Seminario 4 - Lacan

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    SEMINARIO 4: La relacin de objeto (Lacan)

    CLASE 1: INRO!"CCI#NNuestra elaboracin culmina en un esquema que

    podemos llamar el esquema y que es el siguiente: Esteesquema inscribe en primer lugar la relacin del sujeto conel Otro. Tal como esta constituida al inicio del anlisis, es larelacin de palabra virtual por la que el sujeto recibe delOtro su propio mensaje, bajo la forma de una palabrainconsciente. Este mensaje le est proibido, es objeto porsu parte de un profundo desconocimiento, esta deformado,detenido, capturado, por la interposicin de la relacinimaginaria entre a y a!, entre el yo y el otro, que es suobjeto t"pico. #a relacin imaginaria, que es una relacinesencialmente alienada, interrumpe, aminora, inibe,desconoce profundamente la relacin de palabra entre elsujeto y el Otro, el gran Otro, como otro sujeto, un sujeto

    por e$celencia capa% de enga&ar. 'ado que la relacin de objeto como dual esta relacionada

    precisamente con la l"nea a$a%de nuestro esquema, (podemos acaso construir satisfactoriamente sobreesta base el conjunto de fenmenos que se ofrecen a nuestra observacin en la e$periencia anal"tica)*ara introducir la cuestin de la relacin de objeto, y precisamente la pregunta de si es leg"timo, si est ono justificado otorgarle una posicin central en la teor"a anal"tica, les recordar+ brevemente al menos loque esta nocin le debe, o no le debe, al propio reud. -nte todo, lo ar porque partir del comentariofreudiano es para nosotros como una gula y casi una limitacin t+cnica que nos emos impuesto aqu".

    En reud se abla, por supuesto, de objeto. /e abla impl"citamente de objeto siempre que

    interviene la nocin de realidad. 0ay tambi+n una tercera forma de ablar de +l, siempre que est enjuego la ambivalencia de ciertas relaciones fundamentales, es decir, el eco de que el sujeto se aceobjeto para el otro. 1uisiera subrayar con mayor +nfasis bajo que tres modalidades se presentan las

    nociones relativas al objeto de enfrente. /i se remiten ustedes al cap"tulo tres de los Tres ensayos,reudinsiste en que para el ombre, no ay ninguna otra forma de encontrar el objeto sino la continuacin deuna tendencia en la que se trata de un objeto perdido, un objeto que ay que volver a encontrar. Esteobjeto que corresponde a un estadio avan%ado de la maduracin de los instintos es un objeto recobrado,el objeto recobrado del primer destete, el objeto que de entrada fue el punto al cual se adirieron lasprimeras satisfaccines del ni&o. El sujeto esta unido con el objeto perdido por una nostalgia, y a trav+s deella se ejerce todo el esfuer%o de su b2squeda. 'ica nostalgia marca al reencuentro con el signo de unarepeticin imposible, precisamente porque no es el mismo objeto, no puede serlo. 0ay a" una profundadistancia introducida por el elemento esencialmente conflictivo que supone toda b2squeda del objeto. 3ajoesta forma aparece en primer lugar la relacin de objeto en reud.

    -l igual que el sujeto se alla siempre consagrado por sus e$igencias primordiales a un retorno,que por esa ra%n es un retorno imposible, del mismo modo la realidad est, como lo demuestra la

    articulacin del principio de realidad y el principio del placer, en una profunda oposicin respecto de lo quebusca la tendencia. En otros t+rminos, la satisfaccin del principio del placer, siempre latente, subyacente,en todo ejercicio de la creacin del mundo, tiende siempre en mayor o menor grado a reali%arse bajo unaforma ms o menos alucinada. #a organi%acin subyacente al yo, la de la tendencia del sujetopropiamente dico, siempre cuenta con la posibilidad fundamental de satisfacerse con una reali%acinirreal, alucinatoria. En este plano, en efecto, se introduce una relacin entre el sujeto y el objeto que noslo es directa y sin ninguna iancia, sino que es literalmente equivalencia del uno al otro. Esta relacin esla que pudo servir de prete$to para poner en primer plano la relacin de objeto propiamente dica. Talrelacin de reciprocidad entre el sujeto y el objeto, que merece el nombre de una relacin en espejo,plantea en s" misma tantos interrogantes que introduje en la teor"a anal"tica la nocin de estadio delespejo. (1ue es el estadio del espejo) Es el momento en que el ni&o reconoce su propia imagen. 4lustrael carcter conflictivo de la relacin dual. Todo lo que el ni&o capta al quedar cautivo de su propia imagenes precisamente la distancia que ay entre sus tensiones internas y la identificacin condica imagen.

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    0asta entonces, la evolucin del sujeto siempre se ab"a considerado por reconstruccin, de formaretroactiva, a partir de una e$periencia central, la de la tensin del conflicto entre consciente einconsciente. /i el sujeto se reconoce, no es por la v"a de la conciencia, ay algo ms, un ms all. -l sereste ms all radicalmente desconocido por el sujeto, al quedar fuera del alcance de su conocimiento, seplantea al mismo tiempo la cuestin de su estructura, su origen y su sentido. *ero esta perspectiva fueabandonada. Todo se centr en la funcin de un objeto y, ms precisamente, de su estado terminal.5ientras que nosotros, por nuestra parte, vamos acia atrs para comprender como se alcan%a ese puntoterminal, que por otra parte no siempre se observe, puesto que el objeto ideal es literalmente impensable.

    Esta perspectiva se impuso progresivamente desde que -braam la formul en 678, en su teor"a deldesarrollo de la libido. /u concepcin funda para mucos la ley misma del anlisis. 'e acuerdo con eltestimonio de quienes se an comprometido en esta v"a, el progreso de la e$periencia anal"tica ab"aconsistido en poner en primer plano las relaciones del sujeto con su entorno. Este +nfasis en el entornoconstituye una reduccin de lo que aporta toda la e$periencia anal"tica. Es un retorno a la posicinclaramente objetivante que pone en primer plano la e$istencia de determinado individuo en su relacinms o menos adecuada, ms o menos adaptada, con su entorno. #o importante es algo que,curiosamente, se confiesa de forma indirecta, que el psicoanlisis serla una especie de remedio social.Esto es lo que destacan y presentan como carcter"stico del elemento impulsor de su progreso.

    En cuanto a las relaciones del sujeto con el mundo, vemos que se afirma un paralelismo en todomomento entre el estado de maduracin ms o menos avanzado de las actividades instintivas y laestructura del yo en un sujeto dado. - partir de cierto momento, se considera que la estructura del yo

    dobla el estado de maduracin de las actividades instintivas en sus distintas etapas y que, a fin decuentas, es su representante. /u consecuencia es la instauracin en el propio centro del anlisis de algoque se presenta precisamente como una tipolog"a a base de pregenitales y genitales. #a nocin t+cnicaque ello implica es que se destacan las relaciones pregenitales dentro de la relacin anal"tica. La prdidade estas relaciones, o de su objeto acarrea graves desrdenes de la actividad del Yo, tales comoproblemas de despersonalizacin, problemas psicticos. El sujeto se esfuerza por mantener susrelaciones de objeto a toda costa, recurriendo a toda suerte de componendas con este fin, cambio deobjeto mediante desplazamiento, o simbolizacin, ue le permitir, mediante la eleccin de un objetosimblico cargado arbitrariamente de los mismos valores afectivos ue el objeto inicial, no verse privadode relaciones objetales. !sar au" el trmino de #Yo au$iliar# est plenamentejustificado.Los genitales,por el contrario, poseen un Yo ue no trace depender su fuerza y el ejercicio de sus funciones de laposesin de un objeto significativa %o son dependientes de una relacinobjetal. Esto no uiere decir uepuedan prescindir fcilmente de toda relacin objetal. En toda neurosis la evolucin normal parece&aberse visto dificultadapor la imposibilidad en la ue se &alla el sujeto de resolver el 'ltimo de losconflictosestructurantes de la infancia, auel cuya liuidacin perfecta, si puede decirse as", culmina enesa adaptacin tan feliz al mundo llamada la relacin de objeto genital. 9emos asta donde puede llevarlea este autor la idea de perfeccin de la relacin objetal.

    5ientras que las pulsiones en su forma pregenital presentan un carcter de necesidad de posesinincoercible, en su forma genital son verdaderamente tiernas, amorosas, y si el sujeto no se muestradesinteresado, si sus objetos son tan profundamente narcis"sticos, a&ora es capaz de comprensin. Laestructura "ntima de sus relaciones objetales muestra ue la participacin del objeto en su propio placer esindispensable para su felicidad como sujeto. (1u+ significa el desenlace de una infancia, o de unaadolescencia, o de unamadure% normales)

    Esta concepcin e$traordinariamente primaria de la nocin anal"tica de evolucin instintual est

    muy lejos de ser admitida universalmente. El anlisis insiste en introducir una nocin funcional del objetode una naturale%a muy distinta que la de un puro y simple correlato del sujeto. El objeto es un instrumentodestinado a enmascarar, a modo de una proteccin, el fondo fundamental de angustia que caracteri%a a larelacin del sujeto con el mundo en las distintas etapas de su desarrollo. reud y todos aquellos que anestudiado la fobia, se&alan la ausencia de relacin directa entre el objeto y el pretendido miedo que locolorea con su marca fundamental, constituy+ndolo en cuanto tal, como un objeto primitivo. 0ay, por elcontrario, una distancia considerable entre el miedo en cuestin y el objeto, constituido esencialmentepara mantener ese miedo a distancia. El objeto es, ante todo, una avan%adilla contra un miedo instituido.El miedo le da su papel al objeto en determinado momento de cierta crisis del sujeto que, sin embargo, no

    es ni t"pica ni evolutiva. 1ue la angustia en cuestin es la angustia de castracin, nos dicen, aencontrado pocas objeciones asta ace poco.

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    En otro registro, no es menos notable comprobar en que acaban las nociones de fetice y defeticismo. #o introdu%co oy para mostrarles que, si lo consideramos en la perspectiva de la relacin deobjeto, resulta que el fetice cumple en la teor"a anal"tica una funcin de proteccin contra la angustia, y,cosa curiosa, la misma angustia, es decir, la angustia de castracin. Tambi+n en este caso, el objeto tienecierta funcin de complemento con respecto a algo que se presenta como un agujero, incluso como unabismo en la realidad. #a cuestin es saber si el objeto fbico y el fetice tienen algo en com2n. No bastacon ablar del objeto en general, ni de un objeto que, por no s+ qu+ v"a de comunicacin mgica, tendr"ala propiedad de regulari%ar las relaciones con el resto de objetos. #o que puede ser un objeto para un

    genital desde el punto de vista esencialmente biolgico, no me parece que deba ser menos enigmticoque alguno de los objetos de la e$periencia umana corriente, por ejemplo una moneda.(*uede acaso decirse que la moneda no plantea por s" misma la cuestin de su valor objetal) #a

    nocin de objeto fetice, la de objeto pantalla y, al mismo tiempo, la funcin tan singular de esaconstitucin de la realidad sobre la que reud aport una lu% verdaderamente sobrecogedora, y que nospreguntamos por qu+ no se le sigue concediendo su valor, la nocin de recuerdo pantalla como muyespecialmente constitutiva del pasado del sujeto.

    CLASE &: RES 'ORMAS !E LA 'ALA !E OEO

    El objeto se presenta de entrada en una b2squeda del objeto perdido. El objeto es siempre el

    objeto vuelto a encontrar, objeto implicado de por si en una b2squeda, conclusin a la que lleva la ideadel objeto culminante. ;a destaqu+ igualmente la 2ltima ve% la nocin del objeto alucinado sobre un fondode realidad angustiante. Este es el objeto tal como surge de la accin de aquello que reud llama elsistema primario del placer. En total oposicin a esto, en la prctica anal"tica ay una nocin del objetoque se reduce a fin de cuentas a lo real. Este objeto sobresale, no ya de un fondo de angustia, sino delfondo de realidad com2n, por as" decirlo, y el t+rmino de la e$periencia anal"tica es darse cuenta de queno ay ra%n para tenerle miedo. inalmente, el tercer encabe%amiento bajo el cual encontramos alobjeto, si lo seguimos en reud, es el de la reciprocidad imaginaria, o sea que, en toda relacin del sujetocon el objeto, el lugar del t+rmino en relacin es ocupado simultneamente por el sujeto. -s", laidentificacin con el objeto est en el fondo de toda relacin con +l. - este punto, evidentemente, seconsagra ms a2n la prctica de la relacin de objeto en la t+cnica anal"tica moderna, con el resultado delo que llamar+ un imperialismo de la identificacin. /i t2 puedes identificarte a m", si yo puedoidentificarme a ti, sin duda de los dos el yo es el que tiene la mejor adaptacin a la realidad y es el mejormodelo.

    (1u+ es un obsesivo) En suma es un actor que desempe&a su papel y cumple cierto n2mero deactos como si estuviera muerto. El juego al que se entrega es una forma de ponerse a resguardo de lamuerte. /e trata de un juego viviente que consiste en mostrarse invulnerable. /u juego se desarrolladelante de un Otro. El mismo es slo un espectador, sin embargo, no sabe qu+ lugar ocupa, esto es loinconsciente que ay en +l. #o que ace, lo ace a t"tulo de coartada. /e da perfecta cuenta de que eljuego no se juega donde +l est, y por eso casi nada de lo que ocurre tiene para +l verdadera importancia,lo cual no significa que sepa desde donde ve todo esto. (1u+ dirige el juego) /abemos que es +l mismo,pero, podemos cometer mil errores si no sabemos a dnde se dirige este juego. 'e a" la nocin deobjeto, del objeto significativo para este sujeto. /er"a errneo creer que se pueda designar este objeto en

    t+rminos de relacin dual. El objeto participa de un juego ilusorio, un juego tramposo, que consiste enapro$imarse a la muerte tanto como sea posible quedando a salvo de todos los golpes, porque el sujeto,de alg2n modo, a matado su propio deseo por adelantado, lo a, por as" decirlo, mortificado.'igamos que se trata de demostrar lo que +l a articulado para ese Otro espectador que es el mismo sinsaberlo y en cuyo lugar nos va poniendo a medida que avan%a la transferencia.

    #a nocin de relacin de objeto es imposible entenderla, inclusoejercerla, si no se introduce el falo como uno de sus elementos, no digomediador, sino tercero. #o destaca el esquema que les di: #a relacinimaginaria esta modelada en base a una determinada relacin que esefectivamente fundamental, la relacin madre

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    inevitable referirse a lo real. Toda la ambig>edad de la cuestin suscitada en torno al objeto y su manejoen el anlisis se reduce a esto ?el objeto, (es o no lo real) =uando les ablan de la relacin de objeto ent+rminos de acceso a lo real, acceso que debe conseguirse al t+rmino del anlisis, (qu+ representa estopara ustedes, espontneamente) No puede decirse que el falo no sea en la dial+ctica anal"tica un objetopredominante y que el sujeto no se aga una idea de +l como tal objeto. /i bien nunca se lleg a formularque slo es concebible aislar este objeto en el plano de lo imaginario, no es menos cierto que eso mismose desprende l"nea a l"nea de lo que reud aport. #a nocin de falicismo implica de por si aislar lacategor"a de lo imaginario.

    *regunt+monos que significa la posicin rec"proca del objeto y lo real. #o real se encuentra en ell"mite de nuestra e$periencia. *ero (qu+ queremos decir cuando nos referimos a lo real) =uando seabla de lo real, puede tratarse de cosas diversas. 'e entrada, se trata del conjunto de cosas que ocurrenefectivamente. Esta es la nocin implicada en el t+rmino alemn (ir)lic&)eit. En los analistas, lareferencia al fundamento orgnico responde tan slo a una especie de necesidad de seguridad que leslleva a entonar una y otra ve% esa cantinela en sus te$tos, como quien toca madera. Es ms o menoscomo si alguien encargado de una central el+ctrica idrulica en plena corriente de un gran r"o se pusieraa fantasear sobre la +poca en que el paisaje era a2n virgen y las ondas del @in fluyan en abundancia,cuando a de ablar de lo que sucede en esa mquina. -ora bien, es la mquina lo que se alla en elprincipio de la acumulacin de una energ"a cualquiera. #o que se acumula en la mquina tiene, ante todo,la relacin ms estreca con la mquina. 'iciendo que la energ"a estaba ya a" virtualmente en lacorriente del r"o no adelantamos nada. *ropiamente, no quiere decir nada, porque la energ"a, en este

    caso, slo empie%a a interesarnos en cuanto se acumula. Esta necesidad nuestra de confundir la *tuff, ola materia primitiva, o el impulso, o el flujo, o la tendencia, con lo que est realmente en juego en elejercicio de la realidad anal"tica, representa un desconocimiento de la (ir)lic&)eit simblica. 5antener lanecesidad de ablar de la realidad 2ltima, como si estuviera en alg2n lugar ms que en el propio ejerciciode ablar de ella, es desconocer la realidad donde nos movemos. En el anlisis se ace un uso distintode la nocin de realidad, muco ms importante, y que no tiene nada que ver con el anterior. #a realidad,en efecto, participa del doble principio, principio de placer y principio de realidad. Este uso que alcomien%o se ab"a mostrado tan fecundo, se revelo, cuando el anlisis fue progresando, como msproblemtico.

    9emos analistas que vuelven a una especie de intuicin primitiva y perciben que todo lo que seab"a dico asta entonces no e$plicaba nada. Esto es lo que le pas al se&or Ainnicott. El se&orAinnicott llama la atencin simplemente sobre el eco de que cada ve% nos interesamos ms en la

    funcin de la madre y la tenemos por absolutamente decisiva en la captacin de la realidad por parte delni&o. El principio del placer lo emos identificado con una determinada relacin de objeto, es decir, larelacin con el seno materno, mientras que el principio de realidad lo emos identificado con el eco deque el ni&o debe aprender a prescindir de +l. Ainnicott se&ala en qu+ condiciones todo va bienB para queel ni&o no quede traumati%ado, la madre debe operar estando presente siempre que es necesario,introduciendo, en el momento de la alucinacin delirante del ni&o, el objeto real que lo colma. -l principiopues, en la relacin madre

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    la nocin de castracin. =ada ve% ablamos menos de castracin, y acemos mal. 'e lo que ablamoscada ve% ms es de la frustracin. ; todav"a ay un tercer t+rmino.

    /i ay que referirse a la privacin es porque el falicismo, o sea la e$igencia de falo, es el puntofundamental de todo el juego imaginario en la progresin del conflicto descrita en el anlisis del sujeto.-ora bien, si puede ablarse de privacin es a propsito de lo real como algo muy distinto de loimaginario. #a e$igencia flica no se ejerce por ese medio. *arece en efecto muy problemtico que un serque se presenta como una totalidad pueda sentirse privado de algo que, por definicin, no tiene. 'iremospues que la privacin es esencialmente una falta real. Es un agujero.

    #a nocin que tenemos de la frustracin, si nos referimos simplemente al uso que acemos delt+rmino cuando ablamos, es la de un da&o. =oncierne a algo que se desea y no se tiene, pero se deseasin referencia alguna a la posibilidad de satisfaccin o de adquisicin. #a frustracin es en s" misma eldominio de las e$igencias desenfrenadas y sin ley. Es en lo imaginario donde se sit2a.

    reud introdujo la castracin de forma totalmente coordinada con la nocin de la ley primordial. #acastracin slo puede clasificarse en la categor"a de la deuda simblica. 'euda simblica, da&o imaginarioy agujero o ausencia real, e aqu" cmo podemos situar esos tres elementos que llamaremos los trest+rminos de referencia de la falta del objeto. 0e dico falta del objeto y no objeto, porque si nos situamoscon respecto al objeto, entonces podremos plantearnos la pregunta (cul es el objeto que falta en cadauno de estos tres casos)

    #o que falta, en la castracin, constituida como esta por la deuda simblica, ese algo que sancionala ley y le da su soporte, y su inverso, el castigo. El objeto es imaginario. #a castracin en cuestin lo es

    siempre de un objeto imaginario. Esta comunidad entre el carcter imaginario de la falta en la frustracin yel carcter imaginario del objeto de la castracin, el eco de que la castracin sea una falta imaginariadel objeto, a favorecido que crey+ramos que la frustracin nos permitir"a llegar con ms facilidad aln2cleo de los problemas. El objeto de la frustracin, a la inversa, es un objeto real, por muy imaginaria quesea la frustracin. Eso por lo que padece el ni&o, sujeto por e$celencia de nuestra dial+ctica de lafrustracin, es siempre un objeto real. El objeto de la privacin, por su parte, es siempre un objetosimblico. Todo lo que es real est siempre obligatoriamente en su lugar, a2n cuando lo desordenemos. #oreal tiene la propiedad de llevar su lugar pegado. /i un objeto falta de su lugar, es porque mediante unaley definimos que deber"a estar a".

    /lo quiero a&adir una nocin que luego ir+ adquiriendo toda su importancia, la de un agente. Elagente tambi+n juega su papel en la falta del objeto. Tratndose de la frustracin, se impone la nocin deque es la madre quien juega el papel de agente. (*ero este agente) es simblico, imaginario o real) (;

    qu+ es el agente de la castracin) Es simblico, imaginario o real) (; el agente de la privacin)

    CLASE *: EL SI+NI'ICANE , EL ES-.RI" SANO#a imagen del cuerpo no es un objeto. /i ayer noce se ablo de objeto, fue para tratar de definir

    los estadios del desarrollo, y en efecto la nocin de objeto es importante en este sentido. /in embargo, noslo la imagen del cuerpo no es un objeto, sino que adems no puede convertirse en un objeto.Efectivamente, en la e$periencia anal"tica nos ocupamos de objetos a propsito de los cuales podemospreguntarnos por su naturale%a imaginaria. Este objeto posiblemente imaginario tal como se da de ecoen la e$periencia anal"tica, ustedes ya lo conocen. *ara fijar las ideas, ya tome dos ejemplos en los que,como ya dije, voy a centrarme: la fobia y el fetice. 'el mismo modo, ya an podido ustedes constatar que

    el n2mero de fetices se$uales es bastante limitado (*or qu+) -parte de los %apatos, cuyo papel es tansorprendente que podemos preguntarnos por qu+ no se les presta ms atencin, encontramos ligas,calcetines, sujetadores y poca cosa ms, todo ello muy pr$imo a la piel. #o ms cocante es el uso quede dicas construccines ace la operadora, en este caso la /ra. 'olto. Este objeto, o supuesto objeto,esta imagen, la se&ora 'olto la use como un significante, como significante representa algo. =ada una deesas imagenes adquiere en relacin con otra su valor cristali%ador, orientador, penetra en el sujeto encuestin, o sea en el ni&o peque&o.

    En primer lugar, para ablarles de la realidad, empece defini+ndola por la (irlic&)eit, la eficacia del

    sistema, en este caso el sistema ps"quico. *or otra parte, quise precisarles el carcter m"tico de ciertaconcepcin de la realidad y la situ+ con el ejemplo de la central el+ctrica. No tuve tiempo de e$ponerles la

    tercera perspectiva. En el caso de la central idroel+ctrica, me dicen, lo que ay antes es la energ"a.Nunca e dico lo contrario. *ero entre la energ"a y la realidad natural, ay un mundo. #a energ"a sloempie%a a contar en cuanto la medimos. En otros t+rminos, la nocin de energ"a se construye

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    Significante

    Significado

    efectivamente a partir de la necesidad que se impone una civili%acin. /e requieren determinadascondiciones naturales para que aya el menor inter+s por medir la energ"a.

    #a nocin energ+tica condujo a reud a forjar una nocin que debe usarse en el anlisis de formacomparable a como se use la de la energ"a. /e trata de la nocin de libido. No ay nada menos fijado a unsoporte material que la nocin de libido en el anlisis. #a libido es lo que vincula el comportamiento de losseres entre si y les dar+ una posicin activa o pasiva, pero esta libido tiene, en todos los casos, efectosactivos, incluso en la posicin pasiva. 'e este modo viene reud a indicar que, por este eco, la libido sepresenta siempre bajo una forma efica% y activa. Estamos acostumbrados a considerar el Es como una

    instancia estrecamente relacionada con las tendencias, los instintos, la libido *ero (qu+ es el Es+ El Eses lo que, en el sujeto, es susceptible, por mediacin del mensaje del Otro, de convertirse en ;o D e. ElEs no es una realidad bruta, ni simplemente lo que esta antes, el Es ya est organi%ado, articulado, igualcomo est organi%ado el significante. Esto es cierto igualmente para lo que produce la mquina. -unquetoda esa energ"a este antes, sin embargo, una ve% construida la central, nadie puede discutir que ay unadiferencia sensible, no slo en el paisaje, sino en lo real. /i les ago esta teor"a del significante y delsignificado, es precisamente para recordarles la presencia del Esp"ritu /anto, que es absolutamenteesencial para el progreso de nuestra comprensin del anlisis .

    7*lanteemos esto a otro nivel, el del principio de realidad y el principio de placer. (En qu+ sentido

    los dos sistemas, primario y secundario, se oponen) /i nos atenemos 2nicamente a lo que los define

    desde fuera, podemos decir esto: lo que sucede en el sistema primario est gobernado por el principio delplacer, es decir, por la tendencia a volver al reposo, y lo que sucede en el sistema de realidad se definepor lo que fuer%a al sujeto a la conducta del rodeo en la realidad, como suele decirse, e$terior. -ora bien,nada en estas definiciones concuerda con la sensacin resultante del carcter conflictivo y dial+ctico deluso de estos dos t+rminos en la prctica. /in embargo, si reud introdujo la nocin de libido, y +l lo diceformalmente, es porque el placer en el sentido concreto, tiene en alemn un sentido ambig>o que elsubraya: es a la ve% el placer y la apetencia. No es menor la paradoja que se encuentra en el nivel de larealidad. 'el mismo modo que en el principio del placer ay, por una parte, el retorno al reposo, pero porotra parte est la apetencia, igualmente no slo ay esa realidad contra la cual se tropie%a, tambi+n estel rodeo, el desv"o de la realidad. ;a situ+ en una especie de superposicin paralela el curso delsignificante, o el discurso concreto por ejemplo, y el curso del significado, en el, y como significado, sepresenta la continuidad de lo vivido, el flujo de las tendencias en un sujeto y entre sujetos.

    Nada se e$plica en la e$periencia anal"tica sin esteesquema fundamental. Este esquema supone que lo que essignificante de algo puede convertirse en todo momento ensignificante de otra cosa, y todo lo que se presenta en laapetencia, la tendencia, la libido del sujeto, est siempremarcado por la impresin de un significante. El significante

    se introduce en el movimiento natural, en el deseo o en la demanda. -s", puede decirse que la apetenciase convierte en significado. #a intervencin del significante plantea un problema que me llevo arecordarles ace un momento la e$istencia del Esp"ritu /anto. El Esp"ritu /anto es la entrada delsignificante en el mundo. Esto es sin lugar a dudas lo que reud aporto bajo el t+rmino de instinto demuerte. /e trata de ese l"mite del significado nunca alcan%ado por ning2n ser vivo, que incluso nunca se

    alcan%a en absoluto. /e trata de la muerte, comosoporte, base de la operacin del Esp"ritu /anto queace e$istir al significante. El Es del que se trata en elanlisis, es significante que ya est en lo real,significante incomprendido. ;a est a", pero essignificante, no se trata de no s+ qu+ propiedadprimitiva y confusa correspondiente a no s+ qu+armon"a preestablecida, iptesis a la que vuelven

    siempre quienes no dudare en llamar esta ve% Esp"ritus d+biles.reud en sus Tres ensayos, dice que lamentablemente no ay nada en el desarrollo del ni&o, y

    precisamente en su relacin con las imagenes se$uales, que indique que ya est+n construidos los carrilesdel libre acceso del ombre a la mujer y viceversa. #o que dice reud es que las teor"as se$uales

    infantiles, cuya uella quedara impresa en el desarrollo de un sujeto, en toda su istoria, todo lo que serpara +l la relacin entre los se$os, estn relacinadas con la primera maduracin del estadio genital, lacual se produce antes del desarrollo completo del Edipo, o sea la fase flica. /i esta fase se llama flica,

    F

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    en este caso no es en nombre de una igualdad energ+tica fundamental, sino porque en el planoimaginario slo ay una representacin primitiva del estado, del estadio genital: el falo en cuanto tal. Elfalo no es el aparato genital masculino en su conjunto, es el aparato genital masculino e$ceptuando sucomplemento. #a imagen erecta del falo, esto es lo fundamental. No ay ms eleccin que una imagenviril o la castracin. #o que aora estoy poniendo en el principio de la e$periencia anal"tica es la nocin deque ay significante ya instalado y ya estructurado. ;a ay una central construida y en funcionamiento, nola an eco ustedes. Esta central es el lenguaje, en funcionamiento desde ace tanto tiempo comopuedan ustedes recordar. *or este eco, el Es, que van a buscar ustedes a las profundidades, no es

    nada tan natural, y menos a2n que las imagenes. =uando abordamos al sujeto, sabemos que ay ya en lanaturale%a algo que es su Es, el cual est estructurado seg2n la modalidad de una articulacin significanteque marca todo aquello que se produce en el sujeto con sus uellas, con su profunda diferencia respectode las coaptacines naturales. El instinto de muerte no es sino darnos cuenta de que la vida esimprobable y completamente caduca. #a e$istencia del significante slo esta vinculada con el eco de lae$istencia del discurso, y que este se introduce sobre un fondo, ms o menos conocido o desconocido.

    /i nuestro comentario de -s all del principio del placer de ace dos a&os consigui mostrar algo,es que se trata nada ms y nada menos de una reconstruccin, motivada por ciertas paradojas de lae$periencia, precisamente por la de este fenmeno ine$plicable: que el sujeto se ve llevado a comportarsede una forma esencialmente significante, repitiendo de forma indefinida algo que le resulta mortal,ablando con propiedad. ; a la inversa, igual que la muerte se refleja en el fondo del significado.

    #a relacin central de objeto, la que es dinmicamente creadora, es la de la falta. En la

    e$periencia, toda indung del objeto, nos dice reud, es una (iederfindung.#a promocin de la nocin defase flica slo llegar despu+s de la 2ltima edicin de los Tres ensayos, en el art"culo de 67 sobre Laorganizacin genitalinfantil. Es la nocin de la tensin narcisista, de la relacin del ombre con la imagen,lo que introdujo la idea de la medida com2n libidinal, y al mismo tiempo la del centro de reserva a partir delcual se establece toda relacin objetal como fundamentalmente imaginaria. 'ico de otra manera, una delas articulaciones esenciales es la fascinacin del sujeto por la imagen, que a fin de cuentas siempre esuna imagen que lleva en s" mismo. 'ebido al per"odo de latencia, es decir, la memoria latente queatraviesa este per"odo, el objeto primero, precisamente el objeto materno, es rememorado de una formaque no a podido cambiar, y es irreversible, de manera que el objeto nunca ser sino un objeto vuelto aencontrar, /iedergefunden, y seguir llevando la marca del estilo primero del objeto. Esta e$perienciafundamental supone que ay, durante el per"odo de latencia, conservacin del objeto en la memoria, sinsaberlo el sujeto. #uego este objeto resultara discordante, tendr un papel perturbador, en toda relacin de

    objeto ulterior del sujeto. En este marco, con ciertas articulaciones idneas y en momentos determinadosde esta evolucin, se descubrirn las funciones propiamente imaginarias. Todo lo que corresponde a larelacin pregenital esta capturado en el interior de este par+ntesis. #a introduccin de lo imaginario seprodujo 2nicamente a partir del art"culo sobre el narcisismo.

    El t+rminopreed"pico fue introducido a propsito de la se$ualidad femenina, y die% a&os ms tarde.#a relacin pregenital slo puede apreenderse a partir de la articulacin significante del Edipo. #asimagenes y los fantasmas que constituyen el material significante de la relacin pregenital provienen en s"mismos de una e$periencia que se a producido en el contacto con el significante y el significado. Elsignificante e$trae su material de alguna parte en el significado, de cierto n2mero de relaciones vivas,efectivamente ejercidas o vividas. En la castracin, ay una falta fundamental que se sit2a, como deuda,en la cadena simblica. En la frustracin, la falta slo se entiende en el piano imaginario, como da&oimaginario. En la privacin, la falta esta pura y simplemente en lo real, l"mite o iancia real. =uando digoque, en el caso de la privacin, la falta est en lo real, quiero decir que no esta en el sujeto. *ara que elsujeto accede a la privacin, a de concebir lo real como algo que puede ser distinto de como es, es decir,que ya lo simbolice. #a referencia a la privacin tal como aqu" la planteamos consiste en poner losimblico antes. /lo se puede plantear correctamente el problema de las relaciones de objeto a partir decierto marco que debe considerarse como fundamental para su comprensin. Este marco es que laestructura como punto de partida de la organi%acin objetal es la falta del objeto. Esta falta de objeto,debemos concebirla en sus diferentes estratos en el sujeto: en la cadena simblica, en el plano de la

    frustracin, pero tambi+n emos de considerar esta falta en lo real porquecuando ablamos de privacin no se trata de una privacin sentida. #a privacines el eje de referencia que necesitamos. *ara que el sujeto capte la privacin,antes a de simboli%ar lo real. (1u+ lleva al sujeto a simboli%arlo)

    *ara no dejarles del todo en ascuas y para empe%ar a ver claro, les dir+adems que se trata de plantear, con el triple esquema de la madre, el ni&o y elfalo, la cuestin del feticismo. (*or qu+ llega el ni&o a ocupar ms o menos la

    G

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    posicin de la madre con respecto al falo) #o que esta en juego es el v"nculo que el ni&o establece entreel falo y la madre. #a fobia, cuando se desarrolla, no es en absoluto de este orden. No se base en esev"nculo. =onstituye otra forma de solucin al dif"cil problema introducido por las relaciones del ni&o con lamadre.

    CLASE 4: LA !IAL/CICA !E LA 'R"SRACI#N;a emos conseguido poner de relieve que la nocin del objeto es siempre la de un objeto vuelto a.

    -dems emos visto que el objeto es, por una parte, inadecuado y, por otra, que escape incluso a suapreensin por un concepto. ; aora nos vemos llevados a ajustar ms las nociones fundamentales.(1u+ ay de la castracin) #a castracin est esencialmente vinculada con un orden simblico instituido,que supone una larga coerencia, de la que no puede aislarse al sujeto en ning2n caso. En reud lacastracin estuvo relacinada con la posicin central atribuida al complejo de Edipo como elemento dearticulacin esencial de toda la evolucin de la se$ualidad. El eco de que la castracin est+ en el planode la deuda simblica queda ya sobradamente justificado. (1u+ objeto es el que est en juego, o espuesto en juego, en la deuda simblica instituida por la castracin) /e trata de un objeto imaginario, elfalo.

    -ora, la frustracin. -l acentuar la nocin de frustracin, no nos apartamos muco de la nocinque reud puso en el centro del conflicto anal"tico, que es la de deseo. #a nocin de frustracin, cuandose pone en primer plano en la teor"a anal"tica, es remitida a la primera edad de la vida. Est vinculada con

    la investigacin de los traumas, fijaciones, impresiones, provenientes de e$periencias preed"picas. Esto noimplica que sea e$terior al Edipo, constituye su terreno preparatorio, su base y su fundamento. (1u+forma de relacin con el objeto es la que est en juego en la frustracin) 4ntroduce, manifiestamente, lacuestin de lo real. #a frustracin se considera pues como un conjunto de impresiones reales, vividas porel sujeto en un per"odo del desarrollo en el que su relacin con el objeto real se centra abitualmente en laimago del seno materno, calificada de primordial, en relacin con la cual se formarn en +l las que ellamado primeras vertientes y se inscribirn sus primeras fijaciones, aquellas que permitieron describir lostipos de los diferentes estadios instintuales. Nos encontramos ante la anatom"a imaginaria del desarrollodel sujeto. Estamos pues ante un sujeto que se encuentra en una posicin de deseo con respecto al senocomo objeto real. #legamos as" al quid de la cuestin, (qu+ es esta relacin, la ms primitiva, del sujetocon el objeto real)

    7Es un error no partir de la frustracin, que es verdaderamente el centro cuando se trata de situar

    las relaciones primitivas del ni&o. *ero adems ay que tener una nocin justa de esta nocin central. *orun parte, est el objeto real. No cabe duda de que un objeto puede empe%ar a ejercer su influencia en lasrelaciones del sujeto muco antes de que aya sido percibido como objeto. /lo en funcin de unaperiodicidad en la que pueden aparecer agujeros y carencias, podr establecerse cierta forma de relacindel sujeto que no requiere en absoluto admitir distincin de un yo y un no yo. *or otra parte, est elagente. En esta relacin fundamental que es la relacin con la falta de objeto, corresponde introducir lanocin del agente, que nos permitir aportar una frmula esencial pare el planteamiento general delproblema. En este caso, el agente es la madre.

    #a madre es algo distinto que el objeto primitivo. No aparece propiamente desde el inicio, sino,

    como reud lo subray, a partir de esos primeros juegos, juegos que consisten en tomar un objetoperfectamente indiferente en s" mismo y sin ninguna clase de valor biolgico. Este par presenciaos sinduda, pero dotados de sentido, perfectamente orientados, que permit"an a 'ora encontrar su lugar en elcircuito, a2n de forma inestable.

    /i es cierto que lo que se mantiene en el inconsciente de nuestra omose$ual es la promesa del

    padre, Tendrs un &ijo m"o, y si en su amor e$altado por la dama muestra, como nos dice reud, elmodelo del amor absolutamente desinteresado, del amor por nada, (no ven ustedes que todo ocurrecomo si la cica quisiera mostrarle a su padre que es un verdadero amor, ese amor que su padre le anegado) /in duda en el inconsciente del sujeto e$iste el pensamiento de que el padre se a puesto departe de la madre porque as" obtiene ms ventajas. #o que la cica le demuestra aqu" a su padre, escomo se puede amar a alguien, no slo por lo que tiene, sino literalmente por lo que no tiene, por esepene simblico que, como ella sabe muy bien, no va a encontrar en la dama.

    =on 'ora se constata que en la perversin nos enfrentamos a una conducta significante que indicaun significante ms alejado en la cadena significante, en la medida en que le est vinculado a trav+s de un

    significante necesario. En el caso de 'ora, 'ora tomada como sujeto se sit2a a cada paso bajo cierton2mero de significantes de la cadena. Encuentra en la situacin una especie de metfora perpetua.#iteralmente, el se&or K. es su metfora, porque de lo que ella es, 'ora no puede decir nada. 'ora nosabe dnde situarse, ni donde est, ni para qu+ sirve el amor. /abe tan slo que el amor e$iste y alla unaistori%acin del amor en la que encuentra su propio lugar bajo la forma de una pregunta. /i 'ora see$presa como lo ace, a trav+s de sus s"ntomas, es porque se pregunta qu+ es ser mujer.#a neurosis de 'ora adquiere su sentido como metafrica. =on la intervencin del se&or K., algo tendi anormali%arse, pero ese algo permaneci en estado metafrico. #o demuestra esa especie de embara%o de'ora posterior a la crisis de ruptura con el se&or K. Es en efecto un aborto e$tra&o y significativo lo que seproduce al cabo de nueve meses porque lo dice la propia 'ora, revelando as" que ay una especie deembara%o. 'e eco se trata de quince meses, lo que supera el pla%o normal. Es significativo que 'oravea en ello la 2ltima resonancia del v"nculo que la une todav"a con el se&or K. Encontramos aqu" la

    equivalencia de una especie de copulacin que se traduce al orden de lo simblico de una formapuramente metafrica. El s"ntoma no es ms que una metfora. *ara 'ora es una especie de tentativa derecuperar la ley de los intercambios simblicos, en relacin con el ombre con el que se a de unir odesunir.

    *or el contrario, el parto que encontramos igualmente al final de la observacin de la omose$ual,se tira desde un peque&o puente del ferrocarril. Esto se produce cuando el padre real interviene una ve%ms para manifestarle su irritacin y su ir+, intervencin sancionada por la mujer que se encuentra junto aella y le dice que no quiere verla ms. #a joven se queda sin recursos. =uando esta la reca%a, ya nopuede sostener nada. El objeto se a perdido definitivamente, y ni siquiera aquella nada en la que se abasado para demostrar a su padre como se puede amar tiene ya ra%n de ser. El falo que se le niegadefinitivamente, cae, nieder)ommt. #a ca"da tiene aqu" valor de privacin definitiva y tambi+n de m"micade una especie de parto simblico. /i el acto de precipitarse desde un puente del ferrocarril puedeinterpretarlo como una forma demostrativa de convertirse ella misma en ese ni&o que no a tenido,destruy+ndose al mismo tiempo en un 2ltimo acto significativo del objeto, es 2nicamente basndose en lae$istencia de la palabra nieder)ommt.Esta palabra indica meton"micamente el 2ltimo t+rmino, el t+rminosuicida que e$presa en la omose$ual lo que est en juego, el 2nico motor de toda su perversin, a saber,de acuerdo con lo que tantas veces afirmo reud sobre la patog+nesis de cierto tipo de omose$ualidadfemenina, un amor estable y particularmente refor%ado por el padre.

    CLASE : LA '"NCI#N !EL ELO

    reud aborda la cuestin del feticismo en dos te$tos fundamentales Tres ensayos para una teor"a

    se$ual y etic&ismo.El fetice es el s"mbolo de algo, pero que sin duda lo que va a decirnos nosdecepcionar, pues se a dico de todo sobre el fetice desde que se abla, y el propio reud abla, delanlisis. /e trata, una ve% ms, del pene. *ero inmediatamente despu+s, reud subraya que no se trata

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    de cualquier pene, el pene en cuestin no es el pene real, sino el pene en la medida en que la mujer lotiene, es decir en la medida en que no lo tiene. /e trata del falo que la mujer no tiene y que deber"a tenerpor ra%ones que dependen de la dudosa relacin del ni&o con la realidad.

    *ara evitar las errancias a las que se ven llevados los distintos autores, el nervio diferencial es elsiguiente: no se trata en absoluto de un falo real que, como real, e$ista o no e$ista, sino de un falosimblico que por su naturale%a se presenta en el intercambio como ausencia, una ausencia que funcionaen cuanto tal. Todo lo que se puede transmitir en el intercambio simblico es siempre algo que es tantoausencia como presencia. /e establece a trav+s de este objeto un ciclo estructural de amena%as

    imaginarias limitadas por la direccin y el empleo del falo real. Este es el sentido del complejo decastracin, y as" es como el ombre queda prendido en +l. *ero ay tambi+n otro uso, se trata de lafuncin simblica del falo. #a diferenciacin simblica de los se$os se instaura porque el falo est o noest. Este falo, la mujer no lo tiene, simblicamente. *ero no tener el falo simblicamente es participar de+l a t"tulo de ausencia. Este pene simblico, que el otro d"a situaba yo en el esquema de la omose$ual,desempe&a una funcin esencial en la entrada de la ni&a en el intercambio simblico. *orque la ni&a notiene este falo, entra en la dial+ctica simblica de tener o de no tener el falo, as" es como entra en esarelacin ordenada y simboli%ada que es la diferenciacin de los se$os.

    En el acto del amor, quien recibe realmente es la mujer, recibe muco ms de lo que da. /i esto seinvierte en la afirmacin contraria, que la mujer se da, es porque as" debe ser simblicamente, o sea quedebe dar algo a cambio de lo que recibe, es decir del falo simblico. 0e aqu" pues que el fetice, nos dicereud, representa al falo como ausente, el falo simblico. El feticista es siempre el ni&o, nunca la ni&a /i

    todo residiera en el plano de la deficiencia, o incluso de la inferioridad imaginaria, el feticismo deber"adeclararse ms abiertamente en aquel de los dos se$os que est realmente privado de falo. *ero no esas".

    7El fetice, nos dice el anlisis, es un s"mbolo. En este sentido casi lo ponemos en pie de igualdad

    con cualquier otro s"ntoma neurtico. *ero si en el feticismo no se trata de una neurosis, sino de unaperversin, eso no va. #o que se ama en el objeto de amor es algo que est ms all. Este algo no esnada, sino que tiene la propiedad de estar a" simblicamente. =omo es s"mbolo, no slo puede sino quedebe ser esa nada. (1u+ puede materiali%ar para nosotros esta relacin de interposicin por la cualaquello a lo que se apunta est ms all de lo que se presenta, sino una de las imgenes verdaderamentems fundamentales de la relacin umana en el mundo, el velo, la cortina) #a cortina cobra su valor, su

    ser y su consistencia, precisamente porque sobre ella se proyecta y se imagine la ausencia. #a cortina es,digamos, el "dolo de la ausencia.

    0e aqu" el sujeto, el objeto y ese ms all que es nada, o bien el s"mbolo, o el falo en cuanto que lefalta a la mujer. *ero una ve% colocada la cortina, sobre ellapuede dibujarse algo que dice: el objeto est ms all. Elobjeto puede ocupar entonces el lugar de la falta y ser tambi+npropiamente el soporte del amor, pero en cuanto que no esprecisamente el punto donde se prende el deseo. En ciertomodo, el deseo aparece aqu" como metfora del amor, pero loque lo cautiva, o sea el objeto, se muestra como ilusorio, yvalorado como ilusorio. /i el fetice est a", entonces es queno a perdido el falo, pero al mismo tiempo es posiblecastrarla.

    reud dice, el &orror a la castracin se &a erigido, con esta creacin de un sustituto, unmonumento. El fetice es un 6en)mal. #a palabra trofeo no aparece, pero en verdad est presente,acompa&a al signo de un triunfo.-qu" est la estructura, en la relacin con el ms all y con el velo. /obreel velo puedeimaginarse, es decir instaurarse como capture imaginaria y lugar del deseo, la relacin conun ms all, fundamental en toda instauracin de la relacin simblica. En la funcin del velo se trata de laproyeccin dela posicin intermedia del objeto.

    #a otra ve% les abl+, de la metonimia . #o que constituyeel fetice, el elemento simblico que fijael fetice y lo proyecta sobre el velo, se tome prestado especialmente de la dimensin istrica. Es elmomento de la istoria en el cual la imagen se detiene. El recuerdo pantalla no es simplemente unainstantnea, esuna interrupcin de la istoria y al mismotiempo indica la continuacin de su movimiento

    ms all del velo. /lo ablamos de represin en la medida en que ay cadena simblica. /i puededesignarse como el punto de una represin un fenmeno que puede pasar por imaginario, pues el feticees de alguna forma imagen, es porque tal imagen esslo el punto l"mite entre la istoria, como algo que

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    tiene una continuacin, y el momento en que se interrumpe. Esta imagen es el signo, el indicador, delpunto de la represin.Jna ve% ms, vemos como se distingue aqu" entre la relacin con el objeto de amory la relacin de frustracin con el objeto. El amor se transfiere mediante una metfora al deseo que seprende al objeto como ilusorio, mientrasque la constitucin del objeto no es metafrica, sino meton"mica.*artiremos de la relacin fundamental que es la del ni&o real, la madre simblica ysu falo, el de ella, quepara ella es imaginario.'urante muco tiempo el ni&o no est en condiciones de apropiarse larelacin depertenencia imaginaria que constituye la profunda divisin de la madre con respecto a +l. Elcomportamiento amoroso, y ms simplemente la relacin ertica del sujeto, se reduce auna defensa.

    Esto tambi+n lo entrevi reud y esta articulado en nuestro esquema. reud nos dice que elfeticismo es una defensa contra la omose$ualidad. En resumen, en las relaciones con el objetoamoroso que organi%an este ciclo en el feticista, encontramos una alternancia de identificaciones.identificaciones con la mujer enfrentada al pene destructor, el falo imaginario de las e$perienciasprimordiales del per"odo oro

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    cuyo nombre le viene precisamente de a", el deseo, pero el deseo como perverso. /obre el velo esdonde el fetice dibuja lo que falta ms all del objeto.

    -l final de todo lo que les dije la 2ltima ve% acerca del feticismo, les mostr+ el surgimiento de una

    posicin de alg2n modo complementaria. -parece tambi+n en algunas fases de la estructura feticista,incluso en las tentativas del feticista para recuperar el objeto del que se encuentra separado por eso cuyafuncin y cuyo mecanismo, por supuesto, no comprende. Esta posicin es la funcin del travestismo. En el

    travestismo, el sujeto se identifica con lo que est detrs del velo, con el objeto al que le falta algo. Eltravestido se identifica con la madre flica, en la medida en que esta, por otra parte, vela la falta de falo.#os vestidos no estn ecos tan slo para esconder lo que se tiene, en el sentido de tener o no tener,sino tambi+n para esconder lo que no se tiene.

    En los cuatro ordenes de relaciones que acabo de tra%ar, el sujeto no se encuentra de ning2nmodo en la misma relacin con el objeto, ya sea que lo aporte, lo de, lo desee o incluso lo sustituya. Jnave% centrada nuestra atencin en estos registros, no puede pasarnos por alto que el reagrupamiento deestos ecos bajo la equivalencia as" instituida va muco ms all de una simple e$+gesis terica. 1ue lani&a pueda ser objeto de predileccin por parte de cierto tipo de sujetos, pone de relieve una funcin quepodemos llamar m"tica, la cual se desprende tanto de los espejismos perversos como de toda una serie deconstruccines literarias que podemos agrupar seg2n los autores, bajo encabe%amientos ms o menosilustres.

    #a estructura de la omnipotencia no esta, contrariamente a lo que se cree, en el sujeto, sino en lamadre, es decir, en el Otro primitivo. 1uien es omnipotente es el Otro. *ero tras esta omnipotencia, seencuentra la falta 2ltima de la que se alla suspendida su potencia. En cuanto el sujeto percibe la falta quele ace a +l mismo impotente, el mecanismo 2ltimo de la omnipotencia es remitido ms all, a saber, all"donde algo no e$iste, en grado m$imo. /e trata de lo que, en el objeto, no es sino simbolismo de la falta,fragilidad, peque&e%. -qu" es donde el sujeto acent2a el secreto y el verdadero motor de la omnipotencia.

    Tenemos aqu" una funcin ms que esclarece la relacin de enamoramiento tal como se puedeestablecer en las v"as perversas del deseo. Estas pueden ser ejemplares para ilustrarnos sobre lasposiciones que deben distinguirse cuando anali%amos dico deseo. 0e -qu" que nos vemos llevados aplantear la cuestin de lo que subyace a todo esto, perpetuamente cuestionado por esta misma critica, osea la nocin de identificacin.

    7#a nocin de identificacin est presente en la obra de reud desde el origen. reud confiesa su

    desconcierto, incluso su impotencia para resolver el dilema planteado por la perpetua ambig>edad entredos t+rminos que precise, la identificacin y la eleccin del objeto. Estos dos t+rminos aparecen enmucos casos como si se sustituyeran el uno al otro. /in embargo, es evidente la necesidad de mantenerla distincin entre los dos. No es lo mismo que un objeto se convierta en objeto de eleccin o que seconvierta en soporte de la identificacin del sujeto. -l mismo tiempo ue esta identificacin con el padre,tal vez incluso un poco antes7 lo que se traduce por un poco ms tarde 7el ni2o empiezaa orientar&acia su madre sus deseos libidinosos7 y con esta traduccin, uno puede preguntarse si la identificacincon el padre no ser"a previa. Encontramos otro ejemplo en el pasaje que quiero plantear. /e trata delestado de enamoramiento y su relacin con la identificacin la identificacin es una funcin ms primitiva,ms fundamental, en la medida en que comporta una eleccin de objeto, pero una eleccin de objeto queno obstante requiere una articulacin de por s" muy problemtica, puesto que el anlisis freudiano lavincula profundamente con el narcisismo. 'igamos que este objeto es una especie de otro yo en el sujeto.En el primer caso, el yo se enriuece con las cualidades del objeto, se lo asimila..., o sea que seintroyecta. /e trata de la cuestin de las relaciones entre la introyeccin y la identificacin. En el seg'ndocaso se empobrece, al darse todo entero al objeto, al eclipsarse porcompletofrente a l.

    reud e$amina aqu" la oposicin entre, por una parte, lo que el sujeto introyecta, enriqueci+ndosecon ello, y por otra parte, lo que le sustrae algo y lo empobrece. Este es el planteamiento que reud acedel problema. *rosigue en sentido inverso, dice que esta descripcin ace surgir oposiciones que, enrealidad, no e$isten. 6esde el punto de vistaeconmico, no se trata ni de un enriuecimiento ni de unempobrecimiento, puesto ue elmismo estado amoroso e$tremo puede concebirse como una introyeccindel objeto en elyo.#a siguiente distincin se refiere tal ve% a puntos ms esenciales: En el caso de la

    identificacin, el objeto se volatiliza y desaparece para reaparecer en el yo, el cual e$perimenta unatransformacin parcial, de acuerdo con el modelo del objeto desaparecido. En el otro caso, el objetosustituido se encuentra dotado de todas las cualidades del yo y asus e$pensas.Tal vez lo esencial sea

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    otradistincin. En el caso de la identificacin, el objeto &a sido perdidoo abandonado. No se trata pues deun objeto que se volatili%a, ni desaparece, porque precisamente no desaparece. Entonces vuelve aerigirse en el yo, y elyo se transforma parcialmente de acuerdo con el modelo del objeto perdido.En elotro caso, el objeto es conservado ycomo tal es sobreinvestido por parte del yo y a sus e$pensas. 1eroesta distincin a su vez suscita una nueva refle$in8 4es seguro ue la identificacinsuponga el abandonodel investimiento del objeto+, 4%o puede &aber una identificacin conconservacin del objeto+

    El propio lugar que deba atribuirse al objeto en estos distintos momentos de ida y vuelta, seg2n seconstituya como objeto de identificacin o como objeto de la captura amorosa, est marcado por una

    ambig>edad que reud ace patente, y queda casi del todo como una pregunta

    #a metfora subyacente a la introyeccin es una metfora oral. /e abla indistintamente deintroyeccin y de incorporacin, y por lo general se produce un desli%amiento acia las articulacionesplanteadas en la +poca leiniana. =ontra este abuso, que esta muy lejos de ser un abuso freudiano, seeleva lo que tratare de articular. ;o digo, por el contrario, que cada ve% que la pulsin aparece en elanlisis o fuera de +l, debemos concebirla, en cuanto a su funcin econmica, en relacin con eldesarrollo de una relacin simblicamente definida. *artamos del soporte de la primera relacin amorosa,de la madre como objeto de la llamada y, por lo tanto, objeto tan ausente como presente. Jna parte de susdones son signos de amor y por este mismo eco quedan anulados en la medida en que son algo muydistinto que signos de amor. *or otra parte, estn los objetos de la necesidad, que la madre presenta al

    ni&o bajo la forma de su peco. (No ven ustedes que entre ambos lo que ay es un equilibrio y unacompensacin) =ada ve% que ay frustracin de amor, se compensa mediante la satisfaccin de lanecesidad. #a satisfaccin de la necesidad es aqu" la compensacin de la frustracin de amor y, al mismotiempo, empie%a a convertirse en su coartada. El valor predominante que adquiere el objeto, en este casoel peco o la tetina, se base en esto: un objeto real adquiere su funcin como parte del objeto de amor,adquiere su significacin como simblico, y la pulsin se dirige al objeto real como parte del objetosimblico, el objeto se convierte como objeto real en una parte del objeto simblico. /i un objeto real quesatisface una necesidad real a podido convertirse en elemento del objeto simblico, cualquier otro objetocapa% de satisfacer una necesidad real puede ocupar su lugar.

    /i la regresin oral al objeto primitivo de devoracin acude a compensar la frustracin de amor, talreaccin de incorporacin proporciona su modelo a esa especie de incorporacin, la incorporacin dedeterminadas palabras entre otras, que est en el origen de la formacin preco% llamada el supery. Eso

    que el sujeto incorpora bajo el nombre de supery es algo anlogo al objeto de necesidad, no porque seael don, sino como su sustituto cuando este falta. En primer lugar, el pene puede situar su objeto en unmomento dado como sucesor y en el lugar de ese objeto que es el peco o la tetina. 0ay pues una formaoral de incorporacin del pene que juega su papel en el determinismo de algunos s"ntomas y algunasfunciones. *ero el pene puede entrar de otra forma en la econom"a imaginaria. *uede acerlo, no comoobjeto compensatorio de la frustracin de amor, sino precisamente por estar ms all del objeto de amor ypor el eco de faltarle a este 2ltimo. -l primero, llam+moslo el pene, que sin embargo es una funcinimaginaria, pues su incorporacin es imaginaria. El otro es el falo en la medida en que le falta a la madre yest ms all de ella misma y de su potencia de amor.

    - propsito del falo como faltante (en qu+ momento descubre el sujeto esta falta) (=undo ycmo ace este descubrimiento, a partir del cual se ver obligado a suplirlo a elegir otra v"a para elreencuentro con el objeto de amor que se escabulle, la de aportarle el mismo su propia falta) Tenemos laestructuracin simblica y la introyeccin posible, que es propiamente la forma ms carcteri%ada de laidentificacin freudiana primitiva. Es en un segundo tiempo cuando se produce la 9erliebt&eitDenamoramiento. Esta slo es concebible, slo est articulada, en el registro de la relacin narcisista. #esrecuerdo que es en una feca situable no antes del se$to mes, cuando se produce la relacin con laimagen del otro, que le proporciona al sujeto la matri% alrededor de la cual se organice para +l lo que yollamar"a su vivencia de incompletud. En relacin con esta imagen que se presenta como total, que esfuente de j2bilo por la relacin espec"fica del ombre con su propia imagen, es como capta que a +l puedefaltarle algo. En la medida en que lo imaginario entra en juego, y sobre la base de las dos primerasrelaciones simblicas entre el objeto y la madre del ni&o, puede ponerse de manifiesto que tanto a lamadre como a +l les puede faltar imaginariamente algo. Todo esto depende del efecto de transmisin envirtud del cual nosotros suponemos que ninguna satisfaccin mediante un objeto real cualquiera que

    acuda a suplirla consigue colmar jamas la falta en la madre. /lo tras el segundo tiempo de laidentificacin imaginaria especular con la imagen del cuerpo, que est en el origen de su yo Dmoi yproporciona su matri%, el sujeto puede captar lo que le falta a la madre. El sujeto aporta as" ms all del

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    objeto de amor esa falta que puede verse llevado a suplir, proponi+ndose el mismo como el objeto que lacolma. En lo que les e e$plicado asta aora del narcisismo, e tenido que destacar la formacin idealdel yo, s", eso mismo, la formacin del yo como una formacin ideal, en la medida en que el yo D moi sea"sla a partir del ideal del yo. No les e articulado suficientemente la diferencia que e$iste.

    (1u+ encontramos al final de este cap"tulo) Este esquema, donde pone los yoes de distintossujetos. /e trata de saber por que los sujetos comulgan conun mismo ideal. reud nos e$plica que ay identificacin delideal del yo con objetos que son supuestamente el mismo.

    9emos que a tenido el cuidado de vincular estos tresobjetos con un objeto e$terior, que se encuentra detrs detodos ellos. No se trata tan slo de un objeto, sino de algoque est ms all del objeto y se refleja, como dice reud,

    no pura y simplemente en el yo, que sin duda se resiente de alguna forma y puede empobrecerse, sino enalgo que se encuentra en los mismos cimientos del yo, en sus primeras formas, en sus primerase$igencias y, por decirlo todo, el primer velo, algo que se proyecta all" bajo la forma del ideal del yo.

    CLASE 11: EL 'ALO , LA MA!RE INSACIALE

    0e tratado de situarles la frustracin en un peque&o cuadro triple, entre la castracin, punto de

    partida de la e$periencia freudiana, y la privacin, a la que algunos la refieren. #a frustracin, planteemosde entrada, no es la negacin de un objeto de satisfaccin en el sentido puro y simple. 0abitualmente,cuando se abla de frustracin, se usa el t+rmino sin ninguna otra consideracin: tenemos e$perienciasfrustrantes, creemos que dejan uellas. Toda la e$periencia que podemos tener de lo que ocurre en unaeconom"a animal nos lo demuestra. #a frustracin de una necesidad acarrea modificaciones diversas, mso menos soportables para el organismo, pero si ay algo evidente es que no engendra el mantenimientodel deseo propiamente dico. O el individuo sucumbe, o el deseo se modifica, o declina. No se imponeninguna coerencia entre la frustracin y la permanencia del deseo, o su insistencia. #a tr"ada frustracin0agresin0regresin, planteada as", est muy lejos de tener el carcter atrayente de significacininmediatamente comprensible que se le supone.

    En el origen, la frustracin slo es concebible como la negacin de un don, en la medida en que eldon es s"mbolo del amor. No quiere decir que el ni&o aya eco filosof"a del amor. 1uiere decir que deentrada se encuentra sumergido en un ba&o que implica la e$istencia del orden simblico. #a ley de lasrelaciones intersubjetivas gobierna profundamente a aquellos de quienes depende el individuo,implicndole en dico orden, sea o no consciente de ello como individuo.

    #es abl+ del don. El don implica todo el ciclo del intercambio en el que se introduce el sujeto tanprimitivamente como puedan ustedes suponer. El don surge de un ms all de la relacin objetal, puessupone todo el orden del intercambio en el que ya a entrado el ni&o, y 2nicamente puede surgir de estems all con el carcter que lo constituye como propiamente simblico. El don se da o no se da al llamar.0ablo de la llamada porque +ste es el primer plano, el primer tiempo, de la palabra. #a llamada ya e$igeenfrentarse con su opuesto. /i la llamada es fundamental, fundadora en el orden simblico, es en lamedida en que lo reclamado puede ser reusado. El don se manifiesta al llamar. #a llamada se ace o"rcuando el objeto no est. =uando est, el objeto se manifiesta esencialmente slo como signo del don, es

    decir, como nada a t"tulo de objeto de satisfaccin. Toda satisfaccin implicada en la frustracin lo estsobre el fondo del carcter fundamentalmente decepcionante del orden simblico. El ni&o aplasta lo quetiene de decepcionante el juego simblico mediante la incautacin oral del objeto real de satisfaccin, eneste caso el peco. #o que lo adormece de esta satisfaccin es precisamente su decepcin, sufrustracin, el reca%o que puede aber e$perimentado. #a dolorosa dial+ctica del objeto, a la ve%presente y siempre ausente, en la que el ni&o se ejercita, nos lo simboli%a aquel ejercicio genialmentecaptado por reud en estado puro, en su forma aislada.

    7(1u+ ocurre en el momento en que interviene la satisfaccin de la necesidad y sustituye a la

    satisfaccin simblica) *or el propio eco de esta sustitucin, la satisfaccin de la necesidad sufre unatransformacin. El objeto real adquiere entonces el valor de s"mbolo, podr"a decirles que, en

    consecuencia, se a convertido en s"mbolo o casi, pero slo ser"a un puro y simple juego de manos. #oque adquiere carcter y valor simblico, es la actividad, el modo de apreensin, que deja al ni&o enposesin del objeto. /lo esto puede e$plicar la verdadera funcin de un s"ntoma como el de la anore$ia

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    mental. ;a les dije que la anore$ia mental no es un nocomer, sino un no comer nada. 4nsisto: eso significacomer nada. Nada, es precisamente algo que e$iste en el plano simblico. rente a lo que tiene delante,es decir, la madre de quien depende, ace uso de esa ausencia que saborea. racias a esta nada,consigue que ella dependa de +l. =uando se introduce en lo real el vuelco simblico de la actividadsustitutiva, la madre, asta ese momento sujeto de la e$igencia simblica, simplemente el lugar dondepod"a manifestarse la presencia o la ausencia, se convierte en un ser real, lo que plantea un interrogantesobre la irrealidad de la relacin primitiva con la madre. En ella aparecer por primera ve% la dimensin dela omnipotencia.

    En este punto, el ni&o se encuentra frente a la omnipotencia materna. *ara que la omnipotenciareal engendre en el sujeto un estado depresivo, es necesario adems que pueda refle$ionar sobre s"mismo y sobre el contraste de su impotencia. #a e$periencia cl"nica permite situar este punto alrededor deese se$to mes cuando se produce el fenmeno del estadio del espejo. *or una parte, est la e$perienciadel dominio, que dar a la relacin del ni&o con su propio yo Dmoi un elemento de splitting esencial, dedistincin respecto de s" mismo, que quedar siempre a". *or otra parte, est el encuentro con la realidaddel amo. =omo la forma del dominio la obtiene el sujeto bajo la forma de una totalidad alienada de s"mismo, pero estrecamente vinculada con +l y dependiente de +l, ay j2bilo, pero es muy distinto cuando,una ve% recibida ya esta forma, se encuentra con la realidad del amo. =uando entra en juego la estructuraespecular refleja del estadio del espejo, la omnipotencia materna slo se refleja entonces en posicinnetamente depresiva, y entonces ay en el ni&o sentimiento de impotencia. -qu" puede introducirse lo quemencion+ ace un momento cuando les ablaba de la anore$ia mental. *odr"amos ir algo ms deprisa y

    decir que el 2nico poder a disposicin del sujeto contra la omnipotencia, es decir no en el plano de laaccin, introduciendo aqu" la dimensin del negativismo. No obstante, la e$periencia nos muestra que laresistencia a la omnipotencia no se elabora en el plano de la accin bajo la forma del negativismo, sino enel del objeto, que se nos a revelado bajo el signo de la nada. =on este objeto anulado, en cuantosimblico, el ni&o pone trabas a su dependencia, y precisamente alimentndose de nada. -qu" invierte surelacin de dependencia, aci+ndose por este medio, +l, que depende de esa omnipotencia vida deacerle vivir, su amo. -s" es ella quien depende por su deseo, ella quien est a su merced, a merced delas manifestaciones de su caprico, a merced de su omnipotencia, la de +l.

    =omo lo demuestra lo que reud destaca en la manifestacin del ni&o, el grito en cuestin no setoma como se&al. /e trata del grito en la medida en que reclama una respuesta, que llama sobre un fondode respuesta. El grito se produce en un estado de cosas en el cual no slo el lenguaje ya est instituidopara el ni&o, sino que este nada en un medio de lenguaje. El ort06a es aqu" esencial. El grito que

    tenemos en cuenta en la frustracin se inserta en un mundo sincrnico de gritos organi%ado como sistemasimblico. El grito est a" para que se levante acta de +l. No ay ms que ver la necesidad esencial quetiene el ni&o de recibir esos gritos modelados y articulados llamados palabras, as" como su inter+s por elpropio sistema del lenguaje. El don tipo es precisamente el don de la palabra. El t+rmino de regresin esaplicable a lo que ocurre cuando el objeto real, junto con la actividad dirigida a acerse con +l, sustituye ala e$igencia simblica.

    El falo imaginario es el eje de toda una serie de ecos que e$igen postularlo. 0ay que estudiar

    ese laberinto en el que abitualmente el sujeto se pierde y puede acabar siendo devorado. E# ilo parasalir de a" es que a la madre le falta el falo, que precisamente porque le falta, desea, y que slo puedeestar satisfeca en la medida en que algo se lo proporciona. /i la situacin se presenta as" es porque elfalo imaginario desempe&a un papel significante de primer orden. El significante e$iste. Es indudable queel papel del falo como significante es subyacente, porque i%o falta el psicoanlisis para descubrirlo, perono por ello es menos esencial. /i el eco de tener o no el falo imaginario y simboli%ado adquiere laimportancia econmica que tiene en el Edipo, es por ra%ones inscritas en el orden simblico, quetrascienden el desarrollo individual. Esta es la ra%n tanto de la importancia del complejo de castracincomo de la preeminencia de los famosos fantasmas de la madre flica, la cual desde su aparicin en elori%onte anal"tico constituye el problema que ustedes saben. En su funcin imaginaria, en la pretendidae$igencia de la madre flica, (qu+ papel desempe&a el falo) 1uiero mostrarles una ve% ms asta qu+punto es esencial la nocin de falta del objeto leyendo a -braam.

    No ay nada concebible en la fenomenolog"a de las perversiones, quiero decir de forma directa,salvo partiendo de la idea de que se trata del falo. /e trata del falo y de saber cmo capta el ni&o, de

    forma ms o menos consciente, que a su omnipotente madre le falta fundamentalmente algo, y la cuestines por qu+ v"a le dar ese objeto que le falta y que a +l mismo le falta siempre. No lo olvidemos, en efecto,el falo del ni&o no es muco ms valeroso que el de la ni&a. En todo el per"odo preed"pico, cuando se

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    originan las perversiones, se desarrolla un juego en el cual el falo es fundamental como significante,fundamental en ese imaginario de la madre que se trata de alcan%ar, porque el yo del ni&o se apoya en laomnipotencia de la madre. /e trata de ver dnde est y dnde no est. Nunca est verdaderamentedonde est, nunca est del todo ausente de donde no est. En esto debe basarse toda la clasificacin delas perversiones. En el travestismo, el sujeto pone en tela de juicio su falo. E# sujeto se identifica con unamujer, pero una mujer con falo, slo que lo tiene a t"tulo de falo escondido. El falo siempre a de participarde algo que lo vela. #a e$istencia de las ropas materiali%a el objeto. -unque el objeto real est+ presente,se a de poder creer que no est, y a de caber la posibilidad de creer que est precisamente donde no

    est. 'el mismo modo, en la omose$ualidad masculina tambi+n se trata para el sujeto de su propio falo,pero, cosa curiosa, el suyo buscado en otro. Todas las perversiones juegan siempre, de alguna forma, conese objeto significante en la medida en que es un verdadero significante.

    #a etapa crucial se sit2a justo antes del Edipo, entre la relacin primera de la que part" oy y quee fundamentado, la de la frustracin primitiva, y el Edipo. En esta etapa, el ni&o se introduce en ladial+ctica intersubjetiva del se&uelo. *ara satisfacer lo que no puede ser satisfeco, el deseo de la madre,que en su fundamento es insaciable, el ni&o, por la v"a que sea, toma el camino de acerse el mismoobjeto fala%. *recisamente porque el ni&o le muestra a la madre algo que +l no es, se construye toda laprogresin en la que el yo Dmoi adquiere su estabilidad. El sujeto supone en el otro el deseo. #o que setrata de satisfacer es un deseo en segundo grado, y como es un deseo que no puede ser satisfeco, slose le puede enga&ar. Esa madre insaciable, insatisfeca, a cuyo alrededor se construye toda la ascensindel ni&o por el camino del narcisismo, es alguien real, ella esta a", y como todos los seres insaciables,

    busca qu+ devorar. #a imagen proyectada de la situacin oral, la encontramos tambi+n en el plano de lasatisfaccin se$ual imaginaria. 0e aqu" el gran peligro que nos revelan sus fantasmas, ser devorado. #oencontramos en el origen y lo encontramos nuevamente en este rodeo, y proporciona la forma esencialbajo la cual se presenta la fobia.

    CLASE 1&: !EL COM-LEO !E E!I-O

    ('e qu+ se trata al final de la fase preed"pica yen los albores del Edipo) /e trata de que el ni&o asumael falo como significante, y de una forma que aga de +linstrumento del orden simblico de los intercambios,

    rector de la constitucin de los linajes. /e trata en suma de que se enfrente al orden que ace de lafuncin del padre la clave del drama. 0ab"amos dejado al ni&o en la posicin de se&uelo en la que seejercita respecto de la madre.

    ('e que se trata a fin de cuentas en el Edipo) /e trata de que el sujeto se encuentre +l mismocapturado en esa trampa de forma que se comprometa en el orden e$istente, de una dimensin distintaque la trampa psicolgica que fue su v"a de entrada. /i la teor"a anal"tica asigna al Edipo una funcinnormativi%adora, recordemos que no basta con que condu%ca al sujeto a una eleccin objetal, sino queadems la eleccin debe ser eterose$ual. No basta con que el sujeto alcance la eterose$ualidad tras elEdipo, sino que el sujeto a de alcan%arla de forma que se situ+ correctamente con respecto a la funcindel padre. *odr"amos decir que la ni&a a situado el falo en mayor o menor medida en el ms all de lamadre, mediante el descubrimiento progresivo que ace de la profunda insatisfaccin e$perimentada por

    la madre en la relacin madre

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    subordinada. El padre es para ella de entrada objeto de su amor, objeto del sentimiento dirigido alelemento de falta en el objeto, porque a trav+s de esta falta es como se a visto conducida asta eseobjeto que es el padre. Este objeto de amor se convierte luego en dador del objeto de satisfaccin, elobjeto de la relacin natural del alumbramiento. #uego, slo se requiere un poco de paciencia para que elpadre sea sustituido al fin por alguien que desempe&ar e$actamente el mismo papel. Esto implica unelemento que volveremos a tratar ms adelante y que da su estilo particular al desarrollo del superyfemenino. En ella se da una especie de contrapeso entre la renuncia al falo y el predominio de la relacinnarcisista. Jna ve% efectuada esta renuncia, abjura del falo como pertenencia y este se convierte en

    pertenencia de aquel a quien desde entonces se dirige su amor, el padre, de quien ella esperaefectivamente el ijo. Esta espera de lo que en adelante ya no es para ella sino algo que se le debe dar, ladeja en una dependencia muy particular que ace surgir paradjicamente, en un momento dado, como lose&alan diversos autores, fijaciones propiamente narcisistas.

    En el caso del cico, la funcin del Edipo parece muco ms claramente destinada a permitir laidentificacin del sujeto con su propio se$o. *ero no es esta la verdadera meta del Edipo, sino la situacinadecuada del sujeto con respecto a la funcin del padre, es decir, que el mismo accede un d"a a esaposicin tan problemtica y paradjica de ser un padre. Toda la interrogacin freudiana se resume a esto:(5u es ser unpadre+/uponemos, y ay que partir de esta suposicin, que en alguna parte ay alguienque puede sostener plenamente la posicin del padre, alguien que puede responder?;o soy padre.

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    /i seguimos a reud al pie de la letra, las preguntas que se plantea Muanito se refieren no slo a supropio &acepip", sino a los de los seres vivos, en particular los que son ms grandes que +l. Muanitoobserva claramente que, si su madre tiene ese acepip", como en efecto ella afirma no sin algunaimprudencia, en su opinin eso se tendr"a que ver. ; en efecto, una noce, poco tiempo despu+s de esteinterrogatorio, la esp"a mientras se desnuda y le dice que si lo tuviera, abr"a de ser tan grande como elde un caballo. En la perspectiva falicista imaginaria en la que dejamos al sujeto la 2ltima ve%, se trata enefecto de un esfuer%o deperecuacin entre una especie de objeto absoluto, el falo, y su puesta a pruebapor lo real.

    (1ue revela este primer abordaje por parte de 0ans de la relacin ed"pica) #o que se desarrollaen el acto de comparacin no nos ace salir del plano imaginario. El juego prosigue en el plano delse&uelo. El ni&o se limita a a&adir a esta dimensin el modelo materno, una imagen mayor, pero que siguesiendo omog+nea en lo esencial. #a introduccin de la imagen materna bajo la forma ideal del yo, nos

    deja en la dial+ctica imaginaria, especular, de la relacin del sujeto con el otro con min2scula. /u sancinno nos saca de ese o bien o bien, o el o yo, que sigue vinculado con la primera dial+ctica simblica, la dela presencia o de la ausencia. (1u+ resulta de ello) En efecto, la agresividad en cuestin es del tipo delas que entran en juego en la relacin especular, cuyo mecanismo fundamental es siempre o yo o el otro.*or otra parte, la fijacin a la madre, convertida en objeto real tras las primeras frustraciones, sigue igual./i el complejo de Edipo rebosa de todas sus consecuencias neuroti%antes, que encontramos en milaspectos de la realidad anal"tica, es en ra%n de esta etapa, o ms e$actamente, la vivencia central deeste complejo en el plano imaginario. *or el v"nculo permanente del sujeto con aquel primitivo objeto realque es la madre como frustrante, todo objeto femenino ser para +l tan slo un objeto desvalori%ado, unsustituto, una forma quebrada, refractada, siempre parcial, con respecto al objeto materno primero.

    En suma, nos enfrentamos aqu" a la necesidad de acer surgir algo originaly nuevo, y que tenga su solucin propia en la relacin ed"pica. El otro d"aab"amos llegado al punto en el cual el ni&o ofrece a la madre el objeto imaginariodel falo, para satisfacerla completamente, y a modo de se&uelo. -ora bien, ele$ibicionismo del ni&o frente a la madre slo puede tener sentido si acemosintervenir junto a la madre al Otro con may2scula, de alguna forma el testimonio, elque ve el conjunto de la situacin. *ara que e$ista el Edipo, es en ese Otro dondedebe producirse la presencia de un t+rmino que asta entonces no ab"a

    intervenido, a saber, alguien que, siempre y en cualquier circunstancia, est en posicin de jugar y ganar.Eso de lo que les abl+ el 2ltimo d"a carcter"stico de la madre simblica, asta aora solamente llamaday vuelta a llamar, da paso aora a la nocin de que en el Otro con may2scula ay alguien capa% deresponder en cualquier circunstancia, y su respuesta es que en todo caso el falo, el verdadero, el penereal, es +l quien lo tiene.

    0asta aora, el objeto estaba y no estaba a la ve%. /i la castracin juega este papel esencial paratoda la continuacin del desarrollo, es porque es necesaria para la asuncin del falo materno como objeto

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    5adre

    alo P Otro

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    simblico. En otros t+rminos, la asuncin del propio signo de la posicin viril, de la eterose$ualidadmasculina, implica como punto de partida la castracin.

    (En qu+ se convierte el sujeto en este drama en el que se encuentra) Tal como nos lo describe la

    dial+ctica freudiana, es un peque&o criminal. *ero slo puede entrar en este orden de la ley si a tenidofrente a +l a un partner real, alguien que en el Otro aya aportado efectivamente algo que no seasimplemente llamada y vuelta a llamar alguien que le responde. -ora bien, si las cosas pueden

    e$presarse as" en el plano del drama imaginario, esta e$periencia debe darse en el nivel del juegoimaginario.46nde est el padre+ 3asta con leer Ttem y tab' simplemente con los ojos abiertos, para

    advertir que si no es loque yo les digo, o sea un mito, es absolutamente absurdo. Ttem y tab' sirve paradecirnosque, para que subsista alg2n padre, el verdadero padre, el 2nico padre, el padre 2nico, a deaber estado antes de la istoria y a de ser el padre muerto. 5s a2n, a de ser el padre asesinado. #omataron slo para demostrar que era imposible matarlo.Este padre m"ticonos ense&a a que apuntaba enverdad con la nocin del padre. /e trata de algo que no interviene en ning2n momento de la dial+ctica,salvo por mediacin del padre real, el cualen un momento cualquiera vendr a desempe&ar su papel y sufuncin, permitiendo vivificar la relacin imaginaria y dndole su nueva dimensin. /ale del puro juegoespecular paradar su encarnacin a aquella frase que antes calificamos de impronunciable, t' eres el ueeres. El fin del complejo de Edipo es correlativo de la instauracin de la ley como reprimida en el

    inconsciente, pero permanente. #a ley noes simplemente, en efecto, aquello en lo que est incluida eimplicada la comunidad de losombres. /e basa tambi+n en lo real, bajo la forma de ese n2cleo quequeda tras el complejo de Edipo, n2cleo llamado supery ybajo esta forma real se inscribe lo que astaaora los filsofos nos ab"an mostrado con ms o menos ambig>edad como la conciencia moral. Estesupery tirnico, profundamente paradjico y contingente, representa por s" solo, incluso en los noneurticos, el significante que marca, imprime, estampa en el ombre el sello de su relacin con elsignificante. 0ay en el ombre un significante que se&ala su relacin con el significante, y eso se llamasupery. /i sabemos distinguir el orden de la ley de las armon"as imaginarias, incluso de la propiaposicin de la relacin amorosa, y si es cierto que la castracin es la crisis esencial por la que todo sujetose introduce, se abilita para, por as" decirlo, edipi%arse de pleno dereco, concluiremos que esperfectamente natural plantear, al menos en el l"mite, la frmula seg2n la cual toda mujer que no est+permitida est proibida por la ley. Es decir, que aqu" ay algo que contiene un l"mite, una profunda

    duplicidad, una ambig>edad siempre dispuesta a renacer.Esto nos permite afirmar, de acuerdo con la e$periencia, que si el ideal de la conjuncin conyugal

    es monogmico en la mujer por las ra%ones antes mencionadas, o sea que quiere el falo para ella sola, noa de sorprendernos que el esquema de partida de la relacin del ni&o con la madre tienda siempre areproducirse por parte del ombre. ;a en la relacin imaginaria primitiva, en la que el ni&o se introducedesde entonces y en adelante en aquel ms all de su madre, el sujeto ve, palpa, e$perimenta, que el serumano es un ser privado y un ser desamparado.

    CLASE 1*: !EL COM-LEO !E CASRACI#NEn cuanto a la castracin, reud nunca lleg a articular

    plenamente su sentido preciso, la incidencia ps"quica precisa deeste temor, o esta amena%a, o esta instancia, o ese momentodramtico. *odemos decir que la castracin es el signo del dramadel Edipo, adems de su eje. No es posible articular nada sobre laincidencia de la castracin sin aislar la nocin de privacin como loque e llamado un agujero real. /e trata especialmente del ecode que la mujer no tiene pene, esta privada de +l. #a castracin,

    que tratamos de definir, toma como base la apreensin en lo real de la ausencia de pene en la mujer. Enla mayor parte de los casos este es el punto crucial, es, en la e$periencia del sujeto maco, la base en laque se apoya, con singular eficacia y de forma angustiante, la nocin de la privacin. En la ense&an%a delos te$tos de reud, la e$periencia de la castracin gira alrededor de la referencia a lo real.

    #a propia nocin de privacin, tan sensible y visible en una e$periencia como esta, implica la

    simboli%acin del objeto en lo real. ;a que en lo real, nada est privado de nada. Todo lo que es real sebasta a s" mismo. *or definicin, lo real es pleno. /i introducimos en lo real la nocin de privacin, esporque ya lo emos simboli%ado suficientemente, incluso plenamente. El objeto en cuestin en este caso

    I

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    0asta aqu", el ni&o se encuentra en el para"so del se&uelo. (@esulta satisfactorio para +l) *ero encuanto interviene su pulsin, su pene real, el ni&o cae en su propia trampa, confrontado con la inmensaiancia que ay entre cumplir con una imagen y tener algo real que ofrecer. #o que entonces juega elpapel decisivo, es que eso que +l puede ofrecer se le antoja como algo miserable. El complejo decastracin traslada al plano puramente imaginario todo lo que est en juego en relacin con el falo. #aintervencin del padre introduce aqu" el orden simblico con sus defensas, el reino de la ley, o sea que elasunto ya no est en manos del ni&o y, al mismo tiempo, se resuelve en otra parte. #a castracin afecta alfalo imaginario pero de alg2n modo fuera de la pareja real, y eso tiene su ra%n de ser. (- qu+ se

    enfrenta Muanito) Est metido en el punto de encuentro entre la pulsin real y el juego imaginario delse&uelo, y esto en relacin con su madre. #a regresin se produce cuando ya no alcan%a a dar lo que ayque dar, y su insuficiencia le produce el ms profundo desasosiego. Todo caballo objeto de la fobia es sinduda tambi+n un caballo que muerde. El tema de la devoracin siempre puede encontrarse por alg2n ladoen la estructura de la fobia. /i ay algo cierto, es que los objetos de la fobia, que son en particularanimales, se distinguen de entrada para el observador ms superficial por este rasgo, el de ser objetospertenecientes en su esencia al orden simblico.

    8/i la fobia termina en una cura satisfactoria como pocas, es porque intervino el padre real, que tan

    poco ab"a intervenido asta entonces, y por otra parte pudo intervenir 2nicamente porque detrs estabael padre simblico, que es reud. Jna cosa es indudable, y es que la curacin llega cuando se e$presa

    con mayor claridad, en forma de una istoria articulada, la castracin propiamente dica. *odemosconcluir que la solucin de la fobia est vinculada con la constelacin de esta tr"ada: org"a imaginaria,intervencin del padre real, castracin simblica.

    CLASE 14: EL SI+NI'ICANE EN LO REAL

    'ejamos a Muanito precisamente en el momento en que iba a abordar este paso llamado elcomplejo de castracin. @esulta que al principio este ni&o presenta, y sin duda es algo dirigido a suspadres, una problemtica del falo imaginario, que est por todas partes y en ninguna parte. El ni&o sedesarrolla con la mayor franque%a, con la mayor claridad, con la mayor felicidad. *ero despu+s de estosbonitos antecedentes, ocurre, para sorpresa de todos, lo que podemos llamar la fobia. - partir dedeterminado momento, el ni&o da muestras de un gran espanto ante un objeto privilegiado que resulta serel caballo, cuya presencia ya ab"a sido anunciada en el te$to metafricamente cuando el ni&o le dice a sumadre: *i tienes un &acepip", debe ser muy grande, como un caballo. ('nde est el inconsciente)('nde est la represin) -l parecer, no la ay. El interroga a su padre y a su madre con la mayor libertadacerca de la presencia o la ausencia del acepip", les dice que a ido al %oo, donde a visto a un lendotado de un gran acepip". El carcter esencialmente simblico del acepip" se manifiesta cuando va ae$ibirse en la oscuridad: lo muestra, pero como objeto oculto. /e sirve de +l igualmente como de unelemento intermedio en sus relaciones con los objetos de su inter+s, es dec"r, las ni&as a quienes solicitaayuda y les deja mirar. /e destaca la ayuda aportada en este sentido por su padre o su madre en lo quese refiere a sacrselo. *ara acerse una idea de la armon"a reinante antes de la fobia, observen comoMuanito manifiesta en el plano imaginario las actitudes ms formalmente t"picas que puedan esperarse de

    lo que en nuestro burdo lenguaje llamamos la agresin viril.(1ue se produce entonces) El ni&o sue&a que esta con 5ariedl, una de sus amiguitas, a quien vedurante el verano en una estacin de -ustria, en munden, y entonces cuenta su sue&o. #uego, cuandoel padre le cuenta el sue&o a la madre en su presenc"a y dice que Muanito a so&ado que estaba con lani&a, +l le ace una rectificacin preciosa?%o solamente con-ariedl, completamente slo con -ariedl.Es decir que se puede estar con ella totalmente solo, sin tener, como ocurre con la madre, a esa intrusa./in lugar a dudas, a Muanito le cuesta seis meses acostumbrarse a la presencia de la ermanita. /i bien laintrusin real del otro ni&o en la relacin del ni&o con la madre es en verdad adecuada para precipitardeterminado momento cr"tico, determinada angustia decisiva, no obstante, si no dudo en resaltar estecompletamente slocon, es porque parto de que, sea cual sea la situacin real, el ni&o nunca est slocon la madre. El ni&o no interviene sino como sustituto, como compensacin, en suma, en una referencia,sea cual sea, a lo que le falta esencialmente a la mujer. *or eso no est nunca completamente solo con la

    madre. #a madre se sit2a, y as" va conoci+ndola poco a poco el ni&o, como marcada por esa faltafundamental que ella misma trata de colmar, y con respecto a la cual el ni&o le aporta tan slo unasatisfaccin que podemos llamar sustitutiva. #a situacin entre la madre y el ni&o supone qu