Solo Respondo Al Llamado de Dios

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AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, Nº 40. Marzo-Abril 2005 1 AIBR. Ed.ELECTRÓNICA Nº 40 MADRID MARZO – ABRIL 2005 ISSN 1578-9705 “SÓLO RESPONDO AL LLAMADO DE DIOS”: EL PRECARIO LIDERAZGO DE LAS PASTORAS PENTECOSTALES Mónica Tarducci [email protected] Doctora en Antropología. Miembro del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEG) Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. RESUMEN La Reforma protestante abrió, en teoria, el sacerdocio para todos los creyentes. Sin embargo, muchas iglesias son renuentes a incorporar mujeres al ministerio, entre ellas las pentecostales, que lo desalientan o directamente lo prohiben. En este articulo, basado en una investigación mas amplia sobre la participación de las mujeres en las iglesias pentecostales desde una perspectiva de género, mostraremos el caso de dos pastoras, de estilos muy diferentes pero igualadas en la precariedad de sus liderazgos, apoyados por una retórica que no cuestiona la subordinación y que crea una tensión entre los roles pastorales y la feminidad pentecostal. Pentecostalismo y género- Ministerio femenino-Pastoras-Mujeres protestantes-Religion y género SYNOPSIS Reformation opened – in theory- the priesthood for all people. But, many churches discourage the incorporation of women to ministry, including the Pentecostals, where some congregations forbid it. In this paper –based on a research about women’s participation in pentecostal churches from a gender point of view- I will show two women preachers, with very different styles but similar precarious leaderships, supported by a rethoric that does not call submission into question and making a tension between pastoral roles and pentecostal feminity. Pentecostalism and Gender- Women’s Ministry-Female pastors-Religion and gender

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Solo respondo al llamado de Dios

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  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    AIBR. Ed.ELECTRNICA N 40 MADRID MARZO ABRIL 2005 ISSN 1578-9705

    SLO RESPONDO AL LLAMADO DE DIOS:

    EL PRECARIO LIDERAZGO DE LAS PASTORAS PENTECOSTALES

    Mnica Tarducci

    [email protected]

    Doctora en Antropologa. Miembro del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Gnero (IIEG)

    Facultad de Filosofa y Letras. Universidad de Buenos Aires.

    RESUMEN

    La Reforma protestante abri, en teoria, el sacerdocio para todos los creyentes. Sin embargo,

    muchas iglesias son renuentes a incorporar mujeres al ministerio, entre ellas las pentecostales, que lo

    desalientan o directamente lo prohiben. En este articulo, basado en una investigacin mas amplia

    sobre la participacin de las mujeres en las iglesias pentecostales desde una perspectiva de gnero,

    mostraremos el caso de dos pastoras, de estilos muy diferentes pero igualadas en la precariedad de

    sus liderazgos, apoyados por una retrica que no cuestiona la subordinacin y que crea una tensin

    entre los roles pastorales y la feminidad pentecostal.

    Pentecostalismo y gnero- Ministerio femenino-Pastoras-Mujeres protestantes-Religion y gnero

    SYNOPSIS

    Reformation opened in theory- the priesthood for all people. But, many churches discourage

    the incorporation of women to ministry, including the Pentecostals, where some congregations forbid it.

    In this paper based on a research about womens participation in pentecostal churches from a gender

    point of view- I will show two women preachers, with very different styles but similar precarious

    leaderships, supported by a rethoric that does not call submission into question and making a tension

    between pastoral roles and pentecostal feminity.

    Pentecostalism and Gender- Womens Ministry-Female pastors-Religion and gender

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    INTRODUCCIN

    La Reforma es portadora de una concepcin de la mujer que implica una ruptura con el

    mundo catlico, fundamentalmente, la creencia de que ambos sexos se pueden comunicar con igual

    facilidad con Dios, y que el sacerdocio es una posibilidad para todos los creyentes verdaderos, ya que

    creer, es un don que Dios puede confiar a una persona en cualquier momento de su vida.

    Como consecuencia de esta doctrina se vinculan tres procesos: en primer lugar, el celibato

    sacerdotal fue atacado, no considerndolo ejemplo de superioridad moral y espiritual. El hombre

    casado poda ser tan virtuoso y alcanzar la salvacin como cualquier sacerdote. En segundo lugar,

    comunicarse con Dios no exiga mediadores y por ltimo, la Biblia era accesible a los legos. La vida

    cotidiana de los individuos deba transcurrir de manera devota. La familia se convirti en el elemento

    clave para satisfacer el imponente objetivo que perseguan los protestantes: los hombres y mujeres

    ordinarios deben comprometerse totalmente con una vida devota, tanto en su vida pblica como en

    sus actos ms ntimos; en sus expresiones cotidianas como en sus pensamientos mas secretos.

    (Hamilton 1980: 74)

    Sin embargo, la idea del sacerdocio universal, expresada por Lutero, de que todo cristiano

    bautizado puede ser sacerdote, obispo y papa, en la prctica, esa funcin recae sobre el padre de

    familia, an cuando la mujer pueda cumplir un papel importante en la transmisin de las ideas

    religiosas, secundando a su marido activamente y ser una interlocutora privilegiada de l.

    EL GRAN DESPERTAR

    Durante todo el siglo XIX, se percibe en los pases o regiones protestantes, un relativo

    progreso en la situacin de las mujeres, sobre todo a nivel de instruccin (no olvidar que para conocer

    las Escrituras es preciso saber leer) pero a su vez, los protestantes comparten ampliamente la

    concepcin social dominante de la distribucin del rol masculino y femenino. Esta concepcin bloquea

    el acceso de las mujeres a determinadas funciones, y sobre todo a la pastoral. (Baubrot 1993: 220)

    El amplio movimiento revivalista de comienzos del siglo XIX, que insufl de aires renovadores a las

    iglesias protestantes y que, sin quererlo produjo divisiones entre las denominaciones mas importantes

    (justamente entre quienes lo aceptan y quienes lo rechazan) atrajo a muchas mujeres, dndoles la

    oportunidad de participar activamente asumiendo ciertas responsabilidades no pensadas para los

    laicos y menos para las mujeres, como dar testimonio pblico de su fe y predicar. Esas excepciones

    se justificaban recurriendo a la nocin teolgica del llamado extraordinario de Dios.

    El fervor del revival, llamado tambin gran despertar, fue particularmente intenso en los

    Estados Unidos, donde muchas mujeres cumplan funciones cuasi-pastorales, no sin despertar

    controversias. La ideologa de la verdadera femineidad, que deca que el lugar de la mujer era el

    hogar, comenz a ser usada para justificar determinadas acciones de las mujeres en la sociedad. Las

    mujeres comenzaron a predicar, testificar y orar ante una audiencia de hombres y mujeres, mientras

    luchaban para convertir a sus maridos, hijos y amigos. Tomndose muy en serio su papel de

    guardianas de la moral, estas evangelistas tuvieron la oportunidad de hablar en pblico y organizarse.

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    Su actividad religiosa era prcticamente la nica permitida fuera del hogar y esa actividad fue muy til

    cuando se decidieron a entrar en la arena pblica para otros asuntos no sectarios: participaron en una

    variedad de asociaciones voluntarias para luchar contra el alcoholismo, la reforma de las prisiones, la

    abolicin de la esclavitud, las misiones de ultramar, la asistencia a los pobres e, inclusive en los

    movimientos feministas.

    Cuando el espritu revivalista se desvaneci, las principales denominaciones protestantes

    renovaron su control sobre la escena religiosa. Los "excesos" de poder espiritual fueron reemplazados

    por una organizacin ms jerrquica (y masculina) que enfatizaba la importancia de la educacin de

    sus lideres en Colleges y Seminarios. La religin fue sacada de la esfera emotiva y domstica y

    llevada a la arena pblica. Lo religioso se volvi un asunto poltico y jerrquico, los roles y reglas ms

    estandarizados, codificados y racionalizados. Asi, la religiosidad norteamericana pierde su carcter

    "femenino". Lo que no quiere decir que las mujeres no sigan siendo devotas, sino que vuelven a

    ocupar la esfera domstica, mientras pastores y predicadores constituyen una autoridad cada vez ms

    poltica de su comunidad. Los sermones ahora, se ocupan de cuestiones morales ms generales,

    ensayos sobre la vida civil y diatribas polticas. Si la participacin femenina "revivalista" haca hincapi

    en la predicadora como madre, ahora el pastor no slo es el "padre" de una familia patriarcal, sino que

    el nfasis del mensaje est puesto en su congregacin como hijos obedientes que deben cumplir

    obligaciones y reglas muy estrictas. (Lawless 1988)

    Mas all de esa prdida temporal de restricciones durante el revival, las mujeres raramente

    ascendieron a posiciones de autoridad dentro de las denominaciones evanglicas, cumpliendo esa ley

    no escrita de que las mujeres asumen un lugar mucho mas importante, tanto en la participacin como

    en el liderazgo en las religiones populares y disidentes, se vean a s mismas o no, como opositoras a

    la autoridad establecida. Las mujeres tienden a surgir como pastoras en movimientos religiosos que

    no realizan un control sobre su clereca y dependen de una emocin autntica y espontnea. A

    medida que el movimiento cobra importancia y se institucionaliza, las barreras contra la ordenacin de

    las mujeres, vuelven a surgir. En palabras del pastor Saracco: Usted sabe que el pentecostalismo

    tuvo un origen negro y de mujer, despus se hizo blanco y machista.1

    PIONERAS EN ARGENTINA

    El primer testimonio pentecostal en Argentina ocurri el 9 de octubre de 1909, cuando

    arribaron al pas, provenientes de Chicago, Louis Francescon, Giacomo Lombardi y curiosamente una

    mujer, Luca Menna, dispuestos a llevar la palabra a los italianos radicados en Argentina. (Saracco

    1989; Stokes 1968) Incluso un hermano de Luca Menna fue la primera persona que tuvo la

    experiencia pentecostal en Argentina.

    Si bien Francescon, Lombardi y Menna permanecieron poco mas de un ao en el pas, su

    llegada constituye la prehistoria del movimiento pentecostal en Argentina.

    1 Entrevista personal con el pastor Norberto Saracco. Buenos Aires, noviembre de 1996.

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    En 1910, llega Alice Wood, la primera misionera que da comienzo a una presencia pentecostal

    permanente en nuestro pas. Nacida cuarenta aos antes en Ontario, Canad, y criada en un hogar

    evanglico, realiz estudios teolgicos en Estados Unidos, donde lleg a pastorear una iglesia.

    Siendo asistente a los cursos del Missionary Training Institute, de Nueva York, fue influenciada por las

    enseanzas sobre santidad, bautismo en el Espritu Santo y sanidad. Durante cuatro aos fue

    misionera independiente en Puerto Rico y a su regreso a Nueva York pide su admisin como

    misionera al Christian and Missionary Committee. Asi es como es enviada a Argentina, no sin antes

    compartir la profunda oleada de avivamiento espiritual que dio origen al pentecostalismo y de recibir

    el bautismo del Espritu Santo.

    Wood se estableci durante siete aos en Gualeguaychu, Entre Ros, hasta que se traslad a

    25 de Mayo, en la provincia de Buenos Aires, en donde fu lder de un grupo de creyentes de la

    comunidad.

    La importancia del ministerio de Alice Wood radica en que fue ella quien estableci la primera

    iglesia pentecostal en Argentina. Adems, aunque nunca la iglesia de 25 de Mayo tuvo una

    congregacin numerosa, pasaron por ella muchos de los que seran los primeros lderes

    nacionales.(Saracco 1989)

    Si bien Wood era misionera pentecostal independiente, al organizarse las Asambleas de Dios

    en 1914 en Estados Unidos, se afili a ellas y siempre recibi su apoyo. (Stokes 1968)

    A pesar de estos antecedentes, jams ninguna de las pastoras o pastores entrevistados, la

    mencionaron, extrao ocultamiento en el caso de un importante pastor de la Unin de Asambleas de

    Dios, con el que habl explcitamente del tema del ministerio femenino. Cuando traz la historia de su

    congregacin mencion a un misionero de origen italiano como el antecedente mas lejano en el pas.

    Es ms, la Unin de Asambleas de Dios no acepta el ministerio femenino. Este pastor, afirm

    rotundamente que no es que est prohibido, es que aqu, la gente es muy ignorante, no es como los

    Estados Unidos, donde una mujer pastora no llamara la atencin, aqu no la respetaran.

    EL LLAMADO DE DIOS: LA FORMACIN VERSUS LOS DONES

    Segn la encuesta de Saracco, realizada en 1989, el 78 por ciento de las iglesias

    pentecostales consultadas considera necesaria la educacin teolgica. A pesar de ello, en el 70 por

    ciento de las iglesias tal requisito no es necesario para ejercer el pastorado. Se siguen priorizando los

    valores de la experiencia.

    A medida que las iglesias se consolidan van aceptando los modelos tradicionales de

    formacin teolgica, como una forma de contar con prestigio y aceptacin, sin embargo los cursos son

    tomados por pocos pastores y su nivel es inferior al de un Bachillerato en Teologa. Quienes desean

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    avanzar un poco mas en su preparacin teolgica asisten al Seminario Internacional Teolgico

    Bautista o en el Instituto Bblico Buenos Aires de la Alianza Cristiana y Misionera.2

    Sin embargo varias iglesias pentecostales abrieron escuelas bblicas (un 55 por ciento, segn

    Saracco) donde, salvo unas pocas excepciones, la actividad se limita a una o dos clases semanales

    dictadas por pastores de la iglesia, los cuales no poseen ninguna preparacin teolgica. Segn la

    misma encuesta, slo el 35 por ciento de las iglesias acepta la ordenacin de la mujer.

    Resumiendo, diramos que el perfil promedio del pastor pentecostal argentino es el de una

    persona con fuerte conviccin de llamado, con un nivel primario de instruccin, sin estudios teolgicos

    formales, con vocacin de servicio al prjimo pero al margen de toda connotacin poltica. (Saracco

    1989: 48)

    Ahora, si ese es el perfil de un pastor, y donde el criterio mas importante es el de la

    experiencia, el de la autenticidad, cul es la importancia de que sea mujer u hombre?. Para Saracco,

    no tiene que ser importante que sea hombre o mujer, es la comunidad la que legitima, la que

    reconoce los dones y cualidades. Y cmo se lo reconoce?, en la prctica. Si Dios me llam, quin es

    usted para decirme que no sirvo? En el caso de los pentecostales, se trabaja sobre lo hecho, sobre lo

    ya realizado. Porque si haba una mujer que poda predicar y senta que deba hacerlo, y quera

    compartir su experiencia, a nadie se le ocurra que por el hecho de ser mujer no lo poda hacer.

    Entonces, en esa experiencia, las mujeres salen a predicar, y comienzan a congregar gente y a

    desarrollar una tarea misionera y pastoral, como el caso de Alicia Wood. Ella llega a compartir una

    experiencia aqu, en Argentina, impulsada por ese fuego, vena a compartirlo aqu. Despus ella va a

    Estados Unidos y va a participar del acto fundacional de la Asamblea de Dios a nivel mundial. Quin

    la autoriz a ella?, quin la nombr? Sin embargo alrededor de ella se formaron infinidad de pastores

    nacionales que hasta el da de hoy estn. Lo mismo con otras mujeres que se desparramaron por

    todo el pas. Jovencitas, predicando. El de la Patagonia es un caso muy pattico. An con riesgo

    personal, viajaban en camiones 3 o 4 das con camioneros, haciendo dedo en la ruta, se pueden

    hacer pelculas de eso. Esa gente comienza a hacer ministerio de esa manera. Claro, cuando la

    cosa comienza a estructurarse Entonces, comienzan a levantarse esas preguntas adentro mismo

    del movimiento. Cmo se permite que una mujer? Puede la mujer del pastor? no puede? Ah

    hay que reconocer, como segundo paso, una influencia marcada de grupos conservadores,

    especialmente de Estados Unidos.3

    La influencia a la que se refiere mi informante, que yo prefiero llamar fundamentalista,

    (Tarducci, 1999, 2002) es la que acenta la diferencia en los roles de varones y mujeres, tanto en la

    vida de los laicos como dentro de las congregaciones. En el caso que nos ocupa en este artculo, el

    del ministerio femenino, aparece de tanto en tanto en las publicaciones de origen norteamericano que

    se venden en las iglesias que hemos frecuentado.

    2 Iglesias que podemos llamar fundamentalistas, pero no pentecostales. 3 Entrevista personal, ver nota 1.

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    En estos libros y folletos, se apela a la autoridad de la palabra de Dios, que se expresa en

    Corintios 11:34-35, para desalentar la existencia de mujeres pastoras vuestras mujeres callen en las

    congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estn sujetas, como tambin la ley lo

    dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una

    mujer hable en la congregacin.

    Digo desalentar, porque nadie se atreve a prohibir de manera rotunda algo que por otro lado

    se da en contadsimas oportunidades en nuestro pas.

    De que manera se desalienta el ministerio femenino en estas publicaciones? De dos formas

    interrelacionadas: primero, enfatizando los deberes domsticos de las mujeres, su rol decisivo como

    sostenedoras del hogar y, en segundo lugar, mostrando los mltiples dones para los que est

    preparada, la importancia a los ojos de Dios de determinadas tareas eclesiales realizadas

    generalmente por mujeres: don de profeca, de orar, de organizar los grupos de mujeres, la escuela

    dominical, incluso de misionar.

    Una mujer que tenga una labor que hacer dentro de la Iglesia - una clase de la escuela dominical, y

    el formar parte de un comit o de cualquier otro tipo de actividad-tiene ya suficiente ministerio en la iglesia, aparte del testimonio que pueda rendir personalmente en las relaciones particulares. Hay que

    tener en cuenta que existen otras esferas de ministerio para ella que las de la iglesia. Hay amigos

    necesitados que requieren una mano, vecinos a quienes ayudar. Muchas mujeres encuentran una

    gozosa oportunidad, ministrando en sus propios hogares por medio de los estudios de la Biblia en la

    vecindad. (Hancock 1978: 219)

    Encontramos en El Puente4, un artculo firmado por la esposa de un conocidsimo evangelista, donde

    la autora contesta de manera implcita a las nuevas interpretaciones del pasaje bblico citado

    anteriormente, que aparentemente abrira el camino a la ordenacin de las mujeres.

    muchos intentan cambiar lo que Dios ha escrito en su Palabra con respecto al hombre y la mujer El que quiere cambiar la mente del hombre (sic) es un personaje perfectamente individualizado: se llama

    Satans. Su especialidad es confundir. Y nos quiere meter en la cabeza que la palabra de Dios es

    anticuada. Que los tiempos han cambiado. Y lo que Dios le dice a la mujer desde la antigedad, se lo

    sigue diciendo hoy.Por eso, las mujeres tenemos que luchar fuertemente por aquello que Dios puso

    en nuestras manos. Y qu nos entreg? La responsabilidad de llevar adelante una familia. Somos la

    columna que sostiene el hogar.5

    Muchas veces en la literatura evanglica se menciona la palabra ministerio o ministrar para

    hacer referencia a las distintas actividades dentro de la iglesia, sin que ello signifique pastorado, como

    hemos visto en la cita de Hancock. Varios pastores entrevistados consideraban reas de ministracin

    4 Peridico interdenominacional protestante con fuerte contenido fundamentalista y pentecostal. 5Ana de Annacondia, en El Puente, diciembre de 1993.

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    del Seor, a la facilidad con que las mujeres captan el espritu de profeca, la corriente de alabanza y

    las cargas de la intercesin, al igual que los ministerios de ayuda, en la visitacin de enfermos.

    DOS ESTILOS DE MINISTERIO

    Durante la realizacin del trabajo de campo tuvimos la oportunidad de conocer a dos pastoras.

    Les realizamos extensas entrevistas, presenciamos los oficios regulares pastoreados por ellas. As

    como recogimos crticas a la labor de una de ellas, sin haberlas solicitado.

    El caso de la pastora Julia, de una humildsima congregacin pentecostal del Gran Buenos

    Aires, al que llegamos por referencia de una teloga protestante, lo podramos denominar de las que

    piden permiso o intentan a cada paso, con extrema prudencia, ganar un lugar que saben incmodo,

    no usual, resistido.

    El caso de la pastora Loli, por el contrario, lo conocimos por el escndalo que provocaba en

    Olavarra. Loli no pide permiso, se impone Biblia en mano, desafiando a quienes la critican por su

    pasado, pasado que a su vez, le permite recrear el estereotipo de pecadora salvada.

    LOS RELATOS DE CONVERSIN

    La narrativa de conversin de Julia sigue el mismo esquema que el de todas las mujeres

    cuyos relatos de conversin hemos escuchado, ya que en ellos, si hay idiosincracias, stas son de

    carcter ornamental o diacrtico, nunca afectan la esencia semntica o la sucesin de episodios. Tal

    como lo expresa R. Mary Griffith mas all de sus aparentes diferencias, los testimonios orales y

    escritos son iguales, adhiriendo prcticamente a idnticas pautas y ritmos, que emanan del mismo

    mundo devocional (Griffith 1997: 18). Es lo que desde la ciencia cognitiva se denominan scrips o sea

    argumentos, en el sentido teatral o cinematogrfico, y que es aplicable a una situacin centrada en un

    texto que sigue reconociblemente una receta. Ese argumento se inscribe en una compleja

    representacin de la memoria llamada esquema, una estructura que tiene como misin reconstruir la

    configuracin de lo que se percibe, se interpreta o se aprende, por medio de supuestos, reglas y

    estrategias. Por supuesto, los esquemas son dinmicos y la resultante dialctica entre la competencia

    del sujeto y las caractersticas del ambiente. La idea de esquema se complementa con la de frame o

    marco, que hace referencia a que las categoras del lenguaje reorganizan de alguna manera los

    esquemas, focalizando la atencin en ciertas variables mas que en otras. (Reynoso, 1993)

    El script del relato, sea oral o escrito, est compuesto por tres instancias claves: la vida antes

    de la conversin; el evento traumtico que desencadena el acercamiento a Dios y la vida posterior a la conversin.

    Conoc a Cristo a los 30 aos; a partir de una crisis que estaba atravesando. Me haban dado un

    diagnstico mdico, en una de mis hijas, de enfermedad irreversible e incurable Y bueno, la

    enfermedad era para muerte, mi nia qued ciega, qued paraltica, qued muda, yo quise quitarme la

    vida. Realmente estaba desesperada, sin paz, sin esperanza, creyendo que ya todo estaba perdido

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    para m. Y fue all donde conoc la bendita palabra del Seor, cuando entregu mi corazn a Cristo, el

    Espritu Santo toc mi vida. Promet ese da servirle y serle fiel.

    Lleg a la iglesia por una amiga que la llev. La nia se cur. Y ah, de manera no muy clara,

    comienza a relatar su entrega a Dios y que empez a estudiar la Palabra. Pero su ministerio

    comenz con un fuerte llamado de Dios:

    Hace dos aos Dios me entreg la Iglesia a travs de una visin y a travs de su palabra. Yo no fui

    pastora al principio, estuve cuidando la puerta, fui portera, bueno, hice muchas cosas en la Iglesia,

    pero hace dos aos el Seor me entreg la obra a travs de una visin y de su palabra. Y a partir de

    ah nosotros hacamos reuniones caseras, predicbamos en el parque, y Dios nos dio este lugar para

    abrir las puertas as al pblico, que es de gran bendicin, pero no siempre yo fui... Tuve llamamiento

    enseguida, porque enseguida yo me bautic y senta el fuego del Espritu Santo arder. Pero el

    ministerio pastoral me lo dio el Seor hace dos aos.

    Julia reconoce que el camino recorrido fue muy difcil, tuvo que convencer a su marido,

    convertir a miembros de su familia y que es difcil ser mam y ser pastora, pero no es imposible,

    porque el Seor nos apareja horarios, nos apareja todo.

    A pesar de que el llamado de Dios la legitima, al igual que muchos pastores reivindica el

    estudio, pero como mujer con obligaciones domsticas como es, afirma: Tener que tomarte tu tiempo

    de oracin, consagrarte al Seor, tomar tu tiempo de devocionar a la maana, o a la tarde, o a la

    hora... Ojal yo pudiera estar todo el da, pero no se puede. Estudiar la palabra, no slo leerla. A

    veces, como es mi caso, yo fui a estudiar, pero ahora con 5 chiquitos hago estudios en mi casa.

    Julia es conciente de que sus deberes como pastora estn restringidos por ser una mujer.

    Pero como parte de una congregacin pentecostal, tiene que sostener el discurso que afirma que lo

    primero para una mujer es el hogar. Con timidez, afirma que ser pastora: Y es un poco difcil, es difcil

    porque es luchar contra muchas cosas, no slo contra el enemigo sino tambin, quizs, yo no s si

    estara bien decir el machismo

    Y reconoce que la oposicin se genera en:

    Bueno hay un pasaje en la escritura que dice que la mujer calle en la congregacin. Pero, lo que pasa

    es que a veces se toman los pasajes para ciertas actitudes, y no se toman como se deben tomar. Hay

    muchos pasajes de la escritura que se toman solamente para casos especficos y ah no salen de ah.

    La Biblia es instruida por el Seor, toda la palabra, pero en esos tiempos todo ese pasaje se dio en

    quizs, mujeres alborotadoras, mujeres chismosas, mujeres... como ocurre hoy en da. Que hablaban

    en el templo, que molestaban en el templo, y que quizs estaban los hombres muy atentos porque

    tenan su llamado y ellas los perturbaran.

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    Pero Jess nos dio bien la muestra de cmo l rompi ese lazo que haba maldito contra la mujer. Por

    eso en muchos pasajes de la escritura, con la samaritana, con la mujer adltera, con la primera mujer

    que lo vi resucitado, porque l podra haberse presentado a un hombre, a Pedro, El eligi una mujer,

    y por qu eligi a una mujer, justamente... Por eso a la Biblia hay que escudriarla y pedir revelacin

    al Seor. No es simplemente leer la mujer calle en la congregacin, me aferro a ese pasaje y no dejo

    hablar a ninguna mujer

    En esta interpretacin tampoco Julia es original, se basa en escritos que se suelen encontrar

    en textos pentecostales que, sin renunciar a la literalidad bblica, muestran una contradiccin entre

    las mujeres deben callar en la congregacin (que hemos citado anteriormente) y el hecho de que en

    otros pasajes de los Evangelios se les permita orar, profetizar y alabar al Seor en los cultos.

    Como demostr Lawless (1988) en su trabajo sobre las pastoras de lo que se conoce como el

    cinturn bblico, del sur de los Estados Unidos, el relato de cmo llegan al ministerio tiene una

    frmula, cuyo estilo, contenido y estructura siempre se repite, y que gira alrededor del llamado de

    Dios:

    Creo que cuando uno est en la voluntad de Dios, cuando uno est en comunin con Dios, es

    imposible que te puedan... te pueden querer faltar el respeto, pero de ah a que te lo falten, Dios no lo

    permite, porque si Dios te pone en un lugar, te da la autoridad, te da la uncin, te da todo, porque El

    es el que te pone, o sea yo no estoy ac porque yo quiero. Mi misin es difcil, pero la amo. Y s que

    no es imposible, a veces le digo Seor, dame la fuerza para cumplir con mi hogar. Yo no quiero

    desatender el hogar por el Ministerio, ni quiero desatender el Ministerio por el hogar. Su historia, que

    comienza con la conversin, se completa con el llamado de Dios a predicar, ese llamado, que puede

    ser resistido en un comienzo, al final es aceptado y sirve como un descargo, como una disculpa, ya

    que no es su voluntad sino la de Dios, y no se puede luchar contra eso.

    Las mujeres pastoras saben que tendrn dificultades para ser aceptadas en todos los niveles:

    su familia y amigos, los miembros de la congregacin, los otros pastores. Su historia del llamado les

    da fuerza para enfrentar un territorio que saben hostil.

    Yo lo nico que s es que la gente confunde llamar pastora a la esposa del pastor. El pastorado es

    un llamado de Dios, es un ministerio como el ministerio de maestra de Escuela Dominical, como el

    ministerio de alabar, es un ministerio el de la Iglesia, con ms responsabilidad. Por ejemplo mi esposo,

    por ms que sea mi esposo a l no le van a decir pastor, l tiene otros dones que Dios le dio.

    Por eso Julia insiste en su relato, a veces contradictorio con expresiones anteriores, en el

    valor de su ministerio est en su poder espiritual, en su capacidad de escuchar las directivas de Dios y

    seguirlas y no en su preparacin teolgica:

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Yo cuando iba al centro de capacitacin pastoral llegaba a casa once, once y media. Y realmente, yo

    creo, por mi experiencia, cada vez que quise estudiar cosas largas, el Seor no me lo permiti. Porque

    Pablo tuvo la revelacin de la palabra a travs del Espritu Santo, no estoy en contra de los estudios,

    pero no hay mejor estudio que doblar la rodilla, escudriar la palabra y pedirle a Dios la revelacin. Yo

    lo poco que s me lo dio el Seor a travs de eso, de doblar la rodilla. Y siempre que he ido a un

    estudio no he quedado satisfecha como cuando Dios me lo revel. No te digo que no estudie o que no

    hay que estudiar. Pero a veces la teologa nos hace olvidar de buscar de Dios y de que el Espritu

    Santo sea el que dirige un culto. Ac los cultos los dirige el Espritu Santo, no los dirige ni la teologa,

    ni los seminarios, los dirige el Espritu Santo. Y cuando he tenido la ocasin de invitar maestros y

    telogos, realmente nos han dado una hermosa enseanza pero ha sido todo teologa. Cuando el

    Espritu Santo se mueve, yo no s si eso te sirve..., pero yo cuando tengo que dar un consejo a las

    ovejas les digo: ustedes busquen de Dios, busquen que Dios le revele la palabra, porque ese es el

    mejor estudio que uno puede hacer. De qu sirve estar a veces metido aos en un instituto si no hay

    una bsqueda constante de Dios, y no sirve nada.

    Cuando la otra pastora, Loli, cuenta su historia, el relato comienza tambin con hechos

    terribles de la vida familiar:

    Mi hogar estaba deshecho, yo tena un hogar deshecho, yo vena de un hogar separado, con un

    montn de problemas, yo en la droga, lo que vos puedas imaginar de un hogar deshecho, entonces

    cuando Dios nos une con mi esposo, que restaura mi hogar que me llevaron a buscar a Dios, que

    haba algo mas superior que poda solucionar mis problemas; y me empec a reunir en otro templo

    El tono asertivo de Loli, transita por un camino conocido. Al igual que Julia, el relato se detiene

    en el llamado de Dios a predicar, pero matizado con un perfil misionero y mas dramtico.

    Luego de la conversin y de la salvacin de su matrimonio, Loli, junto a su marido, su hija y

    dos hijos, se trasladan al Chaco, aparentemente por necesidades laborales del marido.

    ...bueno, y yo conoc las cosas de Dios ah, o sea, mi despertar, el despertar mo espiritual fue en el

    Chaco, vamos a Resistencia y all, realmente, yo tuve un encuentro espiritual con Dios y ah fue, mi llamado, mi llamado es abrir iglesias, yo es la tercer iglesia que abro...

    Mientras Julia, humildemente contaba que predicaba en su casa y en plazas pblicas, hasta

    llegar con mucho esfuerzo a tener su iglesia, la historia de Loli es un camino ambicioso, el de llevar la

    palabra a territorio infiel, abrir iglesias, ser misionera.

    Ya te digo mi llamado es eso, por supuesto que cuando Dios llama a una persona le capacita en las

    otras reas, ya sea en esta rea ahora de ministeriar la iglesia o de abrir y pastorear y dejar que otros

    estn a cargo, es un tipo misionero, yo no dira que mi llamado es pastoral, Dios me prepara de esta

    forma, pero mi llamado es misionero.

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    Loli, a pesar de sus xitos en el Chaco, regresa a Olavarra, teniendo en cuenta que, como ella misma

    relata, esta ciudad le traa muy malos recuerdos y ella tena un hogar regio en Resistencia.

    Era todo tan hermoso estar all, que tener que volver...ver la gente, a veces voces del lugar donde

    pasaste tantos sinsabores, tantas cosas feas que ya medio que ni quers ver a esa gente, mi familia

    por supuesto que si , y bueno, pero vine...

    Ese retorno es explicado, otra vez, por el llamado de Dios: A lo mejor vos no me lo vas a

    entender sabes por qu?, porque eso es espiritual, vos sents la necesidad de servir a Dios. Y por

    qu Olavarra, porque yo venia ac y me iba dolida de como estaba Olavarra porque en Resistencia

    hay un avivamiento espiritual tremendo cosa que ac no se ve. Ahora recin hay un despertar ac, y

    as naci, y abr la iglesia con cuatro personas,() y despus nos trasladamos ac hace cinco

    meses.

    Consciente de que su presencia trae resquemores entre los vecinos de la ciudad, explica que

    la gente comenz a congregarse:

    Mir, muchos por curiosidad yo pienso que fue, mas por la vida pasada que yo tenia, fea, viste, y que

    siempre la gente te esta mirando, cuando vos tuviste un pasado feo te esta mirando, y esta como va a

    estar a cargo de una iglesia!, por favor, fue drogadicta, con un hogar lleno de fornicacin, de

    adulterio!....

    A esta altura del relato, tengo que describir la apariencia fsica de Loli y su forma de

    expresarse, porque creo que es importante para que se comprenda qu cosas pueden causar

    rechazo en la comunidad, adems de su pasado.

    Loli, de alrededor de cuarenta y cinco aos, es muy bien parecida, usa ropas llamativas,

    pantalones y blusas de vivos colores, se maquilla y se expresa como cualquier mujer de clase media

    escolarizada. No responde al estereotipo de la mujer pentecostal clsica y ella misma no se esfuerza

    por parecerlo. Su lenguaje carece de la entonacin suave, delicada y piadosa de la pastora Julia. Su

    relato, est permanentemente matizado por expresiones tales como mi amor, chiquita, querida,

    vos sabs, etc. Y, como veremos ms adelante, su estilo de predicacin se apropia de los recursos

    retricos de sus colegas masculinos.

    Al igual que otros relatos masculinos de conversin de pastores famosos en los medios de

    comunicacin masivos, como el pastor Gimnez, ella apela al poder de Dios, que logr redimirla de

    sus pecados:

    Pero vos sabes que lo que Dios limpia el hombre no lo llama sucio, la palabra de Dios dice que El

    cuando limpia, limpia y el hombre no lo llama sucio, El limpia para que le sirvamos, y bueno, yo le

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    quiero servir de una u otra manera, y bueno, Dios empez a hacer milagros, vidas transformadas,

    como transform la ma y as, hoy somos una iglesia de doscientas personas, mas o menos aqu.

    Dios no slo la perdon sino que la llam para que le sirviera con su iglesia. Ante sto, qu

    pueden hacerle las crticas mundanas? Si bien la gente comn entiende su transformacin y por eso

    concurren al templo, no sucede lo mismo con los otros pastores de la ciudad:

    Ustedes saben muy bien que ac el machismo es terrible, entonces, de ahi, formense una base de

    como me recibieron a mi...yo fui enseguida con todos los papeles cuando yo vine, cuando yo abro la

    iglesia, yo ya me presento con todos los papeles, con fichero de culto, todo, todo a la Federacin;

    estaban reunidos nueve pastores mas o menos, ahora se estn reuniendo muchos mas, al principio

    no hubo rechazo, no se si fue porque ellos pensaran que todo iba a terminar pronto, pero hoy si estn

    preocupados.

    Su estrategia ante ellos, no es la misma que ante la feligresa, no acude a la legitimacin del

    llamado de Dios, sino a la legalidad de los papeles.

    Ella no piensa que sus problemas de aprobacin tienen que ver con el hecho de ser mujer.

    Slo cuando se le pregunta expresamente por ello, contesta:

    Mir querida, porque Dios no mira el sexo. El cuando mand a predicar dijo: y predicad el evangelio a

    toda criatura, y no les dijo que vayan los varones no mas, no, El mand a todos.

    Luego comienza una extraa explicacin para poder compatibilizar la teologa pentecostal con su

    propia actuacin como pastora:

    Porque El llam al hombre, yo creo realmente que Dios llam al hombre, y como es cabeza del

    hogar, El lo llam para ser cabeza de la iglesia, pero el hombre no le obedeci y como la mujer en

    este plano, vos viste que la mujer, a nivel social, a nivel cultural, la mujer va evolucionando, entonces

    Dios no puede quedarse con los brazos cruzados, y el levanta. En cuanto a eso que me preguntaste si

    tuve rechazo, pero hoy yo pienso que todo tiene su tiempo esperaba siempre que Dios iba a ser

    quien hablara por mi, soy de esa idea de que los frutos tienen que hablar de una persona, porque vos

    me podes decir mucho pero los frutos tienen que hablar por vos, tu manera de andar, tu manera de

    actuar, porque la gente ya esta cansada de que le vendan un evangelio aguado, mediocre, entonces

    la gente quiere ver hechos.

    Los hechos o frutos, a los que hace referencia, es el crecimiento del nmero de fieles

    (empec con dos personas en la sala de mi casa y ahora tengo templo propio) y a que es apoyada por

    la jerarqua eclesistica de Resistencia, donde est la iglesia madre de la que la suya depende. Es

    importante destacar, que Loli, al igual que Julia, cuenta con el visto bueno de un pastor, que se hace

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    presente a menudo en los oficios religiosos. Estar sujetas a la autoridad masculina las hace ms

    legtimas a los ojos de la feligresa tanto como de los otros pastores, si bien Loli se preocup en

    aclarar en varias ocasiones que ella cumple con todas las tareas asignadas a un pastor, incluso oficiar los casamientos.

    Lo fundamental, lo que yo siempre enseo a los chicos que se van a casar es que uno tiene que

    llegar a la familia, y fundamentalmente a la cabeza del hogar, porque yo estoy levantada como sierva

    de Dios en este lugar pero yo me sujeto a mi marido, yo me sujeto a mi marido porque si yo no me

    sujeto a mi marido, Dios no me podra usar nunca a mi. El no tiene el llamado, el llamado lo tengo yo,

    el no tiene cargo, el no tiene nada pero el me apoya, en el silencio el me apoya, mi ministerio el lo va

    apoyando, y eso es muy importante.

    Si bien Loli reconoce que ella estudi, el llamado de Dios es mas importante:

    Los dones vienen. Es un plano muy distinto. Porque ac me puede formar un hombre, me puede

    ensear, por eso te digo que no dejo de destacar que el hombre tambin est para eso. Pero lo

    espiritual, los dones, los ministerios, eso viene de parte de Dios.

    En todo momento hace referencia a que es la nica mujer pastor en la historia de Olavarra,

    pero no cree que haya diferencias entre mujeres y hombres en el ejercicio del pastorado. La diferencia

    la hacen los hombres, segn afirm.

    Hicieron falta varias entrevistas para que reflexionara sobre su doble jornada de trabajo, como

    ama de casa y como pastora:

    Y si querida. Yo te voy a decir lo que yo vivo. No es difcil, porque si Dios lo mand no hay nada

    imposible, pero creo que para la mujer es ms difcil. Porque yo atiendo mi casa, tengo mi hija de 17

    aos que vive conmigo, tengo mi esposo. El trabaja en su trabajo particular, tiene camin de

    transporte y ese es el medio para mantener su familia. Nosotros vivimos con cualquier familia normal.

    LOS ESTILOS ECLESIALES

    Cuando presenci los oficios religiosos en los que Julia se desempe como pastora, lo

    primero que me llam la atencin fue su humildad, incluso su tranquilidad, que contrastaba con lo

    visto en las teatrales performances de sus colegas varones.

    Habitualmente comienza su alocucin haciendo referencia al Dios personal que est en todos

    nosotros, no en las estatuas, tema recurrente, diramos un clsico componente anti-catlico del

    discurso pentecostal. Seguidamente cuenta su experiencia de cmo lleg a la iglesia, su experiencia

    de conversin, su lucha por ser pastora, a partir del llamado de Dios.

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Pero estoy ac porque el Seor me dice que siga, el Seor me ha dado todo lo que ven en este lugar,

    nosotros cuando vinimos ac no tenamos nada. Venamos de hacer reuniones caseras, venamos

    con un poco de temor -como dice Pablo- de adentro tambin hay temores, de afuera y de adentro. Y

    Dios nos dio todo, nos dio todo. El fue proveyendo sillas, fue proveyendo todo lo que ven ac es todo

    provisin divina.

    Pero para que no haya ninguna duda, afirma enfticamente:

    No estn escuchando la voz de una mujer o de un hombre, estn escuchando la voz de Dios.

    Pero al poco tiempo pareciera matizar el lugar andrgino donde quiere que su feligresa la coloque

    apelando a cualidades mas bien femeninas, un lenguaje afectivo, que se dirige a sus hermanos y

    hermanas, llamando a la unin y la armona:

    Dios no slo me abri esta casa sino el corazn de la gente yo necesito del amor de mi

    congregacin. Porque Donde estamos juntos, Satans no penetra.

    Luego presenta a una pastora del interior del pas, a la que le da la palabra, mientras su hija

    mayor, solcita, entretiene a unos nios inquietos que alborotan en el templo.

    Al igual que en caso de Loli, que veremos a continuacin, Julia es apoyada por la visita de un

    pastor, que pareciera querer legitimarla con un llamado ferviente al reconocimiento de su labor.

    Cuando Julia retoma la palabra, presenta a su hija mayor y sigue contando historias de su

    vida, de su familia, incluso se abraza con su hermana que estuvo 10 meses cautiva del demonio.

    Nadie se puede jactar de ser puro, todos somos pecadores, dice, convocando al perdn y la

    comprensin.

    Cuando comienza la oracin invita a que nadie se distraiga, pregunta si alguien est por

    primera vez o si volvi despus de mucho tiempo. Con los ojos cerrados invita a pasar a todos

    adelante. Ruega contra los curanderos, en el nombre de Jess.

    Durante los cnticos, se suceden los besos y abrazos. Pide por los hogares y agradece a Dios

    que le envi cinco hijos. En el momento de la presentacin de los nios, no es ella quien la realiza,

    sino el pastor invitado.

    El templo de Loli, est situado en las afueras de la ciudad de Olavarra y contrasta vivamente

    con el de Julia. Es pretencioso, tiene luces de colores, es amplio con muebles nuevos y un altar

    adornado con un fondo de cortinas blancas ribeteadas de raso color rosa con un cartel con dibujos de

    corazones y en letras azules de caracteres gticos, la leyenda: Jehov ha elegido y santificado esta

    casa para que en ella est su nombre para siempre.

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    Sobre ese escenario es donde en el momento de la alabanza se sita el coro y la orquesta con sus

    instrumentos.

    La aparicin de Loli en el escenario me recuerda de inmediato a la de una cantante popular y

    si bien el tono de la prdica es coloquial, utiliza recursos actorales, cambios en los tonos de voz,

    gestos estudiados y grandilocuentes, camina alrededor del atril con el micrfono en la mano, desde

    donde de tanto en tanto mira sus anotaciones.

    Utiliza Gnesis 32: 6-7, retomando la historia de Jacob y Esa, sobre el cambio de bendicin

    por bienes materiales. Esa introduccin le sirve para interpelar a los fieles:

    Por qu cosas cambiaste la bendicin de Dios, vos hermano?, porque cosas ha sido? Y la

    respuesta es un silencio lleno de expectacin:

    Dios no bendice a los haraganes, sino a aquellos que trabajan y se juegan por l.

    Como tiene un problema con el micrfono, dice hay algunos que no quieren que yo predique, que la

    palabra de Dios no se escuche. Pide un aplauso para que se vaya ese.

    En otro momento, remeda la situacin a la que supuestamente se enfrentan las mujeres que

    acuden al culto, cuando regresan a sus casas: Las regaa el marido, seguro que les dicen qu te dijo

    esa, que te llena la cabeza y por eso no vienen mas al culto. Algunas mujeres asienten con gestos.

    Rpidamente dulcifica sus palabras aclarando que si van a otra iglesia, no importa, el problema es

    cuando se quedan en sus casas.

    Ms adelante dice que quiere orar por cada uno, para que Dios los bendiga. Y mientras los

    colaboradores comienzan a plegar las sillas, la gente se acerca al escenario. Loli baja y comienza la

    intercesin de manos, despus de orar para que los demonios de la incredulidad desaparezcan.

    En un momento observamos como Loli se abraza con una mujer y ambas lloran.

    La presencia del pastor, su superior del Chaco, cierra el oficio, no sin antes apoyar explcitamente la

    obra llevada a cabo por Loli y de recomendar la compra de unos casetes con msica cristiana que se

    venden en la iglesia.

    CONCLUSIN: UN LIDERAZGO CONFLICTIVO

    Una parte importante del movimiento feminista ha estado luchando por una apertura de las

    instituciones religiosas que permita el ministerio de las mujeres. En nuestro pas, slo recientemente

    algunas denominaciones protestantes como la metodista, la luterana y la bautista, lo han logrado.

    En general, la participacin mas activa de las mujeres como lderes religiosas la tenemos que

    buscar en las llamadas religiones marginales, que segn Wessinger (1993) seran: grupos que se

    separan voluntariamente del mainstream para preservarse de lo que consideran un mundo

    pecaminoso (algunos pentecostales); grupos que no se aslan del orden social pero rechazan la

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    religiosidad de la sociedad (espiritualismo, teosofa, Nuevo Pensamiento, espiritualidad feminista);

    grupos que se sienten excludos por el racismo (diferentes religiosidades afro-americanas); grupos

    que se sienten excludos por el sexismo (movimiento Iglesia-Mujer) y grupos que resultan de la

    importacin de ideas religiosas (budistas, hinduistas).

    Como vimos en ocasin de referirnos al revival, las mujeres tienden a surgir como ministras

    en los movimientos religiosos que no realizan un control sobre su clereca y que dependen de una

    emocin religiosa autntica y espontnea. Por eso, los grupos evanglicos de organizacin mas laxa

    pueden ser pastoreados por mujeres.

    En la tradicin cristiana, la posesin carismtica ha sido la manera mas comn, para las

    mujeres, de ejercitar alguna forma de liderazgo y autoridad. El pentecostalismo, que es altamente

    patriarcal en su estructura social y roles de gnero, permite a las mujeres predicar y ser ministras,

    sobre la base del llamado personal de Dios. Es decir, la autoridad religiosa de esas mujeres no estara

    basada en el conocimiento experto de un corpus religioso, sino en su participacin en el poder de lo

    sagrado y esa participacin est basada en la experiencia de sentir lo divino por medio de los dones

    conferidos a su persona.

    Tanto Julia como Loli recurren al llamado de Dios para reclamar autorizacin para ejercer su

    pastorado, en una cultura y en una religin patriarcal, pero ninguna de las dos cuestiona de manera

    profunda esas estructuras que subordinan y marginalizan a las mujeres.

    Las dos realizan una seleccin crtica de sus historias de vida dentro del modelo que Lawless

    denomina Spiritual Life Stories donde estaran tanto las historias de conversin como las del llamado

    de Dios a predicar. Estas seran mas una coleccin de historias que una historia de vida acabada,

    donde las autoras se basan tanto en su experiencia personal como en relatos de la tradicin.

    (Lawless 1988: 61)

    Porque como hemos visto, existe un guin, un esquema, que se transmite tanto en la tradicin

    oral como en la literatura religiosa, donde las historias particulares tienen cabida y donde adems hay

    un pacto con quien escucha, que comparte con ellas la misma visin del mundo.

    El llamado a predicar es un paso mas en las historias de conversin. Un llamado resistido en

    un principio, pero luego aceptado por ser la voluntad de Dios. La insistencia en ese punto, no sera

    necesaria de permitirse el ministerio femenino, como lo hemos comprobado presenciando oficios de

    pastoras metodistas, por ejemplo.

    Los relatos de las dos pastoras que hemos expuesto aqu, si bien comparten la insistencia en

    el llamado muestran las diferentes maneras en que sus autoras se posicionan ante un lugar

    conseguido con muchas dificultades y que saben precario. Esa diferencia se ver menos sutil, cuando

    examinemos los estilos de ministerio de ambas.

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Vimos que el relato de Julia sigue los parmetros mas conocidos entrega al Seor por una grave

    enfermedad de su hija, en cambio el de Loli, es de la pecadora salvada, mucho mas escandaloso,

    pero de mas impacto para su futuro como pastora. Sus antiguos pecados, por un lado muestran un

    cambio mas radical en su vida que en la de Julia, por obra de Dios, lo cual le otorga mas poder ante la

    feligresa: es la prueba evidente de cmo se transforman las personas cuando se acercan

    verdaderamente a la fe. Pero por otro lado, la hace objeto de crticas mas severas.

    Julia es consciente de que la pueden criticar por ser mujer y porque algunos malinterpretan las

    escrituras y se esfuerza da a da por demostrar que su tarea es valiosa. Reconoce las enormes

    dificultades que conlleva ser pastora y lo difcil que es atender el hogar y la iglesia.

    Loli adopta un modelo masculino de acceso al poder e, imitando las historias de ciertos

    pastores mediticos, su relato es una cadena de xitos a partir del reconocimiento de sus grandes

    pecados.

    Como hemos visto, Loli acepta que la gente al principio llegaba a su templo motivada por una

    cierta morbosidad. Usa los chismes pueblerinos para acercar almas al rebao del Seor, que por otro

    lado hace tiempo que la perdon.

    Loli no reconoce que existe discriminacin contra las mujeres en la iglesia, a ella se la termina

    aceptando por los hechos, por los frutos; pero con los pastores de la ciudad muestra los papeles,

    o sea los documentos que la habilitan como ministra.

    Sin embargo Julia y Loli utilizan estrategias diferentes en el plpito. Si tenemos en cuenta las

    caractersticas del estilo de predicacin de las mujeres pentecostales que encontr Lawless (1988) en

    el trabajo anteriormente citado, vemos que coincide con las encontradas en el accionar de Julia: las

    pastoras son en general mas tranquilas y contenidas en las presentaciones en el plpito que los

    hombres en iglesias similares o en similares momentos del servicio; estn menos inclinadas a criticar

    a los miembros de su congregacin, por eso mucha gente le huye al Evangelio, porque se tena la

    idea de que Dios te prohbe todo y Dios no te prohbe nada, hay que esperar el crecimiento de la

    persona(Sermn de Julia) o a amonestarlos por su mala conducta; no invocan principios abstractos y

    jerrquicos sino que tratan de comprender los conflictos en el contexto de la perspectiva de cada

    persona, de sus necesidades y propsitos. Mas inclinadas a hablar sobre la importancia de la

    cooperacin y la interaccin

    Si bien ambas son madres biolgicas, Julia en su discurso ante los fieles, se presenta como

    madre de la congregacin y usa ciertas imgenes maternales para ganar su confianza: referencia a

    los hijos, a sus deberes de ama de casa, a sus intereses como esposa. Mientras Julia enfatiza el

    valor femenino por excelencia, el cuidado, Loli hace hincapi en los deberes que deben cumplir los

    verdaderos cristianos, denostando a quienes se faltan a los oficios.

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Manteniendo su inters en el hogar y en la familia, Julia encuentra mas aprobacin que Loli.

    Su autoridad reside en mantener los valores de la verdadera feminidad. Como hemos visto, ella no

    amonesta a los fieles, no impone reglas de conducta, apela al amor de su congregacin. Es sumisa y

    discreta.

    Al adoptar el modelo masculino de pastorado, Loli encuentra mayor reprobacin. Su imagen

    adems, no coincide con los ideales pentecostales. Su ropa (llamativa, de fuertes colores) su actitud

    corporal agresiva (gestos y manera de conducirse durante los oficios), el contenido de sus sermones,

    pesan de manera desfavorable a la hora de evaluar su desempeo y se imponen al hecho de ser

    mujer, que de por si es un obstculo. La conducta inapropiada de su pasado, persiste en el presente

    de manera inocultable.

    la pastora esa que hay, que si vamos al caso un da se lo voy a decir, que no es de Dios que una

    mujer est al frente. Los doce apstoles eran varones, los profetas eran varones, no es porque la

    mujer sea menos, primera de corintios 9 dice que la cabeza de Cristo es Dios, la cabeza de la Iglesia

    es Cristo, la cabeza del hogar es el varn. No es que la mujer no sirva, hay algunas que tienen mucha

    capacidad, la mujer de por si es mas astuta, reacciona rpido mentalmente. Pero Dios constituy las

    cosas as, por eso, esta seorano se. Dice un pastor de Olavarra cuando insistimos en que haba

    una pastora en la ciudad, cosa que en principio neg.

    El empleo peyorativo de esa pastora, tambin lo encontramos en simples fieles, que no se

    apoyaban precisamente en preceptos bblicos para denostarla, sino en referencias mas o menos

    explcitas a su moralidad.

    Si bien, como hemos dicho, tanto Julia como Loli usan el apoyo de un pastor en su oficios, en

    el caso de Julia, es otro pastor, que ella presenta como un hermano; en el caso de Loli, el inters

    explcito es que se lo vea como un superior de su misma congregacin que convalida la legalidad de

    su situacin puesta en duda por otros pastores.

    Ninguna de las dos, apela a historias de mujeres pastoras, no hay genealogas en las que apoyarse.

    Paradjicamente, ambas se apegan a la retrica pentecostal que enfatiza la subordinacin

    femenina para legitimar sus deseos de liderazgo. Esa continua tensin entre la feminidad pentecostal

    y sus roles pastorales, deja poco espacio para trabajar a favor de la equidad de gnero.

    AGRADECIMIENTOS

    Alumnas/os y graduadas/os de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional

    del Centro, con sede en la ciudad de Olavarra, formaron parte de distintos proyectos de investigacion

    sobre pentecostalismo. A todos y todas mi agradecimiento, en especial a la Lic. Silvia Boggi.

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Wessinger (comp.)

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    PREGUNTAS DEL EDITOR RESPUESTAS DEL AUTOR

    1/ Tanto el desarrollo de su ensayo como sus conclusiones se articulan en torno a slo dos

    casos, el de Loli y el de Julia, utilizando para ello tanto un intenso trabajo de campo como un

    anlisis histrico y de la posicin que generalmente se otorga a la mujer en las

    congregaciones pentecostales. Si bien es posible vislumbrar claramente la tensin entre los

    roles pastorales y la feminidad pentecostal en estos casos, me planteo dos cuestiones a nivel

    metodolgico: Qu es lo que puede aportar un estudio limitado a dos casos concretos cuyas

    conclusiones se limitan a dichos casos? Sera posible utilizar su trabajo para llegar a otras

    conclusiones ms generales? Cmo se hara, en su caso?

    Con respecto a la primera pregunta, como suele suceder cuando el articulo forma parte de un trabajo

    mas extenso, en este caso una tesis doctoral, pueden quedar cosas implcitas, que para quien lo

    escribe son muy evidentes pero no as para quien lee.

    La temtica de las iglesias pentecostales la estuvimos trabajando con mi equipo durante mucho

    tiempo en el que nos hemos topado con muy pocas mujeres pastoras. Los ejemplos detallados en el

    artculo serian los dos estilos ms usuales. Uno, el tradicional (julia) y el otro, la que llamamos Loli,

    mucho ms cercana al fenmeno neo-pentecostal, muy influenciado por los medios de comunicacin

    masivos y por el neo-pentecostalismo del brasil, espectacular y desafiante. En realidad el tema de las

    pastoras esta muy relacionado con la ideologa pentecostal que reafirma los ideales de la familia

    nuclear, la esposa en la casa ocupndose de los nios y el hombre como nico proveedor. Que es el

    tema transversal a toda la tesis que por algo se llama "Servir al marido como al Seor"......La

    contradiccin que plantean estas mujeres es no solo que son pastoras cuando en la Biblia dice que no

    pueden serlo, sino que su predica reafirma esos valores tradicionales respecto de la familia, la

    sexualidad, etc., a la vez que sus actividades contradicen el ideario pentecostal. Lo mismo sucede con

    las esposas de los pastores, a las que muchos fieles llaman "pastoras". Ni las pastoras ni las esposas

    de pastores responden al ideal pentecostal que ellas mismas predican.

    2/ En qu consiste la antropologa feminista? La ltima frase de su texto dice Esta continua

    tensin entre la feminidad pentecostal y sus roles pastorales, deja poco espacio para trabajar a

    favor de la equidad de genero, lo que me ha hecho vislumbrar una cierta militancia personal

    en favor de dicha equidad. Cmo conjuga usted un cierto posicionamiento personal con su

    investigacin y rol como cientfico social?

    La frase citada en la pregunta en realidad forma parte de todo un debate con quienes, como Elisabeth

    Brusco, autora norteamericana de un libro muy citado cuando se habla de mujeres pentecostales The

    Reformation of Machismo. Evangelical Conversion and Gender in Colombia (1995) pone al

    pentecostalismo como factor de cambios radicales en la vida de las mujeres, ni tanto ni tan poco.

  • AIBR. Revista de Antropologa Iberoamericana, N 40. Marzo-Abril 2005

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    Porque muchas veces se ve a la participacin de las mujeres, en el espacio publico que sea, como un

    mecanismo automtico de empoderamiento. Si las Asambleas de Dios, ni siquiera recuerdan como la

    primer misionera en Argentina a una mujer y si una pastora no puede ni desde el discurso hacer algo

    por las mujeres que la escuchan, la inmensa mayora de ellas sumergidas en la pobreza y la

    desesperacin, por que es un buen signo que haya pastoras?

    De todos modos, el problema de las mujeres en las iglesias fundamentalistas, en este caso las

    pentecostales, es complejo. Lo que trato de contestar en la tesis es por que la mayora de las

    feligresas son mujeres, mujeres pobres, por supuesto. Una visin que intersecte distintos niveles de

    anlisis, nos da algunas respuestas. Para ello debemos entender el impacto de la pobreza en las

    mujeres, el retiro de las funciones bsicas del estado en lo que se refiere a la salud y otros servicios,

    las ideas predominantes respecto de lo que es apropiado para cada sexo, y as podramos seguir

    enumerando. Una perspectiva de genero (que prefiero llamar feminista) es indispensable para

    entender cualquier fenmeno social y como dijo Caroline Walker Bynum "la experiencia religiosa es la

    experiencia de los hombres y las mujeres, y en ninguna sociedad conocida esa experiencia es la

    misma".

    Con respecto al final de la pregunta, le contesto con otra: Por que a un cientfico social que es anti-

    capitalista no se lo invalida para estudiar a la clase obrera (todo lo contrario) y si una dice que es

    feminista le hacen esta pregunta? Acaso a un antroplogo que lucha contra el racismo le preguntan

    sobre la influencia de sus ideas sobre su investigacin?

    AIBR. Ed.ELECTRNICAN 40