Sociología de La Ciencia y La Tecnología Selección Iranzo

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Sociología y filosofía de la ciencia. Algunos problemas expuesto en varios artículos por diferentes autores de esta compilación.

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JUAN MANUEL IRANZO, J. RUBEN BLANCOTERESA GONzALEZ DE LA FE

CRISTOBAL TORRES y ALBERTO COTILLO

Compiladores

SOCIOLOGIA DE LA CIENCIAv LA TECNOLOGIA

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CONSEJO SUPSRIOR DE INYBSTIGACIONES CIENTIFICAS

.\ MADRID, 1995

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Quedan rigurosamente prohibidas, sinla autorizacion escrita de los titulares del«Copyright», bajo las sanciones establecidasen las leyes, la reproduccion total 0 parcialde esta obra por cualquier medio 0 proce-dimiento, comprendidos la reprografia y eltratamiento informatico, y la distribuci6nde ejemplares de ella mediante alquiler 0

prestamo publico. 1--1 /

o'llU.•IOTECA CE"TftAI.Wtt4.A.'"

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,Iraductores:J. Ruben Blanco: Barnes (1981), Barnes y Dolby (1970), Eloor (1973), Winner (1983),Lynch, Livingstone y Garfinkel (1983).Alberto Cotillo: Mulkay (1979), Mulkay y Gilbert (1984), Wooigar (1983).Teresa Gonzalez de la Fe: Collins (1975).1. Manuel Iranzo: Calion (1986), Knorr-Cetina (1983), Latour (1983).Crist6bal Torres: Law y French (1974).Todas las traducciones han sido revisadas par 1. Manuel Iranzo.

~~I~~,~'ILCSiC I© CSiCISBN: 84-00-07463-7Deposito legal: M-40.664 - 1994lmpreso en Espana - Printed in SpainRAYCAR, S. A. Impresores. Matilde Hernandez, 27. 28019 Madrid

Esteban MedinaIn Memoriam

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COLABORADORES DE ESTE VOLUMEN

Barry BarnesScience Studies Unit, University of Edinburgh21 Buccleuch Place, Edinburgh EH8 9LN, Escocia, Reino Unido.

Ruben Blanco MerloDept. Sociologja I, Universidad Complutcnse.Campus de Sornosaguas, 28223 Madrid.

David 13I00rScience Studies Unit, University of Edinburgh21 Buccleucli Place, Edinburgh EH8 9LN, Escocia. Reina Unido,

Javier Bustamante-DonasDept. Filosoffn del Dcrecho, Moral y Poht.ca II, Universidad Cornplutense.Ciudad Univcrsitaria, 28040 Madrid.

Michel CalionCentre de Sociologie de L'Innovation, Ecole Nationale Supericure de Mines.62 Bd. Saint Michel, 75006 Paris, Francia.

Harry M. CollinsScience Studies Centre, University of Bath.Claverton Down, Bath; Avon BA2 7A Y, Reino Unido,

Alberto Cutillo PereiraDept. Sociologfa I, Universidad Complutense.Campus de Somosaguas, 28223 Madrid,

Harold GarfinkelDept. Sociology, UCLA,Los Angeles, CA 90024, USA.

Teresa Gonzalez dp la FeDept. Sociologja, Uni versidad de La Laguna.Av, Universidad s/:" 38201 La Laguna, Tenerife, Islas Canarias.

Juan Manuel Iranzc AmitriafnDept. Sociologia I, Universidad Complutense.Campus de Somosaguas, 28223 Madrid,

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VI COLABORADORES

Karin D. Knorr-CetinaCenter for Science Studies, University of Bielefeld.P.O. Box 8640, D-4800, Bielefeld, Alemania.

Bruno LatourCentre de Sociologic de L'Innovation, Ecole Nationale Superieure de Mines62 Bd. Saint Michel, 7S006 Paris, Francia.

John LawDept. of Sociology, Social Anthropology and Social Work, University of KeeleKeele, Staffordshire ST5 SBG, Reino Unido.

Michael LynchDept. of Sociology, Boston University.96-100 Cummington Street, Boston, Massachusetts 02215, USA.

Michael MulkayDept. of Sociology, University of YorkHcslington, York, YOI SOD, Reino Unielo.

Mikel OlazaranDept. Sociologia. Univcrsielael Publica de Navarra.Campus Arrosadia, 31006 Pamplona, Navarra.

Crist6bal Torres AlberoDept. Sociologfa y Antropologfa social. Univcrsidad Autonoma de Madrid.Cantoblanco, Madrid,

Langdom WinnerDCpL Science and 'fechnology Studies: Rensselaer Polytechnic Institute.Troy, Ncw York 12180-3590, USA. .

SteveWoolgarCentre For Research into Innovation, CulturcabdTechnology, Brunei University.Uxbridge (Middlesex) UB8 3PH. Rcino Unido ..

Iodice

Introduccion . .J. Ruben BLANCO, Alberto COTILLO, M. Teresa GLEZ. DE LA FE,Juan M. IRANZO y Cristobal TORRES

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PRIMERA PARTE:LOS FUNDAMENTOS DE LA REVOLUCION COGNITIVA . 9La vision sociologica habitual de la cienciaMichael MULKA YEI ethos cientifico: Un punta de vista divergente , , .Barry BARNES y R. G. A. DOLBYSociologias normativa e interpretativa de la ciencia .John LAW y David FRENCHLa polemica internalismo-externalismoen la historia y la sodologia de la ciencia .Esteban MEDINAProblemas epistemologicos en el analisis de la ciencia ..Cristobal TORRES

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SEGUNDA PARTE:E!. RELATIVISMO EN LA SOCIOLOGIADEL CONOCIMIENTO CIENTIFICO . 97Wittgcnsiein y Mannheim sobre la sociologia de las matematicasDavid BLOORSobre el caracter convencional del conocimiento y la cognicionBarry BARNESLos siete sexes: estudio sociologico de un Ienomenoo la replicacion de los experimentos en fisicaHarry M. COLLINS

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TERCER A PARTE:ETN'OGrl.AFIA~ DE LA CIl<:NCIA . 161EI orden temporal en el trabajo de laboratorio . .Michael LYNCH, Eric LIVINGSTON y Harold GARFINKEL

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VIII

Los estudios etnognHicos del trabajo ciennfico:hacia una interpretacion constructivista de la ciencia .Karin D. KNORR-CETINAEI discurso de los cientfficos como temaMichael MULKA Y y Nigel GILBERTLos estudios de laboratorio:un comentario sobre el estado de la cuestion .Steve WOOLGAR

CVARTA PARTE:SOCIOLOGIA POLITICA DEL CONOCIMIENTO CIENTIFICO

Dadme un lab oratorio y movere el mundo .Bruno LATOURAlgunos elementos para una sociologia de la traduccion:la domesticacion de las vieiras y los pescadores de la Bahia de Saint BrieucMichel CALL ON:Visiones del poder desde la sociologia del conocimiento cientifico .Juan Manuel IRANZO

QUINTA PARTE:SOCIOLOGIA DE LA TECNOLOGIA ..

Constructivismo social: abriendo la caja negra y encontrandola vacia .Lar:gdom WINNERDe la sociologia de la ciencia a la sociologia de la tecnologia:un horizonte abierto . .. .Mikel OLAZARANEI computador come metafora de identidad y control .Javier BUSTAMANTE

EPILOGO...... .

Una conversacion sobre quienes hablan de los que dicen que es ciertoy que funciona, precedida y seguida de fragmentosde un epilogc ccmme il faut .Juan Manuel IRANZO, J. Ruben BLANCO y Teresa GONZALEZ OE LA!'E

REfERENCIAS BIB~JOGRAFJCAS ..

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INOICE

187 Introducci6n

205 Ruben BLANCO, Alberto COTILLO, M. Teresa GLEZ DE LA FE,Juan M. IRAN1.0 Y Cristobal TORRES

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235237

259EI libro que el amable lector tiene en sus manos es el fruto de la colaboraci6n de

un grupo de investigadores y docentes de las universidades de La Laguna, Aut6nomade Madrid y Complutense. Su origen remote esta en el programa de doctorado imparti-do en el eurso 1985-86 por eI profesor Esteban Medina, que orient6 a los que entonceseramos estudiantes hacia la gama de problemas, temas y autores que la sociobgfa delconocimiento cientlfico presentaba en aquellos afios en los ambitos acadernicos curo-peos. Sus elases, sus crfticas y sus eseritos (de los que aquf recuperamos uno de losmas significativos) fueron una referencia continua en nucstra formaci6n intelectual yacademica, EI desafortunado suceso que supuso la desaparicion de nuestro aJ'ligo ymaestro, cuyo fallecimiento trunc6 una fertil y poderosa trayectoria creativa, nos dejosumidos en una rabiosa tristeza Tratando de mantener viva ia empresa que el habiainiciado, quienes habfarnos sido doctorandos de Esteban Medina -Cristobal Torres, JuanManuel Iranzo, Alberta Cotillo y Jose Ruben Blanco- organizamos un seminario sobresociologia de la ciencia y la tecnologfa que inc1uy6 Latraduccion de algunos texros dedificil acceso en Espana. Posteriormente, en el marco de la formaci6n de la AsociaclonEspanola de Sociologfa de la Ciencia y la Tecnologia, la profesora Teresa Gonzalez dela Fe apunt6 la convcniencia y posibilidad de que el esfuerzo realizado pudiera ampliar-se y materializarse en un libro como homenaje a nuestro colega y amigo fallccido.

Como resultado, el conjunto de articulos aquf recopilados constituyen 10 que loseditores consideramos como los principales hitos de la sociologia del conocirriif'ntocientifico gencrada a partir de los anos setenta, y que hasta el memento presente noestaban disponibles en lengua castellana. A ellos sc le suman algunas aportac.iones queen esta espccialidad han comenzado a aparecer en nuestro pafs en los ultimos anos.Mientras que Ins estudios sociologicos sobre ra ciencia realizados en los ambitosacadernicos desde los afios 40 en adelante pueden describirse como una sociologfa de10S eientfficos -su acuvidad guiada per normae, su -cstructura social, la disuioucion deias reompensas a la excelencia, etc- para la cual los contenidos cogncscitivos ~e~uitlli,tesde la actividad fie los cientfficos SGn una 'caja negra' vedada al esrudio social, lasnuevas tendencias pueden describirse com" fonnas diversas de abrir la 'caja negra' 0de someter a escrutinio y a explicacion sociologica los procesos de el~bor;.dljn yvalidacion de nuestro conocirnicnto mas seguru.

EI resul tad0 ha side un haz de corrientes de investigaci6n sociologica que prirnanproblemas y temas distintos y variados, y entre ios que se suceden disputas profundasy acaloradas. Los artfculos del presente libro, order-ados al hilo de los enfoques mas

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2 INTRODuca6NINTRODUCCl6N 3

significativos, represcntan las lincas convcrgentcs y complemenrarins, pero tambien lasantagonicas, que conforman el rico y variopinto mosaico que durante los ultimos dosdecenios ha visto surgir csta espccialidad, polarizada en torno a la denominada socio-logfa del conocimiento cicntffico. Estos trabajos se han agrupado en 5 apartadosrepresentativos de posiciones teoricas similares acerca de la ciencia como objeto deestudio y acerca de la sociolcgfa como actividad cienufica,

La primera parte, que hemos denominado "Los fundamentos de la revolucioncognitiva", esta compuesta de cinco textos articulados en torno ados lfneas complemen-tarias. Por un lado, los Ires artfculos de autores foraneos representan tres momentoscruciales de la crftica a la vision sociologica del quehacer cientffico realizada por laescuela mertoniana y hcgemonica hasta los anos setenta: la idea del ethos cienufico, laorientacion y explicacion normativista y la concepcion racionalista clasica que lasciencias sociales en general habfa asumido. De otro, los dos artfculos de autoresespai'ioles forman parte de 10 que podria denominarse como la tercera generacion dedebates iniciados tras la crisis de la filosoffa positivista. y en los que se pone de relievetanto las limitaciones de la vision tradicional como los avances y problemas de la nuevasociologfa del ccnocimicnro cientffico.

EI texto de Michael Mulkay, "L~ visi6n sociol6gica habitual de la ciencia", consti-tuye una magnffica revision de las concepciones filos6ficas y sociol6gicas que, hastala obra de Kuhn, habian predominado en el panorama de los estudios sobre la ciencia,aI tiempo que ofrece una cquilibrada perspectiva de las principales tesis de la nuevasociologfa del conocimienro cientffico. EI texto pasa revista a la vision de la scciologfaclasica del conocimicnto que, des de Marx y Durkheirn basta Mannheirn y Stark, hapresentado a la ciencia como un tipo singular y privilegiado de conocimiento, cuyosprocesos de elaboracion yvalidacion no podian ser objeto del analisis sociologico.

Por su parte, el ensuyo de Barry Barnes y R. Dolby, "EI Ethos cientifico: una pers-pectiva divergente", marco un hito en la literature de este campo al representar una delas primeras erfticas de la Iarnosa tesis de Merton sobre los "Cudeos" cientfficos -comur.alismo, universalismo, desinteres y escepticismo organizado- que de formaimpcrativa gobiernan a la ciencia y a los cientificos. C:Jn el se inaugura un largoproceso de debates en torno a la idea del ethos de la ciencia que ha constituido elprincipal frente de batalla entre mertonianos y no rnertonianos a 10 largo de I:;. decadade los anos setenta.

En esta misrna lfnca critica del normativismo de Merton, el artfculo de John Lawy David French, "S0Cic!ogias de la ciencia normativa y inrerpretativa", es paradigmaticopor cuaruo los autores poncn de manifiesto la imponancia de la obra de Kuhn para lasociologfa de la ciencia OIlolrcccr una aproxirmcion cognitiva e interpretativa alasconductas de los cicnuficos. Con ella aparecen nuevos problemas en el analisis de laciencia y se COi1SigL;~una perspectiva integrada entre el ambito cognitivo de las creen-eras y el contexte de 1::5 accioi.es y relaciones sociales de los cienttficos. En sum a,represcnia una aporta..ion crucial en h transicien de la concepcion de la ciencia comoinstituci/in a ia de la ciencia como accion.

Eli 10 que respecta a las contribuciones espano.as, el ensayo de Esteban Medina,"L2 polemics illternalismo/extemalis1l1o en la historia y la sociologic de la ciencia",tcrna esta dicotomia racionalista como cie de un exhaustive recorrido por las principalcsdeficiencias de la ccncercioues tradicionales en la filosoffa, la historia y la sociologfade la ciencia. Al rnismo uernpo, aboga por integrar y eonjugar Ius razones de la 16gicainterna de la ciencia con ios factores sociales que afectan en ambos ordenes al desarro-110 C~ la C!~:-_::::.

Por ultimo, el texto de Cristobal Torres, "Problemas epistemol6gicos en el analisisde la ciencia", se ocupa de las principales dicotonuas epistemol6gicas (contexto dejustifieaci6n versus contexto de descubrimiento; intemo versus extemo; objetivismoyers.lJ,l"relativismo) que en su dia constrincron las explicaciones clasicas de la cieneiay hoy limitan la potencialidad de los nuevos enfoques. Al destacar las principalesaportaciones y avances registrados en cada uno de los bi .•nomios coneeptuales, seargumenta la irresolubilidad de los planteamientos excluyentes y se defienden losavances que en el analisis de la vida cientflica suponen los enfoques de las cienciassociales.

La segunda parte del libro, "EI relativismo y la sociologfa del conocimientocienufico'', contiene dos trabajos que ilustran las posiciones teoricas del "ProgramaFuerte de Sociologia de! Conocimiento" y un tercero representante del "ProgramaEmpirico del Relativismo". Desde su formu!aci6n, las acusaciones de relativismoprocedentes de la filosoffa y la historia de la ciencia han perseguido a la sociologia delconocimiento cientffico por su consideraci6n de la ciencia como una cultura y, portanto, como susceptible de los mismos antilisis realizados por antropologos y sociologossobre otras tantas culturas. Para los seguidores de estos program as, [as teorfas cientffi-cas son constructos humanos que siempre van mas alla de los hechos en el sentido deque cualquier conjunto de hechos aceptados puede ser compatible can diversas teorfas,10 que implica que los sociologos pucden tratar las teortas cientificas come derivadasde la convencion generada por la propia actividad de los cientfficos. Desde esra pers-pectiva, el area de in teres para cl sociologo se centra en 10 que Kuhn denomino "cien-cia normal" en cuyo seno encontramos la actividad cotidiana de aplicacion y extensi6nde conceptos, asf como la resolucion de los problemas ordinarios que se presentan enel paradigm a, centro de un marco de ncgociacicnes y de aeuerdos, sobre la adapracion

- entre teoria y experiencia, que poseen un caracter netamente convencional.En este sentido, el articulo de David Bloor -"Wittgenstein y Mannheim sobre

sociologia de las matematicas"- retoma la contraposici6n entre "individuo" y "sociedad"en la discusion sobre el "seguimiento de la regia" i1evada a cabo por Wittgenstein,como alternativa a los planteamientos clasicos de la sociologia del conocimiento enMannheim. Las reglas se ensenan a 105 miembros de una comunidad para que puedanaplicarlas par sf mismos, COOlOsujetos que siguen un metcdo 0 proceso particular. Ladimensi6n social surge porque cada miembro debe hacer referencia a como los otroshan aplicado las reglas para determinar que su aplicacion individual es correcta. EIseguimiento de la regla genera una "compulsion" en el individuo, cuyo origen ynaturaleza son freeuentemente malentendidos, polarizandose las posiciones entre losdefensores de 111l enfoque mas "social" y sus criticos mas "individualistas". Para Bloor,los elementos psicologicos y biologicos del conocirniento humano son el punto inieialen la negociabilidad social del conocimiento.

Por su parte, el ensayo de Barry Barr.es, "Del caracter convcncional del conoci-miento y de lacognicion", considera que la afirrmcion d", que el conocimiento es unconstructo social "S simplemente una forma de plantear pregnntas directas y er. ningiincaso constituye una respuesta universal a cuestiones especificas. Una vez demostradoque la aplicacion de concept os es un proceso abierto, logica, formal y semanticamente,se plantea la pregunta fundamental: l,quc es 10 que produce la clausura de la negocia-cion en los cases particulares? La transcendencia de esta cuestion descansa en laposibilidad de cornpiender el curso del cambro cultural y del crecimiento del eonoci-

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4 INTRODUCCl6N INTRODUCCI6N s

miento. La respuesta de Hames, etiquetada como pragmatismo a instrumentalisrno, trataderelacionar, desde un enfoque finitista de la aprehensi6n del conocirnicnto, el usoconcreto de ill] concepto en cada momenta con los objetivos e intereses que residen eneluso comunitario.

Como respuesta alas exigencias metodol6gicas del "Programa Fuerte", surge el"programa relativista" uno de cuyos representantes es Harry Collins, de quien incluimossu trabajo primerizo "Los siete sexos: estudio sociol6gico de un fen6meno, 0 la replica-ci6n de los experimenm, en fisica", Collins estudia el caracter convencional del conoci-miento que maneja un grupo de ffsicos mediante el analisis de las discusiones habidasen tomo aI proceso de replicaci6n de un experimento (en este caso, la detecci6n deondas gravitacionalcs a traves de la construcci6n de detectores de ondas y de la evalua-ci6n de los estandaree para su construcci6n). La cuesti6n que subyace hace clarareferencia a la discusi6n anterior sobre la similitud 0 diferencia del uso de cada concep-to y al hecho de que el estudio de ese uso debe enmarcarse dentro de la comunidad que10lIeva a cabo. Para Collins, la aplicaci6n de conceptos es un proceso abierto y sin fin.EI conocimiento cicnt(fico es el conjunto de afirmaciones aceptadas de 10 "mismo" y,pOTtanto, producto del uso anterior de los concept os. Este conocimiento no puededeterminar el uso futuro 0 suministrar las implicaciones 16gicas de afirmaciones especf-ficas futuras sobre los C;I'OS, dado que el desarrollo futuro de las relaciones de mismi-dad no se puede anticipar al margen de la comunidad. EI conocimiento cienufico es un"artefacto cultural", csto es, se crea, se modela, se aprende, se transmite, etc., todo ellodentro de un marco socio-cultural concreto y altamente especifico.

Caminos distintos, y hasta opuestos, del analisis sociol6gico del conocimientocientffico son los empn:ndidos por los analisis agrupados bajo el encabezado de la "Lasetnograffas de la cicncin" que constituyen la tercera parte del volumen. Aquf no puedehablarse, tanto de sim ilitud te6rica cuanto de una cornun aficci6n por el enfoque micro-soc1016g1C0.Todos prcrcndcn estar, por asf decir, mas eerea de las practicas cotidianasy reales de los cientificos de 10que la sociologfa acostumbra. No se ocupan del condi-cionanuento social -0 de cualquier otro tipo- del pensamiento, sino de la euesti6nepistemol6gica de como se constituye y acepta 10 que se denomina conocimiento. .Conello se distancian cada vcz mas de los modos como hall sido entendidos habitualmenteterrninos como "subjeliv:dad" y "relativisrno" y prefieren sustituirlos por una ontologfay por una episternologr., constructivistas. La ciencia es "un modo de hacer el mundo";el "mundo" depende de las practicas carnbiantes de su construccion ontol6gica ygenetica y no s610 dcscrfptiva y epistemologica.

Dentro de estc marco general, el primer articulo incluido reprcsenta I:J 6pticaetnometodol6gica sobre la eiencia. "Ei orden temporal en el traoajo de laboratorio" deMich~e1Lynch, Harold Garfinkel y E:ic I .ivingston es Ull intento de redescubrir en lassnuaciones de labOTat(lriola posibilidad del orden social. La accion social es. para ellos ,una "farniliaridad logrcda" gracias a las practicas de los participanies. EI estudioetnometodul6gi..:o SC centra en la invesrigacicn de la producci6n de orden mediante laspracucas rutinarias dcllaborG:O' io, la prcduccion local e intersubjetiva de razonamiento.La p~c!;'mla eL';.omct(l(iOlu6ic~es i,c6mc Began 10s acrores a ser competenres paramaneJ~e en las situaciones 'j con ios materiales de laboratorio? Per ello, sefialan ladlf~rc~c'a entre las inStruccio;}es formales de accicn en el laboratorio y las practicas~tmanas ~concr.etas obscrvables en el, y como Ias segundas no pueden explicarse porsimple reler~ncla alas primeras. L" etnometodologta no trata de ocuparse simplernentede las practicas de laboratorl« sino mas bien de las practicas de construcci6n de las

practices de laboratorio. Los etnomcto.Iologos consideran pur ello que su aprox.maciones logicamente previa a cualquicr estudio de las pracucas de laboratorio.

Para eonjurar los peligros del individualismo irnplfcito sicmpre en 105estudiosetnometodol6gieos, el trabajo de Karin Knorr-Cetina, "EI estudio etnografico del trabajocientifico: hacia una interpretacion constructivista lie fa ciencia", concede importanciaal papel que las tradiciones cognitivas juegan en las practicas constructivas de loscientfficos en ellaboratorio. Mientras que para los etnometodologos las propiedades delas practicas competen.cs de los cientfficos se generan iinicamente en el momento dela interacci6n, para Knorr-Cetina las practicas sociales del laboratorio son inteligibless610en el marco de las expectativas aportadas por las tradiciones cientifieas. EI estudiodel paso de las seiecciones y decisiones de laboratorio alas objetivaciones de losproductos finales de la ciencia -la construcci6n de la disociaci6n entre 10 social y 10natural- constituye el micleo de su aportaci6n. Knorr-Cetina subraya los aspectosinstrurnentales y teleol6gicos de la acci6n de laboratorio: el interes del cienufico es quelas cosas funcionen (instrumentalmente) y no la biisqueda de 1:1verdad. Pero nada dicede como arbitrar alguna diferencia entre "la verdad" y "que las cosas funcionen",precisamente porque mantiene que la verdad s610puede ser definida insrrumcntalmentey a efectos practices. Las explicaciones epistemol6gieas de la etnograffa instrumentalilustrada por el articulo de Knorr-Cetina, parecen caer en una lamentable circularidadexplicativa y parece dar por sentado que los cientificos consideran sicmpre problcmati-co el ajuste entre los fines de la investigaci6n y las selecciones hechas, Parece mejcr,entonces, centrarsc en investigar cuando, en que circunstancias, en que contextos, loscienuficos consideran problematica esa relacion y cudndo no

Esa es la intencion central del ensayo de Michael Mulkay y Nigel Gilbert, "EIdiscurso cientffico come' tema", Los autores prefieren obviar las practicas constructivasde los hechos cientfficos en el laboratorio en beneficio del estudio de la variabilidadinterpretativa de las versiones de los hechos y su relaci6n con contextos diferentes, EIanalisis del discurso no pretende descubrir sucesos, creencias y procesos cognitivos apartir del discurso de los participantes ni tratar el lenguaje como un indicador de algunestado de cosas, sino tomar la cuesti6n analltica previa de c6P.10se construyen lasnarraciones de 105 panicipantes. La intenci6n del analisis del discursc es bastantedistinta a la del estudio de las practicas de laboratorio. No intenta utilizar el discursode los cientificos como un ambito de expresi6n de entidades 0 fen6menos "mas alia"de el; no da por sentado que las narraciones reflejen actitudes 0 disposieiones subya-centes y, por tanto, no espera que el discurso de un actor sea consistente 0 coherente.EI analisis del discurso no pre-establece la dicoiomfa entre discurso y "mundo exterior"sino, mas bien, pretende explicar I~ actividad constructiva implicada en la creacion deun "mundo exterior" y, por esta raz6n, es renuente a oar por supuesia cualquier dicoio-mfa.

EI trabnjo qUI;cierra esta secci6n, "Los estudios de laboratorio: comentario sobreel estado de ia cuection" de Steve Woolgar es una perspectiva crfrica general sobre 10sintentos de construir versiones de la labor constructive de la prictica 0 del discursocientfficos por parte de los estudios de Iaboratorio. Woclgar coincide con Gilbert )'Mulkayen criticar la idea de que los estudios delaboratorio ofrezcan 0 puedan ofrecerun cuadro rneior 0 mas exacto de la ciencia. Mas que para componer descripciones"mejores" de la accion social del laboratorio, las etnograffas instrume.nales, como !asde Knorr-Cetina, sirven para ilustrar esquernas teoricos preconcebidos, Como resultado,los estudios etnograficos caen en la ironfa de intentar desmitificar las actividades de los

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6INTROilUCCI6N 7INTROilUCCl6N

cientfficos en el laocratorio a I~ vcz que mititican la acciou de los analistas etnogr:ificusen su tratarniento del discui so y In practica cientificas.

La cuarta parte, de la compilaci6n, "La sociologia polftica del conocirnientocientffico", agrupa dos estudios·dc casos, tos de Bruno Latour y Michel Calion, y unareflexion sobre cl tratamicnto del poder por parte de la sociologfa del conocimicntocientffico lIevada a cabo por Juan Manuel Iranzo. EI articulo de Latour, "Dadme unlaboratorio y movere el mundo", cs un estudio de caso sobre "Pasteur" (Louis Pasteury sus ai.ados) y "Ia enfermedad" del antrax (algunos casos y registros). Para vencerla,Pasteur tenia la hip6tesis del microbio y ciertas practicas de laboratorio, y se desplaz6con sus aliados (ayudantes, aparatos y tecnicas) alas granjas y recogi6 cuantos elemen-tos hall6 utiles para traducir la cpizootia en el laboratorio. De vuelta a Paris aplico lastecnicas de puriiicaci6n y cultivo a sus muestras, logr6 variar su virulencia (instrumen-tando un episodio afortunado) y fabric6 una vacuna. Luego, volvi6 a desplazar ellaboratorio y escenific6 un expcrimento crucial reproduciendo en la granja los aspectoselaves de las practicas que le hab(;iil permitirlo triunfar en Paris y, admitido su exito,generaliz6 la vacunaci6n con resultados corroborados de nuevo por las estadfsticasagropecuarias. Latour muestra que cada desplazamienro del iaboratorio no s610 desviaelementos relacionados con cl antrax, sino tan-bien los intereses de los grupos afectadospor I;; enfermedad: ganadcros, veterinaries, autoridades y publico.

En el trabajo siguiente, "Algunos elementos de U:1a sociologia de la traducci6n:la domesticaci6n de las vieiras y los pescadores de la bahfa de Saint Brieue", MichelCalion estudia el caso de los pcscadores de vieras de St. Brieuc y los investigadores enbiologfa marina, atendiendo a 105 intereses de 10s grupos sociales protagonistas. Lospescadores conffan en los ires invcstigadores no s610 porque estes les ofrecen un futurode prosperidad sostcnida, sino porque no disponen de ningun conocimiento con quecriticarles. En cambio, los colegas cientificos de los investigadores se muestran renuen-tes al proyecto, al menos hasta que se admite que algunos podrian saber mas sobre elcaso de 10 que hasta entonce5 sc habia pensado. EI analisis revela como los investigado-res intentaron convertir sus ":OI::cLO~esen punto de paso obligado para la satisfacci6nde cad a vez mas intereses de mas grupos y c6mo negociaron con ellos el sentido de susproductos. Como consecuencia de los primeros resultados, que se consideraron un exito,y de las subsiguientes actuaci:>llcS, que fueron tildadas de fracaso y que alentaron ladeserci6n de los intereses antes agregados, los investigadores debieron modificar suspracticas de labo.atorio, Tanto el exito incial como el siguiente fracaso muestra que 10real son las ordalfas en las que sc consolidan asociaciones (redes) que constituyen tantola naturaleza como a los sercs humanos.

EI ultimo trabajo de csta scccion, "Visiones del 900er cesde la sociologfa delconocimiento cientffico", de Juanma Iranzc, ex pone las concepciones politicas en-plea-das por estos cnfcques. Al m~.rgcll de polemicas entre objetivistas y relativistas -"sereshumanos descubriendo la Il1turalcza" 0 "sercs human os ccnstruyendo (su percepcion,su ccgnicio» de) In mllll.:'::lcz:1' -, cl autor muestra la conexion entre 10:; enfoques delpoder polfuco ei: Barnes y del poder como atribuci6n resuliante de una ordalia en

'Latour. Para Barnes, cuundo sc dcscriben ras relaciones hurna ...ias -i.icluyendo 0 no elusn de tecnolngfas- en tcnninos de dominacion y poder sc haec usa de nccioncsteoricas derivadas de conducm , que se emienden conic respucstas a indicadores sirubo-licos de preeminencia. Sean la amoridad de un experto 0 de un politico, esas senalesse configuran en un proccso soci-I de negociaci6n y Io-rnan una "distribucion deconocimicnto" quccondiciona la conducta de sus poseedores y que ha solido denomi-

narse "ordcn normative". Latour por su parte propene WI enioquc del poder basado enlas nociones de asociaci6n, traducci6n, juicio de fuerza e irreducci6n que se apliquesimetricamente a toda entidad (entelequia) que se pucda constituir en "actante" scmiol6-gico. Latour reputa el poder, la poteucia y la causalidad como atribuciones resultantesde un mecanisme secundario de asignaci6n de responsabilidad independiente delmecanismo primario de forja de asociaciones y alianzas mediante ordalfas, Por estemedio se construyen redes que se expanden y compiten en un medio hostil. Su casoejemplar es el cambio de Pasteur, el qutrnico, en "Pasteur", un heierogeneo agregadode cicncias, estadisticas, polfticas, laboratorios, ayudantes, cultivos eelulares, grupos deopinion, etc. que transformaron la sociedad de su tiempo.

Por ultimo, la quinta parte dedicada a la "Sociologia de la Tecnologfa" se ocupadel transito del interes sociol6gico desde un objeto de estudio (la ciencia) a otro (latecnologia). La mayona de los estudios de casos realizados hasta el momento consistenen la aplicacion directa de conceptos y teorfas de los estudios sociales de la ciencia alcampo de la tecnologla. i,Hasta que punto este planteamienro es capaz de dar respuestasvalidas y eficaces a los problemas que plantea W1 objeto de eonocimiento tan difuso eindefinido, tan parad6jicamente "humanizado'', como es la tecnologia? Por una parte,es ineludible considerar la integraci6n existente entre Ciencia y Tecnologfa: a ladisminuei6n progresiva dela ciencia "pura" respecto de orras actividades cicnufico-tecnicas se une la dificultad para distinguir en cada momcnto que es ciencia y que estecnologf a en la actual organizaci6n de la investigaci6n cientffica. Por otra, frente a laconcepcion clasica de la tecnologia como mera "maquina'' 0 "aparato", la consideraci6nde "sitemas tecnol6gicos" 0 de "artefactos" construidos socialmente dota a los estudiossociales de la tecnologia de una perspectiva mas dinarnica con mayor poder de intros-pecei6n, rechazando la perspectiva teleol6gica determinista de los historiadores tradicio-nales de la tecnologta, esto es, que el exito de una determinada tecnologfa no sinecomo su cxplicaci6n, sino que tal exito es precisamente 10 que requierc explicaci6n.

EI traba]o de Langdom Winner, "Constructivismo social: abriendo la caja negray encontrandola vacia", pertenece prccisarnente a esa tradicion de estudios filosoficoscue han visto una inercia inherente en el cambio tecnol6gico. Debido a que los estudiosernpfricos sobre tecnologfa han convertido en inverosimil esa busqueda de un primummobile del cambio tecnol6gico, Winner recupera los lugros de los pioneros de sutradici6n de investigaci6n para revindicar el valor etico de la filosoffa como saberpractice. Winner esta menos intcresado en dilucidar como se decide que ~1 artefac too sistema tecnico funciona y en c6mo se inscribe su caracter en los USUaT10S,que enlos efectos de esra disciplina sobre la esuucrura de dominacion de las sociedadeshumanas y en como se consigue que cuanto mas efectiva sea una tecnologla de podermas se disfrace y oculte publicamente este rasgo.

Por su parte, el articulo de Mikel Olazaran, "De la sociologfa de ·Ia ciencia a lasociologfa de la tccnologfa: un horizonte abierto", es un ejernplo de las nuevas perspec-tivas sociologicas. Olazaran parte de un analisis critico de alguons propuestas de 10sestudios socialcs de la ciencia y plantea la necesidad de que la nueva sociologfa de laciencia proceda a iniciar una fase cualitativamente distinta en I~ que se construyanteorias progresivamente mas completas. Para ello propene una opcion que podrfa servirpara avanzar des de ia construcci6n de teorfas intermedias hacia la produccion de teortascada vez mas complejas, ilustrada en un estudio de caso. Tras discu.ir las relacionesentre ciencia y tecnologfa, Olazaran analiza cnticarnente distintas versiones del determi-nismo tecnol6gico y propone algunas premisas basicas para el estudio sociologico de

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[Io'TltOOIlCCl6N

la iecnologfa aplicandolas al casu de las nuevas tccnologias de la informacion.En ultimo Iugar, el trabajo de Javier Bustamante, "EI computador como mctafora

de identidad y control", es una original mezcla de filosofta y sociologfa de la tecnolo-gta. En un primer momenta se prescntan las bases para una aproximacion sociol6gicaa la tecnologfa informatica, para pasar posteriormente a un analisis de los ongenesmitologicos, religiosos y filos6ficos de la metafora del ordenador. Al igual que ocurri6con la qufmica, que nace a partir de la alquimia, la informatica tiene tambien unasraices mitol6gicas que no deben quedar en cl olvido. La reflexion sobre los automatasse retrotrae a pcrfodos anteriores en muchos siglos aI nacimiento de la informaticayla rob6tica. Bustamante se refiere tambien al ordenador como instrumento para la crea-ci6n de model os de organizaci6n social, como met:ifora de orden y control: el computa-dor no llego en un memento cualquiera, sino que fue desarrollado en un memento decrisis de control en el que las operaciones propias de las organizaciones burocraticasiban haciendose mas y mas complejas y demasiado dificiles de controlar, Par ultimo,Bustamante trata el computador como metafora de identidad hurnana, analizando laspropuestas de la psicologja cognitiva y la Inteligencia Artificial. LC6mo ha sobrevividohasta hoy la mctafora computacional a pesar de la evidencia de profundas diferenciasentre computadores y mentes? EI comportarnicnto atipico de la metafora del computa-dor consisic ell scguir vigentc pcsc alas sustanciales difcrencias existcntcs entre clcomputador y cl cere bro. Por ello, el estudio de la forma en que se construyc la meuifo-ra del cornputador tiene una especial importancia a la hora de cornprender el antagonis-mo entre dos 1lI0~OS de entendcr la realidad humana: el cognitivismo, que reduce lainterpretacion de \:I actividad intelectiva del hombre a la interaccicn de procesos decorte cognitivo, y la sociologia del conocimiento cientifico, que parte de una concep-ci6n del pensamicnm como un elernento de caracter social no reductible a la esfera de10 cognitive.

Cerrando el volurnen y a modo de epilogo, tres de los compiladores, JuanmaIranzo, Ruben nl;U1COy Teresa Gonzalez, ofrecen una valoraci6n crftica de las perspec-tivas teoricas y crnpfricas ilustradas par los trabajos recopilados. Recurriendo ill dialogode raigarnbrc socratica como estrategia literaria para el analisis de sus pros y suscontras, sus fonalczas y sus debilidades, su "Conversaci6n sobre quienes hablan de losque dicen que cs cierto y que funciona ... ' cs un intento de seguir adelante, mas alla delas discusiones entre "escuelas" te6ricas y de investigaci6n, en la apasionante tarea dedilucidar la imponancia de! conocimiento cientifico en nuestras sociedades contempora-neas.

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Primera Parte:Los fundamentos de la revoluci6n cognitiva

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La vision sociologica habitual de la ciencia'

Michael MULKA Y

La sociologfa del conocimiento tiene una larga historia. En ocasiones se haceremontar sus orfgenes hasta los escritos de Francis Bacon y, ciertamente, aparece comoWl elemento importante en el trabajo de 105 "padres fundadores" de la sociologfa, comoMarx, Pareto y Durkheim. Hoy continua siendo Wl area de investigaci6n floreciente,aunque sus practicantes han tendido a concentrarse cada vez mas en el estudio detailadode cuerpos especfficos de conocimiento y creencia en vez de presentar el tipo def6rmula analftica general favorecida por sus anteeesorcs. Pero, pese a esta larga tradi-ci6n, ha logrado un escaso consenso. EI campo aun se caracteriza por una gran diversi-dad de metas y de esquernas interpretativcs. Hasta tal punto es asi que algunos autoresse niegan a dar una definici6n de la sociologfa del conocimiento (Curtis y Petras, 1970,p. 7), mientras que quienes se arriesgan a intentarlo seven forzados a idear formulasmuy generales para cubrir el corpus completo de la literatura relevante y abarcar todoei campo de fen6menos a estudiar. Asi, Merton (1957, p. 456), habiendo senaiado queel terrnino "conocimiento" debe interpretarse en Wl sentido verdaderamente muy amplio,abarcando "virtualmente ioda 1.1 gama de los productos eulturales", escribe que lasociologfa del eonoeimiento "se interesa princlpalmente por las relaciones entre elconocirniento y otros faciores existenciales de la sociedad 0 la cultura. Por general yvaga que pueda ser esta formulaci6n de su proposito central, una exposicion masespecffica no servira para incluir las diversas aproxirnaciones que se han desarrollado",Dentro del amplio espectro de cuestiones cubiertas por esa definici6n, puede hacerseuna distincion clara y razonable principalmente entre la creencia popular y el conoci-miento cotidiano 0 de sentido comun, de un lado, y el conocimiento espccializado ysistematizado, de otro lado (Berger y Luckmann, 1967). En este libro, me intcresareexclusivamente por el Ultimo, esto es, por el analisis sociologico del conocimientoespecial !zado.

Un interes capital de 10sscciologos del conocimiento ha side rnostrar la influenciasobre cuerpos especializados de peusamiento y conociruiento, como los sistemasesteticos, morales y filosoficos, Ius Cl edos religi osos y los principios politicos, delcontexte social y cuitural en que se producen. Mannhei:n express claramerue el supues-to central tras esta clase de analisis: la scciologfa del conocueieruoexplora "Ios vanesmodos como los objetos sc prcsentan al sujeto de acuerdo con las diferencias en Ins

• Publicado originalmente como el capitulo 1· de su libro Science and the Sociology a/Knowledge, (1979),London, George Allen & Unwin. Coo autorizacion del autor y de ia editorial. '

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12 M. MULKAY

marcos sociales ... cuando y donde las estructuras sociales se expresan en la estructurade las afirmaciones, y en que sentido las primeras determinan concretamente a laultima" (1936, p. 265). Esta exposici6n general conduce inmediatamente a un mimerode cuestiones mas especificas, Nos lleva a preguntar, por ejemplo: tQue clases defactores sociales y culturales influyen sobre las prcducciones mentales yen que grado?lQue tipo de conexi ones existen entre las influencias sociales y culturales y las produc-ciones mentales? lOw~ aspectos de estas producciones mentales estamos intentandodescribir -su forma, su contenido, su incidencia, su generaci6n 0 su aceptaci6n? Y 10mas importante para los fines de este capitulo, lque producciones mentales estrinabiertas a esta clase de analisis sociol6gico? l,Incluimos todos los productos culturaleso s610 ciertas clases de ellos?

Cuando examinamos que areas de conocimiento se han sometido realmente ainvestigaci6n empfrica, encontramos que los sociologos han ignorado casi por completoel pensamiento cientffico y matematico. No niego que hayan existido estudios sociol6gi-cos de los cientfficos 0 de la comunidad cientffica. Lo que no ha habido, hasta muyrecientemente, ha sido una investigaci6n empfrica del conocimiento cientffico y de suconstrucci6n social desdc una perspeetiva sociol6gica. Ademas, aunque la mayoria delos sociologos del conocimiento han tocado el tema de la ciencia, todos han rechazadorepetidamente a priori la posibilidad de que la forma 0 el contenido del conocimientociennfico, a diferencia de sus cfcctos 0 su difusi6n, pudieran ser de alguna manerasocialrnente contingentes. AI contrario, han argumentado tenaz, aunque insegurarnenteen ocasiones, que 10 esencial del conocimiento cientffico es independiente de la influen-cia social y han intentado justificar esa aserci6n sobre bases filos6ficas. En una palabra,han afirmado que la ciencia es un caso sociol6gico especial porque tiene un statusepistemol6gico especial. De resultas de la aceptaci6n general de esta linea de razona-miento, los sociolcgos han dejado el analisis concreto del conocirniento cientffico enmanos de los fil6scfos de la ciencia y de los historiadores de las ideas.

Despues de muchos anos en los que parecfa que se habfa estahlecido de modoconcluyente que el conocimiento cientffico estaba excluido del analisis socio!6gico, eldebate ha comcnzado de nuevo. Esto ha side consecuencia, en parte, de los carnbiosradicales en la imagen de la ciencia de los filosofos y los historiadores. Durante losalios 60, mientras intentaban responder a 105 problemas tradicionales de sus propiasdisciplinas, numerosos historiadores y filosofos se hallaron frisando 0 activamenteimplicados en la interpretacion sociologica de la ciencia. Gradualmente, estas nuevasideas han entrado en la sociologfa, y ayudado a minar los supuestos epistemologicasque viriualmente han obligado a la sociologfa del conocimicnto a tratar a la cienciacomo un casu especial. Conforrne se han ido debilitando las restricciones impuestas porla vieja cpistemologia, los sociologos han procurado ampliar y corregir el trabajo de Iusfil6sofos e historiadores para producir, por vez primera, una genuina sociologfa delconocimiento cieutffico. En los siguientes capftulos describire algunos cambios recientesen la filosoffa y la historicgrafia de la ciencia y tambien ciertos cambios paraleIos enel analisis sociologico. En 10 que resta de capttulo cxaminarc algur.as de las principalesaportaciones J la sociologfa del conocimiemo y a la sociologfa de la .ciencia pararnostrar que, aunque ocasionalmcnte ha habido cierta especulaci6n y algo de disenso,la ciencia se ha considerado nabituahnentc co:no un casu sociologico especial, )'tambien para clarificar el analisis filos6fico que subyace a esta posicion.

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LA VlSI6N SOaOWGlCA DE u. CIENClA 13

La vision clasica de la ciencia: Durkheim y MarxTodos los grandes autores de la incipiente sociologia del conocimiento del siglo

XIX fueron escepticos sobre la posibilidad de incluir en su ambito a Ia ciencia natural.Vamos a ilustrar esto con respeeto a Emile Durkheim y Karl Marx. Es cierto queDurkheim intent6 proporcionar una descripci6n sociol6gica de la genesis de las catego-rfas basicas del pensamiento humane y de sus formas de razonamiento. Argwnent6, porejemplo, que las ideas de espacio y de tiempo, de fuerza y contradicci6n varia~ffil deun grupo a otro y dentro del mismo grupo de n perfodr a otro. Para Durkheim, laexistencia de esa variaci6n cultural mostraba que nuestras categorfas basicas y nuestrasreglas 16gicas dependen en alguna medida de factorcs hist6ricos y, e~ ~onsecuenci~,sociales (19i5, pp. 12-13). Parece que esto posibilita claramente un analisis del conteru-do cognitivo de la ciencia, pues parcce que las conciusiones de cada comunidadintelectual concreta estaran constrenidas, al menos parcialmente, por factores tales comosus recurs os culturales, la estructura de su grupo social y su lugar en la sociedad cn suconjunto. Si bien Durkheim no cede esta posici6n general. modifica no obstante algunosde sus detalles para sustraer el conocimiento cienufico a la consideraci6n ffilalfti~~.

En primer lugar, torna medidas para evitar una posici6n completmncnte relativistaen la que podrfa considerarse que el origen social de las categorfas y de las forrnas derazonamiento las vuelve totalmente arbitrarias por 10 que a su aplicaci6n en la naturale-

za se refiere,EI hecho de que 1;tS ideas de ticmpo, espacio, clase, causa 0 personalidad se

construyan a partir de elementos sociales no obliga a concluir que estan desprovistasde todo valor objetivo. Al contrario, su origen social conduce mas bien a la creer queno carecen de fundamento en la naturaleza de las cosas. (1915, p.19)

Durkheim llega a esta conclusi6n postula..n.do la unidad del mundo ffsico y elmundo social. Asi, sugiere que la concepci6n que del tiempo tiene un grupo derivarade los ritrnos sociales de su vida colectiva. Pero estos ritmos sociales estaran ligadosa, y en un sentido seran parte de, periodicidades mas inclusivas del mundo ffsico, EImundo ffsico y el social constituyen un ambito general de fcn6menos naturales. Deacuerdo con la visi6n de Durkheim, se sigue que las concepciones que surgen de lasregularidades sociales seran aplicables a regularidades paralelas del mundo ffsi~o. Sinembargo, aqui el argumento de Durkheim es extremadamente general; ~e aph~a porigual a todo grupo humano, A 10 sumo, establece que todas las categonas derivadassocialmente tendran algun grade no especificado de "objetividad", Pero sigue el proble-ma de c6mo valorar las descripciones divergentes del mundo ffsico ofrecidas pormiembros de diferentes grupos sociales. Durkheim [10 parece reconocer explicitamenteesta dificultad. Pero su descripcion de la evolucion social muestra que puede empleary emplea un criterio mas selective de objetividad. La objetividad, <rrgumenta, va. siendocada vez mas accesibl ,. a medida que la evolucion social se despliega y a medida quela ciencia reemplaza a la religion como base del pensamiento humane sobre e! .nundonatural,

.. .las ideas esenciales tie ia itlgica cieutiiica son de origen religiose, esio es,social ... (pero) la cicncia les otorga ;IDa nueva elanoracion, las depura de todos loselementos accidentales; de un modo general, introduce en todos sus actos unespfritu critico que es ajeno a la religion, se rodeo. de precaucicnes para "evitar laprecipitacion y el sesgo", y mantiene al margen I~ pasiones, 10s prejuicios y todasias influencias subjetivas ... Habiendo abandonado a la religion, la ciencia tiendea sustituirla eft todo 10 que atafie alas funciones cognitivas e intelectuales, (1915,p.429)

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14 M. MULKAY LA VIS16N SOOOWGICA DE LA OENCIA IS

Durkheim describe a un nivel bastantc general ias condiciones sociales que cl creeson responsables de esta transici6n fundamental en el pensamiento humano. Su aserci6ncentral es que el crecimiento numerico de las sociedades hurnanas y su progresivadiferenciaci6n intema libera de manera creciente la actividad intelectunl de la constric-ci6n social. El pensarniento cientffico resulta de esa liberaci6n y, por ende, sus conclu-siones estan comparativamente intactas por las influencias sociales directas. El pensa-miento religioso sobre el mundo natural, originado en sociedades cohesivas y a pequenaescala, estuvo perrneado por caiegorfas y supuestos derivados de la vida social. Peroa medida que las sociedades fueron siendo mas complejas y el modo de solidaridadsocial devino menos restrictivo, fue cada vez mas posible para cicrtos sectores dc lasociedad refinar sus concepciones y sus tecnicas de observaci6n de acuerdo can larealidad del mundo natural. Durkheim sostiene que los conceptos y las conclusiones dela ciencia logran una aceptaci6n cada vez mayor porque son verdaderos y no simple-mente, como era el casu de las creencias religiosas al principio, debido a que erancolectivos (1915, p. 437).

Asf pues, Durkheim cree posible un analisis sociologico de la ciencia, pero de unaforma mas Iimitada que en el casu de otras areas de esfuerzo intelectual. En principio,podemos mostrar como ciertos desarrollos sociales han conducido al surgimienro de laciencia, podemos invcstigar si la comunidad cicntffica tiene unos rasgos distintivos quepermitan la institucionalizaci6n del metoda cicntffico y la virtual climinacion de sesgos,prejuicios y distorsiones intelectuales, y podemos observar como reciben los otrosseciores de las sociedades altamentc diferenciadas las perspectivas minoritarins de losespecialistas cientfficos, Pod em os hacer todo csto y quiza mas. Pero no podernosofrecer una explicaci6n sociol6gica del conocirniento cientifico porque, en la medidaen que es autcntica;nente cientffico, es indcpendiente de su contexte social. Las cienciasgenuinas, como la astronorrua, la ffsica y la biologia sc basan en hechos observablesdel mundo ffsico . Las conclusiones de estas ciencias se derivan de 10<;hechos, en vezde imponerse sobre cllos. La cicncia representa los fen6mcnos no en tcrrninos de ideascultural mente contingentes, "sino en terminos de sus propiedades inherentes'' (1938, p.35).

Durkheim emprendi6 su analisis d~ los orfgenes sociales del conocimiento y lacreencia como un ejercicio explfcito en sociologla del conocimiento. Como resultado,su veredicto con respecto a la ciencia es relativamentc clare, En contraste, I:.:visi6n deMarx de la ciencia como fen6meno social surge de forma fragmemaria a 10 largo desu examen general de la conciencia, la ideologfa y los modos de produccion. Asf pues,sus conclusiones sobre la ciencia son menos claras y han existido interpretaciones untanto diferentes sobre el grade en que consider6 los factores socialcs determimban elcontenido de 1:1 ciencia. En consecuencia, sera precise considerar brcvernente dosenfoqi. ~s diferentes, que afirman ambos ser fO~las de analisis marxista. (Existennurnerosos escriios irnportanres sobre Ia ciencia en la tradici6n marxista pero tengopoco espacio aquf pura evaminarlos: por cjemplo, Marcusc, 1902; l Iabermas, 1972).Empeceu.os con aquellas caracteristicas relevantes del trabajo de Marx ochre las queexiste poco desacuerdo,

La historia de la humanidad ocurre en e1 espacio natural suministrado per elrnundo objetivo, em espacio que las accioncs humanas transforman continuamente. A!:JCLUarsobre el mundo natural, el hombre produce los ruedios de su propia existencia,Las relaciones rcpctitivas entre la genie que surgcn de esta actividad productiva,

economica, son fundarnentales en tcda sociedad y consutuyen la principal influeuciasobre sus estructuras generales y sus producciones mentales. En el curso de su actua-ci6n sobre el mundo natural el hombre genera conocimiento acerca de ese mundo. Eseconocimiento se formula en respuesta a los intereses y preocupaciones econ6micas delos diversos 'grupos sociales; se halla constreilido par los supuestos ideol6gicos habitua-les dentro de modos de producci6n particulares; se usa para manipular fen6menosnaturales y para apoyar 0, en ciertas circunstancias, transformar las relaciones socialesexistentes.

EI crecirniento y elaboraci6n del conocimiento cientffico sobre el mundo naturalrecibi6 un gran impulse con el surgimiento de la sociedad capitalista. Las tareas econ6-micas encaradas par la burguesfa en los siglos XVII y XVIII atrajeron la atenci6n sobreciertas cuestiones tecnologicas que estimularon un enfoque crecienternente practice delas cuestiones de fi1030ff:J natural entre los representantes intelectuales de esa clase. Conel tiempo, la nueva filosoffa natural comenz6 a generar conocimiento cientffico efectivoen la practica, que la c1ase capitalista utilize como un medio dirccto de produccioneconomica. Como el conocimiento cientffico mejor6 la producci6n, se hicieron disponi-bles mas recursos para el apoyo a la investigaci6n cientffica. En consecuencia, duranteel siglo XIX y basta nuestros dfas, la ciencia ha estado fntimamente ligada a la econo-mfa capitalism y Ius continuas innovaciones tecnologicas que el capitalismo parecerequcrir.

La burguesfa ... ha crcado fuerzas mas masivas y colosales que todas las generacio-nes precedeutes juntas. EI sometimiento aI Hombre de las fuerzas de la Naturaleza,la maquinaria, la aplicaci6n de la qufmica a la industria y la agricultura, la navega-cion a vapor, 10s telcgrafos electricos ... i,Que otro siglo siquiera presintio que talesfuerzas productivas descansaran en el seno de la fuerza de trabaju? (Marx yEngels, 1965, p. 47)As! pues, el capitalismo necesita y promueve "el maximo desarrollo de las ciencias

naturales". (Marx, 1973, p. 409)Tnicialmente, la ciencia natural, como el capitalismo mismo, era una fuerza

liberadora; liberaba a los hombres de las supersticiones y confusiones ideologicas delpensamiento religioso. Pero en el momenta oportuno la ciencia devino necesariamenteen un recurso explotador al servicio de la burguesfa. En particular, en el ambito de laproduccion industrial, la ciencia contribuy6 significativamente a ia "deshumanizaciondel hombre" (Marx, 1974, p. 97). EI conocimiento cientffico, objetivo, se uso cada vezmas para crear tecnologfas econ6micas y administrativas qu:! restringieron estrictamentelas accioues e iniciativas accesibles a sus "operarios''.

A. la unidad de pensamiento y acci6n, concepcion y ejecuci6n, mana y mente, queel capitalismo ameuazo desde sus inicios, la ataca ahora una disolucion sistematica queemplea todos los recurs as de la ciencia 'J las diversas discipiinas de dircccion basadasen ella. EI factor subjetivo de: oroceso de traoajo es desplazado a un lugar entre susfactures oojetivcc incnirnados A 10:; materiales e instrumeutos de produccicn se lesaiiade la 'fuerza de trabajo", otro "factor de produccion" ... Este es el ideal hacia el cualla direccion ... usa y modela cada innovaci6u productive proporcionaoa por la ciencia.(Braverman, 1974, pp. 111-2)

EI tema central del analisis marxista de ia ciencia es, entonces, que considera aesta ultima CO[110 UP3 creaci6n social y que subraya que sus consecuencias, sus usos yla direccion en la que se desarrolla solo pueden entenderse en relacion al contextosocial global. Tiene alguna similitud con Durkheirn; la ciencia se ve desde una perspec-

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LA v1Sl6N SOClOWGICA DE LA ClENClA17

tiva evolucionista, como plies, a en marcha por 105 cambios en It' estructura social vminando la efectividad de las creencias religiosas que ayudaron a rnanteuer fonnassociales pre-capiralistas. Pero Marx va mas alia que Durkhcim, aunque en modo alguno10 suficienre.jiacia eJ analisis de la production de In ciencia en las sociedadcs cornple-jas y diferenciadas. Marx puede hacerlo porque evita la confianza de Durkheim en unanoci6n inherenternente ambigua de simple "correspondencia" entre conceptos y pensa-miento, de un lado, y los rasgos generales de la estructura social, de otro lado. Ademas,Marx ofrece una explicaci6n dinamica del proceso social que puede usarse para dcsci i-bir algunos lazos entre la ciencia y la sociedad. En particular, subraya que las socieda-des estan compuestas nor agrupaciones relativamente distintas, cuyos rniembros tienenintereses opuestos al igual que una capacidad desiguaJ para controlar las accioncs deotros. En consecuencia, la direcci6n adoptada por la ciencia modema, su elevada tasade crecimiento y su modo de aplicaci6n en la industria y el gobierno pueden cons ide-rarse como ampliamente determinados por los objetivos tecnol6gicos de un grupodominante particular, esto es, la burguesia. La burguesia ha sido el unico grupo de lasociedad capitalista capaz de dedicar 3U producto econ6mico excedente para generarnuevo conocimiento cienufico directamente relevante para sus propios objetivos.

Pero, lQue hay de la forma y contenido del conccimiento cientffico? En elsiguiente pasaje, Marx parece estar cerca de argumentar que las leyes mismas de laciencia natural son s610 Lilla invcncion para ellogro de objetivos socialmente coruingcn-tes. Bajo el capitalismo, afirrna:

... la naturaleza deviene simplemente Wl objeto para la humanidad, sirnplementeW1a cuestion de utilidad; deja de reconocerse como WI poder en sf mismo; y e/descubrimiento teorico de leyes autonomas surge meramente como un ardid paraasi sojuzgarla alas necesidades hurnanas, sea como objeto de consume 0 comomedio de producci6n. (1973, p, 410, enfasis ariadido)Esta lectura de Marx ha sido desarrollada con mayor plenitud dentro de la tradi-

ci6n marxista sovietica, Par ejemplo, en un articulo ya famoso, Boris Hessen (1931)inienta interpretar los Principia de Newton dentro de W1marco marxista. Prescnta datospara mostrar, ante todo, que existi6 una estrecha idemidad entre los problemas tecnicoscemrales a los que hicieron frente los empresarios de la economia capitalista emergentedurante el nerfodo de Newton y los principales problemas cicntfficos formulados porlos fil6sofos naturales en ese tiempo (vease tambien Merton, 1938). Tambien intentamostrar que estos mismos problemas tecnicos constituyeron el rnicleo del influyentetrabajo de Newton. En consecuencia. el trabajo de Newton puede considerarse en partecomo una respuesta indirecta de 10s intelectuales de Ia clase burguesa alas diiiculradessurgidas en el curse de la produccion econornica. Sin embargo, el contenido de losPrincipia de Newton no puede explicarse de forma tan simple. Aunque el factoreconornico es iundan.ental en la concepcion materialista de la historia, para Hessen esono implica que sea la unicc iafluencia determinante sabre cualquier CO,ljW1lOparticularde i<ien~ En consonancia con ello, intent- co.npletar su analisis la cbra de Newtonrnostrando como este us6 selectivamente los recursos cultu .•ales disponibles para losmiernoros de su clase, por ejemplo, en forma de creencias polfticas, jurfdicas, filosofi-cas y religivsas, y mostrando c6mo estos elementos ideologicos influyeron y limitaroneI pensamiento de Newton.

Aunque Hesser. insiste con fuerza en que la ciencia 110 es "la aceptaci6n pasivay conternplativa de la realidad, sino ... un medic para llevar a efccto su reconstrucci6nactiva", consigue reconciliar esta vision con su fidelidad a la noci6n marxista-leninista

de que "el conocimicnto cienufico genuine de las .eyes (S!i ;r~..:-es(,hist6rico conducencon ferrea e irrefutable necesidad' a ciertas cooclusiooes ;'-'·;.i:icas \Hessen, 1931, p.211). La posici6n de Hessen no deja de ser ambigua 0 ire.:::,--:L Sin embargo, no interneprofundizar en el exarnen del ensayo de Hessen, ni ,'2.'::".4 5US meritos y defcctos.Simplemente, me sirve para ilustrar que Marx puede inte:;Te~~ en un scntido fuerte,esto es, implicando que el contenido del conocirniemc cienufico estabiecido debetratarse en gran medida como resultado de procesos sociaxs especificables. En conjun-to, sin embargo, la sociologia academica no ha adoptado esta lectura Je Marx. Merton,por ejemplo, tras senalar que el analisis marxista permite :1. diferentes esferas de produc-ci6n mental varios grados de independencia de su base ecoaomica. decide que Marxy Engels consideran que la ciencia posee el mayor grado C<! independencia de todos losambitos de pensamiento. EI siguiente pasaje se cita como evidcncia crucial de estainterpretaci6n:

Con el cambio de la base econ6mica, toda la inmensa ·supereslrUctura se transfor-ma mas 0 menos rapidamente. Al considerar esas rransforrnaciones, deberiahacerse siempre la distinci6n entre la transformacion material de las condicionesecon6micas de producci6n, que pueden deternunarse con la precision de laciencia natural, y las tormas legales, polfticas, religiosas, esteticas 0 filos6ficas -esto es, ideoI6gicas-, por las que los hombres llegan a ser conscicntes de esteconflicto y luchan hasta eJ fin. (Marx, 1904. p. 12. suorayado afiadido por Merton)Pero este pasaje no se considera aislac!o. Melton 10 interpreta a la luz de 10 que

considera como la tendencia general de la visi6n que Marx tiene de la ciencia .. , ... Unalinea de desarrollo del marxismo, dcsde la "Ideologia alernana" a 105 uuunos escritosde Engels, consistfa en la progresiva definici6n (y delimitaci6n) de la medida en quelas relaciones de producci6n condicionan de hecho e! conocimiento y las formas depensamiento" (Merton, 1973, p. 14). La lectura final de Merton,. por tanto, es queaunque el foco de atenci6n de la ciencia natural puede ser determmado socialmente,esto no es cierto de su aparato conceptual ni de sus conclusiones sustanuvas. C(CC queMarx y Engels otorgan a la ciencia W1status bastante distinto que a la ideologia.

Podria objetarse que es improbable que Merton sea W1buen interprcte de Marx,dado que su marco teorico de referencia, el del aruilisis funcional, es muy ~iferente. S~aesto verdad 0 no, la interpretacion que Merton hace de Marx, que es tambien su proplaconcepcion, es importante por el s610 hecho de que el trabajo de Merton ha ejercidouna enorrne influencia en el analisis sociol6gico de la ciencia. Adernas, vale la pen"apuntar que numerosos autores ferrearnente comprometidos con el analisis marxi.sta o.ela ciencia han alcanzado conclusiones similares. Para ilustrarlo, peIiuftaserne discutircor, brevedad un reciente ensayo de Rose y Rose. Es verdad que cstos 'autores concedenmas atencicn que Merton a la idea marxista de que la ciencia genera su propi.:l ideolo-gfa, Subrayan que el "cientifismo" 0 "por-tivismo'' ha l\egado a ser tan d~:n~ante enlas sociedades industriales contemporaneas que a toda pretension de conoc.rmento quecaiga fuera de su ambito se la cousidera gcneralmente como necesarian.eote vacia, Es-criben que:

... la ciencia deviene ideologia y les cienuficos. ideologos. i.1 ~6mo es esto? Comoel mundo material controla los limites de la interpretacion delos cicntificos en supropio trabajo, la respuesta esta, como Marx y Engels vieron, fuerc del estrictoarea de invesrigacion. donde los cienuficos. l.berados de esas constricciones,hablan (tfpic::rnente en nombre de la ciencia) pura ideologfa. En nombre de laciencia, invocando la neutralidad, la tecnica y su calidad de expertos, los cientifi-cos apoyan a los estratos gobernantes ... (1976, pp. 8-9).

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LA VISI6N SOCIOWGICA 1>£ LA C1ENCIA 19

Los autores distinguen en este pasaje cr.tre ias deruandas cc conocimie.ito tecnicoque un cicnufico haee dentro de su propia red de invcstigacion Y las afirmacioncs quehace en otros contextos sociales. Insimian que, normalrnente, alas primeras las controlala naturaleza del mundo fisico. Dcbe adrnitirse, por supuesto, que a veces .Ios cientificossufriran presiones sociales para que propongan asereiones cognitivas injustiticadas..Peromientras los criterios tecnicos de adecuaci6n aplicados por la comunidad investigadorano se vean afectados por la interferencia exterior, habra otros especialistas que juzgueninadecuadas estas pretensiones socialmente gener udas y la, rechacen. Asf pues, laspretensiones de conocimiento que lleguen a ser aceptadas como validas en un area deinvestigaci6n especffica pueden considerarse como no-ideoI6gicas. Ofrecen una descrip-cion precisa de ciertas caractcrfsticas del mundo ffsico y, en consecucncia, su contenidoes independiente de las relaciones sociales y de los intereses ercados de los participan-tes. Pero la situaci6n es bastante diferente en otros coruextos socialcs. Los no-cientffi-cos, y los especialistas en otras areas, raramente poseen la cornpetencia tecnica precisapara evaluar la adecuaci6n de una afirmacion particular de un cienufico. Por tanto,podra usar su conocimiento especializado para facilitar una aparente racionalidadtecnica alas pohticas que expresan sus propios intercses 0 los intereses de otros gruposen cuyo beneficia actue.

Las afirmaciones de los cienuficos en un contexto social mas amplio. en surna,seran a menudo ideol6gicas; pero 10 disimulara su contenido tecnico y la capacidad delos cientfficos parrr invocar que los "hechos objetivos del mundo natural" llevan irreme-diablcmente a ciertas conclusiones econornicas, politicas y sociales, Este es el tipo deanalisis que genera la aproximaci6n marxista de los Rose. Su enfasis es clara.mentediferente de los de Merton y Durkheim, y llama nuestra atenci6n sobre cuestionesimportantes que este ultimo ignora en gran medida. (Volvere sobre algunas de estascuestiones en el capitulo final). No obstante la lectura de Marx que hacen 105 Roseparece coincidir con la de Merton en UII punto crucial. Para iodos ell os, el analisismarxista reconoce que las asevcraciones cognitivas de los cicmfficos dentro de suestricta area de investigaci6n no son ideol6gicas.

As! pues, pese a 511S importantes diferencias annlnicas, 10s autores que hem osexaminado hasta aqui, con I;: posible excepcion de Hessen, estan de acuerdo al menosen los siguientes puntos: primero, que la ciencia florece en macro-sociedades industria-les (capitalistas), y que dentro de esas sociedades los cientfficos crean distinras comu-nidades que regulan la producci6n del conocimiento certificado; segundo, aunque la tasade crecimicruo, el foco de atenci6n y el usa que se da nl conocimiento cienufico estanen gran medida determinados socialmente, su contenido cs independiente de las influen-cias sociales: y, terc-ro, que es provable que las comunidades de investigacion cienufi-ca tengan caractensticas sociales especiales que reducen el irnpacto de factores distor-sionantes tales como sesg"S, prejuicios ~ irracionalidades ell e! trabajo tecnico de 5US

miembros, y que, por tanto, son esenciales para permitir a los cienlfficos generarconccimien;o objetivo. Inc!uso pcdrfamos afiadir Hesser: :! cs:e grupo si ad.nitieserncssu disuncion entre la situac ion en ;a socieuad capitalista y I" que caracteriza alassociedades socialistas, pues, como hernos senalado antes, Hessen mantiene ia nocionde que dentro del marco marxista-leninista se dispone de leyes de w naturaleza inevita-bles. Su principal tesis, por tanto, d=be intcrpretarse como una afirmaci6n de que laciencia de Newton era parcialmente pseudo-ciencia, distoisionada por las relacionessociales del capitalisrno, y destinada a ser reemplazada poi las Ionnulaciones deter

minadas y rcalmente cicntfficar que surgir.an deruro de la sociedad socialista (veasc1931, pp. 211-12).

En la siguiente secci6n examinare el trabajo de otros dos importantes autores dela sociologfa del conocimiento. Ello me permitira empezar a explicitar algunos de lossupuestos filos6ficos que subyaccn a la tendencia a considerar la ciencia como un ti poespecial de problema sociol6gico.

Otras versiones mas recientes: Mannheim y StarkHabitualmente se considera a Karl Mannheim como una figura central en el

desarrollo de la sociologia del conocimiento (vease Curtis y Petras, 1970). Su trabajoes complicado; su postura sabre ternas cruciales cambi6 sin duda a medida que scdesarrollaba su pensamiento, y nunca ofreci6 una clara exposici6n final de su marcodeanalisis, No intentare, por tanto, dar una descripci6n general de su interpretaci6n de1a creaci6n social del conocimiento. En vez de eso me centrare estrechamente en sutratamiento de la ciencia como lema de estudio sociol6gico.

La sociologfa de la ciencia de Mannheim incluye varias ideas tornadas directamen-te del marxisrno; por ejemplo, la creencia en la importancia de los intercscs econ6micosy los agruparnieutos de clase, y en el caractcr ideol6gico de la mayor parte del pensa-miento social. t. 10 largo de su obra, Mannheim intento ampliar la noci6n rnarxista de"base existencial" para cubrir las generaciones, las sectas y los grupos ocupacionales;tambien cornplemento el concepto de "ideologia" con un concepto asociado de "utopia";v document6 historicamente las conexi ones entre el pensamiemo y los factorcs socialespor medio de varios estudios empfricos. Pero en su obra combin6 la vena rnarxista conelementos tornados de la tradicion academica gerrnanica del pensarniento neo-kantiano(Mannheim, 1952, p. 5). Una de las principales ideas que adopt6 de esta tradicion fueque debe hacerse una distinci6n radical entre los metodos y los conceptos de lasciencias naturales, de un lado, y IDS de las ciencias sociales y el pensamiento historico,de otro lado. Esto se ha discutido ampliamcnte en relaci6n con 105 escritos de Diltheyy otros (Outhwaite, 1975). Mencionare sirnplernente, por tanto, algunos puntos subraya-dos por Mannheim. En primer lugar, los fen6menos del rnundo material y sus relacio-nes se consideran invariantes (Mannhei.n, 1936, p. 116). Mannheim se refiere reiterada-mente al mundo natural y a los conceptos adecuados para su estudio, como "etemos yestaticos", Sobre esos fenomcuos objetivos, afirrna, s610 puede obtenerse conocimiernovalido mediante la observaci6n imparcial y dcsinteresada, y la medicion exacta de datossensoriales (Mannheim, 1952, pp. 4-16; 1936, pp. 168-9). Debido a que las relacionesempfricas del mundo natural son invariables 'j universales, los criterios de verdad porlos que se juzgan las pretensiones de conocimiento son tambien permanentes y unifor-mes (1936, p. 168). Se sigue que la ciencia natural se Jesarrolla a lo Iargo de una lineaielativamente recta conforme se elirninan Ics errores y se discierne un creciente numerode verdades. En cuma, el conocimiento cientffico se desarrolla a traves de la gradualacumulacion de conclusiones pernnnentemeute validas acerca de un rnundo fisiccestable.

Sin embargo, los metod os de observacion imparciales y los concepios esraticos nopermiten investigar adecuadamente los productos culturales, pues una correcta catego-rizacion y comprcnsion de 18s fencrnenos culturales cxige la interpretacion dei signifi-cado conferido por 105 actores; y los significados no pucden simplemente observarsecomo objet.os del mundo exterior. Cada periodo historico y cada grupo social tiene SUS

valores y significados privativos. Cada analista parte de su marco de significados

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LA V1S16N SOCIOulGICA DE LA CIENCIA 21

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cultur almente espccffico. Por tanto, ningiin producto de I~, cultura hurnana puedeanalizarse adecuadamente desde una perspectiva aternporal. La interpretacion de Ios

significados es esencialmente dinamica: los representantes de cada sucesivo perfodohistorico deben cmprenderla de nuevo una y otra vez y enfrentarse con los rasgosiinicos de cada epoca cultural (Mannheirn, 1952, p. 61). Adernas, no puede haber algoasf como una observacion imparcial y uniforme de los productos culturales. Al contra-rio, su significado debe adquirirse mediante la participacion y el comprensi6n intuitiva(Mannheim, 1936, p. 170).

De aeuerdo con esta caracterizaei6n, que segrega las cieneias y las disciplinasculturales, Mannhcim trata continuamente alas ciencias ffsicas avanzadas como un casoespecial desde la perspectiva de Ia sociologfa del conocimiento.

~Tienen los factorcs existeneiales un significado merrunente periferico en elproceso social... 0 penetran en la "perspectiva" de las aserciones particularesconcretas? ... La genesis hist6rica y social de una idea solo seria irrelevante parasu validez ultima si las condiciones sociales y temporales de su surgimiento noafectasen a su forma ni a su contenido. Si este fuera el caso, dos period os cuales-quiera de la historia hwnana solo se distinguirian uno de otro por el heeho de queen el primer periodo ciertas cosas cran aun desconocidas y que todavfa existianciertos errores que, mediante el posterior conocimicmo, fueron completamentecorrcgidos. Esta rclacion simple ... podria ser apropiada en buena mcdida para lasciencias exactas; ... (1936, p. 271).A la luz de varias ascrciones de este tipo y en vista de la importancia que tiene

en el pensamiento global de Mannheim la distinci6n entre la ciencia natural y el pen-samiento socio-historico, virtual mente todos sus interpretes Ie han considerado plena-mente consistente y unfvoco al tratar el couocimiento cienufico como algo mas alia delambito de analisis socioJ6gico (Mannheim, 1952, p. 29; Menon, 1973, p. 21; Bloor,1976, p. 8). Sin embargo, si leemos a Mannheim con un cuidado especial, observare-!JIOS que, al menos en unas pocas ocasiones, parece vaciJar en este punto. Por ejemplo,la cita anterior continua con la siguiente salvedad: "aunque es verdacf que hoy dia lanocion de la estabilidad de la estructura categorial de las ciencias exactas esta, encornparacion con la 16gica de la ffsica clasica, considerablemente debilitada". (1936, p.271). Farece que Mannheim cuestiona en esre pasaje su propia caracterizacion delconocimiento cicntifico como etemo e inmutabJe. Su incertidwnbre en este punto llegaa ser mas notoria cuando irata cuestiones episternologicas y finalmente ofrece unaresoluci6n al problema en terminos epistemologicos.

EI problema epistemologico oasico encarado por Mannheirn, como por Durkheim,es ::1de la relatividad. La sociologta del conocimiento considera que todc "pcnsarnieruosocial", todo pcnsamiento fuera de las ciencias cxactas, es relativo a una posicion socialpanicular, esta comprometido con una perspectiva particular o se formula de acuerdocon ciertos intereses sociales. Asi pues, parece que en est" esfera no existen criteriosgenerales para juzgar la validez de una afirmacion especifica. Pero la sociologf a delconocirniento es sin duoa parte de este dominie intelectual. Parece s=guirse. oor tanto,que no. hay .nodo de. valorar la validez de sus propias afirmnciones -incluyendo laafirmacion central de que todo conocimiento social esta existencialmente determinado-.Mannheim, desde lucgo, desea rechazar esta conclusion e intenra mostrar que lasafirmaciones de las ciencias culturales, aunque de diferente clase que las de las cienciasexactas, aun asi pueden facilitar 'conccimiento verdadero. Al intentar establecer estepunto, Mannhein casi lJeg6 a revisar sus supuestos epistemol6gicos sobre las cienciasnaturales, pero no 10 hizo.

Mannheim no abandona de' todo la cicncia como un tenia de invcstigacicn socio-16gica )' en unas pocas paginas de "Idcologfa y Utopia" iruerprcta el auge de la cienciaen consonancia general con las linens marxistas (1936, pp. 165-9). Argumenta que lametodologia adoptada por las ciencias avanzadas era un sub-producto de la "Weltans-chauung" de la burguesfa ascendente: La vision dcl.mundo de esta clase, que describecomo "cosmopolitanismo democraticc", niega el valor del conocimiento personal y cua-litativo. Solo se permitia permanecer como conocimiento genuino a las formulacionesuniversalmente validas y necesarias.

Del mismo modo, se puso en entredicho todo tipo de conocimiento que s610pudieran adquirir ciertos grupos sociales especificos. S610 se buscaba aquella clase deconocimiento que estaba libre de todas las influencias de la "Weltanschauung" delsujeto. De 10 que no se percaiaban era de que el mundo mismo de 10 puramentecuantificable y analizable s610 era descubrible sobre la base de una "Weltanschauung"determinada, Asfrnismo, no se percataban de que una "Weltanschauung" no es necesa-riamente una fuente de error, sino que a menudo da acceso a esferas de conocimientoque de otra manera estarian cerradas. (1936, p. 168)

Cuando la burguesia logro una posici6n de preeminencia social y politica elconocimiento cienufico y su epistemologfa asociada invadieron y dominaron la vidaintelectual. En consecuencia, Mannheim mantiene que virtualmerue se ha lIegado a quetoda propuesta de conocimiento se evahie segun 18 epistemologta particular derivadade la forma dorninante de conocimieruo cienufico.

La particularidad de la teoria del conocimieruo que hoy domina puede demostrarseahora claramente por el heche de que las ciencias naturales han sido elegidascomo el ideal al que debe aspirar todo conocimiento. Es solo porque la ciencianatural se puede separar casi completamente de la perspectiva historico-social delinvestigador, en especial en sus fases cuantificables, que el ideal del conocimiemoverdadero se construyo de tal modo que todos los intcntos de alcanzar lUI tipo deconocimiento dirigidcs a la comprehension de la cualiJaci se consideran comometodos de valor inferior. (1936, pp. 290-1)En respuesta a esta situaci6n, Mannheirn intents formular una epistemologia

altemativa que sea apropiada para el conocimiento cualitativc y ex.istencialmentedetenninado y que este de acuerdo con las conclusiones de su propia version de lasociologia del conocimiento. '

Para Mannheim, la sociologia del conocimiento ha mostrado que la "epistemologiapositivista" de la sociedad burguesa es parcial y resulta de una "Weltanschauung"particular y limitada, Esta epistemologia es inadecuada, por tanto, en el sentido de queno sabe reconocer sus propias limitaciones y su dependencia de supuestos historicamen-te especfficos, Eu consecuencia, su aplicacion futura dcbe confinarse al ambito especialdel conocimiento sobre P~ mundo fisico, el unico dondc es apropiado, y de be comple-mentarse con una episternologfa mas amplia que reconozca el caracter parcial de todaperspective! humana. Hoy podernos (Mannheim cscrib.a en ros anos 30), de lID mcdoque era irnposible antes dc: iiuvcll:,lIk'iiO Ul:O 1" sociologfa de! conocimiento, tratar elconocimiento simacionalmerue exento como un caso marginal y especial del situacio-nalmente condicionado. Desde esta posicion epistemologica, 3(; asun ie "la estructurainherenternente relacional del conocimiento humane (en la misma medida eTI que seadmite sin dudas la naturaleza esencialmente perspectivista de los objetcs percibidosvisualmente) ... no pretende afirmar que los objetos no existen 0 que es irnitil y futi.!

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ccnfiar en la observaci6n s.no mas bien flue las respuestas que obteuemos alas pregun-tas que hacemos aI objeto de estudio estan, en ciertos casos, en la naturaleza dc lascosas, y s610 son posiblcs dentro de los lfrnites de la perspectiva del observador" (1936,p. 3(0). Esto no significa que abandoneruos la noci6n de "objeiividad" 0 la posibilidadde establecer "hechos", Mas bien significa que nuestra concepci6n de la objetividaddebe cambiar.

No hace falta negar que la gente puede alcanzar a menudo 10 que creen conclusio-nes "objetivas" sobre fen6menos particulares, esto es, conclusiones que son verificablesmediante la aplicaci6n de procedimientos establecidos. No obstante, epistemol6gicamen-te, estas conclusiones objetivas deben considerarse incompletas, producto de una pers-pectiva especffica y abiertas a revisi6n en nuevas situaciones sociales donde l\eguen aregir otras perspectivas. En el caso de observadores diferentes que trabajan dentro deun marco de referencia comun, la objetividad debe concebirse como la aplicaci6n decriterios consensuados de adecuaci6n a pretensiones de conocimiento concretas (1936,pp. 300-1). Cuando los participantes tienen diferentes perspectivas, sin embargo, laobjetividad s610 puede lograrse de "un modo mas indirecto". Mannheim sigue tratandoa la objetividad como indistinguible del consenso intelectual, pero arguye que esteultimo s610 sera posible en tanto en cuanto los resultados de cada perspcctiva setraduzcan reciprocamente y reconciliados, normaln.ente a un nivel '11;1Sgeneral. Estanoci6n de marcos de referencia divergcntes cs central para su nueva cpistcmologta.(Mannheim escribi6 dos versiones alternativas de su teorfa del conocimiemo, peroainbas versiones depend en de este principio para resolver las diferencias entre perspecti-vas especfficas dentro de una formulacion mas comprehensiva). Cuando haya deelegirse entre perspectivas, se otorgnra preeminencia a "la que evidencie la mayorcomprehensi6n y la mayor fertilidad en e! emplco de materiales ernpfricos'' (1936, p.301). Asf pues, la vieja y estatica concepci6n episternologica de que las aseveracionescorresponden alas realidades de un mundo directamente observable se ha abandunadopara ta mayorfa de los arnbitos de pcnsamicnto -y quiza para el pensamiento en sutotalidad-,

Habremos de reconocer a la determinacion situacional como un factor inherentedel conocimicnto, tanto como la teona del relacionismo y la teona de la base earn-biante del pensarniento ... debemos rechazar la noci6n de que existe una "esfera deverdad en s; misma" como una hip6tesis distorsionadora e injustificable. Esinstructive senalar que /as ciencias naturates parecen estar, en algunos aspectos,en una situacion estrechameute andloga ... (1936, p. 305, enfasis anadido).Esta ultima oraci6n nos retrotrae al "caso marginal y especial" de la ciencia. En

el texto de Mannheim la sigue una sola pagina que discute ciertos desarrollos de laffsica moderna que entonccs eran bastante recientes. EI proposito de ia discusion erarnostrar que las certidurn Lres establecidas de la ffsic~ clasica parecfan entonces estardando paso a un marco de ideas mucho mas "relativista", Mannheim senala que en lamecanica c'.l;\;;tica nab.a llegado a considerarse como imposibre conceuir rnedidasindependienics de las aCCi0f1CS~' las tecnicas incluidas en b. medida. Scnala que lasrelaciones ernpiricas a nivel sub-at6mico se consideraban inhcrcntcmcnte indetermina-das y que las r ociones tradicionales sobre pal tfculas con una localizacion especifica yuna trayectoria dinamica definida j averiguable habfan sido abandonauas. Y, claro,menciona la teona de la relatividad de Einstein y c6mo introdujo la posicion delobservador en las propias ecuaciones de la ffsica (15;36, pp. 305-6).

.Mmmheim piensa que esta tendencia de pensamiento en ia ciencia natural, en su

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LA VlSI6N SOOOWGICA DE LA OENCIA 23

"relacionismo tacite". es sorprenoentementc similar a la suya. En este punto de la discu-si6n parcce posible que Mannheim llcgue a rechazar su previa descripci6n neo-kantianadel conocimiento cienufico como fonnado por verdades universales y estaticas; queafirmase que el conocimiento del mundo ffsico, como cl del mundo social, depende dela c1ase de prcguruas que plantcamos, de los prop6sitos del conocedor y de sus perspec-tivas socialmentc derivadas. No habrfa inconsistencia episternologica alguna en queMannheim adoptase esta posici6n pues su cpistemologfa relacional suministra la "obje-tividad" de las aserciones cognitivas enraizadas socialmentc; y no es n.enos convincentedecir que el compromiso activo a una perspectiva parcial revelara verdades acerca delmundo ffsico que hacer la misma afinnaci6n COIl respecto al mundo social. Mas aun,esa lfnea de razonamiento habna permitido a Mannheim cvitar tratnr a un importantearea de conocimiento como una excepcion parcial a sus principios episternologicosgenerales, y lc habria permitido emprender un analisis sociol6gico de csas recientes yenigmaticas transfonnacioncs en la ffsica moderna.

Sin embargo, pese a estas potenciales ventajas, Mannheim retrocede ante laconclusion de que, de algun modo, el conocimiento cicnufico es socialmente contingen-te. No da el paso decisivo de decir que su epistemologja alternativa abarca las cienciasffsicas tanto como las disciplinas historicas. Ticne buen cuidado de afinnar que 105 dosambitos s610 SOIlandlogos. Sus episternologfas apropiadas SOIlparalelas pero distintas,El mejor modo de considcrar el relacionismo de la ciencia ffsica cs como un casoespecial del principio general del relacionismo. Lo que parece querer decir COIl esto esque, rnientras el conocimiento disponible al observador en la esfera socio-hist6rica serelaciona nccesariamente con su posicion social, el bagaje cultural, los intereses degrupo. etc., el conocimicnto accesible al observador. del mundo ffsico s610 esta constre-nido necesariamente por su posici6n en el tiernpo y en el cspacio. Asl, Mannheima1canza una posici6n final desde la que ambos iipos de conocimiento se considerancomo inherentcmente limitados y revisables: pero mantiene la distincion entre las dosesferas aI afinnar que las limitaciones 0 constrenimicntos esenciales a cada dominiointelectual son de caracter bastante diferente.

En suma, podemos decir que Mannheim Ita hecho tres cosas en StJ discusi6n dela epistemologfa. Ha intentado restringir el ambito de la "epistemologia positivista" ala esfera de la cieneia natural. Ha intentado delinear una epistemologfa relacionalaltcrnati va para el pensarniento socio-historico, dcterminado existencialmentc, Y haabierto la posibilidad de que la antigua epistemologta ni siquiera sea enteramenteadecuada para las ciencias ffsicas avanzadas. Pero ha resuelto sus dudas sobre el statuseel couocirniento cienuficc sin cuesuoaar seriamente la episiemologfa ortodcxa y, enconsecuencia, sin abrir la puerta a una sociologia de la ciencia madura. VIla posibleraz6n por la que Mannheim no continu6 en esta direccion pudo se. que su vision deldesarrollo cientifico dependia completamente del trabajo de los historiadores de laciencia, por !o que debi6 esperar a que surgieran estudios adecuados en ia nistoria delas idees, y estes cstudios no llegaron hasta despues de su muerte. Perl), ademas, existeel hecho de que Mannheim fonnul6 la mayor parte de su pensanucnto en terminos dela distincion epistemologica entre el conocimiento cient.fico y cl socio-historico, Parahabcr intentado una revision seria de la episternologfa asociada CO!] la ciencia naturalhabrfa sido necesaria una revision general de su propio corpus suciol6gico.

He afirrnado, pues, que algunos pasajes de la obra de Mannheim contienen elgermen de una nueva vision filos6fica de Ia ciencia, mas favorable que la visi6nestandar a la posibilidad de U:1a aproximacion sociologica al conocimiento cientifico.

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Pero, (lor 10 cormin, estos pasajes han sido olvidados ° han sido iruerpretados de formaque resulten plenamente consistentes con la idea expresada con mayor frecuencia porMannheim de que la ciencia constituye un caso epistemol6gico, y por tanto sociologico,especial. Dcsde Mannheim, esa perspectiva se ha consolidado firmernente en la sociolo-gfa del conocimiento. Los cscritos de Werner Stark, publicados aproxirnadamcnte veinteanos despues de que apareciera "Jdeologfa y Utopia", 10 ejemplifican bien. En ladescripci6n de Stark de la sociologfa del conocimiento, ya no se cuestiona el status delconocimiento cientffico. Las reservas episternologicas de Mannneim han side olvidadasy argumentos que estaban en buena medida implfcitos en Mannheim, Stark los adcrezaclara y cxplfcitarnente para excluir a la ciencia de la consideraci6n sociol6gica.

Stark ernpieza por afirmar el que considera como supuesto necesario sobre elmundo ffsico, esto es, que posee una permanencia fundamental. Existe algo inhcrenteal mundo natural, sugiere, un determinado estado de cosas que los cienuficos puedcnubservar y rcpresentar con exactitud y completitud cada vez mayores. Es porque losffsicos pueden alcanzar una correspondencia permanente entre una naturaleza invariantey sus propias formulaciones que; son capaces de establecer el grado de consensointelectual que lcs distingue. EI consenso cientffico es un producto de la objetividad delconocimiento cientffico. Esta situaci6n, sin embargo, no se aplica a todo 10 que sedenomina ciencia. Como Mannheim, Stark crce que existe una diferencia fundamentalentre quicncs se intcrcsan par el mundo ffsico y quicnes 10 hacen por la sociedad. "Loshechos de la socredad son hechos, e incluso re-hechos, por nosotros, mientras que loshcchos de la naturaleza no 10 son. Son datos en un sentido mucho mas estricto deltermino" (Stark, 1958, p. 165).

La segunda noci6n clave en el analisis de Stark parece al principio algo inconsis-tente con la anterior, pues, tras mantener que hay una correspondencia directa y a-problematica entre el autentico conocimiento cientffico y 105 estables fen6menosnaturales, anade que otra raz6n por la que el conocimiento del mundo ffsico es cwnula-tivo y fiable C3 que ese conocimiento se formula siempre desde una perspectiva organi-zada en terminos de eficiencia tecnica .

... mientras que el hombre ha cambiado mas de W1a vez su 6ptica para la conside-raci6n de los hechos sociales, de modo que estos hechos aparccen ante el bajoaspectos siempre nuevos, y a menudo sorprendemes, siempre ha mantenido lamisma 6ptica para examinar los hechos de la r.aturaleza ... de modo que estoshechos siernprc Ie han oirecido la misma cara. Simplemente ha aprendido a mirarde mas cerca ... Quieralo 0 no, cn toda circunstancia, deoe perseguir, jW1tO a otros,105 valores econcmicos y tecnologicos, 105 valores de la ciencia. (1958, p. 166)La dependencia del ccnocirniento cientffico de W1a perspectiva particular sobrc,

o W1a actitud hacia, el mundo natural parece a prirnera vista debilitar la creencia en lacertidumbre y el caracter definitivo de est conocimiento. EI conocirniento cienuficoparece haoer llegado a ser socialrnente contingente, en alguna medica. Pero ~wrkresu-lve cste problema al postular que ::1 valor central que gu.a 105 intenros del hombrepor en lender el rnundo natural ha sido necesariamente siempre el rnismo. Los hombresno solo han querido siempre entender la naturalez» para poder controlar los procesosnaturales sino que, desde la optica de Stark, no tienen otra altemativa, Por tanto, elcontcnido factual de Ia ciencia esta in as alla del ambito de indagacion sociologicaporque es universal; Es el producto de la aplicaci6n acumulativa de W1a perspectivauniforme a un mundo natural determinadu.

Esa visi6n del conocimiento cientffico tiene muchas otras implicaciones, algunas

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de las cuales han side ilustradas por Stark. Una implicacion obvia es que, como elcorpus de conocimiento que se ha construido a 10 largo del tiempo es esencia!mcnte elmismo, no pucde haber W1cambio de significado en la base factual de la ciencia. EIverdadero 'conoclmiento cientffico puede formularse s610 de un modo. EI corpus deconocimiento deviene cada vez mas comprehensivo con el paso del tiempo. pero la basefactual genuina no se revisa ni se reformula nunca. Una segunda implicaci6n es que eldescubrimiento cientifico es diferente del de otros ambitos de nctividad cultural. En laciencia, el descubrirniento consiste, no tanto en crear nuevos significados como en lafilosoffa y las artes, como en reconocer las realidades que, en algun sentido, ya existen.Por ejemplo, " ... el astr6nomo simplemente intenta captar los datos, 105 datos pre-existentes: eUos le controlan enteramente ... el cientifico deja que le influya la verdadobjetiva de la realidad, el hombre de cultura expresa los valores en 105 que cree" (1958,p. 167).

Sin duda, Stark se percata de que los datos de la ciencia pueden conceptualizarsee interpretarse a varios niveles de generalidad, y que ciertos niveles y concepcioncs s610podrfan ligarse a observaciones empfricas indirectamente. No obstante, el considera alos nivelcs mas altos de analisis como un apendice rnataftsico aI conocimiento cientfficoreal. La rnetaffsica tie la fisica, acepta, podrfa estar influida, e incluso determinada, porfactores sociales. Pero los acompanamientos rnetaffsicos pucden scpararse de la cienciapositiva. "Debido a que la eiencia siempre pregunta: que es, mientras que en lascuestiones planteadas por la metaffsica siernpre reCUITe la ultima y diferente cuesti6nde iPor que?" (1958, p. 175). Stark ofrece como ejempIo de conocimiento positivo yfactual la proposici6n de que 105 cuerpos pesados caen con aceleraci6n. Otro caso esla proposici6n, tomada de la teona darwiniana, de que "la vida es una lucha continuapor la supervivencia en la que 105 relativ:unente debilcs son progresivamente clirninadosy s610 los relativamente fuertes sobreviven" (1958, p. 170). Este es W1ejcmplo parti-cularmente interesante porquc la tesis darwiniana puede considerarse que Jeriva enultimo termino del analisis de Malthus de la dinarnica social. Stark argun.enta, sinembargo, que incluso este no es W1ejernplo donde el conocimiento cienufico genuinehaya side significativarnente moldeado oor factores sociales.

Los desarrollos sociales no detenninan el contenido de los desarroIIos cientfficos,sencillamente porque no determinan 105 hechos naturales; pero podrfan abrir losojos a los cienuficos hacia hechos naturales que, aunque pre-existentes y penna-nentes, no hayan sido descubiertos con anterioridad. Esto es 10 que sucedio cn elcaso del darwinismo ... (1958, p. 171).Cualesquiera que scan sus ongenes, en op; 0;6n de Stark la proposici6n darwiniana

es absolut::unente verdadcra. Se ha dernostrado que es W1a afirmacion que resume loshechos de la naturaleza yes, por tant», irrevisable. Los hechos de la naturaleza estanmas alla de! control humane. En consecuencia, el contenido de cualquier proposici6nque incluya tales hechos no puedc estar dete-rninado por factores social-s.

Stark J!!iJntier.e que existe "motive r:~~;:1 :~(:6j"f~"en r,~neche de que lcs principa-les movimientos en la sociologfa del ccnocinuento hayan esiado de ocucrdo en todos105 puntos esencialcs con su caracterizaci6n de la cieucia (1958, p. 16:), " ciia aautores tan diversos como Man" Lukacs, Mannheim, Alfred Weber y Merton parailustrar este consenso. La discusion anterior ha dejado claro que ha habido menoscertcza entre 105 soci61ogos del conocirniento sohre la naturaleza de la ciencia de la queStark parece suponer. No obstante, creo que esta basicameute en 10 cierto si se estimaque ha querido decir que la mayorta de los autores en este campo han operado dentro

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de Ius iunites de una rnisrna filusofh del conocimiento cicnt.fico estandai. Es en granmedida porque los sociologos del conocimiento han sido incapaces de ofrccer unaaltemativa seria a la vision epistemol6gica ortodoxa de la cicncia, que sc han vistoforzadosu una posicion desde In cual el conocimicnto cienufico y Ius actividadesintelectualcs de los cientfficos debian ser tratados con una deferencia especial (para unadiscusi6n del "inductivismo'' en la his/aria de la ciencia, vease Agassi, 1963). En laproxima secci6n, delineare brevcmcnte la "vision standard de la ciencia" que ha estadoimplfcita en la discusi6n, y en la siguiente mostrare como .e han influido los estudiosde 105 sociologos sobre el mundo social de la ciencia.

Estas proposiciones 1l1{L~absu aetas y mas especulativas ticnen un rol in.portarne en elpensamicnto cientffico explicando regularidadcs obscrvadas, coordinando leyes observa-cionales aisladas en marcos intelectuales coherenrcs y en ocasiones revelando fen6me-nos observables que previamente eran desconocidos. En ciertos casos, cl desarrollo denuevas tecnicas de observaci6n lleva a la confirmacion directa de esias especulacionesabstractas que. con el tiernpo, lIegan a ser indistinguibles de las leyes observacionalesordinarias (O'Neil, 1969). Pero no haec falta imaginar que las leyes te6ricas representenrealmente las realidades del mundo natural. No debe sorprender, por tanto, que, amenudo, los cientfficos las abandon en cuando su utilidad lIega a su fin, como ocurri6con las afirmaciones sobre el "eter".

Asf, debe distinguirse de modo fundamental entre leyes observacionales y leyeste6ricas (Nagel, 1961, cap. 5). Estas son revisables y prescindibles, aquellas no. Mien-tras las primeras tratan de hechos observables, las ultimas tratan, a menudo, conentidades inobservables. Sin embargo, la mayor parte del trabajo se orienta a verificaro comprobar las leyes teoricas, Cuando una Icy te6rica genera inferencias que no seapoyan en la observaci6n, 0 se revisa de acuerdo con la nueva evidencia 0 se la rechazaen favor de una hipotesis altemativa. En los casos inciertos se probaran varias hip6tesishasta que se encuentre una que encaje con la totalidad de los datos. Esta hip6tesis seconviertc entonces en una ley tcorica alternativa. Ahora bien, el cambia y la revisionconsiantes a nivcl teorico, no son incompatibles con cl desarrollo acwnulativo a nivclfactual. Normalmente, los hechos establecidos incluidos en una ley teorica abandonadapasan a su sucesora que, adernas, incluira dentro de su alcance algunos hechos sobreel mundo natural certificadas por vez primera. "Asf es como la cicncia puede seracumulativa a nivel observacional 0 experimental pese a su falta de acumulabilidad anivel te6rico. A 10 largo del visible flujo de creencias cientificas cambiantes existe,

. pues, un crecimiento firme del conocimiento, que representa el progreso en la com pres-nion empfrica" (Scheffler, 1967. p. 9).

Las leyes observacionales basicas de la ciencia se estiman verdaderas, prim ariasy ciertas, porque esuin incorporadas en el diseno del rnundo natural. Descubrir una leyes como descubrir America en el sentido de que nmbas esiaban va alii en espera de serreveladas (MacKinnon, 1972, p. 16). Desde el inomento en que se ha descubierto unaley observacional, se aplica universalrnente y exige un reconocimiento universal. Podrfaexistir algiin espacio limitado para la variaci6n cultural con respectoa las especulacio-nes te6ricas, dado que su contenido no esta completarnente determinado por los datosobservacionales, Pero la mayor parte del conocimiento cientffico, al estar directamenteenraizado en la evidencia empfrica, es necesariainente independiente de la sociedad 0tiel grupo especializado que 10 alumbro por prirnera vez. El origen social del conoci-miento cientffico es casi completamente irrelevante para su contenido, dado que esteUltimo esta determinado por la naturaleza del mundo ffsico mismo,

La vision estandar del conocimiento cientificoLa mayoria de los sociologos del conocimiento han adoptado una versi6n \I otra

de 10 que Scheffler (1967) ha lIamado "Ia visi6n estandar de la ciencia". Con esto noquiero decir que todos hayan refrendado cada afirmaci6n de las que hare luego cuandointente resumir la versi6n estandar, sino senalar que, normal mente, los sociologos hanformulado su pensamiento sobre la ciencia como un fen6meno social dentro de esemarco de supuestos, aunque diversos analistas hayan usado esa visi6n estandar dediferentes modos y con diverso enfasis, Ellector hallara que todos los puntos principa-les contenidos en los siguientes parrafos han sido ilustrados ya en la discusion anterior.

Desdc la perspectiva de la visi6n estandar, el mundo natural debe considerarse realy objetivo. Sus caracterfsticas 110 puecen estar detenr.inadas por las prcferencias 0

intencioncs de su observador. No obstante, estas caractensticas pueden ser representadasmas 0 rnenos fielmente. La ciencia es la empresa intelectual que se ocupa de ofreceruna descripci6n exacta de los objetos, procesos y relaciones que ocurren en el mundode los fen6menos naturales. En la medida en que el conocimiento cientifico es valido,revel a y encapsula en sus afirmnciones sisternaticas el verdadero caracter del mundo.Ya 10 dijo Galilee: "las conclusiones de la cicncia natural son verdaderas y necesarias,y el juicio humano no ticnc nada que vcr con ellas" (1953, p. 63). Aunque, en ciertosenti do, el mundo natural sufre movimieruos y cambios continuos, existen unifcrmida-des subyacentes inmutables. Estas regularidades empfricas basicas pueden expresarsecomo leyes universales y pcrmanentes de la naturaleza, que nos uicen 10 que se cwnpleen todo momento y lugar. La observaci6n afectivarnente neutra y no sesgada surninistrala evidencia sobre la que se construyen estas leyes. La creaci6n de conocimientocientffico "empieza con la sencilla y lIana evidencia de los sentidos, con la observacioninoccnte y libre de prejuicios ... y edifica sobre ella I~ gran mansion de la ley natural"(Medawar, 1969, p. 147). Lo cierto es que las leyes observacionales no son mas queproposiciones generales que resumen un cuerpo de evidencia factual fiable. La validczde los fundamentos ~actieos del conocimiento ciennfico puede garantizarse con un altograde de confianza delido :l ~ue la ciencin ha desarrollado estrictos criterios, porcjeruplo, en relaci6n con los proceoimientos expcrimeruales. mediante los cuaies evahialas pretensiones de conocimie.uo emp.rico y se asegura la rcpiesentacion exacta de :0Sfenomcnos empiricos. Asi, gracias :' que sauslace esos criterios tecnicos e impersonalesde adecuacion, cl conocirruento cientffico acep.ado es independiente de Iactores subjeti-vos, como el prejuicio personal, la implicacion emocional y el interes propio, que deotro modo podrfan distorsionar la percepcion del mundo exterior de los cientfficos.

Aunque el grueso del conocirniento cientifico es basicamente ernpfrico, contienegeneralizac.ones de alto nivel que ;;0 SO'1 lcyes observaciouales y que en algunos casesno pueden 'derivarse directamente de las observaciones 0 ser cumprobados con ellas.

La sociologfa oe la cienciaEn el curse de la investigaci6n sociologica de la ciencia, esta epistemologia

estandar se ha expuesto de manera rompletamente explfcita en a!guna ocasion. Quien10 lla hecho mas claramente ha sido De Ore, quien en su introduccion a la sociolog.ade la ciencia afirma que "existe un mundo real independiente de nuestro conocimientnsobre el; que este rnundo real es hast:'. cierto punto cognoscible mediante un procesode aproximacion: y que el conocimiento es verdadero en la rnedida en que se aproximao es isom6rfico con la estructura de la realidad" (1955, p. 37). La implicaci6n central

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de estos supuestos, concluyc De Gre, es que la sociologfa no debcrfa interesarse por elcontenido cognitivo real de la ciencia, ni por el conocimiento certificado como tal, sinopor las condiciones soeiales que hacen posible alcanzar el conocimiento objetivo,

Pocos sociologos de la cicncia han sido tan expuciios como De Gre sobre suspresupuestos filos6ficos, pero todos ell os han adoptado basta haec poco su aproxirna-cion al estudio ernpfrico de la ciencia, Toda la tradici6n de estudio sociol6gico de laciencia, dentro de la De Gre escribe, que se inicia con la investigacion pionera deMerton en los anos 30 y que continua a 10 largo de los 30 anos posteriores aproxirnada-mente, ha evitado sisternaticamente el examen de 10 fundamental del pensamientocientffico (Mulkay, 1969). Nos lia ofrecido "una sociologfa que trata de los prcsuntoscompromises normativos fijos de los cientfficos, pero que presta escasa atencion alsignificado social de sus patenternente cambiantes cornprornisos cognitivos" (King.1971. p. 15). Aunque esta cita expresa algo importante sobre la principal tradicion ensociologfa de la ciencia, seria erronco inferir de ella que los soci61ogos s610 se hanirueresado por la investigacion de la estructura normativa de la ciencia. Asf, por ejem-plo, Merton, con diferencia la figura mas influyente en este campo. ha estudiado laasignaci6n de recompensas en la ciencia y ha analizado los factores economicos,tecnologicos y militares que facilitaron el surgimiento y el crecimiento de la cienciamoderna. Pero es cierto que la descripcion de ese "complejo de val ores y nonnas quese han considerado como obligatorios para el hombre de cieucia" (Merton, 1973, pp_268-9), Y que se considera dccisivamente implicado en la generacion de conocimieruocertificado, ha sido un tema consistentc y recurrer:te en la sociologfa de la ciencia. Esen la descripci6n de los sociologos del supuesto "ethos de la ciencia" donde los presu-puestos epistcmologicos se vuclven mas evidentes y ejercen mas claramente su influen-cia sabre el contcnido del analisis sociol6gico.

La naturaleza del "ethos cientffico" fue esbozada primero por Merton como partede su tesis de que el puritanisrno del siglo XVII habfa contribuido significativamenteal nacimiento de !a ciencia moderna en Inglaterra. Merion argwnent6 que el complejopuntano de valores condujo a una "promocion de la cieucia moderna en gl an medidainvoluntaria" (1970, p. 136). Los puritanos subrayaron valores culturales tales como lautilidad, la racionalidad, el empirismo, el individualismo, el anti-tradicionalismo y elascetismc rnundano, Este conjunto interrelacionado de val ores y normas se considerabaparalelo alas caracterfsticns de la ciencia (1970. p.137). En consecuencia, el marcadocrecimiento en la actividad "cientffica" que ocurrio durante el siglo XVII podrfa verse,al menos parcialrnente, como un efecto imprevisto del creciente don.inio del movi-miento puritano. A causa de sus valores rcligiosos, aquellos puritanos que participaronen el debate filos6fico tcndieron a centrarse en cuestiones empfricas y disponer estascuestiones dc manera racioual, metodica e impersonal. (Los fnctores socio-economicosse consideraron importantes en 10 que ataiie a centrar el interes sobre ciertas clases deproblemas ernpfricos). EI hecho de que los puritanos cstuvieran sobre -representadosentre los afiliados a la nueva filosofia natural y entre los miembros fund adores de laRoyal Society fu- una fuerte evidcncia de que exisua una conexion entre el puritanismoy el establecaniento de la comunidad cientffica moderna.

En reinglin momento de su analisis intenta M~rton cstablecer una conexion directaentre los valores puritancs y los productos intelectualcs del esfucrzo cientffico. Enrealidad, deja baSI31He claro en un articulo posterior que los hallazgos eubstantivos dela ~i~nc!a estrin mas alla de su interes puramente sociol6gico (1973, p. 268), pues suobjetivo es mas limitado: mostrar que estos val ores, en tanto en .CIl3P.tO han sido

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institucionalizados en la comunidad cicnufica, sun requisites esencialcs par •• la produc-ci6n y accptaci6n regular de afirmaciones apropiadamente contirmadas y 16gicamenteconsistentes sobre regularidades empfricas,

EI fin institucional de la ciencia es la extension del conocimiento certificado. Losmetodos tecnicos empleados para alcanzar este fin proporcionan la definicion apropiadade conocimiento: enunciados de regularidades confirmados empfricamente y coherentes16gicamente (que son. en efecto, predicciones). Los imperativos institucionales (costum-bres") derivan del fin y de los metodos, La estructura cornpleta de normas morales ytecnicas conducen aI objetivo final. La norma tecnica de la prueba empfrica, adecuaday fiable, es un prerrequisito para la predicci6n sistematica y valida; la norma tecnicade la coherencia 16gica es un prerrequisito para la predicci6n valida y sistematica. Lascostumbres de la ciencia poseen una justificaci6n metodologica, pero son obligatoriasno s610 porque constituyen un procedimiento eficiente, sino tambien porque se las creecorrectas y buenas. Son prescripciones tan tecnicas como morales. Postulamos que elethos de la ciencia modema se compone de cuatro conjuntos de imperativos institucio-nales -universalisrno, comunismo, desinteres y escepticismo organizado-. (Merton, 1973.p.270)

La crccncia de los cientificos en la bondad de esras costumbres tiene su origenhist6rico en los compromisos religiosos de los rniembros fund adores de la comunidadprofesional. Pero estas costurnbres son tambien metodologicamente escnciales para lacreaci6n sistematica de conccirniento valido. Asi. conforme la comunidad cienufica harota a 10 largo de los alios sus lazos con la esfera .eligiosa, los cientificos han dejadode justificar SI!S val ores en terminos religiosos. En su lugar, habiendo llcgado a recono-cer el valor metodologico de esos val ores, han tendido a justificarlos ante la sociedadglobal como la base cultural de la verdad cientffica y como la fuente "pura" de uncunocimiento eficaz en la practica (Merton, 1970. p. xxii).

Desde que Merton formulase originalmente los imperativos institucionales de laciencia se han sugerido numerosas adiciones: por ejernplo, se han propuesto las normasde originalidad, humildad, independencia, neutralidad emocional e imparcialidad(Barber, 1952; Storer, 1966; Merton 1973; Mitroff, 1974). Ademas, en los iiltimos anoshan aparecido algunas discusiones crfticas (Lemaine y Matalon, 1969; Barnes y Dolby,1970; Weingart, 1974). Pero aquf no imento exarninar ni la literatura adicional ni luliteratura crftica. EI punto que quisiera subrayar es que ese retrato del ethos de laciencia es potente, y su potencia la muestra su continua vitalidaddurante mas de tres

• EI termino ingles "mores" ha <ido traducido habitualmente CGinO "nOITI13S". (Vease a este respecto latraducciOn que ofrece la version espanola de este parrafo en Merton. K. K_ (1977) "La soc.ologi» de lacie ••cia" (Madrid: Alianza), p. 358). Sin embargo, cl vocabJo eSI--:'ooi "norma" equivaldria rnds bien altermino i~gles "nom,". que segiin el "Collin < COBUJLD English Language Diruonary" pu-de ,,!optar dosacepcicnes: bien el modo de componarse que es considerado normal Y usual y <t~~ la gente espera c:alguicn, 0 bien. un esuindar ofici al lJ uivet de exiro que se t!'"lx:rdn aicanzar; esto ~S. un cenudo que Ieligaria aI concepto de convencion y otro que Ie ligan. al concepto G~ requisite, Ahora bien, el termino"mores" carece Jel segundo sentido del termino "norm". Los "mores" de un lug=r 0 de u..;:..gropo de genteparticular son las costumbres 0 105 bdbitos que nonualruer-te se encucntran e:: ese lugar 0 grupo, segunese urismo drccioncrio. Dado que iH"mos querido resaltar el importante rnatiz del caracter ccnsuetudinarioy convencivnal que otorga el tCffilino "OlOIC.~" 2. las practicas de 10s cientfficos, que el termir-o "norma"podia no reflejar, 0 dejar pasar desapercibido, y deoido a la falta de un terrnino rnejo. en castellano paraaquel termino ingles, hemos decidido adoptar la locucion "costumbre" como formula de compromise parareflejar eJ caracter consuetudinario y normative (convencional) eel termino "mores". (Nota del Traductor).

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decadas. que debe al uso de la vision estandar de la ciencia como un rccurso intcrpreta-tivo incuestionado. Por ejcmplo, si las conclusiones de la ciencia son simplcmcnteafirmaciones de regularidadcs observables, exactas dentro de los lfmites tccnicos delmemento. entonces parece scguirse ncccsariamentc que las caracteristicas sociales 0

personales particulares de aquellos que proponen tales afirmaciones son irrclcvantespara el juicio de 105 cientfficos sobre su validez, "La objetividad excluye el particularis-mo" (Merton, 1973, p. 270). Si las pretensiones de conoci-nicnto s~ juzgasen porcriterios particularistas, entonces serfan aceptadas afirmaciones que no corresponderiancon el mundo objetivo. Dado que el conocimiento cientffico valido es objetivo, se sigueque los cientfficos usan regularmente criterios impersonales y universalistas en el cursede sus actividades profesionales. EI mismo tipo de razonamicnto puedc aplicarse a otroselementos del ethos cientffico. EI escepticismo organizado y la indepcndencia intelec-tual se precisan porque el conocimiento cientffico no se acepta sin pruebas. La coheren-cia logica y la exactitud empirica de todos los supuestos y las prctensiones de conoci-miento, incluidas las propias, deben examinarse cominuamente. No deben acepiarsecomo validas las afirmaciones de nadie sobre la base de su posicion en la comunidadcientifica. Si se ignorasen estas prescripciones, entranan inevitablcmcntc proposicioncsinexactas en el corpus de conocimieruo certificado. La propiedad cornunal del ccnoci-mien to es igualmentc neccsaria. Sin una comunicacion libre y abierta de los hallazgos,los cientificos RO podrlan someter todas las pretensiones de conocimiento a ia mismaevaluaci6n crftica ni aplicar sus criterios universalistas de adecuacion cienufica conconsistencia, Por supuesto, no se afirma que los cientfficos se atengan sierupre total-mente a estos principios. Ocurren actos desviados como el fraude, el secreta y elprejuicio intelectual. Pero se argumenta que ocurren infrecuentemerue, pues, de otromodo, la ciencia natural no tcndrfa la validez que sabemos que ticne. En la medida enque la ciencia produce con regularidad conocimiento valido y efectivo en la pracuca,parece que estos principios deben habcr sido operatives.

Entre los principios normativos que componen el ethos cientifico, el mas importan-te es el universalismo. Se cree que cste principio se cumple de muchos modos difercn-tes en la ciencia. Parcce requerir, por ejernplo, que la posicion de los miembros de lacomunidad cientffica debe basarse en el merito mas que en algun criterio de adscripciony que la carrera cientffica debe estar abierta a cuantos tengan capacidad. Pero eluniversalisrno encuentra su expresi6n mas fundamental en la valoracion de los resulta-dos de la investigaci6n cicntffica. Decir que los cientfflcos juzgan las p.etensiones deccnocimiento de modo universalista no es decir meramentc que los cientfficos, comootros especialistas, ernplean criierios tecnicos de adecuaci6n, porque los Ciiteriostccnicos de diferentcs tradiciones iutelcctualcs 0 de diversos grupos podnan ser incom-patibles y podrian valer 0 no para ~stablecer regularidades e.nptricas objetivas. Asipues, univcrsaiismo significa que "las pretensiones de verdad, cunlquiera que sea SLi

fuente, deben someterse a criterios tmpcrsonales pre-establecidos: consononies COil 10obscrvacion Y con cl ccnccin.icn;c p~~':;~;~c:'~cccnfirmacc" (Merton, IQ73, p. L70,;0, dicho de otro modo, el universalisrno sig ••uica que hs rti versus ramas del desarrollodel pensamiento cienufico se guian por "criterios y reglas de evidencia .nas 0 n:enoscornunes que trascienden las dcrnas diferencias entre tradiciones intelectuales antagoni-cas" (Merton, 1975, r. 51). En conjunto, se considera que ros restantes elementosdiversos de la estn.ctura normativl cO!1tribuyen al fin inslitucional de la Cip.llcia aIasegurar que estos criterios pre-establer.idos de objetividr,d se aplican con rigor a todapretensi6n de -:ollocimiento antes de que esta sea aceptada como conocimiento certifica-de..

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Esta caracterizaci6n de las nonnas de I:; cicncia, imirnamcnte unida a 1:1cpisterno-logia estandar, ha influido mucho sobre la visi6n que 105 sociologos tienen de laestructura general de la comunidad cientifica y de sus relacioncs con ia socicdad global(Mulkay, 1977). Permitascme oar un cjemplo de c6mo se intcrrelacionan la episte-mologfa estandar, la concepci6n establecida de las normas cicntificas y otros aspectosdel analisis sociol6gico. EI supuesto de que los cientfficos operan con criterios uni-versalistas de adecuaci6n que son sociologicamente aproblematicos ha conducido ~ unainterpretaci6n rnarcadamentc funcionalista del sistema de estratificaci6n social de laciencia (Cole y Cole, 1973). La evidencia decisiva sobre la que se basa esta interprcta-ci6n es que la elite de la comunidad investigadora esta empiricamente asociada con laproducci6n de resultados de a1ta calidad, y su nivel inferior con la ausencia de talesresultados; y que si "la calidad de los resultados" es constante, no parece haber unafuerte conexi6n entre el grado logrado y otras variables sociales. Ahora bien, si seasume que 105 cientfficos juzgan !a obra de sus colegas en terminos de criterios pre-establecidos estables, estn evidencia nos inclina a creer demostrado que 1:1comunidadcientifica se parece rnucho a una meritocracia. (Dependiendo, por supuesto, de lacantidad de variacion en el rango social que se atribuya alas variaciones en la produc-ci6n de trabajo de aha calidad). Parecera que los cientificos investigan, transmiten suslogros a sus colegas, estes IDS valoran sobre la base de criterios impersonales y pre-establecidos de adecuaci6n y valor, y que se les recompcnsa en proporci6n a su contri-buci6r: al conocimien:o. Asi, la ciencia es un area de vida social ell la que el analisisfuncional de la estratificacion social parece funcionar; y se logra que funcione porquela concepci6n del conocimiento cientifico de los sociologos les permite asurnir, sinnecesidad de evidencia ernpfrica en este punto. que todos Ios rniembros poseen criteriosevaluativos claros e identicos.

Esta interpretacion depende indirectamente, por tanto, de la vision est:indar de laciencia. Tan pronto ernpezarncs a dudar de que las pretensiones de conocimiento sevaloren de forma tan tajante y a prcguntamos si su adecuacion 0 calidad no sera, quiza,socialrnente negociable, entonces resulta posible ver el sistema de estratificacion socialde un modo muy difercnte. Por ejernplo, si los criterios empleados han sido creadossocialmente y legitimados en el curso del proceso de valoracion de Ius pretensiones deconocimiento, la asociaci6n entre el estrcto alto y la producci6n de resultados de altacali dad podna tener un significado sociologico completamente diferente, pues haoiendoreconocido que los cientfficos tienden a establecer su rango por medio de los hallazgosde investigacion y que, por tanto, habra una asociacion empfrica entre la calidad y elrango, aun tendrfamos que preguntarnos: iDe que modo y por que medics se atribuyevalor y adecuacion a resultados especfficos? i,Hay quiza diferencias sociales sisterruiti-cas en la capacidad de los participantes para establecer que su trabajo es de alta cali-dad? As., aunque es claro que el relctivamente bajo range de ias mujeres cieutfficosesta asociado ccn una baja calidad de trahajo (segun reconocen otros cienuficos, sobretodo hombres), ya no estariamos iorzados aver esto como resultado de diferencias"objetivas" en 10s hallazgos producidos por invcstigadores masculines y ferneninos(Cole y Cole; t 973). Se hace posible asi concebir que en la ciencia se evita (0 sefavorece) sistematicamente que las mujeres y los rniembros de otras categorias socialesestablezcan que su trabajo es de alta cclidad. AI separamos de 11 perspectiva estandary de la noci6u asociada de "univer&alismo", esto es, al asumir que los criterios cogniti-vos en la ciencia podriaJ1 ser tlexibles y sa aplicaci6n a casos particulares problematic a,

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32 M. MliLKAY

resulta posible investigar si la asignaci6n social de "calidad", y can ella, de rangosocial, esta afectado por difercncias estruciuralcs dentro de la comunidad cientffica.Dicho brevernente, en la mcdida en que modifiquemos la ereeneia epistemol6gicatradieional de que las contribuciones al conocimiento pueden ser valoradas objetivamcn-te y sin ambiguedad, en -esa misma medida seremos eapaees de concebir un vastoabanico de posibilidades interprerativas, IlO solo con respecto a la construccion socialdel conocimiento cientifico sino tambien en relacion a la estratificacion social y a otrosfenomenos sociales ell la ciencia. Profundizaremos en ello en los ultimos capitulos.

Es muy probable que la principal barrera que impide a los sociologos explorarestas posibilidades sea de caracter epistemol6gieo (Whitley, 1972). Nadie dudaria eneonsiderar esas posibilidades para formas "inferiores" de eonocimiento. La difieultadcon respccto a la eieneia es que partirnos de una epistemologia bien atrincherada, frentea la que nosotros asumimos que las descripciones del mundo natural de los cientificosno pueden considerarse simplemente reflejos de una realidad objetiva, ni determinadaspor reglas de evidencia invariantes y trascendentes; por ejemplo, tratamos la noci6n de"eonsonanc ia can la.observaci6n", como sociol6gieamente problematica (Collins, 1975).No es sorprendente, por tanto, que los sociologos no sc aventuren a hacer preguntas deltipo que hemos sugerido antes hasta que les haya preparado el terreno mediante unaserie de debates entre fil6sofos y historiadores en el curso de los euales se cuestioneseriamente la vision habitual de la cicncia.

El ethos cientifico: un punto de vista divergente'

Barry BARNES Y R.G.A. DOLliY

EI estudio de la cieneia y los cientificos ha atrafdo a los sociologos en una medidasignificativa s610 durante el ultimo euarto de siglo. Los primeros articulos de ciemimportancia en este campo son probablemente los escritos por Robert K. Mert(lu afinales de los anos 30 e inicios de los 40; sus ideas han influido .extraordinariamenteen los investigadores posteriores y seguramente no es ninguna exageracion afirmar quela literatura de este area se ha ocupado casi exclusivamente de ampliar y desarrollar lasaportaciones iniciales de Merton. No cabe duda de que en America los trabajos deBarber, Storer, Marcson, Hagstrom. Kornhauser y Shils justificarian esta aseveracion.En Gran Bretana la sociologfa de la ciencia no se ha cultivado en la rnisma medida.pero el trabajo de COlgrove, aunque sin "seguir" a Merton, rcconoce francamente suinf1uencia.

EI conjunto de quienes han recibido la influeneia de Merton puede ser carac('!iza-do aproxirnadarnente como una escuela de pcnsamiento sociol6gico. Su orientaciousociologica basica es bien conocida: implica analisis funcionales de Ias sociedades )' delas instituciones sociales y el tratamiento de los valores soeialcs 0 institucionales comodeterminantes dados de la conducta. Este enfoque es controvertido y -como senalan suscscuelas rivales- conduce, como minimo, a dificultades fiios6ficas. Como creemos quela cntica externa puede ser mucho mas estirnulante que 105comentarios auto-dctensivosintemos, intentarernos revelar las inadecuaciones de este enfoque en el contexte de lasociologia de la ciencia.

El micleo de este enfoque que trata a la cieneia como una institucion social conun ethos de normas y valores.

EI Ethos de la ciencia un conjunto eficazmente armonizado de normas y valorcsque se presume obliga al hombre de ciencia. Las normas se expresan en fonna deprescripciones, prohibiciones, preferencias y autorizaciones y se legitiman en terminosde valores institucionales, ESlOS imperatives. transmitidos mediante preceptos y ejem-plos, y reforzados mediante sanciones, devicneu internalizados en varias rnedidas por10:;cienuficos conformando asi la consciencia cienufica 0, ,i se prefiere el !ermino demod a, su super-ego. Aunque el ethos de la cicncia no esta codificado, [Juede serinferido del conseuso moral de los cienuficos, tal como se expresa en ra conductahabitual, en incontaoles escritos sobre el espir;:u cienufico y C;-, la indigaacinn :::0!,,1dirigida hacia las contravenciones del ethos.'

• Pcblicado oriainalmente como, "The Scientific Ethos: A De:..ian; Viewpoint" ,A,.rchives European ofSociology. (1970), XI; 1'1'.3-25. Can autorizaci6n de los autorcs .

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34 EL ErnOS OENTiFlCO 35BARNES Y DoLBY

Merton define cuatro imperatives instltucionalcs 0 valorcs que conforman Polethosde la ciencia modema.UniversalismoEI universalismo se cxpresa inmediatamcntc en cl canon de que lasafirmaciones que-se pretenden verdaderas, cualcsquieran sean sus fuentes, seran sornetidas a criteriosimpersonales pre-establecidos de consonancia con la obscrvaci6n y con el conocimientopreviamente confirmado."ComunismoLos descubrimientos substantivos de la ciencia son un producto de la colaboracionsocial y pertenecen a ta comunidad. Constituyen un patrimonio cormin al cual losproductores individuales tienen derechos scveramente limitados. Una Icy 0 teoriaep6nima, que lleva el nombre de su descubridor, no es una propiedad exclusiva suyani de sus herederos, ni el honor que con ello se le hace Ie otorga derechos especialesde usa y abuse.'Desinteres( .. .) una pauta distintiva de control institucional de un amplio rango de motivacionesque caracteriza la conducta de los cientfficos ( ...) una vez que la instituci6n impone laactividad desinteresada, intcrcsa a los cienuficos conformarse, so pena de sanciones y,en tanto que la norma haya side intemalizada, so pena de conflicto psicologico.'

Desgraciadamente, Merton no se exticnde mucho mas sobre el desinteres, Presumi-blemente quiere decir que se espera del cientffico que realice sutrabajo sin pensar enninguna recompensa, bien sea econ6mica, emocional 0 social. Esas recompensas puedenlIegar, pero el esfuerzo no deberfa dirigirse especfficamente hacia su obtenci6n. Storer,al desarrollar la tipologfa de Merton, y siguiendo a Barber", entiende el des in teresprincipalmente en relaci6n can las recompensas economicas, e introduce el imperativede "neutralidad emocional" que alienta al cientffico a permanecer emocionalmcntedistanciado de su trabajo para asf ser capaz de evaluarlo desapasi onadameme.Escepticismo OrganizadoLa suspension del juicio hasta que "los hechos se dernuestren" y el escrutinio desapa-sionado de las crecncias eu terminos de criterios 16gicos y empiricos ha involucradoperi6dicamcnte a la ciencia en conflictos con otras instituciones.

EI investigador cientffico no preserva la divisi6n entre 10 sagrado y 10 profano,entre 10 que requiere un respeto acrftico y 10 que puede ser analizado objetivamente.'

Otra caractenstica dei ethos de la ciencia es, para Merton, la autonomfa. Loscientfficos se resistiran a una perdida de autonomfa porque amenaza los valores institu-cionales de la ciencia. Scguramcnte Merton no la trata como lUl imperativo indepen-mente porque la percibe simplemen.e como un medic de defensa para los otros valores,que son los que caracterizan ala ciencia C0:110 una institucion social, Otros imperativesque Merton distingue igualmente de los valcres instituc.onalcs son les de ernpirismov racionalidad; estos seiJan imperatives metodologicos ~' para Merton, la metodologiade la ciencia se diferencia de su eSL'11Cmra insutucional. Siguiendo a Merton. Barberotraia la no: .TIf. de la racionalidad de forma cquivaleme a los otro cnau o imperatives.

La caracterizacion que Merton hace de 10i>imperatives de; la :::iencia neriva de SII

particular concepcion del n.ecanismo social de la ciencia, Como actividad socialautoncma, la ciencia se basa en que sus practicantes intcrcambien libremeute informa-cion sin ultcriores motivos. Ell tanto que rnetodo de produccion de conocimiento, esesencial que todos los que 10 empiean se esfuercen por com partir los rnismos estancares

de juicio ':' que los sujetos se abstcngan de comprometcrse can ninguna creel1~ia !u'staque se demuestre que satisface Ins criterios universalmentc comparudos. La cicncia esuna actividad aut6noma que genera de mancra eficiente un conocimiento indisputablecompartido par toda la comunidad cientifica. Esta es la imagen de la ciencia queMerton codifica mediante sus cuatro imperativos y cstudia por medio de sus metodosfuncionalistas.

Como ejemplo de la valoraci6n que el analisis de Merton sabre las normas recibeen la Iiteratura basada en su trabajo podemos citar a Storer:

Es un merito perdurable de Robert K. Merton el haber sido capaz de concep-tualizar las normas de la ciencia, seguramente trabajando en parte intuitiva-mente, y contrastando sus ideas con 10 que los cientfficos han dicho sobre sutrabajo y sobre c6mo deberian conducirse desde el siglo diecisiete. Sin duda,una gran parte del trabajo en la sociologia de la ciencia actual se basa en ladescripci6n de Merton de estas normas. Que su afirmaci6n de ellas hayacontinuado empleandose sugiere que no pucde haber estado muy equivocadoal identificarlas tal como 10 hizo."Esta descripci6n de la actividad cientifica es persuasiva y, a la vez, rica en correla-

tos empfricos. Aquf enunciarnos, muy brevemente, algunas de las areas en las que seha aplicado este enfoque.

1. La revoluci6n cientifica se considcra relacionada can nuevos valores-actitudes,a saber, los que estan implicitos en el Protcstantismo ascetico. "( ... ) la etica religiosaque eman6 de Calvi no promovi6 un estado mental y una orientacion valorativa queindujo a la dedicacion a la ciencia natural" .10

La explicaci6n es un desarrollo de la tesis de Weber. Ciertas creencias surgen enun momenta concreto 0, al menos llegan a ser abrumadoramente mas importantesdurante un perfodo particular. Estas creencias, que encarnan ciertos valores tuvieronconsecuencias, directa 0 indirectamente, en terminos de acci6n humana; en este casuun incremento en la actividad empirica y racional.

2. La situaci6n actual, institucionalizada, de la ciencia se considera funcional parael avance del conocimiento, 'j esto es especialrnente cicrto en cl caso de la comunidadacademica aut6noma. Es I:: comunidad acadcmica la que de forma mas profundaintemaJiza las normas de la ciencia y la que juega el rol clave para su rnantenimientoa traves de la instituci6n de la ciencia como un todo.

3. Las pautas de reconocimiento y recompensa en el mundo academico se interpre-tan en termioos de las norm as de comunalidad y de desinteres.

4. Se considera que el cientffico industrial ocupa una posici6n de confiicto poten-cial debido a la incornpatibilidad de las normas de la ciencia con las de las organizacio-nes industriales. La confirmacion empfrica de esta tcsis ha sido planteada porMarcson II, Kornhauser" y ctrcs.

5. Se sugiere Que la ciencia prosperara mas en aquellas sociedades cuyos valcresculturales dominanres se asernejen a sus imperatives institucionales, esto es, en lassociedades dernocrdtico-libcrales mas que en ias totalitarias."

Todas estas propuestas han sido puestas en duda; aparte de la scmpitema centre-versia scbre los ongenes de la revclucion cie.itffica y de la afirmaci6n de que I~-cicnciade 10s pafses totalitarios debe ser neresariamente inferior (a todos los efectos abandona-da despues de 1957), las cnucas han seguido dos lfneas principales. Quienes se intere-S:!II oor ei cambio cienufico han puesto en duda que 1<1diagnosis de Merton, en termi-nos -de una estructura normativa sustancialrnente constante des de el siglo diecisiete,

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merece siquicra el status de un modele ope.ativo aproxirnado; la cuestion es si 10:;cambios manifiestos que se han praducido en la ciencia pueden ser analizados dentrode W1marco funcionalista." Otros consideran que la ciencia no tiene nada que vcr conla institucion hornogenca que Merton supuso.

Existe ya en Ia literatura abundante evidencia en favor de esta ultima critica.Krohn" ha senalado que en la sociedad modema el trabajo cientffico tiene lugar enW1a amplia varied ad de marcos institucionales y ha present ado cvidencia que apoya laidea de que las estructuras normativas relevantes varfan profundamente entre cstosmarcos. Estudios recientes realizados en Gran Bretaiia por Box y Cotgrovc" avalanesta tesis ofreciendo fuerte evidencia de que la mayoria de los ciennficos procedentesde la universidad que ingrcsan en la industria contemplan su trabajo desde una opticainstrumental y sc adaptan facilmcnte a los val ores de los negocios. Por contraste, la"escuela Mertoniana" ha tendendido de manera creciente a concentrar sus analisis enla ciencia "pura'', y a acentuar, en diversos grades, la gran importancia de este area parala ciencia en su conjunto, Par ejemplo, Storer escribe:

Las norm as tradicionales continuaran encontrando apoyo en toda la rnetropolicientifica, no s610 en los "suburbios" de investigaci6n basica, porque e!prestigio de estos grupos hara que las normas sean importantes para toda lacomunidad. L as condiciones bajo las que deben trabajar la mayorfa de loscienuficos, que sc dedican a la investigacion aplicada, haran, sin embargo,que la aplicacion de estas normas les resulte mas diffcil; no seran los cientffi-cos basicos, sino ell os, quienes sufran mayores conflictos normativos. Unefecto -e,perable de ello serfa que se desarrollara algun medio por el cualestos cientfficos desarrollaran y legitimaran W1conjunto distinto de normas,mas adecuado a ias situaciones en que trabajan. Esta nueva estructura norma-tiva -quiza dependiente de la tradicional, pero altcrnativa a ella- sera proba-blernente similar a la etica profesional que caracteriza a las profesionesiiberales y medicas hoy dia; se centrara mas sobre las actitudes idoneas parala aplicacion del conocimiento espccializado y menos sobre el valor intrfnse-co del conocimiento mismo."Creemos que el habito de ver a la ciencia como una institucion homogenea

tipificada por la investigacion pura de la universidad declinara rapidamente. Masinteresante t:s la cucstion, sobre 10 que nos centraremos desde ahora, de la adecuacionde la aproximaci6n mertoniana con respecto a la "ciencia" pura misma. Nuestra metasera mostrar que Merton :10 ha sido capaz de identificar W1a estructura normativaespecffica, constante y dominante en cuyo marco se produce la actividad cienufica.

Primero cs preciso senalar los tres pilares sobre los que se justifica la existenciade la estructura normative •. En primer lugar, se supone que es posible discernir lasnormas en "los escritos sobre el espfritu cientfficc" y eD otras declaraciones de loscientfficos; en segundo Iugar, cstan encarnadas en la conducta de ios cienuficos ypueden ser observadas COIT'O una pauta de actividades sancionadas positivamente: ytercero, son teoricamente nccesarias por virtud de. sus relac: ones funcionales con las

. metas institucionales de la ciencia. No discutiremos esta ultima pues se basa en la teoi iafuncionaiista, sobrc la que no existe consenso dentro de la sociologfa. EstableceremosIL,a distincion entre normas "profesadas'', prescritas 0 encarecidas de palabra y porescrito, j normas "estadfsticas", observables como W1~ pauta de aciividad sancicnadapositivamenre. Las normas estadisticas son esenciales para comprender la actividaclcientifica real, pero el material que aporta Merton solo sirve, en el mejor de los casos,

para llamar la atcncion sobre las normas protcsadas. Estes bicu pueden sei , de hecho,poderosas gufas para la accion, y compadecerse estrcchamcnte como tales con lasnorm as estadfsticas: pero tambien puede resultar que se dirijan principalmentc hacia losgruposextemos.enocasiones de justificaci6n 0 de conflicto y ser de escasa utilidadpracuca para el cientffico en cuanto a discriminar entre direcciones alternativas deacci6n. De acuerdo con esto, enmarcaremos nuestras criticas en tres secciones:

1.- Sostendremos que el escepticismo, la racionalidad y el universalismo nopueden presentarse como nonnas estadfsticas especrficas de la ciencia.

2.- A la luz de W1breve estudio hist6rico, argumentaremos que las normas profe-sadas y las normas estadfsticas de la ciencia varian ell el tiempo.

3.- Crfticaremos la descripci6n de Merton de la ambivalencia cientffica, yacentua-remos la importancia de la manera como este sociologo describe las normas; descripcio-nes abstractas diferentes de una misrna conducta regida-por-reglas pueden conducir aconclusiones muy diversas.

En nuestra opinion, la orientaci6n general que parte de identificar norm as rectoras"dadas" en la ciencia ha llevado a descuidar 105 procesos por los euales han cambiadolas estructuras normativas eonforme 10 hacian el apoyo econ6mico, el marco tecnologi-co y el contenido esoterico de la actividad cientffica. Los sistemas de reclutamiento, losmodelos de comunicacion y los derechos de propiedad han variado tanto temporalmentecomo entre los distintos sub-grupos cienuficos -y paralelamente 10 han hecho loscorrespondientes modelos normarivos-. Despreocuparse de estos cambios es W1 errornotable; la heterogeneidad de la estructura normativa y de los sistemas esotericos decreencias es W1 factor de crucial importancia para dar cuenta de los rapidos cambiosque forman el ruicleo del progreso cientffico.

1. Universalismo, Racionalidad, Escepticismo: normas basadas en una visionparticular de la actividad cientifica

Estas norm as representan intentos de describir las constricciones institucionalesque pesan sobre la forma en que 'ID cientffico piensa y acuia con respecto a los resulta-dos publicados de sus pares; se bas an en la idea de que hay una especffica "aproxima-cion cientffica" comun a los procedimientos evaluativos de todos los cientfficos yexclusiva de estes: preswr.en la existencia de elementos distintivos en eualquier tipo deindagacion cientifica que pueden ser identificados con independencia del contenido dela investigaci6n concreta. La dernostracion de estas afirmaciones descansa en la com-probacion de si estas normas proporcionan a los cientfficos c1aras reglas generales queles penniten discriminar entre curs os alternatives de acci6n. Nosotros creemos que noes asi.

Consideremos la norma de la racionalidad: en nuestra cultura tendemos a emplearel termino "racional", igual que el tennino "correcto", para encarecer WI curso de accionparticular. "iSe racional!" no incorpora ell sf mismo Wl2 regia, sino que prescribe la

referenda a WI conjunto de reglas, El sociologo debe indagar ~i las cxhortacicnes a laracionalidad se refieren ~_WI conjunto conocido de reglas :', lucgo, si el cientffico usaestas exhortaciones en el sentido corruin de su cultura (en cuyo caso, la racionalidad nosera una norma exclusiva de la ciencia), 0 si posee IL,a concepcion esoterica, especffi-camente cientifica, de la raciona!idad exprcsable en W1 conjunto esoterico de reglas.Bernard Barber" cita las reglas de la logica cuando intenta especificar las reglas dela racionalidad del cientffico, pero la conformidad can aquellas es con seguridad unestandar generalmente aceptado en nuestra sociedad. De hecho, pensamos que debe

I.

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haoer normas de ese upo en cualouicr cultura, pues cl us') del lenguajc resultan aimposible sin patrones cornunes para la negaci6n, la contradicci6n y la discrimina-cion." Creemos que, la noci6n de "racionalidad" como una norma especificamentccientffica debe abandonarse. Si se buscanuna ensenanza 0 procesos menos formales desocializacion concebidos para ensenar al cientffico a "ser racional" sera en vano: masbien, se supone sin mas que usara "racionalmente" 10 que se Ie ensena y sus errores,siempre que acuie de buena fe, se atribuiran a equivocaciones 0 a falta de comprensi6ndel asunto, nunca a la "irracionalidad".

EI UniversaIismo tiene una dificultad parecida a la de la racionalidad. lQuesociedad no posee criterios de verdad impersonales y previos a todo caso a que seaplican? Cualquier elemento distintivamente "cienufico" debera residir en la naturalezaespecffica de los "criterios impersonales" que usan los cientfficos. Merton intentadistinguir criterios de verdad especfficamente cientfficos: contrapone el requisito de loscientfficos de que la verdad sea "consonante con la observaci6n" a criterios encontradosen otras partes de la sociedad, 0 incluso en sociedades enteras, tales como el dogma 0los atributos de quien realiza la afinnaci6n que aspira a ser reconocida como verdad.Este analisis es err6neo y su error obedece a que no distingue entre criterios de verdade indicadores de verdad.

Consideramos que, por ejcmplo, cuando un nazi decfa que la ciencia no-aria eramala," estaba haciendo una ascveraci6n empfrica y no expresando Lilla tautologi a, csdecir, estaba empleando la raza como indicador de mala ciencia, que definia posterior-mente en terminos de los mismos crirerios de verdad que cuaiquicr otro. Se equivocaba,pero no estaba empleando estandares diferentes. La forma de esta conducta es analogaa la del cientffico que selecciona y lee s610 aquellos artfculos de revistas que vanfirmados por "grandes nombres" 0 que aprende a evitar el trabajo de ciertos incornpe-tentes reconocidos. Los cientificos, como cualquier otro grupo social, tienen indicadoresde verdad: usan la reputaci6n de otros eientificos y el numero de quienes defienden unaaserci6n concreto. Estos indicadores, aunque en ocasiones no sean fiables, son quizapreferibles a otras opciones como la raza 0 la nacionalidad, En carnbio, cuando loscientfficos usan la "consonancia con la observaei6n" como criterio de verdad de lasafinnaeiones a las que pueda aplicarse significativamente, aplican LUlcriterio COI11Unalconjunto de su cultura. Esta es la raz6n precisa por la que las afinnaciones de la cienciaorganizada han producido reacciones tan significativas en otras instituciones sociales.

Por ultimo, al considerar el escepticismo organizado debemos admitir que unmandato universal de "suspender el juicio hasta que se prueben los hechos" encaja malcon el heche de que todas las teorfas cienuficas van mas alia del couocimiento sobreei cual se basan. Adernas, el cstudio de las controversias cicutfficas muestra que loscienuficos casi siempre roman partido por tcorfas particulares a menndo desarrollandoadhesiones emocionales bacia ellas, y d.fendiendo sus meritos con gran vehcmencia yhabilidact polemica, Los debates en geotogra entre'Ncptunismo" y "Plutonismo", Iucgoentre "catastrofismo" y "uniformismo", y las disputas sobre la evolucioa S011 ejernplosilustrativos. EJl epoca modcrna, pueden citarse b controversi» qufmica sobre el enlacede valencia frenre al orbital molecular, cl debate cn flsica sobre la natur aleza de la luzy la teerfa cuantica, y el debate en ccsmologfa entre partidarios de un universe establey del big-bang. En todos esos casos, la evidencia disponible durante gran parte de lacontroversia era insuficiente, y algunos concluyeron con la creacion de teorias queincorporaban elementos de ambas posiciones enfrentadas. No son casos de conduct"desviada. La defensa tenaz de una teoria ofrece generalmente a los cientificos indivi-

duales recompeusas intemas a un sub-grupo eicntifico que compensan las sanciones quepuedan llegarlcs desde fuera de el, Por 10 cornun, un cientifico tiene una pcrspectivaespccifiea que Ie vuelve esceptico respceto de algunos resultados mientras aceptaacrfticamente otros; esa es la norma. (EI escepticismo universal estara siempre fuera delugar, meramente por razones logisticas, incluso aunque fuese deseable). Por desgracia,esta descripci6n es aplicable en muchos casos: el cristiano fundamentalista puede creeral pie de la letra las afinnaciones de su biblia, pero es probable que sea extremadamen-te esceptico respecto a las que la contradigan. Como maximo, podriamos afirmar quelos cientfficos poseen un patr6n de escepticismo distintivo. Pero, /,cual es ese patr6n?Una vez mas, la red de la descripci6n ha sido incapaz de atrapar 10 que pueda distinguira la ciencia.

Parece claro que los conceptos precedcntes fallan debido a su falta de contenido.Se considera al cientffico como el poseedor de un os datos, unas tecnicas y unas teorfascon las que opera de modo especfficamentc cientffico, un modo que puede ser abstraidoy descrito con independencia de toda actividad especffica. La postura de Merton separece a la de los fil6sofos de la ciencia que intentan describir el "metodo cientffico",Sin duda, esas abstracciones harian de la cieneia un asunto mas facil de estudiar desdefuera -si funeionasen; en la practica, invariablemente yerran sobre las caraeterfsticasdistintivas de la actividad cier.uficn.

Podemos exponer aun con il1ay~r claridad !a debilidad de la posici6n de Menonsi la contrastamos con otra que abarque plenamente el contenido de las teorias y losprocedimientos cientificos. Esta puede hallarse en los celebres escritos de Thomas S.Kuhn, donde se describe a los cientfficos trabajando casi siempre en grupos de consen-so, y basando su trabajo en un paradigma compartido,

Un paradigma es un logro cicntffico fundamental que incluye UI1a teorfa yalgunas aplicaciones ejemplares de los resultados de los experiment os y dela observacion. Mas importante, es un logro abierto que ilumina todo tipo deinvestigaciones aun par realizar. Por ultimo, es un logro aceptado, en elsentido de que pertenece a un grupo cuyos ruiembros ya no 10 ponen en dud ani intentan crear alternativas."Kuhn, que basa su diagn6stico en una serie de estudios de caso, es capaz de

mostrar c6mo el poseedor de un paradigma se basa en el para decidir entre diferentescursos de aeci6n 0 de evaluacion;" cse es el criterio especffico e impersonal de ver-dad. En los procesos de socializaci6n cientffica es facil discemir abundantes procesosde transmisi6n de paradigmas alii donde no se ve la transmisi6n de la "racionalidad".Del mismo modo, gracias a la ncci6n de paradigma es posible delinear un modelo deescepticismo -donde el escepticismo aumenta conforme los logros seacornodan cadavez men os a ias expectativas alentadas por el paradigma. Cualquiera que sea la evalua-cion final de !as ideas de Kuhn, esta claro que su diagnostico tiene exito donde Mertonfalla, y 10 logra porque integra las actividades, teorfas y conceptos especfficos de loscientfficos.

lJe forma notoria, mas apenas sorprendente, il1UYpecos trabajos originales poste-riorcs se han basado en las tres normas aquf discutidas. Warren Hagstrom parece haberapreciado la necesidad de dernostrar la existencia de estas normas en la ciencia, perosu cleccion de la evidencia es digna de atcncion. Escribe:

EI contenido de los textos, lecturas y trabajos d,. laboratorio que se ofrecenen e! ClITSOde la educacion universitaria en cicncias integra las normas y losvalcres generales de la ciencia con un conjunto especffico de creeneias y de

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tecuicas. Thomas S. Kuhn ha dcscrito acertadamente cste tipo de educacion:[B introduce csta cita de Kuhn.] "Tfpicamcnte, los estudiantes y los licencia-dos en qufmica, ffsica, astronomia, geologia 0 biologia adquieren 10 esencialde esos campos en 'libros escritos especialmente para ellos. Hasta que no estalisto, 0 casi, para iniciar cl trabajo de su tesis no se le exige que abordeproyectos de invcstigacion tentativos, ni que tome contacto con los productosinmediatos de la investigacion hecha por otros, esto es, con las comunicacio-nes profesionales que los cientfficos escriben unos para otros. En lcs cienciasnaturales no existen compilaciones de "lectures", ni se alienta aI estudiantepara que lea a los clasicos hist6ricos de su campo -en cuyas obras podriadescubrir otras forrnas de considerar los problemas discutidos en su manual,aunque tambien encontrarfa en ellos problemas, concertos y estandares desoluci6n que su futura profesi6n ya ha descartado y reemplazado-.Por el contrario, los varios textos que usa el estudiante tratan de materiasdiferentes -a diferencia de Ins ciencias sociales, donde ejemplifican aproxima-ciones diversas a un mismo area de problemas-.Incluso los libros que compi-ten por su adopci6n en un mismo curso varian priucipalmente en cuanto aprofundidad y en el planteamiento pedag6gico, no en la substancia 0 en laestructura conceptual. Par ultimo, pero no menos irnportante, la tecnica dela presentacion de los libros de textos es caracteristica. Excepto en la even-tual introduccion, un libro de texto cientffico no describe los tipos de proble-mas que se Ie puede pedir que resuelva a un profesional ni la variedad detecnicas disponibles para elio. Los manuales suelen mas bien exponer ejem-plos concretos de soluciones-a-problemas que la profesi6n ha lIegado aaceptar como paradigrnas, y, entonces, piantean que ~Iestudiante resuelva parsf mismo, can lapiz y papel 0 en el laboratorio, problemas similares encuanto a metoda y sustancia a los que el libro de texto 0 las lecturas conco-mitantes lc han ensefiado a resolver. No puede disenarse nada mejor paraproducir "conjuntos mentales" o "Einstellungen". Otras disciplinas academi-cas ofrecen solo parcialrnente y en sus cursos mas elementales una imagensimilar"."La biisqueda de la mas leve presencia de Ias normas de universalismo, escepticis-

mo 0 racionalidad en este ampiio pasaje se revelara infructuosa -para no hablar derastros de su "integraci6n" con creencias especificas. De hecho, en sf mismo, el pasajepresenta la ensefianza cienufica como dogmatica y autoritaria.

Si la evidencia de Ia existencia de estas normas es tan diffcil de hallar comoparecc.jcomo es que postul6 su existencia? La rcspuesta parece ser que ocaslonalmentelos cienuficos las han curnplido. EI sociologo debe distinguir las norm as profesadas delos modelos de conducta sancionada positivamente; estes nonnas profesadas son en ~imismas incapaces de proveer una gufa real para la accion, Merton puede seiialareiemplos de estas normas en 10 que dicen los cientificos, pero no apona evidcnciaalguna sobre conductas modificadas por esas normas. Los cientfficos acentiian terrninostales cornu la racionalidad y et escepticis.no tfpicaruente en situaciones de celebracion,justificacion 0 COnfliCLO;estan dirigioos alas lcgos tanto como a otros cientfficos y, enultimo terrnino, como hem os mostrado, son dernasiado vagas par J influir en la conduc-ta. Son CO'lCCp~OSde una ideologta que se ccnvicrten diffcil:nentc en recomendacionesconductualcs; lII1a ideolog.a que, como vcremos mas adelante, no siempre na caracteri-"ado de menera importante al mundo cientffico. No obstante, aunque los ideales

profesados no pucdan eonsiuerarsc a Pi io.i como identicos a las nom/as estadfsticas,tam poco puede suponerse, como hemos hecho hasta aqui, que no influyan sobreIaacci6n. Ciertas norm as profesadas que los Mertonianos vinculan con la noci6n deuniversalismo, tienen implicaciones para la acci6n dentro de la ciencia modema.

Ya hemos expuesto nuestra insatisfaccion coil la descripcion que Merton hace delmodo como el universalismo se expresa en la ciencia a traves de la relevancia de loscriterios impersonales de verdad. EI termino "universalismo" tiene, ademas, definicionesdiversas centro de la propia escuela Mertoniana: Merton" 10 contempla como laimplicaci6n de que en ciencia la "carrera abierta aI talento'' deberia ser la norma;Storer" 10 define refiriendose "al supuesto de que las leyes ffsicas son universalmcntelas mismas y al principio de quela verdad y el valor de una afirmacion cientifica esindependiente de las caracterfsticas de su autor". Aparentemente, Merton utiliza eltermino universalismo en el mismo sentido que 10 hace Talcott Parsons": en nuestraopini6n, esto induce a la confusi6n dentro del contexte de la sociologia de la ciencia,pues introduce elementos normativos que han variado con independencia unos de otros.En gran medida, la ciencia se ha caracterizado par una creencia muy articulada en laimpersonalidad del orden natural y por el consecuente enfasis sobre la distinci6n entreel observador y 10 observado; el refuerzo ritual de esta creencia puede observarse haydia (much a mas, par ejemplo, que a eomienzos de siglo) en la insistencia de muchaspublicaciones cicntificas en una prescntaci6n dominada por la forma pasiva y otrosrasgos formale~.27 Por 10 general, esta creencia recihe mayor enfasis en la ciencia queen el conjunto de la sociedad. Es probable que las normas estadfsticas, como las quedescribimos anteriormente, alas normas tecnicas" que se refieren al tratamiento einterpretaci6n de los resultados derivcn de esto. Sin embargo, ser ia absurdo afirmar queel pensamiento cientifico se distingue en virtud de su asunci6n de la impersonalidad dela naturaleza."

Quiza sea posible contemplar el rol de medico como compuesto de normasmorales y de normas esotericas tecnicas e identificarlas independientemente: saber querecetar y cuando es etico hacerio son dos casas distintas. En este caso, el conocimientode las normas morales anade reglas discriminantes a una si tuaci6n especifica de ese rol.Las normas que hemos discutido antes, en cambio, en dos casos no anaden otras reglasdiscriminantes 3. las practicas esotcricas cie la ciencia; y ni siquiera son especfficas deella. EI tercero, el escepticismo, resulta empiricamente incorrecto precisamente porquese 10 formul6 al margen de la practica cientifica esoterica. Una vez que se aprecia c6mole afecta esta tambien el aoarece como inespecffico de la ciencia. No es par casualidadque no se pueda encontrar en la literatura un 3610 estudio que demuesue h existenciade normas estadtsticas definidas par estos terruinos.

I.

2. Cambios temporales en las norrnas cientfficasLa ciencia ha cambiado rapidamente en S'I corta nistoria, y no rnuesrra cignos de

haber logrado cierta estabilidad; su organizacion interna y sus relaciones cor. Ia socie-Jad exterior han cambiado enormernente desde 1:1siglo diecisietc. Una breve revisionde los cambios en el caracter de la actividad cienuficc muestra que Menon, al no sercapaz de distinguir entre 10 que los cicntfficos dicen y 10 que realmente haeen, confun-de aspectos caractensticos de la ciencia de distintos perfodos, agregandolos en un soloesquema que no es adecuado para ninguno de elios.

Para evidenciar esto, compararemos tres period os prir.cipales:1) La ciencia predominantemente amateur de los siglos diecisiete y dieciocho, que

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2) La ciencia academica profesional auto.iorna, primero en pequena escala enFrancia, y despues a gran escala en Alemania, donde a1canz6 SlI punto maximo entremediados del siglo diecinueve y la Primcra Guerra Mundial.

3) La Grim Ciencia del.siglo veinte, masivamente dependiente de la sociedad parasu financiaci6n, que se auto-justifica por sus aplicaciones y que se produce en unaamplia variedad de marcos institucionalcs.

1.- Hasta el siglo diecinueve la ciencia era en gran medida una actividad dequienes posefan medias independientes u obtenfan mecenazgo; los cientfficos careciantotalmente de fuentes sistematicas de financiacion." Las normas presentes en estaactividad predorninantemente amateur eran en muchos aspectos distintas de las de laciencia posterior.

La "ciencia", en el sentido modemo de la palabra, reune actividades que estabanseparadas en este periodo, actividades realizadas por individuos que no habfan pasadoa traves de ningiin proceso de socializaci6n formal y cuyos contactos con sus colegaseran, a menudo, infrecuentes; la noci6n de una comunidad cienufica global debe seraplicada con mucha precauci6n en este periodo. Podemos preguntarnos hasta que pun tooperaba la norma de comunismo en un contexte donde hombres como Black y Caven-dish no sentian ninguna necesidad real de publicar sus conoeimientos. Sin duda, laciencia era una actividad social y ya entonees cI credito por cl dcscubrimiento funciona-ba como una recompensa de caracter cornunalista, pero la norma no parece haberexistido como un imperativo moral intemalizado en la medida en que 10 seria despues.Era corruin en este perfodo que un cientifico estableciera su prioridad mientras manteniaen secreta partes vitales de ese conocimiento; esto podia hacerse mediante su dep6sitoen sobres cerrados y sellados, publicandolo en clave, 0 en forma de anagrama. Unejernplo es el deposito de Lavoisier de una nota sellada en la secreiarf a de la AcademiaFrancesa en 1772. Sus pcnsarnientos iniciales sobre la naturaleza de la combustionpudieron asf ganar Ia priori dad sin hacer ninguna concesi6n a su rival ingles." (Cfr.la practica actual de enviar cartas 0 breves informes a revistas de rapida publicaci6n,anunciando exitos en temas todavia bajo investigaci6n y ocultando detalles esencialesde las tecnicas emp!eadas). Aun no se habia desarrollado completamente una base

, si~tema~ira para el cornunismo, basada en la determinaci6n de la prioridad y en laasignacion del reconocimiento.

EI desintcres no fue una norma de este perfodo. En general, apenas hubo aplicacio-nes practicas de la ciencia aunque sf surgieron profetas de su futura utilidad (notoria-mente Francis Bacon). Cuando surgta la posibilidad de obtener beneficios, eran valoresextemos los que influfan sobre 10 que debla hacerse: s610 los mas aristocraticos de losamateurs pudieron pennitirse igi.orar tales cosas. Los cienrfficos bajo mecenazgo, enconcreto, comunicaban inrnediatarnente cualquier resultado practice: tablas astronomicascorr~gidlS que rnejoraban la astrologia, un telescopic' n.ejorcdo, un croncmctro quefuncionaba en el mar, Asfrnismo, el escepticisrno aparecta r•.ramcnte como normaprofesada (existieron difer=ntes actitudes bacia la especulacion dentrc de distintosgTUPCtSde cientfficos, pero ese es otro asunto). En cambro. la nrofesion de universalis-?lG, ba]o la forma de tajantes afirmaciones Je que cl conocimiento era cbjetivo eimpersonal, era completamente evidente y ha seguido siendolo.

Ademas, I~ ciencia amateur contenia elementos normativos cspecificos y opuestcsa lo~ estandares de la ciencia "profcsional" que la sucedio. EI amateur solfa perseguirs.us intereses por todo el ambito del conocimiento, sin preocuparse por las demarcacio-

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nes acadernicas ni inquietarse por su grado de cornpetencia en ellas. Frentc al enfasis"profesional" en la instrucci6n formal, la cspecializacion y la demarcacion de competea-cias, en la ciencia amateur era frccuente la afirmacion de la importancia de la libertadabsoluta de investigaci6n, y aparecc de manera particularmente conspicua en losescritos de los amateurs ingleses del siglo diecinueve.32, ,

Si la ciencia se caracteriza como instituci6n por la existencia en su interior de unsistema de rcconocimiento y recompensas que promueve el intercarnbio de informaci6n,entonces, podemos considerar a la ciencia amateur como una forma embrionaria de esainstituci6n. Los procesos centrales para la promoci6n de intercambios abiertos deinformaci6n se estaban estableciendo y alcanzaron su maxima eficiencia en el posteriorcstadio de profesionalizaci6n; habra otros modeios normativos iocalizados en otros sub-grupos de cientfficos; pero su importancia, amen de fluctuante. siempre fue menor parala cohesi6n de esos sub-grupos que la del consenso en torno a un paradigm a cientffico.

2.- Merton se ocupa espccialmente por las normas de la ciencia academica profe-sional, La comunidad aut6noma de cientificos profesionales dedicados a la investigaci6ndesinteresada lIeg6 a ser caracterfstica de la ciencia con el ampliamente imitado sistemauniversitario aleman. EI comunismo y el desinteres se convirtieron en normas estadfsti-cas y profesadas: el estudio de Ben-David y Zloczower sobre este perfodo muestra y,en parte, explica su irnportancia." La estructura instituei onal interactuo con las moti-vaciones individuales para producir una conformidad muy alia con estas normas, pero!a medida en que fueron i~temalizadasal1nnohasidodetenninada.Sinduda.seinternalizaron fuertemente en muchos casos; y, sin embargo, 105 cienuficos alemanesde extracci6n universitaria trabajaban con la maxima cficiencia en la industria haciafinales del siglo. EI gran exito de la "industria basada en la ciencia" alemana puedeatribuirse principalmente a la disponibilidad y eficiencia de los cientificos educadosacademicamente. No Ialtan perspectivas 'desviadas' entre los cientificos de Ia epoca;W.H. Perkin, que abandon6 un Iaboratorio acaderuico para fundar la industria de tintessinteticos, declaraba retrospectivarnente que 105 quimicos industriales que habfanestaban buscando nuevos tintes y mas prcvechosos habfan hecho progrcsar la qufmica,no habian desertaJo de ella; el celo afiadido por la motivacion extra, afirmaba Perkin,habia beneficiado a la ciencia." Esta afirmaci6n es la negaci6n de la norma de desin-teres.

Durante este periodo Ias manifestaciones de desinteres, escepticismo y neutralidademocional se generalizaron en 105 escritos, panicularrnente en el contexte polemico delos debates entre ciencia y religion, y se trazo una definici6n precisa de la comunidadcientffica a traves de !a ensefianza y la cualificacion forrnales, EI analisis de Mertonofrece un buen punto de pal tida para el estudio de la ciencia de este periodo y haproducido valiosos estudios sobre la asignacion de reconocimiento y recornpensas enla ciencia academic", Sin embargo, hay que seiialar una inconsistencia. Merton basa suanalisis sobre la concepcion de que los cieutfficos incorporan "pretensiones de verdad"a un cuerpo.de "conocimiemo certificado". Sin embargo, ell este perfcdo encontramosun rueucr acento de tos cientfficos en las afirmaciones sobre la verdad de su trabajoinrnediato; las "hipotesis de trabaio", las "teorias prcvisionales" y 10s "principiosorientaiivos" constituian de manera creciente 1<'.base de la practica cienurica. Annque10s cienuficos nunca han dejado de; acentuar su interes ~o, la verdad. se han visto cadavez mas obligados a trabajar sabre materiales provisionnles, e incluso especulativos, ya reconocerlos como tales La evaluaci6n de ese material tiende .a depender en granmedina de las diferencias en los paradigmas de los sub-grupos cientificos. Por ejemplo,

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I.H. van', Hoff y S. Arrhenius aportaron lUl fuer:e cornponcnte tcorico ;J la qufrnicaffsica de soluciones en la decada de H~80. Si bien s610 era precisa para solucionesextrernadarnente dtluidas, el nuevo enfoque proporeion6 un metoda efeetivo de investi-gacion, En una decada los fisico-qufmicos educados dentro de' este paradigma 10convirtieron en una ortodoxia inexpugnable, a pesar de que 105 cientificos de otrastradiciones se mostraban escepticos con respeeto a sus supuestos fundamentales. Laresoluei6n final de los debates resultantes fue evaluada de forma distinta por cadagrupo.

3.- EI awnento de Ias aplicaeiones econ6mieas de la investigaci6n cientifiea hapermitido un eontinuado ereeimiento exponencial de la eiencia. No obstante, la varianteacademica ha perdido importancia reJativa COli respecto a otras fonnas institucionalesque han surgido. Mas aun, durante este crecimiento la ciencia academica ha perdidoparte de su autonomra y, cada vez con mayor frecuencia, la circulaci6n general delconocim!ento, incluso del producido por cienuficos puros, se pennite s610 si 10 autori-zan los intereses naeionales 0 rnilitares. Puede esperarse que las expresiones de desinte-res sean menos universales, incJuso en el mundo acadernico. Tarnbien 105 cambios enla base tecnol6giea de la eieneia estan teniendo su efeeto. La "gran eiencia" acadernicano se adapta bien a un sistema de dereehos de prioridad cientffica individual, ni susnecesidades econ6micas la permite.i la misma posibilidad de autonomia que existia en105 dfas de la cuerda y el lacre.

En nuestra opinion, eJ contexte ahist6rico del funcionalismo mertoniano no escapaz de ocuparse de los cambios que hemos bosquejado. Este enfoque tiende aver lassituaciones de cambio como horncosuiticarnente equilibradas 0, cuando men os, comouna combinaci6n analftica de varias estructuras ideales de equilibrio, Este rasgo pucdeapreciarse tambien en el anal is is que Merton haec de la ambivalencia cientifica.

3. La ambivaiencia y el ethos cientificoR.K. Merton y Elinor Barber defincn la arnbivalencia sociol6gica como la incorn-

patibilidad de expcctativas normativas respecto de actitudes, creencias y conductasasignadas en una sociedad a un status 0 coujunto de status." En un sentido mas res-trictivo se refierc a expectativas normativas incompatibles asociadas con un mismo rol.Dado que una misma conducta no puede expresar simultaneamente estas norrnas,resultan en una oscilncion entre conductas, Esa ambivalencia puede provenir delcontexto estructural de un status particular 0 de los multiples tipos de funciones asigna-das a un status, I,C6mo se aplica esto a la ciencia? En su articulo sobre Ia ambivalenciade los cienuficos. Merton dice que "(. ..) una caracteristica de las instituciones socialeses que tienden a organizarsc terminus de pares de norrnas potenciaimente conflictivos.Eso obliga a quienes se sujetan i! las reglas de la institucion a combinar esas inconsis-iencras en una accion razonablementc consistente"." Merton repasa numerosos paresde norma; definidos institucionalmente en que puede hallarse cierta inconsistenciapotencial antes de discutir ~11 ejcmplo principal: lit Uf"uiVrtkTlc:a bacia la priori dad enel descubrimiento ci entffico. Cornentaremos 5610 dos c!e estos pares; pero nucstrasCI iucas pucde extenderse facilfllente J Jas otrns normas que menciona Merton. Laobjeci-Sn basica que debe hacer se es que el conflicto depende del modo como Mertonestabiece las normas. Puede que reflejen las dificultacies y ambivalencias de algunoscientffico, particulares, pero, a: no existir una version compJetamente consolidada dernucnas de est as normas, es prcciso considerar COli el maximo cuidado toda expresionparticul~ de ellas, Es posihle, incluso, que algunas de ellas no puedan ser expresadaspn ,~ formn dp lJ'la <!firmo('ii\n <imrie, no ClJ"'ifi"'lda y universal .

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EL ETHOS C1ENTIFICO 45

Consicerernos el primer par tie nonnas citado por Merton: "Un cientffico debeestar dispuesto a poner a disposiciou de sus iguales su conocimiento novedcso tanpronto como sea posibIe, pero, debe evitar una impropia tendencia a abalanzarse apublicar"." La scgunda norma es demasiado valorativa para ser adecuadamente des-criptiva. "Que significa el termino "impropia"? La unica interpretaci6n que pod em ossugerir es que cuando existe una alta probabilidad de que algo em que se cree firmc-mente sea incorrecto, esto es, de que no sea conocirniento en absoluto, lanzarse apublicarlo es irnpropiamente apresurado. Pero bajo esta interpretaci6n las normas antesformuladas no se contradicen. En otro arttcuto," Merton parece aceptar que los paresde normas que producen la arnbivalencia no son realmcnte contradictorios pero cree quelos cientfficos que intemalizan ambas podrian sentirse facilmente orientados haciaacciones opuestas. Sin embargo, cabe dudar seriamente de que exista un gran ruimerode eientfficos que hayan intemalizado unos aforismos tan genericos, como 105 queMerton empareja al comienzo de su estudio de Ia ambivalencia. La mayoria de loscientfficos disponen de complejas normas tecnicas con respecto a la pub Iicaci6n y sinduda son estas, en much os easos, las que describen un camino ideal de acci6n entre 105casos extremos que impIican los aforismos de Merton. Pero, en estos casos, eJ caminoideal es fa norma y son las fonnulaciones de Merton las que hacen que parezca quehay una tensi6n que no esta presente en la situaci6n. En algun caso, un conflicto entrenormas tecnicas podrfa generar ambivalencia psicol6gica (dependicndo, claro, de lapersonalidad individual Gel cientffico), pero la ambivalencia sociol6gica 5610 existecuando Ias demandas sociales sobre un individuo son incompatibles, y este no es eIcaso.

Convendra que consideremos el segundo par de normas expuesto por Merton parailustrar otra cuestion. "EI cientffico no debe consentir ser victima de modas intelectua-les, esas ideas eflmeras que surgen en WI momento dado y que estan condenadas adesaparecer, pero debe ser flexible, permanecer receptivo a nuevas ideas prome~e?orasy evitar osificarse bajo el disfraz del manteimiento responsable de las tradicionesintelectuales" .39 A veces ocurre en ciencia un sub-grupo de investigadores desarrollauna nueva idea, teorfa 0 tecnica: la evaluaci6n negativa como "rnoda inteIectual"(evaluaci6n desfavorable) suele ocurrir fuera de ese grupo, que esta mas inclinado aconsiderarla "una nueva idea prometedora'' (evaluaci6n favorable). La presencia simul-tanea de estas dos evaluaciones dentro de 1a ciencia no conduce necesariamente a laarnbivalencia, pues raramente ocurre que un sujeto las perciba y les conceda significado'al mismo tiempo; los cientificos raramente tratan a todos los demas cientfficos comoun grupo significati vo de referencia.

Las dernas normas que enuncia Merton pueden criticarse del rnisrno modo. Recu-rren a un lenguaje persuasive cuando una descripci6n aprcpiada rcsolvena el couflicto;afirman posturas extremas cuando se precisa un punto medio; formula ias normas demanera demasiado general; en ocasiones opone las norrnas de sub-grupos separados eincompatibles 'j esto es claramente incorrec.o si se mantiene que 1::'5normas obligan atodos los cientfficos-.

Tras exponer esos pares como ejernplos de conflicto normativo en ciencia, Mertonaborda Ia arnbivalencia bacia 1a prioridad en 105 descubrirnientos cientfficos. Esta seatribuye a que e! rol de ciennfico incorpora dos val ores potencial~e?te incompati~Ie~:eI valor de la originalidao. que lleva al deseo de obtener reconoc.miento por la pnon-dad, y eI valor de la humildad, que conduce a insistir sobre 10 poco que uno ha logrado

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rcalizar. A difcrcncia de la mayor parte de su lista, cste conflicto puedc ser una autcnti-ca fuente de tensi6n en la ciencia, aunque no debido alas dos normas expuestas -sedud a si la humildad 'deberfa ser accptada como norma cientffica-. La tension realproviene de que la ciencia se bas a en un sistema analogo al de la propiedad privada;un sistema que ha tenido muchas dificultadcs y tendra que encararlas aiin mayorcs enel futuro. EI sistema cientffieo se ha organizado alrcdedor del reconocimiento deldescubrimiento como propiedad del descubridor. EI homenaje se rinde a los descubri-mientos y es sobre est os que los cientfficos reclaman dcrechos de propicdad. ESICsistema tard6 en estableeerse. Precise de 1,1 institucionalizaci6n de un proceso deconcesi6n de credito a todo trabajo previo sobre el que se basase una contribuci6n;tam bien de la aceptacion de que la datacion de descubrimientos debfa basarse en sufecha de publicacion y no en la de realizaci6n del trabajo. Esto era necesario para evitarquerellas sobre improbables pretensiones de que algun trabajo habfa sido realizadomucho antes por alguien que no 10 comunie6. EI sistema no logro aceptaci6n universalhasta el siglo diecinueve. Su importancia creci6 con la profesionalizacion de la cienciauna vez que los derechos de dcscubrimicnto se con virtieron en el rnetodo principal paraevaluar el trabajo de un investigador.

El derecho de propiedad sobre los hallazgos parece haberse convertido en parteesencial de la ciencia. No obstante, siernpre ha habido complicacioncs. Una Iucnteconcreta de dificultades ha sido el problema de los descubrimieruos simultaneos, Alprincipio se SUpUSJ que se trataba de un hecho infrecuente y que, cuando ocuma, losprotagonistas se enzarzaba a menudo en acusaciones de plagio." em la progresivamejora en Ia instimcionalizacion de los medios de atribuci6n de los descubrimientoseste caso fue cada vez menos probable, y el descubrimiento simultrineo se recouociocomo uno de las inconvenientes de hacer ciencia, especialrnente en campos dondetrabajaban muchas personas. Aquellos a quienes les preocupaba esta cuestion buscarontern as que nadie mas cstuviera investigando, Esto es 10 que hizo Faraday en sus ultimosaJ10s, preocupado por su perdida de memoria y por la posibilidad conexa de plagioinconscicl]te:1 En general, sin embargo, los cientfficos rcprimieron las dificultades quepodtan acarrear los descubrimientos siraul.aneos y continuaron como hasta entonces.Pero Ia ciencia ha crecido y con ello se ha producido un incremento del mirnero ded~scubrimientos, del rnimero de personas trabajando en cada tema concreto y de ladificultad de saber que hacen todos los Demas er: el campo. Todo esto ha aumentado1,1posibilidad de descubrimientos sirnultaneos. Cada vez es menos frecuente que alguienpueda afirmar que la naturaleza de su aportacion ha dado forma a todo un campo. Siese alguien no 10 hubiese hecho, otra persona lo habrfa conseguido. Ad-mas. se ha vistocada vez mas claro que un descubrimiento no es una cosa fiei! de atribuir a una solapersona. Donde la tradici6n ha visto a cientfficos cuyos descubrimientos excedfan lasposibilidades de sus contemporrineos, e inclusc los tildaba de ,.adclantados' a S:J tiCiDPO"(una frase muy dudosa), los recientes estudios hist6ricos tienden "- rnostrar que elu abajo prcvio ai de ros grandes hombres en cucstion conducfa de forma bastante naturalal descubrimienio, y que frecuentemente hizo falta un trabajo posterior para exprcsadoen la forma en que se Ie rccuerda, EI descubrimiento como derecho de propiedad nol~sulta tan. cl~o ni tan natural como se nabfa crefdo, Por ejernplo, Kunn" analiza que~l descubrirniemo del oxfgeno 1]0 fue un acto simple atribuible inequfvocarnente a unllld:~lduo ~. en ~ momento concreto en el tiempo. Varios qufmicos debieron prepararel aJI;: ennquccido por el gas en los inicios de la decada de 1770 sin saberlo. C.W.Scheele prepare una rnuestra relativamente pura, pero no public6 sus resultados de

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irunediato. 1. Priestley prepare el cas en 1774 ~. io idcruifico primero como oxidenitroso, y en 1775 como aire con rnenos flogisto de 10 normal, Lavoisier inici6 sutrabajo despues de Priestley, caracterizando el gas a principios de 1775 como aire maspuro y respirable, y en 1777 como W13 espccie distinta, uno de los dos principalesconstituyentes de la atmosfera. EI descubrimieruo del oxfgeno Iuc, por tanto, un procesogradual y sucesivo, y la contribuci6n que WI individuo hizo en alguna fase bien pudohaber sido reaJizada por cualquier otro. Este ejemplo parecer ser tfpico. La practicatradicional esta lejos de haber desaparecido, aunque hoy cucrua mucho menos que haceun siglo y estan surgiendo nuevas pauias que hacen el concepto de posesi6n del descu-brimiento aun menos coherente. La tendencia de 1,1investigaei6n hacia el trabajo enequipo, ninguno de cuyos miembros puede atribuirse el dcscubrimiento de ningiinproduct a del grupo, no ha causado la tension que podria habcrse esperado. Un cicntfficopuede hoy dfa obtener su reputaci6n al ser reconocido por aquellos que trabajan en supropia especialidad como alguien que trabaja bien. no como un descubridor. Tambiense esta extendiendo 1:>,practica de circular ideas tentativas para que sean criticadas, deforma que cuando aparecen impresas deben agradecimiento y credito a mucha gente,10 que tambien se aleja de la pauta tradicional. Los residuos de la vieja practica puedenobservarse en la dificultad de decidir si el credito por un artfculo finnado por variosautores debe ser mayor para al primer autor 0 igual para todos. Algunas ciencias aunrnantienen la vieja practica, en otras hay quienes emplean claborados procesos paraigualar el credito (como carnbiar los nombres ell un ciclo de sucesivos articulos, deforma que cada persona ocupa el primer lugar en un aruculo 0, mas corminmente,seguir el orden alfabetico, 0 incluso, rechazar la menci6n de cualquier nombrc).

Asf pues, 1,1 apropiabilidad de los descubrimientos es una forma institucionalcambiante, quenecesito algun tiempo para desarrollarse, nunca Iunciono idealrnente (talcomo Merton ha ilustrado con.prehensivamente)? y cuya importancia se hall a hay endeclive. La ambivalencia, ya fuese institucional 0 psicol6gica, existio, y en menormedida aun existe, dentro de este sistema; las normas estadisticas SOIl completamenteevidentes en cste caso. Pero estas normas estan cambiando: Merton menciona eviden-cias que indican que la tasa de querellns en cases de descubrimientu simultaneo estandisminuyendo" y, por el contrario, que el ambito de la autoria multiple esta en au-mento en much os areas." Merton afirma que: "Para nuestos prop6sitos, 10 que unportade esos cambios es que e! interes por la prioridad seguramente ha variaco con eltiempo; segundo, que 10 ha hecho en relacion con 1,1organizacioa del trabajo cientffico,y tercero, que estos carnbios pueden, eventual e indirectamente, disminuir la arnbi-valencia de los cientfficos bacia el logro de reconocimiento por la originalidad de susaportaciones"." Puede darse 1111 paso mas y sugerir que res cambios no s610 ocurrendentro del sistema de rcconocirruento, sino que afectan at mismo sistema de reconoci-miento. Los supuestos funcionatistas han encontrado dificultades para rratar esoscambios, y donde el funcionalismo se basa en una estructura normativa totalmenteseparaoa del contcaido escterico de la ciencia, la uificultad se exacei oa: por ejemplo,ei surgimiento de los "colegios invisioles'"" ~61u puede explicarse teoricamente a laluz de los problemas logfsticos relatives a la diseminacirm de una cantidad creciente deinformaci6n y de la progresiva division del trabajo cienufico, Los estudios sociologicosde la cicncia ya no pneden permitirse ignorar su contenido esoterico ni sus caracterfsti-cas dinamicas.

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4. Conclusi()nes finales

En las hiper-diferenciadas sociedades actuales el orden social puede ser sostenidopor agcncias especializadas en ausencia de un consenso nonnativo total; puede haberc?municaci6n rea] e interacci6n significntiva entre grupos con practicas y val ores muydiferentes, Tales grupos parecen haber existido siempre en hi ciencia; en suma, el~onscnso. normativo y la cohesi6n dentro de ellos explica el eficiente intercambio de1ll:ormaCl6n y la cooperacion que son tan valiosos para el desarrollo de la ciencia,nuentras que las diferencias entre ell os ayudan a explicar la innovaci6n conceptual yel desarrollo de nuevas teonas 0 disciplinas.

Los grupos de cientfficos que muestran un mayor grado de consenso son I~~comu:-lldades-que comparten-un-paradigma de Kuhn. La cohesi6n, solidaridad y com-prormso que poseen emanan de las norm as tecnicas de los paradigmas," no de un"ethos" cientffico global. Es bien posible suscribir las nonnas tecnicas sin adoptar una"id.entidad cientffica"; estas son compatibles con una amplia gama de orientacionesreligiosas, polfticas 0 filos6ficas; puede sancionarlas un sistemas de reconocimiento 0

de recompensas econ6micas; y sus actividades asociadas pueden legitimarse de variasmaneras. Las comunidades que com parten un paradigm a resuelven eficazmente losproblemas que sus metodos les habilitan para solucionar, pero esas mismas cualidadesde solidaridad y cohesi6n limitan la medida ell que es posible ruodificar los rnetodosy las tecnicas para abordar 10 inesperado. Con Irecuencia son los miembros de otrac?n:unidad quienes resuelven el problema inesperado que ha surgido en una comunidaddistinta.

Dentro de la ciencia, con sus diversos temas y metodos de investigaci6n, existenmuchas comunidades que comparten paradigmas; a veces hay mas de una trabajandoen un mismo campo. Cuando esto ocurre, 0 cuando otras comunidades migran hacia WI

problema que anterionnente s610 era relevante para un grupo, invariablemente surgendiferencins sobre la evaluaci6n de su exito relativo. Esto produce un cambio importante,que no pueden ser explicado por cambios de opinion individuales, en cl significado deIos grupos competidores, EI grupo "triunfador", invariablemente obtiene la parte delle6n de los nuevos .ngresos del campo y, con el crecimiento exponencial de la ciencia,Ilega a constituir el "punto de vista mayoritario", Por supuesto, esto no niega la impor-tancia de los cambios de opini6n individuaIes, ni del dialogo que se establece entre losdiferent~s grupos de conscnso, que en ocasiones redunda en un nuevo paradigma queproporciona un consenso total.

Cuando dos grupos de consenso cornparten problemas, sus reIaciones vanan entrela cornpeticion arnistosa y la lucha encamizada, Ambas urientaciones har, side enocasiones, "funcionales". EI debate cs posible entre tales grupos, aunque inicialrnentepucda estar lJeno de nialentendidos, gracias al lenguaje y a los conceptos compartidosfuera de los paradigmas particuiares. Estos procesos mediante los que se logra el mutuoentendimienro son 'ill rasgo crucial de los can.b.os cientfficos. En este contexte ese~;::2c;alme:-:te frecuen.e apelar alas nOJ1Yla"cicnrfficas, en particular e•• la crftica deladvcrsarir« en el debate. Estas apelaciones pueder; ir desdc Ias diferencias mas espccifi-cas de rnet()uo entre ambos gmpos, hnsta.llnniadas mas generales a h sensatez. Apelara I~ raclcnalldad, el escepticisrno cientffico 0 el desinteres tiende a ser de poco efectoy uene m;:s relacion :OI1 las malinterpretacioncs recfprocas entre las comunidades quecon la concucm real de Ios cientfficps; no deberfan abstraerse tales afirrnaciones de sucontexte nolemico,

EI disenso normative juega claramente un rol vital en la ciencia; pero son el

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lenguaje y la culture compai lidos por Ius cienuficos, y no unas normas especfficamcntc"cienuficas" predominantes, Ias que median y hacen feitiles las nonnas tecnicas irnplfci-tas en los paradigmas. Igualmente, es el orden y la estructura de reglas de la sociedadcircundante 10 que amortigua la intensidad del conflicto nonnativo; ningiin cientfficoesta totalmente en manos de los otros, las sanciones son en realidad muy limitadas -particularmente en ciertos momentos de la carrera cientffica- y pocos cientfficos sonresponsables ante sus colegas especialistas exclusivamente. Nosotros sugerirfamos que,junto alas premisas funcioualistas, uit u elemento de la posici6n te6rica de Merton hacontribuido aI excesivo enfasis sobre las nonnas cientfficas predominantes: la tendenciade su analisis a tratar cada instituci6n como una micro-sociedad con problemas deintegraci6n identicos a los de la sociedad global. Esperamos que la naturaleza denuestro desacuerdo con esta perspectiva haya quedado clara.

NOTAS

1. R.K. Merton, Science and Democratic Social Structure, Social Theory and Social Structure (Glencoe,Free Press, 1957), p.551. [Existe version espanola, Teorta y Estructura Social (Mexico, FCE, 1973)(N.del T.)].

2. Ibid. p.553.

3. Ibid. p.556.

4. [bid. p.558.

5. N. Storer. The Social System of Science (New York. Holt, Rinehart and Winston. 1966), p.79.

6. B. Barber, Science and the Social Order (New York, Collier, 1962). p. 126. [Existe version espanola,Ciencia y el Orden Social (Barcelona. Ariel. 1966)(N. del T.)].

7. Merton, "1'. cit. p.560.

8. Barner, op. cit. w.32 y ss.

9. Storer, op. cit. p.77.

10. R.K. Merton, Puritanism, Pietism and Science, Social 1heory and Social Structure, op. cit. p.77.

11 S. Marcson, The Scientist in American Industry (New York, Harper, 1960).

12. W. Kornhauser, Scientists in Industry (Berkeley, University of California Press. 1963).

13. Ver, por ejemplo, Barber op. cit., capitulo III.

14. K.l. Downey, "Sociology and the Modern Scientific Revolution", Sociological Quarterly, V][[ (1967),pp.23'! y ss.

IS. R.G. Krohn, The Institutional Localization -f the Scientist Gild his Scientific Vclues, LR. E. Transactionson Engineering Management EM-8 (:961), pp.l33-138.

16. S. Box y S. COlgrove, "Scientific Identity, Occupational Selection and Role Strain", British Journalof Sociology, XVH, (1966), pp.20-28.

17. ~torer, "1'. cu. p.I65.

Ie. Barber op. cit. pp.32 y 55.

i9. S. Lukes, "Some Problems about Rationality", European Journal of Sociology. 'I!!I (1967), !,p.~47Y ss.).

20. Merton, Science and Democratic Social Strucr ••re, op. cit, p. 555.

21. T.S. Kuhn, "11,e Function of Dogma in Scientific Research". in A.C. Crombie (ed.), Scientific Change(London, Heinemann. 1963), pp.347-369.

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I50 BARNES Y DOLBY

22. Ver. por ejemplo, T.S. Kuhn, The Structure ofScielUifc R. vo'utions (Chicago, Univ, of Chicago Pr-ss.1962) [Existe version espanola: La Estructura de las Revoluciones Cientijicas (Mexico, FCE, 1972)(N.del T.lI, capitulos n-v.23. W.O. Hagstrom, The Scientific Community (New York, Basic Books. 1%5), p.lO.

24. Menon, Science and Democratic Social Structure, op. cit., p.554.

25. Storer, op. cit., p. 78.

26. T. Parsons The Sori»! System (New York, Free Press, 1951) [Existe version espanola, EI SistemaSocial (Madrid, Alianza ed., I 978)(N. del T.)].

27. Ver, por ejemplo, D. Edge (cd.), Experiment (London, B.b.C., 1%4).

28. Menon, Science and Democratic Social Structure; op. cit., p.552.

29. Mary Douglas ha plantcado en Natural Symbols (London, Crasnet Press, 1970) [Existe versionespanola, Simbolos Naturales (Madrid, Alianza ed, 1982)(N. del T.)] un estudio comparative de laincidencia de Ias cosmologfas antropomorficas e irnpersonales.

30. Sabre los recientes debates en este punta, vease D.S.L. Cardwell, The Organisation of Science illEngland (London, Heinemann, 1957); E. Mendelsohn, TIle Emergence of Science as Profession inNineteenth-Century Europe, en K.B. Hill (ed.), The Management of Scientists (Boston, Beacon Press,1964).

31. Veasc, por ejemplo, cl comentario de Lavoisier sabre su accion, citado en W. Whewell, History of theInductive Sciences (London, 1837), vol, HI, p. 131.

32. Par ejemplo, algunos de los que reaccionaron contra la obra de C. Babbage, Observations on tireDecline of Science in England (1830), expresaron que \a ciencia inglesa e ra mucho mas libre que lafranccsa. La creencia politica en la no intervencion del Estado se extend fa a mcnudo a la ciencia y a laeducaci6n cicntlfica. Cardwell cementa que rnuchos victorianos parecian creer que el Estado nunea podiatcncr razon. Vcr D.S.L. Cardwell. especialmente, p. 56. H.T. Buckle sostuvo en su History of Civilizationin England (1857-1861) que el declive de la ciencia france sa a finales del siglo diecisietc fue debido, engran pane, 0 las funestas influcncias del mecenazgo de Luis XIV.

33. J. Ben-David y A. Zloczower, "Universities and Academic Systems in Modem Societies", EuropeanJournal of Sociology, III (1962), 45-84.

34. W.H. Perkin, "Hofmann Memorial Lecture", Journal of the Chemica! Society, LXIX (18%), 596.637.

35. R.K. Menon y E. Barber, Sociological Ambivalence, in E.A. Tiryakian (ed.), Sociological Theory.Values and Socio-Cultural Change (London, Collier-Macmillan, 1963).

36. R.K. Menon, TIle Ambivalence of Scientists, in N. Kaplan (cd.), Science and Society (Chicago, RandMcNally, 1965), p.112.

37. Ibid. p 113.

38. R.K. Merton, "Priorities in Scientific Discovery", American Sociological Review, XAll (I <15'/),p. 035.

39. Merton, The Ambivalence of Scientists, op. cit., p.1l3.

40. Vcr. par ejcmplo, Menon, Priorities in Sciemific Discovery. op. cit. y ~inglel0ns and Multiples inScientific Discovery,rrccading> of thr American Philosophical Society, C\l (1961),470-486; tcrnbieu,Kuhn, Tilt' Structnrr of Scientific Revolutions, op. cu. y Ene(gy Conservation R." an Example ')! S:r.~:1!tJ.neaus Discovery, i~ ~.~.Clagett (ed.). Critical Problem, ill the History of Science (Madison, Universityof Wisconsin Press, 1959), pp. 321.356.

41. L. Pearce Williams, Michel Faraday: A Biography (London, Chapman aile Hall, 1965), r,49\.

42. Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions. op. cit. Pt'. 53 Y ss. Id "Historical Structure of ScientificDiscovery", Science, CXXXVI C962), p.760.

43. Menon, Priorities in Scientific DIScovery, op. cit.; "Resistance to the Systematic Study of MultiplesDisccverie, in Science", European Journal of Sociology. IV (1963). p.237.

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EL ETIIOS C1ENTIFICO 51

44. Menon, The Ambivalence 0; Scientists, op. cit. p.12S.

45. H.A. Zuckennan, '''t110 Nobel Laureates in the United States. A Sociological Study of ScientificCollaboration". (Articulo no publicado, Columbia University, 1965).

46. Merton, The Ambivalence of Scientists, "p. cit. p.130.

47. DJ. de Solla Prioe, Little Science, Big Science (New York, Columbia University Press, 1963).

4&. Para otra aproxirnaci6n que acentua c6mo 10s paradigmas consutuyen en sf rnismos las normas de laactividad cientifica, vease M. MulJc:ay, Social Research, XXXVI (1969), 22-52.

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Sociologias normativa e interpretativa de Ia ciencia'

John LAW y David FRENCH

La distinci6n entre el modo 'interpretativo' y 'normative' de hacer sociologfa escrucial, pues ambas se basan en actitudes diferentes, irreconciliables de hecho, haciael actor y sus capacidades, y dan lugar a tipos muy divers os de sociologfa y de explica-ciones sociol6gicas. Por regIa general, realizan investigaciones empfricas de caracterdiferente en areas muy distintas y emplean metodos dispares.'

La sociologfa de la ciencia, aislada hasta cierto punto de los recientes desarrollosen sociologfa, ha dcsarrollado convcncionalmene Sl~S propias areas de problemas y decontroversias. La mas resenable entre estas es la que divide a quienes adoptan unanalisis Mertoniano de aquellos que intentan desarrollar la tradici6n Kuhniana.' Se hadicho que estos dos enfoques son incompatibles y, de hccho, 10 son en aspectos impor-tantes.' Sin embargo, este artfculo plantea que la atenci6n prestada a sus diferenciasha oscurecido el hecho de que, al menos segun ciertas interpretaciones, tienen importan-,te~ similitudes. En concreto, ambas reflejan un modo normativo de discurso; por contra,apenas si han empleado formas alternativas de analisis interpretativo, como se vera.

EI desarrollo de un enfoque interpretativo alternativo en la sociologfa de la cienciapodrfa conducir a una vision de la ciencia rnuy diferente de la que se ofrece actualmen-te en el marco normativo. Una sociologfa interpretativa centrarfa su investigaci6nempfrica sobre ciertos supuestos que se dan por sentados en la sociologfa normativa.Por ejemplo, asumirfa que en la ciencia el significado esta sujeto a continuas negocia-ciones, y apuntarfa que el grado de coherencia conceptual de una disciplina (0 de laciencia) es pioblemauco. En otras palabras, afirmarfa el grado de coherencia es unacuestion a determinar mediante i.ivestigacion empfrica, y no generalizable a priori. Estocontrasta seriamente con el enfoque normativo actual, que asume un alto grado deconsenso cognitivo y normativo y busca, COllO uno de sus primeros objetivos, identifi-car un conjunto relativamerue estable de normas al que se considera, simultaneamcnte,la gufa del ciendfico en su trabajo y los rasgos definitorios de la naturaleza institucionalde la ciencia.

L'! obra de Kwm ocupa una posicion ambigua respecto a esta distincicn. As!, suconcepto de paradigma (como un conjunto de supuestos que limita I" acci6n rlelcientffico) se ha tornado como base de una interpretacion normative particular de I:!sociologfa de ta ciencia. Hace tiempo que Mulkay, en un irnportante articulo, avanz6

• Fditado originalmente como "Normative and Interpretative Sociologies of Science", en The SociologicalReview. (1974),22; 1'1'. 581-595. Con penniso del aotor,

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54 LAW Y FRENcli

explfcitamente esta posicion," y apreciacioncs parecidas pueden encontrarse en trabajosde otros autorcs, Sin embargo, la obra de Kuhn tambien pucde leerse en semidointerpretativo y, en nuestra opini6n, cuando se hace asf sistematicamente, conduce a unapotente y flexible imagen de la accion ciernffica. En la actualidad, la posicion interpre-tativa esta muy poco desarrollada en comparaci6n con la tradici6n normativa.' Estearticulo se propone argumentar que, una vez desarroJlado, el podcr conceptual de latradicion interpretativa residira precisrunente en aqueJlas areas donde la tradici6nnormativa es mas debil. POl' ejernplo, Ia sociologfa interpretativa de la ciencia evita, enprincipio, dos importantes dificultades conceptuales intrfnsecas y condicionantes delanal isis normativo.

La primera cs la distinci6n entre factores internes y extemos; una distinci6n que,aunque fuenemente arraigada en la tradicion nonnativa, no afectara del mismo modola estructura conceptual del enfoque interpretative. Estc no tratara ala ciencia comoaislada de, 0 corruptible por, otras fonnas de vida social, sino como un aspecto de unsistema situado de actividades."

La segundo se refiere a la innovacion, En un analisis interpretativo, la innovacionno se vera como una propiedad especial de la acci6n cienufica sino como una propie-dad general de toda acci6n social. Por supuesto, es importante tomar en consideracionla apreciaci6n de los actores sobre si una accion es innovadora 0 convencional (esto,entre otras cosas, afectara a la naturaleza de la interaccion), pero no compete al analistadeterminar que constituye 0 no una acci6n innovadora. Un analisis interpretativopermitiria, por tanto, un analisis similar de la acci6n cientffica y no cienufica y, posi-blemente, la transferencia de algunas ideas de Kuhn a areas de la accion social quenormalmente no son consideradas innovadoras.

Basta C0n estos dos puntos para mostrar que la sociologia interpretativa de laciencia diferirfa notablemente de la variante normativa. Pero aiin hay una razon adicio-nal -y, en cierto modo, mas fundamental, para abogar por el desarrollo de una sociolo-gfa interpretativa de la ciencia. A! firmar un compromise explicito con alguno de estosenfoques, el sociologo "C comprornete manifiestarnente con unos modos y areas detrabajo particulares y con un modele concreto. Podnamos decir que elige sus fuerzasy sus debilidades, EI peligro surge cuando esta elecci6n es implicita, pues abandonadistintas posibilidades cuya existencia ignora. EI analista se compromete con un modode analisis, con todos sus supuestos conceptuales, y el trabajo mira en una sola direc-ci6n. Hay evidencia de que eso ha ocunido en la sociologfa de la ciencia. Con notablespero escasas excepciones, la rnayorfa de las cuales son muy recientes,' la distincionentre 10 normative y 10 interpretative se ha desdibujado en un analisis que, en general,se inclina hacia el primero.

E! analisis normative de III cienciaLas diferencias entre Ics analisis Mertonianos y KlLt,.nianos de la ciencia son bien

conocidas, pero, por 10 general, se ha apreciado rnenos que la ob.a de Kuhn y I" dealgunos de sus seguidor es sociologicos. incluyendo a Mulkay, cornnarten un cornprorui-.so normative fundamental. En estc epigrale contrastarcmos el analisis normativo pro-puesto per Merton con el recomendado por Mulkay eu 1969. EI articulo de Mulkay"Algunos aspectos dei crecimienro cultural ('11 las ciencias naturales" fue una aportacionoriginal e influyentc a una sociologfa norrnativa y kuhniana de la ciencia. Su comoro-miso con un modo norrnarivo de analisis era, adernas, particularmente claro. Es pOI ·eJ!oque considerarnos con mayor detalle los aspectos normativos de este articulo (si bien

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I 55SOCloLOGfAS NORMATIYA E INTERPRETAnVA

debe hacersc nctar que en sus trabajos mas recientes Mulkay ha cvolucionado en ladireccion de un analisis interpretative').

Pueden senalarse varias areas de similitud normativa entre Merton y Mulkay que,pensamos, de fin en sirnultanearnente sus fucrzas y sus debilidades al estructurar lanaturaleza del analisis. .

(a) Marcos Normativos. EI compromiso de Merton con un marco normativeestatico es muy evidente -se afinna que las cuatro normas que caracterizan la cienciahan perrnanecido estal.les desdc el siglo XVII-: Mulkay adopta un compromiso simi-lar, aunque men os global, al sostener que el paradigm a de Kuhn puede verse comoconstituyente de las normas tecnicas y cognitivas." Esas norm as fonnan un marco quehaec inteligibles acciones del cienufico. En general, para Wl "cicnufico normal" lasnonnas cambian poco (la noci6n de "aniculacion" parece rcferirse a sucesivas espccifi-caciones normativas). Sin embargo, a veces, el carnbio normativo puede ser rapido.Mulkay sugiere que areas cognitivas enteras pueden ser reorganizadas normativamentea traves de procesos de invasi6n cientffica (esto es, a iraves de la transferencia demarcos normativos de un area a otra"). En momentos de revoluci6n cientffica, losviejos marcos normativos son revocados y sc crean y accptan otros nuevos, Sin embar-go, dentro de una disciplina cienufica "normal" la imagen dominante muestra marcosnormativos relativamente est uicos que gubiernan las acciones cientfficas y. 51 bien elcontenido de tales norrnas cs IllUY difercnte del scnalado por Merton, la f0I11111delanalisis y mochas de sus consecuencias son identicas.

(b) La Coherencia del Conocirniento. Ambos enfoques sugicren implicitamcntc quedentro de la ciencia (0 de la red de investigaci6n) el conocimiento cst:1 bien organizadov es coherente. La conceptualizaci6n de Merton de las acciones cientfficas evidenciasu compromiso con una visi6n positivista y empirista de la ciencia. 12 Los hechos sobrcel mundo, si se los recoge correctamente, son acumulativos y, jJreswniblemente,verdaderos para siempre." Las teonas, construidas dentro de marcos coherentes,responden a los hechos. Una visi6n similar es aun mas c1ararnente observable enescritos similares de Parsons."

En su interpretacion de Kuhn, Mulkay asurne una coherencia similar son respectoal paradigrna, Citando a Festinger, Mulkay sostiene que el cientifico individual intentaevitar estados de disonancia cognitive." Ademas, como los paradigm as pueden conce-birse como conjuntos de norm as , es razonable asumir que las acciones y creenciascientfficas de todos los cientfficos vinculados a un paradigma iormaran, en abstracto,un todo cientffico coherente (seguramente un complejo conjur.to interrelacionado deteonas e imagenes de los datos). S6io se permitira cierta inconerencia en areas incipien-tes (exploratorias), donde los marcos normativos 3Un no se han establecido adecuada-mente.

(c) EI Consenso Cognitive. Merton asume el consenso cognitive desde su invcte-rado empirismo. Para el, cuando \1,., actor aprende a representar el rol de cientffico liegaaver claramente Ia uaturaicza eel mundo real (es decir, ~~el conocimiento, una veztestado, es cienufico 0 no) asf Co.i1O de la del papel que tiene que desempeiiar. M~sa11.'1,se asurne que d0S cienuficos adecuadameme sorializados nunca enruentren seriasdificultades para Jlegar a un »cuerdo sobre el status del conocimiento relevante." EIartfculo de Mulkay sugiere que 10 mismo vale para ios cientfficcs que trabajan dentrode un paradigma. Este !'lant..:arniento se explicit" al hablar de normas 'tccnicas' y'cognitivas ', y al negar la tesis de Kuhn de que hay cirr unstancias bajo las cuales noes posible diferenciar (abstraer) las rcglas de los paradigrnas."

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57SOClOLOGtAS NORMATIVA E INTERPRETAllVA

propia naturaleza, una contradiccion en ~f inisma. La distinci6n entre nC'!"1TIasinternasy extemas ha Ilevadc a menudo a un internalismo que ignora, 0 al men os lrata.errauca-mente, los Iactores externos. De igual modo, el enfasis dado a la coherencia de losmarcos normativos aleja la atencion, por WI Iado, de las posibles incoherencias y, porotro lado, del tratamiento de la acci6n cientifica como un proceso. Ninguna de cstasdificultades es fatal de necesidad y todas pueden. de algiin modo, ser superadas dentrode la tradici6n norrnativa. Sin embargo, pensamos que la altemativa que ofrece elenfoque interpretative evita 0 rcsuclve I.IL: manera sistematica todas cstas dificultadesy, al tiempo, abrc al estudio rasgos de la ciencia que en buena medida han pasadodesapercibidos para la tradici6n norrnativa." .'

Un modele interpretative asume que ios significados pueden vanar en el uernpoy entre diferentes interacciones y examina c6mo son negociados en el curso de la inte-racci6n. Un importante corolario de esto es que no es posible explicar plenamente laacci6n cientffica usando una serie de generalizaciones simb6licas paradigmaticas,generales y abstractas. Desde esta perspectiva, de hecho, el concepto de interaccion seasemeja mucho a 10 que Kuhn analiza bajo la noci6n de soluci6n de enigmas (puzzlesolving). Otras implicaciones de una visi6n interpretauva son, primero, la idea de queel aprendizaje cientifico debe ser iratado como un proceso activo d~ interacci6n y nocomo una situaci6n eo la que el novicio absorbe estructuras norrnauvas pasivamente;segundo, cl hecho de que la desviaci6n debe verse como el producto final de unproceso de interacci6n; y tercero, el hecho de que en un analisis raz~nab~cmentecomplete de un proceso de interacci6n cientifica, la prevlamenledar~ disuncion ~ntre10 cientffico y 10 no-cicruffico, entre 10 interne y 10 externo, se difuminara y, en ciertomodo, se tomara irrelevante. En la siguiente secci6n discutimos en rletalle algunas deestas proposiciones y explicitamos la similitud entre la sociologia interpretativa yalgunos aspectos de la obra de Kuhn.

(d) Determinismo Cultural y Desviacion. De acuerdo conic anterior, las posicio-nes de Merton y de Mulkay pucden caracterizarsc como culturalmente deterministas,En las areas donde In conducta esta regulada por las norrnas, la acci6n innovadora (porende, quebrantadora de las norrnas) no esta pcrmitida. Como consecuencia, resultaevidentc cuando sucede una desviaci6n (todo el que cste involucrado la reconoce comoconducta que no se ajusta a la norma)." EI analisis de Kuhn senala que esto ocurreraramente porque el aprendizajc cientffico y los procedimientos de selecci6n son muyrigurosos. Sin embargo, cuando sucedc (y Mulkay cita el caso de Velikovski") elcientifico en cuesti6n se convierte en objeto de sanciones por parte de sus colegas.

(e) Intemalismo. Arnbas perspectivas, en tanto que conceptualizan las disciplinaso las instituciones cienuficas como conjuntos de normas, tienden a ofrccer cxplicacicnesde la aeci6n cientifica en terrninos predorninantemente "internos '. Esto es especialmentecierto en el analisis normativo-Kuhniano, donde la estructura de las reglas esta bienespecificada y tiene que ver solo con el conocimiento cienufico." Por otro lado,Merton se ha ocupado mas de las rclaciones entre norrnas intemas y externas, pero esesta misrna distinci6n la que conforma su analisis, Las normas externas se ven comoapoyos de, 0 como amenazas contra, las normas internas. D~ ahf deriva la conocidahip6tesis del "cheque de valorcs'?' y, dado el caractcr funcional del ethos de la cien-cia, un analisis implfcitamente tenido de valorcs que considera a ciertos tipos dcsociedadcs como rnenos propicios para cl crccimiento de la ciencia."

(f) lnnovaci6n. -Imegrar satisfactoriamente la innovacion en un marco normativerequiere mucho talento. Melton, de facto, evita esta cuesti6n. EI ethos cientifico, quees su principal preocupacion, genera el clima normativo apropiado para que la innova-ci6n pueda ocurrir y sea com partida y cornprobada. Kuhn, por supuesto, presta muchaatenci6n a la innovacion (10 discutircmos mas adelantc) y, sin embargo, surgen ciertasdificultades en e! analisis cuando los paradigmas se conccptualizan como normas, pueses el caso que la conducta regida por cicrtas normas nc puede, por su propia naturaleza,ser innovadora con respecto a esas normas. La iunovacion se conceptualiza de acuerdocon tres formas posibles: a travcs del conflicto normative, mediante la transferencianormativa y por rnedio de la especlficacion normativa, La prim era posibilidad implicaque la innovaci6n puede considerarse como una desviaci6n (una pusibilidad queMulkay" ha apuntado pero que no ha desarrollado). La segunda posibilidad se refiereala invasion cientifica -a la reestructuracion norrnativa de un area particular de conoci-miento-. Mulkay afirma que este no es un succso infrecucnte en la ciencia." La terce-ra posibilidad (que es la que mas se corresponde con la categoria kuhniana de 'articula-ci6n') apunta que los marcos normativos sc establecen grcsso modo y que los detallesse especifican posteriormente.

EI estudio interpretativo de la cienciaEI sociologo interpretative, que contempla la acci6n cientifica como un ~ro.ceso

en desarrollo, comienza examinando las interacciones entre cientificos y los distintosus os Due estes dan alas generalizaciones simb6licas. Esta primera aproximaci6ncontrasta fuertcrnente con la Gel sociologo normative, que busca primero fijar el marconormative que guia las acciones del cientifico.

Aunque ha side la tradici6n norrnativa la que ha desarrollado la obra de KurJ1, ellono hace imposible considerar que esta sea inconsistente con la tradici6n interpretativa.Es desde esta conviccion que comenzarnos nuestro argumento. Kuhn: escnbe:

"EI sociologo ... 0 ellingi.iista que descubra que los miembros de una concretacomunidad erniten y reciben sin problemas una (generalizacion simbolica)determinada ... a menos que realice una investigacicn adicional mucho masextensa, no habra aprendido gran cosa sobre 10 que significan la expresiono los rerminos que la forman, ni sob-e como los cientificos lie Ia comunidadrclacionan la exnresiun CO.l la naturaleza" 26

El significado d~ un termino, expresion 0 norma dcpende del uso que cada ciennfi-co haga de et, de como 10 interpreta en terminos de acci6n. Esa es exactamente la posi-ci6n de Blumer, quien acennia la irnportancia del proceso conjunto de definicion e

interpretaci6n:"(EI actor) toma en consideraci6n ... las indicaciones que se hace a sf mismo.Entre estas estan sus deseos, sus sentimientos, sus metas, las aceiones, expec-

Modos normative e enterpretativoAsi pues. la sociologia normativa de la ciencia tiene unnortantes puntos fuertcs.

Pe.mite conternplar I~ accion como regular y gobernada per reglas, distinguir lasinstituciones -y asumir un considerable grade de consenso cognitivo. Ademas, disponede una teuria de la socializacion y, hasta cierto punto, lie una teoria de la rlesviacion.Acennia la coherencia y la estabilidad del conocimiento se refuerzan y esta se utilizaen la tradicion norrnativa kuhniana (dentro del paradigm a) como clave de I~ accioncienufica y (hasta cierto punto) de su propio desarrollo. Estos mcritos, que son cons ide-rabies, debcu ser cornparados con las dificultades y oscuridades. Una comprensi6nnormativa del amplio espectro de la innovacion social y cognitiva en ciencia es, por su

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58 LAW V FRENcH

tativas y demand as de los otros, Ins regia, de SlJ grupo, su suuacion, suconcepcion de sf mismo, sus recuerdos y sus imagenes prospectivas de !ineasde conducta. No se eneuentra en la posicion meramente receptiva de respon-'der a esas cuestiones; est a enfrcntado a ellas y ha de manejarlas"."EI actor se perfila, entonces, como un agente activo que interpreta su situaei6n e

intenta manipularla. Los sociologos interpretativos insisten en que eada situaci6nrepresenta una eonstelaci6n (mica de elementos relevantes (sfrnbolos, inteneiones, etc).Es asf, plies, que:

"EI lenguaje cormin esta ahf, pero en cada nuevo contacto entre personas sehace un uso diferente de el: el elemento novedoso en la reconstruccion ocurrea traves de la reacci6n de los individuos al grupo al cual pertenecen. Estareconstrucci6n no esta dada a priori mas de 10 que las hip6tesis particularesde un cientffico lo estan en el enunciado de su problema"?"Por tanto, no s610 cada situacion es nueva, sino que cada secuencia de acei6n es,

en principio, necesariamente innovadora. En ambos aspectos, el an:l.lisis interpretativoes formalmente identico al de Kuhn, para quien cada enigma es, por supuesto, unicoy su soluci6n, por definicion, innovadora."

Pensamos que habrfa, adernas, un tercer punto de similitud: que la idoneidad deuna acci6n no se juzga en ultimo extremo en terminos de reglas abstractas (aunqueestas puedan ser tomadas en cuenta), sino mas bien en relaci6n con las exigencias dela situaci6n. Esto equivale a decir que quienes interpretan y juzgan la conveniencia delacto innovador estan, ellos mismos, construyendo esa acci6n en una situaci6n unica. Portanto, la relaci6n entre innovadores y jueces debe verse como una interacci6n simboli-ca."

Para resumir 10 expuesto hasta ahora, hay razones para argumeruar que la obra deKuhn cs cuando menos consistente con un analisis interpretative de la acci6n. Enconcreto, ambas tradiciones yen al actor como un agente activo en un situaci6n simboli-ca nueva, La tradici6n interpretativa Ie ve "definiendo la situacion", mientras que Kuhncaracteriza el proceso analogo en la aeei6n cientffica como "Ia resolucion de enigmas" -un termino preeiso para un proceso que los interprerativistas han denorninado demaneras diversas, y a menudo extravagantes. Si bien puede sostenerse que algunaspartes de los escritos de Kuhn son mas normativas de 10 que hemos sugerido," elparecido aquf propuesto puede reforzarse sefialando que tanto Kuhn como los interpre-tativistas afirman que los intentos particulates de "solucionar enigmas" estrin par-cialmente estructurados por normas generates (Blumer), significados (Douglas) 0

generalizaciones simb6licas (Kuhn)" que, no obstante, estan ellos mismos influidospor la furma de las soluciones particulares del enigma. En suma, ambos postulan que10 general afecta y es afectado por 10 particular,

Si se acepta que la sernejanza propuesta es real sera posible aplicar efectivamente .al analisis Kuhniano de la ciencia muchas ideas de I~ sociologia interpretativa. Laprimera y mas obvia de ellas es que desde la cptica de la sociologta interpretativa esimposible abstrcer de una situacion los elementos purarnente cientfficos y romartoscomo si estuvieran cornpletamcnte aislados de 105 otros aspectos. Si se inciuyc elamplio rango de las "autoindicaciones'' e intenciones, resulta evidente que un caso deacci6n 'puramerue' cicntffica, aunquc posible ernpfricamente es, sin embargo, un casuespecial.

Una importante consecuencia de todo esto es que a~aba con la distincion interno-externo que ha caracterizado muchos analisis normativos y explicita el hecho de que

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-SOCioLOGIAS NORMATIVA E INTERPRETATIVA 59

la solucion kuhniana de enigmas no ocurre en un vacfo social. Kuhn 10 afirma expresa-mente, si bien sus ultimos analisis se han desarrollado de forma exclusivamente in-temalista. Tal como han senalado sus cruicos, esto provoca problemas espectficos ensu analisis de las crisis cienuficas, donde cl paradigma yaparece ser una gufa suficientepara la acci6n cienufica." . .

Existen much as vfas empfricas para desarrollar esta Ifnea argumental. De inmediatosurge la cuesti6n de c6mo se negocia el orden social en los laborato~os y en ~osdepartamentos universitarios.", Si se ve la ciencia como un proceso SOCI~, tan SOCIO-16gicarnente razonable es interesarse por la idea que tiene de ella cl tecnico de labo-ratorio 0 el estudiante de ciencias, como por el del invcstigador cientffico 0 el editorde una revista." Otro area de interes es la producci6n de artfculos cienuficos, que seescriben en situaciones pobladas por otros tan significativos como adrninistradores,profesores, audiencias anticipadas, ayudantes de investigaci6n recalcitr~ntes, mecanogra-fos, colegas, maridos y esposas, en situacioncs que hacen referencia a lab~ratonos,ascensos, salarios, becas de investigaci6n, equipos, tiempos de ordenador e hipotecas.Asi pues, cualquier estudio que emplee artfculos ciemfficos como datos, por ejemplo,deberfa familiarizarse con las situaciones en las que se escriben.

Un segundo modo, ligado al anterior, como la sociologia interpretativa puedeampliar el analisis kuhniano es a traves del analisis del proceso por el que se vahdanlas soluciones propuestas a un enigma. La prcgunta central aquf es: LQue constituye unabuena solucion a W1 enigma? La respuesta, desde la optica interpretauva, es: simple-mente, la que los otros "relevantes" puedan ver como equivalente a, 0 compatible con,los ejemplares existcntes." LC6mo se define la equivaleneia? ~a respuesta qu.e usaKuhn, tomada de Wittgenstein, es que bien podrfa no haber cntenos claros y deClSlVOSde similitud. Las nuevas soluciones deben seguir el patron de los ejemplares antiguos,pero las analogfas que permiten conectar aquellas con ei modelo. de estos. podrian n~ser consistentes, La sociologfa interpretativa explicita el pragmausmo SOCial que estaimplicito en 109 escritos dc Wiugenstein" y senala que la similitud depende de losprop6sitos, intenciones e intereses de los actores en cuestion, Los intereses ?e losactores variaran en parte en relacion con sus creencias cicnuficas, pero tambien enrelaci6n con los factores extemos considerados importantes anteriormente. Comoejemplo puede senalarse el descubri:niento de Mulkay de que los referees a veces nose molestan en revisar minucios:unente los artfculos que sc les encomicndan, y apuntalas razoncs por las que ocurre. Nosetros pensamos que si ha de emprenderse un analisisde 10 que se toma por similaridad -y, pur 10 tanto, como conocimiento cientifico-,entonces debe hacerse un estudio exhaustive de la estructura social de la ciencia deltipo referido, 5610 asi seran comprehensibles las "estructuras de re~cvanci~"38 ~e ;o~actores cienuficos y estaremos en situacion de desarrol\ar UI1~genuma sociologia de,conocimiento cientifico.

una tercera forma en la que pucde emplearse 1111enfoque interpretativo paraenriquecer el analisis kuhniano es en e: area de la socializacion. E:1 un analisis interpre-tativo:

"La socializacion cambia su caracter de ser una inrernalizacieu efectiva denormas y de valores a ser una capacidad cultivada de asumir 105 roles de losotros efectivamente", 39 0

Esto implica Que la socializacicn ocurre de continuo, pues en cualquier mementopueden surgir situaciones que impulsan a tomar nuevos roles y, ademas, ~ue. esteproceso puede analizarse como otra forma de acci6n innovadora. EI apreudizaje no

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60 LAW Y FRENCH

pucde considcrarse como una simple intemaliz~ci6ndenornlasnisiquieraenfase:.desocia!izaci6n constltuidas por la instruccion formal; antes bien, se uata de un proccsointeractive en el que cl estudiante aprende a tomar el papel del otro relcvarue (en cstecaso del cienufico). Esto exige experimentar con y desarrollar secuencias de acci6n (y,consecuentememe, significados) hasta que aquellos cuyos roles intentan asumir losnovicios Ios juzgan correctos. Esto, de hecho, es simplemente generalizar el proeeso deaprendizaje que Kuhn describe en su epflogo de 1969. Al criticar la idea de que elaprendizaje cicnufico debe verse como un proceso de adquisici6n de proeedimientosnormados, Kuhn escribe que:

"(Los estudiantes de ciencia) afirman regularmente que habiendo lefdo com-pletamente un capitulo de su libro de texto y habiendolo entendido perfecta-mente encuentran, sin embargo, dificultades para resolver algunos de los pro-blemas que se encuentran a! final del capitulo. Normalmente, tambien, esasdificultades desaparecen de la misma forma. EI cstudiante descubre, con 0 sinla ayuda de su instructor, una forma de vcr su problema como analogo a otroque ya sabe resolver... Cuando ha reunido cierto mimero (de problemasejemplares) ... exarnina las situaciones a las que se enfrenta como 10 harfa uncientffico, con la mirma Gestalt de los demas miembros de su grupo de cs-pecialistas" .'0Sin embargo, Kuhn parece asumir que una combinaci6n de aprcndizajc concentra-

do y de selecci6n rigurosa permiten que se desarrollo la adquisici6n de roles competen-tes en la situaci6n de aprendizaje y que, ademas, la misma adquisici6n de roles seproducira de forma competcnte en otras si.uacioncs cicnuficas, De hecho, ningunanalista interpretative aswnirfa un grado tal de consenso y uniformidad. Por ejernplo,eo la situaci6n de interaccion profesor-pupilo, el profesor, sabiendo que sc halla en unaposicion percibida como dotada de pcder y de autoridad, se encuentra en buena situa-ci6n para demandar conductas que se adecuen a su percepcion de la ciencia recibida,De otro lado, el estudiante podrfa optar por no tomar el mismo rol en otras situacio-ncs.' En otras palabras, el estuciante podrfa simular que se conforma y mantenerreservas y puruos de vista divergentcs. De nuevo, es razonable aswnir que su ·colloci-miento de la disciplina, como la disciplina misma, sera inseguro y desigual I vendraen parte determinado tanto por su definici6n de sf mismo como de los ,.3peCLOSnocientfficos de la situaci6n. Analogamcnte, el novicio desarrolla concepciones de sfmismo dcntro de categorfas sociales tales como las de cientffico, qufmico, bioqufmico,etc." Estas autodefiniciones tentativas (que podrfan no ser plenamente compartidas),seran el objet') de respuestas validaiivas 0 negativas por parte de los profesores." EImodo como se desarrollan esas auto-imageries depend era, en parte, al igu a! que suvisi6n del contenido de b ciencia, de otras auto-concepciones vinculadas a otras areasde interacci6n.

Resumen Y Cfiii':::dsionc,. En ia scccion p.ccedente se han cxpuesto algunas sugerencias para U:J programa

de 'Ilv-:stlg:>.cilin intcrpreuuivo en la sociologia de ia ciencia. Hey por hoy, ese progra-.na csta :nfradcsarrolbdo. Como consecuencia, cicrtas ideas que ei enfoquc normativeL COIlS"!c,ado irrelevamcs, 0 qUI; ha sido incapaz de ver, han side sistematicamente'YIIPfada·· Por CJ'c I\.,· • d . .. .. '. '.. :'. . mp 0, 00 se "an exarmnauo a ecuadamente las impucaciones sobreb P()~lhlh(.Jd 0" mc"hcrcncias co.iceptualcs en la ciencia, no sc ha explorado com pIeta-mente Iii rclnri6n entre la accion cientffica y conceptos cientfficos, se han simplificado

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SOCIOLOGtAS NORMATIVA E INTERPRETAllVA

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en extremo los aspectos de I:! desviacion y de la socializacion, no se ha acometido elestudio de que haccn 'realmcnte' los cicntfficos (como opuesto a io que dicen quehacen) y, adem as, los estudios normativos citados hall side predominantemente interna-listas. Quizas, 10 mas importante sea que no se han investigado las similitudes entre elanalisis interpretativo de la acci6n y la resoluci6n de enigmas cientfficos.

Un program a socio16gico interpretativo es claramente prometedor, pues contribuirfaa la desmitificacion de la cicncia en general, y de la aeci6n y el conoeimiento cien-tlficos en particular. Como mfnimo, y esto es en sf misrno de vital importancia, podrialIevar a W1a situaci6n en la que hubicra bases empiricas para sostener que el conoci-miento cientffico cs coherente. Pero el hecho cs que ei estudio interpretative no se basaen ese supucsto, sino que trata la acci6n cientffica como a cualquier otra acci6n. EIanalisis comienza con la accion, mas que con las estructuras conccptualcs abstractas,estas entra en el analisis s610 cuando se las intcrpreta. esto es, cuando se las considerarelevantes para la acci6n.

Aunque la soeiologfa interpretativa tiene sus propias limitaciones, la sociologfa dela ciencia s610 pucde beneficiarse del desarrollo de una tradici6n interpretativa activay explfcita. Cuando menos, una confrontaci6n de las dos tradiciones tendrfa la impor-tante consecuencia de elevar el bajo nivel actual de la concicncia conceptual en lasoeiologfa de la ciencia.

NOTAS

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1. Los ierminos 'normative' e 'ioterprctativo', aunquc en sentido lato, han sido tornados de. T.P. Wilson"Conceptions of Interaction and Forms of Sociological Explanation", American Sociological Review, VoL35. 1970, Pl'. 697-710. Otros rnuchos autores han hecho distinciones similarcs como. por cjernplo, H.Blumer "Sociological Implications of li,e Thought of George Herbert Mead". American Journal ofSociology. VoL 71. 1966, pp. 535·544; H. Blumer "Society as Symbolic Interaction" in A.M. Rose (ed.):Human Behaviour and Social Processes. Rouuedgc, London, 1962. pp. t7q-I92; A. Dawe "11,e TwoSociologies", Britisli Journal of Sociology, VoL 21,1970, pp. 207-218; J. Urry "Role Analysis and theSociological Enterprise". Sociological Review. VoL t8. 1970. pp. 351-363; y A.V. Cicourcl "InterpretativeProcedures and Normativ- Pules ill the Negotiation of Status and Role". en A.V. Cicourel: CognitiveSociology, Penguin, Harmondsworth, 1973, pp. 11-41. No nos es posiblc reproducir y discuiir aqui el de-bate entre los modos de explicaci6n normativos e iruerprctativos. Por ello, este articulo asurne que ellectortiene un conocimiento general sobre esta cuesti6n.

2. Para Ios escritos de Menon, veanse R.K. Merton "Science and Democratic social structure", en R.J<.Merton: Social Theory and Social Suucture, Free Press, New York. 1957. Una de las contribuciones masihteresantes del analisis funcionaliste de 1. ciencia cs 1. obra de W.O. Hagstrom: The Scientific Ccrn-munity, Basic Books, New York, 1965. !OI principal trabajo de Kuhn es TS. Kuhn: 11,e Structure ofScientific Revolutions, Chicago University Press, Chicago 1970 (edici6n arnpliada, coo un epflogo),Algunas interpretaciones explicitamente sociologicas de los escritos de Kuhn han sido las de S.B. Barnesy K.G ••••.Dolby "The Scientific Ethos: A Deviant Viewpoint". Euronecn toun.al of Scciotogy, v o; Q,

1970, pp. 3-25; S.3. Bat ues "Making Oul in Industrial Research". Science Studies, VoL 1. !9?'l, pp. 3-21;CS. Fisher "The Death of 0 Mathematical Theory: A study in the Sociology 01 Knowledge", EuropeanJournal of Sociology, Vol. 3. 191\6, pp. 137-159; J. Law "The Devetcpment of Specialities in Science: Theease of Protein X-Ray Crvstatlcg raphy ', Science Studies, V'lL 3, 1973. pp. 275-303; M.J. Mulkay "SomeAspects of Cultural Growth in the Natural Sciences". Social Research. VoL 36, 1969, pp. 2::Sl; M.J.Mulkay y A.T. Williams "A sociological study of a physics department", British Journal of Sociology,Vol. 22, 1971, pp.68-82; and N.C Mullins "The Development of a Scientific Speciality: The Phage Groupand the origins of molecular biology", Minerva, Vol. 10. 1971-2, pp.51-87.

3. Ver Mulkav. ()!"'. cit: Barnes y D:)~~Y: o~ ('!!

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62LAWY FRENCH

4. Ver Mulkay: ap. cit, V~r ta.nbien M.J. Mulxay: The Social Process of Innovction, Macmillan. Loudrcs ,1972.

5. Sin cmbar~o ".sc .aprccia que varias de las interpretaciones sociologicas de Kuhn se hall realizado bajoun compromrso tmplfcito 0 cxplicito con la sociologia interpretativa, Por ejemplo, vease Fisher: Op. cit;y Barnes: Op. cit. Ademas, algunos articulos presentados recientemcnte en varios congrcsos y reunioneshan desarrollado una sociologfa de Ia ciencia mas especificamente interpretativa. Yeast: cspccialmcnte, A.McAlpine y A. Bitz "Some Methodological problems in the comparative sociology of science", pouenciapresentada en Londres, el 7 de noviembre de 1973.

6. Est~ no implica que el anrilisis normative ignore necesariamente 10s factores extemos. La que ocurrc,mas bien. es que considera a la cicncia como W1 sistema normativo que es aislable, en principio, y quepuede ser tratada analiticamcnte como dada. Una vez establecido como tal, se describe )' examina a losfactores externos como favorecedorcs, obstaculizadores, promotores ointcrfirientes con esa tradici6n.

7. Vease la nota 5.

8. Vease su mas recicnte articulo -claramente interpretativo en su metodologia-, M.1. Mulkay "Metho-dology in the Sociology of Science: Some Reflections on the Study of Radioastronomy", Social ScienceInformation, proxima publicacion, 1974.

9. R.K. Merton: Pu ritanism, Pietism and Science, en Merton: Op. cit.

10. Mulkay: op. cit. 1969, pp. 22-23

II. [bid., pp. 43-45.

12. Vease especialmente Merton: Op. cit., pg. 560 ace tca del escepticismo organizado.

13. ": la discusi6n de Merton sobre la non", del Comnnismo (ibid., pp. 556 y ss.) especialmente su des-cnpcron de la herencia cultural.

14. T. Parsons: The Social System, Free Press, Glencoe, 1951.

15. Mulkay: op. cit., 1969. p. 37.

16. Merton: op. cit., p. 560.

17. Mulkay: 01'. cit., 1969, PI'. 22-23.

18_ Merton: op. cit., p. 551. Notese, sin embargo, ~ue Hagstrom: op. cit., desarrolla una teoria de la dife-renciacion disciplinaria utilizando la nocion de disenso.

19. Mulkay: op. cit., 1969, PI'. 31 Y ss.

20. Si bien Mulkay se interesa por como incidcn sabre Ia innovacion cientffica factores tales como Ia'hibndacion de roles', cl status marginal de Ios cientfficos 0 Ia competencia entre ellos, considera que IdS

normas cognitivas y tecnicas son 'internas ' y. par tanto. que pueden ser tratadas separadarnente.

2!. Vease, por ejernplo, W. Kornhauser: Scientists in IndustIY,. University of CaFfomia, 1963.

22. Vease Merton: op. cit., p. 538.

23. M.J. Mulkay "Some suggestions for Sociological Research", Science Studies, '/01.;, 1971,1" 207.

24. Mulkay: op. cit., 1969, pp. 42 Y ss.

25. Ver referencias en la nota final I.

26. Kubn: op. cit., p. J 88.

2"1. Blumer: up cit., 1966, p. 517.

28 ..G.H. Mead: Mind Self and Society from the Standpoint of a Social Behaviorist, University of Chicago,CIllCa&O, 1962, p. 198.

29. Ver Capitulo 4, "Normal Science a, a Puzzle 'solving'" en Kuhn: op. cit.

SOCioLOGiAS NORMATIVA E INTERPRETAllYA 63

30. Kuhn no explicita este PIU1t0.Sin embargo, se rcfiere a Wl proceso similar en terminos mas ;··:...:uiogi-cos: "Aunque Ios cientificos comp arten por 10 gcneral los mismos valores ... en ocasioncs s.u ap~·.::ll2i,jnseve considerablemente afectada por 105 rasgos de la personalidad individual y Ia biograffa que ;;:t':.:!renclana los miembros del grupo" (Kuhn: op. cit., p.185;.

31. "Si Uil problema ha de scr considcrado como un enigma, -iebe caracterizarse por algo mii qu~ portener asegurada una soluci6n. Deben existir reglas que limiten tanto Ia naturaleza de las solucicces a~ep-tables como los pas os mediante los que estas se sostienen", (Kuhn: op. cit., p. 37).

32. Vcr Blumer: "p. cit., 19''\, p. 537; J.D. Douglas: The Social Meanings of Suicide, Princeton Univer-sity Press, 1967, capftulos 13 y 14; Y Kuhn: op. cit., Epilogo.

33. Debemos recalcar que en ningun caso consideramos satisfactorio un analisis puramenie irxemalista.ni siquicra en mementos de cicncia normal.

34. Existen ya algunos trabajos en esta Hnca. Vcansc en especial D.S. Zinberg "The Widening Gap:Attitudes of First-Year Students and Staff towards Chemistry, Science, Careers, and Conuuiument",Science Studies, 1(1971) 287-313.

35. Esta idea es consistente con 10 que Becker den om ina "la jc rarquia de la credibil idad". H.Btd:er: "OnMethodology", en l'l.Becker. Sociological Work. Method and Substance, Alien Lane, London. 1971, pgs.14 Y 126.

36. No hay forma de determi nar a priori quieu cs relevante: dcbe decidirsc mediante cstudio empirico.

37. Ei pragmatismo social afinna que 10s u.dividuos persiguen un ajustc mas satisfactorio con S:..J eniornosocial y material, y que, desde cstc pun to de vista, las normas , Ias crcencia, , ctc., dcbcn se r con sideradascomo instrumentos para la obtenci6n del ajuste mas efectivo. Las teorias se tienen par apropiadas 0 verda-deras en tanto que son titiles 0 cficaces para 105 proposiros practices de 10s cicntlficos. Para el pragmatistano existe. por tanto, ninguna aproximacion apropiada a la verdad que sea independiente de 1')S intereseshumanos. Comparesc esta doctrina con el analisis de Wittgenstein sobre cl modo como se usan Iaspalabras y los conceptos: L. Wittgenstein: Philosophical Investigations, Blackwell, Oxford, 1968.Wiugenstein, por ej-mplo, escribe: "No conoccmos las fronteras porque aiin no han side dibujadas.Repitamoslo, podemos dibujar un frontera (para un prop6sito especial). i.Es eso 10 que hace utilizable unconcepto? En absoluto (excepto para ese objetivo especial). (cp, cit., p. 33)

38. Vease. A. Schutz "TIle Dimcn-ions of the Social 'World" en sus Collected Papers, Vol.II, Studies illSocial Theory, Martinus Nijhof, The Hague, 1974.

39. Blumer: op. cit., 1966, p. 544.

40. Kuhn: op. cit., p 189.

4!. Blumer sefiala como puede introducirse al poder en estc analisis: "2S3 conformidad puede tener lug arpor muchas razones, dependiendo del tipo de acci6n conjunta q:Je dernanda la situacion, y no tiene porqueinvolucrar a, 0 emanar de. valores compartidos. Los participantes podriau adaptar reciprocamente sus actosen acciones conjuntas coordinadas sabre Ia base de un coml-'rOlllJso -a la fuerza- porque precisan el unodel otro." (Blumer: Op. cit., 1966, p. 544). Para un analisis desarrollado dentro una tradicion interprctativavease A.V. Cicourel: The Social Organisation of Juvenile Justice, Wiley, Nev York. 1968, espccialme ••telas ccnversacioues entre Audrey y el agentc encargado de so libcrtad condicional (pp. 130-166).

42. Notese que estc no implies una imagen de la estructura social cientifica como una "caja china" . Parauna discusion cI~ este punto vease. ivfcAlpine y Bitz: or cit.

43. L.mberg ha realizado un excelente trabajo segun esta orientaciou (vease nota final 34). Seiiala que 10sestudiantcs de primer curse cienen actitudes hacia la qufmica que diftercn notablcmcnte Je las de susprofcsores. Aunque esto no so.prcndera a nadic que tcnga relacion COil la enserianza, +ebcua apreciarseque es un hallazgo onticipado desde un pi-nto de vista interprctativo y que nunca ha :;ida adecuadamcntedesarrollado en un marco normative. Tambien debc sefialarse (Jue Zinberg no se refiere explicitamente aningiin enfoque, pem es claro que su descripcion, que revela la ~ran complcjidad intrinseca a 1a interaccionde ap.endizaje, es Iacilmente asimilable a uua optica inteipret ativa.

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La polernica internalismo/externalisrno en la historia

y la sociologia de la ciencia"

Esteban MEDINA

I.Era muy frecuente seiialar, hasta hace unos MOS, que los des grandes hitos en la

historia de la sociologia como disciplina se habian establccido con la sisternatizacionde Saint-Simon y Comte, en el primer tercio del siglo XlX, y con su consol idaci6nacadernica un siglo mas tarde. Ha sido en la decada de los setenta cuando sc ha marca-do un tercer jal6n en el desarrollo de la disciplina, gracias a 10que Herminio Martinsha llamado la revoluci6n cognitiva. Sin embargo, el fen6meno de la implicaci6n de lasociologia -y, por supuesto, de otras ciencias sociales- en el estudio de los procesos deproducci6n y legitimaci6n del conocimiento no es nuevo. EI enfoque desarrollado porMarx ell La ideologia alemana, y mas tarde por Max Scheler y Karl Mannheim, sobrela dependencia de las creencias y las ideologias respecto de los contextos sociales hasido una constante en toda la tradicicn te6rica sociologica, Lo que constituye unanovedad en nuestros dias es que las ciencias sociales estan asumiendo una cornpetenciaen el ambito de la episternologia que s610 tras la crisis de las variadas forrnas depositivismo ha sido posible fundamentar adecuadamente.

Si dejamos a un lado la filosofia social del XVIII. la sociologfa y el positivismovienen al mundo por la misma epoca, en el tan.as veces aludido contexte de la revolu-cion industrial y como conclusi6n de la revolucion teorica ilustrada. Pero mientras lasociologia tiene una larga y penosa infancia, extraordinariamente rnarcada por lainfIuencia seminal, al tiempo que castrante, de Marx, Durkheim y Weber y su evolucionposterior ha estado marcada por la busqueda de su identidad en el conjunto de .lasdisciplinas organizadas. el positivismo se convierte desde sus ongenes en u.•a poderosaideologfa que impregna todo el quehacer ciennfico, ciencias sociales inclnidas. Ladependencia de la ideologla positivista !lor parte de la sociologfa, la hisioria, la filosoflay las ciencias naturales constituye, pues, una carga permanenre que r..i refcrmadoresfilosoficos como los logico-posiuvistas, ni los crfticos C0l1l0 Wittgenstein y Popper, niel marxismo (tal como senala Habermas), ni las ciencias sociales han terminado deliquidar, Tal como apunta un defensor del positivismo, Percy Cohen (1980), no esdiffcil constatar que algunas de las caracterfsticas del positivismo estanpresentcs en

• Aparecidc originalmente en la Revista Espaiiola de Investigaciones Sociologicas, n' 23. 1933. pp. 53-75.Con autc:izaci6n de la revista .

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I'!E. MEDINA

CUalquiera de las disciplinas mcncionadas, por no hoblar de las ciencias naturales,durante tanto tiempo asociadas estrcchamentc con sus postulados.

EI Empirismo L6gico, producto del positivismo, propone no s610 un sistema deracionalidad, sino un instrumental para operar con el en los procesos de investigacioncientifica, y, de este modo, genera los criterios a seguir durante las prirneras decadasde este siglo, estableciendo unos principios sobre 105analisis epistemol6gicos que nisus mismos crfticos han sido capaces de eludir. Nos vamos a referir aquf a los criteriosde demarcaci6n entre cicncia y no-ciencia, y mas cuncretamente al establecimiento dedos campos de aeci6n: la epistemologfa «dura» y la «blanda», correspondiendo laprimera a la filosoffa de la ciencia normativa y la segunda a las ciencias sociales em-pfrico-descriptivas. Para expresarlo en sus terrninos hist6ricos: la diferencia sena la queestablece el fil6sofo neopositivista aleman H. Reichenbach (1959) entre contexto deldescubrimiento Y contexte de demostracion.

Tal supuesto parte de la base de que no s610 la razon encuentra en la ciencia suexpresion mas depurada, sino que la ciencia misma posee una raz6n inmanente quepe~ite aislarla de eualquier condicionamiento exterior. EI fil6sofo de la ciencia, comoepistemologo, tendra que verselas unicamentc con los procesos de desarrollo y desplie-~e de tal razon ,inrnanente mediante el establecimiento de normas estrictas de procedi-rruento y una cnuca 16glca a tos enunciados inconsistentes. En este semido, el avanccque supone Poppc: (1959,. 1963, 1972), al proponer la sustituci6n de la inducci6n porla deduccion y la verificacion par la falsaci6n, asi como la incorporacion de la clausulade autonegaeiGn a cada hipctesis/teorra, es importante pero insuficiente. Los criteriosd~ ~ema:caci6n popperianos parten de la peticion de principio de que toda ciencia, paradistinguirse de la pseudociencia, debe incorporar desde el comienzo el supuesto de sue."entual falsedad. Pero el falsacionismr, de Popper y sus seguidores no impide quesigan aceptando que la ciencia esta dotada de una racionalidad interna y autonoma cuyaautoexigencia es, en todo caso, mayor que la que Ie asignan los neopositivistas, perocuya autosuficiencia y privilegio epistemologicos permanecen intactos.

Tales posiciones significan una actualizacion del platonisrno en la medida en quea~wl1enque el mundo de las ideas posee una verdad intrfnseca, prcexistente e indepen-diente de los hombres. EI propio mito de la caverna podrfa semos aquf util comom~tafora para contrastar la actitud tradicional de internalistas y externalistas, Para los~runeros, el camino dc la razon cientilica esta marcado por sombras y obstaculos, perotIen~ la ventaja de ser inapelable, forma parte de la verdad misma.La teleologfaplatonica que asumen los positivistas e intemalistas establece la autonomfa de la razor;y lit posibilid~d. de e~tudi:u-,desde ella misma, tanto sus productos como su practica.El valor heunstico del rmto de la caverna es que establecc un camino sin retrocesolleno de encrucijadas; pero una vez tornado cl correcto, gracias a la existencia mismade la verdad, las sornbras que esta proyecta posibilitan una aproximacion paulatina yun encuentro feliz. Dios, la Idea 0 el Espiritu Absolute no son faciles de hallar, Lahist?~~ de 180huruanidad P.S ia historia de sus luchas por e! conocirniento divino, porI~ VISI~~ de Ia Iuz 0 contra la alienaci6n; por la redencicn del pecado original I) por la'lioeracion de! Jue?o a que nos tieneu someudos 105nioses. En todo casu, I" busqueda~e la verdad es .~lempre una carrera de obstaculos de los hombres hacia un objetivo:mal. La hun.anidad cree que decide scbre sus ernpresas y el caracter de lac misrnas.l'IO es cierto. S61u hay un camino correcto: los hombres debcu recor •.erlu, y las disputassobr~ ~o que esta fucra de la caverna, sobre los contextos sociales, 105consensos, elrelativismo, no hacen sino retardar la lJegada a la luz de la sabidurfa

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LA I'OLEJ.IICA INTERNALlSMO!EXITRNALlSMO 67

EI internalisrno "sump. que .os procesos de producc.o» -: validacion del conocimiento estan libres de inlluencias extemas, y su estudio compete unicameiue a lahistoria de las ideas y a la filosofia de la ciencia. Los avances de la ciencia son entendi-dos, por los que proponen la opci6n de la caverna, como un eombate entre novcdad ytradicion, entre ciencia y metafisica, entre la razon autosuficiente y las injerenciasirracionales del exterior. La ciencia avanzara por el camino adecuado no s610 cuandosea capaz de tomar decisiones eorrectas a partir de su propia 16gica, sino, ademas,cuando logre emanciparse de 10que no IJi:rtenece..strictamente a la caverna, a su juegode luces y sombras: las fuerzas sociales, politicas y ccon6micas, la injerencia del poder,el debate sobre la utilizaci6n pragmatica de los avances ciemfficos, las polemic as sobrela moralidad, ei modo en que los seres humanos van asumiendo historicarncnte laaparici6n de cada una de las novedades cientfficas. ,

El externalismo ingenuo asume precisamente la posicion opuesta. La producci6ndel conocimiento cientifico -Ia caverna- es fundarnentalmerue no problematic», unproceso misterioso e inefable respecto del cual el historiador 0 el sociologo ~e sientenextranos. Su interes entonees se dirige hacia cl estudio de la estructura organizativa dela producei6n de la cicncia, la relaci6n de la ciencia con otras Iormas de conocirnicnto,con las estructuras econ6micas, polfticas, socialcs, etc. Mas recientemente, el intercs sedirige hacia ternas tales como ciencia y gobierno, ciencia y iecnologfa, responsabilidadsocial de la ciencia, politica cienufica, la comunicacion entre los cicntificos, pohticaecon6mica de la ciencia, etc.

Un C3<0especial del externalismo 10constituyc el materialismo hist6rico marxista,Y creo que es un easo especial porque, aun cuando en el pensamiemo original de Marxestan las rakes de los enfoques externalistas, esta afirmacion requiere ciertas precisio-nes. Los herederos ortodoxos de Marx han malutilizado su hercncia derivando hacia

. planteamientos en la historia y la sociologia de la ciencia que se acercan mas a unrnecanicismo determinista que a la vision mas profunda y mauzada que el propio Marxexpuso sobre el tema. Desde el Segundo Congreso Internacional de Historia de laCiencia, celebrado en Londres ell 1931. yell el que los delegados sovieticos, Bukhariny Hessen, expusieron un punto de vista que rompia con la historia de la ciencia interna-lista realizada hasta entonces. hasta la obrn de Bernal, Needham y los analisis cuantitan-tivistas de la sociologfa sovietica actual (la rcvista Scientometrics, publicada en Buda-pest desde una opuca de 13«ciencia de la Ciencia»), elllamado extemalismo marxistaha supuesto una simplificacion de los procesos reales de ereaci6n y avarice ae losconocimicntos cienLificos.

Y, sin embargo, la posici6n de Marx es menos simplificadora. En su critica almaterialisrno vulgar, Marx afirma que el proceso de conocirniento no es estatico, sinodinarnico, resultado de la aeci6n practice de los hombres sobre la cosa conocida, Perornientras que ,:·.;aaccion pracuca sobre la naruraieza es una acci6n sobre 10dado, sobre10 que preexiste al hombre, no (1CUJTe asi eu el caso de las formas y estructuras delconocimiento "n sf .nismo, ce 13 cultura y !:: idcclogfa. Para Marx, 13l,l!!~U~l-dentrode la cua! se deoc considerar " las ciencias naturales- nc es mas que el conjunto tieformas epifenomenicas que resultan de las rclaciones comradicrorias entre la hurna-nidad, por una parte, y la naturaleza y el mundo, pur otra, a 10 largo de la historia, EIesencialismc marxista clasico Se basa en el supuesto de que las casas no son 10 queparecer, ser, que ia conciencia de la humanidad ha side engaiiada por las aparienciasfenornenicas y la manipulacicn interesada de las concieucias, y que ias consecuenciasfilos6ficas de tales apariencias err6neas han sido dos Iormas de metaffsica: el materia-lismo contemplative y el idealismo activo.

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68 E. MEDINA

Para Marx, tanto el hombre como sus propias producciones teoricas son cl produc-to de relaciones sociales dinamicas. Los hombres se organizan para producir y reprodu-cir su vida, y en estc, proceso no s610 generan y rcconstruyen su esencia como hombres,sino sus propias form as de ver el. mundo, sus conocirnieruos cicnuficos sobre el. EIproceso de acceso ,i Ia verdad es, pucs, un proceso colectivo, condicionado por lasluchas entre distintos grupos de interes y por el trabajo como forma practica de relaci6ncon el mundo. La verdad es, pues, accesible a los hombres -Marx es realista-, pero elcamino esta dificultado por formas imperfect as de organizaci6n, por !IDa practicadeformada y por las contradicciones entre 105 propios hombres. En otras palabras, elconocimiento de la naturaleza y cl mundo depende de factores extern os, que son losque establecen en cada memento el avance de la ciencia, 105 sistemas de descubrimien-to y verificaci6n. Pero tarnbien depende de la capacidad de los seres humanos dedistinguir entre ciencia e ideologia, de la aplicaci6n de una metodologia adecuada quepermita distinguir entre 10 concreto y las categonas abstractas, entre la realidad talcomo se presenta J' la esencia de esa misma realidad. Marx rehuye, pues, tanto elempirismo como el idealismo de Hegel, y la Introducci6n de 1857 sigue siendo aiin !IDtexto fundamental del que obtener reflexiones serninales,

Con todo, se ha llegado en nuestros dias alma antinomia de dificil superacion:internalisrno/extcrnalismo en el estudio de los procesos de cambio y, constitucion delconocimiento cicnnfico, arninomia que viene funcionando de modo consecuente, esdecir, excluyendose mutuamente y legitimandose en la negaci6n del contrario. EIintemalismo plaronico-positivista entiende que basta con indagar supuestos tales comola 16gica que utiliza el investigador, que sistema de verificaci6n 0 refutaci6n maneja,que teorfas sostiene, que experimentos realiza, c6mo interacuian los supuestos anteriorespara producir novedades que supongan avances reales en el proceso de acumulacioncientifica, etc. EI extemalista tradicional pasa par alto tales analisis, como algo rnera-mente tecnico y rutinario. De heche -creo que es importante senalarlo-, no pocas de lasopciones externalistas en la sociologia y la historia de las ciencias hunden sus rakesen el miedo j 13 precaucion de sociologos e historiaoores a entrar a discutir 105 temascentrales de las ciencias de la naturaleza, acampando asi en el exterior de la caverna,incapaces de desvelar SII mito.

Pero en h rncdida en que, como senalan Habermas y Of Ie, la polemics sobre laracionalidad positivista encamada en la ciencia y la tecnica desbordan la sociologia, lahistoria y la filosoffa de las mismas para convertirse en una de las c1aves que definenalas sociedades industriales desarrolladas, los intcntos de superar el dualismo referidovan mas alla de una aventura acadernica. No creo, pues, ccntrariamente a 10 que senaraVergati (1978-9), que la dicotornfa «internalismo/cxternalisino» sea util unicamerne confines analfticos y para una prirnera aproximaci6n. EI problema no ~s metodologico, sinohist6rico e idcologico, y, nor tanto, ilO se tra;a de utilizarlo como !ID primer nivel deprofundizacion, sino com') paradigrna de los mocos de entender ta aeci6n socialinrencional en relac.on cor, la practica hUITl an a, las luchas sociales y los ruodelos deorganizacion polftica y cconomica. Por cso puede resultar convenierue detenerse conmas cuioado en la.polermca entre: ambas posturas y en cl papel de las ciencias sociates(fundamentalmente la scciologfa y la historia) y la filosoffa en e! tratarniento del tenia.

II.Para facilitar In exposicion, conviene af}ui que diferenciernos entre el internalismo

«duro» 0 radical y el internalismo «flexible». En el primero se alinean historiadores y

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LA POLtMICA INTt:RNALlSMOfEXlERNALlSMO 69

filosofos de la historia como A. Koyre, J. W. Nef, P... K. Hall 0 J. Agassi, pOI citarunos pocos. Todos cllos entiendcn la historia del desarrotlo de la ciencia como historiade las ideas, como necesidad de explicar el surgimiemo, la evoluci6n y el abandono delas mismas en funcion de sus propias Iuchas, incompatibilidades c influencias. Todosellos eluden la incorporaci6n al analisis defactores cxternos; y, como alirma Nef (1958:63), «durante (los) tiempos de cambio decisivo en los procedimientos racionalcs fue clespiritu mismo, no las instituciones economicas ni el desarrollo econ6mico, quiendefini6 !os nuevos tonos y compuso la mayor parte de las variaciones que interpretaronlos grandes cienuficos», Sin necesidad de usar metaforas musicales, Hall (1963: 14) esaun mas preciso: «para comprender el verdadero significado contemporaneo de algunode los productos cicnuficos, para explorar sus antecedentes, en otras palabras, para re-crcar criticamente la verdadera situaci6n hist6rica, debemos tratar a la ciencia, inclusoa la ciencia experimental, como historia intelectual».

Los cambios cientificos iniciados en el Renacimicnto se deben a la nueva concep-ci6n de la astronomia de Kepler y Copernico, a la matematizaci6n de la mccanicadesarrollada por Galileo y a la sustituci6n del tomismo aristotelico por el platonismo.De este modo, ciencia y rnetafisica quedan equiparadas como form as culturales interac-tuantes. Asi, como senalo Koyre (1963), la historia de la ciencia es estrictamenteanalogs a la historia de la filosofia, al menos en los tiempos en que ambas no estabanseparadas. En consccuencia, si se trata de sintetizar filosofia 'e historia, para en tenderadecuadamente los procesos de evoluci6n de las ideas cienuficas, tiene sentido laafirmaci6n de Agassi (1963:1), que rnuestra c6mo las distintas posturas en la filosofiade la ciencia han generado distintas historias de la ciencia. Asi, desdc la perspectivaque Agassi denomina «inductivista», la naturaleza -cuando se investiga con un espirituabierto adecuado- revela un siempre creciente cuerpo de «hechos fuertes» que, progresi-

. vamente, pueden ser profundizados por medio de generalizaciones y teorfas cautelosasy provisionales. Con esta visi6n de la ciencia, 12.tarea del historiador es la de recons-truir el «descubrirniento» de los «hechos fuenes». En !IDa palabra, el internalismo«duro» corresponde a IJS inductivistas, pill a quienes s610 hay dos ciases de descubri-mientos genllinos: las proposiciones factuales fuertes y las generalizaciones inductivas,siendo ambas la columna vertebral de los procedimientos de la ciencia y, en consecuen-cia, de su estudio por parte de la historia y ia sociclogia. Como senala Lakatos ( 1974:199), el radicalismo de este punto de vista se basa en que, una vez que se establece laexistencia de algunas influencias externas en la aceptaci6n de la teorfa cienufica 0incluso de la proposicion factual, los internalistas duros concluyen que esa prueba deinfluencia externa conlleva la invalidacion, La c:itica que hace Lakatos a esta posici6nes contundente: el historiador inductivo intemalista no puede ofrecer ninguna explica-ci6n racional de por que fueron seleccionados unos hechos en vez de otros. Pues elproblema de la selecci6n de los hechos no es racional sino empirico y externo, y, portanto, senala Lakatos (1974: 199), las influencias externas cxisten siernpre y, en conse-cuencia, el imemalisrno duro es utopico. Ademas -10 que aun es peor para cI filosofohungaro-, COIOIO teoria de Ia raciomlidad es autodestructiva.

A pesar de la critica al inductivisrno por parte de P01Jper y Lakatos, hay unacoincidencia entre todos Ics historiadores internalistas ° y la filosofta de la ciencianormativa: los faciores exiernos SOI~ repudiables porque afectan aI contenido de verdadde la ciencia. Como afirma Koyre (1963), la ciencia esui dotada de !IDa tal coherenciainterna, de una tal independencia y autonomia de crecimiento, que los factores externos

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de Iogicos y fil6sofos de la ciencia. Asi, Popper reconoce que gracias a Kuhn «havisto» los peligros de la cicncia normal, en la que, al menos en su obra anterior, nocreia, dad a su concepcion de la ciencia en pcrmancnte revoluci6n. A su vez, Lakatosacepta de algun modo la cxternalidad en su «program a de investigacion» sobre lareconstruccion racional de la historia de la ciencia. De hccho, los falsacionistas siernprehan mantenido una postura equivoca respecto alas ciencias sociales. Han atacado lapretendida intromisi6n de las mismas en el ambito epistemol6gico y, al mismo tiempo,han usado en abundancia de la historia de la ciencia, disciplina que les ha parecido 0como no completamente «social» 0 bien como un excelente instrumento para la demos-traci6n de sus postulados normativos sobre como debe proceder el cientifico en suactividad.

Consecuencia de esta utilizacion es la postura de Lakatos (1974: 196), para quicn«la filosofia de la ciencia sin historia de la cicncia esta vacia; la historia de la cienciasin la filosofia de la ciencia esta ciega», Parafraseando asf el dictum kantiano, Lakatostrata de establecer una «ciencia de la historia de la ciencia- con la ayuda de la filosoffa,una reconstrucci6n racional de esa his tori a que permita cludir los defectos de inductivis-tas, convencionalistas, formalisms y falsacionistas naives del tipo de Popper. En conse-cuencia, su programa de investi gaci6n en este campo tratara de (1974: 196): a) provcer,dcsdc la filosoffa de la ciencia, metodologias normativas al hixtoriador de la ciencia,de manera que la historia ouedc reconstruida como «hisioria intcrna», logrando as! unaexplicacion racional del crecimicnto del conocimicnto objetivo; b) permitir quc dosmetodologias competitivas puedan ser evaluadas con ayuda de la historia (interprctadanonnativamente); y c) aceptar que cualquier rcconstrucci6n racional de la historia dela ciencia necesita ser cornplementada por una «historia extern a» empirica (psicosocio-logica). '

EI uso simultaneo del externalisrno y el intemalismo en la reconstrucci6n racionalno significa, sin embargo, que Lal:atos los equipare. Al contrario, estan subordinadosde forma tal que «la historia interna es definida como primaria y la historia externacomo secundaria- (J 974: 169). Se podrfa objetar que tal decision carece de basesracionales, pero tal debilidad es accptada per Lakatos, que incl uso asume el caracterdogmatico de su criterio. De hecho, 10 que hace es recurrir a un argurnento utilitario:la fecundidad del prograrna de investigaci6n demuestra que tal subordinacion es acepta-ble -aceptable para su filosoffa de la cicncia internalista, claro esta, Mucho .nenos seentiende su abandono del intemalismo originariamente radical con afirmaciones tanposibilistas, y por tanto tan poco «demarcadas», como que 105 historiadores y losfil6sofos de la ciencia deben tomar 10 mejcr de la interaccion de los factores internosy ;:xtCf'10S (1974: 238) 0 que, tal como acepta en su polemica contra Kuhn (1970), losprogramas de investigaci6n s610 puedcn ser falsados no cuando se los somete a critics,sino cuando un grupo de cientiiicos ha preparado otro program a capaz de sustituir a losanteriores,

Con todc eilo sc puede concluir que los text os de Lakatos prey ios a su muertesunonen no s010 un abandono progresivo de las pcsicioncs que en su din. comparrieracon Popper. sine una progresiva -kuhnizacion», un relajamiento respccto al externalis-mo. EI mismo reconocc que «I:: historia de la ciencia es siempre mas rica que sureconsuuccion racionab (1974: 215) 0, mucho rrHIS audazmente, que «la dernarcacionentre ciencia y pseudociencia no es rneramente un problema de.Tilosofia de cafe": esde importancia SGci~1y polftica vital» (1978: 1). EI problema clave con los internalistas(radicales 0 flexibles) es, sin embargo, su asuncion idealista de que no existe mas

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(para ser mas exactos, los «Iaciores no cienuficos») no tieuen importancia, EI objet; vodel fil6sofo de la ciencia nonnativista (radical 0 flexible) y del historiador internalistaes, fundamentalmente, convertir a la ciencia en algo «epistemoI6gicamente privilegia-do», superior a cualquier otro sistema de ideas. Es curioso senalar c6mo los historiado-res intemalistas se han convertido en salvaguarda de sus propias atribuciones comohistoriadores. Como cuenta Barnes (1974), A. R. Hall acus6 de poner en peligro laprofesi6n y los intereses profesionales de los historiadores al historiador S. Lilley, que,tras consultar un material ingente, concluy6 que en la historia de la ciencia habia quetener en cuenta los faetores intemos y extern os.

La crftica a la filosoffa de la cicncia inductivista por parte de K. Popper (1959)se traduce en una alternativa que podrfamos denominar «objetivismo». Los objetivistas,como Popper y Lakatos, siguen siendo dernarcacionistas y normativistas, pero proponenuna historia de la ciencia mas flexible en relaci6n ala polemica internalismo/extemalis-mo. Flexibilidad que les es eriticada por otro objetivista radical como H. Post (1978:317), ya que algunos textos popperianos «estan abiertos a la advocaci6n de criterios"socioI6gicos" 0 "hist6ricos"». Tambien ataca Post a Lakatos en la medida en que sus«program as de investigaci6n» poseen una metodologia «socioI6gica» (!). Para elobjetivismo radical de Post (1978: 313), «la funci6n de la filosofia de la ciencia esexplicar el fen6meno de la ciencia -que la cicncia es posible, que tiene exito, que existeprogreso en su seno-». El program a normative de Post es estricto en este sentido: «nodebe inc1uir critcrios sociales, p. e. criterios que dependan exc1usivamente de fenorne-nos "socioI6gicos" como la conducta de la rnayorfa 0 de la elite de 105 cientfficos;consideraciones "psicoI6gicas" tales como el estado de la conciencia (0 del conocimien-to) del autor 0 consideraciones "historicas" tales como la ordenaci6n cronol6gica de laspruebas y las teorfas- (1978: 313). De este modo, Post define como «objetiva» unametodologia para Ia vaJoraci6n de las teorias cientificas «si todos los criterios (... ) sonen principios 'internos'. (1978: 313). En definitiva, para el objetivismo radical, cuestio-nes tales como la aceptaci6n 0 no de articulos por parte de revistas cientfficas especiali-zadas y, por tanto, de su publicidad 0 desconocimiento, 0 problemas tales como elestancamiento de un program a de invcstigacion, no s610 no tienen por que afectar paranada a 105 criterios de objetividad de una ciencia, sino que su inclusion en el analisispuede afectar las posibilidades de valoraci6n del contenido de objetividad de unaciencia.

La posici6n «flexible» del objetivismo intemalista podrfa estar muy bien caracteri-zada por los uitirnos trabajos oe 1. Lakatos y su teona de las «reconstrucciones raciona-less de la historia de I~ ciencia. Pero es necesa.io matizar la anterior denominaci6n de«flexibilidad», En realidad, las posturas originarias de Popper, Lakatos 0 Watkins sonmucho UJa., radicales, Tal como todos ellos plantearon contra T. Kuhn, en el Coloquiodel Be!ford College de 1965 (Lakatos y Musgrave, 1970), no era que rechazarancategoricamenre la posioilidad de una sociologra tie la ciencia tal como la estabanpractice n do Ius mertonianos, sir.o cue negabcn que esa 0 cualauier otra socioloatc fuerarelevante para el estudio de ios procesos cognitivos y el desarrollo de los conocimicntoscientfficos. Las falsacionistas no niezan que cxistan analisis de ia ciencia realizados po.las ciencias sociales; simpleme.ite los desprecian bajo fulminantes anatemas, tales C0P.10«psicologia de masass (Lakatos), «relativismo historico», «rnito del marco de referen-cia- 0 «ciencias espureas» (Popper).

Creo que si la influencia de la obra de Kuhn cs crucial para el nacimiento de la«nueva» sociologfa de la ciencia, tambien 10 es para la moderaci6n de las posiciones

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racionalidad QUo.!la inmanente en ci proceso cieuufico, Ell este sentido, la obra deLakalos es .Wlintento de convcrtir y reconstruir su historia, afortiori, dcsde los criteriosde racionalidad Que defiende: La racionalidad no surge asf del estudio de la historia deia c~cncia, sino que dicha 11i~toria es manipulada de forma que cumpla las normas Queel .fdosofo -en este caso Lakatos- establece como cons tit uti vas de la racionalidadobjetiva '. De ~ste modo, la racionalidad es independiente de la historia e impuesta aell a; la historia es el «lecho de Procusto» del criterio de racionalidad de Lakatos, que,como cada fil6sofo, posee el suyo de un modo mas 0 menos distintivo,

No resulta muy diffcil estar de acuerdo en cste punto con la crftica Que planteaKuhn alas «reconstrucciones» lakatosianas (1971: )41): el criterio de internalidad noadmite flexibilidad una vez que se adopta. De esta forma, si 10 «internr» fucra untermino independiente usado de forma inequtvoca -como 10 es en el caso de los histo-ria~ores que 10 siguen-, enlonces se podna esperar aprender algo sobre la metodologfaraclon~1 ap~lcada ~ estudio de la ciencia. Pero si la «historia interna» es 5610 una partede la historia, privilegiada pero compatible con la historia externa, entonces el fil6sofos?IO puede aprcnder de la historia 10 que ha puesto en ella. «EI metodo metametodol6-gico de Lakatos -concluyc Kuhn- esta en peligro de reducirse a una tautologfa», 0,dicho con otras palabras, I:J historia reconstruida racionalmente viene neccsariamentea liar la razon al metodo scgun cl eual ha sido reconstruida,

m.Las posiciones extemalistas fluyen tambien entre el radicalismo de los relativistas

y la flexibilidad de 105 que acepian la aplicaci6n sirnultanea de las visiones externa eintema. Un PWltO me parece irnportante senalar antes de entrar a cxaminar con masdetalle las distintas opciones: el fundarnenm que sirve de clave alas mismas. Tal comohemos visto, las bases filos6ficas de los internalistas son fundamcntalmeme dos. Laprirnera, el inductivismo neopositivista, que usa como punto de partida los enunciadossobre hechos. empfricamente verificados, EI procedimiento de la ciencia sera, para ellos,el de generalizar las cunclusioncs provisionales obtenidas de dicha verificaci6n y volvera someterlas a prucba. La segunda, el deductivisrno nonoeriano. oue usa como nuruode partida las .hip6lesis-!eoria~ EI procedirnrenro d~ ia' ciencia, .para Popper y susseguidorss, sena el de falsa- criticamente tales teorfas de modo tal que si rcsisten laprue~a ~uedan seguir uulizandose. EI punto de referencia de esta segunda opcinn serfala objetividad del «Mundo 3», compuesto por los productos te6ricos y materiales Quela humanidad ha ido acumulandn a 10 largo de la historia,

Los extemalistas, a su vez, podnan encontrar argurnentos de tipo filos6ficc en lafenomenologfa 0 en la teorra de la coherencia de la verdad, adem as de en la «dialecticamaterialista» de! rnarxisrnn ortodoxo. Pero crco que este no es cl tema. La base funda-mental de las opciones externnlistss en el estudio de la ciencia es la sociologta y,a~que en rr:enor rnedida, la antropologfa, economia, psicoJogfa, etc. De hecho, comoaf~a Ovcrington (1979), la socioiogia T]Oticne que acudir a la externalidad de lasexph:ariones sobre los procesos de conocimiemo poroue «ella misma cs extcrnalidad»,La ~eahdaa se puede cntcndcr, desde t,t" pcrspcctiva, no tanto mediante el estudio deIas Ideas co:"o del estudio de quienes las han producido: Ios cicntfficos, a su vez, sedebeT]. estudiar a U"aVe$de las practicas localizadas en et contexto en el que han sidoSOClalIZarlos ';Pur tanto, nuestro conccimienm sobre el mundo no puede ser aislado delcontexlv•SOCta! e~ el cual dicho conocirniento se genera, EI objetivo de I:J historia y lasociologia de la ciencia extemalistas estribanr en relacionar esos contextos coznitivos

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tan estreciuuncnte como se pueda, alas circunstnncias culturales y rnateriales dentro delas cuales se desarrollan.

~Por que entonces los retrasos y desfases de las posiciones externalistas en losanalisis sociol6gicos e hist6ricos de las ciencias? ~C6mo podrian explicarse el eallej6nsin salida, la repetici6n y la estetilidad de gran pane del extcrnalismo tradicional? Ami juicio, tres son las causas fundamentales que, en el terrene de Ia historia y lasociologfa de la ciencia externalistas «tradicionales», han provocado tales problemas.

En primer lugar, y en linea con la ortodoxia iniciada por Hessen (1971) y Bernal(1939, 1965), el rnaterialismo hist6rico vulgar cae sisternaticamente en un detcrminismosimplista que resuelve la explicaci6n de los procesos de crecimiento de la cienciamediante ia remision mecanica al desarrolio de las fuerzas productivas y 105 medias deproducci6n. La radical negaci6n del marxismo ortodoxo de la autonornfa, siquierarelativa, del mundo de las ideas lIeva a sus seguidores a buscar bajo cad a producci6ncientffica 0 cultural la base material «que la ha producido». Una iectura mas cuidadosa,tal como senale al principio, de los textos de Marx podrfa pennitir en tender la in-fluencia que, a su vez, ejercen las «superestructuras» sobre las bases materiales de lasociedad, produciendose, en palabras de Althusser, una «sobredeterminaci6n» de estaspor aquellas. No es posible criticar aquf las teonas althusserianas de la «practicateorica», «el efecto de conocimiento», las «Generalidades», la «ruptura episternologica»,etc., ni su ap1icaci6n a 105 estudios historicos, tal como hacen Hindess e Hirst ( 1975):pero sf esimportame resefiar la importancia de la «ruptura con la ortodoxia» que dichasteonas suponen y la tiqueza de los debates Que han despertado, De todas maneras, alfinalizar la Segunda Guerra Mundial, y durante los anos de la guerra fria, se produceun aislamiento de los historiadores marxistas y una dedieaci6n de la mayor parte de susteoricos a tareas fundamentalmente fi los6ficas. Similar situacion de agotarniento se

.puede detectar en la sociologia del conocimiento, tanto en la version de Max Schelercomo en la de Karl Mannheirn, al verse afectada por el mismo relativismo que dichoenfoque entrana,

La segunda razon creo que radica en la aceptacion, por parte de la sociologia dela ciencia tradicional, de la «Zona de Exclusi6n Sociol6gica» (ZES), impuesta por iafilosofta neopositivista y popperiana alas ciencias sociales en general. En efecto, laposible sociologia del conocimiento y rte la ciencia que podria haber surgido de Ia obrade Durkheim se deriva fundamenta!mente hacia la antropologia, el estudio de Iusreligiones, el analisis de la anomia y la desviacion y el de las organizaciones. Lomismo puede afirmarse de la herencia de Weber, 'orientada hacia el funcionalismo y I::!.sociclogfa de la ciencia mertoniana. De heche, ni el «realismo sociol6gieo» durkheimia-no ni Ics analisis de la «razon instrumental» weberianos sirven a los sociologos de I::!.ciencia funcionalistas mas que para sus tfmidos intentos de tratar los procesos cogniti-vus como procesos sociales analizables desde el exterior. La tesis doctoral de Merten(1970) sobre la ciencia en la Inglaterra del X'd! no le permite ilegar excesivamentelejos en sus analisrs, en la medina en que asurnc el dictum positivista ~e ia al!.tono~liJ.de !:\ racionalidad cientffica. En una paiabra, :11 scciolugfa de la cicncia f!.1~(:!0:.}.h",~·,1

es externalista en I~ medida en que csta forzada a serlo par su aceptacion de la «2:E3,,_dedicandose csencialmente a tratar aspectos de la ciencia tales como «Ia .cornunid.vtcientffica», la «estructura social de la Ciencia» 0 el «ethos de la comunidad». Pero sonintemalistas cuando aceptan que ia sociologla no tiene nada que decir sobre el conteru-do del conocimiento cientffico, la arbi trariedad de muchos de sus postulados, 11 forma-cion, defensa y superaci6n de los paradigm as, etc.

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La :nca!'1cidad del funcicnalismo de superar esta co.uradiccion y SlI accpiacicndel destine de quedarse fuera de ios analisis del mismo conocimiento ha provocado Sllpropia crisis. Por eso resulta sorprendente que Zuckerman y Menon (1971) reprochena Kuhn no tener en cuenta los factores extemos en 5U anrilisis de las revolucioncscientfficas, cuando para cllos 10 «extemo» no pasa del analisis·dcla estructura socialde la ciencia, sin entrar en sus contenidos cognitivos. En una palabra, la sociologfa dela ciencia mertoniana nunca va mas alia de los espacios de «culto publico» en la iglesiade la ciencia; no analiza la religi6n, sino a Ios sacerdotes,

Una tercera explicaci6n podrfa encorurarse en el caracter hegem6nico de Iahistoriograffa intemalista, ccntrada, como senala A. Thackray ( 1970), en el «analisisconceptual», legitimado fundamentalmente por los analisis de Koyrc, y profesionaiizadaacadernicamente en la mayor parte de los pafses occidentales a partir de los cincuenta.La defensa sistematica por pane de los historiadores internalistas -bien establecidos enel ambito universitario- del privilegio de la ciencia, y por tanto de la subordinaci6n decualquier analisis realizado desde las ciencias sociales, queda clara con estas palabrasde Hail: «... las relacioncs econ6micas y sociales influyen mas bien sabre el movimicn-to cientifico que sobre Ia ciencia como un sistema de conocimiento de la naturaleza»(1963: 12).

La situacion de agotamiemo y desconcierto del cxternalismo cambian, sin embar-go, a partir de la decada de los sesenta y se recupera definitivamcntc en Ios setcnta. Lostrabajos de Hnrkheimer, Adorno y Marcusc, y el desarrollo y extension de algunos desus postulados c1aves por parte de Habermas, han sido de una riqueza tal que hanpcrmitido una revision en profundidad de muchos de los postulados con los que veniac6modamente trabajando la escuela intemalista. Lo mismo podrfa afirmarse de Laestructura de las revoluciones cientificas, de T. Kuhn, que ha perrnitido, con el pasode lcs anos, una verdadera revoluci6n cognitiva en la sociologfa y la historia de laciencia. A este ultimo Ie dedicaremos atenci6n mas adelanto.

Por otra parte, se ha producido una rcvitalizacion de la sociologfa del conocimien-to y una asuncion del relativismo, potenciado por el fil6sofo P. Feyerabend 0 por elsociologo A. Gouldner. Un par de ejemplos de este neorrelativismo puedcn ser lostrabajos de Phillips y Snyder. Para Phillips (1974: 33), si la comunidad cienuficaconsidera la genesi s de las ideas como relevante para su verdad, entonces dicha genesisafecta a la verdad de una afirmacion cienufica. Mas alla de Mannheim, no se trata, paraPhill ips, de tener en cuenta la posici6n del cienufico para verificar si est:i mejor 0 peorsituado en la busqueda de la verdad. Sea cual sea el caso, la inevitable posicion socialdel investigador afecta a sus proposiciones y teonas, independientemente del resultado.Mucho mis radical, incluso, es la posici6n de Snyder (1978;, para quien de 10que setrata es de que «nos organizarnos nosotros rnismos en comunidades intelectuales yexplicamos ccsas para sobrevivir» ... como tales :-uelectualesv Snyder. siguiendo aDarwin, para explicar el proccso de adquisici6n de la informacion cientffica, v aSkinner, para estudiar el desarrollo del lenguaje (como medio que hace posiblc elcaracter cornunitario de ia actividad cienunca), llega ,i Ia concrusion de nue la evolu-cion de Ia invcstigacion y teorizaci6n cienufica es nn prcceso exosornatico.

Una posici6n externalista mas interesante es la desarrollada por Salomon (197t1)y Bourdieu (1975), ell Francia; los Rose: (196'1, 1075a, 1,)75b~,Blume (1974,1977; Yel grupo de I:; revista Technology and Society, de la Universidad de Bath, en GranBretana, y los teoricos de la «Tesis de Finalizacion» del Institutr; Max-Planck, enAlemania (Bohme, 1973, 1979). Dos son los puruos fuudameruales que podrfan homo-

~... r:

LA NlLE.\IICA [NTERNALISMO/EXTERNALISMO 7S

geneizar es.e ncoexternalismo, tal COP.10senala H. Rose: I) la necesidad de intcgrar \ciencia y tecnologfa en el analisis, y 2) la cruica a 10 que Habcrmas lIamarfa la intra-si6n del discurso tecnico de la racional idad instrumental en el arnbi to general de la \vida.

Desarrollando mas estos puntos, Blume plantea que la perspective neoextcrnalistase debe centrar en la institucionalizaci6n, relaciones y funcioncs socialcs de la cienciaen diferentes sociedades, por un lado, y en el estudio de la relevancia de los diferentesfactores sociales, polfticos y econ6micos y en el funcionamiento del sistema cientffico,por otro. Con ello, el mito de la autonomfa de la ciencia devicne progresivamente irreal.La ultima oporumidad de autonomfa de la ciencia fue en los USA durante los anoscincuenta, pero el sfndrome del Sputnik, la guerra frfa, el creciente dirigismo polfticcy econ6mico, los proyectos a largo plazo, la creciente carcsua de los programas deinvestigaci6n, etc., han acabado con el mito. Mas aun, los ultirnos trabajos en sociologiade la ciencia de los setenta, realizados en 10sparses industrializados, han acabado poridesvelar el misterio sagrado que rodeaba la practica de la comunidad de investigadoreslBlume (1977) sostiene que la actividad de la ciencia esta perrneada de los mismosvalores, prejuicios, lealtades, afiliaciones y caracteristicas de la sociedad circundarue;que es crecicnte el mirnero de demandas sociales dirigidas a 105 investigaclores quainvestigadores, 10que permite considerrrlos en nucstros dfas desde el punto de vista desus roles poluico-cienuficos; finalmentc. que la cstructura institucional de la ciencia hacvolucionado como respuesta al entorno socioeconomico, de 10que pueden ser ejernplosla profesionalizaci6n de los profesores y 10 que Kuhn llama la «ciencia normal», 0Ravetz (1971) la «ciencia industrial».

EI resultado es que la propia sociologia de la ciencia debe perder su status deprivilegio en el estudio de la ciencia, y que el sistema analftico que suceda a la sociolo-gfa de la cieucia no tendra que limitarse a una sola variable dependiente, esto es, aldesarrollo del conocimiento cienufico, al contexto del descubrimiento de los neopositi-vistas. EI sistema analftico de la ciencia 0 enfoque multidisciplinar hace, para Blume,de la pregunta sobre la influencia de los factores extemos en la ciencia: «Efecto sobrequel», La propuesta de Blume conduce a la necesidad de organizar esta respuesta almenos desde tres posiciones disciplinarias: sociologfa, economfa y poluica. __

EI sistema analftico de la ciencia actuara sobre las fronteras, estructuras, valores 1y modo de operar de la comunidad cientffica, asf como en la forma en que estas Iinfluencias se realizan. Por eso, no hay raz6n para que 10ssociologos 0 los econornistas ~no deban preocuparse de las reiaciones entre ciencia (concebida como un cuerpo decreencias 0 como un proccso productivo), cambie tecnologico y desarrollo econornico,0, como correspondena a los polit6logos, de las relaciones entre ciencia, cornpetenciay ejercicio del poder. En definitiva, los analisis sociologicos, economicos y polfticos")son respuesta a !as funciones y caractensticas sociales, economicas y polfucas de la /ciencia misma, a su capaci-lad para influir en la cstructura social y a su capacidad paralprcmover ~I cambio social. Ei problema cen tal enfoque, y el n.ismo Blume 10recono-.ce, es que, debido a su caracter eclectico, es diffcil que c,d'1uierauna base episternologi-ca evident" y definida. En otras palabras, no queda clare si el cuerpo de conocimientosobre I:; ciencia elaborado desde el exterior a su propio proceso cognitive es el resulta-do de la acumulacicn de infor.nucion de discipiinas diversas 0, simplementc, el produc-to de un nuevo sistema analftico organizado sobre la especificidad de-la ciencia comoebjeto dp. conocimiento.

Pero, aun siendo extraordinariamentc interesantes las opciones «neorrelativistas»

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76E. MEDINA LA POLf.MICA INTERNALISMoIEXn:RNALISMO

y «neoexternalistag, anteriores, diffcilrnente pcdrta eutendcrse cl resurgir del inter-is parlos tern as de la ciencia en las scciedades actuates sin la explosion que provoca la obrade T. Kuhn. De hecho, Kuhn, como historiador de la ciencia, pcrtenece originalmente

, aI internalismo, posicion que poco a poco va atcmperando con la inclusion de facto resexteruos 0, en el caso de La estructura de ias revoluciones cienttficas, asumiendo uncierto rel~tivis~o s?bre la forma de acordar el contenido de un paradigma por parte dela comunidad cientffica, la manera de «convenirse» a otro paradigma, la imposibilidadde comparar los paradigmas entre sf y la necesidad de realizar estudios desde lasciencias sociales de los contenidos cognitivos de la actividad cientffica. Por eso lIevaraz6n T. M. Brown (1980: 23) cuando afirma que «para la mayor!a de los internalistas,La estructura ... es una intrusion irritante y mistificante en su bien establecida discipli-na». En rea~lda.d, Kuhn se ha quedado luego mas corto de 10 que cabrfa esperar respec-to alas posibilidades que La estructura contiene. Su posterior alineaci6n con los mer-tonianos .y neomert?ni~os puede constituir una prueba a este respecto; pero 10 queotros .sociologos e historiadnres de la cieneia han desarrollado a partir de sus propuestasconsutuye el mtento mas serio para superar la polernica sobre el estudio de la cienciay a esto Ie dedicare, en pane, las proximas paginas, '

IV.

. En realida?, la resolucion de la polcrnica intcrnalismo/extcroahsmo rcqueriria 0bien la aportacion de pruebas contundentes que permitieran cl apoyo a una u otrapostura 0, po: el contrario, la decidida voluntad de escapar a tales dicotomras excluyen-tes. En el.pnmer ~aso, las investigaciones sobre la financiacion de los program as deinvestigacion, la distribucion de fond os entre Invesrigacion y Desarrollo (R & D), lasfuen~cs de tales fondos, los objetivos del apoyo econornico, etc., pueden aportar datosempincos que ayudcn a la superaci6n de la polcmica, En este senti do, resulta muyinreresante el trabajo de David Morison (I 975) sobre la influencia de las fundacionesfilantr6picas en la produccion del cunocimiento. Morrison examina ia manera en la cuale~ carnbio social y los dimas politicos hall influido en las operaciones de tales institu-crones de apoyo a la investigaci6n y, a traves de ellas, que clase de conocimiento~ientffico .se h.a pr~ucido. Morrison se centra en su estudio, por razones ob vias deunportancia hlstor~ca, en las fundaciones norteamericanas, analizando la posici6nocupada por las rrusrnas y sus relaciones cor, las universidades. Las fundaciones bansido,e~pecia:mente re~ponsablcs de las posiciones polfticas 0 de la orientacion episte-mologica de muchos mvestigadores, siendo el concepto de «legitimacion. una claveImportallle para cntcnder su actividad, La que Morrison conduye es que las fundacio-?es han fracasado, sin embargo, en su propia alltolegitimal:ion. Pero quiza I:J masimportante de su uabajo es su criterio integrador dentro de una sociologfa de la cienciaque mtenta supcrar la dicotomia repetidamente senalada. Como el ruismo aclara «esdificil t:azar una linea entre el "creadoi del conocimiento" y la "estruciura de soporte"n~cesa'l;: para su produccion, ya que ambas son parte recesar.a del proceso de conoci-rmento» (1975: 394).

'. ~I problema, con todo, consisie (;11 conjugar las razones de ia logica interua de lac:encl.a con los factores que afectan su desarrollo. Un par de i.itentos de mostrar estaswleslS SOil los de J. Ben-David 0 Barry Ba-nes, Ambos establecen la diferencia entre~I con.ten:do intemo del paradigrna -no sujeto a factores exteruos- y la actividad de losmveS.lIeadores, que sf se ve influida por dichos factores. De hecho, algunos de 10strabajos mas Importar.tes de Ben-David se incluyen dentro de II) que podria llamarse

77

1a «SOCiO!0gfa Historica del Conocimiento Cientffico». un intcnto alternative del grupode sociotogos rnertonianos de la Universidad de Columbia de superar su propia crisis.Los argwnentos de Bon-David se basan en el SUPUCSlOde que las normas que rigen laciencia deben estarprotcgidas por las normassocialcs generales, de forma tal que unasno inlerrieran alas otras e impidanel desarrollo dela ciencia. De entre esas nonnas,sin duda, la mas importante para Ben-David es la de la autonornia de la ciencia, y paradernostrarlo aporta datos obtenidos de la historia de los descubrimientos cientificos enel area occidental (1950).

EI argumento de Ben-David es sencillo: mientras que la ciencia en el siglo XIXfracas a en Francia por estar centralizada (y, por tanto, se eontradice el principio deautonomfa), triunfa en Alemania, donde no 10 esta; otro tanto ocurrira con la explosioncientffica de las ultimas decadas en USA, y las razones son esencialrnerne las mismas.Ciertamente que el argurnento de Ben-David no ofrece mucha consistcncia al hacerlodepender esencialmente de factores politicos, ya que, consecuente con esta argurnenta-ci6n, la dependencia casi total de los proyectos de investigaci6n actuales respecto delos Estados, las fundaciones y la industria deberia provocar un colapso fulminante. Mastarde (1971), Ben-David aceptara, de modo mas flexible, que la direccion externa puededemorar 0 acelerar el crecimiento cientifico, aunque seguira insistiendo en que pocopuede-hacerse para dirigir su curso. En otras palabras, «este curso esta detenninado porel estado conceptual de la ciencia y por la ereatividad individual, y siguc sus propiasleyes sill aceptar 6rdcnes ni sobomcs. (1971: 12).

EI sistema de Ben-David se cierra entonces sobre sf mismo: la ciencia constituyeun sancta sat/forum cuyos contenidos cognirivos -conceptuales y teoricos- no tienesentido que sean estudiados por las ciencias sociales (1971: 13-14). Lo que estasultimas deben hacer es, por el contrario, aceptar estos contenidos y partir de ellos comoforma excelsa de racionalidad laica, como modele de organizacion social. EI suenofuncionalista de autorregulacicn de los sistemas ha eneontrado su modelo, ya que «laevaluaci6n consensual y relativamente objetiva de los descubrimientos haec de laciencia un caso extremo de cambio cultural institucionalmente regulado» (Ben-Davidy Sullivan, 1975: 703). En consecuencia, su propuesta esta en linea con el viejo proyec-to platonico de La Republica: el gcbierno de los filosofos 0, aI menos, su priviJegiosocial, Si el rol del cientffico es reconocido, aprobado, apoyado y, finalmente, institu-jcionalizado, la ciencia florece. Donde estas condiciones no existen, 0 bien no baY,eiencia 0 bien esta no puede avanzar. .. .'

EI resultado es que tras lareforma de las uuiversidades y el reconocimiento delpapel del cienufico, a traves de las acadernias, en todos los parses europeos durante elsiglo XVIII, la ciencia deberia haber florecido por igual en todo el continente. Si noocurrio asf, si la importacion rnasiva de cientfficos extranjeros desde el centro a laperiferia no dio esos resultados (es el caso de Catalina la Grande en Rusia, de Pombalell Portugal u de Carlos Ill en Espana), i.ccmo podna explicarse esie fracaso con losargu-nenros de Ben-David? Si las instituciones inglcsas son muciic mas autonornasdesde el uitimo tercio del XVII, i.como se dejo arrebatar I;; iniciativa de los descubri-mientos cienuficos por un pais tan centralizaco como I~ Francia del XVIII 0 por I"Alemania del XIX, sometida a un uuro proceso de unificacion, aplastamiento delliberalismo e incremento de la centralizaci6n por la adrninistracion de Bismarck?i.C6mO explicar, independientemente del affaire Lysenko, el cxtraordinario desarrollode la eiencia en la centralizada Union Sovietica en el periodo pcstrevolucionario?Parece entonces que la sociologia hist6rica de la ciencia de Ben-David no s610 supone

.,...

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78 E. MEDINA

I~ actualizacion del dictum positivicta (Phillips, 1974: 70), sine que. como le cri.ica!(u~ .(1972), «su iuternalismo acaba siendo mucho mas restrictive que et mio». En fin,S:I vlsl.6n esta profuruiamente forzada por sus intentos de hacer de pender el desarrolloclenti~lco,de Ios. criterios politicos dcl liberalismo, respecto del cual la propia racionali-dad cientifica viene a constituir la mas importante legitimaci6n.

Creo entonces que, a pesar de su postura idealista, Nisbet lleva raz6n cuando~~chaza cualquie~ pri~ilegio para las ciencias naturales y, por tanto, cualquier complejo~U. parte de las clencl~s sociales para emprender un estudio que acomode los enfoques~temos y exte~os. NIsbet (1976: 5) destaca el caracter manipulador de la difercncia-cl?n e~tre «logica del descubrirniento» y «logica de la demostracion», «La segunda-dice ei autor- es propiarncnte un conjunto de reglas y descripciones: la primera no 10es ~... ) ~ todos ios pecados contra la Musa ( ... ) el mayor es la afirmaci6n de que lalogica pnmera (y absolutamente vital) puede ser evocada obedeciendo las reglas de la~egunda. EI resultado de esta equivocaci6n s610 puede ser la sequia 0 la csterilidadu:tel.ectual,,: Para Nisbet, ios grandes avances cienuficos se han producido cuando latecruca de investigacion y tos procedimientos de demostraci6n cstan al servicio delp?de~ sintetico y creativo de la mente humana. Lo que es cierto para el casu de lasFreud.f sociales, en donde las gran des conceptualizaciones de Marx, Durkheim, Weber,

reu~, Marshall 0 Keynes aiin estrin siendo verificadas, no 10 es menos para el C~tSOdelas ciencras naturales.

. Pero I.~ vision pragmauca de Ben-David 0 Barnes sigue rnantcniendo una claradiferenciacion entre ambas logicas. entre los dos contextos de Reichenbach. Para dichosautores, la forma y contenido del conocimiento cientffico son estricta consecuencia deldesarrollo te6rico, que tiene como fin propio reflejar de modo abstracto la realidad,aceprando, en todo case, que los factores externos solo tienen un papel orieruativo. Eneste modelo, como senala Johnston (1976: 195), el papel «orientativo de las influenciasextern as descansa en una mctafora espacial del desarrollo cicntifico. Las areas deproblemas son implfcitamcnte considcradas como espacios finitamente deiimitados conun contenido esencialmente predetenninado de teorfas y observaciones. Asi, el nivel deapoyo econ6mico s610 puede hacer avanzar p retrasar la cobertura 0 el desarrollo en una:ea ~oncre£a. De igual manera, los factores externos pueden dirigir el ir.teres de 105cientfficos al espacio no cubierto de IUl area de conocimiento antes que a otra». Los~actor~s extemos jugarfan asf un rol de distribucion de recursos, de motivaciones, deill,cenllvos,. para que se in~estiguen cicrtos problemas en vez de otros, para que seaceleren ciertos dcscubrimicntos, para que se concentre la investigaci6n en ciertosp~t~s ~oncretos, 0 para desanimar a ciertos cientfficos que [;0 encuentran apoyosuficiente en el extenor a sus prugramas de investigacion.

La pos:ura de Barry Barnes es, r.iJ obstante. mucho mas flexible y abierta que laue Ben~Davl,~ y, c':'1l0 consee~e:lc;a, esta muchc mas cerca de Ios «cog.ritivcs» que de~0S funcionalistas. en este scntido, aunque iespetuoso con los factores internes. Barnesmtent~ most:"ar la eficacia de los factores extemos en el conocimiento en sf rnismo «La~'scuslon -dice- se erupiez a mejor considerando el problema mas simple en la discutainterno/externo: ::U<1

'es el papel de ios facrores externos en .::1 csumulo, .etraso G

infIuencla en la direccion del c~mbio cientff:co. Bajo tal cireclriz los factores extern{)s~~eder. .ser contr~~l(ios cor. aquellos que prC'ducen caJllbios en los m:xlos de percep-c16n e 1fI.terpre:aclOn, 0 er. los standards de enjuic:amiento» (19"4: 101-102). ParaBarnes, «lIlcluso dentro de los tradicionales depaltamentos "puros" en las universidadesIas becas de investigaci6n procedentes de fuentes polfticas, industriales y militares:

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19LA POLf:r.flCA INTERNALlSMa!E.XTERNALISMO

ueuen \111 ciecto eo el modelo de camoio cultural -tal C0lTlOlos .lcelcradores de panicu-las- en I:! investigaci6n academica. Yen cualquicr caso, cl esfuerzo de mvcsugacionfinal en tales departamcnto:; csta relacionado COil la dCOlanda que de sus gradllaclo:;

haee el sistcma econ6mico» (i 974: 102).Pero 10 que Ios pragm:'iticos como Barnes no IIcgan a asumir, aun despues de

acentuar los facto res extemos. es el heche mismo de que: 1) csos .factores no s?lopueden producir efectos cuantitativus e~ el conteni~o de la cicncia, s~no tambien.;ualitativos; 2) que las ciencias sociales uenen pOSlblhdad de acces? al nuclco centralde la ciencia; 3) que pueden recupcrar su competencia epistemoI6glc~; 4) que LU~odesus objetivos centrales en las actuates sociedades desarroiladas es precls~nente crrucarla razon cientffica Y los productos de la cicncia como «terrenos prohlhldos», con~omatcriaiizaci6n hist6rica de la «razon universal». La consecucncia de csta concepcion«a medic camino» de los pragmaticos es que accptan simultanear factores externos einternos, pero para ser aplicados a 10 extemo Y 10 interne, r~speCtlVanlente de laciencia. 5610 asi se puede ('otender la Hamada de Barnes y ~hapl!1 (1979: 9) para quela historia de la ciencia sea mas relajada y natural. <£1 primer termino -aclaran- sercfiere al interes en baja de las form as de analisis prescriptivas y arrogantcmenteallist6ricas. tales como las recoilstrucciones racionalcs, que estan dirigidas a prcservaral conocirniento de las ciencias de la naturaleza como unico reino de la raclOnalldadhumana. C •.• ) Lo de "rclajada". sirve para poner en guardia no s610 contra ros auLOnta-rios del "derecho" intelectual, sino contra los "radicales" ( ...) porque la Illstona ~e. laciencia no debe estar preocupada ni por la "racionalidad humana" III por la . VIdasocial", 0 por cualquier otra cosa de esta clase. Tal :>pertura de mente, tal h~er:\hsmo,a 10 mejor no esta de rnoda, pero no debemos seguir las modas como guia para la

vida».. _ En definitiva, como hubiera pod.do argwllcntarles Lakatos, sus posiciones liberalessuponen una vuelta al positivismo, al azar en la seleccion de 105 hechos hisioricos. ala explfcita petici6n de ausencia de criterio des de la teoria. Por decirlo de otra f?m1a,la peticion de. que cl dentffico social que se enfrentz al pro?lema de la ciencia sealiberal con etla, la acepte tal como parece que se produce, Iimitando su papel al deobservador imparcial que estudia pero no participa en los c~nfIictos, ni des?e posturasconservadoras ni desde radicales. Justo 10 contrano sostJene P. Bourdleu cuandopropone recusar a fondo la oposici6n abstracta entre el ~l~lisis irunanente-~nterno, «'1",::incumblrfa propiamento! al epistem610go Y que resutuma la logica segun .11 cual laciencia engendra sus propios problemas, y un analisis externo, que relaclOila estosproblemus a los condicionalltes sociales de su apancio~)~ (1975: 94). L.o .que Bo~dleusugiere es tratar a la ciencia como «lugar de lucha pohllca por ¢l d0!1111ll0Clentl~co».EI contraste es claro, y mientrs« Barnes (1971: 119) defiende que <<I" ciencia heincofporado en sl misma de modo ~reciente los recursos culrurales de las .wcledadesen las cuales se ha desarroilado, lIegando as] a ser mas intemamente autosuficiente. conuna "fertilidaJ cruzada" :'::1 el proceso de cambio cultural». la sociolcgia pe!ftica de laciencia a los sociologos cognitivos resaitaranjusta.'"!1ente II) contrario. Lo que caracierizaala ciencia para BOClfrlieu, par ejcmplo, es 'jue, co.no «campo cientiftco", como <<l~6aroe h:cha politica», la ciencia s": relaciofla con lu politica no tanto ccmo slste~a autc.no-mo, sino com;) einbierna de la ccn,unid::d fie investig'ldores. Ello supone unaradlcaLza-ci6n de la compelel1cia epistemcl6gica de !as ciencias soci~es, r.o ,610 por las ~porta-ciones qlJo!ciertos histc~iadores Y soci610gcs van a hacer, smu po: la re<:Ula?tenZaclonde ia ciencia, de la actividad de los cientificos Y de Ia comWlldad clenu[lca como

camoo de batalla Dor el pode:.t)1~LIOTECA C~NTRA&.

U. ai. A. •••

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II

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80 E. MEDINA

De entre esas aportacrones, me gustana resaltar aquf dos que han supuesto, en ladecada de los setenta, un verdadero revulsivo: Lo: contextos historiograficos e ideologi-cos del debate del siglo XIX sobre e/ lugar del hombre en /a naturaleza de R. Young(1973), y Cultura de Weimar, causalidad y teoria cuantica, 1918-1927 de P. Forman(1971). A ell os me referire con brevedad. Forman estudia la comunidad de ffsicos ymaternaticos centroeuropeos en el perfodo inmcdiatamcnte anterior a la invenci6n dela mecanica cuantica probabilista de mitad de 105 veinte. En contra de la asuncion deautonomfa intclectual de las disciplinas cienuficas profesionalizadas, Forman muestraque 105 cientfficos se adaptaron por sf mismos a un contexto intelectual que les lIevabaa abandonar algunos de sus principios claves. Dado que la reaeci6n romantica contrala ciencia y sus leyes de causal idad habia logrado suficierue popularidad dentro y fuerade las universidades, los ffsicos y maternaticos se sintieron impulsados a alinearse conesta postura, adaptando asf el contenido de su disciplina alas valores de su entornointelectual. Lo que constituye novedad en el trabajo de Forman es que, siguiendo lateona de la «conversion» a un nuevo paradigma de Kuhn en los procesos de revoluci6ncientifica, 105 fisicos y maternaticos centroeuropeos se adaptaron primero al entomo y,a partir de entonces, trataron de encontrar una salida a la crisis de la vieja teoriacuantica. «De este modo -scnala Forman-, 105 problemas sustantivos (internos) de laffsica atomica desernpenaron 5610 un papel secundario en la genesis de (...) la opinionacausab (1971: 110).

Robert Young, por su parte, va aun mas alia que Forman. Mientras este presentala influencia decisiva de los factores externos de la sociedad en el an.bito interno dela ciencia, Young abandona esta dicotomfa «rnistificadora» y trata de mostrar el papelideol6gico de la ciencia en un contexte total. Este contexte total -Ia relaci6n delhombre, la naturaleza y la sociedad- permite entender a Darwin en dos pianos. En clprimero, Darwin desarrol\a su teoria de la evoluci6n por scleccion natural en respuestaa los problemas tecnicos dentro de las tradiciones internas de la biologfa y la geologiade comicnzos del XIX. Can este paradigrna, Darwin entra en crisis por no encontrarsoluci6n alas anomalias que se desarrollan en su interior. La solucion, sin embargo,no la va a encontrar en la biogeografia, paleontologia y la especiaci6n, sino en losescritos de un economista como Malthus, que Ie dan I•• clave que buscaba: la nocionde presion demografica y la consecuente lucha poi la supervivencia. Darwin mismoconcluye el trabajo en cste primer plano cuando publica, en 1859, su Origen de lasespecies. EI segundo plano resultara del impacto en el ambito de las ciencias socialesy de la ideologia de la obra de Darwin, cuyas consecuencias no s610 se encuentran enel darwinismo social de H. Spencer, sino tambien en el propio Marx, como Gerratana(197:;) ha sefialado mas detenidamente. La conclusion es que el inmediato reconoci-miento social de la obra de Di1IWin (el Origen se agot6 veinticuatro horas despues desu aparicion) refuerza U!1asintesis ideologic» ya alcanzada en Inglaterra tras el triunfode ia bnrguesra industrial y financicra ~' su concepto de progreso a traves de la luchay de progreso social a troves de I~ reconciliacion CC:l las leyes de la natura'eza. Cienciay sociedad, ideas ii-teruas e ideologfa externa, emergen como inseparables (Brown,1980).

AWl con matices en cada caso, Ius posiciones de Forman y Young se basan en Ianegacion no s610 de la autoncmfa de la ciencia como campo de privilegio episte.nologi-co, si.iu tarnbien en la comprensi6n de sus procesos y revoluciones en base a la recep-ci6n en su interior de formas sociales y culturales externas: la reaccion contra el

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LA POLEMICA INTERNALlSMO/EXTERNALISMO 81

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mecanisme determinista en la Aleinania de 10, veinte, 0 ell la rcficxion sobre cl creci-rniento desmesurado de la poblaci6n britanica en la segunda mitad del XVIII y comien-zos del XIX.

En linea con esta reacci6n par parte de los j6venes historiadores a aceptar las16gicas restrictivas de descubrirnicnto y demostraci6n de la filosofia de la cienciademarcacionista, esta tarn bien la sociclogfa de la ciencia neo, post 0 parakuhnianades de comienzos de los setenta. Ello ha supuesto W1a verdadera explosion de trabajosa partir de la crftica de la separaci6n, «tan metaffsica como absurda» (Knorr, 1975),entre las competencias de filosofos.sociologos e historiadores. La incorporaci6n de losenfoques fenomenol6gicos, etnometodol6gicos y antropologicos, por no senalar mas quealgunos, a los analisis de la producci6n de los conocirnientos cieutfficos ha ido afinnan-do progresivamente esta superacion.

La distinci6n es, en definitiva, espurea, porque, como sei'\ala un antropologo comoElkana (1980: 38), «la teoria de los contextos ha side usada para describir la actividadde los historiadores y fil6sofos (intemalistas, E. M.) de la ciencia mas que la de loscientfficos mismos», EI problema se podria convertir en la elecci6n de 10 que debemosentender por conocirniento, Si, como Popper proclama, existe un Mundo 3 de conoci-mientos objetivos, entonces la distinci6n entre contextos pucde rnantenerse, porque esemundo de conocimientos objetivos tarnbien posee reglas de demcstracion. Pero si noaceptamos el universo episternologico popperiano y se parte de que s610 poseernosimagenes del conocimiento, opiniones sobre el conocirniento, la distinci6n entre contex-tos es solo una artificiosidad mas impuesta a los procesos de indagacion humana.

En definitiva, como argumenta Elkana, si la actividad normal de la ciencia se basaen los productos acabados y en la determinaci6n del conocirniento legftimo por loslibros de texto, al margen de los problemas abiertos que realmente tiene siernpre la

. ciencia, entonces la justificaci6n no es un descubrimiento. Si, como piensan neopositi-vistas 0 popperianos, las razones para la aceptaci6n 0 rechazo, corroboraci6n 0 falsa-ci6n de resultados especfficos, pueden ser aisladas independientemente de la aceptaciono recnazo de otras partes de la teona, la justificaci6n tampoco es un descubrimiento.«Los fil6sofos y los cienuficos que piensan exclusivamente en terminos de episteme nopueden explicar racionalmente un descubrimiento, No hay 16gica del descubrimientoy por tanto tampoco se puede dar cuenta del mismo» (1980: 38). En una palabra, setrata de apos.ar mas fuerte contra el reducto privilegiado, ideol6gicamente tan peligroso,de la ciencia natural como epitome y fuente de racionalidad universal. La nuevasociologia y la nueva historia de la ciencia no tratan de expulsar a los viejos sacerdotesdel templo, sino derribar las murallas que 10 rodean.

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III

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Problemas episternologicos en el aualisis de la ciencia"

Cristobal TORRES ALBERO

I. Introducci6nEI analisis de la actividad cientffica muestra, al menos en los ultimos treinta anos,

un dinamico florecer de teorfas y perspectivas que, desde las tradiciones de la filosoffay sociologfa de la ciencia, han dado cuenta de los diversos frentes que la cienciapresenta en las sociedades industriales avanzadas, De tal manera, hasta finales de laanos sesenta primaba una linea en la que una sociologia de la cicncia de inspiracionmertoniana centraba su discurso en el analisis de la ciencia como instituci6n social, enconsonancia con los dictados de la concepcion heredada y el falsacionismo popperiano,hegem6nicos por esos anos, que entendfan los criterios demarcacionistas del conoci-miento cienufico como un metoda universal que aI modo de un algoritmo daba cuentade 10 que se contemplaba como un progreso incensante del corpus cienufico, Sinembargo a partir de los setenta, y tras la recepcion de la obra de Kuhn, todo un crisoi

. de corrientes y autores van a emerger tanto en la filosoffa de la ciencia (Feyerabend,Lakatos, Laudan, etc) como en la sociologta de la ciencia (programa fuerte, estudiosde laboratorio y controversias, etc), con el tel6n de fonda del rechazo de los supuestosclasicos que habian inspirado alas anteriores corrientes (el ethos cienufico, el intema-lismo normativista, etc)

Cualquier recorrido que se haga por ese conjunto de corrientes y tradicionesocupadas en el estudio del quehacer cientifieo', concluira afirmando que la situaci6nactual vienc marcada por la coexistencia de 10 que Laudan (1986), corrigiendo yenriqueciendo a Lakatos, ha denominado como tradieiones de investigacion. Lastradiciones se caracterizan porque presentan inevitablemente un nivel ontol6gico, 10queconlleva que las teorfas concretas que surgen dentro de cada tradici6n muestren amenudo un co:nponente infalsaole, dado que constituyen ejemplifieaciones de visionesmas fundamcntales del mundo y del fen6meno que eonsideran. As], cada tradicion nos610 se caracterizc po•.un conjunto determinado de teorias explicativas, sino tambienpor un cumulo de creencias sobre cual cs el objeto propio de la investigacion y acerca ..'de que supuestos mctodologicos y epistemol/igicos deben de regir su indagacion.

POlio tanto, las disputas que han venioo C<lJ acterizando a la filosoffa racionalistade la ciencia por ur: lado, a la sociologfa de la ciencia de inspiracion mertoniana porotro, y al crisol Je corrientes agrupabas bajo I;; etiqueta de la nueva sociologfa delconocimiento cientfficc por ultimo, se deben en buena medida a la existencia de una

-lmodito,

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serie de dicotomfas 0 pares ccnceptualcs antagonicos, que reflcjan las distintas 011\::J10-gfas en las que se mueven las perspectivas y tradicioncs cnunciadas, Pares que alprivilegiar su parcela correspondiente, sobrerrepresentan algunos de los aspectos propiosde ese complejo y variado fen6meno que es el quehacer cientffico, y con ello, ubicana cada tradici6n y/o corriente tc6rica conercta en un punto espccffico de la cicncia. Deesta forma, impiden que se pucdan constituir puntos de paso obligatorios en los quepodrfan con verger las diversas corrientes apuntadas.

En las siguientes paginas describire las que considero son las tres dicotonuasconceptuales cruciales? que conforman las distintas ontologfas de cada tradici6n y/ocorriente te6rica, esbozando para cada una de ellas, una soluci6n de compromiso quepermita resolver la actual inconmensurabilidad, y consiguiente estancamiento, de lasdistintas perspectivas. Operaei6n que permitira, ami juicio, aliviar los problemas de ci-mientos que, en buena medida, estan impidiendo la consolidacion de las estructuras deledificio cormin que ya viene en llamarse Estudios Sociales de la Ciencia.

II. Contexto de Justificaci6n/Contexto de DescubrimientoFue Hans Reichenbach (1934, 1975) fundador del Cfrculo de Berlin, hornologo del

Circulo de Viena, quien elabor6 rnodernamente ' esta distinci6n que tan hondamenteha calado en el analisis dci quehacer cientffico. EI problema de Reichenbach consisuaen obtener una soluci6n en la que la induccion jugase, [rente al componentc iiipotctico-deductivo, un papei preeminente en el analisis cientifico. Para ello scnalo que no eraposible enunciar reglas logicas que perrnitiesen construir una maquina descubridora queasumiese las funciones creadoras de los genios. Por tanto, todo este misterioso conjuntode Iactores que permitian la formulaci6n de las proposiciones cienuficas y los descubri-micntos, y que eran considerados por Reichenbach como elementos deductivos, acab6agrup1ndolos en 10 que dcnomin6 el contexte de descubrimicnto, ambito que escapabaal analisis de la 16gica dado qUI:!el establecimiento de reglas en el proceso de genera-ci6n de teorias era imposible. Sin embargo, la 16gica sf podia aplicarse en la justi-ficacion de WJa teorfa D partir de los datos empfricos, gracias al trabajo del 16gico queaplicaba la teorfa de la inducci6n. Tarea esta que quedaba restringida a un detenninadoespacio, al que denomin6, contexte de justificacion.

De esta forma, la formulacicn inicial de Reichenbach ten fa, desde mi punta devista, un alcance limitado por cuanto que, cuestiones aparte sabre inducci6n vs deduc-ci6?, s61u distinguia entre la generaci6n de teorias, algo nebuloso que se escapa 11 lalogica, y la validaci6n de estas mediante su relaci6n con el analisis 16gico y empfrico.. Si •• embargo. debido aI arnplio periodo en el que el positivisrno logico, la concep-

cion hcrcdada y el falsaciorusmo popperiano dominaran el panorama de los estudios delc~)JIocimi~llIo cienufico, la distinci6n fue reformulada tacitarnente, y usada para diferen-ciar dos i1i'os de enfoques analiticos en b explicacion de la producci6n cientifica. Uno,que dab, cuenra ce -oco el cor.junto de condiciones exteriores ill metoda y a las tcorias':knllfica.~ (contex.o oie dcscubrimiento); y oiro, que identificaba 10, elementos de estemcrodo 'IU~ intcrvcnfan 110 s610 en Ie. contrastacion sino tarnbien en la tormulacion deI;"'. :,roposicione.~ (conrcxto de justificacion). Mientras que esia ultima parce!a era I;;urucu que ;xxliJ proporcionn- una respuesta explicativa plausible al heche de que el"'111I('1 (J de P'OP'lSI'C 0 d " I" "

" . I nes ver aceras que a c.encia ioa eumando era cada vez mayor _lr- ql.;: sc p':l~lI1ab' CII cl dcnominado progreso cierrffrco-, el contexto de descubrirnien-to -610 ~rvh par . di I di .. • a III rear e me 10 circundante, 0 a 16 sumo los prerrequisitos bajo los~ tJf\Cfllba cl ccmcxto de justificaci6n.

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PROBLEMAS EPISTEMOL6clCOS 85

Asf, podlan identificarse uentro del contexte de descubrirniento elementos talescomo la psique del investigador, el ethos de la comunidad cienufica, los sistemas devalores de la sociedad, los parametres econ6micos, etc. Mientras que el contexto dejustificaci6n reunia a 105 procesos de validaci6n, ademas de los elementos form ales quepermiuan constituir un algoritrno que proporcionaba teorfas potencialmente verdaderas;en suma, que ofrecfa una explicaci6n del crecimiento del corpus cienufico'. Medianteesta operaci6n se estableci6 una divisi6n social del trabajo en el estudio de la ciencia.De ias cuestioues lie lli.!lOdo que eran cruciales para, ademas de la validaci6n, explicarcomo se habia generado el conocimiento cientifica se ocupaba la filosofia de la ciencia,mientras que de los temas circundantes 0 extemos, que operaban como factores necesa-rios pero no suficientes ni determinantes, se en.cargaban las ciencias sociales.

Ese planteamiento fue aceptado mayoritariamente durante un buen periodo deanos, y todavfa hoy perdura entre los seguidores de la filosoffa de la ciencia racionalistay entre buena parte de los cientificos sociales. Pero fue tambien en la filosoffa de laciencia donde se gener6 un movimiento que, iniciado por Toulmin (1953) y Hanson(1985), comenz6 a cuestionar la divisi6n absoluta en que se habfa converudo la dis-tinei6n entre contexte de justificaci6n y contexto de descubrimiento, y que termin6abogando por la recusacion de este par conceptual. dado que la metodologia cientificano debia lirnitarse a una mera labor de reconstruccion racional, sino que necesitabaincorporar factores historicos, sociales, etc, a sus explicacioncs sobre el progreso cien-tffico'.

Como continuaci6n de ese movimiento inicial hay que indicar que uno de losrasgos unitarios mas sobresalientes de las diversas corrientes aglutinadas bajo la etique-ta de las sociologfas del conocimiento cientffico, es el denominado principio de natura-lizaci6n, que presenta como eje central el rechazo de la separaci6n entre los dos contex-tos mencionados (Gonzalez de la Fe & Sanchez Navarro, 1988: 83). La negaci6n deesta division implica que la explicaci6n y analisis de los procesos de generaci6n delconocimiento cientffico queda dentro del campo de competencia de las ciencias socia-les, ademas de que estas haran especial hincapie en los procesos que los cientificosdesarrollan para legitimar el status epistemol6gico del producto cognitivo final.

De est a manera, el balance de este primer obstaculo pod ria ser el siguiente. Enprimer lugar, en cuanto que distinci6n metodologica 10.divisi6n de contextos no tienesentido porque, con los argumentos indicados anteriormente, puede asumirse que lasdisposiciones especfficas del habito cientffico presentan un eierto nivel de interacci6ncon los factores sociales, extcrnos e internos, presentes en el quehacer cientifico. Sinembargo, buena parte de quienes predican el fin de la separacion olvidan, a menudo,la dimensi6n referida al metodo 0 habito cientffico, confundiendo la infradetermiaacionde las teorfas por los datos 11 el lastre te6rice de la observacion con la irrelevancia defactores tales como la congruencia teorica 0 el grado de evidencia 0 fertilidad del mate-rial empfrico, En este sentido estimo que, en general, el problema de las sociologias delconocimiento cientffico es el de la falta de una teorizacion mas adecuada respecto delas singularidades especfficas que prcsenta e! ccnocimiento cienufico, aunque tambienhay que subrayar la importancia de los nuevos terriiorios descubiertos 0 mejor dicho,puestos al alcance de la indagacion sociologica.

Pero, en segundo lugar, creo que la distincion entre los contextos todavia tienesenti do analftico, al menos co.no division funcional -que nu social- del trahajo, y quedicha pertinencia estarfa proxima a la formulacion original de Reichenbach. AfirmabanBerger y Luckmann en su ya clasico ensayo, La Construcci6n Social de la Realidad

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0968: 1.8), sin negar la imponancia de las cuestiones cpisternclogicas, que si Ic~ cien-tfficos sociales no difcrencian en dos momentos distintos la tarea de afrontar losproblemas ernpfricos de la especialidad (en los sociologfa de la ciencia, la descripci6ny/o explicaci6n de los procesos de construcci6n de las teonas cientfficas y de los meca-nismos reales que operan en la validaci6n 0 justificaci6n) de los que tienen que ver conla fundamentaci6n epistemol6gica a validez de las propias proposiciones cientfficas, lasituaci6n serfa parecida a la de a1guien que quisiera empujar el coche que el mismoconduce. De esta manera, creo que la soluci6n para la sociologfa del conocimientocientifico pasa por preocuparse de construir planteamientos potencialmente ferules queden cuenta de la generaci6n y validaci6n de las teonas cientfficas, y por someter lasconjeturas que se logren formular, a nuestro propio contexte de justificaci6n comosociologos, es decir, al ambito de nuestra propia vigilancia epistemologfa que nos did.si, par el momento, pueden ser consideradas como validas 0 no.

Pero a mi modo de ver, esto no debe equivocarnos de camino, es decir, no pucdesignificar que la sociologfa del conocimiento cientffico se erija en juez y parte quedictamina acerca de la validez de las proposiciones y teorfas que otras ciencias obtiencnen su contexto de descubrimiento. Si como sociologos del conocimiento, nuestro obje-tivo es intentar construir una teona epistemol6gica general, podremos usar el materialteorico y empfrico prcviamcntc fonnulado en nuestro contexto de descubrimiento yvalidado en nuestro contexto de justificaci6n. Pero debemos Ilevar a cabo esta tareacomo episternologos, y no como sociologos del conocimiento. enfrentandonos en supropio terreno, y no en el nuestro, a los argwnentos de los respcctivos campos, progra-mas 0 tradiciones de investigaci6n cuya fundamentaci6n epistemol6gica tratamos de darcuenta, puesto que de 10 contrario nos veriamos atrapados en un bucle teorico, gozosopara el reflex.ivismo mas ortodoxo, pero paralizante e incluso ridiculo para cualquicrcorriente que tcnga como objetivo, el aumento 0 profundizaci6n de las explicacionessobre la generaci6n y validacion del conocimiento cienufico",

III. La Distinci6n entre Internalismo y ExternalismoComo he indicado en el epfgrafe anterior, el desplazamiento de lindes que se

produjo con posterioridad a la distincion de Reichenbach acabo solapanJo c identifican-do contexte de justificaci6n con internalismo, y contexto de descubrimiento con exter-nalismu. Sin embargo, la distincion intemo/externe presenta una dinamica propia que,en mi opini6n, es mas central para la discusi6n acerca de la posibilidad de que lasciencias scciales penetren en la camara sagrada de la ciencia, es decir, en el estudio dela generacion y validaci6n del contcnido de las proposiciones cientfiicas.

En efecto, a partir de los anos veinte concurrieron der.tro de la historia de laciencia tres cnfoques intelectuales que orientaron los prirneros exitos de este campo. EIprimero, heredero del positivisrno corntiano que llego hasta Sartori, 'caracterizaba a laciencia riesde la antiguedad remota coruo una lucha de victorias contra el mite y In su-persticion, operando mediante U!1 lento proceso de observacion, ensayo y error y, even-tualrnente, cor; la codificacion de leyes y teorias. Una scgunda perspecuva, pro.•.cnicntede la historia de la filosoffa, daba cuenta de la obtenci6n de conocimieruo objetivo yracional a partir del establecimientc de estandares normativos y universales que promo-vian la obtencion deta verdad cientffica. Por ultimo, toda una ccrrierue derivada deltrabajo de Fierre Duhern subrayaba la imponancia del papel Je las rnatematicas comoel elemento clave del progreso cientifico, ya que permiua establecer leyes experirnen.a-les (Macleod, 1977). Estas corrientes pennitieron sentar las bases del predorninio del

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PIlOBLEMAS EPlSlEMOLOCICOS 87

internalismo en ta historia de 1<1 ciencia, cuyos exitos mas trascenderues Ilegaron conla discusion en tome a la continuidad 0 ruptura hist6rica que, con respecto a 1;-. evolu-ci6n del quehacer cienufico, supuso la denominada Revolucion Cientffica, y las contri-buciones a este debate de los trabajos de Butterfield (1958) 0 Koyre (1977)7.

Pero mientras la corriente intemalista proseguia primando los aspectos sustantivosdel proceder cientirico como la unica explicaci6n valida del progreso de la ciencia, aprimeros de los anos treinta una Ifnea diferente iba a desarrollar un prisma alternative,a saber, el papel que los factores econ6micos y sociales tienen en el desarrollo cientffi-co. Originalmente se trataba de una linea de analisis hist6rico de inspiraci6n marxista,que entendfa que la generaci6n de las proposiciones cienuficas se debia a su vincula-ci6n directa con el desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de produccion".Esta corriente tuvo su momenta simb6lico de irrupcion en el segundo Congreso Interna-cional de Historia de la Ciencia, celebrado en Londres en 1931, de la mano de las tesisde Boris Hessen (1968) sobre Ias rafees econornicas y sociales de los Principia deNewton. Esta posici6n afect6 notablemente a los que en esos momentos no eran sinoun pequeno grupo de cientificos britanicos, como Bernal 0 Needham, que acabarongenerando en la Gran Bretana de [males de 10s anos treinta, el denominado movirnientode las relaciones sociales de la ciencia.

Asi estaban las cosas cuando Merton public6, en 1938, su tcsis doctoral (1984)con el objetivo de explicar el surgimicnto de la ciencia organizada en 13 Inglaterra delsiglo XVII. Merton, que con esta obra inaugura practicamente la tradici6n de la sociolo-gfa de la ciencia, afirma que los modos de interacci6n entre la sociedad, la cultura yla ciencia varfan segun los contextos historicos, En el caso especffico de la Ingiaterradel xvn, senalo las dos lineas que consideraba principales: las necesidades econ6micasy militares que estimularon y favorecieron la actividades cientfficas, y la convergencia'entre el espfritu puritano y la actividad cienufica.

Pero el cclecucisrno de Merton no s610 se dejo notar en la dimensi6n exterua dela actividad ciennfica, sino que tarnbien tuvo una repercusi6n en la parcel a interna porcuanto que, aI hila de sus pruebas empfricas, Merton cornprobo como los elementossociales generaban en 10s cientfficos el interes por los grandes problemas, socialmenteestablecidos, y marcaban el ritrno general de su desarrollo. Sin embargo, ya en lascuestiones de menor alcance, la autonomfa de la organizaci6n cientffica era ·ut";hccho,segun el autor. Y, por supuesto, su objetivo no tenia nada que ver con el analisis de losorocesos de cristalizacion del contenido cientifico.. Asf quedo la cuestion inicialmente, si bien can un predominio en la literaturahistoriografica de la perspectiva intema, que privilegiaba 10s metodos y rasgos de lcsprocedimientos y contenidos cientfficos, Esta situacion se fcrmalizo, cuando Hall(1963), en un ensayo sobre la tesis doctoral de Merten, hizo explicita la dicotorma entrelos ambitos interne y externc en el analisis de la ciencia. Para este autor, las explicacio-nes de tipo societal nos ubican en el movimiento hisrorico de I:J.ciencia. pero nada nosdiceu sobrc la ciencia como un sistema singular de conocimiento. De es.a forma, exis-tirian dos dominies diferentes que requeririan dos eofoques explicativos distintos. Uno,el intema!ist<l.dei!p.ido por el conjunto de procesos de produccicn y valrdacion delconocimiento cientffico, que requiere aplicar una perspectiva que resalte el papel delrnerodo cientffico y el analisis conceptual. Y otro, externalista, que muestra los condi-cionantes socioeconomicos en que se mueven, con plena autonomta, Ius anterioresparametres cientfficos".

La illtima reforrnulacion mas notoria de esta distinci6n, dcsde el propio intemalis-

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0968: 2.8), sin negar la imponancia de las cuestiones cpistemologicas, que si los cien-uficos sociales no diferencian en dos rnorncntos distintos la tarea de afrontar losproblemas ernplricos de la especialidad (en los sociologfa de la ciencia, la descripci6ny/o explicaci6n de 105 procesos de construcci6n de las teorfas cientfficas y de los meca-nismos reales que operan en la validaci6n 0 justificacion) de los que tienen que ver conla fundamentaci6n epistemologica 0 validez de las propias proposiciones cientfficas, lasituaci6n serfa parecida a la de alguien que quisiera empujar el coche que 61 mismoconduce. De esta manera, creo que la soluci6n para la sociologta del conocimientocientffico pasa por preocuparsede construir planteamientos potencialmente ferules queden cuenta de la generaci6n y validaci6n de las teonas cientfficas, y por someter lasconjeturas que se logren formular, a nuestro propio contexte de justificaci6n comosociologos, es decir, aI ambito de nuestra propia vigilancia epistemologia que nos dirasi, por el memento, pueden ser consideradas como validas 0 no.

Pero a mi modo de ver, esto no debe equivocarnos de camino, es decir, no puedesignificar que la sociologta del conocirniento cientffico se erija en juez y pane quedictamina acerca de la validez de las proposiciones y teorias que otras ciencias obtiencnen su contexto de descubrimiento. Si como sociologos del conocimiento, nuestro obje-tivo es intentar construir una teorfa epistemol6gica general, podremos usar el materialteorico y ernpfrico previamente formulado en nuestro contexto de descubrirnicnto yvalidado en nuestro contexto de justificaci6n. Pero debemos lIevar a cabo esta tare acomo episternologos, y no como sociologos del conocimiento. enfrentandonos en supropio terreno, y no en el nuestro, a 105 argumentos de los respectivos campos, progra-mas 0 tradicioncs de investigacion cuya fundamenracion epistemologies tratarnos de darcuenta, puesto que de 10 contrario nos vcnamos atrapados en un bucle teorico, gozosopara el reflexivismo mas ortodoxo, pero paralizarue e incluso ridicule para cualquicrcorriente que tcnga como objetivo, el aumento 0 profundizacion de las explicacionessobre la generaci6n y validaci6n del conocimiento cientffico".

III. La Distinci6n entre Internalismo y ExternalismoComo he indicado en el epfgrafe anterior, el desplazamiento de lindes que se

produjo con posterioridad a la distincion de Reichenbach acabo solapando e identifican-do contexto de justificaci6n con internalismo, y contexte de descubrimiento con exter-nalismo, Sin embargo, la distincion irnerno/extemo presenta una dinamica propia que,en mi opinion, es mas central para la discusi6n acerca de la posibilidad de que lasciencias scciales penetren en ia carnara sagrada de la ciencia, es decir, en el estudio dela generaci6n y validaci6n del contcnidc de las proposiciones cienuiicas.

En efecto, a partir de los alios veinte concurrieron dentro de la historia de laciencia tres cnfoques intelectuales que orientaron los primeros exitos de este campo. EIprirnero, heredero del positivisrno comtiano que llego hasta Sarton, 'caracterizaba a laciencia cesde la antiguedad remota como una lucha de victorias cor-tra el mite y la su-persticion, operando mediante lL'1 len:o proceso de observacion, ensayo y error y, even-tualrnente, cor. la codificacion de leyes y teorfas. Una scgunda perspecuva, pro: vcn.cntede la historia de la filosoffa, daba cuenta de la obtencion de conocimiemo objetivo yracional a partir del establecimientc de estandarcs normauvos y universales que prOITIO-vian la obrencion de +a verdad cienufica. Por ultimo, toda una ccrriente derivada deltrabajo de Pierre Duhe:n subrayaba la irnportancia del papel de las matematicas comoel elemento clave del progreso cienufico, ya que permitfa establecer leyes experimen.a-les (Macleod, 1977). Estas corrientes permitieron sentar las bases del predominio del

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PROBLEMAS EPISTI:MOL6GICOS 87

internalismo en ta historia de la ciencia, cuyos exitos mas trascendentes llegaron conla discusion en torno a la con tinuidad 0 ruptura nistorica que, con respecto a I~ cvolu-ci6n del quehacer cientffico, supuso la denominada Revolucion Cientffica, y las contri-buciones a este debate de los trabajos de Butterfield (1958) 0 Koyre (1977)1.

Pero mientras la corriente intemalista prosegufa primando los aspectos sustantivosdel proceder cientlfico como la (mica explicacion valida del progreso de la ciencia, aprimeros de los anos treinta una lfnea diferente iba a desarrollar un prisma alternative,a saber, el papel que los factores econ6micos y sociales tienen en el desarrollo cientffi-co. Originalmente se trataba de una linea de analisis hist6rico de inspiraci6n marxista,que entcndia que la generaci6n de las proposiciones cientfficas se debfa a su vincula-cion directa con el desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de produccion".Esta corriente tuvo su momento simb61ico de irrupci6n en el segundo Congreso Interna-cional de Historia de la Ciencia, celebrado en Londres en 1931, de la mana de las tesisde Boris Hessen (1968) sobre las rafces econornicas y sociales de los Principia deNewton. Esta posici6n afect6 notablernente a los que en esos momentos no eran sinoun pequeno grupo de cientfficos britanicos, como Bernal 0 Needham, que acabarongenerando en la Gran Bretaila de finales de 105 ailos treinta, el denominado movimientode las relaciones sociales de la ciencia.

Asi estaban las cosas cuando Merton publico, en 1938. su tesis doctoral (1984)con el objetivo de explicar el surgirnicnto de la ciencia organizada en la Inglatcrra delsiglo XVII. Merton, que con esta obra inaugura practicamente la tradici6n de la sociolo-gfa de la ciencia, afirma que los modos de interacci6n entre la sociedad, la cultura yla ciencia varfan segun los contextos historicos, En el caso especffico de la Inglaterradel xvn, senalo las dos lineas que consideraba principales: las necesidades econornicasy militares que estimularon y favorecieron la actividades cienuficas, y la convergenciaentre el espfritu puritano y la actividad cientffica.

Pero el eclecucismo de Merton no s610 se dejo notar en la dimension exterua dela actividad cientffica, sino que tambicn tuvo una repercusi6n en la parcel a interna porcuanto que, al hilo de sus pruebas ernpfricas, Merton comprobo c6'110 los elementossociales generaban en los cientfficos el interes por los grandes problemas, socialmenteestablecidos, y marcaban el ritmo general de su desarrollo. Sin embargo, ya '::1: lasc:.:estiones de menor alcance, la autonomia de la organizaci6n cientffica era ·u;: hecho,segiin el autor. Y, por supuesto, su objetivo no ten fa nada que ver con el analisis de losorocesos de cristalizacion del contenido cienufico.• Asf quedo la cuestion inicialmente, si bien con un predorninio en la literaturahistoriografica de la perspectiva intern a, que privilegiaba los metod os y rasgos de lcsprocedimientos y contenidos cientfficos. Esta situacion se fcrmalizo, cuando Hall(1963), en un ensayo sobre la tesis doctoral de Merten, hizo explfcita la dicotomia entrelos ambitos interno y externc en el analisis de la ciencia. Para este autor, las explicacio-nes de tipo societal nos ubican en el movimiento hisrorico de la ciencia. pero nada nosdiceu scbrc la ciencia como un sistema singular de conocimie.uo. De esta forma, exis-tirian dos dominies diferentes que requeririan dos enfoques explicativos distintcs. Uno,el iruernalista, definido por I!I conjunto de procesos de produccica y validacion delconocimiento cientffico, que requiere aplicar una perspectiva que resalte el papel delmeiodo cientffico y el analisis conceptual. Y ctro, extemalista, que muestra los condi-cionantes socioeconomicos en que se mueven, con plena autonomla, Ius anteriorespararnetros cientfficos Q.

La ultima reformulacion mas notoria de esta distinci6n, desde el propio intemalis-

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mo, se debe a Lakatcs (1983). Este intent» haccr frente a las primeras alteruativas teori-cas provenientes del extcrnalismo, que trataban de romper ran la rigidez de la clasiiica-cion, estableciendo la prioridaa en la explicaci6n del progreso cicntifico de la historiainterna (normatival.vque es capazde reconstruir racionalmente los rneritos de cadateorfa progresiva, frente a la historia externa (ernpfrico-descriptiva), que no puedc darcuenta de este hecho.

Fue Kuhn quien cornenzo por revisar la separaei6n tan tajante que en los MOS

cineuenta y sesenta se habfa establecido. En un articulo publicado en 196810, afirm6que aunque ambos cnfoques mantenfan en principio una cierta autonomia, en la practicaeran complementarios, y mientras no se aplicara de heeho tal compatibilidad no sertaposible eonocer ciertos aspectos importantes del desarrollo eientifico. EI mismo empren-di6 esta tarea (1982a) en el caso de la disputa aeerca de la importancia que la mentali-dad puritana y las necesidades econ6mico-militares habia jugado en la revoluci6ncientifica. En este senti do, Kuhn distingue dos tipos de cieneias, las baconianas (porejemplo, el magnetismo 0 la qufrnica) donde el desarrollo se debi6 en buena medidaal impaeto de los factores extemos mencionados por Merton; y las clasicas (por ejem-plo, las rnatematicas 0 la astronomfa), en las que este tipo de influencia no fue determi-nan:e en SL! progreso, dada su mayor tradici6n y trabaz6n cognitiva. Otros autores hanscguido por esta via, por ejcmplo Toulmin (1')77: 306-307) quien ha scnalado queambas perspectivas, Icjos de ser incompatibles a de estar en situacion de eonflicto,pueden ser entretejidas en una trama coherente, y apuntapor ejemplo, la posibilidad deentender la obra de Newton desde tres posiciones bien distintas -Ia internalista deKoyre, la externalista de Hessen y la psicoanalista de Manuel- que en sus estrictosambitus son complementarias.

En este sentido, la mas reciente representante de la idea de la complementariedades la denominada tesis de la finalizacion", cuyo argumento central afirma que cuandouna disci pI in a 0 especialidad, pur ejemplo la quimica agricola, ha alcanzado un ciertoni vel de madurez te6rica y tecnica puede ser guiada en su desarrollo conceptual porpropositos externos, si bien en las fases anteriores la dimensi6n cognitiva mantiene unimportante peso en el desarrollo de la disciplina.

Las tesis de Kuhn no s610 sirvieron para limitar la perspectiva de 10 interno yhacer complementarias ambas posiciones desde un punt» de vista clasico, sino queprodujeron una reformulaci6n de Ins territorios de cada perspectiva. Asf, comenzarona emerger estudios de caso que no pretendfan limirarse a ser an mero contrapeso delenfoque internalista convencional, sino que buscaban poner de manifiesto las formasy los modos en que elementos ajenos ai aparato conceptual de las disciplinas cientfficasintervenran en el prcceso de cristalizacron y validacion de las teorias cientfficas,

UIlO de estos intentos, procedente del propio ambito de la filosoffa de la ciencia.se debc a Toulmin (1977: :; 10), quien distingue entre cieucias compactas, como la ffsicaatornic.i, con una alta sofisticacion conceptual y en las que es facil distinguir Ios consi-ucrandos !'ltC;110S de los externos, y aquellas otras disciplinas donde las (;OS:lS SGnbastalile m is nebulosas. y conde es ditfcil scnarar :0 interne de 10 externo. En otroscasos, historiadores com= Yount; 0 Forman han mcstrado come faciores externos a ladimensi6n intelectual, tales como la reflexion sabre el enorme crccimiento de la[-vblaci6n britanica en b scgunda mitad del XVIII J' XIX (Medina, 1933: 72_'/3) 0 elacnusai y antiposuivista espfritu lIeorromaut;co que dominaba en cl panorama intelec-tual ~Ic~au de los ancs veinte (Forman, !984) ejercieron un papel decisive en laget1cr~Clun y aceptaci.m, rcspecuvarnenre, de las tesis de Darwin y del indeterminismo

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cuantico. En el casu cxtre.no, elementos politicos e ideologicos proveen mecanicamentela hegemonfa de un determinado prograrna de investigacion, como ocurri6 en el conoci-do ejemplo de Lysenko y Ia genetica sovietica (Joravsky, 1970). La vinculaci6n entrecorpus cientffico y ambientc social tambien hasido identificado,en diversos estudiosde caso hist6ricos, por la actual sociologia de! conocimiento cientffico mediante ladenominada teorfa del interes (Barnes & Shapin, 1979; Mackenzie, 1978). De estaforma, 10 cxterno no s610 ya identifica a los rasgos ambientales circundantes, sino quetarnbien sirve para referirse a III 4UC Toulmin denomina el medio disciplinar, esto es,ala estructura social de cada disciplina. Y asi por ejemplo, Fisher (1966) ha mostradoen un estudio clasico c6mo el colapso de la teoria invariante en matematicas se debi6a la ausencia de un marco acadernico que permitiera el reclutamiento de un mimerosuficiente de estudiantes.

En resumen, la propia evoluci6n de la historia y la sociologia de la ciencia hapermitido compatibilizar 10 que en su dfa represent6 una concepci6n que separabaradicalmente 13.s dos facetas del quehacer cientffico. Y tras esa quiebra, y con losestudios empfricos ya generados, puede afirmarse que aunque la divisi6n analitica siguesiendo valida ya que da cuenta de dos pianos constituidos en espacios distintos, desdeun punto de vista metodol6gico, y tanto enla acepci6n clasica como en la mas reciente,ambas variables son no solamente complementarias sino que se entretejen continuamen-te, dado que la actividad cognitiva cientifica es tambien, de forma indisoluble, unaactividad social y profesional. Por tanto puede concluirse con Barnes (1974: Capt. 5),que la actividad cientffica es una forma de cultura, y que por ello las fronteras y rela-ciones entre 10 interno y 10 extemo seran definidas de forma diferente scgiin losmomentos, las sociedades, los medios disciplinarios y los marcos conceptuales ytecnicos,

Sin embargo, si la perspectiva internalista, y con ella cl contexte de justificaci6n,han ejercido durante tanto tiernpo un papel tan relevante en el analisis del conocimientocientffico ha side porque ambas posiciones coincidian en un supuesto cormin: laexistencia de un mundo exterior objetivo que pod fa aprehenderse mediante una seriede practicas y procedimientos preestablecidos de anternano, Ias del rnetodo cientifico.Este postulado ha dado lugar a la tercera y ultima dicotomfa que ha afectado alasdisciplinas y tradiciones qUI" se ocupan del quehacer cientffico,

IV. Objetivismo versus RelativismoEn efecto, la existencia de un mundo natural considerado como real y objetivo,

que el cientffico puede conocer si tiene en cuenta una serie de pautas 0 pasos predefini-dos, es el presupuesto central de buena parte de las tradiciones que se han ocupado delanalisis de la ciencia. Es un mundo que esta mas alia de !as subjetividades de cadaindividuo, y cuya aprehension s610 es posible tras un proiongado proceso hist6rico dedepuraci6n cognitiva. Ese viejo sueno de I;; Ilustracion se habfa ejemplificado en lasprimeras interpretaciones de la historia de I:: ciencia tJ y como he rnostrado, peroadquirio fortaleza, sobre todo, en !a filosoffa de la cieucia con la irrupci6n Jei iuovi- .miento positivista,

Las caractensticas de ese mundo pueden representarse valida y Iidedignsmcnte sise aplican una serie de criterics sobre el. Esos criterios denominados genericamente elmetodo cientifico, son sucintamente 103 siguicntes. Por un parte, el principle de raciona-lidad, que establece que el conocimiento generado debe estar formado por couceptos,juicios e ideas combinadas mediante algun conjunto de reglas 16gicas que permitan

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producir nuevas ideas (infercucia deductiva) 0 derivarlas a partir de los datos (inferen-cia inductiva), asf como organizarlas en conjuntos ordenados de proposiciones (teorfas).EI postulado de racionalidad implica un segundo principio, denominado ya significativa-mente como el de la objetividad, que afirma que las ideas deben mantener como puntoobligado de referencia los hechos, es decir, que deben concordar con su objeto. Esaadaptaci6n a los hechos se .produce mediante dos tecnicas concretas, la observaci6n yla expcrlmcntacion, caracterizadas porque son controlables y hasta cierto pun to reprodu-cibles. Ese proceso de adecuaci6n al objeto natural se consigue gracias a 10 que elCfrculo de Viena denomin6 la verificacion, yel falsacionismo popperiano, la corrobora-cion, De esos dos componentes centrales pueden derivarse toda una serie de rasgos(analftico, explicativo, legal, predictivo, claro, preciso, contrastable, etc) que hacen dela ciencia un tipo de conocimiento epistemologicamente singular y especffico (Bunge,1981).

En resumen, para el objetivismo hay un mundo natural preexistente, ajeno anuestros deseos e intenciones, que pueden descubrirse mediante una serie de pas os deobligado cumplimiento. Por tanto, para este tipo de conocimiento es irrelevante suorigen social, es decir la sociedad 0 grupo especializado que 10 formul6 en primerlugar, ya que esta determinado por la naturaleza del mundo fisico.

Esta posicion no s610 afecto a la historia y filosoffa de la ciencia sino que consti-tuy6 la espina dorsal de Iii sociologia del conocimiento hasta por 10 menos los afiossesenta. En efecto, como ha mostrado Mulkay (1979: 1-26). puede trazarse una lineaque va desde Marx" a Mannheirn, y que incluye entre otros a Durkheim, en la quese asume que la ciencia es un caso especial de conocimiento, debido a que esta enposesi6n de un status epistemol6gico difeiencial. De hecho, la mayor parte de estesautores tuvieron que hacer [rente al proceso de constituci6n de las ciencias sociales y,por tanto, a un reto consistente en obtener un nivel de exitos explicativos semejante alde las ciencias ffsico-naturales. Y aunque su corolario crucial tenia que ver con lavariabilidad de conocirnientos segun tiempos y sociedades, este principio no afectabaa un mundo natural ajeno a los avatares de la cultura y la sociedad humana y, portanto, tampoco al conocimiento que se ocupaba de el.

Adernas, 10 que las sociedades humanas habfan conseguido crear, con la aparici6ny el asentamiento de las comunidades cientfficas y su metoda caractenstico, no era sinouna instituci6n que permitfa eliminar los factores distorsionantes que se encontraban enel hombre y en la cultura societal, tales como los sesgos, los prejuicios, las irracionali-dades, etc. De esta forma, tambien ellos, los pioneros de I~s ciencias sociales, podiansentir S<JS teonas resguardadas bajo el manto de la verdad cientffica, 10 que les permitfaafianzar ia obtenci6n de un status privilegiacio para su disciplina.

. Mannheim (1987) en un intento de hacer frente a un ambicnte relativista en auge.:fijo, aunque con una buena dosis de duda, una serie multinle de criterios que garanti-zarfan la objetividad de la ciencia: el control de las valoraciones, tl pragmatismo en losjuicios, I:! sfntesis cie perspectivas, etc, '! todos eIlos, como recursos de una Intelli-gentsia socialrnente libre conformada como garantia estructural de la validez del conoci-miento. Pero sera precisarnente en la respuesta a Mannheirn donde Popper refuerce,parad6!ic,:u:nente desde la filosoffa de la ciencia, una via intermedia entre las posicioncsdel obJet.lvlsr.no y 1<'.5del relativisrno. En efecto, Popper" establecic en La Logica deI~ Investigacion (1962) la falsabilidad como criterio de demarcacion del cunocimieatoclen~co. y de ahf extrajo su caracter conjetural y falible, frente a la tesis del Cfrcuiode Viena del verificacionismo, es decir del conocimiento cientffico iruuutable. Para el

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fil6sofo au striaco, la pretendida objetividad de la ciencia, emendida de un modoconjciural, no descansa en la actitud mental de un hombre individual 0 de un grupo so-cial, sino en el componente social del metoda cientffico, esto es, en 5U naturalezapublica. EI conocirniento cientffico adquiere su condici6n de objetivo, a traves de lacontrastaci6n intersubjetiva que proveen las tecnicas disponibles en cada momento.

Por tanto 10 que la sociologfa del conocimiento de Mannheim olvida, segiinPopper, es precisamente la propia sociologia del conocimiento, es decir, la condici6nsocial 0 publica de la ciencia, y esto ocurre porque se basa en la ingenua opini6n deque la objetividad depende de la psicologia del hombre de ciencia individual (198lb:170-171). S in embargo, Popper que cornparte una ontologia objetivista, pas a enseguidaa afirmar que los resultados cientificos son "relatives" (comillas de Popper), si cabeusar este termino, s610 en la medida en que proceden de cierta etapa del desarrollo dela ciencia susceptible de ser superada con el progreso cientifico. Pero esto no significaque la verdad sea "relativa". Si una afi.rnacion es cierta.Io es siempre (Popper, 1981a:387). Esta Ultima afirmacion, aparte de mostrar la tensi6n conceptual en la que semueve Popper, permite en tender el posterior giro que Popper dara a su pensamiento trasel impacto de la obra de Kuhn, Este giro plasmado en su libro Conocimiento Objetivo,consistir.i en la formulacion de la celebre teoria del Mundo III (el mundo de las ideasobjetivas) y en su principio de transferencia no simetrico, que afirma "que micntras unaepistemologia objetivista que estudie el Mundo III puede contribuir a arrojar muclusimaluz sobre el Mundo II (el de la conciencia subjetiva) especialmente sobre los procesosde pensamiento de los cientfficos, la recfproca no es verdadcra (Popper, 1974: 111)14.Esto ultimo implica la clausura del conocimiento cienufico para las ciencias sociales,al menos en ~I estado actual de estas, a las que Popper califica como formas de conoci-miento irracionales (Popper, 1975).

Junto a posturas objetivistas mas corregidas que posteriormente aparecieron,representadas por las tesis de Ziman (1972) 0 Toulmin (1977), la opci6n relativista va3 emerger en las nuevas sociologfas del conocimiento cientffico con un fuerte Impetu.Los puntos generic os de partida del relativismo en el analisis de la ciencia son, !a tesisde la infradeterminacion de las teorfas cientfficas por la evidencia y el postulado dellastre te6rico de la observaci6n (Knorr-Cetina & Mulkay, 1983: 3-5). Estos principios,junto con la tesis de Wittgenstein sobre la indeterrninacion de las reglas, que afirma queno existe nada en la i6gica que garantice la aceptaci6n de una proposici6n, conformaronlos cimientos del enfoque relativista. Esta concepcion afirma que el orden conceptualno viene proporcionado directamente por la experiencia, ya que esta depenJe de lascreencias. Por otra parte, !as creencias asi como sus variacicnes conceptuales se vincu-lan a los diversos contextos sociales y tempo.ales en que se formulan, de tal maneraque cada esquema te6rico, inscrito en cada cultura, organiza y Iija la naturaleza, 0 10Clue es in mismo, eS0 que se dcnomina la realidad. De 10 que se extrae que, 10 obser-vado llV puede ser explicado dirccnunenie pOI la naturaleza eel objeto percibido, quela separacion entre hecnos y conceptos no es tal, y que 10 percibioo no es otra cosa queel lenguaje. EI corolario ultimo de estos postulados (;S que la ciencia '10 es sino unaforma de cultura especffica, propia de una determinadc sociedad (Hollins & Lukes,1982: 1 ,20).

El papel que el objetivismo ha asignado a las ciencias sociaies es asirnetrico, porcuanto que parte del supuesto de que puedc darse cuenta de I:: verdad a partir de losestandares logicos y ernpfricos presentes en cada proposici6n, mientras que el error 5610puede entcnderse si ~p. crmsideran 1~~('::ln~~<:!,<:ff!11;r~" () sociales. es rt~cir eytp.rn!l~ ~'_~~

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i~'actuarfan como distorsionantes de h racroaalidad del metoda cientffico, De esta fonna,la asimetria pcrmite asignar alas ciencias sociales una posicion cxplicativa secundaria,dado que, si bien una sociologfa del error es posible, el analisis de la verdad quedafuera del ambito de cualquier interpretacion no logica (Barnes & Bloor, 1982). Larespuesta de la sociologfa del conocimiento cientffico a la anterior concepci6n seplasm6 en dos de los cuatro postulados del Programa Fuerte, a saber, el principio deimparcialidad, que afinna que hay que dar cuenta tanto de 10 que se considera verda-dero como de 10 que se toma como falso, y la tesis de la simetrfa en la explicaci6n, queindica que el mismo tipo de causas se aplicaran a la verdad y la falsedad.

Una objecion planteada al relativismo cs que de acuerdo a sus postulados, suspropias afirmaciones tambien dcpenden del contexte en el que se formularon y, portanto, no son relevantes, ni verdaderas, para dar cuenta de un tipo singular de cono-cimiento como es el cienufico (Ziman, 1986: 127-137). Esta afirmaci6n ha afectado deforma notable pero divergente alas distintas posiciones que el relativismo ha tomado.Asi, el Prograrna Fuerte cornpatibiliza una epistemoiogia relativista con una ontologfarealista aswniendo que existe un mundo independiente sobre el que pueden construirsediversas culturas y creencias, en funci6a de los distintos intereses enjuego. Sin embar-go otras corrientes. como el program a etnografico, y sobre todo el reflexivista queencabeza Woolgar, van mas alia no s610 en la epistemologfa, sino tambien en su onto-logia que puede tambien definirse como relativista, Asf por ejemplo, Wooigar niega elprincipio, upico de toda idea de rcpresentacion, de que los objetos cxisten indcpcndien-temente de la percepci6n que se tenga de ellos. Si esto fuera asf no se producirian los"horrores metodologicos". que aparecen en toda correspondencia realista entre repre-sentacion y objeto.

Estos horrores consisten en la indexicalidad del vinculo que une reprcsentacion yobjeto, que viene a decir que no se puede establecer un sentido invariable para unarepresentaci6n dada; la inconclusividad, que irnplica que en cualquier representacionsiempre es posible exigir nuevas c1arificaciones, elucidaciones, etc, y asf ad finitum; y,pur ultimo, la reflexividad, en la acepci6n de Garfinkel, que significa que ninguna delas dos panes del par represcntacion-objeto puede concebirse de forma independiente,ya Que ambos cambian con el fin de adaptarse entre sf. Si se quierc hacer freme a losdesastres metodol6gicos hay que introducir en el estudio social de la ciencia, segiinWoolgar, dos criterios indispensables: el principio de la inversion de las tesis objetivis-tas que his.oricamente han venido senalado que el objeto es previo a la representaci6n;y la tesis de la retrualimentacion que implica reconocer la importancia que se concedealas conexiones de doble sentido entre la ciencia, como objeto de indagacion y elintento de llevar a cabo un estudio de la ciencia.

Los resultados d~ Ilevar a cabo est a operaci6n, segiin Wool gar, son que las practi-cas representativas consutuyen los objetos del mundo en vez de ser las primeras unreflejo que proviene de los segundos, y que es el discurso el que constituye la realidada trzves de un proceso que con.ienza con notas, conceptos, etc. que sirven p~.;-r.pro-yectar y constituir objetos, y que termina cuando es posible percihirlo con vida propiay se minimizan 0 ev itan las partes previas que 10 ban compuesto", Y todas estasoperaciones se desarrollan dentro de entramados de relaciones sociales donde lospactos, las negociaciones y la busqueda de obtener credibilidad juegan un factorcsencial en la constitucion de IClS objetos del munco (Woolgar, 1988, 1991).

La cor-cepcion relati vista perm ire ofrecer nuevos puntos de vista sobre ternas nocuestionados anteriormente. como Ir. idea de que las reglas cientificas son racionaliza-

PROBLEMAS EPISTEMOL6GlCOS 93

clones post hoc de la practica cientffica. y iiO tanto prucedimiemos que determinan !aacei6n cientffica, 0 tambien una mas radical, aquella que sostiene que en el caso de 105descubrimientos no puede prcsuponerse el caracter del objeto descubierto, sino que este.es cl resultado de las afirmaciones del descubridor y de su trabajo para tratar deimponer su definici6n. Por tanto. la propia existencia del objeto descubierto, sus rasgos,y las estrategias del individuo 0 grupo que buscan obtener para su objeto el status .deobjetivo, dependeran de las variables condiciones de los distintos entramados socia-les",

En reswnen, ambas posiciones, la objetivista y la relativista, tienen unas rafces tanviejas como la reflcxion sobre el pcnsamiento y la naturaleza, aunque en los ultimostiempos ha side el relativismo el que mas cmpuje y novedades ha mostrado. A mien tender, est a ultima corriente ha comcnzado a rellenar con sus distintas aportacioncsel espacio que Lakatos (1983) abri6 con su tesis del fin de la racionalidad instantauea.Pero, como ha senalado Gieryn (1982), el hecho de que la nueva sociologia del conoci-miento cientifico no considcre 10 que podrfa denominarse como la factualidad de losobjetos (e1 mundo no habla por si mismo pero sf puede replicar cuando se Ie habla,siempre que se mantengan unos nunirnos cstandares metodol6gicos de control), a la vezque prima casi en exclusiva la crucialidad de los factores sociales y culturales, conllevaque sus aportaciones concretas sean mas un retroceso que un avance en 10 que serefiere al hallazgo de un punto de equilibrio entre el habito cicntifico y el contextesocial.

De hecho, y a pesar de todos los horrores metodol6gicos que Wool gar quierapercibir, la verdad convencional y conjetural pero invulnerable de cuestiones tales comoel continente americano, por poner el ejemplo de Brannigan que Wool gar retoma, latect6nica de placas, 0 la estructura del ADN sun algo que, a mi juicio, debe tenersemuy en cuenta si se quiere construir algo mas que ingeniosos argumentos autorreferen-tes. Es decir, si se pretende avanzar en el estudio del quehacer cientifico.

Por tanto, de nuevo estimo adecuado solucionar un problema analftico irresolublemediante el diseno de una estrategia r.ietodologica pragmatica" que combine unaontologia objetivista de corte falibilista con una concepcion de las relaciones entreobjeto y sujeto que no sea tan ingenua y aproblematica como ta metodologia objetivistahabia supuesto inicialmerue, y sigue suponiendo'", Asi esta mediaci6n tiene ,que en tea-derse como W1 proceso complejo de interacci6n entre los componentes propios delmetoda cientffico y el contexte social, que debe tener en cuema que el habito cienuficocobra sentido, opera y construye el mundo real dentro de ese marco de relacioncs yestructuras sociales, Pero igual que se sostiene que la ciencia es una cultura que dacucnta de la realidad, hay que tener en cuenta que como toda variante cultural requierelU1 tratamiento cuidadoso y especifico.

V. ConclusionesLas distintas propuestas de solucicnes, ~ los pares conceptnales antagonicos

analfticarnente irrcsolubtes. esbozadas en Ius epigrafes anteriores (especialmentc en elultimo contempladc) tienen como objetivo permitir que, ;;1 mencs desde un punto devista cognitive, puedan levantarse las bases de un programa (no necesariamente unatradicion) de investigacion integrado. Pero no es esa fill unica motivacion, dado queesta operaci6n tambien va encaminada a permitir una resolucion de 10 que en la actuali-dad constituye un nctable estancamiento de los estudios sociales de la ciencia".

Alguien tan poco sospechoso, para la reciente sociologia del conocimiento cien-

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ufico, C0!l10 es Latou. asi In ha reconocido al indicar co.no e! rapido progreso de losestudios sociales de la ciencia, sc debi6 a la lucha que se IUVO que sostener contra lasociologfa tradicional del conocirniento y la socioiogla rnertoniana de la ciencia que,junto a la filosoffa racionalista de la ciencia, hablan renegadndcl prisma social en elanalisis de los procesos de generaci6n y validaci6n del conocimiento cientifico. Comorcconoce este autor, la terquedad de los clasicos (y tambien su posici6n hegem6nica enla comunidad, diria yo) les forzaron a adoptar una postura polemica, Sin embargo unavez que la batalla esta mas U IlICIlOS ganada, se puede observar que la calidad de lasexplicaciones propuestas sobre la construccion social de los contenidos de la ciencia,es deficiente (Latour, 1992: 245-248).

Lo que ia cita de Latour pone de relieve, es queese estancamiento te6rico vaunido a un compromiso social y a una estrategia de subversi6n politica que, comotarnbien han sei'ialado Bourdieu (1990) y H.M. Collins (1983), se ha producido en estecampo del conocimiento en los anos setenta y ochenta. Por ello, cualquier propuestapara superar ese estancamiento debe tener en cuenta no s610 los aspectos intelectualessino tambien los sociales, a traves de una lIamada dirigida a la voluntad de los miem-bros de cada tradici6n para hacerfrente a la actual situaci6n, a partir de una propuestaIntegrada de trabajo.

De esta forma, si la irrupci6n de las sociologias del conocimiento cientffico, y suchoque con Ias tradiciones y corrientes anterionnente hegem6nicas, impidi6 en Ins anossetenta y ochenta aprovechar sus puntos de contacto, estirno que los noventa, tras el findel anterior dominio y el aseruamiento academico de las nuevas corrientes, puedenprom over ei f1orecimiento de un corpus cognitivo unitario que podria alcanzarse(salvadas con una formula de compromiso las ontologfas que subyacen a Ia base decada punto de vista) mediante 105 procesos upicos del crecirniento cierufflco, como lafertilizaci6n cruzada (Ben-David, 1991) 0 el razonamiento anal6gico (Knoor-Cetina,1977; 1981) entre las disrintas tradiciones y/o programas. Este es un deseo que deberfatraducir~e en un plan de trabajo cornun, des de el que las distintas vanguardias puedanproporcionar nuevos y mas profundos problemas que resolver, pero que no implica queen las fronteras de esta especialidad los debates y las discrepaneias entre las diversascorrientes te6ricas y metodologicas tengan que desaparecer".

NOTAS

1. La colcccion de ensayos de este libro es una buena muestra de ese haz de nuevas co •.rientes por 10 queala sociologfa del conocirniento cientffico se refierc. Un recorrido p.'\f3 el conjunto de perspectivas, puedeverse en la obra de Esteban Medina. Conocimiento Y Sociologic de Ja Cicncia; as! como en mi Tesis,E'ernentos para una Sociologia Politira de la Ciencia (1992).

2. Aun cuando tarubien puedan dcssacarse ctras, como deducthivismo vs. inductivismo, ciencia diriguiavs. ciencia autonoma, etc.

3. Segiin iodica Losee (1991: 123 y ss), ya en 1~30 John Herschel propuso 1. distincion entre contexteC'! (f~scuorimiento y de jusrificacion.

4. Con est; reformuiacion tit r- ita de Ja dicotcmla contexte de j'..!stiltcacioll/contexto de descubrimientoocurrida en el C111lrx> de la filosoffa de la ciencis, 10 que se produce, en Ill; opinion, es un solaparnientoc:n .la distincion interno/externc, tipica de la histona y Ia sociologia de la ciencia, c;'Jc abordare en elsigurente epigrafe.

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5. E<:ta opcracion fue iniciadn :X)r Hartson (iO)RS)':'/1 los arios cincucnta. COli la acunacion de la uoc.on delogica del descubrimiento que, entre otras cosas. deberia estahlecer como sc inficren hipotcsis a partir deuna organizaci6n conceptual previa ;\ 105 datos empiricos.

6. En est. misma linea. vcase V. Perez Diaz (1980) cspccialmcnic 1. scgunda parte, asi como E. Lamode Espinosa (1987).

7. Puedc verse una buena exposicion de esta polcmica en el libro de Alberto Elena. A hombros deGigantes (1989). cspecialmcnte el primer articulo. "La Revoluci6n Cienlifica: Ccnjeturas e Interpretacio-nes".

8. Esteban Medina ha serialado el dcterrninisrno simplista de esta corriente , y en general ha estudiado cl[racaso hist6rico de gran parte del externalismo tradiciooal. Vease su articulo. "La Polcmica lnteruo-/Externo en 1a Historia y la Sociologia de 1. Ciencia" (1983). espccialrnerae rags. 63-64. incluido en cstcvolumen.

9. La consecuencia resultante mas extrema fue 10 que Esteban Medina (1982) ha denominado 1a acepta-cion, durante muchos 31105 por parte de la sociologta de la ciencia mertoniana, de la Zona de ExclusionSocio16gica.

10. Veasc, T.S. Kuhn. "La Historia de 1. Ciencia" (I 982b).

11. Entre otros puede verse. W. Schafer (ed) Finalization ill Science. The Socia! Orientation of ScientificProgress (1983), asi como del mismo aut or. "Finalization in Perspective: Toward a. Revolution in theSocial Paradigm of Science" (1979); G. Bohme. W. van den Daele & W. Krohn. "Finalization in Science"(1976); F.R. Pfetsch. "TIle Finalization Debate in Gennany: Some Comments and Explanations" (1979);y por ul.imo, G. Bohme, "Models for the Development of Science' (1977).

12. Dos aspectos subraya Marx con respecto a 13 ciencia. El primero mas radical quc cstablecia 13vinculacion idcologica de la cicncia social. [rente a 5US propias formulae.ones. Y .rn segundo, referido aIas ciencias naturales, donde s610 se destacaba la rclevancia de la ciencia en la produccion, reproducci6ny cambio de la base econ6mica. Sobrc la sociologia de la cicncia que sebyacc en la obra de Marx, vcasccl articulc de Manuel Sacristan, "Marx como sociclogo de la cicncia" (1983).

13. Veanse sus obras. La L6gica del Conocimiento Cientifico (1962) espccialmente 1. secci6n 4 y e1prefacio a 1a cdici6n ing1esa: La M lseria del Historicismo (I 981 b: 170·171); y e1 capitulo 23 de LaSociedad Abierta y sus Enemigos (1~31a).

14. Lo que podria Ilarnarse, ir6nicamente, un cambia de gestalt de Popper es cvidente en 01r05 pasajes desus escritos, Asl, mientras en su ~r!:cuio sobre la sociologia del conocimiento afinna q'le hay quecaracterizar ala Ciencia mas por sus metodos que por sus resultados (1981a: 387), unos afios mas tardeescribe que en el ~mbilo de la cicncia deoeriamos eonstatar que el cstudio de los productos es mucho masimportante que el analisis de 1. producci6n, incluso p.ra comprender I. produccior y sus metodos (1974:II3).

15. De ahi Ie gran importancia que en Ias actuales sociolcgias del cococimiento cientifico cobra el analisisde 105 textos cientificos.

16. Puede verse la expcsicion original de Ias tesis relativistas sobre 10s uescubrimientos, en AugustineBrannigon, The Socia; Bases of Discovery (1901).

I? Operacion que en un plano rominal puede adoptar, para oiferenciarse del relativismo, 13 etiquetamannheniana del rclacioi.ismo, EI r-tacionismo Of) niega qu ....existen ....•.iterios de verdad y de error en una-::'·~-::-l.!s!6~.P':!"0 :~s~:teen que, por su propia 1J1~oit:, ciertas aseveraciones no pueden formuiarse de unamanera absoluta, sino ':'naca;llen1e en tepn;.lOs Je la perspective de una deterrainada situacioo hisrorica.(Mannneim. 19&7: 247).

13. Puede observars- q,'e a pesar de que 10 recieruefilosofla de 1a ciencia (Laudan, 1986; Chalmers, 1992)ha invertido tl punto de vista logici ••ta acerca de la relaci6n entre rar-ionalidad y progreso; las relacionesentre 10 cognitive y 10 social las siguen concibiendo deutro de la mas cl:i:;,ca j>OStura objetivista. Asi,Laudan parte del supuesto de 1a arracionahdad que indica que 1. scciologia del conocimiento puedeintervcnir para explicar creencias sf y s610 sf, esas crcencias no pueden ser cxplicadas en terminos de sus

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96 C. TORRES

rncritos racionales. De otro lado, Chalmers distjnguc entre la buena ciencia (com« el debate eu tomo u losexperimcntos de 1. Weber sobre la deteccion de ondas g ravitatorias) -cn la Cjue las cxplicacioncs de lasdecisiones tomndas soo 16gicas y racionales y don de los fnctcres socialcs solo juegan un papcl ell ul riunoy la direcci6n del crecinlienlo cientlfico- y la mala cicncia «'01110 la genctica sovietica COil Lysenko), enla que 10s factores sociales si explicarian por completo e1 contenido cognoscitivo gcnerado y validado.Desde mi PlU1tO de vista. en el trasfondo de csta tension conceptual de Ia nueva filosofia de la cicnciasigue subyacicndo la idea de la objetividad que se logra por medias estrictamente racionales.

19. Pese a este paron, hay que recordar que esta corricnte ha supuesto, tanto por sus aportaciones te6ricascomo por sus investigaciones erupiricas, un importante progreso ell cl muudo del analisis del quchaccrciennfico, muy anquilosado hast. I. aparici6n de I. obra de Kuhn.

20. Disenso muy habitual, aunque poco conocido, cn Ias llamadas ciencias duras. AI respccto, veasc M.Mulkay, "Consensus in Science" (1978).

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Segunda Parte:EI relativismo en la

Sociologia del Conocimiento Cientiflco

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446 IRANZO, BLANCO Y lJE LA FE

res de este volumen. Confiamos en que el lector cornparta esta conclusion 0, al menos,que este bien dispuesto a espcrar y ver. Seguiremos en contacto, un abrazo.

Juanma, Ruben y Teresa.

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