"Ser escondido"

19

description

Escultura realizada en piedra y metal basada en el tema "El cuerpo Humano". Primer año de Bellas Artes en Ces Felipe II. Profesoras Chus Hita y Marta Linaza.

Transcript of "Ser escondido"

Page 1: "Ser escondido"
Page 2: "Ser escondido"

Cristina Valencia

MEMORIA “SER ESCONDIDO”.

Desarrollo teórico:

Inicialmente la premisa de este proyecto giraba entorno a “El cuerpo como materia y espacio”. La propuesta primigenia pues, se trataba de una escultura realizada en forma de collage, cuya base era una muñeca tamaño gigante (1 metro de altura) a la que se le iban a seccionar miembros, deformar y tapar otros, y a la vez incorporar objetos. El concepto básico de esta pieza era reflejar los estigmas tanto físicos como emocionales provocados por las vivencias propias que marcan la personalidad de un individuo. Estos son, por ejemplo, el nacimiento en un entorno familiar y social concreto, el desarrollo de la personalidad, el empleo de medios errados para conseguir aceptación, la búsqueda de la reafirmación en el exterior, la necesidad de adaptarse a una sociedad donde no se ve lo que es y no es lo que se ve, los desengaños…

Sin embargo, la adaptación de este proyecto a un material muy distinto, la piedra, provocó un giro en lo que a desarrollo plástico se refiere y, en cierto modo, al teórico también, encontrando nuevos autores de referencia para su concreción.

La nueva pieza estará configurada por pequeñas celdas de piedra que rodearán a una espina dorsal de acero, metáfora de las cárceles que las influencias mencionadas anteriormente constituyen para todo ser humano. Las cárceles contendrán objetos que particularizan los elementos que nos privan de libertad a la hora de ser uno mismo en esencia, ocultando nuestra verdadera espina dorsal.

Page 3: "Ser escondido"

Boceto:

Page 4: "Ser escondido"

Entorno a la representación de la idea del yo fragmentado es inevitable recurrir a la visión siniestra de lo orgánico que infieren varios autores del S. XX a sus obras. Hans Bellmer y sus muñecas, George Bataille o Artaud quieren contradecir el arquetipo narcisista generado por los medios de comunicación destacando la parte dolorosa y temporal del cuerpo, y llegando por último a la muerte.

Desde que Rodin con su obra “El hombre de la nariz rota” (1864) inició la representación “tortuosa” del cuerpo y dejó de lado el concepto de éste como unidad, fueron apareciendo representaciones parciales del cuerpo y sus órganos por separado, sobretodo sexuales (Deleuze y Guattari los llamarán “máquinas deseantes”).

Este tipo de representaciones del cuerpo se hacen más radicales, si cabe, en los años 80 cuando, ante la aparición del SIDA, autores como Cindy Sherman, Nauman o Gober plasman la idea de cuerpo precario, perecedero, temporal y decrépito.

Los cuerpos sesgados o mutilados generan la sensación de angustia, la idea de piezas intercambiables. Los avances tecnológicos conforman, a parte de una nueva subjetividad, la idea de que el cuerpo ha dejado de ser algo natural. Prótesis, implantes o injertos rediseñan el cuerpo humano y lo diseccionan, alimentando la visión de fragmentación y de pérdida de la identidad.

Y es en este mismo cuerpo en el que se plasman todas esas porciones vitales que lo hacen único, como un puzzle configurado a partir de experiencias. Experiencias comunes pero particulares al mismo tiempo, que dejan huellas concretas, que configuran una especie de mapa hacia un solo lugar.

Así pues, como autores de referencia a destacar para nuestro proyecto escultórico encontramos:

-Giacometti y sus obras “Bola suspendida” (1931) y “La Nariz” (1947): ambas piezas constan de una estructura de hierro en forma de jaula , que contiene objetos en su interior. Con este elemento el autor juega con dos registros espaciales (parte del espacio real y al mismo tiempo lo separa de él), confinando los objetos en un campo escénico restringido y separándolos así de lo que les rodea. Ello dota a las piezas de una sensación de particularidad e impenetrabilidad.

En nuestra escultura, las celdas de piedra evocan, asimismo, la sensación de ser algo personal y particular, impenetrable y a la vez de difícil escapatoria. Elementos que nos distancian de lo que nos rodea, que nos hacen únicos a través de la representación de nuestras vivencias. Los elementos están recluídos a la vez que constituyen parte de la reclusión, potenciando la sensación de aislamiento que las propias piedras infieren en la pieza.

-Cindy Sherman: sus obras, al igual que las de muchos artistas contemporáneos, tienen como objetivo principal la exploración y desarrollo del yo, el cual, en la modernidad, se produce mediante el abandono de la moralidad con la esperanza de adquirir un mayor conocimiento de uno mismo. En sus primeras fotografías aparece su presencia física constante. Sin embargo, el cambio de identidad en cada una de ellas lo consigue a través de

Page 5: "Ser escondido"

cambios de vestuario, de expresión, de escenario y pose. “Experimentaría y haría de mi cara la de cualquier otro”, dice. Con ello, la identidad queda fragmentada en multitud de identidades. Reflejando todos estos roles de la mujer moderna llega a la condición del “yo” caracterizado por su disolución y pérdida. Poco a poco en sus obras esta imagen va fragmentándose (reflejada en el cristal roto de unas gafas, por ejemplo) hasta llegar a sus últimas obras, las más oscuras, en las que el cuerpo es sustituído por el de muñecas o la reconstrucción de ellas a través de trozos diversos. Es en ese momento en el que tiene lugar la fragmentación y disolución definitiva de la identidad.

Estableciendo paralelismos entre las obras de Sherman y nuestra propuesta escultórica, encontramos esa misma fragmentación de la personalidad del individuo, que queda configurada a base del ensamblaje de condicionamientos, tanto externos como internos, que forman la personalidad de cada uno. Sin embargo, en muchas ocasiones, no dejan de ser elementos impuestos a la propia naturaleza del ser humano, deformándola cada vez más en la mayoría de los casos, hasta llegar a ocultar la verdadera espina dorsal. Se produce así la pérdida de la identidad genuina, oculta entre capas y capas de deformidades.

-Hans Bellmer: la muñeca que este fotógrafo surrealista construyó alrededor de los años 30, “La Poupée”, era un torso de maniquí sin cabeza con extremidades intercambiables y manipulables. Su cualidad articulada y su capacidad de transformación y movimiento la convirtieron en la herramienta perfecta para su obra. Era una forma femenina sin vida, alma ni esencia a través de la cual daba rienda suelta a todas sus fantasías, convirtiéndola en su objeto de deseo artificial. Se considera el ejemplo más acabado de lo que Dalí denominó “la mujer desmontable” , pues Bellmer estuvo trece años (desde 1932 hasta 1945) realizando modificaciones para satisfacer el placer sádico de poseer un cuerpo desde la autoridad.

En este caso como en el de Sherman, las piezas intercambiables juegan un papel fundamental en lo que a fragmentación se refiere. Así, la construcción de un objeto-cuerpo, en nuestro caso representado por una columna vertebral, está formado por un número determinado de elementos que lo modifican, deforman y configuran.

Así pues, como concepto en nuestra pieza, vemos como la formación-deformación de la personalidad o el “yo” de cada individuo está condicionado por agentes tanto internos como externos, que consiguen fraccionar esta unidad en varios pedazos, unas veces más notables y contundentes, otras casi imperceptibles. Configuración que hace de cada uno un ser único aunque posea elementos comunes al resto, que lo definen y particularizan alejándolo o incluso aislándolo del resto. Pequeñas prisiones que inmovilizan , ocultan y asfixian hasta desdibujar o aniquilar la identidad propia.

Page 6: "Ser escondido"

Desarrollo plástico:

El material de partida a trabajar fue la piedra, sin embargo, para particularizar cada una de las celdas que componen la pieza se escogieron diversos elementos de diferentes materiales. Esto es: papel (billetes), plástico (boca y muñecos), tela (máscara de disfraces).

El empleo de varios objetos incorporados a una obra fue un recurso muy utilizado por los artistas surrealistas, que cogieron el concepto de collage (“objeto encontrado”),desarrollado por el movimiento Dadá, y lo llevaron al extremo. Así, la mezcla de objetos aparentemente incongruentes tenía su justificación en la expresión del subconsciente que, según los autores de la época, plasmaban a través de sus obras. La popularidad del psicoanálisis y las teorías de Freud hicieron que este movimiento tuviera como características principales la interpretación de la realidad a través del sueño, el inconsciente, la magia y la irracionalidad. Por ello, los objetos y formas pierden su significación tradicional, se crean imágenes equívocas (con distintas interpretaciones), se da importancia a lo paradójico, absurdo, misterioso, destructivo y caduco y, además de lo onírico, prolifera la representación de todo tipo de simbologías, especialmente las sexuales y eróticas. Con todo ello, los artistas surrealistas abrían una especie de grieta en la realidad por la que se escapaban las manifestaciones del subconsciente individual.

Así pues, la incorporación de objetos en nuestra pieza podría tener una de sus fuentes en el movimiento mencionado, puesto que cada una de ellas representa, bajo una personal opinión, las experiencias inevitables que prácticamente todo ser humano atraviesa y de las que no puede escapar. Experiencias que marcan y configuran, como hemos dicho, la personalidad de cada individuo y modelan la propia identidad.

Materiales: -Piedra: con el fin de potenciar la idea de vivencias como cárceles, el material a trabajar, la piedra, es un perfecto elemento. Su robustez, densidad y sensación compacta aumentan la impresión de aislamiento del interior, sensación que no se habría conseguido con otros materiales. La rigidez de este elemento infiere a la pieza cierta inmovilidad y dureza, conceptos básicos para el planteamiento.

- Metal: las piezas de hierro que unen las celdas entre sí configuran el total de la espina dorsal. Este material fue elegido porque, a parte de la necesidad de soportar un considerable peso, dota a la “verdadera columna” de la fuerza e indestructibilidad que le caracterizan. Esto es, la verdadera esencia del “yo”, aunque oculta, siempre permanece en el interior.

-Muñecos: la infancia es la etapa en la que básicamente se modela la personalidad. Las experiencias en ella vividas, la educación, la familia,…son elementos fundamentales para el desarrollo de un individuo. Difícilmente el carácter forjado en este periodo será transformable, y sus particularidades se convierten en verdaderas jaulas para determinadas personas.

-Máscara de disfraces: el deseo de aceptación por parte de los demás produce en ocasiones el enmascaramiento voluntario de la verdadera personalidad. Este disfraz usado con habitualidad puede desembocar en la pérdida parcial, temporal o definitiva, de la verdadera identidad. La búsqueda de la inserción en la sociedad convierte pues a cada uno, en ocasiones, en su propia prisión.

Page 7: "Ser escondido"

-Labios de goma: las relaciones sentimentales experimentadas a lo largo de la vida no pasan inadvertidas para la configuración del carácter. Así, determinadas vivencias pueden acarrear miedos, angustias, bloqueos y prejuicios de complicada desaparición y que acaban privando a la persona de la libertad con la que se inició en estas relaciones.

-Papel: los billetes configurados a base de papel representan la opresión y necesidad de inserción en el sistema actual. Éste se convierte en una red asfixiante de difícil escapatoria.

Proceso:

La piedra empleada fue arenisca, de fácil manipulación y perfecta para la sensación de robustez de lo que serán las celdas.

El bloque fue seccionado en partes muy definidas mediante una sierra, dejando un bloque que configuró la base y cuatro rectángulos que serían las vértebras.

Los rectángulos debían ser vaciados dejando en las esquinas las columnas que aportarían la forma de pequeños cubículos. Para este proceso, primero marqué con el cincel los límites del vaciado y procedí a ello principalmente con la gradina.

Page 8: "Ser escondido"

Una vez profundizado el vaciado, realicé agujeros con un taladro que facilitó el vaciado total. Las formas que iban dejando los surcos del taladro eran estéticamente bonitas y apropiadas para el significado de la pieza, así que decidí utilizarlas dejándolas más puras en una celda, rompiéndolas en otra y eliminándolas por completo en las otras dos. De este modo las simbólicas cárceles adquirían el toque de distinción de unas a otras que perseguía inicialmente. Para rematar el acabado de cada pieza individual utilicé la escofina para lijarlas y diferenciarlas aún más.

Page 9: "Ser escondido"

Celda asfixiante:

Celda con restos de surcos:

Page 10: "Ser escondido"

Celda de apariencia perfecta:

Celda erosionada y casi deshecha:

Page 11: "Ser escondido"

Para configurar la espina dorsal compré una barra de metal a la que apliqué aguafuerte (ácido clorhídrico) para envejecerla. Elegí este material tan resistente porque, a la vez que debe soportar un fuerte peso sin doblarse, es perfecta para simbolizar la verdadera columna que todos poseemos, esa que por mucho que los agentes externos lo intenten no se puede doblegar y siempre permanece ahí, en el fondo. La idea inicial era hacer que esta barra recorriera traspasando las cajas de piedra, sin embargo, al haber dejado porte del material en el interior de éstas la opción fue dividir la barra en pedazos que unieran las celdas empleando una radial. Los pedazos eran de unos 6 cms. de longitud cada uno, pero viendo la inestabilidad de la pieza acabaron por medir alrededor de 4 cm.

Empezando por la base, uní cada fragmento de metal con una piedra a la que hice un agujero con taladro para insertar la barra e inmovilicé con pegamento especial para metal y piedra. El orden de colocación de cada celda es creciente si empezamos desde abajo, esto es, las más compacta primero, la que tiene restos de surcos en segundo lugar, la vaciada completamente la tercera y la que está prácticamente deshecha arriba del todo. Esta colocación sigue simbolizando la debilidad y desgaste de cada uno de los factores que influyen en la persona y que van liberando poco a poco la espina dorsal a medida que van desapareciendo. Para mantener una posición adecuada en espera del secado del pegamento coloqué la pieza en horizontal, sobre sacos de arena para suavizar el apoyo.

Page 12: "Ser escondido"
Page 13: "Ser escondido"

Cada una de las cajas-vértebras contiene un elemento que simboliza el agente que influye en la persona:

-Adaptación a la sociedad y sistema: billetes (celda asfixiante:).

- Búsqueda de la aceptación externa: máscara de disfraces (celda con restos de surcos).

Page 14: "Ser escondido"

-Relaciones sentimentales: labios de goma (celda con apariencia perfecta).

-Condicionamientos en la infancia: muñecos (celda erosionada y casi deshecha).

Page 15: "Ser escondido"

SER ESCONDIDO