Soledad Escalante - Reflexiones en Torno Al Concepto de Reconocimiento en Hegel[1]

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Reflexiones en torno al concepto de Reconocimiento en Hegel Introducción: El concepto de reconocimiento. La contribución de Hegel. De acuerdo a Lesaar (2004: 45) 1 , el concepto de reconocimiento designa una relación antropológica básica entre personas individuales o entre grupos de personas, que es fundamental para el desarrollo de la identidad de tales personas o grupos, así como la constitución de comunidades. Sin duda una de las contribuciones más importantes en torno al concepto de reconocimiento es la realizada por Hegel. Si bien Hegel trata este concepto especialmente en el capítulo IV de la Fenomenología del Espíritu (1807) sobre La autoconciencia, ya desde el inicio de su periodo de Jena se había ocupado de él, tanto en su System der Sittlichkeit (1802) como como en sus lecciones sobre historia de la filosofía (1803/04 y 1805/6) que se conocen como la Jenaer Realphilosophie (Lesaar 2004: 51). En este trabajo centraremos nuestra atención en la presentación que hace Hegel del concepto de reconocimiento en dicho capítulo de la Fenomenología 2 (parte I). Luego haremos una breve referencia a su tratamiento en los escritos de Jena (parte II) para, finalmente, introducir a modo de comentario la interpretación que hace Honneth de este concepto en Hegel y su propio desarrollo del mismo en su libro La lucha por el reconocimiento (Kampf um Anerkennung) (1991) (parte III). I. El reconocimiento en la Fenomenología 1 Cf. Lesaar, Henrik Richard (2004): Anerkennung als hermeneutischer Prozess. In: Gander, Hans-Helmuth (Hrsg.): Anerkennung. Zu einer Kategorie gesellschaftlicher Praxis. Würzburg: Ergon pp. 45-62. 2 Cf. G.W.F. Hegel (1807): Fenomenología del Espíritu. México: Fondo de Cultura Económica, 1966. Quinta re-impresión, Madrid 1982. Traducción de Wenceslao Roces. Versión original en alemán: G.W. F, Hegel (1807): Phänomenologie des Geistes. Werke, Band III. Frankfurt a.M.: Suhrkamp Taschenbuch, 1970, 1986.

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Reconocimiento en Hegel (texto luc)

Reflexiones en torno al concepto de Reconocimiento en Hegel

Introduccin: El concepto de reconocimiento. La contribucin de Hegel.

De acuerdo a Lesaar (2004: 45)[footnoteRef:2], el concepto de reconocimiento designa una relacin antropolgica bsica entre personas individuales o entre grupos de personas, que es fundamental para el desarrollo de la identidad de tales personas o grupos, as como la constitucin de comunidades. [2: Cf. Lesaar, Henrik Richard (2004): Anerkennung als hermeneutischer Prozess. In: Gander, Hans-Helmuth (Hrsg.): Anerkennung. Zu einer Kategorie gesellschaftlicher Praxis. Wrzburg: Ergon pp. 45-62.]

Sin duda una de las contribuciones ms importantes en torno al concepto de reconocimiento es la realizada por Hegel. Si bien Hegel trata este concepto especialmente en el captulo IV de la Fenomenologa del Espritu (1807) sobre La autoconciencia, ya desde el inicio de su periodo de Jena se haba ocupado de l, tanto en su System der Sittlichkeit (1802) como como en sus lecciones sobre historia de la filosofa (1803/04 y 1805/6) que se conocen como la Jenaer Realphilosophie (Lesaar 2004: 51).

En este trabajo centraremos nuestra atencin en la presentacin que hace Hegel del concepto de reconocimiento en dicho captulo de la Fenomenologa[footnoteRef:3] (parte I). Luego haremos una breve referencia a su tratamiento en los escritos de Jena (parte II) para, finalmente, introducir a modo de comentario la interpretacin que hace Honneth de este concepto en Hegel y su propio desarrollo del mismo en su libro La lucha por el reconocimiento (Kampf um Anerkennung) (1991) (parte III). [3: Cf. G.W.F. Hegel (1807): Fenomenologa del Espritu. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1966. Quinta re-impresin, Madrid 1982. Traduccin de Wenceslao Roces. Versin original en alemn: G.W. F, Hegel (1807): Phnomenologie des Geistes. Werke, Band III. Frankfurt a.M.: Suhrkamp Taschenbuch, 1970, 1986.]

I. El reconocimiento en la Fenomenologa

1.1. La autoconciencia

Como observa Siep (1998: 107)[footnoteRef:4], el captulo IV de la Fenomenologa es uno de los ms influyentes del libro, tanto por su pasada recepcin por parte del marxismo (Kojve) y por el existencialismo francs, en el que predominaron los temas del deseo, la lucha y el dominio, como por su recepcin actual, donde predomina el tema del reconocimiento, del que se ha tratado de hacer tanto el fundamento tanto de una 'gramtica de los conflictos sociales' (Honneth 1991) como el de la democracia en la economa de mercado (Fukuyama 1992). [4: Cf. Siep, Ludwig (1998): Die Bewegung des Anerkennens in der Phnomenologie des Geistes. In: Khler, Dietmar und Pggeler, Otto (Hrsg.): G.W.Hegel Phnomenologie des Geistes. Berlin: Akademie Verlag, pp. 107-127.]

De acuerdo a Lesaar (2004: 49) este IV captulo se ocupa, dentro del proceso del desarrollo de la conciencia hacia la figura del Espritu, del saber de la conciencia acerca de s, aquella figura en la que de segn Hegel coinciden el Para s (Fr sich) de la conciencia (saber) con su En s (An sich) (verdad).

Recordemos en base a Taylor[footnoteRef:5] (1975: 128 y ss.) que en la primera parte de la Fenomenologa, dedicada a la 'dialctica de la conciencia', el propsito de Hegel es inducir a la conciencia ordinaria, que nos toma como sujetos individuales, finitos, enfrentados al mundo, a desprenderse de esa perspectiva y asumir la perspectiva del Geist, que nos muestra como vehculos de un espritu que se expresa tambin en el mundo, un mundo que ya no es por tanto distinto de nosotros (Taylor 1975: 128). Para ello debemos entonces empezar con la conciencia ordinaria y seguir su propio movimiento. Debemos empezar haciendo evidente la contradiccin en los existentes finitos y movernos desde aqu a mostrar cmo se puede dar sentido a esa contradiccin nicamente al ver a esas cosas finitas como parte de la corporalizacin del Espritu (Geist) (Taylor 1975: 130). [5: Cf. Taylor, Charles (1975): Hegel. Cambridge: Cambridge University Press.]

El itinerario hasta all ser la Fenomenologa del Espritu, en la que la conciencia se abrir camino y eventualmente superar el punto de vista desde el que parece estar involucrada con lo que es ajeno a l ('mit Fremdartigem behaftet', p. 75), y llegar a verse a s misma como el conocimiento de s mismo del Espritu (Geist). El camino a travs de y ms all de esta apariencia (Schein) de existencia dependiente aislada es la fenomenologa, y sus estadios nos presentan una serie de formas de la conciencia (Gestalten des Bewutseins) (Taylor 1975: 136-137).

Pero en la Fenomenologa Hegel adems seguir, en el captulo IV, el desarrollo de las formas de la conciencia en tanto sujeto de accin y deseo, el sujeto tal como se ve a s mismo o tal como aspira a ser, que es lo que Hegel llama 'autoconciencia' (Selbstbewutsein). Y esto es lo esencial de su propsito: pues para llevarnos de una concepcin del sujeto como conciencia aislada a una concepcin del sujeto como vehculo del conocimiento de s del Espritu, debe hacer mucho ms que cambiar nuestra concepcin del conocimiento: debe hacernos cambiar nuestra nocin del self. De este modo, al lado de la dialctica del conocimiento encontramos una dialctica del deseo y de la realizacin, ie. al lado de la dialctica de la 'conciencia' encontramos una dialctica de la 'autoconciencia'. La raz de esta ltima es lo que Hegel llama nuestra 'certeza de s' (Selbstgewiheit), un rico concepto que designa al mismo tiempo nuestra nocin de nosotros mismos y el estado al que aspiramos (Taylor 1975: 137).

Este concepto puede entenderse a partir del trasfondo expresivista del pensamiento de Hegel. El hombre aspira hacia una corporalizacin externa que lo expresa, y se frustra en este objetivo cuando las realidades de las que depende para poder ser reflejan algo ajeno a l. La certeza de s es la confianza de que todo aquello de lo que dependemos no es ajeno, que estamos 'en casa' (bei sich) en l. Pero ya que somos seres que vivimos en relacin contnua con la realidad externa, y nos apoyamos en ella para poder ser, cualquier nocin de certeza del self hace ciertas demandas a esta realidad: se requiere de ciertas cosas en el mundo circundante si la certeza de s debe ser cumplida. Es por alcanzar esto que los hombres luchan (Taylor 1975: 137).

Pero qu ocurre si una nocin dada de certeza de s no slo no est cumplida, sino que no puede ser en la naturaleza de las cosas, si la realidad circundante no puede ratificar esta nocin de nosotros mismos? Entonces la accin que deriva de esta idea es en un sentido contradictoria: frustra aquello que se supone que debe cumplir. Nuestra verdad (Wahrheit), como llama Hegel a nuestra condicin real, no logra corresponder a nuestra certeza. Tenemos entonces una dialctica en la que nuestra certeza de s juega el rol de una medida y en la que nuestra 'verdad' es comparada con ella. Si estos son en principio incongruentes, igual que en el caso del conocimiento, la medida debe cambiar (Taylor 1975: 137). Como veremos luego, el ejemplo ms famoso de una dialctica de esta forma es aquella del seor y el siervo (Herr und Knecht).

As, mientras en la 'dialctica de la conciencia' la tensin se da entre, por un lado, una cierta norma del conocimiento y, por otro lado, aquello que efectivamente somos capaces de conocer al tratar de cumplirla, en la 'dialctica de la autoconciencia' la tensin se dar entre, por un lado, la idea que tenemos de nosotros mismos, aquello que afirmamos ser (la certeza de s) y, por el otro, lo que efectivamente somos (la verdad). Esta discrepancia lleva a a la emergencia del siguiente estadio, no tanto mediante una refutacin intelectual de la certeza de s anterior, sino mediante la creacin de una nueva situacin para el hombre (Taylor 1975: 148).

1.2. Autoconciencia, integridad y deseo

La meta a la que apunta la dialctica de la autoconciencia es la expresin integral, una consumacin en la que la realidad externa en la que estamos corporalizados y de la que dependemos exprese completamente lo que somos y no contenga nada ajeno (Taylor 1975: 148). Esta integridad se alcanza slo cuando los hombres llegan a verse a s mismos como emanacin del Espritu (Geist) universal. Pues es slo all que no van a ver al universo circundante como un lmite, como un otro. Y ya que el hombre depende de este universo circundante, nunca podr alcanzar la integridad mientras dicho universo sea visto como algo otro (Taylor 1975: 149). Al inicio de la dialctica de la autoconciencia Hegel afirma que el objeto de la autoconciencia es una cosa viviente. Segn Taylor (1975, 150) esta nocin de 'objeto' puede ser interpretada de dos maneras. Por un lado, como el objeto exterior, que la autoconciencia debe superar, como su propia corporalizacin. Pero esta nocin de un objeto que debe ser superado por la autoconciencia puede aplicarse tambin a otra cosa, al objeto del deseo (Begierde). Para Hegel, el impulso hacia la integridad es manifiesto an en formas ms simples de vida, por el hecho de que stas buscan lo que necesitan en el mundo externo y lo devoran, ie. lo incorporan dentro de s, y con ello 'cancelan su otredad'. Pero Hegel asimila esta necesidad causal a la condicin ontolgica de todos los sujetos que, para ser, deben cancelar la otredad de una corporalizacin externa: no puedo estar realmente en casa en mi existencia corporal si sta es a su vez dependiente de una realidad ajena. As, el deseo refleja no slo la necesidad factual de un objeto, sino tambin el impulso fundamental hacia la integridad (Taylor 1975: 150-151).

La negacin de la corporalizacin externa es sufrida calladamente por las criaturas vivientes en su muerte. La conciencia humana, por otro lado, puede ir ms all de la vida del individuo y expresa en una forma de vida consciente su nexo con el universal. La negacin de la corporalizacin externa y el retorno a lo universal a partir de lo particular es realizado de un modo diferente por los hombres. No slo al morir, sino adems al vivir conscientemente en el universal (Taylor 1975: 151-172).

La autoconciencia es un sujeto, destinado para esta vida consciente en el universal, y tambin una cosa viviente. Esta naturaleza dual es esencial a la dialctica. El hombre no puede permanecer como un simple "yo", simplemente idntico a s mismo, pues necesita cosas externas para vivir; es un sujeto de deseo. Pero al consumir lo que desea, parece superar esta realidad ajena y recuperar la integridad. Excepto que esta integridad no es adecuada para lo que l es. Pues la negacin de la otredad involucrada aqu es la negacin simple que cancela; an si fuera completa, simplemente retornara al hombre a la auto-identidad que es la muerte de la subjetividad; el final del deseo sera el final del hombre. Pero de hecho nunca es completa, pues nuevos deseos surgen interminablemente (Taylor 1975: 152).

El hombre, en tanto es un ser que depende de la realidad externa, puede nicamente alcanzar la integridad si descubre una realidad que puede experimentar una negacin permanente, cuya otredad pueda ser negada sin ser abolida. Pero la negacin de la otredad sin auto-abolicin es una prerrogativa de la conciencia humana, no animal. De modo que el deseo bsico de la autoconciencia puede cumplirse nicamente a travs de otra autoconciencia (Taylor 1975: 152). Hegel escribe as:

"La autoconciencia slo alcanza su satisfaccin en otra autoconciencia." (Hegel: Fenomenologa del Espritu, p. 112)

"Das Selbstbewutsein erreicht seine Befriedigung nur in einem anderen Selbstbewutsein." (Hegel: Phnomenologie des Geistes, p. 145)

Esta observacin muestra, segn Lesaar (2004: 49) que el desarrollo de la autoconciencia es un proceso que no se limita a esta autoconciencia particular, sino que requiere de la relacin recproca de una autoconciencia con otra.

En ese sentido seala Siep (1998: 109) en torno al anlisis hegeliano de la experiencia del deseo (Begierde), que sta constituye un intento de demostrar la realidad nica de la autoconciencia mediante la 'instrumentalizacin' del mundo sensorial con el fin de la auto-afirmacin en el disfrute. Pero en el curso de la accin resulta que una satisfaccin verdadera y duradera del self deseante, y no slo de los deseos animales, slo es posible en un "otro" viviente, que se sostiene y se afirma a s mismo a travs del disfrute. con ello la tesis de la realidad de la autoconciencia alcanza recin el estadio que corresponde al final de la historia de la experiencia de la conciencia al final del primer captulo [entendemos: el captulo sobre la 'dialctica de la conciencia']: que no slo el sujeto por s mismo posee el carcter de la subjetividad o de la auto-referencia, sino que adems lo posee la objetividad (Gegenstndlichkeit) duradera, 'objetiva', independiente de sus deseos y representaciones (Siep 1998: 110).

Con esto llegamos, segn Siep, a un punto muy importante en relacin al tema del reconocimiento. Pues aqu se muestra ya la estructura del espritu, de una autoconciencia colectiva, en la que los sujetos individuales (las diversas autoconciencias que existen para s, "verschiedene fr sich seiende Selbstbewutsein") pueden desarrollarse en la plena libertad y autonoma de su oposicin ("in vollkommener Freiheit und Selbststndigkeit ihres Gegensatzes"). Esta unidad de "Yo, que es Nosotros, y Nosotros, que es Yo" ("Ich, das Wir, und Wir, das Ich ist") se evidencia ms tarde cmo el reconocimiento completo [que ha alcanzado su completamiento] en la vida jurdica, moral, religiosa y filosfica de un pueblo (Siep 1998: 110).

Taylor (1975: 152), por su lado, sostiene en la misma lnea que la idea bsica de Hegel aqu es que los hombres buscan y necesitan el reconocimiento de sus semejantes. El sujeto depende de la realidad externa. Si va a sentirse plenamente en casa, esta realidad externa debe reflejarle de vuelta aquello que l es. En la dialctica del deseo, nos enfrentamos a objetos ajenos que luego destruimos e incorporamos; lo que se necesita es una realidad que permanezca, y que sin embargo anule su propia otredad, en la que el sujeto pueda no obstante encontrarse a s mismo. Y esto lo encuentra en los otros hombres en la medida en que stos lo reconocen como un ser humano (Anerkennen). Este es el cumplimiento real de la auto-conciencia, pues es la real 'unidad de uno mismo en su ser otro' ('Einheit seiner selbst in seinem Anderssein', PhG 140).

Es por ello que el camino hacia el reconocimiento por parte del hombre de que el universo no es algo otro pasa a travs del drama del reconocimiento mutuo, el primer y ms bsico modelo del reconocimiento de s mismo en los otros (Taylor 1975: 152-153). Y el camino hacia el reconocimiento mutuo pasa, como nos explica Taylor, a travs del reconocimiento del universal. Es por ello que es este reconocimiento mutuo el que nos lleva a la realidad del Espritu (Geist) (Taylor 1975: 153).

Es interesante que tanto la interpretacin de Siep como la de Taylor hacen referencia al siguiente pasaje de la Fenomenologa, sin duda uno de los ms significativos y [memorables] de esta obra de Hegel[footnoteRef:6]: [6: En este punto Taylor incluye en ingls la famosa cita de Hegel a la que tambin hace referencia Siep, y ms adelante tambin Lesaar. La presentamos aqu en espaol y alemn.]

"En cuanto una autoconciencia es el objeto, ste es tanto yo como objeto. Aqu est presente ya para nosotros el concepto del espritu. Ms tarde vendr para la conciencia la experiencia de lo que el espritu es, esta sustancia absoluta que, en la perfecta libertad e independencia de su contraposicin, es decir, de distintas conciencias de s que son para s, es la unidad de las mismas: el yo es el nosotros y el nosotros el yo." (Hegel: Fenomenologa del Espritu, p. 113).

"Indem ein Selbstbewutsein der Gegenstand ist, ist er ebensowohl Ich wie Gegenstand. - Hiermit ist schon der Begriff des Geistes fr uns vorhanden. Was fr das Bewutsein weiter wird, ist die Erfahrung, was der Geist ist, diese absolute Substanz, welche in der vollkommenen Freiheit und Selbstndigkeit ihres Gegensatzes, nmlich verschiedener fr sich seiender Selbstbewutsein[e], die Einheit derselben ist; Ich, das Wir, und Wir das Ich ist." (Hegel: Phnomenologie des Geistes, p. 145)

1.3. El movimiento del reconocimiento

Nos detendremos ahora a examinar la concepcin hegeliana del movimiento del reconocimiento (Bewegung der Anerkennung)[footnoteRef:7]. [7: Seguiremos aqu la presentacin, bastante clara, que hace Lesaar (2004: 49-52), complementndola con Siep (1998: 110 y ss.) y con Taylor (1975: 153), autor que dedica relativamente poco espacio a este tema [las citas entre parntesis son de Lesaar, las de Hegel estn entre comillas].]

Hegel empieza afirmando que en un primer momento esta autoconciencia es puramente para s (rein fr sich seiend), ie. todo lo que se diferencia de ella le resulta inesencial. No obstante, para poder llegar a ser una totalidad en s y para s (Um jedoch ein an und fr sich Ganzes zu sein), la autoconciencia debe superar este estadio pre-reflexivo y al mismo tiempo ayudar a otra autoconciencia a lograr una tal totalidad. Esto se da mediante el movimiento del reconocimiento (die Bewegung der Anerkennung), que cada conciencia debe recorrer en relacin a la otra autoconciencia (Lesaar 2004: 49).

El movimiento del reconocimiento es, como dice Hegel, de 'doble sentido' (doppelsinnig). Este doble sentido consiste, por un lado, en que la autoconciencia viene 'fuera de s' (auer sich), en la medida en que hay, para la autoconciencia, otra autonciencia. De este modo la autoconciencia se encuentra como un otro ser, si bien ella se ve a s misma en este otro ser.

El doble sentido (Doppelsinnigkeit), por otro lado, se evidencia en el segundo movimiento de la autoconciencia, que apunta a la superacin (Aufheben) del otro en tanto ser autnomo, de modo que pueda estar segura de s como del ser. Con este movimiento, sin embargo, la autoconciencia apunta al mismo tiempo a una superacin de s misma. Mediante la doble superacin la autoconciencia, por un lado, retorna a s misma, y por otro lado deja libre nuevamente a la otra autoconciencia.

Leemos as en la Fenomenologa:

"Esta superacin de doble sentido de su ser otro de doble sentido es, igualmente, un retorno a s misma de doble sentido, pues, en primer lugar, se recobra a s misma mediante esta superacin, pues deviene de nuevo igual a s por la superacin de su ser otro, pero, en segundo lugar, restituye tambin a s misma la otra autoconciencia, que era en lo otro, supera este su ser en lo otro y hace, as, [que] de nuevo libre a lo otro." (Hegel: Fenomenologa, p. 114)[footnoteRef:8] [8: El texto original en alemn nos muestra que este [que] es un error tipogrfico y debe ser dejado de lado, teniendo entonces "y hace, as, de nuevo libre a lo otro."]

"Dies doppelsinnige Aufheben seines doppelsinnigen Andersseins ist ebenso eine doppelsinnige Rckkehr in sich selbst; denn erstlich erhlt es durch das Aufheben sich selbst zurck, denn es wird sich wieder gleich durch das Aufheben seines Andersseins; zweitens aber gibt es das andere Selbstbewutsein ihm wieder ebenso zurck, denn es war sich im Anderen, es hebt dies sein Sein im Anderen auf, entlt also das Andere wieder frei." (Hegel: Phnomenologie, p. 146)

Este movimiento del reconocimiento no se agota, sin embargo, para Hegel en este doble sentido simple, en la que una autoconciencia se reconoce a s misma como un otro y ala vez como s misma:

"El hacer, por tanto, no slo tiene un doble sentido en cuanto que es un hacer tanto hacia s como hacia lo otro, sino tambin en cuanto que ese hacer, como indivisible, es tanto el hacer de lo uno como el de lo otro." (Hegel: Fenomenologa del Espritu, p. 114)

"Das Tun ist also nicht nur insofern doppelsinnig, als es ein Tun ebensowohl gegen sich als gegen das Andere, sondern auch insofern, als es ungetrennt ebensowohl das Tun des Einen als des Anderen ist." (Hegel: Phnomenologie des Geistes, p. 147)

Hegel subraya as que la realizacin del movimiento del reconocimiento por parte de una autoconciencia por s sola no es suficiente (Lesaar 2004: 50). Ms all de esto, cada autoconciencia debe reconocer respectivamene a la otra. De esta manera alcanza la autoconciencia una autonoma, ya que todo en ella es por s mismo. Esta autonoma (Selbstndigkeit) distingue a la otra autoconciencia de los objetos, que la autoconciencia tena, en tanto conciencia, frente a s en el estadio anterior. De esta manera para el paso de la conciencia a la autoconciencia es necesario que cada autoconciencia se reconozca recprocamente en otra autoconciencia[footnoteRef:9]. [9: La lectura del siguiente pasaje, as como las presentaciones de Lesaar, de Siep y de Taylor, nos hacen pensar que el movimiento del mutuo reconocimiento descrito por Hegel puede compararse con lo que el estudio de la interaccin llama 'actos participativos', como el darse la mano, que no pueden ser realizados por un individuo aislado, sino que exigen la participacin de dos individuos que cooperan (a diferencia de actos no participativos como por ejemplo abrir una puerta).]

Hegel escribe as[footnoteRef:10]: [10: Inmediatamente antes del pasaje anterior. Lesaar los cita en ese orden.]

"El movimiento es, por tanto, sencillamente el movimiento duplicado de ambas autoconciencias. Cada una de ellas ve a la otra hacer lo mismo que ella hace; cada una hace lo que exige de la otra y, por tanto, slo hace lo que hace en cuanto la otra hace lo mismo; el hacer unilateral sera ocioso, ya que lo que ha de suceder slo puede lograrse por la accin de ambas." (Hegel: Fenomenologa, p. 114)

"Die Bewegung ist also schlechthin die gedoppelte beider Selbstbewutsein[e]. Jedes sieht das Andere dasselbe tun, was es tut; jedes tut selbst, was es an das Andere fordert, und tut darum, was es tut, auch nur insofern, als das Andere dasselbe tut; das einseitige Tun wre unntz; weil, was geschehen soll, nur durch beide zustande kommen kann." (Hegel: Phnomenologie des Geistes, p. 146)

Se trata pues de un reconocimiento mutuo o recproco de ambas autoconciencias:

p. 115: "Cada extremo es para el otro el trmino medio a travs del cual es mediado y unido consigo mismo, y cada uno de ellos es para s y para el otro una esencia inmediata que es para s, pero que, al mismo tiempo, slo es para s a travs de esta mediacin. Se reconocen como reconocindose mutuamente." (Hegel: Fenomenologa, p. 115)

dt. p. 146: "Jedes ist dem Anderen die Mitte, durch welche jedes sich mit sich selbst vermittelt und zusammenschliet, und jedes sich und dem Anderen unmittelbares fr sich seiendes Wesen, welches zugleich nur durch diese Vermittlung so fr sich ist. Sie anerkennen sich als gegenseitig sich anerkennend." (Hegel: Phnomenologie, p. 147)

Lesaar comenta aqu (2004: 50) que estas primeras reflexiones de Hegel sobre el concepto de reconocimiento permiten ver la estructura compleja del movimiento del reconocimiento. La conciencia, en su desarrollo hacia el espritu, debe pasar por este movimiento de doble sentido, para poder alcanzar el estadio de la autoconciencia. Desde la perspectiva de la primera autoconciencia el doble sentido del movimiento consiste en una renuncia a la otra autoconciencia y en el retorno a s misma. Pero este doble sentido experimenta un siguiente desdoblamiento, por el hecho de que no slo la autoconciencia debe realizar este movimiento respecto a la otra autoconciencia, sino que la otra autoconciencia debe igualmente experimentar dicho movimiento respecto de la primera autoconciencia. Es interesante la observacin de este autor (Lesaar 2004: 51) de que esta formulacin hegeliana excluye la concepcin del otro como de un alter ego: la otra autoconciencia no es meramente un analogon de la autoconciencia, sino que es aprehendida como un otro en el movimiento del reconocimiento.

Lesaar (2004: 51) nos hace ver, por otro lado, que el movimiento del reconocimiento no slo es importante para la constitucin de la autoconciencia. En la misma lnea de los comentarios vistos anteriormente de Siep (1998: 100) y Taylor (1975: 152-153), observa que el movimiento recproco del reconocimiento, es decir, del reconocimiento de otra autoconciencia y el ser reconocido como autoconciencia, lleva al mismo tiempo a la constitucin de comunidad. Al final de la constitucin lograda de las autoconciencias se encuentra su unidad, que Hegel denomina 'espritu' (Geist) y que est formada, como vimos, por las diversas autoconciencias que existen para s "en la completa libertad y autonoma de su oposicin" ("in der vollkommenen Freiheit und Selbstndigkeit ihres Gegensatzes"): "Yo que es Nosotros, y Nosotros, que es Yo" ("Ich das Wir, und Wir, das Ich ist").

El reconocimiento recproco, seala Lesaar, no lleva tan slo a la auto-certeza (Selbstvergewisserung) de una autoconciencia y a la liberacin (Freigabe) de la otra, sino que de cierto modo induce, mediante su movimiento, la comunidad de las autoconciencias.

El proceso del reconocimiento mutuo es descrito de manera bastante parca, aunque precisa, por Taylor, que no dedica mucho espacio a este tema, en comparacin con el que consagra a la dialctica del seor y el siervo, que veremos despus. Como nos explica Taylor (1975: 153), para Hegel los hombres procuran alcanzar el reconocimiento, pues slo de esta manera pueden alcanzar la integridad. Pero el reconocimiento debe ser mutuo. El ser cuyo reconocimiento de m va a contar para m, debe ser uno que yo reconozca como humano. La operacin del reconocimiento recproco es por tanto una que realizamos juntos. Cada uno, dice Hegel, realiza para s mismo lo que el otro trata de alcanzar en relacin a l. Mi interlocutor ve en m a otro, pero uno que no es ajeno, que se siente uno consigo mismo [is at one with himself]. Pero esta cancelacin de mi otredad es algo que yo mismo tambin debo ayudar a realizar.

Ludwig Siep, por su lado, realiza un examen interesante del movimiento del reconocimiento (Siep 1998: 110-113). De acuerdo a este investigador, tanto la (propia) realidad como la conciencia de s se caracterizan para Hegel por una estructura que l llama 'infinitud' (Unendlichkeit). Esta consiste en que algo deviene o es por s mismo su contrario. Tanto la auto-conciencia en general como la auto-conciencia individual poseen esta estructura, que Hegel denomina 'doble sentido' ("Doppelsinn") al examinar el movimiento del reconocimiento.

Este doble sentido consiste en que cada ser auto-consciente tiene en cierta forma su identidad en otro ser auto-consciente, pero que debe tambin negar este "ser otro" (Anderssein) de s mismo. Debe ganarse a s mismo de nuevo mediante la delimitacin y con ello al mismo tiempo 'liberar' (frei entlassen) al otro. Pero esto no lo puede lograr mediante la propia accin, sino que el otro debe realizar el mismo proceso para s o por s mismo. Hegel llama a esto el 'doble sentido' del hacer, "ser al mismo tiempo su propio hacer y el hacer del otro" ("ebensowohl sein Tun als das Tun des Anderen zu sein") (Siep 2004: 111).

Siep nos muestra tambin cmo el tema del reconocimiento en la Fenomenologa est vinculado al tema del Espritu, como vimos anteriormente. As, observa que no es en este captulo sobre la auto-conciencia, sino recin en el captulo sobre el Espritu (Geist) que nos enteramos de que este levantamiento (Aufhebung) del otro (des Anderen) y del ser otro (des Anderssein) constituye un 'retorno a s mismo' (eine Rckkehr in sich selbst), que no slo recupera la propia identidad y la propia independencia a partir de la dependencia del otro, sino que adems declara libre (frei entlt) nuevamente a este otro. Se ve as [entendemos que en dicho captulo sobre el Geist] que el reconocimiento de seres auto-conscientes y autnomos slo es posible en una auto-conciencia comn, que est sustancializada en instituciones y que se ve confirmada en la vida y en la conciencia de los individuos. As, como hemos visto, para el reconocimiento "interpersonal" se requiere un reconocimiento del "Yo" en el "Nosotros" y del "Nosotros" en el "Yo" (Siep 1998: 112).

Siep (1998: 113) nos explica que el examen de la estructura del reconocimiento est concluido cuando se aplica a las fases de la prdida de s (Selbstverlust) y su superacin (Aufhebung) el conocimiento del 'doble sentido' del hacer ('Doppelsinnigkeit' des Tuns): como sealamos anteriormente, el hacer de la superacin (das Tun der Aufhebung) debe ser tanto un hacer contra s mismo y contra el otro (ein Tun gegen sich und den anderen), como un hacer del uno y del otro (ein Tun des einen und des anderen sein). La auto-conciencia exige conocerse a s mismo en el otro y contra el otro (sich im anderen und gegen den anderen), y esto mediante entrega y liberacin recprocos (wechselseitige Hingabe und Befreiung).

1.4. La dialctica del seor y el siervo

Hegel inicia la dialctica de la autoconciencia con la dialctica del seor y el siervo, sin duda uno de los pasajes ms conocidos del captulo IV de la Fenomenologa, en particular por su recepcin por parte del marxismo, y que ha sido traducido frecuentemente como la dialctica del amo y el esclavo, si bien las expresiones seor y siervo son traducciones ms apropiadas para las palabras alemanas Herr y Knecht[footnoteRef:11]. [11: Sigo aqu fundamentalmente la presentacin de Taylor (1975: 153-157), aunque me apoyo tambin en Siep (1998: 113-115).]

1.4.1. La lucha por el reconocimiento y dominio del otro

Como acabamos de ver, los hombres procuran alcanzar el reconocimiento, pues slo de esta manera pueden alcanzar la integridad. Pero el reconocimiento debe ser mutuo. La contradiccin que pone en marcha a esta dialctica surge cuando los hombres, en un estado poco desarrollado de la historia, buscan que obtener por la fuerza el reconocimiento del otro sin hacerlo recprocamente. Este es un estadio en el que los hombres an no se han reconocido a s mismos como universales, pues hacer esto es ver que el reconocimiento para m, por lo que yo soy, es el reconocimiento del hombre en cuanto tal y debera por tanto extenderse en principio a todos. Pero en este estadio lo que tenemos es al hombre como un individuo particular (Einzelnes), que procura imponerse a s mismo para alcanzar confirmacin externa (Taylor 1975: 153).

Esto lleva necesariamente al conflicto armado. No es slo es que los hombres estn en oposicin, en la medida en que cada uno busca un reconocimiento unilateral. Adems de esto el arriesgar la propia vida es parte del reclamo mismo por ser reconocido. Vimos anteriormente que la auto-conciencia es al mismo tiempo un ser viviente y algo ms; algo ms pues no experimenta el proceso de la vida de modo inconsciente, sino que est ya ms all de l en el pensamiento. En el intento de tratar de obtener reconocimiento para s mismos en tanto conciencias de s, los hombres prueban que se encuentran ms all de la mera vida, al mostrar que no estn atados a esta cosa viviente particular que son, y que su reconocimiento como tanto 'seres para s' ('Frsichsein') es ms importante, que van a arriesgar sus vidas por ello (Taylor 1975: 153).

Este conflicto lleva fcilmente a la muerte de uno o de ambos combatientes. Y esto obviamente constituye un fracaso en cumplir la meta. An si permanezco vivo frente a mi adversario muerto, no he obtenido reconocimiento. Mi 'negacin' de l ha sido una negacin natural, simple, mientras que lo que se necesita es una negacin permanente, una en la que la otredad de mi oponente es superada, mientras al mismo tiempo l permanece siendo. Una salida al conflicto es el esclavizamiento: antes de que llegue a la muerte, uno de los lados se rinde, reconoce su adhesin a la vida, y termina sometido al otro.

Hegel escribe as:

"Ambos momentos son esenciales; pero, como son, al comienzo, desiguales y opuestos y su reflexin en la unidad no se ha logrado an, tenemos que estos dos momentos son como dos figuras contrapuestas de la conciencia: una es la conciencia independiente que tiene por esencia el ser para s, otra la conciencia dependiente, cuya esencia es la vida o el ser para otro; la primera es el seor, la segunda es el siervo." (Hegel: Fenomenologa, p. 117)

"Beide Momente sind wesentlich; - da sie zunchst ungleich und entgegengesetzt sind und ihre Reflexion in die Einheit sich noch nicht ergeben hat, so sind sie als zwei entgegengesetzte Gestalten des Bewutseins; die eine das selbstndige, welchem das Frsichsein, die andere das unselbstndige, dem das Leben oder das Sein fr ein Anderes das Wesen ist; jenes ist der Herr, dies der Knecht." (Hegel: Phnomenologie, p. 150)

El victorioso perdona la vida al vencido para hacerlo su siervo. Ambos protagonistas preservan la vida, pero de un modo muy distinto. El victorioso ha impuesto su punto de vista: que lo esencial para l es su Frsichsein, su propio sentido de s, y que la vida es subordinada. Para el siervo, sin embargo, es la vida es lo que es esencial, su sentido del self est ahora subordinado a una existencia externa que se encuentra ms all de su control. La relacin completa entre el seor y el siervo debe ser comprendida adems con la ayuda de un tercer trmino, la realidad material (Dingheit). El seor se relaciona con el siervo de modo mediado a travs de esta realidad: el seor somete al siervo a travs de su mandato sobre las cosas, en el lmite utilizando una cadena. Pero al mismo tiempo el seor se relaciona con la realidad material a travs del siervo. La relacin del seor con lo que lo rodea es la del puro consumidor. La dura tarea de transformar las cosas y prepararlas para el consumo es la del siervo. La experiencia del seor es la de la carencia de realidad slida (Unselbstndigkeit) de las cosas. El siervo es el que experimenta su independencia y su resistencia al trabajar con ellas (Taylor 1975: 154).

1.4.2. La reversin (Umkehrung) de la relacin entre el seor y el siervo

Pero la salida del esclavizamiento del otro, aunque es mejor que el combate a muerte, se encuentra viciada como solucin. El reconocimiento es unilateral; el siervo es forzado a reconocer al seor, pero no al revs. Y por esta misma razn este resultado no es valioso para el seor: ste que se encuentra frente a l no es visto como siendo un self otro real (His vis--vis is not seen to be a real other self). El reconocimiento por parte de ste carece as de valor, el seor no puede realmente verse a s mismo en el otro.

Hegel escribe:

"Pero, para el reconocimiento en sentido estricto falta otro momento: el de que lo que el seor hace contra el otro lo haga tambin contra s mismo y lo que el siervo hace contra s lo haga tambin contra el otro. Se ha producido solamente, por tanto, un reconocimiento unilateral y desigual." (Hegel: Fenomenologa, p. 118)

"Aber zum eigentlichen Anerkennen fehlt das Moment, da, was der Herr gegen den Anderen tut, er auch gegen sich selbst, und was der Knecht gegen sich, er auch gegen den Anderen tue. Es ist dadurch ein einseitiges und ungleiches Anerkennen entstanden." (Hegel: Phnomenologie, p. 152)

Por lo tanto el seor ha quedado ms bien reducido a la peligrosa condicin de estar rodeado de seres que para l no pueden ser conscientes de s. De este modo el mundo circundante del que sigue dependiendo no puede reflejarle de vuelta un rostro humano. Su integridad se ve socavada justo en el momento en el que pareca asegurada. Y esta salida es en ltima instancia un fracaso para el seor; en cambio para el siervo prepara las bases para el xito final, y lentamente va dndose una reversin (Umkehrung) dentro de la relacin. El siervo tiene por lo menos delante de l en el seor a un ser que existe para s, an si este seor no lo reconoce a l. Su entorno no se reduce a lo sub-humano, como ocurre con el seor (Taylor 1975: 154).

De acuerdo a Hegel, las fuentes ms importantes para la transformacin del siervo son el temor a la muerte y el trabajo disciplinado:

En relacin al temor a la muerte, vemos que la relacin viciada entre el seor y el siervo surge de un conflicto entre hombres de horizontes limitados, que no tienen todava ninguna intuicin de su nexo con lo universal, y cuyo self es todava el de individuos particulares. El problema est en que para poder alcanzar una solucin real de esta lucha por el reconocimiento, los hombres deben verse a s mismos como universales. Y para Hegel un factor crucial en la educacin de los hombres, en la transformacin que los lleva al universal, es el temor a la muerte. El prospecto de la muerte los remueve de las particularidades de su vida, haciendo temblar una vida que, por decirlo as, se ha endurecido. Hay que recordar aqu, en el contexto de la filosofa de Hegel, que el retorno al Geist universal implica la superacin de la existencia externa particular en la que est corporalizado. Es por ello que la muerte ocurre necesariamente a las cosas vivientes. Por supuesto, la negacin ms elevada de su existencia externa es alcanzada por el hombre en el pensamiento, esto es, mientras est todava vivo. Pero es ayudado a llegar a esta negacin interna por el hecho de enfrentar cara a cara a la muerte, la ltima negacin externa, pues sta muestra el verdadero estatus de toda la particularidad externa en su vida, le hace evidente que est destinado a sucumbir, a ser negado, y con ello invita a la negacin en el pensamiento, que es el retorno al universal (Taylor 1975: 155). El inicio de la reversin (Umkehrung) radica aqu. El siervo es aquel que experimenta el temor a la muerte, pues ha estado a la merced de otro. Se ha visto removido de su sentido particular de s mismo, en tanto que el seor ha sido fortalecido en el suyo. Pero este temor no sera suficiente, si el siervo no se transformase a s mismo mediante el trabajo que es forzado a realizar al servicio del seor.

Esto nos lleva a un tema que ser central en el marxismo: el seor tena la ventaja de que su relacin con las cosas era la del simple disfrute (Genu), mientras que es el siervo el que experimenta su resistencia y su independencia. Pero con el tiempo las ventajas se invierten. El seor, al encontrarse frente a un mundo que no le ofrece resistencia, se hunde en un estupor de auto-coincidencia, se aproxima al polo estancado donde yo=yo, es simplemente un consumidor. El siervo, en cambio, debe luchar con las cosas para transformarlas, y con el tiempo alcanza el dominio sobre ellas. Al hacerlo imprime en ellas sus propias ideas, de modo que el entorno hecho por el hombre termina reflejndolo, est constituido por sus propias creaciones (Taylor 1975: 156).

1.4.3. Reversin, integridad y conciencia universal

El trabajo juega as un rol central en la lucha del hombre por la integridad. Vimos que el problema nuclear radica en que el sujeto siempre se encuentra 'fuera de s', siempre depende de un universo circundante; debe por tanto llegar a reconocerse a s mismo en este entorno. Esta es la razn por la cual la va principal hacia la integridad pasa por el reconocimiento por el otro. En el entorno humano, un hombre puede reconocerse a s mismo en los otros. Pero ahora vemos otra importante va: el hombre puede llegar a verse a s mismo en el entorno natural, al darle forma de acuerdo a su propio proyecto. Pues al hacer esto alcanzamos otra negacin permanente, una reflexin duradera de nosotros mismos. Alcanzar la integridad implica recorrer estas dos vas. En ltima instancia es el reconocimiento mutuo el ms esencial. Pero para alcanzarlo debemos transformarnos a nosotros mismos, pasando de individuos limitados a corporalizaciones de lo universal que son conscientes de s. Y esto nos lleva a una segunda importante funcin del trabajo: al transformar las cosas, nos cambiamos a nosotros mismos. Al crear una reflexin permanente de nosotros mismos en tanto seres universales, nos convertimos en tales seres (Taylor 1975: 156).

La idea de Hegel aqu es entonces que el siervo deviene una conciencia universal a travs del trabajo. Tanto el temor a la muerte como la disciplina fueron necesarios. Lo que el siervo logra mediante su trabajo es la comprensin de s mismo en tanto pensamiento libre. Reconoce en el poder de transformar las cosas al poder del pensamiento, el poder de re-hacer las cosas de acuerdo a conceptos ie. a modelos universales. El siervo, que ya haba sido llevado hacia el universal por el temor a la muerte, ve en esta capacidad transformadora el poder de una conciencia que piensa y ejecuta, que puede crear modelos y cambiar las cosas para que se conformen a ellos. Ve as en el mundo de objetos hechos por l el reflejo de s mismo como ser universal y pensante. Vemos aqu que la aprehensin intelectual de las cosas en conceptos emerge del dar forma fsica de las cosas mediante el trabajo. El pensamiento conceptual emerge a partir de la capacidad aprendida de transformar las cosas. La relacin entre el seor y el siervo nos ha llevado as a una reversin (Umkehrung). La prerrogativa del seor de ser slo un consumidor lo lleva a una auto-coincidencia estancada. Mientras tanto, el siervo que est sujeto a la existencia obstinada de la materia gradualmente invierte la situacin, convierte esta resistencia hacindola la reflexin permanente de s mismo en tanto conciencia universal (Taylor 1975: 157).

1.4.4. La dialctica del seor y el siervo y el movimiento del reconocimiento

Siep (1998: 113-115) procura conectar la dialctica del seor y el siervo con el movimiento del reconocimiento. Sostiene as que la historia de la experiencia de la lucha por el reconocimiento y de la relacin de dominio (Herrschaft) y servidumbre (Knechtschaft) debe ser entendida como la [historia de la experiencia] de la segunda fase del movimiento del reconocimiento, ie. la de la superacin del ser otro (Aufhebung des Andersseins) y de la existencia independiente del otro [?] (und des anderen "selbststndigen Wesens"), como un retorno todava incompleto e inacabado a s mismo. Se trata en un primer momento de confirmar, en el encuentro inmediato con el otro, la posicin ontolgica de la propia auto-conciencia. El individuo consciente de s debe probar que para l su auto-conciencia es lo ms alto, y que su propia existencia en caso de conflicto no significa nada frente a ella; y debe mostrar esta prueba frente a un otro, que est all nicamente para confirmar esta 'libertad' del primer individuo.

Siep nos explica que Hegel (p. 114), siguiendo el procedimiento de la PhG, nos muestra cmo esta bsqueda de confirmacin fracasa y termina, como hemos visto, en una reversin (Umkehrung) en su contrario. Lo hace primero del lado de aquel que ha podido imponer en la lucha su auto-conciencia sobre la vida y por ello se ha convertido en "seor". Luego lo hace del lado de aquel que temiendo por su vida ha fracasado y se ha convertido en siervo. El fracaso o la reversin se da en ambos lados; pero mientras en el caso del seor termina en la apora, en el caso del siervo lleva a una primera forma de confirmacin de la libertad del self en el otro que se encuentra frente a l.

El seor, o la conciencia de dominio (Herrschaftsbewutsein) fracasa por diversos motivos (pp. 114-115): Primero, porque el otro, al estar sometido, ya no est en capacidad de ofrecerle un reconocimiento libre, y una confirmacin obtenida por la fuerza 'no cuenta'. Luego, en el nivel conceptual esto corresponde a la ausencia del 'doble sentido del hacer' (Doppelsinnigkeit des Tuns), que hemos examinado anteriormente: lo que hizo el seor por la liberacin y la confirmacin de su propia auto-conciencia no fue al mismo tiempo el 'hacer del otro'. Finalmente, fracasa tambin el intento de demostrar la independencia del self en relacin a la vida y al otro: el seor necesita al siervo para poder vivir, y se hace dependiente de l.

El hecho de que el siervo, que inicialmente haba fracasado, sufra un 'trastocamiento positivo', que lo pone un paso por delante del seor, se debe a que en l se combinan tres factores (p. 115): primero, el temor como 'remezn' (Erschtterung) de necesidades y deseos determinados; segundo, el servicio al seor, cuyo self libre se convierte en una meta deseable para l; y finalmente el trabajo, que da a la auto-conciencia, liberada mediante el temor y el servicio, la capacidad de 'objetivacin' (Vergegenstndlichung) en las cosas. Aplicando la nocin aristotlica de poiesis, de acuerdo a la cul el Tchnit transfiere la forma del producto planeado del alma al material, para Hegel el hombre que elabora/trabaja las cosas ve su propio self en el objeto y se libera al mismo tiempo del poder de la naturaleza.

Siep nos recuerda sin embargo que la elaboracin de la naturaleza por s sola contiene el presupuesto, pero no la seguridad de una experiencia de la libertad. Como aclara Hegel en el pasaje siguiente, el siervo diferencia todava la objetivacin de su hacer autnomo en las cosas trabajadas y la conciencia de la libertad que tena frente a s en el seor. El paso decisivo hacia la nueva figura de la autoconciencia ser dado por el filsofo, el que comprende que la unidad de ambos factores ie. de la auto-conciencia libre y de su dominio sobre las cosas, se encuentra en una autoconciencia para la que la verdadera realidad de las cosas consiste en su forma pensada (gedankliche Form) o en los conceptos. Hegel identifica a esta figura con las filosofas del estoicismo y el escepticismo as como con el cristianismo premoderno, en el pasaje sobre la 'conciencia infeliz' (das unglckliche Bewutsein).

II. El reconocimiento en los escritos de Jena[footnoteRef:12] [12: Sigo aqu las presentaciones de Lesaar (2004: 51-52) y Siep (1998: 116-118)]

Si bien por un lado los componentes inter- y transpersonales del reconocimiento son considerados en la presentacin que hace Hegel del reconocimiento en la Fenomenologa, por otro lado la presentacin del movimiento del reconocimiento se encuentra determinada por la meta de este libro, que es la presentacin de la historia de la formacin del espritu Lesaar (2004: 51). Sin embargo Hegel no slo trata el concepto del reconocimiento nicamente en la Fenomenologa, sino que se ocup de l desde el inicio de su periodo de Jena, en su System der Sittlichkeit (1802) as como en las lecciones sobre historia de la filosofa (1803/04 y 1805/6), que se conocen como la Jenaer Realphilosophie. A diferencia de la Fenomenologa, aqu no se encuentra en primera plano la historia de la formacin del espritu, sino la prctica del reconocimiento en los diferentes estadios de la sociabilidad humana (Lesaar 2004: 52).

En la Jenaer Realphilosophie Hegel retoma el concepto de reconocimiento desarrollado por Fichte en Grundlage des Naturrechts (1796) y lo ampla decisivamente. Para Fichte, el reconocimiento es el efecto recproco de los individuos que subyace a la relacin jurdica. As, los sujetos pueden desarrollar una conciencia de su libertad slo en tanto se estimulan mutuamente a la accin autnoma y mediante ello se reconocen mutuamente[footnoteRef:13]. Hegel extiende considerablemente esta propuesta fichteana ms all de la esfera del derecho: con el movimiento del reconocimiento se ha identificado no slo la explicacin de la formacin de la conciencia jurdica, sino adems tambin los presupuestos intersubjetivos de la formacin de la conciencia de s. [13: Lesaar remite aqu a Siep (1979: 22) y (Honneth 1997: 28).]

Por ello es necesario distinguir, dentro de una sucesin de estadios de reconocimiento, entre tres formas de reconocimiento de creciente complejidad (Lesaar remite aqu a Honneth 1997: 28). As, Hegel hace que al reconocimiento jurdico lo anteceda el amor como forma de reconocimiento en la familia, y hace que al reconocimiento del otro en la relacin jurdica lo siga el reconocimiento en el estado.

Siep (1998: 116) por su lado observa que Hegel en los Jenaer Schriften haba hecho que a la lucha por el reconocimiento le siga la 'superacin' (Aufhebung), en una comunidad espiritual, de la auto-afirmacin. Coincide con Lesaar en que Hegel toma de Fichte el concepto de reconocimiento, y desarrolla en los Jenaer Schriften, a partir de las teoras genticas de la autoconciencia de Fichte y Schelling, una teora de la formacin del espritu, en el que una autoconciencia racional se reconoce a s misma y se encuentra reconocida. Hegel diferencia aqu las formas interpersonales del reconocimiento en una secuencia que comprende al amor, a la lucha y al derecho (Liebe, Kampf und Recht) (Siep 1998: 120), y sobre esta secuencia se construye un movimiento en estadios sucesivos del reconocimiento entre los individuos y el espritu de una comunidad, objetivado en instituciones.

III. La interpretacin de Honneth y su 'Lucha por el reconocimiento'

Como explica Siep (1998: 124-125), en el contexto de su investigacin acerca de la 'gramtica de los conflictos morales', Honneth destaca los momentos crticos de la concepcin de los escritos de Jena y, siguiendo a Habermas, ve el propio desarrollo posterior de Hegel, por ejemplo en la Fenomenologa del Espritu, como una 'defeccin' (Abfall) en relacin a stos.

De acuerdo a Honneth, Hegel desarroll, en particular en sus escritos tempranos de Jena (1802/1803), una teora de las formas de reconocimiento, sobre la cual sera posible todava construir una teora crtica contempornea de la sociedad. En la concepcin de la 'lucha por el reconocimiento' (Kampf um Anerkennung) Hegel habra propuesto un modelo para los 'conflictos morales' de los grupos sociales, que nos permitira comprender el desarrollo moral y jurdico de la humanidad. Estos conflictos surgen de la experiencia de la negacin del reconocimiento y conducen (en el caso ms favorable) a formas de reconocimiento ms elevadas, ms concretas y con un mejor aseguramiento institucional.

Segn Honneth la propia meta de este desarrollo ya estara contenida, en sus rasgos principales, en la teora hegeliana de los escritos de Jena, especficamente en sus tres formas del reconocimiento (drei Formen der Anerkennung), que ya encontramos en su System der Sittlichkeit (1802/1903) [cita de Honneth, buscar sp]:

"Im affektiven Anerkennungsverhltnis der Familie wird das menschliche Individuum als konkretes Berufswesen, im kognitiv formellen Anerkennungsverhltnis des Rechts wird es als abstrakte Rechtsperson und im emotional aufgeklrten Anerkennungsverhltnis des Staates wird es schlielich als konkretes Allgemeines, nmlich als in seiner Einzigartigkeit vergesellschaftetes Subjekt anerkannt." (Honneth 1992, 45)

Honneth nos dice aqu entonces que: El individuo humano experimenta el reconocimiento dentro de tres mbitos diferentes respectivamente de tres maneras diferentes:

- en el mbito de reconocimiento afectivo de la familia, es reconocido como ser concreto con necesidades

- en el mbito de reconocimiento cognitivo-formal del derecho, es reconocido como persona abstracta del derecho, y

- en el mbito de reconocimiento emocional-ilustrado del estado, es reconocido como 'general concreto' ie. como sujeto socializado en su particularidad.

El amor, el derecho y la solidaridad son las tres formas del reconocimiento. En las luchas sociales por el reconocimiento se trata de la realizacin y del enriquecimiento de stas formas.

Siep (1998: 125)

En relacin a la Fenomenologa de Hegel hay que subrayar aqu que Honneth, del mismo modo en que anteriormente lo haba hecho Habermas (1968)[footnoteRef:14], ve en este trabajo una 'defeccin' o un distanciamiento (Abfall) de la teora temprana del reconocimiento que desarroll en los escritos de Jena Siep (1998: 125). Mientras en la teora temprana las tres formas de reconocimiento son concebidas todava como 'medios' para la formacin de sociedad, ya desde 1805, y luego definitivamente en la Phnomenologie des Geistes, se convierten en meros estadios de reflexin de un espritu entendido 'monolgicamente'. Honneth (1992, 55) considera as que la filosofa de Hegel sufre, bajo la influencia de Fichte, una reformulacin en el marco de la filosofa de la conciencia. Como consecuencia de ello, las formas de reconocimiento quedan reducidas a estadios de la enajenacin (Entuerung) y del retorno del espritu a s mismo. [14: Habermas, J. (1968): Arbeit und Interaktion. Bemerkungen zu Hegels Jenenser "Philosophie des Geistes". In: Ders. Technik und Wissenschaft als "Ideologie". Frankfurt, p. 36.]

Honneth (1992, 55) ve esto en la Geistphilosophie de 1805/06 especialmente en el nivel ms alto del reconocimiento, en lo que anteriormente Hegel entenda como 'solidaridad' y que aqu concibe como la 'eticidad del estado' (Sittlichkeit des Staates): el estado es aqu visto tan slo como la 'corporalizacin institucional' de un acto de reflexin del Espritu, y la esfera de la eticidad ha quedado ahora depurada de toda intersubjetividad (Honneth 1992, 101). En la Fenomenologa la lucha por el reconocimiento sera reducida totalmente a la 'funcin de la formacin de la auto-conciencia' y limitada al significado representado en la dialctica del seor y el siervo (Honneth 1992, 104). Debido a la concepcin, metodolgicamente superior, de la Fenomenologa, Hegel se habra cerrado, segn Honneth, definitivamente a s mismo la posibilidad de recurrir a la ms fuerte de sus anteriores intuiciones: el modelo, an incompleto, de la lucha por el reconocimiento.

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