Semana 55 el terapeuta como lugar (febrero 13, 2014)

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Semana 55 Psicotidianidades Febrero 13, 2014

Juan José Ricárdez López [email protected] Psicólogo clínico 044951-1009730

La psicología comprende un espacio práctico que obliga al profesional a estar prevenido (con un

arsenal teórico) que le facilite la comprensión de lo que acontece. El material surgido en sus

tratamientos, puede ó no coincidir con la teoría que él tiene; pero para hacer esta evaluación el

profesional debe tener eso, una teoría. Si el profesional, por otro lado, no tiene una teoría previa

bien definida, los sucesos le tomarán desprevenido, impidiéndole entonces obtener información

útil, o entender lo que sucede.

Una analista argentina dijo en una conferencia: “el psicoanalista no es una persona, es un lugar”, y

más allá del sentido filosófico de esta sentencia, me interesa compartir sus alcances a través de

anécdotas que, además, supongo han de haberle sucedido a varios colegas.

Si el psicoanalista es un lugar, entonces es asexuado, no tiene postura política ni religiosa, y lo que

de su historia se sabe se remite a las suposiciones de quien le habita (porque quien habita, en este

caso el paciente, ha llegado cuando ya este lugar está construido); y estas suposiciones, sin duda,

deben ser empleadas para comprender, y explicar, las estructuras que las originan. Poco a poco,

con este trabajo de comprensión-explicación, el paciente va adquiriendo la idea de que,

efectivamente, ése que le escucha no tiene deseos de juzgarle, dirigirlo, ni cambiarlo; más bien

representará un espacio psíquico (entre tantos otros), en el que él podrá ser. Al inicio de un

tratamiento, hace algunos años, un paciente de 40 años me decía previamente a hablarme de una

infidelidad cometida: “bueno, usted como hombre podrá entenderme”. Una paciente de 28 años

con resistencias fuertes, a inicios de su segundo año de tratamiento iluminó el camino a seguir

cuando me dijo: “usted nunca va a poder entender lo que le digo porque no es mujer”.

El consultorio psicológico es un escenario en el que una persona se descubre a sí misma a través

de la interacción con otro. Ese otro, sin embargo, y en un primer momento, no es del todo visible

para el paciente, y de esto puede desprenderse que el objetivo sea que el paciente, después de

algún tiempo, sea capaz de diferenciar lo que el otro realmente es, y lo que él imaginaba que era.

Finalmente, y no con poco trabajo, el paciente se dará cuenta de no hay nadie ahí, nunca lo hubo;

y que eso fue, precisamente, lo que hizo tan duro el proceso. Sabrá pues, para decirlo de otro

modo, que en el tratamiento siempre estuvo solo con sus fantasías, y que cuando logró

entenderlas descubrió a alguien que nunca estuvo ahí, que siempre fue simplemente el terreno en

que él disputaba consigo mismo; que el terapeuta no era alguien, era un lugar.