Simmel, Georg - Sociología, Estudios Sobre Las Formas de Socialización

8/16/2019 Simmel, Georg - Sociología, Estudios Sobre Las Formas de Socialización

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Ciencias Socialcs

Georg Si mm el Sociologia, 1

Estudios sobre las formas de socialization Alianza Unjversidad



T JL ras u . per*edo (ft a-alivo J«-

;intcte.i hacia sm obra, los desarro'los mas rccicnles de la sonioloj”

han ce/ ueho a GEORG SLMMEE (18 b-*91 8) I piemiiien lug;.

quc le jorrejpjnde en H arr.bihj dc la discipilna. Publicada eii WOF

iraducida cn 19.7 at cas ellano por Revista di Occi<!e"te. su

SOOOLOGIA apunta hacia el amb'cioso objjlivo J< coriorir a

tcoRCcpio vacilante» dc e s c area ik conocimicnios «un coiteHido

inequivoco, regido por un pciisainicmn seguro y *net6d.:o» Sin--,id

♦enia piem i-onucncia dc que el caraccer de ciencia nuevi dtf

sociologia t’xigia csa fundameiuacion basica quc hiciera irdiscJliH.

,a icjiitimidad dc- sus problemas: porque si I.t lir;ca quc .raza c

inveMigador cntrL los fenomenos «no encuentra formula prop!*

r nguna pro ,‘inciw de reconocidas diiciplinas uiciiiillcasw, cnfoi.ce

ocurrira que «su I’jgar en c! sisiema .le las cioncia?. dis us vn d

sus melodos y di sus pt?$ihles fmtos constituye un problems1iudc

pend ■.<uc». P jii Ingrar e e propcsito, esiOj ESTUDfOS SOl’Kl-

LAS FORM** DE SOClALJ/ AClON - subtitle ce H cb-a

publicada jn lo; volumcn s p r ra/ .o ics odilorialer— m.■-an in

amplit' y rr'inucios analisis sobrc l&s ci’.estiones, tanto abslnciJ

como p. lt'culares. que se plai.tean a lo largo de diez C'pi’-.ilos: c

problem? de ia s«Kiolcda; la irLdad cn i o s grupos soci.jcs, la

siawrdmacion: la luthu: ci sccroto y ’a sociedad secrem: el c uce d

los circulos sochles; el pobre: la aut ondenacior. de ic~ grupo

sociales, ci ?spacio y la sociedad: L ampliacion de Ins grupos v l

Connacioi'- de la mdivdualtdad-

Alianza Editorial



IJN LCSH Fs'uWfl'le de Cifencias jociai sHwianas* ■-MSj,na Ja-i.



Sociology I1’siudiuii sobie las formai ik' socialization



t h t m / j l

Georg Simmel

Sociologla 1

Estudios sobre las formas de socialization



'lltiJn ■!<» itJ.- uki •ihs /ormi-n •I*'* j"W

5 Re-. «a de Ocodcnu. S.A.. \ l»J) d. W)£ Ed an Alitfnci fcdiioiia! SA Mjdnd !W



INDICE

Pidlogo................................................................................................................................................................. 9

CapUalo 1 . El problem* d<I* «ociolofl/»........................................................... 11

CapltaLa S. La iJL&tidud e n Itift flrueoa aotiAl«?«....................................................................... 57

C*pfra]o 3. La ■abordiDAcido ......................................................................................................... 147

Cipftalo 4. La lachi............................................................................................. j62

CApitulo S. Cl aecfeio y Ia ao<M*l*d ............................................................... 327



PROLOGO

Cuando una investigation se produce en consonancia con

]os fines y metodos reconocidos de una ciencia ya existent e,

cncuenira por si misma el lugar <jue le corresponde, sin nece-

sidad de <jve el investigador fundamente su proposito, bastan-

dole, desde luego, con partir de la ya admitido. Pero si la inves

tigation carece de esenexo, due haria indiscutible la legitimidad

de sus problemas; si la line a <]ue traza por entre los fenomenos

no encuentra formula propia en ninguna provincia de recono-

cidas disciplinas cientificas. entoiices, evidentemente, su lugar

en el sistema de las ciencias, la discusion de sus metodos y de sus posibles frutos constituye un problems nuevo e indepcn-

diente, cuya solution no cube en tin prologo y ocupa la primera

parte de la investigation misma

En esta situation se halla el ensayo presentc <]ue <juiere

dar al concepto vacilantc de la Sociologin un contenido ineQui-

voco, rcgido por«un» pensamiento seguro y metodico. Lo tinico

Que, por tanto, rogamos al lector, en el proemio de este libro,



Capitulo 1

F.L PROBLEMA DH LA SOCIOLOGIA

SI es cierto quc cl conocimiento humane se ha desarrollado

partiendo de nccesidades pr&ctic&s, porque el conocer la

verdad es un arma en la lucha por la existencia, tanto (rente

a la natuialeza extrahumana, como en la concorrencia de los

hombres entre si, hace ya mucho tjempo que dicho conoci

miento no est& Iigado a tal procedencia y ha dejado de ser un

simple medio para las fines de la accion, trocandose en fin ul

timo. Esto no obstante. el conocimiento no ha roto todas las

relaciones con los intereses de la piactica, ni aun en la forma

autonoma de la cicncia, aunque ahora estos inteieses no apa-

recen ya como meros resultados de la practica. sino como acciones mutuas de dos esferas independientes. Pues no solo

en la tecnica se ofrecc el conociinienta cientifico para la reali

zation de los fines exleriores de la voluntad, sino que lambicn

en las situaciones practicas, tanto internas como externas, sur

ge la necesidad de una comprension teorica. A veces aparecen

nuevas direcciones del pensamiento, cuyo caracter abstracto

no hfice mas que ieflejar en los problemss y formas intelec-

tuales los intereses de nuevos sentimientos y volici'ones. Asi las exigencias que suele foimular la ciencia de la Sociologia no



12 Sociologia

han dado la sensaci6n dc mayor importancia y despertado ma

yor afencion en las clases superiores; y si este hecho sc basa

justamenfe sobrc el concepto de «socicdad», es porquc la dis-

tancia social entre unos y otros hacc que los inieriorcs aparez-

can a los superiores no como individuos, sino como una masa

uniforme, y que no se vea otra conexion esencial entre ambos

que la dc format juntos «una scciedad». Desdc cl memento

en que — a consecuencia dc las relaciones practicas de poder —

las clases, cuya eficacia consiste, no en la importancia visible

de los individuos. sino cn su naturalcza asocial*, atrajeron

sobrc si la consciencia intelectual, el pensamiento echo de ver quc, cn genera!, toda existencia individual esta determinada

por innumerahles influencias del ambiente humano. Y este

pensamiento adquirio, por dccirlo asi, fuerza retroactiva. Al

lado de la socicdad presenie, la sociedad pasada se ofrccio

como la sustancia que engendra las existencias individuales,

no de otra sucrle quc el mar engendra las olas. Parecio, pues,

descubierto, cl suelo nutricio, por cuyas energies rcsultaban cxplicables 3as formas particulares de los individuos. Esta

direccion del pensamiento se veia apnyada por cl rclativis-

mo modcino. por la lendencia a descomponcr en accioncs

recfprocas lo individual y sustancial. El individuO era solo

el lugar en que se anudaban hilos sociales y la pcrsonali-

dad no era mas que la forma particular cn que csto aconte-

cia. Adquirida la consciencia de que toda actividad humana transcurre dcntro de la sociedad, sin quc nadic pueda sus-

traerse a su influjo. todo lo quc no fuera ciencia dc la natura-

leza exterior tenia que ser ciencia dc la sociedad. Surgid esta,

pues. como cl amplio campo cn que concurrieron la Etica y la

Historia de la cultura, la Economia y la Ciencia de la reli-

gi6n. la Estetica y la Demografia, la Politica y la Etnologia,

ya que las objetos de esias ciencias se realizaban en el marco

dc la sociedad. La ciencia del hombre habia de ser la ciencia de



F.l problems dc la sociologi'a 13

todos los sin patria, paia lodos los desarraigados, pues la inde- terminacion e indefension de las (ronteras, inevitable en los

primeros tiempos, autoriza a todo el mundo a establecerse

alii. Pero bien mirado, el hecho de mezclar problcmas antiguos no es descubrir un nuevo territorio del saber. Lo que

ocurrio fue, simplemente, que se echaion en un gian pucbero

codas las cienci?.S histdricas, psicologicas, normativas, y sc le

puso al recipicnte una etiqueta que decia: Sociologia. En rea

lidad, solo se habia ganado un nombre nuevo; pero lo desig-

nado por este nombre o estaba ya determinada en su conteni-

do y rclaciones a se produjo dentro de las provincias conocidas de la investigation. Si el hecho de que el pensamiento y

la action humanos se realizan en la sociedad y son determi-

nados por ella, ha de tonvertir la <Sotiolu£ia en una cicncia

que los abrace integros; ipor que no considerar asimismo la

Quimiea. la Botanica y la Astronomia como capitulos de la

Psicologia, ya que sus objetos, en ultimo tcimino, scilo ad-

quieren realidad en la conciencia humana y estan somefidos a sus condicioncs?

El error se funda en un becho mal interpretado, sin duda,

peto muy importante. El reconocimiento de que el hombre

esta determinado, en todo su ser y en todas sus manifestacio-

nes por la circunstancia dc vivir en accion iecfproca con otros

hombres, ha de traer desde lucgo una nueva manors dc consi

derar el prohlema en las llamadas ciencias del espiritu. Hoy ya no es posible explicar poi medio del individuo, de su enlendi-

miento y de sus intereses, los hechos histuricos (en el senlido

mas amplio de !a palabra), los contenidos de la cultura, las

formas dc la ciencia, las normas de la moralidad: y si esta ex

plication no basta, recurrir en seguida a causas metafisicas o

mfi icas. Por lo que toca al lenguaje. verbigracia, ya no esta-

mos ante la alternative o de creer que ha sido inveniado por

individuos geniales, o dc crecr que ha sido dado por Dios al



u So iologll

1mas alia del individuo y que se desarrollati por encima de el.

Por consiguiente, en su relacion con las ciencias Koy existen-

tes, la Sociologia es un nuevo metodo, un auxiliarde la inves

tigation "parallegar, por nuevas vlas, a los fen<5menos que se

dan en aqueTTos campos del saber. Pero este papel que des-

cmpcna la Sociologia no es escncialmcnte distinto del que des-

empen6 la inducci6n cuando en su dia penetr<5 como un nue

vo principio dc investigaci<5n en todas las ciencias posibles, se

aclima1<3 cn ellas y los ayudd a encontrar nuevas soluciones

para los problcmas planteados. Pero asi como la induccion no

constituyc una ciencia particular, y menos una que lo abarque todo, tampoco, por las mismas razones, la Socialogia. Por cuanto se funda en la idea de que el bombre debe ser compren-

dido como ser social, y en que ia sociedad es la base de todo

acontecer historico, no contiene la Sociologfa ningun objeto

quc no este tratado ya en las ciencias existences, sino que es s6lo un nuevo camino para todas ellas, un metodo cienti'fico

quc, justamente por ser aplicable a Ia totalidad de los problemas, no constituye una ciencia por si.

ijPero cual puede ser el objeto propio y nuevo cuya inves- tigacitfn ba £a de la Socialogia una ciencia independjente con

limitcs determinados? E,s evidente que, para que quede iegiti-

mada como una nueva ciencia, no bace falta descubrir un

objeto cuya existencia sea basia abora desconocida. Todo lo

quc dcsignamos en general como objeto es un complejo de detcrminaciones y relaciones, cada una de las cuales, si se descubre en -una pluralidad de objetos, puede conveitirse a su vez

en objeto dc una nueva ciencia. Toda ciencia se tunda en una

abstraction, por cuanto considera en uno de sus aspectos y

desde el punto dc vista de un concepto. en cada caso, diferente,

la totalidad de una cosa, que no puede ser abarcaJa por nin-

guna ciencia. Ante la totalidad de la cosa y de las cosas, crece

cada ciencia por division de aquella totalidad en diversas cua-



hi problems de la .socialogia 15

comparada surgio al descubrirse el concepto merced al cual

acjuellos fendmenos, antes separados, se reunieron en unidad

y aparecieron regulados par leyes particulares.

Del mismo modo, la Sociologia podria constituir una

ciencia particular, hallando su objeto una nueva linea trazada

a trav s de hechos que, como tales, son perfectamente conoci-

dos; sdlo que, sin bakeries sido hasta entonces aplicado el con

cepto que descubre el aspecto de estos becbos correspondiente

a aquella linea, haciendole constituir una unidad raetodica y

cientifica comun a todos. Frente a los becbos de la sociedad

histdrica, tan complicados y que no se reunen bajo un solo punto de vista cientifico, los canceptos de politica, economia,

cultura, etc., producen series de conocimientos de este geoero,

bien ligando en cursos histdricos singulares una parte de

aquellos becbos y apartando los otros o no dejAndoIes mAs

que una colaboracion accidental, bien dando a conocer agru-

paciones de elementos que, independientemente del aqui y del

abora individuates, encierran una conexion necesaria, no su- jeta al tiempo. Si pues ha de existir una Sociolo i'a como cien

cia particular, sera neccsario que el concepto de sociedad como

tal, por encima de la agrupacian exterior de esos fendmenos,

someta los hcchos sociales histdricos a una nueva abstraccion

y ordenamiento, de manera due se reconozcan como connexas

y iormando por consiguiente parte de una ciencia, ciertas no-

tas que hasta entonces solo han sido observadas en otras

y varias relaciones.

Este punto de vista sur£e mediante un analisis del con-

cepto de sociedad, quc se caracteriza par la distineidn entre

forma y contenido de la sociedad — teniendo presente que esto

en realidad no es mis que una melafora para designar aproxi-

madamente Ia oposicidn de los elementos que se desea separar;

esta oposicidn habr£ de entenderse en su sentido peculiar, sin

dejarse llevar por Ia significacidn que tienen en otros aspectos t l d i i i i l P ll t bj ti



Sociology

eroticos, religiosos □simplemente sociales, fines de defensa 0

de ataque, de juego o adquisici6n, de ayuda □ensenanza, e in-

finitos ottos, bacen que el bombre se ponga en convivencia, en accion conjunta, en correlaci6n de circunstancias con otros

hombres; es decir. que ejerza influencias sobre ellos y a su vez

las reciba dc ellos. La existencia de estas acciones recfprocas

significa que los portadores individuals de aquellos instintos

y fines, que los movieron a unirse, se ban convertido en una

unidad, en una «sociedad». Pues unidad en senfido empirico

no es mas que acci6n recfproca de elementos: un cuerpo org6-

nico es una unidad, porque sus organos se encuentran en un

cambio mutuo de energias, mucho mas lntimo que con nin-

gun ser exterior; un Estado es una unidad porque entre sus

ciudadanos existe la correspondiente relaci6n de acciones mu-

tuas; m6s aun. no podriamos Ilamar uno al mundo, si cada

parte no influyese dc algun modo sobre las demes, si en al

gun punto se imerrumpiese la reciprocidad de las influencias.

I Aquella unidad o socialization puede tener diversos grados, segun la clase e intimidad que tenga la accion recfproca;

desde la union efimera para dar un paseo. basta la familia;

desde las relaciones «a plazo», basta la pertenencia a un Es-

tado; desde la convivencia fugitiva en un botel, basta la uni<5n

estrecba que significaban los gremios medievalcs. Abora bien:

yo Ilamo contenido o materia dc la sociaIizaci6n, a cuanto

exista en los individuos (portadores concretos e inmediatos de toda realidad bistorica). capaz de original la accion sobre

otros o la rccepcion de sus influencias; llamese instinto, inte-

res, fin, inclinacion, estado 0 movimiento psfquico, En si

raismas estas materias con que se llena la vida, estas moti-

vaciones no son todavia un algo social. N i el bambre ni el

amor, ni el trabajo ni la religiosidad, ni la tecnica ni las fun-

ciones y obras de la inteligcncia constiiuyen todavia socializacion cuando se dan inmediatamente y en su pureza. La so-



EJ problems de la sociol^ia 17

iaderos, conscientes a inconscientes, <jue impulsan causalmen-

te o inducen teleologicamente, consiituyen una unidad dentro

dc la cual se realizan aquellos intereses.

En todo fenomeno social, el contenido y la forma socia-

les constituyen una realidad unitaria. La forma social no pue

de alcanzar una existencia si se la desliga de todo contenido;

del mismo modo que la forma espacial no puede subsistir sin

una materia dc Ia que sea forma. Tales son justamente los

elementos (inseparables en la realidad) de todo ser y acontc-

cer sociales: un interes, un fin, un motivo y una forma o ma-

nera de accion recfproca entre los individuos, roc la cual o en

cuya fifiura Tcanza aquel contenido realidad social.

Ahora bien; lo que hac* que la asociedads, cn cualquiera

de los sentidos de la palabra, sea sociedad, son evidentemente

las divcrsas clases de accion recfproca a que hemos aludido.

Un giupo de hombres no forma sociedad porque exista en

cada uno de ellos por separado un contenido vital objetiva-

mente determinado o que le mueva individualmente. Solo cuando la vida de estos contenidos adquiere la forma del in-

tiujtTmutuo, solo cuando se produce una accion de unos so

bre otros — inmediatamentc o por medio de un tercero — , es

cuando Ia nueva coexistencia espacial, o tambien la sucesion

en el ticmpo, de los hombres, se ha convertido en una socie

dad. Si, pues, ha deTiaber una ciencia cuyo ohjeto sea la so

ciedad y stSlo ella, unicamente podra proponcrse como fin de su investigacion estas acciones recfprocas, estas maneras y

formas de socializacion. Todo lo demas que sc encuentra en

<1scno de Ia «sociedad», todo lo que se rcaliza por ella y en

su marco, no es sociedad, sino simplemente un contenido que

Se adapta a esta forma de coexistcncia Oal que esta se adapta,

y quc solo junto con ella ofrece !a figura real, la «sociedad»,

en el sentido amplio y usual. Scparar por Ia abstraccion estos

dos elementos, unidos inscparablcmente en la realidad; siste-



IK SncioJo^n

los hechos que designamos con el nombre de realidad social-

historica. Aunque semejantes abstraccioncs — las iinicas que per-

miten extraer ciencia de la complejidad y aun de la unidad de

lo real — hayan surgido de las necesidades interiores del co

nocimiento, ha de haber para ellas alguna legitimacion en la

propia estructuia del objeto. Pues solo en la existencia de al-

guna relacion funcional con ios becbos puede hallarse garan-

tia contra un problematismo cstcril, contra el caracter acci

dental dc la conceptuacion cienlffica. Si yerra ei naturalismo

ingenuo, crcycndo que lo dado en Ia reolidad contiene Ios

principios dc ordenacion. analiticos y sinteticos, mcrced a los

cuales puede eaa rcalidad dada ser contenido de ciencia, es

cierto. sin embargo, que las notas efectivas de la realidad son

mis o menos flexibles y se acomodan mas o menos a aqucllas

ordenaciones; como, por eiempfo. un retrato transforms fun-

damentalmente la figura natural humana. y. sin embargo, bay

figuras que se acomodan mejor que otras a esta transformacion radical. Con arreglo a este criterio puede, pues. dcfinirse el

mejor o peor derecho a la existencia, que ostentan Ios proble-

mus y metodos cientfficos. EI derecbo a someter a un analisis

de formas y contenidos (llevando las primeras a una sintcsis)

los fenc menos historico-sociales, descansa en dos condidones

que solo en los becbos pueden ser comprobadas. Por una parte

es preciso que una misma forma de socializacion se presentecon contenidos totalmentc distintos, para fines completamente

diversos; y por otra parte, es necesario que los mismos intereses

aparezcan rcalizaJos cn diversas formas de socializacion; del

mismo modo quc unas mismas formas geometiicas se encuen-

tian Cn las mas diversas materias, y unas mismas materias en

las mas distinias formas espaciales (lo que tambien sucede

con las formas logicas respecto a los contenidos materiales delconocimiento).



FI problema dc la sodologn

la exclusion hada afuera, e infinitas formas semcjantes se

encuentran. asi cn una sociedad politics, como cn una coma-

nidad rcligiosa; en una banda dc conspiradorcs, como en una

cooperative economica: en una cscucla dc arte, como cn una familia. Por variados ijuc scan Ios intereses quc Ilcvan a csas

socializaciones, las formas cn quc sc presentan pucdcn ser las

mismas. Por otra parte, un mismo intcrcs puede mostrarse cn

socializaciones dc formas diversas. El intcres economico, por

ejemplo. lo mismo se realiza por la concurrcncia que por la

organizacion de los productores con arreglo a un plan; unas

vcces por separacion de grupos economicos, otras, por anexion a ellos. Los contenidos reiigiosos, permaneciendo identicos,

adoptan unas veces una forma liberal otras. una forma ccn-

tralizada. Los intereses basados en las relacioncs sexualcs se

satisfacen en Ia pluralidad casi incalculable de las formas fa-

miliares. EI interes pedagogico tan pronto da lugar a una

relacion liberal del maestro con cl discipulo, como a una for

ma despotica; unas veccs produce acciones rcciprocas individualistas entre el maestro y los distintOb discipulos, y otras

establccc relaciones mas colectivas entre cl maestro y la tota

lidad dc los discipulos. Asi. pues, de la misma nianera quc

puede scr unica la forma cn quc se realign los mas diverfien-

tes contenidos. puede pcrmancccr unica la materia, mientras

la convivcncia de los "individuos en que se presema se ofrece

en unit gran divcrsidad Je formas. De dnnde resulta que si bien en la rcalidad la materia y forma de Ios becbos constitu-

ycn una inseparable unidad de la vida social, puede extraerse

de ellos esa legitimacion dei problema socialogico que recla-

ma la determination. ordenacion sistematica. fundamentacion

psicologica y evolucion bistorica de las puras formas de so

cializacion.

Este problema es opueslo totalmcntc al procedimicnto

por el cual se ban creado las diversas cienrias sociales exis-



20 Sociulogia

los fenomenos sociales, quc una Sociologia que prctcndiese

abarcarlos en su totalidad no serfa mas que una suma de

aquellas ciencias. Mientras las Hneas que tiazamos a iraves

de la lealidad historica, para distribuiria en campos de inves-

tigacion distintos, unan tan solo aqucllos puntos en que apa-

recen los mismos intereses. no habra lugar en esa realidad

para una Sociologia independiente. Lo que sc.nccesita cs una

linea que, cruzando todas las anteriormente trazadas. aisle

el hecbo puro de Ia socializaci6n, que se presenta con di

versas iiguras cn relacion con los mas divcrgenlcs contenidos

y forme con el un campo especial. Dc csle modo la Socio- logia se hard una cicneja independiente, en el mismo sentido

— salvando las difercncias patentes de metodos y rcsulta-

dos — en quc lo ha logrado la teoria del conocimiento, abstra-

yendo de la pluralidad de los conocimientos singularcs las

caiegorias o funciones del conocimiento como tal. La Socio-

logia pertenccc a aquel tipo dc ciencias cuya independcncia

no dimana dc que su objeto csic comprendido junto con otros bajo un concepto mas amplio (como Fiiologia clasica y ger-

manica, como Optica y Aciistica), sino dc considerar desde un

punto dc vista especial el campo total de los objeios. Lo que

la JiJerencia de las dcmas ciencias historico-sociales no es,

pues, su objeto, sino el modo de considerarlo, la abstraccion

particular que en ella se lleva a cabo.

El concepto de sociedad licne dos significaciones, que deben mantencrse estrictamcnte scparadas ante Ia considera-

cion cientifica. Por un lado, sociedad es el complejo dejndi-

viduos socializados, el material humano socialmcnie confor-

mado, que constitute toda Ia icalidad historica. Pero de otra

parte, «sociedad» es tambien la suma de aquellas formas de

relation por medio de las cuales surge de los individuos la

sociedad en su primer senlido. Andlogamente se designa con

el nombrc de «esfera», de un lado una materia conformada de



£1 problema dc la socioiogia 21

mas, por medio de las cualcs los hombres se socializan y que

por tanto constituyen la «sociedad> sensu strictissimo; lo cual

no se desvirtua por la cireunstancia de que el contcnido dc 1&

socializacion, las modificaciones especiales de su fin e inteies

material, decidan a menudo, o siemprc, sobre su conformacion.

Seria lotalmente erronea la objccion que afirmase que todas

estas formas (jerarquias y corporaciones, concurrencies y for

mas matrimoniales, amistades y usos sociales, gobierno de

uno o de muchos), no son sino acontecimientos producidos

cn sociedades ya cxistentes, porque si no existiese de antc-

mano una socicdad, faltaria el supuesio y la ocasion para que surftiesen esas formas, Esta creenda dimana dc quc, en todas

las sociedades que conocemos, actuan un gran numero dc talcs

formas dc relacion, esto es, dc socializacion. Aunque solo que-

dase una de ellas, tendriamos aun «sociedad.», de manera que

todas ellas puede parecer agregadas a una sociedad ya termi-

nada, o nacidas en su stnu. Pero si imaginamos desapnreci-

das todas estas formas singulaies, ya no queda sociedad nin- Suna. Solo cuando aeluan esas relaciones niutuas, producidas

por ciertos motivos C intereses, surge Ia sociedad. Por consi-

guiente, aunque la bistoria y leyes de las organizociones tota-

les, asi surgidas. son cosa dc la ciencia social en sentido

amplio, sin embargo, lenicndo en cuenta que esta se ha escin-

dido ya en las ciencias sociales particulares, cabe una Socio-

logfa en sentido cstricto, con un problema especial, el proble

ma de las formas abstraidas, que mas que determiner la

socializacion. la constituven propiamente.

Por tanto, la sociedad, en el senlido en que puede tomarla

la Sociologfa, cs o el concepto general abstracts que abarca

todas esias formas, el genero del que son especies, o la suma

de formas que actiia en cada caso. Resulta, ademas, de este

concepio quc un numero dado de individuos puede ser socie

dad, en mayor o menor gradn. A cada nuevo aumento de for-



22 SooolofciJ

puesto para que surjan Ios diversos fen<5menos de enlace: pues

110 hay accion reciproca absoluta, sino diversas clases de ella,

cuya aparicion determinaTa existencia de la sociedad, y que no

son ni causa ni consecuencia de esta, sino la propia sociedad. Solo la inahoidable pluralidad y variedad en que estas formas

de accion reciproca actuan a cada momento ha prestado una

aparente realidad historica aulonoma al concepto general de

sociedad. Acaso esta hiposfasis dc una simple abstraccion sea

la causa de la curiosa indeterminacitfn c inseguridad quc ha

tenido esce concepto en las investigaciones de Sociologia gene

ral, hechas hasra ahora. Analogamente, el concepto de la vida no progreso de veras mientras la ciencia lo considero como un

fenomeno unitario, de realidad inmediata. Solo cuando se in-

vestigaron Ios procesos singulares que se verifican en Ios orga-

nismos y cuya suma y (rama consiituye la vida; solo cuando

se hubo reconocido que la vida no corisiste rnas que en los

fenomenos particulares que se dan en Ios organos ^celulas y

entre ellos. solo entonces adquirio una base (Irme la ciencia de la vida.

Unkamente asi podra deJcrminarse lo que cn la sociedad

cs realmcntc «socicdad-»; como la Geometria determina que es

lo quc constituye la espacialidad de las cosas cspacialcs. La

Sociologia, como teoria del scr social en la humanidad, que

puede ser objeto de ciencia en otros sentidos incontables, esta,

pues, con las dcmas ciencias espeeiaks en la relacion en quc esta la Geometria con las ciencias fisicoquimicas de la mate

ria. La Geometria considera la forma mcrced a la cual la ma

teria se hace cuerpo empirico, forma que en si misma solo

existe en la abstraccion. Lo mismo sucede en las formas de la

socializacion. Tanto la Geometria, como la Sociologia, aban

dons n a floras ciencias la invesjigacion de Ios contenidos que

se manifiestan en sus formas o de las manifestacinnes tntaks

cuya mera forma la Sociologia y Ia Geometria exponen.



El problema dc la sociologia 2?

les relativamente escasas que abarcan todo el circulo de las

formas posibles. Por !o aue se refiere a las formas dc la sociali

zacion, no es de esperftr en tiempo previsible su reduccion, ni siquiera aproximada, a elementos simples. La consecuencia de

CSto es que las formas socioldgicas, si hemos de definirlas con

aliuna precision, solo tienen validez para un ciiculo reducido

,de fcnomenos. Asf, por ejemplo, poco se ha logiado, sentando

la afirmacidn general de que la forma de ]a subordinacion sc

encuentra en casi toda sociedad humana. Lo que se necesita

es mas bien emrar en las diversas clases de subordinacion, en

las formas especrales de su realizacion; y, natuialmCnte, cuan

to mis determinadas sean, menos extenso sera elcirculo desu

vigencia.Hoy suele colocarse toda ciencia ante esta alternativa:

o se encamina a descubrir leyes que rijan sin sujecidn al

tiempo, o sc aplica h exnlicar v comurendei procesos sin^ula-

res historicos y realcs, lo que por lo Jemas no excluye la exis

tencia de incontables formas intcrmedias en el comercio de las

ciencias. Pues bien? cl concopto del problema que aqui se de-

termina, para nada requiere la previa decision de dicba alter

nativa. El objeto que hemos absiraido de la realidad puede

ser considerado, por una paite, desde el punto dc vista dejas

leyes. que dimanando de la pura estructura objetiva de los

elementos, se compottan indiferentcmente respecfO a su reali

zacion en el espacio y el tiempo: iigen lo mismo si las realidades historicas las hacen aparecer una o mil vcccs. Pero, por

otra parte, aqueilas formas de socializacion puedcn scr consi-

deradas tambien desde el punto de vistadc su aparicion en tal

Iugar o tal tismpn, de su evolucion historica dentro de firupos

determinados. De la competency, verbigracia, oimos haBlar

en Ios mas diversos campos; en la Politica, como en la Eco-

nomia, cn la Historia dc las religiones como en Ia del arte, sc nos presenter casos incontables deella Parriendo de esto hay



24 Sociologia

grupos; en una p&Iabra, que es la competencia como forma de

relacion de los bombres entre si, forma que puede aceptar toda

suerte de contenidos, pero que, par la identidad con que se presents, siempre, por grande que sea Ia diferencia de atfuellos,

prueba que pertenece a un campo regulado segun leyes pro-

ptas y susceptibles de abstraccion. En Ios fenomcnos reales

complejos, lo uniforme queda destacado como por un cone

lateral, y lo beterogeneo. es decir, los interests que consliiuyen

el contenido. queda. en cambio, parali ado.

De un modo anilogo debe procederse con todas las gran-

des relaciones y acciones reciprocas que forman ociedades:

con los partidos, con la imitacion, con Ia formacion de clases,

circulos, divisiones secundarias, con la encarnaciou de las

acciones reciprocas sociales en organ izacionts particulates dc

naturaleza objetiva, ideal o personal; con la aparicion y el pa-

pel que desempeiian las jerarquias, con Ia «represeniacion»

de comunidades por individuos, con la importancia de un ene-

migo comun para la trabazon interior de los grupos. A tales

problemas fundamentals se agregan otros que contienen, por

decirln as1, la forma determinante de los grupos, y que son, ora

becbos mas especiales, ora becbos mas complicados; entre

aquellns citaremos, verbigracia, Ia importancia de los «impar-

cialeso, de los que no forman partido, y la de los «pobres»,

como miembros organicos de las sociedades, la de la determi-

nacion numerica de Ios elementos de los grupos, la del primus inter pares y del iertius £audens. Entre los becbos mas com-

plicados cabe citar: el cruce de varios circulos en personalida-

des individuales, la funeion especial del asecrcto* en Ia for

macion de circulos, la modificacion de los caracteres de grupo,

segun abracen individuos que se encuentren en la misma loca-

lidad o elementos separados; y otros innumerables.

Como queda indicado, prescindo aqui de la cuestion de si existe una nbsoluta igualdad de formas con diversidad decon



f ! problems dc ia sociologia 25

irreductibles a plena racionalidad, y Ia capacidad de la Geo

metria para exlraer con plena pureza de su realizaci6n en la

materia las foimas sometidas a su concepto- Tengase tambien

en cuenta Que esta igualdad en la forma de la accion reciproca,

sea cualquiera la diversidad del material bumano y real, y vi-

ceversa, no es, por lo pronto, mas cjue un medio auxiliar para

realizar y justif icar la distincion cientLHca entre forma y con

tenido, enTas Iivers as manifestaciones de con junto. Met6di-

camente, esta seria necesaria, aun cuando las constelaciones

efectivas de Ios becbos hicieran imposible el procedimiento

inductivo, que de lo diverso saca lo igual; de la misma manera que la abstraccidn gcomStrica de la forma espacial dc un cuer-

po estaiia justificada, aunque este cuerpo as! conformado solo

existiera una vez en el mundo. Hay que reconocer, sin embar

go, que ello representa una dificultad de procedimiento. Asi,

por ejemplo, bacia fines de la Edad Media, ciertos maestros

de gremio se vieron llevados, por la extensi6n de las relacio

nes comerciales, a una adquisicion de materiales, aHxn empleo de oficialeji, a una utilizacion de nuevas medios para atraer a

la clientela, quc no se avcnian ya con los antiguos principios

gremiales, segun los cuales cada maestro debia tener Ia misma

«congrua» que los otros; por eso, estos maestros trataron de

colocarse fuera de la estrecba eorporacidn gremial. Desde el

punto de vista jo ciologico p u t o , desde el punto de vista de la

forma, quc bace abstraccion de todo contenido especial, esto significa que la ampliaci6n del circulc a que est£ ligado el

individuo produce una afirmacion mas fuerte dc las indivi-

dualidades, una mayor libcrtad y diferenciacion de Ios indivi

duos. Pero que yo sepa no existe ningun metodo seguro para

extraer de aquel factum complejo, realizado en su contenido,

este sentido sociologico. <iQu<§ forma puramsnte sociolo ica,

Que relaciones mutuas entre los individuos (abstraccion becha

de sus intereses e instintos y de las condicioties puramenle



2b SociologM

terial y el socioiogico formal. Ocurrc aqui como con la demos-

tracion de un teorcma geometrico frente a la inevitable conii-

genria e imperfeccion de una figura dibujada. Pero cl matema-

tico puede contar con que el concepto de la figuia geometries ideal es conocido y considerado como el unico sentido esen-

cial de los trains de tinta a tiza. En cambio, Cn nueslro cam-

po, no puede partirse de un supuesto analogo, no puede dis-

tinguirse entre la pura socializacion y el total fenomeno real, con su complejidad.

Es preciso decidirse (a jiesar de las posibles objeciones) a

bablar de un procedimiento intuitivo — por lejos que este esta intuicion de toda intuicion cspcculativa y metafisica—. Nos

referimos a una particular dispOsici(5n dc la mirada, gracias a

Ia cual se realiza la escision entre la forma y el contenido. A

esa intuicion, por de pronto, solo podemos irnos acostum-

brando, por medio de ejemplos, hasta que mas tardc sc cncaje

en un metodo expresable en conceptos y que llcvc a icrmino

seguro. Y esta dificultad se acrece, no solo porque carcccmos de una base indudable para el manejo del conccpto sociologico

fundamental, sino porque, aun en caso de operar con el de un

modo eficaz. bay muchos aspectos de los acontecimientos en

que la subordinacion bajo ese concepto o bajo el concepto del

contenido, sigue siendo arbitraria. Cabran, por ejemplo, opi-

niones contradictorias al decidir basta que punto el fenomeno

Jo Ia «pobreza» es de naturaleza sociologica, esta es, un resul-

tado de las relaciones formales existentes dentro de un grupo, un fenomeno condicionado por las corrientes y mutaciones

gcncralcs, que nccesariamente se engendran en la coexisten-

cia dc los hombres, a bien, simplemente, una determinacion

material dc ciertas existencias particulars, exclusivamente

desde cl punto de visla del interes economico. Los fenomcnos

hisioricos, cn general, pucden ser contemplados desde ires

puntos de vista fundamcnlalcs: l.° Considciando las existencias individuates que son los sujetos reales dc las circunstan



El problema dc li sociologia 27

-conceptos, de las situaciones o los acontccimientos, cn los cua-

les se tienen en cucnta, abora, no sus sujetos 0 las relaciones

quc estos mantienen cntrc si, sino su sentido puramenre objetivo exprcsado en la economia y Ia tecnicaj el aite y la ciencia,

las formas jurfdicas y los productos de la vida sentimental.

Estos tres puntos de vista se mezclan continuamente; la

necesidad melodica de mantenerlos separados trbpieza sicmpre

con la dificullad de ordenar cada uno tic ellos en una serie in- I

dcpendiente de los ottos, y con el ansia dc obtener una imagcn

unica dc la realidad, (luc comprenda todos sus aspectos. Y no

podr6 determinate en todos los casos cuan profunda mente lo

uno pcnctra en lo otro; dc suerte que. poi grande due sta ia

claridad y rigor metodicos cn cl planteamiento de la cuestion,

dificilisimo sera evitar la ambiguedad. El estudio de Ios pro-

blemas particulares semejara pcrtenecertan pronlo a una como

a otra cate. oria, y aun dentro ya de una de ellas sera imposi-

ble mantenersc con seguridad cn cl procedimiento conveniente,

evitarsdo el metodo propio de las demas. Esp<?ro, sin embar

go, i ue la metodologia sociologies, (iue aqui se ofrecc, rcsulte

mas segura y aun mas clara en las exposiciones de los proble-

mas particulates, que en esta funda mentacion abstracts. En

las empresas espirituales no es rarO — y hasta es corricnte

tratandose de problemas generales y hondos — que eso que

con una imafien inevitable tenemos que llamar fundamento,

no sea lan firme como el cdificio sobre el lcvantado. La practica cientifica, especialmcntc en los campoS hasia ahota no

cultivados, no puede pfescindfr de cierta Josis dc instinto, cu-

yos motives y notruas solo despucs llegan a clara consciencia

y claboraci(3n sistematica. Es cierto que el trabajo cientifico

no puede en ninguna esfera fiarse plenamente a aqucllos pro-

ccdimientos poco claros aun, instintivos, que solo actuan in-

mediatamenle cn la investigation particular; peiO seria con- denarlo a esterilidad si ante problemas nuevo se pidiera ya



Dcntro del campo de los problemas que se plantean al

separar de una parte las formas de accion recfproca, sociali-

zadora, y de otra, el fenomeno toial de la sociedad, hay parte

de las investigaciones <jue adui se ofrecen, Que est&n ya, por

decirlo asi, cuantitativamente fuera de los problemas general-

mente reconocidos como pertenecientes a la sociologia. Si se

plantea la cuestion de las acciones due van y vienen entre Ios

individuos, y de cuya suma results. Ia cohesion de la sociedad,

aparece en seguida una serie y hasta un mundo de semejantes

formas de relacion, due hasta abora, o no eran incluidas en la

ciencia social, o cuando lo eran permanecfan incognitas en su significado fundamental y vital. En general, la sociologia se

ha limitado a estudiar aduelios fenomenos sociales en donde

laa energias reciprncas de Ios individuos ban cristalizado ya

en imidades, ideales al menos. Estados y sindicatos, sacerdo-

cios y formas de familia, constituciones economicas y organi-

zadones militares, gremios y municipios, formacion de clases

y division industrial del trabajo, estos y otros grandes or anos y sistemas analogos parecian constiruir exclusivamente la

sociedad, llenando el circulo de su ciencia. Es evidente que

cuanto mayor, cuanto mas importante y dominante sea una

provincia social de intereses o una direccion de Ia accion, tanto

mis facilmente tendr& lugar la tianstormacion de la vida in-

teamoa con decision el problema, micntrflLfl que, dedtu&nJo eata i ieada periefta, se

boria cuestionafclc incliuo cl senlido da lalea intenfos. A_nl, pues. loa eapiculoa de cutc

lifero fldlo dcben considerate* como ejemplaa, en cuaoto &] metodo, y. en cuanto a! eon-

lenido. como {rajtocnTOfl dt lo que yO entiendo pm eitada de la eodeJad. En atnbos

aenttdoa parcvfo indicado elegir 1<?cdaj lo maa keterodtfneaa mexclando lo gone

rs I y lo caperiaL Cuanto cnenos redondeado en una conexi6n aijfemdrica nparezca lt>

due aqui it o i t e c t , cuanto mkx dejviadag eaten rua partca, tanto mi a amplio La de

aparecer el cfrculo deniro del coal ana perfection futura dc la aoeiolo&la unifA los

puntos que ya utofa pneden £jarae aisladamence. Y si yo miamo dcstaco de ejta ma>nera el carActe (ta mentario eincompleto de eat* libro no quiere decir que pretend*



{■I problfiiu dc la sociologia 29

mediata, interindividual, en organizaciones objeiivas, sur-

jjiendo asi una existencia abstracta, situada mas alia dc Ios

ptocesos individuales y primaries.

Pero esto requiere un complemento importante en dos sentidos. Aparte de los organismos visibles que se imponen

por su extension y su importancia externa, existe un numero

inmenso 3e formas de reTacion y de accion entie los hom-

bresJ ‘lue, en os casos particulares, parecen de minima monta.

pero que se ofrecen. en cantidad incalculable y son las que

producen la sociedad, tal como Ia conocemos, intercalandose

entre las tormaciones mas amplias, oficiales, por decirlo asi. Limitarse a eslas ultimas seria imitar la antigua medicina

interna, que se dedicaba exclusivamente a los grandes organos

bien determinados: corazon, higado, pulmon, estomago, etc.,

desdenando Ios incontables tejidos que carerian de nombrc

popular o que eran desconocidos, pero sin Ios cuales jamas

producirfan un cuerpo vivo aquelios organos mejor determi

nados. La vida real de la socicdad, tal como se presenta en la experienda, no podria reconstruirse con solo los organismos

del genero indicado, que constituyen los objetos fr&dicionales

de la ciencia social. Sin la intercalacion de incontables sinte.

sis poco extensas, a las cuales se consagran la mayor parte de

las presentes investigaciones, quedaria escindida en una plu-

ralidad de sistemas discontinuos. Lo que diftculta la fijacion

cientifica de semejantes formas sociales, de cscasa apariencia,

es al propio tiempo lo que las bace infinifamente importantes

para Ia comprension mas profunda de la sociedad: es el becbo

de que, generalmente, no esten asentadas todavia en organiza-

ciones firmes, supraindividuales, sino que en ellas la sociedad

se manifieste, por decirlo asi, en status nascens, claro es que

no en su crimen primeio, historicamente inasequible, sino en

aquel que trae consigo cada dia y cada bora. Constaniemente

se anuda, se desata y torna a anudarse la socializacion entre I b b i i ti d I



SofiologtJ

copicos. Los bombres se miran unos a otros. tienen celos

muluos, SC escriben cartas, comen juntos, se son simpaticos 0

aniipaiitos, aparte de todo inteies apieciable; el afiradeciimen-

to producido por ia prestacion altruista posee el poder de un

lazo irrompiblc, un bombre It piegunta al otio el camino, Ios

bombres SC visten y arreglan unos para otros, y todas estas y_

mil olras relaciones momentaneas o duraderas. conscientes 0

inconsciences. elimeras o fecundas, que se dan entre persona y persona. y de las cuales se entresacan arbitrariamente estos

cjtmplos, nos ligan incesanleraente unos con otros. En cada

momcnto SC bilan biins dc este genero, se abandonan, se vuel- vcn a recover, se sustituyen por otros, se entretejen con otrOS-

Estas son las acciones recfprncas que se producen entre los

aiomos de la sociedad. Solo son asequibles al microscopio psi-

cologico; pero engendran toda la resistencia y elasticidad, el

abigarramiento y unid&d de esta vida social, tan clara y tan

enijjmatica.

Se traia de aplicar a la coexistencia social el principio dc las acciones infinitas e iniinitamentc pcquenas, que ba resul-

tado tan eficaz en las ciencias dc la sucesion: la Geologia.la

Teoria biologica de la evolucion, la Historia. Los pasos infi-

nitamente pequefios crean la conexion de la unidadliistorica;

las acciones reciprocas de persona a persona, igualmcnte poco

apreciables, estableccn la conexion de la unidad social. Cuan

to sucede en cl campo de los continuos coniactos fisicos y espiriluales, las cxdtaciones mutuas al placer o al dolor, las

conversacioncs y los silencios, los inteicses comunes y antago-

nicos, cs lo quc determine que la sociedad sea iirompible; de

ello dependen las fluctuaciones de su vida, en virtud de las

cuales sus elementos ganan, pieiden, se transforman incesan-

tcmente. Acoso, partiendo de este punto de vista, se logre para

la ciencia social lo que se logro con el microscopio para la ciencia de la vida orginica. En esta, las investigaciones se



FJ problem.* dc la sociologia 31

unas a otras, como se asimiian o se influencian quimicamen-

tc, vemos poco a poco dc que modo el cuerpo crea su forma,

la conserva o modifica. Los grandes <5rganos en que se han

reunido, formando existencias y actividadcs sepaiadas, estos sujetos fundamentals de la vida y sus acciones rcciprocas, no

hubieran nunca hecho comprensible la conexion de la vida, si

no se hubiera descubierto ilue la vida fundamental, prcpiamen-

te dicha, la constjtuyen aquellos nrocesos incontables. auc tie

nen lugar entre los elementos mas pequenos, y que se combi-

nan luego para foimar los macroscopicos. No se trata aqui de

analogia socinlogica o metafisica entre las realidades de la sociedad y cl organismo. Tratase unicamcnte de la analog ia con

la considcracion metodica v su desarrollo: tratase de descubrir

los hilos dclicados de las relaciones minimas entre los hom

bres, en cuya repeticion continua se fundan aqucllos jirandes

organism os que se ban hecho objetivos y que ofrccen una his-

toria propifl mente dicha. Lstos procesos primaries, que for man

ia socicdad con un material inmediato individual, ban de ser sometidos a estudio formal, junto a los procesos y OTganiza-

ciones mas elevados y complicados; hay quc examinar las ac-('

ciones rectprocas particulares, que se ofrecen cn masas, a las

que no est6 habituada la mirada teorica, considerandolas como

formas constiiutivas de la sociedad, como partes dc la sociali

zacion. Y precisamente porque Ia sociologia suclc pasarlas por

alto, es por lo que scr& conveniente consagrar un estudio dete-

nido a estas clases de relacion, en apariencia insignificantes.

Mas justamente porque toman esta direction, las investi-

gaciones aqui plantcadas parecen no ser otra cosa que capitu-

los de la psicologia, 0, a lo sumo, de la psicologia social. No

cabe duda que todos los acontecimientos e instinlos sociales

tienen su lugar en el alma; que la socializacion es un fcnome-

no psiquico y quc su hecho fundamentaTTel hecho dc que una

pluralidad de elementos se convierta en una unidad; no tiene l i l d d l t t d t



32 Sociologia

.que Ios sujetos de aquellas extciioridades, lo mas esencial de

ellas, lo unico interesante paia nosotros, son motivaciones,

sentimiemos, pensamientos, necesidades del alma. Por consi-

guiente, babfiamos llegado a la inteligencia causal de cual-

quicr aconteccr social, cuando pariiendo dc ciertos datos psi-

col6gicos dcsaziollados conforme a «leycs psicologicas* — pox

pioblemalico que sea su concepto — , pudieramos deducirplc-

namenlc esos acontecimientos, No cabe tampoco duda de que

lo que nosotros comprendemos de la existencia bist6rico-so-

cial no son mas que cncadenamientos espiriluales que, por

media de una psicologia, instintiva unas veces y metodicaOtras, reproducimos y reducimos a lo conviccion interior de

que es plausible, y aun necesaria, la evolucion de que se trata.

En este sentido. toda bisiaiia, toda dcscripcion de un estado

social, es ejercicio de jjsicolojJia. Pe: o bay una consideration

que tiene extraordinaria importancia metodica y es decisiva

para las cicncias del espiritu en general; a saber: que el triita-

micnto cicntifico de los becbos del alma no-es necesariamentepsicologiarAuri erTTos casos en quc bacemos uso ininterrum-

pido dc reglas y conocimientos psicol<5gicos, aun en los casos

cn que la explication de cada becbo aislado solo es posible

por via psicol6gica, como ocurre cn la Sociologia, no es preci-

so que se refiera a la Psicologia en el sentido e intencion de

este metodo; es decir, que no se diiige a la ley del proceso espi-

ritual (que sin duda necesita todo contenido determinado), sinoa su contenido mismo y a las configuraciones de este. Solo

bay aqui una diferencia de .grado respccto a las ciencias de la

natuialeza exterior — que en ultimo teimino. y como bechos

de la vida espiritual, tambien se produccn dentTO del alma —

El descubrimicnto de cualquier verdad astf0n<5mica o qufmica,

asi como la reflexi6n sobre ellas, es un acontecer de la cons

ciencia quc una psicologia perfecta pudicia deducii puramen-

te de las condiciones y movimientos del alma. Pero aquellas



£! problems de la sociologia 33

La realidad es siempre imposible de abarcar ci'enti'fica-

•nente en SU integridad inmediata; hem os de aprehendcrla des

de varios puntos de vista separados, creando asi una pluralidad de objetos cientfficos independientes unos de otros. Esto

puede decirse tambien de aquellos acontecimientos espixituales

que no se reunen en un tnundo espacial independiente, y quc

no se contraponen intuitivamentea.su realidad animica. Las

formas y leyes, verbigracia, de una lengua que se ha formado

por energfas del alma y para fines del alma, son objeto, sin

embargo, de una ciencia del lenguaje que prescinde completamente de aquella realizacion de su objeto, y lo expone, ana-

liza o construye poi su contenido objetivo y por las formas que

se dan en este mismo contenido. Analogamentc se presentan

los beckos de la socializacion. E.1becho de que los hombres se

influyan ieciprocamente, de que uno bags o padezca, sea o se

transforme porque otros existen, se manjfiestan, obran o sien-

ten. es, natuialmente, un fenomeno del alma, y la produccion

hist6rica de cada caso individual solo puede comprenderse

merced a formaciones psicologicas, merced a series psicologicas

acertadas, merced a la interpreiacion de lo exieriormente cons-

tatable por medio de categories psicologicas. Pero un proposito

cientifico puede prescindir de este acontecer psiquico, atendien-

do solo a Ios contenidos del mismo, quc sc ordenan bajo el

concepto de socializacion, para perscguirlos, distinguirlos,, po-

nerlos en relacion. As i, por ejemplo, se descubre quc la relation de un po-

deroso con otros mas debiles, cuando tiene la forma del pri

mus inter pares, gravita tipjeamente en el senlido de acentuar

el poder del primera, suprimiendo gradualmente los elementos

de igualdad. Aunque en la realidad historica sea este un pro-

CeSo psiquico, lo que desde el punio de vista sociologko nos

interesa es como se suceden en estos casos los diversos estadios d S i id d b di i h t £ t l i



Sociolog

comunidad que se siente aun de algun modo, analogamCnte

como se ha dicbo que el odio mayor era el que se daba entr

parientes. Este resultado no podra concebirse, ni aun describirse, como no sea en formas psicologicas. Abora bien; com

formacion sociologies, lo que tiene interes no es Ia serie espi

riiual que se desarrolla en cada uno de los individuos, sino lsinnpsis de ambas bajo las categorias de acuerdo o desavenen

cia. iHasta que punto Ia relacion entre dos individuos o par

fidos puede contener bostilidad y solidaridad, para conserva

al todo la coloracion de solidaridad o darle Ia de kostilidad

Que clases de comunidad Kan de baber existido r>ara que

obrando como recuerdo o por instinto imborrable, proporcio

nen Ins medios mas adecuados para producir al enenii o un

dafio mas cruel y mas profundo que si se Iratara di persona

antes extranas? En una palabra: *de que manera puede aque

lla observacion exponerse como realization de formas de rela

cion entre Ios bombres? iQue particular comhinacion de cate

gorias sociologicas expresa? Esto es lo que aqui importa, aunque la descripcion singular o tipica del acontecimientn baya d

ser forzosamente psicologica.

Recogiendo una indicacion anterior, y prescindiendo d

todas las diferencias. puede compararse esto con la dedue

cion geometries en un cncerado, en el que bay figuras dibu

jadas. Mo se nos ofrecen aqui, ni pueden verse, mas qu

trazos ffsicos de iiza: pero cuando bablamos de geometriano nos reterimos a ellos, sino a la signification que les pres

la el concepto geometrico, que es compietamente beterogene

de Ia figura fisica, formada por trazos de ri/ a; aun cuando

por otra parte, puede ser tambien esta figura i/ sica subsu

mida bajo otras categorfas cientificas y considerada com

objeto de otras investigaciones particulares, verbigracia, I

produccion fisiologica, la composicion quimica, Ia impresionoptica. Asf, pues, Ios datos de la Sociologia son procesos psi



Hi problema de h sociologia 35

no convene, desde cl principiu basta el fin, sino procesos psi-

colo 'cos; solo psicologicamente puede ser entendido; y, sin

embargo, su intencion no esta en los conocim ientos psicologi-

cos. sino en las sintesis formadas por los proccsos psiquicos,

desde los puntos de vista de lo tragico. de Ia forma artfstica,

de los simbolos vitales (l).

Al sostener que la teoria dc la socializacion como tal

— prescindiendo de todas Ins cicncias sociales determinadas

por un contenido parlicular de la vida social — es la unica

quc tiene derccho a ser llamada ciencia social en general, Kay

quc tener en cuenta que lo importante no cs, naturalmcnte, lacuestion de nombre, sino el nuevo cotnplejo de problem asparticulares-Xa polemica acerca de la signilicacidn propia de

la sociologia no me parece intercsante si sc 1ra(a tan s6lo de la

atribucion de este titulo a problemas ya cxistcntcs y estudia-

dos. Pero si se elige para esta colcccion dc pToblcmas cl titulo

de sociologia, con la pretension dc cubrir plcnamcnte. con el

solo, el concepto de la Sociologia, cnlonces sda preciso justi- ficarlo frente a otro grupo dc problemas ciuc, indudablemente,

por encima de las cicncias sociales, intentan esrablecer ciertas

afirmaciones sobre la sociedad como ta I y como un todo.

Como codas las ciencias exactas. encaminadas a corapren-

der inmcdiatamente lo dado, Ia ciencia social esta lambien

flanqueada por das disciplinas fiiosoficas. Una de ell s se

ocupa de las Condiciones, conceptos i’undamentales y piipucs- los de toda investigacion parcial: estos problemas no puedcn

ser tratados en cada ciencia en particular, siendo mas bien

sus anteccdentes necesarios. En la otra discipline fjlosofica la

invesjigfici6n paTcial es pert’eccionada y puesia Cn relation

con conceptos que no ocupan lugar en la experiencia v en el

saber objetivo inmediato. Aquella cs la teoria del conoci-

nliento; esla. la metafisica. La ultima encicrra propiamente



Sociolog

dos problemas quc, sin embargo, suclen ir confundidos, co

iaz6n, en el ejercicio real del pensamiento. EI sentimicnto d

insatisfaccion que nos produce el cai£ctcr fragmentaiio dc lo

conocimicntos parciales, el pTematuro fin de las afirmacione

objetivas y de las series demostrativas, conduce a completa

estas impcrfecciones por los medios de la espesulacion, y jus

tamente estos mismos medios sirven tamhicn al desea paia

lelo de completar la inconejcion de aquellos fragmentos, re

uniendolos en la unidad de un todo. Pero junto a esta fun

ci<5n metafisica, que atiende al gr&do del conocimiento. ha

otra que se oiicnta hacia otra dimension de la existencia, ela que reside la interpretacion metafisica de sus contenidos

esta furcion la expresamos como el sentido o fin, como l

sustancia absolute bajo los fendmenos relotivas y lambien

como cl valor o el significado religioso. Esta actitud cspiritua

produce frente a la sociedad cucstiones como estas: tcs la so

ciedad cl fin de la existencia humana o umnedio -para el in

dividuo? Lejos de ser un medio eno sera incluso un obstaculo<*R.eside su valor en su vida funcional o en la produccion d

un espiritu ohjetivo, o en las cualidades eticas que produc

en Ios individuos? ^Manifiestase en los estadios tipicos de l

evolucion social una analogfa cosmico, de suerte que las rela

ciones sociales de Ios hombres babrian de ordenarse en una

forma o ritmo general que, sin manifestaisc en los fenome

nos, seria el fundamento de lodos los fentfmcnos, y que diii

giria tamhien las fuerzas dc los hechos materiales? iPuedentener, en general, las colectividades un senlido metafisico-re

ligioso o queda este reservado a las almas individuals?

Pero todas estas y otras incontables cuestiones dc pareci

da naturaleza, no me parecen posecr la independencia sustan

tiva, la relacion peculiar entre objeto y metodo, que las justi

ficaria como bases para considcrar la Sociologia como una

nueva ciencia al lado de las ya existentes. Todas ellas soncucstiones puramente filosoficas y el que hayan escogido po



jas o dcsventajas que le da su caracter filosofico, constituyen-

dosc como una ciencia particular de la Sociologia.

Lo propio ocurre con el tipo dc problemas fiIos6ficos que no tienen, como los anteriores, la sociedad poi supuesto, sino

que, al contrario, inquieren los supuestos de la sociedad. No

se entienda esto en sentido bistorico, como si se tratase de

describir ia aparicion de una socicdad determinada, o de las

condiciones fisicas y aniropologicas nccesarias para quc se

produzca la sociedad. Tampoco se trata dc los diversos instin

tos que mueven a sus sujetos a realizar, en contacto con otros

sujetos, aquellas acciones reciprocas cuyas clases describe la

Sociologia. Lo que se trata de determinar es lo siguicnte:

cuando tal sujeto aparece <cudles son los supuestos que im-

plica su consciencia 3e ser un ser social? En las partes toma- das aisladamente no bay aun sociedad; en las acciones xeci-

procas esta existe ya realmente: (cuales son, pues, las condi

ciones interiores y fundamentals que hacen que ios indivi

duos proyisios de semejantes instintos produzcan sociedad?

<iCuai es el a priori quc posibilita y forma la estructura

empirka del individuo como scr social? Como son posibles,

no ya soTo las Tormaclones particulares empiricamente produ-

cidas, que cacn bajo el concepto general dc sociedad, sino la

sociedad en general, como forma objetiva dc almas subjetivas?

El problema dc la sociologia 37

Digresion sobre el problems: s'Cdmo es posible la sociedad?

Si Kant pudo formular la pregunta fundamental de su

filosofia: icomo es posible la naturaliza?, y responder a ella,

fue porque, para cl, la naturaleza no era otra cosa que la repre

sentation de la naturaleza- Y esto, no solamcnte en el sentido l d i t id d l d



it Sociol

atraviesan nuestra conciencia en la sucesion casual del aco

tecer subjetivo, no son todavia analuraleza», sino que se b

cen tal, mediante la actividad del espiritu, que las combin

convirtiendolas en objetos y series tie objetos, cn sustancias

prOpiedadcs, en relaciones causales. Tal como se nos Jan

medialamenie los elementos del mundo, no existe entre ell

segun Kant, aquel vinculo merced al cual se produce la un

dad racional y normada de la naturaleza, o, mejor dicho,

vinculo es justamente lo que tienen de naturaleza aquell

fragmentos, por si mismos incoberences, y que se present

sin sujecion a reglas. El mundo kantiano surge de este si

gular contiaste: nuestras impresiones sensoriales son, seg

Kant, puramente subjetivas, pues dependen de nuestra org

nization fisico-psiquica, que podria serdistinta en otros SCf

y del acaso de las exciiaciones que las produccn. Pero se en

vierien en «objetos» al ser recogidas por las formas de nues

entendimiento. y gracias a ellas, transformadas cn regularid

des firmes Ie"3onde resulta una imagen coberente de la ofiat

raleza». Mas, por olra parte, a<}uellas sensaciones son lo da

xealmente, el contenido invariable del mundo, tal Como

nos pxesenta, y la garantia de la existencia de un ser, indepe

diente de nosotros. Por lo cual, justamente, aquellas form

ciones intelectuales de objelos, conexiones, leyes, nos parec

subjetivas, nos parccen ser lo pucsto por nosotros frente a

que recibimos de Ia realidad, las lunciones del intelecto mmo que, siendo invariable:;, bubieran formado, con ulro m

terial sensible, una naturaleza distinca. Para Kant, la na

raleza es una manera determinada de conocimiento, una im

gen del mundo producida por nuestras categorias cognosc

vas y en estas nacidas. Por consiguiente, la pregunta: ijc6

es posible la naturaleza?, esto es, que condiciones son men

ter para que exista una naturaleza?, se resuelve segun el m



f] problema dc la sociologia

como las sensaciones, y solo llegan a la sintesis de la sociedad

merced a un proceso de conciencia que pone en relacion el ser

individual de cada elemento con el del otro. en formas derer- mitiadas y siguiendo determinadas reglas. Pero la diferencia

esencial entre la unidad de una sociedad y la de la naturale

za, es que esta ultima — en el supuesto kaniiano aqui acep-

tado ■— solo sc produce cn cl sujeto que contempla, solo se

engendra por obra dc cstc su.iclo que Ia produce con Ios cle-

mentos sensoriales inconexos; al paso que la unidad social,

estando compuesta de elementos conscientes quepractican una

aclividad sintetica, se realiza sin mas ni mas y no necesita

de ningun contemplador. Aquella afirmacion de Kant, segun

la cual la relacion no puede residir en las cosas, es pioducida

por el sujeto. no tiene aplicacion a las relaciones sociales, quc

se realizan inmediaiamente, de hecho. en las *cosas», aue son,

en este caso, las almas individuates. Claio esta que esta rcla-

cion, como sintesis que es, sigue siendo algo espiritual, sin pa-

ralelismo alguno con las figuras espaciales y sus influencias Teciprocras. Pero la unificacion no ha menestei aqui de ningun

factor que este fuera de sus elementos, pues cada uno de estos

Cjerce las funciones que la energia espiiitual del contemplador

realiza rrentc al exterior. La conciencia de consliluir una uni

dad con los dcmas es aqui, de hecho, la unidad misma cuya

explicacion sc fcusca. Esto, por una parte, no supone, natural-

mente, la conciencia abstracta del concepio de unidad, sino las incontables relaciones individuales, cl scniir y saber que

Uno determina a otros y es. a su vez, detcrminado por ellos; y,

POr otra parte, tampoco excluye que un tercero, en posicion de

observadcr. realice ademas entre las personas una sintesis que

solo en el este fundada. como la quc rcalizaria entre elemen

tos espaciaies. <iQue provincias de la rcalidad externa e intuf-

ble han de reunirse en unidad? Elio no depende del contenido

inmediato y ohjetivo, sino que se determina segun las catego



K Sociolog

o en la obra comun, no tiene analogias en el mundo espacia

donde cada ser ocupa un punto del espacio, que no pued

compartir con ningun otro. Peia por otra parte, en la conciencia del contempladoi los elementos de la realidad espacia

sc funden en una unidad a que no llega la unidad de los ind

viduos. Pues en este caso los objetos de la sintesis son sere

independientes, centros espirituales, unidaJes personales, y_s

iresisten a la fusion absoluta en el alma de ofro sujeto, fusio

a que cn camlio tienen que someterse las cosas inanimadas

poi su carencia de personalidad. Por esta razon, un grupo d

hombres constituye una unidad que reaiiter es mucho ma

alta, pero idealiter mas baja que la que forma el motiliari

de una habitation (mesa, sillas, sofA, alfombra y espejo), o u

paisaje (rio, prado, arboles, casa), o un cuadro sobre el lienzo

Si digo que la sociedad cs «mi representation*, es decir, qu

dimana de la actividad de mi conciencia, he de tomar el dich

en muy otro sentido que cuando digo que el mundo exterio

es mi represcntacion. El alma ajena tiene para rai Ja mismreaTidad que yo mismo: una realidad que se diferencia much

de la de una cosa material. Pot mucho que Kant asegure qu

la cxistenda de los objetos exteriores tiene exactamente I

misma seguridad que la mia propia, ello solo es cierto al refe

rirnos a Ios contenidos particulaies de mi vida subjetiva. Pue

cl fund amento de la representacidn en general, el sentimiento

del Yo goza de una incondicionalidad e inconmovilidad aque no llega ninguna representaciun particular de algo material exterior.

Pero justamente esa seguridad, susceplible o no de fun

damentacidn, a (iene para nosotros el hecho del Tu; y como

causa o, si se quiere, efecto de esa seguridad, sentimos el Tu

como algo independence de la rcprescnlacion que de el no

formamos, como algo que exisle tan por si mismo como nuestra pror*a existencia.TEl hecho de que este «ser por si» de



fundamental — supuesto de todas las representaciones, base

piimaria que no participa en el problematismo, nunca com-

pletamente anulable, de sus contenidos — y estos contcnidos

xnismos, los cuales, yendo y viniendo, siendo accesibles a la

duda y a la correction, SC nos aparecen como metos pxoductos

de aquella absoluta y ultinra fuerzn y existencia de nuestro

ser espiritual. En cambio, al alma ajena, aunque en ultimo

t£rmino sea tambien por nosotros representacln. bemos de

trasladarle esas mismas condiciones o, mejoi dicho, incondi-

cionalidades del piopio Yo. El alma ajena tiene para nosoiros

aquel sumo grado dc realidad que posee nuestro y o frentc a sus contcnidos.

Teniendo en cuenta todo esto, la cucsti6n: <c6mo es

posible la sociedad? adquiere un sentido metodico distinto

quc la de «cdmo es posible la naturaleza? Pues a Ia ultima

respondcn las formas dc conocimiento, por medio de las

cuales el sujeto realiza la sintesis de los elementos dados,

convirtiendolos en «naturaleza»; mientras que 8,1a primera respondcn las condiciones, sitas a priori en los elementos

mismos, gracias a las cuales se uncn estos realmente para

formar la sintesis «sociedad». En cierto sentido, todo este

libro, tal como se dcscnvuelve sobre el principio ya eslablcci-

do, constituye la base para responder a aquella pregunla.

Pues pretende descubrir Ios procesos quc, rcalizandose en de

finitive en los individuos, condicionan la gsocialidad». ho como causas antecedentcs en el tiempo, sino como procesos

inberentes a la sintesis uuc. resumiendo. llamamos sociedad.

Pero la cuestion ha dc entenderse cn un sentido mas fun

damental aun. He dicho quc la funcion dc realizar 5a unidad

sintetica, cuando se refierc a la naturaleza, dcscansa en el su

jeto contemplador. y cuando sc refiere a la sociedad, se trasla-

da a los elementos de esta. Cierto que el individuo no tiene prcscnte, en abstracto. la conciencia de formar sociedad; pero,

£1 problems dc b sociologia 41



denando an contenido concreto a oiroi sin Que tengamos d

ella ana consciencia aparte, salvo en raras y posteriores abs

cracciones. La cuestion se nos prcscnta ahora de este modo

iQue elementos generales y a priori han de servir de fundamento. que supucstos han de actuar para que Ios proceso

sin ulares, concrctos, dc la consciencia del individuo sean

verdadcros proccsos de socializacion? (Que condiciones con

tenidos cn ellos hacen posihle quc su resultado sea. dicho

en terminos abstractos, la produccion de una unidad socia

con elementos individuales? Los fundamentos a priori socio

liigTcos- tendran la misma doble signification que aquelloque «bacen posible» la naturaleza. Por una parte determina

ran. mas o menos perfecta o deficientemenlc, los procesos rea

les de socializacion, como funciones o enCrgi'as del acontece

espiritual. Mas por otra parte seran :0 - supuesios ideales logi

cos de la sociedad perfecta, aunque quiza nunca realizada con

esla perfeccion analogamcnie a como la ley de la causalidad

por un lado vive y aetua en los procesos efeciivos del conoci

mientOj y por otro consfiiuye la forma de la verdad, como sis

tema ideal de conocimientos perfectos, independicntemcnie

de que esa forma sea rcalizada o no por el dinamismo, rclati

vamenie accidental, del espiritu, e independieniemcntc dc la

mayor o mcnor aproximacion que reveie la verdad realmente

consejiuida, a la verdad idealmeiue pensada.

La investigation de estas cofdiciones del proccso de so

cializacion idebe llamarse epistemologia? Es esta una meracuestion de nombre, pues los produc<os rcsuliames de esas

condiciones y determinados por ellas no son conocimientos

sino proccsos practi:os y realidades. No obstame, eslo a que

me rcficro, y que hemos de estudiar como concepto general de

la sociali/ Hcion, es algo analo o al conocimiento: cs la con-

ciencia de socializarse o estar soeializado. El sujeto no se en-

cuentra aqui trente a un objeto del quc va adquiriendo gradual-mente una idea teorica sino quc Ia conciencia de la socializa

1-1 Sociology



gorias especificas debe poseer el hombre para que surja esta

conciencia y, por consiguiente, cuales son las formas que

debe tener esta consciencia una vez formada. la sociedad cons-

tituida como hccho sabido? Todo esto puede constituir una

epistemologia de la socicdad. En lo que sigue inteniare esbo-

zar, como ejemplo de tal investigacion, aj unas_de estas con-

dicjones o formas de socializacion, que actuan a priori aunque

no puedan ser designadas, como las categories kantianas, con

una sola palabra.I. La idea que una persona se forma de otra, mediante

contacto personal, esta condicionada por cicrtas modificaciones quc no son sencillos eirores de experiencia incompleta, o

falta de agudeza en Ia vision par prejuicios de simpatia o en-

tipatia, sino cambios radicalesen la estructura del objeto real.

Estas modificacioncs caminan en dos sentidos-. Vcmos a los

demas generalizados en cieria medida, acaso porque no nos

es dado representainos pienamente una individualidad ililc-

iente de la nuestra. Tcda imagen que un alma se forma de otra esta determinada por la scmcjanza con ella; y si bien

no es esta, en modo alguno, la condicion unica del conoci

miento espiritual—■ya que, por una pane, parece necesaria

una desigualdad simultanea para quc haya distancia y uhjo

tividad, y, por otra parte, una capacidad inielectual que se

mantiene mas alia de ia igualdad o no igualJad del ser —,

un conocimiento perfecto presupondria, sin embargo, una igualdad peifecta. Parcce como si cada hombre luviese en si

un punto profundo de individualidad que no pudiera ser ima-

ginado interiormente por ningun otro, cuyo ccntrO ir'-dividual

es cualitativamente diverse. Y si esca exigencia no es compa

tible logicamente con la distancia y enjuiciamicnto objetivos

en que descansa nuestra rep resentacion del otro. ello prueba

solamente que nos esta vedado el conocimiento perfecto de la individualidad ajena "De las~variaciones de esta deficiencia

p.l problema dc Ij sociologia 4J



u Sociolo

a que su individualidad pertenecc. A pesar de'su singularida

Ie pensamos colocado bajo una categoria que ciertamente n

coincide con el por entero — ciicunstancia esta ultima qdiferencia esta relacion dc aquella que existe entre e! concep

general y los casos individuals bajo el comprendidos —. Pa

conocer al hombre no le vemos en su individualidad pur

sino sostenido, elevado o, a veces tambien, rebajado por

lipo general, en el que le ponemos. Aun cuando esta transfo

macion sea tan imperceptible que ya no podamos reconocer

inmediatamente; aun en el caso de que nos fallen los hab

tuoles conceptos caracteristicos, como moral o inmoral, lib

o siervo, Sonor o esclavo, etc., designamos interiormenie

hombre, segun cierto tipo, inexpresable en palahras.con el q

no coincide su ser individual.

Y esto nos conduce mas lejos todavia. Sobre la tot

gularidad de una persona, nos formamos de ella una image

que no es identica a Su ser real, pero que tampoco represen

un tipo general, sino mas bien la imagen que presentaria e

persona si, por decirlo asi, fuera ella misma pienamente,

realizase, por el lado bueno o por el malo, la pasibilidad ide

que existe en cada hombre. Todos somos fragmentos, no so

del hombre en general, sino de nosotros mismos. Somos in

ciaciones, no solo del lipo humano absoluio, no solo del tip

de lo bueno y de lo malo, etc., sino tambidn de la individual

dad unica de nuestro propio yo, que, como dibujado poli'ncas ideales, rodea nuestra realidad perceptible. Pero la m

rada del otro completa este caracter fragmcntario y nos con

viertr_en In qtig no somos nunca pura y entcramente. N

podemos reducirnos a no ver en los demas sino los fragmen

tos rcalcs yuxtapuestos, sino quc, de la misma manera, com

en nuesiro campo visual, completamcs la mancha ciega d

modo que no nos damos cuenia de ella, asi tambien con csodatos fiagmentarios consfruimos Integra la ajena individual



Este metodo fundamental, que en la realidad raias veces

es llevado a la perfeccion, obra dentro de la sociedad exis-

tente, como el a _priori de las acciones reciprocas due pos-

t riormente se entretejen entre Ios individuos. Dentro de un circulo Ii£ado "por Ia comunidad de profcsion o de interes,

cada miemtro vc al otro, no de un modo putamente empirico, |

"sino sobrTVTiundamcnto dc un a priori que csc circulo impo-,

nc a todoslos que cn cl parlicip.an- En los cfrculos de los

oficiales, de los creyentes, de los funcionarios, de los intclcc-

tuales, dc la familia, cada cual ve a los demas sobre el supues-

to de que es un miembro del circulo. De la base vital comun parten ciertas suposiciones, a traves de las cuales los indivi

duos sc ven unos a otros como a craves de un velo. Este velo

no se limits a encubrir la peculiaridad personal, sino que le

confierc nueva forma, fundiendo su consistencia individual

con la del circulo. T o vemos a los demas pur&mente como

Individuos. sino^omo colefias, o companeros, o correJijtjiona-

rios; cn una palabrA, como habitantes del mismo mundo par-) |ticular. Y este .supucsto inevitable, que actua de un modo

auiomatico, cs uno dc los medios que tiene el hombre oarai

dar a su personalidad y rcalidad, en la representaciou del I

otro, la cualidad y forma rcgucridas por su sociabilidad.

Es cvtdcnte que esto puede apiicarsc lambien a las rela- i

ciones quc los micmbros de dislintos circulos manticnen entre

si. El paisano quc iraba conocimiento con un oficial no puede

prescindir de quc cstc individuo cs oficial. Y aunque cl ser oficial sea nota cfccliva dc su individualidad, no lo CS, sin em

bargo, del modo esquemaiico como el otro sc lo represents. Y

lo propio ocurrc al prolcstante respecio del caltflico, al comcr-

cianie respccto del funcionario, al laico respecto del clerigo, ct-

cctera. Por doquicra encontramos que la rcalidad queda vela-l

da por Ia gcncrnlizacidn social, con vclos quc excluyen cn

principio su dcscubrimTcnto, dentro dc una sociedad social-)rncnt</ muy tlilercnciado De este modo cl hombre encuentra

t| problem! dc La sociology



44* Snciolog

social a que pertenccc. Y sobre todo esto hot a como pr incipi

euristico la idea de su definicion real, absolufamente indi

vidual. Pero si bien parecc que unieamente cuando hayamo

conseguido esta podremos establecer nuestra relacion justa

con el otro, sin embargo, esas modi'ficaciones y transformacio

nes que impiden su conocimienlo ideal son, justamente, la

condicioncs merced a las cuales resultan posibles las relacio

nes que conoccmos como sociales — poco mas o menos de

mismo modo que, cn Kant, las categorias del entendimiento

al convertir las intuiciones dadas en objetos complelament

nuevos, hacen que el mundo dado resulte cognoscible., II. Hay otra caiegoria desde la cual los sujetos se ven a s

Imismos, y unos a otros. y se transforman de suerte que pueden

Iproducir Ia sociedad empirica. Esia categoria puede tormulars

en la afirmacion aparentementc trivial de que cada elemento

de un grupo no es solo una paile dc la sociedad, sino adema

algo fuera de ella. Este hecho actua como un 6 priori social

porque la parre~Jel individuo que no se orienta hacia la sociedad o que no se agota en la sociedad. no debe concebirse como

algo que se halla junto a la parte social, sin relacion con esta

como algo que esta fuera de la sociedad, como algo a que la

sociedad debe dejar espacio, quieralo o no. El becho de que e

individuo en ciertos aspectos no sea clenxentQ-de la sociedad

constituye la condicion positiva para que lo sea en otros aspcc

tos, y la indole de su «socialidad» esta determinada, al menos

cn parte, porTa indole de su «insociaIidad». En las invesiiga

ciones que siguen vereinos algunos tipos cuyo sentido sociolo

gico queda fijado en su esencia y fundamento, justamente po

el hecho de esrar excluidos en cierto mndo de la sociedad, para

la cual. sin embargo, es imporla nte su existencia; asi ocurrc con

el extranjero, el enemigo, el delincuente y aun el pobre. Pero

esto puede aplicarse, no solo a estos tipos generales, sino, con

incontables variantes, a toda existcncia individual. El becho



oficial no es solo oficial; y ese su ser extrasocial. su tempera-

mento y los reflejos de su destino, sus intereses y e! valor de

su personalidad, aunque no aheren en lo fundamental las

acfividades burocraticas, comerciales, militarcs, presian al hombre un maliz particular y modifican, con imponderables

extrasociales, su imagen social.

El trato de los hombres. dentro de las categories sociales,

seria distinro si cada cual solo apareciese ante el otro como

comprendido en la categoria correspondiente, como sujeto de

la funcion social que lc esta asignada. Los individuos, como

las -DTofesiones v posii-iones suciales, se distTngucn segune! grado Tnque admiten junto con su contenido soda! aque! otro

elemcnto «extrano a lo social*. En la serie de esos grades, ono

de los polos puede ester conststutdo por la relacion de amor o

de amisiad. En estas relaciones, lo que el individuo rcserva

para si mismo, allende la actividad dedicada al otro, puede

acercarsc cuantitativamentc al valoi-Iimite cero. No existe

en ellas mas que una vida unica, que puede ser contemplada.o vivida, poi decirlo asi, desde dos puntos de vista; en el

aspecto interior, terminus a tfuo del sujeto* y tambien, pero

sin modificacidn algunn, en la direecion de la persona ama-

da, bajo la categoria de su terminus adquem, que la i>ersono

amada asume totalmente. En otro sentido distinto, olrcee el

sacerdote catolico un fenomeno dc forma igual, por cuanto Su

funcion eclesiastica cubre y agota por completo su realidad individual. En el primcro de estos casos extrcmos sidesaparecc

cl elemento «ajeno» a la actividad sociologica, es porque su

contenido se hX agotado totalmente en la TTTreccion delotro

lerraino-. cn el (aso sc-flnndo. es noroue los contenidos tie acti-

vidad no social han desaparccido en principle. EI polo ron-

trario pueden ofrecerlo, por cjemplo, las manifestaciones de la

Civilizacion moderns, determinsdas por la economia moneta-

ria, cn la cual el bombre, considcrado como productor, como

hi problema ilc I j sociologia



48 Sociolo

pertenezca a esta pura objetividad, desaparece de ellas. El e

mento «no social# recoge por completo la personalidad, con

color especial, con su irracionalidad y su vida interior; so

quedan para aquellas actividades sociales las energias especficas nccesarias.

Las individualidades sociales se mueven entre estos e

Itremos, de tal mancra, quc las encrgias y determinaciones qu

convergen hacia el centro intimo, tienen importancia y sentid

para las actividades y sentimientos dedicados a los dcmi

Pues, en el caso limite, la conciencia de que esta actividad

sentimiento social constituye algo distinro del resto no sociaalgo que no admite en la relacion sociologica ningun elemen

«no social®, ejerce un influjo positivo sobre la actitud que

sujeto adopla frente a los demas y Ios demas frenie a el. E

la nriori de la vida social empfrica afirma que la vida no

eompletamentc sociaLNo solo constiruimos nuestras relaci

nes mutuas con la rcserva negativa de que una parte de nue

tra personalidad no entra cn ellas; la parte no social de nuetra persona no actiia solo por conexiones psicologicas gener

les sobie los procesos sociales en cl alma, sino que justamen

el hecho formal dc estar esa parte fuera de lo social, determin

la naturaleza de su influencia.

Asimismo. el hecho de que las socicdadcs estan con

tituidas por seres quc al mismo tiempo se hallnn dentro

fuera de ellas, forma la base para uno de Ios mas importantes fenomenos sociologicos, a saber: que entre una sociedad

los individuos que la formftn puede existir una relacion com

la quc existe entre dos partidos, e incluso que esta rclacid

deci&rada o latente, existe siempre. Con esto la sociedad cr

acaso la figura mas conscience y, desde Iuego, la mas gener

de una forma fundamental de la vida; que el alma individu

no puede estar en un nexo, sin estar al mismo tiempo fuera

el, ni puede estar inclusa en ningun orden sin hallarse



absolute. No obstante, para due esta fusi<5n ten£a sentido, ha

Je conservar el hombre en alguna manera un ser propio, una

contraposicion personal, un Yo separado, para quien la diso-

lucion en el todo divino sea un inlinito problema, un proceso que metaffsicamcnle seria imposible de realizar y religiosa-

mcnte imposible de sentir, si no arxancase de un sujeto con

propia rcalidad. £1 ser uno con Dios no tiene sentido.- si no se

es otro que Dios.

Si pxescindimos de esta cumbre trascendente, la relacion

que ha mantenido cl espiiitu humano, a lo largo de su histo-

ria, con la naturaleza como un todo, ofrece la misma forma. Nos sabemos por una parte incorporados cn la naturaleza,

como uno de sus productos. que, con los demas, es un igual

entre iguales; nos percatamos de no ser m6s que un punto por

el que cruzan las materias y energies naturales. como cxuzan

pox las aguas corrientcs y las plantas Cn flcr. Y no obstante,

el alma tiene el sentimiento de una existcncia piopia. indepen-

diente de todos esos nexos y relacioncs, independencia que se

dcsigna con el conccpto. tan inseguro Idgicamente, de libertad,

y que lanza a todo ese trafaga (de que nosotros mismos somos

un elemento) un mentis que culmina en la afirmacion radical

de que la natuialeza no es sino una lepresentacion del alma

Humana.

Pero asi como la naturaleza, con sus inncgables leyes pro-

pias, con su solida realidad, se encierra dentro del o, asi por

otra parte este Yo, con toda su libertad y sustantividad, con toda su oposicidn a la naturaleza, no es sino un miembro de

£sta. Justamente el caracter trascendcnte del nexo natural

Consiste en eso: en que comprende dentro de si ese ser indepen-

dientc y con frccucncia enemigo. Y aun lo que por hondo sen

timiento vital 5C situa fuera dc la naturaleza, ha dc ser, no

obstante, un elemento de la naturaleza. Esta formula no cs

menos aplicable a la relacion entxe Ios individuos y los ciicu- lospaiticulaxcs desus vinculos sociales, o — si se funden £sios

El problems dc b sociologia 49



50 Soclnlo

;espiritu del preterito, cristalizado cn formas objetivas, dcte

mina las disposicioncs y contenidos dc nuestra vida, basta

punto dc yue ba podido plantearse la cuestion de si el indiv

duo es algo mas quc una vasija en quc se mezclan. en candadcs variables, elementos ameriormente cxis<entes; pues

bien, en defimliva, estos elementos son producidos por ndiv

duos, la contribution de cada cual constituye una cantid

inaprcciable, y solo por su confluencia generica y social enge

dran los factores, cn cuya sintesis, &Su vez, consuls luejSo

individualidad. Pero por otra parte sabemos que somos micm

Sros dc ’.a sociedad. Nosotros, con nuestro proceso vital y sentido y fin de este, nos scntimos tan enirelazados en la c

cxistencia como en la succsion social. En calidad de seres nnt

rales no constituimos una realidad separada; cl ciclo de lo

elementos naturales pasa por nosotros, como seres rotalmen

impersonalcs, y la igualdad ante las leyes naturales redu

nuestra vida a un mero ejcmplo de su neccsidad. De la mism

manera, en calidad de seres sociales, no vivimos en derred

de un centro autonomo, sino que en cada momenio estamo

formados poi rclaciones reciprocas con otros, siendo asi cnm

Iparables a la sustancia corpSrea, que para nosotros solo exis

como suma de varias impresiones sensoriales, pero no com

existencia en si y por si.

I

No obstante, sentimos quc esta difusion social no disue

ve entcramente nuestra personalidad. Y no se trata solo d

las ya mencionadas reservas, de esas contcnidos individuals cuya sentido y evoludcSn se basan, desde Iuego, en el alm

individual y no Tienen lugar alguno dentro de la conexio

social: no sc trata Cinicamcnte tampoco de la formation dc lo

contenidos sociales, cuya unidad, al modo del alma ind

vidual, no cs, a su vez, integramente social, del mismo mod

que no puede deducirsc de la naturaleza quimka de los co

lores la forma artistica que toman en cl lienzo las mancbacromaticas De lo que se trata es ante todo de esto: que e



tl jirohlcnm dc la sociologia 51

diversas categories bajo las cuales se considera uno y el mis

mo contenido; a la manera como una misma planta puede scr

considerada desde el punio de vista de sus condiciones biol<5- icas o atcndiendo a su utilidad practica o a su valor esttftico.

El punto de visia desde el cual la existencia del individuo es

ordenada y comprendida, puede tomarse dentro o fugra del

individuo. La totalidad de la vida, con todos sus contenidos

sociales, puede considerarse como cl destino central de quien

la vive; pero puede considcrarsc tambien. con todas las paries

reservadas para cl individuo, como producto y elemento de la

vida social.

Asi. pues, el hecbo de la socializacion coloca al indivijluoi

cn la 3oble situacion de que hemos partido: la de estar en ella

compreridido y al propio tiempo encontrarse enfrente de ella; ■

Ta 3e~ ser miemKro de un organismo y al propio tiempo un

todo onjanico cerrado, un ser para la sociedad y un ser paras?'

mismo. Pero lo cscncial vlo due nresia senlido aTa priori so-

ciologico, que cn esto se fundamenta, es due la relacion dc

interioridad y dc cx/terioridad cnirc cl individuo y la socic-

dad, no son dos dcierminacioncs que subsistan una junto a la

otra — aunque cn ocasiones asi sea y pucdan llegar basla una

bostilidad rcciproca —, sino due ambas caracterizan la posi-

cion unitaria del bombre que vive en sociedad. La existencia

del bombre no es, en parte, social y , en parte, individual, con

escision dc sus contenidos, sino que se lialla bajo la categoiia fundamental, irreductible, de una unidad que solo podemos

expresax mediante la sintesis o simultaneidad de las dos de-

terminaciones opuestas: el ser a la vez parte y todo, producto

de la sociedad y elemento de la sociedad; el vivir por el propio

cenfro y el vivir para eTpropio centro. La sociedad no consta

solamenteTcomo antes sc vio, de seres en parte no socializa-

dos, sing c|ue consta de seres que por un lado se sienten cual cxistencias pienamente socialcs y t>or otro cual existenciasj



S2 SoLio

que encierra los dos elementos, totalmente distintos en

contenido, de lo causante y de lo causado. U n j priori dsociedad empirica, una de las condiciones que hacen pos

su forma, taTcomo la conocemos, es, pues, esa facultad

poseemos de construir cn ciertos seres, capaces de sentirse

minos y *ujetos de sus propias evoluciones y destinoa. el c

cepto de sociedad, que tiene en cuenta a estos individuos y

es conocida, a su vez, como sujeto y termino de aquellas vi

y determinaciones.III. La sociedad es un pioducto de elementos desigua

Pues aun en los casos en oue cieitas tendencias~3emoticas o socialistas planeen, o cn parte consigan, una «igu

dad», esta igualdad es siemprc cquivalencia de las person

las obras y las posiciones, nunca igualdad dc los hombres

su estructura, sus vidas y sus destinos. Y, por otra pa

cuando una socicdad escIavLzads no constituye mis que u

masa, como en las monarquias orientales, esta igualdad

tudos con todos no se refiere mas que a ciertos aspectos deexistencia, los politicos o economicos, por ejemplo, pero n

su totalidad: pues las cualidades nativas, las relaciones p

sonales, los dostinos vividos. tienen inevitablemente a

unieo e inconfundible, no solo por el lado interior de

vida, sino tambien por lo que toca a las relaciones con ot

existencias. Si consideramos la sociedad como un esquc

puramente objetivo, aparecesenos cual ordenacion de conte

dos y actividades, relacionados unos con otros por el espa

el tiempo, los conceptos, los valores, y en donde pucdc prcindirse de. la personalidad que sustenca su dinamismo.

Abora bien; si aquella desigualdad dc los elementos b

que toda obra o cualidnd aparezca dentro de esta ordenac

como algo individualmente caracterizado, claramenie determ

nado en su silio, la sociedad sc nos presenlari como un cosm

de diversidad incalculable en cuanto a scr y movimiento; p



Je la sociedad, considerada como un tejido de fendmenos

determinados. Esta imajjen de la sociedad encuentra una ana-

Jogia en miniatura, infinitamente simplificada, y por deciila

asi, estilizada, en la burocracia, que consiste en un orden

determinado de «puestos», de funciones, que independiente-

mente de quien en cada caso las desempene, producen una

conexidn ideal; y dentro de esta, cada recien llegado halla un

sitio claramente demarcado, que, por decirlo asi, le estaba

esperando, y con el cual tienen que armonizar sus aptitudes.

Lo que en este caso es una determination consciente y siste-

m&tica de trabajos, constituye en la totalidad social, n&tural- mente, una inextricable confusidn de funciones. Aqui los

puestos no son el producto dc una voluntad constructiva;

solo por 1a obra y la vida dc los individuos pueden sei conce-

hidos. Y pcse a esta enormc diferencia; pcse a cuanto de irra-

cional, impeifecto y condenable, desde un punto de vista

valorativo, se encuentra en la sociedad historica. sn estrnctura

fenomenoldgica — la suma y relacion de las existencias y obras quc cada elemento ofrece desde un punto de vista obje

tivo social — es una ordenacion de elementos, cada uno de !os

cuales ocupa un pucsto determinado; es una coordinacion de

funciones y centros funcionales, colmados de objetividad, de

sentido social, aunque no siempre de valor. Aaui lo nuramen-

te personal..lo intimamente productivo, los impulsos y refle-

_jos del yo propiamente dicho, permanecen fuera de la consideracion. O. dicho de otro modo: la vida de la sociedad

transcurre no psicologica, sino fenomenologicamente, desde

el punto de vista exclusivo de sus contenidos sociales — como

si cada elemento estuviese p re determinado para su puesto en

C Q m ' u n ' f n l A pesar de la dcsarmoma que existe con respecto

a las exigencies ideales, la vida social discurre coma si todas

sus miembros estuviesen en una relacion uniforme. de mane-

ra que ca£Ja un0 <je e[l0Si prccisamenre por scr este y no otro,

El problema dc la socio logy S3



■j-t Sucio

un lugar determinado dentro de su medio social, y de due

lugar, que idealmente le corresponde, existe realmente e

to To social — este es el supuesto soFre eTcual vive el in viduo su vida social. Podriamos llamarle «el valor gene

del individuo. Este supuesto es independiente de su

o menos clara y consciente' concepcion, como tambien de

realizacion en el curso efeciivo de la vida; del mismo m

que el apriorismo de la ley causa!, como supuesto formal

conocimiento, es independiente de que la conciencia la

mule en conceptos claros y de que Ia realidad psicologica pceda o no con arreglo a ella. Nuestra vida cognoscitiva

cansa en el supuesto de una armoma preestable.cida e

nuestras energias espirituales (por individuales que sean)

existencia exterior, objetiva. Pues esta es siempre la expres

del fenomeno inraediato, aunque despues quede este fenom

referido metafisica o psicologicamente a la produccion

la existencia por el propio intelecto. Del mismo modo, la v

social est£ atenida al supuesto dc una aimonla fundame

entre el individuo y el todo social, sin que esto~impfda"

estridentes disonancias de la vida etica y la eudemonistica

la realidad social se conformase a este supuesto fundamen

sin dificultades ni quiebras, tendriamos la sociedad perfect

no en el sentido de la perfeccion etica o eudemonistica, s

de la perfeccion conceptual. Seria, por decirlo as!, no

sociedad perlcctA, sino la sociedad perfecta. Mientras el i

viduo no realice o no encuentTe realijcado este a priori de

existencia social — la plena correlacton de su ser individ

con los cireulos que 'Terodgan; la necesidad~de su vida pe

nal interior para la vida del lodo — no poHra ecirsc que

' socializado ni seraTa sociedad ese conjunto continuo de

ciones reciprocas, que enuncia su concepto.

Esta relacion se muestra particularmentC acentuada e



tambien de los anliguos. Sdlo que esta relacion se verificaba

para Ios antiguos cn un contenido uniforme. Su principio que-

Ja declarado en el dicho aristotelko de que unos por natura

leza estan destinados a ser esclavos y otros a ser amos, Cuan- Jo el concepto ohtiene mas fina elaboracion, muestrase cn el

una estructura particular. De una parte, la sociedad crca y

ofrece un «puesto», quc, aunque diferente de los demas en con

tenido y limites, puede ser en principio ocupado por muchos.

siendo pox lo tanto algo, por decirlo asi, anonimo. Pero de

otra parte, pese a este su caracter de generalised, el nuesto es

ocupado por el individuo, en virtud dc una avocacion»j.ni£ri&r, de una cualificacion quc el individuo pexcibe como enteramente

personal. Para que cxistan profesiones en general dehe existir

una especie de armonia entre la estructura y proceso vital de

la sociedad, de un iado, y las cualidades e imoulsos individua-

les, de otro. Finalmentp sobre ella, como supuesto general,

descansa la representacion de que la sociedad ofrece a cada

persona una posicidn y labor, para la quc esta persona ha sido

destinada, y rige el imperativo de hustarla hasla enconirarla.

La sociedad empirica solo resulta «posiblc» gracias a este

a priori, quc cuimina en el concepto de profesi6n; aunque tal

a priori, analogamente a los ya tratados, no puede designaise

con un sencillo calificativo, como sucede con las categorias

kantianas. Los procesos de conciencia en que se realiza la

socializacion — la unidad de muchos. la mutua delerminacion

de los individuos, la importancia mutua de los individuos para el todo y del todo paxa los individuos — se verifican so-

kre un presupuesto fundamental, que, cri absftacto> no es cons

ciente. pero que se exprcsa en Ia rcalidad de Ia practical y es

que el elemento individual halla un puesto en Ia estxuctura

general, e incluso que esta estructura es, en cierto modo, ade-

cuada, desde luego a la individualidad y aTa labor del indivi

duo, pese a lo incalculable que es este ultimo. La concatena-1Cion causal que entreteje cada elemento social con el ser y la

lil problema dc la sociologia >5



56 Sociol

que existe por si y se determina por si. Esa totalidad fenom

nica se atempera, pues, al fin del individuo, que, por deciilo a

se acerca desde fuera; ofrece a! proceso vital del individuo, d

terminado en su inferior, el puesto en donde su peculiar p

sona se conviene en miembro necesario de la vida del todo.

esta una categoxia fundamental, que pxesta a Ia conciencia

dividual la forma necesaria para tornarse elemento social.

* • •

Es cuestion bastante baladi la de si las investigacion

sobre Ia epistemologia social — de las que esla digresirin baservir de ejemplo — pertenecen a la filosofia social o a la s

ciologia. Acaso sean un tcrritorio ftonterizo entiO ambos m

todos. Pero, como antes be indicado, el planteamicnto del p

blema sociologico y su delimitacinn con xespecto al filosofi

no sufren en nada pox ello, como tampoco sufren los concep

de dia y nocbe poique exista el crepusculo, ni los de hombre

animal porque acaso lleguen a encontraisc grados intermdios que liguen las caxacteristicas de ambos de un modo q

za inseparable en conceptos. EI problema socioldgico se p

pone tan solo abstraex lo que en el fenomeno cOmjiIejo t

J Hamamos vida sociaTTes rcalThente sociedad, cs decir, socia

zacion. La sociologia toma este concepto en su maxima pu

za, alejando de el todo aquello que, si bien solo en la socied

puede obtener realization historica, no conslituye empeiosociedad como tal, como forma de existencia unica y auldr

ma. Nos encontramos, pues, con un nucleo de problemas

confundibles. Puede suceder que Ia pcriferia de este cixculo

pxoblemas entre en comacto, cfimcro o permanenie, con otr

circulos. Acaso las determinaciones fronterizas xesulten dud

sas. No por eso el centxo permanece menos f J jo en su lug

Paso abora a demostrar la fccundidad de este conceptoproblema central en estudios parciales. Sin pretender ni



Capi'tulo 2

LA CANTIDAD EN LOS GRUPOS SOCIALES

V

AMOS a examinar una serie de formas de convivencia,

de unificacion y de accion recfproca entre los indivi

duos, atendiendo solo al sentido que tiene el numero de Ios

individuos socializados en dicbas formas. De antemano, y

partiendo de las experiencias diarias, babra de concedcrse que

un grupo, cuando posee cierta extension, loma resolueiones,

erea formas y or anos para su conservation y fomcnio, dc las

que antes no necesitaba; y que, por olra parte, los circulos mas

lirnitados tienen Aialidades y realizan acciones mutuas, que

desaparecen inevitablemente a] sobrevenir una ampliacitfn nu- meriea. Una doble imporfancia debe concedcrse, pues, a la

cantidad. Pximero la ne ativa: yue cierlas formas, necesarfas

0 posibles en virtud de las condicioncs vitales, solo pueden

realizarse mas aca o mas alia dc cierto limite numerico de ele

mentos. Y despues la positiva: que ciertas formas resultan di-

rectamente de las modification's cuantitativas que sufren los

grupos. Como es natural, Cslas no se pxesentan siempre en todos Ios casos, sino que dependen de otras determinaciones;



sx Socio

fracasado en los grandes. La tendencia interior de estas or

nizaciones, la justicia cn la distribution de trabajo y g

puede realizarse bien en un grupo pequeno y — lo Queguramente es tan importante — puede ser comprobada e in

venida por los individuos. Lo que cada cual trabaja par

comunidad y lo que de Ia comunidad recibe como retribuc

aparece en estos casos muy claro: dc manera quc cs faci

comparacinn y equiparacidn. En cambio, en un circulo

plio, esta distribution dificulta la inevitable diferencia e

las personas, sus funciones y sus pretensiones. Un nummuy grande dc hombres no puede formar unidad mas

implantando rcsueltameme la division del trabajo; no

por razones obvias de tecnica economica, sino porque un

mente la divisidn del trabajo pucdc hater quc los individ

esten referidos y alcnidos unos a oiros, lo coal pone a c

individuo en relacion con los dcmas por incontables rni

bros intetmedios, previniendo asi el peligro de descompcidn, que amenaza siempre a los grupos extensos. Por

razon, cuanto mas estrecha sea la unidad exi ida, tanto

escrupulosa ha de ser Ia especializacion de los individ

y, por consiguicnte, tanto mas incondicional ha de ser Ia

pendencia del individuo con respecto al todo y del todo

respecfo al individuo. El socialismo de un cirtulo muy am

exigiria la mayor difercnciacion dc las personas, difcrenciac

que, naturalmentc, trascendicndo de su trabajo, habria de

tenderse a sus senlimientos y dcscos. Pero esto dificulta ex

madamente la comparacidn dc las presiaciones y de las re

butioncs, asi como el equilibrio de ambas; mientras

traijSndosc dc circulos pequenos, y por tanto indifcrencia

subsistc Ia posibilidad de un socialismo aproximado.

Lo quc, bajo el imperio dc una cullura progresiva, eon

na, por decirlo asi, ldgicamentc estos grupos a escasez nu



brica de objetos de bierro, fundada en l88o por un discipulo de

Fourier, sobre Ios printipios de asistencia plena a cada trabaja-

dor y familia, aseguramiento de un minimo de existencia,

crjanza y educacion gratuita de Ios bijos, adquisici6n colectiva de las subsistencias. Hacia el ano 9o, la comunidad ocupa-

ba, aproximadamente, a 2-000 personas, y parecia tencr condi

ciones de vida. Pero esto se debe indudablemente al becbo dc

estar rodeada poi una socicdad que vive en condiciones com-

plelamente diferentes y poi medio de la cual puede Ilenar

para la satisfaccion de sus necesidades, los vacios quc necesa-

riamente Kan de quedar en su propia produccion. Las neccsidades bumanas no pueden racionalizarse, como la produccion;

mas bien parecen sujetas a un acaso incalculable, quc s6lo

permite satisfacerlas a condicion de que al propio tiempo se

produzcan innumeras cosas irracionates e inaprovecbables.

Por eonsiguiente, un circulo que cvite esto y se propon a la

plena sistematizacion y finalidad de sus actividades, solo po-

dra ser un circulo pequeno; unicamente a'si podra recibir de uno grande que le circunde lo que ncccsita para vivir, pose-

yendo cierto grado de cultura.

de prcstar, kabria quc fcaberlo jeleecionado cn tantoa y tan beter«j3cncos enmpos de la

rida liiitdrico-social, quc cl nabajo de una 4ola peisona no podtfa bastar a rcco cr lo

como no fuera acudiendo a fuentes secundariaj, y tstaa *dlo pLufca vece* pO-

dilan <cr COmprubadoJ por dda invcatiflacidn prTional de loi hefliOJ- Pnr nirn parte, el

rraLajo se extendcria sobre una lat£a serie dc anos; y sc comcrc-nde, por mnroj que no

«odoj I o j KetKoa han podido ser confrontadoa con cl csiado momonrAnco dc la invc*-

tidacion, inrncdiatazueaic antes dc lo publication del libto. Si 1b expOiiitidn Je L echos

sociales e cclivoa fueia el okjefo — hica QU« aerundaria — Je este libto, no aeria aJ .

misible esc mmgm que aqui queda' para afitmacionei no prohada* o eironcas. Pero

cate likio interna mosfiat la pojibilidad de una nu£v& abstraction cicnrifica dc la cxis-

tcncia aocial. Por lo tanto, lo csencial consist* en llevar a cabo eaia abstraction sobre

*ldlinoa ejcroploa, moitTnndo que no catecc dc sentido 5i se me permite expiesucme

con alguna exagcracidn, cn bien de la clariJaii metodica, dire que lo que importa ta que

^o s cjemploi scan p&siblcs, yno qo« jenn reales. Pues su verdad no caii dcstinadA a

L j caflridid los grupos sociaies 59



60 Socio

Existen ademas grupos de indole religiosa, que, en vir

de su estructuia sociologica, no permiten su aplicaci£n a

numero crecido de miembros: tales las sectas de los valdenmcnonitas, husitas. En las sectas cuyo dogma prohibe,

ejemplo, el juramento, el servicio militar.la aceptacion de

gos publicos; en aquellas en que la produccion, Ia distribuc

del dia y hasta el matrimonio estan sujetos a regia comun

aquellas en que los iieles tienen una vestimenta especial,

tinada a distinguirles de los demas hombres y a designa

como pertenecientes a la comunion; en aquellas en queexperiencia subjetiva de una relacidn inmediata con Je

constituye el nexo propiamente dicho de Ia comunidad, in

dablemente la extension a cfrculos m&s amplios zomperi

vinculo, porque este descansa en gran paite justamente e

actitud excepcional y dc oposicidn adoptada por el conju

En este aspecto socioldgico, al menos, no deja de estar ju

ficada la pretensi6n de estas sectas de representar el cris

nismo primitivo. Pues 6ste, que expresaba una unidad in

fcrenciada aun dc dogma y vida, solo iue posible en peque

comunidades, rodcadas por otrss mayores, que Ies Servian

to para completar los medios de vida necesarios como de

traste para adquirir conciencia de su verdadero ser. Por

iazon, la extension del cristianismo a todo el Estado bub

modificar totalmente su caracter sociologico, no menos qu

espiritu y contenido. Asimismo, de su concepto se desprende ya que una

poracion arisiocratica solo puede tener una extension red

da. Pero por encima de esta evidencia, que resulta de su p

cion dominante frente a las mnsas, parece existir aqui

limitacion df numcio, que, aunque oscile dentro de h'm

muy variables, es absoluia a su manera. Quiero decir que

solo existe una proporcion determinada que permitiria qut d l l bdit i t bi t



La eafltidjd cn los grupos sociilcs 0)

debe set s h a r eab le p a i a t o d os su s in d iv iu d os . Es to s t i en en q u e

conocer se unos a o t ros pe r sona lmen te , de manera que lo s pa -

rentescos y c ruza mi en t os se r am if i que n po r toda la co rpor a

t ion y pue do n peTseguirse fac i lmenle . P o i eso , el he cho de que

las a r i s toc rac ias h i s t6 r icas , desde Espar ta has ta Venec ia , ma-

n i f i e s t en I a t en d en c ia a l a m ay o i l im i t ac i6 n n u m er i ca p o s i

ble, no es debido s6lo a Ia r e p u g n a n c i a egoista a c o m p a r t i r cl

domin io , s ino a l conoc imien to in s t in t ivo de que las cond i

ciones v i ta les de una ar is tocracia no pueden cumpli r se s ino

den l ro de un nu m er o escaso de e lemen tos , nu m er o l imi tado ,

no so lo r e la t iva , s ino abso lu temen te . E l de recho de p r imoge-n i tu ra , cuya na tu ra leza es a r i s toc ra t ica , cons t i tuye e l med io

para impedi r las ex pan s io nes . S6lo sobre su s u p u e s t o f ue p o s i

ble l a a n t i g u a ley t e b a n a quc p i o h i b i a a u m e n t a r el n u m e r o

de poses iones rura les , y la ley cor in t ia , que d isponia que

el num ero de f ami l ias fuese s iempre e l mism o . E s ca rac le ri s -

tico, en es te sen t ido , e l hecho de que cn un a oca s ion h a b la n d o

Plat<5n de los oligoi d o m in an te s , l o s l l am e lo s « n o n u m er o -sos*. C u a n d o u n a co r p o r a t io n a r i s to cr a t i ca d ej a cam p o ab ie r-

to a las tendenci as demo crat ic o-cent i i fuga s , que suele n apa re-

cer a l ver i f icarse el t r i n s i to a com uni da de s mayor es , se p ierde

en con t rad icciones mo r ta l es con su p rop io p r inc ip io v i ta l ,

como le ocurri<5 a l a n o b leza de P o lo n ia . E n los ca so s m as

fe l ices , es ta contrad icc idn sc rcsuelve senci l lamente por t rans-

fo rmac ion en la fo r ma soc ia l democra t ica . As i , po r e jemplo , l a

an t ig u a co m u n id ad l i hr e de los cam p es in o s , en G e r m a n i a

— en la que r e i n a b a la com p le t a i g u a ld ad p e r s o n a l de sus

mie mbros — era ar jstocr&lica ; s in embargo , a l co nt in ua is e en

las ciudades, se convirtic5 en la fuen te de la democrac ia . P a r a

evi tar es to, no cabe s ino f i j a r un l imi te r igo roso de au m en to ,

y opon er la cer razo n cua nt i ta t iva del g rupo a todo s Ios e le

men tos que p re iendan en t r a i y que acaso tengan derecho

a hacer lo . Po r c ie r to que a menudo es en es tos mementoscuando aparecc c la ra la na tu r a le za ar i s toc ra t ica de u n a corpo



6 ’ Sotio

va do pa ra pode r s e r a dm i t i da f i r a dua l m e n t e e n l a s a g rupa c

nes de pa ren tesco . Fr en lc a e s t a am pl ia c id n de l £ rupo ,

a soc iac iones gen l i l i e i a s , c senc ia lmcnte l imi tadas , so lo pud

ron sos t c ne r se e n fo rm a a r i s t oc r a t i c a . Ana l oga m e n t e , l a g

da de Co l on i a , H icherzeche, e s t a ba fo rm a da o r i g i na r i a m e

p a r la t o l a l i d a d de los c i u d a d a n o s l i t r e s ; pero, al a u m e n t a

p o b la c id n , se convii ' t io en u n cuerpo ar is tocra t ico . cer rad

t odos l a s i n t ru sos .

Es c ie r to que es ta tendencia de las a r i s tocrac ias pol i t i

a #no se r num e rosa s* c onduc e o rd i na r i a roe n t e , no a l a c

se rvac ion , s ino a su d j sminuc ion y ex t inc ion . ^ e s to , no s p o r mo t iv os fisialugicos, s i no p o rque los g rup os p e que n o

ccrrados sc d is t ingucn, en genera l , de los grandest en que

m i sm os de s t i nos quc fo r ta l cc e n y r c nu e v a n Ios p r i m e

d e s t r u y e n l os se gu nd os . U n a g u e r r a i n f o r t u n a d a q ue a r r u

a u n p e q u en o E s t a d o - c i u d a d p u ed e r e g e ne r a r a u n E s t a

gran de . Y esto, no s<5l o po r l a s r a z one s e x t e m a s / que se c o

p r e n d e n a s imp le vista, s i n o p o r q u e l a r e lac ion ent re las fuzas de rescrva y las ene igias ac tuantes es , cn ambos cas

m u y d i fe re nt e . L os g rupos pe que nos y de o rg a n i z a t i o n c en

pc ta e m p l e a n todas las fu e r z a s de quc d is po nen , y las gas t

E n c am b io , los g i a n d e s g r u p o s t i e n e n m u c h a s f u e r z as

e s t ado l a t en te , no so lo en sen t ido re l a t ive , s ino abso lu to .

todo , can sus ex igenc ias , no acapa ra a todos l a s miembr

c a ns t a n t e y t o t a l m e n t e , s i no que pue de pe rm i t i r s e c onse rv

energ ies s in hncer de e l las uso socia l. Y es tas cnergias, cn ca

necesa r io , son evocadas y ac tun l i zadas . Por e so , cuando

c i rcuns tanc ias exc luyen los pe l ig ros que ponen en ac t iv id

c ier tas energias soc ia les in tac tas . pueden ser per fec tamen

ade cuad as medida s de l imi t ac id n num£r ica , que inc lu so

r c f ie r an a la pi ocr e ac i on . E n l as m on t a na s de l T i be t r e i n a

po l ia nd r ia , eon v e n t a j a p a r a la eolec tividad, como reconoc

inc luso a lgu nos mis ione ros . E l sue lo es t a n in fec und o en e l



| i cintidad en los jtrupos sociales

njbi l idades de subs is tenc ia , prec isamente cn in te rns de la uni -

Jad y de l va lor soc ia l , que se basa en la unidad. El pe l igro de

la limitaci<5n cuan t i t a t iva queda p revcn ido en e s tos casos porlas condiciones cxteriores de la vida del grupo y por sus con-

s e c u e n c i a s p a i a l a e s t ru c tu r a in t e r i o r del mis mo.

C ua n do un c i rcu lo pequeno somete la s pe rs onas a su un i-

dad, en propor c inne s cons i derables , espec ia lmente en grupos

politicos, t iende a a d o p t a r u n a ac t i t ud mas decidida I rcnte a

las person as , (rent e a los p ro bl em as reales y I rente a otr os

c i rculos . E! c i rculo grande , en cambio , dada la p lura l idad v

d ivc rs idad de sus e lementos . f ome nts o sopor ta lpucho m enos

ta l ac t i tud . La h is tor ia de las c iudadcs gr iegas e i ta l ianas y la

de los can tones su izos mues t ra que l a s comunidades peque-

nas , p rox imas unas a o t ra s , s i no l l egan a cons t i tu i r se en

{cderacion, suelen vivir en bo st i l id ad a bie rta o la tente . La j jue-

ira y el derecbo Iico so n al i i m as dur os y. sobre todo, mas

radicales que entre los grandcs Est&dos. Esto se explica por la

faJ ta de reservas , de e lem entos in de ter mi na do s y de t r an s i -c i6n, que dif icul ian toda modif iencion y adecuacion; por lo

cua l , como tambien por sus condic iones exte r iores y por su

con£gurac ion soc io lugica fundamenta l , encu<?ntranse es los

pequenos c irculos m a s veces a n t e cucs t ioncs dc ser o no ser.

Frente a es tos rasg ns t fp icos de los c i rcu los pequenos , ha i£

r e s a l t a r— c on s el e c ci i n ne c e s a r i a me n le a rb i t r a r i a — lo s si-

guientes rasgos , en t re muchos , quc carac te r izan soc io logica-mente los gr an des c i rculos . Par lo de l hecho de que los gra n-

des c i rculos , comparados con los pequenos , parecen mos t ra r

un m tn o r g rad o de rad ica l i s mo y deci s ion en l a ac t i tud . Pe ro

e s to r c qu i e r e una l im i t a c ion . J u s t a me n te c ua ndo e n t r a n e n

movim iento gra nd es ma sa s — en asu nt os poli t icos , soc iales,

re l igiosos — , ma ni f i es ta se n en e l las u n rad ical ismo ciego: es

la v ictor ia de los par t id os ext re mos sobr e Ios moderad os . E s t o

depende , en pr imer lugar . de que las grandes masas so lo pue



Soci

ca ract e r g en e ral h u m an o . A h o r a b i en; l as r ea l i d adcs en

han de ver i f i ca rse p rac t i camente l as ideas de l a masa

s i e m pr e c o m p l ic a d a s y e s t a n c o m p u e s t a s de u n g r a n n u mde e lementos m uy d ivcrgentes . As i . pues, so lo l as ideas s

pl es p o d r a n actuar , y a c i u a r i n s iempre, dc u n m o d o par

in con s id erad o , r ad ical . Es t e ca r i c t e r se ace n tu a ra t o d av ia

cu an d o s e t r a t e d e l a co n d u c t a d e u n a masa q u e s e en cu e

ac tua lmen te reun ida . En ta lcs casos , l a s incon tab les sug

t io n es , q u e v an y v i en en . d e t e rmin an u n a cx t r ao rd in

ag i t a t i o n n e rv io sa , q u e co n f r ecu cn c i a a i r a s t r a a l i n d iv i

s in da i se cuen ta , cngrosando los impulsos , como o las , y c

v i r t ien d o a l a masa en b o t in de l a p e r so n a l id ad mas ap a

n ad a . Pa r e s a r az6 n s e h a co n s id e rad o co mo u n med io e s

c ial de mo de ra r la dc mocra cia la reg ia de que las votac io

en el pueb lo rom atio, se verif icase.! po r gr up os f ijos —

butim et centuriatim descriptis ordinibus, classibus, ect&ii

ctcetera — , al paso que l a s democrac ias g r iegas vo t aba n u

t a r i amen te b a jo I a imp res io n i n med ia l a d e l o rad o r . Efu s io n d e l as masa s en u n s en t im ien to q u e su sp en d e t

p c c u l i a r i d ad y rese iva de la p e r s o n a , es, cn su contenido

u n r ad i ca l i smo t an ab so lu to , t an a j en o a t o d a med iac io

p o n de ra c io n , que cond uc ir i a a re su l ta do s i r rea l izab les y d

i ructores, si la m ay o r pa r t e de las veccs la consecuencia

aque l la exagerac ion no cs tuv iese ya compensada por

ca imientos y reacciones in ter iores . Agreguese a es to que masas — en e l sen l ido de que aqui se t ra ta — t ienen poco

perdei , m ie n t r a s quc creen p o d e r g a n a r l o todo. E n esta s i t

c ion , suelen ser dcr r ib ado s todos Ios obs t i cu lo s que se o

n en a l r ad i ca l i smo . Ad em as , l os g ru p o s o lv id an co n m i s

cuencia que los indiv iduos que su poder t iene I imi tcs ; y

o lv id an t an t o ma s f ac ilmen te cu a n to m i s d esco n oc ido s so n

miemb ro s en t r e s f , co mo su ced e en u n a masa g ran d e , r eu ncasu a lmen te



L j cantidad en los grupos sodilrsi

dear . cl f lue se fu nd a en la en treg a s in reservas del ind iv i -

Juo a la tendencia del g rupo , e l que cons is te en Ia r igorosa

de te rminac ion de l g rup o . f r en te a fo rma c iones vec ines . po r Ia

neces idad de conservacion , e l yue se basa en la imposib i l idad

de inclu i r , den tro del marco es t recho de una p lura l idad , c ier -

t as a sp i i ac io n es y p en sa m ie n to s am p l io s . E l r ad ica l i smo ,

como teoria, es b a s t a n t e i n d ep en d ien te de esto. Se h a n o ta -

do yue en la A le m an ia ac tua l ( an tes de l 9 l 4) los elementos

conservadores - r eacc ionar ios sc vcn cb l igados a modera r e l

r ad ica l i smo de sus p re tens iones , ju s tamen te po r causa de su

f u e r za n u m er i ca . Es t an f o r m ad o s p o r t an i a s y t an d iv e r s a scapas socia les , Que no p ue de n perse guir en l in ea recta , ha s t a

el f ina l , n i n g u n a de sus di recciones , s in c aus ai recelos en a l gu-

nos de los e lementos de yuc se componen. Igualmente e l par -

t ido soc ia ldemoc ra ta se ha v i s to ob l igado , p o r su e x tens i6n

caan ti t a t iva , a d i s m in u i r su r ad ica l i sm o cua l i t a t ivo , a conce-

der c ierto m a r te n a las here j i as , a consent i i , s i no cxpresa-

men te , de hecho a l menos , a lgun ab landamien to de su i r r e -

ductibi l idad.

L a ab so l u ta cohes ion de los e lementos . base sociol<5-

gica yue hac e posible el radi cal i smo, es t an to mas dif ici l de

m an ten e r cu an to m as v a r i ad o s s o n lo s e l em en tos i n d iv id u a -

les yue t rae cons i^o e l c rec imiento numer ico . Por eso , las

coaliciones de tra ba ja do re s, cuyo f in es Ia me jo ra de las

cond ic iones de t r aba jo , s abcn m u y b ien yue , a l aum en ta r en

extension , p ie rde n en cohes i6n in te rn a . P er o en estos casos laextens ion n u m er i ca t i en e, p o r o t r a p a r t e, l a en o r m e im p o r t an -

c ia de yue cada nuevo micmbro l ib ra a la coaI ic i6n de un

compet idor , yue podr ia ser pe l igroso para su ex is tencia . Y es

Sue , indudab lemen te , su rgen cond ic iones de v ida comple ta -

Jnen te espec ia les pa ra ayue l los g rupos que sc fo rman den t ro

otro grup o ma yo r , y cuyo prop6si to ideal consis te en re-

un u en su seno todos lo s e lemen tos que caen ba jo los mi sm ossupues tos E n sem eja nte s casos suele reg ir e l pr i nc i p io de:



66 Sociolo

mentos para que Ios de a fuera midan e l poder de l g rupo ; b i

p o rq ue el g r u p o n o puede f o r m a r se com o n o sea in c lu y e n d o

todos Ios e lemen tos : po r e jemplo : en mucbos ca r te les indu

t r i a l s . P o i c on si g ui e nt c , c u a n d o a u n g ru p o se le p l a ntla cues t i on — en mo do a l gu no ap l icab le a t odos •— de t o t

lidad, la cuesti<5n de s i todos los e lementos a que se ex t ien

su p r in c ip io e s t i n r ea lm en te co n ten id o s en e l , b ay q u e d i

t inguir cu idadosamente las consecuencias que se der iva

de esta totalidad y l a s que se de r ivan de su tamano. C l a

es ta que e l g ru po sera mas gr an de si esta com pleto que s i es

incomple to . P ero lo que t i ene imp or ta nc i a pa ra c ier tos g rupno es la pu ra can t ida d , s i no e l p r obl em a — der ivado — de

con esa ca n t i da d q ue da re l l ena c ierta Area pref i jada . A si , en

caso de las coal ic iones obreras las desventa jas que . por perd

d& de cohes ion y un i dad , t r ae cons igo c l mcro a um en to nu

mer ico , e s tan compensadas po r l a s vcn ta jas an tagdn icas qu

r e s u l t a n de Ia m a y o r a p r o x i m a d 6 n a l a t o ta l id a d .

E n genera l , l a s in s t i tu c iones p rop ias de lo s g randes ci r c

los pueden exp l ica r se como compensac ioncs o sus t i tu t ivos d

la cobes i6 n pers onal e in me dia ia que c aracter iza los c i rcu l

pequenos . Se t r a t a de i n s t a n c i a s que o r g a n i z a n y m e d i a t i z a

las acciones rec iprocas de los e lementos . a c t ua ndo as i com

st i s ten tacu los de I a un idad soc ia l , ya que es ta ha de jado d

se r una r e lac ion de per sona a pe r sona . Con es te ob je to su

gen los cargos y representaciones ; ias leyes y los s imbolo

de Ia vida social ; las organizaciones y los conceptos socialeg en e r a l e s . D e l a f o r m ac io n y f u n c io n am ien to d e e s t a s i n

t i tuc iones t r a ta es te l ib ro en numerosos pasa jes ; bas ta r

pues, i n d ic a r a q u i su relacion con el p u n t o de vista n u m e

r ico . Solo en grandes cf rcu los se producen , puras y b ien de

ar ro l ladas , como fo rmas abs t r ac tas de l nexo soc ia l , ya qu

las formas concre tas no pueden ex is t i r en grupos de c icr f

cx lcns idn . Su f ina l idad , que se ramif ica en miles de cual idadesoc ia les dcscansa en u l t imo te rmino sobre supues tos num£



La cantidad cn los grupos sciouSes 67

como algo exis tente por s i , como algo que no necesi ta del in-

t liViduo, e incl uso m uc ha s veces como algo an ta g6 ni co a l i n

d iv iduo; an a l og am en te a como el concep to, que rc un c lo que

hay dc comun en f enomenos s ingu la re s y d ive r sos , e s t a t an to

mos a l to sob re cada uno de e l lo s cuan to mayor numero com-

prende; de m a n e r a que p r cc is ame nte los conceptos m a s ge ne

ra te s , lo s que dominan mayor c i r cu lo de ind iv idua l idades

— las a b s ' r a cc io n e s de Ia metaf i s ica — a d qu ie re n u n a v ida

se p a r n d a , c u y a s n Or m a s y d e sa n o l l o s so n a m e n u d o e x t r a -

nos o enem igos de los del ind iv iduo tang ib le . P o r cons i -

gu icnte , el g ru po g rande , par a consegu i r la un id ad que se

expresa en sus o rganos y en su derecho, en sus conceptos

poli t icos y en sus ideales , ha de pagar la a l precio de una £ran

d is tanc ia en t re todas es tas o rgan izac iones y el ind iv id uo, con

sus ideas y neeesidades; mientras que, en la v ida socia l de un

c ir culo pequeno , ob ra n los ind iv iduos inm ed ia tam en te , y son

inmed ia tamen te t en idos en cuen ta . As i se exp l i can l a s f r e -

cucn les d i f icu l tadcs con que t rop iczan aque l los o rgan ismos

quc cnc ie i r an en su scno u n a ser ie de asoc iac iones m i s pe-

quenas , a ba rca das po r l a g rande ; l as suua c ione s r eale s son

roejor conocidas y con m as cuidado t r a t ad as desde cerca que

desde lejos, mien t ra s que las re lac iones jus ta s y regu la res e n

tre lodas las un idades se de tc rminan mejor desde la lc jan ia

del 6 rgano cen t ra l . Es te dua l i smo se p re sen t s co ns ta n tem en-

tc, por ejemp lo, en la poli t ic a de beneficencia, en los sin dic a-ibs, en l a adm in i s t r ac ion dc l a ens enanza . Las r c lac ioncs dc

■persona a persona, que consti tuyen el principio vita! de los

circulos pequenos, no se compaginan con la d is tancia y I r ia l -

dod de las normas ob je t ivas y abs t rac tas . s in las cua les en

cambio los c i rculos g rande s no pue de n su bs is t i r ( l ).

( l ) Surj je aqu f u n a di ikc i l tad l lpscft dc las relnciontB hum an m . £ n nuesir&d a t



T o d a v i a r e s u l t a r a n m i s c la r as la s di fe re nc i as e s t r u c tu r

lea p ioduc idas po r l a s s imples d iver s idades cuan t i t a t ivas d

Ios g rupos , s i a tendemos a l pape l que desempenan c ie r tos e l

men tos de em inen te in f iuenc ia . N o so lo ocu i r e el hecho ev

den te de que c ie r to numero de ta les e lemen tos t i ene un sen t

do d i s t in to en u n c i rculo gra nd e cjuc en un o pequeno, s in

que, con la modif icaci t fn cuant i ta t iva del c i rcu lo , camb

ta mb ie n la e ficacia de aque l los in f lu jos , aun q ue su p rop

c a n t i d a d a u m e n t e o d i s m i n u y a e n l a m i s m a p r o p o r c i o n qu

la d e l c i r cu lo . E I p ap e l d e sem p en ad o p o r u n m i l lo n a r io e

u n a c iudad de 10.000 hab i ta n tes , Ia s i tua c ion economica med iy la f ison omi a que es te vecino pres ta a la c iudad , son comple

tamen te d i s t in tos de la s ign i f icac ion que 50 m i l lo n a r io s

ca da u no de ellos ti en en en u n a ci ud ad de SOO.OOO ha b it an te

au n q u e l a r el ac io n n u m ^r i ca en t r e el m i l lo n a r io y su s co nv

cinos (que parecia ser la un ica determinante) s i f iue s iend

la m i sm a . S i en u n p a r t i d o p a r l am en t a r io de 20 in d iv id u o

K ay cu a t r o m iem b r o s q u e c r it i c an o ab a n d o n an cl p r o g r amesto t i ene un a impo r tanc ia m uy d is t in ta , en la ideo log ia

p rac t ica del pa r t i do , que si d i s p c n i e n d o este de 50 i n d iv id u o

f u esen 10 los rebe ldes. E n g ene r al , au n q u e l a p r o p o r c io n n u

mer ica permanezca igua l , se ra mayor I a impor tanc ia de lo

d is idente s en e l m ay or par t ido . Se ha d icho , en fin, que un

t r r an i a m i l i t a r , ceteris paribus, p u ed e so s t en e i s c t an to m c

jo r c u a n t o m a s cx tenso sea s u te r r i to r io ; pues s u p o n i e n d

que el ej£rcito co m pr en da el 1 po r 100 de la pobl aci on. ser

m£s faci l dominar a una poblacicSn de 10.000.000 con u

ej£rcito de 100.000 hombres, que a una ciudad de 100.00

habi tan tes con 100 so ldados , o a un pueblo de 100 habi tan te

con uno. Lo caracter is t ico es , en estos casos, que los numero

abs olu tos del g rupo to ta l y de los e le mentos en el in f luyente

68 Sociolog

d t ella, po iec m ai i a eofioeimicnto y corop icnjiOn: pero »<5lo cu and o ]* dist*ncia guprir

el CO Tits d o i me dia to en todo j se nt idoj j pojcc noa U objet i idad q a ts Un ncc t aa i



L.i cantidad cn los grupos sod lies 69

a u n q u e p e r m a n e z c a i d e n t i c a s u p r o p o r c i d n n u m e r i c a , d e t e r -

ju inan d i ve r sa m en te las relaciones den t ro de l g rupo . Todos

estos e j e m p l os , q u e p u e de n a u m e n t a r s e i n d e f i n i d a m c n t e ,niuest ian que las re laciones entre los e lementos sociolr ig icos

dcpenden , no so lo dc las can l idades numer icas r e la t ives , s ino

lambien abso lu tes . S i des ignamos los e lementos de es te g t ine-

ro, l l a m an do lo s pa r t id o den t ro de l g rupo , en tonces d ire m os

que la p rop orc io n del pa r t i do ( rente a la to tal ida d se modif ica ,

no s6 lo cuando , permaneciendo igu&l la u l t ima, sube o ba ja

e! pa r t ido num er ic am en t e , s ino t amb ien cuand o est a mod i fi -

cac ion afee ta en la misma medida a l todo y a la pane . Con

es to queda senalada la impor tancia soc io log ies dc la magni tud

o pequenez de l circulo total, f r en te a las relaciones n u m e r i c a s

de los e lementos , a la que parcce a p r im e ra v is ta referi rse u n i -

Tocnte e l sen t ido de los numeros para las r e lac iones in ter io res

de los grupos.

L a d i ferencia fo rm al que en Ia conductn soc ia l de los in d i

viduos in t r oduce Ia c an t id ad o ma gn i t ud de l g rupo , no so lo se

mani f ies ta en la m cr a efect ividad , s ino que ta mb ien cae ba jo

Ia categOTia de l a no r ma , de l deber . Y donde mas c l a r am en te

se aprecia es to cs qu iz a en la d i ferencia entre la cos tu mb re y

el derecbo. Di jerase que en los pueblos a i ios , Ios pr imeros

v lncu los que l igan e l i nd iv iduo a un o rden de v ida t r ans ind i

vidual, nac i eron de u n ins t in to o concepto pr i ma r io que s ig -

nif icaba precepto , obl igaci(5n, deber en general . Esta «norma-cion» indiferenciada, se declare , por e jemplo, en el dharma de

los indtos, en la temis de los griegos, en el fas de Ios lat inos.

Las regulac iones par t icu lar s , en las es feras de la r e l ig ion , l a

moral, la convenci<5n, e l derecbo, son ramif icaeiones de aquel

in s t in to no rmat ivo , quc es I a un idad p r imord ia l de todas e sas

formas d i ferenciadas .

E n cont ra de la op in ion , segun la cua l l a mora l , l a cos-b l d b b d l l d b l



70 Socio

o t ros ind i v idu os o f ren te a l as comunid ades ; es deci r, en cu

to t iene e l mismo contenido que la cos tumbre y e l derec

L a d i fe renc ia es ta un ica me nte en que ese o t ro su jeto, meia cu y a co n t r a p o s id d n se d esa r ro l la en e l i n d iv id u o l a fo r

de l a eonduc ta mora l , reside ,en el ind i v iduo mismo- A s i co

el indiv iduo se esc inde a l deci r : yo soy — contraponiendos

sf mi sm o como sujet o que s abe y como objeto sab ido — ,

cindese ta m bi en al decir : yo debo. La rela cion de dos sujet

re lac ion que aparece como imperat ivo , se rep i te en e l a l

i n d iv id u a l , merced a l a cap ac id ad fu n d amen ta l d e n u es

espf r i tu de con t rapo ners e a s i mismo, v iendose y t ra t&nd

como s i fuera o t ro . (No t ra tare aqui e l problema de s i en e

h a y u n a t r an sp o s i t i o n de an t e r io rc s r e l ac ion es emp ir i cas

t e r ind iv idua les , que se pasan a l t e i rcno de l a lma ind iv idua l

s i e s e imp era t i v o b io t a d e l a p u ra e sp o n tan e id ad . ) Po r o

partL, u n a vez que las f o r m a s dc n o r m a c i o n se h a n ap o d e ra

d e d e t e rmin ad o s co n ten id o s , eman d p an se e s to s d e su s p r im

t iv o s su s t en t 4culos socio logicos y se exal tan has ta adquuna neces idad p rop ia que l l amamos neces idad idea l . Es

contenidos — maneras de conducirse o es tados in ternos de

su je tos — son entonces val iosos por s i mismos, son debidos

el h ech o d e q u e t en g an n a tu ra l e za so ci a l o a lg u n a imp o r t a n

soc ia l , no dec ide ya exc lus ivemente sobre su acen to impera

ve, e l cual m£s b ien bro ta de su sent ido y valor obje t ivo- ide

Pero n i aque l la f igu ra persona l de l a mora l idad , n i eevo luc ion de l as t i e s n o i m a s en el sen t ido de l a imp or tan

ob je t iva y sup iasoc ia l , impi den que su s con ten idos sea n c

s ide iados aqu i como f ina l idades soc ia les , y aque l las t res f

mas , como segur idades de su rea l izacion por e l ind iv iduo. S

r e a l m e n t e form as de la r e l ac io n i n t e in a y ex t e rn a d e l i n d i

duo con un grupo socia l ; pues e l ident ico contenido de e

re lac idn ha adop tado , h i s to r icamente , o i a upa , o ra o t ra de t as fo im as o modvac iones . Lo que en un a epoca o en u n lu



La cantidad ?n los grupos socials 71

ser ie so n el derecko y Ia mora l , o cu pa nd o en c ier to m o do e l

cen t ro , l a cos tumbre , de la que Kan nac ido aque l los . EI de re

cbo t iene, en la ley y en los poderes ejecutivos, los drganos di-f e renc iados que le s i rven para c i r eunscr ib i r exac tamen te sus

co n ten ido s y p a r a exig ir co ac t iv am en te su cu m p l im ien to ; p o r

eso se I imita con raz<5n a lo s supues tos indispensables de la

v ida socia l : lo que la genera l idad puede ex ig i r i n co n d ic io n a l -

mente a l ind iv iduo , eso es lo que debe exig ir le. E n cambio , Ia

moral l ib ie del individuo no posee otra ley cjue Ia que es:e se

dict a au to m a t i ca m e n te , d e sd e su p r o p ia i n t im id ad , n i o t r o p o

der ejecutivo que Ia propia conciencia. P o t eso su demarcaci t in

abarca en pr incip io la to ta l idad de la conducfa ; pero es c laro

que, en la pract ica, t iene en Cada caso lfmites accidentales y

osci lan 'es ( l ) .

P o r med io de la cos tumbre , cada c ir culo se aseg ura la

< 0 El derecho y la m oral au i jcn , i>&ri d&sau, en un recodo de la evalucidn

social. Elio ae refleja fn el aentido (eleol<S£ico de ambod, que, tn i i de lo e p itc cc a

prim era v ijr a , ae refie te n el u n o / J o tro . C u an d o Ia c o nd ucia eatric ia del in d iv id uo ,

que comprende toda uo a v ida reguloda por l a cos tum bre , ccdc a norm al i enera lea de

derecbo, que ae ale jan m ac ho dc Todo lo individu al , es de interns social ei no dejax

abandona da a af misma la l iber tad a i ( lograda~ L oi impe ra t ives morale* c om pletan loa

ju ri dic O i, Uc& atido loa v a d a i p ra d u c id a i p o r la deia parid<Sn de la cOfl lumbie , re jju la -

dora Senera l de l a v ida . F rente a ]a cos tumb re , laa o t rsa doa formaa de n orm ad dn

traj ladan el ordcn por encima del individuo y, al miamo t iempo, dentro del indivjduo-

Paea eualesquiera que aean loi valorea peiaoaa lea y metaflaicoa que xeprcacnten

la eondencia y I a mOra l idad autdnam a, iu valor social , rinico dc QUC aqu i I f t r a t a ,

cat* en au to or m s ut i l idad p rofiU cti ca . E l dcrccho y 1a c oatum bre a ie c ta n a. la aet ivi-

dad dc l a vo l un t ad cn ati aasec fo ex t e r io r y en au r ea l i s a t ion ; ac t ua n p rc v a d v A n a fe

V por el xniedo. P ar a h a ter au perd uo eale motivo a ec ej i ta n la ma yozia dc laa veeea

QQ ■ 'cmpre — aer aca £ida * a poster ior i en l a m oral jdad pcraonal . P ero la ta ac hal l a en

ralcea de la acciOzi; modifies lo m4a in ter ior de l aa je to , has ta que ia tt l le^a a real!-

1,1 P«* al miamo la activ idad iuata, sin recu rxir a l apoy o de aq uelloa pad eiea re lative a,

***eriorea. A ho ra bien, la aocledad no t iene n in ju n inters* en la perfeccit fn pu ram enie

*30ral del au jeto; adlo le Lmporia dicka p erieccio n — y la Momenta — po r c ua nto lep re-‘cn ia l a mayor j arnnua imaginable paia l as accionea socia les t i t i l ra dc ea le fu je to . En



72 Socio

conducta adecuada de sus miembros a l i i donde la coacc ion

de r echo no t i ene cab ida . n i l a m ora l i nd iv idua l g a r a n t i a b

tan te . As i , l a cos tumbre , que era la u n ica regulac idn de la v

en el t i empo en que l a s o t r as f o rmas de no rm ac i dn d i f e r enc

da no ex is t f an a t in o ex is t ia n so lo en ge i men , act t ia b oy co

complemento de las o t ras dos . Con es to queda ind icado

lugar que soc io logamen tc ocupa . La cos tumbre sc s i tua en

el c i rculo grand e, en el quc los mi em br os cs i6n som et i dos

derccbo, y l a i nd iv idu a l idad abso lu ta , su j e lo de l a mo ra l i d

l ibre . Per tene ce, pues , a los c i rculos m as es l r t chos , a las f

mac iones in t e rme d ias en t r e lo s g rupos am pl ios y el ind iv id

C as i toda s las cos tumbres so n cos tumb res de clase o profes i

Sus man i f cs t ac iones i conduc ta ex te r io r , moda , honor , dom

n a n t a n solo en cada u n a de l as subd iv i s iones de l g r a n g ru

en que impcra cl derecho; y en cada uno de esos subgrup

l i cnen ya o t ro con ten ido ( l ) . F r en te a una v io lac i6n de

b u e n a s costumbres solo reacc iona el c i rcu lo es t recho dc a q

l los a quiencs ha afectado o que han s ido tes t igos de el la ; paso que u n a v iolac ion de l o rd e n jur id ico provoca la r eacc

de t o d a l a c o m u n i d a d . C o m o l a c o s t u m b r e n o t ie ne m i s p o

ejecut ivo que la opinion publ ics y c ier tas reacciones indi

duales que se annden inmedia lamente a es ta , es impos ib le q

la adm inis i r e un c i rcu lo grande . E s u n hecho de expcr ienc

que no neces i ta mayor expl icac iun , e l de que las cos tumb

de los comerc ian tes permi ten u o rde na n cosas d i s t in tas q uc de la ar istocracia; y las de un circulo rel igioso, que las de u

l i terar io , e tc . Esto revela que el contenido de la costum

cons is te en las condic ioncs par t icu lares de que ha menes

todo c ir cu lo r educ ido , que no d i spone pa r a ga r an l i z a r l a s

del poder coact ivo del dcrecho pol i t ico , n i de impulsos mo

les au tonomos d ignos de comple ta conf ianza ,

Lo un ic o que estos c i r cu los t i enen de c om un con los pmi t ives ( con los cua les comienza para noso t ros l a h i s to



s ion , se han t r as ladado a sus subd iv is iones a med ida que e l

c i r cu lo to ta l ha ido c rec iendo . En es ias subd iv is iones es tan ,

en efecto, con ten ida s aque l la pos ib i l id ades de re lac i on p ers o

n a l , aq u e l l a i g u a ld ad ap r o x im ad a d e lo s m iem b r o s , aq u e l l a

co mu nid ad de in te reses e idea les que son necesar ios pa ra que

pueda de jarse Ia r sg u l a c i d n soc ia l a cargo de n o r m a s tan pre-

car ias y e last icas como las de la cos t umbre . C u a n d o los ele

men tos c rccen en can t idad hacense mas independ ien ies , y en -

tonces desaparecen esas condic iones para e l c i rcu lo to ta l . La

fuerza ob l iga to r ia dc la cos tu mbre r esu l ta demas iad o pe quena

para el E s t a d o y d em a s i a d o g r a n d e p a r a los in d iv iduos ; m i e n t ras que su con ten ido . 'po r e l con t ra r io . e s demas iado g rande

p a r a el E s t a d o y d e m a s i a d o p e q u e n o p a r a los in d iv id u os .

Aque l p ide mayores garan t ias , e s tos mayor l ibe r tad ; y po r

eso , cada e lemen to so lo se encuen t ra somet ido a l a cos tumbre

en aquel las aspectos en que per tenece a c i rcu los medios .

Si el ci rcu lo gr an de fo m en ta y per mite mejo^ que el me-

d iano o pequeno Ia severa y ob je t iva norma del derecho , es porque su s e lem en to s g o z a n de u n a m a y o r l iber tad, m ov i l ida d

e ind iv idua l i zac io n . Merce d a l de recho , la s cons t r iccioncs so-

c i a lm en te n ecesa r i a s q u ed an d e t e r m in ad as ex ac t am en tc y h an

de se r observadas esc rupu lo same n te . P o r o t r a pa r te , e s ta o rga-

n izac idn r esu l ta ma s s opor ta b le pa ra e l ind iv iduo , po rque fue

ra de esas ob l igaeiones imprescindib lcs , lc concede mayor es-

pacio l ibre p a r a desenvolver se . E s t o se ve t a n t o m a s c la ro

cua nto ma s t iene e l dcrecho — o la no rm a quc as p ir a a ser lo —

un carac ter de imp ed im cn to o p roh ib ic idn . E n t r e lo s abor ige-

nes del Brasi l es t4 p roh ib ido en genera l casa r sc con la p rop ia

hermana o con la h i ja de l he rmano . Es te p recep to se observa

t an to m 6 s s ev e r am en te cu a n to m ay o r es la t r i b u; a l p a so q u e

eft hor das peque nas , que v iven en e l a is lam ien to , es f recuente

la Union de h e r m a n o s y h e r m a n a s .

EI ca rac te r p roh ib i t ivo de la no rm a — mas pTopio deld h d l b d j l i U

1 j cantidad en los grupos sociales * J



?■» Socio

se han l levado a cabo muchas veces con el proposi to de fac

t a r l a adm in i s t r a c id n de ju s t i c i a , y su un id ad se ba l l a ba j

s i g n o e x c l u s i v o d e u n d e i e c h o u n i f o r m e . A s i l a county de

E s t a d a s de N u e v a I n g l a t e rr a n o e ra o r i g i n a i i a m e n t e m a s

una ag regac ion de fowns pa r a jud ic ia l purposes .

H a y apa ren t es excepc iones a e st e nexo . que une l a d

ren cia e ntre la for m a social de Ia co st um br e y del derecbo

d iver sa ma gn i tu d de Ios c i rculos. Las p r imi t iva s u n ida des

p u l a t e s de las t r i bu s g e r m i n i c a s , sobr e las que f u e r o n edif

dos los g randes re inos f ranco , ing les , sueco , sup ieron res

va r se du ran te l a rgo t i empo l a admin i s t r ac ion de ju s t i c i a ,

r e l a t iva me n te t a rdc pasd a se r a t r ibuc ion del Es i ad o . P o r o

par te , en la s re lac iones i n t e r n a c i o n a l e s m o d e r n a s d o m i n

m uc ha s cos tumbres que no b a n s ido e l evadas todav ia fil r a

de derecbo; b ay a lg un as form as de cond ucta que den t ro de

E s t a do s par t ic u la te s es ta n f i j adas por el derecbo , y que en

relaciones e xtei iores, o sea en el c i rculo m i s amp lio , que

abandonadas a l a f o rma mas sue l t a . de l a cos tumbre . Reso l

es ta con tra dic cio n n o es d if ic il . La m ag ni tu d del c i tculo s

favorecc la fo r m a ju r id ica , en la medida en que la p l u r a l i

de sus e l emen tos se r eune en unidad. Si lo que permi le a

b u i r a l c irculo u n a u n i d a d es s i m p l e m c n t e u n n u m e r o

contac tos sue l tos y no una cen t ra l izac idn f i ja , en tonces la

s ignac ion de *uno* t i ene un ca r ac te r ne t amen te r e l a t ive .

u n i da d socia l es u n concepto que ad mi te g rados: y si c ifo r m a de regulac ion viene ex ig ida por cier ta ca n t idad o m

nitud del c i rculo , puede suceder que a d i ferente cant idad

miem bros co r r esponda , s in embargo , la mis ma fo rma , y

igual can t idad , d i s t in t a fo rma, s i es d i s t in to el g rad o de u

da d que la sos t iene y por la que es ta sos ten ida . P o r con

gu ien te , no se me nosc aba l a imp or t an c ia de l as r e lac io

numer icas por e l becbo de que un c i rcu lo grande , a concuencia de su cspec ial cond icion teng a que ren unc ia r a l a f



I >cantidad en !us grupos sociales 75

l i v a s c o m o i n d i v i d u a l s , d e l o s E s t a d o s m o d e m o s , p o r q u e

fa l t a l a un idad sobre l a s pa r t e s , que e s sos ten de l o rden ju i i -

dico, y que en los c i rculos pequenos o de poca cohesion queda

sus t i tu ida por una ac r i6n inmedia ta rec fproca en t re sus e l e -mentos . Pe ro a e s to e s a lo que i e sponde jus t amente l a cos

tumb re coma form a de regu lac ion . D e est e modo se ve como

j u s t a m e n t e las excepciones a pa re n te s c o n f i r m a n la co nex i on

que existe ent re la co st um br e y e l derecho, por u n lado, y la

cant idad de los c i rculos, por otro.

Cla ro e s t i que los concep tos de c i t cu lo g rande y pequeno

son de una e x f i a o i d i na r i a ba s t e z a c i e n l i f i c a , a bso l u t a m c n t ei nde t e rm i n a dos y sol o u t i l i z a bl e s pa i a m o s t r a r l a de pe nde nci a

en que, por lo general , la forma sociologica esta con respecto

a la c a n t i da d num e r i c a del g rupn . N o s i rve n de n i ng un m odo

para m o s t r a r la p roporc ion efectiva que h a de exist i r e nt r e la

fo rma y l a can t idad . Y s i n e m ba rgo , qu i z i no se a i m pos i

ble en todos los casos d e t e r m i n a i con m a y o r exac t i tud esa

p iopo rc ion . D e s d e luego ser ia u n a empre sa f an t as t ic a p a ranuest ro saber ac tua l , y en mucho t iempo, reduci i a va loics

numera les exac tos l a s fo rmac iones y re l ac iones has ta aqu i

consideradas; pero dent ro de mas modestos l imi tes ya pueden

indicarse hoy a lgunos rasgos dc las soc ia l izac iones que t ienen

lugar en t re un numero l imi tado de pe rsonas y que se ca rac te -

r i z a n po r e sa l i m i t a ci on . E n u m e r a t e a l guno s c asos que s i rva n

de e jemplo dc la region in te rmedia ent ie ia comple ta inde ter -

ra inac ion nume r ica y la de te rm inac io n numer ica per fecta, ca

sos en los que la cant idad t iene ya a l guna i m p or t a nc i a soci o -

ldgica, s in que pueda Uegarse lodavia a su f i jacion exacta en

eoncreto.

1. E l nu m er o act tia como pr inc ipio de d iv is io n del gr up

es decir, que las partes de £stc, a que se l lcga por division, son

cons ide radas como u n id ades re l a t ivas . M i s t a rde ins i s t i r e en

la impo r tanc ia e special ] de a lgun os num cros : aq u i nos bas tai d i l i i i E l h h d t t l



Sociolog

s ion no puede hacerse mas que: o segun las ascendencias d

c a da uno , o po r a soc i a c i one s vo l un t a r i e s , o po r a na l og i a d

ocupacion es , o po r c las i f icacion en dis t r i tos locales . A es to

p r i n c i p i o s se agrega el numdrico , que d ivide po r u n n u m e rde te rminada l a suma de hombres o fami l i a s cx i s t cn tes , fo

mando as i subd iv i s iones igua les en can t idad ; f ren te a cad

una de e s t a s subd iv i s iones , e l t odo se compor ta , poco mas

menos , coma e l l a s f ren te a sus ind iv iduos .

Ahora b ien ; e s t e p r inc ip io e s t an e squemat jco que pa r

l legar a rea l izarse t iene que comple iarse con ot ro mas concr

t e , y l a s subd iv i s iones , numer icamentc igua les , se componede Rentes en cier to modo proximas (parientes, amigos, vcc

nos ) , o de e le men tos iguale s, o de e lem ent os desiguales, pCr

complementa i ios . Lo esenc ia l e s que l a un idad numer ica su

mi n i s t ra el p r inc ip io fo r ma l de d ivi s ion. Pe ro no decide nu nc

p o r si so la, s in o que r eprese nt a u n pa pe l que osci la en t r e u

m a x i m o y u n m i n i m o . As i , po r e j e mp l o, l as t i i bus ndm a da s

que carecen de contenidos v i ta les es tables , no t ienen mucha

veces o t ra pos ib i l idad de o rgan iza r se que e l p r inc ip io numd

rico. To d av ia hoy la es t ru c tu ra de los e je rc itos es ta dc term i

n a d a p o r l a i m p o r t a n c i a d e l n u m e r o p a r a u n a m u l t i t u d e

m a rc f i a . T i e ne t a m b i e n g r a n i m por t a nc i a e n l a d i s t r i buc i 6

de u n pa is co nqu is ta do o recien abier to pa ra la colonizac ion

U n es tos casos , a l comienzo, cu an do fa l ran a u n cr ite rios obje

t ivos de o rgan izac ion , domina e l p r inc ip io de l a d iv i s ion po

grupos igua les en numero . Es te c r i t e r io impera , ve rb igrac iae n l a a n t i gua c ons t i t uc i on de I s l a nd i a . Con m a x i m a pu re z

rea l iz6 la re fo rma de Cl i s tenes , merced a es te pr inc ipio , un

de l a s mas g randes innovac iones h i s to r i cas . Al Crea r e l Con

sejo de 500 m i e m bros , 5o por cada 10 phyl&i, cada demos ob

tuvo u n num er o de pues tos en e l Conse jo , cor rcspondien te

su nu m e ro de hab i t a n t e s . E l pe nsa m i e n t o r a c i ona l de e st a

blecer u n a c orpo ra c ion r e p re se n t a t iv a de la t o t a l id a d del g r upo se gun el pr inc ipio del n u m e r o aparece a q u i como u n a fas



l_j cinndai] cn los grupos sociales 77

C8 de d is t in t as subdiv is ione s . PeTo el nu m er o puede serv i r

t ambien pa r a ca r ac te r i zaT , den t ro de un g rupo , un c i r cu lo

unico, di rec t ivo , de per sonas . As i , con f recuencia se des igna-

t a n l a s di r ec t i va s de l os g r e m i o s p o r s u n u m e r o . E n F r a n c f o r t ,

los jefes de los te jed ores de Ia na sc l l a m a b a n los Seis; los de

los pa n a d e r o s , los O c h o . E n la B a rc e l o n a medieval , el S e n a d o

sc l l am ab a el Conse jo dc C ien to , etc. E s s in gu la r que con es

tos n um e ro s in de tc rm in ad os , in dife ren tes a toda cual i: ficaci<5n,

scan des ignadas ju s t amen te l a s pe r sona l idades sob rcsa l i en tes .

E l fu nd am cn to de e llo me parece ser que con cl nu me ro , con

el seis, p o r e jemplo , no se d e s i g n a n seis e le m ent os i n d i v i d u a -

leS, a i s l ados , yux tapu es to s , s ino u n a s in tes i s de e l lo s. Se i s no

es uno y uno y uno , etc., s in o un nuevo concepto que resu l ta

de la r e un io n dc es tos e leme ntos y que no es ta r ea l izado a

p ro r r a t a cn cada u n o de ellos. C o n f recuencia en este I ibro

des igno l a acc ion mutua , v iva y func iona l , de e l emen tos ,

l l aman do la su un ida d , po r enc ima de la mera s um a y en

ContTaposicion socio ldgica a Ios e lem entos su ma do s . Pe ro enes tos casos a l des ignar una jun ta d i rec t ive , una comis ion , e tc . ,

por la m e r a s u m a n um e r i c a , p iensase, cn rca l idad , en a que l

c o n ju n t o f u n c i n n a l . y l a s u m a s ir ve de d e n o m i n a c i o n j u s t a

m en te p o r q u e el n u m e r o y a de s u y o r e pr e s e nt a u n a u n i d a d d e

un idades . Po r cons igu ien te , en el caso ind icado , los Se is no

est£n esparcidos en un c i rculo ho mo gen eo , s ino quc s ign i f ican

una de te rminada y f i rme articulation del circulo, g rac ias a laCual se des lacan de este s ei s p e r s o n a s q u e se r e u n e n e n u n a

unidad di rec t iva . E l carac ter impersonal y neu t ro de la des ig-

nac ion num er i ca es en es te caso ju s t am en te m u y s ign i fica t ivo;

Pues m uch o mas c l a r am en te que podr i a hace r lo cua l qu ie r co n

cepto formal , ind ica que los ind iv id uos no son pen sa do s como

P e rs on as , s i n o c o mo c o n s t i t u y e n d o u n o r g a n i s m o p u r a m e n i e

social. La e s t ru ct ura del cf tcuio exige quc la d i reccion es te enc ier to numero de elementos ; pero en el c o n c e p t o p u r a m e n t e



La unidad de agrupac ion, <jue se mani f ies ta merced a l

r e u n i o n de e l em e n t os e n on nu m e ro m 6s a lt o, r e su l t a pa r t

c u l a rm e n t e a c e n t ua da po r un he c ho que , e n a pa r i e nc i a , sum

ni s t r a un a p rue ha e n con t ra . A qu e l Se na do de Ba rc e l ona quse l l am ab a el Con se jo de Cient o l lego, en rea l idad, a tene

mas miembros , e inc luso a l canz <5 los dos c ientos , s in cambia

p o r eso de no m bre . E l m i s m o f e n d m e n o se p roduc e c u a n d o

numero no ac tua como pr inc ip io que des taca , s ino como pr in

c ipio quc divide. E n los pueb los do nd e regia Ia d iv is ion po

cen tur i a s (de que luego se hab la ra ) , no se a t end ia a que e

numero de miembros respondiese exac tamente a es ta c las i - f icaci6n. De la s an t igu as cen tur i a s ge rman icas se sabe expre

samente . Por cons igu ien te , en e s t e caso e l numero es s inon i

mo de l miem bro soc ia l, que p r ime ram ente ence r raba o deb i

ence i ra r un c i rculo de unos c ien individuos. Este hecho, e

apar ienc ia indi fe rente , muesi ra la enorme impor tanc ia de l

de te rminac ion numer ica en l a e s t ruc tu ra de los g rupos . E

numero se hace independiente inc luso de su contenido ar i<metico, y dice tan solo quc la re lacion de los miembros con e

todo es una re lac ion numer ica , o , en o t ras pa labras : e l nume

to ( jue se ha estabi l izHdo representa esla re lacion. Sigue vi

gente la idea que pres ide a la d iv is ion por c iento , aunque la

c i rcu nstanc ias empir icas s6lo la rea l icen de u n mo do ma s

menos exac to . Deci r que las centur ias germanicas s6lo expre

sa b a n un a p l u r a l i da d i nde t e rm i na d a e n t r e l os i nd i v i duos y I

to ta l idad de Ios miembros , es designer jus lamente e l t ipo so

c iologico que aquf sc posiula . La v ida de l grupo exige un in

te rmedin ent re e l individuo y e l todo. un suje to de de termina

das func iones , que n i e l individuo ni e l todo pueden rea l izar

y el org ani sm o designado par a tal mis io n l leva el no m br e d

su de t e rm i na c i on numerica. N o s o n l a s funciones — h a r t

va r i a s y mudab les — las que dan e l no mbre ; lo un ico pe r ma

nente es la reunion de una par te a l icuota de ia comunidad enuna unidad La magni tud que haya de tene r es ta pa r t e en

7H Sociolog



La cantidad en los grupos socialcs 79

aue l a s d is t in t as c lases de mo ned as rusas se der jva n de un

ant iguo s is tema de pesos; de ta l sucr te , f lue cada t ipo super ior

cont iene d iez veces mas que e l infer ior . Pero de hecho cambia-

ba con f recuenc ia la c a n t i d a d de m e t a l en las m one das , no solo

abso lute , s ino r e la t ivam en te , a pe sa i de lo cual su s r e lac iones

de va lo r pe r m an cr ian cons tan te s , u n a vez in t roduc i das cn el

o rden numer ico . Asi , pues , mien t ras las re lac iones rea les de

valor metal ico caaabian , e l scrv ic io f lue h a n de pre st ar a l tr fi -

f ico por la cons tanc ia de su va lo r nomina l f lueda sena lado

por el hec ho de flue l as p r imexa s re lac iones h is tor ica s de los

pesos s o n las quc s u m i n i s t r a n p e r m a n e n t e m e n t e n o m b r e s y

s imbo los pa ra aque l l a s r e lac iones nomina le s . En o t r a s oca -

s iones el nu m er o se convic r tc lambien en r epr ese ma nte de la

cosa contada, y en Tales casos lo escncial , o sea cierta relacion

entre el todo y una par te , queda senalado por e l hccho de f lue

e l concep to numer ico de las re lac iones p r imeras dcs igna tam-

bidn la s modif icac iones pos te riores. A s i en E s p a n a , en el

s ig lo xvi , cl i mpu es to sobre los metales se l l a m ab a el quin t o , porque cons is t fa en cl q u in to del va lor , y conservo este n o m -

brc m a s ta rde , a u n q u e l as proporc iones cambiarorr . A n a l o g a -

mcntc la pa labra d iezmo en t re los an t iguos i s rae l i tas , y mas

ta rde en o t ras muchas ocas ioncs , pasf i a des ignar e l impues to

en genera l , como la ce n lu r ia dcs igno la subd iv i s io n en gene

ral , La re lac ion cuan t i ta l iv a quc cons t i tuy e la csencia , ta n t o

del impuesto como de Ia division social , sc ha su s i i t u id o ps i cologicamente a la de t e rm in a c io n de su contenido , como

c la ramen tese ve en e l hecho de que l a de te rminac ion numer i

cs o-rigmaria se ha y a cr is ta l iz ado y designe todas las modif l -

caciones cxter iores de la proporcion.

3. La de te rm inac ion numer ica , como fo rma de o rg an i z

t ion , adqu ic rc una pos ic ion t ip ica en e l desar ro l lo soc ia l . His-

to r icamcme la d iv is ion numer ica aparece como sus t i tu to de li i i d l t i P h b l l



80 Sociolog

parecer al p r o n t o a lgo s i n g u la r , u n e s q u em a t i sm o desprovis t

de v id a. E n v an o b u sca i i am o s en lo s p i in c ip io s i n m an en te

que don cohes ion a aque l los g rupos , na d a que ju s t i f ique es

sus t i tuc i on de la r a iz o rgan ica po r l a base mecan ica y fo r ma

l is ta . Y es porque la razon no puede es tar s ino en e l tod

que abar ca esos gru pos y Ies p l an te a ex igencies ind ep en

dien tes de Ios pr incip ios v i ta les que x igen sus par te s . A m ed

da que e l todo como un idad va ten iendo mas con ten ido

poder , las par te s (a l m e n o s al p r inc ip i o y en los g r ado s d

evo luc ion mas a l to s ) p ie rden su p iop ia s ign i ( icac i6n ; t r ans

f ieren a l todo el se n t ido que te n i an p or s i mis mas , y resu l taah o r a t an to m as ad ecu ad as cu an ta s m en o s id eas p ro p ia

v iven en e ll as y cu an to m is s e o r g an iz an en p a r t e s m ecan

cas, que solo po r su con t r ihuc ion a l todo adqu i e ren pos ic io

e impor tancia ( l ) . Es to no es verdad , s i lo refer imos a c ier to

t ipos , muy per fecc ionados , de la evo luc ion . Hay o rgano

soc ia les que , ju s tamen te po r t ener l a s mayores d imens iones

la ma s pcr fec ta o rgan izac i on , pu ede n de ja r a l e lemen to i ndv id u a l l a m ay o r l i b e r t ad p a r a q u e v iv a s eg u n n o im as p a r

t i c u l a r s y cn f o r m as p r o pia s. H a y , p o r o t r a p a r te , o t r os q u

£>d( |u ieren su fuerza maxima jus tamente porque sus e lemen

tos v iven una vida p r op ia m a s po te nc ia d a y di fe renc iada . E

trans i to de la estirpe a la ccntur ia parece caracler izai el esta

dio medio, cn el cual la fal ta de sentido y de Caracter peculia

de Ios miem bro s cons t i tuye u n progre so pa ra el todo: pue s sol

as i son f ac i lmente abarcab les en de te rm inad os c i r cuns tanc iad ir ig ib les segun normas senci l las , incapaces de deaar ro l la

contra e l poder cen tra l esa res is tencia que se produce fac i l

men te en todo sub grup o que s iente fue r te su cohes ion in te r io

Cuando ia consti tucion o la accion de los grupos est&

d e t e r m i n a d a n u m e r i c a m e n t e — d es de l a c e n t ur i a a n t i g u a h a s

ta cl r e ina do mod ern o de las ma yo r ta s — , exi s te un ava sa

I lamien to de I a ind iv idua l idad . Es es te un pun to en e ! que sman i f ies la con gran pureza la p r o f un da d isc repanc ia en t r e I



82 Sociolo

m e r o ; a u n q u e s u cantidad en cad a ca so d ep en d e , n a tu i a lm en

te. de la clase e in t i m id ad de las relac iones que ex is ta n ent

los e l ementos . Tr es condic iones : las re lac ion es del due no co

cada inv i ta do , las de ^s tos en tre si y la m an er a como cad pa r t i c i p a n t s s iente eslaS re laciones , co n s t i t u y e n la base sobr

la cua l el n um er o dc e le ment os dccidc luego acerca de s i

r eun ion es una * reun i6n de soc iedad» o un mcro encuenf r

— a m is to so o d e t e r m in a d o p o r f ines o b j e l i v o s — . P o r cons

j iuienie, en todos estos casos u n a modi f icac ion n u m e r i c a p r o

duce un a t r a ns f o rm ac i on no t ab l e en la ca tegor ia soc io logie

a u n cua nd o no podemos f ij ar l a med ida de es ta modi f icac iocon n ues t ros med ios psicolog icos. N o obs tan te , pueden desc r

bi rse h a s t a cierto p u n t o las co nsecuenc ias sociologicas cua l

ta t ivas de la causa cuant i ta( iva .

P r imeramen te , l a a reun ion de soc iedad» ex ige un apara t

ex te rno de te rm inado . E l que ten iend o u n c i r cu lo de conoc idos

co m p u e s to d e u n as t r c in t a p e r so n as , p o r e j em plo , no co nv id

nu n c a mAs que a un a o dos , no ncces i ta «and ar se con cum

pl idos». P e r o si convida a la s t re in ia a l m i s m o t iempo, in m e

dia tamente surgen ex igencies en cuanto a l ment ' i , Ia bebida , e

a t a v i o , l a s f o r m a s d e u r b a n i d a d ; a u m e n t a n c x l r a o r d i n a r i a

me nte las condic iones cn el sen t ido del de lc i tc sensu al . E s dsf

u n e j em p lo m u y p u io d c co m o l a s im p le f o r m ac io n d e u n

ma sa hace descender el n ive l de la pe r s ona l idad . E n u n a r e

u n io n d e m u y p ocos , el a co m o d a m ie n to m u t u o , l as co inc iden

cias que cons t i tuyen e l conten ido de la re lac ion socia l , puedeninc lu i r t an t as y tan e levadas par tes de la ind iv id ua l idad , qu

la r eu n io n tenga un mar cado ca rac te r de esp i r i tua l idad , y en

el la se deser wuel van las energ i es mas d i fe renciadas y desa i ro

l l adas de l a ! m a. P e r o cu an ta s m as p e r so n as se r eu n an , t an to

m en o r e s s e r an l a s p r o b ab i l i d ad es d eq u e co in c id an en su s m i

va l iosas e in t i m as esencias, y t an to mas ba jo ha bra de bus

carse e l punto de concordancia de los impulsos e in teresescomunes (1) .



{ a cin iida d cn Jos gru po s sOc'jaks S3

C ua nd o l a can t idad de lo s e lemen tos cong regados no o f re -

ce ya campo para e l desar ro l lo de la par te ind iv idua l , esp i r i

tua l, la fa l ta de este a t rac t ivo ha br a de se r com pen sad a por un

acrecen tamien to dc los exc i tan tes ex te rio res y sensua l es . En t r e

e] nu me ro de pe rs on as c on ^rc gad as en u na f iesta y el lu jo y

el mero goce sensual de su convivencia , ba exis i ido s iempre

ana es l recba conex ion . A f ines de la E da d Media , en las boda s

el lu jo cre do de ta l mod o, s 6l o p o r e l s e q u i t o q u e a c o m p a n a b a

a Ios nov ios , que en las leyes sun tuar ias las au to r idades p res-

Ct ib ie ron a veces exac tamente e l numero maximo de personas

del acom pana mie n to - S iempr e b a s ido l a comida y t e b i d a cl

medio m 6s a p ropos i to para reun i r c i icu los ampl ios , en los

cuales ser ia d if ic i l conseguir de o tra manera la unidad de &ni-

mo e in teres . P o i eso las «rcunio nes de sociedad*, so lo po r e l

e lemen to cuan t i t a t iv o quc exc luye toda co mu n id ad y comun i -

cac ion de los sen t imien tos mas f inos y esp i r imales , babran de

acen tuar los p laceres sensua les , que son Ios mas comunes .

O tr o rasgo que carac tc r iza Ia « reun ion de soc iedad* porsu d i fercnc ia nu me r i ca f ien te a la reun ion de unos pocos, con

siste en quc no puede — ni debt; — conseguirse en la primera,

como se cons igue en la u l t im a , un a to ta l un id ad de sen t i mi en -

tos. A de m as — y esta es o t r a d is t inc ion — , la ^ re un io n de so -

c iedad» faci l i ta Ia formacion en e l la de grupos parc ia les . El

princ ip io v i ta l de u n a convivenc ia a m i s to s a ent re pocas pe r so

nas es contrar io a su escis ion en dos estados de Snimo divcr-sos, e incluso en dos conversaciones par t icularcs . Pero la ( ( re

union de s o c i e d a d s surge a l pu n t o cuando , cn vez dc un ccn t ro

unico, se prod uce n dos clases de uni dadc s: la un id ad cenira l i -

zada y general , quc es m u y e last ica y quc, en lo escncia l , sc

funda so lo en lo ex le rno o exc lus ivamente en la un idad de l

espac io (por lo cua l las rcun iones de soc iedad en una misma

clase soc ia l se r an t an to ma s pa rec idas en t r e s i cuan to m ayo resS t l l i l t ) l i



dades parc ia les , pequenos cent ros de conversac idn, de es tad

de a n i m o e i n t e r e se s c om une s , pe ro c uyos m i e m bros c a m bi a

i nc e sa n t e m e n t e . Su rge de a qu i e n l as g r a n de s r e un i on e s e sa a

t e r n a t i v a c o n s t a n te e n t r e v er se t a n p t o n t o c o m p r o m e t i d o c o ml i t re ; a l t e rna t ive que , segun e l t empcramento de l su je to , e

sen t ida por unos como la mis insopor tab le sv jpe r f i c i a l idad ,

p o r o t ros como u n r i t m o o n d u l a n t e de l m a y o r a t rac t iv o e

tetico.

Este t ipo soc iologico formal se p r e s e n t a e n s u f o r m a m a

p u r a c n los ba i les m o d e in o s : u n a re l ac ion m o m e n l i n c a d

s i ngu l a r i n t i m i da d pa ra c a da pa r e j a , pe ro ne u t r a l i z a da po r ecambio cons t an t* de pa re jas . E s a in t im id ad f lsi ca en t re pe r

sonas ex t ranas se Kace pos ib le , de una pa r t e , por se r toda

b ud sp ede s de u n m i s m o anf i t r ion , lo que presla a los i n v i t a

dos c i e r t a ga ra n t i a y segur idad , po r l a xa que sea su re l ac io

con e l — y de o t ra par te , por el carac ter i mp ers on al y casi an d

ni m o de las re lac iones , carac ter que r esu l ta de lo d i l a tad o d

l a r e un i d n y del f o rm a l i sm o de l a c onduct a . E v i de n t e m e n t o

estos rasgos de las reuniones , que en e l ba i le se nos of rcccn

sub l imados y como en ca r i ca tu ra , se dan so lo cuando Kay un

n u m e r o m i n i m o d e p a r t i c i p a t e s . A v eces p u ed e h a ce rs e l

in t e resa n te obse rvacion de que u n c i rcu lo in t i mo de pocas pe r

son as adquie re du jpron to el carac te r de « reu n i on de soc iedad

a l sob re ve n i r una pe r sona m a s .

H a y u n caso — que se re fi crc a bo mb res ba s t an te meno

com pl ica dos — en el que parece m as f i ja y dcf in ida la can t id ad

numer ica necesa r i a pa ra engendra r I a f igura soc io ldg ica nue

va . La fami l i a pa t r i a rca l cons ta dc unas ve in tc o t r e in ta cabe

zaa , cn l a s mis d ive rsas comarcas , aunque l a s condic ione

econdmicas sean to ta lm enie d i fe rcn ies . N o pueden , pues, se

£stas , o a l menos no pueden ser cxc lusivamcnte ds tas las que

de te rminen t a l igua ldad numer ica . Mas b ien pa rcce ve ros imi

que las acc iones recfprocas in te rnas , que const i iuyen la orgai i d l f i l i t i l d t d d i b l i i



el l imite super ior ; es te genero de conexion y de control , en

el grado co rre spo nd ien te de desar rol lo ps icologico, no parece

poder a t a r c a r m a y o r n u m e r o d e e l e m e n t o s . P o r o t r a p a r t e , e l

limite i n f e r io r queda f ij ado po r el becbo de que u n g ru po quc

est& atenido a s i mismo, para la sat is faccidn de sus necesida-

des y e l cu idado de su conserva t ion , cngcndia c ie r tas r ea l ida

des ps iqu ico-co lec t ivas que no sue len produci r se mas que por

enc ima de un de te rmin ado l imi t e numer ico . Ta les so n l a s deci -

s iones de la ofensiva y la defensiva; la conf ianz a de cada cual

de que ha de ha l l a r a c a da m o m e n t a l os a p o y os y c o m p l e m c n -

tos nece sar ios, y, sobre todo , el sen t imi en t o re l ig ioso , q u c solose elcva sobre el ind iv id uo — o al in di vi du o sob ie s i mis mo -—

por e s p i r i l u a l i z a c i o n y s u b l i m a c i o n , m c z c l a n d o m u l t i p l e s

c o n tr i bu c i on e s q u e m u t u a m e n t e a n u l a n s u c a ra ct er i n d i v i

dua l. E l num ero me nc io nado ba sena lado , qu iz a po r expe-

r ienc ia , el marg en ap rox im ad o, fuCra del cua l no puede cl

grupo tener los r asgos carac tc i i s l icos de la f ami l ia pa t r ia rca l .

Di jdrase que, a l crecer Ia ind ivi du al i za cid n y pasa do es te es-t adio cu l tu r a l , la s i n l imida dcs no fue ron ya pos iblcs s ino en

circulos cada vc.z mas rcs t r ingidos , a l paso que los fendme-

nos fund ado s sob re la magni tud de la f a mi l ia pa t r ia rc a l fue

ron ex ig iendo c i rcu los f ada vez mayores . Las neces idades que

se sa t i s f ac i an desde a r r ib a y desde aba jo ju s t a me n te p a r a ese

numero , van ab ora d i f e r enc iandose . U n a par te de e l l as r e-

q u i e r e u n n u m e r o m e n o r y o t r a u n o m a y o r ; d e m o d o q u e y al»o se vuelvc a CnContrar mas tarde ninguna forma social que

Pueda sa t i s faccr las a la vez, como las sa t i s fac ia a la f a mi l ia

Patriarcal.

Pres c in d ie nd o de es tos casos s ingulares , todas las cuest io -

Des sem eja nte s a la de cual sea el nu m er o m ax im o necesar io

Pftra fo rm ar un a are un idn de soc iedad® t ie nen un t in te sof f s-

l ' co . ^Cuanlos so ldados forman un c jcrc i lo? «Cu 6m o s p a r t i -<3&rios se ne ces it an pa ra fo rm ar u n part ido poli t ico? <*Quc

La cafliidad en los grupos sociales \5



M Sociolng

posib le e n c o n t r a r este l imite. E I f u n d a m e n t o logico de est

d i f i cu lt ad e s t r iba en que nos enc on t ra mo s an te una ser

cuan t i t a t iva que , a caus a de las escasas d im ens ion es dc cod

uno de sus e lemcnlos , aparece como en ascenso cont inuo; h

de permi t i r , pues , desde u n pu nt o de t e rm ina do, la apl icaei<5

de un concep to nuevo , d i s t in to r igo rosa men te del an ter io r

A h o r a bi en; csla es, i n d u d a b l e m e n te , u n a exi£encia c on t r a

dic tor ia ; po r su concepto mismo, lo co nt in uo no pued e jus t i f i

ca r p o r si u n a s u b i t a t r a n s f o r m a t i o n .

Pero la dificultad socioI<5g ic a t i ene a de m a s u n a c o mpl i c a

t ion quc no se da en los casos p lanteados por los ant iguos sofist as. Ba jo l a den om ina c id n de « m o ni dn t de g ra nos se en t i en

de, o b ien u n a m on to na m ie nt o , cn cuyo caso , ldgicaroente, est

jus t i f ic ada ta l des i t jnacion t a n p r o n t o como h a y a u n a cap

su pe r io r cnc im a de Ia infer ior , o b ien se des ig na u na r .ani i

dad , y entonces se pidc , in ju s t i f i cada ment e , que u n concept

como el de mo nt on , concepto osc i la nte e ind e te rm in ado , tcng

ap l icac ion a rea l idades comple tam ente de t c rm inad as e incqu i

vocadamente del imitadas . Pero en los casos socioloj j icos , c

au m en to dc can t ida d c rea nuev os fen om en os to ta les espec if

cos , que, cn ca nt i da des m cnoi es , no parcc en Cxist i r ni au n

p r o r ra ta . U n pa r t i do poli t ico t i ene d is t in to sen t ido cual i ra t iv

que una pequef ia t e r tu li a . U n o s cuan to s cur iosos reun id o

o f r e c e n r a s gos c omp le t a me n te d i s t i n to s que una ma n i f e s t a

t io n, etc. La in se gu rid ad de quc adolecen es tos conceptos ,

consecuenc ia de l a impos ib i l idad de f i j a r numer icamente l acant idades correspondientes , acaso desapareaca de l modo s i

guiente: La duda se ref iere , evidcntemente , a las cant idade

medias ; ci er tos nu m ei os mu y ba jos no co ns t i tuy en aun , s egu

ra me nte , la colect iv idad en cues t ion; o t ros ma s a l t os la con s

t i tu yen ya s in l a n tenor duda . A h o ra b ien ; e sos g rupos

nu me r i c a me n te i n s ign i f i c a n t e s , t i e n e n , s i n e mba rgo , a l gu na

cua l idades socio lo^ icas ca racte rf s t icas ( l a re un ion peq uena .quno es aun de «sociedad». el peloton de soldados, que aun n'



grandes , puede in te rp re ta r se como compues to de am ta s , de m a

nera que las formas de los dos cxtremos aparecen en e l las en

j u d im e n to , y t a n p i o n i o s u r ge n como sc e s f u m a n o q u e d a n

en es tado la ten te . A si , pues , s i es tas agrupac iones , s i t uad as en

la zona in te rmedia , par t ic ipan , parc ia l o a l te rna t ivamente , de l

caracter de las s i lu ad as por en ci ma o por debajo , se expl ica

b ie r la in seg u r id ad sub je t iva de su dc te rm inaci on. N o se t r a

ta , pues, de que cn una f igura dcsprovista de cual idad socio lo-

g ica su r ja sub i tamente una o rgan izac i<5n soc io ldg ica de te rmi-

nada , s in que se pueda dec i r e l momento en que se ha hecho

egra transformaci<5n . Se t ra ta de que dos fo r ma s d iversas , cada

una de las cua les posee un c ie r to numero de rasgos p rop ios ,

cua l i ta t ivamente g raduab les , co inc iden en un g rupo soc io io -

g ico de te rminado , por v i r tud de c ie r tas cond ic iones cuan t i ta -

t ivas, y se d is l r i buy en en d iversas m ed id as -A si . pues, le cues-

lion de a cual dc las dos formas pertenece el grupo. no toca, en

modo a lgu no, a las d if icul tades de las ser ies co nt i nu as , s ino ,

senci l la mente , es u n a cuest i<5n ma l p lan tead a ( l) .*

Aquel las cons iderac iones se ie fc r ian , pues , a f iguras

socio logicas que, s i b ien dependen del numero de e lementos

coope rante s, e sa su dependenc ia no puede fo rmu la r se , a nu es

tro en tend imien to , con la c la i idad su f ic ien te para poder sacar

las consecuenc ias soc io log icas de c ier tos nu me ros de te rmin a-

dos y concre tos. N o obs tan te , es to u l t i mo no es ah so lu ta me n-

<e imposib le , si nos en co nt ra m os f rente a f igures m uy si m ples. Si c o m e n z a m o s por el l imi te infer ior de la serie n u m e r i -

( l ) M i a e x a c t arn e rne, l a a i i ua c i t in c a t a t a i a c a d a n u m e r o d e t e r m i n a d o d c c le -

®emoa c o r r e s p o n d * , e l f i n y s e n t i d o d e au c o m b i n a ti o n , u n a f o r m a a o c i o l d i k a ,

U na O x g a ni z a c io n, 6 je 2Q , re l a c i o n d e l i o d o c o n l a s p s r i e s , e i c . A na-la «]etn«nIO tjue ae

M f f ia o a c d j i& r e i A , c aa f o r m a a o c i o l d j i c a a u f r e u n a m o d i f i e o d d * ' . o a n q u e i« q i n f i n i -

t am c n te p e q u e £ a e i n d e t e r m i n a b l e . Pero como no t « n * m o a u n a cxprcaidn e s p e c i a l p a r*

I j cantidad *n los grupos socialcs 87



Socinlou

ca, aparecerAn cie rtas can t idades de t e rm inad as como e l su pu e

to inevi tab le de c ier tas formas socio logicas .

Las f igu ias numer icas mas senc i l l a s f lue pueden cons ide

rarse como acciones socia lcs mutuas , parecen ser las que s

dan en t r e dos e lemen tos . Y , s in embargo , ex i s te una f igu i

quc es ma s s i mple todavia . si se cons idera ex ter i ormente ,

que en t ra en las ca tegor ies socio logicas . E s ta f igura es — po

parad tf j ico y con t rad ic to r io que parezca — l a del b o m b r e i n d

vidual , a is lad o . Pero , po r o t ra pa ne , Ios procesos <iue dan fo

ma a la dual ida d de e lementos son , con f recuencia , mas senc

llos que los que se requieren para Ia caracter izacion sociologca de l n u m er o u n o . P a r a e st e u l t im o se t ra t a p r in u ip a lm en

de dos fenomenos: la so ledad y Ia l iber tad . El mero becbo d

que un ind iv iduo no es te en n inguna re lac ion recfproca co

o t ros ind iv iduos , no cons t i tuye , s in duda , una r ca l idad soc i

log ica l pero tampoco rea l iza to ta lmente e l concepto deso ledad

Pu es cu an do la so ledad se dcstaca y adqu ie ic ve rdadera i m

p o r ta n c i a , n o s i l o s ign i f ies la au se n c ia de toda sociedad, s intam bien , ju s tam en t e , l a ex i s tencia de u na sociedad quc , siend

de a lgx in modo pos tu lada , e s inmed ia tamen te despues negad

La so ledad so lo adqu ie re su sen t ido inconfund ih le y pos i t iv

como efecto lejano de la sociedad, ya se presente esta como ec

de re l ac i ones pa sa da s o como ant ic ipa cion de fu tu res , o com

n o s ta lg i a o co m o ap a r t a m i en t o d c l ibc r ado . N o q u ed a car ac te

r iza do e l bo m br e so l i tar io si lo con s id era mos como unic

b a b i t a n t e del p lanc ta ; su es tado v icne t a m b i e n d e te rm in ad

podem oa com p ren d e r ]a unidad verdadera del j9«st, iino cue iiCmoa de eicindirla en un

dual idad Je r lemratns , &ioguno de loi male* cubrc Ia real idad por cntero, y ci< um

da d J urjje lae^o d el fejidu de araho a. PciO CAte no eJ m u <Jue un an A liiij q ae

Ueva a ca to p o ste rio rtn n iie y que no repro du ce el ptOceia dc ev olu tion reft], Ifc re t

dad piopia de aqu el laa um dadc*. P o r con si luira fe, c uan do lo* confe ptoj de laa t im'd

dei aoeiftltfl (reunion de mmi^na y reunion de JDcie^ad, irapa y cj<5rfitO, (ertulia y pa



[ j c.inndad cil los grupOi sociales 89

por la soc ial izacion, a u n q u e esta soc ia l izac ion 11 eve sig no

negat ivo . T a n to el pl ace r como la am ar gu ra de la so ledad son

reaceiones ante inf lu jos sociales . La soledad es una acci<5n

rf ic iproca, de la due u n o dc los mie m bi os , a la wie l ta de deter -

minados in f lu jos , SC ha separado l ea lmen te ; es u na accion

reciproca que s 6l o i d e a l m e n t e c o n t i n u e v i v i e n d o y a c t u a n d o

cn el esp i r i tu de l o t ro su je to . E s mu y s ign i f ica t ive en este sen

tido el conocido hecho psicologico de que rar&s veces cl senti

mien to de l a so ledad se p roduce con l an ta v io l cnc ia y t an i a -

dicalmente en los casos de soledad f isica cfcctiva, como en Ios

casos en que nos sabemos so los y s in r e lac iones , pero nos ha-

l lamos en t re per sonas que f i s icamente es tan cerca de noso t ros ,

en u n a reunio n , en el f e r rocar r i l, en la con fus io n ca l le je ra de

una g r a n c iudad . P a r a Ia con f igu rac ion de u n g r upo es e senc ial

el saber s i d icho g ru po favorece, o bace posib le a l me nos , la

so ledad en su seno . Las comunidades es l rechas C i n t i m a s c o n -

s ien ten rnra vez en su es t ru c tura es os espacios so l i ta r ios in -

tercelulares. A si como ba bl a m os dc cier to defici t social , que se

produce en p ro p orc io n d e t e r m i n a d a con respecto a las c o nd i

ciones sociales — los fe no me no s ant is ocial es de los dege nera-

dos , l as de l incuentcs , l as p ros t i tu ta s , Ios su ic idas —, as i t a m

bien c ie rtas c a n t ida de s y ca l idadcs de v id a soc ia l c rean cierto

num ero de ex i st enc ias so l i t a r i e s , t emp ora le s o c ron icas , a u n

que es t a s no puedan se r f i j adas numer icamen te po r I a e s t a -

disiica.La so ledad adq uiere o t ro sen t ido socio logico, cu an do no

cans i s t e en una r e l ac ion s i t a en e l i n t e r io r de un ind iv iduo

y m a n t c n i d a e n t re est e y u n d e t e r m i n a d o g r u p o o la v i da s o

cial en genera l , s ino que se p resen t a como u n a in ter r upcion

o per iod ica d i ferenciac ion , den t ro de un a y la mi sm a re lac ion .

Es to resu l ta impor tan te , sobre todo en aquel las r c lac iones

flue en idea se en ca m in a n a la nega cion dc la soled ad, comol t i i i E l t t d l t i i



sus encan tos , ya po rqu e la f a l t a de in te r io r cof i anza en el am

m ut uo ha ga t e r r i b l e s t a l e s i n t e r rupc i one s , c ons i de r a ndo

como infidel idades o, lo que es peor , como peli&ros de infi

i idad. P o i tanto , la so ledad, qu e en ap ar ie nc i a cs un fen<5m

lim i tad o a l su je to ind i v id ua l , y cons i s t e en l a negac io n d

soc iab i l idad , t i ene , no obs tan te , una impor tanc ia soc io log

posi t iva , no solo desde el p u n t o de v i s t a del suje to, como s

t im ien to consc ien te de c i e rt a r e l ac ion b ien de te rm in ad a co

sociedad, s ino lambien por la r igorosa carac ter i s t ica que

apar ic ion, como causa o como efec to , pres ta tanto a los gru

ampl ios como a l a s r e l ac iones mas in t imas .

Tambien l a l ibe r t ad . con sus va r i a s s ign i f i cac iones soc

Idgicas , c f recc in te res en este sent i do. A pr im er a v is ta , par

mera negac ion de l v incu lo soc ia l , ya que todo v incu lo rep

sen ta una cons t r i cc ion . E l bombre l ib re no fo rma -un idad

o t ros , s ino que es un id ad por s i mism o. Ah o ra b ien; pu

ha be r un a l ibe r t a d quc co ns i s t a en e s ta fa l t a de rel aciones

la mera ausencia de toda l imi tac ion por par te de o t ro ser . Le rmi iano c r i s t i ano 0 ind io , un so l i l a r io de los bosques g

mAnicos o amer icanos, puede disf ru ta r de la l iber tad en

sent id o dc que su exis tenc ia esta l lena de conte nidos no so

les . Y lo mismo ocurre con un ser colec t ivo, fami l ia pa t r ia r

o Es tado , que v iva en p leno a i s l a mien to insu la r , s in vec i

n i r e l ac iones con o t ra s cn t idades . Pe ro pa r a u n se r que e s ta

re lac iones con o tros , Ia l ib e r t ad t f enc u n sen t ido m uc bo m posi t ivo . E s u n d e t e rm i n a d o ge nc ro de re lac idn con e! a

b iente, u n f e n o m e n o de cor relacidn que pierde su se nt

cuando e l su je to no t i enc ia qu ien con t raponerse . La l ibe r t

en t a l caso , t i ene dos s ign i f i cados ex t raord ina r i amente imp

tan tes pa ra l a e s t ruc tu ra p rofunda de l a soc icdad .

1. Para c l bombre soc ia l , Ia l iber tad no es n i un es t

p r im a r io , da d o por si solo, n i u n a p ro p ie d a d su s t a nc ia l , p

m a n e n t e , a d q u i r i d a d c u n a v e z p a r a s i e m p r e . L a p r i m

9C Soclol



bom bre l as ve ro d ea d a s dc u n a esfera ide a l — a veces es i n g r a

ta esa v isi 6n — , f ren te a la cual h a y due rese rva r expre-

samente c i e r t a p rov i s ion de fue rzas , sen t imien tos , in t e reses .

Pero no es solo la ampl i tud de las exigencias soc ia les la

qae am en az a l a l ibe r t ad de los e l emento s due en t ra n en s oc ia

l i zac ion , s ino t ambien Ia fa l t a de mesura con due p lan tean

sus ex igenc ies todas l a s r e l ac iones con t ra idas . C ad a u n a de

£stas rec lama su de recbo implacab lemente , con ind i fe renc ia

total de los demas in te reses y deberes , s in preocuparse de s i

a rm on iza n con e l la o so n con e llos incompat ib les . E st e car&c-

ter de d ichas re l ac iones , n o men os que su ex tens i6n cuan-t i t a t iva , l imi ta , pues , l a l ibe r t ad de l ind iv iduo . Fren te a

tsta fo rm a de nues t ra s re l ac iones , la l ibe r t ad se m ue s t ra como

un proceso con t i nuo de l ibe rac ion , como u n a lucb a po r con-

quis ta r , no solo la independencia de l yo , s ino tambien e l

derecbo a due , en cada mo me nto , sea la voluntnd l ibre la que

se ma nte ng a en dependencia. E s u n a l uc ba que se r e nue va a

cada vic tor ia . Por consiguiente , la carenc ia de vfnculos , comoconducta soc ia l negat iva , no const i tuye cas i nunca una posc-

s i on t r a nQu i l a , s i no un c on t i nuo de s l i ga r se de a t a du ra s ,

due , s in cesa r , l imi tan rea lmente l a indepcndenc ia de l ind iv i

duo o t r a t a n dc l i m i t a r l a i de a l m e n t e . L a l i be r t a d no e s un

estado de l yo a is lado, s ino una ac t iv idad soc iologica ; no es un

modo de se r l imi tado a l numero s ingu la r de l su je to , s ino una

relacion, bien <jue con sid era da desde el pu nt o de v is ta de un

sujeto.

2- Lo mismo d^e en su aspecto funcional , es en su conte-

nido la l ibertad algo ma s due la neg acio n de re laciones, a lgo

mas due l a in t ang ib i l tdad de l a e s fe ra ind iv idua l por o t ra s

inmedia tas . Se s igue es to de la muy senc i l la considerac i6n de

due el bo mb re , no solo duiere ser l ibre , s ino t am bi en ut i l i zar

Para a lgo su l iber tad . Pero es tp uso consis te cas i s iempre

en el dom in io y aprov ech ami en to de uuu a pe rsonas . P a ra el

^ cantidad fn los grupos sociales 91



92 Socio

v io lenc ias, y anS loga men te muc hos id iomas a p l i can l a pa

b ra l iber tad en el se nt ido de derecho y privilegio. D e

m a n e ra el carac t er negat ivo de la l iber tad , como re lacde l su j e to cons igo mismo , se eomplemen ta , en ambas d i r

ciones , con algo posi t ivo. La l ibe r tad consis te , en g ra n pa

en u n proceso de l iberac ion ; se a lza f ren te a u n v incu lo

solo como reaccidn contra este recibe sentido, concicnci

va lo r . Pe ro , po r o t to l ado , cons i s t e t ambien en una r e l ac

de poder f rent e a o t ros , en la im po si bi l i da d de impon erse

obl igar o some ter a o t ros , gracias ft lo cual h al l a su va lo

ap l icac ion . Por cons igu ien te , e l sen t ido de la l iber tad , cua

se l im ita a l sujeto en s i y po r si , no es s ino la l ine a de

marcacion entre esas dos s ignif icaciones sociales : e l v inc

a flue se somete cl sujeto por parte de otros, y el vinculo flu

su je to im pon e a o t ros . P o r dec i rlo as i , el sen t ido de la l i

t ad desc iende a ce ro , cuando se descubre p rop iamen te . A

en el caso de rep resen tar se la l iber tad como cual i dad de l i

v iduo, es ia consis te en dicha relacion sociologica bi la teral

Ahora b i en ; aunque muchas veces lo s nexos que

cons is tcnc ia soc io log ica a fo rmas ta les como la so ledad y

l iber tad , son nexos ind i rec tos y muy var iados , s in emba

la (ormaci6n sociologica mas s imple desde el punto de v

metodico, es la f lue se produce entre dos e lementos . En el l

encuen ' r a e l es f luema, e l germen y e l mater ia l , para

incon tab les f o rmac iones de va r io s miembros que puedan psen ta rse , au nq ue su im por t a nc ia soc iologica no descansa

en esas ampl ia c iones y mul t ip l ic ac ione s u l te r io res . E l l a m

ma es ya una soc ia l izac ion , en Ia que no so lo se r ea l i

p u r a y c ar a e t e i i s t i ca me nt e m u c h a s fo r m a s sociales, s i n o

su l imitacion a dos elementos es incluso la condici t in

hace pos ib le toda una ser ie de formas de re lac ion . La t lp

natura leza soc io log ica de es tas fo rmas se mani f ics ta , a d c men el he ch o de q e no s<5lo la m l t ip l ica t ion de los ind



L i cantidad en ios grupo; sociales 93

d ia ri a. U n a su e r t e co m u n , u n acu e id o, u n a em p r esa , u n s ec re -

to , cuando se l imi ta a dos , es b ien d is t in to de cuando se

txt i ende a tres . D o n d e acaso sea esto m as caracter is t ico es en

el secre to ; pues la exper iencia genera l parece mostrar que ,

cuando e l secxeto se l imi ta a l min imo de dos , es jus tamente

cu an d o co n s ig u e l a m ax im a g a r an t i a d e co n se r v ac io n . U n a

sociedad secreta eclesiast icopoli t ica, que sc formo a comienzos

del s iglo xix en F ra n c ia e I ta l i a , teni a dis t in tos grad es, y Ios

secre tos impor tan tcs de la asociac ion . que so lo eran conocidos

de los grados super iores , no po di an ser ob je to de conversa-

ci6n s ino entre dos miembros de lo s g rados super io res . Tandecisivo parece, pues, el l imite del dos, que, cuando no puede

mant ene rse , po i lo que a l c ono cim ien to del secreto se ref iere,

m a n ti e n c s e a l m e n o s p a r a s u m a n i f e s ta c i o n b a b l a d a . E n

t£rminos genera les , la d i ferencia en tre las asociac iones de dos

miembros y las de var ies , cons is te en que la re la c ion en tr e

la un id ad de sus ind iv iduos y cada uno de lo s m iem bros ,

se p resen ta muy de o t r a manera en la asoc iac ion de dosque en la de var ios . S i b ien la asociac ion dc dos aparece f ren

te a u n t e r ce r o co m o u n id ad in d ep en d ien te , t r an s in d iv id u a l ,

no ocurre esto pa ra sus copar t icipes, por regia genera l , s ino

que cada uno de el los se s iente f rente al o tro , pero no f renie a

una co lec t ividad super i o r a a mbos . E l o rga n ism o soc ial dcs-

can sa in m ed ia t am c n te so b re u n o y o t ro . La d esap a r i c io n

de u n o de el los de st ru ir ia el todo, lo cual es caus a de (jue no

se l l egue a aque l la v ida t r a nsp er s ona l que e l ind iv id uo s ien te

como independ ien te de s i , mien t r as quc en una asoc iac ion ,

aunque so io sea dc t res miembros , s i desapaiece uno de e l los ,

Puede quedar subs is ten te e l g rupo .

Los grupos de dos depende n , pues , de la pur a in d iv idu a-

! idad de cada micmbro , y es ta dependencia bace que la repre

sen ta t io n de su ex i st en c i a v ay a aco m p an ad a de 5a de su ter-

o>inaci(5n mas inm ed ia tam cn te que en o t ras asoc iac iones , endonde cada mi em bro sabe que despues dc su separ acio n o



94 Soci

scr . L a m ue r t e no es t a a n t e nos o t ro s c omo un d e s t i no ine

ble yue s u r ^ i r a e n u n m o m s n t o dado , pero que b a s t a ento

solo exis te como idea o profec ia , como temor o esperanza

p e n e t r a r en la rea l idad de n u e s t r a vida . N o ; s ino que el bde que be m os de m o r i r c ons t i t uye un a c ua l i da d que pe ne t t

la v i da . E n t oda nue s t r a r e a l i da d v i v i en t e hay nlgo que,

pues, n o b a r a s ino b a l l a r en la m ue r te s u u l t i m a fa se o r

i ac ion ; desde nues t ro na c im ien t o somos seres que ba n de

r ir . Cla ro es ta que lo somos de d iverse m odo. N o solo es

t i n t a l a m a ne ra c om o nos r e p re se n t a m os sub j e t i va m e n t e

condi t ion y su e fec to f ina l y como reacc ionamos f rente a es ino que t ambien e l modo como es te e l emento de nues t ro

se ent re te je to n los o t ros e lem entos es a l r am en te var iable

mism o, empero, ocurre con los grup os. To do gru po de ma

dos miembros puede , en su idea , se r inmorta l ; y es to pres

cada u n o de sus mie mb ro s — sea cua l fuere la re lac ion en

es te pe r so na lm ente con l a muer te — u n sen t i mie n to soc io l

co pe r fec tamente d e te rmi nad o ( l ) . Pe ro el hecbo de que

a soc iac ion de dos depend a , no en cuan to a su v ida, au n q u

en tu an to a su muer te , de t ad a un o de Ios e lementos — p

s i p a ra s u v ida neces it a del segun do , no necesi t a de el pa ra

muer te —, ba de con t r ibu i r a de te rmine r l a ac t i tud de l ind

duo f ren te a el la , au nq ue no s i empre de un modo consc i

n i s i e m pre e n el m i sm o g ra do . D a ra a l s e n t i m i e n t o de e

asoc iac iones u n ma t iz de pe l igro y de cosa i r reem plazabl e ,

l a s t ua l i f i t a t om o a s i e n t o de t r a ge d i a soc i o l 6g i t a , po r

par te , y de s e n t i m c n t a l i s m o y p r o b l e m a t i s m o e leg ia to ,

o t ra .

Es ta emoc i6n ex i s t ir a s i empre t u an do el t ^ rm ino d

asoc iac ion es t£ de a lgun modo inc lu ido en su e s t ruc tu ra p

t ive. N o ba c e m uc bo t i e mpo se ha b l 6 de un a e x t r a n a « so

da d de l p l a to rot o» , f u nd a d a en u n a t i ud a d del N o r t e

F r a n t i a . H a t e u n o s a n o s b a b i a n s e r e u ni d o v ar io s i n d u s tl s e n u n b an q u et e D u r a n t e l a c o m i d a se c ay o u n p l at o



[_j c a m i d a d c n l o s g r u p o s s o c i a l e i 9S

e] n um e ro de Ios t roz os en que se b a bi a par t id o el p lato era

exac tamen te igua l a l de l a s pe r s onas p r esen tes . Es t e s i gn o did

lugar a que los comensales fo rmasen una soc iedad de amigos

para pres i ar se m u t u a proiecc ion y a m p a r o . C a d a u n o de los

presentes cogid u n i r ozo de l p la to . A l m o r i r u n o de Ios m ic m -

btos el t rozo que le b a b i a c o n c s p o n d i d o deb ia ser r em i t ido al

presidente, que e s t aba en ca rga do dc pegar Ins pedaKOs quc iba

iccibiendo. E l u l t imo superv iv ien te bab ia dc pegar e l u l t imo

t rozo , y en tonces e l p la to as i r econs t ru ido scr ia dcs t rozado .

Co n lo cual Ih asocieda d del p la to roto» quedarfa dcf ini l iva-

mcnte d i sue l ta . S in duda , e l tono sen t imenta l que re ina en e l

seno de es ta asoc iac ion y quc an ima a cada micmbro de e l la

ser ia to ta lmente d i s t in to s i SC a d m i t i e s e n n u e v o s m i e m b r o s

quc pe rpe tuasen i n d e f i n i d a m e n l C l a v ida de l g rupo . E I e s t a r

des rinada de an tem an o a m or i r le da un tono pa r t i cu la r , que

es el que poseen las asociaciones dc dos por la l im irac idn n u

mer ica de su es t ructura .

P o r la mis ma raz dn es t ruc tura l , sdlo las r e lac iones de dosson susceptibles de recibir el colorido — o falta de colorido —

que designs mos con el cal if icat ivo de t r iv ia l ida d. P u es lo que

determina cl seni imier i to de t r iv ial idad cs que. exigiendosc

prev ia mentc de u n fe n o m e n o o de u n a obra que tenga u n sello

individua l , rcsul te Iuego que no lo t iene. N o creo que se ba ys

observado suf ie ien lemCnte ba s ta que pu nt o rc lac iones de iden-

t ico contenido adquiercn cier to color , merced a la represcn-tacion de su f recuencia o su rareza. Las relaciones erot icas no

son las un icas que es t an in f luc nciad as por la idea de que «se-

nae jante emocidn no ba ex ist ido nun ca» : no son las un icas

que adq uieren p or e llo u n t im bre espec ia l y co lmado de s ign i -

f icac iones , que sobrepasan con mucbo su conten ido y va lor

Piop ios . Aca so no ex is ta n in g u n ob je to de pases ion ex terna ,

cuyo v alo r — no solo el v al or econdmico — no estd codet ermi-t iddo consc ien te o inconsc ien tementc por Ia rare /a o abun



via l id ad a co m pa na c ierto grado de f recuencie , c ier ta idea de

repet ic ion de u n cont en ido v i ta l , cu>'o va lo r es ta condic iona

j u s t a m e n t e p o r a l j jun gr a do de r a reza . A b o r a bien; pare

como s i l a v ida de un a un id ad socia l sup ra ind iv i dua l , o l a l ac ion de l ind iv iduo con el la , no se p lan tea se nun ca esta cu

t ion . Di jer ase que en es te caso, s ie ndo e l conte n ido de la re

c io n su p e r io r a l a i n d iv id u a l id ad , n o ju eg a n in g u n p ap e l

o t ro sen i ido de la pa lab ra ind iv idua l idad , e l sen t ido de co

un ic a o rara , y que por consecuencia de e l lo no sc prod uce

sensa cio n de t r iv ia l idad . E n las re lac iones en tre dos — amo

m at r i m o n io , a m i s t a d — , o t am b ie n en a lg u n as r c lac io nes m&s de dos , cuand o no en ge nd ra n un o rga n ism o super i o r (c

mo a m e nu do sucede en la v ida de sociedad), el ton o de t

vial idad arrastra a veces a la desesp>'raci6n y a la infel icida

Esto prueba que e l caracter socio logico dc las formacion

duales consis te en asirse a las acciones reciprocas inmediata

p r i van do a cada u n o de los e l em en to s dc la u n i d a d s u p r a i

dividual que est& frente a el los y en la quc al propio t iemp

p a r t ic ipan .

El hecbo de que el proceso sociol6gico pcrmanezca de es

m o d o d en t r o de l m u tu o ap o y o p e r son a l , s i n p a sa r a l a f o r m

cion de un todo sup er i or a los elem ento s — como ocurre

p r inc ip io en los g r up os de dos — , cons t i tuy e , po r o t ra part

l a base de la « in t im idad» . E l ca rac te r « in t imo» de u n a r e l

c ion me parece fun dad o en la inc l inac ion ind iv idua l a cons id

ra r cada cual que lo que le d is t in gue de o t ros , la cual idad in dvidual , cs e l nucleo , va lor y fundamento pr incipal dc su ex i

tencia ; supues to es te que no s iempre cs fundado, pues mucb

veces lo t tp ico, lo com pa rt i do con mu cb os , es lo esencial y su

tanc ia l de una per sona l idad . Abora b ien ; e l becbo se r cp i

en las asoc iac iones . Tambien las asoc iac iones p ropenden

considerar que lo especif ico de sus contenidos, lo que s

miem bros co mpa r ten en t r e s i y no com par t en con nad ie fue ra de Ia com unid ad , cons t i tuye el centro y el sen t ido pr



fj r ima como lo esencia l aque l aspecto i n te r io r de la re lacion;

^ lando la es t ruc tu ra sen t imenta l de Ia re lac ion se basa en

aquel la que cada cual no da o ens en a s i no a o tro , en tonc es es

(Uand o surge ese co lo r ido pecu l ia r que I la m am os in t im ida d .

£a in t im id ad no descansa en el con ten id o de la re lac ion . D o s

felacioncs p ue de n ser ident icas , po r ser igual ia pr opo rci on en

<jue se m ez cl an los con te nid os in di vid ua le s e xclusiv os c on los

comunes tambien a o tras d irecciones; pero in t ima scr& tan

solo aquella cn quc los primeros aparczcan como Ia base o el

sje de la re lacion. C u a n d o c ier tas s i tuac ione s cxtcr iore s o CS-

i ados de an i m o nos imp u ls an a bacer le a u na pe r sona , que

nos es re la t iv ame nte cx t t an a , manif es ta c ionc s o conf idenc ias

Je l as que r e se rvam os pa ra los in t imos , sen t imo s mu y b ien

( jue no basla csc contenido «- in t imo» para dar in t imidad a Ia

re lac ion . Nues t ra re lac ion hab i tua l con esa persona es , cn su

sustancia y sent ido , general , no indi v id ual ; po i lo (anto , aq ue

lla conf idcncia , acaso tu inca rcvcla da a nadie , no ba st a para

indu i r a d icba persona en nues t ra in t imi dad , porque no cons-

t i tuyc la base de nuestra re lacion con e l la .

E s a no ta cscnc ial de la in t i mi da d la bace con f recuenc ia

peligrosa p a r a las u n io n e s d u a le s m u y cst rechas, espccial-

mente pa ta c l mat r imonio . Los esposos se comunican las « in -

( imidades» indifere ntes del d ia , las a ma bi l i dad es O rude zas de

la bora , las deb i l idades cu idadosamente ocu l tas a todos Ios

*letnas. Y esto les I leva facilmente a transporter el acento ysustancia de Ia re lacion a estas cosas p ienamente indiv iduales ,

uero s in impor tanc ia ob je t iva ; mien t ras aque l la o t ra par te de l

■yo. que es com pa rt id a con los de m as y que acas o re pre se nta lo

tnas impor tan le de la persona l idad , lo esp i r i tua l , lo magnan i -

mo1lo or icn tad o ba ci a Ios in tereses gencrales , lo obje t ivo , es

cons ide rado como fue ra de l ma t r imon io y g radua lmen te e l i -

minado de el.

I j (jnuctad cn Ins grupos SOcialo 97



9K Soct

u n a c o m u n i d a d , t a n t o m £ s f a c i l m c n t e s c f o r m a u n a u n i

ob je t iva pox encima de los ind iv iduos ; pero en tonees ia

c i ac ion sc bace t an to men os in t ima . Es t os dos ca r ac ter esin t c r io rmcn te un idos . La cond ic ion de l a in t imidad es qu

re lac ion cons is t s t an so lo en es tax e l uno f ren te a l otro,

sen r i i a l mi smo t i empo como ex i s t en te y a t f ivo un o rgan i

supxa ind iv idua l . Es t a cond ic ion se p r esen t s r a r as voces .

lo que car act ei i za la fma es tr uc tu ra de los gr up os dc do

que su sen t ido mas in t enso qued ar i a in t e r r um pid o po r

t er ce ro , au nq ue fue r a l a un id ad cons t i tu ida po r Io s dos

ciados; y r ige de tal mo do este pr i nc ipi o, que la i n t i m id a

in te r r um pe inc luso en el m at r i m on io , t a n pro n to como

nac ido un b i jo. Va l e l a pena dc fun da m en ia r es to con

gunas pa labras , para carac tcr izar b ien las un ioncs de

e lementos .

E l dua l i s mo , que suele cons t i tu ix la fo rma dc nucs

contenidos vitales, nos impulsa a concil iaciones cuyo lojf tr

f r acaso bace resa l ta r con g ra n c lax idad d icba foxma. Co

p i i m c r e je mplo o modelo de lo que decimos, r e c o rd a rcm o s

lo ma scu l ino y lo f emen ino se s i en ten imp u l s ado s a una un

quc s<5lo re sul ta posible por la oposic ion de amb os , y que,

c i samcnte por e l apas ionamiento con que se busca , apH

como a lgo , en io mas bondo , inasequib le . En n ingun o t ro

se s iente m ejo r que el yo no puede apoderaxse rea l y abso l

mcnte de l no yo , y es to jus tamente en la r e lac ion en que

oposic iones pa r ecen c r eadas p a r a su com plcm cn to y fus

La pas i on qu iere der r iba r los l imi tes de l yo y fun di r el

con el o t ro; pero no consigue conver t i r se en unidad. y lo

su rge es u na un i dad nueva : e l b i jo. La cond ic ion dua l i s t

la gen erac ion — u n a pr ox im id ad quc, no obsta nte , ba de

a le j amien to , s in poder a l canza r nunca I a pxe tens i 6n ex t r

de l a lma , y un a l e j amien to quc . no obs tan te , s c ap rox imal i f i i l if i i j i i l l



\_2 camidad en los grupos sociales 99

t t su l ta po r e llo t a n t o m as ac l iva y, po i lo mismo , indesea da .

Per o o t ra s veces m a t i i m o n i o s m u y a p a s i o n a d o s y u n i d o s n o

Jesean t am p o co b i jos , p or q u e lo s h i jos s ep a i an . La f u s io n

metaf is ica , que ambos conyuges apetec ian , se les va , por de

cirlo as i, de en tre las ma no s , y se t r an sf or m a en u n tercero,

^jn ser f i sico que in te rv ie ne en tre amb os . Pero es ta i n te rve n-

c idn ba de parecer una separa t ion a aque l los que buscan la

u n i d ad i n m e d i a ta ; de l m i s m o m o d o qu e u n p u c nt e , a u n q u e

un« las dos or i l las , hace percept ib le Ia d is tancia que ex is te

en tre e l las . Y a l i i , donde toda in tervencion es super f lua , re

sul ta , en rea l idad , peor que super f lua .Es to n o o b s t an te , e l m a t r im o n io m o n o g am ico p a r ece q u e

debiera for m ar u n a e xcepcion a uno de los caracteres socio lo-

gicos que bemos considerado esenciales cn Ios grupos de dos:

la f a lt a de l a u n id ad su p r a i n d i v id u a l . E l b ech o n ad a r a r o d e

que en t r e pe r sona l i dades va l io sas ba ya ma t r im on i os Tesucl ta -

m en te m a lo s y , en cam b io , l o s b ay a m u y b u en o s en t r e p e r so

nas l l enas de defec tos , ind ica quc es ta in s t i tuc ion , aunque de- pendientc de los copar tic ipes, puede tener u n ca rac ie r que no

coincida con e l de n inguno de e l los . Cuando uno de los espo-

sos padece c ompli caci ones, d if iculta des, def iciencias . pero sabe,

por decirlo asi, loca l iza r las en s i mismo , reservarselas , n o

dando a l a re lac i6n cony uga l s in o lo mejo r y m as pu ro de su

ser y m an ten ien d o el m a i r im o n io ap a r t ad o de to do s los d ef ec

tos de su per son a, es ia ac t i tud podra s in duda, en pr im er ter -

tnino y ante todo, rcfer irsc al conyuge como persona; pero, al

cabo , p roducira e l sen t imiento de quc e l matr imonio es a lgo

transpersonal , a lgo val ioso y sagrado por s i mismo, a lgo que

es ta po r enc ima de las macu las que puedan tener cada uno de

los e lemen tos . Cuando , den t ro de una r e la t ion , cada miembro

no s ien te s ino por el l ado or i en ta do haci a el o l io , y se conduce

s iempre , po r cons idera t ion a e l , en tonees sus cua l idades , aun

cu an d o , n a tu r a lm en te , so n l a s su y as , ad q u ie r en u n co lo r id o ,id i i l d i i d l



100 Socio

como de una soc icdad ob je t iva , sc der ivan para e l los b ie

y desgracias .Por lo due se r e f ic re a l mat r imonio , es te kccko de qu

u n id a d se de sen t iend a de sus c imie ntos — el mero y o

mero tu — se encuent ra f ac i l i t ado por dos c i rcuns tancias

p r i m e r lugar , po r su i n c o m p a ra b l e est recbez, Q u e d os s

fun da m en ta lm en te di s t in tos como el bom bre y Ia m u je r p

dan unirse en tan es t recbo vinculo: f{ue el egofsmo individ

se ap l iq ue Ia n radic alm ente , no s6lo en pro del o t ro , s in

pro de la r e lacion total , con sus intereses f ami l i a res, su bo

famil iar y , sobre todo, los b i jos , es , realmente, un milagro se r e t ro t rae a esas bases de l ind iv iduo due es tan s i tuadas

al ia del yo consciente y q u c resu l tan inexpl icab les por m

vos rac ionales. Y lo m ismo sc cxpresa en la d i s t i nc ion e

es ta un id ad y sus e lementos s ingulares . C a da u no de e

s ien te la r e lac ion como a lgo quc t iene u n a v ida prop ia ,

fue rzas p rop ias . Lo cual no es s ino la fo rm ula de su inc

me nsu rab i l id ad con Io due aco s lu mb ram os a r ep r esen ta ren e l yo per sonal y por s i mismo comprens ib le .

Es t o , por o t ra par te , se ve m u y favorec ido por la t r as i

v id ua l ida d de l a s f o rm as mat r imon ia l e s , en e l s en l ido d

r egu la r idad soc ia l y i r ad ic ion b i s to r i ca . Po r muy d i s t in

<jue se an el caracter y valor de Ios m at r i m on io s — na die pu

at reverse a dec id i r s i mas o menos d is t in tos que Ios ind

duos p a r t i c u la r s —, en u l t im o ce rmino no es u na pa r e j a Ia ba i n v e n ta d o Ia forma del m a t r i m o n i o , s ino due esta se b

v igen te en cada amb i to cu l tu ra l , como a lgo re la t iv ame nte

no somet ido a l capr icbo: como a lgo cuya esencia fo r

no em pa na los ma l i ces y pa r t r cu la r idades ind iv idua les .

la b i s to r ia del m at r im on io sorprende el g ta n papel s i

prc t r adi c iona l po r cierto — quc ju ega n (erceras pe r so na

menudo ni s iduiera par ientes) cn la pet ic idn, en el c o n v eso bre Ia dote en las ceremonia s nupc ial es ba st a l l ega



1j lAJIlidaJ en los grupos socialcs 101

e lementos ex te r iores en Ia re lac ion con yuga l , co n t rap on e el

n ia t r imon io a l a l ib e r t ad in d iv idu a l , que se da, por e j emplo, en

Ia r e l a c ion am i s t o sa . E I m a t r i m on i o no t o l e r a s i n o a c e p t a c ion

O ren unc ia; pero no a dm it e modif icaciones. To d o esto Momen

ta, ev iden temente . c l sen t imi en to de un a fo r ma objetiva y de

u n a u n i d a d t r a n s p e r s o n a l d el m a t r i m o n i o . A u n q u e c ad a u n o

de los con yug es solo t i ene enfrente al o t to , s ientese , s in e m

bargo, p a r c ia lm e n t e con el s e n t i m i e n t o de h a l l a i s e f ren le a u n a

eolec tividad, como mero sus tcn t acu lo de u n o r gan i sm o s up ra -

indi v idual , que en su esenc ia y no rm as es ind ep en di en te de el.

Pa r e c c que l a c u l fu r a m ode rna , a l i nd i v i dua l i z a r m a s ymiSs el c arac ter de cada m at r i m on io , de ja in tac ta , s in emb arg o,

l a sup ra i nd iv i du a l i da d , que co ns t i tuye el nuc leo dc Su fo rma

sociol<Sgica. Es mas, en cierto senlido parece forlalecerla. Lb

mu l t ip le d ive rs idad de fo rmas ma t r i mo ni a le s —• de te r mi na da s

p o r la eleccion de los c o n t r a y e n t c s o por su d ive r sa p os ic idn

social - - que sc da Cn a l gu na s scmi cu l tur as y en cul tur as ele-

va da s de l pa sa do , pa r e c e a l p ron t o c ons t i t u i r una fo rm a m a si n d i v i d u a l , u n a f o r m a p a r t i c u l a r m e n t e f l e x i b l e y a c o m o d a d a

a la d i fc rcnc iac ion de los casos par t icula tes . Pero , en rea l idad,

sucedc lo con t ra r io . Ca d a u n a de e s t a s cl ases de m a t r im on io

cs a lgo super io r a l ind iv iduo , a lgo p red e te r min ado s oc ia lmen -

te; su te nde ncia a la par t icula r i ' / ac i on resul ta m as es t rect ia y

coac t iva que una fo rma de ma i r imonio genera l y ap l i cab le a

todos los casos, l a cua l, p or su na tu r a le za abs t ra c t s , necesa -r i amente ba de concede i mayor margen a l a s d i fe renc ias pe r -

sona les. E s t e cs u n fen om eno sociol<5gico general ; existe una

m a y or l i ber l a d pa r a la c ondu c t a i nd i v i dua l , c ua n do la e s truc -

turacion social se ref iere a Io comtin, cuando a cualesQuiera

r e l a c i one s se i m pone una m i sm a fo rm a soc i a l , que , c ua ndo

los es ta tu tos soc ia les se espec ia l izan en var iedad de formas

par t i cu la t e s , por que re r , en ap ar ie nc ia , a c om od a r s e me jo r a

s i tua c ion es y necesidades in dividuale s . E n este u l t im o caso es



102 Socio

P o r eso. la u n id a d de l a f o r m a m a t r im o n i a l m o d e

of rece m a y o r m a r g e n p a r a f ig ur as p a r t i c u l a r s q ue u n a p

ra l idad de - formas socia les predeterminadas; y , por o tra pa

su gene ra l idad aumen ta ex t r ao rd ina r iamf in te e l ca rac tc r ob

t ivo . la v igene ia au ldnoma de l v incu lo , f ren te a todas las m

dif icaciones i ndi v id ual es . de <}ue se t r a t a ah or a pa ra n

o t ros ( l ) .

Algo ana l ogo soc iolog icamente podn ' a descub t i r se t a

b ie n en la d u a l i d a d de los asoci ados cn u n negocio. A u n q

la fun da c i on y exp lo tac ion del negoc io este basad a en la

( l ) T . p e c u l i a r £ asi6 n de l c a ra c te r £ u bje tiv o y o b j e f i v o j de Ip peraonnl

t rafesptraonal quc ofeeee <1 m atrimo nio, exiatc ya cn el p ro fd o fun dam ental : e l tm

Ttfiamtcnto fisiol4£ico. que es el tinico rasjjo comtfn a todaa Laj formas de matrim

kiito rica m en is canocicLai. P u n q u u i ni_Q.jJuna o tl l de term ina Hon de emruentre en t

e llas , f in exception . E^te proce ic e i aen t i jo , de una parte , como la m u in t im o y

sonal* y de o(ra> coroo lo general y absoluto, que reduce la personalidad al scrvici

la eepecic, a la exi£encia ortfdnica general de la naturaleza. En este doblc csrActcraeto, que es gleoamente personal pot un lado y t ram pe rioo a l p or o t ro , res ide su a

to puical^lco; y as? s e comprende e(Smo justamente este acto ha pudido ser la bas

la relacidn m atrim on ial , la cual reproduce ese doble ca r6 ctd en tan grad a sociolo

m is al to . Pe ro, justa m ente *obre Ja relacicSn del m atrim on io con el acto «exual , pr

ccse una complicacitin formal muy lingular. Si bien no es posible una definition p

tiva del mairLm onjo. d&da la betcroAencidad de s iu fo rm al, en cambio pucdc

que existe una relat ion entre el bombre y la mujer que no es matrimonio: la rela

p u ia m e n ie sexual. E l m a tr im on io , flea lo q ue fu cre, OS s iempre y « todas parrea

m il que el com ercio aexua l. P o r m uy <livef4«n(es qu e Sean Iflfi direccion ei en q

m atrim on io t rsscicndc del comerelo aexual , puede deciise que ese trssce nde r d

iexu «l lo quc co nst i tuye el m atrim onio . Socioldgicam ente, £sta es una cstxuc

casi {inica. E l unico p un to q ue (icncn dc comtSn tod as Lai form as m atrim on iales C

mismo (iempo, Justamente, <1 que todas ban de superar para p ro ducer u n msdi

nio. S i lo analoglaa muy iejonas parece habcr en orros campoa- Aai las arflstas,

bete ro A ^neas que Sean sus te ndenclai efifiltaficas O imagina t i v n s, t ienen que c

ce e escru puloa am ente los fenom enos na tura les, no para qued arae e-n elloi, sino

l lenar fl-j mision art la tica eapecifita, sobrepas& ndolos. A ai, (odfiS las var ied sd ct bricaa e individual** de rultura ^di(ron6mka, t ienen de comdn cl satisfacei las nec



14 iMntidaii lo^ grupos sucialej 10)

]abcra cion de am ba s per sona l ida des , el ob je to de d icba cola-

borac ion , el negocio 0 la nfi imn*, es u n a rea l id ad objet iva , con

tespecto a la cual t iene der e tb os y deberes cada u n o de los

co m po ne n t es . . . f r ccuen te men te como podr ia ocu r r i r l e a untercero. N o obs t an te , esto t iene un sen t ido socio logico d is t in to

que el caso del ma tr im on io . E I «negocio» , a consecucncia del

caracter objet ivo dc la cconomia, es , desde luego, algo separa-

do de la persona del p ropiefar io . tan to en e l caso de que baya

dos propiecar ios , como en el de que sean uno o var ios . La

re lac ion mu tu a , en que es tan un os con o t ros los copar tk ipes ,

t i ene su fin fue ra de s i misma, a l paso due en cl m at r im on iot iene su f in en s i mi sm a. E n el p r i mer caso, la re lac ion se

es tab lece como medio para ob tener c ier tos rcsu l tados ob je t i -

vos ; en e l segundo. lo ob je t ivo no es s ino un medio para la

re lac ion sub je t iva . Tan to mas no tab le r esu l ta , pues , que en e l

mat r imon io su r ja , f r en te a l a sub je t iv idad inmed ia ta , l a ob je -

t iv idad y au to i iom ia de! g rupo . de quc suc le n ca recer l a s de

m as ag r u p ac io n es d u a les .

H a y u n a ca r ac t c rl s t i ca de l a m ay o r t r a s cen d en c ia so cio

logica, que fal ta cn las agr up ac io ne s du ales , y que las plurales

p ueden tener s i em pr e en principio; me refiero al becbo de

cargar los deberes y r espo nsab i l id ades a cuen ta del o rga n ism o

impersonal , becbo que con tan ta f recuencia caracter iza la v ida

social , y no en ve nt aj a su ya . Y esio acontecc cn dos dircccio-

nes . To da com unid ad , que sea a lgo m6s que mer a coex is ten ria

de ind iv iduos , t i ene c ie rta inde te rm ina c i6 n en sus l imi tes y su

poder. po r lo cual f ac i lm en te t en d e m o s a r e c l a m a i de ella

m u l t i t u d d e o b r a s , q u e p r o p iam en tc co r r e sp o n d e r i a r ea l i za r a

cad a m iem b r o in d iv id u a l . Esa s o b r a s l a s ca r g am o s a cu en ta

de la sociedad , como, en o t ro sen t ido , las car gamos a cue nta

de l po rven i r , s igu iendo una tendenc ia ps icn log ica ana loga ;

Pues el po rven i r t i ene nebu l os as pos ib i l idades que de jan espa-

c io l ib re para todo , y del porvenir esperamos que, con fuerzast£ l t d l l l t



134 S ocw

que el i nd i v id uo n o desea hacer . Y esto ocurrc en la creencia

que d icho t r as l ado es perfects me nte leg i t imo. U n o de los m

jores conocedores de N o r t e a m e r i c a a t r i b u y e g r a n par te de def ic iencias y d i f icu l tades con ( |ue lu ch a a l ia la m a qu in a

Es tado, a la fe en e l poder de la opin ion publ ica . Segun e l

indiv iduo conf ia cn que la co leci iv idad ha de reconocer

ju s to y real iza r lo ; y ast a m i n o r a su in ic ia t iva in d iv id u a l r

pecto a los intereses ptibl icos. E s l c s e n t im ie n t o se exa l la b

la e l punto de cons l i fu i r e l fenomeno pos i l ivo que descr ibe

mismo au to r , d e l a s i g u i en t e man e ra : Cu an to mas t i emp o

go be rn ad o Ia op in i6 n pt ib l ica , ta n to mfis fac i l es obte ner

mfl" ab so lu ta au t or id ad de la may or ia ; y cua nto ma s dif

cs que se p roduzcan minor fas energ icas , t an to mas inc l inad

se s ien t en Ios pol i t icos a preocup arse , no de fo rm ar op in i

s ino de descubr i t la y obedecer la en seguida .

Pe ro tan pel igrosa como en el aspecto de la omi s i

r e su l t a p a ra el i n d iv id u o l a p e r ten en c ia a u n a co m u n id ad

el aspec to de la acc ion. N o se 1rata s ol am en tc Cn este cas o au m en to de imp uls iv id ad y de l a an u l ac id n de Ios resor

mo ra l e s , q u e s c p ro d u cen en e l i n d iv id u o cu an d o fo rma p a

de u n a mu ch ed um br e , y que conduc en a los de li t as dc

masas , en los quc es d i s t i cu t ib le l a responsab i l idad ju r id

de los coparricipes; se t rata de que, a veces, el intcres verda

ro o su p u es to d e u n a co mu n id ad au to r i za u o b l ig a a l i n d i

d u o a r ea l i za r ac to s co n cu y a r e sp o n sab i l i d ad n o q u e rca rg a r si o b ra se p a r t i cu l a rm en te . Las a soc i ac io n es eco n omi

t i ene n exigcncian de ta n des af ora do egoismo; Ios coleg

obc ia les to le r an abus os l an i r r i t an tes ; l a s co rporac iones

ord en pol i t ico o c ien ti f ico c jercen tan in di gn an te t i ra n i a sob

Ios derechos indiv iduales , que e l ind iv iduo, s i tuv iese q

responder de es tos ac tos como persona, no los rea l izar ia , o ,

men o s , n o s in ru b o r . En camb io , co mo miemb ro d e u n a cop o r a c io n rea l ize lodo esto con perfccla t r a n q u i l i d a d dc c o



L ) cantidad en los grupos socialcj 105

Er a preciso indicnr es ta deg ra da t io n de los va lores p ers o

na l s , que con f recuenc ia t r ae cnns igo l a inc lus ion de l ind iv i

duo en un grupo . E n e fedo , su ausenc ia ca rac ter i za los g ru

pos de dos. P u e s t o que cn los g ru po s duales cada e le m en to no

t i ene a su l ado mas quo o t ro ind iv iduo , y no una p lu ra l idad ,

£ jue even tua lmente cons t i tuye una un idad super io r , l a dcpen-

dencia en que esta e l todo con respecto del individuo y la res

po n sa b i l i da d de este en t odos los actos colectivos a pa rccen pcr -

fec tamente c la ras . Pu ede , es c ie rto, como sucedc f rc cuc nicm en-

te, cargar la res pon sab i l id ad sobre el co mp an ero ; pero csle

sa b ra r e c ba z s r l a m a s i nm e d i a t a y r e sue l t a m e n t e que un c on - j u n t o a n o n i m o , al quc fa l ia la energfa de! in te res pe rso na l

o la rcprescntaci<5n legi i im a para ta les casos . Y de la mi sm a

m a n e ra que n i n gu nu de l os dos pue de a m pa r a r se t r as e! g rupo

por lo que bace, ta inpoco pue de conf ia r en cl p o r Io que omi te .

Las fue rzas de l g rupo p lu ra l supe ran a l ind iv iduo de un

m odo m uy i nde t e rm i na do y pa r c i a l , pe ro m uy se ns i b l e . Pe ro

en el g rupo dua l e sas fue rzas no puede n , como cuand o sc i r a t ade a soc iac iones g randes , co mp ens a r la insuf i ci cncia ind iv i

dua l. Pu e s a u nqu e dos i n d i v i duos un i dos ha cc n m a s que dos

scparados, lo carac ter i s t ico aq ui es que cada u no dc e l los t iene

que ba cer a lgo, y si no lo bace, solo que da el otro, no u na

fucr2a su pra in di vi du al , como acontece en el caso de asoc iac io-

ncs de tres.

L a i m por t a nc i a de e s t a de t e rm i na t i on no r e s i de t a n so l o

en su aspec to negat ivo, en lo que e l la exc luye . Tambien con-

f i e rc un tono pa r t i cu la r a l a s un iones de dos . Prec i samcnte

e l becbo de saber cada cua l que no puede conf ia r nada mas

quc en el otro, prest a a estos grup os d ual es — vcrbigraeia ,

a ! ma t r imonio , a i a amis tad y t ambien a a soc iac iones mas

exiernas , inc luso a las asoc iac iones pol f l icas dc dos grupos

una consagrac ion espec ia l : en e l los , cada e lemenio se encuen-

tra , po r lo que toca a su dest ino sociologico y a las co nse-



SoCKt

r io , que Io m ism o l i£a que separa . C ua nd o t i e s e l emen t

A , B, C , f o rm an u n a c om un ida d , l a r el ac if in inm ed ia t a

exi st e, po t e j emplo , en t re A y B. s e comp lem en ta po r la md i a t a q ue es to s m i s m o s , A y B m a n t i e n e n m e d i a n t e s u r e

ci<5n c o m u n c on C . C o n s t i t u y e «5s t e un en r iquec imien to soc

log ico formal ; los dos e leme ntos A y B, ade ma s de es ta r l i

dos po r l a l i nea r ec t a , l a mas co r t a , e s t an t ambien un idos

una quebrada . Pun tos , en t r e lo s cua les no puede da r se n ing

contac to inmediaco . en t ra n en re lac i6n m ut ua por medio

te rccr e lemento , que vuelve bac ia cada uno de los o t ros

u n o de s u s l a do s, r e u n i e n d o l o s a l m i s m o t i e m p o e n l a u n i d

de su pe r sona l idad . Esc i s iones que lo s in t e r esados no pued

reso lve r po r s i mi smos vue lven a desbace r se en e l con jun

grac ias a l t e rcero que las abarca .

Pe ro la u n io n indirecca, si p or un lado favorece la d i re

po r o t ro !a estorba - E n to d a asoc iacion de tres, po r es t re

que sea, hay ocasiones en que uno de los t res es sent ido co

u n in t ru so por los o t ros dos , a un qu e so lo sea por su par t

p a t i o n en esrados de Animo cuya c on c eni r ac ion y deli cade

ruborosa so lo pcrmi tcn c l dcsar ro l lo Cnt re dos per sonas . To

un io n scns i l iva de dos se i r r i t a c uan do t i ene \ i n e spec lad

T am bi en puede obse rva r se cuan r a ro es que t r e s pe r s ona s

guen a encon t r a r se en l a mis ma d i spcs i c ion de an im o a l v

t a r u n museo , ve rb igr ac ia , o a l co n te m pla r u n pa isa j e; c

que en t re dos se p roduce con re la t iva fac i l idad. A y B pued

acentuar y sen t i r s in obs tacu los e l e lemento m, que les es

mun , po rque e l e l emen to n que A no compa r te con B y el e

m e n t o x que B no c om par t e con A . pasan a cons t i tu i r co

reserves ind iv iduales , s i t as en o t ro p iano . Pero s i se agre

un C, que te nga de co m un con A el e leme nto n y con B e

en tonees , aun en es ta s i tua t ion , que es la mas favorab le p

la un id ad del todo . qu ed ar a des t ru id o en pr inc ip io el car&ci d l i i d f



g a m o s l o a si . E l c o n s u l a d o t r i n i t a ri o de N a p o l e o n h a b i a d

sc r l c mucho mas comodo que una dua l idad ; pues no neces i t a

ba m a s que g a n a r a su ca usa a u n o de los colegas — cosa qu

cons igue fac i lmen te l a na t u r a l ez a mas fuer t e — para dom ina

Icgalmente al otro; es decir , de kecho, a los otros dos. Pero, en

general , puede decirse que, comparada con la asociacion d

var ios , l a de dos favorece por una pane y supone por o t ra la

ind iv idual idad re la t ivamente r . i as cons iderab le de los copar t i

c ipes, y a n u la la neces idad de so tocar la p rop ia ind iv idu al pa

ra acomodarla a un nivel m-edio. Segun esto, s i es verdad qu

las muje res co nst i tu ye n el sexo men os i ndiv idua l , si es c icrto que en el las las d i fereneiaciones se apar tan del t ipo gc

ner ico menos que en los hombres , expl icar iase bien fa opinion

muy d i fundida , de que , en genera l , i as mujeres son meno

ap tas pa r a l a am is t ad que los homb res . Pue s l a amis t ad e

\ ina r e l ac ion que se basa exc lus ivamen(c en l a ind iv idua l idad

de los e lementos , acaso mas au n que e! m at r i m on io , el cual

po r sus f o rm a s t ra d ic ionales , por su c s i r u c tu r a social y suin le r eses r ea l es , con t i ene mucbos e l emen los t r ans ind iv idua

Ics, in depe ndie n tes de la pec u l ia r i dad per sona l . La d i fcrencia

c it in fu nd am en ta l en que desca nsa el ma f r im oni o no es cn s

misma de caracter individual , s ino <Jener ico. En cambio, l

amis t ad descansa sob re lo pu ramen te pe r sona l , y po r e so sc

com pre nd e que en Ios grado s infer i ores de la pe rsonal idad

scan rar as las am is tad es rea les v durade ras , y que , por o t r parte , la m u j e r m o d c rn a , m u y d iferenc iada , mues t re u n a ca

pac idad e inc l i na c io n m a y o r pa r a las re lac iones de amis tad

tan to con hombres como con mujeres . Aqui la d i fe renciac ion

ind iv idu al ba a lc anz ado cl p re dom ini o sobre la gener ica , y as

vemos como sc cs tablccc la cor re la t io n en t re Ia m as acen t ua

da ind iv idual idad y una re lac i6n que en es re es tad io se l imi t s

exc lus iva men te al n um ei od ua l ; l o que, na tu r a l me n te , no exc l uy e qu e la m i s m a p e r s o n a m a n t c n g a s i m u l t a n e a m e n t e

J OS Socioloyi



I j cantidad cn I os grupos sociilcs 109

^roporc iones co r respond ien tes . As i , por e jemplo , el m at r i m o

n i o con un h i jo t i cnC un carac te r to ta lmen te d i s t in to de l ma-

t r i rnon io s in h i jos ; pe ro ya n o s e d i fe rencia t a n to de l ma i r i -

monio con dos o mas h i jos . S in duda , l a d i fe renc ia que in t ro

duce cn su ser interior el segundo hi jo , es , a su vez, mucho

•mas considecahle que la que resul ta del tercero. Pero esto esia

de acucrdo con la no rm a ind icada ; pues el m at r i m on io con un

hijo es, Cn c ie r to sen t ido , t ambien una re lac ion de dos miem

bros: los padres, como u n i d a d , por u n lado, y el h i jo por otro.

E l s eg u n d n h i j o n o e s so lo u n t u a t l o miemb ro , s i n o t amb ien ,

cons idcrado snc iolog icamente , el t e rcer mie mbr o dc u n a r e la cion, y prod uce los efectos propi os de tal ; pues, d en tr o de la

famil i a , cuan do ba pa sad o la edad in tan t i l , los padres fo rm an

mas f r ecu en temcn te u n a u n id ad , q u e no l a t o t a l i d ad de l o s

hijos.Tambien en l a es fe ra dc l as fo rmas mat r imonia les lo

esencia l es saber s i re ina la monagamia o s i e | mar ido t iene

una se gu nd a muje r . E n el u l t i m o caso, la tcrcera o v iges imam u je r carece , re la t ivamente . de importancia para la cs l ructura

del ma t r im onio . D en t r o de los l imi tes as i t raza i los , el t rans i to

a u n a s cg u n d a mu je r t iene , a l men o s en u n a d i r ec t i o n, m u

chas mas consecuenc ias que e l t rans i to pos te r io r a mas mujc-

res. Pues , ju s ta men te , l a dua l ida d de mujeres puede da r lu ga r

en la vida del hombre a vivos confl ictos y a grandes dif icul ta-

des , que no se p roduccn cuando e l numero aumenta . En e fec-<0, este aumenlo supOnC tan profunda degradacion y desindi-

v idua l izac idn de l as muje res , e impl ica t an dec la radamente

una rc lac i6n reducida a su aspecto sensual (ya que e l esp i r i -

tual es s iempre de nat ur a l ez a indiv id ual ) que, por Io co m un,

n.0 pue den sobrcvenir le a l bom bre esos gra nde s t ra s to rno s quc

son s iempre consccuencias de una re lac ion doble .

E n el mis mo m ot ivo es ta insp i rad a la a f i rmac ion dc

Vol ta i re sobre l a u t i l idad pol i l ica de la an ar qu ia re l ig io se



110 Sociolvg

c<5nsu les r om an os se Kan opues to qu izd ma s e f icazmen te a lo

ape t i to s monarqu icos , que e l s i s tema a ten iense de lo s nuev

f u n c io n a r io s su p r em o s . E l d u a l i sm o , co n su t en sid n , a c tu a c

sen t id o des t ruc tor o conser.vador , segu n las res tan tes c i r cun sta nc ia s de la asoci acidn total ; Io esencial es que 6sta ul t im

tiene un cardcter sociol<5gico to ta lmente d is t in to , segun que ]

fun ci 6n dc que se t r a t a cor ra a cargo dc un a so la pers ona o d

un numero de personas super ior a dos . Con f recuencia , y cn e

mismo sen l ido que los consules romanos , los co leg ios d i rec t

ves se componen de dos miembros, v- gr . : los dos reyes espar

tanos, cuyas con s ta n te s desavenc nc ias e ran cons ideradas dec 'a radamen te como garan t ia de la segur idad de l Es tado : In

dos genera l is imos i roqueses , Ios dos a lca ldes del Augsburgn

med ieva l , donde se cas t igaba severame n te to da p re tens ion a

pues to de burgc imacst re un i co . Lo s roces pecul iares que s

p ro d u c en ent re los e l ementos d u a l i s ia s de u n a e s t r u c tu r a ma

am p l i a , m an t i en en c l statu quo en la func i on que desempenan

E n camb io, en los e j cm p lo s ad u c id o s , l a f u s io n en u n id ad b u

b iera d e t e r m in a d o u n p r e d o m i n i o ind iv id ua l , y Ia ex tens io n

en p lu ra l ida d bub ie ra p roduc ida f ac i lme n te el p redom in io d

u n a p an d i l l a o l ig a r q u ica .

A d e m a s del t ipo cn que Ia du al id a d de los eleme nto.

r esu l ta t a n dec i siva quc los dem as au m en io s numer icos no l

a l t e r an co n s ide r ab lem en te , m en c i o n a r e do s b ecb o s m u y s in

g u l a r s , p er o m u y i m p o r t a n t e s c om o t i po s s o c i o l o g i e s . La

s i t u a t i o n p o l i t i c a d c F r a n c i a e n E u r o p a s u f r i o u n a m u d a n -za r adica l a l I igar sc en a l i anz a con Ru s i a . U n a vez acon ieci

da esta modif icacion esencial , la adicion de un tercero 0 cuar

to a l i ad o n o b u b ie r a p r o d uc id o n in g u n cam bio f u n d am en ta l

Lo s co n ten id o s d e l a vid a b u m a n a sc d i f e r en c ian g ran d em en -

<e, seg un que el pr im er paso sea cl ma s grave y dc ds iv o — tc

nie ndo los pos tcr iores u n a im po r t an ci a sec unda r ia — o no si*;

n i f ique na d a tod av ia po t s i solo, s iendo sus cunt inuacione.s ya f i anza mie n tos Ios que producc n las t r an i fo rm ac i one s quc



L j cinlidad cn los grupus socialcs 111

a l ianza es dec is ivo ; cn cambio , o t ras veces , de terminadas ven-

la jas econ6micas o po l i t i cas no p ue de n re a i izar se has ta que se

ha l l egado a can s t i tu i r u n circulo de in tel i^Cndas , Que son

necesar ias todas para que se produzca el cfccto deseado. Entre

estos dos t ipos se encuentra aque! en clue el caracter y el exito

de la u n io n r esu l t an p ropo rc ion ados a l n t im e io de Ios e le

mentos , como suele suceder en las un iones de grandes masas .

D e n t r o d e l s e g u n d o t i p o e s t a c o m p r e n d i d a l a e x p e r i e n d a

de quc l as r e lac iones de ma nd o o sub ord in ac io n c am bia n esen-

c ia lmente de carac ter cuando en vez de un cr iado , as i s ten te o

subord ina do , s e em ple an dos . Las am as de casa apa r t e lacuest ion del gas to — prefieren a veces ma ne ja rs el as con u n a

cr iada sola , pa ra evi tar las d i f icul tadcs Quc cl nu m er o plur al

engendra . E l c r i ado un ico , mov ido po r l a ncccs idad na tu r a l

de apoyo , p r oc ur ar i ap rox im ars e a la esfera per sona l y a l

c i rculo de in tereses del amo; pero, en cambio, ese mismo ins-

t in to le movers a fo rmar par t ido cont ia loa scnorcs con un

segundo, pues en tonees cada uno de los dos encucnt ra apoyoen el o t ro. E I sen t imi en t o de c lase, con su op o s i do n la icn lc o

consciente a los senores , solo t en dr a efeet iv idad al apare cer ul

segundo cr iado, porque entonees se of recera como lo comun

a ambos . E n u n a pa l abra ; la r e lac ion soc io log is t en t re el supe-

r iur y Ios in fer io res , camb ia to ta lm ente tan p ro n t o como se

anade el tercer e lemento; en vez de la sol idar idad aparece

entonees en pr imer tc rm ino cl par t id i sm o, y cn vez de acen-tuar se lo que une a l serv idor con e l scnor . se accn tuara lo que

los separa, porque la comunidad sc busca por e l lado del com-

panero y, n a tu r a l mente , los in fer io res sc e n c o n t r a r a n en cl

p iano que cons t i tuye su o p o s i d o n f rente a l s u p e r io r c o m u n .

T a m b i e n es f u n d a m e n t a l l a t r a n s f o r m a t i o n de l a d if e r e n

cia num6r ica cn cual i ta t iva , cuando para e l e lemento domi-

nantc de la asoc iac ion of rece la cor. secuencia con t rar ia , f av or able de serie m j* iju il i i i an te nc r a d is t an c ia a dos s u b o r d i n a d o s



va. La dc tres se diferenc ia especi ficamen te de la de dos, haeia

a tras , por dec ir lo as i , pero no hac ia adc lante , pues ya no ha ■

diferencia cnire e l la y la de cua tro o mas e lementos .

Como t rSns i tO para las formaciones par t icularcs dc tn-s

e lementos . es tudi aremo s la d ivers id ad de carac teres colec tivos .

segun que los e lementos se esc indan en dos o en t res par t idos

p r i n c i p a l s . E n cp oca s a cc ide nt ad as de la v id a pi ibl ic a, todas

suelcn aeo^erse al lema: «el que no esta conmigo, esta contra

mi». La consecuencia de esia s i tu a t io n debe scr la d ivis i6n dc

los c lemcnios en dos par t idos . Todos los in tereses ,convicc iones

e impulses que nos ponen en re lac i6n pos i t iva o ncgat iva co: .otros, se distinguen segun la vi^encia que tenga en ellos aquel

p i inc ipio , y puede n o tde na rs e en u n a se ri e, qu e va de sd e Ia

exclus i6n radica l de todo te rmino medio y de toda imparc ia-

l idad, has ta la to lc rancia de Ios puntos de vis ta contrar ios .

como vis iones igu almen te jus t i f icadas , en un a esca la de ac t i -

tudes quc coinc iden mas o menos con la propia . Toda resolu

t io n que guard e relac ion con nues tr os c i rculos ambientes , mas

o menos remotos , que nos loea itee en es tos , que in ipl ique pa ia

nosotros coopera t ion in terna 0 externa , benevolencia o s im

pl e rol erancia , nu to r i cda d 0 pe li gr o; t oda res oluc ion de es 'a

c lase ocupa un pues to de terminado dentro de aquel la esca la .

Cada una dc e l las ( raza a l rededor de nosotros una l inea idea l

que o inc luye o cxc luye dec idid amente a las demas o que t iene

huecos en los cua lcs no sc plantca la cues t ion de dentro j iuera, o si se planlea cs dc tal modo que liace posible un mero

contac to o una inc lus ion parc ia l , comple tada en una exclu

sion, Tambien parcial. La cuestion de si se ofrece y el rigor

con que se ofrczca el dilcma de o conmigo o contra mi, no de-

pende t a n sol o dc la cxucl i tud lo gi cs de su conten ido , n i .<i-

qui era dc la pas ion con que el alm a se adbie ra a dste, s ino

sobr e todo de la relat ion que el «jue interrojja man tie ne con

su c i rculo soc ia l . Ct ianto mas es t recha y sol idar ia sea es ta re

lation. tanto menos puede el sujeto coexistir con otros, conV>

comp anero s de igual opinion. Y cuan to mas fuerre sea Ia urn-

dad que un idea l imprima a todcs Ios miembros de un pa :-

t ido, tanto mas radica l se p lanteara ante cada uno la cues t ion

del pro o de l contra . El radica l ismo ton que Jesus formula

es te d i lema oi jedece a l sent imiento inf in i temente fuer te de 1 j

112 Sucioh.*

unidad que exis te entre lodos los q u c han rec ibido su nueva .

Frente a es ta nueva , la a l te rna t iva no se l imita a pedir que sea

aceptad a o rech azada , s ino que quiere que sea aceptad a o com-

ba t id a . E s es ta la expresi on m a s fuer te que cab e pa ra de si g-

na r la un jda d a bs o lu ta de lo s que s e c ons idc ra n de n t ro y e

apa rta mie nto absol ute de los que no lo es tan. La lucba , la ac

tua c ion e n c on t ra c s s i e mpre u na relacion; r e ve la un a un i da d

inte rna que , aunq ue pcrvert ida , cs mas fuer te quc la coexis

tenc ia indiferente o la to le rancia dc las ac i i tudes medias . Es te

s e n t imie n to s oc io log ic o funda me n ta l impu l s a ra , pue s , a I a

escision de los elemento s tod os en dos pa r t idos . En c a mbioc ua ndo fa l t a es c s e n t imie n to a pa s iona do , que a s p i ra a a ba rc a

c l todo. forzando a cada cual a coloea ise en un a re lac ion po

sitivs — de aeepta tio n o de comba te — con l a id ea o exigencia

p l s n t e a d a ; cu a nd o cad a g r up o parc ial se con fo rm s co n s u

exis tencia parc ia l , s in pTetendcT ser iamen te inc luir en su seno

a la colec t iv idad cnlera , entonees e l te rreno es ta abonsdo para

una plura l idad de par t idos , para la to le rancia de Ios par t idos

medios , para un a esca la de opiniones en mult ip les grados

Aquel las Cpocas en quc se mueven grandes masas , son favo

rables a l dual ismo de los par t idos : exc luyen e l indiferent ismo

' y am eng uan la inf luencia de los par t idos medios . El io s

comprende bien leniendo cn cuenta e l radica l ismo, que hemo

reconocido antes como e l carac ter dc los mov imien tos d

masa . La s impl ic idad de ideas con que las masas son dir ig i

das propende a plantear las cues t iones en la forma de un s i o

un no radica les ( l ) .

Es t e r a d ic a l i s mo , que t a ra t t e r i z a lo s mov imie n tos d

masas , no impidc a veces su convers ion to ta l de un extremo

otro . Inc luso es fac il de com pien der que es to acontezca po

motivos fut i les. U n caso X , quc torresponde a l es tado de ani

rao a, se ver i fica ante un a masa reunid a . E n es ta sc encue ntran

La cantidad cn los grupos socialcs 113

( l ) A t n v u J b t o d a la K i iT o r ia . l u ( e a d f n e i * * d e m a c i il iC M d e l o e £ m n j e i l ll

v i m i e n l n i c o l c c t i v a s p r e f ie r e n d i f l p d i i c j o n t * . le y e s y p r i n e i p ii w l e n d l l o f . A L a d e m o i r f

l e s o n a n l i p & l k & a t o c i « l a s p iA c l ic & s r o m p l i c a d * * , e n q a t e n t r & a v a r i o s

C l o u t s y Q UC I j c n c n e n e n e m a J iv e rS O fl p u n t o i d e v is t ft . P o e e l c o n t i a r i o . l a B n i l o c M

c i * a u c l c a e n t i r l i o e e o e a 1« j i I c y e j j l e n f ii A l w > o b l i g a t o r ™ * , e o n c e d i c & d o e l m i l a m p l

U i r g r n a l a s p & H i c u l a T i d a d ei d e l o a t l c m c n f o e i n d i v i d u a l e s , p * r i o n a l c a , l o c a l e * , o

je t iv o e .

B



IH Soc io l

u n o s cu an to s i n d iv id u o s . 0 u n o so lo , cu y o t emp cramen to

pasi<5n n a t u r a l se in c l i n an l iacia a. A estos les afecta v iv

mente el caso X ; es a£ua para su mol ino , y se comprende {

tomcn la d i rec t ion de Ia masa . quc ya es ta d i spues ta cn a lg

modo por e l caso X , en favor de a. L a m as a sig ue las sugesri

nes que pio ce de n del se nt im ie nt o de estos , e .va^erado por

o cas io n. E n cambio , l os i n d iv id u o s q u e p o r n a tu r a l ez a s i

p a t i / a n con b, lo con tra r io de a, f i uard an s i lencio a l enco

traTSc con X . P er o s i surge a l f iun caso Y, q uc jus t i f ique b, s e r

los pr im er os los que te nd ra n que cal larse; y cl juej jo sc rep

t i ra en la d i rec t ion de b, con la misma exageracion . La cxagracion proccde de que en la masa cxis ten indiv iduos cuya n

tu r a le za t i ende a l l evar a l ex r remo la d i spo s i t ion de l an im

exci tado: esos indiv iduos , por se i dc momento los mas fucr t

e im pr es i on an tes . ar ra s t r an a La m a sa en Ia d i rec t io n q

qu ie rcn ; a l paso quc los que sus t en lan l a d i sposic ion 'opues l

mientras dura este movimrento (que no les ofrccc ni a el los

a! todo inci iac iones en su d i reccidn) , se m an t i cn en pas ivoDicbo en o t ros terminus : c l rad ical ismo formal de las mas

con sus va ria cio ncs faciles , se debe a que los e lem ent os p

dispuCStos cn d is t in tas d i rccciones no dan de s i una resu l ta

t e . u n a l i n ea med ia ; s i n o q u e c i e r to p red o min io mo men tan

de una de las d i recciones rcduce comple tamente al silencio

Ins rep rese n tan tes de l as o tras, en vez de con t r i bu i r todas p i

p o r c io n n lm c n te a d c t e r m i n a r la a c t i o n dc la masa . G r a c i a ses to , l a d i recc ion quc cn cada memento domina no encuen t

obs taculo y sc precip i la en e l ex t remo. Frente a los problem

prac t i cos ( u n d a m e n t a l e s n o b a y o r d i n a r i a m e n t e m a s que d

p u n t o s de vis ia simples; en camli io , puede babe r mu cbo s mi

los o in te rmed ios . Anu lo j lamentc , todo movimien to apasion

Jo, den t ro de un g r upo (desde los fami l i a ies ba s ta los po l l

cos, p as an do por todas las co mu ni da de s de in tereses) , p rop e

der a a esc ind i i cl grup o en u n a pu ra dual id ad , EI * tcmpO



(.3ciintidad in Ios grupos sotrnlcs 115

espacio a c icr to ind i feren t i smo de las personal idadcs . quc s i

xe inase una co r ri en te ma s rpa s io na da . s e r i a n ar ras t r adas en l a

oposicidn de los par t idos pr incipales . La difercncia t fp ica en

tre las constelaciones sociological , cn esic punto , es quc ex is -

tan dos o t res par t idos p r inc ipales . E n la func idn del te rcero,

que s i rve de i iue rm edio en t re dos ex t rcmos, pu ed en d is t in -

gu i rse var ios g rados esca lonados . Aqui se t ra<a tan so lo de

una ampl i f ieac io n o ref inam ien t o dc la fo r ma tccn ica del

p rinc ipio . pues la t r a n s f o r m a t i o n radical , l a quc co m bia f u n -

da me n ta lm en t e la fo rma , queda ya r ea l i ^ada po r la ad ic ion

del tercer par t ido.Co n esto e sta n ya indic ados, en lo esencial , no s olo cl pa

pel que r epre senta el t ercero, s i n o ta m bie n las f igu ras que se

p ioducen en t re trca e l emen tos soc ia l es . E l dos r ep resen taba a

un t i empo l a p r im er a s in t es i s y un if i ca t ion , c igua lme n te l a

pr im er a cscis ion y ant i tes i s . L a apar ic ion Jc l tercero s igni fi ca

e l t rans i to , l a reconci l iac ion , e l abandono de la opos ic idn ab-

so lu ta, au nq ue a vcces t amb ien l a p roducc ion de u n con t ras t e .

E! nu m er o t res p rovoca , a mi parecer, tres fo rma s dc agr up a-

c ion , que . por una pai lc , en t re dos e lementos no son pos ib les ,

y por o t ra par te , cn t rc ma s de t res o no sc p rod uce n la mp o-

co o s e l i m i t an a amp l i a r s e cu an t i t a t i v amen i e s i n camb i a r

de tipo.

1. £,'? impartial y el mediudor. H a y un heebo soc iold

gico m uy im po na nt e , que cons is te en la re lac ion co m un de

varios e lementos a i s la dos con u na po tencia ex ter io r a todosel los , re lac ion quc crea en t re d icbos e lementos una un idad ,

cuyas man i fes l a c ioncs v an desde la a l i a n /a de va r ios Es tados ,

conccr t ada pa ra de lender se de un enemi j jo comun , bas t a l a

1filesia invisible, quc rei ine en un a u n id a d a todos los f ieles

por la relacion de tod os con D ios . E s t a h i n c i d n socia l i / . a -

dora de u n tercer e lemen to ba de ser obje to de es tud i o ma s

adelan te , con o t ro mol ivo . Pues e l t e rcer e lemento se encuen

t ra aqu i a ta l d i s tancia dc los o t ros dos , que no ex is ren accio-



Socio

quercmos tratar de tres elementos tan proximos quc consti

ycn, duradera c momentaneamentc, un grupo.

E n el c as o m as i m p o n s n t e d e l a s u n i o n es d u al e s, enm a t r i m o n i o m o n o g am i co , el n i n o o l os n i n o s c jc r cen f r ecu

temen te , como t e rcer e l emen to , l a func io n de ma n t en er un

el todo . E n mu ch os pueblos pximi tivos , c] ma t r im on io no

cons idc ra r ea lmen te pe r fec to o i nd i so lub lc has t a que ha na

do u n h i jo; y un o de los moi ivos p or los cuales el au m c nt o

la cu l tu x a m an t i e n e m as p r o f u n d a y e s t r ech am e n t c I i gad o

Ios mat r im on i os , e s quo los h i jos t a rd an ma s t i empo en cerse ind ep en die n les, po rqu e exigen m as largos cuidad os.

fun d an ien io del he cho px imeramen te me nc ion ado est a en

valor owe t iene el h i jo para el bombre. y Cn l a t endencia , s

c ionada por l a l ey y l a cos tumbre , a rcpudiar a l a mujer es

ril . Pe ro el re su l t ad o efect ivo es quc cl tercero es pr op ia me

cl quc cierra el c i rculo. l igando entre s i a los ot ros dos- E

p u e d e acon tecer dc dos -maneras. O b ien la existencia del ccr e l eme n to c rea, o for ta lece . l a un id ad de los d o s — co

cuando c l nocimiento de un b i jo acrec ien ta e l amor mutuo

los csposos o al menos cl del maxido por la m u j e r — , o b

la relat ion de cada uno de los dos con cl tercero crea

v incu lo nuevo e inrJirecto ent re e l los , como cuando los cui

dus dedicados al h i jo represenlan ut i lazo quc txasciende

hi jo mismo, v a veccs consiste cn simpati&s que no podrisu rg i r s in esa es i ac ion in t e r med ia Es i a soc ia l i zac ion in t e r

que resul ta de los t res e lementos y a la que los dos elemen

p r i m e r o s se o p o n e n a is l a da m e n tc , co n s t i tu y e la base del

cho , ya an tes observado, de que m u ch o s m a t r i m o n i o s , en

los que no re ina a rm o ni a in ter ior , no desean tener b i jos; r

ni f ie s tase aq ui cl ins t in to que sabc que el h i jo ccrrar i i

c i rculo , den t ro de l cual los eonyug es se en co nt ra ra n l ij jama s est racba monte de lo que desean. y no solo de mod o ex



| j en los grupos sociales 117

lesolver lo que ten gan de incom pat ib le . Las des&venencias e n

t re obre ros y pa t ro nos b an p roducido , c spec ia lmente en In -

g la te r ra , ambas fo rmas de so luc ion . As i , ex i s t en Camaras pa -

r i ia r ias , en donde las par tes e l iminan los mot ivos de d isent i - juiento, m e d i a n t e negociac ioncs celebradas bajo la pres idencia

Jc u na pe rson a imparc ia l . S in duda , u n me diad or de e ste ge-

nero no lograra rea l izar la union s ino cuando es ta es te jus t i -

f icada, en op in io n dc cada u n a de las partes, po t la re laci dn

exis tente ent re los mot i ves dc la c ont ie nda y las ven ta j as de

la paz ; en s um a, cu an do la s i tuac ion*reaI la aconse je por s i

misma. La eno rm c pro bab i l i dad de que esta c reenc ia se pro-duzca cnt ic las par tes , por obra de l mediador imparc ia l , se

debe a lo s iguicnte — presc indiendo de Ia na tura l e l iminac idn

de las malas inte l igencias , del inf lujo de Ios buenos conse-

jos, c t c . — : al e x pu ne r el a rb i t ro im pa rc ia l las p re te nsi on es y

razones dc u n par t ido , p ie rd en es tas el tono de pa s io n subje-

t iva quc sucle provocar igual apasionada repl ica en e l olro

lado.

Re su l t a aqu i s a lud ab l e lo que en t an ta s ocas iones es l a

mentable ; a saber : quc e l sent imiento concomitante o un con

ten ido e sp i r i tua l suc le deb i l i t a r se cons ide rab lemente cuando

p t s a dc su p r i m e r su je to a u n segundo . P o r es ta ra z on , las

recomcndac ioncs quc pasan por mucbas pe rsonas in te rmedia^

son con frecucncia ineficaces , aun en e l caso de que su conte

nido objet ivo llef iue com pl eta me nte i leso a la ins t an ci a deci-

s iva . Y es que , a l i ras ladarse de un su je to a o t ro , se cvaporanlos imponderab les s en t imcnta le s , que no s6 lu s i rvcn pa ra

comple ta r las razones obje t ivas insuf ic ientcs , s ino quc inc luso

a l as su f ic ien tes im pr im en imp ulso pa ra su rca l i zacion p ra c

tica. Es te becbo , a l t am ent e im po i ta n te pa ra cl dcsa r ro l lo de

inf luenc ias puramente espi r i tua les , de te rmina , en e l caso sen-

ci llo de u n tercer e leme nto media dor , que Ios acento s sent i-

f f l en ta le s que acompanan a l a s demandas desapa rezcan de

Dtonto a l se r es tas formuladas por una persona imparc ia l ,



— desde (a c o n v e r s a t io n de u n a h o r a b as ta la v ida de f a m i l i a —

en que u n a s veces ent re es tos dos y oi ras entre aquel los dos.

no se p r o d u z c a u n d i s e n t i m i ent o, n i m i o o g ra ve , m o m e n t i n e o

o du ra de ro , teor ico o prdctico, y cn que el tercero no actiie

como mediador . Incontab les vcces acontece es to de un modo

comple tame n te ruc limcn ta r io , en f o rma l a ruada . meKt ' l adacon

ol ras acc iones e in f luencias mutuas . de las cua les no puede

separa r se c l a i am cn t e l a f unc ion de med iador . N i s iqu ie r a es

necesar io que ta les mediac iones se expresen en pa labras : un

gesto , u n a d sm a n tie a ten cion. Ia act i tud dt? u n in di vid uo , son

suf ic ientes pa r a e nc am ina r bac ia l a a rm on ia un a d i f er enc ia

entre o t ros dos , para bace r Sent ir Io esenci alme nte c om un Cn

las d i ferencias de opiniones , para dar a es tas la forma cn quc

resulie ma s facii la av en en ci a. N o os preciso <fuc sc t ra te de

u n a co n t i e n d a o l u c b a p r o p i a n i e m e d ic ba . L a s i n n u m e r a b l e s

diferencias l igeras de opi ni on , la in iciacion de u n an ta go ni s-

mo en i re dos carac teres . la apar ic ion dc opos ic iones m o m tn -

t aneas en t r e in t e r eses o sen l imicn tos . co lo r ean eon t inuamen te

las fo rm as osc i lan te s de toda convivencia . Pe ro Ia p resencia

del l e icero , que e je rcc cas i i nev i ta b le mem e fu nc io n de m ed ia

dor , de termina cons tan temente e l cur so de esos mat ices . Y la

funcion niediancra cs e jercida al rernai i i ' amente por los t res

elementos, ya que el f lujo y ref lujo de la vida c om un realiz a

esta forma en todas las posibles comh rnac ione s

La im parc ia l ida d requer ida po r la mediac ion pued e ba-sar se cn dos supue s tos . E l me dia dor es imparc ia l cua nd o es

ajeno a los in tereses y coni l ic tos en col is ion. o cuando par t ic i -

pa i g u a l m e n t e de n m h o s . I'.l pr imer caso es e l mas senci l lo , c l

<JUe produ ce me no s c omp lica cion es. E n las discusii ine s en tre

ubreros y pa tr on ns ingleses , por e jemplo, se ba recurr ido con

' r ecuencia a una per sona imparc ia l , que no era n i obrero n i

pat rono. E s n o ta b l e cl r igor con que. en estos casos, se r e a l izala separa t ion antes a lud ida ent re los e lementos rea les y los

Lacamidad cn los grupos $Acialc< J19



12C Sociul.

p u r a m e n t e t e o r i c a — , h a de se n t i r este u n in teres subjet iv

p ue s de lo c o n tr a r io n o a s u m i r i a las fu nc ion es de mediado

Po r co n s ig u i en t e , h ay aq u i u n mecan i smo p u ramen te o b j e i

vo, que en t ra cn movi mie n to &impu lsos de u n ca lo r sub je t iv

E l desi nteres pers ona] respecto del sen t i do objet ivo de la lucb

y, al mismo t iempo, el interes por su aspecto subjet ivo, cola

b o r a n a ca ract e i i za r la pos ic ion del ar b i t ro imparc ia l , que sc

tan to mas a p ropos i t o para su func ion , cua n lo mas desnrrn l l

dos esten en su persona cada uno de estos dos aspectos, lo

cuales , a l propio t iempo, ban de coexis t i r y ac tuar en unidad

M as compl icada es l a pos icidn de l med ia dor imparc icuando lo que le cual i f tca para ta l funcion es e l hecho de pa

l ic ipar igu alm ent e de Ios in tereses opues tos , en vez de hal lars

apar tado de e l los . Mediacioncs de es te genero se producen Ir

cucn te menle cuando u na pers ona per tenece , en sen i ido loca

a un circulo de intereses dis t into de aquel a que pertenece po

su p ro fes ion . As i , en epocas an lc r io res , los ob i spos in t e i ve m a

a veces entre cl senor de su diocesis y el Papa: asi , el funcionar io admin is t ra t ivo , que conoce per fec tamcnte los in te rese

especiales de su dis tr i to , sera el mediador indicado cuando s

pr od uz ca u n a col is idn ent re aque l los y los in te r t s e s generale

del Estado; del mismo modo sucede con frecuencio que la com

b in ac io n de im p ar c ia l i d a d , y al p ro p io t iempo de interes . qu

se requiere paia mediar en t re dos grupos locales , se encuentr

en personas que, procedicndo de -uno de ellos, vive en el o l i oE n estos casos la posicion del m ed ia do r es dif ici l, porq ue n

se puede apreciar con absolu te cer teza la igualdad de su in tc

res por ambos contendientes , e l equi l ibr io perfecto de su ac t

tud; y asf resu l ta que, f recuentemenie , sospecban de e l las do

pa r t es. U n a s i t u a t i o n mas dificil , y a veces t ragica, s u r g

cuando no son intereses concretos Ios que el tercero t iene d

comun con uno y o t ro par t ido , s ino que es su persona l ida

enteru l a que es ta en ambos . Es te caso asume su fo rma ex l re



caritidad on los grupos sociale* 121

f r o 7 . a d o i n t e r io rm en te q u e s i s e p ro n u n c i a ra p o r u n o de l os dos

bandos ; t a n to m a s c u a n t o que, en estos casos, el m e d i a d o r no

puede log ra r g e n e r a l m e n t e su s pr o p6 si l o s de que l a b a l a n z a

no se incl ine n i a un lado n i a o t ro . porque no le queda e l re-

curso de reduci r e l conf l ic to a una contrapos ic ion obje t iva .

£s te es e l t ipo dc muchos coni l ic tos famil iares . El mediador ,

ca&ndo su imparc ia l idad cons i s te en ha l l a i se a le jado igua l -

mentc de los J os co ntcndi entes , resuelve con re la t iva fac i l idad

su p rob lema. Pero l a s i tuac ion de l que es ta igua lmen te p rox i

mo a las dos part es es m u c ho mas dif ici l y le hacc caer pers o-

n a lme n te en l a s a l t e r n a t i v es mas d o loro sas . Po r eso, cu an d o

el me di ad or es ele£ido, se pref erir a . en ig ual da d de condici ones,

al igua lm en te des in te resado. me jo r t fue a l igua lm en te in tc resa -

do. Asi , por e jemplo , cn la E d ad Medi a , a l gu na s c iudades i ta-

l ianas so l ian buscar sus jueccs en o i ras c iudades , para es tar

segur&s de su im par cia l id ad f ren te a las d ise ns ion es in te s t ina s .

Es to n o s s cn a l a el t r an s i l o a l a s e^u n d a fo r ma d e av e n en

cia , mediante e l te rcero imparcia l : e l a rb i t ra je . Mientras e ltercero ac tua como s i mple medi ado r , el te rm in o del conf l icto

esta en ma no s de las par tes mi sma s . Pe ro a l elej |i r un a rb i t ro ,

las paries se desprenden de este poder decis ivo; es como si hu-

b ie ran c n c a r n a d o en el a rb i t ro su v o l u n t a d de reconci l i ac i6n.

Con lo cual , es te adquiere par t icu lar re l ieve y notor ia fucrza

f r en t e a l o s e l emen to s en l u ch a . E l n o mb ramien lo v o lu n t a r io

de un a rb i t ro , a qu ien nos somecemos a priori, s u p o n c u n amayor conf ianza subje t iva cn la obje t iv idad del ju ic io , quo

n in g u n a o t r a fo rma d e d cc i s i6 n . An te c l t r i b u n a l d e l Es t ad o ,

la accion del demandantc supo nc, si, la conf ianz a en la deci

s ion jus ta (pues por jus ta en t iende la que le favorece a e l ) ;

mas e l demandado , en cambio , t i ene que en t ra r en e l p le i to ,

crea o no crca en la imparcia l idad del juez . Pero como se ha

dicho, e l arb i t ra je so lo se produce cuando exis te esa conf ianza«ri ambos co n tcn d icn t e s E n p r in cip io l a med iac io n se di f e



122 Soc iolng.

t i n t a del ar bit ra je . conf iado a veces al so be ra no de Un terce

pai s . E n la v i d a p r iv ad a d ia r ia , d o n d e los g r u p o s t ipicos de

t re s p o n c n c o n s t a n t e m e n t e a u n o d c l o s m i e m b r o s en d isensi6n cxpresa o latcntc, to tal o parcial , con respecto a lo

o t ros dos , se p roduc i r an mucbos g rados in te rmed ios ; t en iendn

en cuenta la inagotab le var iedad de las re lac iones pos ib les . e

l l a m a m ien to d c l a s pa r t e s a u n t e r ce r o, o su in i c i a t i v a v o lu n

ta ri a , o i n c lu so im p u es t a , p a r a p r o c u r e r l a av en en cia , p r o vo

car in con f recucncia casos cn que no se pueda separar c l e le

men to de la med ia c ion del a rb i t r a je . P a ra comp rend er el t e j id

r e a l d e l a s s o c i e d a d e s b u m a n a s y s u a b u n d a n c i a y m o v i l i d a

indescr ip t ib les , lo esenc ia l se ra a f ina r l a mi ra da par a descubr i

esos ind ic ios y esas t rans ic i ones , pa ra perc ib i r las for ma s d

r c l ac i6 n q u e ap en as in d icad as d e sap a r ecen . p a r a ad v e r t i r su

f igu ias emb r io na r ia s y f r agme n ta r ias . Los e jemplos en que s

r cp re sen t an pu ros cada un o de Ios concep tos co r rcspond ien te

a CSlas fo rm as de r e lac ion son , s in duda , in s l rumt ;n tos indis

pc nsa b le s dc la Sociologia ; pero f r en te a la v ida real de la soc i cd ad s e co m p o r t an co m o l a s f o r m as ap r o x im ad am en te exai

tas, que s i rve n de e jemplo a Ios teor em as geomctr icos , f ren t

a la in f in i te complicacion de las rea l idades ina icr ia les .

E n conjuntOj la exis tencia del te rcero im par cia l s i rve a l

conservaci<5n del f i rupo . Co m o rep re sen tan ie c n cada caso d

la energi 'a in te lec tua l , f ren te a Ios pa r t id os dom ina do s m om en

i ^ n e a m e n t c po r la v o l u n t a d y el s e n ti m i e ni o , c o m p l e m e n p o r decirlo asi, los p a r t id os , l lcv&ndolos a la p l c n i t u d de l

u n i d a d e sp i r i i ua l quc a l ien ta en la v ida de los g rupos . Es , po

u n a par te , el f r eno que de t ienc e l ap as io na m ie n i o de los ot ro

p o r o t r a pa r te , d i r i£e cl m o v i m ic n t o del g r u p o to la l c u a n d o

an tag o n i sm o d e lo s e l em en lo s co n ten d ien te s am en aza p a r a l i

zar sus fuerzas . S in embargo , es te efec to puede t rocarse en l

con t ra r io . Po r l a s r azones ind icadas , lo s e lemen tos mas in te l

gen tcs de un g rupo se ran lo s que mas se inc l inen a l a impar



|_j caiuklad cn los grupos sociales 123

que, cua ndo los gru pos se p l an te an el d i lem a ent re el s f y el

no. a r ro jase n su peso en la ba la nz a , que p robab lem ente inc l i -

isarian de l l ado jus to. C ua nd o , pues , l a i mparc i a l idad no s i r -

va p a r a Ia med iac ion prac t i ca , d e t e r m in a r a , p o r su c o m b i n a

tion con la in te lec tua l idad , que l a dec i s ion qucde abandonada

a los e lementos mas insensa tos , o por lo menos a los mas in -

leresados del grupo. P o i eso, s i la conducta imparc ia l , como

tal, es tantas veces — desde Sob r — desaprobada. debese a un

sano in s t i n to soc ia l , y a u n p ro fu nd o sen t i mien to de Io que

al todo le conviene, m uc bo m as que a la suspec ba de cobar-

dia, que con f iec uencis a lc anza a la im par cia l ida d , a veces ,empero , in jus tamenie .

Es ev iden te que l a imparc ia l idad como a le jamien to equ i -

dis tonle o como interes igual bacia los dos contendientes , pue-

dc mezclarse como las mas var iadas re lac iones que se den en-

t re^l tercero y los otros dos, o con la total idad del grupo. El

hecho, par ejemplo, de quc cl tcrcero, conviviendo con los dc

mas en u n g ru p o, au n q u e ap a r t ad o de su s confliclOS, sea arras-t rado a es tos , pero os tcn tando e l se l lo de la independencia

frente a los pa r t id os ya ex is ten tes , puede serv i r m uc ho a la

uni dad y equi l ibr i o de los grupos . E n es ta f or m a socio logica

produjo se en I n g l a t c r r a l a p r im e r a pari icipacitfn del tercer es

tado en Ios negocios publ icos . Desde la cpoca de Enrique I I I

l a po l i t i t a es taba i r revocab lemente l igada a l a co laborac ion

de los grandes barones , a quienes compct ia , jun to con los pre-lados, consentir los impuestos; el complejo de estos dos esia-

dos era poder oso f rent e a I rey, y a veccs ha st a superior- P er o

en vez de un a cola bor acio n fecun da entre el los y la coro na,

su rg i e ro n in cesan t e s d i s cu s io n cs , ab u ses , a l t e rn a t i v as de p o

der , choques . L lego un momenio en quc ambos par t idos sin-

t ie ron que so lo podia poner remedio a es ia s i tuacion e l ingre-

so de un t e rce r e lemento , cons i i tu ido por los vasa l los y hom

bres l ib ies de los condadns y las c iudades que bas ta en tonees



1*1 Socio

s i t uac i6n en cier to m odo objet iva; con lo cual co nt i i buy

di i ig i r a rmonicamente a l serv ic io de l Es tado las dos fuerz

q u e a n t e s s e d e s g a s t a b a n e n m u t u a s I u c h a s .

2. K1 «tcrtius gaudens*. — E n l a s combinac ione

aqu i enum cra das , l a impa rc i a l idad de l t e rce r e l emen to scrv

d a n a b a a l g r u p o c o mo t o t a l i d a d . T a n t o el m e d i a d o r c o m

arb i t r o qu ie ren sa lv ar I a u n i da d del .grupo, en pe l ig ro de r

perse. P e r o el te rcero i m p a rc ia l pue de ev id e n te m e n te u t i l i

l a sup er io i ida d de su posi c i6n en p ro de in t e reses p u ra me

egois tas . Mien t ras en las dos pr imeras f iguras se compor t

com o medi o paTa los f ines del grup o, aqui , por el conlraconvi er te las re laciones m u tu a s entr e Ios pa r t idos y entr

y Ios pa r t idos en un med io pa r a sus p rop ios f ines. N o sc

ta s iempre , en este c aso, de o r g a n i z a t i o n s a n i e r i o r m e n t e c

so l idadas , en cuya v ida soc ia l su i ja es te aconrec imien to ju

a otros- Mucbas veces , la re laci6n eni ie las par tes y e l lerc

imparc ia l es c reada ad hoc. E l e m e n t o s q u e n o f o r m a n u n id

de acc ion rec iproca pued en e n t rar en lucba; un tercero , r e l ac ion has t a en tonees con lo s an tagon i s t a s , puede ap ru

char e spon taneamen te l a s p robab i l idades que es t a lucha

ofrece como elemento imparcial ; y de es te modo es posi

que se p roduzca una acc i6n recfproca fug i t iva , cuya v ivac i

y r iqueza de fo rmas no guardan p roporc ion , pa r a cada

mento , con la b revedad de su ex is tenc ia .

M e n c i o n a r e d o s f o r m a s d e l tertius £&udens, s in enen detal lcs , porque cn el las no se of rece de un modo basl&

carac tcns t ico la acc ion rec iproca den l io de los g rupos de i

de luyaS fo rmac iones t i p i cas t r a t amos ahora . Acaso lo m

carac ter is t ico sea c ie r ta pas iv idad , b ien de los dos contendi

tes, b i en del tercer e lem ento . P u e de ocurr i r , en efecto,

la ve nt aj a obt eni da po r e l tercero cons is ta en que Ios o

dos se neut r&I izan m utu am en te , pe rmi l i endo le a s i embo lsau n a g a n a n c i a q u e de ot r o m o d o lc h u b i e r a n d i s p ut a d o .



La iMnlidad en los gm pos sociales

c<5mo esta s i tuac ion se producc in tcnc ionadamente . Pucdc

oct iTr i r , en segundo lugar , que c l te rcero obtenga venta ja , por

que l a acc ion de uno de los con tend ien tes , aunque d i r ig ida a l

logro de sus propios f ines, se la produzca, s in que el favoreci-

do neces i te to m ar por s u pa r t e in i c i a t iva a lgun a . E l e j emplo

tfpico de este caso son Ios bencfic ios que bace un part ido a un

tercero , so lo por mo les ia r a l p ar t ido cont r ar io . A s i las leyes

ioglesas de prot ec t i on ob rera su rg ier on a l pr inc ipio , en par te ,

por el rencor dc los tories c on t r a los fabr ican tes l iberales.

Tambien se exp l i can de este m odo m uc ha s e m pre sa s de be ne -

f icenc ia , debidas a una pugna de popular idad. El hacer b ien aun t er ce ro pa r a m o l e s t a r a un segundo sup one una i n t e n t i on

pa r t i c u la rm en t e m e z q u i n a y perversa . N a d a como esra explo-

t acidn del a l t ru i sm o su br ay a t an c l a ramenie l a ind i fe renc ia

f rente a l carac ter mora l de l benef ic io a o t ros . Y cs doblemen-

te s igni f ica t ive que Ia f ina l idad de moles ta r a l adversar io pue

da Iograrse Io mismo favorec iendo a sus amigos que a sus

enemigos.Las fc rmaciones esenc ia les cn es te tc i reno sc producen

cuan do el te rcero , por s u par te , sc d i r igc hac ia u n o dc los p a r

t idos pa ia pres ta i le ayuda prac t ica (es dec i r , no cn una ac t i tud

p u r a m e n t e in te l ec tua l y ohjet iva como el ^ ib i t ro) . y ob iencr asi

ganancia media ta o inmedia ta . Dent ro de Csta fo ima se Cn-

cucn t ran dos f iguras fundamenia le s : unas vcces dos pa r t idos

son ene mig os entre si, y p or ser lo, busca n en compe tenci a el

favor del tcrcero; o bien dos pa rt id os bu sc an el f avo r del ter-

ceTO, y po r esta ra z on so n enemi gos. Esta difercn cia vale es-

p e t i a lm e n tc en el desa r rol lo u l t e r io r de esia f igura. C u a n d o

una hos i i l i da d pTevi a. im pu l sa a am bo s pa r t idos a busca r el

favor del tcrceio, la decis ion de esta competen cia . la re so lu t i on

del tercero Cn pro de uno de los partidos, signifies cl Comienzo

de la lucha . Por c l coc t ia r io , cuando dos e lementos se csfuer-

zan por obiener el favor de u n te rcero y e l lo const i tu ye el fun -d t d i i l d t i d f i i t i d t



12 6 Socio l

condiciones de su reso luc i6n . S i po i cualqui f i r mot ivo no p

de imponer es tas condic iones , en tonees no saca complc to p

veebo de la s i tuac ion . As i ocurre en uno de Ios casos mas f

cucm es del s e gu nd o ti po: l a competenc ia en t re dos pe r so

del mi sm o sexo por ob t en er el £avor de u n a per son a del s

contr ar io . E n es te caso, ia decis ion de la ul t i ma no depon

en genera l , de su voluntad , en e l mismo sent ido que la de

co mp rad or a n l c va r i as o fe i l a s o Ia de un p r in r ipe en l re va r

so l ic i t an tes , s ino que v iene de terminada por scn t inuent

que no es t an a merced de l a vo lun tad , y que de an t ema

inbiben toda e lecc ion . Pot eso , a tmque so lo en casos exc

c i on a le s m ed i an aq u i o f e r ta s en ca m i n ad as a d e t e r m i n a r

eleccion, s in embargo, la s i tuacion es Ia del tert ius gaude

b ien que es ta s i t u ac io n n o p u e d a ser a p r o v e c b a d a po r comp

to. E l e j emplo mas am pl io de l tert ius gnudens es el publ

comprador en una economfa de competenc ia l i b re . La luc

de Ios produc tores por co nq ui s t ar a l co mp ra do r coioca a e

de una independencia cas i comple ta de Ios proveedorcs ind i

d u a t e s — au n q u e d ep en d e de l a t ot a l co m u n i d a d de d icb os p

veedores, que pue den coal igarse inv i r t i en do a l pu nt o la re

c ion — y le permi te a j us ta r su com pra se gun sus ex igcnc

respecio a ca l id ad y prec io dc la mercanc ia . S u s i tua c ion t i

ad em as Ia s i ng ul ar vCnta ja dc po ne r a Ios producto res cn

t ran ce dc ad c l a n la r se i nc lus ive a e sas ex igencies , p ro cur an

adiv inar Ios dcseos inexpresados o inconsc ien tes de l consum

dor , sugi r i i indole o t ros que no t i ene o habi tuandole a e l l

De sde el p r ime ra de los casos menc io na do s — cl de la m uj er

locada en t re dos p ie te ndien te s , caso en el cua l , por depend

la dec i s ion , no de la conducta , s ino de la personal idad mis

de los r ivales . la mujer que el ige no suele poner condicion

y, po r cons igu ien te, no exp lo t a l a s i t uac ion - , ba y u n a se

cont inua de formas que l l egan bas ta e l t ra f ico de mercancf



| 3 i-gnlidaii «n lo* gmp/x sodjlcc 1>7

Ha en la cual un a hos l i l id ad , quc o i i g i na r i am en te n o se iefiere

a ] tercero , im pul sa a los con ten die n te s a bus ca r en c om pe te n

ce e l auxi l io dc es te te icc io . El senci l lo proceso de es ta forma

ndquiere un par t icu lar in teres socio logico . con la s igu ien temodi f icac ion : Pa ia ob tener l a s i tuac ion ven ta josa , l a fue rza

que ba de manejar e l te rcero no neces i ta ser cuant iosa , en re

lacion con la de los dos par t idos bost i les . La cuantia de esa

fuerza es ta determinada exclus ivemente por la re lac ion en que

es ten un as con o t ras las (ucrzas de los dos partidos bost i les .

Lo quc imp or la cs. ev i dcn tem cm e, que la in tcr venc ion del

tercero, al lailo dc uno de los dos, del a ^ste cl predominio. Asi, pues, c u a n d o los dos poderes bos t i l es so n casi iguales , b a s t a

v n m in im a d e in c r em en to p a i a d ec id i r d e f in i t i v am en te l a

cues t ion por u n lado . Asi , sucede con f recuencia que pequenos

par t idos p a r l a m e n t a r i o s adqu ie rcn u n a g ra n inf luenc ia3no por

su propia impor tancia , s ino porque las fucrzas de Ios grandes

par t idos es tan a p r o x i m a d a m e n l c equi l ib rad as . D o n d e quiera

que decidan las mayor ias y donde, po i tan to , todo dcpende, a

veces, de un solo voto, exis te la posibi l idad dc que par t idos

complc tamcn ic in s ign i f ican les impongan las cond ic ioncs mas

t i r in icas a cambio de su apoyo. Lo p iopio puede aconieccr en

la re lac ion dc los Es tados pequenos con los grandes quc se

e t icuen t ran en lucba . Lo que impor ta es que las fue rzas an ta -

gonicas se para l ic en mu ru am en te , con lo cual la pos ic ion del

tercero, por debil que este sea, adquiere un valor i l imitado.

E lem en to s p or si m i sm o s f u e rt e s n o se ap r o v ec h a r a n m en o s ,como es natura l , de es ta s i tuacion .

Sin embargo , en a lg un as ro lec t iv idades . como, po r c je in-

plo, en Ios par t idos que viven u n a vida m u y d e sa i r c l l a d a , cs

e l lo d i f ic i l , Jus tamente porque los grandes par t idos suclcn mo-

verse den tro de mod ulo s f ijos objet ivos, y su ele n te ne r rcglada s

sus relaciones, io que les impide di .sf rutar de la plena l iber tad

de decis ion necesar ia para ob te ner todas las ven ta j as que im -plica la pos tu ra del tert ius gaudens G r ac ia s a c i r cu n s t an c i a s



I’Jt S o c i o l n g

l iber tad , t an p ton to en on sen t ido como en o t ro ; puede reso!

verse en pro o en contra de las aduanas protectoras , en pro

en con tra de las leyes obreras , en pro o en cont ra de los gasto

mi l i t a res , s in f a l t a r po r e llo a su p r cg ram a . E n todos estos ca

sos le es posible bacer dc ter t ius gaa dens en i r e lo s demas pa r

t idos . N o se le ocur r i r a a n in g u n agrar io p ed i r cl ap oyo de lo

soc ia l -democra tas pa r a imponer un a r ance l aduanero a l t r i go

pue s subc que el pa r t id o so c i a l -d e m oc i a t a es c on t r a r io a esto

arancelcs . Nin j jun l ibera l ped l ra n i pagaia e l apoyo de lo

socia l i s ias para com bal i r un os aranceles , porque sabe que

p r o g i a m a del p a r t i d o soc ia l is t s coinc ide ya con este proposi to

En cambio , los agrar ios y los l ibera les pueden acudi r a l cen

tro , quc es ta en cond icione s dc po ne r prccio a su decis ion

p re c is am e n te po r n o t e ne r p ro g ra rn a fijo cn estos a sun tos .

P o r o t ra parte , para u n facto* dc suy o fuenc , l a s i fua

cion del ter t ius gaudens resul la a veces provecbosa, porqu

le ah or ra cl dcspl iegue efect ivo de sus tu erza s . Las ven taj a

del tertius gaudens r e su l ta n en tonees , no so lo dc un a lucb

rea l , s ino s imp lcmcn te de una r e l ac ion t i r an te o an tagon i s

mo la ten te en i re los o t ros dos par t idos . E l f e r frus gauden

p ro d u c e s us efectos p o r la s i m p le posib ilidad dc decidirse c

p ro de u n o o de otro, a u n q u e n o sc llcMuc a u n cboque

r io. E n el paso de la Ed ad M edi a a la Mo de rna , Ia pol i ti c

ing lesa se carae ter iza por cl beebo dc no bu sc ar cn e l Co n

t inen te t e r r i t o r io s y senor ios , s ino p rocu ia r d i sponer dc unfuerza que , po tendalmente , dec id icse en i re las dc los r e i

nos eor t l incntales . Ya en el s ig lo xvi se decia que Franda

E sp a na e r an lo s p l a t i l lo s dc la b a l an za eu ropea , c I ngla t c r r

the tongue o r the holder o i the balance. Los ob i spos de R om

elab ora ro n cu idado samen te e st e p r inc ip io fo rmal , en su cvo lu

c i u n b a s t a L e o n el Grande, ob l ig and o a los par t idos dc

I j^lesia a reconocerle s la je ra rq ui a de pod er decii ivo. De sd e lop r i m e ro s t icmpos los obispos qu e t c n i a n de savenencias do£



] j can t idad en Ids gru po s socia lcs

dc u l t im a in s t an ci a . C o n p a r t i cu l a r p u r ez a e i n t en s id a d s e

desarrolla en el aspecto del tertius gaudens eso que pudicra

l lama rsc la ldg ica socio logica de la s i tua cid n de t ies , cua ndo

dos de e l los sos t ienen una lucba.Pe ro la ven ta ja quc nace p ara el t e rcero de encon t r a r se

con o t ros dos en u na r e l a t i on de igua l independ enc ia y, po r

tan to , de te rm inan te , no depende nece sar iam en te de quc en t r e

aquel los dos re ine hos l i l idad . Bas ta conque ex is ta en tre e l los

c ier ta d ivers idad , c ier ta d i ferencia , c ier to dual ismo cual i ta t i -

vo. T al es pro pi am en te la io rm a ge nera l del t ipo, s iendo la

hos t i l idad de los e lem en tos u n caso , au nq ue qu iza el masf recuente . E s m u y ca rac ter i s t i ca l a s igu ien te ven ta j a que

para u n tercero resu l ta de la m e r a d ua l id ad: Si B esta ob l ig a-

do a hacerle a A u na p res tac ion de t e rm ina da y esta ob l iga

t ion se t ras lada de B a C y a D, en ire los cuales ba de repar -

t ir se, es fac il que A s ie n ta la ten t ac i t in de im po ne r a cada un o

de e l los un poco m i s de la mitad . pa ra d is f ru t ar de a lgo m as

que an les cuando la ob l ignc ion r ad icaba en una per sona so la .

E n l7 5 l , cl G o b ie r n o de Bo b em ia tu vo q ue p r o b ib i r q ue a l

d ivid i r se las suer tes de los campe sinos , el s eno r impu siese a

cada u n a de las par tes mas de lo que se gun las pres tac iones

feudales to ta les !e co irespondiese por su tamano. Al d iv id i r se

en tr e dos la ob l iga t io n , su rge la idea de que de todas m an era s

cada uno t i ene que p res ta r menos que aque l sob re qu ien pesn -

ba to d a la carga; el c i l cu lo exac to de la cuo ta se de ja a u n lado

y fac i lmente es superado .Si aqu i la ven ta ja del te rcero resu l ta , por decir lo as i, del

mero becbo numer ico de la dual idad , de la no unidad de las

partes, en el caso qu e s ig ue se produce en v i r tud de u n a d u a

l idad de te rmi nada po r d i f e renc ias cua l i t a t ivas . E l poder ju d i

cial de l r ey de I n g la t c n a d espu es d e la co n q u i s t a n o r m an d a

t uv o u n a e x te n s i d n i n a u d i t a p a r a la E d a d M e d i a g e i m a n i c a .

Es to se exp l ica po rque Gu i l le rmo el Conquistador encon t rdes tab lec idos los derechos de la poblaeion anglosajona que en



130 Sociolo^

da. E n el a nt ag on is m o de las dos nac ion es — no s<5lo porqu

lu cb ab an cons tan t eme n tc en t r e sf, s ino p o rque su d iver s ida

d i f icu l taba u n a a i i rm ac i6n com un de l de recbo — ba l lo o

p u n t o de a p o y o el ab s o lu l i s m o , cuyo pode r co menzd a decrecer t an p ron to como las dos nac iona l idades se fund ic ron r ea ]

m en te en u n a so l a .

La s i tuacion favorable del te rcero desapaiece , pues , en e

momento en que los Otros dos se unen, es decir , cuando ]

agrupaci<5n pa sa de n ue vo de tres a dos. E s inst ruc tive , n

s<Slo pa ra este p ro bl em a pa rt ic ul ar , s in o p ar a la vid a de lo

grupos en genera l , e l observer que es te resu l tado puede conseguirse tambien s in un i<5n personal o fus ion de in tereses , e

cu an to quc e1 obje to del an ta go ni sm o que da sus l ra id o a la

p re ten s io nes sub je t ivas , merced a u n a fi jaciun objet iva de

motivo de desavenencia . Es to aparece c laro en e l caso s igu ien

te: La in d u s t r i a m o d e r n a co n du ce a u n a co n s t an t s co n fu s io n

de los I imites entre los diversos of icios , y crea labores nueva

que no per tenecen a ninguno de los of icios exis tentes , Io cua

produce , c spec ia lm ent c en Tnglater ra, f recucntcs conflictos d

competenc ia en tre las d iversas ca tegor ies dc obreros . E n la

g randes cxp lo tac iones bay cons tan tes d i spu tes ace rca de

qu ie n co r responde un t r aba jo de te rmin ado , s i a los ca rp in te

ros o a los elinnistas, a los bo ja la te ro s o a los berr eros, a Io

caldereros o a Ios ajustadores, a Ios albaf i i les o a los tejadores

Cada o f ic io abandons e l t r aba jo tan p ron to como c ree que

o t ro sc encarga dc f aenas que le co r responded La con t rad ic*c ion inso lub le cons i s te en quc se qu ie ren de te imina i de recbos

subje t ivos cn obje tos que , por su natura leza , es t&n somct idos

a f lujo con t inuo . Semej an te s confl ictos en t r e lo s i r aba jad or t s

b a n c o m p ro m e t ido a m e n u d o g ra v em en te su pos ic ion freni*

a l p a t r o n o . £ s t e s aca u n a v en ta j a m o r a l de qu e l a b u e lg a d

sus t ra baj ad ores sea a consecuencia de sus d isen s iones in t«

r iores, p ro duc ie ndo con e llo dan os incalcu lab le^; y por o trapar te , esta en s i tua ci on de o p r i m i r a s u ar b i t r io a cua lquie ra



I 3cantidad en los grupos sociales 131

pues*o como u n ic o rem edio posible que los S in d ic a to s , de

acuerdo con los pa t ronos un idos , f i j en e l sa la r io t ipo para

cada t r aba jo de te rminado , de j ando luego a l a rb i t r io de lo s u l -t imos el de te rm in er que c lase dc t r a ba ja do ic s ba_n de empl ea r

en cada faena; as i c l excluido no teme ya que se le produz ca

d&£o en su in teres economico. L a objei ivaci on del mot iv o de

la luc ba p riva a l p a t r ono de l a v en ta j a que t en ia ; ya no puede

cl pa t ro no dcp r im i i el s a l a i io opon ien do uno a o t ro am bos

par t idos . a u n q u e le q u e d a la eleccion en ire los d is t in t o s ofi

cios. Pe io esta ya de na d a !e s i rve . La an t er i o r in d is l in c i on

ent re e l e lemento per sonal y e l ob je t ivo ba quedado supr imi-

da , y aunque e l pa t rono con t inua es t anao en l a s i tuac ion fo r

mal del tertius gaudens, la f i jacion objet iva del salar io le im-

pide e x p l o t a r l as po s i b i l idad es de esa s i tuac ion .

M u c b a s d c l a s l u c b a s m e n c i o n a d a s a q u i y e n l a f i g u r a

anter ior ban debido contr ibuir a crear o for ta lecer la posici<5n

pr ce m in e n te de l a Ig le s ia en t re Jos poderes p r o f a n o s de la

Eda d Med ia . E n el e s t ado de inq u ie t ud y lucba co f l si ante que

exis t ia en t re las g randes y pequenas organizac iones po l i t i cas ,

e l un ico poder es tab le , venerado o temido por todos los par t i

dos . t en ia que consegu i r un p r edomin io incomparab le . I ncon

tables veces solo la estabil idad del tercero en medio dc los es-

ladios ca mb ia nt es de ia luch a, solo la inde pcn dcn cia del ter

cero respecio a la mater ia dc la d iscusion, cn torno de la cual

oscila c l a lza y baja de los par t id os , le prop orc io na el predo -min io y l a s pos ib i l idades dc adc .u i i i r ven ta j as . Cuan to mas

violcnta sea y , sobre todo. Cuanto mas t iempo dure la lucba de

l o s p a r t i d o s , h a d e n d o v a c i l a r Sus p o s i d o n e s , t a n to m a s al to,

r cspe tado y af ianzadu v iv i ra . ceteris paribus, el tercero, por el

hecho meramemc formal dc su robus tez y pe rmanenc ia . Dc

es ta cons te lac ion , que puede observarse donde qu iera , no hay

s in dud a e jemplo t a n g i£an tesco como el de la Ig les ia ca to li -A^ l t i i l d l t t i



132 Sociolog

t a n t o , c ua n do qu i cr e e xp l o t a r e go i s t a m e n t e su s i t ua c ion ,

e nc u e n t r a e n pos i c i on dom i na n t e , a u n a a l t u r a i dea l, po r d

c i r lo asi , y obt i ene las ven ta j as exter iores que s urg en en cad

c om pl i c a t i on pa r a el que no t om a pa r t e e n e ll a de u n m od

sen t imenta l . Y aun cuando e l t e rce ro desprec ie l a exp lo tac io

pr ac t ic a de s u i m p a r c ia l i d a d y de su s fu e rz a s n o e m p e n a d a

en l a con t i enda i s ino s i empre d i sponib les , l a s i tuac i6n l e p ro

duc i ra al menos el sen t i mie n to de u n a l cve supe r io r id ad i r

n ica sobre los pa r t id os que por t an ind i fe ren te p rem io exp

ncn t an io en e l juego .

3. D ivid e et im p crs. — E n t oda s e s t a s c a m b i na c i onc s

a t res t ra tabase de una esc is ion ya exis tente ent re dos c lc tnen

tos, y de la cua l e l te rcero se aprove cba . Q u e d a por consi dcr

ab o ra u n caso pa r t i cu la r , que se d i s t in gue de los an te r io ie

so lo por u n ma t i z , que , en rea l idad , no s i empr e puede aprec ia

se . Es e l caso en que e l te rcero produce voluntar iamente l

d e s a v e n e n c i a p a r a o b t e n e r a s i u n a s i t u a c i o n d o m i n a n t e . H a

que t e ne r e n c ue n t a t a m b i e n a qu i que e l num e ro de t r e s nom a s que e l num e ro rm n i m o de e l e m e n t os ne c e sa i i o s pa r

que se produzca es ta formacion, por lo cua l puede servi rno

de esq ue ma senci l lo. Se t ra ta , pues , de que dos e lement o

estan unidos or ig inar iamente ( rente a un te rcero , e l Cual sab

mover unas con t ra o t ra s l a s fue rzas a i i adas con t ra e l - E

resu l t ado se ra o que los dos e l ementos sc manfengan en e q u

l ibr io , de manera que e l te rcero pueda persogui r su provcchsi n que le estorb e n in gu no de los otros dos, o quc los dos el

m e n t o s se d cb i li i en m u i u a m c n l c de tal m a n e r a q ue n i n g u n

p u e d a res i s t i r al p r e d om i n io del tercero. V o y a carac ter iz

a lg un os dc los g rados de l a e sca la en que puede n ordena r

es ta s combinac iones .

E l mas senc i l lo se da cuando un poder supe r io r impide l

un i t fn de e l ementos que todav ia no asp i ra n pos i t ivam cnle s

fue rt c s , pe ro que acaso pud ie ra n bacer lo . F ig u ra n , sobre lod



l . j c in l id id en lo s g r u p o s so c i a l e s I >3

]a a soc iac ion, quc puede l l egar a adq ui r i r u n con ten ido pel i-

g roso . Expresamente d ice P l in io , en su cor respondenc ia con

T r a j a no , que lo s c r i s t i anos e r a n pe li g t osos po r c ons t i t u i r u n a

asoc iac ion , s i endo , po t lo dem6s , to t a lmente inofens ivos . E l

becbo empi r i c o de que las t en den cia s le v o lu c i o n a i i a s , o en ge

ne ra l c nc a m i na da s a l a t r a ns fo rm a t i on de Io e x i s t e n t e , a dop -

t e n la f o rm a de a soci a c i on de l m a y or nu m e ro pos i b l e de i n t e -

resados, ba s ido la causa de que se invier ta Ia proposic ion,

cometiendo un error logico, bien que expl icable psicol t fgi-

c a me n t e, y s e d iga: T od a s l a s a soc ia c ione s t i e ne n u n a t e nd e n

cia h os 1i 1 a los p od ere s do m ma nt es . L a probibici<5n se f u n d a ,

pues, p o r decir lo asi, en u n a pos ib i l i da d dc s c gu nd o grado .

N o s6lo l as asoc iac iones p r o b i b i d a s sc e n c u e n t r a n en el

g rado de mera pos ib i l idad , pue s to quc no ex i s t en , n j a u n

siquiera a veces en la mente de los individuos, s ino que tam

b ie n los pel igros, cn c u ya prev is ion se dict a la p roh ib ic io n ,

p e rm a n e c e r ia n en el te r r eno de lo posible , a u n de spues de

rea l i zada l a a soc iac ion . Por cons igu ien te , en l a fo rma de p ro- b ib ic ion de asoc iaciones , el divide et impera sc p r e se n t a c om o

l a p ro fi l a xi s m a s sub l i m a da que c abe i m a g i n a r po r pa r t e de

uno dc los e l ementos con t ra l a s pos ib i l idades que puedan

su rg i r de l a un i on de los o t ro s . E s t a fo r m a p re ve nd va pue de

re pe t i r se fo rm n l m e n i e c ua ndo l a m a yor i a , que se p r e se n t a

f rente a l uno, consta de los d iversos e lementos de poder de

u n a y l a m i s m a p e r s o n a l i d a d . L a m o n a r q u i a a n g l o n o r m a n d aCuidaba de que, en la Ipoca feudal , los senorios estuviescn lo

m as d i se m i n a dos posi b le ; a l gunos de l o s m a s pode rosos va sa -

Hos es taban dis t r ibuidos ent re 17 a 21 c onda dos . Gra c i a s

a es te pr inc ipio de par t ic ion loca l , los senor ios de los vasa l los

de l a Corona no pud ie ron conso l ida r se y l l ega r a se r g randes

cor t e s sobe ranas . como en e l Cont inen te . As i , cuando en los

Pr imeros t i empos se repa r t i an t e r r i to r i e s en t re los b i jos de lsoberano loa t rozos que se a t r ibu ian a cada uno eran repa r t i -



mas rad ica le s cuando ex i s t e ya una a sp i rac i6n d i rec ta hac i

e l las . A es te t ipo per tenece el hecho — compl icado, s in duda

con ot ros mo t ivos — de que, en genera l , los p a l io no s se n ieguen re sue l t amente a t r a t a r ace rca de cucs t ioncs de sa la r i c

de o t ro gene ro con in te rm edia r io s no pe r t cnecien tes a sus p ro

p ios t r a b a ja d o r es . D e este m odo , no s6lo i m p i d e n que Ios ira

ha jadores se fo r t a l ezcan , l ig^ru losc a una pe rsona que nada

t iene que esperar n i que te rner de l pa t rono, s ino que di f icul tan

tambien l a acc ion un i fo rme de Ios t r aba jadores de d i s t in to

es tab lec imien tos cuand o est e acci6n se p ro pon e , por e j emplo

la implantac ion de ta r i fas colec t ivas de sa la r io . Al recbazar a

i n t e r m t d i a r i o , q u e p od r i a t r a t a r a l m i s m o t i e m p o p o r v ar i a

agrupac iones de t r aba jadores , c l pa t rono impide Ia pe l ig ros

intel igcncia enire Ios ohreros. Cuando se adviercen af ipiracio

nes bac ia ta l asoc iac ion, e l impedi r lo a t iempo es considerado

ta n imp or ta nce , que con f recuencia las soc iedades pa t ro nale

i m po ne n a su s m i e m bros la ob l i ga c i dn r e g l a m e n t a r i a d

exigir el a is la mi cn to de Ios ohrero s en to do confl ic to y negoc iac ion . E n l a h i s to r i a de los s ind ica tos ingleses , e spec ia lm rn

te en el ul t im o cuarto del s iglo XIX, co ns t i t uy o un g ra n p rogr e

so el hecho dc poner coto a la cxplotacion de este divid

p o r los pa t r o no s , m e d i a n t e u n a i n s t a n c i a i m pe r so na l . S

c o m e n z o p o t confer i r a las sentcnc ias a rb i t ra les de perso na

imparc ia l e s va l idez por enc ima de l caso ind iv idua l . De aqu

der ivo p ron to una reg ia gene ra ! sobre l a s negoc iac iones , aunque fue r a n c e le b rada s i nd i v i d ua l m e n t e e n t r e el pa t ro no y su

ohreros; es te cs , evidenfemente , un grado in te rmedio par

l lega r a l co ntr aio colect ivo, que aba rq ue el oficio tota l , com

p r e n d i e n d o a todos los in te re sa dos en el. D e este m o d o des

aparece la pract ica del divide.

M as a l ia de la m cia profi laxis i legan los in ten tos de lo

soheranos cons t i tuc iona les pa ra impedi r , por medio de d i sens i one s e n e l Pa r l a m e n i o , l a f o rm a c i on de m a yor i a s i nc dm o



| j f j iujdat l cn los grupos socialcs 135

Je aque l las p lu ra l idades cons i s te en d ic ta r l eyes y o r ien tac io -

nes genera les . dcclararon que lo que hacfa fa l ta era men, no t

measures. De es ta manera , e l sen t ido p rac t i co de l e ind iv idua

l idad fue u t i l i z ado f ren te a l as acc iones de l as ma yor ias , y con

l a i d en t i f i ca t i o n u n t an to d csd en o sa d e l a p lu ra l i d ad so c i a l

con la genera l idad abs t rac ta , se qu i so desbacer aque l la en sus

atomoa, como lo unico real y eficaz.

La esc i s ion de Ios e lementos toma la fo rma ac t iva en vez

de la prohib i t ive , cuando un tercero s iembra ce los en t re e l los .

N o me refieio t o d a v ia a Ios casos cn que el t ercero p r oduce

choques en t re los o t ros dos para crear j a cos ta de e l los , unn u ev o o rd en d e co sas . T ra t a se ah o ra d e l a s f r ecu en te s r en -

denc ias conserv adora s que se ma n i f ies t an cua ndo el te rcero

q u ie re i n an i en c r u n a p re r ro g a t iv a y a ex i s t en t e , ev i t an d o , p o r

medio de los ce los que s iembra en t re los o t ros , una coal ic ion

cemible, o al m e n o s el progr eso dc esia coa lici on, si ya esta

in ic iada . Con par t i cu la r f inu ra parece habe i se hecho uso de

es ia lecnica en un caso que sc rcf iere del an l iguo Peru . Eraco s tu mb re g en era l d e l os i ncas d iv id i i l as t i i b u s co n q u i s t ad a s

en d os mi t ades a p r o x im ad am en te ig ua l es , p o n ien d o a l f r ent e

de cada una un jc lc , con una leve diferencia de rango entre

Ios dos. E r a esle, en efecto, el medio m as ade cuado p a ra pro-

vocar una r iva l idad en t re es tos cabec i l l as , impid iendo toda

acc io n co n ju n l a d e l t e r r i t o r io so me t id o . La i g u a ld ad o u n a

g ran d i fe renc i a de r an g o s e h u b ie ra n p re s tad o me jo r p a ra u n aacc ion comun; aque l la , po rque bub ie ra s ido mas fac i l e s tab le -

cer una par t ic ion efect iva de la jefa tura , y porque, cuando

es necesar ia l a subord inac ion , son jus tamente los pares los

que con mas fac i i idad sc somctcn a es ta neces idad tccnica;

esta, po rque l a j e fa tu ra de un o solo no hub ie r a t rope zado con

la opos ic ion de l o t ro . En cambio , una Ieve d i fe renc ia de ran

ge es l a mas favorab le para imped i r una re lac ion o rgdn ica ysa t i s fac to r ia en l a un ion temida ; pues e l uno , basandose en su



o t ra par te , o f recen p ro tecc idn igua lmen te fundamenta l c ic r io

es tados socio logicos . Se ha in ten tado azuzar unos contra o t ro

a los indigenes aus t ra l ianos , repar t iendoles dones des iguales

p a r a Iuego d o m i n a r l o s m ^ s f i c i l m c n te . Pe ro el in t e n t o h

fracasado s iempre , a causa del comunismo que pracr ican la

Kordas. £s ta s r epar t i an po r igua l en t re todos los miembro

los dones, s in fijaTse en quien los recibia. Ademas de los ce

los , la desc onf ia nza se u t i l iza ta m bi en como medio ps ico logi

co par a c on ten er l a to r ma c io n de asoc iac iones y con ju ras e

grandes masas El quc ut i l izo con mas eficacia este medio fu

el G ob ie r no venec iano , in v i t an do en g r an esca la a Ios c iudad an o s a d en u n c i a r a cualc[uicr sospecboso . N a d ie es taba segu

t o de que su amigo miis tnt imo no estuviese al servicio de l

inqfu is ic ion de Es tado, con Io cual se cor taban de ra iz los p la

nes rcvoIucionaTios . que prcsuponen s iempre la conf ianz

mu tu a d e u n n u m ero co ns id erab le d e p e r so n as , b a s t a el p u n t

de que en la b is tor ia dc Ios u l t im os t iempos de Venecia ape

nas se reg is t ran rebel iones f rancas .La fo rma mas r ad i ca l d e l divide et impera, e l desencade

namien to de un es tado pos i t ivo de lucba en t re dos e lementos

puede tener su in tenc ion . t an t o en la re lac ion del terce ro co

ambos, como en Ia relacion del tercero con objetos s i tuado

fuera . Lo u l t imo sucede, por e jemplo , cuando uno de t res pre

tendientes a un cargo cons igue enconar de ta l modo a lo

ot ros dos , uno contra o t ro , que , gracias a las murmuTacione

y ca lu mn ias q ue p o n en en c i r cu l ac io n mu tu a me n tc , se i n h ab i

l i ta n el un o al otro. E n lodos Ios casos de este t ipo el arte de

tercero se revela en la distancia a q[tie sabe situarsc de l

accion p o r el d e scn cad en ad a . Cu a n ta ma s b ab i l i d ad t en g

p a r a d ir igir la lu cba , m o v ie n d o Iiilos invis ib les: c u a n t o me jo

sepa encender e l fuego de modo que arda s in neces idad d

a t iza r lo , t an to mas p robab le se ra que l a lucha de los o t ros

dos p ros iga v io lcn ta y resue l tamente bas ta su mutuo an ic ju i

1 3 6 S o i i o l n



| .a cantidad en los grupos sociales

es to prod ujo en t re los noble s an t i ^uo s y ma s d is t in guido s d io

cons tan te ocas ion a pendenc ias y lucbas en t r e ambos pa r t i

e s , l o que pe rmi t i a al Gob ie rn o venec iano conf iscar lo s b ie -

nes de los culpables con todas las de la ley. Precisamente en

casos de es ios , en que la union dc los e lementos desavcnidos

cont ra el opresor co mu n ser ia de la m i s c lara u i i l i dad , se ve

muy b ien que una cond ic ion genera l de l divide et impera

consis te en que las en cm ista dcs no t ie nen su x'mica ra zo n

suftciente en la opo sicid n de in tereses reales. Cu a n d o existe cn

el a lm a un deseo de bns t i l i dad en genera l , u n an tag on i sm o

<jue busca pasto , es faci l sus t i tu i r por o t ro completamente dis

t in to e l adversar io conl ia e l cua l l a enemis iad tendr ia sen t ido

y f inal idad . E l divide et impera exige de sus ar t is tas que,

a z u z a n d o , c a l u m n i a n d o . a d u l & n d o , d e s p e r t a n d o e s p e r a n -

zas, etc. , pr od uz ca n ese est ado gen era l de excita cion y ese

deseo de lucba, dado el cual , es posible ins inuar of ro adversa

r io que prop iamente no es taba ind icado . E l t e rcero , con t ra

quien, realmente, deber ia i r la bost i l idad de los o t ros dos , puede hacerse como invis ib le ent re ellos, de modo que el cbo-

que no sea contra e l , s ino entre los dos .

Cuando el f in que el tercero se propone no es un objelo ,

s ino e l dominio inmedia to sobre los o t ros dos e lementos , son

«sencia1es dos puntos de vista socioldgicos: 1.° Cier tos ele

mentos es tan cons t i t u fdos de ta! ma ne ra que so lo pue den

ser combat idos c f icazmentc por o t ros de l mismo genero . Lav o l u n t a d dc s o m c tc r l o s n o b a ll a i n m e d i a t a m e n t e n i n g u n

p u n t o de a p o y o a propds i lo , y no <jucda m a s recurso que divi-

d i r los , por dec i r lo as i , en s i mismos y mantener en t re l^s par

tes una lucba quc sd lo puede t ene r luga r con a rmas homoge-

neas . bas ta que es ten dcb i l i t adas lo bas tan te para caer en las

ma no s del tercero. De In gla te r ra se ba dicbo i jue solo po r Ia

Ind ia pudo conqui s ta r l a Ind ia , y ya Jer jes bab ia r econocido<Jue la mejo r m a n e ra de com ba t i r a Gre cia era por medio de



di ferenc iac ion cua l i ta t iva , porque de ese modo se produce d

complemento , la cooperac i t fn , la v ida organicamente d i fe re :^

c iada- E n cambio, la des t rucc ion mu tu a parece que pued

lo^ra r se me jor cua ndo re ina u n a igua ld ad cua l i t at iva, excep

luando . na lu ra lmente , e l caso en que e l p redomin io cuan l i t a

t ivo de un par t ido sea tan grande que resul te indi fe rente la

re lac ion dc las es t ruc turas . Esa ca tegor ia ’de encmistadcs , quc

culmina en !a lucba fra t ic ida, toma su caractcr destruct ivo

radical del kcclto de que, tanto la exjieriencia v cl conocimien

to, como los ins t in to s der ivados del mis mo or i£cn tomui?

p ro po rc io na n a cada p a n e las a r m s s m a s mor t i f e ras parahc rir a l advcrs ario . E I co no cim icn to muCvio dc la si tuaci on

exter ior y la comprension simpfl i ica de la inter ior cs, Cvidcn

tcmeiue . el medio de infer i r las m f i prof unda S hcr idns , s in

pc rd o n a r n i n g u n a po s ib i l i dad de Bisque. y por scr. en esc-ncia

recfproco ta l co nocimie nto, con duce al mas compl eto an iq ui l a

miento. P o r eso, co mb at i r Io igual por lo igual , escindir a

adversar io en dos par t idos cua l i ia i ivamenLe homogeneos, euno de los logros mas comple tos de l divide et impera.

2." C u an d o no es pos ible pa ra el opresor de ja r sus a s un

tos nl exc lus ive cu idado dc su sv ic t i ma s . y t i ene que imerven :

c l mismo en la lucba , e l esqucma que resul ta es muy senc i l lo

np oy ar a u no dc los par t ido s ha sta que ei o t ro este vencidu

y despucs, aquel cs presa faci l . Lo mejor es prestar ese apoyo

al mas fuc t te , y

es ta t sc l ica pucdc tomar una forma mas bic : 'ne j ia t iva , co mo cu an do dc un complc jo dc e lementos quc s

pre tende d o m i n a r , sc c xc cp tu an los m as potentcs. As i , R o m o

al som e t e r a G t c c ia , gua i do f r c ni c a A t e na s y E sp a r t a una

evi i lcnte reserve . Este procedimiento t iene quc engendra

cncono y celos en una dc las paries, orgul lo y ennfianzn cn ;a

otr a. Y esta d ivi sio n facil i ta la ta rea de! opres or. La tecnica

del dominador consiste . pues, en proteger a l mas fuerte de los

dos e l ementos quc e s t an im ere sad os con t r a ei, has ta an iq u i l a

1 >8 Soc ioloi .



La i 2nllHjd cn los grupos iodaics

muy poderoso y o t ros dos ins ign i f i cantes , pe ro inc om odo s pa ia

el pr im ei o y des i guales e n t re si . E n esle caso , el poderoso ,

p a r a im p e d i r u n a coa l ic ion de los o t ros Jos , c o n c l u i r a con el

mi5s f ue ne un acue rdo de precios o de pro duc cio n que le ase-gure a <istc ve nt a j as cons id erab les y s i rva pa ra a n iq ui la r a l

mas deb il . Con seg u id o es to, el poderoso puede y a p re sc i nd i r

de su a l i ado , y, h a l l a n d o le s in d e fensa , a r ru in a r l e , ab a ra t an d o

los precios o por otro mdioJo.

Pasemo s a o t ro t i p o , co mp le t amen te d i s t i n to , d e fo rma-

c ioncs soc io log ieas cond ic ionadas por c ! numero de sus e le

mentos . E n las ag ru pac io nes de dos y de ires t r a ta bas e de l av ida in ter i or de] £rup o, con toda s las d i fcrcnciaciones , c on

todas l as s in tes i s y an t i t es i s que se desar ro l l an en este n u

mero m in im o o ms x i m o de m iem bros . La cuesn’on no se re-

fer ia a l gr up o como to ia i id ad , en su re lac ion con o i ros o con

u n o ma y o r d el q ue fo rm are p ar t e, s i n o a l a re l ac io n m u t u a

i n m a n e n t e d e s u s e l e m e n t o s . P e r o s i n o s p r e g u n t a m o s a b o r a

cua l es el sen t ido que ( i cne bac ia fuera l a c an t ida d num er ic a , b a b r e m o s de c o n te s ia r que su f u n c io n esenc ial es l iacer po

sible la clasif icacion de u n g ru p o en su b g ru p o s . E I s en t id o

teleologico de esia es , como ya se ba indicaJo antes , que el gru

po t o t a l resu l ta mtis fac i lm ent e a b a t a b l e y dir igible. A veces

cons t i tuye i a p r ime ra o rgan izacion o, mejo r d icho. me ean iz a-

c idn d el g ru p o . E n u n s en t id o p u ra me n te fo rma l , s e o b t i en e

la pos ib i l idad de conservar !a forma, e l caracter e i n s t i t u c io n es

de los subgr upos , con in dep end enc ia del desa i ro l lo cu an i i l a t i -

vo de l g rupo to ta l . Los e lemer tos con que cuen ta l a admin is -

t rac ion del gr up o s iguen s ien do los mismo s. en cu an io a ia

cual idnd socio logica: e l aumento del todo no bace mas que

moJ i f i ca r su mul t ip l i c ador . E s t a es, po r e jemplo , la enorm e

ut i l idad que t iene la c las i f icacion numerica en los e jerc i tos .

Grac ias a e l l a , su aumento se bace con una re la t iva l ac i l idad

l^cnica , pues se product como repet ic i r in cons tante del cuadro



1*3 Sociology

pa l de es ta r e u n i o n de diez m ie m b ro s e n ob ra s y r e s pons a b i

I idades so l idar ias ; e l mot ivo pr inc ipa l de es tos g rupos decena

Ics que sparecen en mucbas c iv i l izac iones an t iguas , han s ido

i n d u d a b l c m e n t e , l o s d e do s de l a m a n o . C u a n d o a u n l os b o m brcs no t e n i a n s o l t u r a b a s t a n t e en el ca lculo ar i t m i t ic o , en

con t r a ro n cn lo s dedos un p r imer p r inc ip io de o r i en iac idn

p a i a d e t e r m i n a r u n a p l u i a l i d a d de u n i d a d e s y baceT percept i

b les Sus divis iones y composic iones . E s t e se n l id o genera l , ya

b a s l a n t e s veces s u b r a y a d o , del cinco y el diez. b a l l a u n com

p le m e n to especial , p a r a s u apl icac ion social , cn el beebo de qu

l os d ed o s t i e n e n u n a r e l a ti va i n d e p c n d c n c i a m u t u a y u n m ov imien to au tonomo, y , s in embargo , e s t an r eun idos de un

modo inseparab le ( en Francia se d ice de dos amigos : es tan

un i do s como dos dedos de l a man o) , y un i cam en t e en su co la

bo ra c io n adqu ie ren su s c n t i J o propio , p o r lo cual s o n u n a

ima gen m uy exacta de l a s un ion es social e s. N o puede s imbo

l izar se dc u n mod o mf is c la io Ia un id ad y pecu l ia r coopera t ion

de los subgrupos en las g randes co lec t iv idades . Todavia bace poco, la socicdad secre ta cbeca * O m I a d i n a » se cons t i tu t 'd con

arreglo al pr incipio del n t imero cinco; la d i reccion correspon

d ia a v a ri a s « m a n os » . f o r m a d a s c a d a u n a de e ll as p o r u n p ul

gar (e l jefe) y cuatro dedos ( l ) . La unidad que el numero diez

fo rma den t ro de u n g iupO m ay or ba s ido s i empre sen t ida ma

o menos c la ramente , como demues t ra lo cos tumbre , que da ta

dc los t iemp os mas remotos , de diez ma r ejercitos, en revolu

ciones , deseiciones , e tc . Se escogian diez bombres , consideran

dolos como u n a un id ad que podia ser cas t igada por cl cast i

( i ) Cn naideiada de^dc o t ro aspecto m a general, la d iv is ion pof el f iu a t ro d

dcdo* va inclufd* cn la tendeneia ((pica a uli l i iAt, por lo tntno*. cctmo na m lire

flfmbolo, fijjurftfl de un lil m o dado , percep tible y na tu ra l, co n cute fin ig cio ldg teo . CTn

sociedaj poliuca aeerec/i que at eo iut i tuy d t>a]o el rnn ad o de Ln i j Fel ipe l leva ta d

DOmtr< de « L u C n at io E st a c io a a * . Sein rniemJiToi, hojo la dircccidn dc un a^pt-imO



I jc a m id a d en los grupos so t ialcs 141

go de u n so lo ind iv iduo . O in te rv iene en esto quiz£ t am bie n

la exper iencia de que ent re d iez suele bal larse , por termino

medio, un director o cabeci l la .

L a d iv i s ion de u n g rupo en d iez partes n um er i cam ent eigua les , aunque conduce a d i s t in to resu l lado y no t i ene p rac-

t i camente n in gu na re lac ion con Ia d iv i s ion cn d iez ind iv iduos ,

ar ra nca ps ico lo gicamente de es ta , a mi parecer . C u a n d o los

judios regresa ron del s e g u n d o des i ie rro (42.560 con sus esela-

vos ) , fueron d i s t i ibu idos de manera que una dec ima par te f i jo

su res idenc ia en Je rus a ld n v l as c t ra s nueve en el campo .

Para l a cap i ta l e ran demas iado pocos , y p ron to bubo que p ro -cura r e l aumento de Ios bab i tan tes de Je rusa len . Aqu i parece

que Ia fu er za ciega del pr incip io decenal , como base de div is io n

social, cego a los judios para las exigencias de la practica.

La cen ten ad a — o centu r ia — der ivada del pr incip io dece

nal , es , por de pronto, esencial tnente un metodo de divis ion;

el mas importance en la bisroria . Ya be dicbo que l lego a

identif icarse con el concep to m is m o de divis ion, bas ta el pu nt o

de darse e l nombre de cen tu r ia a todo subgrupo , aunque con-

t eng a b as t an t e mas o b as t an t e men o s miemb ro s . La cen t en a

da l lega a ser como la idea del sub gr up o en genera l ; no se

ahera su sent ido , cualquiera que sea e l numero efect ivo dc

miembros que contenga. Donde mejor se ve esto es en el papel

imp o r t a n n s im o q u e i a cen t en ad a r ep re sen t ab a en l a In g l a t e -

i ra ang l osa j ona . E s t am bie n ca rac ter i st i co en este sen t ido cl

n ecbo d e q u e l a s cen t en ad a s d el an t i g u o Pe ru p ag asen to d a

via a los incas su I r ibuto , v o lun ta r iam cnt e , em pe na nd o en

e l lo todas sus fuerzas , aun cuando ya bab ian quedado rcdu-

cidas a un a cuar ta par te de su to ta l . El becbo socio logico f u n

damental es aqui que es tas asociaciones f ronicr izas se scnt fan ,

Como unidades , indepe ndic ntes dc sus mi embr os . Pe ro co mo

el impues to no g iavi taba , a l parecer . sobre la asociacion como

tal , s in o sobre los cien mi em br os , el hecbu de que Ios vei nt i -i t t i t d l b l i i l



142 Sociolng

nico , un p r inc ip io t e l eo log ico , no p roduc ido por ins t in tos ne

lu ra le s . E n ocas iones l a d iv i s i6n decenal sc co mb in e con ot

dc un car£c ter mas org&nico. Asi , c l e jc rc i to medieva l de l Im

per io a l e m a n es ta ba d iv id ido en pueblos ; n o obs tan te , sabm os t a m b i e n de u n a d i v i s i on e n m i l la r e s, l a c ua l t e n i a qu

c n i z a r y sup e ra r a que l o tro o rd e n m a s na t u r a l , m a s det e ri m

n a d o p o r e l t e r m i n u s a quo. S i n e m ba rgo , l a m a rc a da c en tr

p e ta l i d a d de l a c e n te na da induce a b u s c a r s u se nt ido en o l

aspec to que no en e l so lo f in de la d iv is i6n, s iempre a lgo e

te r ior y a l sc rvic io de l gru po m a y o r que la abarca- Prc sc in

diendo por abora dc esto, sc bal la t juc , en fccto, la centendc m i e m bros p r c s t a a l g rupo una s i gn i f i c a c i on y d i gn i da d e

pcciales. L a no b l cz a , en la c i ud ad epicef i i ica Locros , creia de

cender de nobles mujeres per tenec ientes a las «c ien casas» qu

b a b i a n pa r t ic ip ad o en l a f u n d a c i o n de la colon ia . A n a l o g a

mente los pr imeros es tablec imientos con los que se {und

R o m a es taban , segun se dice, comp ues tos de c ien genres l at

na s , c ien sabe l ia s y o t ras c ien de d iversas procedencias . Evden temente , e l cen tena r de miembros p res t a a l g rupo c ie r t

e st ilo, u n con tor no exa c tam ente de l im i tado , f r en te a l cu

o t ro numero menor o mayor pa rec ie ra a lgo vago , a lgo meno

c e r ra do en si m i sm o . E l num e ro c i en t o t i ene u na un i d a d

s i s t e m a i n t e r i o r quo le ba c en pa r i i c u l a rm c n t e a de c ua do pa r a

fo rm a c i dn de m i t o s gcne al ogi c os ; poscc un a c om bi na c i on p a

t icular de s imet r ta mis t ica y sent ido rac ional , dc que carece

los dcmas num cro s , s i empre a lgo acc iden ia les y desprov isco

todos de p r inc ip io in te rno , s i em pre va r i ab les en su c s t ruc tui '

La rc lac i<5n panicularmcnte adccuada con las ca tegor ies d

nues t ro en tend imien to , l a f ac i l idad con quc se pe rc ibe , bace

de l numero c i en to un p r inc ip io aprop iaJo de d iv i s i6n , y l

p r e s e n l a n como reflejo de u n a pe cu l ia r ida d objetiva del g r u p o

quc p roce de j u s t a m e n t e de e st a de t e rm i na c i on num e r i c a .

Es ta cua l i f i cac i t in quc acabamos dc menc ionar se d i s t in



La c in r i i J jd <n los g ru p o i soc ia lcs

accion reciproca con otro o con otros dos. De muy Jiversa

manera acon tecen las cosas en lo s de r ivados de l numero d iez .

Aqui e l fundamenlo dc la s in tes is se Kal la cn ia mayor fac i -

l idad dc vigi lancia, organizacidn, direccidn; cs de£ir , no en cl

grup o mis mo, s in o cn el su je to que t iene que habers e las con

el grupo, teor ica o practicamente.

Po r u l t imo , un a te rce ra s ign ihcac idn del num er o cons is te

en que el g rupo , ob je i iv am enie y en su to ta l ida d — esto es,

s in d is t inguir d i spos ic iones ind i v id uale s de los e lementos —,

no mues t r a c ie rtas cua l idades s ino cuan do es ta po i cnc ima o

por deba jo de cierto n u m e r o . D c u n modo genera l , b e m o s t r a -tado de esto, al f i jar la di s t i ncid n entre los grup os gra nde s y

los peq uen o s. P e r o ab o r a p r eg u n t em o s s i determinado n u m e

ro de mie mb ro s no pro duc ira cier tos rasgos de caracter en el

g rupo to tal . N a tu ia lm en te , el f en om eno rea l y dec i sivo siguen

s iendo las acciones rccfprocas en tre los ind iv iduos ; pero ab ora

e l ob je to dc nues t ro p rob lema no son es tas en su ind iv idua l i

dad , s ino su r eun idn en un todo . Los hecbos que abonan es tesen l ido de la can t idad co lcc i iva per tcnecen todos a un t ipo

unico : los preceptos legales sobre e l numero minimo o maxi

mo de asociacioncs clue, como tales, solicitan ciertos funciones

0 dcrechos y h a n de cu mpl i r c ier tos deberes . E l fu nd am en to

de esto es patentc- Las cua lid ade s cspeciales que las aso cia

c iones desa r ro l lan , en v i i tu d de l nu m er o de sus mie mbi os y

que just if ican Ios preceptos legales sobre estas , ser ian s iempre

las mismas , es tar ian s iempre l igades a l mismo numeio , s i no

hubiesc difeiencias psicologicas entre los hombres y s i la ac-

ci<5n de u n g ru po de pen die ra ta n exa cta men tc de su ca nli dad

como la accidn eneiget ica de un a ma sa ho mo ge ne a en movi-

miento . Per o las d i fcrencias ind iv idu ale s en tre los mie mbr os

hacen comple ta men te i lu so r ias toda de te rminac io n exac ta

previa. P u e d e n ser ca u s a de quc la m is m a energia o im p r u -

dencia, Ia misma central izacit in o descentral izacion, la mismaau t ono mi a o dependcnc ia apa rez can como cua l idades de un



que deben ex ig i r c i e r to numero de f in ido dc miembros , a l que

va n u n i do s e n ton e e s lo s de rec bos y deberes . E l f un d a me n to

de to da s es tas dete rm in ac io ne s esta en el su pu es to de que ev,-t re perso nas asoc iadas no se produc e c ier to cspi r i tu comun.

cier to a rab ie n tc y fue rz a y t end enc ia m as que c uando este n u

mero ba a lce nza do de te r mi na do n ivel . Se gu n quc e ste rosul -

t ado sea deseado o t cmido se ex ig i ra un numero min imo o se

p c r m i i i r a un n u m e r o m 6x im o .

Ci ta r e p r imero a lgu nos e jemplos de l u l t i mo caso. E n

Grec ia ant igua babia presc t ipc iones lega les que d ispoiwan

que la tr ip ul ac io n de los ber co s no podrio. excedet de cinco,

p a i a im pe d ir de ese m o do la p i ra te r i a. P o r te m o r a las a so

ciaciones de ofic ia les de gremios , dispusieron en l436 las c iu-

dades de l R in que «o pud ie ran i i ves t idos de l mismo modo

mas de t res of ic ia les . Las mas f recuentes probib ic iones ce

este genero son las polf t icas . Fel ipe el Hermosa p rob ib io

i 'n l3o5 todas las reuniones de mas de c inco personas , a cua l -

quier es tado a que pei tencciesen y en cualquier -forma que loh ic ie tan . E n el uncien regime nn pod i a n r e un i r s e veint e n o

bles s i n que el rey lo p e rm i t ie r a especia lmente . N a p o l e o n I II

prob ib io todas las asoc iaciones de mas de ve in t e pe rsona s no

a u to r i z a da s e s pe c ia lmen te. E n Ing l a t e r r a , el conventicle act.

en la epnea de Car los I I . cas i igaba todas las asambleas rc l i -

g iosas ce lebradas en una casa ent re mas de e inco personas , y

la reaccion ingl csa de princ ipi os del s iglo xix prob ib io todas

l a s r e un ion e s de ma s dc c in c ue n t a pe r s o na s n o a n u n c i a da s

rnucbo t iemp o antes . E n es tados de si t io, con f reeuencia, no

p ue d e n de tenerse en la calle m a s de t res o cinco personas ; y

hace -unos ano s , la A u d ie n c ia de Ber l in decidio que existed

una «reunion» en e l sent ido de la ley ( reunion que , poi tan to<

ncces i taba anunt ia rse previamente a la pol ic ia ) con solo q \ :e

es tuv i e ran p ie sen te s ocbo pe rsonas . E n el campo economics

se ma nif ie sta esto, por ej empl o. en la ley ingl esa de i7o 8 — quef t d l i f l i d l B d I l t l i

144 Sociology



actos que el G ob ie rn o no qu iere que se comeian . D on de es to

se ve mas c laro es en l a s leyes mora l i zado ras . A l l im i t a r el

n u m er o de l as p e r so n as q u e p u ed en t o ma r p a r t e en u n b a n -

quete o el de Ios acompanantes de una comit iva, e tc . , se par te

de la conviccion empir i ca de que, en u n a masa gra nde , f6cil -

men te ganan p redomin io lo s impu l sos sensua les . p rog resa r a -

p id am ente el m a l e jemplo y se p a r a ' i z a el sen t i do de la res-

po ns nb i l idad ind iv i dual .

C o n e! m i smo f u n d am en t r o r i en ten se . en d i rec t io n o p u es -

ta , l as p rescr ipc iones que ex i£en un rn in imo de coparh 'dpes

para que se p roduzca un d e i e r m i n a d o eiecio ju r id icc . Asi , enIng la t e r ra . t oda asoc iac ion economica puede conscgu i r l o s de

recbos de corporacion, s i esta compuesta o l menos de s iete

miemb os . E I de recbo ex ige en todas pa r t es un numero min i -

mo de jueces — nu m er o ext i’ao rd in ar ia m en ic f l uc tu an te en su

dc te rm inacion - pa ra d ic tar u na sen tencia va l ida , bas ta cl

p u n t o de que. en a l g u n o s lugares , c iertos i r ib u n a le s to le g i ado s

se Haman. sencil lamente, ■slos siete». Con rtspecio a la primer

fo rma , se supone que un icamen te con ese numero de miem

bros es tan da da s las g a r a n t i a s suf icientes de so l id a r id a d ac ti -

va, s in las cuales los dcr e tb os de corpora cion s e d a n un peli -

g ro pa ra l a economia pub l i ca . En e i segundo e j emplo , e l

numero minirno prescr i lo parece sur t i r e l efecto de que los

e r ro res y op in iones ex t rcmas de Io s ind iv iduos se equ i l ib ren

uno s con o tros. t o r. lo cual , l a op i n io n co lec tiva podr a ac e i ta r

con lo ob je i ivamcntc jus jo . Es ta ex igencia . dc un numero min i m o a pa rc ce , p a r t i c u l a r m e n t e c la ra e n m a n i f e s t a t i o n s r e li

giose?; . Las reu nio ne s regula res de los f rai les bu di st as de de

ter mi na do ter r i tor io , para hace r c jo rc icios re iig iosos y u n a

cspecie de confusion, requeri 'an la asistcncia de cuatro monjes

com o m ini my. Es te nu m er o cons t i tu ia , por decir lo asi , el s in u-

do, y cada uno de el los , como miembro del mismo, tenia una

s ign i f i ca t ion d i s t in t a de la que le co r r es po nd ^ como f rai l e in

d iv idua l . Igua lmen te . Io s jud ios bab fan de r eun i r se po r lo

| j camidad en los j jrupos so cii l ts H5



146 Sociokig

religiosa com-tin, si5lo puede producirse a part ir de un ciert

n t i m e ro de m i e m bro s que se so s t i e ne n y e le va n m u t u a m e n l e

Re su m i e n do : c ua ndo l a ley p roscr ibe un nu m e ro m i n i m o e po r q u e conf ia e n la p l u r a l i d a d y desconf ia de las energfas i n

d i v i dua l e s a i s l a da s ; c ua ndo p r e sc r i be un num e ro m i x i m o

imp uls a la , por el cont rar io , la des conf ianza en la p lur a l id ac

desconf ianza que no a l canza a sus e l ementos ind iv idua le

c o m p o n c n t e s .

Pero, bien sea con la probibici<5n de un maximo o con la

au tor i zac idn de un min imo, e l l eg i s l ador no duda de que los

rcsul tados que desea o teme se produci ran , so lo por te rmino

medios y de un modo inseguro, deni ro de los l imi tes pref i

jados . E n c u a n to a lo a rb i t r a r io de Ia d e te rm in ac i on es, en

este caso, tan inevi table y tan just i f icado, como en la f i jacion

de l momento en que c l bombre adquie re los de rechos y debe

res de la mayor edad. Claro cs que Ia capac idad in te rna s

produce en un os , ante s , y en olros, despues, y en n i n g u n o , en

el minuto mismo f i jado por e l lc£isladur . Pero la prAct ica nc-cesi ta un cr i ter io f i jo, y solo puede obtenerlo cortando la ser i r

con t in ue en dos secciones , que rec iben un t r a to co mple tam cn-

te d iverso , aunque es to no tenga jus t i f icac idn a lguna en su es

t ruc t u r a ob j e l i va . Po r e so r e su l t a t a n e x t r a o rd i na r i a m e n t e

ins t ru c t iv e el becbo de que en tod as las de te rminac iones , a que

se re f ieren los c jemp los m encio nad os, no se Jcn^a para nada en

cuenla la ca l idad par t icular de los bombres a quiencs e l pre-cepto se ref icre . s iendo el la , s in embargo, la que determine

cada caso s ingular . Pero esa d isposic ion individual no es

aprebensible ; por eso bay qu« recurr i r a l numero. Y es esen

cia] co mp ro ba r el p ro fun do sen t imie n to que exi s te en todas

par te s de que scr ia lo decisivo, si las d i fe renc ias i n d i v i d u a l s

no a n u la s e n s us efectos: pero que, pre cis am en te p or el lo , esto.

e fec tos es tan contenidos en e l fenomeno to ta l .



C a p i t u l o 3

l a s u b o r d i n a c i o n

Po r Io genera l , a nad ie le in te resa que s u inf lue ncia sobre

ot ro de ter min e a es te Otro , s in o que es ta inf luencia , es ta

de te rminac ion de l o t ro rcv ie r t a sobre e l de te rminan te . Por e s

exis te ya un a acc ir in rec iproca en aquel a f6n de do mi ni o que

se da po r sat isf echo cua nd o el bacer o el padecer del otro, su

es tado pos it ivo o nega t ive , aparecen a l su je to como pro du c

to de su propia voluntad. Este e je rc ic io , por dec i r lo as i , so l ip

sism de u n poder do mi na do r , cuyo sent ido se reduce para el

sup erio r a la conciencia de su actua cion , no es sin o u n a foT-ma rud im enta r i a soc io log ica ,quc no produce mas soc ia l i zac ion

de la que exis te ent re u n ar t i s ta y su e s ta tu a , la cua l reobra

ta mb ien sobre el ar t is ta en la conciencia de su po de r crea-

dor . Por lo demas, e l a fan de dominio no es suprema des-

cons ide rac ion egoi s ta , n i au n en e s ta fo rma sub l ima da , cuya

f ina l idad no consis te p io pi am en tc en la explotac idn del o t ro ,

s ino s implemente en l a conc ienc ia de su pos ib i l idad . Esve rdad que el a f an de dom in io quie re qu eb ra n t a r l a res i s-



rac ion de mero ins l ru m en to pa ra l ines que es tan fuera de el

s6 lo e n tonees desapa iece toda so m br a de co laborac i6n social i

zad o ra . E l p r inc ipio , fo rm u ia d o p o r l os j u r i s t a s ro m an o s p os

teriores , dc que Ia societ&s leonina no puede cons idera rse como

un con t ra to de soc iedad , mues t ra de un modo re la t ivo que , a

p r i v a r de t o d a signi f i cacion pr op ia a u n a de las par tes, queda

su pr im id o el concepto de ' socicdad . E n el mis mo sent ido , y

re f i r iendose a los t rab a jad orcs de l as g r ande s emprcsa s mo-

d e m a s —que e*c luyen toda concur r enc ia de emprcsas r iva led

en c l rec lu tamiento de brazos-- , se ba d icho que la d i ferencia

en t re l a pos ic idn es t ra tegica de l ob rc io y l a de sus p a t r ono s e

ta n grande, que el contra to de t rabajo deja de scr u n acontra-

to» en e l sen t id o corr ien te de la pal abrn ; pues los obrcrcs

t i en en q u e en t r eg a r se i n co n d ic io n a lmen te a l p a t ro n o . Ten ien -

do es to a la v ista , la m ax im a mor al : no emplees nu nc a a

h om br e como s imple med io , sc rcve la en e fecto como fo rm ula

de toda soc ia l i zac ion . C ua n do la s igni f i cac ion de u na dc l as

pa r t es desc iende h a s ta tal p u n t o que su pe r so n a l i d a d y a noen t r a p a ra n ad a en l a r e lac io n, n o p u ed e y a h ^b la r s e dc so

ciedad, como no puede decirse que exis ta sociedad entre el car-

p in le ro y su banco.

Pero , e t , rea l idad , esa ausencia de toda espontancidad en la

rc lac ion de subord inac ion , es mas ra ra de lo que parece dedu-

c ir se de l o s g i ro s p o p u la t e s q ue h a b l a n ab u n d a n te m en te de

«coaccion», de «no tener opcidn», de «neces idad absolu ta*A u n en la s re l&cioncs de su m is io n ma s opre sora s y crueles

su b s i s t s s iemp re u n a can t id ad co n s id e rab le d e l i b e r tad p e r so

nal . Lo que sucede es que no nos da m os cue nta dc e lla; porque

af i rmarla en ta les casos cos tar ia sacr i f ic ios que no es tamo*

dispues tos a rea l i za r genera lmcn te . La coacc i6n «abso lu ta»

que e jerce sobre nosot ros e l mis cruel t i rano es ta s iempre , en

rea l idad , cond ic ionada ; es ta cond ic ionada por nues t ra vo lun-tod de eludir las penas u otras consecuencias de nues t ra insu

14S Sociology



| j subord ina t ion 149

no l l ega nu nc a a a n iq u i l a r l a to la lme n te , sa lvo en el c i tado

caso de v io le ncia f is ica. N o nos in te resa aqui el aspecto mor al

de es tas cons iderac iones . So lo nos impor ta el sociologico: que

la accion rec iproca , es deci r, la ac cion m u tu am en te dcte rmi-

nada , que par te de am bo s cen t ros pe r sona les , subs i s te a u n en

los c i tados casos de sub or d i na ci on completa , y bace de es ta

su b o r d in a c i6 n u n a f o r m a a so ci a l " , au n cn Ios casos en q u e l a

op in ion co r r ien te cons idera que la «coacc ion» dc una de las

par tes p r i v a a la o t ra de t o d a acci6n e sp o n ta n ea y a n u l a por

tanto uno de Ios Iados de la accion reciproca.

T en ie nd o en cuen ta el eno rmc pape l que en la v ida soc ialt ep r e sen tan l a s r e l ac io n es d c su b o r d in ac io n , e s su m am en te

impor tan te , para e l anal is is dc la ex is tencia socia l , percatarse

c la ramen te dc esa es pon tan c id ad y ac t iv idad que conserva el

su je to subord inado , y que con f iecuenc ia se ocu l ta a l a s ideas

cor ri en te s. Eso q u e l l a m am o s « au to r id ad » su p o n e , en m u cb o

ma yor gra do del que suele crccrse, la l iber ta d del sonaet ido; n i

a u n en el caso de que I a au to r id ad parezca «opr imir» a l som e-t ido r educese a u n a coacc ion y s imple so juzgam ien to . La fo rma

p r op ia m ent c d ic ba de la « au to r id ad» , quc t a n i m p o r t a n t e es

para la vida social , en su s gr a do s m a s var ios , desde el m e r o i n

dicia b as ta su exagerac ion , desde el es tado agudo ba s t a el per -

m an en te , p ar ece p r o d u c ir s e de do s m an e r a s . U n a p e r so n a l id ad

supe r ior p or su vale r y su cnerg ia , insp ire fc y con f ia nz a a las

gentes quc la ro de an de ccrca o de le jos ; sus op i n io nes adqu ie-

ren un peso que les presta el cara cter de ins tan cia objet iva ; Ia

p e r so n a l i d a d cons igue p a r a Sus decis iones u n a p re r r og a t i v a y

una conf ianza ax iomat ica , que supera e l va lo r de I a pe r sona-

b’d a d subje t iv a , v a lo r s i em pre var iab le , rele t ivo y su j e t o a cri-

lica. Cu an d o u n b o m b r e ac tu a « a u to r i t a r i am cn te» , l a c an t id ad

d e su im p o r t an c i a s e t r an s f o r m a en u n a n u ev a cu a l id ad y ad -

qaiere , para su med io am bic nte , el carac ter de e lgo obje t ivo.

A l m i sm o r e su l t ad o p u ed e ll cg ar se p o r el c am in o in v e r so . U n apo tenc ia s u p r a i n d i v i d u a l E s t a d o Iglesia escuela o r g a n iz a



150 Soeiologu

ment e «6lo debiera corresp onder a los axiotn as y deduccior .cs

t ra ns pe rs on ale s y rea les—, b a venido a posarse , en es te caso,

como desde a r r iba , sobre u n a pe rsona. E n cambio , en el p r i

me r caso, Ia au tor ida d br ota de las cua l id ades personales como por generatio aequivoca. En e l pun to de e s t a t r ansformac idn y

conve t s i6n , e s donde ev iden temcnte ba de inse r t a r se l a c reen-

cia m6s o men os vo lun ia r i a del sum iso a l a au tor idad ; pues

a que l l a i r a ns fo rm a c i on de l va l o r t r a nspe r sona l y de l va l o r

pe r so na l , aq ue l cam bio que aj j rega a l v a lo r pe r s o na l u n p lus,

a un qu e se a m i n i m o , sob re el que r a c i ona l m e n t e le c o r re spon-

de , es rca l iz ado po r el que c ree en la au to r i da d y const i tuy e unacontcc imiento soc iologico, que exige la cooperac i6n espon-

tan ea del e l emento sub ord ina do . E s mas ; el becbo de sen t i r

como «opresora» una au tor idad , supone l a independenc ia de l

ot ro , ind cpe nde nc ia que no se puede n un ca an u la r por con' .-

pleto.

De be mo s d i s t ingu i r de la aucor idod ese ma t i z dc supc r i c -

r idad, qu e se l la ma pres t ig io. Fa l ta en este po r complc to ci

e lemento de la s igni f ica t ion t ransubje t iva , la idcnt i f icac i6n

en t re l a pe r sona y un a fue rza o no rm a ob jet ivas . Lo quc da

en este caso al jefe su condicion de jefe. es exclustvamcntc

energia individual ; y es ta energia permancce consc icntc de s i

mi sm a. Y frente al t ipo me dio del jefe, en el qu c sc da sic mpr*

u n a c ier ta mczcla de e lemento s perso nales y e lement os objet i -

vos , e l pres i ig io a r ranca de la pura personal idad, como la au

tor id ad nace de ia obje t iv idad de no rm as y podcres. A u n cuar . -do la esencia de es ta c lase de su per ior ida d consis te jus t am en te

en «arrastrar», en I levar Iras de si un sequi to incondicional de

ind iv iduos y masas —mas que la au tor idad , cuyo c levado , pe ro

fr io caracter de no rm a, deja lug ar a cr i t icas po r pa rt e del so-

m et id o—, el presi igio aparccc como u na espccie de homenajL1

volu n ta r io a l supe r io r . Q ui ze s de heebo sea mas l ib re el su je

to cuand o aca ta la au to r idad , quc cua ndo se de ja a r ra s t r a i po tel pre stigio de un princ ipe o un s accrdo tc dc u n jefe mi li ia r v



l . j subordinacion 151

l idad , parece bro tar del fondo dc la pers onal i dad , de su l iber tad

imprescr ip t ib le . Cie r ta me nte , ycr ia el bo mbr e inco ntab les veces

al es t im ar c l rodo de l iber tad con c|uf rea l iza un a accion; a u n que so lo sea' por la poca segu r idad y c iar idad con que nos dam os

cuen ta de aquel becbo in te rn o . Pero cuafqu ie ra que sea cl modo

de in te rpre tar la l iber tad, puede af i rm arse que a lg un a l ibe r ta d—

au n q u e n o cn l a med id a q u c su p o n cm o s—p o seemo s s i empre

cua ndo tene mos el sen t imi en to y l a convicc ion de posecr la ( l ).

Todavia mas pos i t iva es la ac t iv idad desplegada por Ios

e lementos en apar ienc ia pas ivos , cuando se dan re lac iones

como la del orador con el auditorio o el maestro con su clase.

El orador, cl maestro, parece ser el unico director, el superior

momentaneo . No obs tan te , todo c l que se encuen t ra en scme-

j an te s i t uacion , e x p e r im e n t s p r o n to la reaccion de t e r m in a n te

y or ien tadora de esa masa , que en apar iencia es puramente re-

cepiiva y pasiva. Y esto no ocurre solo en el caso de presencia

inm edia ta . To dos los jefes son a su vez ma nd ad os , y , en in-

contables casos. el senor cs el esclavo de sus esclavos. *Soy su

jefe; por tanto . tengo que se^ui rlos*, di jo u n o de Ios m6s £ r a n -

des pol it icos a l em anc s ref i f iendose a sus secuaces. E s to resu l ta

clarisimO en el caso del periodista. que presta contt-nido y di-

reccion a las opi n io nes de u n a mas a m ud a, pero que a l propio

t iempo ba de escucbar , combinai , ad iv lnar , cualcs son las ten-

dencias de esa masa, que es lo que desea oir, lo que quiere vcr

confirmado, adondc desea ser dicigida. Dijerase que el publicoesta bajo la su ge st id n del periodis ta; pero, cn real idad, el pe-

r iodis ia sufre igu al me nte la suges t ion del publ ico . Asi , pues ,

t ras la apa ren te super ior ida d to ta l de un o de los e lemen tos y

la obcd ienci a pasiva del otro, esc6ndese u n a accion Tcciproca

mu y compl icada , cuyas dos fuerzas espon tan eas odop tan d iver

sas fo rmas. E n re lac iones personales , cuyo sen t ido y con ten ido

( l ) A<iuf — y CtiJQ an al og * auc*d« f'Ti iD ^ct cfi OtrOJ C M O S -, no t« lo importAJltC

d f l d 1 i j j i i i i f f i h l i i i d<* i i i l i d



152 Socin)og;

p o n e n u n a de las par te s a l servicio exc lusivo de la o t ra , esta

en t rega p lena va un id a mu ch as veces a l a en t rega cor re spon

diente que la o t ra par te hace de si m i sm a a l a p r i m e ra , a unq ue

en ot ra capa de la rea l idad. Asi d ice Bismarck a proposi to de

sus re l ac iones con Gui l l e rmo I : «Las l eyes de te rminan c ie r t

g rado de ad he s io n y l a s convicc iones po l ft i cas de te rm inan un

grado ma yo r . Pe ro s i se pas a de aqut , se requiere ya u n c ie rt

sen t imien to pe rsona l de recip rocidad. M i a dhe s i on e s t a ba fun

dada , en pr inc ipio , sobre mi convic c ion mon arq uic a ; pero el ca

rac ter espec ia l de esa mi adhesion solo e ra posible ba jo la for

ma de c i er t a r ec ip roc idad , l a que puede ha ber en t re e l sen or y e

servidor .» Quizas e l caso mis caracterfst ico de este t ipo l

o fr ez ca la suge s t i on hi pno t ic a . U n d i s t i ngu i do h i p no t i z a do r b

dec larado que en to da hi pn os is h ay c ier ta acc idn, no faci l d

de te rm ina r , del h ipn o t i z ado sobre el h ip no l i zador , s in l a cua

no se conseguir ia e l efecto. La apariencia de las cosas no no

ofrece aqu i mas que u n abso futo « inf lu i r» po r u n lado, y un

abs olu to «ser inf lu id o* por o t ro ; y, s in emba rgo, c ie r ta accionrec ip roca se e sconde t a mb ien ba jo e sa apa r i enc ia y ha y un

rec iproc idad de inf luencias que convicr te en fo ima sociologie

l a pura pa rc ia l idad de l a subord inac ion .

V oy a m e nc i on a r a l gunos c asos mfis de subo rd i na c i on , t o

rnados de la esfera jur idi ca , cn los cualcs se de scubre sin di

f icul tad la exis tenc ia de una acc ion rec iproca rea l , t ras la apa

r ienc ia de l inf lu jo unico de una sola de las par tes . Cuando enun reg imen de i l imi tado despo t i smo, e l sobe rano une a su

p receptos l a a m e n a z a de u n a pe n a o l a p r o m e s a de u n a rc

co mp en sa , esto quierc decir que cl m is mo se l iga a l decreto qu

h a dic tado; que concede a l sub or di na do el derecbo a exigi t a lg

de el, puesto quc al f i jar la pe na , por ho rr e n d a que sea, se corn

p ro m e te el despofa a n o i m p o n e r o t ra m a y o r . Q u e luego, d

hecho, conceda la recompense promet ida o l imi te la pena a la

pr oporc iones p o r cl f i jadas , eso es ya o t r a cuest ion. P e r o e



L a subord inac ion 153

£,n s ingu lar t r a nsp os i c io n mani f i^s tase e l e lemento de la

acc ion rec iproca (den t ro de u n a sub ord in ac io n , en apar ie nc ia ,

comple tamen te pas iva ) en una doc t r ina med ieva l de l Es t ado ,

segun la cua l el o r igen de l E s t ad o cons is te en que los h o m

bres se ob l iga ron m u t u a m e n t e a somete r se a u n j ef e comun ,

y el so be ran o—inc luso el ab so lu t o— obti cne su poder cn v i r -

tud de un cont ra to en t re los subdi tos . E n es ta teor ia la idea

de la r ec iproc idad ya no res ide en la r e la c ion de sob er an ia —que

es donde l a ponen l a s doc t r inas con t emp oran eas del con t r a to

en t r e e l soberano y e l pueb lo—, s ino que pasa a l f undamen to

mis mo de esa relacifin; la obli gac ion pa ra con el pr inc ipe es

cons iderad a como mera forma , expres ion y tccn ica de u n a re

lacion dc reciprocidad entre los indi vid uos del pue blo . Y si

para H o b b e s el so be ra no no puede n u n c a , sea cua l fuere su

conducta , fo l tar para con sus subdi tos , puesto que no ha cele-

b ra do n in g i i n co n t r a to con ellos, cn camb io , t a m p o c o el s t ib-

d i to in f r inge n ingun cont ra to , aunque se r ebe le cont ra e l sobe

rano; e l cont rato que inf r inge en ta l caso es el que h a ceiehradocon los demas miembros de Ia sociedad y que ha consis t ido en

dejar se gobernar por aquel soberano .

La desapai ic ion de es te e lemento de reciprocidad es la que

exp li ca que Ia t i r a n ia de u n a com un ida d sob re un m iemb ro de

la misma pueda se r mucho peo r que l a de un p r inc ipe . E l he

cho de que Ia c om un id ad (y no me refiero solo a !a pol i t ics)

considere a sus mi em bro s , no como seres que est t in f rente a e lla ,s ino como par tes dc e l la mi sm a, da lug ar mu ch as veces a una

descons iderac i6n , har to d i s t in ta de Ia c rue ldad per sonal de un

despota. E l hecho de sen t i r se dos , un o enf ren te de o t ro , aun qu e

el segundo aparezca como sub ord ina do , impl ica un a acc i tin r e

ciproca que , en pr inc ip io , sup on e u n a l imi t ac ion de am bo s ele

mentos . So lo excepciones par t icu lares in f r ingen es ta r eg ia .

C ua nd o Ia r e lac ion con e l sub or d i na do os ten ta ese carac ter dedescons iderac ion que se mani f ies ta cn el caso de una comuni



pa r t e de l sub o rd in a d o . E I becho de que es te b a y a c o l a b o r a d o en

la Icgis lac ion o inc luso de que se bay a dado a s i mism o la ley,

no modif ica en nada e l sent ido; en ta l caso esc indese e l subor

d ina do e n s u jd o y ob je to de l a l e g i sl a c ion , y l a de t e rmina

t ion de la ley que va de l suje to a l obje to no a l te ra su sent ido

p o rque a m bo s c o inc idan c a s u a l m e n te en u n a m i s m a p e r s o nB

f i si ca . Y, sin e mba rgo , Ios rom a nos b a n ind ic a do inme d ia t a -

me nte cn el concepto de Icy cl concepto de accion reciproc<j

O r i g i n a r i a m e n t c , le x s ignifica en efecto contrato, aunque en el

sent ido de que las condic iones de l mism o so n f i jadas por el

que p ropone , no t e n ie ndo ma s in t e rve n t ion Ia o r ra pa r t e quela de aceptar las o recbazarlas en bloque . Asf , or ig inar iamente ,

la lex publ ics populi romani s ignif i ta ba que el rey Ia babia

propues to . y el pue b lo ac ep ta da. D e a qu i se s igue que la dc si g-

nac ion bace referenda a Ia acc ion rec iproca en c l concept i .

que ma s pa re c e e xclu i r l a t a t e g6 r i t a n \e n te . Es to s e m a n i -

f ics ta tamb ien en la pre r ioga t iva otor j>ada a l rey rom ano , de

s e r el un ico a u to r i z a do pa ra b a b la r a l pueb lo . Ta l p rc r ra gat i -

va significa, s in dud a, el celo exclusivo con que pret ende el

re y a f i rma r l a un ida d de s u s obe ra n ia —a sf c omo c n l a a n t i -

gi iedad gr iega, e l derecbo de cada cual a babla r a l pueblo , s ign i

fica la democrac ia perfec ta—; pero bay tambi en en e l la e l re -

conocim icnto de la imp orta ncia que t iene c l podei b abla r a!

pue b lo y, po r consi guien te , el pueb lo mis mo. E s t a i m p o r t a n c e

estriba en que el pueblo es parte contratante, a unque e l de re cbo de contra t ar con e l es tuviese reservado a un a sola per

s ona .

N o s p ro pon ia m os , co n es ta s obse rvaci ones , m o s t r a r el ca-

rActer pr opia mcn te soc ioldgico, soc iogenico, de la subor din a

cion, aun en aquel los casos en qae parece que cn vez de una

re lac ion soc ial exis te un a re lac ion mer amen te mecanica y c l

Subor dinado se presenta como u n obje to o medio en ma nos

del s uperior y como privad o de toda e sponta neidad. Pero, a l

menos en a lgun os casos , bem os logrado baeer ver como t ras

la inf luencia uni la te ra l se escondia la acc ion rec iproca que cs

el proceso sociologiro decisivo.

Las espec ies de subordinac ion pueden c las i f icarse por dc

p r o n t o —s igu ie ndo u n ci i te r io extern o, per o co modn p a r a la

•^pos i t ion — e n un c s que ma dc t r es mie mbros . E l m a ndc puede

154 Sociologia

s er e j e rcido po r un ind iv iduo , po r un g rupo , po r un pode r o

je ti vo , se a so ci al a id ea l. E s t u d i a r e t a n so lo a l gu n a s si gn if ic

c iones soc iologies de es tas pos ibi l idades .

La s ubord ina c ion de un g rupo a una pe r s ona , t i e ne c om

consecuencia pr inc ipa l u na cons iderable unif icac ion de l gr

po. E s t a unif icaci dn es ca si eq ui va le nt ® en la s dos fo rm

caiac ter is f icas de esta subor dinac io n: ia pr imera , que cons is

en que e l grupo, con su cabeza , cons t i tuya una verdadera un

dad interior y que el jefe dirija las fucrzfis del grupo en el se

t ido mism o del grupo, de manera quc cn es te caso la superi

r ida d s o lo s ign i f i c a p rop ia mc n te que l a vo lun ta dde l g rupo

b a l l a do cn cl je fe u n a expre s ion o cuerpo uni ta r io s ; la se gu

da , que cons is te en que e l grupo se ba l le en opos ic ion a su c

be za , y for me un pa rt ido f rente a! je fe. f tesp ec to al pr im

caso, e l mas superf ic ia l es tudio de un tema soc iol6gico mue

tra desde iuego las inm ensas venta ja s de la sobera nia uni

par a la concent rac ion y uso ec onomico dc la s cner gias co le c

va s . So lo me nc iona rc dos t c rminos de s ubord ina c ion c omu

que a unque muy d i fe rc n te s e n s u c ontc n ido . r e vela n c ua n i

sus l i tu ible es Ia soberania unica para la unidad de l conjunt

La sociolo gia de las religio nes se diferencia, en pr incipi

segun que la union de los indi viduo s en un gru po sea la q

pr odu ce, po r de ci r lo as i, al D io s co mt in , como s im bo lo y c ons

g ra c ion de s u pa re n tes c o mut uo (c omo oc ur rc e n muc ba s rc

giones primitives) o quc la idea de Dios sea la quc reuna le l e me ntos que no e s t a ba n a n te s u n idos o quc e si a ba n c n u n i

po co cst rec ba . N o bac e fal ta exp l ica r ba s t a quc p u n l o se

rea l i iado en e l c r is t ianismo es ta u l t ima forma: tampoco ins i

t i remos en el caso de a lgu nas sec tas que se s icnten es t recb

me n te un ida s po r l a r e l a c ion a bs o lu ta me n te s ub je t iva y mi

t ica que con la persona de Jesus es tablece cada individuo, c

Comple ta independencia de Ios demas y de la comunidad. Pe

incluso de Ios judios se ba dicbo que, en oposicidn a las d

mas re l ig iones de la misma epoca (en las cua les e l parentes

l igeba a cada miemb ro con otro y solo despues a l conjun

con el pr inc ipio divino) , el contra to co m un —es decir , q

a t a m a a c a da c ua l i nm e d ia t a me n te —c on J e bova e ra s e n t i

como Ia verdadera fuerza y s ignif ica t ion de la comunidad n

c ional . El feudal ismo medieval con sus co mplicadas r idac

L j subo rd i na t i on



nes personales de dependences y «servicio», encontr6 f recucr j-

tes ocas iones dc repet i r es ta es t r uct ura formal . La s ma s caraC

ter is t ica s en e6te sen ti do acaso s t u n ias corp orac ione s de lo*mi nis ter ial cs , servi dores de C a s a y cor te, que es Its ba n en r ela

c ion in t im a , p u r am en te per sona l , con c! p r inc ipe . Es t as co rpo-

rac iones no ten ian n in i juna base r ea l , como las que ten ian las

com uni dad es de s ie rvos ru ra les con sus pos r s iones con l iguas

La s per son as que ias fo rm ab an es t aba n e jnp lcadas en servicios

com ple ia men te d i s t in tos . t en i an domic i l io s d iver sos, y no obs

tan te fo rm ab an co rporac iones cc r radas , s in cuya ven ia nadie

podia ser a d m i t i d o ni despedido. H a b t a n desa r ro l lodo u n de

recbo p rop io , f am i l i a r y r eal ; d i s f ru tah an en t r e si dc l iber tad

con t r ac tu a l y comcrcia l , ped ran ind em niz ac i one s po r del i to s

in ter iores . Y f s in embargo , es(fl es t recba un id a d no ten i a mas

fu nd am cn lo que la ide n t idad del senor , a qu ien todos se rv ing

quc los re pre se nta ba y que ac tus ba por el los .

Como en los casos de las r e l ig iones ya menc ionadas , l a su

b o r d i n a t i o n a u n a po lcncia in d iv id u a l , n o cs en este casocoino en otr os muc hos , y csp ecia imen te en la csfcrc poli t ics

la consecucnc ia o expres ion de u n a com un ida d o r£an ica o

econo rr. ica ya ex is ten te , s ino que, por el conf rar io , la s ub or d i

na ci on a un sen or es la rauss . que c tea un a comu nid ad , que de

otro m od o no sc bub ier p Conse<Juido, y que no est a indicada

por n i n f iu n a o t r a Te!acit5n. P a r o t ra par te , n o la igua ldad

entre Ias re lac iones de todos los su bo rd in ad os con la cabezsdo m in an te , s ino ju s t am en te su des i gua ldad cs l a que preste

f i rmcz a a la form a socia l as i carac ler izada . La d iver sa d is ta n-

cia a que los su bo rd in ad os se en cu en tr an del jefe. crea enire

e l lo s un a g r ad a t io n f i rme y def in ida , aun qu e con f recuencia e

lado in te rn o de esa d is ianci a este cons t i tu i do por la envid ia, 1

repu ls io n , el o rgul lo . El n ivel social de cada cas ta ind ia es ta

de t e rm ina do por su r e lac ion con los b ra ma ncs . ^Acep ta r ia e

b r a m 6 n u n rega lo de u n o dc sus m ie m b ro s? t R e c ib i r ia s in va-

156 SodrtlijMjj



La subordinacion 157

e lemento y , por lo t an to , en e l con jun to . S in duda , e sa capa su

perior est& f o rm a da po r m uc ha s pe r sona s i nd i v i dua l e s ; pe ro

es to no t i e ne n i ng un a i m p or t a nc i a pa r a el c aso, ya quc l a f o r

ma soc iologica de su ac tu a t io n es exac tamen te l a m is m a que

si fuera una persona sola ; lo dec is ivo CS la re lacion con el

«b ra m a n» . As i , pue s, l a no t a f o rm a l que c ar a e te r i za l a sub o r

d i na c ion a un a sol a pe r sona, pue de p roduci r se t a m b i e n a u n -

<jue las person as super iore s sea n var ias . E l sent ido soc iologi -

co espectfico de e st a p lu r a l i da d nos apa rece ra c l a ro en o t ros

fen6menos .

La consecuenc ia un i f i ca t iva de l a subord ina t ion a un so lo

poder d o m i n a n t e , aparece t a m b i e n y con n o m c n o r i n t e n s i d a d ,

cuand o el g rupo se ha l i a en opos ic idn a d icha fue rza d o m i

nante . T an to en el gru po pol i t ico , como cn la fabr ica o en la

c lase , o en la comunidad re l ig iose , puede obscrvarse que e l

hecho de que l a o rgan izac ion cu lmine en una so la cabeza ,

ayu da a rea l i za r l a un id ad del con j un io , no so lo en caso dc

arm on ia , s ino tambi£ n en el dc oposic idn. Y acaso la opos i -c ion obl igue todavia m as al gru po a conccnl ra rsc . E,1 ten er

adversa r ios comu nes e s, en gene ra l , u no de los m edios m as po-

de iosos para obl igar a Ios in div idu os o a los gru pos a reun i rse ;

y este efecto se intensif ied todavia mas cuando el enemigo

comun es a l p rop io t i empo e ! senor comun. S in duda , e s t a

combinacion, no en forma clara y ef icaz, pero si e n u n a f o r m a

la tente , se enc ue nt r a en todas par tes ; en c ie r ta m edid a o enc ier ta re lac ion, el seno r es cas i s iemp re u n adv ersar io . In te r io r -

m e n te e l ' hom bre m a n t i e n e un a r e l ac i on dob le con el p r i nc i p i o

de la subo rd i na c i on . Po r u n a pa r te , qui e ie s e r dom i n a do . L a

ma yo r ia de Ios hom bre s n o puede n v ivi r s in aca ta r u n a d i rec -

ci6n, y sint iendolo asi , busean el poder Superior que les l ibre

de l a p rop i a r e sponsa b i l i da d , busc a n una se ver i da d l i m i t a i i va y

reg ula do ra que les prote ja , no s6lo cont ra el exter ior , s in o co n

t ra e l los mismos . Pe ro no neces i fan menos l a opos ic idn f ren te



| j subordinacion 1VJ

fue supera do por el que los p resb i t e r iano s p rof esa ban a los ca-

tdl icos y v iceversa . Parece darse aqu i u n a cur iosa man ife s t a -

c ion de «um bra l» psicoldg ico . H a y u n g rado de enc mis tad

e n t r e e lementos soc ia les , que desaparece an te una opres ion

com un y se t rueca en un a un i da d ex te rna e inc lu so in te rna .

Pe ro s i esa host i l id ad pr im ai ia excede de c ier to l imi te , la opre-

ai<5n comfin produce el efecto contrarid. Y la causa de ello es,

primcrO, que cu a n d o se e x p e r i m e n ta u n a v iva i r r i t ac io n en

cier to sent ido , toda exci tac ion , aunque proceda de o tra fuente ,

aumenta aque l la i r r i tac ion p r imera y , Contra toda razon , a f lu -

ye a l p r imi t i vo lecKo profu ndo , en sa nch and olo . A de m as , si

bien es cierto que el su f r i r en c o m u n acerca a los que su f r en ,

ta mb ie n es verd&d que, jus ta me nt e , es ta prox imi dad forzada

les bace ver con mayor v ivac idad su a le jamien to in te r io r y lo

icreconci l iable de su encono. Si Ia unif icacion no es bastante

a veneer u n an t ag on is mo , tes\dera, no a conserve r el status tfuo

ante, s ino a in tensif icar lo , pues es sab ido que el c ontras te en

todas las esfe ras se to rna mas agudo y consc ien te cuan to masse acercan los obje tos contrastados.

Otra c lase dc repulsion mSs v is ib le crean los ce los cuando

v ar io s i n d iv id u o s so n d o m in a d o s e n c o m u n p or u n o . E s t a f o r

ma cons t i t uye el corre la to nega t iv o de Ia que acaba de mencio-

narse . En efecto , s i e l odio comun es un medio muy in tenso de

un i on , cuan do Io od iado en comu n es a l m is mo t iempo el co

m un senor , tamb ien el am o r comtin , por v i r tud de los ce los , b a ce enemigos a sus su jetos , y ta n t o m as cuan to que el am ado co

m un es a l mis mo t i em po el seno r comun . U n buen conocedo r

de la v ida tu rca ref ie re que Ios b i jos de un b are m, cuan do t ienen

d i s t inta s madres . son s i empre enemigos unos dc o t ros . EI fun -

dam en to de esta cn cm is ta d son Ios celos con que las madr es v i-

g i lan las mani fc sta cio nes de aJecto del padre b ac ia los h i j os

que no son suyos . El mat iz par t icu la r que p resen tan los ce losd f i l d b d i d I d



I&C Sociolo^

Vol vamos ah or a, de l as consecuencias d isoc iado ias que l

sub ord ina c io n a un poder in d iv idu al i r ac cons igo , a las coc«e

cuencias un i f icadoras . Hare resa l ta r , an te todo , que las d i sen

siones cntrc Ios par t id os se ar rcg lan m a s faci lmente cuandr

estos' es tan somet idos a un mis mo poder super ior , que cuand

son comple tamente independien tes . iCuantos conf l ic tos qu

con duj er on a la ru in a, v. gr. , a las c iudad es gr iegas e i ta l ianas

no hu hie ra n ten ido tan desas t rosas consecuencias , s i esas ciu

d a d e s - E s i a d o s h u h i e r a n e s t a d o d n m i n a d a s p o r u n p o d e r c e n

t ra l y somet id as a un a ins t anc ia super ior ! C ua n d o esta f al ta

el conf l icto entre var ios e le menio s t ien de fat al me nte a resolver se por chnque in me dia to de las fucrzas . Desde un pun to c

vist a gene ral , cl co ncep to de cin st an ci a su pe rio r" poscc V)n

cficacia que se extie nde e n for m as dive rsas sobre casi todo s lo

mo de s de conv ivenc ia h um an a . C o i s t i t uye u na car ac tc ri st ic

sociologica de pr im er ord en el hecho Je que exis ta o no, en un

sociedad o para un a soc iedad, un a « ins ta nc ia super ior s . N o e

prcciso que esta in s t anc ia sen u n s o b e ra n o en el sent ido ordinar io o extr emo de la pa labr a. Asi , por e jemplo, sobre rclacio

nes y cont rovers ius quc se fundan en in tereses , ins t in tos , sen

t imien tos , cons t i t uye s iempre un a ins tan c ia super i or e l r cin

de Io «in(electual», con sus par t ic ula res cont eni dos , o sus re

p r esen tan tc s , en cada caso. P o d r n la in te l ec tua i idad resolve

de un mo do parcial e insuf icicnte: po dr an sus dccis iones cr

cont rar o no aca tamien to ; pero s iempre en un grupo de var iomiem bros el mas in t e ligen tc se ra l a i n s t anc ia super io r—ana

log am en te a co mo la Iogica cs la ins tan cia super io r sohre lo

con ten ido s confrad ictor io s de nue str as represen lacioncs , im- lu

so cu and o pen sam oa i log icamcnte . Lo cual no impidc qut

en casos concrefos, sea Ia vo lu nt a d energica o e! scn timi entu

cal ido de un a pe rso na l id ad ei que paclf ique la hosi i l idad d

los m ie mb ro s del grupo. Lo especif ico de la « ins ianeia sup er ior s a que a pc lam os para consegu i r la avenencia , o a cuy



l.a sub ordina tion 16!

f incuen t ran en lucba o conviven ind i fe ren tes y ex t ranos y no

parecc pos ible es tablecer u n a u n i o n en t re el los sobre la base

de sus cual idades efect ivas, consfguesc a veces ta l f inal idad

co locandolos en una s i tuac idn nueva , que pos ib i l i t a l a un ion ,o (omentando en e l los nuevas cua l idades , en v i r tud de l a s

cua les la union puede ver i f icarse . Lograse con f recuencia

b o r r a t el descont en to , la exc i tacion pr od uc ida po r in te ic se s

an tagdnicos y c rea i comunidades p rofundas—lo mismo en los

juegos de los n i n o s que en los par t idos religiosos o po l i t i c os—

a n a d i e n d o a los mot ivos y proposi tos d ivcrgentes o indi fe ren

tes, uno nuevo en el quc pu e d e n todos coinc id ir y merced alcua l r e su l t a un id o lo que an tes e s t aba sepa rado . T am b ie n

mucbas vcces puede l legarse a l a conci l ia t ion indi rec ta dc cua

l idades d i rec ta mcnto inconci lia 'oles, ex a l t in do la s a u n gr ado

de evoluci<3n superior , o anadiendoles un nuevo elemento que

modif ica e l fundamento en que se basan. Asi , por e jemplo, la

bo m og ene id a d de las p rov inc ia s ga las fue cons ide rab l emen te

fomentada por su l a t in i zac i6n . Es ev iden te que pa ra e s t a ma-

nc i a de uni f i ca t ion , la a i ns tan c ia superior® cs m u y benef iciosa,

porque u n pode r que este por enc ima de los pa r t id os y los

domine de a lgun modo inyec tar£ fac i lmente en e l los in te reses

y de te rmin ac iones que les s i tuen en u n campo co mu n y a los

que acaso no bub ie ra n Hegado nun ca ab an do nad os a s i mis

mos , por impedi r se lo l a obs t inac ion . e l o rgu l lo , l a obses ion de

la bos t i l idad . Suc le cncomia rsc l a r e l ig ion c r i s t i ana porque

d i spone los in im o s a Ia p«z. E l fu nd am en to soc io logico de

este beebo cs seguramente c l sent imiento de Ia subordinac ion

com un de todos los seres a l pr inc ipio divino. E l creyente cr is-

t iano esta convencido de que, por encima de el y de su adver-

sar io—sea o no Creyente—, es ta aquel la ins tanc ia suprema; y

ests convicci<5n dcbil i ta en el la tentacion de medir violenta-

ment e sus fue izas con las de l enemigo. Si el Di os c r i s t iano

Suede sc r un l azo de u n i on pa ra c i rculos t an ampl ios , com-d i d d t l i t i t i j t t



ScK'l(>|0 |

n t i m e ro de bom bre s e s t a som e t i do un i fo rm e m e n t e a un

solo, so n iguales. D e an t i gu o se ba echad o de ver la corre!o

c ion exis tente ent re el des pot i s mo y el igu a l i ia r i sm o. N o sub

se prod uce en el sent ido de que el desp ota in t cn ta n iv e lar a su

su bd i t os —de Io que se ba bl ar a en se gu ida —, s ino tam bi en e

la direccion cont rar ia : u n a niv elac ion radica l }leva a su ve

fac i lmente a la implantac i (5n de formas despot icas . Sin embar

go, es to no r ige para toda c lase de «nive!ac iones». Cuand

Alc ibiades d ice de las c iudades s ic i l ianas , que es tan formada

p o r a b i g a r r a d a s m a s a s pop u l a r e s , quiere in d ic a r con ello «}u

son presa fac i l pa ia e l conquis tador . De becbo, unn i iuda : lnn la un i fo rm e of rece m ay or re si s t enc ia a l t i r ano quc un a p r

b lac i6n c om p u e s t a de e l e me ntos m u y d ivergcntes , y, pox t anto

inconexos. Y es que la n ive lac idn que mas favorece a l despo

t ismo es Ia que el imina las difexencias de rango, no las de na

tu r a le / a . U n a soc iedad hom ogu nea en cua n to a su caracter

t e nde nc i e s , pe ro o rde na da e n d i ve r sa s ' j c r a rqu i a s , r e s i s t i r

ene rg icamente a l despo t i smo; en cambio Scia m en or l a r e s i stenc ia si coexis ten e lementos de pobl ac ion csencia lmente d iv er

sos , pe ro en igua ldad y s in j c ra rqu ia o rgan ica . Abora b ien , e

m o t i v o f u n d a m e n t a l q ue i m p u l s a a l m o n a r c a a s u p r i m i r l as di

ferencias dc c lase , es que la existencia de re laciones dt subor

d i na t i o n m u y a c e n t ua da s e n tr e Ios subd it o s , ba ce Ia c om pe

tencia a su pr opia su per ior idad, ta n to en u n sent id o rea l, com

en u n sent ido psicoldgico. P or o t ra par te , presc indiend o de es icel becbo de que unas c la ses scan de mas iado opr im idas r ^

otras, puede ser tan peligroso para el despotismo como el e>:

cesivo pod er de aquel las ; pues u n a lz ami ent o de las c lases so

j u z g a d a s con t r a Ios poderes in te rm edi os Uegara ta c i l m e ni f

p o r la fuerza de ve loc idad adquix ida , a de r rocar el poder s u

p re m o, si £ste n o se coloca a la cabeza del m o v i m i e n t o , o a

meno s le p res t a su apoyo . P o r e s ta r azOn los mo nar cas oxien

ta les ban sol ido combat i r la a r i s tocrac ia : ta l e ra la tac t ica de



Insubordination 163

nivelacion de Ios subdi i os . E s t a tendencia se man if ie s ta cn el

hccho de que los despotas no quieran o t ros serv idores que los

de mediana>s capacidades, como se ba hecho resal tar a propo-

si to de N ap o l eo n I . Cu en t a se q u c h ab i en d o se so li c it ado de u n

pr incipe a l e m a n permiso p a ra quc u n o de su s em plead os pa -

sase a I scrvic io de o l ro Es ta do , e l pr i ncipe pre gun td a su mi-

n i s l ro : «dNos es ind i spensab le ese bombre?—Comple tamente ,

a l t eza .—En to n ee s le d e j a remo s q u e se v ay a . N o me g u s t a n

los serv idores ind ispe nsabl e* .» La corre lac ion in t im a ent re cl

despo t i smo y l a n ive lac idn rcsa l t a en es to par t i cu la rmen te ,

porque, en r ea l id ad , cl despota n o bu sc a l am poco servidores de

inf imo valor . Di ce T&ci to sobre la tendenci a de Ti ber io a u t i l i

z e r medianias para su serv ic io : ex optimis periculum sibi , a

pessim is dedecus p ub licu m nietuebat. Observese, ademAs, que

cuando la monarqufa p ierde e l car&cter de despdt ica , es ta ten

dencia se debi l i ta en seguida , c incluso se t rueca en la contra

r ia ; asi dice Bis ma rck de Gu i l l e rm o I , que no solo sopo r fab a

fener un serv idor pres t i£ ioso y poderoso , s ino que se sen t iarealzado por el lo .

C u a n d o c l s o b e r a n o n o im p i de , c om o cl s u l t a n , l a f o r m a

t ion de podcres in te rm ed ios , t r a t a a mcn udo de p roduc i r un a

nivelacidn re la t ive , favoreciendo las asp i rac iones de Ias c lases

in ier iores a conse guir la un ida d jur id ica con aqu el la s c lases

super io res . La h i s to i i a med ieva l y moderna es t£n l l enas de

ejemplos dc es to . E n Ing la te rra , el poder rea l I levo a cabo conenerg ica dec i s idn j desde l a cpoca de los normandos . l a co r re la

c ion en t re su p rop ia omn ipo t enc ia y Ia igua ldad ju r id ica de

los su b d ito s . Gu i l l e rm o el C o n q u i s t a d o r ro m p id el I azo q ue

has ta en tonees ex i sl i a — eomo en el C on t i ne n t e—ent re Ia a r i s

toc rac i a i n me d ia t am en te v asa l l a de l a co ro n a y l a s su h v a -

sa l los , ob l ig an do a es tos a pres tar el ju ra m en to de f idel idad

al m ism o rey. Dc es ta m an er a evi ld, por u n a par te , que Iosg ran d es feu d o s d e l a co ro n a fu esen au men tan d o en p o d e r



]£■ Sociolo^!:

ro m an o . La Rep u b l i ca n o p u d o su b s i s t i r p o rq u e y a n o era

pos ib le m a n t e n e r la su p rc m a cfa j u r id ica o efect iva de l a ciu

dad de R o m a sobre I t a l i a y Ias p rov inc ias . E I Impe r io Iogr6

res tab lecer e l equ i l ib r io , po rque p r ivando a Ios romanos dc

sus derecbos, Ios equip aro a Ios pue blos some tidos ; de esta

m an er a fue pos ib le u n a leg is lac ion impa rcia l pa ra todos Io.

c iudadanos , una n ivelaci<5n jur id ica , cuyo corre la to fue ia ab-

so lu t a emin en c i a y u n i d ad de l so b e ran o .

Apenas neces i tamos adver t i r que , en es te sent ido , la an iv i '

l a c io n» b n d e en t en d er se como u n a i en dcn c i a , m u y r c l at i va •

l im i t ad a en su e jecu cion . U n a c i en ci a fu n d a m en ta l de l as fo r

ma s sociales ba de f or m ul ar los conceptos y Ias conexionca

ent re los conceptos, con u n a pu re za v abstracci<5n tal , que no sc

encuen t ra nunca en su rea l i zac ion b i s to r ica . La in te lecc ton

socio lOgica , que quiere aprebender e l concepto fundamental dc

so c i a l izac io n en su s s en t id o s y fo rma s s in g u la re s , y an a l i za r

los complejos en que se prescntan los fenomenos bas ta descu

br i r en ellos reg u la r id ad es induc t iv as , so lo puede logra r lo vnl iendo se de l i ucas y f iguras por deci rlo as i abs olu t as , quc en c

acontec er rea l de Ia sociedad se en cu en tra n so lo en f orm a i

in ic iac iones , f r agm ento s y rea l i zac iones parc ia les , in t e r r um p

das y m odi f icada s de con t in uo . E n cada conf igurac ion de ls>

que se pr es en ta n en ia b is tor ia socia l , ac tu a u n a cant i dad d

e l emen to s p ro b ab iem en tc i n cal cu lab l e, y n o p ad cm o s d esco m-

p o n e r su fo rm a cn todos su s factores parc ia les y re c o m p o n e d aiucgo reuniendo es tos fac tores ; del mismo modo que Ia f i^u ia

d e u n t ro zo de ma te r i a n o p u ed e n u n c a d esco mp on e r se y te

com pon er se ex acta me me en las f iguras ideales de nuesi r ti

geomet r ia , au nq ue am ba s operac iones deben ser en p r inc ip io

posibles , po r di ferenc iacion y c o m b in a c id n de las fo rm as cicn-

ti fi cas . P a r a que sea conoc ida soc io log icamcnte u na man i fes -

tac ion b i s td r ica , ba de se r de t a l mo do t r an s fo rm ad a , que soun idad sc esc inda en una ser ie de concep tosy s in tes i s que v a n



L a s u b o r d i n a c i o n 165

c in cu en ta an as d esp u es d e la mu er t e de Gu i l l e rm o cl Co n q u i s

tad o r s e l ev an t a v a l e ro samen te co n t r a el rey Ju an ; el d e l em-

p e ra d o r r o m a n o , que p r o p i a m e n t e n o es s ino el pre s id ent e de

l a s co mu n id ad es , m£ s o men o s au tu n o mas , q u e co n s t i t u i an e l

Imp er io ; t o d as e s t a s fo rmas mo n a rq u icas so n ex t r ao rd in n r i a -

mente d iversas , coma d iversa es igualmente la «niveIacion»

corr espon dient e de los subdi t os . N o obs tante , el hecho de la

corre lac ion v ive en toda s e l las, y la d ivers ida d i l i mi t ada dc los

fenomenos inmedia tos , mate r ia lcs , o f rece espac io a l a l inea

p o r decir lo a s i ideal , e n que se d ih u ja aque l la cor re lac ion

(q u e en su p u i eza y u n i fo rm id a d es, s i n d u d a . u n a f i g ura c ien-

t l f ica abstracta) .

Ln m i sm a t en d en c i a a l a d o m in a t io n p or med io de In n ive -

lac ion exi s te en fen om eno s que, aparen temente , son opues -

tos . E s t ip ica la cond ucta obser vada por Fel ipe e l Bu en o de

Borgona , cuando t ra ta de so juzgar l a l ibe r tad de l as c iudades

h o lan d csas , co n ced ien d o p r iv i l eg io s mu y amp l io s a a lg u n as

corporacioncs . Pues es tas d i ferencias jur id icas , que se or ig inanen e l p u ro a rb i t r i o d e l so b e ran o , marcan mi s o s t en s ib l emen te

l a u n i f o r m i d a d d e s u m i s i o n e n q ue se c n c u e n t r a n a priori Ios

subd i tos . E n e l e jemplo menc io nado , esto se ca rac te riza m uy

b ie n p o r el hecho de que l o s privi leg ios, m u y ampl io s ,

e r an de du ra t i on b reve ; de esta m an er a el p r ivi l egio ju r id ico

no se separaba y des l igaba de su fuente y or igen . Asi , e l p r iv i

legio, qu e es ap a r e nt e m en te Io co nt ra ri a de Ia nivelacic5n, semani f ies ta en a lgun os casas coma un a po tenc iac ion de Ia mi s

ma, en co r re lac ion con e l domin io abso lu te .

Se ha rep roehado incon tab les veces a l a manarqu ia e l con-

t rasen t id o que rep re sen ta l a despr oporc ion cu an t i t a t iva en t re

e l soberano ind iv idua l y l a p lu ra l idad de l as daminados . Se l a

b a c en su r ad o por Io que h a y de i n d ig no y de in ju s t o e n la rc-

lac i 6n quc u n a y o t ra par te aceptan . Y, en efecto, la so luci r inde es ta contr adicc idn ofrece u n a consteIaci6n socio logica



este, se reso lver i ap ro x i m ad am en te l a con t rad icc ion en t re la

su m is io n y l a l i be r t ad , l a d e sp ro p o ic io n ad a p re p o n d e ra n c i a de

uno sobre muchos . En ta l caso , podra desenvo lversc I ib remen-

tc la i n d iv id u a l id a d , i n c lu so en u n g r u p o r egid o desp o ti camen-

t c . La fo rmac io n d e l a i n d iv id u a l id ad mo d c rn a co men zo h a jn

l os de s p o t i sm o s d el R e n a c i m i e n t o i t a l i a no . A q u i t a m o e n o tt os

casos , par e jemplo bajo Napoleon I , e l soTierano t iene in teres

en eoneeder la mayor l iber tad pos ib le a todos los aspectos de

la personal idad que no per tenccen a la «masa» , es deci r , aquc-

I los que es t an fuera del rad io de la sobe ran ia . Sc comprende

b ie n que en c irculos m u y pe q u en o s , d o n d e l a i n t i m a fus ion

cn que se en cu en t r an sus e le me ntos y Ia es t recha so l idar idad

q u e lo s u n e , co n fu n d e y en tu rb i a aq u e l l a d i s t i n c io n , s ea mu '

di fi ci l m an te ne r se par ado s los dos aspec tos y Ias re lac iones de

d o mi n io d eg en e ren f ac i lmen te en i n so p o r t a b l e t i r an i a . Es t a

p a r f ic u la r id a d de Ios c irculos p e q u en o s se u n e con freeuencia

a l a to rpeza de l as persona s p rep onder an tes ; po i lo cua l suce-

de que muchas veces Ias re lac iones no se organizan b ien , comoocurre por e jemplo en t re padres e h i jos . A menuda Ios padres

co me ten el g rave e r ro r de imp o n e r au to r i t a r i am en te a su s h ij os

u n a n o rm a de v id a in ex o rab l e , au n en aq u e l l a s cosas en q ue

lo s h i j o s t i en en u n a i n d iv id u a l id ad i r r ed u c t ib l e . Lo mi smo

sucede cuando e l sacerdote , sa l iendose de la esfera en quc

pue de matv tener u n i d a la c o m u n id a d . p re te nde d o m i n a r la

v ida pr iv ad a de los fieles , v ida e n la cual es tos apare cen d i fe-r en c i ad o s an t e Ia co mu n id ad r e l ig iosa . E n n i n g u n o de es tos

casos se h a rea l iza do la jus ta se leccion de las par te s ap tas

p a r a f o r m a r «m asa » y que , p o r t a n to , p u e d e n se r d o m i n a d a s

fac i lmen te , si n q ue s e s i e n t a n h e r id o s l o s d o min ad o s .

L a n iveiac ion de la masa , que se produce gracias a Ia se lcc-

c ion y reun io n de los e lementos dom inab le s , t i ene la m ay or im-

p o r ta n c ia p a r a la soc iologia de l d o m in io . A s i se explica que am en u d a sea mas f i c il r egi r u n g ru p o g ran d e q u e u n o p eq uen o;

168 Sociolojj/j



l . i s u b o r d i n a t io n 169

u na obse rva ci on he cba po i H a m i l t on c n el Federa l i s t s que

se ri a el ma yo r de los e r ro ie s po pula ie s el crce r quc au m en tan du

el n um e ro dc l os m i e m bros del Pa r l a m e n t o , sc a u i n e n t a b a l a

j j a ra n t i a con t r a el go b ie in o de u n o s poeos: m a s allA dc cierto

nu me ro, la rep rcscn tac ion po pu la r parecera , s in duda , »nas

democra t ica , pero , en rea l idad, se ra mas o l igarquica ; podra ser

am pl iad a Ia ma qu in a , pero ser an pocos los resor tes que l i jan

sus mov imie ntos . Y en el mis mo sent ido hacia obs ervar cicn

anos mas tatde uno da los mejores corsocedo:-es de la vida

poli i ica a ng lo -a in e r i ca n a , que c u a n to m a s a u m e n t o el poder y

la inf luencia de un je te de par t ido , ta nt o ma s ba de darsecue nta de que «^1 m un do esta gob ern ado po r m u y pocas per-

sonas». E st a es la ra iz soc iologies pr of un da de la esl rccba re

lacio n quc cxislu en tre el dcrccho de un con jmi to pol i t ico y

su soberano. El derecbo p a ia todos v igerue sur-je de aquel lo s

p u n t o s de eoinc idcncia, que es t an m a s a l i i de Ios con tcn i dos

o formas puramente individuales do la v ida , o , d icho de o t ro

modo, que no aba rca n l a lo t a l idad de la pe r so na ind iv idua l .El derecbo da u n a fo rm a obje t iva concordance a todos es-

ios in t ereses y cua l idades t r ans i nd iv idu a les , que enc uen t ra n

su fo rma sub je t iva o su conc la io en e l sobe rano de e s t e

conjunto . Pero s iendo es te ana l i s i s y s in tes i s par t icular de

los ind iv iduos e l fundamento de l r e j j imen un ipe rsona l , en

general , sc- comprende faci lmente que en oeasioncs basie a l

sobe rano una can t idad ason ibrosamento . min ima de cua l ida -

des sobtesa l icntes para ase£ ura rse cl do mi nio sobre u na colec-

t iv idad: es ta sc somere con un a fac i l idad, que , logicamente , se

r ia incomprens ib le s i comparasemos cua l i t a t iva inen te a l sobs-

ra ao con sus sub di to s, con sidc rado s co mo pers on as c om pl ct a1)-

Pero cuando ra l ia esa d i fe renc iac ion di ; los individuos, indis

pensable p a r a el d o m i n i o de las m asa s , las cua l id ade s que sc

ex i^cn a l sobe rano rebas an ya aque l modes to l imi te. Ar i s to te -

ies dice que, en su ipticu, no podian proJucir.vc ya monaii iuias,



170 Soti i i lo-ij

to s po l it i cos de su persona l idad , resc rvando se como prop iedad

p r i v a d a o t i a p a i t e con s id e rab le de esta. E n s i tuac iones de este

genero, el gob ie rno un ipe i son a l , s i b a dc es ta r in te r io rm en te

jus t i f i cado. p r e su p o n e que el s o b e r a n o sea su p e r i o r a cada u n o

de sus subd i t os , en cuan to a su person , - l idad to ta l . E s t a cxi -

gencia no se presenta , en cambio , cuando e l obje to de Ia sobe

ran ia es Ia s im ple su ma de aque l las par te s de los ind iv iduos ,

que , r eu n id as , fo r m an u n a « masa» .

Ju n to a l t ipo de gob ie rno un ipe rso na l , cuyo cor re lato es Io

nive iac ion rad ical de los somet id os , es ta cl se gu ndo t ipo , en

q u e e l g ru p o to ma l a fo rma d e u n a p i r amid e . Lo s su b o rd in a -

dos apareccn , f ren te a l soberano, cn suces ivas gradaciones dc

poder; ca pe s cada vez m e n o s ex tensas y m a s im p o r t a n te s van

desde la masa in ter ior bes la e l ap icc . Es ta forma colect iva

p u cdc p r o d u c ir s c de dos m a n e r a s . E n pr im er lugar , puede

emanar de l pude i au tocra i i co dc uno so lo . Es ie p te rde c l con

ten ido dc su poder conserv ando Ia fo r ma y cl t i t u lo —y lo

de ja resba la i hac ia aba jo - Como es na tu ra l , l a s capas mas pr<5ximas al so b e r a n o se a p r o p i a n m a y o r can t id ad de poder.

q u e l a s m as l e j an as . A l i r sc d esm en u zan d o dc es ta man e ra

poco a poco el poder , si n o Se a n a d e n al proccso p a ra defor-

ma r lo o t ros ac on tec im icn tos y condic iones , ha dc c rearse una

con t inu idad y g iadac ion dc subord inac iones . Dc es te modo se

p r o d u c e n con f recuencia las f o r m a s sociales Cn los Es t ad o s

or ien ta les j el poder del grado su pr em o se va des mem bra ndo , b ie n p o r n o po d e r sos tencrsc i n te r io r m en te y porq u e no m a n -

t icnc Ia pr op orc ion al ida d an te s i ndic ada ent re sumisi<5n y Ii-

b c r ta d in d iv id u a l , b ien porque las p e r so n a l i d a d e s rcgcntes son

de ma si ad o indolentes e igno ran tes de la tecnica del gobierno

p a r a co nse rv ar s u poderj'o.

La forma piramidal de la sociedad, ofrece un car&c(cr com-

p lc t a m e n te d i s t in to c u a n d o e m a n a de Ia in tent ion del sobera-no . E nt on ee s no s ignif ica un a debi l i tac io n de su poder, s ino



L.a subo rdin ac ion 171

quien.es pesa . Al mismo t iempo se produce en lo externo una

a p r ox i m a c i d n de l os subd i t o s a l sobe ra no , s e gun a u r a ngo r e-

l a t ivo . De aqu i puede re s u l t a r u n a m ay or so l idez de l edi fi cio

to ta l ; sus fue r zas a f luy en hac ia l a cabeza con may or segur ida dy con cen t ra t io n , que si e s tuv iesen n ive lad as f ren te a el la . E l

hecho de que l a su pe r io r i mp or ta nc i a de l p rmc ipe , o de ia pe r

sona que en cada c i rculo ocupa la posic ion di r igente , i r radie y

reca iga sohre o t ros , segun l a p ro x im idad a que se ha l l en de l

p t im ero , n o s igni fica d i s m i n u c i o n , s in o a u m e n t o de s u pr op ia

i m p o r t a nc i a . A l p r in c ip io de l a m o n a r q u i a n o r m a n d a i ng le sa ,

e l r ey no t en ia n ingun conse jo pe rmanente y ob l iga to r io ; pe ro j u s t a m e n t e la m a y o r d i gn i d a d e i m p o r t a n c i a que iba a d q u i -

r iendo, fue causa de que, en casos graves, sol ic i tase e l corsejo

de un consilium burOnum. E s i a d i g n i d a d q u e a p a r e n t e m e n t e

se e l eva a l g ra do su pre mo , por concen ira rSe en l a pe r s ona l id ad

del rey , necesi ta , s in em bar go , i r radiac i t in y ext ension, com o si

no c up i e r a e n una so l a pe r sona . E l r e y l l a m a a va r i o s subd i -

fos para t jue colaboren con el , los cuales, a l conl levar e l podere im po r ia nc i a de l sob e ran o , y, por cons igu ien te , en ci e r ta m a

nera a l com par t i r lo , l o c on ce m ra n y hace n re f lu i r de nuevo ,

con ma y o r ef icac ia , sob re el. Y a u n mas; el hecho de que los

se rv idores de l r ey ang losa jon paguen mas re sca te y de que su

j u r a m e n t o tcnga u n va lo r par t ic ula r ; el hecho de q u e s u s c r i a -

dos y el ho mb re en cuy a casa ba hebido se an e levados sobre

la m as a po r pro tec t i on jur id ica especia l, no se debe s imple-

mente a l a s p renoga t ivas rcg ias , s ino quc e s i e cor r imien to

g ra dua l de l a p r e r roga t i va es al m i s m o t i e m po un a poyo . A l

da r a o t ros pa i t i c ipac i6n en su supe r io r idad , e s t a supe r io r idad

n o d i s m i n u y e , s i n o q u e a u m e n t a . A d e m a s , c u a n d o e x is t en t a n

minu c ios as g radac iones , el so be r ano d i spone de d i s t inc iones y

recompensas , en fo rm a de a scensos j e ra rqu icos , que n ad a le

cues tan , pe ro que l igan mas e s t rechamente a su pe rsona a los

que as i qu ed an colocados mas cerca de e ll a. E l g ra n n um er od d i l d l d d



172 Socio logy

tos e n m uc ho s grades . Asi . v. gr. , en Gi nc br a , ex is t ian todavia

a med iado s del s iglo xvm var ia das gra daci ones de derechos

entre los c iudadanos . segun que es ios se l lamasen citoyens

bourgeois, habitants, natifs. sujets. C ua nd o Kay muc hos quet ienen todavia debajo de s i a o i ros , todos aquel los es tan in tc-

resados en c ons crv ar el orden exis tente. Co n frecucncia, en

sem eja ntes casos , ma s que de u na gradac ion de poder cfcct ivo,

se t ra ta dc una jcra iqu ia de t i tu los y pos ic iones , con suprema-

cia pu ra me nt e ideal . P er o est&s d is t inc iones pueden scr p r od i

gas en consecuencias , como sc vc, acsso con maxima clai id . id ,

en las f ina s gra da ci on es de clases que exis ten en el sist ema dclas castas indias . A h o ra b ien . e s tas p i r amid es cons t r u idas t

ba se dc ho n o re s y privi legios sociales, y que h a i l a n en cl sob e

rano su ver t ice , no s iempre co inciden con la es t ructura de po-

deres graduates , que acaso subs is tc a l mi sm o t iempo.

La es t ruc tu ra de l poder en fo rma de p i r amide t ropezara

s iem pre con la d i f icul tad fu nd am en ta l de que las d ispos ic iones

i r r ac iona les y f luc tuan tes de las pe r sonas , no co inc iden nu nc a

ex acta men te con los contor nos de las d iversas pos ic iones. t ra-

za do s con ldgico rigor. Elsie cs u n defecto f or m al que aquej a

a todas las je ra rquias cons t ru id as sobre un esque ma previo;

defecto quc no se da so lamente cn Ias jerarquias con ap icemo-

narquico personal , s in o t am bie n en Ios proyectos socia lis tas

que conf ia n a un a determinadj i ins t i tu c ion Ia mi s io n de Uevar

a la posici (5n sup re m a d irec t iva a la pe rso na que mcre zcaefe c-

t iv ame nte ocupar la . Se l lega, en am bos casos , a esa in con mensura b i l i dad fu nd am en ta l en t re el e squema de las pos iciones y

la na tu ra leza de l bombre , que es in te r io rmen te mudab lc y no

se acomoda exactamente a formas conceptuales . A es to se

an ad c la d i f icul tad dc conoeer la perso nal i dad adecuada par a

ca da posi cion, sobr e todo por la raz<5n de que m uc b a s veces

no se sabe si u n a persona merece o no oc upa r u na pos ic ion

de te rmina da , bas t a que la ba ocupado . P o r mot ivos a r r a iga-

dos en lo mas bondo y va l ioso de la na tu ra leza humana , pue



J. j lubo rtiinacion 17J

t lo y con la v id a n os obl iga a resolver s iempre de antemano; es

decir, a prod uci r por n ue st ra resol ucion aquel l os hecbos flue

deber i an se r ya p roduc idos y conoc idos , pa r a poder tom ar l a

i c so luc ion r ac io na lm en te y con segur idad . E s t a d i fi cul t ad genera l, apr ior i s ti ca , de toda ac tuac idn b u m a n a se man i f i e s t a con

p a r t i c u l a r c la r idad a l co nsi ru f r escalas de poder social , cu a n d o

eslas escalas no sur gen orga nic am ent e de las prop ias fuerzas

individuales y de las re laciones naturales de la sociedad, s ino

q u c s o n c o n s t r u i d a s e s p o n t S n c a m e n t e p o r u n a p e r s o n a l i d a d

gobe rnan te . Cl ar o es :a que este caso cas i nu nc a se producira

b i s to i i c a m e n t e con a b so lu ta p u r e z a —a lo s u m o pu ede b a l l a r -sele paralel ismo en las u topias social is tas a que bemos aludi-

d o —; pero sus par t ic u iar id ades y compl icac iones pueden obscr -

va r se en l a r ea l idad , en sus f o rmas mas rud imen ta r i a s y mez-

cladas con otros fcn6menos.

En d i recc ion opucs ta va o t ro modo de cons t ru i r esa esca la

de poder que l lega a un ver t ice supre mo. Pa r t i en do de u n a re-

la t iva igualdad or iginar ia de los e lementos sociales , adcjuierena lgunos de es tos mayor impor t anc ia que lo s demas . De l com-

plejo de estos se destacan a su vez in d iv id u a l id a de s especial-

mente poderosas , bas ta que la evo luc ion cu lmina en uno o

var ios ver t ices . En es le caso , l a p i ramide de Ia subord ina t ion

j e r a u ju i c a se c on s t ruye de aba jo a a n i b a . N o hace fal ta acu-

m ul ar e jemplos de este proceso, que sc ver i f ier en toda s par tes ,

au nq ue con ri tmos mu y d ive rsos . Do nd e acaso se p resen te con

mbs pur eza es en el camp o eco ndmi co y poli t ico; pero se pcrcibe

ta mb ien pe i fec tam ente en la educaci6n in te lec tua l , cn las es -

cuelas, en la evolucion de la vida, cn la relacion estct ica, en el

desar ro l lo p r imi t ivo de la o rgan izac ion mi l i ta r .

El ejemplo cl&sico en donde coinciden los dos caminos por

los cua les puede p rnduci r se un a o r gan iza t ion j e r anju ica de lo s

grupos , es e l Es tado feudal de la Edad Media . Cuando e l c iu -

d a d a n o —gri ego, r o m a n o , g e r m a n o — n o c on oc ia s u b o r d i n a c i o n



174 So c i o Iq };.;

u n a s e r i e g rad u a l d e e s t ad o s . E l servi i ium u n i a a todos Ios

mie mb ios de l re ino en t re s i y con el rey. Es te da l; a a sus g ra n

des su bd ito s t ie ir as en fcudo; estos. a su vez, a los vas&llos que

les cs ta ba n subord ina dos ; y as i se p roduc i a un a g radac ion dc pos ic iones, p a t r i m o n i o s y obl igaciones. P e r o al m is m o resu l-

tad c l legaba e l proceso social , c am in an do en la d i reccion con-

t ra r ia . Las capas in ie rmcd ias nac ia n , no solo por desprend i -

micn to s d e an ib a , s i n o t amb ien p o i acu mu lac id n d e ab a jo .

Pequenos p rop ie ta r ios , o i ig inac iamente l ib res , en t rcgaban sus

t ierras a se i iores poderosos para rec ib i r las de nuevo en cal idad

de feudo; y los scnores , gracias a es ta cc ns t an tc am pl ia c io n desu poder—flue la rea leza , debi l i tada , no podia ev i tar—, a lcan-

za ba n u n poder r ival del de los reyes. E s t a fo im a de p i rf imide

presta a cada u n a de sus e le mento s u n a doble pos ic ion entre

los ma s bajos y los mas a l(os . C a d a u no dc e l los es seno r y su

b o r d in ad o , dc pen de de a r r ib a y, al prop io l iempo, es in de p en-

diente cn cu an to f lue o t ros dependen de el. Q u iz a s sea esta d u a

l idad soc iologica de l feu da l i sm o— acc n iua da par t i cu la rme n-te por su dob le genes i s : d rsp rend imien tos de a i r iba y acumu-

lac iones de aba jo —la f lue ha de te rmi nado la con t iad ic to r iedad

de su s cons ecuenci as . Se gu n que la pract ica y la concicncia

han hecho dominar , en lys e lementos in te rmed ios , e l mat iz dc

ia indcpcndencia o c l dc la dependencia , as i e l ieudal ismo ha

conduc ido a unos u o t ros resu icados : en Alemania , a l socava-

micn io de l poder supremo; en Ing la tc r ra , a l a a t r ibuc ion a ]»

co ro n a d c l a fo ima p ro p i a p a ra u n p o d e r mu y amp l io .

La je iarf lu ia es una dc esas formas dc ordenacion y dc v ida

colect iva que pa i t en de u n pu n t o de v i s ta cuan t i t a t ivo y quc,

po r co ns i gu ien te , s o n mas o menos mccanicas y preccden h is -

tor ica me nte a las fl j j rupaciones organi cas pr op ia m en te d ichas .

b a s s d a s cn d i fe renc ias ind iv id ua l e s cua l it a t ivas . S i n embargo,

no s o n comple tnmentc anu ladas por es tas , s ino qua subs i s ien

en union de e l la . ' : . Entre las manifes tac iones de la pr imera for



I j subordina t ion

se observa , sobre todo, en el feu da l i smo o en las je ia r quia s

burocr6t icas o mil i t ares. Y a el p r im e r e jemplo m e nc ion a do de

las formacioDes de esta clase indica su objetividad, su sujecion

a un pr inc ip io . Prec isamente , merced a e l lo . e l feuda l ismo, ta lcomo comcnzo a fo rmarse a l p r inc ip io de l a Edad Media ge r -

i t iaaa , quc br an to los an t i qu es ordenes de l ibres y s ie rvos , de

p&t ricios y plebeyos, que d e s c a n s a b a n en la d iver s idad de la

re lac ion en que e s taba e l ind iv id uo con la com unida d . P o r en

cima de esto, elev<5 ahora, como principio dc ebsoluta validcz,

el «servicio», la necesidad objetiva de que cada cual sirviose a

a lgu n super ior . Y cn es te pr inc ip io no cabia ma s d i fe renc iaque la de a qui en y bajo que condici ones se s i rviera . L a gra-

dacidn dc posic iones que as i resul td, y que en lo csenc ia l fue

cuan t i t a t i va , e ra inde pend i en te de l a impor tanc i a que an te s

tuvieran las pos ic iones corpora t ivas de los indiv iduos .

N o es neccsario, n a tu r a lm e n te , quc es ia g r ada c ion vaya

a s c e n d i e nd o ha s t a l l e ga r a un mie mbro a bs o lu t a me n te s up re

mo; su caracterfsi ica form al se muestTa en to do grupo, sea

cua lq uier a el mo do en que es ta aparezca carac te r izado como

u n todo. As i , la «fami! ia« scrvi l ro m an a ofrecia ya las mas

finas gradaciones , desde e l vill icus y procurator, que d i r ig ia

con to ta l independcncia ramas enteras de la producc ion, en la

gran explotacion dc esclavos . , pasando por todas las c las if ica-

c ioncs pos ib les, has ta 1os capa taccs que m an d ab an d iez ho m

bres. S em e ja n t e s formas de orgar . i zac ion son m u y cla ras de

percibir. y cada u n o de sus mie mbros , al encontTflrse d e tc im i-nad o por a r r iba y por aba jo , como supe r io r y como sub ord i -

nado, adquiere , poi decir lo as i , una mas segura definic ion de

su sen ti mi en to socioldgico de la vida; y esto h a de reflejarse

en e l grupo cont r ibuycndo a a f i rmar lo . Par eso , los regimcnes

despoticos o reaccionarios , en su tcmor a todas las asociacio

nes entre los subditos , pers iguen con especial encono aquc-

l l a s ag rupac iones que se han o rgan izadn jerarqitic&nxente.

Co n s ing ular de ta l l i smo, expl icable tan solo po r la sensac ion



176 Socioluft

j e tos al c on t ro l y di iecc idn g e n e ra l de u n conse jo s u p r e m o -

Por lo demas , es ta fo rma debe d is t ingui r se de aquel la o t ra en

que se da n a l mi smo ti empo l a j e f a tu r a y la subord inac ionque un ind iv iduo sea j e f e en una serie o sen t ido y subord ina-

do en o t ra ser ie o sen t ido . Es ta o r ga ni za t io n t iene ma s b ien

un ca r ac ter i nd iv id ua l y cua l i i al ivo ; suele se r u n a combina

ci6n or iun da de las d i spos ic iones y condic ioncs par t icu la te

de l i nd iv iduo . E n cambio, cuan do l a co inc idenc ia de Ia j c f a tma

y la subord inac ion se da en una y la misma ser ie , es ta o rga

n i z n c i o n e st a m a s p r e d e t e r m i n a d a o b je t i v am e n t e, y, j u s t a m e n

te por eso, qued a def in ida de un mod o m as incon fundib le

co mo pos ici on sociologies. Y el b ec bo de que, co mo be incii

cado ya, tenga gran valor de cohesion para l a serie social, p t o

viene de que cl ascenso en es ta const i tuye eo ipso una asp i ra

cion deseablc . Den tr o de la ma so ne r ia , v. gr ., se b a ut i l iza do

es t e mo t ivo , como puramen te fo rmal , pa r a abogar po r l a con

ser va t ion dc los «grados» . Y a a l «aprendiz » sc le ba com uni

cado lo esencial del sabe r ob jet ivo —ritu al en es te ca so—qu

po seen los in ic iad os en el g r ado de oficial y mae st ro ; pero s

af i r ma qae la ex istenc ia de esios g ra dos pres ta a la b er tna n

dad cier ta te ns i 6n y an im a, con cl enca nto de la noveda d , e

celo de Ios novicios.

E s t as es t ruc tu ras soc io ldgicas que se p roduce n con igualdad

form al en los g rupo s de ma s d iver so conten ido , merced a l

s u b o r d i n a c i o n a u n a s o l a p e r s o n a , p u e d e n d a r s e t a m b i e n

como queda ya ind icado , en la subo rd in ac i on a una p lu r a l i

dad. Pero la p l ur al id ad de loa jefes—si es tos es tan coorde na

dos unos a o t ros—no es lo caracter fs tko de cl tas , y , por consi

guiente , sociologicamente carece de impor tancia e l becho d

que la je fa tu ra indiv idual sea casua lme n te desemp enada po

unu p lu r a l idad . H a y que no ta r , s in embargo , que el gob ierno

de u n a so lo con s t i tuy e el t ipo y forma p r imo rd ia l de la r e la



La subo rdination 177

i l eg i t imo , cuando aque l l as o t r as fo rm as no mona rqu ica s son

las m as ampl i as y domin an tes . La j e fa tu ra dc uno so lo t i ene

ta l poder in tu i t ive , quc cont inue in f luyendo inc luso en cons t i -

tuc iones o r ig tn adas en reaccion con t ra e l la y para supr imir la .

Del p res iden te nor teamer icano se ha d icho—como del a rconte

griego y del c6nsul romano—que con cier tas l imitaciones viene

a ser el her edeio del poder real , que los m ona rc as perdieron t ras

las respect ivas revo luciones . He o ldo deci r a muc hos nor te ame -

r icanos quc su l iber tad consis te en que los dos grandes par t idos

al te rn an en cl poder , pero que cada un o de el los cjercc un a

t i rnn ia en tc rame n te monArqu ica . Ta mb ien se ba in t en tado de-most rar quc la democracia de la Revolu t ion f rancesa no es

s ino una inver s ion de I a monarqu ia , con l as mismas cua l ida

des que aquel la . La volonte generale de Rousseau , que es ,

para £l, s u m i s io n s in res is tencia , t iene l a p rop ia n a tu r a le za

del monarca abso lu to . Y P r o u dh o n a fi rmn que un pa r l am en-

to nacido del sufragi o uni ve rsa l no se dife rencia en n ad a del

monarca abso lu to . E l rcpresen tan te de l pueblo es in fa l ib le ,

inv io lab le , i r rcsponsab le . N o es mas , en Io esencia’, el mo n a r

ca. EI p r inc ip io mona rqu ico se d ice—esta tan vivo y ta n In

tegra cn u n p a r l a m c n t u como en u n rey legit imo; y de hecho

no fa l ta , f ren te a l par lamento , n i s iqu iera e l fenomeno t ip ico

de la adulacion, quc parccc especif icamente reservado a la per

so n a i n d i v i d u a l .

E s t ip ico el fe no me no dc que exist an entre elem entos co-

lec tivos re lac iones fo rmales , quc conl in i i an subs is t ie ndo a u ncuando el cambio de la cendcncia sociologica total parece ha-

cer imposible tal subsiscencia. La fuerza s ingular dc la monar-

quia, que, por decir lo asi , sobrcvive a su muerte , t ransmit ien-

do su mat iz y sus ins t i tuc iones a o t ras f iguras , cuyo sen l ido

parece cons i s t i r j u s t a m e n t e en su nega t ion , es u n o de los ca

sos mis s . i l ientcs dc esta v ida propia que t iene Ia iorma socio

logica, gracias a la cual no solo recoge conte nidos mat er i al -

mente muy d is i in tos dc e l la , s ino que in funde su esp i r i tu



ner n ingunO: y , s in embargo , fue conse rvado cu idadosamen i

p a r a ev i ta r de ese m o d o ev o luciones que acaso h u b i c r a n llev

do al t rono a un rey de veras . En es te caso, la oposicion, en v

de s u p r i m i r l a m o n a r q u i a , p a r a acab a r co n s o l i d an d o s e en

fo rma monar f lu i ca , l a conse rva jus t amen te pa ra imped i i s

consol idac ion efec t iva . Ambos casos opues tos a tes t i£uan

fuc r / a fo rmal de es t a fo rma de gob ie rno .

Es ta fuerza es de ta l na tura leza , f lue muchas veces se fu

de n en e ll a l o s e l emen tos mas opues tos . La m on ar qu ia t ie

in t e res en quc se man tengan l a s i n s t i t uc iones monarqu ico

a u n en s i t ios que es ta n c omp le t am en te fuera de su esfern

acc ion . Las rea l izac ianes var ias dc una forma socia l de term

nada , po r a l e j adas que es ten , se ap oy an m ut ua m en te y se g

ra n t iz an , por dec ir lo as i, un as a o t ras . Es te hecho se mani f ies

en l a s fo r ma s de dom in io mas d iver sas, pe ro pa r t i cu l a rmen t

en l a a r i s toc rac i a y en l a monarqu ia . Por e so , I a s monar f lu in

p a g a n a veces cara la pol i t ica que cons is te en debi l i t a r el p r i

c ipio monarf luico en ot ros paises . La ies is tencia , cas i rebcld

que of rec ian a l gobierno de Mazar ino tan to e l pueblo como

p a r l a m e n t o , se h a a t r ih u id o a que la pol i t ica f r ancesa hab

favorec ido en pa i ses vec inos Ie van tam ien tos co nt ra l as g

b ie rn o s respectivos; de es ta m a n e r a el p r inc ip io mo nar f lu ico

debi l i to en u n gra do ta l. que ref luyo sobre el au to r m ismo

aquel la pol i t ica , que creia favorecer sus intereses fomenLand

las r ebel iones . P o r el con t ra r io , cua ndo Cro mw el l r ehus o

t i t u lo de rey, en t r is t ec i e ronse muc ho Ios r ea l i s t a s Pu es aunq u

hub ie r a sido m u y duro pa ra e ll os ver en el t rono al ma tad o

del iey, el hec ho de que volviese a ha be r u n rey, les habria. p

rec ido p laus ib le como preparac ion de la res taurac ion . Per

apar t e dc es t as r azones u t i l i t a r i a s que pue den ab on ar l a e

p an s i o n de la m o n a r q u i a , el s e n t i m ie n t o m o n a r q u i c o ac t6a

veces f r en te a de t e r minad os fenom enos en m an er a y sen t id

178 S<x‘ioio



[ j subordinacion 179

n igsen y l a ac t iv idad que es t e bab ia desp legada en Hannover .

A p esa r de !o q u e B e n n i g s en y su p a rl i d o b a b l an t r ab a j a d o

po r la pr us incac ion de H a n n o v e r , esta ac t i tud de u n s i ibd i to

co n t ra s u p r i mi i i v a d i n a s ti a . b e r i a los sen t imi en co s m o n a r q u i -cos de G u i l l e r m o I . L a f u e r za i n t i m a de la mo n a r q u i a es b a s -

t an ie pa ra inc lu l r au n a l p rop io enemigo en un a s impa t i' a de

pr inc ip ios, y pa ra cons ide rar , en las capas p r o f u n d a s del sen -

t imie n to , como adversar io , a l amigo que sa en cu en t ra en op o

s i c i o n a a l g u n mo n a r ca .

F ina lm en te su rgen o t ro s r asgos , t odav ia no menc ionados ,

cuando de un modo o de o t ro se to rna p rob lemat i ca l aigua ldad o des igualda d , la p ro x im id ad n dis tancia que ex is ten

en t re el super io r y el su bo rd in ad o . E s esencia l en la f igura so-

e io l t fg ica de un grupo e l becbo de que pref iera Subord inate a

un ex t ran je r o que a un m iem bro del p rop io g rupo , o lo con t ra -

rio, y de que considere lo uno o lo 01 ro como Io m as adecua -

do y d igno . Los seno res med ieva les a l emanes t en ian o i ig ina -

r i amen te de r ecbo a n o m b r a r p a r a la c o mu n i d ad co r t e s an a

jueces y regidores de d o n d e qu is i cr an , b a s t a due f i n a l m e n t e la

Comunidad log ro que los func ionar io s fuesen no m br ad os de

en t r e l o s mi emb r o s d e l a co mu n i d ad mi sma . E n camb i o , co n -

s ide rasc como conces ion muy impor t an te l a que b izo e l conde

de F landes en 1228 a sus «quer idos escab inos y burgueses* de

Ga nte : que los jueces y fun cio nar ios e jecu tivos , as ! como sus

subord inados , no ser ian nombrados de en t re los vocinos de

G ah te n i de en t re los que es tuviesen casados con u na gan te -sa. E s ta d i ferencia t i ene s i n du da sus razones : el fo ras ter o es

mas i mp a r c i a l , e l i n d i g en a mas co mp r en s i v o . I n d u d ab l emen t e

la p r im era de es tas raz one s fue Ia que de ter mi ne e l deseo de

los c iudadanos de Gante , y a tend iendo a e l la . c leg ian las c iu -

dades i t a l ia nas con f recuencia sus jueces en o t ras c iud ades ,

p a ra que la a d m i n i s t r a c i o n de jus t icia n o fuese in f lu ida p o r

cons ide racioncs de f ami l i a o de pa rt ido . P o r el mi sm o mot ivo ,

i o b e r n a n t e s t a n a v i s a d o s c o m o L u i s X I y M a t l a s C o r v i n o



180 Sociulo<i i

te. La pr cfer enc ia pa r Ios al le gados o sem eja nte s, parece desde

luego meno s pa rado j i ca , aun que , si es exagc rada , puede con

d u c t ! a u n a m e c a n i z a c i o n de l similia similibus, ana logs a l a

que se r e f i e r e de una an t igua t r i bu l i b i ca y modcrnamcnte dclos aschantis: quc en es tos paises e l rey xeina sobre los hom

bres, y la r e i n a —<jue es su he rmana—sobre l a s muje re s . La

t endenc i a del pode r cen t r a l a e l im in a i l a j u r i sdi cc ion i nma -

nente de los subg rupos , conf i rma mi t esi s de que la su bor di

na cio n a iguales favorece la cohes ion de los grup os. Tod avia

en e l s iglo xiv es taba muy extendida en Inglater ra Ia creencid

de que el juez competente par a cada in div idu o era s u propiac o m u n i d a d n a t i v a ; p er o R i c a r d o I I d i s p u s o t e r m i n a n t e m e n t c

que nadie podr ia ser juez de Ios Asises o del G oal del ivery en

su pr opio condad o. E n este caso la cohes ion de l gru po encon-

t raba su cor re la te en l a l iber tad de l ind iv iduo. Todavia en l a

epoca de decadencia dc Ia monarquia anglos&jona, e l derecho

a ser juzgado por los companeros , por Ios pares , era tenido cn

gr an es t ima , como sa lvagua rd i a y ga ran t i a con t r a l a a rb i t rn -

r iedad dc los jueces realos o scnor ia les . EI cam pe sin o dc rea-lengOj sobre el quc pesaban tan tas cargas , ve laba cc losamente

sobre es te derecho, quc era e l unico que daba contenido y va

lor a l concepto jur idico dc la l iber tad en e l sent ido del derecho

pr ivado.

Son, pues , seg ura men ie razones de educa c ion u u t i l idad.

las que hacen p ic fe r i r unas veces l a subordinac ion a l compn-

nero y o t ras a l cx t ran je ro . S i n embar go, no son es tos los uni -

cos mot i vos que de t e r mi na n la e leccion: a e l los sc ana de n o t ros

mot ivos mas i ns t i n t i vos y sen t imcn ta l c s y t ambien mas abs -

t r ac tos y mcd ia tos . Ta n t o mas cuan to que aque l l a s p r imcras

razones de u t i l idad se encuent ran con f recuenc ia equi l ibrada*

en l a ba l anz a ; l a ma yo r com prens ion de Ios de den t ro y l a

ma yo r impar c i a l i dad de l os de a fuc ra , se co mp en san muchas

veces y en tonees ba y neces idad dc recur r i r a o t ra i n s t a n c i a

p a r a decidi r en t re ellas. A p a rece a<jui u n a a n t i n o m i a inf tn i ta -mente im po r ta n t e cn toda forma cion socio logica : de u n a par te



L j subord inat ion 1XI

pr op ia n a t u r a l e z a del in d iv iduo . Lo opues to n o s c o m p l e m e n

s; Io ho mo ge ne o n os for ta lece . Lo opue sto no s e xci ta e inci te ;

o h o m o ^ t n e o n o s c a lma . C o n m e d ios c o m p le t a m e n te d iv e r

os , lo un o y lo o t ro nos su m in i s t i an el sen t im ien t o de quc

nues t ra ma ne ra de se r es jus ta , leg i t ima . Per o s i f ren te a u n

d e t e r m in a d o f e n d m e n o s e n t im o s u n a de l as d os t e n d e n c i e s

omo la adecuada , la o t ra nos repug nara ; lo opues to se nos

aparece como hos t i l , y Io ho mo gen eo nos produc e Kast io; lo

opues to nos p la n te a p rob lema s demas iado e levados , y lo h o

mogeneo demas iado pequenos . F ren te a lo uno como f r en te a

o o t ro, nos es d if ici l to m ar pos ic ion; f rente a lo he te rog l neo ,

po rque n o s f a l t a n p u n t o s de contac to o co m parac ion , y f rente

a lo hom oge ne o, p orq ue Io igual a nosotr os se nos aparece

omo super f luo o , Io que es peor, nos o t ros m ism os n os ap are -

emos como super f luos . Las d i fe ren tes re lac iones in t imas que

es tablecemos en t re noso t ro s y un ind iv iduo o u n g rupo , p ro -

eden es enci a lm ente de que este se nos ofrece con u n a p lu ra l i -

dad de rasgos, que b a n dc e n t r a r en re lac ion con n oso t ro s y

q ue e n c u e n t r a n e n n o so t r o s o t ro s ra sgo s e n p a r t e h o m o g e n e o s

y en par te he te rogeneos ; lo cua l bace pos ib le tan to la a t racc ion

Como la repu ls ion . La re lac ion to ta l resu l ta de las a l te rna t ive s

y co mbin ac io nes de es tos sen t imie n tos . I gua l e fecto se p roduce

cu an do un a mi sm a re lac ion (v. gr. , un a cua l idad de l o t ro , seme-

a n t e a u n a c ua f idad n u e s t r a ) , despier ta en noso t ro s , p o r u n a

par te , s e n t im ie n to s dc s i m p a t i a y, por o t ra p a r t e . d e a n t i p a t i a .

Asi u n poder soc ia l favorecere s in du da los poderes ana logos

que sc enc ue n t re n den t ro de su esfe ra y no so lo po r na tu r e !

im pa t ia bac ia lo seme jan te , s ino po rque todo fo r t a lec imiento

de l p r inc ip io en que se funden redunda en bene£c io suyo .

Pe ro. p or otr a part e, los celos, Ia competen cie, el desea de ser

e l un ico represen tan te de l p r inc ip io , p roduc i r&n tambien e i

resu l tado opues to . Es to se no te mu ch o en la re lac io n de le



182 Srciolugia

g iado por el la . As i los emperadores r om an os a l p r inc ip io f avo

rec ie ron la nob leza sena to r ia l y l e ga ran t iza ron e l de recho

heredi ta r ia ; pero despues de Dloclec ian o la noble za senator ia l

fue conv i r t i endosc cada vez mas en una mera sombta , s iendosu s t i t u id a p o r l a n o b lez a b u to cr a t i ca, en l a q u e cad a m iem b r o

I legaba a Ios a l tos cargos po r ascensos personales . E l hecho

de que en ta les casos pre dom inc la a t racc ion o la repu ls io n de

lo homogenco , depende, ev identementc , no so lo de mot ivos

u t i l i l a r io s , s ino dc aque l las di spos ic iones p ro /un da s del a lma

que determinan la d is t in ta valoracion de lo igual y lo des iguel .

U n caso par t ic u lar de este probl em a ge nera l sociologico Cse l de quc es tamos t r a tando . E l hccho de sen t i rnos mas humi-

l lados po r l a su bord in ac io n a un a i iegado que a u n ex l r ano ,

o v iceversa , depende muchis imas veccs de sen t imientos que no

p ue den r ac iona l izarse. Asi . tod os los in s t i n to s sociales y lo.*.

sen t imien tos v i la lcs de la Edad Med ia (ucron ! a causa de quc

en el siglo xiei, cu an do se concedio jur isd icc ion pub lic a a los

gremios , se decre tase , e l p ropio t iempo, que quedaifnn subor-

d in ad os a e l los todos los obreros del mi sm o oficio. pues hu bi t -

r a s ido abs u rdo que un i r ibuna l g remia l juzgase a qu ren no

per tenecia a la c o m u n id a d del of icio. P e r o u n s e n l i m i e n m

opuesto , e ig ual me nte ajeno a todo sent ido de ut i l idad, es e

que mue.vc a a lgu nns ho rdns au s i r a l i an as a no elegir por s'

mismas sus cabecil las , reservando dicha cleccion a los jefes dc

las t r ib us vec inas ; como tamb ien , en a lgu nos pueb los sa lva jes

el d ine ro cor r icn te en tre e llos , no es fabr ica do por e l los m is mos, s in o t ra id o de fuera, ha s t a el pu nt o de que en n lgunt .s

s i t ios florecC la in du st r i a de fabrzcar s ig nos m on ct ar io s (con

chas , e tc . ) pa ia c*por tar los a lugares apar tados en donde s i r -

ven de moneda. En genera l , y a reserva de a lgunas modif icp-

c iones , cuanto mas bajo sea c l n ivel de un grupo , cuanto mas

ha b i t ua do s es ten a l a subor d inac io n sus miembros , 1an to mn^

r ep u g n an c ia s en t i r an en d c ja r sc d o m in a r p o r u n o de su s ig u s -les Por el contrar io cuanlo m<is alto sea su nivel tanto ms*



L i s u h o r d in ^ o o i i 18)

solo e r a r econoc ida po r su s miem bros como un ico t r i bu na l de

just ic ia , s i no quc , en el afio 0, recbaz o la i n s in u a c i o n de

ju z g a t a o t ras Rentes a d e m a s de los pares. La t ende nc ia , pues,

a no dejaTse j u z g a r m a s que po r sus igua les , es a veces t a n r a

dical que aelua , incluso , de modo re troact ive . Los lores pensa-

'oan de un modo poco logico: pero, psieologica men le, p ro fu nd o

y comprcns ib le : «pues to que nues t ros igua les so lo pueden sc r

juz gados p o r noso t ro s m i sm o s , todo el que sea j u z ga d o por

nosotros se convier te , en c ier to modo, cn nuestro igual* .

Y asi , como en este caso, u n a re lac ion pa ten te de su bo rd i

na ci on ( la que me di a en tr e e'i ac us ad o y el juez) es sent ida

como una c iena coord inac ion , as i tambien , v iceversa , ia coor

d inac io n cs a veces sen t ida como su bord in ac io n . Y concep tua l -

me nt e repitese aq ui el d ua li s m o en la separaci<5n como cn el

enlace—entre Ios motivos de razon y los inst in lus oscuros. El

bur gues medie va l que, por r a z o n de su s derecbos, es ta debajo

de Ia nobleza , pero en cim a de los campesin os, rec baz a en oca-

sione s la idea de u n a igu ald ad general de derecbos; feme que

<rsa niveiacion le baga perder, en bem-rteio del campesino, mas

de Io que gan a en dan o del nobie . A l^ un as veces t rop ezam os

con e l t ipo socio logico que consis te en que una capa socia l in

termedia no puede e levar .se basia Id capa super ior , s ino equi-

p a r a n do a si la capa m a s baja ; pero s iente esta equ ipa ra c ion

COmo u n a bum i l l ac ion t al , que pref ie re r en unc ia r a l encu m-

b ra m ie n to que p od r ia consegui r . A s i e n la A m e r i c a espariolo,

los c r io l ios sen l ian g ran env id ia de los espano les p roeeden tes

de E u ro pa ; pero e r a au n ma yor e l despree io que l es in sp i r ab an

los mula tos y mest izos , los negros y los ind ios . Para equ ipa-

ra rse a los espano les , bub ie ran ten ido que coo id inar cons igo a

aquel los infer iores; ma s esto s ignif icaba tal de gr ad at io n para

Sus sen t imien tos de raza , qua p re f i r ie ron renunc ia r a la igua l

dad con Ins espanoles . Pe ro es ta com binac ion fo rm al se expre-



[84 So c io logu

se le cfuiera d a r la m i s m a constituci<5n qu c a £ste, a u n en el

caso de que a qu el l a const ituci<5n n o s ignif ique, p or s u co nt en i

d o, r e b a j a m i e n t o n i s u b o r d i n a c i 6 n .

F i n a l m e n t e , l a s u b o r d i n a c i o n a u n a p e r s o n a l i d a d e x tr a nat iene u na s ign if i cac ion m u y im por t an t e : l a de se r t an to mas

adecuada cuan to mas e l emen tos be t e rogeneos , a j enos u opues-

tos u n os a ot ros , en t re n en la comp osic ion del c i rculo de los

subo rd ina dos . Los e l emen tos de una p lu ra l i da d , subord ina dos

a un a pe r son a l ida d supe rio r , gua rd sn con £st a una r e la t ion

a n a l o g a a l a q u e m a n t i e n e n l as r e p re s e nt a c io n e s p a r t i c u l a r s

con el concepto genera l que i as comprende . Es te ba d es er l e n

to mas e levado y abst racto (es to es , tanto mas disrante de las

representac iones s ingulares ) , cua nto m&s d iversas sean entTe

sf es tas representaciones en e l contcnidas . El caso mSs t ipico,

que se prese nta con la mis ma for ma en las ma s diversas esfe-

Tas, es e l ya mencionado de l as par tes en pugna que nombran

un a rb i t ro . Cuan to mi s apa r t ado se ha l l e e s t e de l os i n t e r e ses

de un os y o t ro s—teniend o preserve que , como e l concepto su pe

r ior ba de panic ipa r , s in embargo, de a lg una m an er a cn lo co-miin a ambas par tes , en lo que fundamcnta la cont ienda y l f i

posible a v e n e n c i a —, ta n to m a s v o lu n t a r i a m c n t e s e somctcrar:

las par tes a su dec i s ion . Hay empero un l imi te Cn las d ivc rgen

cias, m as a l ia del cual ya n o es po.s ibleel acucrdo de las p a m f

en n in g u n pu n t o co mun . po r mu y a l t o y l e j ano quc se Supon-

ga. C on r e l ac ion a l a b i s to r i a de Ios t r i buna l e s i n d u s t r i a l s ar-

b i t ra lcs en I n g l a t e r r a . s e b a he cbo n o t a r que p res tan excelentc*

servic ios cn la inf erpr eta cion de los cont ra to s y leyes de t ra

bajo; pero £stos s o n ra ra vez ca us a de grand es bue lgas t1

ioeauts , los cua lcs se prod uccn m as b ien porque pa t r onos u

obreros in icn ian tnodi ftcar l as condic iones del t r aba jo , y,

t a les casos , t r a t and osc de es tab leccr nu eva s bases para de ter '

mi na r Ias re laciones eni re las par tes , no csfa indi cado ya e!

t r i bu na l a rb i t ra l , porque la t ens ion en t re los in tereses CS tfll-

que el a rb i t ro ha br ia de es ta r co loeado a inc onmens urableal t ur a por encima dc el los pa ra aba rca r los y avenir los la



La subordinacion 1X3

t ro , es de la m ay or im por tan c ia f lue aque l las est£n cn u n a re la

cion de igualdad. Si exis te entr e e l las a lg u n a re lac ion de

sub or d in a t io n , f ac i lmen te se p roduce en el j uez una ac t i t ud de-tc r mi na da respec to a a lg un a de e l las , ac t itud que per ju d ica a su

imparc i a l idad . A un qu e el j uez sea complc ta mcn te a j eno a los

in te reses de am ba s par tes , con f recuencia tendr a u n preju icio

favor able para el su per io r y ot ras veces para c! sub or di na do .

A q u i es do nde aci t ian las s i mp at ta s de c lase , m uc b as veces in-

consc ien tes , porque es tan l igadas incxorab lcmente a l pensar y

se nt i r to ta l del Sujeto , y co ns t i t uy en , pa r decir lo asi, la basea priori de que par te su estudio de la cuest ion, en aparicnci a

p u r a m e n t e objet ivo. H a s t a ta l p u n t o e s ta n u n i d a s dichas s im -

pa t ias c on la esencia m i s m a de Ia pe rso na , que el p re te nder

ev i ta r s u in f luenc ia , Iejos de cond uci r a u na ob je t iv idad y equi -

l ib r io rea les , l l evan a menudo a l ex t remo opues to- Cuando las

partes t ienen m u y diverso nivel y poder io, has ta a veces la

mera sospecha de parc ia l idad en el a rb i t ro —au n qu e en rea l ida d no exis ta — pa ra bace r i lusor io todo el procedim iento- E,n

las dasavenencias en t re pa t ronos y ohreros , Ins Camaras a rb i -

i ra les tng lesas acuden con f recuencia a un fabr ican te ex t ran -

jero pa ra que s i rva de Arbitro. Pero, r egularme nt e , si su decision

es contrar ia a los ohreros, es tos acusan a l arhi t ro (por in tncbr .-

hle qu e sea) de ha be r favorecido a su clase. Po r el eont rar io,

cuando el no m bt am ie n to recae en u n pa r l am en ta r io , l os fab r i

c a t e s le p re sum en inc l inado a (avorecer a l a c lase nur^ e tos a

de sus e lectores. P or consi guient e , el ar bi t ra j e solo caera en

te r reno favorab le cuando haya . una perfec ta igua ldad de s i tua

t ion entre 1ns partes , aunque no sea mas (fue porque ia parte

que cstA man al ta suele ap ro ve ch ar las vcn ta jas de su posicion

para con' icguir quc cl n o m b r a m i e n t o del a rb i t ro recaiga sob re

p e r s o n a grata. iC i ncluso puede hacerse la deduccion inv er sa y



ISA SocioJo

ci<3n del conflicto, y confiar en una persona ajena a ambos.

Fina lmente , o t ro e jemplo tornado dc una es fera connple ta-

mente diverse , nos ensena que la re lac ion comun entre var ios

e l e me n tos s ubord ina dos a un s upe r io r , s upone o produc e c i er

ta coordinac i t fn o igualdad entre es tos e le mentos—apa rte de

las d i ferencias , d ivers idades , opos ic iones que exis tan entre

e l los—y que esa coordinac i6 n es tanto may or cuanto que I?

pot en t: -! supe r io r es m a s a l t a y l e ja na . P a r a quc la rel ig ion

ejerza una inf luencia soc ia l izadora sobre am plios c i rculos, es

mu y impor t a n tc que D ios e st e s i tua do a u na d i s t a nc ia de te r

minada de los c reycntes . La proximidad inmedia ta , loca l , por

decirlo asf, en quc sc encuentran con los creyentes los princi-

c ios divinos de todas las re l ig iones to temis tss y fe t ichis tas , y

tambien el viejo Dios judaico, es la causa de que esas religio-

nes no convenj jsn pa ra do mi nar c i rculos amplios . Solo la cnoi-

me a l tura a quc es ta sobre el m un do el Di os c r is t iexio bizo

po si ble la igua lda d de Ios desi gua lcs a n te el. L a dis tanc ia a

■quc los c reyentes es tan de Dios es tan inmensa que se borrsn

ante e l la todas las d i fe rencias entre los bombres . Es to no ba

impedido la proximidad en la re lac ion cordia l con Dios ; por

que es ta re lac ion pone en juego aquel las par tes de l hombre en

Ias que se borr an todos las d i fe rencias individuales , par ies que

p o i de ci rl o as i c r is t a l i z an y se a c t ua l i z a n co n en ter a purez a

c ua ndo a c tua a que l p r inc ipio s up re m o y e n t ra e l bombre e n

ie lac i6n con e l. Per o acaso la Ig les ia calol ica hay a conseguidoc re ar un a re lig ion un ive r s a l , j u s t a me n le po rque in t e r rumpio

tamb ien es ta re lac ion inme dia t a entre Dios y e l bombre , in-

te rponiendose entre ambos y bac iendo que , aun en es te aspec

to, fuese Dios inacces ible pa ia e l individuo por s i solo .

P or lo que se re/tere a aquel las estr uctu ras sociales que se

■carac ter izan por la subord inac ion de a lgun os individuos o cc-

TDunidades a una p lu ralidad o a una comunidad soc ia l , lo

p r i n cro que sa l ta a la vi st a cs qu e el ef ec to cs m u y de si gn s

pa ra los s ub ord ina do s . EI su p re m o de se o dc los es cl av os es-

p a r t a n os y tes a l ios e ra se r es cl av os de l E s t a d o , en ve z de se rl o

de un ind ividuo. E n Prus ia , antes de la emancipac i6n, los

s ie rvos de rea lengo cs taban en mejor s i tuac ion que los de se-

nores par t icula tes . En las grandes explotac iones y a lmacenes

modernos , que no es tan regidos por un individuo, s ino que o

JfcVXU.UA,

L a subord i na c i on 1X

c ons t i tuye n s oc ie dade s a n f in ima s o e s t a n a d min i s t r a da s c om

si lo fuesen, los emp lea dos se encu ent ran en me jor situaci<5

que los que t ra ba ja n en pequeno s comerc ios explotado s perso

na lme n tc po r c l due no . La mis m a re l a c ion se p roduc e c ua nd

cn lugar dc la d i fe rencia entre individ uos y colec t ividades , s

p l a n te a la d i fe renc ia e ntre co lec t ivi da de s m ayore s y men ores

La s i tuac ion de Ia India ba jo e l Gobierno ingles es bas tant

mas favorable que ba io la Compania de las Indias or icnta les

C om o es na tu ra l , na d a im por t s que e sa c o le c t iv idad ma y o

viva ba jo un regime n m onar quico , s iempre que la tecnica d

la soberania , e je rc ida por e l la , tenga carac ter supei individual

en e l sent ido mas amplio dc la pa labra ; e l regimen ar is tocra

zico de Ia R e pub l i c a ro ma n a op r imio muc bo m a s du ra mc n t

las provinc ias que e l Imperio , que fue mucho mas jus to y ob

jet iv o. P a r a Ios quc se e n c ue n t r a n cn la p os i t io n de se rvid o

res , sue le ser lo mas favorable e ] pcr tcnecer a un c i rculo am

pl io . La s grandes p rupie dade s se nor ia les qu e se produ je ron en

el Imp erio franco, dura nte el s ig lo vi i, colocaron con frecuenci

a las c lascs infcr iores en una nueva y venta josa s i tuac ion. L

gran propiedad permit io que se oiganizasc y di fercnciase e

per sona l t r aba jador ; de donde naci o un t r aba jo cu al if ic nd o y

po r consi guiente , mfi s es t ima do , que permit t a a lo s si er vo s en

cumb rarse soc ia lmentc . Po r la mi sma razon, ocurre con fre

cuencia , que las leyes penales del E s tad o son m as benigna

que las de los circulos exentos. N o obst a nte , co mo queda y a indica do , h a y u n a porci on l

f e nome nos que s igue n un c u rs o e n te ra me n te opue s to . Lo

a l i a dos de A te na s y R o ma , lo s t e r r i t o r i e s que a n t ig ua me n t

e s i a ba n s ome i idos a a lgunos c a n tone s s u izos , fue ron op r imi

dos y explotados con una ciurcza que diffcilmer. te bubiera sido

po si bl e cn u n reg imen u n ipe r so na l . L a m i s m a so c ic da d a no

n im a quc , po r l a t e c n ic a de su func iona mie n to , c xp lo ia me no

a s us e mple a dos qua un pa t ro no pa r t i c u la r , pue de c n muc ho

Casos , t ra iandose de indemnizac iones y socorros , no procede

lan I ibera lment e como el pa t t i^ular , que no t iene quc dar cucn

ta h nadie de sus dispendios . Y por lo que tnca a loa impulse

indi- iduales , las c rue ldadcs que se e jecutaban para cntre teni

mien to de los concurrentes a l c i rco roma no y que a m cnu do

era n llev adas al extremo, a peti cion de los espectadores mi.s4



188 Sociolo,.

mos. dificilmente hubieran sido ejecutadas por muchos dc es

tos. dc haberse hallado a solas cara a cara con el dclincuenie.

La ra%6 n fundamental de esta diversidad de efectos que

produce el dominio de un a p luralidad sobre Ios quc le estar_

sometidos. ba de buscarse en primer termino en el caracter de

objetividad que le es propio, en Ia eliminacion de ciertos senil-

mientos, actitudes, impulsos, que solo actdan en la conducts

individual de Ios sujetos, pero no cuando estos obran colecii-

vamenre. ResultarA n aque llas diferencias segu n que la posi

cion del subordinado en cada caso sea mas o menos favorecide

por la objetividad o por la subjelividad individual. Si el s u bordinado, por su s i tua t ion necesita la compasion, cl altruis-

mo, la benignidad del superior, lc ira mal bajo el dominio ob-

jetivo de una pluralidad. E n cambio en relaciones que cxijan

unic am ente legalidad, imp arcialidad , objerividad. sera mas de-

seable la dominaci6n de un grupo flue Ia de un individuo. E:

significativo en este senlido el becbo de que mientras el Esta

do condena legalmeme a! dclincuenie, no puede en cambioind ult arl e y ha.sta cn las Re pu bl ica s suele aLribuiise el derc-

cbo de gracia a personas singu lares. D on de mas claram ente se

mani fiest a esto, cs en los intereses moteriales de las comunida

des que se rigen por el principio absolutamence objetivo de

obtener las mayores vc:nfajas con los menores sacrificios posi-

bles. La durcza y dcsconsideracion que m anifiestan en su con

ducta no licnc n ada dc esa crueldad por la crueldad m i s m a .

que a veces practican los individuos; no es mas que la objeti-

vidad Ilcvada al maximo rigor Idgico. Asi mismo la brutali-

dad del hombre de negocios, que procede con igual criterio, no

se le aparece a el mismo como culpa moral, porque solo tien>?

conciencia de haber seguido una conducta estrictamente logi-

ca, sacando las consecuencias objetivas de la situaciun.

Pero esta objetividad de Ia conducta colectiva. no es mu

chas veces sino puramente negativa, y consiste simplctnente enla eliminacion de cierlas normas a las quc sucle someierse la



l . i subordinacion

flue solo peisegufan el provecho de la comunidad. El axioms

de flue el podei—el adfluirido rapidamente y el flue dura desde

hace mucho tiempo—induce al abuso, solo es aplicahle a Iosindividu os, con m uch as y lum ino sas excepciones. E n cambio

han sido siempre circunstancias paiticularmente favorables

las que han impedido que rija para corporaciones y clases. Es

muy de notar que la desaparicion del Sujeto individual tras la

com unidad acentu a el abuso del poder, au nqu e la parte some -

tida sea una colectivhlad. La reproduccifin psicologica del do

lor ajeno , que es c! vehiculo pr inc ipa l de la co m pas ion y la

benignidad , quicbra facilmente cuando su sujeto no es u n in

dividuo determinado sino una totalidad, flue, como tal, carcce,

por dccirlo asi, de estados de an im o subjetivos. A si se ha he

cho notar flue la comunidad inglesa se caracteriza, en el curso

de toda su historia, por un a extra ord inaria justicia pa ra las

personas y una in justicia ana loga para las colectividades. Solo

tenien do presente este fu nd am en to psicologico se com prendc

que un pais, con un sentimiento tan acentuado del derecho de

las in div idu alid ade s, Kay a trnrado con ta nt a dute za a dis ide n-

tes, ju dio s, irlaiideses, y en permdos anteriores, a Ios escocc-

ses. La submersion de las formas y normas personales en la

objetividad de la existencia colectiva, determina no solo el ha-

cer, sino tambien cl padcccr de las comunidades. La objetivi

dad ac lua en la form a de la ley; pero si esta no rige obl iga to-

riamente y ba de ser sustituida por la conciencia personal,

mu^strase a m enud o quo esta conciencia no constituye u n ras-

go de psicologia colectiva; y tanto m&s cuanto quc, por tener

caracter colectivo. el objeto dc la conducta no induce siquiera a

desarrollar aquel rasgo personal. Los abusos de poder, que se

dan, v. gr., cn las administracioncs dc Ios Estados norte-

americanos, dificilmente hubieran alcanzado tales proporcio-

nes si los do m inan tes no fue ran corporaciones y l 'js do m i



conducta de una mucbedumbre, de la que pongo como ejem

plo Ia m u lti tud ro m an a reun ida en el circo. Existe, en efecto,

una diferencia fundamental entre la acci<5n de una colectivi-

dad, encarnada en un or^anismo y que puede consideratecomo un a ab stra cc ion —asociaci<5n cconomica, Est ad o, Iglesia

y en general todas las asociaciones que puede n ser designadas

como personas juridicas en rcalidad o metaf 6ricame:iie—y la

dc un a plura lidad representada por un a m utbedu mb rii con-

crcta. qus actualmente sc cncuentra reunida. La supresion de

las diferencias individuales, personales, que en los dos casos

aconiece, conduce, cn cl primero , a desfacar los ra sgos quceslan, por decirlo asi, por encima del caracter individual, y en

el scgun do Ios que e slan por debajo. U n a masa de perso nas en

contacto ma terial sufre la influ enc ia de inco ntable s sxigestio-

nes y acciones nerviosas, que van y vienen en todos los senti-

dos y que arrebatan al individuo la serenidad e independencia

de Ia reflexion y de la accion; de manera que, con frecuencia, en

un a mu cbe dum bre . las mas fugitivas incitaciones crcccn en

proporciones descompasadas, se d i la tan y a n u la n las funcio

nes de orden. elevado, mas diferenciadas y mas cri(kas. Por

eso, en los teatros y en las reuniones reimos de cbistes quc nos

dejarian fiios en nuestras casas: por eso las manitestaciones

espiritistas tienen exito sobtc todo en «circulos»; por eso los

jusgos de sociedad son, por regia general, tan to m is div^riidos

cua nto mas bajo es su nivel. A si se explican igu alm ente los

cambios bruscos de opinion en las masas, cambios que, objeti-vamentc, serian inexplicables; y asiraismo las incontables ob-

servacioncs sobre la «estupide2» de las colec tividades (l). Yo

atribuyo, como queda dicbo, esia paralizacion de las cualida

des superiores, este dejarse arrastrar sin resistenciaj al ntimcro

incalculable de influjos e impresiones que en una mucbe-

du m bre se en irec ruza n, se fortalecen. sc qu ieb ran , se desvian. ss

reproducer*. Esta confusion de exciiacioncs minimas, por debajo de Ia conciencia produce a costa de la razon clara y con-

193 5...,. . . .



itud obedezca hasta el extremo a todo impulso sujiestivo. A

sto ha de agregarse la embriaguez del poder y la falta dc res-

ponsabilidad individual en Ia m uchedum bre, lo c u a lro m p e losfrenos morales que se oponen a los instintos mas bajos y biu-

ales. Esto basta para explicar la crueldad de las masas—espec-

adores del c It c o romano, perseguidorus medievaics de los ju-

dfos o linchadores americanos de ncgros—. Sin'duda tambien,

n esta relacion sociologica de subordinacion se ofrece la

ipica dua lid ad de efectos; la imp ulsi vid ad y sug estio nab ilida d

e la m uc hed um bre puede, en ocasiones, hacerla sensible a su-jestiones de generosidad y entusiasmo de que serian incapaces

caso Ios individ uos. La u ltim a r azo n do ias an tin om ies (fue se

frecen dentro de esia configuracion, puede formularse dicien-

o que entre el individuo, con sus situacioncs y necesidades,

e una parte , y todos Ios organismos supra o inlra-individua-

es, todas las e struc turas in tcr na s y extern as due produce Ia

eu nion colectiva, no existe u n a rcl&cion fund am en tal y cons-antc , sino, por el contrario, variable y accidental. P o r io tanto,

l hecho de que las unrdades sociales abstractas procedan de

n modo mas objetivo, frfo y conse cuen tc que el in divid uo, y,

l contrario. que ias masas concretas obren de u n modo mas

m puls ivo, irreflexivo y extrem o, lo mis mo puede ser, segun

os casos, favo rable que des fav orab le pa ra los som ctid os a

llas. Es ta c asu alida d no es, por decirlo asi, n ad a ca sual, sinoa expresion logica de la i nco nm sns ura bil ida d que existe entre

as situaciones individuales de que se trata y las estructuras y

entimientos cjue se dan en la coexistencia de una pluralidad.

En todas estas especies de subordinacion a una pluralidad,

os elementos dc esta p lura lida d eran iguales y coordina dos

n os a otros, o, al men us, ac tu ab an como si lo fuesen . Pero

ay otros casos en que la pluralidad dominante no se presentsomo una unidad de elementos homogeneos; los que dominan

La sub ord inat ion 191



S o u o i o j

do, por tanto, en completa dependencia de todos y cada uno de

los superiores, sufrira giav^mente cuando haya oposicion en-

tre estos. Pues cada uno de los jefes pretendera utilizai inte-

gramente sus fuerzas y servicios, y, por otra parte, le hara res

p ons ib le de toda accion u omision hecha por obcdiencia a otro

jefe, considerandola como espon tinea . Esta es la s ituacion ti-

pica del «servidor de dos senores*. Se presenta, por ejemplo,

para Ios hijos cuando Ios padres estan en conflicto. E s tam-

bien la situacion de u n Es tado pequeno que depende por igua l

de dos Estados vecinos poderosos; en caso de conflicto entre

ellos, cada cual le har& responsable de aquello a que le oblique hacer po r el otro su s itu ac ion de dependencia.

Si este conflicto es inter ior; si los dos circulos an ti nom i-

cos actuan como potencias ideales, morales, que presentan sus

exigencias en el int erior del ho mbre , la sit uac ion se ofrece

en forma de «conflicto entre deberes*. Aquella pugna exterior

no surge, por decirlo as 1, del sujeto mismo, sino que cae sohre

el; en cambio. Ia interior se produce por cuanto, en el alma, la

conciencia moral tiende hacia dos direcciones a Ia ve;c, que-

riendo obedeccr a dos potencias que se excluyen. La primera

an ul a, pues, en principio toda esp on tan eid ad del sujeto, ya

que el conflicto se rcsolveria pronto y facilmente si esta espon-

laneidad se produjese. El conflicto entre deberes, en cambio,

supone justamente la mayor libertad del sujeto, a cuyo cargo

corre, exclusivamente. el reconocimiento de las dos pretensiu-

nes como mo ralm ente obligatorias. Sin embargo, esta dualidadno impide que la pugna de dos potencias, que exigen nuestra

obediencia, adopte ambas formas al mismo tiempo. Cuando el

conflicto es puramente exierior, resulta lanto mas grave cuanto

que la per son alida d es mas d ibit ; pero siendo inte rior, sees

tanto mas destructor cuanLo mas fuerte sea la p e r s o n a l i d a d .

N o s adecuamos de tal modo a las formas rud im ent arias de

esos conflicios, que pene tran nu es tra vida en Io gran de comoen lo pequeno; nos avenimos instintivamente a ellos de ta



nencia. Pues mientras dura la Iucha entre elementos que pre-

tenden todos duminar por entcro a uno y al mismo sujeto, no

cabe pa ia iste un a division de fueizns quc pueda satisfacer

aquellas pretensiones: en la mayorfa de los casos, semejante

division no podra siquiera pioporcionar una solucion parcial

y relativa, porque cada accion se enc ue nlr a an te un inflexible

pro o contra . E n tre la pretension del firupu fam iliar quc, con

caracter religioso, reclama el entierro de Polinicio, y la ley del

Estado que lo prohibe. no hay cnmposicion posible para An-

tigona : despues dc m ue rta ella, la-1? pretensiones co n trap ue st as

se encuentran frente « frente, lan acusadas e irreductrbles como

al comicnzo dc ia tragedia, mosiran do usi que no h ay co nd ud a

o destine del sometido a ellas, que pueda resolver el conflicto

que en el su bord in ad o proycctan.- Y aun en el caso de que la

colision no SC presente entre las dos potencias sino en el in le-

rior del sujeto sometido a ambas, y, poi tanio, parczca mas fa-

ciI de resolver repartiendo entre ambas Ia actividad del sujelo

sometido, s6 lo un acaso fel i7 . que resulte de la siluation mismaha ra posible la solucion. El caso tipico es el quc pl an tc a Ia sen-

tcncia: «Da d al Cesar lo que es del C esar y a D ios lo que es

dc Dios». P ero iy si jusia m ente la mon eda que reclama Cesar

es necesaria para una obra grata a Dios?

El mero hecho dc quc las instancies, de que un indivi

duo depende al mismo liempo, sean extranas una a otra, bas

ta para que la situacion sea en principio contradictoria. Yello en ta nt o m ay or grado cuanto mas interioriza do este el

conflicto cn el sujeto, surgiendo dc las exijjencias ideales

que plantca la conciencia del deber. En los dos cjcmplos airi-

ba m cncionados, recae el acento m oral subjetivo cspecialmente

en uno dc los dos lados, ya quc cl sujeto depende del otro mas

bien por inevitables circunstar cias externas. P ero cuando a m

bas pretensiones tienen el mismo peso interior, de poco nosi d idi d ll l t j

1 i subo rdin ation 19)



S u c i n l o g i .

verdaderamente moral t iene algo de absoluto; no se conforms

con u n a sat isfact ion relativa, determ inad a por Ia prcsencia de

la otra. Incluso en el caso de no necesitar inc lina rn os an te otre

instancia que la conciencia personal, la dificultad es la mismaque en el caso de dos exigencias exleriorcs con trad ictorie s, n in-

guna dc Ias cuales nos permite reservarnos nada en pro de la

ot ia; ni interiormcntc alcanzamos sosiego mientras una nece

sidad moral qucde s in cumplimiento, aunq ue nue st ra concien

cia nos disculpe de no ba be r podido kacer m is de Io que be-

mos becbo, por consideration a otra que a su vez nos i m p e r a ,

independientemente de la posibilidad mayor o menor de re«-

112 aria.En Ia subordinacion a potencias exteriores, opuestas o ex-

tran as entre si , Ia posicion del sub ordinad o cambia totalmen-

te, si posee algu na espon taneida d, si puede interv en ir en la

relacion con alg un poder propio. E n este caso, Ia relacion pue

de adquirir los aspectos diversos que kan sido diiucidados en

el estudio anterior: duobus l i t ignntibus tert ius gaudet . Solo

mencionaremos aquf algunas de sus aplicaciones para el casode la subordinacion del tertius, a s i como para la eventual idad

de que no exista lucba, sino pura dualidad, entre las instanci&s

superiores.

La sumision a dos instances suele iniciar para el subordi

nado un aumento de libertad, que en ocasiones llega basta

raanumitirle por completo. Una diferencia esencial entre

siervo medieval y el vasallo consistfa cn que aquel no tenia ni

podia tener mas quc un senor, mientras que este podia rccibir

l i c i r a s de diversos senores, prestAndoIes ju ra m cn to de fideli-

dad. Gracias a esta posibilidad de entrar en distintas relacio-

nes de vasallaje, el vasallo obtenia frente a cada uno de sus

senores una fuerte capacidad d e resistencia, y asi se e n c o n t r a -

ba considerablemente com pensada su s ituaci6n f u n d a m e n i a 1de vasallo. U n a posicion form al an alo ga crea pa ra el sujs^o

religioso el politeismo. Aunque se sabe dominado por unaplu ra l idad de potencias divinas puede apartarse del Dios es



L a s u b o r d i n a t i o n 195

ompensado debidamente su devoeidn especial , para consa-

rarse a otro, au n qu e no puede neg ar en principio c(ue aq uel

iga tenien do poder. Desde el m om en ta en que el sujeto puedelegir (al menos, basta cierto punto) entre Ias potencias colo-

adas por enc im a de el, adq uiere frente a cada u n a de ellas y,

a ra su sen tim ien to , acaso frente a todas ellas, c ier ta indepen-

dencia que no se produce cuando la misma cantidad de subor

d in at io n religiosa esta, por decirlo asi, con ce ntt ad a ine xo ra-

lemente en u n a un ica rep resen ta t ion de D ios. Y esta cs tam -

i£n la fo rm a en que el bom bre moderno adquiere cieitandependencia en la esfera economica. El bo m bre mod erno,

obre todo, el babitante de las grandes ciudades, depende mu-

bisimo m is de la su m a de sus proveedores que Ios quc viven

n paises de econom ia n atu ral . Pero como, por otra parte , t ie

ne posibilidades il imitadas de elegir entre los diversos pro

veedores, a de c&mbiarlos, disfruta frente a cada uno de ellos

de un a l iberlad inco m para blem ente m ay or que la de los queviven en e! campo o en las ciudades pequenas.

La m ism a for m a de relacion se presenta cua ndo la diver-

gencia de los poderes sup eriore s se d esarro lla en suce si6n en

vez de manifestarse en coexistencia. Entonees, y segun las cir

unstancias bistoricas part iculars , se ofrecen las mas diversas

varia ntes, cn tod as las cuales alicnta el mis mo caso form al.

Form slmen te , el Senado rom ano estaba muy subord inado aos altos magistrados; pero como estos ocupaban por breve

iempo su cargo, mientras quc? el Senado conservaba indcfini-

damente los mismos miembros, el poder de esta institution era

n realidad mucho mayor de Io que pareteria deducirse de la

elacion legal en que se ballaba con aquellos supremos depo

itaries del poder. Por ei mismo motivo, fue acrecentandose el

poder de los C o m m o n s frente a la corona inglesa, desde el si-lo xiv Los partidos dinasticos tenian aun poder bastante



ISA Socioliij,

orien tacion es del gobierno supre mo. A na log am cn te, el creci-

miento de la conciencia dcmociatica en Francia ha sido expli-

cado po i cl hecho dc que, desde la caida dc N apo le on I, los

gobie rnos se h an sucedido ra pid am en te cn el poder, y todos

incapaces, vae ilante s. bu sca nd o cl favor de las masas; con lo

cual cada ciudadano fue adquiriendo conciencia de su impor

tancia social, y aunque, subordinado a cada uno de estos go-

b iem os en si, s intiose fuerte, por constitu ir el elemento peimn-

nente en todos estos cambios y oposiciones de gobiernos.

Asf, pues, en toda relacion el elemento p crm an ente adquic-

re poder frente a los elementos variables. Este poder constituye una consccuencia formal tan general, que su explntaci6n

por d elemento subordinado en u na relacion, no puede scr

considerada sino como un caso especial. Esta consecuencia

puede aplicarse igualm enie al elemento dom inan te . E n este

sentido pueden citarse las cnormes pierrogativas que «cl Esta-

do» y «la Iglesia®, en virtud dc su esta bili dad , adq uie ren por

la escasa durncion de los elementos dominados. Puede citarsetambien el hecho singular de que la frecuencia de la fiehre

puerpera l en la E d ad M edia contribuyo a fortaleccr extraordi-

na riam en tc la autorida d del var an en la casa. Re sultab a, en

efecto, que la m ay oria de los ho m bre s fuertes ten ian varias

mujeres succsivamente; con lo cual se concentraba, por decirlo

asi, el poder paterno en una sola persona, al paso que el roa-

terno se distribuia entre varias que se iban aucediendo unas a

otras.Hemos visto como los fenomenos de Ia Subordinaei6n pa-

recen, a primera vista, presentar las mas opucstas consecuen

cias para los subordinados; pero donde quiera hemos visto

tambien que Ia especializacion mas detallada nos da a conocer

las razones de esta oposicion, en el terreno del mismo tipo ge

neral, sin perder el caracter de forma dispuesta para r e c i b i r

cualquier contcnido. Lo propio sucede con la segunda de l a scombinaciones que estudiamos: el caso de quc las varias ins-



I . j s u b o r d i n a t i o n

rid ad suprcm a, le scpa ra en absol uta dc data, asu m ien do f re n

te a el Ia tota l representaci<5n del e lem ento s up re m o. C asas

del primer genero se encuentran en el feudalismo, en el cual el

subdito de los gr&ndes vasallos, era al mismo tiempo tambien

subd ito de la casa reinante. U n a imagen mu y pu ra de esto

no s ofrece el feu dal ism o ingles de la epoca de G u il le rm o el

Con quistad or , descr ito por Strubb de esta manera: «Todos loa

hombres seguian siendo primordialmente hombres del rey, y

Ia pa7. public a Sc^uia siendo su p a/ . S us senores po dia n re-

clamar sus servicios para cumplir sus propias obligaciones;

pero el rey podia llam arlcs para la guerra, someterlos a sus

tribunales y tasas, sin intervenci<5n de los senores, y al rey po

dia n acudir en dem and * de protection contra todos sus ene

migos.» Asi, pues, la posicion del inferior frente al superior es

favorable, cuan do este, a su vez, se en cu en tra su bo rd in ad o a

un superior, en el que el primero puede encomrar ayuda.

Tambien es esta la consccuencia natural de la configu

ration socioltfgica aqui estudiada. Producese de ordinario cier

to antagonismo o competencia entre los elementos inmediatos

en la escala de la subordinacion, por lo cual el elemento in-

termedio se encuentra a menudo en conflicto, lanto con el dc

arr iba como can el de abajo. L a hostil ida d com un liga a ele

mentos que por lo demas son divergentes y no pueden unirse

por n in g u n otro medio. E s ta es u n a de las reglas forraales ti-

picas que sc confirma cn todas Ias esferas de la vida social.H a y u n m atiz p arti cu lar de esta regia, quc ofrece especial

importancia para el problema de que aqui se trata. Ya en el

antig uo Orien te era glorioso para un soberano am pa ra r la

causa del debil, oprimido por cl fuerte, auncjue s 6lo fuesc

porque de ese modo aparecfa como el mas fuerte entre los

fuertes. En Grecia acontecc que una oligarqui'a, hasta enton-

ces do m in an te, califica de firan o a la m ism a p er so na lid ad ai l i f i l ib d d I i i



S o t i o l o^ '

inferior se encuentran igualmentc oprimidos por el supremo,

ya el simple hecho de que tambien dicha clase intermedia sea

vict ima de igu al opresion. produce un alivio, al me nos psico-

logico, sentimental, en la situacion de Ia clase inferior. Enmuchos puehlos afiicanos y asiaricos, la poligamia adopia

una forma tal que sdlo una de Ias mujeres es la esposa pro-

p iam ente dicha, Ia primera o la legitima, y Ias otras ocupan

frente a ella una posicion subordinada o de servidumbic; pero

a] propio tiempo. frente al marido, la primera no se encuenir 0

en m ej or pos icion que las dem as, sin o quc CS tan esclava del

hombre como las otras. Toda situacion en la cual la relacionde su bo rd ina cio n se con stitu ya de modo que el de en medln

este en la misma depcndencia, respeeio del superior, que el dr

abajo. determina—tal como estrin constituidos en general los

ho m br es —que al subo rdina do infe rior le parezca mas sopor-

table su dependencia. EI hombre obliene cierta satisfacci<5n de

ver que su opiesor se encuentra a su vez oprimido, y acostum-

bra a identificarse en anim o, no sin cierto sentim iento de su perioridad, con el senor de su senor, aun cuando esta constela-

cion sociologica no signifique alivio real alguno de su opresion.

Cuando el contenido o la forma de la cstructura sociologi

es impiden el contacto entre el elemento supremo y el infimo

y su alianza en hostilidad comiin contra el elemento iniermr-

d O y establecen una co nti nu ido d abs olu ia de azriba a abajti.queda entonees campo libre para un suceso tipico sociologteo

que puede lla m ars e adescarga de la presion*. F rent e al casosencillo de que cl poderoso uiilice las ventajas de su posicion

para explo tar al debii, la descarga de la presidn consiste en

que el poderoso, cuando ve su posicion empcornda por cir-

cunstancias que no puede evicar, traslada este empeoramicnto

a otro elemen to indefenso, pro cu rand o m anten erse asi en cl

status quo ante. E I dcta llista descarga en el alm acen ista Ihs

dificultades que 1c originan. las exigencias y caprichos del publico; el a lm acenista Ias traslada al fabricante y el fabricante



Sociolt'L-

Estado; ejercia, frente a sus subditos, funciones judiciales,

econdmicas, fiscales, sin las que no bubiera podido conservar-

se el Estado de entonees. De este modo se mantenfan, sinduda , las m asas some tidas al interes general y al poder sup re

mo; pero como, ademas, la nobleza tenia intereses privados,

en cuya esfera queria explotar al campesino en su provecbo,

utilizaba con esta finalidad su posicion de 6rgano admi

nistrat ive intermedio entre el gobierno y Ios campesinos y de

becbo an u la b a m ucbas veces las leyes y medidas con que el

gob ierno prc ten dia favorecer directa mc nte a los campesinos.

siendo asi clue solo a craves de los nobles podia conseguirlo.

Se ve en seguida que esta estructura aisladora no solo perju-

dica al miembro inferior de la serie, sino tambien al superior,

pues este se ve privado de u s a r las fuerzas <jue nacen de Ias

capas inferiores. Asi, los xeyes alemanes de la Edad Media

perdieron m ucbo poder, porque la pequena nobleza que co-

menzaba a formarse, estaba obli^ada solo para con la a 11 b

nobleza, de la que recilua el feudo. Finalmente, la capa inter

med ia de la alta nobleza acabo por im pe dir toda conounica-

cion entre la pequena y la corona.

Por lo demAs, el cfccto dc esta estructura, con sus sepaia-

cioncs y asociacioncs, depende para la capa inferior, naturaf-

mente, de la tendencia que el miembro superior de la serie

manifieste frente a ella. Merced a modificaciones varias de esta

tend enci a, puede Ocurrir — en con trad iccio n a los feno me nosobservados—que esa separacion total causada por el miembro

intermedio sea favorable al infimo y, en cambio, le sea desfa

vorable Ia relacion directa con el supremo. El primer caso se

produjo cn Inglaterra , desde E d u a rd o I, cuando el ejercicio de

las funciones judiciales, fiscales y poltciacas, fue pasando, poco

a poco, por ministerio dc la ley, a las clases propietarias, orga-

niz ad as corporativam ente en los cond ado s y ciudades. £ st asi l t i d l i di id t l d b



I j MihordinacitSn 201

ba y cuyos intereses representaba frente a l gobierno central.

E n esta relacion entre nobles y campesinos se interp uso et E s-

tado, que, poco a poco, fue privando a aquellos de su jurisdic-

cion, de la administracion de justicia, de la beneficencia, de la

policia, de la construccion de caminos. La nobleza no quiso

tener nada que ver con este regimen centralista, que solo pre-

tendm obtener dinero; sc aparto, pues, de sus funciones socia

les y abandono al campesino a los intcndentes y delegados

reales, que solo pc ns ah an en la coja del erario o en Ia su ya

propia: asi, quedaron los campesinos com pletam ente privados

del apoyo que antes tenian en los nobles.Una forma especial de subordinacion bajo una plural idad

es el principio de la sumison de las minorfas a las mayorias.

Pe ro este principio arr aig a y se ram ific a—allen de su sentido

p ara la sociologia de la su b o rd in ac ion—en ta n ta s formas e in

tereses sociales, que creemos oportuno consa^rarle una digre-

sion espccial.

D I G R F . K l ON S O B R E LA S U M I S l O N D E L AS M I N O R I AS

A L AS M A Y O R t AS

El caracter cscncial de las formacioncs sociales, la rat/, de

donde provicnen no solo el m aliz incom para ble de sus resul-

tados, s ino la insolubilidad de sus problemas internos, es que

en ellas surge una nueva unidad. formada de unidades cerra-

das en si mism as, como lo son en m ay or o m eno r g rado las

personalidades h u m an as . N o se puede hacer u n cuadro de cua-

dros, ni un 6 rbol de arbolcs. Lo total, lo independiente, no se

forma de totalidades, sino de partes dependientes. La sociedad

es la unica formacidn que convierte lo total, lo centrado, en



202 S<l^ioloj:j

Todo conflicto entre Ios miembros de una colectividad pone en

peligro la existencia del grupo. P o i eso, la votacidn, a cuyo rc-

sultado consiente cn avenirse la minoria, signif ica que la unidad del todo debe dominar siempre sobre los antagonismos

provocados po i las d is tin tas convicciones e intereses. N o obs

tante su apaiente simplicidad, es uno de Ios medios m£s genia-

les que se Kan inve ntad o, para h acer que Ia co ntra dic tion er.tre

los individuos venga a parar , f inaimentc, en un resultado

uni tar io.Pe ro esta man era de conserv ar la ad he sio n del disidcnte.

esta form a, gracias a Ia cual todo el que tom a parte en una

votaci6n, acepta practicamente su resultado—a no scr que se

sep ate del circulo —, esta form a n a ha sido siempre tan evi-

dente como ah oi a nos parcce. U n ^s veces la torpeza espiii-

tual, que no eomprende la formacion de unidades sociales con

elementos disidentes, otras veces el sentimiento individual

muy accntuado, (fue no acepta el sometsrse a ninguna decision

sin haberla antes aprobado, h a n sido causa de quc m uc has

comunidades no admitan el principio de la mayoria y cxijan

unanimidad para todas las decisiones. Las resoluciones dc. ia*

comunidades dc las marcas germanicas habfan de scr ununi-

mes; la propuesta que no iograba unanimidad quedaba rccba-

zada. Hasta muy entradfl la Edad Media, el noble ingles r;ue

habia disentido dc un impuesto, o que no habia estado pre

sente en el ACtO de su aprohacion, se negaba frecuenteme:ue a pagarlo. C u a n d o para la clcccion de u n rey o jefe se exige

un an im ida d, predom ina el sent imiento individual is ts ; no sc

espera ni se pide obedieneia al que no ha votado en pro. En

el consejo de las trihus iroquesas, como en la Dieta polaca, no

era valida la decision que tuviese un solo veto en contra.

Sin embargo, la idea de que seria conlradictorio colaborar

en un a'a cc ion co m un que, como individuo, sc ba rechazado,n o conduce por consecuencia logica a exigir para todo la u n a



La subordination 2C3

impuestos a la comunidad por la minoria, gracias al principio

de la necesdiia unanimidad. Prescindiendo de esta mayoriza-

cion de la minoria, con la cual el principio de la unanimidad

niega en el fondo la libertad in divid ual, que quiere ga ran tiaa r,encuentranse en la historia casos en que se ve practicamente

ei mismo resultado. Nada fue mas favorable para !a opresion

de las curtes a iago ne sas por los rcycs espanoles, quc jus ta-

mCntC esa «lihertnd». Hasta 1592 las cortes no podian tomar

acucrdo valido, si disemia uno s6 lo de los miembros de los

cualro bzQzos. Esto empero significaba una parilisis de la ac-

cidn, one abonaba la idea de substituii las cortcs poi otro poder menos embarazado de obsiaculos.

Ahora bien, cuando el abandono de una proposicion, la

ren unc iu a un ie su lta do prActico no es posible, sino que ha

de resolverse en todo caso, como sucede con el veredicto dc un

ju rado , la exigencia de u nan im idad (v. gr., en Inglaterra y

N orteamerica), ohedece mSs o menos conscientemente al su-

puesio de que la verdad objetiva a r ras tra siempre la convic

cion subjetiva, y de quc inversamente la igualdad de las con-

viccioncs sub jetiv as cs signo de verdad objetiva. Se supo nc,

pues. que probablem cntc la simple decision por mayorfa no

contiene toda la verdad, ya que, de lo contrario, hubiera con-

seguido reunir la totalidad de los votos. Por consiguieme, la

creencia (mislica en el fondo, a pesar de su claridad aparente)

en el poder dc la vezdad; la creencia de quc al fin ha de coin-

cidir lo logicamcntc v erda der o con lo psicoldgicamente real,sirve aqui para resolver cl conflicto radical que existe entre las

convicciones individuals y la necesidad de sacar de ellas un

resultado total unitario. Solo que en la practica esta crccncia,

como la fundacion individualists de Ia unanimidad, desvia su

propia tendencia fundam enta l. C uando el jurado ba de per-

monecer recluso basta llegar a un veredicto unanime, cs casi

irresistihle para lo minoria la tentacion dc votai en contra deSu conviccion p ro pi a—quc no espera haccr tr iu n fa r—, agie-



La opres ion de la m ino ria puede derivarse, en prim er lugar.

del hec ho de que los m uc ho s son m as fuertes que los poco.s.

Au nqu e, o m as bien, porque en un a votacion los individu os

valen igual, la mayoria—lo mismo si se trata de votacion propia que de votacion por re p resen tan tcs—t endria fuerza fi sita

suficiente para forzar a la minoria. La votacion entonees tiene

por finalidad el evitar que se llegue a una efectiva medicion de

las fuerzas, anticipando en el escrutinio su resultado eventual,

para que la m inoria pueda convencerse de Ia ineticetcia de unit,

resistencia efectiva. En e! grupo total encuentranse. por tanto,

frente a frente, dos partidos, o. por decirlo asi, dos sub-grupos,

entre los cuales decide la fuerza, medida en este caso por los

votos. La votacion presta enlonces e! mismo servicio metridii'o

quc las negociaciones diplomalicas, o de otro orden, eotve los

partidos quc quieten evitar Ia ultima ratio de la lucha. En ul

timo t erm ino , el i ndividu o, en este caso, no cede (sa lvan do ai-

gunas excepcioncs), sino cuando el adversario 1c demue.s-

tra cla ram en te quc si se Ilegara a u n a luc ha pcrd eria, per Io

menos, tanto como quiere ganar . La votaci 6n, como las nefio-ciaciones, proyecta las fuerzas reales y su computo en un plnno

espiritual; cs la anticipacion simbolica del resultado que hrs-

brian de tene r la lucba y pugna concre tas.

Desde luego, to que representa este simbolo son relacione'

reales de poder y la subordinacion forzosa impuesta a la mi

noria. Pe ro, a veccs, esia violencia se su bl im a y de la forma

fisica pasa a la clica. C ua nd o al final de la E da d M ed ia se foi -

m ula frccuc ntcm ente e! principio de que la m ino ria debe sc-

guir a la mayoria, no se quiere significar tan solo que. p r ic ii-

camcntc, la m ino ria ha de co lab ara r cn lo que la mayoria

dccida, sino que dehe aceptor tam bi en In vo lu nt ad de Ia ma-

yo rta y ad m itir que esta ha qu eiid o lo justo. E n este caso.

la unanimidad no reina como hecho, sino como exigencia mo

ral; la accion realizada con tra la vol un ta d de la m in or ia dehi-

ser legitima da pa r la creacion u lterio r de un a volun tnd uni-tar ia De esta m an sia la cxigcncia de un an im ida d real como

124 SociolfiHU



La suhnrd inaub n 205

que cl num ero sim boliza. La m ay oria aparece entonees como

a representanie natural t ie la comunidad y part icipa de aquel

entid o que pQsee la un id ad del todo po i enc im a de la m era

u m a de individuo s, sentido que no carece de cieito tono su-

raempirico y mistico. Grocio fija este derecho in terno de la

m ayo ria sobre la minoria , cuando afirma que la m ay or ia t iene&turaliter jus integri; pues ur: deiecho no solo tiene que ser

eeonocido, sino que debe ser reconocido.

Pero la afirmacion de que la mayoria posee cl deiecho «por

naturaleza*, esio cs, por necesidad interior rational, nos con

uce al segundo motivo fundamental en quc puede asentarsel predom inio de las m ayo rias. E l voto dc la m ay or ia ya no

ignifica simplemente el voto del mayor poder dentro del giu-o; a h o ia significa que la v o lu n tad u n i ta r ia del grupo se ha

decidido en este sentido. Los fundamentos para exigir unani

mid ad en Ias votaciones descansab an. como hem os visto, sohre

ases individua lis tas ; el sentim iento sociologico p r im ar io de

os geimanos era que la unidad del procomun no vive allendeos individuo s, sino en ellos mism os y. por tanto , m ie nt ra s un

olo miem bro disienta, no solam ente no esta de ter m ina da la

voluntad del grupo, sino que ni sicjuiera existe. Por otra par

e, tam bie n el derecho de la m ay ori a se fun da en base ind iv i

du alis ts, cua ndo s u sentido cs el de que los m ucho s tienen

mas poder que lo.-s pocos y cfuc la votacion no es sino una an

icipacion del resu ltado , que produc iria la luc ha efectiva. E nambio, el principio se alteia totalmente cuando se presupone

que el grupo consti tuye una unidad objet iva con una voluntad

piopia, suposicion que puede ser consciente o estar im plicita

n la prActica, como si, efcctiv amente, existiese tal vo lu n ta d

originaria del grupo. Desde este mo m ento, la vo lun tad del E s

ado, del municipio, de la Iglesia, de Ia asociacion, existe por

encima de los anta gon ism os entre las volun tades individuales.



206 Socio logy

tido muy distinto; pues, en principio, no Queda fuera, sino

dentro, y fa mayoria no obra en nombre de su mayor poder,

sino en el de la unidad y totalidad ideales. A esta unidad y to

talidad, que babia por boca de la mayorfa, es a Ia que sesomete la minoria, porque, desde luego, pertenece a ella. Este

es el principio en Que se basan las votaciones parlamentarias,

en las cualcs cada dipu tado se conside rs como m an da tari o de

todo el pueblo, en contraposicion a las representaciones de in-

tereses que, en ultimo termino, solo atienden al principio in-

dividualista de la medicion de las fuerzas y, tambien, en con

traposicion a las representaciones locales, que descansan en laidea equivocada de que la totalidad de los intereses locales es

igual al interes general.

E n la evolucion seguida por la C am ar a de los Com unes

inglesa, puede observaisc el tr£nsito a este principio sociolo-

gico fu nd am en tal. Desde un principio, sus mie mb ros se con-

sideraban no como reprefientantes de un numero determinado

de ciud&danos, ni tampoco de la totalidad del pueblo, sinocomo diputados de determinadas corporaciones poli t icas loca

les, ayuntamientos y condados, que tenian derecbo a colabo-

rar cn la constitucidn del Parlamento. Este principio loca-

l ista—tan severo que durante mucho t iempo los miembros de

los C on tu se s ha h ia n de tener su domicilio en su dis trito— ,

poseia ya cierta natura leza ideal, puesto que se elevaba por

encim a de la m era sum a dc Ios electores individua les. A h o

ra bien, basto que pre dom ina se y se hiciese co nsciente el in -

ceres comun a todas estas corporaciones para que, poco a poco,

apareciese como sujeto propio de su repres enta cidn la com u

nidad superior a que todos pertenecian: el Estado. Los distri-

cos rep resc ntad os, al reconocer su so lid aii da d esencial con la

totalidad del Estado, fundieronse de tal modo, que cada dis-

rrito acabd por no tener otra funcion que la de elegir Ios dipu-

tados para la representacidn del todo. Cuando se supone se-




absolute unanimidad. Pero contienc, par su parte, el pxeccpio

de que todos deben considerar la voluntad de la mayoria como

la suy a propia. C ua nd o el individ uo cclebra el con trato social,

es aun completamente l ibre, y, por tanto, no puede sei some

tido al voto de n in gu na m ayo ria. Pero un a vez que lo ha ce-

rrado, ya no es un individuo libre, sino un ser social y, como

tal , u n a s imple parte de una u nid ad , cuya vo lun tad hal la su

expresion decisive en la voluntad de la mayoria. Rousseau no

hace mas que formular esto de un modo mas decidido, cuando

dice que no hay violencia de la mayorfa sohre la minorfaj pcr-

que la disension sola puede ser provocada por un error de losque disienfen: que estos h a y a n tornado por voionte £enerale

algo que no lo es. Lo cual prcsupone la conviccion de que un

elemento del grupo no puede querer otra cosa que la voluntad

del grupo, acerca de la cual cabe que el individuo se cngane,

pero no la m ayoria . P o r eso R ou sseau distingue m uy su til-

mcnte entre el hecho formal de la votaci6n y el contenido que

esta tiene en cada caso; y declara quc qu ien par ticip a en la vo-tacion participa ya en la formacion de la voluntad comun. Al

em itir el voto —asi podia explicitarsc el pe nsa m ien to de R o u s

seau—, nos obligamos a no eludir la unidad de esa voluntad.

a no destruir la poniendo nuestra voluntad individual f rente a

la mayoria. Asi, la subordinacion a la mayoria no cs mas quc

la consecuencin logica de pertenecer a la unidad social, perte-

nencia que queda declarada por el hecho de emitir cl voto.L a practica no esta m uy Icjos de esta teoria abstra cta. Sobre

la federaciorx de los sindicatos ingleses, dice su mas autoriza-

do cn men ta rist a que en ellos las decisiones de mayor ia s<5lo

se justifican y son posibles pra cticam ente cua nd o los intere-

ses de Ios individuos confederados son homogeneos; pero quc,

cuando entre la mayoria y la minoria se producen diferencias

dc opinion que proceden de diferencias renles de intereses, la

violencia de la mayoria conduce irremediablemente a una Se-



208 Socio logy

Hay en todo esto una contradiccidn aparente, que i iumina

perfectamente la na tura leza de la relacidn; y es Que justamente

cuando existe o se supone una unidad supraindividual, es po

sible la dccisi6n por mayorias; pero cuando falta, es ncccsaiia

la un anim ida d, que leem plaza aquel la un idad pract icamente

por la un idad efectiva en cada caso. E n este sentido cfltan ins-

p iradas las o rdcnanzas de la ciudad de Leiden, de 1266, que

dete rm inan quc para la adm isinn dc forasteros en la ciudad

es necesa ria la au tori za cid n u n an im e de los ocho escabinos,

mientras* que para las sen tenc ias judiciale s no sc exige dicbs

unanimidad, s ino simplemente una mayoria . La ley por la

cual juzgan los jueces, esta determinada de una vez rata

siempre, de un modo un itari o; solo se trata de ba lla r su re

lacion con el caso singular, cosa Que probablemente conscgui-

ra mejor la mayoria que la minoria. En cambio, Ia admisidn

de u n nu evo ciud ad an o toca a todos los variados y divergcn-

tes intereses que existen en el seno del vecindario, por lo cual

no puede concederla la u ni dad abstracta de Ios m ismos, sinounicamente la suma dc todos los intereses singulares, es decir,la unanimidad.

Pero esta fund am entacion mas profunda de la resoludo n

mayoritaria, que consiste en considerarla como manifestation

de la voluntad unitaria, ya preexistcnte por decirlo asf de un

modo ideal, no Tesuelvc, sin embargo, la dificultad inherente a

la mayori a como mero poder supe rio r coactivo. Pu es el conflicto acerca de cual sea el conten ido de esa vo lun tad u ni ta ria a bs

tracta, no es mas facil de resolver, a veces, que el conflicto de

los intereses reales inmediatos. La violencia que sufre la mi-

n o ria no es me nor porque, gracias a u n rodeo, aparezca bajo

otro nombre. Al menos debieia anadirse a] concepto de ma

yoria una nueva dignidad. En efecto, puede ser plausible, pero

no seguro de an te m ano . que el mejor cono cim ien to este <3epar te de la mayoria Part icu larm ente sera esto dudoso cuando



I j <u hord i nac i on 209

(umbre dc celebrar asam bleas para trata r de a sun tos religio-

sos y cxteriores, se declar 6 exprcsamente que las resoluciones

dc la asa mb lca no oblig aba n a la min oria disidente. P er o la

aspiracion de la Iglesia a la unidad se encontraba en insolu

ble conflicto con esic ind ividuRlismo. E l E s tado rom ano no

queria rcconocer miis que una Iglesia unitaria, y la propia

Iglesia ( iataba de afirmarse, imitando la unidad del Estado;

de suorte que las comunidades cr is t ianas , or iginar iamente in-

dependientes, hubicron de fundirse en un organismo total ,

ruyos concilios decidian por mayoria sobre el contenido de la

fc. Fue es(o uns inaudita violencia cjercida sobre los individuo s o al mcfios sobre las com unida dcs, cuy a un ida d basta

entonees s6 lo hab ia enns isiido en la igua lda d de Ios ideales y de

las esperanzas que cada cual a tcsoraba autonom icame rue. Por

razones interiores o personales podia haber sumision en cosas

de fe; pero que la mayoria, s 6 lo por serlo, exigiese esta sumi-

sion y declarase que no eran rristianos los que disintieran, es

algo que solo podia justificarse dan do al voto de la m ay oriaun sentido toialmente nuevo, suponiendo que Dios estaba

siempre con la mayoria. Esta concepcion, en forma de senti

miento inconsciente fundamental o formulado de algtin modo,

penetra toda la evolucion posterior que siguen los varios mo-

dos de voto. Que cierta opinion, solo porque quienes la profe-

san su m an m ayo r nu m ero que los que profesan la contraria,

haya de cxpresar el sentido de la unidad supraindividual , es .

s in dudA. un dogma indemosirable; t iene tan mczquino funda-

m ent o quc, a m enos de recurrir a u n a relacion m as o m enos

mistiea enire aquella unidad y la mayoria, queda propianoente

flotando on el aire o apoyado cn la muy endeble base de que

de alguna manern hay que proceder y t |ue si no puede asegu-

ra<se quo la mayoria este en lo ciertOj tampoco hay razon

n i n g u n a p a r a suponer que lo este la minoria.

I 'odns estas dificultadcs con que fropieza por distintos



210 Sociologia

mentos blancos y negros un producto quc cn conjunto sea e:<-

clusivamente negro o bianco. Aun en el caso mas favorable

dc una hipot£tica unidad del grupo allende los individuos

(unidad cuyas tendencias se revelan por medio de la votaci 6n),

no esta dem ostrado , ni mu cho m enos, que la decision objeti-

vamente necesaria coincide con el resultado de la votaci<5n.

A u n ace pta nd o que los co mponen tes de Ia m in or ia s<5lo disiesi-

tan como individuos y no como elementos dc la unidad colec

tiva, siempre resu ltara que existen como individ uo s y perie-

necen al gru po en-u n sentido am plio y quc su existcncia no

puede ser an u lad a frente al todo. De u n modo u otro penetrancomo individuos disidenles en la totalidad del grupo. Le dis-

tincion del hombre como ser social y el hombre como indivi

duo, es, sin duda, una ficci<5n necesaria y util; pero que no

agota en modo alguno Ia realidad y sus exigencias. La insufi-

ciencia de los sistemas de voiacion y el sentimiento de interior

contradicci<5n que todos producen, Queda bien caracterizada

por el hecho de que cn a lgunos sitios (u lt im am em e en laDieta hungara, hasla el tercer decenio del siglo xix) los votos

no era n contados. sino estimados, de modo que el presidente

podia anuncia r, como resu ltado de la votaci6 n. la op in ion de

la m inoria. Parece absurdu quc un hom bre se some ta a una

opinion que considers falsa, simplemenie porque otros la con-

sideren verdadera—otros quc. segvin ia esencia misma de ia

votacion, t ienen individualmente los mismos derechos y clmismo valor que el.

Pero la formula de la unanimidad con quc se pretende

evitar este contrasen[ ido se ha ma nifes tado , segun hem os visto

como no men os contr adic toria y violenta. Y no es este un di-

lem a casual o u na dificultad pu ra m en te logicti, sino que re-

presenta uno de los s in tom as de esc profundo y trig ico dun-

lismo que cscinde toda sociedad, fodn formac ion dc un a un id ad

compucsta dc unidades. El individuo que vive sobre una base



L j subordinacion 211

comunidad que tiene su cje fueia de £l. N o sc trata aqui dc

armonias o colisiones accidentales entre ambas exigencias,

sino de que nos en co ntr am os SOmetidas inte rio rm en te a dos

normas heterog^neas; el movimiento en torno al centto personal, que no tiene nada que vei con el egoismo, es algo tan de

finitive como el movimiento en totno al centro social, y, como

£ste, tiene la pretension de ser el vcrdadero sentido de la vida.

A h o ra bien, en las votacioncs acerca de lo que debe bacer el

grupo, no actua el individuo como tal, sino en esa funcion de

miem bro, en ese sentido su pra indi vid ua 1. Pero el dise ntim ien-

to del voto traslada a ese terreno, pienamente? social, un reflejo, una forma secundaria de la individualidad y de la peculia-

i ida d individual . Y a un aquella otra ind ividua lidad misma ,

que no pide sino conoeer y expresar la voluntad de la unidad

tra ns in div idu al del grupo, querla neg ada por el hecho de so-

meterse a la mayoria. La minoria, a la quc nadie esta libre de

perienecer, ha de someierse; y no solo en cl sentido en que Or-

dinariamente son ohstaculizadas las convicciones y aspiracio-

ncs p or otros poderes adverso s que a pa ga n su eficacia, sino en

un sentido, por decirlo asi, mas refinado: que la minoria derro-

tada, estando comprcndida dentro de la unidad del grupo,

t iene que colaborar posit ivamente a la resolution tomada con

tra su voluntad y conviccion. y aun aparecer como copartkipe

dc ella, pucsio que la u ni da d de la resoiucion definitive no

contiene huclla nlguna de disentimiento. De este modo, la de

cision por m ay ori a lrascicnd e de la sim ple violencia bccha aun o por muc hos y se convierte en expresion potenciuda del

dualismo radical que existe entre la vida del individuo y la del

todo social, dualismo que en la prdctica se armoniza con tre-

cuencia, pero que en principio tiene un caracter irAgico e irre-

conciliahle.

• * a



’ 12 Sociulogi'j

el elemento dc la l ibertad. EI que esti subordinado a una ley

objetiva, se siente determinado por ella, pero no la determina

en modo alguno; no t iene la menor posibil idad de rcaccionar

de u n a m an er a que afecte a la ley mism a. E n cambio, el m ismisero de los esclavos puede rcaccionar en u n a u otra forma

frente a su senor. Por otra parte, el quc no obedece a la ley, no

le esti t ca lmen te subordinado. Pero si modifica la Icy, no esta

9u bo id in ad o a la a nt ig ua ley, y carecc frente a la nue va en

absolu to de l ibertad. Si n embargo, par a el hom bre moderno.

objetivo, paxa el hombre flue sabe distinguir entre la esfera de

la espontaneidad y Ia de la obediencia, Ia sumision a una levdictada por poderes impersonales, subsfraidos a todo influjo,

es el estado mas digno. Otra cosa acontecra cuando la perso

nalidad, para sentirse pienamente satisfecha, necesitaba con-

servar toda su espontan eidad ; porque la esponta neidad requicre

siempre, incluso en la subordinacion, la rclaci6n de persona a

persona. P o r eso, todavia cn cl siglo xvi, h a l laban los princi-

pes dc Francia , A iem ania , Escocia y los Paises Bajos, considerables rcsistcncies cuando gobernaban por medio de sabios

sust itut os o dc orga nism os ad m inis trati vo s, es decir, cua ndo

go be m ab an m is bien por leyes que por man datos. La orden

directa del rey, pareciales a los subditos algo personal y prc-

fcrian rendir obediencia al principe personalmente. El acata-

m iento personal, por inc ond icion al que sea, tiene siempre la

iorma de una reciprocidad libre.Este apasiona do personal ismo en la relacion de sub ordi

nacion llega casi a la caricatura en el principio que a comien-

zos de la Edad Moderna regia, segun se dice, en Espana. Un

noble e mp obiecid o que en tia ba de cocinero o dc lacayo cn uno

gran casa, no perdia definitivamente su nobleza; esta quedaba

como dormida y podia dcspertar cuando !a suerte cambiase

favorablemente. Pero un noble que se hacia artesano, perdia

definilivam entc su nobleza. Esto contradice el sen tir m od erdi i t l l b id



J i subordinat ion 213

en Floiencia, los gremios inferiores comprendian las ocupa-

ciones Que estan al servicio inmediato de otras personas (za-

pateros, posaderos, maestros de escuela), al peso que los oficios

que, aun sirviendo igualmente al publico, lo bacen con mayor

objetividad, sin depender de nadie en particular, como Ios

tejedorcs y tenderos, c on stitu ian los gremios superiores. E n

cambio, en Espana, donde estaban mas vivas Ias t radiciones

caballerescas, con su caracteristica consideration de la perso

na en toda clase de actividad, la relacion de persona a persona

bab ia de considciaxge como soportable, siendo, en cambio, h u -

millante 9a subordinacion a exigencies mas objetivas, el aco-modo a un orden de trabajos impersonales que sirven a m u

cbas y anonimas personas.

Todavia en las teorias juridicas de Ahusio se percibe 1&

aversion a la objetividad de la ley. E l st immas magistratun

aplica sin d uda, segun el, un derecbo ajeno; pero no como

represcntante del Estado, sino solo porque es riombrado por

el pueblo; toda via le es e xtr an a a A liu si o la idea de que envez del nombramiento personal del pueblo pudiera la ley

designar al soberano como representante del Estado. En cam

bio a la A n tiguedad, la subord inac ion a Ia ley le parccia

m uy ad ecuada, jus tam en te a causa dc su falta de carActer per

sonal. Acistoteles alababa a la ley por ser to tneson, lo mode-

rado, imparcial, l ibre de pasioncs: y y a P la to n en el m ism o

sentido habia reconocido que el mejor remedio contra el egois-mo es el scnorio de la Icy impersonal. Pero esta no es mas que

un a m ot iv a tio n psicoldgica, que no toca a I nuc leo de la cues

tion : cl tran sito fu nd am en tal, no deducido de consecuencias

utili tarias, del personalismo a la objetividad de la relacion de

obediencia . Encucnt iasc tambien en Platon la o t ra teoria ;

segu n el, en el Es tad o ideal, el criterio del sob era no es sup erio r

a la ley. y si el so be rano cree que el bien de la co m un id ad Io

exige, puede obrar contra sus propias leyes. Solo donde faltcn



214 Snciolo^i

considers que el defecto de Ia ley estriba en su rigidez, que la

hace inflexible e insuficiente ant e Ias d em an da s m udab les e

imprev isible s de Ia vida. A este defccto escapa, empe to, e

criteria de un soberano personal, que no esta Iigado ^or yre- juicio alguno. La rigidez de la Icy no aparece como u n a ven

taja relativa, sino en el caso de quc falte ese soberano prudente.

Es, pues, siempre el contenido de la ley el que determina que

la ley valga mas o menos que Ia subordinacion a una persona.

La rclaci<5n de obcdiencia es, sin duda, disrinta, en su princi

pio in terno y en el sentim ien to del que obedecc. segun que

proceda de u n a ley o de una persona: pero de esta diferenciano podemos ocuparnos aqui. La rclaci<5n general o formal que

existe entre el gobierno de la ley y el de Ias personas, puede

expresarse desde luego cn un sentido practico diciendo que

cuand o !a ley no es bast an te fue rte o am pl ia, bace falta la

persona, y cuando la persona no es suficiente, bay que recurrir

a la ley. Pero Ias decisioncs ulteriores dcpendtran siempre de

ios ultimos sentimientos valorativos que, socioldgicamente,son indiscutiblcs. Esos sentimientos son los que ban de decidii

si cl gobierno pe rson al ba de co nsidera rse como algo prov i

sional, COn respecio al gobierno legal, o si, por el contrario, el

gobierno de ia ley ha dc ser u n m al me no r respecto al gobierno

de una persona quc reuna las cuaJidades plenas de soberano.

La instancia objeliva puede determinar tambien de otro

modo las rclacioncs entre superiores y subordinados, si la re-iaci<Sn dc soberania no esta definida par una ley o norma

ideal, sino por un objeto concreto. Asi ocurre cuando domina

cl principio patrimonial, segun el cual Ios subditos pertenecen

al territorio . Es la serv idum bre de la gleba, ra dica lm ente re-

rrescntada por la servidumbre agraria rusa. La terr ible dureza

de esta situation excluye, al menos, aquella esclavitud perso

na l quc pe rmitia la ven ta del esclavo; liga la relacion de depen -

dencia dc tnl modo a la tierr a, que el siervo solo pu ede ser



l a subordinacion 215

institutos beneficos, etc., perdiendo todas estas ventajas al

abandonar la f£biica. De esta manera y por meros objetos, se

encuentra el obrero de tal modo vinc-ulado, que se Kalla inde-

fenso en un sentido m uy part icular frente a l pat rono.

E n ul t imo termino, es ta m isma forma de dom inio era ta m

bien la que, en las relaciones patiiarca ies mas rudim entarias ,

venia determinada por un objero, bien qae 510 pu ramen te ma

terial, sino vivo. Los Kijos per tene cian al padre, no porq ue este

los bubiera engendrado, sino poxque era el dueno dc la madro;

del mismo modo que el propietario del &rboI dispone tambien

de sus frutos. Y en consecuencia, cl dueno de la mujer dispa-

nia igualmente de los bi jos engendrados por otros padres.

Es te t ipo de dom inio suele l levar consigo u n a dureza y un a

incondicional idad Kumil lante en la sumision. Pues bal lando-

se el bo m bre som etido po i el becbo de pertenecer a u n a cosa,

desciende, psicologicamente, tambien a la categoria de simple

cosa. C ua nd o la sobe ran ia es ejercida poi la ley, puede Je-

cirse—con las necesarias reseivas—que el superior asciende al p iano dc la objetividad; en cambio, cuando el medio de la so-

b e ian ia cs una cosa, el subord inado es el que se convierte en

objeto. La situacidn del subordinado suele ser, por tal causa,

mas favorable en el primer caso, y mas desfavorable, en el se-

gundo, que en mucbos casos de sumision personal .

La subordinacion a un principio objetivo, solo tiene inte

res sociologico inmediato en dos casos fundamentals. En primer lugar, cuando aquel principio ideal superior puede consi-

derarse como condensation psicologica de un poder real sodal;

y en segundo lugar, cuando crea relaciones especificas y carac-

teristicas entre aquellos que le estan subordinados en comun

El primer caso se refieie, sobre todo, a Ios imperativos mora

les. E n la conciencia m oral nos sentimos sub ordin ado s a un

precepto, que no parece d im an ar de n in g u n poder Kumnno,personal. Solo en nosotros percibimos la vox de la conciencia;



216 Socrolo^u

tencrse exige, por consiguiente, de sus miembros, adquiere en

Ios individuos, gradua lmen te, la form a del inst into y acaba por

aparectSrseles como u n sen tim iento auto no m o, ju nto al pro-

p iam ente personal y, frecuentementc, en o p o s id on a este. As;'qu ed ar ia explicado el do b le *caracter del precepto mo ral: que

por u n a parte se nos presenta como u n m anda to impersonal,

al que hemos de someternos incondicionalmente, sin que, por

otra parte, nos lo imp ong a nin gu n poder exterior, sino uni-

camente nuestro impulso propio c int imo. En todo caso, nos

ha lla m os aq ui frente a un a de esas circuns tanc ias en que el

in di vi du o reproduce, dent ro de su conciencia, las relacionesque existen entre el y el grupo. De an tigu o se ha observado

que las representaciones del alma individual se comportan, en

sus relaciones de asociacion y disociacion, de diferenciacion y

uni£cacion, como unos individuos con respecto de otros.

Hay, empero, una singular especializacion de este fenomeno:

yes quc aquellas relaciones psicologicas interiores repiten, no

solo las que se dan entre individuos, sino las que se dan entreestos y el circulo que les rodea. El individuo se cxige a si mis

mo lo que la sociedad exige a sus miembros: subordinacion y

fidelidad. altru ism o y trabajo, dom inio de si mismo y ve-

racidad.M lzclanse en este fenomeno varios im portan tes motivos.

L a sociedad aparece frente al individuo con preceptos, a cuya

coaccion el individuo se habittia, basta que ya no le son nece-

sarios los m edios m is o m enos gro seros de quc se vale este

coaccion. Entonees puede ocurrir que su naturaleza se forme

o modifique de tal modo que obre en el sen lido con venien te

como movido por un inst into, con voluntad inmediata sin

conciencia de una ley. As! los arabes preislamicos c a r e c i a n

de todo conccpto de coaccion objetiva juridica; su ultima ins-

cancia era la decision puramente personal; pero esta decision

estaba abs olu tam ente penetr ada y no rm ad a por Ia conciencia




realidad social exte rna con sus opzesiones, l iberaciones y acen-

tuaciones variables; el individuo se ba converrido en el juego

altemado de sus propios impulsos sociales y de sus impulses

individuales, en sentido estricto, comprendidos ambos en el

yo, en sentido amplio.

Per o esta no «s todavia la no rm a moral realm ente objeti

va, la norma a que antes aludfamos, y cn cuya conciencia ya

no se pezcibe el m en or zastro dc origcn bistorico-social. C u a n

do ascendemos a cierta a lti tu d de la m oralid ad, el mo livo de

la acci<5n no reside ya en un poder zeal humano, por muy su-

p ra ind iv idual quc sea; la fuente de donde m a n a n las necesi-

dadcs morales bzota m is alia de la oposicidn entre el ind ivi

duo y la totalidad. Estas neccsidades no proceden de Ia colec-

tividad ni de la zealidad singular de la vida individual. En la

conciencia libre del Sujefo, cn la razon individual, hallan s6lo

el lug ar de su actividad; pero su fuerza ob ligato iia proviene

de ellas mismas, de su vigencia interior, transpersonal, de una

idealidad objetiva que hemos de acatar, queramoslo o no.como la verdad, cuya vigencia es completamente independicn-

te de quc adquiera o no realidad en una conciencia. El contc-

nido, empero, que Hena estas fo rm as es—no necesar iamentC,

pero si con frecuencia—la exigencia social, quc ab o ra no obra.

por decirlo asi, como un im pulso social, sino que, a l modo de

Ia metempsicosis, se ha convertido en u na no rm a que debe sez

cum plida poz si m ism a, no poz mi, n i poz ti. Se tr ata aqu i dedistinciones que no s6lo afectan la mayoz sutileza psicologica,

sino cuyos limitcs. en la practica, se esfuman constantemente.

Pero esta mezcla de las motivaciones, en que se mueve la rea

lidad del alma, hace tanto mas necesaria Su distincion funda

mental. O la sociedad y el individuo se cncuentren frente a

frente, como dos poderes, y la sumision del individuo se reali-

za merced a una encrgia constantemente renovada, quc fluyede la sociedad como de una fuente; o esta energia se Iransfor-



I .a suhord inac ion 219

y al espejo. Esta generalidad particular coincide con la objeti

vidad pec uliar que la sociedad posee frente a sus m iem bros

considerados como sujetos. E l ind ividuo no se sitda ante la so

ciedad como ant e la na tu ra le za , cuya objetividad significa Iamdifeiencia respecto al becbo de que un sujeto tenga o no par

te espiritual cn ella, la piense con verdad o error, o no la pien-

ae en absoluto; el ser y las leyes de la na tu ra le za rigen inde-

pendientem ente del sentido quc puedan tener para un sujeto.

Tambien la sociedad excede del individuo, vive su propia vida

regular, esta frente al in div idu o con solidez historica e im pe

rative. Pero ese estar enfrente es, al propio tiempo, un estar en£l; la fria indiferencia de la socicdad para con el individuo es

al propio tiempo interns por £ste; y la objetividad social nece

sita de alguna subjetividad individual, aunque no sea piecisa-

mente de ta l o cual subjet ividad determinada. De es ta mane

ra, la sociedad se convierte en un intermedio entre el sujeto y

la generalidad y objetividad absoluta e impersonal.

En este mismo sentido va la s iguiente observacion. Cuan-do la economia no ba Ilegado aun a la fijacion de precios pro-

piam ente objetivos; cuando el conocimiento y regulacidn de la

demnnda, la oferta, los pastes de produccion, las primas de

ricsgo, las ganancias, etc., no ban conducido aun a la conclu

sion de que esta mercancia vale tanto y debe ser vendida a tal

prccio, las intervenciones inm edia tas de la socicdad, sxis <5iga-

nos y sus leyes, son frccuentes y rigorosas cn lo rela tiv e al

prccio y solidez en las Iransaccioncs comcrciales. T asas , vigi-

lancia dc la cantidad y calidad dc la producciOn y. en un sen

tido amplio, leyes su ntu ar ias y consum os obl igatorios, apa re

cen con frccucncia en los cstadios economicos en que la liber-

tad subjetiva de las transaccioncs comerciales empieza a b u s

car u n a especie de ob jetividad que no llega aun, sin embargo, a

la pura y abstracta determinacion objetiva de los precios. En

este estadio, la generalidad concreta, la objetividad viva de la



220 Socioloyi,

lectual esta misma evolucion formal, que de la subordinacion

a la sociedad pasa a la su bord inac ion a la objetividad. L a his-

tori a entera de la cultu ra mu est ra ba sta Que p u nt o Ia inteli-

gencia del individuo, antes de enfrontarse inmediatamentccon el objeto, paTa recibi r de £l el con tenido de sus conceptos,

llena estos exclusivamentc con representaciones tradicionales.

autoritarias, «aceptadas por todos*. EI apoyo y norma del es-

piritu, que quiere saber, no es p .-imeramente el objeto, cuya ob-

servacidn e interpretacidn inmediatas excede a sus fuerzas,

sino Ia op inio n general acerca del objeto. Es ta op inion pro-

porciona al sujeto sus conceptos teoricos, desde la supersticionma s grosera bas ta los m6s finos prejuicios, quc ve lan y casi

bacen imperceptible la dependencia del que los recode y la fal

ta de objetividad de su contenido. Dijerase que no le es faci!

al bombre afrontar Ia vision del objeto cara a cara; que no es

capaz el bombre de soportar ni la dureza de las leyes objeti

vas, ni la libe rtad que la objet ividad otorga a la persona, por

opos icion a Ia coaccion p rocedente de Ios otros bom bres. Le

sumision a la autoridad de los muchos o sus represenrantes,

ia sujeci6n a la opinion tradicional, a! criterio socialmente

aceptado, es un term ino medio, o p or Io m enos, re sul ta mas

f&cil de modiflc&r que la ley de Ia cosa y manifiesta mejo r la

intervencitfn de Io espiritu al; tran sm ite, por decirlo asi, un pro

ducto ya di.gerido espiritualmentc. Por otra parte, nos sumi-

nistra un apoyo, nos permite dcscargarnos de Ia responsabili-

dad, y es como una compensation a la falta de indcpenden-cia—de esa ind epende nci a que la pu ra relacion entre el yo y

Ia cosa nos otorga.

N o menos que el concepto de la verdad, halla el de la ju s

ticia en las acli tudes de la sociedad el criterio in term edio , a

que se aco£e el individuo antes de llegar al estadio de Io pura

m en te objetivo. E n la esfera del dcrccho penal, como en las

de las demas regulaciones de la vida, la correlacion que se es-tablece entre delito y pena, merito y reeompensa, servicio y



L j iubordinacion n \

un estado o situacion modelo, para due, sejjun dl, pueda cons-

truirse sintdticamente la correspondencia de a^tiellos tdrmi-

nos. Este tercei tdrmino esta or iginar iamente const i tuido por

los intereses y form as de la vida social, due rodea a los ind ividuos, a los sujetos en cjtie ha de cumplirse la justicia. Esta

vida total crea e impone los eriterios en due se manifiesta la

justicia o in justicia de la relaririn entre acfuellos individuos.

E sa justicia o injusticia no po dria descubrirse si Ios indiv i

duos estuvieran aislados. P o r medio de esa vida total surge,

como estadio objetivo e historicamente posterior, la necesidad

interna de que haya una correspondencia justa entre actuelloselementos. La norma superior , due acaso continue delcrmi-

na n d o peso y contrapeso segu n sus proporciones, se ba sume r-

gido pienamente en Ios elementos, se ha convertido en un va

lor due obra desde el interior de estos. La justicia aparece

abora como una proporcion objetiva, due nace de la signif ica

tion intima del pecado y el dolor, de la buena accion y la

dicha, de la oferta y la compensacion; ba de ser realizada porella misma: fiat ju s titia , pereat m undus. E n cam bio, en el

punto de vista anterior , la conse rvation del m u n d o era el fun

da m en to de la ju sticia . Se a cua l fuere el sen tido idea l—<jue

aqui no se discute—de la justicia, historica y psicologicamen-

te, la ley objetiva endue encama y due pide ser cumplida por

si misma, consti tuye un estadio posterior en la evolucion, al

due precede, sirviendole de transicion, aquel otro en que laexigencia de la justicia se formula en nombre de la objetividad

social.

Finalmente, la misma evolucion se verifica dentro de Io

moral , en sentido estricto. EI prim er contenido de la m ora li

dad t iene una naturaleza altruista y social . Y no en el sentido

de due lo moral posea una esencia independiente, capax Iuego

de acoger tal contenido. La entrega del yo a un t<J (en singular

o plural) aparece como el concepto mismo de lo moral, como



222 Sociologia

evolucion que moment^neamente ha alcanzado. Y si estas

normas pueden coincidir, en ocasiones, con las entregas de

unos individuos a ottos, no es esto, en principio, lo que inte-

resa, sino Ia realization de una ley ohjetiva, que no s6lo pres-

cinde de la subj etivid ad del que obra, sino tam bie n de Ia del

ser a quien eve ntua lme nte se refiere la accion. P ue s, m irad a

desde este punto de vista, la relacion con el complejo social de

los sujetos no es sino el cumplimiento casual deuna norma y

debei m ucho mas general, que si bien pued en legitimar las ac

ciones sociales y altruistas, tam bien pueden condenarlas. Le

obediencia etica a Ias exigencies del lu y de la socicdad es, en

la evolucion del individuo como en la de la especie, la primera

manera de superar el estado premoral, el egoismo ingenuo.

Incontables personas permanecen en este estado. Pero, en

principio, este estado cs p re p a ra t io n y t ran si to para Ia subord i

nacion a una ley £tica objetiva, que esta tan Iejos del yo como

del tu, y paitiendo dc la cual, se atribuye calidad moral a los

contenidos de uno u otro.La segunda cuesli6n sociol6gica que plantea la subordina

cion a un principio ideal, impersonal, consiste en determinar

la accion de este principio sobre Ias m u tu as relaciones entre

los subordinados. En este sentido debe tenerse ante todo en

cuenta que a la subordinacion ideal, antecede con frecuencia

una subordinaci6n real . Frccuentemente vemos que una per

sonalidad o una ciase social ejercen su mando en nombre deun piincipio ideal, al quc ellos mismos se reconocen subordi

nados. Parece, pues, quc l6gicamente esta sub ord inac ion ideal

es la pr im era , y (Jue la orga niz aci6 n dc dom inio sobre los olios

hombres es solo una consecuencia de dicha organizaci<5n ideal.

Pero historicamente el camino suele scr el invcrso. Relaciones

personales de poder, m u y matcria les y efectivas, dan luga r a

subordinaciones, sobre las cuales lentamcnte se encumbra unpoder ideal objetivo por espiritualizaci6n del poder d o m in a n



I .a sub ord inatio n 223

casos segiin su capricbo momentaneo o su conveniencia perso

nal . Pero este poder arbi trario fue grad ualm ente cediendo ante

un sent imiento de iesponsabi l idad; la unid ad del grupo fa m i

liar, que podia considcrarse encarnada en el spir i tus famil ia- ris, se convirtio en una potcncia ideal, frente a la cual el pro

p ia senor de todo se sen tia como u n mero ejecutor y obligado

tam bi en a obediencia. P o r esto ocurre que aus &ctos, decisiones

y sentencias, en vez de ser determ inad os por ei capricbo su bje

tivo, lo son abora por la costumbre. Ya no sc com porta como

senor incondicionaI del patrimonio famil iar , s ino como admi-

nis lra do r del mis mo , en interes de todos: y su posicion tienem as el caracter dr un a m a^ ist ra tu ra que cl dc '.in derecbo

i l imi tado.

De esta ma nera , ia relacion entre superiores y su bo rd in a

dos queda asentada sobre bases completamente J is t in tas .

M ien tra s en el prim er estadio los sub ord ina do s no eran, por

decirlo asi, mas que Ia competenc ia perso nal de los jefes, ab o ra

ya se ba creado la idea dc la lamilia superior a todos los indi

viduos, y a la que el patriarca jefe esta tan sometido como Ios

demas miembros. EI pater m and a solo en nom bre de la u nidad

ideal. Surge aqui un tipu foi-mal extraordinariamente impor-

tante: el quc ordena.se somete a la ley decretada por cl mismo.

S u vo lu nt ad , desde el m om cn to en quc se haco ley. adqu iere

un caracter objetivo y corta toda relacion con su orige n su b-

jetivo-persunal. E n cuan to el senor deereta la ley como ley,

adq uiere el carac ier de org an o de un a necesidad ideal y no bace sino revclar u n a norm a, quc rige en virtud dc su sentido

interna y de !os exigencias de la situacion, independientemen-

te de que cl la dccrete efectivamente o no. Es mas, si en vez dt

esta legirimacion mas o menos clara, Ia voluntad del soberano

se afirma por si sola como ley, no por eso puede evitar el que

este acto suyo saiga de Ia esfera dc la mera subjetividad. El

soberano lleva entonees, por decirlo a&i. * priori, en si mismo,

la legi t imacion transpersonal . Por eso la forma interna de la



224 Socioloy!

gio. Y un soberano tan absoluto como el G ia n Elcctor , ha-

biendo im puesto, sin previa au to r izac ion de los Estados, una

contribuci«5n personal, rio solo bace tjue la pague toda su corte,flitio que la satisface el mismo.

La epoca moderna nos ofrece un ejemplo de forma serne-

jan te al Que hemos visto en la h is to ria de la familia: aparicion

de un poder objetivo al cual ha de subordinarse el poder pri-

mero juntamente con sus subordinados. Me rcf ieio a la or£a-

nizacidn de la produccion, en cuanto que en esta dominan los

elem entos objetivos y -tecnicos so bre los persona les. M uc ha s

relaciones de subordinacion, que antes tenian un car ider per

sonal , s iendo un o de los miem bros abs olutam ente super ior y

el otro abso lutam ente sub ord inad o, se h a n modificado dc ia-

modo, que ambos miembros estan sometidos ahora igual-

mente a un fin objetivo, y solo dentro de esta relacion comun

con el principio superior, co nt in ue , como un a necesidad lec-

nica, la su bord inac ion del un o al otro. C ua nd o el trabajo asa-

ieriado es considerado como un contrato de ariendamiento de persona—se arrienda el t rab a jad o i—, existe un elememo, al

menos. de subordinacion del obrero al patrono. Pero esie ele

mento desaparece desde el momento cn que el contrato de tra

bajo n o es considerado como locacion dc Ia persona, sino como

com pra de la mercancia trabajo . En ton ees, la subordinacion

que el pa tro no exigc del obrero no cs m a s —asi se ba dicho

«que la suboidinacidn al proceso cooperative, subordinaciontan necesaria para el patrono (en cuanto cjerce una actividad)

como para el obrero*. Este ya no se eneucntra, pues, sometido

como persona, sino como cooperador en un pioceso economi-

co objetivo, dent ro del cual el elemento sup erio r, que funcion £

como patrono a director, no actua en viriud de un poder per

sonal, sino de exigencias reales, objetivas.

El sentimiento de la propia dignidad t(ue anima al obreromoderno debe estar en rclacion con este fundamento cuyo



I . 1 suhnrdinscion ’25

bre de la relacion de subordinaciSn, a Ia cual ya s 6lo estA

sujeto por cuanto, como factor de la producci6n, necesita coor-

dinar su actividad a las disposiciones del director de la pro-

ducci6n. Esia objetividad tecnica tiene su simbolo en la obje-

tividad juridica de !a relacion contrac tual. U n a vez que el con

trato esta concluido, Alzasc como no rm a objetiva po r encima

de ambas partes. Este contrato senala, en (a Edad Media, Ia

transformation de los oficiales de Ios gremios, que originaria-

mente estan en u n a complete dependencia persona l respecto

del m aestro: el oficial se lla m ab a, gene ralm ente , criado. La re-

u n i6n dc Ios oficiales en una clase especial, culmina en el in-tento dc Iransformar la servidumbre personal en una relacion

contractual. Es significativo que, una vez Io£rada la organiza-

cion de los criados, este nombre se cambia por el de oficiales.

La forma contractual, sea el que fuere su contenido material,

tiene como correlato la coordinaci6n relative, en vez de la su

b o rd in a t io n absoluta. La objetividad se fortalcce m 6s todavia

cua nd o el contra to, en vez de baceisc entre individu os, se bace por acuerdos colectivos entre u n grupo de obreros de u n a p a r

te y un gru po de pa tro no s de la otra, como succde, sobre todo,

en Ios sindicatos ingleses. Los sindicatos obreros y las asocia

ciones patronales celebran, in ciertas industrias adelantadas,

contratos sobre salarios, jo rn ad a de trabajo, bo ras extraord i-

narias, festividades, etc., a cuyas condiciones no puede sus-

traerse ningun contrato par t icular que seconcluya entre indi-viduos de eslas caiegorias. Co n esto se acrecienta e xtra ord i-

na ria m en tc la im pe rson alid ad de la relacion de trabajo . y su

objetividad cnc ue ntra adecu ada expresion en Ia colectividad

transindividual. Finalmente, este caracter aparece especial-

mente garantizado cuando Ios contratos de trabajo se celebran

por el tiempo mas breve posible. Los sindicatos ingleses ban

ins istido siempre en este requisito, a pesa r de la inseg uridad

resultante. Y explican esta insistenda diciendo que el obrero



226 Sociolofcii

contrato es larga, esta longitud sust i tuye a Ia ampli tud de su

mision con <jue antes quedaba encadenada Ia personalidad

entera. Lo que ga ran tiza la objet ividad. en los contratos de es-

casa du racion, no es nad a posit ivo, sino simp lemen te el becbo

de impedir Que las relaciones objetivamente fijadas degeneren

en otras, determinadas por el arbi trio individual . Contra este

riesgo, los con tratos a largo plazo no ofrecen bas tante pro-

tecci6n.Lo que principalmcnte bace insoportable la relacion de ser-

vicio domestico es que, tal como esta eonstituida actualmente,

po r lo menos en la E u ro pa central, bace que. por decirlo asi,la per son a entera resulte subo rd ina da , no habidndosc Ilc&ado

au n a de term iner el t rabajo de u n modo objetivo. De becbo. Is

relaci6n domdstica va acercindose a una forma m&s perfecta,

quedando reducida a los servicios prestados por personas Que

s6lo t ienen Que real iza r en la casa dete rm inada s funciones ob

jetivas, y, po r lo tan to , e s t in coordenadas al «ama de la casa».

E n camb io, en la relaci<5n an te ri o r—y, en parte , au n ac tu al —el servidor entra en la casa con toda su personalidad, cstando

obligado a presfar servicios ilimitados (como se manificsta

claram ente en Ia frase «criada par a todo»), y ju sta m en te por

esta indeterminaci<5n cs por lo Que se encuentra sometido como

persona al am a de la casa. E n epocas dec id id a me a te pa tr ia r -

cales, la «casa» era u n fin y valo r objetivo, al Que co labo ra-

ban el am a dc casa y la servidumbre. D e este modo, aunquela sub ordina cion era pien am ente personal , produciase cierta

coordinaci6n, determinada por el interes que suele inspirar ia

casa al servidor, ligado ft ella perdurablemente. El tuteo de Ios

ctiad os signific&ba de u n a parte s u su bo rdi na cio n como per

sonas, pero de otra parte los asimilaba a Ios hijos dc la casa y

los li£aba mas estrechamente a su organizacion. Asi se da ei

caso curioso de que esa relaci6

n de obediencia sirv a dc a lgu nmodo a una idea objetiva, justamente en los dos polos opues-



La subo rdinat ion 227

do esa adh esio n p erso nal, Que es cl com plem ento de la su bo rd i-

nacidn i l imitada. La si tuacion actual de la servidumbre, sobre

todo en las grandes ciudades, ha perdido Ia primera de las oh-

jetividades sin haber adfluirido a u n la segunda. Y a no esta la

personalidad entera del sirviente consagrada a la idea objetiva

de la «casa»; pero tam poco puede po r completo sustr&erse a

ella, como corresponderia a la Indole de la prestacion.

Finalmente, otro ejemplo de esta clase de formas se en

cu en tra en las relacione s flue se d a n ent re Ios oficiales y los

soldados. A au f la d isparidad entre la subo rdinacidn, dentro

del orga nism o colectivo, y la c oor din atio n, determ inada por elservicio comun a la defensa de la patria, es Io mas amplia que

cabe pensaTj y esta amplitud se manifiesta particularmente en

campana, donde por una parte la discipl ina es despiadada, y

por o tra parte, al p ropio tiempo, la relacion am istosa entre

oficiales y solda dos se ve favoiecida por situac iones in di v id u a

les y por el tono genera! del se nt im ie nt o. E n tiempo s de paj:,

el orga nismo mili tnr se encu entra en Ia si tuacidn dc un medio<jue no llega a cumplii su fin; la estructura tdcnica de! ejercito

se convierte entonees ir rem ediab lem ente en fin ul t imo, de m a

nera flue las relaciones de subordinacion, que son las bases en

flue se sustenta la tecnica de la organization, pasan a ocupar

el primer termino de la conciencia, y aquel caracteristico cru-

za m ien to sociologico con la coo rdina cion , merced al servicio

comxin a una idea objetiva, no se produce hasta flue un cambiode si tuaci6 n hace aparecer en la conciencia esa idea como el

fin propio de la milicia.

Encontramos, pues, frecuentemente al individuo desempe-

nando un doble papel: en la organizacifin de su contenido vi

tal especial, ocupa un a posicion de m an do o de s ubo rdina cion ,

mientras quc esta organizacion, como tal, esta sometida a una

idea dominante que conficre a cada uno de sus miembros una posicion analoga, o casi ana loga , frente a todos Ios que estan



So o o l o ^ n

«casa» como u n todo, ado pta ra u n a actitud fiervicial y amable.

U n pioceso con trario se desenvuelve en el orgullo, tan fie-

cuente, de los subalternos. dc los ciiados de cases distinjjui-

das, de los Que pertenecen a circulos espirituales o sociales pri-

vilegiados. Esos subordinados, precisamente porque peitene-

cen tan solo o la per iferia de dicbo s circulos.. re pi es en ta n con

tanta mayor energia la dignidad ; la idea, del circulo frente a

los de afuera; tratan, en efecto, de cnnseguir, por el camino ne-

gativo, por diferenciacion de los demas, esa posicion firme Q u e

no tienen en su efectiva relacion positive con el circulo refe-

rido. La m ay o r complejidad formal de esie lipo se encu entraquiz a en la jera rqu ia catolica. Co m o lodos sus miem bros se

ba l lan ligados a una obediencia ciega y absolute, el u lt im o de

ellos esta, sobre todos los laicos, e la infinite altura en que se

cierne la idea de la eternidad ; pero, al propio tiempo, el mas

elevado de sus m iem br os se reconoce como *el siervo de los

siervos*. El fraile que puede ser, dentro de su Orden, un sobe

rano abso luto, envuelvese, frente e c ualq uier mendigo, en la bum ildad y sum ision m as profundas. P e ro e! ultim o berm ano

e n la Or dc n es su pe rio r a los principes temp orale s, con el ca-

racier absoluto que le prestn la autoridad de fa Iglesie.

Hemos a.^rupado Ion fenomenos de la subordinacion par-

licndo del problema: eQuien ejerce la soberania? <Uno o mu-

chos? ^Personas 11 orjganismos objetivos? Pero ta m bi en pueden

considerar.se eso* f enome nos. sociolog icam ente, desde el pu nm

de vista de la cantidad dc soberania, sobre todo en rclacidn

con la libertad y sus condicioneji. En este sentido van a diri-

girse las consideraciones siguicntes:

Cuandu en un grupo existen variadas y cncrgtcar, ie!&cio-



1.x su bo rdin acio n

sion; poi consiguiente, cuando Ias relaciones de suboidinaci 6 n

est£n cn el prim er p ian o de la conciencia sociologica, el ele me n

to de esta relacion que predomina cuantitativamente, el de los

subordinados, es cl Que prcsta su color al conjunto del cuadro.

Sin embargo, a lgun as m uy par t iculares combinaciones pueden

producir tam bien en un grupo la im presion y el sentim iento

de una superioridad general. El orgullo caracteristico de Ios

espanoles y sii desdin por el trabajo, procedla de que, durante

largo t iempo, em plearo n como trabajadores a Ios moro s som e-

tidos; cuando fueron aniquilados o expulsados estos y los ju

dios, no les quedo a los esp ano les m i s que el gesto de la su p er ior idad, no babiendo ya n in gu n subordinad o que const i tu-

yera el necesario complemento. En la epoca de su maxima

grandezaj los espanoles declaraban sin rebozo que querian,

como nacion, ocupar en el mundo el puesto que en el Estado

ocupaban los nobles, los militares y Ios funcionarios. Algo

semejantc Kabia ocurrido ya—aunque sobre bases mfis soli-

da s—en la democracia m ili tar espartana . Los espa rtanos so-metieion a los pueblos vecinos, pero no los bicieron csclavos,

sino que les dejaron sus tierras, trat&ndoles s 6 lo como a sier

vos; estos siervos aca baro n por form ar u n a capa inferior, fre n-

te a la cual Ia totalidad de los ciudadanos constituyo como

un a clase senoria l, aun qu e entre si se con dujese n en sentid o

democratico. No fue esta una simple ar istociacia que formara

un grupo unitario con Ios otros elementos inferiores en dere

cbo; fue en realidad el E sta do prim itivo todo el que, per ma ne-

ciendo en su statu tjuo, gracias a aquella Capa inferior, pudo

bacer, por decirlo asij nobles a todos sus elementos. Este p r in

cipio de la superioridad general se manifestaba tambidn cn al

gunas instituciones especiales dc los espartanos; asi su ejdreito

estaba jerarquizado de tal modo que, Cn realidad, constaba

p rincipalm ente de jefes.

Aqui surge una singular forma sociologica. Ciertas deteri i d l l d d i I



23C Sociologia

p u n to esta necesidad logica. U n o de los motivos in te m o s de

este hecho se enc uen tra ya explicado en P la to n. Segvin Pla to n,

entre las diversas esferas de soberania, que son infinitamentedist imas en cuanto a su extensidn y contenido, no existe di

ferencia alguna por lo que se refiere a la soberania como tal,

como funcion. U n a y la misma iacultad de m an do es la Que

debe poseer ta nt o el politico como el rey, ta nt o el despota como

el adm ini stra do r. P o r eso par a P lat on , el verdadero politico

no es necesariamente el depositario del poder supremo del Es-

tado, sino el que posee la «ciencia del mando*, siendo indife

rente Que tenga o no algo sobre Que mandar. Volvemos, pues,

aqui al fun dam en to subjetivo del dom inio, fund am ent o Quc no

nace en la correlacion de un dominio efectivo, sino Que existe

con independencia de ^sta. El «rey nato» no necesita, por de

cirlo asi, tener un reino; es rey, no se hace rey. Si los esparta

nos, a pesar de no haber creado entre ellos nobleza alguna, sc

sintiexon nobles; si los espanoles tenian la conciencia dc ser

senores, aun cuando ya no poseian servidores a Quienes mandar, el hech o tiene el sentid o pro fun do siguiente: Que la accion

reciproca dc la relac ion de dom inio no es sin o la expresion

sociologica o actu aliza cidn de ciertas cualida des int ern es del

sujeto, y Que quien posea estas cualidades es senor en potencia.

De la relacidn bilateral ha desaparecido, por decirlo asi, uno

de Ios lados, Que solo subsists ya en una forma ideal; pero no

por eso pierde el otro lado el sentido que en la plena relacionle correspo nderia. Cu an do este hech o se verifica en todos los

miem bros de un grup o considerable, designanse entre si todos

como «iguales», sin especificax en esta designation a qud se re-

fiera dicha igualdad. Los ciudadanos de Esparfa, con derecho

de sufragio, se llamaban los «iguales», sin mas. El aristocra-

tism o de su posicion politica y economica frente a las otra s

clases es algo evidcnte, hasta cl punto de Que para su designa-

ci6n solo emplean la relacion formal que mantienen entre si,



1.3 subordinacion 231

no m ina cid n colectiva su su pe rior ida d sobre ellos, a pesar de

que s6 lo por esia sup eriorid ad t iene propiam ente sentido taldcnominacion ( l ) .

La otra manera de realizar el concepto de dominio sin el

complemcnto l6gico dc Ia subordinacion correspondiente, con-

sistc cn transpoitar cicrtas formas, que se babian consti tuido

dentro dc un grupo grande, a un <rupo pequeno, en el cual no

se en cu entr an justif icadas. E n los circulos amplios , de termi

nadas posiciones implican un poder, una superioridad, que

pierden si se repiten an olro circulo menor, sin e l terar su for

ma- N o obs tante, en este circulo m en or conscrvan el ton o dc

superioridad y mando que posexan cn cl mayor, tono que se

ba convertidoj por dccirlo asi, cn cualidad sustanc ia l de la po-

sicicjn misma, indcpcndientementc dc quc sc produzca o no la

rclacion en quc esc tono se ballaba justificado. Con frecucn-

cia, cn estos casos, si ive de i nt crm cd iar io u n «titulo», que en

(1) Csic cb ad lo un e jemplo de un fenomeno sodold£ico £cneia l. U n d er to nu-

me ro de elem entos tien en La m ism a relac ion con unit dcfermin&di* CO ntllain, q ae pxeata

A los inlereic* del grupo contenido y *i£n;f icado. Pero aucede qae c a te punto decisivo.

en el qu e eonTcrgcn loa clcm cnio s, dcsftparecc d< U dcn om innci6n colectiva y acw o

kftjita de La conciencia de sus m ietnkro s, destacAndosc tan s6lo cl b tcb o Je la igualdad

de loa elrme ntos, au nq ue eata igu ald ad aa pro dm ca e x cl us iv am enta pox relacion con

aquel p unto . As i, con e! m ismo no m brt de Paten COn que se design a ta n los no Me*,

dcsidn aron cn loa aigloj XII y Xiri m uc has ciudades francc^as a *us jai o d o i y c sea bin os.

A l fundafse en B ei lin Ia Socicdad dc C ul tu re £ t icn , publ ic ise accrca de el la un fo llc tocon etite l l t u l o : C om unich cioae s p i-epamtori&i de un c ircu lo t ie h am bres y m ujeres

que t iene n i fiaales iJea a. N o ae decLa ni un a pala bra que ind icate en que voturistfa

esta igua ldad de ideas . E n Ia C im ar a eupaaolfl ae fandci. aproximaA am entc hacia l9 c 5 ,

un par t ido quc sc l l a m a b a Soli<i*rid*d. sin r r . i i . Un drupo dc ar t i s t a s muniaueaea , Lada

el ano 90. se l lam d E l £ r o p o dc ios cole&Ai, s in anadir a es te diulo oficial nada que ex-

plicaae en qu£ cOndisila 6£mejanie Cole£ ia l idad y qu£ diferencia l iabla enixe CslA a^O Cla

r i o n y a n a a j a c : a d <3 n de maestros de ese-aelo, o Je adores, a de njjentes, o de reclacto*

res . Es t«s caso*. Kin relieve cparentc, contienen u n hechn dc f iron irnp orta nria lo d o -

Idgica: quc la iclactfn formal cntic cici tos individuos puede dominar sobre el contenido

f i l id d d i l d d d f i d l l j d i



232 Sociologia

las nu ev as circun stanc ias ape nas conserva hu ellas de poder,

pero sf el aplomo y la prestancia que tenia en el grupo mas

amplio. Los rederykers bo land ese s (especie tie maestros ca n-tores del siglo xv) tenian, en cada uno dc sus muckos grupos,

reyes, principes, arcb idiac ono s, etc. R ecu erd ense los «oficialcs»

del ejercito de salvac ion, Ios «grados» de Ia m aso ner ia. U n ca-

bildo de m asones celebrado en Franc ia en l756, declaro a sus

miembros «soberanos y principes natos de toda la orden», y

otro, celebrado poco despues, se Ilamo Conse.il des empereurs

d’Orient et d 'Occident .

N a tu ra lm en le , no son los meros cambios cuantita t ivos, de

extension y num ero, Ios que de term inan que u n a posicion pri-

mariamente dominante descienda y se vea privada de Ias

necesarias subordinaciones correspo ndien tes .m antenie ndojsin

embar go, el tono externo de la superior idad. Est e efecto puede n

producirlo igualm ente las contracciones de Ia vida colectiva, en

el sentido dc Ia intcnsidad. Lo que destrozo toda la cxislencia

beldnica en la dpoca del Imperio, fue Ia lim itacion en que semovia, la falta dc todo contenido amplio o profundo, babiendo

conservad o, en cambio, cl sen tim ien to de que podia o debia

m antener a lgun a superioridad; que do superviviente un a am bi-

cion que se ali m en ra ba en el recuerdo de Ias g ran des epneas

preteritas. A sf surgio aquella van idad que sugeria u n senti-

mien to de im por tanc ia y prerrogativa, sin real super ioridad.

al vencedor en los Juegos Olimp icos, al funcin nario de un mu-nicipio insignificante, al poseedor de un asiento bonorifico, al

ora dor que a falta de influencia politica veia sus frases brilla n-

les aplau dida s po r u n publico de ociosos. L a alt ur a sobre el

nivel medio, a quc Se elevaban los privilegios de esta close de

personas, no podia scr alcanzada por la estructura real de la

sociedad gricga de entonees. Esas situaciones privilegiadas que

babian nacido en eporas pasadas, cuando la colectividad grie-ga tenia mayor importancia, aplicAbanse abora, sin disminuir



los hombres, y en due se revela con gran purezael aemhruja-

miento simpatico* de los primitivos: se cree poder provocar fe-

nom enos quc estan fuera del poder hu m an o, produciendolos

en menor cscala. Asi, en muchos pueblos, el riego con agua seconsideia como gran lluvia. E ,1 poder del concepta general es

ta n gran de que realize ndolo en proporciones m in im as o pa r

ciales, cree el hombre haber eonseguido su realizaci<5n en grado

su pe rio r de ex ten sio n e inte ns idad . Ci erta s ma nife sracio nes c!<-■

la «autoridad» nos pres ent an un a modificacion pa rtic ula r de

este tipo de conducta. E,1 valor intCrno que alguien ha con.se-

guido. en virt ud de u n trab ajo o de un a cualida d especial, lesirve con frecuencia para conseguii «autoridsd» en euestiones

y temas que, en realidad, nada tienen quc ver con la esfera de

actividad en Que se manifesto realmente aque.lls excelencia.

Tambien en este caso ia superioridad que existe y sc justifies

en una esfera part icular es trasladada a una relacion tomi.

Jonde ya le falta el complemento dc un objeto realmente «do-

minsdo®. Aqui apaTece, aunque en otro dimension, por decirloasi, la mis ma para doja que antes vimos: un elemento que se

siente s uperio r, pero al que le falra la sub ord in ac io n cOiTcl&tiva

del otro elemento. N uestro pun to rle par tida fue que un giupo podia otrecer.

en con junto, el caracter de la s ubo rd inac ion. s in que exist icse

en el practica y palpablcmente ia cantidad correspondiente de

superiorid ad o do m inio . EJ caso opuesto es el que acab am os

de tratar: hemos visto que puede existir la sup erior idad como

cual idad absoluta , no basada en n ing un a subordinacion cr>-

rresp ond ientc . P er o esta lorm a raras veces se produce. Mas

bien aparece, cOmo lo opuesto al primer caso, la libcrt&d de

todos. Pero si examinamos deienidamente esta si tuacion. en-

enntraremos que casi siempre el liberiarse de una subordina

tio n significa al m ismo tiempo adq uirir un dom inio, va sia

sobre Ios que basta entonees habian sido superiores, ya sobre

La subord inat ion 2M



I .a s u b o r d i n a c i o n 235

cia a las clases hasta entonees dominadoras, y, por otra parte,

su emancipation solo fue fructifera, por cuanto exist ia un

cuaxto estado (o se constituyo mediante aquel proceso) al que

la burguesia pudo explotar y sobre el que pudo elevarse.Por eso cn modo alguno es legit imo concluir por analogia

que el cuarto estado quieie bacer boy lo que hizo entonees el

tercero. Es este un punto cn cl que la libertad muestra su re-

lacion con la igualdad; pero tam bien la ru ptu ra necesaria de

esta relacion. Cuando reina una libertad general, existe al

propio tiempo u n a igualdad general, pues aquella expresa tan

solo la noia negativa de que no existe ningun dominio, notaque, justamente por su caracter negalivo, puede ser comun a

los eleme ntos ma s difcrenciado s. Pc io esta iguald ad, que se

p icsen ta como prim era consecuencia o accidente de la libertad,

no es, en rcalid ad, sino la estacion de tra nsi fo por don de la

p lennexia (afan dom inador) de los hom bres tiene que pasar.

tan pronto como se apodera de las masas oprimidas. Nadie se

acomoda con la posicion que ocupa frente a sus companeios,sino que todo el mundo quierc conseguir otra posicion que, en

algun sentido, le sea mas favorable. Ahora bien, cuando la

mayoria esta insatisfecha y siente el deseo de elcvar su nivel

de vida, la primera expresion de tal deseo consistir& en querer

ser lo que son los privilegiados y poseer In que estos poseen.

La igualdad con el m 6s alto es el primer contenido con que se

llena el instinto dc la propia elevacidn, como puede verse en

cua lqui er circulo reducido, ya sea cntTe los a lu m n os de un a

clase, ya entre los comerciarites, o en una jerarqufa dc funcio

narios. £ste es uno de Ios fundamcntos por los cualcs et en-

cono de los proletaries no suele dirigirse contra las clases su-

premas, s ino contra cl burgues, que cs quien esta en la capa

inmediata superior: el burgues es para el proletario el primer

escal6n de la escala de la dicha, en el cual, por tan to , se con-

centra de momento su deseo de ascension. El inferior Quiere,



236 Snciolngi,!

conseguir la igualdad, hase manifestado en todas las formas

el deseo del i nd ivid uo de so br ep ujar a Ios demas, p artie ndo

del nuevo terteno conQuistado. La igualdad, Que la libertad

lleva logicamfintc consigo (mientras rige en su aspecto pura-

mente ncgativo, en el sentido de no haber dominio), no es en

modo alguno el proposito definitivo, a pesar de que con fre

cuencia la inclination del bombre a tonsiderar como definit i

ve la etapa mas proxima dc su deseo, le bace crcer q u c la li

ber tad es su <jllimo afan. E s mas: la falta de claridad Que existe

en el pensamiento ingenuo, incluve ya en la igualdad misma

esa superioridad a Que el afan dc libertad tiende. Asi. por

ejemplo, es ti p ic o - ha ya sucedido o no el dicbo de un a car-

b o nera a u n a dam a elegante de l848: * S t, senora, abo ra va-

inas a ser todas igualeS; yo vestire de seda y usted llcvara elcarbon.»

Esta es Ia consccuencia inevitable de lo q u c ya se ha ex-

puesto; que nadie sc conform a con poseer la libertad, sino que

la Qu«ere utilizer para algo mas. Asi Ia *liberlad de la Iglesia»no suele limitarsc a su liberacion de los poderes temporales.

sin o Que consiste cn d om in ar estos poderes; la liber tad de en-

se nan za p ar a Ia Igle sia, v. gr., signifira Quc el Estad o reciba

ciudadanos impregnados y sugestionados por ella, merced a lo

cual, con frecuencia, la Igiesia consigue dominar al Estado.

Ace rca de los privilegios de clase, en la E d ad Media, se ha

dicbo que fueron mucbas veces el medio de uyudar a conseguirla liber tad de todos, incluso de Ios no pri vilegiados, bajo un a

opresion tiranica que a todos se cxiendia. Pero una vez logra-

do esto, el privilegio sigue aciuando, de modo q u c a su vez sc

truoca en enemigo de fa libertad de? todos. Lh libertad de los

privilegiados engendra u n a situacion, cuya cstructura lleva

cons igo, como consecuencia o con dic ion , la liber tad de todos:

pero esta libertad implica Interne ia prefcrencia dc aquellos cle-mentos de quiencs ba partido preferencta Q el curso del



I i subordinacion 237

sobre todo, dentro de la comunidad Estado. Esa libertad se

manifiesta, frecuentemente, en la bistoria, como una jurisdic-

cion especial, mas o menos extensa y propia del grupo parcial.

La libertad significa, pues, en tal caso, que el grupo, como tal,como uni da d sup raind ivid ual, se ba convertido en senor de sus

miembros individuales. Lo decisivo es, sin embargo, tjue el

grupo parcial no tiene derecbo a la arbitrariedad—esto no se-

r ia bas tante a s u b o rd in at e , en principio, a sus m iem bros—,

sino derecbo & poseer un derecbo propio: que es lo due le

coordina al circulo mis amplio circundante, el cual adminis-

tra, p or lo dem £s, el derecbo y somete in con dic ion alm en te acua ntos estan en dl com prend idos. E n estos casos, el grup o

particu lar suele exigir con la m ayor enetgia que sus miembros

se som eta n a su jurisdiccion, porque sabe que en ello esiriba

su libertad . E n Dinam arca , duran te la Ed ad Media , el m iem

bro de u n a guilda o corporacion solo podia reclamar su dcrc-

cbo al tr ibunal de la gutlda. Exteriormente, nada Ic impedia

reclamarlo tambidn ante el tribunal publico, del rey o del obis po; pero esto—salvo quc la guilda Io bubiese cxprcsamente

autor izado—pasaba por un atentado i leguimo, tanto contra la

guilda como contra el miem bro dcm and ado , y era castigado,

por tan to . La ciudad de F rancfort babia obtcnido del empera-

dor el privilegio de que nunca podria apelarse contra sus ciu-

dadanos a un tribunal forastero; en 1396 fue encarcelado un

ciud ada no de Fian cfort , porque ba bia reel am a do u na deud a a

un convecino ante un tr ibunal forastero.

La libertad puede siempre tener dos aspectos; puede ser, de

un a parte, u n a estimacion, u n derecbo, un poder; y de otra,

una exclusion, una indiferencia despectiva pot parte del poder

superior. No es, pues, de extranar que Ia jurisdiccion exenta

que, en asuntos propios, disfruiaban Ios judios medievales,

parezca bab er ido un ida m as bien a cierto desden. M uy otra

cosa sucedia, en cambio, c on los jud ios del nriente ro m an o,d l i l l j d i fi b



Sociulo^lj

se rcfiere de la ciudad medieval de Colonia: durante breve

tiempo. los judios babian disfrutado el privilcgio dc que sus

pleitos con ciis tianos fuesen resueltos por u n juez judio. E n

sem ejan tes casos, es pro bab le (joe los mie mb ros del gru po, con-siderados individualmentc, no fueran mas l ibres que si se bu-

bieran sometido al derecbo comun; pero, como totalidad, como

grupo, goza ban de un a l ibertad que los demas ciud aaa nos con-

side rab an como exencion ostentosa. Pu es el privilegio de u n

circulo, quc goz a de jurisd iccio n propia, no se fun da en modo

alguno en la peculiaridad material del derecho administrado

por el; es el heebo mismo de que sus m iem bros solo esten so-metidos al gru po el que, por su forma , cons tituye u n a libertad.

Los maestros de los gremios eombatieron la jurisdiccion espe

cial de las asociaciones de oficiales, aunque la competencia de

dstas fuese minima y solo se extendiese, por ejemplo, a velar

por el decoro y las buenas costumbres dc los asociados. Los

maesfros sa bia n perfectamente que la policia de las cost um

bres. codificada y ejercitada por estas asociaciones, daba a los

oficiales una conciencia de su solidaridad, de su bonor colec-tivo, de su indcpender.cia organizada, que les servia de apoyo

y nexo fiimc frt>nte a los maestro s. Y sa bi an que esto form a

sociologica era lo esencial y quc, u n a vez otorgada, la ma yor

extension de su contenido dependfa tan solo de las relaciones

dc poder y de las co yu ntu ras economicas, propias dc cada

momento .

El contenido general de esta l ibertad del grupo cs la sumision del ind ividu o; con lo cual ya q ueda corroborado lo quc

se indicd antes: que en modo alguno significa esa libertad

del grupo una mayor l ibertad materinl del individuo. La teo

ria de la so be rania po pu lar , frente a la de los principes, teoria

formulada en la Edad Media, no significaba en modo alguno

la libertad del individuo, sino la de la Iglesia, que queria do

minar en vez del Eslado; y cuando en cl siglo xvi los eneini-

gos de Ia mo na rq u ia recogen la idea del pueblo sob eran o y



I ■ v u l w d i n a c i o n

grupo parcial en dominar a sus individuos y ia situacion rcli-

giosa en que viven estos circulos limitados y privilegiados, da

lugar a que las jurisdicciones especviles scan mas rigurosos de

Io que seria el circulo mas amplio que consicnte dichas excep-

ciones. Las guildas danesas, de que ya hemos hablado, tenian

ordenado que cuando el miembro de una guilds violase un

contrato de co m prav enta celebrado con otro, el vended or ha bia

de pagar al comprador doble indemnizacion de Ia que hubiera

tcnido que pagar a Ios funcionarios reales, si no fuese micm-

bro de Ia guilda. E l circulo mas am plio puede, par su estruc

tura, otorgar a sus miembros mayor libertad que el circulo

irenos amplio, cuya existencia depende mas inm edia tam ente

del comportamiento que sigan con el sus miembros. Ademas,

por la severidad de su justicia, tiene que p rob a r que ejerce

firme y dignamente sobre sus miembros Ia jurisdiccion que le

ba sido confiada, no dando oeasion n ing una al poder publico

para intervenir a pretexto de correccion.

Pero este poder sobre sus miembros, en que consiste la libertad del grupo, puede conducir a algo peor que a Ia dureza

juridica. L a g ran independencia de que gozaban las ciudades

alema nas, fomento, sin dud a, has ta bien entrad o el siglo zvi.

su dcsarrollo de un modo extraordinario; pero produjo luego

un rdgimen oligarquico de compadres, que oprim io cru elmente

a cuantos no tenian participacion en el poder. Sdlo al cabo de

una lucha, que duro cerca dc doscientos anos, consiguieron los poderes del E stado contener esta explotacion tiranica de la l i

bertad del individuo. La au ton om ia local, cuyas excelencias

estan, en principio, dem ostr ada s, lleva en si el pel igr o de los

Parlamentos particulares, en que dominan ios intereses egois-

tas de clase. En esta exageracion, por decirlo asi, patologica,

degenera la correlacion en quc se encuentra la adquisicion de

Ia libertad y la adquisicion del poder (o su amplificacion en



240 Sociologia

un a capa social pro fun da al ascender a condicioncs mas litres,

o simplemente mejores, de vida. Con frecuencia, el resultado

de este m ov im ien to es que, en efecto, asciend cn y p rosp eran

cicrlas partes de aquel grupo que una nim em en te aspiraba aascender; pero es porque se convierten en partes de las capas

super iores ya existences, mierttras las otras co nt in ua n cn la

sub ord ina cion . Com o cs natu ral , esto se produce con ma yor

facilidad cuando entre las capas animadas de tendencia ascen

sio na l existe y a un a distincio n enir e superior es e inferiores.

En tales casos, una vez que termina la rebelion conlia la capa

social que las domina a ambas, la diferencia interna entre losrebeldes (que durante la lucba babia quedado oscurecida)

vuelve a manifestarse, y, a consccuencia de ello, los que antes

estaban mas altos, se asimilan a la capa superior combatida,

mien tras que sus antigu os companeros de lucba quedan aun

ro6s humillados. De este tipo fu£ una parte de !a revolucion

obrera dc Inglaterra en l830. Pwra conseguir cl derecbo de

eleccion al Parlamento, los obreros se unieron al partido reform ists y a las clases medias; el resulta do fue Ia prom ulga

ti o n de u na ley que concedfa el derecho de sufrag io a todas las

clases... salvo a la obrera. Con arrcglo a Ia misma formula, se

desarroll6 , hacia el siglo i v antes dc Jesuciisto, la lucha de

clases en Roma. Los ricos plebeyos. que en interes de su capa

social descaban el connubium y una provision mas democra-

tica dc los cmpleos publicos, celebraron una alianza con lacla-se media y con las clases bajas. El resultado de este movi

miento combinado fue que se lograron aquellos puntos del

program a que interesaban especialmentc a los grandes bur-

gueses, m ie nt ra s que las reformas que iban a favorecer « la

clase media y a los pequenos Iabradores, sc dcshicieron en

humo. Analog&mente se desarrolld la revolucion bohemia

de l848, en la cual los campesinos acabaron con los ultimosrestos de servidumbre feudal. Una vez logrado esto. surgieron



! ■subordinacion

proletariado ru ra l (a cuyo lado acababan dc veneer a los seno

res), de la misma maneia quc estos Se habian opuesto a las

suya s. Aco ntece con tipica frecuencia que el mas fuerte, que

por otra parte es acaso el que ha contribu ido ians a la victoria, quiere cosecbar luego todos los frutos; su participacion,

relativamente mayor en la victoria, se convierte en cl deseo de

una part icipacion absolutamente mAyor en el botin. Esta for

mula encuenlra notable auxilio para su realizacion en el fen<5-

meno que ya hemos hecho notar: quc cuando existe una divi

sion en capas sociales y la capa p rof un da ascicnde en con junto ,

destacanse los elementos mas fuertes de esta, consiguiendo asiadhcrirse a la capa mas elevada y basta entonees por todos

cnmbat ida.

De esta m ane ra la diferencia puram ente relat iva que ha sta

entonees existia deniro de esa clase inferior entre los elernen-

t o s mejor situados y los elemenios peor situados, se convierte,

por decirlo asi, en absolu ta: la cuuntia de los ventajas ohteni-

das por Ios primcros ha tra.spasado cl limite cn el cual se tras-

muta ya en una nueva cual idad. E n un sent ido formalm enteana logo procediase en la A m cric a espenoln, cua ndo enire la

publacidn dc color aparccia un ind iv iduo de grandes dotes, que

o in au gu ra ba o hacia (cmer u n a mejora cn la situacion y li

bertad dc su Tftza. E n (ales casos se le concedia u n a pa ten te

para quc valiera como u n bianco. A sim ildndole a la clase do-

zninantc, su superioridad sobre sus companeros de raza venia

a sustituir a la igualdad con los blancos, que hubiera podidoconquistar eventxialmente parn los suyos y para si . En virtud

de un sentimiento que corresponde a este mismo tipo sociold-

gico, hanse elevado protesles cn Austria, justamente por poli

ticos amigos de los trabajadores, contra las comisiones de

obreios, con las cuales se pretendia, sin embargo, alivier la ai-

tua cion dc los traba jado res. T em ian , cfeclivamente, que estos

comisiones pudicran cons<ituirse en una especie de aristocra-

cia de la clase tra h aj ad o ia y que facilmente fuera n llevadas a



N 2 S o o n Jo ^ j

mostrar el progrcso de la clase trabajadora como tal. Pero en

rca lida d no Ic es favorable en modo alg un o, pues gracias a

ese fenomeno, sc encuentra piivada de sus mejorcs elementos

tlirectivos. El ascenso absoluto de algunos miembros es al propio tiempo u n a elevacidn relativa de estos por encima de

su clase, y, por tanto, una separacion, una sangria constante

quc roba a la clase obrera su sangre mejor. Por eso la autori

dad contra quien se alza una masa, tiene interns cn conseguir

que esta elija represemantes encargados de las negociaciones.

Se quiebra asi, por de pronto, el impetu arrollador dc la masa;

sus propios dircctores la tienen contcnida—cosa que ya no lo-graban los superiores—y desempenan frente a la masa la fun-

cion normal de Ia autoridad, preparando de este modo la

vuelta al redil.Todas estas manifestaciones, que descargan en las mas di

versas direcciones, t ienen un com un de no m ina do r sociologi-

co: que'la aspiracidn a la libertad y la conquista dc la liber

tad, en sus significaciones mas variadas, tanto negatives como positivas, a rras tra como correlato o consecuencia necesaria la

aspiracidn al poder, Ia conquista del poder. EI socialisnio y e!

an arq ui sm o niega n la necesidad de esta conexion. M ientra s

el equilibrio dinamicO de Ios individuos, que puede designarse

con el calificativo de libertad social, aparece aqui tan sdlo

como un punto de transit ion—real 0 meram en tc ideal — miis

alia del cual la balanza corna a inclinarse de un lado, Ios so-cialistas y los a na rqu ista s consid eran posible su eslabilidad,

tan pronto como Ia organization social en general no este es-

truc turad a en relaciones de subo rdinacion, sino como una

coordinacion de todos Ios elementos. Las razones que suelen

aducirsc contra esta posibilidad, y cuya discusion no intercsa

en este lugar, pueden resumirse en razones del fer/ninus a(/uo

y razones del terminus ml t juem. La desigualdud natural de

los bo mbres, que no puede ser abolida por ni n gu n a Icy, no



La subo rdinat ion J I3

de Is obra objetiva por otra, es decir, el ejecutor del trabajo y

la perfeccinn de su finalidad, coinciden en Ia necesidad deuna

orjjanizacion de superiores y subordinados; la causalidad y

la teleologi'a se orientan por igual hacia esta foima. Elio de-

muestra , s in duda alguna, que se t ra ta de un a form a jus ta e

indispensable.

Sin embargo, es cierto que en la evolucion historica apare-

cen indicias esporadico s de u n a form a social cuya realis'acion

podria hacer compatible la existencia de Ia subord inac ion con

los valores de la libertad, quc son las causas por las cuales el

socialismo y el an arq uis m o desean la sup resid n de toda subordinacidn. E l motivo que an im a las aspiracioncs socialistas

reside ex du siv am en te en Ios sen tim ien tos del sujeto, en la

conciencia de la indignida d y la opresion, en la hum illacidn

del yo entero, rcb ujad o a los escalones sociales inferiores; y, po r

otra parte, cn cl orgullo personal que produce la posicidn

directive externa. Si hubiese alguna organizacion de Ia socie

dad capaz de evitar estas consecuencias psicologicas de la des-igualdad social , podria esta desif jualdad continual subsistien-

do sin inco nven ien ic. C on frecuencia se olvida el caracter

puramente tccnico del socialismo, que es un medio para pro-

ducir ciertas reacciones subjetivas y cuya ultima instancia

reside en el hombre y cn su sentimiento vital. Es cierto que,

dado el modo de ser de nuestra alma, con frecuencia el medio

se trueca en fin y, por consi4

uiente. la orga nizacion racional dcla sociedad y la supresi6n del m an do y la sum ision aparecen

como valores que sc just ifican po r si m ismos, que cxigen ser

realizados, s in consideracion alguna a aquellos f ines eudemo-

nisias personales. Y, sin embargo, en estos reside la verdadera

fuerza psicologica que el socialismo injerta en el movimiento

historico. Solo que, como simple medio, esta sujeto al destino

de todo medio: no ser en principio el unico. Como diversas

causa* pueden producir e! mismo efecto, nunca puede asegu-



244 Socinlogij

presion, que parece solidario de ella. Pero no hay ningun

motivo logico para que el sentimiento decisivo de dignidad y

vida aulonoma vaya li^ado exclusivamente al socialismo, si cs posible deshncer la asociacion estrecha en quc se nos presenta

la subo rdina cion a un superior con cl sentim iento de hu m illa-

cton personal y de opresidn. Acaso puccln lograise esta Jisu-

ciacion acrecentando la independencia psicologica entre el

sen tim iento ind ivid ua l de la vida y la actividad exter na en

general, o la posicion que cada cual ocupa en la vido activn.

Cahc pensar que a lo largo dc la cultura, Ia actividad prm!actor a se ha ga cada vez mas tecnica, pi crda cada vez mas co:n-

p letamente su influencia sobre la in t im idad y personalidad

del hombre.De hecho hal la m os que cierta aproxirr.acion a esta inde

pendencia constituye el tipo sociologico de m uchas evolucio-

ncs. Al principio la personalidad y la obra es taban miimn-

mente unidas. Pero Ia division del trabajo y 3a produccion para cl mercado, esto es, para con sum i do res completam ente

desconocidos e indiferentes, det erm ina que la pers ona 1 idnd

vaya separandose cada vez mas de la obra y refugiaodose en

si m ism a. P o d ra ser to do !o inc ondi cion ada que se quicra la

obediencia cxigida en el nuevo estadio: por lo menos no pene-

tra en la esfera profunda, decisiva para el sentimiento vital y

para el valor de la personalidad. porque no es m as que unanecesidad tecnica, una forma de or£ani2acion. que permancce

recluida en el campo limitado de lo externo. como el trabajo

manual mismo. Esta diferenciacion entre los elementos subje-

tivos y objetivos de la vida, esta diferenciacion merged a la cual

Ia s ubord in acio n se man li en e en Io referente n *<us va lures

tecnicos y de organizacidn, pero pierde las consecuencias peT-

sonales de depresion intima, no es, nat ura lm en te, un a panacea

contra todas las dificultades y dolores que trae consifio In



La sub ordinacion 2-»5

oficial ysoporiar un trato que, si realmente alc&nzase a su yo

y a su sentimiento del honor, le l levarfa a las mas desespera-

das reacciones. P er o la conciencia de tener que inc lina rse an te

una discipline, exigida por la tecnica objetiva, y no como pct-

sonalidad individual , s ino como miembro impersonal del

organismo militar, hace que no sc produzca—en muchos casos

al menos—ese sentimiento de humillacidn y opresion. E,n la

cconomia, el paso del traba jo perso nal al traba jo mecanico, y

del salario en especie al salaiio en metalico cs el que particu-

Iarmente ha favorecido Ia objetividad de la subordinacion; en

cambio, la relacion medieval era de tel modo, que la vi^iianciay dominio del maestro alcanzaba a (oda la vida del oficial y

excedia con mucho a la pre rrog ativ a exigida por !a relac ion

de trabajo.

A la misma fina lidad pnd ria servir otro tipo im po rtan te de

estructura sociologica. Como es sabido, Proudhon quicre su-

prim ir toda rclacidn de subordinacidn, disolviendo las in s t i tu -

ciones directoras, que h a n ido diferenciandose como suste n-taculos de las cnergias sociales y ban nacido en el seno de la

accion recfproca cnlie los individuos; y funda de nuevo todo

orden y toda cooperacidn e n la a cd dn m utu a inmediata en-

tre individuos libremente coordinados. Pero acaso sea posible

conseguir esa cooidinacion conservando la ielacion enire su

periores y subord inados, con tal de quc esta sea reciproca; se-

ria una constitucidn ideal, en la cual A fueia el superior dc B

en cierto senlido o en cierto tiempo, y, en cambio, su subordinado en otro senlido 0 en otro tiempo. Dc esta m an er a se con-

servaria el valor organizador de las relaciones de subordina-

cion. desaparcciendo lo que hay en ellas de opresion, parciali-

dad e injusticia. De hecho existen mucbisimas manifestacio-

nes de vida social, en que se reali/a esta forma tipica, aunque

solo de un modo cmbrionatio, mutilado y disimulado. E.jem-

plo de ella, en un circulo restringido, es la asociacion de pro-duccion realizada entre Ios obreros de un establecimiento



Sociologia

por ejemplo, los p re s id e n ts de socicdades—, trasponen esta

co m bin ation de superioridad y subord inacion , conviert iendola

de sim ulta ne a en alte rna tive y consiguicndo asi las ve ntajas

(icnicas de la subordinacion sin sus inconvenicntcs personales. Todas las democracias radicales ban tiatado de conscguir

esto, cstableciendo cortas duraciones paia Ios cargos de magis-

trado. De este modo se realiza, cn Io posible, el ideal de que

cada cual l legue a su turno al poder. De aqui proviene tam-

bi£n la frecuente prohibicidn de Ia rccleccion. La coexistencia

de la superioridad con la subordinacidn cs una de las formas

m is energicas de accion reciproca, y cu an do esta distrib uidaequitativamente en las diversas esferas, puede sfgnificar un

Iazo muy fuerte entre los individuos, aunque solo sea por la

int imidad de sus relaciones mutuas.

S tir ne r ve lo esencial del c on sti tucio na lism o en que: ftlos

ministros dominan a su senor, el principe, y Ios diputados, a

su senor, el p u e b l o ® . Pero el parlamentarismo adquiere esta

forma de correlacion en un sentido mas profundo todavia. La

ju r isprudencia m oderna clasifica las relaciones jur^dicas cn re-lacionefl dc igualdad y relaciones de subordinacidn; pero con

frecuencia las primeras pueden scr tambien relaciones de su

perioridad y subordinacion, solo que ejercidas a ltem ativa-

mente. La igualdad de dos ciudadanos puede consistir cn queninguno de ellos tenga una prerrogativa sobre el otro. Perc

desde el momento en que cada uno de ellos elige un diputado

<|ue intervienc cn la votacion de las leyes aplicables tambienal otro, surge u na relacion de supe riorid ad y subo rdinacidn

reciprocas, en la cu»! se expresa la coordination de lodos.

Esta forma es de una importancia dccisiva, en general, para

las cuestiones constitucionales, como lo reconoce ya Arisio-

telcs, cuando distingue entre la pailicipacion de derecbo en el

poder del E stado y la participacion de becbo en cl mismo.

Que el ciudadano, cn contraposicion al no ciudadano, pariici-

pe en el poder del Essado, no quierc decir que dentro de la or-



La subordinjciOii I V

lo dispuesto es que solo sean elegibles para Ios cargos publicos

gentes con cierto patrim on io, y que Ios quc posean u n pa trim o

nio menor s6lo est£n capacitados para peitenccer a ia ekklesia (com unidad). Asi, puede suceder que un Estado que en cl pri

mer sentido pudiera ser calificado de oligarquia, sea en el se-

gundo una democracia. Aqui el funcionario esta sometido al

poder general del E s tado , cuyos miembros, a su vez, en la or-

ganiz&cion practica, cstin sometidos al funcionario. Se ha re-

finado, y expresado al piopio t iempo, de un modo mas gene

ral, esta iclacion , co nt rap on ien do cl pueblo, como objeto delimperio, al individuo como mie m bro coordina do a todos los

dem&s; en aquel sentido, el individuo seria objeto de deberes,

y en este, sujeto dc derecbos.

Y esta diferenciacion, ju n to con la un ida d de la vida del

grupo, dete rm inada por Ia reciprocidad entre el m an do y la

subord inac ion, se ac entua au n mas si se atiende a ciertos con

tenidos a que esta forma se refiere. Se ha considerado que lafuerza de las democracias—dandose cuenta peifecta dc la pa-

radoja que ello significa —consiste en que todos son servulo-

res jus tam en te en aquellas cosas en que poseen m ayo res co

nocimientos, en las profesionales, ya que h a n de obedecer a

los descos dc Ios con sum ido res o a las instrucciones del p a

trono o director dc empresa, m ien tra s que todos so n cosobera-

nos en lo que se icfiere a Ios intereses gcnerales o politicos dela com unid ad, accrca de Ios cuales no poscen ni n gu n conoci

miento especial, sino solo el que poseen tambien los demas. Se

ha dicho, en este sentido, que cuando el que manda er> ultima

instancia, es al mismo tiempo el mas entendido, resulta inevi

table la opresion absoluta de Ios inferiores; y que si en la de-

mocracia la mayoria numerica poseycse esta compenetracion

de saber y poder, no seria su despotismo menos nocivo que eide la autocracia; pero que para evitar esta escision entre los de



Sociology

de Ing late rra , la constituc idn pa rlar oe nta ria y la eclesiastica.

Los eclesiasticos senrian una invcncible iepu£nancia fienie al

regimen parl&mentario y es ped alm ente (rente a la preeminen-

d a <(u« este recl am aba sobre ellos. La paz entr e am bos podc-res se bizo esencialmentc conservando la iglesia una jurisdic

tio n par ticu lar, en m ate ria de m atrim onio.1; y restam cntos , as;

como su penalida d sobre catolieos y no practicnntes. A cam

bio de esta concesion, rctird Su doc tr ina de la «obediencia» in -

mutable y reconocio yue cl orden divino del mundo dejaba lu-

gar a una constitucidn p arla m en taria, a cuyas prescripciones

esta ba n tam bien sujetos los sacerdoces. Pero a su vez la I^lc-sia do m inab a sobre el P arla m en to, por cuanto para ingresar

en £ste era preciso prestar juramentos que solo los fielcs de la

iglesia ortodoxa podian prestar sinceramentc, teniendo <{ue

bacerlo de sosluyo los disidentes y s in poder hacerlo los de las

dem£ s confesiones. L a clase eclesiastica, do m in an te y secular,

se arciculo de tal modo, que en la Camara de los Lores los ar-

£obispos tenian su puesto antes de los duqucs, y Ios obispos

antes de los lores, m ientr as todos los parrocos se sub ord ina-

ban a l pa trona to de la clase secular gobernantc. £ n cambio.

obtuvieron nuevamcnte los parrocos rurales la direccidn de Iaasam blea com un al. E s ia fue la fo rm a, al tc rn al i>. ,i y reciproca,

que bu b ie ro n de ad op ta r los puderes opues tos p<ira estableceT

Ia iglesia de Estado en el siglo xvm y formar una organiza-

cidn unitaria dc la vida inglesa.

Tambien la relacidn conyugal debe, cn parte al menos, susolidez intern a y externa al becho de quc ab raz a un gra n nu

mero de esferas, cn unas do las cuales impera uno de Ios cdn-

yuges y en las dcmas cl otro. Surg e as* u n en cad ena mie nto,

una unidad. quc, sin embargo, .10 impide exista en la relacidn

una vivacidad que difici lmentc pueden alcanzar otras formas

socioldgicas. Lo que se llama aigualdad de dereclios» del ma-

rido y la mujer cn cl matrimonio—ya sea un becbo efectivo od i d I t d l



I j . subordina cion

hace que la supe rioridad no se manifiestc como un m an da to

brutal. E sta forma de relacion consiituyo igualm ente uno de

los lnzos mas sdlidos en el cjerciio de Cro mw ell, E l mismosoldado que Cn las relaciones miliiares obedecia ciegamente a

su jefe, era en la o racion, con frecuencia, pred icad or de este

mismo jefe; u n caho podia rez ar el oficio, en el que rnmaba

parte su capitan, jun to con Ios demas soldados rasos; y el e j e r -

cito, que seguia i nco nd icio na lm en te q sus genetales, un a vez

aceptad a cierta finalidad politica, era el que hab ia tornado a n

tes resoluciones de orden politico, a las que tenian que some-

terse los jefes. Gracias a esta alternative de superioridad y

subordinacion, el ejercico puriiano consiguid mantenersc conextraotdinar ia sol ide/ .

Pero este favorable rcsuhado de Ia forma dc socializacion

que aqui es tudiam os, depende de que la esfera en don de un o de

Ios elementos sociales ejerce el mando este exactamente des-

Itndada de aquella otra parte en que el otro elemento es el que

manda. Si esto no succdc, surgiran constantemente cuestionesde competencia, y el resultado sera, no la cohesion, sino el de-

bilitftntiento. Sobre todo, cuando, ocasionalmente, el que, en

general, ocuprt un puesto subordinaJo adquiere una .superiori-

dad cn la misma esfera Cn que ordinariamente era subordina

do, padecera la solidez del grupo; en parte, po r el caracter dc

rcbclidn quc esta situ ac ion suele tener, y en parte, tam bien, por

falta de Capacidad en el ex-subordinacio para mandar en lamisma esfera en que siempre iue subordinado. Asi, en la epo-

ca dc la mayor grandeza espanola, estallaban en el ejerdto es-

panol, por ejemplo, en los Paises Bajos, rebeliones periodicas.

A pesar de la feroz discip lina en que de ord ina iio era mante*

nido, hacia gala en ocasiones de una invencible energia demo-

cratica. Con inteivalos, que casi podian calculai.se previamen-

te, los soldados se rebelaban contra los oficiales, los depomany elegian sus propios oficiales que quedaban bajo Ia \*igilan



25 0 S o c i o l o g y

muchas democracias ; es c ier to que as i se cons igue que e l ma

yor numero pos ib le de c iudadanos ocupe pos ic iones d i rec t ives

al gu na vez: pero, po r otro lado, esto im pide. con frecuencia,

que se rea l icen p lanes de ampl ia previs ion , acciones cont inua-

das , med idas consecuen temente impues tas , pe r fecc ionamien tos

tecnicoa. En las Rcpubl icas an t iguas , es tos rap idos cambios no

e ran t an p e l ig ioso s , p o rq u e su ad m in i s t r ac i 6n era senci l la y

t ran spa ren te y l a m ayo r ia de los c iud ada nos pose ia los cono

cim ien tos y el en t ren am ien to necesar ios pa ra ocupar los ca rgos

piiblicos. L a m ism a fo rm a sociologica que ios sucesos referidos

en e l e jerc i to espano l , p rese ntan , en c i icuns tan cias m uy d iversas , las grandes d i f icu l tades que surg ieron a comienzos del s i -

g lo xvm en la ig les ia ep iscopal america na- La s com unid ade s

fueron acomet idas de una f i eb re inqu is idora que los l l evaba a

ejercer estrecba vigi lancia sobre sus pastores , las cuales . preci

sam ente , e s tab an colocados en sus pues tos p ar a velar por la

moral idad de Ias comunidades . Como consecuencia de es te de-

sasosiego de l as com unidades , fueron en V i rg in ia los saccr -d o te s d u ra n t e mu ch o t iemp o n o m b rad o s p o r solo u n n no .

E s te m ismo fenom eno sodol<5gico, aun que u n poco m odi -

f icado, se produ ce tam bie n , con los m ism os caracieres form a-

les gener a les , en aq uella s je ra rq ui as buro craric as en que ei su

perior depende tecn icam ente del inferior . A l a l to fu n c io n a t io

le fal ta con frecuencia el conocimiento de los dctal les tecnicos

o de la s i tua cio n ac tual de los asuntos . E n camb io , el em ple ado infe r ior suele moverse d ur an te to da su v ida en el m ismo

circulo de problemas , con lo cual adquiere un conocimiento

especia l izado, de nt ro de su es t recho campo, cono cimiento de

que ca rece e l que pasa r ip id am en te por diversos g rados . M as ,

p o r o tra parte , es lo cierto que Ias decisiones de este jefe no

p u eden carecer del necesario con o c im ien to de Ios porm enorcs .

Asi , por e jemplo , los Cabal leros y los senadores gozaban en e l

Im per io rom an o el p r ivi leg io de se rv i r a l Es tado ; no adqu i -



I.a suhordinacion

de lo s a sun t os . E n R us i a es e ste un f e ndm e no c ons t a n t e que

se Kal la favorec ido espec ia lme nte p or la m an era de prov eer los

cargos . Los ascensos se hac en po r je rarc ju ias , pera no l im i ta -

d a s a u n a r a m a d c 1a a d m i n i s tr a c i o n . E l q u e h a a l c an z a d o

una c a t e go r i a de t e rm i na da pue de SCI t r a s l adado , a pe t i c ion

su y a o del supe r io r , a o t ra ram a com ple tam ente d i s t in t a . A s i

no e ra nad a ex t rano , po r lo m enos has ta hace poco t i empo.

que e l e s lud ian te g raduado sc cncont rase conver t ido en o f i c i a l

a los seis meses de servicio; cn cam bio u n ofic ia l po di a ob tene r

en e l se rvic io c iv i l una ca tegor ia equiva lente a su grado. Inevi -

t ab lemCnte e s to t i ene que p roduc i r un desconoc imien to l ecn i -co en los fun c ion a r ios supe r io res , i gno ran c ia que inev i t ab le -

m e n t e l es h a r a de p e nde r de sus subo rd i na do s m a s pe r it os . L a

rec ip roc idad de l mando y l a subord inac ion hace que apa rezca

com o su bo rd in ad o el que de hech o es jefe y como jefe c l que

de hec ho es sim ple e jeculor , cosa que dafia a la f i rm eza de la

o rga n i z a c i on , t a n t o c om o pue de f a vo re c e r l a una a l t e rna t i ve

a de c ua da de supe r i o r i da d y subo rd i na c i on .A l len de estas form aciones especia les , el hecb o de la s ob e

rania p lantea e l s iguiente problema soc ioldgico, de carac ter ge

ne ra l: L a subo rd i na c i on c ons t i tuye , po r u n a pa rt e, u n a fo rm a

de la orga niza c ion obje t iva de la sociedad; p or o t ra par te , em

pero . expresa las d ife renc ias p e rs o n a le s c u a l i ta t iv as que exis-

ten ent re los ho m bre s . <Q ue re lac ion ba y ent re esas dos de ter

minaciones? <?Que inf lujo e jercen sobre la forma de social iza-cion Ias diferencias en esta re lacion?

A l comienzo de !a evo luc ion soc ia l , la s up rem ac ia de u n a

pe fso n a l id ad so b re o t ra s deb io de ser Ia expres idn a d e c u a d a y

la consecuenc ia^ de u na sup er io r id ad pe rsona l . E n u n es t ado

social , s in o rg an iz ac ion f irme que sena le a p riori a l i n d i v i d u o

su pue st o , no ha y m o t i vo a l gun o pa ra que se sub o rd i ne na d i e

a otro, a no ser que a e l lo le determine Ia violencia , la piedad,

la super ior idad f fs ica o espi r i tua l , Ia robustez de la voluntad,



252 $U£lol<>£M

las deduccioncs cosmolo^icas. Pu es to quc no conocemos el p u n

to inicial del pioccso cosmico bubo quc partir de lo i t ias simple

posible, dc If) h o m o g e n c id ad y equil ibrio en Ios elementos del

mundo , para deduc i r e l comienzo dc l as var ledades y J i t e ren -

ciaciones. Por otra pai te . no cabe Juda de qae s i Atfucl los su-

puesto. '; se to m a sc n cn el sen t ido ab so lu te , n o podr ia in ic iarse

n in g u n p roce so c<5smico, por no liabc-r cn ellos ca usa ftlg una

de movimiento y d i ferenciacion . Es , pues , necesar io co locar en

el estadio inicial u n a act ivid ad difercnci&l de los elem entos.

p or m in im a quc sea, p a ra bacer posibles , a p a r t i r dc ella, las

ul tcriores diferenciaciones. Asi , cn la evolucion de Ias varieda-dcs socia les , nos vemos nbl igados a p ar t i r tam bie n de un es ta

do simple, f ict icio; y el minimo dc variedad que se rcquiere

p a ra que s irva de base a tod as las d iferenc iac iones ultcriores ,

b a b r i dc buscaxsc en la d ive rs id ad p u ra m e n te p e rso n a l dc las

d i spos ic iones ind iv idua les . P o r t an to , l a s d i ferenc ias ex te rio -

res dc los bombres, en las posiciones en que se rcfiercn unos a

o t ros , ha b ia n dc se r deduc idas de esas cua l idades ind iv idua lesdifercntcs .

Asi , en Ios t iempos primii ivos, se cxigen o se suponen a los

p rincipes talcs perfecciones que, cn ese g rad o y com bine cion,

son cxt raord inai ias . El rey gr iego de la epnea bero ica no so lo

debe de scr val ien te , sab io y c locucnte , s ino lambien ba de so-

b re sa l ir Cn los ejercicios aileticos, y, si es posible, ser ad em as

un excelcn te ca rp in te ro , m ar in ero y l ab rad or . La s i tuac iondel rey D avid depende, en gr a n par te , como sc ba hecbo notar ,

de que era a l mismo t iempo cantor y guerrero , lego y profe ta ,

y poseia capacidad bas tan te para fundir e l poder temporal del

E s ta d o con la teocracia esp i r i tual . Pa r i i en d o de es te or igen .

de es tas supe i io r ida des na tu ra les (que , na tu ia lm cn te , s iguen

actu an do cn todo mo m ento cn e l seno de la socicdad y es tan

con s tan tem ente c reando nuevas re lac iones ) desar ro l i an se 0 1 -

gan izac iones pe rm ane n tes dc sup rem acia y Subord inac ion .



l a subordinacion

p ia m e n te o pues to s t ie ne n im p o r ta n c ia p a ra d e te rm in o r esta

re lac ion (que pued e obscrv arse en todas la s esferas) ent re el

au m en to tie l a can t idad de e l emen tos y l a m ay o r ob je t iv idad

de la s no rm a s po r que se r igc n . E l a um e n t o de e l e m e n t os sup one un aumento de l a s pecu l i a r idades cua l i t a t ivas que en e l los

concur ren . P o r lo t an to , au m en ta t am bidn l a d i f i cu l tad de que

un i nd i v i duo m a n t c nga una r e l a c i on i gua l o su f i de n t e c on

cada u n o de el los. A m ed ida que crccen las difere ncias en el

campo de Ios gobernados o normados , ha de pe rde r c l senor o

la no rm a su c ai& cte r i nd i v i du a l , pa r a a do p t a r u n c a r a ct e r ge

nera l , que sc c ic rna por enc ima dc las f luc tuac iones sub je t ivas .Por o t ra par te , es ta ampl iac ion de l c i rculo conduce a la d iv i

sion del t rab a jo y d i fe renc iac ion ent re su s e lem ento s d i rec t i

ves . E l sen or de un gru po gra nd e ya no puede ser , como e l rey

griego, la m ed ida y e l jefe en todos Ios interese s csenciales. E s

p rec isa u n a espcc ia lizac ion v a r i a d a y u n a d is t r ib u c io n profe-

s iona l de l gobierno. Pero la d iv is ion de l i raba jo es ta s iempre

en accion reciproca con la objet ivacion de la conducta y de lasre lac iones; ref ie rc Ia ob ra del ind ividu o a u n nexo s i tua do

m as a li a de su e sfera; l a pe r son a l idad in te r io r y co n ju n ta s i -

tuase mas a l lA de su Labor parc ia l . cuyos resul tados obje t iva-

m e m e c i r c unsc i i t o s so l o fo rm a n un t odo c ua ndo e s t a n un i dos

a los de o t ras pers ona l idade s . E l COnjunto de es tas causas ha -

b ra hccho que la s re lac iones dc d o m in io , n a c id a s al acaso y

segun la s pe r sonas , se aco mo dcn en l a fo rm a ob je t iva , en l a

cual , por decir lo asi , no es e l hombre, s ino la posicion, quien

p re d o m in a y m a n d a . E l a p r io r i de la re la cion no cs ya e l

e lemento individual con sus cua l idades , de las cua ies surge Ia

posici6 n soc ia l respec tive , s ino es tas re lac iones m ism as como

formas obje t ivas , como aposic iones» o «cargos» que son como

espae ios o con torn os vac ios que Hena n lucgo los ind ivid uo s.

C u a n t o m a s f i rm e y m a s e l a bo ra da t ecnic a m e n t e sea l a o r

ga n i z a t i on de l g rupo , t a n t o m a s ob je ti vos y fo rm a l e s se r a n



Sccinlngu

m i na da s . L a pose s i on dc u n a de t e rm i na da su m a de d i nc ro , o

la carenc ia de e l la . l l eva consi^o una posic ion soc ia l de tc rmi-

nad a , casi con co m ple ta indepe ndenc ia de las cua l idades per

sonales de l que (a ocupa . Ef d inero ha l ievado a l colmo la d is '

t i nc i on a n t e s m e nc i ona da e n t r e e l hom bre c om o pe r sona l i da d

y cor tm e jc ru to r de una obra o t enedor de unsen i ido s ingu la r .

La poses!6 n sa rnn t i za , a todo e l quc pueda conqui s t a r l a o ad-

quir i r la dc a lgi in modo. un poder y una si luaci<5n quc surge y

desaparecc con el hccho de tener e l dinero, y no con Ia perso

na l id ad v sus cua lidades. Los hom bres p asan por l as pos ic io -

nf« que cor rcsponden a de te rminadas can t idades de d ine ro ,como ma te r i a l ind i fe ren te que l l cna , de modo pu ram en te ca

sua l , fo rmas i i j a s y pc rmanentcs . Por o t ra pa r t e , no neces i t a -

mos jndicar que en la soc iedad modema no Se da de un modo

abs o lu to e s t a d i sczepanc ia en t re pos ic ion y pe rson a l idad . M as

bien succde con frecuencia quc ia d is t inc ion en ire el e nn te n i-

do obje t ivo de Ia posic ion y la per son al idad como ta l , pr o du z

ca un es tado de cosas merced a l cua l la proporc ion adecuadase real iza sobre nuevas bases, a menudu miSs raciona.es—esto

s in con ta r con l a s cnormes pos ib i l idades que l a s o rdenac iones

l ibe ro lcs o f recen pa ra ennqui s t a r una pos i t ion cor respondien

te a las facu l tades dc cada cual —. A de m as. ba y que ten er en

cu en ta q ue las facul tade s de que aqu i se t ra ta son, a veces, tan

especificas, que la su pe rio rida d con segu ida en vi r tu d de el las

no recac sobre el va lor to ta l de la pe rson al idad . J us tam en te , cn

cier tas formaciones mcdias, como cn las de c lase y grcmio.

a que l l a d i sc r e pa nc i a a l i a nxa e n oc a s i one s su m a x i m um . Con

raz<5n se ha hecbo resa l ta r que e l s i s tenoa de la gran indust r ia

ofrece ma s ocasiones que an tes para que se d is t inga el bom bre

e x t r a o rd i na r i a m e n i e do ta do . E s c ie rt o que l a p ropo rc i on e n i r e

di rcc tores y obreros es hoy menor que la que exis t ia bace dos-

c ien tos anos en i re maes t ros y t r aba jado res a sa la r i ados . Pe ro ,

en cambio , c l ta len to especial puede l legar mas f&cilmenie ai i l d i i l



La subordinaci6n 25 5

A pesar de la energ ia con que el soc ia l i smo c ens u ra es ta r e-

iacirin ca sua l y ciega en tre la serie o bje t iva y g ra du al de las

posic ioncs y el m i r i t o p e r so n a l , la o rg a n iz a c io n p o r dl p reco -n i z a d a v a a p a r a r a u n a f o r m a s oc io lo gi ca a n a lo g a . E x i g e u n a

c o n s t it u c id n y a d m i n i s t r a c i o n a b s o l u t a m e n t e c e n t r a l iz a d a s y,

por t a n to , e s t i ic ta m e n te g ra d u a d a s y je r a rq u iz a d a s , s u p o n ie n -

do que todos lo s ind iv iduos es tan a priori i g u a lm en te cap ac i -

tados para ocupa r c ua lqu ie r pues to de esta j e r a rqufa . C o n lo

cua l e leva a l a ca tegor ia de p r inc ip io—por lo menos , en un as

p ecto— eso m ism o que aparece s in se n t id o en la o rg a n iz a c io n

ac tua l . Pu es el hecho de que , segun la es t i i c ta consecuenc ia

democrSt ica , los d i r ig idos e l i jan a l d i rec tor , no of rece garan t ia

a lg una con tra l a acc iden ta l idad de la r e lac ion en t r e I a pe r so na

y el cargo; no so lo p orque para e legir a l mejor e spccia l is ia ha y

que ser especia l is ta ta m bi en , s ino porque el p r inc ip io de la

e lecc ion desde aba jo su m in i s t r a en todos los c i rcu los am pl ios

r e su l tad o s ab so lu t am en te ca su a le s . U n a ex cep cio n de es to

cons t i tuyen las pu ras e lecc iones de par t ido . Pero en e l las quc-da e l iminado e l e lemen to , po r e l cua l , ju s tamen te , p lan teamos

aqui Ia cues t ion dc s i las e lecciones dan resu l tados rac ionales

o casuales: la eleccion de pa r t id o, com o tal , no recae, en efecto ,

sobre la pe rsona , po rque posea de te rm ina das cua l idades , s ino

po rque —e x tre m a n d o Ias cosas — es el r e p re se n ta n te a n o n im o

de u n d e te rm inado p r inc ip io ob je tivo . P a ra se r consecuen te , el

socia l ismo te nd r ia que recur r i r a l sor teo p ara ad judicaT los pues tos y d e s ig n a r Ios d irectores. M a s a u n que el t u r n o (que

en g r u p o s g r an d es n o p u ed e r ea l iza r s e m u tu am en te ) , el so r teo

expresa e l derecbo ideal de cada uno . Por eso no es en s i de-

mocrSt ico; no so lo po rque puede tam bien ap l ica r se en u n a

ar i s toc rac ia do m ina n te y po rque , como p r inc ip io fo rm al , e s ta

m 6s a l i i de es tas d i ferencias , s ino , sobre todo , p orqu e la de-

mocracia s ign ifica Ia co lab ora cio n efec t iva de todos , m ien tra s

que la a dju dic ac ion de los puest os direct ivos por scrr teo la



256 Sociologij

E n e l p rob lem a de l a r e lac ion en t r e c l p r edom in io pe r so

nal y el p red om inio fu n d sd o exclusivAmentc en la pos ic ion ,

sepa ranse dos pensa m ien tos f o rmales soc io log icos m uy imp or -tan tes . T en ien do en cuenta la des igu aldad efec tiva que ex is te

en t re las capacidades de los h o m b re s—y de la cua l so lo un a

u to p ia puede pie sc ind ir . e l «go biern o de los mejorps* es la

cnns t i tuc ion quc m ejo r exp iesa ex te i io rme n te l a re lac ion in t e r

na e ideal entre los hombres . Este es . acaso, e l mot ivo profundo

po i el cua l los a r t is ta s t i e n e n con t a n t a frecuencia .sentim icn-

tos ar is tocrat icos; todo ar te descansa en el supuesto dc quc cl

sen t ido in t im o de las cosas se r eve la adecuacfamentc cn su m a

n i f e s t a t ion ex te rna , s iempre que sepam os ve rl a dc u n modo

exacto y completo . Lo m as co ntra r io al sen t i r a r l is i ico es la

separac idn en t r e e l mundo y sus valores, enire la mtln ifesta-

ci6n externa y su sent ido; lo cual no es torba para quc el a r t i s

t s ten.^a quc t r a n s fo im ar lo dado inm ed ia t am en ie pa r a cx f r ae i

su forma verdad era , a llende la pu ra acc iden ta l idad , fo rma que

es a l p rop io t i empo la pa la bra que express su sen t ido csp i r i -

tua l 0 metaffsico. Poi consi^uiente, la conexion psicol<5gica e

hjst<5rica que existe entie la concepcion ar istocrat ica y la con-

cepci6n ar t is t ica de la v ida, debe at r ibuirse , en par te a l menos,

a la idea dc que stf lo un ord en ar istoc rat ico confieie a las int e-

l iores re laciones de valor entre los hombres \ ina forma vis ible ,

su s imbolo, poi deci i lo as i , es te t ico .

Pero es ta a t i s tocrac ia pura , en tendida en e l sen l ido p la lo-nico, como gobierno de los mejores , no puede real izarse empi-

ri ca m e nt e. P r i m d a m e n t e , p o iq u e , h a s ta a b o r a , n o -SC ha des-

cub ie r to n ingun p roccd imien to que pe rmi ta d i s t in£u i r con

segur idad a «los mcjores* y adjudicar les e l puesio que les

conesponde ; t an to e l me todo a priori, l a c r ianza dc una cas ta

do m ina n te , como el me todo a posteriori, la seleccidn natural cn

luc ha l ibre p or el puesto mejor , lo m ismo que la forma, por de-i i l i i t d i d l l i d l d d b j



L j s ub o rd i n a c io n 257

l izar, s i no s iem pre a l ind iv iduo , cas i s iempre a las cor por acio

nes y c lases . Asi resu l ta cc imprens ib le la op in ion de Ar is td te-

les cuando sos t iene t jue . desde un punlo de v is ta abs t rac to ,

co r responde e l dom in io abso lu to sobre ios demas a l ind iv idu o

o casta que les aventajen en arete (v i r tud) , pero que, a tendien-

do a las conveniencias pract icas , es recomendable una mezcla

del poder de aquellos con el de la masa, y 4 c es ta manera e l

p red o m in io nu m er ico de la m asa coInbcrarS con el cua li taf ivo

de aquellos . Pe ro sa l fan do por encim a de es tos pen sam ien tos

acomodat ic ios , las d i f icu l tades ind icadas , inberen tes a l «go-

b ierno de los mejores®, pueden in d u c ir a co ns id era r la ig ua ld adgeneral como l it regia pract ic a que repres enta e] mul menor,

f ren te a las desv enta jas del reg imen ar is tocra t ico , un ic o log i-

cam onte just if icado. Sc aduce en favor de esta igu ald ad , que,

puesto que es im p osib le ex pre sa r en re laciones dc d o m in io las

d i fe renc ias sub je t ivas , con segur idad y de un modo pe rm an en -

te, es prefer ible el iminar las de la dctermin&cidn de la estructu

ra social y regu lar esia como si las diferencias no exis t i ese r .Peio , dado quc la cues t ion del mal mayor o menor no puede

xesolverse, por regia gen eral , s ino en vi r tud de e st ima cione s

person a les , ese m ism o pes im ism o puede co n d u c ir a la co n c lu

sion ab so l u ia m en te opues la : la de que tan to en los c i rcu los

grandes como en Ins pequenos la cuesti<5n es que gobieme

aiguie n , s iendo preferib le que lo hag an personas inade cuad as ,

a quc no lo haga nadic. Se adm itc enton ees que el gru po social ,

en v i r t ud de un a neces idad in ter na y ob je t iva , t iene yue ado p-

ta r l a fo rma de super io res y subo rd ina dos , no s iendo luego .

por decirlo asi, m Ss que u n accidente deseable el que u n puesto ,

determinado por una neces idad obje t iva , sea ocupado por un

ind iv iduo verdadcramen te ap to .

Par te es to tendencia formal de exper iencias y neces idades

comple tamen te p i imi t ivns . En p r imer lugar , c r ee que la fo rma

de dom in io s igni fica o crea un nexo . Epo cas rud i m en ta r ia s .que no dispon en de m ult ip le s form as de accion reciproca no



258 Sociologia

m enia l den t ro de Ia co m unid ad , el ho m bre que no d ispo n ia de

tierra, carecia igualmente de derecho efectivo a la l ibertad: si

no quer ia cor tar todos los lazos t jue le unian a la comunidad,ten ia que v incu la rse a un senor , para en t ra r as i , como c l icn te ,

en las corporac iones pub l icas . La comunidad ten t ' a un in te res

en que lo h ic iese asi ; pues no podia to lerar que hubiera en su

te r r ito r io n in gu n hom bre que no e s tuv ie ra v incu lado , y po r e so

e l .derecho ang losa jon ob l igaba expresamente a l que no pose la

t i e r ra s a busc a r un seno r. A s im ism o en Ia Ing la ie r r a med ieva l,

el in teres dc la co m un id ad exig ia que e l forastero se sometiese

a un pa t ro no . Se per tenec ia al g rup o cua nd o se e ra p rop ie ta r io

de un trozo de su territorio: el que carecia de tierra y, .-(in em

bargo, qu e r ia u n i r s e a l g ru po , te n ia que per tenecer a a lgu ien

que per tencc ic ra a l g rupo por la re lacion p r im sr ia de la p ro -

p iedad te r r i to r ia l .

La im por ta nc ia gene ra l que t i enen l a s pc r sona l idades d i r ec

t ives , s iendo re la t ivam ente ind i fe ren tes sus cua l idades ingen i -

tas , cs un rasgo que aparece con se m eja nz a form al en var ias

m anifcs tac ione s tem pr an as del p r inc ip io e lec to ral . A si , por

ejemp lo, las elecciones para el P a rl a m e n to m ed iev al ingl<5s pa-

recen haberse l levado con descuido o indiferencia asombrosos;

lo un ico que a l parece r imp or ta ba e ra que c l d is t i i to tuv iese un

represen tan te en e l Par lamento . Qui tSn fuese e.ste represen-

tan te , e ra cosa de m enor impo r tanc ia . Es to se m an i f e s to t a m

bien en la ind ife renc ia respecto a la Cualificacidn dc los elec-to re s , que nos admira f r ecucn tcmen te en l a Edad Med ia . Vo ta

aquel quc esta presente en cl momenio; y parecc que ni la Iegi-

t im acio n del e lector ni la exis tencia de u n c ierto nu m ero de

vo tac iones t iene en tonees g ran va lo r . Ev iden tem ente , es ta

indife renc ia respecto a l cuerpo e lectora l cs s in to m a de la in d i

ferencia que in sp ira el resu ltad o de la clcccion, en cu an tu a las

cualidades personales de los elegidos.F i l t t d d l l i t i



L a t u b o r d i n j c i o n 259

c ion , r am o fo rma, no puede t r iu n i a r del con t ras en t ido de so

co nte nid o, el hecho de que la ley sea m ejo r o peor n o tiene

mas que un in teres secundar io ; lo mismo que sucedia con los

cua l idades de la pe r sona l idad go be ina n te . E n este sen t ido po-dn 'an a ducirse las cxcelencias del despo tism o he re d ita r io —-flue

es independien le has ta c ier to punto de las cual idades de la

p e r so n a —, p a r tk u la r m e n te cu an d o se t r a ta de la u n id a d poli-

t ica y cultural de grandes terr i tor ios , donde t iene, sobre Ia

l ib re fcdeiac ion , ven ta jas ana loga s a las que l iene el m at r im o-

nio sobre e l am or l ibre . N a d ie puede nega r que la coaccidn del

d e iech o y d e l a co s tu m b r e m an t i en e u n id o s a i n co n tab le s m a t r imon ios que . m ora lm en ie j de ti ie ran separa r sc : l a s pe r son as

aqu i se soraeten a u na ley que no se acom oda a su caso . Pe ro

en otros casos, la misma coaccirfn, por dura quc resulte de

m o m e n t o y subje i ivamen tc , t ienc va lo r i r r eem plazab le , po rque

m an t ien e un idos a los que m ora lm en te deb ian es ta r lo, pe ro

que, a causa dc un d isgus to , dc una cxci tac iun o ar rcbato mo-

m en lan eo s , sc b u b ie r an sep a r ad o si h u b ie r an p o d id o , d e s t io -

zando as i , i r r cparab lemen te , su v ida . Sea la l ey de l mat r imo

nio buen a o malu . en cu an to a su con ten ido ; acomodcse o no

»1 caso de que se trate , la m era coaccion que de el la d im an a,

obl igando a la convivencia , desar ro l la valores ind iv iduales

eud em onis tas y e ticos presc indien do de la con ven ienc ia so

cial—que, segun el cr i ter io pesimista , que aqui se exponc y que

acaso sea parcia l , no p od r ia n p io du cirs e en m odo a lg un o si

desapareciera aquel la coaccion . En a lgunos casos , es c ier to , lamera conc ienc ia de ha l la r se un ido a l o t ro coac l ivamen te , pue

de hacer insopor tab le la convivencia : pero , en o t ros , se produ-

c ir a una condescendencia , un d om in io de si mism os , u n a f ina -

m iento del a lm a, a que nadie se sen t i r ia m ovido s i pu die ra

disolver el lazo, y que solo proceden del deseo de hacer Io mas

sopo i tab le pos ib le una comunidad inev i tab le .

La conciencia de encontrarse somet ido a una coaccion , a

un a ins ta ncia super ior -ya sea u na ley ideal o socia l , ya una



260 Sociologia

p le a n d o las exp res iones in e v i ta b le m e n te s im bo l ic as de tada

ps ico log fa—parece vivir en dos capas. U n a dc ellas es la capa

p ro fu n d a , quc n o se m u eve o se m uc vc d if ic i lm en te , y cn laque reside el ver dad ero sen t ido o su bs tan cia de n ue str a cxis-

tencia; la o t ra . empero, esta (o rm aJ a por Ios im pulsos y ex-

ci tacioncs a is lada s , flue do m in an en cada mom eri io . Es ta se-

gu nd a capa alc an za r ia , mas veces de Io que dc hecho sucede,

la v ictor ia sobre la pr imera, s in de jar a es ta hucco r arfl aso -

msr a la superf icie, por In oglomcracion y rapida succsion de

Ios ele m en tos, si cl se nt im ie n to dc u n a coaccion, procedenl '. ! dea lg u na pac te , no cnca lm ase iu c or r icme, pon iend o coto a sus

yacilociorves y caprichos y dej?ndo asi espacio pa ra quc predo-

mine l a co ns tan te base sub te r r anea . F r en te a e ste s en t ido fun -

cional de la coaccion, su co nten ido pa r t ic ul ar no t iene s ino

u n a i m p o r i a n c i a s e c u n d a r i a . E l c o n t e n i d o a b s u r d o p u e d e s u s -

t i tu i rse por o t ro jus t i f icado; pero aun es te solo debera su sen-

t ido a lo quc t iene de co m un con aquel . M as a u n . no s 6 lo ello le ra r la coaccion, s ino lam bie n el op on crs e a el la; la lucha

co ntr a la coaccion in ju st a, como co ntra la just if icad a, ejerce

sobre cl f ' tm o de n ue stra v ida superf ic ia l la fun cion de obs-

t icu lo c in tc i ru pc ion , g iac ias a la cual l as cor r icn tes p ro fun -

das dc la v ida m as propia y substan cia] , quc no p ued en scr

in t e r ru m pida s desde a fuc r a , l l egan a la conciencia y actuan en

el la. A b o ia bien , en cu an to que la coaccion es idcntica a cual-

qu icr dominio , vemos en es te tambien un e lemento ind i fercn-

tc a la cu ali da d del que do m ino , al de recbo quc tcnga o no

fenga su ind iv id ua l ida d al dom inio . D e este modo se m ani -

f iesta el sentido profundo qur: encierra toda af irmacion de

a u t o r i d a d .

Es, cn pr incipio , imposible quc las cual idades personales y

la posicion social se corre spn nd an to ta lm en te en In serie de

las suhord inac iones . cua lqu iera que sea la o rgan iza t ion que



I J s u b o r d in a t io n 261

p r inc ipes cotnti el, o m ejores. E l rc in a d o «por la g racia de D ios»

expresa j us t amen te e l pensamien to de que no son l a s cua l ida

des subje t ivas l as que debcn dec id i r , s ino o t ra ins tanc ia que se

a l za por enc ima de l a s med idas humanas .

Pe ro el cont ras te en t re los que b a n I lcgado a oc up ar un a

posic ion d irec tiva y los que cstdn cap ac i tad o s p a ia o cu p a r la .

no Ka dc l levarse a l ext rem o dc creei que, por el con trar io , h a y a

muchas personas en los pues tos super iores s in t ener condic io

nes para e llo. P ue s es ta dcsprnpo rc ion ent re perso na y pos i

c ion nos parece , por var ias razones , bas tan te mayor de lo que

es en rea l idad . U n pr im er lugar , l a incapac idad p a i a desempe-n a r u n puesto di rect ivo se ecb a de ver con p ar t i cu lar faci l idad,

y, po i razon es obvias , es ma s d if ic il de d i s im ula r que o t ras in-

sufic ienc ias ; esto sucede pa r t i cu la rm ente porq ue h a y m uch os

capac i tados p a ra desem penar ese pues to que ocu pan pues tos

su bo rdin ad os . P o r o t ra paxte , es ta inad ecu ac ion se debe f re-

cue ntem entc , no a def ic iencias personales , s ino a Ias exigencies

cont ra d ic tor ias del ca rgo , cuyo resu l tad o inevi tab le se acha ca

fac i lmen te a l t i t u l a r , impu tandose lo como cu lpa pe r sona l . E l

mod erno «gob ie rno de l E s t a d o posee, po r de f in i cidn , un a i n -

r a l ib i l idad que cs expres ion de su ob j e t iv idad ab so lu t a , f u n d a

men ta l . C om pa iad os con e s t a i n f a l i b i li dad i deal , l os func io

na r io s cfectivos apare cen . coma cs n a tu ra l , insuf ic ientes f re-

cuentemente .

Pe ro , en r e a l i dad , l a s incapac idades pu ram en te sub j e t ivas

de l as persona l idades d i rcc toras son re la t ivamente ra ras . S i s tt i enen presentes los azares a rb i t ra r io s y absu rdos , grac ias a

los cuales , en to das Ias esferas , l legan los ho m bie s a oc up ar

SUS posic iones, s c i ia u n m ilag ro inc om p ren s ib le que no a p a -

rcciesen ma s incap acid ades en su desem peno , s i no exisr iesen

cn gr an cant ida d las condic iones l a ten tes p a ia los pues tos . En

es ta idea se basa e l hecho de que a lgunas cons t i tuc iones repu-

b l ic a n a s no r x i j a n a su s fu n c io n a r io s m a s que co nd ic iones ne-

ga t ivas ; por e jemplo , que e l candida to no se ha hecho indigno



’ 62 Sociologia

e l sen t im ien to p rofu nd o del d icho : a qu ien D ios da un cargo,

l e da l amb ien e l en tend imien to neeesa r io pa ra desempena r lo .

£ 1 « en tend im ien to» neeesar io pa ra desem pena r a l to s pues to s

sc da en m uc ho s hom bres ; pero no se manif ies ta n i se desar ro -

1 1a has ta que ocupan d ichos pues tos .

Es t a i n c o n m e n su r a b i l i d a d e n t r e l a c a n t i d a d d e p e r so n a s

capaces de m an d ar y el nu m er o de pues tos p reem inen tc s , se

explica, acaso, p or la difercnciA en tre el cara cter del h om br e

como m iem bro de g rupo y como ind iv iduo . E l g rupo , como

ta l , t iene u n n ive l ba jo y necesi ta d i reccidn. La s cua l idades

tjue desp liega en co m un no son m as que las he ie dad as , esto es,

l as m as p r im i t ivas e ind i f e renc iadas o la s m as f ac ilmen te su -

ger ib les , es dccir , las «subordinadas» , Por tanto , a l const i tu irsc

un g ru po am pl io , es conven ien te que la m asa se o rgan ice en la

fo rm a de 1ft su m isi on a pocos. P ero esto, ev id ent em en te , no

impide quc los ind iv iduos dc es ta masa posean cua l idades mas

al ta s y ref inadas. Lo que sucede es que estas cual id ade s son

ind iv idu a les , exceden en varios a spec to s a l pa t i imon io comun

y, por consiguiente , no evi tan e l n ivel bajo de aquel las cual i -

dades en (]ue todos coincidcn con seguridad. Se sigue de aqui

quc, por uno par te , el g rup o cn co nj un to necesi ta jefe y , por

cons igu ien te , que hay muchos suho rd inados y pocos supe r io

r s , m ien t ra s que , pm o t ra pRi te , cada uno de los ind iv iduos

t icnc, como ind iv idu o, un n ivel m as a l to que como elemento

de l g rupo , y , por tan to , como subord inado .

Co n esta contradiccion, quc es prop ia de toda s las forma cio-

nes socia les y que upnnc a l a asp i rac idn jus t i f icada a un pues-

to supe r io r la im posib i l ida d tecn ica de sa t i s facer la , se av ienen

el pr incip io de las e la tes y el or de n actual , d i sp on ien do las

c lases en fo rma de p i ramide , con un nu m ero cada vez m eno r

d e m ie m b r o s , y l im i t a n d o a s i a priori la cant idad de los «cua-

lif ieados® para los puestos superiores. Esta seleccion no se r ige



L i lubordioacion

les , que dan a la personalidad la capacidad dc dir igir y gober-

nar , p resc ind iendo de su cond ic ion an te r io r , como par un a im-

posicion a u to r i i a l iv a o m istica . E n los E s ta d o s tu te la re s de loss ig los xvn y xvm, el subd i to no icn ia capacidad pa ra p ar t ic ipar

on los asuntos publicos; en lo poli t ico nccesi iaba constantc di-

recciun. Pero Cn cl momento en quc ingrcsaba al servicio del

Es ta do , ad qu ir ia dc Molpe la al ta in tcl i^f nc ia > ei sent ido p u

blico tjue le capac i taban p a ia 3a d irec t ion de la c o m u n id ad ,

como s i por el ingreso en la b uro cra dn . el m eno r se tom as e .

po r generatio acqvivoca, no so lo ers m a y o r, /sino en jefe, con

todas las necesar ias condiciones de intclccto y caracter . La

op os ido n en tre el es tado de incap acid ad abs o lu ta para la m«'-

nor sup er ior id ad y el estado de la ab so lut a capac idad, poste-

r iorm ent e ad qu ir id o m edi ante Ia acci<5n dc u n a inst an cia s u

perior, a lcanza cl m a x im u m de su tens io n d e n tro del sacerdo-

cio catol ico. N o b ay aq ui n i t radieiiSn fam iliar , n i educacion

desde la n inez , due co labore a l encum bra miento . Es mas; las

cual idades personales del candidato son , en pr incip io , de me-no i impor tanc ia comparadas con e l e sp i r i iu ob je t ivo , mis t ico ,

qae le confiere la ordenacion sacerdotal . La funcion direct ive

no le es confiada porq ue solo el, por su na tur ale za , sea ade-

cuado a e l la ( aun cuando , na tu ra lmen te , e s ta cons idera t ion

colabora tam bie n de term ina nd o c ier ta se leccion en tre los as-

p i ran tes) ; ni tam poco p o rq u e se p ie n s e q u e el c a n d id a to puede

ser . por suer te , desde luego, un elegidn, s ino que la consa^ra-cion crea al sacerdote, porque le confiere el espiritu; la con sa-

gracion produce las cualidades especiales necesar ias para el

desempeno de Ia funcidn de que se inv is te a l ind iv iduo . Aqui

se rea l iza con el m ay or rad ica l ism o el p r incip io dc quc D ins

da «entendimiento» a aquel a qu ien da e l car£o . Y es te pr inci

pio se ap lica aq u i en sus dos aspectos, en el de la a n te r io r in -

capacidad y en e l de la pos ter ior capacidad , creada precisa m en

te por la accesion al car£o.



C a p i t u l o A

L A L U C H A

Q

u e Ia lucha t iene impor tancia soc io log ica , por cuan to

causa o modif ies c om unid ade s de in tereses , un i f icac io -

nes, organizaciones, escosa <|ue cn pr incipio nadie ha puestoduda . E,n cam bio , ha dc parecer paradd j ico a la o p in io n c om un

el tem a de s i la lucha , como tal, ap ar te sus consec uencias , es ya

un a fo rm a de soc ial izac ion . A l p ron to parece es ta u n a mera

cues t ion de pa la t r a s . S i toda acc ion rec ip roca en t re hom bres

es u n a soc ial izacion, la luch a, <jue con st i tu ye u n a de las m 6s

vivas acciones reciprocas y yue es logica me nte im pos ible de

l im i ta r a u n ind iv iduo , ha de cons t i tu / r necesa r i amen te una

socia l izac ion . De hecho , los e lementos p rop iamente d isociado-rCs so n las cans as de la lucb a: el odio y la en vi dia , la nec esi

dad y la apctcnciw. Pero cuando, producida por el las , ha esta-

I lado la lucha , es ta es un remedio con t ra e l dual i smo d isncia-

do r , un a v ia pa ra l l ega r de a lgun modo a l a un ida d , au nq ue

sea por el an iqu i lam ien to de un o de los par t idos . A si ocur ie

con f recuencia que las mani fes tac iones mas v ivas de la enfer -

medod s ign i f ican los esfuerzos de l o rgan ismo para veneer las

p e r tu rba c iones perjudic iales . N o se refiere esto a la t r iv ia l id a d



Sociologia

que la luc ha es u n a s :n tes is de e lementos , u n a con t rapos ic ion ,

cjue ju n t am en te con la comp osic ion , es i6 con ten ida ba jo un

concep to super io r . Es te concep to se ea racte riza po i la com un

enn t r a r i edad de am bas fo rm as de r elacion ; t an to l a co n t r ap o

sic ion como la com pos i t ion , n ieg an , en efecto , ia re lacion de

ind i fe renc ia . R ec ba za r o d iso lver la soc ial izac ion son tan ib ien

nega cione s: pero la lucha signif ica el elem ento posit iv o que,

con su caracte r un i f icador , fo rm a un a un id ad imposib le de

romper de hecbo, aunque s i pueda escindirse en la idea .

Miradns desde el punto de vista de la posit ividad sociolO-

gica de la lucba , codas las form as socia les adq uie ren u n orden

p a r t ic u la r . Se ecba de ver en se.guida quc si las re laciones de

los ho m br es e ntre s i —cn contraposic iOn a lo que es cada cual

en si m ism o y c - ’lac ion con Ios objetos — co ns ti tu ye n la m a

teria de u n a cons., . leracion par ticu lar , los tem as tra dic iona les

de la Soc io log ia no son s ino una par te de es ta c ienc ia ampl ia ,

d e t e r m in a d a r e a lm e n te p o r un principio. D i je r a se que no hay

m as que dos obje tos de la c iencia del hom bre: la u nid ad delind iv iduo y la un ida d fo rmada po r lo s ind iv iduos , o sea l a

sociedad, y que Iogicame nte no cabe posib i l idad de un terccr

termit io . Y entonees la lucha, como ta l , pres eind iend o de las

con i r ibuc iones que apo r ta a la s to rm as inm ed ia ta s de u n ida d

soc ia l , no tendr ia \m lugar p rop io para se r inves t igada . Es la

lucba un becho sui generis, y su inc lus ion en el conc epto de

la un id ad ser ia ta n v io len ta como in fecund a , ya que Ia luehdsignif ica la negat ion de la unidad.

Pe ro eti un sen t ido m as am plio , la teor ia de las re laciones

en t re los ho m bres parece d is t ingu i r s e en dos : las que cons i i tu -

yen uno unidad, esto es, las sociales cn sentido estr icto, y

aque l las o t ras quc ac tuan en con t ra de la un idad . Mas es me-

neste r tener en cu cnta que, en toda re lacion h is tor ic a real, sue-

len darse ambas ca tegor ies . El ind iv iduo no l lega a la un idadd l id d i i t t id



L j [uclia 267

l u t am en te cen t rip e to y a r m an ico , u n a p u ia « u n io n > , n o so lo

es em p i i icam en te i rr ea l, s i n o q ue en e l n o s e d a i i a n in g u n

pioceso v i ta l p ro p ia m e n te dicho. L a socicdad de los san to s ,

q u e D an te co n tem p la en I a i o sa d e l P a i a i so . p o d r a s e r tal ; yes in cap az de to d a m u d an za o ev o lu c io n . E n cam b io , la a s am -

b les de los padres de la Iglesia , en la D is p u ta de R a fa e l , a u n

n o s i en d o v e r d ad e r a lu ch a , o s t en t a y a u n a co n s id e rab le d iv er -

s idad de sen t im ien tos e ideas , de la cual b io ta toda la v ida y

coo id inac i^n OTg in ica t jue h a y en s u convivencia . A si com o

el cosmos neccs i la «a m or y odio», iue izas de a t raccion y de

repu ls ion , pa ia t ener u n a fo ima , as i l a soc iedad necesi ta un a

re lac ion cuan t i t a t iva de a rmon ia y desa rmonia , de asoc iac idn

y compe tencia , Jo favor y d is favor , para l legar a u n a f o r m a

de te rm inada . Y es ias d iv i s iones in tes t inas no son m etas ene i -

g ins pas ivas socio l^£ icas ; no son ins tancias negat ives ; no pue

de decir se que la sociedad rea l , def in i t iva .se p ioduzca so lo por

ob ia de las otiHS fue rzas sociales, posi liva s, y de pe nd a r>e£a-

t ivam en te de quc aque l las fue rzas d i soc iad o ias lo pe rm i tan .

E s t a m a n e r a de ver, cor r ien te , es co m plcta m em e super fic ial ; lasociedad. tal como se pre sen ta en la rcal id ad. es el resu ltad o

de am ba s caleg orias de accion reciproca, las cuales , por tan to ,

t i enen amhas un va lo r pos i t ivo ( 1 ).

El erro r de creer que la u na destru ye Io edificado po r la

otr a, y de co ns ide rai lo que al f in qu ed a como el res ulta do de

su subs t raccion ( s iendo as i que en rea l idad mas b ien es e l p io-

( l ) Es t e eg e l ea?0 Aocio lr tf iicn de nn n n poai c iun e n In roaneiA de conc eb i r Ia v id«

en J r t e r i L P a r * f a o p i n i o n c o m d n , d i x t i n ^ u c o j e p oz d a q u i t r e do s p a n l d o a d e l& vi dfl ,

u n o d e l u s cu a l es r en r esen t a lo f jo i i l ivo , c l conern ido prop io . y aud 1f t dubdianci f t de 1 f t

T ido , m ie n t rm cju^ *1 o l i o e i , &n s u s e n l i d o m i sm o . I o n o e x t i t e n t t , a q u t t i o q u e d e b e

ace e l i m in ad n pa ra <;ue la* pOjh tv idadeiS dn t cd ieh as conf i t rvyo n la ver dad er a vida .. Aoi

ic c om por t® " . por c jevnplo , la feEiddacl y *1 do l or , l a v i r t ud y c l v ie io . l a iutrzz* y la

d c bi ii da d. . el f t t i t o y el f r n e a i o , l o a c o n t e s i J o i d f t t i v O S y l a s D «u sa « d e l c u r s n v i t a L P a -

T«fTTnc, cn cam b io , q u c l a c o n ce p t io n su p e r io r , so b fe es t a s o p o s i t i o n er , c s 1ft ro n t r a r in .

a s a b e t : la cu e co o c ib c l odfl .a e«n s d i f e r rn r i t u d i e r ae t r a l ed co m o ufiA, y la misro a v id a .

\& q u e r&s ir ea e l p -ul so d e u n a v i i e li d f ld cen t r a l i n r l u m en l a s co sas au e , v ia?a? d esd e



268 Sociologia

ducto de su adicicin) . proviene, sin duda, del doble sentida del

concep to de un idad . Co ns ide ram os como u n ida d l a co inc iden -

c ia y coo rd inac ion de Ios e lem entos soc ia les , en con t iapo s ic idn

a sus escis iones , a i s lam ien tos , des arm onia s . P ero tam bien esun ida d la s in tes is genera l de las person as , energ ies y foxmas

que co ns t i tuy en un g rupo , la to ta l ida d f ina l en que es ta n com-

p ren d id as , t a n to las re laciones de u n id a d en sen t id o estricto,

como las de du al id ad . Lo que ocu rre es flue los gr up os t jue

sen i im os como «unidos», los expi icam os por aque l los de sus

e lemen tos iunc ion a le s que ac tu an como e s p e c f f i c a m e n t e u n i -

ta r ios , exc luyendo , por tan to , la o t ra s ign i f icac ion mas amj i ' iade l a pa la b ia . A es ra inexac l i tud con t r ibuye t amb ien , po r su

parte , el doble sen tido c o rre sp ond ien te del te rm in o escision u

oposic ion . V iend o como desp l iega en t re Ios e lem entos s ing u-

la res su v i r tud nega t iva o desr ruc to ra , s u p f i n c m o s que debe

ac tu ar del mism o m odo sobre la re lac ion to ta l. Pero , rea l i

da d, no es preciso que lo que con side rad o entr e indiv idu os,

ca m inan do en de te rm inada d ir ecc ion y a i s l ada m en te , es p lgonsga t ivo y s u ’os t rac to r , act iie de la m ism a m an er a en cuan to

a l co n ju n to de la re lac ion. P ue s en es ta —como re ve la c la ia -

m en te l a compe tenc ia de ind iv iduos en una un id ad economi

ca . el e lem ento u is lador , com bin ad o con o tras acciones reci-

p rocas n o afee tadas pOr e! Conflicto, nos ofrece u n nuevo cua-

dru . cn el cuel lo ne^a tivo , el d ua lis m o, represerila u n papel

abso lu tamenie pos i i ivo , a l lende Ios des i rozos que haya pod idoocasionar en la esfera de las relaciones individuates.

s c r v a r : h a s t o p r o p c r a u a ^ u m d j a p e m a r y . i s n i ir n u e s t r o c f c n r iu l y u , n u e s t r a p r o p i a y

p ro f u n d a *uh<;iancia corn u id e n tic a □ u r .o c e « so s p n n i d u i , y q u e n a c ^ n o j e n l i -

r r t jfn to <1.* l a vid.*. iw o p : im u i s o pes imMrA ha dc- A p a^ ce m n i o t rn po r t tdn co mo

£U pc/f ir ; fi l, asc ii l'T if .*! . ( i tm n ,*1130 q u c c* p r « i _o c l ir f t inn r o rc rn m ir . p ars qu c sa lf la a

f lo i e I a v i* rdAjc ra v j' JK V r 'v ime* cof f lp I iM jon pof do qu ic ra cn c s i c J u a l ia j n o — q u c c n

el (C.tto L a tie i tc l b j i' u i U r i o t d M i n o l l o J t s J c 1 r i d u c i d d s & la d m a s 4xl t !nsas

p r o v i c c u f dc lu vid fi, lo p o r jo n n l . en lo o f ijs l iv o , r l l lo SOOi&l. T « c ea :O a o so m c s u n ato t aS i d n d o u n i d a d <|uc se c ic f in d e e n J o s p a r l iJ o * o p u c ^ l o s lo g Jc u y i » l x c n i e ; c u n u n o



I J l u c h a

Los casos m as com pl icados p rese n tan dos t ipos opues tos .

P rimeTO t cn em o s l a s co m u n id ad es ex i e r io r m cn tc e st rechas ,

q uc ab r aza n m u c h as r e l ac io n es de l a v id a, co m o cl m a t r im o

n io . I ' f o so lo cn m a t r im o n io s i r r em ed iab iem cn te d e sav en id o s ,s in o cn o t r o s q u e h an en co n t r ad o u n modus v ivendi sopor ta -

h lc , O al m enos sopo r tado , ha y nccesar ia e in separa h lem en te

u n id a a l a fo rm a soc iologica , un a cicTta sum a de d i sgus tos ,

d i s en t im ien to s y p o iem icas . Es io s m a t r im o n io s n o p i e r d en su

cond ic ion de m at r im on ios po rque ex is ta lucha en e llo s, s ino

que se han producido comu to ta l idades caracten 's t icas , g rac ias

a la su m a dc mu l t ip les e leme n tos , en t r e Ios quc f igu re esa ca nt idad inev i tab le de lucha . Po r o t r a pa r te , i a func idn abso lu ta

m en te p o s i t iv a e i n t eg r a t iv a del an t ag o n i sm o . se m an i f i e s t a en

cas os en que la e s t ru ctu ra socia l sc caracter iza por la p rec is ion

y p u r eza cu id ad o sam en ie co n se tv ad as d e l a s d iv i s io n es y g r a

daciones socia les . As ! el s is iem a social in d io no desca nsa so lo

en l a je r a r q u ia de l as ca st as , s jn o t am b ien cn su m u t u a r ep u l

s io n . Las h o s t i l id ad es n o solo im p id en q u e v a y a n p o co a p oco b o r ra n d o se las d ife ren cias d e n t ro del g r u p o —p o r lo cu a l p u e

d en s e r p r o v o ead as d c l ib e rad am en te , co m o g a r an t i a d e l as

cons t i tuc iones ex is len tes—, s ino que, ademas , son socio logica-

m ente product ivas : g roeias a e l las con f rec uencia e nc ue nira n

las c lases o las personal idades sus pos ic iones propias , quc no

hu b ie ran ha l la do o que hu b i e r an ha l la do de o t ro modo , si,

ex is i iendo las causas ob je t ivas de la hos t i l idad , l .ub iesen es tas

cau sas ac tu ado s i n el se n t im ie nt o y las m ^nife s iac ion es vie la

en cm is i ad .

En m an e r a a lg u n a l a d e sap a r i c io n d e l a s en e r g f a s r cp i i l s i -

vas y ( cons ideradas a i s lada iu en te ) des i ruc to ras de un g rupo ,

p ro d n c ir a s iem p re u n a v ida m a s rica y p lena de la comuni

d a d —al m o d o co m o u n p a tr ii tso nio a u m en ta cu an d o d csap a -

rece su pa s ivo —. Lo que resu l tara se ta o t ro euadro , ta n dis -

l in to y con f recuencia lan i r rea l izab le como s i lo dcsaparecidoluesen Ias energ ias de eooperacion y afecto de ayuda mutua y



viduales. Asi , v. gr ., la oposic ion de un e le mento f rente a o t io

en una misma soc icdad , no e s un f ac to r soc ia l meramen te ne -

ga t ivo , au nq ue so lo sea porq ue m uc ha s veces es cl un ico medio

que hace pos ih lc la conv ivenc ia con persona l idades p rop ia -

men te in to lc rab les . S i no tuv ie r amo s fuerza y derccho que

op onc r a Ia t i ra nf a y a l egoismo, a l capr icho y a la fa l ta de

tf tClo. no i ioportariamos relaciones tan dolorosas, sino que nos

ver ta mo s im pul sa dos a rccursos de dcsesperaci t fn , que c ierta-

raen ie dcs t r u i r ia n la re la t ion , pero p rec isam ente por eso no

ser i an « lu cha». Y esto no solo por el hc ch o—que no es cs en-

cia l aqui—tie quc la opresion suele aumentar cuando es to le-

r ada t r a nqu i la mc n te y s in p ro te s ta , s ino po rque l a opos ic idn

nos p roporc i ona in te r io res sa t i s facc ioncs , d is t racc ion y al ivio ,

cxac tam en lc c om o . en o t r a s c i r cuns tanc ia s p sico lo^icas, la h u -

mi ld ad y la pac icnc ia . N ue s t ra opos ic ion p rovoca en noso t ros

cl sen t im ien t o de no e s ta r comp le tam en te op r imidos ; nos per -

mi le a d q u i r i r conciencia de nu es tr a fuerza y pro po rci on a a .'i

v ivacidad a c ier tas re laciones que, s in esta compe nsaci on, en

modo a lguno sopo r ta r f amos .

Y la opos ici on produ ce este efecto no solo a un qu e no l le

guc a re sul t ados percept ib les , s ino i nclus o s i n o se manif iesta

ex te r io nnc n te y se queda en lo pu ram en te in te r ior . A u n cua n-

do a renas sc ex te r io r ice p rac t icamente , la opos ic ion puede

p r od uc i r u n equi l ibr io i n t e r i o r —a veccs h a s t a pa ra los dos

e le me nto s—u n sos iego y un se n t i mi en t o idea l de poder , quesa lva n re lac iones , cuy a con t inu ac i on resu l ta con f recuenc ia

incomprcns ib le para Ios de fuera . Ln tonces la opos ic ion se

COnvicrle en miembro de !a relacion misma y adquiere los

m is m os dereehos que los demas mot ivos de la re lac ion. N o

so lo e s un m edio pa ra conscrvar la re lac ion to ta l , s ino una dc

las funciones concretas en quc esta se rcal iza . Cuando !as re

lac iones son pu ramen te ex te r io re s y no t i enen ac tua l i zac idni i i l f l d l l b l

270 Sociology



I a lucha 271

c ion ex t rao rd i na r i am ent c -var iada dc s impnt i a s , i nd i fe renc ias

y ave rs iones , mas o me no s b reves y durade ras . S i n emba rgo ,

la esfera de la indi fe renc ia es re la t ivamentc pequena . La ac t i

v idad de nues t r a a lm a re spondc a cas i todas l a s impi es io nesque pTOceden de o t ros ho mb res , con u n se nt im ie nt o de te rmi

nado, que s i aparece como indi ferente es por su carac ter

subconsc ientc . breve y cambiante . En rea l idad, la indi fe renc ia

es tan poco na tu ra l , com o ins opo r tab le ser ia 3a confu sio n de

las mufURS sugestiones. De estos dos peligros t ipicos de la

g ra n c i uda d nos sa l va l a a n i i pa ua , p r e l ud i o de l a n t a ^on i sm o

activo. La ant ipa t i 'a produce las d is ta nc ias y a pa r ta mi en tos ,sin las cuales no ser ia posible este gen ero de vida. Los gra do s

y mezclas de la ant ipa t i 'a , cl r i tmo de su ap a t i c id n y des apa -

t ic io n, las fo rm as en quc sc sal isface; t odo esto, con los e le

mento s uni f icadores cn f ient ido cs tr icto , form a un todo ins e

pa rab le en la vida de las g r a n de s c iudades. Lo que e n esta

vida aparece inmcdia tamente como disoc iac idn, cs , cn rea l idad,

una de las formas e lementa les de soc ia l izac ion.

P o r cons igu ien te , s i l as r e lac iones de lucba no pu ede n pro-

duc i r u n a concrec ion por s t so la s , pe ro co labu ran con l a s o t ra s

ene rg ies un i f icadoras pa ra c on s t i tu i r en t re toda s l a un id ad

vi t a l de l g iupa , r e su l t a que l a s p r imeras apenas sc d i fe renc ian

de las res tantes iorm as de re lac ion que la soc iologia tom a de

las var iadas existenc ias reales. N i el am or , n i Ia d iv is ion de l

t rab a jo , n i la ac t i tud c om un f rente a u n tercero , n i la am istad ,

n i l a pc r i enenc ia a un pa r t ido , n i l a subord ina t ion , puedencons t i tu i r por si so la s u n a un id ad h is to r i ca y m an ten e r l a de

modo duradero; y cuando esto, s in emb-irgo, sucede, c l proceso

asf des ignado con t i ene ya u n a p lu ra l ida d de fo rm as de re l a

c ion d i l e renc iab les . La e senc ia de l a lma bumana no cons ien te

cn dc jarse l i j j a r por un bi lo solo , aunque e l ana l i s i s c ient i f ico

haya de de fenerse en la s un ida des e l ementa le s y su po tenc ia

cspccif ica de union. Es mas; acaso todo este anal isis no seae n un se n t ido sup e r i o r y e n a pa r i e nc i a c on t r a r i o—si no un a



Srtf ii iKi^ia

r i a d o s—y no qued ando nos o t ro r ecu rso quc rep resen ta r l a s

como l a cooperac idn dc u n a p lu r a l ida d dc cne rg ias a sociado-

ra s. E s t a s se v a n l i m i t a n d o y m o d if ic a n do m u t u a m e n t e h a s ta que surge e l cuadro quc la r ea i idad ob je t iva ha consc j ju ido

crea r po r un p roccd imicn to mas senc il lo y un i t a r io , pc io im

p rac ticab le p a r a cl c n te n d im ie n to observador .

A s i sucede tam bie n en Ios p rocesos del a lm a ind iv idual .

So n estos en cada m om en ta t an compl icados , e scondcn t a l

ca n t i da d dc v ibrac iones d iver sas u opues tas , que su des igna -

c ion por uno dc nues t ros conceptos ps ico log icos es s iempre

imper f ect a y , p rop iam en te , f al sa . Ta m poc o en t re lo s m om en-

tos v i ta l cs del a lm a ind iv idua l se an u d a nu nc a un li il o solo .

Pc to es ta l am bien es u n a m era ima gen que el pen sam ien to

ana l i t ico se f o rm a de l a un ida d del a lm a , impe ne t r ab le pa r a

cl. Sc gu ram en te m uch o de lo quc t enem os que r ep resen ta r -

n o s c o m o s e n t i m i e n t o r a e z c l a J o , c o m o r e u n i o n d c i n s t i n t o s

var ios . como compe tencia de sensac ioncs con t rar ies , es cn s i

una pe r i cc t a un idad . Pe ro e l en tend imien to obse rvador ca r e -

cc del esquema neeesar io para percibir esa unidad v sc ve

ob l igado a con s t ru i r l a , como una r esu l t an tc de m ul t ip l es e le

m e n t o s . C u a n d o a n t e a l g u n a s c o sa s n o s s e n t i m o s a l m i s m o

t i emp o a t i a id os y xepel idos ; cuando cn u na m ism a acc ion pa -

reccn mezclar se r asgos de carac ter nobles y mezquinos ; cuan

do e l sen t in j ien to que una per sona nos insp i ra se compone t ie

r espe to y amis t ad , de impu l sos pa tc rna les o ma te rna les y e r 6-t icos, o de valoraciones et icas y est^t icas, todos estos fenume-

nos de l a lma son con f r ecuenc ia comple tamen te un i l a r io s ;

pe ro n o p o d e m o s d e s ig n ar lo s d ircc tom en te y p o r eso los con-

ver t im os en u n concier to de va t iad os e lemento?; an imicos ,

em pleando tod a sue r t e de ana log ies , va l i e ndo nos de mot ivos

preceden tes o d e consecuencias exter iores.

S i es to es exac to , t ambien las r e lac iones , aparen temented i l h d



Lalucha 273

duce—creemos—la d is tancia observada . Mas es to puede sex

com pletarncn te equ ivocado . La re lac ion es ta d i sp ues ta por si

m ism a se gun est a d is t anc ia ; ti ene po r deci rlo as i i n i c i a lmen te

c ie r t a t empera tu ra , que no sc p ioducc po r l a compcnsac ionent re c ier to ca lor y c ierta f r ia ldad . E l g rado de supe r io r ida d

y de sugcs t ion que se p roduce en t re dos personas , lo cons ide-

ram os a m enu do como e ngen drado po r Ia fue rza de un a de

Ias par tes , que se cru za con cierta dcbi l idad en oiro sent ido .

Pu ed e que ex is ian es ia fuerz a y es ta deb i lidad ; pero con f re

cuencia su dua l i sm o no se m ani f ies ta en Ia re lac ion rea l, que

se de ter m ina po r el con ju nt o de Ios elem entos y solo a pos

teriori p od emo s e sc in c ir su u n i d a d i n med i a t a en aq ue l lo s

factores .

La s relacione s erot icas no s ofrecen los ejcm plos m as fre-

cuentes de esto . Mucbas veces nos parecen entretcj idas de

a m o r y de es t imacion o desprecio ; o dc am or y se n t im ien to

de la armonia en t re las dos na tu ia lezas , con la conciencia de

complemcn ta r se mu tuamen te en v i r tud de l con t ras t e ; o de

amor y afan de dominio o neces idad de apoyo . Lo quc dees t e modo e l obse rvador—o c l su j t to mismo—esc inde en

dos corr ientes mez cladas, es, cn reai ida d, m ucb as vcces u n a

so la . E n l a r e lac ion , t a l como queda f ina lmen te cons l itu i -

da, la personal idf td to tal del uno actua sobre la del o t ro , y su

rea l idad es independien te dc la cons id t rac ion de quc . s i no se

d iese es ta re lac idn , l as dos personas so insp i rar ian cs t imacion

o s impat ia o lo con t rar io . Incontab ies veces dBsignamos es tasre laciones como re lac iones o se n t im ien to s mczclados, porque

con st rufm os los efectos quc las cual idades dc u n a de las par

tes p roduci r fan cn la o t ra , si actuascn aislatlas, cosa que jus-

tam cn te no baccn ; p resc ind ien do de que ba b la r de mczcla de

sen t imien tos y de re lac iones cs s iempre una expres ion prob lc-

ma t ica , au n en lus casos cn que se cmplea m as jus t i f icada-

mcn te : po rque i r as l a da con incau io s imbo l i smo un acon tece r

espacia l e in iu i t ivo a re laciones an im icas to ta lm en te he te-



274 Sociologia

m entc , pa ra poder descr ib i rla y c las if icarla . l a supo ne m os com-

p u e s ta dc dos corr ien tes , u n a po s it iv e y o t ra a n ta g o n ic a ; o

b ie n es ta s dos co rr ien tes e x is t ia n dc a n te m a n o , pero, p o r de

cirlo as i , an tes de que se prod ujese la re lacidn, l lcgando en es taa cons t i tu i r una un idad o rgdn ica en l a que dc jan dcpcrc ib i r se

los com pon ente s con su .cne rgia especif ica. N o deben olvidarse ,

p o r lo d e m as , el e n o rm e n u m e ro de t r a to s in te r in d iv id u a le s

cn que las r e lac iones parc ia les op ues tas sub s is tcn con inde

p en d e n c ia y co rren p a ra le la s u n a s a o tra s , p u d ie n d o rccono-

ccrsc en cada m om ento .

H a y un m at i z pa r t i cu la r cn l a evo luc ion h is to r i ca de c ie rt asrelaciones; y es e l caso de quc a lg un o s escadios pi im it iv os pre

se n te r u n a un idad ind i f e r enc iada de l endenc ias convergcn tcs y

d ivergentes , que mas adelan tc se separan para d i s t ingui r sc ya

del todo. T o da v ia en el s ig lo xm exis ten en las cortes dc la E u

rope cen t r a l a sam bleas pe rm ane n tcs de nob les , que cons t i luyen

u n a cspec ie de Con se jo de los p r inc ipes , v iven como buesped es

del r ey y al m ism o t iemp o form an u n a represen tac idn dc lanobleza, defendiendo los in tereses de es ta , incluso f rente a l

p r inc ipe . L a c o m u n id a d de in tereses con el rey, a cuya a d m i-

nis t racidn s i rven en ocasiones , y la defensa de sus derecbos de

clase f rente a l rey , no s 6lo coexis tian , s ino que es taba n fun da -

das en es tos o rganism os . La pos ic ion era segu ram entc sen t ida

como un i ta r ia , a pesar dc lo inconci l iab les que a nos o t ros nos

parecen sus e lem entos . E n In g la te r ra , po r es ta epoca, cl P a r l a

mento de Ios barones apenas se d i s t ingue de un Conse jo rea l

algo am plio . La a dhe sion al rey y la oposicion cr it ica , pa r t id is-

t a , s e encuen t r an todav ia en un idad ge rmina l .

M ien t r as s e t r a lc de e l abo ra r in s t i tuc ione s que h a y a n de

resolver e l problema complicado del equi l ibr io in ter ior del

gru po , sera di f ic i l decidir si es ta co labo raci 6n en beneficio

colectivo h a dc vcr if icarse en Ia fo rm a de Ia op osic ion, com pe-

tencia y cr it ics, O en la form a de un id ad y aTmom'a inm ediata s .



I j l u c h i 275

n i festa rse con m is c la r idad y dec is ion r e la t ivam en te . La s r e la

c iones med ias e indec isas, que se ba san en un a p en um br a del

sen t im ien to y cuya u l t im a pa lab ra lo mismo puede se r el od io

que el amor , son m is f r ecuentes en epoc&s m ad ura s que en

cpocas tempranas .

Si es c ier io quc el antajS onism o po r s i s t5lo no co ns ti tu ye

un a so c ia l iza t ion , t am bie n lo cs que no sue le f a l ta i—presc in -

d iendo de esos ex trcm us—como elem ento de las socia l izaciones .

Y su papel puede potenciarse a i in f in i to , es dec ir , ba s ta l a su -

p res ion de todos los e lem en to s de u n id a d . La escala de re lac io

nes, quc as i r esu l ta , puede cons t ru i r se t am bien acud iendo a categor ie s e ticas: au nq ue es ias, en genera l , no of recen pu nto s de

apoyo adecuados para cxlracr f&cil y totalmente de los fen<5-

menos lo que bay de socio id^ico en e l los . Los sen t imientos dc

va lo r con que acompa f iamo s ias acc iones vo lun ta r ie s dc los in

d iv id u o s , en g en d r an s e r i e s q u e g u a r d an u n a p r o p o r c io n p u r a

men te casua l con la de te rm ina t ion de sus fo rm as dc r e lac idn

segun pun tos de v i s ta ob je t ivos y concep tua les . Rcpresen ta r sela et ica como una especie de sociologia Ser ia pr ivar la dc su

con ten ido mas p ro fun do y f ino: l a a c t i tud del a lm a an te si

m ism a, ac t i tud que no aparece en sus m an i fes tac iones ex tc r io -

res , los m ovim iento s re l ig iosos , que so lo s i rven a la prop ia

sa lvacion o perd i t ion , la dedicacion a los valores ob je t ivos del

conocimiento de la bel leza , de las d ignidades en las cosas ,

t od o lo cu a l e s a i l e n d e l as r e lac io n es con Los d em as b o m b r es .

E s to no obs tan te , la mezc la de r elac iones a rm on icas y bos t i l e s

bace que co inc idan las series sociologica y etica. C o m ie n z a

con la accion de .4 en p rov ec bo de B; pasa luego a l p rovecbo

p rop io de A por raedio de B, s in aprovecbar a es te , pero s in

dan ar le ; y term ina f ina lm ente en la accion egois ta a cos ta

de B. A l co n ies ta r 5 , a u n q u e casi n u n c a d el m i sm o m o d o y en

Ia mi sm a me dida, sur ge n las inc alcu lable s mez clas de COn-

vergencia y d ivergencia que se dan en las re lac iones bumanas-H i d d l h l i l i t t i



276 Sociologia

nos encon t r amos ya con un a spec to soc ia l i zado r , aunque so lo

sea de con tenc ion . K a n t a f i rmaba que toda gue r r a en que l as

par tes no se im p o n e n ciertas re se ivas . en cu a n to al uso de los

medios pos ib les, ten ia que conver t ir se po i m ot ivos ps ieo lo^ i-

cos cn u n a gu er r a de ex te rm in io . P ue s cl par t ido que no se

abs t icne , a l m enos , de rem ata r her idos , de inc um pl i r la pa labra

dada y de la t ra ic ion , des t ruye aq ue l la co nf ianza quc hace po

sible concer ta r u n a paz . Ca s i impercep t ib lemen te se desl iza cn

Ia hos t i l idad un e lemento de comunidad , cuando e l es tad io de

la v io len cia f ranc a cede el paso a o tr a re lacion en la cual la

su m a to ta l de encm is tad , ex is fen tc en i re las partes, puede no

h a b e r d i sm in u id o e n n a d a. C u a n d o los l o n g o b a r d o s c o n qu i s-

ta ro n a I ta l ia en el s iglo vi, im pu sie ion a Ios somet idos un im

pues to de u n tercio del p roducto del suelo , d is t r ib u y e n d o lo de

m an era que a cada un o de Ios venccdores le era n asi^n ado s

var ios venc idos , quc b a b ia n de sa ti s facerle perso na lm ente el

impuesto . Quizas e l odio del vencido a l vencedor fuese Tan

g rand e y au n m ay or en e s ta s i tuac ion que d u ra n te l a gue rr a ;y acaso el vencedo r iespo ndie se a l vencido con el m ism o se n

t im ien to , b ien porque el od io a l que nos od ia cons t i tuye un a

medida de p revenc ion ins t in t iva , b ien porque , como es sabido,

so lem os od ia r a aque l los a qu ienes hem os causado a lgun dano .

S in em bargo , en es ta re lac ion hab ia c ie rta comu nidad ; la s i

tua c io n p rod uc id a por la hos t i l idad , la par t ic ipac ion fo rzosa

de Ios lon go ba rdo s en las t ier ras de los nat ura les . era a l m ism o t iempo or igen dc u n innegab le para le l i sm o de in tereses .

A l fund i r se de este m odo ind is o lub lem ente Ia d ivcrgcncia y

Ia a r m on ia , quedaba c reado c l gcrm en de una com un idad

f u t u r a .Es te t ipo dc fo rma se h a ie a l i z ad o p r inc ipa lmen te en l a e s-

c lav izac ion—en vez de la muer te—del enemigo p r is ionero . En

esta esclavitud sc presenta muchas veces, sin duda, el caso ex-trem o de la ene m istad ab so luta in ter ior ; pero con motivo de



1.2 luClU 277

como a veces sucede que en a lgunas monarquias se le dan a la

oposici(5n prin cip es por jefes, como hisco, v. gr ., G u s ta v o W a s a .

C on esto se foi talece, s in duda, la opos ic ion , a la que af luye n

e lem en to s q u e d e o t r o m o d o h u b ie i an p e r m an ec id o ap a r t ad o s ;

pero al m ism o t iem po se la m a n t ie n e en d e te rm in ad o s l im i-

tes . EI Gobierno , aparen temente , for ta lece la opos ic ion ; pe io ,

en lea l idnd , le rompe la punta .

Otro caso cx tremo parece darse cuando Ia lucha se or ig ina

exclusivamenle en el p lacer de combatsr . Si la lucka se desen-

cadena por alf iun objeto , el afan de posebidn o de dominio, la

colera o la ve n^ an za . en tone es no solo di m an a n del objeto Qsi tuacion que se desca a lcanzar condic iones quc someten la

lucb a a no rm as com unc s o res tr icc iones iec iprocas , s ino que,

p o r perseguirse u n a f in a l id ad ex te r io r & Ia lu cba , esta adqu ic -

re un color peculiar , m erced al bec bo de que todo s Ios f ines

p u ed e n , en pr incip io , conseg u irse p o r va iio s m ed ios. E l a f 6 n

de pcses ion o de dominio , e inc luso e l deseo de an iqui lar a l

enemigo pueden sa l i sf acer se po r med io de o t r as com binac io -nes y acon tec imien tos que no sean I a lucba . Cuando la lucba

es un s imple med io , de te rm inad o por el t erminus ad <juem, no

b a y m otivo a lg u n o p a ra n o l im i ia r la o su sp en d e r la , si puede

ser sus t i tu id a por o t ro medio con el mism o resu l tad o . Pe ro

cuando la luc l ia v iene determinada exclus ivamente por e l

terminus a quo sub je t ivo ; cua ndo ex istcn energ ias in ter iores

que so lo pueden ser sa t is fecba s por la lucka m isma, en tonees

es imposib le su s t i tu i r la por o t ro med io , pues que cons t i tuy e

su p rop io fin y con ten ido y , po r t an to , no adm i te la cn la bo ia -

c ion de o i ras formas . Es tas luckas , po i e l p lacer de luchar ,

parecen d e te rm in a d a s fo rm a lm e n ie por u n cierto in s t in to de

ho sti l ida d, quc se ofrccc a la obs erv acio n psicologica y de cu-

yas d iver sas fo rmas vamos a hab la r abora .

D e u n a cn cm is i ad n a tu r a l en i r e l os h o m b r es b a b ian los

moralisfas; csccpticos, que creen que cl homo est homini lupus, l d i d j i



Sociologia

h o m b r e es, empf r i camen te , pa r a c l en tend imien to , un se r

egois ta , y las modi f lcac iones de es te hccho n a tu ra l no acon-

t ecen po r ob ra de l a na tu r a l ez a m ism a , s ino po r e l deus ex

machina de una rea l idad metaf i s ica . Parece , pues , que jun to a

la s i tnpat ia en t re los hombres debemos co locar , como forma o

base de las re lac iones h u m a n a s , u n a h o s t i l id a d n a tu r a l . E I

in t e r es ex t r anamen te fue r t e que , po r e j emplo , i n sp i r an a l

h o m b r e l o s padecim icntos de Ios demas, sdlo puede explicarse

como r esu l t ado de una mexc la de ambas mot ivac iones .

T a m b i e n e s r e s u lt a d o de esa a n t i p a t i a n a t u r a l el f e n o m e

no no raro del «espi i i tu de contradiccidn®. Este espir i tu no se

en cu cn t ra tan so lo en el conocido t ipo que por p r inc ip io dice

que no a todo, ese t ipo que vemos en Ios circulos de amigos y

de fam il ia , cn los comites y en los publ ic os de tea t ro y que

cons t i tuye la desesperac ion de los que le rodean . Tampoco

en cu en t ra sus e jcmp lares m as carac ter i st icos en la es fera po l i

t ica , en esos h om bre s de oposic ion cuy o t ipo clas icn describe

M ac au lay cuan do dice de Ro be r to Fe rguso n : «Su hos t i li dadno se d i r i£ i a a l Papado o a ! P rn tes t tmt i smo , a l Gob ie rno mo-

n i rqu ico o a l r epubl icano , a la casa de Es tuardo o a la de

N a s s a u , s in o a todo c u an to en su epoca e s ta b a establecido.* N o

siem pre son t ipos de «oposicidn pura * los que com o tales se

cons ide r an ; pues gene ra lm en tc e stos se p r esen tan como de len -

sores de derechos m eno scab ado s , como ca m peon es de lo ob je i i -

vamcme jus to , como caba l l e r escos j amparadores de l a minor i a .H a y s in tom as m enos dest acados que, a m i pa rece r, dc l a t an .

s in em bargo , m as c l a r am en tc cl a f an abs i r ac to de opos ic idn .

Tales son , por e jemplo , l a t en tac ion , a menudo inconsc ien te o

ape nas ap un tad a , de op oner la nega t ion a u n a a f i rmac idn o

so l ic i tud cua lqu iera , sobre todo si cs lo rm uia da de un m odo

ca tegdr i co . Has ta en momen tos de a rmom'a e inc luso en na tu -

r a l ezas abso lu tamen te condescend icn tcs , su rge es t e in s t in tode oposicidn con ia necesidad de un movimiento ref le jo y se



La lucfia 279

la opos ic ion . E s to s ign if icar ia , en efec to . que Ia pers on a l idad ,

au nq ue no sea r ea lm en te a tacada , aun qu e s filo se encuen t re

an te man i fes tac iones pu ramen te ob je t ivas de o t ros , neces i ta

opone r se pa ra a f i rmarse , s iendo el p r imer in s t in to de p rop iaa f i rmac idn a l mismo t iempo la negac idn de l o t ro .

Pero , sobre todo parece inevi tab le e l reconocer un ins t in to

d e l u c h a a priori, si se t iene en cucn ta los m ot ivo s incre ib le-

m en te n im ios y has ta r id icu los , que o r ig inan las luchas m 6s

se r ias . U n h i s to r ia dor ing les re fiere tjue no hace mu cho t i e m

po dos p a r t id os ir lan dcses h a b i a n e n sa n g re n ta d o a l pa is , a

con secu enc ia d e u n a en em is t ad q u e su rg io p o r u n a d i sp u tasobre el co lor de u n a vaca . E n la I nd ia , hace a lg uno s decen ios ,

ocu r r ie ro n pe l ig rosas r evue l tas , a consecuenc ia de la r iva l id ad

de dos par t idos que no sa b ia n un o de o t ro s ino que el u no era

el de la ma no derecha y el o t ro e l de la m an o izquie rda . E s t a

p e q u e n tz de los m o t iv o s se ofrece, p o r decirlo asi, en cl o tro

extrem o, cua ndo se cor is idera las senales r id icu las cn que se

m a n i f i e s ta a veces Ia h o s t i li d ad . E n l a I n d ia , m ah o m e ta n o s e

ind ios , v iven en e nem is lad Ia ten te , que se m anif ie s ta en que

los m ah om eta no s a fc rochan sus vest idos a l a de recha y los i n

d ios a I a i zqu ie rda , cn que en las comidas cn comun aque l los

se s ie n ta n en c ir cu lo y es tos en h i le ia , cn que los m a h o m e

tanos pobres u sa n como p la to un lado de c ie rta ho ja y las

ind ios el o tro. E n las enem is tades en t r e ho m bre s es f r ecuen te

que la causa y c l e fec to sean tan incoheien tes y desproporcio-

nada s , que no puede saberse b ien s i c l ap are n te ob je to de lalucha es , en efecto , Ia causa dc esta , o solo la manifestacion de

un a hos t i l idad ya ex is ten te . E n a lgu no s ep isod ios de Ia lucha

entre los par t idos gr ief tos y romanos del c i rco ; en las d isputes

p o r el omoiisios y el omoivsios; en la gu eir a dc la rosa ro ja y

Ia rosa blanca; en las luchas de Ios giielfos y los gibelinos, la

i m p o s i b i l i d a d d e h a l l a r u n m o t i v o t a z o n a b l e d e l u c h a n o s

sum e en la ci iada inc er t idum bre . E n genera l, se r ecibe la im -pre s ion de que ios h o m b re s no se b an a m a d o n u n c a p o r m o



Sociology

ceio ind i fe ren te , que in fu nd i t l e descon f ianza y r epu l s ion . E n

este sent ido , parece pa r t ic ula rm en te s ignif ica tivo el he cho de

que d icha d i fe renc ia sea may or , t ra tan da se de los g rados in fe

r io res de aque l los sen t im ien to s , por e jemplo , la m era in ic ia -

c ion del pre ju ic io en pro O en co ntra de a lguie n . E n Ios gr a

dos mas e levados que conducen a la pract ica , no decide ya esta

inc l inac ion fug i t iva s ino es t imac iones consc ien tes ; pero aque

l la d e l a t a l a e x i s te n c ia de u n i n s t i n to f u n d a m e n ta l . E l m i sm o

hecho esenc ia l se reve la cu and o con s ide ram os que esos le-

ves p r ejui cios q u e v e l a n c o m o c on u n a so m h r a n u e s t r a im a

gen de o t ro , pued en se rnos suge r idos po r pe r sonas com ple ta

mente ind i fe ren tes , a l paso que un p re ju ic io favorable solo

puede sernos suger ido por a lg u ie n que te n g a a u to r id a d sobre

noso t ros o que per tenezca a l c i rcu lo de nues t ros amigos . Aca

so no a lc an za ra su t rag ica verdad e l alitjuid haeret, s in esta

fac i lidad o l igereza con quc cl ho m br e medio reacc iona a su -

gest iones desfavorabies .

L a obse rvac ion de de te rm inadas an t ip a t i a s y pu finas, in

tr igas y luc has f ran cas , p odr ia l levar, s in du da , a la creencia dc

quc l a enemis tad f igu ra en t r e aque l l a s ene rg ia s humanas p r i -

mar ias , que no se desencadenan por la rea l idad ex te r io r de

sus ob jetos, s ino que se c rean a s i m ism as d ichos ob je tos . A si

se ha a f i rm ado que el ho m bre t iene re l ig ion , no por quc c rca

en Dios , s ino que c ree en D ios porq ue t iene en su a l m a e l

sen t im ien to rel ig ioso . C on respec to a l a m o r reconoce todo e lm u n d o q ue , p a r t i c u l a r m e n tc e n la j u v e n tu d , n o es u n a m e r a

reacc ion de nu es t r a a lm a , u na r eacc ion p roduc ida po r e l ob je

to , como se p roducen las sensac iones de co lo r en nues t ro apa-

r a to 6 ptico, s in o que el a lm a sien te la n eces idad dc a n a r y

aprchende un ob je to cua lqu ie ra que Ia sa t i s faga , v is t iendo le a

vcces con aqu el las cual idades que, a l parecer, d e te rm in an e l

am or . N a d a se opone a que—con la s l imi tac iones que aho rad i b i l l i d l f EI



l . i i uch i

t an e id ad , su d e t e r m in ac io n p o r e l t erminus a q u o . P o r e x c e p

t io n ta n solo t iene el in s t i n t o del od io es tad ios de es ta v io

lencia, en los que se pa te nt iz a su cazActer su bje t ivo y e spon-

t 6 neo ( l ) .

S i rea lmente ex is te en c l bombre un ins t in to {ormal de

ho s t i l id ad , s imetr ico a la ncces idad de s im pa t ia , me parece

quc b is tdr icamente ba dc proceder de uno de esos procesos dc

des t i l ac ion , que hacen t jue lo s mov imien tos in te rnes de jen en

el a lm a su f o r m a co m u n , co m o in s t in f o au to n o m o . I n te r e se s

de todo genero ob l igan f r ecuen tem en te a lu cb ar po r de te rmi

nat ion b iencs , a la opos ic ion contra determinadas personas ; yes muy faci l que el residuo de esas luchas y oposiciones, en la

p ro v is io n h e re d i ta r ia de n u e s t ra espccie, sea u n estado de ex

c i ta t ion < juc impe le a man i fcs tac ioncs de an tagon ismo . Las

re lac iones en tre los grupos pr imil ivos son , como es sab ido , to -

ta lmente de hos t i l idad , y por razones muchas veces d ichas . E . I

ej em pl o mi5s> ex tre m o no s lo dan los ind ios , e nt re los cu ales

cada t r ih u se cons id eraba en es tado de gue r ra con todas lasdemas , a no se r que hub ie ra concer tado un t r a tado de paz ex -

preso. P e ro no h a y (jue o lv id a r yue cn las c u l tu re s p r im it iva s ,

Ia Guerra con s t i tuy e cas i la un ic a form a de contacto con gru-

pos ex iran os . M ie n t r a s cl com ercio in te r te r r i to r ia l estuvo poco

desar ro l lado , mien t r as e ran desconoc idos lo s v ia jes ind iv idua

les y las com unid adc s esp i r i tua les no t r an sp on ian las f ron te -

ta s de l g rupo , no bab ia en t r e lo s d iver sos g rupos o t r a pos ib le

re lac ion socio logica t jue la guer ra . La re lac ion que mant ienen

en t re s i lo s e lemen tos de un g rupo y las que m an t ien en los

g rup os un os con o tros cs. en las epocas p r imi t ivas , comple te -

( 1 ) T od as fa* re l ac ion es de un komfcre: c6n loa dern&. i i t d iv idcn . Ml SU m & J h o n

da TAtx, aejgun la rcjpuC£(& «jae dd dc a Ini pr e£ an to x i t i£uientC0j f luftqu* cOil in n u m t-

rabWd f runai rio r»cs COlfe loa po lu a de la no rm a t iv e y ncgAt iva: i t s f lu Lftae s p i r i t u a l u n

i n f l ii n t a q ue , c o m o l« l, de d c . i e a v u c l v c o tf n s i n c s i t m u l o c x t e r n o > t u ^ c a p a r <u p a i t c

uf t o t j e to f ldccu« dc O u n o t i jc tn QUC \f> y I a n e w cs id a d c a n v i e r t e n e n n d e c u n -

d ? ^ fl i f l f i i i l I I f i d d f l I if l



2S2

m en te opues ta . D en t ro del g rupo , l a ene m is tad s ign if ica por

reg ia gene ra l l a ru p tu ra de re lac iones , el ap ar ta m ien to y l a

evi tac idn de contactos ; bas ta la v io lenla accion rcc iproca de lalu ch a f r an ca s e en cu en t r a aco mp an ad a d e e s t a s man i fe s t ac io -

n es n eg a tiv es . E n camb io , lo s g ru p o s v iv en en t o ta l i n d i f e re n

c ia , un os f ren te a o t ros, m ien t ras re ina l a paz , y s 6lo con la

gu ci ra ad qu iere n u n a s igni£caci<5n reciproca ac t iva . P o r eso

un o y e l m ism o imp ulso de ex pa ns io n y ac t iv idad , que en el

i n t e r io r fo m en ta l a p az como b ase de l a co m b in ac io n de in t e -

reses y de la buena marcha de las acciones rec iprocas , se ma-n i f i es ta hac ia a fuera como una t endenc ia bc l i cosa .

Pe ro esta a u to n o m ia que se puede conceder en el a lm a a l

i n s t i n to d e h o s t i l id ad , n o e s su fi ci en te p a ra fu n d am en ta r to d as

las m an i fes ta c ione s de l a enem is tad . P o r de p ro n to , el in s t in to

mas e sp o n t£ n eo v e l imi t ad a su so b e ran i a , p o r cu an to n o p u e

de ve rter se sob re cu alq ui er ob jeto, si no s<5lo sab re los que de

a lg u n a m an e ra Ie co n v ien en . E l h am b re su rge , s i n d u d a , en el

su je to s in neccs idad de obje to que la ac tual ice ; s in em bargo,

no se precip i ta sobre la p iedra o la madera , s ino sobre obje tos

quc sean , en c ie r ta manera , comes t ib les . As i t ambien e l amor

y el odio , au nq ue sus im puls os no proce dan de exci tac iones

ex te rna s , neces i t an que en l a es l r uc tu ia de sus ob je tos hay a

algo ade cua do a e l los , con cuya colabo racio n sc pro duz ca la re-

lac ion to ta l . P o r o t ra par te , me parece p rob ab le que el in s i in to

de hos i i l ida d , dad o su car&cter form al , no se prcsente , en gene ra l , s ino pa ra fo r ta lecer con t rov ers ias o r ig inad as en mo t ivos

mate r ia les . pa ra ac luar como peda l , po r dec i r lo as i . Y cuando

la lucha sc p roduce puramente por e l p lacer fo rmal de Ia con-

t i en da y es, po r t an to , ind i fe ren te en p r inc ip io t an to a l obje to

como al advcrsar io , surge en e l t ranscurso t ie e l la , inevi tab le-

men te , od io c i r r i t ac ion con t ra c l enemigo como persona , y

acaso tam bie n in teres por e l precio de la lucha; porq ue es tasp as io n c s a l im c n ta n y a u m e n ta n la energ ia a n im ic a de la



I a lucha 2S3

se ex p li ca m u ch as v eces p o r u n a ad ap t a t i o n i n t e r i o r q ue v a

en cen d i en d o en n o so t r o s lo s s en t i mi en t o s m as ad ecu ad o s a la

s i t u ac i o n d ad a , p a r a ex p l o t a r l a o co m b a t ir l a , p a r a so p o r t a r l a

o ab r ev i a r l a ; e so s s en t i mi en t o s n o s su mi n i s t r an l a s f u e r za snecesar ias a la e jecucion de la ta rea y a la para l izac ion de los

mo v i mi en t o s co n t r a r i o s .

N i n g u n a lu ch a se r ia puede d u r a r m u ch o s in cl a u x i l io dc

un comple jo de im pu l so s an imicos , que se va n p ro duc icndo

len tamen te . T iene es to una g ran , impor t anc ia soc io log ica . La

p u rez a de la lu ch a , p a r el p lacer de l a lu ch a , su f re c o n ta m in a -

c iones de in tereses ob je t ivos , de im pulso s quc pued en ser sa t i s -fechos dc o tro m odo q ue po i la luc ha y clue en la prf iciica co ns

t i tuy en c l puc n te en tre l a con t i end a y l as o t ras fo rm as de ac

c ion r ec ip roca . P ro p ia m en te no conozco m 6 s quc un caso en

que el a t r ac t ivo de l a luc ha y l a v i c to r ia po r s i m i sm as sea el

m ot ive un ico ; en los dem as casos, ese am o i a la lucha es un

e l emen t o ma s q u e se su m a a l an t ag o n i sm o p r o v o cad o p o t

otro s m otivos. M e Teflero a los juegos de luc ha y , cspecial -

men te , a aque l lo s en que n o ha y n i n g u n p re m ia de l a v i c to r ia ,

fuera dc i m ismo iuego . A qu i l a a t r acc ion pu ra m en te soc io lo

gica del p re do m inio y de la su pe r io r ida d se com bina c on dis -

t in to s fac tores : en las lucha s de ha b i l idad , con e l p lacer pur a-

mcn tc ind iv idua l de l mov imien to adecuado y log rado : en lo s

juegos de aza r , con cl f a v o r de la sue r ie , que nos o to rg a u n a

m is t ica r e l ac ion de a r m on ia con l as po tenc ias r cs iden tes a l l en -

de el ind ivid uo y los ac on tec im ien ios sociales. E.n todo caso,lo s juegos de luch a no con t i enen , en su motivation socioldgi-

c b , n ad a m as que l a luch a m ism a . L a f icha s in va lo r , po r la

cu a l a m en u d o se co mb a t e co n la m i sm a p as i o n q u c si S C t r a

tase de monedas de oro . s imbol iza e l fo rmal i smo de es te ins-

i in to , que . a veces , aun en las luchas de l d inero , sobrepasa con

mu ch o a l i n t e r e s ma t e r i a l .

Pe ro debemos adver t i r que ju s t am en te est e du a l i sm o per -

iecto supone, par«j Si : rs iJ lzscir tn , formas sociologicas en el



’ 84 S o c i o l o g y

ca , s in la cua l no podr ia ver i f ica rse una lucha que exc luye

toda base he te rogenea u ob je t iva . La r eg lamen tac ion de e s ta s

luc has es, con f recuencia , r iguros a e impe rsona l , y la ob servan

am ba s pa r tes como un codigo del ho no r , con u n a d i sc ip l ina ,que pocas veces se da en las fo r m as de u n io n y de coope iac ion .

E s te e jemplo nos of iece , cas i con la pu reza de los concep

tos abstractos , e l pr incip io de la lucha y e l pr incip io de la

un ion , que reune los opues tos . A s i vem os como el u no so lo

adquiere , gracias a l o tro , su p leno sent ido y efect iv idad socio-

Idg icas . La misma fo rma domina en l a con t i cnda ju r id ica ,

au nq ue no con igua l pu reza cn los e lemen tos . S in du da ex is tef tqui u n ob jeto de la con t i cnda , con cuya ccsion v o lu n ta i i a

podria t e rm in a r la p u g n a , cosa que no sucede en Ia lu c h a por

el p lacer dc la lucha. Tambien puede decirse que lo que en los

p leiios se l la m a el placer dc Ia lu c h a es, cn la m a y o r i a de Ios

casos, 01 ra cosa: e l energico se nt im ie nt o del derecho o la im po -

s ib i l idad de sopo r ta r una ag res idn r ea l o supueg ta . en Ia e s fe ra

ju r id ic a con que el yo se s ien te so l ida r io . L a o b s t in a c io n y lat enac id ad con que t an a m enu do se dcsa ng ra n l as pa r t e s en

Ios p le i tos , no t ienen , n i aun en c l demandan te , e l ca rac te r de

ofens iva , s ino el de un a defens ive en e! sen l id o m as ho ndo .

Se t ra ta , e fec tivamente , de a f i r m ar Ia pe rso na l ida d que es ta tan

l igada a su pa t r imon io y a su s dc rechos , quc todo menoscabo

la an iqu i f a , y l a l l eva consccue n tcm cn te a u n a luch a dond e

p o n e en jucgo la exis tencia tod a . P o r cons igu ien te , es estein s t i n to in d iv idu a l i s ta y no el socio log ico de la luc ha el que

de te rmina ta les casos .

P er o s i nri iramos a la for m a m ism a de la lu ch a, veremo s

que la co nt i en da jur id i ca es ab solu ta ; es to es, que Ias pr e t en -

s iones dc ambas pa r te s son de fend idas con pu ra ob je t iv idad y

em plean do todos los medios perm i t idos , s in desv ia rse o am i-

no ra r se po r cons ide rac iones pe r sona le s o ex ter io res dc n i ng ungenero La con t ie nd a ju r id ic a es pues en este sen t ido lucha



L,i lucka

t o d o cu an to n o sea l a l u cb a m ism a , p u ed e co n v e rt i r l a co n t i e n

d a j u r i di c a e n u n a l u c h a p e r m a n e n t e f o rm a l , in d e p e n d i e n t e de

su con ten ido . Es to acon tece de un a par te en la casu is t ica ju r f -

d ica, en la cual ya no se p esa n com para t ivam en te e lem en tosreales , s ino c(ue los conceptos luchan una cont ienda completa-

m en te abs t r ac t s . P o r o t r a pa rte , l a luch a se t r as lad a a veces

a e lemen tos que no t i enen la menor r e lac ion con lo que ha de

ser decidido Cn la c ont ie nda . E n Ias c iv i l izaciones e levadas Ias

con t iendas ju r id icas co r ren a ca rgo de abogados p ro fes iona les ,

lo cual l im pia la lucba de todas las asociaciones perso nale s

quc nad a t i enen que ver con el la . Pero cuan do O t 6 n el G r a n de d ispuso que las cues t iones ju r id icas se reso lv icran en ju ic io

de Dios , por u n comb atc a cargo dc luchadores p rofcs iona les ,

ya no queda de todo e l conf l ic to de in tereses s ino la pura for

ma del luchar y e l veneer ; es to es lo un ico que hay de comun

entre la con t ienda que ha de ser dccid ida y la lu cha que la

decide . Es te caso expresa con exageracion car ica turesca la re-

ducc ion y l imi tac ion de la con t ienda ju r fd ica a l a mera lucha .

Pero ju s tamen te po r su pu ra ob je t iv idad , es te t ipo de

lu c h a —el mas desp iadad o de codos, p rec i samen te po r es ta r

m as a l i a d e Ia o p o s i c io n su b je t iv a en t r ^c o m p a s io n y c r u e ld ad

— su p o n e e n co n ju n to la u n id a d y c o m u n id a d de las pa rtes ,

en t an a l to g r ad o , q u e ap en as s e en co n t r a r a en n in g u n a o t r a

re lac ion . La sumis ion comun a la l ey ; e l r econoc imien to

mutuo de quc la decis ion so lo ha de recaer segun e l va lor

ob je t ivo de las r azones aduc idas ; e l man ten imien to de fo rmasinv io lab les pa ra ambas par tes ; l a conc ienc ia de encon t ra r se

envue l tos du ran te todo e l p roced imien to en un poder y o rden

socia les, que le pre s tan sen t id o y segur ida d , todo es to bace

que la con t ienda ju r fd ica descanse sobre un a am pl ia base de

u na ni m id ad es y co incidencias en tre Ios enemigos . AniSloga-

m en te , au nq ue en m eno r g rado , l a s pa r ies que co n t ra tan , Ios

que in te rv ienen en un ncgoc to comcrc ia l , cons t i luycn unau n id ad p o r cu an to au n q u e sean o p u es to s su s in te r ese s aca t an



286 Sncioiogia

menos que Ios juegos dc lucha , esa a l te rna t ive en t re e l dua l i s

m o y l a un ida d de la r e lac ion soc io log ica; I a ex t r ema incon d i -

c iona l idad dc l a luc ha se p roduce ju s tam en te m erced a l a u n i

dad seve ra , de te rminada po r l a s no rmas y cond ic iones co

m u n e s .

F ina lmente , es to mismo sucede s iempre que las par tes ca -

ta n p en e t ia da s de un inte rns ob je t ivo , es decir , cua nd o lo que

con st i tuy e el in teres de la lu cha , y con e l lo la lu cha m ism a,

es ta d i fe renc iado de la persona l idad . En es tos casos puede

ocurr i r : o b ien que Ia lucha g ire en torno a cuest iones pu-

r a m e n te o b je ti va s , q u e d a n d o f u e r a d e e ll a y e n p a z t o d o

lo per so nal , o b ien que ha ga presa en las p erso nas y en su

aspec to sub je t ivo , s in que por el lo su f ra n a l te rac iones o d is i -

denc ias los in te reses ob je tivos com unes a las par tes . E I u l t i

mo t ipo es ta ca rac te r izado en la expres io n de Le ibn i tz : que

cor re r ia t ras tie su enemigo m or ta l , s i pu d ie ra apre nd er a lgo

de d l . Es tan ev iden te que es to puede ca lmar y a tenuar la

en em is tad , que so lo el resu l tado opu es to q ued a en cues t i6 n.

L a enem is tad que corre para le la a c ie r ta co m un ida d e in te l i -

gcncia en lo obje t ivo , t iene, p er decir lo asi , u n a gra n pu rez a

y se gu r ida d de derecho: la concien cia de Ia sc para cion ver i-

f icada nos asevera que no l levam os la rep u ls i on persona l

ad ond e no debe e n t r a r , y l a t r an qu i l id ad de concienc ia que as i

adqu i r imos , puede . en ocas iones , condoc i r a que la enemis tad

se encone. Pues a l l imitar la a su verdadero foco, que es a l p rop io t iem po lo mfis sub je t ivo de la p e r so n a l id a d , nos a b a n -

donamos a veces a e l l a de un modo mas amp l io , mas apas io -

nado , m as concen t r ado , que si h ub ie ram os de a r r a s t r a r ade -

mas e l l a s t r e de an imos idades secunda r ia s , p roduc idas po r

contagio de aquel la centra l .

E n cambio , cua nd o la d i fe renc iac ion de Ia luc ha no deja

en la con t ien da s ino in te reses im perso na les , desaparecen porl l i i i i i i l l



L j lucha 287

muy idea l i s tas y que , no ten iendo cons idcrac ion a lguna de si

mism os, tampo co las t ien en dc los dema s , y se c ieen a u t or i -

z a d o s pa ra sacrificar a los dem as a la idea , por la cual se sa -

cri fican e llos m ism os. Es te genero de lucha , en Ia que ac tua n

todas las fuerzas de la per son a, pero cuyo t r iun fo r ed un da en

beneficio de la causa , t iene u n ca rac ter d is t in g u id o , p u es el

hom bre d is t ing uido es cl que, s iendo c om pleta m ente personal ,

sabe , s in embargo , reservar su personal idad; por eso Ia ob je t i

vidad produce la impres ion de Ia nobleza . Pero una vez rea-

l izada de esta d i fcrenciac ion y ob je t ivad a la luc ha , esta ya no

se somctc a rn£s rcservas, pues el lo consti tu ir ia un pecado contra c l in teres ob je t ivo en que la lucha sc ha concentrado . Sa

bre la base de la co m u n id a d que las p a r te s c o n s t i tu y e n , a l l i-

mi tarse cada cual a la defensa de la causa obje t iva y re n u n -

ciar a todo e lem ento perso nal y egoista , p re sen tara la luc ha

toda la v io lencia pos ib le , s in las agravac iones , pero tam bie n

s in las a tenu acion es quc t rae cons igo la in terv enc ion de e le-

m cntos personales ; no obedecera m as quc a su propia ldgicai n m a n e n t e .

Es te con t ras te en t r e l a un idad y e l an tagon ismo , se man i

f ies ta de l modo mas acusado , cuando ambas par tes pe r s iguen

realmente uno y el mismo f in , la invest igar idn, v . gr , , do una

verdad c ient if ica. E n es te caso , tod a condcscendencia , tod a cor

tes ren un cia a la v ic tor ia sobre el adversar io . tod a p az f i r m ad a

antes de consegu ir e l t r iu nf o def in it ivo , ser ia un a t ra ic ion a

la objet ividad, en cuyas aras se ha excluido de la lucha el

p e rson a l ism o . E n la m ism a fo rm a se d e senv ue lven las lu ch as

socia les desde M arx , s iendo enorm es las d i fercncias en o t ros

sentidos. De sde el m om en to en que se ha reconocido que Ia

s i tuacidn de Ios t rabajadores es t6 d e t e r m in ad a p o r l a s co n d i

ciones ob je t ivas de Ia produccion . ind epe ndie n tcm ente de la

vo lun ta d de los ind iv iduo s , ha dccrccido v is ib lem cnte el en-

cono personal de las luchas , tan to genera les como locales . Elp a tro n o ya no es p o r ser p a t ro n o u n v am p iro y u n egoista



28R Sociolofcij

p o r el d esa rro llo del t r a d e u n io n i s m o . E n A le m a n ia lo p e rso

na l e ind iv id ua l del an tag on i sm o h a s ido superado po r Ia ge -

ne ra l id ad abs t rac ta de l m ov im ien to h is to r ico y de c lases; en

Ing la t e r r a , g r ac i as a l ca r ac te r su p ra ind iv id ua l y un i t a r io que

lomo Ia accion de las s indicatos ohreros y de las asociaciones

p a tro n a lc s . P e ro no p o r ello h a d i sm in u fd o l a v io lencia de la

luch a; an tes , a l con t rar io , se ha hecho m as consc ien te . m as

concen t r ada y a l p rop io t i empo mas ampl i a . a l adqu i r i r e l i n

divid uo Ia co nciencia de que lu ch ah a, no solo para si," s ino

p a r a u n g r a n ob je tivo im p e rso n a l .

U n s in to m a in t e r esan te de es t a co r rc l ac ion puede encon trar se, v. gr. , en el boyc ot ac ord ado po r Ios ob rero s en 1894

co ntra las fabr icas de cerveza de B er l in . Fu e esta u n a de las

luchas loca les mas v io l en tas de lo s u l t imos deccn ios . Po r

am ba s par tes fue I levada con la m ay or energ ia ; pero s in que

hub iese n in g u n encono pe r so na l—lo que hu b ic r a sido fac i l—

de Ios obreros co ntra los d i rectores de las fabr icas o a l co nt ra -

r io . Fu e posible inclu so que dos de los jefes ex pu sicr an , en p le n a lucha , sus op in io n es acerca de ella en u n a m ism a rev is

ta , coincidiendo ambos cn Ia exposicion objet iva de los be-

chos , y separandose tan so lo en Ias consecuencias p rac t ices

deduc idas po r cada . par t ido . L a luc ha presc ind io dc todo lo no

ob je t ivo y pu ramen te pe r sona l , l imi t ando as i cuan t i t a t iva -

m ente el an ta go nism o; y bac iendo pos ib le la in te l igencia en

todo lo per sonal , p rodujo un respe to mutuo , y engendro laconv icc ion de que iban a r r as t r ados am bos en co m un po r ne -

ces idades h i s td r icas . Y es ta base de un idad no d isminuyo ,

s ino due po tencio la in tens idad , l a dec is ion y la obs t inada

consecuencia de la lucba .

E l hecho de que Ios adversar ios tengan a lgo de comi in ,

sobre lo que se a lza Ia lucha, puede, es c ier to , manifes tarse en

fo rmas mucho menos nob les . Sucede es to cuando ese e l emento com un no es un a n o rm a ob jet iva , un in te r es super io r a l



La luc l i i 2S9

t idos que se ba b ia n d i s t r ibu ido e l campo de la lucb a po l i ti co ,

no se combal fan r ad ica lmen te . . . po rque bab ian concer tado un

pacto t ic i to c o n t ra algo que no e ra p a r t id o politico. E s t a s in

gu la r I imi tac idn de la luc ba se ha r e lac ionado con I a co r rup -c ion par lamen ta r ia , impe ian te en aque l pe r iodo ; no parec ia

c r i m e n grave vender Ias propias convicciones e n favor del p a r

t ido contrar io , porque e l p rograms de £s te ten ia con e l p ropio

una ampl ia , b ien que sec re ta base comun , mas a l i i de la cua l

comenzaba la lucha . La f ac i l idad de la co r rupc idn mues t r a

q ue l a l im i tac io n d el an t ag o n i sm o p o r u n a co m u n id a d en tr e

las pa r tes , no fue causa de que aque l an ta gon ism o se to rna semas obje t ivo y fundamenta l , s ino que, por e l contrar io , lo

ab lando , impur i f icando su sen t ido neeesar io .

E n o t ros casos m is pu ros , l a s in tesi s del m on ism o y el an -

tagon ismo de las r c lac iones , puede p roduc i r e l r esu l tado

opues to , cuan do la un ida d es e l pu n to de par t ida y el fu nd a

m en to de la re lac ion , a l / .andosc po i encim a de e l la Ia lucha .

Es ta en tonees sue le se r mas apas ionada y r ad ica l que cuando

no ex is te n in g un a co m un idad de los pa r t idos , quc sea an te r io r

o coe t inea . L a an t ig ua ley juda ica , aun qu e permirfa l a b iga-

m ia , p io h lb i a e l m a t r im o n io co n d o s h e r m an as ( au n q u e ,

m ue rta u na de el las , pod ia el v iudo casaise con la ot ia) , pue s

esto hu bie ia fom ent ado los celos. Se Supone aqui , s in ma s n i

m is , q ue sob ie l a ba se d e l p a ren te sco su ig e m ay o r an t ag o n i s

mo que en tre personas ex tranas . EI od io mutuo que se profe-

san los peque nos Es ta do s vecinos , cuya Concepcion del m u n do, cuyas re lac ioncs e in tereses locales son inevi tab lcmente

tmiy semejantes , e inc luso co inciden en muchas cosas , cs mas

enconado e ir reconcil iable que el que exis te entre grandes na-

c iones , com pletam ente cx t ian as en e l espacio como en Ia m a

nera de ser . Esta fue la desgracia de Grecia y dc Ia I tal ia post-

xomana; e Ing la ter ra sc v i6 conmov ida po r un caso sem ejan te

an tes de que , t in s l aconqu is ta no rmanda , se fund iesen las dos

razas . Es ta s dos r azas v iv ian mezc ladas en ios mism os te n i -



SocioJog ta

do qu e el que puede e xist i r en ire ra^zas s e p a ra te s exter ior e

in te r iormente . En los asuntos ec les i f i s t icos es donde vemos los

e jemplos mas acen tuados de e s t e hecho , porque l a mas peque-

5a d ivergencia dogm£ t ica adquie re en segu ida u n ca rac te r dean tag on i sm o i r reconc il iab le. A s i suced io en l a s luchas confe -

s iona les en t re lu t e ran as y re formado s , e spec ia lmcnte en e l

s ig lo xvj i . Apenas e fec tuada la separac i6n de l ca to l ic i smo, so-

hrevino, por las causas mas n imias , la esc is ion cn par t idos; y

con f recuencia se o la dec ir que va l la m as cntende rse con pa -

p is ta s que con los de las o tra s confesioncs . Y c u an do en l875 ,

en Berna , se p ro dujo un a d i f icu l t ad sohre el s i tio en que ha b iade veri f icarse e l cul to catol ico, e l Papa no permit i6 que se ce

lebrate cn la iglesia que uti l izaban los «viejos cat<5licos», y si ,

cn cambio , en una ig le s i a re formada .

D os c la se s de c om un i da d s i rven dc fu nd a m e n t o a u na

a gud i z a c i 6n pa r t i c u l a r de l a n t a g on i sm o : l a c o m un i da d de

cua l idadcs y la co m un idad que consi s te en e s ta r com prendidos

en una misma conex ion soc ia l . La p r imera p rocede exc lus iva -

m ente de l hecho de que som os seres de d i fe renc iac i£n. E l an ta

gon i sm o e xc it ar a l a c onc ic nc ia , t a n t o m i s ho nd a y v i o l e n t a -

mente cuan to mayor sea l a igua ldad sohre que se p roduce .

C ua nd o r e i na un a m b i e n t c de pa z y afe cto ; l a hos t il i da d c ons

t i tuye un exce len te medio pa ra p ro tege r y conse iva r l a a soc ia

cion, m edio sem ejante a la func io n que e je rce el Jo lo r en el or

ga nis m o, av isan do la presencia de la enferm edad. E n efecto , la

ene rg ia con que l a d i son anc ia se mani f i e s t a , cuan do por lo de -m as re ina perfec ta a r m on la , es un aviso que nos in v ita a sup r i -

m ir en s egu ida el m ot iyo de d isens ion, y no dejaT que s iga t ra -

ha j a n do e n l a subc onc ie nc ia y a m e n a z a nd o l a ba se m i sm a de la

re lac ion . Pe ro cuan do fa l t a e ste deseo fun dam enta l de ave ne n

cia , la c la r idad con que se perc ibe cl anta go nis m o, destaca so

hre l a gene ra l a rm on ia y con t r ibuyc a agu diza r lo . Pe rso na s

que t i enen m uch as cosas cn com un se hacen f recuen tementem is dano y mayores in jus t i c i a s que los ex t ranos Algunas vo



[.a lucha 291

m e n o r a n t a g o n i s m o a d qu ie re u n a i m p o r t a n c ia m u c h o m a y o r

que en t r e ex t r anos , lo s cua les, ya de an tem an o , es tan ape rc ib i -

dos a todas Ias d i ferencias pos ib les .D e aqu i lo s confl ic tos fam i l ia res , p roduc idos po r I as m as

asombrosas menudencias ; de aqui Io t rdg ico de la minucia ,

que hace que se separen personas que v iv ian en completo

acu e r d o . Es t a r u p tu r a n o p r u eb a en m o d o a lg u n o q u e l a s

fuerzas de conci l ia t ion es ten en decadencia ; puede suceder que

la g ran igua lda d de cua l idades , inc l inac iones y conv icc iones,

h ag a y u e l a e s c is io n en u n p u n to cu a lq u ie r a , p o r i n s ig n i f i can t

te que sea , se s ien ta como ab so lu ta m en te in to le rab le , po r l a

viveza del contraste . Agreguese a esto c{ue al extrano, con

qu ien no com par t im os n i cua l idade s n i in te reses , le cons ide-

r am o s o b je t iv am en te , r c s e r v an d o n u es t r a p e r so n a l id ad ; p o r l o

cual no es fdcil que esa diferen cia se apod ere de todo n ue str o

ser. C on los m u y d iferen tes nos en co nira m os ta n s<5lo en el

p u n to de u n t r a to o en u n a co inc idenc ia de in te reses ; y, p o t

eso , e l conf l ic to se l imi ta a es tas cosas concre tas . Pero cuantom d s c o m u n i d a d t o n g a n u e s t r a p e r s o n a c o m p l e t a c o n l a p e r s o

n a d e ot ro , t an to m as f ac ilm en te a so c i a i em o s n u es t r o y o to t a l

a cualquier re lac i6n con ese o t ro . D e aqu i l a v io lenc ia desp ro -

p o rc io n a d a a que, a veces, se d e jan a n a s t r& r f ren te a sus ln t i -

m o s p e r so n as q u e o r d in a r i am en te se d o m i n a n .

La f el ic idad y p r o fu nd ida d en las r e lac iones con un a pe r so

na , con la cua l nos sen t imos , po r dec i ilo as i, id en t icos —u n io ntjue cons i s te en que n in g u n a r e lac i6 n, u i n g u n a p a l a b r a , n i n g u -

na acc i6n o su f r imien to par t icu la res es ve rdaderamen te par t i

cu la r , s ino como u na en vo l tu ra con que se v is tc el a l m a e n

te ra—, es ju s tamen te la que hace que las d i sens iones sean tan

expans ivas y apa s ion ad as y que e l confl ic to envue lva la p e r so

na l id ad en te ra de l o tro . Las per sonas l igadas de es te m odo es -

td n d em as iad o b ab i tu ad as a i nc lu fr t o d o su se r y su s en t im ien

to en l a s r el ac io n es qu e m an t i e n en , p a r a n o ad o r n a r l a l u ch a



’ 92 Sociolo^s

d i fe renc iada mezc la l a to ta l idad dc la pe r sona con la i r r i tac ion

de u n a par te o de un m om ento . Pe ro la educac ion re f inada no

de ja que es ios es tados excedan de su pro pia esfera, b ien c i r

cun scr is la , y esto concede a la re lac idn en tre na tu ra le za s ar_

monicas la venta ja de que . jus tamente en los conf l ic tos , se dan

clara cuenta de cuan ins ign if ican tes son las d i /crencia* fn

comparac ion con las fue rzas un i f icadoras .

Pero p resc ind iendo de es to , ocu r re . e spec ia lmen te en na tu

ra lezas p ro fu nd as , quc el r e fm am ien to de su sens ib i l idad ba ra

ta n t o miis ap as ion ad os los afec tos y las rcpuls iones , cua nto

m as se des taqu cn sobre e l p re ter i to de co lor contrar io ; y esto

sucede por decis iones subi tas e i r revocables de su re lac ion , en

con traa te con las a l te rna t ive s diar iHS de un a convivencia s in

d i s cu s id n . En t r e b o m b r es y m u je r e s , u n a av e r s i6n co m p le t a -

m en tc e l em en ta l , e i n c lu so u n s en t im ien to de o dio s in r azo

nes par t i cu la res , y p rovocado por s imple r epu ls i6 n mutua , es ,

a veces, el pr im er estadio de relacio nes, cuy o segun do estadio

es u n am o r ap as io n ad o . P o d r i a l l eg a r s e a l a p a r ad o j i ca b ip o -tes i s de que , en las na tu ra lezas des t inadas a en t r a r en una es -

t r ecba r e lac ion sen t im en ta l , e ste t u m o u osc ilac idn va de te r -

m ina do po r u n a especie de sab idu r ia in s t in t iva , que cons is te

en emp eza r po r el sen t im ien to con t ra r io al que ba de se r de

f in i t iv e—como qu ien r et rocede uno s pasos a t r as an tes de dar

el s a l t o —p ar a co n ie r ir a es te u n a cu lm in a t io n ap as io n ad a y

av ivar l a conc ienc ia de lo que se ka ganado . La mis ina fo rma

aparece en e l f enom eno con t ra r io ; el am or t runca do engend ra

el od io m as profu ndo . Lo decisivo en este cam bio de se n t im ie n

tos no es so lo la sens ib i l idad xef inada, s ino , sobre todo, el m e n

t is d ado a l pas ad o propio . T en er que reconocer que nue s l ro

amor p ro fundo fue un e r ro r y una f a l ta de in s t in to (y no me

ref ic ro so lamen tc a l amoi sexua l ) , nos pone en descub ie r to

an te n o so t r o s m i sm o s y su p o n e t al a t en t ad o a l a s eg u rid ad y

un idad de nues t r a conc ienc ia , que , inev i tab lemen te , he tnos de



L j lucha 29X

parece a b o n a r el p r in c ip io ev iden te de que la in t im id a d y el

p o d e r de las re lac iones en tre p e rso n a s se ecba de ver en la f a l

ta de diferencias entre el las . P ero este princ ipio evid ente nor ige s in cxcepc iones. E s imp os ib le que , en com unid ade s m u y

in t imas q ue , como el m a t r imo n io , d o m in a n o t o can a l men o s

la v ida en te ra de los ind iv iduos , no su r jan ocas iones de con

fl ic to. N o ceder nu nc a a e ll as , p re v in iend o las ya de an tem a-

no y , po r l a mutua condescendenc ia , co r tando las an tes de que

sur jan , no es cosa que p roceda s iempre de] mas genu ino y p r o

fundo afecto ; an tes a l contrar io , donde es to se da con mas f recuencia es en an im o s que. s iendo a mo rosos , m orale s , fie les, no

l legan . s in embargo , a l a u l t ima y abso lu ta en txega sen t imen

tal . El indiv iduo se da cuenta de que no puede ver tex en la re-

laci6 n es ta comple ta y abso lu ta en t rcga , y por eso p rocura

m an te n e r l a l ib re de t o d a so m b ra , se c s fu e rza p o r i n d em n iza r

a l o tro , t r a t an d o le co n u n a am ab i l i d ad , u n a co n s id e rac io n y

u n dom in io de s i m ismo ex t remos ; y, sobre todo , p rocura t ra n -qu i l i za r su p rop ia conc ienc ia , po r Ia m ay or o m en or ins ince-

r idad de su conduc ta , que no puede se r t rans fo rmada , en ver

d ad , n i p o r l a m as d ec id id a y a u n ap as io n a d a v o lu n t ad , p o r

que se t ra ta de sen t im ien tos que no depe nden de l a v o lu n ta d ,

s ino que van y v iene n como fuerza s del des t ino .

La insegur idn d que sen t im os en es tas re lac iones , ju n ta m e n -

te con el deseo de m an ten er las a cualquier precio, no s m ueve

a m enu do a rea l i za r ac tos de un ex t remado confo rm ismo , nos

inc ita a to tnar cau te las m ecan icas , ev i t ando por p r inc ip io toda

pos ib i l idad de conflicto. E l q ue esta b ien seguro de que su s e n

t imien to es i r revocable y ab sol u ta , no neces i ta pracl icar ta les

condescendencias, po rque sabe que n ad a puede co nm ove r l a

base de la re lac ion . C u a n t o m £s fuerte es el am o r , m e jo r p u e

de soporta x Ios cboqu es; este a m o r no teme Ias conse cue ncias

incalculables del conf l ic to , y , pox tan to , no p iensa en evi tar lo .



294 Sociologia

U n m at i z pa r t i cu la r de Ia sens ib i l idad soc io log ica p a ra l as

dife renc ias y de la ac en tua cio n del confl ic to, sobre Ia base de

la igua ldad , se p roduce cuando l a sepa rnc ion de los e l ementosor ig ina r i am en tc bom ogen eos es e l f in p iopues lo , es dec ir ,

cu an do pr op iam en te no resu l ta el conf licto de la esc ision, s ino

la escision del conflicto. El t ipo dc este caso es el odio del re-

negado y e l que e l renegado inspi ia . £ 1 r e c ue rdo de l a una n i

m idad an te r io r ac tua con t a l fue rza , que l a opos ic ion ac tua l

r e su l t a i n f i n i ta m e n t e m a s a gu da y e nc ona d a que s i no bub i e -

se ba b id o an tes n in g u na re l ac ion en t re Ias pa r t e s. Agr^guesea esto que ambas partes, para l legar a diferenciars.C, por con-

t i a s t e con Ia igua ldad que a u n s igue ac tu an do en el los, nece -

s i t an ex tender e sa d i fe renc ia a l l ende su foco pro p iam ente d i

cbo y am pl ia r l a a todos los pu n to s com parab les ; con c l f in de

fi jar y asegurar las posiciones, la apostasta te<5rica o rejigiosa

inc i t a a amfcas pa r t e s a dec la ra rse m u tu am en te he rc jc s en

tod os los sent idos: e tico, pe rso na l , in ter io r y exter ior , cosa que

no aparece necesar ia cuando la d i fe renc ia se mani f ies ta ent re

qu i e ne s s i e m pre fue ron e x t r a nos . Us m a s , c ua ndo ba n e x i s t i -

do p rev iam ente igua ldades e senc iale s en t re la s par te s , e s cu an

do mas genera lmente degenera en lucba y od io una d i fe renc ia

de op i n i one s . E l f e ndm e no soc i o l og i c a m e n t e m uy i m por t a n t e

del «respe to a l enemigo* sue le no exis t i r cua ndo la enem istad

se p roduce en t re pe r sonas que an tes bab ian pe r t enec ido a una

m i sm a un i da d . Y c ua ndo que da a un su f i c i e n t e i gua l da d pa ra

que sean posibles confu siones y mezclas de f ron teras , es pre-

c iso que Ios puntos de d i fe renc ia sean destacados con ta l radi -

ca l i smo, que m uc bas veces no se en cu en t ra jus t if icado por la

cosa misma. s ino por e l deseo de evi ta r aquel pe l igro . Esto su-

cedio, v. gr . . en e l caso antes mencionado de los «viejos eatol i -

cos* dc Berna . EI ca to li c ismo ro m an o n o se sen t fa am en aza do

en su pccu l i a r idad por un con tac to fugaz con una ig le s i a t anc om p l e t a m e n t e he t e roge ne a c om o l a r e fo rm a d a pero si con



L j luclia 2S5

separadamente es que , cn e l , en vez de la sens ib i l idad paia las

d i fe rencias, su rge o t ro m ot ivo fund am en ta l , com ple tam en te

dist into , el fendmeno singular del odio social , es to es , del odio

con t ra u n m iem bro del g rupo , no po r mot ivos per sona les, s ino po rque significa u n peligro p a ra la ex is tenc ia del g ru p o . C u a n

do, pues , la d isens io n den tro del g rupo s ign if ica u n peligro

p a ra el g rupo , cada u n o de los p a r t ido s odia a! o tro , no sdlo

p o r la i a z o n m a te r ia l que b a p io du c ido la d isens idn , s in o , ed e

ma s , po r l a r az on soc io log ica de que sn lemos od ia r a l enem i

go del grup o como tal . Y com o este odio es reciproco. y cada

un o considera que el que po ne en peligro al grup o es cl o tro ,ag ravase el an tag on ism o jus ta m en te po rque las pa r tes pe r te -

necen ambas a l a misma un idad co lec t iva .

Los casos m as caracter ist icos son aquel los en que no se 1 le-

ga a la esc is ion propiamente d icba del g rupo; pues cuando

esta se ver if ica, s ignif ica ya en cier to sentido una solucion del

confl ic to , la d i ferencia pe rson al descarga socio logicam ente y

desaparece el ac ica te de co ns ta n tcs y ren ov ad as excitac iones.

P a r a q u e e l an t ag o n i sm o se ag u d ice h as t a c l m ax im u m , e s

preciso que actiie la te n s io n e n t ie la h o s t i l id a d y la p e r tc n e n -

r ia a un mism o g rupo . A s i como es t er rib le ha l la r se en d i sen

sion con una persona, a la que , a pesar de todo , es tamos l iga-

do s—exler iorm cnte , pero cn los casos m as t rag icos in te i io r -

men te ta m bi en —y de la que no podem os s ep a r ax n o s au n q u e

queramos, as imismo e l encono crccc cuando no eiueremos se-

p a r a r n o s de la c o m u n id a d , p orque n o p od em os sacr if icar losva lo res que se de r ivan de la pencncnc ia a d icha un idad supe

r io r, o po rque sen t imos esa un ida d como un va lo r ob je t ivo , y

cs t imamos que qu ienes la am en az an m erccen od io y lucha .

C oy un tu ra s de es le genero son las que caus an la v io lenc ia con

que se lucha , por ejem plo, en los confl ictos que se pro du ce n en

el seno de un a f raccion poli t ica o de un s in dic ato o de u n a

famil ia .E l a lma in d iv id ua l nos o frece con es to u n a ana log ia E l



2<«i Sociologia

lo ia les del a lma, ese sent imiento hace que en muchos casos se

resuclva cl confl icto antes de escai lar; pero, s i es to no sucedc,

da a l a lucha un acen to par t i cu la rm en te encona do y desespe-

rado, como s i cn rca l idad Iuchnsem os por a lgo m as esencia l

que el obje to inm ed ia to dc la luch a. L a en erg ia con que cada

u n a de las tend encia s sc afu na po r so juz ga r a la o t ra no se

al im enc a solo de sus intereses , po r decirlo asi , egoistas , s ino del

in te rns super io r en l a un idad de l yo , pa ra qu ien l a lucha s ig

nif ies esr is ion y desconcier to , s i no ter m in a con el t r iu nfo dc

u n a d c l a s p a r t e s . An a lo g amen te , I a s l u ch as q u e t i en en lu g a r

den t ro dc los g rupos es t rech am ente un idos , va n con f recucn-cia mas a l ia dc 1< j que exigir ia el objeto y el intere s in m ed iato

de Ios par tes ; porque imerviene e l sen t imiento de que la lucha

no es so lamente pOT intcrer; de Ias partes, sino tambien del

gr up o en su to ta l id ad , y cada p ar t ido lucb a, por decir lo as i ,

en nombre del grupo, y en e l advcrsar io no odia so lamente a l

ad v e r sa r io , s i n o t am b ien a l en emig o de la m as a l t a u n id ad so

ciologica a que pertenece.F in a lm en te , h ay u n h echo en ap a r ien c i a co mp le t amen te

ind iv id ua l , pero en rea l idad de un a g ran im por tan c ia soc io

logica , un hecho que Telnciona la ex t rema v io lencia delanla-

gonismo con !n in t imidad del t ra to . Es te hecho lo cons t i tuyen

los celos . E l lenguaje corr ien ie no precisa h as t an te es te con-

ccpto y con frccuencia Io co nfu nd e con el de la envidia. A m

bas p as io n cs t ien en , s in d u d a , la m a y o r im p o r ta n c ia p a i a lae s t ru c tu ra dc l a s r e lac io n es h u m en ss . E n am b as se t r a t a de

un valor cuyo conseeucion o conse rvacicn n os es imp edida rea l

o s imb ol icam cnt^ por un t ercc ro . C ua nd o se t ra ta de consegu i r ,

ha bla rem os ma s b ien de envid if l; cua nd o de conservar , de ce

los , adv i r tk 'ndo que, como cs na tu r a l , lo quc im por ta no es Ia

d i s t inc ion de Ih s palabras, sino la de lo.s procesos psicologicos

quc Ias pnlabras des ignan. Es caracler is t ico de lo que des igna-

mos con el nombre de celos, quc el sujeto cree tener derecho a



I j lucliJ 2S7

p recisam ente por el hecho de que si se nos n ie£a la posesidn

del objeto , es porque se en cu en t ra en m an os de l o t ro , y vendr ia

a noso t ros caso de quc aque l lo ren unc iase . L a s en sa t io n delenvidioso se or ie nta m as b ien ha c ia lo pose ido; la de l ce loso

m as bien hac ia el poseedor. Pued e env idiarse la g lor ia de a l

guien , aun qu e s in t ener un o m ismo el m en or de recho a l a g lo

ria . Pe ro ten dra celos de csc glori f icado qu ien crea me recer la

g lo r ia t a n to y a u n m as que el, Lo que am arg a y corroe el

alma del celoso cs cierta ficci6n de l s e n t i m i e n t o— por i n j u s t i f i -

cada y hasta inse n sa ta que se a—, cn v i r tu d de la cua l e l o u o le

ha roba do, por dec ir lo as i , l a g lor ia que le correspond e . Los

ce los son un sent imiento de tan espec i f ica indole e in tensidad,

que , una vez e nge ndra dos po r c ua l qu i e r c om bi na t i on e n e l

a lma , comple tan in tc r io rmente su t ip i ca s i tuac ion .

Hay un t e rce r sen t imien to quc puede cons ide ra r se como

colocado, en cierto m odo , e ntre estos dos de la env idia y los

celos; encuentrase en la misma escala y pudiera cal i f icarse de

envidia malevola . Es la ape tenc ia env idiosa de un obje to , no po rque este sea p a r t ic u la rm e n te dcsoable p a ra cl su je to . s in o

s6 lo por que lo posec otro. E ste Se nt imien to se de sar rol la en

dos extrem os qu e se con vier te n en la negaci tfn de Ia pro pia

posesi<5n. D e u n a p a r te h a y la fo rm a a p a s io n a d a , que prefiere

renunc ia r a l ob je to y aun des t ru i r lo , an tes que consen t i r que

lo posea o t ro ; y de o t ra p ar te la form a que consis te en se nt i r

indi fe rcoc ia o ave rs ion ha c ia el obje to , y no ob stan te ha i la rin to le table el pe nsa m iento de que lo posea el o tro . E st as fo r

mas de env id ia ma ldvola pen e t ran cn m i l g rados y c om bin a -

c iones en la conducta rec iproca dc los hombres . El gran con-

ju n to de p rob lem as en que se m a n i f ie s ta n las re lac iones de Ios

ho m bres con las cosas , como can sas o consccuencias de sus

t ra tos mucuos, es ta ocupado en par te no pequer ia por es ie t ipo

de pasion es. N o se t ra ta ta n solo dc apetecer cl dine ro o e l p o

der, el am o r o Ia posici<5n social, en el se nt id o de qu c la co m



Sociology

p ias , e n las cua les la ape tenc ia de las ob jetos no es s ino el con

tenido; Io Que resul ta de que en los ul t imos grados dc la ser ie

se ha sup r im ido co mp le tamente e l in t e res por el con ten ido ob je t iv o 'de l fin. y solo se conse rva este com o el m a te r ia l to ta l -

m ente indi fe rente , en de rred ot de l cua l c r i s ta l iza la re lac ion

p e rso n a l .

D e es ta base g ene ra l se de r iva l a im po r tanc ia que t i enen

los ce los pa ra nu es t ro p rob lem a pa r t i cu la r , cuand o su con te

nid o es u n a pe rs ona o l a r e l acion de u n su je to con e ll a. P o r

lo dem as, me parece flue el len gu aje co irie nt e no reconoce la

ex i s tenc ia de celos p rovocados po r un ob je to pura m ente im

p e rsona l . Lo que aq u i in te resa es la re lac idn en tre el celoso y

la pe rso na po r la cua l surg en sus ce los ( rents a un tercero: la

rela cio n con este tercero t iene otro .caracter sociologico com-

p le ta m c n te d is t in to , m enos pe c u l ia r y com plicado . P u e s c o n

tr a aquel su rge n colera y odio , desprec io y c rue ldad ba jo el

.supuesto de la comunidad, del derecho in te rno o externo a u n a

re lac ion dc amo r , de am is tad , de recanoc im ien to o de u n ion ,de cua lqu ie r gene ro que sea . E l an tago ni sm o. lo m ismo s i es

b i la te ra l que s i es u n i la te ra l , r e su l ta ta n to m as fue r te y a m p lio

cua n to mas incon dic iona l es l a un id ad sobre l a cua l ha s ur -

g ido y cuan to mas ans io sam ente sc desea su su pe ra r idn . E l

hech o de que el celoso parezca osci lar a m en ud o en tre el am o r

y el odio , quicre deci r que d o m in an en el, a l te rn a t iva m ente ,

estas dos capas, la segu nd a de las cuales se a lz a sobre la p i i -mera en toda la anchura de es ta .

E s m u y i m p o r t a n te l a c o nd ic io n a n t e r io r m c n t e m e n c i o n a -

da: el derecho que se cree ten er a la posesion esp iri tu al o fisi-

cn , a l amor o a la venerac ion de la persona que const i tuye e l

obje to de los ce los . Puede un hombre envidia r a otro la pose

sion de una mujer; pero celoso se siente solo e l que cree tenet

a l g u n derecho a poseer la . Esta pre tension puede , s in duda ,

radicar tan solo en e l mero apasionamicnto de su deseo; pues



Lalucha

con t ra el mero derecho lega l del conyuge . De la m ism a m an era

que la s imple poses io n va le como u n derecho , as i t a m b i ln e l

es tad io previo de la poses ion , la apetenc ia , se convier te tam -

b i£n en u n derecho , y el doble sen t id o de la p a la b ra d c m a n d a(s imple pre tens ion o pre tens ion jur id ica) ind ica ( fue e l que-

re i ti ende a an a d i r a l de recho de su fuerza la fue rza de un

derecho.

Sin duda, la apar ic ion de es ta pre tens ion jur id ica es la c lue

da a Ios ce los , f recucntemente , un aspecto lamentab le : dcducir

p re ten s io n e s ju r id ica s de s e n t im ie n to s como el a m o r y la

am is t ad , es p io ced e r co n m ed io s t o t a lm en te i n ad ccu ad o s . E l

p ia n o en que es ta s i t u a d o el derecho sub je t ivo , t a n to el in te r-

no como el ex te rno , no t iene con tac to a lg uno con aque l o tro

en Que se encuen t ran lo s sen t imien tos de amor y amis tad .

Quere r fo rza r es tos a fec tos con un s imple derecho , po r hondo

y b ien fundado que pueda es ta r , e s t an in sensn to como quere r

p e rs u a d ir con p a la b ra s al p i j a r o p a ra que se re in tcg rc en la

jau la . La v a n id a d del derecho al a m o r da orijjen a u n fend-

m en o m u y caracterfs t ico dc Ios celos; y es que estos aca bnn por asirse a las manifestaciones externas de l sen t imien to , que

p u e d e n ob tene rse h a c ie n d o u n l l a m a m ie n to a l deber, conser-

vand o, merced a es ta m isera sa t is faccion y eng ano , el cuerpo

de la relacidn, como si en «1 quedase prendido a lgo de su

a lma .

E s e derecho, quc co ns t i tu ye un e lemento cscncial de los

celos, es aca tad o con frecucn cia por la otr a par te; s ignif ica ofund a, como todo derecho en tre person as , u n a cspccie de u n i

dad; es el conten ido ideal o legal de u n a u n io n , de u n a re la

cion pos i t iva de de term inad o genero , o , por lo m eno s , su an -

t ic ipac idn sub je t iva . Pero sobre es ta un ida d , que co n t in ua

actuando, se a lza a l mismo t iempo su negacidn , que es la quc

crea la c oy un tur a pro voc ado ra de los celos. E n es te caso no

sucede lo que en o i ras m uc ha s co incidencias de u n id a d y a n -

tagonismo; no sucede que am bos cosas cs ten d is t r ib ufda s en



3 CO S o c i o l o g y

un encono par t i cu la r f s imo , des lumbrador , i r reconc i l i ab le , en

tre Ios hombres. porque Io que los separa se apodera aqui de

p u n to m ism o de u n io n , y de esta m a n e r a p rc s ta a l e lem ento

nega t ivo l a mas ex t remada po tenc ia y v io lenc ia .EI hecho de que es ta rc lac ion fo rm al socio logica d om ine

com pletam en te ia s i tuaci t in in ter io r , expl ica la s ing ula r am -

p l i tu d de m otivos , p ro p ia m e n lc in de f in ida , quc a l im e n ta n los

celos, y Ia falta d? senti do con qu e estos procc den. Si em pr e

que la es t r uc tur a de la re lac idn se pres te ya dc a n te m an o a

est. \s s in tesis de s intesis y ant i tcsi s , o que esta disp osic ion se

de en e! alma de! individuo, roi la ocasion producira consecuenc ias que obra rdn tan to mas fac i lmen te cuan tas mas veces

haytso ac tu ado ya . E l hecho de que lodn acto o pa labr a h u -

m in o s p e rm i i an i n t e rp re t ac io n es v a r ia s , en cu an to a su p ro -

p o s i io e in isn c io n . ofrece u n i n s i r u m e n to docil a los celos,

que no vei l mas que una in terpre tac idn . Los ce los pueden cnm-

b in a r el odio m as v io len to con Ia p e rs is ten c ia del m as a p a -

s ionado amor , y e l sen t imien to dc l a comunidad in t ima con e l

an iq u i ln mien to d e ambas parie s — pues el celoso de sm iy e la

rel ac ion del m ism o m odo quc a I o tr o —•; po r eso aca so sea este

sen t im ien to e l fenoiTieno socio logico en que adq uiere su form a

sub je t iva m as rad ica l l a cons tiuoc ion de l an tag on ism o basad o

sohre !a unidad .

Cl uses p a r t i c u la r s dc esta s in tes i s nos o frcccn los fenom e

nos que sc reuncn bajo c l nombre de competencia . Para Ia

esencia sociologica de h» competencia, lo mas importante es

por dc p ro n io quc en ella la lucba es ind irec ta . E l que d an a

in m ed ia ta m cn te a l aclversar io o lo a p ar ta dc su cam ino, no

compi le ya con c l . El lenf ius je corr ien te emplca en gene

ra l la p a lab ra para des igne r aque l las luchas que cons i s ten

en es fuerzos parc ia les para le los de am bas par tes , pa ra conse

guir uno y e l mismo premio . Las d i ferencias quc separan es ta

clase de lucba de las dem as, pu ede n s int et i za isc de esce m od o.f d i i i f i i l d



p u r a m e n te fo rm a l; este en tonees n o so lo s irve a u n fin c o m u n

de ambas par tes , s ino t jue incluso la v ic tor ia del vencedor

p u e d e ap ro v ec b a r a l vencido. E n el sit io dc M a l t a por los tu r -

cos, en l56S, el G ra n M aes t re d iv id io los fuer tes de la i sl a entre las var ia s nacio nes a que pei te ne cian los cabal leros . para

que Ia em ulac ion en t re los d iversos na c iona les , ap rovec hase a

l a d e fen sa del t o d o . N o s h a l l a m o s an t e u n caso g en u in o d e

com petencia , y de ia cual , s in em bargo, es ta cxclu ido a priori

todo dano a l advcrsar io . que pueda ser obs taculo para e l des-

p liegue to t a l de su s fue rzas en la lu cb a . C o n s t i tu y e este u n

ejemplo m u y pu ro , porqu e s i b ien el deseo de veneer cn esacom petenc ia de ho no r es e l ac icate que des enca den a el m ax i

mo empleo de las fuerzas , s in embargo, Ia v ic tor ia so lo puede

a lcanzarse de manera t a l c ]ue sus resu l tados se ex i iendan

tamb ien a l v en c id o .

An a lo g amen te , en t o d as l a s co mp e ten c i e s d e emu lac io n en

el campo cicntifico, SC ofrece una lucha t jue no va d i r ig ida

co n t r a el ad v e r sa r io , s i n o h ac i a u n f in co m u n , su p o n ien d o se

que los conoc imien tos descub ie r tos por el vencedor , so n t a m

b ien u n a ad q u is ic io n y p io grcso p a ra el vencido. E n las c o m

pe tencias a rt is t ic a s sucle fa l ia r esta su b l im a c io n del p r in c ip io ,

p o rq ue el v a lo r tota l objetivo , que ab a rca a a m b a s p ar tes en

igua l g rado , no ex is te consc ien tcmentc , dado e l ca rac te r ind i

v id u a l i s t del a r t e , au nq ue acaso se d«i t am bie n idea lm en te .

T od av ia es m as c lara es ta fa l ta , en la com petencia comercia l,

que , s in embargo , se encue n t ra som et ida al m ism o p r inc ip iofo rma l . Pu es t am bie n en es ta esfera la competenc ia se en ca-

m in a i n m ed ia t am en te a l a p er f ec ti o n d el s ervi cio, y su r e su l

tado es la ventaja de un tercero o del todo. Asi , pues, en esta

fo rm a, se ab ra za n del modo mds s in gu la r la sub je t iv idad del

f in u l t im o co n la su b je t iv id ad d el r e su l tad o u h im o ; u n a u n i

dad supia indiv idual , ob je t iva o socia l , envuelve a Ias par tes y

su lucba; se lucha con el adversario , s in atacarle , y , por decir-lo as i s in tocar le De es ta manera Ios impulsos subje t ivos

}32 Sociologi



La lucha

c i rculo soc ia l , en que los compet idores se encucnt ren com-

p rend idos . E n ios o tro s t ip o s de l u c h a —en los cuales o el p re -

mio de l a v ic to ri a se en cu en t ra de an tem an o en poder de u n a

de ias partes, 0 e l mot ivo de l a lucha e s l a enemis tad sub je t i

va y no la conquis ta de un premio—, los va lores y fuerzas de

los lucbadorcs se des t ruy en rec ip rocamente , y con f recuenc ia

no le qued a a la to ta l id ad oi ro re su l tad o que e l res to de la

s imple s ubs t racc ion de fuerza que e! mas d ebi l hace a l m 6 s

fue rt e. P o r el con t ra r io , la comp e tenc ia , cuan do se m an t i en e

p u r a de toda m e d a con o tro s generos de lu c h a , a u m c n ta , ge-

ne ra lmente , l a p rov i s ion de va lo res g tac ia s a I a incomparab lecombinac idn dc sus e lementos; desde e l punto de v is ta de l

g rupo , o frece mot ivos sub je t ivos como medios pa ra p ro du c i r

valores sociales objet ivos, y desde el punto de vista de las

pa rte s u t i l iz a la p rod u c c io n de va lo res ob je tivos , com o m edio

pa ra lo £ ra r sa t is facc iones su b je t iv a s ( l ) .

Pe ro e l p rogreso ob je t ivo que l a compe tenc ia p roduce mer

ced a su forma pecul iar de accion recfproca, no es en este casotan im po r tan te como cl inm edia to sociolog ico. E l f in en de r rc -

dor de t cua i co m pi ten en u n a soc iedad los par t idos . sue le ser el

favor de una o muchas t e rce ras pe r sonas . Por e so cada una de

las dos par tes en competenc ia procura a t raerse a ese te rcero y

( l ) E a e i t e u n CWO m a y p u r o d e u n t i p o f t e c u e n t e : i ^ ue p a r * l a c a p « d c . p a r a el

£ r u p o , p a i a l a e a l r u e t u r a m i * a m p l i a , r e a u l l a m e d i o l o q u c p a r a t \ m d i v i d u o e a f i n d l -

H ca o. y v ic iv e M B. E n x u m a y o r a m p l i t u d p ox it il e a p l ic a a e cs (« t i p o a l a r e l a t i o n d el

h o m b r e c o o l a t o t a l i d a d i A M a f k ' e o . c a n D i o * - C u a n d o S u rg e I a i d e a dc d d p l a n d i v i n o

m u n d o . lo * f in ea u h i m o s d e lo a a er f * i n d i v i d u a l e s n o i o n m i p f lu e f ir a d os y m e d i o i ,

q u e a y u d f l n a r e a li z a x e l o b j e t i v o f i n a l a t a o l u t o d e t o d o i l oa m o v i m i i n t o a t r r r e na l c f l,

t a l c o m o tc e n c u e n t r a n c n cl M p lr i lU d i v i n o . P e z n p a r a c l f u j e t o , J a d a l a i n c o n d i c i o n a -

l i d a d d c S u in t e r e s p e r s o n a l , n o n o l o i a r e a l i d n d c mp Lr ie a, a i n o t a m b i e n l a ( r a i i a e c n d e n -

le ion a im pie t medlOJ pa ra iu f in . E l b icn cs ia r <n l a t i e r ra o !a aa tv ac idn cn <! mt f j

* l la . la d ic ha de Ea perf«cc :4n a cr cn a 0 d e l a e i i a t i c a r o n t e m p l a c i d n d i v i s a , m n b u a ca -

dotf p o r e l h o m b r e m e d i a n t e D iO J , p i o v l d e a c i a u n i v e r s a l . D e l m L am o m o d o <Jae D i o * ,

c o m o a e r a b j o l u t o . l l eg a a fl m i s m o d a n d o u n r o d e o a C fa ve i d e l H o m b r e , £af « l le fia a



104

adhe r i r se lo e s t rechamen te . C ua nd o se ha b i a de l a compe tenc i

sue len hacerse resa l tar sus efectos destru ctcre s , d isociadore

envenenado res , no conced iendo le mas ven ta ja que l a de agu

llos v alor es concre tos que SC co ns i^ ue n gracia s a elln . P er

j u n to co n esto, h a y quc tener cn Cuenta su e n o im e poder soci

l izador ; obl i^a a l competidor a sa l i r a l cncuentro del tercero ,

sa t i s facer sus gus tos , a l igarse a c l , a es tud ia r sus pun tos fue

tes y debi lcs para adaptarse a e l los , a buscar o constru ir todo

los pu cn te s que pued en v in cu la r su p rop io ser y obra con

otro. Es verdad que con frecuencia este beneficio cucsta la t l i j

n idad persona l y e l va lo r ob je t ivo de la p roducc ion . Sobr

todo la comp etenc ia en t re los que c rean Ios m ax im os ren d

m ien tos espir i iualcs , es caus a de que los d est ina do s a d ir ig

l a m a s a se sometan a esta ; para e jcrccr con exi to la funcion d

m ae stro o jefe de par t id o , de ar t i s ta o per iod is ta , hace fa l

obedecer a los ins t in to s y c apr ichos de la m asa , ya que es t

escoge entre los competidores .

Sin duda, de este modo se ver if ica una inversion de la

categ or ias y de los valores socia les de la v ida; pero e l lo no <.1 i

m inuye l a impor tanc ia fo rma l de l a compe tenc ia , pa ra l a s in

tesis de la sociedad. La competencia logra incontables veccs l

que solo el am or puede consegu i r : ad iv ina r lo s m as in t imo

soc ia l ca cs* es e l i e n d J o de l o <ju* H ^ a a x m o n i a d e hw cx cs cs c n t r c I a x n c i cd a d y

ind i v id uo . L a ac t iv id ad de l i nd iv i du o se f« j)u ] s pfciA <ju€ suS lenfe y dcs m fo l l e Id cnr i

r i fu e io n jux id i cn y m nra l , p o l i t i c a y cu l tu ra l de l b om b re; pe ro en to a6 lo SC C<>nsifiue ro

c u a n t o l os p i o p i o s i n te re s ** e u d e m o n i s tf t * y m o r a l e " , n m i e r i a l e s y u l u t r a c t o j d e l i

d iv j d\ iO . s e a p o d e r a n d e u cl lot f v a l o r e s l i a n s i n d i v j d u a l c i , u t il i a t f n d n l o a c o m o m e d i o

(Ui , la c iencia , v . fa ., es u n c o n t e n i d o d e l a CullUCa o b j e m a . y c o m o <a| u n t i n u ! t : m

a u t i i n u m o d e l a c v u i u c i u n so c ia l , cl ue c e r c s l u A u t i ' i ^ a n d o e l m e d i o d e l i n d

v i su a l de co no dm icm io : m ien t ra s pa ra e l i n d i v i du o l a c i enc ia e Deist cu t e , j u n to COfi

e l a b o r sd i p o t 41, n o c s m 4 * * |uc u n m ? d i o p a r o lo s a t i f l fa r e i o n d e a u a n s i a p e r s o n a l

c o n o c i m i e n t o . E d c i e r t o tj u e eal-as re l a c i o n e s n o o f r e c e n s i e m p r e t a n u r m o n i f f l i ir n « ( i t

C0r e l canerar io , con ba .c t^nte f recuencia , esconden la cOn4eadicc i6n, »e£UD 3f t Cufc l ta



1.4 Iu c H j

deseos de ot io , aun antes de que dste se haya dado cuenta de

f i l los . La tens ion an tag 6nica cn que el com pet idor se ha l la ,

f ren te a las dem as comp et idores , a f ina en el come rcian te la

sens ib i l idad para pcrc ib i r las inc l inaciones de! publ ico y l lega

a do ta r le de u n a cspec ie de in s t in to ad iv ina io r io para las m u-

tac iones inminentes de Sus gus tos , sus modas , sus in tereses . Y

es to no le sucede un ica m en te a l com ercian te , s ino tam bie n a

Ios per iod is tas , a los ar t i s tas , a los edi tores, a los pa r la m en ta-

l ios . La competencia moderna quc sc ha caracter ixado d ic ien-

do quc cs la lu ch a de todos con tra todos, es al prop io t iem po

la lucha de todos para todos . N ad ie negara quc r es u l ta t rag icoque Ios e lementos dc la sociedad t rahajen unos contra o t ros en

vez de colaborar ; que en la lu cha con los com petidore s se de-

r roc hen energ ies incon tab les que pud ic ran haber se u t i li zado

en un t ra bajo pos i t ivo ; y que , ( ina lmcnte , u n a obra pos i t ive y

val iosa resu lfe inu t i l y se p ierda , s in recompensa , en la nada,

cua ndo compi te con e l la o tr a ma s va l iosa o so lam cn te m as

atrac t iva . P ero todo esie pas ivo de la competencia , cn cl b a l an ce social , es ta contrapesado por Ia enorme fuerza s intct ica del

becho de que la com p eten c ia en la sociedad es co m petenc ia por

el hom bre , un a pugn a por el ap lau so y el gas io , por conces io-

nes y sacr if icios de lodo genero, una lucba dc Ios pocos para la

con quis ta de los m uchos , como de los m uchos par a la conqu is-

ta de las pocosj cn u n a pa la br a, un tej ido dc miles de hi lo s

socio logicos median te la concentrac ion de la in te l igencia en e l

quere r , sen t i r y pen sar de l p ro j imo; me d ian te l a ada p tac ion

del que of rece a los que demandan; median te las pos ib i l idades

mul t ip l icadas , de l m odo m as r e f inado , pa ia Iog ra r en laces y

favores. Desde que la esrrecha e ingenua solidar idad dc las

con sti tu cion es sociales pr im it ive s ba cedido el pues to a la dcs-

Cenlral izacion, que b ab ia dc scr cl efecto inm ed iato dc la am

p l ia t i o n del circulo, los esfuerzos del h o m b re por c o n q u is ta r

a l hombre j l a adap tac i6 n del uno al o tro , no parcccn posiblesi d l i d l t i d i d I l h



306 Sociol

pe tenc ia los im p o n e al su je to . P o r o t r a p a r te , la fue rza soc i

zadorA de la competenc ia no se mues t ra so lo cn es tos ca

g rose ros y . po r dec i r lo a s i , pub l i cos . En incon tab le s combi

c iones , ta n to de Ia v ida f am i l ia r com o de les re lac iones e r

cas , de la c har la soc ia l como de las pn lem icas en to rn o a c

v icc iones se r ias , dc la am is ta d como de la s sa t i s facc iones

n idosas , encon t r amos a dos pe r sonas que compi ten pa ra c

qu is ia r el f avor dc u n a tercera , con f recuencia en pu ras in

ceciones, po r suges tiones al pu n to ab an do na da s , como aspec

parc ia les de u n fe n o m e n o to ta l . P e ro d o n d e q u ie ra que

compe tenc ia se p re sen ta , co r r e sp onden a l an ta go n i s m o dc

com pet ido res o tra s ofer tes O atracc iones , pro m esa s o enla

que po ne n a cada uno dc e l los en re lacio n con el tcrceio .

acc ion de l vencedor , espec ia lmente , adquiere de es te modo

i n t e n s i d a d q u e n o b u b i e r a c o n se g u i d o s i n l a c o m p a r a c

con sfan te , im puc s ta po i Ia comp etenc ia . en t re el p rop io ren

m ien to y el ren dim ien to del com pet id or , y s in la excitac

que p roduccn la s a l t e rn a t iv es de Ia lucha . C u an to m as el

heral ismo ha ido penerrando no solo en las esferas polf t icA

econom icas , s ino tam bien en las fam i l ia res y socia les , en

eclesit is ticas y am istosa s , en c l t ra ta ge ner al e ntre Ias pe r

nas : cuan to mas es tas re lac iones han ido de janda de es ta i p

d e t e r m i n a d a s y 1' egu ladas po r no rm as h i s to r i cas gcne ra les

h a n sido ab an do na da s a los equ i l ib r io s ines tab le s y a l as

yun tu ras que va r t an de caso a caso , t an to mas depende

con fo im ac ion de compe tenc ia s cons tan te s . Y ei r e su l t ado

estas com petencies , a su vez, dep end era , en la ma yo rfa de

casos, do Ia can t idad de in teres , am or , espe ran za, que sep

de spe r tar los c om pet idores en el tercero o lerccros, cen tros c

ve rgen te s de lo s mov imien tos en compe tenc ia .

T a n t o i n m e d i a t a c o m o m e d i a t a m e n t e , e l o b j e t o m £ s



L i lucha 307

p i r i tu a lm e n te . L a luc ha c on tra el ho m b re , que era u n a lu c h a

pa ra con q u is ta r lo y esc lav izarlo , se t rueca en el fe no m e no

compl icado de la competencia , en e l cual e l hombre lucba

tam b ien con t ra o tro hom bre , pe ro p a ra la conqu i s i a de un t e rcero . Y la conquista de este tercero , conquista que solo puede

conseguirse por los medios sociolojj icos de la persuasion o

conviccion, de la ofer ta en mas o menos, de la su ge st io n o la

am ena ^a . en sum a, por m edio de nexos esp i r i tua les , t rae par

un ica consecuencia a menudo e l cs tab lee imien to de uno de

esos nexos , desde el m om en tan eo que se ver ifica com pr an do

en una t i enda , has ta el ma t r im on io . A med ida que au m en ta la

in iens idad cu l tu ra l y condensacion de la v ida , la lucha por e lmas condensado de todos lo s b ienes , e l a lma Humana , hab ra

de abarca r cada vez m ay or espae io , au m en tan do y p ro fun d i -

zando por tanto las acciones reciprocas, sinteticas, <|uc consti

tuyen su medio y su objet ivo .

Q u e d a ya con esto ind ica do <jue el caracter sociologico de

los circulos sociales sc d i ferencia mu cho , segu n la ca n t id ad y

las c lases de competencia que en su seno permi tan . Claramen-

te se ve que este es u n fra gm en to del prob lem a de la co rrela

cion, a l cual han sum in i s t r a do u na con t ribuc ion l as a severa -

c iones hechas has t a aqu i : ex is te un a re lac ion en t re la es t ru c tu ra

de un circulo social y la ca nt id ad de enem istadc s que puede

tole rar enire sus elem ento s. E n lo politico, es la ley pe nal la

que con frecuencia f i ja el l imite hasia donde la lu tha y la vcn-

ganza . la v iolencia y el eng ano , so n com pat ib les con la ex is

tencia dsi todo. Pe ro n o cs com ple tam en te exacto lo que se hadicho de tjue la Icy pen al pod ia con side rars e com o el m in i

m um e tico. Pue s un Es tad o se d i so lve r i a si, au n ev i t ando lodo

lo prohibido por la ley penal , se real izasen en el los atentados,

danos y hos t i i idades que so n au n com pat ib les can d icba ley.

La ley pen al t iene ya en cue n ta cl hecho de que la g r an m a

yor ia de es tas energ ias des t ruc to ras quedan impedidas de des-

arro l larse , merccd a coacciones en las que la ley no in te r-

viene.



Soc i o l og i

a b a n d o n a d a s a s i m i s m a s , n o t r a s p a s a r a n l a m e d i d a q u e p u e

de soportar Ia sociedad.

Cu an to mas e s t r ech amen te u n i f i cad o e s t6 e l g rupo, tan ta

m 6 s s igni f icac iones opues tas p odra t ener l a enem is tad en t resu s e l emen to s. Po r u n a p a r te , e l g ru p o , ju s t am en te p o r su i n

t im idad , podra sop or ta r s in d i solverse c ier tas d i sens iones in

tes t inas , porque las fuerzas s in te t icas t ienen suf ic icn te energ ia

p a ra c o n tr a r r e s ta r a las an t i te t icas . P o r o t ra parte , u n g ru p o

cu y o p r in c ip io v i t a l co n t en g a u n a u n id ad y co mu n id ad co n s i

d e ra bl es , se e n c o n t r a r a p a r t i c u l a n n e n t e a m c n a z a d o p or a q u e

l las d i scord ias in tes t ina s . U n a y Ja m ism a cen t r ipera l idad degrupo bard , segun las dema s c i rcuns tanc ias , quc sea m uy re

s is ten ic o que no pu ed a ofrecer res is tencia a las e nem is tades

en t re sus miembros .

E n u n io n es e s tr ecb as , co mo el m a t r im o n io , se d an am b as

cosas a l mi sm o t iemp o . S in d u d a , n o h a y o t r a fo rma d e u n io n

que pueda sopor ta r , s in d i so lverse ex te r io rmen te , od ios t an (e-

roces, an t ipa l i as t a n comple tes , t an tos choques y o fensas cons-tan ies . Pe ro , po r n t ra par te , es, si no la un ica , uno , a l m enos

de las pocas relacion es que, po r u n a escis i6 n ex te r io rmen te

imp ercept ib l e y au n in ex p resab le en p t l a b i a s , p o r u n s imp le

ges fo de an tago n ism o, puede n perdcr de t a l m odo su p r o f un -

d id ad y b e l l eza , q u c n i l a mas ap as io n ad a v o lu n t ad d e amb as

par tes sea capaz de restab lecerla . E n Ios g ru p o s de g ra n d e s pro-

porc ioncs h a y dos e s tru c tu ra s , c o m p le ta m e n te o p ues ta s cn

ap a r i en c i a , q u e ad m i t en u n a can t id ad co n s id e rab le d e in t e r io r

hos t i l idad . E n pr im er lug ar , las unio ne s su prrfic ia les, faciles

de a n u d ar y que p roducen u n a c ie r ta so l idar id ad de e lemcnlos .

P o r med io de es tas, los da no s causados po r choques p roduc i -

do s aq u i y all<5, pue den ar re gla rsc con rel ativ a facilida d; los

e lementos dan tan ias energ ias o valores a i todo , que es te pue

de m uy b ien de ja r a Ios ind iv idu os en l ibe rtad para sus an ta -

gonismos, en la segur idad de quc e l gas to de energ ia determi



| j lutlia

mente el act ivo y el pasiv o, den tro de la v ida to ta l , y t ra n s-

p o r ta r las energ ias d isp on ib le s a aquellos s i t ios en do n d e se

haya p roduc ido a l cana deb i l idad por d i scord ias en t re los e l e -

mentos , o por o t ra causa cua lqu ie ra .

E l mismo c fedo genera l p roduce , empero , l a e s t ruc tu ra in

verse; de modo semejante a la composicidn de Ios barcos, que

estan becbos de m uch os co m pa r t im ien tos estanco 's , de suer te

que a l ocur r i r u n a avc r i a el agu a no pen e t ra en todas pa r te s .

El pr incipio social , en este sent ido, es c ier to a islamiento de Ias

partes en lucba, las cuales t ie n e n que a r re g la r e n l i e sf su s

confl ic tos y so po r ta r e ll as m ism as los dan os p roduc idos , s inque su fra el todo. La ju sta e leccion o la c om bin ac ion de los

dos metodos, e l de la sol idaridad organica, en que el todo res-

ponde de los d a n o s p ro duc idos por Ios conflictos parc ia les , y

el del a islamiento, en que el todo se reserva frente a estos da

nos , es na t u r a l m e n t e un a c ue s ti on fun da m e n t a l pa r a la v ida

de toda asoc iac ion, desde la fami l ia basta e l Estado, desde las

que se mant ienen por lazos econ 6micos bas ta l a s que s 6lo sesost iencn por lazos espi r i tua les . Los ext remos es tan concre ta -

dos de una pa r t e en el Es tad o m odern o , que no so lo so po r ta l a

lucba de los par t idos pol i t icos , por mucbas fuerzas que se

con sum an en e llos, s ino que inc luso l a s u t i l i za pa ra favore-

cer su equil ibi-io y su evolucion; y, de otra parte, en los Esta-

dos-c iudades ant iguos y medieva les , que se debi l i taban, bas ta

perecer, en ocasiones, por las luchas in te s t in as dc los p a i t id o s .En genera l , cuan to mayor sea e l g rupo , en t an to me jo ies con

dic iones se encamrara pa ra emplea r ambos me todos ; e l p roce

dimiento consis t i ra en de jar que los par t idos remedien por s i

ios daf ios p r im ar ios produ cidos po r la lucha , acud iendo , en

cambio, e l todo con sus reservas a pal iar las consecuencias se-

Cundar ia s quc puedan t ene r impor tanc ia pa ra l a v ida con jun-

*a. C lar am cn te se ve que esta co m bin ac ion es dif ic il dc rea l iza r

en Ios g rupo s pequenos , cuyos e l ementos se en cu en t ran m uy



t regarse a e l la po r v i r tud de su especia l fo rm at i on Kist6r ica y

p o i causa de p r in c ip io s g enera les que es i£n mfis a l i i de los i n

tereses en cues t ion . Lo pr imero es pos ib le bajo dos supues tos

Es c la ro que l a competenc ia se p roduce cuando un b ien—queno bas ta par a todos los asp i ran tes , o no es acces ib le a todo s

el los—que da reservado a l venccdor . Pe ro en tonees no puede

b a b e r co m pe tenc ia si lo s e lem e n to s del circulo n o a sp ixan a

poseer u n b ien quc tudos d ese a r ia n ig u a lm e n te , o si a s p i r a n -

do a obtenerlo, ese bien es suficienle para sat isfacerlos a todos

p o r ig ua l. P u e d e p re su m irse que se de el p r im er caso, s iem pre

que la socia l izacion sea causada, no por un term inus ad quemc o m u n , s i n o p o r u n m i s m o t erminus a quo, u n a r a iz u n i t a r i a

As i acon tece , an te todo en l a fami i i a . C ie r tamentc pueden

sur gi r en e l la com petencies ocas ionales ; pue den comp ct i r los

b i jo s por el a m o r o Ia b e ren c ia de los p ad re s , o estos por e

am or dc sus b i jos . Pe ro es tas competenc ies es tan dc tc rm ina

das por con t ingenc ies persona les—no dc o t ro modo quc cuan

do dos be rm an os s on compet idores comerc ia les—y s in rc la

ci6n con el principio de la fam il ia . E ste pri nc ipi o es, en efccto

el de una v ida organicu; pero c l organismo t iene en s i mismo

su f in y no se refiere, al lende s i mismo, a un objet ivo exterior

p a r a cu y a con q u is ta b a y a n dc co m p e tir su s e lem entos. S in

d u d a , l a en em is t ad p u ram en te p e r so n a l q u e b ro t a de l a an t i

p a t l a de las n a tu ra l c / a s es b a s ta n te c o n t ia r ia a l p r inc ip io d

p a i , sin el cual la fam il ia n o puede su b s is t i r a la larga; pero

ju s ta m e n te la in t im id a d dc la conv ivencia , la conex ion socia

y economicaj la presu ncidn , cn c icr to m odo coact iva , de u n i

dad , dan lugar muy fac i lmen te a rozamien tos , t ens iones , opo

s ic iones. E l confl ic to fam i l i a r cons t i tuye una fo rma de lucba

Sui generis. Sus causes , su ag ud iza m ien to , su ex ten s ion e JO

que no tenian parre en el , las caractcris t icas dc la lucba y d

la reconc i l i a t ion , son complc tamente pecu l ia rcs , po rque s

rea l i za n sobre l a base de u n a un ida d o rgan ica , fo rmad a poi l l i d i

31C Soc io logy



j j lucha J1I

D el otro t ipo sociol6gico, que excluyc Ia com peten cia , se

encuent ran e jemplos en Ia v ida de las comunidades re l ig iosas .

E n e ll a se dan , s in dud a , e s fue rzos p a ra le los dc tod cs hac iauna f inal idad i j?ual ; pero no l lega a producirse la competencia ,

porque l a consecuci6n de es ta f ina lidad po r u n o de ellos, no

excluye a Ios demas. A l me nos , en la concepci6n cr i s t iana , la

casa de Dios t iene s i t io para todos . Si la grac ia p i iva a a lgu

nos de este si t io y se Io concedc a otros, e!lo demuestra preci-

sam ente la inu t i l idad de toda compe tenc ia . E s e s ta m as b ien

un a fo rma ca iac te r is t ica de l a s a sp i rac iones pa ra le l a s , quc po

dr ia designarse con el no m br e de com peten c ia pasiva. La lo-

te ria y los juegos de aza r so n bu en os e jemplos de e lla. H a y

cier la tnente u n eoncurso pa ra un premio; pero fa l ta lo esen-

cia l de la com petenc ia , la d i fe re nc iac ion de las ener gias in di

v i d u a l s c om o base y r a z o n de la g a na n c i a y de l a pe rd ida .

Sin d ud a , el resul tado va v incu lado a un a ac t iv idad previa ;

pero los d iferen tcs re s u l ta d o s no de p en d e n de las d ife renc ias

en es tas ac t iv idades . E sto da lu ga r a que ent re los indiv idu osdel c i rculo for tnado por semejante azar , se produzca una rc la -

cidn pecu l iar , cn la cual , a dist incio n de lo que sucede en la

compe tenc ia , apa rece una mezc la comple tamente nueva de

igua ldad y des igua ldnd de l a s condic iones . Cuando c ie r to nu-

mcro de hom bres pon en en el juego cxac tamente lo m ism o y

t ienen la s mism as p robab i l idadcs dc exi to , pero saben que un a

potenc ia , sobre Ia quc n o pueden influi'r, n iega o concede esecxi to , re inara ent re e l los una indi fe renc ia que no puede exis-

l ir en las competenc ias , cuyo resul tado depende de la com pa ra-

ei<5n de las dist intas actividades. Por otra parte, Ia conciencia

de que el premio sc obt iene o no, segun la cal idad del esfuer-

zo rea l izado, t rnnqui l iza y obje t iva e l sent imiento que e l o t ro

r>os produce; en cambio, cuando esta conciencia fa l ta , la envi

dia y Ia i r r i t ac ion encuen t ran e l t e r reno abonado . E l e l eg ido

por gracia , el g a n a n c io s o cn el t r e in ta y c u a re n ta , no sera



cons is te e n t ras la da r nue s t ro p rop io sen t im ien to de insu f ic ien

cia al f lue lo ha hecho nacer.

P o r cons iguientc , la re la c ion —m uy f lo ja po r lo de m as —

que se da en aque l los c i rcu los cuya co m un ida d es ta de te rm i

nada por una e lecdon g rac iosa de Dios , de Ios hombres o de

dcst ino, es una mezcla especif ica de indiferencia y envidia la

ten lc , que se ac tual iza a l producirse la decis i 6n , d e t e r m i n a n

do en el vencedor ios sen t im ien to s co r respond ien tes . A u n q u

es tos sen t imien tos se d i fe renc ian mucho de l as a l t e rna t iva

sen t imen ta lcs p rop ias de l a competenc ia . hay t ambien p roba

b le m en te en to d a co m petenc ia g e n u in a a lgo de esta re lac io n

en g en d rad a p o r p ro b ab i l id ad es de aza r co mu n es : h ay c ie rt

apelacion a un poder su pe r ior a las pai tes , que decide por s

y no en v i r tud de Ios d i ferentes valores de las par tes . La me

d ida muy var iab le en que se da es te sen t imien to fa ta l i s t a , en

g en d ia u n a g rad ac io n mu y p a r t i cu l a r d e l a s r e l ac io n es d

competencia , has ta l legar a l l ipo dc la e leccion graciosa e

donde domina , y en donde los e lementos ae l ivos y d i fe renc iadores , caracter is t icos de la competencia , desaparecen por com

pleto.

Ot ra aparen te competenc ia mas se o f rece en Ios g rupos re

l ig iosos . Cons i s te en l a pas ion ee losa por supera r a los dema

en Ia conquis ta de los b ienes supremos, pas ion que puede ex

ci tar a las obras , al cumplimiemo de Ins preceptos y a la rea

l izacion de obras meri tor ias , devociones , ascet ismos , oraciones, l imo sna s . Pe ro aqu i fa l ta la o t ra ca racter is t ica de la com

petencia ; que la g a n a n c ia o b ie n id a por u n o le sea n eg a d a a

o tr o. N o s e n c o n t r a m o s a q u i a n i c u n a d if cr en c ia dc i m p o r t a n

cia socio logica . Podr iamos cons ideiar la como la d i ferencia qu

ex is ie en t re la competenc ia y l a em ulac iun . E n toda com pe

tencia , aunque se t ra te de los b ienes ideales de la honra y de

am or , el va lo r de l a ac tuac ion es ta de te rm inad o por l a r e lac ion que esta gu ard a con la ac tu ac io n de l compet idor . La ac



La lucha

11a em ula t ion re lig iosa . E n esta, I a ac t iv idad de l ind iv id uo

produce su fru to in m e d ia ta m e n te . F u e ra in d ig n o de Ia ju s t ic ia

ab solu ta el bac er flue la reco m pen se de la ac t iv ida d in di vi

du al dependiesc de due Ios mdi i tos de otro ind ivid uo fuesen

mayores o menores . Cada cua l c s r ccompensado segun sus

o b r a s, m e d i d as p o r n o r m a s t ra n s c e n d e n t a le s . E n c a m b i o , e n

la competencia , cada cua l es t r a ta do segun las obra s del com

petidor, segun i« re lacitfn e n tre u n a s y o tras . P o r c u a n to el

fin a que as pi ra n los m iem bro s de u n ci rculo , ea la po sibi l i

dad re l ig iosa—es dec i r , i l imi tada e independien te de toda re

lac ion c om pa ra t iv a— de la g ra t ia , el c i rcu lo no pod ra d esa r ro-l la r n in g u n a competencia . Es te es tam bien el caso en todas

aquel las asoc iac iones que , s iendo de pu ra recep t iv idad , no de-

ja n espacio a a c tiv idades in d iv id u a lm e n te diversas : asoc iac io

nes cient i ficas o l i terar ias , que se l im ita n a org an iza r confe-

rencias , sociedades de viajes , asociaciones para f ines pura-

mente epicureos.

E n todos es tos casos, los f ines pa r t icu larc s del gru po da nlugar a fo rmaciones soc io log icas que excluy cn la competencia.

Pero puede ba be r o t ras raz on es que, apa r tc Ios in tereses y e l

carac ter de l g rupo , in ipongan la r enuncia , b ien a la competen

cia misma, b ien a a lgunos de sus medios . Ocur re lo p r imcro

Cuando predominan e l p r inc ip io soc ia l i s ta de Ia o rgan izac i6n

un i fo rme del t r aba jo y el mas o menos co m un i s t a de la igua l

dad en Ios p roductos de l t r aba jo . Cons iderada segun su forma,la competencia descansa en e l p r inc ip io de l ind iv idual i smo.

Pero cuando es p rar t icada den t ro de un grupO, no resu l ta da ta ,

s in m as, su relacio n con el pr inc ipio social : la su bo rdi na cio n

de Io ind iv id ua l a l in te res un i ta r io de Ia com unid ad . In d u d a -

b lem ente el c om p e tido r in d iv id u a l cs el fin pa ra si m ism o , cm -

plea sus fuerzas p a r a consegu ir cl t r iu n fo dc sus in tereses . Pe ro

como la luc ba de la co mp etencia se ver if ica p or med io de pres-

taciones ob je tivas y sue le p roduc i r r esu l tad os de a lg un mod o



su d icha , su obra , su perfeccion , cons t i tuyen e l sen t ido y f ina

l i d ad ab so lu to s de t o d a v id a hi s to r i ca . E n r e l ac io n con el f in

t f l t imo, la competencia es una s imple tecnica y , por tan to , ma

b ien in d ife ren te . P o r co n s igu ien te , la op os ic ion y neg ac io n dla com petenc ia no va n un id as al p r inc ip io del in te res soc ia l

cons iderado como f in ico dominan te , s ino a l a idea de o t ra

tecnica , que se des igna con c l no m bre de socia l ismo, en sent ido

estricto.

E n genera l , Ia va lo rac ion del todo como supe r io r a los des

t ine s ind iv idu a les , l a t end enc ia de l as ins t i tuc ioncs o a l meno

de las ideas hacia lo comun, hacia lo que a todos comptendey so b re t o d o s man d a , d e t e rm in a i a l a p ro p en s io n a l a organiza

t ion de todos los t rabajos indiv iduales ; es deci r , que se in lcn

ta r a d i r ig ir es ios t raba jos en v i r tud de u n p lan ra c iona l d

con jun to , que ev i te todo rozamien to en t re Ios e lementos , todo

der roche de fuerzas por competenc ia , todo az ar dc in i t i a t iv e

p u r a m e n te p ersona les . E l re su l tad o p a ra el c o n ju n to n o s

conse gu i ra por e l choque an tag on ic o de Ias fue rzas en luchaespo n tane a , s ino por u n a d i recc ion ce n t ra l i zad a que dc an te

m an o o rgan ice todos los e lementos . pa ra que coopcren y s

co m p leme n ten . como v emo s en la b u ro c rac i a d c u n Es t a d o o

cn e l personal de una fnbr ica . Es ta forma t ic pro t lu i ' c ion socia

l i s ta n o es mas que un a tecnica pa ra a lcanzf t r los b ienes m ate

rialcs de la dich a y Ia cu l tur a, de la just icia y el pcrfec ciona

micnto ; debe, por tan to , cedcr e l tc r rcno a Ia l ibre concurren-

eia, al l f donde £sta parczca scr el medio pr&ciicamente mas

adecua do. N o es es ta u na cues t io n que a taf ia tan so lo a Io

p ar tido s politicos. E I p ro b le m a de si la s a t i s fa c t io n de u n a

neces idad , la creat io n de u n valor , ha de conf iarse a la com pc

tenc ia de fuerzas ind iv idua les n a su o rgan izac ion ra t io na l , a

la opos ic ion o a la co laboracion . es u n p ro b l ema q u e s e p l an

t ea en m i l fo rmas p a rc i al e s o ru d im en ta r i a s : en l a ad m in i s t r a

c ion por el Es ta d o y en los ear te les, en las com petencias d



das p or la tecnica te atral , cu an do h a y tjue decidir si pa ra -el efec-

10 to ta l es p re fe rib le de ja r que cada ac to r desar ro l l e p fen am cn-

te su ind iv idua l idad y que g rac ias a es ta emulac ion se an imcy v iv i f ique e l conjunto , o s i de an temano ha de tenerse presen

te u na v i s ion con jun ta , a l a que ba ya n de acom odarsc l as ind i -

v idual idades . Se ref le ja as imismo en e l in ter ior del ind iv iduo,

ya que en al gu na s oc asio nc s sen t imo s que el confl icto entre los

impulsos e t icos y es te i icos , en t re 1as decis iones intclcctualcs c

ins l in t iva s , es condic ion cscncia l dc las ho nd as reso lucio nes cn

que se expresa y vive ma s vcrd ade ram cntc nue s t ro ser , m ien-

t ras que en o t ras ocas iones no concedcmos la palabra a es tas

fuerxp.s i n d iv id u a l e s , s i n o en cu an to s c co o r d in an d en t ro d c u n

s is tema uni tar io , d i r i t f ido por una tendencia .

N o se puede e o m p re n d c r b ien el sociaKsm o, en su se n t id o

corrieme, como ftsp>vac)6n eeor.omica y poli t ica, s i no se le con

siders a l propio t ieropo como la form a perfecta y m as pu ra de

una tecnica vi tal que, lo mismo <tue la opuesta. so ext iende so

bre todos los p ro b lem a s p la n tc a d o s p o r el m a n e jo de u n a p lu

ra l idad de el en ientps. C ono c ido el ca rac ter p ur am en te t ecnico

d t e s ‘as o rdenae ioncs . la o rg an iza t io n soc ia li s t a t i ene que re-

n vn ci ar a la pre ten sio n de scr un f in que se just i f ica en S!

m ismo y u n a u h im a in s t an c i a de v a lo r , y d eb e en tv a r en u n a

eomparac ion es l imat iva cOn la compelcnc ia ind iv idua l i s t a , en

cuan to es ia es l ambien un med io para l a consecuc ion de f ines

supra ind iv idua les . Pero no cabe negar . po r o t ra par te , que d i -cb a eo m p arac io n c s t ima t iv a es a me n u d o in so lu b l e p a ra n u es -

i ros recursos i n te lcc tuales , de pe nd ien do entone es la prefere n-

cia p n r u n a u o tr a t een ie s, de Ios i n s t i n to s f u n d a m e n ta l s q u e

ac tuan en l as d iversas na tu ra lezas . C ie r tamenfe , s i se cons ide-

ra n Ias cosas en abs t rac to , los ins t in to s ha br fa n de l imi ta rse

a f ijar el fin u l t im o, deb iend o los medios ser de ter m ina do s por

el conocimiento te6r ico- Pe ro , en la practica , e l cono cim ientoes tan imper /e r to que los im pu lsos sub je tivos t i enen que h a

I.a luclia 315



b l im a d o a c tu a lm e n te en el soc ia l ism o , a lc a n z a ra la v ic toria

sob ie l a f o rma r apsod ica , f r agmen ta r i a . sob re l a d i l ap idac i 6n

de fuerzas . Ia escis ion y el az ar que l leva consigo la co m pe ten cia en la p roduccion . Y a m edid a que es ta d i spos ic idn vaya

apo deran dose de lo s ind iv iduos , i r an de sa lo jando a la com pe

tencia de todos aquel los campos cuya indole no la excluye.

Algo analogo sucede cuando se t r a ta , no de la un idad or -

gan ica, s ino de la igu alda d m eca nica de las par tes. E l caso

m as puro de este t ipo lo cons t i tuye la o rga n iza c ion grem ia l

en cuanto descansa sobre e l p r inc ip io de que cada maes t ro ha

de t ene r «Ia m ism a co ng iua sus t en ta c i 6n ». La esenc ia de Ia

competencia impl ica quc la igualdad de cada e lemento con

los dem as , se este mod i f icando co nt in ua m en te hac ia a r r ib a o

hacia aba jo . C ua nd o existe com petencia en t re dos p rod uc to

res, cada uno de el los, pref iere, s in duda, a la mitad de la ga-

na nc ia , que te nd r ia seg ura s i es tuviese es tablecido el repa r to

exacto dc la ofer ta, la. inseguridad de la diferenciacion; ofre-

c i endo o t r as cosas , o de o t r a m ane ra , pued en c o r r e sp o n d ed , es

c ier to . menos de la mi tad de Ios consumidores , pero tambien

m uc ho s m is . EI p r inc ip io de l r iesgo , que se r ea l iza en la com-

pe teneia , eon trad ice de tal m a n e ra al p r inc ip io de la ig ua ld ad

que Ios grem ios hicieron todo Io posible pa ra evi tar que su r -

g iese ia com petencia , p ro b ib ien do a l maes t ro tener m as dc

u n despacho y m»s de c ier to nu m ero de oficiales m uy l im i

tado, vende r prod ucto s que no fuc ran Ios fabr icados por e lof recer cant id ade s , cal idades y precios dis t in t os de los que el

gremio hab ia de term inado . E l hecho dc que es tas l im i tac ion es

cayeran b ien p ron to cn desuso , de m ues t r a que no es t aba n de

acuerdo con Ia naturaleza de las cosas . El pr incipio , abst racto

por u n lado y p e rso n a l po r o tro , de la ig u a ld a d en la g a n a n -

cia, fue el que m otivo que se pro hib ies e Ia form a de Ia co m pe

tencia en ia p roduccion . No hace fa l ta c i ta r mas e jemplos . Laal te rna t i a (q e se da en incontab les pro inc ias casos de la



La lucha 31"

p ro d u c c i6n . La dec i s ion no depende en modo a lguno exc lus i -

va m en tc del ca lcu lo de p rob ab i l idad es . que u n as veces aconse -

ja r a la a v e n tu ra de 3a com p e te n c ia , o sc ilando e n tre el tod o y

el nada , y o t ra s a enn se ja ra l a m as limi t&da y mas se gu ra p rac

t ica de la igua ldad de las prcs tac ioncs . La d ispOsic idn de ani -

mo de cada epoca o c! tem pe ram en to de los ind ivid uo s, dec i-

d i ra mucbas veces . p t c sc ind iendo de todo ca lcu lo de l en tend i -

m ien to . Y es te ca rac ter se n t im en ta l y g ene ra l de l a dec is ion ,

b a r a flue la r e n u n c ia a la c om p e te n c ia pueda ex tendcrse i n

cluso a csferas en que no es ta acon se jada po r Ia na tur a le za

de las cosas.

Ot ras modi f i cac iones de l a acc i6 n soc ia l rec iproca se pro

ducer . cuand o no se e l imina la comp e tenc ia en s i, s ino a lgun os

de su s medios . T ra tas e aqu i de cs tadios de evo luc ion, en los

cua les l a compe tenc ia abso lu ta de l a lucba an ima l por l a ex i s

tencia convier tose en re la t iva; es decir , en Ios cuales van

de sa pa re c i cndo g r a du a l m e n t e t odos a que l lo s roz a m i c n t os y

p a ra l i /a c io n e s flue n o so n exigidos por la p rop ia com petenc ia .E n es tas modif icac iones no se a l te r a n i el pro du cto n i Ia in-

te ns id ad dc Ia com petencia; lo flue sc bace cs o r ie n ta r esta ba -

c ia e l puro re su l t ado f ina l , cana l i zandola de modo que Ia s

fue rzas de Ios dos pa r t idos no se p ie rdan , cn dano t an to de Ia

u t i l ida d sub je t iva com o de la ob je tiva . Pro duc ens e a s i dos fo r

m a s , que pue de n l la m a r se l a l i m i t a c i on i n t e r i nd i v i d ua l y Ia

l i m i t a c i on su p r a i n d i v i du a l de l os m e d ios de c om pe t enc ia . L a p r im e ra surge c u a n d o u n cierto n u m e r o de c om pe tido res ac u e r-

dan vo lun ta i i amente renunc ia r a c i e r t a s p rac t i ces , con l a s

cua les i r a i an dc avemaja r se unos a o t ros ; l a r enunc ia de l uno

sd lo cs va l ida cn t an to que el o t ro l a m an t i ene t a rnb ien . As i ,

Cuando Ios l ibreros de ocasion, en un luga r , acu erd an no rcba-

j a r m a s que el 10 o el 5 por 100 so br e el precio dc l ibie ria , o

cuando Ios comerc ian tes convienen cn ce r ra r sus e s t ab lec i -mientos a las nueve o a las ocbo, e tc . Es evidente que en estos



318 Sociologh

dc s i gu a l da d—, s ino j u s t a m e n t e a a que l l o s c x t r e m os e n que no

es posible Ia com petenc ia , por qu e en el los sobreviene en s egui -

cia la igualdad dc todos los compet idores.E s t e t i po , a unque ha s r a a ho i a poc a s ve c e s se ha r e a l i z a do

con pureza , es tie l a m ay or im po r tan c ia ; dem ues t ra l a pos ib i

l idad de un a in te l igen cia de los com pet ido res sobre el te r ren o

mismo de la competenc ia . s in que es ta sea d isminuida . Descu-

h ie r to u n pu n to en que co inc iden Ios in te reses , el an tago ni sm o

se c onc e n t r a c on m a y or i n t e ns i da d c n a que l l o s o t ro s pu n t os

en que puede d t sa r ro l l a r se . As i , l a l imi tac i6n i n t e r i nd i v i dua lde los medios puede p ro longarse indc f in idamente , desca rgan-

do la com petenc ia de todo aqu el lo que no es verd ade ra com -

pc tenc ia , p o rq u e n o p roduce efectos al n e u t ra l iz a rs e re r ip ro ca -

mcnte . Co m o los medios de l a comp e tenc ia cons i s t en m a-

yormente en vcnta jas concedidas a un te rcero , es te te rcero

que en lo economico es el co ns um ido r , se ra el q ue s ufra la

consecuenc ias de e sos acue rdos cons i s t en tes en renunc ia r a

dichos medios . E n rea l idad , es tas in te l igencias in ic ia n el ca

mino que l l eva a l a cons t i tuc ion de ca r t e l e s indus t r i a l e s . Una

vez que se ha c om pre nd i do que p ue de n a ho r r a r se m u c hos de

los d an os consecu t ivos a las prac t ices de la com petenc ia , s iem

pre que cl com pe t ido r h ag a Io m ism o , estos conven ios p u e d e n

tener no s<51o la consecuencia indicada: intensificaci6 n y p u r e

za de ]« competencia , s ino tambien la contrar ia : ercal tar e

a c ue rdo ha s t a l a sup re s i 6n de l a com pe tenc ia m ism a y el e st ab lec im icn to de u n a o rgan izac ion , que en vez de luch a r po

la conqui s t a de l mercado , se enca rgue de abas tece r lo segun un

p la n co m u n . E s ta a n u la c io n de la com pe tenc ia tiene u n s e n t i

do soc ioldgico comple tamente d is t in to de la que prac t icaba la

o rga n i z a t i on g r e m i a l . S i e ndo e n ^s t a l o s i nd i v i duos i nde pe n

dicntcs , su igua ldad {orzada dc terminaba quc los znas capaces

descendiesen a l n ive l en que los mas inep tos pod ian .compe t i rcon el los Tal es la forma en que i r remediablemente caen los



1 . 1 lucha 319

a i in re s t an de l ca rac te r de compe tenc ia , porque e l domin io

comple te de l mercado y l a dependenc ia a que queda reduc ido

e l consumidor , bacen comple tamente supe r f lua l a compe tenc ia

como tal .F ina lmente , l a l imi tac ion de los medios de compe tenc ia ,

de jando subsis tente la competenc ia misma, acontece a veces

por o b ra dc in s ta nc ia s s i tu a d a s m as alia dc lo s com pe t id o res

y de su esfera de in te reses : el derecbo y la m ora l . E n gene ra l ,

el de recho no p io b ib e a l a com pe ienc ia s ino aque l los ac tos que

se cas i igan igua lm ente en l as d em as re l ac iones bu m an as : l a

violenc ia , c l dano, e l engano, la ca lumnia , la amenaza , la fa l -sedad.. . P o r lo dem as, la com petcnc ia es el genero de a n ta g o

n i sm o c uya s fo rm a s y c onse c ue nci a s s e e nc ue n t r a n m e nos in -

t e rven idas por p roh ib ic io nes ju r id icas . S i p or a i aque s inm e-

diatos se destrozase la existencia economica, social , famil iar e

incluso fisica dc a lg uie n, en el gra do en que el lo acontece en

la com pe tenc ia—como cuando se l ev an ta un a fabr ica al lado

de otr a o SO pr ete nd e el m ism o em pleo que otro , o se pr es en taa! p romio u n a obra pa ra venee r a o t ra —inte rvendr fa inm ed ia -

tamente la ley penal . <Por que, pues, la ley no protege los bie

nes expuestos a Ia ru ina por Ia competenc ia? Parece c la ro , en

p r im e r te rm in o , que los com p et ido res no o b ra n con dolo. N i n -

gu no de e llos pre tend e ot ra cosa s in o conse gui r el prem io de

su pres tac ion; y s i e l lo a r ru ina e l o t ro , es es ta una consecuen-

cia secun dar i a , que n ad a le in t e resa a l vencedor, qu ien inc lu

so puede lam en tar la . P er o aden ias fa l ta a la com petenc ia el

e lemento de la v io lenc ia pr op iam en te d icba , no s iendo la de-

r ro ta y la v ic tor ia ma s que la expres ion exacra, jus ta , de las

fuerzas respec t ivas . El vencedor se ba expuesto exac tamcnte a

Ios m ism os r iesgos que e l vencido, y es te , en u l t i m o te rm ino ,

na de a t z ibu i r su ru ina a su p rop ia insuf i c i enc ia .

P er o, por Io que a lo p r im ero se refiere, el dolo co nt ra Ia

p e rsona p e r ju d icad a f a l ta ig u a lm e n te en u n a porc ion de deli-t t i l C di i t t d l l



l a ca l l e a lboro tando , es cas t igado po i per tu rbar Ia t ranqu i l ida

pub lica , a u n c u a n d o so lo se p ro p o n e d a r e x p a n s i6n a su con

ten to y n o se le ocur re el pen sam ien to de que con el lo pe r tu

b a el su e n o de los d em as. P o r lan to , se g u n esto, el que a r r un a a o i ros co n su t r ab a jo n o r m a l d eb ie ra m erecer a l men o

una pena : por imprudenc ia . Y cn Cuan to a l a excu lpa t ion qu

res ul ta de la igu ald ad de condic iones . de lo vo lun tar io de

accion y de la jus t ic ia can que e l ex i to premia las propia

fu e rzas , p u d ie ra ap l i ca r s e t amb ien a l d u e lo , en t o d as su s fo

m a s . C u a n d o e n u n a l uc b a , ac e p ta d a v o l u n t a r i a m e n t e p o

am ba s partes y ce ieb rada en l as m ism as cond ic iones , un o dlos lucba dore s resu l ta g ravem ente be t ido , cas t igar n i o t ro n

parece log icam ente mfis co n sec u e n te (fue cast igar a u n com e

cian te , que por med ios l ealcs b a a r ru ina do a un companero

Si no se bace asi . es debido, en parte , a razones de tecnica jur

d ica; pero pr in cip alm en te a un a de caracter social u t i i i ta i io

L a soc iedad no puede ren un c ia r a l as ven ta jas que le repor

la competencia de los indiv iduos , venta jas que cxceden comucho a l as perd idas causadas por e l an iqu i lamien to ocas io

n a l de a lg u n in d iv id u o en l a co mp e ten c ia . E s t a cs l a r azo

evidente en que se fnnda el principio del Codigo civi l france

sobr e el cual se cons t ruy e todo e l t ra tam ien to jur id ico de

concur renc ia des lea l : a todo becbo cua lqu ie ra de l bombre qu

causa a o t ro u n dano , ob l iga a repar a r lo a aque l por cuya cu

pa b a ocurr ido*. L a sociedad n o to le ra r ia que u n in d iv idu

p cr jud icase a o tro en la fo rm a in d ic a d a in m e d ia ta m e n te

s<5lo para su propio provecbo; pero lo tolera cuando este pe

ju ic io acontece, po r el rodeo de u n a p re s tac io n objetiva, qu

t i e n e v a l o r p a r a u n n u m e r o i n d e t e r m i n a d o d e i n d i v i d u o

A na lo ga m en te e l E s tad o no to le ra r ia e l due la en t re ofici&ie

s i sc t ra tase s im plem ente de l in te res persona l de un ind iv

duo, que exige e l an iqui lamiento de o t ro , y s i la cohes ion in

te rn a del cuerpo de oficiales no sacase de este conc epto del ho



de p ro teger a los comerc ian tea e indus t r i a l s con t ra c ie r tas

ven ta jas f lue sus compet idores podr ian adqu i r i r po r med ios

m ora lm en te rep robab les . A s i , po r e jemplo , Se p ro b ib en todos

los rec lamos que , po r ind icac iones fa l sas , pu d ie ran ind uc i r a lcomprador a Ia c reenc ia e r ronea de que t a l comera ' ame les

ofrcce condic iones mas venta josas que o t ro ; y es to incluso

cuan do la consecuenc ia no es un encarec imien to de l a m er-

eanc ia para e l pub l ico . Sc p rob ibe as imismo p roduc i r en e l

com prad or l a i lu s ion dc flue adqu ie re un a can t idad de mer-

cancia , que no puede ad quir i r se en o t ras par tes por e l m ism o

precio. a u n q u e la c a n t id a d e fec t ivam ente v e n d id a resu ltc de becbo la co rrien te y el precio el adecu ado . U n tercer tipo es cl

d e u n a ca sa mu y co n o c id a , co n g ran n u mero d e c i i en t e s , q u e

impide que o t ro, con el m ism o no m bre , l leve a l mercado un

produc to a n a lo g o , d e sp e r ta n d o en los c iientes la creencia de

que se t rora del mismo producto ; en lo cual es indi ferente que

la m ercanc ia que se ofrece sea mejor o peor que la pr im i t ive

que l leva e l nombre conocido .

Lo que nos in leresa en es tas medidas es e l punto de v is ta ,

comple tamente nuevo en apar ienc ia , que cons i s te en p ro teger

a l compet idor de buena fe con t ra los que emplean med ios

des lea les para p rocura rse c l i en te la . Las demas l imi iac iones de

las p ract i cas comerc iales t i a ta n de im ped i r el eng ano de l p u

blico; peTo este m o t iv a y p io p o s i to n o existe en las leyes de

que ac aba m os de bab la r , y su defecto no impide , en m odo a l

guno, su ap l icacion . Mas s i se mira la cosa con mas detencion ,

se ve ia que es tas p rob ib ic iones no son mas que desar ro l los de

los viejos ai t i cu los xeferentes a la estafa; y estos des arro l los

no t i e ne n so lo in te res ju i id ico , s ino t am bien soc io log ico y

fo rma l . E l Co d ig o p en a l a l e m an co n s id e ra co mo e s t a fa el b c -

cbo de que a lgu ien , pa ra ob ten er un a ve n ta ja en su pa t r im o-

Hio , «per judique a l pat r imonio de ofro , provocando errores

po r m edio dc h ecbos falsos». P e ro en tend ia se , s in in co n v e -i i l d j l i

R j t u v h i ) 2 i



322 Sociolo

com petencia deslea l. P ue s d ichos casos cons is ten en prod uc

u n e r ro r en el p u b l i co —sin q ue est e su f r a u n d an o p a t r im

n ia l — , res u l ta nd o por e llo per ju dicad o el pa t r im on io d

compet idor hon iado , que no es a qu ien han s ido expues tos lohechos fa lsos . El comerciante que le d ice a l comprador fa ls

men te que l iqu ida sus ex i s tenc ias por defunc ion , acaso no

dane en nada, s i p idc los ra ismos honrados precios que s

compet idor ; pe ro causa per ju ic ia a es te compet idor , qu i tand

le acaso parroquionos que, s in aquel la fa lsa declaracidn ,

hub ie ran permanec ido f i e les . Por cons igu ien te , l a l ey no con

t ie n e n i n g u n a l im i t a c i6n de los medios dc competencia , comtales; ni es protecc ion especifica de los com petidores . E l com

p o r ta m ie n to de la sociedad f ren te a la com petenc ia , no se c

rac te r iza porque ah or a ha ya d i spues to l a l im i tac ion de esto

medios , s ino , a l con t ra r io , po r habe r lo de jado dc hacer d u ra n

te t an to t iempo , no s iendo s ino u n a ap l icac i6n logica de la

presc ripciones penales v igen tes .

A es to h a y que agreg ar lo s iguiente : L as mo fivaciones des tas leyes ins is ten , en tudas par tes , en que no quieren impo

ne r l im i tac ion a lgu no a la com petencia lea l , y que solo se pro

p o n e n im p ed ir la que va co n t r a ia b u e n a fe. E l sent ido de esta

observac iones puede t raduc i r se m uy exac tam ente d ic iendo qu

el iminan de la competencia todo aquel lo que no es competen

cia , en el sen t ido social . La c om petencia es u n a lucha en qu

se com bate con pres tac icncs obje t ivas, dcs t in ad as a favorcccr

terccras personas. Pero estos justos motivos de decis ion socia

se encuen t ran en to tpec idos y t ras tocados por e l empleo de re

c lamos, ar racciones , suges t iones , a las que no responde n in g u

ren d im ien to ob je t ivo , s ino so lo u n a especie de lucha inm ed/a

ta . pu ram en te ego is ta , no cnc auz ada por los cauces dc l a u t

l id ad socia l. Lo que Ia jur is pru de nc ia des ign a con e l ca l if ica t

vo de competcncia <deal» , es propiamente aquel la que respon

de a l concepto pur o de la competencia . U n com entar io de



1 j lu c h a 323

com pet idores no es o t ra qa e la que se establcce en t re c l Iad ron

fuer te y su vfc t tma deb il . Pe ro desde el pu nto de v is ta socia l

es u n a com pctenc ia lea l, cs deci r, I im i tada a l ob je to y a l t e rce-ro. P ue s el reclaiyio, si no co ntic ne m&s que verda d, sirve t a m

bien al publico. P e ro si co n t ien e in d icac iones falsos, o p e r ju -

dica al publico, o por lo menos no le favorece, desde este

p u n to de v is ta pued e y a in te rv e n i r la p ro tecc ion del c o m p e t i

dor con t ra l a v io l enc ia , e i nc luso debe hacer lo , pa i a man tener

l as fue rzas com pet ido ras den t ro de l a fo rm a pu ra . e s to es,

soc ia l -u t i l i t a r i a de l a competenc ia . Po r Io t an to , aun l as mis

mas l imi tac iones especif icas pucs tas por e l derecbo a la com pc-

icn i' ia , se rcvclan como l im i tac ion de las l im i tac ion es que la

competenc ia su f re po r e l empleo de p rac t i cas pu ramen te sub -

je t ivas e in d iv id u a l is t s* .

H ay , pues . mot ivo en es to para creer que el derecho deb iera

ser com ple tado , en es ta esfera , com o en ta n ta s o t ras , po i la

mo ra l ; l a cual no se enc uen t ra a t a da a l a s conven ienc ias so -

c ia lcs, s ino que inco nta b les veces regu la la con duc ta de loshom bres segun no rm as a j c nas a lo s in t ereses soc ia l es , s igu ie n -

10 l o s i mp u l so s d c u n s en t i mi en t o i n med i a t o q u e p i d c l a p az

cons igo m ism o y Ia ba l l a a m enu do ju s t am en te en l a opos i

cion a las exigencias de Ia socicdad, o s iguiendo ideas metaffs i -

cas y rel ig iosas quc, s i a veces cont ienen dichas exigencias sb-

c ia les , o t ras las rechazan to la lmentc , cons ider&ndolas como

con t ingcnc ias li m i t ad as c h i s to r icas . De am bas fuen tes b ro -

t an impera t ivos que r igen l a conduc ta de bombre a hombre y

que no son soc ia l es—aunque sean soc io log ies—, en e l sen t i

do t rad ic ional ; por medio de es tos im pera t ivos , l a na tura leza .

h u m a n a se a c o m o d a e n la f o rm a i de a l d el de be r. N o h a y q ue

deci r que las morales asce t icas , a l t ru i s tas , fa ta l i s tas , redu-

cen en lo posible la co m pete ncia y los med ios em plea do s por

e ll a. Pe ro l a m ora l ti p ica eu ropea m ue s t r a m as to l e ranc ia

f ren te a la competencia quo f ren te a o t ras c lases de an ta g o n is t i E t d d d b i i t i l d l



Sociolog

mas inc l inados a t ener cons iderac iones y rese rvas , cuando lu

cban fuerzas persona les inmedia tas ; en es te caso no podemo

s u b s t r a e m o s a l l l a m a m i e n t o de la c o m p a s i o n. E i n c lu s o c u a nd o se t r a t a de an t ag o n i sm o s p e r so n a l e s e i n m ed ia to s , u n a es

pecie de p u d o r n o s im pide desp leg ar s in reservas to d a n u e s t r

en e rg i a , d e scu b r i r t o d o n u es t r a j u eg o , emp lea r t o d a n u es t r

fu e rza en u n a l u cb a en q u e s e en f ren t a p e r so n a l id ad co n p e r

sona l idad . P ero en las con t iendas que se de sar ro l l an en p res

tac ianes ob je t ivas , desaparecen es tos mot ivos 6t icos y esteti

cos de con tenc ion . Por eso podemos compet i r con personacon la s cu a le s ev i t a r i amo s en ab so lu to u n a co n t ro v e r s i a p e r

sona l .

La o r ien tac ion bac ia e l ob je to da a l a competenc ia l

cru eld ad de todo lo objet ivo, que n o cs el placer en el dolo

a jeno , s ino l a e l iminac ion de los fac to res sub je t ivos . Es ta in

difere ncia fren te a Io sub jet ivo, ca rac teriz a la logica, el dere

cbo y l a economia moneta r ia , y bace quc persona l idades , qu

n o so n c ru e l e s en mo d o a lg u n o , co me ten en l a l u cb a ' d e co m

pe ten c ia m u c b a s cruc ldades , s in por ello qu ere r n a d a m alo . E

recog im ien to de Ia pe rson a l ida d t r as l a ob je t iv idad , descarg

la conc icnc ia mora l . E s te m ismo ob je to se consigue emper

ta m bie n por el e lem ento o pue s to de la competencia : la pro

p o rc io n a l id a d exac ts con que el re su l tad o co r resp o n d s a la

fuerzas em plead as por e l su je to . P re sc in d ien do de desv iacio

nes que nada t i enen que ver con la esenc ia de l a competenc ia

y p roceden tan so lo de su mezc la con o t ros des t inos y re lac io

nes , e l resu l tado de la com peten cia es e l ind ice inso bo rna bl

de l a capac idad perso na l ob je t ivada en l a p rcstac ion . Lo qu

adqu i r imos por e l favor de personas o coyun tu ras , po r e l aca

so o por un des t ine , a modo de predes t inacidn , a cos ta d

o t ro s b o m b res , n o es p o r n o so t ro s u sad o con l a m i sm a t r a n

qu i l idad de conc ienc ia que e l p roduc to de nues t ra p rop ia ac t i



L j lucha 325

que s iente no solo e l vencedor , s ino a veces e l propio ven

cido (l) .

E n lo ha s ta aqu i expues to hem os v is to d ive rsas c la ses deun i f i cac iones en t re l a s pa r t e s en lucha : me 2c las dc ant l tes i s y

s in te s is , cons t ruc c ion de u n as sohre o t ra s , l imi tac ione s y po-

t e nd a r i o ne s m u t ua s . Pe ro a de m a s de e sto h a y que te ne r en

cuen ta o t ra s ign i fi cac ion soc io log ica de l a lucha : l a im p o r ta n

cia de Ia lucha, no por lo que se ref ic re a la re lac io n de las p ar

tes entre si , s ino a la est ructura inter ior de cada parte . La ex-

p e r ienc ia d ia r ia e n s e n a c u a n fac ilm en te l a lu c h a en tre dosindiv idu os modif ica no solo la re lac ion de cada u n o con el

o t ro , s ino a l ind ivid uo en sz mismo ; y e llo pres c indien do de l

efec to dc mut i lac ion o pur i f icac ion, debi l i tadon o for ta lec i -

micn to , que pueda t ene r pa ra e l ind iv iduo . La lucha , en e fec

to , p lantea condic iones previas y produce modif icac iones y

ada ptac ione s necesar ias p ara e l m ejor desarrol lo de l conf lic to .

E l l e ngua j e nos o fr ec e u n a fo rm u l a e x t c a o rd i na r i a m e n t e a ce r-

t ada pa ra ind ica r lo e senc ia l de e s t as modi f icac iones in m a n e n -

tes: el que lucha ha dc «recogerse en si mismo®, esto es, ha de

con den sa r todas sus ene rg ias en un pun to , a f in de poder en

c a da m om e n t o e m pl e a r la s e n l a d i r e c d on c onve n ie n te . E n Ia

paz , el in d iv id u o «pucde dejarse ir», esto es, puede d e ja r en

l iber ta d las energias e in te reses d iversos de su ser , p a ra que

po r todas p a r te s sc de sa r ro l le n con in d ep en d en c ia . P e ro en

( l ) L t c ea, «m d u d a , a n o de los pu n to s cn <joe ac manifieila la xalacidn de Ia

cotfipctcncxQ con lo i nifia dc da ivo s dc la vida modern s. E l ho mbre y au mijirin

cn Ia vida, la individualidad y valor objetivo de su actividad, ap&recen antn de In edad

O od frna COmo m id adlidarios, fun dido4 y adtcaadoi entre • i. Loj iSJtunoa ii^loi ban

dcft&ffoli&tlo dc a&A parte can un poder inaiit&da loa intereaea objetivos, la cirilLzacidfi

y. po t o t ra par te , Knn pzoKindizado de on m odo in iu i tad o ta m bi ln e l yo , l a per -

tenencif t del alma indiv idu al a fif m ism a frente a loa prejuicio* realea y sodale a. E n el

H om brl m ode rno aparece a perfectam cnte dif efeo oa fini la ca nd en cia de laa caa.ru y La

dc B i t piO pio yo , y eato le kace a p ra p d jito pflro U fo rm a dc ta c h a qxic la com pctoncia



S o c i o l o g

epocas de a taq ue y de defensa , esto s ign i f i c an t u n der rochc d

fuerz as (por l as asp i rac iones com rar ias de Ias par tes esenc ia

les ) y u n a perd ida de t i empo . porque a cada m om ento bab r ique es tar reconcen txando las y o rg an iz a iu lo la s de nuevo . P o

eso , en t a l coyun tu ra , c l hombre en te ro ha de adop ta r l a fo r

ma de la concCntraci6 n, com o pos ic ion in ter ior de lucha y t in i

ca posibi l idad dc victoria .

La m i sma co n d u c t a fo rm a l h a de s eg u i r el g ru p o en u n

s i tuac ion igual . E s ta neces idad de cent ra l iz» t ' f 6n, de sever

conceniracfon de todos los elementos—yue es Io unico qt i pu ede garantiy .ar su em pleo en cada m o m e n to , s in p e rd id a d

energ ia n i de t iempo—, sc sobrcent iende en Ios casos de luch

has ta t a l pun to , quc incon tab les e jemplos h i s to r ieos nos l

mues f ran rea l i zada en l as mas per fec tas democrac ies . Menc io

na rem os, v. gr. , las d i ferencias de org an izac ion tan conoeida

de Ios indios no r tea m erica no s , seg un que se hal len en paz

en g u e n a , y el caso de las ofic ia les de sas i rer ia lond ineo se

que en el pr im er cua r to del s ig lo xix pose fan organ izacion e

com ple tam ente d iversas para l a paz y para l a guer ra con lo

p a t ro n o s . E n tiem p o s t r a n q u i lo s la o rg a n iz ac io n es ta b a cons

t i t u id a p o r p eq u en as a sam b leas au to n o m as , en t r e in t a a ll ie r

gues. E n epocas de guer ra , cada a lbergue t en ia un rep res en tan

tej es tos for m ab an un comite t |ue , a su vez , e legia u n comit

m e n o s n u m e r o s o . de Quien e m a n a b a n t o d as l as o rd e n es y a

que sc obedec ia incond ic iona lm en te . E n genera l , l as asoc iac io

nes do obreros profcsaban entonees cl principio de quc accrc

de Ios intereses de todos deb fan decidir lodos tambidn - Pe ro

la neces idad hab ia creado un orga no de Ia m as es i r ic ta efica

c ia , que ac tuaba de un modo comple tamente au tocra t i co y cu

yas venta jas reconocian de buen grado Ios obreros .

L a cono eida influe ncia recfproca que se ohserva entr e la

con s t i tucion es despot icas y Ias tend encie s g uerrera s descanst f l L i l t l i i d



La India 327

m e n t e o r g a n iz a d o s s o n lo s e s q ui m a le s de G r o e n l a n d i a . N o

exis te en t re e l los jefa tu ra a lg un a. E n la pesca , se obedece de

b u e n g rad o a l b o m b re m £ s Cxperto; pero este n o posee genero

a lgu no de au to r id ad . N o ha y recursos coac tivos para el que se

apar ta de la empresa comtin . Pues b ien , de es tas Rentes se re-

f iere que e l t in ico modo de combat i r que pract ican , cuando se

p ro d u cen e n tre ellos a n ta g o n is m o s , es u n ce rcam en lir ico. E I

quc se cree per judicado por o t ro , inventa versos denos tandoie

y Ios rcc ita en u n a asa m ble a po pu lar , convocada a l efecto , en

la cua l el advc rsa r io rcsponde de la m ism a m an era . A la fa lt a

absolu ta de ins t in to gucrrero corresponde en es te caso la fa l -t a ab so lu t a dc cen t r a l i za t i o n .

P o r eso en t re l as d iversas o rgan izac iones que se d an de n-

t ro del grupO to ta l , la m as c ent r a l iza da es la del e je rc i to-

sa lvo acaso la de los bom heros , que es ta su je ia a las m ism as

necesidadcs formales—, es decir , aquel la organizacion en Ia que

esta exc lmdo todo m ov im ien to p rop io de Ios e lementos , g ra

c ias a l a a u to r ida d ab so lu ta de l a ins tanc ia cen tra !. A s i losimpulsos que par ten de es ta se rea l izan , en e l movimiento del

todo, s in perdida de fuerzas. Por otra parte , Io que caracteriza

un a federac ion de E s tad os es su un ida d como po tenc ia gue-

i r e ra . En to d o s Io s d emas p u n to s p u ed e co n sc rv a r cad a Es t a

do su indep end enc ia ; en este no puede haccr lo, s i ha dc cx is t ir

un lazo federa l . Por eso se ha d icho quc la perfecta federacion

d e Es t ad o s s e r i a aq u e l l a q u e co n s i i t u y ese u n a u n id ad ab so lu ta en su r e lac io n co n o t ro s E s t a d o s—ab ie r t amen tc g u c r rc ra o

en fo rm a Ia ten te —, poseyendo , cn cambio . sus m iem bro s ple

n a in d ep en d en c i a en su mu tu a r e l ac io n .

Te n ien d o en cu en ta Ia i n co m p arab l e u t i li d ad q u c p a ra ia

lu ch a r ep re sen t a u n a o rg an i zac io n u n i t a r i a , p u d ic ra c rce r s e

quc cad a parte h a d<s tene r cl m ay or interes en quo la pa rte

co n t ra r ia ca rezca de esa un id ad ( l ) . Y , s i n embargo , ha y caaos

de Io contrar io . La form a cen tra l iza da en que la s i tu ac ion de



32$ $<xioll>£i

Com i s i on de T ra ba j a do re s de Ing l a t e r r a . de c l a r a ba e n 189

que la o rg a n i z a t i on so l ida de l o s ob i e ros e r a f a vo rab l e a l o

p a t ro n o s del oficio, e ig u a lm e n te la de los p a t ro n o s favo rab l

a Ios t raba ja dore s . P ue s si b ien las h ue lg as en este caso sonmSs ex tensas y durade ras , en cambio l a o rgan iza t ion e s pa ra

ambas pa r t e s mas favorab le y menos ca ra que los muchos ro

zam ien to s loca les , ab an do no s de t r aba jo y pequen os conf l ic

t o s , i ne v i t a b l e s c ua ndo no ba y una o rga n i z a c i on so l i da e n

a m b a s p ar te s. D e l a m i s m a m a n e r a , u n a g u e r r a e n t re E s t a d o

mo derno s , por des t ruc to ra y ca ra que xesu lt e, o frece un b a la n

ce f ina l mas favorable que las inco nta bles pequCnas lucb as yrozamien tos en los pe r lodos en que Ios Gobie rnos e s t aban

menos cen t ra l i zados .

T a m bi e n e n Al e m a n i a r e c onoc i e ron l o s ob re ros que l a

exis tenc ia da una organizac ion es t recba y e f tcaz de los pa t ro

nos, era favorable para e l obrero en los confl ic tos t ie intereses

Pue s so l o una o rga n i z a c i on de e s t e ge ne ro pue de nom bra r r e

p re se n ta n ie s con qu ienes t r a t a r con c om ple ta se gu ridad ; solofrente a e l la pued en ios obreros de u n ram o es ta r c ier tos de

que I as ve n t a j a s c onc ed ida s no r e su l t a r a n e n se gu i da nc ga d a

p o r p a t ro n o s d is iden tes . L a de sv e n ta ja que s ignifica pa ra u n a

p a r te la o rgan izac ion u n i t a r i a de la o t r a —e n c u a n to que para

es ta es un a v en ta ja —resu l t a com pen sada con c reces, en e s to

casos , porque g racia s a l a o rga n izac ion un i t a r i a , l a lu cha e

p a r a a m b a s p a r tes m a s c o n c e n tra d a y abarcab le ; y es t a m b ie n

m as segura un a paz e fect iva y gene ra l . E n cam bio , con t ra un a

m as a d i fusa dc enemigos , se cons iguen , s in duda , con f recu en

cia, victorias parciales; pero difici lmente se Ilega a acciones dc

c is ivas , en las que rea lm ente se com prueb e Ia pro porc ion d

las fuerzas . Si es te caso nos da una vis ion tan profunda de la

conexi<5n fu nd am en ta l que exis te ent re la fo rm a un i ta r ia y la

b u e n a disposicion de los g rup os p a r a la lu c h a , es p orque n o

mues t ra como la conven ienc ia de e s t a conex ion t r iunfa j inc lu -b l d j i d i d i l L f



L.i lucha

me nte contrad ic tor io de converter en ven ta ja par a los dos Ia

ventaja del otro.

P a ia caracter izar el sen t ido socio logico de es ta form acio n ,es e senc ia l d i s t ing u i r si el g ru po en c on jun to se e nc ue n t ra en

u n a r e l ac io n an t ag 6nica f ren te a un poder s i tuado fuera de e l

(con lo cual se verif ies en la conciencia y la accion aquel estre-

chamiento de lazos y acrecentamiento de la unidad) , o s i cada

e lemento de una p lu ra l idad t i ene por si un enemigo , y l a

cooperacion se prod uce ta n solo por el hecho dc ser este ene-

migo el mismo para todos. ELn esce caso puede succdcr: 0 b ien

q u e c so s e l emen to s n ad a t u v i c ran q u e v e r an t e r io rmen te u n o s

con o t ros , o que es ta comun hos t i l idad baya hecho su rg i r en

tre e l los nuevas formaciones . En c l pr imer caso Kay quc es ta-

blecer u n a d is t in c io n . L a lu c b a o g u e r ra J e u n g ru p o p u ed e .

de un a parte , un i r lo po r enc ima de l as d i sc repanc ies y a lc ja -

mien tos ind iv idu a les de sus m iembros : pe ro . po r o t ra , bace que

esas d i sc repanc ies in tes t inas adq u ie ra n un a c la r idad y dec i

s ion que an tes no pose ian . E s io se podra observar m ejo r en

ag ru p ac io n es men o res q u e n o h an l l eg ad a au n a l g rad o d e

o b je t i v ac io n d e u n Es t ad o mo d ern o . Cu an d o u n p a r t i d o p o l i

t ico , cn e l que se reunen var ios in tereses . se encuentra lanza-

do a una lucba resue l ta y rad ica l, su rge u n a bu ena ocas ion

para que SC p ro d u zc an escisiones; en esos m o m e n to s so lo cabe,

u o lv idar Ias d isens iones in te rna s , o por el con t ra r io ace n tu ar -

la s, e l im in an d o a ci er to s miemb ro s . C u a n d o u n a f am i l ia co n -t iene ind iv idu a l idade s cn d i sc repanc ia fuer te o l a ten te , el m e

men to en q u e u n p e l i g ro o u n a t aq u e imp u l sa a l a may o r

conc entracidn pos ib le , sera ju s ta m en te aquel quc asegure su

un idad po i l a r£o t i empo o l a t l e s l ruya def in i t ivamcntc , reso l -

v iendo s i es , y has ta que punto es , pos ib le una coopcracion de

d ichas persona l idades . C ua nd o los a lum nos de u na c lase p la -

nean una bur la a l profesor , o una pelea con los dc o t ra c lase ,i l t l l l i i d



330 S o c i o

u n a s i tuac io n indec isa , porque cada cua l puede segu i r su

m ino y ev i ta r los choques . Pe ro el es tado de luch a apro x i

t an in t im am en te a los e l emen tos y los coloca ha jo u n im p

so t a n un i t a r io , quo h an de sop o i t a r se pe r f ec tamen te o r e

ler sc rad ic a lm ente . P o r la mis m a ra zon , en Ios E s ta do s I le

de d isens iones in tes t inas , una guer ra ex te r io r es a veces e l

t imo medio para superar las . Pero o t ras veces es causa de

s e d e sh a g a t o i a l m e n t e l a u n i d a d .

P o r eso los g rup os que se enc ue n t ra n de a lgu n m odo

es tado de guer ra , no son to le ran tes . En e l los las desv iac io

ind iv idua le s de l a un idad fundamen ta l cohes iva no pue

p a sa r de c ierto l im ite m u y es trecho. A veces la tecnica quc

sigue cn estos casos consis te en c ier ta to lerencia que se e je

p ara p o d e r e l im in a r con t a n ta m a y o r dec is ion a los quc d

n i i iv am en t f n o p ueden ser inco rpo rados . La Ig le s ia Ca to l i c

ha enc on l r ado p rop iam en te desde sus eomienzos en un do

es tado de guer ra ; con t ra e l comple jo dc las d iversas op in io

doc t r ina les que , reun idas . cons t i tuyen la here j ia , y con t ra

demas in te r e s t s y pode res de l a v ide , que p re tenden t ene r

esfe ra de acc ion independien te de la suya . La un idad ccr r

que h ub o de ado p ta r en e s t a s i tuac ion , cons i s tio en segu ir

ta n d o como m iem bro s a Ios d is identes , mi en tra s e llo fuese

s ib le , expu l sand o los en cambio dc su seno con incom para

ene rg ia cuando se bac ian in to le r ab le s .

P a r a s e m e j a n te s o r g a n i /e c i o n e s es d e l a m a y o r i m p o r t

c ia c ier ia c last ic idad ( l ) de forma; no p a ia establecer t ra ns

t i o n s y conc il iac iones con los pndercs an tagon icos , sino , p

c isa m entc , para oponerse a es tos con la m ay or energ ia ,

p re sc in d ir de n in g u n e lem ento aprovec liab le. L a e las tic i

no consis te en rebas ar Ios lim ites . Los cuerpo s e last icos

nen l imites no m en os c laros que Ios r ig idos. Esa e last ic i



l.j lucha 311

tic a, m ayo r en ocas iones , e sos im pu l sos condu je ron a m en u-

do a s epa iac iones y e sci siones de l a un idad . A l mi sm o m ot i

ve parecen poder refer i rse c ier tas formas de conducta espeo 'f i -

cas de l sexo fem enino . E n t re los e lemen tos var iad is im os de

que e s ta i o rm ad a l a re l ac ion to t a l en t re Hombres y mu je i e s ,

encuent rase una hos t i l idad t ip ica Que bro ta de dos fuentes : de

que las m ujeres , f i s icam ente mas debi les , es tan s iempre en pe

l igro de se r explo tadas economica y persona lmente y pr ivadas

de derec bos ( l) , y de que, por ser las m uje res el obje to de la

ape tenc ia sensua l del hom bre , t i enen que s i tuarse f ren te a es te

a la defensive . Es m u y raTO que es ia lucha, que se ex t iend e a

t ravcs de la h i s to i ia in te rna y persona l del genero Ku m ano,l levc a un a coa li c ion inm ed ia t a de las mu je re s co n t t a lo s ho m

bres; pero b a y u n a fo rm a t ra n s p c r s o n a i que sirve de defense

a las m ujere s co nt ra aqu el los dos pel igros, y en la cual, por

tan to, es ta in tere sad o, po r dccir lo as i , in corpore, el sexo fe

men ino . E s t a fo rm a es l a cos tumbre , sob re c uya e senc ia so

ciologica ya caracter izada mns arr iba , nemos t ie volver ahora ,

a tendiendo a las consccuencias que cn es ta esfera produce.

La pe r sona l idad fue r te s abe de fender se ind iv idu a lm en te delos a taq ues de que pued e scr obje to , o a l m eno s ie bas ta con

la proteccion jur idica . E n cambio, la debil se ver ia perdida, a

pesa r de esia p ro tec tion , si de e lg u n a m a n e ra no les estuviese

p ro h ib id o a los in d iv id u o s supe rio re s en fuerza a b u s e r de su

s u p e r io r id a d . E s t a p r o b i b i c i6 n cs en pnr te o bra de la mo ral ,

Pero como la mora l no t i ene m«s poder e jecu t ivo que la con

ciencia del propio ind ivid uo . no ofrece b ast an te segur id&d y

neces i ta se r comple tada por la cos tumbre . £s ia no t i ene la

p recis ion de la n o r m a ju r id ica , n i ofrece ta n ta seguridad ; no

obs l an te , se encu en t r a ga i an t i zad a po r un t em or in s t in t ivo y

por las consecuenc ias d esag rad ab le s de su v io la t io n . L a cos

tum bre es l a verd ade ra fuerza del deb il , que no sab r ia defen-

dersc en una lucha donde las fuerzas pudie ran desp legarse l i -

b rem en te . P o r eso su caracteris t ice es esenc ia lm en te la p ro h i -

b ic ion . la l im i ta t io n . P ro d u ce u n a cierta ig u a ld a d en tre los



*32 Socio

fuer tes y los debiles ; y en su fu nc io n de p on er obs ta culo

las desproporc iones puramente na tu ra les , l l ega inc luso a

fer i r a l debi l , como lo demues t ra , v . gr . , la andante cabal le

E ,n l a luc ba l a ten te e n t re Ios ho m bres y l a s muje res , aqu el lo s los fuer tes y ios agresores . La s m uje res sc ven o

gadas a buscar el am pa ro de la cos tum bre y a conver t i r se

gu ar d ia n as de esta. P o r eso e l la s se en cu en t ran com prom

das a cum pl i r s everam ente l a r ica va r icd ad de p recep tos

forman e l codigo de la cos tumbre , inc luso en los casos en

no se t r a ta de abusos de los hombres . Todas l a s normac io

de la co stum bre es t an en cone xitfn reciproca; la viniacio nun a de e l la s deb i l i t a e l p r inc ip io y , por t an to , i as demas .

eso las m ujeres sue len en co ntra rse de acu erdo en es te pu n

con s t i t uye n e ne s to u n a un ida d rea l, qu e co r re s p o nde a la u

dad idea l cn que l as r eu ne n los ho m bre s cuan do ba b ia n de

«mu je i e s » en gene r a l , un idad que t i en e e l s en t ido deuna o

s ic ion dc par t idos . La s o l id ar id ad que t ienen las m ujeres , p

los hombres , y que se expresa en el viejn dicho aleman: «cho m bre r espond e so lo de su ve rg ii enza , pe ro si cae un a m u

sc ccnsura a todas®, esa so l ida r ida d sex ual da u n a base r

al inte res que s ie nte n las -mujeres por la cos tum bre , consi

radu como un medio dc lucha .

P o i eso f r en te a o t r a m uje r , l a s m uje res no conocen

regia genera l m as que la inc lus io n com ple ta o la to ta l exc

s io n del cam po de la cos tum bre . Se da en e llas Ia tcnd enc i

no confesa r, m ien t ra s es posib le , que u n a m uje r ha f a l t a

a l a s n o r m as de l a co stumbr e, a da r a s u s actos u n a i n t e r p

tac ion benevo la , inofens iva , s a lvo que obren en con t ra el

s eo de escanda lo u o t ros mot ivos de o rden per sona l , P

cuando la d isculpa ya no es pos ib le , la pecadora es sentenc

da implacab le e i r r evocab lemente a l a expu ls ion dc ] a «bue

sociedad^). Si n o h a y otro xemedio que confe sar la fal ta co n



La lucha 333

exis te ncia de grado s diversos- L a posic ion defensiva de las

mujeres no permi te que e l muro de l a cos tumbre sea reba jado

en u n cent imet ro . Ell par t ido de l as mu jeres no acep ta en pr in-

c ip io n in g u n te rm ino mediOj s ino Ia inc lus ion resu e l ta en Ia

comunidad idea l de l as amujcres dccentes* o Ia exc lus ion

igua lm en te r e sue lt a de l a m i sma . E s t a a l t e rna t i va no e s ta en

mo do alg un o jus t i f icada en p u ra m ora l , y S(5lo resu l ta com-

p re n s ib le ten ien d o p resente a q u e l la exigencia de in q u e b r a n ta -

b le u n id a d , que b a de tener pa ra con sus m ie m b ro s u n p a r t id o .

en lucba abier ta con c l adversar io .

Por l a mi sma r azon puede se r ven t a josa pa ra l os pa r t i dos

politicos, u n a d i s m in u c io n del n u m e ro de sus adep tos , s ie m pre que s i rv a p a ra l im p ia r le de e lem entos in c l in a d o s a ace p ta r

t ransacc iones y apanos . Para que es to sea conveniente .es pre -

c iso de ord ina r io que co inc idan dos condic iones . E n pr im er

lugar , un es tado de lucba agud o, y en seg und o lugar , que el

grupo combat icn to sea re la t ivamente reduc ido . El t ipo dc es te

caso, Io enco nt ram os en los p ar t idos de m ino r ia , espec ia lmcn-

tc cuando no se l imi tan a l a defens iva . La b i s tor ia par lamcn-

larift inglesa lo ha dem os) rado va rias veces. A si , po r e jem

plo, cn 1793 el p a r t id o whig, q u e s e b a l l a h a y a m u y m e r m a d o ,

sc encont ro for ta lec ido jus tamente a consecuenc ia de or ra de-

feccion, que se l levo los e lementos t ibios y prontos a las t ran-

aacc iones . Entonees l as pocas personas que quedaron en a l

p a r t id o , en tu s ia s ta s y Tesueltas, p u d ic ro n p rac t ica l u n a po ii t i -

ca un i t a r i a y rad ica l. E n cambio , Ios g rupos m ayo r i t a r i os , no

nece s i t an ins i s t i i t an to en es ta dec i s ion del pro o del con t ra .Para e l los no son p td igrosos esos adeptos vac i lan tes y condi -

c iona le s . Pu ed en s op or t a r g r an nu m ero de e stos e l emen tos , en

la pcr i fer ia , s in que e l cenlro resul te afectado por e llo . Pe ro

cu and o por se r el g rup o poco extenso la per i fe ria es ta m u y

p rd x im a al ccntro , la in se g u r id a d de cu a lq u ie r e lem ento am e-

na za en seguida a l cent ra mism o, y con cl 10 pone en pel igro Ia

cohes ion de l con junto . L a escasa d i s tanc ia que ba y ent re los

elementos , qui ta a l grupo la e las t ic idad, que es condicion pre-



334 Sociologia

ello se es fu m ar i a -el rad ica l ism o de su opos ic ion , s in e l cual no

.p o d r i an seg u i r l u ch an d o . Es to h a aco ntecid o m as d e u n a vez

en las luch as confes iona les ing lesas . Lo m ismo ba jo Jacobo I I

q u e b a jo G u i l l e r m o y M ar f a , l os n o co n f o r m is t a s e i n d ep e n -d icn tes fueron a veces ob je to , por par te del Gobierno , de una

condescendenc ia con la cua l n o es tab an de acuerdo en mo do

a lguno . Pues e l lo e ra causa de que lo s e lemen tos mas condes -

cend ien tes e indec isos , que mi l i t ab an en sus h la s , s in t ie scn la

ten tac id n y tuv iesen la pos ib i l idad de con s t i tu f r fo rm ac ione s

in te rmed ias o , a l menos , de suavLzar su opos ic ion . Toda to le

ranc ia po r pa r te del enemigo , to le ranc ia que no puede ser n u n

ca mas <jue parcial, a m e n a z a la u n i f o r m i d a d de los m i e m

b ro s en la o p o s ic io n y, con ello, aq u e l la u n id a d que exigc

u n a m in o r i a co m b a t i en t e q u e n a q u ie r c t r an sacc io n es . P o r

eso, p ie rde con t an ta f r ecuencia su un ida d e l g rupo que no t i e

n e en em ig o . Co n r e f e r en d a a l p r o t e s l an t i sm o se h a d ich o v a

r ias veccs que , s iendole esencia l la «pro tes ta» , cada vez que c l

adver sa r io co n t ra qu ien p ro tes ta queda fuera de sus t i ro s, p ie r -

de su energ ia o su un i da d in te r io r ; ha s ta e l pun to de l l egar a

repet i r en su seno c l confl ic to con e l enem igo , esc indiendose en

u n p a r ti d o o r ro d o x o y o tr o l ib e ra l . D e la m i sm a m an e r a , h a

suced ido va i ias veces en la h i s to r ia de lo s pa r t idos no r tea m er i -

canos , que e l re i roceso de uno de los grandes par t idos tuv iera

po r consecuencia la d iv is ion del o tro en g rup o s y opos ic iones

in t e s t in a s .

E n cam bio , l a conc ienc ia un i ta r ia de la Ig les ia ca to l ica seha fo rta lec ido , indu da h le m en te , po r e l hecho de la he re j ia y l a

act i tud hos t il ado ptad a f ren te a e l la . G rac ias a la im placa ble

opos ic ion con t ra la he re j ia , lo s va r ia dos e lemen tos de la Ig le

sia h a n pod ido o r ien ia r se y manxener su u n id ad , a pesa r de los

in te reses que pod r ian habe r los d i s od ad o . P o r eso, l a vic to r ia

to ta l de un g rup o sobre su enemigo no es s iem pre .un a fo r tu na ,

en sen t ido sodo log ico ; po rque r eba ja l a energ ia que ga ran t iza - b a su cohes ion , y en to nees g a n a n te r r e n o las fuerzas d i so lv en -



La lucha 335

es to n o se puso de m anif ies to ha s ta que fa l td el ene m igo co

m un , merced a l cua l lo s a l iados no pa rab an m ien tes en sus

in te r io res can t r ad icc iones . Inc luso puede a f i rmarse que en a lgunos g rupos puede se r co rdura po l i t i c s e l buscar enemigos , a

f in de que la un idad de lo s e lemen tos s iga ac tuando como un

inte res vi tal.

E l e jemplo t i l t imamen te ind icado nos l l eva a cons idera r

un a pos ib le exal tac ion de este sen t ido unif ic ado r que tiene la

lucha. Merced a la lucha acontece , a veces, quc no so lo u n a

u n id ad y a exi st ent e sc c o n d c n sa c o n m a s e n e i g ia y c x d u y e

r ad ica lm en te t o do s lo s e lem e n to s q u e p u d ie r a n co n t r ib u i r a

hor rar los l imi ted que la separan del enemigo , s ino que la

lucha ob l iga a conce n t ra r se a pe r sonas y g rupos que , s in e l la ,

n ad a t e n d n a n de co m u n . L a en e rg ia co n qu e la l u ch a ac tu a en

este sen t ido , aparece con pa r t icu lar c lar idad en el hecho de que

la conex id n en t r e l a s i tua c ion de lucha y la un i f icac idn es ba s

tan te f u e r te p a r a a c tu a r t am b ien en l a d i r ec t io n co n t r a r ia . Las

asociac ioncs ps ico logicas , en genera l , mues t ran su energ ia pore l hecho de obrar , inc luso , re t rospect ivamcnte ; s i , po t e jemplo ,

nos r ep re sen tam os a un a per sona ba jo e l conecp to de heroe , el

en lace en t r e amb as r ep resen tac iones a lcanzarA su in t im ida d

m ax im a , cu an d o n o p o d am o s r ep r e sen tam o s c l co n cep to d e

htfroe en genera l , s in quo su r ja in m ed ia tam en te cn no so t ros l a

imagen de aque l la pe r sona l idad . A s i , l a un io n para f ines de

lu ch a es u n aco n tec im ien to t an co rr ien te y h a b i tu a l q ue , enocas iones , l a m ere asoc iac ion de e lemen tos , au nq ue no sc ha ya

hecho con f ines agresivo s ni de luc ha , aparece a los quc qu e

dan fuera de e l la , como amenaza y hos t i l idad . E l despo t i smo

d e l Es t ad o m o d e r n o SC d i r ig id , sobre todo , contra c l p r incip io

de la agremiacidn medieval ; y sucedio que Ios Gobiernos aca-

b a r o n po r c o n s id e ra r to d a asoc iac io n de c iudades y clases s o

ciales (caba lleros u o t t o e l em en to cu a lq u ie r a d e l Es t ad o ) , co m o

r eb e lid n y lu ch a , cn f o r m a l a ient e. C a r lo m ag n o p r o h ib id a l a s



Socio

t a d o l a s a so c i a c i o n e s . Un a o rd e n a n z a a l e ma n a d e 1628 d i

ne : «c ons t i tu i r pac tos o a l ia nz as , cua lqu iera que sea su f

aque l con t ra qu ien vayan d i r ig idas , co r rc sponde exc lus

m en tc a l r ey* . E l hecho de que, a veces, el pod e r do m ina

favorezca o , inc luso , c ree asoc iac iones , no pr ue ba n a d a

cont ra lo d icho, an tes b ien , lo conf i rm s; no so lo en caso

c la ro como la asoc iac ion , que va co nt ra un par t ido de op

c idn , s ino tam bie n en el caso in te r csa n te de quc el E s tad o t

de encauzar por caminos inofens ivos e l ins t in to de asoc iac

C u a n d o l o s ro ma n o s h u b i e ro n d i su e l t o t o d a s l a s a so c i a

nes po l i t i cas de los g r iegos , fundo Adr iano una asoc iac ion

todos los helenos—xotviv so'/ifyiov u«v 'EWr^uv/ —con fines idea

juegos , c o n m e m o ra c io n e s , m a n te n im ie n to de u n p a n h e le

mo idea l , compie iamente apol i t i co .

Los casos h i s td r icos que con f i rm an lo que ncabam os

dec ir , son tan nu m ero so s y c la ros , que Ia un ic a cues t ion

puede p la n te a rse es la de d e te rm in a r el grado de un i f ica t io

que puede i legarsc de es te modo . E l m ax im um es ta rep rcs

t ado po r l a c reac ion del Es t a do u n i t a r io . F ra nc ia debe la c

c i enc ia de su nac iona l idad , en p r imer t e rmino y e senc ia lm

te. a la lucha con los ingleses . La guerra contra los moros

lo quc convi r t io en un so lo pue blo a Ias comarcas espan o

E l g t ad o inm ed ia to es ta fo rm ado por Ios E s tad os fede ral eun ion es de E s tad os , con d iversos mal ices , seg un su coher

c ia y las facu l tades a t r ib u id as a l poder cen t ra l . Los E s ta

U n id o s ncc i ' s it a ron su gue r ra de l a i ndependenc ia ; S u iza

luch a con t ra A us t r i a ; lo s Pa i ses B a jos , el a l zam icn to con

E sp an a ; la L iga aquea , la gue r ra con t ra M acedon ia . La f

dac ion del nuevo Imp er io a l em an of rece u n e jemplo ana lo

E n es ta m ism a esfera se en cu en t ra Ia fo rm acion de c lasoc ia les uni ta r ias El e lemento de la lucba las oposic iones



La lucha 337

con los pr inc ipes , qu ienes , en es ta lucha , huhie ran ten ido que

recu r r i r a su vez a l a bu rgu es ia de las c iudades . S in du da a l -

guna , en seme jan te s i t uac ion de lucha , l e s hub ie i a i n t e r c sado

a los p r inc ipes que sc desa r ro l la se u n a c la se bu rg uesa u n i t a -r ia . Pe ro lo s e l emen tos bu rgueses no fue ron nu nc a inc i tados

a unirse en una c lase , porque no exis l ia conf l ic to ente la no

bleza v el poder cen tra l , merced a l cual p u d ie ra n h a b e r saca-

do par i ido de la luch a. i rse l inando se.a u n lado 0 a otio.

E s earacter is t ico, en todos los casos posi l ivos de este t ipo,

cl qae Ia un ida d , aun qu e nac ida de la lucha y pa ra los f ines

de es ia , con t in ua despues de te rm ina de la luc ha y bace f lore -

ccr ot ros in tereses y ener gias s ocia l iza ntes , que ya na da t ie-

nc n que ver con el f in guer re ro . Lo que pro piam ente hace en

estos casos la luc ha. es poner cn m ov im iento las re laciones de

un idad que ex i s tcn en e s t ado l a tcn t e . E s m as b i en l a causa

ocas iona l de un i f icac iones in tc r ior m ente deseadas . que su fin.

S in du da , den t ro de l in te res co lec tivo de la luch a , ha y d ifc-

xencia , segun que la unif icacion paia f ines de lucha se ref iera

a l a taqu e y a l a defensa o so la m ente a la defensa. E s to u l t im oes p robablememe e l caso en la mayor par te de Ias coa l ic iones

de gru po s ya ex is tcn tes , sobre todo cuan do se t ra ta de m u -

ebos gr up os o de gru po s m uy diversos . El f in delcn sivo es el

m in im um colec tivo , po rque pa i a cada g rupo y pa i a cada in -

d iv iduo , es ex igenc ia ind ispe nsab le del ins t in to de co nserv a

t ion . Cuan to mas y mas va r i ados scan lo s e l emen tos l i gados ,

can to m en or se ra , ev identcm ente , el num ero de in te reses en

que coinciden. E n los casos- ex trem os, esia coin cidenc ia sc re-

du cira a l ins t in to mris pr im it ivo , que cs el de la defensa de la

ex is tenc ia . As i , por e jemplo , respondiendo a los l emoics de

los p j it ronos de que u n d i a pu d ie ran hacer causa com un to-

dos los s ind ica tos ing leses, uno dc sus m as incondic iona les

adeptos ba dec la rado: au nq ue l legase esa un io n , so lo pod r ia

ser para f ines defensivos .

Du los casos en f lue los efectos unificames de la lucha vanmas a l ia de l f in inmedia to ( lo que puede tambien ocur r i r con



5J8 Saiio

p ia m e n te d ichas, puede p o n er a co n tr ib u c io n to d a s las e

gfas de los e lementos . E n este caso se form a una un ida d to

Pero una vex conseguido e l f in o fracasado el in tento , ias tes to rn a n a su exis tencia sepa rada . A si ocurr io , v. gr ., e

los gr iegos, u n a vez quc h u bo dcs apare cido e l pel igro pe

E n el o t ro t ipo , I a un ida d es m enos comple ta , pe ro t am b

me nos pasajera . L a agr up acio n se bace en com o a un fin

lucba , que es s ingular , no tan to en raxon de l t i empo como

contenido, y permite asi que las demas act ividades dc los

m en tos coa l igados no en t ren cn concacto. A si . en Ing la teexiste desde 1875 una Federat ion of Associated Employers

Labour, fund&da pa ra co m bat i r l a in f lu enc ia de las Tr

Unions. Y a lgunos anos despues se cons t i tuya en lo s Es ia

U n id o s una federacion de pa tro no s, que s in tener en c-ue

la s d ive rsas ram as indus t r ia l e s , s i rve pa ra de fender en co n j

to a l e lemento pa t rona l cont ra las hue lgas de los t raba jador

Co m o es na tura l , apareee m as ace n tua dn el carac te r

am bos t ipos, cua ndo Ios e lem entos de la un ida d com bat ie

son entre s i , no solo indiforentes , s ino bost i les en ot ros per

dos o .en ot ros respecios. EI pod er unif icad or de la luch a,

s al ta p a r t i c u l a rme n t c c u a n d o p ro du c e u n a a soc ia c io n t e m

ra l o rea l en c ircuns tanc ias dc competenc ia o an im os ida d .

oposic i6n e n t r e e l a n t a g o n i s m o a n t e r i o r y l a m o m e n t a n

a l i a n z a p a ra l a l u c h a. p u ed e a c e n t u a r se e n d e t e rm i n a d a s

cuns tanc ias has ta e l punto de que , para Ias par tes , jus tame

su enem is tad abs o lu ta sea la causa de su coal ic ion . E n el p

lamento ing les , Ia opos ic ion ha surg ido a lgunas veces , porq

los u l t ra - rad ica l e s del pa r i ido m in i s t e r ia l , no s in t i endose

t i s fechos por Ia ac tuac ion de! Gobierno , se un ian con Ios

ve rsa r i e s dec la rados del pa r t ido gob ernan te , en com un an ims idad con t ra el m in is t er io. As i con t ra R ob er to W alp o le



I. j lucha 339

c«Smo el adve rsar io c om un un e a ba nd os enem igos, que co in

ciden en creer que aquel es ta demasiado del o t ro lado . Por lo

demas , no es m as que cl e jemplo m as pur o de aque l la expe-

i iencia vu lgar , segun la cual , n i las m&s enconadas enemis ta-

des impiden la union, s iemple que <5sta vaya contra un adver

sar io comun. Es to acon tece especia lmente cuando las dos par

tes coal igadas, o u n a de el las al m eno s, persigue f inal ida des

muy concrc tas e inmed ia ias , p a ra cuya consecuc ion no neces i-

ta m<Ss que e l im ina r a u n de term inad o a dversar io . E n Ia h is -

to r ia de los hugo note s f ranceses bas ta Ric hel ieu , puede obser -

va i se que bas ta que u n pa r t ido se dec la re hos t i l a Es pa na , o a

Ing la te r ra , o a Saboy a , a a H o la nd a , pa ra que el o t ro se ad -h ie ra inm ed ia tam en te a e s ta po tenc ia ex t ran je ra , s in p reocu-

parse ds si esta o no en a r m o n ia con sus tendenc ies pos i t ives .

Pe ro es tos pa r t idos f ranceses te n ia n an te s i f ina l idade s per fec-

t ame n te de te rm inada s y asequ ib les ; no neces i t aban pa ra ob -

tene rlas mas que espacio , esto es, verse l ibres de l ,a dv er sa r io .

Por eso es taban d ispues tas a a l ia i se con cualqu ier enemigo de

su adversar io , bas tando les quc ds te tuv iera e l p roposi to de

mantenerse indiferente respecto al resto de su relacion con el .C u a n t o m a s n e g a t i v a o d e s t r u c t o ra es u n a e n e m i s t a d , t a n t o

m as fac ilmen te l l ega una dc l as pa r t e s a u n a a l i anz a con o t ro s

e lementos , con los cuales no ex is te n ingun o t ro mot ivo de

c o m u n i d a d .

F inalmente , e l g rado in fer io r de es ta esca la , la fo rma me

nos aguda , e s t a cons t i tu ida po r l a s a soc iac iones basadas en

una igua ldad de sen l imicn to s . Los a l i ados saben que ex i s t e

en t re e llos c ie rt a com un idad , po iqu e t ienen todos u n a m ism a

avers ion a u n in teres s em cjan te f ren te a u n te rcero , s in que

es ta co m unid ad lleve ncccs ar iam ente a un a acci(5n co n ju n ta

de lucba . Tambien aqu i bay que d i s t ingu i r dos t ipos . La g ran

indusr r ia , a l co locar m asa s de t raba jado res f ren te a pocos p a

tron os, no solo ha produ cido asociacione s eficaces dc obreros

en lucb a par ob tene r m ejora s en las cond ic iones de l t rab ajo ,

s ino que ba fomen tado t amb ien e l sen t imien to genera l de queentre todos los asal&riados existe cier ta comunidad porque



340 SnciolOj’

to , no puede convcr t i r se cn rca l idad prac t ica : es y segui ra

s i e ndo el s e n t i m i e n t o de u n a c om un i da d a b s t r a c ts , p roduc i da

p o r la h o s t i l id a d c o m u n fren te a u n enem igo abstrac to .

Mien t ras en e s t e caso e l sen t imien to de un idad es abs i raeto pero duradero , en e l segundo es concre io pero pasa jero

O c u t re esto, v. gr. , cu an do pe rso nas que , s iendose por lo de

mas ext ranas , per tenecen a la misma esfera e levada de cduca

ci<5n y se ns ibi l id ad , se en cu en tra n en alg un circulo soc ial (en

u n f e rroca rr il , po r e j em p l o ) j un i o a o t r a s pe r sona s de m a n e

ras groscras y vulgares . Sin yue l leguc a produci i sc ac to con

cre to a lguno , s in que sea neeesa r io c smbia r una pa labra o

una m i r a da , a que l l o s se s i e n t e n , c om o un pa r t i do , r e un i do

por la a v e rs io n c o m u n a la p lebeyez a g re s iv a — p a ra su se n t i

&l menos—de los o t ros . Con su ca rac te r cx t rcmadamente sen

si t ive y del icado, Que no excluyc la c lar idad del fenomeno, esta

cspec ie de uni f icac io n repres enta e l u l t im o grado. en quc e le

m e n t o s e n t e ra m e n t e e x t r a n o s se si e n te n u n i d o s p o r c o m u n i

d a d de a n t a g o n i s m o .

Si la fu erza s in te t ica de la b os t i l idad co m un se midc no po r el n u m e ro de in te reses co inc idcn tcs , s in o p o r la d u rac io n

e in ten s ida d de l a a soc iac ion , sc ia pa r t i cu la rm cn tc favorab le

el caso de que, en vez dc un a lu cb a actua l , sea caus a dc l

u n i o n l a a m e n a z a p e i s i s t e n t c d c u n e n e m i g o . Se b a he c bn

notar con respec to a la Liga aquea , cn su pr imera epoca , hac ia

270, t jue Acaya se cncont raba rodeada de enemigos, los cua le

de m om e n t o e s t a ba n m uy oc upa dos pa r a pe nsa r cn a t ac a rl aeste per iodo de pel igro quc dc co nt in uo a m ag ab a s in descargar

fue a l t amente favorab le pa ra fo r t a l ccc r e l sen t imien to de a so

c iac ion . E s e st e un caso pa r t i cu la r de un t ipo m u y Curioso : c i er

ta distancia en t re los e lementos quc han dc asoc iarsc , de una

pa r te , y el p u n to e in te res que les asocia de o ira parte , cs u n a

s i tuac ion pa r t t cu l s r rocn tc favorab le pa ra Ia coal ic ion , e spe

c ia lmente s i se t ra ta dc c i rculos cxtensos . Esio sc apl ica a lere l ac iones rc lig iosas. C om pa rad o con las d iv in idadcs de t r ibo



E n el m ism o sen t ido puede in terpretarsc el hech o de que

el ves t ido sei ia le s iempre la comunidad de determinadas capas

sociales. Y con frecuencia parece c um pl ir m ejor e sta - funcion

social cua ndo viene de fuera . Vest i r se a la mo da de P a r is en-gendra en otros paises es t recha y exclusiva comunidad. de cier

ta capa social. Y a el profcta ha bia de los e legantes que u sa n

vest idos cxtranjeros . Los muy diversos s ignif icadas que encie-

rra el s im bolo del « alejamiento®, -fienen v aii as af inid ad es psi-

cologicas . Asi , por e jemplo, una representacidn cuyo objeto

aparece como de algs in modo «alejado», parece obrar mas im-

per.sonalm ente. L a reaccion in d iv id u a l quo sigue a la p ro x im i-dad y contac to inm edia tos , es en lonces men os ac en tu ada ; ti ene

un carac ter monos in m cd ia tam en te sub je t ivo , y por lo tan to

puede ser la m is m a p a ra u n g ra n n u m e ro de personas . A s i

como el concepto gen eral , a l ab arc ar una plu ral id ad dc seres

individuales, es tanto mas abstracto, es decir , miSs alejado de

cada uno de e l los cuanto mas numerosos y d i feren tcs son , as i

tam bien u n e lemento de u n ion socia l, que este m uy d is tan c ia-do en el espacio, como en sent ido t tan sln tk ' io . de los e lem en tos

que Kan de asociars e, parece ejercCr acc ion es es pec ificam ente

uni f icadoras y comprens ivas . La un i f ica t ion deb ida a un pe l i

gro m as bien cronico due agudo, a u n a luc ba la tenie , pero no

rea l izada , sera muy eficaz t r a tan do se de u n j r du rade ra men te

a elementos de aigun modo disociados . Asi ocurr fa con la Liga

aq uea de que ya be he ch o m enc ion. A sf dice M on Ic.st juicu,que m ien iras la glor ia y se gu iid ad de la m o n ar q u ia e.slfin en

el sosicgo y la con fian za, u n a repu blics necesita tcm er a a l-

f iuien. t ' -videntem ente, Io que qu iere decir cs que la m o n a r

quia . como ta l , cu ida de mantener un idos a los e lementos que

pueden ser an tagonicos; pero si estos no l ienen sob re si a n a

die quc pueda ob l igar les a fo rm ar un id ad , s ino que poseen

U n a rela t iva so be ran ia , se disociHii in facilm ente, a n o ser que

U n peligro por todos co m p a r t id o , les m a n te n g a un ido s; y u n

[-a lucha 3*1



342 Sociolog

rac ion e l mayor numero pos ib le de e lementos , yue se man t ic -

n e n a p a r t a d o s y q ue p o r si m i s m o s n o b u b i e r a n i n te r v e n id o

en la em press . E n las acciones paci fi cas, el rec lu tam ien to sue

le l imicarse a los pr oxim os; pero Ios «a l ia do s»— pa lab ra delengua je co r r icn te yue , s i endo en s i misma ind i fe ren te , ha ad -

q u i r id o y a u n m a i i z g u e r re ro —se r ec lu t an a m en u d o en tr e e le

mcnros que cas i no t ienen uf in idad . Es to cs debido , en pr imer

lugar , a que Ia guerra . y no so lo la pol i t ica , es a menudo un

es iado de inminen te u rgenc ia , en e l cua l no se puede se r muy

ex igen te para el rec lu tam ien to dt' aux i l i a res ; en scgundo lugar

a que el objet ivo dc la accion, est an do fuera o en la periferiadc Ios in tereses a l iados , es tos , una vez tcrminada la lucha

p u e d e n rep o n e rse a Ia m ism a d is ta n c ia que antes; en terccr l u

gar , a que la ganancia obtenidu por la guerra , s i es mas pcl i -

grosa , es, en cam bio , en caso favorable , pa r t ic u la rm en tc rap i

da y p rod uc i iva , po r lo cua l e je rce sobre c ie r tos t em per am ento s

u n a a t rac cion form al , quc las acciones paci ficas solo e jercen

merced a s iu contenido part icular; en cuarto lugar, a que lalu ch a t el eg a a s eg u n d o te rm in o lo p ro p i am en te p e r so n a l d e lo s

com bat icn tes , pe rm i i i cndo as! que e n l ren en l a coa l ic ion e le

mentos muy he te rogcncos . F ina lmcn tc , se a i i ade a los an te r io

res mot ivos e l de quc las enemis lades se p rovocan faci lmente

C u a n d o u n g ru p o p a r te en g u e r ra co n t r a ot ro , r e su rg en to d o

los pos ib les moi ivos de enemis tadcs Ia ten tes o ya semiolv ida

das , de sus ind iv iduos con t ra los de l o t ro g rupo . De Ia misma

m an era , l a guerra en t re dos g rupo s suele de sper ta r en un te r

cero , contra uno de e l los , v ic jas malquerencias y resent imien

I0i> que, s in eso, no hu b ier an es ta l lado; ah or a que el o t ro ba

ab ie r to e l cam ino , esos rencores, reav ivados , inc i t a n a a d h e r i r

se a el. E n este mism o sen t ido , pa r t i cu la rm en tc en epocas p r i

mi t ives , l a s re lac iones en i re pueb los , como to ta l idades , e ra n

p u ra m e n te gu crre ra s; Ios d cm as t r a to s , los der ivados del co

merc io , l a bosp i tahdad , c l connubiumj e ran meras re lac ione



Lalucha 343

Cuando una evo luc ion h i s to r i ca se rea l i za cn cons tan te a l -

t exna t iva r i tmica de dos pe r iodos , que t i enen igu a l im po r tanc ia

uno que otro y que solo por su re laci<5n y oposicidn adquie-ren su propio sent ido, la im age n u n i ta r ia que de este proceso

nos formamos reproduce ra ras veces c l equi l ibr io obje t ivo

y el co ns tan te nivel so bre e l cual se succden un o a otro Ios

e lementos. Cas i inev i l ab lemcn te p res t amos a e st a a l t e rna t ive

una especie de acento tc leol6gico, de manera que uno de los

e lementos nos aparece como e l punto de par t ida , como lo ob-

je t iv am c n ie p r im a r io , del que surge el o tro , m ie n t ra s que el

re torno dc es te a l anter ior se nos antoja un re t roceso. Supon-

gamos que el proceso cosmico consisla en un cterno sucederse

dc dos e st ados , l a hom oge ne ida d cu a ' i t a t iva de m a te r i a s un i -

das y l a d i fe renc iac ion de e s t a s m a te r ia s . P ue s b ien , aun qu e

estuvicramos seguros de que s iempre lo uno sa le de lo o t ro y

iuego a su vez lo otro de lo uno, sin embargo, dado el funcio-

na tn ien to de nu es t ra s ca tegor ie s concep tuales , cons ide ra r i am os

como el primero el estado dc indiferenciacion, es decir, quenu es t r a neces idad de exp l i ca t ion t i ende ma s b ien a dcduc ir l a

p lu ra l id ad de la u n id a d quc n o Ia u n id a d dc la p lu r a l id a d ,

au nq ue ob je t ivam cnte acaso fue ra lo mas cxac to no cons ide

ra r n i nguna dc e l l a s c om o l a p r i m e ra , a c c p t a ndo un r i t m o i n

f in i te , que no nos permi te hacer a l to en n in gu no de los es ta

dos a lcanzados, s ino que nos exige deduci r lo de o t ro preceden

ts y opuesto.E st o mism o sucede con los pr inc ipios de la q uie tud y cl

m ov i m i e n i o . Aunque t a n t o e n c on j un t o c om o e n l a s s e r i e s

p a r t ic u la res so suced en in de f in ida m c n te u n o a o tro , so lem os

con siderar e l es tado de qu ie tud como el or ig in ar io o def in i t i

ve , que , por dec i r lo as i , no requiere deduccion a lguna . Cuan

do con sidcra m os u n a pare ja de per iodos , s iempre nos parece

quc uno dc e l los es e l que cxpl ica a l o t ro , y unicamente cuando los hem os colocadn en es ta re lac ion, c reemos com pre nd er el



3-M So c io lo ^

gu n las fo rm as de l do m in io y l a se rv id um bre , de l a p repa ra

ci<5n y el cumplimiento, del medio y el fin.

Y es to acontece con la lu c ba y la paz . A si en la suces ion

como en la coexistencia de la vida social , am bo s estado s s

ofrecen tan confundidos que, en toda par . se esf£n e laborando

Ias condic ion es para la gu er ra fu tura y cn toda gu erra las d

la paz s iguiem e. Si pers egu im os hacia a t ia s las ser ies dc l

ev o lu t i o n soc ia l, v cmo s qu e n o cab e h ace r al to en n in g u n p u n

to, pue s cn Ia rea l id ad h is tor ica am bo s es tados se ref ieren

s iem pre un o a o t ro . Y, s in em barg o, den t ro de esa ser ie , sen t i

mo s u na d i fe renc ia en t re sus es labones ; la gu er ra se nos a p a

rece como lo pro visio na l , cuyo f in reside en la paz y sus co n

ten idos . Mien t ras e l rhmo de es ios e lementos , cons idcrado

o b je t i v amen te . s i g u e u n mi smo n iv d , co n u n mi smo v a lo r

nues t ro sen t imien to va lo ra t ivo Ios conv ie r te , en cambio , en

per iodos i&mbicos, Cn Ios cuales la g u e r ra es tesis y l a paz a r

s is . Asi en la mAs ant igua cons t i tucion dc Roma, e l rey ten ia

que so l ic i t a r e l consen t imien to de los c iudadanos para em p re n d e r u n a gu erra , y no lo n eces i taba en cam b io —se su p on ia

da do desde Iuego -par a con certa r la paz.

Ya es to indica que e l paso de la guerra a la paz p laruea un

p ro b lem a m as esencia l que el paso inverso . P r o i ' i a m e n ie este

u l t im o no necesi ta m edi tncion especia l, pues !as s i tuac ion cs en

el seno de la paz , de dnnde sa le ia guerra ab ier ta , son ya guc-

rra en form a d i fusa , impe rcept ib le y la ten te . S i. por e jemplola p rosper idad economica de los E s lad os del Su r , com par ada

con los de l N or te , an tes dc la gue r ra de secesion no t tca m er i -

ca na —prospe r idad que aque l los dcb ian a la esc lav itud fue e

fun da m en to de es ia guer ra , e s ia s i tuac ion , m ien t r as no p ro -

du jo an tag on ism o, SC ha l lab a a llcn .dc la g ue rra y la pazj se

t r a t ab a d e p u ra s s i t u ac io n cs i n man en te s d e cad a t e r r i t o r io

Pe ro cn el m om ento de su rg i r e l m at iz guer re ro , este apareceCOmO la acu m ula cio n de a nta go ni sm os var ios anim osid ad es



L j luchi 345

m as c la ra o in tensa . E n el caso inverso . las cosas suced en

m u y d e o lr a m a n e r a . L a p a z n o s u rg e ta n i n m e d i a t a m e n t e de

la guerra . La tc rm ina c io n de la lucha cs u n ac to especia l que

no pe r t cncce n i a una n i a o l ra ea legor ia ; de l a misma maneradue un puente es d is t in to de las dos or i l las que une . Por eso

Ia sociologia de la lu ch a exige. a l m eno s com o apen dice, u n

anSl is i s de l as fo rm as en que t e rm ina la lucha . Es ta s fo rmas

nos of recen a lgu no s t ipos de acc ion rec iproca , que no se obscr-

va n c n n j nguna o i r a c i r c uns t a nc i a .

N o h a y , sin duda , a l m a n i n g u n a quc n o s ic m a t a n to el

encan lo fo rmal de ia lucha como e l de l a paz . Y jus tam en te porque los dos se dan s iem pre en cie r ta m e d id a . surge por e n

cima de e l los el nu evo e nca ntn del paso de u n o a o t ro . C ad a

ind iv idua l idad sc d i s t ingue segun qus su t emper f imcnto favo-

rezca un o u o t ro r i tmo de es ta sucesidnj segun cl e lem ento

que sienta como primario o como secundario. scgCin que lo

p ro v o q u e p o r p rop ia in ic ia t iv a o a gu arde la decision del des-

t ino . E l p r im er m nt ivo de l a t e rm inac io n de Ia lu cb a—el deseo de paz—, cs. pues, mas rico en contenido quc c! mero can-

sancio; es aque l r i lm o que nos bace desear la p az como un

estado concreto, quc no signif ica meramente la cesacion de la

lucha . P ero es te r i tmo no ha de ser entendid o de u n modo p u-

Tamenie mecan ico . Sc ha d icbo que m uch as re l ac iones in t i

mas, como el am o r y la am istad , necesi tan d isgu stos ncasio-

na les , para darsc cucnta dc toda su d icha por cont ras te con Ia

esc is ion sufr ida , 0 p a r a i n t e r r u m p i r co n u n a l e ja m i e n t o lo

es trecho de l a r c lac ion , que t iene in du da b lem entc pa ra el i n

div iduo algo dc fo rzado y opr imente . Pe ro no son , s in duda ,

las re lac iones mAs hondas Ias que necesi tan de scmejante tur -

no. M as bien cs dsie neeesar io a las na tu ra lez as toscas , quc

apetecen los encan tos g ioscro s de la d i fe renc ia , y cuy a vida j

Consa grada al m o m en to . favorece el sa l to en el co ntras te . E s

este e l t ipo descri to en el dicho aleman: «la chusma se goipeai l i * l t i b I di di t



Sociologii

Ahora b ien , en t re los mot ivos ind ivec tos yue fo rman e l

deseo de paz (yue deben dis t ingui rse de ayuel ) , f iguran de una

pa r te cl a g o ta m ie n to de las fuerzas , flue, po r si solo, puede en -

ge nd ra r el deseo de paz ju n to a l p lacer de la lucba , y de o t ra pa r te la desv iac idn de! in te res de la lu c b a bac ia u n objeto s u

perio r . E s to u l t im o e ng e n dra d ive rs idad de b ipoc res ia s m o r a

les y de pr op ios eng ano s; se dice o se crec ba be r ente rrad o el

a rm a gu errera por el in te res idea l de la paz ,^cuando, en rca l i

dad , la unico ocurr ido es yue el obje to dc la p ug n a ba pcrdi -

do su interes y se dcsca conservar las energias para apl icar las

cn otra direecion.En l a s r e l ac iones bondamente a r ra igadas , e l t e rmino de Ia

lucha sobreviene p oryue l a cor r ien te fu nd am en ta l sa le de n u e

vo a la superf ie ie y e l imina las cont rar ias . En cambio, surgen

mat iccs nue vo s cu and o es la desa par ic ion del obje to de la lucha

Ia yue po ne fin a la ho sti l id ad . To do conflicto que no sea de

na tu ra le za ab so lu tam ente im perso na l , t iene a su se rv ic io todas

las fuerzas d isponibles de l individuo y obra como un cent rn dc

cr i s ta l izac ion, en derredor de l cua l se ordenan aquel las a ma

yor o menor d i s t anc ia—tepi t i endo in te r io rmcnte Ia re l ac ion

en t re las fuerz as de chaq ue y las au x i l ia re s—; y merced a e llo,

l a pe r sona l idad en te ra , cuando lucha , adyuie re una e s t ruc tu ra

pecu lia r . C u a n d o cl conflicto to rm in a de u n a de las m an eras

corr ientes—por v ic tor ia y derrota , por reconci l iac idn, por ave-

n o n c i a —, es ta cs t ruc tura se i ran sfo rm a en la propia del es ta

do de paz ; e l punto cent ra l comunica a las demas energias lat ra n sf o rm ac id n oc urr id a en el, a l pa sa r de la exci iacidn a la

cafma. P ero en vez de este proceso organico, inf in i tam en te va

r iable , quc apaga in te r iormente e l movimiento de la lucba ,

producesc a m e n u d o , cu a n d o el ab je to de la lu c h a desaparece

de p ro n to , o t ro p roceso com ple tam ente i r rac iona l y tu rb u len -

to, por v i r tud de l cua l e l m ov im iento de l combate con t inua .

p e r decirlo as i, en el vacio. A contece esto, pa r t ic u la rm e n te ,p o rq u e el se n t im ie n to es m a s con se rv a d o r yue la in teligencia ,



L i lucha

d esen v o lv iSn d ose y d esah o g an d o se n a tu ra lm en te . y s i n s ab e r

adon de d i rig ir se . T ien en que buscar en tonees a l im en to en si

mi smo s o a s i r s e a u n su b s t i t u t i v o ab su rd o . Po r co n s ig u i en t e ,s i mien t ras se es ta desar ro l l ando la lucba , Ia casua l idad o un

po d e r su p e r io r Ia p r iv a n de su obje tivo — u n a r iv a l id a d en que

el obje to d iscut ido se decide por u n tercero , un a con t icn da por

cier to bot tn del que ent re tan to se apodcra o t ro ' , o una contro-

vers ia tc tf rica que de pr on to es resuel ta por u n a in te l igencia

sup er io r dc m odo que l as dos a f i rm ac iones con t ra r ie s rcsu l -

t an equ ivocadas—, sucede con f recuenc ia que con t inua unco mb a te en el a ir e, u n a e st er il i n c u lp a t i o n m u tu a , u n a r en o -

vac ion de d i fe renc ias an t iguas , en te r radas desde bac ia t i empo .

E sta es la es iela que au n qued a de Ios m ovim icnto s bos t i les y

que , an tes de aqu ie ta t se , neces i t a desahogarse de un modo , en

t a l e s c i r cu n s t an c i a s , p o r fu e rza i n sen sa to y t u mu l tu o so . E I

caso mas caracterfst ieo se da quiza cu an do am bo s pa r t id os re-

conocen que el objcio dc la pu g na era i lus orio o no vai ia la

pena. E n to n ees . la v c rg u en za del e r ro r l leva a m e n u d o a p ro -

lo n g a r p o r b as t an t e t i emp o l a l u cb a , b ac i en d o u n g as to d e

en erg ia s i n fu n d ad o y t rn b a jo so , p ero con t a n t a m ay o r i r r i t a

c ion con t ra e l advcrsa r io que nos ob l iga a es te qu i jo t i smo .

E l m odo m as senci l lo y rad ical de pasar de lo lu cb a a la

paz es la vic toria-- m a n ife s ta c io n pecu lia r ts im a dc la v id a —,

que se p resen ta , s in duda , en incon tab les fo rm as y med idas ,

pero que n o t iene s e m e ja n z a a lg u n a coh los demiis fe n o m en o s ,

que, con o t ros no m bre s , pueden o f rcccrsc cn l a v ida h u m a n a .

De en t re l as muchas c lases dc v ic to r ia , que p ies tan un co lo r i

do pa r t i cu la r a Ia paz subs ig u icn te , so lo m enc iona re aque l la

que no se consigue exc lus ivamc nte por el p re do m in io de un a

de l as par tes , s ino , a l menos parc ia lmen te , po r renunc ia de l a

o t ra . E s t a re s tgnacion , este declararse vencido, este incl ina rse

ante la v ic tor ia del o t ro , s in bnber agotado todas las fuerzas yib i l id d d i i f i l P d



luc ion impu lsa tam bien el sen t im ien to de que es m as d is t in

guido en i rcgarsc que a ie r rar se ha s ta e l u l t im o es t te m o a Ia

inveros imi l pos ib i l idad de un a m ud an za del dest ine . Desde-n e r es ta po sibi l ida d y ev i tar a es te precio que el ad ve rsai io

nos dcmucs t rc nues t ra der ro ta inev i tab le , t i ene a lgo de l cs t i lo

nob le y gra nd e dc loa ho m bres consc ien tes no so lo de su fuer

za, s ino ta m bie n de su de bi l idad, s in necesidad de pa lpar la .

F ina lmcnte , e l dcc larar se vencido es como una t i l i ima dcmos-

t racion de poder . A l m eno s el vencido ha podido hacc r es te

ul t imo acto posi t ivo, y ha otorgado algo al vencedor . Por eso

erv los conflictos pe rso na les , pu ed e ob se rv ais e a veces qu e la

renun cia de uu a de las par tes , an tes de quc la o t ra h a y a t r iun-

fado p ienamente , es sen t ida por c l vencedor como una espec ie

de ofensa. E l vencedor ex p e r i m e n t u n desasos iego , como si el

fuera prop iamenie e l m 6s debil , habiendo el otro cedido poi

cualqu ier r azon , s in ser e l lo r ea lmente neeesar io ( l ) .

A la te rm inncio n dc la luc ha p ar v ic toria , oponese su aca-

b a m ie n to po r avenenc ia . U n o de los crite r ios caracter is t icas

p a ra la clasificacion de las lu ch as , es si, por su n a tu r a le z a , son

o no suscepi ibles dc avenencia . Es to no sc decide exclusiva-

incnte pl an te an d o la cue st ion de si el prem io de la lucb a es ta

const i tu ido por una unidad indivis ible o puede ser d ividido

ent re Ins par tes, f r e n te a cie rtos ob je tos , no puede hab lar se

de avenencia por repar t ic idn: entre r ivales , que se disputan los

favores de u na mujer , en t re los quc prc ten den un a y el mism oobje ta ind iv is ib le y pues to a la ve n ta , en las luch as or ig ina -

das pa r el odio o la veng anza . Sin em barg o, son suscepi ibles

de avenencia las luchas por objeios indivis ib les , cuando es tos

u s S o c i o l o g y

(l) Pcrtcncce o iu a aquelie esfera relaciontfl , cn donde f tpcoxictarae e* im po rt

itiTio. H a y q u e e o n s i i t u y a n o f i i u a . r r ^ a l o s q u e L u& ii ll&n , c o n p m i o n c f i <juc

cnojtJQ O iurarntan In* 6Qfrid*£ntos tie la WctilfiS, fcenifieJds cjue d=t<rminaa. C!i*i flta-

f i l u J f o r * u d a n r re o n u n I t u l o m i s intolerable que La p r i v o o t fn QUC fiupfini*n. S e m r -



La lucha 349

so n susccp t ib le s de rep rese n ta t io n ; e n t o n e e s , a unque e l p r e

mio prop iamente d icbo es a t r ibu tdo a uno so lo , e s t e indemni -

za a l o t ro por su cond escen dcn cia , con a lg tm va lor . C om o es-natural , el t jue los bienes sean fungible.?, cn esie se n t i do , no

depende de que baya en t re e l los n inguna igua ldad ob je t iva de

valor , s ino de que las p ar tes es ten d ispue stas a te rm in ar la

luc ba por ces ion e inde m nizac ion . E s ta pos ib i lidad se roueve

en t re dos casos ex( rem os:e l de l a tozude z m axim a quc recba-

z a la i n d c m n i z a r i o n m i s a b u n d a n t e y x ac io n al, s 6lo por pro-

cede rde l a o t ra pa t t c , y c l caso en que una pa r t e va p i imcra -

mente a i ra ida t an so lo por l a ind iv idua l idad de l p remio , pe ro

lo a b a n d on a vo l un t a r i a m c n t c po r un obj et o, c uya c a pa ci dad ,

pa ra su s t i tu i r al p r im e ro , re su l ta a m e n u d o incom prens ib le .

L a avenenc ia , pa r t i cu la rm entc la p rodu c ida por l a fun i j i-

b il idad , a u n q u e es p a r a n o so tro s u n a tecnica de v ida co tid ia-

na y na tu ra l , cons t i tuye un o dc los may ores inven tos de la

hum a n i da d . E l i m pu l so de l bom bre p r i m i t i vo c om o de l n i no ,

es preten der , s in ma s, tod o objelo <|ue le agra da , a u n q u e seencuen t re ya en pose s ion a j ena . E l rob o—jun to eon e l tega-

lo—es la fo rm a m as senc i lla del cambio de posesion. P o r eso .

en o rgan izac iones p r imi t ivas , l a ena jenac ion de Ia p rop iedad

rara s veces se veri fica s in lucb a . D arse c uen ta de que es to pu e

de evi tarse , ofreciendo al p osc cd or del objeio codiciado otro que

nos per tenece, bac iendo as i me no r el gas to y esfuerzo to ta les

en la lucba , es e l pr inc ipio de toda economia cul t ivada , detodo superior comercio. Todo t rueflue de cosas es una ave

nencia ; y , jus tam en te lo quc co nst i tu ye la pobreza de las co

sas f rente a lo puramente espi r i tua l , es que e l cambio de cosas

represen ta s i empre a lguna pe rd ida y renunc ia , mien t ra s que e l

amor y todos los dones de l e sp i r i tu pueden cambia rse s in quc

e l enr iq uec im iento dc u n lado s igni fique el em pob rec imicn -

to de otro. D c ciertos esta dos sociales se reficrc qu e cl robo

y la lucb a po r el boi in e ta es t im ad a co mo cosa de cahal leros ,



350 S o c

a la t jue sola la lu ch a co rre spo nd c, sin o cl va lor del ob

p o r a m b o s in teresados rcconocido, v a lo r que, m erced

t ransmutac ion sub je t iva , puede rcp rcscn ta r sc por d iveotros objetos. L a ren un cia a l objeto valo rad o, por recibi

otra forma la cantidad de vgdor encerrada en el , es, pcse

senc i l le i . u n med io rea lm en te m arav i l loso pa ra re so lve r

lucha la oposicion cie in tereses; y , segpramente , ba nccesi

u n a la rga evoluc ion h is tor ica , porque , el hecho dc d is t in

psico log icam cnie en t ie el s e n t im ie n to general del v a lo r

ob je to ind iv idua l , que p r im eram entc se ha l lab a (und ido

el , p resupone Ia faeul tad de e lcvarse sobre la ape tenc ia in

d ia ta . La avenencia , merced a la subs t i tuc i6n (el cambio e

caso pa r t i cu la r ) , r ep resen ta en p r inc ip io l a pos ib i lidad ,

que solo par cia lm ente rea l izada, dc evi tar la luc ha o pon

term.no an tes de dec id i r la por la s imple luerza .

Fr ente a l carac ter ob je t ivo , que t iene la te rm in a t io n de lcha po r avenencia , la ieconci l iac i6 n c o n s t i t u y e u n m o d o p

m en te subjet ivo. N o me refiero a la rcconcil iacion’ que se

duce a consecu encia de la a ven enc ia o de Cualquier otra

mina t ion de Ia lucha , s ino a l a causa de e s ta u l t ima . E l d

de reconci l iac ion es un sen t imiento pr imar io qyc , presc ind

do de tod a ra zo n objet iva , quiere te rm in ar la contien da; d

m ism a m ane ra que el p lacer de luc ha r l a sost iene , l am bienm ot ivo obje t ivo . E n Ios inco ntab les casos en que la lucha

m ina dc Otro m odo que por la consecuencia inexorab le d

p ro p o rc io n dc poder en tre los c on tend ientes , in te rv ien e dc

guro es ta tcndcncia e lem enta l e i r ra c io na l a la reconci liac

La cua l es a lgo comple tamente d is t in to de la debi l idad o

ded, de la moral social 0 a m o r a l p ro j im o . N i s iqu ier a c

cide en e l espir i tu dc paz. Pues este evi ta de antemano lah b t l l i i



L i lu c h a

de i r ra t io n a l . a lgo que parece d esm ent i r lo que hacc poco se

e ra t odav ia .

E s te m is te r ioso r i imo del a lm a , po r v i r tud de l cua l los sen

t im ien tos de e.sie t ipo es tan con dic iona dos jus ta m en te p o i los

que les cnnt rad icen , aparece acaso con m ax im a c la r ida d en el

perdon . E I p e rd o n es s in d u d a el u n ic o m o v im ie n to s e n t im e n

t a l q u e s u p o n f m o s S o m e t i d o a b s o l u i a m e n i e a l a v o l u n t a d , y a

que, si no . no tenc lr ia sen t ido pedi r perdd n . U n a so l ic itud

so lo puede m overn os a a lgo de que l a vo lun tad d i sponga . E l

t t a t a r b i en a l enemigo vencido , el r en un c ia r a t o m ar veng an-

za del ofensor , son cosas que vis ib lemente dependen de la vo

lun tad y , po r t an io , pueden sc r ob jeto de un a pe l i cion A b o ra bien, el perdonar, e s to es , que e l «sen t imiento» de l an tagonis

mo, del odio, dc la escis ion, sen sust i tu ido por ot ro «sent i -

miento®, parece no dep en der de la mera rcsoluc idn, pues que

cn gene ra l no puede nad ie d i spone r de sus s en t imien tos . Pe ro

en rea l ida d , l as cosas ocu i ren de o t ro mod o, y so lo bay m uy

pocos casos en que no p o d a m o s pc r t lo na r , a p esa r de desearlo

de todas veras . Hal lase en e l perdon , cuando se le ana l iza

b a s t a s u rafz , al£o que r a c io n a lm e n te no se c o m p re n d c b ien;y de esie ca rac te r par t ic ipa tam bie n en c ie r ta medida la rec on-

c i l i ac idn , por lo cua l ambos fenomenos soc io log icos jucgan un

pape l im p o r t a n te cn la m is t ica re l ig iosa , cosa que p u e d e n h a

cer , porqu e , cons id erado s soc io ldg icamente , con t ienen un e le -

mcnto znist ico rel igioso.

L a re lacion «reconci l iada », en su d i ferencia con l a que n o

h a s u f r id o n u n c a r u p t u r a , ofrecc u n p r o b l e m a p a r t ic u l a r . N o

no s re f er imos aqu i a I as r c l ac iones an t e s m enc ion adas , cuyo

r i tmo in te r ior osc i la en t re l a esc i s ion y la reconc i l iac ion , s ino

a l as q u e h a n s u f r id o u n a v e r d a d er a r u p t u r a y b a n v u e l to d es

pues a res tablecerse com o sob re n u e v a base. P o co s rasgos ca-

l ac t e r i z a ran t an b i en u n a r e l acion como el hccho de que en

es te caso haya acrec ido o d i sminuido su in tens idad . Por Io

menos , e s t a e s l a a l t e rna t iva que se p l an tea a l a s na tu ra l e / a s

h o n d a s y se ns ib le s. C u a n d o u n a r e la c io n , q u e h a s u f r i d o u n aru p tu ra rad ica l se re st ab lece como s i no hub ie ra pasad o na da



.Socio!, _

escisi6n no pue da remedift rse m as , por gra nd e que sea la vo

lun fa d dc las paries: pa ra el lo no es neeesar io que h a y a que

dad o res to a lg un o del obje to de Ia c ont ic nda , n i i r reconci l ia

b il idad a lg u n a ; bas ta cl m ero he ch o de quc h a y a h a b id n r u ptura . En re lac iones In t imas , quc ban Ik-gado una vez a la

ru p tu ra ex te rio r , con t r ibuy e f recuen tcmente a es te resu l tado e

ver que las par tes puede n pa sarse un a s in o tca y que, a pesa

de todo , la v ida con t in ua , au nq ue acaso no sen m uy r i suena

E s t o n o s6lo disminuyc cl valor de la relacion. s ino que. ui i<

vez res tab lecida la unidad , e l ind iv iduo se lo echa en cara fa

ci lm en te com o u na cspecie de t raie ion o infidel idad, que ya n puede rem ed ia rsc , o in te rca la en la re lac ion ie n o v a d a u n des

an imo y d esco n f l an za h ac i a su s p ro p io s s en t imien to s .

E n es to nos cn ga na m as s in duda con f recuencia . La faci .i

dad so rp renden te con que a veces se sopor ta l a rup tu ra de una

relacion intima, proviene de la Iai£a excitaci<5n producida po

Ia ca tas tro fe . E s t a ha desper tado en no so t ros todas l as ener

.g ias pos ib les , y su v ibracion nos ayuda y sos i icnc durante a l^u n t i emp o . Pe ro a s i co mo l a mu er t e d e u n a p e r so n a q u e r id a

no desp l iega todo su ho r ro r en l as p r im eras hora s , po rque un i

cam cnte e l t i em po va bac iendo des f i la r lodas las s i tuac iones e

que f iguraba como e lemento , de jandonos en todas esas s i tua

c iones como pr ivados de un miembro—cosa que en los p r ime

ras m o m en to s no p o d iamo s s en t i r—, a si t am b ien u n a r e lacion

que nos es cara, no se deshaee, por decirlo asi , eti Ios primcro

m o m en to s de l a s cp a rac io n , e st an d o n u es t r a im ag in ae io n o cu

p ad a con Ios m oi iv os de la r u p tu r a , s ino que I a p e rd ida expe

r im en tad a va i io rada ndo n ues t ra a lm a casn leas caso, y po

eso , a menudo nues t ro sent imiento no se pe<-cata dc e l la com

p le tam ente b a s ta dcspues de b a s ta n te t iem p o , b a b ie n d o la so

p o r ia d o en los p r im e ra s m o m e n to s con cierta o cu an im idad

Tambien por esc mot ivo l a re tonc i i i ac ion de a lgunas re lac io

nes es t an to m as p ro fu nda y apa s ion ad a cua nd o Ia rup tu r



ne t rad o p or la tend enc ia a la r econci li acion, s ino en sus e s t a

dos de c larados o a l me no s consc ientes. A si como no debe

aprendcrse demas iado apr i sa , s i l o ap iend ido ba de quedar en

no sot ro s , tamp oco debe olvidarse dem asiado apxisa, pa ra que

el o lv ido ad qu iera toda su im po i tan c ia sociologica .

P o r e l con t rar io , el b ccho de que la re lac ion reconci l iada

supcre en in tens idad a la que no b a s ido n un ca io ta , t i ene va

rias causas. Lo prin cipa l es que, gracias a la reco nci l iacidn,

surge u n fondo en el cua l des tacan mas consc ien tes y con m a

yor c l a r idad todos Ios va lo res de l a un i 6n y todos los e lemen

t os que c on t r i buyc n a m a n t e ne r l a .A es to se agregu la d iscrec ion que e lude m en cio na r lo pa-

sndo e in t rod uce cn la re lac ion c ier ta de licadeza y au n u n a

nu e va c om un i da d i ne xp resnda . P ue s e v i t a i e n c om un cl t oque

de c i e r tos pun tos demas iado sens ib lc s , puede engendra r t an ta

in t imidad y mutua in te l igenc ia , como e l desembarazo con que

cunver t imos en mater ia de posi t ive comunidad todo obje to de

la v ida in te r io r ind iv idu a l . F ina lm en tc , la in t en s idad del deseo de mantene t a sa lvo de toda sombra l a r e l ac i6n rcnovada ,

no procede t an so lo del do lo r exper im entado du ran te l a ru p

tura , s ino de la convicc i6n de que Ia sc gun da ru p tu ra no po

dr ia cura r se como la p r imera . Pues e s t a curac ion , en casos in -

eon tab les , a l menos en t re pe r sonas sens ib le s , t r ansformai fa l a

re lae i<5n en una car ica lu ia . Sin duda , en la re lac ion mas bon-

dam en tc a i ra iga da puede I l egarse a un a ru p tu ra tr£g ica y a

una rcconci l iac ion. Pero es te es uno dc aquel los acontec imien-

tos que solo una vez pueden suceder y cuya repetici<5n les qui-

ta todo dccoro y ser icdad. Pues una vez que ba sobrevenido Ia

p r im e ra repeticion, n a d a se opon e a la s c g unda y tercera, con

la cua l Ia conm ocion cxpe r im enia da se t tueca en ban al y de

genera en juego f r ivo io . Ac aso el sen t imien to de que o t ra ru p

tura se r i a de f in i t iva—sent imien to pa ra c l cua l an tes de l a p i i -

m e ra a pe ne s si ha y a n a l o g i a —sea pa ra na t u r a l e z a s de li ca da s

Lalucha 3S3



354 Sociology

t rem o neg at ivo , l a i r reconci l iab i l idad . C om o la reconci l iac ion

puede ser £sta ta m b ie n u n estado fo rm a l del a lm a , yue, a u n -

yue neces i te pa ra ac tua l iza i se u n a s ituaci (5n ex ter io r , se p ro duce de un modo cspontaneo , y no como consecuencia dc o t ras

emociones in t e rmed ias . Ambas t endenc ias f igu ran en t re lo s

e le m e n to s f u n d a m e n t a l s o pu es to s, c uy a m e z d a d e te r m i na to

das las re lac iones yue t iene n lu j?ar en t re los bom bres . Se oye

a veces deci r yue e l yue n o pu dte ra o lv idar , t am poc o pod r ia

p e rd o n a r , y, po r ta n to , reconc il ia rse p ienam en te . E s to , e m

pero, t r a c r ia com o consecuencia la mHS te rrib le ir reco nc il ia -

b i l id ad , p u es b a r ia depende r la reconci l iac idn de yue to d o lo

que daba mot ivo a la ac t i tud co nt ra r ia dc sapareciese de [a

conciencia . A de m as , como todos los fcnOmcnos en yue in ter -

v iene el o lv ido , se en co nt ra i ia en pel ig ro co ns tan te de reav i -

vac ion. Si este d icbo ba de te ne r un sen t ido, debe, pues, en-

tenderse a la inversa ; cu an do ex is te la tcndcncia a la reconci

l iac ion . como becbo pr imar io , sera la causa de yue la esc is ion

y e l do lo r yue uno ha p roduc ido a l o t ro , no vuchan a p resen -tarse a la conciencia. D e acue rdo con esto . la i r rccon ci l iacion,

p ro p iam e n te dicha, no consis te e n quc la cuncicnc ia pase p o r

alio cl conflicto preteri to, lo que es mas bien una consecuencia-

La i r reconci l iacion s ignif ica yue el a lma ba suir ido en la

lucb a un a mod i fi cac ion que ya no puede r enn J i a r se . N o cs

co m pa rab le a u n a her ida cica trizad a, sino a la j.-.: rdida de un

mi emb r o .

£s ta es Ia mas t rag ica i r reconci l iac i6n . N o hace f a l t a quc

yuede en e l a lma rencor , n i reserva o ca l lada obs t inacion , po-

n ien do una ba r re ra en t re un o y o t ro . Lo Ocurrido es que el

confl icto ha matado Cn el a lma algo que no puede revivir aun-

yue yu ie ra . E n este pun to r esa l t a c l a ram en te l a impo tenc ia de

la vo lun tad con tra l a na tu ra l ez a e fec tiva del hom bre , cons i i -

t u y en d o u n co n f r a s t e p s i co l6gico radical con el t ipo antes

m enc iona do del pe rdon M ien t r as es ta es l a fo rma de i r r cco nc i li ac ion en tcm peram en tos m uy un i i a r io s y no conmovib les



La lucha 355

reeuerdos y xes ignaciones no ac t t ian en form a de res ta , s ino

yue es tan inc lusos , como e l emen tos o rgan icos , en l a im age n

to ta l de l o t ro , a l due amamos con todo ese pas ivo en e l ba lan

ce de nu es t ra r e lac idn to ta l , del m ism o mod o que a m am os au n a perso na, a pesar de todos su s defectos, yue d ese ar iam os

desaparec iesen , pero yue ac om pa na n a nu es t r a idea de esa

p e rso n a . L a a m a r g u r a de Ia lu c h a , los p u n to s en yue la p e r

son al id ad de l o t ro h a fa l lado , los aspec tos yue t r ae n a la r e

l a c i o n u n a r e n u n c i a p e r m a n e n t * o u n a i r r i t a c i d n d e c o n t i n u o

renovad a , t odo eso yueda ino lv idado y p rop iam en te i r r eeon-

cil iado. P er o estA, po r decir lo asi, lo caliz ado , recogido c omou n fac tor en la r c Iac ion to ta l , cuya in tens idad cen t ra l puede

no suf r i r por e l lo .

E s ev iden te yue es tas dos m ani fes tac iones de i r r econci l ia -

c ion , c l a r amen te d i s t in t a s de l a s yue o rd ina r i am en te se des ig

nate con ta l nom bre , en c ier ran tam bie n toda la esca la dc es

tas . La una deja yue el resul tado del conf l ic to , desprendido de

todos sus conten idos , ocupe el cen t ro del a l m a y t r a ns for m een su raiz la person al id ad entera por lo yue al o t ro se rcfie-

re . E n la o t ra , por el contrar io , el legado psicoldgico de la lu

cha r esu l t a como a i sl ado ; no es s ino u n e lemen to s ing u la r yue

pu ede ser recogido en la im a g en del otro , p a r a ser c o m p re n d i-

do den t ro de la r e lac ion to ta l yue se m an t iene con el. E n t r e

ayue l caso mAs grave y este m is leve de i r recon ci l iacion , se

encu en t r an , i ndu dab lem en te , t odos lo s g r ados en yue l a i r r e -

conci l iac idn pone la paz a la sombra de la guer ra .



Capitu lo 5

E L S E C R E T O Y L A S O C I E D A D S EC R E TA

T

o d a s las re lac iones de Ios hombres en t re s i , descansan ,

na tu ra lm en te , en que sabe n a lgo unos de o t ro s . E I co

mercian te sabe que su p roveedo r quie re co m prar ba ra to y ve

der Caro; el maestro sabe q u e p u e d e s u p o n e r e n c l d i s d p u l o

cier ta can t idad y ca l idad de conocimicn tos ; den t ro de cada

capa socia l e l ind iv iduo sabe que can t idad de cu l tu ra ap ro x i -

mada cabe suponer en lo s demas . Indudab lemen te , de no ex i s -

t i r ta l saber , no p od r ia n ver i f icarse las re lac iones de ho m br e a

hom bre aqu i r efe ridas . L a in te ns id ad y m at i z de l a s r e l ac io

nes personales d i fere nciad as—con reservas que fac i lm ente se

co m pre nde n—, es p rop orc io nal a l g rad o en que cada par te serevela a l a o t r a po r pa lab ras y ac to s. N o im po r ta l a can t idad

de er ro r y mero p re ju ic io que pu eda ha be r en es tos m uch os

c o n o c i m i e n t o s . D e l a m i s m a m a n e r a q u e n u e s t r o c o n o e i m i e n -

to de la na tu ra lez a , co m par ado con los er ro res e insuf ic ien-

cias , con t iene la p orc ion de verda d necesar ia pa ra la v ida y

Progreso de nuestra especie, a si cada cual sabe de aque l los con

Quienes t iene que haberselas , Io neeesar io para que sean posi-

bles re lac ion y i ra to . E l sabe r con q u ie n se t r a t a es la p r im e ra



358 Sociologi

to de aquel con ocim ien to m utu o , yue con s t i tuye la condic ion

a priori de toda re lac i6n.

A la conciencia se le ocu l ta esto a m enu do, porque en mu

ch i s imas r e l ac iones s6lo hace fal ta que se den reciprocamentelas tendencias y cua l idades t ip icas , l as que , por su neces idad

so lo sue len na ta r se cuando f a l i an . Va ld r i a l a pena de em-

p re n d e r u n a in v e s t ig a t io n cspccial, p u ra a v e r ig u a r que clase y

g rado de conoc im ien to mu luo r eyu ie r en l a s d i s t in t a s r cl ac io

nes que t ien en lug ar en tre los hom bre s; como se en tretcjen lo.

su pu es to s psicol«5gicos gen erales , con los cuales n os ab or da

m os u no s a o tros , con la s exper ienc ias pa r t i cu la r es hech as so b re el in d iv id u o i re n te a l cua l nos e n c o n tra m o s; com o en al

gunas es feras e l conocimien lo mutuo no neces i ta ser igual po

am b as par tes ; como cier ias re laciones , ya es tablecidas , se de

terminan en su evoluc i t in por e l c rec ien te conocimien to de

uno por ot ro o dc los dos por los dos; y, f i na lmen tc , a l con

t rar io , como nue s t ra im ag en ob je t iva de l o t ro es in f luenciada

po r Ias re lac iones de la p rac tica y de Ia sensib il idpd . E s to u lt im o no h a de en tenderse so lo en e l sen t ido de la f a ls i ficac ion

s ino yue , de u n mo do pe r f ec lamen te l eg it imo , l a r ep r esen ta

c ion teor ica de un ind iv iduo de ierminado es d i s t in ta segun e

p u n t o de v is ta desde el cual es cons id erado , p u n to de v is ta yue

depende de la re lacion to tal en yue se hal la e l que conoce con

el conocido- N u n c a se puede conocer a o t ro en a b so lu to — Io

que sup on dr i a el conoc imien to de cada uno de sus pens am icn -tos y se n t im ien tos —; no ob s tan te lo cual , con los f r agm entos

qua obse rvamo s , f o rma m os u na un ida d pe r sona l , yue , po r lo

t an to , depende de l a pa r t e yue nues t ro pa r t i cu la r pun to d«

vis ta nos permi ta ve i .

Pe ro est a s d i fe r enc ias no d im an an so lam en te de l a s d i f e

r enc ias de can t idad en e l conoc imien to . N ingun conoc imien to

psico logico es u n a re p ro d u c t io n de s u objeto. C o m o el de Ia

na tura leza ex ter io r , e l conocimien to ps ico log ico depende de



FI sctrcto y la satiedail sccrctj JS9

a l m a . S i A t i ene una represen tac idn de M d i s t in ta de la que

t iene 2 , s o s u p o n e e sto q u e h a y a im p e r f e c d o n o t n ^ a n o j d ad o

el modo de ser dc A y e l conjunto de c i rcunstanc ias en que see nc ue n t r a f r e n t e a M , su i m a ge n de M es ve rda d pa r a A ,

como lo es la o t ra , d iversa en su contenido, para B. E n m od o

alg un o puede af i rm arse que , por enc im a de es tos dos conoci-

m i e n to s , h a y a u n c o n o c im i e n to de M , ob j e t iva m e n t e ve rda de -

ro , que legi t ime los dos anter iores segun e l grado en que es tos

coinc idan con e l . La verdad idea l , a la que , s in duda , no hace

m a s que a p rox i m a r se a s i m p t o t i c a m e n t e la i m a ge n de M , en

I a r e p re se n t a t i on de A , cs, como ideal, d i s t in ta de la que t ie

n e B; cont iene , com o su pu esto inreg rante y p las tico , la ca l i

da d am'mica de .A y la re lac ion pa r t icu lar en que se en cu en -

t r a n A y M por v i r tud de su carac ter y su desc ino. Toda re la -

ci6n e n t r e pe r sona s ha c e na c e r e n c a da una i m a ge n de l a

o t ra , im age n que e s ta ev iden tem ente en acc ion recip roca con

aquel la re lac ion rea l . £ , s ta c rea los supuestos en v i r tud de los

cuales la representac idn que uno se forma de l o l ro resul ta de

esta o aqu el la m an er a y posee en es te caso su verd ad legi t i -

ma. Pe ro , po r o t r a par te, l a acc ion rec iproca ent re Ios in di vi

du os se fu n d a en la im ag en que cada cua l sc fo rm a de l o t ro .

N o s e n c o n t r a m o s a q u f con u n o de Ios m as h o n d o s procesos

Circula tes de la v ida espi i i tua l , en e l cua l un e lemento presu

pone u n seg un do , pero este, a su vez. p re su p o n e el p r im e ro .

Si t r&tandose de esferas res t r ingidas es to const i tuye un c i rculo v ic ioso, que anula e l todo, en esferas mas genera les y fun

d a m e n t a l s es l a i ne v i t a b l e e xp re s ion de l a un i da d e n que se

r e u n e n a m b o s e l em e n t os , u n i d a d q u c n u e s tr a s f o r m a s de p e n

sa m i e n t o so l o pue de n c om pre ndc r , c ons t ruye ndo e l p r i m e ro

sobre el segun do , y e st e sobre aqu e l a l m ismo t i empo. A s i ,

nues t ra s re l ac iones van desenvolv iendose sobre l a base de un

saber m utu o , y e ste sab e r se fund a a su vez sobre l a r e l ac ionde hec ho A m bo s e le m e n t os a pa rc c e n i nse pa ra b l e m e n t e fu n -



JhG Sociology

s ingu la re s l im i t ac iones y desviaciones . N o puede , na tu ra lm en -

te , aceptarse on pr incip io que «solo cl erro r sea vida, y el s a

ber, m u e i tc» ; pues u n ser s u m id o co n s ta n tc m e n te en errorcs ,ob rar fa s iem pre de un m odo inad ecu ado y , p ar cons i jju ien te ,

perecerfa. P e ro te n ien d o cn c u e n ta Io c a su a l y deficicnte de

nues t r a adap tac ion a nues t r as cond ic iones de v ida , no bay

duda de yue no so lo adqu i r imos l a ve rdad necesa r i a pa ra

nues t r a conduc ta p rac t i ca , s ino ( J U e t amb i en co n se r v amo s l a

necesa r i a igno ranc ia y embo l samos e l e r ro r neeesa r io . Y es to

acontece , desde las g ran des ideas que t ra ns fo rm a n la v ida de

la hum an ida d y yue no sc p rese n tan o pc rm anecen desa tend i -das ba sta que los progrc sos de la cul tu re las ba ce n posibles y

u l i lcs , h a s t a la «m en t i ra v i ta l" de l ind iv iduo , que tan a me-

nudu neces i ta i lus ionarse acerca dc su poder y aun de su sen

t i r , con la su pe rst ic ion respecto dc los ho m br es y dc los d io-

ses , pa ra m an ten crs c en su ser y cn sus pos ib i lidadcs de ren-

dimiento . En este sent ida psicologico, el error sc hal la coordi-

nado a la verdad . E l f ina l i smo dc la v ida , t an to ex terna comoin terna , cu ida de yue poseamos tan to de uno como de o t ra , lo

yue jus tam en te c ons t i tuye la base de la ac t iv idad yue podemos

desar ro l lar . Claro es ta quc es ta es so lo una proporc ion a

grandes rasg t i s , con una ampl ia la t i tud para desv iac iones y

p a ra a d a p tac io n es deficicntcs.

Pe ro de ntr o de la esfera dc la verda d y dc l a i lu sio n, ha y

un sector de te rm inado cn yue am bas pueden adyu i r i r u n ca

racter yue no se p resen ta cn o t ros campos . E l hombre , que te-n em o s en f r cn t e , p u ede ab r i r n o s v o l u n t a r i am en t e su i n t e r i o r o

en ga na rn os rcspecto de <*1 con m en t i ras u ocu l tac iones . N o

hay o t ro ob je to mas yue e l hombre , yue posea es ta capacidad

de m an i fcs tarse o de esconderse ; pues n i n gu n o t ro modi f ica su

act i tud , pe nsa nd o en el conocimien to que o t ro ha de fo r m ar

de e l. C om o es n a tu ra l , es te c arac ter n o se p res en ta s iempre .

F rec uen tem en tc , el o t ro hom bre cs pa ra noso t ros como un obje to de la n a tu r a l e z a . que yc ofrece in m o v il a n u e s t ro conoci



F.l secrcto y b socicdad sccrcu

am b i en t e . S e h a co n s id e r ad o com o u n p r o b l em a— y en o cas io -

nes se ban deducido de el lo las m 6s ampl i as consecucnc ias—

el hecho de f lue nuest ro proce.so animico, yue i ranscurrc con-

forme a la n a tu ra lez a , sea cn su con ten ido cas i s iem pre confor -

me con l a s no rmas I6gicas . Y, en efecio , es asombroso yue un

proceso p ro d u c id o po r causas p u r a m e n te n a tu r a le s , t r a n s c u r r a

como s i es tuviese regido p or las leyes ideales de la Iogica. N o

de o tro mo do que s i u n a ram a de a rbo l e s tuv iese en co m un i -

cacion con un apa ra to te legrafico , de ta l m an er a yue Ios m ovi -

mien tos p roduc idos por el v i en to pu s i e ra n d i cho ap ara to en

ac t iv idad y t r azascn s ignos yue tuv iesen pa ra noso t ros un

s en li d o r azo n ab l e . A n t e e ste s i n g u l a r p r o b l em a , q ue n o h e

mos dc d iscu t ir en es te l ugar , ha rcm os no ta r , s i n embargo , yue

nucs t ros procesos ps ico logicos se reg ula n de hec ho m uc ho

me no s l<5gicamente de Io yue parece po r sus m an ife s ta cio ne s

ex te r n a s. S i ex am i n am o s a t en t am en t e Ias rep r e s en t ac i o n es

yue en cl t i empo van de sf i l ando por nu es t r a conciencia , verc-

mos yue sus a l t e rna t ivas . sus mov imien tos en z ig -zag , l a con

fus ion en yue nos p res en tan im agenes e i deas i ncohe ren tcs ,

sus asociac iones log icamente in jus t i f i cab les y yue aparecen

a m an era — por dec i rlo as i—de e nsay o , ve rem os —dig o—yue

odo es to d i s ta m ucbo de es tar reg ido por n o rm a s de razo n . Lo

que sucede cs yue no nos Jamos cucnio de el lo con frecuencia ,

po ryue so lo p o n cm o s n u es t ra a ien c io n en la p a r te «uii!ii '.able»

de nues t ra v ida infer ior , y pasa m os por a l to , o de sa ten dem os ,

sus sah os , lo yue en el la h a y de i r rnc iona l y caot ico, a pesar de

su rea l idad ps ico logica, par a no f i j a rnos m as yue cn lo yu e t iene

a lguna Iog ica o a lgun va lo r . Por e so . t odo cuan to comunica -

mos a l o s dcmas , i nc luso lo mas sub je t ivo , e spon taneo y con-

f idcncial , es ya u n a seleccion de ay uel todo an im ico real; s i

cualqu iera de no sot ro s lo expresase exa ctam ente en su con te

n ido y suces ion , i r i a — perm i t asenos l a pa r ado ja - a l m an ico -



362 Sociolcty

l a in te r jeec ion o de l m in im u m de tom un icac ion , express , d

un modo inmedia to y f i e l , lo que pasa en noso t ros duran te un

t i emp o d e t e rmin ad o , s i n o f l u e ca u n a t r an s fo rma t io n d e l

rea l idad , en un sen t ido t e leo log ico , ah rev iado y s in te t i co . Di

r ig id o s p o r u n i n s t i n to q u e ex c luy e au to m a t i ca m en te el p ro

ceder co n t r a r i o f no m os t ram os a nad ie el p roceso pur am ente

ca us al y rea l de nu es t ros es tados de a lm a, proceso quc desd

el p u n to de v is ta de la logica , de la ob je t iv ida d , del sen t ido , se

r ia t o t a lmen te i n co b e ren t e c i r r a t i o n a l . So lo ex h ib imo s u n ex

I rac to es t il i zado por se leccion y o rdc nam ien io . Y no cabe im a

ginar o t ro comercio n i o t ra sociedad , que Ios que descansan so b ic esta ig n o ra n c ia te leologiea en que n o s b a l l a m o s u n o s co

respecto a los o t ros . Dentro de es te pos tu lado evidente , apr io

r is t ico , absolu to , pot deci r lo as i . se comprenden las d i ferencia

re l a t i v a s a q u e n o s r c fe r imo s cu an d o b ab l amo s d e man i fe s t a

t i o n s in cc ra o d e d i s imu lac io n men d az .

T o d a m en t i r a , s ea cu a l fue re su n a tu r a l ez a o b je t iv a , p ro

duce por su esencia un error acerca del sujeto que miente pues consis te en que el m e n t i ro so esconde a su in te r lo c u to r l

verdadera representat ion quc posee. La esencia especif ica de I

m en t i ra no queda ago tad a con el becbo de que el engana do

ad qu ie ia u na fa lsa rep re sen ta t ion de la eosa ; esto sucede t am

bien con el scncillo error. L o c a rae tc r is t i to es que se le en g a

na sobre la idea in ter ior del que miente . La veracidad y l

m en t i i n ti enen , emp ero, la m ay o r im p o r t an c i a p a ra l a s r e l ac iones de los bombres en t re s i . Las es t ructuras socio logicas s

d i s t ingu cn de u n m odo carac te r i st i co , segun e l g rado de mcn

t i ra f lue a l ien ta en e l las . En pr imer termino, la ment i ra e

m uch o m as inocu a para el g rup o en l as re lac iones senc i ll a

que en las relaciones complicadas^. EI hombre primii ivo qu

vive en un circulo dc escasa e xte nsi on , que sat isface «us necc

s idades por p rodu cc ion p rop ia o coop era t ion inm edia ta , qul imi ta sus in te reses csp i r i tua lcs a ia p rop ia exper icn t ia o



PI sccrcra y la socicdad sccrcia 363

po rq u e la p rac tica de su v id a se l im i ta en lo esencia l a pocos

b ecb o s y c irc u n s tan c ia s , sob re los cuales puede ad f lu ir ir u n a

v is idn jus ta , g rac ias a lo reducido de su bor izon te .

E n cam bio , en c iv i l izac iones mfis ricas y am pl ias , l a v ida

descansa sobre mi l pos tu lados f lue e l ind iv iduo no puede per -

segu i r ba s t a cl fondo , n i com probar , s ino flue ba de a dm i t i f

de buena fc . Mucbo m£s ampl iamente de lo f lue suele pensar -

se desca nsa nu es t ra ex is tencia m od ern a sobre la crecncia en

la bonradez de los demas , desde la economia que es cada vez

mfis ec on om ia de credi to , ba sta el cul t ivo de la ciencia, en la

cua l l os inves tigadores , en su m ay or i a , ti enen quc ap l i ca r r esu l tados bal lados por o t ros y f lue e l los no pueden comprobaT.

C o n s t r u i m o s n u es t r a s mas tr an sccn d en t a l e s r c so lu c i o n es so b r e

un compi icado s i s tema de rcprcsen tac ioncs . l a mayor ia de las

cua les suponen l a con f i anza cn quc no somos cnganados - Po r

es t a r azon , l a men t i r a en l a v ida moderna es a lgo mas noc ivo

f lue an tes , y pone mas en pel ig ro los fundamcntos de la v ida .

S i l a men t i r a fuese cons ide rada en t re noso t ros como un pcca-do venial , como la consideraban los d ioscs gr icgos, los pa-

t r iarc as jud ios o los ins ula rc s del Pacif ico; s i no nos in t im i-

dase tod a la sever idad del p recep to moral , la es t ru c tura de la

v ida m o de rn a— <economia dc credi to* en un sen t ido mu cbo

mas ampl io que e l pu ramen te economico—ser i a impos ib le .

E s ta relac ion entre las epocas, SC repile en las di sta nc ias de

otr as d im ens ione s. C u a n to m<5s lejos se b al len del centra de

nu es t r a pe r sona l idad t crce ras pe r sonas , t an to mas f ac i lmen te po d rem o s a v e n irn o s p rac t ica e in te r io rm e n te con su m e n d a -

c idad . Pero s i l as pocas personas que es tan mas cerca de nos

o t ros , nos enganan , l a v ida se bace impos ib le . Debemos sub -

ray ar soc io logicamcn tc est a v u l^a r idad , po rque dem ues t ra que

la p roporc ion en t re la verac idad y la m ent i ra , com pat ib le con

la ex is tencia de re lac iones bu m an as , fo rm a u n a escala e n Ia

cual puede leerse el grado de in tensidad de estas relaciones.E n lo s es t ados p r imi t ivos , l a m en t i r a es, pues , i e l a t iva m en-



Socio lo

medio de rea l iza r c ier ta Su per ior idad esp i r i tua l , ap l icando la

la d irecc ion y sumis idn de los m enos av i sados . E s u n de reck

de fue rza esp i r i t ua l , t an b ru t a l , pe ro cn ocas iones t an adecundo corao el de fuerza f is ica, ya sea para selecci6n y e n t r e n

mien to de l a i n t e li genc ia , . o pa ra p ro porc iona r a un os poco

que no t r aba j an con sus manos , e l oc io neeesa r io a l a p rodu

cion de los bienes sup eriore s de la cu l tu ra , o bien pa ra dete

m in a r qu ien ba de ser el d i rec tor de l g rup o . A m edida que e

tos f ines puedan consegui rse por medios que no tengan cons

cuencias can indeseables , i ra s iendo m eno s necesar ia Ia m ent i ra y qu ed ara m as cspacio para Ia conciencia dc su peca m

nos ida d m ora l . Es t e p roceso no es t a au n t e rm inad o , n i mucb

menos . E l eomcrc io a l po r menor t r ee , aun boy , no pod

p re sc ind ir de cier tas m en d aces p o n d e rac io n cs d c su s m ercan

cfas, y po r e llo las ul i l iza con perfccta t ra n q u i l id ad de co n

ciencia . EI comeic io a l por mayor y los de ia l l i s tas montado

en grand e, ha n pas ado ya de este es iadio y pu ed en ofrecer su p ro d u c to s con com ple te s inccr idad . C u a n d o cl m ed ian o y p

qu en o com ercia ntc em pleen m etodo s dc la m ism a pCrfeccio

sus ex ag era i io ncs o fal sedades en rec lam os y recomen dacio

nes , que ah ora no se l es tom an a m al en la prac tica , suf r i ra

la misma condcna moral que ya hoy merecen cn las esferas e

que no son prac i ican ien tc necesar ias . D en t ro dc u n gru po ,

t ra io fundado en la verac idad sera t an lo m 6s ad ecu ad o cu an

to mas tenga por norma cl b ien de !os muchos y no el de lo

pocos. P u e s los cngariados, esto cs. aciuellos a q u ienes pe rju

d ica I a men t i r a , fo rmaran s i empre mayor fa f r en ' c a l men t i ro

so. que saca provecbo del engano. Por eso la «i lus t raci 6n»

en ca m in ad a ft su p rim ir las falsedades que ac tua n en la vid

socia l , t i ene un carac ter marcadamente democra t ico .

EI t r a to de Ios bombres descansa normalmen te en que su

mundos menia les ( i enen e ier ios e lementos eomunes , y en qu



FI secrcto y l a io c iwiad sec r eu J6 5

in tegrad a po i lo due sabe e l un o , pe io no e l o t ro . Y ademas ,

es ta I imi tac i<5n t iene aun mas impor tanc ia pos i t iva que aque-

1 1a o t i a ya c i tada , que re su l t a de l a opos ic ion en t re la rea lidad

i lo i ic a y casua l de l proceso de Ias represen tac iones y la par tedue se lecc ionamos por mot ivos Iogicos y te leologicos , para

c o m u n ic a r se l a a l o s de ma s. La dua l i da d del s e r bu m a n o , e n

v i r tud de l a cua l toda expres ion ex te r io r de l bombre b ro ta de

va r ia s fuen tes y bace quc toda me dida pa rezca g ran de o pe -

quena , s egun se com pare con o t ra s menores o m ayores , da por

re su l t ad o que l a s c i rcuns tanc ia s soc io log icas t am bien sc ba -

l l en cond ic ionadas de ese mo do dua li s t a . P a ra que re su lt e l aver dad era co nf igurac ion de la soc iedad, es prcc iso que la con

cord ia , l a a rm on ia , l a cooperac ion (que pa san por s c r l as fue r -

zas soc ia l izadoras po r exce lenc ia) . sean co nt ra pe sad as por la

d is tan c ia , la competenc ia , la repuls ion . La s form as f i fas orga-

nizadoras que parecen dar a Ia soc iedad e l carac te r de t a l , b a n

de verse c o n s t a n t e m e n t e es to rbadas , desequ i l ib radas , imped i -

das por fue rzas ind iv idua l i s t a s i r regu la res , pa ra adqu i r i r v ida

y evolucion, gracias a es ios procesos de condescendencia y re-

s i s t enc ia . Las re lac iones de ca r i c ie r fn t imo , cuyo sopor te fo r

mal es Ia p rox im idad corpora l y e sp ir i tua l , p ie rden su enc an -

to c inc luso e l con ten ido dc su in t imidad , s i l a p rox imidad no

inc luye , a l p rop io t i empo y en a l t e rna t i ve , d i s t a nc i a s y p a u -

sas . F ina lmente—y es to e s Io que aqu i impOrtA p r in c ip a lm e n -

tc—, d sabe r m utuo , que de te rm ina pos i t ivamen (e la s re lac io

nes , no lo bace por si so lo , s ino que es tas re lac iones p re su p on eni g u a l m e n t e u n a c i e r l a i gno ra nc i a , u na c a n fida d dc m u tu o di -

s imu lo , que na tu ra lme n te va r i a e n s u s p io p o rc ion c s h a s ia lo

in f in i to . La m rn i i ra no es m as que u n a f o rm a g rose ra , y, en

u l t im o te rmino , con trad icto r ia . f recuen temente , en que se m a -

nif ieMa es ta ncccsidad. Si es c ierto que a m en u d o des troza Ia

re la t io n , t am bie n lo es que cua nd o l a re lac ion exi ste, I a m en-

t ira es u n c lemcnlo in tc gr sn tc de su e s t ruc tu ra . E I va lo r ne -ga t ivo que . en lo e tico , t iene la m en t i ra , no debe en g an ar no s



366 Sociologia

l i f icarse de posi t iva , y , por decir lo as i , agres iva, s iendo as i que

el f in pued e consegu irse , y en gen eral se consigu e, po r e l sc-

c re to y la ocul tac idn . Las cons iderac iones s iguientes t ra tan de

es ta s fo rmas mas gene ra le s y nega t ives .

Antes de t ra ta r de l secre to , como ocul tac ion de l iberada , es

preciso in d ic a r los d is t in to s g rad o s en que d iversas c irc u n s

tanc ia s de jan fue ra de sus l imi te s el conoc im ien to m u tu o dc l a

p e r s o n a l id a d lo ia l . E n t r e las asoc iac iones , que c o m prend en

en su seno cier ta accion reciproca dirccta , f ig ura en este res

pecto, en p r im e r t<5imino, la s asoc iac iones p a ra d e te rm in a d o s

f ines , pero pr in c ipa lm ente aquel las en due se t ra ta de pres tac io-nes de Ios miem bros , de f in idas de an tem an o por Ia pc r tcnenc ia

a l a a soc iac idn , y, por t an to , mas m arcad am ente l as que o f recen

Ia fo rm a de con t r ibuc iones en d ine ro . E n e s ta s, l a acc i6n rec i

p roca, l a concx idn , la c o m u n id a d de fin, n o descansa e n que

los un os c onoz c a n p s i co logi ca me n te a lo s o t ro s . C om o m ie m

bro del g rupo , el in d iv id u o es ex c lu s iv a m e n te el su je to de u n a

p res tac ion d c te rm m n d a . iy so n c o m p le ta m e n te ind ife ren te s Iosmot ivos ind iv idua le s que le m uev an a el lo o l a pe rsona l idad to

ta l que de te rmine su conducta . La asoc iac ion para c ie r tos f ines

es la forma soc io logica absolu tamente Jiscreta; sus copartfc ipes

son ps icol6g ic a me n te a ndn imos y , pa r a c o ns t i t u i r l a a s oda -

cidn, lo un ico que nec csi tan sab er un os de otros , es que, efec-

t ivame nte , l a cons t i tuycn . La c recicn te ob je t ivac ion de nue s t ra

cu l tu ra . cuyas c reac iones b ro tan cada vez m as de ene rg ia s im

pe rsona le s y acogen cada vez m en o s en su seno la to ta l id d a

sub je t iva del ind iv id uo —como se ve c la ram ente com para ndo

el t rabajo del ar tesano con el del obrero de fabrica—, es ta ob-

je t ivac id n se ex tiende ta m b ie n a Ias fo rm a s soc io logicas. M e r

ced a e llo, asoc iac iones (jue antes as u m ia n a l ind iv id uo ente-

ro y ex ig ian e l conoc imien lo mutuo , ademas de l con ten ido

inm cdia to de la re lacion , se ba san abo rg , exc lu s ivam ente , en

es ia re lac ion c la ramente demarcada y p rec i sada .A si esa form a previa (o poster io r) del s ab er acerca de un



t l secreto y la socicdad sccrcra 367

p a i a fu n d a r e n e lla u n a a c t iv id ad practica . Como bip<5tesia,

cons t i tuye u n g rado in te rm ed io en t r e el sabe r acerca de o t ro s

b o m b re s y la ig n o ra n c ia respccto de ellos. E I que sabe, no n e

cesi ta «confiar»; cl quc ign ora , no puede s iqu ie ra conf ia r ( l ) .iE n q u e g ra d o b a n de m e z c la r se el s a b e r y l a i g n o r a n c i a p a r a

ba ce r posib le la dec is ion p rac t ica , b a sa d a en la c o n f ianza ? De-

cidenlo la epoca, Ia esfera dc in tereses , los indiv iduos. La ob

je t iva c ion de Ia c u l tu ra b a d ife rcnc iado ro su e l ta m e n te los g r a

dos de saber e ign ora nc ia necesa i ios pa ra que se p ro du zc a la

con fianza . E l comerc ian te m ode rno que t r a ta u n negoc io con

o t ro , el sab io que em pren de con o t ro u na inves t igac ion , e l jefede un par t ido po l i t ico que suscr ibe con o t ro un acuerdo sob ie

asu nto s e lectora tes o sobre Ia ac t i tu d f rente a u n proyecto de

ley, todos, pre sc ind ien do de excepciones y deficiencies, sa be n

de la par te con qu ien se en t ien de n exac tam ente Io que bace

fal ta p ar a Ia re lacion que se establece . L as i rad ic ion es e ins l i -

tucioncs, e l poder de !a opin ion publ ics y e l r igor de la s i tua

c ion dc cada cual , que de te rm ina n inex o rab lem en te la conducta del indi v id uo , sc b a n becbo tan f i rmes y se^uros, que bas-.

ta conocer c ic r tas cx te r io r idad es re fe ren tes a l o t ro , pa ra poseer

la conf ianza neccsar ia a la accion com\in . La base de c u a l id a

des persona les , de don de pod ia sa l i r cn p r inc ip io un a mo dif i -

( i) H ay otro tipo d<; con fian2fl qa e, p o r no rcfcrirefl al sa be f o a la i£nor&n cia,

«4lo tie un m od o m edia to ene&ja ea I&£ prMM Kei conaideiactone.s; m< refiero a atjuel

qae a t deaigna can la cali£cad<5n de fe de u n bom bre en otro y que en tra en la Catc-

^on 'n de la cre en cia rcligioiUL. com o na die cree en D ios p o t laa «prucl>cfi dc Su

exrvtencis*. sino q uc estas proe bas non la jiumiicJici^n jioirc rio r o el rcflejo in tele d u a l

de u na a ctita d iom ed iaia del aim*, aaf sc «crcc» cn a n ho m bre fiin qa e « l a fe eat<5 jua-

ti fie ad 6 poc prueba s dc m ue stren quc es didno de ella. sino, a m enu do, a peaa r de Loj

p iu cb a s de an indi jJnL dad E s ta cun S an za , eate entx e£arse sin re p a rn i a u n a p e rson a,

AO ■£ f u n d n m experiencing ni e n bip«5teats, s i n o q u e e j a n a nr t i t t ad prim aria d f l a lma,

f x e n t c a l o t ro . Es te es tado dc fc no a rarccc probab lcm cntc cn fo rma comple t amen te

p u ra y li b re de toda co ru id erac id n em pfr ic a, sin o d en tro de la re li £ id n : cu and o se xe-fiere a pezaonas requetJrji i iempr« una indtAcion o COofirmacieSn p o r el ta brT o la nx



*68 Sociologi

cac ion de la conduc ta , den t ro de la re lac ion , no t iene ya im

p o r tan c ia ; la m o tivac ion y r eg u lac io n de esta con du c ta se hn

obje t ivado de ta l modo, que, ya no es neeesar io , para la con

f ianza , e l conoc imien to ve rdade ramen te pe r sona l . En c i r cuns

tanc ia s m as p r imi t ivas y men os d i f er enciadas , se sab ia mucbo

m is de l asoc iado en lo persona l , y, en cambio , m ucho m enos

en lo re la t ivo a la conf ia nza ob je tiva que pud ie ra tenerse. A m

bas cosas es tan c n in t im a re laci6n . P a r a e n g e n d r a r l a c o n

f ianza, a pesar de la def ic iencia de conocimiento cn e l u l t imo

sent ido , se requerfa mayor conocimiento en e l pr imero . Aiju id

conoc im ien to , pura m en te general , que so lo se ref ie re a lo ob je tivo de la p e r so n a y quc se de tiene an te el secreto de su i n

d iv idua l idad , ha de comple ta rse cons iderab lemente con e l co

noc imien to de lo persona l , cuando la asoc iac ion de f ines t iene

u n a im p o r t a n c i a e se nc ia l p a r a l a existcncia total de los co

part ic ipes. E l com erc ian te que vende a o tro trigo o petxoleo

solo necesi ta sab er s i este t iene so lvenc ia par a respo nder de

importe; pero si toma a otro como socio, ha de conocer, no solosu s i tuac io n pa t r im on ia l y o t ras cua l idades genera les, s ino toda

su pers on a l id ad , su honrade z , el g rado de conf ian za que me

rece el temperamento que t iene, si es resuelto o vacilante, etc

Y, sobre es te conoc im ien to m utu o , descansa no so lo ei es ta

b lec im ien to de la re lacion , s ino su p ro se cu c i6n, las accionc

co m un es d ia r ias , la d is t r ibuc io n de fun c ion es en t re los com

pa neros . E l secreto dc la p e rso n a l id a d , en este caso, es m i s l im i tado soc io log icamcnte . D ad a la am pl i t ud con que las cua l i

dades pers ona les inf lu ye n en los in te reses com unes , n o se l

p e rm ite con se rva r para si u n a e x t e n s io n t a n g r a n d e .

Mas a l l£ de las asociacioncs de f ines , e igualmente ma

al ia de las re lac ioncs a r ra igadas en la persona l idad to ta l , ha

l lase un a re lac ion que t iene un carac te r auciolog tco m u y pe

culiar . Me refiero a aquella que, en las capas elcvadas, se des igna con e l nombre genera l de t rabar «conoc imien to» En ta



LI itMKio y la sociedad secrets 369

nota dc que ex is te—pero no de como cs —la o tr a p e rso n a lid ad .

Cuando se d ice que sc conoce , y a i in que se conoce bas tame a

una pe r sona , se ind ica l a f a l t a de r e l ac iones in t imas con e l l a .

E n este sen t ido conocem os de los o t ros so lo lo ex terno , b ien.sea e l t ra to puramente socia l , o b ien lo que e l o t ro buenamen-

te qu ie re mos t ra inos . E l g rado de conoc imien to que suponc e !

ser «conocidos», no se refiere a lo que el otro es «en si#, no a

lo que es en s u in ter io r , s ino en af luella par te que m an if ies ta a

los dem£s, a l mundo. Por eso e l «conocimien to» en es te scn t i -

do del i rato social es el lugar adecuado de la «discrecion».

E s t a n o co n si st e t an s 6 lo en respctar cl secreto del olro, su

vo lun ta d d i rec ta de oc u l l a m os t a l o cua l cosa, s ino en ev i t a i

conocer del o t ro lo quc 6l pos i t ivam en te no nos r evelc. N o se

t r a t a , pues . en p r inc ip io , de que no debamos saber al&o deter

minado, s ino de l a r ese rva gene ra l que nos im pon em os f r en te

a l a pe r son a l idad to ta l . E s un a fo rm a espec ia l de l con t ras t e

t ip ico que se senala en e l impera t ivo : « Io que no es ta p roh ib i -

do es ta permi t ido» , f ren te a la fo rmula : « lo que no es ta permi-

t ido es ta p rnb ib ido» .De es ta m an era se d i s t ingue n Ias r e l ac iones de lo s ho m

bres, en c u an to a l s ab e r Tec ip ro co que posean unos de otros: lo

que no se ocul ta , puede saberse, y lo que no se revela, no debe

saberse . La u l t im a dec is ion co r responde a l sen t im ien to de que

en der redor de cada bombre hay como una esfera ideal , de d i -

roen siones var ia bles seg un las d iversas d irecciones y Ias d is-

t in tas personas , es fera en la cual no puede penet rarse s in des-

t ro za r el va lor de pe rson al ida d que reside en todo ind iv idu o .

E l h o n o r t r a za u n a d e e s t a s f r o n t e r a s en d e r r ed o r d e l h o mb r e

y , con m uch a f inu ia , ca i ac t e r i za el i d iom a las o fensas al h o

nor con la f rase: «acercatse demasiado*. El radio de esa esfera

ideal indic a, por dccir lo asi , la d is ta ncia , que 110 puede iTas-

p a s a r u n a p e rso na e x t r a n a . s in o fen sa p a ra el h o n o r . A o tra

esfera an t i loga e lude lo que f ie l l ama « impor tancia» de una

p e rso n a l id a d . F ren te a l h o m b re " im p o r tan ic» , u n a coaccioni t i d d l d i t i E i i \



J7C Soci

hombre* . Pero es to es cu lpa de l ayuda de camara , no de l g

de h o m b r e . P o r eso t od a i m p o r t u n i d a d v a u n i d a a u n a c a

cia de sent ido para las d i ferencias de importancia entre

h o mb re s : el q u e es i m p o r t u n o p a ra c o n u n a p e r so n a l i d a d

p o r ta n te , revcla, n o que la es t im a m u c h o o d e m a s ia d o —c

supe rf ic ia lm entc pudie ra creerse—, s ino que, por el con+r

no Ie p rofesa es t imacion propiamente d icha . Asi como

p in to r , e n los cuadros dc m u c h a s figuras , destaca c on f re c

c ia la im po r tan c ia de u n a , o rd en an do en derredor de e lla a

otr as a co nsid era ble d ista nc ia. asi la serial sociologica dim po r tan c ia es esa d i s tanc ia , que m ant ie ne a los dem as fu

de c ier ta esfera , I lena por la personal idad con su poder , su

lun tad y su g randeza .

Ot ro c i rcu lo ana logo . aunque de o t ro va lor , c i rcunda

hombre . Pene t ra r en es ta esfe ra , henchida de las p reocupa

nes y cua l idades perso na l i s im as , tom ar conocimiento de

supon c como u n a v io lac ion de l a pe rsona l idad . A s i com p ro p ied ad m a te r ia l es u n a a m od o de am plif icac ion del y

Io poscido es justamente Io que obedece a la voluntad

poseedor, como el cuerpo que, coil u n a dife rencia solo de g

do. es nu es t ra p r im era «pro pieda d»—y por e llo todo a te n

do con tra el pa t r im on io cs sent id o como u n a violacion d

p e rso n a l id a d , as i t a m b ie n h a y u n a p ro p ied ad e sp ir i tu a l

vada , cuya v io lac ion a fec ta a l yo en su cen t ro mas in t imo.discrecion no es ma s que el se nt im ie nt o del derecho, a’pl icad

los con ten idos inm edia tos de la vida. Ta m bicn e lla t iene na

ra lmente d iversa ex tens ion , segun las d iversas personas a

se refiere; del m ism o m odo que cl h o n o r y la propie dad t ie

un rad io n iuy d is t in to f ren te a las person as dc n ues t ra i

m idad que f ren te a los ex t rano s e ind i fc ren tes . E n las re iac

nes de que an tes hem os ha bla do , las gocia les , en sen t ido i l d id ® i



FI sccrcio y socicdad secret j 371

m aise , en abso lu te , el de recbo de e sa p rop iedad e sp i r i tua l p r i

vada , como tampoco puede sos tenerse en abso lu te e l de la

p ro p ied a d m a te r ia l . S ab em o s clue la u l t im a , en su s tres aspec

tos esenc ia les de adquis ic ion , seg ur ida d y f ruc t i f icac i6n, en lasc ivi l izaciones de ord en e levado, n o sc b&sa nu n c a en las me-

ra s fue rza s de l i nd iv iduo , s ino que r cqu ie re l am b ien l a ayu da

del m edio socia l ; por lo cual el todo t iene de an te m an o dere

cbo a limi ta r la , ya p or p roh ib ic ioncs que sc re f ie ran a la ad-

quis ic i(5n , ya por imp ues tos . Pe ro este derecbo t iene u n fu n -

dam en to m as be nd o que el dc l a p ropo rc ion en t r e l a s p re st a -

c iones y co ntra pre stacio nes de la socicdad y el ind ivid uo ; sc

b a sa en el p r inc ip io m u ch o m as e lem en ta l de que la p a r te h a

de sopor ta r . en su se r y baber , todas las l imi tac iones quc sean

necesar ias para Ia conservacidn y los f ines del todo. Y es to

l ige tam bien en la esfera in te r io r de l hombre . E n in te res de l

t ra to y de la coord inac ion soc ia l , uno t iene que sah cr c ie r tas

cosas de l o t ro , y cu an do Ia d isc rccion d an ar i a a los in te reses

socia les , es te o tro no l iene derecho a proies tar , desde e l punto

de vista moral, apeLando al deber de discrecion del otro. esdcci r, a la p rop iedad abso lu t a dc su p rop io se r y conc iencia .

E l ho m bre de negoc ios que con t rae con o t ro ob l iguc iunes a

largo pla / .o ; e l dueno de casa que toma un s i rviente , as i como

es te s i rv i en te mismo; e l supe r io r que a sc i ende a su subord ina -

do ; l a du ena de ca sa que admi te a u na nu eva pe r so na en el

c i rcu lo de sus in v i tados , todos es tos ha n de e s ta r fac u l tado s

p a ra saber , respecto del pa sado y p rcsen te de la p e r so n a de

quien sc t ra te , dc su tem per am ento y condic ion m ora l , todo lon e e es a ri o p a r a f u n d a m e n t a r r a c i o n a l m e n t e s u a c ci on u o m i -

s ion . Es tos son casos muy de bu l to , en que e l deber impues to

p a r la discrecion, de no t r a t a r de conocer lo que el o tro n o n o s

mu es t r e vo lun ta r i am en te , b a de r e troccder an te l a s ex igenc ias

de la p rac t ica . Pero en o t ras fo rmas mas f inas y menos c la ras ,

en ind icac iones f ragmenta r ias y mal ices inexpresab les , todo e l

t ra to de los ho m bre s descansa en que cada cual sabe del o tro

a lgo m as de lo que es te le reve la vo lun ta r ia m en te , y co n f recuencia cosas que a este le desagradar ia saber que el otro Ias



372 booologi:

cho y v ivo . P ero es ex t r ao rd in ar i am cn te d if ic il t r az a r el l im i

t s ju r id i co de es t as incu r s iones en la p rop iedad p r ivada esp i

r i tua l . E n genera l , e l ho m br e se a t r ibu ye de recho a saber todo

cu an to p ued a aver iguar , s in r ecu r r i r a med ios excemos il ega-les , por observaciones y ref lexiones psicologicas. Pero, en rea

l idad , la ind iscrec ion e jercida de es ta m an era , puede ser tan

v io len ta y tan cond enab le m oral mente , com o el escuch ar de-

t ra s de las p ue r tas o leer a ocu l tas car tas a jcna s . A qu ie n ten-

ga un.f ino oido psicol<5gico, los hombres le dclatarun inconra-

bles veces su s p e n s a m ie n to s y cu a l id ad es m as secretos, n o solo

a pesa r de esforz a ise en ocu l tar los , s ino jus tam en te por e llo .E l e sp ia r cod ic io samen te toda pa lab ra im pen sada , el cav ilur

sobre la s ign i f icac ion de ta l acen to , o sobre como pue dan com-

b in a r s e ta les expresiones, o sobre lo que q u ie ra decir el rubo r

p ro d u c id o p o r la mencion de 1 a ! o cual no m bre , n in g u n a dr-

es tas cosas t ras pa sa los l imites de la d iscrecion e xterna ; son

labor de l p rop io in te lec to y, por tan to , derecbo ind iscu l ib le

d e l su j e t o , con t an t o m ay o r f u n d am en t o , cu a n t o q u e la le s ab u

sos de su pe r io r ida d ps ico ldg ica se p rod ucen a m enu do invo-l u n t a r i a m en t c , s in q u e p o d am o s co n t en e r e sa n u es t ra i nt er -

p re tac itfn de l o l io , esa n u e s t r a co n s tru cc io n d e s u in ter io r idad .

S i b i en todo hom bre h on rad o se ab s t i ene dc cav i l a r sobre la s

cosas cjue el otro oculta, y no sc aprovecha dc sus l igcrczafi y

m o m e n to s de de sa m pa iO , cl prOCCSO dc C on oc im icn to Cn Csla

esfera se veri fica con f rccueneia de u n m odo ta n au to m al ico . y

su r e su l t ad o su rg e t an i n o p i n ad am en t e , q ue n ad a p u ed e co n tr ae l lo l a bu en a vo lun ta d . Y si l o quc, i n dud ab lcm en te , no esia

p e im i t id o , r e su l ta a veces inev itab le , la d e l im itac io n en tre lo

p e rm i t id o y lo n o pc rm it id o es, s in d u d a , dificil. e H a s ta qua

p u n to la d i$creci6n ha de abs tencrsc de esas pa lpaciones esp i -

r i tua lcs? ^En qu^ medida queda res t r ing ido es te deber de d is -

creci<5n, po r las ncccsidad cs del t r ato , de las relaciones m u

tuas , en t r e lo s miembros de u n mi smo g r u p o ? E s e s t a u n a

cues t ion . pora cuya so lucion no ba s ta n n i el t ac to m oral , ni



£1 se trcco y la soc icda d see rets 373

p e rso n a l que el que se p la n te a respecto a la p ro p ied ad p r iv ad a ,

en sen t ido mater ia l .

F ren te a esta fo rm a previa o. si se qu iere , com plem ento de lecre to , en que no se t ra ta del co m po r tam ien to de l q ue f iuar -

da el secreto , s ino del ot ro , y en que la combinacion o mezcla

de saber y de igno ranc ia m utu as es acen tuad a m as b i en so

re el p r im e r ex trem o, p a s a m o s a b o r a a n u e v o s te rm in o s : a

que l l a s r e l ac iones que no se concen t ran en to rno de in t e

eses b ien de l imicados y , a un qu e so lo por el becb o de su «su-

erf ic ia lidad* , o b je t iv am e n te establecidos, com o las e s tu d iad a sa s t a a b o r a , s in o que, a l m en o s en idea , a b r a z a n el co n te n id o

n te ro de l a pe r sona l idad . Las p r inc ipa l es man i fes t ac ioncs de

ste ti p o s o n la am i s t ad y el m a t r i m o n i o . E l id ea l de l a am i s

ad , t a l como ba s ido recogido de Ia an t iguedad y desenvuel to

n s en t i d o r o m an t i co , p i d e u n a ab s o l u t a i n t i m i d ad e s p i r i t u a l ,

onsecuenc ia de que t am bien l a p rop iedad m ate r i a l b a de ser

om un ent re los am igos . Es c ingreso to ta l de l yo en la re lac ion ,u ede ser en la a m is ta d m as p lau s ib le que en el am o r ; p o rq u e

n aque l l a f a l t a e sa con cen t rac ion en u n e l emen to , com o le

uccde a l am or , po r Ia s ensu a l idad . S in duda , el becbo de que

n e l con jun to de los pos ib l es m ot ivos de en lace b a y a u no que

st£ , por dcci r lo asf , a Ia cabeza de Ios demas, determina cier

a o rgan izac ion , s em cjan te a l a que se p roduce en u n ^ rup o

ue s ij jue a u n je fe . U n e lem ento m uy fuer te de en lace abreon f recuenc ia l a marcba , s igu iendo le l uego los demas que ,

in e l , bub ie ran pe rmanec ido l a t cn t es . Y e s i ndudab lc que , en

a mayoria de las personas , e l amor sexual es e l ( jue abre mas

e p a r en p a r la s p u e r t a s d e l a p e r s o n a l i d ad . I n c l u s o p a r a m u

bas p e r sona s es el am or l a un ica fo rm a de cn t rega r su yo en

ero , de l a m i sm a m an er a que pa ra e l a r t i s t a l a fo rm a de su

r te es l a un ica po s ib i l ida d qu e se le ofrece p a ra m an i fe s ta r



374 S o c i o l o g y

dad, el predominio de los enlaces eroticos puede ser un obs-

taculo para los demas contactos, tanto morales y pricticos

com o espirituales, y para que se abran las reservas de la personalidad allende lo er<5tico. La amistad, en la cual la entrega

no cs tan apasionada, pero tampoco tan desigual, puede servir

mejor para ligar por entero a las personas; puede abrir las

compuertas del alma de un mod o menos impetuoso, pero en

mayor extension y mas prolongada continuidad.

Pero esia intimidad completa se hace mis dificil, a medida

que aumenta la diferenciacion de los hombres. Acaso el bom

bre moderno tenga demasiado que ocultar, para contraer amis-

tades a la manera antigua. Acaso las personalidades, salvo en

su juventud, esten demasiado individualizadas, para que sea

posible la plena reciprocidad de la comprensidn, que requiere

gran poder dc adivinacion y fantasia productive, enfocados

hacia el otro. Parece, por tanto, que la sensibilidad moderna

se inclina mas hacia Ias amistades diferenciadas, amistades

que se Iimitan a uno de los aspectos de la personalidad y de- jan los otros fuera del jucgo. De esta manera se produce un

tipo muy particular de amistad, que tiene la mayor importan

cia para nuestro problema de Ia determinaci6n del grado de co-

municacion o reserva que debe de haber en las rclaciones amis-

tosas. Estas amistades diferenciadas que nos ligan a una per

sona por el lado del sentimiento, a otra por el de la comunidad

espiritual, a una tercera en virtud de impulsos religiosos, a

una cuarta por Tecuerdos comunes, ofrecen una sintesis peculiar, par Io que toca a la discrecion, al grado de expansivi-

dad o dc reserva; piden quc Ios amigos sc abstengan de pene

trar en las esferas de interes y sentimiento que no estan com-

prendidas en su relacion, y cuyo respcto es neeesario para que

no se baga sentir dolorosamente cl limite de la mutua inteli

gencia. Pero la relacion as! delimitada y arropada en discre-

ciones, puede proceder del centro mismo de la personalidad,aliment&rse dc sus jugos radicales aunque s6lo rieguen luego



Hi secreto y la sociedad sicreta 375

La proporcion entre la comunicaci6n y la reserva, con sus

complementos, la introm ision y la discrecion, es mucho mas

dificil de determiner en el matrimonio. Nos hallamos aqui en

un campo de problemas completamente generales y muy im-

portantes para la sociologia de la relacion Intima. ^Qbtiene-

se el maximum dc valores de comunidad entregandose por

entero una a otra las dos personalidades o, al contrario, re-

servAndose? <N o se pcrtenccerSn acaso mas cualitativamen-

te, cuanto menos se pertenezcan cuantitativamente? Este tema

de la proporcion tiene tjue ser resuelto, naturalmente, al tni9-

mo tiempo que este otro: idonde ha de trazarse dentro de la

comunicacidn entre los hombres el limite en que eventual-

mente comienza la reserve y cl respeto del otro? La ventaja

del matrimonio moderno—en cl cual s6lo pueden resolverse

de caso a caso ambas cuestiones—, es que este limite no CStii

fijado de antemano como acontece en otras culturas anterio-

res. En estas ultimas, el matrimonio no es en principio una

institution erotica, sino economica y social; la satisfaccion de

los dcseos amorosos s<5lo tiene una relacion accidental con el, y

los matrimonios sc contraen — aunque con excepciones, como es

natural—, no por motivos de atraccion individual, sino por ra

zones de familia, por consideraciones dc trabajo y descenden-

cia. Los gricgos habian llegado al maximum de diferenciacion

en este punto, pues, segun Demostenes: «Tenemos hetairas

para el placer, concubinas para las necesidades diarias y es-

posas para darnos hijos legnimos y cuidar del interior de la

casa» Evidentemente, en una relaci<5n tan mecanica, que ex-

cluye Ia intervention de los centros espirituales—cosa que por

Io demas ensena a cada paso, con ciertas modificaciones, la

historia y la observacion del matrimonio—, no existir& ni ne

cesidad ni posibilidad de confiarse intimamente uno a otro.

Pero, por otra parte, desapareceran varias reservas de ternura



yentea. Esas v&rias formas diferencian de diversos modos para

el matrimonio los intereses economicos, religiosos y el dere-

cho de familia. Asi acontece Cn muchos pueblos primitivos,

cntrc los indios, entre Ios romanos. Pero babri de concederse

que tambien en Ia vida moderna el matrimonio es contraido

de preferencia por motivos convencionales o materiales. Pero,

realizada con mucha o poca frecuencia, Ia idea sociologica del

matrim onio moderno es la comunid ad de todos los conteni-

dos vitales, por cuanto su influencia determina inmediata

mente el valor y destino de la personalidad. Y la eficacia de

esta exigencia ideal no es nula, sino quc, co n f recuencia, basuministrado espacio e impulso para desatToIIar una comu-

nidad muy imperfecta, haciendola cada vez mas axnplia. Pero

si justamente lo intermina ble de este proceso produce la di

cha y la vida interior de la relacion, el invertirlo suele ser

causa de profundas desilusiones, cuand o la unidad absoluta

se anticipa, cuando no hay en el pedir ni en el otrecer reserva

alguna, ni siquiera aquella quc, en todas las naturalezas finas

y profundas. queda en el fondo oscuro del alma, aunque esta

crea volcarse entera ante el otro.

En el matrim onio, como en las relaciones libres matrim o

niales, es facil ceder en los primeros t iempos a Ih. teniacio n de

sumirse completamente uno en otro, de vaciar Ios ultimas re

servas del alma tras dc ias del cuerpo, de perderst totalmence

uno cn otro. Pero esta conducta amenaza seriamenre, en lamayor ia de los casos, el porvenir de' la relati on. Sol o pueden,

sin peligro, «darse» por cntero, aquellas personas que no «pue -

den» darsc por entero, porque la riqucza de su alma consiste

en una rcnovacion constante, de suerte que despues de cada

entrega les nacen nuevos tesoros, porque tienen un patrimo

nio espiritual latentc inagotable y no pueden revelarlo o re-

gaiarlo de una vez. del mismo modo quc el arbol, con dar en

tera la cosecha del ana, no compromctc la del ano si^uiente.

Otro es empero el destino de aquellos que no ahorran Ins im

petus del sentimiento. la entrega incondicional, Ia revelacidn

de su vida espiritual, y ^astan, por decirlo asi, del capital, tal-

tandoles aquella fuente de renovadas adquisiciones espiritua-

lcs, que no puede enajenarse y que es inseparable del yo. En

tales casos, hay cl peligro de encontrarse un dia con las ma-

376 Sociology

nos vacias, el peligro de que el goce dionisi aco de la donaci

dcje tras de si una penuria, que desmienta, aun retrcs pectiv

mente. las dedicaciones y entregas gozadas y la dicha que h

proporcionado, Io que no por ser injusto, es menos amarg

Estamos hechos de tal manera, que no solo necesitam

como se indico antes, una determinada proporcion de verd

y error como base de nuestra vida, sino tambien una mezc

de claridad y oscuridad, en la percepcion de nuestros eleme

tos vitales. Penetrar claramenle hasta el londo ultimo de alg

es destrutr su encanto y detener la f antasia en su tejido

posibilidades; de cuya perdida no puede indemnizarnos rea

dad alguna, porque aquel la es una actividad propia quc a

larga no puede ser sustituida por donaciOn ni goce algun

EI otro nn solo ha de hacernos merced de un don quc pod

mos tomar, sino tambien de la posibilidad de engalanarlc a

con esperanzas e idealizaciones, con bellezas recondita s y c

c&ntos que el mismo desconoce . M as el lugar en que depo si

mos todo esto, que ha sido producido por nosotros, pero pa

el, es el borizonte confuso de su personalidad, el reino int

medio en que la fe sustituy e al saber. Ha y que hacer cons

que no se trata aqui meramente de ilusiones y enganos, fru

dei optimismo o el enamoramiento, sino sencillamente de q

una parte, incluso de las personas mas intimas, ha dc of

cersenos en forma oscura e inintuiblc. para no perder su e

canto. El simple hecho de tener dc otro un conocimienpsicologico absoluto, exhaustivo, nos enfria, aun sin quc p

viamente hayamos puesto en el nuestro entusiasmo. paral

la vitalidad de Ias relaciones y hacc que su continuacion ap

rezca como algo que no tiene objeto. Este cs cl peligro de

entregas ab solutas y —en mas dc un sentido — impudicas

que nos induceti las posibil idades ilimitadas de las relacion

intimas, entrega quc puede incluso aparecernos com o un

ber, sobre todo cuando no existe segurid&d absoluta en el p

pio sentimiento y sobreviene Ia preocupacion, el temor de

dai bastante al otro, induc iendo nos a darle demasiad o. M

chos matrimonios perec'-n por esta falta de discreciOn mut

en i-l sentida del tomar como del dar; caen en un bibito ban

y sin encanto. en una c omo cvidencia que ya no deja lug

para sorpresas. La profundidad fecunda en las relaciones, a

F.l sccrcro y la sodedad secrcta



378 Socio

vina y respeta siempre una ultima rec£mara que queda al

de la ultima revelaci<5n, e induce a reconquistai diariam

lo que con seguridad se posee. Tal es la recompensa de la

licadeza y dominio de sf mismo, que aun en las relacio

mas intimas, en las que abarcan la persona entera, res

esa propiedad interior que limita el derecho a preguntar po

derecho a guardar secreto.

Todas estas combinaciones se caracterizan sociologicam

te por el hecho de que el secreto del uno es en cierto ma cat a do por el otro, y lo oeultado involuntaria o volunta

mente, es respetado involuntaria o voluntariamentc. Per

intenci<5n de ocultar adquiere una intensidad muy disti

cuando frente a ella actua la intencion de descubrir. Prod

se entonees esa disimulacion y enmascaramiento tendenci

esa, por decirlo asi, defensa agresiva frente al tercero, qu

lo que propiamente suele llamarse el secreto. El secreto en sentido, el disimulo de ciertas realidades, conscguido por

dios negatives o positivos, constituye una de las mas grnn

conquistas de Ia humanidad. Comparado con el estado in

til, en que toda representacidn es comunicada en seguida

que toda empresa es visible para todas las miradas, el sec

significa una enorme ampliacidn de Ia vida, porque en c

pleta publicidad muchas manifestaciones de esta no podrproducirse. El secreto ofrece. por decirlo asi, la posibilidad

que surja un segundo mundo, junto al nrntndo patente, y

sufre con fuerza la influencia de aquel. Una de las caracte

ticas de toda relacion entre dos personas o entre dos grupo

el haber o no haber en ella secreto y la medida en que lo b

pues aun en cl caso de cjue el otro no note la existencia

secreto, este modifica la actitud del que lo guatda y, por co



F.l iccrctn y \i sociedad lecrcta 379

chaa partea por el hecho de que muchas cosas que antes eian

publicas, entran en la esfera protectora del secreto; e inversa-

mente, muchas cosas due eran antes secretas, llegan a podei

prescindir de esta proteccion y se hacen manificstas. Es una

evolucion semejantc a aquella otra del espiritu, cn virtud de

la cual, actos quc primero se ejecutan conscientcmente, des-

cienden iuego al range de inconscientes y mecunicos, mientias,

por el contrario, lo que antes era inconsciente e instintivo,

ascicnde a Ia daridad de la conciencia. <C6mo se distrihuye

esta evolucion cn Ins diversas tormaciones de la vida privada

y de la publics? <Como con duct a estados cada vez mas ade-

cuados, por cuanto de una parte el secreto, to rpe c indiferencia-do, empieza por extenderse demasiado, y, por olra parte, s6 lo

m 6s tarde revela sus ventajas para muchas cosas? iHasta que

punto la cuantia del secreto es modificada en sus consecuen

cias por la importancia o indiferencia de su contenido? Todas

estas preguntas, aunque solo sen como prohlemas, indican ya

la importancia que tiene el secreto en la estructura dc las ac

ciones rectprocas humanas. N o debe inducirnos a error, en

este punto, el senlido negativo que moralmente sucle tener elsecreto. El secreto es una forma sociologica general, que se

mantiene neutral por encima del valor de sus contenidos.

Asume de una parte el valor mas alto, el pudor delicado del

alma distinguida, que oculia justamente lo mejor de ella para

no recibir el pago de alabanzas y recompensas, que si bien

otcrgan el premio justo, quitan empero el valor proptamenie

dicbo. Mas, por otra parte, si cl secreto no esta en conexion con

el mal, el mal esia en conexi6n con el secreto. Por razones /a-

cilcs de comprendcr, lo inmoral se oculta. aun en los casos cn

que no hay temor de ningun casiigo social, como sucede en

algunos extravios sexuoles. La accion interna aisladora de la

inmoralidad, prescindiendo de toda repulsion social primario,

es real e importante, jun to a Ios supuestos encadenamientos

enire las series etica y social. E,I secreto es, entre otras cosas.

la expresion socio logica de la maldad moral, aunque la sen-tencia clasica: «nadie es lan malo quc quiera ademas parecer-



S o c i o l o g y

otros, para acentuar la personalidad, hasta el punto de jactar

se, en ocasiones, de inmoralidades que no existen.

El empleo del secreto como una tecnica sociologica, como

una forma de accion. sin la cual, en atencion al ambiente social, no podrian conseguiise ciertos fines, aparece bien clara

N o tan claros son Ios atractivos y valores que, prescindiendo

de este sentido mediato, posee poi su mera forma Ia conducta

secreta, aun sin tener en cuenta el contenido. Por de pronto

la exclusion encrgica de todos Ios demas, produce un senti

miento de propiedad exclusiva, piovisto de la energia corres

pondiente. Para muchos temperamentos, la posesi6n no obtiene la importancia debida si se limita a poseerj necesita, ade

mis, la conciencia de que otros echan de menos esa cosa posei

da. Lo que fundamenta esta actitud, es, evidentemente, nuestra

sensibilidad para la diferencia. Por otra parte, como la exclu

sion dc los otros se produce especialmente cuando se trata de

cosas dc gran valor, es facil llegar psicolOgicamente a la con

clusion inverse de que Io que se niega a muchos ha de serparticularmente valioso- Gracias a esto, las mas varias espe-

cies de propiedad interior, adquieren, merced a la forma del

secreto, un valor caracteristico; el contenido de Io callado cede

en importancia al mero hecho de peimanecer oculto para los

demas. Los ninos se vanaglorian frecuentemente de poder de

cir a otros: «se algo, quc tu no sabes®. Y esto llega a adquirir

un valor tan peculiar, que lo dicen en tono de jactancia y hu-millacion para el otro, eun cuando todo sea inventado y no

exista tal secreto.

En todas las relaciones, desde las mas reducidas a las mas

amplias, aparecen estos celos por conocer un hecho escondido

a Ios demas. Las deliberadones del Parlamento ingles fueron

durante mucho tiempo secretas, y todavia, en el reinado de

Jorge III, se perseguia la publication cn la piensa de noticias

acerca de ellas, porque se estimaba expresamente como un



F.l sccrcto y la sociedad sw cca 38 1

cionada. Toda personalidad y obra eminentes tienen para el

comun de los bombrea un caracter misterioso. Sin duda, todo

ser y bacer humanos brotan dc potencias indescifrables. Pero

dentro del nivel cualitativo general, no por ello se convierte

el uno en problema para el otro; sobre todo, porque en esta

igualdad de nivel se produce cierta comprensi<5n inmediata,

que no procede del intelecto. E n cambio, cuando nos halla-

mos ante una desigualdad csencial, esta comprension no se

produce. Si sobreviene la forma de la diferencia singular, ac-

tua en seguida lo indescifrable. Del mismo modo, cuando vi-

vimos siempre en el mismo paisaje, no se nos presenta el problema de la influcncia que pueda ejcrccr sobre nosotros el me

dio; y, en cambio, este problema sc nos plantea, tan pronto

co mo cambiamos de ambiente y la diferencia de sentimiento

vital Hama nuestra atcncion sobre el poder efectivo de ese ele-

mento. Del misterio y secreto que rodea a todo lo profundo e

importante, surge el tipico error de crecr que todo lo secreto es

al propio tiempo algo profundo e importante. El instinto natural dc idealizaciOn y el temor natural del hombre actuan

conjuntos frente a lo desconocido, para aumentai su impor

tancia por la fantasia y consagrarle una atencion que no hu-

bilramos prestado a la realidad clara.

Con estas atraccioncs del secreto, se combinan de modo

singular las de su opuesto l6gico, la traicion, que tienen, evi-

dentemente, no menos que las otras. un carficter sociolOgico.

El secreto contiene una tension, que seresuelve en el momen

to de la revelacion. Este momento constituye la peripecia en

la evolucidn del secreto; en el se concentran y culminan una

vez mas fodos sus atractivos, de analoga manera a como el

momento del gasto es aquel en que mas gozamos el valor del

objeto. El sentimiento de poder que da la posesion del dinero,

concentrase mas intenso y gozoso para ei alma del dilapilador

en el momento en que se desprende de £l. Tambien al secretoid l ti i t d d t i i l



382 Snciolngij

descubrirlo, que se asemeja a la atraccion del ahismo. £ 1

secreto pone una bairera entre los hombres; pero, al propio

tiempo, la tentacion de romper esa barrera, por indiscretion o

confesion. acompana a la vida psiquica del secreto, como losarmonicos al sonido fundamental. Por eso la significacion so-

cioldgicfs del sccreto balla el modo de su realizacion, su medi

da practica, en la capacidad o inclinacion del sujeto para guar-

darlo o, si se quiere, en su resistencia o debilidad Jrente a la

tentacion de traicionarlo. Del comroste entre ambos interests,

el de csconder y el de descubrir, brota el matiz y el destino de

las relaciones mutuas entre las hombres. Si segun hemos di

cho anteiiormente, las relaciones entre los hombres tienen una

de sus caracteristicns en la cantidad dc sccreto que haya cn

ellas o en torno de ellas, su desarrollo dependera de la pro

porcion en que se den las energias que licntlcn a guardar cl

sccrelo y Ias que propenden a revelarlo. Aquellas procedcn del

interes practica y del encanto formal <jue, como tal, tienc cl se

creto; estas se apoyan en la incapacidad do resistir mas (tem

po la tension del secreto y, en esa superioridad, que, hallan-dose, pur decirlo asi, en estado lolenti: cn el secreto, no se ac-

tualizH pienamente para el sentimienio hasta cl momento de

descubrirlo. Por otra parte, iniervienc lambrcn el placer de la

confesion, que puede alber<*ar aijuel sentimienio de poder en

forma perversa y negativa, como una humiliacidn de si propio.

Todos estos elementos que determinan la funcion sociolo

gica del secreto, son de naturaleza individual; pero la medidaen que las disposiciones y complicaciones de las personalida

des forman secretos, depende, al propio tiempo, de la estruc-

tura social cn que la vida se desenvuelve. Lo decisivo en este

punto, es quc cl secreto constituye un elemento individuali-

zador de primer orden, en un doble sentido tipico. Las rela

ciones socialcs dc accntuada diferenciacion personal, lo per-

miten y fomentan cn gran escala; por otra parte, el secreto

crea y aumenta esta diferenciacion. En un circulo reducido,d l b l f l d



sc trc io y b so c icd id setreta 383

secreto aqui, porque semejantes formaciones sociales suelen

velar sus elementos, y aquellas peculiaridades del ser, baccr

poseer, cuya conservation demands la forma del secrcto,ntradicen su esencia.

Es claro que al agrandarsc considerablemente el circulo,

do esto se trueca en lo contrario. En esto, como en muchas

ras cosas, donde pueden observarse .nejor los rasgos caiac-

rfsticos de los giandes circulos es en la cconomia moneta-

a. Desde que cl trafico de valores economicos se realiza por

edio del dinero, se ha hecho posible un secreto que en otrasrmas economicas no podia conseguirse. Tres cualidadcs

e la forma monetaiia tienen importancia para estos efec

s: 1 .°, el ser comprimible, que permiie cnriquecer a una per

na con un cheque que se desli/a imperceptiblemente en su

ano; 2.a, cl ser de condicion abstracts y sin cualidades pecu-

arcs, gracias a la cual pueden llevarse en secreto tfansaccio-

es, adquisiciones y cambios dc propiedad, que eran imposi-c cuando los valores estaban formados por objetos cxtensos

tangibles; fintlmentc, 3.". su accion a distancia, merccd a la

ual puede invertirsc en valores mas alejados y sujetos a con

nuo cambio, cscondiendolos asi a la mirada de los mas

roximos.

Estas posibilidades de disimulacion, que aumentan a me-

do que se amplia la esfera dc accion de la econornfa monc-aria y cuyos riesgos se ponen particularmenic de manifesto

uando se maneja dinero ajeno. han sido causa dc quc sc pie-

ptue la publicidad, como medida protectors, para las opeia-

ones financieras de los Estados y de las sociedades por ac-

ones. Esto nos induce a precisar m6s la formula de evolu

on antes indicada, segun la cual, los contenidos del secreto

tan variando constantemente en cl sentido de que In quei i i t bli t t l i i



384 Sotiologia

Dijerase que, a medida que progresa ]a adaptacion cultural

van haciendose mas publicos los asuntos dc la generalidad y

mas secretos los de los individuos. Como queda ya indicado

cn circunstancias primitivas las relaciones entie Ios individuos

no pueden protegerse contra la indisciecion, como en el estilo

moderno de la vida, especialmente en las giandes ciudades,

que ha producido una medida completamente nueva de dis

crecion y reserva. En cambio, en los Estados de las epocas an-

tetiores, Ios represemames de los intereses publicos solian ro-

dearsc de una autoridad mistica, al paso que en civilizaciones

m&s maduras y amplias ban adquiridoi merccd a Ia extension

del tcrritoiio dc su soberania, a la objetividad dc su tecnica, a

la distancia que sc mantienen de todas las personas singula-

res. una scguridad y dignidad, que les permite obrai piiblica-

mente. Aquel secrcto, en que sc iesolvian los asuntos publi

cos, revelaba su interior contradiction, pioduciendo los movi-

mientos opuestos de la tiaicidn poi una paite y del espionajc

par otra. Todavia en los siglos xvn y xvm los Gobiernos man-tenian cn el mas escrupuloso secreto el importe de las deudas

del Estado, la situacion de los impuestos, el numero de solda

dos; a consccucncia de lo cual, los embajadores no tenian otrfl

cosa mejor quc bacer que espiar, coger caitas y sacailes revela-

ciones a las personas que «sabian» algo, descendiendo basta

el personal dc la scrvidumbic (l ). Pero en el siglo xix la pu-

blicidad sc impone en loa asuntos del Estado, basta tal puntoque los Gobiernos mismos publican oficialmente los dotos

que basta entonees todo regimen debia mantener secretos si

queri'a sosicncrsc. Asi Ia politica, la administration, la justi-

cra, han pcrdido su secreto en la medida en que el individuo

puede rcservarse mas, y que la vida modeina ha elaborado

(1) Eate m.DN'ixniento sc rea l ize tncnfiien « Jo in v e r t. RcH ru'fidoi* a la kis'otL* d*

]& carte in^iesa i h d i h 40 I ) ! d d ib ltJ \&s iafi nci&i aeftcizm la ca



FI sccrcto y la sotiethd sccrcia 3S5

una tecnica que permite guardar el secreto dc Ios asuntos pri-

vados, en medio del hacinamiento de las grandes ciudades,

hasta un grado a que antes s6lo se podia llegar recurriendo a

la soledad en el espacio.

tHasta que punto esta evolucion debe considerarse como-

favorable? Ello depende de los axiomus sociales acerca del va

lor. La democracia eonsiderara la publicidad como un estado

deseable en si mismo, partiendo de la idea fundamental de

que todos dcbcn conocer los succsos y circunstancias que les

interesan, pues esta es la condicion previa para inlcrvvnir en

su resolucion. El saber implies ya una incitacion psicologicapara intervenir. Cabe disculir, sin embargo, si esia conclusion

es completamente necesaria. Cuando por encima dc los intere-

ses individualistas surge una institution dominante que abai-

ca ciertos aspectos de ellos, puede aquella estar facultada para

funcionar secreiamente, gracias a una autonomia formal, sin

desmentir por eso au «publicidad» en el sentido del cuidado

material de los intereses de todos. Por consiguiente, no existeuna conexi6n logica de la que se siga el mayor valor del esta

do de publicidad. Pero de todos modos, rige la formula gene

ral dc la diferenciacion cultural: lo publico sc hace cada vez

mis publico: lo privado, mas privado cada vez. Y esta evolu

cion hisidrica express la significacion m6s profunda y objeti

va, segun la cual, lo que por su esencia es publico y por su

contenido inteiesa a todos, se hace lambien mas publico ex-ternamente, cn su forma sociologica, y lo quc por su sentido

interior tiene una existencia autonoma, los asuntos centripe-

tos del individuo, adquieren tambien en su forma sociologica

un car&cter cada vez mas privado, cada vez raas apto para

permanccer sccreto.

Antes bice observar que el secreto actua tambien como un

patrimonio y un valor que enaltece la personalidad. Pero esto

lleva en su seno una como contradiccion; io que se reserva y



S0Clulo£jD

ias die dicha superioridad. Lo hacen con una mezcla devolun-

tad y repulsion; pero ello suministra en la practica el acata-

miento deseado. Po r eso resulta oportuno hallar en el polo

opuesto del secreto, en el adorno, una estructura de analogs

significacion social. La esencia del adorno consiste en atraer

las miradas de los demas hacia el que lo ostcnta. En tal sen

tido es el adorno el antagonista del secrcto. Pero ya hemos

visto que el secreto tambien acentua la personalidad. El ador

no realiza esta funcion mezclando la superioridad sobre los

demas con una dependcncia respecto de ellos. Por otro lado

junta asimismo en los dcmas la buena voluntad con la envi

dia. Mas el adorno Cxige un estudio especial, como forma so-

ciologica tfpica.

d i c k e s i O n s o b r e e i . a d o r n o

El deseo que siente el hombre de agiadar a los que le ro-

dean, muestra entrelazadas las dos tendencins opuestas, en

cuya alternative se realiza en general la relacion entTe los in

dividuos. De una parte hay el deseo bondadoso de proporcio-

nar a los demas una alegria. De otra hay tambien el deseo de

que esta alegria, este agrado, redunde en acatamiento y esti-macion nuestra y se compute como un valor de nuestra per

sonalidad. Este deseo ultimo se acentua de tal modo , que llega

a contradecir completamente aquel primer altruismo del agra-

dai. Merced al agrado que producimos, pietendemcs distin-

guirnos de los demas, queremos ser objeto de una atencion no

otorgada a los demas, hasta llegar a producir la envidia. El

agrado se trueca asi en un medio, al servicio de la voluntad de

poder, y muestra en algunas almas una curiosa contradiccion



H sccrcco y la sociedad sec ret j 387

teino de sus formas. Este senlido consiste en hacer resallar Ia

personalidad, en accntuarla como algo sobresaliente, pero no

por una inmediata manifestacion de poder, no por algo que.

exteriormente, fuc icc al otro, sino mcrccd al agrado que en el

otio se despierta y que, por tanto, contiene algun elemento

voluntario. Es esta una de las comhinaciones sociologicas m6s

maravillosas: un acto que sirve exclusivamente a acentuar la

personalidad del que lo hace y a aumentar su importancia,

consigue su fin por medio del placer que proporciona al otro,

por una suerte de gratitud que despierta en los demas. Pues

incluso la envidia que el adorno produce, no significa otracosa sino el deseo del envidioso de conseguir para si el mismo

acatamiento y admiraci<5n. y prueba justamente hasta que

punto considcra estos valores Iigados al adorno. El adorno es

maximo e£oismo, por cuanto que destaca a su portador y le

comunica un sentimiento de satisfacci6n a costa de los demas

(ya que el mismo adorno usado por todos no adornaria a nin-

guno individualmenle). Pero, al mismo tiempo, es tambienmaximo altruismo, pues el agrado que produce es cxpcrimen-

tado por Los demas, no disfrutandolo el propietario sino como

un reflcjo, que es e! quc da al adorno su valor. En la creacion

estetica en general, resultan intimamente emparcntadas las

manifestaciones vitales que en la realidad se presentan como

indiferentes o como cnemigas; asi tambien en la lucha entre

el cgoismo y el altruismo del hombre, el elemento estetico del

adorno representa el punto en quc ambas corrientes opuestas

sc rcfieren una a otra, sirviendosc alternativamente de fin y

dc medio.

El adorno accntiia a amph'a la impresitin que produce ia

personalidad: obra como una irradiacion dc la personalidad.

Por eso han sido siempre su substancia los metales brillantes

y las piedras prcciosas. que son «adorn o» en sentido mas CS-

tricto que el vestido y el peinado, los cualcs, no obstante,



m Sociology

ambiente. Esos influjos son, en cierto modo, los portadores

de un resplandor espiritual y actuan como simbolo del indi

viduo, aun cuando son meramente exteriores y no fluye de

ellos ningun poder de sugesti<5n o importancia personal. Las

emanacioncs del adorno, la atencion sensible que el adorno

despierta, amplian o intensifican la aureola que rodea a la

personalidad. La persona es, por decirlo asi, mas, cuando se

halla adornada. Anadase a esto que el adorno suele scr al pro

pio tiempo un objeto de valor considerable. Constituye, pues.

una sintesis del baber y del ser del sujeto* Gracias a el, la

mera posesion se convierte cn una inrensa manifestation sensible del hombre. N o sucede lo mismo con el vestido ordina-

rio; porque este no se nos aparccc como concrecidn individual,

ni cn el aspecto del haber ni cn cl del ser. Solo el vestido

adornado y sobre todo Ios adornus preciosos, quc condensan

su valor como cn un punto minimo, convierten el haber de la

persona en una cualidad visible dc su ser. Y esto acontece, no

a pcsar de que cl adorno sea algo «superfluo», sino precisa-mentc por serlo. Lo inmediatamente neeesario va cstrecba-

mente unido al hombre, circunda su scr con una aureola mi

nima. Pero lo supcrfluo, como indica la palabra, «fluye con

exceso*, esto es, se dcrrama allendc su punto de partida. Mas,

como al propio tiempo queda adherido al sujeto, traza en de

rredor dc Io estrictamentc neeesario otro circulo mas amplio

y, en principio, indeh’nido. El concepto dc Io superfluo no en-cierra en si limitacion alguna. A medida que aumenta lo su

perfluo, aumenta la libcrmd e independencia de nuestro ser.

Lo supcrfluo no impunc a nuestro ser ninfluna ley de limita

cion. ninguna estructura, como hace lo neeesario.

Pero esta acentuncion dc la personalidad se verifica justa

mente merccd a un rnsgo dc impersonalidad. Las distintas co-

sas quc pueden «adornar» al hombre, se ordenan en una es

cala, segun que la personalidad fisica esld ligada mas o menos



F.l secreto v la socicdad secreta 3519

tan impersonal y separable como los «adom os » propiamente

dichos. Pero justamente cn esta irnpersonalidad estriba su ele-

gancia. EI mas fino encanto del adorno consiste en que la

condicion del metal y la piedra, que no hace relacion a rrin-

guna individualidad, que es dura y poco maleable, se ve for-

zada a servir a la personalidad. Lo propiamente elegante evi-

ta el exceso de individualizacion, pone en denedor del hom

bre una esfera de cosas generales, estilizadas, abstiactas, por

decirlo asi, lo que naturalmente no es obstaculo al refina-

micnto con que estas cosas generales se ligan a la personali

dad. Si los trajes nuevos producen una impresion de elegan-

cia, es porque son aun «ifgidos», esio es, porque no se han

adecuado a las modificaciones del cuerpo individual, de un

modo tan incondicional como los trajes muy usados, Ios cua

les, babiendo recibido ya una forma peculiar po r viitud dc los

movimientos de su portador, delatan en seguida la individua

lidad. Esle «ser nuevos®, esta imposibi lidad de ser modifica-

dos segun los individuos, es propia en alio grado de los adornos de metal. El metal no se hace viejo, pcrmancce siempre

frio e inasequible, sobre la singularidad y modo de ser de su

portador, cosa que no oeurre con el vestido. U n vestido que se

ha usado durante algun tiempo, esta de tal modo hecho al

cuerpo, tiene tal intimidad con el cuerpo, que contradice la

esencia dc la elegancia. Pues la elegancia es algo para Ios

otros, cs un concepto social que toma su valor del acatamien-to general.

Si pues el adorno ba de ampliar la esfera del individuo

con algo transindividual, con algo que se refiera a los otros y

sea recogido y acatado por ellos, aparte de su estruclura ma

terial, debera poseei estilo. El cstilo es siempre algo general,

algo que enenja los contenidos de la vida y creacion persona

les en formas comportidas por muchos y asequibles a muchos En la obra de arte propiamente dicha el estilo nos in-



i<K) Suciologii

dad de personas, pedimos una forma mas general y tipica; en

ollas no ha de expresatse solamente un alma unica, sino una

manera de sentir amplia, social e historica, que haga posible

el ordenarlas en el sistema de vida de muchos individuos. Esun gran error suponer que porque los adornados son siempre

individuos, el adorno haya de ser una obra de arte individual.

A l contrario, porque ha de servir al individun no puede tener

una naturaleza individual; asi como no pueden ser obras de

arte individuales los muebles en que nos scntamos, o los

utensilios con que comemos. Todo cuanto llena el vaslo cireu-

lo de la vida humana—al conlrarin de la obra de arle quc nose encuentra encajada en la general vida, sino que forma un

mundo por si misma—ha de rodc&r al individuo de esferas

concdntricas, cada vez mas anchas, esfeiss que vayan a el o

quc de &\ partan. La esencia de la cstilizacion consiste en 5a

disoluci6n del acento individual en una generalization que

va m is alia de la peculiaridad personal, pero quc licne como

base a circulo de irradiacion lo individual, o bien lo recogecomo una anchurosa corriente. Gracias al instinto que hace

comprender esto, el adorno ba sido siempre estilizado de un

modo relativamente severo.

Mas alia de su estilizaci6n formal, el adorno emplea un

medio material para conseguir su finalidad social; este medio

consiste en ese <*resplandor» del adoino, por virtud del cual,

su portador se convierte en el centro de un circulo de irradia-cion, que incluye a todo el que se encuentre proximo, a todo

030 que mire. EI rayo de Ia piedra preciosa parecc ir hacia el

otro, como el brillo de la nvirada. En esa radiacion esta conte

nido el signiftcado social del adorno, el ser para los demas. (a

dedicacion a Ios dcmSs, quc amplia la importancia del sujeto,

y as 1 cargada toma a dstc. Los radios dc este circulo senalan

de una parte la distancia quc pone cl adorno entre los hombres, puesto que uno dc ellos dice: otengo algo quc tu no tie-



FI sccitto y la sociedad setrcia

rencia quc existe entre la vanidad y el orgullo. Este, cuya sa-

tisfacci6n descansa exclusivamente en si, suele desdenar cl

«adoino» en todos los sentidos. Hay quc agregar en el mismo

sentido la importancia del material «autdntico». El encanto delo «autentico» consiste en ser algo mas que su apariencia in

mediata, apariencia que comparte con las falsificacioncs. El

adorno de materia! autcntico no es, como el faisificado, sim

ple apariencia; tiene raices en un suelo mas profundo cjue cl

de la mera aparicncia. La imitacion, en cambio, no es mas que

aquello quc de momento parece. Asi, cl bombre «autentico» es

aquel cn quien se puede fiar, aun cuando no le tengamos anteIos ojos. En ser mas que apariencia consiste pues el valor del

adorno: y este ser r>o se ve, es aigo que se agrega a la aparien

cia, contrarinmence a lo quc su cede con la imiiacion babil. Y

COmo este valor es siempre realizable, como es acaiado por to

dos y posee una relative independencia respecto del tiempo, el

adorno Tesulta algo cfue esia por encima de Ia contingencia y

la persona. El adorno de bisuteria sola vale por cl servicio que

de momento presta a su portador. EI valor del adomo auten-

tico va mas alia; arraiga en las ideas que del valor tiene lodo

el circulo social, y se ramifica en ellas. Por eso, el encanto y

Ia acentuacion que presta a su portador individual, se nutre

en esie suelo supraindividual. Su valor cstetico, que es un

«vaIor para los demas», se convierte por la autenticidad, er\

simbolo dc estimacion general, y cncaja dentro del sistema

general dc valores sociales.Durante Ia Edad Media, se dicto en Francia una ordenan-

za, probibiendo a todas las personas que estuviesen por deba-

jo de un rango determinado, llcvar albajas de oro. Claramen-

te se ecba dc ver en este ejemplo la combinacion caracteristica

del adorno. En el adorno se reunen la acentuacion sociologica

y esteiica de Ia personalidad, cl «ser para si» y el *ser para

OJrOs® resultan causas y efectos alternativamenre. Segun estaordenanza la distincion estetica cl derecbo a cautivar y agra



392 Sociologia

mismo resplandor que, paitiendo del individuo, determina la

ampliacion de su propia esfera, se anade el sentido de la clase

social, simbolizada en el adorno. £ 1 adorno aparece aqui como

el medio de transformer la fuerza o dignidad social en una

acentuacion personal intuible.

Finalmente, las tendencias centrtpcia y centiifuga, que se

dan en el adorno, se reunen en una forma particular. Es sa-

bido que en los puebios primilivos, la propiedad privada de la

mujer aparece, cn general, despues de la del hombre y, al

principio, se rcficre sobre todo y a veces exclusivamente al

adorno. La propiedad individual del hombre suele comen/ar

con las aimas; ello constituye una muestra de la condicion

predominantcmente activa y agresiva del vartfn, que amplia

la esfera dc su personalidad sin aguardai a la voluntad ajena.

En cambio, en la mujer, esta ampliacion de la personalidad

formalmeme igual, pese a las diferencias extcriores—, dada la

mayor pasividad de la nacurale/a femenina, depende mas

bien de la buena voluntad ajena. Ahora bien, toda‘propiedadsignifica una extension de la personalidad: mi propiedad es

aquello que obedece a mi voluntad, es dccir, aquello en que mi

yo se expresa y re&Iiza extcriornicnle. Y esty se verifica antes

y mas completamente que en parte alguna, en nuestro cuerpo,

que, por tal motivo, constiiuyc -nuestra primera e indiscuti-

ble propiedad. Pero, cuando cl cuerpo esta adornado, posee-

mos mas. Somos, por decirlo asi, senores de cosas mas exten-sas, y distinguidas cuando disponcmos de un cuerpo adorna

do. Asi, pues, hay un profundo sentido en el hecho de que

sea el adorno el que primero se ha^a objeto de propiedad pri

vada; porque el adorno determina aquella ampliacion del yo,

traza en derredor de nosotros aquella esfera mas extensa, que

llenamos con nuestra personalidad y que esta constituida por

el agrado y la atencion del medio que nos rodea -m edio quepasa sin fijarse por delanie dc nuestra fi£ura cuando esta no



pueden tomaise, es indudablemenie la mas radical el bacerse

invisible. E n esto se distingue esencialmcnte la sociedad se

cret! del individuo tjue busca Ia pioteccion del secreto. El in

dividuo solo puede apelar a tan radical recurso, para accioneso situaciones pailicularcs. Sin duda, puede escondcrse total-

mente por algun liempo, o ausentarse en el espacio; pero su

existencia misma no puede constituir secreto, salvo alguna

combinacion fantastica. En cambio, una unidad social puede

ocultar su propia existencia. Sus element os pueden mantener

el mas frecuente tmto; pero el becbo de que constituyan una

sociedad, una conjuracion o una banda de crimina les, un con~venticulo religioso o una asociacion para la practica de extra-

va£ancias sexuales, puede.cn principio, mantenerse secrcto de

un modo permancnte. De este tipo, en el cual no estan ocul-

tos los ir.dividuos, sino el hccho do constituir una asociacion,

diferencianse aquellas sociedadcs que, siendo conocidas como

tales, mantienen secrctos, o sus miembros, o su finalidad, o

sus parliculares decisiones, como succdc con mucbas socieda-des secretes de los pueblos primitivos y con la masoneria. Es

evidente que en el ultimo tipo, Ia forma del secreto no conce

de tan absoluta proteccion como el primero, pues lo que se

sabe de (ales asociaciones, constituye ya una base para poste-

riores avcriguaciones. E,n cambio, estas sociedadcs, ieiativa-

mente secretas, lienen a menudo la ventaja de cierta llexibiii-

dad; contando de antemano con una cierta publicidad, puedenavenirse a descubrimientos posieriores mejor que aquellas

cuya existencia misma es un secielo; con frecuencia, este que

da destruido a] primer descubrimicnto, porque suele hallarse

ante la radical altcrnativa del todo o nada.

La debilidad dc las sociedades secretas e?(a en que los se

cretos no se guardan rnucbo tiempo, bas(a el punto de que

con razon se dice que un secreto entre dos, ya no es secreto.

Por eso Ia proteccion que dispensan. aunque cs absoluta, ic-

Sociologia



F.l *ccrcio y la socicdad sccrcta 395

en que la fuerza es capaz tie veneer esos obstaculos, y ya cl

rodeo es inneccsario. Poi eso la sociedad sccreta cs la forma

social adecuada paia objetivos que se encuentran, por decirlo

asi, cn la infancia, en estado de debilidad, en el primer periododc dcsarrollo. Los conocimientos, Ias reli£?oncs, las morales,

los partidos ntievos, son con frccuencia debiies y necesilados

dc proteccion; por eso se csconden. Por esta razon, las epocas

cn que surgen nuevas ideas contra los podcies existentcs, pa-

recen como prcdcstinadas para el florecimiento de las socieda-

des secrctas, como ocune, v. gr., en cl siglo xvm. Asi, para no

citar mas que un ejemplo, ya entonees existtan en Alemanialos elementos de un pari ido liberal; pero su concretion en una

organizacion politica permanente era impedidu por los pndc-

res del Estado. La sociedad sccreta era, pues, la unica forma

en que podian mantencrse y desar roll arse los geimenes dc

una nueva organization. Tal bizo sobre todo la orden de los

Iluminados.

Igual pioteccion que al desarrollo ascendente, pres (a al des-

cendentc la sociedad secreta. Las aspiiaciones y poderes socia

les que van siendo expulsadcs por otros nuevos. se rcfugian

en el secreto, que constituye, por decirlo asi. un estadio inter

medio entre el ser y el no scr. Cuando a fines de la Edad Me

dia comen/fl en Alemania la opresion de las corporaciones

raumci pales por ios podercs centrales fortalecidos, desarrollo-

se en aquellas una amplia vida secreta. Relugiaionse en

asamhleas y asociaciones ocultas, en el ejercicio sdcrcto delderecbo y el poder, del mismo m od o que Ins animates buscan

el omparo de sus cucvas cuando estan proximos a morii. Esia

doble funcion proicdura de las sociedades secrctas, como es-

lacien intermedia, tanto para poderes ascendentcs. como para

fuerzas decadentcs. se percibe acasn eon maxima elaridad cn

lo rcli.tjioso. Mientras las comunidades cristianas eran perse-

$uidas por el F„stado, tenian que esconder sus reuniones, susoficios su existencia toda En eamhio cuando el eristianismo



m S o c i o i o g u

como ofensiva frente a la opresion violenta de los poderes

centrales. Y esto no solo en la politica, sino tambien en el

seno de la Iglesia, de los establccimientos dc ensenanza y de

las familias.

A este caracter de proteccion—cualidad externa—concs-

pondc, como cualidad interna, en las socicdades secrctas, la

confianza mutua de los coparticipes. Tratase de una confianza

muy especial, la confianza cn la capacidad dc callarse. Las aso

ciaciones diversas pueden basarse en diversos supuestos de

confianza: confianza en la capacidad para los negocios, en la

conviccion religiosa, en el valor, cn el amor, en la bonradezo — como sucedc cn las sociedades dc malbechores—en la rup

tura radical con todas las veleidades morales. Pero cuando la

socicdad es secrcta, ariadese a todas estas formas dc confianza,

determinadas pur el fin de ia asociacion, la confianza formal

en la discrecion, en la capacidad de guardar el secreto. £n ul

timo termino, esta confianza viene a ser la fe en la personali

dad; pero una te flue tiene un caracter mas sociologico y abs-iracto que ninguna otra, pues bajo su concepio pueden coln-

carse todos los contenidos de vida comun quc se quiera. A esto

se anade que, salvo excepciones, no bay otra clase de confian

za que necesitc, como esta, tan constante renovacion subjetiva;

pues cuando sc trata de creer en Ifl inciinacion o en la energia,

en la moral o en la inteligencia, en !a bonradcz o en el tacio

de unaperson a.es mds fdcil que se jiroduzcan becbos cn quepueda fundarsc. de una vez para siempre, una cierta cantidad

de confianza, y se reducen al minimum las posibilidades de

desengano. Pero la indiscrecion depende de una imprcvision

momentanca, de una debilidad o excitacion ocasional . dc un

matiz con accnio acaso inconsciente. Guardar el secreto es tan

dificil, son tan multiples las tentaciones de revelarlo, bay, en

mucbas c&sos, un camino tan continua y llano desde el silcn-

cio basta la indiscrecion, que cn esta clase dc confianza ba de



El secreto y !a sociedad secreia 397

bre en otio posee un valor moral tan alto como Ia debida co

rrespondent a dicha confianza; y acaso mas meritorio aun,

porque la confianza que se nos otoiga, contiene un prejuicio

casi constrictivo, y para defiaudarla es preciso ser positiva-

mcnte malo. En cambio, Ia confianza se «regala»; no puede

solicitarse en la misma medida en que puede exi^irse que se

corresponds a ella, una vez otorgada.

L a s sociedades secretas buscan, como es natural, medios

para favorecer psicologicamente la discrecion, que no puede

imponerse diredamenle. En primer lugar, figuran entre ellos

el juramento y la amenaza de castigo. Estos medios no requie-ren explicacion alguna. Mas interesante es la tecnica frecuen-

te quc consiste en someter al novicio a un aprendtzaje del si

lencio. Teniendo en cuenta la dificultad, ya mencionada, de

callar; teniendo cn cucnta, sobre lodo, la cstrecha asociacion

que en los estadios primilivos existe cntrc cl pensamiento y su

expresion verbal — para los ninos y para muchos pueblos pri

mitives pensar y hablar es casi lo mismo—, se necesita, antetodo, haber aprendido a callar para poder ospirar a que Ios de

mas confi'en en que mantendremos ocultas determinadas co

sas (l). A si se refiere de una sociedad secreta, en la isla de

Ceram, del arcbipielago de las.Molucns. que el mucbacho que

solicita el ingreso en ella, no solo ba de callar todo cuanto

prestincia al cntrai, sino que, durante algunas semanas, no

puede hablar una pa!abra con nadie, ni siquicra con su familia. Aqui no influye, de sefiuro, solamente el valor pedagogico

del silencio absolute; a la indit’erenciaci<5n espiritual, propia de

( l ) L a sodc dad humona rila con did nnnda por la enpaddad dc hfiblAI; pero rer'the

fiu for m a- ■ lo quc, nM u ialm ca tc, s<5lo se roflniiicata aqui y ail* — por U capacidstl dr

callar. C u a s jn loJad Ias r ep re^ nta dc m es, sentircientos, impuL ioi, brotort likreTnentC

en el diacurco, aur^e una confuaion cauIila. en vez de un concierlo orgfinKO- Pocas Vf-

ccs sc frdvicne clnramcnic la ncecsidad del ailencio ppra d rrefo rcflulsixzado, porque <!lo co s parece cosa sokrccn tccdid e, au nque Tienc, sin duda, su cvoluci<jn L n ior ica , qur



El sccreto v l i socicdid sccreia 399

sobre el espiritu indisciplinado, el cual, gracias a esto, puede

acostumbrarse lenlamente a resistirla.

Pero la prohibici6n de eseribir Ios cantos, penetra cn esfe-

ia de mayor jmporlancia sociologica Es algo mas que unaprecaucidn contra el descubrimiento dc los secretos. E l becbo

de cjue la enscnanza haya de basarse en el trato personal, de

cjue la iuente del aprendizaje consisla exclus ivamente en la

asociacion, y no en un escrito objetivo, liga a los miembros

de un modo incomparable con Ia comunidad y les hace sentir

perdurablemente que, desprcndidos de la substancia colectiva,

perderian tambien, irrevocablemente, la suyfl propia. Acasono se haya hecho resahar debidamente hasta que punto en las

civilizaciones maduras la objetivacidn del espiritu favorece la

independencia del individuo. Mientras la vida espiritual del

individuo vienc determinada por Ia tradici6n inmediata, por

la ensenanza individual, y, sobre todo, por normas trazada.s

por autoridadcs personales, el individuo esta cncajado solida-

Tiamente en el grupo vivo que le rodea; solo pi grupo le presta la posibilidad dc calmai su existencia espiritual; Ios cana

les por donde se alimcnta esa su vida espitual f luyen todos

entre el medio y el. Pero cuando el trabajo de la especie ha ca-

pitalizado sus productos en forma eserita, cn obras visibles y

ejemplos perdurables, interrumpese aquella corriente organica

entre el grupo actual y sus miembros individuales; el proceso

dc la vida no liga al individuo contrnuamente y dc un modo

cxclusivo al grupo, sino que aquel puede nutrirse dc fuentes

objetivas, que no rcquieien presencia personal. El hecho de

que esta provision acum-ulada haya surgido dc los procesos

del espiritu social, es cosa relativamente indiferente; no solo

porque lo que ba cristalizado en dicha provision es la obra de

generaciones a veccs muy rcmotas, sin relacion ya con Ios

sentimientos presences del individuo, sino sobre todo porque

Io importante es la forma objetiva de esta provision, el hallar-sc desligada de la personalidad subjetiva con lo cual el indi



lante—lazos que cncuentrnn su categoria especifica sentimen

tal cn la «confianza»—, son causa de que, cuando su principal

objeto es la comunicacion de contenidos espirituales, se pro-

hiba fijarlos por escrito.

420 Sociologia

D I G R E S l d N A C E R C A D E L A C O M U N I C A C I O N

ES C R 1 T A

Encajan aqui algunos consideraciones sobre la sociologia

de la carta, porque, evideniemente, la coita ofrece un caracter

peculiar denlro dc la categoria del secreto. En primer termino,

el escrito cs por csencia opuesto a todo secreto. Antes de que

se empleara generaImcnte la escritura, toda transaccion juri

dica, por sencilla quc fuesc, debia celebrarsc ante testigos. La

forma eserita bace in-util este rcquisito, pOTquc implira una«publicidad» que, si bien cs potcncial, cn cambio cs ilimiiada

significa que no solo los testigos, sino rualesquiera personas

pueden saber que se ha celebrado el contrato. Nuestra con

ciencia tiene a su disposicion una forma singular, quc puede

llamarse «espiritu objetivo* y que consiste en quc las leyes

naturales y los imperatives morales, los conceptos y Ias for

mas a rifstieas, estan a la disposicion de quien quiera y pueda

aprehenderlos , pero son independientes. cn cuanto a su va-

lidcz ctema, de que sean o no apiehendidos y de cuando acon-

tezca esto. La verdad, que como producto es p oi escncia muy

distinta de su objeto Teal efimero, sigue siendo verdad sea sa-

bida y reconocida o no: la ley moral y juridica rige, sea o no

cumplida. Esta categaria, de incalculable transcendencia, balln

en la escritura su simbolo y sosten sensible. Una vez fijado por

cscrito, el contenido espiritual ha adquirido forma objetiva



F.l <ccreio y la socicdjrl secreta

Pero, precisamente, su indefension contra todo cl que quiera

conocerla es ia que hace que la indiscrecion para con la carta

aparezca como particularmente innoble. Para personas de

finos sentimientos, esta indefension de la carta es el mejoramparo dc su secreto.

Asi. pues, la carta debe justamenie a la supresidn objeti

va de todo seguro conira la indiscreci6n, cl aumento subjetivo

dc esta sefjuridad. De aqui brotan singularcs oposiciones que

caracterizan la carta como fenomeno socinldgico. La forma de

la expresion epistolar signifies una objetivacion de su contc-

nido, que constituye una singular sintesis, cuyos terminos sonde una parte til hecho dc estar destinada a un individuo concro-

to, y dc otra parte la personalidad y subjetividad que el co-

rresponsal pone en su Carta, a diferencia del escritoi. Y, prcci-

samente, en este ultimo sentido, ofrece la carta caracteres es-

peciales, como forma de trato entre personas. Cuando los

intcrlocutores se hallan en prcscncia, cada uno de eilos da al

Otro algo mas quc cl mero eontcnido de las palabras. A Ia vis

ta de la otra persona, penetramos en la esfera de sus senti

miento*:, no cxpresable en palabras, pero manifiesta por mil

malices dtf acentuacion y ritmo; el conlcnido logico u querido

de nuestras palabras expcrimenta un cnriquecin.iento y com-

plemeuto de que la carta solo ofrece analogias miflrmas, y

aun esias son cn su mayoria recuerdos del trato personal. La

ventaja y cl incon veniente de la carta consiste, en principio,

en no dar mas quc Ia pura substancia de nuestras representaciones momentaneas y en callar Io que no podemos <1 no que-

remos decir. Y , sin embargo, la caita—cuando se 'literencia

del ensayo por alfto mas que por no estar impresa—cs algo

completamente subjetivo, momentaneo, puramente personal,

no solo tratandose de explosiones liriras, sino de comxmica-

cioncs absolutamente concrctas. Esta objetivacion de lo sub

jetivo, esto desnudar lo subjetivo de todo aquello quc en elt i l d l d i



402 S o c i o l o g y

Cuan do un producto interno tiene el caracter de «obra», esta

forma duradera es absolutamente adecuada. Pero en la carta

bay una conlradiccidn entre el caracter de su contenido y el

de «u forma: para producir. tolerar y utilizar esta contradiction, bacen falta una objetividad y diferenciacion dommar.tes.

Esta sintesis balla otra analogia en esa mczcla de preci

sion y vaguedad, que es propia de la expresion eserita y sobre

todo de la carta. Aplicados a ia comunicacion de persona a

persona, son estos caracteres catejjori'as sociologicas de primer

orden, en cuya esfera sc encuentran eviden tememe todas las

consideraciones de este eapitulo. Pero no sc trata a<lui senci-Uamente del mas o menos que uno de a conocer ai otro acerca

de ss mismo, sino de que lo comunicado es mas o mCnos claro

para el que lo reeibe, y de que, a modo de compensaci6n, Ift

falta de claridad va unida a una pluralidad proportional de

posiblcs interpretaciones. Segurameme en toda relacion dura-

dern enire los bombres, Io proporcion variable de claridad y

de interprelacion cn las manifestaciones, juega, al menos ensus resultados practicos, un papel cada vez mas conscientc. L.a

expresion eserita aparece primeramence como la mas segura,

como la unica a Ia que no puede quitarse ni ponerse una

coma. Pero esta prerrogaiiva de io escrito es simple tonsecuen-

cia de un defecto; ptovtene de tjue le falta el acampanamiento

de la voz y del acenlo, del gesto y dc la mfmica, que en la pa

labra bablada son fuCnle, tanto dc mayor confus ion, como de

mayor claridad. En rcalidad. cl cjue recibe la carta no suele

conformarsc con cl senlido puramente Irigico de las palabras,

que la carta transmite sin duda con mas precision que Ia con-

versacion; mas aun, en incontables casos r>o puede bacersc

esto, porque solo para cntender el senlido Idfiico bace ya falta

algo mas. Por eso la carta, a pesar de su claridad, o mas exac-

ramente, gracias a ella, es mas quc la conversacion el lugar dc

Ias «interprctacioncs», y por tanio do las malas inteligencias.



l'il sccre to v b socied ad sc crcia 403

inferpreiaciones varias, resulta tambien cn la carta mad con-

fuso quc cn la conversacion. Si expresamos esto en las cate

gories de la libertad o de la sujecion cn que el quc rccibe lacomunicacion se balia frente al otro, diremos que por lo que

se refiere a la substancia ldgica. la comprension esta mas cons-

trenida en la carta que en la conversacion, pero en cambio cs

mas libre cn lo que se refiere al sentido personal y profundo.

Puede decirse que la conversacion revela el secreto. merced a

lo quc cl interlocutor deja ver sin dejar oir. merced a los mul

tiples imponderables del trato; en cambio. nada de esto existe

en la carta. Por eso la carta es mas clara en lo que no toca al

secreto del otro, y en cambio es mas oscura y multivocs en lo

que a ese secreto se refiere. Entiendo por secreio del oirc,

aquellos sentimientos y cualidades que no pueden expresarse

logicamenic, pero a los cuales recurrimos incontables veces

para comprcndeT manifestaciones pienamente concretas. En la

conversacion, estos elementos auxiliares de la interprelacion

estan de tal modo fundidos con el contenido conceptual, que

forman una unidad de inieleccion. Quizas sea este el caso

m&s acusadn de un hccho mas general: que el bombre no pue

de separar lo que realmente ve, oye, averigua, dc aquello en

que se transforman estos datos merced a sus interpretaciones,

adicioncs, dcducciones, transformacioncs. Uno de los resulta

dos espirituales de la correspondencia por escrito, consiste cn

scparai de esta unidad ingenua uno de sus elementos, ponien-do asi de relieve ia pluralidad de factores que, en principio,

constituyen el fenomeno cn apariencia tan sencilla dc la «mu-

ttin. comprensionw.

A l estudiar la tecnica del secreto, no debs olvidarse queeste no es meramente un medio a cuyo amparo pueden fo



Soc io iug i.1

trata de conocimientos quc no deben penetrar en la multitud;

los iniciados forman comunidad, paia garantizaTse mutua

mente el sccreto. Si 1os iniciados fueran una simple suma depersonalidades inconexas, pronto se perden'a el secreto; pero

la socializacion ofrece a cada uno de estos individuos un ajio-

yo psicologico, para libraile de la tentacion de ser indiscreio.

A l paso que, como be hecho resahar, el secreto producc un

efecto aislador e individualizador, la socializacion del sccieto

produce un cfecto inverso. En todas las clases de asociacio

ncs, alteinan la necesidad de individualizacion y la de socia-

lizaci6n dentro de sus formas, e incluso de sus contenidos; di-

jerasc que asi se satisface la exi£encia dc una proporcion per-

manente en la mczcla, empleando cantidades sujetas a cons

tante cambio cualitaiivo. Asi la sociedad Secrcia compcnsa el

aislamiento propio de todo lo secreto con el hecho de ser so

ciedad.

El secrcto y el aislamiento individual son de tal modo co-

rrelativos, que la socializaci6n puede representar frente al pri-

mero dos funciones completamente opuestas. En primer lu-

ger, puede ser directamente buscada, como se ha dicho, para

cotnpensar el efecto aislador del secreto. para satisfaccr, dentro

del secreto, el instinto de sociabilidad que el secreto cohibe.

Pero por otra paiie, el secieto pierde importancia cuando por

razones de contenido se rcpugna al aislamiento, en princi

pio. La masoneria declara que quiere ser la sociedad mas ge

neral, la «asociaci6n de las asociaciones*, la unica que recha-

za todo fin y toda tendencia particularista y quiere utilizar

como contenido exclusivn lo comun a todos los hombres bue

nos. Y paralelamentc a esia tendencia, es cada vez m6s indife

rente el caracter del secreto para las Iogias. quedando rcducido

a exterioridades meramcnte formales. Por consiguientc, no

hay contradiccion en que el secieto sea unas veces favorccido



t l secre io v b soc icdad secreia ♦ C5

La iniciacion gradual de los miembros perienece a un gru

po muy amplio de formas sociological, dentro del cual las so-

ciedades secretas se senalan de un modo espccial. Nos referi-mos ai principio de la jerarquia, de la ordenacion gradual en

Ios elementos de una sociedad. Esa finura y sistematizacion

con que precisamente las sociedadcs secretas organizan su di

vision del trabajo y la jerarquia dc sus miembros, depende de

uno de sus rasgos, do que hablaremos mas odelante con mayor

delenimiento: de Ia marcada conciencia que tienen de su vida,

y que Ias empuja a suplir con una constanie voluntad regula-

dora las fuerzas organizadoras instintivas y a susiituir el creci-

miento dc dentro a fuera con una prevision constructiva. Este

racionalismo de su forma se express de un modo perceptible

en su clara arquitcctura. Tal era, v. gr., la estructura de la so

ciedad secreta cbeca Omladina, antes mencionada, que copia-

ba uno de los giupos de carbonarios y cuya organizacion se

bizo piiblica en cl afio 1893, a consecuencia de una indaga-

cion judicial. Los dircctores de Ia Omladina se dividian en«pulgares» y «dedos». En sesion secreta los presentes eligen el

«pulgar»j este elige cuatro «dedos»; los dedos eligen a su vez

un pulgaT, y este segundo pulgar se presenta al primero. El

segundo pulgar elige otros cuatro dedos, y estos a su vez un

pulgar, y de esca manera va continuando la organizacion. El

primer pulgar conoce a todos los pulgares; pero estos no se

conocen entre si. Los dedos solo conocen a los otros cuatroque csi£n subordinados al mismo pulgar. Todo la actividad

de Ia Omladina esta diiigida por el primer pulgar, «el dicta-

dor». Este pone en conocimiento de los dem£s pulgares todas

las emprcsas planeadas; Ios pulgares transmiten las ordencs a

Ios dedos que les estan subordinados, y los dedos a los miem

bros de la Omladina que tienen a su cargo.

El becbo de que la sociedad secreto haya de ser organiza-

da, desde su base, reflexivamente y por voluntad consciente,



SoCJulo£ l J

ciptos, con mayor motivo podr* decirse dc la socicdad secrets,

que no va creciendo, sino quc se consiruye. y tiene cjue contar

con menos elementos parciales ya lormados que r.ingxina otrasistematizacion despritica o socialists. A l placer f!e planear y

construir, que ya en si cs expresion de la volundad de poder,

agregase en este caso una incitacicn particular: la dc disponer

de un amplio circulo. idenlmentc sometido, de seres humano*.

para construir un esquema de posicioncs y jerarquias. Es ca-

racterfsiico que este placer, en ocasiones, se desprenda de toda

utilidad y se exnlaye en la construction de edificios jcraiqui-

cos toialmente lantasticos. Asi oeuire, v. gr,, en los grados

elevados de la masonerfa degencrada. Corny caso tipico indi

care algunas paiticularidades de la orgasiizacion dc la *Ordcn

de ios construc tors africanos®, que nacio en Alcmania y

Fi ancia a mediados del siglo xvni, y que edificoda con arrcglo

a principios masonicos, pxetendia. aniquilar la masoneria. La

administracion de esta sociedad, muy reducida, estaba a cargo

de quince funcionarios: summns magiaier, summi magistri locum tenes, prior, subprior, magistcr, etc. Los giados de la

asociacion eran sieie: el aprendiz escoces, el nermano escoces.

el maestro cscoces, el caballero escoc£s, el etfues regii, el c<Jues

de sects consueta. el eques silcntii regii, etc.

En analogas condiciones que la jerarquia, evoluciona den-

tro de las sociedades secreias el riiur.l. Tambien en este punto

la falta de prejuirios histdricos, cl e$1nt construida la sociedadsohre una base arbitraria, determinan una gran libertad y ri-

queza d« formas. Atraso no haya rasgo alguno que distinga

fan tipicamente la sociedad secreta de la publica, como cl valor

que en aquella adquieren los usos. formulas, xitos, y su pre-

ponderancia y aun oposicion frente a los fines de la asociacion.

En oensiones, preocupan estos fines menos qv\e los sccretos

del ritual. La masonerfn Jeclara cxpresamcnte que no cs una

asociacion secreta, que no hay ningun motivo para ocultarl ll



LI secrcto y la sociedad sccrcu 407

sobre cosas quc atanen al bien dc la Orden. Enire clias figu-

ran los si£nos de la Orden y de reconocimicnto y los n cm -

brcs dc los hermanos, l a s solemnidades, elc.» Lo c u t i o s o

cs flue mas adelante, en el mismo esiatuto, se explica sin

disimulo y con detalle el fin y la naturaleza de la Orden.

En un Iibro de cscasas dimensioned, fin flue sc describen la

constitution y naturaleza de los carbonarius, la enumeration

de las formulas y usos empleados para la recepcion de nuevos

miembros y para las reuniones, ocupa 75 paginas. N o baccn

falta mas ejemplos. El papel que desempenn cl ritual cn las

sociedadcs secretas, es sufidcntemente conocido, desde las aso

ciaciones teligiosas y mtsticas de la antigucdad hasta los «ro-

sacruz» del si^lo x y i i i y , por otra parte, las mas famosas ban

das de criminates. La motivacidn sociologica de ello es la

siguiente:

Lo que llama la atcncion en el ritual de las sociedades sc-

cretas es no solo la severidad con que se observa, sino, sobre

todo, el cuidado con que se guarda su secreto, como S< su des-

cubrimiento fucse tan peligroso como el de los fines y activi-

dadcs dc la asociacion o el dc su propia existencia. La utilidad

de esto cs, probablemente, quc la sociedad secreta solo se con-

vierie en unidad cerrada, cuando introduce un complejo de

formas extcriores en el sccrclo de su acljvidad e intereses. La

socicdad secreta trata de constituir, bajo las categorias que le

son propias, una totalidad de vida; por eso, cn derredor de sufin, que acentua energkamente, construyc un sistemft de for

mulas, que lo rodean, como el cuerpo al alma, y lo pone todo

ello bajo la proteccion del secreto, porque solamente asi sc

transforma todo cn un conjunto armdnico, cuyas partes sc

apoyan mutuamente. Es neeesario accntuax patiicularmente

cl secreto de Io externo, porque este no esta tan claramenie

ustificado por cl inleres inmediato, como los fines realcs de lai i E t f j t l d



S o c i o l o g y

cctrada una pluralidad de energias e intereses, desde un punto

de vista especial. Pero a esto mismo suele aspirar tambien la

sociedad secreta. Uno de sus rasgos esenciales es que, aun

cuando reuna a Ios individuos unicamente para fines parcia

les, aun cuando por su contenido sea una pura asociacion de

fines, requiere la asistencia del bom bre entero, liga y obliga

mutuamente a las personalidades, en medida mucbo m&s

amplia que lo baria, con la misma finalidad, una asociacion

tjue fuera publics.

A b o ia bien, el simbolismo del rito evoca una £ran canti

dad de sentimientos, cuyos limites son inscguros y van. mucbo m&s alia del alcance que pudieran tener los intereses

individuales razonables. Asi la sociedad secreta ahraza la to-

lalidad del individuo. Gracias a la forma ritual, amplia su

fin particular y adquiere una unidad y totalidad cerradas,

tanto subjetiva como sociologicamente. A esto se anade que,

por obra de tal formalismo y tambien merced a la jerarquia,

la sociedad secreta Sc convierte cn una espccic dc reflejo de;mundo oficial, frente al que se pone en contradiccion. Es nor

ma sociologica realizada en todas partes, quc loa organismos

que surgcn en oposicion de otros mayores, repitcn en su seno

las formas de estos. So lo un organismo, quc de nlgun modo

constituya un todo, tiene poder bastante para mantener el li-

gamen de sus elementos. Esa conexion organica, por medio dc

la cual sus miembros sc compenetran cn una corriente dc vida

unitaria, la lomard el organismo menor y secreto dc aquel

otro mayor y publico, a cuyas formas estan ya los hombres

acostumbrados, por lo cual dichas formas resultnn siempre

Ios mejores modelos.

Finalmente, al mismo resultado conduce otro motivo en la

sociologia del Titual dc la sociedad Secreta. Es cl siguiente.

Toda sociedad secreia implica una libertad, que propiamente

no esta prevista en la estructura del grupo mayor que la ro-d Bi l i d d t l t d l d fi i t



El <ccretn y la sociedad see ten

pre un tono dc libertad, supone siempre un terrcno donde no

se aplican las normas del publico ambiente. La esencia de la

sociedad secreta, como la 1 es autonomia. Pero una autonomiaque se aproxima a la anarquia- ELI apartamiento de las reglas

acatadas por la generalidad, fScilmcnte tiene por consecuen

cia para la sociedad secreta, el desarraigarla, bacerle perder ia

seguridad en cl sentimiento de la vida y Ios apoyos que sumi-

nistra la norma. A remedial esta deficiencia vienc, empero, la

determinacion y detallc circunstanciado del ritual. Se vc tam

bien en este caso que el bombre necesita una cierta propor

cion entre la libertad y Ia ley, y que, cuando la proporcion re-

qucrida entre ambas no brota de una sola fuente, busca otra

fuente quc le suministre la cantidad de una dc ellas que bace

falta para equilibrar a la otra, basta conseguir la deseada pro

porcion. Por medio del ritual, la sociedad secreta sc impone

voluntariamente una coaccion formal, complemento de su

vida marginal e independcncia material- Es caracteristico que

entre los mosones sean, precisamcnte, Ios americAnos—esto cs,

los que dis fmfan de mayor libertad politica — los que exigen

la mas severa unidad en el trabajo, Ia mayor uniformidad en

el ritual de todas ias logias. En cambio, en Alumania, donde

no cs f&cil quc nadie sienta la necesidad de una compensa-

cion en el senlido dc limitar la libertad, reina mayor arbitrio

en el trabajo de las diferentes logias.

La coaccion formulista de la sociedad secreta, que llega aveces a imponer rituales absurdos, no sc balla, pues, en con

tradiccion con la libertad andrquica quc fomcnta, desvincu-

l&ndose de las normas vigentes en el circulo mayor que la en-

vuclvc. Por cl contrario: si la extension de las sociedades se

crctas por regia general, es un sintoma de poca libertad poli

tica y de excesivo espiritu policiaco dc rcglamentaciiin, como

reaccion del bombre ansioso de libertad, en cambio, la regla-mentacion ritual interna de estas sociedades indica en el circu



nido, un sentido muy superior al quc lienen otras asociacio-

nes. Le falta por completo a la socicdad ficcreia el crecimiento

organico, el caracter instintivo, la evidcncia de ia comunidad

y Ia unidad. Los contcnidos de la sociedad secreta podran settodo lo irracionales, misticos y sentimentalcs cjue se quicra;

pero su formacion es siempre consciente y pro.ducida por la

voluntad. Gracias a esia conciencia dc ser sociedad, conciencia

quc actiia en su fundacion y en su vida dc un modo perma-

nente, la sociedad secreta cs Io contrario de todas les coniuni-

dades inslintivas, en las cuales la asociacion es cn m ayor <)

menor grado Ia mera expresion dc una conjuncidn arraiijada

cn sus elementos. Esia condicion de la socicdad secreta explica

quc las formas tipicas dc las socializaciones sc aceniucn en las

sociedades secretas. y quc sus rasgos sacioldgicos escnciftles

sean el aumento cuantitativo de oiros tipos de relacion mas

genernles.

U no dc ellos ba sido ya indieado; me refiero a la curae'e-

rizacidn y mantcnim iento del circulo por su separacion del

ambiente social c[ue le rodea. En este sentido aciuan los sig-nos de reconocimicnto, a veces muy circunstanciados, por me

dio de Ios cuales los miembros de la sociedad secrcla legrtiman

su perienencia a la sociedad. En la epoca anterior a la di lu

tion dc la escritura. estos si£nOfi eran mucbo mat neccsarios

que dcspucs, cuando otros medios socioldgicos adquirieron

mas importancia que Ia mera identification. Mientras faltaron

confirmacioncs de ingresn. avisos, sens la mientos, una asociacion cuyas seccioncs se encontraban en distintos lugares, no

tenia otro medio para excluir a Ios profanos y para que sus

beneficins y comunicaciones Ilegasen a su vcrdadero destino,

que el empleo dc signos conocidos tan solo por los iniciados.

Sobre estos signos babia de guordarse secreto. y por medio de

ellos podian identificarsc en cualquier sitio los miembros dc

U asociacion.

El fin del apartamiennto caractcrizn muy claramcnte cl

fcj sccrc tu y li ii x ii ii a d SCO'i'U "t11



412 Sociologia

sucle prohibirse a las mujeres el acercarse a ellos bajo graves

penas. N o obstante, las mujeres ban conseguido algurias veces

penetrar cl secreto y han descubierto cjue Ias terribles apari-

ciones no eran tales fantasmas. sino sus propios maridos.Donde ha acontecido esto, las sociedades han pcrdido toda su

importancia y se han transformado cn inofensivas mascara-

das. La mentalidad indiferenciada del hombre primitivo no

puede representarse el apartamiento mas perfectamente tjue

escondiendose. haciendosc invisible. La forma mas grosera y

mas radical del secreto es aquella en que el secreto no se refiere

a una actividad concrete del hombre, sino al bombre entero.La asociacion no hare nada en secreto: es la totalidad de sus

miembros la quo se convierte en secreto. Esta forma dc asocia

cion secreta respondc perfectamente a la mentalidad piimitiva,

para la cual el sujeio entero se emplea en toda actuacion par

ticular: la mcniftlidad primitiva no objetiva las actividades

varias, no les da un caracter peculiar distinto del sujeto total.

Asi se explica quc tan pronto como se descubre el secreto dela mascara, fracase todo el apartamiento. y la asociacion pier-

da, al mismo tiempo que sus medios de manifestacion exter

na, su signifitado interno.

El apartamiento tiene aqui un sentido dc valoracion. El

que se scpara, lo hace porque no quiere confundirse con los

demas, porque quiere hacer sentir su propia superioridad fien-

te a los dcmas. En todas partes este motivo lleva a formar

grupos, que se distinguen claramenie de los que se constituyen

para fines objetivos. Al rcunirse aquellos que quieren apaitar-

se, producesc una aristocracia, que, con cl peso de su suma, for-

talece y. por decirlo asi, cxtiende la posicion y se£uridad del

individuo. El hecho de que el apartamiento y la asociacion se

enlaccn con el molivo aristocratico, les da en muchos casos,

desde el primer momento, el sello de lo «panicu*ar» cn el sen

tido dc la valoracion. Ya entre escolares puede aprcciarsc comO



1.1 4t(.fctu v la socicdad wcrcia 413

aislador, acentuando asi el caracter aristocralico del grupo.

Esta significacicin del sccreto, como Acentuacion del apar

tamiento sociologieo, se presenta con particular relieve en ias

aristocracias politicos. Uno de los requisitos del regimen aris-tocratico ha sido siempre el secreio. El regimen aristocratico

aprovecba el hecbo psicologico dc yue lo desconocido, por

serlo, parece terrible, potente, amenazador. En primer lugar,

trata dc ocultar el reducido numero dc la close dominante; cn

Esparta so guardaba el mayor secreto posible acerca del nume

ro de los guerretos, y el mismo objeto quiso conseguirse en Ve

necia, disponiendo que todos los nobili se presentasen con unsencillo traje negro, para que un traje Ilamativc no revclase, a

las claras, el escaso numero de los soberanos. Este disimulo

llegaba cn Venecia hasta ocultar completamente el circulo de

los altos dignatatios: los nombres de los tres inquisidorcs del

Estado sc ’ o eran conocidos por el Consejo de los Diez, que

los elegia. En algunas aristocracias suizas, los cargos mas im-

portantes sellamaban los secretos, y en Friburgo, las familias

aristocraticas eran denominadas «Ias estirpes secretas*. EncontTaslc con esto, la publicidad va ligada al principio demo-

cratico y, con cl mismo espiritu. la tendencia a dictar leyes ge-

nerales y (undamentales. Pues tales leyes se refieren siempre

a un numero indefinido de sujetos, y, por consiguiente, son

ptiblicas por naturaleza- Por el contrario, el cmpleo del secre

to en los regimenes aristocraticas no es mas quc la exaltaciun

suprema dc su situacion de apartamiento y exencion, por virtud de las cuales la aristocracia sucle oponersc a una legisla-

cidn general y fundamental.

Cuando ei concepto de la aristocracia pasa de In politica de

un grupo a las ideas de un individuo, la relacion entre aparta-

micnto y secrcto sufre una transformacion en apariencia com-

pleta. La perfcctn distincjon, asi en lo espiritual como en Io

moral, desdena toda ocultacion, porque su seguridad interior

la hace indiferente a lo quc otros sepan o no sepan de ella, a



-114

mucbedumbre, es justamonte la prueba de Ia importancia que

la masa tiene para tales hombres. La mascara del bombre ver-

dadcramente distinguido consiste en quc. aun mostrandose

sin velos, la mucbedumbre no le comprendc y, por decirlo asi,no lo ve.

La separation de todo lo yue esta fuera del circulo, es, pues,

una forma general suciologica que se sirve del secreto, como

tecnica para acentuarse. Esa separacion adquiere un particu

lar colorido, merced a los multiples grados en quc se verifies

la inic iacion en las sociedades secretas, an les de llegar a sus

uitimos misterios. Esa mullitud de ritos nos ba servido yapara iluminar otro rasgo sociologico de los sociedades secrc

tas. Por regia general, se le exigo al novicio la declaracion su-

lemne de guardar secreto sobre todo lo que vea, aun antes de

concederle siquiera el primer grado. De esta manera se con

sigue la separacion absoluta y formal que produce el secreto.

Pero desde el momento cn que el contenido o fin verdadero de

Ia asociacion—sea este la plena purificacion y santificaciondel alma por la £iacia de los misteiios, o la absoluta su pres ion

de toda barrera moral, como en los asesinos y otras socieda

des de maihechores—solo se revela gradualmente al nuevo

iniciado, la separacion adquiere en sentido material una for

ma distinia, se bace continuada y rclativa. El nuevo miembro

esta todavia proximo al estado del no iniciado, y necesita ser

probado y educado, basta poder conocer todos los fines de laasociacit'pi c induirse en su centro. Con esto se consigue al

propin liempt) proteger a este centro ultimo, aislarlo frente al

exterior, en un grado que excede al que produie aquel jura-

mento de ingreso. Sc procura -como se mostro ocasionalmen-

te en el ejemplo de los druidas — que el miembro no probado

aun, no tenga mucho que revelai, creando por medio de estas

revelaciones graduales. una esfera de proteccion elastica, por

decirlo asf, de lo mas intimo y esencial de la asociacion, den



416 So c io Io k u

o condesccndencia efectiva que hace que la sociedad publica

incxorablemente se acomode a la tcleologia dc la totalidad

ambiente. A pesai de Ia limitacion cuantitativa que caracteriza toda

comunidad real, bay, sin embargo, una serie de grupos, cuya

tendencia es la de considerar incluidos en el a todos los que

no estan excluidos de el. En ciertas periferins politicas, xeli-

giosas, sociales, todo aquel que satisface a determinadas co n

diciones externas, no voluntariamente adquiridas, sino dadas

con la existencia misma, queda sin mas ni rfias incluido enellas. Por ejemplo el que ba nacido en el territorio de un E s

tado, pertcnece a este, a no scr que relaciones especiales lo

exceptucn. EI miembro dc determinada clase social cs con

toda evidencia incorporado a las convenciones y relaciones de

dicba clase, a no ser quc se declare voluntaria a involuntaria-

mente disidente. La forma extrema dc esta pertencncia esta

rcalizada en Ia Iglesia quc pretende abaicar en su seno la to-

talidad de Ios bumanOS. de suene quc s<5lo accidentos histori-

cos, pccaminosa obstinacion o un designio particular de Dios,

excluyen algunos seres del vinculo religioso para todos ideal-

mente valido. Aqui, pues, se separan dos caminos, quc signi-

fican a Ias claras una diferencia fundamental cn el sentido so-

cioldgico de las sociedades, por mucho que la practica mezcle

ambas direcciones o rebaje el rigor de su distincirin. Frente a I

princip io de que estfi incluido todo el que no este explicita-

mente excluido esta el otro principio de que esia excluido todo

el que no este explicitamente incluido. Este ultimo tipo esta

representado en su mixima pureza por las sociedades secre

tas. Estando absolutamente separadas del resto social y man-

teniendo siempre clara la conciencia de sus movimientos, las

sociedades secretas sc basan en Ia idea de que quien no ha

sido expresamenie admitido en e] las, esta excluido de ellas. La



I I s ccrc to y la s<v:ictli<i aecrcn -117

fines que inducen al hombre a entrar en asociacion secreta coll

otros, excluyen la mayor parte tie la veces a un sector tan con

siderable del circulo social general, que los copartieipcs i.nles

y posibles adquieren un valor de rareza. EI individuo no debe,

pues, desperdiciarlos, pues le seria mucbo mas dificil susti-

tuirlos por otros, que, cx tcr is paribus, en una asociacion le-

gttima. A esto se anade quc loda dissension en el seno de la

sociedad lleva constgo el peligro de la dclacion; yen evitaresia

estan igualmente interesados el individuo y la comunidad.

Finalmente, el apartamiento de la sociedad secreta respecto dc

las sintesis sociales que la rodean, elimina toda una serie de

posibles conflictos. Entre todos los vi'ncuios que asume el in

dividuo, el constiiuido por la asociacion secreta tiene siempre

una posicidn exccpcional, frente a Ia cual los lazos familiares

y politicos, religiosos y economicos, sociales y amistosos, por

variado que sea su contenido, tienen muy distintos pianos de

contacto. La contiaposicion a las sociedades secretas bace ver

claramente que las pretensiones de aquellos vinculos, estandoen el mismo piano, son divergentes. Estas circulos Iucban, por

decirlo asi, en competencia para conquistar Ias fuer/as e inte

reses del individuo, y los individuos cbocan dentro de cada

uno de estos circulos, porque cada uno de ellos se ve solicita-

do por los intereses de otro circulo. Pero en las sociedades se

crctas estas colisiones se encuenlran muy limitadas, por el

aislamiento sociologico propio de esta clase de sociedades. Susfines y su manera de actual exigen que se dejen a Ia puerta

los intereses contrarios de las diversas asociaciones publicas.

Toda sociedad secreta- aunque solo sea porque acostumbra

a lienar por si sola su dimension, ya que dificilmente perte-

neccra un individuo a varias sociedades secretas—ejerce una

especie de imperio absolute sobre sus miembros, que bace di-

ficil que surjan entre ellos conflictos analogos a Ios que se dan

en aquellos otros circulos publicos. La «paz interna®, que pro-



Socio log ia

tAndoles asi la concordancia. U n poli tico ingles ha buscado

cn el secreto, quc rodea al Gabinete inglds, el fundamento de

su fortsleza. Todo el que ba actuado en la vida publica sabeque es tanto mas facil conseguir la unanimidad de un peque

no ntimero de personas cuanto m3s secretas sean sus deli-

beraciones.

A la especial cohesion que se produce en el seno de la so

ciedad secreta, corresponde su acentuada centralizaci6n. Se

dan en ella ejemplos de una obedicncia ciega e incondicional

a los jetes, que, aunque se encuenlian lambien naturalmente

en otras partes, tienen aqui mas relieve por el caracter anai-

quico de la asociacidn, que suele negar toda olra ley. Cuanto

mAs criminales sean Ios fines dc la socicdad secrda, tanto mas

;iimitado sera, por io general, poder de los jefes y tanto mas

cruel su ejercicio. Los «Asesinos» de Arabia, los «Cbau-

fleurs* — sociedad de malht-chores que f lorecio en el siglo xvm,

aspects Imcnte en Francia, con una oxjjsnizacion muy exlen

s®—, los «Gardunas de Esrari{i» — sociedad de delincuentes queeftuvo en relaciones con la Inquisition desde el siglo x vm hns-

ta comienzos del xix—, todas estas 4ociedad<?s cuya esencia era

negar la ley y afirmar la rebeldia, estaban sometidas a un jete

supremo, nombrado on parte por ellas mismas y al que se do-

blegaban todos sin critica ni condicion alguna. Cortribuye a

esto, sin duda, In compensadun que ha de existir siempre cn-

tre las nccesidades de libertad y de norma, compensacion quehemos visto manifiesta en la severidad e 1 ritual. Aqui, en

efecto, se reunen los extremos de ambas: el exceso de libertad

que semejantes asociaciones poseian frente al resto de las noi-

mas vigentes, nccesitaba, para lograr el indispensable equili-

brio, estar compensado por un exceso analogo de sumision v

renuncia a la propia voluniad. Pero aun es mas csencial otro

motivo: la necesidad de centralizacion, que es condicion vitalde toda sociedad sccreta. Sobre todo, si esta, como ocurre en



t ! s c c rc in y U s o c ie d j d i c c r c n -»l*J

en ella una autoridad rigida tjue le preste cohesion . Los wal-

Jenses no constitu:an por naturaleza una sociedad secreta; su

grupo ae hizo secreto cn cl siglo xm, obligado por las circuns

tancias exteriores. Esto les impidio reunirsc legularmeme. yfue causa de que su doctrina perdiese la unidad y se produje-

ran una porci6n de sectas que vivian scparadas y a veccs ene-

migas. Sucumbieron a su debilidad, porque les falto el atri-

buto esencial complemenfario de Ia asociacion secreta: la cen-

tralizacidn ininterrumpida. Y si el poder de Ia masoneria no

esta en relacion con su difusion y sus recursos, es, sin duda, por

la ampiia autonomia de sus elementos, que no poscen ni unaOrganizacion unitaria ni una autoridad ccntial. Reducida la

comunidad a principios y signos de identificacion, cultivan la

igualdad y la relacion de persona a persona, pero no la cen-

tralizacic5n que candensa las energias de los elementos y es el

complemcnto del aislamiento propio de toda sociedad secreta.

EI hccho de que, frecuentcmente, las sociedades secretas es-

t<Sn dirigidas por superiores descanacidos, no cs sino una exa-geracion de este principio formal. Me refiero al becbo de que

los grados inferiores no sepan a quien obedecen. Esto sc veri-

fica, en primer termino, por razon del secreto. Y este proposi-

to puede llegar a extremos, como el caso de la socicdad dc los

“Caballeros guelfos*. en Italia. Esta sociedad trabajo a co-

mienzos del siglo xix por la liberacion y unidad de Italia.

Tenia en las di.stintas ciudades en que funcionaba un conse

jo supremo de seis personas, que no se conoctan mutuamente

y se comunicaban por un intermediario llamado «el visible?*.

Pero no es esta la unica utilidad de los superiores sccretos.

Significan estos, sobre todo, la maxima y mas abstracta subli-

macion de la dependencia centralists. La tension que existe

entre el subordinado y el jefe, Ilega al grado maxima cuando

el jefe se encuentra mds alia del horizonte visible; pues enton-

ces solo queda cl becbo puro y. por decirlo asi, implacable., de



420 So c io! r>fcia

nocida, desaparece la sugestion individual, el poder de la per-

sonalidad, lambien desaparecen en el mandato Todas las limi

taciones, las relatividades, por decirlo asi, *humanas», que

caractcrizan a la persona singular y conocida. La obodicndava. pues, acompanada del sentimiento de estar sometido a un

poder inasequible y de limites indeterminables, poder que no

se ve en ninguna parte, pero que, por lo mismo, puede presen-

tarse donde quiera. La cohesion sociologica general quc rc-

cibe un grupo por la unidad dc mando, es, enlas sociedades

secretas de superiores desconocidos, como un focus imagina-

rius, adquiriendo asi su forma mas pura y acentuada.La nota sociologica que corresj>onde a esia subordinacion

cenlralista de los elemenios individuales, cn la socicdad secrc-

ta, es su des individualizacion. Cu ando la sociedad no tiene

como finalidad inmediata los intereses de sus individuos, sino

que utilize sus miembros como medios para fines y acciones

superiores a ellos, acentuase en Ia sociedad secreta el caracter

de despersonalizacion, esa niveiacion de la individualidad, que

sufre todo ser social por cl solo hecho de serlo. Asi cs como

la sociedad secreta compensa el caracter individualizador y

diferenciador del secreio, de que se ha hablado mas arriba.

Comicnza a mostrarse este caracter en las asociaciones secre

tas de los pueblos primitivos, donde los miembros se presen-

tan y actuan casi exclusivamente enmascarados; basia el pun

to de que una persona muy compctcntc ha podido decir que.

cuando en un pueblo primitive se encuentran antifaces, debepresumirse por lo menos la existencia de asocinciones secrclaS.

La esencia de la socicdad secreta exige, sin duda, que sus miem

bros, como talcs, se escondan. Pero en estos casos el hombre

actua incquivocamente como miembro de la socicdad, y lo

unico que Oculta es el rostro, los rasgos conoeidos de su indi

vidualidad; lo cual acentua,subraya grandemente la desapari-

ci(5n dc la personalidad tras el papel representado en la socicd d t E I i id i l d i



FI secrcto y la socicdad sccrcu 421

personas que solo figuran como ntimeros y (ju«, probable-

mente. no son conocidas de los otros miembros por su nom-

bre personal, Ios jefes ptocederan mas desconsideradamente,

con mas indiferencia bacia sus deseos y capacidades indivi

duales, que si Ios miembros figurasen en Ia asociacion con

toda su personalidad. N o es men oi la influencia que tiene en

el mismo sentido la amplitud y severidad del ritual. Pues este

significa siempre que Io objetivo domina sobre lo personal de

la colaboracion y actuacion. El orden jeraiquico solo admire

al individuo como actor de un papel determinado de antema-

no; tiene para cada copartfcipe, por decirlo asi, un traje esrili-

zado en que desaparecen sus contornos personales.

Otro aspecto de esta eliminacion de la personalidad halla-

mos en las sociedades secretas que cultivan una gran igual

dad entre sus miembros. N o solo no contradice esto a su ca

racter despotico, sino que en todas las demfis formas de des

potismo, este se balla compensado por la nivelaci<5n de los

dominados. Dentro de la sociedad secreta existe a menudoentre sus miembros una igualdad fraternal, que se opone clara

y tendenciosamente a las diferencias que puedan separates en

las demas situaciones de la vida. Esta nota—y ello cs caTacte-

n'stico—se da de una pane en las-sociedades secretas de na-

turnleza mistico-reli^iosa (que acentuan fucrtemente Ia ber-

mandad) y de otra en las asociac iones de caracter ilegal. Bis

marck babia en sus M em orial de una sociedad de pederastas,que conocio en Berlin cuando era un joven funcionario judi

cial, sociedad que se hallfiba muy difundida: y acenttia «ol

efecto igualitario que, en todas las clases sociales, produce la

practica en comtin de lo probibido».

Esta despersonalizacion a que las sociedades secretas re-

ducen una relacion tipica, que se da, en general, enire indivi

duo y sociedad, adopts, finalmentCj la forma caracteristica de



So c i u Io k m

forma algo torpe que cmplean aquellas asociaciones para

hacer que desaparezca Ia personalidad de sus adeptos; sin lo

cual, sin duda, caersan sobre estos la venganza y la pena.

Pero la responsabilidad esta ligada tan inmediatatamente alyo—tambien, filosrifuamcntc, el problema de Ia responsabili-

dad cae dentro del problema del yo — que para la memalidad

primitiva el no conocer a Ia persona anula toda responsabi-

lidad. Pero tambien el refinamiento politico se sirve de esta

conexion. En la Camara norteamericana, las decisiones pro

piamente dicbas se toman en las Comisiones pernianentes, a

las que el pleno se adhicre casi siempre. Pero las deliberacio-nes de las Comisiones son secrctas, con lo cual se oculta al

publico la parte fundamental dc la actividad legislative. Esto

bace que la responsabilidad politica de los' diputados desapa

rezca en gran parte; pues no puede hacerse a nadie responsa-

ble dc deliberaciones incontrolables. Desde e] momento en que

la participation de los miembros individuales en las decisio

nes queda oculta, parccen estas el producto de una instanciasupraindividual. La irresponsabilidad es tambien en este caso

consecuencia o simbolo de aquella acentuada despersonaliza-

cion sociologica, que corresponde al secreto de Ios grupos. Esto

mismo es aplicable a todas las directivas, facultades, cornices,

curatorios, etc., cuyas deliberaciones scan secrctas: cl indivi

duo entonees dcsaparece como persona y cs austituido por el

miembro del grupo, por un anonimo, por decirlo asi. De estasuerte, desaparece tftmbien Ia. responsabilidad, que no puede

atribuirse a semejant^ ser inaccesible en su conducta per

sonal.

Finalmente, esta acentuacion uniforme de Ios rasgos socio

lo g ie s generales se confirma en el peligro que, con razon o

sin cila, cree vcr el circulo mayor en las asociaciones. Cuando

se desca instauiar—especinlmente en io politico— una centra-li i6 t d l hibi l i i d l



fcl stcrcio y la socicdad seenMJ

la historia del Estado, cosa muy importante cn muchos senti-

dos paia estas investigaciones y quc sc ha hecho ya tesaltar.

Un tipo caractcristico es, poi ejemplo, la Convencion Suiza del48l, segun la cual no podian celehiaise alianzas separadas

entie los diez Estados confedcrados. Otro es la persecucion dc

las asociaciones de oficiales grcmiales poi el despotismo delos

siglos x v i i y xvm. U n tercero es la tendencia tan frecuente en

el Estado moderno a desposeer de sus dcrcchos a los Munici-

pios. Este peligro de las uniones particulates, para el toda que

las rodea. aparece potenciado en Ia sociedad secreta. EI hom*

hie tiene raras veces una actitud serena y racional frente a las

personas desconocidas o poco conocidas; la ligereza, que trata

a lo dcsconocido como no existente y la fantasia temerosa, que

Io aumenta hasta ver cn <!l pel igros y espantos monstruosos.

suelen ser los extremos habitualcs de su actitud. Asi la socie

dad secreta aparece como peligrosa por el solo hecho dc ser

secreta. En general, no puede sabersc si una asociacion parti

cular no utilizara para fines mdeseahlcs la fuerza que ha re-unido para fines legates; de aqui la suspieacia que en princi

pio inspiran a Ios poderes centrales las uniones de subditos.

iCuanto mas fAcil no sera entonees sospechar quc las asocia

ciones ocultas encicrran en su secreto aljjun peligro! Las so

ciedades orangistas quc se or^anizaron en Inglaterra a co-

mienzos del siglo xix para oprimir al catolicismo, evitaban

toda discusion pubiica y trabajaban en secreto por relacionesy correspondencias personales. Justamente este secreto (ue Ia

causa de que se las considcrasc como un peligro publico. Des-

pcr<<5se la sospecha «de que hombres que temen apelar a la

opinion pubiica meditan un golpe de fuerza*. Po t eso la so-

cicdad sccreta. solo por ser secreta, parece prdxima a !a cons-

piracion contra los poderes existentes. Pero esto no es mas

que una exagcraci<5n de la sospecha que en general despiertan

en la politica las asociaciones, coma lo muestra el hecho si-



424 Sociologia

y las capitulares francas las condenaron designandolas como

conjuraciones Hasta tal punto la sociedad secreta pasa por

ser enemiga del poder central, que inversamente se califica detal a toda asociacion politica indeseable.



I N D K . h G h N H R A L

P r d lc g o . ............................................ ........................................................................* ....................... 9

C*p(fulo 1. El problema de I a f l o c i o l o j l a ........................................... ............................. 11

C a p h u l o 2 . L a CAtitidad cn los s ru co i jo c ia l f i - • - 57

Cap(i*i1o 3. La i - jb o rJ inA^idr. . . . . , . . 147

Capitulo 4 . L a Iuch.a.................. .................. ..................................................... 265

C Api iu lo S. E l y Ia l oc i cd td accrdB. .......... . . . . 3 57

Ca p5iu,u 6 El e ra r* <ie ln« circulos cneiAlr*



319 A J. A ve r Parle de mi vida

320 Crls<(jba Cnlon T e xt cs y docum e n t s c om p le lo s

321 Llyyd de Ma uSe H istoria de la

Inlancia

322 Sir Mdcf'irlenc Su-net y D j v i J0 Wh ite H istoria natural de la

enfermedad inlecciosa

323 S Iu a 1 H am ssi re Spinoza

32- Marvin Ha.-r-lj- El materialismo

Cultural

325 Ferr an V a s i Ta bc rne v F*r.'A-. SoidC'-'i.O Histo ria de Cataluria

32? T»1co:t Pa rso ns El sistem a social

32" KatM ee * N#vw ,1 0 La mujer cn cl

mundo moderno

32S Anthony Kenny W lllge nsta in

32'3 Jc s e LOr le Mena El animal para- dojicc

333 J c s e m D N ovak Teoria y uracti ca de la cducaciin

331 332 Ecmurd -H j s S l Invesligacio

nes logical

333 Jean Fis g e: y uiroi Investlgacio- nes sobre l a s cor respondents

334 Anion 0 Go m el McntJeta Ferrocs

'ri les y cambio cconomico en Es.

para (1855.1913)

335 Hannah A ren ct: Lo s orrge nes del totalit arismo 3 To ialiiarism o

336 S'-’ nd Da", H isto ria de l libro

337 Ha'Sid Fr iiiS ch Los quark s, la materia prima de nuestro llniverso

33S Ra -ian TamyrneS Estructura eco- nbmica inlernacional

339 Fred cr ck J Newm eyCr El primer

cuarto de siglo de la gramatica gene ral! no transfor mato ria (1955-1980)

340 Pcd'L1 Lint Inlraigo La medicina

hipocr&lca

341 f i . : r i r c Se m ett : Autoridad

3-2 Juii&n 7i.gsS"i El ba nd olerismo

343 Cu rt Pan JjO i Friedrich Nietzsche, 2

347 Javier A 'ce El ultima siglo de laEspana romana 1294.409)

34a Guillermo Aray.v El pensamiento

de Americo Castro

34g Imre Lakatos- La metod ologia dc

los progremas de Investigation

cientiflca

35>j Howard F Tay lor. El jucg o del C.l-

35: 3c'r>a»d <J Es p.ig na t. En b us ca de Jo real

357 P— La n L‘ntra'<jO: Teo ria y rea

lidad del otro

*3 K. S Sctrc Frficnrttc Energia nuc'par y bienestar publico

_ ; r ; i i . if t fi. . . Lo s los mac-

xismos

- sc L i . . i M i'l : Pdidi -as de

Indies

3 j u Ju in M an ,is Antm palogia meta-

li sica

35 Policia y soc icdad dem ocra tica.

Cu i'i iUiiin pnr Jn sc M aria Hi CO

LU'5 U del Co rral El pensa-

niiento politico etiropeo y la monarquia de Espana

3 j 9 C r is is cn Europa 1560-166C Co in

pilacio-' de Trcvur Aston

3*3 tk 'n ijnl G il len La revolucion

newtoniana y las translormacio

ncs de las ideas cicnl i l icas

5-1: L--:a:ek K o lsto w sk i Las prin cip ales corrientes del marxismo. Il l

362 Jysc V m iu * . San.-.h*’ Ron El ori gen y desarrolio dc la relauvidad

303 G viSK iv He nnm gsen El abog.ido de las brujas. Brujena vases e Inoui

sicion espanola

3n4 M argsrui $ Myn nr O vn F K c

!:e ;o y nirrvs Diez ano s de psieo

analisis cn los Estados l lnido^

(1973-1902). Co m pilation io “ J rold P 8 !u:n

355 E H C ar r Las ba se s He una ec o nom ia pla nilicad a 1926 1929

3€u A<;uslin AfbOrracih Teu nn. La te^- ria celular



370 Pedro Lain EntralgO La «elacion mcdico-enfeimo

371 Fnrique B jliest e'o Teorta econo mica dc las cooperailvaa

372 M ichael Husc La revolucidn dar-

winiaia373 Julian Marias: Ortega. 1. Circuns-

tancia y vocaclon

37J Julian Ma rias: Orteg a. 2. La ? tra- yectaria s

375 Paro a intlacion. P ersp ect ive s ins* titucionales y estiuc tura les Cnm-

pilac.on dc M ichae l J P'Ore

376 C st.o s Pereyra El suje lo de la Hfs- toria

3’ " Hov-yrd NewUy v Cduftrdo S e v o- Guzm an Inirodu ccion a la sociologia rural

378 \1aniJfli 8aHbe. Orden publico v mi- l itansmo cr. la Espana constitutional C1Q12-10B3)

3'.fy Authori A long La filosofia he

lemsi ica

380 D ennis C. Mueller Eleccion pubiica

38 M C.Tf.-rifln Ig le.s ias. El pe nsa- micnto dc Montesquieu

33? flita Vi*yk Panoramica y critie a

de la cpisicmofogia de Piaget. 1(1965-19801

33: Juan M ancna Teoria e histoiia

del ensayismo htspanico

3fiJ C W F Hec e Leccio nes sobre

filosofia dc la religion. 1. Introduction y concepto de la religion

335 B J M cCo 'mic* Los sala ries

3do Efr«Gue And erson Imbc rl La critica literaria: sus metodos y pr-o- blemas

3 3 ' Del calcu lo a la teoria de conju nlo s, 1630-1910. Una in troduction

his torica Coma .acidn de 1 Ca v

'an*G'jin^e5s

388 Ea i I J Hamilton El MorecimientO de) capitahsmo

3o^ an lon e El mno sa lva ic dc Avoyron

394 Je su s Mo sterm Co nce pto s y teorias en la ciencia

3Q3 Arno J M ayer La oo rsis lo nc ia del Antiguo Regimen

30G L Hoy WemifOub Micro lunda- mentos

3$7 An:onm Tovar. Vida de So cra tes

3^5 Cartas da pa rtic u lar s a Colon y

relaciones c oetaneas. ^ ccd j j acian

y cd iciftn Oo Juon Oil Fern andez y Consuclo Varda

300 Jerem y Cn^ rfos InWaduccion a ia

ingeniena genetica

403 Adam Ferguson* Cuand o mu ere el dinero

<101 E H C arr Histo ria de la Rusia sovieiiea Ba ses de una economia

pl an ilicad a 1926-1929. Volumen J11 □ane f

'02 L II H isto ria de la Ru siaso vje iica B as es dc un*! econorma

plan ificada 1926-1929. Vulu^ en 11..title II

&,VA F H Ca rr Histo ria de la Rusia

soviel ica. Bases de una economia

pl an ilicad a 192G-192? Uo' n if HI

Darts I! I■X04 Pdu V e/n c Co m o sc e sc rib e la

historia

•303 Pau Forman CuIIum en Weimar, causalidad y teana cuanl ica I91fl

1S27

££c Don<-l Ball. Las cien cia s so ciale s desde la Seyunda Guerra Mundial

•<C7 La nueva histoiia economica. Lectures solcccion ada s Coinntijr .n;n

da P TemmJO* flnhAil X M*rtnn Cie nc ia. tecno-

logia y socicdad en la Inglaierra del siglo XVII

dfra M arc Ferro La Gran Gu erra f1 9 li-

1918)

JiO Csrioft Cast- n ri*i Pino Te on a de

la alucinaciOn

i. 11 rioij^a s C North Esn uctu ra y

cambio cn la historia economica

.Jose Fe irat€r Mora Fundamen tos

dc (ilosofia



41G Lu is Ange l Rojo Ke yn es: i u tlem pa y el nuestra

417 Jean-Paul Sar tre: El se r y la nada

418 Juan Pablo Fusi: El Pais Vasco. Plutallsmo y naclonalldad

419 Antonie Rodrigue z Hu oscar: Pers- pectlva y verdad

420 Jos e M aria Lopez Pinero: Orige- ne s historlccs del concepto de

neurosis

421 Hermann Ha ller: E scr ito s po liticos

422 Camilo J. Ceia Conde De genes, dloses y tlranos. La detewilnaeidn bloldglca da la moral

423 W alter (Jllman: Prin cip les de go- blerno y politica en la Edad Madia

424 Mark Blaug: La meto dologla de I t economia

425 Carl Schm itt: Le dictadure

426 Rita Vuyk: PinorSmlca y critics de le epistemologia genetica de

Piag et . 1965-1980, 11

427 Fernan ds Va Kesp in Ofia: Nuevas taorias dal Contrato Social

428 J. M. Jauch Sob re la reallded de los cuantos

429 Radi Morodo: Lo s orlg en es Ideo- lagicos de] franqufsmo: Accion

Espafiola

430 Eugen e Linden: Monos, hom bres y

lenguaje

431 N ico lis SSnchez-Atbomoz (Compi-

lacirSn): La modernization economica de EtpaAa. 1830-1930

432 Luis Gil: Censure en el mundo

antlguo

433 Rafa el B an or y Jo se Antonio 01-

meda (ComDllacldn): La Instltu-

cion mJliter en el Estado contem- porineo

434 Paul Hazard: El pensam iento eu

ro peo en el siglo XV III

435 Rafae La pe sa: La traye ctarla poe

440 Mario Bunge: Sau do clen cla e ideo

logla

441 Ernst H. Kantorowlcr Los dos cuerpos del rey

442 Julian Ma rias: Espana IntelIglble

443 David R. Rrng rose: Madrid y la

economia espaftola, 1560-1850

444 Renote Mayntz: Sociologia de ia

A dm in is trecid n pubiica

445 Mario Bung e: Racion alldad y rea-

lismo

446 Jos£ Fer rate r Mor«: Unamuno

Bosquejo de una lilosoiia

447 Lawren ce Stone: La c ris is de la

arlslocraela,1558-1641

448 Rohcrt Ge rcch : La relatlvldad ge neral: de la A a le B

449 Steven M. SheHrin: Expectativas

racionales

450 Paulino Garag orr La lilaso fia es

pafiola en el siglo XX

451 Manual Tunon de Lara: Tras Sla ves de la Segunda Republics

452 Curt Paul Janz: Friedrich Nietz

sche. 4. Los anos de hundlmiento

453 Franco Selleri: El debate de la teoria euintlca

454 Enrique Ba llestero: Loa principios

de la economie liberal

455 E H. C arr: El oce so de la Com in

tern, 1930-1935

456 Padro Lain Entralco : Cie n cia , tac- nlca y medicine

457 Desm ond M. Cla rke : Le filoso lfs de la clanela de Deicarte9

458 Josd Antonio M aravall: Anliguos y

modernos

459 Morton D D avis: introduccldn a

la teoria de Juegos

460 Josfi Ramtfn Lasujn: El Estado

multlrreglonal

461 Bhlkhu Parekh: Pensa do ras po liticos contemporineos

462 W ass ily Leontlef y Faye Duchin:



g j j t . id & . i V i^ r « t f \* JhpB I D ' \

467 Ja m es Tobin: Aeum ulaclAn de ac- t lvoi y activ idad economics

468 Bruno S. Frey : Pate una oolltica

acondmica democratica

469 Ludwlk Fle ck : La ge ne sis y el dee- arrcllo de un hecho cienllfleo

470 Harold De m sctz: La ccm pete ncla

471 Te resa San flom^n (com pilacion]: Entre la marginaclfin y el raeltmo

472 Alan Bakor: Breve introduccidn a

la teoria de nCmero*

473 Jean-Paul Sartre: ElCritos politicos , 1

474 Robert Axelrod: La ev olu cX n de la cnoperacion

475 Henry Kam sn: La locleda d auro- pea, 1500-1700

476 O lto Pflflgelor: Ei cam ino de l pensar da Heidegger

477 G W. F . He ge1 Le cclonas sobre

l l loiofla da la religion, 2

478 H, A. John G re sn : Le teoria del consumidor

Simmel, Georg - Sociología, Estudios Sobre Las Formas de Socialización

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