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Año SacerdotalAño SacerdotalAño SacerdotalAño Sacerdotal

ProtagonistasProtagonistasProtagonistasProtagonistasTemas a tratarTemas a tratarTemas a tratarTemas a tratarAlgunas clavesAlgunas clavesAlgunas clavesAlgunas clavesDinámicaDinámicaDinámicaDinámicaDisposiciones exterioresDisposiciones exterioresDisposiciones exterioresDisposiciones exterioresDisposiciones interioresDisposiciones interioresDisposiciones interioresDisposiciones interioresEntrevistaEntrevistaEntrevistaEntrevista

IntroducciónIntroducciónIntroducciónIntroducción

I – La vocación:I – La vocación:I – La vocación:I – La vocación:un camino de feun camino de feun camino de feun camino de fe

Meditación: Meditación: Meditación: Meditación: Mi historia vocacionalMi historia vocacionalMi historia vocacionalMi historia vocacional

Admiración: Dios me ha llamado. ¿Por qué?Admiración: Dios me ha llamado. ¿Por qué?Admiración: Dios me ha llamado. ¿Por qué?Admiración: Dios me ha llamado. ¿Por qué?Conciencia: Mi camino concreto, ¿cómo ha Conciencia: Mi camino concreto, ¿cómo ha Conciencia: Mi camino concreto, ¿cómo ha Conciencia: Mi camino concreto, ¿cómo ha sido?sido?sido?sido?Respuesta obediente: ¿Para qué he sido Respuesta obediente: ¿Para qué he sido Respuesta obediente: ¿Para qué he sido Respuesta obediente: ¿Para qué he sido llamado?llamado?llamado?llamado?Sentido de gratuidad. No es por mérito: es Sentido de gratuidad. No es por mérito: es Sentido de gratuidad. No es por mérito: es Sentido de gratuidad. No es por mérito: es don y misteriodon y misteriodon y misteriodon y misterioSentido de gratitud. Es un camino hermoso. Sentido de gratitud. Es un camino hermoso. Sentido de gratitud. Es un camino hermoso. Sentido de gratitud. Es un camino hermoso. A pesar de dificultades, es una participación A pesar de dificultades, es una participación A pesar de dificultades, es una participación A pesar de dificultades, es una participación singular y privilegiada en la obra del Señor.singular y privilegiada en la obra del Señor.singular y privilegiada en la obra del Señor.singular y privilegiada en la obra del Señor.

Instrucción: Instrucción: Instrucción: Instrucción: La vocación, un camino de feLa vocación, un camino de feLa vocación, un camino de feLa vocación, un camino de fe

Dinámica general de la vida de feDinámica general de la vida de feDinámica general de la vida de feDinámica general de la vida de feLa gracia asume la naturaleza. Toda mi experiencia, vivencias, características personales, relaciones, etc., son relevantes para mi caminar de fe. Peligro: cualquier tipo de angelismo desencarnado; negar algún aspecto de mi realidad.La gracia sana la naturaleza. Debo ser consciente de la realidad de pecado que marca mi vida, tanto aquel del cual yo soy responsable como aquel que me circunda y de hecho ha tocado mi vida. Transformación interior, procesos de curación y reconciliación.La gracia eleva la naturaleza. Las potencialidades humanas por la acción de Dios son llevadas realmente más allá de sus propias fuerzas, a una participación de la vida de Dios. Peligro: horizontalismos e inmediatismos que olvidan nuestra vocación sobrenatural y la vida eterna.

La vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de feLa vocación sacerdotal debe ubicarse en el contexto más amplio de la vocación a la vida, y a la vida cristiana.Una iniciativa que proviene de Dios. Contra el engaño de un voluntarismo que pone en primer lugar la propia decisión. Marca todo el proceso, porque nos libera de proyectos puramente personales, para abrirnos a la docilidad de la gracia.Como don, es una verdadera sorpresa. Certeza interior que no puede nunca, por otro lado, ser “controlada”. Soy llamado personalmente. Quedan asumidas, por lo tanto, mis características personales. Nadie seguirá mi propio camino. Hay una plenitud propia que me corresponde a mí. Nadie puede sustituir mi respuesta. Todas mis facultades personales quedan involucradas en la respuesta.

La vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de feLa vocación al interno de la vida de fe

Soy llamado en una situación específica: edad; educación; contexto familiar, social, cultural, económico…Es una invitación, no una determinación fatal. Interpela mi inteligencia y voluntad: estoy llamado a crecer en conciencia y en libertad de respuesta para llegar a querer con todo mi corazón lo que reconozco como voluntad de Dios.

¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?Con libertad. Se han de poner en juego los mecanismos de una decisión personal que atiende al llamado. Al mismo tiempo, ello reclama el ejercicio de una disponibilidad efectiva y de una creatividad comprometida. Toda elección supone renuncias.Con fidelidad. Lo que se pide de un administrador es que sea fiel. Ello implica una vida de discernimiento permanente de la voluntad de Dios. Necesario, para ello, el cultivo de una espiritualidad profunda, particularmente a través de la oración. Seguimiento del Maestro se convierte en configuración con Él.Con amor. Consagrar plenamente nuestro centro de interés y motivación en su causa. Unidad de vida que brota del corazón. Clave para entender el necesario sacrificio.

¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?¿Cómo debo responder?Con alegría. Porque se trata de un proceso de plenitud. Los obstáculos, dificultades y contradicciones, que no desaparecen, son oportunidades de crecimiento. No es camino de frustración. De manera total. Se es sacerdote de tiempo completo. La misma persona es la que queda consagrada como sacramento. Todo nuestro ser, por lo tanto, debe considerarse “sacerdotal”. Mi modo de pensar, mis criterios, mis valores, mis relaciones, deben tener la impronta de la propia vocación.

La Iglesia espera de míLa Iglesia espera de míLa Iglesia espera de míLa Iglesia espera de míMirar a las multitudes que andan como ovejas sin pastor. En las condiciones actuales ello significa un mundo que olvida el verdadero rostro de Dios, que se encandila en un presente inmediatista y sin horizonte de eternidad, que busca un placer sin compromiso y una existencia cómoda y egoísta. Con todo, que conserva la sed de Dios.En medio de las multitudes están los rostros concretos que me han acompañado: familia, comunidades eclesiales, amigos…Atender a la conciencia que la Iglesia ha desarrollado en su reflexión teológica y pastoral.Obedecer a la guía del discernimiento eclesial otorgado como don en el Magisterio.Cultivar el sentire cum Ecclesia.

Lectio: Mc 1,9-11Lectio: Mc 1,9-11Lectio: Mc 1,9-11Lectio: Mc 1,9-11Bautismo y elecciónBautismo y elecciónBautismo y elecciónBautismo y elección

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

Mc 1 9 Y sucedió que por aquellos días

vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y

fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 En cuanto salió del agua vio que los

cielos se rasgaban y que el Espíritu, en

forma de paloma, bajaba a él. 11 Y se oyó una voz que venía de los

cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me

complazco».

El protagonistaEl protagonistaEl protagonistaEl protagonistaOtros personajesOtros personajesOtros personajesOtros personajesLas accionesLas accionesLas accionesLas accionesLa doble direcciónLa doble direcciónLa doble direcciónLa doble direcciónLa vozLa vozLa vozLa voz

II - En II - En II - En II - En el corazón el corazón el corazón el corazón de Jesúsde Jesúsde Jesúsde Jesús

Meditación: Meditación: Meditación: Meditación: Mi relación con Jesús Mi relación con Jesús Mi relación con Jesús Mi relación con Jesús

Antes de ser llamado. Mi existencia depende de un “antes” en el que Dios, desde toda la eternidad, ha pensado en mí y dispuesto mi realidad. Me ha “tejido” en el seno de mi madre. El encuentro. La Santísima Trinidad ha dejado su huella en mi persona en el momento del bautismo. Entonces inició un camino que llegó a su primera madurez al encontrarme con Cristo vivo y poder pronunciar su nombre con amor.El enamoramiento. El camino me ha permitido reconocer la belleza que hay en Jesús y a desear su cercanía como el destino de mi vida.Hacia un amor maduro. La respuesta a su presencia exige ir integrando cada vez con mayor claridad y decisión mi persona a la suya.Lo que ni el ojo vio ni el oído oyó… En el horizonte de este camino está el momento en que Dios sea todo en todos; realidad que me sobrepasa y entusiasma.

Instrucción: Instrucción: Instrucción: Instrucción: En el corazón de JesúsEn el corazón de JesúsEn el corazón de JesúsEn el corazón de Jesús

Jesús ama al Padre Jesús ama al Padre Jesús ama al Padre Jesús ama al Padre

Amor filial. Intimidad que se conoce en oración, en la confianza, en el modo de referirse a Él. Es ante todo amor de Hijo eterno. Amor de unión. Tú, Padre, en mí y yo en ti… Todo lo tuyo es mío y todo lo mío es tuyo.Amor eficaz. No hace sino lo que ve hacer al Padre; no anuncia sino lo que ha escuchado del Padre; el Padre siempre trabaja y yo también trabajo.Amor “desgarrado”: Getsemaní; Eloí, Eloí, lemá sabactaní? Amor obediente. “Aquí estoy, para hacer tu voluntad”.Amor consumado en la Resurrección y glorificación.

Jesús ama a los hombresJesús ama a los hombresJesús ama a los hombresJesús ama a los hombres

Amor participado. Como el Padre me amó, yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor…Amor esponsal. Juan nos presenta a Jesús como esposo. Lo insinúa tanto en al primer signo como en el diálogo con la samaritana, pero llega a su culmen al pie de la cruz.Amor expansivo. Amor de la alegría evangélica (¡Yo te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra…!)

Jesús ama a los hombresJesús ama a los hombresJesús ama a los hombresJesús ama a los hombres

Características. Amor tierno (lo vio y lo amó), amor compasivo (tuvo compasión de ellos), amor que se deja sorprender (¡Mujer, qué grande es tu fe!), amor que sufre (llora sobre Jerusalén), amor que dignifica (quiero estar en tu casa), amor de predilección (si no se hacen como niños), amor que crea lazos (ya no los llamo siervos, los llamo amigos…), amor íntimo que se revela (porque les ha dado a conocer lo que he oído de mi Padre) Amor indulgente. Amor que sana (ante los enfermos, poseídos, paralíticos, quienes se han quedado solos); amor que perdona (pecadores)Amor pleno. Amor más grande, hasta el extremo, que da la vida, que sirve (Jn 13,1ss).

El sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de Dios“El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”. Participación del amor íntimo del Señor, su “cruz interna”.El sacerdote evangeliza. Anuncia con entusiasmo la buena noticia de la salvación. Lo lleva en su testimonio, en el anuncio, en la predicación, en la catequesis, en la reflexión de la fe. Impulso misionero de la Iglesia brota del amor.El sacerdote santifica. Se entrega en la Eucaristía, “convierte en Cristo lo que toca”. Dios perdona al pecador, entrega la vida de gracia, encauza hacia el cielo, a través del ministerio de sus sacerdotes. El sacerdote fomenta la oración (mirar con amor al que sabemos que nos mira y nos ama).El sacerdote congrega en la caridad. Hace visible el amor de Dios (crea comunión, sirve al necesitado).

El sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de DiosEl sacerdote, cauce del amor de Dios

Extraordinaria valoración de este ministerio, conciencia de indignidad, deseo sincero de ofrecer el barro de la propia vasija para llevar ese tesoro.¡El sacramento es la misma persona del sacerdote!

Lectio: Mc 3,13-19Lectio: Mc 3,13-19Lectio: Mc 3,13-19Lectio: Mc 3,13-19Discípulos amadosDiscípulos amadosDiscípulos amadosDiscípulos amados

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

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nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

Mc 3 13 Subió al monte y llamó a los que él

quiso; y vinieron donde él. 14 Instituyó Doce,

para que estuvieran con él, y para enviarlos a

predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre

de Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan,

el hermano de Santiago, a quienes puso por

nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18

a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás,

Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo 19 y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

En el monteEn el monteEn el monteEn el monteA los que quiso, A los que quiso, A los que quiso, A los que quiso, para que estuvieran para que estuvieran para que estuvieran para que estuvieran con él, para con él, para con él, para con él, para enviarlos a predicarenviarlos a predicarenviarlos a predicarenviarlos a predicarLos instituyóLos instituyóLos instituyóLos instituyóNombresNombresNombresNombresPropiedades Propiedades Propiedades Propiedades personalespersonalespersonalespersonalesEl traidorEl traidorEl traidorEl traidor

III – La III – La III – La III – La plenitud plenitud plenitud plenitud de Jesúsde Jesúsde Jesúsde Jesús

Meditación: Meditación: Meditación: Meditación: Mi búsqueda de Mi búsqueda de Mi búsqueda de Mi búsqueda de

libertad, verdad, amorlibertad, verdad, amorlibertad, verdad, amorlibertad, verdad, amor

Llamado a la libertad, la libertad gloriosa Llamado a la libertad, la libertad gloriosa Llamado a la libertad, la libertad gloriosa Llamado a la libertad, la libertad gloriosa de los hijos de Dios. ¿Conozco esclavitudes? de los hijos de Dios. ¿Conozco esclavitudes? de los hijos de Dios. ¿Conozco esclavitudes? de los hijos de Dios. ¿Conozco esclavitudes? Llamado a la verdad, la verdad plena a la Llamado a la verdad, la verdad plena a la Llamado a la verdad, la verdad plena a la Llamado a la verdad, la verdad plena a la que me conduce el Espíritu. ¿Conozco que me conduce el Espíritu. ¿Conozco que me conduce el Espíritu. ¿Conozco que me conduce el Espíritu. ¿Conozco mentiras?mentiras?mentiras?mentiras?Llamado al amor, el amor más grande es Llamado al amor, el amor más grande es Llamado al amor, el amor más grande es Llamado al amor, el amor más grande es capaz de dar la vida. ¿Conozco fracturas?capaz de dar la vida. ¿Conozco fracturas?capaz de dar la vida. ¿Conozco fracturas?capaz de dar la vida. ¿Conozco fracturas?““““Yo soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.Nadie va al Padre si no es por mí”.Nadie va al Padre si no es por mí”.Nadie va al Padre si no es por mí”.¡Mi corazón no me permite conformarme ¡Mi corazón no me permite conformarme ¡Mi corazón no me permite conformarme ¡Mi corazón no me permite conformarme con menos!con menos!con menos!con menos!

Instrucción: Instrucción: Instrucción: Instrucción: La plenitud de JesúsLa plenitud de JesúsLa plenitud de JesúsLa plenitud de Jesús

La plenitud de JesúsLa plenitud de JesúsLa plenitud de JesúsLa plenitud de Jesús“Porque en Él quiso Dios que residiera toda plenitud”.Por su encarnación, Cristo, el Verbo de Dios, es plenamente hombre, y es hombre pleno. “El misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del Verbo encarnado”. Jesucristo nos enseña a vivir con plenitud nuestra condición humana. Para entender lo que estamos llamados a ser y a hacer, debemos mirar continuamente su rostro.“Ustedes, pues, sean perfectos como es perfecto su Padre celestial”. En términos contemporáneos, se nos invita a vivir “realizados” o, en términos clásicos, a ser “santos”.“Donde está tu tesoro, ahí estará también tu corazón”. El cristiano no deja lugar al conformismo, a la mediocridad, a horizontes limitados, a la herrumbre y la polilla.

La pobreza de JesúsLa pobreza de JesúsLa pobreza de JesúsLa pobreza de Jesús“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”. La pobreza cristiana no es miseria o desprecio de la Creación buena de Dios, sino una configuración existencial que permite vivir la libertad interior y el desapego ante los bienes secundarios, relativizándolos ante el único absoluto: el Reino. Su signo.“Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. La pobreza en Cristo y sus seguidores se expresa como una opción efectiva de vida.“Yo te bendigo, Padre... porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños”. La pobreza dispone el corazón a la acogida de lo que Dios nos ofrece. Pastoralmente se expresa como un amor preferencial.

La obediencia de JesúsLa obediencia de JesúsLa obediencia de JesúsLa obediencia de JesúsCristo aparece en los Evangelios como obediencia perfecta. Sus palabras son obedientes: “...yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar”.Sus acciones son obedientes: “Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí”.La totalidad de su obra es obediencia, y obediencia radical: “...haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz”.La obediencia del cristiano consiste en prolongar en su persona la obediencia de Cristo. Modelo de ello es la obediencia de María: Fiat!

La Castidad de JesúsLa Castidad de JesúsLa Castidad de JesúsLa Castidad de JesúsLa condición célibe de Cristo en el Evangelio es signo de la realidad totalmente nueva que porta en su persona, el Reino. No significa una negación al amor. En efecto, ama a los que llama, ama a las multitudes, ama a los que atiende, ama a los niños...; se insinúa como el Esposo en diversos pasajes.Esta condición se extiende a algunos de sus discípulos:“El que pueda entender, que entienda”.La condición para entenderlo es salvífica:“Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella”. La consagración total a la obra del Reino se convierte también en una exigencia para los apóstoles:“Al instante, dejando las redes, lo siguieron”.

Plenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólica

Los consejos evangélicos no son límites impuestos a la propia condición humana, sino cauces de plenitud.

Los apóstoles son llamados a este seguimiento radical de Cristo.

La plenitud (santidad) específica del sacerdote consiste en la vivencia de la caridad pastoral.

Plenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólicaPlenitud de Jesús y vocación apostólica“El ejemplo de Cristo pobre debe llevar al presbítero a conformarse con Él en la libertad interior ante todos los bienes y riquezas del mundo”.“Como todo valor evangélico, también el celibato debe ser vivido como una novedad liberadora, como testimonio de radicalidad en el seguimiento de Cristo y como signo de la realidad escatológica”.“Al igual que para Cristo, también para el presbítero la obediencia expresa la voluntad de Dios, que le es manifestada por medio de los Superiores. Esta disponibilidad debe ser entendida como una verdadera actuación de la libertad personal, consecuencia de una elección madurada constantemente en la presencia de Dios en la oración”.

Lectio: Mc 3,31-35Lectio: Mc 3,31-35Lectio: Mc 3,31-35Lectio: Mc 3,31-35La verdadera familia del SeñorLa verdadera familia del SeñorLa verdadera familia del SeñorLa verdadera familia del Señor

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

quedándose fuera, le envían a llamar. 32 Estaba mucha gente sentada a su alrededor.

Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

hermanas están fuera y te buscan». 33 El les

responde: «¿Quién es mi madre y mis

hermanos?» 34 Y mirando en torno a los que

estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

quedándose fuera, le envían a llamar. 32 Estaba mucha gente sentada a su alrededor.

Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

hermanas están fuera y te buscan». 33 El les

responde: «¿Quién es mi madre y mis

hermanos?» 34 Y mirando en torno a los que

estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

quedándose fuera, le envían a llamar. 32 Estaba mucha gente sentada a su alrededor.

Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

hermanas están fuera y te buscan». 33 El les

responde: «¿Quién es mi madre y mis

hermanos?» 34 Y mirando en torno a los que

estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

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Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

hermanas están fuera y te buscan». 33 El les

responde: «¿Quién es mi madre y mis

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estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

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Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

hermanas están fuera y te buscan». 33 El les

responde: «¿Quién es mi madre y mis

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estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

Mc 3 31 Llegan su madre y sus hermanos, y

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Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus

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estaban sentados en corro, a su alrededor,

dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35

Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi

hermano, mi hermana y mi madre».

El tema: parentescoEl tema: parentescoEl tema: parentescoEl tema: parentescoAfuera (círculos)Afuera (círculos)Afuera (círculos)Afuera (círculos)La preguntaLa preguntaLa preguntaLa preguntaLa respuesta: signo La respuesta: signo La respuesta: signo La respuesta: signo y declaracióny declaracióny declaracióny declaraciónEl criterioEl criterioEl criterioEl criterio

Una realidad nuevaUna realidad nuevaUna realidad nuevaUna realidad nueva

IV – La IV – La IV – La IV – La entregaentregaentregaentregade Jesúsde Jesúsde Jesúsde Jesús

Meditación: Meditación: Meditación: Meditación: Hospitalidad y aventuraHospitalidad y aventuraHospitalidad y aventuraHospitalidad y aventura

La caridad pastoral propia del fiel ministro del Señor repite las características del Buen Pastor, que realizan, por otro lado, la vocación profunda del hombre a la comunión. Hospitalidad. Abrir la propia casa al otro. Abrirle el propio corazón. Para el cristiano no existen “extranjeros”.El movimiento “centrípeto” del corazón, la sístole, es ante todo acogida cordial, bienvenida, recepción del otro como persona, reconocimiento de su valor, respeto, amabilidad.Aventura. Salir al encuentro del otro. Dejar las propias seguridades para llegar a nuevos horizontes. El dinamismo de la promesa exige al cristiano ir siempre “más allá”.El movimiento “centrífugo” del corazón, la diástole, es búsqueda audaz, conquista, alcanzar al otro en su propio espacio, ofrecimiento de lo propio, ofrecimiento de amistad.

Instrucción: Instrucción: Instrucción: Instrucción: La entrega de JesúsLa entrega de JesúsLa entrega de JesúsLa entrega de Jesús

La dinámica de las “entregas”La dinámica de las “entregas”La dinámica de las “entregas”La dinámica de las “entregas”El Padre entrega a Jesús. “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único”; “el que no eximió a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros...”. Jesús se entrega a sí mismo. “Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida... Nadie me la quita, yo la doy...”.Jesús configura eucarísticamente su don. “Este es mi cuerpo que se entrega por ustedes”.Judas entrega a Jesús. “¿Qué quieren darme, y yo se lo entregaré?Pilatos entrega a Jesús: “A Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado”.Jesús, al morir, entrega el Espíritu: “E inclinando la cabeza, entregó el Espíritu”.La Iglesia entrega a Jesús: “Yo recibí lo que les trasmití...”

Jesús nos da su PalabraJesús nos da su PalabraJesús nos da su PalabraJesús nos da su PalabraUna palabra íntima. Cristo mismo es LA Palabra. Se nos da como palabra. La Palabra se hizo carne. Lleno de “gracia y verdad”.Una palabra de revelación. Al dársenos como palabra, nos da a conocer lo que hay en la intimidad de Dios, así como su proyecto de salvación.Una palabra que ilumina. Las palabras de Cristo explican el sentido de sus acciones. Palabra que debe ser anunciada, pues no se oculta una lámpara bajo la cama. Una palabra eficaz (de salvación). Es palabra que sana y que libera. Es palabra que comunica el Espíritu que guía hacia la plenitud de la verdad.

Jesús nos da su vidaJesús nos da su vidaJesús nos da su vidaJesús nos da su vida“En Él estaba la vida”. El Evangelio nos mueve a reconocer que a Él le pertenece la vida desde toda la eternidad.Vida que se “actuó” como amor por los hombres. La Encarnación hace presente la vida de Dios en las coordenadas de una vida humana como expresión del amor del Padre. “para que todo el que crea en él no perezca...”Vida fecunda: De la presencia y acción de Jesús de Nazaret se sigue que los hombres recibimos una participación de la vida de Dios. “He venido para que tengan vida...”.Vida entregada en la Cruz. “Me amó y se entregó a sí mismo por mí...”Eucaristía. “El que come mi carne... tiene vida eterna”.El horizonte es la vida eterna, que consiste en “conocer” al Padre y a su Enviado.

La clave de la entrega: el servicioLa clave de la entrega: el servicioLa clave de la entrega: el servicioLa clave de la entrega: el servicioLa figura del “siervo” retrata la identidad de Jesús. “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”.“Se puso a lavar los pies de los discípulos”. Este gesto sintetiza la obra de Jesucristo como un servicio de salvación a los hombres. Dicha lógica se convierte en el criterio para el discípulo: “El que quiera ser el primero entre ustedes, será su servidor”.Así como garantía de unidad: “Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor”.El acercamiento de Dios al hombre en Jesucristo garantiza que ellos puedan ser reunidos en la unidad: “Cuando el Hijo del hombre sea elevado atraerá a todos hacia sí...” Sube para preparar Moradas en donde seremos acogidos.

Lectio: Mc 9,33-37Lectio: Mc 9,33-37Lectio: Mc 9,33-37Lectio: Mc 9,33-37El discípulo, llamado al servicio El discípulo, llamado al servicio El discípulo, llamado al servicio El discípulo, llamado al servicio humilde del Reinohumilde del Reinohumilde del Reinohumilde del Reino

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

Mc 9 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en

casa, les preguntaba: «¿De qué discutían por el

camino?» 34 Ellos callaron, pues por el camino

habían discutido entre sí quién era el mayor. 35

Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:

«Si uno quiere ser el primero, sea el último de

todos y el servidor de todos». 36 Y tomando un

niño, le puso en medio de ellos, le estrechó

entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un

niño como éste en mi nombre, a mí me recibe;

y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino

a Aquel que me ha enviado».

El “mayor”El “mayor”El “mayor”El “mayor”El último, servidorEl último, servidorEl último, servidorEl último, servidorEl niñoEl niñoEl niñoEl niñoLa acogidaLa acogidaLa acogidaLa acogidaDinámica Dinámica Dinámica Dinámica sacramental de sacramental de sacramental de sacramental de recepciónrecepciónrecepciónrecepción

Una respuesta vital total: Renovar mi Una respuesta vital total: Renovar mi Una respuesta vital total: Renovar mi Una respuesta vital total: Renovar mi disposición de pertenecerle plenamente al disposición de pertenecerle plenamente al disposición de pertenecerle plenamente al disposición de pertenecerle plenamente al Señor, respondiendo a su llamado.Señor, respondiendo a su llamado.Señor, respondiendo a su llamado.Señor, respondiendo a su llamado.La respuesta actual en la formación: El La respuesta actual en la formación: El La respuesta actual en la formación: El La respuesta actual en la formación: El espacio concreto de esa respuesta es, hoy, la espacio concreto de esa respuesta es, hoy, la espacio concreto de esa respuesta es, hoy, la espacio concreto de esa respuesta es, hoy, la vida del Seminariovida del Seminariovida del Seminariovida del SeminarioUn proyecto de vida: ¿Qué me corresponde Un proyecto de vida: ¿Qué me corresponde Un proyecto de vida: ¿Qué me corresponde Un proyecto de vida: ¿Qué me corresponde hacer en este año para seguir madurando hacer en este año para seguir madurando hacer en este año para seguir madurando hacer en este año para seguir madurando mi respuesta vocacional?mi respuesta vocacional?mi respuesta vocacional?mi respuesta vocacional?

ConclusiónConclusiónConclusiónConclusión

Llegar a uno o dos compromisosLlegar a uno o dos compromisosLlegar a uno o dos compromisosLlegar a uno o dos compromisosRealistasRealistasRealistasRealistasRelevantes en la propia vocaciónRelevantes en la propia vocaciónRelevantes en la propia vocaciónRelevantes en la propia vocaciónEn clave positivaEn clave positivaEn clave positivaEn clave positivaVolver sobre ellos a lo largo del cursoVolver sobre ellos a lo largo del cursoVolver sobre ellos a lo largo del cursoVolver sobre ellos a lo largo del curso

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P. Julián López

Amozurrutia

www.amoz.com.mx