Soren Kierkegaard
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Soren Kierkegaard
Hoy en el siguiente texto voy a plantear los aspectos más importantes del artículo de la
profesora Célida Godina Herrera publicado en la revista “La lámpara de Diógenes” el cual
se titula La denuncia de Soren Kierkegaard. La doctora Célida señala que el leer a
Kierkegaard nos remite suntuosamente a cuestionarnos sobre nosotros mismos y sobre
nuestra existencia, pero que el leer sus textos de manera poco seria y superficialmente, nos
puede llevar a malinterpretarlo y a perder el sentido de lo que realmente él nos plantea, esto
es que, al Kierkegaard reflexionar sobre el mundo, lo que hace es denunciar que el hombre
moderno no tiene consciencia de su ser espiritual, haciendo que su vida en el mundo se
centre en una búsqueda de una aparente alegría, una aparente felicidad y una aparente
verdad y saber, por medio de una ciencia mundana que produce ignorar la verdad de la
existencia, la cual está, según Kierkegaard, en no sucumbir a la desesperación, a la cual se
refiere como “enfermedad mortal”.
Es de suma importancia aclarar lo que este autor nos quiere decir por existencia, que
no es un objeto, sino que es subjetividad, por lo tanto, la existencia vale más que cualquier
objeto, haciendo que el pensador subjetivo pueda alcanzar de manera plena el conocimiento
de ésta, por medio de la fuerza de su sentimiento, al contrario del pensador objetivo, de esta
manera, Kierkegaard, lanza una crítica a Hegel, pues el pensamiento de este último aspira a
la totalidad, es decir, a la objetividad.
Por otro lado, este entender a la existencia como subjetividad, da cabida a los
posibles estadios en la existencia humana, que son el estético, en donde el hombre se deja
guiar por los sentidos y se queda en lo inmediato; el ético, al que pertenece el hombre que
se compromete; y el espiritual, al que pertenece aquel hombre que ha tomado conciencia de
él y se busca a sí mismo.
Posteriormente, la doctora Célida nos menciona lo que es la masificación de la
existencia humana, siendo este concepto de masificación, el que le permite a Kierkegaard
el analizar su época, sosteniendo que el individuo tiene derecho de existir como individuo
separado del espíritu de su época, esto en contraposición con Hegel, donde una gran
filosofía es la encarnación del espíritu de una época y éste engloba al individuo en la
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totalidad, en cambio, para Kierkegaard el espíritu de la época es ecléctico, siendo así para
él, la filosofía de Hegel, una filosofía del individuo masificado, siendo la masa, la
existencia de un ser humano que no toma en serio la vida, que está engañado, suprimido y
temeroso, asustado de la soledad, transcurriendo en la carencia espiritual y en la estrechez
del pensamiento, en la inquietud, la angustia y en la mundanidad, haciéndo esto al
individuo, ocuparse de planteamientos banales, pretendiendo ser como los demás,
apartándose de todo aquello que ponga en entredicho su comodidad y el pensamiento
establecido, provocando que finalmente sucumba ante la desesperación de la existencia. Es
por esto que para el pensamiento kierkegaardiano, la filosofía sistemática lleva al individuo
a la alienación de la realidad, a su aislamiento en la relación de las cosas y a la
imposibilidad de la comunicación, pues para Kierkegaard, la filosofía debe reflexionar en
torno a la verdad de la existencia.
Es por eso que, como la doctora Célida plantea, el pensamiento de Kierkegaard nos
permite reflexionar acerca de nuestra existencia al darnos cuenta de esta denuncia que él
hace con respecto a ésta, además de que su filosofía nos posibilita para entender y dejar
atrás la masificación y para encontrar formas de ver al mundo contemporáneo de manera
distinta, tendiendo hacia el aspecto espiritual y no quedarnos en simplemente dejarnos guiar
por los sentidos, pudiendo así nosotros reflexionar, en torno a la verdad de la existencia y a
no perecer ante la desesperación en ésta.