Slavoj Zizek

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Slavoj Zizek: un neopensador crítico y renacentista Lo que el poder en la democracia totalitaria dice, en efecto, no es, 'cumpla su deber, a mí no me importa si le gusta o no,' sino: 'Tiene que cumplir con su deber, y tiene que gozar haciéndolo.' El deber deviene placer. Está la paradoja invertida del placer convertido en deber en una sociedad 'permisiva'. Los sujetos experimentan la necesidad de 'pasarlo bien', de disfrutar, como si fuera un deber y por consiguiente, se sienten culpables si no son felices. El superego controla la zona en que estos dos contrarios se superponen, donde el mandato de disfrutar cumpliendo tu deber coincide con el deber de disfrutarlo. La lucha venidera nos confrontará con una inédita urgencia para actuar, ya que involucrará una ruptura radical en lo que significa ser un ser humano. La luna de miel de diez años del capitalismo global triunfante ha terminado. El problema ahora es cómo inventar estructuras organizativas que le confieran a esta inquietud la forma de una demanda política universal. De no ser así, la oportunidad se desperdiciará, y lo que quedará es una perturbación marginal. (Slavoj Zizek) No conocía a este multifacético heterodoxo pensador esloveno hasta que este verano leyendo en una biblioteca El Viejo Topo encontré un artículo titulado: ¿Quién es el maldito Zizek? El autor del artículo, Lluis Roca, denunciaba la ignorancia y el ninguneo de su obra por los medios de comunicación progresistas y por los anquilosados sectores académicos españoles, hacía una extensa presentación de su obra, y terminaba diciendo: “Hay en estos apuntes, como ya he señalado, muchos aspectos a discutir y a desarrollar. Pero lo que no le negaremos a Zizek es que aporta un nuevo punto de vista sobre el que discutir y por tanto avanzar”. Después de leer varios de sus artículos y alguno de sus libros, estoy de acuerdo sobre el interés de la inconformista obra de Slavoj Zizek , tanto por el carácter renacentista de sus escritos (hoy diríamos “interdisciplinario”) como por el fértil enfoque crítico de multitud de cuestiones de actualidad que nos interesan a quienes no somos amantes “monógamos” de ningún campo del saber, la cultura o el pensamiento. Leerle es refrescante y excitante. Zizek es un autor ameno y profundo, utiliza en sus escritos ejemplos extraídos de la cultura popular, y es de estos pensadores que no se han quedado atascados en el posmodernismo, sino que trata de pasar por él, atravesarlo para ir más allá. En su obra no hay ni pesimismo ni resignación. Combate la ideología dominante, las falsedades del cuento de hadas llamado “el fin de la historia”, pero no es complaciente con quienes se oponen al capitalismo global: llama la atención sobre la falta de un mayor contenido político en los llamados movimientos sociales y hace propuestas para su evolución y renovación. Zizek propone refundar el discurso anticapitalista o de izquierda frente al binomio multiculturalismo-neoliberalismo, intentando desprender un “nuevo proyecto político para la izquierda”. 1

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Slavoj Zizek: un neopensador crítico y renacentista

Lo que el poder en la democracia totalitaria dice, en efecto, no es, 'cumpla su deber, a mí no me importa si le gusta o no,' sino: 'Tiene que cumplir con su deber, y tiene que gozar haciéndolo.' El deber deviene placer. Está la paradoja invertida del placer convertido en deber en una sociedad 'permisiva'. Los sujetos experimentan la necesidad de 'pasarlo bien', de disfrutar, como si fuera un deber y por consiguiente, se sienten culpables si no son felices. El superego controla la zona en que estos dos contrarios se superponen, donde el mandato de disfrutar cumpliendo tu deber coincide con el deber de disfrutarlo.

La lucha venidera nos confrontará con una inédita urgencia para actuar, ya que involucrará una ruptura radical en lo que significa ser un ser humano. La luna de miel de diez años del capitalismo global triunfante ha terminado. El problema ahora es cómo inventar estructuras organizativas que le confieran a esta inquietud la forma de una demanda política universal. De no ser así, la oportunidad se desperdiciará, y lo que quedará es una perturbación marginal. (Slavoj Zizek)

No conocía a este multifacético heterodoxo pensador esloveno hasta que este verano leyendo en una biblioteca El Viejo Topo encontré un artículo titulado: ¿Quién es el maldito Zizek? El autor del artículo, Lluis Roca, denunciaba la ignorancia y el ninguneo de su obra por los medios de comunicación progresistas y por los anquilosados sectores académicos españoles, hacía una extensa presentación de su obra, y terminaba diciendo: “Hay en estos apuntes, como ya he señalado, muchos aspectos a discutir y a desarrollar. Pero lo que no le negaremos a Zizek es que aporta un nuevo punto de vista sobre el que discutir y por tanto avanzar”.Después de leer varios de sus artículos y alguno de sus libros, estoy de acuerdo sobre el interés de la inconformista obra de Slavoj Zizek, tanto por el carácter renacentista de sus escritos (hoy diríamos “interdisciplinario”) como por el fértil enfoque crítico de multitud de cuestiones de actualidad que nos interesan a quienes no somos amantes “monógamos” de ningún campo del saber, la cultura o el pensamiento.

Leerle es refrescante y excitante. Zizek es un autor ameno y profundo, utiliza en sus escritos ejemplos extraídos de la cultura popular, y es de estos pensadores que no se han quedado atascados en el posmodernismo, sino que trata de pasar por él, atravesarlo para ir más allá. En su obra no hay ni pesimismo ni resignación. Combate la ideología dominante, las falsedades del cuento de hadas llamado “el fin de la historia”, pero no es complaciente con quienes se oponen al capitalismo global: llama la atención sobre la falta de un mayor contenido político en los llamados movimientos sociales y hace propuestas para su evolución y renovación. Zizek propone refundar el discurso anticapitalista o de izquierda frente al binomio multiculturalismo-neoliberalismo, intentando desprender un “nuevo proyecto político para la izquierda”.

Zizek tan pronto escribe de cine, hace una reseña muy crítica de Matrix o valora películas de Alfred Hitchcock o David Lynch, como analiza las consecuencias del 11-S y las guerras posteriores; conoce Internet y difunde su obra por la Red, estudia las metáforas cyborg, cuestiona las promesas de la nanotecnología, el uploading o la inteligencia artificial o reflexiona sobre el ciberespacio y su influencia en nuestros cuerpos, al mismo tiempo que hace una interesantísima relectura de autores como Hegel, Lacan o Lenin, haciéndoles inteligibles, fértiles y vigentes; en un lado critica “lo políticamente correcto” y va a la raíz de cuestiones como el racismo o el totalitarismo, y en otro se interna en la literatura abordando la obra de autores tan diferentes y variados como Shakespeare, Kafka, Houellebecq o Philip K. Dick o géneros como el queer o la ciencia-ficción.

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Como veis, no es exagerado llamarle renacentista, interdisciplinario, o si queréis, un polígamo cultural. Como leí en un artículo sobre su pensamiento: Zizek analiza y describe el mundo postmoderno, postpolítico o postideológico y reivindica el papel de la ideología, de la política, de la historia, en el mundo sin sustancia de la sociedad postpolítica; describe la degradación de la realidad a través de soluciones de simulación, de la “virtualización” o digitalización del espacio social y cultural. Nos muestra y demuestra que vivimos en una sociedad artificial, donde la administración de las cosas sustituye a la administración de las personas, regulada también artificialmente. Zizek acude constantemente a las entrañas constructivas del mensaje de las industrias culturales y mediáticas, con especial atención a la producción cinematográfica.Más allá de esa realidad virtual, Zizek demanda conocer la realidad de lo virtual.

Efectivamente, puedo confirmar que su obra aporta un nuevo punto de vista sobre el que discutir y por tanto avanzar. Si queréis comprobarlo vosotr*s mism*s, tenéis sus libros, y si no podéis acceder a ellos, tenéis Internet.

Quienes prefieran leer libros de papel, aquí están los títulos de algunas de sus obras, muchas de ellas traducidas al castellano por Pre-textos, Siglo XXI o Paidós: El Sublime Objeto de la Ideología, Todo lo que Usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntar a Hitchcock, Goza tu Síntoma, El Acoso de las Fantasías, Mirando al Sesgo, Estudios Culturales, Reflexiones sobre el Multiculturalismo, El Frágil Absoluto, Las Metástasis del Goce, El Espinoso Sujeto, Quien dijo Totalitarismo, La Política de la Diferencia Sexual, Repetir Lenin, El Goce como un Factor Político.

Quienes quieran leer algunos de sus libros, artículos, entrevistas o críticas disponibles online, aquí tienen enlaces a lo que he encontrado en castellano:

Libros: ¡Goza tu sintoma! Jacques Lacan dentro y fuera de Hollywood

Hollywood puede ser una muy buena excusa para empezar hablar de Lacan. Así comienza cada capítulo, con Lacan dentro de Hollywood, dialogando con sus películas más clásicas para elaborar a partir de ellas algunas nociones lacanianas fundamentales: la carta, la mujer, la repetición, el falo, el padre. Pero luego el mismo Lacan fuera, trabajando estas nociones desde sí mismas, desde su propia lógica. Un Lacan enfocado, atraído por la luz de la cámara, pero sin olvidar el reflejo de su imagen invertida dentro de la lente.

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