símbolos alquimistas

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El cáliz de piedra: el Grial en la alquimia ..una piedra de máxima pureza... llamada lapsit exillas... Por muy enfermo que se encuentre un hombre, si un día ve dicha piedra no podrá morir en la semana siguiente... y aunque siga viendo la piedra durante doscientos años (su aspecto) nunca cambiará, a excepción de su cabello, que puede volverse gris. Esta descripción siempre ha desconcertado a los estudiosos, y en diversas ocasiones se ha intentado descifrar lo que quería decir Wolfram con la expresión lapsit exillas. ¿Acaso quiso decir lapsit exillas ex caelis, o "piedra caída del cielo"? Así parece indicarlo un pasaje de Parzival en el que se afirma que la piedra era una joya, una esmeralda que cayó de la corona de Lucifer durante la guerra entre Dios y Satanás, siendo traída a la tierra por ángeles que se mantuvieron neutrales. Algunos traductores interpretan que la joya no cayó de la corona de Lucifer, sino de su frente, y la relacionan con la perla engarzada en la frente del dios indio Siva. Esta piedra, denominada Urna, representa el sentido de la eternidad que posee el dios, y es como el Tercer Ojo, con el que se puede mirar hacia dentro para alcanzar el conocimiento y la perfección. Al perder la esmeralda, Lucifer queda condenado a residir en la tierra como manifestación del mal, mientras la piedra misma se convierte en una imagen caída que sólo puede elevarse nuevamente gracias a la búsqueda del Grial y se redime mediante el acto de curación realizado por Perceval en su nombre. Esto se asemeja mucho a algunos de los procesos alquímicos; y de hecho, la interpretación más acertada de la "piedra pura" de Wolfram la considera como una referencia más o menos directa a la lapis philosophorum o piedra filosofal, cuya búsqueda ocupó las mentes y energías de los alquimistas medievales de manera casi exclusiva.

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El cáliz de piedra: el Grial en la alquimia

..una piedra de máxima pureza... llamada lapsit exillas... Por muy enfermo que se encuentre un hombre, si un día ve dicha piedra no podrá morir en la semana siguiente... y aunque siga viendo la piedra durante doscientos años (su aspecto) nunca cambiará, a excepción de su cabello, que puede volverse gris.

Esta descripción siempre ha desconcertado a los estudiosos, y en diversas ocasiones se ha intentado descifrar lo que quería decir Wolfram con la expresión lapsit exillas. ¿Acaso quiso decir lapsit exillas ex caelis, o "piedra caída del cielo"?

Así parece indicarlo un pasaje de Parzival en el que se afirma que la piedra era una joya, una esmeralda que cayó de la corona de Lucifer durante la guerra entre Dios y Satanás, siendo traída a la tierra por ángeles que se mantuvieron neutrales.

Algunos traductores interpretan que la joya no cayó de la corona de Lucifer, sino de su frente, y la relacionan con la perla engarzada en la frente del dios indio Siva. Esta piedra, denominada Urna, representa el sentido de la eternidad que posee el dios, y es como el Tercer Ojo, con el que se puede mirar hacia dentro para alcanzar el conocimiento y la perfección. Al perder la esmeralda, Lucifer queda condenado a residir en la tierra como manifestación del mal, mientras la piedra misma se convierte en una imagen caída que sólo puede elevarse nuevamente gracias a la búsqueda del Grial y se redime mediante el acto de curación realizado por Perceval en su nombre.

Esto se asemeja mucho a algunos de los procesos alquímicos; y de hecho, la interpretación más acertada de la "piedra pura" de Wolfram la considera como una referencia más o menos directa a la lapis philosophorum o piedra filosofal, cuya búsqueda ocupó las mentes y energías de los alquimistas medievales de manera casi exclusiva.

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