Somoza-Vinelli Historia Oral de Los Libros

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7/25/2019 Somoza-Vinelli Historia Oral de Los Libros http://slidepdf.com/reader/full/somoza-vinelli-historia-oral-de-los-libros 1/3 21212018 Pégira/12 :: libras :: Historia oral de oa libros 1mprimir Regresar a la nota istoria oral de los libros Nació en los agitados meses de 1969 que siguieron al Cordobazo y llegó a su fin con el golpe de 1976. Fundada y dirigida por Héctor Schmucler, la revista Los libros bebió de fuentes y modelos de la semiologra, la lingürstica, la filosofla, en especial del estructuralismo y el marxismo, hasta convertirse en uno de los laboratorios de literatura y política clásicos de las décadas de los '60 y '70. La Biblioteca Nacional publica la edición facsi milar completa, con un agregado fundamental no sólo para esta edición sino para la historia intelectual argentina: la historia de aquel emprendimiento contada por varios de sus participantes más destacados como Ricardo Piglia, Carlos Altamirano, Germán García, Guillermo Schavelzon y el propio Schmucler y de la que en estas páginas se reproducen algunos de sus mejores momentos. Por Patricia Somoza y Elena Vlnelll Se fue ennegreciendo el panorama político y eso terminó en l dictadura. La revista que estaba muy bien editada y era en coi019S pasó a ser p r problemas económicos en blanco y negro como una metáfora de l vida polftica del pafs. (Nicolás Rosa, 1998) El epígrafe con que se inicia este artículo da cuenta del singular recorrido de Los Libros, desde sus inicios en los agitados meses de 1969 que siguieron al Cordobazo, hasta su abrupta fnalización poco después del golpe de Estado de 1976. A treinta af\os de aquella experiencia, las voces de sus protagonistas, prestigiosos intelectuales del campo cultural, prestan una lúcida mirada retrospectiva sobre aquella intervención cultural y política que signifcó una renovación en el campo de la crftica. La idea de recuperarlas y reunirlas está orientada menos a la imposible tarea de reconstruir el itinerario de la revista que a presentar sus versiones e interpretaciones efectuadas desde el presente sobre una historia compleja y conflictiva. A partir de entrevistas individuales, sus voces fueron puestas a conversar en un collage de citas alrededor del eje convocante de lo que la revista fue para ellos. LOS LIBROS, DE 1969 A 1976 En julio de 1969 empieza a ser editada la revista Los Ubros. Fundada y dirigida por Héctor Schmucler, que acababa de llegar a la Argentina luego de estudiar en Francia con Roland Barthes, la revista toma como modelo la publicación francesa La Quinzaine Littéraire. El primer subtítulo de Los Libros, Un mes de publicaciones en Argentina y el mundo•, da cuenta del propósito de la publicación y de la relación con su modelo: como la Quinzaine, pretendfa intervenir en el mercado resanando libros de literatura, antropologfa, lingürstica, comunicación, psicoanálisis, teorra marxista, filosotra, y sostenla un criterio riguroso a la hora de elegir a sus colaboradores, escritores, críticos, investigadores, que posteriormente serían reconocidos como destacadas fguras del campo intelectual argentino. Publicada por la editorial Galerna de Guillermo Schavelzon, la revista comienza a salir mensualmente, aunque con cierta irregularidad, en formato tabloide. En sus siete aftos de vida y sus cuarenta y cuatro números, fue cambiando de subtitulas, formato, propuesta, dirección, colaboradores y auspiciantes. La revisión de las propuestas iniciales, los cambios y sucesivos reacomodamientos se vinculan con dos ejes que estuvieron en constante tensión: uno, vinculado con la nueva cñtica, la difusión de nuevas corrientes teóricas y su relación con la polltica; y el otro, relacionado con el rol de los intelectuales en una situación poUtica que se desarrollaba a una velocidad inusitada( .. ) En el número 21 (agosto de 1971) se retira Galerna; Guillermo Schavelzon deja de ser el editor responsable, se pierde el auspicio de importantes editoriales de Latinoamérica y empieza la etapa de autofinanciamiento. Las restricciones económicas impiden que la tapas de la revista continúen saliendo en color. El nuevo subtrtulo que aparece en el número 22 (septiembre de 1971), Para una cñtica poUtica de la cultura•, acompaf'ia los cambios que se ventan sucediendo y que se hablan hecho expUcitos en la nota editorial del número precedente: leer no sólo los textos escritos sino también los hechos histórico-sociales y contribuir a cambiar las condiciones en que la cultura se produce. La ampliación de la propuesta supone también una modifcación en el staff de dirección a partir del número 23: si bien Schmucler continúa a la cabeza, se crea un consejo de dirección conformado por Ricardo Piglia, cartas Altamirano y el propio Schmucler. Enseguida se suman al consejo Beatriz Sarlo, Germán Garcfa y Miriam Chome. Estos movimientos en la dirección revelan ciertos desacuerdos respecto de la orientación de la revista, que eclosionan en el momento de la publicación de un artículo de análisis polít ico referido al Gran Acuerdo Nacional, en el número 27 de julio de 1972. Su inclusión provoca el alejamiento de Héctor Schmucler, el fundador de la revista, seguido por el de Germán García y Miriam Chome dos números después. Con Sarto, Altamirano y Piglia al frente de la revista, se inicia un momento radicalmente diferente, que ha sido denominado la etapa de la partidización•: una vuelta de tuerca en relación con la etapa de politización demarcada a partir del número 1516. Con la nueva dirección la revista comienza a publicarse bimensualmente y en formato A4. las divergencias políticas en relación con la evaluación del gobierno de Isabel Perón en el número 40 (marzo-abril de 1975) provocan el alejamiento de Ricardo Piglia. El consejo de dirección, ahora comité de dirección , queda a cargo de Altamirano y Sarlo. La revista observará. un nuevo subtitulo, Una pontica en la cultura•, hasta el número 44 (enero-febrero de 1976). El golpe militar de marzo de 1976 sei'iala el fin de la publicación: el allanamiento y la clausura de la redacción impiden que el número 45 salga a la calle. UNA REVISTA QUE CONCENTRARA LA NUEVA CRITICA Ricardo Plglla: En Francia sana, y sale todavfa, una revista que se llamaba La Quinzaine Littéraire, que es una revista de información bibliográfca cuya particularidad consiste en que todos los libros que salen en la quincena o en el mes están reseñados. Entonces, ese fue el modelo que Schmucler trajo de París para hacer acá; es decir, una revista donde todo lo que se publicara estuviera reseñado. Schmucler: Y se me ocunió junto a un editor, que es Guillenno Schavelzon, de Galema, hacer una revista al estilo de [La Quinzaine]. Pero yo diña con una marca más vanguardista. Hasta la diagramación es espantosamente estructuralista ( .. )Todo eso traído al espacio argentino inmediatamente empieza a tener tonos pouticos, sobre todo porque aparecra en el año '69. Guillermo Schavelzon: Galerna en esos anos era una slntesis del clima de aquella Argentina vibrante, llena de esperanzas, un ambiente progresista donde se juntaban marxistas con católicos de izquierda. En 1968 o 69 apareció por la libreña Galema de la calle Tucumán un joven y pelirrojo Héctor Schmucler ( .. )Yo hacra tiempo tenra en mente un modelo de publicación francesa que me encantaba, La Quinzaine Littéraire, la revista que por décadas publicó Maurice Nadeau. Pero no tenra la formación ni la preparación necesaria para annar un proyecto de esa naturaleza, sólo el interés y la convicción. La Quinzaine fue el modelo formal de Los Ubros, y mi trabajo como editor fue trabajar con Schmucler para posibilitar la publicación. Plglla: La idea era que la revista iba a ser útil porque la iba a comprar mucha gente, porque nosotros nos proponramos hacer lo que no hacen los diarios, que dejan de lado muchos de los libros que salen. Queríamos ser exhaustivos, que cualquiera pudiera saber qué se estaba publicando. Yo recuerdo la sensación de felicidad que tenra cuando iba a la ofcina y estaban todos los libros que se habran publicado. las editoriales empezaron en seguida a mandamos todo lo que sacaban porque h t l p J I W w w . p a g i n a 1 2 .C X l l l l . w l i m p r i mi r / d a r i ~ e m e n t c s /l i b r o s l 1 0 - 4 8 2 8 -. 2 0 1 2 - 0 4 - 0 8 . t m J I 3

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21212018 Pégira/12 :: libras :: Historia oral

de

oa libros

1mprimir Regresar a

la

nota

istoria oral de los libros

Nació en los agitados meses de 1969 que siguieron al Cordobazo

y

llegó a

su fin

con el golpe de 1976. Fundada

y

dirigida por

Héctor Schmucler, la revista Los libros bebió

de

fuentes y modelos

de

la semiologra, la lingürstica, la filosof la, en especial del

estructuralismo y el marxismo, hasta convertirse en

uno

de

los

laboratorios de literatura y política clásicos de las décadas de

los

'60 y '70. La Biblioteca Nacional publica la edición facsimilar completa, con un agregado fundamental

no sólo

para esta

edición sino para la historia intelectual argentina: la historia de aquel emprendimiento contada por varios de sus

participantes más destacados como Ricardo Piglia, Carlos Altamirano, Germán García, Guillermo Schavelzon y el propio

Schmucler

y

de la que en estas páginas se reproducen algunos de

sus

mejores momentos.

Por Patricia Somoza y Elena Vlnell l

Se fue

ennegreciendo

el

panorama

político

y

eso

terminó en l dictadura. La revista

que estaba muy bien editada y era en

coi019S

pasó

a ser

p r

problemas económicos

en

blanco

y

negro

como una metáfora de

l

vida polftica del pafs.

(Nicolás Rosa, 1998)

El epígrafe con que se inicia este artículo da cuenta del singular recorrido de

Los

Libros, desde sus inicios en los agitados

meses de

1969

que siguieron al Cordobazo, hasta su abrupta fnalización poco después del golpe de Estado de 1976.

A treinta af\os de aquella experiencia, las voces de sus protagonistas, prestigiosos intelectuales del campo cultural,

prestan una lúcida mirada retrospectiva sobre aquella intervención cultural

y

política que signifcó una renovación en el

campo de la crftica.

La

idea de recuperarlas

y

reunirlas está orientada menos a la imposible tarea de reconstruir el

itinerario de la revista que a presentar sus versiones e interpretaciones efectuadas desde el presente sobre una historia

complejay conflictiva. A partir de entrevistas individuales, sus voces fueron puestas a conversar en un collage de citas

alrededor del eje convocante de lo que la revista fue

para

ellos.

LOS LIBROS, DE 1969 A 1976

En

julio de

1969

empieza a ser editada la revista Los Ubros.

Fundada y

dirigida por Héctor Schmucler, que acababa de

llegar a la Argentina luego de estudiar en Francia con Roland Barthes, la revista toma como modelo la publicación

francesa La Quinzaine Littéraire. El primer subtítulo de Los Libros, Un mes de publicaciones en Argentina

y

el mundo•, da

cuenta

del

propósito

de

la publicación y

de

la relación con su

modelo:

como la Quinzaine, pretendfa intervenir

en

el

mercado resanando

libros

de

literatura, antropologfa, lingürstica, comunicación, psicoanálisis, teorra marxista, filosotra, y sostenla un criterio riguroso a la hora

de

elegir a sus colaboradores, escritores, críticos, investigadores, que posteriormente serían reconocidos como destacadas fguras del campo intelectual argentino.

Publicada por la editorial Galerna de Guillermo Schavelzon, la revista comienza a salir mensualmente, aunque con cierta irregularidad,

en

formato tabloide. En sus

siete aftos de vida y sus cuarenta y cuatro números, fue cambiando de subtitulas, formato, propuesta, dirección, colaboradores y auspiciantes.

La revisión de las propuestas iniciales, los cambios

y

sucesivos reacomodamientos se vinculan con dos ejes que estuvieron

en

constante tensión: uno, vinculado

con la nueva cñtica, la difusión

de

nuevas corrientes teóricas y su relación

con

la polltica; y el otro, relacionado con el rol

de

los intelectuales

en

una situación

poUtica

que se desarrollaba a

una

velocidad inusitada( .. ) En el número 21 (agosto de 1971) se retira Galerna; Guillermo Schavelzon deja de ser el editor

responsable, se pierde el auspicio de importantes editoriales de Latinoamérica y empieza la etapa de autofinanciamiento. Las restricciones económicas impiden que

la tapas de la revista continúen saliendo

en

color. El nuevo subtrtulo que aparece

en

el número 22 (septiembre de 1971), Para una cñtica poUtica de la cultura•,

acompaf'ia los cambios que se ventan sucediendo y que se hablan hecho expUcitos

en

la nota editorial del

número

precedente: leer no sólo los textos escritos sino

también los hechos histórico-sociales

y

contribuir a cambiar las condiciones en que la cultura se

produce.

La ampliación de la propuesta supone también una

modifcación en el staff de dirección a partir del número 23: si bien Schmucler continúa a la cabeza, se crea un consejo de dirección conformado por Ricardo Piglia,

cartas

Altamirano y el

propio

Schmucler. Enseguida se suman al consejo Beatriz Sarlo, Germán Garcfa y Miriam

Chome.

Estos movimientos

en

la dirección revelan

ciertos desacuerdos respecto de la orientación de la revista, que eclosionan

en

el momento de la publicación de un artículo de análisis político referido al

Gran

Acuerdo Nacional, en el número 27 de julio de

1972. Su

inclusión provoca el alejamiento de Héctor Schmucler, el fundador de la revista, seguido por el de Germán

García y Miriam Chome dos números después.

Con

Sarto,

Altamirano y Piglia al frente de la revista, se inicia un momento radicalmente diferente, que ha sido denominado la etapa

de la

partidización•: una vuelta

de tuerca

en

relación

con

la etapa de politización demarcada a partir del número 1516. Con la nueva dirección la revista comienza a publicarse bimensualmente y

en formato A4.

las divergencias políticas en relación con la evaluación del gobierno de Isabel Perón

en

el número

40

(marzo-abril de 1975) provocan el alejamiento de Ricardo

Piglia. El consejo

de

dirección, ahora comité

de

dirección ,

queda

a cargo

de

Altamirano

y

Sarlo.

La

revista observará. un nuevo subtitulo,

Una

pontica en

la

cultura•,

hasta el número 44 (enero-febrero de 1976). El golpe militar de marzo de 1976 sei'iala el fin de

la

publicación: el allanamiento y la clausura de la redacción impiden

que el número 45 salga a la calle.

UNA REVISTA QUE CONCENTRARA LA NUEVA CRITICA

Ricardo Plgl la: En Francia sana, y sale todavfa, una revista que se llamaba La Quinzaine Littéraire, que es

una

revista de información bibliográfca cuya

particularidad consiste

en

que todos los libros que salen en la quincena o

en

el mes están reseñados. Entonces, ese fue el modelo que Schmucler trajo de París para

hacer acá;

es

decir, una revista

donde

todo lo

que

se publicara estuviera

reseñado.

Schmucler: Y se me ocunió junto a un editor, que es Guillenno Schavelzon, de Galema, hacer una revista al estilo de [La Quinzaine]. Pero yo diña con una marca

más vanguardista. Hasta la diagramación es espantosamente estructuralista ( .. )Todo eso traído al espacio argentino inmediatamente empieza a tener tonos

pouticos, sobre todo porque

aparecra en

el

año

'69.

Guillermo Schavelzon: Galerna en esos anos era una slntesis del clima de aquella Argentina vibrante, llena de esperanzas, un ambiente progresista donde se

juntaban marxistas con católicos de izquierda.

En 1968

o 69 apareció por la libreña Galema de la calle Tucumán un joven

y

pelirrojo Héctor Schmucler ( .. )Yo hacra tiempo tenra en mente un modelo de

publicación francesa que

me

encantaba,

La

Quinzaine Littéraire, la revista que por décadas publicó Maurice Nadeau. Pero no tenra la formación ni la preparación

necesaria para annar un proyecto de esa naturaleza, sólo el interés y la convicción. La Quinzaine fue el modelo formal de Los Ubros, y mi trabajo como editor fue

trabajar con Schmucler

para

posibilitar la publicación.

Plglla:

La idea era que

la revista

iba

a ser útil porque la iba a comprar mucha gente,

porque

nosotros nos

proponramos

hacer lo

que

no

hacen

los diarios,

que

dejan

de lado muchos de los libros que salen. Queríamos ser exhaustivos, que cualquiera

pudiera

saber qué se estaba publicando. Yo recuerdo la sensación

de

felicidad

que tenra cuando

iba

a la ofcina y estaban todos los libros que se habran publicado. las editoriales empezaron

en

seguida a mandamos todo lo que sacaban porque

h t l p J I W w w . p a g i n a 1 2 . C X l l l l . w l i m p r i m i r / d a r i ~ e m e n t c s / l i b r o s l 1 0 - 4 8 2 8 - . 2 0 1 2 - 0 4 - 0 8 . t m J I 3

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21212 16 Página/12 ::libros

::

His1Dria oral

e

los libros

se

dieron cuenta de que nosotros avisábamos. El proyecto

se

puso

en

movimiento porque Galerna puso la plata, lo cual es una prueba de cómo funcionaban las

pequeñas editoriales. Ahora sería imposible imaginar que una editorial financiara una revista como ésa.

Schavelzon:

La venta de la revista se hacia fundamentalmente en librerlas, del número 1 creo que hicimos 15.000 ejemplares. Enviamos a quioscos, a todas

partes, pero la verdad es que cuando terminamos de recibir la devolución, la venta efect iva no llegaba a 3000 mil ejemplares. Fue una decepción muy fuerte, pero sin

embargo seguimos como si nada ( .. )

Piglia:

o

escribía la revista y formaba parte, digamos, del proyecto intelectual. Pero al mismo tiempo formaba parte de la redacción, es decir, trabajaba con

Schmucler en

el

diagrama y en la preparación de los números, y en la escritura de la sección de las reseñas breves, que para nosotros era muy importante. Te estoy

hablando del primer momento, hasta que la revista se empezó a politizar, cosa que fue todo

un

proceso. Cómo sería

yo en

ese momento, que la revista me parecía

demasiado liberal y por eso

no

quise aparecer. Digamos, era todo

un

izquierdista .. Entonces le dije a Tolo:

M

irá,

yo

estoy en esta revista, pero no me puedo hacer

responsable de todo lo que publican, entonces prefiero

no

aparecer .

UNA

POLITICA DE PROVOCACION

Altamirano: El propósito de Tolo Schmucler era animar una revista que concentrara la nueva critica, por lo menos tal como

se

hacia en aquel momento en Buenos

Aires, y

un

poco

en

Rosario y

en

Córdoba. Fue una manera de reunir a la críti ca que no

se

practicaba

en

la universidad. Estamos hablando del 69, es decir que se

había barrido con lo que era la renovación crítica de los sesenta. Todo este sector de la critica literaria que había quedado afuera de la universidad había renovado

sus instrumentos crlticos, en general con alguna versión de lo que

se

llamaba estructuralismo, que signifcaba prestarle más atención a la construcción formal. Es

cierto que había algunos que eran claramente representantes de la nueva crítica, como Nicolás Rosa, pero otros no, como Adolfo Prieto. Los colaboradores de la

revista que eran representantes de la nueva critica, escribían con

un

lenguaje que los que estábamos afuera tomábamos

un

poco en solfa, ridiculizábamos,

considerábamos que era

el

lenguaje de las preciosas ridículas (risas); seguramente era nuestro resentimiento frente a eso.

Piglia:

¿Qué era la crítica entonces? Era la estilística, de Anita Barrenechea y

el

grupo de Instituto de Filología. Y estaba muy bien. Y por otro lado había una crítica

marxista sociológica, que estaban haciendo Viñas, Prieto, que para nosotros era vulgar y de la que tratábamos de tomar distancia. Más al lá de que tuviéramos muy

buena relación con ellos, con David Viñas, con Jitrik, intentábamos tomar distancia de la crítica estilística y de la crítica más contenidista.

Los Libros. Edición facsimilar Ediciones

de la Biblioteca Nacional 4 tomos

NO

SE PODIA RESOLVER LA DINAMICA INTERNA DE LOS CONFLICTOS

Las diferencias de posiciones e intereses entre los integrantes fueron

el

motor de la mayoría de los cambios que sufrió la revista. Lejos de manifestarse desde los

inicios y de permanecer idénticas a

mismas mientras duró la publicación, estas diferencias fueron manifestándose a medida que los cambios políticos en

el

país y

la región

se

aceleraban a

un

ritmo vertiginoso y que los integrantes de Los Libros

se

politizaban y radicalizaban( .. )

La

tensión entre literatura y política, y literatura y

sociedad, productiva en los comienzos, se

va

resolviendo en una nueva y tensa relación entre política y sociedad, en la que la literatura y la crítica parecen perder

lugar.

De manera casi inevitable, como reconocen hoy muchos de sus integrantes, el clima inicial de tolerancia y convivencia sufrió los embates del proceso de politización

de la sociedad. Con la radicalización de los miembros, el grupo

se

modificó el proyecto original de la revista y el colectivo inicial

se

fragmentó para dar lugar a

desacuerdos políticos irreconciliables y a

un

clima

en el

que muchos reconocen, hoy, que primaba

el

sectarismo.

Piglia:

Tolo, que es

un

tipo fantástico, cada vez que había problemas difíciles utilizaba el sistema democrático de traer

un

grabador y armar una discusión. Eso

se

produjo dos veces. Una vez, cuando salió

el

libro de Nicolás Rosa, Critica y signifcación, que era como

un

libro nuestro. ¿Entonces quién hacia la crit ica de eso? Y

Toto dice: Hagamos una conversación . Y hacemos una discusión en mi casa

yo

vivía

en

Sarmiento y Montevideo: vienen Josefina Ludmer, Nicolás Rosa, Germán

García, Tolo Schmucler, y viene Masotta con Osvaldo Lamborghini, como una especie de patota .. Nicolás Rosa en ese libro era muy sartreano, y Masotta

se

manda una paloteada increíble porque lo empieza a acusar de copiarlo a él. Cuando en realidad eran los dos los que tomaban los tonos de Sartre. Entonces se arma

un

debate increíble, donde Nicolás queda completamente acorralado y la cr ítica del libro queda en suspenso. Esto es una prueba de que la revista no podía resolver

la dinámica interna de sus propios confictos y Tolo, frente a eso, usaba

el

sistema de decir, bueno, discutamos. Pero la discusión fue tan violenta que

en

ese

momento no

se

pudo publicar nada de esa conversación sobre

el

libro de Nicolás Rosa.

Altamirano:

Hubo dos discusiones grandes. Una fue con

el

asunto de Padilla y los intelectuales en Cuba.

La

discusión

se

hizo

en

las oficinas de Siglo XXI. Duró no

si

un

día entero o tuvo más de una sesión. Y como había zonas de acuerdo y otras de desacuerdo,

se

hizo

un

gran resumen para tratar de recoger todas las

voces. Ahí los más críticos respecto de la dirección de Cuba con los escritores fuimos Ricardo y yo, que éramos los maoístas; y los más inclinados a comprender

fueron Tolo, Pancho Aricó y Funes, que estaban enfrentados con nosotros.

Germán García: Contrariamente a lo que puede parecer, éramos muy tolerantes en ese momento. Porque el peronismo obligaba al marxista doctrinario a ser más

blando, o más confuso .. Y eso se

ve

en la consignas de la Juventud Peronista de izquierda, que eran: Mao y Perón,

un

solo corazón . Te das cuenta que había una

cierta confusión.

o

simpatizaba con

el

peronismo porque el peronismo

no

te

exigía que tuvieras que hacer doctrina con su discurso. Paradójicamente, con su

adherencia

al

líder,

el

peronismo dejaba una gran libertad discursiva, porque se podía ser peronista y espiritista, peronista y lacaniano, peronista y cualquier cosa

(risas). No tenías la obligación de adecuar tu discurso a una exigencia doctrinaria. Creo que algo así también pasaba con los marxistas que vinieron del Partido

Comunista, como Schmucler, que salió de ahí: los marxistas de la llamada nueva izquierda en la Argentina eran muy fexibles en ese sentido, y no podían ser muy

dogmáticos, porque además había problemas internos: unos eran althusserianos; otros, maoístas, y otros no sé qué. O sea que había

un

clima que permitía cierta

convivencia.

LA

MULTIPLICACION DE LAS SIGLAS, LAS ALIANZAS, LAS RUPTURAS

En el

número 21, Galerna abandona

el

proyecto y la revista empieza a autofinanciarse.

La

nota editorial pone

en

palabras lo que de hecho estaba sucediendo:

además de los · ~ x t o s que ofrece la escritura se leerian hechos histórico sociales . Los Libros dejará de ser una revista de libros, como señalaban los primeros

subtítulos, y ese cambio

se

traducirá en

el

nuevo eslogan del número siguiente: Para una crít ica política de la cultura .

Junto con el nuevo subtítulo se modifica la conducción de la revista. Si bien Schmucler continúa como director,

se

crea

un

consejo de dirección conformado por el

hllp://www.pagina12.com.ar{lmprimir/diario/suplementcsllibros/1().4626-2012-04-08.hlml

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http://slidepdf.com/reader/full/somoza-vinelli-historia-oral-de-los-libros 3/3

2f112016

Páginal12

::libros

:: Hisb iaoral

de

os

libros

propio Schmucler, Ricardo Piglia hasta entonces colaborador y Cartos Altamirano, nuevo miembro: el triunvirato

en el

decir de Altamirano dura apenas dos números

(23 y 24), pues en el número 25 el consejo

se

amplía a seis miembros.

Ambos cambios de

staff

se

vinculan con la cada vez mayor gravitación de la poHtica

en

la revista y con los acuerdos y divergencias entre los integrantes en relación

con el debate sobre la posición de los intelectuales en los proyectos de transformación revolucionaria. a discusión acerca de si la revolución en la Argentina pasa o

no por el peronismo es también decisiva

en

la conducción de la revista.

Piglia: En la época en que

se va

Galerna, pasa una cosa muy divertida para llamarta de algún modo: Toto Schmucler

se

vuelve maoista durante quince días más o

menos (risas). En esos quince días, como

yo

también era maoista, decidimos darle esa orientación a la revista. Y entonces

yo

digo: invitémoslo a Altamirano , que

también era maoista. Por eso

en el

consejo aparecemos los tres, porque hay

un

acuerdo político, no de partido

ni

de grupo, s ino que estábamos de acuerdo

en

darle

a la revista una orientación maoista. ¿Qué quiere decir ser maoista? Quiere decir

no

estar con el PC. Eso era lo quería decir para nosotros ser maoista, hacer una

crítica a la Unión Soviética. Era la única crítica a la Unión Soviética hecha desde otro país socialista, es muy especular. Entonces, en resumen, en el momento ese,

en que Toto está cercano a la posición del maoísmo, la revista está dirigida por Toto, por Cartos Altamirano y por mí.

Altamirano: Así

fue como se produjo la formación del triunvirato. Y ahí se inicia otro capítulo, donde la política pasa a tener mayor gravitación en las páginas, pero

también

en

la cabeza de Schmucler. Esto quiere decir que la discusión acerca

de

la orientación política

de

la revista pasa a ser

un

tema, una cuestión a considerar.

Política en esos años no

se

vinculaba con lo que

se

vincula ahora, la ciudadanía, la democracia .. sino con la lucha armada y ese tipo de cosas. Entonces hay

una radicalización creciente por parte de todos. Esto me incluye a mí: además

yo

era militante del comunismo revolucionario o comunismo maoista. Y cada uno

tenía su cuadernito y su referencia política. Y la radicalización trajo tensiones.

Piglia: Pero enseguida Toto se hace peronista, casi montonero, como todo el mundo. Y entonces, está

en

minoría con nosotros dos y amplía

el

consejo de

dirección.

Se

le ocurre la idea de llamarta a Beatriz Sano, que en esa época era peronista, como todo el mundo (risas), y entonces Toto la incorpora a ella, a Germán

García, que era amigo de Toto y que, como ustedes saben, fue

el

que trajo la nopolítica, y a Miriam Chome, que en ese entonces era la mujer de Toto.

García: A

el

mundo de la militancia no me parecía demasiado serio. Empezaron a multiplicarse las siglas, las alianzas, las rupturas. Había demasiado culto

al

heroísmo. Y yo era lector de Gombrowicz. Si vos leés Transatlántico o Ferdydurke te das cuenta qué pensaba Gombrowicz del heroísmo. Y a

me gustaba

muchísimo Gombrowicz.

Así

que

me

tomaba las cosas

un

poco en chiste.

Yo me

consideraba una persona más bien de vanguardia, por decir así.

Yo

estaba muy

advertido

de

que las alianzas entre las vanguardias culturales y las políticas son siempre de medianoche, duran un ratito: los surrealistas con Trotsky, los dadaístas

con los marxistas alemanes. Nunca duran, porque la idea de la vanguardia es privilegiar el ahora, por algo

se

inventó el happening; la vanguardia no participa de la

idea de que nuestros nietos van a

ser

los beneficiarios de lo que vamos a hacer nosotros. Además

yo

tenía mucha simpatía por ese mundo, los hippies, el

Di

Tella,

que los otros veían como los últimos restos de la corrupción burguesa y la influencia norteamericana. Y a mí

me

caían mucho más simpáticos.

Ir

a fiestas, fumar

marihuana .. , todo eso

me

parecra

un

mundo menos tortuoso.

DESPUES

LA

POLITICA SE LLEVA TODO

Las diferencias en la caracterización del gobierno

de

Isabel Perón precipitan la última gran crisis que atraviesa la revista, que termina con

el

alejamiento de Ricardo

Piglia. Sarlo y Al tamirano quedan

al

frente de Los Libros y el consejo de dirección pasa a llamarse comité.

Esas diferencias

se

expresan en dos cartas, presentadas en columnas paralelas que, a modo de editorial, abren el número 40: a la

de

Ricardo Piglia responden Sarlo

y Altamirano. Mientras que para Piglia el gobierno de Isabel Perón, con

su

política represiva, reaccionaria y antipopular favorece

el

golpe de Estado y los intereses

del imperialismo norteamericano; para Altamirano y S arto, que reconocen que la represión del gobierno debilita el frente antiyanqui•, la defensa del gobierno

de

Isabel

es, sin embargo, la alternativa contra el golpe de Estado y el expansionismo de lo que identifican con los dos imperialismos, el norteamericano y el soviético.

Sarlo y Altamirano continúan en la dirección de la revista durante los que serán los últimos cinco números,

en

los que

ya

se

habla de la inminencia del golpe.

El último número, el44, es de enerofebrero 1976 En marzo,

el

golpe militar impacta sobre el país y sobre Los Libros. El número 45 quedará definitivamente perdido

cuando la redacción sea allanada y clausurada.

a

revista, que nació al calor del Cordobazo y de la efervescencia

de

los nuevos saberes relacionados con la

renovación en el campo de las ciencias sociales, encuentra su fnal cuando la interrupción del orden institucional a manos de los militares ensombrece

el

país.

Altamirano:

La posición de Ricardo, que estaba próximo a Vanguardia Comunista, era que no

se

podra defender al gobierno de Isabel contra

el

golpe, porque era el

gobierno el que producía la situación que activaba el golpismo,

se

podría decir. Nosotros decíamos que había una actividad conspirativa que abarcaba civiles y

militares y que había una actividad de provocación por parte

de

la izquierda. Y

se va

Ricardo. En fin, tres maoístas juntos no podían más que dividirse (risas).

Schmucler:

El PCR tenra un pensamiento absolutamente psicótico. Habran armado el esquema del amigo del enemigo que era verdaderamente psicótico. Parece

una especie de caricatura grotesca, este esquema del enemigo. Y yo creo que sin querer pusieron eso en funcionamiento también en la revista porque la revista

había adquirido tonos más sectarios.

Piglia: Yo me

voy

en el setenta y cinco porque la alianza que teníamos con Beatriz y Cartos se empieza a complicar: la gente del PCR, con la que ellos estaban,

empieza a apoyar a Isabel...

Se

produce una especie de diferenciación poHtica y entonces

ya no

hay acuerdo, y me voy. Viene el golpe,

me voy

a Estados Unidos

por primera

vez

en ese momento, vuelvo y los tres juntos hacemos Punto

de

vista.

Altamirano:

En

el

último número,

ya

no recuerdo si Beatriz y

yo

tuvimos injerencia o no en

el

material publicado, porque nos habíamos ido del partido. El último

número salió bajo la dirección de

un

sicólogo que

se

llamaba Osvaldo Bonano. El fue preso. Y nosotros estábamos tan desvinculados que

un

dra

yo

me aparezco

por la librería Galerna, que estaba debajo de la oficina de la revista, y el chico que atendía, que era amigo nuestro, me

ve

a

como si hubiera visto un resucitado. Y

no sabía ni qué decirme.

Yo

ignoraba todo, fui lo más campante: y me dice, ¿no sabías que hubo un allanamiento?

Schmucler:

En la realidad la significación de Los Libros

fue

todo el tiempo anterior, no porque estuviéramos nosotros sino porque se articuló a un proceso cultural

muy

signifcativo ( .. ) Hubo

un

momento de expansión,

de

explosión de formas culturales.

Piglia:

La primera etapa es la más interesante, es un momento muy productivo de circulación

de

mucha gente, y

se

pueden leer ahí todos los debates: aparecen

Lacan, Althusser. Todas cuestiones que nosotros estábamos poniendo en circulación. Y si hacés la lista

de

la gente que está interviniendo, te das cuenta

de

que en

la revista está toda una generación: Beatriz S arlo, Germán García, Josef ina Ludmer, Osear Terán, Ernesto Laclau, Jorge Rivera, Lafforgue, Eduardo Menéndez un

tipo muy interesante, muy inteligente, que se perdió, creo que García Canclini, Osear Del Barco, toda la generación posterior a Contorno. Después la política

se

lleva

todo y

se

hace una revista de izquierda más.

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