Salto, viernes 18 de setiembre de 2009 - Año VI - Nº 249 ... · Hizo al Pulga y la Porota y les...

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Homenaje al padre del humor gráfico uruguayo Salto, viernes 18 de setiembre de 2009 - Año VI - Nº 249 Suplemento semanal de diario LA PRENSA Homenaje al padre del humor gráfico uruguayo Julio Suárez en ‘Las Nubes’, retratado por Enrique Amorim 100 años de Peloduro 100 años de Peloduro

Transcript of Salto, viernes 18 de setiembre de 2009 - Año VI - Nº 249 ... · Hizo al Pulga y la Porota y les...

Homenaje al padre del humor gráfico uruguayo

Salto, viernes 18 de setiembre de 2009 - Año VI - Nº 249 Suplemento semanal de diario LA PRENSA

Homenaje al padre del humor gráfico uruguayo

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100 años de Peloduro100 años de Peloduro

"Nací en la calle Julio Delga-do Nº 40 de la ciudad deSalto. No me arrepiento. Soycasado y tengo una hija.Tampoco me arrepiento. (...)Vine a Montevideo a seguirmis estudios de Arquitectura.Llegué a primer año de Fa-cultad, pero como acompa-ñaba esos estudios con unpoco de periodismo, el olor atinta que siempre me ‘tiró’,pudo más y abandoné lacarrera. No me arrepiento".

Julio Emilio Suárez Sedras-chi (o Jess, o Peloduro, o elMono), asistió al viejo liceoOsimani y Llerena, "casi en-frente" a la casa donde pasóa vivir en su adolescencia.Por los años veinte, siendoun gurí comenzó a visitar laredacción del diario ‘El Na-cional’, que Leonardo Astia-zarán dirigía en calle Uruguayal 500, atraído por aquel "olora tinta" y donde garabatearíasus primeros "monos".En 1927 bajó a la capital yrápidamente se vinculó a ‘ElNacional’, un diario de cortavida que fundara CarlosQuijano, donde ilustró lascrónicas del Parlamento.Después, fue secretario deredacción de la revista ‘Mun-do Uruguayo’ y en el diario ‘ElPlata’ da a luz a dos persona-jes que -aunque cambiarande nombres- ya no lo abando-narían nunca: "Wing y Ron-cadera".

Utilizando varios seudóni-mos realizaría caricatura po-lítica en otros medios perio-dísticos, como ‘Marcha’,‘Epoca’, ‘El País’, ‘El Diario’,‘El Popular’, ‘Justicia’, ‘LaMañana’, además de libretarespacios radiales de humoren CX 24 ‘La voz del aire’(creando el personaje Marie-ta Caramba) y en CX 14 ‘ElEspectador’.En 1933, al ingresar al diario‘El País’, sus ya popularespersonajes, adoptaron nue-vos nombres: Wing se con-vertiría en "El Pulga" y Ron-cadera en "Peloduro".

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Un siglo haciendo reir y pensarJulio Suárez

Wing y Roncadera

En 1938 dio vida a un perso-naje distinto para protago-nizar una tira de dibujos paraniños a la que llamó "Coconaen el país de las hormigas".Cocona fue su homenaje asu única hija, AliciaSuárezTurcatti.

Peloduro revistaEl 28 de julio de 1943 apareceel número 1 de su revista‘Peloduro’, la que tras diver-sos avatares, con cierres yreaperturas varias, sobrevi-virá hasta agosto de 1964.Esta publicación, que hoypuede ser considerada unaauténtica joya de colecciónde la cultura uruguaya, fue, aldecir de Jorge ‘Cuque’ Scla-vo, "el éxito de su vida y sufracaso económico".

"Humorista y artista sin conse-ciones, nunca supo concebiruna revista comercial al estilode las Rico Tipo de la época.Por otra parte, su revistasiempre estuvo mal distri-buida y jamás contó con apo-yo publicitario alguno".El equipo de radacción de larevista ‘Peloduro’ estabacompuesto, entre otros, porSerafín J. García, Juan Car-los Puppo (El Hachero),Arthur García (Wimpy),Alberto Etchepare y CarlosMartínez Moreno, bajo ladirección de Julio Suárez.Después, se sumarían Hora-cio Ferrer, Mario Benedetti,Jorge Sclavo, MauricioRosencof, ‘Mingo’ Ferreira,‘Blankito’ y Elina Berro.

"Un chancho con plumas"Suárez era conciente de suspropias dificultades paraencarar una tarea editorialmás "profesionalizada" desu revista, e incluso editoria-lizó al respecto, mencio-nando su preocupación pordisponer además de mástiempo para la militanciapolítica en el Partido Comu-nista al que estaba afiliado,como también de su vocaciónpor las artes plásticas y laliteratura. Aún así, prometióque si el nuevo período de larevista no llegaba hasta 1973,se "comerían un chancho conplumas".

Editorial final"De acuerdo: no hemos dellorar ni una lágrima (...)Estamos aquí de puro cum-plidores, comiéndonos elchancho con plumas queprometimos comernos si estareiterada experiencia pelo-duresca no llegaba a 1973. Yya no es noticia para ningunode los presentes, que nollegamos. (...)Hicimos lo que pudimoshacer, lo que en todo caso,éramos capaces de hacer.Vamos a callarnos agradeci-mientos que, no sé porqué,siempre suenan fallutos.Creo dejar expresado entre-líneas, por lo menos el reco-nocimiento de una actitud.Reconocimiento que extien-do a aquellos compañerosque compartieron conmigola experiencia, que dieron elvalor de su talento y honradoejercicio del humor a este‘Peloduro’ y fueron, endefinitiva, los realizadores ysostenedores de una aven-tura que pudo merecer mejorsuerte. No es a la calle, preci-samente, donde siemprehemos contado con el alientoindeclinable de muchosmiles de amigos lectores, ala que hemos de reprocharlenada del sabor de estechancho y la esperanzaindigesta de estas plumas.Dejemos, en todo caso, conla debida resignación, unaclásica esquelita que ustedessustraerán de tono patético:Sr. Juez: no se culpe a nadiede nuestro silencio".Luego del cierre definitivo dela revista, el 6 de agosto de1964, Suárez pasó a publicarcada miércoles en el diario

El chancho con plumas

‘La Mañana’, una página titu-lada "Peloduro, órgano de laparroquia".

"Puntería en el deschave"El periodista Hugo Alfarodescribía así el talento deJulio Suárez a la hora de ex-presarse en las páginas deuna publicación."Suárez tenía sabiduría en elhumor. Era la puntería en eldeschave, eso que no hayque explicar porque todos loentienden".Raúl Borrazas explicó des-pués: "Sucede que los perso-najes que creaba no eranarquetipos, eran criaturascarnales y vivas, cargadasde un humorismo entraña-blemente uruguayo, que ve-

nía de la comunidad dondese engendraba.Suárez, descubrió el valordel humor, utilizándolo, nocomo algo superficial des-prendido del medio y de lasituación, sino en profundi-dad, en forma creadora, enmuchas ocasiones, con unácido y esclarecedor acentopolítico.Lo hizo en un Uruguay, quea mediados de los años cin-cuenta, empezaba su deca-dencia política y económicapero que no tomaba con-ciencia de la situación, suspersonajes parecían ser losúnicos que percibían la pro-fundidad de la crisis en quecomenzábamos a sumergir-nos".

Julio Suárez fue un notablecaricaturista, como lo testi-monian sus innumerablestrabajos, muchos de ellosexhibidos en el Museo Nacio-nal del Humor y la Historietade la ciudad de Minas.Con trazos tan austeros co-mo certeros, delineó tanto afiguras como Einstein, Pe-rón, Allende, Chejov, Piazzo-lla, Discépolo, como a suscompatriotas del arte, TorresGarcía, Onetti, Dahd Sfeir,Galeano, Espínola...El presidente Eduardo VíctorHaedo escribió en el editorialdel diario ‘El Debate’ previo ala Navidad de 1964: "Pelo,sabés cuanto te admiro. Y lomás importante, cuanto tequiero. Sé que lo primero sepuede disimular. Lo segun-do, no".Haedo llegó a convertirse enun personaje más de Pelo-

El caricaturista

"Me recuerdo así, con unpoco de impiedad y otropoco de autoternura. Lagorra era como el uniformede los liceales de losprimeros años. la liberaciónde la cartera escolar y esode llevar los libros bajo elbrazo, recuerdo, nos hacíasentir ya hombrecitos, algopor lo que sentíamosindisimulada impaciencia.El tronquito de zarzaparrillaque fumábamos a escon-didas de los mayores era,en tal sentido, la consagra-ción.Más tarde compraríamos amedias con el Coco Villacigarrillos de fábrica, conlos que matábamos consueño barato, esa penainfantil del repecho hacia laadolescencia. No importa-

ba cómo, sino cuán hom-bres nos sentíamos en a-quel humbral de la adoles-cencia.Ya fumábamos cigarrillosarmados (después vendríala consagración del nacobrasileño) que comprába-mos por humildes unida-des, y nos parábamos en elfilo de la vereda, a ver llegaral liceo a las compañeras,de moña en la nuca, quebajaban la mirada y apre-taban los libros de texto conlos brazos cruzados sobreel pecho, como suelen ha-cer las alumnas de con-servatorio. Pasaban, las mi-rábamos y ya empezába-mos a soñar pavadas... Concuántas de ellas nos casa-mos, formamos un hogar ytuvimos muchos hijos..."

Con motivo de conmemorarse el cincuentenario de la leyde creación de los liceos departamentales, Secundariaconvocó a un concurso sobre el aporte de estos liceos aldesarrollo nacional. El trabajo que obtuvo el 2º premio fueel de los profesores Germán Wettstein y Raquel Morador,quienes entrevistaron a diversas personalidades nacidasen el interior. Uno de los entrevistados para narrar susrecuerdos de liceal en los años veinte en el liceo Osimaniy Llerena de Salto, fue Julio Suárez:

"Me recuerdo así"

duro, blanco permanente delas críticas opiniones de Suá-rez. Su caricatura apareciómil veces en aquellos añosde gobierno colegiado nacio-nalista y Haedo le pedía quele obsequiara luego cadadibujo.Cada cuadro era una síntesisbrillante de lo que estabapasando. Alguien sostuvoque en el semanario ‘Mar-cha’, cuando Carlos Quijanono lograba transmitir clara-mente en sus largas notaseditoriales, algún hechopolítico puntual, había queremitirse a la última página,donde Peloduro lo aclarabatodo con un dibujo y una

viñeta.Sobre su faceta de caricatu-rista escribió Jorge Satut:"Para nuestro regocijo, donPelo fue un caricaturista sinpar. El formidable manejoque hace de la síntesis, y lasensibilidad que transfiere ala línea convierten cada rostroen una visión entrañable delser humano".El gran caricaturista estado-unidense David Levineafirmaba: "Criticaré a todoaquel que alcance el poder,porque lo alcanzó y debecuidarse de él".Peloduro agregaba, impla-cable: "La caricatura no es ungénero pa’ adulones".

Eduardo Víctor HaedoCasi una excepción: un autoretrato de Julio Suárez,

publicado en la revista ‘Mundo Uruguayo’ Peloduro y El Pulga

Cocona

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El Museo Nacional del Humor y la Historieta de la Fundación‘Lolita Rubial’, en la ciudad de Minas, destina cada añoentre sus principales galardones, la "Medalla Peloduro".

La Plaza Zabala es mentira.O mejor dicho, Zabala esmentira.El verdadero fundador deMontevideo fue un salteñollamado Julio E. Suárez, porbuen nombre Peloduro, porapócope Pelo, por cariño elMono, por admiración elMaestro, por justicia el másgrande humorista que tuvoeste país.Así como se dice que la"Generación del 45" puso aMontevideo en la literatura yque, gracias a ella, esamolesta esquina de 18 yAndes se hizo tan literariacomo las magdalenas deProust, así Peloduro colonizóMontevideo para el dibujo, yafuese en la caricatura o lahistorieta. Creó Montevideo ydesde entonces Montevideoestuvo llena de Pelo (y yolleno de Montevideo, diría él).Hizo al Pulga y la Porota y lesdio una familia, a Peloduro yla Choronga les dio hijos ylos rodeó de amigos fielescomo el Dulce, el Pileta ytodos los habitantes de eseconventillo de los Tré Farole.Pero también inventó aHaedo, a Amézaga, a Guaniy hasta a nosotros mismos.Peloduro inventó a toda estasu RODELU con vista al mary ventana a Europa. Maravillaque, a su vez, inventó otrascosas maravillosas como lajubilación por el artículo 383,el préstamo no reintegrable,el 4-2-4, la ley de lemas, elcheque diferido, el gol de lavalija, la vuelta olímpica, eldisán y los cigarrillos La Paz,entre otros. Y cuando uno,antes, no entendía algo de

este Uruguay, y don CarlosQuijano no lo podía explicarclaramente desde suseditoriales de Marcha,entonces, uno iba a la páginadel fondo donde Pelo, de unsaque, lo hacía compren-sible rápidamente con unade sus gloriosas ‘caricap-turas’.Pelo era de mentira. Logrócerrar cuatro veces la mejorrevista de humor que tuvoeste país. Y no fue pordescuido. Era ese directorque leía y corregía texto portexto, fuese de quien fuese,miraba dibujo por dibujo yhasta el último momento yen la mesa de armadoinventaba un pie de páginamemorable para rellenar unhueco. Tal como aquel piedonde decía que el Gene-ralísimo Franco había co-menzado una lucha sincuartel contra los sabañonesporque eran concentracio-nes rojas en la Falange.Pelo tenía ese humor rápidode la calle, ese humor al

cruce, la ocurrencia que secomparte mientras se man-guea fuego o se pide la hora.Estando en Cuba, cuando larecién estrenada Revolu-ción, levantó el teléfono delhotel y recibió una voz revo-lucionaria con la encendidaconsigna de "Patria o muer-te". Pelo no se inmutó y lerespondió cortita y al pie: -"Ybueno, si hay que elegir:patria".El 15 de agosto de 1965 detu-vo su vuelo la célebre moscade Peloduro. Dejó de darvueltas alrededor de ese pe-rro fiel. Esa mosca simpá-tica, única en el dibujo hu-morístico. Esa mosca quenunca necesitó que la inter-

"Es mentira"pretaran y que simplementese conformó con existir, volary mantener despierto a eseperro.Se me ocurre que eso era loque Pelo quería con cadadibujo, con cada sesudoeditorial o hasta el humildepie de página: mantenernosdespiertos.Por eso, cuando uno recuer-da a Pelo, la mosca vuelve avolar, el perro mueve lasorejas, el Pulga filosofa y unorecobra ese optimismo quese tiene sólo los sábados almediodía tan llenos de pro-mesas, para decirse: Esmentira.Las moscas no se degüe-llan.

por María Luisa Battegazzore

Firulete y su mosca

"Con los años, sigo admiran-do la extraordinaria capaci-dad de Julio Suárez parausar, con la misma virtud, eldibujo y la palabra. Era bri-llante, sencillo y gracioso sinmaldades. Su figura siguesiendo un ejemplo para losque intentamos continuar sucamino".

Hermenegildo Sábat

"...la mayor satisfacción aque puede aspirar un crea-dor es que sus personajesvivan en el alma de la gente;

que anden riendo, saltando,opinando entre nosotros. (...)En mis muchos años de pe-riodismo he sentido particu-lar admiración por la carica-tura política como género.Seguí los trabajos de gran-des caricaturistas comoJean Effel, (...) y otros.Medido en esa escala, sos-tengo que Peloduro es unode los mejores caricaturistaspolíticos del mundo. En todocaso, el de más acendradaentraña popular".

Niko Schvarz

Puntos de vista

Cierta vez, el periodista quelo entrevistaba, preguntó:- Suárez, ¿Usted, cómo seautodefine?

A lo que respondió:- "Nunca tuve auto ni defini-ción. No me alcanzan ni laplata ni los méritos".

"Autodefinición"

Sea este aniversario el pre-texto para recordar al lúcidoanalista de la vida política ysocial uruguaya e internacio-nal, desde un inclaudicablehumor y un insobornablecompromiso político e ideo-lógico.Suárez fue un verdaderotrabajador de la cultura y suobra expresa una tenazmilitancia. Supo encontrar ellenguaje y los códigos paracomunicar y difundir unaracionalidad, una visión dela realidad que descubrieralas fuerzas actuantes bajolas apariencias de loshechos, mostrándolos en"ropas menores", para pene-trar como nuevo "sentido co-mún" en las grandes masas.Fue miembro del PartidoComunista y jamás abando-nó el ideal socialista. Lamagnitud de su producción yla amplitud de su espectro,abarcando diversos medios,géneros y contenidos, im-pacta, no sólo por su inspi-ración genial, su genuino

El lúcido analista

humanismo, su coherenciaética, que no conoce renun-ciamientos, sino por unaasombrosa fecundidad, quesignificó una alta dosis detranspiración y una férreadisciplina de trabajo. Lospersonajes, hombres ymujeres del pueblo, no leson ajenos, al punto que elautor fue identificado con elnombre de uno de ellos.Para miles de uruguayosesos "monos" llegaron a con-vertirse en personas, conbiografía y carácter, que vivíansus vidas desde el diario, larevista o la radio. Segúnrelata el propio Suárez, lospersonajes encontraron alautor que los permitiera vivir.Y pudo hacerlo porque hizosuyos su peripecia y suescenario, la cancha, elboliche, el conventillo, elbarrio, el tablado, y porque,conscientemente y sin pa-ternalismos, asumió el puntode vista de las clases popu-lares para comprender elmundo en que le tocó vivir.

"Una de las seis partes delmundo. Se extiende desdeallá arriba hasta aquí abajo,entre el Atlántico que lasepara de Europa y Africa,el Pacífico que la separa deAsia y Oceanía y la Demo-cracia Occidental y Cristianaque la separa del resto delmundo. Consta de dos par-tes, a saber: la parte de arri-ba y la parte de abajo. Laparte de arriba se llama laColosa del Norte y la partede abajo se la conoce porHispanoamérica, AméricaLatina o América Lapobre.

Arriba se habla inglés y aba-jo, diversos dialectos deriva-dos del español.En confraternal intercambio,no obstante, arriba apren-dieron a decir "maccanudou"y abajo "yes".Su economía común se divi-de equitativamente en: ne-gocios arriba y sudores aba-jo. Por una fatalidad geográ-fica inevitable, es decir, porLey de Gravedad y de Dios,la de arriba pesa sobre la deabajo".

"Diccionario del disparate"(Peloduro)

"América"

por Jorge "Cuque" Sclavo

URUGUAY 749 - Tel. 32735 - SALTO

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Julio Suárez murió en Mon-tevideo, un mes antes decumplir los 56 años de edad.Raúl Borrazas lo recuerdaasí: "Aquella tarde gris deagosto de 1965 llevamos suféretro desde la Asociaciónde la Prensa, sobre la PlazaLibertad, por 18 de Julio yluego Yaguarón hasta elCementerio Central. No hubo

discursos. El había pedidoque lo recordaran con alegría,con unas cañas o unas gra-pas.El velatorio se hizo en la sedede la Asociación de la PrensaUruguaya (APU), en el primerpiso del primer edificio delcostado norte de la PlazaLibertad, Nº 1326, sobre elcafé Sorocabana.

El mismo edificio donde élhabía vivido, unos pisos másarriba.Sus colegas de la prensa,sabiendo que a él le hubieragustado, mantuvieron abier-ta la cantina del sindicato des-pachando bebidas, mientrasun creciente grupo de cole-gas acompañaban al nota-ble humorista".

Infinidad de veces nos referi-mos a la figura de Julio Suá-rez en las páginas de RADARy fueron muchas también, lasque reclamamos sacarlo delolvido, reivindicar la obra y lapersonalidad de este salte-ño, paradójicamente home-najeado en todas partes,

menos en su ciudad natal.Más allá de su recordadafrase "No me gustan los ho-menajes. Prefiero que merecuerden con un asado", enSalto la leña seguía estandoverde y sin hacer brasas.Se trata de saldar viejas deu-das que los salteños tene-mos con muchos de nues-tros mejores embajadoresen el mundo: los artistas.Pero bueno, si es cierto quela justicia tarda, también esverdad que muchas vecesllega, y el pasado martes, laJunta Departamental lededicó una sesión extraordi-naria de homenaje.Por otra parte, este miércoleslas fachadas de varios edifi-cios municipales amanecie-

"La estoica Rodelú" fue la úl-tima caricaptura que publicóantes de morir en 1965.La imagen de la República,

exhausta y enflaquecida,acompañada por el infaltableperro Firulete y su moscacompañera.

La estoica Rodelú

"Con unas cañas o unas grapas..."

ron ostentando diferentescarteles que recuerdan los100 años de Peloduro.Ese mismo día, en Casa Qui-roga -donde funciona desdehace algún tiempo el denomi-nado ‘Espacio Peloduro’ yse brindan talleres de dibujoe historietas- representantesde la Intendencia y de la JuntaDepartamental de Salto,junto a familiares de JulioSuárez, procedieron al des-cubrimiento de una placa re-cordatoria.Por otra parte, en los próxi-mos días, comenzará a exhi-birse en un circuito de escue-las, una serie de cortome-trajes y animaciones realiza-dos sobre el humor gráficode Peloduro.

Quienes deseen hacer-nos llegar sus comuni-cados sobre la realiza-ción de espectáculos uotra actividad artística,para ser incluidos gra-tuitamente en nuestracartelera, pueden enviarlos datos a nuestra di-rección de correo elec-trónico:[email protected] el día miércolesde cada semana.

RADARdel fin de semana

es unapublicación semanal quese edita los viernes con

diario La Prensa.Redacción: Amorim 56

Tel/fax: 32846Salto - Uruguay

Esta edición de RADAR,al igual que las anterio-res, pueden bajarse libre-mente de Internet, desdeel sitio:www.radar.saltonline.net

Saldando viejas deudasLa oportunidad nos lo estaba exigiendo. Hoy RADAR no tiene agenda de espectáculos,ni cartelera de películas y ni siquiera otro comentario sobre las muchas propuestas quepor suerte siguen dándose en Salto.Sabrán disculpar. El viernes que viene volveremos a la "normalidad".Pero por esta vez, la edición es toda de Peloduro.

Peloduro en la Biblioteca Felisa Lisasola

Peloduro en la Intendencia

En la tarde del miércoles 16, la Intendencia y la Junta Departamental de Salto, acompañadosde familiares de Julio Emilio Suárez, descubrieron un placa de homenaje en Casa Quiroga

La placa colocada en el Espacio Peloduro de Casa Quiroga