In Memoriam” Profesor Emilio Balaguer Perigüel, uno de los cuales ha sido otorgado al Dr. Jáuregui por su trabajo LA NUTRICIÓN EN LA HISTORIA DE LA CIENCIA: “HMS SALISBURY” Y “TRAINING SHIP TSUKUBA” ESCENARIOS DE LOS PRIMEROS ENSAYOS CLÍNICOS. Conocí al Profesor Emilio Balaguer allá por 1980 cuando había llegado a la Facultad de Medicina de Zaragoza, junto con su esposa Rosa Ballester, para hacerse cargo de la Cátedra de Historia de la Medicina. Tuve con él un magnífico encuentro, del que se desprendió la realización de un trabajo de Folk Medicina, posteriormente presentado y publicado en las Actas de las Terceras Jornadas sobre el estado actual de los estudios sobre Aragón (Tarazona, octubre de 1980), trabajo realizado junto con Amadeo Herreras Belled. El Profesor Balaguer falleció el pasado 29 de mayo de 2014 siendo Catedrático Emérito de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández. Es un honor recordarlo y recibir ahora este premio con su nombre. Supo hacernos interesar por la Historia de la Medicina, tantas veces considerada una “maría” en las Facultades y que resulta imprescindible para una formación integral. Como dice Rosa Ballester “los historiadores de la medicina somos los más científicos de los historiadores y los más humanistas de los médicos. Descanse en paz Profesor Emilio Balaguer Perigüel. CEREBRO Y COMIDA PREMIO EMILIO BALAGUER SPECULUM MAYO DE 2015 Volumen 9, nº 5 Jornadas Tarazona, 1980

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Dicen que comemos como nos han enseñado, como aprendimos de nuestras madres, abuelas y familiares. Esto ya es interesante pues abuelas y madres de hoy no se parecen mucho a abuelas y madres de hace décadas, tampoco en la cosa del comer. En nuestro entorno se gestó la dimensión afectiva, social y moral de lo que nos metemos en la boca, etiquetando los alimentos como buenos o malos, placenteros o nefastos, suculentos o raros. Eso, claro está, cuando se dispone de tiempo para educar. Las costumbres heredadas marcan nuestra forma de ser y estilo de vida, esculpiendo la actitud que tendremos ante la vida y, obviamente, frente a la comida. Un hábito tiene tanta fuerza que, más allá de su capacidad de volverse un automatismo, asombra muchas veces por el poder que lo lleva a convertirse en una necesidad. Hay quien frente a una película o telenovela “necesita” cacahuetes y una celebración en la mesa no es tal si no va acompañado de fritos, embutidos y tarta al whisky o similar. Según un reciente estudio de las universidades de Harvard y Tufts, en Estados Unidos (publicado en la revista Nutrition and Diabetes), quienes se sometieron a un plan de adelgazamiento habían provocado cambios en zonas del cerebro vinculadas con el aprendizaje y la adicción, intensificando la apetencia por unas opciones más saludables frente a las más calóricas. Esto evidencia que es posible reeducar el cerebro para que se incline hacia alternativas más sanas. De hecho, el gran problema de la inmensa mayoría de las dietas que persiguen la pérdida de peso reside en que fracasan porque no se mantienen en el tiempo. Por ello es vital comprender que una de las claves para alcanzar un equilibrio alimentario pasa por anular los vínculos con la comida poco sana y proveerse de hábitos saludables que se perpetúen en el día a día, aunque sea a costa de cambiar prácticas que consideramos familiares o tradicionales.

En el Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE-2015) se ha hecho entrega de los Premios “In Memoriam” Profesor Emilio Balaguer Perigüel, uno de los cuales ha sido otorgado al Dr. Jáuregui por su trabajo LA NUTRICIÓN EN LA HISTORIA DE LA CIENCIA: “HMS SALISBURY” Y “TRAINING SHIP TSUKUBA” ESCENARIOS DE LOS PRIMEROS ENSAYOS CLÍNICOS. Conocí al Profesor Emilio Balaguer allá por 1980 cuando había llegado a la Facultad de Medicina de Zaragoza, junto con su esposa Rosa Ballester, para hacerse cargo de la Cátedra de Historia de la Medicina. Tuve con él un magnífico encuentro, del que se desprendió la realización de un trabajo de Folk Medicina, posteriormente presentado y publicado en las Actas de las Terceras Jornadas sobre el estado actual de los estudios sobre Aragón (Tarazona, octubre de 1980), trabajo realizado junto con Amadeo Herreras Belled. El Profesor Balaguer falleció el pasado 29 de mayo de 2014 siendo Catedrático Emérito de Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández. Es un honor recordarlo y recibir ahora este premio con su nombre. Supo hacernos interesar por la Historia de la Medicina, tantas veces considerada una “maría” en las Facultades y que resulta imprescindible para una formación integral. Como dice Rosa Ballester “los historiadores de la medicina somos los más científicos de los historiadores y los más humanistas de los médicos. Descanse en paz Profesor Emilio Balaguer Perigüel.

CEREBRO Y COMIDA

PREMIO EMILIO BALAGUER

SPECULUM

MAYO DE 2015 Volumen 9, nº 5

Jornadas Tarazona, 1980

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En la nueva edición de Master Chef, programa que va camino de convertirse en un nuevo Cuéntame o en un OT culinario, tuve ocasión de ver a una aspirante que decía ser nutricionista. Es estupendo, nutricionista y Chef, qué más se puede pedir. El caso es que en un programa (les prometo que no he visto más que ese y aquél en el que expulsaron a un estudiante de medicina con cierto escarnio) la citada nutricionista comentó, con rotundidad y cierto orgullo, que “en mi casa no entran ni el chorizo ni el chocolate”. A su comida le faltaba alma, dijo uno de los chefs, y el otro vino a decirle que ella se lo perdía (lo del chorizo y el chocolate). La cosa es “a lo que te acostumbras desde la infancia” apostilló la nutricionista, así que, en su casa ni chorizo ni chocolate, forma de que sus hijos nunca echen de menos semejantes bombas nutricionales. Está muy bien el mensaje tratándose de una nutricionista, ya saben, esto sí, esto no. Alimentos buenos y malos, los que engordan y no, los saludables y los malignos, etc. No sabemos en qué lugar estudió ni quién le explicó que en las casas no deberían entrar ni el chocolate ni el chorizo. Puede que, incluso, no se lo haya explicado nadie y que se trate de una conclusión basada en una previa reflexión científica intensa. El caso es que alguien podría pensar aquello de que “si lo dice una nutricionista…”. Pues nada chicos, pequeños y mayores, ni caso. Un trocito de chocolate de vez en cuando no sólo no es malo sino que está fenomenal. No digamos nada de un buen chorizo, eso sí también con moderación. Como debe ser. Le deseamos muchos éxitos a la concursante, tanto en la nutrición como en la gastronomía. Esperemos, eso sí, que en su carta, menú, etc., incluya el chorizo y el chocolate (un postrecito por favor), para quienes ajenos a tan buenos consejos tan sólo aspiran a disfrutar de la comida y a pasar por la vida con cierto sentido común. Ánimo pues y a elaborar fabadas asturianas “saludables” y eliminar a los chorizos, en cierta medida en España sobra la cosa del chorizo aunque no sea precisamente el de comer.

MÁS NUTRICIONISMO

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Leemos que Beyoncé, en 2013, hizo pública su decisión de cambiar radicalmente su dieta y la de su marido. Aseguró que ambos dejarían todas sus comidas favoritas para probar un régimen de verduras. Desde entonces, nada más se supo pero, hace unos días, se ha desvelado uno de los mayores secretos de la artista. ¿Quién lo ha desvelado? Pues al parecer un nutricionista llamado Marco Borges (ya saben lo más importante no es hacerlo sino contarlo), en su libro "Revolución en 22 días". ¿Qué revolución, menos que mensual, es esta? Pues ni más ni menos que “ingerir vegetales para conseguir transformar tu cuerpo, restablecer tus hábitos y cambiar tu vida". Olé, en Aragón diríamos algo así como “cambia tu vida con la borraja”. Y ha sido precisamente la cantante la encargada de escribir el prólogo, en el que relata cómo fue crecer en Texas y el gran papel que la alimentación ha tenido en su vida: "Hemos celebrado, nos hemos conocido, nos hemos compadecido y nos hemos amado los unos a los otros a través de la comida". Resulta encantador. No sabemos que tiene que ver el “cómo crecer en Texas” y el “gran papel de la alimentación en su vida” pero, ya saben, la biografía es la biografía. Se añade en la noticia que la cantante también ha querido “transmitir la fuerte conciencia de hacer una dieta sin salirse de los límites de salubridad”. Por si alguien no entiende lo de la “salubridad” se aclara la cosa: “Yo no quería hacer una dieta de choque porque soy madre y quería cambiar siendo un buen ejemplo para mi hijo. Así que me dirigí a mi buen amigo, nutricionista y preparador físico Marco Borges”. O sea que el tal Borges es nutricionista, preparador físico y amigo. Con eso ya no nos cabe duda del éxito. Se nos dice también que aunque al principio tenía algunos miedos sobre este tipo de dietas (por ejemplo vegana), finalmente la cantante ha descubierto sus múltiples beneficios: “Un año más tarde de empezar a oír sobre la dieta vegana, mi marido y yo decidimos que queríamos probarlo. Yo había perdido peso tras mi embarazo gracias a Marco y su programa de ejercicio y nutrición y ya estaba lista para otro desafío. Decidí que quería tener un papel más activo en mi salud y conocer las ventajas de esta dieta”. Dicen que a Beyoncé esta dieta la ha llenado de energía y le ha hecho sentir increíble. Pues nada, no nos cabe duda de que muchas niñas y mujeres que admiran el cuerpo de Beyoncé puedan ver en su conducta alimentaria el camino para lograr tal cuerpo. Amén.

“TU IMAGEN ES

IMPORTANTE, NO

TE OBSESIONES”. REVOLUCIÓN EN 22 DÍAS

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AVANCES EN OBESIDAD

Investigadores del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología de la Universidad de las Islas Baleares han identificado un biomarcador nutrigenómico que permite pronosticar la obesidad y han patentado un método para prevenir esta enfermedad y sus complicaciones. Dicho laboratorio, sobre la base de la interacción de los nutrientes con los genes, trata de identificar biomarcadores. Los investigadores apuntan a que los efectos de la alimentación de la madre durante la gestación quedan registrados en los genes y cromosomas, y esto puede determinar que la descendencia tenga una predisposición mayor o menor a la obesidad. Estos los investigadores ya habían descrito que una reducción suave o moderada (del 20 %) de la ingesta de calorías por parte de las madres durante la primera mitad de la gestación es suficiente para imprimir en la descendencia una predisposición a desarrollar sobrepeso y obesidad, problema que si no se manifiesta en edades jóvenes, va apareciendo a medida que la edad avanza. El equipo del doctor Andreu Palou había observado que la combinación de numeroso genes que se expresan y detectan en una fracción de células sanguíneas conocida como PBMC (Peripheral Blood Mononuclear Cells) podía reflejar alteraciones en órganos vitales para la regulación en la edad adulta del metabolismo energético y del peso corporal, como el hígado, el tejido adiposo y el hipotálamo. Los investigadores se plantearon la posibilidad de que el estudio de la expresión cuantitativa de múltiples genes en la fracción sanguínea de PBMC, obtenida pocas semanas después del nacimiento, podría revelar alteraciones de la predisposición futura a la obesidad. Estudiaron la expresión de unos 20.000 genes en estas células PBMC en edades tempranas, comparando la descendencia de ratas con una gestación normal con la de otras que habían tenido alguna restricción moderada de la ingesta durante la primera mitad de la gestación y, en consecuencia, habían adquirido predisposición a desarrollar obesidad. El resultado es el hallazgo de una expresión alterada en 224 genes, que se comportan de manera diferente en aquellas ratas jóvenes que, al hacerse adultas, tienen más tendencia a desarrollar obesidad y las complicaciones asociadas, en comparación con las que tendrán menos predisposición a engordar. El conocimiento de la expresión de varios grupos o combinaciones de estos genes refleja la tendencia futura a desarrollar o no obesidad, con diferentes probabilidades que dependen del número y selección de genes que se estudie. Que no, que no es simplemente comer mucho o poco, mejor o peor, moverse más o menos. La cosa parece más compleja y falta tiempo para que, de verdad, los tratamientos sean “personalizados”. En ello se está.

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Ya comentábamos en su día que se comenzaba a hablar del “gordo sano”, ahora bautizado como “fofisano”. Se trata de un concepto adaptado del término anglosajón “dad bod” o “cuerpo de papá”. No es nada nuevo pero, como en tantas cosas lo ponen de modo y zas, tiene éxito el término. Como fondo de ilustración valen las recientes imágenes de Leonardo DiCaprio o Ben Affleck, por ejemplo. En los 80 y 90 muchos mitos masculinos lucían barrigas “cerveceras” y eran personajes muy deseados. Luego vinieron los metrosexuales y hipsters y se olvidó lo de la barriguita en favor de la tabletita. ¿Qué podría ser un fofisano? Pues por ejemplo un petao de gimnasio que se va olvidando de ir (ya saben la falta de tiempo y todo eso) y aquella tableta se va viendo inundada de grasita. Ahora aquél pseudo-atleta de gimnasio hace ejercicio ocasionalmente, bebe alcohol (más los fines de semana) y toma pizza a menudo (lo mismo, la falta de tiempo y tal). Dicen que el fofisano pone de relieve la falta de equilibrio hombres-mujeres: el tal DiCaprio pasea la barriga y al lado lleva con él modelos esculturales. Ellas dale que dale al sudor de gimnasio y él dale que dale al sudor de la cerveza. Ya saben “mientras ella toma el sol y se baña, yo en el chiringuito”, algo muy, pero que muy hispano. Dice una tal Mackenzie Pearson (estudiante de la Universidad de Clemson) que “no queremos un tipo que nos haga sentirnos inseguras con nuestro cuerpo, no queremos un hombre perfectamente esculpido que nos haga sentir peor”. La revista Times señala, por su parte, que el hecho de que te guste la visión de tu “padre gordo”, más allá de los complejos freudianos que evoca, es un verdadero retroceso en la lucha feminista. El equivalente femenino de un fofisano, dice Brian Moylan en la citada revista, convierte a la mujer en un objeto sexual. Así que lejos de “deshazte ya de los michelines”, parece ponerse de moda lo de “me encanta agarrar tus flotadores”, añaden. O sea, olvídense del marcado abdomen de David Beckham o de los bíceps de Scott Eastwood. Ahora se empieza a llevar la grasita sana, la barriga “saludable” de las playas USA que aquí, por cierto, nunca dejamos de ver. O sea que el michelin vuelve a ser bello y quién sabe si tal vez tengamos de nuevo la idea del gordo feliz y campechano que parecía irse olvidando. En resumen, siempre a vueltas con lo mismo, ¿tanto cuesta aceptarse? Buena playita, con o sin flotador.

“FOFISANOS”

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Hemos decidido… que la frase de García Márquez es tan bonita, que será el punto final de nuestro Boletín.

-La ilusión no se come –dijo la mujer -No se come, pero alimenta –replicó el coronel

El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez, 1928

C/Fernando IV, 24-26 41011 Sevilla España Teléfono: +34954280789 Fax: +34954278167 E-mail: [email protected]

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Desde 2005, nuestro Centro viene publicando la Revista Trastornos de la Conducta Alimentaria, con dos números al año (mayo y noviembre). Ya tienen disponibles 20 números.

Les invitamos a visitar nuestra Web, en la que tienen acceso a la Revista, en la siguiente dirección:

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INSTITUTO DE CIENCIAS DE

LA CONDUCTA

Noticias y Agenda para mayo

Acerca de nuestra organización…

El  Instituto  de  Ciencias  de  la  Conducta,  además  del  trabajo  habitual  que  lleva  a  cabo  en  Psiquiatría   y   Psicología,   desarrolla   un   programa   específico   para   los   Trastornos   de   la  Conducta   Alimentaria.   Deseamos   que   esta   página   sea   un   lugar   de   encuentro   en   el   que  plasmar   la  realidad  de  nuestro  quehacer  clínico   cotidiano.  Es  nuestro   interés   invitar  a   la  REFLEXIÓN  sobre  los  múltiples  aspectos  que  confluyen  en  patologías  como  la  ANOREXIA  y  la  BULIMIA  NERVIOSAS   tan  devastadoras  en  nuestros  días.  También   la  SOBREINGESTA  COMPULSIVA  y  la  OBESIDAD  reciben  atención  específica  en  nuestro  programa.

- Continúa el trabajo clínico-asistencial. - Continúan los trabajos de investigación. - Continúa la actividad docente.

REVISTA TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA