Selección de relatos cortos

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Literatic Selección de relatos cortos Versión para escuchar y leer

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Literatic: relatos cortos para escuchar y leer

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Literatic

Selección de relatos cortos

Versión para escuchar y leer

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Literatic

presenta

Selección de

relatos cortos

Materiales:

- Cuadernillo para leer - CD para escuchar

Página 4

Sobre el relato ultracorto o hiperbreve

Lo más desconcertante de este tipo de relatos está en su pro-

pia denominación: relato corto, hipercorto, ultracorto, hiperbreve o ultra-

breve. Parece un juego de palabras.

Lo mejor de este tipo de relatos es que nos reconcilia con la

literatura. Y puede reconciliarnos con la literatura porque leyéndolos

casi nos sentimos capaces de escribir uno, (¿a quién no se le ha ocurri-

do alguna vez una historia tan ingeniosa que no podría constituir por sí

misma un relato?). Siempre recuerdo el relato que un amigo me contó

una vez: un hombre lee los ingredientes de una lata de foie-gras. Entre

los ingredientes encuentra... ¡su propio nombre! Mi amigo confesaba

que era incapaz de seguir el relato, aunque a mí me gustaba así, tal

cual.

Aprovecharemos este cuadernillo sobre relatos cortos para de-

dicar unas líneas de homenaje a Augusto Monterroso. Augusto Monte-

rroso, hondureño de nacimiento y guatemalteco de sentimiento, ha pa-

sado a la Historia de la Literatura (así, las dos con mayúsculas), entre

otras cosas, por ser el autor del relato más breve del mundo. Este es el

relato.

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

Y aunque fue el relato que le hizo más famoso, Monterroso

confesaba que nunca le hizo gracia que lo recordaran solo por ese tex-

to. Monterroso, en el otro mundo, quizá ya se ha reconciliado con el

dinosaurio.

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Ana Palacios

Reflexión de-mente

El paciente del nosocomio se acercó a su compañero de cuar-

to y le habló con sigilo.

— Anoche vi al doctor Berrino bailando desnudo en el jardín bajo la lluvia.

— Fue una alucinación.

— No lo creo, bailaba y cantaba solo entre los rosales. Incluso

usaba el estetoscopio de micrófono. — Fue una alucinación, no lo dudes.

— Pero... ¿por qué estás tan seguro?

— Porque sólo los locos se permiten semejantes placeres.

— ¿Y si el doctor estuviera loco? El compañero lo miró, sonrió y le susurró al oído.

— Ningún loco es tan estúpido como para no invitar a sus

amigos a semejante fiesta.

Voces primera versión:

Francisco Santiago, Víctor Díaz y Raúl Bolaños.

Voces segunda versión:

María del Carmen Carrera, José Carlos Herrera, Daniel Morales y Antonio Jiménez.

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Anónimo

Música para una vaca

Un día, el célebre músico Kung Ming-yi tocó música clásica

ante una vaca. El animal continuó pastando, inmutable. "No es

que la vaca no oiga mi música: es que no le interesa", se dijo

Kung Ming-yi para sus adentros. Se puso entonces a imitar con su chin el zumbido de las moscas y el mugido de los terneros. Al ins-

tante la vaca levantó las orejas y, balanceando la cola, se acercó al

músico para escuchar hasta el final su melodía, que esta vez tenía

significado para ella.

Voces:

Alba Sánchez y Lorena Martín.

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Jacob y Wilhelm Grimm:

Un campesino llega al cielo

Resulta que un pobre y piadoso campesino se murió y

llegó a las puertas del cielo. Coincidió con un hombre que había sido en vida muy rico y que también quería entrar en el Paraí-

so. Se acercó san Pedro con las llaves y dejó pasar al rico. Por lo vis-

to, no se fijó en el pobre campesinillo y le cerró tranquilamente

las puertas de la Gloria. El campesino oyó en ese momento con qué regocijo recibían al rico, con cuánta música, con cuántas can-

ciones. Se reanudó por fin el silencio, se acercó de nuevo san Pe-

dro a la entrada del Cielo, abrió las puertas e hizo pasar al campe-

sino. El campesinillo creía que también iba a sonar para él la mú-sica, que cantarían, que lo celebrarían animadamente. Pero no.

Fue recibido con mucho cariño, por supuesto, le rodearon los

ángeles custodios, una corte arcangélica, etcétera, etcétera, pero

allí nadie cantó. El campesino le preguntó a san Pedro a ver por qué no se le recibía como al rico, que parecía que en el Cielo tra-

taban con la misma parcialidad que en la tierra, a unos mejor que

a otros. Y por eso san Pedro respondió:

— No, qué va. A ti te queremos como a los demás. Goza-rás plenamente de la felicidad de Dios, igual que ese señor tan

rico. Lo mismo. Pero date cuenta de que campesinitos pobres

como tú vienen Aquí a diario. Y en cambio, un señor como ese,

tan rico, a lo mejor sólo llega cada cien años, más o menos.

Voces:

María del Carmen Carrera, Adoración Ruiz y Natalia Ruiz.

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Jaume Palau i Banús:

Un hombre de principios

En una ciudad, un cementerio. En el cementerio, una tum-

ba. En la tumba, una lápida y, en ella, la siguiente inscripción: «Aquí

yace un hombre de principios». Más abajo, entre paréntesis, añadía:

«(Jamás concluyó nada)».

Voces:

Loli Villodres y Myriam Cuenca.

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Jesús Alonso

Siempre hay una excusa para salir a beber

Me compré una barra de bar porque quería dejar de salir a

beber por ahí. Nada más montarla, me puse a un lado de la barra

y pedí una cerveza. Fui al otro lado y pregunté: «¿Con alcohol o sin

alcohol?». Me cambié otra vez de sitio y contesté: «Con alcohol, ¡imbécil!». «¡Imbécil será usted!», me respondí. «A mí nadie me

trata así», contesté, «me voy a otro bar.» Al salir di un portazo. Y

allí quedó el otro con su mierda de negocio.

Voces:

María del Carmen Carrera y Lorena Martín.

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Ah’med Ech Chiruani :

Los ojos culpables

Cuentan que un hombre compró a una muchacha por cua-

tro mil denarios. Un día la miró y se echó a llorar. La muchacha le

preguntó por qué lloraba; él respondió:

—Tienes tan bellos los ojos, que me olvido de adorar a Dios. Cuando quedó sola, la muchacha se arrancó los ojos. Al verla

en ese estado el hombre se afligió y le dijo:

—¿Por qué te has maltratado así? Has disminuido tu valor. Ella respondió:

—No quiero que haya nada en mí que te aparte de adorar a

Dios.

A la noche, el hombre oyó en sueños una voz que le decía: "La muchacha disminuyó su valor para ti, pero lo aumentó para

nosotros y te la hemos tomado". Al despertar, encontró cuatro mil

denarios bajo la almohada. La muchacha estaba muerta.

Voces:

Lorena Martín, David Criado, Daniel Rey y Rocío Moreno.

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Luis Mateo Díez:

El pozo

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco

años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años des-

pués, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que

nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una

pequeña botella con un papel en su interior. Este es un mundo

como otro cualquiera, decía el mensaje.

Voces:

Marta Arjona y Saray Benítez.

Pedro de Miguel

Soledad

Le fui a quitar el hilo rojo que tenía sobre el hombro, como

una culebrita. Sonrió y puso la mano para recogerlo de la mía.

Muchas gracias, me dijo, muy amable, de dónde es usted. Y co-

menzamos una conversación entretenida, llena de vericuetos y anécdotas exóticas, porque los dos habíamos viajado y sufrido mu-

cho. Me despedí al rato, prometiendo saludarle la próxima vez que

le viera, y si se terciaba tomarnos un café mientras continuábamos

charlando. No sé qué me movió a volver la cabeza, tan sólo unos pasos

más allá. Se estaba colocando de nuevo, cuidadosamente, el hilo ro-

jo sobre el hombro, sin duda para intentar capturar otra víctima

que llenara durante unos minutos el amplio pozo de su soledad.

Voces:

María del Carmen Carrera, Priscila María García y Laura Luque.

Vladimir Peniakoff

Private Army

Parker no había muerto al día siguiente, septiembre 16, pe-ro estaba muy dolorido. Ya no lo calmaba la morfina; no podía co-

mer ni beber. Nos costó acomodarlo en la parte de atrás del ca-

mión. La bala, que lo atravesó de un lado a otro, le había destroza-

do el estómago. Afortunadamente el camino era bastante liso, de modo que el ajetreo del camión no era intolerable.

Había una luz muy clara y un sol radiante. Estábamos ahora

en el desierto, no sin alguna mata o arbusto, pero demasiado lejos del agua, para el hombre y su ganado. Bajo un arbusto vi una enor-

me hiena, dando vueltas y vueltas, como un perro antes de echar-

se a dormir; una hora después vi una pareja de orix. Las pesadas

bestias, grandes como novillos, de pelaje blanco como la nieve y grandes cuernos curvos, pastaban en las matas de olor dulzón. De-

tuvimos el camión para mirarlos, porque ninguno de nosotros había-

mos visto nunca animales así, ni volvimos a verlos. Lo ayudamos a

Parker a incorporarse, para que él los viera también. Nos pareció im-

portante que los viera antes de morir.

Voces:

Myriam Cuenca, María del Carmen Arias y Loli Villodres.

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Estos materiales de lectura son una propuesta para la ac-ción: la acción de leer. La lectura es una actividad intensa, que vuelve a dar vida al texto que recrea el lector en su mente y en su corazón. Aquí no encontrarás preguntas , ni cuestionarios, ni in-vestigaciones que deben ser cumplimentadas para completar la lectura. Nada más lectura, y nada menos. Re-crear un texto nos permite leer desde perspectivas muy diversas. Una de ellas es la que nos presenta el autor, pero no es la única. El lector también interactúa con el texto y aporta a la lec-tura su experiencia, sus emociones, su forma personal de ser y entender, sus sentimientos, su vida. Esto nos abre nuevos caminos a la hora de enfrentarnos con el texto que vamos a leer. Se puede, y se debe, leer de mu-chas maneras y con distintas finalidades, y de entre todas noso-tros elegimos la más divertida, la más viva. Apostamos por las más lúdicas y emotivas, aquellas que acerquen de modo más vivo la palabra escrita al lector, verdadero protagonista de estos textos. Hagamos una lectura creativa donde el texto se lea y se relea, se reviva de formas diferentes, porque diferentes son los lectores y las circunstancias de cada lectura, y de cada momento de nuestra vida. Recreemos espacios nuevos (¿leer en el mismo sitio y rodea-do de los mismos objetos?), aportemos nuestras propias emocio-nes (¿es un drama o una broma?) y, sobre todo, disfrutemos al leer. Los miembros de este proyecto de innovación pedagógica queremos dar las gracias a todos los profesores que pusieron voz a los textos de nuestro “Club de los lectores vivos”, embrión de esta publicación. El cariño y la emoción que entonces nos regala-ron, anima ahora nuestro trabajo. Y sobre todo, queremos dar las gracias a los cientos de alumnos que a lo largo de estos años han participado en estas lecturas, su ilusión y su capacidad para mara-villarse es ahora la nuestra. Así mismo, los miembros de este proyecto de innovación pedagógica no queremos dar las gracias a SGAE, CEDRO y de-más organizaciones filantrópicas defensoras de las artes y de las letras, sin cuya alargada sombra nuestro trabajo hubiera sido más fácil.

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Literatic

“Selección de relatos cortos”

Literatic es un proyecto para

elaborar materiales de lectura para la ESO, presentados de una forma atractiva y

motivadora, que se desarrolla en el IES “Torre del Prado” en la experiencia “El club de los lectores vivos”.

El objetivo del proyecto es realizar la adaptación de textos clásicos al lenguaje actual teniendo

en cuenta las capacidades e intereses de los alumnos a los que se dirigen y

utilizando las herramientas que nos ofrecen

las TIC.