¿Sobrevivirán las artesanías aborígenes argentinas

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¿Sobrevivirán las artesanías aborigénes argentinas? MARÍA MARTHA BENA VIDEZ Fundándose en testimonios, la autora describe la situación de las comunidades aborígenes argentinas y muestra cómo sus artesanías son un medio de identidad y cohesión y un instrumento importante en su lucha por sobrevivir. Sugie- re algunas medidas de apoyo y enumera las instituciones argentinas que han hecho suya la causa de estos marginados, únicas raices precolombinas en un país al que la inmigra- ción dio un rostro y un estilo radicalmente distinto. « _uchas cosas se llevan en la sangre... W/l Por eso se transmiten de padres a JL Y Mhijos y de hijos a nietos, sin perder su fuerza. El amor por las artesanías también se lleva en la sangre. —Don Demetrio Gómez, ¿a us- ted de dónde le nació toda esa incli- nación por las artesanías? —"Desde que me acuerdo, des- de niño así como a mi hijita que ya está en el husito... Sabía dormirse con el husito. He conocido a mis abue- los que sabían hacer lo mismo". Toribia de Campo del Cielo, Formosa, nos contaba: "La mujer pilagá es artesana. Hace jica y teje. Las mujeres mayores les enseñan a las más jóvenes a hilar, tejer, a ha- cer jica. Cuando tienen edad de do- ce años ya empiezan a tejer pero prime- ro se les enseña a hilar, a tisar. Esta sabiduría se transmite de generación en generación". En todo el norte argentino y en otros lugares del país, miles de hombres y mujeres mueven con tal habilidad sus manos que de su tra- bajo salen ponchos, mantas, mates, imágenes, canastos, útiles y además, bellos. Cada obra artesanal trae un mensaje: el deseo de encontrarse con otros, de comunicarse tal vez con Dios o de agradecer a la tierra de donde nacen los materiales con que se hacen estos trabajos. Tanta habilidad, tantas horas, tanta dedicación no se ven compensados a la hora de vivir de su trabajo. LA REALIDAD ABORIGEN ARGENTINA La Argentina es un país dividi- do en dos: el rico y desarrollado y el pobre y subdesarrollado. Este ocupa particularmente las regiones noreste y noroeste y tiene, con la excepción de algunos pocos centros urbanos importantes o enclaves turísticos, las características de marginalidad comunes a casi toda América Latina. Los aborígenes constituyen una población de aproximadamente 300.000 personas que se hallan distribuidos en pequeños grupos, sobre todo en las provincias del norte y en dos provincias del sur. Representan una minoría marginada del uno por ciento de la población total del país. Su situación es de extrema po- breza: aislamiento geográfico y so- cial, destrucción de su cultura, des- nutrición, mala salud, analfabetismo, falta de tierra, trabajo, vivienda... El testimonio de ellos, sus propias palabras, permiten comprender la sitúa-- ción en que viven: "Tenemos raíces bien fuertes, por eso vivimos en esta Améri- ca. Estas raíces agarran, sujetan a todo el tronco; algunos quieren acabar con este tronco. Si lo cuidamos va a brotar, no importa que sea un brote chiquito... pero el tronco está vivo, está fuer- te. La familia aborigen es como un árbol grande con una sola raíz y muchas ramas. Los aborígenes somos una sola raza. Pero tenemos distintas lenguas. Los pueblos aborígenes, para crecer, para ser fuertes, necesitamos estar unidos, capacitarnos, organizamos. De- bemos trabajar para que alguna vez nos 38 I experiencias

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—Don Demetrio Gómez, ¿a us- ted de dónde le nació toda esa incli- nación por las artesanías? —"Desde que me acuerdo, des- de niño así como a mi hijita que ya está en el husito... Sabía dormirse con el husito. He conocido a mis abue- los que sabían hacer lo mismo". Toribia de Campo del Cielo, Formosa, nos contaba: "La mujer pilagá es artesana. Hace jica y teje. Las mujeres mayores les enseñan a las más jóvenes a hilar, tejer, a ha- 38 I experiencias

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¿Sobrevivirán las artesaníasaborigénes argentinas?

MARÍA MARTHA BENA VIDEZ

Fundándose en testimonios, la autora describe la situaciónde las comunidades aborígenes argentinas y muestra cómosus artesanías son un medio de identidad y cohesión y uninstrumento importante en su lucha por sobrevivir. Sugie-re algunas medidas de apoyo y enumera las institucionesargentinas que han hecho suya la causa de estos marginados,únicas raices precolombinas en un país al que la inmigra-ción dio un rostro y un estilo radicalmente distinto.

« _uchas cosas se llevan en la sangre...W/l Por eso se transmiten de padres a

JL Y Mhijos y de hijos a nietos, sin perdersu fuerza. El amor por las artesaníastambién se lleva en la sangre.

—Don Demetrio Gómez, ¿a us-ted de dónde le nació toda esa incli-nación por las artesanías?

—"Desde que me acuerdo, des-de niño así como a mi hijita que yaestá en el husito... Sabía dormirsecon el husito. He conocido a mis abue-los que sabían hacer lo mismo".

Toribia de Campo del Cielo,Formosa, nos contaba: "La mujerpilagá es artesana. Hace jica y teje.Las mujeres mayores les enseñan alas más jóvenes a hilar, tejer, a ha-

cer jica. Cuando tienen edad de do-ce años ya empiezan a tejer pero prime-ro se les enseña a hilar, a tisar. Estasabiduría se transmite de generación engeneración".

En todo el norte argentino yen otros lugares del país, miles dehombres y mujeres mueven con talhabilidad sus manos que de su tra-bajo salen ponchos, mantas, mates,imágenes, canastos, útiles y además,bellos. Cada obra artesanal trae unmensaje: el deseo de encontrarse conotros, de comunicarse tal vez con Dios ode agradecer a la tierra de donde nacenlos materiales con que se hacen estostrabajos. Tanta habilidad, tantas horas,tanta dedicación no se ven compensadosa la hora de vivir de su trabajo.

LA REALIDAD ABORIGENARGENTINA

La Argentina es un país dividi-do en dos: el rico y desarrollado y elpobre y subdesarrollado. Este ocupaparticularmente las regiones norestey noroeste y tiene, con la excepciónde algunos pocos centros urbanosimportantes o enclaves turísticos, lascaracterísticas de marginalidad comunesa casi toda América Latina.

Los aborígenes constituyen unapoblación de aproximadamente 300.000personas que se hallan distribuidos enpequeños grupos, sobre todo en lasprovincias del norte y en dos provinciasdel sur. Representan una minoríamarginada del uno por ciento de lapoblación total del país.

Su situación es de extrema po-breza: aislamiento geográfico y so-cial, destrucción de su cultura, des-nutrición, mala salud, analfabetismo,falta de tierra, trabajo, vivienda...

El testimonio de ellos, sus propiaspalabras, permiten comprender la sitúa--ción en que viven: "Tenemos raíces bienfuertes, por eso vivimos en esta Améri-ca. Estas raíces agarran, sujetan a todoel tronco; algunos quieren acabar coneste tronco. Si lo cuidamos va a brotar,no importa que sea un brote chiquito...pero el tronco está vivo, está fuer-te. La familia aborigen es como unárbol grande con una sola raíz y muchasramas. Los aborígenes somos una solaraza. Pero tenemos distintas lenguas.Los pueblos aborígenes, para crecer,para ser fuertes, necesitamos estarunidos, capacitarnos, organizamos. De-bemos trabajar para que alguna vez nos

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juntemos todos... La falta de respeto ydesprecio va entrando en el pensamientodel aborigen y nos avengonzamos delidioma, de nuestra cultura y de nuestraraza..."

"No tenemos posibilidades... apu-ran mucho. Esperen, respeten nuestra

Los aborígenes argentinos sonapenas el uno por ciento de

la población total y estánconcentrados en las provincias

del Noreste y Noroeste y en dosprovincias del Sur

cultura, nuestras costumbres, nuestrapersona, nuestra forma de vida..."(Estos textos corresponden a opinionesescuchadas en la Semana del Aborigen,que agrupó a tobas, pilagás, wichi, etc.).

Los aborígenes argentinos so-brevivieron el acero del conquista-dor, la esclavitud de las instituciones,,la viruela y la sífilis, nuevas y terri-bles enfermedades para sus pueblos.Sobrevivieron las campañas militaresde exterminio que no distinguieronhombres, mujeres o niños, sobrevi-vieron la mordaz indiferencia de losgobiernos que si bien no emplearonarmas en su contra, los conminarona la miseria y a la alienación de unacultura extraña y avasallante. Pesea la sistemática violencia de los si-glos, sobrevivieron.

La violencia ejercida sobre lospueblos aborígenes casi siempre estu-vo ligada a la tierra. Sin la propiedadde la tierra no hay probabilidad al-guna de su sobrevivencia como pue-blos. El aborigen sin tierra no es abo-rigen: "Si no tenemos derecho a tener latierra como dueños legítimos, significanuestra muerte final. Sin la tierra notenemos el espacio que necesitamos paravivir y para desarrollar nuestra cultura".(R.C. Toba y Roque Sáenz Peña, Cha-co).

ARTESANÍAS: UN ARTE CONSENTIDO Y PERMANENCIA

D on Demetrio define al artesa-no con estas palabras: "Elsuyo es el arte más tradicional

y más caro que puede existir en lahumanidad. El valor en artes es lo

más grande para mí que puede existir.El artesano tradicional es uno de loshombres de más grandes conocimientosque existe en la tierra, porque es unaimaginación que no ha venido en li-bros. Es una imaginación que brotadel fondo de uno".

Generalmente los artículos fabri-cados provienen de los elementos queutilizaban para cubrir sus necesidadeselementales; vasijas, utensilios, bolsos,mantas, y que por su belleza, utilidad ointerés se transformaron en productoscomercializables.

munidades que viven en barrios subur-banos es, a veces, la única forma de sub-sistir. Sin embargo es una alternativadudosa sobre todo si los grupos no seorganizan en cooperativas como en elcaso de Resistencia y Sáenz Peña, y nobusca el apoyo de organismos del go-bierno u otras instituciones sobre to-do en el aspecto de comercialización.

Así lo explicaba Clemente San-doval de General San Martín (Chaco):"Más o menos allá por el año 1964una gran crisis económica hizo que to-dos los aborígenes nos volcáramos nue-

A don Demetrio Gómez la afición por las artesanías le vino"desde que me acuerdo".

"Tenemos raíces bien fuertes...Algunos quieren acabar coneste tronco. Si lo cuidamos

va a brotar. No importaque sea un tronco chiquito...

pero el tronco está vivo yfuerte".

Para las comunidades aborígenesel trabajo artesanal tiene una doble fi-nalidad: ganarse el pan y afirmar su ma-nera de ser como pueblo, trasmitiendosu cultura. Para los grupos que vivenen zonas rurales, las artesanías son unaactividad complementaria de la agricul-tura, durante los meses en que no sehacen trabajos de siembra, carpida, co-secha o de la caza y pesca. Para las co-

vamente a nuestra historia, a la culturaindia. Comenzamos aprendiendo la ma-no de obra de la cestería de la hoja depalma. Empezaron las mujeres por su-puesto, porque son ellas las que traba-jan mucho en la aguja. Al principio lostrabajos no eran muy prolijitos, peroíbamos aprendiendo cada día más ycomenzamos a vender en el pueblo.A medida que se iba vendiendo, tam-bién mejorábamos nuestro trabajo yaparecían nuevos artesanos".

Ser alguien: todo artesano impri-me una firma a su trabajo. En la actua-lidad no todos lo hacen, y habría queestimular el que cada obra lleve el nom-bre de quien lo hizo, pues así el produc-tor se promociona, es conocido y enese proceso crece su visión de sí mismo,combatiéndose así el común denomina-dor del indígena: la inseguridad y faltade confianza en su persona.

La artesanía le permite trabajaren casa y al estar en ella, establece suspropios horarios y es "dueño de su pe-

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quena empresa". Al mismo tiempo,el resto de la familia participa en la pro-ducción adquiriendo un oficio definidoy la habilidad manual. Todo este esfuer-zo comúfi une a la familia, cimenta laorganización interna que luego puedeser un modelo para la organización co-munitaria.

La artesanía permite además quelos artesanos viajen a otros lugares'paraexhibir sus obras y nutrirse con lo quepasa a su alrededor. Es muy importan-te su participación en ferias provincialesy nacionales, pues esto les ayuda a sen-tirse dentro de un grupo más amplioque su comunidad.

La artesanía aporta a la culturanacional ya que cada etnia realiza sutipo propio de artesanías, por ejemplolos wichis (matacos) realizan trabajosen madera, palo santo, alfarería rústi-ca y tejido de algodón y lana; los to-bas o comb, como ellos llaman a su razase destacan en la cestería, dedicándoseen mayor escala a la alfarería y los te-jidos; los mocovíes trabajan especial-mente la alfarería; cada una de estasetnias a través de su manera de teñir,tejer, cincelar y de los dibujos que rea-lizan están aportando lo propio de sus

tradiciones y costumbres. En fin, trans-fieren dinero de las zonas más ricas alas zonas más pobres puesto que engeneral las artesanías se venden en cen-tros urbanos y turísticos. Este dinerose recicla a las zonas rurales, benefician-do no solo al artesano sino a su comu-nidad.

SITUACIÓN ACTUAL DELARTESANO

Como ya hemos dicho, son muypocos los artesanos que viven exclusi-vamente de este oficio, pues por el bajonivel de ingresos es imposible vivir solode la artesanía: "Mis hijos son estudian-tes y artesanos, ya me han dicho másde una vez que ellos lo quieren de co-razón a este trabajo. Pero que si no tie-ne porvenir, ellos no van a correr lasuerte mía".

' Desde su salida de manos delproductor hasta el comprador final,la artesanía pasa por dos o tres inter-mediarios. Estos, viajantes, almaceneros,mayoristas, pagan lo menos posible.No exigen calidad sino precios bajos.Al referirse a este tema Don Demetrionos dice: "Mire, aquí el intermediario

Toribia del Campo del Cielo: "La mujerpilagá es artesano. Cuando tienen edad

de doce años ya empiezan a tejer""Pero primero se les enseña a hilar, a tisar"

no paga absolutamente nada. La inten-ción nuestra es que salga directamentede nuestras manos al consumidor.Así a este le sale mucho más barato

Para Don Demetrio,un artesano aborigen, su trabajo

le "llega de una imaginafiónque no ha venido en libros,sino que es una imaginación

que brota del fondo de uno ".

y el artesano gana más. Porque el pro-blema nuestro es que si no vendemos¿qué comemos?, y para no morirnosde hambre tenemos que vender por loque nos quiere pagar el que compra".

Muchas veces, sus obras terminanamontonadas en algún galpón de su pue-blo, esperando que algún cliente se inte-rese por el valor de su esfuerzo y por elsignificado de su creación.

El trabajar constantemente comomano de obra barata, y el ser manosea-do y gritado producen una falta delibertad para crear y siente vergüenzade hacer algo distinto a lo que no lehaya sido indicado, poniéndose asíun freno a su imaginación y creatividad.Vienen entonces el desaliento, el aban-dono de una actividad ancestral, paraterminar o como peón de estancia oen el túnel de una mina o golpeando laspuertas de las grandes ciudades.

En 1985 se presentó un proyectode Ley de Promoción del Artesano yde las artesanías que creaba un mercadonacional de artesanías para comerciali-

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zar directamente los productos y reco-nocía algunos beneficios sociales a losartesanos registrados, por ejemplo, laposibilidad de jubilarse. Acerca de estaley nos dice Demetrio: "Tuvimos cono-cimiento de ese proyecto de ley presen-tado en el Congreso de la Nación enabril de 1985. Hasta el momento nohay novedades. Hemos escrito ya cuán-tas cartas. Hemos hablado con cuán-tas autoridades pero no tenemos contes-tación de esta ley".

POSIBLES SOLUCIONES

F ormar organizaciones autónomasy autogestionarias con capacidadpara decidir sobre su destino ante

alternativas diferentes y evolucionar ha-cia formas de organización intercomu-nitarias. "Yo creo que sin organiza-ción tampoco vamos a hacer nada.Ese ha sido mi lema desde hace años.Organizar a los artesanos, darnos la ma-no unos con otros. Ser uno para todos ytodos para uno. Nuestra Sociedad Real

"Mis hijos que son estudiantesy artesanos ya me han dicho

que ellos lo quierende corazón a este trabajo,

pero que si no tiene porvenir,ellos no van a correr la

suerte mía".

de Artesanos es como una cooperativa.Hemos empezado con lo que sabemoshacer y trabajar, hombres, mujeres yniños. Teniendo fondos hasta podemosinstalar una curtiembre. Porque aquíestá el mejor cuero del país, de cabra,por ejemplo. Con la curtiembre esta-mos dando el primer toque industriala una materia prima importante"

Clemente Sandoval:' 'Por ¡a crisis delarlo 1964 losaborígenes nosvolcamos a nuestracultura india.Comentamosaprendiendo la manode obra de la cesteríade la' hoja de palma.Empezaron las mujerespor supuesto... "

— Capacitar para el aprendizajeefectivo, vital y creciente de costum-bres y revalorización cultural que ayu-den a despertar a la realidad de queposeen un bien único como pueblo,manifestado en su idioma, costumbresy todo aquello que les pertenece, amás de capacitarlos técnicamente.

— Fomentar la organización co-munitaria. Un hermano mocoví en uncurso de educadores populares aboríge-nes, organizados por INCUPO comenta-ba: "A veces en las comunidades pareceque estamos ciegos. Estamos arrincona-dos y no sabemos por qué. Si no sabe-mos de dónde vienen los problemas noencontraremos solución. Debemos bus-car las raíces, aprender nuestra histo-ria, conocer la cultura de los blancossin dejar la nuestra".

— Recibir y potenciar la asisten-cia externa, técnica, social y financie-ra que les permita autogenerar accionesconscientes para mejorar la organiza-ción comunitaria, producción, comer-cialización y toda otra actividad departicipación en el contexto socio -cultural.

— Abrirse a otras actividades pro-ductivas como alpargatería, carbón,talleres de costura, panadería, ladri-llería, etc. "Aprendemos cosas nuevascomo a hacer pan. Tenemos taller decostura. En algunas comunidades, noso-tras mismas enseñamos a nuestras com-pañeras a cortar y coser. Hacemos laropa para nuestra familia y tambiénpara vender" (Sancerena, Ibarreta, For-mosa).

INSTITUCIONES DE APOYO

Desde 1975 FUNDAPAZ, la Fun-dación para el Desarrollo en Jus-ticia y Paz, está dedicada a la

promoción humana integral de pequeñascomunidades rurales de aborígenes ycriollos en el norte argentino. Contri-buye a que estos recuperen la concien-

cia de su dignidad, expliciten el valorde su cultura y mejoren las condicionesde la calidad de vida. Todo ello pormedio de acciones de promoción hu-mana, organización comunitaria, capaci-tación, asistencia técnica y ayudas finan-cieras.

Artesanías Argentinas a la queFUNDAPAZ dio origen en 1977, tienecomo objetivo, fundamental la promo-ción integral del artesano y su familiamediante el fomento, racionalización yrentabilidad de la producción artesa-nal, a fin de que se convierta en unafuente de trabajo permanente y esta-ble.

Hoy, los pueblos aborígenes estánresurgiendo de las cenizas aún calientesde su fuego antiguo y hacen distintosesfuerzos para conseguirlo. A travésde sus artesanías- nos trasmiten sus sen-timientos, sus sinsabores, su historia yesperan de nosotros el interés y el res-peto por sus culturas. Cada creaciónestuvo en el frío o en la soledad. Vienendel desierto o la montaña y traen unmensaje de belleza y verdad de todo unpueblo. (El material de testimonio ygráfico está tomado de Periódicos deAcción ANCUPO, publicaciones y traba-jos de Fundapaz, e informes y audiovi-suales de Artesanías Argentinas).

MARÍA MARTA BENAVIDEZ, ar-gentina, es asistente especializadaen Comunicación Social y profeso-ra de Lenguaje Corporal. Trabajadesde 1981 en el área de Difusión yCapacitación de FUNDAPAZ, fue se-cretaria ejecutiva en la campaña deCaritas "Regreso con Esperanza 1"y coordinadora de Difusión de lascampañas de Caritas "Contruyamoscon Esperanza" y "Regreso conEsperanza II", además de haber coor-dinado la muestra de Teatro Popularen la Asamblea Mundial deEducación de Adultos en 1985.

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