Somos una familia v

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CAPITULO V SOMOS UNA FAMILIA Dios nos invita a participar de su naturaleza divina. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo. (2 Cor 5:17). Todo lo que pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama. (Juan 16:26,27). Cuando nos sentimos más huérfanos que como hijos e hijas de Dios, esta puede ser una razón más para responder a la invitación divina de orar. Si venimos a él con humildad, con arrepentimiento y con nuestra desesperada necesidad de aceptación, él promete SANAR NUESTRA TIERRA, esa parte dañada de nuestro ser interior que lucha por asirse del favor divino. Ahora debemos aceptar que somos su posesión adquirida, su pueblo. LA ORACIÓN ES NUESTRA LUCHA La oración no es otra arma en nuestro arsenal espiritual Es ¡la forma como luchamos!. La oración es el plan de la batalla. Es la forma como enfrentamos al enemigo. Nuestro Padre quiere darnos poder divino para derribar “argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios”, y llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:5). Por qué todavía vivimos como si no comprendiéramos el amor de Dios. Vivimos como cristianos vencidos. Sin la oración somos como que estamos puestos la “armadura” pero no avanzamos. Estamos viviendo como turbados, fatigados y con miedo. ¿Su andar con Dios se caracteriza por el miedo o por la fe? ¿Continuará usted allí armado de doctrinas, textos e información que a través de los años ha absorbido en su cabeza, pero no en su corazón? ¿Permitirá a Satanás decirle que usted es un pecador demasiado grade para que Dios lo salve? ¿Se quedará allí listo para la batalla en ropas religiosas de gala, sólo para que lo muelan las satánicas acusaciones de su indignidad y fracaso, y que no es aceptable delante de Dios?. Vaya a sus rodillas con la Palabra de Dios contra el enemigo. Aprenda a confrontar cada falsa creencia con una verdad específica de la Palabra de Dios. Rechace las mentiras de Satanás. Mándelas al abismo de donde salieron y regocíjese que usted ha encontrado el favor de Dios. Jehová te ha escogido como único de entre los pueblos de la tierra. Eres su exclusiva posesión, para exaltarte sobre las naciones, para que seas un pueblo santo de Jehová. (Deut. 14:2;26:18,19)

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CAPITULO V

SOMOS UNA FAMILIA

Dios nos invita a participar de su naturaleza divina. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo. (2 Cor 5:17). Todo lo que pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama. (Juan 16:26,27).

Cuando nos sentimos más huérfanos que como hijos e hijas de Dios, esta puede ser una razón más para responder a la invitación divina de orar. Si venimos a él con humildad, con arrepentimiento y con nuestra desesperada necesidad de aceptación, él promete SANAR NUESTRA TIERRA, esa parte dañada de nuestro ser interior que lucha por asirse del favor divino. Ahora debemos aceptar que somos su posesión adquirida, su pueblo.

LA ORACIÓN ES NUESTRA LUCHA

La oración no es otra arma en nuestro arsenal espiritual Es ¡ la forma como luchamos!. La oración es el plan de la batalla. Es la forma como enfrentamos al enemigo. Nuestro Padre quiere darnos poder divino para derribar “argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios”, y llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Cor. 10:5).

Por qué todavía vivimos como si no comprendiéramos el amor de Dios. Vivimos como cristianos vencidos. Sin la oración somos como que estamos puestos la “armadura” pero no avanzamos. Estamos viviendo como turbados, fatigados y con miedo.

¿Su andar con Dios se caracteriza por el miedo o por la fe? ¿Continuará usted allí armado de doctrinas, textos e información que a través de los años ha absorbido en su cabeza, pero no en su corazón? ¿Permitirá a Satanás decirle que usted es un pecador demasiado grade para que Dios lo salve? ¿Se quedará allí listo para la batalla en ropas religiosas de gala, sólo para que lo muelan las satánicas acusaciones de su indignidad y fracaso, y que no es aceptable delante de Dios?.

Vaya a sus rodillas con la Palabra de Dios contra el enemigo. Aprenda a confrontar cada falsa creencia con una verdad específica de la Palabra de Dios. Rechace las mentiras de Satanás. Mándelas al abismo de donde salieron y regocíjese que usted ha encontrado el favor de Dios.

Jehová te ha escogido como único de entre los pueblos de la tierra. Eres su exclusiva posesión, para exaltarte sobre las naciones, para que seas un pueblo santo de Jehová. (Deut. 14:2;26:18,19)

AMIGOS

No solo somos hijos sino también nos llama amigos, me pide que le conozca como a una amigo, la condición es “si”, hacemos lo que Él nos manda. Somos siervos, hermanos, herederos, colaboradores, sacerdotes y reye. Pero Cristo es nuestra cabeza. Ahora, estamos LIBRES del pecado porque OBEDECEMOS DE CORAZÓN, “gracias a Dios que habéis obedecido de corazón, y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de Dios” (Rom. 6.17,18).

Somos “su pueblo” nuestros rostros, nombres, dudas y preguntas; nuestros triunfos y tragedias, cicatrices y verrugas están esculpidos para siempre en la palma de las manos de Dios (Isa. 49:16). Venga a Jesús comparta lo que usted es, ya no siga viviendo de las sobras como un mendigo. ¡Usted es el hijo del Rey!.