Síndrome de Inmovilización

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SÍNDROME DE INMOVILIZACIÓN MOVILIDAD FÍSICA DETERIORADA Inmovilidad: El movimiento es un componente esencial de la vida del hombre, pues todos sus sistemas corporales funcionan con mayor eficacia cuando está activo. El anciano inmovilizado es considerado un paciente de alto riesgo, por ello, la capacidad de movilización es un indicador del nivel de salud del anciano y su calidad de vida. DEFINICIÓN Podemos definir el inmovilismo como el descenso de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por el deterioro del sistema musculo esquelético. La inactividad y la inmovilidad resultan problemas relativamente comunes en la población anciana. De ahí que el inmovilismo agudo, entendido éste como el episodio de declive rápido de la independencia en la movilidad (vida sillón-cama), durante un mínimo de tres días, constituye una auténtica emergencia médica que requiere atención inmediata, tanto por su pronóstico funcional, como por la elevada mortalidad que conlleva, pues se asocia éste con una mortalidad del 33% a los tres meses y hasta un 55% al año. El inmovilismo, como uno de los grandes Síndromes Geriátricos y al igual que los restantes, debe ser llevado de forma interdisciplinar. Este gran Síndrome, requiere por tanto, prevención, detección y aplicación de un programa terapéutico integral. Causas Cambios fisiológicos asociados al envejecimiento ( respiratorios, CV, nerviosos, osteomioarticulares, visuales, auditivos) Enfermedades frecuentes Músculo- esqueléticas. Osteoartrosis, gota, osteoporosis, fracturas de cadera y miembros inferiores, enfermedad de Paget, patologías podológicas, polimialgia reumática, osteomalacia Neurológicas. ECV, enfermedad de Parkinson, demencias, neuropatías periféricas, atrofias multisistémicas, hidrocefalia normotensiva Cardiorespiratorias. Insuficiencia cardiaca severa, CI (grados III y IV), EPOC, enfermedad vascular periférica (arterial o venosa) Neurosensoriales. Déficits visuales (cataratas, glaucoma, retinopatía diabética), déficits auditivos, vértigo posicional benigno

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SÍNDROME DE INMOVILIZACIÓN

MOVILIDAD FÍSICA DETERIORADA

Inmovilidad: El movimiento es un componente esencial de la vida del hombre, pues todos sus sistemas corporales funcionan con mayor eficacia cuando está activo. El anciano inmovilizado es considerado un paciente de alto riesgo, por ello, la capacidad de movilización es un indicador del nivel de salud del anciano y su calidad de vida.

DEFINICIÓN

Podemos definir el inmovilismo como el descenso de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por el deterioro del sistema musculo esquelético.

La inactividad y la inmovilidad resultan problemas relativamente comunes en la población anciana. De ahí que el inmovilismo agudo, entendido éste como el episodio de declive rápido de la independencia en la movilidad (vida sillón-cama), durante un mínimo de tres días, constituye una auténtica emergencia médica que requiere atención inmediata, tanto por su pronóstico funcional, como por la elevada mortalidad que conlleva, pues se asocia éste con una mortalidad del 33% a los tres meses y hasta un 55% al año.

El inmovilismo, como uno de los grandes Síndromes Geriátricos y al igual que los restantes, debe ser llevado de forma interdisciplinar. Este gran Síndrome, requiere por tanto, prevención, detección y aplicación de un programa terapéutico integral.

Causas

Cambios fisiológicos asociados al envejecimiento ( respiratorios, CV, nerviosos, osteomioarticulares, visuales, auditivos)

Enfermedades frecuentes

Músculo- esqueléticas. Osteoartrosis, gota, osteoporosis, fracturas de cadera y miembros inferiores, enfermedad de Paget, patologías podológicas, polimialgia reumática, osteomalacia

Neurológicas. ECV, enfermedad de Parkinson, demencias, neuropatías periféricas, atrofias multisistémicas, hidrocefalia normotensiva Cardiorespiratorias. Insuficiencia cardiaca severa, CI (grados III y IV), EPOC, enfermedad vascular periférica (arterial o venosa)

Neurosensoriales. Déficits visuales (cataratas, glaucoma, retinopatía diabética), déficits auditivos, vértigo posicional benigno

Endocrinometabóicas. Diabetes mellitus, hipotiroidismo, alteraciones hidro-electrolíticas (deshidratación, hipernatremia, hiponatremia, hipopotasemia e hipercalcemia)

Debilidad generalizada, neoplasias en fase terminal, malnutrición, anemias

Causas iatrogénicas. Fármacos antihipertensivos, hipnóticos, sedantes, neurolépticos), hospitalización

Causas psicológicas. Depresión, miedo a caer, demencias

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Causas ambientales. Barreras arquite-tectónicas, inexistencia de elementos de ayuda (bastones, andadores, pasamanos)

Factores sociales. Soledad, falta de apoyo social, aislamiento social

TRATAMIENTO

Tras enfermedades incapacitantes crónicas el objetivo es recuperar la Situación Basal previa.

El programa de entrenamiento debe ser progresivo y supervisado, asegurando que no sobrepase la capacidad funcional del sujeto, que la respuesta cardiovascular sea la adecuada y se evite el riesgo de lesiones. Para pacientes encamados se debe iniciar un programa de movilización pasiva y activa, con ejercicios de flexión extensión para aumentar la amplitud articular.

Primer escalón. Movilización en cama

Sedestación del residente: El paciente debe realizar ejercicios de movilización en cama: girar hacia los lados y flexionar el tronco hacia adelante, ayudado por barras a los lados de la cama o un trapecio en la cabecera de ésta. Si la inmovilidad es total deben realizarse cambios posturales pasivos, como mínimo cada dos horas, asegurando que la postura sea correcta. Posteriormente, hay que ayudar al paciente a sentarse en el borde de la cama periódicamente, aumentando el tiempo de sedestación poco a poco hasta que mantenga el equilibrio sin ayuda y pueda estar sentado media hora 3 veces al día.

Segundo escalón. De sedestación a bipedestación

Transferencias sillón-cama: Se practica que el paciente sentado se levante, situado frente a un andador que le sirva de apoyo para mantener la bipedestación. Los primeros días es normal que el paciente refiere gran inestabilidad, lo cual no debe llevar al abandono del ejercicio. Sino a un ajuste de la duración del mismo. Una vez lograda una movilización básica, el terapeuta le enseñará el aprendizaje de las técnicas de transferencia cama-sillón.

Tercer escalón. Incrementar progresivamente el tiempo de sedestación

Mantenimiento de la postura: Se debe incrementar progresivamente el tiempo que el paciente está sentado fuera de la cama a lo largo del día, comenzando por una hora 2 veces /día. Es importante que mantenga una postura correcta, si es preciso con la ayuda de almohadas.

Cuarto escalón. Practicar la deambulación diaria

Se practica la deambulación diaria, a paso lento y con distancias crecientes, inicialmente con andador y posteriormente con bastón. El objetivo puede ser que a los 2 meses el anciano sea capaz de deambular sin ayuda y realizar en lo posible las ABVD.

Quinto escalón. Fijar un programa de mantenimiento y Revisión.

Se fija un programa de mantenimiento, adecuado a la tolerancia física del anciano. Incluye ejercicios respiratorios, flexionar y extender los miembros, practicar levantarse-sentarse, dar paseos cortos... En último término, el programa va encaminado a reforzar los grupos musculares directamente implicados en asegurar la autonomía en las actividades de la vida diaria, sobre todo para la deambulación.

CUIDADOS DE ENFERMERIA

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Inmovilidad total:

CUIDADOS DEL ESTADO GRAL. DEL RESIDENTE

Cuidados del aparato locomotor. Movilización activa, pasiva y resistida. Alineación corporal Cambios de posición postural cada dos horas o según necesidad. Alimentación balanceada. Horario de ejercicios de acuerdo al estado general del paciente.

CUIDADOS DEL APARATO CARDIOVASCULAR

Actividad corporal. Control de PA y FC en busca de las alteraciones en el ritmo. Levantamiento Precoz si es posible. Búsqueda de hipotensión ortostatica. Prevención del éxtasis venosa y embolismos pulmonares y flebitis. Vendaje de Miembros inferiores durante el día. Administración de medicamentos, valorar tolerancia y de aceptación física –

funcional.

CUIDADOS DEL APARATO RESPIRATORIO

Ejercicios respiratorios Movilización de secreciones y drenajes posturales (fisioterapia respiratoria) Levantamiento precoz. Administrar abundante agua con fines mucolíticos. Estimular a la producción de tos para la movilización de secreciones Evitar exponer innecesariamente al adulto mayor Evitar cambios bruscos de temperatura Hacer uso de vacunas para la prevención de neumonías e influenza.

CUIDADOS DEL APARATO DIGESTIVO

Dieta rica en fibra y equilibrada, de fácil digestión y absorción. Verificar la tolerancia oral y deglución. Controlar y vigilar la cantidad de ingesta de alimentos. Aporte hídrico según tolerancia. Apoyo en las comidas. Posición semisentada en el momento de la ingesta para evitar bronco aspiraciones. Mantener posición después de la ingesta para evitar regurgitaciones y bronco

aspiración, Higiene bucal antes y después de los alimentos, y en caso de expectoración. Administrar alimentos fraccionados en casos extremos. Peso semanal, registrar y evaluar.

CUIDADOS DEL APARATO EXCRETOR

Vigilar el número de micciones y la cantidad eliminada. Maniobras activas y pasivas para favorecer la eliminación Proporcionar intimidad. Buscar edemas periféricos. Control de números de defecaciones y la cantidad eliminada. Aumento de líquidos o alimentos ricos en residuos para favorecer la excreción.

CUIDADO DE LA PIEL

Baño diario o según demanda. Masaje tonificante con cremas hidratantes en cada movilización. Prevención de UPP. Cambios posturales. Otras medidas preventivas. Uso de aditamentos que ayuden a la no formación de UPP. Levantamiento precoz

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Evitar el uso de lociones con alcohol y talco en sus diferentes tipos y usos. Exponer al sol con protector solar y cubierto la mayor parte de la piel. Correcto cuidado e higiene de la piel y anexos especialmente uñas.

CUIDADOS DEL ESTADO AFECTIVO Y SOCIAL

Animar al anciano a compartir emociones respecto a la limitación del movimiento. Buscar y solucionar las causas emocionales posibles que ocasionan la

inmovilización. Mantener la motivación permanentemente. Buscar apoyo emocional y psicológico en caso de no superación del problema. Mantener actividades de distracción según tolerancia y horarios. Solicitar evaluación de profesional si no se logra concentrar o mejorar el estado

anímico.

Inmovilidad Parcial:

Movilización (pulsiones) a los residentes en sedestación. Según su capacidad, moverse en cama Pasarse de la cama a la silla (si es capaz de mantenerse en bipedestación) Apoyo de ciertas actividades de la vida diaria según funcionalidad. Ayuda para caminar. Uso de aditamentos de ayuda según necesidad. Motivar a la realización de movimientos progresivos dentro de su espacio físico.

Buena Movilidad:

Caminar con o sin ayuda. Vigilancia permanente. Cuidados de los pies y el calzado. Recorte de uñas adecuadamente y eliminación de callos. Búsqueda de malformaciones óseas en pies Uso de calzado adecuado a los pies y a los posibles problemas que se presenten Ayudas técnicas si precisa. Educar sobre el uso de aditamentos de ayuda para la deambulacion. Evitar barreras arquitectónicas. Mantenimiento de las ABVD dentro de sus posibilidades.

Inmovilidad Iatrogénica o Forzada:

Comprobar periódicamente el grado de orientación del Adulto Mayor y determinar si todavía necesita la inmovilización.

Retirar la inmovilización mientras hay vigilancia por parte del personal o de la familia.

Explicar a la familia o cuidador sobre la importancia y necesidad de la sujeción mecánica o uso de barandas protectores.

Comprobar que las prominencias óseas del paciente que queden bajo la inmovilización, estén almohadilladas.

Retirar si es posible la inmovilización c/2h. o según necesidad. Masajear las zonas de presión y colocar la inmovilización de nuevo sólo si es

necesario. Palpar frecuentemente los puntos distales a la inmovilización. Observar el área que cubre la inmovilización en busca de signos de abrasión o

hematomas, inflamaciones. Si inmovilizamos extremidades, comprobar su alineación y circulación. Proteger

prominencias óseas o zonas de mayor presión o duración. Si el residente se resiste a la inmovilización, vigilancia estrecha para evitar que se

produzca lesiones o posible estrangulación. Mantener la comunicación permanente para facilitar la colaboración.

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Permitir que el familiar este al lado del Adulto Mayor, si este se tranquiliza puede permanecer con el y ayudar a disminuir progresivamente la inmovilización.

Realizar cambios posturales a pesar de la inmovilización. Levantamiento precoz, Hacerle caminar si es capaz, cada 2 h. Si no es capaz,

inmovilizaciones pasivas.Tener en cuenta su necesidad de ir al baño, o cambio de pañales. Si la inmovilización interfiere en actividades que puede hacer, como la toma de alimentos, quitarla durante esos períodos