Los sistemas electorales

determinan y afectan la

conducta del votante. Además influyen sobre si el lector vota por un partido o por una

persona. Determina el modo en que los

votos se transforman en

curules.

En el primer caso, lo que hay que saber es si la conversión

de votos en curules es o no

“proporcional”, y de esta manera la

principal división de los sistemas

electorales es entre la representación

proporcional y mayoritaria.

En el segundo caso,

se trata de

identificar quien

controla la

selección de los

candidatos, y la

principal división es

si se vota o no “por

una persona”

En los sistemas de mayoría el

triunfador se queda con todo. En los

sistemas proporcionales, el

triunfo es compartido y se requiere de un

porcentaje electoral.

En los sistemas mayoritarios, la

elección del votante es canalizada y limitada a una

alternativa. En los sistemas

proporcionales no se obliga a los votantes a concentrar su voto y las posibilidades de elegir pueden ser

muchas.

Los sistemas de mayoría

proponen candidatos individuales, personas. Los

sistemas proporcionales proponen listas

de cada partido.

En los sistemas mayoritarios, la mayoría

puede ser absoluta (por lo menos de un

50.01%); o relativa, es decir, el mayor número

de votos. En los sistemas proporcionales, la

proporción varía desde una correspondencia

casi perfecta hasta una muy imperfecta, es

decir, muy desproporcionada.

Cuando decimos pluralidad indicamos

sólo un criterio electoral “el que obtiene más votos gana todo”.

Mientras que la “representación proporcional” un

organismo representativo refleja las “proporciones” en

que se distribuyeron los votos.

Para aclarar este argumentos, se debe separar el método de

elección de su resultado, es decir, de

la forma en que el parlamento refleja la

distribución de votos de los electores.

Si lo hacemos así, nos será posible identificar a los sistemas mayoritarios

y proporcionales.

Es decir, un sistema

electoral es

mayoritario si la

votación se hace en

distritos de un solo

representante, en

que el triunfador se

lleva todo, lo que

llaman los

estadounidenses “el

sistema del primero

que cruza la meta”.

Cualquier sistema

electoral en que la

votación sea por

distritos de 2 o más

representantes, en

que hay 2 o más

triunfadores elegidos

sobre la base de “las

mayores votaciones”,

es un sistema

proporcional.

Hay 2 formas de establecer estas proporciones:

1. La más frecuentes es por medio de los cocientes

electorales.

2. La otra consiste en elegir a los triunfadores según la votación que obtienen los candidatos, (en un distrito de 2 o más representantes

serían los 2 primeros lugares, y así sucesivamente)

En el primer caso se elige a los

candidatos sobre la base de partes iguales (cocientes

electorales).

En el segundo caso, se les elige

sobre la base de las mayores

proporciones de votos.

Según el autor es afirmativo si

consideramos que ambos producen

resultados proporcionales y que cualquiera de los dos criterios puede dar un

mismo grado de proporcionalidad

justa.

A menudo se aplica erróneamente este

concepto. Por ejemplo, si se tiene

un Parlamento bicameral cuyas

cámaras alta y baja son elegidas con

sistemas diferentes, este no es un sistema

mixto.

Únicamente los

que eligen una

misma cámara

combinando

criterios de

proporcionalidad y

de pluralidad son

verdaderos

sistemas

electorales de este

tipo.