Silverberg, Robert - Alas Nocturnas

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    ALAS NOCTURNAS

    Robert Silverberg

    I

    Ruma es una ciudad construida sobre siete colinas. Dicen que fue una gran capital enuno de los ciclos pasados. De esto no s nada, puesto que pertenezco a la hermandadde los Vigas y no a la de los Memorizadores; pero cuando hube divisado por primeravez a Ruma, al llegar desde el sur en el crepsculo, pude darme cuenta de querealmente debi haber sido muy importante. An ahora es una gran ciudad, conmuchos miles de habitantes.

    Sus altas torres se erguan destacndose contra el sol poniente. Las lucescomenzaban a brillar, atractivas. Hacia mi izquierda el cielo se incendiaba a medida

    que el sol iba renunciando a sus dominios. Franjas de colores azul, violeta y carmes seenroscaban y retorcan en la danza precursora de la noche. A mi derecha, ya estabaoscuro. Trat, sin xito, de identificar las siete colinas, sabiendo sin embargo que staera la Ruma majestuosa, hacia la cual todos los caminos conducan. En ese momentosent reverencia y respeto por las obras de nuestros antepasados.

    Nos detuvimos a descansar a la vera del largo camino recto, siempre mirando haciaRuma. Entonces habl:

    Es una bella ciudad. Creo que hallaremos trabajo.

    Cerca de mi Avluela movi sus alas irisadas.

    Y comida? pregunt con su voz agudaY refugio? Y vino?

    Tambinrepliqu, hallaremos tambin todo esto.

    Cunto hace que caminamos, Viga?me pregunt.

    Dos das y tres noches.

    Si lo hubiera hecho volando, hubiera tardado mucho menos.

    T sle contest, pero nos hubieras dejado muy atrs, para nunca volvernos aver. Es se tu deseo?

    Entonces se me acerc y frot cariosamente la burda tela de mi manga. Luego seapret contra m tal como lo hubiera hecho un gatito mimoso. Sus alas se desplegaron,y eran un sutil encaje, a travs del cual se distorsionaban mgicamente las luces delcrepsculo y las que se iban encendiendo en la ciudad. Pude sentir entonces lafragancia de su pelo, mientras la rodeaba con mis brazos envolviendo su cuerpoestilizado como el de un muchachito.

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    Me dijo:

    T sabes que mi deseo es quedarme contigo para siempre, Viga. Para siempre!

    S, Avluela. Y seremos felicesdije, mientras la soltaba.

    Entraremos en Ruma ahora?

    Creo que deberamos esperar a Gormon le dije mientras haca un gesto negativocon la cabezaPronto estar de vuelta de sus exploraciones.No quise que supieraque estaba agotado. Era una nia de diecisiete aos; qu poda saber del cansanciode la edad? Soy viejo. Es verdad que no tan viejo como Ruma, pero bastante viejo.

    Mientras esperamos, puedo volar?

    Vuelale dije.

    Me acuclill al lado del carrito y acerqu mis manos al calor del generador, que vibrabartmicamente, mientras Avluela se preparaba a volar. Primero se quit los vestidos,

    porque sus alas son dbiles y no pueden levantar el peso agregado. Con destreza ysuavidad se liber de las burbujas vtreas que cubran sus pies, de la chaqueta carmesy de los suaves y peludos pantalones. La luz, al desvanecerse en el oeste, cubri suesbelta figura. Como todos los Voladores, su cuerpo no tena un gramo de ms: sussenos se reducan a dos leves protuberancias, sus nalgas eran chatas y sus muslos tandelgados que cuando estaba de pie quedaba entre ellos una amplia separacin.

    Pesara cincuenta kilos? No creo que tanto. Mirndola, y por comparacin, me sentgordo, ligado a la tierra, un ser de grosera continencia, y sin embargo no soy grueso nipesado.

    Cerca del camino se puso de rodillas en tierra, con la cabeza tocando el suelo,

    musitando el ritual de los Voladores. Me daba la espalda. Sus delicadas alas temblabanllenas de vida y la nimbaron de rosa, como una frgil capa batida por el viento. Nuncafui capaz de comprender cmo tan tenues alas podan levantar siquiera una forma tangrcil como la de Avluela. No eran alas de halcn, eran alas de mariposa, surcadas porvenas, y transparentes, con zonas pigmentadas de bano, turquesa y escarlata. Unfuerte ligamento las una a los chatos msculos que tenia debajo de los omplatos,pero careca de las bandas de fuertes tendones que son necesarios para el vuelo y delmacizo hueso del pecho comn a las criaturas voladoras. Oh, bien s que losVoladores usan algo ms que sus msculos para remontarse y que en sus iniciacionesexisten rituales mgicos. Aun siendo yo miembro de los Vigas, era escptico en lo quese refera a las hermandades ms misteriosas.

    Avluela termin de musitar su ritual. Se puso de pie y aprovechando la brisa, se elev acierta distancia del suelo. All se mantuvo, suspendida sobre el cielo y la tierra mientrassus alas se movan frenticamente. Todava no haba oscurecido y las alas de Avluelaeran solamente alas para la noche. De da no poda volar, pues la terrible presin delviento solar la precipitara a tierra si lo hiciera. Ahora, a mitad de camino entre elcrepsculo y la oscuridad, no era, an el mejor momento para elevarse. La vi lanzarsehacia el este, recortndose contra el resto de luz. No solamente sus alas, sino tambin

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    sus brazos batan el aire; su carita revelaba la intensa concentracin mientras susdelgados labios repetan las palabras de su hermandad. Se pleg sobre si misma yluego sali disparada, la cabeza hacia un lado y las piernas a otro y, abruptamente,comenz a flotar horizontalmente, mirando hacia abajo, batiendo el aire con sus alas.Arriba, Avluela, arriba!

    Y arriba iba, conquistando por el mero esfuerzo de su voluntad los vestigios de luz anexistentes.

    Con placer contempl su desnuda figura recortndose sobre la oscuridad. La poda verclaramente pues los ojos de un Viga son agudos. La altura a la que volaba era decinco veces la suya propia; ahora, sus alas se hallaban totalmente desplegadas, y estohaca que las torres de Ruma se eclipsaran parcialmente para m. Me salud con lamano. Le tir un beso y le dije palabras de amor. Los Vigas no se casan ni tienendescendencia, pero Avluela era como una hija para m y me enorgulleca enormementeel verla volar. Hacia ya un ao que viajbamos juntos, desde que nos habamosencontrado en Agupto, pero a m me pareca que la hubiera conocido toda mi largavida. Ella fue quien me insufl renovadas fuerzas. No s cul fue la escondida faceta

    ma que ella logr revelar. Seguridad? Sabidura? Una continuidad con los tiemposque precedieron su nacimiento? Todo mi anhelo consista en que ella me profesara elmismo cario que yo le tenia.

    Ahora se hallaba lejos. Estaba entregada a mltiples piruetas, zambullidas,elevaciones, giros y alados pesos de danza. Su largo pelo renegrido volaba alrededorde ella. Su cuerpo pareca solamente un apndice de las dos enormes alas querelucan, pulsaban y brillaban en la noche. Se elev, feliz de su area libertad,hacindome sentir an ms pegado al suelo, y como un rayo se dirigi ligera endireccin a Ruma. Todo lo que vi de ella fueron las plantas de sus pies, las puntas desus alas, y luego desapareci.

    Suspir y puse mis manos bajo mis brazos, para calentarlas. Por qu senta fromientras una muchachita como Avluela poda volar desnuda por el aire?

    Nos hallbamos en la duodcima de las veinte horas, momento en que yo debarealizar mi tarea de Viga. Fui hasta el carretn, abr las cajas y prepar losinstrumentos. Algunas de las cubiertas de los diales estaban ya borrosas yamarillentas, las agujas haban perdido su fluorescencia; las cubiertas de losinstrumentos tenan manchas de salitre, restos de la poca en que los piratas measaltaron en el ocano terrestre. Los niveles y los sealadores, gastados yresquebrajados, respondieron a mi contacto, cuando comenzaron las operacionespreliminares. Primero se ruega para obtener una mente pura y perceptiva; luego secrea la afinidad para con los instrumentos y finalmente se precede a realizar la

    observacin propiamente dicha, interrogando a los cielos en bsqueda de los enemigosdel hombre. Tales son mi habilidad y mi pericia. Mientras manipulaba llaves y botonestrataba de dejar mi mente libre de todo otro pensamiento, a fin de que yo mismo metransformara en una extensin de mis instrumentos.

    Acababa de traspasar el umbral, y me hallaba en la primera fase de mi tarea de Vigacuando o una voz resonante que dijo a mis espaldas: Bien, Viga, cmo va eso?

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    II

    Me desplom sobre mi carrito. Senta un verdadero dolor fsico cuando alguien mearrancaba tan inesperadamente de mi trabajo. Por un momento me pareci que garrasgigantescas atenazaban mi corazn. Mi cara se enrojeci, mis ojos se negaban aenfocar y la saliva escapaba de mi boca. Tan pronto como me fue posible tom las

    medidas protectoras adecuadas para aliviar el esfuerzo metablico y me apart de misinstrumentos. Ocultando mi temblor cuanto me fue posible, me volv.

    Gormon, el otro miembro de nuestro grupo, haba aparecido y se hallaba parado, concierto garbo, a mi lado, mientras rea divertido por mi malestar. Sin embargo, no pudeenojarme. No se debe demostrar disgusto hacia una persona sin hermandad, noimporta cul fuere la provocacin recibida.

    Con esfuerzo, le dije:

    Has pasado bien este rato?

    Ya lo creo. Dnde est Avluela?

    Seal hacia arriba. Gormon asinti.

    Qu has hallado?le pregunt.

    He averiguado que esta ciudad es, indudablemente, Ruma.

    Nunca lo dud.

    Yo s. Pero ahora tengo pruebas.

    Cmo dices?

    Mira en mi sobrebolsa.

    De su tnica sac su sobrebolsa, la abri para poder introducir en ella su mano yrefunfuando, comenz a sacar un objeto pesado. Era una larga columna de mrmol,de piedra blanca y estriada, con innumerables marcas dejadas por los aos.

    De un templo de la Ruma Imperial! dijo Gormon, exultante.

    No deberas haberla cogido.

    Espera! Hay algo ms! y hundi la mano nuevamente. La sac con un puado deplacas circulares de metal, que luego desparram, tintineando, a mis pies. Monedas!Dinero! Mralas, Viga, llevan grabadas las imgenes de los Csares.

    De quines?

    De sus antiguos gobernantes. No conoces la historia de los ciclos pasados?

    Lo mir con curiosidad.

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    T dices no pertenecer a ninguna hermandad, Gormon. Puede ser que seas unMemorizador, y ests tratando de ocultrmelo?

    Mrame, Viga. Podra pertenecer yo a hermandad alguna? Aceptaran a unMutante?

    Es ciertorepliqu, reparando una vez ms en su color dorado, en la piel gruesa yde consistencia crea, en su boca deformada. Gormon haba sido criado en base adrogas teratognicas. Era un monstruo, no carente de cierto atractivo, pero unmonstruo, un Mutante considerado fuera de las leyes y de las costumbres de loshombres tal como se practican en el Tercer Ciclo de civilizacin. Y los Mutantes nopertenecen a hermandad alguna.

    Todava hay msdijo Gormon. La sobrebolsa era de capacidad infinita; todo unmundo poda introducirse en su encogido buche, y sin embargo su tamao nosobrepasara el de la mano de un hombre. Gormon sac de ella pequeas piezas demaquinaria, elementos para leer, un objeto angular de metal marrn que podra ser unaantigua herramienta, tres lminas cuadradas de cristal, cinco hojas de papel (papel!) y

    una buena cantidad de otras reliquias. Has visto?dijoUn paseo provechoso,Viga! Y ten en cuenta que esto no ha sido cogido al azar. Todo est registrado,marcado, individualizado el estrato, estimada la edad, determinada la posicin cuandose hallaba in situ. Esto representa diez mil aos de la historia de Ruma.

    No s si es correcto que te hayas llevado esas cosasdijo dubitativamente.

    Y por qu no? Quin va a echarlas de menos? A quin, en este ciclo, le importael pasado?

    A los Memorizadores.

    No necesitan objetos slidos para ayudarse en su labor.

    Y para qu quieres t esas cosas?

    El pasado me interesa, Viga. Si bien no pertenezco a ninguna hermandad, tengonecesidad de ciertos conocimientos. Est mal? Est prohibido, a un monstruo comoyo, la persecucin de la sabidura?

    No, no, nada de eso. Busca y toma lo que desees. Trata de realizar tus aspiracionestal como t lo entiendes. Estamos en Ruma. Entraremos al amanecer. Espero hallartrabajo all.

    Puedes llegar a tener problemas.

    Cmo dices?

    Sin duda ya ha de haber muchos Vigas en Ruma. Pienso que tal vez tus servicios nosean necesarios.

    Tratar de hallar favor en el prncipe de Ruma le contest.

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    El prncipe de Ruma es un hombre cruel, fro y duro.

    Sabes algo acerca de l?

    Pocodijo Gormon con una sacudida de hombros. Comenz a guardar los objetosnuevamente en la sobrebolsa Prueba suerte, Viga. Qu otra posibilidad tienes?

    Tienes razn, ninguna otrale contest. Gormon ri, pero yo no.

    Se afan por guardar su botn del pasado. Sus palabras me hundieron en una profundadepresin. Me pareca tan seguro de s mismo, en un mundo inseguro, este hombre sinhermandad, este monstruo mutado, este ser de mirada no humana. Cmo podamostrarse tan fro, tan indiferente? No le daba importancia a las posibles calamidades,y se burlaba de quienes admitan tener miedo. Gormon se haba unido a nosotros hacianueve das, cuando le encontramos en la antigua ciudad tan cercana al volcn, hacia elsur, junto al mar. No fui yo quien suger que se uniera a nosotros. En realidad, se invita s mismo, y acept porque Avluela me lo pidi. Los caminos son oscuros y fros enesta poca del ao, abundan bestias de muchas especies y un hombre viejo que viaja

    con una nia, bien puede pensar en llevar consigo a un sujeto musculoso comoGormon. Sin embargo, haba veces en que deseaba que no hubiera venido connosotros, y sta era una de ellas.

    Lentamente camin hacia donde estaba mi equipo.

    Gormon dijo, como si acabara de darse cuenta:

    Te interrump en tu tarea de Viga

    S, as fuecontest con suavidad.

    Lo siento. Comienza nuevamente, te dejar tranquilo.Y me dedic su extraa

    sonrisa, tan llena de encanto que hacia olvidar la arrogancia de sus palabras.

    Manej nuevamente los controles y tom contacto con los manipuladores. Pero no mehund nuevamente en mi tarea de Viga, porque permanec consciente de la presenciade Gormon, y tem que en cualquier momento pudiera interrumpir dolorosamente miatencin, a pesar de sus promesas. Despus de un rato me apart de mis aparatosGormon se mantuvo de pie del otro lado del camino, doblando el cuello para avistar unsigno que indicara la presencia de Avluela. En el momento en que lo mir, se volvihacia m diciendo:

    Paso algo, Viga?

    No. Simplemente que el momento no es propicio para que realice mi tarea. Esperar.

    Dimeme pregunt, cuando los enemigos de la tierra se aproximen, tusinstrumentos te lo harn saber?

    Espero que as sea.

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    Y entonces qu hars?

    Se lo har saber a los Defensores.

    Y luego se habr acabado el trabajo de toda tu vida.

    Tal vezle contest.

    Entonces para qu existe toda una hermandad? Por qu no formar un centro decontrol donde se mantenga la vigilancia? Qu razn hay para que exista un grannmero de Vigas que van de un lado a otro, sin descanso?

    Cuanto mayor sea la cantidad de los vectores de deteccin, mayor ser laprobabilidad de detectar antes una posible invasinle contest.

    Entonces podra suceder que un Viga, individualmente, conectara sus aparatos yno supiera nada, aun hallndose invasores aqu?

    Es posible; por lo tanto preferimos que las observaciones sean mltiples.

    Sin embargo, no dejo de pensar que ustedes exageran.Gormon se ri.Creesrealmente que se va a producir tal invasin?

    Realmente lo creodije, tenso. De otra forma, toda mi vida hubiera sido en vano.

    Dime, qu buscaran los seres de las estrellas aqu en la Tierra? Qu otra cosatenemos, aparte de lo que ha quedado de los antiguos imperios? Qu haran ellos conla miserable Ruma? O con Perris, o con Jorsaln? Restos lamentables! Prncipesidiotas! Debes admitirlo, Viga: la invasin es un mito y t te afanas intilmente tresveces por da No es as?

    Mi arte y mi ciencia es el vigilar. Tu ocupacin es mofarte. Cada uno a suespecialidad, Gormon.

    Perdname dijo con burlona humildad. Ve, entonces y vigila.

    As lo har.

    Enojado, me dirig hacia mis instrumentos, decidido a ignorar cualquier interrupcin, noimporta lo brutal que sta pudiera ser. Ahora las estrellas estaban bien claras; elev mimirada hacia las brillantes constelaciones y automticamente mi mente registr losmltiples mundos. "Vigilemos", me dije, "y mantengamos nuestra vigilancia a pesar delas burlas".

    Me hund en el estado de profunda observacin.

    Asindome a los instrumentos permit que su energa pasara a travs de m. Proyectmi mente a los cielos y comenc la bsqueda de entidades hostiles. Qu xtasis! Quincreble esplendor! Yo, que nunca haba abandonado este planeta, surcaba los negrosespacios del vaco, resbalando de estrella en estrella, divisando a los planetas comopeonzas giratorias. Tambin vea caras que parecan mirarme mientras viajaba,

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    algunas sin ojos, pero otras con muchas pupilas, toda la complejidad de la pobladagalaxia ahora accesible a mi interrogacin. Busqu posibles concentraciones defuerzas enemigas. Inspeccion los campamentos militares y los lugares deentrenamiento. Trat de hallar, tal como lo haba hecho cuatro veces por da, todos losdas de mi vida adulta, a los invasores que se nos haba informado existan, a losconquistadores que en un da aciago trataran de arrebatarnos este mundo, tan

    lastimado.

    Nada hall, y cuando volv de mi trance, sudoroso y agotado, vi a Avlueladescendiendo.

    Se pos en el suelo con levedad de pluma. Gormon la llam y ella corri, desnuda, suspequeos pechos saltando a cada impulso, a refugiar su fragilidad en los poderososbrazos. Su abrazo no fue apasionado, sino lleno de alegra. Luego, ella se volvi haciam.

    Rumasusurr. Ruma!

    La has visto?Todo! Miles de personas! Luces! Bulevares! Un mercado! Edificios en ruinas, demuchos ciclos de antigedad! Oh, Viga, Ruma es maravillosa!

    Entonces, tu vuelo ha sido satisfactorio.

    Un milagro!

    Maana iremos all para quedarnos.

    No, Viga. Ahora, ahora!Su impaciencia era infantil, su cara resplandeca. Mira,es muy cerca. El viaje ser muy corto.

    Descansemos primerole dije. No queremos llegar cansados a Ruma.

    Podemos descansar all me dijo Avluela. Ven! Guarda todas tus cosas! Hascumplido ya con tu vigilancia, verdad?

    S. As es.

    Entonces, vamos. A Ruma! A Ruma!

    Mir a Gormon para lograr su apoyo. Ya era de noche, haba que armar elcampamento para dormir unas cuantas horas.

    Esta vez, Gormon estuvo de mi parte. Le dijo a Avluela:

    El Viga tiene razn, debemos descansar todos. Iremos a Ruma cuando amanezca.

    Avluela se mostr decepcionada. Ahora pareca ms nia que nunca. Sus alascayeron; su frgil cuerpo mostr la decepcin. Con petulancia fue doblando sus alashasta que quedaron del tamao de dos puos, en su espalda. Luego recogi sus

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    vestidos que haban quedado en el suelo. Se visti mientras nosotros armbamos elcampamento. Yo fui el encargado de distribuir las tabletas de comida y luego todos nosintrodujimos en nuestros receptculos. Me dorm rpidamente y en mi sueo vi aAvluela destacndose en su vuelo contra la silueta de la luna, mientras Gormon volabaa su lado. Dos horas antes del amanecer me levant y realic mi primera vigilancia delnuevo da mientras mis compaeros an dorman. Luego los despert y nos dirigimos

    hacia la fabulosa ciudad imperial, hacia Ruma.

    III

    La luz de la maana era clara y spera, como si fuera la de un nuevo mundo recincreado. El camino estaba casi desierto. Nadie viaja demasiado en estos das, salvoque, como yo, sean vagabundos por hbito y por profesin.

    Ocasionalmente nos hacamos a un lado para dejar paso a algn carruajeperteneciente a un miembro de la hermandad de los Amos, tirados por una docena deinexpresivos neutros, dispuestos en serie. Pasaron cuatro de estos vehculos en lasprimeras dos horas del da, todos ellos convenientemente cerrados a fin de que las

    orgullosas facciones quedaran bien ocultas a las gentes comunes como nosotros.Tambin vi pasar varios vehculos transportando cargos, mientras sobre nuestrascabezas volaban otras maquinarias. Sin embargo, el camino estuvo, en general, libre, anuestra disposicin.

    Los alrededores de Ruma mostraban los vestigios de la antigedad: columnas aisladas,acueductos que ya no transportaban nada y que no desembocaban en parte alguna,los portales de un templo desaparecido. Esta fue la parte ms vieja de Ruma quevimos, pero haba tambin ruinas de la Ruma posterior, de los ciclos subsiguientes: lascasuchas de los campesinos, las cpulas de los centros de energa, los esqueletos delas torres que sirvieron de viviendas. A veces veamos los cascos carbonizados dealgn antiguo aparato areo. Seguimos caminando hasta que nos hallamos frente a las

    murallas de la ciudad.Estas eran de piedras azules y relucientes, cuidadosamente superpuestas, que seelevaban hasta unas ocho veces la altura de un hombre. El camino que habamostomado atravesaba la muralla a travs de una puerta, provista de un arco, que estabaabierta. Cuando nos aproximamos a ella, vimos que se acercaba a nosotros la figuraencapuchada y enmascarada de un hombre de extraordinaria altura, que vesta elsombro atavo de la hermandad de los Peregrinos. No es adecuado acercarse a estaspersonas, sino que se les debe hacer saber que se les presta atencin si nos hacenuna sea con la cabeza. En este caso, sucedi as.

    Hablando a travs del enrejado de su mscara nos pregunt:

    De dnde vienen?

    Del sur. Viv en Agupto durante un tiempo, luego cruc el Puente de Tierra hastaTalya.

    Adnde se dirigen ahora?

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    A Ruma, por un tiempo.

    Cmo va la tarea de Viga?

    Sin novedades.

    El Peregrino pregunt:

    Tienen un lugar donde alojarse en Ruma?

    Mov la cabeza negativamente:

    Confiamos en la benevolencia de la voluntad. La voluntad no es siemprebenevolentedijo el peregrino con aire ausente. Tampoco hay mucha demanda deVigas en Ruma. Por qu viajas con una Voladora?

    Porque me agrada su compaa. Adems, es joven y es necesario protegerla.

    Quin es el otro?

    No pertenece a ninguna hermandad, es un Mutante

    Ya lo veo, pero por qu viaja con ustedes?

    Es fuerte, y yo soy viejo, as que viajamos juntos. Hacia dnde vas t, Peregrino?

    A Jorsaln. Es que puede haber otro destino para alguien de mi hermandad?

    Le hice saber que estaba de acuerdo.

    Entonces el peregrino me dijo:

    Por qu no vienes conmigo a Jorsaln?

    Mi meta est hacia el norte. Jorsaln est hacia el sur, cerca de Agupto.

    Has estado en Agupto y no has ido a Jorsaln? me pregunt intrigado.

    As es. No haba llegado para m el momento de ver Jorsaln.

    Hazlo ahora. Podremos ir juntos por el camino, Viga, y hablaremos de los tiemposidos y de los por venir. Yo te ayudar en tu tarea de Viga y t lo hars cuando yo mecomunique con la Voluntad. Te parece bien?

    Era una verdadera tentacin. Me pareci poder ver la imagen de Jorsaln, la dorada:sus templos y sus edificios sagrados, su lugar de renovacin, donde se logra que losviejos vuelvan a ser jvenes, sus torres aguzadas, sus tabernculos. Aunque soy unhombre de resoluciones firmes, me atraa la idea de abandonar Ruma e irme con elperegrino a Jorsaln.

    Le pregunt:

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    Y mis compaeros?

    Djalos atrs. Me est prohibido viajar con personas que no pertenecen a algunahermandad, y no quiero viajar con mujeres. T y yo, Viga, iremos a Jorsaln juntos.

    Avluela, que haba seguido la conversacin enfurruada, me dirigi una mirada de

    terror.No los abandonarcontest.

    Entonces ir a Jorsaln solodijo el Peregrino. Vi surgir de su manga una manodescarnada, de blancos y largos dedos. Toqu reverentemente las puntas de susdedos con los mos, y el Peregrino me dijo: Que la Voluntad te brinde ayuda, amigoViga. Y cuando llegues a Jorsaln, bscame.

    Sigui su camino sin conversar ms.

    Gormon me dijo entonces:

    T te hubieras ido con l, verdad?

    Lo consider seriamente.

    Qu podras hallar en Jorsaln que no haya aqu? Aqulla es una ciudad santa,pero tambin sta lo es. Aqu podrs descansar. No creo que seas capaz de caminarmucho por ahora.

    Tal vez tengas raznle contest. Y con el resto de mis energas me dispuse aatravesar los portales de Ruma.

    Atentos ojos nos escudriaban desde las ranuras existentes en las paredes. Cuando

    nos hallbamos en la mitad del camino que traspona el arco de entrada, un centinelagordo, con la cara llena de marcas, nos dio el alto y pregunt qu venamos a hacer enRuma. Yo me apresur a hacerle saber cul era mi hermandad y propsitos, a lo que lcontest con un bufido de disgusto.

    Vete a otra parte, Viga. Aqu necesitamos exclusivamente hombres que nos seantiles.

    Los Vigas somos tilesle contest con moderacin.

    Sin duda, sin duda. Mirando a Avluela me pregunt: Y quin es sta? los Vigasson solteros, verdad?

    Es mi compaera de viaje.

    El centinela ech una risotada.

    Apuesto a que es una ruta que atraviesas frecuentemente. A pesar de que no digoque valga mucho. Qu edad tiene? Trece? Catorce? Ven aqu, muchacha. Djamerevisarte a ver si traes contrabando.Paso las manos rpidamente sobre el cuerpo de

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    Avluela, refunfuando cuando toc sus pechos y luego alzando las cejas palp los dosbultos de sus alas en la espalda.Qu es esto? Qu es esto? Tienes ms en laespalda que adelante. Eras una Voladora? Esto no me gusta nada. Voladoras unidasa desagradables Vigas viejos.Se ri entre dientes y puso la mano sobre el cuerpo deAvluela en una forma que hizo que Gormon se le abalanzara, con el furor pintado en elrostro. Afortunadamente pude sujetarle la mueca a tiempo, utilizando toda mi fuerza

    para impedir que nos arruinara a todos al atacar a un centinela. Gormon tir de m, conlo que casi me derriba, pero luego se calm y se mantuvo tranquilo, esperando a que elrudo guardia terminara de buscar el contrabando sobre Avluela.

    Finalmente, el centinela se volvi con disgusto hacia Gormon y le pregunt:

    Y t, qu eres?

    Sin hermandad, seorle contest Gormon en tono cortante. Un humilde y pocovalioso producto de la teratognesis, pero, sin embargo, un hombre libre que deseaentrar en Ruma.

    Piensas que necesitamos ms monstruos?Como muy poco y trabajo fuerte.

    Trabajaras ms an si te castraran dijo el centinela.

    Gormon se agit. Yo pregunt:

    Podemos entrar?

    Un momento.El centinela se puso su gorro caperuza pensante y entrecerr los ojosmientras transmita un mensaje a los depsitos de memoria. Su cara se puso tensa porel esfuerzo; luego sus facciones se relajaron y pocos momentos despus vino la

    respuesta. No podamos or lo que se deca, pero por su expresin de desilusin vimosde inmediato que no haba razn alguna para rehusarnos la entrada a Ruma.

    Pasen!nos dijo. Los tres. Rpido!

    Atravesamos la entrada.

    Gormon dijo:

    Podra haberlo partido en dos de un golpe.

    Y te habran castrado al llegar la noche. Un poco ms de paciencia y habremos

    entrado en Ruma.La forma en que la manose...

    Adoptas una actitud demasiado posesiva hacia Avluelale contest. Recuerdaque es una Voladora, y que no puede tener relaciones sexuales con los que nopertenecen a una hermandad.

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    Gormon ignor lo que dije, y me replic:

    No provoca en m ms deseos que t, Viga, pero me duele que sea maltratada. Lohubiera matado si t no me sujetas.

    Avluela pregunt:

    Y dnde nos alojaremos, ahora que estamos en Ruma?

    Espera hasta que hallemos los edificios de mi hermandadle contest. Meregistrar en la Posada de los Vigas. Luego, tal vez, podamos ir al alojamiento de losVoladores para comer algo.

    Y luego dijo Gormon secamente iremos al Albaal de los Sin Hermandad, amendigar unas monedas.

    Te tengo piedad, porque no tienes hermandadle repliqu. Pero me parece malque te compadezcas tanto a ti mismo. Vamos.

    Tomamos por una callejuela tortuosa que llevaba lejos de la entrada, hacia Ruma. Noshallamos en los suburbios, una seccin residencial de casas bajas y cuadradas,coronadas por las instalaciones defensivas. Ms all estaban las torres brillantes quehabamos visto desde el campo; lo que quedaba de la antigua Ruma, cuidadosamentepreservado durante diez mil aos o ms; el mercado, la zona industrial, los edificios decomunicaciones, los templos de la Voluntad, los depsitos de memoria, los refugios delos que dorman, los lupanares de los extraterrestres, los edificios del gobierno, loslugares de concentracin de las distintas hermandades.

    En una esquina hall una caperuza pensante, para uso pblico, y me la coloqu en lacabeza. Inmediatamente mis pensamientos atravesaron el conducto que la una con laestacin, y de all a uno de los cerebros almacenados en el depsito de memoria. Mir

    hacia la estacin y pude ver el cerebro arrugado, de color gris, destacndose en elfondo verde del lugar donde estaba alojado. Una vez, un Memorizador me cont que enciclos pasados los hombres construan mquinas pensantes para que los ayudaran,pero que estas mquinas eran terriblemente caras y requeran muy amplios espaciospara contenerlas, adems de que deban ser alimentadas con enormes flujos deenerga. Esta no fue la peor de las locuras cometidas por nuestros antepasados, peropor qu construir cerebros artificiales, cuando cada da la muerte pone a nuestradisposicin grandes cantidades de ellos, magnficamente apropiados para serconservados en los depsitos de memoria? Sera que no tenan conocimientossuficientes como para utilizarlos? Me cuesta creerlo.

    Le di al cerebro la identificacin de mi hermandad y le pregunt las coordenadas de losedificios correspondientes. Las recib instantneamente y partimos, con Avluelacaminando a un lado y Gormon a otro, mientras yo empujaba el carrito en el cualllevaba mis instrumentos.

    La ciudad estaba llena de gente. No haba visto estas multitudes en el sooliento yclido Agupto, ni tampoco en ningn otro lugar por el cual hubiera pasado en misviajes. Las calles estaban pobladas de Peregrinos, llenos de secretos y enmascarados.

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    Junto a ellos pasaban los atareados Memorizadores, los melanclicos Mercaderes, y aveces se vea pasar la litera de algn Amo. Avluela divis a varios Voladores pero lasreglas de su hermandad le prohiban ponerse en contacto con ellos hasta que nohubiera cumplido los rituales de purificacin. Lamento tener que admitir que vi a variosVigas, todos los cuales me miraron con desdn, sin atisbos de una bienvenida. Notque haba muchos Defensores y tambin se hallaban ampliamente representados las

    hermandades menores, tales como los Vendedores, Servidores, Manufactureros,Escribas, Comunicadores y Transportadores. Naturalmente, una gran cantidad deneutros se afanaban silenciosa y humildemente en sus labores, y numerososextraterrestres, de todas las descripciones, recorran las calles; muchos de ellosprobablemente turistas, y otros tal vez empeados en realizar algn tipo de negociocon los sombros y empobrecidos pobladores de la Tierra. Not la presencia de muchosMutantes que cojeaban furtivamente a travs de la multitud, ninguno de ellos de unporte tan orgulloso como el de Gormon, que se hallaba al lado de m. En realidad, eranico entre los de su clase; los otros, con la piel manchada y descolorida, asimtricos,carentes de miembros o con apndices de ms, deformados en mil manerasimaginativas y artsticas, se escabullan, bizqueaban, restregaban los pies contra elsuelo, se arrastraban, eran carteristas, buhoneros, traficantes de arrepentimientos,

    compradores de chafalonas, y ninguno de ellos se mantena erguido como si seconsiderara un hombre. La informacin que me haba dado el cerebro era exacta y enmenos de una hora de camino llegamos a la Posada de los Vigas. Les ped a Gormony Avluela que me esperaran afuera y yo entr, arrastrando mi carrito.

    En la sala inmediata a la entrada descansaban unos cuantos miembros de lahermandad. Les dediqu la seal acostumbrada, a la que ellos respondieronlnguidamente. Eran ellos los guardianes de la seguridad de la Tierra? Me parecieronen extremo simples y debiluchos.

    Dnde puedo registrarme?les pregunt.

    Eres nuevo? De dnde vienes?

    Agupto fue el ltimo lugar en que me registr.

    Debiste haberte quedado all. No tenemos necesidad de Vigas en Ruma.

    Dnde puedo registrarme?

    Un jovencito con aire vanidoso me indic una pantalla que se hallaba en el fondo delgran saln. Me dirig a ella y coloqu all las puntas de los dedos. Fui interrogado, ycontest dando mi nombre, algo que un Viga puede hacer solamente cuando se dirigea otro miembro de la hermandad y dentro del recinto de una posada. Se abri un panel

    y apareci un hombre de ojos saltones, que luca el emblema de los Vigas en sumejilla derecha en vez de hacerlo en la izquierda, signo de su alto rango en lahermandad, me llam por mi nombre y me dijo:

    No deberas haber venido a Ruma. Estamos por encima de la cuota de Vigas quecorresponde.

    Reclamo que se me d alojamiento y trabajo, de todas maneras.

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    Un hombre con tu sentido del humor debi haber nacido dentro de la hermandad delos Payasos me contest.

    No veo dnde est la broma.

    De acuerdo con leyes promulgadas recientemente por nuestra propia hermandad,

    una posada no tiene la obligacin de aceptar nuevos huspedes, una vez que hallegado al mximo de su capacidad. Nosotros no tenemos ms sitio, as que adis,amigo.

    Qued horrorizado.

    No saba nada de tales reglas. Esto es realmente increble! Cmo puede ser queen una posada de la hermandad se rechace a uno de los miembros? Cmo se puederechazar a un hombre de mi edad, que llega cansado despus de haber cruzado elPuente de Tierra, en viaje desde Agupto, y que arriba a Ruma sin tener dnde alojarseni dnde comer?

    Por qu no nos preguntaste antes de venir?

    No tena idea de que fuera necesario.

    De acuerdo con las nuevas reglas...

    Que la Voluntad confunda a las nuevas reglas! le grit. Quiero ser alojado.Trabajo de Viga desde antes de que t nacieras, y no permitir que se me deje en lacalle.

    Tmatelo con calma, hermano.

    No dudo que habr algn lugar donde alojarme, y algo que haya sobrado para

    comer.

    A medida que mi tono cambi de la ira a la splica, su expresin se abland, pasandode la indiferencia al desdn.

    No tenemos alojamiento ni comida. Corren tiempos difciles para nuestra hermandad.Hay rumores que dicen que seremos desbandados, puesto que piensan que somos unlujo intil y que drenamos los recursos de la Voluntad. Ya estamos demasiadolimitados. La gran cantidad de Vigas que hay en Ruma hace que nuestras raciones sehayan achicado, y si te admitimos sern todava ms pequeas.

    Pero adnde ir? Qu puedo hacer?

    Te aconsejome contest con suavidadque te encomiendes a la piedad delprncipe de Ruma.

    IV

    Sal, y cuando le cont a Gormon lo que haba pasado, se ri tan furiosamente que lasestras de sus magras mejillas se enrojecieron como si fueran franjas sanguinolentas.

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    La piedad del prncipe de Ruma! repeta La piedad del prncipe de Ruma!

    Es habitual que el desgraciado vaya a pedir ayuda al dignatario localle contestcon frialdad.

    El prncipe de Ruma no sabe lo que es piedad me contest Gormon. El prncipe

    te har comer las piernas para calmar tu hambre!Tal vezdijo Avlueladeberamos tratar de encontrar la posada de los Voladores.Es posible que all nos den de comer.

    No a Gormonle contest. Tenemos obligaciones unos con otros.

    Tal vez nos sea posible compartir con l lo que nos den si nos espera afuera.

    Prefiero ir primero a la corteinsist. Asegurmonos de si recibiremos o no ayuda.Luego podremos improvisar algunas comodidades, en caso de que nos seaimprescindible.

    La muchachita asinti, y nos dirigimos al palacio del prncipe de Ruma, un macizoedificio situado frente a una plaza rodeada de columnas, del lado opuesto al ro quedivide la ciudad en dos.

    En la plaza fuimos acosados por una multitud de mendigos de todas clases, algunos delos cuales no eran de la Tierra. Un extrao ser con tentculos delgados y una caraarrugada y carente de nariz, se me abalanz pidiendo limosna, hasta que Gormon loempuj para que se apartara de m. Poco despus, otra criatura igualmente extraa, depiel marcada con depresiones luminiscentes, y con miembros en los cuales poseamltiples ojos se aferr a mis rodillas y me suplic, en nombre de la Voluntad, que lediera algo.

    Soy un pobre Vigale dije, sealando mi carritoy yo tambin vengo a pedir ayuda.

    Pero el extrao ser persisti, balbuceando entre sollozos sus desventuras con una vozde suave ronquera. Finalmente, y para gran disgusto de Gormon, ech unas tabletasde comida en la depresin que presentaba en el pecho. Luego proseguimosabrindonos camino hasta las puertas del palacio. En el prtico vimos un feoespectculo: un Volador mutilado, con sus frgiles miembros doblados y retorcidos; unade sus alas se hallaba semidesplegada, pero la otra pareca haber sido arrancada. ElVolador se abalanz sobre Avluela, la llam por un nombre que no era el suyo yderram tan copiosas lgrimas que moj los pantalones de la muchacha manchndoloscon hmedos parches.

    Haz que me admitan en la posadale pidi. Me han echado porque soy invlido,pero si t me ayudas...Avluela le explic que nada poda hacer puesto que ellamisma era extranjera. El pobre Volador no la soltaba, hasta que Gormon, con grandelicadeza, lo levant y, con el cuidado debido a ese triste conjunto de secos huesos,lo deposit en el suelo. Subimos hasta el prtico y all nos enfrentamos a un tro deneutros de blandas facciones, que nos preguntaron qu buscbamos, hacindonosluego pasar a la lnea siguiente. Esta estaba custodiada por dos Sealadores que,

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    hablando al unsono, nos interrogaron.

    Pedimos audienciales dije Es para solicitar la piedad del Prncipe.

    La audiencia ser dentro de cuatro dasdijo el sealador de la derecha. Haremosconstar vuestra peticin en la lista.

    No tenemos dnde dormir! exclam Avluela. Tenemos hambre! Nosotros...

    La hice callar. Gormon, mientras tanto, estaba buscando a tientas en su sobrebolsa.Retir de ella unos objetos brillantes: trozos de oro, el metal eterno, con imgenes decaras barbadas y de narices aguileas. Las haba hallado rebuscando en las ruinas. Letir una de ellas al Sealador que nos haba rechazado. El hombre la recibi, le pas elpulgar por la superficie brillante y finalmente la guard en una de los pliegues de suvestimenta. El otra hombre nos dirigi una mirada expectante. Gormon, sonriendo ledio otra moneda.

    Tal vezles dijepodamos pedir una audiencia inmediatamente.

    Tal vez sea posibledijo una de los Sealadores. Pasen.

    As fue que entramos en la nave del palacio, y nos enfrentamos con el gran pasajecentral que conduca a la cmara del trono, situada en el bside. Aqu hallamos msmendigos, los que tenan licencia debido a concesiones que se transmitan en formahereditaria, y gran cantidad de Peregrinos, Comunicadores, Memorizadores, Msicos,Escribas y Sealadores. Escuche las plegarias musitadas; hasta m llegaba el olor delincienso y las vibraciones de subterrneos gongs. En ciclos pasados, este edificiohaba sido el centro de una de las viejas religiones: la de los cristianos. Esto me lo dijoGormon, hacindome sospechar una vez ms, que tal vez fuera un Memorizador quequera hacerse pasar por un Mutante. Tambin me dijo que actualmente seguamanteniendo algo de su carcter sagrado, a pesar de ser el centro del gobiernosecular. Pero cmo bamos a hacer para ver al Prncipe?

    A mi izquierda se hallaba una pequea capilla, muy bien ornamentada, dondeentraban, lentamente, una serie de Mercaderes y Terratenientes de aspecto prspero.Espiando al pasar vi que haba tres crneos montados en un artefacto en forma designo de interrogacinun depsito de memoriay al lado de ste se hallaba uncorpulento escriba. Le ped a Gormon y a Avluela que me esperaran, y me incorpor ala fila.

    Esta se mova muy lentamente y tard casi una hora hasta llegar al artefacto. Loscrneos parecieron mirarme con sus rbitas vacas; en su interior bullan los lquidosnutricios que mantenan vivo al cerebro sin cuerpo, pero funcionante, cuyos billones deunidades sinpticas servan ahora como incomparables conservadores de memoria. ElEscriba pareci sorprendido de hallar a un Viga en la fila, pero antes de que pudieradecirme nada, yo me dirig a l abruptamente.

    Vengo como extranjero a solicitar el favor del Prncipe. Mis compaeros y yo notenemos dnde alojarnos. Mi propia hermandad me ha rechazado. Qu puedo hacer?Cmo solicitar y obtener una audiencia?

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    Vuelve dentro de cuatro das.

    He dormido en los caminos durante ms tiempo, ahora necesito descansar.

    Ve a una hostera pblica.

    Pero yo pertenezco a una hermandad! protest. Las hosteras pblicas no meadmitirn porque mi hermandad tiene aqu su propio establecimiento, y a la vez, en laPosada de la hermandad me han rechazado a causa de una nueva regla recientementevotada. Comprendes ahora mi problema?

    Con voz cansada, el Escriba me replic:

    Puedes solicitar una audiencia especial. Te ser negada, pero de todos modospuedes solicitarla.

    Dnde?

    Aqu. Tienes que hacer figurar tu propsito.

    Me identifiqu dirigindome a los crneos, les di tambin los nombres y dems seasde mis dos compaeros. Todo esto fue absorbido y transmitido a los otros cerebros quese hallaban en algn lado de la gran ciudad, y cuando termin, el Escriba me dijo:

    Si la solicitud es aprobada, se te notificar.

    Mientras tanto dnde debo esperar?

    Te sugiero que lo hagas cerca del palacio.

    Comprend. Debera unirme a la legin de miserables que se aglomeraban en la plaza.

    Cuntos de ellos haban pedido algn favor especial al Prncipe y se hallaban all,meses o aos despus, esperando ser llevados a su presencia? Durmiendo sobre elduro suelo, mendigando unas mendrugos y viviendo en intil espera.

    Pero ya haba probado todas las posibilidades. Volv donde estaban Gormon y Avluela,les inform lo que pasaba y les suger que tratramos de hallar cualquier lugar.Gormon, sin hermandad, poda alojarse en cualquiera de las pobres hosteras pblicasque se mantenan para las gentes como l. Avluela tal vez pudiera hallar alojamientoen la posada de su hermandad; solamente yo me vera precisado a dormir en lascalles, si bien no sera la primera vez. Pero dese que no tuviramos que separarnos.Comenc a pensar en nosotros como en una familia, si bien este era un extraopensamiento en un Viga.

    Cuando nos dirigamos hacia la salida, mi marcador del tiempo me indic que ya erahora de efectuar mi observacin. Es tanto mi obligacin como mi privilegio el realizar mitarea no importa cul sea el lugar donde me encuentro, siempre que se haya cumplidola hora. Por lo tanto me detuve, abr mi carrito y activ mi equipo. Gormon y Avluela sequedaron al lado mo.

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    palacio haban retrocedido, salvo Gormon, Avluela y yo. Las brillantes cortinillas delpalanqun se abrieron y dos de los Amos se adelantaron e introdujeron sus manos atravs de la barrera snica ofrecindole ayuda a su Prncipe. La barrera se interrumpicon un quejido.

    El prncipe de Ruma hizo su aparicin.

    Era tan joven! Poco ms que un muchachito, de cabello espeso y negro, de rostrofresco. Pero se vea que haba nacido para mandar, y a pesar de su juventud su porteera tan autoritario como no he visto jams. Sus labios eran delgados y los mantenafirmemente cerrados; su nariz, era aguda y agresiva, sus ojos eran dos lagos infinitos.Llevaba el atavo enjoyado de los Dominadores, pero en su mejilla se vea la cruz dedoble brazo de los Defensores, y alrededor de su cuello luca el chal de losMemorizadores. Un Dominador puede pertenecer a cuantas hermandades desee, y esraro que no sean tambin Defensores, pero me extra ver que este prncipe eratambin un Memorizador. Esta no es, habitualmente, una hermandad elegida por losfuertes.

    Me mir con inters y me dijo:Has elegido un extrao lugar para efectuar tu vigilancia, anciano.

    Mi seor, la hora determin el lugar. Aqu me hallaba, y aqu el deber me alcanz. Nopoda saber que me iba a encontrar en vuestro camino.

    Tu bsqueda no hall enemigos?

    No, mi seor, ninguno.

    Casi abus de mi suerte y, aprovechndome de la tan extraa aparicin del Prncipe,estuve tentado de solicitarle su favor, pero su inters en m se apag como una llama

    vacilante, mientras yo me mantena a la expectativa y no me atreva a llamarlo, una vezque l hubo desviado la cabeza. Luego sus ojos cayeron sobre Avluela. Su mirada seilumin, y los msculos de su mandbula temblaron. Sus delicadas fosas nasalesaspiraron el aire.

    Ven aqu, pequea Voladoradijo inclinando la cabeza. Eres amiga del Viga?

    Ella asinti, aterrorizada.

    El prncipe le tendi una mano y tom la de ella, ella flot hasta el palanqun, y el jovenDominador la atrajo, atravesando la cortinilla, con una sonrisa tan maligna que pareciuna parodia de perversidad. Instantneamente un par de Amos hicieron funcionar

    nuevamente la barrera snica, pero la procesin no avanz. Me mantuve inmovilizado.Gormon, al lado de m, pareca congelado, su poderoso cuerpo se mantena rgidocomo una estaca. Llev mi carrito hacia un lugar menos conspicuo. Los segundosparecan eternos. Los cortesanos se mantuvieron en silencio, con la vistadiscretamente alejada del palanqun.

    Finalmente, las cortinillas se apartaron una vez ms. Avluela apareci, tambalendose,

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    su cara estaba plida, sus ojos parpadeaban rpidamente. Pareca desconcertada. Porsus mejillas se deslizaban surcos de transpiracin. Casi cae al suelo, y un neutro debisostenerla para que pudiera volverse a poner de pie. Se poda ver que sus alas sehallaban parcialmente desplegadas, levantando su chaqueta y dndole una aparienciade joroba, lo que significaba que se hallaba en un estado de intensa emocin. Vinohasta nosotros con pasos indecisos, temblando y sin poder articular palabra. Me dedic

    una mirada y luego se arroj en los brazos de Gormon.

    Los servidores levantaron el palanqun. El prncipe de Ruma sali de su palacio.

    Cuando se hubo ido, Avluela exclam roncamente:

    El prncipe de Ruma nos ha ofrecido alojamiento en la hostera Real.

    V

    Por supuesto, los encargados de la hostera no quisieron creernos.

    Los huspedes de palacio eran alojados en la hostera Real, situada en los fondos deledificio, en un pequeo jardn de extraas flores y lujuriosa vegetacin. Los ocupanteshabituales son los Amos, ocasionalmente algn Dominador o, caso excepcional, algnMemorizador particularmente importante que se halle realizando un tipo deinvestigacin de tanta significacin como para merecer hospedaje, o bien algnDefensor de alto grado, cuya visita se deba a propsitos de alta estrategia. El hecho dealojar all a un Volador sera verdaderamente extrao, el admitir a un Viga sera muypoco probable, pero el ingreso de un Mutante o de otro ser sin hermandad era algo queescapaba a toda posible comprensin. Cuando nos presentamos, por lo tanto,encontramos que los Servidores nos dispensaron un trato que oscil entre la diversin,que les produjo lo que creyeron una broma, luego la irritacin y finalmente el desdn.Fuera de aqu!nos gritaronBasuras humanas! Gentuza! Avluela les dijo con seria

    determinacin:No puede echarnos, puesto que el Prncipe nos ha dado alojamientoaqu.Fuera! Fuera! Un desdentado Servidor sac una cachiporra neutral y la blandien la cara de Gormon, dicindole, al mismo tiempo, algo muy ofensivo sobre sucarencia de hermandad. Gormon le arrebat la cachiporra de la mano, sin hacer casodel dolor, y pate al hombre en la barriga, con lo que ste retrocedi, resoplando. Unenjambre de neutros sali corriendo de la hostera. Gormon alz en vilo a uno de losServidores y lo arroj entre los que se aproximaban, transformndolos en un atontado ydesorientado montn. Gritos y maldiciones atrajeron la atencin de un venerableEscriba, que se abri paso hasta la puerta, exigi que se hiciera silencio y escuchnuestra historiaEsto es fcilmente comprobabledijo, una vez que Avluela le contlo ocurrido. A un Servidor le orden, con desdn: Enva a preguntar inmediatamentea los Sealadores! A su tiempo la confusin se aclar, y fuimos debidamente admitidos.

    Nos dieron cuartos separados, pero situados uno al lado del otro. Nunca en mi vidahaba disfrutado de tanto lujo, y probablemente nunca vuelva a gozarlo. Los cuartoseran largos, altos y profundos. Se entraba en ellos a travs de accesos telescpicos,regulados de acuerdo a la produccin trmica de cada uno, para asegurar de tal modola inviolabilidad. Las luces se encendan cuando el residente haca un leve gesto,puesto que del techo y de las paredes colgaban globos con agujas de luces esclavastradas de los Mundos de la Luz y entrenadas a base de sufrimientos para obedecer

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    tales rdenes. Las ventanas aparecan y desaparecan a voluntad. Cuando se lasusaba, se ocultaban en banderolas cubiertas con gasas casi sensitivas, tradas de otrosmundos, que no slo eran bellamente decorativas, sino que tambin funcionaban comomonitores, para producir deliciosos perfumes de acuerdo a lo solicitado. Los cuartos sehallaban equipados con caperuzas pensantes individuales, conectadas al depsitoprincipal de memoria. Tenan tambin conductos que convocaban a los Servidores,

    Escribas, Sealadores o Msicos, segn fueran los deseos. No hay duda de que unhombre de mi hermandad no hara jams uso de otros seres humanos en esta forma,puesto que podra despertar su resentimiento. Pero, de todos modos, para nada losnecesitaba. No le pregunt a Avluela sobre lo que haba ocurrido en el palanqun delPrncipe, y que haba desembocado en nuestro ingreso en la hostera Real. Pero bienpoda imaginrmelo, tal como le suceda a Gormon, cuya mal enmascarada iradenunciaba a las claras su no admitido amor por mi pequea y esbelta Voladora.

    Nos instalamos. Coloqu mi carrito junto a la ventana, lo envolv en gasas y qued aslisto para mi prximo periodo de observacin. Lav mi cuerpo mientras las extraasentidades adheridas a la pared cantaban para transmitirme un sentimiento de paz.Luego com y posteriormente Avluela vino a mi cuarto, fresca y relajada por el reciente

    bao, para hablar tranquilamente de nuestras experiencias.

    Gormon no apareci durante varias horas. Llegu a pensar que tal vez hubieraabandonado la hostera, hallando la atmsfera demasiado enrarecida para su gusto ybuscando la compaa de otros seres sin hermandad. Pero, en el crepsculo, Avluela yyo pasebamos por el recinto cerrado que configuraba el jardn de la hostera ysubimos a una rampa para ver salir las estrellas en el cielo de Ruma; all estabaGormon. Con l, estaba un descarnado hombre que llevaba el chal de losMemorizadores. Estaban hablando en tono muy bajo.

    Gormon me salud y me dijo:

    Viga, quiero que conozcas a mi nuevo amigo.El delgadsimo personaje acarici su chal.

    Yo soy el Memorizador Basilme dijo con una voz tan tenue que pareca un frescoarrancado de la pared que adornara. He venido desde Perris a ahondar en losmisterios de Ruma. Pienso permanecer aqu muchos aos.

    Este Memorizador cuenta historias verdaderamente maravillosasdijo Gormon, esuno de los ms destacados de su hermandad. Cuando t te acercabas, me estabadetallando las tcnicas para revelar el pasado. Cavan una zanja profunda que atraviesalos estratos del tercer ciclo, y con aparatos que hacen el vaco levantan las molculas

    de tierra para dejar al descubierto las capas antiguas.Hemos halladodijo Basillas catacumbas de la Ruma imperial y las piedras de laEdad Arrolladora, as como libros escritos sobre placas de metal blanco, provenientesdel Segundo Ciclo, aproximadamente. Todo esto ser enviado a Perris, para serexaminado, clasificado y descifrado. Luego los enviaremos de vuelta. Te interesa elpasado, Viga?

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    Hasta cierto puntole contest sonriendo. Sin embargo, este Mutante que aquves siente mucha fascinacin. A veces llego a dudar de su autenticidad. Reconocerast a un Memorizador disfrazado?

    Basil escrut a Gormon, detenindose en los rasgos deformados y en sus poderososmsculos.

    No es un Memorizador dijo finalmente. Pero veo que tiene intereses deanticuario. Me ha hecho muchas preguntas interesantes.

    Cules fueron?

    Quiere saber cul fue el origen de las hermandades. Me pregunt el nombre delcirujano que logr conformar a un Volador que pudiera reproducirse. Se pregunta porqu existen Mutantes, y si realmente se hallan bajo la maldicin de la Voluntad.

    Y puedes responderle a estas preguntas?le pregunt.

    A algunasfue la respuesta.

    Sobre el origen de las hermandades?

    Fue para tratar de dar estructura y significado a una sociedad que haba sidoderrotada y destruida dijo el Memorizador Al final del Segundo Ciclo, todo estabasubvertido. Nadie saba cul era su rango ni su propsito. Nuestro mundo estaba llenode arrogantes extraterrestres que nos miraban como si furamos seres sin valor. Fuenecesario establecer marcos de referencia fijos, de acuerdo a los cuales cada culpudiera conocer su posicin frente a otra. As aparecieron las primeras hermandades:Dominadores, Amos, Mercaderes, Manufactureros, Vendedores y Servidores. Luegovinieron los Escribas, Msicos, Payasos y Transportadores. Luego se torn necesariocontar con los Sealadores, los Vigas y los Defensores. Cuando los aos de Magia

    nos dieron los Voladores y los Mutantes, se agregaron estas hermandades y luego seprodujeron los sin hermandad, los neutros, de forma tal...

    Pero los Mutantes no tienen hermandad tampoco dijo Avluela.

    El Memorizador la mir por primera vez.

    Quin eres?le pregunt.

    Soy Avluela, de los Voladores. Viajo con este Viga y con este Mutante.

    Basil continu:

    Tal como le deca al Mutante, en los primeros tiempos, la gente como l perteneca auna hermandad. Esta fue disuelta mil aos atrs, por orden del Consejo deDominadores, despus de un intento de una fraccin de Mutantes de tomar el poder delos lugares santos de Jorsaln. Desde entonces los Mutantes han sido privados de lahermandad, hallndose ahora slo sobre los neutros.

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    Es la primera vez que oigo esta historiadije.

    T no eres un Memorizadorme dijo Basil, con aire afectado; nuestra tarea esrevelar el pasado.

    Es cierto. Tienes razn.

    Gormon dijo:

    Y actualmente, cuntas hermandades existen?

    Desconcertado, Basil contest con vaguedad:

    Por lo menos unas cien, mi amigo. Algunas son muy pequeas. Otras tienen vigencialocal solamente. Mi preocupacin gira alrededor de las hermandades originales y desus inmediatas sucesoras. Lo ocurrido en los ltimos cien aos quede para serinvestigado por otros. Quieres que pida alguna informacin especial para darte?

    No te preocupesle dijo Gormon. Era solamente una pregunta sin importancia.

    Tienes una curiosidad aguda en extremofue el comentario del Memorizador.

    Hallo que el mundo, y todo lo que en l se encuentra, es extremadamente fascinante.Es esto un pecado?

    Es extraole replic Basil. Los sin hermandad raramente ven ms all de sulimitado horizonte.

    VI

    Apareci un servidor, quien con una mezcla de curiosidad y desprecio hizo una

    genuflexin frente a Avluela y le dijo:El Prncipe ha regresado. Son sus deseos que vayas ahora al palacio a hacerlecompaa.

    El terror hizo brillar los ojos de la muchachita, pero estaba fuera de toda posibilidad elnegarse.

    Debo ir ahora, contigo?pregunt.

    S, por favor. Debers vestirte y perfumarte. Desea que vayas a su encuentro con lasalas desplegadas, adems.

    Avluela asinti. El Servidor la gui hacia el palacio.

    Permanecimos en la rampa unos minutos ms. Basil, el Memorizador, nos habl de losviejos tiempos de Ruma, y yo escuch mientras Gormon trataba de ver a travs de laoscuridad creciente. Despus de un rato el Memorizador se excus, pues su gargantase hallaba seca por el esfuerzo, y se fue movindose solemnemente. Unos pocosmomentos despus en el patio situado debajo nuestro, se abri una puerta y por ella

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    apareci Avluela, caminando como si perteneciera a los Sonmbulos y no a losVoladores.

    Estaba desnuda, y su frgil cuerpo brillaba espectralmente blanco bajo las estrellas.Sus alas se hallaban desplegadas y se movan lentamente en una triste sstole ydistole. Dos Servidores la llevaban tomada de los brazos, conducindola hacia el

    palacio como si fuera un facsmil onrico de s mismo, en vez de una muchachita real.Vuela, Avluela, vuela!o que susurraba Gormon. Escapa mientras puedes!

    Avluela desapareci por una entrada lateral del palacio.

    El Mutante me mir y me dijo:

    Se ha vendido al Prncipe para que nosotros tuviramos donde alojarnos.

    As parece.

    Podra derrumbar este palacio!

    La amas?

    Ya deberas haberte dado cuenta.

    Tendrs que olvidarlale aconsej. Eres un hombre poco comn, pero unaVoladora es demasiado para t. Especialmente una Voladora que ha compartido ellecho con el prncipe de Ruma.

    Pasa de mis brazos a los suyos.

    Esto me confundi.

    La has conocido?le pregunt.

    Ms de una vezme dijo sonriendo con tristeza. En el momento del xtasis susalas baten el viento como las hojas en una tormenta.

    Me as de la baranda de la rampa, para no caerme al patio. Las estrellas giraban sobremi cabeza, la vieja luna y sus dos consortes de blanca faz saltaban y se meneabanante mis ojos. Me sobresalt sin comprender por completo la causa de mi emocinEra ira porque Gormon se haba atrevido a violar un canon de la ley? Era unamanifestacin de los sentimientos falsamente paternales que tena por Avluela? O erasimplemente envidia de Gormon, que se haba atrevido a cometer un pecado que

    estaba ms all de mi capacidad, pero no de mis deseos?Le dije:

    Podran destruirte el cerebro por lo que has hecho. Serian capaces de hacer aicostu alma. Y ahora me has convertido en tu cmplice.

    No me importa. Este prncipe ordena y obtiene lo que desea. Pero ha habido otros

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    mucho tiempo, entonces.

    No crees que la invasin se produzca?

    Algn da, pero no pronto.

    Gormon ri entre dientes.

    Te equivocas. Est casi sobre nosotros.

    Ests bromeando?

    Qu te pasa, Viga? Has perdido la fe? Se ha dicho durante mil aos que otra razaambiciona la Tierra, y que un tratado se la ha concedido. Algn da vendrn a reclamarlo que es suyo. Esto se decidi al fin del Segundo Ciclo.

    S todo esto, si bien no soy Memorizadorluego me volv hacia l y pronuncipalabras que no pens decir jams. Durante un tiempo que abarca dos veces tu vida,Mutante, he escuchado el mensaje de las estrellas y realizado mi vigilancia. Algo que

    se repite tan a menudo suele perder su significado. Repite tu nombre diez mil veces yser solamente un sonido hueco. He cumplido con mi deber, y lo he hechocorrectamente, pero en las oscuras horas de la noche a veces pienso que vigilo envano, que mi vida no ha servido para nada. En realidad, siento placer en mi deber deViga, pero tal vez no haya ninguna razn para que ste se cumpla.

    Su mano encerr mi mueca.

    Tu confesin es tan sorprendente como la ma. Ten fe, Viga. La invasin se acerca!

    Cmo puedes saberlo t?

    Aun los sin hermandad tienen determinadas habilidades.

    La conversacin me perturbaba. Le pregunt:

    Es muy doloroso no tener hermandad?

    Uno aprende a reconciliarse con la idea. Y hay ciertas compensaciones para la faltade preeminencia. Puedo hablar libremente a todos.

    De esto no me cabe duda.

    Tambin me muevo con libertad. Estoy siempre seguro de hallar comida yalojamiento, si bien la primera pueda ser muy desagradable, y el alojamiento muypobre. Las mujeres se sienten atradas hacia m a pesar de todas las prohibiciones. Talvez a causa de ellas. No me veo perturbado por ambicin alguna.

    Nunca has deseado elevarte por encima de tu condicin?

    Nunca.

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    Tal vez hubieras sido ms feliz como Memorizador.

    Soy feliz ahora. Puedo disfrutar de los placeres de un Memorizador sin compartir susresponsabilidades.

    Eres realmente vanidoso! Hacer de tu falta de hermandad una virtud!

    Y de qu otra forma se puede tolerar las aflicciones que nos impone la Voluntad?mir hacia el palacio. Los humildes se elevan, los poderosos caen. Tmalo como unaprofeca, Viga; este prncipe lujurioso sabr mucho ms acerca de la vida antes de quellegue el verano. Le arrancar los ojos por habrmela quitado!

    Palabras peligrosas! Ests lleno de ideas traicioneras esta noche.

    Te dije que lo consideraras una profeca.

    No podrs acercrtelele contest, irritado por tomar en serio sus tonteras Yadems, por qu lo culpas? No hace otra cosa que repetir las costumbres de todos susiguales. Culpa a la muchacha por hacerle caso. Podra haberlo rechazado.

    Y perder sus alas. O morir. No, no tena otro camino, Pero yo si!En un sbito yterrible gesto, el Mutante extendi sus dedos ndice y pulgar unidos, con largas uas, ylos hundi en unos ojos imaginarios.

    Esperame dijo, ya vers!

    En el patio aparecieron dos Cronomnticos, armaron los instrumentos de suhermandad y encendieron pequeos cirios por los cuales adivinaran lo que habra desuceder al da siguiente. Hasta mi nariz lleg un desagradable olor de humo plido yrosado. Yo ya haba perdido todo inters en continuar hablando con el Mutante.

    Se hace tardele dije. Debo descansar. Y pronto tendr que realizar mi vigilancia

    Vigila con cuidadome dijo Gormon.

    VII

    Esa noche, en mi cuarto, realic la cuarta y ltima observacin del da, y por primeravez en mi vida detect una anomala. No pude interpretarla. La sensacin era obscena,una mezcla de gustos y sonidos, la impresin de hallarme en contacto con una masade dimensiones colosales. Preocupado, me aferr a mis instrumentos durante un lapsomucho ms prolongado, pero al final de mi sesin no haba podido percibir mayoresdetalles que al principio.

    Luego me puse a cavilar sobre mis obligaciones.

    Los Vigas han sido entrenados desde la niez, para ser rpidos en dar la alarma, ydicha alarma debe darse cuando el Viga considere que el mundo est en peligroEstaba ahora obligado a notificar a los Defensores? Cuatro veces en mi vida se habadado la alarma, las cuatro en forma errnea, y cada uno de los Vigas que haba

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    movilizado de tal manera innecesaria a las fuerzas de defensa sufri una grave prdidaen su estado. Uno de ellos debi contribuir con su cerebro a los depsitos de memoria,otro se torn un neutro, por vergenza, otro destroz sus instrumentos y se fue a vivirentre los sin hermandad, y el ltimo, que quiso en vano continuar con sus ocupaciones,se vio despreciado y rechazado por sus camaradas. Yo no vea la ventaja de mofarmede quien hubiera dada una falsa alarma, porque, en ltima instancia, no era mejor

    esto que la falta de advertencia? Pero tales eran las costumbres de mi hermandad, yme hallaba limitado por ellas.

    Evalu entonces mi posicin, decidiendo que no tena motivos para dar la alarma.

    Pens que Gormon me haba sugestionado con su charla, y que tal vez ahora estabasimplemente reaccionando a sus comentarios sobre una posible invasin.

    No me senta capaz de actuar. No me atreva a poner en peligro mi posicin con unafalsa alarma. Tambin desconfiaba de mi estado emocional.

    Por lo tanto, no di la alarma.

    Agitado, confundido, con el alma perturbada, cerr mi carrito y me hund en un sueopesado.

    Al amanecer me despert y me abalanc a la ventana, esperando hallar invasores enlas calles. Pero todo se hallaba en calma. Una griscea claridad de invierno pesabasobre el patio, y adormilados Servidores pasaban empujando a los pasivos neutros.

    Inquieto; me dediqu a la primer observacin del da, y para mi gran alivio, no volv aexperimentar la extraa sensacin de la noche anterior, si bien no perda de vista elhecho de que mi sensibilidad es mayor durante la noche que por la maana, aldespertar. Com y me dirig al patio. Gormon y Avluela ya se hallaban all. Lamuchachita tena un aspecto cansado y deprimido, despus de la noche pasada con elprncipe de Ruma, pero nada le dije al respecto. Gormon, negligentemente recostadocontra una pared, decorada con las caparazones de distintos moluscos, me pregunt:

    Fue buena tu observacin?

    S, bastante buena.

    Qu haremos ahora?

    Quiero salir a conocer Ruma. Vienen conmigo?

    Por supuesto me contest Gormon, mientras Avluela asenta con un gesto, y como

    buenos turistas, salimos a conocer la esplndida Ruma.

    Gormon nos hizo de gua en las mezcladas ruinas de Ruma, lo que me pareci claraseal de que menta al decir que no haba estado all antes. Con la misma precisincon que hubiera podido hacerlo un Memorizador, describi todo lo que bamos viendo amedida que caminbamos por las tortuosas calles. Todos los dispersos niveles demiles de aos se hallaban expuestos. Vimos las cpulas de fuerza del Segundo Ciclo, y

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    el Coliseo, en el cual, durante una poca inimaginablemente lejana los hombres y lasbestias contendan como si fueran ambos criaturas de las selvas. En los restosdesgarrados de ese edificio donde tantos horrores se haban sucedido, Gormon noshabl del salvajismo que imperaba en esa poca tan lejana.

    Luchabannos dijodesnudos frente a enormes multitudes. Los hombres se

    enfrentaban con las manos, sin arma alguna, a bestias llamadas leones, grandes gatospeludos con enormes cabezas, y cuando el len yaca derrotado en la arena, sobre supropia sangre, el hombre victorioso se diriga al prncipe de Ruma y le peda perdn delos crmenes que lo hubieran llevado a tal estado. Si haba luchado bien, el prncipehaca un gesto con la mano y el hombre era liberadoGormon nos ilustr sobre elgesto: el pulgar hacia arriba, que se mova hasta sobresalir por el hombro variasveces. Pero si el hombre se haba portado con cobarda, o si el len se habadistinguido de alguna manera al morir, el hombre era condenado a ser eliminado poruna segunda bestia.

    Gormon tambin nos mostr cul era ese gesto: el dedo medio sobresaliendo de unpuo cerrado, y levantado en un solo tirn sbito.

    Cmo se han llegado a saber estas cosas?pregunt Avluela, pero Gormon hizocomo si no la hubiera odo.

    Vimos la lnea de columnas de fisin construidas en los primeros tiempos del TercerCiclo para extraer energa del ncleo de la Tierra, que an funcionaban, si bien sehallaban manchadas y corrodas. Vimos el mun que restaba de una mquinameteorolgica del Segundo Ciclo, que todava era una poderosa columna de una alturaigual a la de veinte hombres. Vimos una colina en la cual las reliquias de mrmol de laRuma del Primer Ciclo surgan como plidos agrupamientos de invernales flores demuerte. Penetrando en la parte interior de la ciudad pasamos por el asentamiento deamplificadores defensivos, que esperaban listos para lanzar el impacto de la Voluntad

    sobre los invasores. Llegamos hasta un mercado donde los visitantes de las estrellasregateaban con los campesinos para comprarles algn desenterrado fragmento de laantigedad. Gormon pas entre la multitud y compr varias cosas. Pasamos por unacasa de lujuria para los visitantes extraterrestres donde se poda comprar desde unacasi-vida hasta cumulus de hielo-pasin. Comimos en un pequeo restaurante situadoa orillas del ro Tber, donde se serva a los sin hermandad con mdulos desprovistosde toda ceremonia. All probamos, a insistencia de Gormon, unos montoncitos de unasustancia blanda y pastosa.

    Luego pasamos por una arcada cubierta, en cuyos numerosos portales, rollizosvendedores ofrecan mercancas provenientes de las distintas estrellas, caras bebidasdel Afreca y los endebles productos de los manufactureros locales. Ms all nos

    encontramos con una plaza que tena una fuente en forma de bote, detrs de ella sealzaba una escalera, de peldaos rayados y largamente usados, que llevaba a unazona cubierta de hierbas y pedruscos. Gormon nos hizo seas de que avanzramos, yas pasamos por esta rea desolada hasta llegar a un suntuoso palacio, aparentementeconstruido a principios del Segundo Ciclo, o tal vez a fines del Primero, asentado sobreuna colina cubierta de vegetacin.

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    vez no fuera mera invencin mi idea de haber nacido mil aos atrs.

    Sonre y toqu su suave mejilla.

    Slo me parece a mle expliqu.

    Cundo dejaste tu hogar?

    Cuando tena el doble de tu edadle contest, y vine hacia aqu.Seal el grupode islas situado hacia el este.Pas doce aos como Viga en Palash. Entonces laVoluntad me impuls a cruzar el Ocano Terrestre, hasta Afreca. All fui y viv durantecierto tiempo en los pases clidos. Luego segu viaje a Agupto, donde hall a unaVoladora. Qued en silencio mientras miraba largamente las islas que fueron mihogar, y contemplndolas me imagin que abandonaba mi pobre y gastado cuerpopara volver a ser joven y musculoso, para trepar las verdes montaas y nadar en elfresco mar, y realizar mis vigilancias en una blanca playa bordeada de espuma.

    Mientras meditaba, melanclico, Avluela se volvi hacia Gormon y le dijo:

    Ahora t. Ensanos de dnde vienes, Mutante. Gormon se encogi de hombros.

    Ese lugar no figura en el globo. Pero eso es imposible! Lo es?pregunt l.Avluela lo trat de presionar para que contara, pero Gormon se escabull. Salimos yvolvimos a la calle.

    VIII

    Me estaba cansando, pero Avluela no quera dejar rincn de la ciudad por conocer,como si pudiera devorrsela en una sola tarde. Por lo tanto, proseguimos nuestrocamino por las calles que se continuaban unas a otras, pasando por una zona debellsimas mansiones, pertenecientes a los Amos y Mercaderes, atravesando barrios

    desagradables de Servidores y Vendedores, que se extendan en catacumbassubterrneas, y llegando a otras zonas donde los Sonambulistas nos asediaban paraque pasramos a sus casuchas y les pagramos por revelarnos la verdad que intuyenen sus trances. Avluela nos pidi que entrramos, pero Gormon movi la cabezanegativamente, y yo sonre, mientras seguamos adelante. Ahora nos hallbamos en elborde de un parque situado en el centro de la ciudad. Aqu los ciudadanos de Ruma sepaseaban con una energa que yo haba vista muy pocas veces en el caluroso Agupto,y nos unimos a ellos.

    Miren!dijo Avluela. Cmo brilla!

    Sealaba un brillante arco dimensional que encerraba alguna reliquia de la antigua

    ciudad. Cubrindome los ojos en parte pude distinguir una gastada pared de piedra,frente a la cual se hallaba un grupo de gente. Gormon dijo:

    Es la Boca de la Verdad.

    Qu es eso?pregunt Avluela

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    Ven. Veremos.

    Una fila de gente avanzaba lentamente hacia la esfera. Nos colocamos en ella y prontollegamos hasta el interior, abarcando con curiosas miradas la regin sin tiempo que sehallaba ms all del umbral. No saba por qu se le haba prestado a esta reliquia unaproteccin tan especial, que muy pocas gozaban y por lo tanto le pregunt a Gormon.

    Su sabidura, que nada tenia que envidiar a la de los Memorizadores, le permitiexplicarme.

    Se ha hecho as porque ste es el reino de la certeza, donde lo que se dice esabsolutamente congruente con la realidad.

    No entiendodijo Avluela.

    Es imposible mentir en este lugarle explic Gormon. Puedes imaginarte otrolugar que sea ms digno de proteccin?

    Pas por el estrecho corredor de la entrada y su figura se borrone ante nuestros ojos.Lo segu rpidamente al interior. Avluela dud. Pas un largo momento antes de que sedecidiera a entrar; se par unos instantes en el umbral, aparentemente desconcertadapor el viento que se senta circular a lo largo de la lnea limtrofe entre el mundo exteriory el cerrado universo en el cual nos hallbamos.

    Un compartimento interior contena la Boca de la Verdad propiamente dicha. La fila degente se extenda hasta all, y un Sealador, de aire solemne, controlaba el flujo deentrada al tabernculo. Pas un rato antes de que se nos permitiera entrar. Noshallamos entonces frente a la feroz cabeza de un monstruo, en bajorrelieve, unido auna antiqusima muralla, marcada por el tiempo. Las mandbulas del monstruo sehallaban abiertas; la boca abierta tenia un aspecto siniestro. Gormon asenta congestos, mientras la inspeccionaba satisfecho, aparentemente, de hallarla tal cual

    pensaba que deba ser.Qu debemos hacer?pregunt Avluela.

    Vigadijo Gormon, pon tu mano dentro de la Boca de la Verdad.

    Con cierto resquemor, hice lo que me deca.

    Ahoravolvi a hablar Gormonse hace una pregunta. T la debers contestar,pero si dices algo que se aparte de la verdad, la boca se cerrar y seccionar tu mano.

    No!grit Avluela.

    Mir con temor las mandbulas de piedra que rodeaban mi mano. Un Viga al cual lefalte una mano es un hombre sin profesin. Durante el Segundo Ciclo se poda obteneruna prtesis ms bonita que la mano verdadera. Pero estas pocas haban pasadohacia ya tiempo, y actualmente en la Tierra no se podan conseguir tales delicadosobjetos.

    Cmo es posible?le pregunt.

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    La Voluntad es especialmente intensa en estos lugaresreplic Gormon.Distingue con la mayor severidad lo que es verdad de lo que no lo es. Detrs de estapared se halla un tro de Sonambulistas, a travs de los cuales se manifiesta laVoluntad, y ellos controlan la Boca. Temes a la Voluntad, Viga?

    Temo a mi propia lengua.

    Ten valor. Nunca se ha dicho una mentira frente a esta muralla. Nunca, por lo tanto,ha habido que lamentar la prdida de una mano.

    Prosigue, entoncesle dije. Quin me va a proponer la pregunta?

    Yodijo Gormon. Dime, Viga, y ahora sin falsas pretensiones, diras que unavida dedicada a la vigilancia ha sido una vida sabiamente empleada?

    Me mantuve en silencio durante un largo tiempo, mirando las entreabiertas mandbulas.

    Luego dije:

    Dedicar la vida a la vigilancia, a fin de servir a nuestros semejantes, es tal vez el msnoble propsito que existe.Cuidado!grit, alarmado, Gormon.No he terminadole manifest.Contina.Pero dedicarse a la vigilancia cuando el enemigo no es msque una creacin de la imaginacin, es realmente intil, y si nos felicitamos por labsqueda meticulosa de una mera invencin somos tontos y pecadores. Mi vida no haservido para nada. Las mandbulas de la Boca de la Verdad no temblaron siquiera.Retire mi mano, mirndola como si hubiera crecido nuevamente. Me sent,sbitamente, como si hubiera envejecido varios ciclos. Avluela, con los ojos muyabiertos y una mano puesta sobre los labios, pareca muy impresionada por lo que yohaba dicho. Mis propias palabras parecan rondar todava, congeladas en el aire frenteal desagradable dolo.Has hablado con honestidaddijo Gormon si bien muestraspoca piedad hacia ti mismo. Te juzgas con demasiada acritud, Viga.Habl comodeba para salvar mi manole respond; preferiras que hubiera mentido? Sesonri. Luego se volvi hacia Avluela y le dijo: Es tu turno. Visiblemente asustada, lapequea Voladora se aproxim a la Boca. Su delicada mano temblaba mientras laintroduca entre las mandbulas de fra piedra. Tuve que contener el impulso deabalanzarme y liberar su manecita de aquellas diablicas mandbulas que parecansonrer.Quin le preguntar?dije.Yo lo harcontest Gormon. Las alas deAvluela se agitaron dbilmente debajo de su vestido. Su carita se puso plida, su nariztembl y su labio superior se desliz sobre el inferior. Se qued apretada contra lamuralla, mirando con horror el lugar donde estaba introducida su mano. Afuera vimoslas expresiones vagas de la gente que esperaba, sus labios se movan y estabanaparentemente perturbados por nuestra larga visita a la Boca, pero nadie nos dijo nada.

    La atmsfera que nos rodeaba era clida y pegajosa, con un cierto olor musgoso comoel que provendra de un pozo labrado a travs de la estructura del Tiempo. Gormon lepregunt lentamente: La noche que acaba de pasar le has entregado tu cuerpo alprncipe de Ruma. Antes de esto, tambin te ofreciste al Mutante Gormon, si bien talesrelaciones se hallan prohibidas por las costumbres y por la ley. Mucho antes habassido la amante de un Volador, que ahora ha muerto. Puedes haber tenido relacionescon otros hombres, de las cuales nada s, pero que para los propsitos de mi pregunta

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    son irrelevantes. Dime, Avluela, cul de los tres te inspir emociones ms profundas ycul de ellos elegiras como tu compaero, en caso de que te decidieras a hacer talcosa? Quise protestar, dicindole al Mutante que le haba propuesto tres preguntas, loque lo pona en ventaja, pero no tuve tiempo de decir nada. Avluela contest sin dudar:El prncipe de Ruma fue el que ms placer me dio, pero es fro y cruel y lo desprecio.Mi querido Volador, ya muerto, fue el ser que ms am, antes o despus. Pero era

    dbil, y yo no querra a un dbil como compaero. En cambio t, Gormon, a pesar deque eres un extrao para m an ahora, y que siento como si no conociera tu cuerpo nitu alma, no importa cun ancha es la brecha que nos separa seras el hombre a quienyo elegira como compaero para mis das por venir.

    Retir la mano de la Boca de la Verdad.

    Bien dicho!exclam Gormon, si bien era obvio que la firmeza de su respuesta lohaba herido tanto como lo haba halagado. Repentinamente hallas tu elocuencia,ah?, cuando las circunstancias lo exigen. Ahora es el turno de arriesgar mi mano.

    Se acerc a la Boca. Yo le dije:

    T has hecho las dos preguntas. Quieres terminar ahora el trabajo y preguntartetambin la tercera?

    No quisiera hacer esocontest. Hizo un gesto negligente con su mano libre.Hagan un concilibulo y piensen cul puede ser la tercera pregunta.

    Avluela y yo conferenciamos. Con una franqueza poco habitual en ella, propuso unapregunta, y como era la misma que yo le hubiera planteado a Gormon le ped que se lahiciera.

    Avluela interrog:

    Cuando estbamos frente al globo terrqueo, yo te ped que sealaras el lugar dondehabas nacido y t me dijiste que no podras hallarlo en el mapa. Esto nos pareci muyextrao. Dime ahora, eres lo que afirmas ser, un Mutante que vaga por el mundo?

    Gormon contest.

    No, no lo soy.

    En cierto sentido ya haba satisfecho la pregunta que le haba hecho Avluela, pero eraindudable que su respuesta no haba sido adecuada, as que sin retirar la mano de laBoca de la Verdad, continu:

    No les seal mi lugar de nacimiento en el globo porque no nac en este mundo, sinoen una estrella cuyo nombre no debo revelar. No soy un Mutante, de acuerdo avuestras ideas, si bien lo soy si nos atenemos a otras definiciones del trmino, puestoque mi cuerpo est algo disfrazado, y en mi propio mundo mi forma es diferente. Hevivido en la Tierra durante diez aos.

    Cul fue tu propsito cuando viajaste aqu? le pregunt.

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    Estoy obligado a contestar una solo pregunta dijo Gormon. Pero igualmente tedar la respuesta. Fui enviado a la Tierra para efectuar observaciones militares ypreparar la invasin para la cual t tanto has vigilado, en la cual ya no crees y que sinembargo estar aqu en el trmino de unas pocas horas.

    Mentiras!grit. Todas mentiras!

    Gormon se ri, y retir la mano de la Boca de la Verdad. Estaba intacta, sin lesinalguna.

    IX

    Confundido y agitado corr con mi carrito de instrumentos, saliendo de la esfera brillantea la calle que se haba vuelto sbitamente fra y oscura. La noche haba llegado con laceleridad con que lo hace en invierno. Era casi la hora nona, momento en que debarealizar mi vigilancia.

    Las burlas de Gormon rondaban todava mi mente. Lo haba arreglado todo: nos haballevado a la Boca de la Verdad, haba logrado arrancar de mis labios una confesin defalta de fe, y otro tipo de confesin de boca de Avluela. Adems, haba cuidado sinpiedad, de que no dejramos de saber determinadas verdades que no tendra quehabernos revelado, con palabras calculadas para herirme en lo ms profundo.

    Poda ser que la Boca de la Verdad fuera un fraude? Era posible que Gormonmintiera sin que pasara nada a su mano?

    Nunca haba realizado mi vigilancia a otra hora que la determinada, pero ste era elmomento en que las realidades parecan derrumbarse. No poda esperar hasta quellegara el instante prefijado. Agazapndome en la calle barrida por el viento, abr micarrito, alist mi equipo y me zambull en el trance de la vigilancia.

    Mi conciencia amplificada se dirigi una vez ms hacia las estrellas.

    Como un dios, err por los espacios infinitos. Senta la presin del viento solar, pero noera un Volador, y nada poda sucederme. Con cierto dolor, la dej atrs alejndome delas furiosas partculas de luz, dentro de la oscuridad que delineaba los dominios del sol.Sent que actuaba sobre m una distinta presin.

    Se acercaban naves espaciales.

    No eran las lneas tursticas habituales que traan visitantes curiosos por lo quequedaba de nuestro disminuido mundo. Tampoco eran los vehculos de transportemercantiles ni las naves vaciadero que recogan los vapores interestelares, ni las naves

    que oficiaban de cruceros, en sus rbitas hiperblicas.

    Estas eran naves militares, oscuras, ajenas y amenazadoras. No pude determinar sunmero; observ solamente que se dirigan hacia la Tierra a una velocidad muchasveces mayor a la de la luz, proyectando un cono de energa delante de ellas. Me dicuenta entonces de que era ese cono lo que yo perciba, y que lo haba percibidosimilarmente la noche anterior, penetrando en mi mente a travs de los instrumentos y

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    hundindome en lo que pareca ser un cubo de cristal, cuyas lneas de fuerzadanzaban y brillaban.

    Toda mi vida haba pasado vigilando y esperando este momento.

    Haba sido entrenado para percibirlo. Luego llegu a rogar para que jams pudiera

    sentirlo, luego, en mi sensacin de fracaso comenc a desear sentirlo y finalmentehaba dejado de creer en l. Y ahora, gracias al Mutante Gormon haba llegado apercibirlo. Vigilando antes de que llegara el momento prefijado, agazapado en una callede Ruma, a la salida del lugar donde se hallaba la Boca de la Verdad.

    A los Vigas se los instruye para que cuando sus observaciones son confirmadas poruna cuidadosa revisin, se interrumpa la vigilancia. Obedientemente, realic misegunda confirmacin, a fin de poder dar la alarma. Vari de uno a otro canal deobservacin, triangulando y siempre captando la tremenda sensacin de una fuerzatitnica que se precipitaba sobre la Tierra a una velocidad inimaginable.

    O bien me engaaba, o la invasin se acercaba. Pero no poda salir de mi trance para

    dar la alarma.Con lentitud, amorosamente, segu sumergido en los datos sensoriales durante unlapso que me pareci de horas. Segu utilizando mi equipo, exigindole una totalconfirmacin de lo que haba hallado. Oscuramente, tuve nocin de que poda estardesperdiciando un tiempo precioso, y de que era mi deber abandonar mi estado demorosa delectacin frente al destino para alertar a los Defensores.

    Finalmente, me liber de mi estado de trance y volv al mundo que deba proteger.

    Avluela se hallaba a mi lado asombrada y temerosa, con los nudillos apretados contrasus labios y sus ojos muy abiertos.

    Viga, Viga!, me oyes? Qu est sucediendo? Qu nos va a pasar?

    La invasinle contest. Cunto tiempo estuve en trance?

    Alrededor de medio minuto, creo. Tus ojos estaban cerrados, y llegu a creer queestabas muerto.

    Gormon deca la verdad! La invasin est casi sobre nosotros! Dnde est?Dnde ha ido?

    Desapareci cuando salimos del edificio donde estaba la Boca susurr Avluela.Viga, estoy muy asustada. Siento que todo se derrumba. Tengo que volar. No me

    puedo quedar aqu abajo!

    Esperale dije aferrndola pero sin lograr asir su brazo. No te vayas todava.Primero tango que dar la alarma, y luego...

    Pero ella ya se estaba quitando apresuradamente las ropas. Desnuda hasta la cintura,su plido cuerpo brillaba en la luz nocturna, mientras alrededor de nosotros la gente iba

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    de un lado a otro, sin tener idea de lo que estaba ocurriendo. Quera mantener aAvluela a mi lado, pero no poda esperar ms para dar la alarma, por lo que la dejpara dirigirme a mi carrito.

    Como preso en un ensueo nacido de deseos demasiado maduros, empu el resorteque jams haba usado, el que enviara la alerta mundial de los Defensores.

    Habran sido advertidos ya? Tal vez algn otro Viga haba percibido ya lo que yocapt y, menos paralizado por el asombro y la duda, haba alertado a los Defensores,fase final de la tarea de un Viga.

    No. No. Porque entonces estaran sonando las sirenas, cuya aguda llamadareverberara desde los altavoces que orbitaban sobre la ciudad.

    Toqu el resorte. Con el rabillo del ojo pude ver a Avluela libre ahora de sus vestiduras,arrodillada musitando sus palabras y llenando sus frgiles alas de energa. En unmomento ms se hallara en el aire, lejos de mi alcance.

    Con un rpido movimiento, activ la alarma.

    En ese momento fui consciente de una maciza figura que se diriga hacia nosotros.Gormon, pens, y mientras me levantaba junta a mi equipo, trat de alcanzarlo para nodejarlo ir. Pero el que se aproximaba no era Gormon sino un Servidor de cara burda,quien se dirigi a Avluela advirtindole:

    Cuidado, Voladora, no aprontes tus alas. El prncipe de Ruma me enva para que telleve a su presencia.

    Forcejearon. Sus pequeos pechos saltaban; sus ojos le dirigieron una mirada declera.

    Djame Voy a volar!

    El prncipe de Ruma te requieredijo el Servidor tomndola en sus brazos.

    El prncipe de Ruma tendr otras ocupaciones esta noche. No creo que la necesitele dije al Servidor.

    Mientras hablaba pudimos escuchar las sirenas atronando el cielo.

    El Servidor la solt. Su boca pronunci inaudibles palabras; hizo uno de los gestosprotectores de la Voluntad; mir hacia arriba y gru:

    La alarma! Quin dio la alarma? Has sido t, viejo Viga?La gente corra de un lado a otro en la calle, como poseda.

    Avluela, ya libre, corri cerca de m, a pie, con sus alas desplegadas slo a medias, yfue engullida por la multitud. Por sobre el terrible sonido de las sirenas escuchamos losmensajes que daban instrucciones para la defensa y seguridad de la poblacin. Unhombre que llevaba en su mejilla la marca de los Defensores se abalanz sobre m y

  • 8/13/2019 Silverberg, Robert - Alas Nocturnas

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    me grit palabras demasiado incoherentes para ser comprendidas, despus de lo cualsali corriendo. El mundo pareca haberse vuelto loco.

    Solamente yo permaneca tranquilo. Mir hacia el cielo, esperando ver las navesnegras de los invasores sobre las torres de Ruma. Pero nada vi, excepto las lucesnocturnas y todos los objetos que me eran familiares.

    Gormon?llam. Avluela?

    Estaba solo.

    Una extraa sensacin de vaco me invadi. Haba dado la alarma. Los invasores seacercaban, yo haba perdido mi ocupacin. Ya no habra necesidad de Vigas.

    Casi con cario toqu el usado carrito que haba sido mi compae