Sibelius

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Piraí Vaca o como extraer un cosmos de seis cuerdas A la guitarra la detesto. Es como una relación de amor y odio, que a mí me hace polvo. ¡Cómo me gustaría encontrar algo que me permitiera no tocar más!", Paco de Lucia. Instrumento complejo si los hay la guitarra no deja que sus secretos emerjan con cualquier intérprete. Pero en Piraí Vaca esa relación amor-odio se encuentra absolutamente sublimada, porque tiene la capacidad de producir un poderoso impacto en la audiencia; desde el mismo momento en que pulsa la primera cuerda nos hace sentir y nos transmite su total placer al forjar la música. Puede ser por el arrojo y el virtuosismo de su ejecución que va acopiando un mundo de sonidos magnífico hasta un clímax de excitación concentrada y de animación. Es que conoce cada ángulo de las posibilidades sonoras de la Guitarra con perfecto “timing”, con articulaciones pulcras y variadas. Las obras españolas, tanto Asturias como la obra de Malats tuvieron buen sentido dramático, elegancia, derroche técnico y estilístico. Luego con su decir pausado Piraí nos introdujo en el mundo complejo de la música de Bolivia y sus diferentes zonas geográficas creando una

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Programa concierto Sibelius

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Pira Vaca o como extraer un cosmos de seis cuerdas

A la guitarra la detesto. Es como una relacin de amor y odio, que a m me hace polvo. Cmo me gustara encontrar algo que me permitiera no tocar ms!", Paco de Lucia.

Instrumento complejo si los hay la guitarra no deja que sus secretos emerjan con cualquier intrprete. Pero en Pira Vaca esa relacin amor-odio se encuentra absolutamente sublimada, porque tiene la capacidad de producir un poderoso impacto en la audiencia; desde el mismo momento en que pulsa la primera cuerda nos hace sentir y nos transmite su total placer al forjar la msica. Puede ser por el arrojo y el virtuosismo de su ejecucin que va acopiando un mundo de sonidos magnfico hasta un clmax de excitacin concentrada y de animacin. Es que conoce cada ngulo de las posibilidades sonoras de la Guitarra con perfecto timing, con articulaciones pulcras y variadas. Las obras espaolas, tanto Asturias como la obra de Malats tuvieron buen sentido dramtico, elegancia, derroche tcnico y estilstico. Luego con su decir pausado Pira nos introdujo en el mundo complejo de la msica de Bolivia y sus diferentes zonas geogrficas creando una atmosfera propicia para la escucha. Aqu con la seguridad que le brindan obras con las que creci y que escucho toda su vida, desplego una serie de danzas populares. Danzas que aparentan una engaosa sencillez, pero que esconden una densa complejidad. Para el final se reservo La jota aragonesa transmitida con digitacin pulcra y sonido transparente, verdadero compendio de lo que se puede hacer con un tema y una guitarra, aadiendo efectos de colorido y expresin dosificados con arte. Como bis nos regalo una versin personal de la joya Alfonsina y el mar, consiguiendo un clima de insinuante reflexin penetrante.Pira derrocha una tcnica capaz de abordar piezas de alta exigencia tcnica y un manejo sensible e inteligente de los medios expresivos. Un verdadero disfrute intimar con su visin del arte musical producido con tan solo un par de cuerdas.Notas de programaSinfona N 1

Tratemos de imaginar por un momento que no sabemos absolutamente nada de la msica de Sibelius - nada de su ideal de perfeccin sinfnico integrado a la forma, que es diametralmente opuesto a los colosales "mundos sinfnicos" de Mahler, nada de su tcnica de utilizar trozos meldicos que se juntan en un virtual rompecabezas en contraposicin a la tradicin del desarrollo motivico que explota con Beethoven y nada de su paleta orquestal sorprendentemente personal con melodas de un azul glacial y de una solidez grantica que provocan frio. Desde este estado de feliz ignorancia musical, qu hacer con la primera sinfona? Muchas veces denigrada y desestimada como intrascendente en relacin con sus sinfonas maduras, no tiene la originalidad reformadora de sus sinfonas maduras. Pero su primera sinfona fue producto de un inmenso esfuerzo consciente por mostrar al mundo una msica primitiva y llena de localismos, tomando como modelo a Tchaikovsky o Dvorack (9 Sinfona), cuyo eslavismo tiene una influencia explicita sobre Sibelius. No es un dato menor que fue terminada en el ltimo ao del siglo 19. Es notable como tomando una forma aparentemente convencional de cuatro movimientos, Sibelius echa mano de una narrativa personal con temas introductorios tanto en el primer movimiento como en el ltimo, el uso de marcados contrastes, melodas folclricas, (influencia de Finlandia), exuberante romanticismo y vigor juvenil.El primer movimiento tiene una estructura convencional de sonata que establece desde el principio la calidad privativamente nrdica de su msica, de espacios abiertos (imaginamos estepas cubiertas de bosques nevados), mientras un clarinete solista es acompaado solamente por un pedal de timbales. A partir de este solo se van generando nuevos temas e ideas interrelacionadas. Momentos sublimes los hay escondidos en cada pentagrama; como los acordes de los metales, o las flautas en stacatto con acordes de arpa en el segundo tema, o los largos pasajes de armonas estticas y figuras repetidas o texturas yermas y abiertas.El Andante flucta entre un Rondo o Variaciones libres. Es un tema principal de una aoranza que hace suspirar que se va remodelando y trocando una y otra vez.El Scherzo es frentico con un tema y contra tema que se entrecruzan, mientras el tri trae el apetecido desahogo. El Fnale (quasi una Fantasia); Andante es un salto al vaco fuera de lo comn. "Fantasa" es una declaracin humilde para esta valiente extensin de la forma binaria. Hay una sensacin rapsdica de improvisacin, lleno de conflictos, melodas masivas y conmocin. Se presentan dos temas, el primero vigoroso y masculino que alcanza un clmax electrizante ms adelante y el segundo, una meloda inolvidable que por s sola hara famoso a cualquier compositor, que se va propagando gradualmente. Volviendo a la cuestin planteada al principio, la respuesta es; la Primera Sinfona merece escucharse de punta a punta. Porque la paleta tonal Sibelius es nica y personal. Porque es un compositor que tiene una "huella digital", una marca registrada que es distintiva. Porque aqu hallaremos intensidad romntica y superabundancia sonora sumadas a su dominio de la arquitectura y la orquestacin sinfnica. Concierto para violnLa imagen de Jean Sibelius de rostro severo, fuerte cuerpo, ajustado por los aos de vida saludable en el aire finlands, su aura de hombre que se ocupa de la contemplacin, apenas perturbado por las vicisitudes de la vida cotidiana puede ser apta para sus ltimos aos pero es muy engaosa para cuando compone su concierto para violn. Para 1903 haba compuesto Finlandia, Kullervo, En Saga, la Suite Karelia, las cuatro leyendas Lemminkinen (incluyendo El Cisne de Tuonela) y las dos primeras sinfonas, obras que establecieron su reputacin internacional. Sibelius se debata entre el deseo de proporcionar un vehculo de expresin para el virtuoso y un impulso propio hacia la claridad y coherencia. Milagrosamente despus de un largo camino la obra ostenta el record de ser la mas grabada del siglo XX. Se requiere de un solista categrico, de heroica objetividad, poderosa tcnica, enorme gama dinmica, es decir debe rozar la perfeccin. Eric Tawaststjerna, bigrafo del compositor, escribi: "El Concierto es claramente nrdico en su abrumadora sensacin de nostalgia () Slo en raras ocasiones se llega a iluminar el horizonte y dar resplandor. El movimiento de apertura emplea la forma sonata, con la novedad de que una cadencia para el solista sustituye a la seccin de desarrollo habitual. El movimiento se abre con cuerdas tremolando y el sonido de los clarinetes. La exposicin se compone de tres grupos temticos - una meloda triste anunciada por el solista, un tema ansioso por fagotes y violonchelos y un ritmo de marcha. El desarrollo-cadenza est construido sobre el motivo de apertura y conduce directamente a la recapitulacin de los temas de la exposicin. Una coda cierra el movimiento. El segundo movimiento, podra ser una romanza muy lirica que se vincula en la tradicin de los Andantes de los conciertos para violn de Mozart, msica finamente romntica de entre todas las obras para orquesta. La msica es contemplativa en su comienzo de clarinetes seguidos por oboes, trompas y timbales. La entrada del solista se sostiene por un acompaamiento orquestal sincopado constante hasta la repeticin apasionada en toda la orquesta del motivo inicial del movimiento. El pulsante y palpitante ritmo orquestal contina mientras el solista vuelve a entrar con una compleja cita del tema, tejiendo su propia meloda hasta que una bella y turbadora Coda dibuja breves destellos de los motivos temticos.El final, con el carcter de una polonesa transmite una energa notable con el aire gitano de muchas obras del siglo 19.Formalmente es un tipo de sonatina sin desarrollo y con dos grandes grupos temticos, acumulando cada vez mayores dificultades para el solista a medida que avanza la obra hasta un cierre abrupto y rotundo. La introduccin, tpica de la fantasa polar de Sibelius presenta a violas, violonchelos, contrabajos y timbales, mientras que en una atmosfera de msica de cmara entra el solista hasta arribar a un interludio orquestal de bravura, mientras que el solista prcticamente explora toda la gradacin de posibilidades sonoras del violn. Un breve segundo interludio orquestal conduce al solista de nuevo al tema. Los fluidos arpegios conducen a la orquesta a su tercer interludio con el tema de apertura. Ahora solista (explorando todas las posibilidades temticas y armnicas del tema) y orquesta juntos llevan adelante la msica hacia la coda. En sntesis una obra que combina dosis equilibradas de un estilo rapsdico, lirismo nrdico en estado puro, mixturado con tomos de ritmos originales, disonancias filosas, sumado al virtuosismo y resistencia fsica del solista.Magister Pablo Alejandro Sulic