Seis sombreros para pensar

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Pensar, aunque no lo detallemos muy a menudo es un proceso que requiere de disciplina, lógica y razonamiento. Es un proceso que requiere de actitudes, aptitudes, gestos, posiciones y hasta fantasías de ser un pensador, el tomar posición de pensador y creerlo psicológicamente te llevara a ser uno. El ponerse determinado sombrero también es un proceso difícil, ya que al momento de tomar una decisión debemos pensar, y debemos identificar plenamente ante la situación que sombrero ponernos, que acciones llevar a cabo que sean acordes al sombrero y como ejercer estas. Para ser un pensador, no solo basta tomar las posiciones corporales o hasta vestirse como tal, aunque sea algo que estimule el pensamiento, sin embargo es necesario también tener la intención y desempeñarla, ya que si hay intenciones y movimientos finalmente tu cuerpo terminara por reaccionar desempeñando actividades propias de un pensador.

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Pensar, aunque no lo detallemos muy a menudo es un proceso que requiere

de disciplina, lógica y razonamiento.

Es un proceso que requiere de actitudes,

aptitudes, gestos, posiciones y hasta fantasías

de ser un pensador, el tomar posición de

pensador y creerlo psicológicamente te llevara a

ser uno.

El ponerse determinado sombrero también es

un proceso difícil, ya que al momento de tomar

una decisión debemos pensar, y debemos identificar plenamente ante la

situación que sombrero ponernos, que acciones llevar a cabo que sean

acordes al sombrero y como ejercer estas.

Para ser un pensador, no solo basta tomar las posiciones corporales o hasta

vestirse como tal, aunque sea algo que estimule el pensamiento, sin embargo

es necesario también tener la intención y desempeñarla, ya que si hay

intenciones y movimientos finalmente tu cuerpo terminara por reaccionar

desempeñando actividades propias de un pensador.

Otro aspecto a considerar es que un

pensador no necesariamente siempre

tiene la razón o cree que la tiene,

puede ser un pobre pensador, ya que no

mira más allá de sus anhelos.

Si representamos el papel de un pensador, como si fuésemos actores, evitando

la intervención de nuestro ego, es muy posible que sea una manera de

empezar a actuar como tales.

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Somos seres humanos sentimentales, lo que indica que ante cada situación

vivida dejamos ver lo que sentimos, es algo como un instinto natural, pero a

veces afecta nuestra manera de pensar, lo que nos lleva a analizar y tomar

posesión de nuestros sentimientos, ser capaces de controlarlos y canalizarlos,

para que estos no influyan en ponernos el sombrero equivocado ante alguna

situación.

Para ser un buen pensador es necesario seguir las pautas anteriores, sin

embrago hay algo importante que tomar en cuenta, y es saber la función que

cumple cada uno de los sombreros, debemos conocerlos adecuadamente, para

que su función mas las recomendaciones anteriores dadas cumplan una

función y se pueda ser un “buen pensador”.

Somos seres humanos con pensamientos, creencias y costumbres, donde lo

más importante es actuar acorde a cómo actúan todos a nuestro alrededor, tal

situación nos envuelve en una monotonía que nos convierte en seres humanos

semejantes a otros, en otros términos replicas inanimadas moldeadas por la

sociedad.

Para ser un pensador y marcar la diferencia se nos hace necesario romper los

límites, querer cambiar el mundo, revolucionar nuestro pensamiento y no

realizar acciones y tomar decisiones tan mecánicamente.

Una armonía total, pleno conocimiento de los seis sombreros y un ser humano

ansioso por revolucionar su entorno pensamientos y acciones, son la mezcla

ideal para un “BUEN PENSADOR”.