SAN PEDRO Y SAN PABLO

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Pautas para el retiro Junio del 2011 PEDRO Y PABLO: DOS VIDAS AL SERVICIO DEL EVA!ELIO I"ROD#CCIO$ San Pedro Apóstol, es el primer Papa y cabeza de la Iglesia Católica. El nombre significa Ro%a& Se'uridad ( )ir*e+a para nuestra Fe. San Pablo, el Apóstol de la Gentes, sig Dina*is*o& la Con,uista ( la Co*uni%a%i-n apasionada por Cristo. Ambos en sus tareas eangelizadoras nos dan un perfecto e!emplo a todo cristiano en la Fe "ue se e#presa renuea a todo el mundo. Pedro afirma su fe en el $es%as y &es's lo constituye fundamento de la Iglesia. afirmado *dice &es's* no procede del )ombre +$t -, * /0, cuya naturaleza es materia )a sido inspirada por el Padre. Al cambiar el nombre de Simón por el de Pedro +Piedra indica cual es su papel en la fundación de la Iglesia. Pedro ser2 y es la solidez en creyentes. Construida sobre estas bases la Iglesia no deber2 temer a la potencias del Pablo sobresale entre todos los santos por la enorme importancia de su obra ean por la encumbrada santidad de su ida. Acercarse a 3l, es acercarse a la erdadera gr grandeza de un apóstol "ue luc)a para implantar el Eangelio )asta los 'ltimos confin la grandeza de un santo, "ue busca )acer de su ida una imitación perfecta de la ida Pedro y Pablo, son dos santos inseparables y !untos en la primitia )istoria de piezas importantes en cuyos componentes de la espiritualidad paulina, centrada en la son su gran amor a la )umanidad. Partiendo de una afirmación del 5eato Alberione4 6Estos dos santos son inseparab dos m2s grandes apóstoles y pastores "ue amaron las almas )asta el )ero%smo por"ue po ida y derramaron su sangre7. Esta inseparabilidad de Pedro y Pablo, no e#cluye algun cada uno constituye un don precioso de Cristo. (a Iglesia les reconoce la particular y otro, desde los primeros siglos de la )istoria del cristianismo. 8uestro fundador ) ambos y es4 6San Pedro y San Pablo, traba!aron !unto, a'n teniendo una misión particu +CISP, P2g. - 90 PEDRO Y PABLO ASOCIADOS LI".R!ICA/E"E$ :no de los primeros testimonios de la celebración de los santos Pedro y Pablo, e su origen data desde la mitad del siglo III. <acia el siglo I=, esta solemnidad estab en 1oma y la opción de celebrarla el ;/ de !unio, procede a "uerer cristianizar una c "ue e#altaban las figuras de 1ómulo y 1emo, los dos m%ticos fundadores de la ciudad d inseparabilidad de ellos. E8 oriente en la Galia, esta solemnidad de los santos apóst se celebra inicialmente en el tiempo de 8aidad, pero en el siglo =I, toda la Iglesia romana. Si en un tiempo, se cre%a "ue el ;/ de !unio correspond%a al d%a del martirio en apóstoles Pedro y Pablo, )oy es admitido por todos la incertidumbre no solo al d%a, s

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PILARES DE LA IGLESIA, PEDRO TIENE LAS LLAVES DADA POR JESÚS PARA ABRIR Y CERRAR, PABLO TIENE LA ESPADA QUE ES LA ARMADURA DEL CRISTIANO.

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Pautas para el retiro Junio del 2011

PEDRO Y PABLO: DOS VIDAS AL SERVICIO DEL EVANGELIO

INTRODUCCION.San Pedro Apstol, es el primer Papa y cabeza de la Iglesia Catlica. El nombre de Pedro, significa Roca, Seguridad y Firmeza para nuestra Fe. San Pablo, el Apstol de la Gentes, significa el Dinamismo, la Conquista y la Comunicacin apasionada por Cristo. Ambos en sus tareas evangelizadoras nos dan un perfecto ejemplo a todo cristiano en la Fe que se expresa en un amor que renueva a todo el mundo.Pedro afirma su fe en el Mesas y Jess lo constituye fundamento de la Iglesia. Lo que Pedro ha afirmado -dice Jess- no procede del hombre (Mt 16, 13-19), cuya naturaleza es material y limitada, le ha sido inspirada por el Padre. Al cambiar el nombre de Simn por el de Pedro (Piedra, Roca) Jess indica cual es su papel en la fundacin de la Iglesia. Pedro ser y es la solidez en la asamblea de los creyentes. Construida sobre estas bases la Iglesia no deber temer a la potencias del mal y de la muerte.Pablo sobresale entre todos los santos por la enorme importancia de su obra evangelizadora y por la encumbrada santidad de su vida. Acercarse a l, es acercarse a la verdadera grandeza: a la grandeza de un apstol que lucha para implantar el Evangelio hasta los ltimos confines del mundo y a la grandeza de un santo, que busca hacer de su vida una imitacin perfecta de la vida del Redentor.Pedro y Pablo, son dos santos inseparables y juntos en la primitiva historia de la Iglesia son dos piezas importantes en cuyos componentes de la espiritualidad paulina, centrada en la persona de Cristo, son su gran amor a la humanidad.Partiendo de una afirmacin del Beato Alberione: Estos dos santos son inseparables, son los dos ms grandes apstoles y pastores que amaron las almas hasta el herosmo porque por ellas dieron la vida y derramaron su sangre. Esta inseparabilidad de Pedro y Pablo, no excluye algunas diferencias y cada uno constituye un don precioso de Cristo. La Iglesia les reconoce la particular contribucin de uno y otro, desde los primeros siglos de la historia del cristianismo. Nuestro fundador hace una precisin de ambos y es: San Pedro y San Pablo, trabajaron junto, an teniendo una misin particular de cumplir (CISP, Pg. 615)

PEDRO Y PABLO ASOCIADOS LITRGICAMENTE.Uno de los primeros testimonios de la celebracin de los santos Pedro y Pablo, es el 29 de junio, su origen data desde la mitad del siglo III. Hacia el siglo IV, esta solemnidad estaba ya bien cimentada en Roma y la opcin de celebrarla el 29 de junio, procede a querer cristianizar una celebracin pagana que exaltaban las figuras de Rmulo y Remo, los dos mticos fundadores de la ciudad de Roma y la inseparabilidad de ellos. EN oriente en la Galia, esta solemnidad de los santos apstoles Pedro y Pablo, se celebra inicialmente en el tiempo de Navidad, pero en el siglo VI, toda la Iglesia acepto al fecha romana.Si en un tiempo, se crea que el 29 de junio corresponda al da del martirio en Roma de los apstoles Pedro y Pablo, hoy es admitido por todos la incertidumbre no solo al da, sino tambin el ao del martirio de ellos. Por San Pablo, es bastante fundamentado establecer el ao 67; mientras por San Pedro se prefiere que sea el ao 64, cuando muchos cristianos fueron martirizados despus del incendio de Roma. El hecho que Pedro y Pablo no fueron martirizados en el mismo ao, hace an ms significativo que sean recordados juntos.En la tradicin de Roma, desde la construccin de las baslicas constantinianas, despus de la celebracin en la baslica de San Pedro, el Papa, iba a la baslica de San Pablo a celebrar otra misa; esta praxis prevaleci hasta finales del siglo VIII, pero los sucesores del Papa Adriano I, por motivos prcticos, empezaron a posponer al da siguiente (o sea al 30 de Junio) la misa de San Pablo; esto cort la unidad originaria de la fiesta y para retomarla, el calendario litrgico la ha actualizado despus del Concilio, es decir quit la celebracin de San Pablo el 30 de junio.La Liturgia propia de nuestra familia religiosa, comprende la solemnidad de San Pablo el 30 de junio, porque es el Patrono de toda la Familia Paulina, adems es el titular de la Sociedad de San Pablo y de las Hijas de San Pablo, pero esto no nos lleva a separar a estos dos grandes apstoles. Nosotros los paulinos y las paulinas, desde el punto de vista litrgico, adems de celebrar el 30 de junio a nuestro patrono, celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo (29 de junio) y conmemoramos el 18 de noviembre la Dedicacin de las dos baslicas dedicadas a San Pedro y San Pablo; adems esta hace parte de las diferencias- celebramos la Conversin de San Pablo (25 de enero) y la Ctedra de San Pedro (22 de noviembre).

PEDRO Y PABLO ASOCIADOS EN LA PRIMITIVA HISTRIA DE LA IGLESIA. En la Sagrada Escritura, en particular en el libro de los Hechos de los Apstoles, se descubren las razones profundas por la cual la Iglesia une a San Pedro y a San Pablo. Las dos figuras aparecen a lo largo de los veintiocho captulos de esta primera historia de la Iglesia. San Pedro es presentado claramente como jefe visible y punto de referencia de la unidad de la Iglesia. San Pablo representa mayormente la apertura a todo el mundo y la expansin de la Iglesia ms all de la delimitacin de raza, cultura o tradicin previa. Pero los dos cumplen el mandato divino de evangelizar a todos los pueblos y viven intensamente el carcter pastoral de la Iglesia.La figura de San pablo aparece en un crecimiento constante desde el captulo ocho en el libro de los Hechos de los Apstoles, cuando lo vemos deteniendo las vestiduras de los que lapidaban a Esteban, primer mrtir de la Iglesia. A partir del captulo nueve, comienza con su conversin en el camino a Damasco. A esto, no se puede afirmar que la figura de San Pedro vaya disminuyendo o quede en segundo plano; en el captulo nueve, se habla de una visita de San Pablo a Jerusaln, donde Bernab lo presenta a los apstoles (Hch 9, 26-30).La carta a los Glatas, nos ofrece precisiones: la primera visita de San Pablo a Jerusaln, no se verific en el momento en el momento despus de su conversin, sino tres aos ms tarde: fue precisamente para conocer a Cefas y se qued ah quince das (Gal 1, 18), no encontr a ninguno de los apstoles, excepto a Santiago. En la carta a los Glatas (Gal 2, ss.) San Pablo hace referencia a una segunda visita a Jerusaln (correspondiente posiblemente al Primer Concilio), y dice haber expuesto el evangelio que predicaba a los paganos; esa exposicin la hizo ante las personas ms importantes de la Iglesia de Jerusaln, para no encontrarme en el riesgo de correr o de haber corrido en vano o intilmente. Afirma que a l le fue confiado el evangelio para los no circuncidados, como a Pedro los circuncidados (Gal 2, 7), lo confirma diciendo: como aquel que haba obrado en Pedro para hacerme un apstol de los circuncidados haba obrado tambin en m por los paganos, y aade reconociendo la gracia que me fue conferida, Santiago, Cefas y Juan, tenidos como columnas, me han dado a m y a Bernab la diestra en signo de comunin, para que nosotros furamos hacia los paganos y ellos hacia los circuncisos (Gal 2, 9).Tambin el captulo dos de la carta a los Glatas, San Pablo habla de un tercer encuentro con San Pedro, cuando el jefe de los apstoles se encuentra en Antioqua y l le reprocha abiertamente por una actitud de simulacin a propsito de las comidas no consentidas en la tradicin juda. Este reproche de Pablo a Pedro, no daa, sino que pone ms an en evidencia el reconocimiento del primado que tiene Pedro como jefe visible de la Iglesia. Por encima de Pablo y Pedro est Cristo; por esto, cuando Pablo supo que entraron en la Iglesia de Corintio, algunas corrientes de divisin reaccionan fuertemente 1Cor 1, 11-13).Volviendo al libro de los Hechos de los Apstoles, es oportuno subrayar el sentido que tienen los dos episodios narrados en el captulo diez, que constituyen como una conversin de Pedro. Uno es aquella visin de un gran mantel, con toda clase de cuadrpedos, aves y reptiles. La invitacin dirigida a Pedro para que mate y coma, contiene esta revelacin: lo que Dios a purificado t no lo llames ms profano. El otro episodio es la splica del centurin que manda llamar a Pedro a Cesarea para escuchar su palabra. Despus del discurso de Pedro, Cornelio y su gente creyeron plenamente en Cristo: el Espritu Santo se hizo manifiesto y Pedro decidi el bautismo de aquellos paganos. La explicacin que da a los cristianos de Jerusaln, provenientes de la circuncisin, hace ver la conexin existente entre los dos episodios y lleva a estos a esta conclusin: por lo tanto, tambin a los paganos, Dios ha concedido que se conviertan para que tengan vida (Hch 11, 18).

LA CONTRIBUCIN ESPECFICA DE PEDRO Y DE PABLO.Visto que la tradicin cristiana reconoce en Pedro y en Pablo como dos expresiones de la propia universalidad, es lcito hacerse una pregunta: Cul es en esta dimensin de la Iglesia, la contribucin distintiva de Pedro y cul es la contribucin de Pablo? Para dar una respuesta, se puede recurrir a una comparacin; as como en la tierra, en su incesante rotacin en torno al sol, conserva la propia estabilidad gracias a las dos fuerzas que se equilibran: se dice la centrpeta y la centrifuga, as en la Iglesia, hay dos fuerzas o principios de unidad, es una fuerza de expansin que empuja a los creyentes a llevar el Evangelio hasta los extremos del mundo. Son dos fuerzas coexistentes y que interreaccionan: la fuerza centrpeta de la misionariedad empuja hacia una constante expansin o irradiacin. Se armonizan as: que todos sean uno y predicar a todas las gentes (Ut unum sint e il praedicate omnes gentes las dos fuerzas interreaccionan; ambas son necesarias.Tambin hay que evitar categorizaciones absolutas, no es sin fundamento reconocer en Pedro el principio de la unidad, el primado de una jerarqua de servicio: En esta piedra edificar mi Iglesia (Mt 16, 18)). Y en Pablo el principio de la expansin misionera: Siervo de Jesucristo, apstol por vocacin, escogido a favor del Evangelio (), para predicar la obediencia y la fe a gloria de su nombre, en medio a todas las gentes (Rom 1, 5).Diciendo que Pedro representa la unidad y Pablo la expansin misionera, se hace referencia a aspectos predominantes, en cierto modo ms claro; pero de hecho los dos viven y predican la unidad y la misionariedad; ambos tiene la experiencia de Cristo como: Una, Indivisa y Abierta a los hombres. Quien conoce a Pablo sabe que no es solo el apstol de los gentiles. El mismo Cristo revel a Ananas: Ve, porque l es para m un instrumento elegido para llevar mi nombre a los pueblo, reyes y a los hijos de Israel (Hch 9, 15). Pablo es tambin el apstol que ms fuertemente expuso y promovi la doctrina y la unidad de la Iglesia (1Cor 2, 1 ss.). Y Pedro no es slo el apstol de los creyentes que provenan del judasmo; es tambin la roca visible de la nueva casa del Pueblo de Dios a la cual son llamados todos los hombres; a Pedro le promete Cristo la tarea de pescador de hombres y le confi el cuidado de pastor.El texto que el beato Santiago Alberione dirige a las Pastorcitas en el ao de 1960, subraya bien esta igualdad de Pedro y de Pablo en el fervor, en la apertura al mundo entero y en espritu pastoral: San Pedro y San Pablo, los dos grandes pastores. Pedro siempre el primero en la fe, como el primero en la caridad y en la generosidad. Y Pedro tuvo una respuesta que para entonces, le fue algo misteriosa, pero fue realizndose con el pasar de los das: Y t eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecern sobre ella. Pedro es maestro de la fe, Pedro es maestro de santidad, Pedro es maestro de oracin.Mirar a Pablo particularmente para el apostolado; qu no hizo Pablo despus de su conversin? Se hizo todo a todos, como una madre, como un padre, como un hermano y como un servidor, un esclavo, un prisionero: para Cristo y para conducir a todos a Jesucristo mismo, el salvador de las almas. Qu cosa hacer poda hacer an sino doblar la cabeza y recibir el corte de espada? No le quedaba ms que las ltimas energas y la ltima prueba de su gran amor a la almas (AAP, 960 N. 127-35).Como ya se ha dicho, el ver en Pedro la unidad de la Iglesia y en Pablo su misionariedad, tiene un valor solo ilustrativo, no es verdad absoluta. Lo que verdaderamente cuenta es que se reconocen las dos fuerzas de unificacin y de expansin presentes e interactivas en la Iglesia. Son dos fuerzas complementarias no a la manera de dos metas, sino el modo de dos fuerzas que interaccionan y se integran en vital equilibrio.Propio como sucede en el movimiento de la tierra, segn la comparacin escogida. Sea la fuerza centrpeta que la fuerza centrifuga, actuaran solas, seran desastrosas. La sola fuerza centrpeta convertira la materia a una inerte amalgama sin posibilidad de vida y movimiento. La sola fuerza centrfuga ocasionara la ms grave dispersin: la desintegracin. Aplicando esto a la realidad de la Iglesia, se puede decir que la sola fuerza centrpeta conduce al conservadurismo, a un tradicionalismo exacerbado a formas varias de integralismo y fundamentalismos. A su vez, la sola fuerza centrfuga lleva a un relativismo doctrinal, a la proliferacin sectaria, a un equvoco pluralismo, a la divisin y a la competicin. Pablo no puede existir sin Pedro y Pedro no puede existir sin Pablo. Si de una falta de equilibrio entre las dos fuerzas provienen grandes males, de la armonizacin de las dos fuerzas derivan bienes inmensos.

PARA RECONOCER A PEDRO, CONOCER A PABLO.La verdadera devocin a San Pablo, conduce a la verdadera devocin a San Pedro y viceversa, esta afirmacin es vlida para los paulinos y las paulinas, en la fuerza de la misin que es universal, porque somos llamados a vivir en Cristo y en la Iglesia y ser, todos juntos como una figura de la Iglesia a la cual servimos. Esta experiencia de reciprocidad que existe entre Pedro y Pablo se verific de modo excelente en el Beato Santiago Alberione, donde el amor a la Iglesia y la adhesin a los sucesores de Pedro, fueron ejemplares.En modo explcito, nuestro fundador propuso a la Hermanas de Jess Buen Pastor una particular devocin a San Pedro junto a aquella de San Pablo, pero a todos sus hijos e hi8jas de las varias instituciones paulinas pidi una fidelsima adhesin al Vicario de Cristo y al Magisterio de la Iglesia. En diversos modos y muchas circunstancias el Beato Alberione, puso de relieve el vnculo de unidad que pasa entre Pedro y Pablo. Para las hermanas pastorcitas pero no es exclusiva- escribi la coronita a los santos apstoles Pedro y Pablo. Los cinco puntos de esta coronita son agradecimientos a Jess Buen Pastor por las virtudes y mritos de estos dos apstoles, y la splica a ellos para obtener las correspondientes gracias:1) Agradecimiento para el fecundo ministerio de estos mximos pastores de la Iglesia, y suplica a ellos pidiendo el don de la conversin y el amor a la propia vocacin.2) Agradecimiento por el gran amor a Dios y a los hombres, y splica pidiendo un corazn virginal y la gracia de la dedicacin total.3) Agradecimiento por la predicacin de ellos y del ejemplo de pobreza, y splica pidiendo el amor a la pobreza.4) Agradecimiento al Pastor Divino para que continu guindonos a travs de sus representantes, y splica para obtener el espritu de obediencia.5) Agradecimiento por la vida de los santos apstoles Pedro y Pablo, coronadas por el martirio, y splica para obtener la gracia de ejercer el apostolado de la oracin, del ejemplo, del sufrimiento y de la accin pastoral.La coronita a los Santos Apstoles Pedro y Pablo, es tambin un ejemplo de empeo prctico a lo cual debe conducir a una genuina devocin. En el boletn San Pablo de diciembre de 1963, el Beato Santiago Alberione, invitaba a los paulinos a celebrar en el ao 1967, con toda la Iglesia, el XIX Centenario del martirio de los dos grandes Apstoles: La Familia Paulina escribi- participar con toda el alma: no tanto con exterioridad, sino con alimentar la fe de la Iglesia, con la autoridad del Vicario de Cristo, en el devoto y filial servicio, como religiosos a las almas. El Beato Santiago Alberione amaba lo concreto y la coherencia; de esto se mostraba santamente orgulloso: A los miembros de su familia religiosa recuerda: No hay muchas particularidades, ni devociones singulares, ni muchas formalidades; pero se busca la vida en Cristo Maestro en la Iglesia (AD 94), y mostraba los caminos para seguir: El secreto de grandeza es modelarse en Dios vivo, viviendo en Cristo. Por lo tanto sea siempre claro el pensamiento de vivir y obrar en la Iglesia y por la Iglesia (AD 95). En el ao de 1960, en una de sus ms solemnes declaraciones dijo: Somos fundados en la Iglesia y el Vicario de Jesucristo y esta conviccin inspira seguridad, alegra y valor (UPSI, Pg. 374).

EL SENTIDO DE ROMANIDAD EN LA ENSEANZA DEL BEATO ALBERIONE.Despus de haber colocado ya suficientemente el vnculo de unidad entre los apstoles Pedro y Pablo, en la Familia Paulina, hay una expresin privilegiada en la adhesin filial y diligente al Vicario de Cristo. En el Donec Formetur Christus in bobis (1932), el Beato Alberione presenta al Papa como El Pastor de los pastores, el centro de difusin del evangelio en el mundo, el centro de paternidad y de civilizacin de los pueblos, y ensea: Al Papa se le debe Fe, Obediencia, Cooperacin /Cfr. Edicin de 1985 Pg. 117). En su catecismo social de 1949, despus de haber recordado en el nmero cien las notas caractersticas de la iglesia: Unidad, Santidad, Catolicidad y Apostolicidad, en el nmero sucesivo el Beato Alberione afirma: Estos caracteres se pueden resumir en una sola palabra: Romanidad, unin con el Romano Pontfice.La Palabra romanidad, hoy es caduca, era muy querida por nuestro fundador que no la tomaba con superficialidad: aludiendo a la grave confusin grabada en las ideas y corrientes pastorales de la Iglesia al inicio del siglo XX y concluye as: Estas cosas y experiencias, meditadas delante del Santsimo Sacramento, maduraron la conviccin: siempre en todo, la romanidad. Todo fue escuela de orientacin. No hay salvacin fuera de ella: No necesitan otras pruebas para demostrar que el Papa es el gran faro prendido de Jesucristo a la humanidad para todos los siglos. Los primeros miembros hacan un cuarto voto de obediencia al Papa en relacin al apostolado puesto al servicio del Vicario de Jesucristo (AD 56 57).Este cuarto voto se hace todava en la Sociedad de San Pablo y no est fuera de lugar recordar el sentido activo que debe haber. El fundador lo explica as: El voto de fidelidad al Papa, que la Pa Sociedad de San Pablo ha aadido, es para responder tambin a los deseos del Papa no solamente a las ordenes. Defendamos con valor al Papa de las calumnias y de las injurias, y oramos por l constantemente (Fidelidad al espritu paulino. Meditaciones del Primer Maestro, Roma: 1965. Pg. 79 La fecha de esta meditacin es del 29 de junio de 1965).En el mismo ao del 1965, el Beato Alberione recordaba: La Familia Paulina, naci cuando el Santo Padre de ese tiempo, no era apoyado en el orientar hacia una renovacin en la prensa y entonces se intervino. La Familia Paulina naci tambin por esto, para remediar aquel complejo de personas las cuales dejaban que el Papa hablara y enseaban como les pareca mejor, sin tener en cuenta de aquel del cual del cual tena la obligacin, el deber, el poder de orientar a los catlicos en el camino verdadero del apostolado. Entonces nuestro voto y fidelidad hacia el apostolado (Predicacin sobre el voto de obediencia. Archivo FSP Pg. 413).En otro momento particularmente difcil para la sociedad y para la Iglesia, el Beato Alberione escribe, en el boletn San pablo, el 24 de enero de 1941: Unamos bien nuestros corazones al corazn del Vicario de Cristo en este perodo en el cual el espritu mundano nos quiere inducir a pensar en los advenimientos polticos como aquellos que no tiene fe. Hay una victoria que conquistar: Pro libertete et exaltatione sanctae Matris Eclesiae. Hay un reino que conquistar: El Cielo. Hay un enemigo que vencer: El Pecado. Nosotros somos los hijos predilectos de la Iglesia, los ministros de Dios: Pensar con el Papa, vivir unidos a l, hablar como habla el Papa; tener del Papa el corazn y las aspiraciones ardientes. En tiempo de guerra hacemos los mritos que son posibles y conforme al tiempo de guerra (Cfr. CISP pp. 1090 110).

EL AMOR A LA IGLESIA Y LA ADHESIN AL VICARIO DE CRISTO, ESENCIALES EN LA FAMILIA PAULINA.Independientemente del cuarto voto en cada momento de la historia, no solamente en las horas difciles la Familia Paulina es llamada a testimoniar un gran amor a la Iglesia y una particular adhesin al Vicario de Cristo. As describa Don Alberione en el ao de 1950 la tarea de los religiosos: La Santa Sede para las obras de inters general, dispone del ejrcito de los religiosos. Aqu est el gran pensamiento: un ejrcito siempre ms numeroso , siempre ms espiritualmente y cientficamente adiestrado, siempre ms unido en torno al Vicario de Jesucristo, siempre ms listo a cada signo, siempre ms tenaz en las obras confiada en la finalidades particulares de cada instituto. Se gasta bien la vida cuando en este modo se sirve a la Iglesia, al Papa y a Jesucristo, autor, consuelo, modelo y premio de los religiosos. Al reafirmar todo nuestro afecto, sumisin y dedicacin al Papa: Somos del Papa para ser de Jesucristo (Boletn San Pablo, nov. 950. Cfr. CISP pp. 801 802).Otra imagen utilizada por el fundador, con explcita referencia a la Familia Paulina, es la invitacin a considerar el mundo entero como la gran parroquia del Papa en la cual debemos servir: Todo el mundo (Euntesin mundum universum) se puede comparar a una inmensa parroquia. La parroquia del Papa. Ella es nuestro campo, en el cual los obreros del evangelio continan sembrando buena semilla a la luz del da; pero el prncipe del error y del mal en las tinieblas siembra largamente cizaa: La Familia Paulina, injerta con su apostolado, por le definitiva aprobacin en la Iglesia, tiene la tarea de estar y prestar un humildsimo y devotsimo servicio al Papa en su inmensa parroquia, unindose a los sembradores del evangelio con el uso de los propios medios tcnicos. Ocupa un puesto de gran responsabilidad, participando a la misin apostlica; y cumpliendo el divino mandato: docete omnes gentes (UPS I pp. 371 372).Tambin desde el punto de vista prctico, una misin universal y actual que se valga de medios ms rpidos y eficaces, no podra exigir una fidelidad suma al evangelio de transmitir las enseanzas de la Iglesia. Las palabras de Cristo en la Iglesia ensea el Fundador- son particularmente adecuadas. No debemos hacer ni ensear ni ms ni menos de aquello que ensea la Iglesia, evitar trabajos de punta: debates, discusiones, pareceres, etc. La enseanza de la Iglesia hay que tomarla toda; de la cuestin obrera, el modo de administrar la uncin de los enfermos; todos los consejos, toda la liturgia. No habr peligro de error, no se hace ms que repetir aquello que hemos aprendido (Haec meditare II, 8, pp. 60 61). Son palabras sacadas de una meditacin a las Hijas de San Pablo, en la cual aseguraba a ellas que en aquel modo, cada una, sera un altoparlante, un fiel eco de la Iglesia. Es bello recordar ahora que a las Hijas de San Pablo dio el Beato Alberione el apelativo de las Carteras de Dios, Carteras de la Iglesia que comunican a los fieles las verdades que ella propuso y ense (Cfr. Alle Figlie di San Paolo 1940 1945, pp. 50 51). Les dijo tambin a ellas: Las Hijas de San Pablo, deben llevar la voz del Papa a cada familia. Esta es su tarea; tarea divina: a ser los mensajeros de Papa (Cfr. Haec meditare II, 4; 1944, pp. 168. El texto hace referencia a la difusin de la coleccin Hechos y Discursos de Po XII).En el pensamiento del Beato Alberione, el espritu misionero y el sentido de fidelidad al Magisterio de la Iglesia y a la gua de su Vicario son inseparables. Pablo est siempre en comunin con Pedro. Ocurre por lo tanto al apstol paulino: Tener un corazn ms largo que los mares y los ocanos. Amar a todos, pensar a todos, orar con el espritu del Evangelio que es la universalidad y misericordia: venite ad me omnes. As como es el espritu de San Pablo apstol, siempre con la mirada hacia los pueblos que an no haban obtenido la luz de Cristo (UPS II, pp. 117-188).Pero al mismo tiempo, en su concreto desarrollo, el apostolado se uniforma a las invitaciones y direcciones que vienen del Papa. El apostolado con las ediciones en dependencia del Papa, de los Obispos y en colaboracin dcil, se estudia el pensamiento del de Cristo y la comunica a las masas con las tcnicas: prensa, cinema, radio, televisin, discos, etc. Tambin los Obispos de una nacin o provincia pueden hacer sentir las necesidades particulares del tiempo y del lugar; entonces el apostolado de las ediciones se alinea en su actividad con el episcopado: a fin de que los programas sean conocidos y realizados. Se puede descender a las necesidades de una parroquia, a la cual sirve el boletn parroquial, cinema, catecismo, jornadas del evangelio, la biblioteca, etc. (UPS IV pp. 120).

ConclusinVivir el espritu de San Pablo en comunin con San Pedro, no es exclusivo de dos o tres institutos paulinos, sino que es propio de toda la Familia Paulina. No hay necesidad de aadir otras citaciones. Pero, para favorecer un empeo prctico, se propone a considerar las condiciones para el apostolado paulino, segn el Beato Santiago Alberione:La primera condicin, es revestirse del hombre nuevo, que segn Dios, fue creado en la justicia y santidad de la verdad (Cfr. Ef 4, 24); que significa el amor a la verdad, poseer la gracia del Seor, observar la justicia hacia Dios y hacia los hombres.La segunda condicin, es revestirse de Jesucristo (Cfr. Rom 13, 14): En Jesucristo, con Jesucristo, para Jesucristo; por la gloria de Dios y la paz de los hombres.La tercera condicin, es sentir con la Iglesia, amar la Iglesia, cooperar con la Iglesia, ser los miembros ms santos, devotos y operantes.Estas son las condiciones para dar con los medios modernos ms veloces y eficaces, la doctrina, la moral, la liturgia, el culto, en primer lugar, despus todo lo que es bueno, verdadero y til. (UPS IV, pp.116).

AGRADECIMIENTO

De parte del equipo del Centro de Espiritualidad Paulina, agradecemos infinitamente al Padre Juan Manuel Galavz Herrera SSP, su valiosa cooperacin en estas pautas para el retiro del mes de junio del 2011. Agradecemos tambin a la Hermanas Marcela Cheri y Mara Elena Varela SJBP por la traduccin de este artculo del Italiano al Espaol.