RECORRIDOS POR LA MÚSICA DE CÁMARA

Martes 12 de abril de 2016 7:00 p.mBogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

SALA DE CONCIERTOS 1966-2016concierto de aniversario 50 años

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TOME NOTA

Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas,

ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

Durante el transcurso del concierto por favor mantenga

apagados sus equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

Por respeto a los derechos de autor de los compositores e

intérpretes, no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

Sala de Conciertos Luis Ángel Arango Banrepcultural

@ConciertosBR Banco de la República

Banrepcultural

SÍGANOS EN

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Oboísta egresada del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia en la cátedra de Andreas Schneider. Fue benef iciar ia del programa Jóvenes Talentos 2012 del Banco de la República de Colombia, gracias al cual realizó sus estudios de maestría en la Royal Academy of Music en Londres (Inglaterra), en la cátedra de Celia Nicklin y Melanie Ragge, y en la de corno inglés con Jill Crowther.

VIVIANA SALCEDO,

Fue ganadora del X Concurso de Interpretación Musical Ciudad de Bogotá en la categoría juvenil, del concurso Jóvenes Solistas 2011 de la Orquesta Filarmónica de Cali y seleccionada para actuar en la Serie de los Jóvenes Intérpretes 2011 del Banco de la República. También fue invitada como joven talento al V Festival Internacional de Música de Cartagena.

Viviana ha hecho parte de la Orquesta Filarmónica Joven de Colombia, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, la Britten-Pears Symphony Orchestra, la Penderecki Music Academie Westfalen, la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra y la Southbank Sinfonia 2015.

Como estudiante de la Royal Academy of Music fue ganadora del Paddy Purcel Award 2013, del Barri Grimaldi Prize para corno inglés solista 2013 y del Janet Craxton Memorial Prize 2014. Actualmente es profesora de oboe en la Universidad Central, en Bogotá, y se encuentra en periodo de prueba para el cargo de asistente de principal en la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y para el de principal asociado en la Royal Scottish National Orchestra.

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CORNO INGLÉS (COLOMBIA)

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Nació en Moscú. Recibió su diploma en 1987, año en el cual obtuvo el primer lugar en el concurso de ejecución musical de jóvenes pianistas de la región de Moscú. En 1991 ingresó

al renombrado conservatorio estatal Piotr I. Tchaikovsky, bajo la dirección de la profesora O. M. Zhukova, donde obtuvo diploma laureado. Allí tuvo la oportunidad de especializarse en piano, acompañamiento y música de cámara con los profesores Tatiana Nikolaeva, Evgeny Malinin y Gennady Cherkasov.

En 1990 hizo su primera presentación en Europa, en Viena (Austria), con la Orquesta de Estudiantes del Conservatorio. Desde entonces ha ofrecido recitales en diferentes países de Europa y Latinoamérica. Participó en el primer festival de piano Rachmaninov de Moscú en 1993. En 1998 inició estudios de doctorado en el Conservatorio Tchaikovsky, donde presentó su proyecto de investigación sobre las interpretaciones de las obras para piano de Sergei Rachmaninov.

Su repertorio incluye 25 conciertos para piano y orquesta, entre ellos los Cuatro conciertos y la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov. Muchos de ellos han sido grabados para canales de radio y televisión en Rusia y Colombia bajo la dirección de importantes directores como Vladimir Fedoseyev, Francisco Rettig, Irwin Hoffman, Baldur Brönnimann, Gennady Cherkasov, Lior Shambadal, Conrad van Alphen, Theodore Kuchar, Cecilia Espinosa y Rossen Milanov, entre otros.

Todos los años, Sergei dedica una parte importante de su tiempo a la interpretación de música de cámara en conjunto con importantes artistas nacionales e internacionales. También ha participado en los más relevantes eventos musicales realizados en Colombia, como el Festival Internacional de Música de Cartagena, el Festival Internacional de Piano en Bucaramanga y el Festival Internacional de Música Bogotá es Beethoven, entre otros. En 2014 recibió el Premio Bienal a la Creación Artística Javeriana por su actuación como solista con la Orquesta Sinfónica de Rotterdam, y mención de honor del Ministerio de Cultura por su disco Obras vocales de los compositores: pianistas Rachmaninov, Liszt y Wieck.

Dentro de su labor pedagógica se ha desempeñado como asistente de la maestra Zhukova en el Conservatorio Tchaikovsky (1996-1998), y desde 1999 como profesor asociado en las facultades de artes de las universidades Javeriana, El Bosque, Nacional de Colombia y Andes. Es pianista de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia desde su constitución en 2003.

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SERGEI SICHKOV,PIANO (RUSIA)

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Descendiente de una familia musical antioqueña ―hija del extraordinario músico Gabriel Uribe― nació en Bogotá, ciudad donde realizó sus primeros estudios con su abuela

materna, y que continuó en Medellín con la profesora italiana Luisa Manighetti. El mecenas antioqueño don Diego Echavarría Misas la becó a los trece años para que continuara sus estudios en Estados Unidos con el profesor polaco Wiktor Labunski y en la Academia de Música y Arte Dramático de Viena, donde recibió su grado magna cum laude con el profesor austríaco Richard Hauser. Becada por la Organización de Estados Americanos y la Juilliard School, adelantó estudios de posgrado en la Juilliard School de Nueva York con Martin Canin y con la profesora rusa Rosina Lhevinne.

Desde su presentación a los once años con la Orquesta Sinfónica de Colombia, ha actuado en los principales escenarios de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, tales como la Sala Dorada del Musikverein en Viena, el Royal Festival Hall y el Wigmore Hall de Londres, el Weill Hall de Carnegie Hall y el Avery Fisher Hall de Lincoln Center en Nueva York, la Sala de Bellas Artes de Berlín, el Teatro de Bellas Artes de México y la Sala de la Fundación Chopin en Varsovia, entre muchas otras. Ha actuado como solista con las orquestas sinfónicas de Berlín, Praga, Viena, Nacional de Washington, American Symphony, Kansas City Philharmonic, Residentie Orkest de La Haya (Holanda), Nueva Filarmonía de Londres, Orquesta de Castilla y León, Orquesta del Estado de México, Orquesta de Filadelfia y las principales orquestas de Colombia.

Han sido muy elogiadas por la crítica sus grabaciones de la Suite Iberia de Albéniz, las Danzas fantásticas de Turina, las sonatas Op. 101, Op. 106 “Hammerklavier”, Op. 109, 110 y 111 de Beethoven (Musicians Showcase), las Obras para dos pianos con Harold Martina (Helicon) y las obras de los compositores colombianos Emilio Murillo y Antonio María Valencia (Banco de la República).

Desde 1969 hasta 2005 fue profesora en el Vassar College de Nueva York. En 1986 fue profesora invitada en la Escuela Eastman de Rochester y en la Universidad de Nueva York. Ha sido miembro del jurado en los concursos internacionales William Kapell, Gina Bachauer, de Cleveland y Van Cliburn (Estados Unidos), Esther Honens y Montreal (Canadá), Axa (Irlanda), Beethoven (Austria), Ferrucio Busoni (Italia) y los de Santander y Jaén (España). Actualmente es profesora en la Universidad EAFIT en Medellín, donde fue distinguida con el título de profesora emérita.

BLANCA URIBE,PIANO (COLOMBIA)

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Juan Carlos Higuita y Liz García, violines; Sandra Arango, viola,y Diego García, violonchelo.

«Un grupo maravilloso»David Harrington (Cuarteto Kronos)

«...Q-Arte es uno de los grandes valores de la música en América Latina hoy en día.»

Arón Bitrán (Cuarteto Latinoamericano)

Desde su creación, el Cuarteto Q-Arte ha mostrado gran interés en el conocimiento y difusión de la música latinoamericana escrita para cuarteto de cuerdas, enfocándose principalmente en la música de compositores colombianos contemporáneos y en la exploración de nuevas sonoridades y perfiles escénicos. Gracias al compromiso, dominio y confianza con el repertorio que interpretan, el cuarteto, integrado por profesores de reconocidas universidades colombianas, rápidamente se ha convertido en una de las agrupaciones de música de cámara más interesantes e innovadoras del país y en un embajador de la música del continente en el mundo.

En su proceso de formación artística, los integrantes del cuarteto han recibido clases con miembros de destacadas agrupaciones tales como el Cuarteto Latinoamericano, el Cuarteto Kronos, el Cuarteto Borodin, el Cuarteto Miami, el Cuarteto Casals y el Cuarteto Quiroga. Ha trabajado con varios compositores incluyendo a Blas Emilio Atehortúa, Francisco Zumaqué, Gustavo Parra, Luis Carlos Figueroa, Gustavo Leone, Gabriela Ortiz, Javier Álvarez, Albert Guinovart, Frank Wiley y Augusta Read Thomas, además de la colaboración con solistas como el bandoneonista Rodolfo Mederos o el saxofonista Antonio Arnedo, entre otros.

QUARTETO Q-ARTE,CUARTETO DE CUERDAS (COLOMBIA)

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Q-Arte ha sido invitado a actuar en varios eventos a nivel nacional e internacional entre los que se destacan el Festival Internacional de Música de Cartagena, el Festival de Cuartetos del Banco de la República, las Jornadas de Música Contemporánea CCMC, el IV Festival Internacional de Clarinetes Bogotá, el XI Encuentro de música EAFIT entre lo popular y lo académico, el XIV Festival Internacional de Música Sacra (Ecuador), el Festival Instrumenta Oaxaca (México), la I Semana Catalunya-América (Barcelona) y el Chicago Latino Music Festival (Estados Unidos). Además, son los gestores de FestiQ-Artetos, Festival Internacional de Cuartetos de Cuerda que se lleva a cabo en la Universidad Nacional de Colombia desde el año 2014.

El cuarteto ha participado en varias producciones discográficas como Luis Carlos Figueroa: orquesta y música de cámara (Universidad Nacional de Colombia), Cinco obras de cámara, con música de Germán Darío Pérez, y Cinco, con música de Damián Ponce de León. Su más reciente trabajo discográfico es Gustavo Leone: String Quartets (Toccata Classics). Dentro de sus próximos proyectos está grabar los cuartetos de cuerda de Francisco Zumaqué y Blas Emilio Atehortúa y obras latinoamericanas para quinteto con clarinete con el clarinetista Javier Asdrúbal Vinasco. Actualmente realizan estudios avanzados en música de cámara con el maestro Richard Young, violista del reconocido Cuarteto Vermeer.

Nació en Blois, en el Valle del Loira (Francia), y es el organista principal de la iglesia de San Ignacio en París, donde toca un órgano Cavaillé-Coll de 1862. Recibió los más altos reconocimientos del Conservatorio Nacional Superior de Música de París después de haber estudiado órgano con Marie-Claire Alain, Michel Bouvard y Olivier Latry, y se interesó especialmente en la música antigua, lo que lo llevó a complementar sus estudios en el Sweelinck Conservatorium, en Ámsterdam.

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PASCAL MARSAULT,ÓRGANO (FRANCIA)

Tiene una maestría de la Universidad de Tours y ha ganado premios en concursos internacionales de órgano en Suiza y Francia. En 1998 fue invitado a Japón durante un año, convirtiéndose así en el primer organista residente en tocar el órgano

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Kern en la Sala de Conciertos Kitara, en Sapporo. Durante su residencia fundó un curso de órgano y comenzó la tradición de presentar conciertos de órgano. Adicionalmente, durante su estadía tocó como solista y junto con orquestas en las principales salas de conciertos de Tokio, Kioto, Yokohama, Nagoya, Morioka, Miyazaki, Sendaï y Hamamatsu, entre otras.

Desde su regreso a París, Marsault ha ofrecido recitales como solista en Francia y alrededor de Europa, así como en Canadá, Suramérica y de vuelta en Japón. Ha presentado conciertos con el Coro Gregoriano de París en Praga, Bogotá, Medellín, Nagoya, Alexandria, El Cairo, Beirut, Milán y Filipinas. Entre 2005 y 2010 ofreció talleres de órgano en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Catedral Primada de Colombia y la Universidad Nacional de Colombia.

Recientemente grabó dos discos: Magnifi cat, dedicado a la música barroca francesa y alemana, en el órgano Quoirin construido recientemente en Sanary-sur-mer (Costa mediterránea francesa), y Traversées, grabado en el órgano Westenfelder de la Abadía de Maredsous, en Bélgica, para conmemorar el doble aniversario de la muerte de Alexandre Guilmant y el nacimiento de Jehan Alain.

Marsault dictó clases en el Conservatorio de Tours, en Toulouse, y en el Centro de Música Sacra en Sainte Anne d’Auray, Bretaña, antes de crear el departamento de órgano en el Conservatorio Nacional de la región de Toulon-Provence-Mediterranée en septiembre de 2004. Se presenta frecuentemente como solista y con conjuntos musicales en diferentes países y es miembro permanente y consultor de la joven asociación nacional Orgue en France desde su creación en noviembre de 2011.

La participación del organista Pascal Marsault cuenta con el apoyo de

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CONCIERTO No. 18

PROGRAMA

Seis estudios en canciones populares inglesas (1926)

AdagioAndante sostenuto

LarghettoLento

Andante tranquilloAllegro vivace

VAUGHAN WILLIAMS (1872-1958)Original para violoncheloAdaptación para corno inglés por Robert E. StantonViviana Salcedo, corno inglésSergei Sichkov, piano

ADAS (2012) GUILLERMO CARBÓ (n. 1963)Obra comisionada por el Banco de la RepúblicaCuarteto Q-Arte

Variaciones en fa menorHob. XVII:6 (1793)

FRANZ JOSEPH HAYDN (1732-1809)Blanca Uribe, piano

Concierto para cuatro clavecines,BWV 1065 (1735)

JOHANN SEBATIAN BACH (1685-1750)Adaptación del Concierto para cuatro violines de Antonio Vivaldi (1678-1741)Transcripción para órgano por Guy BovetPascal Marsault, órgano

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Por Jaime Ramírez

En la mayoría de las capitales y centros culturales del mundo se ha generado un listado de referentes y atractivos turísticos que, con el pasar de los años, se constituyen en íconos imprescindibles de identidad. Según los intereses particulares de cada incursión, las visitas a diferentes países o culturas deben validarse mediante peregrinaciones prácticamente obligatorias a estos lugares emblemáticos. Los viajeros que visitan París por primera vez deben poner la Torre Eiffel entre sus prioridades, así como en Egipto las Pirámides, en Nueva York la Estatua de la Libertad, y así sucesivamente se diseñan itinerarios que refuerzan un legado patrimonial que, al ser visitado generación tras generación, impacta y perdura.

Asimismo, cada grupo de personas con intereses tan variados como específicos elabora un listado de referentes que debe visitar, recorrer y conocer de diferentes maneras. Por lo general, la posibilidad de interactuar con alguno de estos espacios se inicia como un sueño que en muchos casos inspira las mejores realizaciones profesionales del futuro. Para un estudiante de física, por ejemplo, ver un manuscrito de Isaac Newton puede inspirarle sueños que, si son alimentados de la manera correcta, llegarían a cristalizarse al interactuar con pioneros en su campo y al acceder a patrimonios emblemáticos de su disciplina, como el CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear) en Suiza. De la misma manera, un futbolista podría consolidar su carrera profesional al conseguir jugar con los mejores de la liga en el Maracaná, y un pintor experimentaría la creación de un vínculo inquebrantable con el Museo del Prado o con el Louvre al ver allí el legado de quienes lo precedieron, obras que avivarían una fuerza irrefrenable que lo llevaría a sobresalir en su área. En nuestros días, personalidades como Rodolfo Llinás, Fernando Botero y Caterine Ibargüen ―por mencionar solo algunos ejemplos nacionales de éxito incuestionable― no habrían alcanzado los logros y el reconocimiento con los que orgullosamente nos identificamos los colombianos si no hubieran accedido a sus propios íconos de excelencia en sus disciplinas y no hubieran alimentado con trabajo y dedicación la inspiración que una vez tocó a su puerta como una epifanía.

Hoy nos reunimos para conmemorar los 50 años de la Sala de Conciertos que en la Biblioteca Luis Ángel Arango permitió construir un patrimonio cultural para todos nosotros, que se expande inagotablemente.

Para muchos, la Sala de Conciertos convoca de manera permanente el mismo tipo de epifanías de quienes la han visitado a través de los años. La Sala se ha

La Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango:50 años compartiendo y construyendo un patrimonio

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De esta manera, la inauguración de la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, ese 25 de febrero de 1966, se produjo en el contexto de un ambiente cultural que buscaba ampliar espacios tanto de presentación como de producción y crítica. Por ello, además de las mencionadas exposiciones que se abrían al público, por ejemplo, se anunciaba ese viernes la puesta en escena de La leyenda del beso en el Teatro Colón o el recital de la cantante portorriqueña Lucy Fabery en la “Hora Philips”, además de ser notificada su presencia en el Teatro Colseguros, en las pantallas de la televisión nacional y en el grill La Pampa1.

1 Germán R. Mejía Pavony, “Bogotá, 1966” en Si las paredes hablaran, 50 años de música en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Bogotá: Banco de la República, 2015, 30.

consolidado como un centro de referencia cultural que invita a propios y extraños a participar de manera activa en la construcción de un patrimonio que crece envolventemente y que, de forma similar a los ya mencionados, nos presenta a muchos derroteros e inspiraciones que podemos no solamente contemplar como turistas itinerantes, sino también compartir para llegar a interactuar y a construir de manera conjunta nuevas experiencias, para sembrar nuevas iniciativas y para preservar los legados que ya antes nos habían inspirado.

No sería justo decir que en 1966 la Sala de Conciertos surgió como un oasis en un desierto cultural, pero sí es necesario reconocer que desde sus inicios marcó directrices particulares que innovarían las diversas maneras en que la sociedad se relacionaba con la música. Para entonces, Colombia se encaminaba hacia la modernidad a la vertiginosa velocidad propia de la época; y en medio de altibajos políticos y sociales, la Biblioteca Luis Ángel Arango, que se consolidaba como una biblioteca pública de vanguardia única en su género, inauguraba un espacio dedicado exclusivamente a la música para una sociedad capitalina que experimentaba una intensa avidez cultural.

En Si las paredes hablaran, libro que hoy conmemora este aniversario junto con el concierto que nos convoca, Germán Mejía señala cómo se inauguró la Sala de Conciertos en febrero de 1966, en medio de un turbulento clima político alimentado por un paro de profesores de la Universidad de Caldas, el contrabando de armas atribuido al ELN y el reciente abatimiento de Camilo Torres, al tiempo que el gobierno colombiano presentaba en Panamá ante la Comisión Especial de la OEA la propuesta para crear el Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La Sala de Conciertos se inauguró ese mismo día, un 25 de febrero, proporcionando a la sociedad bogotana una opción más dentro de un variado abanico de ofertas culturales, tales como la exposición de los Premios Nacionales ―también en la Luis Ángel Arango― y la exposición de pintores de la Costa, liderados por Obregón, en la Sala Colseguros:

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Desde su concierto inaugural, la Sala de Conciertos ha mantenido una visión clara a través de su programación, en la que comulgan grandes exponentes de la tradición musical internacional con la actualidad musical del país. La Sala ha trascendido su nombre en la medida en que no se ha limitado a “presentar conciertos”: en realidad, siempre ha funcionado como un punto de encuentro del público y los artistas que, en torno a un vasto legado, entretejen relaciones muy especiales a través de varias actividades, como la comisión de obras, diversos tipos de series de conciertos, conferencias, conversatorios, concursos, festivales instrumentales, eventos monográficos y apoyo a los jóvenes talentos, entre otras tantas posibilidades de interacción con el medio artístico.

Para aquel 25 de febrero se pensó en un programa en el que el órgano, elemento icónico de la construcción de la Sala, recibiera al afamado organista norteamericano Carl Weinrich (1904-1991). El primer concierto de la Sala abrió con una comisión especial del compositor colombiano Fabio González Zuleta (1920-2011), quien se desempeñaba como director del Conservatorio de la Universidad Nacional. Junto a la obra de González Zuleta se incluyeron otras obras para órgano de Mendelssohn, Hindemith, Louis-Claude Daquin, Mozart y el norteamericano Normand Lockwood (1906-2002). Posteriormente, Weinrich, quien se especializaba en la obra para órgano de J. S. Bach, ofreció dos conciertos, el 2 y el 9 de marzo, dedicados exclusivamente a Bach.

Es importante recalcar que este programa marcaría tendencias que se convertirían en un signo determinante de los objetivos de la Sala, a saber: las obras escogidas permitían a la audiencia evidenciar las bondades arquitectónicas y acústicas del escenario; para la ocasión, la Sala invitaba a un intérprete de alto renombre internacional; asimismo, el repertorio incluía obras representativas de la tradición instrumental junto con la obra de Lockwood ―quien se encontraba en el cenit de su carrera y gozaba de gran reconocimiento internacional―; y de manera especial, el programa daba un lugar privilegiado a la composición de un artista colombiano cuya obra podría dialogar en igualdad de condiciones con los demás componentes del programa. Fue así como esta iniciativa en la programación para la Sala de Conciertos señaló algunos de los intereses estéticos que serían característicos de su proyección en la sociedad: la Sala convoca artistas de prestigio internacional; está abierta a repertorios que avivan la tradición musical, al tiempo que recibe propuestas de vanguardia e innovación; y aún más importante, la Sala de Conciertos se ha constituido en un lugar de reconocimiento y apoyo a los artistas nacionales, mientras facilita el encuentro y el diálogo entre compositores, intérpretes, pedagogos, investigadores y audiencias en general.

Es por esto que se puede afirmar que desde la Sala de Conciertos se construyen constantemente diversas facetas de nuestro patrimonio cultural que a su vez se vinculan a otros legados y tradiciones para trascender épocas y fronteras.

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Cuando regresé de mis estudios en Nueva York, en 1985, acudí a la Dirección de la Sección de Música para ofrecer mis servicios. La directora era María Stella Fernández. Empecé a escribir notas a los programas y luego participé como anfitrión en lo que se llamaba “Música en familia”, un excelente programa que se realizaba los domingos. Estos conciertos incluían una explicación de la música que se interpretaría, a cargo del anfitrión (recuerdo que otra persona que colaboraba era Martha Rodríguez) con la participación de los músicos-intérpretes. Era una gran oportunidad para mostrar partes de las obras (por ejemplo, la parte del primer violín dentro de un cuarteto, o la melodía vs. el acompañamiento), todo muy ilustrativo para el público asistente.

Recuerdo que en una de estas “clases” conocí a Rafael Puyana, el muy reconocido clavecinista colombiano, ya fallecido, a quien había tenido ocasión de escuchar varias veces en la misma sala. La música programada en el concierto hacía parte de un ciclo en el que se tocarían los Conciertos Brandeburgueses de Bach. Yo hice la explicación de uno de los conciertos, creo que era el segundo en fa mayor, con la participación del ensamble invitado, dirigido por Álvaro Huertas. Al ofrecer la palabra al público para preguntas o comentarios, mi sorpresa fue muy grande al escuchar la voz del maestro Puyana, quien con gran conocimiento y erudición amplió mis comentarios sobre la obra. Este fue el inicio de una relación personal que incluyó varias conver-saciones sobre distintos aspectos musicales y sobre el desarrollo de nuestro medio, tanto en la actividad musical de la ciudad como en lo relacionado con la educación.

Otra circunstancia que me relacionó muy cercanamente con la Sala fue el haber tenido ocasión de conocer al constructor del órgano, Oskar Binder, una persona de un trato muy afable y generoso, y con quien tuve ocasión de compartir muchas conversaciones sobre los órganos en Colombia y en particular sobre el órgano de la BLAA. El “señor Binder”, como la gente lo llamaba, hablaba siempre con gran afecto sobre sus instrumentos y sobre su relación con nuestro país, que se convirtió también en el suyo.

Guillermo Gaviria3

Esta relación especial de acercamiento entre artistas y públicos que se gesta en la Sala de Conciertos es una de las particularidades que no solo nos identifica como beneficiarios de su riqueza patrimonial, sino que nos ha permitido apropiarnos de una cultura que se mantiene viva en nosotros y que se alimenta gratamente con cada concierto y cada memoria. En muchos casos, la Sala ha traído esas epifanías que han inspirado muchos sueños y cristalizado logros futuros. El maestro Guillermo Gaviria relata cómo su relación con la Biblioteca Luis Ángel Arango se transformó progresivamente a través de estos encuentros propiciados por la Sala:

2 Jaime Cortés, “50 años de programación musical” en Si las paredes hablaran. 114.3 Guillermo Gaviria, compositor y pedagogo musical. El maestro Gaviria es reconocido por su renovación de la enseñanza musical en el país, que desembocó en la gestación de la carrera de Estudios Musicales de la Universidad Javeriana, que posteriormente dio paso a la fundación de la Facultad de Artes en la misma universidad. A través de los años, el maestro Gaviria ha mantenido su relación con la Biblioteca Luis Ángel Arango, ejerciendo diversas funciones.

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Las primeras impresiones y la inmersión en el medio musicalSi las paredes hablaran se presenta hoy como un compendio conmemorativo de escritos que abarcan diferentes consideraciones alrededor de la Sala de Conciertos y la manera como esta se ha relacionado con el desarrollo de nuestra identidad patrimonial. Desde muchos puntos de vista, el título del libro no podría representar mejor la manera en que los asistentes a la Sala desarrollan una empatía que se hace entrañable y que se acentúa más intensamente con cada visita.

Además de todas las consideraciones musicales relacionadas directamente con los conciertos programados, la Sala genera una experiencia particularmente envolvente para sus comensales: detrás de cada imagen enmarcada en las paredes reposan recuerdos e impresiones que enriquecen de manera especial cada momento. La forma en que los asistentes se relacionan con la Sala conjuga la inmersión en una tradición arraigada visceralmente con la afabilidad de un entorno innegablemente familiar. Fácilmente se podría afirmar que en cada evento presentado en la Sala los asistentes encuentran con sorpresa o admiración una nueva fotografía que atestigua parte de una tradición de la que ahora hacen parte. De alguna manera, las paredes pareciera que hablaran contando fragmentos de una tradición que nos envuelve casi fraternalmente.

Para muchos de nosotros, nuestros primeros contactos con la Sala de Conciertos abrieron puertas a experiencias que progresivamente fueron labrando parte de los senderos que ahora recorremos. En los próximos relatos podemos ver cómo las primeras relaciones con la Sala causaron impresiones cada vez más profundas en artistas que, como en muchos otros casos, se fueron sumergiendo en un medio musical cada vez más dinámico.

En mis años de infancia, mi papá me llevaba a los conciertos de la Sala en la BLAA; fue allí donde escuché en vivo música de cámara por primera vez. Mi ventana al mundo de los intérpretes europeos y estadounidenses fue la Sala de Conciertos, a donde iba principalmente a los conciertos de los miércoles. La BLAA, el Colón y el León De Greiff fueron los escenarios donde semanalmente tuve la experiencia de escuchar música en vivo por muchos años y de comenzar a ver la música como una pasión y una posibilidad en mi futuro profesional.

Posteriormente, como estudiante de música, seguí mi rutina de ir a los conciertos de los miércoles con mis compañeros de universidad. Mi primera oportunidad de escuchar una obra mía en la BLAA fue cuando un grupo de profesores de la Javeriana interpretó mi Quinteto de cobres en uno de los conciertos dominicales.

Con mayor frecuencia, maestros y compañeros de universidad y luego mis estudiantes comenzaron a participar más activamente en la programación de la Sala. Siempre me llenó de orgullo verlos tocar en este prestigioso escenario.

Diego Vega4

13Momentos memorables y despedidas entrañablesAsí como muchos recordamos con nostalgia nuestros primeros contactos con la Sala de Conciertos y podemos admitir que éstos calaron profundamente en nuestra percepción de la tradición musical en Colombia, también podríamos iniciar un listado interminable de momentos memorables. Seguramente hay una selección de conciertos que han marcado de manera especial la vida de muchos de los que asistimos a la Sala el día de hoy. Posiblemente por las circunstancias que rodeaban cada concierto, o por el tipo de artistas o de repertorios presentados, cada uno de nosotros puede tener su propia colección de recuerdos que, tal como nos cuentanlas memorias esparcidas en las paredes de la Sala, nos remonta a situaciones de intensa familiaridad y, en muchos casos, desde lo íntimo nos hace admitir que en Sala se ha quedado algo de nosotros.

Desde la primera vez que escuché su nombre, poco a poco en mi mente se afianzó como una especie de lugar irreal. La Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango pertenecía a ese entorno cultural preciado y lejano en el cual se constituía Bogotá desde mi perspectiva en Cali, la ciudad donde crecí. No imaginaba yo que varios años después este santuario de la música en Colombia se convertiría en un lugar tan importante para mi vida artística, siendo para mí y para muchos de los músicos a mi alrededor un punto de referencia, partida y llegada de miles de sueños y aspiraciones.

El tiempo ha pasado, y los retos y alegrías de la vida en la música me han traído dos bellas oportunidades de participar en la Serie de Jóvenes Intérpretes de la Biblioteca Luis Ángel Arango: con el Trío Cortázar, por vez primera en 2014, y actuando como solista, en 2015. Ambos recitales fueron de incalculable valor sentimental y artístico para mí, siendo representativos del punto en el cual se encontraba mi proceso musical.

Ahora, cuando mi carrera asume nuevos logros artísticos dentro y fuera del país, veo que mi paso por la Luis Ángel Arango representó una oportunidad que me preparó, exigiendo de mí autosuperación y exigencia al nivel más alto que pude dar en ese mo-mento. De mi parte solo quedan agradecimientos, con la certeza de que serán muchos años más de músicos de todas las edades y talantes los que pasarán por esta Sala.

Jorge Iván Vélez5

4 Diego Vega, compositor y pedagogo bogotano, está vinculado a la Universidad de Nevada, en Las Vegas, donde preside el área de composición y teoría musical. Vega ha trabajado con la Biblioteca Luis Ángel Arango en diversos proyectos, sobresaliendo la comisión en 2009 de la Sinfoniæ profanæ, , para órgano y quinteto de cobres, que se presentará el próximo domingo 17 de abril. Esta obra fue estrenada en 2010 por Pascal Marsault, quien también nos acompaña en el concierto de hoy. El jueves 14 de abril de este año se realizará un conversatorio con el maestro Vega en la Sala de Conciertos a las 6:00 p.m.5Jorge Iván Vélez es estudiante de violonchelo en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia. Adicionalmente a sus participaciones en los recitales de la Sala de Conciertos, ha recibido varios reconocimientos a nivel nacional e internacional, entre los que destaca la invitación a formar parte de la Mahler Chamber Orquestra, a comienzos de 2016.

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Tengo un recuerdo muy especial de la primera vez que fui a la Sala de Conciertos de la BLAA. Pasó en mi primer semestre de universidad, cuando unos compañeros me invitaron a un concierto. Cuando entré a la Sala entendí que estaba en un lugar que inspiraba un profundo respeto por la música y por los músicos. Sentado en una de sus cómodas y espaciosas sillas, intenté descifrar la particularidad del techo, que inevitablemente le tendía una trampa a mi sentido de la vista mientras ayudaba a crear un espacio en el que el sonido era maravilloso. No pensé en ese momento que con este lugar estaría interactuando de tantas maneras a lo largo de los años: como oyente de artistas invitados, como oyente de compañeros, como asistente a talleres, como instrumentista, como oyente de mis estudiantes, como director, como jurado en la Serie de los Jóvenes Intérpretes, y en los últimos años también como asesor.

Una de las experiencias más especiales de mi relación con la Sala fue el concierto y la grabación del disco de mi colega y amigo Luis Fernando Rizo. Después de muchos años de distanciamiento con él por razones geográficas, Mauricio Peña me llamó para saber si estaría interesado en participar como director en el proyecto de presentación y grabación de algunas de las obras de Luis Fernando en el marco de los conciertos monográficos. Fue una oportunidad extraordinaria para trabajar con un amigo y gran compositor, con quien años antes, en nuestra época de estudiantes, frecuentábamos la Sala de Conciertos. Tristemente, esta grabación quedó marcada por la inesperada muerte de Luis Fernando justo antes del lanzamiento del disco.

Luis Guillermo Vicaría6

Con el pasar del tiempo advertimos con claridad que aquella tradición a la cual sentimos pertenecer con cada concierto o evento en el que tomamos parte nos recuerda que en la Sala de Conciertos se mantiene vivo un legado de los mejores artistas, colegas, maestros y amigos, además de momentos que no volverán a materializarse. En la temporalidad de la música yace también la percepción de nuestra efímera existencia, que solo puede resonar generación tras generación en la medida en que sea compartida con quienes nos rodean. Para muchos de nosotros, estos 50 años representan también despedidas y últimos conciertos. Recordamos de manera particular a los maestros Alejandro Zuleta, Gustav Kolbe y Jesús Pinzón que han dejado los mejores recuerdos tanto en sus colegas como en familiares, amigos y discípulos.

En el proceso de recolección de anécdotas para la elaboración de estas notas, algunos de los participantes encontraban con melancólica familiaridad que mu-chos de los conciertos memorables en la Sala estarían ligados a esas despedidas entrañables:

Reflexiciones finales a manera de agradecimientoEn el mismo proceso de recolección de anécdotas para la elaboración de estas notas, muchos de los entrevistados coincidían en que el reconocimiento de los 50 años de la Sala de Conciertos viene acompañado de un profundo agradecimiento por una labor ejemplar e ininterrumpida. Así como en la periferia de la Sala cada

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Considero que mi relación con la Sala y con la Luis Ángel es cada vez más sólida y productiva. Siempre es un placer regresar a la Sala de Conciertos, y creo que con los años el gusto es cada vez mayor. La Sala nos ha brindado la posibilidad de tener conciertos a gran nivel durante muchos años. También el aporte que ha hecho al desarrollo de la música de nuestros compositores es invaluable.

Para mí, la Sala de Conciertos tiene una energía muy especial, y es sin duda uno de los lugares más bonitos y de mejor acústica que tiene el país. Así que siempre es y será un gran privilegio estar en ella.

Juan Carlos Higuita7

Los espacios de conciertos fueron convirtiéndose paulatinamente en puntos de encuentro de los músicos profesionales, estudiantes y amantes de la música que me permitieron ampliar mi visión del campo y aprovechar diversas oportunidades. Adicionalmente, los espacios formativos (talleres o clases magistrales) que el Banco programaba ocasionalmente con algunos de sus invitados fueron trascendentales para mi formación como intérprete.

Mi relación con la Sala de Conciertos y en general con el Banco de la República ha sido permanente y ha adoptado diferentes matices. De ser un espectador de su programación de conciertos y beneficiario de sus actividades formativas, pasé a ser parte de los artistas que conforman su programación, gracias a la serie de Jóvenes Intérpretes y a posteriores participaciones como solista y como integrante de agrupaciones de cámara. Luego tuve el honor de ser becario del programa Jóvenes Talentos, que también maneja el banco, lo que me permitió adelantar mis estudios superiores en Francia y mantener, luego de mi regreso al país, una estrecha relación con la Sala, también como jurado de distintas convocatorias y como colaborador en algunos eventos especiales.

Considero que su programación de conciertos de excelente calidad, sus distintos programas dirigidos a fortalecer los procesos formativos de los músicos profesionales en el país, los espacios abiertos en su programación para la participación de músicos nacionales y el hecho en sí de ofrecer al público en general un espacio de conciertos

6 Luis Guillermo Vicaría es director de orquesta y pedagogo vinculado a la Facultad de Artes de la Universidad Javeriana. El maestro Vicaría ha colaborado en múltiples proyectos desarrollados por la Sección de Música del Banco de la República sobresaliendo su participación como director de la producción discográfica Retratos de un compositor en homenaje a Luis Fernando Rizo en 2013. En Si las paredes hablaran se encuentra una foto de la colaboración entre Vicaría y Rizo para esta producción, que se convierte así en uno de los últimos registros fotográficos del compositor en Colombia. Véase Si las paredes hablaran, p. 148.7 Juan Carlos Higuita es violinista y pedagogo, vinculado a las cátedras de violín y música de cámara del Conservatorio de la Universidad Nacional y de la Universidad Javeriana. Se ha desempeñado como solista en diferentes orquestas dentro y fuera del país, además de venir desarrollando un papel muy importante como violinista del Cuarteto Q-Arte.

fotografía recoge memorias de momentos compartidos a través de los años, cada breve cita a continuación comparte agradecimientos y buenos augurios:

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Los 50 años de la Sala de Conciertos, que celebramos hoy, no dejan de ser motivo de orgullo y alegría por una labor que se ha mantenido de manera titánica en medio de las vicisitudes características de nuestro medio y de los albures propios de los programas y políticas culturales del momento. Hoy no solo celebramos el aniversario de unas muy particulares instalaciones del Banco de la República, sino que, de manera especial, reconocemos los esfuerzos e iniciativas que mancomunadamente se han canalizado desde la Sala de Conciertos para generar y mantener un patrimonio cultural que acerca y compromete, y que se proyecta con dinamismo a la sociedad.

Asimismo, estos 50 años llaman al compromiso de seguir forjando nación desde la cultura, de dialogar con las diversas tradiciones, de reconocer y promover las expresiones artísticas para robustecer el legado que dejaremos a los que vendrán después de nosotros. Y aquí retomo la reflexión de Mauricio Peña: «El futuro de la Sala de Conciertos se debe construir sobre un legado que ya existe, aumentando el alcance y la ambición de sus programas para atender a más personas con la misma calidad artística y un mayor impacto estético, social y de fomento.» Si bien esta es una iniciativa que depende en gran parte del apoyo institucional, debe contar también con el compromiso y el esfuerzo de todos nosotros para que siga adelante. Que nuestra celebración renueve energías e inspire proyectos que mantengan vivo el legado de nuestra Sala de Conciertos.8 Mario Sarmiento es percusionista y pedagogo vinculado al Conservatorio de la Universidad Nacional. Adicionalmente se ha desempeñado como director del Conservatorio Nacional y subdirector sinfónico de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y ha participado en diversos proyectos con la Biblioteca Luis Ángel Arango a través de los años.9 Conformado por Juan Carlos Higuita, Liz Ángela García, Sandra Arango y Diego García, el cuarteto Q-Arte se ha consolidado en los últimos años como una agrupación especializada en la búsqueda de nuevos repertorios para el cuarteto de cuerdas, y de manera especial en la obra de compositores latinoamericanos y colombianos. Q-Arte también hace parte de los intérpretes convocados a este concierto conmemorativo.10 Mauricio Peña, “Una mirada hacia 2066” en Si las paredes hablaran, 161-2.

dotado de una excelente acústica, son sin duda elementos que han aportado al mejoramiento de la vida cultural del país.

Mario Sarmiento8

La Sala de Conciertos es el lugar donde vimos nuestros ídolos internacionales. Pudi-mos ver grandes músicos que nos inspiraron e hicieron ver un camino hacia el arte. Ahora sentimos que la Sala de Conciertos es nuestra casa, el lugar donde recibimos apoyo para realizar proyectos.

Con la experiencia que hemos adquirido podríamos muy atrevidamente decir que el Banco de la República con su programación cultural se ha hecho responsable de mostrarle a Colombia ―no solo a Bogotá, sino también a San Andrés, Leticia, Cúcuta y Neiva, entre muchas otras ciudades― las diferentes expresiones artísticas del país y el mundo.

Cuarteto Q-Arte9

WWW.BANREPCULTURAL.ORG/MUSICA2016

PASCAL MARSAULT, órgano (Francia)

QUINTETO DE METALES DE PARÍS

Domingo 17 de abril de 2016 · 11:00 a.mBogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel Arango

El Quinteto de Metales de París también se presentará en Honda

el martes 19 de abril de 2016Foto

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Foto: Eliecer Romero

DÚO WAPITI, violín y piano (Canadá/Colombia)

Domingo 24 de abril de 2016 · 11:00 a.m.Bogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel Arango

Martes 12 de abril de 2016 · 6:30 p.m.Riohacha, Centro Cultural de La Guajira

Jueves 14 de abril de 2016 · 6:30 p.m.Valledupar, Auditorio Pablo Oliveros Marmolejo

Fundación Universitaria del Área Andina

Jueves 21 de abril de 2016 · 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel Arango

SIMÓN REYES, guitarra (Colombia)

Foto: Andrés Salas

WWW.BANREPCULTURAL.ORG/MUSICA2016

ENSAMBLE CG, música contemporánea (Colombia)

Miércoles 27 de abril de 2016 · 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel ArangoFo

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Foto: Eliecer Romero

DERVISH, música tradicional irlandesa

(Irlanda)Jueves 12 de mayo de 2016 · 7:00 p.m.

Villavicencio, Teatro La Vorágine

Sábado 14 de mayo de 2016 · 10:00 a.m.Neiva, Auditorio Asamblea Departamental

Domingo 15 de mayo de 2016 · 11:00 a.m.Bogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel Arango

Jueves 28 de abril de 2016 · 6:00 p.m.Honda, Auditorio Cámara de Comercio

Jueves 5 de mayo de 2016 · 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos

Biblioteca Luis Ángel Arango

Jueves 12 de mayo de 2016 · 7:00 p.m.Montería, Auditorio Los Fundadores

Universidad del Sinú

OSKAR GARCÍA, arpa llanera (Colombia)

Foto: Peter Crann

Foto: Karina Parra