Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

16
56 Aclaración: La parte empírica del artículo y la elabora- ción teórica que lo funda fue realizada como parte de la tesis de Doctorado del autor. Agradecimientos: A los compañeros de la Asociación AYUDA por el trabajo realizado con los pacientes en la recolección de material. Al Dr. Guillermo Macbeth por su orientación. Al Dr. Héctor Fernández-Álvarez por su dirección y apoyo. Resumen: autores influyentes como Beck (9) y Barlow (7) han propuesto que la percepción de falta de control constituye el núcleo central de la experiencia de ansiedad. Una gran cantidad de investigaciones asocia la ansiedad con el control (7, 8, 42, 55). En el presente trabajo se estudió la relación que existe entre la sobreestimación del control y Trastorno de Pánico, Fobia Social y Tras- torno de Ansiedad Generalizada, de acuerdo con los criterios del DSM-IV (2). El objetivo específico fue poner a prueba la hipótesis clínica que consi- dera a la sobreestimación del control como una variable esencial para poder entender la ansiedad disfuncional. La muestra total de pacientes eva- luados antes del tratamiento fue de 103 (55% mu- jeres, 45% hombres). La muestra fue evaluada con instrumentos de medición específicos: ISRA (34) y SCI (Shapiro Control Inventory) (43). Los pacientes recibieron tratamiento cognitivo comportamen- tal específico. Se realizaron correlaciones entre la ansiedad y el control antes y después del trata- miento (N=38). La terapéutica instituida permitió una destacada reorganización, simultánea con la reorganización del control. A medida que el deseo por el control se reducía, la ansiedad menguaba. Los resultados mostraron que la sobreestimación del control podría considerarse una variable per- tinente que puede ayudar tanto a pacientes como a clínicos a comprender las disfunciones asociadas con la ansiedad. Palabras clave: percepción de control, deseo por el control, sobrestimación del control, trastornos de ansiedad Abstract: authoritative writers as Beck (9) and Barlow (7) have suggested that the perception of the lack of control constitutes the main core of experiencing anxiety. There are significant research antecedents that link anxiety with control (7, 8, 42, 55). The relationship between control overestimation and Panic Disorder, Social Phobia and Generalized Anxiety Disorder was studied —following the DSM-IV (2) criteria. The specific objective was to test the clinical hypothesis that considers control overestimation as a relevant variable to understand dysfunctional anxiety. The sample of patients assessed before treatment was of 103 (55%, women, and 45% men). They were assessed with specific anxiety and control measures: ISRA (34) and SCI (Shapiro Control Inventory), (43). Patients received specific cognitive-behavioral treatment. Correlations between anxiety and control were carried out before and a�er treatment (N=38). That treatment brought a remarkable reorganization that was simultaneous with control reorganization. As desire of control ameliorated, anxiety diminished. Results showed that control overestimation could be considered as a significant variable that can help patients and clinicians understand dysfunctions associated with anxiety. Keywords: perception of control, overestimation of control, anxiety disorders, desire for control INTRODUCCIÓN El tema del control ha sido objeto de estudio desde fines de los años 50 hasta la actualidad por parte de la psicología social, la cognitiva e incluso el psicoanálisis (44). El debate está centrado en re- lación a las consecuencias de poseer o no control. En la mayoría de los casos el sentido del control, cuando se lo experimenta, está emparentado con INVESTIGACIÓN Sobreestimación del control y Trastornos de Ansiedad Overestimation of control and Anxiety Disorders Daniel Bogiaizián Psicólogo Clínico. Doctor en Psicología. Asociación AYUDA. [email protected]

Transcript of Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

Page 1: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

56

Aclaración: La parte empírica del artículo y la elabora-ción teórica que lo funda fue realizada como parte de la tesis de Doctorado del autor.

Agradecimientos: A los compañeros de la Asociación AYUDA por el trabajo realizado con los pacientes en la recolección de material. Al Dr. Guillermo Macbeth por su orientación. Al Dr. Héctor Fernández-Álvarez por su dirección y apoyo.

Resumen: autores influyentes como Beck (9) y Barlow (7) han propuesto que la percepción de falta de control constituye el núcleo central de la experiencia de ansiedad. Una gran cantidad de investigaciones asocia la ansiedad con el control (7, 8, 42, 55). En el presente trabajo se estudió la relación que existe entre la sobreestimación del control y Trastorno de Pánico, Fobia Social y Tras-torno de Ansiedad Generalizada, de acuerdo con los criterios del DSM-IV (2). El objetivo específico fue poner a prueba la hipótesis clínica que consi-dera a la sobreestimación del control como una variable esencial para poder entender la ansiedad disfuncional. La muestra total de pacientes eva-luados antes del tratamiento fue de 103 (55% mu-jeres, 45% hombres). La muestra fue evaluada con instrumentos de medición específicos: ISRA (34) y SCI (Shapiro Control Inventory) (43). Los pacientes recibieron tratamiento cognitivo comportamen-tal específico. Se realizaron correlaciones entre la ansiedad y el control antes y después del trata-miento (N=38). La terapéutica instituida permitió una destacada reorganización, simultánea con la reorganización del control. A medida que el deseo por el control se reducía, la ansiedad menguaba. Los resultados mostraron que la sobreestimación del control podría considerarse una variable per-tinente que puede ayudar tanto a pacientes como a clínicos a comprender las disfunciones asociadas con la ansiedad.

Palabras clave: percepción de control, deseo por el control, sobrestimación del control, trastornos de ansiedad

Abstract: authoritative writers as Beck (9) and Barlow (7) have suggested that the perception of the lack of control constitutes the main core of experiencing anxiety. There are significant research antecedents that link anxiety with control (7, 8, 42, 55). The relationship between control overestimation and Panic Disorder, Social Phobia and Generalized Anxiety Disorder was studied —following the DSM-IV (2) criteria. The specific objective was to test the clinical hypothesis that considers control overestimation as a relevant variable to understand dysfunctional anxiety. The sample of patients assessed before treatment was of 103 (55%, women, and 45% men). They were assessed with specific anxiety and control measures: ISRA (34) and SCI (Shapiro Control Inventory), (43). Patients received specific cognitive-behavioral treatment. Correlations between anxiety and control were carried out before and a�er treatment (N=38). That treatment brought a remarkable reorganization that was simultaneous with control reorganization. As desire of control ameliorated, anxiety diminished. Results showed that control overestimation could be considered as a significant variable that can help patients and clinicians understand dysfunctions associated with anxiety.

Keywords: perception of control, overestimation of control, anxiety disorders, desire for control

INTRODUCCIÓN

El tema del control ha sido objeto de estudio desde fines de los años 50 hasta la actualidad por parte de la psicología social, la cognitiva e incluso el psicoanálisis (44). El debate está centrado en re-lación a las consecuencias de poseer o no control. En la mayoría de los casos el sentido del control, cuando se lo experimenta, está emparentado con

INVESTIGACIÓN

Sobreestimación del control y Trastornos de Ansiedad Overestimation of control and Anxiety Disorders

Daniel BogiaiziánPsicólogo Clínico. Doctor en Psicología.Asociación [email protected]

Page 2: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

57

Investigación

la idea de bienestar, salud y dominio.Sin embargo, en los sucesivos años de investi-

gación comenzaron a cuestionarse los intentos por sostener la percepción de control a cualquier cos-to. Uno de los pioneros en esta línea fue Burguer (11, 12), quien planteaba el control como un arma de doble filo en relación a la posible respuesta an-siosa del alto deseo por el control. Una serie de desarrollos posteriores, como el de Morling (35), cuestiona las tradiciones culturales occidentales que enfatizan que la gente mejore, desarrolle y conquiste dominios, concentrándose en la acción intencional e individual en el entorno. Dicho autor propone un segundo abordaje, influenciado por las culturas y filosofías asiáticas, del que destaca una perspectiva holística del mundo y un enten-dimiento del control que reside en las fuerzas con-textuales o sociales. En ese trabajo (35), Morling define este abordaje flexible y adaptativo como “control de armonía”.

De alguna manera, en trabajos como el citado, se reafirmaban abordajes tales como la Psicotera-pia del Control, que buscaban moderar el ansia de control con conceptos como sobrecontrol (43) y mediante la introducción de la idea de la acep-tación como un paso necesario par sentirse mejor. Los desarrollos subsiguientes de la “nueva direc-ción de la terapia cognitiva comportamental” die-ron lugar a la Terapia de la Aceptación y Compro-miso, en la que se considera el control como un problema en sí mismo (24, 23).

En este trabajo se abordarán las temáticas rela-cionadas con la exacerbación del control (sobres-timación del control) y la relación que ésta genera con los trastornos de ansiedad. Para ello, primero debemos entender a que nos referimos cuando ha-blamos de control.

CONSTRUCTOS Y DEFINICIONES DE CONTROL

Si bien el constructo control alude y deja lugar a muchísimas acepciones (hay más de 100 térmi-nos asociados), según Skinner (45) se trata de un concepto complejo y multifacético (43, 44).

La noción de experiencia de control se ubica más allá de la distinción entre control objetivo y control subjetivo. Las experiencias de control se refieren no ya al control objetivo o real ni a las creencias subjetivas de control, sino más especí-ficamente a los sentimientos que un sujeto posee acerca de la medida en que su interacción con el contexto puede generar ciertos resultados desea-dos. Toda la teoría del control se funda sobre la base de las atribuciones subjetivas (26), esto es, so-

bre las creencias del sujeto acerca del control del que dispone. Resulta difícil, por lo tanto, poder afirmar si efectivamente existe un control objeti-vo. Sobre lo que no caben dudas es acerca de que cada uno de nosotros posee percepción de estar o no en control. Podemos afirmar así que se trata de representaciones mentales cuyo estudio inte-resa especialmente al psicólogo. Se presupone la posibilidad teórica de una discrepancia entre lo representado y las características objetivas de las situaciones, por lo cual buena parte de la investi-gación se interesó en el estudio de los sesgos, las distorsiones, los errores y las ilusiones generadas por los procesos atribucionales (32).

Para Skinner et al. (46), la percepción de control se define como un conjunto articulado de creen-cias que el mismo sujeto construye. Estas creencias pueden discriminarse y se refieren a la interacción entre el agente del control -esto es, el sujeto mis-mo- , los medios que este agente posee, y los fines que estos medios procuran. Se distinguen así tres tipos de creencias independientes: las creencias de control (a), las creencias medios-fines (b), y las creencias sobre el agente (c). Las creencias de control (a) se definen como aquellas que un sujeto posee acerca de la relación entre el agente -el sujeto mismo, sede del control-, y ciertos fines o resultados deseados. Las creencias medios-fines (b) se entienden como las suposiciones o expectativas que el sujeto sostiene sobre la relación entre los medios (efecti-vidad) y los fines. Las creencias sobre el agente (c) son creencias acerca de la relación entre el agente y sus medios.

De las definiciones de control existentes las que resultan naturalmente comprensibles son aquellas alineadas con acciones que buscan la modificación del entorno o de las condiciones externas. En el control conductual, las definiciones implican la existencia de un evento amenazante y las manio-bras que pueden aparecer con el fin de neutralizar-lo (4). Esta forma de control es fácil de identificar en la medidas que las personas estamos motivadas para que las cosas sean como queremos.

Si hablamos de acciones para obtener control, inevitablemente hay un sujeto que las realiza. Esto plantea la cuestión del agenciamiento del control, un constructo que fue ampliamente estudiado como locus de control (38, 39). En este desarrollo se ubicarían aquellos que se perciben a sí mismos como artífices de su propio destino, con control in-terno y siguiendo la idea de un continuum; en el otro extremo se encuentra el locus de control exter-no para aquellos que se consideran en manos del

Page 3: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

58

Anxia

destino. El locus de control se refiere así al modo en que se percibe el lugar de donde proviene el control (11, 19), esto es, a la agencia que el sujeto le atribuye a la eficacia del destino. Para Fernández-Álvarez (20), el locus de control constituye uno de los factores que hace al estilo atribucional que caracteriza a los diferentes procesos psicológicos disfuncionales y a las explicaciones que los suje-tos dan acerca de lo que les ocurre. Vale aclarar que la noción de locus de control no constituye un buen predictor de las sensaciones o percepciones de control (48). En este mismo trabajo se ratificará esta observación.

Otro grupo de constructos se relaciona con los medios para alcanzar el control, es decir, recursos que posee el agente para ejercerlo. Entre los de-sarrollos teóricos que más han influenciado a la psicología social cognitiva, se encuentra la noción de autoeficacia que se refiere a los juicios de las personas acerca de sus propias capacidades para alcanzar determinados niveles de rendimiento y a sus posibilidades de éxito para tareas específicas (5, 6).

Cabe destacar aquí que la auto-eficacia así en-tendida posee gran relevancia para la comprensión del control. Pareciera que los juicios de auto-efi-cacia acerca de las propias capacidades de rendi-miento generan una disminución en la probabi-lidad de fracaso. La auto-eficacia constituye así una modalidad tácita de ejercer control sobre uno mismo y sobre el ambiente, con la mediación de los juicios auto-referentes, esto es, de lo que otros autores denominan percepción de control (11, 12, 45). Sostiene Li� (31) al respecto que la auto-efica-cia puede diferenciarse de la percepción de con-trol. Según parece, la auto-eficacia se refiere a la confianza generalizada que las personas poseen en sus capacidades, mientras que la percepción de control remite a situaciones particulares.

El análisis de estos últimos aspectos nos lleva a comprender que buena parte de las acciones del sujeto están orientadas a garantizarle el éxito o un determinado resultado. Esta necesidad de contin-gencia fue estudiada por Seligman (42) en sus ex-perimentos con animales, que dieron origen a la teoría de la indefensión aprendida, fenómeno por el cual organismos expuestos a una serie de eventos aversivos e incontrolables desarrollan un déficit general por el cual el individuo se siente pasivo, débil, y se percibe a sí mismo como víctima de lo no contingente. En esta primera etapa del estudio de la indefensión aprendida se enfatizó la rela-ción con ansiedad y depresión. Abramson y col. (1), en estudios ulteriores, propusieron en cambio,

un mayor énfasis en su relación con la depresión. La revisión crítica presentada por estos autores, constituye una segunda etapa en la historia de la investigación en indefensión aprendida. Dicha re-formulación (1) sostiene que una vez percibida la no contingencia, los sujetos se la atribuyen a una causa. Esta causa puede ser estable o inestable, global o específica, interna o externa. Se distingue también entre efectos crónicos o agudos, amplios o restringidos, y la baja o suba de la autoestima.

Nótese que el control es aquí entendido en clave atribucional, según la medida de contingencia que los sujetos le confieren a los eventos de su entorno. Varios autores (42, 1) destacan la importancia de la incontrolabilidad percibida para la configuración de la indefensión aprendida. Weiner (49) indica que una persona puede sentirse indefensa cuando percibe la insuficiencia de control personal en una situación determinada pero que no es necesario que se sienta también desesperanzada. La persona podría creer que una fuerza externa puede cam-biar una situación negativa y como consecuencia podría estar en un estado de optimismo de protec-ción o al menos no de pesimismo. En esta obser-vación el autor deja planteada la cuestión acerca de las maneras de obtener control y la motivación para esa búsqueda, aunque sea ilusoria. Desde nuestra perspectiva se introduce la necesidad de considerar la posibilidad de que el sujeto continúe con su afán de obtener control y que no esté dis-puesto a bajar los brazos. Por ello retomamos la relación entre la indefensión y la ansiedad de la primera etapa de investigación de Seligman.

Para Barlow (7, 8) en el núcleo del componente emocional de la compleja estructura de la ansie-dad se encuentra la sensación de incapacidad de controlar y la imposibilidad de predecir. Amplia-remos este punto más adelante.

Podemos definir el control, de acuerdo a lo visto hasta aquí y en una sintética aproximación, como la capacidad para manipular variables con el fin de obtener un resultado deseado.

CONTROL, ILUSIÓN DE CONTROL Y BIENESTAR

Numerosos son los antecedentes que ligan la percepción de control con el bienestar (41). Estu-dios con gerontes, como el de Krause y Shaw (27) muestran que sostener la sensación de control en áreas que son importantes para ellos, alarga la vida. Permite continuar llevando a cabo activida-des cotidianas como, por ejemplo, manejar a edad avanzada (53). En esa misma línea, hasta el sentido de la vida depende en gran medida de las posibi-

Page 4: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

59

Investigación

lidades de contingencia de las personas para ser positivo (54).

Una de las pioneras en el estudio del control percibido, Langer (29), enfatiza los aspectos posi-tivos del control en tanto la percepción de control genera recursos para producir transformaciones adaptativas. Pareciera que esta necesidad de expe-rimentar la sensación de poseer control llega inclu-so a generar lo que algunos denominan optimismo no realista, entendido como la subestimación subje-tiva de la probabilidad de encontrarse uno mismo con eventos negativos (30) tales como accidentes de tránsito o enfermedades, estimando esta pro-babilidad como menor para uno mismo que para otros. Este fenómeno, es decir, de la sensación de poseer mayor control que otros sobre la ocurrencia de eventos negativos, admite una lectura alterna-tiva. Sostiene McKenna (33) que sus resultados ex-perimentales sugieren una interpretación basada en la ilusión de control antes que en el optimismo no realista. La ilusión de control enfatiza la nece-sidad –positiva- de mantener el control antes que la distorsión atribucional –negativa- marcada por el optimismo no realista. Langer (29, 30) ha encon-trado que tal necesidad se mantiene incluso para situaciones aleatorias. Al respecto señalan Fernán-dez Castro y col. (22) que conviene discriminar también el sujeto o grupo de sujetos con el que se compara uno mismo para emitir juicios sobre eventos negativos. Los resultados experimentales sugieren que el sesgo pesimista señalado por el optimismo no realista se mantiene sólo para com-paraciones en las que el otro es visto como compe-tente o incluso brillante. Resulta oportuno recor-dar aquí la ya señalada condición constructivista (20) que presentan los procesos mentales respon-sables de la sensación de control. Según parece las personas construyen y modifican activamente las situaciones con que se enfrentan intentando man-tener siempre una sensación de control, incluso en los casos que impiden ejercer un control objetivo.

En otro de los desarrollos que introdujeron la importancia de la ilusión de control encontramos la distinción de dos tipos de control (37) y de cómo operan los esfuerzos para sostener la percepción de control, constituida como una necesidad bási-ca, algo inherente a la vida misma (30). La adap-tación al medio parece exigir cierto despliegue de comportamientos que sólo serían compatibles con el registro subjetivo de contingencia, con la sensa-ción de estar efectivamente ejerciendo algún tipo de control sobre los resultados (52). No sería ex-traño, por lo tanto, constatar que la sensación de control requiera de mecanismos de adaptación

para diferentes alternativas ambientales. En esta línea de razonamiento Rothbaum et al. (37) han postulado un modelo de control que distingue en-tre control primario y control secundario. Según este modelo, las personas intentan mantener siempre la sensación de control, ya sea por procesos de cambio que se dirigen hacia el mundo externo, o por procesos de cambio ejecutados internamente sobre el sujeto mismo. A estos cambios ejecutados sobre el mundo externo se les denomina control pri-mario. Los cambios internos, por su parte, reciben la denominación de control secundario. Presupone así este modelo que la sensación de control debe mantenerse de cualquier manera, ya sea por la ma-nipulación del mundo, o por la manipulación de uno mismo (25). El control primario consiste en los intentos por cambiar el mundo para que coincida con las necesidades del sujeto. Cuando este proce-so fracasa se activa el control secundario, con el ob-jeto de mantener, de algún modo, la sensación de contingencia, es decir, la percepción (realista o no) de poseer control. El uso de los términos prima-rio y secundario apunta, entonces, tanto a una se-cuencia temporal como al orden de importancia de estos procesos para la adaptación (35). Rothbaum et al. proponen distinguir adicionalmente cuatro manifestaciones diferentes de control secundario:a) Control Predictivob) Control Ilusorioc) Control Vicariod) Control InterpretativoLo que se intenta aquí es lograr algún control -aun-que sea interno y remoto- mediante la aceptación de la no contingencia.

Destacan estos autores (37) que resulta crítico para la investigación del control considerar la exis-tencia del control secundario -con sus variantes- ya que la interrupción o la pérdida del control pri-mario no genera directamente un abandono de la búsqueda del control. Según Heckhausen & Schul-tz (25) la articulación de ambos tipos de control presenta diferentes configuraciones a lo largo de la vida. La evidencia empírica sugiere que para man-tener un equilibrio funcional resulta necesario un adecuado balance entre control primario y control secundario. Si bien se han encontrado evidencias de un incipiente control primario en recién naci-dos, también las estrategias de control secundario parecen iniciarse en la temprana infancia para de-sarrollarse luego a lo largo de toda la vida.

En el mismo sentido, Taylor y Brown (47) seña-lan que conviene hablar de ilusión de control antes que de sesgo de control. La ilusión implica per-cepciones del control que aún siendo exageradas

Page 5: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

60

Anxia

redundan en condiciones benéficas para el sujeto. El sesgo en cambio es siempre negativo y tempo-ral. La ilusión es más estable y aumentaría la sen-sación positiva del self, las creencias de la eficacia personal y la sensación de un futuro más optimis-ta. De la misma manera, sostiene Langer (29) que la ilusión de control no debe ser entendida como desadaptativa o irracional. Muy por el contrario, parece ser que la experiencia de control genera una retroalimentación del ambiente que permite superar las limitaciones auto-impuestas.

Estos desarrollos otorgan al control -aún a cos-ta de recursos ilusorios- un rol fundamental para sostener la sensación de bienestar y lo presentan como potencialmente deseable.

DESEO POR EL CONTROL

Es razonable afirmar que la búsqueda de con-trol posee un fin adaptativo, es decir, que posi-blemente se intenta controlar para sentirse bien. Pareciera que al considerar que se tiene el control se supone que se conseguirán las metas deseadas. Estas reflexiones acerca del control de las acciones han sido replanteadas por las teorías cibernéticas. Carver & Scheier (13), por ejemplo, explicitan los procesos de auto-organización que permiten al-canzar una meta. Una meta es un punto de refe-rencia o blanco hacia el que una persona tiene la intención, o desea, dirigirse. Para ello es importan-te que el sujeto determine la posición en la que se encuentra con respecto a la meta y los cambios que son necesarios para minimizar la brecha existen-te. Esto nos lleva a reflexionar acerca del control como medio e incluso como meta.

Burger (11) entiende el deseo por el control como una variable de la personalidad y tiene que ver con el grado en que las personas se encuentran motivadas para verse a sí mismas en control de los eventos de su vida. El deseo por el control se ubi-ca así en el ámbito de lo motivacional tanto para Burger (11) como para Shapiro (43). Burger (11,12) puede ser considerado uno de los pioneros en el estudio de los aspectos negativos del control. Es este mismo autor quien destaca que en una deter-minada situación el grado en que una persona de-sea controlar qué va a ocurrir podría ser una pieza crucial de información para predecir su conducta. Aclara además que si pudiéramos identificar el nivel general de deseo por el control de una per-sona podríamos entender de mejor manera qué es lo que está haciendo en determinados fragmentos de su vida. Burger postula, así, la posibilidad de situar las diferencias individuales con relación al

deseo por el control a lo largo de un continuum que va desde el bajo deseo, en uno de sus extremos, hasta el alto deseo, en el otro extremo. Señala, asi-mismo, que es en los extremos de este continuo donde se observan los aspectos más interesantes de la personalidad. Insiste este autor en considerar al deseo por el control como un constructo general en vez de derivar en dominios específicos.

El deseo por el control puede entenderse, si-guiendo a Shapiro (43), como el grado en que uno aspira a conseguir y mantener el control, tanto de uno mismo como de otros, sobre sí mismo y so-bre el ambiente, incluyendo el miedo a perder el control, la importancia de mantener la apariencia de estar en control, los esfuerzos por controlar, y la necesidad de logros y poder. Es esta noción de deseo por el control la que fue empleada para la construcción de la escala correspondiente en el SCI (ver sección estudio empírico).

Se ha preguntado Burger (11) si las personas más felices poseen alto o bajo deseo por el control. Y sospecha que sacar una conclusión en alguno de estos dos sentidos sería precipitado. La investiga-ción ha mostrado que la ilusión de control es nece-saria para alcanzar logros y niveles aceptables de bienestar. Sin embargo, este autor encuentra que es razonable sugerir que las personas con un alto deseo por el control van a estar sometidas a mayor estrés y ansiedad. La razón que fundamentaría tal postulado es que la gente con un alto deseo por controlar tendría mayores dificultades para con-frontar con situaciones que son inevitables y en las que no se puede ejercer mucho control. Un ejem-plo de esto último es ilustrado por la experiencia de Arndt y Solomon (3) que correlacionaron gra-dos de neuroticismo con deseo por el control y el tema de la mortalidad, encontrando que el deseo por controlar el entorno aumentaba cuando los su-jetos pensaban en la muerte. Esto nos lleva al tema de la expectativa de controlar situaciones que no son controlables. Al respecto señalan Carver et al. (14) que la búsqueda de control es saludable sólo en la medida en que éste resulta alcanzable. La experiencia clínica nos ha mostrado en repetidas ocasiones que los sujetos ansiosos presentan un juego continuo con las metas. Estas metas pueden presentar un mayor o menor nivel de complejidad y abarcar áreas muy puntuales o muy generales. Estas variaciones reconocen sin embargo un pa-trón estable como trasfondo, esto es, la perma-nente discrepancia entre la meta y la obtención de la misma. De esta manera el deseo por el control se mantiene siempre activo en la búsqueda de un resultado. Lo que se busca como resultado es no

Page 6: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

61

Investigación

fracasar. Según parece, los sujetos ansiosos asu-men que a mayor control, mayor bienestar. Este presupuesto los lleva a buscar expandir el control hasta abarcar lo incontrolable. De esta manera se genera un problema de niveles de control, proble-ma similar al que plantea Wells (50, 51) acerca de la meta-preocupación en la cual el sujeto empieza a preocuparse por las consecuencias de estar pre-ocupado. Es por ello que se podría pensar que en los sujetos ansiosos el control mismo se constituye en meta. Esta exacerbación del deseo por el con-trol puede ser considerada como la génesis de la sobreestimación del control (ver Modelo).

VULNERABILIDAD, ANSIEDAD Y CONTROL

En los intentos por explicar la etiología de los trastornos de ansiedad nos encontramos con dos conceptos que no se pueden separar. Uno es el de vulnerabilidad y el otro es el de control (7, 8). Se-gún parece, la vulnerabilidad podría estar deter-minada por algún tipo de déficit en el control. Se genera así un incremento en la percepción del pe-ligro que se vuelve estable y expone a la persona al riesgo de los trastornos de ansiedad. La ansiedad no podría darse sin esta condición previa de vul-nerabilidad y percepción disminuida del control.

Al respecto, Beck et al. (9) sostienen que la vul-nerabilidad puede ser definida como la percepción de uno mismo como sujeto expuesto a peligros in-ternos o externos sobre los cuales su control es es-caso o insuficiente como para aportarle sensación de seguridad. La vulnerabilidad puede vincularse a lo que Seligman (42) describe como estado de in-defensión, en el cual el individuo se siente pasivo, débil, y se percibe a sí mismo como víctima de lo no contingente. Para Barlow (7), en el núcleo del componente emocional de la compleja estructura de la ansiedad está la sensación de incapacidad de controlar y la imposibilidad de predecir.

Cuando existen antecedentes de falta de control en las experiencias tempranas, sostienen Chorpita & Barlow (16), se encuentra facilitado el camino para el desarrollo de la ansiedad. Se postula de esta manera la consideración de una predisposición a la vulnerabilidad derivada de ciertas experiencias del desarrollo. Barlow (8) retoma luego el tema planteando la existencia de una triple vulnerabi-lidad. La primera se trata de una vulnerabilidad biológica generalizada (heredable). La segunda, una vulnerabilidad psicológica general basada en las experiencias tempranas antes mencionadas. Y la tercera, una vulnerabilidad psicológica específi-ca en la que el sujeto tiende a focalizar su ansiedad

en objetos o situaciones puntuales. Es interesante notar que este modelo de vulnerabilidad y ansie-dad sitúa la sensación de incontrolabilidad en el centro del problema. Pareciera que la evidencia experimental ha comenzado a sugerir que el tema del control posee un lugar central en el desarrollo de la ansiedad (8). El ambiente generado por fami-lias sobrecontroladoras termina disminuyendo la sensación de control personal, lo cual se traduce en una sensación de incontrolabilidad que se refle-ja en un locus de control más externo que interno (17). El mediador entre estas experiencias nega-tivas tempranas y el desarrollo de la ansiedad es justamente esta mencionada sensación de incon-trolabilidad.

La teoría de la indefensión (1) plantea, con res-pecto a las consecuencias de la falta de control en sujetos depresivos, un déficit cognitivo derivado del aprendizaje de que un resultado es incontrola-ble, lo cual disminuye la motivación de dichos su-jetos para la búsqueda de respuestas voluntarias. En cambio, en nuestro planteo, para los sujetos an-siosos la motivación estaría aumentada al punto de generar distorsiones para reconocer los límites del control, lo cual los acercaría, en su intento por ejercerlo, a la posibilidad de fracasar.

Resulta así evidente que el control posee una relación con la vulnerabilidad y con la ansiedad. Por ende, un menor control sobre un estímulo amenazante aumenta la probabilidad esperada de peligro.

PROPUESTA DE MODELO DE SOBREESTIMA-CIÓN DEL CONTROL Y ANSIEDAD

La revisión detallada del estado del arte en an-siedad y control nos ha sugerido un modelo expli-cativo en el que se introduce la novedad de otor-garle al Deseo por el Control -con la consecuente Sobreestimación del Control- un lugar relevante en la génesis y el mantenimiento de los procesos ansiosos.

Cabe recordar aquí que autores tan influyentes como Barlow (7) y Beck et al. (9) han propuesto que la percepción de falta de control constituye el nú-cleo central de la experiencia de ansiedad. A par-tir de este antecedente se desarrollaron distintos modelos y propuestas para explicar la activación de estados de alarma en función de la evaluación de la amenaza (40). Se han ensayado explicaciones circulares de la ansiedad como la del clásico mo-delo cognitivo del pánico de Clark y las versiones más sofisticadas como la de Wells (50, 51) que in-cluye procesos de tipo metacognitivo.

Page 7: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

62

Anxia

El modelo de Sobreestimación del Control y Ansiedad que presentamos a continuación inclu-ye aspectos recursivos, esto es, los eventos se van sucediendo y repitiendo una y otra vez. Con cada repetición se genera un incremento de la sintoma-tología. Los síntomas se fortalecen invitando al su-jeto a que re-actualice el ciclo disfuncional.

Para describir el modelo podemos comenzar con la activación de la percepción de amenaza. Esto supone que de alguna manera un estímulo interno o externo irrumpe en la percepción del su-jeto. La percepción de amenaza es uno de los posi-bles comienzos del ciclo pero no el único. También se podría considerar, desde una perspectiva gené-tica, que el comienzo del ciclo está en las experien-cias sobre la incapacidad de controlar. Este criterio de descripción de la ansiedad que prioriza lo ge-nético es empleado por Barlow (8). La percepción de amenaza supone la evaluación de los peligros que subyacen a la situación. Salkovskis (40) con-sidera al respecto que la percepción de amenaza debe ser considerada junto con las evaluaciones acerca del riesgo y los recursos disponibles para lidiar con ese peligro. De la relación entre estos componentes surgirá el monto final de ansiedad. Por lo tanto, a continuación se produciría un au-mento de la ansiedad que se observa clínicamente en una serie de síntomas físicos y cognitivos que corresponden a esta emoción compleja. La presen-cia de los síntomas activaría, desde la perspectiva de este modelo, el deseo por el control, en el afán de reestablecer la percepción de control. Y es este deseo el que incrementa la motivación que lleva a sobreestimar el control. En este contexto, esa sobre-estimación puede ser definida como la expansión de la expectativa de manipular y producir efectos sobre áreas que no son pasibles de ser controladas. Esta expectati-va supone ciertas creencias previas que se asocian a la ilusión de control (29) y a la necesidad de obte-ner un resultado deseado. Estas instancias cristali-zan en actos, cognitivos o comportamentales, que intentan neutralizar la percepción de amenaza que desencadenó todo el proceso. La sobreestimación del control genera un aumento de la expectativa de lo que es posible controlar, invitando al suje-to a buscar controlar lo incontrolable. Como es de suponer, en la mayoría de los casos esto derivará en fracaso del control, que el sujeto experimentará como incapacidad del controlar. Se reinicia así el ciclo de la sobreestimación del control y la ansie-dad. Cuando un sujeto ingresa en este circuito la mecánica misma del proceso aumenta las chances de fracaso del sujeto, contrariamente a lo que su intuición le dice. Estos sujetos creen que cuanto

más factores intentan controlar, menores serían las chances de percibirse ansiosos, o dicho de otra ma-nera, tienen la creencia subjetiva de poder dismi-nuir su ansiedad reduciendo la incertidumbre en áreas que son objetivamente inciertas. Estos com-ponentes pueden observarse esquemáticamente a continuación en la figura 1.

Para lograr mayor claridad expositiva ofrece-

mos el ejemplo de un paciente que padece Fobia Social, en el cual se observan todos los componen-tes señalados en este modelo de sobreestimación del control y ansiedad. En esta población la com-plejidad de las acciones asociadas para sostener el trastorno y la variedad de estrategias adaptativas se han desarrollado a través de muchos años y se confunden con su modo de ser y de organizar la experiencia en general (21).

Tomemos el caso de Raúl, de 30 años, soltero, que recibe una invitación para una fiesta de casa-miento. Para cualquier persona normal ir a una fiesta es un motivo de alegría. Sin embargo, para Raúl, esto es equivalente a una sesión de tortura. Su timidez no le ha permitido llevar adelante satisfac-toriamente las experiencias de contacto con otros, en especial las vinculadas con el sexo opuesto. Al recibir la invitación se aboca a evaluar los riesgos potenciales, por ejemplo si le va a tocar compartir la mesa con personas desconocidas, incluyendo a mujeres atractivas. Su temor a actuar torpemente o a resultar poco interesante se encuentra entre las amenazas, y los recursos con que cuenta para en-frentar el evento le resultan absolutamente insufi-cientes. Esto es lo que en el modelo se denomina percepción de la amenaza. Su consecuencia inme-diata será un aumento de la ansiedad, observable

Page 8: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

63

Investigación

en síntomas físicos como sudoración de manos y taquicardia, y en síntomas cognitivos asociados al juicio negativo de los otros. Este momento ac-tivaría el deseo por controlar variables que no son plenamente controlables, por ejemplo tratar de pensar frases ingeniosas para decir y garantizarse la reacción positiva de los otros, durante la fiesta, a sus intervenciones interpersonales. Esto implica-ría la necesidad de un desempeño perfecto.

Lo inalcanzable de las metas generadas por este deseo evidencia la presencia de una sobrees-timación del control. Estos intentos de control se van a traducir en una serie de actos tales como au-topresentaciones ensayadas, respuestas prepara-das en anticipaciones imaginadas de la fiesta, che-queos repetidos del posible vestuario, etc. Estas previsiones generarán obviamente fracasos (como quedar con la mente en blanco o tartamudear) que se constituirán en nuevas experiencias de inca-pacidad de controlar, las cuales se reactivarán en futuras situaciones ante una nueva percepción de amenaza.

Esta manera de leer la problemática ansiosa en relación a la necesidad de controlar variables ambientales, cognitivas y conductuales con el fin de regular la respuesta emocional ansiosa, se pue-de replicar con todos los trastornos. Por ejemplo, esta tendencia a sobrecontrolar se observa en una madre con TAG que debe llevar a su hijo a una in-tervención odontológica y pretende discutir con la odontóloga la dosis que va a necesitar su hijo para ser anestesiado de acuerdo a los chequeos que rea-lizo previamente en Internet.

ESTUDIO EMPÍRICO

Descripción General

Se evaluaron los perfiles de control de pacien-tes diagnosticados con trastornos de ansiedad an-tes y después del tratamiento. Se incluyeron en este estudio pacientes con fobia social (FS), trastorno de ansiedad generalizada (TAG), y trastorno de páni-co (TP). Para cada grupo clínico se aplicaron inter-venciones con el objeto de disminuir el deseo por el control. Se estudió la organización del control en relación con los niveles y tipos de ansiedad. El per-fil de control se estudió mediante el SCI o Inventario de Control de Shapiro (43). Los niveles y tipos de an-siedad se estudiaron mediante el ISRA o Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (34).

Objetivos e HipótesisEl objetivo general de este estudio empírico

fue obtener evidencia controlada y relevante para la discusión actual acerca del tratamiento de los trastornos de ansiedad.

El objetivo específico fue poner a prueba la conjetura que considera al deseo por el control como una variable crítica para la comprensión de los trastornos de ansiedad.

La hipótesis general planteada, en tanto, sostu-vo que el deseo por el control posee una función crítica en la organización de ciertos aspectos disfuncionales de ansiedad, y la hipótesis experimental sostiene que la disminución de la ansiedad se asocia significativamente con la moderación del deseo por el control inducida por el tratamiento. Se propone, asimismo, que el deseo por el control y la sobreestimación del control son tan relevantes como la sensación del control y el agenciamiento del control para la comprensión de los trastornos de ansiedad aquí estudiados (FS, TAG, TP).

MétodoEl diseño incluyó tres fases. En la primera se

realizaron mediciones de la ansiedad y del perfil de control de los participantes. En la segunda se condujeron los tratamientos psicoterapéuticos co-rrespondientes. En la tercera se realizaron nuevas mediciones de la ansiedad y del perfil de control de los mismos participantes, exceptuando a los que abandonaron el tratamiento o no fueron ubi-cados.

La muestra total de pacientes evaluados antes del tratamiento fue de 103. Se incluyeron sujetos diagnosticados con fobia social (35%), trastorno de ansiedad generalizada (31%), y trastorno de páni-co (34%), de los cuales 55% eran mujeres y 45% hombres. Luego del tratamiento se volvieron a evaluar 38 de los 103 pacientes originales. El rango de edad de los pacientes estudiados fue de 18 a 65 años. La edad promedio fue de 33,86 años con un desvío estándar de 10,07. Todos los sujetos que participaron de la muestra presentaban perfiles socio-económicos similares y fueron reclutados de una institución dedicada al tratamiento de los trastornos de ansiedad (Asociación Ayuda).

El tratamiento se mantuvo por un mínimo de 6 meses y un máximo de 18 meses. Se aplicaron estrategias de intervención cognitivo-conductua-les enfatizando los aspectos vinculados al control. Participaron en los tratamientos ocho miembros del equipo de psicoterapeutas de la misma institu-ción, que utilizaron abordajes, técnicas y criterios homogéneos.

Page 9: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

64

Anxia

Para evaluar la ansiedad se aplicó el inventa-rio ISRA (34) en dos ocasiones. La primera toma se realizó antes del tratamiento y la segunda luego del tratamiento, es decir, entre 6 y 18 meses des-pués de la primera toma. Para evaluar el perfil de control de los pacientes se aplicó el inventario SCI de Shapiro (43) antes y después del tratamiento, y en simultáneo con el inventario ISRA.

Instrumentos

El Inventario de Shapiro: El Shapiro Control In-ventory (SCI) es un instrumento de evaluación psi-cológica diseñado específicamente por Deane H. Shapiro para la medición del control en contextos clínicos, organizacionales y de investigación. El SCI se construyó con la finalidad de establecer un puente entre la teoría, la investigación y la práctica clínica. El SCI está compuesto por nueve escalas que totalizan 187 ítems administrados en el forma-to básico de papel y lápiz. El SCI provee informa-ción sobre cuatro áreas principales: la sensación de control, los modos de control, la motivación para el control, y los agentes o agenciamiento de con-trol. Las escalas 1 a 4 evalúan indicadores vincula-dos con la sensación de control, las escalas 5 a 8 se centran en los modos de control, y la escala 9 mide la motivación para el control. En nuestro estudio sólo utilizamos algunas de las escalas.

El SCI busca obtener un perfil de control mul-tifacético y multidimensional de los individuos sobre la base de un instrumento de medición con propiedades estadísticas aceptables de confiabili-dad y validez. Sus mediciones resultan pertinen-tes para la investigación clínica, el diagnóstico, el planeamiento del tratamiento y su evaluación. Cabe destacar que el estudio original incluyó po-blaciones normales junto a poblaciones con diag-nóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada y Trastorno de Pánico, entre otras. Estos grupos clí-nicos psiquiátricos se incluyen en nuestro propio estudio empírico al que se suman sujetos diagnos-ticados con Fobia Social. Podemos adelantar aquí que los perfiles de control en trastorno de pánico y ansiedad generalizada de nuestra propia muestra resultaron similares a los de la población original evaluada por Shapiro (43).

Se presenta a continuación una descripción de-tallada de las escalas 1 a 3 y 9, que son las escalas empleadas en nuestro propio estudio empírico. Todas las escalas del SCI presentan un formato tipo Likert que permiten evaluar disposiciones a partir de declaraciones verbales de opinión (14). Para todos los ítems se ofrecieron siete alternati-vas que los sujetos podían elegir según su propio

perfil de control. La consigna solicitó elegir para cada declaración, con la mayor exactitud posible, una de las siguientes opciones que lo describa de la mejor manera: (1) nunca, (2) casi nunca, (3) oca-sionalmente, (4) a veces, (5) a menudo, (6) muy a menudo, (7) siempre.

El empleo selectivo de las mencionadas escalas se justifica no sólo por motivos de diseño del SCI, tal como lo expresa Shapiro (43), sino también por evaluar los aspectos del control que interesan es-pecíficamente a nuestra hipótesis, esto es, la fun-ción crítica del deseo por el control en ansiedad. En nuestro propio estudio empírico se estudiaron la fobia social (FS), la ansiedad generalizada (TAG) y el pánico (TP), y su relación con la sensación (po-sitiva y negativa) de control, el sobrecontrol, y el agenciamiento del control (interno y externo). La escala 1 mide la sensación general de control. Le ofrece al clínico una visión global que incluye los aspectos positivos (escala 2) y negativos del con-trol (escala 3). Se compone de 16 ítems. La escala 2 mide la sensación positiva de control. Consta de 11 ítems que miden la auto-eficacia en relación con logros significativos y niveles apro-piados de control. Además examina las creencias acerca de la habilidad que el sujeto considera que posee para poder alcanzar sus metas. Para la cons-trucción de esta escala se tuvieron en cuenta los niveles de determinación, motivación, responsabi-lidad, y autocontrol del sujeto. La escala 3 mide la sensación negativa de control. Se evalúan aspectos como la falta de control, la pérdida del control, la pasividad, y ser controlado por otros. Los ítems que componen esta escala son cinco. La escala 9 mide los aspectos motivacionales del control que van desde la importancia de tener con-trol en la vida, el grado de satisfacción acerca de cómo se controla, hasta las áreas que el sujeto con-sidera pertinentes de ser controladas. El deseo por el control que se refiere en el estudio empírico de este trabajo, se conforma como uno de los aspectos motivacionales del control y consiste en 11 ítems que miden el grado de control al que uno aspira a llegar sobre uno mismo, sobre los otros y sobre el entorno. Incluye los miedos del sujeto a perder el control, la importancia que le otorga a aparentar estar en control, los esfuerzos que hace para con-trolar y su necesidad de logros y poder.

A estas escalas agrega Shapiro (43) refinamien-tos adicionales centrados en el sobrecontrol y el de-seo por poseer menos control. Se incluye el deseo de dejar de controlar, la creencia de que uno es de-masiado agresivo y sobrecontrolador, de que tiene

Page 10: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

65

Investigación

demasiado control, de que no puede expresar el enojo, y la búsqueda de riesgo. Estos elementos se evalúan conjuntamente en cinco ítems.

Por último, el SCI permite determinar el grado en que una persona siente que el control emana de sus propios esfuerzos o proviene de los otros. Cabe aclara que estas alternativas no son mutua-mente excluyentes. Esta noción proviene históri-camente de las investigaciones pioneras de Ro�er (35) sobre el locus de control. El agenciamiento del control se mide en otros cinco ítems.

LAS BONDADES PSICOMÉTRICAS DEL SCI

El inventario SCI es un inventario válido y confiable para la evaluación del perfil general de control. Una de las muestras que conformaron el estudio de validación se constituyó con sujetos españoles. El protocolo empleado en nuestro pro-pio estudio empírico se confeccionó tomando en consideración esta variante española. Para nuestro estudio empírico se procedió a traducir la versión original inglesa al español y luego otro traductor la retradujo al inglés para evaluar las diferencias. De la revisión de ciertos modismos argentinos surgió la versión final empleada en nuestro propio estudio empírico.

El SCI puede ser considerado como un inventa-rio válido y confiable y las escalas pueden ser ad-ministradas de manera independiente ya que su validación se estudió también para cada escala por separado. Para evaluar la confiabilidad se estudió la consistencia interna del inventario mediante el cálculo de Cronbach y mediante el método test-re-test. Para las escalas que evalúan la sensación po-sitiva de control, la sensación negativa de control y el deseo por el control se obtuvieron puntajes que fluctúan entre .70 y .89 (43). Para evaluar la validez se emplearon varios métodos, entre los que el au-tor menciona la comparación con la escala del Test de Ro�er y un análisis factorial. La correlación del SCI con la escala de Ro�er resultó de pequeña a moderada tal como se esperaba ya que estos ins-trumentos pretenden medir aspectos diferentes del control. Estos resultados pueden ser conside-rados como evidencia de validez divergente del SCI.

Insiste Shapiro (43) en la utilidad clínica del inventario, en especial para la identificación del perfil de control en poblaciones no normales. Esta capacidad de discriminación entre poblaciones normales y no normales hace al SCI apto para ser utilizado en estudios como el que se presenta aquí.

La selección de los ítems que conforman el SCI se realizó según fundamentos teóricos y clínicos. Se cuidó que las expresiones de los ítems resulten claras y precisas.

EL INVENTARIO ISRA

El inventario ISRA es un instrumento que permite evaluar a través de auto-informes las res-puestas de ansiedad en diversas situaciones. Está compuesto por tres sub-pruebas que evalúan la ansiedad cognitiva, la ansiedad fisiológica y la an-siedad motora, respectivamente. Una ventaja adi-cional de este inventario es que ofrece un puntaje total que se obtiene de la combinación de los punta-jes de las tres escalas mencionadas. Se compone de 224 ítems en su versión reducida ya que la versión original constaba de 528 ítems. Si bien la escala se diseñó originalmente para sujetos españoles, con-tamos con estudios de una versión adaptada para sujetos argentinos que arrojó resultados homogé-neos con los españoles (36). La consistencia interna de la prueba alcanzó valores satisfactorios con su-jetos argentinos. Se encontró asimismo evidencia de validez factorial, con mejores resultados para la versión completa que para la abreviada (36).

El inventario ISRA emplea un formato de tipo Likert (15) con cinco opciones según la siguiente escala: (0) casi nunca, (1) pocas veces, (2) unas ve-ces sí y otras veces no, (3) muchas veces, (4) casi siempre. La consigna solicita elegir grados de con-formidad para una serie de alternativas cogniti-vas, motoras, o fisiológicas ante la presentación de distintas situaciones.

Se incluyen en el ISRA 22 situaciones definidas y una abierta que se agrupan en cuatro factores (34): 1) situaciones de evaluación, 2) situaciones interpersonales, 3) situaciones fobígenas, y 4) si-tuaciones habituales o de la vida cotidiana. En re-lación a estas situaciones el sujeto debe responder con qué frecuencia presenta reacciones motoras, cognitivas y fisiológicas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se encontró que los tres grupos de pacientes ansiosos estudiados (FS, TAG, TP) registraron per-files similares de ansiedad y control tanto en la medición previa como en la medición posterior al tratamiento. En la Figura 2 que se presenta a conti-nuación puede observarse esta homogeneidad en los registros de las ansiedades cognitiva, fisiológi-ca, y comportamental antes del tratamiento.

Page 11: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

66

Anxia

Nota: Estas mediciones se realizaron mediante el inventario ISRA antes y después del tratamiento. 1 FS, 2 TAG, 3 TP

Media ANSCOG1 es media de ansiedad cognitiva ,Media ANSFISI1 es media de ansiedad fisiológica Media ANSCOM1 es media de ansiedad comportamental

Esta homogeneidad se mantuvo incluso des-pués del tratamiento, es decir que los tres tipos de ansiedad disminuyeron de manera similar para los tres trastornos. Esto sugiere que los tres gru-pos clínicos estudiados (FS, TAG, TP) pertenecen a una misma clase general. Este resultado es co-herente con la taxonomía propuesta por la APA originalmente en el DSM-III y sostenida con algu-nas variaciones en el actual DSM-IV-TR Las varia-ciones en la ansiedad luego del tratamiento para los tres grupos de ansiosos puede observarse en la Figura 3.

También el control (medido por el inventario SCI) permitió identificar similitudes para los tres grupos de ansiosos. El perfil de control de los mis-mos se mostró similar antes del tratamiento como se observa más abajo en la Figura 4. En la misma pueden observarse los puntajes de control obteni-dos antes del tratamiento mediante las escalas de Sobrecontrol, Deseo por el Control, Sensación Ne-gativa de Control, Sensación Positiva de Control, y Agenciamiento del Control según el inventario SCI (43). Podemos adelantar aquí que las medicio-nes del deseo por el control y de la sensación de control (sensación positiva y negativa) se mostra-ron significativamente asociadas a las mediciones de la ansiedad. El sobrecontrol se mostró asociado a la ansiedad antes del tratamiento pero no des-pués del mismo. Las mediciones del agenciamien-to mostraron, en cambio, un comportamiento in-dependiente de los registros de la ansiedad. Los análisis correlacionales y su correspondiente dis-cusión se presentan más adelante.

Nota: Estas mediciones fueron realizadas mediante el inventario SCI. 1 FS, 2 TAG, 3 TP

Media DESCO es media para Sobrecontrol.Media DESEO es media para Deseo por el Control Media SENSNEG es media para Sensación Negativa de Control.Media SENSPOS es media para Sensación Positiva de Control.Media AGENCIA es Media para Agenciamiento del Control

La homogeneidad del control se mantuvo para los tres grupos también después del tratamiento, aunque con registros notablemente más bajos.

Page 12: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

67

Investigación

En continuidad con la hipótesis de trabajo pro-puesta en este estudio se observó una clara dis-minución del deseo por el control (medido por el SCI) y de los distintos tipos de ansiedad (medidos por el ISRA). La disminución de todos los registros de ansiedad resultó estadísticamente significativa según lo indica la prueba t para muestras aparea-das (n= 36). La t para ansiedad cognitiva resultó de 3.85 (p <.000), para ansiedad fisiológica de 3.32 (p <.002), para ansiedad comportamental de 1.95 (p <.058), y para la ansiedad total de 3.39. La dismi-nución del deseo por el control arrojó una t signi-

ficativa de 4.25 (p <.000). Estas diferencias estadís-ticamente significativas pueden ser consideradas como evidencia de la eficacia del tratamiento.

Tal como hemos ido desarrollando a lo largo del artículo la sensación de control (positiva, ne-gativa) desempeña una función crítica para la or-ganización y el tratamiento de los trastornos de ansiedad. En este trabajo hemos propuesto -adi-cionalmente- que el deseo por el control también posee una función crítica en la arquitectura cog-nitiva de estos trastornos. Hemos sugerido inclu-so que la ansiedad de estos pacientes puede ser entendida en función de su exacerbado deseo por controlar.

Para poner a prueba esta hipótesis hemos cal-culado la correlación bivariada (15) de los diversos registros de ansiedad y control, previos y posterio-res al tratamiento. Los resultados de este estadísti-co para la medición previa al tratamiento pueden observarse a continuación en la Tabla 1. Las corre-laciones de los puntajes posteriores al tratamiento se presentan más abajo en la Tabla 2.

El tratamiento generó una notable reorgani-zación de la ansiedad que resultó simultánea con la reorganización del control. A medida que se moderó el deseo por el control, se logró reducir críticamente la ansiedad. Nótese que los cambios de mayor relevancia para la hipótesis de este es-tudio se registraron para el deseo por el control en relación con la ansiedad total. La asociación de estas variables se mostró significativa antes del

C O R R E L A C I O N E S PA R A L A A N S I E D A D Y E L C O N T R O L A N T E S D E L T R ATA M I E N T O.

AnsiedadCognitiva

AnsiedadFisiológica

AnsiedadComportamental

AnsiedadTotal

Sensación Negativade Control

Sensación Positivade Control

Deseo porel Control

AnsiedadCognitiva

AnsiedadFisiológica

.683 **

AnsiedadComportamental

.716** .641**

Ansiedad Total .908** .869** .883**

Sensación Negativa de Control

.518** .324** .490** .503**

Sensación Positiva de Control

-.502** -.226** -.411** -.434** -.468**

Deseo por el Control .305** .433** .367** .412** .230** -.086

Nota: n = 103. ** p < .01

Tabla 1

Page 13: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

68

Anxia

tratamiento (r= .412, p <.01) y dejó de serlo luego del tratamiento (r=.237, no significativa). Resulta asimismo razonable que la sensación de control se haya modificado de manera concomitante.

Esto es esperable si consideramos que el deseo por el control es, posiblemente, previo a la sen-sación de control, ya que la atribución de valores positivos o negativos de control supone que los pacientes deseen, previamente, controlar. Si este deseo disminuye, deberá entonces disminuir tam-bién la relevancia de la atribución de grados de positividad o negatividad al control. Resulta así razonable que la asociación entre la sensación po-sitiva de control y la ansiedad total haya registrado una r= -.434 (p <.01) antes del tratamiento y una r= -.362 (p <.05) después del mismo. El antagonismo entre la ansiedad y la sensación positiva de control perdió intensidad. La sensación negativa de con-trol registró por su parte una r= .503 (p <.01) antes del tratamiento y dejó de ser significativa luego del tratamiento (r= .230, no significativa). Según pare-ce, a medida que se modera la sobreestimación del control que presentan estos pacientes, se modera también la ansiedad total. Resulta asimismo co-herente con la hipótesis de trabajo de este estudio que la sensación negativa de control haya dejado de ser significativa junto con la disminución del deseo por el control, y que la sensación positiva de control haya perdido fuerza en su vinculación inversa con la ansiedad total.

Si bien el agenciamiento del control no consti-tuye un aspecto crítico para este trabajo -centrado en el deseo por el control- hemos igualmente eva-luado el comportamiento de la ansiedad en rela-ción con el agenciamiento interno o externo previo y posterior al tratamiento de los sujetos estudia-dos. Los resultados del análisis correlacional para estas variables de agenciamiento del control no se asociaron de manera significativa con los registros de ansiedad total de los pacientes estudiados. Ni el agenciamiento interno ni el externo presenta-ron covariaciones estadísticamente significativas con la ansiedad total correspondiente. Este fenó-meno se observó tanto antes como después del tratamiento. Resulta llamativo observar una co-rrelación significativa entre el agenciamiento in-terno y el externo antes del tratamiento pero no después del mismo. Este resultado es consistente con la hipótesis de Shapiro (43) que propone una relación no mutuamente excluyente para los agen-ciamientos interno y externo. El incremento del agenciamiento interno no parece forzar la pérdida de agenciamento externo, sino que ambos pueden coexistir sin conflicto según lo sugieren los resul-tados de este y otros estudios (43).

El sobrecontrol, por su parte, arrojó correlacio-nes significativas con la ansiedad total (r= .310, p <.01) antes del tratamiento (n= 77). La significati-vidad desapareció (r= .137, no significativa) luego del tratamiento (n= 35). Este análisis correlacional puede observarse más abajo en la Tabla 5.

C O R R E L A C I O N E S PA R A L A A N S I E D A D Y E L C O N T R O L D E S P U É S D E L T R ATA M I E N T O.

AnsiedadCognitiva

AnsiedadFisiológica

AnsiedadComportamental

AnsiedadTotal

Sensación Negativade Control

Sensación Positivade Control

Deseo porel Control

AnsiedadCognitiva

AnsiedadFisiológica

.719 **

AnsiedadComportamental

.791** .719*

Ansiedad Total .934** .878** .917**

Sensación Negativa de Control

.322 .146 .129 .230

Sensación Positiva de Control

-.464** -.236 -.248 -.362* -.609**

Deseo por el Control .206 .260 .185 .237 .266 -.213

Nota: n = 38; * p < .05; ** p < .01

Tabla 2

Page 14: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

69

Investigación

Si bien el sobrecontrol se mostró significati-vamente asociado a la ansiedad antes del trata-miento (r= .310, p <.01) cabe destacar que la fuer-za de la correlación no resultó muy alta debido, posiblemente, a la egosintonía de los pacientes con su sobrecontrol. Sugerimos así que el diseño del inventario de Shapiro (43) no permite discri-minar claramente el nivel de sobrecontrol de los ansiosos ya que sus mediciones se hacen sobre las atribuciones que los mismos pacientes hacen acer-ca del control. Ante la consigna que solicita una atribución de conformidad con la afirmación “Soy demasiado sobrecontrolador/a”, los pacientes sin suficiente egodistonía con su sobrecontrol tienden a responder con puntajes bajos (eligen “nunca” o “casi nunca”). Esto explicaría la condición mo-derada de la correlación entre sobrecontrol y an-siedad antes del tratamiento. De todos modos la significatividad de la correlación desapareció des-pués del tratamiento.

La hipótesis nula que niega nuestra hipótesis general de trabajo (“el deseo por el control posee una función crítica en la organización de ciertos aspectos disfuncionales de la ansiedad”) resultó así rechazada. La hipótesis experimental que reza “la disminución de la ansiedad se asocia significativamente con la mo-deración del deseo por el control inducida por el trata-miento” resultó provisoriamente validada en tanto su negativa no pudo ser rechazada.

LIMITACIONES DE ESTE ESTUDIO Y FUTURAS INVESTIGACIONES

No se incluyeron en este estudio otros trastor-nos de ansiedad diferentes de la FS, el TAG, o el TP tales como el Trastorno Obsesivo Compulsivo, las Fobias Específicas, y el Estrés Postraumático. Teniendo en cuenta que los tres trastornos estudia-dos se comportaron de manera homogénea sería interesante investigar si los resultados obtenidos se mantienen en sujetos diagnosticados con TOC y en sujetos diagnosticados con TEPT.

El inventario SCI de Shapiro (43) permite eva-luar los perfiles generales de control en la vida del

sujeto. En futuras investigaciones evaluaremos las hipótesis de este estudio con escalas específicas que permitan discriminar áreas puntuales de control.

Otra limitación metodológica de este estu-dio fue la disminución de la n para la evaluación posterior al tratamiento. En la evaluación previa se estudiaron 103 sujetos y en la evaluación pos-terior se recolectaron 38 de estos mismos sujetos. Esta disminución se debió en parte a que algunos pacientes no alcanzaron el tiempo mínimo de tra-tamiento estipulado en 6 meses, por lo cual no pudieron ser re-testeados. Otros no pudieron ser localizados luego del alta, o simplemente no se comprometieron con la tarea de completar nueva-mente los formularios.

Los resultados de este estudio sugieren investi-gar la posibilidad de diseñar tratamientos especí-ficos centrados en la moderación del deseo por el control -con la consecuente eliminación de la so-breestimación del control- para los trastornos de ansiedad.

SUMARIO

La revisión global de los estadísticos arrojados por este estudio empírico sugiere que el deseo por el control posee relevancia efectiva para la com-prensión de la FS, el TAG y el TP. Los tres grupos clínicos parecen comportarse de manera similar, lo cual resulta consistente con la taxonomía diag-nóstica propuesta por la APA para los trastornos de ansiedad. La FS, el TAG y el TP –en particular estos dos últimos-, parecen compartir arquitectu-ras psicológicas similares y reaccionar de manera homogénea al tratamiento.

En las mediciones previas al tratamiento se encontró una correlación significativa y positiva entre la ansiedad y el deseo por el control, y una correlación positiva también entre la ansiedad y la sensación negativa de control. Se encontró asimis-mo una correlación significativa negativa entre la ansiedad y la sensación positiva de control.

La relevancia observada para la sensación de control, ya se trate de la sensación positiva o de la negativa y su relación con la ansiedad, extiende los hallazgos descriptos en otros estudios (7, 43). Pareciera que a mayor ansiedad, peor sensación (o percepción) de control.

La corriente principal de investigación de este problema se ha concentrado casi exclusivamente en la relación de la ansiedad con la sensación de control (7, 8, 42). No son muchos los estudios que se han ocupado específicamente de la relación crí-tica que aquí hemos encontrado entre los aspectos

C O R R E L A C I O N E S PA R A L A A N S I E D A D Y E L S O B R E C O N T R O L A N T E S Y D E S P U É S D E L T R ATA M I E N T O

Ansiedad Total

Sobrecontrol Antes del Tratamienton = 77

.310**

Sobrecontrol Después del Tratamienton = 35

.166

Nota: ** p < .01; n = 77

Tabla 5

Page 15: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

70

Anxia

motivacionales del control (por ej. deseo exacerba-do por el control o sobreestimación del control) y la ansiedad.

La relación entre agenciamiento y ansiedad encontrada en este estudio resulta también com-patible con los hallazgos de otros (26, 43). Señala Shapiro (43) al respecto que el agenciamiento in-terno y el externo no parecen ser mutuamente ex-cluyentes. Lachman (28), por su parte, insiste en la necesidad de emplear mediciones multidimensio-nales y de dominio específico para la evaluación del locus de control indicando así que se trata de un registro complejo que puede generar medicio-nes difíciles de interpretar. En el mismo sentido se-ñalan Wilkinson & Chamove (55) que la ansiedad parece estar más relacionada con la expectativa de control que con el locus de control.

En síntesis, los resultados de este estudio em-pírico son consistentes con la hipótesis general presentada, esto es, que la sobreestimación del control podría ser considerada como una varia-ble relevante que puede ayudar a comprender las disfunciones asociadas a la ansiedad. Este hallaz-go resulta interesante en tanto sugiere revisar un aspecto previo a la percepción de control, que es el tema más estudiado por los especialistas (ver introducción). Este aspecto previo se vincula a lo motivacional y sugiere que la manipulación de las expectativas por controlar induciría cambios en la sensación de control y en la ansiedad.

Sugerimos, junto con Burger (11), que se re-quiere un nivel óptimo de deseo por el control para mantener la funcionalidad psicológica. Los resultados aquí analizados indican que el exceso de deseo por el control se asocia críticamente al incremento de la ansiedad en la FS, el TAG y el TP. Estos hallazgos presentan implicancias clínicas para el diseño de tratamientos específicos.

CONCLUSIONES

La hipótesis general de trabajo que postula la relevancia del deseo por el control para la com-prensión de la ansiedad no pudo falsarse, esto es, podemos considerarla provisoriamente válida, al menos para la FS, el TAG y el TP. Resulta así le-gítimo sugerir que la sobreestimación del control puede sumarse a la lista provisoria de variables críticas o relevantes que se presentan en la litera-tura clínica especializada como significativas para la comprensión de la ansiedad. La naturaleza des-criptiva del estudio no permite arriesgar afirma-ciones causales pero sí sostener de manera acepta-ble que la ansiedad se muestra asociada al deseo

por el control. Resulta así legítimo postular que el deseo exacerbado de control lleva a la sobrees-timación del control y que esta condición parece ser crítica para la comprensión de la ansiedad. La disminución del deseo por el control inducida por el tratamiento psicoterapéutico resultó simultánea con la disminución de la ansiedad. Se destaca la homogeneidad observada para esta disminución en los tres trastornos estudiados (FS, TAG, TP). Estos resultados promueven la formulación de fu-turos estudios centrados en la intervención clínica sobre el deseo por el control. Se vuelve asimis-mo relevante el estudio de esta variable en otros trastornos de ansiedad como el TOC, las FE y el TEPT.

Este hallazgo puede ser considerado como un aporte original al estado actual de conocimientos sobre la ansiedad. Por otro lado, se encuentra en consonancia con desarrollos terapéuticos recientes como la Psicoterapia del Control (Shapiro y Astin, 1998) y la Terapia de Aceptación y Compromiso (21), incluso con abordajes específicos para los trastornos de ansiedad (17) que consideran al con-trol como un problema a ser trabajado clínicamen-te. Esta conclusión estimula asimismo la investiga-ción futura de la función específica del deseo por el control en el surgimiento, el desarrollo, el man-tenimiento y el posible tratamiento eficaz de los trastornos de ansiedad.

BIBLIOGRAFÍA

1. Abramson, I.Y., Seligman, M. E. P. Teasdale, J. D. Learned Helplessness in Humans. Journal of Abnormal Psychology, 1978; vol. 87, 49-74.

2. American Psychiatric Association Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th ed.) Text revision. Washington, DC: Author, 2000.

3. Arndt, J., Solomon, S. The control of death and the death of and the death of control: The effects of mortality salience, neuroticism, and worldview threat on the desire for control. Journal of Research in Personality, 2003; 37 1-22

4. Averill, J. R. Personal Control Over Aversive Stimuli and Its Relationship to Stress. Psychological Bulletin, 1973; vol. 86, 286-303.

5. Bandura, A. Pensamiento y Acción. Barcelona: Martínez Roca, 1987.6. Bandura, A. Human Agency in Social Cognitive Theory. American

Psycholgist, 1989; vol. 44, No. 9, 1175-1184.7. Barlow, D. Anxiety and its Disorders. The Nature and Treatment of

Anxiety and Panic. New York: Guilford Press, 1988.8. Barlow, D. Unraveling the Mysteries of Anxiety and Its Disorders from

the Perspective of Emotion Theory. American Psychologist, 2000; vol. 55, No. 11, 1247-1263.

9. Beck, A.T., Emery, G. & Greenberg, R. L. Anxiety Disorders and Phobias. A Cognitive Perspective. United States of America: Basic Books, 1985.

Page 16: Sobrestimación del Control y Trastornos de Ansiedad (IMPRESO)

71

Investigación

10. Bogiaizian, D. La sobrestimaciòn del Control y la Ansiedad. Tesis Doctoral, Universidad del Salvador, 2005. Material no publicado.

11. Burger, J. M. Desire for Control. Personality, Social, and Clinical Perspectives. New York, Plenum Press, 1992.

12. Burger, J. M. Negative Reactions to Increases in Perceived Personal Control. Journal of Personality and Social Psychology, 1989; vol. 56, No. 2, 246-256.

13. Carver, C. S., Scheier, M. F. Control Processes and Self Organization as Complementary Principals Underlying Behavior. Personality and Social Psychology Review, 2002; vol. 6, 304-315.

14. Carver, C. S., Harris, S. D., Lehman, J. M., Durel, L. A., Anthoni, M. H., Spencer, S. M., & Pozo-Kaderman, C. How Important is the Perception of Personal Control? Studies of Early Stage Breast Cancer Patients. Journal of Personality and Social Psychology Bulletin, 2000; vol. 26, 139-149.

15. Cortada de Kohan, N. Diseño Estadístico para Investigadores de las Ciencias Sociales y de la Conducta. Buenos Aires: Eudeba, 1994.

16. Chorpita, B. F., Barlow, D. H. The Development of Anxiety: The Role of Control in Early Environment, Psychological Bulletin, 1998; vol. 124, No. 1, 3-21.

17. Chorpita, B. F., Brown, D. H., Barlow, D. H. Perceived Control as a Mediator of Family Environment in Etiological Models of Childhood Anxiety. Behavior Therapy, 1998; vol. 29, 457-476.

18. EIfert, G.H., Forsyth, J.P. Acceptance & Commitment Therapy for Anxiety Disorders. Oakland, New Harbinger Publications, 2005.

19. Farkas, C. Utilización de Estrategias Mágicas para el Manejo de Situaciones Estresantes en Estudiantes Universitarios/as. Revista Interamericana de Psicología, 2003; vol. 37, No. 1, 109-143.

20. Fernández - Álvarez, H. Fundamentos de un modelo integrativo en psicoterapia. Buenos Aires: Paidós, 1992.

21. Fernández - Álvarez, H. y Bogiaizian, D. El miedo a los otros. Avances en el tratamiento de la fobia social. Buenos Aires. Lumen, 2008

22. Fernández-Castro, J., Limonero, J.T., Rovira, T., Albaina, S. Unrealistic Optimism and Perceived Control: Role of Personal Competence. En Psychological Reports, 2002; vol. 91, 431-435.

23. Hayes S. C., Strosahl, K.D., Wilson, K. G. Acceptance and Commitment Therapy. An Experiential Approach to Behavior Therapy. New York, The Guilford Press, 2003.

24. Hayes S.C, Foreword. EN Eifert, G.H., Forsyth, J.P. Acceptance & Commitment Therapy for Anxiety Disorders. Oakland, New Harbinger Publications, 2005.

25. Heckhausen, J., & Schulz, R. “A Life-Span Theory of Control”. En Psychological Review, 1995; vol. 102, No. 2, 284-304.

26. Hewstone, M. Causal Attribution. From Cognitive Processes to Collective. Beliefs. Oxford: Basil Blackwell, 1989.

27. Krause, N., Shaw, B.A. Role Specific Feelings of control and mortality. Journal of Psychology and Aging, 2000 ;vol. 15, No.4,617-626.

28. Lachman, M. E. Locus of Control in Aging Research: A Case for Multidimensional and Domain-Specific Assessment. Journal of Psychology and Aging, 1986; ; vol. 1, No. 1, 34-40.

29. Langer, E. J. “The Illusion of Control”. En Journal of Personality and Social Psychology, 1975. Vol. 32, 311-3286.

30. Langer, E.J. The Psychology of Control. Thousand Oaks, CA: Sage Publications, 1983.

31. Litt, M.D. Self-Efficacy and Perceived Control: Cognitive Mediators of Pain Tolerance. Journal of Personality and Social Psychology, 1988; vol. 54, No. 1, 149-160.

32. Macbeth, G. Metacognición y Atribución de Valor. Tesis Doctoral Inédita. Buenos Aires: Facultad de Psicología y Psicopedagogía, Universidad del Salvador, 2003.

33. McKenna, F.P. It won´t happen to me: Unrealistic optimism or illusion of control. British Journal of Psychology, 1993; vol. 84, 39-50.

34. Miguel TobaL, J. J. & Cano VIndel, A. R. Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad. Madrid: TEA, 1988.

35. Morling, B., FIske, S. T. Defining and Measuring Harmony Control. Journal of Research on Personality, 1999; vol. 33, 379-414.

36. Richaud, M. C., Sacchi, C. Estudio de un inventario de situaciones y respuestas de ansiedad con adultos jóvenes argentinos. Revista Latinoamericana de Psicología, 1995; vol. 29, No. 1, 65-74.

37. Rothbaum, R., Weisz, J.R., & Snyder, S.S. Changing the World and Changing the Self: A Two-Process Model of Perceived Control. Journal of Personality and Social Psychology, 1982; vol. 42, No. 1, 5-9.

38. Rotter, J. Generalized Expectancies for Internal versus External Control of Reinforcement. Psychological Monographs, 1996; vol. 80, No. 609.

39. Rotter, J. B. Some Problems and Misconceptions Related to the Construct of Internal Versus External Control of Reinforcement. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 1975; vol. 43, 56-67.

40. Salkovskis, P. The Cognitive Approach to Anxiety: Threat Beliefs, Safety-Seeking Behavior, and the Special Case of Health Anxiety and Obsessions. En P. Salkovskis (Ed.), Frontiers of Cognitive Therapy New York: The Guilford Press, 1996; p 48-74.

41. Seligman, M. E. P. La Auténtica Felicidad. Barcelona: Vergara, 2003.42. Seligman, M.E.P. Helplessness: On depression, development, and

death. San Francisco: Freeman, 1975.43. Shapiro, D.H. Manual for the Shapiro Control Inventory. San Jose,

CA: Behaviordata, Inc., 1994.44. Shapiro, D.H., Jr., Astin, J. Control therapy. An Integrated Approach to

Psychotherapy, Health, and Healing. New York, John Wiley and Sons, 1998.

45. Skinner, E.A. A Guide to Constructs of Control. Journal of Personality and Social Psychology, 1996; vol. 71, No. 3, 549-570.

46. Skinner, E.A., Chapman, M., & Baltes, P.B. Control, Means-Ends, and Agency Beliefs: A New Conceptualization and its Measurement During Childhood. Journal of Personality and Social Psychology, 1988; vol. 54, No. 1, 117-133.

47. Taylor, S. E., & Brown, J. D. Illusion and Well-Being. The Social Psychological Perspective on Mental Health. Psychological Bulletin, 1988 ; vol. 103, No. 2, 193-210.

48. Cano-Vindel, A., & Miguel-Tobal, J. J. Evaluación de la ansiedad desde un enfoque interactivo y multidimensional: El Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA), Psicología Contemporánea, 1999; No 6 ,14-21.

49. Tyler, F.B., Gatz, M., & Keenan, K. “A Constructivist Analysis of the Rotter I-E Scale“. En Journal of Personality, 1979; vol. 47, 11-35.

50. Weiner, B. An attributional theory of motivation and emotions. New York: Springer. 1986.

51. Wells, A. Cognitive Therapy of Anxiety Disorders. Chichester: John Wiley & Sons, 1997.

52. Wells, A. Emotional Disorders et Metacognition. Innovative Cognitive Therapy. New York: John Wiley & Sons, Ltd, 2000.

53. White, R.W. Motivation Reconsidered: The Concept of Competence. Psychological Review, 1959, Vol. 66, 297-333.

54. Windsor, T. D., Anstey, K.J. Walker, J.G. Ability Perceptions, Perceived Control, and Risk Avoidance among Male and Female Older Drivers. The Journal of Gerontology Series B. Psychological Sciences and Social Science, 2008. 63: 75-83.

55. Wilkinson, E. J., & Chamove, A. S. Anxiety and Desire for Control, New Zealand Journal of Psychology, 1992. Vol.21, 71-73.

56. Zika, S., & Chamberlain, K. On the Relation Between Meaning in Life and Psychological Well-Being. The British Psychological Society, 1992; vol. 83, 133-145.