Salinger_Boca Bonita y Verdes Mis Ojos

8/14/2019 Salinger_Boca Bonita y Verdes Mis Ojos

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J.D. Salinger

Boca bonita y verdes mis ojos

Cuando son el telfono, el hombre canoso le pregunt a la muchacha, con ciertadeferencia, si por alguna razn quera que no atendiera. La muchacha le escuch comodesde muy lejos y dio vuelta su cara hacia l, un ojo el cercano a la luz bien cerrado, elotro, muy abierto, aunque cnico, grande y tan azul que pareca casi violeta. El hombrecanoso le pidi que se apurara, y ella se incorpor, apoyndose sobre su antebrazo derecho,con la rapidez necesaria para que el movimiento no pareciese despreocupado.

Se quit el pelo de la frente con la manoizquierda y dijo: Por Dios. No s. Quierodecir qu te parece? El hombre canosodijo que no vea la maldita diferencia entreuna cosa y otra, y desliz la mano izquierdadebajo del brazo en el que se apoyaba lamuchacha, moviendo los dedos desde elcodo hacia arriba hasta alcanzar la clidasuperficie de unin con el torso. Busc eltelfono con su mano derecha. Para noalcanzarlo a ciegas, tuvo que incorporarse

un poco ms, lo que provoc que atropellarala pantalla del velador con la parte posteriorde la cabeza.

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En ese instante la luz favoreci su cabello gris, casi blanco,aclarndolo vivamente. Aunque desordenado en esemomento, evidenciaba un corte reciente o, ms bien, uncuidado perfecto. Convencionalmente corto en la nuca y lassienes, pero con el toque justo, en efecto, para otorgarle un

frvolo aspecto distinguido. Hola? dijo en el telfonocon voz fuerte. La muchacha permaneci apoyada en suantebrazo, observndolo. Sus ojos, ms exactamente abiertosque alertas o especuladores, reflejaban sobre todo suparticular color y tamao.

Una voz de hombre helada, pero en cierto modo brusca,casi obscenamente viva para esa ocasin lleg del otrolado.

Lee? Te despert?

El hombre canoso mir rpidamente hacia la izquierda, a la muchacha.

Quin es? pregunt Arturo?

S. Te despert?

No, no. Estoy en la cama, leyendo, pasa algo?

Ests seguro de que no te despert? Palabra de honor?

No, no en absoluto dijo el hombre canoso. En realidad, he estado durmiendo unpromedio de cuatro horas miserables

Te llamo por lo siguiente, Lee: te fijaste a qu hora se fue Joanie? Por casualidad, no tefijaste si sali con los Ellenbogens?

El hombre canoso volvi a mirar hacia la izquierda, pero arriba esta vez, lejos de lamuchacha que lo miraba como un joven polica irlands de ojos azules.

No, Arturo, no me fij dijo, sus ojos en el distante y oscuro ngulo donde se unan lapared y el techo. No sali contigo?

No, Dios mo, no. Entonces, no la viste salir?

Bueno, no, en realidad no la vi salir, Arturo dijo el hombre canoso. En realidad, novi un cuerno en toda la noche. Al minuto de entrar me vi envuelto en una interminable

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charla con ese imbcil francs, viens, o lo que sea. Uno de esos malditos extranjeros queestn siempre listos para pedir gratis un consejo legal. Por qu? Qu pasa? Se perdiJoanie?

Oh, Dios mo. Vaya uno a saber. Yo no s. Ya sabes que cuando est en copas y loca por

irse. Qu se yo. Ella pudo tenerLlamaste a los Ellenbogens? pregunt el hombre canoso.

S. Todava no llegaron a su casa. No s. Ni siquiera estoy seguro de que se haya ido conellos. Pero s una cosa. S una maldita cosa. Estoy harto de romperme la cabeza. Te habloen serio. Realmente te hablo en serio, esta vez. Estoy harto. Cinco aos. Dios mo!

Est bien, Arturo, ahora trata de tomrtelo con un poco de calma dijo el hombrecanoso. En primer lugar, si yo conozco a los Ellenbogens, lo ms probable es que sehayan metido todos en un taxi y se hayan ido hasta el pueblo por un par de horas. Es

posible que caigan los tresTengo la impresin de que se fue a lacocina a toquetearse con algn desgraciado.Eso es, justamente, lo que me imagino.Siempre que se emborracha empieza atoquetearse en la cocina con algndesgraciado. Estoy harto. Te juro por Diosque esta vez te hablo en serio. Cincomalditos

Dnde ests ahora, Arturo? preguntel hombre canoso. En tu casa?

S. En casa. Hogar, dulce hogar. Diosmo!

Bueno, trata de tomrtelo un poco Qutienes? ests borracho, o qu?

No s. Cmo demonios voy a saberlo?

Est bien, y ahora escchame. Clmate. Tmalo con calma dijo el hombre canoso.Por amor de Dios, t conoces a los Ellenbogens. Lo que pas, probablemente, es queperdieron el ltimo tren. Probablemente los tres caern dentro de un minuto, muy alegres ycon unas copas de ms

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Se fueron en auto.

Cmo lo sabes?

Por la niera. Hemos tenido algunas chispeantes y condenadas conversaciones. Somos

carne y ua. Como dos condenadas arvejas en su vaina.Est bien. Est bien. Y qu? Por qu no te quedas quieto y tranquilo ahora? dijo elhombre canoso. Probablemente los tres te caern por ah, dentro de un minuto. Te loaseguro. Conoces a leona. No s qu demonios pasa En cuanto llegan a Nueva Yorktodos adquieren esa terrible alegra Connecticut. Eso lo sabes.

S. Ya s. Ya s. Aunque, qu se yo.

Seguro que sabes. Usa tu imaginacin. Probablemente esos dos arrastraron a Joan.Probablemente esos dos arrastraron a JoanieEscchame. Nunca nadie tuvo que arrastra a Joanie a ningn lado. No me quierasengatusar con ese asunto.

Nadie quiere engatusarte, Arturo dijo serenamente el hombre canoso.

Ya s! Ya s! Perdname. Por Diosme estoy volviendo loco. Me das tupalabra de que no te despert?

Te lo hubiera dicho, Arturo dijo el

hombre canoso. Distradamente retir sumano izquierda que estaba entre el brazo yel torso de la muchacha. Mira, Arturo.Quieres un consejo? dijo. Tom elcable entre sus dedos, justo debajo delauricular. Ahora te lo digo en serio.Quieres un consejo?

S. No s. Por Dios, te estoy desvelando.Por qu no cortas?

Escchame un momento dijo el hombre canoso. En primer lugar y ahora te lodigo en serio mtete en la cama y descansa. Preprate un buen trago y mtete debajo delas

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Un trago? Ests bromeando? Por Dios, me he tomado casi un litro en estas doscondenadas ltimas horas. Un trago! Tengo una curda que ahora difcilmente

Est bien. Est bien. Entonces mtete en la cama dijo el hombre canoso. Y clmate.Me escuchas? Dime la verdad. A dnde te puede llevar, seguir sentado as, ansioso,

dndole vueltas al asunto?S. Ya s. No tendra que preocuparme, por amor de dios, pero no se puede confiar enella. Te lo juro por Dios. No se puede, te lo juro por Dios. Se puede confiar en ella tantocomo en poder arrojar desde lejos una no s qu. Ah! Para qu sirve. Me estoyvolviendo loco.

Est bien. Olvdate, ahora. Olvdate, ahora. Quieres hacerme un favor? Trata de borrartodo ese asunto de tu mente dijo el hombre canoso. A lo mejor ests haciendoSinceramente pienso que ests haciendo una montaa

Sabes lo que hago? Sabes lo que hago? Me da vergenza decrtelo, pero sabes lo queestoy a punto de hacer cada condenada noche cuando llego a casa? Quieres saberlo?

Arturo, escchame, esto no es

Espera un momento. Te lo voy a decir, maldicin. Prcticamente tengo que contenermepara no abrir todas las malditas puertas de los closets del departamento Te lo juro porDios. Todas las noches pienso que puedo encontrarme con un montn de desgraciadosescondidos por todas partes. Ascensoristas. Carteros. Policas

Est bien. Est bien, Arturo. Tratemos de tomarlo con calma dijo el hombre canoso.

Bruscamente mir hacia su derecha, donde un cigarrillo, encendido un rato antes, alcomenzar la noche, se balanceaba en el cenicero. Era evidente que estaba apagado y no lotom. En primer lugar dijo en el telfono te he dicho muchas, muchsimas veces,Arturo, que ese es, exactamente, tu mayor error. Te das cuenta de lo que haces? Quieresque te diga lo que haces? Te sales de tus casillas, ahora te lo digo en serio En realidad,eres t quien incita a Joanie Desisti. Eres un tipo de suerte, ella es una chicamaravillosa. En serio. No le tienes ninguna confianza a su buen gusto, ni a su inteligencia.

Inteligencia! Me ests cargando? Nunca tuvo la menor inteligencia. Es un animal.

Dilatando las aletas de la nariz, el hombre canoso aspir profundamente.

Todos somos animales dijo. En el fondo, todos somos animales.

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Al infierno, yo no soy un condenado animal. Puedo ser el ms imbcil, el ms engaadode los hijos del perra del siglo XX, pero no soy un animal. No me salgas con eso. Yo nosoy un animal.

Mira, Arturo. Esto no nos est llevando a

Inteligencia! Dios mo, si supieras lo chistoso que es eso. Ella se cree una condenadaintelectual. Eso es lo realmente chistoso. Lee la pgina teatral y mira televisin hastaquedarse prcticamente ciega y as es una intelectual. Sabes con quin estoy casado?Quieres saber con quin estoy casado? Estoy casado con la ms incipiente y desconocidaactriz, novelista, psicoanalista; en fin, con un maldito genio ignorado de Nueva York. Nolo sabas? Por Dios, es tan gracioso que podra cortarme la cabeza. Madame Bovary en elanexo de la Universidad de Columbia. Madame

Quin? pregunt, con desagrado, el hombre canoso.

Madame Bovary sigue su curso de capacitacin en TV. Por Dios, si supieras como.Est bien. Est bien. Te das cuentaque esto no nos lleva a ningn lado? dijo el hombre canoso. Se volvi y lehizo una sea a la muchacha, acercandodos dedos a la boca, para indicarle quedeseaba un cigarrillo. En primer lugardijo en el telfono siendo un tipotan diablicamente inteligente, carecespor completo de tacto. Se enderezpara que la muchacha pudiera alcanzarpor atrs de su espalda los cigarrillos.Te lo digo en serio. Lo demuestras en tu

vida privada, lo demuestras en tu

Inteligencia! Oh, Dios, eso me mata. No la escuchaste alguna vez describir a alguiena algn hombre, quiero decir? Cuando no tengas nada que hacer, hazme el favor y pdeleque te describa a algn hombre. A cada hombre que ve lo describe como terriblementeatractivo. No importa si es el ms viejo, el ms puerco, el ms grasiento

Est bien, Arturo dijo, cortante, el hombre canoso. Esto no nos lleva a ningunaparte. A ninguna parte. Tom uno de los cigarrillos que la muchacha haba prendido.De paso dijo, exhalando humo por la nariz cmo te fe hoy?

Qu?

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Cmo te fue hoy? repiti el hombre canoso. Cmo anda el pleito?

Dios mo! No lo s. Como el diablo. Unos dos minutos antes de que yo empezara conmi sumario, el abogado del demandante, Lissberg, trajo a una sirvienta loca con un montnde sbanas como prueba con manchas de chinches por todos lados. Mi Dios!

Entonces qu pas? Perdiste? pregunt el hombre canoso, dando otra pitada alcigarrillo.

Sabes quin estaba en el tribunal? Madre Vittorio. Nunca voy a saber qu es lo quetiene ese tipo conmigo. No puedo ni abrir la boca porque se me viene encima. Con un tipocomo ese no se puede razonar. Es imposible.

El hombre canoso torci la cara para ver qu haca la muchacha. Haba levantado elcenicero y lo estaba colocando entre los dos.

Entonces perdiste o qu? dijo en el telfono.Te digo que si perdiste?

Si. Hoy te lo iba a contar. Pero en la fiesta no tuve ninguna oportunidad, con todo esebochinche. Te parece que Juniors armar un lo? Me importa un comino, pero qu teparece? Te parece que lo armar?

Con su mano izquierda el hombre canoso quitaba la ceniza de su cigarrillo en el borde delcenicero.

No creo que, necesariamente, vaya a armar un lo, Arturo dijo con calma. Aunquehay muchas posibilidades de que lo arme, por supuesto no se va a enloquecer de alegra. Tsabes el tiempo que hace que manejamos esos tres hoteles malditos. El mismo viejoShanley fue quien empez todo

Ya s. Ya s. Juniors me habl de eso por lo menos cincuenta veces. Es una de lashistorias ms hermosas que escuch en mi vida. Est bien, perd ese maldito pleito. Enprimer lugar, no fue culpa ma. Primero, ese luntico de Vittorio me acosa durante todo eljuicio. Despus esa sirvienta idiota empieza a mostrar las sbanas llenas de chinches.

Nadie dice que la culpa sea tuya, Arturo dijo el hombre canoso. T me preguntaste

si yo pensaba que Juniors armara un lo. Simplemente trat de darte una honestaYa s s que Qu s yo! Al diablo. De cualquier modo puede que vuelva al ejrcito.No te lo dije?

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El hombre canoso volvi a mirar a la muchacha, quizs para mostrarle su aspecto paciente,casi estoico. Pero la muchacha no lo mir. Terminaba de volcar el cenicero con su rodilla y,con los dedos, estaba recogiendo, rpidamente, la ceniza en un pequeo montn; sus ojos lomiraron un segundo demasiado tarde.

No, Arturo, no me lo dijiste dijo en el telfono.S. Puede ser que me vaya. Todava no lo s.Naturalmente, la idea me enloquece y no ir si puedoevitarlo. Pero a lo mejor lo tengo que hacer. No s. Sime devuelven mi pequeo casco y mi gran escritorio ymi enorme mosquitero limpio, tal vez no sea

Me gustara poder meter en tu cabeza un poco desentido comn, muchacho eso es lo que a m megustara dijo el hombre canoso. Por amor de Dios,

para ser un tipo supuestamente inteligente, hablas comouna criatura. Te lo digo con toda sinceridad. Dejas queun montn de pavadas empiece a crecer como una bolade nieve hasta ser algo fundamental y estscompletamente incapacitado para cualquier

Tendra que haberla deja. Sabes? Tendra quehaberme ido el verano pasado, cuando la bola recin

empezaba a rodar Sabes? Sabes por qu no lo hice? Quieres saber por que no lo hice?

Arturo, por Dios. Esto no nos lleva a ninguna parte.

Espera un segundo. Djame decirte por qu! Quieres saber por qu no lo hice? Puedodecirte exactamente porqu. Porque le tuve lstima. Esa es la verdad, total y simple. Letuve lstima.

Bueno, yo no s. Pienso que eso est fuera de mi jurisdiccin dijo del hombre canoso. Sin embargo, me parece que te olvidas que Joanie es una mujer adulta. No s, pero meparece que

Mujer adulta! Ests loco? Es una criatura adulta, por el amor de Dios. Escchame, meestoy afeitando escucha esto me estoy afeitando y de repente me llama desde la otrapunta del departamento. Voy a averiguar qu pasa en medio de la afeitada, con la espumaen toda mi condenada cara. Y sabes lo que quiere? Preguntarme si creo que es buena.Te juro. Es conmovedora. La miro cuando duerme y s bien lo que te digo. Creme.

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Bueno, eso es algo que t conoces mejor que Quiero decir, eso est fuera de mijurisdiccin dijo el hombre canoso. El asunto es, maldita sea, que no haces nadaconstructivo para

Somos una pareja fracasada, eso es todo. Esa es la historia, simple y total. Fracasada

como el mismo demonio. Sabes lo que precisa ella? Precisa un canalla enorme que de vezen cuando le pegue una pateadura y que despus siga leyendo el diario. Eso es lo que ellaprecisa. Yo soy condenadamente dbil por ella. Lo saba antes de casarnos, te lo juro porDios que lo saba. Pienso que eres uno de esos avivados que nunca se casan, porque antesque nadie se dan cuenta. Por Dios que no me daba cuenta. Soy dbil. Ese es el asunto, enpocas palabras.

Eres dbil. Simplemente no usas tu cabeza dijo el hombre canoso aceptando elcigarrillo que la muchacha recin haba prendido.

Claro que soy dbil! Claro que soy dbil! Carajo si lo s! Si no fuera dbil, piensas que

hubiera dejado que todo Ah para qu sirve hablar? Claro que soy dbil Por Dios, teestoy manteniendo despierto toda la noche. Por qu no me mandas al demonio y cortas?En serio. Corta.

No voy a cortar, Arturo. Me gustaraayudarte, si fuera humanamente posible dijo el hombre canoso. En estemomento eres tu peor

Ella no me respeta. Por Dios, ni siquierame quiere. Adems, en ltima instancia,yo tambin he dejado de quererla. No s.La quiero y no la quiero. Vara. Flucta.Dios mo! Cada vez que decido terminarsalimos a cenar afuera por cualquier razny la cito en algn lado y se me viene con

esos malditos guantes blancos o con cualquier otra cosa. Qu s yo. O me pongo a pensaren la primera vez que fuimos en auto a New Haven a ver el partido de Princeton. Se nospinch una goma apenas salimos del estacionamiento y haca un fro del demonio, y ellasostena la linterna mientras yo arreglaba toda esa porquera Te das cuenta lo que tequiero decir? Qu s yo. O empiezo a pensar mi Dios es difcil decrtelo, empiezo apensar en ese maldito poema que le mand cuando empezamos a salir:

Mi color es rosa y blanco,

boca bonita y verdes mis ojos.

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Mi Dios, es tan difcil me haca acordar a ella. No tiene ojos verdes, tiene ojos comocondenados caracoles de mar Dios mo pero sin embargo me acordaba de ella. Qu syo. Para qu sirve hablar? Me estoy volviendo loco. Por qu no cortas? Te lo digo enserio.

El hombre se aclar la garganta y dijo:No tengo la menor intencin de cortar, Arturo. Justamente es una

Una vez ella me compr un traje. Con su propio dinero. Te lo cont?

No, yo

Simplemente entr, creo que a Triplery me lo compr. Yo ni siquiera iba con ella.Quiero decirte que ella tiene gestos magnficos. Lo ms divertido es que result de mi talle.Solamente tuve que hacerlo ajustar un poquito en los fondillos y acortarlo. Quiero decir,

tiene gestos magnficos.El hombre canoso escuch un momento ms. Luego se dio vuelta, de golpe, hacia lamuchacha. La mirada que le ech, aunque slo fue una ojeada, bast para decirle todo loque pasaba del otro lado del telfono.

Ahora escchame, Arturo. Esto no sirve para nada. Te lo digo en serio. Escchameahora. Te hablo sinceramente. Quieres desvestirte y meterte en la cama como un chicobueno? Y descansar? Joanie llegar probablemente dentro de dos minutos. No querrs quete vea as, no es cierto? A lo mejor se aparecen con ella los condenados Ellenbogens. Noquerrs que toda esa gente te vea as no es cierto? escuch. Me oyes, Arturo?

Dios mo! Te estoy manteniendo despierto toda la noche. Todo lo que hago

No me ests manteniendo despierto toda la noche. No puedes pensar eso. Ya te lo dije,estuve durmiendo un promedio de cuatro horas por noche. Lo que me gustara hacer, sifuera humanamente posible, sera ayudarte, muchacho. Escuch. Arturo, ests ah?

S. Aqu estoy. Escchame. De todos modos te he mantenido despierto toda la noche.No podra ir a tu casa a tomar un trago? Te importara?

El hombre canoso se enderez y coloc la palma de su mano libre sobre su cabeza y dijo:

Ahora quieres decir?

S. Digo si te viene bien. Me quedar solamente un momento. Me gustara sentarme enalgn lado y qu s yo. Te viene bien?

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S, pero el asunto es que no creo quedebas hacerlo, Arturo dijo el hombrecanoso retirando la mano de su cabeza.Quiero decirte que seras ms quebienvenido pero honestamente creo que

tendras que quedarte ah y calmarte, hastaque llegue Joanie. Sinceramente, eso es loque pienso. Dnde quieres estar? Supongoque querrs estar ah cuando ella llegue.Tengo o no razn?

S. No s. Te juro que no s.

Bueno, yo s s. Honestamente, yo s lo s dijo el hombre canoso. Mira, ahora porqu no te metes en la cama y descansas, y ms tarde si tienes ganas me llamas? Digo, sitienes ganas de conversar. Y no te preocupes. Eso es lo fundamental. Me escuchas? Lo

vas a hacer?Est bien.

El hombre canoso continu sosteniendo el telfono durante unos segundos, despus colg.

Qu dijo? le pregunt inmediatamente la muchacha.

l sac su cigarrillo del cenicero, es decir, lo seleccion entre la montaa de colillas ycigarrillos a medio fumar. Dio un pitada y dijo:

Quera venir aqu, a tomar una copa.Dios mo, qu le contestaste? dijo la muchacha.

Me escuchaste dijo el hombre canoso, y la mir. Me pudiste escuchar, no es cierto?aplast su cigarrillo.

Estuviste maravilloso. Absolutamente maravilloso dijo la muchacha observndolo.Dios mo, me siento una arrastrada.

Bueno dijo el hombre canoso, es una situacin muy difcil. No s hasta qu punto

estuve maravilloso.Lo estuviste. Estuviste estupendo dijo la muchacha. Estoy toda floja. Estoyabsolutamente floja. Mrame.

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El hombre canoso la mir.

Bueno, realmente es una situacin imposible dijo. Todo el asunto es tan fantsticoque ni siquiera

Querido, perdname dijo la muchacha rpidamente yse inclin hacia l. Creo que ests ardiendo. Con laparte inferior de sus dedos le dio un vivo y corto golpe enel dorso de la mano, rozndolo apenas.

No, era ceniza simplemente. Se recost. Estuvistemaravilloso dijo. Dios. Me siento como una perra.

Bueno, es una situacin muy, muy difcil. Es evidenteque el tipo est pasando por una absoluta

Repentinamente son el telfono.El hombre canoso dijo:

Dios mo y levant el auricular antes de la segunda llamada. Hola dijo.

Lee, te habas dormido?

No. No.

Escucha. Me pareci que te gustara saberlo. Joanie acaba de llegar.

Qu? dijo el hombre canoso, y puso la mano izquierda sobre sus ojos, aunque la luzestaba a su espalda.

S. Justamente acaba de llegar. Unos diez segundos despus de que te habl. Aprovechpara llamarte mientras est en el bao. Escchame: un milln de gracias, Lee. Te lo digo enserio, sabes a qu me refiero. An no te habas dormido? Dormas?

No, no. Solamente esta No, no dijo el hombre canoso dejando la mano sobre susojos. Se aclar la garganta.

S. Lo que pas, segn parece, es que Leona se pesc una borrachera y entonces le dio unfenomenal ataque de llanto, y Bob quiso que Joanie saliera con ellos a tomar un trago encualquier parte, para suavizar las cosas. Yo no s. Sabes. Muy complicado. De todos modosya est en casa. Qu cacera de ratas. Te lo juro por Dios, pienso que es esta maldita NuevaYork. Quizs todo se arregle, si las cosas siguen bien, quizs nos vayamos a un lugarcito en

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Connecticut. No necesariamente demasiado lejos, pero s lo suficiente para poder llevar unacondenada vida normal. Creo que a ella la enloquecen las plantas y todo ese asunto.Probablemente se volvera loca si tuviera su maldito jardn propio y todo eso. Te dascuenta? Quiero decir, salvo a ti, a quin conocemos en Nueva York, como no sea a unamanga de neurticos? Eso, tarde o temprano termina por contagiar hasta a una persona

normal. Entiendes lo que te digo?El hombre canoso no contest. Debajo de su mano tena los ojos cerrados.

De cualquier modo le voy a hablar de eso esta misma noche. O tal vez maana. Ahoraest un poco cansada. Quiero decir que, en el fondo, es una chica formidable. Si tenemosuna oportunidad para arreglarnos, seramos terriblemente estpidos si no lo intentramos.Mientras estoy en eso voy a procurar, tambin, arreglar el lo de las chinches. Estuvepensando. Mejor dicho, crees, Lee, que si voy a hablar personalmente con Juniorspodra?

Si no te importa, Arturo, yo preferiraEs que no quiero que pienses que te llam exclusivamente porque estoy preocupado conmi maldito trabajo o cualquier otra cosa. No es eso. En serio, por el amor de Dios, no mepreocupa para nada. Slo pens que si no me las arreglo para manejar a Juniors sinquemarme los sesos, soy un imbcil.

Escchame, Arturo lo interrumpi el hombre canoso, retirando la mano de su cara.De repente me empez un terrible dolor de cabeza. No s de dnde sali ese maldito dolor.No te importa si corto? Te llamar maana. De acuerdo? Escuch otro momento ydespus colg.

De nuevo la muchacha le habl en seguido, pero l no contest. Tom el cigarrillo de ella,que estaba encendido en el cenicero y empez a acercarlo a su boca, pero se le cay de losdedos. La muchacha intent recogerlo antes de que algo se quemara, pero l le dijo que seestuviera quieta por el amor de dios y ella retir su mano.

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Con tan slo una novela publicada,El guardin en elcenteno, se convirti en leyenda. Tan silencioso comovivi los ltimos aos, recin cumplidos los 91 aos, semarcha el escritor ms corrosivo y solitario de laliteratura norteamericana. Jerome David Salingernaci en Nueva York en 1919 y muri en NewHampshire en 2010. Creci en un piso de Park Avenue,en Manhattan. Estudi tres aos en la Academia Militar

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de Valley Forge. Como soldado de Infantera, particip en el desembarco aliado enNormanda, en 1944. Comenz su carrera literaria escribiendo relatos para revistas deNueva York, en la dcada del cuarenta. Se cas dos veces, una en 1945, y otra en 1955. Sedivorci en 1967. Tuvo dos hijos: Margaret y Matt. Desde haca casi cincuenta aos vivarecluido en su casa de Cornish y desde 1965 no publicaba nada.Pretty mouth and green my

eyes, que el ttulo original de este cuento traducido por C. J. Corvaln, hace parte deNueve historias.

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