Semanario: María Herrera, nacimiento y ocaso de una lideresa

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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN VANGUARDIA | LUNES 23 DE ABRIL DE 2012 | NO. 319 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM MARÍA HERRERA NACIMIENTO Y OCASO DE UNA LIDERESA

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No hay registros de ella en la historia oficial de la política coahuilense, pero con su voz ronca trazó las calles de la ciudad; susurró el destino del Estado a gobernadores; impuso su voluntad sobre funcionarios de todos los niveles, movilzó masas; 'gobernó' al pueblo a su manera.

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P E R I O D I S M O D E I N V E S T I G A C I Ó N

VANGUARDIA | LUNES 23 DE ABRIL DE 2012 | NO. 319 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM

P E R I O D I S M O D E I N V E S T I G A C I Ó N

MARÍA HERRERA NACIMIENTO Y OCASO DE UNA LIDERESA

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Tomando a Saltillo como base y punto de referen-cia de las campañas pre-sidenciales, los datos son desiguales y desconcer-tantes. Mientras que la fo-tografía de Peña Nieto se encuentra en todas partes, desde las casetas telefó-nicas hasta los autobuses de transporte urbano, pa-reciera que Vázquez Mota y López Obrador no están compitiendo en la carrera por Los Pinos. O que no les interesa Saltillo. ¿Cómo cree Reyes Hurtado que su partido conseguirá los 600 mil votos con que sueña en Coahuila? Ni po-niendo a sus 13 mil militan-tes y simpatizantes a ha-cer trabajo de campo día y noche en lo que resta de la campaña… No sabemos si el candidato priísta haya excedido desde la primera semana sus gatos de cam-

paña, como ha acusado López Obrador. Lo que sí es cierto es que tiene los suficientes militantes para que peguen su fotogra-fía hasta en la última calle suburbana. PAN y PRD, en cambio, no tienen la militancia ni la estructura territorial necesaria para impulsar a sus candidatos presidenciales, ni a sus as-pirantes al Senado o a la Cámara de Diputados. Así pues, el ciudadano común identifica a López Obrador desde 2006, pero está co-nociendo apenas la ima-gen de Josefina. Por tal razón, es probable que el tabasqueño arroje al ter-cer sitio a la candidata ofi-cial. Prodigios de la suerte y de la geografía: hasta Gabriel Quadri tiene en los maestros de Coahuila un aparato más numero-so y eficaz que el de los

dos partidos considerados mayoritarios en México (y que naufraga cada uno de ellos a 20 o 30 puntos por debajo del candidato pun-tero). Sea como fuere, pa-rece que AMLO y JVM se fían del todo a sus spots televisivos, a su presencia en la cobertura de los no-ticieros y a los resultados de los debates de mayo y de junio. Como dijera Peña Nieto, nadie sabe en qué están empleando las jugo-sísimas prerrogativas eco-nómicas que brinda el IFE a sus partidos. Sus visitas a las capitales provinciales en giras relámpago, son tan breves y tan deletéreas como sus personalidades audiovisuales. Al menos, López Obrador les lleva una ventaja de seis años a los tres candidatos en el territorio nacional. Ojalá le sirva de algo…

|| Diccionario de autores

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra

de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél,

y luego verás quién sale:

LA LICUADORA

LA FAUNAEN UN DOS POR TRES Por Alfredo García

Ilustración: Diego Hernández

John Hillerman Alfredo DávilaEl Chavo del Ocho Homero Ramos Gloria

Dialéctica: Es la disciplina de las disciplinas: enseña a enseñar, enseña a aprender y en ella la razón misma manifi esta lo que es, lo que quiere y lo que ve (Rabano Mauro).

SI YO FUERA PRESIDENTE¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Felipe Calderón?

Mario García, Empleado en la secretaría de Finanzas

1. Si fuera yo presidente haría caso al pueblo y mejoraría la seguridad. Ya todos

preferimos escondernos en las casa que salir a la calle. Hay que buscar policías de calidad y bien pagados para eso.

2.También mejoraría la educación, principalmente en primarias y secundarias para que se formen

de manera integral, y que no pierdan el tiempo en ocio y delincuencia.

3.A mi me gustaría impulsar más el turismo, porque se le da promoción, pero no la

necesaria. ¿Cuántas cosas naturales tenemos y no salimos de uno o dos lugares clásicos? Hay que reinventar.

4.Creo que en el país en general hay un descontento con el transporte público, yo buscaría

que den buen servicio en unidades dignas y fijaría los precios para que no afectaran el bolsillo.

5.Fomentaría los programas

deportivos juveniles no sólo para que sean de ayuda a la salud, sino al bienestar y felicidad de la gente. Que tengan actividades al aire libre y sin miedo.

bienestar y felicidad

tengan actividades al aire libre y sin miedo.

En campaña

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Grandes nihilistas. El filósofo Proclo (412-485), quien enfrentó el cristianismo ascen-dente en su época incorporándose a las tradiciones paganas, se dedicaba de tiempo completo a sus discípulos, a la composición de sus libros y a sus meditaciones, trabajan-do “hasta la desmesura”, según acotan sus contemporáneos. Como director de la cen-tenaria Academia que había fundado Pla-tón, daba cinco cursos cada día, y a veces algunas conferencias suplementarias, dán-dose tiempo todavía para escribir 700 líneas cotidianas. Entre muchas obras suyas, que felizmente se han conservado, se encuentra un tratado en el que expone la naturaleza de los dioses al modo geométrico, valiéndose de todo un aparato de axiomas, demostra-ciones y corolarios, exactamente como lo haría Baruch de Spinoza, casi doce siglos después. Fue asesor de distintos gobernan-tes de Atenas, lo que le costó una temporada de exilio. Practicó hasta la vejez el ayuno y la abstinencia, así como purificaciones bajo la forma de baños de mar. A lo largo de su vida tuvo un sinnúmero de sueños premonitorios, apariciones, prodigios y hasta obró curacio-nes más o menos milagrosas. Agotado por el trabajo, sus últimos cinco años fueron de consunción, y vivió inútilmente. ¡Aunque us-ted no lo crea!

Enigmas. El estoico Crisipo comparó la conformidad del hombre con el destino a la forma del cilindro que contribuye a hacerlo rodar sobre un plano inclinado.

Raíz del hombre. “Resulta que yo soy uno, hecho de muchos. Si alguien lee, en efecto, mis libros, verá salir muchos hombres de la misma raíz: Miguel Psellos (1018-1096), filó-

sofo y erudito bizantino –lo más parecido que ha tenido Europa a un mandarín-: esta frase pudieron firmarla tanto Alfonso Reyes como Octavio Paz, éste último como epígra-fe de su obra en prosa, más aún que como título de su primer libro de poemas.

Libros que me gustaría leer. w “Los oráculos caldeos” de Juliano el Teúrgo.w “Sobre la naturaleza humana” de Nemesio de Émesa, que se anticipó al famoso tratado de David Hume sobre el mismo tema.w “Historia de los asesinos” del arabista austria-co Hammer-Pugstall, obra en la que se acusa a la secta persa de los ismailíes de crímenes que se habían atribuido hasta entonces, mediados del siglo 19, a la masonería y a los jesuitas. w “Diez dudas acerca de la providencia” de Proclo, así sea sólo por el número: ¿por qué no son siete, o bien 31416?

Famosas (pen)últimas palabras. “Esfuérzate por hacer subir el dios que está en ti hacia lo divino que está en todo”: Plotino agonizante (205-270), a su discípulo Eustaquio, que lo acompañó en sus últimos momentos, ya que además fungía como su médico particular.

Diccionario portátil. Según Epicuro, filósofo que dio nombre a toda una doctrina, la ISO-CRONÍA es el perfecto equilibrio y la ajustada relación de todas las partes o los elementos del todo en el infinito. Según Cicerón, quien también definiera la palabra, “de ella resulta la consecuencia de que si bien es grande la multitud de mortales, no menor es la de los inmortales, y si los elementos de destrucción son innumerables, también los de conserva-ción deben ser infinitos”. (Diccionario de Fi-losofía de Niccola Abbagnano).

Respuestas: 1) a; 2) c; 3) d;, 4) b; 5) c; 6) d; 7) a; 8) b.

1.- Cuenta un mito náhuatl que, embriagado, Quetzalcóatl cometió incesto con su hermana …

■ A) Quetzalpetlatl; ■ B) Quetzaliztli, ■ C) Quetzálpantl; ■ D) Quetzaltecólotl.

2.- El niño y los sortilegios es una ópera de …

■ A) Richard Strauss; ■ B) Manuel de Falla; ■ C) Maurice Ravel; ■ D) Claude Debussy.

3.- Náyade es un satélite de …

■ A) Urano: ■ B) Júpiter; ■ C) Saturno; ■ D) Neptuno .

4.- Cada uno de los Hecatónquiros estaba dotado, según la mitología griega, de … brazos.

■ A) 50; ■ B) 100; ■ C) 4; ■ D) 20.

5.- … fue el último vicepresidente de México.

■ A) Abraham González, ■ B) Anastasio Bustamante; ■ C) José María Pino Suárez; ■ D) Ramón Corral.

6.- … era el dios mazdeísta del mal y la destrucción.

■ A) Ormuz; ■ B) Behemot; ■ C) Aminadab; ■ D) Ahrimán.

7.- Sus scrofa es el nombre científico del …

■ A) jabalí; ■ B) armadillo; ■ C) erizo; ■ D) jabalí.

8.- Cajeme es un municipio de …

■ A) Nuevo León; ■ B) Sonora, ■ C) Guanajuato; ■ D) Sinaloa.

|||| Por Alfredo García

|| Los menesteres del ocio

SUPERMÉNDEZ El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí

|||| Por Miguel Agustín Perales

|| Claro que ud. lo sabe

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Por Esteban Cárdenas

Quizá un documental sobre danza contemporá-nea no suene tan atractivo

para el público en general, pero esta película de Wim Wenders, que se estrena en México más de un año después de su estreno eu-ropeo, resulta tan conmovedora y emotiva como un buen drama, y trasciende cualquier cliché pre-tencioso.

Una película de Wim Wenders sobre la coreógrafa y bailarina alemana Pina Bausch pronto se convirtió en una película de Wen-ders para Pina Bausch: Pina es un tributo del gran cineasta a su amiga, quien falleció dos días an-tes de que este comenzara a gra-bar, cambiando radicalmente los planes de la producción.

Wenders retrata cuatro piezas grupales de Bausch, interpreta-

das por los integrantes de su aca-demia, la Tanztheater Wuppertal: The Rites of Spring, Café Múller, Kontakthof y Vollmond.

¿Es baile, es teatro, o es la vida? Pregunta el avance de la cinta. Bausch es considerada una de las más grandes influen-cias sobre el baile moderno, y con sus técnicas de tanztheater (bai-le teatral), pasó su vida entera dedicada a borrar las líneas que dividen estos conceptos, logran-do transmitir emociones increí-bles con el simple movimiento del cuerpo humano.

Alrededor de estas piezas, in-tercala entrevistas y coreografías creadas por sus más cercanos estudiantes y colaboradores,

quienes convierten el proceso de luto en una celebración del traba-jo y la vida de la artista.

Wenders captura cada movi-miento con un cariño notable por su autora. El trabajo de cámara es bellísimo y el 3D es enriquece-dor. Y el director no utiliza la tec-nología como capricho, sino que la aprovecha para transportarnos al teatro.

La cinta es un ejercicio medi-tativo y abstracto que obedece más las reglas del baile que las del cine. La cámara gira y obser-va, los bailarines se contorsionan, flotan, van y vienen, mientras no-sotros observamos boquiabiertos. Aunque “no se trata de nada”, los bailes son tan humanos y tan po-

derosos que terminamos identi-ficándonos y conectándonos con ellos de manera sorprendente.

Aunque es difícil de explicar lo que se ve en pantalla, algo si les aseguro: si como a mi el baile contemporáneo le parece preten-sioso, probablemente va a salir del cine inspirado, con envidia de quienes lo practican.

Para quienes les interese el baile contemporáneo, es indis-pensable ver esta película, y para quienes no, deberían conside-rarlo seriamente. Yo no bailo en bodas y mucho menos pretendo saber nada de baile, pero no es necesario para disfrutar de Pina. Esta es una película universal que podría entender cualquiera.

VIDEÓDROMO

Wim Wenders2011

PINASE MERECE TODAS LAS ESTRELLAS, NO SE LA PIERDA

Mercury RevDeserter´s Songs1998

Robert JohnsonThe Complete Recordings1990

Suena a…

SpiritualizedSweet Heart Sweet Light2012

Velvet UndergroundLoaded1970

RADARPor Esteban Cá[email protected]

Jason Pierce es de esos mú-sicos que casi nadie conoce pero a quienes en cierta for-ma todos hemos escuchado. Junto con su ex compañero Peter Kember en los ochentas fundó Spacemen 3, una agru-pación de “neo sicodelia” con un distintivo sonido de donde se desprende un árbol genea-lógico de bandas underground que abarcan desde My Bloody Valentine hasta Black Rebel Motorcycle Club.

Tras el rompimiento de Spa-cemen 3, fundó Spiritualized, y desde principios de los noventa ha sido su único integrante per-manente, y su principal fuerza

creativa. La paleta de sonido de Spiri-

tualized no varía mucho – blues, gospel, rock and roll, guitarras distorsionadas, coros y orques-tas enormes, todo fi ltrado a través de una nube de sicodelia que se ha vuelto el sello distin-tivo de la banda. Sweet Heart Sweet Light existe dentro del mismo universo sonoro.

Jason Pierce Pasó dos años grabándolo y el resultado es es-pectacular. Aunque no alcanza los niveles extáticos de su obra maestra Ladies And Gentlemen We are Floating in Space (1997), este es el mejor disco que hace desde entonces.

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8 VANGUARDIA Lunes 23 de abril de 2012

No hay registros de ella en la historia oficial de la política coahuilense, pero con su voz ronca trazó las calles de la ciudad; susurró el destino del Estado a gobernadores; impuso su voluntad sobre funcionarios de todos los niveles, movilzó masas; 'gobernó' al pueblo a su manera.Hizo lo que quiso, así lo confiesa a sus 75 años. Suplicó, exigió, alzó la voz, amenazó, gozó... Hoy su vida transcurre en mandar sobre sus 33 nietos y 28 bisnietos. Hoy sus días se le van en repasar retratos, regar las plantas, alimentar a sus pájaros y claro, hablar sobre política. Aquí la historia, con claros y oscuros, de una lideresa.

- memorias de una ‘gobernadora’ -

por: Jesús peÑA / Fotos: FeDerICo JorDÁN

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A sus 75 años, y con una artritis reumatoide que apenas y le permite ca-minar, doña María He-rrera no sabe lo que es el miedo.

Tal vez porque para casarse a los 13 años, parir 25 hijos, “uno por año” - aclara - , fundar 180 co-lonias, llenar 20 camiones de gente en una hora para llevarla de “acarreada” a un mítin político, cavar zanjas y pe-gar tubos para el drenaje, defender el territorio a palos y piedras o mentarle la madre a un funcionario público, se necesita algo más que valor.

“Nunca tuve miedo, ni tengo, a nada, ni a mo-rirme, porque nací pa morirme y ni a eso le tengo miedo”, suelta una tarde en la sala de su casa, cua-tro paredes clavadas de adornos y recuerdos.

Lo “cabrona”, lo “calzonuda”, dicen de ella quie-nes la han tratado o la conocen de siempre, le vino a María desde muy chica, allá, cuando a los seis años se iba con su madre, quien también había en-gendrado 25 criaturas, a las casas ricas para ayu-darle a lavar y planchar ajeno.

La infancia de doña María Herrera, como la de sus hermanos, fue efímera y así la cuenta:

Su padre, un hombre recio, aficionado al ciclis-mo y al box, era el dueño de una bolería situada por el rumbo del centro y, al mismo tiempo, ven-dedor de periódicos, pero ni así alcanzaba el di-nero para mantener a una familia de 25 hijos y los hermanos mayores de María tuvieron que echarse a las calles para ir a trabajar como carpinteros, no bien cumplidos los 12 años.

“Yo me crié descalza, yo me casé descalza, con qué me compraba, si apenas nos daban de comer y… tanta familia. En una sentada nos acabábamos una canasta de tortillas de cinco kilos, un jarro de

frijoles diario nos comíamos, sopita, papas, era todo nuestro alimento, la carne la veía una vez al mes”.

Entonces la niñez de María Herrera transcurría sin aspavientos en el barrio del Ojo de Agua, lavan-do y planchando ajeno, hasta que a los 11 años, y sin tener miedo, migró a la Sultana donde trabajó cuidando la casa de los señores Chávez, propieta-rios de los Transportes Monterrey - Saltillo.

Un año después regresó y volvió a hacer su vida de antes, lavar y planchar en casas de afortunados como los López o los Talamás.

Por esa época y cuando ella tenía 13 años, em-pezó a rondarla un muchacho del barrio al que sólo ella conocía de vista, porque vivía cerca de su casa y de la iglesia que hasta hoy comparte su nombre con el barrio y el Cristo.

“Los padres de uno antes eran muy delicados, no querían que uno de mujer anduviera pa nada… Yo nomás de la puerta de mi casa iba al molino, ahí lo veía de pasada cuando iba a trabajar…”.

Cruzaron palabra una mañana en que María se dirigía a pie, porque entonces no había camiones, acompañada de unas vecinas, al panteón de San Esteban.

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“Él nos seguía y nos seguía…y cuan-do salimos del panteón me habló a mí y luego ya le dije yo a una compañera ‘te hablan Luz’, dijo ‘no, a ti’, le dije ‘no, a mí no’, me volvió a hablar y le dije ‘¿qué se le ofrece?, dígame’, dice ‘quiero ha-blar con usted’, ‘¿conmigo?, dígame’.

“Ya íbamos caminando hasta el Ojo de Agua, él iba atrás, atrás y nosotras adelante. Eso de que párate y que pla-ticas, nada de eso. Ya subimos la de General Cepeda hasta mi casa, ahí me dejaron y él se cortó, porque vivía de este lado de la iglesia”, relata la mujer.

Es la hora de la comida y su casa de la colonia El Mirador “una de las tantas que tiene”, dicen sus malquerientes, huele a caldo de res y a ruido de televisor.

Otro día que María subía por las es-caleras de la iglesia, camino a su casa volvió a toparse con aquel hombre que, supo después, se llamaba Roberto Mo-rales y tenía 23 años, 10 más que ella.

“Ahí en las escaleras del Ojo de Agua me dijo ‘a que no te vas conmi-go’, le dije ‘no, al rato’, cuando subi-mos me dice ‘a que no te vas’”,

A María le afloró lo “cabrona”:“Le dije ‘sí, vámonos’ y me fui. Fue

nomás de pasada, nos vimos y me dijo ‘¿te vas conmigo?’, ‘sí’ y me fui. Yo no lo conocía a fondo y nunca me paseé con él, no me dejaban salir a la puerta, se asomaba uno y luego, luego la metían”.

Al rato se armó la bronca en casa de los padres de Roberto, el raptor.

“Ya llegamos a su casa, entró él y le dijo a su papá ‘ya me traje a aque-lla’, y le dice el señor ¿qué quieres, a poco yo la voy a recibir así, a poco yo voy a salir con esa cara?, yo no te dije que así…’, el papá no quería que me robara, quería que me pidiera,

“Nos quedamos en su casa, yo ya me quería ir, y me salí pero él se fue conmigo, me senté en el portal de la iglesia y él fue a avisar que ya me ha-bía ido con él. Le dicen mis papás ‘eres solo o qué’ y dice ‘no, tengo mis pa-dres’, yo lo estaba viendo desde allá”.

María regresó con sus padres y fue depositada en casa de una tía suya que vivía en una vecindad por la calle de Múzquiz, hasta que pasados algu-nos meses se celebró la boda civil y más tarde la religiosa.

“Dijo mi papá ‘le voy a dar 15 días pa que lo piense’, iba a verme de vez en cuando, mi tía no me dejaba salir ni nada… A los 15 días llegó mi papá y me dijo ‘¿quihubo?, ¿qué pensó?, ¿se casa, sí… o no?, ya le di 15 días pa pensarlo’.

María no tuvo miedo:“’Sí, - le dije - sí me caso’. Tuvieron

que ponerme edad, tuvieron que po-nerme 18 años, porque no permitían de esa edad (13 años) casarlo a uno, y me casé .

- ¿A usted le gustaba él?- Ya después me acostumbré, por-

que él era muy bueno conmigo, basta y sobra que me dejó andar en la política…

Roberto llevó a María a vivir a un cuarto de renta, primero en el Ojo Agua y luego a la calle de Morelos, le compró platos, cucharas, cacerolas y lo que hizo

falta y “ahí hice mi vida con él”, narra.Tiempo después vinieron los hijos

y con ellos otra vez la vida de pobre-za y privaciones para Roberto y Ma-ría Herrera, quien a la postre, y para ayudar a su marido con los gastos de la casa, tuvo la ocurrencia de irse a Múzquiz, Coahuila, con una comadre suya y ponerse a vender ropa de se-gunda, y otras mercancías que traía del “otro lado”, a los trabajadores de las minas y sus familias.

“Vendía pan, tomate, chile, ropa, le revolvía de todo. Llegaba a mi casa, surtía el mandado y les daba a mis hijos zapatos, vestido, lo que les hiciera falta”.

En Múzquiz, María había visto cómo los trabajadores de las minas vivían en tejabanes o a la intempe-rie y se decía ‘estas gentes cómo no agarran un lote’”.

En la colonia donde ella habitaba con Roberto y sus hijos pequeños la realidad no era del todo distinta, no había agua ni luz.

“Nada, nos aluzábamos con lám-para, con velas, en la noche dejaba uno la veladora prendida…”.

EL COMIENZO

Años después la familia se fue a vivir a El Mirador, una colonia ubicada al poniente de Saltillo en un lugar cono-cido como el Cerro del Pueblo. Para entonces María y Roberto habían procreado ya 10 hijos.

En aquella época, El Mirador había sido pensada como un conjunto habita-cional exclusivo de doctores, a los que un “coyote”. de nombre Pancho Hernán-dez, les vendió lotes sin servicio alguno.

“Los doctores se empezaron a ir, no les gustó la colonia porque no había agua, los engañó don Pancho, metió la tubería, pero no el agua”.

Los pocos vecinos que quedaron en el sector formaron entonces un comité de obras, del que propusieron como presidenta a María Herrera, sin que al principio ella aceptara la oferta.

“Les dije ‘no puedo decirles sí o no, necesito primero contar con mi espo-so, si mi esposo me deja, si no…. no’. Me dieron una semana, yo le dije a él ‘cómo ves, me nombran presidente del comi-té’, dice ‘¿y luego, por qué no le entras?’, le dije ‘no, primero tengo que contar contigo, porque para esto tiene una que desobligarse de ustedes, de la casa’”.

A la semana siguiente María He-rrera tomaba posesión de su cargo y lo primero que hizo fue traer el agua potable de la Alameda a todas las ca-lles y casas de la colonia El Mirador.

“Yo gestionaba, agarraba calle por calle y les decía ‘vamos a tener agua, pero les va a costar tanto, lo vamos a hacer por cooperación’. Aquí nunca el municipio, ni nadie, puso un peso pa meter el agua ni la luz, en todas las colonias que he hecho la gente ha cooperado para meter los servicios.

“De ahí para acá anduve levantan-

Era una persona que se vestía sencillamente, traía huaraches… Cuando la vi después, más de cerca, ya no vi a la María Herrera que yo conocía, estaba al lado derecho de Rogelio Montemayor y ya traía bastantes joyas y andaba mejor vestida".

PURA HERNÁNDEZ ZAMARRÓN,

LIDERESA PRIÍSTA

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Toda la tubería de la de Hidalgo yo la traje desde México, fui a gestionarla y la traje. La tubería de 180 colonias yo la traje, ahí vengo trepada en los camiones con los

choferes y con la tubería… Por eso estoy como estoy ahorita, enferma, me entró la enfermedad esa de los huesos por tanta llovedera, fríos, humedades”.

MARÍA HERRERA

12 VANGUARDIA Lunes 23 de abril de 2012

Tas pendejo, ¿que no sabes quién soy yo?, soy María Herrera’, nomás les decía que era

María Herrera y ‘ay discúlpeme’, nomás faltaba que le aventaran alfombra”.

ROSALVA M., LIDERESA.

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do Saltillo, consiguiendo tubería, haciendo zanjas… Iba al municipio y les decía ‘ya hice el presupues-to, traigo tanto pa la tubería, con cuánto me van a ayudar, vean los papeles, el plano’, ‘cuánto le falta’, me preguntaban, ‘tanto’, me lo daban, pero yo ya había recogido de la comunidad, ya había hecho cuentas, iba y pagaba la tubería, la traía y a pe-gar tubos y hacer las zanjas, los colonos las hacían, ellos escarbaban, tengo fotos, álbums completos, ‘¿quieren agua?, tenemos que jalar’ y jalábamos”.

- ¿Cómo surgió en usted ese liderazgo?- De ver la necesidá de la gente, de ver cómo

vivían… Me dicen ‘usté no es líder hechiza, es líder que nació’, pos sí, porque nací en la pobreza, cómo no voy a ser líder que nació.

LA CONQUISTA Vino entonces uno de los episodios más polémicos en la vida de María Herrera: el de la invasión y venta de lotes urbanos para la gente que carecía de tie-rra y casas donde vivir.

“En Saltillo había gente muy humilde, así es que pri-mero yo trataba los terrenos con los dueños, el dueño me proporcionaba el precio, yo le regateaba ‘no, así no podemos pagar, y si le compro le pago mensualmente’.

“Ya como quiera me tenían confianza y me los fia-ban, yo loteaba, vendía los terrenos y el primer abo-no que le daba eran todos los enganches que pedía, ‘tenga’ y me hacía de documentos. Yo le apretaba a la gente ‘¡ándeles!, el abono, lo que junten’”.

A la vuelta de la vida de María Herrera había con-seguido fundar un imperio de 180 colonias, incluyen-do la Zaragoza, en la cual existe una calle que lleva su nombre, y hacerse de una gran masa de seguidores que participaban en los diferentes movimientos socia-les y políticos promovidos por el PRI y María Herrera.

“Yo me iba hasta México y traía la tubería, la poste-ría, la iba a pedir, iba cuando estaba Mariano Carrión en Obras Públicas, allá en México. Le decía, ‘necesito tantos metros de tubería pal agua, no tenemos, ¿qué hacemos?’ y me los daban y me daban los postes.

“Toda la tubería de la de Hidalgo yo la traje des-de México, fui a gestionarla y la traje. La tubería de 180 colonias yo la traje, ahí vengo trepada en los camiones con los choferes y con la tubería… Por eso estoy como estoy ahorita, enferma, me entró la enfermedad esa de los huesos por tanta llovedera, fríos, humedades”.

En ese trance María, al igual que su madre, había dado a luz 25 hijos, de los cuales 11 le sobrevivieron y el resto habían fallecido a los meses del parto, víctimas de pulmonía o tos ferina.

“Esos tuve, fue la voluntá de Dios, tuve que te-nerlos…”, relata.

La vida ajetreada de María Herrera había transita-do entre sus obligaciones como esposa, madre, ama de casa y sus ires y venires a la presidencia municipal para gestionar beneficios en favor de sus colonos.

“Iba a gestionar, a ver qué pasaba con el agua, iba a pedir pipas de agua…, veía las necesidades del pueblo tan caído y me daba desesperación”.

María de los Ángeles Morales, la mayor de sus hijas, pega una pieza en este rompecabezas que es la vida de María Herrera:

“No se le dificultaba nada, inclusive si iba un señor en una moto por la calle le decía ‘ey, oye ¡párate!, dame un raite, llévame a la Presidencia’, se trepaba en la moto y se iba. Traía las pipas del agua, se trepaba con el chofer de la pipa y se venía a entregar casa por casa el agua. ‘Ay mamá qué vergüenza’, le decíamos y ella ‘a mí me interesa poco, yo necesito llegar a presidencia y traerle a la gente lo que necesita’”.

Era la María Herrera de buen corazón, la hospi-

talaria, la que visitaba y conseguía medicamentos para los enfermos, la que daba de comer a los an-cianos, la que trajo a vivir a la colonia Zaragoza a casi 175 familias afectadas por el temblor de 1985, la abuela cariñosa de 33 nietos y 28 bisnietos.

“Es tremenda, con los niños cariñosa, pero tie-ne su manera, es media groserilla y todo, pero los niños la quieren mucho… ‘cabrones entiendan’, les dice”, la que habla es Zaira Morales, la nieta que todas las mañanas viene a casa de doña María para dejarle un kilo de tortillas.

Era la María que todos los días se levantaba a las 4:00 de la mañana, echaba cuatro kilos de tortillas de nixtamal y uno de harina, preparaba el almuerzo de su esposo, que a la sazón trabajaba en una fá-brica textil, y de sus hijas, que ya iban a la escuela; ponía a coser una olla de frijoles y guisaba una ca-zuela de papas con chile, migas y a veces chorizo.

“Nos invitaba a almorzar, decía ‘ándeles, no quie-ro que les vayan gruñendo las tripas’. Ella cocinaba y echaba tortillas de maíz y decía ‘no, las viejas de ahora son muy güevonas, yo creo que no saben hacer ni un chile’”, recuerda Nohemí Pérez, una de las lideresas que por muchos años hizo equipo con el clan Herrera.

EN LA SOMBRA DEL PODER

Fuera de sus quehaceres domésticos y su gusto por las plantas y los pájaros, la fama de lideresa se había extendido por todo Saltillo y sus alrededores y su poder político dentro del PRI, partido al que había pertenecido desde los 20 años, y el Gobier-no, no tenían comparación.

“Como decimos acá en el norte, muy cabrona cuando era cabrona, era calzonuda María Herrera, era la María Herrera que se metía a pelear con los funcio-narios y que era aguerrida, la que, cuando la sacaban de casillas, no tenía empacho en mentarles la madre”, dice de ella Virgilio Maltos Long, líder del P.T..

María se había convertido, por su carácter com-bativo, en una de las líderes más temidas y respe-tadas de todo el estado, al grado de influir en las decisiones de gobernadores y alcaldes sobre la planeación urbana del municipio.

“Don Eulalio venía a la colonia y se subía al cerro, me hablaba ‘vente vamos allá pa arriba, ándale’ y ái voy pal cerro, desde ahí veíamos todo Saltillo, qué se debía hacer ‘cómo ves, cómo quedaría esto’, me decía. Venían los funcionarios y ‘doña María cómo le hacemos aquí’ y ‘doña María cómo le hacemos acá´ y tenía que decirles, porque yo conocía todo Saltillo… , relata la lideresa.

- ¿Cómo llegaba a las dependencias?- Yo era muy habladora, soy muy habladora, yo

pa hablar, no sé hablar como la gente, yo así me crié habladora de por siempre, llegaba y les pedía la audiencia ‘a mí me va a recibir y dígame si puede o no puede, a mí no me mande con sus achichinques’.

- ¿Es cierto que pendejeaba a los alcaldes?- Cuando me enojaba y que no hacían las cosas

bien, pero fue raro al que yo lo regañara o le dijera ‘¡pendejo!, estás mal’, a todos de repente les decía ‘hombre andas mal, no te apendejes’, y nomás me respondían ‘no doña María, está bien’.

A doña Juanita C. una vecina de la colonia Naza-rio Ortiz Garza, le tocó vivir una de estas escenas, una mañana en que ella y un grupo de colonos del sector antagónico a María Herrera, acudió a la ofi-cina del entonces alcalde Mario Eulalio Gutiérrez, para solicitar obra.

“María no quería que Mario Eulalio nos recibiera, le decía ‘no las recibas, pendejo’, y él le decía ‘no pero, es que mire señora, espérese’, y le dice ‘que no las recibas cabrón ¿no entiendes?’, le dice Mario ‘no es que mire que’ y le respondía María, ‘no, no tú te

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calmas, porque te saco tus trapitos al sol cabrón’. Y lo callaba”... Otras veces la bajaban cargada de las escaleras de presidencia, los funcionarios le decían ‘ya María’ y ella ‘eres un pendejo, por qué me callas’”.

Rosalva M. la dirigente de una colonia popular al norte de la ciudad, sabe bien de eso.

“Llegaba a una dependencia, no la atendían es-taba ahí sentada, se paraba y les tocaba la puerta, ‘no ahorita, es que está ocupado’ y les aventaba la puerta ‘qué güey, ¿no me vas a dejar pasar cabrón?, hasta a qué horas me vas a tener ahí sentada’, ‘no señora espérese’, ‘no, qué chingados, órale pásenle’, se metía y nos metíamos todos atrás de ella.

“’Tas pendejo, ¿que no sabes quién soy yo?, soy María Herrera’, nomás les decía que era María He-rrera y ‘ay discúlpeme’, nomás faltaba que le aven-taran alfombra”.

El también controvertido líder de extinto Partido Cardenista, Francisco Navarro Montenegro, da una pincelada más al cuadro de quien hoy es conside-rada la lideresa saltillense por antonomasia.

“Era muy dada al insulto, decía que todos está-bamos pegados a la misma ubre, siempre que me encontraba me decía ‘¡eh cabrón… si estás pegado a la misma ubre que yo!’, muy burda para hablar…”.

Su capacidad para movilizar gente a favor del PRI en actos de proselitismo y durante las jornadas electorales, habían hecho de esta mujer el principal activo para el partido de las mayorías.

Así lo confirma un periodista saltillense de la vie-ja guardia que no desea ser identificado:

“En tiempos de Flores Tapia, de ‘El Diablo’ de-cían los priistas ‘necesitamos gente, mándale 10 camiones a María Herrera para que se traiga a toda

la bola de viejas apestosas’”.Y hasta hay quienes aseguran que en menos de

una hora María Herrera llegó a llenar 20 camiones de gente, “nomás llegaba y ‘vámonos’, todas la se-guían, tenía ese poder”, narra el periodista.

Su influencia era tal que María Herrera consiguió imponer y formar cuadros candidatos para la alcal-día de Saltillo y la gubernatura del Estado.

Ella misma recuerda el caso del ex alcalde Carlos de la Peña Ramos:

“Yo saqué a muchos candidatos, a Carlos de la Peña yo lo saqué cuando estaba José de las Fuen-tes de gobernador, lo tenía a él en Obras Públicas y le dije ‘me va a prestar a Carlos de la Peña pa pre-sidente municipal’, ‘no’, dice, ‘me lo va a prestar, me lo voy a llevar’. Anduve sacando copias de una foto de él para poderlo promocionar y ahí lo llevo a la campaña, ‘vente’, ¡y así de gente!, yo tengo mucha gente. Cuando él llegaba yo le decía ‘tienes que ha-cer esto’, a Carlos de la Peña yo lo saqué, estaba en Obras Públicas, no sabía ni de política, y no sabe.

- ¿No sabe?- No sabe de política, no saben llevar una política

como debe de ser. Una buena política es que sien-tas lo que el vecino siente, lo que está pasando, la necesidá… Ahora ya nadie siente, dicen ‘de que se muera mi abuela a morirme yo, mejor mi abuela’.

Ningún candidato, de ningún partido, faltaba a la casa de doña María Herrera en época electoral para pedirle consejo, saludarla, ponerse a sus ór-denes o, simplemente, presentarle sus parabienes.

Reuniones en las que tampoco faltaba el almuer-zo de frijoles de jarro, huevos con salsa y café de olla con canela, que María Herrera acostumbraba

compartir además con sus lideresas y periodistas.“Un día estábamos afuera de su casa, esperan-

do a que saliera Raúl Sifuentes, se asoma la seño-ra y nos dice ‘¿qué chingaos están haciendo ahí?, pásenle almorzar’, y nos dio chilaquiles”, refiere el reportero de un periódico local.

Los domingos en la mañana, la calle de Doctores en la colonia El Mirador se hallaba atiborrada de gente que acudía a la casa de María Herrera para pedirle de favor que sacara de la cárcel a algún fa-miliar detenido por la policía la noche del sábado.

“Y los domingos siempre había menudo y barba-coa para el que llegara, te veía y ‘qué se te ofrece, qué quieres, pásale cabrón, pásale, ándale vente a tragar’”, apunta un vecino de este sector.

Para entonces, María Herrera había conocido de cerca a políticos de la talla de López Portillo, Miguel de la Madrid, Luis Donaldo Colosio y a Salinas de Gortari.

“Yo conocía a López Portillo, él a veces llegaba con don Óscar Flores y yo le ayudaba a doña Cha-bela en la casa, les hacía de comer.

“Estuve con Colosio dos meses en México cuan-do él fue el presidente del partido, pa orientarlo, pa decirle cómo estaba Coahuila”.

LA DINASTÍA HERRERAMaría, junto con sus hijas Catalina y María de los Ángeles Morales, quienes la habían secundado en su labor social y política, gozaban entonces de lo que algunas lideresas se ufanaban en llamar las de-licias del poder.

A propósito una dirigente de la colonia Asturias,

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y disidente del clan Herrera, cuenta una anécdota:“Yo miré que muchas andábamos como limos-

neritas en las dependencias y un día, estando en el Edifico Coahuila, vi que algunas compañeras traían muchos juguetes, dulces, piñatas y cobijas y luego le digo yo a una de ellas oye, por qué traen uste-des muchas cosas, dónde las consiguieron , dice en el PRI, ¿por qué? , le digo ´pos mira yo nomás

lo que traigo , y dice tú con quién andas , le digo ´pos con María Herrera´ y me dice ´pos salte de con María Herrera, porque nunca vas a hacer nada, nadie, mejor date a conocer en el PRI y vas a recibir más cosas que andando con ella´ y le hice caso, porque no te dejaban liderar, nomás ellas querían ser, las Herrera nomás.

¨Ellas eran las que andaban adelante y nosotros atrás. No querían que nadie se les saliera del huacal, se enojaban y te cerraban las puertas, Había com-pañeras con las que se llegaron a pelear, a golpear-las, porque se quisieron salir o porque se salieron y empezaron a liderar por su lado… Hubo compa-ñeras a las que les pusieron piedrotas en el camino para que no avanzaran en las obras de sus colonias .

La mayoría de las colonias de la ciudad se halla-ban bajo el control de las Herrera y por ningún moti-vo permitían rebeliones de su gente o la intromisión de facciones políticas opuestas en sus territorios.

A Francisco Javier Fuentes, líder priista de la Universidad Pueblo, y otras 18 colonias de Saltillo, le tocó vivir una batalla campal ocurrida en un ba-rrio priista del sur de la ciudad y en el que el PRD había intentado entrar.

¨María se aventó a los trancazos, una señora la descuenta a la malagueña y María cae en una zanja

y una de sus gentes más leales, de sus colonos, por-que los perredistas se fueron con todo a tratar de agredir a María cuando la vieron tumbada, se abre de pies y manos y la cubre y María adentro de la zanja. La gente de María Herrera siempre era mucho mejor pa los trancazos que cualquier otro grupo .

Juanita C., la vecina de la Nazario, evoca un za-farrancho protagonizado por María Herrera en este sector del norte de Saltillo, un día en que el Frente Cardenista se metió a la colonia para formar comités.

¨Les fue como en feria. María trajo cadenas, tra-jo grúas, tapó las calles, agredió físicamente con piedras y hasta con pistolas, para que no entraran los cardenistas, aquí no debía de entrar nadie, más que ella, tenía mucho poder, traía a los pandilleros a enfrentar a la gente y todos aquí le tenían miedo .

Varias leyendas negras circularon en torno a la fi-gura de esta lideresa, que nació en Saltillo en 1937, sobre supuestos fraudes electorales en los que, con ayuda de gente del PRI, embarazaba urnas y falsifica-ba actas electorales; venta de casas y terrenos hasta por tres veces y enriquecimiento a base de los recur-sos que le entregaba el partido por atraerle votos.

Guadalupe Olguín Romero, la lideresa a la que el gobierno de Humberto Moreira pagó 25 millones de pesos por los terrenos de la colonia Omega, relata un desencuentro con María Herrera y sus hijas cierta ocasión que acudió a Desarrollo Social para realizar gestiones a favor de la Nazario, uno de los sectores que, asegura Olguín, abandonó el clan Herrera.

“Yo iba saliendo y me dice ‘aquí andas, ratera…”, y claro, yo le contesté, es la escuela de usted .. y fue el ejemplo que usted puso... , y se me vinieron to-das…Las otras señoras que iban conmigo corrieron

de miedo, como era María Herrera. Ellas me tumba-ron, eran como cuatro, María y sus hijas Mariquilla, Cata y Laura, creo… pero pues yo también tengo lo mío, también me defendí de ellas y les sentencié, les dije que estaban políticamente muertas .

EL OCASOPasaron los años y con el nuevo siglo vino también el ocaso de un reinado que había permanecido más de 50 años.

La artritis reumatoide de María y la aparente rup-tura con el PRI, luego de un escándalo suscitado en 2003 en el que se acusaba a la lideresa y a sus hijas de haber comprado votos para el PRI en su pro-pia casa, además de la supuesta alianza que pac-taron las Herrera con el entonces precandidato a la gubernatura de Coahuila en 2006, Raúl Sifuentes Guerrero, terminó por sepultar un imperio que aún en estos días se resiste a morir.

¿Rompieron con Moreira? , pregunta el repor-tero a María Morales, la hija mayor de la lideresa, ¨no ni con el partido, mi madre siempre ha sido priista de hueso clorado , responde.

Empero ya no era la María Herrera de antes, fu-ribunda, aguerrida, mitotera, impulsiva, tempera-mental y justiciera, que había conocido el Saltillo de los años setentas y ochentas.

¨Ni las gracias me han venido a dar, tengo la lealtad y la buena fe de las gentes humildes de colonias, que ellas sí me reconocen, los demás nadie, porque anduve llevan-do hasta a los presidentes, a los gobernadores, a todos y ni quién venga a decir, doña María está enferma…’.

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Yo iba saliendo y me dice ‘aquí andas ratera…”,

y claro, yo le contesté, 'es la escuela de usted .. y fue el ejemplo que usted puso...'"

GUADALUPE OLGUÍN ROMERO, LIDERESA

Un día estábamos afuera de su casa,

esperando a que saliera Raúl Sifuentes, se asoma la señora y nos dice ‘¿qué chingaos están haciendo ahí?, pásenle almorzar’, y nos dio chilaquiles”,

REPORTERO DE UN PERIÓDICO LOCAL.

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