Segunda parte. El mundo como voluntad y representación

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    LIBRO SEGUNDO: EL MUNDO COMO VOLUNTADPrimera consideración: la o!e"i#ación de la #ol$n"ad Sabemos que tanto objeto como representación son uno y la misma cosa, dado que

    todo objeto supone siempre un sujeto por lo que sigue siendo representación; como

    también hemos visto que el ser del objeto pertenece a la forma más general de la

    representación , que es precisamente la descomposición entre objeto y sujeto. Lo queSchopenhauer quiere decirnos de nuevo es que afirmar que nuestras

    representaciones mentales son réplicas de una cosa en s, incognoscible y

    trascendental es un error, pues para él no hay más objeto de conocimiento que

    nuestras representaciones, ya que todo es representación e incluso si pensaramos en

    una cosa en s, esta sera tan sólo una ilusión.

    !l libro segundo empie"a con una genuina preocupación por el significado de la

    representación , pues no es posible ju"gar que los objetos por s mismos no

    contengan un significado. #ara Schopenhauer todas las cosas resultan ser el signo de

    algo más, y obtienen su significado a partir de la información que pueden darnos de

    eso $otro% que hace parte de ellas.#ara intantar dar respuesta a esta pregunta, se dirige a las matemáticas, a la ciencia

    natural y a la filosofa, para rastrear el significado de lo que el llama la esencia ntima

    de los fenómenos y fuer"a de la naturale"a. #ero al hacer un breve e&amen de la

    matemática y la ciencia natural, se da cuenta que si buscamos en la matemática el

    conocimiento de las representaciones intuitivas, nos encontraremos con que la

    matemática, sólo nos habla de aquellas representaciones que son magnitudes, es

    decir, de aquellas que llenan el espacio y el tiempo, puede indicarnos además con

    e&actitud cuán grande o cuánto, pero dado que estos son términos relativos por 

    referirse a comparaciones, tampoco puede brindarnos la información necesaria.

    !n resumen, la matemática puede describirnos la forma de nuestras intuiciones, perono podrá decirnos nada de su contenido.

    'especto a la ciencia natural, se pueden distinguir dos clases principalmente.

    #rimero, la descripción de formas a la que se le denomina morfología, segundo , la

    e&plicación de los cambios o etiología. La primera considera las formas permanentes,

    es a lo que se le ha denominado historia natural  , la segunda considera la materia

    seg(n las leyes cambiantes de su tránsito, la etiologa propiamente dicha son todas las

    ramas de la ciencia natural cuyo tema fundamental es el conocimiento de la causa y el

    efecto.

    Sin embargo Schopenhauer hace notar que ninguna de estas ciencias puede decirnos

    o hablarnos sobre lo esencial del mundo, pues la esencia interior de los fenómenos

    que se presentan en conformidad con las leyes del universo, sigue siendo algo

    desconocido tanto en el fenómenos más simple como en el más complejo.

    #or otro lado la disposición filosófica consiste propiamente también en ser capa" de

    asombrarse por lo cotidiano, lo cual le hace convertir en un problema suyo lo universal

    del fenómeno. Schopenhauer intenta mostrarnos que el problema de la

    representación es netamente filosófico y que la tradición con e&cepciones del

    idealismo y el escepticismo, ha sostenido que hay un objeto que subyace a toda

    representación. #ero esta afirmación lleva implcito un grave problema en lo que se

    refiere a la forma general del mundo como representación. )omo ya se sabe todo es

    objeto para un sujeto y ese objeto debe necesariamente ser entendido de forma

    diferente al objeto de la representación. #or lo tanto la filosofa tampoco es un camino

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    viable pues se encarga solo de representaciones demasiado abstractas que seran en

    este caso los conceptos.

    .!l cuerpo tiene sus races en el mundo, se encuentra en él como un individuo y su

    conocimiento es el soporte que condiciona todo el mundo como representación, y está

    mediados por un cuerpo cuyas afecciones, constituyen para el entendimiento el punto

    de partida de la intuición de aquel mundo. !l cuerpo puede conocerse como cualquier otro objeto.

    !l cuerpo es una peculiar representación para el sujeto cognoscente, sus afecciones

    conforman el inicio de la intuición del mundo por parte del entendimiento*

    !l sujeto se torna individuo en tanto se identifica con el cuerpo que conoce.

     +l sujeto del conocimiento, ese cuerpo le es dado de maneras distintas- como

    representación en la intuición del entendimiento, como objeto entre objetos y por lo

    tanto sometido a ciertas leyes y como lo inmediatamente conocido , como voluntad de

    la que los actos y movimientos del cuerpo son efectos.

    )omo ya se sabe, para Schopenhauer, los actos y movimientos del cuerpo son efectos

    de la voluntad, son la voluntad misma en su manifestación objetiva, su objetivi"ación.La acción del cuerpo no es más que el acto de voluntad objetivado, es decir,

    introducido en la intuición.

    La voluntad como conocimiento posee ciertas caractersticas peculiares- es inmediato

    a apartir del cuerpo, ocurre en actos individuales y por tanto en el tiempo.

    #osteriormente Schopenhauer vuelve sobre la idea de voluntad asociada al cuerpo

    individual del sujeto cognoscente, para el la esencia del querer no puede ser e&plicada

    por medio de los motivos, ya que si en un primer momento pudimos haber llegado a

    pensar que la voluntad se e&plicaba mediante los motivos y la decisión, dentro del

    ámbito de e&plicación del individuo cognoscente, posteriormente en los (ltimos

    parágrafos nos dice que los motivos están determinados por el momento presente bajodeterminadas condiciones que se dan en un momento determinado del tiempo. #ero

    dado que la $ley de la motivación% pertenece a la representación no puede ser 

    asociada a la voluntad.

    #odemos decir entonces desde Schopenhauer que la voluntad es aquello que ant no

    deja muy claro de la cosa en s. La voluntad no debe ser algo diferente de la cosa en

    s que es el pilar de la filosofa /antiana.

    #ero la cosa en s no pued ser objeto , objeto es justamente su manifestación y toda

    manifestación esta presente en el sujeto porque el sujeto es quien se la representa en

    su conocimiento. La voluntad concreta es cognoscible porque es representación.

    0eniendo en cuenta lo que Schopenhauer nos ha dicho hasta este punto, la

    mnifestación más cercana de la cosa en s nos ayuda a cercarnos a la voluntad, aquel

    significado al que se apuntaba en las primeras citas, como supuesto esencial y

    constitutivo de toda representación.

    La voluntad es libre pues no está sujeta al principio de individuación, es decir, difiere

    de la representación en tanto no está sujeta a las reglas del principio de ra"ón.

    !l individuo, no es la voluntad como cosa en s, es un fenómeno de la voluntad y a

    diferencia de esta ya está determinada por la forma del fenómeno y por lo tanto por el

    principio de ra"ón. + esto se debe el hecho de que ya a priori cada individuo se

    considere libre en sus acciones individuales y sólo a posteriori mediado por la

    e&periencia entra en plena conciencia de que no es libre porque de antemano sus

    acciones se hayan supeditadas a la necesidad. Los motivos de la acción estánsometidos a la necesidad, son estos los que a demás a su ve" crean el espejismo de

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    libertad; si el hombre se comprende como un ser libre es porque reconoce en s e

    inmediatamente la voluntad.

    LIBRO TERCERO: EL MUNDO COMO REPRESENTACI%N SEGUNDA CONSIDERACI%N: La re&resen"ación inde&endien"e del &rinci&io de

    ra'ón: La idea &la"ónica: el o!e"o del ar"eLa objetivación de la voluntad, posee grados m(ltiples pero determinados, en los

    cuales el ser de la voluntad entra en la representación, es decir, se presenta como

    objeto. 0ales grados de objetivación de la voluntad son lo que se puede llamar el en s

    del mundo, y es a lo que platón llamó ideas eternas o formas inmutables.

    )omo ya sabemos, nuestro conocimiento está condicionado por las formas del

    fenómeno y a su ve" toda e&periencia es conocimiento del fenómeno y no de la cosa

    en s, es esto lo importante dentro de la filosofa /antiana. #ero platón dice- $las cosas

    de este mundo que nuestros sentidos perciben no tienen un verdadero ser- siempre

    devienen pero nunca son%.

    !n esta primera parte del libro tercero, schopenhauer hace un recuento de lo dichoen libros anteriores y posteriormente hace un paralelo o bosquejo de la doctrina

    platónica y la /antiana, relacionando La idea platónica y la cosa en sí Kantiana.

    #ara ant, $tiempo, espacio y causalidad no son determinaciones de la cosa en s,

    sino que pertenecen (nicamente a su fenómeno, al no ser nada más que formas de

    nuestro conocimiento 1ás, puesto que nuestro conocimiento. #ero, dado que toda

    pluralidad y todo nacer y perecer solo son posibles en virtud del tiempo, el espacio y la

    causalidad, se sigue que también ellos pertenecen en e&clusiva al fenómeno y ne

    modo alguno a la cosa en s. 1ás, puesto que nuestro conocimiento está

    condicionado por aquellas formas, toda la e&periencia es conocimiento del fenómeno y

    no de la cosa en s- de ah que sus leyes no tengan valide" para ella. Lo dicho see&tiende incluso a nuestro propio yo, al que sólo conocemos como fenómeno y no en

    lo que pueda ser en s mismo%234. #ero #latón dice- $las cosas de este mundo que

    nuestros sentidos perciben, no tienen un verdadero ser-siempre devienen, pero nunca

    son - sólo tienen un ser relativo, no e&isten en su conjunto más que en y a través de

    sus relaciones recprocas- de ah que a su ser se le pueda denominar iguamente un

    no5ser . !n consecuencia tampoco son objeto de un verdadero conocimiento- pues

    solo de lo que es en y por s mismo, y siempre de la misma manera, puede darse un

    conocimiento tal- ellas en cambio, no son más que el objeto de una opinión

    ocasionada por la sensación%. Lo (nico que se puede pensar como lo real para #latón

    son las ideas eternas, que corresponden a la forma original de las cosas. !stas ideas

    se e&cluyen de la pluralidad, de la que participa el fenómeno, pues cada una es (nica

    en su esencia; son verdaderamente e&istentes, no tienen ni un nacer ni un perecer.

    6e ah que (nicamente de ellas se de un verdadero conocimiento.

    #or otro lado, ant, para negar esas formas, las formuló en e&presiones abstractas y

    e&cluyó de la cosa en s la pluralidad, tiempo, espacio y causalidad, en tanto son las

    fromas puras del fenómeno.

    #ara ambas doctrina, todas las formas del fenómeno, a(n las que son más universales

    y esenciales, no pertenecen al ámbito de lo que puede conocerse o e&iste de forma

    real.

     +hora bien, teniendo en cuenta que para Schopenhauer, la voluntad, es algo, que

    puede ser equiparable a la esencia del movimiento , y que por lo tanto toda acción

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    humana se encuentra necesariamente subordinada a ella, tomamos esto como punto

    de partida, para evaluar la manera como él propone $escapar% de ella.

    Schopenhauer considera que el tránsito del conocimiento com(n, de las cosas

    individuales, al conocimiento de las ideas, se da cuando el conocimiento ha dejado de

    estar subrodinado a la voluntad, de tal modo que el sujeto deja de ser un mero

    individuo del mundo, para convertirse en un sujeto puro de conocimiento, que ya no seocupa de desentra7ar las relaciones que se crean a partir del principio de ra"ón, sino

    que fija su atención en la contemplación del objeto, que se le ofrece independiente a

    cualquier cone&ión con leyes u otros objetos.

    La contemplación pura, sera una de las maneras como el ser humano puede escapar 

    a los própositos de la voluntad.

    )uando la fuer"a del espritu eleva al sujeto, a un punto donde se pierde en la

    contemplación pura del objeto, dejando de lado las relaciones entre objetos,

    establecidas a partir del principio de ra"ón y la voluntad, y con ellas, la forma

    tradicional o com(n de ver y aprehender el mundo, entregándose a la pura intuición

    que llena su espritu a través de un objeto, que sera el equivalente a la idea eterna,as el sujeto deja de estar sometido a la voluntad y pasa a ser un sujeto puro del

    conocimiento.

    8ntuición y sujeto son una misma cosa, ya que toda la conciencia está totalmente llena

    y ocupada por una sola imagen intuitiva, cuando de este modo el objeto está separado

    de toda relación con algo fuera de él y el sujeto de toda relación con la voluntad,

    entonces lo as conocido no es ya la cosa individual en cuanto tal sino la idea, la forma

    e&terna, la objetividad inmediata de la voluntad en ese grado- y precisamente por eso

    el que está sumido por esa intuición, no es ya un individuo, pues el individuo se ha

    perdido en ella- es un puro, involuntario, e&ento de dolor e intemporal al sujeto del

    conocimiento.!l individuo como tal conoce cosas particulares, el sujeto puro del conocimiento solo

    ideas.

    )uando se logra ser sujeto del conocimiento, el mundo en su totalidad se presenta

    como representación, donde e&isten tanto sujeto y objeto de forma equilibrada, ya que

    la voluntad ha sido objetivada, y es posible que el objeto,, que antes era solo

    representación del sujeto, pase a ser el objeto mismo. !s as que el objeto se

    convierte en idea, libre del principio de ra"ón. )uando el sujeto se ha perdido de esta

    manera, y solo e&iste como sujeto del conocimiento, se convierte en el soporte del

    mundo, que se le presenta como dependiente de sus representaciones.

    Sin emabrgo y a pesar de poder escapar al dominio de la voluntad a través de la

    contemplación, Schopenahuer aclara, que no por eso, esta perderá fuer"a o

    importancia, mucho menos se e&tinguirá, pues su fuer"a se halla en el mundo mismo,

    y ning(n intento de liberación, menguará sus acciones- La fuente de la que emana la

    fuer"a del individuo es inagotable y eterna , como el tiempo y el espacio, pues aquellos

    al igual que estas formas de todo fenómeno, son sólo, eso fenómenos por el cual se

    hace visible la voluntad. 9inguna medida finita, en este caso la contemplación puede

    agotar aquella fuente infinita de la que se alimenta la voluntad, por eso cada obrar,

    coaccionado en su origen, siguen teneidno abierta una infinidad de posibilidades para

    reali"arse. !n este mundo del fenómeno no es posible una verdadera pérdida ni

    ganancia, sólo la voluntad e&iste- es ella, la cosa en s, la fuente de los fenómenos, lo

    que los hace posibles.

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    LIBRO CUARTO: EL MUNDO COMO VOLUNTADSEGUNDA CONSIDERACI%N: A(irmación ) ne*ación de la #ol$n"ad de #i#ir al alcan'ar el conocimien"o

    La idea &la"ónica: el o!e"o del ar"e Schopenhauer considera que la filosofa es teórica, en tanto pretende develar la

    esencia del mundo por medio del conocimiento, y que dicha esencia se e&presa a

    cada momento, en cada fenómeno y en cada ser individual.

    !n este (ltimo libro, vemos que Schopenhauer cambia de perspectiva, para

    e&ponernos de forma práctica, lo que ya en los anteriores libros haba sido la

    secuencia teórica de su doctrina.

    #ara considerar el mundo desde esta nueva perspectiva, será necesario despojarnos

    de la pregunta del por qué o el para qué del mundo, pregunta asociada

    necesariamente al principio de ra"ón, que son meras manifestaciones del fenómeno y

    empe"ar a sentir curiosidad por develar el qué del mundo, es decir, pensar en suesencia interna, a saber- las ideas.

    La voluntad es libre, pues sus actos tienen como fuente principal a ella misma, no

    tiene puntos de apoyo e&ternos, es omnipotente y el mundo es su manifestación.

    La voluntad cmo cosa en s, intenta, mediante las fuer"as que la mueven, proyetctarse

    en los individuos, como e&presión de su deseo vital. #ero estas objetivaciones,

    sometidas a la multiplicidad mediante la espacio5temporalidad de los fenómenos

    fragmentan la voluntad de su unidad absoluta.

    6e la concepción de Schopenhauer sobre la voluntad en este (ltimo libro, podemos

    decir que esta se convierte en una fuente de dolor, a consecuencia de esa ruptura a la

    que se somete, ya que le es necesario proyectarse de manera fragmentada en losindividuos que participan de la pluralidad, pues se encuentran inscritos en lo espacio5

    temporal. Lo que Schopenhauer intenta mostrar es que a causa de esa fragmentación

    de la voluntad que deriva en dolor para los hombres, es el mundo la fuente de ese

    dolor, al ser este también la manifestación de esa voluntad.

    6e la voluntad objetivada, dentro de un mundo que resulta ser perverso, surge la

    negación de la voluntad de vivir, que se asemeja a una indiferencia respecto a

    cualquier acontecimiento negativo que pudiese recaer sobre el mundo. !n este cuarto

    libro, se puede notar la influencia que posee el autor de la filosofa oriental, puesto que

    esta sabidura se orienta a las abstenciones y renuncias, con el fin de que los

    individuos puedan adentrarse a la indiferencia producida por la negación de la

    voluntad de vivir, afirmando as el estado de nirvana o liberación del sufrimiento que

    produce vivir. !ste estado e&istencial es un dejarse arrebatar por la voluntad del todo,

    mediante la renuncia a los bienes de la vida, como una forma de negación de la

    e&istencia.

    Schopenhauer propone que el conocimiento es una manera de escapar a los males

    del mundo , el ser humano inicia su proceso de liberación a través de la ciencia que le

    permite conocer el orden causal de los hechos, mediante el principio de ra"ón. !ste

    conocimiento es el que nos permite abstraernos para contemplar las maravillas del

    arte, en el que el espritu se abre a la contemplación desinteresada de las ideas, que

    están mediando constantemente la multiplicidad del caos del mundo fenómenico y la

    unidad de la voluntad como cosa en s y esencia del mundo, permitiendonos as entrar un poco a las objetivaciones de la voluntad.

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