Signos de Todos Los Reinos, Muestra Antológica 1982-2012. Edgar Petit

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Signos de todos los reinos Edgar Petit Muestra Antológica 1982 – 2012

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  • Signos de todos los reinos

    Edgar PetitMuestra Antolgica 1982 2012

  • 3El Museo de Arte Contemporneo del Zulia interesado en difundir y dar a conocer el patrimonio ms representativo del quehacer artstico y cultural, as como las tendencias y artistas ms importantes de la regin se dispone con satisfaccin, a exhibir la muestra Signos de todos los reinos de Edgar Petit, en el espacio de la Sala 3.

    Esta exposicin permite que los espectadores disfruten de un conjunto de obras que recogen una muestra antolgica, como resultado de tres dcadas de trabajo (1982-2012). Predominan los grandes y medianos formatos y la tcnica del leo sobre tela o mixta sobre tela, adems del collage y el acrlico. En su despliegue, la exposicin confirma que los principales elementos de la obra de Petit son el color, la textura, y una infinidad de formas, y que su referencia emana esencialmente de lo subjetivo, en bsqueda del sentido de lo esttico.

    Curatorialmente, la muestra se arma en torno a un eje que intenta mostrar cmo a travs del arte es posible asir la esencia de lo humano, como seala Vctor Bravo en el texto de la exposicin. En la muestra convergen y quedan representadas las improntas

    Signos de todos los reinos:

    Edgar Petit

    individuales del universo simblico y esttico de Petit, en su discurso pictrico.

    Con esta exposicin, el Museo de Arte Contemporneo del Zulia contina una lnea de investigacin en la cual se ha insistido en los ltimos tiempos, referida a la difusin, estudio y reflexin en torno a las obras de los artistas de la regin.

    Recibimos con entusiasmo la muestra de este destacado artista venezolano que decidi mostrarnos una parte muy destacada de su invalorable trayectoria artstica y legarnos los resultados de su incesante bsqueda esttica.

    Expresamos a Edgar Petit nuestra gratitud por su extraordinaria dedicacin e inters para que el pblico zuliano pudiera contemplar esta exposicin en el Maczul. Manifestamos adems, nuestro reconocimiento a todos los que han colaborado para que esta exposicin pudiera ser disfrutada por el pblico visitante asiduo de nuestros espacios.

    Lourdes MoleroPresidenta

    Museo de Arte Contemporneo del Zulia

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    ILa vida de Edgar Petit (1952) es una travesa hacia el aparecer del arte. Y su actitud ante el mundo ha sido, a la vez, un viaje interior en bsqueda de la condicin esttica de la existencia humana. Supo desde siempre que el encuentro de la condicin esttica del hombre, posible de materializarse en una obra, sera tambin el encuentro con el valor de la libertad y con la presencia fervorosa del otro. De all que incluso su generoso sentimiento de amistad, que sus amigos siempre hemos recibido de l como un regalo entraable, parece desprenderse de esa bsqueda esencial del aparecer de lo esttico.

    Ya en las horas licestas de la adolescencia Petit detena de pronto nuestra algaraba, enceguecida de juventud, y sealaba, por ejemplo, un rayo de luz cayendo en cascada sobre algn objeto, algunas ruinas, alguna fisura, y nos daba una breve e intensa enseanza sobre la belleza o sobre la transgresin de lo esttico; enseanza pronto silenciada por la algaraba que regresaba a su expresin natural; o nos lea un poema desconcertante, que despus aparecera en la cartelera como ganador absoluto del concurso

    literario; poema, como yo reconocera aos despus, de intensa atmosfera dadasta.

    Las horas y los aos han pasado y es posible mirar en perspectiva la vida de Edgar Petit, desprendindose en cada instante hacia la bsqueda del aparecer de lo esttico y sembrando en esa bsqueda los principios fundamentales de su existencia. En la lectura de la carta XXIII de Las cartas sobre la educacin esttica del hombre, de Friedrich Schiller, he observado la descripcin de este destino: una de las tareas ms importantes de la cultura es someter al hombre a la forma, incluso en su vida simplemente fsica, y hacerlo esttico tanto como pueda alcanzar el impulso de la belleza, porque el estado moral solamente puede desarrollarse del estado esttico y no del fsico. Las palabras de Schiller definen la tica del hombre esttico que podemos reconocer en Petit: tica y esttica intercambian sus tramados ms entraables para hacer de este artista figura de la eticidad y de la vocacin esttica entre los hombres de mi generacin; de l podra decirse, con la carga potica de las palabras de Schiller, que en su corazn brilla la

    Retrato de ArtistaVctor Bravo

    Mucho de umbre, muchedumbre, 2002

  • 6estrella de su destino; y que en l, como en la ms remota intuicin platnica bien y belleza se fusionan; como diran las palabras de Schiller, haciendo el bien nutrimos la planta divina de la humanidad; la intuicin secreta que tiene todo artista de que en la realizacin de la obra esparce, en un gesto sin embargo marcado por la humildad, la semilla de lo divino. Pero el aparecer de lo esttico tiene en Petit el riesgo de nuestra contemporaneidad: su aparecer en las aristas mismas de lo material; en la titnica lucha con lo informe.

    Las Cartas sobre la educacin esttica del hombre (1794), de Schiller, y otros textos fundamentales en la historia espiritual de la humanidad, describen la travesa esencial del hombre hacia el aparecer del arte; as El retrato del artista adolescente (A Portrait of the Artist as a Young Man, 1916), de James Joyce, que ilumina desde la novela la obra de Tomas de Aquino para revelar all la dimensin esttica; as la vocacin esttica de Mallarm, en bsqueda del poema esencial; asi la vida desde su nacimiento de Jos Cem, el personaje de Paradiso de Jos Lezama Lima, cuya bsqueda es tambin la del acoplamiento de la respiracin fsica con la respiracin del arte; lo es en el hombre esttico, celebrado por Nietzsche, que ve en el arte la esencia de lo humano.

    Vida y obra de Petit dibujan el arco de esta formacin: el artista en bsqueda de

    la expresin que se va apropiando de la diversidad de la materia, que se desplaza en el lmite de la condicin abismal del caos y de lo informe para propiciar, en una suerte de ritualidad de la religin del arte, esa visibilidad de lo divino que es lo esttico. De all el poeta (cuyos poemas leemos como prolongacin de su arte, en su libro spero sueo del 2007); de all al narrador (en relatos sorprendentes y an inditos); de all

    Las palabras derramadas del escritor, 2010 (Estudio para una versin del Balzac, de Auguste Rodin)

    El traje de luces del torero gordo, 2012

    Pjaro enamorado, 2010

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    el ensayista (haciendo visible el horizonte de su tradicin pictrica en libros de investigacin que no son sino una portentosa investigacin de una memoria esttica); de all el escultor y el pintor que se sumerge en texturas speras de la materialidad, en sus aristas y oquedades, en bsqueda del aparecer de lo esttico, y, en este aparecer, de nuevos caminos de la espiritualidad. El ensayista y el docente, el narrador y el escultor, el poeta y el pintor: un ser en multiplicidad; una multiplicidad confluyente en la persistencia del ser creador que entra en la casa de la creacin por varias de sus muchas puertas y detiene en el umbral nuestra algaraba para sealar, en una suerte de metafsica del instante, el rayo de luz que cae en cascada sobre las aristas de la materia para mostrar el aparecer de lo esttico que es, repitmoslo, uno de los posibles caminos de la espiritualidad.Rayo de luz que cae en cascada sobre la materia: toda bsqueda de lo esttico y de la espiritualidad se extiende en una potica de la verticalidad. En uno de los textos fundadores, El Banquete de Platn ese trazo de lo vertical va de lo material y lo corporal tal como se expresa en el discurso de Hermgenes, hasta la idea del bien y la belleza que en el pice lo describe el discurso de Diotima; en el primer texto del pasaje de la modernidad que es en la Commedia dantesca, ese momento va desde el despertar en las puertas del infierno, y el inicio de la ascensin bajo la gua de Virgilio

    hasta, en lo alto del paraso, el encuentro con la desdeosa perfeccin de la belleza de Beatriz. El arte moderno, ha invertido sin embargo, el sentido de esa verticalidad: no es el ascenso sino el precipitado en lo material, como es posible ver en la narrativa de Rabelais en las figuras de Archimboldo; en la celebracin de la fealdad en Vctor Hugo; en los readys mades, de Duchamp (en el efecto D, como lo FotografaEuclides Molledaencia a Duchamp). En este horizonte parece ubicarse el ritmo de bsqueda y hallazgo de Petit: su precipitado de luz en la materia produce iluminaciones para el iluminado esttico del aparecer. Y ese ritmo tiene una historia:

    Etapas de una obra: La obra toda de Petit puede concebirse como una gran frase para el aparecer de lo esttico. En su Esttica del aparecer (2010) Martin Seel ha dicho que el aparecer est presente en toda actividad esttica; y ha sealado: el aparecer esttico puede ser abordado por todos aquellos que dispongan de las capacidades cognitivas y sensibles del caso, y que adems se hallen dispuestos a demorarse en el presente sensorial de un objeto, renunciando a resultados prcticos y cognitivos. Petit es un cazador furtivo en los bosques de la materia tratando de hacer posible el milagro de ese aparecer. Es posible hacer un deslinde de ese ritmo y de esa caza furtiva:

    La bsqueda de lo originario:As como Mallarm concibe su vida de poeta como un viaje hacia el poema esencial, la vida creadora de Petit puede considerarse como un viaje, a la vez, activo y contemplativo, hacia lo que con Martin Seel hemos llamado el aparecer de lo esttico. Esa bsqueda se intensifica en la primera etapa de la obra de Petit, identificacin que no lo abandonar

    Dilogo de compadres, 2007 Fotografa: Fernando Bracho

    Cada signo es una ciudad, 2009

    Un rbol para Arcimboldo, 1996

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    jams, con lo originario. La manifestacin elemental de la materia se expresa aqu en acumulaciones y combinaciones de lo larvario, ese pasaje, a medio camino, entre lo informal y la forma. Sobre un trasfondo, finamente resuelto por el pintor, que puede ser a la vez trasfondo acuoso o csmico, brota lo larvario en viajes horizontales por los caminos de la tela, en brotes proliferantes que de pronto cesan para dejarnos en el lmite mismo del vaco; y en extensiones y oquedades que repiten las formas esenciales del devoramiento o de la sexualidad. En esta etapa Petit descubre una de las vertientes secreta de lo esttico, una de sus fuentes nutricias: el juego. Es posible recordad la frase de Schiller: el hombre solamente juega cuando en el sentido completo de la palabra es hombre, y solamente es hombre completo cuando juega. En el filo de esta frase es posible decir que en el juego el aparecer esttico alcanza su condicin esplendente; y podemos decir que en el imaginario de la tela, en la obra de Petit, el juego esttico puede observarse de varias maneras: en la acumulacin larvaria que parece surgir de lo que se ha llamado el horror vacui, y en el paso inesperado hacia el blanco de la tela desde donde parece emerger la intuicin de vaco. Horror vacui y vaco, en extremos paradojales de la propuesta esttica; y puede verse el juego esttico en la representacin ldica de extensiones y oquedades que nos habla de la fuerza

    intransferible de la sexualidad; el lienzo de Petit an nos reserva otra manifestacin esttica del juego; el continuo desplazamiento de la animalia (entendida sta en estas lneas como expresin larvaria de la animalidad) al bestiario, en proliferantes juegos de representaciones de la materia y lo monstruosos que derivan, a veces, desde la mirada, en representaciones del desamparo, de la ternura, de la melancola; y para darnos una potica de la paradoja, que all convoca el horror vacui y el vaco: y aqu rene en el mismo instante y lugar la pesadez y la levedad. La animalia y el bestiario hacen del lienzo el lugar para la afirmacin de la vida y en el imaginario de Petit el ritual esttico propiciatorio para la creacin de nuevas genealogas de seres que llegan, por arte de estas representaciones, para enriquecer el imaginario de los hombres.

    La verticalidad del rbol:El rbol brota y queda plantado en el imaginario de la tela de Petit, como si estuviera en el ms nutriente de los lugares, tal el rbol bblico al lado de una fuente, para reunir, una vez ms, lo divino y lo material; las races sumergidas y las ramas que se desprenden en su proliferacin vertical hacia el vuelo y, como sealara Baudrillard cubriendo el vaco entre la ltima hoja y el distante cielo mediante la levedad del pjaro. En el Timeo Platn nos dice del hombre que es un rbol invertido con sus races al cielo

    La perrita blanca se quiere tragar todas las pelotas, 2009

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    y, en este sentido el rbol sintetiza el drama del hombre entre lo material y lo divino entre su pesadez y su vocacin de vuelo, en su situacin de cuerda tendida segn la expresin de Nietzsche. Si atendemos a los versos de Eugenio Montejo sabremos que los rboles hablan entre s y que llevan en su sabia toda la sabidura de la naturaleza. El rbol en la poesa y en la plstica de Petit es sntesis del cosmos, puente, camino, mbito de todas las formas. Su surco es el viaje del hombre hacia s mismo. Petit pinta el rbol para expresar la ms contundente preocupacin ecolgica; y en su ritmo de bsqueda y hallazgo se desprende de la figura material del rbol hacia formas de la abstraccin que configuran una potica de la verticalidad, en representaciones sobre la tela que son de los momentos ms hermosos de su obra.

    Trazo y borradura sobre el libro:Al llegar a esta etapa de su expresin esttica, Edgar Petit hace confluir desde otra perspectiva su expresin potica y su expresin plstica. La locucin latina del poeta romano Horacio, ut picture poesis, como la pintura as la poesa, parece confluir en la representacin del libro en Petit: pintura y escultura, escritura y tachadura, signo y reescritura, en un movimiento del decir y no decir, de la oscuridad del enigma y la claridad del sentido. Hans Blumemberg nos dice que la presencia del libro en la

    cultura nos permite un verdadero deletreo del mundo; y, en efecto, el libro siempre ha estado ligado al aparecer: el mundo se escribe en un libro con el dedo de Dios; el mundo se lee como un libro y el libro como un mundo; la naturaleza es un libro segn Agustn; el cosmos, para Galileo es un libro con la escritura de Gemetra de Dios; el mundo existe para llegar un libro, segn Mallarm. El libro como instrumento de la libertad

    frente a los poderes absolutos que propician las hogueras donde se queman los libros, segn nos recuerda Mac Luhan. La pgina del cielo como aquella del gran libro de Dios o de la Naturaleza, donde distintas culturas leen de manera distinta su propio destino. El mundo entre las dos tapas de un libro como entre los cimientos para la construccin de uno de los lugares de la espiritualidad humana. Casa, camino y templo. Trazo,

    La El grito de los animales es un eco lgico 2009

    Tu fruta es de un clido salobre, 1998

    Residencia del azul profundo, 1999

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    afirmacin; duda y pregunta: horizonte para la comprensin y para las incertidumbres. El viaje esttico de Petit llega al libro, y llega al libro representado como uno de los lugares naturales del aparecer esttico.El aparecer esttico:Todas las etapas, todos los trazos, todos los colores confluyen en el presente de la creacin de Edgar Petit: la animalia y el bestiario; el rbol en un camino de representaciones que va de la materialidad a la abstraccin; el libro como representacin esplendente del aparecer; y el acto fundacional de mundos que realiza cada creador en el logro del principio de composicin de su obra. El movimiento de bsqueda y hallazgo esttico de la obra de Petit configura una visin de mundo entraablemente comprometida con la condicin humana del humano ser, con la persistencia y el resguardo de vida en el orden ecolgico del cosmos; y con el punto de confluencia que es el centro paradojal de lo humano entre lo informe y la glorificacin de la forma; entre lo material y la levedad; entre lo monstruoso y lo que el verso de Ana Enriqueta Tern llamara los crculos de perfeccin y delicia de la belleza. De manera plena la expresin esttica de Petit parece realizar la estremecedora confluencia que refiere el verso de Rilke: la belleza como la primera manifestacin de lo terrible; y diramos, la belleza en las entraas mismas de lo terrible.II

    Mirada en la galera:El espectador cruza el umbral. La mirada se detiene, lenta, en la obra; se desplaza de una obra a otra y se complace en reconocer los ocultamientos y los momentos de plenitud del sentido; en asistir, desde su privilegiado lugar de lo contemplativo al aparecer de lo esttico, a su misterio y a su milagro profundamente humano. La mirada sigue los hilos del principio de composicin de cada obra; de cmo en cada obra se juega, como en el efecto mariposa descrito recientemente por la fsica, el orden y la posibilidad misma del universo. La mirada se detiene, como la mariposa en la rama del rbol, en la textura de cada una de las obras, y en la gran frase que las obras de Edgar Petit, como un todo, nos dicen en ese instante del absoluto que es el decir de un secreto, que es el milagro del aparecer:1. -Obra; y pedestal (a veces intervenido);2. -Soporte o pedestal: a veces, presencia de

    lo informe; a veces, extensin de la pieza misma;

    3. -La fuerza es el pasaje dramtico entre materia y forma, en contraposicin con el pedestal finamente tramado;

    4. -Por mucho que se levanta en el pedestal y, sobre todo cuando ste no est, la pieza parece pegada a la tierra como una de las formas nacientes de lo material;

    5. -Piedra sobre pedestal (piedra sobre piedra como el blanco sobre el blanco de Malevich);

    6. -Lo informe del desecho levantndose

    hacia la forma, trayendo consigo el sentido de su materialidad, de su vida de utilidad o funcin. Ejemplo: pieza hecha con cscara de huevos;

    7. -Concurrencia de elementos heterclitos que intentan rearticular un sentido, a veces de manera pardica u humorstica, ejemplo: perro y medalla;

    8. -La materia desprendindose hacia la forma pero llevando con ella aristas de lo informe, de la monstruosidad,

    rbol de Oro, 1994

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    precipitndose a ratos en el humorismo del comics;

    9. -Inversin en el viaje del aparecer: lo que brota no es la perfeccin sino lo informe; reminiscencias de la propuesta, tan antigua y tan moderna de Archimboldo;

    10. -Inversin en el viaje del aparecer: en la tradicin escultrica asistimos al pasaje de la forma brotando de la materia informe (la glorificacin de la forma de la que habla Blanchot), en la pieza de Petit, como en un parto, lo informe brota desde la oquedad rompiendo lo finamente labrado;

    11. -Arandelas clavejos, ramas y cuchillos de pedernal; tambin tornilletes acuden en una suerte de fiesta de la concurrencia a insertarse en el objeto esculpido. Fiesta de la aglomeracin de los objets trouves;

    12. -El objeto esculpido parece precipitarse desde la forma alcanzada a la disolucin de una materia que empieza a derretirse;

    13. -La abertura que crea un adentro y afuera de la pieza hace posible la visibilidad del pasaje que, como la persistencia de ojos, pone al objeto esculpido a flotar en esa especie de mar interior que es todo ojo en su visin y su ceguera, y que por instante, nos hace ver la pieza esculpida flotando en ese mar; como deca Tales de Mileto que la tierra flotaba en un mar infinito y secreto;

    14. -Movimiento en la tela: pasaje de la

    animalia al bestiario; 15. -Animales que alcanzan su forma en

    la filigrana de la piel estremeciendo sin embargo la mirada espectadora con una suerte de indefinible vaho que parece susurrar en secreto sobre lo informe y que intenta brotar desde el silencio de su interioridad; el objeto esculpido como glorificacin de la piel en el instante mismo en que es inminente el brote de rganos;

    16. -El perro como el animal ms inmediatamente reconocible en ese otro mundo de la animalia y del bestiario. El hombre puede alargar la mano y tocarlo, toca al perro en el olvido de que l tambin pertenece a ese mundo, intensamente requerido como es por los mundos superiores y quizs quimrico de los dioses.

    17. -La grieta nos muestra que el pasaje entre la forma y lo informe es tambin una herida, una de las travesas del dolor. Lo informe brota por las grietas en implacable proceso de destruccin.

    18. -Continente y contenido, adentro y afuera: brote y contencin; tensa lucha del devoramiento, como el ritmo secreto de las estrellas, devorar y brote donde el pasaje revela de pronto, en una instantaneidad del horror que no hay adentro ni afuera

    19. -Los surcos de lo informe, en el afuera, recorren la superficie del objeto

    Un mayordomo ingls para el jardn zoolgico interplanetario, 2012

    El humor de los gusanos de seda, 2010

    El arriero 2009

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    esculpido, como si fuese la ecmene, sin alcanzar los pasajes hacia las entraas de la tierra: recorre y habita y construye sus propios nichos para el habitar en la superficie, en la piel de ese animal enigmtico que es el planeta tierra en la perplejidad del cosmos;.

    20. -Pieza de la comunidad heterognea: cada pieza persistiendo en su ser pero siendo a la vez uno con los otros

    21. -Ancho de la tela y mltiples cuadraturas. Cada cuadro en el cuadro, en juegos de repeticines y especularidad, es un mbito, un universo que repite desde su diferencia la totalidad de la tela; all confluyen las obsesiones del artista: seres y formas, e inesperadamente, desprendimiento de la lnea o del color hacia la abstraccin;

    22. -Espacio en filigrana: los seres

    larvarios en suspensin, mostrndose como cuerpos en levedad. Cuadros desbordndose unos en otros. El ser-ah de cada cuadro que a la vez se desborda sobre los otros para tambin darnos la composicin de una totalidad;

    23. -Todo confluye en la amplia tela trabajada en un fondo de lnea y color. Todas las bsquedas del artista: sus recuerdos, los mensajes cifrados de sus

    Es benigno, 2012

    Exortos, 2012

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    sueos llegan a la tela para el logro de la perfeccin esttica;

    24. -Acumulacin larvaria: hermosa, confluyente, proliferante de seres ondulantes, quizs marinos, en juegos ldicos de extensiones y oquedades. Multiplicidad de formas: nuevas superficies que se extienden como mantos sobre la multiplicidad de seres acumulados; y de pronto, emergiendo, un rostro, y ojos; o fisuras que son pasajes;

    25. -Proliferacin de formas y grietas; y, pasando sobre ellas la borradura, el desdibujamiento que hace de la forma bocetos. El cuadro, afirmndose en su hallazgo de forma; y negndose en su tachadura, otra expresin del adentro y del afuera; y la sensacin, en la mirada sobre la tela e la distancia, para la conciencia crtica;

    26. -La tachadura nos muestra, desde la forma, el caos originario. En esta propuesta que en su proliferacin pareciera articular el horror al vaco, y sin embargo, en el pasaje entre forma y borradura aparece el vaco, aqu y all como las cavidades de unos ojos ausentes;

    27. -En el desplazamiento entre forma y borradura se impone el blanco y negro, se subraya lo larvario y lo fetal; se trama la grieta;

    28. -En la pintura las formas larvarias devienen reminiscencias de

    rbol del amor filial, 1994

    Planta la Z, 2007

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    representaciones prehispnicas, en atmosferas que parecen desprenderse del Popol Vuh o del Chilam Balm: otra vertiente del pasaje a lo originario;

    29. -Formas abstractas como si fuera la escritura de una crnica de los dioses. El cuadro parece decirnos, que todo est lleno de dioses; y formas que confluyen en la representacin del rbol, el noble y poderoso vigilante de la naturaleza.

    30. -Acumulacin de trazos: oquedades y extensiones, en juego de reiteraciones; seres primarios de la creacin en un cuadro que nos representa el misterio de lo originario y la creacin. Arte del dibujo y el trazo. Ertica de la grieta; hallazgo de un principio de composicin de la obra;

    31. -Ertica de la acumulacin y la grieta; y participacin junto al trazo del color: superposicin de planos que nos invita a multiplicar perspectivas y a ver varias propuestas estticas a la vez: varia invencin que es una en el principio de composicin del cuadro;

    32. -Esta esttica de la animalia, de pronto revela su fuerza secreta: la representacin antropocntrica. El hombre en el centro del caos y de la forma, de lo larvario y lo originario; y en esa representacin ms que el cuerpo, el rostro. En perspectiva podemos observar el rostro humano en su misterio, en su soledad, en su melancola, en su ceguera,

    emergiendo de la tela; 33. -Ms que escrito sobre un cuerpo, es

    posible hablar de lo escrito sobre un rostro. El rostro como la textura y el verdadero paisaje del mundo;

    34. -El rostro, en la perfeccin del trazo, mostrando su ms antigua condicin de ser solitario, extraviado y melanclico; y los ojos como los mares de las revelaciones de todos los secretos y todas las fragilidades;

    35. -El rostro como el otro que nos mira y nos habla de su existencia. El otro en su distancia, como una mscara;

    36. -En el rostro los arabescos de los enigmas del mundo; y los ojos de imposible fijeza, pidiendo cuenta y cuento a la vida;

    37. -Sobre el rostro, en la deformacin del maquillaje, la mancha; y en los ojos, asombro y distancia;

    38. -Sobre el fondo csmico del color, las formas alcanzan la claridad del trazo en el dibujo, y la levedad para el estar en el mundo;

    39. -El color se apodera del lienzo y hace brotar formas del mundo y de otros mundos; los trazos parecen juegos de un dios gemetra;

    40. -Antes que el color o el trazo, la mancha en negro que como nube oscura sobre el fondo gris dibuja aristas de incertidumbre en nuestro imaginario;

    41. -Juego de trazos y color. Cuadro sntesis del esplendor del color, de la elegancia

    Tejido de horas (detalle), 2012

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    del trazo en su geometra y su curvatura; seres, larvas, manchas; y laberintos, esos pasajes entre lo finito y lo infinito;

    42. -Bestiario y el ancestral juego de pelotas, donde el movimiento es el mismo de los astros. Metamorfosis en la curvatura del lienzo como lugar y pasaje. Glorificacin del blanco y negro;

    43. -Formas animales y mticas. Trazo y color. El lienzo todo como un cdice que dice y esconde un enigma;

    47. -El fondo acuoso y azul: crustaceos en viajes horizontales;

    48. -Tragar y expeler; penetrar: figuras marinas apoderndose de la composicin;

    49. -Principio de composicin: desde lo oscuro (la mancha); desde el blanco de la tela (el vaco). El trazo concurre en figuraciones que van desde la animalia hacia el bestiario y el antropomorfismo;

    50. -Potica de la verticalidad: los momentos climticos de los hallazgos cuando el rbol se desprende de su verticalidad en el paisaje para transformarse en trazo de lnea y color, slo lnea y color, en el lugar estremecido de la tela.

    51. -Trasfondo de tenue color csmico, sntesis del acontecer del vivir: los seres, los rboles, las formas larvarias, en una suerte de monstruosidad humorstica cercana al comics; y los rboles que en su peculiaridad no son nacidos de bosque o de semilla sino del imaginario de la tela, confluyen en acumulacin de color y belleza donde es posible mirar los ojos que nos miran; y podemos observar el cerco de los dientes, para usar la expresin homrica, que nos sonre desde algn rostro que evapora felicidad y parodia. Puesta en escena, de la conciencia misma de la representacin pictrica en herencia y transfiguracin de la remota propuesta de Velzquez en Las Meninas;

    52. -mbito de la vastedad, hermoso cuadro que parece sostenerse en un fondo csmico que es a la vez coloreada pizarra para el trazo del dibujante quien, de pronto, en conjuncin de lnea y color, alcanza aqu y all formas larvarias y juegos simblicos de lo ldico en oquedades y extensiones punzantes; y ojos que de pronto se abren o estaban desde siempre abiertos vindonos o dejndose ver en juegos panpticos. Lo informe se expresa aqu en manchas de lneas, como nudos negros de donde se desprenden, en resolucin de redes, galaxias impredecibles: juegos de cuerdas para la posibilidad de inesperadas formas.

    44. -El trazo fuerte, haciendo visible al recipiente para contener la forma en el contexto de la disolucin;

    45. -El rbol como verticalidad que contiene todas las formas. Su verticalidad es la del universo;

    46. -El rbol, poderoso imaginario de la verticalidad. En la tela es torre de Babel y extrao templo que desprende, como hojas y ramas, impredecibles formas. Verticalidad tica y esttica;

    Desbordamiento del huevo del origen (estudio para una versin de Las Puertas del Infierno, de Auguste Rodin), 2010

    A la barriga!, 2007

    Solitario corazn vegetal, 1993

  • Recetas de la abuela 2007

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    Hay en verdad pocos artistas en nuestro medio que se hayan consagrado consecuentemente y sin sobresaltos a investigar los recursos del dibujo en su ms profunda esencia: el signo y las tensiones que derivan de las configuraciones de la lnea y los valores cuando stos son guiados por el azar y el instinto. Entonces, slo entonces nos encontramos con expresiones automticas de alto sentido vital pero que el gusto adocenado de esta poca, condicionada por toda clase de efectismos, se siente incapaz de comprender. No es extrao as que la pintura termine siendo, respecto del dibujo, lo que la escenografa respecto al trabajo de un buen actor.

    El fin de una aventura que comenz bien.En el marco del vigoroso movimiento zuliano, Edgar Petit es uno de los pocos en cultivar el dibujo puro, el signo abstracto y la caligrafa lineal, en una tradicin que lo emparenta con Henry Bermdez y Jos Ramn Snchez. Como stos, Petit conserva el gusto de la ejecucin minuciosa y detallada que conduce, en su caso, a una factura virtuosa y acabada en la que, sin embargo, se hacen visibles los valores expresivos del proceso de dibujar.

    La epopeya del agua Juan Calzadilla, Caracas 1984

    Las primeras obras de Petit y parte de las que contina realizando, obedecen a un concepto caligrfico basado en la libertad de la pulsin que facilita lo que podramos llamar un automatismo controlado. La obra resulta siempre de una accin programada pero el principio bsico parece ser la gestin caligrfica. El espacio entra en consideracin como un marco expresivo que otorga sentido bidimensional a la estructura de signos; la contencin de estos signos y su denso valor abstracto han llevado a Petit a la invencin y repeticin de un mdulo lineal que se imbrica, teje y desarrolla proliferadamente en varias direcciones del espacio plano para obtener de ello una suerte de trama multicelular, sin centro subordinador y de igual valor en cualquiera de sus partes. Una parte del trabajo que conocemos de Petit consiste en dibujos en blanco y negro o de fondo monocromtico en donde se aprecia el empleo del mtodo de la caligrafa automtica con miras a un resultado autnomo en el cual queda a la vista el proceso mismo. La comprensin de estas obras sgnicas puede simplificarse a su lectura sobre el plano en donde las formas se desarrollan bidimensionalmente.

    Guamas y animales, 1984

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    Pero, poco a poco, Petit ha ido experimentando otras instancias a partir de su dibujo con el fin de proponer, como se hace en esta exposicin, un desarrollo pictrico donde aquella estructura de signos se transforma en un cuerpo ilusorio mediante la modulacin del color que rellena las formas dibujadas y emergentes. As que lo pictrico se constituye en una proyeccin del dibujo en cuyo origen est el signo. Esto es determinante para entender los procesos de esta escritura y tambin el hecho de que Petit haya desembocado en una abstraccin orgnica o metafrica en donde las formas articuladas se tejen en un vistoso contrapunto de colores sin sugerir ms de lo que son; estas formas se cargan de un sentido ambiguo al operar como smiles de realidades conocidas o intuidas: finos tejidos embrionarios, redes tubulares de brillantes colores metlicos o sutiles conexiones que imitan los globos de goma, ductos que transportan los sueos reducidos. Petit congela el gesto en estructuras de color con el propsito definido de hacer consciente el impulso que va de la mano que ejecuta al ojo que reflexiona.Ahora bien, la repeticin del mdulo bsico de estas composiciones se corresponde con el empleo alternado de colores puros originando una especie de lmina coloidal bastante vibrtil a causa de la accin combinada de colores alternos y mdulos sucesivos, a veces yuxtapuestos en secuencias en profundidad; por su efecto de modulacin el color introduce

    en estas complejas aunque difanas mallas la tridimensionalidad o volumen que falta al espacio caligrfico y que sirve a Petit para sugerir la atmsfera propia de toda organizacin real.

    Petit asume los riesgos del juego de transgredir los lmites del dibujo, aunque se vale de ste para recalcar su situacin originaria: la caligrafa. Nosotros nos limitamos aqu, entre tanto, a presentar a un artista joven que por fuerza est llamado a evolucionar, instintiva y racionalmente, a partir del punto en que lo logrado ya habla por s solo.

    Gran rbol de las Antillas, 1996 Carta de un ingeniero forestal, 2003

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    La siembra del Globo ComplejoCsar Chirinos, Maracaibo1988

    Segn la clase de actividad mental que pone en juego nuestro sentido comn, lo que gira a nuestro alrededor puede ser real, no real, ideal, fantstico o de otros tipos de sensacin que nos arrastran por turbulentas marejadas de asociaciones, interpretaciones y apreciaciones. En vigilia o dormidos siempre estamos soando en mitad de un mar de criaturas, microorganismos, seres en fase embrionaria a quienes slo la facultad (intuitiva o racional) de creacin de cualquier clase o de ejecucin en alguna forma de la esttica, le da estructura para que se desarrolle y se adapte en mundos nuevos orgnicos y organizados socialmente. Quiralo o no el artista se transforma al ejercer su oficio: se vuelve orculo, pretende darle respuesta a las preguntas de los hombres. Y va ms all: se hace dios, pues quienes pueden darle respuestas a las preguntas de los humanos son los dioses. La esencia del artista radica en que emplea su disposicin de nimo y de utopa para comunicarse con otros seres. Esta es, exactamente, la idea que persigue a Edgar Petit: realizarse en la poesa para comunicarse con otros seres.

    Durante su perodo de hombre y de poeta ha mirado largamente el cultivo de la naturaleza en la sociedad o la sociedad en la naturaleza, para llegar a la hermosura de su ocultamiento o a la verdad de su indita presencia. Edgar Petit ha llegado a pensar que no existen otros seres sino seres ocultos en la genealoga de la red de las razas, y este saber lo ha obtenido a travs de experiencias vividas. Rastreando sus pasos lo hemos visto como el que crece luchando o como el que lucha creciendo. Su trabajo a balazo en la calle y por el humanismo, la razn y la intuicin, y su obra plstica en el taller, tienen el mismo signo en el fondo de la conciencia: el silencio elocuente, la memoria como fuente torrencial donde se acumulan los tesoros y las races. En el torbellino de su ritmo uno slo puede adivinar si el ser humano dio origen al ser cosa o ste al ser humano. Su mundo de formas inventadas de vida orgnica parte de enigmas en el agua, la tierra, el espacio infinito. Su ojo es una lengua que nos habla de una escritura secular que no tiene principio ni final, una escritura no de temas aislados sino de contenidos continentales trabados en el caos del mezclaje. Cmo hacer para que esta caligrafa apelmazada exprese

    Lineas grises, semillas abiertas, 1989

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    el contenido del mundo caribeo? Aqu no se trata de acudir a una cultura prestada sino de asumir una magia de realidad con las experiencias y las necesidades telricas y csmicas.

    El mtodo que Edgar Petit asume es sencillo: va del cdigo de los sueos comunes al smbolo de la imaginacin desbordada. Al saber que su propuesta es una red de seres o microorganismos que nadie sabe dnde empieza ni dnde termina, nos da la idea de que el mundo que vivimos no est hecho o que no est terminado an, que la rutina diaria es slo un fascinante espejismo, que cada da que pasa se inventa un pedazo de lo que suponemos es el infinito, que la muerte se recupera en la poesa y que el hecho de recuperarnos en la poesa es la ms profunda enseanza universal.

    Edgar Petit trabaja con las excepciones y stas siempre resultan mtodos inconmensurables de humor: el crculo de sus objetos no se puede medir con su radio. Y hasta al propio artista se le escapan sus formas creadas. Por lo tanto no podemos leer esta obra plstica al pie de la letra, convencionalmente, como nos han formado y enseado a leer. A Edgar Petit tenemos que leerlo a travs de una aventura alucinante del entrelneas y puede que en algn momento alcancemos lo que nos quiere decir, pero en otro puede resultar un confeti,

    unos fragmentos de seres de colores que se lanzan locamente al espacio de un mundo de carnaval. Y esta va del confeti es una forma vlida para descubrir las formas de nuestro mundo an no descubierto o desnudo.

    Sobre lo ya creado se vuelve a crear buscndole dialctica a la evolucin. Se reinventa la cosa para que comience a tener fuerza y dignidad de verdad histrica. Para ello, Edgar Petit hunde su intuicin en la memoria de su infancia y la memoria de su infancia es atavismo de agua, superficie de alucinaciones rtmicas e imperecederas.

    Muchos rbitros para un mismo juego, 2009 La mirada del ingeniero forestal, 2004

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    La Oquedad y el PromontorioVctor Fuenmayor, Barqusimeto1989

    Existe en las obras de Edgar Petit una claridad inusitada que recuerda el desparrame de luz en un Rembrandt; pero la pennsula explorada en el curso de estos tiempos parece seguir la brjula del Bosco. As, dos tipos de procesos vienen a conformar la bsqueda del cuadro: uno se adentra hacia el estudio de la luz, el otro hacia las figuraciones extraas del dibujo.

    En lo que concierne a la luminosidad en la tela no es preciso que ella se presente bajo la forma de un rayo, de una ambientacin, sino ms bien parecen seguir el proceso de una luz submarina, en los fondos del mar o del inconsciente, donde las cosas relucen por su propio brillo y no por la refraccin de una irradiacin exterior. El mismo Petit confiesa su parentela de buscador de la luz como Rembrandt de donde parece explicarse el abandono de la lneapara dulcificar el contorno de las cosas. As existen contornos de figuras imprecisas, como soadas, donde el color busca la irradiacin propia de las cosas imaginadas. En Onomstico de la Furia y Estado de euforia, la luz no parece tener una direccin sino una irradiacin que el

    propio pintor llama el desparrame de la luz. Por qu ese nombre? Quizs aea para marcar el movimiento o la abundancia de la diseminacin luminosa que comprende tanto al mundo como a la tela: la luz se desparrama sobre las cosas. He all una primera atmsfera para un cuadro de Edgar Petit.

    Existe tambin al mismo tiempo la otra tentativa: la de la aventura de la lnea y del dibujo. Viniendo del dibujo, Petit se mantiene en l recordando una corriente bosquiana en cuanto al paisaje, a las formas vegetales y a la fauna. El pintor confiesa esas tentaciones paisajsticas: Estaba saliendo casi un paisaje. Me di cuenta que no me interesa. No estoy ilustrando el limo sino digirindolo. Pinto lo que est en la memoria: el anecdotario del sueo.

    El paisaje del cual se desva es ese que est en la gesta realista; pero l sabe que sus paisajes son ms recnditos: all donde la realidad deja de llamarse realidad para acoger todas las formas posibles. Muchos de sus cuadros estn coloreados con los tonos del agua, del limo, de la marisma, como si

    Los umbrales celestes, 1987

  • quisiera representarse ese origen oscuro de las creaturas. Se trata de una pintura de la gnesis de las formas y del gnesis: las cosas parecen gestarse y desintegrarse dentro del marco que las aprisiona. El origen est en ese movimiento de gestacin que acapara imaginariamente el pintor con su pincel entre el proceso real y mtico, entre el agua y la luz como elementos generadores.

    Los elementos que pueblan ese paisaje proceden de animales y de floraciones matizados de imagen y de realidad. A los elementos vegetales, el pintor les llama floraciones o apuntes botnicos para precisar an ms esa unin de poesa y de ciencia. Los animales imaginarios se asociarn con otras formas similares. Se trata de un reino que reitera creacin tanto en el sentido de una gnesis como en la del arte: la vida genera las formas y las cosas y las asociaciones entre ellas. Ese paisaje bosquiano y pictural donde garabatean formas animales y vegetales de una creacin-destruccin ser la segunda atmsfera de un cuadro de Edgar Petit.

    Entre la luz rembrandtiana y el paisaje bosquiano se encaja la reflexin plstica de Petit. No nos debe extraar esa asociacin. No podemos ignorar lo que es reflexionar a Rembrandt en estas regiones solares; tampoco podemos ignorar que El Bosco pobl las cavernas y marisma del Jardn de

    las Delicias con una fauna y una flora que l crey del continente recin descubierto. Pero esas figuras del arte son slo pretextos para elaborar una escritura pictogrfica donde el poeta de la visin puede garabatear el espacio para darnos nuestros propios signos. Pueden mirar La apoteosis del oro como esa fusin de luz y de paisaje imaginario, de cita de Rembrandt tropicalizado y de Bosco desengaado, para buscar formas picturales que se asemejen a la escritura, a los jeroglifos, a los pictogramasd. Y si no tememos a las palabras, podemos aadir que Petit, buscando unir la cosa y la forma, se topa as con la oquedad, con la ausencia, y se pone entonces a hacer las alianzas entre escritura y pintura donde garabatea el mito de la gnesis y de la metamorfosis.

    Fumador con el mar en los ojos, 2003

    Jugadores, 2009

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    Saltaron barras y diquesRoberto Guevara, Maracay1989

    Saltaron las barras y los diques. Nadie adivina todava las causas de aquellas marejadas de engendros que de pronto fueron universo. Tampoco vinieron solas esas marejadas. Se presumen celajes, ocultas sugerencias de vinos y malignos brillos de estanque podridos, esplendores que fascinan o aterran, segn las gentes, segn los momentos, segn las miradas. Las noches se volvieron jugosas, chorreantes de delicias y sobresaltos, propicias para las cortes de seres extraos, hbridos o mutantes tal vez, o tan slo vidas microscpicas que haban alcanzado formatos colosales. Todo est cambiado en realidad. No hay ms un arriba y un abajo. Ni lugares aqu, all y ms all. Porque todo se mueve, se devuelve, se aleja, se acerca y hasta se transforma delante de los ojos.

    Libres y domsticos, ellos fueron (y son, siempre que puedan pasar frente a nosotros) los nuevos dueos del mundo, los seres alternativos para una tierra que ya nunca ser la misma. Se han descubierto precedentes. Algunos son muy remotos, como los provenientes del chamanismo y las tcnicas arcaicas del xtasis; otros han estado en

    zoologas hbridas de Ur, Babilonia, Karnak, Angora y tantas tradiciones que tal vez por eso, alguna vez, llegaron a ser pirmides y templos reverenciados por pueblos, muchos siglos antes de nuestra era y mucho despus de su comienzo, cuando treparon por cpulas y catedrales y vieron con ojos calcinantes las ciudades dormidas. Se recuerda que dos grandes pintores del siglo quince llamados Arcimboldo y Bosco lograron telas magnficas donde las bestias llegan a parecer rostros humanos o se convierten en jardines y lagos donde esos seres inquietantes llegan a ser los amos absolutos. Siguieron apareciendo, es cierto. Muchas veces. Apenas en ese siglo que es ayer, William Blake y Francisco Goya los hicieron volar sobre los horrores otros fabricados por hombres y guerra.

    Ahora han vuelto. Saltaron barras y diques. Estn entre nosotros conducidos por un artista de Maracaibo, llamado Edgar Petit. Le ha bastado poco para realizar su sortilegio, telas, telas como todas las de pintar, que l simplemente desborda con esos seres que crecen ansiosamente y se convierten en marejadas de otros seres , iguales o mutantes, no importa y an absorben

    Esfnter madre, 1988

  • valles, penumbras, nubes, cavernas, pozos y corrientes como parte de su propia presencia avasallante. A todo riesgo, ustedes pueden verlas por s mismos.

    Arbol del fruto apabullante, 1997

    49, 1998

    Excelso convite de nuestro seor entusiasmo, 2003

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    El ritual de la dibujsticaEvaristo Prez, Maracaibo 1991

    Un ascendiente frreo en Edgar Petit nos remite sin conjeturas a patterns orgnicos que lo emparentan con la poblada de seres fabulados de su coterrneo Jos Ramn Snchez. Ello a su vez nos vincula a la estrategia grfica de Jean Dubbufet: abigarrada, tremebunda en llenuras, en metforas de sincrticas visiones tropicales que promueven al perceptor de la obra un asomo ondulante, una decodificacin cclica.

    Repentinamente, la propuesta dibujstica hoy recogida en la galera Espace Futur Simple de la Alianza de Maracaibo opta por un muestreo directo en el que desaparece el tumulto caracterstico del autor. Se conjuga cada potencia. El negro y blanco dirimen sus entreclaves lumnicas y formales. La direccionalidad horizontal se dinamiza en la sugerencia de suaves ondulaciones o, como sucede ms recientemente, se propone el ascenso como sugerencia de movilidad vertical.

    La dibujstica de Edgar Petit se hace fluida en la economa del material, se conduce a un manejo del mismo y asume con preferencia el estudio espacial y la morfologa de sus

    sigilosos seres fantsticos. El collage, una de las instituciones plsticas de la modernidad aparece para diferir la homogeneidad de las facturas: irrumpe an discretamente sobre el sentido tonal, se presenta en anomalas cromticas, punto focal de repentino color en una dominante propiamente definida en grises de aguadas o pintura rebajada. Petit experimenta en la audacia del estudio bocetado que implica una soltura de preceptos. Exclusin de elementos orientada a indagar la conducta del detalle plstico a modo casi de reticencia. Pintura y dibujo como vasos comunicantes, como su concepto de continuidad sucednea basada en el sentido del Hilo de la Conversacin que pre-asume un recorrido hilvanado de sinalefa contnua.

    En Merced a la Primavera, ttulo que Petit da a su muestra de hoy, nos iniciamos en la observacin de una reflexin del autor, ms all del emparentamiento con la estilstica surrealista o la reminiscencia de profundidades histricas que haya su germen en Hieronimus Bosch o Peter Brueghel; presenciamos hoy quizs un acto sumario: la recapitulacin de una dcada de

    Huspedes y convidados, 1989

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    trabajo. Ms all de esa lucha bipolarizada de contrarios que ha manejado el autor, por encima de la profusin compulsiva y la saturacin colorstica que normatizan su obra, presenciamos hoy la individualizacin y la retoma del dibujo puro, gnero implcito en la cobertura de toda su trayectoria plstica.Simbologa y encantamiento

    En la presente propuesta dibujstica, Petit descontextualiza los elementos expresivos de su marina, concepcin particular del flujo nacido del agua, para que emerja una lectura directa configurada en formas cerradas, propias de sus diminutos volmenes orgnicos, que describen e informan la relacin visual psico-gestltica: figura-medio, fondo etreo-personaje poblante. Para Petit la militancia no existe en la imposicin, por ello un orden natural autonomiza las relaciones de sus seres-especies: gnero de pureza ldica que disfruta el azar de la invencin. Revuelta infantil en sustraccin y goce. Sumergencia y emergencia ladina de graciosas u obtusas meduas.

    En Petit, la simbologa emerge del encantamiento y la fragilidad latente de los flujos ocenicos, de las charcas, del continuo balance lacustre. He all la reminiscencia

    solapada de la mediacin infantil anidada en su origen hmedo y vaporoso: Casigua El Cubo, de donde se oriundo. Hoy deja su Muestra el magno fluido pictrica para asumir un planteamiento austero propio de la sntesis del dibujo. La lnea, por donde privaron sus primeros pasos en la plstica; la curva, de sugerencia clida a veces excesivamente descriptiva, a veces modulada, lasciva, definitoria. Pero como dijera en un artculo para la revista Petroleum*, para comprender la simbologa, ms que la significacin del planteamiento de Edgar Petit, su nomenclatura y misterio marino sera necesario succionarse hacia las volutas del lagleo o el plancton herbal que revolotea la perenne sordidez del fondo lacustre. Ser inflexible cscara molar u ostracismo de ventral ncleo irrevelado; ser, en fin, solapado siervo de la gleba submarina, sigiloso tentculo de huda y contemplacin.

    Toquemos sedas, pues, observemos la reflexin que plantea la sobriedad esquemtica y ritual del dibujo.

    *Revista Petroleum N 34 p. 45Texto para el catlogo de la exposicin Merced a la Primavera. Maracaibo. 1991)

    Brote IV, 1991

  • Bosque, 1998-2012

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    LISTA DE OBRAS1 Guamas y animales leo tela 1.50 m. x 80 cm. 1984 Coleccin privada2 Los umbrales celestes leo/tela 1.30 m. x 1 m. 1987 Coleccin

    privada3 Regin muy blanda de los seoros leo/tela 1.50 m X 1 m. 1988 Coleccin

    privada4 Esfnter madre leo/tela 80 cm. x 70 cm. Coleccin privada5 Lneas grises, semillas

    abiertas Tinta china/tela 1.98 m. x 1.08 m. 1989

    Coleccin privada6 Huspedes y convidados Tinta china y collage/tela 1 m. x 90 cm. 1989 Coleccin Escuela de Fotografa

    Julio Vengoechea7 Brote IV Sanguina y collage/tela 60 cm. x 50 cm. 1991 Coleccin

    del artista8 Solitario corazn vegetal Mixta/tela 1.30 m. x 1 m. 1993 Coleccin privada9 Un rbol para Arcimboldo

    Mixta/tela 1.27 m. x 88 cm. 1993-2004

    Coleccin del artista10 rbol de Oro Mixta/tela 1.50 m. x 2 m. 1994 Coleccin del artista

    11 rbol de Antonio Saura Mixta/tela 2 m .x 1 m. 1994 Coleccin del artista12rboldelamorfilial Mixta/tela 2 m. x 1 m. 1994 Coleccin del artista13 Gran rbol de las Antillas leo y polvo de oro/tela 1.40 m. x 1. 40 m. 1996

    Coleccin del artista14 rbol del fruto apabullante

    Mixta/tela 1.70 m. x 2 m. 1997 Coleccin Escuela de Fotografa

    Julio Vengoechea15 Tu fruta es de un clido

    salobre Mixta/tela 1.40 m x 86 cm. 1998 Coleccin privada16 49 Mixta/tela 1.45 m. x 1.90 m. 1998

    Coleccin del artista17 Bosque Mixta/papel 2.10 m. x 90 cm. 1998-201218 Residencia del azul profundo

    80 cm. x 60 cm. 1999 Coleccin privada

    19 El rbol en el cdice de las costumbres tormentosas

    Mixta /tela 2 m. x 1 m. 1999 Coleccin del artista20 Homenaje a Arcimboldo

    Acrlico/tela 80 cm. x 60 cm. 2002 Coleccin

    del artista 21 Fumador I leo/madera 56 cm. x36 cm. 2002 Coleccin del artista

    22 Agricultor leo y collage/madera 50 cm. x 41 cm. 2002 Coleccin

    del artista23 Fumador II leo/madera 56 cm. x 33 cm. 2003 Coleccin

    del artista24 Fumador con el mar en los ojos leo/madera 73 cm. x 52 cm. 2003 Coleccin

    del artista25 Torero leo y collage/madera 57 cm. x 50 cm. 2003 Coleccin

    del artista 26 Melanclico leo/madera 57 cm. x 50 cm. 2003 Coleccin

    del artista27 Excelso convite de nuestro

    seor entusiasmo Mixta/madera 1.22 m. x 2.24 cm. 2003

    Coleccin del artista28 Carta de un ingeniero forestal

    Mixta/madera 1 m. x 1.22 m. 2003 Coleccin del artista29 Mucho de umbre,

    muchedumbre Mixta/tela 70 cm. x 70 cm. 2003 Coleccin

    del artista30 La mirada del ingeniero

    forestal Mixta/madera 1.22 m. x 1 m. 2004 Coleccin del artista31 Recetas de la abuela Mixta/madera 1.46 m x 4.50 m. 2007 Coleccin

    del artista32 A la barriga Mixta/madera 80 cm. x 70 cm. 2007 Coleccin

    del artista

    33 Dilogo de compadres Acrlico/tela 35 cm. x 30 cm. 2007 Coleccin privada34 Palimpsesto Diaporama 2007 Coleccin del artista35 Amonestaciones Diaporama 2007 Coleccin del artista36 Planta la Z Libro impreso intervenido

    Tcnica mixta 12 cm. x 38 cm. x 45 cm. 2007

    Coleccin del artista37 Hombre cebolla Acrlico/tela 50 cm. x 60 cm. 2007 Coleccin

    del artista38 El grito de los animales es un eco lgico Mixta y collage/madera 2 m. x 1 m. 2009 Coleccin del artista39 El arriero Tcnica mixta 11 cm. x 11 cm. x 27.5 cm. 2009 Coleccin del artista40 rbol atmico (Homenaje a Akira Kurosawa) Tcnica mixta 20 cm .x 10 cm. x 8 cm. 2009

    Coleccin del artista41 El vate ciego Tcnica mixta 19 cm. x 7 cm. x 7 cm. 2009

    Coleccin del artista42 Anciano televisivo Tcnica mixta 14 cm. x 10 cm. x 10 cm.

    Coleccin del artista43 Jugadores Mixta y collage/madera 40 cm. x 50 cm. 2009 Coleccin del artista

    44 Muchos rbitros para un mismo juego Mixta y collage/madera 30 cm. x 40 cm. 2009 Coleccin

    del artista45 Cada signo es una ciudad

    Mixta/tela 30 cm. x 40 cm. 2009 Coleccin

    del artista46 La perrita blanca se quiere

    tragar todas las pelotas Mixta/tela 40 cm. x 40 cm. 2009 Coleccin del artista47 El vastsimo corazn de los poetas Tcnica mixta 23 cm. x 7 cm. x 5 cm. 2010

    Coleccin del artista48 El humor de los gusanos de seda Acrlico y collage/tela 2 m. x 1.10 m. 2010 Coleccin del artista49 Pjaro enamorado Tcnica mixta 25 cm. x 1cm.x 6 cm. 2010

    Coleccin del artista50 Desbordamiento del huevo

    del origen (Estudio para una versin de Las

    Puertas del Infierno, de Auguste Rodin)

    Tcnica mixta 14 cm. x 10 cm. x 10 cm. 2010

    Coleccin del artista51 El guardin de mi jardn

    Tcnica mixta 12 cm. x 8 cm. x 12 cm. 2010

    Coleccin del artista52 La boda (Estudio para una versin de Las

    Bodas de Arnolfini, de Jan Van Eyck)

    Tcnica mixta 10 cm. x 14 cm. x 14 cm. 2010

    Coleccin del artista

    53 Las oscilaciones burstiles Tcnica mixta

    10 cm. x 5 cm. x 11 cm. 2010 Coleccin del artista

    54 Las palabras derramadas del escritor

    (Estudio para una versin del Balzac, de Auguste Rodin)

    Tcnica mixta 16 cm. x 10 cm. x 7 cm. 2010

    Coleccin del artista55 Tejido de horas Mixta/papel 1.40 m. x 1.80 m. 2011-2012

    Coleccin del artista56 El traje de luces del torero gordo Tcnica mixta 14 cm. x 12 cm. x 6 m. 2012

    Coleccin del artista57 La dama verde Tcnica mixta 15 cm. x 8.5 cm. x 7 cm. 2012

    Coleccin del artista58 Un mayordomo ingls

    para el jardn zoolgico interplanetario Instalacin (quince piezas pequeas de dimensiones variables) 2012

    Coleccin del artista59 Exortos Libro impreso intervenido Tcnica mixta 29 cm. x 22 cm. x 2.5 cm. 2012

    Coleccin del artista60 Es benigno Libro impreso intervenido con

    tcnica mixta 28 cm. x 21.5 cm. x 2 cm. 2012

    Coleccin del artista

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    1952-1961 Nace en Casigua El Cubo, Zulia, el 30 de mayo de 1952, ltimo de los siete hijos de Juan Ramn Petit Lugo y de Mara Visitacin Bermdez. Fallecido ese mismo ao, su padre -un falconiano de La Vela de Coro-haba formado parte de la ola migratoria que, desde diversas zonas del pas se allegaron al Zulia durante las primeras dcadas del siglo XX para trabajar en la industria petrolera.

    El contacto pleno, durante la infancia, con la naturaleza selvtica de su regin natal ser esencial para crear un sustancial engranaje a travs del cual la memoria podr, posteriormente, tejer una vigorosa trama de referencias orgnicas y mticas. A finales de 1961,

    como parte del xodo rural hacia las grandes ciudades del pas, la familia parte en medio de un copioso aguacero para establecerse en Maracaibo.

    1962-1965 Apenas terminar la escuela primaria, ingresa al bachillerato; durante esa etapa despierta su temprana vocacin literaria.

    1965-1970 Con gran entusiasmo, junto a otros jvenes poetas edita continuamente

    Cronologa

    diversas publicaciones literarias en el liceo Jess Enrique Lossada. En el liceo Baralt, donde curs su ultimo ao, funda la revista Cnife junto a los jvenes poetas lvaro Mrquez, Elio Gonzlez y Luis Oquendo; y bajo la asesora de su profesor de literatura, el poeta Blas Perozo Naveda.

    En 1969 traba amistad con el artista Henry Bermdez quien, para ese entonces, culminaba su formacin acadmica inicial en la Escuela de Artes Plsticas Julio rraga. Este vnculo de creacin se nutrir con el tiempo ejerciendo una importante influencia en

    ambos artistas; a ese particular colectivo se suman tambin los poetas Vctor Bravo y Elio Gonzlez y juntos asisten al Congreso Cultural de Cabimas realizado a principios de diciembre de 1970. Dicho evento, convocado por los sectores ms avanzados de la izquierda revolucionaria venezolana de ese tiempo, constituy un evento de gran trascendencia en el campo poltico y cultural del pas.

    1972-1978 Inicia estudios en la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y Educacin

    El rbol en el cdice de las costumbres tormentosas, 1999

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    de la Universidad del Zulia. Junto a otros estudiantes, participa en la creacin del grupo cultural Liberacin Por Asalto con el cual realizan presentaciones teatrales y recitales musicales y poticos en diversas facultades de la misma universidad as como en barrios marginales de la ciudad.

    Con los poetas Vctor Bravo y Douglas Bohrquez funda la revista literaria Bajareque.

    A partir de 1972 se suma al activismo poltico revolucionario y en el mismo se mantendr hasta 1979.

    Entre 1975 y 1976 se vincula al grupo Guillo, importante colectivo cultural fundado en Maracaibo por los escritores Csar Chirinos y Alexis Fernndez y los artistas ngel Pea, Edgar Queipo y Ender Cepeda, as como otros cultores de la plstica y la literatura regional.

    En 1976 conoce a Jos Ramn Snchez quien haca poco haba retornado de Europa y con quien establece, a partir de ese momento, una fraterna y aleccionadora amistad.

    Al ao siguiente, junto a los dems integrantes del grupo Guillo, participa en la creacin del Taller de Telmaco el cual cont tambin con la activa participacin de los artistas Jos Ramn Snchez, Henry Bermdez, Irma Parra, Camilo Rojas y Virginia Lavado.

    Tambin, en 1977, participa en

    la creacin, en Barquisimeto, del Movimiento Cultural de los Poderes Creadores del Pueblo Aquiles Nazoa.

    1979-1980 Luego de retirarse del activismo poltico en 1979, se dedica ntegramente tanto a la actividad plstica como a la literaria. De manera febril, inicia una larga etapa dibujstica y al mismo tiempo produce un conjunto de textos poticos y narrativos, algunos de los cuales aparecen en las pginas culturales de la prensa barquisimetana. Los dibujos de esta primera etapa son ejecutados con plumilla y tinta china sobre papel y semejan un tejido tramado cubierto por formas orgnicas que se multiplican al infinito.

    En 1980 enva por primera vez a un evento de confrontacin de la plstica, el Saln Nacional del Dibujo Actual en Venezuela, realizado por Fundarte en Caracas, y en el mismo es admitido.

    1981-1982 A la obra dibujstica, realizada con tinta china y plumilla sobre papel, se suma ahora la ejecutada con la tcnica del pastel; por sus caractersticas, dicho procedimiento va a constituir una especie de puente de acceso al ejercicio pictrico. Estas obras poseen una suave atmsfera en la que diversas formas -orgnicas, vegetales, minerales- son enlazadas por la configuracin

    estilizada de la cscara de la guama, una fruta silvestre cuyo dulzor y textura algodonosa son muy apreciados tanto en la regin del sur del Lago de Maracaibo como en otras zonas del pas.

    En 1982 se residencia nuevamente en Maracaibo.

    Realiza su primera muestra individual en la Sala Progreso, en Valera, Trujillo; en la misma expone dibujos y pinturas realizadas al pastel.

    Estrecha vnculos de creacin y de amistad con los artistas ngel Pea y su esposa Lina Alvarado lo cual ser de gran influencia para su impulso inicial.

    Primeras pinturas al leo.

    1983-1985 Establece relacin con la galera de arte Euroamericana, de Caracas, la cual se mantendr hasta 1986; en dicho espacio expone individualmente en 1984. Ese mismo ao, participa en el IX Saln de Arte Aragua, en Maracay. En la referida ciudad, participa en 1985 en el Saln de Dibujo y Artes Grficas Ao

    Internacional de la Juventud.

    1986-1988 Promueve y coordina, a partir de 1986, el taller Icniuyotl, de iniciacin al ejercicio narrativo, en la Sala-Taller Esther Mara Osses de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia, en Maracaibo; el mismo se extiende hasta 1989.

    Exposicin colectiva en la galera de arte Euroamericana, en Caracas.

    En 1987 participa en el VII Saln Municipal de Pintura de Maracay, Aragua.

    Al ao siguiente, participa en el 46 Saln Arturo Michelena, en Valencia; igualmente, en el VIII Saln Municipal de Pintura de Maracay en el cual es premiado. Ese mismo ao expone individualmente en la galera Julio rraga, de la Secretara de Cultura del Estado Zulia, en Maracaibo.

    1989-1990 Exposicin individual en la Galera Municipal de Arte de Maracay, Aragua.

    Exposicin individual itinerante, a principios de diciembre, en el Museo de Barquisimeto, Lara y luego en el Museo Carmelo Fernndez, de San Felipe, Yaracuy, donde se exhibe durante los primeros meses de 1990.

    Participa en el IX Saln Municipal de Pintura de Maracay, Aragua.

    1991 Ingresa como docente en la Escuela de Artes Plsticas Neptal Rincn, adscrita a la Secretara de Cultura del Estado Zulia, en Maracaibo, y donde ha impartido, desde entonces, enseanza tanto a nivel terico como de talleres.

    Integrante del Consejo Consultivo del Despacho de la Secretara de Cultura del Estado Zulia junto a los artistas Hernn

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    Alvarado, Henry Bermdez, Edison Parra y Anbal Lares.

    Exposicin individual en la Alianza Francesa de Maracaibo.

    Es nombrado coordinador general de la galera Luis Guillermo Hoffman, de la Secretara de Cultura del Estado Zulia, cargo que desempea hasta 1995 desarrollando una intensa labor expositiva mediante la cual se promovi tanto a jvenes artistas como a figuras

    ya consolidadas de la plstica zuliana.

    1992 Viaje a Paris. Exposicin colectiva itinerante Artistas

    Venezolanos de la Regin del Lago de Maracaibo, junto a los pintores Jos Ramn Snchez, Francisco Hung, Francisco Bellorn, Diego Barboza, Juan Mendoza, Hernn Alvarado, Edison Parra, Emerio Daro Lunar, ngel Pea, Carmelo Nio, Henry Bermdez, Ender Cepeda, Edgar Queipo, Pedro Pia, Nerio Quintero, Jess Prez, Flix Royett, Ofelia Soto, Pedro Morales, Omar Patio, Hender Gutirrez y Luisa Elena Betancourt. Curada por el fallecido crtico de arte Sergio Antillano, dicha muestra pictrica que resume, generacionalmente, artistas representativos de las dcadas comprendidas entre 1960 y 1980- se inaugur en 1991 en Mnaco y luego pas a Francia: Marseille, Rouen, Tolouse,

    Lyon, Evreux, Pars; posteriormente pas a Rumania: Bucarest, Iasi, y luego de itinerar por Sofa y siete ciudades blgaras ms, la exposicin finalmente

    lleg en 1994 al Museo de Arte Contemporneo de Caracas y luego clausur en los espacios expositivos de Bancomara, en Maracaibo.

    1993-1998 Exposicin colectiva Artistas Fundadores del Centro de Arte de Maracaibo Lia Bermdez.

    Exposicin individual, en 1994, en la Sala Baja del Centro de Bellas Artes de Maracaibo.

    Culmina su Licenciatura en Educacin en la Universidad Nacional Experimental Simn Rodrguez.

    En 1997 participa en el 17 Saln Municipal de Pintura de Maracay; igualmente en la Bienal de Arte de Fondene, en Porlamar, Nueva Esparta, y en el 4 Saln de Arte Lagoven, en Maracaibo.

    Participacin, en 1998, en el 56 Saln Arturo Michelena, en Valencia; y as mismo, en el 23 Saln Nacional de Arte Aragua, en Maracay, y en la exposicin Blanco y Negro Artistas Contemporneos del Zulia, en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo.

    1999-2000 Comienza su actividad como docente e investigador en la Universidad Catlica

    Cecilio Acosta, de Maracaibo. Hace parte de El Infinito Canto de este

    Sol, exposicin inaugural del Museo de Arte Contemporneo del Zulia, en Maracaibo.

    En el 2000, viaje a Pars. Exposicin colectiva Once Sobre El Papel,

    en la Galera La Teinturerie, en Pars, junto a Hernn Alvarado, Edison Parra, Adham Daloul, Gloria Castillo, Marco Crdenas, Rgulo Gutirrez, Luis Araujo, Enrique Colina, Alonso Zurita y Carlos Romero.

    2001-2002 Muestra individual en la Sala Expositiva de la Sociedad Dramtica de Maracaibo.

    Exposicin colectiva Nuevos Rostros de la Plstica Zuliana, en el Centro para las Artes Arturo Michelena, en Caracas.

    Exposicin colectiva Once + Once sobre el Papel, en el Museo Municipal de Artes Grficas Balmiro Len, en Maracaibo.

    Exposicin colectiva La Permanente Materia Flotante, en el Espacio Pequeo Formato Armando Revern, de la Universidad Catlica Cecilio Acosta, en Maracaibo.

    Inicia, en 2002, la intervencin de libros impresos.

    Edita y dirige El Ojo La Mano, revista de reflexin sobre las artes visuales, de

    la cual aparecieron siete nmeros: el primero, dedicado a explorar el universo creativo de Jos Ramn Snchez

    mientras que los siguientes abordaron, respectivamente, la obra de Paco Hung como dibujante; Armando Revern; Lia Bermdez; Emerio Daro Lunar; y Carlos Contramaestre. El mencionado proyecto se mantuvo hasta 2007.

    Exposicin individual en la sede de Corpoandes, en Mrida, en el marco de la Feria del Libro de esa ciudad.

    2003-2004 Participacin en el 28 Saln Nacional de Arte Aragua, en Maracay, y en el XI Saln Nacional de Artes Visuales Francisco Lazo Mart, en Calabozo, Gurico, obteniendo premio en este ltimo.

    En 2004, exposicin individual en el Espacio Pequeo Formato Armando Revern, de la Universidad Catlica Cecilio Acosta. Ese mismo ao, participa en el Saln Regional de Artes Visuales del Zulia, en el Museo de Arte Contemporneo del Zulia, as como en el 1 Certamen Internacional de Pintura Miradas de Hispanoamrica, llevado a cabo tambin en Maracaibo y en el que obtuvo mencin honorfica. De igual

    modo, participacin en el 29 Saln Nacional de Arte Aragua, en Maracay.

    2007-2008 Exposicin individual en el Centro de Arte de Maracaibo La Bermdez.

    Participa en el III Saln de Artes Visuales Ciudad de Coro, Falcn.

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    En 2008, exposicin colectiva Naturaleza Muerta, en el Aula Magna de la Universidad Rafael Urdaneta.

    2009-2011 Culmina, en 2009, un Postgrado en Historia de Venezuela en la Universidad del Zulia; su tesis, aprobada satisfactoriamente, se denomina Las artes plsticas en Maracaibo 1860-1920 y en la misma se reconstruye el universo cultural y particularmente el de la plstica maracaibera de las ltimas dcadas decimonnicas y primeras del siglo XX.

    Participa en la V Bienal de Maracaibo. Inicia su investigacin sobre Luis

    Bicinetti, artista italiano fundador de la Escuela de Dibujo Natural, primera escuela de arte en el Zulia y en la que recibieron su enseanza acadmica inicial tanto Julio rraga como Manuel Puchi Fonseca, pilares fundacionales de

    la pintura zuliana contempornea. Da comienzo a la ejecucin de su obra

    tridimensional en pequeo formato. Concluye, en 2010, su libro Las artes

    plsticas en Maracaibo 1860-1920; en el mismo profundiza el contenido de su tesis de postgrado.

    En 2011, participa en la II Bienal de Pintura Chiara Lubich, en Maracaibo, obteniendo premio.

    Viaje a Italia donde culmina su investigacin sobre Luis Bicinetti.

    Participa en la VI Bienal de Maracaibo.

    2012 Concluye su libro Luis Bicinetti, mentor inicial de Julio rraga y Manuel Puchi Fonseca.

    Prepara una muestra antolgica de su obra realizada entre 1982 hasta la actualidad para ser exhibida en el Museo de Arte Contemporneo del Zulia, en Maracaibo.

    Fundacin Museo de Arte Contemporneo del Zulia

    PresidentaLourdes Molero de Cabeza

    VicepresidenteElvin Portillo

    TesoreraMara Luisa Morena

    SecretarioEugenio Urdaneta

    DirectoresEdward PrezLenin HerreraAntonio FrancoEmilio LanzilliEnrique PieraTaha RiveroJonathan Hernndez

    Museo de Arte Contemporneo del Zulia

    PresidenciaLourdes Molero de Cabeza

    Asistente de PresidenciaSilvana Reyes

    Direccin de ArteHely Sandro Molero

    Asistente de Direccin de ArteJean Carlos Leal

    Direccin de AdministracinAlitza Gonzlez de Franco

    Administracin y PresupuestoElba Fara / Zuly Len

    Prensa/Relaciones InstitucionalesGeorgina Fuenmayor

    Recursos HumanosAndrs Criba

    CidacAstrid Molero

    Educacin y Proyeccin a la ComunidadGonzalo Gonzlez / Aura Carpio

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    Guas de SalaGonzalo Gonzlez

    Servicios Generalesngel Lozada / Baniac MarcJos Antonio Sosa / Wilmer IguarnJhon Toncel

    Oficiales de SeguridadBenjamn Araujo / Eduardo LoveraIvn Bracho / Alex Estrada Gustavo Montiel / Levi OchoaOrlando Molero

    Guarda SalasJuan Bracho / Juan OrdezJos Medina / Pedro Baptista

    Centralista Elvis Torres

    MensajeroPablo Rivero

    ChoferLuis Cohen

    Signos de todos los reinos. Muestra Antolgica 1982 2012. Edgar Petit.

    Salas 3/4Noviembre 2012 Marzo 2013Exposicin N 161Catlogo N 49Depsito LegalImpresin: Litografa Moderna Tiraje: 1000

    Museo de Arte Contemporneo del Zulia

    PresidentaLourdes Molero de Cabeza

    Direccin de ArteHely Sandro Molero / Jean Carlos Leal

    Direccin de AdministracinAlitza Gonzlez de Franco / Elba Fara

    Museografa Gloria Castillo / Equipo tcnico Maczul

    Textos Vctor BravoMuseo de Arte Contemporneo del Zulia

    Montaje Equipo tcnico Maczul

    Diseo GraficoNubardo Coy / Laura Gonzlez

    FotografaEuclides Molleda

    Fotografa del artistaFernando Bracho

    RotulacinIconographics