Sanders, e p - La Figura Historica de Jesus

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Ver HJP, vol 1, p. 358. La inscripcin en realidad denomina a Pilato como el prefecto. Josefo aplica el ttulo de "procurador" al primer gobernador romano de Judea (Guerra 2,117), pero probablemente se trata de una retroproyeccin del perodo posterior. Adems, Josefo y otros que escribieron en griego no siempre dieron las traducciones exactas de los ttulos latinos. Durante el perodo del 41-44, Judea estaba gobernada, no por un administrador romano, sino por uno de los nietos de Herodes, Agripa I.16

Vase la nota de Thackeray sobre Guerra 2,500 (Loeb Classical Library).

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ban, podan hacer llegar su peticin al legado romano de Siria, quien tal vez interviniera. El legado de Siria poda, por ejemplo, enviar al prefecto palestinense a Roma para que respondiera de sus actuaciones. Por ltimo, caba que los subditos fueran autorizados para enviar una delegacin directamente a Roma. Para ello probablemente necesitaban el permiso del legado, y ste poda protegerse reteniendo algunos rehenes para no convertirse en el blanco de la delegacin.19 Ni Augusto ni su sucesor Tiberio queran disturbios o rebeliones. Por consiguiente, Roma a veces era sensible a los ruegos. Durante el perodo aproximado de nuestro estudio, Roma destituy a dos gobernantes nativos (Arquelao y Antipas) y a dos administradores romanos, entre ellos Pilato. Hemos sealado que, en tiempos de los prefectos, el gobierno local estaba en manos de ciudadanos principales; en los pueblos y aldeas judos, quienes gobernaban realmente eran sacerdotes y laicos judos destacados; en los pueblos y aldeas samaritanos, sacerdotes y laicos samaritanos destacados. Judea era mucho ms complicada que Galilea, pues en algunas ciudades haba gran nmero de gentiles, y una de las regiones geogrficas, Samara, no era juda. Sin embargo, podemos centrar nuestra atencin en Jerusaln, ya que es la nica ciudad de Judea importante para la vida de Jess. Jerusaln estaba gobernada por el sumo sacerdote judo y su consejo. Esto era simplemente una vuelta al sistema seguido durante los perodos persa y helenstico, antes de la rebelin asmonea. El sumo sacerdote, a menudo de comn acuerdo con "los jefes de los sacerdotes", a veces con "los poderosos" o "los ancianos" (laicos influyentes), estaba al mando de la polica ordinaria y de los procedimientos judiciales, y aparece mucho solo y en las combinaciones que acabamos de mencionar en los evangelios, en Hechos y en Josefo. Existe la inveterada costumbre de atribuir un papel excesivo de gobierno al consejo, llamado en hebreo "sanedrn". No voy a alegar en este momento razones contra esa visin tradicional del sanedrn y su supuesta autoridad legislativa y judicial; ms bien voy a hablar en general del sumo sacerdote y de su consejo. Resulta apropiado decir que el sumo sacerdote y sus consejeros, tanto oficiales como extraoficiales, gobernaban Jerusaln.20 Debo ofrecer aqu una breve explicacin sobre el modo en que era elegido el sumo sacerdote. El sacerdocio era hereditario; los sacerdotes judos hacan remontar su linaje hasta Aarn, el hermano de Moiss, considerado19

el primer sacerdote (por ejemplo, Ex 28,1). Durante los perodos persa y helenstico, los sumos sacerdotes, que gobernaban la nacin, eran (o eran tenidos por) miembros de la familia de Sadoq, el sacerdote que ungi rey a Salomn (1 Re 1,28-45). Los asmoneos fueron sacerdotes hereditarios; pero no eran sadoquitas. Sin embargo, cuando llegaron al poder, como resultado del xito de su rebelin contra los selucidas, la consecuencia normal fue que el miembro principal de la familia fuera declarado sumo sacerdote. Cuando Simn el asmoneo ascendi al sumo sacerdocio (1 Mac 14,41-49), la familia sadoquita que gobern con anterioridad fue depuesta, aunque el sistema de gobierno a cargo del sumo sacerdote se mantuvo idntico. Aproximadamente cien aos ms tarde, sin embargo, la rebelin de Aristbulo II y de su hijo condujo a la designacin de Herodes como rey, y sta modific el sistema. Herodes no poda pretender ser descendiente de una familia sacerdotal. Mientras fue rey, se limit a designar a los sumos sacerdotes. Cuando Roma depuso a Arquelao y envi un prefecto para gobernar Judea, tambin empez a designar al sumo sacerdote. Ms tarde concedi a veces el derecho de nombrar al sumo sacerdote a un miembro de la familia de Herodes, pero otras veces era el prefecto o procurador de Palestina, o el legado de Siria, quien retena dicho derecho. Durante el perodo del 6 al 66 EC, los sumos sacerdotes fueron elegidos siempre de una de las cuatro familias de sacerdotes aristocrticos. Los sumos sacerdotes, como funcionarios polticos sujetos a nombramiento, no tuvieron el mismo prestigio ni autoridad que los sumos sacerdotes de perodos anteriores (los sadoquitas, seguidos por los asmoneos), pero, no obstante, tuvieron algn prestigio y mucha autoridad. Por lo general, gobernaron Jerusaln con xito durante sesenta aos (del 6 al 66 EC). En Jerusaln, pues, aun cuando Judea estuvo formalmente bajo mandato romano "directo", los dirigentes judos controlaban las cuestiones cotidianas. Los magistrados eran judos y decidan segn la ley juda, las escuelas eran judas y la religin era juda. El sumo sacerdote y su consejo tena una amplia gama de responsabilidades. Por ejemplo, se les exiga que organizaran el pago del tributo y que hicieran llegar el dinero y los bienes a la persona adecuada.21 Los guardias del Templo patrullaban Jerusaln bajo las rdenes del sumo sacerdote. Durante la guerra civil que acompa a ia rebelin juda (66-74 EC), 8.500 guardias murieron defendiendo a Ann, antiguo sumo sacerdote.22 Esto puede dar idea de la mxima fuerza

21 22

Guerra 2,407.

Para un ejemplo narrativo de los aspectos de este procedimiento, vase infra p. 289.10

Guerra 4,313; cf. 4,206, 6.000. No todos esos hombres eran guardias del Templo en tiempos de paz. Es probable, sin embargo, que hubiera varios miles de guardias en total, que normalmente desempeaban su funcin por turno, lo mismo que los sacerdotes.

Vase P&B, cap. 21.

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policial disponible. Antes hicimos notar que, durante las fiestas, el prefecto vena a Jerusaln con tropas romanas de refuerzo por si acaso haba problemas. El sumo sacerdote era un gobernante adecuado por tres razones: el gobierno del sumo sacerdote era tradicional; los judos reverenciaban su cargo; el prefecto romano lo consideraba portavoz oficial de y ante la poblacin de Jerusaln. Hemos tratado suficientemente el carcter tradicional del mandato sacerdotal: los sumos sacerdotes haban gobernado la Palestina juda desde aproximadamente el 445 al 37 AEC. Los otros dos puntos requieren algo ms de explicacin. Al pueblo no le gustaron algunos de los individuos que desempearon el cargo de sumos sacerdotes durante el perodo romano; la turba dio caza y mat a un antiguo sumo sacerdote cuando la rebelin contra Roma estall en el 66 EC. Otros sumos sacerdotes, no obstante, fueron respetados. El primer gobierno revolucionario, elegido por aclamacin popular, fue encabezado por dos antiguos sumos sacerdotes; la turba saba distinguir al bueno del malo. Pero tanto si el sumo sacerdote era personalmente querido como si no, la reverencia por su cargo era profunda y autntica. Primero Herodes y luego Roma se apoderaron de las vestiduras del sumo sacerdote, y slo las soltaban en ocasiones especiales. Con ellas puestas, posea demasiada autoridad. Casos relativos al control de las vestiduras, y por tanto a la designacin del sumo sacerdote, fueron remitidos ms de una vez directamente al emperador romano para que decidiera. Era realmente importante quin controlaba las vestiduras y el cargo; era importante porque el hombre que ocupaba el cargo era intermediario no slo entre Roma y la plebe, sino tambin entre Dios y su pueblo. Era el nico que el da de la expiacin entraba en el Santo de los Santos y quien realizaba la expiacin por los pecados del pueblo de Israel. Presumiblemente, haba personas a las que no les gustaba el sistema, personas que no queran ser regidas por el sumo sacerdote y que hubieran preferido un gobernante que fuera directamente responsable ante un consejo. No obstante, tenan que aprobarlo. Los romanos consideraban que el sumo sacerdote era en Jerusaln la autoridad responsable. Si el pueblo quera tratar con Roma, lo haca a travs del sumo sacerdote. Si Roma quera comunicarse con el pueblo, el prefecto convocaba al sumo sacerdote. Si las cosas iban mal, se responsabilizaba de ello al sumo sacerdote. El sumo sacerdote de tiempos de Jess fue Jos Caifas. Fue un xito: ocup el cargo diecisiete aos, ms tiempo que ningn otro sumo sacerdote bajo el mandato romano; y durante diez de dichos aos, Pilato fue el prefecto. Presumiblemente colaboraron bien.

Puesto que son muchos los lectores y estudiosos del Nuevo Testamento que han imaginado que Jess vivi en un contexto donde el pueblo era oprimido cada da por soldados y funcionarios romanos, y algunos estudiosos afirman actualmente que en las ciudades judas haba una poblacin gentil importante, deseo recalcar de nuevo la situacin real.23 En Galilea en absoluto haba presencia romana oficial. Los gentiles de habla griega vivan en las ciudades que haban habitado desde haca mucho tiempo, y que formaban una especie de media luna alrededor de Galilea: haba ciudades gentiles al este, al norte y al oeste.24 En la Galilea geogrfica haba una ciudad gentil, Escitpolis, pero era independiente de la Galilea poltica. En Judea, la presencia romana oficial era muy pequea. All resida un solo romano de alto rango que contaba con el apoyo de un puado de soldados. Dicho romano y su pequea fuerza militar vivan entre muchos otros gentiles en Cesrea, rara vez iban a Jerusaln, y no hicieron nada por introducir las leyes y costumbres grecorromanas en las partes judas del pas. En Jerusaln no haba presencia gentil relevante. En lugar de la imagen de soldados romanos que patrullan los pueblos y aldeas de Palestina obligando a los judos a llevar su bagaje y haciendo que tenderos y campesinos atiendan a todos sus gustos, debemos pensar en unos pocos soldados romanos, agrupados, que viven en una sola ciudad o en sus alrededores, con tan solo minsculas avanzadas que ocupan fortalezas en un territorio potencialmente hostil. El poder fctico estaba en manos de los aristcratas y ancianos locales. Desde el punto de vista cultural, el emperador y el senado de Roma no pretendan que los judos de Judea se romanizaran. Pese a la opinin de algunos estudiosos del Nuevo Testamento, Roma no "se anexion" Palestina - n i siquiera Judea, aunque era provincia romana-. El prefecto no impuso las instituciones grecorromanas educacionales, civiles, religiosas o legales a la poblacin juda. No se esperaba que Judea llegara a ser como la Galia, sembrada de colonias romanas, con zonas que disfrutaban de los derechos romanos, etc. Los intereses de Roma eran bastante limitados: una regin estable entre Siria y Egipto. Roma ni siquiera estaba interesada en el beneficio econmico. El beneficio llegaba de Egipto y de Asia Menor, y esos pases deban ser protegidos contra la invasin de los partos; Palestina estaba situada entre ambos. No tenemos datos suficientes sobre impuestos y gastos para saber si Roma perda dinero en la administracin de Judea, pero es posible que as fuera. Los prefectos y procuradores, en un

23 Trato ms detenidamente algunos de estos temas, especialmente la cuestin de las instituciones grecorromanas, en mi artculo de prxima aparicin: "Jess in Historical Context", Theology Today, oct. 1993 o ene. 1994. 24

Vase adems infia captulo 8.

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grado u otro, se llenaban los bolsillos. Ese dinero se consideraba acompaamiento natural del servicio prestado en un ambiente "brbaro" y hostil. A finales de los aos veinte y principios de los treinta, la Palestina juda no se tambaleaba al borde de la rebelin. Josefo trat de describir el desgobierno romano y la agitacin juda en una lnea de intensificacin continua a lo largo de las dcadas anteriores a la rebelin, que estall en el 66. Escribi con la perspectiva del tiempo transcurrido, y necesitaba que la frecuencia de los desrdenes y la violencia aumentasen conforme la guerra se acercaba. Muchos estudiosos piensan que en aquel tiempo resultaba evidente que la guerra a gran escala se acercaba cada ao que pasaba, y que una crisis suceda a otra a pasos agigantados. Sin embargo, si se cuentan las sublevaciones y los tumultos que el mismo Josefo menciona, no se ve un incremento constante. Ms bien, las sublevaciones se producan cuando haba cambios en la jefatura o en los procedimientos de gobierno. Hubo estallidos de violencia cuando muri Herodes, cuando Arquelao trat de afirmarse como sucesor de Herodes y cuando Roma depuso a Arquelao. Una vez que Roma tuvo perfectamente controlada la situacin, las cosas se tranquilizaron. Las principales protestas que se produjeron en torno a los aos en que vivi Jess fueron en gran parte no violentas. Pilato hizo desfilar a las tropas por Jerusaln llevando sus estandartes, y esto hiri la sensibilidad juda; quizs los estandartes fueran considerados "imgenes talladas". En cualquier caso, gran nmero de personas fueron a Cesrea a protestar. Cuando Pilato orden a sus tropas que las rodeasen, ofrecieron el cuello desnudo y se declararon dispuestos a morir antes que ver pisoteada la ley. Pilato dio marcha atrs.25 El talante de la poca se puede captar mejor indicando una importante causa potencial de rebelin unos aos ms tarde. Aproximadamente hacia el ao 40, el emperador Gayo (apodado Calgula) decidi hacer erigir una estatua de s mismo - o de Zeus con los rasgos de Gayo- en el Templo de Jerusaln. Esto era verdaderamente alarmante; escribiendo desde Alejandra, el filsofo y estadista judo Filn amenaz con una rebelin a escala mundial. En Palestina, los campesinos judos planearon un huelga agrcola que habra provocado hambre y enormes convulsiones, sin duda acompaadas de disturbios; por lo dems, la reaccin principal fue que una amplia delegacin suplic al legado romano - d e nuevo declarando que preferan la muerte, pero, al parecer, sin blandir armas. El legado, impresionado por el ardor y el nmero de personas que apelaban a l, y por la amenaza de una huelga, demor el cumplimiento de la orden. La situacin se resolvi finalmente a gusto de todos: Gayo fue asesinado.2625 26

En este caso, aproximadamente una dcada despus de la ejecucin de Jess, tenemos una provocacin que ciertamente habra causado un importante derramamiento de sangre si la amenaza contra el Templo se hubiera materializado. Pero no hay indicios de que el pueblo estuviera realmente dispuesto a ir a la guerra. Esto no quiere decir que los judos estuvieran contentos con la situacin de los aos veinte y treinta, ni que Roma y, en sus respectivos dominios, Antipas y Caifas- no tuviera que observar una cautelosa vigilancia. Haba habido un levantamiento armado en el 6 EC, al asumir Roma el control directo de Judea y realizar un censo con fines fiscales, y en los cincuenta, un grupo de entusiastas judos obligaron al procurador a hacer intervenir a tropas fuertemente armadas (vase a continuacin). Segn Josefo, Antipas ejecut a Juan el Bautista porque tema que su predicacin provocara una rebelin. As que el potencial para la guerra exista, tanto en Galilea como en Judea. En Judea poda darse en cualquier momento un incidente que motivara el que un soldado romano desenvainara la espada, y, si eso ocurra, se podan desenvainar otras espadas. Mayor razn an para que Caifas mantuviera Jerusaln controlada y utilizase para ello a sus propios guardias. Parte (quizs la mayor) de la violencia que de hecho se produjo revela una esperanza en la intervencin divina, lo que general (pero errneamente) se denomina "expectacin mesinica": la esperanza de un ungido representante de Dios. Es muy probable que Antipas ejecutara a Juan el Bautista en parte porque proclamaba el juicio venidero.27 Despus del tiempo de Jess, surgieron profetas que reunieron seguidores y prometieron "la liberacin". Uno de ellos, Teudas, al parecer encabez un movimiento no violento. Prometi a sus adeptos que, si le seguan hasta el ro Jordn, ste se partira en dos -presumiblemente anunciando con tal seal un segundo xodo y un tiempo venidero de libertad. El procurador mand la caballera con armamento ligero, que mat a varias personas y volvi con la cabeza de Teudas. Ms tarde, un hombre conocido nicamente por el Egipcio encabez un movimiento que supuso una amenaza ms seria. Segn un relato, prometi a sus seguidores que, si desfilaban alrededor de las murallas de Jerusaln, stas se derrumbaran -probablemente se consideraba un segundo Josu que establecera a Israel en su propia tierra en paz y libertad-. Segn un segundo relato, el Egipcio dirigi a sus seguidores en una carga contra una de las puertas de la ciudad y se encontr con tropas fuertemente armadas que mataron a muchos, aunque el Egipcio se escap. Josefo aade que otros profetas reunieron seguidores

Guerra 2,169-174. Guerra 2,184-205; Filn, Embajada 159,192-215. El mensaje de Juan se analiza ms adelante, pp. 114s.

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en el desierto de Judea y les prometieron "seales de liberacin", o sea, la esperanza de la intervencin divina. Todos fueron reducidos al silencio por Roma.28 Cuando la rebelin finalmente estall en el 66, es casi seguro que muchos se unieron a ella porque crean que Dios estaba dispuesto a liberarlos. El tumulto y el derramamiento de sangre que entonces se produjeron fueron lo bastante serios para forzar al legado de Siria a marchar sobre Jerusaln. Inexplicablemente, levant el asedio, dio media vuelta y se retir, y sus tropas sufrieron una emboscada. Esto debi de parecerles a muchos una seal del cielo.29 Pocos judos, por no decir ninguno, pensaran que podan rebelarse con xito con sus solas fuerzas. Sin embargo, Dios los haba liberado en el pasado y, cuando estuviera dispuesto, volvera a hacerlo (por ejemplo, Vida, 290). Muchos estaban deseosos de empuar las armas cuando los signos de los tiempos fueran lo suficientemente claros. El resultado sera (pensaban) que Dios intervendra y les dara la victoria. Tales esperanzas de asistencia divina no requeran la expectacin de un "Mesas", un descendiente de David alerta y dispuesto a convertirse en rey.30 Ni siquiera requeran la expectacin de que el Reino final y definitivo de Dios estuviera a punto de establecerse. Por tanto, no podemos decir que las esperanzas judas de libertad fueran necesariamente "mesinicas", ni siquiera, ms en general, escatolgicas.31 La rebelin asmonea contra el imperio sirio en el siglo II AEC haba tenido xito por la gracia de Dios, pero los judos no pensaban que el Reino de Dios haba llegado. No podemos saber cuntos de los judos que se unieron a las insurrecciones contra Roma, o que siguieron a un profeta, pensaban que el Reino final estaba a punto de llegar. Es correcto decir, sin embargo, que todos esperaban la asistencia de Dios. Los judos pensaban que Dios controlaba la historia y decida el resultado de todos los acontecimientos importantes. La situacin cambiara decisivamente slo si Dios intervena. Algunos, quizs slo

unos pocos, pensaban que en un futuro cercano establecera su propio reino en la tierra.32

Este captulo ha tratado sobre la historia poltica de Palestina antes y durante la poca de Jess, y especialmente sobre los diferentes ordenamientos polticos y judiciales de Galilea y Judea en los aos veinte y treinta de nuestra era. Hemos abarcado mucho terreno en poco espacio; como pasa siempre que se dan resmenes polticos breves, el lector se ha encontrado con un montn de datos y nombres. Ofrezco a continuacin una lista de los puntos ms oportunos para entender a Jess. 1. En realidad, Roma no gobernaba Palestina en la concrecin del da a da. Gobernaba Palestina indirectamente, bien a travs de un rey, etnarca o tetrarca cliente (ttere), bien a travs de un gobernador permanente, quien a su vez utilizaba a los aristcratas locales, especialmente al sumo sacerdote. 2. En Galilea, durante los aos en que vivi Jess, Antipas fue un tetrarca cliente semiindependiente. Tuvo tanta independencia como su padre, Herodes el Grande, aunque al parecer fue ms blando y menos implacable. Las tropas eran suyas, los impuestos eran suyos (aunque pagaba tributo a Roma), los gobernadores de distrito eran los que l designaba, y los magistrados locales desempeaban sus funciones a su gusto. 3. En los aos veinte y treinta, Judea estuvo bajo el sistema imperial alternativo: un gobernador romano (el prefecto) y un reducido nmero de soldados residan de forma permanente en Palestina, aunque por lo general se mantenan fuera de Jerusaln, la capital, porque los judos era muy sensibles en lo tocante a las ofensas contra su religin en la ciudad santa. El control de lo cotidiano estaba en manos del sumo sacerdote, quien tena consejeros extraoficiales y tambin un pequeo consejo oficial. La mayora de sus consejeros eran aristcratas, y muchos eran sacerdotes aristcratas. 4. La Palestina juda no estaba al borde de la rebelin cuando fue ejecutado Jess. Haba habido tensin entre los judos, especialmente los jerosolimitanos, y Pilato porque ste pase los estandartes romanos por la ciudad. En otra ocasin (que no hemos analizado antes) tambin se apropi de dinero sagrado

28 Guerra 2,258-263; Antig. 20,97-99, 167-172. Teudas y el Egipcio son mencionados en Hch: 5,36; 21,38.

Guerra 2,499-555. Reprospectivamente, Josefo pensaba que Dios haba provocado estos acontecimientos porque haba decidido abandonar su santuario y permitir su destruccin (539). Es decir, la derrota de Cestio envalenton a los judos, que decidieron emprender una guerra a gran escala; esto, a su vez, ocasion su destruccin. En aquel momento, sin embargo, la victoria juda debi de ser considerada como un signo divino de que los judos venceran.30 31

29

Vanse infra pp. 112s. Sobre escatologa, vanse infra pp. 116, 205s. Sobre la gama de distintas esperanzas para el futuro, vase P&B, cap. 14.

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para construir un acueducto, lo que llev a la muchedumbre a protestar, pero los soldados romanos entremezclados entre la multitud rpidamente redujeron a los presuntos alborotadores con porras.33 Pese a todo, no hubo estallidos importantes de violencia durante los diez aos que ocup el cargo (26-36). Unos pocos aos ms tarde, en el 40 o 4 1 , cuando Gayo quiso poner una estatua pagana en el Templo de Jerusaln, hubo una seria amenaza de guerra a gran escala. 5. Pese a la ausencia de violencia importante mientras Pilato fue prefecto, durante el perodo romano existi siempre la posibilidad de una insurreccin seria, tanto en las zonas regidas por gobernantes clientes como en aquellas en las que resida de forma permanente un prefecto o procurador. El mismo Herodes haba tenido miedo de una rebelin, y Antipas tena preocupaciones parecidas. En Judea, el sumo sacerdote y el prefecto tenan que estar vigilantes para impedir el estallido de la violencia, especialmente cuando se reunan, durante las fiestas, multitudes enormes. Pero nada de esto era nuevo. En el mundo antiguo, las grandes multitudes normalmente tenan que ser vigiladas. Adems, la guerra civil marc la historia juda durante todo este perodo. Haba habido rebeliones muy importantes contra uno de los reyes asmoneos, Alejandro Janeo.34 Pompeyo entr en Palestina a causa de la guerra civil entre dos asmoneos. Es decir, el sistema imperial romano no favoreca ms la rebelin que el sistema asmoneo (un rey-sacerdote judo completamente independiente). En tiempos de Pilato, Palestina no estaba especialmente prxima a la rebelin, pero el miedo a sublevaciones s estaba presente, como lo estuvo a lo largo de los perodos asmoneo, herodiano y romano. 6. Muchos judos queran verse libres de la soberana romana y pensaban que tal libertad slo se poda obtener con la ayuda de Dios. La naturaleza y el alcance de ese deseo de cambio

variaban enormemente, tanto como las opiniones sobre el modo en que Dios efectuara dicho cambio. Eran relativamente pocos los judos que esperaban un mesas davdico que liberara a los judos derrotando al ejrcito romano. Unos esperaban un signo grandioso de que el tiempo de la liberacin haba llegado (por ejemplo, el derrumbamiento de las murallas de Jerusaln), mientras que otros probablemente no esperaban sino que Dios fortaleciera las manos de los justos e infundiera terror en el corazn de los soldados romanos.

Guerra 2,175-177. Este incidente demuestra que Pilato poda ser bastante inteligente. Previo que la multitud protestara y plane un medio relativamente suave de castigarla, lo mismo que la polica estadounidense utiliza a veces mangueras de agua a presin contra los manifestantes, o las tropas britnicas usan a menudo balas de goma contra las multitudes en Irlanda del Norte. Las porras mataron a algunos judos, pero, si los soldados de Pilato hubieran sacado las espadas, las posibilidades de un motn mayor, o incluso de una insurreccin, se habran incrementado. Guerra 1,88-98.

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4El judaismo como religin1

En el captulo 1 presupuse cierto conocimiento sobre el judaismo. En ste voy a exponer algunas creencias y prcticas fundamentales que eran comunes en la Palestina juda del siglo I y a ofrecer un brevsimo esbozo de los grupos y partidos principales que en ella existan. En el mundo mediterrneo del siglo I, judos y gentiles coincidan en muchas cosas. La mayora de ellos crean en seres sobrenaturales, en alabar a Dios (o a los dioses) sacrificando animales, y en diversas clases de ritos y purificaciones. En cuestiones ticas tambin haba un amplio campo comn: todos estaban en contra del asesinato, el hurto, el robo y el adulterio. Al ofrecer algunos elementos bsicos del judaismo, voy a hacer hincapi en las ideas teolgicas y las prcticas religiosas que distinguan a los judos de los dems. Empezar por la teologa.

El judaismo comn1. Monotesmo. Los judos crean que solamente exista un Dios verdadero. Haba creado el mundo y todava lo gobernaba.2 Muchos judos crean en otros seres sobrenaturales, ngeles y demonios. El apstol Pablo, que representa la opinin juda habitual sobre estos temas, consideraba que las deidades paganas eran demonios (1 Cor 10,20). E incluso llegaba a denominar al archidemonio, Satans, el "dios de este mundo" (2 Cor 4,4;

1 2

Todos los temas de este captulo se analizan con detalle en P&B.

En las culturas del entorno, haba dioses femeninos y masculinos, pero, en la concepcin juda, Dios era muy claramente masculino. El nuestro es un trabajo histrico, y desfiguraramos las fuentes si nos refiriramos a Dios como "ella".

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para "Satans", vase 2 Cor 11,14). Tales creencias, en la mentalidad de los judos del siglo I, no constituan una negacin del monotesmo. Al final, todos los dems poderes cederan ante el nico Dios (1 Cor 15,24-26; Flp 2,1 Os). Mientras tanto, solamente ese Dios era digno de adoracin. Los gentiles (pensaban los judos) deban de haber sabido ver esto, del mismo modo que una cermica prueba la existencia de un alfarero.3 Los judos, en cualquier caso, eran los receptores de la revelacin y les estaba estrictamente prohibido tener trato con los dioses paganos. 2. La eleccin divina y la ley. Los judos crean que Dios haba elegido a Israel y haba establecido una alianza con el pueblo judo, una alianza que obligaba al pueblo a obedecer a Dios y obligaba a Dios a guiar y proteger al pueblo. Los tres momentos ms importantes en la historia del establecimiento de esta alianza fueron la llamada de Abraham (Gn 17), el xodo de Egipto (Ex 14) y la revelacin de la ley divina a Moiss en el monte Sina (desde Ex 19,16 hasta el final de Deuteronomio). 3. Arrepentimiento, castigo y perdn. Quienes transgredan la ley deban hacer reparacin si sus delitos perjudicaban a otros, arrepentirse y ofrecer un sacrificio. Las transgresiones que no perjudicaban a otros (como trabajar por descuido en sbado) exigan arrepentimiento y sacrificio. Dios siempre perdonaba al pecador arrepentido. Quienes no se arrepentan quedaban sujetos al castigo divino, que se manifestaba, por ejemplo, en la enfermedad. Si aceptaban esto como correctivo divino por sus delitos, seguan siendo dignos miembros de la alianza.4 En general, el mismo sistema se aplicaba a la nacin en su conjunto. Sus transgresiones conducan al castigo nacional, como la cautividad de Babilonia, y las calamidades conducan a la contricin humilde. Dios siempre redima a su pueblo, y, pese a sus faltas, su pueblo siempre permaneca fiel a l.

habl a travs de profetas. Los israelitas eran el pueblo propio de Dios; l haba prometido defenderles y hacerlos grandes, y asegur su redencin. Esta promesa era parte esencial de la eleccin. En el siglo I, "redencin" tena diversos significados (como ya hemos visto, pp. 49-51). Unos judos esperaban la redencin nacional en un sentido bastante mundano, socio-poltico; otros esperaban la redencin individual a la hora de la muerte; otros ms, un gran acontecimiento que transformara el mundo, exaltara a Israel por encima de las dems naciones y convencera a los gentiles para que se convirtieran. Mientras esperaban, los judos tenan que observar la ley de Dios y buscar el perdn de Dios si la transgredan. Estas creencias constituan el ncleo de la "ortodoxia" ("la opinin correcta") juda. Inherente a ellas es la exigencia de la "ortopraxis" ("la prctica correcta"). A continuacin vamos a enumerar algunas de las principales prcticas que caracterizaban a los judos observantes, sealando tambin de manera especial lo que distingua a los judos de los gentiles. 1. Los judos tenan que adorar o servir a Dios (obligacin implcita en el segundo de los diez mandamientos, que prohibe "el servicio" a los otros dioses: Ex 20,4; Dt 5,8). Esto supona, sobre todo, adorarle en el Templo de Jerusaln. La Biblia exige que los varones judos acudan al Templo tres veces al ao, en las fiestas de peregrinacin. En el siglo I, la dispersin de la poblacin juda haca esto imposible; los judos procedentes de las regiones ms remotas de Palestina probablemente iban al Templo una vez al ao, pero los que vivan en otros pases (llamados colectivamente la dispora) muy rara vez realizaban la peregrinacin. Acudieran o no, los judos pagaban el impuesto del Templo, que sufragaba los sacrificios ofrecidos en nombre de toda la comunidad. El culto judo, sin embargo, no estaba limitado al Templo. Dt 6,4-6 exige que los judos recuerden los mandamientos principales dos veces al da ("cuando te acuestas y cuando te levantas"). La mayora de los judos probablemente obedecan las instruciones de este pasaje: lo primero que se haca por la maana, y lo ltimo por la noche, era repetir lo esencial del texto de Dt 6 ("ama al Seor tu Dios con todo tu corazn...") y algunos de los mandamientos ms bsicos. Tambin utilizaban estos momentos de la maana y del atardecer para la oracin. La mayora de las comunidades judas, si no todas, tenan sinagogas, llamadas generalmente en griego "casas de oracin", donde el pueblo se reuna el sbado para estudiar la ley y orar. As, adems de adorar a Dios ocasionalmente en el Templo de Jerusaln, los

Los hechos que establecieron la alianza (la llamada de Abraham, el xodo y la entrega de la ley) dieron a Israel su carcter decisivo, pero la revelacin de Dios a la nacin, y su actuacin en favor de sta, no termin con Moiss. Dios dio la tierra de Palestina a los israelitas. Posteriormente3 4

Sab 13,1; Rom 1,20.

Sobre la secuencia transgresin-enfermedad como castigo de Dios-perdn, vase como ejemplo 1 Cor 11,27-32.

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judos lo adoraban diariamente en sus casas y semanalmente en la sinagoga. (Trataremos de las sinagogas con ms detalle en el captulo 8.) 2. Los judos circuncidaban a. sus hijos varones al poco de nacer. Este fue el requerimiento impuesto al pueblo por la alianza con Abraham (Gn 17). 3. Los judos no trabajaban en sbado, el sptimo da de la semana (cuarto mandamiento, Ex 20,8-11; Dt 5,12-15). La Biblia hace extensivo el da de descanso a la familia entera, a los siervos, a los extranjeros que vivan en poblaciones judas y al ganado. Adems, cada ao sptimo los agricultores judos de Palestina se abstenan de cultivar sus campos, y hasta la tierra descansaba. 4. Los judos evitaban ciertos alimentos por considerarlos "impuros" y "abominables" (Lv 11; Dt 14). El cerdo y los mariscos son los dos alimentos ms famosos prohibidos por la Biblia, pero hay muchos otros, como las aves de presa, los roedores y la carroa. 5. Antes de entrar en el Templo, los judos tenan que purificarse. Las principales fuentes de impureza eran el semen, la sangre menstrual, otras emisiones de la zona genital (como las causadas por la gonorrea y el aborto), el parto y los cadveres (Lv 11; 15; Nm 19). La purificacin religiosa previa al culto en el templo era parte integrante de toda religin en la antigedad. La ley juda requera que los procesos corporales ms ntimamente conectados con la vida y la muerte se mantuvieran alejados de lo que era santo e inmutable: la presencia de Dios. En el siglo I, algunos grupos ampliaron las normas de pureza ms all de los requerimientos bblicos fundamentales. Por ejemplo, algunos se lavaban las manos antes de la oracin; otros, antes y despus de los comidas.

ficar; eran comunes las aspersiones y los lavatorios de manos. En Palestina, y posiblemente en algunos lugares de la dispora, los judos sumergan en agua el cuerpo entero, prctica nica (hasta donde alcanzo a saber). Casi todas las culturas tienen leyes alimentarias, aunque pocas las atribuyen a Dios. Buitres, comadrejas, ratas, mosquitos y cosas por el estilo son peculiaridad de pocos mens. Los griegos y romanos por lo general no coman perro. La prohibicin juda del cerdo y del marisco es casi nica, pero los sacerdotes egipcios se abstenan del cerdo. La circuncisin es un dato ms complicado. En este caso vuelve a existir un paralelo con los sacerdotes egipcios, y otros semitas tambin circuncidaban a los varones. Pese a ello, los judos eran famosos por exigir la circuncisin, pues sta ocupaba un lugar muy importante en su cultura. Dado que los estudiosos modernos del Nuevo Testamento a menudo atacan - y la palabra no es demasiado fuerte- a los judos del siglo I por observar algunas de estas leyes (especialmente los mandamientos que regulaban los sacrificios, los alimentos y la pureza), deseo hacer hincapi en que tales crticas equivalen nicamente a decir que los antiguos judos no eran cristianos protestantes modernos o humanistas profanos idea que se podra justificar con menos animosidad y autocomplacencia que la desplegada por esos estudiosos cuando tratan del judaismo. Los judos no eran nicos por tener leyes y costumbres, ni por tener leyes y costumbres relativas a esos asuntos. Quien ms, quien menos, todo el mundo las tena. Aun cuando las prcticas judas tenan paralelos en otras religiones antiguas, los gentiles consideraban las observancias judas dignas de atencin, y algunos las ridiculizaban. Pensaban que era raro tener un templo sin dolo, y antisocial negarse a adorar a los dioses de Grecia y Roma. Tambin pensaban que las leyes alimentarias judas eran extraas, puesto que el cerdo era la carne favorita en los pases mediterrneos. La negativa juda a trabajar en sbado era la tercera prctica que ms atraa el comentario gentil. La razn de que estas observancias judas llamasen la atencin era que los judos eran muy fieles a sus costumbres. Los que vivan en la dispora en algunas regiones eran muy numerosos no se integraban en y la cultura comn. Esta negativa tena una explicacin obvia, explicacin que revela tambin la cualidad ms distintiva del judaismo. Lo que verdaderamente diferenciaba al judaismo era el hecho de que la Biblia incluyera tantas prcticas en el apartado de "mandamientos divinos". Las "costumbres" judas eran mandatos de la ley que Dios entreg a Moiss en el monte Sina. Mientras que cada cual tena leyes alimentarias convencionales, los judos tenan mandamientos divinos que regulaban el uso de los alimentos. Lo ms sorprendente de la ley juda es que pone la totalidad de la vida, incluidas las prcticas civiles y domsticas, bajo la autoridad de Dios. Los judos no eran libres para asimilarse: no podan guardar las fiestas de los dems pueblos y renunciar a las propias; no podan comer algunos de

stas son las principales cuestiones prcticas que distinguan a los judos del resto de la humanidad. Esto no significa que fueran nicas en su especie. Ni mucho menos: slo eran concreciones particulares de prcticas generales ampliamente difundidas en el mundo antiguo. Todos los pueblos adoraban a sus dioses sacrificando animales, y todos mantenan templos. Los judos se distinguan por tener solamente un templo y por adorar solamente a un Dios. Asimismo, en el mundo grecorromano todos guardaban das santos, pero no el da sptimo de cada semana. Los griegos y romanos se purificaban cuando entraban en los templos y antes de sacri-

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los alimentos que otros pueblos coman. Desde la perspectiva juda, estas y otras muchas costumbres no eran meras convenciones sociales: estaban decretadas por Dios. En el judaismo, la "religin" no era slo festividades y sacrificios, como suceda en la mayor parte del mundo grecorromano, sino que abarcaba todas las dimensiones de la vida. "La religin rige todos nuestros actos, ocupaciones y palabras; ninguna de estas cosas qued sin examinar o determinar por nuestro legislador" (Josefo, Apin 2,171). Todas las culturas piensan que los comerciantes deben usar balanzas exactas; los judos atribuan a Dios el mandamiento de usar pesos y medidas justos (Lv 19,35s). Todas favorecan en teora las obras de caridad; en la Biblia hebrea, Dios las exige y especifica cmo se deben llevar a cabo (Lv 19,9s). Esto significa que en el judaismo Dios exiga la moralidad en la vida pblica y privada. Cuando el Levtico atribuye las leyes morales al mismo Dios que exige la pureza, con ello eleva las leyes morales. El mundo antiguo crea realmente en Dios (o en los dioses), y todos los pueblos pensaban que las ordenanzas divinas les exigan purificarse y ofrecer sacrificios. Todo lo dems era de rango inferior en funcin de su fuente y perfeccin. Eljudaismo elevaba todas las dimensiones de la vida al mismo nivel que el culto a Dios (vase especialmente Lv 19). Atribua a Dios la opinin de que la honradez y la limosna eran tan importantes como las purificaciones.

tierra. Dios exiga el descanso el da sptimo, y el mandamiento se extiende a las bestias de labor {Apin 2,213). Josefo incluso llama a esto filantropa. Por qu decret Dios el ao sabtico? Podra haber prohibido a los judos trabajar durante el ao sptimo, pero no lo hizo; orden que la tierra se dejara en barbecho. Si se hubiera limitado a prohibir el trabajo judo, la tierra podra haber sido arrendada a los gentiles. Obviamente, Dios actu (segn Filn) "por consideracin hacia la tierra" {Hypothetica 7,18). Filn, despus de comentar estas ideas y otras parecidas, se dio cuenta de que muchos lectores (que nada saban de ecologa, ni de derechos de los animales) encontraran todo eso trivial, y sali al paso de esta crtica: "Esas cosas no tienen ninguna importancia, dirs tal vez; sin embargo, es grande la ley que las ordena, y siempre vigilante la atencin que sta requiere" {Hypothetica 7,9). A los ojos judos, la grandeza de la ley estriba, en parte, en el hecho mismo de que abarca todas las trivialidades de la vida y de la creacin. Josefo tambin pensaba que Moiss haba estado acertado al no dejar "nada, aunque fuera insignificante, a la discrecin y el capricho del individuo" {Apin 2,173). Los rabinos comentaron sobre esta misma idea, aunque no en relacin con los animales: "Ben Azzai dijo: Corre a cumplir el deber ms ligero lo mismo que el ms pesado, y huye de la transgresin, pues un deber arrastra otro consigo, y una transgresin arrastra consigo otra" {Abot 4,2). En este pensamiento, la vida se ve como un todo sin costuras. En cualquier situacin se puede cumplir o transgredir la voluntad de Dios, y una cosa conduce a otra. El universo es el jardn de Dios; los seres humanos no son sus nicas criaturas.7

Hoy en da, la mayora de quienes evalan las religiones lo hacen desde una perspectiva humanista: buena religin es aquella que inculca valores humanos. Algunos van ms lejos e indagan sobre la postura de una religin ante la totalidad del cosmos. Los pensadores judos del siglo I estaban dispuestos a evaluar su propia religin y a defenderla con razones humansticas, y algunos sealaron sus ventajas para las partes no humanas del mundo. Los judos reclamaban para s la virtud generalmente alabada de la filantropa, "el amor por toda la humanidad". 5 Los maestros judos podan resumir la ley citando Lv 19,18, que manda amar al prjimo.6 Una de las virtudes de la ley, sealaba Josefo, era que exiga consideracin con los enemigos en la guerra; por ejemplo, prohiba a las tropas judas talar los rboles frutales de los enemigos (Dt 20,19; Apin 2,212). Quizs la defensa "humanstica" ms sorprendente de la ley se ve cuando miramos, ms all de la vida humana, al bienestar de los animales, las plantas y la

Los sacerdotes y los partidos: la cuestin del liderazgoComo la ley abarcaba todas las dimensiones de la vida, uno de los requisitos para ser dirigente era el conocimiento de la ley. Un militar como Herodes poda tomar el control poltico de la Palestina juda sin ser especialista en la Escritura y tradicin judas. Pero hasta Herodes tena cuidado de no transgredir las leyes y costumbres judas de manera demasiado flagrante.8 Esto demuestra que era prudente, pero tambin significa que tena

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Este prrafo est tomado de P&B, pp. 248s.

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Apin 2,146; Filn, Leyes especiales 4,97; y en otros lugares.

Tob 4,15; Shabbat 31a; Filn, Hypothetica 7,6. Sobre resmenes de la ley y epigramas basados en Lv 19,18, vanse E. P. Sanders, Jewish Latvfrom Jess to the Mishnah (en adelante JLJM), 1990, pp. 69-71; P&B, pp. 192-194, 257-260.

Herodes observ una norma de pureza superestricta al construir el Templo: se adiestr a sacerdotes como albailes para que los laicos no entrasen en los recintos ms sagrados {Antig. 15,390). En el mbito domstico, Herodes mand hacer piscinas religiosas de inmersin para su propio uso, el de su familia y el del personal a su servicio (vase P&B, pp. 225-227; con ms detalle, JLJM, pp. 219221). Herodes no coloc imgenes censurables en sus monedas, como su propio

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consejeros expertos. Casi por definicin, los especialistas en ley religiosa desean que la gente asuma sus opiniones y acepte sus interpretaciones de lo que es una conducta correcta. Los especialistas religiosos se ven espontneamente a s mismos como los intermediarios a travs de los cuales se da a conocer la voluntad de Dios. En la Palestina del siglo I exista una rivalidad considerable entre los especialistas que intentaban dirigir al pueblo. Las circunstancias polticas y militares suponan que, ciertamente, en algunos mbitos de la vida no poda darse rivalidad entre aspirantes a dirigentes. Para la mayora de los judos, careca de sentido el tener opiniones sobre algunas grandes cuestiones, tales como la poltica exterior; un dirigente que hubiera sostenido que Dios quera que los judos se aliaran con los partos (por ejemplo) habra tenido una carrera muy corta. Pese a esas limitaciones, gran parte de la vida no estaba controlada por Roma, Antipas ni Pilato. Cada familia concreta tena cierta libertad de eleccin sobre cmo observar el sbado, cmo guardar las fiestas, qu alimentos comer, cundo evitar las relaciones sexuales (a causa del perodo menstrual de la mujer), etc. Estos temas, junto con muchos otros de gran importancia en la vida diaria, eran tratados en su totalidad por la ley mosaica, la cual, a su vez, deba ser interpretada. Por ejemplo, los diez mandamientos incluan la prohibicin de trabajar en sbado (Ex 20,8-11; Dt 5,12-15), pero la Biblia hebrea da muy pocas definiciones concretas de "trabajo". Prcticamente todos los judos queran obedecer sus leyes y, por tanto, necesitaban saber lo que podan o no podan hacer los sbados. Asimismo, la Biblia prohibe las relaciones sexuales cuando la mujer est menstruando (Lv 18,19; 20,18) y determina que el perodo menstrual dura siete das (Lv 15,19). Pero cmo se deben contar exactamente los das? Qu pasaba si, en un da supuestamente seguro, apareca sangre despus de la relacin? Se haba transgredido la ley? En realidad, los individuos no repensaban la ley, y llegaban a nuevas decisiones cada vez que se planteaba una cuestin. Observaban la ley en las formas tradicionales, de las maneras recomendadas por los especialistas. La vida, entonces como ahora, era muy complicada, y constantemente surgan nuevas cuestiones.

Por ejemplo, un campesino judo tal vez tuviera la oportunidad de comprar tierra situada fuera de la zona tradicional de asentamiento judo que se determina en la Biblia hebrea. Necesitaba saber si deba pagar o no al Templo derechos sobre el producto de la tierra. Deseaba preguntrselo a un especialista. En el judaismo, la condicin de especialista quedaba definida por la posesin de un conocimiento preciso y una interpretacin bien fundada de la ley mosaica y de las diversas tradiciones relativas al modo de observarla. Cuando el consejo revolucionario decidi investigar la manera en que Josefo llevaba la guerra en Galilea, envi una delegacin integrada por especialistas especialistas no en la ciencia militar, sino en la ley y tradicin juda. Esa delegacin de cuatro hombres la formaban dos fariseos procedentes "de los estratos inferiores" de la sociedad (o sea, que no eran ni sacerdotes ni aristcratas), un fariseo que era sacerdote, y un aristcrata sacerdotal (descendiente de sumos sacerdotes). Si los galileos indicaban que eran leales a Josefo porque era un especialista en la ley, los delegados podan contestar que tambin ellos lo eran; si su liderazgo provena de su funcin sacerdotal, los delegados podan sealar que dos de ellos eran sacerdotes (Vida 197s). El liderazgo de la nacin -esto es, en tiempos de Jess, del conjunto de los aspectos de la vida que no eran decididos por Roma, Pilato ni Antipas dependa en muy gran medida de la pericia en el mbito de la ley y la tradicin judas. Por este pasaje sabemos que haba dos grupos de especialistas reconocidos: los sacerdotes y los fariseos. En la historia juda, al menos desde el retorno del exilio babilnico, los sacerdotes haban sido los especialistas principales. Segn una opinin muy difundida, para el siglo I stos haban cedido ya su autoridad a los fariseos laicos. Sin embargo, esto es incorrecto. Los sacerdotes de ningn modo haban renunciado al liderazgo, y gran parte del pueblo miraba a ellos cuando se planteaban cuestiones. No voy a justificar aqu esta postura, pero voy a hacer un breve estudio sobre el sacerdocio y la autoridad sacerdotal antes de ocuparme de los fariseos y los dems partidos.9

retrato o el de Augusto. Slo dos de sus obras, por lo que sabemos, llevaron a los judos piadosos a cuestionarlo. Vanse las historias de su teatro y del guila dorada colocada sobre la puerta del Templo: Antig. 15,268-275; Guerra 1,648-650. Est claro que calcul si sus construcciones pblicas y su*amor al teatro y los juegos pblicos ofenderan o no hasta el punto de que se siguiese un alzamiento de la poblacin. El hecho ms impresionante es, a mi modo de ver, que construyera gymnasia para las ciudades gentiles fuera de su territorio, pero ni un solo gymnasion dentro de su reino, ni siquiera en Cesrea. Sin duda, haba ledo o aprendido las lecciones de la rebelin contra Antoco IV Epfanes (supra, pp. 35-36). Sobre la poltica de Herodes, vase adems mi ensayo "Jess in Historical Context".

Los sacerdotes que servan en el Templo de Jerusaln no constituan un partido como tal. Eran ms bien una clase, una clase amplia e importante. Los sacerdotes eran los nicos que podan ofrecer sacrificios. Estaban asistidos por un orden inferior de clrigos, los levitas, que prestaban en el Templo servicios diversos: cantaban salmos durante las celebraciones pblicas, custodiaban las puertas, limpiaban la zona del Templo o presen9

Para un anlisis ms detallado, vase P&B, caps. 10, 15, 18 (especialmente pp. 388-404) y 21.

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taban los animales y la lea para el altar. Parece que en total haba unos 20.000 sacerdotes y levitas (Apin 2,108). Estos oficios sagrados (que, como hemos visto anteriormente, eran hereditarios) no eran ocupaciones a tiempo completo. Cada sacerdote o levita desempeaba sus funciones sagradas slo durante algunas semanas al ao. Tanto los sacerdotes como los levitas estaban divididos en veinticuatro secciones denominadas "grupos", cada uno de los cuales serva por turno en el Templo durante una semana. En las tres fiestas anuales estaban de servicio todos los grupos. Tanto los sacerdotes como los levitas se mantenan con los diezmos y primicias que los campesinos daban al Templo, pero cuando no estaban de servicio en el Templo, trabajaban en otros oficios, excepto el laboreo, pues la Biblia les prohiba trabajar la tierra. Unos eran escribas profesionales (que redactaban documentos legales), pero otros se dedicaban a labores manuales. Cuando Herodes reconstruy el Templo, hizo adiestrar a algunos sacerdotes como albailes para que pudieran construir las zonas ms sagradas (Antig. 15,390). Haba algunas restricciones especiales que afectaban a los sacerdotes: no podan casarse con prostitutas, ni con mujeres divorciadas (Lv 21,7), y tenan prohibido entrar en contacto con cadveres, salvo los de parientes cercanos (Lv 21,1-3). La mayora de los sacerdotes y levitas no estaban afiliados a un partido. Sabemos que algunos sacerdotes aristocrticos eran saduceos y que algunos sacerdotes ordinarios eran fariseos,10 pero los sacerdotes y levitas pertenecan simplemente, en su mayor parte, al judaismo comn. Compartan las creencias y prcticas de sus compatriotas y, adems, seguan las leyes mosaicas especiales que se aplicaban solamente a los sacerdotes (vanse Lv 21; Nm 18). La escena evanglica denominada "la purificacin del Templo", en la cual Jess califica al Templo de "guarida de ladrones" (Me 11,15-19 y paralelos), ha hecho pensar a muchos que el sacerdocio era venal y corrupto. sta no es, sin embargo, un generalizacin exacta. La mayora de los sacerdotes y levitas estaban dedicados al culto divino. No hay sistema en el que no existan, en alguna medida, abusos y falta de honradez, y Josefo nos da el nombre de un sacerdote aristocrtico corrupto {Antig. 20,213). Tambin menciona algunos casos en los que un sumo sacerdote hizo mal uso de su autoridad. Pero estos casos destacan por contraste con la regla general: los sacerdotes crean en Dios, le servan fielmente en el Templo y trataban de dar buen ejemplo con su adhesin escrupulosa a la ley divina. Volvemos ahora sobre la idea de que los sacerdotes eran tradicional10

mente las autoridades legales y religiosas del judaismo. Segn la Biblia, Dios entreg la ley a Moiss, pero, antes de su muerte, ste la confi a los sacerdotes y ancianos (laicos notables) (Dt 31,9). Deuteronomio tambin exige que el rey, cuando lo haya, escriba para s una copia de la ley que "guardan los sacerdotes levitas" (17,18). Josefo, que era sacerdote, consideraba adems a los sacerdotes como los gobernantes naturales de la nacin. Al explicar la constitucin juda, escribi que Dios asign la administracin al "entero cuerpo de los sacerdotes", que ejercan "la supervisin general" y adems vean causas y castigaban a los malhechores (Apin 2,165). A dicha constitucin, que estaba vigente en Judea en su poca (Josefo naci el ao 37 EC), la denomin "teocracia", gobierno de Dios mediante sus sacerdotes. Josefo y muchos otros preferan esta forma de gobierno. El Nuevo Testamento hace de "hijo de David" una categora esencial para comprender a Jess, y a veces esto induce errneamente a pensar a los lectores que todos los judos esperaban un resurgimiento de la dinasta davdica. Gran parte de la Biblia, sin embargo, es hostil al sistema monrquico, y esa hostilidad estaba ampliamente extendida en el siglo I. Los monarcas, en la experiencia juda (lo mismo que en la de otras naciones), tendan a convertirse en tiranos y dictadores. Muchos judos pensaban que era mejor ser gobernados por una aristocracia teocrtica (miembros de las principales familias sacerdotales) bajo la distante supervisin de un gobernador extranjero.11 En el captulo anterior vimos que este sistema estuvo vigente en Judea, y especialmente en Jerusaln, durante la mayor parte del tiempo en que vivi Jess. El gobernador romano no era tan distante como les hubiera gustado a la mayora de los judos, y poda entrometerse ms que lo que deseaban, pero, mientras el gobierno estuvo oficialmente en manos de un prefecto romano, en la mayor parte de las cosas fue el sumo sacerdote

Para un ejemplo de un sacerdote ordinario que era fariseo, vase Vida 197 ya citado. Para la conexin entre saduceos y aristcratas, vase infra nota 20.

11 Para la tendencia antimonrquica, vase 1 Sam 8,10-18. Dt 17,14-20 representa el intento de restringir el poder del rey. Adems (como hemos sealado), Moiss entreg la ley a los sacerdotes para su administracin (Dt 31,9). Para la preferencia del gobierno sacerdotal al gobierno regio, vase Antig. 14,41. Josefo, que era sacerdote, quizs era parcial, pero es un hecho que, en sus tiempos, los sacerdotes haban gobernado Israel tantos aos como los reyes y que lo haban hecho con bastante xito. Para la idea personal de Josefo de que, si tena que haber reyes, stos deban ser regidos por los sacerdotes y por un consejo, vase Antig. 4,186, 214-224; 12,138-142; 13,166. Los sectarios del mar Muerto compartan esta opinin. Pensaban que en los ltimos das habra un Mesas que sera hijo de David, pero tambin esperaban un Mesas sacerdotal, un Mesas de Aarn, que estara de hecho al mando. Adems, segn la descripcin que da la Regla de la Comunidad, los sacerdotes eran los principales jefes e instructores de la secta. Vase P&B, p. 297.

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quien tuvo la autoridad fctica en Jerusaln. Esto concordaba con una de las principales teoras bblicas sobre el gobierno, con la opinin de Josefo sobre la constitucin juda ms normal y con las preferencias de buena parte de la poblacin: los sacerdotes mandaban. Por ltimo, hacemos notar que fueron los sacerdotes que servan en el Templo quienes finalmente declararon la guerra a Roma en el 66 EC. Un aristcrata sacerdotal (Eleazar, hijo de Ananas) los convenci "para que no aceptaran ningn don ni sacrificio de manos de un extranjero". Anteriormente se haban hecho sacrificios en nombre de Roma y del Csar. Los sacerdotes que servan en ese momento rechazaron simultneamente esos sacrificios y la lealtad a Roma. No escucharon ni a los aristcratas, ni a Agripa II (biznieto de Herodes), ni a los fariseos principales: los sacrificios en nombre de Roma cesaron {Guerra 2,409-421). Tal vez fuera ste el paso concreto ms decisivo en el camino que condujo a la nacin a la guerra.

El requerimiento de dejar el grano y las uvas cadas est perfectamente claro. Pero cuntas uvas se deben dejar en cada cepa? Cunto se debe acercar uno a la orilla de los campos de trigo al cosechar? El campesino judo de conciencia, que crea en Dios y en la ley, deseaba dejar el porcentaje correcto de la cosecha para el pobre. Pero cunto era eso? A lo largo de los siglos, las prcticas habituales haban evolucionado, y los hijos que heredaban las haciendas heredaban tambin las tradiciones relativas a la prctica de la limosna. Pero esta ley, como la mayora de las dems, est abierta al estudio y a la interpretacin de cualquier persona instruida, inteligente y diligente. Esta descripcin corresponda a la de algunos laicos, entre los cuales destacaban los fariseos.

Existan, sin embargo, laicos que tambin desempearon un papel de liderazgo en la vida juda en virtud de su pericia en la interpretacin de la Escritura. Puesto que la ley estaba escrita, todos los judos alfabetizados podan leerla, y los analfabetos, escucharla cuando era leda y examinada en la sinagoga. La consecuencia era que, en conjunto, los judos conocan su ley muy bien. Adems, cualquiera poda llegar a ser especialista. En otras religiones, solamente los sacerdotes necesitaban conocer todos los detalles sobre eel modo de adorar a cada dios, puesto que la religin abarcaba poco ms que el culto del templo. Pero como la religin juda abarcaba todas las dimensiones de la vida, los laicos contaban con un considerable aliciente para aprender minuciosamente las partes que se aplicaban a sus propias vidas. Hemos hecho notar anteriormente la necesidad de saber cmo observar el sbado y cundo eran permisibles las relaciones sexuales. Voy a ofrecer otro ejemplo de ley aplicable a un amplio porcentaje de la poblacin. La Biblia exige la limosna de varias maneras, todas ellas referidas a los campesinos. El hereditario sacerdocio judo tena prohibido cultivar la tierra, de manera que las leyes sobre la limosna slo se aplicaban a los laicos.12 Una ley es sta: "Cuando hagis la recoleccin de vuestras tierras, no segaris hasta la misma orilla del campo. No recogers las espigas cadas. No hars el rebusco de tu via ni recogers los frutos cados en tu huerto, sino que lo dejars para el pobre y el emigrante. Yo soy el Seor vuestro Dios" (Lv 19,9s). La ley bblica supone que prcticamente rodos los varones eran agricultores pastores, salvo los sacerdores y levitas (el clero inferior).12

El partido farisaico, que al parecer surgi bastante pronto en el perodo asmoneo (antes del 135 AEC), estaba constituido en gran parte, pero no enteramente, por laicos.13 En tiempos de Herodes haba cerca de 6.000 fariseos (Antig. 17,42). En lo teolgico, los fariseos compartan la ortodoxia juda comn (crean en un solo Dios, en la eleccin de Israel, en el origen divino de la ley, en el arrepentimiento y el perdn). Los fariseos, como la mayora de los dems judos del siglo I, tambin crean en alguna forma de existencia despus de la muerte, idea difcil de encontrar en la Biblia hebrea (la nica referencia clara es Dn 12,2). Adems, elaboraron un importante cuerpo de "tradiciones" no bblicas relativas al modo de observar la ley. Algunas de esas tradiciones hicieron la ley ms ardua, pero otras la hicieron menos restrictiva. Por lo general, los fariseos crearon reglas especiales slo para s mismos, y no trataban de imponerlas a todos. (Durante el perodo asmoneo, probablemente intentaron imponer sus opiniones, pero al parecer no fue as durante los perodos herodiano y posherodiano.) En cualquier caso, los fariseos eran conocidos por la precisin con que interpretaban la ley y por el rigor con que la observaban. Segn Josefo, practicaban "los ms altos ideales, tanto en su manera de vivir como en su discurso" (Antig. 18,15). Como los fariseos desempean en el Nuevo Testamento un papel ms amplio incluso que el del sumo sacerdote, voy a dar dos ejemplos de "tradiciones" farisaicas no bblicas, con el fin de poner algo de carne sobre una descripcin demasiado esqueltica. Uno tiene que ver con la ley del sbado. El profeta Jeremas haba prohibido a los judos llevar cargas fuera de sus casas durante el sbado (Jr 17,19-27). Esto haca muy difciles las comidas festivas, puesto que la manera ms fcil de comer juntos los amigos era que cada familia trajera un plato cocinado, y los sbados eran los13 Las principales descripciones que Josefo hace de los fariseos esrn en Guerra 2,162-166; Antig 18,12-15. Vase adems P&B, caps. 18 y 19.

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nicos das en que era posible hacer vida social (porque las exigencias del trabajo diario eran muy pesadas). Los fariseos decidieron que, cuando varias casas estuvieran pegadas unas a otras a lo largo de una callejuela o alrededor de un patio, podan convertirlas todas en una sola "casa" unindolas con una serie de jambas y dinteles. Entonces podan llevar pucheros y platos de una parte a otra de la "casa", y as comer juntos el sbado. Los fariseos saban que sta y otras acciones simblicas que alteraban los lmites sabticos -acciones tcnicamente denominadas "eruvin- no tenan apoyo en la Biblia hebrea, pero las convertan en "tradicin de los ancianos" y las observaban. Algunos judos pensaban que transgredan la ley, puesto que llevaban vasijas fuera de lo que la mayora de la gente llamara una casa. El segundo ejemplo es el lavatorio de manos. La ley mosaica exige lavarse para eliminar ciertas impurezas antes de entrar en el Templo. Los fariseos aadieron una regla de pureza. Se lavaban las manos antes de las comidas de los sbados y festividades. Probablemente, lavarse las manos antes de las comidas en los das santos haca que el da fuera un poco ms especial. Al final, los judos empezaron a lavarse las manos antes de todas las comidas.14 Estos pequeos ajustes farisaicos a la ley ponen de manifiesto con cunto cuidado pensaba la gente sobre la ley y sobre la observancia de la voluntad de Dios. La ley en principio abarca todas las dimensiones de la vida. Los judos piadosos del siglo I pensaban detenidamente cada detalle para observar la voluntad de Dios en todos los aspectos posibles. Debido a su devocin y precisin, los fariseos eran respetados y apreciados por la mayora de los dems judos. En el perodo asmoneo, el partido farisaico haba sido una fuerza poltica importante. Despus dej de serlo. En tiempos de Herodes, slo el rey tena algn poder poltico, y quienes buscaban dicho poder eran inmediatamente ejecutados. Los fariseos no asomaron la cabeza. En Galilea, Antipas sucedi a Herodes y no se mostr ms dispuesto que su padre a dar autoridad a un grupo de piadosos maestros religiosos. Y en Jerusaln, despus de ser depuesto Arquelao, los sumos sacerdotes estuvieron al mando, respaldados por el poder imponente de Roma. Los fariseos siguieron sin asomar la cabeza. Trabajaban, estudiaban, enseaban y daban culto. Probablemente incrementaron su popularidad general, pero no tenan verdadero poder. * Para entender el papel de los fariseos en la sociedad de la poca de Jess, lo mejor es que fijemos nuestra atencin en los comienzos de la14 La historia del lavatorio de manos es sumamente complicada. Vase JLJM pp. 228-231, 262s.

rebelin contra Roma, unas dcadas despus de la muerte de Jess. A medida que las relaciones entre el procurador y la poblacin juda se iban deteriorando, los sacerdotes y laicos de la aristocracia seguan pidiendo calma y moderacin con cierto xito, insuficiente en todo caso-. En el ltimo minuto, los jefes de los sacerdotes acudieron a los fariseos principales en busca de ayuda. Ni siquiera as pudieron calmar al populacho de Jerusaln, y estall la rebelin abierta. En la guerra como tal, los fariseos desempearon un papel importante (lo mismo que los jefes de los sacerdotes). Estos acontecimientos demuestran que los fariseos no tuvieron responsabilidades pblicas durante el mandato de los gobernadores romanos. El sumo sacerdote y sus consejeros eran los responsables a los ojos de Roma. Los fariseos, sin embargo, seguan por all y an llamaban poderosamente la atencin pblica. As, en una horrible situacin de emergencia, los aristcratas que gobernaba^ acudieron a ellos. Cuando las circunstancias fueron oportunas cuando no los tuvieron a raya Herodes ni Roma, los fariseos se adelantaron a desempear un papel esencial en los asuntos polticos y militares de Israel. Pero durante los aos en que vivi Jess, debemos considerarlos principalmente como maestros y especialistas religiosos, merecidamente populares y respetados.

Conocemos los nombres de otros dos partidos de la Palestina del siglo I: los esenios y los saduceos. Tanto Josefo como Filn describen a los esenios;15 la mayora de los estudiosos los identifica con el grupo responsable de los manuscritos del mar Muerto. Si esta identificacin es correcta, y pienso que lo es, poseemos gran cantidad de datos sobre los esenios. Formaban un partido pequeo, dividido al menos en dos ramas, y su nmero total era de unos 4.000. 16 El partido estaba integrado tanto por laicos como por sacerdotes, pero predominaban los sacerdotes. Cuando los asmoneos llegaron al poder en el 142 AEC, depusieron a la anterior familia que ostentaba el sumo sacerdocio, los sadoquitas. Algunos de los sacerdotes aristocrticos destituidos se asociaron en lo que lleg a ser el partido esenio, y parece que fueron en gran medida responsables de su gobierno. No obstante, los miembros laicos tambin estudiaban la Biblia y las reglas especiales del partido, y podan llegar a ser tan entendidos como los sacerdotes. Los esenios, por lo que sabemos, no desempearon un papel directo en la vida y obra de Jess, y por eso

Guerra 2,120-161; Antig. 18,18-22; Filn, Todo hombre bueno es libre 75-91; Hypothetica 11,1-18.16

15

Filn, Todo hombre bueno es libre 75; Josefo, Antig. 18,20.

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EL JUDASMO COMO RELIGIN

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no voy a ofrecer una descripcin de ellos. Quienes estn interesados comprobarn que la literatura esenia es en la actualidad relativamente fcil de estudiar, gracias a las buenas traducciones y a la existencia de un cuerpo fiable de material introductorio.17 Lo que s deseo, sin embargo, es emplear a los esenios para establecer una idea acerca de los fariseos. La literatura esenia revela un estudio intenso de la Biblia hebrea y gran riqueza de reglas comunitarias aadidas a las de la ley mosaica. Los esenios eran mucho ms estrictos que los fariseos en casi todos los modos concebibles. Si los fariseos eran considerados los observadores "ms estrictos" de la ley (como dice Josefo), la palabra "estricto" tiene la connotacin de "muy exacto", ms que la de "muy extremo".18

Hemos visto que, en tiempos de Jess, eran comunes en el judaismo ciertas creencias y prcticas. La fuerza motriz era la fe en Dios y la devocin al modo de vida que l estableci para el pueblo judo por boca de sus portavoces: Moiss y, posteriormente, los profetas y sacerdotes. La mayora de los pueblos del mundo antiguo eran religiosos, pero, aun as, destacaban la piedad y dedicacin del pueblo judo. Adems, estaba entregado a una religin noble, que inculcaba una vida recta, el amor, la oracin y el arrepentimiento. Tambin hemos visto que, en opinin de muchos, al sacerdocio hereditario le corresponda el liderazgo natural de la nacin. No obstante, el carcter bsico del judaismo supona que los laicos podan impugnar el sacerdocio y reivindicar ser los mejores intrpretes de la ley (la ley estaba escrita, rega todas las dimensiones de la vida, cualquiera poda estudiarla y todos escuchaban su anlisis e interpretacin en las sinagogas los sbados). Surgieron grupos especiales con sus propias interpretaciones y pretensiones de ser los verdaderos portavoces de parte de Dios. Una rama del partido de los esenios era separatista; los miembros de este grupo crean que solamente ellos posean la nica alianza verdadera. Por lo dems, los miembros de los partidos participaban del judaismo comn. Compartan las creencias y prcticas que hemos enumerado en la parte primera de este captulo, aunque diferan en algunos detalles. Lo ms importante es que todos daban culto en el mismo Templo y aceptaban que sus celebraciones mediaban entre ellos y Dios -aun cuando no les gustase el sumo sacerdote y no estuviesen de acuerdo con la forma concreta en que los sacerdotes cumplan algunas de sus obligaciones-. Incluso la rama separatista de los esenios participaba del judaismo comn de manera bastante importante: crean en el nico Dios, en la eleccin divina, en la entrega de la ley, en el arrepentimiento y en el perdn. Tambin observaban todos los mandamientos bblicos. Eran separatistas debido a sus determinaciones radicales: slo ellos estaban verdaderamente en la alianza, slo ellos posean la interpretacin correcta de la ley, slo sus sacerdotes eran aceptables, y as sucesivamente. Los tres partidos principales no constituan el judaismo: la mayora de los judos no eran miembros de ningn partido. Los partidos nos sirven, ms bien, de ejemplos: el judaismo no estaba enteramente en manos de los sacerdotes principales de Jerusaln; los laicos podan formarse sus propias opiniones. Todos los judos, como los fariseos, se crean en el deber de entender la ley divina y obedecerla. Slo hemos de aadir que de vez en cuando aparecan individuos que pretendan ser los representantes ms genuinos de Dios. En trminos generales, es aqu donde encaja Jess. Fue una persona convencida de que conoca la voluntad de Dios.

Los saduceos eran el tercer partido del que tenemos nombre. Sabemos poco sobre ellos, salvo que la mayora de los saduceos eran aristcratas, no crean en ninguna forma de vida despus de la muerte y no aceptaban las tradiciones especiales de los fariseos. La mayora de los estudiosos suponen que muchos de los sumos sacerdotes del perodo romano eran saduceos, pero slo de uno tenemos informacin directa de Josefo: Ann, que era sumo sacerdote en el 62 EC (cuando haba hecho ejecutar ilegalmente a Santiago, el hermano de Jess) y uno de los cabecillas de la rebelin contra Roma, era saduceo.19 El lector del Nuevo Testamento no se encuentra a los saduceos ms que unas pocas veces; en ellas se confirma su estrecha asociacin con el sacerdocio aristocrtico y con el hecho de que no crean en la resurreccin.20

Geza Vermes, The Dead Sea Scrolls: Qumran in Perspective, 1977; TheDeadSea Scrolls in English, tr. Geza Vermes, 31987; Michael Knibb, The Qumran Community, 1987; Philip R. Davies, Behind the Essenes: History and Ideology in the Dead Sea Scrolls, 1987. Mi trabajo ms reciente sobre los esenios es P&B, caps. 16 y 17 [Dos obras importantes en espaol: Florentino Garca Martnez, Textos de Qumran, Madrid 1992; del mismo autor, "Textos de Qumran", en G. Aranda Prez, F. Garca Martnez y M. Prez Fernndez, Literatura juda intertestamentaria, Introduccin al estudio de la Biblia, vol. 9, Estella 1996, pp. 15-241].18

17

Josefo, Guerra 2,162; Vida 191 y en otros lugares. As tambin Hch 26,5; cf.

22,3. "Antig. 20,199. Se mencionan sin descripcin alguna en Mt 3,7 y 16,1-12. El pasaje sobre la resurreccin se encuentra en Mt 22,23-33 // Me 12,18-27 // Le 20,27-40. Para la misma idea; vase tambin Hch 23,6-8. Hch 5,17 conecta estrechamente al sumo sacerdote con los saduceos, y su responsabilidad pblica en lo tocante al mantenimiento del orden pblico est implcita en Hch 4,1.20

5Las fuentes externasr

Las fuentes primarias del conocimiento sobre Jess (como hemos indicado) son los evangelios del Nuevo Testamento. Aqu, sin embargo, vamos a considerar las fuentes "externas". Me propongo analizar algunos ejemplos de informacin contenida en la literatura no cristiana que tiene que ver con la vida de Jess, y tambin el uso de una disciplina cientfica, la astronoma.

La literatura no cristianaJess ha llegado a ser un hombre tan importante en la historia universal que a veces resulta difcil creer lo poco importante que fue durante su vida, especialmente fuera de Palestina. La mayor parte de la literatura del siglo I que ha llegado hasta nosotros fue escrita por miembros de la minscula lite del imperio romano. Para ellos, Jess -si es que oyeron hablar de l- fue meramente un agitador problemtico y un mago que vivi en una regin pequea y atrasada del mundo. Todas las fuentes romanas que lo mencionan dependen de informaciones cristianas. El juicio de Jess no fue noticia en Roma, y los archivos de esa ciudad no lo registraron. Si en Jerusaln haba archivos, stos se destruyeron cuando estall la rebelin en el ao 66 o durante la guerra subsiguiente. Dicha guerra tambin devast Galilea. Los documentos que pudieran haber existido no se conservaron. Cuando Jess fue ejecutado, para el mundo exterior no era ms importante que los dos bandidos o insurgentes ejecutados con l, cuyos nombres desconocemos. Diez aos antes, ms o menos, de la muerte de Jess, los romanos saban que alguien llamado Chrestus estaba causando alboroto entre los judos de Roma.1 Es decir, en la comunidad juda de Roma haba conflic1

Suetonio, "Claudio deificado", en Vidas de los doce cesares.

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tos acerca de si Jess haba sido enviado por Dios o no, y sobre si era el Mesas. ("Chrestus" es, con un pequeo error ortogrfico, "Christos", la palabra griega que traduce la hebrea "Mesas"). Veinte aos ms tarde, los cristianos de la capital destacaban lo suficiente para ser perseguidos por el emperador Nern, y la gente saba de su extraa "supersticin" y de su devocin por un hombre que haba sido crucificado.2 Pero el conocimiento sobre Jess se limitaba al conocimiento sobre el cristianismo; esto es, si los partidarios de Jess no hubieran iniciado un movimiento que se extendi hasta Roma, Jess en absoluto se habra introducido en las historias romanas. La consecuencia es que no contamos con eso que tanto nos hubiera gustado, un comentario de Tcito o de otro escritor gentil que ofreciera una prueba independiente acerca de Jess, su vida y su muerte. Se mencionaba a Jess en las Antigedades judas de Josefo. ste (como hemos visto anteriormente) naci en el 37 EC, tan solo unos aos despus de la muerte de Jess, y escribi las Antigedades en los aos noventa. Ciertamente, el historiador judo saba algo de Jess, y hay un prrafo sobre l en las Antigedades (18,63s). Pero las obras de Josefo fueron conservadas por escribas cristianos, que no pudieron resistirse a la tentacin de revisar el texto, y as hacen proclamar a Josefo que Jess "fue el Mesas", que ense "la verdad" y que despus de su muerte fue "devuelto a la vida".3 A menos que se produzca un descubrimiento afortunado, nunca sabremos lo que en realidad escribi Josefo. No fue un convertido al cristianismo y, de hecho, no pens que Jess fuera el Mesas. Pero hay buenas noticias: los escribas cristianos probablemente slo rehicieron el texto. Es sumamente verosmil que Josefo incluyera a Jess en su relato sobre ese perodo, lo mismo que hizo con Teudas y el Egipcio. Adems, el pasaje sobre Jess no

es inmediato al relato de Josefo sobre Juan el Bautista, que es donde probablemente lo habra situado un escriba cristiano si hubiera inventado el prrafo entero. As que el autor de la nica historia que se conserva del judaismo palestinense del siglo I pensaba que Jess era lo suficientemente importante para merecer un prrafo, ni ms ni menos. Este prrafo, cuyos trminos precisos desconocemos (vase nota 3), es la mejor prueba objetiva de la importancia de Jess durante su vida. Los evangelios crean la impresin de que toda la poblacin estaba interesadsima en Jess y en lo que le aconteca. Ciertamente, atrajo la atencin. Pero si medimos la influencia general de las figuras profticas por el grado de perturbacin que causaron, concluiremos que Jess fue menos importante a los ojos de la mayora de sus contemporneos que Juan el Bautista y que el Egipcio. Tanto Juan el Bautista como Jess alarmaron a Antipas, pero, obviamente, Jess fue menos problemtico que Juan, pues escap vivo de Galilea. Aos ms tarde, el Egipcio oblig a los romanos a movilizar tropas fuertemente armadas para acabar con su movimiento. Esto debi de emocionar a la poblacin mucho ms que el sigiloso prendimiento y la rpida ejecucin de Jess. Como la historiografa de los autores romanos trata de la historia de Roma, y no de las provincias perifricas, cabra pensar que tal historia podra mencionar al nico romano nombrado en los evangelios, Pilato, pero no darle un lugar destacado, puesto que Pilato fue prefecto de una provincia secundaria. Esta esperanza se cumple. Tcito, la importante fuente de informacin sobre la historia romana de este perodo, menciona a Pilato, pero incidentalmente y slo en relacin con la persecucin desatada por Nern contra los cristianos: Nern proporcion iluminacin a una fiesta quemando a seguidores de Christos, un hombre a quien Pilato haba ejecutado.4 Esta referencia de pasada muestra lo insignificante que era Palestina. Pero los escritores judos de peso, Josefo y Filn, hondamente interesados por la historia palestinense, hablan de Pilato con amplitud y en trminos muy poco lisonjeros.5 Los evangelios coinciden con Josefo y Filn en las fechas de Pilato, pero discrepan respecto a su carcter. Analizaremos brevemente el carcter de Pilato ms adelante, pp. 297.

2 3

Tcito, Anales 15,44.

Citar el texto tal como lo tenemos ahora, poniendo entre corchetes las adiciones ms obvias de los escribas cristianos. Algunas frases sin corchetes tambin son dudosas, y no podemos estar seguros de que los escribas se limitaran a aadir frases; tal vez eliminaran algunas de las que escribi Josefo. La traduccin es la de L. H. Feldman, en la Loeb Classical Library. "Hacia aquel tiempo vivi Jess, un hombre sabio [si en verdad hay que llamarlo hombre], pues llev a cabo hazaas sorprendentes y fue maestro de la clase de gente que acepta gustosamente la verdad. Se gan a muchos judos y muchos griegos. [Era el Mesas.] Cuando Pilato, despus de orle, acusado por hombres del ms alto rango entre nosotros, lo hubo condenado a ser crucificado, quienes haban llegado a amarle primero no abandonaron su afecto por l. [Al tercer da se les apareci vuelto a la vida, pues los profetas de Dios haban profetizado estas y otras incontables maravillas sobre l.] Y la tribu de los cristianos, llamada as por l, todava no ha desaparecido hasta el da de hoy".

Fechas y astronomaAhora quisiera explicar con ms detalle los problemas que tenemos con las fechas. Es muy difcil fijar fechas antiguas, por varias razones; una de ellas es que el mundo antiguo no tena un calendario uniforme, lo cual4 5

Tcito, Anales 15,44, citado supra. Josefo, Antig. 18,55-62; Guerra 2,169-177; Filn, Embajada 299-305.

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hace que nuestras fuentes expresen los perodos de tiempo en maneras diversas. Pongo dos ejemplos, uno de Lucas y otro de Josefo: "El ao quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes [Antipas] tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de... y Lisanias tetrarca de..., en tiempos del sumo sacerdocio de Anas y Caifas..." (Le 3,1). "Esta calamidad [la conquista de Jerusaln por parte de Herodes en el 37 AEC] le aconteci a la ciudad de Jerusaln durante el consulado en Roma de Marco Agripa y Caninio Galo, en el ao ciento ochenta y cinco de la Olimpada, en el mes tercero, en el da del ayuno, como si fuese una repeticin de la desgracia que sobrevino a los judos en tiempos de Pompeyo, pues fueron capturados por Sosio justo en el mismo da, veintisiete aos ms tarde" (Antig. 14,487). Estos pasajes son inusitadamente complicados, pero ilustran el problema que planteaba la falta de un calendario comn. Decir "el ao 29 EC" y "el ao 37 AEC" habra sido mucho ms simple, pero los autores antiguos que escriban en griego para un pblico de las dimensiones del imperio no contaban con la opcin de utilizar este tipo de fechas.6 Tenan que referirse a varios indicadores temporales; el acontecimiento en cuestin sucedi cuando varios acontecimientos coincidan. Era difcil mantener todo esto en orden. La falta de un calendario comn haca que incluso los historiadores de la antigedad, acostumbrados a sus propias maneras de datar, lo pasaran peor que nosotros a la hora de consignar y recordar fechas. Adems, tenan pocos "agarraderos" que les ayudaran, como hubieran sido las hemerotecas. La falta de archivos es clara en la cita de Le 3,1, la cual menciona "el sumo sacerdocio de Anas y Caifas". No poda haber dos sumos sacerdotes a la vez. Ambos hombres fueron, en diferentes momentos, sumos sacerdotes. Lucas hace bien al recoger ambos nombres; no debemos esperar la perfeccin, dadas las circunstancias. La cita de Josefo es ms problemtica6

todava, pero no voy a entrar a analizar con detalle las dificultades. En la Historia del pueblo judo, de Schrer, la consideracin de los problemas principales y las diversas maneras de resolverlos ocupa casi dos pginas de letra pequea7: un estudio de todas las pruebas relativas a las conquistas de Jerusaln por Pompeyo y Herodes hace prcticamente imposible creer que la conquista de Herodes -ayudado por el general romano Sosio tuviera lugar el mismo da, veintisiete aos despus, que la de Pompeyo. Ms bien, a Josefo le gustaba datar las calamidades el mismo da que algn desastre anterior.8 Podemos desechar simplemente esta parte de su afirmacin, pero sigue habiendo dificultades. Con respecto a las fechas del nacimiento y la muerte de Jess, hay bsicamente tres clases de problemas. Voy a tratarlos por orden. 1. Las referencias a tiempos, personas y acontecimientos que aparecen en los evangelios entran a veces en conflicto. Como hemos visto, tanto Mateo como Lucas sitan el nacimiento de Jess al final del reinado de Herodes (esto es, c. 6-4 AEC). Lucas, sin embargo, ofrece tambin una fecha conflictiva, el ao de un censo que se hizo durante el mandato de Cirino (6 EC). Cirino no fue legado de Siria mientras vivi Herodes (pese a Le 1,5.26; 2,2). Cuando Herodes muri, el legado era Varo.9 2. A veces es difcil conciliar los relatos evanglicos con Josefo. Por ejemplo, en Antig. 18, Josefo menciona a Jess y a Juan el Bautista. Lo que dice sobre Jess se sita en el contexto de acontecimientos diversos, la mayora de los cuales tuvieron lugar en los aos 15-19 EC. Lo que dice sobre Juan parece situarse en el perodo del 34-37 EC. Los evangelios, desde luego, vinculan muy estrechamente las trayectorias de ambos. Segn ellos, Juan empez su ministerio pblico antes que Jess, fue detenido poco despus de bautizar a ste y ejecutado cuando Jess todava estaba activo. 3. En dos casos es difcil concertar los evangelios con la astronoma. Segn Mateo, una estrella atrajo a los sabios desde oriente en tiempos del nacimiento de Jess. Los estudiosos buscan acontecimientos astronmicos que puedan explicar esto. El segundo caso en el cual la astronoma desempea un7 8

Julio Csar haba revisado el calendario romano de manera muy til, para que coincidiera muy de cerca con el ao solar o estacional, lo mismo que el calendario occidental moderno. Como revelan las citas de Lucas y Josefo, sin embargo, el calendario romano no fue adoptado universalmente en todo el imperio. Un autor que escribiera para un pblico restringido poda utilizar un calendario que sus lectores entendiesen. Si Josefo hubiera escrito, por ejemplo, en hebreo o arameo para un pblico judo, podra haber dado fechas de manera mucho ms sencilla. Sobre los calendarios del mundo antiguo y los problemas que entraa trasladar las fechas a nuestro sistema, vase E. J. Bickerman, Chronology ofthe Ancient World, edicin revisada, 1980.

HJP, vol. 1, pp. 284-286.

Guerra 6,250. Josefo comparta esta tendencia con otros; vase, por ejemplo, Misn, Taanit 4,6. Sobre Varo y Cirino, HJP, vol. 1, pp. 257-259, 399-427.

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papel en la valoracin de los evangelios tiene que ver con la muerte de Jess. Segn los cuatro evangelios, fue ejecutado en viernes. Segn Juan, ese viernes concreto fueron sacrificados los corderos pascuales: por tanto, era viernes 14 de nisn en el calendario judo. Los evangelios sinpticos (Mateo, Marcos y Lucas)*; sin embargo, sitan la crucifixin el viernes 15 de nisn, el da siguiente del mes, pero el mismo da de la semana. Esto es en parte un conflicto interno (categora 1), pero en parte tambin un problema de conciliacin de los evangelios con nuestro conocimiento astronmico actual, pues resulta difcil encontrar un ao a finales de la dcada de los veinte, o principios de los treinta, en el cual el 15 de nisn cayera en viernes; esto pone a los sinpticos en conflicto con la astronoma (el 15 de nisn es como el 25 de diciembre: no siempre cae el mismo da de la semana. Unos aos cae en viernes, pero otros no). Esta situacin probablemente parece peor de lo que es. Como escrib en el captulo 2, en realidad no hay dudas importantes sobre cundo y dnde vivi Jess. Asimismo, sabemos aproximadamente cundo conquist Herodes Jerusaln, aun cuando el prrafo de Josefo sobre la fecha de ese acontecimiento est lleno de dificultades. Con respecto a las fechas en que vivi Jess, los evangelios mencionan a Augusto Csar (31 AEC-14 EC) en el momento de su nacimiento, y a Tiberio (14-37 EC) en una etapa posterior de su vida (Le 2,1; 3,1). Cuando Jess fue ejecutado, Poncio Pilato era prefecto de Judea (26-36 EC) y Caifas sumo sacerdote (18-36 EC) (Mt 26-27 y otros lugares). Estas fechas inducen a concluir que Jess muri entre el 26 y el 36 EC. Este amplio abanico se basa en las "grandes" informaciones. Tiberio, Pilato y Caifas: todos en Palestina conocan aquellos tres nombres y durante qu perodo de tiempo ocuparon sus respectivos cargos. Debemos confiar en esta informacin, a menos que tengamos una buena razn para no hacerlo; es decir, a menos que los relatos evanglicos contengan tantos anacronismos y anomalas que lleguemos a considerarlos fraudulentos. No es se el caso, y este genrico lapso de tiempo est ms all de toda duda razonable. Es verdad, sin embargo, que las fechas precisas del nacimiento y muerte de Jess son inciertas. Respecto a su nacimiento, no hay ninguna informacin sobre el mes y el da, y existe contradiccin a propsito del ao aproximado (hacia el tiempo de la muerte de Herodes, en el 4 AEC, y el tiempo del censo de Cirino, en el 6 EC). Aun cuando aceptemos la opinin general de que Jess naci al final del reinado de Herodes, segui-

mos sin saber el ao concreto. Los evangelios tambin se contradicen con respecto al da en que Jess muri. Esto significa, a su vez, que no sabemos en qu ao fue. Aun cuando aceptemos los evangelios sinpticos y estemos de acuerdo en que Jess fue ejecutado un viernes 15 de nisn, no sabemos el ao preciso, pues los clculos modernos del calendario judo antiguo no revelan un ao en el cual el 15 de nisn cayera en viernes (vase apndice I). Estas incertidumbres no convierten a Jess en un caso nico, ni siquiera inusitado. Debido a que en el occidente cristianizado hemos tenido calendarios normalizados durante mucho tiempo, hemos llegado a acostumbrarnos a la certeza en cuestin de fechas. Desde un punto de vista moderno, resulta extrao que los entendidos no sepan cundo naci Jess ni cundo muri. Esto no sorprender a quienes leen tratados acadmicos de historia antigua. Los aspectos inciertos de la cronologa de la vida de Jess no inducen a concluir que no sabemos nada, ni significan que no hay absolutos y por tanto cabe cualquier reconstruccin concebible de los acontecimientos. Sabemos bastantes cosas sobre l. Slo que debemos ser prudentes y juiciosos, y no irreflexivos y extremistas. Con toda probabilidad, Jess naci el 5 o 4 AEC y muri entre el 29 y el 31 EC (aunque muchos estudiosos prefieren el 33). Recientemente ha habido un redoblado frenes de inters por la fecha de la ejecucin de Jess, y he aadido un apndice sobre este tema. En este momento deseo hablar en general de los errores (as me lo parecen) de los estudiosos que hacen propuestas extremas sobre estos puntos, por ejemplo que Jess fue ejecutado en el 26 o en el 36. Como los datos son diversos y difciles de conciliar con exactitud, existe la tendencia a fijarse en una idea, decir que es determinante y, despus, forzar los dems datos para que adopten la forma necesaria. Es decir, al estudiar los textos antiguos - n o solamente la Biblia- existe el peligro del fundamentalismo espordico. Dicho "fundamentalismo" remite a la nocin de que cierto texto antiguo - o literatura antigua en general- cuenta la verdad lisa y llana. El fundamentalismo, sin embargo, es siempre espordico: los fundamentalistas creen que algunas personas nunca exageraron, ni cometieron errores, ni extraviaron sus notas; o, al menos, que algunas secciones de ciertos textos son perfectamente fiables. La lectura de estudios cronolgicos del Nuevo Testamento revela mucho fundamentalismo -generalmente espordico-. Un estudioso mantendr, por ejemplo, que la cronologa de Juan es mejor que la de Marcos y Mateo (y, por tanto, que la de stos no es exacta). A continuacin aceptar a Juan en los numerosos puntos en que no est de acuerdo con los otros tres:10 hubo tres pascuas durante la actividad pblica

* Las diferencias entre Juan y los otros tres evangelios, llamados colectivamente "evangelios sinpticos", se expondrn en el captulo siguiente.

10

Analizaremos algunos de estos temas en el captulo siguiente.

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de Jess y no una, fue ejecutado el 14 de nisn y no el 15 de nisn, y durante su ministerio tena cuarenta y tantos aos ("an no tienes cincuenta aos", Jn 8,57) y no treinta y tantos, como dice Lucas. Tras haber rechazado la cronologa de Mateo, Marcos y Lucas, algunos especialistas se fijan en el relato mateano de la estrella situada sobre el lugar del nacimiento de Jess e intentan ponerla en relacin con la aparicin de un cometa