Sin TreguaAtrévete a soñar

Se el perfecto escritor de tu vida

F. Javier Clavero Champsaur

Dicen que creer es crear. Que eres tú quien pone los límites. Quesolo fracasa el que se rinde. Pero...

Pero lo que nadie te dice es que la rueda de la fortuna a vecesnos sitúa arriba, a veces abajo, y en cualquiera de los dos casos es undesafío el seguir siendo la mejor versión de nosotros mismos. Estarconvencidos del qué hacemos y cómo lo hacemos.

No hay garantías. No hay normas. No hay trucos. Solo ponercuerpo, mente y alma: dar vida a lo que nos ocupa, sea crear unaempresa, escribir un libro o, simplemente, hacer día a día nuestropropio futuro...

Previo a la consecución de un logro está el sueño de obtenerlo, y

eso es lo que nos hace realmente felices: el sueño. El convertirlo enrealidad es una misión que hace que nuestra vida tenga propósito ysentido. Y cada vez que comienza un nuevo proyecto es como el iniciode una nueva vida en la que te esperan apasionantes aventuras. Esun momento mágico, inolvidable, que te marca para siempre.

Sí, hay que ser muy valiente para levantarse de esa zona deconfort, mirarse al espejo y empezar a descubrir quiénes somosrealmente y hacia dónde queremos ir. Y eso nadie, ni siquiera yo,puede hacerlo por ti.

© Francisco Javier Clavero Champsaurjclavero@javierclavero.comwww.javierclavero.comMiembro de la Asociación de Escritores de Madrid

www.asociacionescritores.comEDITORUM S. Coop. Mad.Gestión editorial: chiqui@editorum.esISBN 978–84–947931–9–6 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o trans‐

formación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titu‐lares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de De‐rechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra(www.conlicencia.com, 91 702 19 70/ 93 272 04 45).

Agradecimientos

Son muchas las personas a las que agradecer mi momentopresente.A unas por su apoyo incondicional, a otras por sermaestrasen mi vida y otras por mostrarme y demostrarme el poder dela ley del espejo…

A mis padres, pilar fundamental en mi vida. A mishermanosAgustín y Encarni por comprender y respetar mi mundo.Laura mihija, un ángel cuya bondad no tiene límites. Milena por habersidouna de mis grandes maestras. Ángel Largo y Luis Compés: másque amigos, hermanos; mi eterna gratitud por vuestra infinitagenerosidad. A Chiqui y Alberto de Editorum, mis editores.

A mis compañeros del Grupo 6-A del Curso-Campamento «Elespíritu del Líder» por la magia que vivimos esos días: José Juan,Adela, Ana, Victoria, Cibeles, Loto, Emilio, Jordi, Javier, José, JuanCarlos, Luis, Manu.

Y por supuesto a Almudena Díez Bartolomé por haberaceptadoescribirme este magnífico prólogo que estáis a punto de leer.

Gracias a todos por ser mis maestros.¡Os Amo!

Dedicatoria

A todas aquellas personas que, lejos de creerse el ombligo delmundo, dudan, tienen miedos, tiemblan, lloran o sufren en silencio,

cambian, a veces se sienten incomprendidos... Y aun a pesar de ello,no hacen responsable a nadie, luchan, ven el lado positivo de las

cosas, se adaptan a lo que les pasa viviendo el momento presente. Dela debilidad crean fortaleza y saben que todo es temporal y lo mejor

siempre está por llegar. Está llegando...

Atrévete a soñar

Almudena Díez Bartolomé

Apasionada por ayudar a crecer a los demás.Ingeniero industrial. Directora de programas

de formación en la Fundación Rafael del Pino

En demasiadas ocasiones no nos movemos por MIEDO alfracaso sin darnos cuenta de que lo peor es no intentarlo. ¡Nosperderemos un montón de descubrimientos!

La vida es una aventura. Y TOMAMOS DECISIONES cons‐tantemente. ¡Y malo si no tomas tus propias decisiones pues serán losdemás los que lo hagan por ti...!

Decidir te dará libertad.Disfruta del recorrido; el camino nos ofrece un montón de

detalles, de experiencias, de regalos. El destino es nuestro foco,nuestro deseo, nuestra ilusión. Y de todo ello vamos a llenar nuestravida. Con aprendizaje de todo lo que vivimos.

Aprendemos desde que nacemos hasta que dejamos este mundo.Y siento verdadera tristeza por los que no lo creen... Precisamente elaprendizaje —de los errores; y también de los éxitos— es lo que nosayuda a CRECER.

VIVE EL PRESENTE que ¡es un regalo!Yo siempre he pensado –desde pequeña– que, si otro con

características similares puede, yo también puedo. Es lo que seentiende por PENSAMIENTO POTENCIADOR.

El lector puede pensar «no es tan fácil». Pues yo le respondo «noes tan difícil».

Con 18 años me diagnosticaron una esclerosis múltiple. Y alguienme preguntó: «¿Por qué te ha tocado a ti?» A lo que yo respondí: Y¿por qué no? Evidentemente esas palabras salieron de alguien que mequería y que tenía la mejor versión de mí.

Ante esa noticia yo tenía dos alternativas. Pensar que terminaríaen una silla de ruedas o creer que en mi mano estaba mi futuro. Yponer todo de mi parte por construirlo con pasión, ilusión, motivación,autoliderazgo, disciplina, paciencia, perseverancia, tesón, esfuerzo,voluntad y todo lo que este libro recoge...

Sal de tu zona de confort. Arriesga y la harás más grande.Comprométete —pon lo mejor de ti para conseguirlo— y cultiva tusvirtudes.

La generosidad y el agradecimiento son síntoma de abundancia.Ponlos en marcha y revertirá en ti.

Utiliza el poder de las palabras y date un buen relato: positivo yconsistente.

¿Qué hacer ante la adversidad? Para mí no hay otra respuesta.No somos dueños de lo que nos pasa pero sí de la ACTITUD que

elegimos.CONÓCETE. Identifica lo mejor de ti, lo que se te da mejor que

al resto. Te servirá de anclaje para mejorar y sacar tu potencial. Ypoder diferenciarte.

Esto te llevará a la AUTENTICIDAD, cualidad que todosvaloramos. Para ello, IDENTIFICA TU PROPÓSITO DE VIDA, TUESENCIA para llegar a ser la persona para la que fuiste creado.

Busca dar sentido a tu vida desde la ética, los valores y con

coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y cómo actúas.Esto te hará FELIZ.Yo vivo en la EXCELENCIA, en lo personal y en lo profesional —

que van íntimamente unidos—. Término habitualmente mal enfocado.Consiste en dar lo mejor de ti mismo.

Tal y como Aristóteles decía, la excelencia no es una acciónpuntual, sino un hábito. Y para desarrollarlo tienes que aprender apreguntarte constantemente; lo que significa que has de distinguirentre lo que eres y lo que puedes llegar a ser.

La excelencia ve el error como una oportunidad de aprendizajepara hacerlo mejor en el futuro. Está directamente relacionada con lainnovación y la creatividad, lo que te permitirá reinventarte a timismo...

La excelencia trata de aportar y de resistir.Y está totalmente enfrentada a la EXIGENCIA, que busca la

perfección —que por cierto no existe—. Y por ello está llena deinsatisfacción, de reproches y de autocrítica. Por lo que penaliza elerror.

La excelencia no se consigue sin tenacidad (pasión y per‐severancia) ni sin esfuerzo (fortaleza y disciplina), cruciales para queel TALENTO dé sus frutos y alcance el éxito. Tu éxito; el que tú temarques y consideres.

La MENTE crea pensamientos que responden a tus deseos yórdenes. Y por eso siempre tendrá RAZONES para justificar tuscomportamientos y decisiones. Así que no pretendas que ella te dérespuestas...

Tomamos las decisiones en base a los sentimientos. Y estos a suvez son el resultado de emociones y pensamientos. Los

sentimientos deciden lo que hay que hacer y la mente loejecuta.

Pide a tu mente lo que deseas y ella buscará la manera dehacerlo realidad.

Así que hazte responsable de tu vida y ¡ATRÉVETE A SOÑAR!Lo que Javier y yo somos es un estilo de vida.¿Te apuntas?

«Dios mío, concédeme serenidad para aceptar las cosas que nopuedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y

sabiduría para reconocer la diferencia».

San Francisco de Asís

Introducción

Reflexiones independientes a modo de sencillos ensayos que teimpulsarán a estar motivado y con una actitud a prueba deadversidades. Dándote un prisma diferente de aquello que nos sucedea diario. Seamos conscientes de que no es lo que nos pasa sino cómolo interpretamos, qué lección nos da y qué enseñanza somos capacesde absorber para acto seguido aplicarla cuando sea necesario.

Algunas de ellas son inéditas, otras han sido creadas y utilizadaspara distintos medios de comunicación tales como diarios digitales,radio y televisión dando soporte en entrevistas y colaboraciones demúltiples temáticas.

Unas han dado pie a conferencias y viceversa, otras simplementesurgieron de interesantes conversaciones, de esas que son verdaderasmaestras en nuestra vida.

Tocaremos muchos y distintos temas; sin embargo, todos ellosgiran alrededor de la motivación, la superación, el crecimiento y eldesarrollo personal, es decir, cómo mejorar. Siendo las protagonistasindiscutibles en la mayoría de ellas la Actitud y la Acción.

Cierto que encontraremos alguna orientada, por ejemplo, almundo de la literatura –para aquellos que escriben o quierenhacerlo–, mas una vez que las lees atentamente, te das cuenta que elfondo –e incluso la forma– es válida para cualquier actividad. Enmuchas ocasiones se me pregunta si los contenidos que doy enempresas, institutos, ONGs, asociaciones contra las adicciones oprisiones difieren diametralmente unas de otras. Mi respuesta essiempre la misma, y es que los contenidos –el Qué– son exactamente

iguales, lo único que cambia es el Cómo lo ofrezco, es decir, elenvoltorio–.

Se trata, pues, de tomarlas como pequeñas dosis que nos elevenel estado de ánimo, para que nuestros pensamientos nos impulsen ala acción organizada y esta nos lleve a hacer realidad nuestrossueños. Y no solo eso, sino que seamos capaces de crear y llenarnuestras vidas de magia –de esa que no necesita trucos–.

Poco más queda que decir... Que animarte a tener la vida quedeseas. Y ser quien quieres ser es una tarea apasionante que está entus manos.

¡¡SÉ EL PERFECTO ESCRITOR DE TU VIDA!!Que comience la aventura...

Vivir sin Tregua

1 Y encontraremos el triunfo personal

Quien conoce a los demás es listo Quien se conoce a sí mismo es inteligente

Quien puede a los demás es fuerte Quien se domina a sí mismo es poderoso...Tao–33

Convertirnos en personas de éxito en los tiempos que nosasisten no solo es complejo sino que ya es un triunfo en sí mismo. Porsupuesto que hay un porcentaje de personas que nacen con unamotivación innata, que les lleva hacia donde ellos deciden ir; perotambién somos legión los que tenemos que crearla y sacarla aempujones, para que nos visite ayudándonos a transformarnos enquienes queremos ser.

Todo ser humano debería tener un propósito de vida que fuese sumotor, su norte. Esto es fácil decirlo; de hecho, es una obviedad. Lohemos oído tantas veces que nos parece tenerlo claro, cuando enrealidad no dejan de ser sueños que no pasan de ser meros deseos,como el de alcanzar la libertad financiera sin hacer nada porencontrarla.

Esta herramienta que utiliza la mente no solo pertenece a ella, vaacompañada de nuestro cuerpo físico y mundo emocional en el quenos movemos, de ahí la importancia que está adquiriendo laEducación y Formación Emocional para conseguir individuospoderosos que se adapten a cualquier situación que la vida les pongapor delante y alcancen ese estado de éxito personal; que seancapaces de interiorizar que tanto triunfos como fracasos no son

lugares, ni tan siquiera caminos que transitamos, sino actitudes antela existencia. Lo bueno o malo que nos sucede no deja de ser uno delos muchos procesos que nos tocará vivir, todos ellos nos enriqueceny nadie tiene ni la sabiduría ni la visión para saber si algo ocurre parabien o para mal. ¿Quién sabe?

Una gran parte de nosotros hemos aprendido estas lecciones abase de ensayo y error, como Edison; hemos probado bastantes hilos,esperando que la bombilla se encendiese, y esta al final no lo hacía;quienes cejen en su empeño nunca la verán brillar. Otros, queademás nos hemos visto entre la espada y la pared, decidimos seguirintentándolo con la máxima de que si «haces» tienes dosposibilidades: de triunfar o fracasar, si no actúas tienes la garantíaabsoluta... de derrota segura.

En un mundo tremendamente económico donde el dinero lomueve todo, tenemos muchos derechos, pero sin duda, la obligaciónde pertenecer a aquellos que deciden qué hacer con este poderosocaballero. Ya sabemos que por tradición una gran parte de lapoblación piensa aquello de pobre pero honrado, los ricos son todosmalvados de nacimiento, incluso en las series los buenos suelen serlos sin–dinero y los con–dinero son los estafadores, ladrones, loscornudos, los intrigantes, los avariciosos, sin escrúpulos, etc.

Cierto es que tenemos creencias, condicionamientos y li‐mitaciones que nos vienen de la infancia, por no decir en los propiosgenes: de que el dinero solo trae problemas y nunca la felicidad.Cuando en cualquier caso no tienen nada que ver. Mucha genteadinerada tiene el equilibrio físico, mental y emocional para crearriqueza, abundancia y prosperidad para ellos y no solo para quienesles rodean, sino para los que están lejos y tienen necesidades

prioritarias. Este es un trabajo fundamental a la hora de crear lamotivación que nos lleve por los senderos deseados.

El camino para convertirnos en uno de ellos con la armonía y laserenidad de saber que estás haciendo lo que tienes que hacer escrear esos sistemas de motivación, estructurarlos de manera inclusoartificial y ficticia para un día con la práctica y el entrenamiento esténintegrados en nosotros y los utilicemos como las piernas al andar, demanera automática, sin pensar en ello.

Como escribía en mi primer libro: Conoce–Te, Motiva–Te, Supera–Te y te encontrarás con el Triunfo, un sistema es una estructura quenos facilita unas acciones para hallar unos resultados y la arquitecturade la motivación es una asignatura prioritaria a la hora de aportarnosese crecimiento interior para ser mejores personas, y siéndolo saber ydar un uso correcto y adecuado a eso con lo que nos pagan y se hadado en llamar: Dinero.

Animo a hacer esa milla extra, ya que podremos pasar de que elmundo nos pague menos de por lo que realmente hacemos, a quenos pague infinitamente más de por aquello que realizamos, pudiendoutilizarlo en las causas que consideremos oportunas, haciendo queademás de herencias, dejemos un legado imperecedero al mundo degenerosidad y agradecimiento.

2 Retos y Desafíos

La vida es un reto. Afróntalo

Teresa de Calcuta

Retos y Desafíos es en lo que tenemos que convertirnuestros objetivos para darle la importancia y la magnitud que hagaque nuestros acciones tengan sentido y una dirección.

Y no me refiero a que todos andemos con el estrés, la ansiedad yel agobio que supone andar literalmente detrás de «algo», que enmuchas ocasiones se resiste a que lo pillemos. Ante todo, cada unodecide su nivel de implicación con aquello que quiere en la vida,teniendo en cuenta que hay un axioma que se cumple casi siempre:acciones pequeñas igual a resultados pequeños y grandes accionessuponen grandes resultados. Elevar a Desafíos nuestros , sitos suponedarles la máxima cate-goría priorizándolos sobre temas secundarios,que lo que hacen generalmente es retrasarnos, desviarnos ydespistarnos de eso que hemos decidido que queremos. Los retosconsiguen mantenernos alerta, tener desplegada la antena de laatracción nos convierte en imanes, que tanto atraen como buscanaquellas personas y circunstancias que les van a acercar a suspropósitos

Todo ello bajo el paraguas de la cooperación, de compartir, deintercambiar y no vamos a extendernos en eso que no solo hemosdicho por activa y por pasiva, sino que preside las páginas de este

libro y es que: aquello que das es lo que recibes, aquello quesiembras es lo que recoges y quien hace más de lo que se espera quehaga consigue resultados mayores de los esperados...

Los Desafíos nos mantienen vivos y esto significa que aunteniendo el foco en la meta hay que vivir el presente día a día,dándole la importancia que merece ya que pasados y futuros suponenun alejamiento de la realidad. Ya sabemos que hay que soñar con lospies en el suelo, recordemos que cualquier tipo de superación ya seapersonal, profesional o deportiva se consigue y se vive en el momentopresente «Viviéndola a tope».

También, y como no podría ser de otra manera, los Retos debenadaptarse a las circunstancias que nos rodean y al tipo depersonalidad que tenemos; aunque nadie dice que uno por decisiónpropia adquiera el compromiso de cambiar sus circunstancias ypersonalidad para conseguir el desafío–objetivo que se hallapropuesto. Eso sería genial, pero siempre estando comprometido conel esfuerzo, dedicación y sacrificio que entraña.

La adaptación es un eje sobre el que tenemos que aprender amovernos porque suele ser el paradigma de la satisfacción. No solosobreviven, triunfan y son felices aquellos que se adaptan, sino losque adaptándose consiguen un punto de inflexión en el que es elmundo el que acaba adaptándose a ellos. ¿Que cómo se hace? Puesasumiendo retos que hagan que aflore lo mejor de nuestro ser y lopongamos al servicio de nuestros propósitos.

Para quitarle hierro a todo esto vamos a introducir el factortemporal. Todo aquello que acontece es temporal y eso que malconsideramos como lugares –véase triunfo, fracaso...– en realidad sonestados de ánimo, actitudes, y como tales las debemos considerar

temporales. Igual que llegan se van; igual que desaparecen,reaparecen, pero siempre, siempre somos nosotros los que hacemosque vengan o se vayan.

De ahí la importancia del correcto uso del tiempo. Si su utilizaciónes inteligente, valiosa, debe ser una pregunta que nos acompañepermanentemente, y si, para darle la importancia que merece,pensamos que es la materia prima de lo que todo está hecho,habremos dado un par de vueltas de tuerca a nuestras metas.

Y para finalizar, constatar que por supuesto hay unos pocosnacidos para la gloria, que su cuerpo, mente y alma son UNO yconsiguen cualquier hazaña que se propongan. Pero somos una granmayoría también los que, si tomamos la decisión y el compromiso, nohay reto –coherente y razonable– que no seamos capaces deconseguir.

3 Las seis caras del Éxito

Tu estado de ánimo es tu destino

Herodoto

Cuando de triunfos hablamos, nos dicen que forman parte deuna moneda cuya otra cara es el fracaso puro y duro. De tal maneraque nos están dando como premisa, que si estás buscando el primeropuedes encontrarte con la segunda, es decir con una severa derrota.Con lo cual muchas personas, ante ese posible resultado que a priorisupone el cincuenta por ciento, prefieren no arriesgar o lo que espeor, no prepararse para que ese porcentaje se decante a favor de loque comúnmente denominamos ganar. Máxime si en ese tránsitoencuentran eso que llamamos zona de confort, que no deja de ser unespejismo que puede convertirse en un falso paraíso si lascircunstancias cambian.

Si nos apuntamos a la filosofía de creer y confiar en que lossueños pue-den cumplirse, si nos preparamos concienzudamente paraello y nos planteamos que en lugar de una moneda con dos caras,éxito o fracaso, es un cubo de seis lados... tal vez nos atrevamos adejar esa zona de falsa comodidad donde los sueños pasan aolvidarse. Los temores nos brindan excelentes excusas, que demanera artística convertimos en razones para no hacer. Amén de esoque tenemos en nuestros más profundos genes, que se ha venido enllamar condicionamientos, paradigmas y creencias que nos vienen

heredadas generación tras generación y que en definitiva no son másque limitaciones autoimpuestas. Si entendemos y nos concienciamosque todos los éxitos o los fracasos por los que pasamos no son másque parte del proceso de crecimiento interior, nos ayudarán adesarrollarnos como seres humanos. Estaremos de acuerdo en que enprincipio nadie puede decir si algo que te ha sucedido, bueno o malo,en un instante determinado, puede transformarse en un futuropróximo en su igual o en su contrario. La pregunta sería: ¿quién losabe? Y si lo hay, podríamos preguntarnos qué méritos tiene parasaber sobre pasados, presentes y futuros.

Aun llevando años alrededor de la Motivación que nos empuja asuperarnos, consiguiendo los logros que nos proponemos yaprendiendo de las lecciones que nos da la vida, todavía me veoincapaz de saber si la filosofía de los logros es complicada y es tareanuestra hacerla sencilla o viceversa, es tremendamente sencilla ysomos nosotros quienes acabamos por complicarla. ¿Por qué?, mepregunto. En cualquiera de los casos, vamos a trabajar para crear lasherramientas que nos lleven hacia donde queremos ir, partiendodesde donde estamos, y que nos brinde la posibilidad detransformarnos en el Ser que queremos ser y por supuesto desdequienes somos ahora y no en quienes creemos ser, que suele haberdiferencias entre ambos.

Esas caras no son otras que las que nos llevan a que, ocurra loque ocurra, no lo consideremos un lugar, ni tan siquiera un camino,sino una actitud, un estado de ánimo que nos lleve de un lado al otrodel cubo y siempre seamos capaces de vivir en equilibrio. Podemosencontrar que en UNA de esas seis posibilidades hallemos que hemostriunfado o eso pensemos y en realidad sea la antesala de un fracaso.

Una SEGUNDA podría ser sufrir una sonada derrota y que esta sea unverdadero trampolín para alcanzar el éxito. Una TERCERA sería vernostriunfando y una vez que nos imponen la medalla de eso que tantogusta a unos y otros envidian, nos encontremos con que ya no tienesentido ni contenido nuestra vida, ya lo tenemos todo y nospreguntamos ¿Y por qué?

Vamos a por una CUARTA posibilidad, que podría ser que lascosas no nos salen como habíamos previsto y en lugar de centrarnosen la palabra fracaso, la cambiamos por derrota temporal, nosentregamos a que esa temporalidad sea más bien corta que larga.Asumimos esta como una lección de las que se aprende con teoría ypráctica a la par haciéndonos ver que vamos en el buen camino, o talvez tengamos que variar algo el rumbo de nuestra vida. La QUINTA esla que uno debe evitar a toda costa, nos habla de miedos: no hagasnada, todo saldrá mal, qué dirán los otros, no puedo, no sé, no–pero–es que...

Y la SEXTA es la de generar en nosotros ese equilibrio y serenidadque hace que integremos todo lo que nos pasa, adaptándonos paraasumir lo que no podemos cambiar, la fuerza para transformar aquelloque podamos y sobre todo la sabiduría de saber cuál de ellas es en lacircunstancia en la que nos encontramos. La adaptación conseguiráque nuestra actitud siempre sea la de levantarse, continuar y jamásabandonar.

4 Soledad

La soledad es uno de los mejores aliados para conocernos

y sacar lo mejor de nosotros, siempre y cuando asumamosel desafío y venzamos el miedo de enfrentarnos a nosotros mismos

Javier Clavero

En muchas ocasiones nos encontramos con que la soledades un sentimiento, cuando en realidad no debería ir más allá de unanecesidad personal y que uno debería decidir, mas nunca verseobligado a ella por las circunstancias. Muchas son las escalas por lasque pasa esto que llamamos soledad, y mientras esté en nuestrasmanos el activarla, podremos decir aquello de: ¡Vamos bien!

Reflexionemos sobre algunas de ellas, las que asumimos porpropia voluntad, ya que como premisa, uno debería evitar estesentimiento de estar solo, poniéndole remedio de motu proprio. Conactividades, terapias, uno puede rectificar si de verdad quiere, otracosa es el disfrutar malévolamente de ese papel de víctima y «cali‐mero» de qué mala suerte tengo... pero qué poco hago por dejar detenerla.

Cuando uno quiere, quizás necesite estar solo para replantearseya no el futuro sino su presente más inmediato, para sacar lasenseñanzas del pasado más «actual». Cargar baterías, como decimoscomúnmente, es algo que podría convertirse en habitual y placentero.En soledad es donde uno puede aquietar su mente, generar ideas,imaginar, soñar, hablar con dios, con uno mismo: nada más y nada

menos.No dejemos escapar la oportunidad de estar a solas con nosotros

mismos al menos una o dos veces al día, mientras hacemos deporte ovamos al trabajo, conducimos o simplemente paseamos o nostomamos un café.

Cualquier situación puede ser utilizada para ello y sacarle elmáximo partido, sin olvidarnos que estando a solas con nosotros es lamejor manera de saber quiénes somos; de adentrarse en eso quellamamos autoconocimiento, tratando a nuestro cuerpo, mente y almacomo un templo sagrado al que debemos mucho respeto yadmiración, máxime porque puede llevarte tan lejos como quieras sise lo pides con amor y entrega.

Cuando uno es quien decide el grado de soledad que necesita y laque está dispuesto a afrontar con agrado, entonces no hay problema,podemos entregarnos a ella, sabiendo que es un paseo que tieneprincipio y fin. Peor es la situación en la que uno se ve abocado a ellaa pesar de sus circunstancias y se siente literalmente solo. Cuandomira a su alrededor no ve a nadie con quien compartir, a quiendemandar apoyo, nada donde poder agarrarse para mantener elequilibrio y continuar avanzando.

Quien se ve empujado a esta situación siente el vacío, la ansiedadde algo que no tiene fin y que cada instante se vuelve eternidad. Salirde estos círculos –viciosos– requiere de toma de decisionescomprometidas y una entrega en revertir el proceso de soledad,buscando los entornos donde uno encuentre la comprensión y elánimo suficiente para retomar el vuelo. ¿Fácil? No, ni mucho menos.¿Imposible? Jamás, todo es posible si somos capaces de convertir undeseo, una querencia en un desafío.

Para ello debemos poner a nuestro servicio esas tres he‐rramientas, viejas conocidas: la voluntad, la actitud y las acciones quenos lleven a los resultados esperados, reconociendo que el camino esun lugar de tránsito temporal y que la rueda de la fortuna siempreestá girando, esperando que nuestras acciones sean las indicadaspara premiarnos.

La peor de las situaciones que nos puede acontecer es estar solosaun rodeados de gente, amigos, compañeros, vecinos, incluso familia,y saber en nuestro fuero interno que estamos más solos que la«una»... Eso sí, reímos lo que nos parece que no tiene gracia,acudimos a «fiestas» que una vez allí nos viene el pensamientoreiterativo de: ¿Qué córcholis –carajo– hago yo aquí? Esto es perversoporque en muchas ocasiones no somos capaces de romper esaespiral, incluso hay quien vive y muere así.

Es un derecho y una obligación rodearnos, rozarnos, vivir endefinitiva con quienes tengan caminos parecidos a los nuestros paracrecer y ayudar a prosperar a quienes nos acompañen y hagan quenunca nos sintamos solos.

5 De la fuerza de las emociones a ser

emocionalmente fuerte

Si piensas que perderás, estás perdido, pues el mundo nos enseña que eléxito empieza en la voluntad del hombre... Todo está en el estado de ánimo

Napoleón Hill

Ya sabemos que somos tres partes indivisibles y aunque cadauna de ellas tenga entidad propia están conectadas, se necesitanentre ellas y cuando están equilibradas, bien desarrolladas, nos hacenseres imparables en cualquier nivel y plano de consciencia que nospropongamos lograr. Por supuesto hablamos de cuerpo, mente yalma, y con esta última nos vamos a referir a ese recipiente donderesiden las emociones. Aunque entiendo que esto es muy discutible,no es el foro ni el momento.

Aquellos de nosotros que seamos capaces de cultivar nuestraparte física en cuanto al descanso que necesitamos, al igual quealimentarnos de forma saludable y por supuesto reali zandoactividades que lo hagan fuerte, flexible y resistente, ya sea deporte ocualquier otra acción, lo único que tenemos que pedirle es quearmonice con nuestra personalidad, estructura física, mental yemocional.

Alimentar la mente significa darle los conocimientos a través de lainformación, formación y educación que consideremos oportuna, leeres fuente de asimilación de sapiencia y experiencia –si lo ponemos en

práctica–; no deja de ser una forma de situarnos en la piel del autor yhacer nuestro eso que él ha tenido a bien compartir. La mente nece‐sita tener grandes dosis de curiosidad para que crezca y laimaginación y creatividad tengan las herramientas para manifestarse,pero sobre todo requiere de experiencias, vivencias que le den vida,que queden integradas en el ADN y podamos utilizarlas en elpresente, así como y cuando las necesitemos. Cualquier actividad querealicemos puede convertirse en maestra que nos ayude a sacar lomejor de nosotros mismos dando más importancia al cómo hacemoslas cosas que al qué. La grandeza de lo que hacemos no reside en eltamaño, ni siquiera en la valoración social de las masas: está en laimportancia que cada uno de nosotros sea capaz de darle.

Sobre las emociones qué podemos decir. Son un pilar fun‐damental y solo conseguiremos ser personas de acción enfocadas a loque nos propongamos si estas ocupan un lugar de fuerza y poder.Cuando son fuertes, es fácil que nos lleven a generar pensamientosque nos impulsen a actuar en búsqueda de determinados resultados.

Sin embargo si nuestras emociones están «bajoneadas» tenemosque activarlas... ¿Cómo? Mil actividades e interruptores hay para ello,es una exigencia el buscarlas si queremos fuerza y equilibrio. Unamanera de empezar es darle la vuelta y empezar a crearpensamientos –positivos– que nos animen a crear esa emoción quenos levante de la silla y nos empuje al movimiento. Napoleón Hilldecía: «Puedes hacerlo si crees que puedes». Esta sencilla frasepuede activar una reacción en cadena, que te lleve a creer y confiaren que eres capaz de lograr todo aquello que te hayas propuesto. Siquieres el cien por cien de éxito personal en lo que haces oemprendes tienes que tener cuerpo, mente y emociones al máximo

rendimiento: equilibradas. Si alguna de ellas falla o no está a la alturade las exigencias, es posible –y digo es posible, porque en estos laresno hay garantías– nuestro éxito puede ser efímero o simplemente nocruzarnos con él por más que lo intentemos. El camino en cualquierade los casos es tarea nuestra el hacerlo apasionante y que seconvierta en la mejor de las aventuras jamás soñada. Y sí, esto tienemucho que ver con el rendimiento, efectividad y resultados de las em‐presas. Analicemos cada uno de nosotros hasta dónde damos de sí yqué es lo que nos falla. No vale con tener dos de ellas al máximo yotra que cojea o enferma, si es así no seremos capaces de llegar odisfrutar de nuestros triunfos.

Alguien con cuerpo y mente fuertes pero emocionalmente débilno será capaz de sobreponerse al más mínimo contratiempo. Cuerpo yemociones desarrolladas pero una mente «cortita» irá, pero no sabrádónde ni por qué. Mental y emocionalmente fuerte pero con un físicoflojo y débil, tendremos la voluntad y la actitud, sin embargo noentraremos en acción, nos fallarán las fuerzas. Por ello las empresasnecesitan personal altamente cualificado y preparados física, mental yemocionalmente para llevar a las empresas a lo más alto: Ser ren‐tables y sortear las crisis con Éxito.

6 No le digas al mundo de lo que eres capaz:

demuéstraselo

Saber y saberlo demostrar, es valer dos vecesBaltasar Gracián

Si hay un ámbito en el que parece que tenemos que demostrarconstantemente quiénes somos y nuestros resultados, es elprofesional. Y aunque no me gustaría desligarlo del personal, ya queeste es el que brinda una base sólida y congruente, nos es más fácilcomprometernos con nosotros mismos que con el trabajo quedesempeñamos, siempre tratando de conseguir, de alcanzar para quelos demás comprueben nuestros logros.

Cuando nos centramos únicamente en llegar, cuando sucedepuede embargarnos un vacío y un sin sentido, al porqué hemos hecholo que hemos hecho, máxime cuando tan solo nos sirve para que losdemás vean lo eficaces que somos. Aquellos que se adentran en elmundo de la motivación interior y crecimiento personal descubren,que una de las claves más poderosas para disfrutar de la satisfaccióndesde el minuto uno, es empezar a estar en el presente, obviando elpasado y soslayando el futuro –que no sabemos que nos deparará–.Cuando alguien se enfoca en lo que tiene por delante es capaz de darlo mejor de sí poniendo el acento en vivir lo que le acontece; tan solole queda crear el estado de ánimo positivo que le impulse alconvencimiento de que está haciendo lo que tiene que hacer, cuando,

donde y como tiene que hacerlo.Un verdadero líder tiene la misión de auto liderarse, y al margen

del qué hace, siempre pone el foco en el cómo realiza sus tareas.Todos los trabajos son imprescindibles en la sociedad en que vivimosy para que los demás valoren e incluso admiren nuestro trabajo,debemos ser los primeros que lo hagamos. Deleitarse con lo que unohace por cómo lo hace nos da una fuerza inusitada, que quienes nosrodean llegan a intuir, sino a ver. A la par que si empezamos a valorarlo que hacen quienes nos rodean de manera sincera, podemos crearuna tendencia en la que se dé la importancia a todas las tareas queexisten sobre la faz de la tierra, dándoles el valor que merecen.

Recordemos que si no podemos acometer grandes retos,podemos emprender pequeños desafíos con grandeza... Este matiznos catapulta a una zona donde lo bien hecho, la excelencia primasobre el tipo de trabajo. Si no soy capaz de construir los mejoresaviones o ser de los mejores médicos, tal vez me aporte mayorsatisfacción tratar de ser un excelente mecánico o un magistralcelador.

Si estamos en disposición de hacer algo, por simple o sencillo quepueda parecer a priori, con la misma magia que Miguel Ángel pintó laCapilla Sixtina o la Madre Teresa dedicó su vida a los másnecesitados, estaremos en vías de convertirnos en maestros en latarea que desempeñamos y eso no es algo que solo percibamosnosotros: traspasa y llega a todos los que se cruzan con el resultadode nuestro trabajo, porque no hay mejor enseñanza que la que unopuede predicar con el ejemplo. Una conducta y comportamientoexcelente hacen que estemos en el camino de dejar la mejor de lasherencias posibles: Un Legado.

En mi segundo libro: ¿Abandonas? ¡Jamás abandones!Reflexiones para la Motivación, desarrollaba que no solo se trata deestar motivado y saber por qué lo estamos a través de sistemas más omenos personales y efectivos, sino que todo ello hay que ponerlo enpráctica, entrenarlo y practicarlo constantemente, para obtener losresultados esperados, o cuanto menos generar la adaptaciónsuficiente, para nunca sentirnos decepcionados con lo que el destinonos tiene preparado.

Profesionalmente todo son ventajas cuando tratamos de aplicarestos aprendizajes, ya que siempre estaremos entrenados ydispuestos a jugar el partido de nuestra vida, independientemente delas circunstancias que nos acompañen; es más, comprobaremos queesas oportunidades que algunos asocian a la suerte acuden a nosotrosaunque sea por la puerta trasera, no importará, estaremos prestos aaprovecharlas y ponerlas a nuestro servicio para demostrarle almundo y sobre todo a nosotros mismos de lo que somos capaces delograr y vivir, ya sea personal o profesionalmente.

7 Fuerza y motivación

Fuerza es una capacidad que nos ayuda a no darnos por vencidos nunca

Habitualmente cuando escuchamos la palabra fuerza opensamos en quienes lo son –fuertes– lo hacemos en términos físicosmucho más que mentales o emocionales. Ya sabemos que no escuestionable que la fuerza exterior es una manifestación de nuestropoder interior, y quienes detentan esta capacidad en toda sumagnitud, es gracias a una mente y una educación emocional muybien integradas.

Para que esto suceda debe acompañarnos la convicción y ladeterminación en aquello que hagamos, sea lo que sea, da lo mismoque construyamos rascacielos, que barramos las calles, que los demásnos vean de una u otra forma. Ambas serán un puente

para que la fuerza que se manifieste se convierta en un trabajobien hecho y que entonces los demás valoren, cuando vislumbren quelos primeros que damos importancia a nuestra labor somos nosotrosmismos.

Mas siendo cierto lo anterior, también constatamos que eldesasosiego existe y nos visita más de lo que nos gustaría, pudiendominar esa convicción y determinación de las que hablamos. Seamosentonces más inteligentes que las circunstancias y desarrollemos elcoraje y la disciplina que nos haga incombustibles al desánimo propio,

pero sobre todo a los entornos, esos ambientes que nos agotanenergéticamente y nos venden la idea de que cualquier esfuerzo esbaldío, ya que la suerte es lo único que cuenta –naces con estrella oestrellado, dicen–.

La combinación de estas cuatro herramientas harán que no solotengamos la fuerza, sino que sintamos una energía ilimitada paraconseguir que nuestros deseos se conviertan en realidades, quenuestros sueños no sean tan solo eso que consiguen otros y nosotrosno. Trabajemos para que nuestros objetivos sean misiones imposiblesy podamos decir aquello de «Misión Cumplida»... por no habernosdado nunca por vencidos.

8 El síndrome de la derrota

La naturaleza no conoce la derrota

Og Mandino

Cada uno de nosotros entiende la derrota de una maneraparticular y subjetiva, sin embargo no por ello dejan de ser todas ellasválidas, ya que los procesos que vivimos son tan reales como nosotrosmismos. Si traspasamos la barrera de lo personal a lo profesional,puede ser incluso peor ya que nos toca directamente en laautoestima, pero la que se ve y ven los demás, que es eso quealgunos llaman éxito social. En los tiempos en que nos está tocandovivir, el que más el que menos ha experimentado una merma en susituación económica, ha tenido que decir «amén» a algún trabajo atarea, que poco le apetecía o peor, se ha visto despedido después deaños de servicio, y quién no tiene a alguien cercano en esta situación.

Hablo de derrota con la sana intención de evitar la palabrafracaso, que parece tener una connotación catastrofista, cuandodebería ser más bien al contrario. Un fracaso es tal cuando uno sequeda anclado en él y no quiere salir del mismo. Pensemos que el serhumano por antonomasia –a tenor de lo que uno ve alrededor– sesiente víctima y hay quien hace no solo una ciencia, sino un arte eincluso quien acaba viviendo de él, dejemos estos lares. Noscentramos en la derrota cuando alguien asume una situación que apriori no puede cambiar y hace un ejercicio de adaptación para que

esa circunstancia desfavorable sea temporal dejando de serlo lo antesposible. No hay nada más efectivo y realista que considerar que todolo que vivimos es temporal, tiene un nacimiento, un desarrollo y unamuerte segura.

Quienes asumen la temporalidad de sus adversidades, lejos desentarse a esperar, se ponen a trabajar para que el factor tiempocorra a su favor. Se paran para ver cuáles son sus propósitos, simerece la pena mantenerlos, modificarlos ligera o sustancialmente ocargárselos directamente y crear otros que entronicen más connuestra nueva situación y con lo que le pedimos a la vida. Tomandecisiones y se comprometen con ellas: puede que sea formarse,estudiar, desarrollar determinadas capacidades como la disciplina paracrear hábitos que les acerquen a esos objetivos que se han marcado,y sobre todo actúan, son personas de acción con la actitud adecuada.Sin un estado de ánimo positivo es difícil mantener el ritmo y la ener‐gía, es decir el enfoque.

Una derrota puede convertirse en uno de esos momentos en lavida de una persona en que se plantea un hasta aquí hemos llegado ya partir de ahora voy a saltar y volar con todas las consecuencias,puedes tomar la decisión de que tu viejo «yo» ha muerto, lo hanmatado o lo has eliminado tú mismo... Y dejas sitio para nacer denuevo: joven, fuerte, con energías renovadas, con toda una vida pordelante y además libre del peso de la mochila del pasado que yaarrastraste, simplemente sus enseñanzas están integradas en tí. Sitener una vida ya es un milagro de la naturaleza, aquellos que puedentener dos, o incluso más, deberían considerarse unos privilegiados.

Visto desde esta perspectiva, yo diría que vale la pena vivir contodas las consecuencias y arriesgarse a la acción, ya que si sale todo

bien –habría que definir exactamente qué significa: sale bien– genial,todo el mundo contento y si sale mal (ídem, definir: sale mal) puedeser un momento ideal para el cambio y la reinvención, paraatrevernos a emprender lo que siempre nos dio miedo o todo elmundo trató de apartarnos. Las personas más exitosas personalmentey satisfechas o felices, por qué no decirlo, son aquellas que han vividomúltiples procesos en su vida y entre los cuales no son pocas lasderrotas por las que han atravesado. La cuestión es que, para ellas,un fracaso no es más que una lección, una enseñanza que lesconfirma cuál es su verdadero propósito.

Si leemos la biografía de los grandes hombres y mujeres de lahistoria, la mayoría de ellos ni nacieron ni vivieron entre algodones, nifueron los «suertudos» que algunos piensan. Más bien todo locontrario, sufrieron uno o varios reveses, infinidad de problemas; sinembargo, tenían claro cuál era su propósito en cada momento de suexistencia y trabajaron para su sueño y no para el de otros, que esuna de las claves para hallar la plenitud y encontrar sentido a lo quehacemos. No voy a citar nombres porque cada uno de nosotros conseguridad tiene un buen puñado en la mente a quién imitar y por quéno, tratar de mejorar.

Y a los que no, a los que siguen y deciden pensar que no sonresponsables de lo que les pasa y echan la culpa al mundo y a todoslos que les rodean de su mala suerte, decirles que están a tiempo derectificar y emprender la travesía hacia el apasionante mundo de lasuperación y el crecimiento personal.

9 Cómo abordar situaciones que nos

sobrepasan

Lo importante no es lo que la vida hacecontigo, sino lo que tú haces con la vida

Jean Paul Sartre

En ocasiones tenemos la tendencia a pensar que tiempospasados siempre fueron mejores y en el peor de los casos, másllevaderos que los actuales, que parecen a veces un pocoapocalípticos. Debe ser algo normal, ya que a todos nos parece que loque estudiamos fue más difícil que lo actual; incluso recuerdo que enel servicio militar parecía que cuando uno se iba a licenciar era todomás suave para los que llegaban; cuando en perspectiva, seguro queni era ni es así. Esto podría extenderse a cualquier ámbito de nuestravida, ya sea personal o profesional.

Por lo tanto es fácil pensar que cualquier situación desfavorablellegue incluso a superarnos pensando que: «Esto no pasaba antes».Puedo imaginar que todos tenemos circunstancias en las que nosvemos desbordados y no encontramos la motivación y la energía paraponernos de pie y continuar; mas cuando lo hacemos, no solemosguardar en nuestro disco duro el proceso que nos ha llevado asuperarnos y avanzar. Cuando sería deseable quedarse incluso con lospasos y etapas por las que pasamos para integrarlo en nuestrapersonalidad, sacando partido de un proceso que aunque sea auto‐

mático –y casi inconsciente–, en muchos casos lo podremosmecanizar y tratar de utilizar cada vez que nos sea necesario.

Fórmulas, existir existen. Lo que no son es ni mágicas ni únicas,ya que dependiendo de nuestra personalidad y el tipo de situaciónque nos sobrepase podemos sacarles provecho poniéndolas en acción.Estas actuaciones serán las que determinarán si tenemos el foco en lasituación que nos sobrepasa y esta nos ahoga creando un agobio, unaansiedad complicada de manejar emocionalmente, o por el contrarionuestro enfoque está en cómo salir de ella. Y nos ponemos manos ala obra, actuando ya sea desde la racionalidad, que nos brindacaminos razonables y coherentes, ya sea desde la rabia que nosimpulsa a levantarnos y luchar por lo que queremos.

Cada uno de nosotros debe buscar ese trampolín desde el queimpulsarse para salir de esa circunstancia que trata de mantenernosaplastados, anulados. Y en muchas ocasiones, si analizamos fríamentelo que nos ocurre, podemos concluir que es más una cuestiónemocional nuestra, una interpretación catastrófica de algo externoque no podemos cambiar, controlar o tratar de encauzar; de maneraque si no podemos beneficiarnos, al menos no nos perjudiquemermándonos de facultades para seguir adaptándonos y avanzarhacia situaciones que nos gusten más.

Para prevenir este tipo de situaciones, que nos gusten o no, nosvisitan más a menudo de lo que quisiéramos, si hay algo que no sepuede soslayar ni negociar y es estar entrenado y preparado para ello¿Cómo? Aquellas personas que se sienten –y lo son– física, mental yemocionalmente fuertes son capaces de soportar los embates de lavida, de adaptarse y salir triunfantes; de afrontar aquello que lessucede sea lo que sea.

Si una de esas tres partes está en desventaja, poco entrenada otrabajada, las posibilidades de fracasar aumentan exponencialmente.

De nada sirve un físico y una mente imponentes si luego cualquiersusto que la vida nos envía emocionalmente nos deja muertos demiedo, acurrucados en la esquina de nuestra habitación. O si mental yemocionalmente estamos bien pero nuestro físico es débil, enfermizo–por malos hábitos– no podremos acometer las acciones que la mentey la emoción nos dicte. Y por último si física y emocionalmenteestamos muy bien pero nuestra mente no está cultivada, tendremos lafuerza y la energía, pero posiblemente nos fallará la coherencia y sen‐satez de las acciones emprendidas.

Ya nos dicen que considerar el mal de muchos es consuelo detontos, pero tal vez nos dé una perspectiva mucho más amplia de loque en realidad nos sucede y nos haga ver que eso, que pensamos esnuestro final, puede ser quizás el principio de algo nuevo, de algoapasionante, de algo jamás soñado... Pero la decisión de que sea asíes tan solo nuestra, y si no somos capaces de verlo, busquemos aquien nos ayude y acompañe en nuestro camino: El maestro siempreaparece cuando el alumno está preparado, no lo olvidemos nunca.

10 Nunca digas nunca jamás

Preguntaban a Confucio: ¿Por qué compras arroz y flores? Compro arroz paravivir... y flores para tener un motivo por el cual vivir

Cuando de motivos se habla, hemos de pensar que son elverdadero motor que hace que todas las mañanas nos levantemoscon la fuerza y el entusiasmo para vivir la existencia, que en muchasocasiones nos buscamos nosotros mismos. En otras ocasiones lo quehacemos es adaptarnos, que no deja de ser una buena manera detomarse la vida.

En el momento que una persona tiene meridianamente clarocuáles son los propósitos de su paso por este mundo, encuentra loscaminos para que se hagan realidad sus anhelos, ya sea fundar unaempresa, crear una ONG o encontrar un puesto de trabajo que colmesus expectativas.

Si tenemos un objetivo y nos enfocamos en él de forma decisiva ycomprometida empezamos a atraer personas y situaciones quearmonizan con esas metas, por ello a muchas personas les ocurre quecuando han encontrado ese motivo que les señala la dirección en laque van a avanzar, descubren que sus entornos no son propicios, nosolo no les ayudan sino que ni siquiera les entienden, y acaban portransmitir esa idea peregrina del: tú ya no eres el mismo, has cam‐biado...

Aquí es cuando uno tiene que saber cuán comprometido está consus propósitos y si realmente merece la pena mantener ese entorno osimplemente rodearse de quienes tengan también sueños y motivospara vivir, sean cuales sean esas metas. No se trata de acotar olimitar, más bien al contrario: sabemos que las sociedades avanzan yse hacen prósperas gracias a la diversidad de los retos que asumensus ciudadanos.

Cuando alguien se compromete con un propósito, un desafío,tiene dos posibilidades: poder con él, lo que llaman ganar, triunfar... ofracasar, y esta percepción dualista es la que hace que excelentesideas se queden en el cajón y grandes personas prefieran mantenersesentados ante la perspectiva –lejana o cercana–de la derrota: Perder.

Si se nos enseñara desde pequeños que fracaso principalmente esno hacer, solo aquellos que deciden no arriesgar no pierden nada, dehecho tienen la garantía absoluta de no éxito. Si se nos explicara einculcara que la moneda del triunfo lleva implícita la del fracaso y quecuando uno la tira al aire existen esas dos posibilidades... Y que comotrataba de mostrar en mi tercer libro, «La Motivación del Alma», elnúmero de tiradas tan solo lo decidimos nosotros con nuestra actitudante la vida y la fortaleza de compromiso con nuestros propósitos...

Que no existe un verdadero triunfo personal si no va acompañadode la superación de múltiples adversidades; cómo, si no, sabemos si latemperatura de una estancia es placentera: sin duda porque hemosexperimentado las sensaciones de frío y/o calor. Cómo sabemos sitenemos sensación de escasez o abundancia si no habiendoexperimentado ambas. No hay camino o prueba que valga la pena,que no lleve aparejados obstáculos, disyuntivas y encrucijadas quehaya que salvar.

Sin olvidarnos que los fracasos no existen en la mente de alguienque está decidido a vivir sus sueños y entiende estos como derrotas,que además son temporales. Nada es eterno, la rueda de la fortunasiempre está en movimiento y puede colocarnos en cualquiera de lasposiciones. Cuando piensas que algo está acotado en el tiempo, te dala fuerza para emprender las acciones que te lleven a modificar esasituación: convertir una derrota en un triunfo.

Un fuerte descalabro puede darte una lección de incalculablevalor, de esas que hace que todo lo que has estudiado, leído yexperimentado cobre sentido y nos dé la lucidez para seguir ennuestro empeño o tal vez redirigir los pasos en una dirección querealmente nos acerque más a eso que es la misión de nuestra vida yque en muchas ocasiones va implícita en el comportamiento yconducta aunque no seamos capaces de plasmarlo por escrito en unpapel.

No quisiera terminar sin incidir en la importancia de la Motivacióncomo elemento indispensable en la existencia que queremos tener yque es una ciencia que puede convertirse en un arte, si somoscapaces de integrarla en nuestra personalidad. Nos da entonces lasherramientas para que la plenitud, armonía y equilibrio en los planospersonal, profesional y sobre todo emocional presidan nuestra vida.

11 Valores y enfoque

Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos

Walt DisneyY enfocarte en ellos, añado yo

Que vivimos una crisis es obvio, sobre todo porque llevaafincada en nuestras espaldas unos cuantos años. Que es una crisiseconómica, es patente; tan solo hay que ver las cifras dedesempleados, la renta per cápita ha disminuido, pero sobre todo lasdificultades que atraviesan muchas empresas y por ende familias ypersonas, que es lo que somos cada uno de nosotros. Sin embargo,los expertos y estudiosos nos indican que lo que estamos viviendo esuna crisis de valores «galopante», en la que no solo hemos perdido elnorte, sino que lo hemos localizado en distintos lugares –y a tenor delos resultados, bastante erróneamente–, centrándonos casiexclusivamente en lo material para, una vez conseguido, no saber quéhacer con tantas cosas tangibles... Se puede convertir en unverdadero problema, ya que parece que todo hemos de tocarlo o almenos verlo y entonces lo identificamos con una emoción o unsentimiento, transformándose en una trampa, ya que si lo quetenemos dejamos de poseerlo, la emoción cambia y no precisamentepara bien. Sin embargo, si somos capaces de dominar o al menos demanejar las emociones y los sentimientos que estos despiertan ennosotros, independientemente de lo que tengamos o dejemos detener, seremos capaces de crear una actitud positiva ante la vida en

general. El primer paso tal vez sea fomentar y desarrollar una serie devalores y principios que nos hagan inmunes y nos impulsen atransformar en oportunidades eso que llaman crisis.

Y esto empieza por uno mismo, porque somos muy dados a verlas carencias en los demás, pensando que nosotros ya lo tenemos defábrica –nacimiento–. Valores hay muchos, lo fantástico es quecuando desarrollas dos, tres, cuatro, no más, otros empiezan acrearse y fluir; con lo cual uno puede convertirse en una persona deprincipios y virtuosa; que no quiere decir que esté exenta de defectos,debilidades y muy lejos de la perfección –¿Alguien puede ayudarme adefinir perfección?–. Algunos de ellos podrían ser el honor, el valor, lagenerosidad, el agradecimiento, el respeto o la autenticidad, entreotros. Fundamental es mencionar que los principios son un recipienteque hemos de llenar primero con nuestro ejemplo y comportamiento.

Digamos que si hablamos de respeto, la primera etapa esrespetarnos a nosotros mismos de manera real, sincera pero nomojigata. Segunda etapa, respetar tremendamente a los que nosrodean; poniéndonos en su lugar, en sus mismas circunstancias y siademás somos capaces de pensar de ellos como nos gustaría quepensaran de nosotros: ¡mejor! La tercera etapa viene comoconsecuencia de las dos anteriores y nunca se puede pedir, hay queganárselo: que nos respeten por lo que somos y esto puede ser tandifícil o fácil como decidamos nosotros mismos. Aquellos que noreciben respeto de los demás, deberían comprobar las dos primerasetapas. Por supuesto que hay gente irrespetuosa con la que noscruzamos y no somos responsables de ello, ¡quede claro!

Hablando de crisis y oportunidades no me resisto a hacerlo sobreel «Enfoque». Enfocarnos en lo que queremos, en nuestros objetivos

y propósitos de vida hace que seamos capaces de discernir entreaquellas circunstancias y personas que nos alejan de ellos y por elcontrario, aquello y aquellos que nos acercan. Esto en muchasocasiones sucede por eso que algunos dicen que es casualidad oincluso suerte y otros pensamos que es causalidad; simple yllanamente, cada uno de nuestros actos y pensamientos provoca loque nos ocurre. Por lo tanto el enfoque hará que se crucen en nuestrocamino los recursos para cumplir los propósitos de vida en los quehemos puesto el foco.

Sin olvidarnos que para disfrutar y sentirnos realmente vivos loideal es, después del enfoque, centrarse en las pequeñas cosas,realizar las tareas como una multitud de pequeños detalles bienrealizados. Pensemos que cualquier tarea que emprendamos y nossalga realmente bien es la suma de muchas pequeñas cosas bienrealizadas, de infinidad de detalles a los que hemos prestado interés,atención dándoles la importancia y prioridad que merecían, como sifueran cada uno de ellos el pilar maestro de nuestra casa. Y porúltimo sé tú mismo: ¡Sé Auténtico!

12 Duerme con quien tenga sueños

Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida

está rodeada de sueñosWilliam Shakespeare

Y esa persona en primera instancia eres tú mismo. Si ni siquieracrees en tus sueños, en lo que deseas, cómo pretendes que lo haganlos demás. Y esto es, en la mayoría de nosotros, un proceso. No secrean por combustión espontánea: requiere de esfuerzo, dedicaciónmezclado con la coherencia, el sentido común que debenacompañarnos con un mucho de entusiasmo y pasión por vivirlos sí osí, día a día. Una vez que hemos creado el compromiso y nos hemosentregado en cuerpo, mente y alma a ir a por ellos, vamos aconvencer y seducir si fuera necesario a los nuestros para que creanen nosotros y en los sueños que detentamos; que no solo nosrespeten y apoyen, sino que empujen en esa dirección que hemosdecidido transitar.

En muchas ocasiones y de manera natural o por las circunstanciasnos vemos abocados a determinadas desmotivaciones, que nos ponentrampas e incluso «caramelos» –envenenados– para apartarnos denuestro camino... Ahí estarán ellos entonces para indicarnos nue‐vamente la dirección y el sentido del mismo; cual faro que señala elrumbo a los barcos en una tempestad, para alejarlos de los posiblespeligros y ponerlos en la trayectoria correcta. De lo contrario, si conquienes convivimos y nos acompañan no creen en lo que hacemos, en

esos sueños que deberían compartir, se nos hace muy difícil avanzar,ya que en lugar de tejer razones para seguir soñando, nos obligan aconstruir excusas para seguir moviéndonos hacia nuestros sueños.

Esto, que es una obviedad si uno piensa en ello, es sufrido pormuchísimas personas que ven neutralizadas sus iniciativas, siendoestas ninguneadas y despreciadas por quienes sin duda, bajo uncomplejo de inferioridad tremendo, tratan de mantenerlas en elmismo cubículo, por no decir corral, de donde ellas no quieren salirpor temor.

Esos miedos que llevamos sobre los hombros, porque no somoscapaces de verlos: el miedo al ridículo , al qué dirán, al fracaso, a nosaber levantarse de las caídas, a no tener capacidad de afrontar losretos... Y me da pena, rabia, ya que muchas de ellas llegarían nolejos, sino muy lejos, y sin embargo mueren jóvenes, aunque losentierren con ochenta años. Lo triste es que lo asumen, se resignan ypiden a quienes rodean que mueran con ellos, los acompañen en eseretiro tétrico, frío y desapasionado de cuarenta a cincuenta añosvegetando.

Esa pena y rabia que comentaba me la produce conocer un sinfínde personas de esta guisa, y es que todos somos héroes,protagonistas de nuestra vida y aunque límites haberlos hailos –laslimitaciones las ponemos nosotros–, todos sin excepción tenemos enel armario un traje de Batman, de Lara Croft, James Bond, para hacerrealidad nuestros sueños, solo tenemos que crear los motivos que noshagan abrir el armario. Y lo mejor es que no solo es fácil ponérselo,sino creérselo si así lo decidimos: o ponemos las excusas para nohacerlo o las razones para hacerlo. Si nos paramos y observamosdetenidamente excusas y razones, en la mayor parte de las ocasiones

comparten argumentos, su frontera es delgada pero contundente. Lasexcusas nos llevan a la inacción, a morir en vida y las razonesempujan a la acción que nos lleva hacia nuestros sueños.

Y es cierto que el compromiso de experimentar nuestros sueñosnos acerca a personas y circunstancias que propician el vivir comoqueremos vivir, sin embargo no es suficiente. Quien está consagradoa sus sueños no debería tratar de convencer a nadie, y menos aquienes conviven con él: esto desgasta mucho, desvía el foco y elinterés de donde debería estar, tan solo seducirlos. Ese sí es nuestrotrabajo, y apasionante que lo es. Y como de seducción hemosacabado hablando diré que no solo hay que vivir con quien crea ennuestros sueños: debemos dormir, acostarnos, comer, jugar, crecer...con quienes crean y confíen en nosotros. Aquello que nos une osepara a las personas no son las diferencias, son los valores yprincipios que rigen nuestra vida y nuestros sueños.

13 La impronta

Marca o huella que en el orden moral deja una cosa o persona en otra

Al margen de las definiciones que puedan darse, comúnmentela Impronta es esa sensación que determinadas personas dejan enaquellos con quienes se cruzan en su vida, aun teniendo una relaciónlimitada en el tiempo. Esta es una capacidad, no sé si llamarlahabilidad, que se desarrolla de manera automática en quienes tienenprocesos de crecimiento y superación personal, y no digo «los hantenido», porque cuando estos comienzan ya no tienen fin. Todos lossufrimos. La sutil y sin embargo aplastante diferencia es el nivel deconsciencia que ponemos en ello y el enfoque, es decir, el objetivoque tiene nuestro camino de crecimiento.

Podemos remitirnos a la Pirámide de Maslow, en la que dice queelser humano necesita cubrir una serie denecesidades comenzandopor las másbásicas, como la del alimento, vestimenta y un techo,hasta la aceptación social y la autorrealización de uno mismo. Quiencamina por estas etapas con la expectativa de no solo aprender, sinode beberse todas las enseñanzas que el destino le pone por delante,con el entusiasmo que da el pasar por distintos procesos –in‐dependientemente de la catalogación social de buenos o malos, queesta es otra cuestión a no dilucidar en este foro–.

Estas muescas que la vida nos hace y nos deja grabadas, sonvistas e intuidas por aquellos con quienes nos relacionamos; habiendotres clases de personas con relación a la impronta. Las primeras no

nos aportan nada –dejémoslo en casi nada–; sus vidas son anodinasporque lo que se empeñan en transmitir es un encefalograma plano:no ilusión, nada bueno, pero tampoco nada malo. Los segundos llevanmarcada a fuego lo dura que ha sido la vida para con ellos, o eso eslo que piensan, y su impronta es negativa, en resumen, son ejemplode lo que uno debe evitar. Siempre te dejan una mala sensación; laqueja, la excusa, el lamento y el victimismo suelen ser sus tarjetas depresentación.

La tercera clasificación que es la que nos interesa, engloba atodos aquellos que se han conquistado a sí mismos sin necesidad deconquistar a nadie, han integrado sus experiencias convirtiéndose entodo lo que han vivido, así como sus conocimientos... Son todoaquello que han vivido y de todo tienen una lección positiva; ya quenada de lo que nos pasa sabemos a priori si es para bien o para mal:¿Quién sabe? Este tipo de personas son con las que aquellos quedesean un crecimiento personal se sienten a gusto, aprenden de ellossacando lo mejor de sí mismos. Este tipo de impronta suele causarcierto temor y rechazo en quienes pertenecen a las otras clasificacio‐nes, sobre todo por desconocimiento y temor a lo nuevo odesconocido para ellos.

Las personas con impronta son verdaderos imanes y por supuestoque esto es algo que puede desarrollarse por todo el que se loproponga, tome las decisiones oportunas y se comprometa en cuerpo,mente y alma a crecer para ayudándose a sí mismo ayudar a losdemás. Y la motivación es un instrumento ideal para darnos lasherramientas que necesitamos, para que nuestra impronta crezcaexponencialmente, máxime cuando esta nos da la fortaleza para quenada ni nadie nos aparte del camino de vivir nuestros sueños.

Pensemos que el éxito es hacer realidad de manera progresiva unsueño y la impronta no deja de ser también una actitud.

14 Proyectos esparcidos por el camino

Un hombre con una idea es un loco hasta que triunfa

Mark Twain

Cuántos proyectos se quedan por el camino por compartirentornos que ni nos comprenden, ni nos apoyan... Y la peor situaciónes cuando compartes vida e incluso cama con alguno de ellos,entonces puede resultar catastrófico para ideas que podríanmaterializarse en empresas y no acabar siendo más que humo, con lasensación y sentimiento de culpa por pensar semejantes cosas. Estareflexión no es una crítica hacia esos entornos –cada uno debe serdueño de sus querencias y acciones–, más bien es un repaso para losque sufren esos ambientes, para que dejen de ser víctimas, deregodearse o luchar y que simplemente tomen la decisión de em‐prender ese camino para el que están preparados y desean con todassus fuerzas caminar.

Hay un punto en el que uno no puede ocultar o disimular sunecesidad lo de superarse y estamos hablando principalmente denosotros, de ese interior que es ese auténtico «Yo» alejado dereputaciones, de lo que los demás quieren o esperan que hagamos.Es una misión fundamental de respeto y compromiso para connosotros; el buscar y encontrar personas que estén a la altura de lascircunstancias que queremos crear en nuestra vida. Y estos nadatienen que ver con que te den vaselina o te doren la píldora; estamoshablando de esas personas que se abren mental, física y emo‐

cionalmente a ti consiguiendo que tú hagas lo mismo. Sucedeentonces una simbiosis en la que ambos salen reforzados. Consiguesque tus fortalezas sean más y mejores, con lo que las oportunidadestambién se acaecen en mayor número, siendo mucho más claras dever y más fácil subirse a ellas.

Nos protegen de las amenazas que pululan a nuestro alrededor ylo suelen hacer precisamente haciéndonos más fuertes, másadaptativos a la vida; sus verdaderos consejos y enseñanzas son suscomportamientos, conductas que los hacen merecedores del apelativode amigos, compañeros, colegas, pareja y, por,qué no, Maestros quenos ayudan a abrir esas puertas que a veces solos, o no podemos ono tenemos la suficiente fuerza o valentía. Y qué podemos decir deesas debilidades, esos temores que constantemente llevamos sobrelos hombros y atenazan con dejarnos paralizados o cuanto menosdesviarnos de nuestro verdadero camino ofreciéndonos capazos deexcusas, justificaciones, revestidos de creencias y condicionamientosque nos quieren hacer ver lo blanco negro y lo sólido gaseoso.

Esos que nos acompañan deben ser la voz de nuestra conciencia,que nos hagan más fácil reconocer los miedos en nuestroscomportamientos, para ser nosotros mismos quienes los superemos.Amén de ayudarnos a saber qué queremos, qué necesitamos, a saberposicionarnos como Quijotes, cuando en realidad somos Sancho yviceversa... A soñar con los pies en suelo. Es entonces cuando se creaeso que Napoleón Hill denominó muy acertadamente la MenteMaestra, esa suma de mentes con los mismos objetivos, con la mismasincronía, que forman una mente superior capaz de abrir las puertasde la sabiduría, de las oportunidades, la riqueza, la abundancia y laprosperidad para aquellos que conocen su secreto. Y no solo

hablamos de cuestiones dinerarias, no; es mucho más y estoy segurode que todos los que han llegado hasta aquí saben a lo que merefiero. ¿Y tu entorno qué tal es?

Sin pensar en la barbaridad de oportunidades que se pierden o sediluyen en la nada, es decir por el camino, porque las personas de lasque nos rodeamos, más que creer en nosotros, no creen ni siquieraen ellas mismas. Cuando alguien no te dice lo bueno que eres, sinoque te lo hace sentir en toda la extensión de la palabra «sentir»,llegas no solo a creértelo, sino que además muy posiblementecumplas con esas expectativas. No se trata de mentir y decirle a laspersonas a las que queremos falsedades manifiestas, es aventarlos,ayudarlos a que sepan que cuando salten al vacío tienen grandesprobabilidades de volar, lo van a conseguir, porque se han preparadopara ello, porque otros lo han alcanzado, porque cuando alguien cae otropieza es verdaderamente alentador que alguien te dé una manopara que te levantes y un empujoncito para que continúes.

Y por último, la aplastante amenaza es aquella que vive unambiente opresivo en el que los de alrededor pasan de ser víctimas aser verdugos de nuestros sueños, mutilando nuestras capacidades abase de esa gota malaya que constantemente dejan caer sobrenuestras espaldas que viene a decir: Tú no puedes, no sabes, no teatrevas, no lo conseguirás, qué dirán, etc.... Huyamosdespavoridamente de esos entornos y busquemos aquellos en los quenos sintamos realizados, comprometiéndonos con ellos a vivir eso quellamamos sueños.

15 Acorralando miedos

No es lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que eres cuando te golpean

Silvester Stallone

Como no es cuestión de golpear ni lo contrario, vamos a verqué quiere decir este buen caballero. Puedo intuir que pretendedecirnos que cuando uno hace lo que quiere puede sentirse fuerte,incluso hacerse cada vez con más fortaleza hasta conseguir eso quellaman, que llamamos triunfo, éxito. Y que nadie dice que sea fácil deconseguir, pero este es tan solo la mitad de la moneda: nos falta laotra cara, la que sin duda acecha para sorprendernos cuando menoslo esperamos, cuando menos debería aparecer, y es el fracaso, esasderrotas que hacen que todos esos miedos y temores que quizáshayamos tenido metidos en un corral, al menor cambio y opor-tunidadsaltan la valla, nos invaden yse hacen dueños de nuestro gobierno,precisamente dejándonos sin gobierno, al pairo de cualquier viento ycorriente que además suele llevarnos contra las rocas del máspeligroso acantilado, que suele ser la ansiedad, el agobio y ladepresión.

Es en estos momentos cuando uno tiene que sacar lo mejor quetiene dentro, comprobar de qué materia prima está hecho ydemostrar lo fuerte que es; haciendo un alarde de seguridad en símismo, para no desviarse del que es su propósito de vida. Y sobretodo volver a acorralar y enjaular a esos miedos; que sí, ya sabemos

que los tenemos y de vez en cuando pueden asomarse a las rejas,pero nunca escaparse para do-minarnos. Si además eres fuertecuando el camino te golpea, conseguirás que los fracasos seconviertan en derrotas temporales, que los problemas se transformenen adversidades y todas ellas en lecciones, que no se aprenden ni enlas escuelas ni en los libros, aunque ambas nos avisen, cual códigosde circulación, que nos indican lo que podemos hacer y lo que no...

Pero la vivencia convertida en experiencia será la que nos marquea fuego y nos haga más fuertes o más débiles. La decisión es nuestra:nadie debería decidir cuando hemos triunfado o hemos fracasado; ycuando digo nadie, incluso me refiero a nosotros mismos. Tenemosderecho a sentirnos satisfechos, exitosos, con lo que hacemos, másque con lo que conseguimos. Mas tenemos la obligación de nosentirnos nunca derrotados y acabados, siempre tenemos la mitad deuna vida por vivir y tú decides, como el águila, si vives o mueres...Cuentan que:

«Las águilas tienen una esperanza de vida de setenta años, peroa los cuarenta su pico, alas y garras están gastados, viejos, hanperdido fuerza, es entonces cuando algunas de ellas se dejan morir,pensando que han llegado al fin de sus días, y otras se arrancan elpico contra las rocas, esperan pacientes que uno nuevo crezca fuertey poderoso, con el que acto seguido se arrancan las plumas que ya noles permitían volar adecuadamente y las garras con las cuales ya noapresaban su caza y al paso de unos meses han vuelto a renacerpoderosas, majestuosas y en pos de la otra mitad de su vida».

Todavía podemos dar una vuelta de tuerca más: si mientrashacemos el camino, este se pone duro, te esculpe y tú sigues siendofuerte; si además te dejas esculpir y a la par sigues tallando tu propio

camino, siendo fuerte, ocurrirá algo casi sin que te des cuenta, tevolverás poderoso, nadie te gobernará, tan solo tu mente, tu alma, tucuerpo, tu interior será quien presida tus actitudes y tus acciones.Podrás llegar a ser un líder, porque tú te liderarás a ti mismo, ya noserá necesario dominar a los demás, preferirás vencerte a ti mismo.En ese punto, tu camino estará lleno de luz y los obstáculos seránestaciones de paso en las que hay que pararse para repostar y seguiradelante. Lo mejor e increíble es que ya nada ni nadie será capaz dedetenerte en el camino hacia tus propósitos... La satisfacción, lafelicidad embargarán tu vida, tus acciones y tus resultados cualesquiera que fueren. El poder estará en ti.

16 ¿Quién dijo que era imposible?

La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse unpoco más allá de ellos, hacia lo imposible

Arthur C. Clarke

¿Quién te ha dicho que no es posible? Tres opciones hay, yno más. La primera es que quien te lo dice lo haga porque lo sabe porexperiencia y trata de advertirte, de darte la información; mas nosabe que está cortándote las alas, limitando tu vuelo, unasexperiencias y vivencias que quizás deseas, o mejor, necesitas para tucrecimiento interior... Agradece su buena voluntad. Sobre todo, evalúalas opciones de hacerlo, chequea las consecuencias que puedeacarrearte y toma las decisiones que creas más oportunas, deja quetu mente y emociones se equilibren para decidir.

La segunda opción es de aquellos «suertudos» (dicen que lasuerte no existe, pero excepciones que confirman la regla haberlas,hailas) que han conseguido llegar o mantenerse en la cuerda floja y nisaben cómo lo han hecho ni les interesa averiguarlo, y al serconsultados, sus miedos a la pérdida de estatus o simplemente acompartir su lugar te espetan que eso no es posible, que tan solo seproducirá por arte de magia y que infinidad de factores deben ali‐nearse, vamos que les ha pasado a ellos, pero ya está, a ti jamás tepasará.

Los terceros, y esta es la situación más triste, viven dentro de una

prisión llamada miedo, aunque ellos pretendan vendernos que vivenen una morada llamada prudencia, previsión, cordura, incluso algunosla denominan humildad; ahí queda eso. Estos directamente teescupen el No a la cara metiéndole mil razones para que no lo hagas;las mismas razones que para ellos han sido excusas para quedarsedonde están, y para no quedarse solos, pretenden que todo el mundomore en su hábitat.

De los tres, estos últimos suelen ser los más convincentes y casilos que llegan a apartarnos de nuestro camino; deberían llevar unletrero luminoso en la frente que nos advirtiera del peligro. Mejor no,saber reconocerlos es nuestra tarea, entender que deberían ser losque más fuerza nos insuflaran por aquello de devolverles estapregunta: ¿Qué gran logro has conseguido en la vida que te hagavaledor para decir que esto no es posible? O mejor aún: No voy adecirte de lo que soy capaz... ¡Te lo voy a demostrar!

Sí, ya sé que entre estas opciones, están los intermedios, esafamosa escala de grises; como la mayoría de cosas con las que nostopamos y convivimos, ni son blancas ni negras. También, en honor ala verdad, hay personas que nos animan a perseguir nuestros sueños,tan solo comparten que el camino es duro, no tiene atajos; elesfuerzo, la dedicación y la pasión nos tienen que asistir, entre otrascoherentes, razonables y sobre todo motivadoras palabras que nosofrecen. Estas personas son las que realmente debemos dejar que seacerquen, nos transfieran esa energía que tan necesaria nos es ennuestro caminar y que otros nos roban o disipan de mil manerasdiferentes, pero todas muy efectivas. Una vez más, acabamosacercándonos a los entornos, y su importancia es cierta y verdad.

Si los padres buscan la mejor educación, los mejores colegios, las

mejores actividades para sus hijos y nosotros a su vez para nuestrosdescendientes, ¿por qué muchas veces descuidamos y no buscamoslos mejores entornos para vivir y convivir? Sí, ya sabemos que nosiempre acertamos, que las cosas a veces acaban por no ser lo queparecían al principio. Sin embargo no creo que haya cadena tan fuerteque uno no sea capaz de romper, cambiar, variar y poner el foco enaquello que quiere.

Es menester que quienes nos rodean no pongan más piedras enel camino de las que ya de por sí vamos a encontrar y tendremos quebordear, saltar o quitar para que podamos seguir en pos de nuestrossueños... Buscar una vez más a aquellos que crean en nuestrossueños y sobre todo en quienes te hagan soñar susurrándote al oído:¡Es posible y tú, especialmente tú, lo vas a conseguir!

17 Opciones te da la vida, la vida te da

opciones

La mariposa no cuenta meses, cuenta momentos ytiene el tiempo suficienteRabindranath Tagore

Lo bueno, bonito y barato es, una vez que has elegido,mantenerte fuerte en tu decisión asumiéndola con todas susconsecuencias, que a la fin y a la postre suele resultarnos que las tres«B» se cumplen y no está la vida como para que cuanto menos tecuesten caras. Caro resulta volver sobre los pasos que ya hemosandado, arrepentirnos de lo que ya hemos decidido, elegir una opcióny situar nuestras mente y emociones en lo que sería, o si noshubiéramos mantenido estáticos, o peor, elucubrar lo que habría sidode hacer esto o lo otro o lo de más allá. Debemos encontrar en primerlugar aquello que nos mueve, que hace que cada noche, nuestrocuerpo, mente y alma se aferren al , descanso, soñando con un nuevoy apasionante día lleno de certidum, bres, pero también deincertidumbres, que nos hagan Vivir, en mayúsculas, esta vida quetenemos y que no es más que una. Y que cuando somos jóvenesparece que los días no se acaban nunca y conforme pasan los añostermina por parecer que los días te los roban y volando pasan lassemanas, incluso los años; es inusitada la velocidad que adquierencuando te sientes Vivo, tienes objetivos y propósitos de vida. El

mundo de las opciones y decisiones es apasionante, toda unaaventura. Me viene a la mente una definición que escuche de lapalabra «Decidir» y era la eliminación de todas las opciones menosuna, con la que te quedas (creo recordar)... Y me gusta, porque esuna manera de ser consciente de que no podemos estar diciendo yarrepintiéndonos constantemente; porque ya sabemos que el universode las excusas suele atacarnos por detrás y anular nuestra mentebloqueando las emociones, para intentar llevarnos al corral de lamediocridad.

Por ello debemos mantenernos fuertes en los argumentos queconvierten esas mismas excusas en razones para seguir luchandoavanzando en nuestro camino de crecimiento interior, y todo esto nosignifica luchar contra, más bien luchar con; si algo debe abanderarnuestra existencia, es la adaptación al entorno y las circunstanciasque nos acontecen. Ser responsables y consecuentes con lasdecisiones que hemos tomado nos brinda ese vértigo que produce elvacío de algo que hemos decidido dejar atrás, a la par que esaenergía vital nos inunda y nos anuncia que el esfuerzo valdrá la pena,pero tan solo si la actitud es acompañada de las acciones que nosacerquen al objetivo, originado por la decisión que hemos tomado.

Y aunque parezca lo contrario y sea una «moto» que tratan devendernos algunos (el que las cosas se consiguen solo con desearlas),todo esto lleva aparejado un gran esfuerzo, como el que realizan losdeportistas cuando hacen una prueba de resistencia (y ahora no meestoy refiriendo ni siquiera a un maratón de 42 kilómetros, sino apruebas de autosuficiencia de 250 kilómetros en las que uno tiene quedarlo todo y más). El esfuerzo, cuando tiene un propósito, nos hacefuertes, poderosos, invencibles en el sentido de que nada ni nadie

puede entonces apartarnos de nuestro camino, tan solo y como mu‐cho desviarnos o retrasarnos, pero nunca hacer que nos detengamoso abandonemos. El esfuerzo y la dedicación es una fuerzarevitalizadora, me atrevería a decir rejuvenecedora, que hace quequienes te rodean vean ese aura de seguridad, de aplomo de saberque eres alguien con la certeza de que sus decisiones le llevarán undía a vivir tus sueños: ¡Sí o Sí!

Para que los sueños se hagan realidad, tenemos que sumarle uningrediente esencial y es «consagrarnos» a ellos, mimarlos como sifueran auténticos bebés que tienen que crecer, y tan solo nos tienen anosotros. Hemos de alimentarlos, sacarlos a pasear, procurarles eldescanso necesario, pero sobre todo proyectar en ellos nuestrosafanes, deseos, expectativas, en definitiva sentirlos y emocionarnoscon todo lo que estamos haciendo, para que se emancipen y seconviertan en reales. Y tener la confianza de que se cumplan o no, alfinal el camino habrá valido la pena.

18 Hacer, Acción...

Una buena acción es una lección insolente para los que no tienen el valor de

ejecutarlaRené de Chateaubriand

Hacer es un verbo que denota acción, que incluso en algunosmomentos puede suponernos cierto vértigo; ese que nos daemprender algo y que no sabemos muy bien con lo que podemosencontrarnos. Quiero compartir con vosotros cómo, en mi caso, elescribir libros de motivación personal y desarrollo profesional, endefinitiva, me ha ayudado a mantener a raya eso que se ha dado enllamar cibercrastinación, y que a pesar de lo novedoso del término esde sobra por todos conocido. Para alguien que viene de un fracasoempresarial monumental... La sociedad tiende a catalogarte en unlugar del que casi te dicen: no te muevas, jugaste tu partida yperdiste. Ahora, eso sí, despiertas un montón de simpatías y de pena,porque al parecer te has convertido en un tullido en el peor sentido dela palabra; es más, casi todo el mundo en su fuero interno piensa eincluso espera que te rompas, que la ansiedad de lo que pudo habersido y no fue, la agonía de lo que te espera, te produzcan una presiónde caballo y seas un despojo humano. Has muerto, tan solo quedaque te entierren al cabo de diez, veinte años, tal vez. Pronto entendíque o me separaba de esos entornos o les daría la razón en todo,creyendo lo que me contaban. No solo decidí cambiar sinotransformarme, en alguien que al pretender ayudar a los demás, yo

fuera el principal beneficiario de ese apoyo.La motivación me pareció un vehículo perfecto y mis experiencias

de éxito así como derrotas, ideales para transmitir que todo estemporal; que no hay lugar del que no se pueda salir si tomamos lainiciativa, de entender lo que nos pasa como parte de nuestro procesode vida creando una actitud indestructible ante las circunstancias quenos invaden. Sin embargo en todo camino hay decenas de trampasque tratan de parar nuestras acciones, algunas vienen muy biendisfrazadas y pertrechadas de fronteras tremendamente sutiles. Véaseel mundo de las nuevas tecnologías –ya no tan nuevas– como lasredes sociales o internet, sin ir más lejos, nos proveen deconocimiento, entretenimiento, amén de entornos como los quebuscamos y por supuesto necesitamos para mantener nuestra actitudy hacer camino hasta nuestros logros.

La línea que separa lo útil de lo inútil es descabelladamente fina,traspasarla es lo más fácil que nos puede ocurrir, pasar de los escasosminutos a las horas muertas frente a la pantalla, puede ser un clic enel tiempo. Mas salir de esa dinámica y espiral puede resultar untrabajo de verdaderos «jabatos». Como pretendía explicaros, siemprehe sido una persona de acción por la sencilla razón de que me daverdadero pavor la inacción, el perder el tiempo –que esirrecuperable– y las redes sociales e internet, que son esenciales paramis actividades y a las cuales estoy muy agradecido por todo lo queme están aportando...

...trato de mantenerlas controladas en tiempo y forma, y loconsigo poniéndome como objetivo escribir todos los días partes deun nuevo libro, artículo, reflexión, o los Exitum que muchos devosotros ya conocéis. Para mí se han convertido en acciones

provechosas, para alejarme de pasar horas frente a la pantalla. Yescribir, me he impuesto que sea la antesala de ejecutar aquello queescribo; de lo contrario hacerlo sería estar en la zona de inacciónnuevamente. Si escribes lo que haces y haces lo que dices, temantendrás en la zona de acción y esta te lleva a conseguir lo que tehas propuesto.

Caso de no vivir ni alcanzar tus sueños, siempre estarás en latesitura de poder medir, controlar y variar tus acciones para obtenerlos resultados esperados. No hay nada más placentero que perder eltiempo cuando no somos conscientes de ello, y no hay nada másdesesperante que darte cuenta de que has matado el tiempo, y ya nolo puedes resucitar; es una sensación horrible y de gran autoculpabilidad... Aprovechemos el tiempo haciendo «cosas» que nosacerquen a nuestros sueños.

19 Saber esperar

La ocasión hay que crearla, no esperar

a que llegueSir Francis Bacon

El Saber Esperar requiere de un buen equilibrio entre elentusiasmo, del que hay que hacer gala mientras estamos en elcamino de las acciones para conseguir eso que nos hemos propuesto,y el autocontrol, para saber que estamos haciendo lo que debemos ytodo lo necesario para ello. Estamos insuflando Paciencia yPerseverancia a nuestro día a día siendo conocedores de que lascosas no se producen por combustión espontánea, aunque a vecescuando quienes nos rodean ven nuestros logros, tan solo pongan elfoco en lo conseguido y la suerte que nos ha acompañado. No suelenver todo el esfuerzo, dedicación, incluso sacrificio que nos ha llevadoese logro que ellos perciben.

Cuando uno espera tiene que tener la esperanza de que todo loque hace tiene un fin, pero no como un final de carrera en el quesufres todo el trayecto dando el máximo tan solo para cruzar la metaen un lugar digno y razonable, sino como un camino que hay quedisfrutar en cada paso que damos y que por supuesto tiene unobjetivo, un fin, como decíamos. Aquí es cuando la madeja secomplica y se lía ya que se nos presentan pasado, presente y futurocomo algo difícilmente controlable y que solemos mezclar mal, lo quenos da como consecuencia que nos retrasemos en vivir y alcanzar

nuestras metas.En más ocasiones de las recomendables el pasado se convierte en

una losa que nos aplasta y dificulta las acciones del presente, trata desometernos alegando excusas como: No eres capaz, te faltan arrestos,que dirán los demás si fallas, te pasará como otras veces... No podrás.Lo peor es que muchas veces a estas voces tanto externas comosobre todo internas, acabamos por hacerles caso y creérnoslas.Arrastramos pasados como lastres sin ser capaces de convertirlos enlecciones, en enseñanzas, en guías que redirijan nuestros pasos hacianuestros propósitos, cuando si esto fuera así ese peso se transfor‐maría en alas para volar e ir ligeros hacia nuestros sueños.

Y del pasado nos vamos de un plumazo al futuro, lo visualizamos,constantemente, nos convertimos en su esclavo, todo por el minutode gloria de haber conseguido algo, lo que sin duda nos provocará nopoca ansiedad ya que siempre parece que en lugar de estar máscerca, estamos más lejos a pesar de pasarnos el día pensando en eseansiado «final» de tener, en las más de las ocasiones, algo material ytangible que una vez alcanzado pierde todo su atractivo, dejándonosal borde del precipicio de no saber quiénes somos, qué queremos,hacia dónde queremos ir. Y con lo anterior no quiero exponer que nohaya que visualizar aquello que deseamos de manera intensa,paciente y persistente, pero en su justa medida, para no olvidarnos devivir el presente.

El presente, el hoy, es lo más importante que tenemos, dondehay que poner toda la carga de concentración y enfoque. Ya sabemosque el pasado nos ha dado grandes lecciones que hemos tratado deaprender y el futuro nos provee de la esperanza de en quienes nosqueremos convertir y donde queremos estar, en definitiva, que es lo

que nos proponemos. Ahora tan solo queda llevarlo «Aquí y Ahora» ala realidad. Es un ejercicio que entraña cierta dificultad el estarpresente en todo lo que hacemos sin dejar que nuestra mente vayadel pasado al futuro y viceversa continuamente. Sin embargo, po‐demos o practicar con hechos tan banales como comer, ducharse,hacer deporte en los que podemos concentrarnos y enfocarnos encada uno de los gestos que realizamos para llevarlos a cabo poniendoun cien por cien de conciencia en ello.

Tan solo cabe esperar –ya nos han dicho hasta la saciedad– queaquello que das recibes, de lo que sembramos cosechamos. Mas lapaciencia tiende a transformarse en impaciencia y la perseverancia seconvierte en rutinaria apatía buscadora de excusas para no hacerporque nos sentimos engañados; no pasa lo que esperábamos... Sindarnos cuenta de que el espacio–tiempo donde se mueve la filosofíade los logros no se puede medir ni controlar bajo nuestro particularprisma del tiempo. Y que es verdad que no podemos tener todas lasvariables bajo control, que no somos responsables de muchas de lascosas que se cuecen a nuestro alrededor política, social,económicamente hablando.

Como siempre, garantía de que suceda ni la tenemos ni la hay, loque sí podemos es tener la garantía de que cada minuto de nuestravida haya valido la pena vivirlo porque hemos estado presentes yconscientes en él, y eso ya es un gran éxito de por sí.

20 El hábito, un amigo imprescindible

Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente. La excelencia,

entonces, no es un acto, sino un hábitoAristóteles

Los «Buenos Hábitos» pueden considerarse instrumentos parasentirnos motivados y emprender caminos de superación que noslleven hacia donde queremos ir y convertirnos en quienes queremosrealmente ser. Cuando alguien dispone de los hábitos adecuados asus objetivos, tiene un largo trecho recorrido hacia la consecución desus propósitos; estos, además, nos proveen de esa recompensa quesupone hacer lo que tienes que hacer y como tienes que hacerlo. Loque a su vez nos permite –no sin un buen entrenamiento– vivir elpresente, el aquí y ahora tan importante para tener esa actitudarrolladora del que se sabe exitoso y feliz independientemente de lascircunstancias y realidades por las que tenga que transitar... Esa es sudecisión y compromiso.

Todos aquellos que disponen de una mochila cargada de buenoshábitos enfocados en sus logros, son capaces de controlarse a símismos, de gestionarse adecuadamente; esto les ayuda a controlar eltiempo y aprovecharlo en grado sumo. Son capaces de ponerlo a suservicio. Y todos ellos tienen una habilidad fundamental que es lapuntualidad, el arte de no hacer perder el tiempo a los demás, ni auno mismo. Dar un uso al tiempo que evite alejarnos de nuestrasmetas y por el contrario nos acerque a ellas es una ciencia que, como

otras, cuando se lleva al grado de arte, puede brindarnos situacionescasi «mágicas». Esas que se convierten en oportunidades y personasque acaban por tener un peso específico esencial en nuestra vida.

Los Buenos Hábitos son capaces de alejarnos de las malascostumbres y en los tiempos que nos ocupan la cibercrastinación esuno de los que más horas está «matando». El enganche a las redessociales, a la navegación por internet sin ningún objetivo concreto,está consiguiendo lo contrario de lo que inicialmente pretendía, queera ser una herramienta potente y eficaz en nuestra vida; sinembargo, está logrando convertirnos en personas de «Atapuerca» (enalgunos casos): no leemos, no hacemos deporte, no nos relacionamoscara a cara, en definitiva no dedicamos tiempo ni a nosotros ni a losnuestros; paradójicamente porque no tenemos tiempo, cuando loestamos perdiendo y matando con actividades que no solo nos alejande nuestros propósitos, sino de nuestra esencia como seres humanosque somos.

Pensemos que el hábito es la base de cualquier entrena-miento...Surge de hacer continuamente lo mismo, estos son creadosprimero por nuestros pensamientos y segundo por nuestros actos y sise repiten de forma continuada, estructurada y sistemática, seconvierte en un hábito. Que sea malo o bueno depende de nosotros,aunque cierto es que los malos suelen ser más fáciles de anclar ytremendamente difíciles de eliminar; de hecho se recomienda notratar de hacerlo, sino más bien, buscar otros que lo vayansustituyendo y donde pongamos nuestro foco de atenciónquitándoselo al mal hábito, que por cierto, si va a mayores habría quellamarlo vicio.

Repetido hasta la saciedad y no me cansaré de mencionarlo: el

Entorno, el ambiente en el que nos movemos –y nos sumergimos–debe estar acorde con nuestros propósitos y ser propicio a esosbuenos hábitos de los que hablamos. Si ya de por sí todo esto no esfácil ni rápido, imaginemos luchar hasta con quien duermes por lanoche; el desgaste no solo es tremendo sino demoledor... Salvo queseas un guerrero, un luchador, de esos que piensa que al final todo loque no mata te hace más fuerte y poderoso. Sin lugar a dudas labatalla con los entornos contrarios a nosotros nos brinda lecciones,enseñanzas difíciles, por no decir imposibles de conseguir, que si todoel mundo está al albur de tus pensamientos y actos. En cualquier casono debería ser una situación que se prolongue en el tiempo de ma‐nera indefinida. Tenemos la necesidad de sentir que formamos partede un equipo que rema en la misma dirección.

Si somos pacientes, perseverantes, entusiastas en la creación deesos buenos hábitos, que nos acercan a nuestros propósitos de vida,comprobaremos que como un vehículo, ellos acaban por llevarnos anosotros. Están esculpiéndonos para convertirnos en el resultado de loque hacemos repetidamente. Cuando uno de ellos está bien arraigadoen nosotros, de forma automática controlará y dirigirá nuestraactividad física, mental y emocional, es un símil de capitán que noslleva... Y como no podía ser de otra manera termino con una fraseque se ha atribuido a diversos autores y que por ello, no menciono aninguno de ellos:

«Si sembramos una acción, cosecharemos un hábito. Sisembramos un hábito, cosecharemos un carácter. Si sembramos uncarácter, cosecharemos... UN DESTINO»

21 ¿Y si nos ayudamos?

Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no

te consideres obligado a llevárselaPitágoras

¿Qué te parece si nos echamos una mano? Yo diría que esta esuna de las premisas que tienen todas aquellas personas que se hanimpuesto la misión de crecer interiormente. O superarsepersonalmente, como quiera que llamemos a este proceso y que porsupuesto debe ser individual e intransferible. Quienes no hayancomenzado con ello o no sepan cómo hacerlo, les podemos aventurarque sí; que hay que leer, hay que ir a charlas, cursos, que hay quedejar de hablar poniéndose en acción y que cualquiera de ellas, porpequeña e insignificante que nos pueda parecer por inmediata, serámucho mejor que esperar el momento oportuno para realizar la granacción, que al final siempre posponemos para mejor ocasión.

Y lo que no podemos soslayar es el hecho de que necesitamos delos demás para «llegar» a nuestro autoconocimiento. Esas personas ysituaciones que hacen que nuestro Ser se equilibre en ocasiones, seconvulsione en otras y en definitiva sean señales que nos vanindicando el camino que debemos realizar cada uno de nosotros, enese avance hacia la propia superación. Y nadie pretende decir quehaya nada infalible o garantizado, primero porque de las cosas que nosalen bien es de las que más podemos aprender, solo si así lodecidimos ¿Cómo?

Mira dentro de ti, quizás descubras un universo en el que jamáste habías parado a observar. Segundo, garantía más bien no, lo que síestá garantizado absolutamente es que si no haces nada, ¿sabes loque ocurrirá con toda certeza? Nada.

Si hacemos obtendremos resultados, otra cosa es que sean losque esperamos o deseamos. Si la inacción nos mantiene paralizados,mintiéndonos, ya que nos hace sentir que estamos bien en esa zonade confort, de la que nos cuesta tanto salir... Y solemos hacerlo solocuando estamos entre la espada y la pared, ¿verdad? Cuantasmejores personas y situaciones nos rodean más apasionante esnuestra vida, y esto no tiene nada que ver con el lujo, glamour, podero por el contrario con imágenes de personas meditando en solitario enmonasterios alejados de la civilización... ¿O sí? No sé. Cada uno quedecida cuáles son las circunstancias y el tipo de seres humanos quequiere a su alrededor... Y a por ellos.

Recordemos una vez más que no hay limitaciones para quiensabe lo que quiere y cómo lo va a conseguir. Esto en ocasiones nos losuelen tratar de imponer quienes nos rodean, siendo nosotros quienestenemos la potestad y la responsabilidad de aceptarlos, asumirlos ydefinitivamente creérnoslos.

Vamos por un momento a detenernos en eso del crecimientointerior y superación personal, dando mi punto de vista sobre el tema.Hace unos años, una gran parte de la población lo único quepretendía era tener una felicidad digamos establecida y aprobadasocialmente, se conformaba con lo básico, con que su equipo ganara,con que su jefe no lo despidiera y después de cuarenta años sejubilara sin haber pasado por la vida más que de puntillas, no vaya aser que la mala suerte se fijara en ellos. A mí personalmente me

parece genial si así se decide y se es consecuente con las causas yefectos de ese propósito de vida.

Y sí, es verdad que ha habido gente que ha tratado de conocersemejor a sí misma para evolucionar. Y también es cierto que cada vezmás y más personas han decidido emprender ese camino y han,perdón, hemos descubierto que no solo no estamos solos, sino quesomos legión y cada uno con su camino particular; pero todos con elmismo fin, que trasciende eso del crecimiento, la superación, y es quehemos descubierto que la sociedad nos ha dado mucho y tan solopretendemos devolvérselo dándole un servicio útil, ayudando anuestros semejantes para dejar un mundo mejor, porque todosnosotros seamos mejores personas. Este no sería un mal legado paranuestros hijos, lo más preciado que tenemos todos.

22 Una mirada al espejo

No vayas fuera, vuelve a ti mismo.En el Ser interior habita la verdad

San Agustín

¿Qué os parece si nos miramos al espejo? Y en lugar de vercómo nos vemos, intentamos averiguar cómo realmente somos. Meestoy refiriendo a que en muchas ocasiones proyectamos en el espejola imagen positiva, mientras en quienes nos rodean, la negativa.Acabamos por ver en los demás nuestras propias carencias, miedos,justificaciones; les echamos tierra y críticas para afearles justo lo quequeremos tapar en nosotros. Este es un deporte practicado pormuchos. Que lleva tiempo, primero darse cuenta de que uno lo estápracticando, y segundo tomar las medidas oportunas para dejar dehacerlo o cuanto menos suavizarlo, para que nos inflija el mínimodaño.

¿Quién en más de una ocasión no tapa sus inseguridades,poniendo de manifiesto las de quien tiene enfrente? Casi todos. Al casino le vamos a poner porcentaje, porque cuando no son inseguridadessuele ser cualquier otra cosa de esas que nos paraliza, nos retrasa yen definitiva nos aleja de nuestros propósitos. También es cierto yverdad que muchas personas alejan de sí sus miedos e inseguridadesenfrentándose a ellas, solos o acompañados. Proyectan una imagende valentía y seguridad dignas de un héroe cinematográfico. Cuandoesto se hace de forma natural, no excesivamente forzada, acaba por

impregnarnos el Ser e imbuirlo de esa fortaleza de saber lo que sequiere y cómo se va a conseguir.

Esto requiere principalmente de saber dónde se está y hastadónde se quiere llegar. En dos líneas acabamos de meter no pocotrabajo y esfuerzo. A veces uno requiere toda una vida para encontrarsu camino, el hueco en la historia de su existencia... Pero lofundamental, básico e imprescindible es Conocerse a uno mismo, sintemores, sin condicionamientos, sin limitaciones; poco a poco perodecididamente, ese hallazgo que sin duda haremos hay que asumirlo.Me atrevería a decir que hay casos en los que uno debe comenzar aaprender a convivir con un físico que ya conoce, que le es familiar; sinembargo, cuando una mente y un alma están en constante evoluciónharán que incluso nuestro cuerpo y semblante cambien, al igual quelas emociones

y actitud serán otras. Podría decirse que es toda una Trans‐formación que cuando busca el crecimiento interior pasa del estado degusano al de mariposa por un proceso probablemente lento, laboriosoy también doloroso. Donde hay que hacerse con mochilas nuevas ydesprenderse o alejarse de otras, cuyo peso empieza a ser irrazonabley trata de escorarte, sacándote del camino... Tu camino. Ocurrecuando pretendemos Cambiar, reinventarnos, dejar de ser quienessomos para convertirnos en quienes realmente queremos ser, siempreque estemos preparados para ello –¿Digo yo?–. No vale únicamentecon cambiar el entorno, es decir, los actores y el escenario;posiblemente sea necesario pero nunca suficiente. Inicialmentedebemos ser nosotros quienes realmente cambiemos y nosreinventemos comprometiéndonos ante el espejo –¿Y por qué no?

Pretender cambiarlo todo para cambiar nosotros puede ser un

acicate para ello, pero sin duda acabaremos repitiendo nuestrahistoria con sus luces y sus sombras. Lejos queda el empujarnos a esoque se ha venido en llamar «el cambio». Si mi cambio es decidido ycomprometido con los propósitos de mi vida, descubriré que en mientorno esos actores y escenarios cambiarán aun siendo los mismosque antaño, o aparecerán otros que empaticen y simpaticen conmigo,con mi Ser. Son situaciones que aunque debemos empujar para quese produzcan, también tenemos que saber fluir con ellas,adaptándonos sin perder de vista nuestras metas y la forma en queestamos yendo hacia ellas. Pero sobre todo en cómo estamosviviendo, afrontando, disfrutando el día a día, lo que la fortuna nosdepara y que, siendo impredecible, tenemos que tenermeridianamente claro que el destino somos cada uno de nosotrosquienes tenemos que forjarlo, con cambios o sin ellos.

23 El poder del aprendizaje

El mejor Maestro es el que te muestradónde buscar, pero no te dice qué ver

Escribir sobre maestros es ciertamente arriesgado, máximepara quien se considera un alumno –eterno e incansable buscador– alacecho de enseñanzas a las que convertir en aprendizajes. Llaves queabran no se sabe bien qué puertas. Para muchos de nosotros ávidosde aventuras, el cruzar el umbral de determinadas puertas puedeabrirnos mundos apasionantes, que valgan la pena traspasar y vivirhasta las últimas consecuencias. Siempre y cuando estemos prepara‐dos para ello.

La cuestión es que nos quejamos de que no hay buenos maestroso nos cuesta encontrarlos. Sin embargo nos olvidamos de abonar elterreno para que aparezcan, mentando a la suerte o a laresponsabilidad de los que supuestamente mueven el mundo. Y nomiramos hacia dentro, donde reside el verdadero garante de que secruce el maestro perfecto en nuestra vida: YO.

Cuando cuerpo, mente y emociones se encuentran en equilibrio,las cultivamos, nutrimos, amén de entrenar adecuada yprogresivamente –otro día profundizaremos en ellas– conectamos connuestra esencia interior, esa que nos provee de la motivación, quenos empuja hacia delante, para conseguir lo que nos hemos

propuesto y nos ayuda a convertirnos en quienes queremos SER. Talvez entonces aparecen los buenos Maestros porque tú has hecho losdeberes para que lleguen a ti.

Y no hablamos del Sr Miyagghi de Kárate Kid que nos haga darcera, pulir cera –que no estaría nada mal que alguien nos hiciera darcera, pulir cera, de vez en cuando–. Cualquiera podría ser nuestromaestro por una eternidad o por un instante. Un libro, un curso, unafrase, una mirada, un gesto, una sonrisa, una lágrima... Incluso untrabajo, eso que algunos tienen la osadía de pensar que es un castigodivino, hasta que lo pierden y se convierte en una bendición divina –cuestión de perspectiva, que dirían algunos–. Un trabajo bienejecutado puede ser el Maestro perfecto para nuestra superación, unaexcelente vía de crecimiento personal y profesional.

Cuando ese Maestro está junto a ti intuyes que te va aacompañar al precipicio, te lo va a mostrar. Tú te vas a acercar con laansiedad de ver el vacío, de pensar: «Este sueña si piensa que yo voya saltar»... ¡Aún no estoy preparado! Él sabe que sí, cree, confía; esmás, sabe lo que está ocurriendo en tu cabeza –él vivió lo mismoantaño– y te entrega al vacío de un empujón...

Entonces y solo entonces descubres que puedes volar, que teníasalas que te sus-tentarían sobre el aire, que puedes surcar los cielos,que los sueños pueden convertirse en realidad; que puedes ser unáguila. Agradeces al Maestro su gran generosidad y sabes que tumisión será, también, la de hacerle ver a otros que ser pajarillo oáguila es –nada más o nada menos– una decisión que se gesta ennuestro interior. ¿Vuelas conmigo?... ¡Vuela conmigo!

24 Motivación: equilibrio y aplomo

La suerte para triunfar en la vida empieza por creer y confiar en ti

Quienes deciden vivir intensamente su vida, y más cuando sehace desde la adversidad, es una opción que requiere de muchoequilibrio y aplomo. Sería cuestión de entender que todo lo que nospasa no son más que procesos de aprendizaje que nos ayudan acrecer, nos dan las tablas para movernos por el mundo y lascircunstancias por las que nos toca transitar, al igual que las personasque nos rodean o se cruzan en nuestra vida, y de las que siempreestamos valorando o enjuiciando sus comportamientos; sin serconscientes de que cualquiera podría convertirse en esa persona a laque estamos juzgando en un abrir y cerrar de ojos.

Ya lo dijo Napoleón Hill en La Regla de Oro: «No solo debemostratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros silas posiciones estuvieran invertidas y además en lasmismascircunstancias», sino que iba más allá, «pensar de los demás comonos agradaría que ellos lo hicieran de nosotros». A todos nos gusta yqueremos que piensen «Bien» de nosotros, pero... ¿Pensamosnosotros bien de los demás? Sería la pregunta. Si somos capaces deno enjuiciar a otros, sin duda será mucho más fácil adaptarnos a lasdistintas «cosas» que nos pasen, ya sean triunfos o derrotas,satisfacciones o adversidades. Quizás entendamos mejor que la rueda

de la fortuna a veces nos sitúa arriba, a veces abajo, y que encualquiera de las dos, es una exigencia el seguir siendo la mejorversión de nosotros mismos.

Comprender que todo lo que ocurre puede convertirse en unagran lección si así lo decidimos es cuestión de creer quepertenecemos –o sin duda hay– a algo mucho más «grande» quenosotros. Si cada circunstancia es considerada como una Maestra quete ofrece la oportunidad de sacar lo mejor de ti mismo, quizás noluchemos o juzguemos tan negativamente todo lo que nos pasa.Incluso a lo mejor podemos acabar agradeciéndolo. Alguien pensaráque o hay que estar muy evolucionado o loco –no sé si es lo mismo–,pero cuando sientes agradecimiento tiendes a ser generoso y esteatrae más de lo primero; con lo cual no parece mal presagio que otrosacaben siendo generosos y sientan agradecimiento para connosotros... Se genera entonces una situación energética, contagiosa yque brinda un gran equilibrio in crescendo.

Si hablamos de personas, sucede lo mismo, al considerar-lasMaestras de lo que debemos hacer –o de todo lo contrario, lo quesería preferible obviar o prohibirnos– estaremos permitiéndonosempatizar con todas ellas; máxime si consideramos que en la mayorparte de las veces nos estamos viendo reflejados en todos aquelloscon los que nos cruzamos –vemos en los demás lo que nos gusta o loque detestamos de nosotros mismos–. Solemos criticar a los demásjusto lo que más nos molesta de nosotros mismos, aunque no loreconozcamos ni en la máquina de la verdad.

Nos resultaría algo más sencillo si asumimos que cualquiera deellos podríamos ser nosotros.Eso nos daría una cercanía que nosayudaría a comprender otros comportamientos. Actitudes que a priori

pueden chocarnos... Dicen que si conociéramos la historia real yemocional de aquellos que no nos caen bien, las barreras seromperían inmediatamente y nos sentiríamos muy cercanos a ellos,incluso simpatizaríamos con ellos.

En honor a la verdad diré que personalmente tengo uncompromiso férreo con la adaptación a todo lo que me ocurre, por loque me considero a veces un superviviente, a veces un triunfador,nunca un fracasado, y casi siempre en paz con lo que me sucede,gozo con la vida y si tuviera que partir es posible que sufriese por losque quedan, no por mí. Pienso que lo hecho ha merecido la pena yque si me queda mucho por hacer también es mucho lo realizado entérminos de satisfacción.

Y en cuanto a las personas, todos los días disfruto de la totalidadde relaciones que tengo, que son muchas y muy intensas. Mi luchaestá con aquellos que no me caen del todo bien o creo que no meaportan, o a quienes ni siquiera conozco y pueda tejer juicios de valor.Tengo mucho trabajo de aceptación para seguir tratando de ser mejorpersona de lo que lo soy aquí, ahora. Y que todas las personasaportan algo; como decía Confucio: «Si ando entre dos personas, almenos de una de ellas algo aprenderé».

25 Decisiones y compromisos

Saber demasiado nunca simplifica las decisiones

Frank Herbert

Por más vueltas que le doy y en cualquiera de los entornosque me mueva, ya sea escribir, hablar y/o pensar, termino en elmismo cruce de caminos. Nuestra vida, lo que somos y hacemos,incluso lo que tenemos gira en torno a las decisiones, a la capacidadde elegir que tenemos entre distintas opciones que se nos presentan.Hasta aquí es sencillo, indoloro, nos dan ganas de tomar decisiones atroche y moche; mas nos han dicho que si vale la pena no será fácil.

Cuando las opciones nos vienen impuestas por lo que nos rodea,nuestros «lobos» internos –algo malvado y sobre todo cobardica– nosintentan convencer de esos miedos que tenemos: No puedo, no sé,qué dirán, no seré capaz, haré el ridículo... No sigo, que me los voy acreer y hace tiempo que los tengo bastante domesticados –¿o no,quién sabe?–. Con este panorama por delante, lo que nos pide elcuerpo es buscar un buen manojo de excusas. Y argumentarlas comosi ante la guillotina estuviéramos pidiendo clemencia.

Un inciso. Las excusas para no decidir –o para hacerlo en elsentido que sabes que no es el que debieras– son, por supuesto,verdades para los demás, sobre todo si no tienen que convivir conellas. Sin embargo son mentiras y de las peores porque cuandoalguien engaña, sobre todo se está engañando a sí mismo... Perocuando te planteas una excusa te estás engañando tú a ti mismo y

este es de los peores y más dañinos comportamientos que podemostener para con nosotros.

Mentimos y encima nos creemos nuestras propias trolas, es casiun suicidio mental –que no sé lo que es pero suena bien–; si ademáste reconfortan ya podemos haber encontrado nuestra zona de confort,esa en la que mucha gente muere a los treinta y los entierran a losochenta... Qué aburrimiento, cincuenta años muerto sin saberlo yademás probablemente lamentándose de que la vida va muy deprisa yse vuelve uno viejo y achacoso.

Volvamos a las decisiones. No es cuestión de saber a cienciacierta qué mecanismos nos mueven a ellas, pero sí tengo claro que sitienes un propósito de vida, lo vives con pasión y la acción respalda tuvida, tendrás la certeza de que las decisiones, por sencillas que sean,tienen que estar en tus manos, tienes que generar las herramientaspara que esto sea así. Tú decides cuando te levantas por la mañana siestarás de buen

o de mal humor, independientemente de lo que ocurra, porque tútambién decides cómo te afecta lo que pasa a tu alrededor. Toma tuspropias decisiones, nunca dejes que sean los demás los que decidanpor ti pidiéndoles un consejo, para luego si sale mal decir aquello de:–Si ya lo sabía yo, esto no podía salir bien, no tenía que haberlehecho caso...–.

Por eso, para no poder echar la culpa a nadie DECIDE, pero unadecisión por sí sola es como prepararse para ser carpintero y no tenermadera para fabricar muebles: no sirve de nada. Toda elección tieneque llevar implícito un compromiso, la acción de llevarla a cabo ymantenerla «a pesar de los pesares». Comprometerse con uno mismoes un acto de fe muy profundo, que demuestra madurez y saber lo

que uno quiere, en definitiva. Comprometerse es dedicarse sinreservas en cuerpo, mente y alma a aquello que hemos decidido, deesta manera con seguridad nada ni nadie nos apartará de nuestrocamino.

26 Creer, confiar y actuar

Aprende a creer en las palabras y a confiar en los hechosAnónimo

Esta secuencia puede llevarnos de donde estamos haciadonde queremos ir, además de ayudarnos a convertirnos en esosseres que deseamos ser. Con la bandera de la coherencia y lacongruencia respaldando nuestros actos. Dicho esto, queda patenteque tenemos un arduo trabajo para conocernos más y mejor;entender las circunstancias que nos rodean, comprendiendo demanera exhaustiva qué le pedimos a la vida y qué estamos dispuestosa darle. Entonces podremos ser congruentes empezando a creer yconfiar. Creer y confiar tiene que generar una actitud que nos hagaactuar de forma imparable.

Todos hemos oído hablar de la zona de confort y la mayoría denosotros vemos cómo los demás se mantienen en ella, mientras noscontentamos en pensar que nosotros, por bailar la música deltelediario, estamos camino de tocar la cima del «sumo éxito». Vamosa aplicar un poco de juicio y definir de manera escueta las diferenteszonas por las que hay que transitar hasta encontrarnos con el Éxito yla Felicidad –como actitud inherente a nuestro Ser–. Esta primeraetapa del viaje es salir de la zona de confort, que no vamos a explicar,porque cuando uno se detiene a pensar cinco minutos sabes si lo quehaces te aleja o te acerca a tus objetivos.

Al salir de ella entramos en una zona de curiosidad, de preguntas

que nos asaltan y a las que buscamos respuesta estudiandoaprendiendo, formándonos, trabajando duro. Tenemos claro quenecesitamos entrenar para ganar el partido. Esto lo haremos de mil yuna maneras, pero hay que hacerlo. Esta fase no tiene fin, esnecesario mantenerla cada uno de los días de nuestra vida. Sinembargo, ojo con quedarse en ella. Ciertamente puede convertirse enun paraje de arenas movedizas que nos atrape y no nos deje avanzar.Todos conocemos a aquella persona enciclopédicamente superior, quecasi sabe tanto como el «Sr. Google» pero no hace nada, no actúa, apesar de todo lo que sabe. Han convertido esta apasionante zona ensu ídem de confort.

Quienes actúan pasan a la etapa del viaje donde uno empiezarealmente a saber lo que es el miedo a hacer, donde te asaltan losdemonios del miedo al qué dirán, miedo a no tener capacidad deactuar, miedo a fracasar, en definitiva miedo a lo nuevo y temor aperder el estatus adquirido... En la zona del miedo buscas maestrosque te guíen –ya nos han dicho que estos aparecen cuando el alumnoestá preparado–. Asimismo aparecen los aliados, y estos no tendríansentido sin los enemigos, que son los que realmente nos hacenfuertes. Uno necesita a los aliados con los que sentirse vivo, que vaen el buen camino, sin embargo es en la batalla con los enemigosdonde uno crece, aprende y sobrevive. Es entonces cuando elmaestro te lleva al borde del precipicio y te empuja, sabiendo quedesplegarás tus alas y volarás hacia las Tierras Mágicas, tendrás laoportunidad de convertirte en el héroe que siempre soñaste ser... siuna vez más decides no entrar en las batallas que sabes vas a ganar,lo que nuevamente sería volver a tu vieja zona de confort.

Cuando pisas Tierras Mágicas tienes la certeza de que estás en el

camino de ser el héroe que siempre quisiste ser –al menos para ti–.Es cuando tus objetivos se convierten en propósitos de vida, tienesclara tu misión. Sabes que esta etapa del viaje no tiene vuelta atrás,el puente de regreso ya no está, lo destruiste para continuar haciadelante sin marcha atrás. Más no todo está hecho, queda una pruebadurísima, llamada la noche más oscura, donde todos tus miedos, tuslobos internos y enemigos se unen para tratar de hundirte, de quevuelvas a tu zona de confort...

Ese es el momento a superar, a luchar. Aunque pienses que estássolo, no lo estás: tus conocimientos, tus experiencias, tus maestros ytus aliados están en espíritu y energía contigo. Si la vences, y yo séque lo harás, te habrás convertido en quien realmente siemprequisiste ser. Volverás siendo otra persona, la anterior murió para dejarpaso a alguien que será un referente para aquellos con quienes secruza. Lo increíble es que este viaje podemos hacerlo ya seamoscirujanos, ingenieros, vendedores, jardineros o tal vez comerciantes.Solo necesitamos estar vivos, muy vivos.

27 La motivación, motor del deporte

Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil, vencerse a sí mismo es la

victoria más bellaFriedrich Von Logan

Cuando de deporte hablamos nos parece fácil obtener esamotivación que nos haga ponernos en acción, otro tema es tener lasuficiente para superarnos –siempre dentro de nuestrasposibilidades–. Existen decenas de técnicas que pueden empujarnos adejar el sofá y entrenar, practicando alguna actividad deportiva. Atodas ellas se las considera motivación externa y pueden pasar desdecursos «cañeros» con múltiples dinámicas con más o menos sentido osimplemente escuchar un tema musical en concreto a visionar unvídeo de una de esas películas que nos apasiona.

Sin embargo y en cualquier caso es la motivación intrínseca laque hace que la primera permanezca en el tiempo; si no sale denuestro más profundo interior y está fundada y fundamentada enobjetivos convertidos en retos... acabará por diluirse con el tiempo yel desgaste que conlleva la práctica habitual de una actividad, sea laque sea. La forma de crearla y mantenerla viva permanentementepasa por un trabajo de búsqueda y conocimiento de nuestro propioser. Ahí es donde encontramos nuestro límite o no límite, como decíaBruce Lee.

Conociéndote más y mejor puedes establecer una hoja de ruta,un manual de instrucciones que te ayude a ello: a superarte.

Perseverancia, paciencia, pasión, voluntad, actitud, acción, hábitos,disciplina, etcétera serían algunas de las estaciones por las que pasa yse nutre la motivación. El cómo desarrollarlas está en los libros,cursos, en rodearse de personas que ya la detenten y aplicar latecnología de lo obvio...

... Identifica, Observa, Imita, Iguala y Supera al Mejor. Estasimple teoría es aplicada por un porcentaje elevadísimo de personasque se han propuesto una meta y vaya que si la consiguen. Haz loque hacen aquellos a los que quieres parecerte –a los queadmiramos–, y el listón lo ponemos cada uno de nosotros sipretendemos igualarlos o tal vez superarlos. ¿Y por qué no?

La práctica de cualquier actividad que requiera romper viejoshábitos pasa por crear no solo uno nuevo sino varios, que lo refuerceny solapen a los ya no deseados. Aquel que quiera emprender unaexistencia algo más saludable y haya decidido correr varias veces a lasemana, por ejemplo, sería deseable que lo acompañara de un mayordescanso, para recuperar fuerzas; variar «un pelín» la alimentaciónpara, tal vez, bajar de peso y que nos costara menos esfuerzo correr yal correr más ligeros la pérdida de peso se acentuara...

No nos olvidemos que todo está conectado y la Motivación es unrecurso de incalculable valor que nos lleva a Superarnos.

28 La teoría de las circunstancias

Las personas que le echan la culpa a las circunstancias no creen en las

circunstancias. Las personas que avanzan buscan las circunstancias, y si no lasencuentran, las crean

George Bernard Shaw

«Versus– el movimiento se demuestra andando»

Todos los primeros meses del año comienza un proceso enmuchas personas para cambiar de hábitos o al menos hacerlos algomás saludables. Sus motivos son loables, sus propósitos son férreos –no en vano empieza el año– y al fin y al cabo se trata de cambiar paramejor, ¿no? Empiezan con tal afán que en lugar de ir llenando susdepósitos de energía y la fuerza de la costumbre los arrastre aseguir... van cejando paulatinamente hasta abandonar totalmente.Conocían –conocen– la teoría a la perfección. Sin embargo al final suscircunstancias, según ellos, no son las más adecuadas. Veamosalgunas de ellas: falta de tiempo, horarios no compatibles,responsabilidades de mayor calado, prioridades, carencia demotivación, incluso el no tener el equipamiento de última generación.En cualquiera de los casos lo que falta es movimiento y toma dedecisiones coherentes con uno mismo y con aquello que lo rodea, yque por supuesto está basado en una serie de prioridades a las queuno se debe, o eso creemos.

Pero vayamos a quienes la teoría les sirve para definir susmovimientos. Saben lo que quieren en el deporte –como en la vida–;toman las decisiones oportunas y planifican las acciones que lesacercan a sus metas. Generar esto en nuestro interior no es fácil nidifícil, depende de cada uno de nosotros. Motivos que nos lleven de lateoría a la práctica hay tantos como seres humanos pueblan la faz dela tierra. De lo que se trata es de mantener este «motivo» vivo, muyvivo ya que existen tantos impactos negativos como positivos ydependiendo de la frecuencia de unos u otros así será nuestra

progresión.Luego entonces se trata de buscar impactos positivos – esos que

nos motivan, nos hacen sonreír por el logro alcanzado y nos indicanque es posible, que podemos conseguirlo. Ah, lo llaman Superación–.Rodearse de personas con las mismas o parecidas expectativas queuno se ha trazado, leer libros y publicaciones para reforzar la teoría,amén de que nuestras acciones sean más y mejores. Es entoncescuando independientemente de las circunstancias uno sabe, más quelo que desea, lo que quiere y cómo lo va a conseguir, poniéndosemanos a la obra, es decir se enfunda zapatillas de deporte y caigaquien caiga sale a entrenar, porque solo entrenando se consiguen lostriunfos en la vida, ya sea deportiva, profesional o personal.

29 El triunfo personal: adaptación y

herramientas

El triunfo del verdadero ser humano surge de las cenizas del errorPablo Neruda

El triunfo personal es un gran amante de la adaptación y lossistemas. Estos nos proveen de las herramientas y los hábitosimprescindibles para adaptarnos a las circunstancias que nos tocavivir. Ya sabemos que en muchas ocasiones no somos responsablesde lo que pasa, de lo que deciden los de arriba, por ello la definiciónperfecta de triunfo gira en torno a cómo nos adaptamos a lo queocurre y nos sucede.

Esto siempre conlleva matices de supervivencia de llegar a esamisión cumplida, pero no solo poniendo el foco en la meta sino entoda la carrera. Es como ponerse un traje de neopreno ajustado parabucear: si te lo pones poco a poco, despacio, parando donde toca,estirando de aquí, haciendo un movimiento allá – vamos, que lovives– lo consigues... Al contrario que si tratas de enfundártelo por lasbravas, entonces no pasas de las rodillas.

El arte de la adaptación nos permite no solo ver distintos caminospara un objetivo o propósito sino poder variarlos en función de lascircunstancias presentes, la coyuntura y/o nuestras propiasdecisiones.

Un propósito de vida puede tener varios objetivos y que estos

sean cambiantes en el tiempo, es cuestión de asumir que vivimos enun mundo dinámico, aunque hayan cosas que no cambian nunca, uotras que son siempre iguales, lo blanco puede convertirse en negro,la luz en oscuridad, los amigos en desconocidos y estos en aliados quelo den todo por ti.

Por lo tanto no apartemos la vista de lo que queremos, con elconvencimiento de que si hay que cambiarlo, se hace, y por supuestoasumiendo las consecuencias que se deriven de todo ello. El vehículoque nos puede llevar hasta esa zona donde uno consigue lo que sepropone son, como decíamos: los Sistemas, que no dejan de ser unmapa, un manual de instrucciones, o esa caja de herramientas a laacudimos cuando necesitamos reparar algo.

Se me hace un poco cansino incidir en ello, pero generar«Sistemas» de Motivación no es más que tener un puñado de valoresy principios llevados hasta el último extremo, si así fuera necesario.Pongamos por ejemplo el honor o el compromiso con algo, alguien y,por qué no, uno mismo. Diseñar Fórmulas que podamos utilizarsiempre y en cualquier circunstancia –véase: Voluntad + Actitud +Acción = Resultados–, y Claves que nos hagan el camino más fácilcomo por ejemplo: Imaginación, Seguridad, Iniciativa, Entusiasmo,Autocontrol, etc...

Sobre los Sistemas podríamos hablar días, tal vez años,complicándolo hasta la extenuación, y no se trata de eso: aquí escuando la pelota aterriza en cada una de nuestras cabezas –tejados–y somos quienes tenemos que diseñar los nuestros y no es fácil, o sí.¿Quién sabe? Si no empezamos... nunca lo sabremos.

Aquellos que son capaces de crear y emplear esos Sistemassaben que cualquier objetivo o propósito que tengan en su vida,

inmediatamente lo convierten en un reto, en un desafío; en eso por loque su vida cobra sentido y está llena de contenido, ya sea para dirigiruna multinacional de ropa casual o ser monje Budista–Zen en unpueblo deshabitado de la España profunda... Que todo vale y es lícito,siempre que creamos en ello al cien por cien.

A estas alturas hay quien estará diciendo: «Ya, tanto lío y trabajo.¿Tendrá alguna garantía todo esto?». Pues hay dos posibilidades: si lohaces puedes ganar o perder mas nunca sentirte un perdedor. La otraposibilidad es no hacer nada, entonces sí tenemos la garantía y es lade fracaso absoluto.Y aquí sí sabes que vas a sentirte un fracasado –tan solo son derrotados aquellos que abandonan y dejan de hacer–.

El tiempo siempre juega a favor de los que están en acciónpermanente y con su actitud demuestran que las adversidades no sonmás que obstáculos para saltarlos y aprender la lección y los fracasosson meras derrotas temporales que los hacen más fuertes y mejorespersonas. Demostrándole al mundo de lo que son capaces deconseguir cuando se lo proponen.

30 Momentum

Cada momento es de oro para los que lo saben ver como tal

Henry Miller

¿Cuándo es el mejor momento? Cada persona tiene unmomento para hacer o dejar de hacer, y este no siempre coincide conel espacio y tiempo en el que los demás lo esperan de nosotros, ni tansiquiera suele ocurrir cuando lo necesitamos o nos apetece.

¿Qué significa esto de que cada uno tiene su momento? Ni más nimenos que vivimos rodeados de decisiones que estamos obligados atomar en un sentido u otro o a no tomar ninguna, que también, y yasabemos que hay cosas que es mejor no tocarlas para que se arreglensolas, sin embargo otras hay que agarrar el toro por los cuernos yenfrentarse a lo que el destino nos pone por delante.

Y que en más ocasiones de las que pensamos somos nosotros losque creamos ese destino, haciendo responsables a todo y a todos delo que nos pasa, en lugar de responsabilizarnos por lo que hacemoscon lo que nos pasa. Sin lugar a dudas eso que hemos llamadoMomentum somos nosotros quienes lo tenemos que propiciar, y conesto quiero decir generar, sembrar, mimar, buscar, esperar,encontrar... Ya que las cosas suelen suceder, pero siempre mediantela acción.

La Acción no significa estar siempre en movimiento y haciendoindiscriminadamente, de hecho esto de crear nuestros momentosrequiere de actuaciones muy concretas y tremendamente organizadas

¿Os suena esto de... No dar puntada sin hilo?; pues eso quiero decir,y para esto no hay manuales, los tenemos que diseñar nosotrosmismos.

Lo increíble es que cuando lo pones en práctica, parece que lascosas se van confabulando para que sucedan y nos lleven por elcamino que hemos elegido. La verdad es que no sé si es sencillo ocomplejo, fácil o difícil; lo cierto es que a pesar de los parones, re‐trocesos, baches, obstáculos... es como ir por una autopista en la quevas cogiendo velocidad y vas dejando los kilómetros atrás, te vasacercando a tu destino y cuando hay alguna circunstancia que teobliga a maniobrar rápida y contundentemente, lo haces de maneraautomática, descubres que tus reflejos están vivos y no necesitas casini pensar para actuar.

Obviamente los reflejos –versus Motivación– son el resultado deentrenar cuerpo, mente y alma para el camino. La Motivaciónefectivamente no solo hay que entrenarla, sino practicarla hasta quesea un acto reflejo en nosotros, llegando a estar tan integrada queincluso ni pensemos en ella. Luego entonces seremos capaces delevantarnos cuando caigamos con un acto reflejo, sin necesidad depensar o argumentar razones o excusas para ello, lo haremos y punto.

Este punto que hemos venido en llamar Momentum no podemosretrasarlo para cuando tengamos esta u otra edad o hagamos estecurso o el de más allá, ni siquiera cuando terminemos el libro –maravilloso y definitivo– que estamos leyendo... El Momento es ahoraya, inmediatamente, sin dilaciones, sin dudas, de lo contrario siemprehabrá un curso, un libro, «algo» que decidiremos hacer antes desumergirnos en nuestro momentum.

Ah, un secreto: es compatible hacer y estudiar o leer libros,

siendo la prioridad y lo importante el Actuar –Hacer– yorganizadamente, que lo otro hay que hacerlo siempre con medida, ylo digo por propia experiencia, que muchos años pasaronpreparándome para salir al terreno de juego, y si no tomas ladecisión, el compromiso de saltar y empezar –ese es mi momento,aquí y ahora– seguirás haciendo cursos, leyendo libros esperando yesperando. Estoy seguro de que ahora hago más y mejores cursosque antaño, al igual que libros más intensos y enriquecedores.

Por ello y porque nunca es tarde tu Momentum es, una vez más,ahora, hoy, ni mañana ni pasado... Salta del avión, que seguro quecuando estés en el aire encuentras la anilla que te abra el paracaídas.Únicamente las personas decididas consiguen aquello que quieren,porque lo último que se preguntan es si el momento es bueno o no:se ponen a la tarea de convertir progresivamente sus sueños enrealidad siendo felices mientras lo hacen.

31 El poder de la perspectiva

Hay dos maneras de ver la vida: una es creer que

no existen los milagros, la otra es creer que todo es unmilagro

Albert Einstein

¿Cuál es tu perspectiva de la vida?El Poder de la Perspectiva nos ofrece una herramienta de gran

valor, ya que esta es una lente con la cual podemos elegir cómovemos lo que nos ocurre y sobre todo para decidir qué hacemos conello.

Probablemente habrá un «real–noista» que piense que esto es unrecurso que sirve para meter la cabeza bajo tierra, como losavestruces, y no ver la realidad que nos acompaña... Tal vez tenga élsus razones para hablar y actuar de esa forma.

Lo que sí parece cierto es que cuando lo vemos, digamos, muyoscuro, se nos hace increíblemente difícil hablar de soluciones, deencontrar caminos que nos lleven hacia donde queremos ir o tan solover el lado positivo a lo que nos ha pasado, pasa o pasará.

¿No sería mejor ver las cosas con esa perspectiva ciertamentepositiva del «Venga vamos que somos capaces»?... Y con ello, deninguna manera deseamos meter bajo la alfombra nuestrosproblemillas; más bien todo lo contrario, vamos a afrontarlos, perocon un halo de esperanza de que se van a resolver, de que estamoscapacitados para mantener el timón de nuestra vida en la dirección

que queremos y no dejarlo en manos de nada ni de nadie.Esa perspectiva puede convertirse en un factor de Motivación

imprescindible para tener claro en el momento que nos encontramos,y el camino que deseamos hacer; sabiendo que si importantes son lasmetas, fundamental es vivir con pasión lo que nos pasa día a día,como un regalo o una lección, pero siempre con el punto de vista deque si las cosas ocurren suele ser por algo, no en vano parece quetodo está conectado, hechos, personas, situaciones, y que lacasualidad tiene bastante poco o nada que ver con nuestro destino,más bien podríamos considerar que es la causalidad la que acompañael resultado de nuestras acciones.

Lo bueno es que los dueños de esas actuaciones somos cada unode nosotros, luego entonces estamos generando las causas que haráno provocarán que ocurran en nuestra vida determinadascircunstancias que nos llevarán por unos u otros derroteros. Aunqueestoy seguro que la mayoría de mortales no llama a que lasdesgracias lo visiten –nadie dice que se haga consciente oinconscientemente–, pero si dejamos un hueco a la perspectiva, haysituaciones que nos ponen a prueba para sacar lo peor o lo mejor denosotros... Volvemos a estar en la tesitura de decidir, y generalmentecuando uno decide sacar lo mejor de su interior, se da cuenta deforma consciente –si se quiere– de la transformación que se sufre.

Estos cambios, que en muchas ocasiones provocan un vértigo casiimposible de dominar, nos abren puertas para un camino de logros,de conocimiento interno –de uno mismo–. Que cuando empiezas aprofundizar te das cuenta de lo adictivo que resulta: No lo puedesdejar. Y te vuelves un imán que atrae personas, situaciones quepropician ese aprendizaje, y este muchas veces viene en forma de

adversidades, derrotas, oportunidades para levantarse y continuar, sinhacer responsable a nadie de nuestras caídas. Cuestión deperspectiva.

Aquellos que se centran en lo malo que les rodea, son incapacesde romper las ataduras, se sienten atados a su silla de víctimas yculpando a todo y todos de lo que les pasa.

Sí, hay que ser muy valiente para levantarse de esa zona deconfort, mirarse al espejo y empezar a descubrir quiénes somosrealmente y hacia dónde queremos ir. Son tantos nuestroscondicionamientos, patrones, creencias, miedos y limitaciones, que acada argumento podemos tejer una docena de excusas que nosmantengan atados a ese sillón de víctima, que al final conseguimosque hasta sea confortable en el mismísimo dolor.

Solo cuando seamos capaces de ver lo que pasa y lo que nospasa con una perspectiva que nos sea ventajosa y positiva,empezaremos a ser conscientes de que el timón somos nosotrosquienes tenemos que maniobrarlo para ir al infierno o al paraíso.

32 Aferrarse a un sueño

Hacen falta sueños para aferrarse a la realidad

Ricardo Arjona, Cantautor y músico Guatemalteco

¿Es tu realidad una pesadilla o un sueño?Cuando la realidad se vuelve insoportable es hora de aferrarse a

un sueño. Sin dejar de lado ni olvidarnos que en el momento en quela rutina nos hace prisioneros, también ha llegado la hora deentregarnos a un sueño. Vivir por y para un sueño, sea el que sea,nos provee de una fuerza inusitada, nos catapulta a sacar lo mejorque tenemos, y nadie sabe lo grande de su baúl de capacidades yhabilidades hasta que son necesarias para llevar su sueño a larealidad.

Si consideramos que aquellas personas que tienen sueños suelenser las que más felicidad disfrutan y a veces ni siquiera es por elsueño en sí, es por todo lo que conlleva, los detalles, las pequeñascosas a las que hay que dedicar tiempo, esfuerzo y mimo, entreotras... Situaciones que nos apartan de esa aplastante realidad que enocasiones nos oprime hasta dejarnos en una atmósfera irrespirable onos dan el empujón definitivo para salir de esa zona de confort queacaba por convertirse en una cárcel que nos aleja de la libertad.

Y hay quien está tan obsesionado con encontrar un gran sueño ala altura de su «yo» que se olvida que estos o se tienen o no setienen; sin embargo, también puede uno comenzar por pequeñosdeseos, retos que nos entrenen para los grandes desafíos para los

que todos sin duda estamos –o podríamos estar– preparados.Cuando alguien asume un desafío y se aferra a él –como si la vida

le fuera en ello– encuentra las circunstancias y las personas que pocoa poco le van a llevar a él... Y fácil o difícil, todo dependerá de laactitud con la que encaremos aquellos caminos por los que nos tocatransitar. Te conviertes en un experto en la detección deoportunidades, al igual que cuando estas dejan de serlo sigues ysigues buscando. No te detienes, ni te distraes por lo que otrospodrían llegar a considerar un error o incluso un fracaso. Esta palabrano suele estar en el vocabulario de quienes tenemos sueños, y menoscuando empiezan a hacerse realidad, unos con esfuerzo y otros –aparentemente– de sencilla, casi te tropiezas con ellos de bruces, yuna vez recuperado el aliento dices: –Vaya, vaya... pero si es unarealidad– Y empiezas a creer en el poder que te asiste, que no es otroque una Actitud Resolutiva acompañada de una Acción OrganizadaConstante.

Una característica de las personas que tienen sueños, objetivos yse unen en sus particulares cruzadas, es el humor, el ver el ladopositivo de las cosas y cuando no lo tienen –o no se lo ven– se lo to‐man como una enseñanza, algo que les ha ocurrido no por algo sinopara algo. Saber reírse, sin lugar a dudas, es un síntoma de salud, decalma, serenidad –de esas que uno necesita en su vida para avanzar–,y cuando vienen esos momentos de bajón donde uno está en un túnelen el que la oscuridad va penetrando en nosotros, es justo elmomento de aferrarnos a nuestro sueño. En ocasiones de formaadictiva, incluso compulsiva, se trata de mantenernos no preocupadospor lo que no tenemos, sino ocupados en aquello que deseamos sehaga realidad.

Un fracaso tan solo es un retraso en saborear las mieles de loansiado, tal vez un examen para revalidar nuestro interés en eseobjetivo que nos habíamos trazado. También –¿Y por qué no?– elmomento de dejar atrás viejos sueños creando nuevos y másapasionantes. Como seres en constante evolución, lo que ayer nosmovía hoy podría dejarnos paralizados. Se trata de saber cuándo algoya ni nos mueve ni nos motiva.

Aférrate a un Sueño, entonces tu realidad y perspectiva sobre lamisma cambiará con seguridad para mejor. Y es en ese momento decreer y confiar, en el que uno adquiere cierta seguridad en quién es ylo que hace, que las cosas empiezan a salirle bien –como él desea– yes una espiral en la que aparecerán incluso las personas adecuadas,esas que jamás soñaste que pudieran acompañarte en tu camino y entu vida.

33 Secretos de la motivación personal

La vida es como andar en bicicleta. Para tener equilibrio tienes que

mantenerte en movimientoAlbert Einstein

La Motivación Personal es un acto de responsabilidad yrespeto para con nosotros mismos, que no solo significa estar «felizde la vida» y asumir con estoicismo aquello que el universo nos envía:No... Se trata de trabajarnos, cultivarnos para ser cada día un poquitomejores personas, y que sea lo que sea lo que nos ocurra, seamoscapaces de adaptarnos y fluir con ello, tanto si lo consideramos untriunfo y lo celebramos como tal, como si le ponemos la etiqueta dederrota e integramos esa enseñanza, o para que no nos vuelva asuceder o simple y llanamente la encajamos con serenidad, con paz,in cluso con liberación y con una sonrisa continuamos avanzando.

En el caso de que no estemos por la labor de entender que lasderrotas nos hacen mucho más fuertes que las fáciles victorias, y nosquedemos en aquello de: «Lo que podía haber sido y no fue, es queyo no me lo merezco, otros tienen suerte, que dirá este o aquel...».Únicamente hay una recomendación: sigue entrenando, formándote yaplicando a tu día a día todo ese conocimiento para que te hagamejor persona y emocionalmente fuerte, no porque puedas con todo,sino porque te domines a ti mismo y saques lo mejor de ti encualquier circunstancia.

De esta forma, si ocurre lo que deseas, genial. Y si no, también.

Como no podía ser de otra forma uno de los mayores secretos de laMotivación Personal es la Actitud, y esta puede generarse de muchasmaneras. Soy consciente de que a aquellos que tan solo se centran enla palabra actitud para crearla les puede parecer complicado oinsuficiente, sin embargo pensemos que todos tenemos valores,talentos y habilidades bien implantadas y desarrolladas y es a travésde ellas desde las que se puede acceder a tener una Actitudincreíble...

Veamos por ejemplo a aquellas personas que tienen unapersonalidad tremendamente agradable, pero son negativas en su díaa día. A través de su carácter pueden empezar a tener pensamientosy generar emociones, sintiéndose fuertes y animosos para conseguirlo que se propongan e ir transformando su negatividad en positividad.Lo mismo podríamos decir de una persona muy disciplinada, o muytrabajadora, o muy agradecida.

Y hablando de agradecimiento no podemos dejar de mencionar ala generosidad, dos valores que deberíamos entrenar y poner enpráctica cada uno de los días de nuestra vida. Este secreto, predicadoa voces desde hace miles de años, genera una energía de dar y recibirque hace que personas y situaciones increíbles se acerquen a nuestraexistencia. El pero es que no puede ser una postura social ni tansiquiera personal, es decir, hago algo y espero la respuesta inmediata:No. Hay que hacer de manera auténtica y esperar con paciencia yperseverancia que los frutos aparezcan, recordemos que la semilla delbambú tarda varios años en aparecer en superficie y luego ensemanas crece por encima de los diez metros de altura.

La Motivación Personal no puede sustentarse en una serie depautas o preceptos sin una base bien fundamentada, es decir, esto no

es café para todos, es cuestión de analizar todo lo que nos ofrecen yfiltrarlo, para ello no podemos saltarnos el capítulo de conocernos másy mejor a nosotros mismos, y no se trata de hacerlo –que hasta ciertopunto eso puede ser fácil o medio fácil–: la misión es profundizar ennuestro interior para sacarle el máximo partido, rentabilizarnos paraque con lo que tenemos podamos alcanzar lo que deseamos, y por su‐puesto para ello si necesitamos pulir, eliminar, agregar o cambiar«cosas» lo haremos con determinación y convicción, sabiendo quetodo es difícil antes de ser fácil y que sin duda los resultados siemprevaldrán la pena.

Y como mencionada queda la palabra Secreto –que es unintangible– pongamos negro sobre blanco a la Fortuna, esa que haceque a veces ocurran sucesos que se nos escapan, pero también porello nunca sabremos si son para bien o para mal –¿quién lo sabe?–. Yhay una máxima, que yo personalmente, grabé a fuego en mi mente yalma, dice así: «No soy responsable de lo que sucede a mi alrededor,pero sí de lo que hago con eso que sucede en torno a mí».

34 Motivación personal. Más allá del triunfo

Piense en grande y sus hechos crecerán. Piense en pequeño y

quedará atrás. Piense que puede y podrá. Todo está en su actitudmental

Christian Barnard

Algo sobre lo que deberíamos reflexionar es qué significa paracada uno de nosotros el triunfo, pero no ese que vemos reflejado enlos demás, sino el íntimo, ese sentimiento que nos embarga endeterminadas situaciones. Y una vez definido, tratar de exportarlo anuestra vida como una actitud. Un estado de ánimo que sea casipermanente en nuestro día a día, independientemente de lassituaciones que se nos puedan echar encima, provocadas por nosotroso no.

La actitud es primordial en la motivación personal, y no escuestión de hacerse responsable de todo lo que nos ocurre o sucede anuestro alrededor; sin embargo, hay que coger el toro por los cuernosy ser totalmente responsables de lo que hacemos con lo que ocurre,entonces la actitud es una herramienta de incalculable valor. Veamoscómo podemos desarrollarla entrenando una parte de ella...

A través de la presencia. Empecemos a desapegarnos de lospasados que nos mantienen anclados en recuerdos que en nada nosayudan a vivir el presente. Ya sean estos buenos y nos embriaguen,como dolorosos de esos que tratan de capturarnos atormentándonos.De las ensoñaciones sobre futuros idílicos o por el contrario

catastróficos que más bien nos ayudarán poco a posicionarnos en elhoy.

Vivir el aquí y ahora con toda nuestra presencia, con el cien porcien de nuestros sentidos con plena consciencia es un reto, todo undesafío, que no se consigue en un rato, puede llevarnos toda una vida–la de estar presentes en ella–. Seamos claros, no es nada fácilacostumbrar a nuestra mente y a veces incluso forzar sentimientos aque se posen en el presente no divagando por pasados y futuros.

Podríamos decir que mucho se ha escrito sobre ello y quizás algocon lo que yo me quedaría es trabajar el foco, eso que nos motiva alevantarnos cada mañana, el propósito de nuestra vida y enfocarnosen cuerpo, mente y alma en ello como si no hubiera un antes o undespués, centrando la atención en cada detalle, en cada pequeñacosa que hacemos: eso nos acercará a lo que deseamos.

Cuando seamos capaces y conscientes de vivir el aquí y ahora deforma intensa –pero equilibrada, que el equilibrio es siempre un buenacompañante– y permanente, es necesario pasar al siguiente estadiode la presencia, que es el fluir. Ahora que ya somos conscientes,dejemos de serlo y que todo fluya tal como debe. Nuestrosubconsciente sabe lo que queremos; él nos asistirá y nos pondrátanto ante personas como situaciones que podrían convertirse enoportunidades y/o grandes relaciones.

Cuando uno fluye no siente cansancio, ni pérdida de energía, nihambre, ni sed, ni sueño; el tiempo se convierte en atemporal ya aque nosotros nos parece que deja de existir –y sin embargo corre, nose detiene por nada ni por nadie–.

En definitiva, estar presente fluyendo con lo que nos sucedeentrena y desarrolla nuestra actitud, hace que se vuelva resolutiva y

encare el hoy, eso sí, con acciones organizadas, de tal forma ymanera que lo bueno o malo que pase sea un aprendizajemanejándolo siempre desde el prisma del avance al resultado: Vivir enpositivo.

Cuando te centras en el hoy con tus acciones –eso no significa noplanificar pensando en el futuro, no se trata de preocuparnos por él ysí ocuparnos del presente– hay un punto de no retorno en el quecomo no sabemos si lo que ha ocurrido es para bien o para mal, casimejor tratar de no ponerle etiqueta de bueno o malo.

Cuántas veces acontece que algo bueno trae algo malo o seconvierte en lo que no queremos y por el contrario cuántas veces algoetiquetado como malo acaba por convertirse en algo a lo quellamamos bueno o atrae aquello que deseamos. Por lo tanto bueno omalo, para bien o para mal... ¿Quién lo sabe?

En el momento que seamos capaces de vivir con esta actitud,habremos aprendido qué significa el triunfo más allá del triunfo,porque será nuestra actitud la que determine nuestro éxito y felicidad,independientemente de lo que nos toque vivir.

35 Siendo agradable

Si quieres conocer a una persona, no le preguntes qué piensa, sino qué ama

San Agustín

No me cansaré jamás de preconizar la importancia de teneruna Personalidad Agradable, tremendamente cercana, empática ysimpática. Esta es una de las claves que abre infinidad de puertas, deesas que esconden oportunidades y algunas de ellas son las quepensamos que nunca nos sucederán a nosotros.

Cuando desarrollas y profundizas un carácter de esta guisa,acabas siendo, sin quererlo, alguien tremendamente seductor, sinnecesidad de ser o tratar de ser convincente. Ese factor de seducciónentraña cercanía, tranquilidad, credibilidad, seriedad, entre otrascomo la honestidad... Características ciertamente atractivas.

Por supuesto que hay quien nace así, pero otros se hacen y secultivan con el tiempo, con las circunstancias, las personas con lasque se cruzan en su día a día. Ya sabemos que para recogerpreviamente hay que sembrar, y las semillas tienen que ser justo deeso que queremos recolectar, y sí, inicialmente uno puede pensar enhacerlo mitad forzado, mitad artificialmente; sin embargo, como todoen esta vida, si crees en ello y lo entrenas acabarás por dominarlo ypodrá parecer que has nacido por y para eso. Este es un vaso que hayque llenar día a día, poco a poco; con la cautela de no sobreactuar,manteniendo el equilibrio.

El resultado se hará tangible antes de lo que pensamos y resulta

exponencial ya que cuanto más te das a los demás, más recibes deellos. Si además decides en qué entornos y ambiente son los que tequieres mover y relacionar, podríamos decir que no hay límites ni parasituaciones ni para personas que quieras estén en tu vida.

Esto también lleva aparejado un esfuerzo, una dedicación y unsacrificio. No solo es cuestión de sentarse y esperar que suceda, hayque ser una persona de acción y actuar en consecuencia. ¿Cómo?Pues tal vez estudiando más, leyendo libros que nos aportenenriquecimiento; quizás vistiendo adecuadamente al papel que quieresinterpretar en tu vida –¿Y por qué no?–; puede que acercándoteestratégicamente a esos ambientes en los que siempre has querido«moverte»... De veras, los límites aunque nos parezca mentira,solemos ser nosotros los que nos los imponemos, con bastante pocaco herencia además.

Cuando hablamos de seducción no hacemos distinción entresexos, ni de atracción física entre personas. Está claro que nosreferimos a la atracción de mentes y almas, esa sintonización quehace que personas que acaban de conocerse tengan una conexión tanfuerte que parece que se conozcan desde siempre, sin siquiera sabera lo que se dedican o cuál es su trayectoria en la vida, como decía miamigo Alberto Blázquez en el prólogo que escribió para mi tercer libro:«La Motivación del Alma» y que hizo sin leer el libro, y lo queaparentemente podía parecer extraño, acabó por ser un escritohermoso, un canto a esas personas que se cruzan en nuestra vida yque sin llegar a forjar amistades al uso te dejan una huellaimborrable, aparecen y se afincan de manera intensa y aprendes deellas, teniendo un crecimiento interior muy considerable.

De todo ello es capaz la personalidad agradable. Es una lástima

que no se enseñe en colegios, institutos, universidades y cómo no, enla empresa; aunque es cierto que cada vez hay más personasproclives a ella. Mas hay mucha gente para la que ser excesivamenteagradable es signo de debilidad, de esconder oscuras intenciones, ypor el contrario cuantas personas te encuentras con el rictus contraídoy el «morro girado» que parece que vayan a matar o morir.

... Y no hay forma de sentirte más fuerte e invencible que sersimpático, seductor con todo aquel que se cruce en tu vida. Y que nose me olvide que el termómetro de la seguridad en uno mismo subemuchísimos enteros cuando tienes una personalidad agradable.

36 No mala suerte

La suerte favorece solo a la mente preparadaIsaac Asimov

Por supuesto que hay días en los que uno se acuesta, selevanta o peor, se despierta a media noche, cansado –hasta losmismísimos huev...– de todo y de todos, de lo macro y lo micro, de lohumano y lo divino. Este cansancio se convierte en miedo a estar, acontinuar.

Nos deja una sensación de darle al botón de «que se pare elmundo que yo me quiero bajar»; lo más valiente que se nos ocurre eshuir, lo que no sabemos es si hacia delante o hacia atrás.Rápidamente nuestra imaginación nos asiste con un mar de ideasdescabelladas, mejor llamarlas por su nombre: Excusas.

Aparecen imágenes viéndote muy lejos con cambios de vidatotalmente diferentes que nada tienen que ver con la actual situación,no en vano todo ello parece muy idílico y la solución a todo mal.

Hay veces que todo esto es tan fuerte y profundo que las fuerzasnos abandonan y no somos capaces de ver más que lo malo y lo peorque nos pasa, que nos rodea, reduciéndonos al pensamiento de quesomos una mierda pinchada en un palo... Vaya, que nuestraautoestima nos ha dejado tirados como una colilla. Incluso haypersonas que tienen pensamientos obsesivos, hasta autodestructivos,teniendo en cuenta que mucha gente entra en procesos de agobio,ansiedad y estrés que pueden acabar en enfermedades realmente

graves y de las que es tremendamente difícil salir.Con este panorama y la perspectiva de caer no siendo capaces de

levantarnos, casi es mejor saberse y reconocerse en esos momentos,dejar que pasen, que se conviertan en momentos de recogimiento, dedescanso, de cargar baterías abandonando cuanto antes esa zonapantanosa que si nos atrapa es complicado salir de ella.

Máxime cuando hay quien al final le coge tanto gusto al verse enel lado de las víctimas, que le encanta y busca cualquier excusa paramoverse regodeándose en la queja, en el qué bueno soy y qué malosson los demás, qué mala suerte... ¡Qué mala suerte!

Y lo que es peor es que hay quien busca en estas quejas ylamentos alimentar a la bestia del victimismo que todos llevamosdentro, sin pensar que si no se controla y mantiene a régimen –dieta–puede crecer hasta dominarnos y su alimento preferido es escucharque sí, que es verdad que la mala suerte se ha cebado con él, y leencanta regodearse en ese momento feliz de que alguien le diga lomaravilloso que es versus lo mala, lo retorcida que es la sociedad enparticular y el mundo en general.

Nadie dice que a veces no lo sea, de manera que asumiendo loque hay y lo que pasa seamos capaces de crear esa adaptación quede tantos callejones sin salida aparente, nos saca... Y de qué manera.

Pero esto tiene que ser algo temporal, como toda aquellasituación que consideremos mala o mejorable, no tiene nada que verel percibirla como algo permanente, donde las fuerzas dejan deasistirnos, perdemos la ilusión y lo que tendemos a hacer es asumir yconformarnos con la situación en la que nos vemos inmersos.

La imagen sería vernos en el interior de una jaula de altísimos yférreos barrotes en cuyo exterior estamos custodiados por fieros

leones y tigres esperando hambrientos que simplemente nosarrimemos a los barrotes, cuanto más qué fuéramos capaces de salir–el mundo al revés–. Y lo bien que algunos pueden sentirse dentro dela jaula conformándose con su destino.

Otros lucharán por su libertad aún a riesgo de su vida. En estarealidad plasmada no jugamos a vida o muerte, lo que exponemos esnuestra integridad emocional, que algunos dicen que es el deporte decontacto y riesgo más duro del mundo, ya que cuando uno vemermada su autoestima, es duro –muy duro–. Y restituirla a vecesmás todavía; sin embargo, si te entrenas y practicas, no haycircunstancia personal o profesional que te pueda desmoralizar odesmotivar.

37 Decidere

Elimina de tu vida todo aquello que te cause estrés y te quite la sonrisa

Paolo Cohelo

No siempre tomar decisiones es fácil, las posibles variablessuelen ser tantas, y los resultados que se derivan de ellas muchosmás si cabe, que sentarse a coger el toro por los cuernos puedeconvertirse en un verdadero infierno, máxime cuando hay situacionesque son complejas, porque nosotros generalmente las complicamos.Si además sumamos determinados entornos negativos, pesimistas,volátiles, contrarios a todo y todos, la «cosa» se complicasoberanamente.

Si por el contrario somos capaces de asumir que posiblementetenemos un destino en nuestro interior para el que estamosprogramados, tal vez entendamos que las decisiones se relativizan ytomaremos aquella que debíamos tomar aún sin saberlo, por aquellode que a todo lo que nos sucede lo entendamos como «bueno omalo» sea «para bien o para mal». ¿Quién sabe?

Este «Quién lo sabe» es la válvula de escape que tiene que liberartensión y presión a la hora de tomar decisiones, ya que si algo tieneque suceder, sucederá y nosotros haremos que ocurra aún a pesar detodo, pensando que no hay atajos ni senderos interminables, endefinitiva todo es camino de principio a fin y el que ha nacido paraalgo, acabará haciéndolo sí o sí, caiga quien caiga.

Con todo ello no pretendo diluir o quitar importancia a las

decisiones, ya que estas son la columna vertebral donde gira nuestravida y esta puede estar plagada de éxitos, de felicidad, que son comoya sabemos estados de ánimo y actitudes, nunca un lugar al quellegar. De lo contrario, acabamos convirtiendo nuestra vida en unaconstante espera que jamás tiene fin, porque cuando ya hemosconseguido lo que ansiábamos, ya nos olvidamos y queremos otrameta que tendremos que esperar a que llegue, y así «in eternum»,hasta que un día nos demos cuenta de que la vida se nos haescapado en una constante espera inacabable.

Ya que hablamos de decisiones, vamos a quitarles algo de hierro,no podemos dejarlas huérfanas del compromiso que nos suponen, yque como ya sabemos significa dedicarse sin reservas, es decir encuerpo, mente y alma. Solo así, sea cual sea la decisión que tomemos,estaremos enfocados en ella, viviéndola en toda su magnitud yevitando esos fantasmas que nos visitan más a menudo de lo que nosgustaría hablándonos del pasado así como del futuro, con frases talescomo lo que podía haber sido y no fue, lo que sería y no es... etc.

El compromiso es la palanca que hace que nuestras acciones serealicen con la determinación y la convicción de que se está haciendolo correcto, porque en realidad si vives el momento con la intensidaddel presente todo aquello que hagamos deja de tener la etiqueta decorrecto o no, se hace y tratamos de ejecutarlo lo mejor posible.

Jugar con estos conceptos se vuelve complicado ya que no dejande ser palabras y a estas cada uno de nosotros debe darles su propiosentido y comprensión para que puedan significar algo que nos echeuna mano.

Quiero decir... Que la vida es demasiado corta para malgastarlaen preocupaciones, el tiempo que se va no vuelve, por lo tanto vamos

a ocuparnos de vivir, fluir con lo que nos pasa. Así las circunstanciasnos pongan disyuntivas, así tomaremos decisiones, noscomprometamos con ellas e iremos haciendo camino, andando,buscando todo lo bueno, lo bello que nos pasa y rodea. Dejandocuanto menos controlados esos miedos que van sobre nuestroshombros haciendo que nuestros compromisos pierdan fuerza ynuestras decisiones se vuelvan erróneas sin serlo. Por cierto, decidires eliminar el resto de las opciones que tenemos...

38 Tips para la motivación personal

Acerca de la Coherencia... «No pretendas apagar con fuego un incendio, ni

remediar con agua una inundaciónConfucio»

La verdadera Motivación Personal pasa por una seriede fases y estas no siendo las únicas, sí que son determinantes a la hora de levantarse todos los días y encarar con unasonrisa el día a día como una experiencia única, motivadorae irrepetible.Conócete y hazlo de la manera que creas oportuna. Hay quien lo

hace retándose, poniéndose a prueba para ver dónde tiene los límites.Tal vez tu trabajo te dé las claves para sacar lo mejor de ti o tusactividades de tiempo libre; quizás tu familia, amigos, relacionessociales. Por lo que respecta a este foro puedes hacerlo como desees;incluido el Tao, la oración o la respiración –por separado o enconjunto–. El tema estan amplio que tú decides, pero comienza atrabajarte para ser mejor persona –que no quiero decir que no loseas, vaya esto por delante– cada día que

pase, no en vano tenemos que dejarles un mundo mejor anuestros hijos, y no porque el mundo sea mejor, sino porque nuestramisión es que ellos –nuestros hijos– sean mejores que nosotros.

La Coherencia fórjala a través de sólidos y bien cimentadosvalores y principios de vida, de esos que todo el mundo se da cuentade ellos sin necesidad de dar explicaciones. Tomar conciencia y llevar

a la práctica la coherencia puede ser placentero o doloroso, unalección en definitiva, dependiendo de las circunstancias; a vecestenemos que alejarnos de algo o alguien que no está en coherenciacon nuestros valores, forma de ver la vida o simplemente como vive.Coherencia –aunque ya todos lo sabemos– es, en síntesis, sentir,pensar, decir y hacer en consonancia. Y las pequeñas cosas, losdetalles son los que nos dicen si estamos en coherencia o nosestamos alejando de ella, tanto por lo que hacemos nosotros comopor lo que hacen los que nos rodean y afecta de una u otra manera.

La Actitud es una de esas tarjetas de presentación que dicemucho más de nosotros que cualquier largo discurso que podamosofrecer a quien nos escucha y ve. En cada momento del día –denuestra existencia– podemos elegir tener una actitud «adecuada», yesto es importante, no a lo que nos acontece sino al resultado quequeremos obtener. De nada sirve, si hemos perdido un contrato ohemos roto una relación, generar una actitud negativa. Tengamos laactitud del resultado que queremos, es decir imagino que positiva. Yque esto te lleve a ser resolutivo en tu vida para que te sientasimpulsado a entrar en acción; que es la otra cara de tu tarjeta depresentación y ambas acaban por definirte y por definir,generalmente, los resultados que estás alcanzando en tu vida.

Carpe Díem: Vive el momento presente como lo único a lo quetienes que poner atención e interés. Pasados y futuros realmente noexisten en la realidad del instante aquí y ahora, tan solo tenemos elpresente y este determina eso que llamamos pasado –el instanteanterior a lo vivido– nos da muchas pistas de cómo será nuestrofuturo –al menos inmediato–. Y una vez más, tú decides cómo vives elpresente, si como un éxito, con felicidad, fracaso, de forma plana –

anodina–. Pensemos que cualquiera de ellos son estados de ánimo,actitudes ante la vida, independientemente de las circunstancias y en‐tornos que nos rodeen: Cuestión de suma importancia en laMotivación Personal.

La Filosofía de hacer bien las cosas. Todo comienza con elpropósito de si tenemos un objetivo hasta llegar a él –o paraconseguirlo– tendremos que aplicar la filosofía de hacer todas y cadauna de las cosas que tenemos que hacer mejor que bien, es decir conexcelencia y maestría, crear pautas, normas, creencias,condicionamientos para que esto, además, pase a poder llamarse laciencia de hacer bien las cosas. Y en la etapa en la que nosintegramos y fluimos con lo que hacemos, lo llevemos al grado dearte, momento en el que sin duda lo hecho va más allá de un trabajo,es una obra, un legado.

La Autenticidad. Solo aquellos que son auténticos y obran concoherencia viven y alcanzan la satisfacción personal en todo aquelloque se proponen. Ser auténtico te muestra tal como eres, demuestrarespeto por los demás, pero sobre todo para contigo mismo, ademásdeja patente el compromiso con tu Motivación Personal para que teacompañe tanto en los momentos complicados y te ayude alevantarte, como en los momentos dulces de la vida para saber estara la altura de las circunstancias.

39 Cinco claves de la motivación personal

Convierte el fracaso en un trampolín para el éxito

Cada adversidad lleva consigo la semilla de un beneficio equivalente o mayora dicha adversidad

Napoleón Hill

¿Y si empezamos a considerar al fracaso como un trampolínhacia el éxito, en lugar de una prisión de la que es casi imposible salir,o muy pocos lo hacen?

1.– La inutilidad de la culpa. Una de las primeras causas delfracaso tiene por nombre: Culpa–culpabilidad. No tiene sentido culpara todo y todos de lo que nos pasa, ya sea esto personal o profesional;de esta forma salimos fuera de la ecuación, con lo cual nuestrosentimiento predominante es el de invocar a la suerte de tal maneraque nuestra mente acaba comprando esa idea como la únicaposibilidad de superar un fracaso. La cuestión es ni culpar a otros niculparse a uno mismo de todos los males del mundo y la humanidad.Lo inteligente es obviar la culpa y hacernos responsables de nuestropropio destino a través de las acciones que emprendemos. De estaforma no nos dejaremos atrapar por las arenas movedizas de esaslamentaciones que tantas excusas nos dan para quedarnos donde ycomo estamos. Por lo tanto el antídoto de la culpa se llamaresponsabilidad. Responsabilízate de tu vida y el fracaso se convertiráen una simple derrota temporal.

2.– Las personas no fallan... Dejan de intentarlo. Dejan deperseguir sus sueños y se rinden, pensando que la orilla donde estánsus objetivos está aún lejana, que no se ve; que otros lo intentaron yno lo consiguieron. No se dan cuenta que creer que se va a fracasarcuesta el mismo esfuerzo mental que estar convencido de que se va atriunfar. Se trata de crear estados mentales a través de lo que somoscapaces de hacer, ¿Y por qué no? Quienes suelen decirnos que esimposible son aquellos que no lo han conseguido. Confía en tusposibilidades y graba a fuego en tu corazón y tu mente estas doscortas pero contundentes frases: «nunca te rindas y jamás abando‐nes». Hay cuestiones discutibles para triunfar, estas no lo son. Sonimprescindibles y de una lógica aplastante.

3.– Miedo a fracasar. Y hay un miedo incluso mayor que el que setiene al fracaso: es el de ni siquiera saber cómo se levanta uno de losfracasos, es como si fuera una enseñanza que necesitamos paraatrevernos a triunfar, y resulta que no hay receta mágica para ello. Loque sí podemos hacer es tener siempre en mente un objetivo, unameta, un propósito, en definitiva un motivo que nos impulse alevantarnos, sin necesidad de mucho preámbulo ni explicación. Si nosqueda claro que una persona que pierde el propósito de vivir es comoun velero sin gobierno, a merced tanto de corrientes como de vientos–y suelen ser estos caprichosos–, entonces siempre tengamos unameta, por pequeña y sencilla que sea, o un reto, de granenvergadura, al que aferrarnos para levantarnos.

4.– El problema no es el muro. La verdadera adversidad está ennuestra mente, como lo llamemos, el nombre que le pongamos ya nosestá indicando como nos vamos a comportar ante él. Si decimos queel problema es un muro, mentalmente ya nos estamos quedando en

una parte de él, ya que atravesar una pared parece harto difícil, sinembargo si al problema lo llamamos reto, desafío, incluso nos puedemotivar a superarlo, nos estimula a ocuparnos de él. Luego entoncesel obstáculo no es el muro, es nuestro paradigma mental sobre él.

5.– La voluntad de fracasar. En ocasiones esa voluntadinconsciente de fracasar nos lleva a realizar un sinfín de tareaspequeñas y banales que nada tienen que ver con esas tareas, detallesde los que la suma te lleva al triunfo. Llenar el tiempo con actividadesinútiles nos garantiza un completo fracaso sobre nuestros objetivos.Analicemos eso que estamos haciendo y si realmente nos acerca onos aleja de lo que hemos decidido será nuestro propósito de vida.Empleemos el tiempo en tareas útiles.

Emprendersin Tregua

40 Factor EXITUM en los emprendedores

El éxito está conectado con la acción. La gente exitosa se mantiene en

movimiento. Hacen errores pero nunca se dan por vencidosConrad Hilton

Todo emprendedor debería ser consciente que hacen falta unaserie de rasgos que le escolten en su andadura empresarial, que enrealidad no distan demasiado de los que personalmente tendríamosque tener por compañeros de viaje habituales.

El Factor EXITUM es la suma de motivación tanto intrínseca comola que viene de fuera, la extrínseca. Sobre esta última no me voy adetener: cada uno debe encontrarla en aquello que más le acomode,ya sea volando en parapente, leyendo un buen libro, charlando conlos amigos o... cantando bajo la lluvia.

La Motivación del interior, la que sale del alma y es filtrada por lamente, es en la que nos vamos a extender. En primer lugar, paraestar motivado tenemos que desarrollar de forma clara y coherentenuestros objetivos, y yo diría aún más: el Propósito de vida que nosseduzca todos los días de nuestra existencia. Si ya sabemos lo quequeremos –por eso nos consideramos Emprendedores– vamos aacometerlo con Pasión. Cuando algo nos apasiona llegamos aenamorarnos de ello, eso significa que acabamos fundiéndonos con loque hacemos, por Cómo lo hacemos; dejamos de sentir cansancio, laenergía que nos embarga está siempre en niveles elevadísimos.

Todos hemos experimentado que cuando el entusiasmo ilumina

nuestra vida, aparecen esos Caminos llamados Oportunidades, enforma de personas y situaciones que nos acercan a las metas quedeseamos alcanzar, amén de enriquecernos y enriquecerlas.

Después de los motivos que nos mueven a emprender, hemos dedesplegar determinadas Fórmulas que se conviertan en la base y en elsustento, ya sea para avanzar, como cuando tropezamos y noscaemos. Necesitamos una base sólida, estos son los Valores y losPrincipios que todo ser humano tiene que practicar y desarrollar.Como todos sabemos que hay un número ingente de ellos, vamos aelegir los que empaticen con nuestra personalidad; podríamos hablardel honor, la modestia, la humildad, la bondad, el respeto, laautenticidad y por supuesto la generosidad y el agradecimiento (enmayúsculas) entre otros.

Por encima de los cimientos, pondremos los pilares de nuestraMotivación con esas Fórmulas de las que tenemos que tirar paramantener el rumbo; yo personalmente empleo esta: la Voluntad juntocon la Actitud puesta en Acción, nos lleva sin duda a encontrarnos conunos resultados (hay infinidad de ellas y cada uno debería tener,experimentar y aplicar una o dos de forma continua).

La Voluntad es el acto de querer, pero no más; es necesario queun Estado de Ánimo adecuado nos inunde y haga que noscomprometamos a hacer. Por último, la Acción: sin ella no existen losresultados, y esta por supuesto tiene que ser organizada, pero debeexistir como conducta de vida. Si estudiáramos a cualquier personaque consigue alcanzar y vivir sus sueños, comprobaríamos que jamásabandonan, nunca se detienen, que la Acción es su Bandera.

Y cómo no, nos queda mencionar algunas Claves que podríamosconsiderar el tejado. Son las capacidades y habilidades que tenemos,

unas innatas, otras aprendidas y por supuesto las que necesitamospara desarrollar nuestros proyectos entre las cuales citaremos: laseguridad en uno mismo, una personalidad agradable, correctagestión de los recursos, la imaginación, el liderazgo, hacer más de loque se espera que hagamos y un largo etcétera a elegir en función delemprendimiento que vamos a realizar.

Otro de esos Factores de Exitum que nos ayudan a estarplenamente motivados es el uso que hacemos del Tiempo. Si somoscapaces de entender que es la Materia Prima de lo que todo estáhecho (lo tangible y lo intangible), dejaremos de perderlo o peor aúnmatarlo, ya que encima nos dicen que es Oro.

Cualquier Persona u Organización enfocada al Triunfo debeaprender a controlar el Tiempo y esto es una ciencia que algunosconvierten en arte. Quienes llegan a dominarlo han averiguado que elTiempo ni se puede controlar, ni administrar, ni gestionar, que eso esuna entelequia que nos mantiene distraídos. Ellos simplemente secontrolan a sí mismos mediante la Disciplina, la Paciencia y laPerseverancia principalmente llevándolo al extremo de preguntarse demanera habitual: ¿Es este el uso más inteligente y valioso de miTiempo ahora en este momento?

Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, si hablamosde Éxitos –personales–, todo emprendedor, toda persona endefinitiva, debe asumir que esta moneda, como todas, tiene doscaras, y ahí está la de los mal llamados Fracasos. Si asumimos que enel Camino de cualquier acción puede pasar una u otra, estaremos enla Vía de aprender a levantarnos cada vez que caigamos, ya que losfracasos no son más que Derrotas, y además, Temporales. La Ruedade la Fortuna a veces nos pone arriba para acercarnos a nuestras

metas y a veces debajo para darnos alguna enseñanza y/o lección.Pensemos que es cierto que no somos responsables de lo que

ocurre a nuestro alrededor (guerras, hambre, crisis, injusticia), pero sísomos responsables únicos y últimos de lo que hacemos con lo quenos pasa. Es nuestra decisión convertir la palabra Crisis enOportunidad; de ello se trata.

No quisiera terminar sin mencionar a esas personas, inclusoambientes, tan sumamente negativos que nos roban las energías.Suele ser gente que cualquier buena razón para hacer algo, lotransforma en una excusa para seguir en su zona de confort, rodeadode sus miedos e inseguridades... Y que los demás no hagan nada,vaya a ser que triunfen o fracasen, que nunca lo sabremos. Si Hacestienes posibilidades de ganar o perder; si no haces tienes la garantíaabsoluta de fracasar directamente.

Yo los llamo cariñosamente los No...istas, los Pero...noicos y losEsque...zofrénicos ya que tienen grabadas a fuego el «no, pero,esque» incluso cuando van a decir que sí. Os recomiendoencarecidamente que dosifiquéis vuestras relaciones y el tiempo queempleáis con ellos, si de verdad estáis comprometidos con vuestrosProyectos y Compromiso quiere decir: Dedicarse sin reservas.

Si analizamos lo anterior respecto a la Motivación confirmamosque lo dicho es tan solo una gota en un océano, pero ya tenemos lacerteza de que todo gira en torno a las Decisiones y los Compromisospor llevarnos a buen puerto.

¡En tu mano está Decidir y Comprometerte para vivir tu EXITUM!

41 Cuando el final es parte del principio

Lo importante no es lo que la vida hace contigo sino lo que tú haces con la

vidaJean Paul Sartre

...¿Y si fuera verdad que las crisis traen aparejadas tremendassituaciones de oportunidad, y no solo fueran palabras para dulcificardando falsas esperanzas a los que se ven en medio de la tormenta...?Cuando de la empresa hablamos, la cuestión se complica porque elasunto no es cambiar la actitud de una persona, sino de toda unaorganización, que generalmente tienen estructuras rígidas, aunquealgunos de ellos se sientan muy flexibles y entiendan la adaptacióncomo la manera en que pueden reducir el personal e incrementar lastareas y las responsabilidades de los que quedan. Sí, ya sé que lamayoría de empresas están luchando como dinosaurios ante suposible extinción con todas las herramientas que tienen a sudisposición y el reducir plantillas es algo dramático para ellas y laúnica solución para sobrevivir.

Hablemos de las que sí están adaptándose adecuadamente a lascircunstancias al margen del tema técnico o puramente empresarialcomo podría ser: diversificar mercados, exportar, abrir nuevas líneasde negocio, concentrar esfuerzos en sectores, clientes en lugar dedispersar, renovar maquinaria, infraestructuras y un largo etcéteraque no aplica aquí y ahora... Compañías que se han dado cuenta quelo técnico, lo racional, coherente –mental– no consigue progresos si la

parte emocional no está trabajada y desarrollada. La gran generadorade energías que consigue que todo fluya.

Y lo que para unos es el acabóse, un terrible y dramático final...Se convierte para otros en un comienzo con nuevas expectativas,generando las actitudes básicas para poder decir: esto es el principio,vamos a captar, capturar y poner a nuestro servicio cualquieroportunidad que se deje ver, aunque sea de lejos y sigilosamente.

Es fundamental un cambio de paradigma en las empresas através de la información, la formación y la educación emocional dequienes las componen, es decir, cada uno de nosotros. La oferta paraello es enorme, buena o muy buena dependiendo delaprovechamiento que queramos hacer. Incluye cursos, libros, audios,rodearse de los entornos adecuados y sacar ventaja de elloabsorbiendo todo el conocimiento para entrenarlo, aplicarlo y ponerloen práctica. De nada sirve ir a un curso tras otro para criticar alformador, la sala, si hace frío o calor, es largo o corto, quitaría opondría.

Educación y formación emocional significa para el que suscribegenerar las emociones que nos lleven a tener pensamientos que nosimpulsen a realizar determinadas acciones que den unos resultados.Dicho de otra manera, que seamos capaces de tener la voluntad decrear la actitud, el estado de ánimo que nos empuje a actuar enbúsqueda de unos resultados esperados. ¡Ya! Y cuando el resultadono nos gusta, ¿qué? Pues es como cuando nos caemos: ¿Nosquedamos en el suelo

o nos levantamos? La decisión es nuestra, el compromiso tambiény la entrega más de lo mismo. A esto lo llaman vivir y hay quienespensamos que es apasionante, la mayor de las aventuras posibles.

Pero toda empresa y toda persona que la integra, hasta el«portero electrónico» debe estar concentrada y enfocada en aquellosa quienes sirve: los clientes y por ende a la sociedad. Cuando el focoy el acento se sitúan sobre aquellos que hacen que la empresasobreviva, crezca y alcance cotas de éxito sobresaliente, tienen muchomás fácil el camino por lo coherente del objetivo. Dar un servicioexcelente al cliente y conseguir que sea rentable es cerrar el círculo,pero para ello debemos tener meridianamente claro que a cualquiertarea que desempeñemos hay que darle el máximo valor para que losdemás lo valoren, teniendo la certeza de que estamos dando unservicio útil a la sociedad ya operemos a corazón abierto, barramoslas calles o seamos administrativos comerciales en una empresa.

De esta forma podemos confirmar aquello de que si no podemoshacer grandes cosas, podemos hacer pequeñas cosas con grandeza¿Cómo conseguirlo? Tal vez, se me ocurre, gestionandoadecuadamente las circunstancias por las que atravesamos, y sobretodo pensando que lo real y único que podemos controlar, gestionar,planificar y administrar es a nosotros mismos en el cómo hacemos loque hacemos.

42 De la herida del empresario al emprendedor

mutilado

Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiarnuestro destino, mira antes de cruzar la calle

Stephen Hawking

A pesar del eufemismo, creo que todos los empresarios yemprendedores nos sentimos algo más que fastidiados con lasituación económica de los últimos años. Sin embargo ya sabemosque en determinadas situaciones, hay quien vende pañuelos y hayquien los compra para enjugarse las lágrimas ¿De cuál de ellossomos? No es fácil tomar la decisión, máxime cuando generalmente ysin darnos cuenta caemos en un lado o en el otro.

No nos olvidemos que el que más y el que menos arrastralimitaciones, condicionamientos, creencias, y hábitos, unosautoimpuestos y asumidos incluso como ley de vida, y otros que estánen nuestros genes, por venir de dónde venimos y haber crecido endeterminados entornos, que no quiero decir que sean ni buenos nimalos, porque esencialmente no es mi cometido en este foro.

Para seguir en el lado de los que compran los pañuelos, tan solodebemos hacer responsables a todo y a todos de nuestra lamentablesituación, regodearnos en nuestro sillón preferido, alrededor de lo quepodría ser y nunca será. Vaya, que la mala suerte existe y se ha fijadoen nosotros... como el damnificado en una final de futbol con el

campo a reventar y que siendo víctima de las necesidades de unapaloma dice: ¡Qué mala suerte! Con la de gente que hay me ha tenidoque tocar a mí... Sin pensar que otro podía tropezar, romperse lacrisma y segundos después haber tenido el mismo pensamiento: ¡Quémala suerte! Con la cantidad de gente que hay.

Hablemos mejor de aquellos que deciden vender pañuelos, perode los que lo hacen de manera consciente tomando una decisión ycomprometiéndose con ella. Los que están ahí de manera automática,han nacido con las habilidades ya incorporadas y son vistos por elresto del mundo como gente con suerte –con estrella– consiguen yviven sus sueños como si fuera coser y cantar.

Los que nos tenemos que trabajar estas destrezas paradesarrollar unas y crear otras tenemos la gran fortuna de poderutilizar la Motivación intrínseca como una herramienta, un recurso quenos empuje hacia delante para alcanzar viviendo nuestros propósitosdando sentido y contenido a nuestra vida.

Podemos hacerlo a través de sistemas, fórmulas que nos brindanlos múltiples cursos, libros, talleres, etc. Hay una gran oferta para quetodos encontremos el maestro que nos ayude a sacar lo mejor denosotros mismos. El aprovechamiento es nuestra responsabilidad, yhablando de ella, los que decidimos estar a este lado del caminotenemos la firme convicción y determinación de que es cierto que nosomos responsables de lo que sucede a nuestro alrededor a nivelsocial, político o económico... Pero sí somos responsables de lo quehacemos con lo que sucede y lo asumimos con todas lasconsecuencias; no hay otra vía para ser dueños de nuestro destino.

Una fórmula que de manera innata tratamos de utilizar al revés esesta que dice: ¡Bien! cuando Tenga será capaz de Hacer y como

consecuencia Seré. Está fenomenal, no solo es lo que nos hanenseñado sino lo que hemos visto siempre ¿Quién no ha escuchado odicho «cuando tenga dinero iré a la India

o me compraré una casa, haré un curso de crecimiento personal yme convertiré en una mejor persona«? Incluso parece coherente yrazonable; sin embargo, es erróneo desde todo punto de vista de losresultados esperados. Por eso pasamos de empresarios heridos aempresarios mutilados, y aquí deberíamos incluir a autónomos ycualquier otra versión de aquel que se siente emprendedor.

La disposición adecuada, es: SER–HACER–TENER. Tenemos quetrabajar el Ser, siendo mejores de lo que somos, y en esto no hayconsejos, cada uno debe verse por dentro y saber cómo puedemejorar como persona, tratando de hacerlo también con la vida dequienes le rodean. Es entonces cuando uno es capaz de Hacer lo quetiene que hacer y cómo tiene que hacerlo, siendo la consecuencialógica el llegar al tener, el ansiado y tangible Tener en mayúsculas,con el que sí es cierto que se pueden hacer muchas cosasbeneficiosas para la sociedad pero siempre pasando antes por elHacer y el Ser.

43 La unión hace la fuerza

Una flecha sola puede ser rota fácilmente, pero muchas flechas son

indestructiblesGengis Kan

La unión hace la fuerza, nos han dicho desde siempre, y porlógica tendemos a asumirlo más que a entenderlo y mucho menosque más. Parece claro que desde antaño, en las acciones bélicas, lapreparación y el equipo eran de suma importancia por no decirdecisiva. Cuando a la calidad sumas la cantidad (unión) sondeterminantes del todo e inclinan la balanza. Cuando de futbol odeportes de equipo hablamos vemos con ansiedad trágica que cuandoel conjunto de nuestros amores juega con uno menos parece queestán jugando la mitad, la desventaja suele ser palmaria. Si en lasempresas nos fijamos, vemos que las que tienen una estructura másdefinida en departamentos con distintas actividades tales comocompras, ventas, administración... son más versátiles, efectivas ycompetitivas; podríamos decir una vez más: «La unión hace la fuerza»

Incluso en el ámbito familiar, cuando cada uno desempeña un roldistinto y necesario, hallamos núcleos enfocados al triunfo personal yla satisfacción, y, por qué no decirlo, hacia la felicidad. Hasta aquínada nuevo, más bien toda una obviedad en la que no sería precisoemplear ni una sola línea, mas cuando esto se lleva al otro extremo ohasta el radicalismo, puede ocurrir que un exceso de unión –einterdependencia– nos haga lentos, pesados, rígidos y como a los

dinosaurios se nos pase la «Era» y perezcamos. De ahí que en losúltimos años estén apareciendo, creándose iniciativas para promoverlas sinergias entre empresas, emprendedores, autónomos y endefinitiva entre personas, con la sana intención de realizar negociosen un entorno de confianza, redes de contactos de calidad y queofrecen mucha flexibilidad, donde pequeñas iniciativas–empresaspuedan disponer de todo tipo de profesionales que catapulten sunegocio al éxito sin el peso y la rigidez de crear grandes estructuras.

Se ha encontrado el equilibrio en esa «Unión que hace la fuerza».Bien, veamos qué ocurre cuando derivamos y llegamos hasta lapersona como individuo... Nos olvidamos de que la fuerza se consiguecon la unión, no sabemos a qué se refiere: Puede que, claro,necesitemos dos brazos, dos piernas para ser más fuertes, más que sifaltara uno de los miembros. Vamos un poco más allá y veamos cómopodemos sacar el máximo partido a eso que somos cada uno denosotros, la máquina más perfecta y maravillosa que jamás nadiehaya soñado... Estamos formados por cuerpo, mente, alma y la uniónde esos tres elementos nos conforman y hacen que emprendamoscaminos de éxito y felicidad en aquello que hacemos o simplementedeambulemos por el mundo como entes en pena y sin gloria,

o peor vivamos en un infierno del que nos es imposible huir.Para ello debemos cultivar las tres al unísono y también por

separado para hacerlas fuertes, ganadoras. Si queremos recoger unabuena cosecha antes debemos haber sembrado, esta es una leyinmutable imposible de transgredir a base de atajos. De manerasomera nuestro cuerpo, la parte física y tangible de nuestro sernecesita una buena alimentación, nutrirse para rendir al máximo;hacer ejercicio, deporte, en definitiva actividades que impliquen

acción, le den fuerza, potencia y por supuesto descanso, latranquilidad que requiere para reponerse y renovar esa fortaleza.

La mente, a su vez, precisa de todo aquello que damos al cuerpoademás de proveerla de la curiosidad por el aprendizaje, la puesta enacción de lo aprendido; la lectura, las relaciones con entornosadecuados a lo que le pedimos a la vida y estamos dispuestos adevolverle y darle. Pensemos que la mente es el taller donde sediseña «todo» y cuando digo todo es la totalidad de avancescientíficos, médicos, culturales, iniciativas comerciales, industriales,construcciones arquitectónicas, medios de transporte, etc... Por lotanto vamos a darle lo que requiere para que siga por senderos desuperación y de mejora.

Por último el alma, el espíritu: eso tan sumamente intangible paralo que hay infinidad de definiciones, significados, y no pocos de elloscontrovertidos y opuestos entre sí. Vamos a dejarlo en que es el lugardonde se gestan las emociones, los sentimientos y que estos son losque mueven el cuerpo y la mente por unos caminos u otros, siendolos resultados muy, pero que muy diferentes dependiendo de eseestado de ánimo que seamos capaces de generar en nuestro ser.Actividades como la meditación, en su más amplia acepción, nospueden proveer de la paz, la serenidad y el equilibrio necesarios paraencontrar esos caminos de éxito y felicidad por los que no solotenemos el derecho de transitar, sino la obligación de hacerlo parahallar que somos seres privilegiados por todo lo increíble que somoscapaces de conseguir y vivir. La unión y el equilibrio entre mente,cuerpo y alma nos provee de la fuerza y serenidad necesarias paraafrontar múltiples adversidades y situaciones que tratan dedesequilibrarnos en nuestra existencia.

44 La pasión y el «cómo»

Con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas se idiotiza

Stendhal

La pasión por lo que hacemos y CÓMO lo llevamos a cabodetermina la satisfacción personal que vamos a experimentar, esdecir, el éxito y la felicidad que nos van a embargar y que, más queuna emoción, debería ser un sentimiento; un estado de ánimo de esosque nos empujan suavemente, nos acompañan en todo aquello quehacemos. La pasión per se incluye entusiasmo, ilusión, alegría que soncombustibles de alto octanaje, que hay que aprender a utilizar deforma adecuada y efectiva. Cuando alguien hace algo, lo que sea, demanera apasionada, ocurre espontáneamente, por causalidad, que nopor casualidad, que nada tienen que ver la una con la otra, y el focose centra en el cómo más que en el qué.

Primero uno siente en su interior el poder de tener fuerzasilimitadas para afrontar aquello que ha decidido sea el propósito de suvida. Segundo, las cosas, aunque sean difíciles inicialmente, acabanpor volverse fáciles; parece que forman parte de nosotros y viceversa,nosotros de ellas. Tercero, quienes ven nuestra obra detectan esapasión por lo que hacemos –en el cómo– pasando a ser unreferente... hay quien incluso llega a convertirse en una leyenda.Cuarto, es contagioso, estas conductas se duplican.

Por el contrario las conductas desapasionadas, anodinas,

rutinarias consiguen lo opuesto: que nos falte la energía para hacer loque tenemos que hacer; las cosas no solo son difíciles, sino que secomplican por instantes. Quienes nos observan constatan que nollegaremos nunca a ninguna parte y que por desgracia esto tambiénes contagioso, aquellos que caen en estos comportamientosdesapasionados, no suelen darse cuenta de ello, más bien ven la pajaen ojo ajeno, que la viga en el propio. Confiemos en que se iluminen yse vuelvan apasionados, aunque sea con el tiempo.

Mas si a la pasión le integramos el amor por eso que hacemos,estamos subiendo un nivel en la escala de la excelencia: ya no soloestamos haciendo un camino para encontrarnos con el éxito y la fe‐licidad, sino que el éxito y la felicidad son nuestro camino, lo cual noes lo mismo, no tiene nada que ver; estamos escribiendo sobrepalabras y de hechos mayores. Es entonces cuando nuestra alma seconvierte en maestra, nada ni nadie puede detenerte, ni tan solodesviarte de tu camino, dejas de buscar el resultado satisfactorio de loque haces. Te centras en hacer el trabajo perfecto, maestro y laconsecuencia es dar en la diana de la excelencia de forma certera. Ycómo no, pasas a ser un líder, creer en ti y tus comportamientos yconductas pasan a ser ejemplo a imitar a pequeña o gran escala.

La pasión junto con el amor por lo que hacemos forma un tándemdifícil de batir, que está en el camino de la inteligencia emocional, tanen boga últimamente –afortunadamente–. Por ello en muchasempresas ya se están cuestionando si no sería más inteligente yvalioso buscar personas a las que defina su pasión y amor por lo quehacen, que personas con gran cantidad de formación «técnica» perovacíos por dentro, aburridos integrales, máquinas desapasionadasincapaces de emocionarse, sentir y vibrar con su trabajo. Encontrar

personal que sea altamente adiestrable en las tareas que van adesempeñar, con la emoción y el sentimiento de liderar un proyecto,independientemente del cargo ostentado, es algo crucial para lasupervivencia y éxito de la empresa del siglo XXI.

Y para que la pasión y el amor nos muevan en el tiempo, nosiendo espejismo de un día, necesitamos rodearnos de amistades,incluso amantes, como la constancia, la paciencia, la disciplina quenos harán imparables para disfrutar de la espera; recogiendo aquelloque hayamos sembrado durante cada minuto de nuestra vida. Y enmuchas ocasiones será percibido por los demás como la gran suerteque tenemos... lo que no sabrán es que nos lo hemos ganado concreces y ni siquiera es el resultado, es la consecuencia de nuestrosactos.

45 Un trampolín al Éxito llamado

«adaptación»

Inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambiosStephen Hawking

Adaptación es lo que hace cualquier ser vivo para sobrevivir,eso decía Darwin. Parece que es una obviedad cuando de animaleshablamos; sin embargo, cuando a personas nos referimos, de manerainnata nos embargan varias sensaciones, entre las que encontramosesas cosas tediosas que tenemos que hacer para vivir: levantarsetemprano, ir a un trabajo que no nos gusta, relacionarnos concompañeros con los cuales no emplearíamos ni un minuto, comprobarque nuestro salario es la mitad de lo que nos gustaría, pero nuestrojefe piensa que es el doble de lo que merecemos para nuestros ta‐lentos y habilidades... Y como lo hacemos, aunque sea de mala gana,pensamos que eso de adaptarse a las circunstancias, yo diría que másbien es no asumir una situación que probablemente no estamoshaciendo nada por cambiar.

Hay quienes en lugar de conformarse y patalear como losanteriores, lo hacen entregándose a lo que tienen que hacer, tratandode disfrutar de lo que hacen, de ver el lado positivo de lo que yquienes los rodean. Agradeciendo lo que reciben a cambio, ya sea elsalario o el premio de la recompensa emocional por un trabajo bienhecho. Quienes así se plantean su vida son verdaderamente

fundamentales, ya que deben ser mayoría. Son los que hacen que elmundo funcione y lo haga correctamente, en parámetros decrecimiento y estabilidad adecuada. Llegar a este nivel de adaptaciónno es nada fácil, requiere de ciencia, de arte, pero sobre todo deconocerse muy bien a uno mismo.

Cuando de autoconocimiento hablamos, podemos decir que haypersonas que se conocen muy bien porque han hecho un trabajointerior excelente, aunque a veces sea doloroso; son plenamenteconscientes de lo que quieren y hasta dónde están dispuestos a llegarpara ello, decidiendo que con lo que tienen es bastante y suficiente.Otros se conocen de manera inconsciente y siempre están dondedeben estar, sin saber cómo lo hacen. En ambos casos son personascuya motivación es vivir el día a día; que no quiere decir que noplanifiquen el futuro. Les preocupa y trabajan también para él; nonecesitan de grandes alharacas en su vida, se conforman con lo queson, hacen y tienen, adaptándose a lo que el destino tiene a bienenviarles. Si tú te sientes exitoso lo eres.

Los que realmente utilizan la adaptación como un trampolín paratriunfar en su vida (término amplio que puede ir de lo personal a loprofesional...) se proponen dar siempre lo mejor de sí mismos, lejosde dar todo lo que está en sus manos, hacen todo lo necesario paraasumiendo su realidad, sus circunstancias actuales, informarse,formarse, educarse, pero sobre todo actuar para llegar a dondequieren ir convirtiéndose en quienes quieren ser. Su flexibilidad lesdice que para conseguir sus propósitos de vida existen en realidadmuchos caminos y que todos ellos tienen componentes apasionantes,dolorosos; llenos de incertidumbres que los hacen crecer y aumentarsu capacidad de adaptación.

Los años y el movimiento te van dando los conocimientos y laexperiencia para poder disfrutar de ese o esos caminos, si eres capazde observar e integrarte en el paisaje. Si somos capaces de ver encada derrota, problema, adversidad, que hay señales de muy distintaíndole que nos indican, quizás si el camino es el correcto, tal vez quedebamos coger un desvío o simplemente pararnos para coger aire,reflexionar y continuar adelante. Con ello quiero decir que conveintiocho años, nuestras pretensiones pueden estar orientadas a serun buen ingeniero y la vida, los caminos y el destino pueden acabarponiéndonos en la tesitura de ser un excelente jardinero, lleno de viday satisfecho con su labor o por el contrario, en un reputado gerentede una multinacional, o buen escritor y conferenciante, o...

Quienes tienen meridianamente claro cuál es su propósito devida, sin duda encuentran las motivaciones y los «cómo» paraponerse en movimiento y no luchando contra lo que les pasa, másbien aprovechando cada detalle de lo que les ocurre. Estas personasson de las que saben que no son responsables de lo que ocurre a sualrededor a nivel social, político o económico, sin embargo se hacenresponsables de lo que hacen con lo que les ha sucedido. Aprovechancualquier tipo de coyuntura para seguir dando pasos, de tal maneraque cuando echan la vista atrás se dan cuenta del largo trecho quehan recorrido. Son sin duda los que hacen que el mundo evolucione yse creen increíbles avances científicos, médicos, comerciales, entreotros.

46 Motivología

Todos tenemos tiempo para aprovechar o perder y es nuestra decisiónqué es lo que hacemos con él. Pero ten en cuenta que una vez pasado,

jamás se recuperaBruce Lee

Para los que ya contamos con un par de generaciones anuestras espaldas y ya empezamos a considerarnos de la viejaescuela –que no sé muy bien qué viene a significar...– las nuevastecnologías nos han pillado a muchos de nosotros con el pasocambiado, es decir, con pocas ganas de adentrarnos en esteproceloso mundo o todo lo contrario, con la necesidad de hacerlo amarchas forzadas, para ponerse si no al nivel de los avances, para noquedarse muy rezagado. Si lo pensamos detenidamente y decidimoscontar con ella como una aliada, en lugar de estar permanentementepensando en estar contra ella y evitarla, seremos capaces dedesarrollar unas cuantas capacidades que nos pueden ayudar a tenernuestra particular batería de Motivación cargada.

Adentrarnos en las nuevas tecnologías nos proporciona en primertérmino un alimento que la mente necesita para desarrollarse ycrecer, que no es otro que la curiosidad.Esta nos mantiene vivos, haceque tengamos la necesidad de saber más, de seguir averiguando esoque nos lleva a la conclusión de una tarea. Si pensamos en lacuriosidad bien saciada, no nos quedará más remedio que certificarque la paciencia y la persistencia son imprescindibles, pero a estas les

hace falta un ingrediente fundamental: el entusiasmo. Las tres tienenque estar alineadas y equilibradas; navegar por las nuevas tecnologíasrequiere de buenas dosis de motivación para alcanzar la metadeseada, al menos para los que no forma parte de nuestro sustento ysalario de forma directa.

También es cierto que dicen que «así como hacemos algo... lohacemos todo»; así que habrá que aplicarse en algo que, sin duda, nosolo nos ayudará a nuestro camino, sino que nos dará una serie deherramientas, y estas nos proveen de la seguridad en nosotrosnecesaria para mantener la motivación, es decir, la fuerza interior, enniveles altos de energía. Todo aquel que quiera progresar en elmundo laboral actual está supeditado a ellas, o alguien te lo maneja olo manejamos nosotros mismos. Cierto y verdad es que hay personasque parece que han nacido para ello y otros que más bien para todolo contrario. Al final no deja de ser una cuestión de ponerse manos ala obra y dejar que los resultados se sucedan. Ya todos sabemos quelo difícil acaba por convertirse en fácil.

La idea es que hagamos, estemos con la motivación a flor de piel,esta será como una bebida energética que sacará lo mejor denosotros para seguir trabajando –y me refiero tanto a lo personalcomo a lo profesional, que en definitiva nunca deberían irexcesivamente disociados–, si no pensemos en aquellas personas sa‐tisfechas –felices diría yo– que trabajan en aquello que les apasiona osimple mente le dan la vuelta y les acaba apasionando aquello quehacen. Esto es cuestión de mentalización y de eso que nuestrospadres ya nos decían: «Querer es poder» o «Puedes hacerlo si creesque puedes».

La premisa fundamental es creer y confiar en nuestras po‐

sibilidades, y las nuevas tecnologías nos tienden gran cantidad depuentes para conseguir lo que nos proponemos: visibilidad,comunicación, control, capacidad de análisis, toma de decisiones,verificación; en definitiva, son el instrumento perfecto para meternosen los círculos de mejora continua, aumentando la productividad, laefectividad y la competitividad, que es de lo que se trata... Ser no solocompetitivos, sino los mejores y esto solo se consigue con excelentesherramientas y una pericia en su utilización, mucho más que maestra.

La conclusión es que cuando de motivación hablamos no haylímites, y la tecnología es un instrumento perfecto para reforzarla ypor qué no, desarrollarla, pero también al revés, podemos acrecentarnuestros niveles de entusiasmo y pasión si comprobamos que a travésde determinadas tecnologías estamos consiguiendo categóricosresultados que nos están acercando a nuestros objetivos y nos hacenmucho más llevadero el camino, o la vida, que es de lo que hablamosal final.

47 El vértigo de conseguir...

Muchas palabras han recorrido un largo camino a pie antes de conseguir sus

alasStendhal

El vértigo de conseguir aquello que deseas y por lo que estástrabajando es un síntoma de inequívoca causalidad... Ya sabemos quela suerte existe, pero suele hacerlo para aquellos que se preparanpara lo mejor, que no dejan puntada sin hilo. Que convierten susobjetivos en la pasión de su vida. Saben dónde está su norte, aunquetengan que dirigir sus pasos al resto de puntos cardinales: lo hacen, sitienen que hacerlo e intuyen que es una situación temporal; queaunque a priori pueda parecer que los aleja de su meta, lo ven comouna lección más que el universo le pone por delante para modelar odesarrollar alguna de esas capacidades que sin duda, desenfundarácuando más la necesite.

Y quién sabe si no será su tabla de salvación, justo cuando lellegue un naufragio de esos que te dejan sin nada, mojado y ateridode frío. Verte en la senda que has elegido y que sin necesidad debuscar –desesperadamente– aparezcan esas situaciones y personasque sabes, o crees saber, que han llegado a ti para ayudarte, quizásacompañarte en tu caminar... Convierten tu travesía en un lujo sinigual, al que hay que sacar todo el jugo del que uno sea capaz.¿Cómo se hace eso? Fácil: viviendo el presente, el instante quetenemos por delante.

No vamos a insistir en los entornos que siempre aparecen como lasombra en la que el triunfo se refugia. Pensemos que esas personas,situaciones que se cruzan en nuestra vida no son más queoportunidades, eso que todos buscamos pero que muchas veces nosabemos ni identificar ni qué hacer con ellas. Me permito una licencia,en una de mis películas preferidas una chica airada le interpela albobalicón del film: «No reconocerías a una mujer aunque se sentarasobre tu cara...» Bueno, pues eso: todo son oportunidades, la personaque menos te esperas te abre una puerta que antes pensabas queestaría vedada para ti. Nunca descartes una de ellas, no puedesasegurar si te alejará o acercará a tus objetivos y si no, seguro que esuna lección y tú decides darle el valor que merece.

De acuerdo, equilibra todo ello para que situaciones y personas alas que «sigues» no sean una pérdida de tiempo, esto más que unaciencia es un arte y no creo que haya –o no debería haber–demasiadas reglas para medirlo. Tu intuición y sapiencia deciden encada momento. Volvamos a eso que sentimos cuando determinadaspiezas del puzle de nuestra vida van apareciendo delante nuestro y nosolo eso, sino que identificamos su posición casi de maneraautomática. Todo ello nos brinda una fuerza inusitada, un poder deseducción hacia lo que hacemos que nos hace imparables, momentoen el que nada ni nadie tiene la potestad de pararnos o desviarnos deaquello que deseamos y por lo que estamos luchando.

Esa emoción ante la consecución nos tiene que ofrecer lamotivación para continuar con nuestras pasiones, pero ante todo, nosdebe ofrecer la posibilidad, aunque sea remota y no demasiadocontemplada, de que las cosas no salgan como esperábamos y paraesto hay un antídoto infalible: la adaptación nos provee de energía

para seguir adelante, pensando que la rueda de la fortuna hay vecesque nos sitúa arriba y otras abajo, siendo todo ello temporal ytransitorio.

Personalmente, y después de haber pasado intensamente portriunfos y derrotas, que unos y otros me han enseñado –y lo hacen–que vivimos en un universo en lo que todo está conectado y endefinitiva nunca acabamos de saber con certeza si lo que nos ocurrees para bien o para mal, ¿quién sabe? Por lo tanto vamos a dejar depreocuparnos y pasar a ocuparnos, que sin duda descubriremos queaquello que nos habíamos propuesto empieza a suceder y cuandocoge ritmo y cadencia nos sucede más incluso de lo que podríamosimaginar o hasta soñar.

48 Felicidad, una actitud

La felicidad es un ideal, no de la razón, sino de la imaginación

Kant

Y la imaginación es el taller de la mente donde se gestan lossueños. En el momento en que surgen en nosotros se activa una delas energías más potentes que conoce el ser humano, que es eldeseo. La necesidad de conseguir eso que anhelamos. Que yasabemos que necesitamos un sinfín de capacidades, habilidades y unpelín de fortuna para que se convierta en realidad; sin embargo lacapitana de todas ellas es la Actitud, ese estado de ánimo que nosmueve de una circunstancia a otra.

Que muchas veces confundimos con un trabajo mejor, o másdinero, o una casa más grande o proveedores más dóciles, amén declientes más solícitos a la hora de pedir. Nada más lejos de la verdady para muestra el ejemplo que cuento a continuación: «Un camarerocon una actitud de campeonato, agradable y presto a dar un servicioexcelente, al que todo el mundo saluda por su nombre y que contabaque un director de banca le decía que le cambiaría el puesto porque élpodía estar más cercano a los clientes en el plano humano...

A mi casi me da una lipotimia... Le demos el trabajo que le demosserá un infeliz siempre, y nuestro camarero, tenga el trabajo quetenga, será feliz, porque piensa que está ofreciendo un servicio útil ala sociedad y en particular a sus clientes y por ello se siente orgullosoy quiere seguir mejorando día a día. Pero qué equivocados estamos;

seguimos viendo la hierba del jardín del vecino mejor y más bonitaque la nuestra, deseamos lo que no tenemos y continuamos sintrabajar para conseguirlo, tan solo mentamos a la suerte.

Si sueñas y deseas algo, ponte a ello, a convertirlo en realidad,poco a poco, paso a paso. Con la actitud del que lo está alcanzando. Yesto vale para el que quiera ser presidente de una multinacional derefrescos o liderar un quiosco de prensa en su barrio. Cuandodesarrollas un tipo de actitud que llamo resolutiva, esta es indepen‐diente de las circunstancias. Si es derrotista, aunque te toque elEuromillón seguirás viendo la barbaridad de problemas que te generaser millonario, y viceversa, la actitud exitosa puede ser para hacer eltrabajo más sencillo y recibir un OK a lo excelente que lo has hecho.

Tú decides si tus sueños los conviertes en deseos que otros talvez cumplan por ti, o te pones a domar el caballo y eres tú el que dael paseo en él. Entonces nada ni nadie será capaz de apartarte de tucamino hacia tus sueños y deseos –estos serán los mismos– y podrásvivir en plenitud y con la serenidad de saber que tu actitud define elcamino y no al contrario.

49 Cómo superarse a través de la

responsabilidad

Visualicé a dónde quería ir, qué tipo de jugador quería ser, sabía conexactitud a dónde quería llegar, qué quería obtener, me concentré en

conseguirlo y lo logré.Michael Jordan

Asumir responsabilidades por supuesto que es algo que atodos nos gustaría eludir y siempre, no en vano, las zonas de conforten las que nos movemos nos ofrecen pequeños «Reinos de Taifas» delos que ¿para qué vamos a salir? Total fuera tampoco hay nada quenos interese, o eso creemos.

Tampoco quiero decir que hay que estar en el otro extremo«bebiéndoselas» ,sintiéndose responsable de lo humano y lo divino;tan solo es cuestión de serlo y sentirnos el ídem de nosotros mismos –ni más ni menos–. Esto es un acto de equilibrio que nos puede ofrecerla fuerza necesaria para seguir adelante y superar esas adversidadesque en muchas ocasiones nos dejan paralizados.

Resulta curioso cómo a veces te cruzas con personas que soncapaces de tomar una decisión tremendamente importante en su vida,que la cambiará totalmente, y una vez tomada se acaban porbloquear, se olvidan del compromiso que ello supuso y olvidan quecualquier opción que elijas en tu vida lleva aparejadas múltiplesacciones para que realmente te lleve hacia donde realmente quieres

ir. De lo contrario posiblemente no solo no te haya servido para nada,sino que con seguridad repetirás tu historia en lugar de reescribirla,que es lo que solemos pretender cuando tomamos una decisión tras‐cendental. ¿O no?

Puedo entender que el mundo de la excusitis se pone en marcha–a destajo, echando horas extras– para crear un mundo ficticio en elque nos sintamos confortablemente bien y además protegidos defracasos y adversidades. Claro si no haces nada, no sucede nada nibueno ni malo... El asunto sería considerar qué es bueno o malo,quién lo decide y cómo influye en nuestro devenir existencial.

Cuando entendemos que asumir responsabilidades es un acto devalentía, generamos una fuerza interior que se pone a nuestro serviciopara llevarnos hacia donde queramos ir. Sería similar a llevar la batutade director de orquesta sonando todo magistralmente, como nosotrosdeseamos, y si queremos mucho necesitaremos exigirnos mucho.

Los instrumentos de nuestra orquesta no son pocos. Por unaparte estamos nosotros mismos, nuestro interior, los principios yvalores que nos mueven y motivan, las fórmulas y claves que nosllevan al triunfo a veces y tras a levantarnos de las derrotas quesufrimos. Por otro lado, tenemos lo que ocurre a nuestro alrededor anivel macro como decisiones gubernamentales o tendencias de lasociedad. Si bajamos a pie de calle lo que sucede en torno nuestro,véase familia, amigos, compañeros, vecinos, trabajo, pasiones, etc. yque sí tenemos –en muchas ocasiones– la responsabilidad de variarlo,al menos, con nuestro comportamiento.

Vaya, está claro que hay que ser un verdadero Maestro paradirigir esta gran y variopinta agrupación musical, pero: ¿quién dijomiedo, o esto es imposible?... Estas suelen ser unas palabras ancladas

en nuestra mente desde que somos pequeños por lo que nos cuentan,lo que vemos y sobre todo trata de inculcarnos el entorno de formacasi imperceptible; de hecho cuando alguien consigue «algo», nos lovenden como extraordinario y fuera de lo común, solo para unosafortunados tocados por la suerte –dicen con grandilocuencia–.

Nadie te indica: «Asume el reto, hazte responsable de esedesafío, métele pasión, paciencia, perseverancia y conseguirás tuhazaña«. Es cierto que muchas de ellas lo hacen por miedo hacia ti,otras por temor a que lo consigas y ellas no, otras ni se plantean queexisten zonas fuera de la de confort. El mundo es de las personasnormales que hacen cosas extraordinarias, la gente con un cocienteintelectual elevado y los genios no abundan, no tienen por qué.

Somos –y me incluyo– esa gran masa de comunes mortales (queno mediocres) que cuando son capaces de creer profundamente enellos mismos y sus entornos «Crean», materializan y convierten enrealidad no solo sus sueños sino los de mucha gente que les rodea. Yuno de los primeros pasos es darle al interruptor de hacerteresponsable de tu destino.

50 La herramienta infalible: el entusiasmo

Nada grande se ha logrado jamás sin entusiasmo

R. W. Emerson

Es posible que haya argumentos científicos para explicar elmecanismo del Entusiasmo cuando este nos embarga y muevenuestras acciones; fácil resulta entenderlo cuando lo que nos ocurrees bueno y satisfactorio, o así lo deducimos. De igual forma quecuando nos ocurren cosas que vemos como malas, podemos dar milexplicaciones de cómo nuestro entusiasmo ha desaparecido por esto opor lo otro, o peor, influenciado por quienes nos rodean y suscomportamientos.

Lo extraordinario es mantenerlo en dosis elevadas cuando la vidasucede, simplemente, independientemente del juicio de bueno omalo; si nos quedamos en el enjuiciamiento de lo que ocurre,perdemos más tiempo en ello que en realmente vivir, que es la misiónque tenemos por delante para cumplir nuestros sueños o retos uobjetivos, llámense como cada uno decida. ¿O no?

El Entusiasmo puede generarse inicialmente de manera un tantoartificial, forzada si queremos, y nace con una decisión, ya sea la detenerlo per se para vivir intensamente lo que nos depare el destino ocuando tengamos un objetivo que sea el motor de nuestra existencia.

Todos sin excepción somos conocedores de personas que vivencon alegría e ilusión cualquier cosa que emprenden, incluso asumencon estoicismo eso no tan bueno por lo que tienen que pasar; frente a

los que son todo lo contrario, todo es un problema y cuando algobueno les pasa, ya están viendo cómo se les puede fastidiar «elinvento», viven constantemente con la ansiedad y el agobio de lomalo que está por llegar de forma inminente –y encima se lo creen–.

Los primeros son ese tipo de personas que ven el vaso siempremedio lleno o en vías de llenarse –que la esperanza es lo último quehemos de perder–. Estos parece que a menudo tienen una energíailimitada que además suele ser contagiosa, independientemente de lasituación personal que estén viviendo. Esgrimen razones frente aexcusas, aunque en el fondo los argumentos sean similares. Suactitud les lleva a ser proactivos y reactivos tanto personal comoprofesionalmente, no dejan indiferentes a nadie y suelen ser líderes –cuanto menos de sí mismos–; consiguen que quienes les rodean creanen ellos, les sigan y adopten sus creencias y proyectos. Cómo si no sehan desarrollado los avances científicos, médicos, co

merciales o de transporte, entre otros. Y no solo porque seentusiasman con lo que hacen, sino porque alguien así es capaz dedesarrollar motu proprio habilidades como el enfoque, la constancia,la disciplina y otras que le acercarán a eso que quiere conseguir,siendo consciente del momento presente.

La ilusión es una fuente de energía que puede impulsarnos acotas de triunfo personal muy elevadas; no reconoce los fracasos, tansolo las derrotas temporales, que además tiende transformar enlecciones, de esas que hemos dicho tantas veces que no se aprendenen ninguna escuela por buena y prestigiosa que sea... Nos enseña alevantarnos y aun

que hay infinidad de manuales que nos indican las instruccionespara cuando eso nos acontezca, cuando pasa no hay «Librito» que

nos sirva –si no queremos que lo haga–; levantarnos o no, es unmecanismo, un interruptor que solo nosotros podemos activar.

¿Qué hace que alguien que corre una maratón, en el kilómetrotreinta y cinco, cuando lo ha dado todo, continúe hasta el cuarenta ydos y se convierta en un finisher?

Creo sinceramente que esa palanca que te propulsa a continuarestá formada por tres partes: Cuerpo, mente y alma, si todas ellasestán en equilibrio y medianamente bien entrenadas y cultivadaspodremos pedir –exigir– a unas y a otras un plus para acercarnos anuestra meta o levantarnos cuando hemos caído.

Hablamos de maratón pero esto es exportable a los fracasosprofesionales o, peor aún, a los personales, que tratan de dejarnoshuella por mucho tiempo, debido a que o no nos hacemosresponsables de nada o de todo, incluido el efecto mariposa...Vivamos con entusiasmo y cuando seamos capaces de dirigirlo en ladirección que elijamos, vamos a sacarle el máximo provecho viendocómo lo imposible es posible y lo esperado es realidad.

51 Cómo superar el miedo al emprendimiento

Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los

fuertesFriedrich Nietzsche

Superar el miedo a emprender no es una asignatura que se déen las universidades, sobre todo porque vivimos en un tipo desociedad en el que parece que tener miedos está tan mal visto quesomos capaces de inventar decenas de excusas que inmediatamenteconvertimos en razones para no emprender y nos quedamos en lazona de confort anchos y estirados. Pero con el mal sabor de bocaque deja el saber que no estamos siendo felices. ¿Hasta cuándo vas aposponer lo que deseas hacer, para ser feliz y sentirte exitoso?

Muchas personas anteponen a la posibilidad del éxito en suemprendimiento un sonoro fracaso, lo describen tan bien en su menteque su alma se lo compra y antes de empezar ya han perdido lapartida. Y no se trata de hacer como el cuento de la lechera –portodos conocido–, es cuestión de que si la pasión te embarga, máximesi vas a hacer el mismo tipo de trabajo que ya haces en el lugardonde te encuentras actualmente; si tienes unos conocimientos y unprestigio que te avala...: adelante, sé feliz y, con miedo o sin él,emprende. Cuantas veces nos decimos: «Con tal de ser feliz haríacualquier cosa«. ¡Pues manos a la obra!

También podemos encontrarnos con emprendedores en potenciaque su temor principal es a lo que dirán los demás, los que le rodean,

incluso la familia más cercana. Del tipo: «Si tienes un buen trabajo, site pagan todos los meses, si ya llevas varios años... ¿Y si sale mal quéharás? ¿Serás capaz de hacerlo? ¿Ya tendrás suerte?« (esta es lamejor). Y mil frasecillas– preguntillas más del mismo pelaje. Nodándose cuenta de que posiblemente con su cariño hacia nosotrosestén matando nuestras ansias de aventura, de ser felices y de tenerel estilo de vida que deseamos realmente. Amén de que quien nosinstiga a buen seguro no haya emprendido nunca, con lo cual nosabe. Lo haya hecho y que le haya ido mal: ¿Qué le vamos a hacer? Ole haya ido bien y no quiera que a ti te vaya igual de bien. ¿Quiénsabe? No escuches demasiado y sigue a tu instinto.

«El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por latribu. Si lo intentas a menudo estarás solo, y a veces asustado. Peroningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo»

Friedrich NietzschePartamos de la base de que los conocimientos y habilidades los

tenemos y aparece el temor en forma de pregunta: ¿Cómo semonta/crea una empresa/negocio? Fácil: poniéndose a ello; eso sí,con mucha paciencia, perseverancia y entusiasmo. Es cierto queexisten trámites algo complejos, tal vez demasiada burocracia y notodo el mundo e instituciones colaboran. La cuestión –o lo que yo mepreguntaría– sería: Vaya birria y tristeza de negocio pensabas montarque ni siquiera empiezas con el papeleo. La experiencia y Nietzschenos dicen que cuando sabes lo que quieres, el cómo, los caminos apa‐recen. Nadie nace enseñado. Hay excelentes profesionales que nosayudarán a crear el negocio que queremos, incluido el plan del mismosi no te atreves con él. ¡Por favor, encuéntralos y empieza!

Pensar en clientes que adquieran tus servicios pagándote por ello

y que ese dinero sea parte de tu salario y otra parte para pagar losgastos del negocio. Es cierto que genera una gran ansiedad y agobio–que no es cuestión de minimizar ciertas realidades– el no saber siserá suficiente o no, o ni siquiera si llegará; las facturas también hayque pagarlas sí o sí, y normalmente todos tenemos la costumbre decomer y vestirnos, ¿verdad? ¿Qué crees, que en este momento tuempresa te paga por tu cara bonita o porque sí? A buen seguro lesdejas un montante suficiente para ello. Y si te ves capaz de hacer lomismo por y para ti, ¡adelante! Te aseguro que se convive per‐fectamente con esa sensación y cuando va muy bien es una emociónde alto voltaje... Y sí, también puede haber épocas flojas pero, ¿quécrees que no te pueden despedir, cerrar la empresa o tocarte lasnarices para que te vayas? ¡En fin, piénsalo detenidamente!

Y sobre el miedo a la soledad de emprender, de la carrera defondo en solitario que supone, te animo a que para este apasionantecapítulo de tu vida busques a un mentor, es mucho más que unprofesor, un entrenador: es alguien que con sus conocimientos,experiencias y habilidades, las va a poner a tu servicio, te va aapoyar, te va a entender, te va a acompañar... Va a sacar lo mejor deti y te va a motivar cuando aparezcan las dudas, y lo más importante:no va a hacer el trabajo por ti, te va a empujar a que lo hagas tú.Será para ti como un ángel protector que hará que tú pongas tunegocio en marcha, lo desarrolles y sea el éxito que tú sabes queserá, porque vas a poner toda la pasión necesaria en ello: AccionesResolutivas y Acción Organizada.

A veces no hay que buscar muy lejos, puedes tener un mentormás cerca de ti de lo que piensas, un familiar, tu pareja –yobviamente los muchos profesionales que existen– podrían ser el

mentor ideal, si cuentan con las capacidades. Pregúntaselo y empezadjuntos la aventura de Emprender.

52 Lecciones para el desarrollo profesional

La perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer las

cosas ordinarias de una manera extraordinariaProverbio Japonés

Una de las primeras lecciones que debemos integrar si queremosdesarrollarnos profesionalmente es que todo es difícil antes de serfácil. Esta máxima rebaja tensión y presión sobre nuestros talentos, yaque nos permite asumir que hay un proceso para pasar de un punto aotro. Nadie llega a este mundo enseñado, lo que sí es cierto es quetodos nacemos y vamos desarrollando alguna capacidad en la quedestacamos. Es ahí donde tenemos que ponerle horas para convertirloen una habilidad, de tal manera que quien se cruce con nosotrospiense que hemos nacido por y para ello.

La realidad nos muestra que muchas personas con excelentestalentos prefieren abandonar ese camino que lleva a convertirlos enhabilidad... Dicen que para ser excelente y maestro en algo tienes quededicar al menos unas diez mil horas, es decir de cuatro a cinco añosdedicado en cuerpo, mente y alma; alguien pensará que es muchotiempo; sin embargo, visto en perspectiva, no es más del cinco porciento de una vida media. Yo diría que no es un precio muy elevadopor llegar a tener una habilidad que posiblemente trabaje por y para tie incluso seas reclamado por ella.

Cuando nos convertimos en expertos en una disciplina parece quelas oportunidades que antes ni existían ni veíamos, ahora se

materializan ante nosotros, y a veces, hasta se acumulan. Nodesdeñemos todas esas horas de entrenamiento, de estudio, puedenconvertirse en un placer, en un reto para transformarnos en mejorespersonas y atraer a nosotros el estilo de vida que deseamos paranosotros y los nuestros.

Pudiera parecer que para desarrollarnos en el mundo profesionalnecesitáramos de eternas y complejas parafernalias, es decir,sofisticados conocimientos, el uso de ultramodernas tecnologías... Ysí, es cierto que aquellos que tengan el talento y la habilidad dehacerlo, que lo hagan; el resto, yo abogo por la sencillez de lo simple,enfocarse en lo que uno hace bien y llevarlo al grado supremopuliendo los detalles, mimando las pequeñas cosas, convertirlo en unarte.

El trabajo y el liderazgo de equipos pasa primero por conocernosliderándonos a nosotros mismos de manera profunda y por supuestorealista –nunca superficial–. Entender que todos y cada uno formamosparte de algo que es más grande que nosotros. Para los que decidanemprender, su sueño tiene que ser algo enorme, espectacular paraellos, lo tienen que dotar de vida propia, de tal manera que otraspersonas cuando se crucen con él quieran hacerlo suyo.

La distancia que existe entre soñar y emprender se llama actitudy acción, obviamente con fuertes dosis de aptitud y algo de fortuna.

Vayamos con el «Tiempo», ese que nos pasamos la vida in‐tentando controlar, administrar, gestionar, planificar, sin tenerdemasiado claro que todo lo anterior no pasa por el factor tiempo,sino por nosotros mismos, somos nosotros quienes debemosgestionar, controlar, etc. De ahí que permanentemente, en lugar deresponsabilizarnos de nuestras acciones, culpemos al tiempo por no

tenerlo o porque se nos escapa.Sin entrar en el detalle de quien abiertamente y sin re‐

mordimientos te dice: estoy perdiendo el tiempo e incluso matándolo.Sin ser conscientes de que cada segundo, cada minuto son un tesorode incalculable valor, que cuando se van ya no vuelven jamás. Tantoes así que algunos consideramos el Tiempo como la materia prima delo que todo está hecho, y siendo así hay que aprovecharlo sirealmente queremos desarrollarnos personal y profesionalmente.

Todo lo que vemos y no vemos, lo tangible y lo intangiblerequiere de Tiempo. Para que tú te transformes en quien quieres ser ydisfrutes del estilo de vida que estás proyectando en tu mentenecesitas rentabilizar el tiempo y ponerlo a tu servicio.

53 Caer y aprender

El Fracaso es, en ocasiones, más fructífero que el Éxito

Henry Ford

Ya sabemos que levantarse y rehacerse a los golpes o zancadillascon las que convivimos a diario es fácil decirlo, incluso más todavíaescribirlo –y creértelo cuando estás de pie–, pero no es lo mismocuando estás caído. Puede llegar un momento en que te canses decontar caídas, empujones, reproches; en definitiva cosas que no salentodo lo bien que te gustaría y hastiado de todo ello piensas en huir yabandonar, no en vano las baterías son limitadas, las más de lasveces, y si luchar contra situaciones resulta complejo, pelear contrapersonas es desesperante y tremendamente agotador.

Y se tome la decisión que se tome tendremos razón –la nuestra,personal e intransferible, eso sí–. Para que las decisiones tengan unsentido deben estar rubricadas por el compromiso de llevarlas a caboy mantenerlas en el tiempo, que no es poco.

Tal vez la mejor manera de luchar contra las circunstancias queno nos son favorables y los entornos a los que les gusta chafarnosnuestros sueños sea, y he dicho tal vez, algo nada categórico...Adaptándonos a todo ello, permitiendo que suceda como una partedel camino que aunque no agradable de transitar, es la queverdaderamente nos da las enseñanzas y aprendizajes quenecesitamos para crecer como personas.

Eso que llaman fluir con lo que pasa –Be water my friend... ¿Os

suena?–. Vive el presente, en cierta manera aislándolo del pasado y elfuturo, esta es la vía por la que puedes darle la vuelta a la tortilla yconvertir lo negativo en un factor positivo de incalculable valor.

Te lo muestro con un ejemplo sencillo. Generalmente todoscontamos «batallitas». Las mejores y más emocionantes son las quecuentan historias de cuando uno está entre la espada y la pared ysupiste salir airoso del trance, dejando atrás esa situación de peligro ysolventarla satisfactoriamente, quizás ese momento personal dondeen las peores circunstancias posibles fuiste capaz de reescribir tuhistoria y además aprender de ello.

Como submarinista que fuí, decíamos a la hora previa de ir abucear: Total, es una excusa –o razón– para disfrutar desayunandocon amigos y conocidos... Si además buceas ya es la leche, vamosmás allá, si haces una inmersión épica ya es el no va más y de las querealmente valen por dos... Esto es traspasable para cualquieractividad o situación, luego entonces por qué no somos capaces deintegrarlo a nuestra vida, al día a día y nos lo tomamos con humor ypor qué no con amor, si en definitiva es algo bueno para nosotros ypara el futuro que nos aguarda y que se convertirá en presentepronto, muy pronto.

La suma de estos actos de adaptación nos proveerá de unaactitud positiva que nos blindará a prueba de bomba, o mejor dicho aprueba de fracasos y caídas. Claro, eso sí, siempre que nuestrosobjetivos y propósitos en nuestra vida sean sólidos y coherentes connuestro ser más íntimo y profundo.

Sin que suene a recochineo, en épocas de estas que llaman«malas» –de crisis– esto se puede convertir en un deporte de riesgoemocional donde uno se juega sus emociones, es decir, su

autoestima, y esta sube rápido pero baja con más velocidad de lo quenos gustaría cuando nos sentimos amenazados y tratan de movernosde nuestra zona de confort.

Y por supuesto que todo guerrero necesita su zona de comodidady reposo, pero vivir permanentemente en ella nos hace vulnerables enexceso, débiles, lentos, además de acabar creyendo que somos elombligo del mundo. Por lo tanto creer que la vida es un deporte coninfinidad de partidos, y que no todos se pueden ganar, sino que hayque totalizar, ver con perspectiva los que se pierden y aprendes deellos para finalmente ganar los verdaderamente importantes. Ymuchas veces me pregunto si no es más relevante aprender queganar en las más de las ocasiones.

54 Siete claves imprescindibles para el

desarrollo profesional

El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas talcomo siempre las ha hecho

Wayne Dyer

El Desarrollo Profesional es una de las Claves del éxito y no soloen ámbitos laborales sino en el plano personal también, tanto si eresemprendedor, empresario, empleado o estás terminando de estudiar yno sabes si serás uno o lo otro –yo por supuesto te animo aemprender, el mundo te necesita–. Te presento Siete Clavesimprescindibles que a buen seguro te abrirán puertas que jamássoñaste que lo harían ante ti y alguna de ellas ni siquiera pudieranexistir. Tan solo hay algo a lo que necesitas comprometerte y es acumplirlas todas ellas y a desarrollarlas ya, sin dilación, sin dudas, conconvicción y determinación. Comencemos.

1.– Rentabilizar. ¿Qué quiero decir con rentabilizar? Ni más nimenos que sacar un provecho «inusitado, desproporcionado» de losrecursos con los que cuentas, sean los que sean.. Tal vez tengasmuchos conocimientos o seas muy agradable o trabajador. Si esperasa tener los recursos que tú crees que te son necesarios para elDesarrollo Profesional, quizás te jubiles esperando. Todos contamoscon unos conocimientos, experiencias, talentos y habilidades, se tratade ponerlas a nuestro servicio con un objetivo y propósito definido y

tremendamente claro. Es algo que podemos constatar en grancantidad de personas que han triunfado: lo poco o mucho que sabíanlo han puesto a trabajar, y cómo lo han hecho.

2.– Resolutivo. Conviértete en una persona resolutiva decarácter y acción. No veas el problema, el obstáculo, o la derrota másallá de lo estrictamente necesario; pasa rápidamente a la zona dondese buscan, proyectan y ejecutan soluciones, que a buen seguro lashay –y si no las hay de nada sirve preocuparse–. No pospongasabsolutamente nada, tan solo piensa antes de hablar y si dices quevas a hacer algo, hazlo, por insignificante que sea. Esto es cierto querequiere de algo que todo el mundo piensa que tiene y a los demásles falta, y es: Perseverancia, Paciencia y Pasión en todo lo que hacespor cómo lo haces. Ser resolutivo requiere ser una persona de accióny actuar organizadamente. Recuerda: como haces algo acabas ha‐ciéndolo todo.

3.– Visión. La visión es el Alma del negocio, es lo que no se ve.El precepto es no crear –o trabajar– en un negocio para hacernegocios, o sea tan solo por dinero y beneficios... El DesarrolloProfesional pasa por tener un negocio –trabajar– para cambiar elmundo y ofrecer un servicio a la sociedad excelente y de incalculablevalor. Para ello, yo y mi negocio tenemos que tener unos valores,principios tremendamente sólidos –nunca pueden ser una postura–.La consecuencia de ello es que si tocas la vida de muchas personaspara bien, el universo suele premiar tu trabajo, esfuerzo y dedicacióncon beneficios de muchos tipos; eso sí, cuando estás preparadorealmente.

4.– Atracción. Todo lo que estamos viendo y lo que queda no esposible sin una personalidad atrayente, atractiva, hemos detransformarnos en un imán. Tendrás que convertirte en el tipo depersona que quieres atraer ¿Cómo? Pues haciendo lo mismo quehacen ellas, frecuentando el mismo tipo de lugares y siendo una másentre ellas. No solo es cuestión de empatizar, sino de simpatizar,cuando lo haces te pones en la piel del otro con comprensión, inclusocon compasión si conviene o ternura... Interésate por las cosas de losdemás de forma sincera y ellos lo harán por las tuyas, es la Ley de laCompensación que tan bien describió R. W. Emerson en su ensayo.

5.– Oportunidad. Como continuación a lo anterior, seríadeseable entrenar, desarrollar y llevar hasta el máximo exponente tuintuición y la sensibilidad, esto se puede hacer de diferentes formas –busca la que más te atraiga–. Yo personalmente lo trabajo a travésdel autoconocimiento, cuanto más y mejor me conozco más crecenambas para detectar y cruzarse con oportunidades, al igual quecuando dejan de serlo, también saltan las alarmas. Por lo querespecta al hecho de llamar a una circunstancia con el nombre deoportunidad depende de cada persona y situación concreta.

6.– Cliente. La importancia del cliente muchas veces sedesconoce hasta que se pierde o por el contrario no se sabe cómoconseguir clientes. Con lo ya expuesto y puesto en práctica yadeberíamos empezar a ver los resultados y saber dónde están y comoatraerlos. Pensemos que el cliente lo es todo; sí, sí, todo. Puedestener un gran producto, una gran empresa, una gran plantilla, perosin ellos de nada te sirve todo lo demás. Cuídalos como si del jardíndel Edén se tratara, sírveles, busca y soluciona sus necesidades, ponte

en su lugar, simpatiza con ellos, traspasa la mera relación comercial,crea vínculos verdaderos y sinceros.

7.– Excelencia y Maestría. Genera una corriente de excelenciay maestría. No solo vale con intentar hacer las cosas bien dentro delas posibilidades de cada uno, hay que hacer todo lo necesario paraque las cosas salgan excelentes, es entonces cuando con el tiempo,con el hábito y la disciplina conseguimos que estas sean unaconstante, una costumbre, un modo de actuar. El siguiente paso eshacer más de lo que se espera que hagamos –Napoleón Hill hablabade la milla extra–. Esto es percibido por los demás como un signo dededicación inequívoco, y por último no descuidar los detalles, laspequeñas cosas: no nos olvidemos que por grande que sea un pro‐yecto, está hecho de infinidad de esos detalles y pequeñas cosas muybien hechas.

55 Las seis caras del Éxito

Tips para el emprendimiento eficaz sin quedarse en lalinea de salida

Hacer lo correcto es más importante que hacer las cosas bienPeter Drucker

Cuando cualquiera de nosotros como emprendedores tomamos ladecisión de serlo, estoy convencido que al mentar la prudencia nosvinieron ciertas dosis de temor, ese miedo al qué pasará que esinherente al ser humano –siempre preocupado y ocupado en susupervivencia–. Sin embargo, al crear el compromiso para connosotros mismos, asumimos esta secuencia en nuestro día a día:Decir, Hacer y Cumplir. El compromiso cuando es férreo, real y porcoherencia lo vamos a llevar hasta sus últimas consecuenciasnecesitamos tener en nuestra Mochila de Principios: el Honor, laDecencia, el Coraje, y el Pundonor. Todos ellos son muy buenosrevulsivos del miedo y la cobardía. Seamos Humildes, el caminodeléxito suele ser proceloso y en cuanto nos descuidamos nos empujaa sentirnos arrogantes y autosuficientes, sintiendo distanciamientocon quienes nos rodean; incluso puede convertirse en cierto desprecioque podría ser síntoma de un cercano fracaso –cuanto menospersonal–. La Humildad nos ayuda a eliminar lo accesorio, nos empujaa enfocarnos en lo realmente importante para nosotros. Es sin lugar adudas un tesoro de incalculable valor, que no solo tenemos queatesorar, sino desarrollar con mimo y cariño.

La fuerza de las personas –en particular de los emprendedores–no radica tan solo en su presencia, lo que se ve, sino que nace desdesu interior, lo que no se ve, es decir la esencia. Esta es la que hay quetrabajarse y desarrollar constantemente, de tal manera que acabemanifestándose exteriormente al igual que el iceberg, lo que se ve essiempre producto y resultado de lo que no se ve: Presencia y esencia.

Todo emprendedor que quiera eficacia en su negocio necesitadisponer de unas determinadas habilidades ¿Cómo se consiguenestas? Pues entrenando, como hacemos con la musculatura: si lahacemos trabajar en tiempo y forma, acaba por desarrollarse y, atenor de lo que podemos ver, parece no haber límite. Lo mismoocurre con los talentos: si los entrenas los conviertes en habilidadesque acaban por estar y trabajar para ti. Y recuerda que mientras untalento puede fallarte y abandonarte, una habilidad trabajada eintegrada correctamente es tu eterna aliada. Reflexiona sobre ello.

La Intuición, ver lo que otros no ven, o lo que antes eras incapazde percibir. Un buen emprendedor no puede obviar esta capacidad, yaque en muchas ocasiones no hay los suficientes indicios reales uobjetivos para tomar una decisión con respecto a un negocio o enalgunos momentos y circunstancias incluso la gestión del mismo.Aquellos que sean capaces de desarrollar su sensibilidad asumiránriesgos que para otros sería una auténtica locura o salto al vacío.

Algo que tenemos que aprender –y más vale pronto que tarde–es que el momento adecuado de hacer algo no depende del tiempo, aveces ni siquiera de las circunstancias y/o entorno. Hacer, la acción,depende enteramente de nosotros, es nuestra responsabilidad. Esmás, cuando alguien tiene claro lo que y cómo hacer algo, el mejormomento suele se aquí y ahora... Nunca: Ya veremos, o mañana, o

bueno cuando pueda, o mejor más adelante... ¡No!Hoy aquí y ahora, sobre todo porque el verdadero poder de

elegir, decidir, también está en nuestras manos. Este es un poder queno debemos dejar que nadie nos arrebate, somos soberanos y unavez que lo dominamos es tan sumamente transformador que es capazde convertir fracasos en éxitos con solo ponerlo en acción ysustentarlo con el compromiso de mantenerlo en el tiempo.

El auténtico emprendedor es un HACEDOR en toda regla.Hacedor: Dícese de aquel que piensa, idea, proyecta un objetivo, loplanifica, realiza las acciones adecuadas –las que tocan– y losresultados evolucionan al estilo de vida que desea para sí y los suyos.Ni más ni menos.

La verdadera felicidad se alcanza y goza cuando somos fieles ycoherentes con nuestros principios y virtudes, esos queindependientemente de las circunstancias y los entornos nosmantienen de pie, nos levantan si caemos y crean en nosotros laActitud de Ser, Hacer y Tener.

Escribir sin Tregua

56 Motivación y Literatura

Un triunfador es aquel que se levanta y busca las circunstancias que desea y

si no las encuentra, las fabricaGeorge Bernard Shaw

Hace tiempo que me dedico al apasionante mundo de laMotivación y a través de esta actividad, al mismo tiempo que la granpasión que siempre he tenido por la lectura, he llegado alatrevimiento de escribir sobre los Caminos que nos llevan a lasuperación Personal. Pudiendo convertir esta en un estado de ánimo,una actitud en definitiva, que nos lleve a ser quienes realmentedeseamos ser.

Todo aquel que quiera escribir debe crear en su ser esamotivación que le lleve a transformar una idea, quizás tan solo unpensamiento, en algo tangible, como es un texto. Mi intención no esdar paradigmas, sino más bien pistas que nos hagan reflexionar y nosayuden, como iremos viendo, a crear sistemas que nos incentiven amotivarnos, para pasar a aplicarlos en nuestro día a día literario y porúltimo a integrarlos, como si siempre hubieran estado en nuestrointerior, de forma que creen la pasión, la paciencia, la perseverancia yla disciplina entre otras tantas capacidades y habilidades quenecesitamos para escribir.

Todo aquello que se verá plasmado en estas líneas es productode unos pocos conocimientos y la determinación de convertirlos en

experiencias; ya que en estos momentos, además de los títulospublicados, tengo entre manos varios proyectos de libros encolaboración sobre diversos temas.

Para que nuestro especial cajón de la motivación esté en su justamedida, uno de los primeros pasos sería conocerse, saber de maneraíntima y sincera quienes somos y por supuesto saber qué es lo querealmente nos gusta leer, o tal vez sea más acertado decir con quétipo de literatura (lecturas) nos sentimos más identificados, qué nosaporta más crecimiento personal. Y a su vez ver qué es lo quedeseamos escribir y para lo que estamos mejor dotados: de nadasirve empecinarse en escribir novelas de 800 páginas si donde nosmovemos bien es en el relato corto, o querer escribir sobre autoayudacuando nuestro potencial está en novela histórica.

Aunque lo anterior no debería ser excluyente, tan solo se trata dematizar que si tenemos unas capacidades y habilidades, vamos asacarles el máximo partido... y luego ya veremos cómo llevamos a larealidad nuestros sueños literarios más arriesgados o inclusodescabellados.

Todo aquel que siente la necesidad de escribir tiene la tentaciónde mencionar en sus plegarias palabras tales como inspiración, suerte,oportunidad y así debe ser y existir en nuestra mente; pero más comouna certeza de algo que va a ocurrir, que como algo que puede pasaro no independientemente de nuestras acciones.

¿Qué queremos decir con esto? Que la suerte, la oportunidad y lainspiración suelen ser más que circunstancias, estados de ánimo demáxima atracción hacia aquello que queremos y sobre ellos trabajarpara que se hagan realidad.

Ponerse a la tarea es de las mejores acciones que podemos

emplear; ya sabemos por propia experiencia que a la hora de escribir,tan importante es el «saber» como el «hacer» de manera organizaday con un objetivo claro, definido, medible, coherente y razonable; conel esfuerzo, dedicación y sacrificio que estemos dispuestos a realizarpara convertir una idea en un texto legible y, cómo no, publicable.

Conocernos y creer en nosotros nos dará la convicción y lasherramientas para confiar en que lo que vayamos a escribir, además,será algo que atraerá a los demás a leer y no dejar de hacerlo hastafinalizar, al margen de la posterior valoración. De hecho muchos denosotros hemos empezado a escribir más preocupados de esavaloración que los demás nos harán, que ocupados realmente enestar al cien por cien y con todos los sentidos en esas palabras quefluyen de nuestra mente conformando líneas y párrafos, en definitiva,que plasmen lo que verdaderamente queremos expresar y mostrar aquienes nos tengan a bien leer.

Para aquellos indecisos que nunca encuentran el momento decomenzar un proyecto, les diría que cuando estén listos saldrá de ellosel comenzar, aunque siempre para ponernos en marcha y ante eltemor de que lo que hagamos esté bien o esté mal, diremos que lascosas nunca sabemos si son para bien o para mal... ¿Quién lo sabe?

Como aquel escritor al que inicialmente le rechazaron su primerlibro en una pequeña editorial y cuando se lo contó a su pareja esta lerespondió: Puede que bien, puede que mal... ¿Quién sabe? Al cabo deunos meses después de tener su segundo libro terminado,continuación del primero, y gracias a un contacto hecho de manerafortuita, una editorial de prestigio se interesó por la publicación de losmismos y al contárselo a su pareja esta volvió a responderle: Puedeque bien, puede que mal. ¿Quién sabe?... Y así podríamos continuar

hasta el fin de nuestros días.Si nunca empezamos a desarrollar nuestros proyectos literarios no

entraremos en la rueda de las oportunidades que se vuelven realidad.Alguien podría pensar que esto no puede ser cierto, a lo que yo lerespondería: Puede que sí, puede que no... ¿Quién lo sabe?

57 PPD, la fórmula mágica

La disciplina es la parte más importante de la disciplinaTruman Capote

Al contrario que en el mundo de la ciencia, en el que cuantomás compleja es la fórmula más exacto es el resultado que hallamos,en otros lares como es la motivación, si esta fuese compleja podríaaun siendo cierta para unos, ser falsa para otros. No olvidemos quesomos la «máquina» más perfecta jamás creada, ni tan siquieraimaginada, por lo que cada uno de nosotros somos únicos eirrepetibles.

Por lo tanto cualquier fórmula que pretendamos emplear para quenos acerque al triunfo tendrá que ser genérica para que puedaencajar en todos y cada uno de nosotros, y esta es una de las carasde la moneda; la otra, es decir acomodarla a nosotros, nos lo tenemosque trabajar de manera individual y no sirven los consejos ni los casosparticulares: ¿Qué es mejor, escribir por la mañana de madrugada,cuando uno está despejado, descansada la mente y limpia de lo quesucede en el día a día, o por la noche a altas horas, cuando ya todoreposa en el sueño de la tranquilidad y las musas de la inspiracióntienen el terreno despejado para visitarnos?

Pues depende, cada uno tiene sus tempos, espacios y porque notemporadas; lo cierto y verdad es que si queremos escribir, en algúnmomento tendremos que hacerlo. No quisiera ser quisquilloso, perome he encontrado con más de una persona que escribe, pero le

cuesta muchísimo ponerse a ello y cuando lo hace es sin un método osistema que le lleve a la idea, a las páginas escritas y lo mantenga enese bendito hábito, por lo que acaban por abandonar su sueño deescribir.

Vamos a la fórmula mágica que pretendo mostraros, después deeste preámbulo: PPD. Paciencia, Perseverancia y Disciplina, es unallave triangular que cuando se aplica adecuada y eficazmente nos abrecualquier puerta por compleja, que pueda parecernos su cerradura,además nos obliga a desarrollar otras capacidades y habilidades quesin duda nos ayudarán a la hora de escribir y no solo de ello, sino aconducirnos por la vida con la convicción y determinación de aquelloque nos hayamos propuesto.

En muchas ocasiones asociamos la paciencia con la asunción delo que nos pasa, más como algo que hay que sobrellevar que como lacapacidad de permanecer en la insistencia y persistir en nuestrosobjetivos literarios –en este caso– por ejemplo. Sin pretender ser unaregla, sí que la paciencia debería estar asociada no a la espera de queaparezca la inspiración; más bien al hecho de escribir, al acto no solofísico, sino mental y emocional de hacerlo; esto sin duda nos llevarápor los caminos de descubrir que eso que hemos escrito es justo loque queríamos, aun sin esperar de manera consciente que sucediera.

La paciencia en el espacio y en el tiempo, cuando se convierte enuna habilidad, tiende a rebajar los niveles de agobio y ansiedad, queson verdaderos asesinos silenciosos y sigilosos de nuestros sueños, deesas metas que con tanto mimo trazamos y planeamos. Ya nos handicho nuestros mayores que las prisas son malas consejeras, vístemedespacio que tengo prisa, a Dios rogando y con el mazo dando...

Y este lo enlazaría con la perseverancia, otra de esas he‐

rramientas imprescindibles para todo escritor, y aunque no megustaría unirla a las críticas, sí que me apetece hacer un paréntesis ymencionar que estas, ya sean externas o las que surgen desdenuestro fuero interno, como acto reflejo de esos miedos que solemosllevar sobre los hombros acompañándonos, nos empujan a laparalización y matan nuestra persistencia, hacen que nosinfravaloremos o lo contrario, que nos sobrevaloremos... Hagamospues como el halcón cuando localiza sus presas: lo hace desde lasalturas, con la suficiente distancia para evaluar la situación, seamosnosotros igual y sacaremos un provecho inusitado a esas críticas.

La perseverancia, cuando va unida a la paciencia, nos hacefuertes, nos da el anclaje suficiente para escribir y hacerlo desde esesentimiento de que es lo que queremos ser y no otra cosa. Estahabilidad está asociada con la acción –con el hacer– . No podemos serperseverantes sentados en una silla esperando a las musaspermanentemente, uno persiste cuando hace y está en acción. Ycomo desgranaremos en próximas reflexiones, la acción no estáenfrentada con la no acción, son partes complementarias de la mismamoneda; no así la inacción que, como el agua estancada que tiende apudrirse y matar todo lo que hay en ella, nos mantiene paralizados yal albur de eso que algunos invocan, pero no buscan, llamado Suerte.

Persistir significa avanzar haciéndolo en la dirección que hemoselegido, y para que esta no decaiga, sería muy interesante agregar ladisciplina como ingrediente estratégico para nuestros fines literarios,en este caso. La disciplina como tal es posiblemente una actitud antela cual podemos sentirnos más o menos cómodos, cuando somoscapaces de verla como un vehículo que nos puede llevar desde dondeestamos hasta donde queremos ir, véase: Quiero escribir o tengo que

documentarme, pero no encuentro el momento, la inspiración o mejorlo dejo para luego...

Si acabamos por ver a la disciplina como una obligación, jamásnos sentiremos cómodos con ella, más bien animaría a que laentendiéramos como una amistad de esas que nos ayudan en nuestrocamino, y cuando es capaz de crear buenos hábitos se convierte enuna zona de aprovechamiento y rendimiento máximo, que inclusopuede supeditar la inspiración y la lucidez al momento en que nossentemos a escribir y no al revés, que como no llega la inspiración, noescribimos.

Hemos visto tres claves: Paciencia, perseverancia y disciplina queson imprescindibles para la mayoría de los que escribimos ypretendemos hacer de ello tanto una afición como una profesión.

58 ¿Y por qué no?

Sueños pequeños... Grandes obstáculos Sueños grandes... Obstáculos

pequeños Sueños imposibles... No hay obstáculos¿Y por qué no? ¿Y si fuera verdad?

Siempre hay un momento ideal para soñar, para sentir lafuerza de la motivación y hacerlo a niveles muy elevados, por ello hayque tener sumo cuidado con aquello que soñamos, y no por el sueñoen sí, sino por las acciones que debemos emprender para que seconvierta en realidad. No es que nuestros propósitos tengan que sercoherentes, ni tan siquiera razonables: somos nosotros quienestenemos que serlo para con ellos, que es diferente... El esfuerzo, ladedicación, los sacrificios que hemos de realizar, somos nosotrosquienes tenemos que ponderarlos y decidir ponernos en movimiento,tomando las acciones pertinentes para que se conviertan en realidad.

Todos aquellos que escribimos tenemos en mente el por qué lohacemos, aunque muchos de nosotros no lo sepamos a ciencia ciertao sean razones ambiguas. El hecho es que quien escribe tiene unsueño, y lo grande o pequeño que sea es independiente de la actitudy el estado de ánimo con que lo encara –que es lo realmenteimportante–: ahí reside la grandeza o la pequeñez del sueño y enrealidad de todo lo que hacemos.

Donde encontramos desde frases magistrales, pasando porrelatos sublimes a grandes obras que trascienden y elevan a losaltares a quienes los han escrito; por ello no deberíamos pensar en

géneros chicos o grandes, ya que lo importante es el «cómo» loescribamos, que seamos capaces de volcar en una serie de palabrasordenadas de tal manera que digan exactamente lo que queremosdecir y con una carga «emocional» tal que atraigan y enganchen atodo aquel que lo lea.

Sobre la carga emocional me gustaría decir que aunque ha estadopresente per se en muchas personas y desde siempre, pues es algocasi innato, muy pocas decidían trabajarse esa faceta de motivación,crecimiento y superación personal e interior. Hoy en día somosmuchos los que hemos averiguado que no solo de conocimientos viveel ser humano: si estos no se ponen en acción, nuestros resultadosson nulos y baldíos. Cuántas buenas ideas y proyectos han caído en elolvido por no ponerse a la tarea de la escritura...

Estamos, por supuesto sin despreciar el conocimiento al uso, a labúsqueda y captura de enseñanzas y aprendizajes que pongannuestras emociones y sentimientos en un primer plano, creando uncordón umbilical y vínculos con los lectores que sean indestructibles.Os pongo un ejemplo que todos hemos vivido: quién no ha ido a lapresentación de un libro donde su autor ha querido hacer algo tansesudo y concienzudo que ha leído cuatro o cinco folios –literal ydesafortunadamente, porque leer es un arte–... y desde la terceralínea la gente ha desconectado a pesar de los grandes conocimientosofrecidos. Al contrario que quien no utiliza papeles y cuenta unahistoria llena de entusiasmo, de emociones –su tono, dicción sonemocionales y hay cursos para ello– además de dejar que otrosparticipen también en la misma línea creando un ambiente mágico.Pensemos en ello, por favor.

La formación y educación emocional une los conocimientos con

las emociones que nos llevan a determinadas acciones, y cuantomayor es el equilibrio entre ellas, a mayores retos y desafíos podemoshacer frente con la fuerza del escritor incansable que sabe que nadani nadie lo va a detener, ni siquiera desviar de su camino. O deberíadecir de sus sueños, ya que de eso se suponía que íbamos a hablar,¿verdad?

Cuando nuestra mochila del saber y la experiencia está cargada yen equilibrio, nuestros sueños dejarán de ser pequeños y pasaránposiblemente de grandes a imposibles, dependiendo del compromisoque seamos capaces de adquirir con nosotros mismos y con la obraque pretendemos legar al mundo.

Somos seres privilegiados. Normalmente las palabras se las llevael viento cuando hablamos, dicen; pero para aquellos que son capacesde plasmarlas negro sobre blanco, permanecerán para la eternidad eneso que llamamos escritos, textos, libros. Reflexionemos que cada vezque creamos uno de ellos, el proyecto se inicia en el taller de nuestramente, y tendríamos que tratarlo adentrándonos en él con el máximorespeto, generosidad y agradecimiento, pensando que el mundo undía podría admirar lo que hemos escrito... Puede que sí, puede queno: ¿Quién sabe?

Por ello los sueños grandes tienen obstáculos pequeños, porqueel propósito es mayor que cualquier adversidad que se cruce, ycuando estos son imposibles por todo lo que ello implica, no existenlos obstáculos: no es que desaparezcan, es que pasan a formar partedel proceso de creación de realidades.

Decidamos qué sueño es el que queremos tener y crear.

59 Motivación y dudas

Mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes

cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo.Terencio

Reflexionemos sobre las dudas y las indecisiones que seproducen en nosotros a la hora de escribir y paralizan procesosadscritos que no deben obviarse, como son la preparación dedocumentación para las obras en proyecto, sin olvidarnos de labúsqueda de editorial, la promoción o el seguimiento de las ventas.Todas estas actividades nos producen un desgaste de energía que nosiempre sabemos reponer adecuadamente, dejándonos comoresultado el sabor de la duda y la indecisión.

La motivación intrínseca y los recursos que cada uno de nosotrosseamos capaces de generar poniéndolos al servicio de los objetivostrazados serán los que nos abran el camino para producir esa energíaque nos apoye en todas las tareas que la mayoría de escritoresdebemos afrontar, sin evadir ninguna de ellas. Claves mágicas yaestamos comprobando que no existen, lo que sí hay son fórmulaspersonales que más o menos se pueden compartir extrayendo de ellasnuestras propias recetas.

Y las recetas hay que estar permanentemente trabajándolas,perfeccionándolas, es decir, dedicándoles tiempo y cariño; de ellodepende su eficacia y que siempre tengamos la fuerza del entusiasmoa nuestro favor. Esto es fundamental para que las musas nos visiten a

menudo, por no decir que se queden a vivir con nosotros de maneraindisoluble. Todo lo que hacemos con pasión es percibido por losdemás, y eso nos abre puertas que podríamos pensar cerradas o casiimposibles de franquear llevándonos a lugares –mejor dicho a estadosde ánimo– que propicien la imaginación y la actividad creativa.

Caso contrario, o simplemente si nuestra motivación hace«aguas», nos encontramos entonces con esas temibles dudas, quecuando van sobre nuestros hombros no acabamos de verlas pudiendotransformarlas en excusas para no hacer, y nos acerquen al mundo delas indecisiones, donde solemos encontrar respuestas para hacer uncurso más, leer un enésimo libro y no escribir pensando que noestamos listos, pero la realidad nos dice que no llegaremos nunca aaplicar lo que aprendemos si no nos ponemos manos a la obra.

Sin contar que en muchas ocasiones hallamos como tedioso elocuparnos de temas como la búsqueda de editorial, promoción,presentaciones, cuando estas fases de la ejecución de un libro sonapasionantes, porque nos acercan a la realidad de los lectores,favoreciendo la creación de nuestra imagen y afianzamiento de lamarca personal, de la que hablaremos en un próximo artículo. Estetipo de tareas, que llevan un consumo de tiempo y energía considera‐bles, eliminan en muchas ocasiones esas dudas que nos ralentizan. Sisomos conscientes de que nos hacen madurar como escritores nosproporcionan un termómetro de incalculable valor para nuestrobagaje.

Es más, me atrevería a constatar que las dudas, per se, no sonmalas si aprendemos a manejarlas y pensamos en ellas como partedel proceso, que cuando uno tira una moneda –o mejor dicho, uncubo de seis lados de diferentes colores– existen esas mismas

posibilidades de que caiga en un color u otro, y ya sabemos que todoes según el color del cristal con que miramos, es decir, que lo quehacemos es nuestra responsabilidad. Sí, ya sé que no supone plato debuen gusto que presentemos lo que hemos escrito con tanto amor ydedicación a un editor y este nos diga que es poco original o que noaporta nada nuevo... Pero también es cierto que de momento ya hantenido a bien leer y dedicarle tiempo a nuestra criatura, y si no tieneque ser, pensemos que por algo será... o simplemente es una señalde que debemos seguir buscando y tal vez porque no mejorando.

La cuestión es tener o crear la actitud para convertir las dudas enopciones y las indecisiones en sus opuestas, decisiones con las quecomprometernos de manera que el resultado sea avanzar en ladirección de nuestros objetivos; de ahí la importancia que se da enesta época a tener las metas muy claras y perfectamente definidas.Además de que nos insisten hasta la saciedad de que vivamos elpresente con pasión y devoción. Lo cual es una excelente idea, ya quesi las cosas no salen como esperamos o llegan al punto equivocado,no importa: hemos disfrutado del camino, del día a día, lo que no espoco, y más si consideramos que escribir es una tarea creativa y quenecesita de un gran aporte de energía e imaginación.

Si pensamos que dudar no es un síntoma de inseguridad, másbien al contrario, una muestra de la fortaleza que nos asiste paratomar un camino u otro, encontraremos incluso cierto placer en vestirde razones la decisión que tomemos, máxime cuando para alguienque sabe lo que quiere no existen los fracasos, ni tan siquiera lasderrotas, son pequeños obstáculos, adversidades a las que uno seadapta para sortearlas y seguir avanzando. Recordemos que un viajede mil pasos, comienza con un primer paso y continua con un

segundo, un tercero...

60 Convicción

Es la repetición de afirmaciones lo que lleva a creer. Y cuando el creer se

transforma en una convicción profunda, las cosas comienzan a sucederMuhammad Ali

El convencimiento de que algo va a suceder no siempre nosda la fuerza necesaria para que la motivación sea duradera en eltiempo y nos lleve al objetivo deseado. Es fundamental para mantenerese estado de ánimo activo, ser capaces de ver el corto, el medio y ellargo plazo; donde cada uno encuentre su anclaje para seguiradelante. Todas y cada una de las fórmulas que hemos leído,escuchado, aprendido, inventado, con seguridad que son válidassiempre que cumplan su cometido: impulsarnos a escribir.

En distintas ocasiones hemos comentado, entre aquellos a los quenos gusta escribir, que siempre estamos a veinte minutos de terminarun libro. Utilizamos esta premisa como un recurso, para no agobiarnoso que la ansiedad de la falta de tiempo haga que nos paralicemos,esperando esas maravillosas dos o tres horas en las que lo daremostodo y encontraremos que las musas de la inspiración nos visiten,dejándonos unas preciosas páginas, llenas de imaginación ycreatividad, que además todos serán capaces de apreciar al leerlas.Quien lo haga y consiga así, es genial; de hecho creo que es el sueñode todo escritor dedicarle múltiples horas a su pasión.

Mas la realidad nos indica que esto no siempre es posible.Vivimos en una sociedad atacada por mil actividades de todo tipo, que

por otra parte, asumimos de buen o menos buen grado; pero endefinitiva nos sumergimos en ellas... Lo que quiere decir que tiempocontinuado es de lo que menos disponemos, luego entonces, laperfecta organización de las tareas es básica para sentarnos, escribir yhacerlo con la determinación de que las ideas fluyan de la mente y elalma hasta el ordenador o el papel (algunos seguimos disfrutando delos viejos métodos).

De ahí que anclemos en nuestro ser la premisa de que estamos aveinte minutos de escribir un libro; porque todos tenemos entre veintey cuarenta para poder hacerlo de manera continuada una, dos vecesal día, por la mañana, por la noche, cuando queramos o podamos. Elcaso es que con una mínima disciplina podemos crear el hábito dehacerlo a diario, hasta que se convierta en algo tan habitual comocomer o asearse. Quienes así lo hacen dicen que llega un punto en elque nada más ponerse a escribir plasman lo que desean, cuandoantes nunca encontraban el momento de hacerlo o por falta detiempo o de inspiración.

Lo que hemos conseguido es programarnos para escribir cuandonosotros queramos. Este proceso mecánico no tiene por qué significaruna pérdida de creatividad o imaginación en la creación de una obra;incluso puede resultar lo contrario, ya que si abocamos nuestrasideas, fuerza y motivación a esos veinte, treinta, cuarenta minutos,cuando nos ponemos, es como si alguien nos dictara lo queescribimos, sacando lo mejor y lo que hemos acumulado en nuestrotaller de la mente entre periodos de escritura. Por supuesto que estoes tan solo una receta, que está abierta a variaciones, modificacioneso simplemente que no funcione a todo el mundo.

Con lo anterior quiero mostrar que cuando uno quiere, puede;

que es cuestión de ponerse a la tarea, y tal vez antes de ponernos aesa pasión que nos mueve, que es escribir, empleemos un espacio detiempo en planificar cómo podemos hacerlo, para que la fuerza no senos vaya por el desagüe del quiero pero no sé cómo hacerlo. Lamotivación puede crecer exponencialmente cuando uno tiene sistemasestructurados a los que agarrarse para conseguir sus metas. Y nadiedice que las reglas no estén para saltárselas, por supuesto que sí, elproblema es que si no tenemos reglas que seguir tampoco podemossaltárnoslas.

Estar convencidos de lo que queremos nos pone en el camino decómo hacerlo. Vamos a dejar que nuestros instintos e intuición siganesa mezcla de conocimiento y experiencias que tenemos acumuladosy que puestos en acción nos dan las respuestas que necesitamos. Laconvicción es una actitud. Dicen que creer es crear, y es ciertosiempre y cuando seamos capaces de estar convencidos del qué y delcómo hacemos eso que nos ocupa y que ahora es escribir, perotambién podría ser casi cualquier otra actividad. No olvidemos que asícomo hacemos algo, acabamos haciéndolo todo: esta es una premisaque acaba por definir el rumbo de nuestra vida.

Reflexionemos que así como saludas, tratas a los demás; endefinitiva si haces cualquier tarea aparentemente baladí conentusiasmo, dedicación y entrega... Imagina por un momento cómoharás aquello que te apasiona, ya emplees una hora, veinte o tresminutos, serás alguien que se funde y fluye con lo que hace. Esta esla mejor manera de poner cuerpo, mente y alma: dar vida a lo quenos ocupa.

61 Motivación, la mejor inspiración

No hay camino que no se acabe si no se opone la pereza

Miguel de Cervantes

Una de las más fuertes motivaciones es la inspiración, aquelloque nos empuja de manera entusiasta hacia nuestros propósitos. Sinembargo, cuando de escribir se trata, todos buscamos esa ansiada y aveces escurridiza inspiración que no llega o lo hace cuando noestamos frente al papel o la pantalla de nuestro ordenador. Esentonces cuando la motivación se convierte en un elementoindispensable para los escritores y que lo plasmado representenuestra esencia más íntima, reflejando nuestras emociones ysentimientos; eso que queremos que quienes nos lean vean entrelíneas, pero también en ellas directamente.

Generar esa motivación en nosotros de manera intrínseca es elprimer paso para conseguir integrarla y que forme parte de nuestravida. La forma en que lo hagamos debe empatizar con nuestro sermás íntimo; de ahí la necesidad de autoconocimiento para sacarnos almáximo provecho a todo lo que hacemos–escribimos. Ya sabemosque algunos de los que leeréis este y otros artículos similarespensaréis extrañados que todo lo expuesto es complicado, quevosotros lo tenéis sin darle ninguna importancia ni «tantas vueltas»...Os digo que genial, de eso se trata; de ver esto como algo que no vacon nosotros porque ya lo tenemos integrado, forma parte de nuestro

ADN.El resto de los mortales, si quiere explotar sus cualidades, tiene

que organizarse para ello y la motivación es una asignatura; más,diría yo: una disciplina que convierte a gente común en personasextraordinarias. De esto nos damos cuenta cuando vemos a unescritor que ha llegado a triunfar, vendiendo miles de ejemplares,quizás millones, y acto seguido pensamos: ¿Qué suerte, no? Sinembargo, cuando sabemos y profundizamos en su biografía,descubrimos que la suerte pasó a visitarle en forma de oportunidad,mas él llevaba años preparándose, entrenando y practicando,cayéndose y levantándose, para ese momento en que unaoportunidad se cruzara en su camino, reconocerla y hacerla suya.

Escribir es una ciencia, que sería deseable convirtiéramos en unarte. Profundizar y hacernos expertos en ello es obligatorio siqueremos que quienes nos lean sepan exactamente aquello quequeremos contarles, mas la motivación, esa que pone la inspiraciónen niveles de excelencia, hace que lo escrito tenga vida a través de laemoción y el sentimiento que es capaz de traspasar el papel y llegar allector. Muchos son los llamados pero pocos los elegidos, eso dicen almenos. Así que todo aquel que quiera llegar a ser uno de ellos sabeque tiene un camino que realizar. ¿Garantías? No, ninguna, lo que sípodemos garantizar es que si no hacemos lo necesario, los resultadossiempre estarán en consonancia con lo que hemos arriesgado.

Alguien muy motivado y con una gran inspiración dijo que unentrenador de gimnasia olímpica les decía a sus chicos: la personaextraordinaria se hace mientras el ordinario no hace nada, es decir,transita por la vida sin saber muy bien hacia dónde va. El éxito es ungran amante de la preparación y de la acción organizada. Sí, es cierto,

no todos llegaremos a ser grandes escritores de best seller,entrevistados y aclamados por la crítica y los lectores; sin embargo, siponemos toda nuestra pasión y lo que ella supone, lo disfrutaremos,estaremos satisfechos porque esa será nuestra actitud. No es lomismo hacer todo lo que te sea posible o esté en tu mano a decir: voya hacer todo lo necesario para conseguirlo.

Escribir es un acto de generosidad ya que una persona pone enmanos de otras sus conocimientos y experiencias de una formaordenada; se está desnudando. Este gran acto culmina con el favor deun lector al elegir leernos; por lo que siempre tenemos que tener unelevado grado de agradecimiento, sincero y humilde, para connuestros lectores, teniendo presente que escribimos para ellos, de ahíque tengamos que ser tremendamente respetuosos y auténticos paratocar su alma, sea lo que sea lo que escribamos. La motivación inspi‐radora es entonces un vehículo que nos puede llevar tan lejos comoseamos capaces de conducir.

Motivarse puede ser una actividad diaria en la que empleemos undeterminado tiempo, al igual que hacemos deporte o nos organizamospara comer de una manera sana y equilibrada o decidimos qué tipo delectura nos acompaña o cómo recopilamos información para unpróximo libro. Motivarse requiere de entrenamiento, práctica y sobretodo de poner en acción todo eso para lo que nos estamospreparando, es decir, escribir, y hacerlo con la ciencia de la técnica,pero sobre todo con el alma.

62 El Efecto Pigmalión en los libros

Los que piensan que es imposible, no deberían molestar a los

que estamos intentándoloThomas Alba Edison

Me pregunto que hubiera sido de Pigmalión si en lugar de serun magnífico escultor, producto de la mitología Griega, su Galateahubiese sido un «Texto» en vez de una maravillosa escultura queacaba por convertirse en una bella dama. Pigmalión, enamorándosede su obra, puso sus pensamientos así como el enfoque, volcandotoda su fuerza y su vida en ella. Los Dioses, sorprendidos con sudevoción y apiadados de sus deseos, le dieron vida a la esculturacumpliendo sus anheladas aspiraciones. Pigmalión, un excelenteescultor, había visto recompensado con creces aquello en lo que habíapuesto sus expectativas.

Sobre el efecto Pigmalión no vamos a extendernos, ya que haymucho escrito, y sí diremos que tiene decenas, si no cientos dedemostraciones –unas científicas y otras no tanto– y es algo a lo que,sin darnos cuenta, en muchas ocasiones sacrificamos nuestrosesfuerzos y dedicación a convertir en realidad expectativas que noshemos creado en nuestra mente. La pregunta sería en qué tipo deexpectativas nos enfocamos: en perder el puesto de trabajo, en quiénqueremos deje de hacerlo, que las cosas no salgan como nos gustaríay en lo que nos ocupa en este foro... Que aquello que escribamos nogustará, no será todo lo bueno que debería, en definitiva que no

cobre «vida».No nos damos cuenta de que tal vez seamos nosotros quienes

más bien lejos de dar vida a nuestra obra, generando expectativas derealización sobre ella, nos enfocamos en todos los «no, pero y esque» de los que somos capaces de inventar. Alelas posibles fuentesde vida, sin ser conscientes de que el resultado no es el queansiamos. Si pensáramos en nuestra obra como algo que cobrarávida, o mejor, que ya la , y vamos a hablar de ella como del hijo queha colmado todas nuestras esperanzas de crecimiento y realización;vamos a seducir a quienes nos escuchen hablar de ella y no porqueintentemos convencerlos, sino por la pasión, devoción y admiracióncon que lo hagamos.

Sin embargo, ojo, con traspasar la linde y volvernos egotistas,incluso petulantes al hacerlo. Esto no solo es una ciencia, más bien unarte en el que el «yo» debe desaparecer y vernos inundados de unaverdadera tanto como sincera humildad y esto es algo que todos, ennuestro fuero interno, sabemos el lado de la frontera en el queestamos: ¿Hablamos o escuchamos? ¿Nos interesa lo que noscuentan, prestamos atención? ¿La gente nos escucha sin prisa porque terminemos o por interrumpirnos? Las respuestas las tenemostodos y están dentro de nosotros, tan solo tenemos que dejar quefluyan hacia fuera. Ah, por cierto las comparaciones en este caso sonmalas consejeras salvo que sean espejos donde mirarse para mejorar.

Por supuesto que todo esto ni es particularizable ni generalizable,tan solo son pensamientos convertidos en líneas que deseo nosayuden a motivarnos, para que nuestros obras cobren vida antes, másy mejor de lo que podrían hacerlo; al igual que Galatea. Mas no solode expectativas de realización vive el ser humano, ya que este,

tendente a la ley del mínimo esfuerzo, podría pensar que es capaz deatraer todo lo que se le ponga por delante, sin dar nada a cambio.Craso error. No insistiremos en el sembrar para cosechar, dar pararecibir, ponerse en lugar de lo deseado y preguntarse: ¿Te lomereces? Sin duda hay que trabajárselo, hay que ponerle dedicación,esfuerzo y sí, sacrificar lo que no es prioritario para nosotros y paralos objetivos que nos mueven. Pero cuando la información, laformación, la educación, la comunicación y la motivación estánencajadas en su sitio, consigues crear una obra: «Tu Obra», entonceses el momento de poner en marcha el efecto Pigmalión.

Y si echamos la vista atrás, veremos que todos lo hemos aplicadoen algún momento de nuestra vida y que, como en otros lares, no haygarantía de éxito; pero si ni siquiera tú pones expectativas de triunfoen aquello que haces, cómo quieres que lo hagan los demás;entonces sí, la garantía existe y es de fracaso. Ahora os animo aseguir escribiendo con la fuerza que Pigmalión empleó en esculpir aGalatea y nuestras obras cobrarán vida para darnos con creces lo queun día les dimos a ellas, al transformarlas de proyectos en nuestramente a eso que sin duda son palabras mágicas para todos nosotros:Libros leídos y admirados por muchas personas.

63 Un tesoro llamado Mente

Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable como el agua. Si pones agua en una

taza, se convierte en taza, si pones agua en una botella, se convierte en botellaBruce Lee

La mente es el taller donde se construyen las ideas, que unavez pulidas y pasadas por el tamiz del entusiasmo acaban porconvertirse en proyectos y estos en páginas escritas a las que lla‐mamos obra. Ese libro, que es como un hijo al que desde su mismonacimiento cuidamos y alimentamos para que se desarrolle. Muchosde esos escritos cobran vida propia, acabando por decir cosas que noqueríamos decir o dichas de otra manera distinta a como las habíamospensado. Lo cual es perfecto, ya que en muchas ocasiones nosconvertimos en vehículos entre el mensaje, el papel y el tecladodonde plasmamos los textos.

Es entonces cuando lo que escribimos es esencia pura, sale denuestro más profundo interior y casi siempre supone una revelaciónincluso para nosotros mismos. Conseguir esa inspiración, a través deestados de conexión con todo nuestro ser, no es fácil, pero tambiénsabemos que lo difícil suele ser el paso previo a lo fácil. Cada unodebe buscar los caminos para encontrar esas vías en las que cuerpo,mente y alma se convierten en uno y se pongan al servicio de laescritura para plasmar eso que hemos llamado esencia. Y que quienesnos leen sean capaces de percibir, incluso sentir poniéndose en el lu‐

gar de quien ha escrito.Para que nuestra mente pueda utilizar todos los recursos de que

dispone, debería poseer lo que llamamos conocimientos, que sería laparte técnica, son las herramientas que nos dan la tranquilidad depoder traducir esos pensamientos e ideas en textos legibles,podríamos decir que esta es la parte de ciencia, que no podemossaltarnos. Sin embargo, lo que marca la diferencia es el hecho deconvertir la ciencia en arte. Para ello debemos convertirnos en seresque viven y experimentan cada segundo de su vida, con toda laintensidad de que uno sea capaz de poner en eso que hace.

Dicen que así como haces algo, lo haces todo, por lo tanto, talvez ducharse, comer, hacer deporte, descansar, cosas más

o menos banales por comunes y rutinarias deberíamos empezar ahacerlas, disfrutarlas viviéndolas y experimentándolas en toda suplenitud. ¿Cómo conseguirlo? Recetas mil existen, mas creosinceramente que cada uno debe emprender su propio tránsito ybuscar aquellas disciplinas o actividades que le lleven a crecer en esoque han denominado formación o educación emocional y que trata dehacernos fuertes, dominar y controlar nuestras emociones ysentimientos (que no reprimirlas) para que vivamos en armonía,serenidad y paz en todo nuestro ser.

Cuando menciono dominar y controlar no pretendo decirdoblegarlas, sino más bien todo lo contrario, potenciarlas y ponerlas anuestro servicio, en este caso escribir y que quienes nos lean sesientan auténticos porque están absorbiendo experiencias llenas deeso: autenticidad. Nos movemos por terrenos complicados ya queescribir sobre ellos es una cosa y conseguir conectar para transmitiresencia es harina de otro costal. Por eso la Motivación es un mundo

tan sumamente amplio y con tantas posibilidades, tantas comoseamos capaces de desarrollar y poner en práctica.

Cobra sentido entonces palabras como entusiasmo, pasión, ilusiónalegría, sin las cuales nos puede resultar cuasi imposible transmitir loque queremos. Es como desear algo pero no hacer nada paraconseguirlo: sin esas premisas de entusiasmo, casi con toda seguridada la segunda línea aparecerán las dudas, las indecisiones, lasinseguridades, en definitiva, esos temores que nos paralizan tratandode vendernos la idea de que no somos capaces ni lo seremos jamás.Esto nos puede llevar a pasarnos la vida haciendo cursos para escribiry nunca decidirnos a asumir el vértigo de hacerlo.

Os propongo que una vez reconocidos nuestros temoresutilicemos las emociones y sentimientos para «sin prisa, pero sinpausa» hacer lo que deseamos y si de verdad lo queremos, exigirnoshacer lo necesario, que siempre es más que lo posible, y la mentetiene todos los recursos para llevarlo a cabo. La mente contiene textosmaravillosos que están queriendo ver la luz y sorprender a aquellosque nos lean.

64 La curiosidad, una excelente habilidad

No tengo talentos especiales, pero sí soy

profundamente curiosoAlbert Einstein

Y no solo para los que escribimos, sino para todo ser humanoque pretenda evolucionar en su transitar por esta vida. La curiosidades una de esas capacidades imprescindibles para crear en nuestroimaginario lo que luego se convertirá en texto escrito. Podría haberladenominado observación, sin embargo ese matiz entre ambas demirar, investigar buscando averiguar algo, que supone el ser curioso,es donde deseo poner el acento. El hecho de mirar y observar nosbrinda posibilidades de ver con detenimiento, tal vez sin unamotivación determinada. La curiosidad nos ofrece la posibilidad deintroducir los por y para qué, los cómo entre otras preguntas.

Tiene un sentido de investigación fundamental para el queescribe, sea cual sea el género por el que se mueve. Extrae pequeñosgrandes detalles necesarios para el texto que desarrollamos; llegandoa poder convertirse en una actitud que nos provea de enseñanzas deincalculable valor. De cualquier observación activa podemos sacar unaprendizaje que nos sirva para nuestro actual proyecto literario o paralos siguientes. Cuando seamos capaces de pararnos y enfocarnos enla observación de lo que ocurre a nuestro alrededor, estaremos ge‐nerando un hábito que al poco puede ofrecernos fuentes deinspiración sin límite.

Acabo de mencionar a las musas de la inspiración y lo he hechode manera casi obligada, ya que es uno de nuestros caballos debatalla: si llega o no, si se queda o se va... Dejando claro que no hayreglas o fórmulas válidas al cien por cien para todos; cada uno debebuscar la que más le acomode. La curiosidad hace que nuestrasneuronas trabajen, y siendo así, ¿no será mucho más fácil que nosvisite la susodicha inspiración? Ni que decir tiene que cuando esta seconvierte en una actitud ante la vida, somos capaces de ver cosas quede otra manera nos resultaría difícil, por no decir casi imposible.

Hasta ahora, la hemos presentado como una actitud ante laobservación, pero si la traspasamos al plano del aprendizaje o de lainvestigación, podemos descubrir que es una Motivación a prueba dedesánimo, diría yo que puede convertirse en energía ilimitada que noslleve a aprender más y mejor, sabiendo que todo ello se traducirá entextos más vivos, brillantes y sobre todo que gusten a nuestroslectores. Acudir a cualquier academia, escuela con este estado deánimo llevado al extremo, consigue que seamos verdaderas esponjas,que absorbamos todo lo que nos ponen por delante, incluso lo que su‐cede a nuestras espaldas, siempre y cuando tenga el fin que noshemos propuesto.

La curiosidad es una de esas habilidades que también hay quesaber mantener en equilibrio y bajo control.Como el resto de loshábitos, siempre tiene que tener un fin concreto, ya que de locontrario, en lugar de estar a nuestro servicio, pasan a esclavizarnos.No hay duda de que todo aquel que pretenda escribir debe tener elhábito de leer y mucho; sin embargo, cuando tu objetivo de escriturapasa a un segundo plano, porque el hábito de leer se ha hecho dueñode tu tiempo y se lo dedicas todo, no encontrando el momento de

coger papel y lápiz o teclado, podríamos aseverar que has caído ensus «garras».

Por lo tanto, curiosidad sí, en las dosis adecuadas para mantenereso que llaman equilibrio, que todos ansiamos pero muy pocosalcanzan. Este afán observador e investigador debe convertirse enuna tarea que nos abra puertas para obtener la información y por su‐puesto la formación que nos ayude y nos haga crecer como escritores,dando a nuestras obras la solidez y consistencia de quien hace untrabajo exhaustivo y excelente. La consecuencia de un trabajo bienhecho suele ser la propia satisfacción, el decir: Misión cumplida; siademás el Éxito nos visita, será una situación ideal. En caso contrario,tenemos la certeza de seguir hacia delante, y que el combustible de lacuriosidad será un vehículo que nos impulse cada día a superarnos y aprogresar más y mejor.

65 Nunca es tarde

La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir, sino en la de

volver a empezarFrancis Scott Fitzgerald

Abril es uno de los meses de ferias del libro más prolíficos delaño. Donde muchos de los autores ven colmados sus deseos decruzarse con sus lectores para compartir no solo momentos de firmade ejemplares, sino intercambiar con ellos pareceres, opiniones ypuntos de vista, que de otra manera nos sería imposible recopilar.Lejos de ser una obligación tediosa debe considerarse la oportunidadperfecta para conectarse con aquellos que leen. No podemosolvidarnos que sin ellos nuestras obras estarían incompletas; lamáxima aspiración de quien escribe es ser leído, esta debe ser sinduda una fuerte motivación para superarnos frase a frase, texto atexto.

Ese momento en el que alguien se acerca, adquiere tu libro y seinteresa por el argumento o temática brindándote sus pensamientos,posiblemente algunos de ellos apasionados lectores. Muchos de ellosexpresan su ferviente deseo de escribir ya que desde siempre les hagustado y no han encontrado el momento o no tienen tiempo o no lesvisita la inspiración... Tal vez su motivación no haya llegado a esosniveles en que nada ni nadie te aparta de escribir aquello que pugnapor salir de tu interior. No cabe duda que escribir es una manera dedesnudarse ante los demás y para ello hay que estar preparado ya

que todos tenemos algo que decir, algo que contarle al mundo.¿Qué podemos indicarles? Que nunca es tarde, que si anclamos

en nuestra mente que estamos a treinta minutos de escribir un libro,quizás la ansiedad disminuya, encontrando el momento y el tiempo, ala par que creando el hábito de escribir; entonces la inspiración nosvisitará más a menudo de lo que pensamos. Por supuesto que cuandome refiero a esa cantidad de minutos lo hago con la sana intención deque sea al menos una vez al día, de forma que no tengamos que estarpensando en buscar un «rato» de siete horas para hacerlo. En el tipode sociedad que vivimos es más bien complicado, por ello nunca estarde, si tenemos los motivos y nos ponemos en acción.

Ya hemos escrito sobre quienes nos visitan en las ferias, ahoratoca hacerlo sobre nosotros y nuestros proyectos, libros pendientes dematerializar, aplicando también el precepto de que nunca es tarde.Cuando nos toca a nosotros dar una vuelta por la feria y curiosearlibros, temáticas, argumentos, ¿quién no ha sentido la imperiosanecesidad de escribir aquello que lleva tiempo y tiempo rondando porla cabeza?, además de plantearnos las mismas excusas que antesaparecían para no ponernos manos a la obra.Tan solo que cuando vesotras obras terminadas, expuestas al público y en manos depotenciales lectores, sientes unas ganas y un gran entusiasmo porcomenzar ese libro que hasta ahora era tan solo una idea.

Ese deseo nos insufla energía para que, más pronto que tarde,nos pongamos a la tarea de escribir eso que lleva macerando en eltaller de la inspiración por semanas o por décadas. Ese momento esmágico, ya que cada vez que comenzamos un nuevo proyecto literarioes como el inicio de una nueva vida en la que nos esperanapasionantes aventuras de las que ni siquiera sabemos muy bien

como remataremos. En definitiva escribir, leer, prepararse ydocumentarse son acciones que con la debida actitud se convierten enun trampolín para que un día no lejano realicemos una obraexcelente, ya sabemos ese paradigma que dice: Lo mejor está porllegar, trabajemos para que se haga realidad.

Y cómo no: Nunca es tarde para relacionarnos con personas que,como nosotros, se dedican a la escritura con pasión, ya que es unaforma de nutrirnos mental y emocionalmente, de incalculable valor.Pensemos que cuando nos unen intereses y objetivos comunesllegamos a integrar en cierta forma conocimientos y experiencias deaquellos con quienes nos relacionamos intensamente. Y las ferias sonlugares ideales para todo ello; sin olvidarnos de la importante laborque están haciendo las Asociaciones donde podemos reunirnos yseguir creciendo como escritores.

66 Un toque del destino

El Destino se acercó a mí sigilosamente y me susurró:–Tienes mucho que hacer–. Momentos después me desperté teniendola certeza de que a partir de entonces mi vida por fin tenía Propósito y

Sentido

Esto parece que el Destino ha hecho conmigo el 24 de marzode 2015. Cogí el vuelo posterior al siniestrado con idéntico origen ydestino. Y si hubiera reservado un vuelo más a tono con mis ansias ypremura por madrugar, en ese avión, teóricamente, podría habermesituado la fortuna, o el infortunio en este caso. Es entonces cuandouno se da cuenta –una vez más, la enésima ocasión–en que hay quevivir el presente, que lo importante no es lo que te sucede, sino lo quehaces con lo que te sucede.

Cada decides el Propósito que quieres imprimir a tu vida y elsentido en el que quieres asentar las bases de tu particularentusiasmo. Levantándote todos los días y dando gracias por Ser yEstar. Agradecer lo que tienes y por lo que luchas, que ser felizentraña soñar y los sueños son una fuente de motivación inagotable.Pero las decisiones no son más que un junco a la deriva, si no tienenaparejado un férreo componente de cumplimiento de lo pactado connosotros mismos.

Que no es lo mismo, en caso de estrés –del tipo que sea– tenerconciencia de tener muchas cosas pendientes por hacer, que deberíanhaberse hecho y sabes que no te ha dado la gana hacer, por no ponerlas acciones necesarias... A saber, que estás casi en paz contigo

mismo, que hay un equilibrio entre lo hecho y lo que deseabas hacercon lo que realmente sabes. Y es que tienes y quieres hacer muchascosas el resto de tu existencia, pero no se las debes a nadie, nisiquiera a ti mismo. Esta convicción te da la fuerza para continuar tucamino «haciendo».

A veces tenemos la duda acerca de nuestra misión en la vida, yno importa mientras hagamos. Si todos los días tu tarea te lleva aescribir una página, tal vez tu misiónal final de tus días haya sidoescribir un libro. No todos contamos con la clarividencia paraencontrar un Propósito y Sentido a nuestra vida ipso facto, sinembargo sí podemos –en función de nuestra voluntad, actitud yacciones– intuir para qué y por qué estamos aquí. Y día a día ir dandoforma a nuestra misión de vida.

67 La misión de escribir

Solamente las grandes personas transforman sus sueños en la misión de su

vidaJosé de San Martín

Si existe algo que desmotive –y creo que es generalizado–esla ansiedad por lo que consideramos falta de tiempo para escribir.Escribir tenemos claro que es nuestra pasión, una necesidad quemuchos de nosotros no sabríamos como definir; sin embargo, cuandonos ponemos a ello, entramos en una especie de estado de flujo,donde el tiempo parece detenerse, las ideas pasan de la mente –eltaller de la imaginación– al papel o pantalla casi como por arte demagia. Estamos tan absortos que no sabemos si hace frío o calor,tenemos hambre o sed. Diríamos que estamos en una dimensión quenada tiene que ver a la que pisamos cuando hacemos otras tareas.

Este estado, ¿por qué no podría ser una actitud ante la vida, y nosolo cuando escribimos? Recordemos que la motivación utiliza a vecesrecursos y herramientas tal vez un poco peregrinos, pero que sin dudadan resultados extraordinarios –dicho esto–. Un paradigma quepodríamos comprar y hacer nuestro es: «Que como hacemos algo,acabamos haciéndolo todo» Por lo tanto tengamos cuidado con elentusiasmo que ponemos en todo lo que no sea escribir, ya que si espoco, puede –y digo puede– que cuando nos sentemos a escribir nosfalte esa ilusión y fuerza que esperamos tener, por falta de costumbreen lo que hacemos.

Cierto es que no es fácil conseguir esos estados de flujo, cuasiperfectos, para la creación, ya sea literaria, el cuidado de jardines o laconstrucción de puentes; sin embargo ni son imposibles ni seproducen por combustión espontánea. Cuanto más practiquemosmejor. Cuanto más integremos las emociones y sentimientos que nosembargan en esos momentos, más fácil nos será extrapolarlos anuestro día a día. En definitiva, estamos diciendo que vivamos elpresente –el aquí y ahora– aislados del mundo, del pasado o deluniverso futuro. Si así nos lo vendemos, podremos aumentar nuestraautenticidad en absolutamente todo lo que hagamos.

Siendo mucho más fácil encontrar ese tiempo con su espacio paraescribir para hacerlo con la intensidad y atención que pretendemos ymerece nuestra pasión. Al igual que cuando instauramos en nuestramente, en nuestro cuerpo y, cómo no, en nuestra alma, no solo elobjetivo sino la «Misión» de contarle cosas al mundo a través de loque escribimos, se establece en nosotros una férrea voluntad y actitudde que todo lo que hacemos –tenga o no tenga que ver con escribir–es una fuente inagotable de conocimientos, experiencias e inspiración.Es entonces cuando nuestra imaginación crea un mensaje que nosimpulsa a compartirlo con el resto de la sociedad y cuando seconvierte en un libro, pasa a ser un legado que dejamos para laposteridad.

La idea de la «Misión» da una fuerza y una perspectiva que nosayuda a centrarnos y que siendo el eje central esa pasión llamada«escribir», todo lo que hacemos –o casi todo, que no se trata de serradical– gire en torno a ello. Y siendo así existen muchas garantías deque nuestro mensaje coja fuerza, claridad y autenticidad, que aún sinsaberlo es lo que todos buscamos en las personas y situaciones y por

supuesto libros con los que nos cruzamos. Es más, aún en el caso deno tener muy claro cómo definirlo, cuando tenemos la autenticidadenfrente la sentimos, vaya que si la sentimos. Una misión es algo másque un objetivo. Es tratar de convertir un sueño en realidad, po

niendo todos los recursos necesarios y a nuestro alcance paraconseguirlo y que, cuando se logra, nuestra satisfacción sube muchosenteros, nos hace felices, pero pensemos que previo a la consecuciónde un logro está el sueño de obtenerlo, eso es lo que nos hace realmente felices: el sueño. El convertirlo en realidad es una misión quehace que nuestra vida tenga propósito y sentido. Y como es lógicovale para los que disfrutamos escribiendo, pero también para el restode sueños que tenemos en nuestra vida.

68 Mi descomunal ego

Aprendes a darle sentido a tu vida cuando sometes a tu ego a servirte a ti,pero sobre todo a los demás

Sin entrar en la manida discusión técnico–académica delsignificado de ego, sobradamente conocida por aquellos que nostrabajamos el crecimiento y la superación personal –por supuesto, lapropia mucho antes que la ajena–. Es una realidad aplastante que lonecesitamos para multitud de cuestiones en nuestra vida. Para los quetal vez hemos «olido» cierto éxito en nuestras actividades, perotambién el fracaso nos ha sacudido una sonora bofetadaarrodillándonos ante la cruda realidad –o apasionante ¿quién sabe?–sin venirnos abajo o quizás desde abajo: lamernos las heridas, lloraren la intimidad –que se pone uno muy feo cuando lo hace en público–y acto seguido sonreírle al mundo diciéndole: Voy a hacer lo quetengo que hacer como y cuando tengo que hacerlo. Y eso a pesar deque siempre hay una parte del entorno cercano que no acaba porentenderte y al que obviamente acabas por decepcionar.

Síntoma inequívoco de que siempre que aparecen enemigosafortunadamente llegan los aliados, y suelen hacerlo en tropel:acaban por convertirse en ejército que te acompaña, cada uno desdesu particular posición en el tablero de la vida... Y ahí están. Es más, sematerializan los ansiados Maestros, esos que confían en ti y te van

guiando por el camino hasta lo alto de la montaña y ya desde la cimate empujan porque saben que en cuanto tus pies dejen de tocarsuelo, descubrirás que tienes alas para volar... Y vuelas y, una sonrisasocarrona se impone en tu gesto sereno –de saber que ya siempreformará parte de su alumno– y este está en vías de convertirse enmaestro para otros.

¿Cómo no voy a tener un descomunal ego? Si me he visto pordentro infinidad de veces, con tal de averiguar qué es lo que puedomejorar, y tratar de paliar mis debilidades... De ser mejor persona díaa día; de sacar la rabia para levantarme, sacudirme el polvo ycontinuar, como si no pasara nada. Cuando uno se tiene querecomponer una y mil veces para seguir su particular maratón devida... Y sí, este camino puede hacerte desconfiado, arrogante,prepotente incluso maestrillo contador de batallas y buscador de cera,vaselina y aplausos facilones. El riesgo es tremendamente elevado.

Una buena solución pasa por contribuir, compartir, transmitirconocimientos y experiencias, precisamente en esos foros en los queuno no quisiera verse y sin embargo lo necesitan – esos lugares quealgunos pueden considerar la parte baja del tablero de la vida–, comoONGs donde acuden personas desfavorecidas y en grave riesgo deexclusión social, o tal vez en Centros Penitenciarios donde muchos delos internos han cruzado la frontera de la legalidad y están dondeestán, pero también cualquiera de nosotros podría verse en lascircunstancias de ser uno más de ellos. Es estos lares es donde unopuede domar y domesticar su ego para ponerlo a su servicio y no alrevés.

¡Claro! Nunca nada es perfecto y lo que para unos es blanco, paraotros gris y siempre habrá quien lo vea negro. Al final ya sabemos que

en casa del herrero cuchara de palo –qué rico es nuestro refranero,¿verdad?– Así que me acuso de tener un descomunal ego, que esperome ayude a seguir de pie y a llegar a decenas, cientos, por qué nomiles de personas para decirles que es POSIBLE, que es verdad, quepuedes llegar donde te propongas si así lo decides, te comprometes yte pones en acción. Que acabarás por atraer aquello que deseas,convirtiendo tus sueños en realidad.

De lo contrario... sigue centrándote en las cosas de los demás,sigue pensando que eres una víctima de la insensibilidad del mundo,que como has nacido en un lugar llamado normalidad nunca seráscapaz de hacer cosas extraordinarias, que esas «cosas» son para los«suertudos».

Siento decirlo, pero la suerte existe, eso sí para los que compranel boleto de tratar de mejorarse a sí mismos y no pretenden cambiaral mundo –que eso tiene que ser bastante complicado, ¿no?–.

Suerte y Exitum

69 Todo suele ser difícil antes de ser fácil

No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien

a superarlasLouis Pasteur

Cuando acometemos una tarea nos encanta que sea fácil. Esmás, mentalmente nos programamos para que las cosas seansencillas de llevar a cabo; sin embargo, cuando se nos plantea algoque de antemano pensamos que va a ser complicado, nossugestionamos para afrontarlo, tal vez, como algo a lo que no nospodemos sustraer. Es una obviedad el mencionar que casi todo lo queemprendemos suele ser más difícil que fácil, y cuando acaba por serfácil, casi le retiramos la atención y el interés. Al igual que está fuerade toda duda que aquello que merece la pena suele ser complejoantes de pasar a la sencillez. Ejemplos hay tantos que tan solotenemos que parar de leer un segundo para que acudan un sinfín deellos.

¿Quién no ha pensado que, gustándole escribir, su libro no hayasido su objetivo?... ¿Y quién no ha sentido el vértigo de lacomplicación de hacerlo realidad?... Cuando ya has escrito varioslibros pasa a convertirse en un proceso casi –diría yo– normalizado,aunque nunca deberíamos perder el vértigo que supone la creación deuna nueva «criatura». Para que el asunto de escribir se convierta enalgo fácil, salvando las distancias, es imprescindible ser conscientes deque es lento y laborioso. Requiere de paciencia, perseverancia y

entusiasmo a raudales. Con lo cual estamos acercándonos a esascapacidades que nos tienen que asistir. Y que cada uno utiliza las quetiene y desarrollará las que crea necesarias para sus tareas.

Esas habilidades, virtudes, incluso principios –que no esimportante la etiqueta sino el significado–de que estamos o nosvamos equipando demandan la aplicación de fórmulastremendamente sencillas de entender, pero no tanto de llevarlas a lapráctica. Veamos tan solo tres y pensando en que cada uno diseñe lassuyas propias:

Voluntad + actitud + Acción = Resultados.Pensamientos + Emociones + Acciones = Resultados.Ser + Hacer Organizadamente = Tener Resultados.

No parece discutible que los resultados serán unos u otros enfunción de cómo apliquemos las susodichas fórmulas. Pensemos quecuanto más las pongamos en práctica más fácil nos será obtener losresultados deseados.

Y que cuando de querer unos efectos determinados se trata –yasea escribiendo, pero no solo escribiendo– no basta con desear yesperar que la ley de la atracción trabaje para nosotros. Como hemosvisto anteriormente, la acción debe imperar nuestra vida, somosnosotros los que debemos ponernos a la tarea para que la atracciónse produzca; que nos convirtamos en imanes de lo que buscamos. Porsupuesto que todo ello es dificultoso, sin embargo puede llegar aconvertirse en factible con el entrenamiento, con la práctica,haciéndolo, chequeándolo, mejorándolo... Este es el camino de laMaestría y la Excelencia, en el que uno debe afanarse de maneraconsciente, para vivir cada instante y cada resultado obtenido como

un logro.Cuando te ocupas, a sabiendas de lo que estás haciendo, la

mejora no solo se produce sino que es continua, ocurriendo eso quellaman fluir con lo que haces. Esa situación en la que haces peroparece que no haces, tienes una energía inusitada, el cansancioincluso el hambre no aparecen; es más, sientes que estás en otradimensión en la que solo estás tú y lo que haces por cómo lo haces.Consiguiendo ese estado de flujo –que explica muy bien la psicología–nos acercamos a grandes velocidades a eso que buscamos, laMaestría y Excelencia. Cuando los demás nos dicen: «parece que hanacido para lo que hace», escribir, que es lo que nos ocupa–.

Llegados a este punto los resultados se van a materializar y cadavez nos va a parecer más fácil aquello que inicialmente nos pareciódifícil. Sin embargo no desesperemos si no ocurre en el espacio y eltiempo que para nosotros sería el lógico o el esperado. Tengamosclaro que la ciencia y filosofía de los logros se mueve en espacios,tiempos diferentes y que probablemente siempre hay una razóncongruente para que las cosas sucedan cuando y de la manera en quelo hacen.

70 Adaptación, retos y desafíos

Los retos hacen que la vida sea interesante. Superarlos es

lo que hace que la vida tenga sentidoRalph Waldo Emerson

En el momento que unimos adaptación con motivación ocrecimiento personal, rápidamente hay a quien la mente se le va a lapalabra conformismo, y nada más lejos de la realidad. Conforme vienea decirnos asumir lo que nos ocurre en cuanto a situación ycircunstancias, no haciendo nada ni por cambiarlo ni remediarlo –porejemplo: no tengo tiempo de escribir–. Puede haber quien llegue asentirse cómodo e incluso satisfecho. Genial, eso en realidad sería unaperfecta situación de adaptación. Mas en quienes tratamos desuperarnos tanto en lo personal como en lo profesional, la adaptaciónes una capacidad que nos ayuda a reconocer la realidad que nosrodea y a partir de ella empezar a construir un futuro, pero sobre todoun presente a nuestra medida.

De todos es sabido que quienes sobreviven y triunfan sonaquellos que, ocurra lo que ocurra, logran adaptarse con la premisade que, en realidad, nunca sabemos si lo que ha sucedido es parabien o para mal. Pensemos como decíamos en aquellos que como notienen tiempo para escribir no lo hacen; frente a los que seprograman tal vez diez, veinte–treinta minutos al día y el sábado odomingo se reservan tres horas – esto es un ejemplo y tan solo eso,un ejemplo–. Los unos morirán diciendo: Yo quise escribir un libro.

Los otros se irán confirmando que escribieron uno o una docena delibros, vaya usted a saber.

Para adaptarse lo que hay que tener meridianamente claro sonlos objetivos, saber lo que queremos es determinante para poner elfoco de nuestra atención e interés en ello; no es lo mismo pretenderescribir un género que otro, relato corto que novela históricadocumentada y con un número de páginas de cuatro cifras.Tendremos que ser coherentes con nuestras capacidades, tiempos, ycómo no, el esfuerzo, sacrificio y dedicación que vamos a poner enello. Y lo digo desde la parte del entusiasmo, incluso el divertimento,que nada hay que hacer de forma tediosa, aburrida u obligada.Pongamos pues el foco en el sueño que deseamos convertir enrealidad y trabajamos para que se produzca una serie de reflexionesescritas, un libro o una enciclopedia... ¿Y por qué no?

¿Cómo conseguimos que nuestras metas no se diluyan en elproceloso mundo del día a día? Propongo que las convirtamos enauténticos retos y desafíos que no solo nos saquen de la zona deconfort, sino que nos impulsen a luchar por ellos, por vivirlos. Cuandouno asume un reto de forma consciente –pongamos por caso escribirun libro– todo su ser: cuerpo, mente y alma se ponen a remar en lamisma dirección y parece que te cruzas con situaciones y personasque se convierten en aliados para materializar tu sueño. Los desafíos,si uno lo decide así, pueden sacar lo mejor de nosotros, demostrarnosla materia prima de la que estamos hechos.

Los retos nos impulsan a asumir riesgos y estos pueden en‐tenderse como prepararse más y mejor, organizarse más y mejor,trabajar más y..., en definitiva «hacer–acción». Cuando arriesgas tesientes vivo tienes la emoción del vértigo y te das cuenta de cuán

necesarias son capacidades como la disciplina, la perseverancia, laactitud positiva entre otras, para llevar tu empresa adelante yconvertir unas páginas escritas –con mucho cariño– en un libro y quelos demás lo vean como una realidad. Los desafíos atemperan nuestrocarácter; por una parte nos hacen más valientes, por otra instauran laprudencia y por otra, y más importante, nos empujan a caer, a le‐vantarnos, como una lección para seguir persiguiendo nuestrossueños.

Este caer y levantarse es de los mejores aprendizajes por los quepodemos pasar, sacan la semilla que realmente tenemos en nuestrointerior. Nos permite chequear lo que hacemos y cómo lo hacemospara perseverar o realizar los cambios oportunos que nos vuelvan aponer en la dirección que hemos decidido sea nuestro objetivo. Porúltimo y más importante: nunca posponer la felicidad, la satisfacción ala consecución de un logro: sé feliz desde ahora mismo sabiendo queestás haciendo lo que quieres y deseas hacer.

71 Nutrir la inspiración

Pon el corazón, mente y el alma incluso en los actos máspequeños. Ese es el secreto del éxito

Swami Sivananda

Cuando de inspiración hablamos, que no es más que lamotivación llevada al grado de la práctica, nos encontramos que haymuchas y variadas formas de nutrirla –aunque cada maestrillo tengasu librillo– y me gustaría compartir con vosotros la forma en que yo lollevo a cabo. Leer es imprescindible, y no solo aquello que nos gusta onos es más placentero sino también aquellos textos que sabemos nosvan a ayudar a coger oficio para escribir y nos van a dar recursos. A lapar que si tenemos oportunidad de leer libros de compañeros yamigos también nos da una perspectiva de qué y cómo lo hacenpersonas con las que podemos hablar de «Escribir». No solo de leer alos grandes se aprende, a veces la inspiración llega precisamentecuando te enfrascas en libros de autores desconocidos –o no tanconocidos–.

Tener la capacidad de observar a nuestro alrededor con la menteabierta y los cinco sentidos alerta nos proporciona todo un universosensorial tanto de realidades como de mundos ficticios o de fantasíaque nos brindan la oportunidad de no solo soñar, sino de escribirsoñando. Sin dejar que nada se escape a nuestra curiosidad, ver esaspequeñas cosas –los detalles– puede ser un entrenamiento para estarsiempre alerta y que de un pequeño acontecimiento podamos fraguar

un texto, un relato, tal vez una novela. ¿Y por qué no? Y esto no es nifácil ni difícil, es cuestión de ponerse y ejercitarlo tanto como seanecesario para que nuestra inspiración esté siempre engrasada.

Factores o herramientas –que podemos llamarlas como mejor nosacomode– como la perseverancia, la paciencia, la pasión, la disciplina,la actitud... es una excelente idea tenerlas trabajadas, preparadas,desarrolladas y esto podemos materializarlo en cada una de lasacciones que emprendemos en nuestro día a día... Tal vez dedicandoun instante a «Cómo» hacemos lo que hacemos y cuál de esasherramientas o conjunto de ellas estamos utilizando. Quizás siendoconsciente de su aplicación en nuestra vida y realizando el ejercicio detraspasarlo a la escritura.

Los campos para nutrir nuestra inspiración son tantos y tanamplios como deseemos; ahora eso sí, como el foco y el enfoque lopongamos en esa frase típica de: «Hoy No estoy inspirado...« y nosquedemos tan anchos y contentos, es posible que trate dearrebatarnos terreno y se afinque en nuestra mente para tratar demantenernos, pues eso: No inspirados, y en búsqueda permanente dela susodicha. Y no quiero decir que haya veces que escribir algointeresante, en ocasiones nos cueste. ¿Y si nos lo tomamos como unreto para ponernos las pilas y continuar?

Igualmente que al ir vaciando nuestro particular «vaso» de lainspiración necesitamos llenarlo y entre ambos pueden existirtiempos–periodos de no acción, de reposo, en los que dejemos quenuestro particular recipiente se llene amén de nutrir nuestra mente yalma para volver a la magna obra de escribir. Estos periodos –digamos descansos– son un lujo cuando tenemos y vivimos una vidaestresante, ajetreada, llena de «cosas y actividades» que hacer. Es

entonces cuando más sentido cobra dejar que las cosas se maceren ycojan cuerpo para seguir adelante y al fin escribir ese texto que todossiempre deseamos firmar como nuestro. Amén de que acudir acursos, congresos, presentaciones,

tertulias, y por supuesto asociarse, forman parte de esamotivación que todo escritor necesita para estar y sentirla. Rodearsede otras personas con las mismas apetencias e inquietudes nos amplíala perspectiva y las posibilidades de hacer un buen trabajo.

Escribir algo interesante cuesta. ¿Y si nos lo tomamoscomo un reto para ponernos las pilas y continuar?

72 Frustración versus aceptación

No existe gratificación alguna para los sentimientos frustrados

Philip Pulman

La aceptación propia y de extraños es lo que buscamos entodo lo que hacemos, y en lo que escribimos es una máxima queaunque muchos nieguen es moneda de cambio. No en vano parecedemostrado que el ser humano se mueve principalmente por dosemociones: el amor –lo busca– y el temor –trata de evitarlo a todacosta–. El resto podrían englobarse en ambos dos. Sin entrar endisquisiciones, sí podríamos decir que buscando la aceptación esseguro que en algún momento nos cruzaremos con la frustración.

Pensemos que es una moneda con dos caras y que nadie dice lacantidad de veces que puede uno tirarla, y al margen de la práctica, eltalento y la habilidad de hacerlo, existe un componente de fortunaque no podemos controlar –como la vida misma–. Luego entoncessería conveniente por un lado aprender a tirar cada vez mejor y conmás precisión esa moneda para que la cara vista fuera: «Aceptación»,es decir nos ocupemos y preocupemos de escribir cada día más ymejor –frecuencia e impacto– y cuando la vista nos muestra la temida«frustración» aprendamos a manejarla como una enseñanza, unazancadilla que la costumbre puede darte elementos para seguirtrabajando.

Un partido no ganado nunca es una liga perdida, ni una batalladetermina la victoria final. Tal vez sea un momento perfecto para

resetearse, para parar, analizar, mejorar y por supuesto continuar. Yno tratemos de ocultar emociones y sentimientos bajo la alfombra –que no se trata de eso–; la cuestión es reconocerlos y en ocasiones irdelante para frenar el carro del entusiasmo y que no nos atropelle yotras empujándolo para que no se detenga.

No en vano esta tarea nuestra de escribir es a veces gratificante,a veces frustrante –que no lo digo yo, lo he escuchado decenas deveces– porque las cosas no siempre son como nos gustaría quefueran para dedicarnos a nuestra pasión. Pensemos que lo escritocobra fuerza, vida y un lugar propio y merecido cuando lo hacemos,sean las circunstancias que sean, porque queremos hacerlo y lorealizamos con lo que tenemos a mano, sin pedir más; nos ponemos ala tarea y en muchas ocasiones salen textos inesperados,sorprendentes y que si nuestros lectores supieran la situación en quehan sido gestados se echarían las manos a la cabeza.

No existe un lugar para afincar el taller de la imaginación, porqueeste, simplemente, está en nuestra mente y cuando esta sabe lo quequiere, poco le importa el ruido, el calor, el frío el poco tiempo, queestemos en el metro, en un bar o sea de madrugada... Sabes lo quequieres y vas a por ello sabiendo que siempre habrá por el caminoaceptación y frustración, que no importa, que todas ellas son parte delgran puzle de la vida y siempre habrá piezas que nos gusten más yotras menos, que aporten a nuestra existencia o no dependeenteramente de nuestra actitud ante ellas.

Por otro lado, la frustración puede llegar a convertirse enuna válvula de seguridad que nos haga mantener los pies en el

suelo y nos ayude a superarnos, de tal manera que si siempre todo es«perfecto» puede –tal vez– convertirse en una zona de confort que

nos impida seguir creciendo hacia la excelencia. Fundir la frustración yla aceptación en una, con seguridad, es una tarea compleja; sinembargo, nos brinda una perspectiva novedosa de aquello que nosgusta con lo que no nos acomoda para sacar una enseñanza y seguiravanzando.

73 Escribir: terapia de choque

No existen más que dos reglas para escribir: Tener algo que decir y decirlo

Oscar Wilde

Tener algo que decir y decirlo a través de la escritura es unaforma de, por una parte definir lo que le pasa a uno por la mente y elalma. En otros casos, es la manera que tenemos para eliminar«mochilas emocionales». Para aquellos que nos dedicamos a laMotivación de Personas y las ayudamos en sus caminos deSuperación, nos sirve de anclaje para conseguir que nuestros pies semantengan en el suelo si tienden a elevarse excesivamente, o por elcontrario a lograr que esa mente nuestra vuele y lo haga con la alturaque en ocasiones los pies cimentados en el suelo impiden.

Si partimos de la base de que quien escribe siempre tiene algoque decir,cada instante de una vida, cada emoción, cada sentimientoda o podría dar para una reflexión más o menos larga –sin entrar enel juicio de que pueda ser interesante o interesar a otros–, que unavez expulsada de nuestro interior, y en muchas ocasiones como lalava despedida de un volcán, es pura y auténtica terapia desde elprisma en que o puede tomar la importancia que anteriormente notenía o darnos cuenta de la banalidad expuesta. Siendo todo elloherramienta para que nos ocupemos o desocupemos...

Cuanto más en nuestro interior busquemos aquello que deseamosescribir, más emocionante nos va a resultar lo que hallaremos. De ahíintuyo que haya textos que sin estar realmente «bien» escritos tienen

una carga emocional que nos mantiene embelesados página traspágina, hasta el desenlace final, mientras otras lecturas, digamospulcramente escritas y corregidas con toda la corrección –habida y porhaber–... y sin embargo su lectura se hace tediosa por una carenciade emoción; vamos, que no son terapéuticas para quien las escribe nipara quien las lee –teniendo en cuenta que esta es una opiniónsubjetiva y tan respetable como otras mil que pudieran suscitarse–.

Desde el punto de vista de la Motivación, escribir y que el lectorvea plasmados valores, talentos, habilidades como pudieran ser laactitud, la perseverancia, el honor, el valor, el agradecimiento, laautenticidad... nos posiciona a que cobren vida y ya en ella –vivos–podamos, a través de pensamientos, generar las emociones, o alrevés, que para lo que nos ocupa da lo mismo que lo mismo da. Y yasabemos que pensamientos que provocan emociones y estas nosempujan a determinadas acciones, con la obtención de unos u otrosresultados.

Y no hay nada más automático que plasmar un pensamiento enpapel –o pantalla– y que tome vida a través de una emoción. Si lo queescribimos nos genera una... vamos a decir acción positiva, que enlugar de alejarnos de nuestros propósitos nos acerca, ¿no podríamosentonces considerarlo terapia?

Probablemente habrá estudios concienzudos y científicos alrespecto; sin embargo, una vez más estas líneas son para que lleguendesde la reflexión y para ella. No tratan ni de sentar cátedra nipresentar vastos conocimientos contrastados más allá de la propiaexperiencia y lo que dicta el sentido común sobre estos temas.

Cada uno en cualquier caso decide y es soberano a la hora deutilizar lo que escribe, más si somos un poco, y digo un poquito, más

conscientes de esa secuencia: Pensamientos más emociones másacciones igual a resultados, encontraremos en la escritura un mediofantástico para hacer terapia, incluso de choque –sea el que sea elgénero escrito– y que la hagan quienes nos lean, si por ello optan.

74 Amor e inspiración

«Cuando posas tus ojos en mí, el ayer se desvanece. Mi presente se ilumina

con tus sonrisas. Y el futuro, el futuro lo escribiremos juntos y llevará tu nombre...J.C.

Solo aquellos que experimentan el amor en su más altaconcepción y significado tienen motivos, la fuerza de estar de formapermanente inspirados. Son capaces de conseguir ciertaatemporalidad en sus acciones –y en sus escritos– ; es lo que llamanfluir, que pensando que vives un instante, ha pasado una eternidad.¿No sucede eso cuando miramos a la persona amada?

Estar motivado requiere de motivos, de grandes propósitos, no envano es proporcional la grandeza –que no grande– del objetivo con elpoder y la fuerza que nos impulsará a atravesar desiertos y tormentashasta alcanzarlo. Sabiendo, teniendo presente que la gloria jamásdebemos posponerla al momento de la consecución: esta debe estaren la satisfacción del esfuerzo realizado. En todos y cada uno de esosdías que nos hemos levantado, tal vez con pocas ganas, porque notodo es dulce, apetitoso y siempre, pero sabiendo que es un aprendi‐zaje que nos llega y si sabemos interpretarlo, sin duda, se pondrá denuestro lado.

Sin embargo, cuando estamos enamorados y el amor presidenuestra existencia, todo lo que nos ocurre es espectacular, llegando aconvertirlo en mágico. Cuando la actitud con la que nos vestimos es laadecuada, entonces los más bellos textos jamás soñados llegan a

nuestras páginas en blanco transformadas en textos. Y no solo eso,sino que la emoción, el sentimiento traspasa el mundo de las normasy las reglas, llegando a quienes nos leen, incluso como una bombaque hace que tengamos que parar para digerir y seguir leyendo –y aveces enjuagando las lágrimas que tienden a aparecer cuando esetexto te penetra y llega al alma abriéndotela en canal–.

El amor es pura y auténtica inspiración, nos lo han dicho poractiva y por pasiva desde el principio de los tiempos... Y cierto es quecuando se instaura en tu vida el color con el que se ven las cosas esotro, mucho más intenso, pasional, pudiera parecer que uno estáconstantemente inspirado, que las ideas fluyen como si todas laspuertas y ventanas de la motivación estuvieran abiertas de par en par.Todo se nos hace más fácil, cuando realmente no lo es –o sí, no sé–;lo que sucede es que tenemos eso que llaman: «ganas de hacer».

Qué decir de nuestros amigos poetas, que buscan sus musas parainspirarse y cuando las encuentran en el enamoramiento, el amor, hayque ver lo que son capaces de escribir. Pero no dejemos de lado esazona oscura del desamor que también puede proveernos de tremendainspiración para plasmar negro sobre blanco...

Soy un firme creyente –no en vano lo experimento como filosofíade vida– de que cuando algo bueno se acaba no viene la época devacas flacas. Si algo bueno se acaba, que comience algo espectacular,y cuando algo espectacular finalice, vayamos a por el inicio de algomágico: Cree, confía, actúa y haz que suceda. Aceptar y adaptarse acualquier situación es el secreto. Es entonces cuando situaciones dedesamor te dejan la magia y el amor en tu interior, tan solodesaparece la persona dejando hueco para que aparezca otra que sícolme nuestros sentidos, y por qué no, cargada de magia.

Como veis, todo es cuestión de interpretación y de utilizar losrecursos para poner a las circunstancias de nuestro lado, por durasque puedan parecer en inicio. Busquemos motivos para estar siempreinspirados, y si estos están basados en el amor, genial; no tengamosmiedo, agarremos su mano y dejemos volar nuestra imaginación,creatividad y por supuesto acciones. Os deseo los mejores einspirados escritos.

75 Motivación y oficio

Para la abeja laboriosa no hay tiempo de estar triste

William Blake

En alguna de mis colaboraciones hablaba de la importanciadel amor en la motivación, factor indispensable en una vida quepretende ser plena.

Hoy me gustaría plasmar diversos factores que rodean al escritory a la escritura. En diversas ocasiones he escuchado la palabra«escribidor» siendo en alguna de ellas utilizado en tono despectivo,sin embargo en otras ha llegado a mis oídos –de hecho yo meconsidero un escribidor, aprendiz de escritor– y al hacerlo quien así seconsideraba, lo hacía con humildad, modestia, respeto, un tremendocariño a la profesión además de apasionada admiración hacia losgrandes maestros de la misma.

... Y no contento con ello acuñaba una frase utilizada por losgrandes maestros –da lo mismo el área–: «El eterno aprendiz es elverdadero maestro». Si uno es capaz de ver lo anterior en conjunto,me da la sensación yo al menos, de que el escribidor –alguien queescribe– puede ser el aprendiz de escritor, hasta convertirse en unode ellos. ¿Y por qué no de los grandes maestros?

Para transformarnos en verdaderos escritores no solo esimprescindible hacerlo bien conociendo un mínimo de normas, esobligatorio emocionar con lo que mostramos negro sobre blanco. Yesto se consigue, primero, teniendo una motivación descomunal,

deseos, ansias de comunicar en su acepción positiva y constructiva,que se tienen cuando uno se considera un aspirante a escritor en todaregla y de oficio. Aquellos que piensan que ya han llegado o lo sonpierden la motivación y las ganas de aprender y superarse –y niparticularizo ni generalizo–.

Como aparece la palabra «oficio» vayamos con ella ya que en miopinión en la mayoría de los casos es la que marca la diferencia entreel aprendiz y el maestro. Para que la transformación sea potente escuestión de sumarle, digamos, ciertas motivaciones, facetas a la deescribir –que esta ya se nos presupone–. Para difundir nuestra obrade forma eficaz y eficiente, hemos de desarrollar una serie de talentosconvirtiéndolos en habilidades a nuestro servicio y no solo que noshagan atractivos a nosotros sino a la obra escrita, que pretendemosllegue al mundo.

Saber hablar en público además de leer sin que parezca que lohacemos y con la entonación y musicalidad adecuadas para conquistara quien nos escucha, imprescindible en medios de comunicación;amén de la imagen que deseamos llegue a nuestro público objetivo.Trabajarse una personalidad agradable cercana a quienespotencialmente pueden leernos –y de forma sincera, que si no, novale, ¿de acuerdo? Y esto es detectable de lejos–. Tratar a los demásy pensar de ellos como nos gustaría que los demás pensaran denosotros en las mismas circunstancias, esto nos ayuda no solo aempatizar sino a simpatizar. Lo cual nos lleva a que la mejor cara queofrezcamos siempre –o casi– pase por una sonrisa franca, y no esrazón para reír jocosamente todo el día, es cuestión de actitud posi‐tiva ante la vida.

Disfrutar de relacionarnos con quien nos rodea, de las pre‐

sentaciones, sean multitudinarias o ante una sola persona. Endefinitiva estamos hablando de crear marca personal, de tener esaimpronta, ese carisma que convierte al que escribe y lo escrito en unlegado del que se hable. Y sí, no es un trabajo baladí ni de dos días,es labor de toda una vida... El arte de superarse es el arte demejorarse, de mejorar esas habilidades que sabemos per se nosllevarán donde queremos ir porque nos convertirán en quienesqueremos ser. Entonces un día, el más inesperado, lejos deconsiderarnos maestros, tal vez algunas personas de las que nosrodean nos premiarán considerándonos como tales.

Entre tanto seguiremos el apasionante camino de mejorarnostodos y cada uno de los días de nuestra vida, permitiendo quenuestros escritos, actitud y acciones hablen de y por nosotros.

Dedicado a mi amigoRamón L. Fernández y Suárez.

Escritor

76 La pasión de escribir

Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión que

marchitarse consumido funestamente por la vidaJames Joyce

Cuando uno siente la pasión por escribir hay algo difícil dedefinir con palabras –¿Curioso, no?– que lo empuja a entregarse encuerpo, mente y alma a eso que le motiva: escribir. Cuando alguien seentrega a sus ideales se convierte en una parte de ellos, así ocurrecuando fluyes escribiendo, en realidad no eres tú y lo que escribes, loescrito, está en ti, y tú en la escritura. Esta forma parte de un todocuyo resultado es un texto que te ha salido de las entrañas. Luegonecesitará más

o menos corrección, tendrá que ser pasado por el tamiz de lasnormas y el sentido común, pero en origen ha nacido vivo porqueeres tú en estado puro.

Así como los mejores proyectos nacen no en quien cree que yasabe mucho y desea volcar su conocimiento en lo que escribe, sino enquien se mantiene de forma permanente en «estatus» de aprendizaje,cuando tienes todas las alertas puestas para aprender, es cuando seproducen las mejores ideas, textos y libros. La curiosidad de aprendernos mantiene vivos; es, dicen, la que nos acerca a la sabiduría, la queconjuga la preparación con las experiencias. Esa curiosidad, inclusonecesidad de saber nuevas cosas, es la que enciende la llama de lapasión por escribir manteniéndola en el tiempo. Cada nuevo

conocimiento aprendido y experiencia integrada nos permiten teneruna imaginación viva, siempre dispuesta para comenzar a escribir, yasea en papel o en la pantalla.

Para que la pasión sea un bien tangible a rentabilizar, y queademás nos lleve a sacar lo mejor que tenemos en nuestro interior,tenemos que conseguir centrarnos en escribir... tan solo en escribir,obviando incluso si lo hacemos bien o mal, tan solo, repito,concentrándonos en escribir y no en lo que escribimos –que sería ladiana–. Al igual que el arquero Zen no se centra en el blanco, sumisión es realizar el disparo perfecto; si este lo es, la consecuencia esdar en la diana. Esa es la idea: hallar ese momento «perfecto», dondesurge y es plasmado lo que queremos, casi podríamos decir demanera espontánea. Es ese instante en el que alguien nos dice: –Oye, era como si yo no escribiera, algo o alguien me dictaba y yosimplemente transcribía...

Nunca dejes de tener expectativas: cuando son fundadas –porgrandes que puedan ser– nos llevan a un estado de felicidad, véasepasión, que nos empuja e impulsa a escribir como si los mejorestextos jamás escritos fueran a ser plasmados por nuestra mano –luego la realidad dirá si lo son o no–. Si lo hacemos al revés y lasexpectativas son malas, me temo que nulo será el resultado. Imaginaque alguien tiene que saltar de un edificio a otro porque hay unincendio y su vida depende de ello.Si ya lo hace sin expectativas deéxito, el resultado será caput, y si lo hace con esperanzas deconseguirlo, pondrá todo de su parte y llegará o no, pero lo habráintentado con toda la intensidad de que era capaz. Pues lo mismoocurre con la escritura: todas las frases, textos merecen nuestromáximo cariño, atención y respeto, como si fueran a pasar a la

historia, a la posteridad.Al hilo de lo anterior, la pasión y el entusiasmo hacen que

nuestros talentos desarrollados se conviertan en habilidades y a estascuando se las imprime carácter pasional, brillan. ¡Y cómo llegan abrillar!; tanto, que todo el mundo puede apreciarlas sin necesidad deque nadie lo exprese con palabras. Y para que nuestros escritoslleguen al gran público es natural que estén bien y pulcramenteescritos, y sobre todo que sean textos vivos que hagan emocionar ysentir a quien nos lee; sin embargo también se necesitan capacidadespara la venta de vendernos a nosotros mismos, que es másimportante de lo que parece. Los creadores en general nos debemosal público y desarrollar una personalidad agradable también debe seruna de nuestras tareas.

Y por último, no sé si cierto o no, dicen que la mayoría deescritores que triunfan lo hacen entre su cuarto y séptimo libro. Luegoentonces no nos preocupemos de que nuestro primer o segundo librovaya a ser de premio o no, vamos a ocuparnos de escribir dando lomejor de nosotros, y ya veremos el resultado. E independientementede la llegada de ese reconocimiento, lo que no nos podrá quitar nadiees el placer de haber escrito decenas, tal vez cientos de textos en losque habremos disfrutado de principio a fin.

A modo de epílogo...

77 Resultados tangibles

Todo es o una oportunidad para crecer o un obstáculo que evita que crezcas.

Puedes decidirWayne Dyer

Entre reflexión y reflexión me hago una pregunta: ¿Cuántoayudan estas a quienes las leen? Poco, bastante, mucho. Quizás nosea relevante. O sí. ¿Quién sabe?

La verdad es que he descubierto que quienes más provechosacan son aquellos que con cierto escepticismo no exento deentusiasmo se ponen manos a la obra, diciéndote despacio,meditativamente, que mis pensamientos negro sobre blanco estánbien, como dándote a entender que los tienen en cuarentena hastaobtener resultados tangibles. Estas personas me gustan porque laacción les lleva a ponerse en marcha.

Aquellos que te dicen «nos ha gustado mucho y me estánayudando no te imaginas cuánto«. De verdad que agradezco estoscomentarios ya que uno es humano y escribe con la peregrinaintención de gustarse a sí mismo, pero sobre todo a los demás. Sobreestos he comprobado que a una parte de ellos les sirve para empezara mirar dentro de sí y buscar esa motivación intrínseca, la que dadurabilidad a nuestras acciones en el tiempo, sin embargo otras tansolo reciben un chute de motivación extrínseca que es como unabebida energética de las que te mete un subidón pero en cuanto has

llegado a creerte cerca de tocar el cielo, te da el bajón y el «po‐rrascazo» es monumental.

Y esto para mí representa una derrota en toda regla porque mispremisas pasan por tratar de que todos seamos capaces de sacarfuerzas de flaqueza para superarnos, saber cómo creamos esa pasióninterior que nos mueve a conseguir aquello que nos hemos propuesto.Siendo conscientes y diferenciando la motivación que recibimos delexterior, que podemos buscar como un aditivo para mejorar nuestrocombustible, no como la propia gasolina.

Si partimos de la base de que las herramientas que necesitamoslas tenemos, aunque no sepamos usarlas con pericia

o ni siquiera sepamos que las tenemos... Estas, incluidos este uotros libros podrán convertirse en un trampolín o una lanzadera apartir de la cual nos pongamos en acción, independientemente de sinos gustan más o menos. Es más, quienes se sientan ciertamentemolestos con lo que leen, porque saben que deberían hacer y nohacen, dejan que sus razones se conviertan en excusas para no hacery sus miedos los mantengan en su zona de confort... son quienes másaprovechamiento pueden sacar si rompen esas limitaciones –barreras– y se ponen manos a la obra.

Aquellos que empatizan totalmente mientras leen y te dicensentando cátedra: «Correcto», pero siguen igual, no hacen nada,siguen con sus críticas, su posición de víctimas y haciendoresponsable al mundo de todos sus males –ahora, eso sí, con simpatíay alegría– suelen adquirir libros de este calibre para decirse a símismos que motivados, motivados ya están, pero es el mundo quienno les deja demostrarlo. En su papel de víctimas y críticos no ven lasoportunidades ya que las esperan por la puerta principal, bajo los

focos y pisando alfombra roja, cuando las buenas oportunidadessuelen entrar por la puerta de atrás y en muchas ocasionesdisfrazadas de estrepitosos fracasos y situaciones de «estar entre laespada y la pared» y hay que currárselas.

No quisiera echar piedras sobre mi tejado y reclamo que leer hayque leer, pero con medida. Actuar y hacerlo organizadamente es lamejor actitud para superarnos y mejorar, sería aquello de «a Diosrogando y con el mazo dando...»

También hay quien no lee este tipo de libros y cuando lo hacepiensa que no le hace falta, casi se sienten ofendidos porque alguienescriba cosas tan obvias. Creen que lo saben todo, son de esaspersonas que cada día saben más de todo hasta que alcanzan ungrado de superioridad total y tienen un master de conocimiento entodo y nada de él es utilizado para sus propósitos.

Y como no podía ser de otra manera, otras personas tienen estasenseñanzas integradas en su ser desde su nacimiento. Son los líderes,los que mueven el mundo: llevan de fábrica el equipamientoemocional completo. Afortunadamente, para el resto es constatableque podemos aprenderlo y ponerlo en práctica.

¡Por cierto, antes de despedirme he de confesaros que he pasadopor todas esas etapas!

Javier Clavero Volverá

Este libro se terminó de imprimir en papel el 15 de abril de 2018,aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci:

«Amo a aquellos capaces de sonreír en mitad de losproblemas»

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