SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

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Directorio:

RECTOR DEL SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

Rafael Rangel Sostmann

RECTOR DE LA ZONA METROPOLITANA DE MONTERREY

Alberto Bustani Adem

DIRECTORA DE LA DIVISIÓN DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES, CAMPUS MONTERREY

Lucrecia Lozano García

DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE RELACIONES INTERNACIONALES Y CIENCIA POLÍTICA

Aurelio Collado Torres

CONfines de Relaciones Internacionales y Ciencia PolíticaNo. 5, enero-mayo 2007Sistema Tecnológico de MonterreyDivisión de Humanidades y Ciencias SocialesDiseño Portada: Alejandro RochaAve. Eugenio Garza Sada 2501 SurMonterrey, Nuevo León, México. C.P, 64849e-mail: [email protected]

http://confines.mty.itesm.mx

CONfínes de Relaciones Internacionales y Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey es una publicación semestral editadapor el departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política del Sistema Tecnológico de Monterrey, Ave. Eugenio GarzaSada 2501 Sur, Monterrey, Nuevo león, México. C.P. 64849. Editor responsable: Ignacio Irazuzta. Número de certificado de licitudde título: Pendiente; número de certificado de licitud de contenido: Pendiente; número de reserva al título de derechos de autor:04-2005-081817194100-102. Distribuido por la librería del Sistema Tecnológico de Monterrey. Edificio Centro Estudiantil, Ave.Eugenio Garza Sada 2501 Sur, Monterrey, Nuevo León, México. C.P. 64849. Impreso en los Talleres de Impresos Tecnográficos.S.A de C.V., Ave. Porfirio Díaz 524 Sur, Monterrey, Nuevo León, tel. 8342 2879.

ISSN: 1870-3569

Presente en los siguientes índices:

CIAO. Columbia International Affairs OnlineCLASE. Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y HumanidadesDIALNET. Sistema de Alertas y Hemeroteca Virtual de Sumarios de Revistas Científicas EspañolasEBSCO Information ServicesIPSA. International Political Science AbstractsLatindex. Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y PortugalRedalyc. Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

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COMITÉ EDITORIAL

Krista Brumley, Aurelio Collado Torres, Gabriela de la Paz,

Ignacio Irazuzta, José Ruiz Valerio, Víctor López Villafañe, Orietta Perni

COORDINADORA DEL COMITÉ EDITORIAL

Anne Fouquet

CONSEJO EDITORIAL

Víctor Alarcón Olguín

Universidad Autónoma Metropolitana, México

Víctor Batta Fonseca

Universidad Nacional Autónoma de México, México

Mario Cerruti

Universidad Autónoma de Nuevo León, México

Jorge Di Masi

Universidad Nacional de la Plata, Argentina

Daniel Drache

Universidad de York, Canadá

Bernardo González-Aréchiga

Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública-ITESM, México

David Goodman

Universidad Tecnológica de Sydney, Australia

José María Infante

Universidad Autónoma de Nuevo León, México

Kiyoshi Matsushita

Universidad de Ritsumeikan, Japón

Alfonso Pérez-Agote

Universidad Complutense de Madrid, España

Peter Singer

Universidad de Princeton, Estados Unidos

Benjamín Tejerina

Universidad del País Vasco, España

Pierre Tripier

Universidad de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines, Francia

María de los Ángeles Yannuzzi

Universidad Nacional de Rosario, Argentina

PRODUCCIÓN EDITORIAL

Diseño

Alejandro Rocha

Asistentes de Edición

Bertha Alicia Bermúdez Tapia

Diana Paola Chávez Charansonnet

Gerardo Arturo García Giles

Elisa Gaxiola Baqueiro

Manuel Haces Aviña

Correctores de Estilo

Jesús Contreras Bazaldúa

Benito Pastor Montero

El Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey no asume responsabilidad algunapor las opiniones expresadas en la presente revista; ellas son responsabilidad exclusiva de los autores.

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Presentación ................................................................................................................................................... 7

Conferencias

Cartografiar el cambioAlan Knight ......................................................................................................................................... 11

Artículos

Narrativas del cambio: Cultura y desarrollo económico regionalDavid Goodman .................................................................................................................................. 19 Alcances y límites del sistema científico tecnológico chinoGian Carlo Delgado-Ramos ................................................................................................................. 35 Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXI Jordy Micheli Thirión ........................................................................................................................... 49

Al borde del multiculturalismo: Evaluación de la política lingüística del Estado mexicano en torno a las comunidades indígenas Roberto Morris Bermúdez ................................................................................................................... 59

Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez Ana Cristina Vélez López .................................................................................................................... 75

La filosofía del sujeto y la sociología del conocimiento en las teorías de Jürgen Habermas y Niklas LuhmannMónica Judith Sánchez Flores .............................................................................................................. 87

ÍNDICE

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In fieri

Los polleros y las redes de tráfico de inmigrantes en América LatinaNancy García Vázquez, Elisa Gaxiola Baqueiro y Arnoldo Guajardo Díaz ....................................... 101

Ex libris

El rey estaba desnudo: Análisis del discurso presidencial de Carlos Salinas de GortariJosé Fabián Ruiz Valerio ................................................................................................................ 117

La globalización por donde se fuga: Propuesta sobre los derechos del sujeto migranteIgnacio Irazuzta ............................................................................................................................ 121

Estados Unidos y América Latina. Los nuevos desafíos: ¿Unión o desunión?Marta Núñez Sarmiento ................................................................................................................. 127

Communitas

Estudiosos “repiensan” el CaribeMilagros Martínez Reinosa ............................................................................................................ 133

Las fronteras de la globalizaciónZidane Zeraoui .............................................................................................................................. 137

Colaboradores ......................................................................................................................................... 141

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PRESENTACIÓN

Este nuevo número de CONfines de relaciones internacionales y ciencia política que abre el año 3 de nuestra

publicación presenta un puente entre las dos vertientes de la revista: las Relaciones Internacionales y la Ciencia Política.

La reflexión alrededor de las funciones del Estado en un escenario internacional siempre más abierto, donde el movi-

miento de las poblaciones no sólo se limita a cuestiones de integración en el país de acogida sino también que implica

nuevas definiciones para la figura tradicional del Estado-nación.

Alan Knight abre este número con una reflexión sobre el devenir de las fronteras en la era de la globaliza-

ción. Nos invita a pensar el lugar del Estado cuando las poblaciones circulan cuestionando las fronteras demográficas

tradicionales. Quedan entonces las fronteras políticas como punto de conflicto, de negociación. Seguimos con dos

artículos sobre China, país de todas las expectativas, de todas las fantasías, de todos los posibles frente a un despegue

económico que sorprende pero que hace olvidar, lo que se esconde detrás de este nuevo gigante del siglo XXI. Las

aportaciones de Gian Carlo Delgado-Ramos y de David Goodman introducen la dimensión interior que permite rela-

tivizar el proceso de los cambios en la China de hoy, a menudo muy diferentes a la imagen exterior. Percepciones y

realidades ocultas se pueden aplicar a los artículos de Jordy Micheli, de Ana Cristina Vélez López y de Roberto Morris

Bermúdez. El primero nos adentra en los Call Centers, de los cuales todos somos usuarios o víctimas cotidianas sin

saber exactamente quién ni qué se esconde detrás de estas llamadas repetitivas e insistentes. Trabajo flexible, condi-

ciones precarias, el nuevo fordismo en su versión tecnológica. El segundo, analiza las relaciones entre prensa y poder

en el caso de Colombia; cómo se construye el discurso de la realidad social, los medios como expertos del análisis de

la realidad social o como legitimadores del poder. El tercer artículo presenta una reflexión interesante sobre la distancia

entre un nutrido marco legal del respeto de la diversidad lingüística en México en cuanto a su enseñanza y la su lejanía

en cuanto a su práctica política. El artículo de Mónica Sánchez cierra esta sección con una discusión teórica sobre el

papel del sujeto en Habermas y Luhmann.

En la sección In Fieri, alumnos y alumnas de la carrera de Relaciones Internacionales presentan un trabajo,

que puede verse como una reflexión en espejo con la conferencia que inaugura el número: la organización de la re-

des de tráfico de los inmigrantes que siguen el sueño americano. La sección Ex Libris refleja tres temáticas centrales

para México: el presidencialismo y el cómo hacer política, las relaciones conflictivas y complejas entre el continente

Latinoamericano y el vecino del Norte y la identidad del sujeto migrante. Finalmente, la sección Communitas cierra

este número 5 con el relato de dos congresos que reflejan la preocupación central en cuanto a las problemáticas tan

presentes en la comunidad científica en cuanto a las relaciones internacionales desde este punto del mundo: el conti-

nente Latinoamericano.

Anne FouquetCoordinadora editorial

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Conferencias

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Alan Knight

Cartografiar el cambioConferencia impartida el 13 de octubre de 2006 en el marco de la Cátedra Alfonso Reyes. “Sed de Ideas 2006: Cartografiar el cambio”, Monterrey, Nuevo León

Alan Knight*

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Por “cartografiar el cambio” entiendo –en parte porque así me lo explicaron– un enfoque en las fronteras, especialmente aquella que es más vecina y relevante, la cual va desde Tijuana hasta Matamoros. Las fronteras –como los países, los Estados, las revolucio-nes– son de diversos tipos; algunas son metafóricas como las de la ciencia, la “nueva frontera” del presidente Kennedy o, en las palabras inmortales del Capitán James T. Kirk, “el espacio, la última frontera…”. Aun si descartamos las metáforas para enfocarnos en fronteras “reales”, hay varias, de las cuales Alis-tair Hennesy, en su valioso libro sobre la frontera latinoame-ricana, considera hasta ocho: las fronteras de las misiones, de los indígenas, de los cimarrones, las mineras, agrarias, gana-deras, más la “anglo-hispana” (una frontera político-cultural) y la frontera política (Hennessy, 1978). Fronteraspolíticasyfronterasdemográficas Para contener el tema dentro de los límites de una ponencia breve, y conforme el sabio dicho del filósofo medieval Guiller-mo de Ockham, entia non sunt multiplicanda, voy a colapsar todas las categorías en nada más dos: políticas y demográfi-cas, que también pueden llamarse fronteras de asentamiento (settlement).

Las fronteras políticas definen y demarcan las unidades políticas, particularmente a las naciones (en las cuales me en-focaré), pero también las unidades subnacionales –por ejemplo los estados de la Federación Mexicana– y hasta los municipios, de los cuales la historia de México está llena de conflictos so-bre los límites municipales, y a veces también los estatales, de ahí la creación de nuevos estados -como Aguascalientes en 1853– y los esfuerzos, hasta ahora vanos, para establecer los estados del Istmo o de la Huasteca. En el caso del nivel local, los límites entre pueblos y haciendas, pueblos y pueblos, fueron

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es en la gestación de la Revolución y la reforma agraria, rias ocasiones el estatus político del pueblo fue de igual clave; haciendo eco de Marte R. Gómez, Raymond Craib “la reconstrucción posrevolucionaria fue llevada a cabo or cadenas de medir (measuring chains)… como por de fuego” (2004: 230). Estas fronteras interiores, y las conocidas exteriores, tienen en común el hecho de ser s en mapas; son obras de autoridades políticas, pri- de cartografistas después , por lo tanto, son fáciles de ir en los mapas, aun si su significado social no queda ro u obvio.

respecto a las fronteras demográficas, éstas no son ramente trazadas, puesto que no corresponden a deci-autoritativas políticas, sino al movimiento del pueblo, r, a múltiples decisiones descentralizadas y anárquicas. a más célebre de este tipo de fronteras es la de asen-

to, en donde los pioneros entran y se asientan en una de nadie”. Sin embargo, esta imagen, como la imagen as multicolores con sus líneas políticas bien trazadas,

n puede ser engañosa.

“tierra de nadie” posiblemente sea, en realidad, “tierra a gente” o “de gente que no cuenta”. Cuando el general ca alcanzó la “conquista del desierto” en la Argentina

0, tuvo que derrocar y eliminar a los indios de la pam-decir, el desierto conquistado no fue un desierto real. l modo, conforme la frontera estadounidense avanzaba l oeste, penetraba no un territorio vacío, sino en uno o por los habitantes originales, los indígenas (native ans), cuya población era relativamente escasa y cuyos os, por lo tanto, fueron descartados.

ismo proceso ya se había visto en el Gran Chichimeca te de México (la Nueva España), penetrado por las mi-y presidios coloniales, con avances y retiradas (como

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* Consejero de la Cátedra Alfonso Reyes.

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la gran rebelión de los indios Pueblo en 1680) y que continuó hasta fines del siglo XIX, con la llegada de los ferrocarriles y las últimas campañas contra los indios bárbaros del norte. Por su parte, cabe destacar que Monterrey todavía fue víctima de sus ataques hasta la década de los setenta del siglo XIX.

Las fronteras argentinas, mexicanas y estadounidenses fueron “demográficas” en el sentido que sus avances intro-dujeron más población y fomentaron la formación de mayores concentraciones de población (misiones, minas, pueblos, ha-ciendas, colonias, ciudades). Pero el crecimiento demográfico fue relativo, ya que los pioneros no entraron en tierras vacías, más bien remplazaron a poblaciones autóctonas minoritarias. Para llevar a cabo este proceso los pioneros libraron guerras, introdujeron nuevas formas de producción (la minería, la ga-nadería, la agricultura) y vieron su avance, en palabras de Sar-miento: “como el triunfo de la civilización sobre la barbarie” es decir que el avance demográfico fue, casi siempre, un fe-nómeno de conquista y control, requisitos necesarios para la “civilización”.

Como procesos dinámicos, tales fronteras se han visto a manera de motores o forjadores de la historia, más que nada por el norteamericano Frederick Jackson Turner (y su escuela), que consideró la frontera como la encrucijada de la historia norteamericana y, de ahí, del carácter estadounidense: atre-vido, individualista, innovador e igualitario (Billington, 1961). Uno podría agregar: violento, ingobernable y racista. Con res-pecto a esta postura, los críticos han hecho pedazos la te-sis de Turner y no valdría la pena repetir los argumentos en pro (que son pocos) y en contra (que son numerosos), aunque cabe destacar que, no obstante la verdad concreta, el mito de la frontera sigue vigente, inspirando no solamente las pelícu-las de Hollywood, sino también el discurso político, tanto el progresista (la “Nueva Frontera” de JFK) como el conservador (la belicosa retórica seudo-vaquera de George W. Bush).

El mito fronterizo en America Latina

La contraparte latinoamericana más cercana quizás se ve en Brasil, con los bandeirantes paulistas (Vianna Moog, 1964); de la misma forma, el norte de México tiene sus mitos fron-terizos que, por ejemplo, nutrieron la auto-imagen de los lí-deres sonorenses de la Revolución Mexicana como hombres audaces, innovadores, representantes de la “frontera nómada” (Aguilar, 1985), desdeñosos de sus atrasados compatriotas del sur, a quienes –después de 1915– trataron de gobernar

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rocónsules imperiales mandados a lejanas tribus salva-ight, 1986).

as dos formas de frontera –la política y la demográfi-eden coincidir o no. En la segunda mitad del siglo XIX, tera norte de México fue tanto un límite político como ntera demográfica, donde la población fue escasa y, por o, el control del centro, la producción económica y las as de la civilización también faltaron. El caso de Mon-es ilustrativo. En 1869, la ciudad contaba con apenas habitantes (el 1.3% del tamaño actual). De la misma , las fronteras internas de Brasil fueron tanto políticas nales como demográficas. En ambos casos, la lógica exigió el fomento del asentamiento y el avance de la a demográfica, como dijo el argentino Alberdi: “gober-poblar” (Shumway, 1993).

lógica fue aún más exigente; la frontera lejana y poco a conlindaba con una potencia agresiva como Estados , cuyo apetito territorial ya se había demostrado en la de los cuarenta del siglo XIX. Por lo que Juárez, Díaz ucesores revolucionarios se esforzaron para promover nización, el desarrollo y el control político de la fron-rte por medio de las colonias militares (Juárez), de los rriles, de los telégrafos (Díaz), del riego, de las obras s y de la educación (los gobiernos revolucionarios).

política de “forjar patria” tuvo éxito, aunque su triun-endió también de fuerzas económicas y demográficas ables sobre las cuales los gobiernos –incluso el gobierno erte e intervencionista de la Revolución–¬ tuvieron un l muy limitado como por ejemplo en la minería la inver-tranjera, en el comercio fronterizo, en el crecimiento ráfico y en la migración (hacia el norte) así como en nsión económica de Estados Unidos, especialmente en

y el sudoeste.

Coloso del Norte, en pleno auge económico, era una za para México, pero su expansión estimuló el creci- de la franja fronteriza, que atrajo a los migrantes mexi-–el fenómeno de la migración norteamericana hacia el decimonónico, no se repetiría– y facilitó el control del no mexicano (sin duda, tener tres sonorenses en el Pa-acional ayudó al proceso). Cabe destacar que durante la ción se planteó una secesión sonorense o de la pérdida California, pero estos hechos nunca ocurrieron, incluso parecieron pasar; las secesiones reales ocurrieron en el

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sur: Oaxaca y Yucatán. El norte estaba bien ligado al centro y al sur, por lo que el sonorense Alvarado fue enviado al otro extremo del país, para incorporar a Yucatán en la marcha pro-gresiva de la Revolución.

El crecimiento sostenido de la población y de la econo-mía fronterizas a través del siglo XX, ha provocado que, en México como en los Estados Unidos de Frederick Jackson Tur-ner, la frontera –la frontera demográfica– casi se cerró; crecie-ron nuevas ciudades, mejoraron las comunicaciones, aumentó el control del centro. Si México todavía tenía fronteras (demo-gráficas) a fines del siglo XX, estaban en el sur, por ejemplo, en la selva lacandona, donde miles de migrantes se asentaron en los años setenta, buscando tierras, oportunidades y un es-cape del control “tradicional” de los caciques chiapanecos; allá, echaron los cimientos del movimiento zapatista de los años noventa (un intrigante modelo, quizás, de la tesis de Turner), aunque todavía quedan regiones poco pobladas en el norte de México, como también permanecen en el oeste de los Estados Unidos (el estado de Wyoming tiene una población de medio millón, es decir, dos habitantes por cada kilómetro cuadrado); dichas áreas semivacías no son fronteras demográficas en el sentido clásico.

Al contrario de Turner, no creo que el cierre de la frontera mexicana sea un asunto histórico clave; aun si este autor tuvie-ra razón en el caso norteamericano (y, como he mencionado, hay muchas dudas), la frontera mexicana es otra cosa. De he-cho, ha habido muchas fronteras, cada una con sus característi-cas distintas: en Michoacán, la expansión demográfica del siglo XIX produjo comunidades católicas, conservadoras y estables, como la de San José de Gracia de Luis González, que así siguie-ron el patrón de los Altos de Jalisco (González, 1968). En la Sie-rra Madre Occidental de Chihuahua las colonias militares, como Namiquipa, fueron liberales y revolucionarias (Katz, 1998); y cien años después, la frontera lacandona incubó el movimiento zapatista–indígena, radical y nacionalista.

Estas diversas comunidades comenzaron como asenta-mientos nuevos y, por lo tanto, gozaron de cierta autonomía frente a las autoridades políticas (tanto federales como esta-tales). Sin embargo, el carácter de cada una de las comuni-dades y su manera de expresar sus quejas, fueron distintas: Namiquipa se rebeló contra Díaz, San José apoyó a los cristeros contra Calles, y los zapatistas se alzaron contra el Partido Re-volucionario Institucional (PRI) y el Tratado de Libre Comercio (TLC). No obstante, conforme la frontera demográfica se es-

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a (o, como otra cara de la moneda, el Estado cobraba a, y las autonomías locales y regionales se marchitaban),

ientos de esta índole eran cada vez más inauditos.

rante la Revolución Mexicana, las rebeliones “serranas” nomistas, fronterizas– fueron ubicuas (Knight, 1986), sin rgo no podían concretar sus quejas ni afianzar su autono- el Estado que surgió de la lucha revolucionaria siguió la

a trayectoria de Tocqueville, estableciendo una autoridad uerte y acabada que no permitía huecos en la soberanía nal (Lively,1965; Foran, 1997).

s movimientos sociales más recientes (se llaman a veces uevos movimientos sociales”) tuvieron que relacionarse l Estado –el “Leviatán en el zócalo”– gústelo o no (Fowe-y Craig, 1990), y la frontera –la frontera demográfica, a, autónoma– sobrevivió principalmente como mito en rridos y las películas.

manera contrastante, a través de los siglos XIX y XX, las ras políticas permanecieron y, con el fortalecimiento del

o –fenómeno ya mencionado– se volvieron más claras y (sólo hay que mirar el mapa). Sin embargo, en los últi-ños (digamos, desde los ochenta) un coro cada vez más ente ha cantado la declinación de los Estados-nación y, tanto, la erosión de las fronteras entre ellos. Las líneas n trazadas en los mapas, pero tienen menos realidad:

na “ilusión cartográfica” (Ohmae, 1995). Además, vivimos ueva época de globalización, en un “mundo sin fronte- borderless world, en palabras de Ohmae (1990).

verdad, entonces, que –habiendo visto el cierre de la ra demográfica– ahora experimentamos el ocaso de las ras políticas, víctimas del inexorable proceso de globa-n que debilita a los Estados-nación, borrando sus di-ias y su autonomía, específicamente, ¿está la frontera

de México en vías de desaparecer, disolviéndose en una entidad que se ha llamado Mexamérica, Amexica, La Re-a del norte? (Huntington, 2005)

mo historiador, prefiero enfocar el problema desde una ectiva del pasado, en vez de, o antes de, considerar la ncógnita del futuro. Es verdad que, a través de la historia, ción entre el Estado y los mercados ha fluctuado (Stran-96). Por ejemplo, el Estado colonial trató de mantener un control mercantilista que se desmoronó a principios del XIX.

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Durante dicho siglo, el comercio libre avanzó, sin embargo –paradójicamente– el régimen que más promovió la integra-ción de México en la economía mundial fue el régimen auto-ritario –la dictadura de “orden y progreso”– de Porfirio Díaz. Después de la Revolución –pero solamente en parte debido a la lucha revolucionaria– el balance se inclinó hacia el Estado, con el crecimiento del desarrollo hacia adentro, la interven-ción estatal y la parcial retirada de México de los mercados mundiales; esta tendencia culminó en los años ochenta con el Estado hipertrofiado, el Estado obeso, en palabras del expre-sidente Carlos Salinas.

Fronteras y globalización

En los últimos veinte años, el balance ha cambiado otra vez –en México y cuantiosas partes del mundo– con el adel-gazamiento del Estado y el auge de los mercados. Novedo-sa en ciertos aspectos, la globalización actual también repite procesos históricos. La primera gran transformación globali-zadora ocurrió a principios del siglo XIX, cuando el comercio mundial creció, creando por primera vez un mercado global unificado en el que México participó (O’Rourke y Williamson, 2002); en la segunda mitad de dicho siglo también hubo un flujo migratorio que, en términos relativos, tuvo más impacto que el actual, ya que en 1914, alrededor de 15 por ciento de la población de los Estados Unidos estaba constituida por in-migrantes, mientras que en 1998 el porcentaje era de 10 por ciento. Por consiguiente, no debemos exagerar lo novedoso de la coyuntura actual, ni descartar el uso de la historia en su análisis.

Sin embargo, como dijo Heráclito, no se puede poner el pie en el mismo río dos veces. Las cosas cambian (la prime-ra “lección de la historia”) y la historia no se repite mecánica y previsiblemente (la segunda). El gran error de numerosas interpretaciones actuales –las que prevén la erosión y hasta la desaparición de las fronteras y los Estados-nación– es que se basan en un burdo reduccionismo económico, que asume que el modelo económico determina todo lo demás; en esto, se parecen a las antiguas y dogmáticas teorías marxistas (los marxistas de hoy son menos, pero más flexibles), aunque son propaladas por economistas neoclásicos. Cabe destacar que hay contextos en que el reduccionismo económico tiene sen-tido, pero el campo del nacionalismo y del proceso de forjar (y mantener) la nación no cuadran de manera adecuada, como tampoco en el campo de la religión (otro tema de gran im-portancia contemporánea), es decir, las fases de globalización

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ntegración económica mundial no conducen necesaria- a la caída de las fronteras, como lo esperaban los gran-erales decimonónicos como Cobden y Bright .

siglo XIX vio, al mismo tiempo, y a veces en los mismos , el crecimiento del liberalismo económico y del nacio-o. En México, las dos tendencias fueron plasmadas en ra de Benito Juárez. Hoy en día, los procesos de globa-n (la segunda fase, si se quiere) tampoco han apagado

go del nacionalismo, al contrario, a veces parecen haber ado combustible a las llamas, tanto en el Medio Oriente en los Balcanes. América Latina no es un caso extremo, n Argentina, Ecuador y Bolivia también se han visto re-es nacionalistas al neoliberalismo.

éxico ha manejado sus relaciones con el hegemón conti-l, tanto prudente como pragmáticamente (ha tenido casi iglos de práctica); las iniciativas –algunos dirían los dis-s– del expresidente Luis Echeverría fueron insólitos o, ecirlo de otra manera, hay poco chavismo en la tradición o-diplomática mexicana; en esto, la tradición oficial re-a opinión pública (lo que no lo hace en otros renglones política).

obstante cierta tradición anti-americana, los mexica-or lo general han tenido una actitud pragmática hacia los os Unidos, la supuesta xenofobia de la Revolución Mexi-a sido bastante exagerada (los brotes xenofóbicos más os se enfocaron en los chinos y los gachupines, no en

ingos) (Knight, 1987).

lo largo del siglo XX, los mexicanos se dieron cuenta beneficios del comercio, de la inversión y del mercado bajo de los Estados Unidos, asimismo admiraron ciertos tos (no todos) de la cultura gringa. Además, como di-ción es muy heterogénea, sus admiradores y detractores muchas opciones: los mexicanos izquierdistas y dere-s, católicos y protestantes, podían igualmente escoger diar a su antojo; al mismo tiempo, los mexicanos –otra

zquierdistas o derechistas, élites o subalternos– estaban ientes de la amenaza norteamericana, ya sea la interven-rmada del pasado o la penetración económica y cultural esente.

obstante el gran crecimiento del comercio, de la in-n y de la migración, hay poca evidencia que muestre a exicanos anhelando que su país se vuelva el estado cin-

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cuenta y uno de los Estados Unidos, incluso los fronterizos, los cuales valoran su acceso a las oportunidades norteameri-canas, “no necesariamente quieren vivir en los Estados Unidos o volverse chicanos” (Vila, 2000). En esto, se parecen a sus socios en el TLC, los canadienses, cuya nacionalidad no ha sido anulada por la estrecha integración económica entre Canadá y Estados Unidos; el propio TLC, aunque afianza esta integra-ción, también sirve como mecanismo para manejar la relación (ineluctable) y contrarrestar el unilateralismo norteamericano (Weintraub, 1990).

En la coyuntura actual de globalización, el TLC es tanto una defensa como una rendición de la soberanía nacional; el mismo argumento se escucha, mutatis mutandis, en la Unión Europea, de hecho, la preocupación por la frontera, el temor de “perder control”, de dañar la soberanía nacional y hasta sacrificar la “identidad nacional”, se ven más al norte, en Estados Unidos, donde la pesadilla del Mexamérica le quita el sueño al profesor Huntington y otros molestados por la migración (especialmen-te la migración ilegal) y la hispanización de la sociedad norte-americana, todo esto aunado al narcotráfico y al terrorismo.

Cabe destacar que dicha preocupación no es nueva ya que, como señalé, Estados Unidos tenía en 1914 una población in-migrante mayor (en términos relativos) a la de hoy, aunque es necesario indicar que el porcentaje era la mitad del que tenía Australia (15% contra 30%). Así, la inmigración provocó temo-res –muy exagerados, como ahora vemos– que el historiador Richard Hofstadter calificó como parte del “estilo paranoico” de la política norteamericana (Hofstadter, 1965).

Cabe destacar que dicha preocupación no es nueva ya que, como señalé, Estados Unidos tenía en 1914 una población in-migrante mayor (en términos relativos) a la de hoy, aunque es necesario indicar que el porcentaje era la mitad del que tenía Australia (15% contra 30%). Así, la inmigración provocó temo-res –muy exagerados, como ahora vemos– que el historiador Richard Hofstadter calificó como parte del “estilo paranoico” de la política norteamericana (Íbidem).

Por verdaderos o paranoicos que sean estos temores, sus consecuencias incluyen los debates recientes en el Congreso estadounidense, la militarización de la frontera y hasta la cons-trucción de un muro de seguridad; tengo mis dudas acerca del éxito de estas medidas, pero claramente demuestran que Esta-dos Unidos –tanto el gobierno como los ciudadanos– no prevé la disolución de la frontera, y los que pronostican la creación

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región Mexamérica, a horcajadas de una frontera fantas-on profetas falsos, al menos por ahora.

frontera todavía tiene una gran realidad: demarca, por un dos Estados-nación cuyos pueblos no buscan una fusión nacional y, por otro lado, dos sistemas diferentes de ley olítica, dos mercados de trabajo distintos, y dos culturas ejor dicho, toda un gama de culturas– diversas. A veces, os latinoamericanos –los brasileños en particular– hablan si los mexicanos hubieran vuelto la espalda al resto del ente para convertirse en ciudadanos del TLCLandia, pero pinión me parece errónea y basada en un reduccionismo mico, según el cual la infraestructura determina el resto

superestructura (política, social, cultural). El Zollverein n –la asociación de libre comercio formada en 1860– pre- y quizás ayudó la formación del Estado-nación alemán gundo imperio (Reich), sin embargo sus habitantes eran nes –cultural, histórica y lingüísticamente– mucho antes e se volvieran socios económicos en el Zollverein (ésta, s, es una conclusión positiva).

r desgracia, hay también una dimensión más negativa del o: la noción de fronteras disolventes que escapan del con- los Estados sí reflejan cierta realidad. En la medida en que

ercados crecen a costa de los poderes estatales, el Esta-erde –potencialmente– fuentes de legitimidad; claro está, tado adelgazado puede ser altamente legítimo, un Estado , ilegítimo, pero si el adelgazamiento quita al Estado sus idades legitimizadoras y si, por añadidura, el Estado adel-o falla en sus responsabilidades básicas –la protección de udadanos, el mantenimiento de un Estado de derecho– en-s la legitimidad del Estado puede menguarse; en este es-io, el crecimiento del narcotráfico y del crimen organizado, a tenido tan fuerte impacto en la frontera, ofrece la mayor a de esta abdicación por parte del Estado.

problema no es el monopolio mexicano, pero –debido a icación geográfica e historia reciente– el fenómeno se ve ucha claridad en este país. Si la frontera demográfica se

rrado, no creo que presenciemos una desaparición com-le de las fronteras políticas en general, ni de la frontera de México en particular. Lo que sí observamos, quizás, debilitamiento del Estado, producto de dos fenómenos onados: por un lado, el auge reciente del mercado (otra ación en una largísima historia mundial), por otro, el iento del narcotráfico y del crimen organizado, ambos enos nutridos por la globalización que vivimos hoy.

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Cartografiar el cambio

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Artículos

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El crecimiento económico de China desde finales de 1970 desafía fuertemente la Teoría económica lo que ocasiona que se recurra a las expli-caciones culturales tan frecuentement. La primera dificultad en dichos enfoques es la operabilidad del concepto de la cultura china. La cultura es usualmente analizada a nivel local más que a nivel nacional. Se ha demostrado que la cultura local es importante para la política y la emergencia del nacionalismo chino moderno. La relación entre la cultura local y el desarrollo económico es más compleja. La cultura local provee ideología y casi siempre organización, que apoya el espíritu emprendedor y el desarrollo de una actividad económica local especializada. A través de estudios en tres provincias chinas -Shanxi, Qinghai y Hainan- se busca demostrar que la cultura local no es solamente un factor significativo de producción sino también que ayuda a explicar la trayectoria y la organización de los negocios locales.

Palabras clave: Cultura local china, nivel local, crecimiento y desarrollo económico, nacionalismo chino

Narratives of change: Culture and local economic development China’s economic growth since the late 1970s challenges economic theory so strongly that cultural explanations are often sought. A prime difficulty in such approaches is the operationalisation of the concept of Chinese culture. Culture is more readily and usefully analysed at the local rather than the national level. Local culture has been demonstrated to be important to politics and the emergence of modern Chinese nationalism. The relationship between local culture and economic development is more complex. Local culture provides ideology and often organisation that supports entrepreneurship and the development of specifically local economic activity. Through local studies in three Chinese provinces – Shanxi, Qinghai and Hainan – it is argued that local culture is not only a significant factor of production but also helps explain the trajectory and organisa-tion of local business

Key words: Chinese local culture, local level, economic growth and development, Chinese nationalism

Fecha de recepción: 20/06/06 Fecha de aceptación: 5/09/06

Narrativas del cambio: Cultura y desarrollo económico regionalDavid S. G. Goodman*

A excepción de la República Popular China [RPC] y de sus diversos discursos sobre nacionalismo, la cultura no se consi-dera como un mecanismo explicativo para justificar la reforma económica en este país. En la medida en que las explicaciones culturales se buscan y encuentran en la bibliografía académi-ca, este campo de estudio queda relegado mayormente para los estudios empresariales, en particular la administración de empresas. Quienes dan recomendaciones sobre cómo hacer negocios en China a menudo se refieren, aunque de distintas maneras, a los misterios de la cultura china (Clissold, 2006). En particular se le concede demasiada importancia a la prác-tica de confiar en ‘las interrelaciones especiales’ (guanxi).

Ddel dlos únómese inChinlos o1982no esprenC Chenfoq

e hecho, la investigación sobre ‘cultura’ en el contexto esarrollo espectacular de la economía de la RPC durante ltimos treinta años pareciera haberse enfocado en el fe-no de guanxi, excluyendo todo lo demás. Este vocablo

corporó a la bibliografía de las ciencias sociales sobre la a contemporánea a finales de los setenta y principios de chenta, en un principio se usaba referido a la política (Pye, ; Jacobs, 1980). Ahora se dice que el guanxi es un térmi-pecífico de la cultura china, sin el cual no se pueden em-

der negocios con éxito en este país (Wingfield, 2005; Chao en, 2004; Gold, Gutherie, Sank, 2001; Luo, 2000)1. Este ue es problemático no simplemente porque sobreesen-

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ISSN: 1870-3569

* Profesor de la Universidad Tecnológica de Sydney, fundador del Instituto de Estudios Internacionales de la misma universidad. Correo electrónico [email protected]

1 1 Por ejemplo: Rupert Wingfield Hayes ‘China’s Modern Power House’ 1 October 2005 http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/from_our_own_corre-spondent/4298284.stm; Chen Xiao-ping and Chao C Chen ‘On the Intricacies of the Chinese Guanxi: A Process Model of Guanxi Development’ in Asia Pacific Journal of Management vol. 21, 2004; Thomas Gold, Douglas Guthrie, David Wank (ed) Social Networks in China: Institutions, Culture, and the Changing Nature of Guanxi Cambridge University Press 2001; Yadong Luo Guanxi and Business World Scientific Publishing Company, 2000; Wong and Leung Guanxi: Relationship Marketing in A Chinese Context Haworth Press, 2001. Yadong Luo señala que el “Guanxi (la relación interpersonal) es una de las dinámicas prin-

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tícul

os

cializa la sociedad y cultura chinas, sino también porque no permite que se tomen en consideración otras interpretaciones más significativas del papel de la cultura para explicar tanto el desarrollo económico en general como el desarrollo de los negocios en la RPC en particular.

Este estudio no es el espacio adecuado para hacer una crí-tica a gran escala contra las formulaciones anteriores de Pyes sobre el guanxi, ni siquiera sobre los desarrollos posteriores en la bibliografía sobre el tema. Evidentemente se da el caso de que la gente de negocio de China hace y habla acerca de la necesidad de ‘la guanxi’ (‘atraer’ o ‘confiar en interrelaciones especiales’) y ‘zou houmen’ (‘ir por la puerta trasera’) para lograr los objetivos. En tanto que exista un vocabulario para estas prácticas, entonces habrá posibilidad de argumentar que la cultura se expresa a sí misma de maneras particulares. Sin embargo, sostener que por este motivo el guanxi y las prácti-cas relacionadas con éste son exclusivas de China puede estar ocasionando un serio perjuicio a las ciencias sociales en su sentido más amplio. Muchas sociedades tienen vocabularios específicos para prácticas similares – sólo pensemos en ‘pro-tectsia’ en Israel e ‘influenza’ en Italia, sin dejar de mencionar las redes ‘masónicas’ en el Reino Unido. Y la mayoría de las sociedades han desarrollado prácticas similares para dirigir las interacciones en uno u otro momento cuando existe una au-sencia de leyes y regulaciones, cuando el estado de derecho es débil o se ha desmoronado o cuando se establecen nuevos regímenes. Tal como lo señalara Charles Tilly en ‘Welcome to the 17th Century!’ al contemplar el surgimiento de las deno-minadas nuevas formas de espíritu empresarial ( Tilly, 2001).

Existen básicamente tres dificultades en la búsqueda de las explicaciones culturales para el cambio en China: el concep-to de cultura puede ser muy amplio y generalmente un tanto impreciso; la escala de China crea dificultades en la unidad de análisis; y hasta cierto punto la presunción de la continuidad histórica puede debilitarse. La definición de ‘cultura’ es inevi-tablemente cuestionable. En la práctica el término se aplica a una amplia gama de conceptos que incluyen no sólo la arti-culación, representación y manifestación de la particularidad social, sino también a los valores, actitudes y constructor de una sociedad específica y hasta la totalidad de dicha socie-dad en particular. Se puede aplicar también a los atributos de una sociedad específica y hasta a una parte de dicha sociedad. En China, por ejemplo, antes de la era moderna el término (wenhua, cultura) se refería no simplemente a una educación

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Laderaciuna graislarsque vieurophablanes un prácticcionesmismodo (Gomenudcostummuertvinciay cincocada u

o nivel), sino que también más específicamente a la ca-d de leer y escribir los caracteres chinos. Aquellos que cultura, que eran educados de esta manera formaban de la civilización; quienes no, eran considerados ‘bárba-or supuesto que cuestionar este rango de definiciones de mucha utilidad. El peligro de abordar la idea desde norama tan amplio radica en que si todo es ‘cultura’, ces en efecto nada lo es, porque el concepto pierde valor lisis y de funcionabilidad.

mismo tiempo, la ‘cultura’ no puede dejar de ser hasta punto imprecisa. Si bien siempre existe la tentación de erar la cultura ya sea como un recurso, finito y tangible, o un ingrediente secreto que transforma los anteceden-ciales e históricos en acción (quizás mediante alguna ación del tipo de la caja negra), dichos puntos de vista ertamente engañosos. Además, la cultura no es un rasgo ico ni genético propio de algunos grupos o individuos. tura es un concepto de índole social, en ocasiones codi- (en momentos históricos específicos, tales como el sur-to de nuevos regímenes), pero la mayoría de las veces

tema de discusión sujeto a constante negociación. La a es siempre dinámica y cambiante y de hecho es impor-omprender quién está intentando atrapar (y decodificar)

ura y con qué fines, a manera de identificar cualesquiera uraciones específicas (aunque éstas puedan ser en sí in-ntes por sus propios méritos).

escala siempre es importante cuando se hacen consi-ones acerca de China: 1300 millones de personas en an masa de territorio no pueden fácilmente compararse, e o equipararse en ningún sentido con los 60 millones ven en una pequeña isla cerca de la costa del continente eo y ni siquiera con los 80 millones de individuos que alemán en esta economía europea dominante. La China sistema continental que comprende un gran número de as sociales y culturales. Sus treinta y cuatro jurisdic- de nivel provincial son, en la mayoría de los casos, del tamaño estándar que las de los demás países del mun-odman, 1997). Incluso en una sola provincia existen a o una amplia variedad de lenguas maternas, así como bres relacionadas con los nacimientos, matrimonios y

e, sin dejar de mencionar las culinarias. Sólo en la pro- de Guangdong existen 6 grupos principales de idiomas; en la provincia de Shanxi del norte de China donde casi no de los cien cantones de la provincia tienen variantes

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cipales de la sociedad china. Éste ha sido un elemento extendido en el mundo de los negocios en China durante estos últimos siglos. Conecta literalmente a millones de firmas chinas a una red social y comercial. Además se le reconoce ampliamente como un determinante clave del rendimiento comercial, porque la esencia vital de la macroeconomía y la microempresa en la sociedad es la red del guanxi. Todas las empresas en esta sociedad, incluidas las firmas regio-nales, así como los inversores extranjeros y comerciantes, deben inevitablemente encarar la dinámica del guanxi. Ninguna empresa puede seguir adelante a menos que tenga un guanxi extenso en este escenario. El guanxi se ha atrincherado más que nunca en el nuevo, acelerado ambiente comercial de China, ejerciendo una fuerte influencia en el comportamiento social y la práctica comercial de los chinos”. 4 Charles Tilly ‘Welcome to the Seventeenth Century’ in Paul DiMaggio (ed) The Twenty-First-Century Firm: Changing Economic Organization in International Perspective Princeton University Press, 2001, p.200.

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idiomáticas bien registradas. Pueden existir elementos ho-mogenizadores en la sociedad y la cultura que acompañan al crecimiento y desarrollo económico y que surgen como conse-cuencia de éstos, pero en lo económico todavía existe un nivel bajo de integración (Kennet-Keng, 2001:587; Kennet-Keng, 2006:183; Goodman, 2002:837)

Obviamente, con esto no se trata de discutir que no exista algo semejante a la cultura china, sino más bien que es un concepto con una utilidad más limitada de lo que pareciera ser el caso. Existen similitudes e interpretaciones generales en términos del estado y del arte de gobernar y por extensión a través del sistema educativo hasta la alta cultura, especial-mente la escritura y la pintura. Por otro lado, otras interaccio-nes sociales, estructuras eminentemente familiares, culturas materiales, alimentación y bebidas y prácticas comerciales se encuentran significativamente más regionalizadas, como re-sultado tanto de prácticas endógenas como de las influencias externas.

Todos los distintos discursos sobre el nacionalismo en la China moderna dan mucha importancia a la ecuación entre la RPC y la China histórica. Se dice que la RPC actual es la here-dera de la cultura china del sistema imperial de este país (Go-odman, Segal, 1994). Gran importancia recibe la tradición con-fuciana, la cual en gran medida se considera como la definición de la esencia china. Aparte de esto, mientras el nacionalismo moderno chino intenta establecer una distinción étnica entre la etnia han y los otros habitantes de la RPC, al mismo tiempo también trata de reconocer a todos los habitantes de la RPC como chinos en el sentido de ciudadanos de China, de quienes se dice han estado sujetos históricamente a la tradición confu-ciana. El problema es que esas nociones diferentes (y algunas veces conflictivas) de la esencia china son ideas modernistas que se formaron inicialmente de interpretaciones europeas que el sistema imperial y la tradición confuciana no compar-tían ( Dikotter, 1997; Shin Chih-yu, 2002; Yingjie, 2003). Ade-más, todas estas ideas tienen todavía menos de cien años de antigüedad (aproximadamente). Antes de 1900, aquellos que vivían en el área que hoy conocemos como China se referían a ésta por el nombre de la dinastía gobernante en vez de alguna forma del ‘Reino Medio’2 y a ellos mismos como súbditos del gobernante de la dinastía. La forma tangible de un descriptor étnico no se adoptó sino hasta que apareciera el neologismo del siglo XX (Hanren o Han) que hacía una referencia anterior

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rada a la Dinastía Han (206 AC a 221 DC) reconocida e mucho tiempo como la ‘Edad de Oro’.

antídoto contra la esencialización de la cultura china es r la explicación desde un nivel más regional. El recono-to de que existen informes regionales de cambio social ómico que ayudan a motivar el comportamiento y legi-ormas de actividades específicas, proporciona un marco nvincente para entender el papel de la cultura, tanto en

lución del ambiente económico como en el desarrollo cial. En otras partes se ha presentado el argumento de énfasis en la cultura y la identidad regional estimula la pación comercial y que al apuntar hacia ejemplos histó-specíficos, se brinda la reafirmación, en general para dar sos hacia la comercialización en la economía de transi-e China (Goodman, 2004:139).

evidencia obtenida en un estudio a las empresas de s y aldeas [EPA] y sus empresarios en Taiyuan, capital cial de Shanxi; a los emprendedores del pueblo islámico ar en Xunhua (provincia de Qinghai); a mujeres empren-s en Qiongshan, Hainan 3, sugiere que a nivel regional do y los intereses económicos han utilizado formas sim-s y representativas de cultura para intereses y objetivos lares, incluidos los intentos de crear una ventaja com-

a regional para industrias y grupos sociales particula- este proceso la práctica cultural regional se utiliza para tar el desarrollo comercial, incluidas las estructuras de iedad, gerencia y operación, así como en cierta medida

os de actividades económicas que se desarrollan. A cada idad se le proporciona entonces su propia narrativa de

o que sitúa a cada individuo en el lugar donde encaja de la comunidad y dónde la comunidad encaja en el más amplio. Con esto no se trata de discutir si las em- y los emprendimientos no deben ser vistos en términos es de interrelaciones especiales, porque evidentemente portantes para toda operación. Más bien se trata de su- que los aspectos culturalmente distintivos del desarro-nómico están más arraigados en el pasado, son de más lazo y, sin duda, más regionales.

presas EPA en Taiyuan

iyuan es la capital metropolitana de la provincia de i, un centro industrial pesado en el norte de China desde

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2 Es más, este calificativo es una invención del siglo XX, así como una gran confusión. El carácter para ‘medio’ (zhong) en la versión del carácter chino de ‘China’ (zhongguo – Reino Medio) también significa ‘central’ y la adopción del término realmente se refiere a la ubicación de la autoridad central dentro del sistema imperial en las ‘Planicies Centrales’, un sitio más bien mítico y político que una ubicación física.

3 La investigación se realizó en Taiyuan, 1998-1999; Xunhua, 2001-2003; y en Qiongshan, Hainan durante 2004-2005, como parte de varios proyectos que recibieron el generoso apoyo económico del Consejo de Investigación de Australia. En cada uno de los sitios la investigación no se hubiera podido realizar sin la cooperación y el apoyo de muchas personas de las regiones. La investigación sobre Hainan se llevó a cabo conjuntamente con Chen Minglu. Las personas mencionadas, así como los entrevistados en relación con este proyecto no asumen ninguna responsabilidad por los puntos de vista o comentarios expresados en el presente trabajo.

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1920, así como una zona del interior rica en recursos y cen-trada en la industria del carbón. Para fines de 1988, la ciudad tenía una población de 2,96 millones de habitantes del total provincial de 31,72 millones de habitantes. En ese momento, su PIB per capita era de 10.971 yuanes, más del doble del pro-medio provincial de 5.072 yuanes (Tayuan data, 1999:700)4. El papel que juega Shanxi en la economía política de China está determinado no sólo por su dominio sobre las industrias del carbón, coque, aluminio y aceros especializados, sino también por las raíces sociales profundas del Partido Comunista Chino en esta provincia como consecuencia de su traslado a esta zona durante la Guerra Sino-Japonesa durante 1937-1945, cuando en la provincia se asentaron los tres frentes de batalla princi-pales de (Gillin, 1967; Breslin, 1989; Goodman, 2000). Durante el período de dominio político de Mao en China muchos de los modelos de experimento socio-económico se encontraban en Shanxi, incluso el más notable, la Brigada de Producción de Dazhai. Deng Xiaoping había estado residenciado en el su-roeste de la provincia durante el período 1938-1945 y muchos de sus aliados en el desarrollo del programa para la reforma de la RPC a partir de finales de la década del setenta eran de Shanxi. Taiyuan es donde se encuentran esas influencias polí-ticas y sociales y se expresan en toda su magnitud.

Especialmente debido a su ubicación en el interior del país, Shanxi se tardó más en acogerse a la agenda de ‘la reforma y apertura’ adoptada nacionalmente por el Partido Comunista Chino [PCC] a finales de 1978. Sin embargo, en 1992 Shanxi adoptó seriamente la reestructuración económica y social con un efecto dramático: después de 1995, la tasa anual de cre-cimiento del PIB de Shanxi aumentó consistentemente sobre-pasando el promedio nacional (China Statical Yearbook, 1999: 57-67). La nueva estrategia del ‘salto adelante’ se diseñó no simplemente para alcanzar el crecimiento, sino también para transformar la estructura y prácticas de la economía provin-cial. Se enfocó en el desarrollo de la infraestructura para la industria y las comunicaciones, en particular con el objetivo de convertirse en un proveedor principal de energía –carbón, coque y electricidad– del resto del país. Mientras que antes la provincia había exportado su materia prima a otro lugar (pese a las vías de comunicación inadecuadas), ahora el procesa-miento tendría que hacerse localmente.

Una parte crucial de la nueva estrategia fue una estrategia de desarrollo cultural provincial que resaltaba tanto la impor-tancia de las identidades locales dentro de Shanxi, así como

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pel central de la provincia en la conformación de la cul-de China como un todo. Se le dio mucha importancia a icación de Shanxi como centro (y en algunas ocasiones generadora) de la cultura y tradición chinas, así como al l que desempeñó en el nacimiento del régimen del PCC a s de la resistencia contra Japón (Goodman, 1999: 211). mente, el enfoque en la identidad regional y la autoayuda do haber sido más fuerte. En 1993, el líder de la provin-

e Shanxi, Hu Fuguo, en su discurso dirigido al Congreso ncial Popular rompió dramáticamente con la tradición del rso político establecida desde mediados de 1950 al poner is en la perspectiva regional:

Nací en Shanxi, crecí en Shanxi, viví y trabajé en Shanxi durante

44 años. Shanxi es mi hogar, y el pueblo de Shanxi me crió

como a un hijo de campesinos. Así como reza el dicho: “Es

muy difícil cambiar las influencias del hogar y los sentimientos

del hogar son muy difíciles de olvidar.” Nunca he podido olvi-

dar el afecto de mi pueblo natal. Mi propio destino y el destino

de mi hogar están íntimamente conectados5.

iempo después, mostró mayor dinamismo en su discurso el 7° Congreso Provincial del PCC en enero de 1996:

Ha transcurrido ya casi medio siglo desde la liberación. ¿Qué

razón podría justificar ver a nuestro pueblo viviendo una vida

de tanta pobreza? Shanxi es rica en recursos naturales y nues-

tro pueblo es noble y trabajador. ¿Cómo podemos permitir que

siga viviendo en la pobreza? El pueblo de Shanxi contribuyó

enormemente con la nación durante la guerra revolucionaria

y la subsiguiente construcción socialista. ¿Cómo podemos re-

compensarlo con tal pobreza? ¿Cómo podemos permitir que

nuestro pueblo entre al siglo XXI encadenado por la pobreza?

(fuguo, 1910:10).

stas afirmaciones y la conformación de una estrategia para sarrollo de una cultura provincial le dieron legitimidad al io acelerado de la estructura económica de la provincia, ado abrumadora y positivamente tanto en las actitudes en las acciones de los empresarios de EPA entrevistados iyuan6.

s evidente que el carbón domina la economía como lo cho desde principios del siglo XX –alrededor del 20 por

o de la economía provincial se originó de su extracción cesamiento a finales de los años noventa y otro 20-25

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4 La moneda de la República Popular China [RPC] es el yuan (dollar): Aproximadamente 8 yuan = 1 US$.

5 ‘Renminde shengchang yao dui renmin fuze’ (‘El gobernante del pueblo debe responsabilizarse por su pueblo’) in Hu Fuguo Jiang zhenhua, ban shishi, zuo biaoshuai: zaichuang Sanjin huihuang (Decir siempre, la verdad, hacer realidad las aspiraciones del pueblo y dar el ejemplo: Reconstructing Shanxi’s Glory) Beijing, Zhonggong zhongyang dangxiao chubanshe, 1996.

6 Se realizaron 143 entrevistas a 33 empresarios rurales; 35 empresarios privados; 10 gerentes de empresas conjuntas; 23 gerentes de empresas privadas y 42 propietarios-operadores.

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por ciento de la industria relacionada con el carbón7. La nueva estrategia de desarrollo se enfocó en aceros especializados y aluminio, energía y materiales derivados del carbón. En parti-cular condujo al desarrollo de una industria de procesamiento y bienes de consumo, especialmente en actividades derivadas del carbón y complementarias de la industria del carbón basada en la empresa de pueblo y aldea. A finales de los años noventa este sector reportaba el 33 por ciento del PIB provincial, después de haber empezado de cero (The Shanxi construction bank, 1996:9). De acuerdo con estadísticas del Estado, un rasgo del cambio ha sido la expansión del sector privado de la economía muy por encima del promedio, la cual en la provincia ocupó el segundo lugar sólo después de la provincia de Zhejiang en su cuota de PIB (Statistical Year Book, 1997)8. De hecho, en el pro-pio Shanxi existía la sospecha de que la cifra real del tamaño del sector privado era considerablemente mayor, con muchos empresarios privados camuflados por razones políticas como parte de la economía del gobierno regional (Lijun, 1998). El desarrollo económico regional con un enfoque en la industria pesada, en particular centrado en el carbón y sus productos derivados (incluidos químicos y plásticos) es ape-nas notorio debido a la base de los recursos de Shanxi. Más sorprendente sea tal vez la magnitud que ha tomado el cam-bio dentro de un marco de conservadurismo político intrín-seco.Taiyuan ha sido una jurisdicción urbana dominada por el partido-estado desde antes de 1949 y así ha permanecido hasta ahora. A diferencia del cambio económico en Zhejiang o Jiangsu, donde algunas veces fue una ventaja ser visto como ajeno a las instituciones del partido-Estado (Goodman, 2006), en Taiyuan la participación en los altos niveles del partido era un requisito para los empresarios. Los empresarios EPA te-nían que, ya sea empezar con un pasado sólido en el partido-Estado o si antes habían estado en la periferia -y fueron im-pulsados por los llamados de la ‘estrategia del salto adelante’- tenían que estar preparados para asumir regionalmente una función (a menudo de liderazgo) en el estado-partido.

Para el año de 1998 se estimaba que habían alrededor de 51.813 empresas en Taiyuan, cuya área metropolitana incluye un amplio campo rural, 21.810 eran empresas de servicios y 5.306 eran empresas del sector estatal (China Statistical Year-book, 1998; Shanxi Statistical Yearbook, 1998; China Statistical Yearbook, 1999). La élite del poder regional de Taiyuan, ante-rior a la reforma que se originó gracias a la industria pesada así como a las tradiciones comunistas anteriores ciertamente

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o la mayor fuente del surgimiento de ‘nuevos ricos’ en la . Al mismo tiempo, a los que antes eran menos privilegia-

olíticamente también se les posibilitó la movilidad social. bargo, no se trata de dos grupos económica o socialmen-rentes: el cambio económico y social ha estado impulsado a serie de alianzas estratégicas –entre el capital y el cono-to, entre el poder regional de la élite y los políticamente

dos de antes, y entre el sector público y privado.

s empresarios de Taiyuan a finales de los noventa prove-e un conjunto pasmante de diferentes tipos de empresa esignación oficial casi siempre ocultaba su condición de tarios o gerentes. No todos los gerentes son gerentes,

ularmente en el sector colectivo del gobierno regional algunos son propietarios; y la mezcla de la propiedad s frecuente que lo que implica la categorización oficial economía dentro del estado de los sectores de la pro- colectiva, privada y con capital extranjero. De hecho, la dad y la gerencia son quizás significadores menos im-tes de la actividad que la empresa, en especial si en esta se requieren incluso ahora los gerentes de empresa del estatal. Formalmente, el sector estatal es la parte pla-a de la economía; el sector colectivo es la parte no pla-a de la economía del Estado, con empresas propiedad

trabajadores de la empresa (principalmente en las áreas as) o de una región (principalmente en las áreas rurales); ctor privado corresponde a los propietarios-operadores. bargo, con la reforma estas distinciones en la práctica da vez menos significativas para explicar las estructuras , 1992:237; Goodman, 1995)9.

cambio ha permitido identificar cinco categorías de em- EPA, diferenciadas por el contexto organizativo, la ma-

ente de recursos de inversión y por la escala de actividad: sas rurales, empresas privadas, gerentes de empresas tas, gerentes de empresas privadas y propietarios-ope-s. En el cuadro 1 se presenta información sobre la es-

tamaño de los diferentes tipos de empresas (según las ciones de volumen promedio de activos fijos y ganancias , las cuales fueron identificadas en entrevistas con em-ios de EPA. También se presenta una comparación con tor estatal regional, la cual indica claramente la escala r de operaciones de las EPA.

s empresas rurales incluyen a las compañías colectivas y ciedades por acciones establecidas por pueblos, aldeas

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7 Entrevista con Ma Jiajun, Diputado Director de la Comisión Provincial de Economía y Comercio de Shanxi, Taiyuan, 12 de julio de 1996.

8 Se encuentra un estudio útil sobre el desarrollo industrial de Shanxi a comienzos de los años noventa.

9 Victor Nee ‘Organisational Dynamics of Market Transition: Hybrid Forms, Property Rights, and Mixed Economy in China’ in Administrative Science Quarterly vol.37 no.1, 1992, p.237; and David S. G. Goodman ‘Collectives and Connectives, Capitalism and Corporatism: Structural Change in China’ in The Journal of Communist Studies and Transition Politics vol.11 No.1, March 1995.

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y distritos en las regiones urbanas y suburbanas de Taiyuan. Aunque las tiendas y restaurantes originalmente eran de muy pequeña escala y ubicados en las aldeas, en muchos casos sur-gidos de los antiguos talleres de maquinaria agrícola, muchos de estos negocios aprovecharon la ventaja de la regulación económica preferencial del sector rural para desarrollar gran-des establecimientos industriales, especialmente de minería y actividades relacionadas. El crecimiento de las empresas rura-les fue particularmente espectacular en las áreas suburbanas donde las aldeas se podían beneficiar de su condición rural así como acceder a otros mercados y materiales técnicos. En Taiyuan, por ejemplo, una antigua aldea suburbana abandonó la agricultura, vendió sus tierras a la municipalidad e invirtió los ingresos en la construcción de la tienda por departamentos más grande de la ciudad, que ahora es administrada por esta aldea. Lo más probable es que los empresarios rurales fueran residentes locales, y generalmente antiguos oficiales locales que movilizaron la región con la idea particular que llevó al desarrollo de la empresa. Muchos habían sido jefes de la al-dea, de nombre o de facto y cuando no eran miembros del PCC eran oficiales de división.

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Cuadro 1Promedio de activos fijos y ganancias

después de impuesto para las diferentes categorías de empresa por sector.

(millones de yuanes por año, Taiyuan, 1999)

Activos fijos Ganancias netas

Empresas rurales 26.54 4.10

Empresas privadas 42.31 7.52

Empresas conjuntas de capital extranjero

52.23 3.22

Empresas 6.77 0.317

Empresas del sector estatal 1,583.91 22.29

Técnicamente hablando, la designación de empresa con-junta con capital extranjero se puede aplicar a cualquier otro tipo de empresa que atrae inversión del exterior de la RPC, incluido Hong Kong. Existen cerca de cien empresas como és-tas en Taiyuan, financiadas con mitad de capital de Taiwán o a través de Hong Kong. La mayoría son versiones de empresas del sector privado o estatal de mayor tamaño, aunque exis-ten también algunas compañías colectivas rurales y propiedad de unidades sociales que se han transformado ellas mismas en empresas conjuntas. Anecdóticamente, los gerentes de las

resas conjuntas en Taiyuan suelen ser vistos como bas-e ostentosos. Sin duda, provienen asombrosamente de nos’ ambientes políticos y sus padres han trabajado en altos niveles del partido-Estado; en muchos casos han oficiales del estado, tienen un alto nivel educativo y ge-lmente son miembros del PCC.

a designación de ‘empresa privada’ aplica para aquellas resas que han sido designadas como empresas colecti-mediante la cooperación con el gobierno regional o que an convertido en empresas por acciones, pero en las que

presario individual original continúa en la alta gerencia. almente, durante la década de los ochenta, la empresa ada fue sancionada por el PCC como actividades econó-s a pequeña escala tales como minoristas y prestación de icios, las cuales se realizaban más eficientemente de esta era según las necesidades del mercado. No existía la me-intención de permitir el desarrollo y de hecho, cuando los resarios de empresas privadas a menor escala empezaban umular riqueza y querían reinvertir en nuevas áreas, y es-almente querían convertirse en industriales a menor esca-ncontraban que no tenían acceso a los créditos bancarios a mano de obra, maquinaria y terrenos adicionales que re-rían (Young, 1989). En consecuencia, los empresarios pri-s que querían expandirse o desarrollarse en nuevas áreas

blecían cooperaciones con el gobierno, aldeas o pueblos onales para formar nuevas compañías. Por el contrario, o se indica en el cuadro 1 las empresas de propietarios-radores, permanecen en una escala bastante baja.

os propietarios-operadores son aquellos que son los ietarios y operan toda la infraestructura económica de la resa del sector privado, o aquellos que operan negocios ados en el sector de la propiedad del capital de las aldeas, gobierno regional, de los sectores estatales o colectivos de la operación de la empresa se contrata externamen-n otras partes de China, los propietarios-operadores con uencia se caracterizan como personas jóvenes, con poca cación, y aquellos que en el pasado habían sido política y ómicamente excluidos10. Ciertamente este fue el caso en uan durante los años ochenta. Sin embargo en los años nta, aunque muchos de los propietarios-operadores inuaron siendo los jóvenes, la empresa privada también ezó a atraer a un número considerable de graduados uni-itarios cuyos padres provenían más bien del orden esta-ido –como oficiales del estado o miembros del PCC– que a periferia socioeconómica.

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10 Ver Lynn T.White III Unstately Power Vol.1: Local Causes of China’s Economic Reforms M.E.Sharpe, New York, 1998, especialmente, p.127; y Susan Young ‘Wealth but not Security: Attitudes Towards Private Business in China in the 1980s’ in the Australian Journal of Chinese Affairs no.25, 1991.

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La última categoría de los nuevos empresarios eran los gerentes de las grandes empresas privadas. Existen empre-sas privadas de tan gran escala que son del mismo tamaño de las empresas de gran escala del sector del estado. La Antai International Enterprise Group Company, es una de estas em-presas, dirigida por Li Anmin, ubicada en Jiexiu y que controla todo en esta región. Fundada originalmente en la década de los ochenta, esta empresa se creó para la producción del coque y en el presente se ha expandido hacia una gama de productos derivados de la industria del carbón, la confección y textiles; la empresa es propietaria de sus propios trenes. También cons-truyó su sede en Taiyuan con un rascacielos enorme que es el segundo edificio más grande después del Banco Popular de China. Así como sucede con los gerentes de firmas de asocia-ción conjunta, los gerentes de empresas privadas probable-mente sean personas bien educadas, que han trabajado en el partido-estado o sean miembros del PCC. Tal y como se desprende de estas acotaciones, el PCC ha mantenido su papel central en los procesos de cambio social y económico en Taiyuan. Sin embargo para mantenerse acorde con las nuevas prioridades nacionales, los procesos y técnicas de movilización para garantizar que el centralismo fuera más bien incluyente y adaptable en vez de motivada por ideológías. El papel social que jugó el PCC fue quizás más dramático: los hijos de los oficiales del partido-Estado y de gerentes del sec-tor estatal se convirtieron de forma desproporcionada en em-presarios de EPA durante la década de los noventa. En realidad, casi todos ellos en muchos casos contaron con las asociaciones de sus padres en el partido-estado hasta el punto que aquellos que eran dueños-operadores no veían la necesidad inmediata de convertirse en miembros PCC. En el cuadro 2 se presenta información resumida sobre las relaciones sociales y políticas entre los empresarios, sus padres y el partido-estado.

Para los nuevos empresarios de EPA parecían haber dos vías predominantes para hacer carrera en Taiyuan: o bien eran miembros del partido-estado a nivel regional que habían asu-mido el liderazgo para desarrollar iniciativas económicas y empresas; o eran personas que habiendo tenido éxito como empresarios habían sido reclutados por el PCC. La proporción relativamente alta de propietarios-operadores fuera del PCC, aunque todavía no muy numerosa, es un reflejo del proceso de incorporación. Los propietarios-operadores eran los em-presarios más jóvenes con operaciones a pequeña escala que al obtener mayor éxito se convertían en empresarios privados,

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si al llegar a este nivel no eran ya miembros del PCC, lo seguro era que se les invitara a incorporarse al partido, ularmente cuando eran hijos de miembros del PCC.

evidente que el PCC ya ha tratado de incorporar a la ma- de los propietarios-operadores más exitosos y los em-rios privados a las actividades del partido-estado. Con encia se hace mediante el reclutamiento al PCC, como se en el Cuadro 2, pero esta no es la única técnica que se

a. A un número de empresarios de alto perfil, exitosos u mayoría responsables de empresas de escala bastan-nde) no se les ha permitido explícitamente incorporarse

C, a pesar de que divisiones del partido se hayan esta-o en sus empresas. En cambio, se les hace publicidad ‘empresarios modelo’ y se convierten en delegados de la blea Popular Provincial que de hecho se puede considerar otras formas de pertenecer al partido-Estado11.

mpresarios Salar en Xunhua

ablando en términos generales los distintos pueblos y co-dades de la provincia de Qinghai al noroeste de China se

Cuadro 2Empresarios y el partido-estado:

Porcentaje en cada categoría de empresario, Taiyuan 1996-99.

(Millones de yuanes por año, Taiyuan, 1999)

tegoría de presario

Padres enel partido-

Estado

Empresario que había

trabajado en otra parte en el partido-

Estado

Ganancias netas

resario l

45 59 82

resario ado

51 61 68

nte de resa unta

43 76 80

nte de resa ada

52 76 87

ietario-rador

47 22 41

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11 Por ejemplo: Li Anmin, Antai International Enterprise Group Company, Jiexiu; Liang Wenhai, Shanxi Huanhai Group Company, Yuci y Han Changan, Lubao Coking Group Company, Lucheng, quienes han sido empresarios nacionales modelo de varios tipos. Li y Liang han sido delegados de la Asamblea Popular Provincial, Han fue electo para la Asamblea Popular Nacional en 1998. Luping (ed), 1989, p.302. Wang Yonghai, Liu Yaoming, Wang Jikang, Zhang Guilong ‘Shanxi Huanhai jituan yougongsi zhongshizhang Liang Wenhai yu tade Huanhai shiye he huanbao zhanlüe’ [‘General manager of the Shanxi Huanhai Group Company, Liang Wenhai, his Huanhai business and environmental strategy’] in Shanxi Ribao [The Shanxi Daily] 22 September 1996. La información presentada proviene de conversaciones en una entrevista con Li Anmin, en el pueblo de Yi’an Township, ciudad de Jiexiu, 1° de junio de 1996, Además de entrevista con Liang Wenhai, en Yuci, 29 de octubre de 1996 y con Han Changan, en Dianshang, Lucheng, 14 de octubre de 1998.

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han adaptado más lentamente al nuevo espíritu de la reforma; tal es el caso de Shanxi (Goodman, 2004). La excepción ha sido el Pueblo Salar del distrito de Xunhua, en la parte occidental de Qinghai. En la RPC desde 1955, Xunhua ha sido conside-rado el territorio ancestral de los Salar, un pueblo islámico, turco12. Aunque el resultado del empresarialismo no ha sido tan próspero según los estándares de la China oriental, ha sido sustancial para un distrito ubicado dentro de Qinghai. El creci-miento a través de los años noventa ha producido un PIB para el año 2001 de 30 millones de yuanes (3,75 millones de US$). La explicación para este giro dramático de la prosperidad de Xunhua pareciera ser una consecuencia del renacimiento de la cultura e identidad de los Salar, porque desde 1958 hasta alrededor de 1982 la RPC reprimió a la cultura Salar.

Xunhua es un distrito de 2,100 kilómetros cuadrados que recorre 90 kilómetros a lo largo del río Amarillo, hasta donde entra a la provincia de Gansu, entre 1780 metros a nivel del mar (el punto más bajo es exactamente donde el río Amarillo entra a la provincia de Gansu) y 4498 metros sobre el nivel del mar. Este es un distrito de montañas y valles, con malas vías de comunicación con el resto de China y mal integrada en sí misma. Hasta 1972 no había carreteras pavimentadas dentro o fuera del distrito. La vía más importante de comunicación era a lo largo del río Amarillo hasta el distrito de Linxi de Gan-su. Existe una faja extremadamente fértil a lo largo de los dos lados del río Amarillo que contiene un suelo muy arcilloso, donde es normal la producción de 800 granos de jin pormu. Al mismo tiempo, en una extensa área del distrito se encuen-tran las montañas desiertas, los lugareños se refieren a ellas como ‘la tierra donde nada existe’ y ni siquiera son apropiadas como zona de pastoreo, como en algunos otros sitios de la provincia de Qinghai.

En 2001 el distrito de Xunhua tenía alrededor de 120.000 habitantes y un poco menos de 30.000 familias que vivían en 147 pueblos y aldeas13. La población de Xunhua es predomi-nantemente Salar (62%) aunque una minoría sustancial (24%) es de origen tibetano, mayoritariamente agricultores que viven en las aldeas tibetanas al este del distrito. Las relaciones entre los Salar y los tibetanos son en la mayoría de los casos muy estrechas. Los adultos Salar hablan bastante el amdo tibetano. Normalmente los Salar llaman a los tibetanos de manera muy amistosa ajiou que quiere decir ‘tío materno,’ una palabra que denota a un familiar tan cercano como pudiera ser el padre, el hijo o el hermano, pero sin serlo (Wei, Jianzhong, Stuart, 2001),

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nte los años cincuenta las dos comunidades participaron en varias ocasiones en actos de resistencia contra la RPC. que culminaron en una revuelta violenta que llevó a la RPC ibir la cultura Salar hasta el principio de la década de los ta. Un gran número de hombres Salar fueron enviados a

pos de ‘La reforma mediante el trabajo’, se cerraron las itas y los objetos culturales se sacaron de Xunhua ‘para rdarlos’. La represión sólo terminó con el cambio de po-dirigidas a las denominadas ‘nacionalidades minoritarias’, a la Salar, durante los primeros años de la década del ta.

RPC reconoció que las nacionalidades minoritarias tie-e tener su propio idioma y territorio patrio dentro de la ei Xiaotong, 1981; Harrell, 1994). En los años cincuenta a Salar se convirtió en una nacionalidad reconocida por do, definida por su idioma distintivo, el Salar, y su terri-ncestral en el distrito de Xunhua y también se le reco-su origen como exiliados del área de Samarkand, en lo y conocemos como Uzbekistán (Jianshi, 1982). El exilio

o es central para la definición de Salar, el sentido de re- y de ser ‘forasteros’ también forma parte de la concien-lectiva en el distrito de Xunhua y en efecto para el Salar un todo. Además, existen varias razones implícitas de ración para explicar la identidad Salar, incluido no sólo gen, sino también su interacción con el mundo islámico ciedad china. Fundamentalmente, los Salar se ven a sí s tanto como musulmanes y como chinos y prefieren r el chino para leer y escribir, mientras que mantienen el Salar para hablar (y el árabe para fines religiosos).

evidencia de los Salar como un pueblo exilado de Samar-o a decir verdad de donde sea) se diluye en cierta forma or posible (Goodman, 2005). No obstante, no se niega ponderancia como un mito muy activo del origen. El exi-particularmente interesante como parte de la definición identidad del Salar porque a diferencia de otros grupos os, este grupo no tiene ninguna urgencia de regresar e presenta como víctima. Por el contrario, entrevistas das a hombres de negocio de la etnia Salar y líderes itarios sugieren que los discursos del exilio y la migra-

e están utilizando nuevamente como instrumentos de la zación Salar para generar riqueza. Las actividades eco-as clave han sido la exportación de mano de obra fuera strito, la industria de la lana y la fabricación de telas y on significado religioso islámico.

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12 Aproximadamente del total de 80.000 salar, 10.000 viven en Xunhua.

13 Información sobre el distrito de Xunhua suministrada en una entrevista por Ma Fengsheng, gobernador del distrito, 5 de agosto de 2002, Jishizhen, Xun-hua.

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La religión, el idioma y Xunhua han sido los pilares clave para la elaboración de la identidad Salar reciente que refuerza el sentido de comunidad y solidaridad y estimula a los indivi-duos para el activismo económico. De este modo es el exilio el que ayuda a los Salar a creer que ellos tienen una ventaja competitiva que proviene de no ser fundamentalmente nativos del área donde viven y operan, a pesar de que hayan nacido y crecido allí. Se ven a ellos mismos como si fueran elementos del desarrollo de la sociedad a la vez más móviles y más diná-micos que los que los rodean.

El caso de la autoatribución de los Salar y en particular la relación que existe entre el origen de la nacionalidad en el exilio por una parte, y el activismo social y económico por la otra, pueden ser apreciados en los informes sobre entrevistas con empresarios de la región que se presentan a continuación. Ellos transmiten el espíritu del activismo Salar para el desarro-llo no sólo de Xunhua sino también de Qinghai y del noroeste de China. Estas estampas nos brindan evidencia del conjunto de motivaciones, así como del activismo y liderazgo que se manifiestan entre los líderes de la comunidad y los hombres y mujeres de negocios. En particular, subrayan las formas en que los individuos procedieron con el activismo desde el entendi-miento de que poseen un estatus especial Salar de ‘extranjero’; pusieron énfasis en la movilidad física y en la mirada hacia el exterior de los Salar; y desarrollaron productos locales, inclui-dos los artículos religiosos, para el mercado más amplio.

‘Desde joven he sido un empresario’ admitió el gerente Ma14. Su equipo empresarial actualmente es propietario de una empresa de transporte con doce camiones que viajan en-tre Qinghai y la región autónoma del Tíbet; y tres hoteles, en Xunhua, Xining and Ping’an (el lugar de nacimiento del Dalai Lama al este de Xining). De joven fue comerciante en Qinghai, la región autónoma del Tíbet, Gansu y Ningxia, vendiendo ropa y alimentos. Con el dinero que obtuvo de estas actividades en la década de los años ochenta y principio de los noventa, invirtió en hoteles y camiones. Cuando se le preguntó sobre el secreto de su éxito, hizo mención del gran espíritu y los grandes niveles de energía de los Salar. ‘Como nuestra historia de exilio lo demuestra claramente’, expresó, ‘los Salar pueden padecer mucho y aun así prosperar’. Este fue un mensaje del que también otros entrevistados hicieron eco (tanto explícita como implícitamente).

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no de ellos fue otro Ma, en este caso un secretario de ón del PCC y líder de su aldea por mucho tiempo15. Un esino en Xunhua hasta la década de los ochenta, fue uno s primeros en atrapar las oportunidades que se presen- como parte del renacimiento Salar para movilizar a sus añeros de la aldea hacia objetivos económicos. Su aldea pocas tierras cultivables (menos de 0,5 mu** per cápita) e estimula a otros para que se involucren en actividades micas fuera de Xunhua. ‘Nuestros ancestros fueron obli-

s a abandonar Samarkand, así que ciertamente nosotros mos viajar menos permanentemente en busca de trabajo’. ncipios de la década de los ochenta, él lideró a un grupo deanos de su tierra natal y de las aldeas cercanas para ar trabajos ocasionales en una mina de cobre en otro in Qinghai, y después en una mina de oro en Sichuan. enta de las 215 familias de la aldea han estado operan-staurantes fuera de Xunhua por muchos años. Ochenta s familias de la aldea han formado equipos de trabajos onales que viajan a trabajar en el verano y regresan en el no. Adicionalmente, nueve de las familias de la aldea han o comprar camiones o autobuses que transportan perso-

bienes a través del noreste. El mismo Ma se ha convertido a persona bastante próspera que tiene siete hijos y que o de un tiempo (2002) abrirá una planta de ladrillos.

na historia similar fue narrada por otro Ma, también líder aldea16. Desde principios de los ochenta, ha causado en 0 familias de su aldea una influencia tan positiva que so-te hay tres familias actualmente viviendo en la pobreza. sechas son buenas en la tierra cultivable disponible (1000 trigo por mu; en la aldea también se cultiva fresno espi-

y nueces) pero se dispone de muy poca tierra cultivable. la influencia de Ma y las exhortaciones a la movilización el trabajo (en oposición a esperar que el trabajo venga la aldea) la aldea ahora tiene doce camiones o autobuses dos en los que aproximadamente 100 aldeanos viajan a jar fuera de Xundua con regularidad. Hay alrededor de 20 ias de esta aldea que trabajan en Xining, 30 en Golmud s de 30 familias tienen la responsabilidad de atender los urantes de las ciudades costeras de la RPC. Como desta-a ‘históricamente, solíamos ir de un lado a otro’ y ahora ] los restaurantes de los Salar en las ciudades costeras

en generar ingresos aproximados de 50-60.000 yuanes uno por año’.

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14 Entrevistado en Jishizhen, 6 de agosto de 2002. Ma y Han son los apellidos salar más comunes. Ma usualmente se combina con Muhammed, que es la primera sílaba del nombre. Se han cambiado los nombres de los entrevistados para preservar el anonimato, a excepción de los casos en que la identificación es obvia, pertinente o aceptada explícitamente por el entrevistado.

15 Entrevistado de la aldea de Wajiangzhuang, pueblo de Qingshui, 6 de agosto de 2002.

** Un mu equivale a la quinceava parte de una hectarea.

16 Entrevistado de la aldea de Dasigu, pueblo de Qingshui, 6 de agosto de 2002.

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El gerente Han ha desarrollado una de las compañías más grandes de Qinghai, basada en la producción de lana de oveja y yak y atribuye el éxito de la compañía directamente al he-cho de que los Salar son ‘forasteros’ y por lo tanto, siempre dispuestos a hacer el esfuerzo de dar el paso hacia delante así como asimilar nuevas tecnologías17. En los años ochenta el gerente Han había sido el gerente de una empresa pequeña del estado en Xunhua dedicada a la producción de lana. Du-rante la década de los noventa, él reestructuró la compañía, la hizo crecer y la convirtió en una empresa regional colecti-va. Basada inicialmente en la lana de oveja –con su visión de que ‘las ovejas de Qinghai y Xunhua y su lana eran las mejo-res’– entonces, se le ocurrió diversificar la producción con la lana de yak. Recorrió ampliamente todo el territorio del norte y noroeste de China para investigar sobre nuevos equipos, los cuales finalmente importó de Italia. La compañía alcanzó tanto éxito que para el año 2000 su sede principal se había traslada-do a Xining y sus productos se exportaban no sólo a Italia y a Europa, sino también a Norteamérica. Como le pasó a muchos de los industriales Salar, el discurso regionalista del gerente Han lo lleva no sólo a proporcionar trabajo y oportunidades económicas a su comunidad local, sino también a asegurar que es un contribuyente importante a las causas comunita-rias.

Ma Yitzhak (Yisihake)18 es un empresario aun a mayor es-cala y el propietario efectivo de la empresa privada más grande de Qinghai, el Xuezhou Sanrong Group, cuya marca Snow Lo-tus es conocida para muchos de los consumidores de suéte-res de casimir fuera de China. Esta era una compañía ubicada en la aldea; establecida a finales de los años ochenta como una iniciativa propia y dirigida por Ma. Si bien él está fuerte-mente influenciado por su pasado y crianza Salar, así como muchos de los otros entrevistados, ésta no es una perspec-tiva introspectiva del mundo. Según sus palabras, su meta ha sido ‘Repetir la historia y el crecimiento económico de la oveja en Australia como el modelo para el desarrollo de Qinghai’19. Según sus propias palabras, él ha aplicado ‘el dinamismo Salar para desarrollar productos obtenidos por pastoreo y construir un negocio en el mercado internacional’. La compañía ahora exporta a todo el mundo y hasta importa lana de Australia. Es interesante cómo Ma Yitzhak se expresó sin rodeos al criticar a los oficiales de Xining cuya actitud de repetirle constante-mente que Xunhua era uno de los sitios más subdesarrollados

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17 Entrevistado en Gaizi, 4 de agosto de 2002.

18 Entrevistado en Gaizi, 4 de agosto de 2002.

19 Desafortunadamente, más tarde después del almuerzo opacó su conocimiento delchocolate espeso y los Alpes la última vez que visitó Australia’. Una clara referencia a Mozart.

20 Entrevistado en Gaizi, 5 de agosto de 2002.

21 Entrevistado, 6 de agosto de 2002.

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recía ofensiva. Según palabras de Ma, gracias a los Salar, cimiento de Xunhua ha sido uno de los más fuertes en el de China desde 1989. Al mismo tiempo, y reflexionando co, aceptó que las edificaciones y la tecnología cambian a r velocidad que los patrones de pensamiento de las per-

s.

tro Han es el gerente general de una fábrica de ropa y reros que ha llevado los productos tradicionales Salar mercado más amplio más que todo por la automatiza-0. La compañía surgió a principio de los noventa de una a de aldea pequeña que producía productos de anima-ediante créditos bancarios y con el apoyo del gobierno

nal, Han y su padre (que maneja la sede de la oficina en g) han podido expandir la empresa significativamente lo-o vender sus productos en toda China, aun a la no Salar.

entemente existe un enorme y creciente mercado para los uctos de las nacionalidades minoritarias. Necesariamen-r su producción la fábrica es un centro de interés para munidad. En particular los diseños e ideas de productos portados por la comunidad. La propia experiencia previa an había sido la del comerciante que recorre el norte y roeste de China, experiencia que según expresó le había ado una perspectiva más amplia que las que tenían las nas en Qinghai.

l gerente Ma dirige una fábrica de pasta de pimiento ají izi21. La producción de pasta de pimiento ají es una in-ia principal en Gaizi, donde existen otras tres plantas de mpetencia, aunque la del gerente Ma es la más grande. Él ra el pimiento ají a las cinco aldeas cercanas y produce íneas de productos que luego son comercializados am-ente en el noroeste de China: aderezo para carne, pasta pino de heno y pasta de pimiento ají. Él cree que su com-cia viene de Sichuan, Anhui y Gansu. Según el gerente

l secreto del éxito de la fábrica ha sido la excelencia de imientos ajíes de Xunhua, cultivados en su suelo y con ma especial de la zona y el activismo del pueblo Salar de ión. Al mismo tiempo reconoció que la ‘producción de nto ají forma parte de la pobreza’ y fue impulsada para

ar a su aldea nativa. ‘Al igual que nuestros antepasados do por primera vez llegaron aquí, aprovechamos los re-s disponibles de la mejor manera posible’.

mundo, cuando comentó que él había ‘disfrutado mucho la torta de la otra Australia que queda al lado de Suiza y que fue la cuna de W.A.

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Han Zhanxiao era un folklorista muy conocido antes de la prohibición de las costumbres y prácticas Salar a finales de la década de los cincuenta22. Junto con su familia ahora pro-duce bordados Salar para fines ceremoniales, así como otros instrumentos musicales y objetos seculares. En la década de los cincuenta era un músico folklorista y partió de Xunhua a Beijing y al Instituto Central de Nacionalidades. Luego de dejar la prisión al final de la Revolución Cultural comenzó a traba-jar nuevamente en el Festival Folklórico de Beijing y viajó por toda la RPC. Para la época en que se jubiló y regresó a Xunhua en los años noventa, se dio cuenta de ‘la necesidad de crear y representar nuestra nacionalidad. Comprendí esta carencia particularmente después de una visita al interior de Mongolia. Necesitamos imágenes y símbolos para representar la identi-dad Salar en el mundo exterior y en nosotros mismos’. Como consecuencia de estas ideas formó la empresa de folklore fa-miliar.

Mujeres empresarias en Qiongshan

El tercer ejemplo del control de la cultura regional para apoyar el cambio económico y el desarrollo de los negocios es la experiencia de las mujeres empresarias en Qiongs-han, Hainan. La isla Hainan formaba parte de la provincia de Guangdong hasta que alcanzó su status de provincia en dere-cho propio en 1988. Simultáneamente, Hainan pasó a ser Zona Económica Especial [ZEE] junto a Shenzhen y las otras tres SEE al sur de China. La meta de desarrollo (implementada desde arriba hacia abajo y dirigida en gran medida por intelectuales de Beijing enviados a Hainan con este propósito (Brodsgaard, 1998:189; Chongyi, Goodman, 1998:342) fue crear una po-sición en Hainan como isla tropical del mar del sur de China y abrir la isla ampliamente a las influencias del comercio ex-tranjero. El resultado fue significativo y muy rápido se inició la inversión extranjera, los créditos y la actividad comercial. Hai-nan obtuvo la reputación de ser una sociedad prácticamente incontrolable: el equivalente en la RPC del Lejano Oeste donde ‘todo está permitido’, particularmente en el ámbito social. El crecimiento económico fue acelerado hasta principios de los noventa cuando la sobreinversión en el sector inmobiliario ge-neró una burbuja que estalló dramáticamente y condujo a un estancamiento del desarrollo.

La provincia de Hainan es una sociedad muy compartimen-talizada que tiene cinco comunidades diferentes, cada una de ellas compitiendo por su visión de la identidad y autonomía de la isla. Un fuerte sentimiento histórico (especialmente en torno

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experiencias del periodo posterior a 1949) la identidad a, la diferencia lingüística, así como las posiciones cla-nte definidas en cuanto a la geografía económica y eco-a política en Hainan se han mezclado para crear grandes nidades autoidentificadas y autocontenidas. De los 7 mi-s de habitantes de Hainan, cerca de dos millones tienen el nés como idioma materno y son los descendientes de una ción constante desde tierra firme hasta Hainan durante

s siglos hasta 1949. Hay un millón de Li, la isla de los genes, y pequeños grupos de hablantes de zhuang, miao tonés de la tierra firme próxima al norte, que también han anecido en Hainan por varios siglos.

mayoría de la población de la isla pertenece a tres co-dades casi del mismo tamaño que han migrado a la zona 1949 (Bao, 2000; Rushes, 2004). La primera es la de los uos Peninsulares’ que llegaron inmediatamente después formación de la RPC para garantizar el control político de ínsula. La segunda es la de los chinos de Ultramar que se on en un lugar más seguro luego de ser expulsados del te de Asia durante los difíciles años de las décadas de los enta y sesenta. La tercera comunidad es la de los ‘Nue-eninsulares’ que son aquellos que han llegado a Hainan les de los ochenta o noventa o que llegaron acompaña-e sus familias. Muchos de los que inmigraron en aquella lo hicieron atraídos por las oportunidades económicas, hubo también un número considerable de inmigrantes nientes del norte de China que estaban preocupados por osibles consecuencias en Beijing y las áreas adyacentes és de los acontecimientos de mayo-junio 1989. El poder

co y económico lo ejercen mayormente las dos comuni-s peninsulares (Chongyi, Goodman, 1997:53). La mayoría s hainaneses siguen excluidos de las altas posiciones con tificación de que no hablan el chino moderno estándar iadamente y de una particular ley draconiana de ‘pro-ón de localidad’ que prohíbe que grupos directivos ma- de la misma localidad sirvan juntos en alguna unidad nistrativa determinada (Jiang, 1989) 23.

s dos comunidades peninsulares viven casi exclusiva-e en la capital provincial, Haikou, cuyo tamaño se ha más uplicado por la incorporación a su territorio de la pro- vecina de Qiongshan en 2002, es ahora la Gran Haikou.

nalmente, Qiongshan era mucho más importante que u. A partir de la época de la Dinastia Tang, Qiongshan se rtió en la ciudad principal de la isla de Hainan. Haikou era erto. Esta relación siguió igual aun bajo el gobierno del

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22 Entrevistado en Gaizi, 7 de agosto de 2002.

23 En la época del imperio había una ‘ley de prohibición’ que impedía que los oficiales prestaran servicio en su lugar de nacimiento o donde tuvieran cualquier tipo de relación particular, así como un familiar en servicio. See T’ung-tsu Ch’u Local Government in China under the Ch’ing Stanford University Press, 1962, p.21.

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PCC, hasta mediados de la década de los cincuenta. El cambio de centro de gravedad político en Hainan probablemente se produjo con la destitución de Feng Baiju que había estado re-sidenciado en Qiongshan. Feng fue por mucho tiempo el líder del PCC en Hainan y tiene una historia que incluye el estable-cimiento de la base aérea más grande del PCC en el centro de la isla (y con el apoyo de Li) desde 1927 hasta 1949. A medida que el PCC buscó centralizar la autoridad política, hubo una serie de enfrentamientos entre Beijing y los líderes políticos locales –siendo Feng uno de ellos– lo que llevó a estos últimos a experimentar dificultades, incluso cuando lograron evadir algunas penalidades aún más serias (Teiwes, 1966).

Después de décadas de caos administrativo entre las dos ciudades vecinas, vino la creación de la Gran Haikou. Existía, por ejemplo, la degradación del medio ambiente porque las dos ciudades no podían compartir la prestación del servicio de sistemas de alcantarillados y las aguas de desecho simple-mente eran lanzadas de una ciudad a la otra. El servicio postal había colapsado por completo y en 2001, el gobierno de la ciudad de Haikou expropio más de cien taxis en Qiongshan, alegando que eran un obstáculo para el sistema de taxis de Haikou. El gobierno de la ciudad de Qiongshan apeló esta de-cisión ante el gobierno provincial y exigió una compensación para Haikou (Weizhi, 2002).

Aun cuando se acepte lo novedoso de las nuevas disposi-ciones administrativas, las entrevistas realizadas en Qiongshan un par de años antes del establecimiento de la Gran Haikou, nos han confirmado la difícil historia del pasado24. Los entre-vistados mostraron un orgullo considerable por la identidad de Qiongshan. Cerca del 40% de los entrevistados conside-raron la ‘gloriosa historia’ de Qiongshan como una ventaja económica, principalmente porque ven sus lugares históricos más como atractivos turísticos. Alrededor del 30% consideró que Qiongshan había prosperado más financieramente desde su incorporación a la capital provincial. Al mismo tiempo, al-rededor del 30% todavía veía a Qiongshan como una entidad separada y hablaban de ‘su ubicación cerca de la capital pro-vincial’. Por otra parte, cerca de dos tercios consideró que el desarrollo de la Gran Haikou ha sido en general una desventaja para el desarrollo de Qiongshan. La industria regional, según su punto de vista, se vio afec-tada en su rendimiento, especialmente porque los procesos de planificación de Haikou pusieron a Qiongshan en desventaja y además generaron discontinuidades (necesarias). Desde antes

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002 ha existido un plan para el desarrollo industrial de gshan y un proyecto para desarrollar un nuevo distrito strial. Estos proyectos se encuentran todos prorrogados. eralmente existe la impresión de que la calidad de los ser-s administrativos de Qiongshan ha desmejorado y el am-te de seguridad pública empeorado.

a migración es la clave para comprender el desarrollo de iongshan contemporánea y se ha convertido en la metá- clave para la creación de su identidad regional. Como se cionara anteriormente, aunque existen algunos grupos de aneses nativos en Qiongshan, especialmente en sus dis-s rurales, la población está asombrosamente compuesta peninsulares nuevos o antiguos. Una gran proporción de la lación local está conformada también por antiguos penin-res que se mudaron desde otros pueblos y regiones alre-or de la isla a Qiongshan y Haikou en busca de trabajo, por lativa desaceleración económica de la última década (hasta o 2004, cuando se realizó el trabajo de campo en Hainan

nan sheng, 1998). Dos tercios de las mujeres empresarias evistadas en Hainan han emigrado a Hainan desde 1988, y sto han sido antiguos peninsulares divididos casi en partes les entre aquellas familias que inicialmente se establecie-en Qiongshan y las que se establecieron en otro sitio, pero recientemente se han mudado a Qiongshan. Seis de las eres empresarias eran solteras. Para las que eran casadas, isma proporción de pasado migratorio aplicaba para los sos. Sólo tres de las mujeres estaban casadas con espo-hainaneses. La migración en toda la RPC se indica por la ribución de las provincias de origen de las mujeres y sus sos, aunque hubo un gran número de Hubei y Jiangxi en uestra.

uando se les preguntó sobre su migración a Qiongshan es ente que los lazos familiares juegan un papel importante. dedor de un 25% se mudó antes del matrimonio y en todos asos ya tenían a un hermano o hermana viviendo en la isla. de las mujeres se fueron junto con sus esposos a Qiongs- en busca de mejores oportunidades económicas y dos se on después de que sus esposos ya se habían establecido l lugar.

ambién es evidente que las redes de interrelaciones socia-ntre los pueblos natales y las aldeas también fueron im-antes para determinar la migración y el desarrollo de nue-empresas. Tres de las parejas de inmigrantes, de las que sposas fueron entrevistadas, provenían todas de la misma

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24 Se realizaron 63 entrevistas a mujeres empresarias con el patrocinio de la división regional de la Federación de Mujeres y diez entrevistas a oficiales de la región.

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aldea en Jiangxi, y todas tenían tiendas de ropa en la misma calle en Qiongshan. En las entrevistas, las esposas revelaron que la mayoría de las personas en sus aldeas de origen en Jian-gxi estaban dedicadas a la manufactura de ropa y que era una costumbre para ellas venirse para Qiongshan25. Para dar otro ejemplo: una mujer de la provincia de Zhejiang que tiene una tienda óptica en Qiongshan nos dijo que ‘El ochenta por ciento de las tiendas ópticas en Haikou son de personas de nuestro pueblo. La mayoría de los inmigranes de Zhejiang se dedican al negocio de venta de lentes al menudeo o al por mayor’26.

La mayoría de las mujeres empresarias que eran nuevos peninsulares se dedicaron al sector de servicio después de la inmigración a Hainan. Entre los negocios se encontraban salo-nes de belleza, arte y diseño, fábrica de ropa, tiendas de ropa, venta de pólizas de seguros, restaurantes y tiendas de óptica, así como lo que no se podía evitar en Hainan, la venta de bie-nes inmuebles. No es sorprendente que el sector de servicios se haya convertido en el más productivo de la economía de Hainan (38 por ciento del PIB), porque ya los planificadores lo habían previsto en 1988 (Hainan Province Statistical bureau, 2004), aun cuando las empresas de las mujeres de negocios entrevistadas eran por lo general de pequeña escala.

Es evidente que las personas ya no andan cruzando el es-trecho desde tierra firme como ocurrió a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa. Sin embargo, la mues-tra de entrevistas sugiere que para uno de los grupos sociales Hainan todavía representa el paraíso seguro y la oportunidad de una nueva vida: un papel que ha jugado no sólo durante el período posterior a 1949, sino que también ha sido bastante constante aun después del establecimiento de la RPC. A pesar de que la evidencia pueda resultar ecológicamente ilógica, en la muestra de entrevistas hay un gran número de mujeres que se trasladaron a Hainan después de haberse divorciado, bus-cando un nuevo comienzo para sus vidas.

La Sra. Fang, una de las entrevistadas, se vino desde Beijing a Qiongs. De 51 años de edad cuando fue entrevistada, la Sra. Fang se había divorciado de su esposo a principio de la década de los ochenta. A principios de la década del noventa recibió una invitación para administrar un restaurante en Haikou. Du-rante la marea baja de la economía de Hainan el dueño retiro su dinero del negocio y se fue de Hainan. La Sra. Fang y un socio compraron el negocio. En 1998 el socio también retiró su dinero y la Sra. Fang invirtió 40.000 yuanes para convertirse en

únicatraspvecinpequlas inpagahijo esoltermi prlos emjer’. Fha vivla Sraque odejar

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propietaria del negocio. Desde entonces, el negocio no ha asado los sueños de la avaricia. En comparación con sus os más espléndidos, su negocio ha permanecido bastante eño y humilde. De todos modos, la Sra. Fang todavía se genia para pagar los sueldos a sus ocho empleados y para r los costosos gastos de los estudios universitarios de su n Canadá. En sus propias palabras, la vida de una mujer a no es nada fácil. ‘Si fuera posible, elegiría ser hombre en óxima vida’. Los clientes se niegan a pagar sus deudas y pleados se resisten a mi autoridad, ‘sólo porque soy mu-

ang tiene una pobre opinión sobre los hainaneses, aunque ido en la isla por casi 15 años. A pesar de las dificultades, . Fang todavía es capaz de aprovechar las oportunidades frece la región: ‘Como ya he cometido el error’, prefiero

lo para mí’ 27.

tra entrevistada, también divorciada, la Sra. Ma, vino de ovincia de Guizhou después de que se divorció. Para el ento de la entrevista era una mujer en sus cuarenta años, de inmigrar a Hainan, había sido dirigente de nivel medio a empresa en Guiyang. Su primer trabajo en Hainan fue gerente de un hotel cuatro estrellas. En el año 2000, pasó un agente senior de seguros. En cuatro años, ella había lecido buenas relaciones con sus supervisores y clientes ba tan bien en el negocio que se ganó varios premios por s. Para la Sra. Ma la familia no era una gran carga de tra- tenía una persona ocasional que la ayudaba con las tareas ogar y su hermana trabajaba en Guangzhou de asistente abogado. La Sra. Ma eligió deliberadamente olvidarse de

atrimonio anterior. ‘Eso fue hace mucho tiempo; ya ni si-a lo recuerdo’.28

ra los fines de esta evaluación del desarrollo de la cultura nal en Qiongshan, el género no ha sido necesariamente nto focal, aunque el material de fuente ha sido tomado estudio de mujeres empresarias. No obstante, es intere- destacar que la mayoría de las personalidades famosas en toria de Hainan son mujeres. Entre éstas se incluyen las res del Destacamento Rojo de Mujeres que se hizo famoso és de 1949 y las del Ballet Revolucionario Moderno de Jiang por su papel en la conquista del poder del PCC; así como rmanas Song –Song Ailing, Song Qingling y Song Meiling. re se argumenta que son las mujeres capaces quienes le rindado a la isla su ‘civilización maternal’ [muxing wen-

] y se pone énfasis en la ‘suave, tranquila y natural’ belleza, el escritor y académico Yu Qiuyu (Chongyi, 1999: 1044).

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25 Entrevista, Qiongshan, 30 de abril de 2005.

26 Entrevista, Qiongshan, 10 de mayo de 2005.

27 Entrevista, Qiongshan, 13 de mayo de 2005.

28 Entrevista, Qiongshan, 27 de noviembre de 2004.

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Los visitantes siempre se extrañan al ver la dimensión de la fuerza laboral de mujeres en Hainan. Empleos que normal-mente en cualquier otra parte de la RPC se consideran exclu-sivos para ‘hombres’, tales como carnicero y carretero son realizados a menudo por mujeres (Yifang shuitu yang yifang ren 2004-2007). Una explicación local para este fenómeno es que ‘tradicionalmente’ los hombres solían sostener a la familia trabajando en la pesca. Cuando ellos salían al mar a pescar, sus esposas se veían forzadas a cargar con todas las tareas de ellos, así como cuidar de la familia. La tradición se arraigó tan-to que aun cuando los hombres no siguieron pescando más, sus esposas seguía manteniendo su papel como trabajadoras fuera del hogar. Obviamente, existe evidencia histórica de la actitud facilista y cómoda ante la vida de los hombres de Hai-nan. La tradición de [Laobacha (Té del Padre Viejo)] casas de té para hombres es particular de Hainan. Aquí se reunían los hombres y podían pasar todo el día sentados muy cómoda-mente echándose aire unos a los otros. Esta costumbre hizo que en 2005 uno de los representantes ante la Asamblea Po-pular de Hainan se atreviera a sugerir que los hombres de Hai-nan deberían tratar mejor a las mujeres y tomar un papel más activo en la producción y el hogar’ (Hinews, n:d).

Entre las mujeres empresarias entrevistadas en Qiongshan hubo algunos comentarios bastante ásperos sobre los hom-bres de Hainan y sus actitudes ante el trabajo y la familia. Una gran proporción comentó que ‘los hombres de Hainan no tra-bajan’ o ‘los hombres de Hainan son perezosos’ y ‘los hombres de Hainan no saben cuidar de sus esposas’. Una mujer empre-saria de la provincia de Hubei dijo (con un tono de tristeza) que su esposo (también de Hubei) ya había aprendido los ‘hábitos indeseables de los hombres de Hainan’29.

Narrativas del cambio

Tres ejemplos de la relación entre cultura regional, por una parte, y cambio económico y desarrollo comercial, por otra, no pueden ser representativos por sí mismos, especialmente porque existen diferencias evidentes de clase, origen étnico y

génerios tiemarguaun de cdentser mfluenca (ctambtanto

Hden chincesasocioLos tdo ucentnarrdesdelabcontvincidispde s

Lconsminuy ecoactivnal aDisgnificplazdel e

ro entre los empresarios EPA en Taiyuan, Salar; empresa-en Xunhua y mujeres empresarias en Qiongshan. Al mismo po, estos ejemplos juntos pueden servir para sostener el mento de que es necesario disgregar la cultura de la RPC; así definir cultura en términos de las narrativas locales ambio, como se ha intentando hacer en este estudio, evi-emente implica sus riesgos. Aunque la distinción puede ás regional que no serlo, ciertamente existen otras in-

cias culturales tanto en términos de la iniciativa económi-lase social y prácticas comerciales, por ejemplo) y como ién en términos de la tradición confuciana y las prácticas del estado chino como de la alta cultura.

asta qué punto las influencias culturales adicionales pue-a largo plazo ser consideradas como parte de la cultura(s) a, no es sólo un proyecto en curso sino que depende ne-riamente de quién está contando la historia; y la dinámica politica de cómo lo están haciendo y con qué objetivos. res casos presentados sugieren que la política sigue sien-na parte esencial de este proceso. El partido-estado es ral en cada caso, pero de manera diferente. En Taiyuan la ativa emergente de cambio estuvo auspiciada por el estado e sus comienzos. En Xunhua, la identidad Salar ha sido orada por la comunidad Salar, aunque es evidente que ha ado con la aprobación del partido-estado regional y pro-al. En Qiongshan, el estado ha sido menos dinámico, pero uesto a aceptar las nuevas narrativas de cambio regional us esposas empresarias.

as narrativas de cambio regionales están siempre en tante cambio, aun cuando el ritmo de cambio pueda dis-ir algunas veces, así como los intereses sociales, políticos nómicos interactúan de forma variable. En este proceso la idad socioeconómica cautiva y da forma a la cultura regio-sí como también la cultura al comportamiento económico. regar a China es un ejercicio interesante. Resaltar el sig-ado de la cultura de modo regional puede, aunque a largo o, resultar de gran utilidad para comprender la dinámica stado y de la sociedad.

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29 Entrevista, Qiongshan, 3 de diciembre de 2004.

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David Goodman

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Gian Carlo Delgado-Ramos

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ulos

El artículo discute lo que se entiende conceptualmente por “sistema científico-tecnológico” y por ‘red industrial’ a modo de distinguir la estructura típica de desarrollo científico-tecnológico e industrializador de los países metropolitanos con respecto a la de aquellos emergentes o periféricos. Se revisa lo que se ha calificado como ‘maquila tecnológica’ en relación con el efectivo desarrollo endógeno de ciencia y tecnología (CyT) y sus respectivos encadenamientos productivos nacionales en China. Ello incluye la indagación del rol del Estado, el sector privado y los centros de producción de conocimiento. A modo de profundizar, se aborda el caso de la nanotecnología, uno de los nichos tecnológicos más prometedores a principios del siglo XXI y en el que crecientemente China viene haciendo presencia. Finalmente, se evalúan ciertos aspectos de las fricciones que viene generando la progresiva competitividad tecnológica china (civil y militar) de cara a los intereses de redes industriales de Occidente.

Palabras clave: China, alta tecnología, nanotecnología, espionaje tecnológico.

ScopeandlimitsoftheChinesetechnologicandscientificsystem Using the case of nanotechnology, one of the most promising technological niches of the 21st century and one that is increasing in China, the purpose of this article is three-fold. One, the article discusses the concepts of scientific-technology system and industrial network in order to characterize the structure of development in countries that are considered as emerging or peripheral economies. Two, the term maquila-technology is analyzed in relation with the endogenous development effects of science and technology on the linkages among national production networks in China. This includes an analysis of the role of the state, the private sector, and the knowledge centers of production. And, three, the article evalu-ates other aspects, such as the military, that result in a friction between a progressively technological competitiveness of China with the industrial interests of the West.

Keywords: China, technology, nanotechnology, espionage technology.

Fecha de recepción: 20/04/06 Fecha de aceptación: 15/08/06

Alcances y límites del sistema científico tecnológico chino Gian Carlo Delgado-Ramos*

“RedIndustrial”vs.“Sistemacientífico-tecnológico”:Un breve marco conceptual

En el proceso de composición de la moderna estructura desde la cual se desarrolla la Ciencia y Tecnología (CyT) en los países desarrollados, se identifica desde fines del siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial (SGM) un creciente acer-camiento, primero, entre las universidades y los laboratorios corporativos. Más adelante, entre las universidades y el Estado, entre las empresas y sus laboratorios y, entre el Estado y sus centros de investigación como por ejemplo los Laboratorios Los Alamos en Estados Unidos América (EUA).

Particularmente en EUA, tales vínculos se acentuaron en torno al proyecto Manhatan1 (McGrath, 2002: 4). Desde enton-

cesCyTglatllegcon

, el peso que tomó la dimensión militar en el avance de la en EUA, pero también en otros países europeos como In-erra, ha sido creciente. Autores como Melman (1970) han ado a calificar tal hecho, para el caso de EUA, como el de solidación de un “capitalismo de Pentágono”.

… [del] manejo de su economía militar por medio de una ad-

ministración central. Más de 37 mil firmas industriales o divi-

siones de esas firmas y más de 100 mil subcontratistas operan

bajo el control de una oficina de administración federal con

cerca de 50 mil empleados. Probablemente se trata de la ad-

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* Doctor egresado del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Investigador del programa “El mundo en el Siglo XXI” del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor de “Nanotecnologías: incertidumbres y manejo social” (Arena. México, en edición).

1 El proyecto Manhatan se refiere al programa de investigación iniciado durante la Segunda Guerra Mundial por parte del gobiera de EUA quien en colabo-ración con el ejército y centros de investigación buscaban fomentar el desarrollo de la bomca atómica.

ISSN: 1870-3569

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ministración industrial centralizada y estatal de mayor enver-

gadura del mundo (Melman, 1970: 82)

Los vínculos anteriores, tanto en su dimensión civil como militar, se caracterizan por ser fuertemente protegidos, en mu-chos casos subsidiados y, claro está, regulados y controlados (e.g. términos de retención de los derechos de propiedad pri-vada e intelectual, entre otras medidas). Por ejemplo, EUA man-tiene una serie de legislaciones ad hoc sobre transferencia de tecnología como la Ley Bay-Dole de 1980 y en la Ley Federal de Transferencia de Tecnología de 1986. La primera permite la participación privada para conservar los derechos de patente. La segunda, reconoce la posibilidad de establecer “Acuerdos de Cooperación para el Desarrollo y la Investigación” (CRADAs) entre una o más partes privadas o no-federales y uno o más laboratorios propiedad del gobierno (después de su corrección en 1986 expresa en el Acta Federal de Transferencia de Tecno-logía). A estas acciones legislativas se les suman otras de ob-jetivos similares: el Acta de Innovación de Pequeños Negocios (1982), el Acta Nacional de Cooperación en Investigación (1984) y el Acta de Antologías de Competitividad y Comercio (1988), el Acta Nacional de Transferencia de Competitividad Tecnológica (1989), el Acta Nacional de Cooperación en Investigación y Pro-ducción (1993) y el Acta de Comercialización de la Transferen-cia Tecnológica (2000) (National Science Board, 2004: 4-37).

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o que Eisenhower calificó como “el complejo militar in-rial”, yo lo denomino como red industrial para dar cuenta, ismo tiempo, de la dimensión civil de tal “complejo”. Así , la red industrial se refiere obligadamente al funciona-to consolidado y en sinergia de todo el conjunto de las cionadas relaciones sinérgicas entre el Estado nación, el or corporativo y las universidades y centros de investiga- públicos y privados (véase imagen 1).

ebe notarse que un rasgo relevante de las redes indus-s (metropolitanas o de los países desarrollados o centra-s que establecen fuertes y permanentes encadenamientos uctivos que resultan en cuando menos una relativa forta- en el mercado global y en el desarrollo de la CyT. De ahí para el Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de la onal Defense University en Washington, D.C., la industria tégica se caracteriza por:

…tener un impacto en un gran número de ramas industriales y

generalmente se trate de tecnología de punta. No sólo impacta

en la productividad, también permite la generación de mejores

productos, de servicios públicos y/o incrementa el poder mi-

litar […] Pero, sólo es estratégica para tal o cual país cuando

se asegura una fuerte posición en su desarrollo a nivel global

(Libicki, 1989: 2).

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Imagen 1

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Y en efecto, datos de 1999, precisan que EUA dominaba el registro de patentes en las áreas de electricidad, electrónicos, instrumentos y química; la Unión Europea (UE), en procesos, mecánica y bienes de consumo; y Japón, relativamente en elec-tricidad y electrónicos. Desde el punto de vista de las áreas subtecnológicas, en la década de los 90 se registró, en general, un número espectacular en patentes de biotecnología y tele-comunicaciones, seguida por la farmacéutica y la ingeniería médica y más recientemente en nanotecnología y nano-proce-sos. Es decir, hubo un aumento importante en patentes de alta tecnología, que según EUA, está en términos generales bajo su control, pues se adjudica entre el 32% y 33% de la producción mundial, mientras que la UE contribuye con un 22.8% y Japón con un 12.9% (Delgado-Ramos, 2006).

Ahora bien, es de advertirse que cuando uno de los polos del “triángulo científico-tecnológico” es inexistente, débil, o sí éste es reemplazado parcial o totalmente por actores extran-jeros, de lo que se trata en cambio es de “sistemas científico-tecnológicos” de diversa envergadura. (Íbidem, 2006). Típicos de los países periféricos, éstos son usualmente deleznables y se caracterizan por estar desvinculados a las necesidades endógenas. Un ejemplo nítido, con sus excepciones puntuales, es el caso de México que pasa de una “industrialización trun-ca” fomentada por el Estado de bienestar (1960-1980), a una creciente tendencia de desindustrialización promovida por el modelo neoliberal2.

Lo anterior no significa que los sistemas científico-tecno-lógicos estén condenados a permanecer como tales, constan-temente subordinados y subsumidos a las redes industriales y sus dinámicas. Por el contrario, éstos pueden fortalecerse y eventualmente convertirse en nacientes redes industriales. El caso de Corea del Sur muestra claramente ese proceso, pero tal vez próximamente también el de China. Considérese al res-pecto que, según datos de la Organización Mundial de la Pro-piedad Intelectual, tan sólo entre 1997 y 2005, Brasil patentó 221 productos o procesos industriales, México anotó 104 y, AL en su conjunto no superó el medio millar. En drástico contras-te, en el mismo periodo, por ejemplo, Corea del Sur patentó 4 mil 747 productos o procesos industriales (2006).

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Gian Carlo Delgado-Ramos

AltatecnologíaenChina:¿maquilatecnológicaodesarrolloendógeno?

De conocimiento público es la creciente presencia china en ercado mundial. En lo que concierne a la industria de alta ología, los datos sugieren un crecimiento sostenido al ad-carse el 0.9% de la producción mundial en 1980; 5.5% en 9; 8.7% en 2001; y 9.3% en 2003 (National Science Board, 4:5-10). Consecuentemente, sus exportaciones en ese ru-ya representaban en 2003 el 7% del total mundial. (Íbidem, 6: 5-6).

El avance del sector aeroespacial, la farmacéutica y los trónicos es destacable. Por ejemplo, en 2003, China se dicaba el 26% de la producción manufacturera de com-doras y equipos de oficina tan sólo después de EUA; un

icionamiento que en parte se consolida con la compra de ivisión de computadoras de IBM (EUA) por parte de Leno-roup (China). Debe notarse que tal posicionamiento no sariamente significa una fortaleza del sistema científico-ológico chino per se, pues mucha de la investigación rea-

da en ese país es consecuencia de la intensa penetración ctores empresariales extranjeros, sobre todo de EUA y la n Europea (UE), que vienen haciendo uso de la fuerza de ajo calificada y no-calificada de bajo coste de esta nación n ello ampliando el potencial de sus ‘redes industriales’ a de sus fronteras nacionales.

El caso es válido especialmente en aplicaciones de la in-ación, electrónicos, biotecnología y nanotecnología. Los

ulos indican que el 80% de las exportaciones de alta tec-gía son llevadas a cabo por firmas controladas por capital anjero en alrededor de unos 700 centros multinacionales nvestigación.

No obstante, obsérvese que tal proceso no es unidimensio-pues, al mismo tiempo se viene vigorizando una conside-e evolución en la acumulación de know-how en tecnología dental que, a la par del histórico desarrollo científico chino crecimiento inusitado de la economía nacional, viene po-litando el exponencial estímulo de los distintos actores del

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2 Durante la “etapa estabilizadora” (1960-80) se registra una industrialización importante de AL que se caracterizó por ser tecnológicamente poco intensiva, avocarse en su mayor parte a actividades extractivas y, por estar desvinculada a las necesidades y realidad nacional. No obstante, sus efectos socio-económi-cos fueron importantes pues se sustentaban en una economía de mercado con un relevante intervencionismo del Estado como rector y promotor activo del desarrollo, como regulador del comercio exterior y de los mercados internos de bienes y servicios básicos, como inversionista (en el petróleo en su caso), y como promotor del bienestar social mediante leyes laborales y agrarias e instituciones sociales de educación, salud y servicios básicos. Así, aunque en efecto se registraba una industrialización, como correctamente Fajnzylber notaba en 1983, ésta se presentaba como “industrialización trunca” dada su limitada con-tribución a la satisfacción de las carencias regionales y su identificación con las potencialidades de la región (Fajnzylber, 1983). La Industrialización Trunca de América Latina. Nueva Imagen. México, 1983). No sólo se desvincularon las necesidades y potencialidades regionales, sino que además se vinculó la economía al consumo intensivo de petróleo y se ahondó la brecha entre la limitada población dentro, y la mayoría al margen, de la modernización industrial. La crisis de la deuda de 1982 y su “resolución” presentó la oportunidad para implantar un régimen centrado en el interés de los inversionistas extranjeros y sus socios locales: “el Consenso de Washington”. Desde entonces, crecientemente se han venido imponiendo serias restricciones a cualquier esquema latinoamericano de desarrollo económico-tecnológico endógeno puesto que el diseño de las políticas neoliberales está pensado para mantener, e incluso ahondar, las asimetrías imperantes. (Véase, por ejeplo: Stiglitz, Joseph). *Una reflexión más detallada se encuentra en proceso de redacción en coautoría con John Saxe-Fernández.

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sistema científico-tecnológico doméstico. Ello sugiere que se está entrando en un proceso de fortalecimiento de ese sistema a modo de una potencial ‘red industrial’, lo que ya comienza a reflejarse en importantes avances en CyT de relevancia inter-nacional (muchos resultado de la copia y, a veces mejora y/o adaptación, de la tecnología extranjera o lo que se denomina “ingeniería en reversa”).

De mención obligada es la activa participación china en el Pro-yecto Genoma Humano; su exitoso desciframiento del geno-ma del arroz; sus importantes avances en nanotecnología (e.g. nanomateriales); o su naciente carrera del espacio y la indus-tria aeroespacial vinculada que ha crecido de menos del 1% en 1980 al 10% en el 2003 (National Science Board, 2004: 1-17).

En este último caso, los encadenamientos productivos ya son evidentes. No es casual que a semanas del famoso lan-zamiento de la nave espacial Shenzhou 6, se anunciara que Costind (China), empresa estatal que desarrolla tecnología mi-litar, pretende desarrollar en el lapso de 10 años un avión de alcance medio para competir con Boeing (EUA) y Airbus (Reino Unido/Francia)3. Lo mismo se puede decir del acuerdo firmado por la estatal China Galileo Industries con la UE para acceder a los servicios que ésta ofrecerá por medio de su sistema de navegación satelital Galileo ya que se ha reconocido, en boca de Li Jiahong, un oficial del National Remote Sensing Center of China del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China, que:

…la cooperación entre China y Europa en el proyecto será

útil para el desarrollo independiente chino en la investigación

para su propio sistema de navegación satelital (People’s Daily,

2005).

De consolidarse en el corto-mediano plazo la innovación y el desarrollo en CyT endógeno con sus correspondientes si-nergias con actores domésticos, China bien podría consolidar-se en el rubro de la alta tecnología como un actor de relevancia a nivel internacional; aunque los obstáculos son mayores.

Elsistemacientífico-tecnológicochino

La capacidad del sistema científico-tecnológico chino no es despreciable, por el contrario, en el grueso de áreas de alta tecnología se coloca a la cabeza del resto de la periferia (aun-que no sucede así en el caso de la investigación básica donde registra todavía una relativa debilidad).

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Su gasto total en CyT se ha incrementado sustanciosamen-or ejemplo, tan sólo de 2000 a 2004 pasó de 89 millar-de yuanes (11.2 millardos de dólares) a 196 millardos de es (24.5 millardos de dólares). En ese último año, el 66%

gasto provenía de la industria, lo que indica una relativa penetración del Estado y el empresariado (nacional e in-acional)4.

Tabla 1GastoTotalenS&T-2003

(millardos de dólares)

País Gasto total en S&TA 268

188ón 106ina 24*

* cifra de 2004; en 2003 esta fue de 19.2 millardos

En términos humanos, China cuenta con 3.2 millones de onas vinculadas directa e indirectamente en actividades tíficas y tecnológicas, de las cuales, en 2003, poco más 20 mil eran científicos o ingenieros en funciones de in-igación. Comparativamente, los cálculos denotan que sus vas generaciones de ingenieros son 3 veces más grandes las de EUA (ya desde fines del siglo pasado estancadas e so decrecientes). En 2001 el 39% del total de graduados hina provenían de las ingenierías mientras que en EUA

lo fueron en un 5%. Y si bien con respecto a la proporción u población, China produce la mitad de graduandos que y sólo una octava parte se especializa en investigación y rrollo (IyD) (Liu, 2005: 34), lo cierto es que en términos lutos, se trata de una fortaleza más que una debilidad.

secuentemente las estimaciones sugieren que de mante-e la tendencia actual en la que China está a la cabeza de , ésta podría producir para el 2010 más doctorantes en que EUA (Einhorn, B. y Carey, J., 2005: 86). Además debe arse nota de que de 1983 a 2003, China se perfiló como aís con mayor número de estudiantes en EUA que han re-o títulos doctorales, de los cuales sólo el 60% permaneció

ajando al menos por un tiempo en ese país (2006: 2-25). s importantes se registran también en cuanto a títulos eu-os.

Asimismo, China ha publicado el 5.1% del total mundial esis en CyT y, con el 4.38% de publicaciones profesionales

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3 China’s spending on scientific R&D hits record 24.58 billions US dollars”. People’s Daily. 28 de diciembre de 2005..

4 La industria aportó 131.4 millardos de yuanes al gasto de ciencia y tecnología, mientras que el Estado gastó 43 millardos para sus institutos de investig-ación y 20 millardos para las universidades y colegios (véase: “China’s spending on scientific R&D hits record 24.58 billions US dollars”. People’s Daily. 28 de diciembre de 2005).

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del mundo en CyT, se coloca en el 12vo lugar a nivel mundial y en los primeros lugares en ciertas tecnologías de vanguardia como lo es el caso de la nanotecnología donde se adjudica el 6.3% de las publicaciones internacionales. En lo que respecta a patentes, la Oficina de la Propiedad Intelectual de la República Popular de China tenía para 2004 un total de más de dos millones de solicitudes de patentes, de las cuales 1.8 millones provenían de actores domésticos. Tan sólo en el periodo de 1985 a 2004 se registraron y otorgaron 1.2 millones de patentes de las cuales 162 mil correspondían a solicitudes del extranjero (State Intellectual Property Office of the Popular Republic of China, 2004). A nivel internacional se reconoce un aumento de la presencia china, particularmente en la Oficina de Patentes Europea con la cual ya tiene acuerdos de cooperación y donde registró en la última década del siglo pasado una tasa de crecimiento del 25% (Comisión Europea, 2003:333). Lo anterior sugiere ser resultado, entre otros factores, de un fortalecimiento de los diversos actores del sistema científi-co-tecnológico chino. Desde el polo del Estado, la planeación data desde finales de la década de 1970 cuando se diseñó lo que sería, primero, el “programa de IyD en tecnologías claves” (1982), y luego, en 1986 el actual “Programa 863” que tie-ne el objetivo específico de “beneficiar el desarrollo chino de alta tecnología en el mediano y largo plazo” en áreas como la biotecnología y las tecnologías aeroespaciales, de información, de láser y de automatización, de energías y materiales avan-zados/nanotecnología (Ministerio de Ciencia y Tecnología de la República Popular de China 2006). A esa estructura de pla-nificación se han ido luego insertando una serie de proyectos específicos como el “programa 973” de proyectos claves de investigación básica o el de “12 mega-proyectos” (Íbidem).

Se identifican entonces los siguientes actores claves por parte del Estado en el desarrollo de la CyT: el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MOST, por sus siglas en inglés), la Aca-demia China de Ciencias (CAS, por sus siglas en inglés), la Fun-dación Nacional China de la Ciencia (NSFC, por sus siglas en inglés) y el Ministerio Nacional de la Defensa de China; todos propietarios parciales o totales de centros e institutos de in-vestigación y/o de industrias de tecnología estratégica (civil y militar).

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Desde tales entidades, el gobierno ha impulsado múltiples ters de trabajo para el avance de la CyT y diversos proyec-de infraestructura (e.g. parques científico-industriales) que sido funcionales, no sólo para atraer capital extranjero, también para convocar a expatriados que ahora tienen pción de fungir como funcionarios y administradores. Lo mo ha sucedido con la creación de nuevos entes de investi-ión, muchos de los cuales son dirigidos por representantes la industria e investigadores expertos. Tal es el caso del ratorio de nanotecnología del Centro Ingenieril de Investi-

ión en Nanotecnología en Shanghai donde su director, Han fue empleado de IBM (Internacional Business Machines) y centro Ames de nanotecnología de la Administración Na-al de Aeronáutica y del Espacio de EUA (NASA, por sus si- en inglés).

Tales espacios, asumidos como “incubadores industriales lta tecnología” (debido a que son responsables de más de itad de las ganancias generadas por tal industria5), han favorecidos por acciones de política económica como la nción de hasta el 50% de los impuestos a aquellas indus-s que logren un crecimiento real de por lo menos 10%. En ismo tenor se colocan los proyectos de financiamiento del

do de Innovación en CyT para la Pequeña y Mediana Em-sa o los también ya mencionados préstamos blandos otor-os por el Banco Nacional de Desarrollo y el Banco Huaxia en erdo con el MOST.

Además, a modo de enlazar los centros de producción de ocimiento con el empresariado, una serie de entidades uni-itarias han sido seleccionadas por el gobierno como “cen- nacionales de transferencia tecnológica”.

Por lo indicado, se puede decir que el rumbo parece estar definido para el caso de la alta tecnología, pero llama tención que China, a la par, también está correctamente arrollando, bajo el 11o plan quinquenal (2006-10), su in-tria de manufactura de maquinaria. Consecuentemente la ciación China de Constructores de Máquinas, Herramientas strumentos se viene posicionando por el mejoramiento de apacidad de innovación independiente y el desarrollo de ologías estratégicas pues, como indica su presidente, Wu

in, “…uno puede introducir tecnología avanzada, pero no prar las tecnologías estratégicas ni las capacidades de in-ación” (Yu’an, 2006:10).

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5 El porcentaje llega al 65.4% para el caso de las empresas nacionales de alta tecnología. Véase: “Hi-tech zones account for half of revenue of China’s hi-tech industry.” People’s Daily Online. 8 de enero de 2006

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La nanotecnología6enChinaysupotencialposiciona-miento en el negocio de los nuevos materiales

Antes que nada, es preciso aclarar que la razón de incluir esta sección, a primera vista muy especializada, responde a dos cuestiones. Primero, que el rol que juegan las nacientes tecnologías de punta es fundamental en el potencial posicio-namiento de China en alguno(s) de sus nichos pues se trata de áreas tecnológicas en las que aún no se ha consolidado del todo ningún actor hegemónico (por más que unos tengan claras ventajas sobre otros). Segundo, porque en particular la nanotecnología se coloca a la vanguardia del desarrollo tecno-lógico de principios del siglo XXI.

Entrando en materia, los primeros pasos de China en la dis-ciplina se dieron en la segunda mitad de la década de 1980, particularmente mediante un par de proyectos para el desa-rrollo del Microscopio de Efecto Túnel (STM, por sus siglas en inglés), uno de los instrumentos claves en la manipulación a es-cala nanométrica o a la mil millonésima de metro. Los proyectos fueron entonces llevados a cabo por el Instituto de Química de la CAS y el Laboratorio de Electro Microscopía de Beijing. A par-tir de entonces, se registran unos cuantos proyectos más para, por ejemplo, el desarrollo del también ya existente Microscopio de Fuerza Atómica (AFM, por sus siglas en inglés), entre otros instrumentales básicos de manipulación y medición.

Las actividades de investigación nanotecnológica comen-zaron a girar entonces en torno al Programa Nacional de Prio-ridades de Investigación Básica cuando, en 1992, se formuló un (sub)programa de investigación básica en nanomateria-les (existente en 2005 y con vísperas de continuar). En 1998 (cuando comenzó el ya mencionado “Programa 973”) y hasta el 2003, la CAS financió cinco proyectos mayores: 1) “Nanoma-teriales y Nanoestructuras” en el Instituto de Física del Estado Sólido de la CAS; 2) “Fabricación de Materiales Espintrónicos…” en el Instituto de Física de la CAS; 3) “Materiales para Instru-

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os de Computación Nanoelectrónica…” en la Universidad eijing; 4) “…Propiedades, Fabricación y Aplicaciones de riales Band-gap7” en la Universidad Fudan; y 5) “Microes-uras y Propiedades Físicas de los Materiales en el Instituto sica de la CAS (Peng, 2006:227) Con ésos, la Academia de ias se colocó individualmente como el ente articulador nanciamiento de grupos relativamente grandes, mientras n colaboración con la NSFC, otorgó financiamiento indi-l, sobre todo para el desarrollo de pequeños proyectos en nanosondas y nanotubos) (World Technology Division yola iCollage. 2005).

ara el año 2000 se acordó la formación del Centro de Na-ncia y Nanotecnología de la CAS a modo de integrar las dades de investigación y promover su comercialización, no fue hasta 2003 que la CAS, junto con el MOST, la Uni-dad de Beijing y la Universidad de Tsinghua (esas últimas cofundadoras), acordaron fundar en Beijing, el Centro nal de Nano Ciencia y Tecnología (NCNST, por sus siglas glés). Además, en ese momento se formalizaron los me-mos para la estandarización y comercialización de la na-nología mediante el establecimiento del Comité Tecnoló-

Nacional para la Estandarización de la Nanotecnología y la sión Especializada en Nanotecnología.

stadísticas incompletas indican que hay unas 50 univer-es y 20 institutos de investigación de la CAS realizando n nanociencia y nanotecnología. Asimismo, figuran 700 añías registradas bajo el rubro de nanotecnología, y unas fectivamente realizando IyD en la materia (Bai, 2005:61-n total, se presumía que a nivel nacional había al menos 3

ientíficos e ingenieros involucrados en esas actividades8. ráficamente, Beijing y Shanghai se perfilan a partir de ese ento como los centros medulares de la investigación na-nológica9. De igual forma, se calcula que de 2000 a 2004

sto total gubernamental en nanotecnología acumuló unos illones de dólares10.

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6 Se trata de una tecnología que opera a la nano escala, es decir que trabaja en dimensiones de entre 10-6 a 10-9 de metros, o siendo más precisos, aquella que, como indica la Royal Society, opera manipulando la materia y sus interacciones de entre los 100 nanómetros (nm) hasta el tama-ño de los átomos (aproximadamente 0.2nm). Ello responde a que a esa (nano) escala las propiedades de los materiales pueden ser muy diferen-tes que aquellas a la macro escala (Royal Society. Nanoscience and nanotechnologies: opportunities and uncertainties. Reino Unido, 2004).

7 Característica que refiere a la presencia de un intervalo de energía de un electrón, entre el nivel de valencia y el nivel de conducción de un material.

8 Entre los centros o institutos más relevantes están: el Centro de Investigación Nanotecnológica de la CAS (Beijing); Centro de Desarrollo y Aplicación de Nano-materiales del Instituto de Física de Estado Sólido (HeFei); Centro de Nano Ciencia y Tecnología de la Universidad de Beijing; Centro de Micro y Nanotecnología de la Universidad de Tsinghua (Beijing); Centro de Ciencia de las Superficies, Nanotecnología e Ingeniería de la Universidad de Shanghai; Centro de Promoción de la Nanotecnología y el Desarrollo Industrial de Shangai; Centro de Nano Investigación y Desarrollo de Shenyang en la Universidad de Shenyang; Laboratorio Nacional de Ciencias de los Materiales de Shenyang –parte de la CAS; Centro de Micro y Nanotecnología de la Universidad de Hunan; Centro de Nanotecnología de la Universidad de Wuhan; Centro de Nanotecnología de la Universidad del Sur de Guangzhou; Centro de Nanotecnolgía de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Electrónicos de Xi’An; el Centro Conjunto de Nanotecnología de Shanghai; y el Centro Nacional de Nanociencia y Nanotecnología (Shanghai).

9 Beijing viene otorgando trato preferencial a las empresas nanotecnológicas que se emplacen en los campos tecnológicos de la ciudad y su periferia, mien-tras que Shanghai hace lo propio con vísperas a consolidarse como la meca nanotecnológica nacional para el 2010. Véase: a) Jing, Fu. “Nano-tech needs major capital injection.” China Daily. 21 de mayo de 2004; b) Tianle, Chang. “Lack of scientists may hamper city.” China Daily. 1 de septiembre de 2004.

10 Han de tomarse en cuenta dos factores en este punto. 1) El gasto en nanotecnología refiere a actividades que según la clasificación de cada país corresponden directa y específicamente a ese rubro. Por ejemplo, el grueso de investigaciones en microelectrónica no son consideradas en EUA como investigación en nanotecnología, mientras que en la UE muchas sí lo son. Al gasto en nanotecnología debe sumarse el efectuado en otras disci-plinas y áreas tecnológicas estrechamente vinculadas como lo son la química molecular, la física atómica y cuántica, entre otras. 2) El gasto en China resulta relativamente más rentable que en los países capitalistas centrales donde los salarios de los científicos e ingenieros son mucho más elevados.

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Con tales antecedentes brevemente descritos, en cuanto a publicaciones especializadas se refiere y como antes se indicó, China ya se colocaba en 2003 en el cuarto lugar con el 6.3% (si se consideran los países europeos por separado). Antecedién-dola figuran EUA con el 25%, Japón con el 12.5% y Alemania con el 10.7%; y siguiéndola Francia con cerca del 6.3%, Reino Unido con el 5.4% y Rusia con el 4.6% (Comisión Europea.2003:292). El crecimiento de patentes registradas a favor de China tam-bién es destacable pero no tiene comparación con el de sus publicaciones. Según estimaciones de 2005, China ocupaba el vigésimo lugar a nivel mundial11.

Con todo, aunque los datos resultan significativos, éstos no deben ser sobredimensionados pues hay que considerar, ade-más del incomparablemente reducido gasto público con res-pecto a otros países12, que los avances chinos en nanociencia y nanotecnología se centran en ciertas áreas y tipo de aplicaciones que se caracterizan por tener, en su gran mayoría, un potencial comercial de corto plazo. Como se expone desde la política nacional: la meta es integrar la investigación en nanotecnología con la industria tradicional para mejorar sus productos (no se trata de innovación científico-tecnológica per se que lleve a un mayor desarrollo de la CyT o en particular de la nanotecnología, sino del desarrollo de productos ya existentes con propiedades innovadoras). Tal es el caso, por mencionar uno, de los nuevos materiales para su uso en la industria textil13. Además, al menos por el momento, China está altamente limitada en términos técnicos pues falta suficiente equipo de alta resolución electrónica que permite la ‘observación’ de las muestras en tiempo real. Ello restringe, entre otras cosas, la preparación de elementos y componentes para el desarrollo de nano-dispositivos (Peng, 2005:231). Consecuentemente, es de esperarse que el grueso de investigaciones de alto grado de sofisticación e input tecnológico, que requieren de equipo es-pecializado y de disponibilidad usualmente restringida a paí-

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apitalistas centrales, se queden en manos de los grandes es: EUA, UE y, en menor medida, Japón. Y es que se trata uellas investigaciones que usualmente son más caras y llenas de incertidumbres puesto que, generalmente, tie-angos de aplicación que van del mediano al largo plazo, que también, en muchos de los casos, resultan ser las de r impacto y encadenamientos productivos.

anterior y considerando las dimensiones geoeconómicas ina, no niega las posibilidades del país de ir avanzando, eciendo y expandiendo su investigación en nanociencia otecnología, pero por lo pronto lleva años de atraso en ples especialidades14 y difícilmente podrá ahí competir (a s que haya un desarrollo sin precedentes en tales o cuales s o que sea producto de un ‘golpe de suerte’ en el queha-vestigativo).

un hecho reconocido por los actores chinos involucra-n el avance de la nanotecnología. Como indican Peng, y Liu del CAS,

…sería irreal para nosotros lanzarnos a una competencia en

todos los planos con los países desarrollados en este aspecto

[la carrera nanotecnológica], y además, lo más probable es que

esa competencia no haría ningún bien para el sano y ordenado

desarrollo de éste en China. Por el contrario, tenemos nuestros

propios puntos fuertes en la preparación de nanomateriales

y tecnologías de detección asociadas, y hemos desarrollado

nuestras propias reservas tanto humanas como de equipo que

nos permitirán hacer algo de excelencia. (Íbidem: 228)

r último, resulta pertinente puntualizar, de cara a la lejidad de la nanotecnología y la incertidumbre sobre po-les riesgos y peligros que podría implicar su desarrollo 15, que la ausencia general de una seria regulación en ehacer científico tecnológico de punta en China, es una

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11 “Government raises nano-tech funding.” China Daily. 10 de junio de 2005. Según un estudio, la distribución de patentes en nanotecnología con base a la búsqueda de palabras claves en el título y cuerpo del texto de registro de las mismas, muestran que el número de patentes asignadas por país en el periodo de 1976 a 2002 en la USTPO es: EUA (37,760), Japón (5,637), Alemania (5,214), Francia (1,617), Canadá (1,528), Reino Unido (709), Suiza (370), Israel (326), China/Taiwán (307), Italia (307), Australia (287), Holanda (268), Corea (247), Suecia (195), Bélgica (176), Dinamarca (99), Finlandia (81), Noruega (55), Sin-gapur (48) y Austria (43). Para el año 2003, los datos son: EUA (5,228), Japón (926), Alemania (684), Canadá (244), Francia (183), Corea (84), Holanda (81), Reino Unido (78), China/Taiwán (77), Israel (68), Suiza (56), Australia (53), Suecia (39), Italia (31), Bélgica (28), Dinamarca (23), Singapur (20), Finlandia (17), Irlanda (10), Austria (8), China (8). Véase: Huang, Zan; Chen, Hsinchun; Chen, Zhi-Kai; Roco, Mihail. “International nanotechnology development in 2003: country, institution and technology field analysis based on USPTO patent database.” Journal of Nanoparticle Research, No. 6. EUA, 2004.

12 EUA se coloca a la cabeza del gasto en nanotecnología, tanto en su dimensión pública como privada. En 2005, tan sólo el gobierno había destinado 1,081 millones de dólares y había abierto una línea de crédito, desde la National Nanotechnology Initiative por 3.7 millardos de dólares. UE le sigue los pasos con un gasto público que suma los 1.3 millardos de euros en el periodo 2002-06 y que acumulado hasta 2004 era ya de 2 millardos de euros. Japón pasó de 400 millones de dólares en 2001 a 960 millones en 2004. Nótese que a las cifras anteriores ha de sumarse el gasto privado que en estos países contribuye hasta con dos terceras partes del gasto total en nanotecnología.

13 Por ejemplo China ha desarrollado técnicas exitosas de producción de nanotubos (de gran aplicación en la industria de los electrónicos y nuevos mate-riales –útiles, por ejemplo, en la industria aeroespacial), de fibras y otros materiales de uso textil (caso de la empresa U-right), de materiales novedosos para la construcción, o de pinturas de alta resistencia (útiles en la industria automotriz), entre otros ejemplos. Tal vez de los más sofisticados avances es el de mecanismos de entrega de medicamentos a escala nanométrica como el desarrollado por el CAS Shanghai Institute of Ceramics.

14 Tal es el caso de los mencionados nanodispositivos y su integración a nanoestructuras mayores para aplicaciones en nanomedicina, nano-robótica, etcé-tera. Me refiero a estructuras adaptativas y nanoestructuradas avanzadas, a ensamblajes moleculares, nanobiosensores, etcétera.

15 Consúltese, por ejemplo: Delgado-Ramos, Gian Carlo. “Promesas y peligros de la Nanotecnología.” Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. España, enero-junio de 2004 (www.ucm.es/info/nomadas/9/giandelgado.htm); Delgado, Gian Carlo. “Riesgos Ambientales de la Nanotecnología: nanopartículas y

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cuestión que específicamente llama la atención. Esto es, no sólo por lo arriesgado que pueden llegar a ser las propias investi-gaciones endémicas, de cara a la carrera china por insertarse como actor relevante en la competencia intercapitalista de la alta tecnología en el mediano-largo plazo sino porque, de con-solidarse algún tipo de medidas precautorias y/o restrictivas en los países capitalistas centrales sobre nanotecnología, las mul-tinacionales de esos países optarían indudablemente por mo-ver a sus laboratorios o filiales en China sus correspondientes investigaciones de alto riesgo y/o prohibidas en su país de ori-gen. Este argumento se sostiene precisamente por la conside-rable probabilidad de una regulación china laxa o ausente, así como por lo económico de la fuerza de trabajo calificada y de las pruebas clínicas y similares (tal y como ya viene sucediendo en el caso de la industria farmacéutica/biotecnológica)16.

Espionajetecnológicoyelnegociodelapropiedadintelectual

El ‘preocupante’ ascenso del dinamismo de China, desde los ojos de los países capitalistas centrales, ha llevado a acu-saciones sobre la existencia de programas de espionaje tecno-lógico plausiblemente financiados por el gobierno y ejecuta-dos por empresas encubiertas, estudiantes u otros ‘agentes’. El jefe de operaciones de contrainteligencia del Federal Bureau of Investigation (FBI), David Szady, asegura que, “…el espio-naje ha ayudado a que Beijing adquiera en tan sólo un par de años lo que normalmente toma una década lograr”(Liu. 2005-2006:30).Por su parte, el Deputy Undersecretary of Defense for Technology and Counterproliferation ha testificado que hay entre 2 mil y 3 mil compañías chinas encubiertas que operan en EUA para recolectar información secreta o de propiedad, mucha de la cual es información o tecnología de seguridad nacional” (Wortzel, 2005).

Esos argumentos se sostienen, según se afirma, en una docena de casos actualmente en revisión que involucran in-dividuos que supuestamente han contrabandeado tecnologías como las de los sistemas de visión nocturna o de códigos para la proyección de imagen sísmica, entre otras de carácter mili-tar como la de sistemas de propulsión submarina de tipo QED (quiet electronic drive) desarrolladas por Power Paragon (EUA) (Íbidem:32).

El embajFoundSecuriHouse

Enmultinnació que haIndia dado qcon elproviedase qbido a(máqurio camblemacambi Endel cade su otros internbrica Privaclías a (WLANque ppropuy sobropues33-36

panorama es aún más detallado por Larry Wortzel, ex-ador de EUA en China, quien sostiene desde la Heritage ation (y ante el Subcommittee on Immigration, Border ty and Claims del Committee on the Judiciary of the of Representatives) que,

…la tendencia de robar propiedad intelectual y secretos de alta

tecnología en China se empeora cuando las leyes de propie-

dad intelectual no son ejercidas ahí. Y el problema es aún más

exacerbado cuando los programas centralizados del gobierno

chino, como el Programa 863, están específicamente diseñados

(sic) para adquirir alta tecnología extranjera de aplicación mili-

tar. Esto solo crea un clima dentro de China que recompensa el

robo de secretos (Íbidem).

tre los casos que levantan tales sospechas está el de la acional de las telecomunicaciones Huawai (China) que prácticamente de operaciones de ingeniería en reversa y sido acusada (en 2001) por el aparato de inteligencia de

por su presumible función en operaciones de espionaje ue se cree que la multinacional tiene estrechos vínculos

aparato militar y de inteligencia chino pues su fundador ne de las filas de oficiales de alto rango del ejército. Añá-ue Huawai fue demandada en 2003 por Cisco (EUA) de- que copió los códigos que esta última usa en sus routers inas que conectan redes en línea) y que permitía al usua-biarse a la versión de Huawai -más económica- sin pro-

s de compatibilidad. La demanda al final fue retirada a o de que Huawai cambiara los códigos de sus routers.

términos de la competencia intercapitalista, lo relevante so y del calibre de las acusaciones (independientemente veracidad) es que Huawai está presionando, junto con socios domésticos del sector, para la implementación acional de un estándar doméstico de conexión inalám-(wireless) denominado WAPI (WLAN Authentication and y Infrastructure) de modo que no tengan que pagar rega-multinacionales extranjeras por el uso de sus estándares ), y más aún, que por el contrario, esas últimas tengan agar a las chinas si desean operar en el país. Ante tal esta, las multinacionales estadounidenses y europeas, e todo el gobierno de EUA, por obvias razones se han to a aceptar la validez de tal estándar (Lemon, S. 2006: ). No obstante, ya es un hecho la implementación de

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nanoestructuras. Ambientales. No. 31. San José, Costa Rica., 2006. Y, próximamente, Delgado, Gian Carlo. Nanotecnologías: Incertidumbres y manejo social (Arena. México, en edición).

16 China se está perfilando como el conejillo de indias de las innovaciones farmacéuticas pues los costos de las pruebas clínicas ahí son, en promedio, la cuarta parte de lo que cuesta llevarlas a cabo en EUA. A ello se suma la ventaja de que en China no hay regulaciones restrictivas éticas como las estadoun-idenses o europeas (lo que no significa que ahí tales regulaciones sean del todo funcionales); tal es el caso de la clonación de células troncales o células madre. El reconocimiento de la falta generalizada de dichas regulaciones en China es inclusive a nivel oficial y los esfuerzos por hacer algo al respecto en el futuro próximo se fundamentan en la consolidación de un “Comité de Ética en la Ciencia” que al parecer no tener ningún peso en el quehacer político na-cional y más bien se limita a la asesoría e investigación para la “autorregulación” de la Academia China de la Ciencia (CAS) y la Academia China de Ingeniería (CAE). Léase al respecto: “Scholars convene to discuss ethics of science in Beijing.” Bulletin of the Chinese Academy of Sciences. Vol. 19. No. 4. Beijing, 2005.

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otros estándares de propiedad intelectual china como el TD-SCDMA para las telecomunicaciones de tercera generación (3G) – que incluye audio y video-, o los de protocolos de Internet o de protección de información.

Hay que dar cuenta que el peligro real que el empresariado extranjero en alta tecnología visualiza, es precisamente el as-censo del empresariado chino como un competidor de dimen-siones crecientemente importantes. No sorprende que desde la Organización Mundial de Comercio (OMC) se esté presio-nando a China para que cumpla al dedillo todas las regulacio-nes internacionales de propiedad intelectual, al tiempo que se busca implícitamente restringir el desarrollo de estándares y regulaciones domésticas sobre propiedad intelectual en alta tecnología, sea la de telecomunicaciones u otra (Intellectual Property Watch, 2005).

Lo cierto es que China puede obtener información tecnoló-gica por mecanismos legales, más allá de las plausibles y po-tenciales operaciones de espionaje tecnológico (éstas también históricamente implementadas por los países capitalistas cen-trales). Tal es el caso de la industria nuclear pues los provee-dores extranjeros de reactores nucleares, para poder operar en China, deben permitir trabajar a ingenieros y técnicos chinos junto con los extranjeros (Ying, 2006:9; Guterl, 2006:36-44).

ElpotencialtecnológicodeChinaylacuestiónmilitar

La posibilidad de que China se coloque como un retador importante de los mercados internacionales de tecnología, in-cluyendo la alta tecnología civil y militar, ha sonado la alarma entre la comunidad de países capitalistas centrales, razón que explica afirmaciones como las que sugieren en tono alarmista, pero estratégicamente correcto, que:

…China podría suplantar a EUA en el liderazgo tecnológico en

el futuro no tan distante, así como amenazar militarmente a los

amigos asiáticos de Washington (Liu, 2006:30).

Y si bien tal escenario no es imposible en el largo plazo siempre y cuando se cumplan un abanico de factores (véase al-gunos de ellos más adelante), éste no parece ser factible en el corto e inclusive mediano plazo. Sin embargo, adviértase que en la medida de contener a China, correcta y estratégicamente ese argumento es funcional en tanto que, desde la perspectiva

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Enoficialllardoscifras fuenteDe esaunos 7militar

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países capitalistas centrales, el momento pertinente de medidas restrictivas es justamente ahora.

a de las vías predilectas de EUA, en este caso para la ción del ascenso de China en el área internacional, es

stión del incremento del gasto militar chino y particu-te de su CyT en ese rubro. Según se informa, la cúpula china está interesada en la adquisición y/o desarrollo nología electroinformática para la guerra (incluyendo un o sistema de satélites y microsatélites de baja órbita),

temas balísticos de última generación tanto de corto, no y largo alcance, así como de nuevos materiales para arrollo, por ejemplo, de tecnología “stealth” (que permi-dir la detección de radares convencionales), entre otras iones17.

un contexto en el que los juegos de guerra sobre una al confrontación con China, generada por el apoyo es-idense a la independencia de Taiwán, ya son parte de la

a del Pentágono, todo al tiempo que, para alimentar las nes, se exploran los mecanismos para la venta de armas unidenses por medio de la Taiwan Relations Act y se

ona la cancelación del embargo europeo sobre ventas de a China (Wortzel, 2003).

te ello, la cúpula militar china parece prepararse para entual repulsión del mayor daño posible y no para una ntación provocada, pues China, por lo menos en el cor-diano plazo tiene más que perder en tanto que, sólo en os económicos, cualquier evento bélico de magnitud se-

amente desestabilizador. Y aunque al mismo tiempo, la nización del equipo militar chino responde en una cier-ida a garantizar una relativa hegemonía regional, vale

r que el gasto en tal rubro es comparativamente limitado nte a aquel ejecutado por cualquiera de los países capi-s centrales.

2005, el gasto militar total estadounidense, en cifras es, fue de 419 millardos de dólares de cara a 29.9 mi- de dólares en el caso de China (cabe señalar que las

no oficiales varían llamativa e interesantemente según la , pues el Pentágono triplica el monto del gasto chino)18. s cifras oficiales (de 2005), el gobierno de EUA destinó 4 millardos exclusivamente para investigación en CyT , a los que se han de sumar otros montos importantes

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17 Véase: Medeiros, Evan; Cliff, Roger; Crane, Keith; Mulvenon, James. A New Direction for China’s Defense Industry. Rand Corporation. Air Force Project. EUA, 2005.

18 La Gorgona es la deidad que, en la mitología griega, tenía el poder de hacer morir a quien la mirara. Dice Levi: “No somos nosotros, los supervivientes, los ver Los datos del Stockholm International Peace Research Institute, que se podrían considerar como los más imparciales, indican que el gasto real de China en ese año fue de 35.4 millardos de dólares, mientras que el de EUA de 455 millardos. No obstante, llama la atención que estratégicamente y en armonía con sus líneas políticas-operativas de ‘cercar’ a China, el Pentágono asegure que el verdadero gasto de China es de 90 millardos mientras que el propio se apega a la cifra oficial. La Rand Corporation, con vínculos al Pentágono y demás agencias gubernamentales de EUA, calcula de modo más conservador que el gasto total militar real de China ronda los 42 a los 51 millardos.

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provenientes de inversiones adicionales efectuadas por sus multinacionales involucradas en el negocio de la guerra. Esto es más del doble del gasto oficial total militar de China donde, a saber, no había inversión privada en IyD de tecnología militar hasta el 2006, cuando el gobierno chino decidió abrir la in-dustria militar al ámbito de lo privado y comienza a promover el financiamiento público de empresas privadas contratistas del gobierno (Dickie, 2006).

Más aún, según una evaluación sobre la industria militar china preparada para las fuerzas aéreas de EUA por parte de la Rand Corporation (EUA), es claro que la modernización militar de China responde en gran medida al avance general de las fuerzas productivas domésticas pues, muchas de las áreas de tecnología militar tienen antecedentes históricos que trascien-den la coyuntura actual de una militarización exponencial en los términos en los que parece exponerla el Pentágono. Por ejemplo, en el caso de la industria china de balística (e.g. mi-siles), es bien sabido que históricamente ésta ha sido el fuerte de la industria militar nacional, con avances importantes desde antes de la década de 1980. En el caso de la industria china na-val, la Rand asegura que aunque ha mejorado, aún mantiene li-mitaciones tecnológicas importantes en componentes militares críticos que limitan la capacidad de combate. En lo que respec-ta a la aeroespacial, aunque ha avanzado a pasos agigantados, las limitaciones en aviones de combate de cuarta generación son evidentes y lo son más para el desarrollo de aviones de carga de gran capacidad (incluyendo bombarderos).

La Rand concluye que las verdaderas limitaciones de la in-dustria militar china no radican tanto en la capacidad en CyT del país, sino sobre todo en los estímulos económicos a cada sector en cuestión, algo que comienza a cambiar conforme la economía china se mantiene creciendo. En otras palabras, suscribe la Rand,

…la industria de la defensa [china] tiene ahora el potencial (sic),

en algunas tecnologías, de volverse más competitiva dentro

del sector de los poderes militares más avanzados, ello en el

transcurso de las próximas dos décadas (Medeiros, 2005: 256).

Nótese entonces que lo que sobre todo actualmente está en juego son los intereses de la multimillonaria industria de la guerra más allá de la “seguridad nacional estadounidense” per se, a menos que se asuma, como ironizaba Marcus Raskin, ex-miembro del Consejo de Seguridad Nacional del presidente John F. Kennedy, que: “...business is national security; national security is business”19.

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C2006“la liUnidbusqAnteciónviejodel E“…lo(Íbidespa

e cualquier modo, se entiende que China esté desarro-o particularmente su tecnología militar en sistemas de roinformática, pues ése es su fuerte en el ámbito civil. lmente lo es el de su floreciente industria aeroespacial do a que es producto de su carrera al espacio y su in-igación en balística. Pero lo que es más, resulta lógico su rrollo dada la funcionalidad de esas tecnologías de cara a aracterísticas de un plausible conflicto con EUA (e.g. por án). Ése se caracterizaría por ser a larga distancia y de alto enido tecnológico, en tanto que la debilidad estadouni-e siempre ha sido su limitado poder de tropa (algo que rasta totalmente con el caso chino). Así, la estrategia es-unidense tendría que contenerse a ataques a distancia en e refiere al heartland chino (puntos o zonas focales en la tegia militar dentro del continente) y a un limitado ata-de tropas en el ámbito de su rimland (o borde continental erritorio chino). Por tanto, el desarrollo de tecnología que a en la dimensión de la guerra a distancia -como misiles, lites, etc.- indica pues un fortalecimiento del aspecto de-ivo chino, al menos en un escenario de tal naturaleza, y no o sustento para eventualmente atacar, en el corto-media-lazo, a la potencia militarmente más fuerte del mundo.

o anterior resuelve que China venga, por un lado, desarro-o exitosamente armas para destruir satélites (véase más

ante), mientras que, por el otro lado, trabaje sus relaciones máticas con el grueso de sus vecinos y busque limitar el

po operativo de la tecnología espacial de uso militar (de y abrumadora ventaja estadounidense y próximamen-on el Galileo, también europea). Por ejemplo, ese último o se confirma con la propuesta china, en el marco de las ones Unidas, de un tratado internacional que restrinja la arización del espacio (Íbidem, 2003).

omo respuesta de EUA, G. W. Bush autorizó en el verano de , una nueva política espacial en la que llama a garantizar bertad de acción” en el espacio, es decir que, “…Estados os se reserva el derecho de usar la fuerza contra países que uen destruir satélites estadounidenses” (Kahn, J. 2007). ello, el 11 de enero de 2007, China hizo una demostra- de un arma para la destrucción de satélites al derribar un satélite meteorológico propio. Para Xu Guangyu, oficial jército chino, tal acción “cambia las reglas del juego” pues, que China está diciendo es, “vamos a sentarnos a hablar” em). Y agrega, “…hay una tendencia a la militarización del cio que nadie quiere ver, especialmente China” (Íbidem).

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19 Citado en: Saxe-Fernández, John. La Compra-Venta de México. Plaza y Janés, 2002. Nótese que en este contexto resulta irónico que EUA haya consoli-dado ventas millonarias de armamento con diversas empresas chinas. Al parecer, esas ventas se lograron mediante “vacíos” en ciertas regulaciones (Léase: AP. “Military gear bound for Iran, China traced to Pentagon surplus sales.” International Herald Tribune. 16 de enero de 2007).

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Lo anterior deja claro que China, ni pretende ser modelo de diplomacia, ni tampoco aspira a limitarse a ser un ‘dragón de papel’; su posición respecto a Taiwán y la reciente destrucción de su propio satélite lo demuestra nítidamente. Asimismo, en el ínterin, es evidente también que China viene tratando de con-solidar crecientemente su posición e influencia a nivel regional y en todos los planos posibles (incluyendo el militar). Por lo tanto, y más allá de indagar en la compleja situación geoestratégica de la región, conviene limitarse en recordar las indicaciones del Project for the New American Century (PNAC) para dar cuenta de que el potencial conflicto por Taiwán figura más como un mecanismo de contención estadounidense del potencial ascenso de China como un actor relevante en la com-petencia intercapitalista, que como producto de una supuesta consolidación de China como retador hegemónico de escala global. ¡La distinción es fundamental!

Y es que el PNAC, ya desde finales del siglo pasado evaluaba la situación y perspectivas militares de EUA ante el ascenso de la presencia de China en la economía mundial. Asia del este, in-dicaba, “…será crecientemente una región importante marcada por el ascenso de poder chino” (Project for the New American Century, 2000). Ante ello y en la medida de poder “garantizar la libertad, la paz y la estabilidad” (léase, mantener la proyección hegemónica estadounidense) aseguraba el PNAC, resulta ne-cesaria la presencia militar de EUA en dicha “región crítica” del mundo. Por tanto, se enlistaba que entre las medidas concretas a tomar, están la de mantener el cerco militar a China por me-dio de las tropas emplazadas en Corea y Japón (y ciertamente ahora las ubicadas en Afganistán), y mediante la apertura de un emplazamiento militar en Australia o Filipinas y el consecuente traslado de tropas adicionales hacia el sur de Asia y, en gene-ral, hacia el Pacífico (seguramente incluyendo potencialmente a Micronesia donde EUA, por medio de una serie de acuerdos de libre asociación, tiene una injerencia mayor después de que estuvieran bajo su égida por más de 30 años)20.

Reflexiónfinal

Por todo lo indicado se puede decir que China no se per-fila en el corto-mediano plazo como retador hegemónico, ni tampoco como nuevo líder en el plano de la CyT civil, mucho menos en la militar. No obstante, de mantenerse la actual ten-

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(íntimamente vinculada al crecimiento económico; que ostenerse ha de virar crecientemente hacia el consumo o en paralelo al sostenido superávit de su balanza co-al), el potencial chino en el mediano plazo como actor tante, cuando menos en ciertos ámbitos del plano tec-ico, es indiscutible.

s actuales limitaciones del potente sistema científico-ógico chino para eventualmente consolidarse como una era red industrial, son bien identificadas por la propia de poder de ese país. Según confirma Xin, miembro de isión Permanente del Congreso Nacional y presidente

CAS, “…la mayoría de los recursos para el progreso in-al en CyT en China recaen fuera del país y la capacidad stica no puede proveer un apoyo efectivo para el desa-nacional” (Xin, 2005:100). Ello se debe, agrega, a una coordinación entre los departamentos del gobierno y inadecuado rol del mecanismo de mercado, a una baja idad de innovación técnica en las empresas, a débiles ciones de investigación, a recursos poco consolidados y eficiente papel de las universidades y de las inmaduras ias intermediarias (Íbidem: 100-1).

embargo, justo por ello, en China se vienen formulando lementando una serie de medidas -ya antes brevemente das- que buscan revertir la mencionada evaluación que in, o en otras palabras, una serie de mecanismos que

turalmente los países capitalistas centrales implementan el resto de la periferia debería cuando menos de tomar su propio contexto y necesidades pero en armonía so-ambiental.

es que lo que China viene mostrando al resto de la peri-y al mundo), con todas las críticas que ciertamente se le n y han de hacer, es la conformación de una clase políti-tivamente nacionalista y una élite empresarial altamente iosa. No es casual que en este contexto se sugiera desde ula gubernamental, …[la necesidad de] imponer contro-ionales a los monopolios extranjeros que atentan contra ereses nacionales en tecnología clave” 21. Y se añade,

…en la medida de proteger al máximo los beneficios e intere-

ses del país y sus empresas, serán necesarios esfuerzos flexi-

bles para aplicar ‘cláusulas de escape’ en protocolos interna-

cionales como el de la OMC22.

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20 Ibid: 18-21. Textualmente el reporte resume la situación del siguiente modo: “…it is time to increase the presence of American forces in Southeast Asia. Control of key sea lines of communication, ensuring access to rapidly growing economies, maintaining regional stability while fostering closer ties to fledg-ling democracies and, perhaps most important, supporting the nascent trends toward political liberty [léase, Taiwán] are all enduring security interests for America. No US strategy can constrain a Chinese challenge to American regional leadership if our security guarantees to Southeast Asia are intermittent and US military presence a periodic affair” (Ibid: 19).

21 Xin, 2005. Op cit: 1001. Ya en enero de 2007, China anunciaba que tomaría medidas para restringir la entrada de capitales, mientras facilitaría la salida de los mismos (Associated Press, “China aims to limit foreign exchange.” International Herald Tribune. 21 de enero de 2007).

22 Ibid.

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Finalmente, ha de aclararse que el caso chino no es ningún modelo social y ecológicamente armónico, aunque sí un buen ejemplo de fortalecimiento de la cúpula empresarial y de poder periférica que se niega a subordinarse del todo a los diversos lineamientos usualmente impuestos por los países capitalis-

tas de cideolo es

centrales. Los ritmos de explotación de su población23 y onsumo de recursos naturales son de orden mayor y, la logía nacional netamente capitalista que se viene forjando aún más.

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23 A modo de ejemplificar vale señalar que para el 2005, el ingreso per capita era de mil dólares, no obstante el salario mínimo legal, o el del grueso de la población, era de 565 yuanes o poco más de 70 dólares. Pero, los datos anteriores no dejan ver el tipo, ritmos e intensidad del trabajo. A las largas e intensas jornadas de trabajo se suman desgastes corporales invaluables como lo son la vista para el caso de los soldadores de componentes electrónicos (el grueso mujeres). La brecha entre miserables y ricos es patente hasta en los mejores barrios de las cosmopolitas ciudades como Shanghai o Beijing. Y es que se trata de una explotación que se logra mantener, entre otras razones, por el nutrido ejército industrial de reserva con el que cuenta dicho país y que funge como herramienta de presión sobre el ejército industrial en activo.

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Jordy Micheli Thirión

La industria emergente de los call centers es un sector dinámico de la economía mundial cuyos empleos se cuentan por millones. En este artí-culo se muestran la característica taylorista del proceso de trabajo, las tendencias expansivas de las empresas del telemercado, la concentración del empleo en los jóvenes así como la debilidad de las relaciones laborales en la industria. La conclusión es que las condiciones estructurales del capitalismo postindustrial contemporáneo constituyen el marco del crecimiento de la industria de call centers. Estas condiciones son: la necesidad de de administrar de modo competitivo los flujos de información y comunicación dentro de las empresas y las organizaciones; la notable actividad de innovación de los sectores de las tecnologías de información y el desempleo estructural entre jóvenes universitarios o egresados. En el contexto de una economía terciaria en expansión, los call centers se convierten en un modelo de gestión laboral y de creación de empleos para el siglo XXI.

Palabras clave: Call center, telemercado, empleo juvenil, flexibilidad laboral, tecnologías de información.

Call centers and the new jobs of the 21st Century

Call centers emerging industry is a dynamic sector in global economy and accounts worldwide jobs in millions. This article shows the tayloristic characteristics of labor process, geographical expansion trends of telemarket firms and concentration job in young people as well as the weakness of the labor relations in the industry. The conclusion is that structure of contemporary postindustrial capitalism constitutes a framework for call centers industry growth. That structure is characterized by: a need for managing the information and communication flows in a competitive way within several firms and organizations; the remarkable innovation wave in digital technology sectors and structural unemployment among young people, bachelors or graduates. In the context of an expanding tertiary economy, call centers become a pattern for managing work and creating jobs in 21st Century

Key words: Call center, telemarket, young people employment, flexible labor, information technologies.

Fecha de recepción: 14/06/06 Fecha de aceptación: 29/10/06

Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXIJordy Micheli Thirión*

Una industria de gran dinamismo

La industria del telemercado es uno de los procesos emer-gentes de la economía internacional y un rasgo distintivo de la postindustrialización, ya que refleja el predominio económico de los servicios en la estructura productiva y además sostiene la economía de producción en masa. La producción para el telemercado se realiza en los call centers, fábricas de comu-nicación y gestión de información que nacen de los procesos de flexibilización del trabajo y la digitalización de las tecnolo-gías de información y comunicación (TIC). En el telemercado se condensa una nueva figura laboral, la del teleoperador, cuyas funciones responden a una lógica de producción en serie den-tro del nuevo modelo de sociedad postindustrial que denomi-namos sociedad de la información1.

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os datos sobre el tamaño de esta industria en la escala nacional son diversos, con una colección de estimados: lcula la existencia de una fuerza de trabajo de 2.86 mi-s de personas en Estados Unidos (Datamonitor, 2004), ue autores especializados señalan la existencia entre los illones y 6.5 millones de personas (Moss, Salzman y Tilly, :34). Para otros países, una recopilación a partir de diver-uentes nos ilustra un escenario como el siguiente: Europa ta con 750 mil personas operando en esta industria (Da-nitor, 2004), en Francia hay 200 mil (Novethic, 2005), una

idad similar a la de México que tiene casi 190 mil personas ituto Mexicano del Telemarketing, 2005), en Centroamé-y el Caribe se espera la creación de 24 mil empleos en los próximos (estimación de la empresa Avaya2).

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* Departamento de Economía, UAM Azcapotzalco. [email protected]. (Agradezco los comentarios y sugerencias de dos lectores anónimos cuyas opin-iones fueron recogidas para mejorar este texto. Las limitaciones y los errores que permanecen son responsabilidad del autor).

1 La sociedad de la información engloba procesos sociales, económicos y políticos los cuales tienen como factor en común que las tecnologías digitales sean los instrumentos mediadores entre las personas. Estas tecnologías permiten almacenar, transferir y/o transformar información en volúmenes y a velocidades tales que revolucionan prácticas que fueron tradicionales en las empresas, instituciones y los individuos durante el capitalismo del siglo XX.

2 Véase: http://www.hoy.com.do/app/article.aspx?id=38916vo (revisado 18 de marzo 2005)

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Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXI

Esta industria se desarrolló a partir de la década de 1970 para resolver las necesidades de empresas que requerían ma-sificar la atención, y en general el contacto, con consumidores o potenciales clientes. Diversas transformaciones en el ámbito de la telefonía tradicional hasta su convergencia con la tec-nología digital han proporcionado la base tecnológica con la cual ha sido posible la utilización intensiva e innovadora de las habilidades de comunicación humanas en un nuevo espacio de interacciones mercantiles: el telemercado. Los procesos inno-vadores recientes de telefonía en protocolo de Internet y en el software para llevar a cabo nuevas formas de gestión con los clientes (customer relationship management) son los avances que auguran nuevas fases de desarrollo de la industria.

En lo que sigue, se mostrará cuáles son las características básicas del proceso de trabajo en un call center, las tendencias a la expansión territorial de las empresas dedicadas al tele-mercado y la concentración de los empleos en los jóvenes así como la debilidad de las condiciones del trabajo de éstos.

El trabajo en un call center Un call center constituye un centro de producción de tele-

mensajes y su estructura puede ser observada con las dimen-siones típicas de un ensamble sociotécnico: proceso, organi-zación y coordinación del trabajo.

La esencia del proceso de trabajo es una telenegociación3 entre el usuario telefónico y el teleoperador que puede ser ini-ciada por el primero (llamadas in bond) o por el segundo (lla-madas out bond). Esta telenegociación puede tener la simplici-dad de una cadena de opciones rutinarias (una compra de una pizza, de un boleto, la solicitud de una información, etcétera) o bien la complejidad de una atención a un cliente que requiere asistencia técnica o que va a plantear una queja. Entre los ca-sos extremos de complejidad se encuentran los de call centers públicos de atención a necesidades de ciudadanos (informa-ción de procedimientos, localización de personas, situaciones de crisis, etcétera).

La organización del trabajo descansa en el concepto de “campaña”: ésta define el producto obtenido con el input tra-bajo (cuyo componente fundamental es el conocimiento espe-cífico que deberá ser puesto en juego en este espacio de nego-ciación). La forma más sencilla de campaña es la venta directa, o cobranzas, mediante las “llamadas en frío”. Aunque se trata de las formas más sencillas de campaña, también conforman

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ayores retos para la obtención de resultados: la irrupción siva del teleoperador en el espacio privado del usuario te-nico constituye el aspecto más criticado del telemercadeo.

El proceso y la organización del trabajo particulares de esta stria conforman un cuadro especial de condiciones de tra- y modos de coordinación por parte de la empresa. Como odo proceso técnico de producción en serie, el objetivo de erencia es la rutinización para lograr objetivos de cantidad lidad. Esta taylorización puede estar condicionada por el de campaña, pero a medida que esta industria adquie-adurez, las necesidades de la telenegociación se tornan os susceptibles de rutinización. Se habla así del paso de industria hacia una fase en los cuales los call centers se sforman en contact centers, dentro de los cuales los pro-s de trabajo se fundamentan en sistemas de conocimien-istribuido y negociación individualizada (Bagnaro, 2000).

La cantidad de trabajo requerido es un aspecto crítico de las niciones técnicas en un call center, debido a la existencia de as pico” y, por tanto, la fluctuación del tráfico telefónico. La inistración del trabajo en esta industria desarrolla técnicas ictivas cada vez más precisas para conocer las necesidades argas de trabajo humano, sin embargo es difícil evitar la tilización o bien la escasez de teleoperadores. Ello obliga a

ultifuncionalidad de los mismos, de modo de atender cam-as simultáneamente, lo cual podría ser equivalente a una cidad de producción flexible y simultáneamente en serie.

La velocidad y cantidad de la atención es un aspecto técni-sociado al anterior. La forma de medición de la efectividad proceso y la organización del trabajo es una relación entre orcentaje de llamadas atendidas y el tiempo que tuvo que rar el usuario para ser atendido. Aunque cada campaña

e sus requerimientos de eficiencia, un estándar interna-al es 80% de llamadas atendidas y 20 segundos de espera. ma de los costos variables predomina en cualquier defini- técnica: el salario y las llamadas repesentan cada uno no os del 45 % del costo total de un call center (Waite, 2003).

Este ensamble ha evolucionado a lo largo de más de 30 s desde su aparición a fines de los años sesenta, a medida se han desarrollado innovaciones en las tecnologías de unicación e información. La digitalización de éstas ha cons-do sin duda la apertura hacia una industria de call centers alizada y crecientemente importante para la operación de mpresas, tanto de producción material como de servicios.

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3 En la telenegociación la comunicación humana unidireccional –mediada por el canal telefónico- se convierte en un nuevo instrumento al servicio de la economía, y las características del lenguaje se adaptan a las condiciones de nuevas formas de negociación comercial y social en general (Lane, 1994). La te-lenegociación es un campo laboral cuyo instrumento es el lenguaje de los telemercaderes y donde se produce una relación entre el lenguaje, la economía y el poder (Van Dijk, 1980; Bourdieu, 1985). De este modo, la producción y consumo de bienes económicos es también una producción simbólica y la economía postindustrial cuenta con un nuevo sector económico que pone en movimiento un mercado capitalista estructurado por un campo lingüístico específico (Micheli, Hernández, 2004).

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Despliegue local y global

Los call centers iniciaron su existencia básicamente como nuevas funciones que ejercían las empresas interesadas en las ventas por teléfono o bien la atención a sus clientes (ejemplo típico: las compañías de aviación). Poco tiempo después, este servicio fue ofrecido como outsourcing por nuevas empresas que se dedicaban íntegramente a desarrollar las diversas prác-ticas del call center. Las empresas de este nuevo segmento han sido las verdaderas propulsoras de la internacionalización de esta industria. Un ejemplo de la velocidad de expansión lo brinda la empresa SITEL (ver cuadro 1 al final del artículo) el cual nos ofrece el patrón de crecimiento de una empresa que nace y crece como centro de servicios a terceros, en una región de bajos salarios en EU4 y que a los diez años de su consolidación en su país de origen se internacionaliza hacia países tanto de alto desarrollo y como de desarrollo medio. Actualmente se trata de una típica empresa global que ges-tiona sus negocios adaptando sus capacidades a necesidades regionales o nacionales.

La difusión y adaptabilidad de la tecnología básica de un call center permitió la adopción temprana de la misma en di-versas naciones de desarrollo medio, en las cuales existían ya necesidades empresariales derivadas de la emergencia de los servicios en la economía y del consumo masificado. Países la-tinoamericanos como México son ejemplo de ello: a fines de los años ochenta, el telemarketing de uso masivo entró con la empresa Ticketmaster, dedicada a la venta de boletos para espectáculos, y con Locatel, entidad creada por el gobierno federal para atender extravíos de personas y robo de vehículos en la Ciudad de México. Poco antes, los grandes bancos habían iniciado el uso de call centers para atender clientes. Se trataba de una fase económica con un importante crecimiento (3.73 % anual durante el período 1988-1994) y se gestaba el inicio de la fase de globalización de servicios en el país.

La crisis de 1994-95 no detuvo la evolución de la industria del telemercado la cual fue empleado básicamente para colocar ventas y cobrar adeudos5. La apertura de la economía mexi-cana a la competencia en telecomunicaciones y en el sector bancario marcó una nueva historia del telemarketing durante la segunda mitad de la década de 1990, periodo en el cual se

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dos grandes empresas que concentraron la capacidad de cción de telemensajes. Una de las empresas es Tecmar-, creada por la firma dominante Teléfonos de México en 1996 y la otra, una filial de la empresa estadounidense ch, implantada en México en 1997 para explotar la cre- competencia en las telecomunicaciones.

inicios de este siglo, nuevos mercados de la economía lizada impulsan el desarrollo de esta industria en México: plantación de empresas bancarias que han adquirido a tiguos bancos mexicanos, la adopción de los call cen-n el sector público y la incursión hacia el telemercado ounidense, tanto anglo como hispanoparlante. En México instaladas las filiales de las mayores empresas mundia-l outsourcing (Teletech, Teleperformance, SITEL, Atento), stiendo con empresas locales de varios tamaños y se en-ran ocho call centers de atención técnica a todo el mun-a ciudad de México, con poco más de tres mil call centers stinto tamaño, es un claro ejemplo de la integración de nomía urbana a las tendencias de esta industria. Para la mía nacional en su conjunto, esta industria representa 8% del PIB y su tasa de crecimiento anual es 20% (Insti-exicano del Telemarketing, 2005). Los datos relativos

cimiento de la industria en México en su modalidad de urcing se muestran en el cuadro 2.

Cuadro 2Evolución de la industria de call centers

en modalidad outsourcing en México (Crecimiento % respecto al año anterior)

2003 2004

en de llamadas 22 41

e teleoperadores 15 35

sión 15 48

Fuente: Instituto Mexicano del Telemarketing (2005).

endencia a la relocalización

ta industria se ve sometida a los patrones de relocaliza-ue han sido tradicionales desde la llamada nueva divi-

nternacional del trabajo, en la cual los salarios bajos han peñado un importante papel como fuerza de atracción

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4 Los sueldos de los telemarketers varían hasta un 40 % entre los diversos estados de la Unión Americana: en Nebraska se puede encontrar un sueldo por hora de 9.23 dólares, mientras que en el Distrito de Columbia tenemos 12.87 dólares (Bureau of Labor Statistics, 2004).

5 La cobranza representa una actividad con un costo elevado y es interesante constatar que la caída económica generalizada trajo un florecimiento de un sector de call centers dedicados a recuperar adeudos y en algún caso ello fue fuente de innovación, como lo muestra un inicialmente pequeño call center (Atención Telefónica) cuya campaña consistía en ofrecer crédito a los deudores del naciente servicio de telefonía celular que habían optado por no pagar y tampoco seguir usando el aparato. Esta estrategia fue exitosa y con el tiempo se convirtió en el sistema Amigo, el principal mecanismo de masificación de Telcel.

6 Las más antiguas son EDS (1985) y Getronics (1987). Durante los años 90 fueron implantadas Total Service Desk, Servicios Integrales de Información y Tele-comunicaciones, Sphaera, Qualita y Aurum. En el año 2001 Advance. La infaestructura humana de este subconjunto de la industria descansa en teleoperarios de especialización profesional en campos definidos (mayormente de tecnologías de información o financieras), y en total se contabiliza a poco más de 2,700 personas en estas labores, en la ciudad de México (IMT, 2005).

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Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXI

de inversiones. El costo de la fuerza de trabajo en la indus-tria de los call center representa en promedio 60%, así que las diferencias internacionales tienen un peso importante en la corriente de relocalizaciones. Entre Estados Unidos e India, por ejemplo, se tiene una brecha de aproximadamente $30 dólares por operador–hora. Si miramos hacia América Latina, en México el costo del trabajo es de aproximadamente $12 dólares por hora mientras que en Argentina $8 dólares (Ins-tituto Mexicano del Telemarketing, 2005). Estas diferencias explican la distribución de operaciones entre diversos centros internacionales. Se ha calculado que la dimensión aproximada de este flujo internacional de trabajo fue de 200,000 puestos de trabajo en el año 2004, de los cuales América Latina ganó 12,900 posiciones. Una prospectiva señala que en el año 2008 se trasladarán 25,000 puestos de trabajo hacia América Lati-na (Datamonitor, 2004). En México, 60% de las empresas de outsourcing manejaron campañas bajo el esquema de relo-calizaciones, y ello comportó el uso de 3, 500 estaciones de trabajo en 2004, es decir aproximadamente el 20% del total de estaciones de trabajo existentes en México (Instituto Mexicano del Telemarketing, 2005).

México, por ejemplo, recibe nuevos trabajos pero también los expulsa hacia países del continente con menores salarios, como los centroamericanos. Así por ejemplo, la crisis de una empresa aeronáutica estadounidense provocó la decisión de contratar como outsourcing a Atento, filial de Telefónica de España, la cual gestiona todas las actividades de la firma aero-náutica desde la ciudad de México y San Salvador. Pero también ocurre que la empresa mexicana Telmex, el carrier de mayor peso latinoamericano, paulatinamente abandona las funciones de su centro de llamadas Tecmarketing, para relocalizar fun-ciones en Guatemala.

Por esta razón, la industria se ha convertido en uno de los principales focos de atención en diversos países, al advertirse la vitalidad de su crecimiento y las potencialidades para ge-nerar empleo, especialmente en la población que egresa de los estudios profesionales, la más afectada por el desempleo estructural que caracteriza a la economía contemporánea. En América Latina diversas iniciativas empresariales y guberna-mentales tienden a apoyar la capacidad de la industria como creadora de empleos, especialmente frente a las potencialida-des del mercado estadounidense. La industria argentina tiene un papel destacado con oficinas de representación en Miami que buscan atraer operaciones; en Panamá el gobierno pro-mueve la enseñanza del idioma inglés para que su fuerza de

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jo tenga competitividad; en Colombia se intenta una es-ia de abaratamiento del uso de la infraestructura de te-unicaciones y en México grandes inversiones se dirigen

tar el mercado hispanoparlante de EU.

rabajo para jóvenes

postindustrialización trae a la escena laboral nuevos gentes de mano de obra que son ocupados en los secto-e adquieren preponderancia: los servicios. Esta mano de

está compuesta por jóvenes y sin embargo el nuevo mo-e economía basada en servicios – y frecuentemente uso

sivo de tecnologías de información y comunicación- no a fuente de empleo suficiente para las dimensiones de la oferta de fuerza de trabajo. Este es un tema de creciente s internacional al cual la OIT ha dedicado atención. Las ncias muestran que los jóvenes constituyen el segmento cional con mayores niveles de desempleo, y que en ge-cuando laboran lo hacen bajo condiciones precarias, con remuneraciones y en la economía informal. Los datos ién señalan que a mayor nivel de educación en este seg-o de la población, la desocupación disminuye.

OIT manifiesta que: “La falta de datos desglosados por hace difícil tener una perspectiva global de la distribu-ectorial de los jóvenes en el mercado de trabajo (…). En os países de América Latina, el sector de los ser- absorbe entre ocho y nueve de cada diez trabajadores es y el resto trabaja en el sector de las manufacturas o la rucción” (Organización Internacional del Trabajo, 2004). ién señala la falta de adecuación entre el contenido de los ios y el mundo laboral en que se desempeñan.

clave de la economía de un centro de llamadas radica estructura de costos, en la cual la parte determinante sponde al trabajo, como hemos señalado. Ello explica la nte avidez que han mostrado las empresas dedicadas al io del telemarketing para instalar centros en regiones o

s de bajos costos salariales. América Latina y el Caribe n una reserva de trabajo competitivo para el telemercado tados Unidos, en idioma inglés pero también, creciente-e, en idioma español para el mercado hispano. La India un lugar proverbial como espacio del telemercado para ndo en lengua inglesa y España para las transacciones eas también en lengua inglesa. Además de la capacidad presarse en el idioma necesario, la condición básica que ite a los trabajadores formar parte de esta nueva estruc-

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tura global de centros de producción de comunicación telefó-nica, es la de contar con estudios universitarios; ello garantiza la competencia comunicacional que requiere el negocio. Hasta el momento, esta gran cuenca de ocupación para estudiantes y egresados universitarios parece ser invisible para analistas y responsables de las políticas educativas. El sistema de edu-cación superior está produciendo profesionistas que trabajan produciendo comunicación, independientemente de la carrera profesional en la cual se han invertido tiempo y recursos7.

Una característica extendida acerca de la gestión laboral en los call centers es la debilidad de los sistemas de capaci-tación para el trabajo. Los trabajadores entran en funciones con un mínimo de tiempo dedicado por la empresa para que aprendan los sistemas de operación y, sobre todo, la retórica y terminología que debe ser empleada en su relación con el cliente8. Esta cuasi-ausencia de costos de aprendizaje es una de las ventajas de los call centers en su ciclo de rentabilidad, y sin duda su fuente es la utilización de mano de obra univer-sitaria, la cual tiene ya la capacidad de aprendizaje tácito y el interés por crear sus propios sistemas de operación.

El mundo cognitivo de los estudiantes universitarios es la fuerza productiva fundamental de la industria del telemarke-ting: tanto la tecnología digital, como las habilidades comuni-cativas y la capacidad de comprensión del mercado al que se dirigen, además de la resistencia física y emocional con que cuentan, son aspectos de su trabajo que ya han sido previa-mente internalizados en su etapa estudiantil. En un análisis sobre call centers franceses, (Cousin, 2002) se establecen las siguientes características que pueden ser aplicadas a un perfil general de estos trabajadores: los trabajadores del telemerca-do no ejercen una profesión sino que ponen en acción com-petencias sociales tales como el control de sí mismos, saber hablar correctamente, saber afrontar situaciones de contro-versia o bien saber responder el teléfono, su trabajo es a la vez opresivo y alienante y deja poco espacio para la autonomía, se trata de la “taylorización del sector terciario”.

La prácticamente ilimitada oferta de mano de obra permi-te a esta industria operar con altas tasas de rotación, asegu-rando que quienes desempeñan el trabajo, en una suerte de “selección natural”, lo hagan con los estándares requeridos. La gestión de la fuerza de trabajo, a cargo de supervisores y de sistemas de métrica de la operación, no deja de ser opresiva y los trabajadores crean sus propias formas de resistencia, sin embargo, este doble juego de capacidad laboral y control de la

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Artíc

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Jordy Micheli Thirión

ción crean un sistema de producción masivo y que opera ontratiempos, dentro de una lógica de mejora continua.

n trabajo poco regulado

a regulación del trabajo suele ser un tema poco relevan-ra la coordinación laboral que debe ejercer la empresa. all center suele tener una estructura jerárquica bastante , ya que requiere a los teleoperadores en la base, a su-sores en un nivel intermedio y a la gerencia en la parte rior. Los objetivos y características de las campañas pue-generar una mayor complejidad en esta estructura, en la da en que los teleoperadores adquieren experiencia y ca-ades para desarrollar funciones más críticas. Por ejemplo, ll center bancario dedicado a cobrar adeudos a sus clien-

equiere diversas habilidades dependiendo del monto que see recuperar y ello prefigura una escala en la cual van diendo los teleoperadores con mayores capacidades. Los enters denominados como help desks realizan funciones cializadas de asesoría técnica para clientes y el trabajo cado en ello es de una cualificación ad hoc.

l común denominador es, sin embargo, una forma de re-ión flexible. Es frecuente que los trabajadores sean con-

dos no por su centro de trabajo sino por una tercera em- de colocaciones que es con la cual se maneja la relación actual. Además, es común que al firmar el contrato se también una renuncia con la fecha en blanco, por no ionar que los contratos son de corta duración y se renue-arias veces para no generar derechos laborales.

as organizaciones laborales europeas reportan diversas iones a la política de gestión de grandes empresas de ensajes: la tendencia a fragmentar sus centros operati-ara evitar la consolidación social y las obligaciones pa-les; la ausencia de reconocimiento de las calificaciones y etencias de los trabajadores para fines contractuales; la ma intensidad de los ritmos de trabajo y las facilidades de mpresas para migrar a regiones o países de menores cos-borales (Europa del Este, Marruecos, Senegal, Isla Mauri-En el sector de las empresas de telecomunicaciones exis-structuras de organización laboral que intentan negociar ulas de derechos laborales y códigos de buena conducta, mbargo, la industria del telemercado es profunda y diver-da, dando pie a un amplio sector laboral en el cual prima jetivo de la cantidad y costo de producción por encima nsideraciones sobre calidad y condiciones de trabajo.

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7 No hace mucho, se hablaba de la trascendencia de la globalización para el mercado laboral de los egresados universitarios: la competencia vendría de cualquier parte del mundo; el telemercado hace realidad lo anterior. Un estudiante mexicano compite con un argentino o un colombiano; la competencia es, sin embargo, independiente del perfil universitario o de la inversión social en la educación superior: está basada en los salarios nacionales.

8 Se ha calculado que el tiempo medio de capacitación es de 19 días para un teleoperador, sin embargo en México es de 13 días. Es muy probable que en el conjunto de países en que crece rápidamente la industria, el tiempo de capacitación sea similar al de México (IMT, 2005).

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Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXI

En el mundo laboral del telemarketing en idioma espa-ñol, encontramos dos importantes ejemplos de contratación colectiva regulada por un instrumento legal: se trata de las empresas Tecmarketing en México y Atento en España. Ambas son empresas pertenecientes a los grupos dominantes de la telefonía en sus países y, desde hace unos años, rivales inter-nacionales: Telmex y Telefónica. Los dos contratos abordan los tiempos de trabajo, las movilidades de funciones, la ca-pacitación y los salarios, fundamentalmente, y aunque existen diferencias, son coincidentes en el reconocimiento explícito del carácter peculiarmente dinámico de esta industria y de las condiciones que ello impone a la gestión de la fuerza laboral. A modo de ejemplo se muestra en el cuadro 3 la estructura salarial y funcional dentro de la empresa mexicana Tecmarke-ting, en ella se ve la existencia de tres niveles de operación y uno de supervisión, además del gran peso que tiene el com-ponente de “incentivos” (alrededor de 80 %) dentro del salario total.

Cuadro 3Estructura de sueldos e incentivos de Tecmarketing

(pesos mexicanos)

Categoría Sueldo base

Incentivo Incentivo como %

del sueldo base

Sueldo total

Técnico 4 279.24 3 381.62 79.0 7 660.86

3 2 917.32 2 425.71 83.0 5 346.05

2 2 710.12 2 250.30 83.0 4 960.42

1 2 545.48 2 077.40 81.0 4 622.88Fuente: “Contrato Colectivo de Trabajo celebrado entre Tecmarketing S.A. de C.V. y el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana,

Sección 159 Tecmarketing, 2003-2005”.

Conclusiones

El trabajo en call centers conforma un sector creciente de la fuerza laboral en distintos países y se constituye como un rasgo distintivo de la sociedad de la información. La expansión acelerada de la industria de los call centers está sostenida en tres pilares:

• Crecientes necesidades de diversas empresas y organi-zaciones de gestionar su ciclo de negocios a través de la información y comunicación. Esto da origen al fenómeno general de imbricación de servicios en la producción ma-terial y consecuentemente al crecimiento de la economía

detrucr

• supodeelldeinnoy d

• Dtumpofle(re

Pogica ydinámvierten

1) Ofrdasapabigembi

2) Prprreciópita

3) Entelastu

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servicios. Los call centers se han convertido ya en es-cturas de la empresa cuyo desempeño es un aspecto

ítico de la operación general de la empresa.

La tecnología está disponible como una mercancía y está jeta a un proceso de innovación constante, propulsada r oferentes de carácter global. Las empresas productoras la tecnología están en un mercado muy competido, por o mantienen constantemente innovaciones y estrategias venta que les permitan no perder posiciones. Parte de la novación consiste en ampliar las capacidades de las tec-logías y en aumentar la posibilidad de control de costos el desempeño de la fuerza de trabajo.

esempleo estructural en el sector de jóvenes y entre es-diantes y egresados universitarios. Se presenta como la ejor y más cercana oportunidad de conseguir un empleo rque esta fuerza de trabajo tiene las características de xibilidad contractual y competencias de trabajo idóneas sistencia, velocidad de aprendizaje).

r tanto, se consolida la estructura económica, tecnoló- social que sustenta a uno de los polos de empleo más icos en el inicio del siglo XXI. Las tendencias que se ad- en el nuevo mercado laboral son las siguientes:

ecen un medio masivo de empleo pero con la insegurid propia de las exigencias de la competencia mediante larios bajos. Además, no existe una legislación definida ra este sector laboral que apenas está siendo “descu-erto” por las instituciones del trabajo. En ese marco, se neran procesos de relocalización en los cuales no sola-ente interesan condiciones salariales menores sino tam-én escapar de las normativas laborales.

oporcionan la experiencia de un primer trabajo, pero omueven la figura del estudiante trabajador sujeto a los querimientos del trabajo, no como medio de capacita-n sino como medio de subsistencia. Sin embargo, em-

eza a mostrarse ya como un trabajo “completo” y ya no nto como una fase de vida laboral inicial.

pocas ocasiones ofrecen una estructura de trabajo susntada en principios de contraprestaciones en el marco de regulaciones laborales oficiales. Se trata de una estruc-

ra flexible. Un operador inicia su ciclo laboral con una fase

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de capacitación, pero las posibilidades de una trayectoria laboral son muy cortas y el incremento de habilidades no tiene una contraprestación. Los call center poseen estruc-turas muy planas, de modo que no se promueven trayec-torias significativas.

4) La industria enfrenta la contradicción de que requiere cada vez mayores niveles de complejidad en la interacción con los clientes/usuarios, lo cual conduce a mayores están-dares de profesionalización en la fuerza laboral, pero al mismo tiempo la competencia por costos laborales deter-mina las estrategias fundamentales de las empresas del telemercado.

5) En sumación: ésturar el Los servnen ya eaquellasmiento empleostro paísun datoopuestones entrpostindenrique

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Jordy Micheli Thirión

: menor regulación- menores salarios- relocaliza-ta es una tendencia que definirá formas de estruc-nuevo mercado de trabajo masificado del siglo XXI. icios han crecido de un modo fundamental y defi-l perfil laboral de las sociedades, especialmente de como la mexicana sometidas a un largo estanca-económico y productivo. Para los más de 250 mil que genera la industria del telemercado en nues-, la densidad tecnológica de estos trabajos no es de valorización de la fuerza de trabajo, sino de su . Los caminos del análisis sobre las nuevas relacio-e trabajo y tecnología están abiertos, y la sociedad

ustrial es una realidad distinta a la utopía del trabajo cedor y justamente remunerado.

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Los call centers y los nuevos trabajos del siglo XXI

CUADROS

Cuadro 1SITEL, la expansión de una empresa del telemercado en 20 años

AÑO ACCIONES

1985 Los activos de HQ800 (una compañía de servicio de mensajes) son adquiridos por 165.000 dólares por Headquarters Co. y la compa-ñía cambia su nombre por el de SITEL Corporation; comienza con un centro en Omaha (Nebraska) con 16 empleados y 2 millones de dólares en ingresos.

1986 SITEL pasa a ser una compañía profesional de servicios de mensajes a una compañía de telemarketing de recepción de llamadas.

1987 Se añaden los servicios de telemarketing de emisión de llamadas para un nuevo cliente: Allstate. Las ventas alcanzan 5,3 millones de dólares.

1988 SITEL crea la primera unidad descentralizada para gestionar la cuenta Allstate Insurance.Los asociados de SITEL y compañías telefónicas de ciudades pequeñas cierran los primeros acuerdos de operación compartida, de-nominados Centros Operativos a Distancia.

1989 Durante el apogeo del telemarketing out bond, SITEL alcanza los 12 millones de dólares en ventas. La compañía cuenta ya con más de 1, 000 empleados.

1990 SITEL tiene 16 centros operativos a distancia en pequeñas ciudades de los estados de Nebraska y Iowa.La empresa añade unidades independientes de servicios para incluir telecomunicaciones, seguros, servicios financieros, venta telefónica y recepción de llamadas.

1992 SITEL firma un contrato de 5 años con General Motors para dar soporte al lanzamiento de la tarjeta de crédito GM. Este programa su-pone el mayor programa de telemarketing en la historia del sector. SITEL contrata y forma 3, 300 empleados en 45 días.

1994 Entre sus clientes más significativos se encuentran Phillip Morris, JCPenney Life Insurance, Allstate y Household Credit.De 1992 a 1994, los ingresos de la compañía se han más que duplicado hasta alcanzar los 69 millones de dólares.

1995 SITEL se convierte en la primera compañía independiente en su sector en cotizar en bolsa (NASDAQ y posteriormente NYSC).Tiene ingresos de 101 millones de dólares, que son 47% mayores que en 1994 y aumentan 39% anualmente desde los últimos cinco años.

1996 SITEL compra Canadian Telephone Corp.Mitre es adquirida por dinero en efectivo y valores, lo que hace que el Reino Unido, Bélgica, Japón, Singapur, Hong Kong y Alemania entren en el grupo. SITEL compra SA Teleaction y entra en el mercado español.

1997 Entra en la región del Pacífico asiático; en Latinoamérica (incluyendo México) a través de una joint venture. También entra mediante compra de compañias locales en Irlanda y los países nórdicos.Son compradas dos compañías en Wisconsin y Virginia, lo que abre la puerta al servicio de soporte técnico de SITEL.El número total de empleados asciende a 18, 000.

1998 Entra en Francia a través de la adquisición de una empresa. Firma el primer contrato multinacional del sector con una de las principales compañías tecnológicas. Las ventas alcanzan los 586 millones de dólares.

1999 Se firman varios grandes contratos, entre ellos un contrato por cinco años con GM valorado en 100 millones de dólares anuales.Abre la oficina de Brasil.

2000 Abren los primeros centros offshore, en Jamaica y la India, a través de joint venture con compañías locales clave.Hay 24.000 empleados.

2001 Los ingresos para el año 2001 suman 725 millones de dólares, bajando desde los 764,4 millones de dólares de 2000.El fundador y presidente de SITEL, James F. Lynch, vuelve al cargo de director general y lleva a la compañía de nuevo a una estructura descentralizada.

2002 Abre el centro de Panamá.

2003 Se firman acuerdos paneuropeos con dos de las principales compañías tecnológicas.

2004 SITEL continúa con su expansión mundial al abrir centros en Italia, Filipinas, Marruecos y Polonia. Los empleados suman ya más de 31, 000.

2005 SITEL alcanza los 1,000 millones de dólares en ventas: un incremento que ha multiplicado por diez la cantidad que poseía cuando pasó a cotizar en bolsa.En la actualidad, la compañía posee centros en 25 países y da servicio a consumidores de sus clientes en 55 países.

Fuente: The Sitteler, varios números

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Jordy Micheli Thirión

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Roberto Morris Bermúdez

El objetivo de esta investigación es evaluar hasta qué punto la presente política lingüística mexicana hacia los pueblos indígenas es congruente con los lineamientos que indican las teorías multiculturales, de política y planeación en materia de lenguas. Estas teorías fueron elegidas porque la actual legislación indica que estos son los ideales que México, como nación, promueve. Esto se hará a través de un estudio comparativo entre la teoría multicultural en torno a las lenguas y la presente norma nacional, esto para identificar áreas de divergencia, para así lograr inferencias que aporten al desarrollo políticas multiculturales en México.

Palabras clave: multiculturalismo, indígenas, idioma, derechos indígenas, políticas lingüísticas, políticas públicas, minorías, educación.

In the multicultural edge: A linguistic political evaluation of the Mexican State around its indigenous communities

The goal of this dissertation is to assess to what extent Mexican language policy towards indigenous minorities is congruent with the guide-lines that multicultural, language policy and language planning theory prescribe. These theories were chosen because current legislation indicates that these are the ideals which Mexico, as a country, The aim of this research is to present a comparison of current Mexican multicultural language policies and how these diverge from multicultural theory, this in order to make inferences applicable to further developing multicultural language policies in Mexico.

Key Words: minorities, multiculturalism, language planning, language rights, vernacular languages, indigenous people, language policy, educa-tion.

Fecha de recepción: 11/08/06 Fecha de aceptación: 09/02/07

Al borde del multiculturalismo: Evaluación de la política lingüística del estado Mexicano en torno a sus comunidades indígenas.Roberto Morris Bermúdez*

Él es inglés, dijo Buck Mulligan, y piensa que debiéramos hablar irlandés en Irlanda. (Joyce, 1922)

México es uno de los países más densamente poblados en América Latina, con aproximadamente 100 millones de per-sonas, de las cuales entre un 10 y 15 por ciento hablan una lengua indígena. Además del español, existen 35 lenguas indí-genas en México y 55 dialectos adicionales. Estas lenguas co-rresponden a las 62 distintas naciones indígenas que residen al interior de las fronteras políticas de México (Flores, 2000).

Durante la colonia española en México, no hubo una cla-

ra intención de instalar una hegemonía lingüística que esta-bleciera el castellano como lengua oficial (Sánchez y Dueñas, 1992). Si tal intención se hubiese formulado, la enseñanza del castellano a los pueblos indígenas hubiera recibido una alta prioridad desde las primeras etapas de colonización; sin em-bargo, los documentos históricos que datan de ese periodo no indican que tal cosa haya sucedido (Sánchez y Dueñas, 2002). Al contrario, la política en torno a las lenguas utilizada por los

colotes. norma lastamindígconvdonde m(Sán

fue contestede laa ca

nizadores españoles estuvo sujeta a variaciones frecuen-En varias ocasiones durante la colonia el rey no aceptó as estrictas que hubieran favorecido al castellano frente lenguas locales (Sánchez y Dueñas, 2002); sin embargo,

poco promovió la conservación de las “lenguas madres” enas. En 1550, el rey Carlos V declaró que “No parece eniente ejercer presión sobre los Indios para que aban-

en su propia lengua, pero los misioneros podrán disponer aestros para aquellos que deseen aprender el Castellano”

chez y Dueñas, 2002).

El periodo posterior a la Revolución Mexicana, de 1910, caracterizado por el impulso al nacionalismo: fue en este exto que se intentó “mexicanizar” a los pueblos indígenas; hecho histórico puede ser visto como un efecto predecible recién redactada constitución liberal de 1920. Se llevaron bo esfuerzos para incorporar a las minorías indígenas a

CONfines 3/5 enero-mayo 2007 59ISSN: 1870-3569

* Subdirector Promoción y Publicidad del Forum de Las Culturas Monterrey 2007. [email protected]

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Al borde del Multiculturalismo: Evaluación de la política...

la sociedad “moderna” mediante su introducción a las nue-vas tecnologías y su asimilación a estructuras corporativas. Durante este periodo, algunos funcionarios que no estaban de acuerdo con esta brutalísima política de asimilación, co-menzaron a crear instituciones para la protección de la cultura indígena (Latapí, 1997).

El desarrollo de la actual política lingüística en México es el resultado de años de movilización tanto nacional como in-ternacional. Desde 1953 la UNESCO (Organización Educacio-nal, Científica y Cultural de las Naciones Unidas, http://www.unesco.org) ha promovido la educación primaria en la “lengua madre” o vernácula. Esta política se asumió para promover la igualdad de oportunidades para niños que pertenecen a mino-rías lingüísticas. En 2003, la UNESCO distribuyó la publicación Educación en un mundo multilingüe (2003), para enunciar los detalles de esta política. Este reporte añadió a su agenda origi-nal la obligación de todos los países a reconocer la pluralidad.

Otra gran influencia en la actual política mexicana en ma-teria de lenguas fue la redacción de la Convención de Pueblos Indígenas y Tribales por parte de la Organización Internacional del Trabajo en 1989 y su ratificación en México en 1990 (Ana-ya, 2004). Esta convención expresó, en su artículo 28 (ILO, 1989):

1. Los niños que pertenezcan a los pueblos en cues- tión serán enseñados, siempre que sea posible, a leer y escribir en su propia lengua indígena o en la lengua más comúnmente usada por el grupo al que pertenecen. Cuan- do esto no sea posible, las autoridades competentes lleva- rán a cabo consultas con dichos pueblos con miras a la adop- ción de las medidas necesarias para cumplir con este objetivo.

2. Se tomarán las medidas adecuadas para asegurar que los pueblos en cuestión tengan la oportunidad de adquirir fluidez en la lengua nacional o en una de las lenguas ofi- ciales del país.

3. Se tomarán medidas para preservar y promover el desarrollo y la práctica de las lenguas indígenas de los pueblos en cuestión.

Como se puede ver a través de esta breve introducción histórica, la política en materia de lenguas hacia las minorías indígenas en México ha sido poco consistente a lo largo del tiempo. El objetivo de esta investigación es evaluar hasta qué

puntogenasteoríade lenactuapromuyes qla conpor te

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Lacon atica. Lblecidlingüíceso dmentalas apSin emuna cen tor

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Dpreseresideción Pgobie2o de

CONfines 3/5 enero-mayo 2007

la política lingüística mexicana hacia los pueblos indí- es congruente con los lineamientos establecidos por la multicultural y la de política y planificación en materia guas. Estas teorías fueron elegidas ya que la legislación

l indica que éstos son ideales que México, como país, eve en la actualidad. Si México hubiera promulgado le-

ue promovieran un nuevo nacionalismo, la efectividad y gruencia de la política lingüística hubiera sido analizada orías dedicadas a la construcción de naciones.

inalmente, la meta de las políticas multiculturales es in-ntar la capacidad para sustentar la diversidad. Con esta resente esta evaluación se enfocará en las tres etapas

onforman el proceso de incremento de capacidad (capa-uilding) en las políticas públicas; es decir, la conceptua-n, el diseño y la implementación de políticas. Evaluare-

a eficiencia de cada una de estas etapas, en cuanto a la lación de una política lingüística multicultural, mediante ciación con lineamientos indicados por los marcos teó-pertinentes en el campo de la promoción de las lenguas itarias.

etapa de conceptualización será evaluada de acuerdo ctuales teorías multiculturales y de planificación lingüís-a etapa de diseño será evaluada mediante criterios esta-os por especialistas en multiculturalismo y planificación stica; esta aproximación se especializa en invertir el pro-e pérdida lingüística (language shift). La etapa de imple-ción será evaluada a través de la teoría actual en torno a roximaciones a la implementación de políticas públicas. bargo, antes de comenzar un análisis, es necesario tener

lara idea del estado actual de las políticas multiculturales no al lenguaje hacia las comunidades indígenas.

actual política mexicana en materia de lenguas hacia s pueblos indígenas

esde 1992, en México se reconoce constitucionalmente la ncia de pueblos indígenas de cultura y lengua diversas que n en distintas regiones del territorio nacional (Constitu-olítica de los Estados Unidos Mexicanos). En 2001, bajo el rno del presidente Vicente Fox, fue reformado el Artículo la constitución mexicana de la manera siguiente:

La nación tiene una composición pluricultural sustentada ori-

ginalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que

descienden de poblaciones que habitaban en el territorio ac-

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tual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus

propias instituciones sociales, económicas, culturales y políti-

cas, o parte de ellas. (Reformado mediante decreto publicado

en el Diario Oficial de la Federación el 14 de agosto de 2001)

(Constitución Política de lo Estados Unidos Mexicanos).

Dicha reforma reconoció la composición multicultural de la

nación mexicana, también las responsabilidades del gobierno en el sentido de determinar y establecer las políticas necesa-rias para garantizar los derechos de los pueblos indígenas.

Esta reforma, que reconoce la diversidad cultural y lin-güística, es en gran parte un resultado de todos los proyectos presentados al gobierno por una amplia gama de esfuerzos de movilización indígena. Quizás la mayor influencia son los Acuerdos de San Andrés, que fueron negociados por el Ejér-cito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000). Estos acuerdos no comenzaron a ser cumplidos sino hasta que el presidente Fox asumió el mandato de la administración en el año 2000, ya que el presidente Zedillo consideró que estos acuerdos llevarían a la “balcanización” de México (Anaya, 2004). En el ámbito de política lingüística, estos acuerdos establecen que a los pue-blos indígenas se les reconozca:

• El derecho al uso, promoción y desarrollo de sus lenguas

y culturas, así como de sus costumbres y tradiciones, tanto

políticas, como sociales, económicas, religiosas y culturales

(Ocampo, 2005).

En marzo de 2003 fue aprobada la Ley General de Dere-chos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas. Esta ley reconoce y protege los derechos lingüísticos individuales y colectivos de los pueblos indígenas; asimismo, asume la obligación de pro-mover el uso y la práctica de las lenguas indígenas. Reproduzco a continuación dos artículos de esta ley que considero claves:

Artículo 7. Las lenguas indígenas serán válidas, al igual que el

español, para cualquier asunto o trámite de carácter público,

así como para acceder plenamente a la gestión, servicios e in-

formación pública (Ley General de Derechos Lingüísticos de los

Pueblos Indígenas, 2003).

Artículo 11. Las autoridades educativas federales y las de en-

tidades federativas, garantizarán que la población indígena

tenga acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultu-

ral, y adoptarán las medidas necesarias para que en el sistema

educativo se asegure el respeto a la dignidad e identidad de las

Cotural ypermitpolíticaHasta activo e impletigacióindígesobre durant

Po

La náculaen queescolalítica dceso ddominque loalcanc

Dechos Lla RefoGenerablece qcho a l

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esp

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ind

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Roberto Morris Bermúdez

personas, independientemente de su lengua. Asimismo, en los

niveles medio y superior, se fomentará la interculturalidad, el

multilingüismo y el respeto a la diversidad y los derechos lin-

güísticos (Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos

Indígenas, 2003).

n el reconocimiento constitucional de la diversidad cul- lingüística, se generaron las condiciones legales que irían tanto el avance de iniciativas legislativas como s para la promoción del uso de las lenguas indígenas.

ahora el único sector que ha presentado un desarrollo en este sentido es el educativo1, a través del desarrollo mentación de la educación primaria bilingüe y la inves-n académica acerca de la conservación de las lenguas nas. Posteriormente, presentamos una ficha descriptiva los orígenes de la educación bilingüe en México, ya que e el transcurso del trabajo se harán alusiones a ella.

lítica de Educación Bilingüe

actual legislación educativa establece que la lengua ver- o “lengua madre” de cada pueblo indígena sea el medio se imparte la educación primaria y que los materiales

res se produzcan en estas lenguas. El objetivo de la po-e educación bilingüe es impulsar la enseñanza y el pro-e aprendizaje en la lengua madre, así como permitir el io del español. La intención de la educación bilingüe es s estudiantes mejoren su rendimiento académico y que en el nivel nacional de rendimiento académico.

acuerdo con el Artículo 11 de la Ley General de Dere-ingüísticos de los Pueblos Indígenas de marzo de 2003, rma a la Fracción Cuarta del Artículo Séptimo de la Ley l de Educación también fue aprobada. Esta última esta-ue los hablantes de las lenguas indígenas tienen dere-a educación bilingüe:

TICULO 7o. La educación que impartan el Estado, sus organis-

s descentralizados y los particulares con autorización o con re

ocimiento de validez oficial de estudios tendrá, además de los

s establecidos en el segundo párrafo del artículo 3o. de la

nstitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los

uientes:

Promover mediante la enseñanza de la lengua nacional -el

añol- un idioma común para todos los mexicanos, sin menos-

o de proteger y promover el desarrollo de las lenguas

ígenas.

CONfines 3/5 enero-mayo 2007 61

1 Es preciso aclarar que existen múltiples proyectos a nivel gobierno y a nivel organizaciones no gubernamentales, en materia de lenguas y desarrollo; sin embargo, comúnmente éstos son aislados y no cuentan con el apoyo y proyección necesaria para ser denominados “políticas de estado”.

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Al borde del Multiculturalismo: Evaluación de la política...

Para lograr el cumplimiento con estas enmiendas consti-tucionales y reformas legislativas, se han creado una serie de instituciones públicas. La más antigua es la Dirección General de Educación Indígena, de 1948 (Latapí, 1997), creada como parte de la Secretaría de Educación Pública. Esta tiene la res-ponsabilidad de coordinar y organizar la educación indíge-na (creación de libros de texto, implementación de políticas, etc.). Recientemente, la creación de dos institutos es de nota: de 2003 a 2004, la del Instituto Nacional de Lenguas Indíge-nas, que tiene a su cargo lo que podría llamarse la primera fase de planificación lingüística (Investigación y el desarrollo de un alfabeto gráfico) de las lenguas indígenas; y, desde 2003, la de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indíge-nas, que coordina proyectos de investigación y desarrollo.

La meta de este capítulo fue presentar un panorama actual de lo hecho en cuanto a políticas lingüísticas multiculturales en México. Los siguientes compararán la norma existente en México, con las teorías académicas en la materia, para analizar discrepancias y carencias en este ámbito.

Análisis de la actual política mexicana

La finalidad de la política multicultural en materia lingüís-tica es aumentar la capacidad para sustentar la diversidad. Te-niendo esto presente, ahora llevaremos a cabo una evaluación de la política multicultural mexicana en materia de lenguas en las tres áreas correspondientes al proceso de incremento de la capacidad (capacity building); estos procesos están basados en un esquema convencional para la innovación en el sector público; dicho esquema se puede usar como marco para com-prender el proceso de incremento de capacidad (Barzelay, s/f). Las tres áreas o etapas del proceso de aumento de capacidad son: 1.) Conceptualización, que implica la formulación de un conjunto de ideas interrelacionadas, en torno a qué tipo de ca-pacidad es la deseada y qué modalidad se utilizará para crearla (Barzelay, s/f); 2.) Diseño, que se refiere a la formulación de un concepto más detallado de la modalidad y de una manera de realizarla, hablando operativamente (Barzelay, s/f); y 3.) Im-plementación, que en su definición más sencilla es, como dijo Christopher Hood (1976), simplemente “hacer que las cosas sucedan”.

Evaluaremos la eficiencia de estas etapas a través de aso-ciar cada una con los marcos teóricos pertinentes; por tanto, la etapa de conceptualización será evaluada de acuerdo con los

linemo y prticaun cpolímacel prefeimptratmen

la anaclem

ral2

diammarber grucosmo que“negaproticonostas

amientos establecidos por las escuelas del multiculturalis-y de la planificación lingüística en lo tocante a los derechos ovisiones necesarios para una congruente política lingüís- multicultural. La etapa de diseño será evaluada a través de riterio establecido por multiculturalistas especializados en tica lingüística; también será evaluada desde una aproxi-ión basada en la planificación lingüística que busca revertir roceso de abandono de la lengua materna. Estos marcos renciales son sobre todo de corte pragmático. La etapa de lementación será evaluada mediante un marco teórico que a acerca de las aproximaciones que existen para la imple-tación exitosa de políticas públicas.

Conceptualización de la política

Multiculturalismo

Una de las principales preocupaciones en los debates de ctualidad tocantes a la organización y legitimidad de las iones-estado tiene que ver con lo que fue denominado “di-a pluralista” por Brian Bullivant (1981). Bullivant explica:

“este dilema no es otra cosa que el problema de cómo efectuar

la reconciliación de diversos reclamos políticos que pertencen

a grupos constituidos y a individuos al interior de una socie-

dad pluralista, con los reclamos de la nación-estado como un

todo”.

Los dos puntos de vista que entran en conflicto son el libe- y el comunitario3 .

Ya que los estudiosos consideran ambas posiciones como etralmente opuestas (Wieviorka, 1998), presentamos un

co teórico elaborado por Will Kymlicka, reconocido por ha-creado un “terreno intermedio” en el cual los derechos a

pos minoritarios son compatibles con sistemas democráti- liberales. Se eligió utilizar esta versión del multiculturalis-ya que la constitución mexicana es de corte liberal, de ahí su filosofía hacia los grupos religiosos y étnicos es una de ligencia benigna”. De acuerdo con este razonamiento, una ximación comunitaria hacia el multiculturalismo sería an-

nstitucional y poco útil. La aproximación puramente liberal llevaría de vuelta a la época de las políticas asimilacionis-/ nacionalistas.

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2 Pluralismo Liberal es caracterizado por la ausencia y a veces prohibición de conceder derechos especiales a cualquier grupo minoritario ante la ley o gobierno (May, 2001).

3 Los Comunitarios argumentan que los grupos minoritarios sean reconocidos. El Pluralismo Corporativo (May, 2001) involucra el reconocimiento de minorías como entidades legalmente constituidas. Dependiendo de su tamaño e influencia son canalizados recursos y derechos sociales, políticos y legales.

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Will Kymlicka: El argumento liberal en favor del multiculturalismo

La crítica del individualismo inherente al liberalismo orto-doxo no está limitada a las críticas ofrecidas por los propios comunitarios. Es importante subrayar este hecho, ya que se ha criticado a los comunitarios por esencializar las identidades grupales (May, 2001). Kymlicka argumenta, desde una pers-pectiva liberal, que los intentos llevados a cabo por teóricos como Rawls y Dworkin en el sentido de separar la ciudadanía de la identidad comunal todavía guardan un reconocimiento implícito de la pertenencia a un grupo cultural como un bien primario (May, 2001).

Kymlicka (1995) ofrece una serie de señalamientos de uti-lidad para una mejor comprensión de la idea del multicultu-ralismo; él es uno de los pocos teóricos que han trazado una distinción entre los derechos de las minorías nacionales y los de las minorías étnicas y grupos culturales y sociales (May, 2001). Kymlicka define a las minorías nacionales como “so-ciedades bien diferenciadas y con potencial para gobernarse a sí mismas, que se encuentran incorporadas a un estado de mayor tamaño”, y las minorías étnicas como “inmigrantes que han dejado su comunidad nacional para entrar en otra socie-dad”. La distinción clave es que las minorías nacionales, en el momento de su incorporación, ya constituían una cultura societal, es decir “una cultura que da a quienes pertenecen a ella modos de vida llenos de sentido, significativos, en toda la gama de actividades humanas, y que abarca tanto el ámbito público como el privado” (Kymlicka, 1995).

Kymlicka (1995) argumenta que además de los derechos civiles que tienen los individuos en las democracias liberales, también se deben establecer tres formas de derechos específi-cos: los derechos al gobierno propio, los derechos poliétnicos y los derechos a la representación especial4. Incluimos a con-tinuación una breve descripción de los derechos al gobierno propio y de los derechos a la representación especial, debido a que son útiles para el presente estudio5.

• Los derechos al gobierno propio reconocen que la na-ción-estado no es detentada únicamente por el grupo de mayoría y que las minorías nacionales legítimas tienen el derecho a la inclusión y representación equivalentes en el ámbito cívico. De acuerdo con este razonamiento, las minorías nacionales deben ser provistas con el derecho a su autonomía y a conducirse según determinen al inte-

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rior de la nación-estado. La clave en cuanto a dicha pro-visión es que estos derechos deben ser permanentes. No debieran ser vistos como una medida o un estatus transi-torio que pudiera revertirse posteriormente (May, 2001).

• Los derechos a la representación especial son una res-puesta a una desventaja sistemática en el proceso político que limite la representación efectiva del punto de vista de algún grupo en especial. Los derechos a la representación especial intentan hacer restitución a dicho tipo de desven-tajas de manera temporal (Kymlicka, 1995). Una vez que la opresión o desventaja hayan sido eliminados, los derechos ya no aplican.

La respuesta de Kymlicka a las preocupaciones en el sen- de determinar identidades grupales específicas que per-n la asignación correcta de estos derechos es defender los chos minoritarios con base en la teoría liberal en vez de rlo desde el punto de vista comunitario. Logra demostrar portancia de la ciudadanía individual, al mismo tiempo desarrolla un entendimiento del importante efecto que e sobre estos derechos la pertenencia a un grupo cultural , 2001).

Su primer argumento para apoyar los derechos diferen-os es negar que los derechos diferenciados sean derechos ctivos que se encuentren en oposición a los derechos in-uales. Los derechos diferenciales grupales no necesaria-te son colectivos en el sentido de que privilegien al gru-or encima del individuo; pueden, de hecho, pertenecer a bros individuales del grupo (Kymlicka, 1995).

Segundo, Kymlicka rechaza asociar los derechos grupales enciados con la iliberalidad. Kymlicka enfrenta el proble-ediante el trazado de una distinción entre lo que él deno- restricciones internas y protecciones externas (Íbidem).

restricciones internas involucran relaciones intragrupales onde el grupo minoritario étnico o nacional busca res-ir la libertad individual de sus miembros con base en la sidad de mantener la solidaridad grupal. Las protecciones rnas tienen que ver con relaciones intergrupales donde el o minoritario étnico o nacional busca proteger su identi-diferenciada al limitar el efecto de las decisiones tomadas otra sociedad de mayor tamaño. Las protecciones externas tan asegurar que miembros individuales de una sociedad an mantener un modo de vida bien diferenciado si así lo n, mientras que las restricciones internas intentan forzar

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4 Las cursivas son del autor de este estudio.

5 Derechos poliétnicos son los derechos de inmigrantes y no conciernen a esta investigación. Véase Kymlicka, 1995.

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a los miembros de su sociedad a mantener el modo de vida tradicional (Íbidem).

Los defensores de los derechos minoritarios, incluyendo los tocantes a la lengua, rara vez buscan la conservación de su cultura auténtica si esto significa el regreso a prácticas cul-turales arcaicas; luchan por el derecho a mantener su propia cultura y continuarla desarrollando de la misma manera que el grupo mayoritario hace con la suya (Íbidem). Finalmente, para Kymlicka (1989) la importancia de pertenecer a un grupo cul-tural yace en que “permite llevar a cabo decisiones individuales llenas de sentido”.

Derechos y política lingüística

La creación de derechos a nivel legislativo es una de las maneras en que se implementan las decisiones de política lin-güística (Kymlicka and Patten, 2003). Es una vía para que los gobiernos exijan el cumplimiento burocrático, también hace difícil que futuros gobiernos pudieran echar marcha atrás so-bre las decisiones tomadas. Es posible organizar las diversas alternativas en cuanto a los derechos y políticas en materia de lenguas de acuerdo con cuatro distinciones (Íbidem):

• Derechos orientados según la tolerancia versus derechos orientados según la promoción: los derechos orientados según la tolerancia son protecciones con las que cuentan los individuos contra la interferencia de un gobierno con sus elecciones en materia de lenguas, que son privadas (Kymlicka and Patten, 2003). Los derechos orientados se-gún la promoción implican el uso de un lenguaje específico que lleven a cabo las instituciones públicas.

• Regímenes de norma y acomodación versus regímenes de derechos de lengua oficial: La aproximación de norma y acomodación implica la predominancia de alguna lengua establecida por norma en la comunicación pública, típi-camente la lengua mayoritaria de la jurisdicción en cues-tión. A menos que apliquen algunas cuestiones especiales, esta lengua es la que se usa en las instituciones públicas. Después, se hace acomodo especial para las personas que carezcan de suficiente fluidez en la lengua establecida por la norma (Íbidem). El sistema lingüístico oficial designa ciertas lenguas como oficiales y luego atribuye una serie de derechos a los hablantes de dichas lenguas.

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Regímenes de personalidad versus regímenes de dere-os de territorialidad: El principio de personalidad es el incipio de que los ciudadanos deben disfrutar el mismo njunto de derechos en lo tocante a la lengua oficial, sin portar en qué parte del país se encuentren. El principio uesto, en el cual se tiene que los derechos en materia güística debieran variar de región a región de acuerdo n las tradiciones de la zona, se llama el principio de te-itorialidad.

Derechos individuales versus colectivos: en el contexto la política en materia de lenguas, la distinción entre lo dividual y colectivo se centra en si debe o no haber un ínimo de demanda de un servicio o especie de acomodo ra que cualquier individuo específico pueda reclamarlo mo derecho.

anificación lingüística (Language Planning)

planificación lingüística como ámbito profesional y bibliografía académica es relativamente joven; su prin-contribución ha sido en la comprensión del papel de las as en la construcción de naciones. Fishman piensa en nificación lingüística como “la búsqueda organizada de ones para problemas lingüísticos sociales” (Ruiz, 1990). rd Ruiz (1990) dice: “basta con que anotemos que to-stas definiciones sugieren lo siguiente: mientras que la ación lingüística siempre incluye a la lengua, entre otros ntos, rara vez se trata únicamente acerca de la lengua”.

rientaciones para la planificación lingüística

iz sugiere que la planificación lingüística y el desarrollo líticas procedan en mano con una o más orientaciones, a ales define como un “complejo de disposiciones hacia el aje y su papel, y hacia las lenguas y su papel, al interior sociedad” (Ruiz, 1990). Ruiz contiende que el proceso sarrollo de políticas lingüísticas está contenido en una o e tres orientaciones básicas: la lengua como problema, la a como derecho, y la lengua como recurso. Discutiremos nera breve los siguientes:

lengua como problema propone que los blancos de la a lingüística son alguna especie de problema social para entificado, eliminado, curado, o resuelto de una u otra ra. Desde el punto de vista percibido oficialmente, desde to de vista fuera de la comunidad, o aun desde el punto

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de vista de la comunidad misma, el vernacular de la localidad es un determinante importante de la pobreza y de las desven-tajas; eliminarlo como problema implicaría eliminar la lengua de la zona y reemplazarla con el status quo mayoritario (Íbi-dem).

• La lengua como derecho confronta las tendencias asimila-cionistas de las comunidades mayoritarias con argumentos en torno al derecho legal, moral y natural de tener una identidad y una lengua locales; refuta la idea de que las comunidades mi-noritarias de algún modo son “mejoradas” mediante la pérdida de su lengua y su cultura (Íbidem).

• La lengua como recurso presenta un acercamiento a la len-gua como un recurso social; las declaraciones sobre políticas formuladas con base en esta orientación debieran servir como guías mediante las cuales la lengua o lenguas se preservan, administran y desarrollan. Sin embargo, debe resistirse la ten-dencia en sentido de ver los recursos de manera puramente utilitaria: el lenguaje es, después de todo, una cualidad hu-mana que no puede tratarse como una mera mercancía más. Hasta donde la orientación de la lengua como recurso atrae atención a la importancia social de todas las comunidades y de sus lenguas, y hasta donde promueve la tolerancia e incluso la aceptación de las lenguas minoritarias, alberga la promesa de reducir los conflictos sociales de una manera en que las otras dos orientaciones no pueden alcanzar (Íbidem).

Estatus lingüístico

Ahora es necesario explicar, brevemente, los siguientes cuestionamientos: ¿Qué es una lengua “oficial”? ¿Cómo alcanza ese estatus? ¿Cuál es la diferencia entre una lengua “oficial” y una lengua “nacional”?

Lengua oficial

Podemos resumir al formalizar estas dos concepciones de “lengua oficial” de la manera siguiente (Ruiz,1990):

1. Lengua oficial-(d) se refiere a una lengua que ha sido declarada por una autoridad administrativa que es la oficial para las funciones públicas del gobierno.

2. Lengua oficial-(p) se refiere a una lengua utilizada prag-máticamente para los fines oficiales de un gobierno.

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ngua nacional

na categorización semejante es utilizada por Ruiz (1990) istinguir las lenguas nacionales:

ngua nacional-(s) es una lengua que constituye un sím-lo de la identidad nacional.

ngua nacional-(g) es una lengua ampliamente distribuida sentido geográfico o funcional. Debe mencionarse que

engua nacional” y “lengua oficial” con frecuencia se utilin intercambiablemente.

partir de esta categorización podemos identificar 5 tipos tos de políticas lingüísticas en cuanto a su relación con atus lingüístico:

Una lengua nacional-(s) es una lengua oficial-(d) Una lengua nacional-(s) no es una lengua oficial-(d) Una lengua nacional-(g) es una lengua oficial-(d)Una lengua nacional-(g) no es la lengua oficial-(d)Una lengua oficial-(d) no es una lengua nacional-(g)

aluación de la conceptualización de la política lin-üística mexicana hacia los pueblos indígenas

etapa de conceptualización dentro del proceso de au-r capacidad en la política lingüística mexicana es quizás

s completa. No cae en los extremos descritos por Bulli-1981) en su dilema pluralista. Por la mayor parte, sigue oximación liberal de Kymlicka (1989) hacia los derechos les diferenciados. De manera consistente con la teoría ultural, la legislación que se ha aprobado otorga dere-

lingüísticos a las minorías nacionales indígenas, toman- cuenta los estragos provocados por la colonización, así las consecuencias que dejaron anteriores acercamientos dencias nacionalistas, y finalmente su organización so-

n el momento presente.

legislación actual toma en cuenta derechos de gobier-opio. Estos derechos, como ha recomendado Kymlicka ), son de naturaleza permanente. Sin embargo, los dere-de representación especial, tales como la discriminación va (por ejemplo, la acción afirmativa en los Estados Uni-e América), no han sido considerados ni promovidos en islación y política en materia lingüística. Esto ha causado roblemática debido a que muchos pueblos indígenas se

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enfrentan a desventajas que no comparten con ellos otros ciu-dadanos mexicanos.

Finalmente, la conceptualización de la política lingüística ha tomado en cuenta todos los derechos que Kymlicka y Pat-ten (2003) han establecido como indispensables. La legislación mexicana está enfocada a los derechos según la promoción, y se ha promocionado la orientación de norma y acomodación para las lenguas indígenas, en vez de volverlas lenguas de na-turaleza oficial. El sistema que se encuentra arraigado es el de la territorialidad, en donde las lenguas indígenas son recono-cidas con base en la región geográfica.

De acuerdo con la categorización del estatus lingüístico llevada a cabo por Ruiz (1990), las lenguas indígenas en Méxi-co no son lenguas oficiales sino lenguas nacionales-(g), lo cual reafirma el principio de territorialidad. De esta categorización se desprende que el español está declarado como lengua-(d) oficial de México, mientras que ciertos idiomas indígenas son lenguas nacionales-(g) en ciertas regiones geográficas. Esta conceptualización es una evolución más allá de su anterior es-tado de lenguas nacionales simbólicas-(s). De acuerdo con la legislación vigente, las lenguas indígenas no pueden volverse lenguas oficiales para toda la nación, pero sí pueden ser de-claradas como oficiales en los estados y municipios. Por tanto, la política de estatus lingüístico en México es la siguiente: una lengua-(g) nacional no es la lengua oficial-(d) (Ruiz, 1990).

Las dos observaciones más importantes en torno a la con-ceptualización de la política lingüística en Mexico reveladas por esta investigación son las siguientes: primero, que hay poco que queda por hacer para mejorar la política lingüística mediante la conceptualización; segundo, que hay una incon-gruencia en la actual legislación / conceptualización que debe ser resuelta. A continuación explicamos y damos pruebas en apoyo de estas afirmaciones de manera más profunda.

La actual conceptualización de la política lingüística mexi-cana es un paso hacia adelante en el esquema de orientacio-nes para la planificación lingüística propuesto por Ruiz (1990). Previo al reconocimiento de las lenguas indígenas en la cons-titución mexicana, y durante el movimiento nacionalista, las lenguas indígenas adoptaban el punto de vista de la lengua como problema. Esto es congruente con la posición guber-namental de años anteriores, en la que se buscaba eliminar dichas lenguas y asimilar a sus hablantes a la cultura mayori-taria.

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n la actual legislación y la conceptualización de una po-ingüística multicultural, la orientación de planificación tica actual es la de la lengua como derecho. Esta afirma-stá respaldada por la legislación actual. El próximo reto vanzar hasta el siguiente escalafón en este esquema de ción y alcanzar el nivel de la lengua como recurso. Pode-cordar que este nivel implica declaraciones de políticas

ladas para servir como lineamientos mediante los cuales guas se conserven, administren y desarrollen. Mientras te proceso ya ha comenzado en cuanto a la concep-ción, todavía se dista mucho de alcanzar a ponerlo en a. Para poder alcanzar esta etapa, el diseño y la imple-ción de políticas deberá mejorarse. El siguiente paso a no puede ser alcanzado mediante la conceptualización íticas, sino a través de la implementación de éstas.

izás el mayor debate en torno a la actual conceptuali- de la política lingüística multicultural está asociada a cepción de derechos grupales diferenciados, versus los os colectivos, propuesta por Kymlicka. En este sentido, tica lingüística mexicana es ambigua:

Artículo 1. La presente ley es de orden público e interés so-

cial, de observancia general en los Estados Unidos Mexicanos y

tiene por objeto regular el reconocimiento y protección de los

derechos lingüísticos, individuales y colectivos de los pueblos

y comunidades indígenas, así como la promoción del uso y

desarrollo de las lenguas indígenas (Ley General de Derechos

Lingüísticos de los Pueblos Indígenas).

interpretación de este artículo podría parecer que toma ido de la aproximación comunitaria si no se hiciera una claratoria. Como se dijo líneas más arriba, los derechos vos son, de acuerdo con la constitución mexicana, an-itucionales. Es posible que un incumplimiento de esta ía constitucional pudiera tener consecuencias innume- sobre una multitud de temas sociales.

nque ningún aspecto de la legislación actual permite las ciones internas sobre cualquier grupo indígena, tampo-prohíbe. Este es un punto clave, ya que la perspectiva del multiculturalismo debe proveer a los grupos, por de todas las cosas, de la libertad de elección. No todo uo indígena tiene las mismas necesidades, ni se pueden las necesidades de todos los individuos indígenas con smos medios. Sin embargo, la política lingüística mexi-í permite las protecciones externas para los hablantes de

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lenguas indígenas. Esto es evidente en las reformas constitu-cionales y garantías que se han creado recientemente.

De acuerdo con esta evaluación, la política lingüística mexicana aparentemente va por buen camino. Las enmien-das jurídicas, con la excepción (no tan pequeña) del artículo primero, con su ambigüedad en torno al tema de los derechos colectivos, en mayor parte son congruentes con la teoría libe-ral multicultural. Por otra parte, la orientación lingüística ya ha evolucionado tanto como es posible dentro de la fase de con-ceptualización; sin embargo, la conceptualización sólo es un punto de partida para lograr el verdadero multiculturalismo.

DISEÑO DE POLITICAS

Política lingüística

La teoría política en la última década se ha preocupado por discutir el pluralismo en sus dimensiones culturales, étnicas, raciales y religiosas; sin embargo, la diversidad lingüística ha recibido poca atención por parte de los teóricos (Kymlicka y Patten, 2003). A continuación se enumeran temas asociados a la política lingüística que Kymlicka y Patten, en su compilación Language Rights and Political Theory (Derechos lingüísticos y teoría política, 2003), declaran es indispensable atender a tra-vés de una política lingüística correctamente diseñada.

El primer tema que los autores discuten es el uso interno de las lenguas; el problema central asociado a esta variable busca una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Es correcto que las instituciones públicas adopten una política que permita la arbitrariedad general en lo que toca al uso interno de las len-guas? El problema se vuelve más complejo si uno considera la posibilidad de que las instituciones adopten una aproximación más preceptiva. Hay soluciones posibles a este problema, a través de la conformación de políticas que insistan sobre cier-tos requerimientos lingüísticos en los empleados que pasan por contratación o son promovidos a cargos de mayor res-ponsabilidad. Obligar al uso de una lengua en especial en los comunicados internos y los registros, también son posibles aproximaciones para la resolución de este problema. Uno debe tener en cuenta que las instituciones públicas no serían capaces de llevar a cabo las funciones que esperamos de ellas si los em-pleados y mandos que las conforman no pueden comunicarse de manera efectiva entre sí (Íbidem).

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segundo asunto que nos presentan los autores tiene er con el papel que representa la lengua en el ámbito de rvicios públicos. La política en esta área debe atender uiente cuestionamiento: ¿Qué lengua o lenguas deben r las instituciones públicas para sus operaciones en el limiento del servicio al público? Algunas soluciones po- a través de la formulación de políticas dirigidas incluyen ignación de ciertas lenguas oficiales, el derecho a cier-nguas “según la demanda lo justifique”, la aplicación del pio de personalidad y del de territorialidad. Al enfrentar uestionamiento, es necesario preguntarse: ¿Qué tan lejos ue llegar en el acomodamiento para atender a la diversi-ngüística? Y también: ¿Cómo debe decidir una autoridad o poner ciertos servicios a disposición de los hablantes rta lengua? (Íbidem)

lo que concierne a las cortes e instancias legislativas, nen en común algunos de los problemas y soluciones del o de los servicios públicos; una solución adicional en ma-de políticas podría ser la utilización de traductores; sin rgo, las decisiones que se toman a la hora de traducir pue-fectar a los individuos en su habilidad para ejercer los más s de sus derechos, incluyendo el derecho a la participa-emocrática en las legislaturas (Íbidem).

aproximación de la educación intenta atender el proble- torno al uso de la lengua como medio principal para la ción pública. Entre las posibles soluciones a nivel de nue-olíticas se encuentra la del uso de una sola lengua como dio principal, al tiempo que se ofrezca programas espe- de inmersión para alumnos que entren al sistema escolar mitada fluidez en la lengua en cuestión. Otra alternativa una política de instrucción que utilice una sola lengua, instituyendo, al mismo tiempo, un programa de apoyo a transición bilingüe; también son soluciones posibles a de establecimiento de políticas programas de manteni-o bilingüe-bicultural. La política lingüística en esta área evante no sólo para la transmisión efectiva de la educa-ública, sino también para los futuros patrones de uso

nguaje por parte de las generaciones de alumnos cuyos torios lingüísticos son formados por el sistema escolar. debate en torno al uso privado de la lengua debe atender iguiente: el grado en que el Estado deba regular o impo-stricciones sobre el uso privado del lenguaje lejos del o público. La mayoría de los Estados regulan el lenguaje del ámbito público hasta cierto punto (en las etiquetas oductos comerciales, etcétera...); ese tipo de regulación

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considera el uso de la lengua oficial o mayoritaria. La política lingüística en este asunto debe considerar el uso de la lengua a nivel doméstico, así como en las asociaciones civiles, empresas y despachos, etc. (Kymlicka y Patten, 2003).

Las declaraciones oficiales en torno a las lenguas deben atender la legitimidad de un estado o jurisdicción en cuanto a llevar a cabo el gesto simbólico de declarar que alguna lengua o lenguas son oficiales. Algunos países como los E.E.U.U. o Ja-pón se han resistido a declarar que alguna lengua es la oficial; otros países reconocen algunas lenguas como federales ofi-ciales y permiten que los estados y gobiernos locales adopten otras lenguas de manera oficial. En otros casos, las lenguas minoritarias pueden ser declaradas como oficiales por las co-munidades autónomas, si ya existen los precedentes legales correspondientes. Las declaraciones de una lengua como ofi-cial típicamente tienen tanto un aspecto sustantivo como uno simbólico. Sustantivamente, le da el derecho a los individuos de tener acceso a los servicios gubernamentales en lenguas específicas. Simbólicamente, este gesto puede afectar la ma-nera en que los hablantes se identifican con su estado.

Procesos de planificación lingüística

Ruiz distingue entre aquellas actividades de los planifica-s lingüísticos que tienen que ver primariamente con cam- en la lengua misma (léxico, ortografía, etcétera...) y las a, en conjunto, “corpus planning” ya que tiene que ver con elementos constitutivos. Aquellas actividades que tienen ver con el lugar o el papel de la lengua o variedad de ua al interior de la sociedad (su designación como lengua ial” o “nacional”) se denomina status planning, porque tie-ue ver con su situación político-social. Es importante que as formas de planificación se consideren de manera más o os simultánea (Ruiz, 1990).

La tabla 1 presenta las distintas etapas propuestas por Jo- A. Fishman en su obra Reversing Language Shift (Revertir

bandono de una lengua, 1991). Estas etapas muestran el ino para revivir las lenguas minoritarias en peligro de ex-ión; las etapas toman en cuenta tanto la planificación del us como la del estatus. La primera etapa, compuesta de ro niveles distintos, es cuando se alcanza la disglosia, que

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Tabla 1 Etapas de reversión del abandono de una lengua: Severidad de la dislocación intergeneracional

(Fishman, 1991).

Etapas de reversión del abandono de una lengua (Reversing Language Shift, RLS): Severidad de degeneración intergeneracional

Etapa 1: RLS para obtener la disglosia

1. Reconstruir X [idioma minoritario] y la adquisición entre adultos de X como segundo idioma.

2. Interacción cultural en X principalmente involucrando a los ancianos de la comunidad.

3. Conectar a la comunidad de manera inter generacional e inter demográficamente: esto es la base para la transmisión efectiva de la lengua

“materna”.

4a. Escuelas para la alfabetización en la lengua vernácula, esto para viejos y jóvenes. Esto no busca, ni debe reemplazar la educación compulsoria.

Etapa 2: Para trascender la disglosia tras lograrla

4b.Escuelas públicas para niños que hablen X, ofreciendo alguna instrucción en X, pero sustancialmente bajo el control curricular de parlantes

de la lengua mayoritaria.

5a. Escuelas públicas en donde se hable X y bajo el control de personas que hablen X.

6. El ambiente local / regional (i.e. fuera de una comunidad) de trabajo que incluya a parlantes de la lengua X y de la lengua mayoritaria.

7. Servicios gubernamentales y mediáticos locales y regionales en idioma X.

8. Educación, educación superior, esfera de trabajo, medios masivos y operaciones gubernamentales proveídos en el idioma X a nivel nacional.

Fuente: Fishman, 1991

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se refiere a cuando los hablantes de una lengua marginada utilizan su propia lengua en contextos íntimos (con su familia, amigos o conocidos) pero usan alguna otra lengua en espacios públicos (Fishman, 1991).

La segunda etapa, también compuesta por cuatro niveles, es cuando se trasciende la disglosia y se alcanza un bilingua-lismo sustentable.

Evaluación del diseño de la política lingüística mexica-na hacia los pueblos indígenas

El diseño de la política lingüística multicultural tiene ca-rencias. A pesar de que existen redes de institutos que se han creado en apoyo a los pueblos indígenas, no han sido exitosos en sobrepasar la etapa de conceptualización de políticas. De los siete temas que Kymlicka y Patten establecen como funda-mentales para tener una política lingüística competente, Méxi-co solamente cumple con dos: la educación y las declaraciones oficiales.

En el ámbito de las declaraciones oficiales, no queda mu-cho por hacer a nivel nacional, ya que volver oficiales a todas las lenguas indígenas, en cualquiera de sus modalidades, sería increíblemente complejo debido a la diversidad de las lenguas y los dialectos.

Hasta el momento poco avance se ha logrado en lo que toca a otros asuntos, tales como el diseño de políticas que permitieran ofrecer servicios públicos en lenguas indígenas, así como regular el uso privado e interno de la lengua. Las cor-tes y legislaturas también han hecho muy poco en el sentido de acomodar las lenguas minoritarias.

Debe hacerse un reconocimiento en cuanto al trabajo de planificación de corpus en México; las 35 distintas lenguas indígenas que existen, junto con sus 55 dialectos, han sido objeto de investigación y ya cuentan con su propio alfabeto gráfico (www.cdi.gob.mx). Los libros de texto están disponi-bles en todas las lenguas y son distribuidos de manera gratuita a los alumnos indígenas inscritos en escuelas con programas de educación bilingüe. Esto permite la conservación y la ense-ñanza de estas lenguas y promueve su traducción al español y a cualquier otra lengua codificada (Ruiz, 1990). Tal como es recomendado por los planificadores lingüísticos, la planifica-ción del corpus y del estatus se han llevado a cabo de manera conjunta.

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n cuanto a la política de educación bilingüe mexicana, mos dos observaciones de gravedad. La primera es que o a la ausencia de otras políticas para la promoción de

enguas indígenas, la política lingüística mexicana está ando la capacidad de la educación para cumplir funcio-e conservación, promoción y protección de las lenguas

rnas indígenas. En cuanto a esta observación, Joshua A. an anota:

“La falta de adecuación y la ineficiencia de enfrentar los pro-

blemas sociales a través de la escuela se vuelven aún más cla-

ras cuando uno se da cuenta del poder y el papel de la escuela

para influir sobre el complejo hogar-vecindario-comunidad, ya

que este es el complejo que controla la posibilidad de invertir

el proceso de abandono de una lengua considerado como un

todo; mayormente, es donde hay que concentrar los esfuerzos

para promover el habla nativa (los esfuerzos para que la lengua

X o lengua minoritaria recupere su lugar cada vez más): ya que

la lengua materna y característica o lengua madre en conjun-

ción con otra u otras, perteneciente al pueblo X, miembros de

un grupo minoritario, se ha debilitado y ha gravitado cada vez

más hacia la periferia del acontecer diario de sus propios ha-

blantes primarios: los estudiantes y sus padres de familia” (J.

A. Fishman 1991. Traducido por el autor).

l segundo punto que hay que tomar en cuenta en torno al o de la educación bilingüe para individuos que pertene- grupos indígenas es que, mientras en la conceptualiza-el programa está diseñado para eventualmente dar acceso ducación superior de manera bilingüe, en la práctica este so sólo ha resultado aplicable hasta sexto año de prima- veces, en algunas escuelas, la educación bilingüe sólo se rte hasta el tercer año debido a la falta de maestros).

sta falta de continuidad para la educación bilingüe no a a fortalecer las lenguas minoritarias, lo que constituye ta de la política multicultural, y el hecho de que el sistema ativo sólo da acceso a la educación bilingüe hasta el sexto de primaria (cuando mucho) nos lleva a declarar que los los indígenas de México se encuentran en el estado co-o como disglosia. La disglosia, como se ha mencionado,

contexto en que los hablantes de una lengua marginada enzan a usar su propia lengua sólo en situaciones íntimas, adoptan otra lengua en el ámbito público. Llegamos a esta lusión al aplicar nuestro conocimiento del caso mexicano scala propuesta por Fishman (1991) para medir las etapas reversión del proceso de abandono de una lengua.

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Como se puede notar gracias a este esquema, México po-dría quedar categorizado en el nivel 4b (Ver Tabla 1), ya que apenas comienza el esfuerzo para trascender la disglosia. Esto es un hito fundamental que puede llevar a una política lingüís-tica multicultural exitosa o puede conformar una etapa en el avance hacia un bilingualismo de transición. Con esto Fish-man (Íbidem) quiere decir que la educación bilingüe puede ser utilizada como una manera menos violenta de asimilar a las minorías al grupo mayoritario, lo cual minaría el esfuerzo de política lingüística multicultural.

Ahora comenzamos a ver las fallas más graves de la po-lítica lingüística mexicana. Aunque se ha llevado a cabo una planificación de corpus por entero admirable, la planificación de estatus, aunque se llevó a cabo al mismo tiempo, está lle-na de omisiones. La amenaza más seria para el éxito de una política lingüística multicultural que se ha identificado en esta etapa del proceso de política es la posibilidad de que suceda un bilingualismo de transición, debido a que se ha permiti-do sobrecargar el sistema escolar más allá de sus funciones y capacidad, lo cual es consecuencia de un diseño de política defectuoso.

IMPLEMENTACION DE POLÍTICAS

Implementación Erwin Hargrove (1975) eleva la importancia de esta etapa

del proceso de política al referirse a ella como el eslabón per-dido o “aquel elusivo catalista de política que de algún modo transforma las buenas intenciones en buenas políticas” (De León, 2002). Presentamos dos descripciones de dos aproxi-maciones a la implementación.

• La aproximación Impositiva (“de arriba en dirección hacia abajo”): Herbert Simon, en su libro Securing Com-pliance (1950) describe medios a través de los cuales se induce a empleados a aceptar los planes de quienes llevan a cabo la toma de decisiones organizacionales. Estos me-dios incluyen métodos como la educación en torno a las decisiones políticas y la generación de incentivos. Sin em-bargo, estos métodos de motivación corren el riesgo de alienar la parte más vital de una organización, los llama-dos trabajadores de “primera línea”, quienes son la mejor fuente de información en cuanto a las relaciones entre una organización y los elementos externos.

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Otrpolítica

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a aproximación democrática (“de abajo en dirección ha arriba”): Contrario al trabajo de Simon, el sistema de er y Linda de León se apoya en una aproximación en tido de “abajo hacia arriba”. Ambos insisten en que a aproximación democrática debe ser la opción preferi- (De León, 2002). En este modelo, los empleados en-den las cosas que son necesarias para resolver un blema gracias a su experiencia. No hay necesidad de rcer la coerción en este modelo porque la decisión de los pleados en sentido de respaldar o rechazar una pro-esta legitima la política que se intenta implementar.

luación de la implementación de la política güística mexicana hacia los pueblos indígenas

artir de la información que hemos reunido, podemos que la política lingüística mexicana se está implemen-principalmente desde una perspectiva “de arriba hacia Esto es un hecho notable, ya que el mayor avance ha gistrado en cuanto al establecimiento de precedentes s que permitirían a la política enfrentar una amplia e problemas. También han sido creados institutos para

r con lo establecido por la legislación vigente, pero ya tos son relativamente nuevos (Dos de los más importan-ron creados en 2003. Se ha tenido poco avance en otros s más allá de la educación y el estatus lingüístico, que tarea puramente legislativa.

a implementación de abajo hacia arriba implicaría la cia de un movimiento social y el fortalecimiento de la cívica, y aunque hay algunos programas que se co-n a diseñar para enfrentar esta problemática, todavía encuentran al nivel de implementación el proceso de n de políticas. Es aquí donde, en mi opinión, yace el implementación más grande en el camino a una política tica exitosa. Los maestros, alumnos, gestores, repre-tes locales y miembros de grupos indígenas en general sentir que los programas de promoción de política lin-a multicultural les pertenecen; después de todo, se trata propias lenguas. Un esfuerzo gubernamental debe lle- cabo para ir más allá de la mera ejecución de los man-ederales y verdaderamente trabajar en la construcción cultura cívica que, en palabras de Kymlicka, “permite decisiones llenas de sentido” (Kymlicka, 1995).

o aspecto de la implementación es el grado en que las s se implementan en regiones distintas; por ejemplo,

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de los 24 estados que tienen poblaciones indígenas en Méxi-co, sólo tres (Oaxaca, Guerrero y Puebla) han modificado sus constituciones locales para declarar como oficiales a lenguas indígenas “donde la demanda lo justifica”, a nivel local (Ana-ya, 2003). De la misma manera recordamos, que la educación bilingüe, la más desarrollada de las políticas lingüísticas, sólo ha resultado aplicable hasta sexto año de primaria y, a veces, según la región, la educación bilingüe sólo se imparte hasta el tercer año debido a la falta de maestros.

Un análisis exhaustivo de la implementación fue difícil de llevar a cabo, principalmente porque muy pocas de las po-líticas lingüísticas han sido implementadas. Sin embargo, podemos resaltar que hay una aproximación en cuanto a la implementación abrumadoramente enfocada hacia hacer las cosas de “arriba hacia abajo”, así como resultados muy poco uniformes.

CONCLUSIONES

Dados los resultados de esta evaluación, hemos localizado varias áreas en las que la política lingüística mexicana hacia las minorías indígenas no es congruente con las actuales teo-rías en torno a multiculturalismo, política lingüística y plani-ficación lingüística. Debo hacer énfasis en que estas teorías fueron elegidas porque la actual legislación indica que éstos son los ideales que México como país está promoviendo. Pre-sentaremos nuestras conclusiones, como hicimos con nues-tro análisis, en las distintas fases del proceso de aumento de la capacidad (conceptualización, diseño e implementación) y, posteriormente, haremos unos comentarios finales.

Conceptualización

El primer punto en que divergen las políticas mexicanas y la teoría multicultural en cuanto a la conceptualización de po-líticas es la falta de derechos de representación especial para las lenguas indígenas. Uno no debe confundir políticas como la educación bilingüe con estos derechos, ya que las políti-cas como la educación bilingüe son derechos orientados a la promoción, y son de naturaleza permanente. Deben crearse derechos lingüísticos temporales para aliviar las desventajas sistemáticas que sufren las minorías indígenas.

Segundo, hay poco más que quede por hacer para me-jorar la política lingüística mediante la conceptualización. La

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conceptualización de la política lingüística mexicana ha atrás la orientación de la lengua como problema y ha do exitosamente una política que ve a la lengua como echo. La evolución natural de este proceso indicaría que lítica lingüística multicultural verdaderamente exitosa ue alcanzar, finalmente, la orientación a la lengua como o; sin embargo, esto no puede hacerse desde la etapa de tualización.

roblema de los derechos colectivos versus los derechos uales es uno muy delicado, y que ha sido hecho a un or la actual conceptualización de políticas, dejándolo en trema ambigüedad. Como ya he dicho en este trabajo, rechos colectivos son, de acuerdo con la constitución na, anticonstitucionales. Debe hacerse un esfuerzo por rar la manera congruente de mantener derechos indivi- al interior de los grupos diferenciados para poder eli-esta omisión.

eño

n relación al diseño de la política lingüística multicul-ebemos concluir que el actual esfuerzo mexicano sen-nte no da cobertura a todos los problemas. Apenas ha zado a resolver el estatus de las lenguas indígenas (a statal) y de la educación.

bido a esta ineficiente cobertura de problemas tocantes lítica lingüística, el sistema educativo está sobrecarga- que actualmente es la única instancia responsable de y promover las lenguas indígenas. Es cada vez más difí-blecer la cultura cívica necesaria para la conservación de guas indígenas únicamente con base en la política que re a la educación bilingüe, la cual, en el caso de México, onsistencia bastante endeble.

plementación

primera observación en cuanto a la implementación de s lingüísticas multiculturales en México, es la falta ge-e implementación. Hasta ahora la única área que ha tado un desarrollo activo en este sentido es la educa- través de la implementación de educación bilingüe (que co ha llegado a niveles óptimos de implementación) y la gación y desarrollo de corpus planning.

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Al borde del Multiculturalismo: Evaluación de la política...

polítichan esatrás ehan he

Lopolíticlamenprogradel muestá spara m

A partir del análisis que llevamos a cabo, podemos tam-bién concluir que la política lingüística mexicana está plan-teada en dirección claramente “desde arriba hacia abajo”. Una implementación “de abajo hacia arriba” implicaría el diseño de políticas enfocadas a la creación y al fortalecimiento de la par-ticipación ciudadana, así como de la cultura cívica.

Comentarios Finales

No podrían terminarse estas conclusiones sin hablar de los aciertos: es innegable que han sucedido avances. El esfuerzo en cuanto a la planificación del corpus de las lenguas también ha sido notable. El más importante avance hacia una verdadera

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a multicultural han sido los precedentes jurídicos que se tablecido, para que los gobiernos futuros no den marcha n sus obligaciones hacia las minorías indígenas, como cho tantos otros en el pasado.

que finalmente muestra este ejercicio es la falta de una a lingüística nacional robusta y trascendente. Esto so-te puede ocurrir con una adecuada continuidad en los mas y las políticas. Este trabajo recibió el título Al borde lticulturalismo porque ahí es donde creo que México

ituado, en el borde: el futuro depende de la voluntad antener el rumbo fijo hacia la meta.

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Notas

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Ana Cristina Vélez López

El presente artículo tiene el carácter de un texto descriptivo y analítico producto de la investigación realizada sobre un aspecto de coyuntura política en Colombia: la reelección presidencial. Se realizó como un análisis de caso que tomó como método el análisis crítico de discurso de Teun A. van Dijk y que partió de los editoriales que el periódico más importante de Colombia publicó sobre este tema. Al seguir dichos editoriales se vio reflejado un cambio radical en la postura del diario que inició sin apoyar la reelección inmediata y que terminó por afirmarla con nombre propio: Álvaro Uribe Vélez.

Palabras clave: Análisis crítico del discurso, opinión, reelección

Analysis of a publishing position: The case of Colombian president Alvaro Uribe re-election

This article is a descriptive and analytical text. The investigation of which the article is a product is about the presidential re-election in Colom-bia. That research began as an analysis of eighteen editorials published by the most important newspaper in Colombia: El Tiempo. The method of analysis was ACD (Critical Analysis of speech) by Teun A. Van Dijk. The investigation concluded that El Tiempo changed radically its position about the immediately presidential re-election because the editorial did not support it at the begging but at the end it supports the re-election with own name: Alvaro Uribe Velez.

Key Words: Critical analysis of speech, opinion, re-election

Fecha de recepción: 10/08/06 Fecha de aceptación: 02/10/06

Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección del presi-dente colombiano Álvaro Uribe VélezAna Cristina Vélez López*

“El periodismo está en su mejor momento cuando es un asesor independiente del público, no cuando se inclina ante sus humores”.

(Colombo, 1997:16)

La reforma a la Constitución colombiana que se llevó a cabo en octubre del año 2005 con el fin de promover la reelección inmediata del presidente Álvaro Uribe Vélez en el año 2006, es el tema de coyuntura política que abordará este trabajo. El análisis de la problemática se asienta en la manera cómo la línea editorial del periódico El Tiempo, principal diario de Colombia y único con circulación nacional, fue modificando su posición frente a la reelección presidencial que calificó en un inicio de inconveniente y riesgosa, pero que terminó aproban-do el domingo 28 de agosto de 2005. Así, El Tiempo, haciendo uso de uno de sus principios editoriales que lo respalda para tomar posición frente a cualquier candidato político, ayudó a fortalecer el unanimismo de la opinión pública colombiana y restringió todavía más los espacios pluralistas, críticos y de oposición frente al gobierno, que existen actualmente en Co-lombia. El análisis de los editoriales que permiten concluir que hubo un cambio de posición, posibilitó también plantear que

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mutación se debió muy probablemente a la injerencia de s agentes partícipes de la esfera pública colombiana, que momento avalaban la reelección del presidente Uribe: la ón pública, los empresarios y el propio Congreso.

l tratarse de un asunto de coyuntura, hay que mirar al-s antecedentes políticos que le dan cuerpo a este caso. elección en Colombia existió desde las primeras consti-nes, la de 1811 y la de 1830, bajo la forma de reelección ata que establecía que quienes hubiesen ejercido el poder tivo no podrían ser elegidos nuevamente en el período diatamente posterior. Sin embargo, en la constitución de , llamada de los Estados Unidos de Colombia, y en la de , se permitió la reelección inmediata de presidentes, re- que en 1910 se modificó con otra que redujo la presi-a a cuatro años y que permitió la repetición en el período dencial, pero con intermisión. La Constitución de 1886,

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* Docente de tiempo completo del Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT Medellín – Colombia. Comunicadora social y Magíster en Ciencias Sociales. Miembro del grupo de investigación Estudios en Política y Lenguaje avalado por Colciencias – Colombia. [email protected] Teléfono: (574)2619500 Domicilio: carrera 49 # 7 sur 50 Medellín – Colombia.

ISSN: 1870-3569

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Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección...

que contemplaba la reelección presidencial, estuvo vigente durante más de cien años, hasta 1990, año en el que se pro-dujo en el país un hecho democrático sin precedentes: en las elecciones legislativas de octubre se introdujo por demanda popular la llamada “séptima papeleta”, para elegir a los repre-sentantes de la Asamblea Nacional Constituyente que tenían como tarea promulgar la nueva Constitución Colombiana de 1991. Se creó desde entonces la Corte Constitucional; se ins-tituyó la acción de tutela como mecanismo expedito y efectivo para que los ciudadanos hicieran valer sus derechos constitu-cionales; se prohibió la extradición de nacionales (misma que fue derogada en 1996) y, se prohibió la reelección presidencial de manera absoluta. Las cuatro principales razones que adu-jeron los constituyentes frente a la prohibición de la reelección fueron: primera, la voluntad expresada por el pueblo de no repetir presidentes en ningún caso; segunda, que la reelección concentra el poder y se opone a la alternancia propia de la de-mocracia; tercera, que la gran atracción y seducción que susci-ta el poder puede influir peligrosamente para que el presidente manipule la opinión y las leyes en su favor si sabe que hay reelección inmediata y, cuarta, el peligro de que el presidente candidato concentre sus esfuerzos en la reelección y descuide la gobernabilidad inmediata (Rodríguez y Restrepo, 1991).

En resumen, en Colombia, desde 1811 hasta 1991, la re-elección fue posible la mayor parte del tiempo como reelección mediata, salvo cincuenta años en que se permitió la reelec-ción inmediata. La novedad se introdujo en 1991 con la nueva Constitución Nacional que prohibió la reelección presidencial de manera total y absoluta. Durante el mandato Uribe Vélez 2002-2006 ha habido varias tentativas de reforma a la Carta Magna. La primera de ellas se hizo a través de un proyecto de ley que cuarenta congresistas alineados con las políticas del presidente Uribe Vélez presentaron al Congreso para re-elegir al recién posesionado mandatario1. Poco eco tuvo esta propuesta que quedó hundida en la primera vuelta del Sena-do y que no fue registrada por los medios de comunicación, excepto por la revista Cambio #525 del 21 de julio de 2003, que reveló algunos datos llamativos para este estudio como la declaración del presidente Uribe sobre el alcance de su pro-puesta de mandato hecha para cumplirse en ocho o doce años. También la revista publicó el resultado de las encuestas de opinión que mostraban en aquella época índices de casi un 70% de respaldo a la gestión del presidente, sumado a un 53%

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electorado que estaría de acuerdo con la reforma cons-cional y a un 52% que votaría nuevamente por él (Revista bio #525 del 21 de julio de 2003).

La segunda tentativa de transformación partió del gobieno o parte del referendo2 que se realizó en octubre de ese

mo año. En este caso, el Congreso ni siquiera aprobó que reciera la pregunta por la reelección en la consulta en la se sometió a consideración del pueblo colombiano un yecto de reforma política3 que constaba de diecinueve pre-tas y cuyo lema fue “contra la corrupción y la politiquería”.

abstención marcó el tono, y el gobierno, con un respaldo 70%, no pudo alcanzar el umbral mínimo del 25% de votos requería. La tercera es la vencida, el 25 de marzo de 2004 vamente los senadores que en el 2003 habían realizado royecto de reforma para permitir la reelección, vuelven a sentarlo, pero ahora con la adhesión de 104 de los 268 gresistas que componen Senado y Cámara en Colombia y, un clima favorable para la reelección que mostraba como ice de popularidad del presidente un 80%, según las últi-s encuestas de ese momento (Revista Cambio #562 del 29 marzo de 2004). Para cambiar la Constitución Nacional en ombia, toda ley necesita ocho debates en el Congreso de epública, cuatro en el primer período de sesiones de la

islatura y cuatro en el período siguiente. Éstos se llevaron a o, la ley fue aprobada y, en octubre del 2005, nuevamente arta constitucional se reforma aprobándose la reelección ediata del presidente en ejercicio Álvaro Uribe Vélez.

Método de análisis

Visto el panorama político que rodeó este caso, es nece-io presentar ahora el plano metodológico que posibilitó el lisis. Partiendo del análisis crítico de discurso4 propuesto re otros teóricos por Ruth Wodak y Teun A. van Dijk, se cibe el discurso como un acto que refleja los pensamientos tenciones del autor en los que se cuela no sólo su subje-

dad sino también las relaciones de poder que se estable- mediante el mismo. Es así, entonces, como se encontró brecha para el análisis de la línea editorial del periódico El mpo puesto que, tal como afirma Van Dijk, en general este de discursos, los mediáticos, los emitidos por las élites de er, influyen en la sociedad y en la producción de relatos

ividuales, pues no en vano “los discursos ejercen el poder

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1 El proyecto fue presentado en julio de 2003 a menos de un año de posesionado el presidente Álvaro Uribe Vélez.

2 El referendo es una de las tres formas de participación ciudadana, diferente del plebiscito y de la consulta popular, adelantado para consultar una norma que permita modificar la constitución previa aprobación de ley en el Congreso. La ley 796 fue la que posibilitó la realización de referendo en Colombia en el año 2003.

3 La reforma política fue la segunda de las seis propuestas de gobierno con las que el presidente Álvaro Uribe Vélez ganó la contienda electoral colombiana en el 2002.

4 El análisis de discurso tiene como tarea identificar las unidades estructurales del discurso, qué objetivos, qué intenciones, qué temas se están negociando en él, es decir, determinar qué es lo que realmente se está haciendo mediante el hecho de hablar (Cortés y Camacho, 2000: 20).

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porque transportan un saber con el que se nutre la conciencia colectiva e individual” (Wodak y Meyer, 2003: 69).

No sólo el teórico holandés ha analizado los discursos mediáticos, existe ya la idea avalada por toda una comuni-dad académica y profesional, que asevera que los medios de comunicación son ahora los principales constructores de la realidad social de la que se nutren los ciudadanos. Pero es especial en este caso, el encuentro entre una perspectiva de análisis crítico de discurso con los medios de comunicación, de la manera como lo propone Van Dijk, quien muestra cómo a través del discurso periodístico se reconstruyen y representan los acontecimientos sociales y políticos de una región, de un país o del mundo, de una forma específica; algunas veces con una carga ideológica evidente que influye en la manera como se construyen los modelos cognitivos o mentales5 de los dife-rentes miembros de una comunidad. En esa medida, el análisis crítico del discurso o ACD “tiene en cuenta de modo muy con-creto, los discursos institucionales, políticos, de género y me-diáticos” para tratar de analizar las relaciones de dominación, discriminación, poder y control, manifiestas en el lenguaje. Sostiene Van Dijk que los actores sociales y las élites de poder se apoyan en las representaciones o marcos colectivos de per-cepción fundamentalmente (compartidos por un grupo social) y no sólo en su experiencia individual (Van Dijk, 2003:18). Este enfoque es importante puesto que, como se verá más adelan-te, El Tiempo está atento a esas representaciones sociales de los colombianos, en otras palabras, el diario se apoya a la vez que promueve un clima de opinión de tendencia favorable al gobierno y a la persona de Uribe Vélez.

La fuente, como se expresó en un comienzo, son los edi-toriales del periódico El Tiempo, principal diario de Colombia y único con circulación nacional. El Tiempo tiene un tiraje de más de 240 mil ejemplares, promedio día, durante la semana y 475 mil los domingos. Fuera de Bogotá, donde es el primer diario, es el segundo más leído en Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, después de cada periódico regional. Se deter-minó como fecha inicial de pesquisa el mes de julio de 2003, cuando aparece el tema de reelección; sin embargo, es sólo en febrero de 2004, cuando el tema sale a luz pública a tra-vés de la embajadora colombiana en España y ex candidata a la presidencia, Noemí Sanín Posada. Al día siguiente de esta declaración, 8 de febrero de 2004 aparece el primer editorial en el periódico El Tiempo: Reelección: se prendió el debate. La fecha en la que concluyó la recopilación es el 28 de agosto de 2005, día en el que el periódico comunicó su apoyo abierto

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Ana Cristina Vélez López

la reelección inmediata del presidente Álvaro Uribe el editorial Ante la reelección. En el lapso de estos o meses, El Tiempo publicó un total de dieciocho edi-cuyo tema central fue la reelección presidencial. Estos constituyeron el universo de análisis de este caso.

iendo la perspectiva de Van Dijk y a sabiendas que no n método prescrito de ACD, se estableció un modelo lla las siguientes categorías generales de análisis her-co propuestas por el teórico:

macro estructura o los temas generales llaman la ción de Van Dijk puesto que son el significado global iscurso y apuntan a la esencia o núcleo del mismo.

temas pueden ser inferidos o asignados al discurso, e ven directamente, aunque aparecen casi siempre en itulares, en las entradillas o en las conclusiones. Lo rtante, afirma el teórico, es que los temas son lo que ente queda en la mente de los lectores de la interac-

, ellos orientan el discurso, ya que permiten controlar mprensión o influyen en la formación de los modelos tales del acontecimiento que aborda el discurso, por lo , tienen mayor impacto.

micro estructura o significados locales se refiere a los adores lingüísticos que controlan los hablantes como

e de su ejercicio de poder: el énfasis y la entonación, esentación positiva de nosotros y la presentación ne-a de ellos, el orden de las palabras, las objeciones, las iones, las implicaciones, las presunciones, las ambi-ades, las tesis y los argumentos. Dice Van Dijk que to-estos marcadores, sumados a los significados locales as negaciones utilizadas en los discursos, contribuyen mar los modelos mentales de los lectores de acuerdo el interés del hablante o escritor. Afirma por ejemplo, muchas veces las negaciones reflejan prejuicios bajo la a de negación aparente, concesión aparente o empatía ente. Así mismo, señala que los modalizadores como mos, es posible que, o es bien sabido que, modifican roposiciones y forman unas nuevas menos evidentes Dijk, 2003: 66).

la súper estructura o tejido textual, se refiere al género dístico editorial. El editorial como se sabe, hace parte

género de opinión, representa la voz de la empresa dística, no es la voz de un columnista particular e in-ndiente, sino la del medio de comunicación como tal,

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5 Los modelos mentales no sólo son representaciones de creencias individuales, sino que ofrecen también representaciones sociales como ideologías, cono-cimientos o creencias de, por ejemplo, los grupos a los que pertenece (Wodak y Meyer, 2003:166).

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por eso, siempre es anónimo. Como artículo, el editorial plantea juicios y valoraciones sobre hechos ya ocurridos, los analiza e interpreta, y tiene el objetivo de orientar o guiar la opinión.

El trabajo realizado para el análisis del caso se hizo a partir del seguimiento comparativo de las categorías generales an-teriores, macro estructura y micro estructura atendiendo a dos puntos específicamente: qué dice del presidente y qué dice de la reelección y sus debates. Se apreciaron los argumentos a favor y en contra, los temas, los marcadores lingüísticos, para mostrar cómo la postura del periódico fue modificada. Las in-ferencias, deducciones y conclusiones a la que se llegó están pues apoyadas exclusivamente en el análisis de discurso. No hay otros métodos que se hayan aplicado fuera de las catego-rías ya mencionadas y los puntos enunciados. Sobre el clima de opinión del momento se cuenta con los resultados de las encuestas publicados en la revista Cambio y en los editoriales, al igual que la información sobre los debates del Congreso es extraída de los editoriales mismos.

Sobre el presidente Álvaro Uribe Vélez

A través del análisis de la micro estructura y de la macro estructura, que siempre fue la misma, se pudo concluir que El Tiempo nunca fue expresamente crítico con el presidente Uribe ni como persona ni como gobernante; su posición, al contrario, dejó ver admiración, agrado y simpatía por el man-datario. Cuando tuvo que decir algo en su contra las palabras fueron suaves, se expresó con el tono de un padre o de un consejero; restó énfasis a las contrariedades y problemas del presidente, así como también destacó sus logros y cualidades. Tal es el caso del primer editorial analizado y que comienza de este modo:

“Álvaro Uribe Vélez es definitivamente un presidente especial.

Hace mucho tiempo Colombia no tenía un Mandatario con tan

evidente don de mando y sentido de la autoridad. Un hombre

con una casi mesiánica vocación de líder” (Editorial 8 de febre-

ro de 2004).

El destacado del editorial dice esto “Una vez más, el pre-sidente Uribe demuestra su sorprendente capacidad para romper esquemas…”. Ambas citas, analizadas desde la mi-cro estructura de Van Dijk, permitieron resaltar expresiones como las subrayadas que indican que para El Tiempo no sólo es verdad absoluta que Uribe es un presidente excepcional y

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sino también un héroe y salvador que siendo hombre ser el Mesías del liderazgo. Afirmar que: “Hace mucho

o Colombia no tenía un Mandatario…” indica que para io los anteriores presidentes en comparación con Uribe sido buenos. Uribe no tiene parangón. El 18 de abril de

es el ejemplo claro de un editorial en el que se exalta lo del presidente y se resta énfasis a lo malo: “El aval del ente Uribe al proyecto de reelección tiene la virtud inne-de poner fin a la farsa de que el tema (de su reelección) l Congreso y de la opinión pública”. Al calificar el hecho una virtud innegable, magnifica el acto con el fin de res-fasis a la crítica en la que le decía al presidente que sus aciones eran ambiguas e ingenuas tal como el periódico ía denunciado en un editorial anterior a éste.

ro caso es el del 12 de mayo de 2004 editorial en el que io refuerza, sin beneficio de inventario, la idea de que iones del gobernante tienen una intención noble, como

nto de las diversas peleas de Álvaro Uribe con los demás sidentes de Colombia, potenciales competidores en la

ción, y que El Tiempo narra como “Todo lo cual confirma ntad de Uribe de hacer explícita su ruptura frente a la a del pasado y corroborar una imagen independiente, y ajena a la politiquería” (Editorial 12 de mayo 2004).

el editorial del martes 17 de mayo de 2005 titulado vitable desgaste, el periódico hizo un recuento de las timas encuestas de popularidad y aceptación del presi-en las que perdió algunos puntos (bajó de 74% a 69%), ue matizó de la siguiente manera: “Cerca de tres años és de posesionarse, cualquier presidente envidiaría los s de popularidad y aprobación de la gestión de Álvaro . En otras palabras, compone las ideas restándole énfa-as cifras, una negación aparente, como dice Van Dijk, y otro día se hizo más opaca cuando el periódico resaltó mera plana la noticia Colombia mejoró sus índices de no; resultado de una investigación del Banco Mundial que se muestra ascenso en los indicadores económicos ís.

igual forma, los escritos que publicó haciendo cába-bre las elecciones presidenciales de 2006-2010, aún sin Corte se hubiera pronunciado sobre la reelección, son ra de ello: “Si dan luz verde y el presidente Uribe man-sus índices de popularidad, sería muy difícil derrotarlo” rial mayo 29 de 2005). El énfasis en el éxito del presi-Uribe en las elecciones de 2006 refuerza el clima de

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opinión favorable frente al mandatario, incluso así lo presente bajo la forma del condicional sería. Tres meses después, en el editorial del 28 de agosto de 2005, en el cual El Tiempo apoya públicamente la reelección del mandatario, resaltan algunas expresiones en esta misma vía:

“En la nómina (de candidatos a la presidencia) figura, por su-puesto, el presidente Álvaro Uribe. El líder que, sin restarles méritos a los demás, nos parecería el mejor calificado para gobernarnos en el cuatrienio que viene. (…) En la Colombia de aquí y ahora, Álvaro Uribe es un mandatario difícilmente reem-plazable. Más allá de su estilo personalista, de su inquietante neopopulismo o de las prevenciones que despierta el cambio de reglas de juego a su favor, es el que más le conviene al país, que tiene en él a un conductor capaz, firme y respon-sable, con el don de mando que la gente reclamaba. Uribe interpretó el profundo anhelo colectivo de seguridad ante la violencia y el crimen. Y lo sigue interpretando, con un com-promiso y una dedicación – y unos resultados- que opacan los lados más cuestionables de su gestión. Condiciones que no se improvisan, ni se encuentran a la vuelta de la esquina. (…)

Con Álvaro Uribe, Colombia ha recuperado un valor supremo: la confianza en sí misma. Y, también, la del mundo exterior, como lo demuestra el creciente interés en el país de los inver-sionistas internacionales. Todos estos factores hacen que sea difícil mirar el abanico de presidenciables y no inclinarse por Uribe” (Editorial 28 de agosto de 2005).

A propósito de esos marcadores lingüísticos subrayados se puede decir que:

• Uribe es el líder mejor calificado, sin restarle méritos a los demás: una implicatura que dice que los demás candi-datos no se comparan con Uribe.

• Uribe no es reemplazable, es único. Especial era la pala-bra que había utilizado diez y ocho meses antes.

• Más allá de… es el que más le conviene; el compromiso, la dedicación y los resultados opacan los lados más cues-tionables de su gestión. No se toma en cuenta las críticas, lo que es controvertido no se discute, se pasa por alto, porque Uribe es el mejor presidente.

• La gente reclamaba, Uribe interpretó un anhelo colecti-vo profundo. Con estas expresiones El Tiempo se autoriza para pensar de la misma forma como piensa la gente, para

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ue todos estén del mismo lado, medio y lectores; tal como l diario calificó la postura del ex presidente Samper “con l olfato siempre fino, reiteró que los liberales no deben edicarse al antiuribismo” (Editorial 19 de junio de 2005).

n conclusión, con el análisis de la micro estructura de los riales se pudo observar la manera cómo el diario refuerza ntimiento de agrado, simpatía y favoritismo frente a la del presidente Álvaro Uribe Vélez. El Tiempo hace de ntimiento y opinión frente al mandatario un lazo social a opinión pública que le permite compartir el anhelo de lombianos, ve en Uribe a un salvador y lo destaca sobre uier otro gobernante que hubiera tenido Colombia desde muchos años, con lo cual el editorial conservó invaria-ente su propósito de defensa y exaltación al gobernante. portante destacar que de las dieciocho editoriales que ituyeron el universo de análisis, siete hablan de manera e sobre las bondades y cualidades del presidente Uribe, cual parecería contradictorio consigo mismo que la sim-

y el apoyo al presidente no se viera reflejado en el apoyo reelección inmediata. Este es el punto de ancla que le ite virar en su posición frente a la reelección. El Tiempo, nzó como se verá en el siguiente acápite, a editorializar el tema de la reelección de manara más objetiva y con entos de la ciencia política rechazando la reelección in-

ata, pero en el transcurso de los meses, con la aprobación ongreso, sumado a las encuestas de opinión y a su pro-ostura frente al presidente, cedió, viró y modificó su mira a la reelección en términos más personalistas y menos mentados descuidando los argumentos que esgrimió s primeros editoriales, argumentos que no se ocupa de entir o refutar como por ejemplo las inconveniencias que aba de que se instalase en el país la reelección inmediata; ien termina reafirmando y confirmando como muchos la idad de continuar con el mandato de Álvaro Uribe Vélez.

obre la propuesta de reelección y los debates que evaron a aprobarla

omo se anunció, en este aspecto se ve de manera con-nte y clara el cambio de postura editorial del periódico mpo. El diario comenzó presentando la reelección como rprendente cambio en la agenda de gobierno, de “dudosa niencia”, que haría que se abrieran nuevos debates adi-les a los ya existentes y muy importantes. En ese enton-firmó: “Aplazar la reforma para que no entre en vigor en el do de Uribe es lo aconsejable y lo dejaría de todos modos

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Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección...

como alternativa futura sin el riesgo de alterar la gobernabi-lidad inmediata” (Editorial 8 de febrero de 2004). Un mes y medio después reforzó la misma tesis de apoyar la reelección después de un sucesor: “hemos planteado varias veces esta reflexión, siempre con la mira puesta en proteger el margen de maniobra de la segunda mitad del cuatrienio Uribe” (Editorial 28 de marzo de 2004). Los argumentos que esgrimió para sustentar su tesis fueron dos: uno, el mismo anterior sobre el perjuicio de aplazar otros proyectos en el Congreso y, el otro, un argumento nuevo en el que relaciona la posible reelección de Uribe con las de Menem en Argentina y Fujimori en Perú. Dice así:

“…convendría descartar la reelección inmediata. No hay que

olvidar otras experiencias lamentables, como las de Carlos Me-

nem y Alberto Fujimori, que de exitosos presidentes de primer

período terminaron desprestigiados y cuestionados después

de forzar la reelección” (Editorial 28 de marzo de 2004).

De acuerdo con la micro estructura, estos dos editoriales, con diferentes expresiones dicen lo mismo de la reelección: dudosa conveniencia, afecta la gobernabilidad inmediata y el margen de maniobra del gobierno. En ambos, además utiliza modalizadores que incluyen su voz, hemos es el más evidente, pero en el otro también se aprecia de modo soslayado cuando dice Aplazar…es lo aconsejable, lo que El Tiempo aconseja. Sin embargo, el 18 de abril de 2004, a pesar de que conservó su posición general de no ceder frente a la inconveniencia de que se aplicara la reforma al reformador, cedió en la norma y tipo de reelección que apoyaría:

“Debemos reiterar la posición ya varias veces expresada: so-

mos partidarios de que se reforme la Constitución para per-

mitir la reelección presidencial, inclusive la inmediata, pero a

partir del sucesor de Uribe”. Y agrega: “que esta iniciativa sea

promovida por un Presidente en ejercicio, que se va a benefi-

ciar de ella, tiene inconvenientes de diversa índole” (Editorial

18 de abril de 2004).

Ya no se trata de apoyar sólo la reelección sino la reelección inmediata, pero con la salvedad de que sea después de Uribe, para evitar los inconvenientes que puede suscitar el hecho de que la reelección se legisle para beneficiar al presidente de turno. Esta es la primera vez que el editorial habla de apoyar la reelección inmediata, el 28 de marzo había dicho que “conven-dría descartar la reelección inmediata” para afirmar veinte días después que “…somos partidarios…permitir la reelección pre-

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ncial, inclusive la inmediata, pero…”. Los inconvenientes, señalado tres veces de que la reforma postergue otros ectos trascendentales, y el que agrega como una novedad ste editorial: que puede ser desgastador para el propio idente; argumento que se convirtió en el más importante el periódico en este editorial y que enfatizó por encima s problemas que podía ocasionar la reelección a la gober-lidad inmediata; de allí el uso del comparativo con el que ienza a continuación:

“Más que alterar la propia agenda de gobierno o de poner en entredicho su capacidad de maniobra, el mayor peligro que se le genera al presidente Uribe es el de debilitar la confianza que tiene entre la ciudadanía. Todo un fenómeno histórico, producto de su demostrada vocación de trabajo y su liderazgo libre de vicios `politiqueros`” (Editorial 18 de abril de 2004).

n estos tres primeros editoriales se ve además, que en inos de la macro estructura, el tema central se anuncia e el titular con la palabra reelección, y el destacado se rga de resaltar el tema secundario: Uribe frente a la re-ión, quien se comporta primero de manera sorprendente,

o, de manera ambigua y, por último, sea como sea des-ará suspicacias. Es importante notar cómo es la figura y ona del presidente Uribe la que recibe mayor atención por e del medio siendo secundario el tema de la reelección.

n el editorial del 17 de mayo mencionado en el apartado rior y titulado El inevitable desgaste, el diario hace un imiento que podría analizarse de la siguiente manera: en er lugar, el titular, presenta una contradicción de segundo n o como se conoce técnicamente una contradicción en la tación tópica de los términos al calificar un asunto nega-

el desgaste, de manera positiva, inevitable, pues si bien e inevitable y desgaste no hay oposición, ambos son topos implican dos asuntos contrarios: desgaste → hay proble- e inevitable → no hay problemas. En otras palabras, con tular la presentación del problema de la disminución de laridad y confianza de los colombianos ante la gestión del

datario es matizada por lo ineluctable del hecho del cual quiera el presidente Uribe podría escapar. En segundo lu-y refrendando el titular, el contenido del editorial muestra la opinión favorable frente al gobernante bajó de 74 a 69 os, pero en el sexto párrafo dice: “Dista de la debacle, por esto. Cerca de tres años después de posesionarse, cual-r presidente envidiaría los índice de popularidad y apro-ón de la gestión de Álvaro Uribe Vélez. Un 67% continúa

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apoyando la reelección”. De igual forma, el riesgo de pérdida de popularidad del presidente es desmentido en el último edi-torial del 28 de agosto de 2005 en el que ya no es significativo, como probablemente nunca lo fue, el descenso de cinco uni-dades que para ese momento volvía a los históricos 80 puntos. El Tiempo argumenta que su preocupación fue en vano puesto que nunca se afectó la popularidad del presidente:

“Es evidente que esta última preocupación resultó refutada por

la realidad. La manera como el Gobierno se ha comprometido

con la reelección ha generado todos los debates imaginables,

pero no ha afectado en nada la popularidad del presidente Uri-

be, que mantiene niveles históricos” (Editorial 28 de agosto

de 2005).

La cita anterior alude a los debates en el Congreso, pero pasa por alto las denuncias que presentó en otros editoriales, tales como la del 2 de mayo de 2004, acerca del proyecto de reelección y del cual dijo:

1. Que está quedando mal redactado por la precipitud con la que se está tramitando (Editorial mayo 2 de 2004).

2. Que es insólita la negación de impedimentos por parte de los mismos impedidos (un 40% del Senado manifestó que había recibido algún favor del Ejecutivo) (Editorial mayo 2 de 2004).

3. Que la manera cómo se está llevando el proceso muestra como único beneficiario al presidente Uribe Vélez, pues además se quitaron los artículos que extendían la re-elección inmediata a alcaldes y gobernadores y se estableció que los congresistas podrían ser nom-brados ministros y embajadores. “Difícil evitar suspi-cacias sobre las intenciones que develan estas decisiones en términos de aceitar la maquinaria para facilitar el trán-sito de la reelección inmediata” (Editorial mayo 2 de 2004).

4. Que las leyes que controlarían la campaña del pre-sidente–candidato frente a los demás postulados a lapresidencia, se están determinando en tiempos más cor-tos de lo normal (Editorial mayo 2 de 2004).

Todo ello para corroborar la afirmación contundente con la que cierra el editorial: “La consigna es clara: acelerar el proceso como sea y tomar discutibles atajos legislativos que aseguren que el Presidente en ejercicio pueda participar en las eleccio-

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l 2006”. (Editorial 2 de mayo de 2004). El contraste que blece entre las palabras del 28 de agosto de 2005 y las ciadas el 2 de mayo de 2004, evidencia otro viraje en

ción del medio frente a los debates y el compromiso del o con el proyecto de la reelección.

8 de agosto tampoco vuelven a aparecer las acusacio-e había hecho en el editorial del 7 de junio de 2004, más incisivas sobre la perentoria orden de sacar ade- reelección a como diera lugar: “A la hora de empujar la ión se la jugó toda, abandonó anunciados propósitos de entendimientos por bancadas y revivió la controvertida del menudeo (para luchar voto por voto), los desayu-

Palacio y la discusión sobre inversiones en las regiones” ial 7 de junio de 2004). Ni se menciona lo que había l 22 de junio de 2004 sobre el mal debate que hubo en l en torno a la reelección, cuando afirmó que dejó mu-e desear “…por atropellado, y liviano, porque algunos momentos cruciales se produjeron en horas de la ma-a y contra reloj para cumplir el apretado cronograma” do que Uribe pudiera beneficiarse de la reforma (Edito-de junio de 2004). La línea editorial cambió esta visión ante un hecho político específico manifiesto desde tres : la aprobación de la ley en el congreso, la voluntad del o en que saliera aprobada y el favoritismo de la opi-

resentando su nueva versión de esta manera:

“Pero tal inquietud (la de tener tiempo de decantar los me-

canismos que hicieran más confiable esta histórica novedad

constitucional) también resultó rebasada en el momento en que el proyecto de reelección fue aprobado por el Congreso de la República en dos legislaturas, y tras uno de los procesos más intensos e interesantes de la historia reciente. Otra rea-lidad que le dio incuestionable piso institucional y democráti-co a la opción de reelegir a Álvaro Uribe” (…) “…resulta difícil alegar que la reelección no tuvo un debate amplio y suficiente cuando es imposible encontrar un asunto de la vida nacional de los últimos dos años que haya sido más profusamente dis-cutido, dentro y fuera del Congreso” (Editorial 28 de agosto

de 2005).

difícil alegar que no tuvo un amplio debate, ha sido el más profuso realmente, pero la razón es que la ley exi- una reforma constitucional tenga ocho vueltas en el so. Es decir, fue extenso porque se tuvo que acoger a dato que lo legislaba de esa manera, no por otra causa oluntad del gobierno y de los legisladores.

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Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección...

Cuando la reelección estuvo aprobada en el Congreso y esperaba la decisión de la Corte para el año siguiente, en el editorial del 2 de diciembre de 2004, El Tiempo instó al gobierno de Uribe a que se condujera prudentemente sin le-vantar sospechas de que sus actos estuvieran beneficiando el propósito electoral. La entonación es otro elemento a atender en la micro estructura, y el cambio de tono es indiscutible en este editorial, ya que en los anteriores había denunciado los movimientos y prácticas del gobierno de cambiar votos por puestos. El hecho de que la reelección hubiese sido aproba-da por el Congreso influyó muy posiblemente en la manera cómo El Tiempo presentó sus comentarios y denuncias aho-ra en tono de consejo paterno. Lo mismo ocurrió frente a la Corte Constitucional: en los primeros editoriales El Tiempo la protegió, pidió prudencia y mesura cuando el senador y primo del presidente, Mario Uribe, declaró que si la Corte no fallaba a favor de la reelección de todos modos habría lucha para per-mitir la reelección de Uribe Vélez. El diario se pronunció sobre dichas declaraciones diciendo que “Mal haría el gobierno en propiciar o tolerar una atmósfera de presión sobre la Corte Constitucional para que se pronuncie en pro de sus intereses” (Editorial 20 de marzo de 2005); para luego, dos meses des-pués, ser quien ejerciera presión a la Corte Constitucional por un fallo pronto, como se vio en el editorial del 29 de mayo de 2005. “Por todo esto, la Corte debe fallar rápido, para aliviar tensiones y darle seguridad jurídica al proceso” (Editorial 29 de mayo de 2005).

Es claro entonces, que frente a la reelección, la línea edi-torial de El Tiempo se fue modificando, y la fuerza de los ar-gumentos que justificaron ese cambio no resultó afortunada. Dejó la sensación de no haber sostenido la voz crítica, cohe-rente y firme con la que comenzó y que lo mantuvo por unos meses un poco más independiente e incluso a contracorriente de un clima de opinión generalizado según los indicadores de las encuestas. Por eso, se apreció cómo El Tiempo de no apo-yar la reelección inmediata pasó a apoyarla irrestrictamente; de denunciar inconvenientes y riesgos como el que se afecta-ra la gobernabilidad inmediata, que sucediera en Colombia lo mismo de otras experiencias de reelección en Latinoamérica, que se legislara en beneficio del presidente, se deslizó hacia el silencio y calló su voz respecto de estos asuntos; de calificar mal los debates y evidenciar la práctica del cambio de votos por puestos en ministerios y embajadas y los desayunos en Palacio, se convirtió en consejero sobre el actuar del gobierno y del presidente; y, de pedir a los senadores y empresarios que no presionaran a la Corte se convirtió en su agente de influen-

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r un fallo pronto. De igual manera, El Tiempo presionó yadamente y envió un mensaje entre líneas a los lectores oposición más fuerte que podría tener el gobierno, el o Liberal, a que se alistara en las filas del mandatario: en torial del domingo 19 de junio de 2005, le dice al Partido l que su oposición a un gobernante con tan amplia acep- nacional no propiciaría la unificación ni la proyección

lar que el partido buscaba. El destacado resalta “No será fácil confrontar a un presidente que mantiene una amplia ación nacional”.

e acuerdo con estos apartes y con el análisis realizado afirmarse que El Tiempo está hoy con el presidente Uri-me candidato a la reelección6. El diario no se excluye del o de favoritismo del gobierno y del presidente, más bien a los políticos, a los lectores y a los ciudadanos a seguir “carro de la victoria”7 que El Tiempo también conduce. anotar además que la familia Santos, propietaria del pe-o El Tiempo, ha tenido una importante participación en la ca del país. En 1938 el director del medio el Sr. Eduardo s fue elegido presidente de Colombia. El Sr. Juan Manuel s, uno de sus nietos e hijo del actual editor, Eduardo San-astillo, ha sido ministro en varios gobiernos, después de or más de diez años subdirector y presidente del Comité rial. En los últimos tiempos Juan Manuel Santos ha sido no l líder del partido del presidente Uribe frente a la reelec-sino que fue nombrado además ministro de Defensa de bia. Así mismo, el periodista Francisco Santos Calderón,

ién nieto del ex presidente e hijo del ex director de El o, Hernando Santos Castillo, fue editor del periódico y

y el vicepresidente de la República desde el primer cua-o de Uribe Vélez.

esde el momento mismo en que se lanzó la idea de la ción de Álvaro Uribe Vélez, las encuestas de opinión rea-s bajo el auspicio de las grandes empresas y medios co-

ianos, la mayoría de ellas ejecutadas por la firma Invamer p, mostraron que el 53% de los entrevistados estaba en uerdo con la prohibición de la reelección. Pedían que se ra el veto. A la pregunta de si votaría nuevamente por para las próximas elecciones, el 52% dijo que sí y el 28% o (Cambio julio 21 a 28 de 2003). Para agosto de 2003 nión favorable del presidente Uribe era del 70%, tanto en ación como en aprobación del manejo en temas como rrupción, el narcotráfico y la guerrilla. En esa época el dico todavía no se había pronunciado frente a la reelec-En abril de 2005, después de tres años de gobierno, el

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6 Terminada la investigación no había sido reelegido el presidente Uribe para el período 2006-2010.’

7 Expresión tomada de Elisabeth Noelle Neumann en su libro La espiral del silencio.

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mandatario contaba con un 69% de popularidad, según estudio de Invamer Gallup publicado por El Tiempo; por esos días el diario habló de la Corte y la instó a una pronta aprobación de la reforma. Cuatro meses después, en agosto del 2005, a menos de un mes de que iniciaran las sesiones de la Corte para decidir la reforma constitucional, el mandatario nuevamente contaba con un 80% de popularidad. En ese momento publica El Tiempo el editorial en el que declara su apoyo absoluto a la reelección del presidente–candidato Álvaro Uribe Vélez.

Es por esto que se afirma que el 28 de agosto de 2005, rodeado de un clima de opinión favorable a la reelección, 80% de aceptación popular, después de haber sido aprobada por el Congreso y ad portas de iniciar las sesiones de la Corte, la línea editorial de El Tiempo recurre a su derecho de anunciar públicamente su posición que, como se ha visto, modifica y niega muchos de los argumentos que afirmó durante este úl-timo año y medio.

“Desde que hace más de dos años se empezó a discutir la reforma a la Constitución para permitir que en Colombia se pudiera elegir a un Presidente por dos períodos consecutivos, apoyamos de frente esta idea. Con la expresa salvedad de que no nos parecía sano que tan profundo cambio en el sistema político colombiano se estrenara con el presidente en ejerci-cio. Por los perjudiciales enredos que podía generar. El de una imprevisible polarización, el de un inconveniente cambio de prioridades en el programa de gobierno, o el de la pérdida de credibilidad e imagen que significaría para un Presidente elegi-do con un abrumador mandato – suficiente para sacar adelante las reformas que quisiera- el colocar su reelección como prio-ridad, entre varias otras” (Editorial 28 de agosto de 2005).

Al respecto, vale la pena destacar: primero, que desde el comienzo no apoyaron la idea de reelección inmediata tal como afirman en este editorial, y, segundo, que el medio dice que su tesis es Apoyamos la reelección con salvedades por los perjudiciales enredos que podía generar, pero hacia el final se concluye que realmente la tesis es Apoyamos la reelección de Álvaro Uribe Vélez sin duda alguna, puesto que en el cuerpo del artículo se ocupa de desmentir enredos como por ejemplo el de la pérdida de credibilidad: “Es evidente que esta últi-ma preocupación resultó refutada por la realidad. La manera como el Gobierno se ha comprometido con la reelección ha generado todos los debates imaginables, pero no ha afectado en nada la popularidad del presidente Uribe, que mantiene ni-veles históricos. Un hecho tan categórico en lo político como

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ificativo en lo social”. Los demás enredos que no refuta tamente los soslaya así: “Concretos hechos políticos y so-s se han encargado de absolver, pues, muchas de nuestras ietudes iniciales”.

ste análisis permite concluir entonces, que parece evi-e que la empresa mediática más importante del país, des-u línea editorial, apoyó e hizo parte del clima que se es- viviendo en Colombia alrededor de Álvaro Uribe Vélez. El po conoce su poder de guía frente a la opinión, poder que r Darío Restrepo explica así: El poder de los medios, es el r de guiar también, “ese poder se usa en las campañas icas cuando el editor o los directivos, o el propio perio- se proponen favorecer a un candidato o a un partido”

trepo, 2004: 84). No es extraño entonces colegir por qué ayoría de los editoriales analizados, 12 de 18, se publica-l día domingo cuando el diario alcanza el mayor número rculación8.

ecía Colombo que “Desde sus orígenes el periodismo se isto amenazado y asediado por cuatro adversarios; la es-z de fuentes, la fuerza del poder, el riesgo de la censura estado de ánimo de la opinión publica” (Colombo, 1997: stos contendores han ejercido presión sobre los medios que se plieguen a sus intereses, pero la prensa ha trata-cansablemente de luchar por su valor supremo: la liber-

El periodismo, en cualquiera de sus géneros incluso en el rial en el cual puede sentar una posición particular, está

ado a mantenerse lo más independiente posible de los icios de la opinión, de los empresarios, de los gobiernos,

que pueda constituirse en la voz cuestionadora, en una guardiana de la democracia y del abuso de poder, en una plural; al menos desde una visión del periodismo llamada algunos idealista o normativa, pero en todo caso acorde los altos valores del periodismo liberal moderno. El Tiem-n su línea editorial, hace parte e insta sin restricciones al imismo que reflejan las encuestas de opinión pública y ás gremios económicos y gubernamentales, y frente a las s la posibilidad de disenso, la opinión contraria, la crítica

demanda la gobernabilidad en las democracias de hoy no cen tener cabida.

n América Latina, a la luz de los cambios que están vi-o los gobiernos actuales, los medios de comunicación n un papel importante como constructores de la realidad l, como promotores del debate político y expansores del cio público, en la medida en que posibilitan a los ciudada-

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8 El domingo circulan 475 mil ejemplares y se calcula cuatro lectores por ejemplar.

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Análisis de una postura editorial: El caso de la reelección...

nos entender con argumentos y libertad la compleja situación que los rodea. El apoyo de los medios al ya alto favoritismo de un presidente candidato, no contribuye con esos valores, pues si bien puede defenderse la idea de que la línea editorial de un medio actúa independientemente de la informativa, la influen-cia que ejerce sobre ella debido al conflicto de intereses al que se ve enfrentada, y, la que ejerce sobre sus lectores, no es posible medirla con exactitud. Cabe recordar lo sucedido en Colombia hace 50 años cuando la prensa vivía un unanimismo como el actual con la llegada al poder del general Gustavo Rojas Pinilla9. En el caso de Rojas10:

“los periódicos11 y la radio fueron un importante conducto de legitimación del poder (…) La prensa puede estar repitiendo la historia en su papel de legitimadora de gobiernos <<sal-vadores>>: ayer Rojas y hoy Uribe. Al igual que Rojas, Uribe

Eminiconopor ona westánlas cy peplura

apareció en uno de los momentos más difíciles de la historia contemporánea del país como un líder mesiánico, con pode-res casi míticos de salvador de la patria. El unanimismo fue la reacción emocional frente al fracaso del proceso de paz y la crueldad de las FARC. Ése fue el gran capital para explotar, y los medios se dejaron contagiar” (Hoyos, 2004: 243).

l presidente Uribe es un mandatario con un excelente do-o de los medios que ha pasado desde el talk show, en sus cidos consejos comunales trasmitidos en vivo y en directo cho horas seguidas, hasta el noticiero y el reality, la pági-eb de la presidencia, etc., (Rincón, 2005: 15) y los medios contribuyendo a aumentar el éxito de su estrategia. Así

osas, ¿cómo explicar la prístina relación entre democracia riodismo como expansora de la libertad y promotora del lismo?

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9 Tanto en 1953 como ahora, Colombia vivía momentos muy difíciles de violencia, caos y desconcierto, los violentos parecían arrinconar al país.

10 Que a través de un golpe de estado había derrocado al presidente Laureano Gómez el 13 de junio de 1953.

11 Incluido el periódico El Tiempo en la primera parte del mandato del general, porque cuando buscó la reelección se opuso (Vallejo, 2006:77).

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Notas

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Mónica Judith Sánchez Flores

En este artículo muestra que, a pesar de que existen divergencias esenciales entre Habermas y Luhmann en torno a la filosofía del sujeto, ambos dependen de la noción moderna del yo individuado para plantear sus teorías sobre el sentido (Habermas 1989 y 1990, Luhmann 1998). Habermas y Luhmann pertenecen a escuelas teóricas divergentes (crítica y funcionalista respectivamente) y sin embargo, ambos echan mano de lecciones esen-ciales sobre el lenguaje heredadas de las “ciencias del espíritu” alemanas (Geisteswissenschaften); la perspectiva fenomenológica y la sociología del conocimiento. Aunque ambos toman posiciones valorativas opuestas hacia el ser individual moderno, éste es un elemento esencial en las posturas de ambos pensadores: Habermas describe al sujeto individual como un ente lingüísticamente competente, racional y crítico; mientras que Luhmann rechaza esta concepción antropocéntrica por completo y contempla a la sociedad como un conjunto de sistemas orientados hacia su propia fun-cionalidad. Luhmann produce una perspectiva de enorme utilidad sociológica, pero rechaza retóricamente el aspecto sustantivo de la filosofía del sujeto sin reconocer que su perspectiva depende de la conciencia de ese sujeto que al mismo tiempo rechaza. Ante este dilema, argumento que es fundamental recuperar lecciones esenciales de la metodología de las ciencias sociales de Max Weber.

Palabras clave: Filosofía del sujeto, sentido, fenomenología, sociología del conocimiento, funcionalismo, autopoiesis, sistemas sociales, escuela crítica, acción comunicativa

The philosophy of subject and the sociology of knowledgement in the theories of Jürgen Habermas and Niklas Luhmann

In this article I show that, in spite of essential differences between Habermas and Luhmann with respect to the philosophy of the subject, they both depend on the modern idea of the individual self to pose their theories of meaning (Habermas 1989 and 1990, Luhmann 1998). Habermas and Luhmann belong to divergent theoretical schools (critical and functionalist respectively) and yet they both use essential lessons about lan-guage from the German “sciences of the spirit” (Geisteswissenschaften); the phenomenological perspective and the sociology of knowledge. Even though their positions on the value of the modern individual self are opposed, the latter is an essential element in the theoretical perspectives of both sociologists: Habermas describes the individual subject as a linguistically competent, rational, and critical entity; while Luhmann rejects this anthropocentric conception outright and contemplates society as a set of systems oriented towards their own functionality. Luhmann produces a very useful sociological perspective, but rhetorically rejects the substantive aspect of the philosophy of the subject without recognizing that his perspective depends on the consciousness of the subject that he rejects at the same time. In the light of this dilemma I argue that it is necessary to remember essential lessons from Max Weber’s methodology of the social sciences.

Palabras clave: Philosophy of the subject, meaning phenomenology, sociology of knowledge, functionalism, autopoiesis, social systems, critical school, communicative action.

La filosofía del sujeto y la sociología del conocimiento en las teorías de Jürgen Habermas y Niklas LuhmannMónica Judith Sánchez Flores*

Fecha de recepción: 17/05/06 Fecha de aceptación: 15/08/06

INTRODUCCIÓN

Este artículo es un ejercicio exploratorio de las obras Teoría de la acción comunicativa (1989 y 1990) de Jürgen Habermas y Sistemas sociales (1998) de Niklas Luhmann con respecto a la filosofía del sujeto individual y al concepto del ‘sentido’ en la interacción social. En ambos autores se pueden encontrar conceptos esenciales y elementos teóricos de la sociología del

conosocicomto. Apostelem

cimiento y de una perspectiva fenomenológica sobre lo al, a pesar de que ninguno de los dos se define a sí mismo o un heredero directo de estas tradiciones de pensamien-quí, busco realizar una breve crítica a cada una de sus

uras, desde una perspectiva hermenéutica, y señalo los entos teóricos que, ambos autores incorporan y adaptan a

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* Es Doctora en Sociología del Conocimiento por la Universidad de Edimburgo, Gran Bretala. Profesora investigadora afiliada a la División de Historia en el Centro de Investigación y Docencia Económica, A.C. (CIDE). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidata. Correo electró[email protected]

ISSN: 1870-3569

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sus respectivas concepciones generales sobre la sociedad, en los libros mencionados.

La sociología del conocimiento se relaciona, en sus oríge-nes, con el romanticismo alemán, el historicismo y la corriente hermenéutica a que acuden los neo-kantianos, en el siglo XIX, para plantear un contrapunto a los excesos del positivismo en las ciencias sociales. El romanticismo toma en considera-ción el contexto histórico de los hechos sociales y es un paso elemental hacia el desarrollo, en el mundo occidental, de una filosofía de la historia madura. Wilhelm Dilthey es el pensador más importante para la transformación del historicismo ro-mántico-conservador en el relativismo que permite apreciar las diversas fuentes culturales de la realidad humana. Dilthey considera que la estructura de la vida mental del ser humano es el sentido y éste no se puede explicar causal y científica-mente, sino que se debe entender a través de la empatía (Vers-tehen). El mundo del significado social para Dilthey se encar-na, pues, en la historia. En este historicismo, todas las formas de pensamiento y visiones del mundo están determinadas por su historicidad particular y, sin embargo, todas contienen una parcela de verdad, por lo que no hay una sola verdad con va-lidez absoluta por encima de otra:—el valor de cada verdad es relativo. Otros representantes de la escuela histórica alema-na, pensadores neo-kantianos y hermeneutas, fueron Wilhelm Windelband y Heirich Rickert. En ellos, la realidad humana y social se concibe como un proceso intersubjetivo de creación de referencias compartidas con sentido histórico (relativo) y cultural. Su filosofía de la cultura influyó enormemente en las consideraciones metodológicas de la sociología interpretativa de Max Weber, quien incorpora la idea del sentido intersubje-tivo como eje fundamental para interpretar la acción social y la idea de “objetividad” en las ciencias sociales.

La sociología del conocimiento, como tal, surge con el pensador húngaro Karl Mannheim. Bajo la influencia de Nie-tzsche, Dilthey, Troeltsch y Georg Lukács, Mannheim combi-na el historicismo relativista con algunos temas básicos del marxismo, como la conciencia de clase o situación social, la ideología y el movimiento dialéctico hacia síntesis superiores de conocimiento. Sin embargo, Mannheim utiliza el contenido crítico de estos conceptos para plantear un esquema de pro-greso ideológico que toma en cuenta el ejercicio hermenéu-tico: la necesidad humana de interpretar constantemente. Por otro lado, durante los años cincuenta del siglo XX, en Europa, la influencia de la filosofía existencialista y de la perspecti-

va feidea centrla reEdmurelevdiálo(Ricodel srial” tro dde N

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nomenológica, produjo, en el pensamiento sociológico la preeminente de la conciencia individual subjetiva en el o de la creación del sentido como punto de encaje de alidad social. Aquí, las influencias filosóficas vienen de nd Husserl y las críticas, de Heidegger y Gadamer, cuya

ancia sociológica Paul Ricoeur la sitúa en un interesante go entre la hermenéutica y la teoría crítica de Habermas eur, 1981). La perspectiva fenomenológica y el concepto entido compartido intersubjetivamente, como el “mate-con que se construye la realidad humana, están en el cen-e las teorías generales, tanto de Jürgen Habermas como iklas Luhmann, acerca de la sociedad.

ientras que Habermas hereda el giro lingüístico y el en-imiento intersubjetivo de la fuente weberiana, neo-kan-, de las ciencias del espíritu, Luhmann pone en el centro el cto cambiante de los significados compartidos y la nece- constructivista de actualizarlos constantemente para su-

r la contingencia de la interacción social y lograr objetivos ionales en medio de la complejidad. Los planteamientos ntivos de estas dos construcciones teóricas son opuestos, Habermas cree en la posibilidad moral de los individuos construir discursiva y racionalmente la ‘situación ideal del rso’, mientras que Luhmann pone por delante la realidad reta e incontrovertible de la vida humana como constan-oducción de solución a problemas, la necesidad moderna uncionar’. Sin embargo, aquí, argumento que el punto de da de ambos coincide: la experiencia y autoconciencia in-ual moderna, en un entorno social con sentido (sustantivo abermas, meramente funcional en Luhmann). Existe un o de desacuerdo esencial entre Habermas y Luhmann que fiere a la filosofía del sujeto en que descansa el proyecto ado de la Modernidad. Habermas, como defensor de este

ecto, conserva una valoración sustantiva de sujeto indivi-moderno, de su libertad y su capacidad racional y crítica construir su ‘mundo de vida’, escapar a su colonización os sistemas económico y administrativo (la ‘jaula de hie-weberiana) y participar en el proceso intersubjetivo de la ión social del sentido. Luhmann prefiere dejar atrás la fi-ía del sujeto individual que considera una auto-glorifica-de la subjetividad del yo humano, y propone un concepto no: El ‘sistema psíquico’1. Éste se refiere al conjunto de iversos estados de conciencia no unificados de la perso-uhmann describe el proceso fenomenológico de produc-del sentido desde dentro de esa conciencia individual y onsecuencias de orden que tienen efecto sobre el sistema

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1 Por estar vacío de pretensiones humanistas, este concepto luhmanniano ha resultado muy atractivo teóricamente para los científicos sociales posmodernos. Para una discusión de cómo retoma este concepto, la idea posmoderna de lo social, recomiendo la lectura del prólogo (foreword) a cargo de Eva M. Knodt en la edición en inglés de Social Systems (1995) de la Universidad de Stanford.

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cerrado que se auto-produce a sí mismo (autopoiesis2). Los sistemas pueden ser ya psíquicos o individuales (personas), ya sociales o más grandes que el individuo (sistemas sociales). Evade, así, referirse al par dicotómico de la individualidad del sujeto: la colectividad social. Esta perspectiva fenomenológica le ayuda a evitar el problema de la sociedad como un agregado de individuos e, incluso, el de las influencias sociales del tipo de la ‘conciencia colectiva’ durkheimiana, más allá del mero agregado de individualidades. La idea de sistemas de sentido evita también tener que referirse a la intersubjetividad en la producción social del entendimiento.

Tanto Habermas como Luhmann tratan de articular—cada quien a su modo—una teoría general de la sociedad (siguiendo los pasos de Talcott Parsons, de quien ambos fueran asistentes en Harvard). Como veremos en este artículo -que se limita a analizar la Teoría de la acción comunicativa de Habermas y Sis-temas sociales de Luhmann- ambos pensadores de la realidad social dan un lugar privilegiado al concepto del sentido, a la vez que utilizan el del sujeto individual como punto de encaje feno-menológico para sustentar sus planteamientos teóricos. A pesar de que Luhmann reniega del sujeto individual moderno como fuente de realidad, en este artículo quiero mostrar cómo su concepto alterno—el sistema psíquico—conserva conveniente-mente las características funcionales del individuo mientras que rechaza las sustantivas. Esto se hace evidente, en cuanto res-catamos la fuente de vida del sistema psíquico que interactúa a través del significado y que se encuentra en el centro de toda propuesta fenomenológica: la conciencia. Ésta última hace po-sible del todo el ejercicio teórico que realiza Luhmann y consti-tuye la fuente de su eficacia como tipo ideal de la sociedad fun-cional contemporánea. Sin embargo, Luhmann mismo parece proponer que su modelo teórico constituye una descripción fiel de lo que ocurre ‘objetivamente’ en los sistemas sociales. En su introducción a su Sistemas sociales, al hablar de los tipos idea-les de la escuela sociológica weberiana, muestra una patente incomprensión del valor científico de las construcciones teóri-cas que deberían verse como utopías o meras aproximaciones ideales a la realidad compleja. Además, el rechazo de Luhmann a la filosofía del sujeto individual parece también cegarlo ante su propia posición; como observador de lo social, conserva una inocencia positivista (del tipo decimonónico) con respecto a su propia neutralidad, al describir los fenómenos sociales. A pesar de lo anterior, aquí quiero mostrar que la construcción teórica luhmanniana, sobre el sentido, logra un mejor acercamiento a la realidad funcional moderna que la propuesta de Habermas. Este último tiene un proyecto muchísimo más amplio que el de

Luhmto alde smensociasolidde subermy en incluprobprobtra laatenca de

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ann e incluye una postura, incluso filosófica, con respec- desarrollo moral e histórico de la humanidad. Un análisis u vastísima obra rebasa los límites de este artículo; baste cionar que en ella llega a una deontología sobre el orden l y político y a la necesidad de la creación de las bases de aridad humana hacia un liberalismo cosmopolita. A pesar s admirables aspiraciones, la construcción teórica de Ha-as peca de un exceso de confianza en el consenso racional la capacidad comunicativa de la gente. Además, al intentar ir la perspectiva fenomenológica, Habermas produce un lema irresoluble de observador, de segunda mano, por el lema de la posición valorativa del observador, que mues- relación ambivalente del Habermas crítico con la enorme

ción que otorga a las lecciones de la tradición hermenéuti- las ciencias del espíritu.

EL INDIVIDUO Y EL ENTENDIMIENTO EN LA TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA DE HABERMAS

n su teoría sobre la acción comunicativa, Jürgen Haber-sigue su programa crítico que rescata, de la sociología del cimiento, la importancia del entendimiento y el lenguaje egra, con esos elementos, una teoría del sentido para ex-r cómo los seres humanos son capaces de comprenderse ellos y de llegar a acuerdos racionales. Para Habermas, la dad moderna constituye una fase de interacción humana rior, debido al desarrollo del uso consciente de una racio-ad práctico-moral en las interacciones lingüísticas.

uando los actores se coordinan en la acción social para ficio mutuo, los actos de entendimiento deben ser los me-

de coordinación. Este tipo de actos son acciones comu-ivas, por los que los participantes buscan satisfacer sus ios intereses privados, bajo la condición de que el plan de n de cada individuo se armonice con el de los otros a tra-e una definición compartida de las situaciones. La acción

unicativa toma lugar en la negociación de las definiciones unes y, por lo mismo, requiere de los logros interpretati-e la racionalidad práctico-moral. Para Habermas, las de-

iones comunes se basan en estructuras generales de los esos de entendimiento, que se rigen por el sentido y el uaje. Él cree que analizando esas estructuras puede de-r las condiciones de participación a las que concibe como bles de caracterizarse formalmente. El entendimiento es roceso a través del que un acuerdo se puede lograr entre res competentes lingüística e interactivamente. Un acuerdo

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2 Maturana y Varela proponen la idea de autopoiesis para los organismos vivos y la plantean con respecto a la creación y sostenimiento de la vida del propio organismo. Sus consideraciones son biológicas y difieren mucho de lo que Luhmann propone, en términos de sentido, para los sistemas sociales. Sin embargo, el sociólogo alemán reconoce que toma de ellos este concepto, a pesar de que sus conclusiones teóricas sobre la vida y conciencia humanas son divergentes. Para una explicación detallada de la autopoiesis en Maturana y Varela, ver el capítulo 3 en Sánchez Flores (2005).

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formulado sobre la base de la acción comunicativa debe eng-lobar las proposiciones que caracterizan los intereses de cada participante y que todos los involucrados reconocen como vá-lidas. Por lo tanto, el entendimiento comunicativo debe tener una base racional que satisfaga la condición de estar de acuer-do sobre el contenido de una emisión discursiva.

Habermas subraya la diferencia entre acción comunica-tiva y acción estratégica. En la última, el objetivo del actor es lograr sus propios intereses, centrando el resultado en sí mismo, sin considerar los intereses del resto de los actores involucrados en la interacción. La acción estratégica se puede imponer, forzar o lograr a través de la manipulación. La con-ciencia crítica tiene el deber sustantivo de evitar y resistirse a la acción estratégica en una aspiración constante a la situación ideal de discurso. Para poner en claro la diferencia entre ac-ción comunicativa y estratégica, Habermas acude a la lingüís-tica y usa la distinción de Austin entre las emisiones fácticas que involucran una acción mientras el actor dice algo sobre el mundo (ilocuciones) y las que tienen la característica adi-cional de producir un efecto emocional sobre el oyente (per-locuciones). Es importante subrayar que Habermas relaciona estas últimas emisiones tanto con un efecto emotivo como con una intención de manipulación; lo cual da a la emotividad una connotación negativa y manipuladora, y a la racionalidad, una connotación positiva y liberadora. Para Habermas, las emisio-nes con efectos emotivos trascienden el sentido de lo que se dice, por lo que los efectos posibles de este tipo de emisión se dan por sus contextos contingentes, que no pueden regularse por convenciones. Para este pensador, interactuar con emisio-nes que invoquen emociones involucra el engaño; es una clase especial de acción estratégica, pues sus objetivos son siempre el triunfar teleológicamente sin intentar el entendimiento; más aún, derrotando de mala fe al mismo entendimiento. “Alcan-zar el entendimiento, dice Habermas, es el telos inherente del habla humana” (1989:287). La acción comunicativa se basa en emitir sentido sin involucrar determinaciones emotivas, es de-cir, algo fáctico sobre el mundo cuando se actúa (ilocuciones) y cuando se diferencia de toda otra forma de interacción social por el efecto racional vinculante de lo que se dice, basado en razones práctico-morales. Habermas clasifica los tipos de ac-tos discursivos dependiendo de si el oyente acepta o rechaza la emisión. Concluye que cualquier acto discursivo se puede rechazar si el acto no es correcto, veraz o verdadero:

El aspecto de la corrección que el hablante adjudica a su ac-

ción en relación a un contexto normativo (o indirectamente

‘Entnos doste comphabermmiento en unaexpresasu contmundo maneratintos rdad y vde lengmundoscognitivsocial, la correy cuyo bermasideales coexistduce elrelacionlegítimapersonaa un munuestrade aspedeben participsos de del mucarga evalidez es a tralograr lacción e

Se pnicativa

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por las normas mismas); la veracidad que el hablante adjudica

a su expresión de experiencias subjetivas a las que tiene acce-

so privilegiado; finalmente, la verdad que el hablante, con su

declaración, adjudica a un hecho (o para las presuposiciones

existentes de una proposición nominal) (Habermas, 1989:307

mi énfasis).

endimiento’ para Habermas significa que por lo me- individuos competentes interactiva y lingüísticamen-renden una emisión de manera idéntica. En la teoría

asiana, un acuerdo comunicativo implica un entendi-mutuo de que el acto discursivo se emite basándose

normatividad correcta, que el hablante es sincero al r su sentir subjetivo sobre los hechos tratados y que enido es verdadero. La concepción habermasiana del de vida, sobre el cual los hablantes se comunican de eficaz y competente, se divide en tres mundos dis-elacionados con los aspectos de corrección, veraci-erdad de la emisión, aspectos que especifican el tipo uaje y el principio de validez de la emisión. Estos tres típico-ideales son el mundo factual, cuyo lenguaje es o y cuyo principio de validez es la verdad; el mundo

con lenguaje regulativo y cuyo principio de validez es cción; y el mundo subjetivo cuyo lenguaje es expresivo principio de validez es la veracidad. Sin embargo, Ha- nos dice que, a pesar de que separa los tres mundos conceptualmente, en el mundo empírico, éstos siempre en. Los actos discursivos son el medio donde se pro- entendimiento; su función es establecer y renovar las es interpersonales en un mundo de reglas normativas s para hacer que el mundo subjetivo de experiencia l del hablante se manifieste al oyente y para referirse ndo de hechos concretos. Debido a la complejidad de

s referencias al mundo, cada emisión es una mezcla ctos en los tres mundos mencionados. Las emisiones

su éxito al mundo de vida común que comparten los antes en las interacciones. Para Habermas, los proce-racionalización social se satisfacen en las estructuras ndo de vida. El lenguaje es una de esas estructuras y n sí misma las posibilidades de que los principios de se liguen a razones criticables. Habermas sostiene que vés del entendimiento que los seres racionales pueden a comunicación y, por lo mismo, cualquier grado de integración social.

uede plantear una crítica a la teoría de la acción comu- de Habermas a partir del concepto de ‘mundo de vida’

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que utiliza y también a partir de su evaluación sobre el uso de emisiones con resultados emotivos sobre el oyente (perlocu-ciones) que resultan meramente estratégicos y manipuladores. Con respecto al mundo de vida, existe una ambivalencia básica en su teoría que tiene que ver con el punto de vista o perspec-tiva problemática que adopta para explicar la interacción so-cial. Habermas toma, de la sociología del conocimiento y de la perspectiva fenomenológica de observación de la interacción social, elementos conceptuales útiles pero no se compromete completamente con ellas, con lo que surge el problema del observador de segundo orden: Habermas no parece definir si el mundo de vida de un individuo se encuentra fuera de sí mismo e independiente del mundo individual, o si ese mundo está dentro de una conciencia individual interna que se com-parte en una especie de “conciencia colectiva”. Su mundo de vida tiene límites fluidos, los temas que surgen en situacio-nes distintas cambian de acuerdo a cómo varía el horizonte del distinto mundo de vida donde se encuentre cada vez el individuo. Esto significa, básicamente, que el mundo de vida tiene una existencia aparte del individuo que interactúa. Sin embargo, Habermas también visualiza el mundo de vida como un contexto de información evidente y de convencimientos no cuestionados, como una especie de conciencia colectiva so-bre la realidad social. Esto significa, fundamentalmente, que también considera que el mundo de vida es una experiencia compartida, familiar a todos los participantes. ¿Es que el par-ticipante se encuentra dentro del mundo de vida o el mundo de vida está dentro del participante? Esto no está resuelto en la teoría de la acción comunicativa de Habermas.

Por otro lado, la visión negativa y manipuladora de Haber-mas sobre las emisiones con efectos emotivos sobre el oyente (perlocuciones) produce una concepción estrecha y contra-in-tuitiva sobre un tipo de emisión que, necesariamente, tiene efectos emotivos sobre el receptor: la producción artística. La teoría habermasiana es un intento por explicar la interacción humana en un nivel superior de evolución racional en la mo-dernidad: Gente que interactúa a través de emisiones clarí-simas que no tienen intenciones escondidas y cuyo propósi-to más importante es entenderse unos con otros. Esta es la razón por la que Habermas rechaza el uso de emisiones con efectos emotivos pues considera que tergiversan la realidad, favorecen sólo la conveniencia del hablante y dañan de mala fe el entendimiento y la comunicación. Sin embargo, el uso de sentimientos y emociones para comunicar algo a un oyente, lector o espectador es perfectamente aceptable y legítimo en la producción artística y difícilmente podría considerarse una

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Enser ps

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de manipulación estratégica en el sentido habermasia-cluso se podría decir que la capacidad de manipulación emociones del espectador se considerada como una erística positiva de una producción artística para crear tendimiento indirecto, dar algo a entender o hacer que e entienda” (Habermas, 1989:288); lo que se refiere al el lenguaje que Habermas identifica sólo con un tipo de estratégica que busca el engaño. La fría caracterización

masiana de la producción artística en su tipo de acción túrgica, donde el hablante es meramente veraz sobre lo

curre en su mundo subjetivo, resulta una concepción de-do estrecha de las posibilidades de expresión artística.

, a pesar de lo anterior, aceptamos la caracterización ha-siana de la diferencia entre emisiones sin efectos emo-sobre el receptor (ilocuciones) y aquellas con un efecto vo y manipulador (perlocuciones) y, además, convenimos e las últimas deben erradicarse de la interacción racional, amos cuenta de que no hay manera en que nadie pue-tar seguro de que todos los participantes—o alguno de n especial—usen únicamente emisiones sin ánimos es-

icos y manipuladores. Sin embargo, aunque existiera un ismo intersubjetivo que nos permitiera saber que todos e interactúan usan sólo emisiones sin efectos emotivos

el receptor, la insistencia de Habermas en que el oyente ceptar los tres principios de validez, formula dificultades es. En primer lugar, la imposibilidad de acceder al mundo ivo privado amenaza con destruir la confianza en la vera-de cada participante; en segundo lugar, el entendimiento ual toma posición en el mundo subjetivo de cada persona, e no hay manera de saber si las emisiones que se hacen án entendiendo de idéntica manera. Se podría argumentar ara comunicarse, un individuo forma sus emisiones en su o subjetivo y después, al emitirlas, éstas pasan a ser parte ndo intersubjetivo; pero, Habermas no explica en su teo-o se pasa del ámbito subjetivo (interno) al intersubjetivo

artido) del mundo de vida. En realidad, su idea de no usar de emisiones manipuladoras que describe, hace que la ea una teoría de la honestidad y no, necesariamente, una de la clara comunicación en entendimiento racional.

LOS ‘SISTEMAS PSÍQUICOS’ Y EL SENTIDO EN TEORÍA DE LOS SISTEMAS SOCIALES DE LUHMANN

la teoría del sentido de Luhmann, los sistemas pueden íquicos o sociales. Los sistemas psíquicos (individuos) se

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constituyen a partir de lo que Luhmann plantea como una in-terconexión unificada de estados de conciencia que construye su identidad al constituirse en un sistema cerrado de referen-cias en sí mismas (la auto-referencialidad del sistema) (Luh-mann, 1984; 1995; 1998). Así que, no se trata de sujetos con conciencia unificada en el sentido de la subjetividad del sujeto que sienta las bases para cualquier actividad racional, crítica o, incluso, hermenéutica. Sin embargo, como Habermas, Luh-mann también toma numerosos elementos de las ciencias del espíritu, de la hermenéutica y la fenomenología y los adapta a las necesidades de sus planteamientos teóricos. En Luhmann, los sistemas sociales (organizaciones, instituciones) son simi-lares a los sistemas psíquicos, pero en ellos la interconexión unificada y auto-referencial se constituye de comunicaciones e información (1995: 59). Así, rehúsa referirse a personas y organizaciones o instituciones, rechaza la noción del sujeto como base de la teoría sociológica y plantea, en su lugar, un universo de significados con sentido, debido a la unidad de la diferencia (en contraposición a la intersubjetividad de los clásicos a que recurre Habermas). La perspectiva de Luhmann para desarrollar su teoría del sentido es estrictamente feno-menológica, pero, en lugar de la conciencia humana como el centro de la intención, coloca el significado o sentido mismo en el centro y hace de su reproducción un asunto de la auto-referencialidad del sentido, de autopoiesis (auto-producción).

Luhmann considera al sentido como un logro evolutivo que da orden y significado a los sistemas sociales y psíquicos; és-tos usan referencias a su propia identidad para encontrar sen-tido a la complejidad donde existen. Ambos tipos de sistemas están inevitablemente ligados entre ellos a través del sentido de su propia función en la sociedad. Su perspectiva fenome-nológica coloca al sentido como el punto focal, o centro de intención, dentro de un horizonte de posibilidades que es tan amplio como la complejidad misma. Así, el sentido tiene una estructura referencial que se constituye como base de realidad y que, sin embargo, se refiere, simultáneamente, no sólo a lo que se puede asumir como real, sino también a lo que es posi-ble o condicionalmente real y a aquello que se considera irreal o imposible (Luhmann, 1995: 60).

La estructura referencial del sentido también obliga a que su representación de la realidad cambie de acuerdo a constantes selecciones. La gente debe seleccionar para tener una (cons-tantemente cambiante) conciencia sobre lo que tiene sentido, y los sistemas sociales necesitan seleccionar para comunicarse sobre lo que es significativo, pues, en clara coincidencia con la

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Lossu relalos sisfrontermienzaproceses el úquier sen par

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nstructivista de la realidad social, lo meramente fáctico e necesariamente acompañado ni de conciencia, ni de icación, ni tiene asegurada una presencia en la realidad Luhmann, 1995: 60). El proceso de selección en el sen-mbién hace posible la redundancia en las experiencias o s. Esto significa que, si una acción no es satisfactoria, mpre puede regresarse al punto de partida y escoger mino. Así, según Luhmann, todos los significados que ten, ponen de relieve y actualizan la gran complejidad sistemas requieren para seguir interactuando y creando nes con sentido. Según esto, el mundo no se simplifica s de las selecciones; cada una de ellas implica la exis-de miríadas de otras selecciones que no se realizaron, z, pero que permanecen en potencialidad latente (Luh-1995: 61). Pero, esto también significa que seleccionar ificado crea un orden a través de operaciones selectivas

cada significado específico tiene la cualidad de sugerir idades específicas de conexión y de hacer que otras se ten aunque sea de manera temporal (loc cit).

mann (1984) nos dice que, de acuerdo con investiga- fenomenológicas, el significado o sentido siempre se uye de manera auto-referencial; esto es, sólo con refe-a otros significados y, por lo mismo, hay autosuficiencia ignificado (1998). Dentro de esa “gran complejidad”, los as deben producir una identidad funcional propia con ado, a través de la cual puedan encontrar las referencias

arle sentido al mundo con el que interactúan. La auto-cialidad del sentido nos lleva a la idea que Luhmann restada de los biólogos chilenos, Humberto Maturana isco Varela (1987) de que los sistemas se encuentran s en sí mismos y de que esa es la manera con la que

rean su propia identidad o con la que se auto-produ-topoiesis). De acuerdo a Luhmann, el sentido que un

a le da a aspectos selectos del mundo es, en realidad, oyección del propio sistema (psíquico o social) sobre el —de su orden referencial interno.

sistemas forman su propia identidad dependiendo de ción con el ambiente externo. Tanto las personas como temas sociales necesitan del sentido para definir sus as, es decir, donde terminan ellos mismos y donde co- lo externo. Luhmann considera que todos los sistemas an su relación con el mundo por medio del sentido, que nico lente para observar el mundo. Por lo tanto, cual-uceso que adquiere sentido para el sistema se convierte te de sí mismo, y esto puede limitar, ampliar o cambiar

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su identidad, por lo que contribuye a la auto-reproducción del sistema—a su autopoiesis. Por eso, los sistemas sociales de-penden del sentido y para ellos éste se convierte en la forma del mundo. Si el sistema se identifica a sí mismo como existente dentro de la complejidad, debe encerrarse dentro de las fron-teras de su propio sentido. El mundo, entonces, se encuentra infinitamente abierto, pues la potencialidad para crear sentido a partir de él no tiene fin. Sin embargo, una vez que ha creado un horizonte del sentido, el sistema sólo puede cerrarse en sí mismo y sólo puede referirse a otros significados existentes para crear ese sentido. De modo que un significado siempre habrá de referirse a otro significado; el sentido nunca puede escapar esta condición de auto-referencialidad. Por lo anterior, en los sistemas psíquicos y sociales, el significado adquiere una cualidad universal a través de la que todo es accesible, pero sólo en la forma de significado (Luhmann, 1995: 61-62). Esta construcción fenomenológica de la experiencia del sentido tiene rasgos similares a los de la realidad humana de Dilthey: el universo de significado como la estructura mental misma de la vida humana. Sin embargo, la similitud termina allí, pues, como se discutirá más abajo, Luhmann rechaza la idea subjeti-vista de la conciencia unificada de los sujetos individuales.

Se debe observar que, en Luhmann, la naturaleza del sis-tema es fundamentalmente inestable y su tendencia a cambiar está relacionada con la constante necesidad de poner al día selecciones potenciales para el procesamiento de información de los sistemas. Si encontrar una referencia significa enfocar la atención en una posibilidad de entre muchas, entonces, el sentido es el lazo que une a lo que es real y lo que es posible; pero una vez que ese lazo cumple su función, éste desaparece y se deben encontrar nuevos lazos a lo largo del horizonte de posibilidades, lo cual abre las posibilidades potenciales del sentido dentro de un marco de realidad aceptada (Luhmann, 1984: 101-102). La formación del sentido utiliza esta dife-rencia entre realidad y potencialidad para crear información significativa, de modo que el sistema pueda interactuar con el ambiente. Cualquier información relevante cambia la estruc-tura del sistema la cual, después de haberla internalizado, re-acciona al ambiente en una manera distinta a la que hubiera reaccionado sin esa información. Sin embargo, el sentido y la información se deben distinguir a través de las nociones del tiempo y del “cambio del estado del sistema” (1995: 67). La información pone al día, constantemente, la identidad del sis-tema con respecto a un punto en el tiempo (antes y después de que la información estuviera disponible). Cada sistema debe lidiar de manera auto-referencial con la influencia externa y,

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mismo, la información fresca sólo adquiere importan-ravés de la identidad auto-determinada del sistema. Por a información se relaciona con la estructura interna del a, y el sentido, con la actualización de potencialidades, rgo del complejo horizonte de posibilidades.sde la perspectiva de cada sistema, el horizonte final de l significado aparece como el mundo. Si el sentido se re-ólo a más sentido, hay un círculo cerrado de referencias puede visualizar como contenedor de todo lo que posee o y, mientras la complejidad avanza, ese círculo crece y ande. De modo que Luhmann plantea que, más que la dición de posibilidades, el mundo es la unidad de dichas lidades en un orden con sentido, el cual establece su diferencia con respecto a ese mundo. Sin embargo, esta es siempre momentánea en la realización de cada inte-

n específica. La unidad del mundo como diferencia toma a del ‘mundo de vida’, que Luhmann describe como un

círculo cerrado de conexiones auto-referenciales (1995: or lo tanto, el “entendimiento” entra en consideración un proceso del sentido: no es necesario sólo entender nificado, sino entenderlo a través de la auto-referen-d. Esto significa que cuando los sistemas hacen distin- entre sí mismos y el ambiente, proyectan sentido sobre istinción; pero el sentido proyectado sólo puede crearse nera auto-referencial. Cada sistema distinto proyectará tido auto-referencial a la diferencia entre sí mismo y el nte. Para Luhmann, sin embargo, el concepto del en-iento, como tradicionalmente se utiliza, se encuentra nado con el concepto del sujeto, el “yo pensante” de ofía antropocéntrica que supone que se converge en el cado por consenso racional, ordenado, claro. La univer- del significado, como Luhmann la plantea, hace que de entendimiento, en aquel sentido racional y ordena-a contra-fáctica: No toma en cuenta que cada ente que túa “entiende” el sentido de acuerdo con sus propias inaciones auto-referenciales, con lo que hay, en lo so-

na constante del conflicto y desacuerdo que es, precisa-, de donde se alimenta la complejidad de las sociedades nas altamente diferenciadas.

lugar de entendimiento, Luhmann (1995: 74) usa la idea diferencia para explicar los mecanismos del funciona- del sentido. Su idea de la diferencia está contenida en xperiencia de sentido y está dada por el contraste entre o y lo que puede resultar de la experiencia; es decir,

lo real (para el sistema) y lo posible. Siempre es posible enciar diferencias entre potencialidades abiertas. Por lo , se necesita ordenar y dar un lugar a todas estas dife-

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rencias; para lo cual es menester introducir identidades—como palabras, tipos y conceptos—que organicen las diferencias y la información tome la forma de sucesos que arrojan luz sobre las conexiones entre las diferencias. Luhmann explica la idea de que el sentido es un orden unificado de diferencias por me-dio de las dimensiones del sentido: factual, temporal, y social. Los horizontes que Luhmann propone están hechos de signi-ficado y “contienen” el mundo con sentido para los sistemas, que Luhmann plantea como la diferencia entre dos horizontes dicotómicamente opuestos para cada una de las tres dimen-siones. Así que, las tres dimensiones de sentido adquieren su realidad de la diferencia entre dos horizontes y, aunque éstos no se pueden abrir desde el horizonte de otra dimensión, hay interdependencias, entre las dimensiones, que pueden servir para evitar las tautologías auto-referenciales.

Los horizontes de la dimensión factual son los que el sis-tema identifica como “interno” o “externo” a sí mismo. En los sistemas psíquicos (personas), esta dimensión se relaciona con todos los objetos de intención que significan algo y, en los sistemas sociales, se relaciona con los temas de comunica-ción significativa. Aquí, es posible la esquematización por la diferencia entre la atribución externa e interna (disyunción). Se pueden llevar a cabo nuevas operaciones, pues la disyun-ción permite al sistema identificar si el punto de contacto se encuentra dentro o fuera de sí mismo. Según Luhmann (1995: 84), esto reduce la complejidad y facilita relacionar unas ope-raciones con otras. La dimensión temporal se determina por el antes y el después de un suceso con sentido; por lo mismo, sus horizontes son el pasado y el futuro. También se relaciona con presencia y ausencia de los objetos o situaciones referidas en el presente. Por lo tanto, al pasado y al futuro sólo se los puede contemplar de acuerdo con lo que hay o lo que no hay y con la intención de que lo haya o no; pero no se los puede experimentar, ni se puede actuar sobre ellos desde el presen-te. El presente se desdobla, por un lado, en el paso irreversible del tiempo, y por otro, en lo reversible de la experiencia que pueda deshacerse o corregirse. El sentido de las experiencias pasadas o futuras crea una secuencia que los sistemas pueden seguir de una manera ordenada para evitar la irreversibilidad (1995: 79). La dimensión social se relaciona, en la experiencia, la existencia del ‘otro’ a quien se acepta como a un ente se-mejante a uno mismo, como el alter ego. Sólo para propósitos de atribución, el ego y el alter se personifican o se identifican con específicos sistemas sociales o psíquicos; pero, de acuer-do con Luhmann, esto es sólo un esquematismo social que no debería tomarse como rasgo objetivo del mundo. Una semán-

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articular de lo social surge con la evolución que ocurre a de la experiencia de disentir. Las diferencias se ordenan nera auto-referencial; se las evita de manera sistemáti-sí surge la posibilidad del consenso (1995: 80).

e modo que, en el esquema luhmanniano, el sentido se ina a sí mismo a través de la diferencia. La base para

eraciones sistémicas es la unidad de la diferencia entre en y la perturbación, y entre el ruido y la información. Luhmann, la creación del sentido depende del desorden es menester ‘poner en orden’; se sostiene en el ‘ruido’ hay que descifrar para atribuir significados a la hora eractuar y requiere de terceros excluidos para que las ciones resulten técnicamente precisas y esquematizadas : 83). Así, los sistemas auto-referenciales llevan a cabo ciones significativas debido a problemas (disyunción, rsibilidad, disenso) y nos ponen bajo presión para crear nes que resuelvan los conflictos y creen sentido (loc cit). lquier significado con intención real, las dimensiones del o de Luhmann están mezcladas, no se pueden encontrar as unas de otras; se las separa con fines analíticos, pero juntas en cada significado intencional y expreso. Las dis- estructuras sociales tienen distintos grados de diferen-n entre estas tres dimensiones. Mientras más evolucio-sea la complejidad en una sociedad, más diferenciadas cerán estas tres dimensiones. Luhmann considera que e los más importantes logros evolutivos para diferenciar rar unos sentidos de otros es la escritura, que presupone guaje. Luhmann concibe al lenguaje como la generali- simbólica del mundo y lo contempla como el medio las unidades del sentido se forman; sólo así puede ma-e la multiplicidad de manera operativa. Una diferencia ue hace posibles las operaciones auto-referenciales es

la que se da entre niveles simbólicos y operativos y que, bargo, conserva la unidad de la diferencia a través de la

alización simbólica (Luhmann, 1995: 93).

función del lenguaje es generalizar el sentido con la de símbolos, por lo que el lenguaje se convierte en mplia estructura para codificar las señales que el am- produce. La generalización también realiza conexiones uperar la multiplicidad de las dimensiones del sentido y

posible resolver problemas de lógica, pues, incluso una dicción o una paradoja tienen sentido. Sin embargo, la n más importante de la generalización simbólica en la ad es el logro de la complejidad organizada. Mientras angible sea la generalización, entonces el sistema será

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más evolucionado para lidiar con la complejidad. Las genera-lizaciones se convierten en estructuras (aunque nunca irrevo-cablemente fijas) y producen orden dentro de la complejidad (Luhmann, 1995: 97). El lenguaje sirve a la comunicación, pero la escritura la almacena; y lo que es más importante, hace po-sible la formalización de instituciones a través de acuerdos o convenios escritos. La estructura contractual, formal de la interacción representa el intento moderno por dirigir, o al me-nos limitar, la enorme selectividad operacional; cada selección es una “selección de selecciones” que nos ayuda a lidiar con la complejidad (Luhmann, 1984: 102).

Volviendo a la idea de las dimensiones de significado, Luh-mann recalca que es importante recordar que los sistemas de sentido sólo pueden encontrar significado al mundo complejo con referencia a sí mismos. Por lo mismo, es esencial tener en mente que -a pesar de que podría caerse en la tentación de identificar la dimensión social con la factual que contem-pla la diferencia entre lo interno y lo externo- Luhmann nos advierte que es un error combinar las dimensiones factual y social. Es decir, al rechazar las tendencias antropocéntricas de la Modernidad, es necesario subrayar que la deferencia entre las dimensiones factual y social no se debe confundir con la distinción humanista entre la naturaleza y lo social (1995: 80). Como ya se ha señalado, Luhmann habla sobre los sistemas de sentido con horizontes, no sobre la filosofía del sujeto y, por lo mismo, él cree que es un error humanista contemplar al ego y al alter como personajes, personas o sistemas unifi-cados. Éstos son sólo horizontes dentro del marco cerrado, auto-referencial de los sistemas; son referencias sociales para la formación del sentido.

El problema de darle realidad al sujeto para Luhmann, está precisamente, en que este sujeto se convertiría entonces en un observador de segundo grado, que no tiene cabida en la pers-pectiva fenomenológica. Si en este esquema consideráramos al sujeto con conciencia unificada como base de realidad, éste habría de observar su propia observación de sí mismo lo que, para Luhmann, resulta un círculo autocomplaciente que sólo fundamenta débilmente la existencia del sujeto individual. Si el sujeto existe del todo, entonces, él mismo es la base—y sienta las bases—de sí mismo y de todo lo que existe (Luh-mann, 1995: xxxix). En este sentido, el sujeto es, para Luh-mann, una entidad auto-referencial que se puede relacionar con todo lo que existe en el mundo sólo a través de referencias a sí mismo. Lo único que garantiza su unidad no es la concien-cia unificada de la realidad humanista antropocéntrica, sino la

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d de la diferencia en el sentido dentro de los horizontes stema psíquico, los cuales hacen posible dar el salto a peratividad en las interacciones sociales y dan la impre-e que ‘estamos de acuerdo’ cuando, en realidad, el único de acuerdo tácito entre los sistemas es darle la vuelta, tivamente, a los disensos, las situaciones irreversibles conflictos tanto como sea posible. Luhmann argumenta n su Quinta meditación cartesiana, Husserl formuló tan ente el problema de la imposibilidad de que los sujetos

duales den el salto a la intersubjetividad de los acuerdos es, que se encontró imposibilitado para dar una respues-isfactoria. Luhmann nos dice que Husserl sólo se limita a ar que es posible explicar la realidad compartida, basada onciencia individual moderna, solamente si se contempla alidad como una “intersubjetividad intermonadológica”.

cir, considera que los sujetos individuales se encuentran s en una especie de conciencia colectiva etérea que, para ann, resulta una idea tan vaga, teóricamente, que cree uede leerse como una expresión de vergüenza, de ha-mitido estarse dando por vencido y de ofrecer sólo una

onenda conveniente, pero sin base de realidad (1995: or lo anterior, Luhmann prefiere no utilizar del todo la n del sujeto y, así, escapar así al problema conceptual de rsubjetividad al que uno se enfrenta, irremediablemente, ar cualquier teoría sociológica en el concepto del sujeto dual de la acción.

importancia del esquema teórico que Luhmann propo-dica en que, la complejidad y el conflicto son esenciales ntender adecuadamente la interacción social de nuestros os. El esquema teórico que Luhmann propone es espe-ente útil, me parece, para explicar los comportamientos s sistemas modernos enlazados con alta tecnología en global de interacción económica, social, política, cultu- cuyo dinamismo depende de enlaces sostenidos por la logía que, como el significado, también se pone al día antemente. Dichos sistemas—organizaciones, empresas, raciones, grupos, intereses, movimientos, agencias del s) gobierno(s), funcionarios, políticos, ciudadanos, indi-s—se encuentran en constante interacción, gracias a las ciones legales y de mercado sostenidas por los estados

crático-liberales modernos que, en la actualidad, han de más y más con el ámbito transnacional. El estilo actual de cción globalizada y el proceso moderno de diferenciación nal han complejizado y multiplicado las interacciones al de que existen ambientes donde no es posible señalar xactitud quién o qué es el sujeto de la acción y cuáles son

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los puntos de acuerdo que sostienen la interacción. La uni-versalidad del sentido, a través de la auto-referencialidad, es particularmente útil para darle la vuelta a la filosofía del sujeto individual o de la intersubjetividad del entendimiento social.

No obstante lo anterior, y aunque podemos percibir la utili-dad del esquema luhmanniano para comprender la funcionali-dad de los sistemas sociales complejos, me parece importante señalar un par de aspectos que la teoría funcionalista deja de lado en el ámbito de la compleja modernidad contemporánea. La perspectiva fenomenológica de Luhmann pone en el centro la creación de sentido en los sistemas sociales y la intención de éstos al interactuar, pero cercena de tajo y sin explicación con-vincente la fuente de vida de dichos sistemas: la conciencia que genera la intención, o aquello que hace posible del todo poner la atención en alguna de las posibilidades de sentido dentro de las posibilidades disponibles. Por lo mismo, me parece que la conciencia individual del sujeto, su creatividad, la intención del “sistema psíquico” son toda la base de su efectividad como concepto. Aquí es importante rescatar la idea de que, en la perspectiva fenomenológica, el sujeto individual es el centro de la conciencia desde donde emana la intención. La noción de Luhmann de que ésta emana del sentido mismo deja inerte a la creación del mismo, sin una fuente de vida que la haga del todo posible. La descripción luhmanniana de cómo funcionan los sistemas complejos orientados a la funcionalidad, sin em-bargo, es una clara visión de los complejos sistemas organiza-dos que operan a través de las fronteras del mundo globaliza-do. El sistema auto-referencial, -cerrado dentro de sí mismo y sólo conectado a los otros a través de la unidad de la diferencia en las interacciones con sentido- es un modelo que explica la manera en que un individuo u organización, orientados a la funcionalidad, contemplan el mundo complejo. Sin embargo, aunque el sistema psíquico es una manera eficaz de contem-plar al individuo funcional operando dentro de los sistemas complejos contemporáneos, aunque es una metáfora útil para comprender nuestra interacción como individuos funcionales, resulta una visión muy parcial de lo que es el ser humano o de la experiencia total de estar conciente y vivo.

CONCLUSIONES

Luhmann pone de manifiesto la moderna (posmoderna) conciencia de fragilidad del ser humano que el proceso de la civilización nunca pudo suprimir: el yo moderno con diversos estados de conciencia unificados en una vida cuyo sentido es

mersofímodposquequecesicuama sistposnorpromacvalogracbemel tigradlidala dya hadmhor

nectantcona caatajnistemosu Tdeounainclniosel pdel soccrítipro

presace

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amente funcional y diferenciado. Luhmann rechaza la filo-a misma del sujeto y se convierte así en un hereje del credo erno, de manera análoga en que lo hacen los pensadores

modernos; rechaza la modernidad sobre las mismas bases ésta les ha dado. Habermas critica esta postura, pues, dice , desde el punto de vista sistémico de Luhmann, las ne-dades funcionales de integración se deben satisfacer aun ndo esto implique tecnificar completamente lo que él lla-el ‘mundo de vida’. Su objeción es que “el funcionalismo émico de Luhmann transforma imperceptiblemente este tulado práctico en uno teórico, y así esconde su contenido mativo” (Haberlas, 1990: 488). Esto significa que Luhmann pone un modelo para explicar los mecanismos de la for-ión del sentido en la situación típico-ideal en que el único r de la humanidad fuera su propia funcionalidad...; pero, ias a la idea de los modelos típico-ideales weberianos, sa-os que esta situación nunca es completa; afortunadamente, po ideal nunca se encuentra en la realidad empírica en ese o de pureza. En este sentido, Habermas cree que la debi-

d del funcionalismo sistémico radica en el supuesto de que escripción típico-ideal del proceso burocratizante de Weber a deshumanizado completamente a la sociedad. “El ‘mundo inistrado’, dice Habermas, que para Adorno era una visión

ripilante, es para Luhmann un supuesto trivial” (1990: 443). Habermas es un pensador crítico, comprometido con la esidad de humanizar la convivencia social. Su postura sus-iva, sin embargo, ha sido criticada por su obsesión con el senso; su democracia discursiva pone al mundo de vida rgo de conservar un dinamismo racional y valorativo que e tanto la colonización instrumental de los sistemas admi-rativo y económico, como las sinrazones de los atavismos tivos. La evolución de la obra de Habermas, más allá de eoría de la acción comunicativa, muestra que busca una

ntología de cómo ese dinamismo ha de manifestarse en eclosión de los valores de la racionalidad comunicativa, uso a nivel supranacional. Sin embargo, esta idea armo-a de la interacción social resulta contra-fáctica: Ignora que oder de la razón se puede encontrar indefenso en medio disenso y el conflicto, siempre latentes en la interacción ial y política. Luhmann, sin embargo, no tiene compromisos cos y se plantea a sí mismo como teórico neutral de los cesos sociales.

El problema con esta postura es que, a pesar de que toma tados sendos conceptos de la tradición neo-kantiana

rca de la sociología del conocimiento, no realiza el ejercicio

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reflexivo hermeneuta de su propia postura valorativa, ni pro-pone sus herramientas teóricas como un acercamiento típico-ideal a la realidad empírica; pretende plasmar una descripción fiel de los procesos sociales y esa es la raíz de sus limitaciones. El ámbito conceptual-abstracto en el que Luhmann se mueve no logra aprehender la complejidad completa a la que se re-fiere; complejidad que incluye el fenómeno escurridizo de la conciencia humana sobre el sentido que produce y el sentido de su propia existencia. En el caso de la teoría de Habermas, el entendimiento racional asegura el salto de la subjetividad individual a la intersubjetividad. Sin embargo, es cuestionable que se dé ese salto, a través de los mecanismos que Habermas propone, en toda situación humana de interacción. Su pro-puesta es, en realidad, una reflexión sobre el ‘deber ser’ de la interacción social, equivalente a decir que el orden social se debería regir por honestidad, claridad y coherencia racional. Mientras que lo anterior es deseable, no es sociológicamente plausible decir que las interacciones humanas se sostienen en ello (aunque en ocasiones lo hagan).

En todo caso, lo único que asegura un ‘salto’ de la subjeti-vidad humana a la intersubjetividad es la voluntad de cooperar. Sin embargo, esta voluntad es una de las nociones más mis-teriosas que han logrado penetrar la imaginación sociológica y que incluye los ámbitos físicos y emotivos del yo humano encarnado. Esa voluntad o no se regula, o bien se regula por relaciones informales determinadas por la creencia en el valor del otro, que puede basarse en un sinnúmero de elementos no definidos y cambiantes que descansan sobre algo análo-go a lo que Iris Murdoch (1992) llama un “sistema opaco de energía” para referirse a la base de las elecciones morales en

la vidarar y de Habprincipde quecioneseficacicompareinterencuepara smante

Luciedadtrasta cesariorequiela comteóricointeracber coidealecarse apletames útilros depectosen teocontemhuman

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humana. Es imposible formalizar la voluntad de coope-es contingente, pues depende, para usar los términos ermas, de la voluntad del participante para aceptar los ios de validez de los demás. Al final, nos damos cuenta cualquier sistema formalizado que intenta dar explica- sobre el mundo, deberá estar basado en creencias. La a del sistema se encontrará en que éstas sean creencias rtidas o en que los que interactúan estén dispuestos a pretar las propias y las ajenas para encontrar puntos de

ntro y crear así la voluntad necesaria de cooperar tanto ostener funcionando los sistemas sociales, como para ner palpitando la vida humana en general.

hmann y Habermas proponen teorías generales de la so-; sin embargo, el poder explicativo de la primera con-con las ambiciones deontológicas de la segunda. Es ne- revisar este debate, pues la sociología contemporánea

re tanto de explicaciones plausibles para acercarnos a plejidad del mundo contemporáneo, como de recursos s que admitan la importancia del aspecto moral de la ción humana. Por eso recurro a las lecciones de Max We-n respecto a la teoría sociológica, en general; sus “tipos s” constituyen meros modelos teóricos, útiles para acer- la realidad social, pero que nunca logran abarcarla com-ente. La teoría nos permite acercarnos a la experiencia y

sólo en la medida en que logre representar aspectos cla- esa realidad empírica. En Habermas y Luhmann los as- moral y funcional de la interacción social se convierten rías rivales. La tarea pendiente para la teoría sociológica poránea es armonizar ambos aspectos reales de la vida a bajo condiciones de modernidad avanzada.

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In fíeri

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García, Gaxiola y Guajardo

In fi

eri Las redes de tráfico de migrantes latinoamericanos constituyen un fenómeno social de actualidad que afecta a las estructuras de seguridad en

las zonas fronterizas del continente americano. El objetivo de esta investigación es analizar el impacto que problemas como la distribución desigual del ingreso y la falta de oportunidades laborales tienen en la formación y desarrollo de las redes de tráfico de personas y los grupos de polleros. De igual manera, se expondrán algunos de los abusos que experimentan los migrantes por parte de los polleros así como las medidas que se han adoptado a nivel mundial para erradicar esta problemática.

Palabras clave: polleros, redes de tráfico de personas, migrantes, migración, fenómeno social, estructuras de seguridad.

Transborder movements Mexico-United States: “Polleros” as mobility agents The human traffic networks of Latin-Americans immigrants, managed by human traffickers or “polleros”, constitute an actual social phenom-enon that affects the security structures in all borders of the American continent. The objective of this research is to analyze how the impact that problems, like uneven distribution of income and the lack of job opportunities in Latin America, affect the raising of human traffic networks and “polleros”. At the same time, it will be exposed the abuses that the “polleros” commit against the immigrants, and several measures that have been adopted in the international level to eradicate this problem.

Key words: “polleros”, human traffic networks, migration, migrants, social phenomenon, security structures.

Fecha de recepción: 20/04/06 Fecha de aceptación: 20/08/06

Movimientos transfronterizos México-Estados Unidos: Los polleros como agentes de movilidad*Nancy Janett García Vázquez, Elisa Guadalupe Gaxiola Baqueiro, Arnoldo Guajardo Díaz

INTRODUCCIÓN

En América Latina el problema de la migración ilegal se ha hecho especialmente evidente en las últimas décadas. La distribución desigual del ingreso ha ocasionado que gran can-tidad de latinoamericanos se vean ante la necesidad de bus-car oportunidades en otros países, especialmente en Estados Unidos. Debido a los complejos trámites, los costos y la falta de información acerca de la migración legal, los individuos de-ciden salir de su país de origen y llegar a Estados Unidos como indocumentados. Ante el aumento del peligro para cruzar la frontera, los migrantes acuden de forma constante a redes de polleros, que prometen ayudarlos para llegar exitosamente a su destino.

Ngracmigrde dParamigrsegumovnuir migrdestanáli

o obstante, ante la falta de regulación en materia de mi-ión, tanto en Estados Unidos como en América Latina, los antes se convierten en un grupo vulnerable a los abusos ichas redes que con frecuencia los abandonan a su suerte. dar solución a esto, las naciones involucradas en los flujos atorios robustecen sus fronteras al compás de políticas de ridad nacional que permitan tener mayor control de los imientos fronterizos de personas en un intento por dismi-la inestabilidad social y política que provoca el fenómeno atorio en los límites territoriales colindantes con el país ino. Por lo anterior, en el presente artículo se realizará un sis de los modos en los que operan las redes de tráfico

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* Artículo basado en el trabajo “Los polleros y las redes de tráfico de migrantes en América Latina” realizado por Elisa Gaxiola, Nancy García, Arnoldo Guajardo, Violeta Montes de Oca y Marissa López como parte de la materia Escenario Regional de América Latina en el semestre agosto-diciembre 2005 con la Dra. Lucrecia Lozano. Trabajo ganador del 8vo. Certamen de Investigación de Biblioteca Digital.

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Los polleros y las redes de tráfico de inmigrantes en ... In

fier

i

de migrantes, las consecuencias que se derivan de la exis-tencia de dichos grupos así como las medidas usadas por los gobiernos, tanto locales como nacionales, para erradicar esta problemática. Se parte de la hipótesis de que ante la desigual distribución del ingreso y la falta de oportunidades laborales, los latinoamericanos acuden a las redes de tráfico de migran-tes y a los polleros para trasladarse a otros lugares del conti-nente y buscar una mejor calidad de vida.

Díez Canedo (1984:14) menciona que la existencia de una economía dual muy marcada en los países de América Latina, donde se dispone de un sector moderno de rápida expansión y al mismo tiempo un sector altamente atrasado, origina una gran desigualdad y falta de oportunidades para los sectores marginados. Castañeda (2004), por su parte, señala que una importante causa del aumento de la migración internacional latinoamericana en las dos últimas décadas se debe precisa-mente a la falta de crecimiento económico experimentado en la región: “El problema primordial es el crecimiento económi-co, que durante los últimos años -en realidad, durante los dos últimos decenios- ha sido desalentador” (Ibíd., 2004).

El bajo crecimiento económico, aunado a la iniquidad en la distribución del ingreso, los altos índices de desempleo y los bajos salarios, han ocasionado que gran cantidad de lati-noamericanos busque nuevas oportunidades para mejorar su nivel de vida, sobre todo a través de la migración hacia Estados Unidos. Sin embargo, las cuestiones meramente económicas no son suficientes para explicar el grado de marginación en el que se ven inmersos diversos países de América Latina. En este sentido, a continuación se describirán las variables que intervienen en la migración latinoamericana, así como la forma en la que se conforman las redes de tráfico de migrantes; con ello se pretende explicar que la migración se origina no sólo debido a un débil crecimiento económico, sino además como consecuencia del bajo nivel de desarrollo que experimenta gran parte de la población en los países de América Latina y la manera en que la migración ilegal se puede convertir en un negocio muy rentable para los llamados polleros.

Las razones de la migración América Latina es descrita por los especialistas como una zona de inestabilidad política, factor que se relaciona estrecha-mente con la inconformidad social ante un escenario económi-co de precariedad y de concentración de la riqueza en pocos individuos. A lo largo del tiempo los gobiernos latinoamerica-

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n adoptado medidas económicas encaminadas por una hacia la obtención de crecimiento económico y, por otra, lcanzar el desarrollo. La ausencia de un desarrollo es la por la que millones de latinoamericanos emigran hacia anjero, buscando una mejor calidad de vida.

acuerdo con René Villarreal (2000: 29), el crecimiento ico se define como el aumento constante del producto

al per cápita; mientras que el desarrollo económico in-además del crecimiento, otros factores como el nivel de o, la redistribución del ingreso y la dependencia del ex- Por lo tanto, al hablar de desarrollo económico el autor eferencia a la evaluación de la calidad de vida que tiene lación de un determinado país o región del mundo. Es se hace énfasis en los aspectos sociales que giran alre-del fenómeno de la pobreza.

Banco Mundial (citado en Stevens, 1999:93) hace una ión entre línea de pobreza y línea de extrema pobreza. rimera figuran las personas pobres, es decir, aquellas tienen los ingresos suficientes para adquirir los bienes

icios de la canasta básica; mientras que en el segundo o se incluyen a los individuos que se encuentran en un de extrema pobreza o indigencia y que desfallecen en egún datos proporcionados por la CEPAL en el docu- titulado Panorama Social de América Latina 2004, en el 02 el número de personas que vivían en pobreza alcan-

221 millones (44.0% de la población), al mismo tiempo cifra de personas en extrema pobreza se ubicó en los 97 es (19.4% de la población).

uién emigra?

esar de que la tendencia histórica indica que los hom-migran más que las mujeres, en los últimos años se ha ido un constante aumento en la cantidad de mujeres mericanas que emigran hacia Estados Unidos, dando resultado que en el 2004 el 45% del total de migrantes del sexo femenino. Estos cambios han originado un fe-o conocido como la “feminización” de la migración (Villa ínez, 2005; y García y Verea, 1988:76-89). Sara Poogio a Woo (citadas en Villa y Martínez, 2005) han recalcado ortancia de la creciente participación femenina en la mi-n internacional y enfatizan que el papel de la mujer se nsiona en los análisis de las migraciones a partir de las eraciones de la familia y el fenómeno migratorio como gia familiar.

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Por su parte, la migración de familias y comunidades está encabezada en un 50% por hombres o padres de familia (Ca-sillas, et.al., 1996), y entre el 50% y el 60% de los individuos que salen de América Latina hacia Estados Unidos son casados (Universidad de las Américas, 2005). La mayor parte de ellos lo hace en busca de mejores oportunidades económicas y una mayor calidad de vida para sus familiares. Tal como lo co-menta Tomás Aquino, un argentino de 49 años: “lo hice para que mis hijos puedan ir a la universidad” (Baron, 2005). En el caso particular de los argentinos, el número de migrantes aumentó sobre todo a partir de 2001, debido a la crisis econó-mica en su país. En este sentido, según como Rodrigo Pimienta (2004:355) lo explica “la migración es parte de las estrategias de sobrevivencia de las familias, utilizada principalmente en fenómenos de carencias económicas”.

En cuanto a la edad, en el caso particular de México, la con-centración de ambos géneros se presenta en jóvenes y adultos. Se calcula que para el año 1994 el 74.7% de los migrantes tenía entre 15 y 29 años (Pimienta, 2004:351), mientras que CONAPO estima que el 70% se encuentra entre los 15 y los 45 años de edad para el 2004; del 30% restante, el 17% se sitúa por encima de los 45 años, mientras el otro 13% son personas menores a los 15 años.

Con respecto al nivel educativo de los migrantes, se encontró que éste oscila entre los 6 y 8 años de escolaridad (Universidad de las Américas, 2005). Según cifras del Colegio de la Frontera Norte, para el caso específico de México, el 7.3% de la pobla-ción analizada no tiene estudios, el 50.1% estudió primaria y el 42.4% tiene secundaria y más, los restantes no especificaron. De los que estudiaron primaria, sólo el 58.4% la completó; el 66.9% terminó la secundaria; y el 42.6% concluyó preparatoria o más. Como lo expresa Díez Canedo (1984:63), el migrante indocu-mentado típico o tradicional carece de suficiente educación y no tiene conocimientos del idioma inglés. En este sentido, el bajo nivel educativo de los migrantes da como resultado que, en caso de haber llegado a Estados Unidos, sean ocupados en trabajos que no requieren conocimientos teóricos, pero sí una labor física riesgosa. Es así, que según un reportaje realizado por Ricardo Rocha (2005) para la BBC, la falta de educación ocasiona que los migrantes sean un grupo inerme y vulnerable. Esto se suma al fenómeno de la transmisión intergeneracional de la pobreza, que obliga a los hijos de padres sin estudios a seguir el mismo camino. Los niños y jóvenes se enfrentan a dos posibilidades: trabajar para el sustento de la familia o estudiar. En la mayoría de los casos se elige la primera opción.

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¿Cómo se teje la telaraña?: Las tramas de la relación traficantes-migrantes

s redes de tráfico de migrantes en México comenzaron rar protagonismo a partir de 1964, año en que finaliza grama Bracero; dichas redes están directamente relacio- con los denominados polleros, coyotes, pateros o en-adores. Aunque estos conceptos suelen tomarse como imos, hoy en día se hacen distinciones entre ellos como de una estrategia para evitar ser acusados de violación al lo 138 de la Ley General de Población vigente en México, plica penas de cárcel a los “traficantes de personas” (Me-, 2005).

coyote, en la región indígena náhuatl de la Huasteca hi-ense es un intermediario, sea indígena o no, sinónimo der económico y político, pero también de explotación y . En este mismo sentido, un coyote, en materia de mi-n ilegal, es una persona o actor social del que hay que nfiar, o incluso al que hay que despreciar. El pollero, tér-utilizado como sinónimo del anterior, es aquel individuo eva a los migrantes o “pollos” avanzando en fila detrás al internarse clandestinamente por los senderos que los cirán al destino final. A su vez, se le denomina patero en

ntera con Texas, cerca del río Bravo, por cruzar a los in-entados a través del agua y no por tierra como lo hacen

lleros (Meneses, 2005). Y finalmente, los enganchadores bién llamados padrotes son quienes se encargan de bus-“enganchar” a los indocumentados para llevarlos con los os (Agence France Presse, 2005).

s modos de operación y abusos cometidos por las redes fico de migrantes son diversos y han ido adquiriendo

vez mayor presencia dentro de la dinámica de migración en el continente americano. Tan sólo para el 2003 se aba la existencia de 120 organizaciones de polleros, ello ntar las que pasan inadvertidas gracias a su hábil or-

ación o por su combinación con las autoridades mismas mm, 2004). Sin embargo, según un informe de las auto-s estadounidenses, en la frontera con México se revela la

ncia de al menos 400 organizaciones de traficantes. En el o informe se menciona que estas redes han logrado esta-r rutas y caminos propios para movilizar a los migrantes ía, 2005).

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La necesidad de recurrir a un pollero por parte de los mi-grantes indocumentados se hizo más evidente sobre todo des-pués de 1994, año en que comenzó a operar la Patrulla Fronte-riza en los Estados Unidos. Antes de esta fecha, los individuos no solían recurrir a los polleros con tanta frecuencia. Como con-secuencia de lo anterior, sólo se puede ingresar al país del norte a través de caminos muy peligrosos que requieren ser cruzados en compañía de individuos conocedores de la región. Esta situa-ción ha colocado a los migrantes ilegales frente a la necesidad de solicitar la ayuda de los polleros, quienes se presentan como expertos en el traslado clandestino hacia el vecino país.

Aunque actualmente se ve a los polleros bajo una óptica negativa, cabe aclarar que son un actor heterogéneo e ines-table. Existen casos de polleros o coyotes que han cumplido positivamente su labor y han trasladado exitosamente a sus clientes, por lo que afirmar que todos los polleros abusan de los migrantes resultaría erróneo. Sin embargo, gracias a la información recolectada, se percibe que en gran cantidad de ocasiones, los polleros abandonan a sus clientes cuando ven cerca el peligro de ser apresados por las autoridades. Además, dada la vulnerabilidad de muchos migrantes, los polleros se aprovechan de su situación y abusan de ellos. Es precisamente éste el enfoque que se le dará al siguiente apartado.

Las reglas del juego: Cómo trabajan los polleros

La técnica principal que tienen los polleros para trasladar a los migrantes indocumentados consiste en burlar a las au-toridades de las distintas regiones que requieren ser cruza-das antes de llegar a Estados Unidos. En este sentido, para los migrantes provenientes del sur y Centroamérica, es necesario que den el primer paso y lleguen a México. Una vez que es-tán en dicho país, se trasladan a las ciudades fronterizas con Estados Unidos y esperan la llamada del pollero. Los polleros les prometen que pasarán de manera segura, y dado que son muy persuasivos, primero los conducen a zonas con muchos agentes donde ven que es imposible cruzar y posteriormente los invitan a zonas alejadas por donde tendrán que iniciar el recorrido (Adelson, 2001).

El problema inicia cuando los polleros, quienes dicen co-nocer perfectamente la zona, muestran signos de inseguridad y abandonan a los individuos a su suerte. Los polleros, en su mayoría, sólo les indican la ruta que deberán seguir a lo largo del desierto, pero no les informan de las medidas que deben tomar para soportar el recorrido, por lo que una gran cantidad

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los muere en el transcurso del viaje. Juan de Dios Gar-enciona que “cuando la temperatura es baja la muerte es ipotermia, y cuando es alta es por deshidratación. Los fa-ientos también se registran por picaduras de animales osos, por asaltos y violaciones que ejecutan las bandas altantes”. Incluso hay muchos polleros que aunque dicen cer el camino y convencen a los migrantes de ser guiados llos, finalmente resultan ser unos farsantes: “Anoche nos ó la Migra, íbamos 23 compañeros y el guía que conocía el o supuestamente era bueno. Pero no, porque luego, como

ora y media, nos agarraron. En cuanto cruzamos, nos aga-n”, comentó un hombre de 50 años (Narcía, 2001).

a razón principal de que los polleros se dediquen a activi-s referentes a migración ilegal se centra en la rentabilidad l práctica. Se calcula que para llegar a Tucson, Arizona entre 2 y 4 mil dólares (García, 2005). Otros migrantes ionan haber pagado entre 500 y 1,500 dólares para cru-l desierto. Según investigadores de la Universidad Autó- Metropolitana,

“el tráfico de migrantes ha dado origen a una industria suma-

mente lucrativa que tan sólo en México tiene ganancias supe-

riores a los diez millones de dólares, con costos que pueden ir

de 2,000 a 6,000 dólares por persona” (citado en OCExcelsior.

com, 2005).

on estos datos se constata que las cantidades no son fi-ino que los polleros cobran lo que quieren, aprovechán- de la necesidad y deseo de los individuos de cruzar la era: “Si no tiene mil quinientos, déme mil doscientos pero que caminar unas tres horas”, le dijo un enganchador a arcía, reportera de la BBC, quien realizó un estudio en el

lo fronterizo de Sonora llamado Altar, haciéndose pasar isma por inmigrante. Elva menciona en sus resultados,

ste enganchador era uno de los 35 hombres que día a día únen en la plaza principal de Altar para juntar a unos 10, 30 migrantes o “pollos” para venderlos al patrón, en este un pollero, que pagará 100 dólares por cada uno.

l negocio de las redes de tráfico de migrantes va más allá ago directo a los polleros, coyotes, enganchadores y de- también involucra todas las actividades lucrativas que se an alrededor de ello. En el pueblo de Altar, varios puestos lantes venden chamarras, mochilas o guantes; casas han

acondicionadas como pensiones con habitaciones mixtas ras para los migrantes de paso. Hay también transporte

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colectivo que cubre durante el día la ruta Altar-Sásabe hasta el punto de control migratorio, a unos 98 kilómetros de dis-tancia. Al respecto, un habitante de Altar llamado José Jesús Martínez (citado en Narcía, 2005), menciona que a la fecha po-dría asegurar que alrededor del 80% de la población se dedica al “negocio del migrante”, y que gracias a estas actividades el pueblo ha podido salir adelante. Si se considera que cerca de 1,800 y 2,000 personas cruzan diariamente la ruta Sásabe-Tucson, Arizona (García, 2005), la recompensa que reciben los polleros y comerciantes de la migración ilegal, resulta efecti-vamente muy lucrativa.

En ocasiones, los polleros reciben dinero incluso por tra-bajos no terminados, como lo menciona un brasileño de San Pablo que fue detenido por la Patrulla Fronteriza después de ser abandonado por el pollero: “Pagamos a un coyote 7,000 dólares y eso para nada”, mientras a su tío se le escapaban las lágrimas por lo sucedido (Citado en Baron, 2005). Sin embar-go, la migración ilegal está generando actividades en las que incluso los polleros mismos se ven obligados a pagar cantida-des extras: “se han divulgado denuncias de que en Mexicali, por ejemplo, hay un grupo denominado Alfa que ‘cobra peaje’ a los polleros o coyotes que transportan a indocumentados a territorio estadounidense y extorsionan a los migrantes que intentan cruzar la frontera por su cuenta” (Bardini, 2004).

Los grupos o bandas de tráfico de personas llegan a tener alrededor de 50 elementos y logran introducir cerca de 150 indocumentados en Estados Unidos por día. Hay otros grupos que tienen entre 10 y 15 trabajadores que logran pasar como máximo 30 individuos. Pero hay también “mini” organizacio-nes de tres o cuatro integrantes, por lo general familiares, que pasan alrededor de 5 indocumentados (Vázquez, 2005). Por ejemplo, la migración de michoacanos hacia Estados Unidos tiene más de 60 años, y el mecanismo que han utilizado siem-pre para cruzar la frontera ha sido con la ayuda de polleros conocidos y amigos, que incluso han pasado a distintos miem-bros de una misma familia en diferentes ocasiones (Álvarez, 2004). Además, dentro de los variados tipos de redes existen incluso menores de edad, los cuales “lo mismo operan como guías para llevar a los migrantes a Estados Unidos, que como enganchadores y hasta cobradores de las tarifas aplicadas por el ‘servicio’, de acuerdo con su edad y habilidades” (Martínez, 2005). Hugo González (citado en Baron, 2005), miembro de la Patrulla Fronteriza, comentó que en una ocasión detuvieron en la frontera a un niño de 9 años, quien resultó ser un pollero que facilitaba el cruce de migrantes.

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ngel, un ex pollero, formaba parte de un grupo de 40 nas en la colonia Hidalgo, en Laredo, Texas y asegura

r cruzado “en total a unas tres mil personas en 25 viajes”. l no se veía a sí mismo como un traficante de indocumen-: “mientras haya quien quiera cruzar, habrá gente como encionó cuando le preguntaron acerca de la ilicitud de

ctividades (citado en Ramos, 2003). Las aportaciones de x pollero resultan muy pertinentes a la presente investi-n, dado que permiten afirmar parte de nuestra hipótesis l. “El negocio del tráfico de indocumentados está vivito ando: nada ni nadie podrá detener el tráfico de indocu-

ados hasta que Estados Unidos no llegue a un acuerdo torio con América Latina”, fueron las palabras de Ángel a del problema migratorio en la frontera norte.

demás de él, muchos otros individuos y especialistas han ado que las redes de tráfico de migrantes y polleros han ntado a partir de las medidas implementadas por Estados s para reducir la migración ilegal: “el endurecimiento de

lítica migratoria de Estados Unidos con la aplicación de das más ‘restrictivas y represivas’ para limitar el flujo de umentados sólo incrementó la pérdida de vidas y alen-creación de nuevas bandas de polleros” afirmaron espe-tas de la Universidad Autónoma Metropolitana (citado en Lozano, 2005). Desde la puesta en marcha de la Patrulla eriza en 1994, el flujo migratorio no ha disminuido sino a mantenido un crecimiento constante, aseguran inclu-

s miembros de dicha operación (citado en García, 2003). mbio, el número de muertes sí ha ido en aumento, ya egún datos de la Cancillería mexicana “los decesos de

canos y emigrantes de otros países al atravesar la frontera por caminos altamente peligrosos fueron 99 como pro-o anual entre 1995 y 1997, y 411 entre 2000 y 2004. Para 05, hasta el 12 de septiembre, ya se habían registrado ecesos” (citado en OCExcelsior.com, 2005).

cluso el fenómeno de los polleros juveniles ha aumenta-spués de la aplicación de las medidas de seguridad es-nidense. Víctor Clark Alfato (citado en Martínez, 2005),

tor del Centro Binacional de los Derechos Humanos, nta: “el fenómeno de los polleros juveniles no es algo , pero cada vez es más frecuente ante el incremento de ilancia fronteriza y la instalación de medidas de control mentadas por el gobierno de Estados Unidos”. En este

do, las medidas aplicadas por el gobierno estadounidense ntando el riesgo del cruce de los mismos: “para evadir ilancia estadounidense, los migrantes caminan jornadas

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de hasta 36 horas por la zona desértica para llegar a Tucson, Arizona, localizado a 68 millas de La Sierrita, Sonora, el último punto antes de ingresar a la ‘tierra prometida’” (García, 2005). Como consecuencia de estos nuevos peligros, los polleros y sus redes cobran mayor importancia: “las medidas de seguri-dad más estrictas propician que los migrantes dependan más de los contrabandistas profesionales” (García, 2003).

Las crecientes medidas de seguridad también ocasionan que los polleros, en lugar de restringir sus acciones ante el temor de ser arrestados, creen formas más sofisticadas para lograr los cruces clandestinos (García 2003). Jordan (citado en Baron, 2005) contó su experiencia al respecto mencionando cómo los coyotes contactan a sus clientes en la placita prin-cipal de Naco del lado mexicano. Una vez que se encuentran con ellos, los suben en una camioneta con vidrios polarizados que parte a alta velocidad hacia algún punto de la frontera que consideran más seguro para atravesar. Sin embargo, ante cualquier señal de peligro, los polleros se alejan y abando-nan a sus clientes sin importarles su destino. Jorge Santibáñez destaca que la misma ausencia de una política migratoria que asuma las responsabilidades que tiene el país de salida de los migrantes permite que los flujos migratorios se desarrollen en una especie de ‘libre mercado’ que se convierte en el terreno fértil para abusar de ellos y violar sus derechos humanos.

Andrés Adame (citado en Notimex, 2004), vocero de la Pa-trulla Fronteriza en Nogales, Sonora mencionó que las redes de polleros actúan en dicha localidad siguiendo tres pasos bá-sicos: 1) Un grupo de personas recluta a los interesados, por lo que acude a los principales municipios expulsores de traba- jadores en entidades como Michoacán, Guerrero, Zacate- cas, Estado de México, Oaxaca y Chiapas. Ahí ofrecen sus servicios y mediante engaños les prometen reunirlos con sus familiares, que se encuentran en Estados Unidos, con pagos que varían de mil a 5 mil dólares.

2) Ellos se encargan de trasladarlos por todo el territorio na- cional y al llegar a la frontera ‘los venden al segundo esla- bón de la cadena’, que son quienes ‘los cruzan’ y los llevan a Phoenix, Arizona, para de ahí distribuirlos por los esta- dos de la Unión Americana.

3) Ya adentrados en territorio estadounidense, los migrantes son “vendidos” de nueva cuenta en Phoenix, donde son es-

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ndidos en casas de seguridad en espera de un nuevo mprador, que por lo general es el empleador de los trajadores migratorios.

e esta manera, menciona Adame, los polleros no se arries- pasar junto con los migrantes de un país a otro, por lo que uye que “no hay pollero confiable por más viajes que haya lido en los términos prometidos, pues llegará el momento e se vea en peligro y antes de caer preso abandonará o rá a la muerte a sus víctimas”. Sin embargo, Xóchitl Álva-e El Universal, comenta que “la existencia de traficantes ocumentados […] representa, al parecer, un mal necesa-rque la población requiere de sus servicios para ingresar peles a Estados Unidos y porque al mejorar sus niveles de ermite a los ilegales enviar dinero para sus familias”.

nte esta dinámica, y la evidente presencia de las redes lleros, el actual debate se centra en los problemas que s actividades ocasionan para la seguridad nacional, tan- Estados Unidos -como receptor del flujo de migrantes-, para los países latinoamericanos, cuyos connacionales íctimas de los abusos de los polleros y redes de tráfico de ntes. Tal como se expone en la Página oficial del Senado República Mexicana (2003):

El tráfico de personas representa un riesgo para la seguridad

nacional, pues, a través de sus vínculos internacionales, atenta

contra el estado de derecho, la integridad de las personas, la

estabilidad de grupos sociales y el sistema nacional de segu-

ridad pública. Además de violar los derechos humanos de los

migrantes, también se ha comprobado que frecuentemente

está vinculado con otros delitos, entre ellos el narcotráfico, el

terrorismo, la sustracción de menores, el tráfico de órganos, el

lavado de dinero y la falsificación de documentos. Además, los

migrantes tienen que sujetarse a la dinámica que imponga el

traficante de personas, lo que aumenta costos e incertidumbre.

El uso de drogas para soportar el viaje, el secuestro y la reten-

ción de quienes viajan en casas de seguridad, son prácticas

comúnmente realizadas por los traficantes.

abe destacar que incluso en Estados Unidos se desarrolla ran cantidad de redes de tráfico de migrantes, cuyos mo-e operación son cuidadosamente llevados a cabo. Tal es o de la red llamada Gringo Coyote Company, integrada mayoría por estadounidenses y que se dedica “al tráfico ntroamericanos, mexicanos, brasileños y argentinos, así menores de edad que son ‘encargados’ a esta ‘empresa’

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para llevarlos con sus padres o hermanos que viven y trabajan en Estados Unidos” (El Vocero Hispano, 2005). Un dato que re-vela la importancia de esta banda es que de octubre de 2002 a octubre de 2003, tan sólo en la Garita San Isidro en Tijuana, se detuvo a 123 traficantes de indocumentados, de los cuales el 95% eran estadounidenses. Además, es una organización que mueve alrededor de 8 billones de dólares anuales como resul-tado de la migración ilegal (El Vocero Hispano, 2005). Debido a que los riesgos para cruzar a los migrantes han aumenta-do, el cobro también se eleva, y si en 1995 la Gringo Coyote Company cobraba entre 20 y 30 dólares, hoy en día, recibe entre 1,500 y 2,500 dólares por individuo. Tales hechos han originado que el tráfico de ilegales sea actualmente la segunda actividad criminal que más ganancias produce en el mundo, sólo después del narcotráfico (Hernández, 2005).

Por último, cabe mencionar que los migrantes a lo largo de su viaje suelen sufrir abusos no solamente por parte de los polleros y delincuentes sino también por la policía misma. En gran cantidad de ocasiones los policías locales capturan a migrantes pidiéndoles dinero para dejarlos seguir adelante en su camino. No obstante, es muy probable que más adelante vuelvan a ser detenidos y tengan que pagar nuevamente para continuar. Por lo anterior, “se estima que la tercera parte del dinero que pagan los indocumentados al pollero o coyote ter-mina en los bolsillos de esos funcionarios” (El Vocero Hispano, 2005). En este sentido, el papel que juegan las autoridades tanto de México como de Estados Unidos, resulta fundamental en la operación de las redes de tráfico de migrantes.

Debido a su posición geográfica, se dice que México goza de una gran ventaja económica al ser un país vecino de Estados Unidos. Sin embargo, esta característica, entre otras, ha traído para la nación mexicana una inestabilidad social producto de los constantes flujos migratorios de ilegales que provienen de la región centroamericana y sudamericana. Por lo tanto, Méxi-co constituye un puente para los migrantes de Centroamérica y Sudamérica que buscan llegar a Estados Unidos para mejorar su calidad de vida.

México como puente migratorio

La frontera sur de México con Guatemala y Belice abarca más de 1,200 kilómetros y constituye el puerto de entrada, en-lace y plataforma para que millones de migrantes centroameri-canos y sudamericanos lleguen a los Estados Unidos (Casillas,

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117). Se puede decir que su paso por México tiene dos os particulares: establecerse en algún punto de la Re-a Mexicana y dedicarse a una labor en particular, o hacer cala antes de continuar su camino rumbo a los Estados

s (Artola, 2005). De acuerdo con el Instituto Nacional de ión, INM (2005), cada año la frontera sur experimenta e de cerca de 2 millones de documentados e indocu-dos. Las personas que llegan a México con sus papeles la viajan de manera temporal, como visitantes locales, s o trabajadores agrícolas; mientras que quienes cruzan tera sur de forma ilegal buscan trabajar temporalmente apas y Quintana Roo (INM, 2005).

obstante, los puntos de destino en el interior del terri-exicano se han diversificado hacia otros lugares como

co, con el fin de evitar los controles migratorios impues- la región (Artola, 2005). De acuerdo con Cáceres (2005), rgo de toda la frontera entre México y Guatemala- Belice n 12 puntos fronterizos que cuentan con autoridades orias para vigilar y regular el flujo de personas. Cabe ar que esta cantidad es insuficiente frente a las grandes zaciones que se dan a diario por mar y tierra.

s indocumentados que pasan por México para llegar a s Unidos son de nacionalidad guatemalteca, hondureña doreña, principalmente (INM, 2005). Según datos del

ados por Artola (2005), en el año 2003 las autoridades anas deportaron a sus países de origen a 175,000 mi-s, mientras que en el 2004 la cifra aumentó para ubicar-05,000, de los cuales cerca del 50% eran guatemaltecos

se identificaron como hondureños. Guatemala, El Sal-y Nicaragua tuvieron una disminución en la cantidad de tes asegurados entre 2001 y 2002, debido a los ataques

stas del 11 de septiembre de 2001. Por otra parte, en países (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) creciendo el monto de migrantes ilegales detectados y dos (asegurados) por las autoridades fronterizas. De for-neral, en el período que va de 2001 a 2004 aumentó un la cantidad de guatemaltecos, hondureños, salvadore-icaragüenses interceptados (INM, 2005). En el año 2004, al de los estados mexicanos de la frontera sur, Chiapas sco presentaron una concentración de 79% y 18.3% de

ramientos de individuos provenientes de Centroamérica, tivamente (Artola, 2005). Lauro López (citado en OCEx-.com, 2005), comisionado del INM, afirmó que durante 2004 se registraron 1,83 millones de cruces en la fron-éxico- Guatemala, en donde el 22% fue de personas in-

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documentadas y el 78% de individuos con documentos. López agregó que en el mismo año se detuvieron 204.113 personas, repercutiendo en un aumento del 41% en la detención sin pro-cesamiento de indocumentados centroamericanos.

Los puntos de llegada a la frontera sur de México deter-minan las rutas seguidas por los migrantes. Los polleros que trasladan a los migrantes por México, utilizan la ruta del no-roeste que va de la frontera de Guatemala hasta Sonora, pa-sando por Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Querétaro; y la ruta que parte de Veracruz y que tiene como destino Ta-maulipas (Senado de la República, 2003). Como ya se ha visto, Chiapas, específicamente la región del Soconusco, es donde tiene lugar el mayor flujo de migrantes. Dicha zona es consi-derada como la plataforma de la inmigración centroamericana y sudamericana que se dirige hacia Estados Unidos y Canadá mediante rutas marítimas, aéreas y terrestres (Artola, 2005). Chetumal, Quintana Roo; Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Ciu-dad Hidalgo, Chiapas, constituyen los puntos de partida de las rutas que van hacia Estados Unidos. De Chiapas parte una ruta que, bordeando la costa, conduce a Nogales, Agua Prieta, Sásabe y San Luis Río Colorado (Sonora). Si los migrantes se internan en México por vía marítima, son conducidos hacia la zona de La Paz o Puerto San Carlos, en Baja California Sur, para luego dirigirse a Tijuana (Artola, 2005).

Por su parte, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas han des-plazado a Baja California como el cruce de migrantes indo-cumentados debido al aumento de la vigilancia. Esto implica un mayor riesgo para quienes desean llegar a Estados Unidos debido a que se enfrentan a zonas desérticas y al abandono de sus guías (polleros). Las rutas comúnmente son oscilantes, es decir, no van en línea recta geográficamente hablando, esto para que el migrante llegue con seguridad a su destino. Para llegar al Distrito Federal, se parte de Tapachula (Chiapas) y se va hacia Oaxaca, haciendo escalas en Puebla o Guerrero. Los migrantes son conducidos a casas de seguridad en el estado de México para luego ser trasladados a Tamaulipas y Ciudad Juárez (Artola, 2005). Por otro lado, las principales rutas ma-rítimas que utilizan los centroamericanos y sudamericanos se ubican en las playas de Mazatán, Chiapas; Puerto Escondido, Oaxaca; y Mazatlán, Sinaloa (Artola, 2005).

Existen cuatro rutas terrestres para ir de Guatemala a México (Cáceres, Cortéz y Venegas, 2005):

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Ruta 1 o sur: Concentra el 81.7% del flujo de trabajado-s temporales y se ubica en los cruces Ciudad Hidalgo-cún Umán y Talismán-El Carmen.

Ruta 2 o centro: Desemboca en los cruces ubicados Huehuetenango, donde destaca Ciudad Cuauhtémoc- Mesilla. Es la ruta más utilizada por trabajadores in-cumentados, sobre todo para quienes buscan llegar a

uintana Roo.

Ruta 3 o noroeste: Su origen se ubica en la carretera iental de Guatemala, paralela con las fronteras de El Sal-dor y Honduras. La ruta finaliza en Chiapas, en la fronte- Corozal- Bethel; y en Tabasco, en El Ceibo y el Matillo- Naranjo. Se transita principalmente para llegar a la zona la península de Yucatán y Tabasco.

Ruta 4 o noreste: Se ubica en la entrada a México por lice, específicamente en el Río Hondo. La zona se carac-riza por el tráfico de armas y drogas, y por carecer de gilancia.

intervención de las autoridades para regular los flujos torios es un factor que determina la supervivencia de los ntes. Al momento de internarse en la frontera sur de Méxi-rren el riesgo de ser atacados por la Mara Salvatrucha, un de pandilleros conformado en su mayoría por centro-canos que han sido deportados de Los Ángeles (Narcía, . Este grupo, cuyos miembros se caracterizan por tener el o tatuado, cruzan por las noches el río Suchiate, esperan-legada de los migrantes para cometer asaltos, violaciones inatos. Sin embargo, la presencia de esta agrupación no nico problema que enfrentan los migrantes.

La pesadilla de miles de centroamericanos no se inicia en los

desiertos de Estados Unidos y México. Su calvario tiene su

punto de partida en el sureste mexicano, donde tienen que

sobrevivir a los embates de la Mara Salvatrucha, los percances

ferroviarios, asaltos de bandas de delincuentes y abusos de la

misma policía fronteriza (García, 2005).

problemática que enfrentan los migrantes se relaciona ruta que seleccionan para internarse en México. Por una las personas que eligen viajar en tren corren el riesgo rir entre las vías. Algunos de los indocumentados su-utilaciones debido a que no logran sujetarse bien de

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las cajas de carga y caen entre los rieles (Narcía, 2005). De acuerdo con la Fundación Integración Humana (FIH) (citado en García, 2005), el 85% de los centroamericanos que se internan en México por la frontera Tecún Umán, Guatemala- Ciudad Hidalgo, utilizan el ferrocarril para llegar al municipio de Ix-tepec, y de ahí trasladarse a Veracruz y al Distrito Federal. En segundo lugar, algunos migrantes deciden tomar los llamados “caminos perdidos” o “rutas de alto riesgo”, en donde se ubi-can los grupos Beta de protección al migrante, cuya función es prestar atención médica a los indocumentados, recibir denun-cias sobre abusos, prestar atención médica y convencerlos de regresar a su país de origen (Narcía, 2005).

Ya que los movimientos migratorios van en aumento tanto en el continente americano como en el europeo, los gobiernos de los países receptores han decidido implementar medidas para contrarrestar el crecimiento de las redes de tráfico de migrantes. Además de que la inmigración ilegal per se es una problemática social que se da entre dos países, ésta conlleva que las redes además de ser ilegales para los países en los que se desarrollan, atentan contra los derechos humanos de sus mismos usuarios.

Algunos gobiernos de los países integrantes de la Unión Europea al igual que el gobierno de EEUU han incrementado la persecución de las organizaciones que trafican con migrantes indocumentados. En Estados Unidos los servicios de inteligen-cia y policiales de inmigración mantienen una “amplia coope-ración” con sus similares de una gran variedad de naciones en los cinco continentes a fin de no dar tregua a los individuos y grupos del tráfico humano (Majano, 2004), conocidos como polleros o coyotes en el continente americano y “pateros” en el continente europeo.

Políticas para regular los flujos migratorios

Las medidas que se han aplicado en contra del paso de los indocumentados y de las redes de tráfico son el resultado de

acueropeAduapara Gibranal, Canaque “migrorigeen mGruppañaen mintervigilaFont,

Lficienlas resus “a losaumeamervigilamiengobie(ver Tcarácdesdde lagas, frontemplnos a

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García, Gaxiola y Guajardo

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rdos y propuestas por los países que integran la Unión Eu-a y EEUU. A partir de 1999 el Servicio español de Vigilancia nera (SVA) y la Guardia Civil, triplicaron sus operativos contener el flujo de migrantes a través del estrecho de ltar. En Francia, durante la clausura del Foro Internacio-

en el año 2000, países de la Unión Europea, además de dá, Australia y Estados Unidos entre otros, mencionaron la mejor manera de acabar con las redes de traficantes de antes ilegales es poner fin a las salidas de los países de n mediante medidas preventivas a gran escala, sobre todo ateria de desarrollo” (EFE, 2000). Por su parte, el llamado o de los Cinco (G-5) integrado por Francia, Alemania, Es-, Italia y Reino Unido concluyeron, en una reunión en París ayo de 2005, la construcción de una fuerza europea de vención de fronteras; una policía que se haga cargo de la ncia de las fronteras marítimas, terrestres y aéreas (Martí 2003).

as medidas legales que se han impuesto no han sido su-tes. La geografía es un factor que ha desaparecido para des de tráfico y que sin importar los riesgos que corran clientes”, las pateras continúan introduciendo migrantes países más desarrollados de Europa. De igual forma, el nto de las redes de tráfico de migrantes en el continente icano ha provocado que Estados Unidos incremente su ncia e implemente programas orientados al desmembra-to de estas redes. Entre las políticas implementadas por el rno norteamericano se encuentra la Operación Guardián abla 1), que tiene sus antecedentes en una estrategia de ter militar desarrollada por el ejército de Estados Unidos e hace poco más de 10 años. En un principio la creación misma se da para hacer frente a la lucha contra las dro-por lo que se comienza una paulatina militarización de la era con México, y con la entrada en vigor del TLCAN se ea también para impedir el paso de trabajadores mexica- Estados Unidos (Ramírez, 2005).

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Tabla 1Dimensión de la Operación Guardián 1994-1997

No.de guardia

fronteriza

Inspector de garita

Millas alumbradas

Telescopios infrarrojos

Millas barda de

acero

Km. de triple barda

Helicópteros Vehículos Computa-doras

Sensores sísmicos

Antes O. G. 980 127 1 12 19 5 6 700 100 448

Situación actual

2009 275 4.7 40 29 10 9 1200 700 1045

% aumento 105 116.5 370 233.3 52.6 100 50 71.4 600 133.2

Fuente: Ramírez, 2005

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Esta operación va dirigida tanto a migraciones en solitario como para migrantes que pasan la frontera a través de los polle-ros, lo que en ambos casos resulta sumamente peligroso ya que la excesiva vigilancia en las fronteras ha llevado a los migrantes a desplazarse por las montañas y los desiertos del Este de Califor-nia. Según la Coalición Gente Unida, organización que lucha por el respeto de los derechos humanos, durante el funcionamiento de la Operación Guardián se han registrado alrededor de 3,600 muertes como consecuencia de los procedimientos llevados a cabo por la llamada Border Patrol, de los cuales se desconoce la identidad de aproximadamente 1,000 (Griswold, 2002).

Paul Bocker, jefe de la Patrulla Fronteriza de San Diego, afirma que el propósito de la Operación Guardián era desviar los flujos de las zonas urbanas a regiones con mayor peligro para el cruce fronterizo con tal de disuadir la migración ilegal, pero que no se anticipó el aumento de las redes de tráfico y que estos arriesgarían la vida de los migrantes. Afirmó, ade-más, que lo que menos se quería era poner en peligro la inte-gridad de las personas (Terra Noticias, 2005).

Según el SIN (Operativo Guardián), entre 1998 y 2000, la cantidad de detenciones en San Diego, McAllen, y El Paso disminuyó, pero ha habido un aumento constante en otras 5 ciudades fronterizas. De igual forma, el número de personas que han fallecido al intentar cruzar la frontera por Arizona ha aumentado, de 29 personas fallecidas en 1999 pasó a 74 en el 2001 (Adelson, 2001).

No todas las campañas fronterizas referentes a migración son negativas. Aunque, de carácter privado, Fronteras Compa-sivas ha comenzado su labor a partir de la presencia de letreros advirtiendo el peligro que representa intentar cruzar la frontera. Además, en marzo de 2005 puso un tanque de agua en el de-sierto de Arizona como parte de la lucha desesperada por salvar vidas, pero la Patrulla Fronteriza consideró que estas medidas iban a atraer gente hacia Estados Unidos al aumentarles la po-sibilidad de sobrevivencia, por lo que colocó agentes alrededor de los tanques como medida para “ahuyentar” a los migrantes.

Después de años de operación del Operativo Guardián, ahora la Patrulla Fronteriza -en un intento por salvar su ima-gen- declaró que “Fronteras Compasivas y la Patrulla Fronte-riza comparten la misma misión de salvar vidas. Sin embargo, la Patrulla Fronteriza acusa a los de la muerte de migrantes. No obstante, es la estrategia del SIN (Operativo Guardián) lo que llevó a los migrantes a cruzar por los desiertos y zonas

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pitas de la frontera y al abuso por parte de los polle- obtener, con esta medida, mayor porcentaje de ganan-rgumentando el riesgo que se corre al intentar pasar a igrantes por estas zonas. Si bien la Operación Guardián das del SIN) fue implementada para disminuir el flujo de ción ilegal por la frontera sur de Estados Unidos, ésta no cionado. Los resultados arrojados por dicho programa a

os de su entrada en funcionamiento indican un aumento cruce de indocumentados y del trabajo de las redes de de migrantes por las zonas con mayor riesgo.

anto al caso de América Latina, en la reunión de la Con-ia Regional sobre Migración que tuvo lugar en Antigua, mala, se acordó adoptar un Plan de Acción dividido en mas que encuadraban principalmente lo siguiente (Con-ia Regional sobre Migración, 2004):

Políticas y gestión migratorias.Derechos Humanos.Vinculación entre migración y desarrollo

s objetivos principales de cada tema recaen en el bien-de los migrantes, eliminar los problemas que conlleva el ilegal de las fronteras y la coordinación entre las fronte-ra fortalecer el combate al tráfico ilícito de personas, con a erradicarlo.

ra poder dar solución al problema de los migrantes se re del diálogo entre los países involucrados en el proce- decir, los que fungen como naciones de origen y destino migrantes. En el tema de México con frontera con EEUU, a la realización de negociaciones y la implementación trategias que tengan presencia a lo largo del continente cano, involucrando actores y escenarios en conjunto.

partir del 20 de julio de 2001 se puso en marcha el Plan n el fin de regular los flujos migratorios que ocurren

frontera sur de México, dicho plan consiste en sellar el geográfico que abarca de Oaxaca a Chiapas y Quintana lo largo de más de mil kilómetros (Sevilla, 2002). En uno s puntos solicita a las autoridades mexicanas repatriar a documentados a su país de origen, ya que según datos iembre de 2001, en México encarcelaban por un tiem-

los migrantes en condiciones de hacinamiento y poste-ente los trasladaban a Guatemala. La primera impresión e tiene acerca del Plan Sur es que beneficia a México; sin rgo, existe otra perspectiva en la cual se describe una

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alianza entre México y Estados Unidos, donde el primer país es manejado por el segundo para frenar el paso de migrantes hacia la región norteamericana.

Por lo tanto, Estados Unidos utiliza el puente geográfico que sirve para que lleguen migrantes centroamericanos, es decir México, como el elemento para frenar la entrada de in-documentados a su propio país. El gobierno mexicano espe-ra que a cambio de implementar el Plan Sur se logre realizar una negociación con Estados Unidos en la cuestión migratoria, particularmente, de los mexicanos que buscan una mejor cali-dad de vida cruzando la frontera norte. Por otro lado, en México, el Congreso de la Unión ha estado debatiendo diferentes estrategias para aumentar la regulación en las zonas fronterizas del país. El 6 de junio de 2003, miem-bros del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolu-cionario Institucional (PRI) presentaron un proyecto de ley en donde se propone un aumento en las penas para los trafican-tes de personas, pues oscilan únicamente entre 6 y 12 años con la posibilidad de fianza de 100 a 10 mil días de salario mínimo. Se busca que las penas aumenten de 10 a 25 años de cárcel y que las multas se ubiquen entre 5 mil y 20 mil días de salario mínimo (Senado de la República, 2003).

La Conferencia Regional sobre Migración (CRM), por su parte, fue creada en México en 1996 como “un foro de análisis e intercambio de información sobre temas como políticas y gestión migratoria, derechos humanos y migración y desarro-llo” (Instituto Nacional de Migración, 2005), en la cual algu-nos países latinoamericanos la integran y otros fungen como observadores en las sesiones. A la par con estos últimos, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Co-misión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cumplen la misma función.

Los retos para los países expulsores implican la creación de acuerdos con los países receptores donde los intereses de ambos se fusionen para tener un mejor control sobre este fe-nómeno social que es tema de debate a escala mundial.

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García, Gaxiola y Guajardo

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nclusión

bajo nivel académico de las escuelas así como el abando-las mismas, aunando a la carencia de recursos económi-ce que los migrantes sean el blanco perfecto de abusos rte de los polleros. A la par, la ausencia de una regula-igratoria adecuada entre Estados Unidos y los países de

ca Latina refuerza la oportunidad que tienen los polleros ometer abusos en contra de los migrantes ya que estos s no tienen un marco jurídico que los respalde y, por lo proteja. Cabe destacar además, que a partir de la puesta rcha de la Operación Guardián o Patrulla Fronteriza en s Unidos, el flujo de migrantes no ha disminuido en la ra, sino que ha mantenido un ritmo de crecimiento cons-Sin embargo, lo que sí ha aumentado son los peligros y ertes para los migrantes que intentan cruzar hacia Esta-idos. A lo largo de la investigación se comprobó que los os bilaterales entre Estados Unidos y los diversos países érica Latina en materia de migración facilitan las activida-gales de los polleros y redes de tráfico de migrantes. Esta ón, combinada con el aumento de los peligros a causa de eraciones de la Patrulla Fronteriza, ha ocasionado que los s de polleros crezcan y tengan cada vez mayor influencia de la dinámica de la migración ilegal.

este sentido, mientras no exista una política migrato-n definida a lo largo del continente americano, no será e reducir el peso de las redes de polleros y de tráfico de tes. De continuar la situación bajo esta misma línea, no s migrantes sufrirán las consecuencias de los abusos de redes, sino también todos aquellos grupos vulnerables ctos ilícitos de las mismas.

r último, es importante mencionar que el problema de ración ilegal y el crecimiento de los grupos de polleros raficantes de migrantes no es tema que interese sola- a los individuos afectados. Los representantes tanto ados Unidos como de los diversos países de América , forman parte de la solución al problema. Aunque se un acuerdo migratorio en el continente, los países la-ericanos no deben dejar a un lado el problema de la

za y la desigual distribución del ingreso entre sus ha-es. El problema debe ser atacado de raíz y los acuerdos torios son solamente un medio para calmar la situa-ientras se trabaja en las soluciones de fondo.

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Notas

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Ex Libris

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Ex li

bris

José Fabián Ruiz Valerio

El rey estaba desnudo: Análisis del discurso presidencial de Carlos Salinas de GortariJosé Fabián Ruiz Valerio*

Concepción, L. (2006). El discurso presidencial en México. El sexenio de Carlos Salinas de Gortari. México: Miguel Ángel de Porrúa, Universidad Autónoma de Baja California.

La obra comentada centra su atención sobre una de las figuras más influyentes, destacadas y crípticas de la política mexicana contemporánea. Vilipendiado por unos y aclamado por otros. Siempre, en todos los casos, controvertido. Es que Carlos Salinas de Gortari representó la culminación de la hege-monía priísta, con sus límites y sus potencialidades, con la ca-pacidad para reformar a su antojo la economía mexicana, y su incapacidad (aunque no su inacción) para frenar una serie de cambios sociales y políticos que comenzaron al inicio mismo de su sexenio, con la famosa caída del sistema (que a la larga también fue la de su propia legitimidad), y terminaron en 1994 con la firma del TLC, el levantamiento zapatista, la muerte del candidato priísta a la presidencia de la república y el estallido de la economía mexicana.

Debo reconocer que la primera vez que leí la investigación de Luis Enrique Concepción (su tesis de doctorado presentada en la Universidad Complutense de Madrid, en febrero de 2002), un hecho llamó profundamente mi atención: su pregunta de investigación acerca de si el discurso de Salinas de Gortari re-veló la realidad política de forma adecuada y, en todo caso, si el suyo fue un discurso contradictorio. Digo, llamó mi atención porque de inmediato me pregunté qué realidad, la de quién. En todo caso, la realidad contenida en los discursos no es más que una reconstrucción, más o menos abarcadora, realizada a la luz de categorías y modelos políticos, ideológicos y teóricos que, en suma, reflejan en un punto las filias y fobias del propio emisor. Al mismo tiempo, la interrogante de si se transmitió la realidad de un modo adecuado, nos hace preguntar según qué punto de vista, desde qué postura política, ideológica o posición social.

Sin embargo, entre aquella primera lectura y la aparición del libro que hoy comento, pasaron 6 años. Durante 5 de ellos

he vque vesti

PráctedentLuis los asus anivenaleslos dmordprescon poliomarcpuedcos yde Hpodesúbdco eordediscu

ivido en México y esta experiencia, con el conocimiento trajo aparejada, cambió radicalmente mi lectura de la in-gación.

ara el lector foráneo, quizás no resulte evidente el ca-r casi sacralizado que adquirió el discurso presidencial ro del régimen priísta, por lo menos hasta el sexenio de Echeverría. Los presidentes que ejercieron el cargo entre ños 1940 y 1968, como advierte el autor, administraban discursos de manera parsimoniosa, hablando sólo en los rsarios del partido, o en las grandes celebraciones nacio-. En los hechos cotidianos, las explicaciones provenían de emás funcionarios de la administración, cuya tarea pri-ial no consistía en informar sino en proteger a la figura

idencial. En esos años, el régimen no sólo logró reivindicar éxito el monopolio de la coacción, sino también el mono- del discurso político. Ambos elementos, en realidad, no han por separado, puesto que el ejercicio de la coacción e desarrollarse a través de mecanismos físicos, económi- también psicológicos. Si, tal como surge del pensamiento obbes, “el orden político está creado por su fiat, por su r de crear las palabras, de definirlas, de imponerlas a sus itos”1, el orden creado por el régimen priísta fue políti-

n el más estricto sentido de la expresión. Para crear este n político, una de las herramientas fundamentales fue el rso presidencial.

Coincidiendo con lo anterior, señala el autor que,

El discurso de la Revolución, se convierte en un acontecimien-

to de referencia permanente. Los gobiernos posrevoluciona-

rios se consideran herederos de los valores revolucionarios,

continuadores suyos y, dado que la Revolución es un ideal

permanente, aquellos se erigen en sus perpetuos guardianes

(Concepción, L.; 2006: 553).

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* Escuela de Graduados en Administración Pública y Política (EGAP), ITESM, Campus Monterrey. [email protected]

1 Sartori, G. (1992). La política. Lógica y método en las ciencias sociales, Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, pp. 210.

ISSN: 1870-3569

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Sin embargo, también es cierto que estamos en la etapa del “desarrollo estabilizador”, que brindó importantes resul-tados al país y a sus ciudadanos (o a parte de ellos), por lo que la hegemonía priísta también estaba respaldada por cierta eficacia y eficiencia en la gestión gubernamental, a pesar de algunos problemas estructurales que permanecieron irresolu-bles.

Como bien destaca Luis Enrique Concepción, hacia la se-gunda mitad de la década de 1960 dicho monopolio se fue resquebrajando, cada vez con mayor evidencia. Es cierto que ya desde finales de los cincuenta la pax priísta comenzaba a dar signos de vulnerabilidad. Las protestas de maestros, mé-dicos, ferrocarrileros, el fenómeno interesantísimo que fue el navismo potosino, dan cuenta acabada de ello. Pero son los hechos del año 1968 fundamentalmente, asociados a un contexto signado por el endeudamiento excesivo, la caída de los precios internacionales del petróleo, la inflación y las consiguientes crisis económicas en que desembocaron estas cuestiones, las que fueron minando la eficacia discursiva del régimen. De tal forma, Daniel Cosío Villegas, luego de señalar que “La Revolución Mexicana realmente otorgó al país, espe-cialmente a sus dirigentes, una ideología y un lenguaje; de modo que mientras no aparezcan nuevas ideas y expresiones, es más fácil –y acaso sea indispensable- seguir gobernando con la ideología y el lenguaje antiguos” 2, afirmaba que la Re-volución se encontraba en “artículo mortis” 3 .

PEs cierto que ya para entonces la Revolución era el gran significante vacío del régimen, puesto que además de una se-rie de hechos históricos, también concentraba la acumulación de interpretaciones, símbolos, imágenes, mitos y evocaciones crecidos a su sombra. Sin embargo, dicho significante era lo suficientemente poderoso para legitimar a un régimen cama-leónico que encontraba en la Revolución “la solución pertinen-te” para cada momento, tal como lo afirmó Lázaro Cárdenas, puesto que la misma “está siempre en marcha”, como señaló previamente el Jefe Máximo.

A partir de 1970, con el inicio del sexenio de Luis Eche-verría cambió la práctica discursiva presidencial. Frente a un Ejecutivo con su legitimidad acotada (no olvidemos que en las elecciones presidenciales de 1970 votó menos del 40% del pa-drón electoral) y sometido a severos cuestionamientos por los hechos de 1968, el nuevo presidente decidió hacer frente a estos hechos y, la herramienta elegida, fue el discurso. Con Echeverría los presidentes abandonan la parsimonia en la ad-

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situmexde EAl msociautociaden lacion198era la sinos cidiesus aúnciónla siunaCarl sus líticadisctradvamde laEn econ ción

istración de sus mensajes y hacen gala de un protagonismo ursivo en los medios, que resulta notorio. La función del urso cambia, intentando corregir las falencias del régimen. al forma,

Las carencias que se dan en la realidad, son corregidas por

el discurso. Así, las demandas de la sociedad son minimiza-

das por el discurso y la eficacia del gobierno para resolver

los problemas resulta exaltada. Como instrumento de gober-

nabilidad, el discurso presidencial es capaz de equilibrar las

demandas, controlándolas y respondiendo a ellas. Son dos

los elementos característicos que permiten la gobernabilidad

en el primer período posrevolucionario: la estabilidad políti-ca y el crecimiento económico (Concepción, L.; 2006: 554).

La brecha entre el régimen, su eficacia, su discurso y la ación vital de colectivos cada vez mayores de mexicanas y icanos, se fue profundizando con los sexenios sucesivos cheverría Álvarez, López Portillo y De la Madrid Hurtado. ismo tiempo, como esta fue una historia a dos voces, la

edad civil ganaba progresivamente mayores márgenes de nomía frente al régimen, lo cual quedó claramente eviden-o en los hechos que siguieron a los terremotos acaecidos Ciudad de México en 1985 y, especialmente, en las elec-es presidenciales de 1988. De tal modo que para ese año, 8, lo que quedaba del régimen amparado en la Revolución severamente cuestionado por parte de la ciudadanía, por tuación política, social y económica, e incluso, por algu-de los miembros más destacados del partido, quienes de-ron cruzar el Rubicón para tomar distancias y expresar discrepancias con el partido y su dirigencia, exponiendo más el deterioro generalizado. Lo paradójico de la situa- es que el PRI no sólo se mostró incapaz de recomponer tuación sino que, además, le proporcionó a la Revolución figura capacitada y dispuesta a dispararle el tiro de gracia: os Salinas de Gortari.

El nuevo presidente intentó modernizar al país en todos ámbitos. Debido a las transformaciones económicas, po-s y sociales que se experimentaron en la vida nacional, el

urso también se modificó. Los paradigmas y los conceptos icionales fueron sustituidos por nuevas ideas y, progresi-ente, los ciudadanos se familiarizaron con la problemática globalización, el mercado político, la competitividad, etc. ste sentido, el discurso de Salinas de Gortari se articuló la problemática de la transformación mundial, la integra- económica, la reforma del Estado, el crecimiento, etc. Esto

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2 Cosío, D., (1978). “La Revolución Mexicana, entonces y ahora”, en Ross, Stanley (Ed.), ¿Ha muerto la Revolución Mexicana?, Ciudad de México: Premia, p. 125.

3 Cosío, D., (1947). “La crisis en México”, en Cuadernos Americanos, Volumen XXXII, marzo – abril, pp. 29-51.

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hizo que pasara a segundo plano la “palabrería” referida a la Revolución Mexicana. De tal forma,

El discurso revolucionario se convierte en un discurso desgas-

tado, vacío de contenido. La implantación del nuevo discur-

so se produce en la medida en que se transforma el modelo

de desarrollo, la política económica, social y las institucio-

nes. Con el lanzamiento del discurso se intenta iniciar la mo-

dernización de la vida del país (Concepción, L; 2006: 558).

Esta es la situación que enmarca, explica y justifica las in-terrogantes de Luis Enrique Concepción. Darle una explicación a estas preguntas (y también una respuesta), le demanda al autor casi 600 páginas de análisis concienzudo, riguroso, só-lidamente documentado (podemos decir sin exagerar que la prueba documental que exhibe el trabajo resulta apabullante), y sí, también impiadoso. Como destaca Lorenzo Meyer en el Prólogo de la obra, la investigación de Concepción Montiel no descalifica nunca al objeto de su análisis, sino que expone de manera implacable la “contradicción fundamental entre un esquema de ideas y la verdadera naturaleza de la acción política del salinismo”. De tal forma, lo que debía ser según los propios dichos del presidente, un gobierno aperturista, orientado a restablecer y, en algunos casos a crear el bienestar de mexicanas y mexica-nos, inspirado por las ideas bienhechoras del liberalismo so-cial (idea creada en el siglo XIX, pero retomada por Salinas y transformada en auténtico oximorón del régimen), se convirtió en una receta que, más allá de su impacto transformador, ni democratizó al país ni prosperó a la ciudadanía. Sólo benefició a pocos a costa del padecimiento generalizado. En su sexto informe de gobierno, Salinas señalaba, “en materia económica, el reto que asumí al iniciar mi mandato fue claro: reducir la inflación, y recuperar el crecimiento sobre ba-ses perdurables, para crear empresas y elevar el nivel de vida de la mayoría. Hoy, al realizar un balance y sin dejar de reco-nocer lo que falta por hacer, podemos sentirnos alentados por la solidez de nuestros logros.” ¿Imagina el lector el sentido y la oportunidad de estas expresiones de auto-elogio a meses de una crisis que habría de despojar a ingente cantidad de mexi-canos de sus empleos, de los bienes duramente adquiridos con base en el esfuerzo y el trabajo de años, y de la esperanza de disfrutar de un futuro mejor para ellos y para sus hijos?

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José Fabián Ruiz Valerio

partir de estos hechos, Luis Enrique expone las ideas entran su investigación. Esto es, que el discurso salinista discurso:

Inédito en la realidad política mexicana,Articulado, en tanto que sus partes se encuentran con-tenadas,Homogéneo en función de sus objetivos,Moderno, ya que intenta captar los cambios del momento el que surge,Congruente, con las acciones políticas implementadas r el gobierno,

Legitimador, en la medida que dio sustento a las trans-rmaciones ocurridas en los últimos años.Sin embargo, estas características no lo salvaron de ser discurso profundamente contradictorio entre sus pro-sitos y sus resultados.

l decir del autor, durante este sexenio se constata la lidación de un México moderno y otro marginal. La mo-ación propuesta desde la presidencia, presenta grandes

encias y costos sociales. Lo mismo ocurre en el ejercicio poderes públicos: el Legislativo seguirá actuando como e resonancia de la voluntad presidencial y como “un ins-nto envilecido del ejercicio del poder por parte de los s gobernantes”.

omo resultado del escenario planteado, signado por el t social, la carencia económica, la modernización incom- la falta de competitividad de los pequeños empresarios o de una economía abierta y, especialmente, ante la in-umbre política, resulta imprescindible llevar a cabo una reforma política. Para ello se utiliza como bandera al lismo social, el que no es más que una estrategia dis-a utilizada por el gobierno contra sus oponentes: los re-rios al cambio (que defienden el statu quo y los antiguos gios), así como los críticos del sistema y del modelo eral. Como concluye Luis Enrique Concepción,

El liberalismo social no es más que neoliberalismo disfrazado,

el cual se basa en la eficiencia del mercado, mientras que, por

otra parte, no genera automáticamente los beneficios sociales

ni la equidad prometida (Concepción, L.; 2006: 564).

pesar de insistir en la competitividad interna, el neolibe-o practicado en México generó monopolios, oligopolios, etencia desleal y desigualdades manifiestas. En lo refe-

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rido a la privatización de la economía pública, el sector pa-raestatal cobijó a más de mil entidades, aumentando de forma indiscriminada y provocando un nivel de déficit fiscal que en 1982 llegó a casi 17% del PIB. Esto condujo a la necesidad de redimensionar el sector paraestatal a través de una política de privatización de empresas.

Los hechos mencionados, llevan a que Concepción Montiel concluya que:

En el contexto descrito, resulta natural que Carlos Salinas de

Gortari quiera distanciarse del neoliberalismo. Intenta diferen-

ciarse, por lo menos discursivamente, de un modelo estructu-

ralmente injusto que sólo beneficia a unos cuantos, mientras

la mayoría queda excluida de los servicios sociales mínimos.

Esto es lo que hace Salinas al no reconocer su política neoli-

beral. Para ello inventa, también discursivamente, al liberalis-

mo social. En sus propios términos, este último implica una

contradicción mayúscula, ya que el liberalismo apuesta por el

individualismo y no por la dimensión social. La contradicción

en el plano ideológico también se da en el sincretismo que

intenta realizar entre el liberalismo social y la ideología de la

Revolución Mexicana, afirmando que el liberalismo social es la

“reforma de la Revolución” (Concepción, L.; 2006: 566).

Esta conclusión no deja de ser llamativa si se la contrasta con los niveles de popularidad y adhesión que obtuvo el pre-sidente en los momentos dorados de su sexenio. A la larga, y en vistas de los resultados obtenidos, queda claro que el “estadista” aclamado por buena parte de la opinión pública, la clase política y la propia academia4, igualaba a aquel rey que se paseaba desnudo creyendo vestir lujosos ropajes, hasta que un niño, inocente, se atrevió a manifestar lo que era público y

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orio: la desnudez regia. Sólo que en nuestro caso no sólo el , sino que parte de las élites del país creían en lo espléndido sus ropajes y pocos se atrevían a desafiarlo, mientras que a vez se advertía con mayor crudeza la contradicción entre dichos y los hechos.

Para llevar a cabo su análisis, el autor recurre a elemen- tomados de los estudios en semiótica de Greimas, al que plementa con aportaciones de la lingüística, la sociología y

eoría política. El contexto analítico propuesto es complejo, so en muchas partes de la obra, pero oportuno para llevar- a un fin claramente delimitado: el análisis de los elementos configuran el discurso político en México, especialmente ante el sexenio de Salinas de Gortari.

Como señalé anteriormente, la obra no sólo se encuentra ablemente documentada, sino que también es un texto rico las ideas que lo guían. En primer lugar, Luis Enrique Con-ción analiza los discursos que animaron el pasado (en cier-sentido, con ramificaciones sobre el presente) del Revolu-nario Institucional. No se limita a señalar hitos y citas, sino también los engarza, relaciona e interpreta. De forma tal el autor tiene una historia para contar, argumentos para ostrar, y cuenta con abundante evidencia para sostenerse

uno y otro sentido.

Desde luego, un texto ambicioso y complejo como el que ento genera interrogantes profundas en los lectores. Casi

tos como los que provocó en la prensa, la academia y la nión pública un sexenio complejo, dinámico, diferente, en ue se abrieron varios de los derroteros que habría de se-

r el país con posterioridad, los que nos siguen ocupando y ocupando hasta la actualidad.

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4 En una encuesta realizada por la firma Investment Harris patrocinada por la Industria de la Cámara de Radio y Televisión, el 23 de noviembre de 1994, 2 días antes de que Salinas dejara el cargo, el 82% de los consultados consideraba que se habían observado cambios en el país durante el sexenio; el 74% pen-saba que el país estaba mejor en 1994 que cuando Salinas tomó el cargo en 1988; el 78% pensaba que dicho cambio fue positivo, y el 72% estaba de acuerdo con la forma de gobernar de Salinas de Gortari. Citado por Luis Enrique Concepción (2006: 455).

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Ignacio Irazuzta

La globalización por donde se fuga: Propuesta sobre los derechos del sujeto migrante Ignacio Irazuzta*

Mezzadra, S. (2005) Derecho de fuga. Migraciones, ciudadanía y globalización. Tinta limón ediciones/ Traficantes de sueños, Madrid.

“…el migrante es también la figura predestinada a padecer so-bre la piel los efectos más duros de embridar la libertad”

(Mezzadra S, 2005: 91)

¿Por qué la “fuga” para titular un libro sobre las migracio-nes? Las razones con las que Sandro Mezzadra justifica esta expresión –una declaración política y teórica de principios- son múltiples. Pero los estimulantes análisis que su libro pre-senta parecen encaminarse a señalar una tensión estructural de la teoría política moderna: si el liberalismo le otorgó un carácter universal al derecho a la libre circulación de las per-sonas, los estados nacionales limitaron tal alcance total. Con-secuentemente, y de manera simultánea a la declarada libertad de movimiento, se gesta una dimensión política del otro como extranjero que hará particularmente problemáticas a las mi-graciones internacionales desde el siglo XIX. Ilustrando esta paradoja, el autor extiende el alcance de los significados de la fuga, sugiriendo algunos términos de su campo semántico que evidencian aquella encrucijada políti-ca. Y allí se descubre que la figura del fugitivo, del desertor, siempre ha sido vista con recelo pero también ha inspirado imaginarios individuales de liberación o rebeldía: desde la del desertor de ejércitos, amplificada en las manifestaciones de desobediencia civil durante la guerra de Vietnam, hasta las fu-gitivas Thelma y Louis. Extendiendo las implicancias semánti-cas debiéramos considerar el concepto de desierto, dispositivo discursivo fundamental con el que algunos proyectos políticos decimonónicos han movido y removido poblaciones para edi-ficar sobre ellas estados nacionales.

El hecho es que, de un lado y de otro, como pulsión de dominación o de liberación, la figura de la fuga se presenta de entrada como idónea, atractiva y promisoria para abordar la cuestión de la migración; de las “migraciones, la ciudadanía y la globalización”, para ser fiel al subtítulo del libro que estoy presentando.

Y ecrucijagunta porquemovimteóricaDe molicas” dcausasal fenócontrade compropuede la invictimisu concómo liberta“derectiva depica o migranrica decomo esujeto y, por poránemás qclave mla ciudque cadel ordjo, desnacion“la con

s que la ubicación del tema en los confines de esta en-da entre dominación y liberación, nos plantea otra pre-fundamental: ¿por qué “derecho” de fuga? En principio , por encima de aquella faceta objetiva que limita el iento de las personas, se impone una defensa política y de la dimensión subjetiva de los procesos migratorios. do alternativo a las denominadas “concepciones hidráu-e la migración, preocupadas en la determinación de las objetivas que conducen a la decisión de migrar y que ven meno en su naturaleza demográfica o económica, y en de la reducción colectivista del migrante que lo entien-o “representante/exponente” de una etnia o cultura, la sta de Sandro Mezzadra, no pone reparos en la defensa dividualidad de las y los migrantes. Lejos, incluso, de la zación del migrante, pero subrayando la singularidad de dición y experiencia, Mezzadra se empeña en demostrar su figura concentra las contradicciones de la celebrada d de movimiento de la modernidad política occidental. El ho de fuga”, entonces, no invoca más que la fibra subje- los derechos liberales. Ni objeto de asistencia filantró-políticas sociales de corte paternalistas que le vedan al te cualquier posibilidad de subjetivación, ni presa teó-l acriticismo de los estudios culturales, que lo abordan ncarnación de la hibridación posmoderna, en tanto que ajeno a cualquier lazo comunitario o corsé identitario ello, prisma de la supuesta transculturalidad contem-a, la reivindicación del derecho a la fuga no persigue

ue señalar las pistas por las que –entiende el autor en arshalliana -tendrá que encaminarse la ampliación de

adanía en el futuro. En el contexto de una globalización da día aporta muestras fehacientes del quebrantamiento en social fordista, deslocalizando mercados de traba-territorializando el consumo y corroyendo las lealtades alistas, y que hace de la humanidad no ya un ideal sino dición misma de la existencia de los individuos”1 , el

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Profesor de tiempo completo de las asignaturas Teoría Política Contemporánea y Teoría del Estado en el Departamento de Relaciones Internacionales del ITESM Campus Monterrey. Correo electrónico [email protected] Según lo consigna Mezzadra (p. 48) citando a Etiene Balibar.

ISSN: 1870-3569

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La globalización por donde se fuga: Propuesta sobre los...

reclamo de derechos de ciudadanía para los y las migrantes se impone como ideal político que demanda apoyo teórico.

En este sentido, podríamos decir que la apuesta de Dere-cho de fuga es por una teoría política del movimiento. Y es que, precisamente, la teoría política se ha ocupado poco del tema de las migraciones debido a que la emergencia del concepto de ciudadanía, automáticamente y como un juego de suma cero, vacía de contenido político al de extranjero (o lo constituye como tal en tanto que sujeto sin derechos políticos). El final del siglo XIX está marcado por las circunstancias de que el movi-miento de poblaciones que se produce se da paralelamente a la formación de los estados nacionales de América y algunos de Europa occidental, los cuales pretenden “abrazar” exclusi-vamente a las poblaciones. De ahí que, como ha sido señalado ya por Torpey2 -quien, por cierto, se echa de menos en la ex-tensa bibliografía en la que se basa Mezzadra, un presupuesto fundamental de los estados sea no sólo el monopolio de los medios de coacción física sino también, y esencialmente, el de los medios de movimiento: pasaportes, visas y todo tipo de acreditaciones internas de identidad documentan esta tesis de Torpey3 haciéndonos ver en cada migrante alguien que “tiene, por el hecho de serlo, una identidad distinta a la nuestra, una identidad étnica” (Mezzadra, 25). En tal contexto, no es de ex-trañar que la cuestión de la migración se haya constituido, en cambio, en tema predilecto de la sociología, siendo abordado con toda una serie de conceptos “laicos”, aparentemente apo-líticos, como los de movilidad social, asimilación, integración, etc., categorías que neutralizan y naturalizan los límites al mo-vimiento y las identidades que éstos generan4.

La propuesta del autor tiene, así, un profundo calado nor-mativo que, a juzgar por la trayectoria de sus editores en es-pañol –Tinta limón, de Buenos Aires, y Traficantes de sueños, de Madrid-, se inscribe dentro de una tendencia que, desde Hardt y Negri hasta Paolo Virno, no oculta su compromiso po-lítico con un orden social alternativo. Una opción que, desde ya, no parece ser bien saludada por la investigación académica pero que, no obstante algunos reparos que me genera y de los que daré cuenta en lo sucesivo, considero digna de ser rese-ñada en cuanto llama la atención sobre algunos asuntos que la investigación científica sobre la migración internacional -con su, en ocasiones, exacerbada vocación por lo empíricamente minúsculo- a veces parece no advertir. De todas maneras, en mi opinión, el valor del libro no reside tanto en el telos que lo inspira -librado al fin y al cabo a las nociones de justicia del

lector llegar Enel apéson dmantide susde algbio, ede Medestacginas)la movllamadprotes

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o lectora-, como en el camino reflexivo que recorre para a ese fin.

esa trayectoria, los resultados de los cuatro capítulos, ndice y el diálogo con el autor con que se abre el libro, ispares. De entrada, la plática que el Grupo Situaciones ene con Sandro Mezzadra, si bien interesante en alguna partes, sorprende por la densidad un tanto enrevesada unos de los planteamientos de los anfitriones y, en cam-l tono y la espesura más bien parcos de las reflexiones zzadra a los temas que se le sugieren. Aún así, es de ar el mérito de esta extensa parte del libro (casi 40 pá- en extender la reflexión sobre el significado político de ilización desde las migraciones hacia otros movimientos os significativamente “sociales” y manifestaciones de ta, como la más actual de los piqueteros en Argentina.

introducción que le sigue tiene la capacidad de seducir or con la promesa de un interesante recorrido por los capítulos y el apéndice que componen Derecho de fuga. rimero no falta a esta promesa. A mi modo de leer -y amente-, “El joven Max Weber, el derecho de fuga de grantes alemanes y los estómagos polacos” es el mejor capítulos, el que da cuenta de un sosegado trabajo de ión sobre los textos menos conocidos del sociólogo ale-

n Weber al que, iniciando su camino en la investigación ógica, no lo vemos en su mejor porte cientificista, sino ndo argumentos a las retóricas nacionalistas alemanas a a de considerar las migraciones de campesinos polacos epentinamente desertizadas zonas agrícolas prusianas. ceso de movilización de poblaciones que conduce a los anos prusianos hacia los centros urbanos e industria-lienta la inmigración de polacos para que aquéllos sean lazados en los trabajos agrícolas de las zonas rurales. ello durante el transcurso de las últimas décadas del si-X, marcadas por la muerte del emperador Guillermo I, la cia de Bismarck, la consolidación de la unidad alemana y ercusiones políticas de la cuestión social en ese país. El que retrata Mezzadra analizando la constante migración sianos hacia el occidente alemán es uno que se sustrae

determinaciones economicistas como principales causas os movimientos de población y, en cambio, subraya las ciones subjetivas de estos migrantes internos alemanes. aciones psicológicas que se anclan objetivamente en el o de un orden de relaciones sociales patriarcales “que se e en una elección por la fuga, por la sustracción al poder

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2 Torpey, J. “Coming and Going: On the State Monopolization of Legitimate ‘Means of Movement’”, en Sociological Theory, 16/3, Nov. de 1998 pp. 239-259. 3 Torpey, J. “Revolution and Freedom of Movement: An Analysis of Passport Control in the French, Russian and Chinese Revolutions”, Theory and Society, 26/6, Dic. 1997, pp. 837-868. 4 Aunque, incluso desde la sociología se proclamen manifiestos por una “sociología móvil”, más atenta que la matriz fundadora (de vocación por lo estable, como los propios estados en los que esta disciplina se desarrolla) a las diversas movilidades, de personas, de objetos, de imágenes, de información y de mer-cancías (Urry, J., “Mobile Sociology”, en British Journal of Sociology, 51/1, pp. 185-203).

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despótico del propietario de tierras” (63) y que, por efecto de “la magia potente y puramente psicológica de la libertad” (63) –como lo subraya el autor citando al propio Weber-, vacía de fuerza de trabajo las campiñas prusianas dando cuerpo a la clase obrera alemana. En este proceso, Weber está observando la transición de un orden comunitario de relaciones patriarcales -y, en tanto tal, donde la percepción de injusticias y desigual-dades pueden tener consecuencias personales de venganza de los campesinos hacia su señor- a un orden social capitalista en el que estas sensaciones de injusticias se objetivizan, des-personalizándose, en el odio de una clase social contra otra. De forma análoga a esta objetivación en el plano de la lucha de clases, Weber va derivando estos procesos de subjetivación en otra instancia colectiva del momento: “el odio nacional de los pueblos enemigos” (71). Es entonces cuando este Weber sagaz, que advierte en las dimensiones sociológicas y psicoló-gicas de la libertad en el análisis del desplazamiento de la po-blación prusiana, no duda en empuñar la “razón de estado” a la hora de abordar la “cuestión polaca”. En este caso no se inte-rroga por las razones subjetivas de estos migrantes, sino que se deja llevar por una estigmatización y darwinismo sociales que le hacía ver a los polacos como más aptos para ocupar ese lugar de sumisión que había hecho emigrar a los prusianos. En definitiva, Mezzadra nos muestra cómo la astuta imaginación sociológica del joven Max Weber va quedando presa de la ló-gica exclusivista de los estados nacionales que, en el caso de la migración, se manifiesta en la construcción de un punto de vista desde la sociedad de acogida.

En el segundo capítulo, titulado “En el principio fue la hor-ca. Migraciones, movilidad del trabajo e historia del capita-lismo”, Sandro Mezzadra extiende estas interpretaciones de Weber a “una dinámica histórica estructuralmente congénita al desarrollo del capitalismo moderno” (81). Y en éste encuentra que las nuevas formas de trabajo asalariado y, en general, la competencia y la acumulación capitalista, no se pueden en-tender prescindiendo de las formas de control de la movili-dad de la parte dependiente del contrato. Entonces, ahora con Marx, surge otra pregunta: “¿Cómo entender la paradoja de un capitalismo que, marxianamente distinguido por ‘un mo-vimiento constante’, por la ‘incesante conmoción de todas las condiciones sociales’ y de ‘todas las relaciones estancadas y enmohecidas’, reproduce en su hacerse global todo el reper-torio de formas de coacción y falta de libertad que desearían verse relegadas a su prehistoria?” (88). La respuesta del autor se encamina a insistir en sus propios argumentos: la “tenta-ción autoritaria” que acompaña al desarrollo del capitalismo

se malibertapulsio Ennes denes lolos maEs declas dissicionereconoque laen un to de ciudadsiglo Xdadanpuestomigranapuesaterritficativde prucomo lítica, se dessólo pcuenteobra mcan engobierdo reppolíticvida dsalud,cias dprivadlado dcondicdenciael progria, semedidsituacEsta pque de

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Ignacio Irazuzta

nifiesta en rutinas de disciplinamiento que embridan la d del trabajador y, al mismo tiempo, motivan en éste nes de fuga.

el tercer capítulo –“Ciudadanos de la frontera y confi- la ciudadanía”- el autor consigna entre otras cuestio-s debates en torno a la inclusión de los inmigrantes en rcos políticos y jurídicos de las sociedades receptoras. ir, se cae de lleno en la cuestión de la ciudadanía y en cusiones respecto a su ampliación. Algunas de sus po-s subrayan criterios estrictamente territoriales para el cimiento de derechos de ciudadanía, como por ejemplo simple comprobación de la residencia de un individuo determinado territorio sea criterio para el otorgamien-derechos políticos y civiles, o el reconocimiento de una anía parcial que, a la manera como lo instituyó en el VI el denizenship, reconozca derechos parciales de ciu-ía anclados en lo local. Pero el problema es que el su- territorial está puesto también en cuestión por aquellos tes que reclaman una doble pertenencia, es decir, que

tan por dotar de contenido político a un ámbito ubicuo y orial como el transnacional. En cualquier caso, lo signi-o es que la migración se está convirtiendo en un banco eba de nuevas experiencias administrativas: jurídicas, las que analiza Mezzadra, pero también -diría yo- po-constituyendo a la migración en un sujeto sobre el que cargan todo tipo de intervenciones de gobierno, y no or las políticas de los países de acogida; también, fre-mente, por los de las naciones expulsoras de mano de igrante. Las condiciones sociales del posfordismo colo- un lugar peculiar del juego político transnacional a los nos de los países expulsores que, cuidando y procuran-roducir el recurso de las remesas, generan todo tipo de as tendientes a la administración de ciertas facetas de la e los migrantes: programas de inversión, alfabetización, “educación financiera”… en los que intervienen agen-iversas de administración gubernamental y organismos os, como agencias de transacción financiera. Desde este e la administración gubernamental, es posible sortear la ión de “ilegalidad” de los migrantes en su país de resi- e intervenir políticamente sobre éstos. En este sentido, resismo de Mezzadra en relación a la cuestión migrato-

ve en entredicho porque su perspectiva está, en alguna a, empañada por cierto etnocentrismo provocado por la ión de su perspectiva desde la sociedad de recepción. osición le lleva al autor a cargar las tintas más de un lado l otro de la problemática y no le permite ver la atención

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La globalización por donde se fuga: Propuesta sobre los...

política que concitan “los que ya se fugaron”, por ejemplo, col-mando la opinión pública en lo cotidiano, interviniendo sobre resultados electorales, modificando la fisonomía social de sus comunidades de origen y generando copiosas políticas de go-bierno en todos los niveles de la administración, local, estatal y federal, como puede verse en algunos programas guber-namentales de México hacia los mexicanos residentes en el exterior.

De todas las maneras, en la posición de Mezzadra, todo parece indicar que la migración constituye de por sí un movi-miento social que, en el camino abierto por Marshall, se ubica como la próxima posta en la senda de ampliación y redefini-ción de la ciudadanía. Y en ello se vuelve a detener el autor para señalar la necesidad de un análisis de las migraciones “al ras del suelo” (111), desde la perspectiva de los propios mi-grantes, más que desde la investigación de las causas que los llevan a migrar. En este sentido, no se pasa por alto el aporte de los enfoques feministas, los cuales analizaron la migración de las mujeres como una decisión consciente que se encamina a dejar atrás las relaciones patriarcales de sus comunidades de origen, por cierto, unos lugares relegados de la intervención de las instituciones para propiciar la modernidad, amplias zo-nas de depresión económica, marcadas por el predominio de relaciones sociales de corte tradicional, y a las que la moder-nidad les llega de rebote, como el efecto boomerang de las so-cializaciones gestadas afuera de los que ya se han marchado. No es, así, que los factores objetivos pierdan importancia en el análisis de las causas de la migración, sino que éstos propician la gestación de unas subjetividades que deben ser asistidas por derecho propio (derecho de fuga). Finalmente, cuestio-nando algunas perspectivas multiculturalistas que tienden a ocultar el deseo de algunos migrantes de romper con su cultura o comunidad de proveniencia, en Derecho de fuga se apuesta por reivindicar lo espurio, lo culturalmente inautén-tico, como el germen de una nueva figura –la del migrante-, entendida como la de “un universal que aún espera ser inter-pelada y valorizada políticamente” (116). Es decir, si de nuevas formas de ciudadanía se trata, sostiene Mezzadra aludiendo a Chantal Mouffe, “es necesario trabajar para reabrir teórica y prácticamente el movimiento constituyente, mirando a la per-tenencia no como un ‘estatus legal’, sino como ‘una forma de identificación, un tipo de identidad política: algo que deber ser construido y que no está dado empíricamente’” (118).

El capítulo cuatro, “Después de las colonias, el mundo”, apunta a una búsqueda de fundamentos para el estudio de

la subtudiossujetocuentadesde Es decsura dmigratlas socproducasí, unde unaculturaespecibradasredondmigracviene tmo ocsión quletariaconcendetermautor rgenerecionarcomo “de cua–agreglizaciórevisiózadra a los qde la h Enposicióentendcuadroneo detividadzas deidentififundamque lalos tramerca

jetividad migrante en las fuentes epistémicas de los es- poscoloniales. Aquí se trata de hallar las huellas de un político moderno, que se quiere universal pero que, a de la historia colonial de Occidente, se descubre que, su origen, está “geopolíticamente diferenciado” (123). ir, que Occidente produce como una especie de clau-e sus principios universales frente a los movimientos orios, dando por hecho la homogeneidad cultural de iedades de acogida frente a la “interrupción” étnica que en los recién llegados desde las ex-colonias. Se abre, a “brecha cultural” en la que situar los nuevos términos dominación que no por enclavarse en tal campo de lo l pierde la materialidad con la que las ciencias sociales,

almente en sus vertientes marxistas, estaban acostum- a concebir sus objetos: al fin de cuentas (y a riesgo de ear exageradamente la cuenta), podríamos decir que la ión poscolonial, considerada como fuerza de trabajo, ambién a “interrumpir” el orden de clases del capitalis-cidental. En este sentido, por momentos, daría la impre-e Mezzadra ve en esta migración lo que Marx en el pro-

do, es decir, aquel zumo social en el que el capitalismo tra todos sus males y en el que es posible visualizar las inaciones estructurales del presente. Sin embargo, el epara desde el principio contra eventuales lecturas que n el entusiasmo de ver en la migración el sujeto revolu-

io de nuestros tiempos. Si bien concibe a los migrantes figuras ejemplares” (52), “protagonistas fundamentales” lquier movimiento crítico del capitalismo global (54) y aríamos nosotros- como el lugar por donde la globa-n se fuga, luego de su minuciosa e igualmente crítica n del universalismo de la modernidad occidental, Mez-se cuida de no caer en la trampa de los determinismos ue le conduciría aquella concepción marxiana del sujeto istoria.

cambio, como lo demuestra el apéndice de su libro, su n defiende la tesis de la autonomía de las migraciones, ida como “la posibilidad que ofrece de reconstruir un de las transformaciones del capitalismo contemporá-sde el punto de vista del trabajo vivo y de su subje-” (149). Y aquí consta una de las principales fortale- Derecho de fuga que, por cierto, en esto sí es posible carla con la tradición marxiana: si uno de los aportes entales de Marx ha sido la denuncia de la abstracción

economía política produce, olvidándose del cuerpo de bajadores al considerarlos en su aspecto de valor como ncía, la reivindicación de Mezzadra de una subjetividad

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de la o el migrante y de la defensa de su cuerpo vivo constituye una línea de fuga de la teoría sobre las migraciones que más que procurar cerrarla debería ser seguida con mayor asiduidad por los especialistas del tema.

Finalmente, cabe destacar una ventaja para los lectores y las lectoras de más allá de Buenos Aires o Madrid, donde se

ubicasus pcia Cdispoaulain

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nacio Irazuzta

n sus editores: pudiendo hacer gala de coherencia con ostulados teóricos, el texto está protegido por la licen-reative Commons, lo cual significa que está libremente nible en Internet en la siguiente dirección: http://www.tercultural.org/IMG/pdf/derechodfuga.pdf.

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Notas

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Marta Núñez Sarmiento

Estados Unidos y América Latina. Los nuevos desafíos: ¿Unión o Desunión?Marta Núñez Sarmiento*

López, V. y Castro, S. (Coord.) (2007). Estados Unidos y América Latina. Los nuevos desafíos. Jorale Editores en coedición con el Grupo Editor Orfila Valentini, México.

E

El libro que presento hoy en la XVI edición de la Feria In-ternacional del Libro de La Habana es una fantasía convertida en realidad para todos los que hemos organizado foros de diá-logos entre académicos y para quienes hemos participado en ellos. Es el sueño de ver publicados los trabajos expuestos en tales eventos en un período de tiempo relativamente breve y con una excelente calidad editorial.

El Taller “Estados Unidos y América Latina. Los nuevos de-safíos: ¿unión o desunión?” se celebró en noviembre de 2005 y el libro vio la luz en febrero de 2007. La labor de traducción, de corrección y de edición es impecable, mientras que el dise-ño de la portada y la impresión son muy buenos. El alto nivel profesional de los autores se constata en los contenidos de los trabajos. El libro tiene 302 páginas y está estructurado en un prólogo y cuatro secciones. El Prólogo explica que, a fines de noviem-bre de 2005, se celebró en la ciudad de Monterrey el seminario que se denominó como el título que adoptó el libro y que fue organizado por el Centro de Estudios sobre Norteamérica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en su campus de Monterrey, y por la Universidad de La Habana. Para hacer posible aquel encuentro se contó con los fondos de la Fundación Ford, y tuvo dos coordinadores. El pri-mero fue el Dr. Víctor López Villafañe, mexicano, Licenciado en Derecho (UNAM), Master en Ciencias Políticas (UNAM) y Doctor en Economía (UNAM), quien es profesor titular del Departa-mento de Relaciones Internacionales del ITESM y Director de su Centro de Estudios de Norteamérica. Fungió también como coordinadora la Dra. Soraya Castro Mariño, cubana, Licenciada en Derecho Internacional (Instituto de Relaciones Internacio-nales de Moscú) y Doctora en Ciencias Jurídicas (Universidad de La Habana), investigadora titular y profesora del Centro de Estudios sobre Estados Unidos (CESEU) de la Universidad de La

Habaduadtudiodel seste Ldos tienelos nCoorUNAdinaConsEstugotápor einvesblica

LSur” na yRafagentdemmende la

Ltadones Cde SCubacamb

na. La Licenciada Mariana Rangel Padilla, mexicana, gra-a de Ciencias Políticas y profesionista del Centro de Es-s de Norteamérica del ITESM, colaboró en la organización eminario, en la traducción de artículos y en la edición de libro.

a primera sección está dedicada a las relaciones de Esta-Unidos con Centroamérica, Venezuela y Colombia y con- los siguientes trabajos: “Estados Unidos y Centroamérica: uevos desafíos” de Rodrigo Páez Montalbán, del Centro dinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la M; “Las relaciones entre Estados Unidos y la región an- en el contexto del hegemonismo de Estados Unidos”, de uelo Ahumada, profesora y Directora de la Maestría en

dios Latinoamericanos de la Universidad Javeriana de Bo-, y “Venezuela y Estados Unidos: una relación fracturada l petróleo”, escrito por Freddy Maríñez Navarro, profesor e tigador de la Escuela de Graduados en Administración Pú- y Política Pública del ITESM en su campus de Monterrey.

a segunda sección se denomina “Estados Unidos-Cono y contiene dos artículos: “Las relaciones entre Argenti-

Estados Unidos: una historia de desencuentros”, de Jorge el Di Masi, de la Universidad Nacional de La Plata en Ar-ina, e “Imágenes de las Américas a partir de Brasil: entre la ocracia y la globalización”, de Paulo Knauss, del Departa-to de Historia y el Laboratorio de Historia Oral y de Imagen Universidad Federal Fluminense de Brasil.

a tercera unidad está dedicada a las relaciones entre Es-s Unidos y Cuba y contiene cuatro ensayos: “Las relacio-uba-Estados Unidos en el contexto de la Doctrina Bush”,

oraya Castro Mariño; “La política de Estados Unidos hacia durante la segunda administración Bush: continuidad y io”, por Carlos Alzugaray Treto, profesor titular del Ins-

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* Profesora Titular, Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana. [email protected]

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Estados Unidos y América Latina. Los nuevos desafíos: ...

tituto Superior de Relaciones Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba; “Cuba, Estados Unidos y el destierro cubano: la larga guerra tibia”, de Max Castro, inves-tigador independiente, cubano que reside en Estados Unidos, e “Imágenes de Cuba en los medios estadounidenses: la in-fluencia de la política gubernamental y el lenguaje comercial”, de Saul Landau, escritor, cineasta y profesor de varias univer-sidades de Estados Unidos.

En la cuarta y última sección aparecen los artículos referidos a las relaciones entre Estados Unidos y México. Estos son: “Las relaciones México-Estados Unidos después de los ataques de septiembre 11 de 2001”, de José Gabriel Martínez-Serna, de la Southern Methodist University; “México y Estados Unidos: los vecinos desconocidos”, de Gabriela de la Paz Menéndez, in-vestigadora del Centro de Estudios sobre Norteamérica y del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencias Políti-cas del ITESM - Campus Monterrey y “México y Canadá bajo la presidencia de George W. Bush. Fin de la era de convergencias y surgimiento de nuevas divergencias”, de Víctor López Villafañe.

He anotado cinco argumentos para recomendar esta obra:

Primero. El libro es oportuno, porque analiza con virtuo-sidad los “nudos” que existen hoy en las relaciones políticas y económicas entre Estados Unidos y América Latina, tanto a niveles bilaterales como multilaterales. En este último plano de los vínculos incluyo a los sistemas de integración entre los paí-ses latinoamericanos sin la presencia de EEUU, como es el caso del MERCOSUR, y a otros que sí lo incorporan, como son el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y el ALCA. Subrayo que la obra enfrenta problemáticas sumamente actuales, por-que los autores concentran sus análisis en lo que ha sucedido en el período que abarca desde el primer período presidencial de George W. Bush hasta fines de 2006. Ellas y ellos actualiza-ron las ponencias que presentaron a fines de 2005 e hicieron gala de su capacidad para abordar con rigor sus temas, a pesar de que se trata de asuntos vividos por ellos y ellas con la in-tensidad, la incertidumbre y las contradicciones que padecen todos los que habitamos este continente, en estos tiempos. El libro es oportuno también porque los autores reflexionan acerca de las relaciones entre los países del continente des-pués de los relevantes cambios estructurales que han conmo-cionado a la América Latina y a los Estados Unidos, por los efectos de la globalización y de la regionalización acaecidos en el mundo. Todos ellos se preguntan: ¿En este contexto los paí-ses del continente americano podrían alcanzar un nuevo tipo

de congión aes no.

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senso económico y político que propicie que toda la re-mericana tuviera intereses convergentes? La respuesta

gundo.Los autores aportan a las ciencias sociales las nuevas sobre los temas seleccionados que ellas y ellos cen desde el llamado “sur”, que es donde viven. Todos ran un derroche de conocimientos sobre sus países, so-érica Latina y, sobre todo, acerca de los Estados Unidos

política interna y externa. Insisto en los muy altos niveles micos que los ensayistas demuestran en sus análisis.

rcero. Los ensayos vinculan los obligados estudios co-ales con los contextos históricos y sociales concretos ntinente en la actualidad y con sus antecedentes histó-Así, por ejemplo, Víctor López Villafañe escarba en los ómenos del Tratado de Libre Comercio de América del en 1989 y, al hacerlo, ubica a Estados Unidos, Canadá y o en sus relaciones políticas y económicas internas y ex- de entonces y sigue evaluándolas hasta hoy para con-ue Estados Unidos es el único ganador en este Tratado, po que argumenta por qué México y Canadá resultaron

dores. Max Castro, por su parte, explica en su ensayo el que ha jugado la ultraderecha conservadora cubano-ana del sur de la Florida y de New Jersey en la política

or de EEUU hacia Cuba. Afirma en su trabajo que “Hay… cubano- americanos en el Congreso de Estados Unidos, mero impresionante dada la relativamente reducida po-n cubano-americana. Los latinos en Estados Unidos, en al, están representados políticamente en proporciones res a su peso en la población, sobre todo en las esferas ltas del sistema político. Pero los cubano- americanos presentes en el Congreso de Estados Unidos en el doble proporción en la población del país. En la cámara alta

os senadores cubano-americanos, el cuatro por ciento al, diez veces la proporción de personas de origen cuba-la población de la nación. No obstante, cinco miembros o americanos no podrían resistir un cambio de política si ros 530 miembros del Congreso, o una amplia mayoría s, quisieran efectuarlo. El poder cubano americano es

o. Pero no es menos cierto que, al no existir un fuerte nso contra la política actual, el poder cubano- america-ga un papel clave, ayudando poderosamente a inclinar nza a favor del mantenimiento y recrudecimiento de la a de confrontación.”

arto. Algunos artículos incorporan el papel cada vez

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más importante que asume Asia y, especialmente China, en América Latina y Estados Unidos. Esta es una variable que no se podía soslayar en un libro como éste.

Quinto. Las referencias bibliográficas están muy actuali-zadas y contribuyen a legitimar los ensayos: alrededor de un 75% de las citas pertenecen a trabajos publicados a partir de 2003.

Por último, formulo dos sugerencias para que los coor-

dinadmuevacadéparlanpensade lasdica elos ejcientísobreislas a

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arta Núñez Sarmiento

ores tomen en cuenta. La primera consiste en que pro-an la traducción de esta obra al inglés, de manera que los micos y los estudiantes universitarios de países anglo-tes, principalmente los del llamado “norte”, conozcan el miento crítico de los científicos sociales del “sur” acerca relaciones entre EEUU y América Latina. La segunda ra-n que, aunque el Gran Caribe está tratado a través de emplos de Cuba, México, Venezuela y Colombia, sería ficamente saludable incluir en otro momento reflexiones República Dominicana, Haití, Jamaica, Puerto Rico y las ntillanas anglófonas y francófonas.

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Communitas

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Milagros Martínez Reinosa

Estudiosos “repiensan” el CaribeII Conferen�ia Interna�ional Repensando el Gran Caribe en el Siglo XXI, La Habana, di�iembre de 2006

Milagros Martínez Reinosa*

un

�ara entender la a�tualidad del Caribe y re��e�ionar sobre�ara entender la a�tualidad del Caribe y re��e�ionar sobre su futuro �on la mirada puesta en los retos prin�ipales que enfrenta la región; para intentar �ontribuir, desde lo a�adé-mi�o, a que las institu�iones se involu�ren �ada vez más en la solu�ión de di�hos retos, se �elebró la II Conferen�ia Inter-na�ional Repensando el Gran Caribe en el Siglo XXI. Orga-nizada por la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana, �on el �oauspi�io de la Coordinadora Regional de Investiga�iones E�onómi�as y So�iales (CRIES) de la Ofi�ina Regional de la UNESCO y del Instituto Norte-Sur �on sede en Ottawa, la misma sesionó en La Habana del 5 al 8 de di�iembre de 2006. �arti�iparon �asi un �entenar de politólogos, e�ono-mistas, historiadores, geógrafos, so�iólogos, ambientalistas y otros profesionales, desta�ándose la presen�ia de los jóvenes investigadores, “pinos nuevos” que tendrán la responsabilidad de �ontinuar en este siglo los análisis y re��e�iones sobre la región.

Ese “pensar y repensar el Caribe”, es sin duda uno de los objetivos priorizados por la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana, tratar de �ontribuir modesta-mente desde la a�ademia a la propuesta de alternativas via-bles para la solu�ión de los problemas de la región y por qué no también, que ayuden a sentar las bases para profundizar en la ne�esaria, pero sin duda �ompleja, integra�ión del Gran Caribe. La razón es obvia, nuestra isla forma parte inequívo�a del Caribe. En ese queha�er, se inserta pues el trabajo de la Cátedra de Estudios del Caribe, �átedra que si bien es de re-�iente �rea�ión, ha logrado un dinamismo y una �apa�idad de �onvo�atoria que mu�ho nos satisfa�e.

�ara Cuba, el Caribe es el entorno, es también el es�ena-rio natural e inmediato de la isla, al �ual pertene�emos por múltiples razones geográfi�as, históri�as y �ulturales. El Caribe �onformado por un puñado de islas, todas dispersas en un mar

�álidVene�ompembadivergulardiverestudEl mise m

L�omopor eimplipolítlos dro �atalesque ela quno e baseazú�

Etes aredupolít�ialisdos mAso�parlahaitia

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o, verde y azul, pero también por na�iones �omo Mé�i�o, zuela, Colombia, Brasil y los países de Centroaméri�a que arten una �uen�a toda, diversa, variada, �oloreada, y sin rgo hay algo que se repite, algo que le da unidad a esa sidad. Una re��e�ión atinada señala que, la innegable sin-idad del Caribe se sostiene, pre�isamente en su radi�al sidad. Hay mu�hos Caribes y �omo hoy opinan no po�os iosos del área, el Caribe es un pro�eso en �onstru��ión.

smo �on�epto varía en dependen�ia del propósito �on que aneja.

os desafíos que enfrenta el Caribe para �onsolidarse una �omunidad de na�iones y los �aminos re�orridos o mprender en la �onse�u�ión de ese sueño posible, que �a fuertes �ompromisos y estrategias �ompartidas en lo i�o, lo e�onómi�o y lo �ultural, estuvieron presentes en ebates de este evento que se �ara�terizó por un verdade-rá�ter multi, inter y transdis�iplinario. La �omplejidad de propósitos es perfe�tamente �omprensible si re�ordamos l Caribe es una región de muy a�entuada insularidad, en

e �on��uyen tres entornos �ulturales (anglófono, fran�ófo-hispano) mar�ados por una trans�ultura�ión que tuvo su en un sistema de planta�ión vin�ulado a la produ��ión del ar.

s un he�ho que las �omplejidades también están presen-l ser el Caribe esa zona del mundo donde �onviven, en �ido espa�io geográfi�o, una mayor �antidad de modelos i�os distintos: el modelo so�ialista �ubano; el presiden-ta periféri�o �olonial al estilo de la Repúbli�a Domini�ana; odelos �oloniales -el puertorriqueño �on el Estado Libre

iado y el fran�és �on los departamentos de ultramar-; el mentario dominante en las islas anglófonas, y el modelo no.

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* Se�retaria Eje�utiva, Cátedra de Estudios del Caribe. Universidad de La Habana. milagros50@re�t.uh.�u

ISSN: 1870-3569

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Estudiosos “repiensan” el Caribe

Algunos de los ya �itados desafíos que enfrenta la región fueron identifi�ados durante la inaugura�ión del evento por la presidenta de la Cátedra de Estudios del Caribe, la Dra. Digna Castañeda. La profesora se refirió a la grave �risis e�onómi�a, los problemas e�ológi�os y los desastres naturales, el “lavado” de dinero, el tráfi�o de armas y de personas, entre otros ��agelos que afe�tan la seguridad regional y ha�en vulnerable a la zona.

�or su parte la Dra. Cristina Díaz López, vi�erre�tora de Rela�iones Interna�ionales y �ostgrado de la alta �asa de estu-dios desta�ó en su dis�urso de bienvenida a los parti�ipantes en el evento, que las sombras y las lu�es están presentes en la historia de las islas del Caribe desde el siglo XVI, �uando las poten�ias europeas afirmaron su presen�ia en un univer-so �onstituido por territorios en gran parte disímiles por sus dimensiones, pero similares por sus �ara�terísti�as y aspira-�iones. Añadió que desde ese enton�es los pueblos �aribeños han lidiado �on fuerzas que, o�ultas en los más diversos ropa-jes, persiguieron y persiguen idénti�os objetivos de dominio y de e�plota�ión.

E�presó también en sus palabras que nuestra isla, que es parte inequívo�a del Caribe, �ons�iente de ese peligro que a�e�ha al ar�hipiélago �aribeño, trabaja por la �onstru��ión de un Gran Caribe y en ese empeño se ha unido a los gobier-nos de las ínsulas para esgrimir �omo una poderosa arma la integra�ión, agrupándose en organismos �omo la Comunidad del Caribe (CARICOM) y apoyándose en otras modalidades de �oopera�ión en el área, para promover el desarrollo so�ioe�o-nómi�o y �ontrarrestar el peligro que representa el Washington ofi�ial para la soberanía de la región.

Dijo también la vi�erre�tora que “ …la �ontunden�ia del peligro nos ha�e volver sobre nosotros mismos para pensar en la ne�esidad de avanzar en una integra�ión �aribeña que llegue a ser latinoameri�ana, y que sea efe�tiva y real, frente a las amenazas del ALCA, así �omo también en la reivindi�a�ión de lo identitario, y de lo raigal de nuestras �ulturas… de este modo, la alternativa de la integra�ión latinoameri�ana, pen-sada desde ha�e más de dos siglos se ha�e nuevamente más que real y ne�esaria, sin embargo, es sabido que este pro�eso e�ige de varios agentes y no es sen�illo. La integra�ión no es asunto de proponer un esquema. La integra�ión pasa por la gran diversidad que �onforma al Caribe…”.

El Dr. Andrés Serbín, presidente eje�utivo de la Coordi-nadora Regional de Investiga�iones E�onómi�as y So�iales

(CRIE“Los lograsolidhizo dadeyas �e��elhaga

Dgas pde�irfi�atimas tegradis�uque pde Esnomíimpa�onfesonaMoreAlfre

L�onfeque �un raplia yde�íainter gión �ontrrelev

Dprobmedimentlas ishúmetoresri�a hevolu�olon

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S), orador invitado para di�tar la Conferen�ia Magistral estudios del Caribe”, e�altó la importan�ia del evento para r el mayor desarrollo institu�ional, que requiere la �on-a�ión del Caribe �omo la �omunidad que es. El Dr. Serbín además un llamado para trabajar por evitar las “frivoli-s” en los estudios e investiga�iones sobre una región �u-omplejidades – una vez más– obligan a que el rigor y la en�ia estén presentes en las miradas a�adémi�as que se n sobre la misma.

esde mi perspe�tiva –también �ompartida �on otros �ole-odría afirmarse que el evento mar�ó una diferen�ia. Baste que además de in�luir paneles de estudiantes, fue signi-va la �alidad de los debates en los que apare�ieron los te-tradi�ionales: migra�ión, medio ambiente, seguridad, in-�ión e�onómi�a, así �omo los sujetos nuevos que vienen tiéndose �on fuerza: China en el Caribe –panel éste en el arti�ipó el Dr. Ví�tor López Villafañe, dire�tor del Centro tudios de Améri�a del Norte del ITESM– , so�iedad y e�o-a del �ono�imiento, la diáspora �aribeña en Canadá y sus �tos �ulturales. Durante los �uatro días que sesionó la ren�ia estuvieron presentes, en diferentes paneles, per-

lidades de la talla de Roberto Fernández Retamar, Nan�y jón, �ablo Armando Fernández, Rogelio Martínez Furé y do Sosa Bravo.

lamó la aten�ión que en el programa a�adémi�o de la ren�ia apare�ieron prá�ti�amente todos los problemas onfronta nuestra región �aribeña, y sin duda fue también sgo pe�uliar de la agenda temáti�a de este evento, la am- abar�adora perspe�tiva de los temas a tratar. Como ya mos, los debates tuvieron un verdadero enfoque multi, y transdis�iplinario, tal y �omo �orresponde a una re-tan diversa �omo es el Gran Caribe, enfoque que además ibuyó de�isivamente, en opinión de los parti�ipantes, a la an�ia �ientífi�a de este en�uentro a�adémi�o.

e manera parti�ular se abordaron en las dis�usiones dos lemáti�as, una de ellas obviamente tenía que ser la del o ambiente, la razón es sen�illa y �ontundente. En el mo-o del des�ubrimiento de Améri�a por parte de Europa, las del Caribe estaban �ubiertas de bosques tropi�ales dos y se�os, rodeados de arre�ifes impe�ables y prote�-. No obstante la historia no ha sido benevolente �on esta eren�ia. Una gama �ompleja de situa�iones so�iales que �ionaron desde un legado de agri�ultura de planta�iones iales, la es�lavitud, institu�iones débiles, y oportunida-

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des e�onómi�as limitadas resultaron en que el 90% de la �apa forestal original del Caribe se �onvirtiera en paisajes agra-rios y �entros urbanos y más del 50% de los arre�ifes de �oral estuvieron amenazados por la �ontamina�ión desde tierra y por un e��eso en la a�tividad de pes�a. La �ombina�ión de la abundante biodiversidad de las Antillas –en gran parte endé-mi�a para la región– y las fuertes amenazas ha�en del Caribe una prioridad de �onserva�ión a nivel mundial. �or fortuna, sobrevive una representa�ión signifi�ativa de los e�osistemas originales, prin�ipalmente en las áreas �osteras de las Antillas Mayores que están distantes de los asentamientos humanos. En �ombina�ión, estas áreas ofre�en oportunidades signifi�a-tivas para salvaguardar esta biodiversidad e��ep�ional, de ahí que los debates en torno al tema fuesen intensos en los �uatro paneles que sobre el medioambiente sesionaron en el evento.

La segunda �uestión, que sin duda aportó singularidad a este evento a�adémi�o, fue la reunión espe�ial programada �on los dire�tivos de programas y �entros de estudios sobre el Caribe presentes en la �onferen�ia. Esta reunión de dire�tivos fue e�enta de todo formalismo, ya que lo que se pretendía –y sin�eramente �reo que lo logramos– fue ha�er un llamado a la re��e�ión que nos permita unirnos tanto a quienes estudiamos el Caribe en Cuba, �omo a quienes lo ha�en en el e�terior. Esa será la úni�a forma, y repito la úni�a forma, de que �omo a�ademia podamos �olaborar a enfrentar los problemas y retos que �onfronta nuestra región, bus�ar una unidad dinámi�a y ��e�ible, si se quiere pragmáti�a, que nos ayude a fortale�er las �apa�idades analíti�as y edu�a�ionales en temas del Caribe, a �rear espa�ios para la �rea�ión de redes de investiga�ión y do�en�ia en los estudios sobre los temas �aribeños, y a sen-tar las bases que nos permitan �rear un movimiento efi�iente de las �apa�idades de los a�adémi�os en materia de aportes �on�retos a las políti�as de desarrollo e�onómi�o y so�ial en la región. Como resultado de los debates en torno a esta proble-máti�a se a�ordó �onvo�ar la I Reunión de Dire�tivos de Cen-tros, �rogramas, Institutos y Cátedras del Caribe del 5 al 8 de di�iembre de 2007 en La Habana, Cuba.

Se realizaron además presenta�iones de libros y la �onfe-ren�ia dedi�ó una sesión vespertina a divulgar el trabajo que

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Milagros Martínez Reinosa

e las Améri�as realiza sobre el Caribe. Se aprove�hó para a la venta un �onjunto de importantes publi�a�iones que stitu�ión edita sobre la región, desta�ándose entre ellos sta “Anales del Caribe”.

resumen, la �onferen�ia fue una verdadera jornada de- al Caribe, de manera espe�ial �onvo�ada en homenaje a ra del re�ién falle�ido Joel James Figarola, habanero por iento, santiaguero por adop�ión y �aribeñista por vo�a-ero, ¿quién era Joel James, por qué la Cátedra le dedi�ó

vento?

do�tor �edro �ablo Rodríguez, del Centro de Estudios nos, en sus palabras de re�orda�ión a Figarola nos de�ía fue el fundador, �reador y dire�tor de la Casa del Caribe, itu�ión auspi�iadora de los Festivales del Caribe, even-uales que tanto han impulsado las investiga�iones en al espíritu del entorno �aribeño. Trabajador infatigable átil, Joel James era �apaz de es�ribir un ensayo enjun-a�er�a de la historia �ubana, mientras trotaba por las ñas orientales, se estreme�ía �on la �ultura aportada por i�anos, llevaba al teatro esos saberes y arrastraba �on asmo a gente de las hermanas islas �er�anas para los les del Caribe. �olemista, �ontestatario, independien-

jui�ios, revolu�ionario siempre y ante todo, enamorado, �on el ron en la �alurosa �iudad de Santiago de Cuba, edor del alma �ubana, Joel dejó una impresionante obra ia y �ientífi�a en los terrenos de la historia y de la so�io-en los que demostró �abalmente sus �ualidades �omo or, su profunda eti�idad, su espiritualidad martiana, y e�io por la �ultura y la religiosidad popular. Sus libros dispensables. Conmovió la historiografía al e�aminar al go mambí en los ini�ios republi�anos. Entregó un se-

amen del vodú y de la signifi�a�ión de la muerte en las nes afro�ubanas…dijo ideas valiosas sobre el Diario de ña de Martí…publi�ó �uentos y dos novelas que se de-er más…”.

sta aquí esta reseña que �reo deja �onstatado que en La a del 5 al 8 de di�iembre de 2006 se “repensó el Caribe lo XXI”.

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Notas

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Zidane Zeraoui

Las fronteras de la globalizaciónXX Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), Monterrey, Nuevo León, del 9 al 11 de noviembre de 2006

Zidane Zeraoui*

Com

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Del 9 al 11 de noviembre de 2006 se llevó a cabo en las instalaciones del Tecnológico de Monterrey, Campus Monte-rrey, el XX Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI) bajo el lema “Las fronteras de la globa-lización”. Con este evento, el ITESM albergó a dos congresos de la AMEI; el anterior fue el XIV bajo el título “Las relaciones internacionales entre milenios” del 5 al 7 de octubre de 2000. Los dos eventos representan fechas importantes en el proceso de consolidación de la Asociación. En el año 2000, el cambio de milenio fue una oportunidad para hacer un balance del es-tudio de las Relaciones Internacionales en nuestro país. Con el XX Congreso, la AMEI cumplió dos décadas de organizar en-cuentros entre los especialistas de México. La AMEI es una Asociación Civil no lucrativa que se dedica a promover y difundir los estudios sobre la realidad internacional, a motivar el intercambio de opiniones entre sus miembros para la mejor comprensión de la problemática global, a establecer contactos y mantener estrecha colaboración con instituciones públicas y privadas, y con asociaciones científicas, nacionales y extranjeras dedicadas al estudio y al análisis del acontecer mundial. La AMEI comenzó a funcionar en 1967, como un gru-po académico sobre estudios internacionales. Posteriormente, en la década de los años setenta adoptó el nombre de Instituto Mexicano de Estudios Internacionales (IMEI), cuya sede estaba en la casa de Isidro Fabela en el Distrito Federal.

En 1982, se cambió el nombre de Instituto por el de Aso-ciación, quedando como Asociación Mexicana de Estudios In-ternacionales con objeto de homologarla con otras asociacio-nes internacionales, como la International Studies Association (ISA). Con ésta se ha mantenido una relación muy estrecha y un flujo constante de información. La AMEI y la ISA organizaron conjuntamente la 24ª Convención Anual de la ISA en la Ciudad de México en 1983, donde participaron cerca de 40 países.

Ademen econ gresen 1ració

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Etió rto dChileXX Cpone2150

ás, el VII Congreso Nacional Anual de la AMEI se celebró l puerto de Acapulco, Guerrero, en 1993, conjuntamente la 34ª Convención Anual de la ISA. Finalmente el XI Con-o Anual de la AMEI, se desarrolló en Manzanillo, Colima, 997, al mismo tiempo que la ISA bajo el tema “La coope-n global: las Américas al final del siglo XX”.

a AMEI actualmente agrupa a más de mil mexicanos es-listas en Relaciones Internacionales, procedentes de dis-

s instituciones y campos del conocimiento: ciencias políti-sociología, derecho, economía, historia y otras disciplinas uehacer humano. El núcleo fundamental de los partici-

es pertenece al sector académico; otros son miembros del icio Exterior Mexicano, así como del sector público y de la tiva privada.

as actividades que la AMEI ha desarrollado a lo largo de uctífera existencia han sido numerosas y de diversa natu-a. Pero, sin duda, los congresos anuales han tenido mayor ancia y se han convertido en un espacio propicio para el entro de los especialistas y estudiosos de las Relaciones nacionales. Cabe destacar que en los congresos anuales xistido una afluencia generosa de académicos, de todas stituciones de altos estudios, que cultivan las Relaciones

nacionales en nuestro país. El objeto de estos congresos do contribuir al análisis de la dinámica actual de las Rela-es Internacionales.

l encuentro de Monterrey en noviembre de 2006 permi-eunir a 476 especialistas en temas internacionales tan-e México como de Estados Unidos, Argentina, Colombia, , Costa Rica, Francia, España, Suecia, etc. convirtiendo al ongreso en el evento de mayor afluencia en términos de ncias presentadas como de asistencia con la presencia de alumnos.

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* Profesor-investigador, ITESM, Campus Monterrey. Vice-presidente (desde 1999) de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales. [email protected]

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Las fronteras de la globalización

La idea central del congreso giró alrededor de dos ejes. Por un lado, el tema de la globalización no podía faltar en un encuentro de especialistas en Relaciones Internacionales. Los debates actuales no cuestionan la existencia o no de la mundia-lización, sino que se centran en estar o no a favor y, sobre todo, de entender sus impactos tanto en las economías débiles como las desarrolladas. De esta manera, la mayoría de las ponencias discutieron las repercusiones tanto positivas como negativas de la integración económica mundial y en particular los alcances de la globalización en términos no solamente económicos sino sociales, políticos, culturales, ambientales, entre otros.

Por otra parte, por nuestra cercanía con los Estados Uni-dos y por el debate existente sobre el muro que debe separar a los dos países, además para mostrar los límites de la pro-pia globalización ,se buscó utilizar el título de “Las fronteras de la globalización” para ilustrar la contradicción existente. La idea de fronteras responde por un lado a los propios límites del fenómeno que no logra integrar ni a todas las naciones ni dentro de un mismo país a todas las capas sociales y, por el otro, a la existencia de fronteras que cada vez más se mate-rializan como una separación física entre los países desarro-llados y las naciones pobres. El muro proyectado entre Estados Unidos y México es sintomático de un mismo fenómeno que

encporevisepdurperapo

dioel ty dmátorEstsobnesacapoltrequeestcid

138

ontramos también entre Europa y África. Melilla (España), ejemplo, se ha convertido en una verdadera fortaleza para tar la llegada de los indocumentados a tierras europeas. La aración física entre pobres y ricos es hoy más patente que ante la Guerra Fría en donde las necesidades estratégicas mitían a los países menos desarrollados negociar mayores yos financieros.

Así, en el XX Congreso de la Asociación Mexicana de Estu-s Internacionales se refrendó el compromiso académico con rabajo científico para entender los procesos internacionales e esta manera contribuir a la resolución de los problemas s cruciales de nuestros días. La fuerte presencia de exposi-es de otros países, en particular de América Latina y de los ados Unidos, permitió un fructífero intercambio de ideas re un tema tan polémico. Pero la pluralidad de posicio- lejos de reducir el alcance del evento, dio pie a debates lorados en muchos temas. La globalización fue un punto émico, pero de una gran riqueza intelectual. Durante les s días del evento, los intercambios académicos fueron enri-cedores entre los 476 especialistas presentes en el centro

udiantil del Tecnológico de Monterrey que mostró su capa-ad de anfitrión una vez más.

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s

Colaboradores

Gian Carlo Delgado-Ramos. Doctor egresado del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de

Barcelona, España. Investigador del programa “El mundo en el Siglo XXI” del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en

Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México. Autor de “Nanotecnologías: incertidumbres y manejo

social” (Arena. México, en edición).

Nancy García Vázquez Estudiante del último semestre de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el ITESM Campus

Monterrey.

Elisa Gaxiola Baqueiro Estudiante del último semestre de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el ITESM Campus

Monterrey y parte de la Producción Editorial de la Revista CONfines de Relaciones Internacionales y Ciencia Política.

David Goodman estudió Política e Historia Moderna en la Universidad de Manchester, Economía en la Universidad de Pekín y

chino e Historia de China en la Escuela de Londres de estudios orientales y africanos. Es profesor de la Universidad Tecnológica

de Sydney, Australia. Ha enfocado su investigación en el cambio social y político de China. Fundó y desarrolló el Instituto de

Estudios Internacionales dentro de la universidad para la que labora; además ha colaborado en el desarrollo de programas de

ultramar para estudiantes australianos.

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sColaboradores

Arnoldo Guajardo Díaz es Licenciado en Periodismo y Medios de Información por parte del Tecnológico de Monterrey, Campus

Monterrey.

Ignacio Irazuzta Profesor del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey Cam-

pus Monterrey. Desde 2005 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en el nivel 1. Su campo de investigación se

enfoca en temáticas de nacionalismo, identidades políticas y diásporas. Forma parte del Comité Editorial de la Revista CONfines

de Relaciones Internacionales y Ciencia Política.

Alan Knight es profesor de Historia de América Latina en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Su trabajo se orienta al estudio de

la política moderna de América Latina, especialmente de México. Está interesado en el análisis de los movimientos campesinos y

las revoluciones sociales de la región. Es reconocido como uno de los mejores mexicanistas. Ha participado como profesor visi-

tante en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos. Entre sus libros se encuentran:

The Mexican Revolution (1986), US-Mexican Relations (1987), The Mexican Petroleum Industry in the Twentieth Century (1992)

y México (2002).

Milagros Martínez Reinosa es Secretaria Ejecutiva de la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana. En 1992

trabajó en la UH como Directora del Centro de Políticas Alternativas (CEAP) especializándose en Procesos Migratorios y Cubanos

en el Tercer Mundo. Ha trabajado en Universidades de Colombia, Estados Unidos y México enfocándose a Estudios de Política

Exterior Cubana. Es consejera de la Sección Cubana de LASA y miembro de la Asociación de Estudios del Caribe.

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s

Colaboradores

Jordy Micheli Thirión es Ingeniero Industrial y Maestro en Economía, por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actual-

mente es Profesor Investigador del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco,

en donde además ocupa el cargo de Jefe de la Oficina de Educación Virtual. En el campo de la investigación se orienta hacia los

procesos de uso de las TIC en la nueva economía de la información y su impacto laboral y competitivo. Ha publicado diversos

artículos en revistas académicas y es autor y coordinador de libros acerca de la tecnología y los procesos de trabajo y organiza-

cionales en la empresa.

Roberto Morris Bermúdez es Licenciado en Comunicación por la Universidad lberoamericana y subdirector del Promoción y

Publicidad del Forum Universal de las Culturas, Monterrey 2007.

Marta Núñez Sarmiento. en Ciencias Económicas (Instituto de América Latina, Academia de Ciencias de la URSS, 1983). Es profe-

sora Titular del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (CEMI) de la Universidad de la Habana. Trabaja en la UH desde

1966. Ha publicado temas de mujer y relaciones de género en libros y revistas editados en Cuba y en el exterior. Consultora sobre

temas de la mujer y de género para las agencias de la ONU (1988-2003), para la Asociación de Estados del Caribe (1999) y para

ONG´s. Trabajó como Experta en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (Moscú 1978-1983) y como Consejera de la Embajada

de Cuba en Rusia de 1993 a 1997. Ha obtenido premios en la UH como Mejor Investigadora 1985-86, Premios del Rector (Por

temas de la Defensa y Coyuntural, 2004) y Mejor Profesora de Postgrado de la INTEC, Santo Domingo ( 2004-2005).

José Fabián Ruíz Valerio es profesor de la Maestría de Análisis Político y Medios de Información de la EGAP, cuyo claustro in-

tegra desde el año 2003. También es investigador a cargo del área de Instituciones Políticas de la Red de Investigaciones Políticas

–REDIP- del centro de Análisis y Evaluación de las Políticas Públicas –CAEP-. Ha sido profesor de la Universidad Complutense de

Madrid y profesor investigador de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, Argentina.

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sColaboradores

Mónica Sánchez Flores Es Doctora en Sociología del Conocimiento por la Universidad de Edimburgo, Gran Bretaña, Profesora-

Investigadora afiliada a la División de Historia en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, A. C. (CIDE) y miembro del

Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidata. Es autora del libro Political Philosophy for the Global Age (Palgrave Mac-

millan, 2005). Ha impartido clases de teoría social y política en el CIDE, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y actualmente en la Thompson Rivers University (TRU), en

la Columbia Británica, Canadá..

Ana Cristina Vélez López es docente de tiempo completo del Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT Medel-

lín –Colombia. Comunicadora social y Magíster en Ciencias Sociales. Miembro del grupo de investigación Estudios en Política y

lenguaje en Colombia..

Zidane Zeraoui es licenciado en Comunicación por la Universidad de Argel (Argelia) y Maestro y Doctor en Ciencia Política por la

UNAM. Actualmente es maestro de planta del Departamento de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey Campus Mon-

terrey. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 2. Ha realizado varias publicaciones nacionales e internacionales

así como artículos y capítulos en obras colectivas.

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Notas

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Normas de publicación

Confínes de relaciones internacionales y ciencia política somete los artículos a arbitrajes externos, procurando evaluar la calidad

de los trabajos a publicar. Los escritos deberán ser inéditos y estar relacionados con las áreas disciplinarias que integran la re-

vista. Podrán estar redactados en español, inglés o francés. Se considerarán para publicación solamente aquellas colaboraciones

que cumplan con las siguientes normas:

1. Se deberá enviar el texto a la siguiente dirección electrónica: confí[email protected]

2. Sólo se aceptarán trabajos en formato Microsoft Word.

3. Los trabajos no deben exceder las 35 páginas en fuente Times New Roman, 12 a espacio y medio.

En esa cantidad de páginas deberán incluirse tablas y/o gráficos y bibliografía.

4. El título que encabeza la colaboración se escribirá en negritas.

El nombre del autor y de la institución y/o departamento al que pertenece deberán ir al inicio del texto,

en itálicas, después del título.

5. Deberá incluirse un resumen del artículo en inglés y español (10 líneas, aproximadamente)

y entre 4 y 7 palabras clave.

6. Las citas textuales que excedan de 40 palabras se pondrán en párrafo aparte, sin comillas y

con sangría del lado izquierdo de 5 golpes.

7. Las citas de libros y artículos se efectuarán de acuerdo a la siguiente forma (en base al estilo APA):

a. Cita de un libro, haciendo referencia a una página concreta. Ej.: (Beck, 1998: 327)

b. Cita de un artículo publicado en un libro colectivo o en revista. Ej.: (Maffesoli, 1998)

c. La referencia bibliográfica de estas citas aparecerá al final del artículo de la siguiente forma:

LIBRO

Beck, U. (1998). La invención de lo político. México: Fondo de Cultura Económica.

CAPÍTULOS EN LIBROS

Zizek, S. (1993). "Más allá del análisis del discurso", en Laclau, E. (ed.) Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo.

Buenos Aires: Nueva Visión

JOURNAL

Piette, A. (1992). "Les rituels: du principe d'ordre a la logique paradoxale. Points de repére théoriques", en Cahiers Internationaux

de Sociologie, 92, 163-179

7. El Comité Editorial de la revista acusará recibo de los originales en un plazo de quince días hábiles desde su

recepción. El comité dictaminador decidirá sobre su publicación en un plazo menor de 3 meses; esta resolu

ción podrá estar supeditada a revisiones y modificaciones del texto original, propuestas al autor por los/as

dictaminadore/as

8. Los autores se hacen absolutamente responsables del contenido de sus colaboraciones.

9. Todos los originales deberán incluir la información siguiente: Nombre y curriculum breve del autor/a

(5 líneas máximo), además de número de teléfono, fax, correo electrónico y domicilio. Textos que se reciban

sin esta información no serán tomados en cuenta.

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Rules of submission for articles under consideration to Confines

Confines, Journal of International Relations and Political Science, is a peer reviewed and refereed journal by academics from

throughout the world who evaluate the quality of the submitted works for publication. Submissions are accepted under the

condition that the intellectual work has not been previously published in other journals, books, or other formats, and should be

directly related to the subjects which fall under the title of the journal. Submissions are accepted in the languages of Spanish,

English, or French, and will be published in the language of submission. Those works which will be considered for publication

must meet the following editorial criteria and standards:

1. You should send the text of your article to the following electronic address confines, [email protected]

2. We only accept works which are written in the Microsoft Word format.

3. Submitted works should not exceed 35 pages in the Times New Roman font (size 12), with one and one-half

line spacing. This space limitation includes all tables, graphics, and the bibliography.

4. The title at the head of the article should be written in bold. The name of the author(s) and their correspond-

ing institutions and/or academic departments, should be written at the beginning of the article, in italics,

following the title.

5. Direct quotations which exceed 40 words should be placed in a separate paragraph, without quotation marks,

and indented by five spaces.

6. Cited books and journal articles should adhere to the APA format, as follows:

BOOKS

Beck, U. (1998). La invención de lo politico. Mexico: Fondo de Cultura Económica

CHAPTERS IN BOOKS

Zizek, S. (1993). "Más allá del análisis del discurso", en Laclau, E. (ed.) Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo.

Buenos Aires: Nueva Vision

JOURNALS

Piette, A. (1992). "Les rituels: du principe d'ordre a la logique paradoxale. Points de repere theoriques", en Cahiers Internationaux

de Sociologie, 92 163-179

7. Acknowledgement and response to the reception of the submitted work will occur withinl5 days. The edito

rial committee will decide on the publication/non-publication of the submitted work within a maximum of

three months. Submission and acceptance of these works for publication fall under the condition that the sub

missions might be subject to minor editorial revisions and slight modifications to their original work- as is

common practice in all peer reviewed journals. These revisions and their publication will occur only under

the final authorization of the author(s).

8. The author(s) of the accepted work is/are solely responsible for the intellectual content of that work.

9. All submitted works should also include a cover page with the following information: your name, a brief

viate (five lines maximum), an abstract of the article (that does not exceed ten lines and must be in one of

the accepted languages, as well as your telephone number, electronic address, and your home address. Sub

missions which do not include the previous information will not be considered for review.

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Revista de Humanidades:Tecnológico de Monterrey

La Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey es una publicación académicaindizada editada semestralmente por la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tec deMonterrey, Campus Monterrey. Se especializa en la publicación de estudios literarios, lingüísticos,históricos y culturales de alto nivel, así como de reseñas de libros académicos. Los idiomas depublicación son español, inglés y francés.

En el número 20:

Oliver Lubrich."You kiss by th' book". ha deconstrucción del mitodel 'amor verdadero' en Romeo y Julieta.

Teresa González Arce."El viaje simbólico en tres novelistas españolescontemporáneos: Ignacio Martínez de Pisón,Antonio Muñoz Molina y Enrique Vila-Matas".

Judith Farré Vidal."Juan Rana, un gracioso en la corte de Felipe IV:la simbiosis entre actor-personaje y máscara de lacomedia dell arte en algunos fragmentos del teatrobreve".

Antonio Gómez López-Quiñones."Asaltar los cielos: Trotski, 'el hombre del piolet' yel documental cinematográfico".

http://humanidades.mty.itesm.mx/revista

Editora: Blanca López de [email protected]

Coordinador: Adrián Herrera [email protected]

Page 140: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY
Page 141: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

vol. vil, núm. 24, mayo-agosto 2007

CONTENIDO

Víctor Ramiro Fernández-Satto y José Ignacio Vigil-GrecoLos clusters, ¿paradigma de desarrollo territorial para América Latina? "Fallas deorigen", reformulación teórica y desafíos metodológicos

Ramiro Flores-Xolocotzi y Manuel de Jesús González-GuillenConsideraciones sociales en el diseño y planificación de parques urbanos

Ovidio González-Gómez y Rossana Nieto-LópezComportamiento logístico de las empresas de manufactura en Querétaro, México

Rodolfo García-Zamora, Osear Pérez-Veyna, Guillermo Foladori, Raúl Delgado-Wise, Miguel Moctezuma-Longoria, Elivier Reyes-Rivas, Humberto Márquez-Co-varrubias, Patricia Rivera-Castañeda.Paradojas de la migración internacional y el medio ambiente

Raúl Pacheco-VegaConstruyendo puentes entre la política ambiental y la política de tratamiento deaguas en la cuenca Lerma-Chapala

Alejandro Macías-MacíasLa identidad colectiva en el sur de Jalisco

Armando Nevárez-Sida, Patricia Constantino-Casas y Fernando García-ContrerasComparación de la eficiencia técnica de los sistemas de salud en países pertenecientesa la Organización Mundial de la Salud

Fábio Duarte-de Araújo-SilvaLa construcción de realidades abstractas: un ensayo sobre la investigación territorial

SUSCRIPCIONESSuscripción anual (3 números):México $240.00 (anual)

Estados Unidos y CanadáCentro y SudaméricaOtros países

us$50.00us$50.00us$60.00

Solicítela a:El Colegio Mexiquense, A.C.Departamento de adquisiciones y libreríaApartado postal 48-DToluca50120, México, MÉXICOTeléfono: (01722)218 01 00,2180056218 03 58 y 218 14 42; Fax: extensión 200E-mail: [email protected]

Page 142: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY
Page 143: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY
Page 144: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

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Page 145: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

de relaciones internacionales y ciencia política

CONfinesSUSCRIPCIÓN:

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Estados Unidos: 11 dlls.

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Ciudad: Estado: C.P.:

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Cantidad de cada número:

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Internacional

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Page 146: SISTEMA TECNOLÓGICO DE MONTERREY

CONfinesde relaciones Internacionales y ciencia política

Se terminó de imprimir el 10 de abril de 2007 en los talleres deImpresos Tecnográficos. S.A. de C.V., Ave. Porfirio Díaz 524 Sur,

Monterrey, Nuevo León, tel. 8342 1879.

Tiraje: 1,000 ejemplares. Prohibida su reproducción parcial o totalsin previo permiso escrito del Tecnológico de Monterrey.

Los artículos firmados son responsabilidad de sus autores.

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