Sobre el Fedro

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Pontificia Universidad Javeriana Facultad de filosofía Seminario de Platón-Fedro Profesor: Franco Alirio Vergara Protocolo sesión 15 de marzo de 2015 Por: Yamid Castiblanco Fecha: 19 de marzo de 2015 Asistentes: Andrés Figueroa, Nicolás Cuevas, Eduardo Rincón, María Fernanda Galindo, Robenson Siquitte, Sergio Rodríguez, Samuel Augusto Correa, Fernando Durán, Yamid Castiblanco, Francisco Gamba, Esteban Morales (relator), Manuel Cerezo (relator), Camila Parra (protocolante), Franco Alirio Vergara (director). PROTOCOLO SESIÓN DEL 11 DE MARZO DE 2015: PRIMER DISCURSO DE SÓCRATES EN EL FEDRO La sesión del 11 de marzo inició con la lectura del protocolo de la sesión anterior a cargo de la estudiante Camila Parra y tuvo como eje el tema abordado en las relaciones escritas por los estudiantes Esteban Morales y Manuel Cerezo sobre el primer discurso de Sócrates en el Fedro. El presente protocolo estará de este modo dividido en tres partes: la primera parte pretenderá recoger los comentarios que, además de complementar el protocolo de Parra de la sesión del 5 de marzo, dispusieron el ánimo de los participantes y los situaron temáticamente para la posterior discusión acerca del primer discurso de Sócrates; la segunda parte se enfocará especialmente en la relación de Morales respecto al debate acerca de la simulación y el autoconocimiento tanto en Lisias como en Sócrates; la tercera parte se centrará particularmente en la relación de Cerezo y la tesis Página 1 de 9

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Pontificia Universidad Javeriana Facultad de filosofaSeminario de Platn-Fedro Profesor: Franco Alirio VergaraProtocolo sesin 15 de marzo de 2015 Por: Yamid CastiblancoFecha: 19 de marzo de 2015 Asistentes: Andrs Figueroa, Nicols Cuevas, Eduardo Rincn, Mara Fernanda Galindo, Robenson Siquitte, Sergio Rodrguez, Samuel Augusto Correa, Fernando Durn, Yamid Castiblanco, Francisco Gamba, Esteban Morales (relator), Manuel Cerezo (relator), Camila Parra (protocolante), Franco Alirio Vergara (director).Protocolo Sesin del 11 de marzo de 2015: Primer discurso de Scrates en el FedroLa sesin del 11 de marzo inici con la lectura del protocolo de la sesin anterior a cargo de la estudiante Camila Parra y tuvo como eje el tema abordado en las relaciones escritas por los estudiantes Esteban Morales y Manuel Cerezo sobre el primer discurso de Scrates en el Fedro. El presente protocolo estar de este modo dividido en tres partes: la primera parte pretender recoger los comentarios que, adems de complementar el protocolo de Parra de la sesin del 5 de marzo, dispusieron el nimo de los participantes y los situaron temticamente para la posterior discusin acerca del primer discurso de Scrates; la segunda parte se enfocar especialmente en la relacin de Morales respecto al debate acerca de la simulacin y el autoconocimiento tanto en Lisias como en Scrates; la tercera parte se centrar particularmente en la relacin de Cerezo y la tesis controvertida sobre el motivo de la impiedad en el primer discurso de Scrates y la intervencin del daimon que marca la transicin hacia la posterior palinodia de Scrates. 1. Comentarios complementarios al protocolo sobre el discurso de Lisias e introduccin al primer discurso de Scrates.El discurso de Lisias aduce argumentos por los cuales se deben conceder los favores al que no ama en lugar de aquel que lo ama (Cf. 227c) con base en la tesis implcita de que el amor es una enfermedad daina en el enamorado con consecuencias negativas para aquel que le concede sus favores. El primer discurso de Scrates refuerza dicha tesis en unin con los argumentos del discurso de Lisias. Sin embargo, para comprender mejor la novedad de los razones pronunciadas por Scrates en contraste con las de Lisias, hace falta volver a destacar que los argumentos de Lisias se encuentran en el puro marco de la opinin y la apariencia. En efecto, mientras que Lisias busca persuadir a Fedro desde la inconveniencia social del eros, el personaje del mito de Scrates arremete en su primer discurso contra la realidad perjudicial que tendra el eros para el alma, el cuerpo y los bienes del amado. Puede decirse en consecuencia que el discurso de Lisias se ubica desde la prctica aristocrtica del amor y se pronuncia en contra del eros a partir de una moral heternoma de la conveniencia, donde lo que est en juego es la mirada de los otros, el qu dirn, recurso empleado a menudo en la educacin de los nios para promover o reprender sus actitudes. La moralidad de la accin estara regida por un tribunal de la multitud que sealara los criterios de discrecin e indiscrecin bajo los cuales deberan acomodarse, en este caso, las relaciones que involucren al eros y sus prcticas asociadas. Debido a que Lisias no adopta una mirada propia e interna sobre el amor, sino que toma la mirada externa del comportamiento de los enamorados, su postura es la de la simulacin. Esta tesis se ha venido imponiendo en el seminario y fue abordada nuevamente en relacin con el debate sobre la simulacin y la dramaturgia de Scrates y de Lisias, el cual slo se hace tcitamente presente en el encuentro del Fedro mediante su discurso recogido por escrito.2. Dramaturgia, simulacin y autoconocimiento en Lisias y ScratesEl dilogo Fedro no es una narracin sino la dramaturgia de un encuentro, presenciado por el lector, entre Scrates y Fedro que estn en un lugar, no slo habitado por la divinidad, sino l mismo smbolo de lo divino por su belleza y en cercana inmediata con la polis. Desde ella llega el discurso escrito e irreverente de un Lisias fsicamente ausente que desencadena toda la pasin y vivacidad de estos dos personajes, ambos movidos por la misma mana hacia los discursos. Sin lugar a dudas, ese mismo deseo que mueve a apreciar los discursos es el mismo que ha alentado la sesin y todo el seminario. En razn de esa dramaturgia de los personajes, que involucra incluso al lector, se ha prescindido de la consideracin de un Platn que pone palabras en boca de Scrates y que habra sembrado entre lneas enigmas a descubrir, esto con el fin de evitar el peligro de la sobre interpretacin y de perder de vista la fuerza misma del dilogo con base en la conviccin de que cuanto escrito est en el Fedro, escrito est. Con todo, la pregunta que surge al presenciar del primer discurso de Scrates es si acaso puede decirse que ste est simulando delante de Fedro en razn del gesto que Scrates realiza cuando va a pronunciar este discurso: Hablar con el rostro cubierto para atravesar el discurso corriendo lo ms pronto posible y sin mirarte, as la vergenza no me har titubear. (237a).Scrates afirma aqu que la causa del velarse es la vergenza que le causa el discurso que va a proferir y el objetivo del velarse es ir rpidamente por el discurso sin titubeos, sin que ese mismo sentimiento de vergenza le haga vacilar. Si se adopta ahora la definicin del trmino simular como representar algo, fingiendo o imitando lo que no es.[footnoteRef:1], podra decirse que Scrates simula si su vergenza por dicho discurso fuese fingida o si realmente titubeara a lo largo del mismo. Sin embargo, l pronuncia sin ambages su primer discurso y permanece luego consecuente con la vergenza en que lo inici. Scrates afirma: [1: Diccionario de la Real Academia Espaola. Ver: http://lema.rae.es/drae/?val=simulaci%C3%B3n]

Pues bien, por vergenza ante este hombre [de carcter noble y dulce, que ama o que haya amado alguna vez a otro semejante a l] y temeroso del mismo Amor, deseo lavar con un discurso potable el gusto salobre de lo que omos. (243d) Aunque no pueda concluirse claramente que Scrates est simulando ante Fedro, puede admitirse la carga de irona y de burla con la que aquel quiere evidenciar la simulacin de Lisias. Este desenmascaramiento resulta, aun si indirecto, no menos evidente cuando Scrates introduce su primer discurso en el marco de un mito:Haba una vez un nio, un muchacho ms bien, muy hermoso, que tena muchsimos enamorados. Uno de ellos era un ladino y, aunque no estaba menos enamorado que los dems, tena convencido al nio de que no lo amaba. Y cierta vez, solicitndolo, trataba de persuadirlo de que haba que complacer al que no ama ms bien que al enamorado () (237b)Aceptando efectivamente que por ladino se refiere Scrates a Lisias, puede concluirse, siguiendo al mismo Scrates, que Lisias s simula porque representa al no enamorado, fingiendo o imitando lo que no es, pues l no estaba menos enamorado que los dems, [pero] tena convencido al nio [Fedro] de que no lo amaba. (237b) Se ha dicho en la sesin que leer o pronunciar un discurso no se hace en abstracto, sino que esto sucede en un encuentro. Esto podra aclarar la tesis de que la simulacin se da en los personajes mismos que se encuentran, pues aunque algunos de sus discursos y argumentos refuercen tesis contrarias a las que ellos mismos sostienen, son los personajes y no simplemente sus palabras, quienes pueden efectivamente representar, fingir, imitar (simular) sus intenciones subyacentes segn como se muestren o posicionen ante los diferentes discursos. En el caso de Scrates, cubrirse el rostro es signo, no slo de vergenza, sino de desidentificacin con lo pronunciado. Dicho lo anterior, y dado que en algunas situaciones[footnoteRef:2] la irona puede tomarse como simulacin, la cuestin acerca de si Scrates simula o no queda sin embargo abierta. [2: En la Repblica, Trasmaco le reclama a Scrates que diga lo que l realmente piensa respecto de la justicia. ]

Ahora bien: entre el discurso de Lisias y el discurso de Scrates puede notarse otra diferencia ms clara an y consiste en el autoconocimiento. A lo largo del Fedro y de otros dilogos, Scrates se ha mostrado interesado por el conocimiento del mundo en tanto que es fundamental para conocerse a s mismo. La base de aquello es la filauta, el amor de s, que permite tanto el conocimiento como el autoconocimiento, evidente en los discursos de Scrates (prcticas de autoconocimiento en el desarrollo de los dilogos) y ausente en el discurso de Lisias. A este ltimo tipo de discursos, si uno les pregunta qu son y qu es lo que dicen, no hacen ms que repetir lo mismo porque no saben lo que estn diciendo y no pueden defenderse a s mismos. Un discurso con autoconocimiento dice por ejemplo cmo va a hablar y en qu sentido va a hacerlo. Sin embargo, queda la pregunta acerca de lo que esto se entendera con mayor precisin.3. Impiedad e intervencin del daimonSiguiendo a Calvo, la tesis controversial presentada por Cerezo que fundament la discusin del final de la sesin fue la siguiente:Es posible pensar que la impiedad no consiste en el mito como tal, sino en otra cosa. Por ejemplo, que el mito, a pesar de pretender desenmascarar, permita que un joven contine convencido de hacerle caso a un amante adulador que busca su propio placer. (Cerezo, p.6)[footnoteRef:3] [3: Relacin presentada por el estudiante Manuel Cerezo. ]

La pregunta que surge es si realmente la impiedad de Scrates hubiera consistido en dejar a Fedro ms convencido an de la tesis de Lisias a pesar de la impiedad misma de hablar mal sobre algo divino como lo es el amor. A esta tesis se contrapone la posicin de Vergara que asegura que el evento daimnico le revela a Scrates, no la amenaza de dejar confundido al mancebo, sino de quedar ciego como le sucedi a Estescoro, tras haber difamado a Helena. As, cuando Scrates estaba a punto de partir cruzando el rio: Se present la seal demnica () y me pareci or como una voz que vena de all y que no me permita partir sin purificarme () [pues] los dos discursos hablaron de l [Eros] como si lo fuera [malo] y con ello han cometido una falta contra Eros. (242c)Este momento es decisivo en el dilogo puesto que seala lo que significa pensar mal y hablar mal en la figura de la ceguera. Aunque el primer discurso de Scrates podra considerarse como bien construido, este habla slo desde la dimensin humana del amor. Pensar bien implica conocer la cosa y obrar bien con la cosa, el amor en este caso, el cual no puede prescindir para su invocacin de lo divino, pues de esta misma naturaleza es la mana que suscita su experiencia. Hablar mal resulta daino en primera instancia para el que as lo hace, pues en ausencia de claridad sobre la cosa, se enfrenta a un problema tanto epistemolgico-ontolgico como tico. Por este motivo, adems de resultar fundamental la mocin metodolgica de Scrates en sus dilogos, por la que pone de acuerdo a los interlocutores sobre lo que estn hablando, resulta imprescindible la presencia de lo divino para referirse al Eros en lo humano y que no puede confundirse con la simple inspiracin de las musas.Scrates se cuida a s mismo de las consecuencias dainas provenientes de la impiedad[footnoteRef:4] de los dos discursos pronunciados (Terrible, Fedro, es el discurso que trajiste contigo y tambin el que me obligaste a pronunciar. () Necio y hasta impo (242d)) componiendo la palinodia subsiguiente antes de padecer algo por haber difamado a Eros () con la cabeza descubierta y no como hace un momento, tapado por vergenza. (243b) De este modo, puede verse que mientras Scrates pronuncia su primer discurso motivado por Fedro, es la consideracin de padecer algo en s mismo lo que mueve a Scrates a ofrecer la palinodia debida. Sin embargo, al cuidarse a s mismo de la impiedad y la ceguera como maestro, cuida de su cndido discpulo Fedro, quien ms que confundido o inadvertido del desenmascaramiento hecho de Lisias, revela ms bien en sus reacciones su mana por los discursos. Por ejemplo, luego de que Scrates anuncia su palinodia, replica Fedro: no habras podido decirme nada ms agradable, Scrates. (243d) Tambin, luego de que Scrates explica las razones que lo conducen a su palinodia, Fedro responde: () si t pronuncias el elogio del amante, tendr que absolutamente obligar a Lisias a escribir por su parte un discurso sobre el mismo tema. (243e) [4: Ver: Vlastos, Gregory. Socrates: Ironist and Moral Philosopher. La tesis del autor, citado por Vergara en la sesin, consiste en que Scrates no finge ser religioso.]

Como conclusin de la sesin se dej abierta la tesis acerca de que la falsedad de los argumentos de Lisias y de Scrates en su primer discurso se entiende, no en sentido absoluto, sino en trminos del no-reconocimiento divino del amor. Por ltimo, como provocacin para la prxima sesin, se lanz la pregunta por aquello en lo que consiste una purificacin con relacin a la palinodia de Scrates. BibliografaPlatn. (1988). Fedro. Introduccin, traduccin, notas y comentario de Armando Poratti. Edicin bilinge griego-espaol. Madrid, Espaa: Editorial gora.