Santuario Nacional María Auxiliadora de Santiago - Chile - R E T I … · 2020. 4. 9. · y mi...

RETIRO SÁBADO SANTO

Santuario Nacional María Auxiliadora

I AL COMENZAR

- Al comenzar este retiro los invito a tener presente la anotación 5ª de los EE de San Ignacio. Se trata de pedir la gracia de “entrar en (este retiro) con grande ánimo y liberalidad con (el) Criador y Señor, ofreciéndole todo mi querer y libertad, para que su divina majestad, así de mi persona como de todo lo que tengo se sirva conforme a su santísima voluntad” [EE. 5].

- Se puede comenzar leyendo 1Reyes 19, 1-15. Aquí hay tres frases a considerar: ¿Qué haces aquí Elías?; levántate y come que el camino es superior a tus fuerzas; ponte en pie que el Señor va a pasar. Son tres frases que cada uno puede tomar en cuenta y aplicársela a su propia vida: ¿Qué hago aquí en este retiro? ¿Qué quiero hacer? Levántate y come, recupera tu fuerza física por el sueño, el pan y el agua, es decir, por un régimen de vida más tranquilo durante estos días. Ponte en pie, hay un camino por andar, hay que salir a buscar. Hay que caminar al Horeb a encontrarse con Dios en la brisa suave.

- Que cada uno elija su personaje o la situación que más explica lo que le está sucediendo. Puede ayudar a ello orientándose por estas tres preguntas: ¿cómo vengo? ¿qué traigo? ¿qué busco?

- Este retiro es un momento propicio para estar con Jesús. Preguntas que podríamos hacernos: ¿He estado con Él? ¿Cómo he estado con Él? ¿Dónde he estado con Él? Con respecto al dónde he estado con Jesús podemos tener presente el itinerario que recorrieron los discípulos con Jesús. Tuvo lugar en distintos espacios: a la orilla del mar (Mc 1, 16-20; Mc 4, 35-5, 42), en un m

onte (Mc 3, 13-19), en el camino (Mc 9, 30-32), o en la casa (Mc 9, 33-37). “Sin la conexión con Jesús, terminamos ahogando nuestras ideas, nuestros sueños, nuestra fe y nos llenamos de mal humor… Jesús es ese fuego al cual quien se acerca queda encendido” (Papa Francisco en Maipú).

- Es necesario el recogimiento y el silencio. Necesitamos un lugar en nuestro interior donde no haya ruidos, donde nos pueda hablar la voz del Espíritu de Dios. Necesitamos convertirnos nosotros mismos en silencio. Teresa de Jesús: “no es otra cosa la oración, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”. “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1).

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II AGRADECER

- Salmo 144. Cantar al Señor con “el arpa de 10 cuerdas”. “Mi Dios te cantaré un canto nuevo, tocaré para ti con el arpa de 10 cuerdas”. ¿Cómo me leo en este salmo? ¿Cómo puedo cantar un canto nuevo y tocar con el arpa de diez cuerdas? Mirar la propia vida nuestra como un arpa de 10 cuerdas. Que cada uno le ponga nombre a cada cuerda del arpa. Una cuerda puede ser mi obispo y mi presbiterio, otra mi trabajo apostólico, otra mi salud y cuidado personal, otra mi familia, otra mi vida en el Espíritu, otra los pobres y los que sufren…, etc. Queremos que todas estas cuerdas estén afinadas y suenen como un todo en un canto de alabanza.

- Pero agradecer no sólo los grandes momentos de la vida, sino también las fragilidades, las debilidades y las miserias. Agradecer también las veces en que fuimos tratados con misericordia: “En medio de nuestras múltiples caídas, Jesucristo nos vio, se acercó, nos dio su mano y nos trató con misericordia. Cada uno de nosotros podría hacer memoria, repasando todas las veces que el Señor lo vio, lo miró, se acercó y lo trató con misericordia” (Papa Francisco). No “perder la brújula, que es la gratuidad de Dios. Porque Dios siempre nos ama y se nos da, incluso en nuestras miserias. Quien sabe ver ante todo la gracia de Dios descubre el antídoto contra la desconfianza y la mirada mundana”.

- Entonces, para mantenerse en marcha, para que el camino se vista de signos creadores, en algunos momentos hace falta cantar. Se necesita celebrar y cantar la vida, reconocer los logros alcanzados. En nuestra vida personal hay cosas que necesitan ser cantadas, celebradas y admiradas. El cantor reconoce que el horizonte está cercano, que el sueño se va realizando, que se pueden tocar las estrellas.

- Lo que no nos debe ocurrir es lo de los leprosos. Ese acontecimiento que se relata en Lc. 17, 11-19, cuando Jesús hace la pregunta: “Los otros nueve, ¿dónde están?”. ¿Qué partes de mi vida (de mis diez cuerdas) no agradece suficientemente?

- Ayudados por este salmo dediquemos un tiempo a agradecer y a cantar de corazón la vida que se nos ha regalado.


III EL PROYECTO DE DIOS Y EL CAMINO DE LIBERTAD

- “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas…en tal manera que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás...” [San Ignacio, EE. 23] - El primer punto a considerar en tomar conciencia de una verdad fundamental: de que somos creaturas. No somos resultado del azar, o producto de una pesadilla de una mala noche de Dios. - El segundo punto a considerar es reconocer a un Dios que nos ha estado buscando a lo largo de toda la vida. Nos podemos dar cuenta que Dios ha tomado la iniciativa, que Dios nos ha querido mucho. Tal experiencia de Dios nos abre también a nuestra vocación de hermanos. Quizá esta podría ser la oportunidad de hacer nuestra lista de hermanos(as) con nombres y rostros concretos. - El tercer punto a considerar será mirar el resto de la creación (los animales, la naturaleza, los cerros, el cielo, las estrellas, etc.) y reconocer que ella también tiene su origen en Dios. Dejar un momento para gozar de la creación y disfrutar de su belleza, admirarnos de su diversidad, de la “fantasía creadora” de nuestro Dios. Somos “protectores de la obra de Dios”. - El cuarto punto a considerar será reconocer el proyecto que tiene Dios para cada uno de nosotros, lo que da sentido a nuestra existencia. El Padre Hurtado lo decía de esta manera: “Mi fin es amar y servir a Dios. Debo ser todo de Dios”, “mi fin no puede ser otro que Dios. Tender a él con todo mi ser, mi inteligencia, amor, voluntad”. Para San Ignacio este amor se expresa en la alabanza, en la reverencia y en el servicio. - El Papa Francisco: “no se nos ha entregado la vida como un guion en el que ya todo estuviera escrito, sino que consiste en andar, caminar, hacer, buscar, ver... Hay que embarcarse en la aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse buscar y dejarse encontrar por Dios". "Porque Dios está primero, está siempre primero, Dios primerea. A Dios se le encuentra caminando, en el camino”. - Responder a cuatro preguntas que alguna vez hizo Dios y que ahora nos puede hacer también a nosotros: “Adán ¿dónde estás?” (Gen 3,9) “¿Dónde está tu hermano?” (a Caín en Gen 4,9) “¿Qué buscas?” (Jesús a discípulos de Juan el Bautista en Jn 1,37) “¿Qué quieres de mí?” (Jesús a un ciego en Mc 11,51)


- El quinto punto considerar el camino de libertad al que somos llamados. ¿Qué cosas nos quitan libertad para colaborar plenamente en el proyecto de Dios? ¿Nos sentimos libres frente a nuestra vida, salud, cualidades, proyectos, habilidades, posesiones, imagen, comodidades, afectos, tecnología etc.? ¿Cuál es mi “osito peluche”? - Textos para la oración: - Salmo 8 (Al contemplar el cielo obra de tus manos) - Génesis 1 (¡y vio Dios que era bueno!) - Génesis 2 (el hombre más en comunión con la naturaleza) - Lucas 12, 22-34 (mi Padre se preocupa por mí) - Isaías 49, 15 (acaso puede una madre olvidarse de su hijo) - Salmo 27, 10 (Si mi padre y mi madre..) - Deuteronomio 7, 6-8 (Dios nos elige libremente porque nos quiere) - Génesis 12 (Dios nos hizo hermanos) - Isaías 55, 6-11 (Los caminos del Señor) - Isaías 58, 1-12 (Los gustos del Padre) - Isaías 35, 1-10 ( El proyecto de Dios: un mundo y una humanidad nuevos) - Ef 3, 1-19 ( Nos ha revelado su plan maravilloso) - Jeremías 20, 7-21 (Me has seducido Señor y me dejé seducir) - Mateo 13, 44-47 (La perla) - Filipenses 3, 7-14 (Todo lo tengo por basura…) - Mateo 6, 25-34 (No anden preocupados)

IV EL PECADO EN EL MUNDO

- Yoda a Anakin Skywalker: “El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti”. Ante la pregunta que le hacen a Yoda de si era más fuerte el lado oscuro responde: “No, no. Es más rápido, más fácil, más seductor”. “Los que por miedo pasan la vida como esclavos” (Heb 2,15). Meditar de cómo el miedo ha hecho estragos en la humanidad, de cómo ha sido la historia del pecado hasta nuestros días.

- Pedir “vergüenza y confusión de mí mismo, viendo cuántos han sido dañados..” [EE 48]. Dejarse ayudar con la imaginación y que cada cual se experimente como un “alma encarcelada” [EE 47]. Recorrer con la imaginación aquellos lugares en donde hemos podido alguna vez reconocer que no había vida o que la vida no era dignificada. Conseguir “la gracia de la vergüenza”. “Para entrar en el misterio del perdón debemos avergonzarnos …no podemos solos, la vergüenza es una gracia: “Señor, que yo tenga vergüenza de lo que he hecho”. Y así la Iglesia se pone ante este misterio del pecado y nos hace ver la salida, la


oración, el arrepentimiento y la vergüenza” (Papa Francisco). El mal debe ser llorado.

- Tener en cuenta el proyecto original de Dios descrito en los dos primeros capítulos del Génesis, en donde podemos contemplar la belleza y fecundidad de la creación en un triple orden de cosas: a) Entre el hombre y Dios; b) Entre el hombre y la mujer; c) Entre el hombre y la naturaleza. En los capítulos siguientes se nos presenta el camino de la muerte y del miedo, producidos por la ruptura de esta triple armonía. Gen 3 es el pecado de Adán y Eva; Gen 4 es el pecado de Caín; Gen 6-8 es el deterioro de la relación con la naturaleza; Gen 11 es la ambición que genera división entre las personas al construir la torre de Babel.

- Esa historia bíblica del pecado nos lleva a la realidad de pecado que observamos hoy entre nosotros. Dedicar un tiempo largo a sentir internamente el dolor de muchas personas que hoy son víctimas sufrientes en este mismo triple orden que hemos señalado. Lo que sucede en la Amazonia. Lo que ha sucedido en Chile en estos últimos meses nos ofrece también mucho material para meditar. El odio se nos ha ido instalando por todas partes. “El mal no es sólo de quien lo hace. Es también de quien, pudiendo evitarlo, no hace nada por evitarlo”.

- Dejar un rato largo de coloquio. Colocarse delante de una cruz, con todas las situaciones de pecados sociales que conocemos, escuchando “el grito de un mundo herido”, enfrentando el miedo que causa todo aquello y con toda nuestra vergüenza. Y ante la cruz preguntarme a mí mismo: “¿qué he hecho por Cristo?, ¿qué hago por Cristo?, y qué debo hacer por Cristo”.

V MIS RESISTENCIAS Y TENTACIONES

Las resistencias - ¿Qué tareas Dios no ha podido realizar en mí por las resistencias que le he puesto? Significa reconocer el bien que se pudo haber hecho y que no se hizo. - Dos consideraciones que podemos tener en cuenta para la oración de las resistencias: 1) Hay que atreverse a descender a ese lugar de nuestro corazón donde se generan los pretextos, las excusas, las pequeñas mentiras, las medias verdades, los hábitos, costumbres, o las maneras de proceder que consideramos irrenunciables e intocables. 2) Una de las cosas que vamos


aprendiendo en la vida es que el mal no se comete cuando se realiza el acto malo, sino que el mal es sólo el término de un proceso semiconsciente de “pequeñas opciones y grandes justificaciones” que vamos realizando. - La ambigüedad “camina disfrazada con ideas bien trabadas, sentimientos luminosos y hambres naturales… Corre maquillada de evangelio, se instala astuta en mis rutinas seguras, en la prisa de mis urgencias y en el sueño de mis calmas. Pero mi ambigüedad empieza a revelarse…por un desajuste ligero, asomándose a unos ojos, por un pequeño sabor amargo en medio del aplauso, por una desazón íntima como poso de fatigas cotidianas. Al sorprenderla en su trampa, se repliega de nuevo a mi fondo más oscuro… herida por la claridad, deja un rastro de engaño…Y se hunde inaccesible donde no llegan ni mi ojo ni mi análisis”. - ¿Qué me pone de mal humor? - Textos de resistencias: Jn 4, 9.11-12.20; Lc 10,41; Lc 14, 17ss; Mt 19, 22; Lc 9, 59-62; Jn 3, 4-5; Jn 5, 4-6. Ponerles nombres a nuestras resistencias. Las tentaciones La tentación del abatimiento y de la pérdida de Dios Sentirnos “como separados del Criador y Señor”. Mt. 26, 36-39. Mt. 27, 46. Estamos viviendo “horas de desconcierto y turbación.. No es fácil atinar con el camino a seguir.. Varias tentaciones propias de este tiempo: discutir ideas, no darle la debida atención al asunto, fijarse demasiado en los perseguidores.. Daño que provoca la sospecha y el cuestionamiento que pudo haber introducido la duda, el miedo y la desconfianza… Caer en la tentación de recluirnos y aislarnos para defender nuestros planteos que terminan siendo no más que buenos monólogos.. Tentación de pensar que todo está mal..”; “creer que nada podemos hacer.. Sentir que vale lo mismo hacer algo que no hacerlo..”. “Postración negativa.. inmovilidad paralizante del que ha dejado de creer en el poder transformador de Dios y en sus hermanos” (Papa Francisco). ¿Qué aspectos de nuestra experiencia creyente más básica se han ido dañando, opacando, diluyendo? La forma de enfrentar esta tentación es permanecer ante la prueba de la aparente ausencia de Dios. “El auxilio divino…siempre te queda, aunque claramente no lo sientas”. La tentación oculta Situaciones en las que algo que es bueno en sí mismo, es, sin embargo, tentación porque es causa de desorientación, desviación, pérdida de rumbo en la persona en su camino de seguimiento de Jesús. Las tentaciones de Jesús en el desierto Mt. 4, 1-11. La tentación de dominar nos ha conducido al clericalismo. El Maligno intenta presentarnos una versión "mejorada" del deseo de salvación para el mundo. Se nos empuja al exceso en nuestro deseo de bien. ¿En qué me estoy excediendo? Se enfrenta esta tentación ayunando y orando.


- ¿Cuáles tentaciones he estado sufriendo? ¿Cómo he reaccionado ante ella? “La peor de todas las tentaciones es quedarse rumiando la desolación” (Papa Francisco).

VI “MISERICORDIANDO”

- Hacer un triple coloquio a María, a Cristo, y al Padre pidiendo tres gracias distintas pero relacionadas, de modo que nuestro proceso de conversión sea completo: 1ª.- conocer internamente y aborrecer mis pecados, resistencias y tentaciones. Llegar a tener como un rechazo instintivo a todo lo que me separe de Dios 2ª.- sentir el desorden de mis operaciones para que aborreciendo me enmiende y me ordene. Reconocer mis dinámicas de pecado, sus raíces y sus consecuencias, el daño que provoca. 3ª.- conocimiento del mundo (valores, estructuras y dinámicas sico-sociales, culturales, etc.) para que aborreciendo aparte de mí lo mundano y vano. Se pide un quiebre con lo mundano. “¿En qué soy mundano yo?”. Papa Francisco: “los demonios educados”. “¿Cuántos ‘educados’ viven en mi casa sin pagar el alquiler?”.

- Recibir el cariño del Padre que nos acoge con una fiesta: Lucas 15

- “¿Me amas? [Jesús] quiere salvar del peligro [a Pedro] de quedarse encerrado en su pecado, de que quede ‘masticando’ la desolación” fruto de su limitación… Lo quiere salvar de esa actitud destructiva que es victimizarse o, al contrario, caer en un ‘da todo lo mismo’… Quiere liberarlo de la tristeza y especialmente del mal humor. Con esa pregunta, Jesús invita a Pedro a que escuche su corazón y aprenda a discernir. Ya que no era de Dios defender la verdad a costa de la caridad, ni la caridad a costa de la verdad, ni el equilibrio a costa de ambas… Jesús quiere evitar que [uno] se vuelva un veraz destructor o un caritativo mentiroso o un perplejo paralizado” (Papa Francisco).

- La misericordia es “el carné de identidad de nuestro Dios”. Hay que disponerse a ofrecer a Dios un “corazón hecho pedazos”. “El pecado es una herida, hay que curarla, medicarla”. Juan Pablo I afirmaba que como a Dios le hace feliz perdonar, “nuestro pecado entonces se convierte casi en una joya que le podemos regalar”. “Dios perdona no con un decreto, sino con una caricia”. Hay que “dar testimonio en dialecto materno” y aprender a vivir la ternura entre nosotros.

- Dulzura con nosotros mismos. Francisco de Sales: “Una de las mejores prácticas de la dulzura, en la cual nos deberíamos ejercitar, es aquella cuyo


objeto somos nosotros mismos, de manera que nunca nos enojemos contra nosotros ni, contra nuestras imperfecciones, pues si bien la razón quiere que, cuando cometemos faltas, sintamos descontento y aflicción, conviene, no obstante, que evitemos un descontento agrio, malhumorado, despechado y colérico. Por lo tanto, el disgusto por nuestras faltas ha de ser tranquilo, sereno y firme (...). Nos castigamos mejor con arrepentimientos tranquilos y constantes que con arrepentimientos violentos, agrios y coléricos, pues los arrepentimientos violentos no son proporcionados a la gravedad de nuestras culpas, sino a nuestras inclinaciones. Luego, cuando tu corazón caiga, levántalo con toda suavidad, y humíllate mucho delante de Dios por el conocimiento de tu miseria, sin maravillarte de tu caída, pues no nos ha de sorprender que la enfermedad esté enferma, ni que la debilidad esté débil, ni que la miseria sea miserable. Detesta, pues, con todas tus fuerzas, las ofensas que Dios ha recibido de ti, y, con gran aliento y confianza en su misericordia, emprende de nuevo el camino de la virtud, del que te habías alejado”.

VII CONTEMPLAR LA VIDA OCULTA DE JESÚS: UNA FORMA DE ENFRENTAR NUESTRA VIDA EN TIEMPOS COMPLICADOS

- Estar con Jesucristo, mirarlo a Él, y de ese modo llenar nuestro espacio vacío. Jesucristo es “un rostro para contemplar” (Juan Pablo II). “No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos” (Obispos en Aparecida). Todo es pérdida al lado de la experiencia de conocer a Cristo Jesús (Fil 3,8). “Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI). Debiéramos ser personas "intoxicadas por lo divino cuya razón de existir no sea otra que la de testimoniar y transmitir la capacidad sanadora y regeneradora de tal embriaguez”.


- La presentación del niño en el templo [Lc 2, 22-39]. Es la consagración a Dios. Simeón exclama que sus ojos han visto al Salvador. Esos ojos envejecidos habían aguardado. Dejarnos levantar por los Simeones y Anas con que nos hemos encontrado en el camino de la vida. Traer a la memoria las veces en que levantamos al Señor con nuestra vida para que otros lo pudieran a su vez ver y reconocer. Recordar algunos de los rostros y los nombres a quienes hemos dado a conocer a Jesús. ¿Me dejo levantar y consagrar? ¿Qué Simeón y Ana necesito hoy? ¿Estoy levantando con mi ejemplo de vida a Jesús para que otros puedan contemplar su rostro? ¿Hacia quién oriento mi mirada: hacia el Señor o hacia mí mismo? - El exilio a Egipto [Mt 2, 13-23]. Aquí podemos contemplar a Jesús asumiendo la suerte de los refugiados. Enfrentados a un tiempo grande de tribulación, una manera de sostenernos puede ser, como la Sagrada Familia, de exiliarnos a Egipto. Tener un "Egipto" a mano en nuestros corazones, para humillarnos y auto exiliarnos ante el exceso de desconfianza que nos rodea y nos persigue. “Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que buscan solamente el escándalo, que buscan solamente la división, que buscan solamente la destrucción… silencio. Y oración” (Papa Francisco). - El episodio del templo [Lc 2, 41-50]. Fue un momento de ruptura con lo ordinario marcando y señalando un camino de libertad e independencia. Aprender de Jesús para enfrentar los momentos de conflictos o crisis. Mirar nuestros propios momentos de rupturas necesarias como consecuencias del seguimiento. Acompañar a María en su “no comprender” el conflicto sucedido. Contemplar a José, ausente y presente al mismo tiempo. No lo consultan. ¿Cómo vivo los conflictos que se me aparecen? ¿Soy capaz de poner en el centro de todo, la voluntad de Dios? ¿Como María, acepto guardar las cosas en el corazón sin comprender suficientemente? ¿Como José, puedo ser ausente y presente al mismo tiempo? - La vida oculta de Jesús desde los 12 a los 30 años [Lucas 2, 39-40. 51-52]. Tiempo de ser y no de hacer. ¿Qué significaría para mí hoy intensificar el ser más que el hacer? Jesús fue formando su ser en la escuela del pueblo, de los pobres. Aprendió una manera de estar en la vida: receptividad, transformación o maduración activa, obediencia a la vida, asumir los interrogantes. ¿Qué puedo aprender del Pueblo fiel? ¿Cómo puedo hacer mío aquellos rasgos de estar en la vida al modo de Jesús?


VIII LA FE EN JESÚS ES LO QUE NOS SALVA

- “Demandar conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga”

- Reflexionar sobre la fe que nosotros tenemos en Jesús. Somos seguidores de Jesús. Es el tesoro que tenemos para compartir. ¿Cómo estoy experimentando este tesoro en este momento de mi vida?

- Contemplar algunos de los encuentros de fe en Jesús:

- La falta de fe como consecuencia de dejarse llevar por el miedo (Mc 4,35-41). Si creo en Jesús estando con él, nada me puede pasar que sea un mal irremediable. Jesús encara al viento y sobreviene la calma. No quiere decir que no nos vaya a suceder nada malo, sino que quiere decir que de cualquier mal que nos sobrevenga Dios sacará un bien mayor. La fe regala paz para encarar la dificultad. ¿Qué miedo me está paralizando hoy?

- La falta de fe por resignación, rehabilitada por la amistad (Mc 2, 1-12). Jesús no se fijó en la fe del paralítico porque no la tenía, sino se fijó en la fe de esos hombres que lo conducían. El paralítico era un hombre resignado y ya no tenía fe, pero tenía amigos y esto es un tesoro inmenso. ¿En qué estoy resignado?

- La insuficiencia de fe remite a la fe de Jesús (Mc 9, 14-29). El padre del epiléptico pasa de la no-fe, ya que primero tiene a Jesús por un mago y con unos ayudantes que no daban la talla, a la poca-fe (insuficiente fe) que logra suscitar en sí cuando Jesús lo llevó a implicarse personalmente en el problema de su hijo. Al ver Jesús que el padre ha llegado hasta donde le ha sido posible, suple con su fe absoluta la que a él le faltaba. Esto nos pasa también a nosotros: a veces uno está tan afectado por una situación adversa en que se encuentra que no logra salir de sí hasta el punto en que la confianza en otro, en este caso en Jesús, logre sobrepasar la percepción del obstáculo.

- Otras situaciones: + La mujer que padece hemorragias: Mc 5, 25-34 + El centurión Lc 7, 1-10 + La mujer cananea Mt 15, 21-31 + La mujer pecadora Lc 7, 36-50


IX LO QUE SOSTIENE NUESTRA ACCIÓN SACERDOTAL

- Una mirada a lo que nos rodea: el nuevo contexto cultural y religioso en que nos movemos. Todo ello ha provocado un “cansancio paralizante”, que es “una sutil especie de fatiga”. Es “el cansancio de la esperanza”. Es una fatiga “cuando la realidad “cachetea” y pone en duda las fuerzas, los recursos y la viabilidad de la misión en este mundo tan cambiante y cuestionador”. “Podemos darle “ciudadanía” a una de las peores herejías posibles para nuestra época: pensar que el Señor y nuestras comunidades no tienen ya nada que decir ni aportar en este nuevo mundo que se está gestando” (Papa Francisco). ¿Qué cambios culturales están afectando directamente mi pobreza, celibato y obediencia? Nos ha faltado discernimiento. - Huir como salida. “Siempre llevamos latente la tentación de huir a un lugar seguro que puede tener muchos nombres: individualismo, espiritualismo, encerramiento en pequeños mundos”. Testimonio del Santo Cura de Ars. Llorar las lágrimas de quienes no lloran es mejor que salir huyendo. - Razones para mirar nuestro sacerdocio con esperanza La humilde certeza de haber sido llamado por Dios - El encuentro de Pedro con el Resucitado: “¿me amas más que éstos?” (Jn 21, 15). Escribir nuestro propio Pregón Pascual, mi historia de salvación desde donde se ancla y fortalece la fe. Más conscientes de nuestro pecado, fragilidades y necesidades - Hacer una “lectura sapiencial en tiempos de poda”, que “durante semanas en la vid podada no sucede nada por fuera, pero dentro, célula a célula, se va gestando la primavera con procesos diminutos e invisibles. El ritmo es lento y no responde a las impaciencias del agricultor ni a la hostilidad del clima que la rodea. Todo el trabajo es interior y silencioso”. ¿En qué estoy siendo podado? Somos sacerdotes para los demás - No debemos aislarnos de nuestra gente a la que estamos destinados. Tampoco del presbiterio o comunidades. Debemos ser ministros en salida y dejarnos sostener por el Pueblo de Dios. Debemos tomar conciencia, hoy más que nunca, de que tenemos necesidad de dejarnos cuidar, de dejarnos acompañar y aconsejar. ¿Cómo puedo ser mejor testimonio entre los míos de una vida gozosa de servicio sencillo que imite a Jesús? Textos que se pueden considerar: 2 Cor 4, 1-18 / 2 Cor 6, 3-10 / 2 Cor 12, 5-10


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