La política el poder y la legitimidad. Prof. Adriana Montenegro. Universidad los Hemisferios.

(Águila, Rafael, 2009: 21-52)

Fuente: Quino (2010) Potentes, prepotentes e impotentes

Política �  Es la actividad a través de la cual los grupos

humanos toman decisiones colectivas (Hague et al., 1994) La idea es dar unidad al cuerpo social en medio de la diversidad. Ej. Grupo de amigos, familia, comunidad tomando decisiones.

�  Pero en esta materia estudiaremos a la política como el lugar central de la actividad política al Estado.

�  Estado: Institución que recaba para sí, con éxito, el monopolio de la violencia legítima dentro de su territorio (Weber).

La ciencia de la política se convierte en una ciencia de poder

�  En este sentido la política no prejuzga cómo se toman las decisiones: Por consenso, mayoría, democráticamente, por violencia, por la fuerza, por la instancia más “autorizada”. Tampoco caben comprensiones más aristotélicas (y cooperativas) o más maquiavelianas (y conflictivas) de la política.

�  Aristóteles: Actividad política nos convierte en seres humanos al hacernos usar la palabra y la persuasión en la deliberación en común de lo que a todos afecta (ética compartida por la comunidad).

�  Maquiavelo: La política es una actividad conflictiva y transgresora cuando no directamente inmoral. La política no es cooperativa sino una actividad de conflicto entre distintas personas, visiones mundo, etc.

Poder

�  El poder no es una cosa que se tiene sino el resultado de una relación, en el que unos obedecen y otros mandan.

�  El miedo al castigo es un componente de todo poder, pero no es su componente fundamental, pues el poder que aspire a estabilizarse debe contar además con un conjunto de creencia que justifique su existencia y funcionamiento. Ej. Policía vs ladrón.

Conceptos de poder

� A tiene poder sobre B en la medida en que puede hacer que B realice algo que, de otro modo, no haría.

� Poder es la posibilidad de un actor en una relación para llevar a cabo su propia voluntad pese a la resistencia de los otros (Weber) .

Autoridad � Autoridad: Es el ejercicio institucionalizado

del poder y conduciría a una diferenciación, más o menos permanente entre gobernados y gobernantes.

� Es la estabilización en las relaciones sociales de determinados roles (papeles sociales) y estatus.

Autoridad implica: �  Una relación de subordinación entre individuos y grupos.

�  La autoridad es independientes de quién es su ocupante, pues quien encarna la posición de autoridad lo hace a nombre de una institución, por lo que las personas pueden ser reemplazables.

�  La obediencia se limita a un contenido específico y no

supone un control absoluto. Ej. Policía de tránsito no puede decirle a un peatón que pagues sus impuestos.

�  La desobediencia es sancionada según un sistema de reglas

vinculada a un sistema jurídico.

�  La autoridad hace referencia a una rutinización de la obediencia, y a una conexión con los valores y creencias que sirven de apoyo al sistema político que se trate.

Legitimidad implica: �  Las razones por las cuales las personas aceptan y justifican el

poder político.

�  Weber distingue tres tipos de legitimidad del poder político en la historia:

a)  Legitimidad tradicional: Apela a la creencia de la santidad o

tradiciones inmemoriales de la comunidad. Ej. Reyes en la edad media.

b)  Legitimidad carismática: Apela a la creencia en las excepcionales cualidades de heroísmo y carácter de una persona individual, considerado digno de obediencia.

c)  Legitimidad legal racional: Apela a la creencia de la

legalidad y los procedimientos racionales como justificación del orden político. De modo que la obediencia no se presta a personas concretas sino a las leyes.

Nota: En la actualidad no existen tipos puros de esta legitimidad, hay variantes donde predomina una de éstas.

Legitimidad basada en la legalidad

� Se basa en dos aspectos: a)  Quienes ejercen el poder estatal deben

estar autorizados para ello por el ordenamiento jurídico.

b)  El poder no puede ejercerse de manera arbitraria, debe ser ejercido conforme a lo establecido por la ley.

Sin negar que la autoridad legítima es uno de los

componentes de nuestros Estados democráticos y de derecho, qué pasa cuando debido a que algo se ha decretado como ley no tiene sentido investigar si la

legitimidad responde o no a la justicia, la racionalidad o al interés común de los implicados, lo que ha llevado a

cuestionar la legitimidad legal o racional.

Los que cuestionan la legitimidad racional indican que la legitimidad no puede residir únicamente en la legalidad, la

legitimidad exige un plus, pues no se puede justificar el poder político en base a leyes injustas.

Las leyes siempre son legales pero no siempre moralmente

justas

Legitimidad, legalidad y vigencia social �  Legalidad: Cuando nos preguntamos si una

norma es legal o ilegal, el problema que se plantea es el de la validez jurídica o la legalidad. Si una norma forma parte del ordenamiento jurídico decimos que es legal. Este concepto es propio del Derecho.

�  Legitimidad: Cuando nos preguntamos si se trata

de una norma justa o injusta nos planteamos el problema de la legitimidad moral. La legitimidad exige un plus que se orienta al horizonte de los valores morales. Las leyes son siempre legales pero no siempre son justas (morales). Este concepto es propio de la política.

� Vigencia social: Una norma puede tener poca aceptación social, aunque sea moralmente correcta e incluso haya sido jurídicamente promulgada; y, pueden haber otras que gocen de un amplio reconocimiento en la práctica, cuenten o no con el respaldo moral o del derecho.

Nota: � A continuación presentamos otra teoría

de la legitimidad, para que los estudiantes tengan otra referencia con relación a este concepto. En este caso el autor equipara la legitimidad con respaldo social.

Poder y legitimidad democráticas

� Arendt considera que la legitimidad parte de lo que el denomina acción comunicativa.

�  Acción comunicativa: Un grupo de individuos entra en

una actividad comunicativa que busca a través del diálogo y el consenso resolver algunos problemas que les afectan a todos.

�  La actividad de deliberar conjuntamente tiene como finalidad la elaboración de la voluntad común (no forzada) que sirve para enfrentarse al problema. No estamos ante el supuesto de que unos manipulan a otros para imponer su solución sino ante la idea de elaboración conjunta de soluciones comunes.

�  El poder no es propiedad e un individuo sino pertenece al grupo y se mantiene sólo en la medida en que el grupo permanezca unido.

�  Cuando alguien está en el poder, es solo en calidad de apoderado.

�  Es el apoyo del pueblo lo que otorga poder a las

instituciones de un país y es la continuación del consentimiento lo que permitido la existencia de las leyes.

�  Bajo las consideraciones de un sistema democrático-

representativo se supone que los ciudadanos “dirigen” a los que gobiernan (y no al revés). Las instituciones, por tanto, son manifestaciones y materializaciones de poder que decaen tan pronto como el grupo deja de apoyarlas.

�  Se disocia el poder de la relación mandato-obediencia. �  El poder es consensual y surge dondequiera que el

pueblo se reúna y actúe.

�  El poder deja de ser un medio para un fin, se convierte en un fin en si mismo, ya que es la condición que posibilita a un ser humano a pensar y actuar conjuntamente.

�  Las leyes no deben ser imperativas, sino que nos dicen

cómo son las reglas del juego. Lo esencial para un actor político es que comparta esas reglas y que se someta voluntariamente a ellas porque quiere se parte de esa sociedad.

�  Poder es la voluntad conjunta, todo lo demás es

violencia.

Contenido de un procedimiento deliberativo legítimo

�  Libertad de las partes para hablar y exponer sus distintos puntos de vista.

�  Igualdad entre las partes para que sus concepciones y argumentos tengan el mismo peso en el proceso de discusión. Todos tiene las mismas opciones para iniciar, mantener y problematizar el diálogo. El constitucionalismo liberal nos ofrece ejemplos para llevar a cabo esto: Libertad de asociación, libertad de prensa, sufragio universal e igual, etc.

�  Fuerza del mejor argumento: Los participantes sean capaces de reconocer la fuerza de un argumento.

Nota: Aunque ninguno de estos elementos garantiza el resultado final. Convencer con la fuerza de un argumento que un estado autoritario es mejor que uno democrático.

�  La democracia liberal se basa en la idea de que si nos

equivocamos, al menos lo haremos por nosotros mismos.

�  Jhon Stuart Mill: Es preferible equivocarse por uno mismo que acertar siguiendo los dictados ajenos.

Fuente: http://camaleonx.wordpress.com/2013/05/08/politica-partidista-bipartidista-caudillista-real-y-realista/

Bibliografía � Águila, Rafael (2009)La Política, el poder y

la legitimidad. En Manual de Ciencia Política. Rafael Águila (Ed.). España: Editorial Trotta.