SANTISIMA VIRGEN MARÍA OLETÍN PARROQUIAL SAN … · Pero eso no significa sin embargo que Marí a...

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SANTISIMA VIRGEN MARÍA MARÍA COOPERA EN NUESTRA SALVACIÓN Esta cuestion divide a catolicos y protestantes. Los catolicos dicen que Ma- ría, al convertirse en Madre de Dios, ha cooperado a la realiza- cion de nuestra salvacion (por su escucha, su servicio de in- tercesion como en Cana, etc.). Pero eso no significa sin embargo que María sea una segunda mediadora al lado de Cristo, como si an adiera alguna cosa a la obra de E l. María esta en efecto, como nosotros, del lado de los salvados. MARIA CORREDENTORA Actualmente hay un movimiento que propone al Papa la aprobacio n del 5º dogma de María Corredentora. El título Ma- riano “Corredentora”, se refiera a la participacion u nica de María en la obra de nuestra redencio n llevada a cabo por Jesucristo. Es un paso mas a su caracter de cooperadora en la salvacion. El termino como ha sido usado por la Iglesia nunca pone a María en nivel de igualdad con Jesucristo, el divino redentor. Sin embargo, la libre y activa cooperacio n humana de la Madre de Jesu s en la redencion, particularmente en la Anunciacion y en el Calvario, es correctamente reconocida por el magisterio y las ensen anzas papales del Concilio Vati- cano Segundo –Ver “Lumen Gentium” Nos. 56, 57, 58 y 61– y se convierte en un ejemplo preeminente de co mo el Cristiano esta llamado a hacerse un “co-trabajador con Dios”. MADRE DE LA IGLESIA Los primeros cristianos han concedido mucho valor a la presen- cia de María al pie de la cruz de su hijo, Jesu s. Se acuerdan de estas palabras dichas a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19,27). La expresio n Madre de la Iglesia no ha visto la luz hasta el fin del concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI proclamo entonces a María Madre de la Iglesia, es decir Madre de sus fie- les y de sus pastores. MARÍA MEDIANERA DE TODS LAS GRACIAS Todas las Gracias vienen a traves de Ma- ria porque Jesucristo El Salvador del mundo viene a traves de ella. No hay mayor Gracia aparte de Jesus. Todas las gracias vienen a nosotros a traves de Maria porque su intercesio n es un preambulo a todas las gracias. ¿TUVO MARIA MÁS HIJOS? En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro her- manos de Jesu s, Santiago, Jose, Judas y Simon los cuales nunca son llamados hijos de María. La palabra hebrea “Aha” se utiliza como hermano, tío, primo, pariente; por ejemplo en Genesis 13, 8 se menciona a Lot como hermano de Abraham, sin embargo son tío y so- brino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a Jose y Santiago hijos de María que en Juan 19, 25 se aclara que esta María era hermana (Aha) de la Ma- dre de Jesu s. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simon y Judas como seguidores del Maes- tro. LOS CATÓLICOS NO ADORAN A MARÍA La Iglesia no se cansa de proclamar que noso- tros honramos a María como lo hacia Jesu s y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecía bíblica (Lc 1, 48) pero la adoracion es u nica y propia de Dios y María es criatu- ra. BOLETÍN PARROQUIAL SAN PEDRO APÓSTOL CATECISMO LA SAGRADA EUCARISTÍA ¿Qué es la Sagrada Eucaristía? La Sagrada Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Senor Jesucristo, con su Alma y Divi- nidad, bajo las apariencias de pan y vino. La palabra “Eucaristía” significa: “Sacrificio para dar gracias”. Ejemplo el sacrificio que ofrecio Abel, el pan y el vino que el sacerdote Melquisedec, por la victoria de Abraham, el sacrificio que cada día se ofrecía en el templo de Jerusalen para dar gracias al Senor Dios. ¿Cuándo instituyó Nuestro Señor Jesucristo la Sagrada Eucaristía? En la ultima cena, cuando convirtio el pan en su Cuerpo y el Vino en su sangre y dio a los apostoles el poder de hacer lo mismo. (Lucas 22, S. Mateo 26, S. Marcos 14) ¿Quiénes tienen el ahora el poder de obtener el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y San- gre de Jesucristo? Obispos y sacerdotes. ¿Cuándo obtienen los sacerdotes que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y sangre de Jesucristo? En la consagracion. ¿Hay en la Hostia pan, o en el Cáliz vino después de la consagración? Solamente los accidentes, del pan y del vino, especias o apariencias como cantidad, color, olor y sabor. ¿Se divide a Jesucristo cuando se divide la Hostia Consagrada? No se divide, queda El todo entero en todas y en cada una de sus partes. ¿A quién recibimos en la sagrada Comunión? A Jesucristo Dios y hombre que esta verdaderamente en la Hostia Consagrada. ¿Para qué instituyó Jesucristo la Sagrada Comunión? Para quedarse mas cerca de nosotros, para aumentarnos su gracia, sus favores y su amistad, y para ser el mismo, el alimento de nuestra alma. ¿Qué otras gracias produce en nosotros la Sagrada Comunión? Aumenta en nosotros el amor a Dios y al projimo; nos perdona pecados veniales y nos preserva de los mortales, y es una senal segura de que resucitaremos para la Vida Eterna. ¿Qué disposiciones debemos tener para poder comulgar dignamente? Debemos estar en gracia de Dios, no haber comido desde una hora antes, y acercarnos con respeto y devocion. ¿Qué deben de hacer para comulgar dignamente los que se hallan en pecado mortal? Deben confesarse, para comulgar dignamente, pues no les basta en este caso hacer un acto de con- tricion. La propia condenacion. ¿Pueden comulgar sin confesarse los que solamente tienen pecados veniales? Pueden comulgar, los pecados veniales no hacen perder la gracia santificante, o amistad con Dios. Acto de contricion perfecto. ¿Cuál es el ayuno prescrito por la Iglesia para comulgar? No haber comido ni bebido una hora antes de la comunion. Agua, medicinas, siempre. ¿Quiénes pueden comulgar sin guardar ningún ayuno? Parroquia San Pedro Apóstol – Calle: Maza 1420 – Tel. 260-4421221 Domingo 24 de Julio de 2016 – Año I – Número 004– San Rafael Mza.

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SANTISIMA VIRGEN MARÍA

MARÍA COOPERA EN NUESTRA SALVACIÓN Esta cuestio n divide a cato licos y protestantes. Los cato licos dicen que Ma-rí a, al convertirse en Madre de Dios, ha cooperado a la realiza-cio n de nuestra salvacio n (por su escucha, su servicio de in-tercesio n como en Cana , etc.). Pero eso no significa sin embargo que Marí a sea una segunda mediadora al lado de Cristo, como si an adiera alguna cosa a la obra de E l. Marí a esta en efecto, como nosotros, del lado de los salvados. MARIA CORREDENTORA Actualmente hay un movimiento que propone al Papa la aprobacio n del 5º dogma de Marí a Corredentora. El tí tulo Ma-riano “Corredentora”, se refiera a la participacio n u nica de Marí a en la obra de nuestra redencio n llevada a cabo por Jesucristo. Es un paso ma s a su cara cter de cooperadora en la salvacio n. El te rmino como ha sido usado por la Iglesia nunca pone a Marí a en nivel de igualdad con Jesucristo, el divino redentor. Sin embargo, la libre y activa cooperacio n humana de la Madre de Jesu s en la redencio n, particularmente en la Anunciacio n y en el Calvario, es correctamente reconocida por el magisterio y las ensen anzas papales del Concilio Vati-cano Segundo –Ver “Lumen Gentium” Nos. 56, 57, 58 y 61– y se convierte en un ejemplo preeminente de co mo el Cristiano esta llamado a hacerse un “co-trabajador con Dios”. MADRE DE LA IGLESIA Los primeros cristianos han concedido mucho valor a la presen-cia de Marí a al pie de la cruz de su hijo, Jesu s. Se acuerdan de estas palabras dichas a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19,27). La expresio n Madre de la Iglesia no ha visto la luz hasta el fin del concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI proclamo entonces a Marí a Madre de la Iglesia, es decir Madre de sus fie-les y de sus pastores. MARÍA MEDIANERA DE TODS LAS GRACIAS Todas las Gracias vienen a trave s de Ma-ria porque Jesucristo El Salvador del mundo viene a trave s de ella. No hay mayor Gracia aparte de Jesu s. Todas las gracias vienen a nosotros a trave s de Maria porque su intercesio n es un prea mbulo a todas las gracias. ¿TUVO MARIA MÁS HIJOS? En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro her-manos de Jesu s, Santiago, Jose , Judas y Simo n los cuales nunca son llamados hijos de Marí a. La palabra hebrea “Aha” se utiliza como hermano, tí o, primo, pariente; por ejemplo en Ge nesis 13, 8 se menciona a Lot como hermano de Abraham, sin embargo son tí o y so-brino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a Jose y Santiago hijos de Marí a que en Juan 19, 25 se aclara que esta Marí a era hermana (Aha) de la Ma-dre de Jesu s. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simo n y Judas como seguidores del Maes-

tro. LOS CATÓLICOS NO ADORAN A MARÍA La Iglesia no se cansa de proclamar que noso-tros honramos a Marí a como lo hacia Jesu s y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecí a bí blica (Lc 1, 48) pero la adoracio n es u nica y propia de Dios y Marí a es criatu-ra.

BOLETÍN PARROQUIAL

SAN PEDRO APÓSTOL

CATECISMO LA SAGRADA EUCARISTÍA ¿Qué es la Sagrada Eucaristía? La Sagrada Eucaristí a es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Sen or Jesucristo, con su Alma y Divi-nidad, bajo las apariencias de pan y vino. La palabra “Eucaristí a” significa: “Sacrificio para dar gracias”. Ejemplo el sacrificio que ofrecio Abel, el pan y el vino que el sacerdote Melquisedec, por la victoria de Abraham, el sacrificio que cada dí a se ofrecí a en el templo de Jerusale n para dar gracias al Sen or Dios. ¿Cuándo instituyó Nuestro Señor Jesucristo la Sagrada Eucaristía? En la u ltima cena, cuando convirtio el pan en su Cuerpo y el Vino en su sangre y dio a los apo stoles el poder de hacer lo mismo. (Lucas 22, S. Mateo 26, S. Marcos 14) ¿Quiénes tienen el ahora el poder de obtener el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y San-gre de Jesucristo? Obispos y sacerdotes. ¿Cuándo obtienen los sacerdotes que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y sangre de Jesucristo? En la consagracio n. ¿Hay en la Hostia pan, o en el Cáliz vino después de la consagración? Solamente los accidentes, del pan y del vino, especias o apariencias como cantidad, color, olor y sabor. ¿Se divide a Jesucristo cuando se divide la Hostia Consagrada? No se divide, queda E l todo entero en todas y en cada una de sus partes. ¿A quién recibimos en la sagrada Comunión? A Jesucristo Dios y hombre que esta verdaderamente en la Hostia Consagrada. ¿Para qué instituyó Jesucristo la Sagrada Comunión? Para quedarse ma s cerca de nosotros, para aumentarnos su gracia, sus favores y su amistad, y para ser el mismo, el alimento de nuestra alma. ¿Qué otras gracias produce en nosotros la Sagrada Comunión? Aumenta en nosotros el amor a Dios y al pro jimo; nos perdona pecados veniales y nos preserva de los mortales, y es una sen al segura de que resucitaremos para la Vida Eterna. ¿Qué disposiciones debemos tener para poder comulgar dignamente? Debemos estar en gracia de Dios, no haber comido desde una hora antes, y acercarnos con respeto y devocio n. ¿Qué deben de hacer para comulgar dignamente los que se hallan en pecado mortal? Deben confesarse, para comulgar dignamente, pues no les basta en este caso hacer un acto de con-tricio n. La propia condenacio n. ¿Pueden comulgar sin confesarse los que solamente tienen pecados veniales? Pueden comulgar, los pecados veniales no hacen perder la gracia santificante, o amistad con Dios. Acto de contricio n perfecto. ¿Cuál es el ayuno prescrito por la Iglesia para comulgar? No haber comido ni bebido una hora antes de la comunio n. Agua, medicinas, siempre. ¿Quiénes pueden comulgar sin guardar ningún ayuno?

Parroquia San Pedro Apóstol – Calle: Maza 1420 – Tel. 260-4421221 Domingo 24 de Julio de 2016 – Año I – Número 004– San Rafael Mza.

ANÉCDOTAS DE SANTOS

ASUNCION DE LA SSMA. VIRGEN MARÍA SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO Motivos de que la Virgen María fuera al cielo en cuer-po y alma. 1º Si la muerte es la consecuencia del pecado original y los dema s pecados que cometemos los hombres. Marí a es concebida sin pecado, y no cometio pecado alguno en su vida. Luego no era para que este cuerpo impecable, sin pecado, fuera corrompido en el sepulcro hasta la resurreccio n. Es Ella la que ma s merece con diferencia la gloria del cielo en cuerpo y alma. 2º Es de sentido comu n, si nosotros lo hubie ramos po-dido elegir a nuestra madre, hubie ramos elegido a la que tenemos, pero, adorna ndola de los mayores privile-gios, la ma s pura, la ma s buena, la ma s guapa, y que no

se nos muera nunca, peri si tení a que morir nos la llevarí amos con nosotros para tenerla siempre en cuerpo y alma. Cualquier buen hijo, hubiera hecho lo posible para que el cuer-po de su madre no pasara por el sepulcro, (aunque tuviera que morir). Cuanto ma s Jesu s, que era Dios y podí a hacerlo, y lo hizo. Consecuencia de la Asunción de la Virgen nuestra Madre para nosotros su hijos. 1ª Es alegrarnos por Ella, nuestra Madre que esta en el cielo en cuerpo y alma. Alegrí a por la Asuncio n de la Virgen al cielo. Ella no fue preservada en la tierra de los sufrimientos. Bele n, no habí a sitio en la posada, y da a luz en una cuadra. Egipto, desconocido pero tu-vieron que huir por miedo al peligro que corrí a el Nin o con el Rey Herodes. Nazaret, ho-gar pobre y en que tení an que ganarse el pan con el sudor de su frente. Jerusale n, pierde al Nin o en el Templo, y despue s en el calvario viendo sufrir a su Hijo, el inocente conde-nado por los culpables, y puesto muerto en los brazos de su Madre. Alegrí a, porque esa mujer sencilla y que tanto sufrio en la vida, ahora es coronada de gloria en el cielo. (Si no nos alegramos, no la queremos). 2ª Es la esperanza del cielo para nosotros sus hijos. Nos recuerda esta fiesta, que el cielo no es solamente para Dios Padre y sus A ngeles, sino, tambie n para su Hijo Jesucristo, que esta allí desde su (Ascensio n). No solo es para ellos, (que podí a serlo), sino, que tambie n esta en el cielo la Virgen desde su (Asuncio n). Y para nosotros que somos tambie n (ciudadanos del cielo, moradores de la casa de Dios). Luego nuestra casa definitiva es el Cielo, no la tierra, en la que estamos de paso, nuestra meta, nuestro lugar es donde esta nuestro Padre Dios y nuestra Madre la Virgen. 3ª Es vivir en la tierra preparando el camino para ir al cielo. Dios lo quiere que vayamos al cielo. Así lo dijo Jesu s. “Me voy junto a Padre, cuando os haya preparado un sitio, ven-dre y os llevare con migo”. Ella esta ahora ma s cerca del trono de su Hijo, tiene ma s cre dito para hacerle recibir nues-tras plegarias y procurarnos el socorro. ¿Que podra negar su hijo a una Madre tan tiernamente amada? A La Virgen le decimos <<Puesta del cielo>>. Hemos de pasar por Ella para entrar en el cielo,. Pongamos los medios, porque nada manchado puede entrar en el cielo, y debemos aspirar a ir al cielo derechos, donde esta Dios, los A ngeles, los Santos, nuestros seres queridos, y desde su Asuncio n al cielo en cuerpo y alma, esta nuestra Madre querida la Virgen Marí a.

FE Y TRADICION

EL CORREO INDIO DE SAN MARTIN

Esperando el momento propicio para entrar en Lima, capital del Perú, San Martín estableció

su campamento en Huaral. En Lima contaba con numerosos partidarios de la Independen-

cia; pero no podía comunicarse con ellos porque las tropas del general José de la Serna,

jefe realista, detenían a los mensajeros. Una mañana, el general San Martín encontró a un

indio alfarero. Se quedó mirándolo un largo rato. Luego lo llamó aparte y le dijo; -¿Quieres

ser libre y que tus hermanos también lo sean? -Sí, usía... ¡cómo no he de quererlo! - respon-

dió, sumiso, el indio. -¿Te animas a fabricar doce ollas, en las cuales pueden esconderse

doce mensajes? -Sí, mi general, ¡cómo no he de animarme! Poco tiempo después Díaz, el

indio alfarero, partía para Lima con sus doce ollas mensajeras disimuladas entre el resto de

la mercancía. Llevaba el encargo de San Martín de vendérselas al sacerdote Luna Pizarro,

decidido patriota. La contraseña que había combinado hacía tiempo era: “un cortado de cua-

tro reales” Grande fue la sorpresa del sacerdote, que ignoraba cómo llegarían los mensajes,

al ver cómo el indio quería venderle las doce ollas en las que él no tenía ningún interés. Díaz

tiró una de ellas al suelo, disimuladamente, y el sacerdote pudo ver un diminuto papel es-

condido en el barro. -¿Cuánto quieres por todas? Preguntó al indio. .Un cortado de cuatro

reales - respondió Díaz, usando la contraseña convenida. Poco después, el ejército liberta-

dor, usaba esta nueva frase de reconocimiento. -Con días y ollas...

EL SIGNIFICADO DE LA FAMILIA CRISTIANA...

Nuestro Señor Jesucristo, al nacer de mujer y en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos como santa a la Familia de Nazaret, en cuyo seno “Jesús progresaba en sabiduría, en esta-tura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2, 52). Esta familia a la que veneramos y llamamos Sagrada Familia permanecerá para siempre como modelo máximo para ser imitado por todas las familias cristianas, aquí y en todas partes, pues el núcleo familiar es aquel espacio en el que se despliega la abundante gracia de Dios, que nos hace renacer en el bautismo (Homilía en la

Celebración de la Palabra con las familias, Campos Deportivos de Industrial Minera México, Ciudad de

Chihuahua, Mayo de 1990, No. 2)

Queremos contemplar ahora el profundo significado que asume la familia cristiana en los planes de Dios. A ello nos impulsa una vez más la preocupación que sentimos en nuestra mente y en nuestro corazón por el mundo de hoy en el que, con frecuencia, la familia está siendo atacada de mil for-mas. Sabemos de sobra que a medida que se va debilitando el verdadero amor, se oscurece tam-bién la misma identidad del ser humano. Por ello, siento personalmente la necesidad de repetir lo que ya dije con sincero convencimiento al comienzo de mi pontificado: “el hombre no puede vivir sin amor. El que permanece para sí mismo, un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (Redemptor hominis, 10) (Ibidem No. 3, par. 1). La grandeza y la responsabilidad de la familia está en ser la primera comunidad de vida y amor; el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios. Por ello, a los padres cristianos os toca formar y man-tener un hogar en el que germine y madure la profunda identidad cristiana de vuestros hijos: el ser hijos de Dios. Pero vuestro amor de padres podrá hablar de Dios a vuestros hijos sólo si antes vuestro amor de esposos es vivido en la santidad y en la apertura a la fecundidad de la unión matri-monial (Ibidem, No. 3, par. 2).