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SIC SEMPER TYRANNIS (Así Sucede Siempre a los Tiranos)

Las últimas palabras que pronunció en escena John Wilker Booth antes de caer el telón de la puesta y de la vida de él gran emancipador Abraham Lincoln fueron, Sic semper tyrannis, que en español quiere decir: Así sucede siempre a los tiranos. Con esta remembranza quiero decir que no siempre tiene alguien el fin que merece y si, queda en el aire siempre la duda de si quien pagó el precio, fue quien consumió lo asentado en la factura. No se cuando se verán cumplidos los anhelados preceptos que forman parte de los derechos del hombre universal, y que a estas alturas no acabamos de percibir en política, y menos en voluntad de quienes deberían de velar por el bien de un pueblo que a regañadientes y fraudulentamente eligió. Hace poco vi un reportaje, en el cual se mostraba la influencia que ahora el pueblo asiático tiene en el mundo entero. Que si en España ya son una fuerza importante de empresas que al auge están y dejan atrás a las locales que no pueden competir contra ellas; Que si en América del sur también están dejando ver su influencia con penetración cada día mayor y mas competitiva,; Que si en México ya hasta se les conoce como manufactureras de casi todo, o mas bien de todo cuanto se consume; Que si en el norte del continente también tienen penetración importante y están desplazando a la industria, incluso la automotor que es de las mas difíciles de eliminar. Los que ahora se quejan de la paja en el ojo ajeno, no sienten las vigas que llevan en los propios, y se olvidan que ellos también en medio de su ambición, no miran su ansia de expansión como algo perjudicial, sino como un simple negocio que ahora ven afectado por el pueblo asiático que no tiene rival. Que nos podría decir Estados Unidos de su eterna influencia en el mundo entero, siempre queriendo dar apoyo a aquellos que tiene con que pagar el favor recibido. O de España, que con su industria recién sacada del limbo de mas de cuatro décadas de permanecer dormida, ataca todos los rincones del planeta, haciendo negocios con gobiernos corruptos que por ansia de una tajada de poder, venderían hasta su conducto auditivo, pues los otros ya hace tiempo que fueron

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mancillados por favores anteriores. Y mucho se habla de la globalización, de reformas laborales y de apertura comercial, como si nuestro país estuviera en condiciones de tomar la palabra como miembro distinguido y no como la tiendita de barrio en donde solo lo elemental se vende, y no puede hacer frente a los grandes supermercados que aun a sabiendas que la progenitora nos parten en dos, recurrimos a ellos aunque nos doblen el precio de la mercancía que gustosamente adquirimos. Entonces me pregunto ¿ Realmente odiamos lo que nos mantiene postrados?, O ¿ Es que al final, terminamos por lamer y extrañar la mano que al mismo tiempo de así castigarnos, nos mantiene pasivos por temor a su justicia?. Hasta cuando Patria mía serás realmente de nuestra propiedad?. Solo espero que no sea cuando todas las formas de comercio sean de extranjeros, y una nueva revolución sea necesaria para recuperar al menos los últimos jirones de dignidad que ahora de vacaciones están. Y al final de esta nota preguntare: ¿Sic semper tyrannis?

Rafael de Jesús Quiroga C.

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