Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

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Sobre el metodo marxista. Grijalbo 1972. Capitulo 1 Objetividad y punto de vista de clase en ciencias sociales. Michael Lowy

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I. OBJETIVIDAD Y PUNTO DE VI§TA DEctAsE EN rAs CTENCTAS SOC|AIES,

por lUlichel Lowy

"Sólo la verdad es revolücionaria.,,

A¡trcuro Gn,trrsci

\_/ \)

¿Es posible Ia objetividad en las ciencias sociares? ¿se trata 7de una objetividád der mismo lpo que ra cre las ciencras .naturates, tal como Io afirman r; pÁiri"ii";iñ_J; Ia. gl-r-ryi+ sociai n ecesariam enle,1'.o,,p,qolr.ii Ju,,, es de cir, Iigad aal punto de vista á. ,.,r,u .rur. J.i"i? ;üo*o conciriar esecarácter "partidario" con el .oro.i*i.; objetivo de Iaverdad?

rE:'T preguntas se encuentran en el centro del debatemetodológico en la sociología, Ia historia, lu ecn¡6¡1iu polí_

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:':?.'i"::T*"tÍ?,,:,_il:K1#"1"::, ra epistemorogíapor sué únicame"r. il marxismo .; ¿'#ffig#:ff;sotu-cién

r*"{';;;:.enter¿...1*' o.obrema (uun cuandoes necesario reconocer ou. io, H;, 5. ro, autores mandstast sólo nos lf.:.:" r"r f.iieros erementos.en este sentido), soru_

Xi ;:fsfl't* :T *i::;rk#" biri d ar ; ;;',fr=,ñá

I. EL POSITIVISMO

" 1? .ij.1 cenrrat de Ia co-

X,:::1:l ;,frérica, .; ;;isil:,{":{#;::, ::, *#i",,i:;

¡, i.¡ ", y;;"rT.ff :il:: :fiH fl:'iffi*li {iT"o:.;Ios juicios de. iaro", r" .i.".*

l^ii;F;sía. Fr ris:der,.soció-tlsq gj:¡ ¡iqrg¡i"!"q:'; ser et at.unra. ra r,.rtr"iiauaserena' imparciár i óuj.tiri,. propia der ,r¡.o, der químico. yÉ'"'#l"gá

o'j.;J#;u.u Jir,c.""'orcestro,,, Augusre

"Entiendo qor fisica sociar Ia ciencia que.tiene por objetoel estudio de 'ros r.r¿..r*;.r"il1" .lrriaerados con .elmismo espíritu que Ios i.ni*.rros astronómicos, físicos, quí_mrcos y fisiorógicos, es decir, sujetos

"-l."yo naturares inva-rrables, cuvo aá.uÉ¡r,rrü" ilü;; lrol;,r, de sus invesri-gÍrcronss.,, r ,,1i, admirar ; ;dd;;:X"viendo esencialm."o ." .uor, ..o_o en .r"ü:.r:::r*r:[;:r"la sirnpres suíetos de observaáiórr, i"-i?ri." sociar considera acada fenómáo bajo ;ñ"oúL punro de vista erementar de su

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.i", ,*átias premisas se desprende que el rnétodo de: ,?turur.r,,* puede y debe.sÉ, iJJ"ri;.j,#i|r:,j:,ras cien_ x, Ios *ir.3 que sus p-..ai*ientos ,. 3' de Ias ciencias de Ia

menre ,,rr,r )r, sobre iodo,Grr":;;rr"r*tigación 4.u.., ,.i

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i"f ü'::,;i",[il::;r:4.".*";*".:;1l;H'"§*:::::rormula exprícita;;#, T":'rT;i:.JI' menores ,ri¡"r, 1",naturale'. Ju

sociedadl" o".r:::Ji:"':ves sociat., ,o., reyes *de los ,ulr puede ser tran;r,*;;;i..i" conrra

"r'y1 n*ii.:"[8ffi:,1fi-:f;$i,.*",iuo,, .i positi-',por su natu.al;;l;'::3::ij et,stctu qro ro'riii,

il:::t+t,.iffi í, fi l;"ff xg" H lis*,il:t :1,;una vero"r;'if'1.r,?1*¿;, E'¡a.riür.nre.no puede existir

;:r"rtrr**üidffi ftdl,fit{t*:t{resultado de

q u e gobr..,, ",1t5::i:: i:¡entimien - l.",as re yes in üria bres:rsos géneros de r.ro..*.'iu,ru.u-

,rori ,!¡{+,';:írÍ.' phitosophíc positit.e_. Sr.hneicrer Frrres éd., parís,

II

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les. Así pus, tal disposición coresponde exclusivamcnte a lafilosofía positivista, cualquiera que sea el objeto al que se apli-que y, por lo tanto, también respecto de'los males políticos." t

Este pasaje, verdadera joya del naturalismo positivista, es

uno de los raros momentos en los que el discurso sociológicoburgués se manifiesta en toda su pureza, por decirlo así, en

estado salvaje. Permite corhprender mejor el verdadero sentido* de la palabra "positivo" empleada por Comte para distinguir,

o mejor dicho oponer su doctrina a las peligrosas teorías

negatiuas, cúticas, destructivas, disolventes, subversivas, en

. pocas palabras, reuolucionarias, de la filosofía de Ia ilustra-cidn, de la revolución francesa y del socialismo.'

Más que Comte, Durkheim será el verdadero guía del pen-samiento de la sociología positivista moderna. Su natura-

+ lismo sociológico es de origen comtiano, tal como lo reconoce

explícitamente en Las reglas del método sociológico: "La pri-mera regla y la más fundamental es el considerar los hechos

. sociales como cosas t...]. Comte, es verdad, proclamó quelos fenómenos sociales son hechos naturales sometidos a leyes

naturales. Con ello reconoció implícitamente su carácter de

cosas, pues no hay más que cosas en la naturaleza," s

Durkheim recurre muchas veces a los modelos naturalistas

' puru "explicar" Ios fenómenos sociales, modelos cuyo come-tido ideológico es siempre conservador. Por ejemplo, según

Durkheim la sociedad es, como el animal, "un sistema deórganos diferentes, cada uno de los cuales cumple una fun-

s lbid., t. IV, p. 100.{ Cf. A. Comte, Díscours sur I'csprit posítif (Díscurso sobr¿ cl cspl-

ritu positiuo, Madrid, Rev. de Occidente, 1934), 10/lB, p. 73.6 Durkheim, Zas riglcs dc la méthodc socíologiquc (Las rcglas dcl

método sociol.ógico. Jorro, Madrid, 1912). P. U. F., París, 1956. pp. 15-19.

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ción- especial".. Ciertos órganos sociales tienen ,,una situaciónparticular y, si se quiere, privilegi ada"; situaciórr, *g,ir, ér,absolutamente natuiar, funiionar -e ineviauut.: ,,E[a se debea la natu raleza der. paper q*e desempeña y no a arguna causaextraña a sus funcionés." Ése privilegio es pues un fenórnenoabsolutamente normar que se encuentra en tod,o organismovivo: "Es así como en ár animal Ia preemine.tcia der sistemanervioso sobre los demás sistemas se reduce al derecho, vargaIa expresión, de recibir una arimentación má- escogida y de ,

pmg su parte antes que ros demás.,, 6 En otras "obras

deDurkheim, se confund..r Iu analogía ,,organicis1a,, y er modero *social-darwinista.d:- Iu "superviveicia d."los más aptos,, en ,,la

fuchl por Ia vida": "pu^es, si nada obstacuriza ni favoreceindebidamente a los .o.np.iidores que .. airputan las tareas,es inevitable que las realicen únicamente aquellos que son los1ás aptgs para.cada tipo de actividad f J. S9 dil;; ,r"siempre hay suficiente pr.u contentar a ros hombresi Que hayalgunos cuyos deseos superan siempre las faculrades. Es ver-dad, pero se trata de casos e*c.pciánales, y puede decirse quemórbidos' (¡Sic!) Normalmente, el homtr. .n.rentra la feli-cidad al realizar su naturaleza; sus necesidades están en re_Iación con sus medios. Es así.q,r.- en er organismo .uáu- o.gurro

solamente reclama una cantiáad de arinientos en proporcióna su dignidad." ?

. 1l igual-que comte, Durkheim era consciente del carácterfundamentalmente reaccionario de su naturaris-" ,".iáiági.o, *Io proclama con un orgullo un tanto ingenuo er el prefaciode Las reglas del métido: "Nuestro méiodo no ,i."i, fu.r,nada de revolucionario. (¡Er.lo-menos que se pt¿sfl, decir!,M. Lowy. ) E, un sentido, incluso es esencialmente conser_6 Id', La diakíon du traraír sociar. p.u.F., parís, 1960. pp. r57-r58.r lbid., pp. 369-370.

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vadorr-ya que considera a los hechos sociales como cosas cuyanaturaleza, por flexible y maleable que sea, no es sin embargomodificable a voluntad.,, 8

El discurso durkheimiano, ya lo hemos visto, pasa contoda naturalidad de la ley de la selva a las leyes naturalesde Ia sociedad, y de &tas a los organismos vivos. Este sor-prendente vagabundeo de la evolución está fundado en una

^presuposición metodológica esencial: la homogeneidod episte-

$mológíca de los diferenies dominios y, cn .orrri.r.ncia, áe lasciencias que los toman por objeto. presuposición que fundaesta exigencia central y decisiva de todas las corrientes posi-r tivistas: "Que el sociólogo adopte la disposición mental ae losfísrcos, quím,cos ,y fisiólogos, cuando abordan una regióntodavía inexplorada de su campo científico.,,,

- lcómo puede el investigador en ciencias sociales adoptarla disposición mental del químico si el objeto de su estudiá, lasociedad, es también objeto de un combate político encarnizudo,donde se enfrentan concepciones del mundo radicalmenteopuestas? La respuesta de Durkheim es de una ingenuidadanonadante, impregnada de una "buena voluntadl, positi-vista: "Así entendida, la sociología no será ni individualistu,ni comunista, ni socialista, en el sentido que vulgarmente seda a estas palabras. Por principío, ignorarti ,ro, lrorías á lasc-uales no podría reconocer varor científico, ya quc tiendendirectamente, no a expresar los hechos, sino u ..for*arlos.,,En otras palabras: el sociólogo debe ,,ignorar,, los conflictosideológicos, "acallar las pasiones y los pr.¡ui.ior,, y ,rd,escartar

sistemáticamente todas las prenociones,'.1oDurkheim, como buen positivista, cree que los ,,prejuicios,,

' Id., Les riglcs... Prefacio, p. VIII.t lb;d., p. XIV.10 lb;d., pp. 140, 144, Sl. Subrayado dé M. Lowy.

1+

y las "prenoci:nT,, pueden ser ,,descartadosr,, como se des.carta un par de Ientes oscuros para ver más claro. No com-prende que esas "prenocio:..." 1., a..ir, las-ideoiogías) son,como el estrabismo y er aurtorrir.n;";;r. integrante de ra

illi1:,;,.J.rro constitutivo a.r p,rrío de vistá. Et mismovoruntadri;:i'^::?"i:i..1:"r::.r,:.,,ffijff"3r:¡.:Xfmanera basran para acarar los,,p..;u.iJr,t'i.;'-r.;;:'j"..,y contrarrevolucionarios en su .uro) .

-

EI positivismo j. - ninguna manera es un fenómeno propiodel siglo o1^-fr'uuii

¡it, corrientes manifiestamente neo-positivistas ejercen una infiuencia decisivr, ,i ,ro hegemónica,en las ciencias sociales universitarias, ..u#rni.as, ,,oficiales,, einstitucionarizadar, pu.ti.rrur*.n,. en los Estados unidos.Evidentemente sus fá.mas han cambiado: conductismo y fun-cionalismo han reemprazado.a Ia viej" -.ttsica de Augustecomte, y el modelo ciberné,ti.o. ,urlirryJ'u.n,ajosamente alorganismo biorógico de Durkheim. p;;á er principio funda-mental sigue siendo el mismo: George e. irnaberg, autor deun manuar de sociorogía mod..r,"'*ufrpreciado en IosEstados unidos, no ,u.ilu en escribir estas Iíneas que parecendirectamente extraídas del Discurso de ¡itosofía positiaa:"considerando la socior";á *;" ;;" ;."cia naturar, estu-' diaremos el comportamiénto social hu*uio con er mismoespíritu objetivo ion-er que, un biórogo estudia un nido deabejas' una coronia de ,.ili

"r,.]: ".t"rü".i¿n y er funcio-namiento de un organismo vivo.,, ,,

11 G'-A' Lungberg, c. schrag, o..,Larse n, socíorog,,7, Nueva york,1954, p' 5; cf. 1"t"uigl B. B;;;"",,,l.,t.oduttIJ'to the BehaviouratSciences',, Thc Beha";i"itl;;;rr, .!oday, ñ;;;; ygrk, 1963, p. 3:"EI fin científico es estabrec.i-g.n.ruriru.iáo.i';;ü;.

er comportamiento

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Es preciso agregar que la tesis positivista según Ia cual Ia* objetividad tendría por condición la separación entre juicios

de hecho y juicios de valor, y la eliminación voluntaria de las

"prenociones", ha influenciado en la sociología mucho másallá de los límites de Ia corriente positivista en sentido estricto.En especial Max Weber, que difícilmente puede ser conside-

t rado como un positivista, subrayaba la especificidad de las

"ciencias de la cultura" en relación a las ciencias naturales;sin embargo creía que Ia ciencia social podía y debía ser "sinpresuposición" y "no valorativa" (Wertfrei). Según Weber,los conceptos de las ciencias sociales no deben ser "espadaspara atacar adversarios", sino solamente "rejas de arado parasurcar el inmenso campo del pensamiento contemplativo",porque "cada vez que un hombre de ciencia hace intervenirsu propio juicio de valor, ya no hay comprensión integral delos hechos".12 Sin embargo, en ciertos escritos metodológicosWeber reconoce gu€, en Io que se refiere a las ciencias sociales,

los valores del observador desempeñan cierto papel en laselección del objeto de Ia investigación científica, la determi-nación de la problemática y de las cuestiones a plantear. Perosubraya que las respuestas aportadas, la investigación misma,el trabajo empírico del sabio, deben estar libres de toda valo-

humano, sostenidas por evidencias empíricas reunidas de manera imper-sonal y objetiva. t...]. El fin último.es comprender, explicar y prever elcomportamiento humano en el mismo sentido en que los científicos com-prenden, explican y prevén el comportamiento de fuerzas físicas o defactores biológicos o, lo que está rnás próximo a nosotros, el comporta-miento de bienes y precios en el mercado económico." Ver también a esterespecto la obra de I. L(or, Det Positítismus in der Soziologie, AkademieVerlag. Berlin. 1968.

12 Max Weber, Lc sauant ct la politique, 10/18, París, 1959, pá-ginas 80-82.

rización, y sus resultados deben ser aceptables para todos.ls¡como si la elección de las preguntar r,á impusiera en granparte las respuestas mismas ! Lucien Goldma¡rn subray" i..r- *tadamente el carácter contradictorio de la posición de weber,a medio camino entre el desconocimiento del determinismo csocjal del pensamiento sociológico llue caract .riza a los posi_tivistas, y su ace,otación integral poi los man,istas: .,Los

ele-mentos escogidos determinan de antemano, desde luego, elresultado del estudio. siendo los valores t. . .] los de tal I .rulclase social, lo que una perspectiva eliminará como no esen-cial puede ser, por lo contrario, ffiuy importante en otra. [. . .].En este punto el pensamiento de webei resultá insostenib-1e.,, ,n

El error fundamental del positivismo es pues la incom-prensión de la especificidad metodológica de,las ciencias so- xciales en relación a las ciencias naturales, especificidad cuyascausas principales son:

I ) EI carácter histórico de lossitorios, perecederos, susceptibles deacción de los hombres.

2 ) La identidad parcial entreconocimierrto.

3 ) El hecho de que en los problemas sociales están enjuego las miras antagónicas dc las diferentes , clases sociales.

4 ) Las implicaciones poiítico-ideológicas ,r{e lá teoría so-

13 Id., "Die Objetivitát sozialwissenschaftlicher und sozialpolitischerErkenntnis", Gesammelte Aulsátre zuÍ wisscnschafti,ehre, Tubingen,J.C.B. Mohr, 1922, pp. 170-184.

t4 L. Goldman, scienc¿s humaincs ct phitosophi¿, Gonthier, parís,1966, p. 43. El análisis de Goldmann sobre el problema de la objetividacnos parece uno de los más interesántes dentro de todr la literatura mar-xista contemporánea.

fenómenos sociales, tran-ser transfr-rmados por ia

el sujeto '.' el objeto del

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Bffii\1t.t1{

cial: el conocimiento de Ia verdad puede tener consecuenciasdirectas sobre la lucha de clases.

Estas razones (estrechamente ligadas entre sí) hacen que' el método de las ciencias sociales se-distinga del método de las

'ciencias naturales, no solamente al nivel de los modelos teó-ricos técnicas de investigación y procedimientos de análisis,sino también y sobre todo al nivel áe Ia relación con las clases'¡sociales. Las visiones del mundo, las ,,ideologí*,, (en el sentido

I ampho de sistemas coherentes de ideas y varores) de Ias clasesJ sociates, modelan de manera decisiva (directa o indirecta,

I .o:r:iente -o

inconsciente) a las ciencias sociales, planteandoasí el proble3u q. su objetividad en térmirro, .o-pletamente

' d.stintos de las ciencias de Ia natur aleza.I a realidad social, como toda realidad, es infinita. Toda

¡ crencia implica una elección, y en las ciencias históricas estaelección no es producto del azar, sino que está íntimamentelgada a una perspectiva global determinida. Las visiones delmundo de las clases sociales condicionan entonces no sólo laúltima etapa de Ia investigación científica social, Ia interpre-tación de los hechos, la formulación de teorías, sino Ia elecciónmisn^a del objeto de estudio, la definición de lo que es esencialy de lo que es accesorio, Ias preguntas que se plantean a larealidad; en pocas palabras, condicionan la prábtemótica dela ir^ vestigación.

\ _ Y, . ejempl_o: la pregunta que constantemente prantea

'Durkheim en La diuisión del trabajo sociar: ¿cuáles son losfactores que obstaculizan la libre competencia de los individuosen la lucha por la vida?, lejos de ser "inocente", lleva lahuella de Ia visión del mundo social-darwinista de Ia burguesíaen Ia época del capitalismo competitivo. Independienteáentede la "respuesta" propuesta por Durkheim, .it, "pregunta,,

l8

orienta su teoría sociológica en cierta dirección confiriéndoleun carácter necesariamente,,tendencioso,r.

Ahora bien, es verdad que la distinción entre cienciasnaturales y ciencias sociales no debe ser absolutizada: o '*

histórica y relatiua.Histórica porque, durante todo un periodo, también las

ciencias de Ia naturaleza fueron er terieno de un combateideológico. Del siglo xv al xrx, Ias crases dominantes clérico-feudales resistieron a las ciencias de Ia naturale za, que cons-tituían un desafío a su sistema ideológico. Duranie siglos, laastronomía fue el campo de una lucha de clases .rr.*rrirada,ideológica e incluso a veces política, y los hombres de cienciafrecuentemente fueron víctimas de la represión de los aparatosde Estado (Giordano Bruno, Galileo, etc. ) . Gracias'úrri."-mente a la liquidación del modo de producción feudal y aIa desaparición (o "modernización" ) de su ideología, las cien-cias naturales se volvieron progresivamente un terreno ,,neutro,,desde el punto de vista ideológico. Sin embargo, incluso en elsiglo XH, la relación epistemológica entre Iá ciencia astro.nómica y las clases sociales no era del mismo tipo que la quese encuentra en las ciencias sociales. Volveremos a Jto.

Relativa, porque el grado de "compromiso ideológico,, noes el mismo en todas Ias ciencias sociales (ni el de i,neutra-lidad ideológica" en todas las ciencias naturales), y porque,por otra parte, en el interior de una misma ciencia ciertosproblemas son más "sensibles" que otros: Ia historia de IaRevolución Francesa evidentemente despierta más antagonis-mos de clase que la de las guerras del peloponeso.

En conclusión: los positivistas insisten mucho en Ia hete-rogeneidad de los juicios de hecho y los juicios de valor, ) enIa necesidad lógica de su separación. Subrayan, con razón porotra parte, que nunca se puede deducir un juicio valorativo r

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de un juicio fáctico. según ra cérebre expresión de poincaré:Ias premisas en indicativo no tienen ionclusión tógica enintperativo. weber señala con ironía que nunca se podrádémostrar científicamente la justeza o el irror del sermón deIa Montaña. Eso no r. p,r.áe discutir; pero ro que orvidantanto weber como los poiitivistas; es Ia relación iiuersa entrela ciencia y lo normativo:,los valores que orientan, inÍIuenciant y condicionan los juicios de hecho. Relación qr. po, su parteno es lógica sino sociológica: es el punto d; ,ito d,e crase(q:t implica elemento* rr91*"tivosf er que en go; partedefine el campo de uisibilidad de íno tuoría social, lo queella ttve" y Io que no ve, sus *aciertos" y sus ,,desaciertos,,,su luz ), su ceguera, su miopía y su hipermitropía.

fr'i 1II' to rygTlg4 DE MANNr{ErM

Bajo . el impacto del marxismo, el mito positivista de unaciencia social

-neutra y asexuada, como los ángeles de la teo-logía medieval, fue severamente combatido. El

"problema de la+ determinación social der conocimiento ya no podía .ser tan

fácilmente ignorado. una nueva tentativa para resolver elproblema, distinta del positivismo tanto .orr,á del rnarxisrño,fue realizada por un tránsfuga dei marxismo, Karr Mannheim,f en su brillante obra ldeoiogía y uto.pía ( 1929) ; esta obraformó una nueva rama de Ia ciencia'sociar universitaria: Iasociología del conocimiento.

Al igual que ios marxistas, Mannheim reconoce que ra* posición social del sabio, del observador, determin

^- ,u'-prrr_pectíua, es decir, la manera de.contempíu. ,,, objeto, Io quepercibe en ese objeto, y cómo Io interpreta. Esta'p..ri..tirru

es entonces función de ra concepción der mundo' (wettans_

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,lt/C ,rj*rYÁ ^ *),''9 t

2t

chauung) de las diferentes clases y grupos sociales en conflictoen el seno de la sociedad. Estas diversas visiones particularesno descubren más que un aspecto del objeto, más que unaparte de la realidad social: son necesariamente unilateralesy fragmentarias. Según Mannheim, esto implica la posibilidadde una "integración de los diferentes puntos de vista mutua-mente complementarios en un todo comprensivo", es decir, laposibiüdad de una "síntesis de las perspectivas".

Evidentemente, la pregunta central es z ¿qtién va a haceresta síntesis? ¿Cuál es la clase o el grupo sc ¡ial que puecle

servir de base a esta "mediación dinámica" de los puntos de

vista antagónicos? Según Mannheim, existe ur grupo !lue, enraz6n de sus características específicas, es capaz fle llevar a

cabo esta deücada tarea, y de alcanzar así un conocimientocomrleto y objetivo de la realidad: "La inteiigbnc-a sin ligas" *(freischwebende Intelligenz)', que se encuentra sobre todo enlas universidades e instituciones de enseñanza tuperior.

Ahora bien, los intelectuales que creen carecer de "lig*"(y qr. no se han adherido a ninguna de las dos principalesclases en conflicto: la burguesía y el proletariado), ino están

precisamente ligados a Ia clase de la cual son originarios en su

mayoría, y gue es la más próxima de su situación social, es

decir, la pequeña burguesía? ¿Puede su "síntesis dinámica"ser otra cosa que un lusto medio ecléctico entre las grandes

*

concepciones del mundo en conflicto, justo medio estructurai)-

mente homólogo a la posición "internediaria" de su capasocial?

El tipo de "síntesis" que el mismo Mannhe::n nos presentaconstituye una respuesta rnuy esclarecedora a estas preguntas:en su libro Libertad, poder y planificación democrática, pre-dica una "tercera via", un sistema de reformas pacíficas ygraduales fundado en la "planificación social", sistema gracias

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iffi.c<,fia

al cu¿'l "la sociedad capitarista contemporánea puede todavíaser equilibrada" por ¡ir" .orrcesión suficient. a. ,.*i.io. ymejoras sociares a las crases irrferio.es, para que estas úr-timas también se interesen -en que er orden sociar sea mante-nido" ! No hay necesidad ae insisti. .., er carácter muy poco"dinámico,, de tal ,,mediación,,.

III. EL DEBATE EN EL SENO DEL MARXISMO

según Mannheim, er marxismo nunca se ha apricado a símismo Ios procedimientos de,,deserr-*."ramientó ideorágico,,empleddos contra sus adversarios, , ,rrrü'^ir"'r*rll;. elpr oblema de Ia determinación ,o.iur'd;-;; propia posición; tal"autodesenmascaramiento,, mostraría que er manrismo cons-tituye, en su caridad de ideoros-,a aá |r}.t"riado, un punto

ff,"J:? tan "partidario,, como a a. Ias ideologír, a. h, á._¿,

En reáridad, contraria*.rrt:-1 lo que pretende Mannheim| $ también en otro contexto Arthuser), Marx nunca ocurtóIa perspectiva de cras.e que orienta su pensamiento. No sora-mente "desenmascaró" er caráct r, ;;r;;;; de Ia obra de susadversarios (economía porítica. crásica' f ,r,rrgar), sino que,también procramó er carácter proretario de su propio puntode vis.a. En una de sus primeras obras económicas, escribíaya: "-1sí como los econo*irt* son los ,.f..r.rrtantes cientí-ficos de Ia crasg burguesa, Ios sociaristas y los comunistas sonIos teó"icos de.ra cra^Je práretu.i". r...j /" .i.rr.ia producidapor el movimiento hisrórico y que se asocia " ¿i ;;;;[r"

Mannheim, IdéologieMadrid), Marcel fti"ifr" e?,

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ct utopíc (Idcoloqla y utoph, Ed. Aguilar,París, 1956, p. ZiS.

conocimiento de causa, ha dejado de ser doctrinaria y se havuelto revolucionaria." 1'

¿Se irata de una obra de juventud (lS+7 ) , de una posi-ción de Marx "antes de su madurez"? En realidad, etr elposfacio a la segunda edición de El Capital Marx va a reafir-mar explícitamente el carácter "comprometido" de su críticade la economía política y su inserción en un punto de vista de

clase: "En la medida en que esta crítica representa a una clase,

no puede representar más que la clase cuya misión históricaes el desquiciamiento del modo de producción capitalista y laabolición final de las clases: el proletariado." 1?

En consecuencia, el método de Marx no es "neutro", "posi-tivo" o naturalista; este método, que él intitula dialécticaracional, es "un escándalo y una abominación para la bur-guesía y sus portavoces doctrinarios porque, en la comprensión

positiva de las cosas existentes, incluye al mismo tiempo lainteligencia de su negación, de su necesaria decadencia, t. . .]es esencialmente cútica y revolucionaria"."

En pocas palabras: Marx consideraba su ciencia comorevolucionaria y proletaria y, como tal, opuesta (y superior)a la ciencia conservadora y burguesa de los economistas clá-

sicos. La "ruptura" entre Marx y sus predecesores es para él

16 C. Manc, Misire de la phílosophic (Misería dc la fílosoffa, Edi-tora Nacional, México, 1961). Ed. sociales, 1948, p. 100; cf. tambiénF. Engels: "El comunismo, en la medida en que una teoría, es la ex-presión teórica de la posición del proletariado en la lucha de clases [. . .]"i'Di" Kommunisten und Karl Heinzen", Man<, Engels, Werke, DietzVerlag, Berlín, t. 4, p, 322.

tl- Id., Das Kapítat I (Et capital, Fondo de cultura Económica,México, lg72), Werkc,23,Dietz Verlag, Berlín, 1968, p.22; cf. tambiénel "Manifiesto'inaugural de la Asociación Internacional de los Trabaja'dores", donde Manc oPone "la economía política de la clase obrera" a

"la economía política de la clase media".18 lb;d., p. 28. El subrayado es nuestro.

23

Page 9: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

ffi#l::: " crase en er seno de Ia historia de Ia ciencia

,, Prt. punto de vista elcérebre ,I1,o sobre r* r;:,::rffi§uo.:,:: *"in, quien en suuna socitdSg fundada ., lu Iucha d. .,:::

subrayaba: "Enci en cia socia r,i*pu*L i' .' r, d o r; ;;?.lii.l"l

x Tfj.l "rri_fiende' de una manera u otra, Ia escravirud "ruru.iuau, mien_rras que er mancismo ü dá;;;'irnr.gue'a

impracabrecontra esa esclavitud." le 1s.j,r" ;#, ,,pedir ui"r.i..r.iuf 5:':fi ;[H:,:::',11' ru.,á"á" ;; escr avi tu d asararia da

mosharse i*!u..iur., ;;:lx .*,!lT. :"* i,**hl':r:,XH:.tr,iJ'u""^ a'i

'"pit"t, ñ;;mentar er sarario deAI ¡.echazar explícitamt+ i d e or osi

"

-,.,,or *i Éü J,j,ilii"' ¡l i::i:ll i,,

:i,::,:: :*:i, ;objetividuo I punro de visia a. .rur., i.ri, capra er marxismoen su unidad diaréctica, en tanto- qú. ;ii.ncia

revorucionariadel proletariado',, ;;;ro qu. doctrina que ,,asocia el espí_,:':,;;:1'iin}; X :#:,^.. "ii:T:,. cientírico (sienáo

lera reariia esta asociació{liü::T: ) ;I.1..H*.,;*;3 d:"i'i:ii:i:,L::"?*, do.t.inl'i.,,r" ru, .,"riJ"á; der,mente, en la fuoría *rr*orr.r,'oot

asocia, íntima ;';;;;-trbrr-La tesis der ."rá.t.,

-f,roretario der marxismo también es

sostenida por Rosu lu*..íiu.go en su porémica contra Berns-

i iá 3: en o t, * -,;;;

s';;;,. t J.,lTl, ofr ,?J"XTfl " tTl"l,!:,I 5)illi;

. _. ': Lenin, "Quiénes son los .¡

;fi ,,;, 1,.: 1*: ñr' ó ;;,;:,, "i

":ilf ",^ *:1,, ir? 8,,, ;i " u?ru., " if " I{l: _

24

tein ( "como Ia verdadera sociedad se compone de crases quetienen intereses, aspiraciones, concepciones diametrarmenteopuestas, una- cienciá generar irr;;;;T Ias cuesriones socia.Ies, un liberarism" .ur-,.".ro, una .oJ-ubstracta son por elmomento una ilusión, una p:.. utopí.;j;;;-;; ".Lf porLukács' Korsch y crulr.i, es, ae.gi., *r: corriente a Ia queimpropiameSre í. r,u

"iiáuao ,,¿;íiljrsmo

teórico,,, peroque en realidad constituve, con Lenin y - Trots.ry, Ia gran .,*corriente diaréctica reuorurionor;o a.i-*uoismo moderno . Laaportación de.Lukács es particularmente ,

H:Ti'i;::',1:,:r.i.",.""i:*:;;tnT:tr"*njji#f::"ciencia empírica de Ia "L* obrera, ,iro- d,el punte d,e uistaf:ír::.'responde

racionalmente a srs intereses históricos ob-La relacii: .pir,emológica- enrre el mancismo y, el ,prole_tariado será en cambio nI.gada, u"i,

- j* rgrras .difeñntes,

nigualmente marcada; ;;".r , raro-'j.ilo.itivismo, por losportavoces del revisionismo y de ,,la o.toal*ia,, en el seno de

il"J|d:ternacionult lo.'i'i.r*uno, enemigos,, B..r,rt.i, yBernstein .f*.. Ia^separación,rigurosa, hermética y abso-Iuta entre "ros hlchos" ;;;r varorrs,,, .rr*. Ia cien:ia pura(a Io comte)

I lu.*orJ, pu.u (a Io Éant). una d" Ias crí-ttcas que dirige a Marx .r^ p...iru#;, 'nuo., confundidoa ambas, Io cual explica u rX juicio ;l .;;;.rer ,,rendencioso,,de sus obras e.onómi.*, ,u l,,i¡"pirr*,:;;, ,,a priori,,.según Bernstein , ra ciencia' ..orr¿rrii., debe estar Dorencima de los confriátor a.-.i*o, i;il;;:-d;.":H

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o n, c o r 7 0, E d c ri.

2s

Page 10: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

trs

tidaria, übre de presuposiciones; en Pocas palabras, debe ser

positiua: "Mi manera de pensar más bien me habría predis-

puesto a la filosofía y a la sociología positivistas", confiesa en

un ensayo autobiográfico."En principio, Kautsky era el defensor del "marxismo orto-

dcxo" contra Bernptein. En realidad, su posición acerca del

prrblema de la objetividad (entre otros) no estaba tan alejadad.e la de Bernstein: según é1, es preciso distinguir cuidadosa-

mente entre el "ideal socialista" y "el estudio científico de las

leyes de la evolución del organismo social". Tal como 1o revela

su terminología, la biología evolucionista de Darwin era ParaKautsky el modelo de Ia ciencia man<ista, cuyo fin sería "eldescubrimiento de las leyes de la evolución común a las plan-ta-1, a los animales y a los hombres"." En realidad, Kautskyhará suyas las premisas metodológicas positivistas de Bernstein

e incluso, en cierta medida, las críticas revisionistas en relación' al carácter "tendencioso" de los escritos de Marx: "Incluso en

Iüarx, en su investigación científica, a veces se transparentala acción de un ideal moral. Pero él siempre se esforzó, con

teda raz6n, en expulsarlo de ella, tanto como le fue posible.F.res en la ciencia el ideal moral se convierte en una fuentede errores, si se perrnite que le prescriba sus fines." 2t

:

El problema está relativamente embrollado en Bernstein

) en Kautsky, porque sólo abordan la discusión acerca del* p unto de vista de clase por la vía de la ética y del ideal moral.

Pero se trata de Ia misma cuestión: Ia ética no es más que

22 Angel, E. Bernsteín et léaolution du socialisme allemand, Didier,París, 1961, p. 194.

23 Kautsky, Dic Matcrialistischc Gcschichtsauff assung, 1927, t. 2,

página 631.21 Id., Ethiquc ct conccption matérialistc de I'histoira, citado por

T,. Goldman en Rcchcrchcs dialcctiquas, Gallimard, p. 284.

26

I

En su riJlimg gran oJr, ,.u.*" .,en.,a sociar.

{;:í;';,:,IT:il'"?,ffi }:I:,.T{,:;,:r';!#",#::*;,":iT:'"t'nff X;:lt"';;;"ur'd;;;"#L"',T::ü"ffi:;

Un nuevo aspecto va ade la relación ;r,* ;;::t mtrgdycido en Ia oroblemática

i::E,:{il#* *J:{ q:,'ffii:,11,ff: ;t i* iri;,:.:*i:iu,, ..á- ffi..iá, .i, .:oiJ,.;#:*::,.i1*

" .

debe ;;;;; ;'1.', r.W*. Jl

"rJ ?TlT:por un proceso de automistifi.".ió;t :í desajuste entre su

perspectiva y Ia der p.ot.tiiado. ó.'uui ,esuria ,nu--ir¡*_*rutüzgc¡fu-extrema de Ia- ciencia, áir..ru.rrente soirtidaa las necesidades poríti.*ia."rógicas á.?iu.o*acia, insrru-mentalizaci,n ::yo ejemplo más crási.o y más impresionantees Ia cérebre u;ítoril- iii" ri.riar'2"o"*lrr'¡rt, de ra ues,s,cuyas numerosas reedicion..,tgri*alf,"r*'"orregidas,,

en fun-ción de los cambior ;;-rí*a. de i; ñ¿.;, der partido, se;ffiT;ff ,;" fl :: *L¡i ri::",: "., * ;X u u,J u' l' ;;;..

u.n aspecto de Ia visión der mundo que constituye er punto de;il" ¿ilffi : i:ltr::l;]#:il:,:"ciar, perspec,ivai 9ue condiciona (en diie^.,.* ,.];; '^'^t soctal, perspectiva

| *' ti' :f :.:,,,, f"':

il#;'::i ¿'i:fl'.,: J;l :.f; c ompr ej u,

Este aspecto.del statinis-mo es muy conocido, y no huyü:Ti[*ióT,,

insistir .;;i:".i];i;;;;f. .l]..*,.*o, que ra

ting.n i.;;,",li,fi :,1f; :T:i!,il :ffi"Ulf ; m1;; "que se desprende der áu.¿.t..'a. ru f;;;; i. uirtu: punto de

27

Page 11: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

vista de la burocracia, que sin embargo debe presentarse como

el del proletariado.Pero lo más interesante al nivel epistemológico es que la

instrumentalización de la ciencia nc haya perdonado a las cien-

cias de la naturaleza, que fueron sometidas a lln proceso de

"ideologízaci6n", sobre todo durante el periodo 1948-1953.

De manera esquemática, brutal y tajante, se oPuso ciencia

proletari^ y ciencia burguesa, en el estudio de la naturaleza

en general,y de la biología en particular. Se intentó (en vano)

demostrar Ia superioridad de la ciencia soviética, de la biología

pretendidamente "proletaria" de Lyssenko, sobre Ia ciencia

occidental, representada nor la biología "reaccionana y bur-

guesa" de Mendel-Wassermag; y esto no solamente en laURSS, sino en todo el movimiento comunista mundial. En

Francia, La Nouaelle Critiqu,e, revista de los intelectrrales

det PCF, organizí en 1950 un gran coloquio consagrado al

terna "ciencia burguesa y ciencia proletariz", Y publicó una

serie de artículos en honor de Lyssenko, de los cuales el más

notorio y sabroso es el artículo de Francis Cohen. Lyssenko

había escrito en lzuestia del 15 de diciembre de 1949 que ios

descubrimientos de los biólogos soviéticos sólo habían sidtl

posibles gracias a "la enseñanza de Stalin sobre las transforma-

ciones cuantitativas graduales ocultas, invisibles, que conducen

a una rápida modificación cualitativa fundamental". Francis

Cohen cita ese texto del ilustre "biólogo proletario" y lo

analiza desde el punto de vista de la epistemología stalinistal

de las ciencias: 'oEsta cita requiere algunos comentarios. Enl

primer lugar nos muestra el proceso mismo de elaboraciónprimer lugar nos muestra el proceso mismo de elaboración¡

de la ciencia proletaria: el hecho experimental en la base,l

luego la interpretación, ayudada po. ü teoría marxista leni'ide la ciencia proletaria: el hecho experimental en la base,

nista, aquí muy precisamente por el capítulo IV de la HirtoriaiI

del Pc (b)." 'u se ve pues cómo ra Historia det pc (b),summa theorogic¿ starinista, se convierte no soramente en Iamatriz de toda ciencia política, §no también en Ia fuente delpl,greso de las cie,cias- naturares. DirigiJnaor. a quienes po_drían osar Dorer en duda Ia pertinJ; de k s escritos destalin en *io.i 6n ar; ;;a bioró-qi.r; ;; er prttexto de quese trataría de .u1. "argumento a. iutáidad,,, Francis cohenproclama con indig.ruJiór,

-

"Para ", .:*:nista, y por Ias razone.s que Desanti haexpuesto aquí, starin es Ia más arta ,uio.iaua científica delmundo' t' ' ' I Esto acrara singurarm.r*.

'lu curistión de los'argumentos á. urto.iáual. pÁe. .r, á.,au una airrmaciénhecha en tales circunstancias, es poner en dud-,, contra Ioevidente, Ia eficacia, Ia .*u.ritua,^ ru unidad, cter starinismo.Es asinrilar un sabio pror.t*i-o. comprometido en ra construc_ción del comunismo,

" "" L.liq br;il; uirtudo, pn i,ado deteoría directriz, irresponsable.,, ru

EI extraordinario artícuro de Francis cohen, maravilosoesp6cimen de Ia.concepción stalinista a.i-*r.rclo, tsrmina conel apóstrofe siguiente, que eufóricamen,. uorru tod¿ distinciónepisj,gTológica entre idlorogía porítica y ciencia naturar:"Ya no puede haber .ñá, .o*promiso ideorógico en ma_28 F. cohen,-"Mender, Lyssenko et Ie r6re de ia scien ce,,. La Írrouoer¿Critique, Ne 13. f.br.ro áil'9;ó;'p. ql .E1 ""friito tv, redactado por

iTl'i;#:{i:il:JJ;iüi,T;:'tá. i.; principios ¿'.1-.,o,",iaris¡no dialóctico26 lbíd', p. 62.. Desan-ti, miembro del pcF en esa época, habíaescrito en La Nouaeile cr;i;qlr,"k: r r, ai.i.-ir'. a" 1g4g, un artícurointitulado "starin, sabio a"

"'""á'tip-o,,', ;;;;; subtíturos: ,,La cien-cia stalinista, ciencia "ni";r;;r; .]"r,"i" "'""r;i;;di. a,, ; ,,La ciencia stari-nista, ciencia risurosa". r' J.r*rrso á" D;;;;It,*riu,"*utico muy respe_table y emi.,enie h"-t;"ü"ii1"".ia, agreguemos que su artícuro fueescrito "con ra ayuda d. ,rnu

"o-irián ;;il;';;eciarmente para estaocasión, presidida por víctoi i;;;;; i-,i.1it-"*á.r comité bentrat,,.2B

Page 12: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

:*,iú_.§<Rr

teria de ciencia que en materia de lucha sindical o de lucha

por la paz. El combate de la clase obrera se realiza así en los

laboratorios, y en todos los terrenos la vía de la victoria es

mostrada por los países de la clase obrera en el poder, su Par-tido bolchevique y José Stalin, el guía de los trabajadores y

er más grande hornbre de ciencia de nuestro tiempo" (p. 70.)

En un informe de la conferencia de La Nouuelle Critique

s-:bre "Ciencia burguesa y ciencia proletaia", la redacción

Ce la revista expücita algunas de las PresuPosiciones de esta

burda sociologizaciín de las ciencias de la naturaleza:

-la ciencia es "una ideología históricamente relativa";

-((la práctica burguesa" y lu "práctica proletaria" se en-

frentan y "definen dos ciencias fundamentales contradictonas:

Ii ciencia burguesa y la ciencia proletaria".

¿Se trata de las ciencias sociales, de la economía política,-le la historia? No, aunque Parezca imposible se trata de labiología:

"Los descubrimientos michurinianos, los trabajos de Ly'*senko, son muestras de tal ciencia socialista. Situarse en sus

nosiciones, haciendo suyos sus criterios, es la condición de la

óU¡.tiuiaad en la discusión cientifíca, en la discusión sobre el

detalle científico." 27 :

En cierto sentido, se trata de un positiuismo de signo

inuertido. Al igual que el positivismo, no se reconoce ningunai distinción metoaotO§i.a fundamental entre ciencias sociales y

ciencias naturales. Mientras que el positivismo quiere "natu-ralizar" las ciencias históricas, el stalinismo-lyssenkismo intenta

"ideologizar" las ciencias de la naturaleza. Así desemboca en

cl absurdo de una biología "proletaria" y crea los fundamentos

zr "La science, idéologie historiquement relative", La Nouttelle Cri-tíquc, Ne 15, abril de 1950, P. 46.

30

,i:,:t química, de una física y de una astronomía ,,prole-

El problema de Ia objetividad es resuerto por Ia procra_mación canónica. v dogmática de ra i"i;rilfií; *J, delGuía de los puebros y "rrre"

Grande Hombre de cieñcia deNuestro T.Tp9, guíá der pensami.*o- a. Ios histo.iudor.r,economirr*,, biórogos y genétistas, sorución que p..r*iu .ri_dentemente Ia dobre u.rit";u de ra 1i*p1i.rdad y de ra cohe-rencia.Louis Althusse: t?*? parte activa en er gran festivar deIa ciencia proleraria de los años de 1950. A principio de losaños de 1960, después de ra muerte d. stuli.r, del XX con-greso y de Ia confesión, por parte de Ios soviéticos, de raimpostura de Lyssenko, ,. i.u, matiz6: escribe que recibió unverdadero "shock". sinceramente- arrepentido d; il;..uao,de juventud, er busca del camino á. lu verdad objetiva,Althusser será presa de un santo horror ante er concepto de"cier¡cia proletaria"r

-al que va a anatem atizar, no solamenteen Ia esfera de las ciencias de Ia naturareza (ro cual estaríaplenamente justificado), sino en todas ras ciencias, incruidoel marxismo:"En nuestra memoria filosófica, €se tiempo permanececomo el tiempo de Ios interectuares armados t : . .1'qr; ;iui-dían el mundo (artes, Iiteraturas, filosofías y ciencias), utili-zando un solo corte:-er despiadado corte de las crases. íi.*pocuya caricatura puede resumirse en una frase: bandera izad,a

,Xij.rl,,?.*." en el vacío: "ciencia burguesa,,, ,,.i..,.L -

Oro-

"Algunos dirigentes, para defender, contra el furor de Ios."tu.-q-"^* burgueses, un marxismo .nior.o aventurado enIa "biología" de Lyssenko, habían vuelto a Ianzar Ia üejafórmula izquierdista que había sido anteriormente Ia consigna

3l

Page 13: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

de Bogdanov y del Proletkult. Una vez proclamada, lo dominótodo. t. . .] se nos hacía tratar la ciencia, cuya rúbrica cubríalas obras mismas de Man<, como una ideología cualquie ra.,, ,,

La posición que Althusser va a asumir es el r.u.*o simé-trico del lyssenkismo, cornpartiendo con él el mismo errorcapital: el desconocimiento de la diferencia (relativa, p€roesencial) entre historia y natura\eza, o entre ciencia históricay ciencia natural, diferencia que oiplica por qué no puedenexistir u:i? genética "p,:,-^.!¡1xiu", ni rrna historia "po, ir,cimade las clases" ( o "no partidaria" ) de Ia Revolución Rusa.

De igual manera, la aceptación del "espíritu rdel partido,,stalinista, ayer, y el rechazo de la ciencia proletaria (.r, elcampo de las ciencias históricas), ahora, están fundadosen el mismo "desacierto": la confusión entre el punto devista del proletariado y su pobre caricatura burocr áiica, ado-rados juntos ayer, quemados juntos hoy.

En consecuencia, en ciertos aspectos Althusser va a sit¡rarseen una posición próxima al positiuismo. Por otra parte, nooculta su admiración por A. Comte, "el único espíritu intere-sante" que la filosofía francesa produjo "en los ciento treintaaños que siguieron a la revolución de lT}g',.r"

Por lo contrario, critica severamente el "izquierdismo teó-rico" de Lukács y Korsch por haber proclamado que elman<ismo es una ciencia proletaria y por haberlo opuestoa la ciencia burguesa: "La interpretacién historicista-Íruma-nista t. ..] proclamaba un retorno radical a Hegel (el jovenLukács, Korsch), y elaboraba una teoría que ponía a li doc-

28 Althusser. Pour Marx, París, Maspero, 1965 (La reuolución teó-rica dc Marx, Siglo XXI, Editores, S.A., México. 1967, p. 16).2e lbld., v>. lG; cf. también Lénine et ta phítoto jhi, (icnin y tafilosofía, Ed. Era. México, D.F,), p. 13: la filoiofía franc.sa,,no púedeser saload¿. frente a su propia historia mái que por algunos grandes.espí.ritus con los que se ha encarnizado, como cornte y DurkheIm. ..,,.

32

trina de tr{arx en reración -de expresión directa con Ia craseobrera' De esa fecha data Iu f.*lr"

-áp"ri.ión entre ,ciencia

bur-quesa' y '.i:.il proreraria', en ú que triu'faba unamterpretaciólr idearisti i voruntarista der manrismo comoexpresión v producto excrusivo de la pñti.q proletaria.,, s0De paso ,.iiui.*or qr. ;;rr#a.',nl ,1,1.0..,ación bastantearbitraria de Ias tesis. der joven Lukacs, para quien er mar-xisriro no es Ia expresión ,tirecta,, o

-.r ',,f,.oducto excrusivo,,cle ia práctica- práretariu, ,iro er punto á. visa que corres-ponde racionalmente a los intereses objetivos proretarios: Ia"conciencia de clase atritruida,,.

Althusser critica iguarmente a Gramsci y a sus discípurositalianos porque "deflnen como históricas * -q;;ir.#JJ

o.todo conocimiento acerca d. 11 objeto histórico,,. por Io con-trario, para él la.ciencia (sociar o ;;;;."0 tiene una historiapropia, independiente y s)parada de Ia hístoria :ocitl y polí_tica, es decir, que no ás ufe.tacia por ru tu.rru de crases y noforma parte dei "bro-que histárico". r..i, qr. .rra en oposiciónno sólo con Gramscij er izquierdista t.o.ilo incorregibre, sinotambién con el l-enin ortoioxr¡ y, científico d,e ,4lrlaterialismo

y empiriocriticismo., .!d.1._q,r. Althusser a menudo se diceseguidor) que escribió : "La diaréctica materialista de Marx ay Engels comprencre ciertamente er rerativismo, Dero no sereduce a é1, es decir, reconoce Ia rerativid; ;;;d";."r*r"rro,

1conocimientos, no en er sentido de L ;;ñión de Ia verdad Iobjetiva, sino en er sentido de Ia condi.io]nuria"d históri., :: IIos Iímites de Ia aproximación de nuestros conorimientos acsta verdad.,, ,,

-t*,"rr$'jX:t'rT¡."'ra lcer Et capital, sigto XXr Editores, s. A., Mé-31 Lenin. Materiarismo y cm¡tiriocrístícistno, en_ob¡d. comprctas,ibid'' t' XIV,'p. t++ ¡ii.v-,á¡iá" otra ed.

"rp, a. Ed. Grijarboi.

33

Page 14: Sobre El Metodo Marxista. M. Lowy

I

I

l

La.i*esistible propensión..d;-fllhuss¡r qor_ el positivisSg y Lavoisier, subravase manüiesta también en su insistencia rob..i. r,.t.loli;# Irfflil}fi:iP:va.ndo Ia

11iti¡ud, mejor dicho ta idcntidad#:*,)::r:",:"tot"r1ru "!r.r..t¡ñ;'**:il:iü#i 'ou,,,l:!*:!: sus descubrimü' "ryJu q¡L¡ru

l[::::,::,:,i!::,,::,"roi gr, i;F&f.iü':,;ffi.1_ , *o,"r3:.:-l:",.1.: {.M;;:';;;;;os hatarto como , i,n

".".:::l.lT.:*r, ;,:,,:.&-; i; il;:ffi":}i.,rff,'j- ! :!,:"::,::_!!:",, !."pr¡""-"''..""i."""r

ilT:g':?i::ü;'.,,.*,,"0ñ'i;'f.fl'.Ti:'i",,:l;:T; i :?:#::.;::íí:idii"1'x'il:*'1":'#lh*'"1ffi1:il'i]*"1T::::i:i::;:{,;:iti""::':r.Ji: i:'#ilt5":: r ;:;:::,ri:*:}i;:"ü"1'#i.::.n1"' i51"ÍTi',i,tHt;conc:er' En consecuencia, il Aü,J á;".ri,."1',#l1i,jl ' de ciencia,

""'np*"uJ"'élii#i:"ffi:ir:LX u¡ rundado¡

i"ill,t1H;i';r:,f itfíTij$l#á.:i::::":1':":i , *,*+r',}*h:**-nkf.l11"iil en,re ,an,c3.:::] que Durkheim y {-ñ;ü;..:];:":T::": ' 1 otros" ar M.',. o".'.i-r-e4s $ü:: ,,i:.'ii:H:I",fffiintereses pueden ser dejadÁ ,ien el exterior,, ¿. ¡" ¡nu.;¡nrjtl_t ; hccho más que inr

"i"r,tiri.^i .o*o "r. ili** 1", puñares en .r ,o,ido" -.niól j yr-r"r,n"rolü.{Tt**o" el mundo, cuando se trata de

3;n'::k"{":::{L[.1,* bi,rar honesto. ,uo*,i j ['*:*{:ll*iifuti,üJ'i}':T ffiIüñli#:,¡ur¡renro oe entrar en un salón-de bill¿r honesto. tu*¡.;' | {cucroacn como el.grito ex3lg-do a. ro ¡ou.r, .,irquierdistasupone que la ciencia del mismo Marx no .r,"i" l"m*.il'T I teórico" que todavíá no rr"¡1"- "l."rr"á"'t pl.n" -.-Por.ringuno de esos interese; .,exteriores,, lenrriw,r".r. ",..::: I durez..,!r

;:f:l*":f*;§:'X'i,",r:::;:';§fiil,*ll';:l'jt ] .""*::*:#: i r.1lgu.,* parece acercarse a, prob,ema

economla ¡láci^- D--^-^_ _. con Ia ideología burguesa de ta sociedart nn ti.---- ,111 d:,la. ideología: Ias ciencias de Iaeconomía cliásica. Pero en ninr

¡sLv¡w§r4 uurguesa de la sociedad no tienen i -- 'vLv¡vs¡a; ¡as crenc¡as de Ia

ffiTrilrt*:iT#",;:{#i,:;:,!ix:,§*!:;,:, .nltill*lipi,fii,:.ti,ll#tt*#,;":,ffiomar^is11 v et pr;teturiadr, rarJ fr.á.'f.;;;1":r'; ::!::4 r-P+lntilan los grandes combates p"rr'1"* al#rii..jli":11* *' entre Marx y su. p..d."eráJ;"j;; ,:'-:::':1 ¡a esc§ton I Desgraciadamerintele¡rrar éñrÁrñÉ^-.- . 'o- :o,*o:r, fenómeno pu.amerite i este oárraf., -" "-^-"j.1-"di

el contexto en quc sc encuentra*"S:T:,:,::,:-T:::: lT;;,bh 1,-*."i" ,,."^i#ramente i il".*:*,13T::_::-:-l;

;.p.Liá,.ja.ll";y:;:".T::,lT¡,"..o.11?^rlj.;n",:t[1"::;J;,iffi:'Ji,:il,,1"

9. I l"*::TilT::['s'i.,*, .J';il"Tfff,I];.í,i:.:ffi:€ntre cienries ,. ,- -^..._^li]o

distingue metodológicÁente I hace más o,," ,.r^;1T -?.::."*", aséptica, serena, que nocual le ne",,,ir. --

t? y. ciencias de Ia historia, ro ¡ metodol6oicas ,,^,," llij| nuevo. terreno, Ias expcrienciascual Ie permite comparar.o";,1;;;;;; ;.i jli"ó'hJ,l i ,,'::o"fi"as "que a.ia. n"." -ui,"."i:r?ff$':'ffI t. Althurser, pa¡a lec¡ ,

i: A,.,h-r:.f Pa¡a l¿¿t.El ca?i¿at, ib;.!., p. ts4. I ", n:l"*T; . El c'pital' íóld', pp. 165'166. El rubrayado

;yi.:ii,rnr,"T[:rtr"*r;iti',';"*,,$^mz:"x t;:r»H ! *;*,Fil?i:i:rria'#:;?!;,"r.r;ri!2y"i]!x:;,r#i;z+ i

* Althurscr, pá- ui:, ¿i i"p¡tat, ib t., p. 200.

l:,T"T:.:*1,"*,r.i.,rr,,.",,.i.,.1,, f i#il:":il í111.,.",, i ffi:fi Tga,^"-?_.t:;irG{d;;HIil:,1,"[H:il:

35

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práctica de las ciencias que han logrado su autonomía", es

decir, de las ciencias exactas y de las.ciencias de Ia naturalez.a.Lo cual nos lleva a la resbaladiza pendiente del neopositivismo.

Althusser tiene raz6n al subrayar la especificidad de laf práctica científica, su autonomía en relación a la estructura

social, a las condiciones*Ijffi. Su error está en absohúizaresa autonomía transformándola en una in4e:pgnt!ruig, urlaseperación, una ruptura casi total. Para é1, tt hiitoria de la

^ ciencia económica, como Ia historia de la química, está mar-

tad" por un descubrimiento genial que instaura la "rupturaepistemológica" entre ciencia e ideología, sin ninguna relacióncon una clase social y su punto de vista. Althuser no parece

*sospechar que el lazo entre Marx y el proletariado revolu-cionario no es de la misma naturaleza que el que existía entreLavoisier y Ia burguesía revolucionaria de 1789 . . . No porqueésta hizo guillotinar al ilustre sabio, sino porque el descubri-miento del oxígeno no tenía ninguna relación epistemológicacon las iuchas, aspiraciones e intereses del tercer Estado.

En conclusión:1. Las tesis de Althusser están en contradicción explícita

con Man<, quien proclarnaba que su crítica de la economíapolítica representaba el punto de vista del proletariado, así

como con Lenin, cuando subraya el carácter "de clase" detoda ciencia social.

2. Althusser sólo reconoce dos posibilidades:

-la ciencia social como práctica independiente en rela-ción a las luchas sociales, liberada de todo compromiso declase (tesis que defiende ) ;

-la ciencia social como expresión inmediata y exclusiuadel proletariado (tesis injustamente atribuida a los "izquier-distas teóricos" ).

Olvida una tercera variante, la única correcta en nuestra

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opinión: la ciencia histórica se sitúa necesariamente desde el *r

punto de vista de una clase, pero es relativamente autónomaen su esfera de actividad propia.

3. conao reacción contra el zhdano-lyssenkismo de losaños de 1950, Althusser lanza al foso del "izquierdismo" albebé marxista, con el agua sucia stalinista, para situarse en uncampo teórico minado por el positivismo.

Probablemente una "soci"lggll_dg¡ _alt-hu»f .i_e!!§glo,, des-cubriría detrás de sus tñla resistencia (;"i ;;¡i;"sible ) ,. *de ciertas capas de intelectuales del PCI' contra su sumisióna los cambiantes imperativos políticos del partido, y por elreconocimiento de la independencia y de la dignidad del tra-bajo científico. Sin embargo, incapaces de dlstinguir la perspec-tiva histórica del proletariado de su caricatt::a burocráticastalinista, transfornan su deseo de emancipación respecto delaparato del partido en teoría de la liberación de la cienciaman<ista respecto del proletariado. '|

tV. CONCLUSIÓN: EL PUNTO DE VISTADEL PROLETARIADO

si se admite Ia tesis del marxismo revolucionario según lacual toda ciencia social es, conscientemente o no, directa oindirectamente, una ciencia "comprometida", o¡ienrada, "ten-denciosa", "partidaria", ligada a la concepción del mundo, alpunto de uista de una clase social, es preciso encontrar una ¡lsalida para evitar la via rnuerta del relativismo. Para elrelativismo ccnsecuente no existe verdad objetiva: hay muchasverdades, la del proletariado, la de la burguesía, la de losconservadores, la de los revolucionarios, cada una de elia:igualmente verdadera o falsa. Se cae así en la célebre nocher

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+ rulativista do.nde.to$o3_los {3t-9:j9:¡ga"} se termina pornegar la posibitidad dé un-é&ióañriÉñio oíÉtivo. roi .¡á*-plo: no habría una historia vcrdadera y objetiva de Ia Revo-lución Francesa, sino diferentes historiás que todas vienen aser lo mismo: historia contrarrevolucionaria, historia überar,historia jacobina, historia socialista . La de Joseph de Maistre,q.¡€ explica 1789 por el castigo divino de los- franceses cul-prbles de pecados abominables, sería tan buena (o tan mala)c,,mo la de Jaurés, que inte¡preta los acontecimientos entÁrminos de lucha de Clases.

Dado qu: tal posición agnóstica es estéril y manifiesta-mente absurda, es forzoso reconocer que cíertás puntos deuista son relatiuamente mtis uerdad,eros que otros, o para sermás precisos, que ciertas perspectivas permiten ,r"'ipro*imación relativamente mayor a la. verdad objetiva. Aho." bi.r,,¿cuál es Ia visión del mundo epistemológicamente privilegi ada,lráJ o .1 punto de vista más favorable para el conocimientode lo real?

La primera respuesta posible -respuesta

correcta, aunqueinsuficiente- es la siguiente: en .uáu periodo rri.í¿ri.", .lr punto de vista de la clase revolucionaria es superior al de'lJclases conservadoras, porque es el único ,^pi, de reconocer

pudo descifrar sus jeroglíficos. . .,, s? para los economistas bur-gueses las leyes capitilistas son las leyes .,naturales,, de Iaproducción en geneiar, d. l; ;;;a*.árí".n ,u.,ro que tar. porIo contrario, er Letoao á. r¿"* r;*drraao y a.ominaciónq"1 li !uts,":.íu"- capta cada forma ,,1

sitorio", histórico, p.r..üero, porque se di[l#,;ti.^*:H-*l"rrlTflo_rt¿dára

d;i;"yecto revotucionario. (No es poren eI 0,,,,o l{}ü ql,i:,:[,ff 'ü'*rff *:ff *.:::que er historicismo sea h áistin.ió;;;roáorogi.a

capitar en*eMan< y Ia economía política burguesa).En un ozrurul^#.u::i,,:":ll{i:";iüü:,?#;:,;Í:r:I!i!fi"lJ;

razón que las instituciones dei feuda-rlsiro eran históricas,superadas, arcaicas; mientras que esta misma burguesía seobstina en presentar las institucioires d;i;;.n capitarisra comonaturales y eternas. ,,Así, ha habido histo .

\uy", agrega irónicamente yi..: i; !;;11; H:rJ:r;:rl:había percibido y denu".i"ao er .u.á.t.-. histórico y transi_torio der sistema feudart ii,: .r pr"üüriado es ,^pu, depercibir y de denunciar ia -histori.ftu-J-á.1

sisrema burgués.Resumiendo Ia tesis "a.¡*rra-" ;".; mayoría de losautores marxistas que han exaT*:d:ii p*ur.*a de las con-diciones de posib,iiad a. r"'.rpe.io.idadr.jir,.*orógica

de Iafi.#:

práteraria,,, ,. ;;;. entonces clnctuir con Adam

y de proclamar el proceso de cambio social: la u"ri"*r"revolucionaria hasta el siglo xvrr, el proletariado u

"p"rti,del xnr.

K En efecto, solamente desde- el -punto de vista der proleta_riado, en tanto que clase revoluciónaria, se vuelve uisibte laiistoricidad del capitalismo y de sus leyes económicas. comolo subrayó Rosa Luxemburgo-: "Ijnica y precisa*.rr,. po.qu.

* ivfarx consideraba Ia economía capitalista en prim., Lrga, e,tanto que socialist?r cs decir, desde er punto di vista hisiórico,

3B

H:ffT[T|,J"'::*T:*T:::^ d: ]1

crase corocada obje-tivamente en situacián ,.uofu,:*"': L¡c ra .rI: colocada obje-

e individuales ".,;nnirto,., ^^_ ,l_olanlr

cuyos intereses .ol..iiuo,::l#'j':[:::r':'::::];+;üi;:I': j.:?fi ::::"ijsociedad, escapan a Ia u..;ñ;;";;r"iH:: ;:?ü:::rri,i:

t? R.

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intervienen en Ia aprehensión cognoscitiva de Ia realidad social;al contrario, sus intereses permiten una percepción más agudade, Ios procesos de desarroilo, de los sütomas de descornpo-sición del viejo orden y de los signos precursores del nuevoorden, cuyo advenimiento ..p..ri. f . . .l con esto no afir-mamos de ninguna manera que .rtá via lleve a Ia rrercladabsoluta; únicamente pretendernos que las mencionadas posi_t ciones son un r-nejor punto de partid" y ,n" mejor perspeótivaen Ia búsqueda de Ia verdad objetiva, ciertamente relativap-ero óptimamlnte integral, óptimamente completa en relaciónal nivel dado de desarroilo dér saber humano.i, rt

Esta tesis, que afirm a la supericridad general del puntode vista de toda clase revolucionária, ,ro, pur.ce parcialmentecorrectar pero piantea un cierto número de ciificultacies. se

r, sabe que en el pasado Ia clase conservadora tenía a vecesintuiciones parciales más "verdaderas,, o más ,,realistas,,

quela clase ascendente: ¿cómo negar, por ejemplo, Ia verdadrelativa del contrarrevolucionariá inglés Burká en su críticadel carácter abstracto, ahistórico y

"ibitrario de Ia ideologíaburguesa revolucionaria cie los "derechos naturaies,,?

Por esta raz6n Mannheim aboga por Ia ,,síntesis de Iasperspectivas" de las diferentes clases, leniendo cada una suverdad reiativa o parcial. schaff, en Ia medida en que hablade las clases revolucionarias en gener al, y no del práletariadoen particular, se ve obligado a hacer concesiorr.. u Mannheim

,, y u aceptar, con reservas, la tesis de Ia "multiplicación de las

''perspectivas" para "obtener una visión del ob¡.to más com-pleta, más global".t' r,o cual, en nuestra opinión, se acerca

38 A. schaff , Hírtoirc ct oérité (Historia y oerdad, col. Teoría yPraxiq Ed. Grijalbo, México, D. F.), Ed. Anthropos, parís, lg7l, páeí-nas 193-194, 326.

3e lb;d., p. 314.

+0

peligrosamente al eclecticismo y no resuelve nada: ¿cuál es elcriterio que permitiría rearizar tal "síntesis,,?La tesis defendida_ por schaff subestima la especificid,ad ¡.del punto de uista protitario en relación al de las clase, ;;;;t

lucionarias ddt pasado (esencialmente Ia burguesía ascen_dente ) :

1' La burguesía revolucionaria tenía intereses particularesque defender, diferentes clel interés general de Ias *ur", fopu-lares: luchaba a la vez contra el féudalismo y por Ia instau-ración de una nueva dominación de clase; Io' .ral implicaba xel ocuitamiento ide«rlógico (consciente o ,ro) de sus verdaderosfines y del verdadero sentido del proceso hlstóri,:o.

Por Io contrario, el proletariaáo, clase universal :uyo inte-r& coincide con cl de la gran mayoría y cuyo fin es u uúoü.i¿r.,de toda dominación de craser Do está obligado a ocultar elcontenido histórico de su lucha; en consecueicia es Ia primeraclase revolucionaria cuya ideología riene la posibi,id,ar{ áir¡.tiuude ser transparente.

Entonces, . de ninguna manera es casual qr.¿ el proleta-riado

-al contrario de Ia burguesía revorucioiraria-' asigneabiertamente como objetivo u ., revolución, no l" á.t rrJ' a.pretendidos "derechos naturares'., .g. pretendidos,,principioseternos de la Libertad y Ia Justicia", sino Ia rcalizaciin de .usintereses de cla¡e. una comparación entre el Manifiesto comu- *,nista y Ia Declaración de los derechos del hombre, Je 1789,es altamente instructiva al respecto.

2. La burguesía pudo lregar al poder sin una cornprensiónclara del proceso histórico, sin una conciencia pi..i.u de losacontecimientos, llevada por la "astucia de Ia rá26n,'del des-arrollo económico-social. El conocimiento científico del movi-miento de Iiberación no era de qringuna manera una condiciónde su victoria, y Ia automistificación ideológica caractenzó

+t

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'i:i*.irre4]t

en general su comportamiento en tanto que clase revolucio-naria. Por lo contrario, el proletariado no puede tomar el

+ poder y transfonnar la sociedad más que por un acto delibe-rado y consciente. El conocimiento objetivo de la realidad, dela estructura social, de la coyuntura política, es en consecuenciauna condición gecesaria de su práctica revolucionaria; corres-ponde, pues, a su interés de clase. El socialismo será científicoo no será.to

En consecuencia, la superioridad epistemológica de Ia pers-.pectiva proletaria no es solamente la de las clases revolucio-narias en general, sino que tiene un carácter particular,' cualitativamente diferente de las otras clases, específico delproletariado en tanto que última clase reuolucionaria y en

t tanto que clase cuya revolución inaugura el "reino de lalibertad", es decir, el dominio consciente y racional de los hom-bres sobre su vida social. En este sentido la ciencia proletariaes una forma de transición hacia la ciencia comunlsta, laciencia de Ia sociedad sin clases, que podrá alcanzar un gradomucho mayor de objetividad, ya que el conocimiento de Ia

sociedad dejará de ser el territorio de una lucha política y, social. Las limitaciones que existen en el punto de vista del

proletariado, en el marxismo, sólo se harán visibles en ese

momento; todas las tentativas emprendidas para "superarlo'lantes de ese periodo, antes del advenimiento de la sociedadcomunista mundial, sólo podrán desembocar en recaídas, en

vueltas atrás, hacia el punto de vista de otras clases máslimitadas que el proletariado. En este sentido, efectivamente

Y el marxismo es Cl horízonte científico de nuestra época (Sartredixit ) .

10 Ver a este respecto: Lukács, Gcschíchtc und Klass¿nbcwusstscín(Historia y conscícncíd dc clasc, ?.d. Grijalbo, México, D. F.), Luch.terhand, 1968; pp. 243-246, 399.

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¿Es preciso deducir de ello que es imposiblc el error paracualquiera que se sitúe en Ia perspectiva proletaria? El prin-cipio epistemológico según el cual el punto de vista del prole-tariado es el que ofrece la mejor posibitidad objetiua á. unconocimiento de la verdad, de ninguna manera significa quebasta situarse en ese punto de vista para conocer la verdád.una.gran montaña permite una mejor vista del paisaje que Iuna pequeña colina, pero un miope encaramado en Ia cima x

1,

de Ia montaña no verá mucho. Por otra parte, el punto devista de las otras clases, incluso inferior, no sólo producementiras, contraverdades y errores.

En pocas palabras: existe una autonomía relatiua de Iaciencia social, una continuidad relativa en el interior de la his- *'toria de esa ciencia (Marx continúa, critica y supera aRicardo ) , una lógica interna de la investigación científiáa, unaespecificidad de la ciencia en tanto que práctica que tiendehacia el descubrimiento de Ia verdad. Esta "autonomia"el sentido etimológico griego: "gobernada por sus propiasleyes"- es relativa pero real. Ella es la que explica no sóh-mente los errores que han podido cometer los pensadoresman<istas, e incluso Marx y Engels (por ejemplo la previsiónde la inminencia de una revolución proletaria en Álemaniaen 1B4B-50) , sino también los verdaderos conocimientos quepuede producir en el interior de sus limitaciones una cieniiahistórica que se sitúa en un punto de vista burgués (po,ejemplo los análisis de Hobbes scbre la violencia ccmo tase ndel Estado moderno) .

La ciencia del proletariado demuestra su superioridad pre-cisamente por su capacidad de incorporar esas verdades parcia-les producidas por Ias ciencias "burguesas", superándolasdialécticamente (Auf hebung), criticando y negandó sus limi-taciones de clase. La actitud contrariar Que proclama Ia

+3

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infalibilidad "a priori" de toda ciencia situada en la pers-pectiva proletaria, y el error absoluto y necesario de todainvestigación fundada sobre otro punto de vista, es en realidaddogmática y reduccionista, porque ignora la autonomía rela-tiva de la producción científica respecto de las clases sociales.

En conclusión: el punto de vista del proletariado no es

una garantía suficiente del conocimiento de la verdad obje-tiva, pero es el que ofrece la mayor posibilidad de acceso aesa verdad. Y ello se debe a que la verdad es para ei prole-tariado un medio de lucha, un arrna indispensable para larevolución. Las clases dominantes, la burguesía (y tambiénlos burócratas, en otro contexto), tienen necesidad de mentirpara mantener su poder. El proletariado revolucionario nece-sita la verdad.

*+

2. RETEER Et CAPITAL, por Cqrher¡neCollioi.Thbláne

- -"No puede tratarse aquí de petrificar una oposi-ción simple entre- método (histórico)-dialéctico ymétodo estructural. Toda metacrítica de l-- exégesisde Marx por parte de Althusser debe al *ls*otiempo esforzarse por asimilar sus reiultados pori-tivos." 1

Ar.rnrp Sc¡¡uror

Para leer El capital: así se titula Ia obra maestra de Al-thusser, en la actualidad referente teórico innegable de nu-merosos estudios marxistas; particularmente los t, abajos deBettelheim sobre las sociedades de transición, y los trabajosde Poulantzas sobre las superestructuras políticas.

r Alfred schmidt, Gcschichtc uid struktur. Fragcn ein¿r mdrxís-tkchc¡ Hístorik, carl Hansen verlag, lg7l, pp. ls:16. Fcte filósofo