SONIA DE RUSIAHistoria misionera para la Divisin Euroasitica3.er trimestre del 2014

En esta historia misionera conoceremos a Sonia, una pequea de seis aos que vive en Tomsk, Rusia. Su mam trabaja en una tienda de ropa y a veces lleva a Sonia all. Ella se divierte mucho con los dems trabajadores y son como una familia, pues a la mam del jefe la llama ta Julia (CUADRO 1 y 2).

En una oportunidad cuando Sonia acompa a su mam a la tienda, escuch que ta Julia haba perdido su celular. Sonia saba que era muy difcil recuperar un celular que haba sido robado. Una compaera sugiri a ta Julia que llame a su celular para poder ubicarlo, pero no escucharon nada. La mam de Sonia, para darle nimos, le dijo que quiz estaba en modo vibrador, y que deberan revisar todo el lugar. Buscaron encima de los estantes, en los probadores y baos. Ta Julia revis otra vez su cartera y bolsillos y no hall nada (CUADRO 3).

Ya s, dijo Sonia. Podemos pedirle a Papito Dios que nos ayude! La ta Julia qued muy sorprendida, pues nunca haba orado, pero al instante Sonia se puso de rodillas y empez as: Querido Jesucito, aydanos por favor a encontrar el celular de la ta Julia. Te amamos con todo nuestro corazn. Amen. Despus de la oracin, entre miradas curiosas, una sonrisa se dibuj en el rostro de la mam de Sonia. Luego, abrieron el local y de rato en rato seguan buscando el celular (CUADRO 4).

Al siguiente da, Sonia volvi a la tienda. Despus lleg ta Julia con su celular en la mano. Todos se quedaron sorprendidos y preguntaron dnde lo haba encontrado. Ella respondi que lo haba perdido en el autobs pero que el conductor lo encontr al hacer limpieza por la noche. l decidi devolverlo, as que la llam al nmero que deca mam y as pudo ubicarla, inclusive fue hasta su casa para entregrselo!

Qu increble! Era extrao que a pesar de las llamadas nadie hubiera escuchado el timbre del celular. En ese momento, la ta Julia mir a Sonia y le dijo: Gracias por orar, estoy muy contenta. Dios de verdad me ayud. Sonia sonri y le dijo: Pajalusta (de nada), Jess siempre responde, solo debemos tener fe (CUADRO 5).

Despus de ese acontecimiento, Sonia y su mam tuvieron la oportunidad de compartir de Jess con la ta Julia. As, queridos nios, Dios nos da muchas oportunidades para compartir nuestra fe con otros y, as como Sonia, podemos orar por los dems (CUADRO 6). Por eso nuestras ofrendas ayudarn a que muchas personas alrededor del mundo puedan conocer cunto las ama Jess.