Significado e Impacto Social de Las Ciencias de La Complejidad

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Director de la colección Marco Raúl Mejía Ediciones

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complejidad

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  • Director de la coleccin

    Marco Ral Meja

    E d i c i o n e s

  • 6LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDGCarlos Eduardo Maldonado

    Ediciones desde abajo

    ISBN: 978-958-8454-66-5

    Diseo y diagramacin: Difundir Ltda.Carrera 16 N 57-57, telf.: 2127397 - 346 6240Bogot, D.C. - Colombia

    Impresin Linotipia Bolvar

    El conocimiento es un bien de la humanidad. Todos los seres hu-manos deben acceder al saber, cultivarlo es responsabilidad de todos.Se permite la copia, de uno o ms artculos completos de esta obra o del conjunto de la edicin,en cualquier formato, mecnico o digital, VLHPSUH\FXDQGRQRVHPRGLTXHHOFRQWHQLGRGHORVWH[WRVse respete su autora y esta nota se mantenga.

  • Significado e impacto social de las ciencias

    de la complejidad

    Carlos Eduardo MaldonadoProfesor Titular

    Universidad del Rosario

  • Para Lala, Toto y Mona

  • ndice

    Introduccin ................................................................9El carcter de la ciencia, hoy ....................................12La comunidad acadmica y la comunidad FLHQWtFD ....................................................................18Las ciencias de la complejidad .................................194XpVLJQLFDSHQVDUHQHOVHQWLGRGHODVFLHQFLDVde la complejidad? .....................................................31La complejidad tiene implicaciones sociales, y polticas ...................................................................44Tres tipos de sistemas sociales .................................54Un aspecto de la ciencia de punta actual: la computacin ..........................................................57Addenda: I .................................................................65Addenda: II ................................................................665HIHUHQFLDVELEOLRJUiFDV ........................................68

  • Introduccin

    Este texto implica una idea bsica, a saber: un pro-ceso de (permanente) actualizacin del conocimiento, dados los vertiginosos ritmos en los que ste se pro-duce en el mundo actual. No asumo que el lector se encuentre necesariamente familiarizado con todos y cada uno de los aspectos mencionados en este libro. 3RU HOOR UHPLWR D OD ELEOLRJUDItD LQFOXLGD DO QDO ODcual tiene la intencin bsica de suministrar puntos de referencia para algunos de los aspectos ms tcni-cos que se encuentran en la base de este texto.

    Las ciencias de la complejidad no son ciencia de todo: esto es, no todas las cosas y fenmenos son complejos. De hecho, una teora que lo explica todo no explica nada. Por el contrario, las ciencias de la complejidad son ciencia de aquellos fenmenos, comportamientos y sistemas que ya no pueden ser entendidos y resuel-tos con las herramientas conceptuales, matemti-cas, fsicas, y otras de la ciencia clsica, esto es, de la ciencia normal.

    1RHVSRVLEOHH[WUDHUWRGRV\FDGDXQRGHORVVLJQL-cados y alcances sociales de una ciencia en general, y WDQWRPHQRVGHXQFDPSRWDQYLYR\SUROtFR\MR-ven! como las ciencias de la complejidad. Por esta ra-zn se presentan aqu solamente los rasgos generales ms destacados que permiten una solida apropiacin social acerca del impacto de las ciencias de la comple-jidad para la sociedad, en el mundo actual.

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    Las ciencias de la complejidad son ciencia de punta, VLQODPHQRUGXGD6XDWUDFWLYR\VXGLFXOWDGHVWUL-ban justamente en este rasgo. Como sucede siempre HQODKLVWRULDXQDGHODVGLFXOWDGHVIUHQWHDODLQ-vestigacin de punta es el lenguaje. Pero tambin el hecho de que la ciencia contempornea es alta y cre-cientemente contraintuitiva. Pero, ms radicalmente, se trata del hecho de que es ciencia que implica una autntica revolucin en toda la lnea de la palabra, y que, por tanto, exige una puesta al da, estudio, y una apertura de mente para la misma.

    Pues bien, no obstante su novedad, mejor: precisa-mente por la innovacin que implican es fundamental atender a las consecuencias, los alcances, el impacto \HOVLJQLFDGRVRFLDO\SROtWLFRTXHHVWDVQXHYDVFLHQ-cias implican o acarrean. Este es justamente el vector TXHGHQHHVWHSHTXHxROLEUR

    +D\XQWHPDVHQVLEOHHQFLHQFLDHQOyJLFD\HQOR-sofa. Se trata de las distinciones entre lo que sea y no sea trivial. Una manera bsica de entender estas diferencias es mediante las siguientes aclaraciones:

    Es trivial una relacin directa; no son triviales rela-ciones indirectas, por analoga, y otras. Es trivial el uso de herramientas de distinto tipo de uso habi-tual; no es trivial el desarrollo y uso de nuevas herra-mientas de distinta ndole- cuando es posible y nece-VDULR(VWULYLDOHOUHFXUVRDDUPDFLRQHVXQLYHUVDOHV(todo(s), nunca, ninguno, nadie, etctera); no

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    HVWULYLDOHOXVRGHDUPDFLRQHVSDUWLFXODUHVVLQJX-lares incluso (algn, un(a), a veces, etctera). Es trivial el empleo de inferencias o implicaciones directas; es no-trivial el recurso a implicaciones in-directas, por ejemplo por coligacin, por reconstruc-cin, por diferencia, por desigualdad, por homologa, y otras ms.

    (QFRQVHFXHQFLDHOVLJQLFDGR\HOLPSDFWRVRFLDO\Rpoltico de una ciencia no es nunca un asunto trivial. No se trata de una simple transposicin de un domi-nio dado del conocimiento a otro o a sus derivaciones prcticas o sus implicaciones de ndole social en cual-quier sentido de la palabra. En este sentido, el tema no es aqu el de hacer inferencias de tipo directo, o traducciones, acaso, de tipo literal de una escala de la UHDOLGDGODFLHQWtFDDRWUDODVRFLDO$QWHVELHQODinvitacin aqu es, para decirlo de manera franca, la de involucrarnos en una revolucin en curso, en este FDVRHQXQDUHYROXFLyQFLHQWtFDORVyFDFXOWXUDOLa tragedia en ciencia como en la vida es que, a veces, algunos se encuentran con las razones equivocadas en el bando correcto. En otras situaciones, otros, en ocasiones, con las razones correctas se encuentran en el bando equivocado. Ideal, exortativamente, se tra-tara que estuviramos, con las razones correctas, en el bando correcto. Pues bien, sin la menor duda, nos HQFRQWUDPRVHQPHGLRGHXQDUHYROXFLyQFLHQWtFDGHla mayor envergadura. Este libro quiere contribuir a que varios, muchos, estemos con las razones correctas en el bando correcto.

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    El carcter de la ciencia, hoy

    La ciencia tiene consecuencias sociales y polticas, no cabe la menor duda; directa o indirectamente. Es ms, existe la historia interna de la ciencia y la historia externa de la ciencia. Aquella consiste en los debates acerca de las teoras y modelos, los experimentos, la lgica y los mtodos; esta otra, por su parte, se ocupa de las condiciones sociales del desarrollo de las teoras, GH OD LPSURQWD FXOWXUDO GHXQPRGHOR HQQ GH ORValcances polticos de la ciencia, o tambin de las con-diciones y circunstancias que hacen que una teora triunfe o fracase en un momento determinado, o cmo es posible que alguien hubiera tenido una genialidad determinada y cmo el entorno y el resorte familiar y VRFLDOSHUPLWHQRGLFXOWDQODHPHUJHQFLDGHJUDQGHVpensadores, descubridores o inventores, por ejemplo. Esta distincin, en tiempos recientes ha sido clara-PHQWHHVWDEOHFLGDJUDFLDVDODORVRItDGHODFLHQFLDHQgeneral y a I. Lakatos en particular.

    La ciencia es un fenmeno que, dado el desarrollo del conocimiento en el mundo de hoy, puede ser explicada con base en seis aspectos, as:

    /DKLVWRULD\ODORVRItDGHODFLHQFLD. Esta se ocu-pa de estudiar el rigor, el formalismo, la lgica y ODPHWRGRORJtDGHODVLQYHVWLJDFLRQHVFLHQWtFDVy se ocupa de dos planos: la historia general de la ciencia y la historia de ciencias particulares, WDOHVFRPRODKLVWRULD\ORVRItDGHODELRORJtDR

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    de las matemticas, o de la economa, y as suce-sivamente.

    /D HSLVWHPRORJtD. Se encarga de estudiar crite-rios de demarcacin entre lo que es ciencia y lo que no lo es, entre disciplina, ciencia, prctica, DUWHV\VDEHUHV6HWUDWDGHXQDUHH[LyQDFHUFDdel estatuto cognitivo de una ciencia y disciplina y sus relaciones con otras.

    /DVRFLRORJtDGHODFLHQFLD. Trata de las condicio-nes y el resorte social de la ciencia en general, o GH XQ FLHQWtFR HQ SDUWLFXODU \ HO HQWURQTXH \relaciones entre ambos y la sociedad en general; por ejemplo, con aspectos sociales y culturales, pero tambin con el sector pblico o gubernamen-tal, y el sector privado; la sociologa de las ideas constituye aqu un captulo importante.

    /D SVLFRORJtD GHO GHVFXEULPLHQWR FLHQWtFR. Es-tudia cmo es posible que un gran pensador, in-ventor o descubridor hubiera llegado a ser lo que fue; y acaso, por va de contraste, por qu razones alguien ms no logr tener el acierto, el recono-cimiento o el prestigio de alguien ms. Para ello, ODSVLFRORJtDGHOGHVFXEULPLHQWRFLHQWtFRHVWXGLDla biografa y la angiografa, la personalidad, ODVSHUVRQDVTXHLQX\HURQHQODHGXFDFLyQRHQtemperamento o en el carcter y personalidad del investigador considerado, entre otros asuntos centrales.

    /DDQWURSRORJtDGHODFLHQFLD. Se concentra, par-ticularmente gracias a la etnografa, en lo que la ciencia hace y dice, lo que el investigador mismo

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    interpreta acerca de su trabajo, as como la for-PDFRPRODVFRPXQLGDGHVDFDGpPLFD\FLHQWtFDprincipalmente, intervienen en cada uno de los SDVRVHQHOUHVXOWDGRQDO\HQODVFRQVHFXHQFLDVulteriores de la investigacin de un texto, un expe-rimento y dems. Un aspecto sensible y difcil aqu es la distancia acaso inevitable entre la forma como un autor interpreta su propia obra, y la for-ma como es social, cultural e histricamente vista: ambos planos usualmente son discordantes.

    /DVSROtWLFDVGHFLHQFLD\WHFQRORJtD. La ciencia no VHKDFHVLQQDQFLDFLyQ\DSR\RGHO(VWDGRWDQWRcomo, en ocasiones, del sector privado. Pero ade-ms, aqu se estudian las condiciones polticas y educativas que favorecen o no la investigacin FLHQWtFD\ODIRUPDFLyQGHFLHQWtFRVDOPiVDOWRnivel. Las polticas educativas y de investigacin entran en este punto como un captulo medular. (QQODFLHQFLDDOLJXDOTXHHQRWURFRQWH[WRlas artes aportan un enorme prestigio educa-tivo, social, cultural y nacional, y las luchas, abiertas y encubiertas de prestigio son factores VXEWHUUiQHRVTXHDQLPDQRGLFXOWDQXQORJURRlogros en un momento determinado.

    Adicionalmente a los seis ejes mencionados, existen y se han consolidado los estudios culturales y los estudios sociales sobre la ciencia. De ellos, quizs el ms desta-cado es el conjunto de estudios CTS (ciencia, tecnologa y sociedad). El rasgo ms destacado consiste en el hecho de que se trata, siempre, en estos casos, de considera-

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    FLRQHV LQWHUGLVFLSOLQDULDV \QR~QLFDPHQWH FHxLGDV Duna ciencia o disciplina en particular. Aunque deben mencionarse que se ocupan de la manera como los di-versos valores, sociales, culturales y polticas inciden VREUHHOSURSLRYDORU\ODDFWLYLGDGFLHQWtFD

    Gracias a un texto clsico de Th. Kuhn (VWUXFWXUDGHODVUHYROXFLRQHVFLHQWtFDV, ha llegado a ser claro que existen dos clases de ciencia, as: la ciencia normal (o paradigma) y la ciencia revolucionaria (o nuevos paradigmas). Aquella descansa en prcticas consue-WXGLQDULDV GHO WUDEDMR DFDGpPLFR \ FLHQWtFR VH H[-presa en la forma de libros de texto de diverso calibre, y puede condensarse en una expresin: funciona; es decir, con ella se pueden hacer cosas por ejemplo despejar dudas, resolver problemas, construir cosas, etctera. Pero no se le puede hacer decir ms cosas de las que ya dijo: es decir, su capacidad explicativa y de comprensin ya est cerrada. Esta es la clase de FLHQFLDTXHKDELWXDOPHQWHVHHQVHxD\VHWUDEDMDHQODHGXFDFLyQQRUPDO(QPXFKDVRFDVLRQHVVXMXVWL-cacin descansa en el peso de la historia.

    Por el contrario, la ciencia revolucionaria es aquella que implica cambios tanto en la comprensin de la propia ciencia como en la visin del mundo. La ciencia revolucionaria no solamente responde preguntas y re-suelve incgnitas, sino, adems y fundamentalmente, concibe problemas, cuestiona. En una palabra, corre las fronteras del conocimiento. Esta clase de ciencia es generalmente desconocida en la educacin tradicional

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    y slo se accede a ella, por ejemplo, al cabo de la edu-cacin universitaria, o lateral, si no marginalmente, a los canales habituales de estudio, discusin y transmi-VLyQGHODFLHQFLD6HWUDWDGHSHTXHxDVFRPXQLGDGHVDFDGpPLFDV\FLHQWtFDVTXHDOFDERORJUDQDVHPH-janza de lo que sucede en los planos poltico, econmi-co o militar, triunfos importantes que les van abriendo nuevos y mejores escenarios.

    /DV UHYROXFLRQHV FLHQWtFDV VHSXHGHQ HQWHQGHU HQanaloga con las revoluciones polticas, pues en ellas se producen, literalmente, confrontaciones y debates, TXHUHOODV\OXFKDVTXHLPSOLFDQHQWRGDVXVLJQL-cacin, desprestigio, alianzas, poder, trabajo sucio, resistencia, tensiones y rupturas. Las revoluciones FLHQWtFDV VRQ QDOPHQWH FRQIURQWDFLRQHV DQiOR-gas a lo que sucede en muchos otros dominios de la historia Giordano Bruno, Lutero, Thomas Mnzer, Carlos Marx, Mao Tse Tung, Franz Fanon, Patricio Lumumba, Fidel Castro, y muchos otros nombres cuya lista sera interminable de relacionar, a pesar de lo cual siempre sera imperfecta y con tales ca-ractersticas y dinmicas hay que considerarla.

    Una cosa debe quedar clara, sin embargo. Es el he-cho de que generalmente ha llegado a reconocerse que puede hablarse de progreso en la ciencia y en el co-nocimiento pero no en trminos acumulativos. Por el contrario, es cada vez ms claro que la ciencia progresa por va de rupturas, discontinuidades, bifurcaciones. &RQ ODV UHYROXFLRQHV FLHQWtFDVQR OOHJDPRVD VDEHU

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    conocer o entender PiV; por el contrario, conocemos y entendemos GLVWLQWR; y por eso mismo, sorpresivamen-te, PHMRU. Los quiebres epistemolgicos, metodolgicos, de lenguaje y prcticas son por tanto normales en con-GLFLRQHVGHUHYROXFLRQHVFLHQWtFDVRWHFQROyJLFDV(QXQD SDODEUD H[LVWHQ PDQLHVWDPHQWH UHYROXFLRQHVFLHQWtFDV\DHVWDVKD\TXHHQWHQGHUODVHQFODUDDQD-loga con las revoluciones polticas.

    Nunca en la historia de la humanidad haba existido WDQWRV FLHQWtFRV LQYHVWLJDGRUHV \ WHFQyORJRV FRPRen nuestra poca. En consecuencia, jams habamos sabido y comprendido tanto sobre el universo, el mun-do, la naturaleza y la sociedad como en nuestros das. De hecho hay dominios del conocimiento en los que lo que sabemos hoy supera el 90 por ciento, con res-pecto a toda la historia anterior sumada. Vivimos, no solamente una poca de luces, en toda la acepcin de la palabra, sino tambin, literalmente, estamos en la transicin de la sociedad de la informacin a la socie-dad del conocimiento. Esto quiere decir que, hoy como nunca antes en la historia de la humanidad, nuestras mejores esperanzas, nuestro mejor destino, nuestras mejores posibilidades se corresponden, uno a uno, con las dinmicas, estructuras y procesos mismos del co-nocimiento; as, por ejemplo, de su estructuracin, de su socializacin, de su produccin y discusin y sen-tido sociales, en la acepcin ms amplia del trmino. Ms radicalmente, se ha llegado a reconocer abierta-mente que el conocimiento no es patrimonio de nadie, el conocimiento es libre.

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    La comunidad acadmica y la comunidad cientfica

    El conocimiento existe y se vehicula a travs de dos FRPXQLGDGHV SULQFLSDOHV OD FLHQWtFD \ OD DFDGp-PLFD/DSULPHUDVHFDUDFWHUL]DSRUTXHHVSHFtFD-mente es la productora de nuevo conocimiento. Es, para decirlo en lenguaje de comunicacin y perio-dismo, una estacin de produccin. La segunda, por su parte, tiene la labor fundamental de socializar el conocimiento de la primera. Es, si cabe, una estacin repetidora. En los procesos de informacin y comu-nicacin, tanto como en los procesos de educacin y aprendizaje ambas comunidades son igualmente importantes y ambas se necesitan recprocamente. Constituyen una sola unidad.

    Ahora bien, desde luego que alguien puede ser parte al mismo tiempo de las dos comunidades. Es el caso de quien produce conocimiento pero tambin contri-buye activamente a difundirlo, a la apropiacin social del mismo. Pero no es cierto ni inevitable que alguien forme parte al mismo tiempo de las dos comunidades.

    /DFRPXQLGDGFLHQWtFDWLHQHFDQDOHVSURSLRVGHSUR-duccin de conocimiento. Los ms conocidos son: re-YLVWDVHVSHFLDOL]DGDVDUWtFXORVFLHQWtFRVHGLWRULDOHVcolecciones editoriales especializadas, libros y captu-lo de libro, la participacin en eventos de alta calidad LQWHUQDFLRQDOHQQXOWHULRUPHQWHODSURGXFFLyQGHpatentes.

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    Por otra parte, la comunidad acadmica tambin tie-ne medios y canales propios de difusin del conoci-miento y para su apropiacin social. Estos medios y canales responden, entre otras variables, a un pblico amplio, a la importancia de la traduccin, a los even-WRVGHGHEDWHDFHUFDGHOVLJQLFDGRDOFDQFH\VHQWLGRde la produccin del conocimiento.

    Bien, pero antes que ver una yuxtaposicin entre am-EDVVHWUDWDGHLGHQWLFDUODVGRVFRPXQLGDGHVTXHIRUPDQ SDUWH GH OD VRFLHGDG FLYLO TXH GHVHPSHxDQun papel central en la produccin y en la apropiacin social del conocimiento. De ellas se derivan otras dis-FXVLRQHVFRPRODLQYHVWLJDFLyQFLHQWtFDSURSLDPHQ-te dicha y la investigacin formativa. Siempre existe complementariedad entre ambas.

    Las ciencias de la complejidad

    La ciencia de punta contempornea se caracteriza por-TXHQRWLHQHREMHWRVSRUHOFRQWUDULRVHGHQHDSDUWLUde SUREOHPDV. Ms exactamente, la ciencia de punta DFWXDOVHGHQHDSDUWLUGHSUREOHPDVGHIURQWHUD3RUste se entiende aquel que, de un lado, para compren-derlo, y de otra parte, para resolverlo, una sola ciencia RGLVFLSOLQDHVLQVXFLHQWHSXHVVHUHTXLHUHGHODSRUWHGHRWUDVWUDGLFLRQHVFLHQWtFDV\GHLQYHVWLJDFLyQ(Qotras palabras, un problema de frontera es aquel en el que diversas tradiciones, mtodos, lenguajes y aproxi-maciones coinciden y se refuerzan. Pues bien, los pro-blema de frontera fundan (la) ciencia como sntesis.

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    Los campos ms destacados de ciencias como sntesis son: las ciencias de la tierra, la ciencias de la salud, las ciencias de la vida, las ciencias de materiales, las cien-cias del espacio, las ciencias cognitivas y las ciencias de la complejidad.

    En verdad, una de las mejores expresiones del avance del conocimiento son las ciencias de la complejidad. Si bien sus orgenes tericos se remontan hasta el desa-UUROORGHO FiOFXOR LQQLWHVLPDOSRUSDUWHGH/HLEQL]\Newton en el siglo XVIII, pasando por la obra de H. Poincar (inicios del siglo XX), los orgenes organiza-WLYRV HVWR HV DGPLQLVWUDWLYRV QDQFLHURV KXPDQRVy dems del estudio de la complejidad se remontan a QDOHVGHORVDxRV\FRPLHQ]RVGHORVDxRVDpartir de la creacin de los primeros Centros e Institu-tos dedicados al estudio de los sistemas complejos. All tiene inicio el estudio de fenmenos caracterizados por complejidad FUHFLHQWH, algunos de cuyos atributos ms GHVWDFDGRV VRQ WXUEXOHQFLD LQHVWDELOLGDGXFWXDFLR-nes, no-linealidad, caos, catstrofes, equilibrios dinmi-cos (o desequilibrios), redes libres de escala, coopera-cin, fractales, percolacin, lgicas no-clsicas, y otros.

    A propsito de estos atributos de la complejidad se impone una observacin. La ciencia contempornea es alta y crecientemente contraintuitiva. En conse-cuencia, el lenguaje tal y como se emplea de manera corriente poco y nada tiene que ver con los fenmenos y procesos que se estudian hoy. Nuevos conceptos, nue-YDVFDWHJRUtDVQXHYDPHWiIRUDVHPHUJHQ\VHDFXxDQ

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    que nada tienen que ver con la forma que esos (nue-vos) trminos tienen en la vida comn y corriente. Por ello mismo, el sentido comn y la percepcin natural se hacen cada vez ms limitados a la hora de entender y de explicar los comportamientos de que se ocupa la ciencia contempornea. Muchos de los fenmenos ms apasionantes del mundo de hoy son temas que, literal-mente, no vemos, sino, por contraste, los concebimos, los imaginamos. Esta observacin es vital tambin para entender las ciencias de la complejidad.

    Estas ciencias son un conjunto de disciplinas, teoras, enfoques, lenguajes y mtodos que se dedican al estu-dio, por decirlo de manera fuerte y por va de contras-te, de todo aquello que no estudia la ciencia normal. Notablemente, se trata de las ciencias y disciplinas que incluyen a la ciencia del caos, la geometra de fractales, la teora de catstrofes, la termodinmica GHOQRHTXLOLEULROyJLFDVQRFOiVLFDVODYLGDDUWLFLDOy la ciencia de las redes complejas.

    Por consiguiente, se trata de los fenmenos que son im-predecibles, incontrolables, no parametrizables, y que no se explican en trminos de causalidad. La explica-cin ms bsica consiste en decir que la ciencia normal trabaja en funcin de campanas de Gauss, curvas de Bell, distribuciones normales, ley de grandes nmeros, y por tanto, se ocupa de los comportamientos que se pueden explicar por medio de estadstica (descriptiva o inferencial), matrices, promedios, estndares, vectores. El siguiente esquema ilustra una campana de Gauss:

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    Esquema I: Distribuciones normales

    Fuente: internet (pblico)

    Como es sabido, las distribuciones obedecen a la ley de grandes nmeros. Pues bien, una manera de tra-ducir este esquema consiste en decir que la campana de Gauss es una forma en que la ciencia normal slo se ocupa de fenmenos susceptibles de ser explicados en trminos de: mayoras. Un ejemplo conspicuo son, aqu, las polticas pblicas, que son polticas de y para mayoras1.

    Ahora bien, la ciencia normal sabe de los extremos de una campana de Gauss? La respuesta es positiva, pero la ciencia normal los descarta con argumentos tan variados como: parametrizacin, desviaciones

    1 El concepto de polticas pblicas corresponde hoy a lo que ayer se llamaba economa poltica. Pero, dado que, por as decirlo, el trmino mismo de economa poltica es polticamente incorrec-to y polticamente cargado, por lo dems, se acua el concepto, acaso ms neutro, de polticas pblicas (policy, policies).

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    estndares, razonamiento de defecto, excepciones, y otros semejantes.

    Las ciencias de la complejidad no desconocen los fe-nmenos, sistemas y comportamientos que se en-cuentran en la parte gruesa de la campana de Gauss. Pero se ocupan fundamentalmente de sus extremos. Por as decirlo, en las distribuciones normales se en-cuentran todas las personas, procesos, estructuras y dinmicas que FRQVHUYDQ el mundo. En el lenguaje tcnico puede decirse que se trata de estructuras con-servativas, incluidas las normas, leyes, y dems. Por el contrario, en los extremos de una distribucin nor-mal se halla la LQQRYDFLyQ, y por tanto, los cambios, las transformaciones, los fenmenos imprevistos. En una palabra, las HVWUXFWXUDVGLVLSDWLYDV, para decirlo en el lenguaje de la complejidad.

    Como se aprecia, las ciencias de la complejidad impli-FDQFODUDPHQWHXQDORVRItDGHOPRYLPLHQWR6HWUD-WDPDQLHVWDPHQWHGHOPRYLPLHQWRTXHHVLPSUHGHFL-ble, incontrolable, irreversible, sbito y dramtico. La ciencia normal sabe del movimiento, desde luego, pero el tipo de movimiento que le interesa es justamente aquel que es peridico, cclico, regular. Para esta clase GHPRYLPLHQWRDFXxDHOFRQFHSWRGHUHYROXFLyQFRPRen la mecnica clsica de Galileo y Newton que habla de revoluciones celestes, o tambin como en la econo-ma, donde se habla de ciclos de crisis o ciclos de pro-duccin, por ejemplo. De esta suerte, las revoluciones son movimientos cclicos, controlados y predecibles y

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    por ello mismo son susceptibles de leyes. En contraste, el movimiento que le interesa a las ciencias de la com-plejidad es aquel que no se puede reducir a ciclos ms amplios o ms cortos a perodos, y que tiene lugar de manera impredecible y sbita, y que ante todo, es irre-versible. Para esta clase de cambios no existen leyes, y ORPHMRUTXHFDEHKDFHUHVLGHQWLFDUSDWURQHV

    En efecto, la ciencia normal es ciencia de control en toda la acepcin de la palabra. Sus mecanismos expli-FDWLYRVVXVLQWHUHVHVVRFLDOHVHQQVXFDUJDLGHROyJL-ca de fondo es esa: el control y la manipulacin. Justa-PHQWHSRUHVWDUD]yQVHEDVDHQHOFRQFHSWRFLHQWtFROyJLFR\ORVyFRPiVLPSRUWDQWHGHWRGDODKLVWRULDde la humanidad occidental, a saber: la causalidad. Como es sabido, sin embargo, las causas operan siem-pre y nicamente: a) bajo condiciones controladas; b) a nivel local. As, para fenmenos, comportamientos y dinmicas que carecen de control, tanto como en las escalas meso(scpicas) y maso(scpicas), la causalidad deja de operar. Cuando la causalidad deja de ser til como en los casos mencionados el concepto ms ade-cuado que se introduce es el de emergencia.

    Con ello, el concepto que se emplea en el contexto de las ciencias de la complejidad es el de autoorganiza-cin, conjuntamente con el de emergencia. Los proce-sos de autoorganizacin implican el reconocimiento explcito de que no existe una jerarqua, ciertamente, ni rgida ni centralizada, en los fenmenos, en la natu-raleza o en el mundo. Por el contrario, los fenmenos,

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    sistemas y comportamientos caracterizados por com-plejidad FUHFLHQWH se explican en trminos de dinmicas que proceden de abajo hacia arriba, por adaptacin y aprendizaje, no de arriba hacia abajo, a partir de nor-mas, rdenes, poderes u otros principios parecidos. Los mbitos en los que los conceptos de autoorganizacin y de emergencia proceden originariamente son la ecolo-ga y la biologa, es decir, los sistemas vivos, los cuales se organizan y explican sin necesidad de recurrir a es-quemas piramidales y jerrquicos.

    En todas las pocas, la ciencia, en general, ha tenido un cierto paradigma dominante; o bien, igualmente, ha trabajado para la forma de una metfora o concepto atractivo. Entre los griegos antiguos era la matemtica, en el medioevo era la teologa, en la modernidad fue la fsica y en general las ciencias fsico-matemticas. Pues bien, para la ciencia de punta contempornea el ejem-plo o modelo es el de la biologa, la ecologa y, en trmi-QRVPiVDPSOLRVODVFLHQFLDVGHODYLGD(VWRVLJQLFDcomprender la sociedad, la naturaleza y el universo a la PDQHUD de sistemas vivos. Ms exactamente: i) como si fueran sistemas vivos; o bien, ii) como si se comporta-ran de la forma como lo hacen los sistemas vivos.

    Desde este punto de vista, los fenmenos, procesos, estructuras y dinmicas en general pueden y deben ser explicados anlogamente a lo que les sucede a los sistemas vivos: nacen, crecen, se desarrollan, se mul-WLSOLFDQ PHWDEROL]DQ VH KLSHUWURDQ VH HQIHUPDQetctera. A todas luces, los fenmenos de mxima

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    complejidad conocidos hasta la fecha son los sistemas vivos, la vida en general.

    Esta comprensin de la sociedad, la naturaleza y el universo a la manera de la biologa y la ecologa no VLJQLFDVLQHPEDUJRHQDEVROXWRXQUHGXFFLRQLVPRcomo si tratara de reducir cualquier otra explicacin o FRPSUHQVLyQDODELRORJtD\RDODHFRORJtD3RUHOFRQ-trario, se trata de cmo estas dos ciencias sirven para entender PHMRUlo que son los fenmenos que en cada caso ocupa a las ciencias y a las disciplinas. Su papel es el de guas, o ejemplos, si cabe la expresin.

    Dicho en otras palabras, se trata, por ejemplo, de en-tender los fenmenos sociales no por lo que son, sino por lo que KDFHQ; esto es, por ejemplo, FyPRVHFRP-SRUWDQ. De manera tradicional, dicho de una manera general, las ciencias sociales y humanas explicaron los fenmenos que les interesaban a la manera de la fsica o de las ciencias fsico-matemticas. Con ello, el lenguaje de ciencias y disciplinas enteras estuvo (y an lo est) permeado por el lenguaje mismo de la fsica y ms exactamente, de la mecnica clsica: fuerza, movimiento, aceleracin, cada libre, masa, velocidad, tiempo, rozamiento (o roces), y dems.

    En consecuencia, los sistemas sociales humanos se explica(ba)n en trminos de comportamientos fsicos, punto. La incorporacin o la referencia de la biologa o la ecologa implica una profundizacin en la com-plejidad misma de los comportamientos humanos y

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    sociales de que se trata en cada caso. Pues bien, ma-QLHVWDPHQWH OR TXH VH HQFXHQWUD DTXt HV HO UHFR-nocimiento de que no existe, en todos los fenmenos conocidos en el universo ninguno de mayor compleji-dad en toda la lnea de la palabra que la vida, o los sistemas vivos. Pero si ello es as, se impone entonces un reto formidable para los procesos de comprensin y explicacin de la realidad en general: es imposible no tener una idea bsica, digamos, de lo que es la vida y lo que hacen los sistemas vivos para vivir y para ha-cerse posibles. Por decir lo menos, la importancia de la teora de la evolucin, y de los enfoques evo-devo, tanto como de los equilibrios puntuados, la epignesis y las dimensiones comportamental y simblica de la evolucin resultan imprescindibles.

    En cualquier caso, un fenmeno, comportamiento o sistema se dice que es complejo en la medida misma en que no puede ser reducido fsica, matemtica, biolgica, metodolgicamente, o en cualquier otro sentido a uno slo de sus rasgos y atributos y, por el contrario, se requiere del aporte de varias ciencias y disciplinas para entenderlo y explicarlo. De esta suer-te, la idea tradicional segn la cual existen conoci-mientos mejores que otros y, ms exactamente, es po-sible establecer, con cualesquiera criterios, jerarquas de conocimientos estalla, en el marco de las ciencias de la complejidad, en mil pedazos. As, no solamente la complejidad implica inter, trans y multidisciplina-riedad; sino, mejor an, el cruce mismo, el dilogo, la cooperacin entre enfoques, mtodos, lenguajes y

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    disciplinas distintas constituye el rasgo distintivo de lo que es un sistema complejo. O bien, para decirlo por va de contraste: en la medida en que cualquier fenmeno pueda ser abordado y explicado con una sola ciencia o disciplina sea cual sea, all no hay complejidad.

    Cuando suceden revoluciones, uno de los principales cuerpos es el lenguaje. Ya sea porque ste se empe-cina en no ver lo nuevo, o bien porque se adelanta en demasa a los nuevos tiempos, los nuevos fen-menos y permite ver cosas que el sentido comn no avizora. Pues bien, el lenguaje de las ciencias de la complejidad no es ajeno a estos avatares. Durante mucho tiempo permeado, por as decirlo, por cien-cias como la biologa, la fsica, las matemticas, la qumica y los sistemas computacionales, principal-mente. Ello condujo y an lo hace en numerosas ocasiones a que diversas personas entiendan a este grupo de ciencias como si fueran parte de las llama-das ciencias duras (o positivas o exactas o natura-les), en desmedro de las ciencias sociales y humanas. Una impresin semejante consiste, en realidad, en una equivocacin. Desde cualquier punto de vista, las ciencias sociales y humanas son de una compleji-GDGPDJQtFDPHQWHPD\RURVXSHULRUDODVFLHQFLDVfsicas, por ejemplo.

    En efecto, el trabajo en complejidad nace, en verdad, del lado de ciencias fsicas y dems, pero rpidamente se ampla hacia las ciencias sociales y humanas. Lo

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    que sucede es que, en realidad, se imponen aqu dos observaciones.

    De un lado, se trata del reconocimiento explcito de que el concepto mismo de ciencias sociales y humanas es SURSLRGHOVLJOR;,;TXHHVFXDQGRQDFH\VHDFXxDEn rigor, cabe distinguir tres clases de sistemas socia-les, as: sistemas sociales naturales, sistemas sociales KXPDQRV\VLVWHPDVVRFLDOHVDUWLFLDOHV3XHVELHQHOlugar en el que los tres tipos de sistemas sociales con-X\HQ\VHUHIXHU]DQUHFtSURFDPHQWHHVODFLXGDG'Hsuerte que, propiamente hablando, las ciencias sociales y humanas se ocupan en verdad de una clase particu-lar de sistemas sociales: los humanos, pero si quieren dar cuenta verdaderamente de este tipo de sistema so-cial deben, de alguna manera, considerar y atravesar por consideraciones atinentes a los otros dos tipos de sistemas sociales. Pero cuando ello sucede, entonces el trabajo ya no se hace nica o principalmente con cien-cias sociales y humanas en el sentido tradicional de la palabra, sino con otras ciencias y disciplinas. La inves-tigacin se encuentra DGSRUWDV, por as decirlo, de las ciencias de la complejidad.

    La segunda consideracin tiene que ver con el len-guaje, en los siguientes trminos. El primer objeto de trabajo, en ciencia como en la vida no es la socie-dad, la naturaleza, la realidad o lo que quiera que sea. Antes bien, y particularmente cuando se trata de ciencia e investigacin de punta, el primer objeto de trabajo es el lenguaje. El problema consiste en

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    cmo designar lo nuevo lo nuevo que se quiere pen-sar y decir dado que el lenguaje opera a la manera GHXQMDGRUFRPRVHKDEODHQFLQH\HQIRWRJUDItDAs las cosas, con seguridad, la primera gran batalla cuando se trata de ciencia y pensamiento de punta consiste en el trabajo con y a travs del lenguaje; esto es, en la apropiacin de un nuevo lenguaje nue-vos conceptos, nuevos trminos, nuevas metforas, por ejemplo, dado el hecho de que la ciencia normal trabaja con lenguaje ya sedimentado, ya circulan-te. El lenguaje sedimentado deja de ser crtico, y se funda en el sentido comn. En contraste, la ciencia e investigacin de punta implica abiertamente una crtica e incluso un rechazo del sentido comn. Para decirlo en trminos polticos: la principal reserva del statu quo y del conservadurismo consiste en la de-fensa (a ultranza) del sentido comn. En contraste, ODV UHYROXFLRQHV FLHQWtFDV FXOWXUDOHV SROtWLFDV \otras pasan por una crtica sistemtica del sentido comn, dado su carcter acrtico y conservador.

    (QYHUGDGORTXHKDFHQORVFLHQWtFRVHLQYHVWLJDGR-res de punta no se diferencia mucho de lo que hacen los matemticos, los poetas o los artistas, por ejemplo. Cuando un matemtico se enfrenta con un fenmeno que no puede explicar con las matemticas habidas y recibidas de la tradicin, se da a la tarea de crear nue-vas matemticas. Asmismo, la grandeza de un artista autntico estriba en su capacidad para crear nuevos OHQJXDMHVHQQQXHYDVHVWpWLFDV'HLJXDOPDQHUDHOpoeta se caracteriza, en cuanto al lenguaje por ser un

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    FUHDGRUGHJXUDVQXHYDVGHPXQGRVQXHYRVFRPRGHOHQJXDMHVJLURVVHQWLGRVVLJQLFDGRVQXHYRV

    Pues bien, de la misma manera, un pensador verda-GHUDPHQWH LQQRYDGRU DFXxD QHRORJLVPRV LQWURGXFHQXHYDVPHWiIRUDV\VtPLOHVHQQFUHDQXHYRVFRQ-ceptos y categoras. Todo esto, sin embargo, se dice fcil, pero es sumamente difcil hacerlo. La geniali-GDGGHODUWLVWDGHOPDWHPiWLFRGHO FLHQWtFRROy-sofo para permanecer en el esquema de los ejemplos mencionados consiste exactamente en su capaci-dad innovadora WDPELpQ a travs del lenguaje para no mencionar su innovacin en mtodos, tcnicas, aproximaciones y explicaciones, justamente.

    Pues bien, a este respecto la importancia de la co-munidad acadmica estriba en su mediacin entre OD FRPXQLGDG FLHQWtFD \ OD EDVH GH OD VRFLHGDGincluido el sector privado y el sector pblico. Estos generalmente no piensan radicalmente el lengua-je: sencillamente lo usan y lo vehiculan. La comu-nidad acadmica tiene como uno de sus objetivos la apropiacin y explicacin de los nuevos lenguajes a travs de los cuales se van haciendo posibles nuevas realidades y posibilidades.

    Qu significa pensar en el sentido de las ciencias de la complejidad?

    Los fenmenos, comportamientos y sistemas complejos implican una distancia grande con respecto a la cultura

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    tradicional de la humanidad, la cual, para decirlo de manera sucinta, pivota alrededor de tres conceptos: ser, tener, haber. Dado que los sistemas de complejidad FUHFLHQWH LPSOLFDQPDQLHVWDPHQWHXQDORVRItDGHOmovimiento ya mencionada, estos hacen posible otro concepto radicalmente distinto, a saber: el devenir. La HFKDGHOWLHPSRFXPSOHDTXtXQSDSHOVLJQLFDWLYR

    En efecto, no solamente la historia de la civilizacin oc-cidental ha estado dominado por la idea de ser, sino, consiguientemente, cuando Occidente ha descubierto la idea de movimiento por primera vez en la moderni-dad, gracias a la mecnica clsica, ambos momentos han sucedido a pesar y a costa de otro concepto funda-mental pero que siempre estuvo en la tras-escena de la vida social y cultural de la civilizacin occidental: la idea del devenir. Con ello se impuso en la historia GXUDQWHDxRVXQDORVRItDGHODLQPRYLOLGDGGHODFRQVHUYDFLyQHQQGHUHFKD]RDOFDPELR

    /DLGHDGHOVHUWLHQHXQDKLVWRULDFODUD\VXFLHQWH\VXVIXQGDPHQWRVVHHQFXHQWUDQH[SUHVDGRVHQODOR-sofa con autores tan fundamentales como Melisso de Samos, Zenn de Elea, Parmnides, Platn y Gorgias, y Heidegger. Esta historia se expresa en cinco propo-siciones, as:

    1. Nada entra al ser que no sea el ser;2. Nada sale del ser que no sea el ser;3. Ser y pensar son una sola y misma cosa;

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    4. Si el no-ser fuera, no se podra pensar, y si se pu-diera pensar no se podra decir o comunicar;

    5. Al cabo del tiempo hemos asistido al olvido del ser.

    En estas cinco proposiciones se condensa y se agota la KLVWRULDGHDxRVGHHVWDFLYLOL]DFLyQ\HOODVVLU-ven de fundamento a todas las dems creencias, deci-siones y acciones de lo que, en propiedad, cabe pensar FRPRODKLVWRULDRFLDOGHODFLYLOL]DFLyQRFFLGHQWDO

    En contraste, la idea, formulada originariamente por Herclito, de devenir implica una multiplicidad; por razones de espacio cabe destacar aqu cuatro rasgos esenciales; estos son:

    1. 1DGLHVHEDxDGRVYHFHVHQODVPLVPDVDJXDVGHun ro (frag. 49a); es decir, el pasado es cualitati-vamente distinto del futuro;

    2. Si no se espera lo inesperado, no se lo hallar, dado lo inhallable y difcil que es (frag. 18); es de-cir, vale pensar en trminos de sistemas no pre-visibles, de fenmenos emergentes y sorpresivos;

    3. La naturaleza de cada da es nica (frag. 106); esto es, sucede la novedad, la sorpresa, no la re-peticin de lo mismo; esto exige y permite a la vez una estructura de mente abierta;

    4. A la naturaleza le complace ocultarse (frag. 123); es decir, las cosas no son y no aparecen de una vez para siempre; la nocin de verdad es la de inves-WLJDFLyQHQQODFLHQFLD\ODYLGDVRQXQDVROD\

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    misma cosa y se encuentran en constante proceso de completud, aunque siempre inacabada.

    Dicho de manera puntual: pensar en trminos de com-SOHMLGDGLPSOLFDDVXPLUXQDORVRItDGHOPRYLPLHQWR\SRUWDQWRGHOWLHPSR/DORVRItDGHOPRYLPLHQWRHTXL-YDOH HQ WpUPLQRVORVyFRVD LQFRUSRUDU HQ WRGD ODlnea de la palabra, la nocin del GHYHQLU. Y en cuanto al tiempo, se trata de reconocer su papel constructi-vo, creador, en marcado contraste con la idea vieja y sedimentada segn la cual el tiempo todo lo cal-PDTXHFRQGXFHDOHTXLOLEULRHQQDSXQWDKDFLDODmuerte, erosin y prdida. No en vano, justamente, en el contexto de las ciencias de la complejidad se habla de fsica del devenir, qumica del devenir, evolucin y HTXLOLEULRV SXQWXDGRV HQQ FDWiVWURIHV IHQyPHQRVcaticos, complejidad reciente y no-linealidad.

    (QHIHFWRHQORVDxRVGHODKXPDQLGDGRFFLGHQWDOel tiempo implica algo as como una maldicin que hay que aprovecharlo mientras dure, porque lo nico cierto, VHDUPDOR~QLFRLQHYLWDEOHHVTXHHOWLHPSRSDVDUi\todo ser conducido a la indiferencia, el agotamiento, el equilibrio y la muerte. Se tratara, en esta concepcin, de aprovechar el cuarto de hora, porque ste breve lapso es provisional y pasajero. De esta suerte, el tiem-po implica prdida y su vector es hacia el equilibrio. Una expresin en la misma direccin sostiene que el tiempo todo lo calma, el tiempo hace que las cosas se ol-YLGHQHQQWRGRWHUPLQDGHHQWUDUHQODLQGLIHUHQFLDla insensibilidad y en el olvido.

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    En las ciencias de la complejidad en general, y en par-ticular gracias a una de ellas, la termodinmica del no-equilibrio, el tiempo es un factor creador, y es la razn misma de la complejizacin de los fenmenos. Ms exac-tamente, el tiempo introduce grados de libertad en las cosas, de tal suerte que es posible decir, sin ambages, que DPD\RUHVJUDGRVGHOLEHUWDGPD\RUFRPSOHMLGDG. La siguiente es la expresin condensada de esta idea:

    > Lib > Compl

    Esta idea adquiere tanto mayor contenido cuanto que se entiende que el fenmeno de mxima complejidad conocido es la vida. De esta suerte, la idea de que a mayores grados de libertad, mayor complejidad signi-FDHQUHDOLGDGTXHDPD\RUHVJUDGRVGHOLEHUWDGPiVy, agreguemos: mejor vida.

    En efecto, en el lenguaje clsico de los anteceden-tes de la complejidad fue un lugar comn reconocer que los sistemas vivos no obedecen, no responden, ni tampoco se reducen a la entropa; tcnicamente dicho, los sistemas vivos son neguentrpicos. As, la idea de neguentropa se corresponde con la expre-VLyQEDVWDQWHPiVDIRUWXQDGD\DUPDWLYDVHJ~QODcual los sistemas vivos ganan en su existir grados de libertad.

    Ahora bien, el concepto de grados de libertad procede, originariamente, de la fsica y las matemticas. Pero,

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    traducida al lenguaje de las ciencias sociales y huma-QDVHVWDLGHDVHWRUQDPDJQtFDPHQWHPiVVXJHVWLYD

    En verdad, los sistemas complejos son no-determinis-tas. Un sistema se dice que es determinista cuando el pasado contiene y anticipa el futuro, y cuando la lnea de tiempo que transcurre entre el pasado y el presen-te determina anticipa, proyecta, como se quiera el futuro del sistema considerado. Dicho en trminos DUPDWLYRV ORV VLVWHPDV FRPSOHMRV VH LQGHWHUPLQDQen el sentido mismo de que en el presente y de cara al futuro, se producen bifurcaciones, rupturas, quiebres de la lnea de tiempo anterior, esto es, de la trayectoria que del pasado conduce al presente. De esta suerte, no es cierto ni inevitable, en el caso de los sistemas com-plejos, que conocer el pasado brinde garantas, condi-ciones o referencias para conocer o anticipar el futuro.

    Precisamente en este sentido, el no-determinismo se corresponde plenamente con los grados de libertad que asume o que despliega un sistema determinado. Lo mejor que tiene y puede tener un sistema complejo no es tanto pasado cuanto futuros, posibilidades. La complejidad estriba, as, en los tipos de futuro posi-bles o probables que un fenmeno determinado pueda tener, concebir o realizar.

    Esta idea tiene consecuencias maravillosas a la hora de entender y de explicar la complejidad de un siste-ma dado. Dos de las consecuencias que se siguen de lo dicho anteriormente son, de un lado, el hecho de que

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    los sistemas complejos son intrnseca, esencialmente abiertos y en que, mejor aun, no cabe (en)cerrarlos o aislarlos. Y de otra parte, al mismo tiempo, los siste-mas, fenmenos o comportamientos complejos estn intrnsecamente cargados de incertidumbre.

    En efecto, ms radicalmente, gracias a las ciencias de la complejidad es posible comprender que no existen, y no son posibles, sistemas cerrados o aislados, en claro FRQWUDVWHFRQWRGDODWUDGLFLyQFLHQWtFD\FXOWXUDOTXHsostena, abierta o tcitamente, que existan y eran po-sibles fenmenos cerrados o aislados. De este modo, una de las caractersticas esenciales de los sistemas complejos consiste en su inseparabilidad del medio ambiente. O tambin, es el hecho de que un sistema complejo es aquel que se encuentra en un entramado de relaciones y conexiones de tal ndole que su compor-tamiento y sus atributos son concomitantes con el en-torno en el que se encuentra y con las relaciones, conti-guas y mediatas, que tiene con los elementos y partes del entorno considerado. Esta idea exige, sin embargo, el reconocimiento explcito de que el medioambiente es un sistema esencialmente indeterminado en el sentido GHTXHQRH[LVWHXQDIURQWHUDRXQOtPLWHFODUR\GH-nitivo al permetro o el rea del medioambiente. Los lmites del medioambiente dependen de la sensibilidad y las movilidades, de los aprendizajes y las adaptacio-nes de un fenmeno determinado.

    Ahora bien, la incertidumbre tiene en el contexto de la complejidad dos acepciones principales. De un lado, se

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    trata del reconocimiento explcito de que el futuro no est nunca dado de antemano y de una vez para siem-pre. Pero, al mismo tiempo, de otra parte, se trata de la idea segn la cual si se conoce el lugar de un sistema o fenmeno complejo, entonces no se puede decir con exactitud hacia dnde se dirige; y viceversa; es decir, si se puede establecer el lugar a dnde se orienta un fe-nmeno complejo determinado, entonces no es posible sostener con rigor en dnde se encuentra.

    Como se aprecia, el concepto de incertidumbre no tie-ne absolutamente nada que ver con rasgos o elemen-tos cognitivos, psicolgicos o emocionales. La incerti-dumbre es un rasgo mismo de la realidad, y no un DWULEXWRRFDUDFWHUtVWLFDGHORVVXMHWRV\DUPDTXHuna marca constitutiva de la realidad, de la natura-leza, o de la sociedad cuando se los ve como compor-tamientos complejos es una cierta indeterminacin o incompletud de los mismos, que no depende para nada del papel que juega un observador.

    En otros trminos, no siempre es necesario poseer toda la informacin sobre un fenmeno determinado, y cuando ello sucede debemos poder aprender a to-mar decisiones en condiciones de informacin parcial o incompleta o incluso en condiciones en los que la certeza acerca de la informacin no es enteramente consistente. En estos casos, se trata de tomas de de-cisin en condiciones de incertidumbre, o de riesgo, y ambas son, con total evidencia, de las ms complejas que se pueden tomar. As, los sistemas complejos se

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    encuentran en permanente proceso de cumplimiento y acabamiento, y la incertidumbre es un rasgo consti-tutivo de esta clase de fenmenos.

    Por otra parte, pensar en trminos de complejidad VLJQLFDUHFRQRFHUH[SOtFLWDPHQWHTXHORVIHQyPHQRVsistemas o comportamientos complejos poseen ms de una lgica y que pueden y deben ser explicados en trminos perfectamente distintos a la lgica formal clsica. Ms exactamente, una caracterstica funda-mental de la complejidad es el reconocimiento de la LPSRUWDQFLD\HOVLJQLFDGRGHXQSOXUDOLVPROyJLFR, y el trabajo con OyJLFDVQRFOiVLFDV.

    Las lgicas no-clsicas se desarrollan particularmen-WHDSDUWLUGHPHGLDGRVGHORVDxRV\KDVWDODfecha continan naciendo y fortalecindose. Se trata de sistemas lgicos por tanto, sistemas de pensa-miento, sistemas de notacin, que se dan a la tarea de entender y explicar fenmenos del mundo y la na-turaleza en trminos complementarios, o bien alter-nativos, a la lgica formal clsica. Como es sabido, la lgica formal clsica es la lgica simblica o la lgica matemtica, pero encuentra sus primeros fundamen-tos en el sistema aristotlico de la lgica y que habra de ser complementado, desarrollado fortalecido, en la historia de la civilizacin occidental justamente como la lgica formal. Slo que esta lgica formal clsica cobra ciudadana es decir, mayora de edad con la FRQJXUDFLyQGHODPLVPDFRPROyJLFDVLPEyOLFDROy-gica matemtica.

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    Como quiera que sea, el siguiente esquema suminis-tra un panorama de, acaso, las ms importantes, de las lgicas no-clsicas:

    Esquema 2: Las lgicas no-clsicas

    Lgicas No Clsicas

    (Lgicas filosficas)

    Lgicas Probabilsticas

    Lgicas No Monotnicas

    Lgica libre

    Lgica de fabrica

    Lgica paraconsistente

    Lgica de la relevancia

    Lgica del tiempo

    Lgica cuntica

    Lgica formal clsica

    Lgica difusa Lgicas polivalentes

    Lgica intuicionista

    Lgica de contrafcticos

    Lgica modal

    Lgica dentica

    Extensiones a la lgica clsica

    Alternativas a la lgica clsica

    Lgica dinmica

    Lgica multimodal

    Lgica abductiva

    Lgica epistmica

    Fuente: elaboracin propia

    Las lgicas no-clsicas son conocidas igualmente, en RFDVLRQHVFRPROyJLFDVORVyFDVHQHOVHQWLGRGHTXHlos temas y problemas de que se ocupan son asuntos ORVyFRVHQWRGDODOtQHDGHODSDODEUD

    Se trata de sistemas de pensamiento lgico que se ocupan de una variedad de situaciones y fenmenos

  • 416LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG

    TXH QR VRQ VXVFHSWLEOHV GH VHU H[SOLFDGRV \R YLYL-dos en trminos duales o binarios como en la lgica formal clsica; es decir, en trminos de 1 o 0, de una cosa o de otra.

    Una presentacin somera por panormica de las lgi-cas no clsicas puede ser elaborada en los siguientes trminos:

    Se trata de lgicas que trabajan sistemas trivalentes, WHWUD SHQWD \ DVt KDVWD LQQLYDOHQWHV \ HO PXQGRnuestro es un mundo de ms de uno o dos valores, cier-tamente; sistemas en los que el tiempo es un proble-ma que no se puede descontar (la mayora de la gente descuenta el tiempo); lgicas que trabajan con incon-sistencias, contradicciones y vacos, en lugar de resol-verlos o dejarlos de lado; fenmenos en los que los con-textos de relevancia son mviles y diversos; situaciones en las que existen diferencias sutiles y matices varia-dos y mviles, entre muchos otros. Estas son: la lgica polivalente, la lgica del tiempo (o lgica temporal), las lgicas paraconsistentes, la lgica de la relevancia, o la lgica difusa, respectivamente.

    A las anteriores, cabe agregar, por ejemplo, la lgica de contrafcticos que es aquella que trabaja con ex-perimentos mentales que contribuyen ampliamente a entender los casos reales, no ya simplemente por va de descripcin y anlisis; estn tambin las lgicas TXH WUDEDMDQ FRQP~OWLSOHVPRGRV GH DUPDU FRP-prender y vivir las cosas, que son justamente la lgica

  • 42 Carlos Eduardo Maldonado

    modal y las lgicas multimodales. Igualmente, se pue-de mencionar la lgica epistmica que tiene el mri-to de entender que el sujeto cognoscente es l mismo YDULDEOH\VXMHWRDQXPHURVDVFLUFXQVWDQFLDV(QQsin ser prolijos al respecto, cabe sostener, sin amba-ges, que las lgicas no-clsicas son OyJLFDVGHPXQGRVSRVLEOHV, y con ello, se trata de introducirle al mundo lo que ste no posee: posibilidades, grados, matices, niveles, experimentos mentales, y dems. Por va de contraste, cabe decir que la lgica formal clsica es la OyJLFDGHOPXQGRUHDO\PiVHVSHFtFDPHQWHGHXQ~QLFRPXQGRUHDODVDEHUDTXHOTXHSRUGHQLFLyQHVy est ah. Social y polticamente hablando, se trata del mundo del statu quo.

    Sin lugar a dudas, una de las reas ms promisorias en complejidad y en el mundo actual hacia futuro ser HOWUDEDMRFRQODDSURSLDFLyQ\ODHQVHxDQ]DGHVLVWH-mas lgicos distintos al de la lgica formal clsica, que ha sido, JURVVRPRGR, el que ha imperado en la histo-ULDGHORV~OWLPRVDxRVGHFLYLOL]DFLyQRFFLGHQWDO$VtSXHGHDUPDUVHVLQGLFXOWDGTXHODVOyJLFDVQRclsicas pueden ser llamadas en propiedad como una de las ciencias de la complejidad.

    En cualquier caso, vivimos un mundo altamente entre-lazado, crecientemente interdependiente y con mlti-ples puntos de vista, perspectivas, historias y futuros, por consiguiente, no siempre congruentes ni conver-JHQWHV(OPXQGROLWHUDOPHQWHVHKDYXHOWRSHTXHxRPues bien, una de las ciencias de la complejidad, la

  • 436LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG

    ciencia de redes complejas, descubri y tematiza este PXQGRSHTXHxR8QDIRUPDFRPRORKDFHHVSUHFLVD-PHQWHFRQODWHRUtDGHOPXQGRSHTXHxRTXHVRVWLHQHen sntesis, que entre un punto de partida cualquiera y un objetivo cualquiera existen seis o menos grados de separacin. Pues bien, si hay, sin duda alguna, un rea en la que esta ciencia pueda contribuir de ma-QHUDVLJQLFDWLYDHQHOSODQRVRFLDOHVFRQUHVSHFWRDlos problemas de accin colectiva en general. As, por ejemplo, con temas de solidaridad, informacin, co-municacin y toma de decisin por parte de colectivos KXPDQRVGHXQDPDQHUDDOPLVPRWLHPSRH[LEOH\robusta. Con ello, reas como la poltica y la antropo-loga, la sociologa y el trabajo social, la psicologa y la economa, por ejemplo, pueden verse nutridas de ma-QHUDVLJQLFDWLYD6LHOPXQGRVHKDYXHOWRSHTXHxRal mismo tiempo los encuentros y las ideas, los apren-dizajes y la solidaridad puede verse fortalecida. En la actualidad se encuentran numerosos ejemplos de estas prcticas, dinmicas y estructuras, todas, per-fectamente novedosas.

    En efecto, el mundo actual permite entender fenme-nos y comportamientos como las cascadas de errores, RFyPRHTXLYRFDFLRQHV\GHVOLFHVSXHGHQOWUDUVHGHXQPRGRTXHSXHGHUHVXOWDUFDWDVWUyFRHLPSUHYL-sible a la vez. La forma como esto se trata es como redes libres de escala, y fenmenos de percolacin, FX\DQDOLGDGFRQVLVWHHQSRQHUGHPDQLHVWRSRUprimera vez en la historia, que existen y son posibles comportamientos de sincronizacin en el espacio y

  • 44 Carlos Eduardo Maldonado

    en el tiempo, en toda la lnea de la palabra, que o bien complejizan el mundo y la sociedad, o bien per-miten entender la complejidad misma de la sociedad y la naturaleza. En todos los casos, algunos de los temas ms sensibles que emergen ante la mirada re-H[LYDVRQORVGHLPSUHGHFLELGLOLGDGLQFHUWLGXPEUHriesgo, autoorganizacin, sorpresa y emergencias, DWUDFWRUHV H[WUDxRV HIHFWRV PDULSRVD PDULSRVDGH/RUHQ]HQQHVWDOOLGRV\DXWRVHPHMDQ]DSDUDmencionar slo los ms destacados.

    La complejidad tiene implicaciones sociales, y polticas

    Uno de los campos ms recientes en el estudio de los fenmenos de complejidad creciente es el de la inteligencia de enjambre (VZDUP LQWHOOLJHQFH). Se trata del estudio de colectivos de insectos y mamfe-ros, principalmente, que se comportan como un solo organismo: cardmenes2, manadas de aves3, mana-das de gacelas u ovejas4, insectos5, etctera., y las derivaciones que estas estructuras y dinmicas li-teralmente: estas redes tienen para la comprensin y el posibilitamiento de los propios sistemas sociales humanos.

    La inteligencia de enjambre pudiera, en un sentido laxo, traducirse al lenguaje de las ciencias sociales y 2 Cfr. KWWSZZZ\RXWXEHFRPZDWFK"Y F,J+(K]L8[83 Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=XH-groCeKbE4 Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=keUDMw4i2HY5 Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=A042J0IDQK4

  • 456LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG

    humanas como los temas relativos a la racionalidad colectiva y la accin colectiva (excepto por el hecho de que estas dos teoras ya tienen unas caracters-ticas propias que las diferencian con mucho de la idea original, fuerte de la inteligencia de enjambre). Como quiera que sea, uno de los aprendizajes ms radicales de esta clase estudios consiste en el hecho de que, por primera vez en la historia, se pone de PDQLHVWRTXHHVSRVLEOHXQOLGHUD]JRVLQOtGHUHV y, anlogamente, HV SRVLEOH KDEODU GH HVWUDWHJLD VLQHVWUDWHJDV dos ideas que resultan escandalosas o sorprendentes cuando se las mira con los ojos del pa-sado o de la ciencia normal.

    Un colectivo de animales se comporta como un solo organismo y no como un agregado de partes indivi-duales, bien porque en un momento dado la evolucin los conduce a esta clase de estrategias, o bien porque con este comportamiento colectivo pueden obtener PiV EHQHFLRV TXH VL WRGRV VXV LQWHJUDQWHV DFWXD-ran cada cual por su cuenta. Desde las termitas a las hormigas, desde las aves o bancos de peces, desde diversas manadas hasta autnticos comportamien-tos humanos particularmente en grandes urbes, los enfoques cruzados y transversales se alimentan de XQSODQRDRWURGHXQDHVFDODDODVLJXLHQWHHQQGHXQDGLPHQVLyQDRWUD&RPRVHDSUHFLDVLQGLFXO-tad, no existen diferencias tajantes de naturaleza, como dice la tradicin aristotlica entre sistemas sociales humanos y sistemas sociales en la naturale-za, como los mencionados.

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    De esta suerte, la inteligencia de enjambre pone de ma-QLHVWRTXHVRQSRVLEOHVSURFHVRVGHDXWRRUJDQL]DFLyQque emergen precisamente debido a comportamientos colectivos que no responden a causalidad, sino a un aprendizaje y adaptacin en los que el grupo entero se EHQHFLDFRPRXQWRGRDFRQGLFLyQGHTXHDSUHQGDGHlos casos particulares. Un enjambre o manada es un superorganismo que plantea serios cuestionamientos a la idea de egosmo, racionalidad individual e indivi-dualismo, propios de la tradicin de las ciencias socia-les y humanas. Con ello, las ciencias de la complejidad indican un camino sensible a seguir, a saber: aprender GHODQDWXUDOH]DHQQODLPSRUWDQFLDGHODQDWXUDOL-zacin del conocimiento, la sociedad y la realidad.

    8QDGLFXOWDGHQRUPHGHOVLJQLFDGRVRFLDO\FXOWXUDOde las ciencias de la complejidad es el de que stas im-plican una distancia fuerte con respecto a la forma tra-dicional (o vigente) de comprender la realidad, la natu-raleza y el mundo en general. En efecto, de manera at-vica, tradicionalmente la visin de la realidad ha sido, DELHUWDRWiFLWDPHQWHDQWURSROyJLFDDQWURSRFpQWULFD\RDQWURSRPyUFD(VGHFLUHQODKLVWRULDGHODFLYLOL]DFLyQoccidental, la imagen del ser humano y la preeminencia a priori del ser humano se ha impuesto como central, determinante y sentido de la realidad misma: el mundo ha existido para el disfrute del ser humano y para que ste imponga en aquel su voluntad, punto.

    La importancia de la naturalizacin de la realidad y el conocimiento implican un giro radical hacia una

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    FRPSUHQVLyQPiVELRFpQWULFD\RHFRFpQWULFDHVGH-cir, se trata de comprender que el ser humano es una articulacin importante de la realidad, pero slo una instancia o una escala, que no puede agotar ni subsumir a las dems especies. Por el contrario, se trata de ampliar la visin antrpica de la realidad hacia una explicacin en la que otras especies, din-micas, estructuras, y posibilidades pueden tornarse, como es efectivamente el caso, como fundamentales y determinantes a la hora de entender el universo en JHQHUDO(VWH UDVJR YD DFRPSDxDGR GH ODVPHMRUHVUHH[LRQHVGHODLQYHVWLJDFLyQGHSXQWDHQHOPXQGRy que, sin embargo, a la fecha, an no son cultural o educativamente predominantes.

    La imagen antropocntrica de la realidad puede tradu-cirse de varias maneras; quizs dos de las ms comu-nes e importantes son la comprensin encefalocntrica del mundo, o acaso tambin, ulteriormente, la preocu-pacin por el planeta una visin centrada en la na-turaleza, en la Tierra misma. Pues bien, con mayor radicalidad, pensar la complejidad del mundo y de la naturaleza implica reconocer que estas dos perspecti-YDVQRVRQVXFLHQWHV6HKDFHQHFHVDULRLQFOXVRXQconjunto ms amplio, a saber: inscribir la perspectiva encefalocntrica, o ecocntrica en una dimensin con el conjunto del sistema solar y, ms all incluso, ulte-ULRUPHQWHFRQHOXQLYHUVR$OQ\DOFDERHOWUDEDMRFRQFRPSOHMLGDGVLJQLFDODLQFRUSRUDFLyQGHGHQVLGDGtemporales plurales, temporalidades mltiples y de es-calas, escalas amplias de lo real mismo.

  • 48 Carlos Eduardo Maldonado

    En trminos ms amplios, las dos dimensiones bsi-cas del universo son la escala microscpica y la escala macroscpica. El esquema tres brinda un cuadro ge-neral de las dos escalas fundamentales de la realidad:

    Esquema 3: las escalas de lo real

    REALIDAD

    MICROSCPICO MACROSCPICOPLOL -3 VHJXQGR PPLFUR PLQXWR KQDQR -9 GtD KVSLFR DxR GVIHPWR VLJOR DxRVDWWR PLOOyQDxRV

    ELOOyQDxRV (VFDODWLHPSRGH3ODQFNsegs.

    Fuente: elaboracin propia.

    Las dos escalas de la realidad deben ser cuidadosa-mente entendidas. No hay que verlas con referencias DYRO~PHQHVWDPDxRVRPDJQLWXGHV3RUHOFRQWUD-rio, la escala microscpica y la escala macroscpica hacen referencia a WLHPSRV. Con una observacin im-portante: el tiempo UHDO es cada vez ms tiempo PL-FURVFySLFR HQQDQ]DVHQPHGLFLQDHQWHFQRORJtDen comunicacin, y dems).

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    Pues bien, una de las lgicas no-clsicas lgica cuntica se ocupa justamente de este problema, a saber: determinar si lo que se sabe del universo, el mundo y la realidad en una escala se corresponde y cmo y si no, por qu con lo que se sabe de la otra escala.

    /DGLFXOWDGHVWULEDHQHOKHFKRGHTXHORVREMHWRVtemas, problemas y realidades de que se ocupan las ciencias sociales y humanas corresponden en su to-talidad a fenmenos de la escala macroscpica. En el estado normal del conocimiento, las ciencias sociales y humanas permanecen, parece ser, ciegas y sordas a la escala microscpica de la realidad. La comple-jidad estriba en el hecho de que los fenmenos ms importantes en las vidas de los seres humanos por ejemplo el conocimiento, la salud, la enfermedad, HOVXHxRODDWHQFLyQODPHPRULDRODLQWHOLJHQFLDproceden, todos de la escala microscpica pero se plasman, al cabo, en el universo macroscpico; y al cabo pudiera ser quizs, en algunos casos, demasia-do tarde.

    En cualquier caso, la complejidad del mundo, la so-ciedad y la naturaleza implica, por lo menos, atender en simultneo a las dos escalas fundamentales de la realidad y estudiar los modos como se corresponden, como hay convergencia o divergencia, y dems.

    Ahora bien, con seguridad, una de las caractersticas PiVLPSRUWDQWHVTXHGHQHQDXQVLVWHPDFRPSOHMRHV

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    su dplice capacidad de aprender y de adaptacin. As, aprendizaje y adaptacin con dos rasgos que van de la mano y cuyas implicaciones son importantes. As, un sistema que aprende es un sistema que no tanto gana memoria que tambin cuanto que gana informacin. Ganar informacin es un rasgo fundamental por cuan-to implica, concomitantemente, la capacidad para pro-cesar la nueva informacin que adquiere pero, adems, se trata del hecho determinante de que el sistema est abierto a que nueva informacin valide o invalide in-formacin ya adquirida.

    En otras palabras, un sistema complejo es aquel que aprende por cuanto gana informacin, de tal suerte que la nueva informacin que gana puede ser funda-mental con respecto a certezas, verdades, hbitos y costumbres anteriores por cuanto stos pueden ver PRGLFDGRHOYDORUTXHWHQtDQFRQUHVSHFWRDODSUHQ-dizaje logrado. El tiempo altera, en verdad, el valor de verdad o de falsedad de una proposicin, de una teora, de una accin determinados.

    Este rasgo va en paralelo con el hecho de que los siste-mas complejos se caracterizan, asimismo, por su capa-cidad de adaptacin. As, la adaptacin no sucede una vez, sino, mejor an, es un proceso continuo, incesante, inacabado, que coincide con la vida misma del sistema, por cuanto un fenmeno que cesa de adaptarse puede encontrarse muy pronto en peligro y en riesgo de des-aparecer. Anlogamente, en verdad, a lo que sucede en la naturaleza con los sistemas vivos. Las especies que

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    dejan de adaptarse por ejemplo, porque se especiali-zan entran en peligro de extincin y pueden desapa-recer de la faz de la tierra.

    Sin embargo, no es enteramente cierto que un fen-meno complejo es aquel que logra adaptarse a nuevas circunstancias, segn las variaciones del entorno en general. Adems, el sistema en consideracin es, a su YH] FDSD]GHPRGLFDUHOHQWRUQRDOFXDOVHDGDSWDcon lo cual, en realidad, el concepto que aparece ante ODPLUDGDUHH[LYDHVHOGHFRHYROXFLyQHOVLVWHPDVHDGDSWDDOHQWRUQR\PRGLFDDOPLVPRWLHPSRHOHQ-torno al cual se adapta. Todo ello va de la mano con la caracterstica de sistema abierto ya mencionada anteriormente, conjuntamente con la capacidad de aprendizaje. De este modo, el carcter de abierto, el aprendizaje y la adaptacin son tres atributos que van perfectamente de la mano, por as decirlo, en el caso de los sistemas caracterizados por complejidad creciente.

    Que los sistemas de complejidad creciente sean in-trnsecamente abiertos esto es, en otras palabras: es imposible cerrarlos o aislarlos pues el precio sera la aniquilacin del sistema en consideracin, lo cual tie-ne consecuencias perfectamente impredecibles para el tejido de relaciones que el entorno tiene con este siste-ma dado, tiene profundas implicaciones de cara a la historia.

    3XHGHGHFLUVHTXHODSULQFLSDOORVRItDGHODKLVWRULDKD-bida hasta el presente es el determinismo. El determi-

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    QLVPRKLVWyULFRHVODORVRItDTXHVRVWLHQHTXHVLVHFR-noce el origen de un fenmeno y la lnea de tiempo que del pasado conduce hasta el presente, de manera muy verosmil el futuro estar determinado por dicho origen y por esa lnea de tiempo. As, en consecuencia, el futuro se encuentra en cierta forma contenido en el pasado y en su trayectoria hasta el presente. Nada ms contrario al espritu y la letra de las ciencias de la complejidad.

    El pasado nunca est escrito de una vez y para siem-pre. Pretender lo contrario es propio del fundamenta-lismo, el cual consiste, justamente, en la asuncin y ritualizacin, por distintas vas, herramientas y len-guajes, del mito fundacional. Precisamente por ello, el fundamentalismo es el retorno peridico, cclico, al mito fundacional. Cada tanto tiempo en trminos hu-PDQRVJHQHUDOPHQWHXQDYH]DODxRVHFHOHEUDHOPLWRfundacional, se lo recuerda con ritos, y se realimenta el pasado como fundamento o sentido para el presente, y con l y a travs suyo, para el futuro. Como se aprecia, el fundamentalismo no es nicamente de tipo religio-so que es su principal manifestacin, pues tambin existen y son posibles otros tipos de fundamentalismos generalmente polticos. (La conjuncin entre el fun-damentalismo religioso y el poltico tiene consecuen-cias nefastas e indeseables a toda luz).

    En el contexto de los sistemas complejos no lineales, no es el pasado el que nutre y da sentido al presente. Por el contrario, es el presente, a travs de sus apren-dizajes y descubrimientos, de sus logros y conquistas

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    de toda ndole, el que ilumina el pasado y con ello, ORPRGLFDFRQVWDQWHPHQWHHQODPHGLGDPLVPDHQque el presentes es vivo, crece y se desarrolla.

    En efecto, es el presente el que alimenta, con nuevos conceptos, nuevas discusiones, nuevos descubrimien-tos, nuevas interpretaciones, al pasado. Pero con ello, al mismo tiempo, arroja nuevas y distintas luces sobre el futuro: sobre el futuro posible tanto como probable.

    El pasado, por consiguiente, es un sistema abierto, y en absoluto cerrado, como lo sostiene, abierta o tcita-PHQWHODORVRItDGHODKLVWRULDFOiVLFD\SUHGRPLQDQ-te. En efecto, cada generacin reinventa, redescubre y reescribe la historia. Y la historia es, acertadamente, historia a largo plazo, de larga duracin.

    Con ello, a la vez, es el presente el que inaugura, an-ticipa, proyecta, inventa o descubre futuros, a cada paso, en cada momento en que el presente existe y se despliega. De esta suerte, el futuro no sucede, en ma-nera alguna, de forma inequvoca y fatalista. Por el contrario, el futuro permanece abierto, esencialmente indeterminado, y se determina con las acciones y la decisiones que el presente toma como puede. Cierta-mente que los seres humanos hacen la historia, pero no siempre la hacen como quisieran. Pero tambin es verdad que la historia sucede de modo no teleolgico: HVWRHVQRH[LVWHXQQWHORV (pre)determinado en la historia, pues sta sucede siempre contingentemen-te. La contingencia hace referencia, as, al carcter

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    abierto y no necesario, es decir, no fatal(ista) y deter-minista de la historia: es decir, del futuro.

    Pero si ello es as entonces toda la carga de la historia recae en la capacidad creativa, inventiva, de apuesta, de riesgo y de adaptacin que los seres humanos pue-den tener todos ellos, temas por antonomasia de la complejidad de la historia y del mundo. La historia es, de esta manera, una gran apuesta de la existencia en la que sta se hace posible a s misma, de tantas maneras como quepa imaginar, y en muchas ocasio-nes incluso improvisando o aprovechando las oportu-QLGDGHVSRUGHQLFLyQLQWUtQVHFDPHQWHDOHDWRULDVque los seres humanos pueden entrever o crear. La KLVWRULDDOQ\DOFDERHVHOJUDQQRPEUHGHODOLEHU-tad, la cual nunca est garantizada de una vez y para siempre, pues en los juegos y apuestas de la libertad, muchas veces es la vida misma la que se encuentra en juego o en riesgo.

    Tres tipos de sistemas sociales

    A esta altura se impone, y es posible a la vez, una observacin importante que tiene que ver con los sis-temas sociales. Las ciencias sociales y humanas na-cieron con la pretensin de ocuparse de los sistemas sociales, los cuales eran y son, an eminentemen-te humanos; como si no existiera otra clase de siste-mas sociales. Pues bien, la complejidad del mundo y la naturaleza permite sostener, sin ambages, que existen en realidad tres clases de sistemas sociales,

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    DVtQDWXUDOHVKXPDQRV\DUWLFLDOHV(QHOSULPHUgrupo, se trata, por ejemplo, de los ecosistemas na-turales, de sistemas planetarios; en el segundo caso, son los sistemas sociales humanos en el sentido ha-bitual de la palabra, y de los cuales se ocupan cien-cias y disciplinas como la economa y la sociologa, ODDQWURSRORJtD\ODSROtWLFDHQWUHRWUDVQDOPHQWHen el tercer tipo se hallan los sistemas posibles gra-cias a las nuevas tecnologas, tales como sistemas expertos, redes de informacin y comunicacin, en Q LQFOXVR VLVWHPDV HOpFWULFRV \ HOHFWUyQLFRV SDUDno mencionar el ms importante de todos: internet.

    Pues bien, esta idea tiene dos derivaciones inmedia-tas: de un lado, es el reconocimiento explcito de que no existe una nica clase de sistemas sociales, lo cual tiene para el estatuto social, pedaggico, epistemol-gico y poltico de las ciencias sociales serias repercu-siones. En verdad, intentar algo as como una teora de las organizaciones, o una explicacin de fenme-nos, dinmicas y estructuras sociales sin incorporar al mismo tiempo a los otros dos tipos de sistemas so-ciales es bastante poco y muy limitado. Y la segun-da derivacin es el hecho de que el lugar en el que existen simultneamente y se refuerzan los tres tipos de sistemas sociales es la ciudad. Un trmino ms adecuado para designar a la ciudad es el de ekstica, que es la disciplina que se ocupa de los asentamientos humanos en los que la interaccin entre naturaleza, geografa, historia, urbanismo y esttica, entre otras dimensiones, se implican necesaria y recprocamente.

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    La interdisciplinariedad constituye el primer rasgo GHQLWRULRGHOHVWXGLRFRPRORVWUHVWLSRVGHVLVWHPDVsociales coexisten en un mismo lugar y tiempo.

    En verdad, el estudio de los fenmenos sociales ya no es nica o principalmente el patrimonio de las cien-cias sociales y humanas, y ciertamente no si se las mira con los ojos de esa tradicin que se funda en el siglo XIX y comienzos del siglo XX, en contraposicin \FRPRHVSHFLFLGDGUHODWLYDFRQ ODVFLHQFLDV OODPD-das naturales, o exactas o positivas. En el marco de la comprensin integrada, cruzada, interdisciplinaria, transversal de las ciencias y las disciplinas, del mun-do y la naturaleza, estas separaciones y jerarquas resultan desuetas, sino, al cabo, arcaicas de cara a la investigacin de punta.

    En efecto, sostener la divisin de las ciencias y disci-plinas por ejemplo en la forma de especializaciones y demsHTXLYDOHHQUHDOLGDGDDUPDU ODGLYLVLyQmisma de la sociedad, la jerarqua de una formas de pensamiento y de vida sobre otras.

    Con seguridad, este es el principal baluarte de las ciencias de la complejidad, a saber: se trata de un esfuerzo denodado por superar, de un lado, la idea de origen platnico-aristotlico de jerarquas de for-mas de conocimiento y que no es sino la expresin abstracta que se traduce en el plano humano como las jerarquas de unos seres humanos sobre otros. Y de otra parte, la idea de que existen unas formas de

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    conocimiento mejores por ejemplo, ms rigurosas, o ms exactas, y dems que otras. Esta idea tiene tambin consecuencias nefastas cuando se la traduce al lenguaje de los tipos de seres humanos que acarrea HVDLGHDSXHVDUPDSRUYtDLQGLUHFWDTXHKD\XQRVseres humanos mejores que otros. Las derivaciones polticas y sociales de esta idea son negativas.

    Pues bien, la posibilidad de superar la jerarquizacin y la consiguiente separacin de formas de conocimien-WRVLJQLFDUHFRQRFHUTXHHOFRQRFLPLHQWRDYDQ]DSRUmuchos mejores caminos en trminos de cooperacin, aprendizaje recproco, respeto comn y adaptacin de nuevos lenguajes, mtodos, aproximaciones y explica-ciones entre las ciencias, las disciplinas y las artes. El WtWXORFOiVLFRSURSLRGHORVDxRVFRQHOTXHVHLGHQWLFyDHVWDFRRSHUDFLyQ\DSUHQGL]DMHIXHHOGHLQ-ter, trans y multidisciplinariedad. Hoy en da, el con-cepto es el de ciencias de frontera, posibles a partir de problemas de frontera. La complejidad es una de estas ciencias de frontera con investigacin a largo plazo y de gran envergadura.

    Un aspecto de la ciencia de punta actual: la computacin

    Existe un elemento cultural de la mxima impor-tancia para el trabajo en ciencias de la complejidad, pero con ello, tambin para el desarrollo social y humano en general. Se trata del conocimiento de, y el trabajo con, el computador. Sin lugar a dudas, la

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    computacin constituye una herramienta conceptual sin la cual los procesos de comprensin y de accin en toda la lnea de la palabra resultan mucho ms difciles y problemticos que nunca antes en la his-toria de la humanidad.

    El computador es, supuesta la ferretera KDUGZDUH, el trabajo, principalmente, con lenguajes de progra-macin VRIWZDUH. Pues bien, los lenguajes de pro-gramacin son cerrados o abiertos. Los primeros ha-cen referencia a todos aquellos lenguajes patentados y por los que hay que pagar (en ocasiones) un (alto) precio para adquirirlos (licencias) y para poder traba-jar con ellos. Adems, se encuentran los programas de fuente abierta RSHQVRXUFH, tales como Unix, Linux, 2SHQ6RXUFH2SHQ2IFH\RWURV

    Pues bien, los lenguajes de programacin trabajan, bsicamente sobre dos tipos de fenmenos: de un lado, programacin de objetos y, de otra parte, est el trabajo con series y procesos. En el primer caso, en UHDOLGDG VH WUDWDGH FRPSXWDFLyQJUiFDTXH WLHQHuna alta importancia educativa y pedaggica. En el segundo caso, se trata del trabajo con modelamiento y simulacin.

    Aprender lenguajes de programacin es una activi-dad tan fcil que se aprende en cursos organizados por horas (30, 60, 90, 120 horas), segn las nece-sidades y el tiempo de cada quien. La base, hoy en da, para los lenguajes de programacin es Java. Y

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    el aprendizaje se hace anlogamente a cualquier otro idioma extranjero (ingls, francs, alemn, italiano, mandarn) que se est aprendiendo. (En el lenguaje comn y corriente de ingeniera se dice que aprender lenguajes de programacin consiste simplemente en cacharrear, una expresin local para decir: aprendi-zaje por ensayo-error).

    Es imposible entender, y trabajar con, ciencia, tecno-loga y pensamiento de punta en el mundo contem-porneo, sin atravesar, por as decirlo, por el com-SXWDGRU\PiVHVSHFtFDPHQWHSRUODFRPSXWDFLyQQue es, trabajar, de alguna manera, con lenguajes de programacin.

    Con total seguridad, las ciencias de la complejidad son el resultado del desarrollo del computador y la computacin. Pero a su vez han contribuido de ma-QHUDVLJQLFDWLYDDOSURSLRGHVDUUROORGH ODFRPSX-tacin. As, si la ciencia clsica fue, notablemente, el resultado concomitante de dos herramientas mate-mticas el clculo y la estadstica, las ciencias de ODFRPSOHMLGDGUHVXOWDQGHHLQX\HQVREUHODFRP-putacin.

    En efecto, el clculo es una herramienta matemtica idnea para tratar con sistemas continuos (VPRRWK, en ingls), y por su parte, la estadstica es la herra-mienta apropiada para tratar con promedios y estn-dares, y grandes conjuntos de elementos. En otros trminos, el clculo sirve cuando se trata de estudiar

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    tendencias, y la estadstica es la herramienta para LGHQWLFDUODVPDWULFHV\YHFWRUHVGHODVPLVPDV

    Sin embargo, las herramientas propias de las ciencias de la complejidad son tiles para explicar los cambios sbitos, imprevistos e irreversibles de las tendencias y vectores considerados. Las nuevas herramientas de la modelacin y la simulacin resultan bastante ms propicias puesto que, en toda la lnea de la palabra, los fenmenos, proceso, sistemas y circunstancias caracte-rizados por complejidad creciente y no-linealidad son HVHQFLDOPHQWHFDWDVWUyFRV

    Ms exactamente, la computacin resulta la herra-mienta conceptual idnea para entender que los fe-nmenos, problemas y dinmicas del mundo que no se entienden y resuelven nica o principalmente por va analtica, esto es, dividindolos, fragmentndo-ORV&XDQGRHODQiOLVLVUHVXOWDOLPLWDGRRLQVXFLHQ-WHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDGHQVHxDQDSHQVDUen trminos de sntesis. Pues bien, pensamos en tr-minos sintticos cuando juntamos o reunimos cosas y fenmenos de tal suerte que mediante la unin o conjuncin resulta mucho ms fcil entenderlas y actuar con y sobre ellas que simplemente dividin-dolas. En resumen, la computacin es la herramien-ta cultural que permite pensar, dados los nuevos procesos, dinmicas y estructuras de complejidad creciente del mundo contemporneo, en trminos de sntesis y no ya simple y llanamente de anlisis. De cara a las nuevas realidades sociales del mundo de

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    hoy, este reconocimiento resulta de la mayor enver-gadura.

    Los pueblos, las sociedades, las organizaciones y los colectivos que requieran pensar, vivir y actuar en trminos de sntesis unin, conjuncin, complemen-tariedad; en otras palabras, no ya seleccin, sino coo-peracin encuentran en el computador y en la com-putacin (de manera puntual: en el modelamiento y la simulacin) las mejores ayudas con relacin a estruc-turas, dinmicas y procesos caracterizados como com-plejos: es decir, como no-lineales.

    La no-linealidad no es un invento contemporneo, pues aparece ya entrevista, por tanto de manera inci-piente, tanto por Newton como por Leibniz, los padres del clculo. Pero el desarrollo del computador y de la computacin s permite trabajar activamente, de ma-nera consciente, con sistemas, fenmenos y dinmicas no-lineales.

    Un sistema se dice que es no-lineal cuando un proble-ma exige ms de una solucin para su resolucin, y se est obligado a trabajar con l n nmero de solucio-nes disponibles. En otras palabras, cuando se habla de no-linealidad no es posible, en absoluto, pensar y trabajar en trminos de maximizacin, optimizacin o segundas mejores alternativas (VHFRQGEHVW, plan B, y otras estrategias similares, incluyendo herramien-tas lineales como la prospectiva y otras semejantes). En otras palabras, no se puede escoger una solucin

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    (cualquiera) de la serie de n soluciones que contiene o implica un comportamiento o un problema dados.

    Un problema, situacin o fenmeno se dice que es QROLQHDOSRUWDQWRFXDQGRSDUDHQWHQGHUOR\RUH-solverlo se tiene ms de una solucin posible y se est obligado a trabajar con todas y cada una de las soluciones, a la vez. Esto, desde luego, implica el reconocimiento explicito de que no todas las situa-ciones ni problemas son no-lineales. Por derivacin, ODVFLHQFLDVGH ODFRPSOHMLGDGQRDUPDQHQDEVR-luto que el mundo entero, la naturaleza y la socie-dad son complejos, pues existe tambin lo simple y lo complicado. De hecho, una teora que lo explica todo no explica nada: en eso consiste exactamente la pseudo-ciencia, dos ejemplos conspicuos de ellos son la numerologa y la astrologa, aunque muchos otros pueden y deberan nombrarse.

    En efecto, existen muchos problemas que son linea-les, y para ellos existen herramientas tradicionales habituales digamos en los que la estadstica, la maximizacin, el clculo mismo, la priorizacin y la jerarqua, por ejemplo, son idneos. En estos casos, no se trata de crear nuevas herramientas, de elabo-UDU RWURV WLSRV GH LQIHUHQFLDV HQ Q GH SHQVDU HQnuevos abordajes o aproximaciones. Por el contrario, cuando se tienen problemas no-lineales, es indispen-sable pensar en trminos no-triviales. Dos formas apropiadas de referirse a este pensar no trivial son, de un lado, el uso de la computacin con sus herra-

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    mientas de simulacin; y de otra parte, el recurso a experimentos mentales, pompas de intuicin, fanta-sa y el trabajo con mundos posibles notablemente con la ayuda de las lgicas no-clsicas.

    Pues bien, el computador es la herramienta concep-tual desarrollada por nuestro mundo que permite tra-bajar activamente y, literalmente, ver la no-lineali-dad. Pero antes que ver en esta idea un reduccionismo de tipo computacional, cabe pensar en su contraparte, por as decirlo: los experimentos mentales y el papel GH OD IDQWDVtD\HO MXHJR$OQ\DOFDERHV LPSRVL-EOH OODPDUVH LQYHVWLJDGRU \ VHU FLHQWtFR SRU HMHP-plo, sin la capacidad de imaginar mundos posibles, VLWXDFLRQHVSRVLEOHVHQQDOWHUQDWLYDVDOPXQGRDla realidad y a la sociedad actual: esa que es y est ah afuera.

    As, las ciencias de la complejidad tienen el mrito JUDQGH GH DSRVWDUOH DPXQGRV SRVLEOHV SRU GHQL-cin, mejores que a la simple descripcin y observa-cin del mundo real. Mundo real: status quo; mun-dos posibles: cambios sociales, culturales y polticos. 0XQGRUHDODUPDFLyQGHOHVWDGRGHFRVDVKDELGR\heredado que reposa en su propio pasado; mundos po-sibles: un llamado a la creatividad, el aprendizaje, el ULHVJR\ODLQQRYDFLyQ$OQ\DOFDERHOPXQGRUHDOest obcecado con el control del riesgo. La ciencia re-volucionaria no desconoce el control del riesgo, pero se concentra ms bien en horizontes mejores, con mayor y mejor calidad de vida y dignidad de la vida.

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    Para terminar, lo desarrollado hasta ac son apartes fundamentales resumidos de las ciencias de la com-plejidad, las cuales, cultural, social, educativa, polti-camente, son an muy jvenes; pero su crecimiento y desarrollo es incontestable. Basta con echar una mirada a lo mejor de la ciencia y la investigacin de punta en el mundo. Y alrededor nuestro.

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    Addenda: I:

    Para continuar o profundizar este estudio, sirven como introducciones a la complejidad, adems de la ELEOLRJUDItDLQGLFDGDDOQDOORVVLJXLHQWHVWH[WRVPHconcentro aqu, dado el carcter de la Coleccin Mis SULPHURVSDVRVHQUHIHUHQFLDVH[LVWHQWHVHQHVSDxRO(omito deliberadamente la referencia a textos tcnicos):

    Gell-Mann, M., (1996). (OTXDUN\HOMDJXDU$YHQWXUDVHQORVLPSOH\ORFRPSOHMR. Barcelona: Tusquets.

    Gleick, J., (1987). &DRV OD FUHDFLyQ GH XQD FLHQFLD. Barcelona: Seix Barral.

    Pagels, H., (1991). /RV VXHxRVGH OD UD]yQ(O RUGH-QDGRU\ORVQXHYRVKRUL]RQWHVGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG. Barcelona: Gedisa.

    Prigogine, I., y Stengers, I., (1983). /DQXHYDDOLDQ]D0HWDPRUIRVLVGHODFLHQFLD. Madrid: Alianza.

    Sol, R., (2009). 5HGHVFRPSOHMDVGHOJHQRPDD,QWHU-QHW. Barcelona: Tusquets.

    Terradas, J., (2006). %LRJUDItDGHOPXQGR'HORULJHQGHODYLGDDOFRODSVRHFROyJLFR. Barcelona: Destino.

    Vivanco, M., (2010). 6RFLHGDG\FRPSOHMLGDG'HOGLV-FXUVRDOPRGHOR6DQWLDJRGH&KLOH/208QLYHU-sidad de Chile.

    Watts, D. J., (2006). 6HLVJUDGRVGHVHSDUDFLyQODFLHQFLDGHODVUHGHVHQODHUDGHODFFHVR. Barcelona: Paids.

    Por otra parte, se encuentran diversos materiales en:

    KWWSZZZFDUORVPDOGRQDGRRUJ

  • 66 Carlos Eduardo Maldonado

    Addenda: II:

    $OJXQDVUHH[LRQHVHLQWHUURJDQWHVVHGHULYDQGHHVWHtexto y pueden alimentar, ocasionalmente, posterio-res desarrollos en el orden terico y prctico:

    3XHGHGHFLUVHTXHODVUHYROXFLRQHVFLHQWtFDVWLHQHQtodas la misma forma, el mismo patrn, o bien adop-tan formas y comportamientos diversos? Esto pensan-GRHQODDQDORJtDHQWUHUHYROXFLyQFLHQWtFD\UHYROX-cin social y poltica.

    La idea de complejizar el mundo, la naturaleza y la sociedad, puede asimilarse a hacer mejor el mundo, o bien aprovechar las contingencias y disrupciones, SRUGHQLFLyQLPSUHYLVWDVSRUSDUWHGHORVGLYHUVRVactores de la sociedad? Es necesario que haya opo-sicin entre ambas alternativas?

    El lenguaje es una forma de accin sobre el mundo. $VtODVGLFXOWDGHVSDUDGHFLUORQXHYRFRQSDODEUDVnuevas; o bien, de expresar viejas ideas, altamente su-gestivas, con trminos nuevos; o incluso tambin, la de DFXxDUFRQFHSWRV H[SUHVLRQHV\JLURVTXHFRUUHVSRQ-dan a nuevas dinmicas y nuevas estructuras todo HOORQRHVDVXQWRHQHOTXHFRLQFLGHQDUWLVWDV\FLHQWt-FRVDFWLYLVWDV\OyVRIRV\SROtWLFRVSRUHMHPSORHQWUHmuchos otros? Cmo educar y comunicar nuevos hori-zontes en medio de este problema?

  • 676LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG

    El concepto de complejidad no se asimila, en modo al-guno, a difcil, complicado, duro, tenaz y otros semejantes. Es decir, complejo no debe ni puede ser usado como adjetivo o como adverbio. Puede usted explicar el concepto, y brindar algunos ejemplos?

    En este texto se ha brindado una parte y algunos HMHPSORV GHO VLJQLFDGR \ HO LPSDFWR VRFLDO GH ODVciencias de la complejidad. Intente usted, por favor, realizar otros anlisis acerca del impacto social y el VLJQLFDGR GH HVWH WLSR GH FLHQFLDV D SDUWLU GH VXVpropias experiencias.

    Puede decirse que el impacto social de una ciencia o disciplina se traduce automticamente en un impac-to poltico? Si es as, aporte algunos argumentos. En caso contrario explique y brinde algunos ejemplos.

  • 68 Carlos Eduardo Maldonado

    5HIHUHQFLDVELEOLRJUiFDV

    Deutsch, D., (2012). (O FRPLHQ]RGHO LQQLWR([SOL-FDFLRQHV TXH WUDQVIRUPDQ HO PXQGR. Biblioteca Buridn.

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  • 696LJQLFDGRHLPSDFWRVRFLDOGHODVFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG

    Maldonado, C. E., Gmez-Cruz, N., (2011). (OPXQGRGHODFLHQFLDVGHODFRPSOHMLGDG. Bogot: Ed. Uni-versidad del Rosario.

    Smolin, L., (1997). 7KH/LIHRIWKH&RVPRV1HZ

  • Para la diagramacin se utilizaron los caracteresCentury Schoolbook y Times New Roman

    Marzo de 2013

    El conocimiento es un bien de la humanidad.Todos los seres humanos deben acceder al saber.

    Cultivarlo es responsabilidad de todos.