Somos Agrafos de Acción y Mente Carlos Navarrete Cacerez

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    SOMOS AGRAFOS DE ACCIN Y MENTE

    El aspecto generacional tambin incide en la forma de hablar. Mientras Matos se ha idoconvirtiendo en un orador extraordinario, yo me estoy volviendo cada da mstartamudo y no sabiendo, adems, de lo que se iba a tratar esta mesa redonda, escribunas palabras para tener un respaldo este da y dice as: Si algo le agradezco a la vida es

    haber sido arquelogo, pues le di ventanas a mis propios escapes rascndole un poquitoal pasado. De no haberlo hecho hubiera sido un fracaso. La otra opcin era hacermegitano o ferrocarrilero o volantinero de algn circo, cola de chucho o marimbistacallejero. Entr a la ENAH en 1952, y con la formacin arqueolgica se me dieron otrosespacios y posibilidades de entendimiento. Podamos ser lingistas, arquelogos oetnlogos, pero a partir de una formacin bsica antropolgica. Al salir de la escuelahice lo que todos: trabaj quince aos en el campo, di clases, hice tipologas, estudiinacabables materiales, busqu ir a la moda, cronologas y relaciones, ausencias y

    presencias, y por influencia Childiana vi a Armillas, cav fondos habitacionales buscando respuestas sociales. En mi vida personal me hice militante del PartidoGuatemalteco del Trabajo y, como ciudadano, pegu carteles, tir piedras y qumicos enlos cines y par el transito en la capital gritando mueras contra el imperialismo

    norteamericano. Conoc la tigrera del primer cuerpo de la polica y me corrieron del pas. Ese ha sido siempre mi mayor dolor, mi ms profundo dolor. Aprend a odiarporque como arquelogo empec a tener vergenza de no saber combatir o protestar conla ciencia aprendida, dejando el ttulo colgado en la pared. Volv a la ENAH. Comomaestro, sobreviv a los magnficos, a Palermo, al 68, a la corriente antropolgica quevino despus. Sobreviv al grupo del libre aprendizaje, y soy sobreviviente de por lomenos media docena de planes de estudio pues en la ENAH la carrera de arqueologase ha manejado como plaza de pueblo que se remodela al gusto de la esposa del alcaldeen turno. Si es gabacha el kiosco es como en las Vegas, si es nacionalista pone mosaicosde bao color colonial y si es indigenista lucir medallones de la Coyolxauhqui. Hoyamanec nuevo arquelogo, maana me salgo de la nueva arqueologa, ayer me peg elsndrome de la etnoarqueologa, anteayer fui materialista histrico y maana medesgaitar en gorgoritos estructurales. Me imagino que habr una pila de solicitudes

    para entrar pronto en el futuro panten de la arqueologa marxista en Mxico.En 1974 el medio arqueolgico me estaba pudriendo bajo una sola sombra de amargura,desaliento y falta de credibilidad en los programas y en los personajes. Volando sobre elro Jatatebi vislumbr la red de caminos mayas y decid hacer mi propia arqueologaolvidndome de las dems. Con el auxilio de la vieja formacin antropolgica logrreconciliarme con el oficio y con la profesin. La ENAH me dio herramientas paraentender la maravilla de las lenguas, los desplazamientos de las ideas, la significacinde los santuarios. Las pasiones que circulan en las peregrinaciones, los afanes delmarchante con su mercanca a cuestas, la dignidad de la pobreza, la insolencia de loscaciques, las formas tradicionales del transporte y el milagro de las artesanas.De 1976 a 1980 trabaj en el reconocimiento de los Altos Cuchumatanes en Guatemala.Ah se cruz el estudio de un antiguo sistema de comunicaciones, con la represin y lasmatanzas que los gobiernos militares han perpetrado contra la poblacin indgena ycampesina. Comprend que si el marco actual de referencia cambiaba, tambin elenfoque arqueolgico tendra que variar. Decid que todo lo que hiciera en el futurosera en razn de esas comunidades golpeadas. Que lo que diera o escribiera sera paraestablecer los eslabones de la historia; recobrar fragmentos de documentos paracimentar el orgullo futuro de quienes luchan por vivir en un mundo diferente. Fue lareconciliacin definitiva. Conjuntar impulsos ciudadanos, la militancia poltica de

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    izquierda con la ardua tarea de intentar diariamente ser un antroplogo. Ignoro si lolograr y mejor no llegar. Me perdera la aventura de buscar buscndome y eso solo yolo entiendo, y es lo que a m me importa. Ahora estoy aqu, cuando la escuela llega a sus50 aos sin nada novedoso que decir, como si el tiempo no pasara y todo fuera comoayer.En estas pginas expreso lo que hace cerca de dos sexenios trat de comunicar. Mi

    dolor ante la fachada de una ruina maquillada de luz y sonido, textos fciles ante eldespojo de nuestro patrimonio y su tacita entrega a la iniciativa privada, el regalo de suentorno a las compaas hoteleras internacionales, a eso rotundamente me opongo: aque la calle de los muertos de Teotihuacan remate en un hotel, a que en el corazn de lainfeliz comunidad monolinge maya de Cobale planten otro, a que sobre un sistema deantiguos chultunes de Uxmal claven otro y que a la mrtir encomendada de Cholula leimpongan el yugo de otro ms. Mi preocupacin por falta de una poltica que norme lainvestigacin arqueolgica nacional, modelada por los problemas reales y sociales del

    pas, y con la meta principal de romper con nuestra dependencia de la arqueologanorteamericana. En todo aquello que no sea ms que otra fachada de la accin cotidianade colonizar, mi protesta por el desgaste intil de la energa profesional causada por laincapacidad administrativa que ha impedido que exista una continuidad investigatoria

    en nuestro medio. Bodegas enteras se encuentran repletas de materiales sin estudio; ahduerme el rescate de seis grandes presas y lo recobrado en las excavaciones del metro.Sitios enteros estn parcialmente reconstruidos y cuentan con vigilancia ymantenimiento, pero a costa de que no exista ni una nfima nota escrita en todos losarchivos oficiales, sitios trabajados y abiertos al pblico de los que no se hizo ningncroquis, pero que aparecen en todas las guas tursticas. El desastre del salvamentourbano del D.F. y la falta de series bibliogrficas estables que difundan y divulguen losescasos resultados de esa forma de trabajar.Todo esto es parte del gran silencio. l es el que acta por nosotros, nos condiciona ydetermina; por l no hablamos ni leemos, ni escribimos. Somos grafos de accin ymente, pues as se nos quiere y as se nos solicita. Aqu se expresa otra de las normas

    bsicas del juego arqueolgico oficial, el desconocer el nuevo libro del colega,

    inadvertir el artculo recin aparecido, son variantes del verbo callar, sinnimos deprejuzgar y envidiar, maldecir por ignorancia. Si al silencio agregamos notas pursimasde soberbia y engreimiento y un ligero tinte de vanidad y presuncin, la pasinembriagante de los arquelogos est lista. Somos en muy pobrecito, una versin sinchiste de los pecados capitales. Sabemos resguardarnos en tneles doctorales y escalerasescalafonarias, entre puntos acadmicos como bolsas de arena y se vuelven vanas as.En esas fatigas nos estamos volviendo cada da ms arquelogos y menosantroplogos, y cada da ms doctores y menos arquelogos; toda una larga historia deatropellos y dignidad nos hemos olvidado. Los arquelogos de ahora ya no arribamosms a tierras de indios.Aqu empiezo a hablar como en mi tierra, porque sera mi sueo. Buscar la carroadonde los nios y los chuchos arrancaban carne mojada, buscar la sarna de toda lacomunidad, buscar entre cobijas y el olor a chivo mojado, buscar el sudor pegado alsombrero y ste, al mecapal y ste, al cacashil y ste, a la espalda y sta casi al suelodurante siglos, ya no excaves tanto, excavar un poquito entre la mugre y la caca, sentlos piesotes, comte un sangichito frente a la visintera y segu tan tranquilo estudiandoel origen del Estado, puesto que tu sociedad no la entenders nunca. Busc en loscafetales de la costa donde a los pescadores mixtecos les escamotean el salario, buscen la garganta sellada de aquel Rigobertito que pidi comer pescado antes de morirseall entre la niebla sin peces de los Cuchumatanes, donde los indios reventaban con las

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    tripas en el agua, Dej de excavar un tiempo, no te hagas pendejo, y anda a ver a loschicotazos y el cepo y el despojo, y fijate en Simojobel donde el ejercito y los finquerosquemaron rancheras. Record tantito a los torturados de Guatemala y los crneosreventados de los 30 000 salvadoreos. En eso fjate. No tens que ir tan lejos a excavartridimensionalmente para encontrar indios muertos. Ya no cargues ms con tus informes

    pasteurizados, y largte a poner siquiera inyecciones, para que al caminar se te cuezan

    las patas y se te entuman las manos y se te sangre el alma, y dejte por un momentosiquiera de alternativas y de esos malabares inacabables de horizontal y vertical, delmarco y el modelo, y de esquivar los vientos al modo de produccin y a tu inventodelcarry capacity. Deja de jugar por unos momentos con tus aparatitos. Renuncia un tanto atus alardes de albail intelectual grafiquero, y a la anastilosis que te llena de pginas deletra muerta y todos esos nombres de fases y periodos delin situ,y a la sabiondalocalizacin del punto cero y tus casi filosficastaxonomic unity el creo y elsupongo, me parece, y tanta y tanta mentira y prctica hueca y tanta falsedad. Ya eshora de que sirvas de algo, de que no se te olvide que entre tanta miseria losarquelogos tenemos el privilegio de escribir por los muertos vivos, que podemos sercronistas y testigos de todos los indios que hicieron una historia sin saber escribir, quelos que se levantaron hoy, y fueron aplastados vejados, no queden mudos, que tan

    siquiera est un arquelogo cerca y lo escriba. Muchas gracias.

    CARLOS NAVARRETE CACEREZ